GRANDES ENIGMAS DEL

ANTIGUO TESTAMENTO
...Y LA LUZ SE HIZO

EL MISTERIO DE LA CREACIN SEGN LA CIENCIA

Al principio creo dios los cielos y la Tierra. No exista nada, no haba materia, ni tiempo ni espacio, pero el
espritu de Dios se cerna sobre una singularidad cosmolgica que marc el inicio de la gran explosin.
Un segundo despus el universo haba nacido, comenzando una expansin y evolucin que todava
continan. Este podra ser el inicio de una nueva versin de la Biblia, actualizada con los conocimientos
cientficos actuales, las conclusiones a la que los seres humanos hemos llegado utilizando nuestra
capacidad de raciocinio despus de preguntarnos durante siglos quines somos, de dnde venimos y a
dnde vamos.
Probablemente no se trata de conclusiones definitivas, pero estas son las respuestas que en estos
momentos ofrece la ciencia para conocer nuestros orgenes ms lejanos. Comparar la creacin segn la
Biblia y segn los actuales conocimientos cientficos puede ser una tarea muy ilustradora.
EN EL LUGAR DE LA NADA
Hace unos 15.000 millones de aos, ms o menos, no exista nada. No haba tiempo, ni espacio, ni
materia, slo una singularidad, algo que se ha descrito como un punto de volumen cero y de infinita
densidad de materia en el que el espacio-tiempo estaba infinitamente curvado sobre s mismo. Y ese
punto estaba ms all de las leyes fsicas de nuestro universo; por eso se denomina singularidad, segn
la descripcin que realiz el fsico Roger Penrose.
Tiempo 0, ms una mil millonsima de segundo. El universo ha nacido. Se ha producido la gran explosin,
el "Big-Bang" segn la ms conocida terminologa inglesa. A partir de ese momento, comienza a correr el
cronmetro del tiempo en el universo, aparece la materia y el espacio -que anteriormente no existaempieza a expandirse. Fue el reflejo de la voluntad de Dios?
Este es el punto en el que los fsicos pueden dar la mano a los telogos. El momento del que nada se sabe
y que muestra la creacin de todo lo conocido.
Algunos fsicos consideran que los poderes divinos se manifestaron a travs de esa singularidad csmica
que supuso el inicio de la gran explosin. Una creacin de increble precisin, pues si, por ejemplo, la
velocidad de expansin hubiese sido inferior nicamente en una pequea fraccin de una millonsima a
la que result, el universo, en lugar de expandirse se hubiese colapsado y desaparecido.
Otros, en cambio, dicen que el universo resultante fue un caos total del que son buena prueba los restos
de ese calor primitivo, de esa radiacin del nacimiento del universo, que todava se pueden captar en
nuestro planeta en forma de microondas, como unos rescoldos de la gran explosin o los atenuados
llantos de un recin nacido hace 15.000 millones de aos.
Para ellos, la organizacin csmica slo fue apareciendo lenta y automticamente con posterioridad.
Una visin de la creacin en la que el gran creador csmico se habra limitado a "encender la mecha" de
la explosin dejando que despus todo sucediese siguiendo las leyes de la Naturaleza.

HA NACIDO UNA ESTRELLA: EL SOL

Haya luz y hubo luz. En las primeras millonsimas de segundo despus de la gran explosin nicamente
haba partculas en estado libre: fotones, leptones, hadrones y sus antipartculas. La temperatura era de
cientos o miles de billones de grados. Instantes ms tarde la bola de la creacin se fue enfriando.
Pasada slo una centsima de segundo despus del principio, la temperatura haba descendido a "slo"
unos mil millones de grados, y se formaron los protones y los neutrones. En los mil aos siguientes
comenzaron a aparecer los primeros ncleos de tomos, que se estabilizaron cuando la temperatura
descendi de los tres millones de grados. Al acabar este primer milenio de existencia del universo, la
temperatura era de "slo" 10.000 grados, y comenz la era del nacimiento de las estrellas y planetas.
Haya firmamento.... La materia creada por la explosin primigenia se fue agrupando por la accin de la
fuerza gravitatoria, formndose las primeras protoestrellas y protoplanetas.
Las leyes de la Naturaleza actuaron sobre la materia y aparecieron los cuerpos celestes. Miles de millones
de aos despus del comienzo del tiempo, cuando muchas estrellas y planetas haban nacido y muerto,
cuando el cielo ya era viejo, en una esquina de una agrupacin estelar que el hombre de hoy conoce
como Va Lctea, una aglomeracin de materia estelar dio lugar al nacimiento de una nueva estrella, el
Sol, y a unos planetas que formaran el Sistema Solar.
Fue hace 4.500 millones de aos cuando el polvo estelar se fue agrupando en una rbita del Sol. A
medida que adquira mayor masa, atraa a nuevos materiales que se precipitaban sobre l en un
bombardeo csmico.
El planeta era un inmenso magma caliente donde los materiales ms pesados se fueron hundiendo hacia
el interior, mientras los ms ligeros quedaban en la superficie. Tal vez fueron unos cien millones de aos
los que tard en enfriarse este lugar que sera conocido como Tierra.
Los gases procedentes de los meteoritos que continuamente bombardeaban su superficie y los
provenientes de la actividad volcnica dieron lugar a una primera atmsfera de vapor de agua, dixido de
carbono, amoniaco y metano. Probablemente fue en ese momento cuando lo que sera el planeta del
gnero humano colision con otro cuerpo celeste -del tamao de Marte- que provoc que buena parte
de la materia de la Tierra fuese despedida al espacio. La atmsfera desapareci y durante un tiempo el
planeta luci un anillo similar al que hoy podemos ver en Saturno.
Pero no dur demasiado, pues una parte de esa materia volvi a precipitarse sobre este cuerpo celeste
mientras el resto se agrupaba para formar un satlite: la Luna.
"Aparezca lo seco... y a lo seco llam Dios Tierra, y a la reunin de las aguas mares". La catstrofe csmica
del choque que dio lugar a la Luna probablemente hizo desaparecer la mayora de la antigua atmsfera
terrestre, pero la actividad volcnica y el continuo bombardeo de los cometas aportaron nuevos
elementos al planeta, sobre todo agua. Al principio, el calor de la superficie era demasiado alto para que
el agua pasase a estado lquido, pero, al enfriarse, el vapor que estaba en la atmsfera se precipit en
constantes lluvias. Una especie de diluvio universal que dio lugar a los mares. "Haga brotar la tierra la
hierba verde...".
No mucho despus de la inundacin de la mayor parte de la Tierra tuvieron lugar una serie de reacciones
qumicas de vital importancia.
Como si se tratase de la marmita de un alquimista, los compuestos qumicos preorgnicos, muchos de
ellos precedentes del continuo bombardeo de cometas y otros de la reaccin de esa primitiva atmsfera
de vapor de agua, hidrgeno, metano y amonaco, fueron actuando unos con otros, hasta producir
molculas ms complejas.
LOS PRIMEROS SERES VIVOS
Una serie de complicadas reacciones se sucedieron hasta que apareci la primera molcula capaz de
tomar del medio ambiente los elementos necesarios para poder replicarse a s misma. Haba nacido la
vida. En un mundo sin oxgeno y sometido a un continuo bombardeo planetario y a las radiaciones
ionizantes del Sol, la aparicin de los primeros organismos vivos ocurri muy probablemente en las

arcillas arenosas de los fondos marinos, en las proximidades de fuentes termales que proporcionaban
calor y compuestos sulfurados, el "alimento" de los primeros seres vivos terrestres. Estos organismos
primigenios no utilizaron la energa del Sol para alimentarse, sino las reacciones qumicas que obtenan
de esos compuestos sulfurados.
En la actualidad todava hay seres vivos en nuestro planeta que se desarrollan en las profundidades de los
ocanos, alimentndose de esos compuestos qumicos. Existencia que fue conocida por primera vez en
1977 cuando el submarino norteamericano Alvin descubri cerca de las islas Galpagos, y a unos 2.500
metros de profundidad, unas exticas criaturas -cangrejos, conchas gigantes, gusanos de dos metros de
largo- que vivan junto a unos manantiales de agua muy caliente. Todos estos animales se mantenan
gracias a la existencia de unas bacterias que eran capaces de aprovechar la energa qumica obtenida de
las reacciones con los sulfuros. Su existencia era un recuerdo viviente de la forma en que pudo aparecer
la vida en la Tierra.
Los primeros seres vivos fosilizados han sido encontrados en la costa oeste de Australia y tienen una
antigedad de 3.500 millones de aos. Se trata de organismos filamentosos de aspecto similar a las
actuales bacterias, pero ya capaces de realizar reacciones relativamente complejas, como la fotosntesis,
y por tanto de producir oxgeno, igual que las actuales plantas. Segn el paleobilogo norteamericano
William Schopf, se trata de "organismos relativamente complicados y capaces de realizar funciones
qumicas muy especializadas, lo que indica que la evolucin biolgica tuvo que comenzar mucho antes
para que pudiesen desarrollarse estos seres relativamente avanzados". Una aparicin de la vida que l
sita hace unos 4.000 millones de aos.
Estos primeros organismos fosilizados tenan su informacin gentica codificada mediante el ADN, al
igual que todos los seres vivos, a excepcin de un tipo de virus. Pero, cmo apareci esta compleja
estructura que es el ADN? Se ha calculado que su aparicin al azar, como fruto de reacciones aleatorias,
tiene una probabilidad tan baja como una entre un nmero tan grande que tendra cien mil millones de
ceros. Algo prcticamente imposible de explicar por azar. Adems, este material hereditario precisa de
protenas para expresarse, mientras que stas necesitan del ADN para formarse. Es como la famosa
adivinanza de qu fue primero, si el huevo o la gallina.
La explicacin de este aparente galimatas podra estar en los ribozimas, unas molculas formadas por
ARN -otro cido nucleico como el ADN- que, adems de contener la informacin hereditaria, tienen la
capacidad de poder catalizar su propia replicacin. Primeros seres vivos? Para muchos cientficos no se
puede hablar realmente de vida, pero podran ser los antecesores de los seres vivos, que adems de
replicarse pueden interactuar con el medio ambiente y relacionarse.
En un primer estadio de la evolucin habran aparecido estas molculas capaces de replicarse a s
mismas, y ms adelante los primeros seres vivos, con ADN, ocuparan su lugar en el reino de la creacin.
La aparicin de la vida es, pues, un milagro divino o, como opina el premio Nbel de Qumica Manfred
Eigen, una consecuencia de la capacidad de la informacin para auto organizarse?
LOS ANINIALES Y EL HOMBRE
Hiervan de animales las aguas... Brote la Tierra seres animados segn su especie...
Una vez aparecidos los primeros seres vivos, unicelulares y sin ncleo diferenciado, como las actuales
bacterias, la vida experiment una explosin, aumentando de forma vertiginosa la complicacin de los
seres vivos, hasta el punto de que hace unos 2.000 millones de aos apareci una criatura totalmente
nueva, la clula eucariota, con un ncleo bien diferenciado, y de la que estamos formados todos los seres
superiores, incluidas plantas y animales.
La aparicin de esta nueva forma viviente, segn la biloga Lynn Margulis, fue el resultado de la
combinacin de especies diferentes, una simbiosis en la que diferentes organismos se unieron para
configurar un nuevo ser mucho ms complejo.
Hagamos al hombre a nuestra imagen y a nuestra semejanza...

Las clulas eucariotas se unieron en organismos pluricelulares, unos fueron plantas y otros dieron lugar a
los animales. Aparecieron los primeros peces y, despus de dominar los mares, algunos se adentraron en
los terrenos secos. Surgieron los anfibios, los reptiles, las aves y los mamferos, que tuvieron su gran
oportunidad en la historia evolutiva con la desaparicin de los dinosaurios, hace 65 millones de aos.
Hace unos cinco millones de aos vivan en frica unos simios que, con el paso del tiempo, daran lugar a
un pequeo mono que adopt la postura erguida para caminar. El Austialopithecus dio paso al Homo
Erectus, y ste se expandi desde frica a Asia y Europa. Al ser bpedo, sus manos quedaron liberadas de
su funcin locomotora y pudieron dedicarse a manipular su entorno, el cerebro se fue haciendo mayor y
la innata curiosidad de esta especie hizo el resto. Hoy, 200.000 aos despus, el hombre sigue sin saber
si su predecesor es aquel primate, algo que unos afirman y otros niegan.
Cundo conoceremos la respuesta?

ERA YAHV DIOS?

El Yahv que aparece en el Antiguo Testamento y se nos ha presentado tradicionalmente como al Dios
creador del mundo y del hombre no tiene nada que ver con la imagen popular generalizada de un ser
omnipotente, omnipresente, omnisciente, justo y misericordioso. Adems, el Antiguo Testamento utiliza
muy diferentes nombres al hablar de las intervenciones "divinas" en la antigedad.
Lo que sucede es que los defensores teolgicos de la existencia de un nico Dios, decidieron traducir los
textos bblicos a su conveniencia y todas esas intervenciones, realizadas muchas veces por personajes
diferentes, se achacaron a Yahv, al que se identificara como Dios.
Y as, la palabra "elohim" se ha traducido incorrectamente en casi todas las versiones de las distintas
lenguas como Yahv o Dios, y eso a pesar de que los exegetas reconocen que puede traducirse
indistintamente -en singular y en plural- como "el dios" o "los dioses".
Eso hace que "Yahv" sea el mismo dios citado en el primer captulo del Gnesis que crea el mundo de la
nada y el que "forma" a Adn de "algo" ya existente simbolizado por el barro -es decir, que no crea sino
que transforma, viniendo a ser algo as como un ingeniero gentico-. Y que sera el mismo Yahv que
decidi -segn narra el texto bblico- dedicarse a separar a todo un pueblo del resto de la humanidad
para preservar su pureza tnica.
Y eso a pesar de que entre el Yahv creador y el que form a Adn -salvo que alguien piense de verdad
que "los cielos y la Tierra" se crearon 'en seis das"- hubo cientos de miles de aos de distancia, lo mismo
que tuvieron que transcurrir miles de aos entre el Yahv del Paraso y el que decidi convertirse en
"dios" de un solo pueblo, de su "pueblo elegido".
Un "dios" que convivi con l durante muchsimas generaciones, con lo que o era casi inmortal o deba
vivir una media de aos enorme. Salvo que aceptemos que, a lo largo de la historia juda, las distintas
generaciones tomaron al dios de turno -que no siempre se apareca- como al mismo Yahv... aunque se
tratara slo de un ser parecido fsicamente. Es decir, el pueblo judo tena una imagen muy clara de cmo
era Yahv, as que no resulta descabellado pensar que cuando alguien fsicamente parecido se mostraba
tras una larga ausencia, fuera tomado por l sin problemas. Lo que supondra que fueron varios los
"dioses" a los que se tom por Yahv a lo largo de los siglos.
CUANDO LOS "DIOSES" SE REPARTIERON EL NIUNDO
As, cuenta el Deuteronomio -en su versin ms antigua- que cuando Elyn (la mayor parte de los textos
lo traducen como el Altsimo) reparti las naciones, cuando distribuy a los hijos de Adn, fijo las
fronteras de los pueblos segn el nmero de los Bene'EI, ms la porcin de Yahv fue su pueblo
(Deuteronomio 32, 8-9). En otras palabras, que cuando el nmero de humanos lleg a ser tan grande que
debieron ser divididos en naciones, Elyn (presuntamente, pues, el "dios" supremo) entreg en custodia
cada una de ellas a otros "dioses" (los Bene'El o "hijos de Dios"), reservando para Yahv uno de esos

pueblos. Hecho que coincide adems -a grandes rasgos- con lo que aconteca en las dems culturas de su
entorno geogrfico. El lector debe saber tambin que los "dioses" se reunan peridicamente en un lugar
llamado "la montaa de la Asamblea" ubicada en los confines del monte Safn (Isaas 14, 13), siendo all
precisamente donde deban rendir cuentas ante Yahv de la marcha de sus respectivos gobiernos, siendo
severamente amonestados e incluso castigados cuando no actuaban de acuerdo a las instrucciones
recibidas.
Tenemos constancia de una de esas reuniones en el Salmo 82:
Elohim se yergue en la asamblea divina, en medio de los dioses juzga: Hasta cundo juzgaris
injustamente y a los malvados mimaris?... Yo he dicho: Dioses sois, e hijas de Elyn todos vosotros Sin
embargo, como hombres moriris, y como cualquiera de los prncipes caeris
En ocasiones, sin embargo, de nada valan las asambleas y los "dioses" diriman sus diferencias mediante
mtodos ms contundentes. El profeta Daniel da cuenta de tales escaramuzas por uno de ellos que le
visit haciendo un alto en su lucha: "El prncipe del reino de Persia se ha alzado contra m durante
veintin das, y he aqu que Miguel, uno de los jefes primeros, ha venido en mi ayuda; y le he dejado all
junto al rey de Persia. Y he venido a explicarte lo que suceder a tu pueblo al final de los tiempos".
(Daniel 10, 13)
Prrafo elocuente que demuestra que los "dioses" tenan comportamientos bastante "humanos". O no?
LA GLORIA DE YAHV
La Biblia, por otra parte, describe a esos dioses como a seres tan "normales" que, en ocasiones, pasaban
desapercibidos entre la gente. Jacob, por ejemplo, luch cuerpo a cuerpo contra uno de ellos sin saberlo,
hasta que ste finalmente reconoci ser uno de los elohim (Gnesis 32, 25 y 55). Es ms, el propio Yahv,
cuando habla con Moiss en la Tienda de la Reunin, lo hace cara a cara, "como conversa un hombre con
su amigo" (xodo 33,11). En ocasiones, incluso pasea de incgnito por el campamento, por lo que exige
que todas las defecaciones de su pueblo estn debidamente enterradas (Deuteronomio 23, 13-15), como
si l fuera, en apariencia al menos, un hombre como los otros, sensible a la suciedad.
Lo que, en cambio, s diferenciaba a Yahv -o a los distintos Yahv- de los dems no era su aspecto fsico,
sino el poder que posea cuando apareca con su "gloria".
Y es que su "gloria", la clebre "Gloria de Yahv", parece que debi tratarse de su vehculo. Y hablamos
de la omnipresente "columna de nube" que se transformaba en columna de fuego durante la noche en
las travesas del desierto y a la que con tanto detalle se refiere el xodo. Su "gloria", adems, tena dos
"caras": una de ellas, conocida como "el rostro de Yahv", era especialmente peligrosa, pues segn la
Biblia ningn hombre poda verla y sobrevivir.
Sin embargo, Moiss logr ver la cara posterior tras refugiarse en la hendidura de una roca, tal y como le
haba aconsejado Yahv (xodo 33, 20). Por qu era peligrosa la primera? Porque probablemente se
trataba de la parte inferior del "aparato" ya que, cuando la "gloria" se situaba sobre la Tienda de la
Reunin, Moiss no poda entrar en ella (xodo 40, 34-35), pero cuando "aterrizaba" al lado, no haba
peligro (xodo 33, 6).
Por supuesto, no sabemos qu tipo de propulsin empleaba la nave, pero haba severas rdenes de que
nadie del pueblo se acercara a las inmediaciones donde sta operaba (xodo 19,12).
Asimismo, jug un papel fundamental en el paso por el Mar Rojo (xodo 14,16) y su fulgor era en
ocasiones tan grande que llegaba a confundirse con el Sol, dando alguna vez la impresin de que ste se
detena (Josu 10,12) e, incluso de que retroceda (2 Reyes, 19, 9). Y, cuando lo precisaba, era capaz de
escupir un fuego capaz de abrasar de golpe a 250 hombres (Nmeros 16, 35) o de arrasar ciudades
enteras (Gnesis 19). Era, ciertamente, una herramienta mortfera. Pero, para que la necesitaba Yahv?
UN DIOS PENDENCIERO
Adems, sabemos hoy que Yahv era un dios tribal, no universal, y que su mayor obsesin era repoblar su
territorio con gente que le fuera fiel, asegurndose de que en el futuro ningn foco de "idolatra" surgiera

de ese pueblo, al que consideraba "de su personal propiedad" (Deuteronomio 7, 6), slo que, para
lograrlo, deba vaciar previamente ese territorio de sus anteriores pobladores. As que Yahv dio rdenes
de conquistarlo. Y para asegurarse de que no habra futuras "contaminaciones" religiosas, decreta
muchas veces la muerte de todos sus habitantes:
"De las ciudades de estos pueblos que Yahv; tu elohim, te da en herencia, no dejars viva alma alguna;
sino que consagrars a completo exterminio al Hitita, al Amorreo, al Cananeo, al Perezeo, al Jiweo y al
Yebuseo, conforme Yahv, tu elohim, te ha ordenado; a fin de que no os enseen a imitar todas las
abominaciones que han cometido en honor de sus dioses y pequis contra Yahv vuestro Elohim"
(Deuteronomio 20, 16-18).
Es decir, que Yahv no quera prisioneros, ni siquiera mujeres o nios. Y tampoco dud en aplicar el
mismo remedio entre las gentes de su pueblo cuando stos se sintieron abandonados y comenzaron a
adorar de nuevo a sus antiguos dioses: As ha dicho Yahv, dios de Israel Ponga cada uno su espada al
costado! Pasad y repasad por el campamento de puerta en puerta y matad cada uno al propio hermano,
al propio compaero, al propio pariente!(xodo 32, 27).
Con lo que tres mil hombres fueron vctimas de tan drstica medida, muriendo a manos de sus seres ms
queridos. Un "remedio" atroz, infinitamente peor que la enfermedad que pretenda curar.
LOS RESPLANDECIENTES
No podemos olvidar comentar, en cualquier caso, otro aspecto caracterstico de esos dioses: la de que, al
menos en ocasiones, "resplandecan". En el Libro de Enoch, por ejemplo, se habla de unos seres que
normalmente eran tal refulgentes como el fuego, pero que, cuando lo deseaban, podan adoptar la forma
de los hombres corrientes. Pero sera un autor moderno quien popularizara finalmente el trmino. En
efecto, el escritor Christian O'Brien, indagando en la etimologa de las principales palabras empleadas en
el Prximo Oriente para designar a Dios o a los dioses, se encontr con la sorpresa de que todas ellas
tenan el mismo significado.
Y comprob que tanto los trminos hebreos El y elohim, como el sumerio El, el acadio llu, el babilnico
Ellu y otros de diversas lenguas, tienen todos el mismo significado: resplandeciente o brillante. Lo curioso
es que ese mismo significado lo encontramos en las mitologas ms dispares. Por ejemplo, la palabra
snscrita deva tiene tambin ese mismo significado. Y son numerosos los nombres propios de dioses o de
seres semidivinos que tienen la misma procedencia.
Por qu pueblos con orgenes y tradiciones tan distintas se ponen justamente de acuerdo en algo as?
No podemos estar absolutamente seguros, pero todos esos dioses deban tener algo en comn. Su
cuerpo fsico deba en ocasiones resplandecer. Recordemos lo que le ocurri a Moiss cuando regres de
estar cuarenta das en contacto con Yahv en la cima del Sinai: su rostro irradiaba.
A dnde nos lleva eso? Muy sencillo: a que Yahv, como todos y cada uno de cuantos "dioses" rigieron
los destinos de nuestro mundo, no era un ser divino, sino alguien que perteneca a una raza: la raza de
los elohm, la raza de los "resplandecientes", la raza de los "dioses".
Y tal vez fue el propio Yahv quien tuvo la debilidad de proclamarse Dios universal, pero tambin tal vez
fueron otros quienes le atribuyeron tal dignidad. Poco importa. Lo que de verdad nos interesa es saber
que no fue sino un intermediario ms de los que rigieron el destino de las naciones. Un intermediario que
volaba en una "nube", que exiga que se le rindiese culto y que cometi verdaderas atrocidades a pesar
de su presunta superior evolucin.
Alguien que, desde luego, no era Dios.
YAHV Y LOS ELOHIM
Paro entender el misterio de Yahv debemos tener en cuenta que nuestras Biblias recogen una tradicin
oral muy antiguo que fue puesto por escrito en una poca en que Israel se aferraba a la universalidad de
su dios como a un clavo ardiendo, y que lo mayora de nuestros traducciones parten ya de la idea de que
el autor o autores de esos textos eran absolutamente monotestas. Y no es as. Al menos, en parte.

La tradicin bblica fue elaborada en una poca en la que se conocan las andanzas de numerosos
"dioses" en la Tierra. Mucho tiempo despus, cuando alguien decidi ponerlo por escrito, intercal varias
leyendas de autores y procedencias distintas. Siendo el principal escollo cmo armonizarlas entre s sin
desvirtuarlas. Aunque, aun hoy, encontramos pedazos de esos leyendas originales sin retocar.
Por ejemplo, en el Gnesis, EIohim dice: Hagamos al hombre a imagen nuestra, a nuestra semejanza.
Pero en realidad no es Elohim quien pronuncia dichas palabras, sino un grupo de eIohim, es decir, de
"dioses".
La palabra elohim es utilizada con diferentes sentidos en la Biblia: unas veces se refiere a un solo Dios y
otras a varios. Los exegetas lo explican diciendo que el concepto es un plural que suele llevar el verbo y
los dems accidentes gramaticales en singular. Y, sin embargo, el verdadero singular de esa palabra seria
Eloha. Todo un lo que el lector medio le suele pasar desapercibido ya que en nuestras traducciones
aparece simplemente el trmino Dios sin ms.
Una lectura ms atenta de la Biblia revela, adems, que el verdadero nombre propio del dios de Israel es
YHVN (traducido como Yahv, Yav, Jeov, etc), mientras que la palabra elohim se refiere en numerosas
ocasiones al conjunto de los dioses. Por ello, la denominacin ms antigua para Yahv en el Gnesis es
YHYH Elohim, es decir "Yahv el Elohim' o el Elohim Yahv.
Quien desee desentraar los entresijos de las andanzas de Yahv y sus elohim por la Tierra deber utilizar
alguna de las escasas traducciones de la Biblia que conserve esos trminos originales. De entre ellas,
destacamos la versin espaola de Cantera-Iglesias y la francesa de Andr Chouraqui.

YAHV, UN DIOS DE ARMAS TOMAR

La versin griega del Antiguo Testamento tradujo la palabra hebrea berit (alianza)por diathke, que
significa disposicin, y de ah el empleo del trmino testamentum de la Vulgata (versin latina de la
Biblia, nica oficial en la iglesia Catlica latina desde el Concilio de Trento de 1546) y, por tanto, del
nombre de Antiguo Testamento para designar la "Alianza" que Yahv concluy con Israel, en
contraposicin al Nuevo Testamento, que refleja la "Nueva Alianza" sellada por Jesucristo.
En otras palabras, y de forma simplista, para los judos el nico "libro sagrado", la Biblia, es lo que para los
cristianos es el Antiguo Testamento. Es decir, un conjunto de libros histricos, mayoritariamente escritos
en hebreo, que se fueron recopilando a lo largo de ocho siglos hasta constituir el bloque actual.
Libros a los que se atribuy carcter de "revelados" y cuyo contenido fue tenido, consecuentemente,
como "palabra de Dios". Y, sin embargo, el discurso de Cristo fue demoledor para tales creencias, al
punto de que la mayor parte de aquellas normas y preceptos quedaban, si se atendan -y entendan- sus
palabras, obsoletos. Lo que sucede es que los seguidores de Jess eran judos, l mismo se form en las
enseanzas tradicionales -recurdese su intervencin en el templo ante los doctores de la Ley- y no debi
ser fcil para sus discpulos comprender que el Dios del que hablaba no se corresponda -ni por asomocon Yahv.
De hecho, tan evidente contradiccin trajo locos a los exegetas y telogos, hasta que llegaron a un
sincretismo tan singular que Yahv pasa a ser tenido como un Dios justo y misericordioso, como si
ambas cualidades fuesen compatibles. Porque o se es "justo" -y, dicho grficamente, el que la hace, la
paga- o se es misericordioso -y entonces se ejerce el perdn y no la justicia-. En suma, o se cree en el
Dios de Amor que predic Jess o en el Dios celoso, dspota, sanguinario y cruel que fue Yahv.
Y si tiene usted duda alguna del carcter de ese personaje, molstese simplemente en leer la Biblia o,
cuando menos, en atender los siguientes prrafos entresacados del texto bblico.
UN YAHV ASESINO
Cuenta el Antiguo Testamento, por ejemplo, que cuando Cor se rebel contra Moiss, ste le orden
presentarse con 250 de sus hombres portando incensarios ante Yahv a la puerta de la Tienda del

Encuentro. Y que habiendo acudido stos, junto al resto de la comunidad, Moiss dijo entonces: "'En esto
conoceris que Yahv me ha enviado para hacer todas estas obras y que no es ocurrencia ma: si mueren
estos hombres como muere cualquier mortal alcanzados por la sentencia comn a todo hombre, es que
Yahv no me ha enviado. Pero si Yahv obra algo portentoso, si la tierra abre su boca y los traga con todo
lo que les pertenece, y bajan vivos al seol (profundidades de la tierra), sabris que esos hombres han
rechazado a Yahv.
Y sucedi que nada ms terminar de decir estas palabras, se abri el suelo debajo de ellos; la tierra abri
su boca y se los trag, con todas sus familias, as como a todos los hombres de Cor con todos sus bienes
(Nmeros 16, 28-30). Aadindose ms adelante que "Brot fuego de Yahv, que devor a los 250
hombres que haban ofrecido el incienso" (Nmeros 6, 35).
Alguna duda de cmo se las gastaba Yahv? Pues ms adelante, al relatar uno de los episodios durante
la travesa del pueblo elegido" durante 40 aos! por el desierto -lo que, de por s, sugiere que Yahv
deba ser dado a las bromas pesadas o tena muy mal humor- la Biblia narra cmo los judos empezaron a
impacientarse, no entendiendo qu hacan dando vueltas y ms vueltas sin llegar a ninguna parte, por lo
que manifestaron esa inquietud a Moiss.
Bueno, pues la reaccin de Yahv no fue precisamente comprensiva, sino "aleccionadora". As se cuenta
en Nmeros 21, 6: "Envi entonces Yahv contra el pueblo serpientes abrasadoras que mordan al
pueblo; y muri mucha gente de Israel". Vamos, como para que cualquiera protestara.
UN YAHV CELOSO Y POSESEVO
No deja de llamar tambin la atencin el carcter posesivo y celoso del tal Yahv. Y, desde luego,
sorprende que tuviera tanto recelo a la hora de exigir fidelidad, manifestando abiertamente el temor de
que "su" pueblo decidiera dejarle e irse "con otros dioses". Basta para ello leer en Deuteronomio 7, 9-10
la advertencia que le hace a Moiss:
"Has de saber, pues, que Yahv tu Dios verdadero, el Dios fiel que guarda la alianza y el amor por mil
generaciones a los que le aman y guardan sus mandamientos, pero que da su merecido en su propia
persona a quien le odia, destruyndole". Advirtindole luego: "Pero si llegas a olvidarte de Yahv tu Dios,
si sigues a otros dioses, si les das culto y te postras ante ellos, yo certifico hoy ante vosotros que
pereceris. Lo mismo que las naciones que Yahv va destruyendo a vuestro paso, as pereceris tambin
vosotros por haber desodo la voz de Yahv vuestro Dios" (Deuteronomio 8, 19-20)
Otros "dioses"? Tena miedo Yahv de que su pueblo prefiriera a otros "dioses"?
Pues se nos antoja un "dios" muy humano, la verdad.
UN YAHV TORTURADOR
Y no es slo que fuese vengativo. Porque basta leer el episodio en el que se narra que Israel se estableci
en Sittim y el pueblo de Yahv se puso a "fornicar con las hijas de Moab" y se postraron ante sus dioses, y
comprobar la reaccin que tuvo: "Dijo Yahv a Moiss:
"Toma a todos los jefes del pueblo y emplalos en honor de Yahv cara al sol; as ceder el furor de la
clera de Yahv ante Israel".
Dijo Moiss a los jueces de Israel: 'Matad cada uno a los vuestros que se hayan adherido a Baal de Peor"'
(Nmeros 25, 4-5).
Aadiendo ms adelante que "los muertos por la plaga fueron 24.000" (Nmeros 25, 9).
En definitiva, adems de asesino, un torturador capaz de empalar -tcnica que consiste en introducir un
gran palo por el ano a las personas e insertrselo hasta la boca- a quien, segn su paranoico parecer, le
traicionaba.
UN YAHV VENGATIVO
Tambin en Nmeros 31, 2 leemos cmo Yahv le dice a Moiss: "Haz que losisraelitas tomen venganza
de los madianitas". Pues bien, segn ese mismo texto, los israelitas mataron a todos los varones y

adems "hicieron cautivas a las mujeres de Madin y a sus nios y saquearon su ganado, sus rebaos y
todos sus bienes.
Dieron fuego a todas las ciudades en que habitaban y a todos sus campamentos" (31, 9-10). Y no
contento con eso, Moiss orden matar "a todos los nios varones y "a toda mujer que haya conocido
varn".
Digno discpulo de tan criminal seor.
UN YAHV PIRATA
Pero an hay ms, porque en el mismo texto se comenta cmo el "pueblo elegido" se reparte el botn
tras los saqueos, incluidas en l en esta ocasin las 32.000 mujeres "que no haban dormido con varn"
(es decir, vrgenes), quedando claro que tambin Yahv particip del mismo (Nmeros 31, 28).
De hecho, la parte del botn que se llev Yahv viene reflejada en el texto bblico, donde se explicita que
le correspondieron 675 cabezas de ganado lanar, 72 de vacuno y 61 de asnal, as como 32 prisioneros
(Nmeros 31, 32-40).
Botn que se complet, segn leemos en Nmeros 31,52, con dinero en metlico: "El total del oro de la
reserva que reservaron para Yahv, de parte de los jefes de millar y de cien, fue 16.750 siclos". Y uno no
puede dejar de preguntarse para qu quera "Dios" tanto ganado, dinero en metlico y 32 esclavos
(mujeres tal vez?).
UN YAHV AMORAL
Y no piense el lector que los preceptos y normas del tal Yahv tienen algo que ver con las formuladas por
Jess. Basta leer el Cdigo Deuteronomico (ver Deuteronomio 12 a 28) para comprobar de qu clase de
personaje estamos hablando y qu peculiar tica tena, ms propia de una mente enferma que de Dios. Y
valga como muestra un ejemplo.
"Si un hombre encuentra a una joven virgen no prometida, la agarre y se acuesta con ella, y son
sorprendidos, el nombre que se acost con ella dar al padre de la joven cincuenta monedas de plata;
ella ser su mujer porque la ha violado, y no podr repudiarla en toda su vida". (Deuteronomio 22, 2829).
Sobran comentarios.
UN YAHV MAGNICIDA
Y no se engae, amigo lector. No es que Yahv fuera un asesino: era un autntico magnicida.
Veamos algunos ejemplos.
Al hablar de la conquista del reino de Sijn, Moiss cuenta cmo Yahv le orden apoderarse de ese
territorio y la batalla que tuvo lugar en Yahs, confesando: "Nos apoderamos entonces de todas sus
ciudades y consagramos al anatema toda ciudad: hombres, mujeres y nios, sin dejar superviviente"
(Deuteronomio 2, 34). Hecho que se repetira con la conquista del reino de Og, reconociendo el texto
bblico igualmente que mataron a todos sus habitantes, sin dejar ni unsuperviviente (Deuteronomio 3,
3).
Y qu decir del exterminio cometido por el pueblo israelita sobre los benjamitas por orden expresa de
Yahv?
As podemos leerlo en Jueces 20,35: "Yahv denot a Benjamn ante Israel y aquel da 105 israelitas
mataron en Benjamn a veinticinco mil cien hombres, todos ellos armados de espada", aadiendo ms
adelante que luego pasaron a cuchillo a los varones de la ciudad, al ganado y a todo lo que
encontraron. Ello, adems de incendiar todas las ciudades que encontraron (Jueces 20, 48). Y por si, a
alguien le queda alguna duda de la catadura del tal Yahv, veamos lo que Samuel le transmite a Sal por
orden de Yahv, en relacin a la guerra que entablaron con los amalecitas:
"Ahora vete y castiga a Amalec, consagrndolo al anatema con todo lo que posee; no tengas compasin
de l, mata hombres y mujeres, nios y lactantes, bueyes y ovejas, camellos y asnos (1 Samuel 15, 3).

El resultado? Segn el texto bblico, que Sal "captur vivo a Agag, rey de los amalecitas, y pas a todo
el pueblo a filo de espada en cumplimiento del anatema" (1 Samuel 15,8). Recordemos, por ltimo, que
la batalla celebrada entre los israelitas comandados por As y Jud y el milln de etopes! dirigidos por
Zeraj, finalizara -siempre segn el texto bblico- con la muerte de todos ellos hasta no quedar uno vivo
(II Crnicas, 14, 12).
Un milln, pues, de muertos?
EPILOGO
No piense el lector que lo narrado en este artculo es un amplio resumen de las acciones ms
abominables de Yahv: es slo una pequea muestra. El nmero de actos deleznables que uno puede
encontrar en el Antiguo Testamento es mucho ms amplio. Por mi parte, slo me resta hacerle una
pregunta: de verdad sigue usted creyendo que Yahv era Dios?

LA COSTILLA DE ADN: EL ADN SEGN YAHV

AL principio cre elohim Elohim los cielos y Tierra.... Como todo el mundo sabe, as empieza el primer
versculo del Gnesis, que es lo mismo que decir que as se inicia la Biblia o, mejor an, as empieza una
buena traduccin de la Biblia, basndose para ello en los textos hebreos originales y no en versiones
griegas, latinas o de otros idiomas, donde de forma reiterada se empean en traducir este primer
versculo como Al principio cre Dios los cielos y la tierra...
Y precisamente por eso los textos bblicos reproducidos en este artculo estn fielmente recogidos de la
versin crtica de la Biblia que hicieron Francisco Cantera y Manuel Iglesias (publicada en la B.A.C.) sobre
los textos originales hebreos, arameos y griegos, reconocida como una de las mejores traducciones que
existen actualmente en castellano.
No vamos a entrar en la cuestin semntica de que Elohim es una palabra que se refiere en realidad a los
dioses (plural de Elohah, en hebreo), pues ya es sobradamente conocido. S nos referiremos, en cambio, a
la creacin del hombre o, mejor dicho, a la doble creacin del ser humano por parte de los Elohim,
aspecto ste que a muchos lectores les puede haber pasado desapercibido. No hay que acudir a
interpretaciones esotricas o simblicas para darnos cuenta de eso.
Todos los lectores de la Biblia saben que la creacin del mundo y de los seres vivos que lo habitan fue
obra de siete laboriosos das, empezando por un "haya luz" y hubo luz, viendo Elohim que la luz era
buena. As contina hasta que en el sexto da... dijo Elohim:
Hagamos al hombre a imagen nuestra, a nuestra semejanza, para que domine en los peces del mar y en
las aves del cielo y en los ganados y en todas las bestias salvajes y en todos los reptiles que reptan sobre
la tierra.
Y acto seguido prosigue el texto: Cre pues Elohim al hombre a imagen suya, a imagen de Elohim los
creo, macho y hembra los cre (Gnesis 1, 27). Luego llega el da sptimo en que Elohim descans de
toda la obra hecha y se concluye diciendo:
Esta es la historia de los cielos y la tierra en su creacin (Gnesis 2, 4). Es decir, se nos est indicando
que toda la creacin ha llegado a su fin y que a partir de ese momento se va a hablar de otra cosa.
LA SEGUNDA CREACIN DE ADN
Hasta aqu, sin problemas. Es el relato que con mayor o menor detalle conoce tanto quien ha ledo la
Biblia como quien lo ha escuchado de labios de un sacerdote en plena homila. Pero quien haga un poco
de memoria se dar cuenta de que falta algo. No ha ledo en alguna parte eso de que Adn fue hecho
del polvo de la tierra...? ...y Eva?
Desde luego, el Gnesis no es cronolgico, porque unos cuantos versculos ms adelante retoma la
creacin del hombre:

Entonces form Yahve Elohim al hombre (adam) del polvo del suelo (adamah) e, insuflando en sus
narices aliento de vida, qued constituido el hombre como alma viviente (Gnesis 2, 7). Y luego plant
un vergel en Edn, al oriente y all le coloc, en un paraso donde tambin estn situados dos rboles
emblemticos: el rbol de la vida y el rbol de la ciencia del bien y del mal.
Pero, por lo visto, Yahv Elohim no las tena todas consigo y dijo:
No es bueno que el hombre est solo; voy a hacerle una ayuda similar a l (Gnesis 2, 18) y tras
mostrarle todos los animales del campo y todas las aves de los cielos (momento que aprovech para
ponerles nombres) decidi que no eran una ayuda similar a l y as, pues, Yahv Elohim infundi un
sopor sobre el hombre, que se durmi; entonces le tom una de las costillas, cerrando con carne su
espacio. Luego Yahv Elohim transform en mujer la costilla que haba tomado del hombre y la condujo
al hombre.
El hombre exclam entonces: sta (si que) es esta vez hueso de mis huesos y carne de mi carne. A sta
se la llamar varona, porque de varn ha sido tomada. (Gnesis 2, 21-23).
No habamos quedado que Elohim (no Yahv Elohim) cre al hombre macho y hembra a la vez? Qu
interpretacin pueden tener estos dos enigmticos pasajes?
O bien se est hablando de dos creaciones distintas que se han intercalado en el texto en un lamentable
descuido por parte del cronista o, por el contrario, partiendo de la base de que nada de lo que hay en el
Gnesis obedece a despistes, hay que suponer que nos est transmitiendo alguna clase de mensaje
profundo y oculto.
En un principio, el texto parece referirse a la creacin de un Adn andrgino por parte de Elohim, con
cualidades masculinas y femeninas a la vez, es decir, al Adn integrado y hermafrodita. Pero este Adn no
acaba de satisfacer a Yahv Elohim (una de las diez denominaciones divinas, que slo aparece en este
relato) y separa estas dos naturalezas, crea a un Adn y una Eva con sus dos polaridades esenciales,
hombre y mujer. Algunos intrpretes bblicos ven en esta operacin quirrgica el primer acto diablico
de la creacin (ya que la palabra diabollein significa "separar").
Algo que tambin despista en esta segunda creacin es que Eva nazca de una costilla de Adn. Algunos
eruditos consideran que es un mero error de traduccin. La palabra sumeria ti significa al mismo
tiempo "costilla" y "dar vida", interpretacin esta ltima que aclarara mucho ms el pasaje. El redactor
del Gnesis parece que escogi esta segunda acepcin, aunque en traducciones posteriores se prefiri la
de costilla.
Ahora bien, del anlisis de estos textos parece deducirse que hubo varias fases en la creacin del ser
humano por parte de los Elohim, manipulando los genes del ADN... de homnidos ?
LA HERENCIA GENTICA
Por regla general, si en la Biblia una historia se repite dos o ms veces significa que se est recalcando la
importancia de su mensaje. Por eso hay que leer entre lneas cuando en Gnesis 5, 2 se nos vuelve a
decir: En el da en que Elohim creo a Adam, a imagen divina le hizo, varn y hembra, los cre y los
bendijo y los llam con el nombre de Adam (Hombre) en el da de creados.
Y a rengln seguido podemos leer:
Adam llevaba una vida de ciento treinta aos cuando engendr un hijo a imagen suya, a su semejanza, al
cual puso por nombre Set. Por qu insistir tanto en lo de la imagen y semejanza? La terminologa es
idntica a la utilizada para describir la creacin de Adn por la divinidad, pero Set naci de Adn
mediante un proceso biolgico normal: la fertilizacin de un vulo femenino por el esperma masculino de
Adn.
Esta similitud terminolgica nos da a entender que podra haber existido un proceso idntico, es decir,
que Adn fue creado por los Elohim gracias a un proceso de fertilizacin de un vulo femenino (en una
hominido hembra) con el esperma masculino -material gentico- de un dios. De hecho, numerosos mitos
-como los textos nahualt, la leyenda eslava o la iglesia mormona- nos hablan del origen del hombre en
trminos casi csmicos.

Pero vayamos ms lejos. Dejmonos de leyendas y acudamos a la ciencia.

El texto bblico nos indica que en un lugar cerrado, llamado Jardn (de mltiples ubicaciones geogrficas),
se producen una serie de ensayos genticos para crear un horno sapiens lo suficientemente inteligente
como para que sirva a los Elohim en sus propsitos.
Desde esta perspectiva, sera el "eslabn perdido" que nunca encuentran los antroplogos: el salto
definitivo del hominido embrutecido al racional ser humano. Pero si la antropologa convencional ha
tocado techo respecto a este problema, habr que acudir a otras disciplinas cientficas, como es la
gentica o antropologa molecular, la cual nos corrobora que en el pasado existi algn tipo de mutacin
gentica en una parte muy concreta del planeta: en el "oriente" de frica.
Para eso, los dioses debieron manipular el ADN de un animal lo ms parecido al hombre actual de entre
todos los que hubiera en aquella remota poca. Hoy sabemos que el ADN (cido desoxirribonucleico) es
el suministrador de la informacin gentica por la que los seres vivos originan otros semejantes a ellos.
Por tal razn, si hubiera un sistema capaz de tirar del hilo podramos llegar hasta nuestros primeros
padres. Y ese sistema existe.
Los ltimos descubrimientos fsiles y los ms sofisticados mtodos de investigacin confirman la llamada
"teora africanista" sobre el origen del hombre, la cual afirma que nuestros orgenes se concentraron en
un solo punto, en el sudeste de frica, y en una fecha: hace unos 200.000 aos.
Esto, al menos, se deduca de un descubrimiento realizado en Marzo de 1986 por Rebecca Cann, una
especialista en gentica que trabaj junto con Allan Wilson, de la Universidad de Berkeley. California. La
investigacin se basaba en que el carcter gentico de cada hijo combina los genes de su padre y de su
madre en sus clulas.
LA EVA MITOCONDRIAL
Pero hay ciertos genes que estn fuera del ncleo de la clula, en un compartimiento que se llama
mitocondria, el cual produce prcticamente toda la energa vital de la clula. Por eso se le denomina ADN
mitocondrial y tiene una caracterstica peculiar: slo se hereda de la madre, lo que ha dado lugar a trazar
rboles genealgicos familiares antiqusimos.
Comparando este ADN en las clulas de personas de todo el mundo se lleg a la conclusin de que todos
los seres humanos de hoy descienden de una nica mujer -la Eva mitocondrial- que vivi en el continente
africano har aproximadamente unos 190.000 aos.
Su aspecto fsico debi ser el de una mujer musculosa, con piel y pelo negro. Por desgracia. el profesor
Allan Wilson muri en 1991 de una leucemia y su equipo no pudo seguir con las investigaciones, aunque
las mismas han avanzado mucho desde entonces, fijndose con una mayor aproximacin la fecha del
nacimiento de la Eva bblica.
Por su parte, en 1995 un equipo de genetistas japoneses encabezado por S. Horal analiz la secuencia
completa en el cromosoma mitocondrial de tres hombres (un africano, un europeo y un japons) y la
compar con las secuencias de cuatro primates. El resultado: que la fecha de nacimiento de esta Eva es
de 143.000 aos, con un margen de error bastante reducido.
Esta investigacin est considerada como la ms completa y segura que se ha realizado hasta hoy sobre
el ADN mitocondrial. En otras palabras, sobre los 143.000 aos se produjo la "mutacin" que dio lugar al
nacimiento y expansin del hombre moderno. La evidencia ms controvertida de este estudio reside en
el hecho de que la humanidad moderna no es el resultado de evoluciones lentas en diferentes partes del
planeta, tal como suponan muchos antroplogos darwinistas, sino que la evolucin parece haber
ocurrido en un solo lugar y en un corto perodo de tiempo.
Han aparecido en el sur y el este de frica crneos de horno sapiens datados hace 100.000 aos que
podran confundirse con los actuales. Los paleontlogos aaden que varias especies de hominidos (entre
horno erectus, horno sapiens y neanderthalensis) coexistieron en el tiempo y seguramente en el espacio.
Por tanto, es fcil deducir que fue una especie del horno sapiens el elegido por los dioses para "fabricar"
su Adn y el resto de las especies de homnidos se fueron extinguiendo con el paso de los siglos.

LOS DESCENDIENTES DE ADAN Y EVA

La gentica molecular moderna -y en particular el anlisis del genoma humano- han dado lugar a muchas
novedades. Por ejemplo, que el hombre de Neanderthal no es nuestro antepasado directo (como se crea
hasta hace poco), tratndose de una especie distinta a la humana, aunque ambas parecen provenir de un
tronco comn que vivi har medio milln de aos. Otra novedad bastante sorprendente es que los
cromosomas (y no slo los humanos) contienen gran nmero de repeticiones en algunas secuencias
sencillas del ADN.
Son como tartamudeos llamados microsatlites, una clase de genes que tienen un ndice de mutaciones
ms alto que el resto de los componentes del ADN y que sirven para establecer el momento en que se
produce esa expansin geogrfica. Si partimos de la base de que Adn y Eva son los primeros horno
sapiens portadores de mutaciones, stos sirven para marcar las poblaciones originadas a partir de ellos.
Con los microsatlites resulta sencillo calcular la fecha en que la primera poblacin africana sali del
continente para asentarse en Asia y en el resto del mundo: hace unos 80.000 aos, segn arrojan los
resultados ms recientes calculados con casi 100 microsatlites. El profesor de gentica de la Universidad
de Stanford Luigi Cavalli-Sforza llega a estas mismas conclusiones utilizando un mtodo combinado de
datos demogrficos, genticos, arqueolgicos y lingsticos.
Adems ha averiguado la fecha del nacimiento del Adn africano gracias al estudio de los microsatlites
del cromosoma "Y" (que determina el sexo masculino), dando una cifra de 170.000 aos, aunque con un
error estadstico elevado. No nos extraara nada que dentro de poco la ciencia confirmara que ambas
fechas -la de Eva y la de Adn- fueran las mismas.
Ahora bien, quines fueron estos Elohim capaces de manipular los genes de un hominido para
transformarlos en el moderno horno sapiens? Qu ocurri desde los 145.000 aos que se cre al primer
hombre anatmicamente moderno hasta los 80.000 aos, en pleno Paleoltico, en que se decide a
expansionarse por la geografa del planeta? Lo dejaremos para una mejor ocasin.

DNDE ESTABA EL JARDN DEL EDN?

Que duda cabe de que una de las incgnitas sin resolver que ms ros de tinta ha hecho correr a los
exegetas de medio mundo es la ubicacin del Jardn del Edn, tambin conocido como Paraso. Y ello
porque si bien el relato del Antiguo Testamento es meridianamente claro a la hora de ubicarlo, dos de los
ros que en el texto se mencionan no existen con tal nombre hoy, por lo que o bien cambiaron el mismo
en algn momento de la historia, o bien el "Paraso" estaba en algn lugar distinto al que siempre se le ha
buscado. Esta ltima hiptesis es la que, por ejemplo, plantean algunos investigadores, que lo sitan en
Arabia Saudita, aunque la misma -a juicio de muchos historiadores y arquelogos- no tenga apenas
fundamento. Pero, qu dice exactamente el texto bblico?
Este es el relato, tomado de Gnesis 2, 8-15:
"Luego plant Yahv Dios un jardn en Edn, al oriente, donde coloc al hombre que haba formado.
Yahv Dios hizo brotar del suelo toda clase de rboles deleitosos a la vista y buenos para comer, y en
medio del jardn, el rbol de la vida y el rbol de la ciencia del bien y del mal. De Edn sala un ro que
regaba el jardn, y desde all se reparta en cuatro brazos. El uno se llamaba Pisn: es el que rodeaba todo
el pas de Javil, donde hay oro. El oro de aquel pas es fino. All se encuentra el bedelio y el nice. El
segundo ro se llamaba Guijn: es el que rodea el pas de Kus. El tercer ro se llamaba Tigris: es el que
corre al oriente de Asur. Y el cuarto ro es el ufrates. Tom, pues, Yahv Dios al hombre y le dej en el
jardn del Edn, para que lo labrase y cuidase".
En definitiva, del relato parecen desprenderse al menos dos cosas: una, que el "Jardn" era una "zona" de
"Edn" ("Yahv plant un jardn en Edn"); y dos, que de Edn sala "un" ro que regaba el "jardn", a
partir del cual ste se bifurcaba en cuatro "brazos" o ramales.

Luego el "jardn" tena que encontrarse justo en el lugar de esa cudruple bifurcacin.
Ahora bien, existe algn ro actualmente en esa zona de Oriente que se desgaje en cuatro ramajes, dos
de los cuales sean el Tigris y el Eufrates?
La respuesta es negativa.
Hay que decir, en todo caso, que si bien el Tigris y el ufrates son hoy conocidos y sus fuentes se hallan
prximas -en los montes de Armenia-, los ros Pisn y Guijn son desconocidos. En cuanto a Kus y Javil,
el Gnesis menciona esos nombres, pero no como lugares geogrficos sino como personas, sealando
que ambos eran descendientes de No. As, en Gnesis 10, 8 se apunta que Kus era hijo de Gam y, en
consecuencia, nieto de No; por su parte, Javil (ver Gnesis 10, 22-25) era hijo de Yoqtn, nieto de
Hber y bisnieto de Arpaksad. cuyo padre era Sem, tambin hijo de No.
Se refera el autor del texto bblico, pues, a las zonas que un da control cada uno? Tal vez.
En cualquier caso, todo apunta a que el Jardn ubicado en una zona llamada Edn se trataba de un lugar
idlico -muy probablemente ubicada en el actual Irak (lo que, por cierto, afirma tambin Geenom en el
popular libro de Jos Antonio Campoy Entrevista a un extraterrestre)- en el que habran vivido nuestros
primeros "padres" Adn y Eva.
Y he ah otro de los grandes misterios no aclarados. Porque si, como afirman los exegetas ms ortodoxos,
Adn y Eva eran los "primeros" seres humanos sobre la Tierra, cmo se explica que cuando Cain mat a
Abel y fue expulsado por Yahv, ste se marchara "al pas de Nod, al oriente de Edn" y luego conociera
a su mujer, con la que concibi a Henoc?
Y cmo dice el texto bblico a continuacin que construy una ciudad a la que puso el mismo nombre
que a su hijo? Una "ciudad"? Para quin -y cmo- si se supone que slo viva l en el mundo en
aquellos momentos, adems de sus "padres"? Vase el relato de todo ello en Gensis 4,16-17.
Como no es menos misterioso el hecho de que Adn, a los 130 aos, le diera otro hijo a Eva -Set- y, luego,
a lo largo de 800 aos ms, engendraran numerosos hijos e hijos ms, hasta morir a los 934 aos (ver
Gnesis 4, 25 y 5, 3-5). Y es que hay cosas autnticamente inexplicables. Tendrn razn tal vez quienes
afirman que Adn y Eva eran los nombres de dos "pueblos" y no de dos personas?
Quin sabe...

LA MANZANA DEL RBOL DEL BIEN Y DEL MAL

Cada uno de nosotros, en algn momento de la vida, nos hemos sentido como extraos en el territorio
desconocido de nuestra propia existencia y necesitamos respuestas a preguntas que emergen de lo ms
profundo del ser.
De dnde procede nuestro alma? Hacia dnde nos dirigimos?
Qu realidad tienen los dominios de despus de la muerte? Hay algn propsito en la vida? Hay,
acaso, un orden absoluto y una estructura oculta que le da sentido a todo?
Tanto estas preguntas como las respuestas que podamos dar a las mismas proceden de una nica fuente:
lo ms ntimo de nuestro ser. Bien, pues el acceso ms rpido a ese dominio interior son precisamente las
drogas psicodlicas.
PSICOTRPICOS EN LA MISTORIA
Desde el inicio de los tiempos el hombre ha utilizado determinadas plantas con el fin de alterar tanto la
manera de interactuar con su mundo como de comunicarse con sus dioses y consigo mismo.
As, el opio jug durante siglos un papel muy importante como analgsico, al igual que la mandrgora o la
belladona. Por su parte, la hierba mate, la planta de coca, el rbol de kola, etc., han sido utilizados tanto
por hombres que han tenido que hacer duras marchas a travs de las montaas como por mdicos que
deban permanecer das enteros sin dormir e, incluso, por soldados que se mantuvieron en la lnea de
fuego jornadas enteras.

Pero, al margen de aplicaciones ms o menos prcticas, hay otras cuestiones que han llevado al hombre a
utilizar las drogas.
Desde tiempos inmemoriales el ser humano ha sentido la necesidad de explorar el mundo que subyace
justo ms all de los lmites inmediatos de sus sentidos y de su entendimiento, el universo interior. As,
muchas civilizaciones han utilizado -durante cientos de aos- el peyote, la ayahuasca y otras plantas
alucingenas que fomentan las habilidades para ver y sentir del otro lado del velo de la realidad. Y,
como resultado, nos han asombrado con prodigios arquitectnicos como los de Machu Pichu y las
pirmides de Gizh, nociones matemticas como las de la cultura maya o portentos profticos como los
de los aztecas.
Provienen esos conocimientos de ese universo ignoto interior del inconsciente del hombre?
ORGENES DE UN MITO
A veces, el inconsciente colectivo se expresa a travs del lenguaje del mito. Y, en ese sentido, tanto los
orgenes del Paraso como la manzana del despertar -tal y como plantea Terence McKenna en The Food
of the Gods (el alimento de los dioses)- se remontan a la comunidad del Tassili-n-Aijer, en Argelia, al
norte del desierto del Sahara, hace ms de 2.000 aos.
En las pictografas de sus cuevas se ven chamanes que bailan con hongos en las manos, al lado de sus
ganados, rodeados de las estructuras geomtricas de sus adivinaciones. En esas tierras, el lenguaje, la
poesa, el ritual y el pensamiento surgieron de las tinieblas de la mente homnida. Para ellos, el Edn no
era un mito, sino su casa. La mente fue, en aquellos tiempos, la mente vegetal. Y de ella surgi el relato
bblico de la manzana, la historia de cmo naci la mente racional.
As el relato del Gnesis sobre la manzana sera, pues, la historia de una mujer conocedora de las plantas
mgicas, que come y comparte con su compaero los frutos del rbol de la Vida o rbol del
Conocimiento, frutos que son para la vista y para contemplarlos. Y todo ello tendr una consecuencia:
al abrirse -en sentido metafrico- los ojos de ambos, tornaron conciencia de s mismos como individuos y,
paralelamente, de cada uno de ellos como el "otro". Nace de esta forma el pecado de la separatividad.
La manzana, tambin esta vez, les agudiz la conciencia.
En cualquier caso, esta es tambin la historia de una comunidad donde la sequa afect terriblemente a
aqul que fue el Edn del Sahara. Segn esta interpretacin, el ngel con espada relampagueante que
guarda el Paraso parece constituir un smbolo obvio del implacable calor del desierto y de las severas
condiciones que all reinaban.
HONGOS DIVINOS"
As las cosas, el factor cataltico que, partiendo de un mono bpedo con visin binocular, hizo emerger la
conciencia humana, bien pudo ser el consumo reiterado de alucingenos vegetales. Esta es, al menos, la
hiptesis que sostiene R. Gordon Wasson en su obra Soma: los hongos divinos de la inmortalidad(1971),
quien argumenta que algunos humanos omnvoros consumidores de forraje habran encontrado hongos
alucingenos u otras plantas psicoactivas en su medio ambiente.
Idea compartida -y ampliada- por Julian Haynes, que en Los Orgenes de la Conciencia en el Derrumbe de
la mente bicameral seala que las alucinaciones actan como catalizadores de la organizacin psquica
humana. Haynes mantiene que, en los tiempos homricos, la gente no tena el tipo de organizacin
psquica interior que nosotros damos por descontado.
Lo que hoy llamamos "ego" -dice- era lo que los humanos prehomricos denominaban "dios".
As, cuando un peligro les amenazaba, la voz del "dios" se dejaba or en su mente. Sin embargo -aade-,
en algn momento el hombre integr esta voz, previamente autnoma e independiente, y cada dual se
convirti en "dios", reinterpretando as la voz interna, que pas a denominarse "yo" y despus "ego".
Segn McKenna, el prximo paso evolutivo ser el resurgimiento de lo arcaico y el final de la historia
profana. Y, en su opinin, el cambio se producir tras lo que denomina "segundo advenimiento" de la
mente vegetal y de una nueva conexin con ella.

De esta forma, el mismo agente causal que nos condujo al lenguaje ahora nos ofrecer los paisajes
ilimitados de la imaginacin a travs de nuestra relacin simbitica con el reino vegetal.

LOS GIGANTES EN LA BIBLIA

Los israelitas, que carecan de mitologa propia y adoraron siempre al dios nico, Yahv, jams
atribuyeron a su divinidad, mujer ni hijos. Y es que, en el Antiguo Testamento, el calificativo "hijos de
Dios" se aplic siempre a aquellos que pertenecan a la corte o al ejrcito de Yahv, que le servan y
actuaban como sus mensajeros; es decir, a los ngeles.
De ah que, a primera vista, tambin los "hijos de Dios" de los que se habla en el controvertido pasaje de
Gnesis 6,1-4, haya que identificarlos como ngeles.
El asunto tiene ms enjundia de lo que aparenta a simple vista, ya que esos personajes se contraponen
en el texto bblico a las "hijas de los hombres" (mujeres), con las que se unen y de cuyas relaciones
nacern los gigantes, hroes famosos de la antigedad que desaparecieron tras el Diluvio (Nmeros 13,
33 y Deuteronomio 3, 11). Sobre esto apenas existen dudas entre los expertos, ya que tanto los escritores
judos como los padres de la Iglesia de los cuatro primeros siglos (Justino, Atengoras, Clemente de
Alejandra, Ireneo, Tertuliano, Cipriano, Ambrosio, Lactancio, Comodiano, Eusebio de Cesaren y Homilas
Clementinas) interpretaron en tal sentido de cruce gentico esa oscura narracin del Gnesis relacionada
con la propagacin de la humanidad.
Hoy la mayor parte de los crticos ven en Gnesis 6, 1-4 el fragmento de un antiguo mito que
originariamente narraba las relaciones amorosas de dioses con mujeres terrenas y que ms tarde,
sustituyendo los "dioses" por los "hijos de Dios" o ngeles, se acomod a las ideas religiosas israelitas.
De este modo, el fragmento fue utilizado como introduccin a la narracin del Diluvio y puesto como
ejemplo de la inclinacin de los hombres al pecado.
No obstante, la mayor parte de los exegetas catlicos, siguiendo a padres de la Iglesia como Juan
Crisstomo, Cirilo de Alejandra, Teodoreto, Agustn o Jernimo, rechazan esta interpretacin por
considerarla incompatible con la espiritualidad que se atribuye a los ngeles, aunque, eso es cierto,
tampoco les resulta fcil admitir que un escritor inspirado hubiera podido elaborar un mito sin base
alguna.
Dichos intrpretes notan, adems, que en esta explicacin no seran castigados los culpables -los ngeles, sino los hombres, vctimas de un proceso de mestizaje que nunca controlaron. En un texto apcrifo
titulado La Caverna de los Tesoros, traducido a castellano por Andreas Faber-Kaiser, se nos da otra
versin de este episodio en el que los "hijos de Dios" son seres humanos de una estirpe distinta, creada
por Satans (el adversario de Yahv):
"Y despus de haber enterrado a Adn, se separaron las familias y las tribus de 105 hijos de Seth (Set) de
los hijos de Cain, el asesino.
Y Seth tom a Ens, su primognito, y a Kenan y Mahalaleel y a sus mujeres e hijos, y los condujo y los
llev a la cima de la famosa montaa, en la que estaba enterrado Adn; y Cain y todos sus descendientes
se quedaron abajo en la llanura, en donde Cain haba matado a Habel (Abel).
Y Seth fue el gua de los hijos de su pueblo y los condujo en pureza y santidad. Y por su pureza y santidad
recibieron un nombre, que fue ms honroso para ellos que todos los dems nombres, por cuanto fueron
llamados hijos de Dios; ellos y sus muieres y sus hijos.
Ms adelante, continuando con el mismo relato, se nos detalla el primer descenso al valle prohibido,
momento crucial en el que los hijos de Dios conocen a las hijas de los hombres, muertos ya Seth, su hijo
Ens, y el hijo de ste, Kenan, y Mahalaleel: "Y en los das de Jared, en su 500 aniversario, los hijos de
Seth transgredieron el juramento por el cual les haban conjurado sus padres y comenzaron a descender
de la montaa sagrada al campamento de la maldad de los hijos de Cain, el asesino; y de este modo
aconteci la cada de los hijos de seth(..)

(...) Y en estos aos aparecieron obreros del pecado y alumnos de Satans. Pues ste era su maestro, se
apoder de ellos y habit en ellos, y verti en ellos el efecto de la equivocacin, por la cual se activ la
cada de los hijos de Seth (...)
(...) Satans se haba convenido en el gua de aquel campamento. Entre griteros, tocaban la flauta, y las
citaras por efecto de los demonios, y los tambores y las matracas por efecto de los espritus malos, y la
voz de las carcajadas se escuch arriba en el aire y ascendi por encima de la montaa sagrada. Y cuando
los hijos de Seth percibieron el fuerte alboroto y las risas que se estaban produciendo en el campamento
de los hijos de Cain, se reunieron cien hombres fuertes y vigorosos de ellos y tomaron la determinacin
de descender al campamento de los hijos de Cain.
De poco sirvieron las advertencias y juramentos de Jared, pues no quisieron escuchar su orden ni las
palabras de Enoch:
"Y cuando vieron a las hijas de Cain, que eran agradables de ver y que sin pudor descubran su vergenza,
los hijos de Seth se inflamaron en el fuego del deseo. Y cuando las hijas de Cain vieron la hermosura de
los hijos de Seth, se pegaron a ellos como fieras y mancillaron sus cuerpos y los hijos de Seth se
precipitaron en la perdicin... Y cuando quisieron volver a subir a la montaa sagrada fueron como fuego
en sus ojos; y Dios ya no les permiti volver a subir al lugar sagrado (..) Y nuevamente se envalentonaron
muchos otros despus de ellos y descendieron, y tambin ellos cayeron (..)
Y Methusalah (Matusaln) y Noah (No) se quedaron solos en el monte, ya que todos los hijos de Seth
haban descendido de los lmites del paraso a la llanura junto a los hombres de Cain. Y se mezclaron los
hijos de Seth, los hombres, con las hijas de Cain, y stas quedaron embarazadas y parieron de ellos
hombres gigantescos, una estirpe de gigantes, cual torres.
Y por ello escritores antiguos cometieron un error y escribieron: que los ngeles haban descendido del
cielo y haban cohabitado con los humanos, y que de ellos haban nacido estos gigantes.
Y esto no es cierto, ya que haban hablado as sin conocimiento.
QUINES ERAN LOS GIGANTES?
Este relato es de vital importancia en el asunto que nos ocupa ya que nos obliga a cuestionamos la
verdadera identidad y origen de los gigantes, adems de permitirnos abordar la cuestin fundamental
que ha ocupado desde un principio a los estudiosos de las sagradas escrituras: Deben considerarse los
"hijos de Dios" ngeles u hombres? La respuesta a esta pregunta es crucial, ya que decidirse por una u
otra explicacin cambia completamente el sentido de la historia.
Si escogemos, por ejemplo, la opcin de que fueron seres no humanos los que fecundaron a las hijas de
los hombres, se evidenciar una vez ms la injerencia de entidades extrahumanas en el devenir histrico
y en la evolucin filogentica del ser humano, en unos momentos especialmente importantes.
Recordemos que la consecuencia directa de este cruce gentico, de estos hbridos que fueron los
gigantes (siempre en el supuesto que se plantea arriba), fue la decisin de Yahv de provocar el Diluvio
para exterminarlos: Viendo, pues, Dios que la tierra estaba corrompida (por cuanto lo estaba la
conducta de vida de todos los mortales sobre la tierra), dijo a No: Lleg ya el fin de todos los hombres
decretado por mi: llena esta de iniquidad la Tierra por sus obras; pues yo los exterminar juntamente
con la tierra(Gnesis 6,12-13).
El escritor W. Raymond Drake plantea otra importante matizacin a este relato bblico del Gnesis,
argumentando que el texto griego traduce el original hebreo como aggeloi ton theon, es decir Hijos de los
Dioses (en plural), y esta versin fue aceptada por los primeros padres cristianos como Filo, Eusebio,
Agustn y Ambrosio.
Drake sostiene que ms tarde, dndose cuenta los telogos de las implicaciones contenidas en ese plural,
alteraron la traduccin hasta dejar la expresin "hijos de Dios" (ya en singular). As, Drake nos remite a la
que -segn l- es una sorprendente evidencia de presencia extraterrestre que aparece en el Gnesis 6, 12: "Cuando la humanidad comenz a aumentar y extenderse por toda la Tierra y procrearon hijas, viendo
los hijos de los dioses que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron de entre ellas las que ms les

agradaron. Una nota al pie del texto de la Nueva Biblia Inglesa -de la que se ha extrado esta cita- dice
que la probable transcripcin hebrea es en aquellos das y tambin despus sugiriendo que los hijos de
los dioses se unieron con mujeres terrestres probablemente durante siglos en todo el mundo.
En el llamado Documento Zadokita, descubierto en una vieja sinagoga de El Cairo, se confirma -segn
Drake- el Gnesis y menciona el aterrizaje de seres del espacio, su gigantesca prole y su aparente
inmoralidad: "Porque ellos fueron de corazones rebeldes y obstinados -dice este texto-, los Veladores del
Cielo cayeron, fueron apresados de ese modo porque no guardaban los mandamientos de Dios. As
tambin sus hijos, cuya estatura era como la de elevados cedros y sus cuerpos como montaas, tambin
ellos cayeron."
La semejanza entre estos "Veladores del Cielo" y los ngeles cados de Lucifer no parece, a estas alturas,
obedecer a una simple casualidad y nos remite a la insinuacin contenida en La Caverna de los Tesoros
acerca de que los "hijos de Dios" eran, en realidad, partidarios de Satans. Quin sabe.
MITOS DE GIGANTES
En la Biblia -especialmente en Nmeros, Deuteronomio y el primer y segundo libro de Samuel- podemos
encontrar otras muchas referencias a hombres de estatura fuera de lo comn. Es el caso, por ejemplo,
del relato del duelo entre el gigante filisteo Goliat y el joven David (1 Samuel 17 19,5 y 21,9), que lo mat
con una honda.
Pero al margen de la Biblia, existen tambin referencias a los gigantes en las mitologas de muchos
pueblos de la Tierra; y siempre, de un modo u otro, ligadas a la intervencin de los dioses.
El antiguo y el nuevo Edda, en parte anterior a la introduccin del cristianismo en Escandinavia, recoge
grandes colecciones picas que ocupan en el mundo germnico el lugar de los poemas homricos en el
mundo griego. Estos textos contienen varios relatos acerca de los comienzos del mundo y de la aparicin
de los dioses, los gigantes y los hombres. En la Voeluspa (Lo que dice la vidente), una de la piezas ms
antiguas y extraas del Edda, el poeta nos explica que el primer ser dotado de vida fue precisamente el
gigante Ymir, surgido de la unin, en el abismo original, entre el pas de los hielos, al Norte, llamado
Niflheim, y el pas de fuego, al Sur, llamado Muspelsheim.
Segn P. Grappin, profesor de la Sorbona, la raza de los gigantes descenda directamente de Ymir. Esa fue
la primera generacin de una raza inmensamente poderosa que se presenta en los relatos mitolgicos del
Norte como los "gigantes de la escarcha" o "gigantes del hielo".
Esto es, seres de forma humana, pero cuyos orgenes y poderes superaban ampliamente a la humanidad.
En la mitologa griega, los gigantes son los hijos de la Tierra (Gea), nacidos de la sangre que manaba de la
herida de su esposo Urano, cuando fue mutilado por Cronos. Siguiendo a Pierre Grimal, en su Diccionario
de Mitologa Griega y Romana, leemos que la leyenda de los gigantes aparece dominada por la historia
de su combate contra los dioses -gigantomaquia- y su derrota.
Han nacido de la Tierra, que los ha engendrado para vengar a los Titanes, encerrados por Zeus en el
Trtaro (la lucha entre los Olmpicos y los Titanes -titanomaquia- es relatada con todo detalle por
Herodoto en su Teogona).
Para los griegos, los gigantes fueron seres enormes, de gran fuerza y terrorfico aspecto. Aunque de
origen divino, se les poda dar muerte a condicin de que lo hicieran, a la vez, un dios y un mortal.
Su lugar de nacimiento fue Flegras, en la pennsula de Palene, en Tracia. En suma, en todas las mitologas
citadas (y en algunas otras) se constata que la lucha entre los gigantes y el poder "divino" ha sido una
constante en las tradiciones de muchos pueblos de la antigedad, como si stos guardaran memoria de
algn hecho real, trascendente y ancestral, reflejndolo de forma homognea en sus mitos.

HUBO O NO UN DILUVIO UNIVERSAL?

Este pasaje bblico narra un acontecimiento impresionante: la desaparicin de todo rastro de vida sobre
la faz de la Tierra, a excepcin de la familia de No y de una serie de parejas de animales que Yahv
sugiri que podran ser salvados.
Ms adelante comentaremos cules pudieron ser las razones de tal decisin, pero antes formularemos
ciertas cuestiones que nos pueden ir dando pistas. Por ejemplo, trataremos de analizar si el diluvio pudo
o no pudo haber tenido lugar, si fue algo legendario que magnific un hecho natural o si se trat de un
cataclismo producido por la capacidad destructora de ese ser tan poderoso llamado Yahv al que las
gentes de la poca consideraron Dios.
UN MITO COMPARTIDO POR LAS TRIBUS AMERINDIAS
Cuando analizamos este pasaje bblico, no podemos por menos que pensar en el contexto histrico
donde se produjo. La Biblia -como libro sagrado de los judos y, posteriormente, de los cristianos-, narra
los hechos desde una ptica local, esto es, circunscrita a la demarcacin territorial donde se movan los
pueblos antediluvianos que procedan de los patriarcas bblicos, es decir, fundamentalmente el rea del
Oriente Medio.
Sin embargo, es curioso observar cmo las diferentes tradiciones transmitidas de forma oral o escrita por
otros pueblos de la Tierra, alejados miles de kilmetros del lugar donde la Biblia sita los hechos, tambin
narran el acontecimiento del Diluvio Universal, aunque poniendo a los protagonistas otros nombres.
As, son muchas las tribus amerindias que poseen leyendas que narran su aparicin como pueblo tras la
destruccin de una civilizacin anterior, relatos que en su mayora cuentan cmo los supervivientes
escaparon a una terrible inundacin. Lo que hace pensar, de inmediato, en el Diluvio Universal y en el
mito de la Atlntida.
Los indios yuchi, por ejemplo, que habitaron lo que es actualmente Carolina del Sur y Georgia, hablan
de una gran inundacin que ahog a todo el mundo, salvo a unos pocos que haban sido avisados del
inminente desastre.
Segn la leyenda, despus de la inundacin los supervivientes intentaron construir una elevada torre en
la que refugiarse en caso de volver a producirse otro diluvio; pero el intento slo sirvi para provocar la
diversidad de lenguas entre los constructores y la consiguiente dispersin de los pueblos (obsrvese el
paralelismo con el relato bblico de la Torre de Babel).
Por su parte, los indios navajos cuentan que sus antepasados lograron escapar a la terrible inundacin a
travs de un tubo largo y hueco. Cuando llegaron a lugar seguro, fueron conducidos en espritu por el
espacio para visitar otros mundos, la Luna, las estrellas... Tambin los indios Mandan crean que sus
antecesores lograron sobrevivir a la gran inundacin montndose en una gran canoa que, cuando las
aguas descendieron, igual que haba sucedido con el Arca de No, qued varada en la cumbre de una
elevada montaa.
Y no podemos olvidar el PopoI Vuh, libro sagrado de los indios de Amrica Central, que cuenta el mito de
la inundacin o Diluvio Universal del modo siguiente: "Entonces las aguas se agitaron por voluntad del
Corazn del Cielo y se produjo una gran inundacin (...) sobre las cabezas de aquellas criaturas (..) Se
vieron arrastrados y una especie de espesor resinoso descendi de los cielos (..) La faz de la Tierra se
oscureci y comenz una lluvia densa y oscura; llova de da y de noche. Por encima de sus cabezas se
produjo un gran ruido, como de fuego. Entonces se vio a los hombres correr, empujarse unos a otros,
llenos de desesperacin. Intentaron subirse a las copas de los rboles, pero stos les rechazaron.
Intentaron meterse en cuevas, pero las cuevas se cerraban ante ellos. El agua y el fuego contribuyeron a
la ruina universal en el momento del ltimo gran cataclismo, que precedi a la cuarta creacin."
Como podemos apreciar, la historia se puede contar desde muchos puntos de vista, pero lo que parece
indudable es que "algo" debi suceder que cambi el rumbo de los acontecimientos.

No parece que sea casualidad que la misma historia se repita en lugares tan alejados entre s, salvo que
ambas -la juda y la amerindia- fueran tomadas de relatos ms antiguos por personas que luego se
diseminaron por la tierra.
SELECCIN NATURAL O MANIPULACIN ARTIFICIAL?
Si nos situamos en el momento en que tuvo lugar el final abrupto de la ltima glaciacin -hace unos
13.000 aos aproximadamente-, constataremos cmo sa fecha coincide con varios acontecimientos
altamente significativos de la historia de la humanidad. Por un lado, es entonces cuando se ubica la
desaparicin de la mtica Atlntida.
Por otro, en Egipto florece "de repente" una supercivilizacin que vino a reemplazar a las tribus nmadas
que poblaban entonces la desembocadura del Nilo. Por ltimo, la Revolucin Neoltica surge a partir del
Diluvio Universal, cuando el hombre se convierte en agricultor y ganadero; por lo tanto, en un individuo
sedentario.
El propio No -segn narra la Biblia-, se afan nada ms desembarcar en las tareas del campo y plant
una via. Es como si el ser humano, de pronto, hubiera recibido de entidades superiores instrucciones
precisas para obtener el alimento sin tener que desplazarse en pos de la caza o de los frutos de los
bosques, dedicndose a cultivar la tierra y apacentar el ganado. Y se trata de un hecho que se produce
simultneamente en todo el planeta, lo que nos da pie para considerar adems que el Diluvio no fue el
nico acontecimiento universal.
Numerosos cientficos que han estudiado los orgenes de la agricultura han llegado a la conclusin de que
el "descubrimiento" de este arte por parte de la humanidad ocurri hace aproximadamente 13.000 aos
y lo relacionan con el clima neotrmico ("neo-clido") que sigui al fin de la ltima era glacial. Sin
embargo, una vez que se supo que la agricultura comenz con la domesticacin del escandio silvestre
como una fuente de trigo y cebada, los especialistas son incapaces de explicar cmo los granos ms
primitivos (los encontrados en la cueva de Shanidar) eran ya uniformes y altamente especializados.
La Naturaleza necesita miles de generaciones de seleccin gentica para adquirir incluso un grado
modesto de sofisticacin. No existe, por tanto, una explicacin para este milagro botnico-gentico, a
menos que el proceso no haya sido de seleccin natural, sino de manipulacin artificial.
La espelta, un tipo de trigo de grano duro, supone un misterio todava mayor.
Producto de "una mezcla inusual de genes botnicos", no es un desarrollo de una fuente gentica, ni
tampoco una mutacin. Se puede afirmar que es el resultado de una mezcla de genes de diversas plantas
difcil de explicar en la poca de la que hablamos, como difcilmente explicable e improbable es tambin
que en apenas unos pocos miles de aos, el hombre transformase a los animales por medio de la
domesticacin.
HOMBRES CONTRA SERES-SERPIENTE
Con relacin a la posible dispora ocurrida como consecuencia del hundimiento de la Atlntida, tas
tradiciones amerindias nos aportan leyendas cargadas de datos histricos. As, por ejemplo, los indios
delaware o los lenni-lenapi cuentan la historia de una continua lucha entre los hombres de la Tierra y los
seres serpiente.
Decididos a destruir a la humanidad, los seres serpiente provocaron una gran avalancha de agua que
habra de ahogar a todos los hombres. Pero un espritu femenino ayud a algunos de ellos a montarse en
un barco y se cuid de que sobreviviesen. As fue como "los salvados" desembarcaron inicialmente en un
pas muy fro, abrindose paso gradualmente hacia tierras ms templadas. Mientras tanto, los seresserpiente emigraron hacia el este y conquistaron una prspera nacin (acaso se trataba de Egipto?).
Algunos de los delaware se quedaron en el nuevo pas, mientras que otros regresaron a sus antiguos
hogares.
Hay que tener en cuenta que los escritos sumerios tambin llamaban seres-serpiente a los dioses que los
gobernaban.

En este sentido, Zecharia Sitchin, en su obra El Duodcimo Planeta, nos hace partcipes del resultado de
sus investigaciones sobre textos acadios y sumerios, en los cuales se refleja la epopeya del diluvio de la
cual fue extrado el relato bblico.
El hroe del diluvio mesopotmico se llamaba Ziusudra (Utnapistim en acadio).
En la Epopeya de Gilgamesh, el protagonista, en su bsqueda de la inmortalidad, lleg hasta Utnapistim,
quien le revel el secreto de la supervivencia -"un secreto de los dioses'- dicindole que antes del
estallido del Diluvio Universal los dioses se reunieron en consejo y votaron la destruccin de la
humanidad, aunque en realidad lo que se vot fue que los hombres no seran informados de la previsible
avalancha de agua que -como fenmeno natural- inundara la Tierra.
El voto y la decisin se mantuvieron secretos, pero uno de los dioses -Enid-, busc a Utnapistim, el
soberano de Shurupak, para informarle de la inminente calamidad con las siguientes palabras:
"Hombre de Shurupak, hijo de Ubar-Tutu: destruye la casa, construye una nave!
Deshazte de las posesiones, salva tu vida! Olvdate de las pertenencias, mantn viva el alma!
A bordo de la nave lleva la simiente de todas las cosas vivientes; la nave que construirs, sus dimensiones
sern a medida'.
LOS GENTICAMENTE PUROS
Gran parte del conocimiento que se tiene acerca del Diluvio y de los hechos que le precedieron proviene
del texto acadio Cuando los dioses como hombres. En l, el hroe del diluvio se llama Atra-Hasis. En el
diluvio de la Epopeya de Gilgamesh, Enki llam a Utnapistim "el muy sabio", que en acadio es atra-hasis.
Segn los especialistas, los textos en los que Atra-Hasis es el hroe podran ser partes de una historia ms
antigua del diluvio de origen sumerio.
Con el tiempo, se descubrieron suficientes tablillas babilonias, asiras, cananeas e, incluso, tablillas
sumerias originales como para permitir una gran recopilacin de la Epopeya de Atra-Hasis.
Todo el planteamiento de Zecharia Sitchin se basa en la existencia de una corte celestial, formada por
seres procedentes de otros planetas y que fueron los creadores -mediante manipulacin gentica- de los
seres humanos de la Tierra.
Segn narra en sus libros, los hombres inicialmente fueron creados hbridos, es decir, sin posibilidad de
procrear entre s. Pero llegado un momento, estos dioses -o tal vez otros- llegados de diferentes puntos
del universo, facultaron al ser humano de la Tierra para tener hijos.
Este captulo podra estar recogido en la Biblia cuando se dice que:
"Cuando la humanidad comenz a multiplicarse sobre la faz de la tierra y les nacieron hijas, vieron los
hijos de Dios que las hijas de los hombres les venan bien y tomaron por mujeres a las que preferan de
entre ellas. Entonces dijo Yahv: no permanecer mi espritu para siempre en el hombre, porque no es
ms que carne; que sus das sean ciento veinte aos. Los nefilim existan en la tierra por aquel entonces
(y tambin despus), cuando los hijos de Dios se unan a las hijas de los hombres y ellas les daban hijos.
Estos fueron los hroes de la antigedad, hombres famosos" (Gnesis 6,1-4).
Al parecer, la promiscuidad y la degeneracin gentica progresiva de los descendientes de los dioses fue
el determinante que llev al Consejo a tratar de eliminar esa generacin de la faz de la tierra, excepto a
aquellos que consideraba "genticamente puros", como No.
Quizs sea esa la razn de las palabras de Yahv cuando dijo aquello de: "No permanecer mi espritu
para siempre en el hombre, porque no es ms que carne'; entendiendo por espritu el cdigo gentico
que habra servido de base para la creacin de los hombres de la Tierra.
EL CATACLISMO ATLANTE
Si bien los datos que proporciona Zecharia Sitchin nos sitan ante una cosmogona diametralmente
opuesta a la que siempre nos ha sido transmitida, no por ello deja de tener cierta lgica. Probablemente
el futuro nos desvelar el misterio de nuestros orgenes pero, entretanto, no renunciaremos a tratar de
descubrir si los acontecimientos que han marcado nuestra vida han sucedido tal como nos los han

contado. El Diluvio Universal, por ejemplo, es quiz el ms importante por cuanto marca la frontera entre
dos mundos absolutamente distintos.
Una vez que los datos obtenidos parecen indicar sin lugar a dudas que la Tierra fue inundada hace miles
de aos, y vista una de las posibles causas -aunque obviamente basada en especulaciones con un cierto
rigor cientfico-, se tratara ahora de analizar las causas fsicas que produjeron la inundacin: el
hundimiento del continente atlante?, el deshielo de los polos como consecuencia del fin de la
glaciacin?, la cada de un meteorito gigante?
Para aquellos que piensan que todo lo sucedido estuvo circunscrito al rea del Prximo Oriente,
seguramente les parecer coherente la explicacin de que el Diluvio Universal era la consecuencia de las
inundaciones anuales de la llanura del Tigris-ufrates. Se piensa que una de esas inundaciones debi ser
particularmente fuerte. Campos y ciudades, hombres y bestias fueron alcanzados por la riada, y las
gentes primitivas, interpretando el acontecimiento como un castigo de los dioses, comenzaron a
propagar la leyenda de un diluvio.
Pero, evidentemente, eso no explicara que en el otro lado del mundo tambin se hablara de la gran
inundacin...
Para intentar entender este hecho habra que referirse, entre otras, a las leyendas de los pueblos
amerindios, segn las cuales ellos son los descendientes de los que lograron sobrevivir a la destruccin
de una gran civilizacin anteriormente existente y que resida en un continente que se hundi en las
aguas del Gran Mar.
La Atlntida pudo haberse sumergido durante un periodo aproximado de 40.000 aos, el que va desde el
50.000 a.C. hasta el 10.000 a.C., tiempo ms que suficiente para que sus habitantes se pudieran desplazar
tanto hacia el Este como hacia el Oeste, siendo as embajadores de una cultura cuyos vestigios los
podemos encontrar en Egipto, Mesopotamia, norte de frica y Amrica.
Y es que el gran cataclismo, que hundi definitivamente al continente atlante, pudo ser, en efecto, el
causante de maremotos, lluvias, huracanes, cambios climatolgicos y un largo etctera de fenmenos
que posteriormente fueron recogidos por las diferentes tradiciones dando lugar a mitos como e Diluvio.

EL ARCA DE NO : INGENIERA NAVAL SEGN YAHV

Quienes eran esos "hijos de Dios" que desearon sexualmente a las mujeres terrestres?
Segn algunos padres de la exgesis como San Agustn, San Jernimo o San Cirilo, los Elohim -que as se
les llama realmente en la Biblia- eran los hijos de set, el tercero de los hijos de Adn y Eva. Y segn estos
mismos santos, las "hijas de los hombres" serian las descendientes de Cain.
Sin embargo, esa conclusin resulta excesivamente forzada. A fuerza de ser sinceros, parece una excusa
exculpatoria hacia unos seres que, segn los primeros estudiosos, eran ngeles.
Pero, cmo podemos admitir que los ngeles, a no ser que fueran de "carne y hueso", se unieran
sexualmente a las terrestres? De estas uniones -aseguran algunos intrpretes de los textos apcrifos,
como Los libros de Enoch, El Libro de los Jubileos o El Testamento de los Doce Patriarcas-, nacieron los
"gigantes" que condujeron al hombre por el camino equivocado.
Y esa -y no otra- sera la causa del Diluvio Universal. Es decir, que la presunta catstrofe fue provocada
por un encolerizado Yahv que decidi salvar a un solo hombre: No.
UN NIO CON UN EXTRANO DON
Lamec haba estado de viaje ms de nueve meses. Al retomo a su hogar, se encontr con un retoo que
lgicamente- no poda ser fruto suyo.
Su mujer neg haber mantenido contacto sexual con nadie, ni siquiera con los "hijos de Dios".
No obstante, el nio pareca de otra raza por su tez resplandeciente.

Lamec pidi consejo a su padre, Matusaln, que a su vez consult al sabio Enoch -aquel que sera
arrebatado por un "carro d fuego' para siempre-, y Enoch profetiz una gran catstrofe divina y atribuy
al extrao hijo el "don" de ser el primer padre de los supervivientes, quien seria conocido por el nombre
de No.
Esta historia, que aparece en un papiro encontrado en Qunram sobre el personaje de No, no es relatada
en el Gnesis, donde simplemente se dice que Lamec, cuando contaba 182 aos, "engendr un hijo al
que puso por nombre No".
En cualquier caso, lo que hoy sabemos sobre los tiempos anteriores al Diluvio Universal ha hecho que
algunos autores se planteen cuestiones que, por fantsticas que sean, no deben quedar en el olvido. As
explicaba sus tesis Erich von Daniken en su obra Recuerdos del futuro: Cabra preguntarse seriamente si
la raza humana no ser un acto predeterminado de procreacin por seres exticos procedentes del
Cosmos? Qu sentido tendran, si no, las alusiones a la fecundacin de la humanidad por gigantes e hijos
de Dios, con el subsiguiente exterminio de los ejemplares malogrados?"
Pese a tantas y tan inquietantes dudas, algo s que est claro: en aquel Diluvio Universal iban a intervenir
directamente fuerzas celestiales. Y Yahv, que quera salvar a ese hombre de naturaleza ignota, dispuso
sus conocimientos en forma de ingeniera naval y se los transmiti al hijo de Lamec.
YAHV , EL INGENIERO
Quiz ni siquiera haba visto el mar, pero lo cierto es que No fue capaz de construir un arca capaz de
flotar sobre las aguas, aunque fuera Yahv quien le diera el "libro de instrucciones'. As se explica en
Gnesis 6, 14-16: "Haz un arca de maderas resinosas, divdela en compartimentos y la calafateas con pez
por dentro y por fuera. Hazla as: trescientos codos de largo, cincuenta de ancho y treinta de alto; hars
en ella un tragaluz, y a un codo sobre ste acabars el arca por arriba; la puerta la haces a un costado;
hars en ella un primero, un segundo y un tercer piso".
Y No, que no deba tener conocimiento naval alguno, construy el arca, a la cual se subieron su mujer,
hijos y nietos. Llovi durante cuarenta das y la barca acab varada -ya cuando las aguas comenzaban a
bajar, tras haber extinguido presuntamente toda seal de vida en el mundo- cerca de la cumbre del
monte Ararat.
Sin duda, Yahv fue un "ingeniero" que saba muy bien lo que se traa entre manos.
No se convirti, pues, en el nuevo padre de la segunda humanidad.
Ahora bien, dnde acaba la realidad y empieza la ficcin en esta historia? Hay algo real en todos los
relatos bblicos del Pentateuco? Nada demuestra que sea ficcin, pero tampoco lo contrario, porque
incluso hay evidencia geolgica de la existencia de un diluvio universal, cuyo relato -existencia del Arca
incluida- encontramos en multitud de culturas.
CUBRIERON LAS AGUAS EL PLANETA?
En 1922, Leonard Woolley, cientfico de Oxford, inici una serie de investigaciones que parecieron
respaldar la existencia histrica y real de algunos episodios bblicos. Siete aos despus, mientras
excavaba en el cementerio de Tell-al-Muquayyar -en donde crea que estaba Ur, el origen geogrfico de
Abraham- hall una capa de arcilla de dos metros y medio depositada all por el agua. Para l, aquello era
una prueba de la existencia del diluvio.
No obstante, las tesis de Woolley fueron duramente contestadas durante dcadas.
Autores como Robin Lane Fox, en su libro La versin no autorizada, considera que el diluvio "se
desarroll a partir de leyendas mesopotmicas". Y aade: "Es un cuento, ficcin; no es historia" Pero no
todos los cientficos estn de acuerdo. Wuhan Ryan y Walker Pitman, por ejemplo, creen que ese diluvio
si existi y produjo un verdadero xodo desde Oriente Medio hacia Europa, fechando el suceso al final de
la ltima era glacial.
De hecho, en 1993 Ryan analiz mediante la prueba del carbono 14 los sedimentos del fondo del Mar
Negro, comprobando que esa llanura qued inundada hace 7.750 aos.

UN ARCA CONGELADA
Ya Flavio Josefo y Marco Polo aseguraron que los armenios crean firmemente que el Arca segua estando
en el monte Ararat, enterrada bajo la nieve, congelada en medio de algn inmenso glaciar que podra
alcanzar un grosor de ms de 50 metros.
Posteriormente, a finales del siglo pasado, algunos exploradores llegaron a afirmar que haban visto sus
restos. Hasta que, ya en el siglo XX, algunos aviadores que sobrevolaron la zona antes de la II Guerra
Mundial aseguraron haber divisado cerca de la cumbre del monte lo que pareca el armazn de un arca
congelada y enterrada en el glaciar Kop.
Algunos testimonios en este sentido resultan casi definitivos, como el del subteniente Gregor
Schwinghammer, piloto de un F-100 con base en Adana (Turqua), quien concedi una interesante
entrevista a Charles Bertlizt, autor del libro En Busca del Arca de No.
Schwinghammer explic que un piloto turco les puso al tanto de la existencia de un barco, que podra ser
el Arca, en lo alto del monte Ararat.
As que los pilotos norteamericanos ardieron en deseos de comprobarlo con sus propios ojos: bamos
dos pilotos y el turco... Dimos una vuelta en torno al Ararat y, de repente, all estaba aquello, tirado en la
nieve en una especie de silla de montar en la montaa. Pareca un enorme vagn o barcaza rectangular.
Estaba ladeada, algo encajado all. La parte que vi asomando de la nieve y el hielo tena de 9 a 72 metros
y unos 30 metros de largo hasta meterse en la nieve. Era de color negruzco. Luego supe que el glaciar
resbalaba por la montaa y por eso quedaba a veces al descubierto.
Aos ms tarde, en la dcada de los aos cincuenta, el montaero francs Fernand Navarra recogi
trozos de vigas de madera trabajadas cerca de aquel lugar, para las que el anlisis mediante carbono-14
arroj una antigedad de 7.000 aos. En otra ocasin, un piloto turco, sobrevolando el Ararat a tres
kilmetros de altura, fotografi una huella en el glaciar con forma de barco, de 137 metros de longitud,
una dimensin muy similar a la que Yahv dio a No para su arca.
Y aunque gran parte de los cientficos dicen que esa formacin es un capricho de la naturaleza, modernas
excavaciones han extrado de all mismo madera fosilizada: lo que resulta sorprendente en una zona que
est mucho ms alta del nivel en el que crecen rboles.
El Arca de No pudo ser tambin investigada por la CIA.
Se dice que algunas expediciones -cuyos resultados no han sido nunca bien conocidos- fueron financiadas
por los servicios de inteligencia norteamericanos. Adems, algunos pilotos afirman que el avin espa U-2
sobrevol el monte en ms de una ocasin con objeto de averiguar si eran ciertas las afirmaciones de
lugareos y expedicionarios sobre la existencia del Arca en aquel inhspito y casi inaccesible lugar. Y, por
cierto, un satlite de investigacin cartografi la zona en 1974, detectando un objeto no identificado en
la ladera de la montaa.
Frank Mosa, presidente del Comit Espacial del Senado, afirm que ste "tenia aproximadamente el
tamao y forma del Arca". Muchos cientficos se empean en negar que 'aquello" sea el Arca de No.
Pero, si no lo es, qu tipo de nave fue capaz de llegar hasta lo alto de un monte como el Ararat.

QU PAS EN LA TORRE DE BABEL?

En el libro del Gnesis se explica cmo los descendientes de No se dispusieron a construir una torre tan
alta que les permitiera escapar de la clera de Yahv, pero ste, para castigar su presuncin, decidi
sembrar de "confusin" su lenguaje:
"He aqu que forman un solo pueblo y tienen todos ellos una misma lengua y ese es el comienzo de su
actuacin; ahora ya no les ser impracticable cuanto proyecten hacer. Bajemos y confundamos all su
lengua a fin de que nadie entienda el habla de su compaero".
De esta forma Yahv consigui impedir que construyeran aquella torre insensata a la que se denomin
Babel, preocupado ante el hecho de que el hombre se convirtiera en una criatura demasiado fuerte.

El propio nombre de Babel tiene una explicacin etimolgica: procede del trmino hebreo balal (Babel),
que significa "confundir" y es, a su vez, un calco directo del acadio bab-ilu puerta o torre de Dio).
Es muy probable que el relato bblico se inspirara, pues, en tradiciones anteriores (judaicas y no judaicas),
como la epopeya sumeria de Enmerkar -que tambin describe una confusin de lenguaje- o que derivara
de los relatos de viajeros y mercaderes que en Palestina describan los colosales edificios de Babilonia y la
confusin de lenguas all existente, debido a la diversa procedencia de los muchos peregrinos,
mercaderes o prisioneros de guerra que hasta all llegaban.
Cualquiera que fuera el punto de partida de la maldicin bblica sobre la torre, esta construccin ha
llegado a convertirse -con el correr de los siglos- en smbolo arquetpico de empresa utpica y ejemplo de
la soberbia humana. Sin embargo, al margen de su valor alegrico, interesa confirmar si los hebreos
llegaron a construir una torre que desafiara a los cielos.
Y si as fue, dnde se encontraba?
UN EMPLAZAMIENTO MITICO
En todas las poblaciones de importancia de la antigua Mesopotmia haba por lo menos un zigurat (torre
gigantesca), y a veces ms de uno. El zigurat de Babel recibi el nombre de Etemen-an-ki (Casa del
fundamento del Cielo y de la Tierra) y fue un templo excepcional tanto por sus dimensiones como por su
historia. Sin embargo, hasta el siglo pasado no se tuvo certeza de que hubiera sido construido.
Gracias a las excavaciones llevadas a cabo entre 1899 y 1917 por una expedicin alemana dirigida por
Robert Koldewey, profesor de la Escuela de Ingenieros de Grlitz, se ha podido comprobar que la Torre
de Babel no fue simplemente una fbula bblica, sino que se elev majestuosa en la urbe ms suntuosa
del mundo antiguo: Babilonia, enclavada en el antiguo reino de Sumer y Acad, a orillas del ro Eufrates.
Hasta que las excavaciones de Koldewey no pusieron al descubierto el primitivo emplazamiento del
mtico zigurat, en el lugar conocido en la actualidad como Sahnz donde ahora slo hay un foso enorme
lleno de agua, ya que el Eufrates fluye muy cerca y por infiltracin penetra hasta all, las nicas
referencias existentes sobre esta construccin, adems del relato bblico, eran las del viajero griego
Herdoto, el mdico del rey persa Artajerjes II, Ctesias, y Harpocricin de Alejandra.
De mayor valor histrico -si cabe- es la descripcin cifrada de la Torre en la Tabla de Esagila, un
documento cuneiforme que hoy se encuentra en el Louvre y que en 1913 fue sometido a un riguroso
estudio. Este texto pertenece a la poca seleucida, est datado el 12 de Diciembre del ao 229 a.c. y fue
redactado en Uruk (la Erek de Gnesis 10, 10), segn un original mas antiguo procedente de Borsipa,
pocos kilmetros al sudoeste de Babilonia, donde se encuentran las altas minas de Birs Nimrud, otro
zigurat durante mucho tiempo confundido con la Torre de Babel.
Segn esta Tabla de Esagila, el mtico zigurat de Babilonia estaba compuesto por edificios superpuestos
en orden de base decreciente y dejando amplias terrazas exteriores, cada una sentada sobre la anterior.
Cada lado meda algo ms de 91 metros y estaba construido con adobes recubiertos por una capa
protectora de ladrillos cocidos de 15 metros de espesor.
Se acceda a los pisos superiores por tres escaleras de, al menos, treinta metros de altura, y en el ltimo
piso se encontraba el templo del dios principal de la ciudad, Marduk.
La torre que vio Herodoto en el ao 458 a.c. era una construccin gigantesca erigida con 85 millones de
ladrillos recubiertos de azulejos multicolores, pero cuando koldeway consigui localizarla slo quedaba
de ella un montn de ruinas que ni siquiera haban pertenecido a la torre original.
Segn los testimonios histricos, lo ms probable es que la primitiva Torre de Babel fuera destruida por
Hammurabi (1730-1686 a.c.).
Los reyes Nabopolasar (625-605 a.c.) y Nabucodonosor (604-562 a.c.) la reconstruyeron y revistieron su
parte superior con ladrillos de esmalte azul, pero su esplendor no durara: el rey persa, Jerjes, la demoli
en el 478 a.c. Cuando Alejandro Magno invadi Babilonia pocos aos despus, fascinado ante aquellas
ruinas gigantescas, decidi reconstruirla, pero su muerte prematura impidi que tal empresa llegara a su
trmino.

En el decurso de los siglos siguientes, los rabes expoliaron los restos de aquella magnfica construccin
llevndose los excelentes ladrillos que haban constituido su estructura.
Entre las numerosas teoras que se han expuesto sobre las funciones e importancia de los zigurats se
encuentran las que van desde la utilidad funeraria hasta la meramente religiosa, pasando por la
astronmica. Algunos especialistas -como Jensen y Lagrange- han sugerido que el zigurat de Babel era un
claro ejemplo de arquitectura cosmolgica y simblica y vieron en l una representacin reducida de la
Tierra, que constitua el dominio privado del dios y le aseguraba una especie de "lugar de reposo".
Los recientes estudios del investigador ingls John Michell sobre las claves numricas y el saber ancestral
de los campos de energa gravitatoria y electromagntica terrestre han puesto de manifiesto que estas
construcciones sagradas estaban asentadas en zonas de fuerte magnetismo telrico.
Los templos se conceban de manera que incluyesen referencias simblicas a la deidad apropiada
siguiendo pautas determinadas de nmeros, que reflejaban aspectos especficos de la energa csmica.
Las dimensiones de Elemenanki expresadas en la Tabla de Esagila en codos mesopotmicos (medida que
luego hereda la tradicin juda y que corresponde a la seismillonsima parte del radio polar terrestre), no
dejan lugar a dudas de que esas cifras reflejaban paradigmas de las leyes universales.

HIJOS DE LOS NGELES

Antes de empezar a leer este artculo convendra dejar los prejuicios a un lado y formularnos unas
cuantas preguntas previas: Estamos seguros de que ha habido ngeles en la antigedad?
Y, en caso afirmativo, Se han dejado caer por la Tierra y se han manifestado fsicamente a los hombres?
Y, por ltimo, Han engendrado hijos con mujeres humanas?
Segn el pasaje del Gnesis abajo transcrito, parece evidente que as fue, aunque es un prrafo sobre el
que los catequistas prefieren no insistir demasiado. La propia Biblia de Jerusaln reconoce que es un
"episodio difcil". A pesar de todo, comenta que el autor sagrado se remite a una leyenda popular sobre
los gigantes (en hebreo, nefilm) que habran sido los titanes orientales, nacidos de la unin entre
mortales y seres celestiales.
A partir del siglo IV, los Padres de la iglesia salieron del paso identificando a esos "Hijos de Dios" con los
descendientes del linaje de Set (tercero de los hijos de Adn) y a las "hijas de los hombres" con la
descendencia de Cain. Muchas de estas cuestiones -donde se constata que los contactos entre los
habitantes de la Tierra y los visitantes del cielo fueron ms frecuentes y estrechos de lo que podramos
imaginar- trajeron de cabeza a algn que otro telogo medieval que, no obstante, desistira de llegar a
conclusiones claras a riesgo de comprometer la salvacin de su alma.
En el judasmo tardo y en la tradicin cristiana serian interpretados como "ngeles", sin ms.
San Agustn, en La Ciudad de Dios, comentando el famoso versculo del Gnesis 6,1, fue el primero que
reflexion abiertamente sobre "si los ngeles, al ser espritus, pueden copular corporalmente con
mujeres", inclinndose por una respuesta afirmativa.
Y no le faltaba razn. En una lectura detenida e imparcial de la Biblia se pueden distinguir al menos dos
clases de injerencias sexuales. Por un lado, las colectivas, como la recogida en el pasaje bblico del
encabezamiento, reiterado en un libro considerado apcrifo (me refiero al Libro de Enoch, cuyo original
probablemente hebreo se ha perdido, pero del que se conservan copias griegas, etopes y latinas).
La otra clase de intervencin seria selectiva, diramos que programada y planificada con sumo detalle por
Yahv y sus aclitos, interviniendo directamente en la fecundacin de personas claves en el desarrollo de
su "pueblo elegido": Israel.
Y as queda expresado en numerosos pasajes, sobre todo en Deuteronomio, 7:6: "Porque t eres un
pueblo consagrado a Yahv, tu Dios, a ti te ha escogido Yahv Dios tuyo, para que vengas a ser parte del
pueblo de su personal propiedad entre todos los pueblos que existen sobre la faz del suelo".
Y, desde luego, como veremos a continuacin, pone todo su empeo para que as sea, caiga quien caiga.

LA PROMISCUIDAD DE LOS DIOSES

Durante mucho tiempo, el Libro de Enoch se ha considerado un libro secreto del que San Agustn
afirmaba que la Iglesia lo rechazaba de su canon debido a su gran antigedad y que, sin embargo, fue
plenamente aceptado por los primeros cristianos, entre ellos San Clemente de Alejandra.
Enach (el que camin en compaa de Ha-Elohim y ste le arrebat al cielo) nos habla sin tapujos de la
unin de los celestes con las hijas de los hombres y completa algunos datos que se calla el Gnesis.
Transcribimos literalmente del Libro de Enoch (VII, 1-8 y VII, 1-6) el prrafo que tanto ha dado que hablar
y que tantas teoras ha suscitado:
"As pues, cuando los hijos de los hombres se hubieron multiplicado y les nacieron en esos das hijas
hermosas y bonitas, y los ngeles, hijos de los cielos, las vieron y las desearon, se dijeron entre ellos:
'Vamos, escojamos mujeres entre los hijos de los hombres y engendremos hijos'. Entonces, semyaza, su
jefe, les dijo: 'Temo que quiz no queris (realmente) cumplir esa obra, y ser, yo solo, responsable de un
gran pecado.
Pero todos le respondieron: 'Hagamos todos juntos un juramento y prometmonos todos con un
anatema no cambiar de destino, sino ejecutar realmente (ese destino)..."
Luego nos dice el texto que les transmitieron una serie de conocimientos aparentemente extraos como
"los encantos y los encantamientos, y les ensearon el arte de cortar las races y (la ciencia) de los
rboles". Ms tarde, no deja lugar a dudas del fruto de estos embarazos:
'As; pues, stas concibieron y pusieron en el mundo grandes gigantes cuya altura era de tres mil codos.
Ellos devoraron todo el fruto del trabajo de los hombres, hasta que stos no pudieron alimentarlos ms.
Entonces los gigantes se volvieron contra los hombres para devorarlos".
UN NO ALBINO Y DIVINO
Pero no nos desviemos. Otro de los pasajes del Libro de Enoch nos pone sobre la pista de lo que podra
ser una especie de "plan gentico" a gran escala llevado a cabo por la raza divina, empezando la
programacin por el nacimiento de No, supuesto hijo de Lamech. Y decimos supuesto porque, aunque el
Gnesis nada nos dice al respecto, Enoch es mucho ms explcito.
Cuando Lamech descubre que su beb tena la piel y los pelos muy blancos (albino diramos ahora) y,
sobre todo, cuando el nio abre los ojos e ilumina toda la casa como el Sol, le entran dudas sobre su
paternidad y, presa del terror, se dirige a la casa de su padre Matusaln para consultarle: "Yo he puesto
en el mundo un hijo diferente (de los otros); no es como los hombres, sino que parece un hijo de los
ngeles del cielo".
Esta trascripcin deja claro, pues, que las uniones sexuales con estas entidades divinas deban ser
bastante frecuentes en aquella poca. Pero an ampla nuevos datos ciertamente significativos:
Su naturaleza es diferente y no es como nosotros; sus ojos son como los rayos del Sol; su rostro es
esplndido. Y me parece que no es mo, sino de los ngeles, y temo que se cumpla un prodigio sobre la
Tierra durante sus das (...) As pues, cuando Matusaln hubo odo la palabra de su hijo, vino hacia m
(hacia Enoch, padre de Matusaln) en los confines de la tierra, porque se haba enterado de que yo
estaba all, y grit y o su voz y fui a l, y le dije: 'Heme aqu, oh hijo mo, por qu has venido hacia m?'
El me respondi y me dijo: 'He venido a ti a causa de una gran inquietud, y a causa de una asombrosa
visin a la que me he acercado. Y ahora escchame, oh padre mo. Le ha nacido un hijo a mi hijo Lamech
que no es parecido a l, su naturaleza no es como la naturaleza de los hombres, su color es ms blanco
que la nieve y ms rojo que la flor de la rosa, los cabellos de su cabeza son ms blancos que la lana
blanca y sus ojos son como los rayos del Sol, y ha abierto los ojos y ha iluminado toda la casa"'
Es ms. Entre los primeros rollos encontrados en Qunram, nos llama la atencin el Gnesis Apcrifo,
denominado Manuscrito de Lamech, escrito en arameo en la primera mitad del siglo I a.c. En l se cuenta
cmo Lamech, de regreso a casa tras larga ausencia, se encuentra con la sorpresa de que su mujer
Bathenosh haba dado a luz a un nio, asegurndole que no era hijo de ningn extrao ni de ninguno de
los "Vigilantes o Hijos del Cielo". Curiosa respuesta.

Pero hay ms. Cuando No es avisado por Yahv para que construya un arca y se salve del Diluvio, dar
origen a la primera raza postdiluviana, la nueva humanidad. Y, a partir de entonces, los testimonios de
concepciones por intervencin divina no fueron casos aislados. Sin embargo, hubo tambin otros
personajes destacados en la historia bblica que tuvieron orgenes no menos sospechosos de haber sido
concebidos directa y claramente por los elohim, los hijos de Dios, en mujeres terrestres, muchas de ellas
estriles.
En el Antiguo Testamento se aprecian claramente cuatro fases en la proteccin del pueblo de Israel y en
su "seguimiento gentico": la anterior al Diluvio, la de Abraham y su descendencia, la etapa del xodo
de Moiss y la poca de los jueces. Hoy, gracias a la tcnica de la fecundacin In Vitro, nos resultar ms
fcil entender lo que a continuacin sigue.
LA DESCENDENCIA DE ABRAHAM
No tuvo tres hijos: Sem, Cam y Jafet. Despus del catastrfico diluvio, un personaje del linaje de Sem
brilla con luz propia. Es Abraham, el patriarca del pueblo de Jud y de israel.
Su vida se desarroll sobre el segundo milenio a.c. y los textos nos reiteran que tuvo muchos encuentros
con Yahv. De hecho, los elohim (con los diferentes nombres que adoptan), entraron en relaciones
personales con los antepasados del pueblo judo y los hicieron depositarios de valiosos conocimientos
tcnicos y verdades reveladas a cambio de un pacto.
As, en el Gnesis 15,4, Yahv le asegura a Abraham que toda la tierra de Canan le est destinada como
herencia a l y a su posteridad y que su descendencia ser tan numerosa como las estrellas del cielo. Es
un pacto de sangre, pues escoge la circuncisin como signo de esa alianza.
A pesar de todo, las dudas de Abraham respecto a su descendencia eran ms que razonables, pues l ya
estaba peinando canas y su mujer, Sara, era estril. Sin embargo, gracias a la esclava egipcia Agar,
Abraham concibe a Ismael (sin intervencin divina), cuyos descendientes -tuvo 12 hijo- llegarn a ser los
rabes del desierto. Pero Yahv deja claro que los ismaelitas no sern su pueblo elegido y hace concebir a
Sara a su hijo Isaac, esta vez con ayuda sobrenatural (Gnesis 21,1-4).
A partir de este momento se van sucediendo una serie de extraos nacimientos en los que siempre hay
presencia de mensajeros celestes (el "ngel de Yahv", segn algunos textos) en el proceso previo al
embarazo.
En concreto, nos referimos al nacimiento de los dos hijos mellizos que Isaac tuvo con su esposa Rebeca,
que tambin era estril, llamados Esa y Jacob. Para no dejar dudas de la finalidad del plan gentico,
cuando Rebeca acude a Yahv, ste le dice:
"Dos pueblos hay en tu vientre y dos naciones de tus entraas se han de separar y una nacin ser mas
fuerte que la otra" (Gnesis 25,23). De nuevo vuelve a dejar claro que una de las descendencias -la de
Esa- no le interesa. Jacob, como se sabe, tuvo a su vez trece hijos y doce de ellos fueron los que ms
tarde dieron lugar a las doce famosas tribus de Israel desperdigadas por todo el mundo a la muerte de
Salomn.
Pues bien, Yahv parece hacer una pirueta con Jacob y ste, a pesar de tener una esposa (Raquel),
concibe cuatro hijos con su esclava Leah (sin intervenir Jacob): Rubn, Simen, Lev y Jud. El texto
(Gnesis 29, 31) es explcito: "Yahv observ que Leah era menospreciada e hzola fecunda, mientras
Raquel qued estril".
Ya hemos visto que la esterilidad no era problema para los planes genticos de los elohim, as que
tambin hacen fecunda a Raquel, quien dar a luz a Jos (Gnesis, 30,22). Otro de esos pasajes
reveladores sobre las intenciones de los dioses lo encontramos ms adelante (Gnesis, 35,10), cuando
uno se aparece a Jacob y le cambia el nombre por el de Israel, dicindole: "Yo soy EI-Sadday, s fecundo y
multiplcate; un pueblo y una muchedumbre de pueblos procedern de ti y reyes saldrn de tus lomos.
El pas que di a Abraham y a Isaac, a ti te lo dar y a tu descendencia despus de ti dar el pas".
Es decir, que Yahv renueva su alianza y sus promesas (de territorio y descendencia) tanto al hijo de
Abraham Isaac- como a su nieto Jacob.

Como se ve, el seguimiento no puede ser ms calculado y vigilado.

JUECES ELEGIDOS POR YAHV
Seguimiento que dura cientos de aos y siempre con un claro objetivo: evitar que el pueblo escogido se
mezcle con otras tribus. Tal es su obsesin, que Yahv no duda en masacrar a todo aquel que se pone por
delante, sean cananeos o amorreos. Cuando las cosas parecen ir mal, es el momento en que el "ngel de
Yahv" hace acto de presencia y resuelve la situacin. As ocurri cuando, alrededor del ao 1150 a.c.,
irrumpen los filisteos en la zona geogrfica donde estaban asentados los israelitas, surgiendo un nuevo
"nio anunciado". Veamos.
En el Libro de Jueces, al relatar el nacimiento de Sansn (Jueces, 13), el "ngel de Yahv" se presenta a su
madre, que era estril, en el siguiente trance: "Fue la mujer y dijo a su marido: 'Ha venido a m un
hombre de Dios.
Tena el aspecto de un ngel de Dios muy terrible. Yo no le pregunt de dnde vena ni me dio a conocer
su nombre, pero me dijo: 'Vas a concebir y a parir un hijo. No bebas, pues, vino ni bebida embriagadora y
no comas nada inmundo, porque el nio ser nazareo de Elohim desde el seno materno hasta el da de su
muerte'. Entonces Mandah (el mando) invoc a Yahv diciendo: De gracia, Seor que el hombre de Dios
que enviaste venga otra vez a nosotros para que nos ensee lo que hemos de hacer con el nio que ha de
nacer.
Como hijo de Elohim, tena una serie de cualidades que le hacan diferente a los dems humanos, como
era su fuerza sobrenatural (que se atribuy a la largura de su pelo). El Antiguo Testamento le considera el
liberador del pueblo de Israel al luchar contra los filisteos. (Sorprndanse un poco ms al saber que aos
antes el "ngel de Yahv" se haba aparecido a Geden -otro de los jueces- para anunciarle que deba
salvar a Israel de los madianitas. Y lo hizo.)
No olvidemos que el texto dice que Sansn sera nazareo, o sea, una persona dedicada a Yahv ya antes
de su nacimiento, por un voto vitalicio, comprometindose a no beber bebidas fermentadas, no cortarse
el pelo, no acercarse a un cadver y abstenerse de comida impura (Nmeros 6,.1-21). Con algunas
diferencias, las circunstancias bsicas del relato de la concepcin de Sansn se repiten tambin en el
nacimiento de Samuel, el ltimo juez de Israel de la tribu de Lev.
Naci de Ana, la esposa estril del efrainta Elcana (1 Samuel, 1) y fue otro nazareo, al igual que siglos
ms tarde lo fuera Juan el Bautista (cuya madre, Isabel, tambin tuvo un embarazo prodigioso).
Samuel, inspirado por Yahv, escogi a Sel como rey y ms tarde a David, padre del todopoderoso
Salomn, a partir del cual el imperio se divide en dos reinos: el de Jud, en el sur (dos tribus), y el de
Israel, en el norte (diez tribus).
La madre de Sansn -corno Ana, la madre de Samuel, e Isabel, la de Juan el Bautista (Lucas 1, 5-25)- dej
de ser estril por la gracia de Yahv, la misma que se derram sobre Maria para fecundarla, siendo an
virgen.
Adems, Sansn, como Jess, muri para salvar a su pueblo de los fiIisteos y tambin lo hizo con los
brazos en cruz, forzando las dos columnas centrales del templo de Dagn en Gaza (Jueces, 15,27-31). Tal
como apunta Javier Sierra en un exhaustivo reportaje, de algunos de los datos aqu expuestos se
desprende una conclusin inquietante: son 'mutantes' concebidos en una vasta operacin gentica
diseada por Yahv y cuyo producto definitivo parece -y recalco ese 'parece "- que fue el hijo de un
carpintero israelita nacido hacia finales del siglo I a c..
Personalmente creo que en ese ambicioso plan gentico -no acabado con el nacimiento de Cristo- est
implicada tambin la trayectoria futura del pueblo hebreo (una nacin "protegida" y rebosante de poder,
a pesar de los muchos intentos de exterminio que se han llevado a cabo) y cuyo destino podra marcar,
segn los analistas polticos, el de toda la humanidad.
Yahv escribe derecho con renglones torcidos.

QUINES ERAN LOS PATRIARCAS?

Si lo narrado en el Gnesis se correspondiera con hechos histricos reales, los descendientes de Adan y
Eva -en teora, para los mas ortodoxos, toda la humanidad- lo seran tambin de los dos hijos que les
sobrevivieron (recordemos que Abel muri asesinado por su hermano): Cain y Set. Empero, hay que
sealar que del primero se nos cuenta (Gnesis, 4,15-16) que Yahv puso una seal a Cain para que
nadie que le encontrase le atacara, aadiendo que "sali de la presencia de Yahv y se estableci en el
pas de Nod, al oriente de Edn".
Breve prrafo que demuestra taxativamente -por s mismo y para quien no acepte la teora evolucionistaque, adems de los hijos de Adn y Eva, haba otros hombres en el planeta. Luego el mito de que Adn y
Eva fueron los primeros seres humanos se derrumba, no explicndose siquiera la gestacin de tal mito. Y,
por si queda duda alguna, el Gnesis cuenta luego que Cain conoci a su mujer, mentando los nombres
de algunos de sus descendientes.
Momento a partir del cual se habla de los hijos del tercer vstago de Adn y Eva, Set, que seran
conocidos desde entonces como los "patriarcas". Pues bien, lo primero que sorprende es la longevidad de
tales patriarcas, incluidos, por cierto, sus propios padres, porque el texto -que no dice cundo muri Evasi explicita que Adn muri a los 930 aos!, edad slo superada por sus descendientes Yred -962 aosy Matusaln -69 aos-.
Pero leamos el relato en Gnesis 5,1-32: "Esta es la lista de los descendientes de Adn.
El da en que Dios cre a Adn, le hizo a imagen de Dios.
Los cre varn y hembra, los bendijo, y tos llam 'Hombre' en el da de su creacin. Tena Adn ciento
treinta aos cuando engendr un hijo a su semejanza, segn su imagen, a quien puso el nombre de Set.
Fueron los das de Adn, despus de engendrar a Set, ochocientos aos, y engendr hijos e hijas. El total
de los das de la vida de Adan fue de novecientos treinta aos, y muri.
Set tena ciento cinco aos cuando engendr a Ens. Vivi Set, despus de engendrar a Ens, ochocientos
siete aos, y engendr hijos e hijas. El total de los das de Set fue de novecientos doce aos, y muri.
Ens tena noventa aos cuando engendr a Quenn. Vivi Ens, despus de engendrar a Quenn
ochocientos quince aos, y engendr hijos e hijas. El total de los das de Ens fue de novecientos cinco
aos, y muri.
Quenn tena setenta aos cuando engendr a Mahalalel. Vivi Quenn, despus de engendrar a
Mahalalel, ochocientos cuarenta aos, y engendr hijos e hijas. El total de los das de Quenn fue de
novecientos diez aos, y muri.
Mahalalel tena sesenta y cinco aos cuando engendr a Yred. Vivi Mehalalel, despus de engendrar a
Yred, ochocientos treinta aos, y engendr hijos e hijas. El total de los das de Mahalalel fue de
ochocientos noventa y cinco aos, y muri.
Yred tena ciento sesenta y dos aos cuando engendr a Henoc. Vivi Yred, despus de engendrar a
Henoc, ochocientos aos, y engendr hijos e hijas. El total de los das de Yred fue de novecientos
sesenta y dos aos, y muri.
Henoc tena sesenta y cinco aos cuando engendr a Matusaln. Henoc anduvo con Dios; vivi, despus
de engendrar a Matusaln, trescientos aos, y engendr hijos e hijas. El total de los das de Henoc fue de
trescientos sesenta y cinco aos. Henoc anduvo con Dios, y desapareci porque Dios se lo llev.
Matusaln tena ciento ochenta y siete aos cuando engendr a Lmek. Vivi Matusaln, despus de
engendrar a Lmek, setecientos ochenta y dos aos, y engendr hijos e hijas. El total de los das de
Matusaln fue de novecientos sesenta y nueve aos, y muri.
Lmek tena ciento ochenta y dos aos cuando engendr un hijo, y le puso por nombre No, diciendo:
'ste nos consolar de nuestros afanes y de la fatiga de nuestras manos, por causa del suelo que maldijo
Yahv'. Vivi Lmek, despus de engendrar a No, quinientos noventa y cinco aos, y engendr hijos e
hijas. El total de los das de Lmek fue de setecientos setenta y siete aos, y muri.

Era No de quinientos aos cuando engendr a Sem, a Cam y a Jafet" Aadindose ms adelante -en
Gnesis 9, 28-29- "Vivi No despus del diluvio trescientos cincuenta aos. El total de los das de No
fue de novecientos cincuenta aos, y muri."
Hasta aqu la cronologa de los patriarcas, que plantea -entre otras- algunas cuestiones muy interesantes:
1) Que los patriarcas vivieron todos entre los "escasos" 777 aos de Lmek y los 969 de Matusaln.
2) Que Henoc no muri en la Tierra, sino que se lo llev "Dios" cuando tena 365 aos y no se le volvi a
ver ms, algo similar a lo que mucho despus -siempre segn la Biblia- les ocurrira a Elas, a Baruc y a
Esdrs.
3) Que, teniendo en cuenta la edad en que engendraron y la edad en la que murieron, vivieron
prcticamente todos "juntos" a la vez. Es decir, que Adn convivi con sus hijos, nietos, bisnietos,
tataranietos... y los descendientes de varias generaciones posteriores ms. Y obviamente- stos entre s.
4) Que salvo en los casos de Adn y No -primero y ltimo de la lista-, de todos se menciona el
nacimiento de un hijo -presumiblemente el primognito y, por tanto, su heredero-, aadindose luego la
coletilla y engendr hijos e hijas al referirse a todos y cada uno de ellos. Por lo que es obvio que cada
uno tuvo muchos ms descendientes, nada de extraar si vivan tantos aos.
5) Que todos engendraron a sus primognitos cuando contaban entre los 65 aos -Mahalalel- y los 182 Lmek-, salvo No, de quien se dice que tuvo a sus hijos sern, Carn y Jafet cuando ya contaba con 500
aos.
6) Que No tena 600 aos cuando se embarc en el Arca para salvarse del Diluvio.
7) Que -segn se lee en Gnesis 9,19-, "Estos tres fueron los hijos de No, y a partir de ellos se pobl toda
la tierra". Y
8) Que, consecuentemente, cuando No se embarc en el Arca, vivan su padre, su abuelo, su tatarabuelo
y muchos de otros de sus ascendientes y de su extenssima parentela, excepcin hecha de su bisabuelo
Henoc, a quien -segn el texto bblico- arrebat "Dios". Y que, en consecuencia, murieron todos! en el
llamado Diluvio Universal.
Algo completamente inexplicable.
En cualquier caso, la longevidad de tales patriarcas slo podra explicarse -salvo que neguemos los hechos
histricos narrados y reinterpretemos el texto alegando que el mismo es simblico y alegrico- si
aceptsemos que su gentica no era similar a la nuestra. Es decir, que los patriarcas eran "hijos de los
dioses".
Pero, de qu dioses? Inferimos que stos no existieron y son un mito, como arguyen algunos exegetas
para intentar justificar la aparente inconsistencia del texto bblico, o aceptamos que aquellos "dioses"
eran seres procedentes de una civilizacin no terrestre y de ah su longevidad, propia de una raza distinta
a la nuestra?
Decida el lector qu tiene, a su parecer, mayor sentido. Pero antes, lea lo que se cuenta en Gnesis 6, 4:
'los nefilim existan en la tierra por aquel entonces (y tambin despus) cuando los hijos de Dios se unan
a las hijas de los hombres y ellas les daban hijos: estos fueron los hroes de la antigedad, hombres
famosos".
Por cierto, que tampoco deja de llamar la atencin que el propio Yahv decidiera que los hombres no
alcanzaran esa longevidad. Vemoslo: "Cuando la humanidad comenz a multiplicarse sobre la faz de la
tierra y les nacieron hijas, vieron los hijos de Dios que las hijas de los hombres les venan bien, y tomaron
por mujeres a las que preferan de entre todas ellas. Entonces dijo Yahv: 'No permanecer para siempre
mi espritu en el hombre, porque no es mas que carne; que sus das sean ciento veinte aos'." (Gnesis
6,1-3).
Con lo que queda claro que esa era -genticamente- la vida mxima que un ser humano normal poda
alcanzar o bien que se le manipul genticamente para que as fuera. Algo difcil de aceptar teniendo en
cuenta que eso no puede hacerse en un planeta muy poblado... pero que es factible si la humanidad
"desaparece" a excepcin de unos pocos seres humanos seleccionados. Bueno, pues recordemos que es
entonces cuando Yahv decide eliminar a todo ser viviente, salvo a aquellos que son introducidos en el

Arca: "Por mi parte, voy a traer el diluvio, las aguas sobre la tierra, para exterminar toda carne que tiene
hlito de vida bajo el cielo: todo cuanto existe en la tierra perecer". (Gnesis 6,17).
Fue realmente as? Y, en tal caso, la razn fue la de controlar -genticamente- la longevidad de los
supervivientes?
No tenemos respuesta. Pero s sabemos que la edad de los llamados patriarcas postdiluvianos -y, por
cierto, slo son considerados as los hijos de Sem y no los de Cam y Jafet- disminuy progresivamente. Lo
que no de]a de ser llamativo.
Veamos lo que se cuenta en Gnesis 11,1-32: "Estos son los descendientes de Sem: Sem tena cien aos
cuando engendr a Arpaksad, dos aos despus del diluvio. Vivi Sem, despus de engendrar a Arpaksad,
quinientos aos, y engendr hijos e hijas. Arpaksad era de treinta y cinco aos de edad cuando engendr
a Slaj. Y vivi Arpaksad, despus de engendrar a Slaj, cuatrocientos tres aos, y engendr a hijos e
hijas. Era Slaj de treinta aos cuando engendr a Hber. Y vivi Slaj, despus de engendrar a Hber,
cuatrocientos tres aos, y engendr hijos e hijas.
Era Hber de treinta y cuatro aos cuando engendr a PIeg. Y vivi Hber, despus de engendrar a
Pleg, cuatrocientos treinta aos, y engendr hijos e hijas. Era Pleg de treinta aos cuando engendr a
Re. Y vivi Pleg despus de engendrar a Re, doscientos nueve aos, y engendr hijos e hijas. Era Re
de treinta y dos aos cuando engendr a Serug. Y vivi Re, despus de engendrar a Serug, doscientos
siete aos, y engendr hijos e hijas. Era Serug de treinta y dos aos cuando engendr a Najor. Y vivi
Serug, despus de engendrar a Najor, doscientos aos, y engendr hijos e hijas.
Era Najor de veintinueve aos cuando engendr a Traj y vivi Najor, despuss de engendrar a Traj,
ciento diecinueve aos, y engendr hijos e hijas. Era Traj de setenta aos cuando engendr a Abram, a
Najor y a Harn."
"Estos son los descendientes de Traj. Traj engendr a Abram, a Najor y a Harn. Harn engendr a Lot.
Harn muri en vida de su padre Traj, en su pas natal, Ur de los caldeos. Abram y Najor se casaron. La
mujer de Abram se llamaba Saray, y la mujer de Najor, Milk, hija de Harn, el padre de Milk y de Jisk.
Saray era estril, sin hijos. Traj tom a su hijo Abram, a su nieto Lot, el hijo de Harn, y a su nuera Saray,
la mujer de su hijo Abram, y salieron juntos de Ur de los caldeos, para dirigirse a Canan. Llegados a
Jarn, se establecieron all. Fueron los das de Traj doscientos cinco aos, y muri en jarn."
Es decir, que mientras Sem muri a los 600 aos, su hijo alcanz los 438; rpida disminucin que llevara a
Traj novena generacin desde No a morir con -slo- 205 aos.
En definitiva, qu hay de verdad en lo narrado en el texto brblico? Por nuestra parte, slo queremos
relatar los hechos bblicos: en cuanto a su interpretacin, juzgue usted mismo.

LA TUMBA DE LOS PATRIARCAS

Nunca olvidar aquel tibio da de Noviembre de 1993 a bordo del Mercedes de mi gua judeo argentino
Hayyim Hasan, mientras serpentebamos por las estrechas calles de Hebrn. Durante las jornadas
anteriores, Hayyim haba tratado de persuadirme para que no visitramos este enclave palestino situado
a una treintena de kilmetros al sur de Jerusaln, pero sus advertencias no sirvieron de nada. Mi objetivo
pesaba ms que la peligrosidad de la zona, escenario de frecuentes enfrentamientos armados entre
judos y palestinos, que se prolongan hasta nuestros das.
Y es que quera ver con mis propios ojos la llamada Tumba de los Patriarcas, donde la tradicin dice que
se encuentran enterrados los restos de Abraham y su esposa Sara, de sus hijos Isaac y Jacob y de sus
nueras Rebeca y Lea. Es decir, las tumbas de los padres del "pueblo elegido".
El Mercedes de Hayyim a punto estuvo de meternos en la boca del lobo. Un nio rabe casi se mete
accidentalmente bajo nuestras ruedas ante la crispada mirada de decenas de palestinos que miraban con
odio nuestra matrcula juda. Y ah mismo, con aplomo, Hayyim puso en mis manos un arma
semiautomtica que saco instantneamente de debajo del salpicadero:

"Dispara, si nos atacan'; murmur.

Era la primera vez que sostena un arma de fuego.
Tuve la sangre helada hasta que abandon Hebrn pocas horas ms tarde.
El tiempo suficiente para echar un vistazo a la Tumba de Los Patriarcas, ubicada supuestamente bajo los
muros de la actual mezquita de AI-Jbrahimi, a su vez edificada entre los muros de un templo edificado
por Herodes el Grande y que -segn me explic pacientemente Hayyim- es un modelo a escala, nueve
veces ms pequeo, que el segundo Templo de Yahv, en Jerusaln.
LA IMPORTANCIA DE UNOS HUESOS
Mi inters por visitar este lugar era slo uno: confirmar que, efectivamente, all estaban enterrados los
huesos de los Patriarcas. Y no se trataba de una curiosidad morbosa, pues en mi pensamiento slo exista
el convencimiento de que si as fuese realmente, un anlisis gentico en profundidad podra haber
confirmado -como nos tememos muchos- si hubo o no alguna clase de intervencin gentica en el pueblo
elegido por Yahv, entre la seleccin de Abraham como padre de una gran descendencia (Gnesis, 15) y
la "cuarentena" a la que fue sometida su descendencia durante el xodo, aislndolo de cruces raciales
con otros pueblos por expresa imposicin de su colrico dios.
Pero qu va! La decepcin fue mayscula.
Dentro de aquella mezquita de Hebrn encontr, efectivamente, los cenotafios de Abraham, Sara, Isaac,
Jacob, Rebeca y Lea; unos impresionantes sarcfagos cubiertos de telas pero... como la propia palabra
cenotafio indica, absolutamente vacos. Y es que un cenotafio es, segn el diccionario de la Real
Academia Espaola, un "monumento funerario en el cual no est el cadver del personaje a quien se
dedica".
La justificacin a estos cenotafios se encuentra en el captulo 23 del Gnesis donde se narra cmo
Abraham pag 400 ciclos de plata por una cueva cercana a Hebrn, llamada de Macpela, donde enterr a
su esposa. A esto se le aade un relato medieval, de poca de los cruzados, que refiere cmo un grupo de
monjes, buscando la tumba de los Patriarcas en esta mezquita, encontr por azar una cavidad con
numerosos huesos humanos en su interior, encerrados en quince urnas de piedra.
Los monjes construyeron una escalera de acceso a la cueva y recibieron a miles de peregrinos -entre
ellos, el clebre rabino Benjamn de Tudela, que hizo escala en Hebrn en el ao 1170-, hasta que una vez
expulsados por los rabes el recinto fue cegado y los cenotafios plantados encima.
Y es que los musulmanes teman -y temen todava- que Al castigara con la ceguera a quien violara el
descanso eterno de Abraham.
Ahora bien, qu certeza tenemos de que aquellos huesos fueran de los Patriarcas?
La respuesta es: ninguna. No se hallaron inscripciones ni objetos que indicaran la importancia de los
personajes sepultados all. Omisin de los sepultureros -poco comprensible dado el linaje de los ilustres
enterrados- que sugiere lo que ya tema antes de arriesgarme a visitar Hebrn: que aquellas tumbas,
como la de Moiss en Nebi Musa o los tres sepulcros de Jess en Jerusaln son slo el producto de la fe,
pero no de la arqueologa.
Abandon Hebrn en el Mercedes de Hayyim con el corazn encogido. Al fin y al cabo -suspire-, aquellas
tensiones entre judos y palestinos que tanto preocupaban a Hayyim se deban a unos sarcfagos vacos
y a unos huesos de sabe Dios qu infelices pastores beduinos.
Triste.

DNDE ESTN LAS DIEZ TRIBUS PERDIDAS DE ISRAEL?

Uno de los grandes enigmas bblicos pendientes es el del destino final de las diez tribus de Israel.
Se ha especulado mucho sobre su paradero, situndolas en los lugares ms dispares del planeta.

Pero para saber cmo llegaron a "perderse" esas diez tribus conviene remontarnos al perodo histrico
protagonizado por el clebre rey Salomn, en los postreros aos de su existencia.
En aquella poca, Salomn se enfrent a varias rebeliones surgidas en el seno de naciones cercanas a
Jerusaln. Jeroboam, de la tribu de Efraim, se levant contra el soberano pero huy a Egipto temiendo
por su vida. Tras fallecer Salomn, le sucedi su hijo Roboam, dejando el camino libre para que Jeroboam
regresase de Egipto y suplicara al nuevo rey perdn por su antigua rebelin.
Slo que en lugar de mostrarse magnnimo, Roboam, persona arrogante y todava muy joven, respondi
duramente a Jeroboam, provocando que Israel se levantase en rebelin, hiciese a Jeroboam rey de las
diez tribus norteas (las de Rubn, Simen, Levi, Isacar, Zabuln, Dan, Neftali, Gad, Aser y Jos) y
constituyese en Siquem su capital.
Entretanto, Roboam se qued solo al frente de las tribus de Jud y Benjamn, formando el reino de Jud.
Durante casi dos siglos, ambos reinos se batieron entre s, combatiendo al mismo tiempo contra los
pequeos estados sirios. En el 740 a.c., el general asirio Salmanasar V, seguido por Sargn (que no tiene
nada que ver con su homnimo 2.000 aos posterior) se apoder de Samaria, capital de Israel, durante el
reinado de Oseas, y deport a 27.000 habitantes. Tras esta conquista asira, se terminaba el reino de las
diez tribus de Israel que haba durado 257 aos.
Y, qu destino tuvieron aquellas gentes? Tanto algunos historiadores como la misma Biblia (II Reyes
17,6) refieren que las diez tribus fueron llevadas a Asira, ms concretamente a Jalah, cerca del rio Gozn,
y a las ciudades de los pueblos medos, en los mrgenes del Tigris. Exilio tras el cual los cronistas de la
Biblia olvidarn definitivamente a estas tribus, concentrndose nicamente en la descripcin de la
historia del reino de Jud.
Sin embargo, y pese a esta indiferencia, en uno de los apcrifos bblicos -el Esdras lI o Apocalipsis de Ezra
(escrito en griego hacia el ao 100 d.c.)- un ngel revela al cronista que las diez tribus, tras haber sido
trasladadas al otro lado del ufrates, decidieron irse ms lejos, hacia una regin "ms apartada donde
nunca habit el gnero humano y que, al cabo de ao y medio de camino, llegaron a Arsareth, donde
fijaron residencia".
Se ha conjeturado incluso que Arsareth podra ser una zona prxima al monte Ararat, o an ms una
alteracin de la palabra hebrea "erets akhereth" (otro pas), tal vez Tartana.
No obstante, para muchos expertos es inconcebible pensar que los israelitas, llenos de recursos y de
orgullo, y a quienes Yahv hizo tan bellas promesas (Gnesis 15, 3-5), hubiesen desaparecido de la faz de
la Tierra sin dejar rastro. No obstante, la bsqueda de las diez tribus perdidas no empezara hasta el siglo
X d.C., cuando un tal Eldad Ben Mahl apareci en Kairuan (Tnez) y anunci que proceda de un reino
judo en Etiopa (en el ro Sambation) y que all se encontraban cuatro de ellas.
Luego, cuando durante el perodo de los cruzados los judos sufrieron una violenta persecucin,
intentaron llegar a ese reino oriental en el que -crean- estaban las tribus perdidas. Expectativas que se
basaban en las historias de Benjamn de Tudela, un viajero judo espaol que recal en Alemania para
presentar un informe sobre las comunidades judas existentes en el Oriente cercano, situndolas tanto en
Irn como ms all de este pas.
Quinientos aos ms tarde, en 1524, un judo llamado David Reubni se persono ante el Papa y el rey de
Portugal para tratar de convencerles de que su hermano era el monarca de una de las tribus perdidas,
que sta se hallaba en alguna parte de Asia y que buscaba una alianza con los cristianos para luchar
contra los musulmanes. El desdichado pag cara su iniciativa: fue quemado en la hoguera por la
Inquisicin. Y quiz Reubni estuviese en lo cierto, pues realmente lleg a existir una colonia juda en la
India de la que, quizs, l pudo ser su embajador.
LAS TRIBUS EN AMRICA
El caso es que cuando todos los intentos por localizar a las tribus perdidas en Asia terminaron -en fracaso, se empez a mirar hacia la recin descubierta Amrica como su posible paradero. El primero en hacerlo
fue el tristemente clebre obispo Diego de Landa, el mismo que mand quemar muchos cdices mayas

en Mxico en el siglo XVI. Y as, en su Relacin de las Cosas del Yucatn, cuenta que "este pas fue
ocupado por una raza humana procedente del Este, que Dios libertar abriendo diez caminos sobre la
mar", con lo cual deduca que los indgenas norteamericanos eran descendientes directos de los judos
perdidos.
Otro espaol, el judo Anron Levi o Antonio de Montesinos, relat a un sabio de Amsterdam -Manasseh
Ben Israel- sus aventuras en el Nuevo Mundo, insinundole que se encontr con algunos indgenas en
Per que eran descendientes de la tribu perdida de Rubn. Manasseh se puso en contacto con algunos
telogos puritanos de Inglaterra y les convenci sobre el origen judo de 105 indios americanos. El propio
Oliver Cromwell (1599-1658) cit a Manasseh en Inglaterra y, como resultado de aquel encuentro, se
lleg al acuerdo tcito de admitir a los judos en tierras britnicas.
Incluso se baraj la posibilidad de reconducir a los indgenas a Palestina! Pero la idea no cuaj.
El fraile Diego Durn (?-1588) tampoco tuvo dudas acerca del origen hebreo de los americanos. En su
obra Historia de las Indias de Nueva Espaa e Islas de la tierra Firme, Durn atribuy la responsabilidad
de la llegada a Amrica de la cultura hebrea a las diez tribus de Israel e, incluso, ech mano a la Biblia
para justificar sus ideas al comparar la promesa que Yahv hizo a estas tribus de que haban de
multiplicarse 'coma la arena de la playa"; agregando: '...lo que vimos en esta tierra cuan espantoso y de
gran admiracin, fue el nmero de gente que en ella se hall..."
El destierro impuesto por Salmanasar a los israelitas estuvo relacionado, siempre segn Diego Durn, con
un castigo divino a las diez tribus por sus grandes maldades, abominaciones y nefastas idolatras,
apartndose del culto de su verdadero Dios, de quien tantos beneficios haban recibido..."
Otra de las curiosas afirmaciones del religioso fue que "...esta gente -los indios de la Nueva Espaa, es
decir, de Mxico-, con su bajsimo modo y manera de tratar, y de su conversacin tan baja, era tan propia
de las de los judos que en ninguna cosa difieren"
Muchos historiadores, sin embargo, consideran la tendencia de los antiguos religiosos de atribuir un
origen hebreo a los nativos americanos como una manipulacin ideolgica para justificar una hipottica
"re-conversin" y tener as a su merced aquellos pueblos que les eran serviciales. Comparaciones
despreciativas an ms airadas tambin las aire el jesuita portugus Sirneo de Vasconcelos en su
Crnica de la Compaa de Jess (1663), cuando compara judos e indgenas brasileos de esta manera
"ambos son miedosos, cobardes, supersticiosos, mentirosos, conservadores de la generacin de sus
hermanos, casndose con sus cuadas cuando aquellos mueren; lvanse a cada paso en los ros'...
De hecho, otra prueba de la presencia de judos en Amrica que consideraron los religiosos fue la de la
circuncisin practicada entre algunas tribus americanas, tanto en la Nueva Espaa como en la Amazonia.
Otros religiosos, tanto espaoles como portugueses, llegaron a interpretar las lenguas de los indgenas
de Amrica como "hebreo corrompido", encontrando toda clase de similitudes lingsticas con la lengua
de Yahv.
Incluso en pleno siglo XIX, el lingista francs Henry Onnfroy de Thouron lleg a la conclusin de que el
quechua hablado por los pueblos andinos y el tupi, hablado por los nativos de Brasil, son de origen
hebreo-fenicio. Adems, la actual toponimia de los ros amaznicos que todava conserva el nombre
indgena, remite a lugares y personajes bblicos, como por ejemplo el ro Solimoes, que Henry
consideraba una adulteracin del nombre Salomn, rey de Israel.
Tambin a mediados del siglo XIX, el explorador alemn Waldeck supo a travs de los juarros de Mxico
que los toltecas podran ser descendientes de las tribus israelitas. Con el objetivo de sustraerse a la clera
de Moiss por haber cado en la idolatra despus del paso del Mar Rojo, los antepasados de los toltecas
fueron abandonados por los suyos, establecindose en el pas de las "Siete Cuevas" o "Chihicomostoc",
donde fundaron la famosa ciudad de Tuis.
Algunos arquelogos contemporneos confirman la presencia de judos en Amrica presentando como
prueba varias inscripciones prehistricas que presuntamente contienen frases en idioma fenicio
(emparentado con el hebreo), como las encontradas en Pouso Alto (Brasil, en el estado de Pararba), y
refrendadas por el profesor Cyrus Gordon en 1968, de la Brandeis University de Boston.

LAS TRIBUS Y LOS ANGLOSAJONES

En 1649, un britnico -Iohn Saddler lanz la idea de que los habitantes de las Islas Britnicas eran los
legtimos descendientes de las diez tribus perdidas. Teora que gan cierta popularidad a partir de 1794,
gracias a Richard Brothers, un marino que se deca sobrino de Dios amn de profeta divino descendiente
de David, y cuya misin -afirmaba- era la de gobernar el mundo.
En pocos aos profetiz varias muertes de personalidades de su poca con absoluto xito, con lo cual
pronto se rode de multitud de seguidores. Finalmente, termin en un manicomio, afectado de
tuberculosis y desacreditado tras haber fallado sus ltimas profecas. Brothers crea que las diez tribus
fueron llevadas a Media por Salmanasar, donde permanecieron hasta el 650 a.c. cuando se rebelaron y
huyeron. En veinte aos abandonaron el hebreo como idioma y pasaron a comunicarse en indo-iran,
convinindose en los escitas. Estos pueblos cruzaron el Cucaso, costearon el Mar Negro y recalaron en
Alemania.
All se metamorfosearon nuevamente y se transformaron en sajones, adoptando una nueva lengua y
cambiando incluso su aspecto fsico (pasando a ser altos, rubios y con ojos azules). Algn tiempo despus,
marcharan hacia Inglaterra, poblando las Islas Britnicas.
Lo gracioso es que, pese a lo absurdo de esta hiptesis, el llamado "israelismo britnico" cont con
numerosos discpulos e incluso extendi sus tentculos hasta Norteamrica, donde alcanz su punto
lgido hacia 1890. Con lo que hasta sectas de negros estadounidenses, como la The Church of God and
Saint of Christ pretendan ser tambin descendientes de las diez tribus perdidas.
Durante el siglo pasado an se crea en la hiptesis americana para explicar el destino de las diez tribus
perdidas de Israel.
Dos anglosajones contribuyeron a ello: uno fue el Lord britnico Kingsborough y otro el estadounidense
Joseph Smith. Del primero sabemos que se gast una suma astronmica en la edicin de los nueve tomos
de su The Antiquities of Mexico, con reproducciones de escritura azteca y de obras de arte. All expuso su
creencia en la teora judo-americana de las tribus perdidas e inclua una curiosa historia narrada un siglo
antes por un tal James Adair.
Este oscuro personaje ejerca el trueque con los indgenas chickasaws y choctaws, a los que crea
emparentados con los judos porque tenan por dios a un "gran espritu" y conocan la numeracin
decimal... En fin, nada concluyente.
El ya mencionado Joseph Smith tuvo ms suerte que el desafortunado Lord Kingsborough -que muri en
la crcel por no poder pagar a la imprenta que le public su voluminosa obra-. Smith fue el autor de un
"libro revelado" por un ngel -el Libro de Mormn-, que dio origen a una de las ms exitosas nuevas
religiones de corte cristiano de todo el mundo: los mormones. Obra en la que se considera a los indios
americanos como descendientes de los judos emigrados de Jerusaln en la poca de Zedequias, aunque
stos -segn Smith- no pertenecieron a las diez tribus de Israel.
Decir, por ltimo, que mucho antes de que Marshall E. Garciner se planteara en 1913 la teora de la Tierra
Hueca, el capitn J.C. Symrnes, hroe americano de la guerra de 1812, afirmaba que el mundo era hueco,
posea cinco capas internas y tena aberturas en los casquetes polares por donde pudieron haber
penetrado las famosas tribus perdidas.
En fin, el caso es que a principios de este siglo la deportacin de los judos israelitas se haba
transformado en un mito y, como tal, pas a ser rescatado por muchos grupos judos como smbolo de
esperanza. Por eso los judos rusos (de origen trtaro), los del Daguestn (caucasianos) y hasta los
cristianos nestorianos del Kurdistn se enorgullecan de estar emparentados con aquellos pueblos que
formaban parte de la historia sagrada de la humanidad.
Otros, en cambio, interpretaron el mito de forma mesinica, como el judo Manasss Ben Israel (16041657) de Amsterdam. Este polglota de origen portugus supona que, al encontrarse las tribus perdidas,
se restaurara el antiguo reino de la Biblia. En suma, lo nico cierto es que hoy sigue sin estar claro cul
fue el destino de aquellas diez tribus de Israel.
Aunque hiptesis haya muchas.

EGIPTO EN LA BIBLIA
Qu faran reinaba en Egipto cuando Jos fue vendido por sus hermanos y alcanz el rango de primer
ministro aos despus? Cul fue el faran que perdi parte de sus tropas en el Mar Rojo, mientras
trataba de abortar la huida de Moiss al frente del "pueblo elegido"?
Y qu primognito real muri antes de alcanzar el trono, afectado por la dcima plaga de Yahv?
Estas tempranas dudas son algo ms que meras curiosidades histricas. A fin de cuentas, la Biblia no cita
ni un solo nombre de faran en ninguno de sus libros y dificulta, por tanto, que se pueda situar en un
contexto histrico las afirmaciones de este libro de libros. Adems, es la Biblia una crnica de hechos
histricos? Pueden rastrearse las afirmaciones relativas al pas del Nilo y confrontarlas con lo que
sabemos de la historia del antiguo Egipto?
Esta ha sido una de las muchas aventuras en las que exegetas y arquelogos han hipotecado sus estudios
ofreciendo, a veces, curiosos resultados. Para comprender la relacin entre Egipto y el pueblo judo,
debemos remontarnos forzosamente a tiempos de Abraham...
EL PATRIARCA VISITA AL FARAN
El libro d Gnesis, justo despus de describir el episodio de la torre de Babel y la curiosa venganza que
Yahv aplica al gnero humano, confundiendo sus lenguas, se hace eco del viaje que Abram -el nombre
de Abraham le sera impuesto por Yahv ms tarde (Gnesis 17, 5)- y su familia emprenden hacia el Nilo,
empujados por una fuerte hambruna. La expedicin acampar provisionalmente en Harn, en el valle del
Eufrates, para despus encaminarse hacia Egipto cruzando la tierra de Canan.
Y all, el patriarca adoptar una curiosa medida de precaucin: ante el temor de que el faran se
encaprichase de la belleza de su esposa Saray, Abraham le instruir para que se presente como su
hermana y evite as ser asesinado por los hombres del monarca egipcio. Su prudencia, cuenta el Gnesis,
fue proverbial pues, en efecto, el faran se hizo con Saray... y Yahv, atento a la afrenta, castigar al
faran y sus seres queridos con una plaga de extraas enfermedades.
Y es que el rapto de Sara ser clave en la historia bblica. O, al menos, as lo creen expertos como el
abogado anglo-egipcio Ahmed Osman, para quien este secuestro explicara por completo lo que Yahv
transmiti al patriarca cuando pactaron.
"A Saray, tu mujer -se lee en Gnesis 17, 15-16- no la denominars ms Saray, sino que su nombre ha de
ser Sara, y la bendecir, e incluso te dar de ella un hijo, y le bendecir y se convertir en naciones, y
reyes de pueblos saldrn de l". Osman se pregunta cmo era posible que Yahv sugiriera que saldra una
casta real de Sara si sta era una beduina nmada como Abraham, sin vnculo alguno con familia de
sangre noble... a no ser que el padre de ese hijo no fuera Abraham sino el faran, que la habra
fecundado durante su secuestro.
La tesis es osada, pero podra tener su fundamento ya que la propia Biblia explica que Abraham es ya un
centenario que se siente incapaz de tener descendencia.
Fue entonces Isaac, el fruto de ese anuncio, hijo de un faran? Y en ese caso, de cul?
Osman public en 1987 un bestseller titulado Extranjero en el Valle de los Reyes, donde llevaba su
hiptesis an ms lejos. Por ejemplo, el relato del sacrificio que Abraham pretende cometer con Isaac
siguiendo rdenes de Yahv, alcanza otra reveladora lectura bajo esta ptica.
Osman se aparta momentneamente del Gnesis para recurrir al Talmud -que son antiguos comentarios
judos a las escrituras-, y destapa un texto substancialmente diferente al "oficial": Abraham pretende
acabar con su hijo ilegtimo Isaac, y Yahv -por alguna oscura razn- se lo impide en el ltimo momento.
Ilegtimo? Acaso Abraham saba que su primognito era hijo del faran y pretenda repudiarlo con la
muerte?
Sea como fuere, el planteamiento de Osman podra arrojar cierta luz a otros episodios oscuros de las
relaciones entre egipcios y judos. Por ejemplo, el de la "venta" de Jos y su posterior ascensin como
primer ministro de Egipto y su papel fundamental en el posterior xodo judo.

Veamos: Jos es nieto de Isaac, y por tanto, segn la "hiptesis Osman", de sangre real egipcia.
Y as, cuando Jos es vendido por sus hermanos -Gnesis 37- despus de una serie de extraos sueos
premonitorios en los que l se ve reinando entre ellos, pronto alcanzar, gracias a sus habilidades
psquicas, el favor del faran, convirtindose en su hombre de confianza. O no fue slo gracias a sus
habilidades psquicas? Acaso intervino tambin el que en la corte supieran de su ascendencia? Y en qu
corte tuvo lugar este incidente?
Pese a que Osman afirma que Jos fue virrey bajo el reinado de Tutmosis IV, le falta encontrar la prueba
definitiva. Y qu mejor que encontrar alguna referencia a la situacin que vali a Jos el favor del faran.
Esto es, alguna alusin histrica a la hambruna de siete aos (las "vacas flacas" que interpret Jos en el
sueo del monarca) que arrasaron Egipto tras siete aos de prosperidad (O "vacas gordas").
Pues bien, tal documento no existe... o no cuando esperbamos, ya que slo la llamada Estela del
Hambre, trazada en la isla de Sehel, en Asun, por los faraones ptolomeos al final de los das de Egipto,
cita una hambruna de siete aos. Pero la sita en tiempos del faran Zoser, de la III Dinasta, y por tanto,
en un tiempo indiscutiblemente muy anterior a la poca de Jos y a la XVIII Dinasta de Tutmosis.
Se equivocaron los ptolomeos de poca?
PADRE DEL FARAN
En cuanto a los sueos de Jos con respecto a su familia, se cumplirn con precisin unos captulos ms
adelante, dentro del mismo libro del Gnesis. Cuando Jos es ya un primer ministro respetado en Egipto
y el hambre azota a la tribu de Jacob, sus hermanos se ven en la necesidad de comprar grano de los silos
faranicos.
Jos identificar a sus familiares desde el primer momento, pero no se identificar hasta tiempo despus.
Aguardar al momento ms adecuado para referirles su odisea e identificarse, tratando de exculparles
del delito que cometieron vendindole y asegurndoles que fueron los elohim quienes le enviaron a
Egipto, ya que todo aquel episodio estaba "programado" de antemano. Pero hay ms, les referir
igualmente que los elohim le haban preparado "como un padre para faran" (Gnesis 45, 8).
Padre para faran?
Aquella extraa alusin de Jos dispar el ingenio de Osman, quien record un extraordinario hallazgo
arqueolgico que se produjo a principios de siglo en el Valle de los Reyes. Entre dos tumbas faranicas se
encontr una tercera sepultura que no corresponda a ningn rey, sino a un personaje llamado Yuya, rica
y extraamente enterrado en aquel suelo sagrado, y que ostentaba un no menos inescrutable ttulo:
"padre del faran"
Eran Yuya y Jos la misma persona? La sospecha dispar las investigaciones hace ms de una dcada. El
tal Yuya alcanz fama y prestigio, en efecto, en tiempos de Tutmosis IV. Tena tierras en el Delta del Nilo y
fue un importante cabecilla militar que no debi haberse enterrado en el Valle de los Reyes... a no ser
que por sus venas corriese sangre real. Como la de Jos.
Adems, la momia posee -an hoy- algunos rasgos inconfundiblemente semitas, amn del detalle de que
los lbulos de sus orejas no estn perforados, como era costumbre egipcia, y siguiendo la tradicin
hebrea. Podemos, pues, estar seguros de esta identificacin?
Evidentemente no del todo, aunque el ltimo versculo del Gnesis establezca claramente que "muri
Jos de edad de ciento diez aos y lo embalsamaron y se le deposit en un fretro en Egipto".
Pero Osman evita referirse a un detalle que pone en jaque su hiptesis desde la raz: el Gnesis afirma
que Sara era nonagenaria cuando concibi a Isaac, y aunque hubiera podido resultar atractiva al faran quizs el faran Tutmosis III-, difcilmente la hubiera podido dejar embarazada sin una ayuda exterior:
una ayuda que es recurrente en la Biblia en numerosas ocasiones y que siempre requiri de la ayuda de
Yahv y su equipo de elohim, expertos en fecundaciones imposibles.
Qu quiere decir esto? Que quiz -para los planes de Yahv resultaba de inters mezclar la gentica real
faranica con la hebrea, bajo su atenta observacin, a fin de crear las bases del "pueblo elegido" que se
incubar junto al Nilo.

OTRAS CRONOLOGAS
La inexplicable omisin bblica de nombres de faraones hace que los expertos naveguen en un mar de
hiptesis que, con frecuencia, resultan contradictorias. Es el caso, por ejemplo, de las ideas esbozadas
por Charles F. Aling en su obra Egypt and Bible History, en donde sita la accin del xodo y las plagas de
Yahv en tiempos de Amenhotep II (1453-1419 a.c.).
Esto es, ms de medio siglo antes de lo que estima Osman y teniendo como protagonista a Moiss, que
es posterior a Jos.
La razn? Aling se aferra a la clebre estela del sueo desenterrada bajo las garras de la Esfinge y que
fue mandada colocar por el descendiente de Amenhotep II, el faran Tutmosis IV. Esta estela recoge un
sueo del joven Tutmosis, en la que la Esfinge le propone un pacto: si la desentierra, ella le convertir en
rey de Egipto. Segn Aling, lo que indica claramente este texto es que Tutmosis no esperaba alcanzar el
trono del Alto y Bajo Egipto, y que bien pudo haberlo alcanzado gracias a la dcima plaga que Yahv lanz
sobre el Nilo: la muerte de todos los primognitos.
De esta forma, al morir el primognito de Amenhotep 1, Tutmosis hered el trono... tal y como haba
prometido la Esfinge. Es decir, para l fue Tutmosis el faran del xodo, mientras que para Osman fue
Ramss a quien derrot Yahv en el Mar Rojo.
Con qu hiptesis nos quedamos?
Juzgue el lector.

QU SUCEDI EN SODOMA Y GOMORRA?

Realmente no se sabe a ciencia cierta qu fue lo que indujo a Yahv a arrasar no slo Sodoma y Gomorra,
sino tambin las ciudades de Adm y Seboyim, as como todo rastro de vida en un radio de varios
kilmetros a la redonda. Porque la razn esgrimida por los "ngeles" acerca de la depravacin de que
hacan gala sus habitantes no parece de suficiente peso como para justificar que fueran eliminados sin
ms de la faz de la Tierra, salvo que con su destruccin se quisiera dar "ejemplo" a los dems pueblos de
la regin, cuya idolatra s que podra ser un peligro potencial para los planes de Yahv, tal como
podemos extraer de los siguientes versculos:
La generacin futura, vuestros hijos que vendrn despus de vosotros, as como el extranjero llegado de
un pas lejano, vern las plagas de esta tierra y las enfermedades con que Yahv la castigar, y
exclamarn: azufre, sal, calcinacin en su tierra entera; no se sembrar ni germinar, ni hierba alguna
crecer sobre ella, como en la catstrofe de Sodoma y Gomorra, Adm y Seboym, que Yahv asol en su
ira y su furor.
Y todas las naciones preguntarn:
'Por qu ha tratado Yahv as a esta tierra? por qu el ardor de tan gran ira?'; y se dir: 'Porque han
abandonado la alianza que Yahv, Dios de sus padres, haba concluido con ellos al sacarlos del pas de
Egipto; porque se han ido a servir a otros dioses y se han postrado ante ellos, dioses que no conocan y
que l no les haba dado en suerte. Por eso se ha encendido la ira de Yahv contra este pas y toda la
maldicin escrita en este libro'." (Deuteronomio 29, 21-26).
No parece, pues, que se puedan albergar muchas dudas sobre el "sistema" empleado para realizar esta
"hazaa", pareciendo todo indicar que se trat de un bombardeo -posiblemente nuclear- realizado sobre
Sodoma y Gomorra, el que hizo desaparecer en un instante todo rastro de vida de la zona. Recordemos
que la advertencia que recibieron Lot y su familia de que se alejaran rpidamente del lugar no fue tenida
en cuenta por su esposa, que muy probablemente se qued rezagada para contemplar qu es lo que iba
a ocurrir.
Curiosidad que le cost la vida ya que debi ser la ola de calor que presumiblemente produjo la
deflagracin lo que la convirti en "estatua de sal", quedando su cuerpo calcinado y desecado de forma
instantnea, tal como ocurre en este tipo de fenmenos.

Y aunque la hiptesis del bombardeo nuclear repugne a quienes siguen pensando que los relatos de la
Biblia son producto de la inspiracin divina y que, por tanto, lo que hizo Yahv responda al justo castigo
de "Dios" por la depravacin de unos hombres, hemos de decir que la destruccin de Sodoma y Gomorra
no fue la nica de esas caractersticas que se produjo en la antigedad, como demuestran muchos de los
hallazgos arqueolgicos que se han venido produciendo desde principios de este siglo.
Porque tales hallazgos nos dicen bastante claramente que nuestra humanidad ha tenido que soportar, en
muchas ocasiones, la justicia divina" de unos "dioses" no tan bondadosos como en principio cabra
suponer.
As lo demuestra, por ejemplo, el hallazgo de Albion W. Han, uno de los primeros ingenieros graduados
en el Massachusetts Institut of Technology, cuando march al interior de frica para hacerse cargo de un
proyecto de ingeniera. Mientras l y sus hombres se encaminaban a una regin casi inaccesible, tuvieron
que cruzar una gran extensin desrtica. Pues bien, en aquel momento se sinti desconcertado y
totalmente incapaz de explicar la gran masa de cristales verdosos que cubra la arena hasta donde la vista
alcanzaba.
Sin embargo, aos ms tarde, cuando pas por la zona de White Sands tras la primera explosin atmica
en la misma, reconoci el mismo tipo de fusin silcea que haba visto cincuenta aos antes en el desierto
africano. Descubrimiento que le dej perplejo.
Pero no ha sido el nico. Otros arquelogos han encontrado hallazgos similares a los de Hart, poniendo
de relieve que no se debieron a catstrofes causadas por volcanes, tormentas, conflagraciones entre los
hombres o cada de aerolitos, sino que el aspecto que presentan correspondera al que tendran despus
de una reaccin atmica.
Tal es el caso de unas antiguas ruinas halladas en Arabia que datan de la poca en la que la parte Sur de
la Pennsula Arbiga era frtil y contaba con bastante agua. En Arabia occidental existen 28 campos de
piedras abrasadas y dispersas, cada uno de los cuales cubre unas 7.000 millas cuadradas de extensin. Las
piedras tienen los bordes afilados, estn agrupadas en densos bloques y poseen el color negro propio de
la combustin. Su origen no es volcnico y parece remontarse a un periodo en el que, antes de verse
transformada de pronto en un seco desierto, Arabia era una tierra exuberante y fructfera.
Mucho ms cerca de donde se supone estuvieron situadas las ciudades de Sodoma y Gomorra, unas
excavaciones exploratorias realizadas en 1947 en el valle del ufrates, al sur de Irak, dejaron al
descubierto una capa de vidrio fundido de color verdoso cuya antigedad data de un periodo anterior a la
cultura sumeria.
Bueno, pues una vez ms, a lo nico que se pareca ese cristal fundido de varios miles de aos de
antigedad era... al suelo del desierto de la zona de White Sands (Nuevo Mxico) despus de que las
explosiones nucleares hubieran derretido la arena y las rocas. Los chinos han realizado cerca del lago Lob
Nor, en el desierto de Gobi, pruebas nucleares que han dejado grandes extensiones de terreno cubiertas
de arena cristalizada. Pero el desierto de Gobi cuenta con otras zonas de ese mismo tipo de arena...
conocidas desde hace miles de aos.
Y lo mismo podramos decir de los fuertes construidos en lo alto de las colinas de toda la orilla del
Atlntico oriental, desde las islas Lofoden, en la zona norte de Noruega, hasta las islas Canarias, que se
transformaron en lo que se llama "fuertes fundidos", pues las rocas o piedras apiladas de sus murallas
circulares se han convertido en vidrio en sus caras internas. Y tambin en el Pacfico occidental se han
encontrado vitrificaciones parecidas. Fenmeno que igualmente se ha observado en terraplenes y
murallas de las Islas Britnicas. Es el caso, por ejemplo, de las piedras de la cara interna de una larga
muralla cercana a Maughold, en la isla de Man, que estn fundidas, al igual que las misteriosas torres
vitrificadas de Escocia y de otras regiones.
Otro ejemplo lo representa el que se refiere a una de las ciudades ms antiguas de todo el mundo, Catal
Huyuk, en la zona centro-sur de Turqua. Segn las primeras evidencias encontradas, la ciudad pareca
hallarse en pleno apogeo cuando, de repente, se extingui sin explicacin aparente. Bien, pues los
arquelogos han descubierto gruesas capas de ladrillo quemado en uno de sus diversos niveles, el

llamado Va; bloques que se habran fundido entre s debido a un calor tan intenso que sus efectos se
hicieron sentir un metro por debajo del nivel del suelo, donde se carboniz la tierra, los restos seos de
los muertos y los regalos funerarios enterrados junto a ellos.
Paralelamente, la descomposicin o corrupcin bacterial de los cadveres se haba visto interrumpida por
tan tremendas temperaturas. Por ltimo, mencionaremos las construcciones reales halladas en las
excavaciones que se realizaron en el norte de Siria, conocidas por el nombre de Alalakh o Atchana.
Pues bien, estas construcciones haban sido calcinadas tan intensamente que el mismo ncleo de las
gruesas murallas estaba formado por ladrillos rojos fundidos entre s, el recubrimiento de barro y arcilla
de las murallas estaba vitrificado y las piedras de basalto de algunas partes haban llegado a fundirse.
Evidentemente, la Arqueologa no puede aceptar como posible el hecho de que en la antigedad ms
remota existieran ingenios capaces de producir reacciones termonucleares similares a las que se han
producido por la mano del hombre en el presente siglo.
Y, sin embargo, en los libros sagrados y leyendas de numerosos pueblos antiguos encontramos relatos
sobre guerras entre los "cielos" y la Tierra, donde como en Sodoma y Gomorra -el cataclismo hiciera
segn se dice textualmente en la Biblia- que "el humo se elevase como el de un gigantesco horno"
(perfecta descripcin del hongo que produce una bomba atmica). Y ello tanto en las escrituras de los
hindes y de los judos como en las de los mitos de pueblos tan distintos y alejados entre s como los
indios americanos y los habitantes de frica.
Quizs los relatos de la Biblia sobre Sodoma y Gomorra no sean ms que reflejos de los acontecimientos
que debieron producirse en ese tiempo en el que los "dioses" pululaban por la Tierra, hacindose
presentes en muchos lugares del planeta y eliminando expeditivamente a todos aquellos pueblos que no
siguieran sus mandatos.
En sus libros, el conocido historiador Zecharia Sitchin expone sin tapujos cmo los dioses manejaban
armas mucho ms potentes que las que actualmente dispone nuestra humanidad con el objetivo de
hacerse respetar por los habitantes de los pueblos que controlaban.
Aunque la verdad de todo lo acontecido en tiempos remotos es, probablemente, algo que tal ver nunca
lleguemos a saber. Sin embargo, los descubrimientos arqueolgicos hallados hasta el momento son
mudos testigos de un pasado donde la ira de los dioses dej su marca en las piedras.
Quizs cuando la ciencia abra los cajones donde se esconden esas pruebas "que nunca debieron haber
aparecido donde lo hicieron" y se cuestione seriamente que la cronologa aceptada oficialmente para
poner un orden en nuestra historia debe ser revisada en profundidad, sea el momento de poner al ser
humano en el verdadero lugar que le corresponde y logre as soltarse de la mano de unos "dioses" que,
lejos de cuidarle y alimentarle como padres, le han manipulado en todos los sentidos.

MOISS REALIDAD O MITO?

Intentar desentraar con la luz de la razn los textos -especialmente los ms arcaicos- del Antiguo
Testamento es una labor que usualmente nos lleva a la perplejidad.
Es ms: merecera siquiera la pena, por ejemplo, considerar el enigma del xodo mosaico si no se diera
la circunstancia de que todava alimenta el alma de un pueblo tan pujante como poderoso?
Porque supongamos que la Biblia no existiera y que un da llega nuestro hijo y nos cuenta lo del xodo
explicndonos que se lo ha dicho Dios y que, por tanto, no slo es verdad, sino que es verdad sagrada
que ay de ti pap si no lo crees!
Sinceramente, dgame, qu opinara usted de su hijo?
Yo s que a estas alturas del texto unos lectores ya me habrn excomulgado y otros, que han olvidado ya
el texto mosaico, habrn dicho que bueno, que s, y a m qu.
Permtanme, pues, refrescarles la memoria con algunos de tos hitos del xodo.

UNA HISTORIA ABSURDA

Para empezar, el hijo no legalizado de un levita y de la hija de otro levita es metido en una cestita de
papiro y dejado entre los juncos a la orilla del ro y, mira por dnde!, justo va a baarse all la hija del
faran. Algo as como si yo dejo a un nio en la baera en la que todos los das se ducha -eso supongo- la
reina de Inglaterra y despus la princesa Ana lo adopta.
Luego Moiss, que ya sabe que es hebreo aunque no est circuncidado -es de suponer que el faran
seguro desconocindolo a pesar de su "servicio de inteligencia"-, va y mata a un egipcio porque
maltrataba a un esclavo hebreo. As que ya tenemos a un Moiss homicida que se echa al monte, si bien
all el monte era el desierto.
Y en el desierto ya, en forma de zarza ardiendo, se le aparece Dios, o sea, Yahv, porque Dios le dice a
Moiss que su nombre es "Yo soy el que soy", lo que en hebreo se traduce por Yahv. Una forma como
otra de expresarse y de presentarse, pero que no deja de estar de acuerdo con el carcter de Yahv,
quien al parecer gusta de los juegos de magia. As, da a Moiss una vara que se convierte en serpiente y
juega con l a que se meta la mano en el pecho y luego la saque y la mire. Y al sacarla, esa mano muestra
ya los signos de la lepra, si bien luego vuelve al mismo juego y la enfermedad desaparece.
Ms adelante, como Moiss se resiste a lo que Yahv le pide y en su resistencia alega ser mal orador, Dios
-sea, Yahv- le dice que no importa, que como Aarn -el hermano mayor de Moiss- tiene un pico de
oro, que sea ste quien hable lo que Moiss le dictar. Y digo yo, no habra sido ms fcil para Yahv
inspirar a Moiss, ser su boca, como en un momento dado dice que har, aunque luego, no se sabe
porqu, desiste de ello? Y ya lo incomprensible.
Moiss debe ir hasta el faran (no se sabe cmo consigue que ste le d audiencia) y cuando est all
Yahv dice que le haga el truco del cayado, que se convierte en serpiente, al tiempo que le pide unos das
de asueto para que los hebreos se vayan al desierto.
Pero Yahv aclara -si a esto se le puede llamar aclarar- que el faran se negar porque l -o sea, el mismo
Yahv le endurecer el corazn. Y se preguntar usted, lector -si todava sigue leyendo- por qu Yahv
quiere endurecer el corazn del rey? No seria ms fcil ablandrselo y todos contentos? Pues no. Y la
razn estriba en que, al endurecer el corazn del monarca, Yahv tiene as una excusa perfecta para
cabrearse y matar al primognito del propio faran.
Y ms tarde, para mandar las terribles plagas con las que doblegar el corazn de piedra del rey, porque el
mismo Yahv se lo haba endurecido. Ms retorcido imposible!
Una vez ablandado el corazn del monarca, Yahv deja que los hebreos entren a saco en las vidas y
bienes de los egipcios y se vayan con esas riquezas al desierto. Hechos unos ladrones, pero libres y
contentos. Aunque cada vez menos, porque entonces Yahv empieza a arrojarles con leyes y ms leyes.
Yahv lo legisla todo, hasta cmo hay que guisar el cordero pascual. Y, adems, resulta que la Tierra
Prometida ya tena propietarios.
As que no es un regalo de Yahv, sino que hay que quitrsela a otros a sangre y muerte. Pero los hebreos
tienen fe -a ratos- porque han visto lo del Mar Rojo, que esto s es magia por todo lo alto, y adems les va
conduciendo una nube desde la que Yahv habla a unos cuantos elegidos. Y, al parecer, lo hace a travs
del Arca de la Alianza.
Lo malo es que para cubrir un trayecto que hubieran podido andar en unos meses, la nube los tiene
dando vueltas de un lado para otro nada menos que cuarenta aos.
Y eso no es justo se le haga a un anciano, que Moiss tena ya ochenta aos cuando sali de Egipto y
estuvo caminando hasta los ciento veinte. Y en un momento dado, cargando incluso las Tablas de la Ley,
que no hay que olvidar haban sido grabadas en piedra.
Adems, el iracundo Yahv no dej al cansado Moiss entrar finalmente en la Tierra Prometida porque segn dijo- una vez, intentando -por orden de Yahv- sacar agua golpeando una roca, se haba puesto de
los nervios al ver que la piedra se resista.

EXTRATERRESTRES?
Espero que los lectores comprendan el desenfado de mis anteriores lneas, pero consideraba necesario
hacerlo as a fin de explicar que, en gran medida, la Biblia no puede ser considerada el libro de los libros
que contiene hechos que han ocurrido tal cual son contados. O sea, la Biblia no es un libro histrico.
Puede ser un libro manipulado que adultera un fondo real, pero no autntica historia, salvo que...
Todo lector de esta revista conoce ya -qu duda cabe- la versin ufolgica del xodo. Y la verdad es que
un Yahv Comandante de una escuadrilla de OVNIS s encaja en la narracin bblica. Siempre y cuando
ese capitn sea el malo de la pelcula. De otra manera no se entendera su forma de actuar.
Pero bueno o malo, que no se trata de juzgar -y menos a alguien tan dado a mandar plagas-, la verdad es
que una nueva y creble cronologa sita a Moiss viviendo en los tiempos en que, segn un papiro de la
XVIII Dinasta egipcia, tuvo lugar el ms inslito de los enfrentamientos.
Una batalla que fue la nica que histricamente se sabe perdi Tutmosis III. y que fue, adems, la que -se
cree- trajo la conversin de los faraones a la religin de Atn.
"En el ao 22, tercer mes del invierno, a la sexta hora del da -se lee en el papiro- los escribas de la Casa
de la Vida notaron la llegada de un crculo de fuego en el cielo. Su cuerpo tena una vara de largo y un
quinto de ancho (cinco metros por uno, aproximadamente).
Aunque no tena cabeza, su boca despeda un aliento de olor ftido y no tena voz (...) Sus corazones
quedaron turbados y echaron a corren. Despus fueron a comunicrselo al Rey. Su Majestad medit
acerca de lo ocurrido. Su Majestad dio la orden (...) ha sido examinado (...) como todo cuanto se ha
escrito en los rollos de papiros de la Casa de la Vida (...)
(...) Ahora, cuando ya han transcurrido muchos das despus de estos acontecimientos (...) oh son
numerosos como todo. Brillan ms que el Sol en los cuatro puntos cardinales del cielo.
Los crculos de fuego ocupaban una fuerte posicin y el ejrcito del Rey los vio, estando Su Majestad en
medio de l. Esto tuvo lugar despus de la cena. All arriba, ellos (los crculos de fuego) se elevaron en
direccin sur...
El relato sigue, y a l pueden unirse muchos otros que sugieren la existencia de visitantes del espacio. De
hecho, casi todos los apcrifos -con el Libro de Enoch a la cabeza- son historias que sugieren la presencia
de extraterrestres en la Tierra.
Si as hubiera sido -y cierto es que no soy proclive a la creencia en dioses aliengenas-, el xodo tendra
una fcil y comprensible explicacin. Porque a estas alturas nadie puede creer ya que Dios -ese concepto
inefable- sea algo tan patolgicamente humano como Yahv.
Por el contrario, s podemos entender todos que unos simples extraterrestres con alta tecnologa puedan
encerrarse en una "nube", comunicarse a travs del Arca -algo, por otro lado, ya experimentado segn
algunos-, facilitar el paso de una orilla a otra en una zona del Mar Rojo que se dice no era especialmente
profunda, dar leyes y ms leyes para obtener la necesaria sumisin de los hebreos, ritualizar sus actos y
hasta sus comidas a fin de evitar o combatir enfermedades y, desde luego, ser capaces -moral y
tcnicamente- de originar las terribles plagas que asolaron Egipto.
Pero si Yahv era un comandante de nave con alta tecnologa a su servicio, por qu no utiliz una simple
brjula para llevar directamente a los hebreos a la Tierra Prometida?
A eso algunos estudiosos han respondido diciendo que, aparte de endurecer a los hebreos en la lucha y
de limpiar de enemigos la zona que iban a habitar, lo que Yahv "el extraterrestre" pretenda era que
desde la salida de Egipto hasta la llegada a la tierra de Jud pasaran tres generaciones, el tiempo
necesario para que los hebreos de la nueva Jerusaln hubieran olvidado sus anteriores costumbres, de
forma que pudieran ya vivir en las nuevas leyes de Yahv.
Esta explicacin es inteligente y muy ajustada a la mentalidad de un Napolen
-soldado y legisladorcomo mostraba ser Yahv. Pero, por qu Yahv eligi al pueblo hebreo y con qu finalidad? Una
respuesta podra ser que ese porqu y su finalidad todava no han llegado, aunque su llegada podra estar
prxima...

LA EXPLICACIN MITOLGICA
La tesis extraterrestre tiene la ventaja y la desventaja de que, de una manera ms o menos ajustada,
puede explicar cualquier acontecimiento de la antigedad. Lo mismo las aventuras de Yahv que las de
Zeus. O las de cualquier otra divinidad mitolgica..
De ah que mis preferencias se inclinen por el sentido mtico de la historia. Ms todava sabiendo -por mi
tcnica regresiva Anatheresis- que la mitologa es la expresin perceptiva de los ritmos bajos de
conciencia. O sea, los de los fetos y recin nacidos -aunque estos ltimos menos- y, en consecuencia, la
de los pueblos primitivos, incluidas las culturas tan aparentemente evolucionadas como la del Antiguo
Egipto. Basta con leer el Libro egipcio de Los Muertos o recorrer los grabados de algunas de las tumbas
egipcias para comprender cun real era para ellos el mundo generado por una sintaxis simblica.
En lo que a Moiss respecta, sucede lo que pasa con casi todos los taumaturgos de la antigedad, Jess
de Galilea incluido. De todos ellos se ha dicho que han nacido de madre virgen. Asimismo, de todos los
fundadores de dinastas considerados, por otro lado, inmortales, se ha asegurado que fueron "salvados
de las aguas". Y entre los muchos inmortales salvados de las aguas, ninguno tan parecido a Moiss como
Sargn, anterior a aqul y fundador de la dinasta semtica de Akkad.
He aqu lo que nos dicen de Sargn textos en escritura cuneiforme: "Yo soy Sargn, el poderoso rey de
Akkad. Mi madre era una sacerdotisa. A mi padre no le conoc. Mi madre me concibi, me dio a luz a
escondidas, me coloc en una cesta de juncos y cerr mi puerta con asfalto. Me abandonaron en el ro. El
ro me arrastr levndome hasta donde estaba Akki regando. ste me adopt como hijo suyo y me
educ. Hemos de entender, como opinan algunos autores, que Moiss, nombre egipcio que significa
precisamente "salvado de las aguas", es slo un smbolo? Parece que s.
Un smbolo, por otro lado, que, al ser rplica del de Sargn, vendra a decirnos que nos encontramos ante
una segunda fundacin del reino semtico de Akkad.
Por lo dems, en el xodo se dan similares -a veces los mismos- acontecimientos simblicos que en las
restantes grandes mitologas: nubes y otros signos celestes que nos marcan el camino, fenmenos de
transformacin en los que predomina la serpiente como smbolo de nueva y ms energtica vida, el agua
como elemento salvador y sanador, el desierto como camino de purificacin con el nmero cuarenta
como signo de renovacin, la llegada a la Nueva Tierra -al igual que ahora esperamos la Nueva Jerusalny la figura del fundador de una nueva era, que es a la vez el legislador de la misma.
Y esto es bsicamente Moiss, el Gran Legislador, arquetipo de todos los legisladores. Hasta tal punto
que el pueblo hebreo, una vez retirada la "nube" que le conduca, acab identificando a Dios con la Ley.
Por eso despus otro arquetipo tendra que iniciar su era afirmando que no se haba hecho el hombre
para el sbado, sino el sbado para el hombre. Moiss no es un enigma.
El enigma somos nosotros. A qu Tierra Prometida final y decisiva quieren llevarnos los arquetipos? Y
por qu ese peregrinaje milenario de la humanidad es un dar vueltas y vueltas en el doloroso desierto de
nuestras vidas?.

LAS DIEZ PLAGAS DE EGIPTO

En el segundo milenio a.c. una serie de catstrofes azotaron la civilizacin egipcia durante el periodo
conocido como Imperio Nuevo. Los registros talmdicos y bblicos de esas catstrofes se refieren a ellas
como las diez plagas de Egipto.
Y as, xodo 7,14-12 y 41 nos ofrece la narracin en prosa; Salmos 77,43-51 y 104, 28-36 es un compendio
potico y Sabidura 16-18, una descripcin ms libre. Segn estos textos, las plagas fueron enviadas sobre
el faran y sus sbditos egipcios como castigo por haber esclavizado a los israelitas, entonces liderados
por Moiss.
Con los datos actuales parece plausible fechar las plagas bajo el reinado de Ramss II (aprox. 1290-1224
a.c.), ltimo faran de la XIX Dinasta.

Moiss habra vuelto a la corte en este mismo periodo, despus de su huida al pas de los madianitas
(xodo 2,11-15), donde se le apareci Yahv (xodo 3) para encomendarle la misin de devolver la
libertad a los hijos de Israel y conducirlos hacia Canan (la tierra prometida).
En el libro del xodo se nos presenta a un Yahv vengativo y sanguinario que se complace en machacar
una y otra vez (hasta diez) a los enemigos del pueblo hebreo.
Ms curioso todava es su incomprensible complacencia por complicar an ms las cosas: "Y dijo el Seor
a Moiss: 'Mira, yo te he constituido Dios del faran; y Aarn, tu hermano, ser profeta tuyo.
T le dirs a Aarn todas las cosas que yo te mando y l hablar al faran para que deje ir de su tierra a
los hijos de Israel. Ms yo endurecer su corazn y multiplicar mis prodigios y portentos en la tierra de
Egipto; y no ha de escucharos. Pero yo extender mi mano sobre Egipto y secar al ejrcito y pueblo mo,
los hijos de Israel de la tierra de Egipto, a fuerza de grandes castigos'." (xodo 7,1-5).
Este extracto del xodo muestra bien a las claras que Yahv endurece deliberadamente el corazn del
faran para que ste no escuche las palabras de Moiss y Aarn y poder as desplegar todo su terrible
poder contra el pueblo egipcio, tal como detallo a continuacin.
LAS NUEVE PRIMERAS PLAGAS
Plaga primera: las aguas de Egipto convertidas en sangre.
Plaga segunda: las ranas.
Plaga tercera: los mosquitos.
Plaga cuarta: las moscas.
Plagas quinta y sexta: la peste y las lceras.
Plaga sptima: el granizo.
Plaga octava: las langostas.
Plaga novena: las tinieblas.
Las causas e interpretaciones de las diez plagas de Egipto han fascinado durante siglos a telogos,
historiadores, egiptlogos, cientficos, mdicos y hasta compositores musicales. Ms recientemente,
modernas disciplinas cientficas, como la Epidemiologa (el estudio de la ocurrencia de enfermedades en
poblaciones humanas), la Epizootiologa (el estudio de la ocurrencia de enfermedades epidmicas en
animales), la Entomologa (el estudio de los insectos), la Microbiologa (el estudio de los microbios) y la
Toxicologa (el estudio de los efectos de los venenos) han intentado explicar las causas exactas d algunas
de esas plagas.
En aos recientes, la reinterpretacin de los textos antiguos a la luz de la actual informacin sobre los
factores medioambientales y las causas de las enfermedades han permitido interpretar nuevamente esta
serie de tempranas catstrofes de salud pblica. Desde este punto de vista, las diez plagas de Egipto
descritas en el libro del xodo no seran sino el primer ejemplo escrito en un documento histrico de lo
que hoy podra calificarse como "infecciones emergentes".
Las plagas son, en parte, acontecimientos considerados caractersticos de Egipto (ranas, mosquitos,
tinieblas producidas por tempestades de arena), sucesos ordinarios en Oriente (langosta) y fenmenos
peculiares de Palestina (pedrisco).
Las primeras nueve plagas pueden, por tanto, ser explicadas como fenmenos naturales ocurridos como
resultado de una anormal inundacin del Nilo entre Julio y Marzo... El Nilo convertido en sangre podra
reflejar el hecho de que sus aguas arrastraran tierra roja en suspensin desde las tierras de Etiopa.
Posteriormente, como consecuencia, el ro debi polucionarse y las ranas infestaron las orillas en busca
de cobijo. Los mosquitos y las moscas pudieron encontrar un caldo de cultivo ideal en las charcas dejadas
atrs por la retirada de las inundaciones.
Bajo esta ptica naturalista, la mortandad animal podra atribuirse a una epidemia de ntrax propagada
por insectos, mientras que las lluvias de langostas podran obedecer a alguna clase de torbellino que las
arrastr desde Sudn y Etiopa hasta el Nilo; por no hablar de los das de oscuridad, posiblemente
provocados por un khamsin -viento del desierto- de tremendas proporciones.

Ahora bien, pudo haber modificado la naturaleza Yahv para sus propsitos?
Y aunque es imposible responder a esa cuestin, no es menos cierto que la dcima plaga s parece, sin
embargo, una intervencin no natural, completamente artificial. Porque la muerte de los primognitos no
puede ser explicada por fenmenos naturales (sobredimensionados unos y fuera de tiempo otros) que,
adems -vaya "casualidad"-, slo afectaban a los egipcios, dejando indemnes a los hebreos. Antes bien,
cabe ver en ella la postrera manifestacin de un poder de destruccin selectivo y fatalmente certero,
guiado por una mano que asesina a sangre fra a los ms inocentes de entre sus enemigos. Explicaciones
alternativas, como la del escritor W. Raymond Drake sugieren que las nueve primeras plagas pudieron
deberse a los efectos de una guerra qumica y bacteriolgica.
De ser as, el "poder divino" de Yahv debera reinterpretarse como un "poder" tecnolgico y cientfico
sin precedentes en aquella poca. En definitiva, a pesar de tantos siglos de especulacin y estudio, las
interrogantes fundamentales an persisten.

QU ALIANZA HICIERON YAHV Y EL PUEBLO JUDO?

La Alianza entre Yahv y el que desde entonces ha dado en llamarse el "pueblo elegido" -y de la que
todos hemos odo hablar- fue originalmente establecida cuando el "dios de los judos" se apareci a
Abram -cuando ste tena 99 aos- y le dijo: "Ya soy El Sadday, anda en mi presencia y s perfecto. Yo
establezco mi alianza entre nosotros dos, y te multiplicar sobremanera". Aadiendo poco despus, al
postrarse ste con el rostro en la tierra: "Por mi parte. he aqu mi alianza contigo: sers padre de una
muchedumbre de pueblos.
No te llamars ms Abram, sino que tu nombre ser Abraham, pues padre de muchedumbre de pueblos
te he constituido, te har fecundo sobremanera, te convertir en pueblos, y reyes saldrn de ti. Y
establecer m alianza entre nosotros dos, y con tu descendencia despus de ti, de generacin en
generacin: una alianza eterna, de ser yo el Dios tuyo y el de tu posteridad. Yo te dar a ti y a tu
posteridad la tierra en que andas como peregrino, todo el pas de Canan, en posesin perpetua, y yo
ser el Dios de los tuyos" (Gnesis 17, 1-8).
Alianza merced a la cual Yahv se comprometi a conseguir para los descendientes de Abraham "la tierra
desde el ro de Egipto hasta el do Grande, el ro ufrates: los quenitas, quenizitas, cadmonitas, hititas,
perizitas, retaitas, amorreos, cananeos, guirgasitas y jesubeos". (Gnesis 15,18-21).
Pues bien, sera mucho despus, cuando haca ya tiempo que haban fallecido los 70 descendientes de
Jacob que se haban desplazado a Egipto tras la muerte de ste siguiendo a su hijo menor, Jos, primer
ministro del faran, y sus descendientes se haban multiplicado, cuando Yahv volvi a hacer acto de
presencia.
Esta vez en Jetro' "en forma de llama de fuego, en medio de una zarza", a un pastor que cuidaba el
rebao de su suegro -un sacerdote de Madin- que responda al nombre de Moiss. Pastor al que Yahv
dira: "Bien vista tengo la afliccin de mi pueblo en Egipto. y he escuchado su clamor en presencia de sus
opresores; pues ya conozco sus sufrimientos.
He bajado para librarle de la mano de los egipcios y para subirle de esta tierra a una tierra buena y
espaciosa; a una tierra que mana leche y miel, al pas de los cananeos, de los hititas, de los amorreos, de
los perizitas, de los jivitas y de los jesubeos". (xodo 3, 7-8)
Lo que luego sucede es bien conocido:
Moiss se presenta ante el faran, le pide que deje salir al pueblo judo, ste se niega, Yahv enva las
famosas diez plagas, el pueblo es autorizado a partir, el faran se arrepiente y les persigue, aqullos
cruzan a pie el Mar Rojo y el Ejrcito egipcio es tragado por las aguas.
Tres meses despus, Moiss es llamado por Yahv desde lo alto del monte Sina, a donde acude y donde
permanece 40 das y 40 noches, transcurridos los cuales baja con las famosas Tablas de la Ley en las que
se halla el Declogo -contenido ms conocido como los Diez Mandamientos-redactado por el propio

Yahv en dos planchas escritas por ambas caras. Sin embargo, Moiss las rompe al montar en clera
cuando comprueba que, durante su ausencia, el pueblo que haba sacado de Egipto slo unos meses
antes se dedicaba a adorar un becerro de oro que haban construido con el oro de sus joyas.
Ante lo que Moiss -siguiendo, segn dijo, rdenes de Yahv manda asesinar a tres mil personas de su
propio pueblo en castigo.
Matanza tras la que, al da siguiente, pide comprensin a Yahv, a lo que ste responde que vuelva a
subir al monte con "dos tablas de piedra como las primeras", donde el propio Yahv volver a escribir "las
palabras que haba en las primeras tablas que rompiste". (xodo 34,1)
Momento en el que le propone a Moiss renovar la Alianza que un da estableci con Abraham. Slo que
esa "renovacin" constituye en realidad una alianza distinta.
As podemos leerlo en xodo 34,10-13: "Mira, voy a hacer una alianza; realizar maravillas delante de
todo tu pueblo, como nunca se han hecho en toda la tierra ni en nacin alguna; y todo el pueblo que te
rodea ver la obra de Yahv; porque he de hacer por medio de ti cosas que causen temor. Observa bien
lo que hoy te mando. He aqu que voy a expulsar delante de ti al amorreo, al cananeo, al hitita, al perizita,
al jivita y al jebuseo. Gurdate de hacer pacto con los habitantes del pas en que vas a entrar, para que no
sean un lazo en medio de ti, al contrario, destruiris sus altares, destrozaris sus estelas y romperis sus
cipos."
Formulando a continuacin las condiciones que, para aceptar ser su "dios" protector, pone al pueblo
judo: "No te postrars ante ningn otro dios, pues Yahv se llama Celoso, es un Dios celoso. No hagas
pacto con los moradores de aquella tierra, no sea que cuando se prostituyan tras sus dioses y les ofrezcan
sacrificios, te inviten a ti y t comas de sus sacrificios; y no sea que tomes sus hijas para tus hijos, y que al
prostituirse sus hijas tras sus dioses, hagan tambin que tus hijos se prostituyan tras los dioses de ellas.
No te hars dioses de fundicin.
Guardars la fiesta de los zimos; siete das comers zimos como te he mandado, al tiempo sealado,
esto es, en el mes de Abib, pues en el mes de Abib saliste de Egipto.
Todo lo que abre el seno es mo, todo primer nacido, macho, sea de vaca o de oveja, es mo. El primer
nacido de asno lo rescatars con una oveja; y si no lo rescatas, lo desnucars. Rescatars todos los
primognitos de tus hijos, y nadie se presentar ante m con las manos vacas. Seis das trabajars, mas
en el sptimo descansars; descansars en tiempo de siembra y siega.
Celebrars la fiesta de las Semanas: la de las primicias de la siega y del trigo, y tambin la fiesta de la
recoleccin al final del ao. Tres veces al ao se presentarn todos tus varones ante Yahv, el Seor, el
Dios de Israel. Pues cuando yo expulse a los pueblos delante de ti y ensanche tus fronteras, nadie
codiciar tu tierra cuando tres veces al ao subas a presentarte ante Yahv, tu Dios.
No inmolars con pan fermentado la sangre de mi sacrificio, ni quedar hasta el da siguiente la vctima
de la fiesta de Pascua. Llevars a la casa de Yahv, tu Dios, lo mejor de las primicias de los frutos de tu
suelo. No cocers el cabrito en la leche de su madre. Dijo Yahv a Moiss: 'Consigna por escrito estas
palabras, pues a tenor de ellas hago alianza contigo y con Israel'. (xodo 34,14-27).
Bien. Pues tales son los trminos de la alianza establecida entre Yahv y su "pueblo elegido": una alianza,
la verdad, que no parece propia de alguien que se supone es Dios.
Aunque no es menos ciento que tales normas fueron posteriormente muy ampliadas ya que, de hecho,
Yahv se dedic durante el tiempo que dur el xodo a dictar todo tipo de preceptos sobre las ms
variadas cuestiones, descendiendo a detalles que, cuando menos, hacen hoy sonrer al ms ingenuo de
los hombres. Y no creo que hagan falta ms comentarios.

POR QU DUR CUARENTA AOS EL XODO?

La pregunta de qu hicieron los israelitas durante los cuarenta aos que dur el xodo no es fcil de
responder, sobre todo si tenemos en cuenta que, en circunstancias normales, la ruta entre Egipto y

Canan (la Tierra Prometida), tal y como viene descrita en la Biblia, podra haberse realizado en un
periodo infinitamente menor. Tanto tiempo dando vueltas por el mismo lugar ha de tener, pues, un
sentido que, a primera vista, se nos escapa.
Sin embargo, antes de entrar en materia convendra recordar cmo detalla el Antiguo Testamento la ruta
seguida por el "pueblo elegido". As, en xodo 33,1-50 se nos dice:
"Etapas del viaje de los israelitas cuando salieron de Egipto, por escuadrones, tajo la gua de Moiss y
Aarn. Moiss registr las etapas de la marcha, segn la orden del Seor. El da quince del primer mes, el
da siguiente a la pascua, salieron decididos de Rameses, a la vista de los egipcios. Los egipcios estaban
todava enterrando los primognitos que el Seor haba hecho morir para hacer justicia de sus dioses. Los
israelitas salieron de Rameses y acamparon en Sucot, Salieron de Sucot y acamparon en Etan, al borde del
desierto.
Salieron de Etn, volvieron a Pi Haflrot frente a Salsafn y acamparon frente a Migodol. Salieron de Pi
Hajkot, atravesaron el mar hacia el desierto, caminaron tres das por el desierto de Etn y acamparon en
Mara. Salieron de Mara y llegaron a Elin, donde haba doce fuentes y setenta palmeras, y acamparon all.
Salieron de Eln y acamparon junto al Mar Rojo. Salieron del Mar Rojo y acamparon en el desierto de Sin.
Salieron del desierto de Sin y acamparon en Dofca.
Salieron de Dofca y acamparon en Als. Salieron de Als y acamparon en Rafidn, donde no encontraron
agua para el pueblo. Salieron de Rafidin y acamparon en el desierto de Sina. Salieron del desierto de
Sina y acamparon en Quibrot Hatav. Salieron de Quibrot Hatav y acamparon en Jeserot. Salieron de
Jeserot y acamparon en Ritm. Salieron de Ritm y acamparon en en Libn.
Salieron de Libn y acamparon en Ris. Salieron de Ris y acamparan en Quehelata. Salieron de
Quehelata y acamparon en el Monte Sater. Salieron del Monte Sater y acamparon en Jarada. Salieron de
Jarada y acamparon en Maqhelot. Salieron de Maqhelot y acamparon en Tajat. Salieron de Tajat y
acamparon en Taral. Salieron de Taral y acamparon en Mitc. Salieron de Mitc y acamparon en Jasmon.
Salieron de Jasmon y acamparon en Moserot. Salieron de Moserot y acamparon en Bene Yacn. Salieron
de Bene Yacn y acamparon en Jor Haguidgad.
Salieron de Jor Haguidgad y acamparon en Yotbata. Salieron de Yotbata y acamparon en Atron. Salieron
de Atron y acamparon en Esin Gueber. Salieron de Esin Gueber y acamparon en el desierto de Sin, en
Cades. Salieron de Cades y acamparon en el Monte Hor, al extremo del territorio de Edom.
El sacerdote Aarn subi al Monte Hor, por mandato del Seor, y all muri a los cuarenta aos de la
salida de Egipto, el da primero del quinto mes. Aarn muri en la cima del Monte Hor a la edad de ciento
veintitrs aos.
El rey cananeo de Arad, que habitaba en el Negueb, en territorio cananeo, se enter de que se acercaban
los israelitas. Salieron del Monte Hor y acamparon en Salmon. Salieron de Salmon y acamparon en
Punn. Salieron de Punn y acamparon en Obot. Salieron de Obot y acamparon en las Ruinas de Abarn,
en la frontera de Moab. Salieron de Ruinas de Abarn y acamparon en Dibn Gad.
Salieron de Dibn Gad y acamparon en Almn Diblatain. Salieron de Almn Diblatain y acamparon en los
Montes de Abarn, frente a Neto. Salieron de los Montes de Abarn y acamparon en la estepa de Moab,
junto al Jordn, a la altura de Jeric. En la estepa de Moab acamparon a lo largo del Jordn, desde Bet
Yes mot hasta Abel Sitn. En la estepa de Moab, junto al Jordn, a la altura de Jeric, el Seor habl a
Moiss."
Hasta aqu lo que nos cuenta el Antiguo Testamento de ese xodo.
Y puede el lector estar seguro de que, a pesar de que la ruta que realizada por una caravana muy nutrida
y de las numerosas paradas a las que alude el texto bblico, cuarenta aos son un tiempo absolutamente
exagerado para ese viaje. De ah que lo primero que nos tengamos que preguntar es qu aconteci
durante ese tiempo a fin de poder encontrar respuestas al enigma.
Para los exegetas convencionales, como es el caso del investigador y experto Juan Mola Mayavo, todo
ello se explica porque en realidad lo esencial del Antiguo Testamento no son los hechos que se relatan en
l, sino la filosofa que se nos pretende transmitir, lo que Mayavo denomina la "pedagoga de Dios" y que

se reducira a un "arco" que se inicia en Abraham y termina en Jess, pasando por Moiss y el resto de los
grandes profetas. El resto del Antiguo Testamento afirma- ser simplemente un "relleno" ms o menos
adecuado y expresivo de esa "pedagoga divina".
Aade este investigador que, en este sentido, la historicidad del texto es tan sumamente relativa que da
cabida a todo: desde compilaciones de leyes de aquel pueblo hasta poesa, historia, narraciones,
compendios de sabidura, etc. Y en cuanto a los cuarenta aos que, segn el texto sagrado, dur el xodo,
esa cifra -diice Mola- no representara el tiempo real en el que se desarroll la travesa, sino ms bien el
"vagar" del "pueblo elegido" por el desierto.
40, UN NMIERO SIMBLICO
Siguiendo con la interpretacin de Juan Mola, ste explica posteriormente que, al igual que sucede en
todos los pueblos de Oriente, para los israelitas el nmero no es slo una cifra que expresa una cantidad,
sino algo que contiene un significado determinado. Y en este caso -explica-, el nmero 40 podra estar
haciendo referencia a un "perodo largo" o bien a una "generacin".
Llegados a este punto, convendra recordar lo que relata el Antiguo Testamento en Nmeros 13. All se
explica cmo los Hijos de Israel estaban a punto de entrar en la Tierra Prometida, aunque antes de
adentrarse en ella haban enviado a 12 espas -uno por cada una de las doce tribus- para averiguar la
estrategia necesaria a fin de conquistar la zona y someter a sus habitantes.
Pues bien, esos espas tardaron curiosamente- 40 das en llevar a cabo su misin. Y a su regreso, diez de
ellos trajeron un informe negativo: los productos de la tierra -dijeron- eran muy buenos, pero sus
habitantes eran demasiado fuertes para vencerlos. Siendo esa falta de fe por lo que Yahv decret, para
que aprendieran a confiar en l, que los Hijos de Israel vagasen por el desierto 40 aos.
Decisin que nos muestra, una vez ms, a un "dios" que castiga de forma desproporcionada la falta de fe
de su pueblo. Ahora bien, Yahv seguira "velando" a su manera por los israelitas durante todo ese
tiempo, tal y como se recoge en Deuteronomio 8, 1-6:
"Todos los preceptos que yo os mando hoy ponedlos en obra; as veris, creceris, entraris y
conquistaris la tierra que el Seor prometi con juramento a vuestros padres. Recuerda el camino que el
Seor, tu Dios, te ha hecho recorrer estos cuarenta aos por el desierto, para afligirte, para ponerte a
prueba y conocer tus intenciones, si guardas sus preceptos o no. l te afligi, hacindote pasar hambre, y
despus te aument con el man -que t no conocas ni conocieron tus padres- para ensearte que el
hombre no vive solo de pan, sino de todo lo que sale de la boca de Dios.
Tus vestidos no se han gastado ni se te han hinchado los pies durante estos cuarenta aos, para que
reconozcas que el Seor, tu Dios, te ha educado como un padre educa a su hijo; para que guardes los
preceptos del Seor, tu Dios, sigas sus caminos y lo respetes. O, lo que es lo mismo, el Yahv del Antiguo
Testamento es el nico que sabe lo que de verdad necesita su pueblo.
Pero volvamos al significado oculto del nmero 40, que -expresado tanto en eras como en aos- se
repite no slo en el Antiguo Testamento, sino tambin en el Nuevo Testamento, simbolizando
normalmente las "pruebas" de fe. En el caso que nos ocupa, esto queda claro cuando observamos que la
misin de espionaje en la Tierra Prometida se desarroll durante 40 das y el castigo divino por la falta de
fe de los israelitas fue tambin de 40 aos.
Una cifra que tiene tambin su simbolismo en la vida de Jess: 40 son los das que ste pasa en el
desierto en el que se producir el episodio de las tentaciones de Satans. Por no hablar de Moiss, quien
estuvo con Yahv en el monte Sina 40 das y 40 noches, que cuando huy de Egipto hacia Madin tena
40 aos, que despus de casarse con la hija de Jethro vivira con su esposa e hijos otros 40 y que sera
elegido por Yahv a la edad de 80 aos (2 x 40).
Finalmente, despus de otros 40 aos llegar a la Tierra Prometida, muriendo a los 120 (3 x 40). Y ello en
etapas bien diferenciadas en la vida de Moiss. De ah que ese nmero pudiera en realidad estar
simbolizando la bsqueda espiritual de cualquier persona en la senda de su vida. En el caso de Moiss,
por ejemplo, fueron necesarios: 40 aos para descubrir que era alguien, otros 40 para darse cuenta de

que no era nadie y otros 40 para descubrir cmo Dios moldea a alguien que se da cuenta de su verdad.
Claro que todo esto no deja de pertenecer al gnero interpretativo, al que tan dados son todos los
exegetas cuando se encuentran episodios inexplicables -o absurdos- a la luz del sentido comn.
Porque lo nico cierto del relato bblico es que el "pueblo elegido" se dedic a vagar por el desierto
durante 40 aos en castigo por haber dudado de las posibilidades de Yahv para entregarle la Tierra
Prometida. Lo que demuestra que el tal Yahv tena, cuando menos, un carcter tal que le haca castigar
de forma absolutamente desproporcionada a quien se le enfrentaba. Si tuvo o no otras razones, slo l
podra decirlo.
Lo dems es pura especulacin.

Y LAS AGUAS SE APARTARON...

La descripcin bblica de lo que aconteci realmente en el Mar Rojo cuando el pueblo judo dirigido por
Moiss se adentr en l por indicacin de Yahv huyendo de los ejrcitos del faran, no se corresponde
precisamente con lo que se nos ha mostrado en las numerosas pelculas de cine que se han ocupado del
tema. De ah que la imagen que de ese episodio tiene la gente en general difiera notablemente de la
realidad narrada en el relato bblico.
Y para comprobarlo, nada mejor que atender a lo que dice textualmente- el Antiguo Testamento en
xodo 14,15-31:
'Dijo Yahv a Moiss': Por qu sigues clamando a m? Di a los israelitas que se pongan en marcha. Y t,
alza tu cayado, extiende tu mano sobre el mar y divdelo, para que los israelitas entren en medio del mar
a pie enjuto. Que yo voy a endurecer el corazn de los egipcios para que los persigan, y me cubrir de
gloria a costa del Faran y de todo su ejrcito, de sus carros y de los guerreros de sus carros. Sabrn los
egipcios que yo soy Yahv cuando me haya cubierto de gloria a costa del Faran, de sus carros y de sus
jinetes.
Se puso en marcha el ngel de Yahv, que iba al frente del ejrcito de Israel, y pas a retaguardia.
Tambin la columna de nube de delante se desplaz de all y se coloc detrs, ponindose entre el
campamento de los egipcios y el campamento de los israeles. La nube era tenebrosa y transcurri la
noche sin que pudieran trabar contacto unos con otros en toda la noche.
Moiss extendi su mano sobre el mar, y Yahv hizo soplar durante toda la noche un fuerte viento del
Este que sec el mar, y se dividieron las aguas. Los israelitas entraron en medio del mar a pie enjuto,
mientras que las aguas formaban muralla a derecha e izquierda.
Los egipcios se lanzaron en su persecucin, entrando tras ellos, en medio del mar, todos los caballos del
Faran, y los carros con sus guerreros. Llegada la vigilia matutina, mir Yahv desde la columna de fuego
y humo hacia el ejrcito de los egpcios, y sembr la confusin en el ejrcito egipcio. Trastorn las ruedas
de sus carros, que no podan avanzar sino con gran dificultad. Y exclamaron los egipcios: 'Huyamos ante
Israel porque Yahv pelea por ellos contra los egipcios'. Yahv dijo a Moiss:
Extiende tu mano sobre el mar, y las aguas volvern sobre los egipcios, sobre sus carros y sobre los
guerreros de los carros'. Extendi Moiss su mano sobre el mar, y al rayar el alba volvi el mar a su
lecho; de modo que los egipcios, al querer huir, se vieron frente a las aguas.
As precipit Yahv a los egipcios en medio del mar, pues al retroceder las aguas cubrieron los carros y a
su gente, a todo el ejrcito del Faran, que haba entrado en el mar para perseguirlos; no escap ni uno
siquiera. Mas los israelitas pasaron a pie enjuto por en medio del mar, mientras las aguas hacan muralla
a la derecha y a la izquierda. Aquel da salv Yahv a Israel del poder de los egipcios, e Israel vio a los
egipcios muertos a orillas del mar. Y viendo Israel la mano fuerte que Yahv haba desplegado contra los
egipcios, temi el pueblo a Yahv, y creyeron en Yahv y en Moiss, su siervo
Hasta aqu el relato bblico. Y hay que decir que lo primero que llama la atencin es el hecho de que
Yahv no se comporta precisamente como ese Dios "justo y misericordioso" que con el transcurrir del

tiempo se ha adornado su figura, llegando a decir -en una actitud muy 'humana de soberbia y nada
divina"- que se va "a cubrir de gloria a costa del Faran y de su ejrcito" -la frase se pone en su boca-,
para lo que no duda en masacrar a todo un grupo de seres humanos, "no escap ni uno siquiera".
Pero hay ms cuestiones que llaman la atencin: la primera, que "al frente del ejrcito de Israel" se
encontraba el "ngel de Yahv".
Un "ngel" que, ante los acontecimientos que se avecinaban, "pas a retaguardia".
Luego, puede caber alguna duda, atendiendo al relato, de que ese "ngel" era un ser evidentemente
fsico y nada "etreo"? Tan fsico, al menos, como la "nube" que tambin iba delante y se puso
igualmente a retaguardia?
Porque el texto bblico es meridianamente claro:"La columna de nube de delante se desplaz de all y se
coloc detrs". An ms: a la hora de comentar cmo se separaron las aguas, el texto bblico no dice que
el propio Yahv "soplara", sino que "hizo soplar" (desde la "nube"?) un fuerte viento del Este que sec el
mar. Slo que para "secar" el mar, el sentido comn indica que el caudal del ro no debi ser demasiado
grande.
Algo que, por cierto, me hizo recordar la respuesta que en el libro Entrevista a un extraterrestre:
Geenom, el interlocutor que se expresa en l le da a Jos Antonio Campoy: 'La zona del Mar Rojo que
atravesaron los hebreos -contesta en esa obra Geenom- no cubra en aquel tiempo ms de metro y
medio. Y, cuando llegaron a la orilla, desde la nave se produjo el viento suficiente como para desecar o
apartar las aguas y permitir que pasaran.
Luego, cuando penetraron los egipcios, la nave dej de generar viento y el reflujo del agua hizo que la
altura de sta alcanzara los tres metros durante unos 20 o 25 minutos, tiempo suficiente para ahogar a
los que no saban nadar, que era la mayora".
Singular respuesta que, por otra parte, corroboraba en parte lo que ya plantearon hace slo unos aos
diversos investigadores, al formular la tesis de que el pueblo judo atraves el Mar Rojo por una zona de
poco calado y en una poca en que su caudal era muy escaso. Claro que lo que esos investigadores no
explican es por qu el caudal aument de pronto cuando los egipcios se introdujeron en el ro...
EL PASO DEL JORDN
En suma, el paso del Mar Rojo podra tener una simple explicacin convencional o ser achacada a la
intervencin de unos seres -Yahv y sus "ngeles"-, dotados de claros "poderes"... pero muy humanos,
no "divinos". Ahora bien, lo que ya resulta inexplicable es el hecho de que lo de "separar las aguas"
parece casi una costumbre en la historia del pueblo judo.
Porque, como ya adelantamos, el paso en seco de ros haciendo apartar el agua a los lados se realiz en
otras ocasiones. Veamos, por ejemplo, lo narrado en el Libro Segundo de los Reyes 2, 7-14, cuando se
relata el "arrebatamiento" de Elias por Yahv.
"Cincuenta hombres de la comunidad de los profetas vinieron y se quedaron enfrente, a cierta distancia;
ellos dos se detuvieron junto al Jordn. Tom Elas su manto, lo enroll y golpe las aguas, que se
dividieron de un lado y de otro, y pasaron ambos a pie enjuto. Cuando hubieron pasado, dijo Elias a
Eliseo: 'Pdeme lo que quieras que haga por ti antes de ser arrebatado de tu lado'.
Dijo Eliseo: 'Que tenga dos partes de tu espritu'. Le dijo: 'Pides una cosa difcil; si alcanzas a verme
cuando sea llevado de tu lado, lo tendrs; si no, no la tendrs'. Iban caminando mientras hablaban,
cuando un carro de fuego con caballos de fuego se interpuso entre ellos; y Elas subi al cielo en el
torbellino. Eliseo le vea y clamaba: Padre mo, padre mo!
Carro y cobaltos de Ismael Auriga suyo!'. Y no le vio ms. Asi sus vestidos y los desgarr en dos. Tom
el manto que se le haba cado a Elas y se volvi, parndose en la orilla del Jordn.
Tom el manto de Elas y golpe las aguas diciendo: Donde est Yahv, el Dios de Elias?.
Golpe las aguas, que se dividieron de un lado y de otro, y pas Eliseo.
El relato es explcito: primero, Ellas "enrolla su manto" y las aguas del Jordn se separan para que l y su
discpulo Eliseo puedan atravesar el ro sin siquiera mojarse; luego, cuando el primero sube al "cielo"

arrastrado por un "torbellino", Eliseo toma el manto que se le haba cado a ste y se permite el lujo de
separar tambin l, de nuevo, las aguas. Y cmo explicarlo? Porque en este texto bblico no se menciona
"nube" de ningn tipo ni se comenta que alguien o algo provocara viento alguno...
PARA QUE EL ARCA DE LA ALIANZA NO SE MOJE
Pero hay ms. El Antiguo Testamento da cuenta de otro episodio en el que las aguas se separan y dejan
pasar de nuevo a todo un pueblo, suceso acaecido despus de la muerte de Moiss, presumiblemente
para que el Arca de la Alianza no se "mojara". As, al menos, podemos leerlo en Josu 3, 14-17:
Cuando el pueblo parti de sus tiendas para pasar el Jordn, los sacerdotes llevaban el arca de la alianza
a la cabeza del pueblo. Y en cuanto los que llevaban el arca llegaron al Jordn, y los pies de los sacerdotes
que llevaban el arca tocaron la orilla de las aguas, y el Jordn baja crecido hasta los bordes todo el tiempo
de la siega, las aguas que bajaban de arriba se detuvieron y formaron un solo bloque a gran distancia, en
Adam, la ciudad que est al lado de Sartn, mientras que las que bajaban hacia el mar de la Arab, o mar
de la Sal se separaron por completo, y el pueblo pas frente a Jeric.
Los sacerdotes que llevaban el arca de la alianza de Yahv se estuvieron a pie firme, en seco, en medio
del Jordn, mientras que todo Israel pasaba en seco, hasta que toda la gente acab de pasar el Jordan. Y
aqu, como el lector puede comprobar, no se menciona ni "nube", ni "viento", ni "manto" que provocaran
el "milagro". Vamos, que parece que eso de que las aguas se separaran fuera, en el caso del pueblo judo,
una costumbre... inexplicable.

LOS DIEZ MANDAMIENTOS

Segn xodo 19, 1-12, la Alianza establecida entre Yahv y el pueblo de Israel por intermediacin de
Moiss tuvo lugar cuando, "al tercer mes de la salida de Egipto", llegaron al desierto del Sina tras partir
de Refidim, acampando frente a un monte desde el que Moiss fue llamado para que subiera y donde
este singular personaje le dira:
"Mira, voy a presentarme a ti en una densa nube para que el pueblo me oiga hablar contigo y as te d
crdito para siempre"; aadiendo que "al tercer da" descendera sobre el monte "a la vista de todo el
pueblo".
Luego le dijo que advirtiera a todos que no deban subir a l -ni siquiera "tocar su falda"- porque todo el
que tal hiciera morira. Pero veamos cmo describe el texto bblico aquel episodio:
"Al tercer da, al rayar el alba, hubo truenos y relmpagos y una densa nube sobre el monte y un
poderoso resonar de trompeta; y todo el pueblo que estaba en el campamento se ech a temblar.
Entonces Moiss hizo salir al pueblo del campamento para ir al encuentro de Dios, y se detuvieron al pie
del monte. Todo el monte Sina humeaba, porque Yahv haba descendido sobre l en el fuego. Suba el
humo como de un homo, y todo el monte retumbaba con violencia. El sonido de la trompeta se hacia
cada vez ms fuerte: Moiss hablaba y Dios le responda con el trueno". (xodo 19,16-19)
Luego, segn narra inmediatamente despus el texto bblico, 'Yahv baj al monte Sina; a la cumbre del
monte", pidiendo desde ella a Moiss que fuera a su encuentro.
Pero detengmonos un instante y analicemos los hechos descritos hasta el momento. Porque cualquier
persona medianamente atenta habr reparado en varias cuestiones que no son precisamente asunto
balad. Una, que Yahv "descendi" hasta el monte "en una densa nube"; dos, que lo hizo delante de
todo el pueblo para que sus integrantes pudieran "orle": tres, que la "nube" produca tanto fuego que
todo se llen de "humo"; cuatro, que, en el descenso, el monte entero "retumbaba" con violencia; y
cinco, que el propio Yahv "bajo" al monte, a la cumbre.
Es decir, todo apunta a que Yahv baj "fsicamente", hablaba como cualquiera de nosotros por cuanto
se le poda or y lo hizo en una "nube" que al posarse despeda fuego, retumbaba y llenaba todo de
humo.

Dgame, amigo lector: a usted esto le suena a un descenso divino o a un episodio muy parecido al de
nuestras naves espaciales posndose en un monte? Dejo que lo medite. Mientras, sigamos.
Bien, el caso es que Moiss obedeci, subi al monte para encontrarse con Yahv y ste le dio el mensaje
que deba transmitir al pueblo; mensaje que se convertira en lo que hoy conocemos como los Diez
Mandamientos.
Y llegados a este punto hay que decirle al lector que, en realidad, el famoso declogo dado por Yahv a
Moiss es ciertamente ms amplio que el que las iglesias cristianas vienen enseando a sus fieles.
Veamos en el recuadro que sigue ambas versiones: a del Antiguo Testamento -tal cual aparece en la
Biblia (ver xodo 20, 3-17 y Deuteronomio 5,16-21)- y la de una de sus versiones ms modernas -porque
tambin la Iglesia Catlica, faltaba ms, los va adaptando con el tiempo-.

Sin embargo, y al margen de las evidentes diferencias entre ambas versiones, sutilmente "adaptadas", el
lector debe saber que, contra lo que la mayor parte de la gente sin duda cree, los mandamientos, normas
o preceptos que dict Yahv a Moiss no fueron slo sas, sino... muchsimos ms.
Y as, entre otras cosas, tras pedirle que le hicieran un altar de tierra para ofrecer sobre l en holocausto
las ovejas y los bueyes, dict a Moiss los preceptos que deban regir en cuanto a los esclavos (preceptos

que hoy pueden ser tachados de racistas y vergonzosos, lo que el lector puede comprobar leyendo xodo
21 a 40), normas sobre lo que hacer en los casos de homicidio, en las situaciones de peleas, en tos casos
de heridas -incluso las de los animales-, cmo resolver los robos de ganado, cundo y cmo compensar
algunos delitos comunes, qu hacer en el caso de violacin de una virgen -por cierto, que Yahv da como
"solucin" que sta se case con el violador... como afrontar el asunto de las primicias y los primognitos,
cmo tratar a los enemigos, cmo guardar el sbado, de qu manera se le deben dedicar a l tres fiestas
al ao, cmo han de ser las ofrendas que los israelitas deben hacerle peridicamente, qu objetos
rituales para el culto construir y de qu manera, cmo han de ser los ornamentos sacerdotales, etc., etc.
Y no crea el lector que ah acaban las normas y preceptos que segn Moiss le dio Yahv.
Porque en el Levtico podemos encontrar tal cantidad de normas sobre todo tipo de cuestiones -muchas
completamente ridculas a los ojos del hombre de hoy- que no puede dejar de sorprender que alguien
pueda creer en serio que fueron dictadas por Dios.
Normas que abarcan desde cmo celebrar los sacrificios rituales de animales hasta cmo deben vestir tos
sacerdotes de su culto -especificando incluso qu parte de la ofrenda le "corresponde" en pago por su
intermediacin-, desde la descripcin de los grados de pureza e impureza de los animales hasta normas
de salud y consejos mdicos para el pueblo, desde la descripcin de las impurezas sexuales de hombres y
mujeres a las normas para casarse, desde la relacin de las llamadas "faltas culturales" a las faltas "contra
la familia", desde el establecimiento de las fiestas anuales y de los aos santos hasta las normas sobre
actuacin en lo que se refiere a las propiedades de tierras, los prstamos, la compra y venta de siervos,
as como el establecimiento de aranceles y tasaciones de personas, animales, casas y campos.
Y decenas ms de normas de todo tipo planteadas en detalle, absurdas e impropias de alguien que se
supone es Dios.
LAS MALAS PULGAS DE YAHV
Porque no piense el lector que el tal Yahv era alguien comprensivo, bueno y misericordioso. Antes bien,
era un personaje cruel, sanguinario y dspota. Para muestra, recordemos lo ocurrido. Segn el texto
bblico (xodo 24, 12-18), Moiss subi al monte acompaado de Josu, su ayudante, tras decirles a los
ancianos que les esperaran. Luego, "Moiss entr dentro de la nube (..) y permaneci en el monte
cuarenta das y cuarenta noches", tras lo cual Yahv le dio las dos tablas del Testimonio, tablas de piedra,
escritas por el dedo de Dios.
Tablas que, segn se explicita en xodo 32,15-16, estaban "escritas por ambos lados; por una y otra cara
estaban escritas. Las tablas eran obra de Dios, y la escritura, grabada sobre las mismas, era escritura de
Dios."
El caso, sin embargo, es que como haba transcurrido tanto tiempo -40 das-, cuando Moiss baj al valle
se encontr a todo su pueblo adorando a un becerro de oro. Y su furor fue tal que Moiss 'ardi en ira,
arroj de su mano las tablas y las hizo aicos al pie del monte". (xodo 32,19). Y cul cree el lector que
fue su postrera reaccin? Pues, siguiendo las indicaciones de Yahv, la que a continuacin se transcribe:
"Vio Moiss al pueblo desenfrenado -pues Aarn les haba permitido entregarse a la idolatra en medio
de sus adversarios- y se puso Moiss a la puerta del campamento, y exclam: A m los de Yahv Y se le
unieron todos los hijos de Lev, l les dijo:
'As dice Yahv, el Dios de Israel: case cada uno su espada al costado: pasad y repasad por el
campamento de puerta en puerta, y matad cada uno a su hermano, a su amigo y a su pariente'.
Cumplieron los hijos de Lev la orden de Moiss; y cayeron aquel da unos tres mil hombres del pueblo. Y
dijo Moiss: 'Hoy habis recibido la investidura como sacerdotes de Yahv, cada uno a costa de vuestros
hijos y vuestros hermanos, para que l os d hoy la bendicin'. (xodo 32, 25-29)
Resumiendo: Moiss, por orden de Yahv, orden el asesinato de tres mil personas para que el pueblo
elegido no se volviera a olvidar de quin era su "dios". El texto no precisa comentarios.

YAHV HACE UNA COPIA DE LAS TABLAS DE LA LEY

Y qu pas, en tal caso, con las Tablas de la Ley, imagino que se estar preguntando el lector? Pues,
sencillamente, que Yahv volvi a escribir sus "mandamientos" sobre dos nuevas planchas de piedra que
orden labrar a Moiss. As puede leerse en xodo 34, 1-5:
Dijo Yahv a Moiss: 'Labra dos tablas de piedra como las primeras, sube donde m, al monte, y yo
escribir en las tablas las palabras que haba en las primeras tablas que rompiste. Preprate para subir
maana temprano al monte Sina, all, en la cumbre del monte, te presentars a m. Que nadie suba
contigo, ni aparezca nadie en todo el monte. Ni oveja ni buey paste en el monte'.
Labr Moiss dos tablas de piedra como las primeras y, levantndose de maana, subi al monte Sina
como le haba mandado Yahv, llevando en su mano las dos tablas de piedra. Descendi Yahv en forma
de nube y se puso all junto a l."Y una vez all, el cruel, despiadado y sanguinario Yahv estableci con
Moiss la Alianza que le unira en adelante con el pueblo judo.
Y slo con el pueblo judo...

LA MQUINA DEL MAN

Durante el xodo del pueblo judo, stos guardaban en el interior de la tienda de campaa que haca las
veces de Tabernculo mvil, el Arca de la Alianza y el llamado Anciano de los Das. El Arca se colocaba al
fondo de este templo mvil, en el sanctasanctrum, separada del resto del recinto por un velo ante el
cual se alzaba la Menorah, un candelabro de siete brazos fundido en oro macizo, as como la misteriosa
fuente de alimentos que nutri a los israelitas de man durante sus cuarenta aos de peregrinacin por
el desierto.
Esto es, el Anciano de los Das en cuestin.
Qu quisieron decir los cronistas hebreos con esa expresin?
La mencin a este "anciano" se encuentra en el Zohar, el libro principal de la Cbala hebraica que
comenta el Pentateuco -los cinco primeros libros del Antiguo Testamento- o la tora de los judos
ortodoxos, y que fue impreso por primera vez en Mantua entre 1558 y 1560. La tradicin atribuye el
Zohar a Moiss bar Shem-Tob de Len (1250-1306), aunque l mismo delegue esa responsabilidad en una
legendaria figura del misticismo hebreo del siglo II llamado Simen ben Yoha, y recoja una remota
tradicin oral juda que se remonta, cuando menos, hasta el 600 a.c. Sea como fuere, el Zohar (nombre
que en antiguo hebreo significa Libra del Esplendor), contiene obtusas disposiciones teolgicas escritas
en arameo, y ya que Moiss de Len no dominaba demasiado bien esta lengua, incluy numerosos
trminos hispnicos en el texto.
En cuanto al Anciano de los Das, parece fuera de discusin que este comentarista utiliz una tradicin
oral que se ha transmitido fielmente de boca en boca durante 60 generaciones, hasta llegar a l, y que
segn algunos modernos analistas podra estar enmascarando una clara referencia a una mquina de alta
tecnologa en el pasado. En efecto, convencidos de que la palabrera ampulosa y metafrica del Zohar
ocultaba la descripcin tcnica (hecha por hombres de una era pretecnolgica) de un mecanismo de
posible origen extraterrestre, los ingenieros britnicos George Sassoon y Rodney Dale aprendieron
arameo para tratar de descifrar el enigma.
El primero es un ingeniero industrial educado en el selecto King's College de Cambridge, mientras el
segundo es un ingeniero mecnico que contribuy a dar cuerpo a las teoras del primero. Ambos,
animados por descubrimientos anteriores como el del ingeniero aeronutico Joseph Blumrich que llev a
la mesa de diseo la Gloria de Yahv que vio el profeta Ezequiel en Babilonia -y que result ser una nave
voladora en toda regla-, Sassoon y Dale se lanzaron a una ingente tarea de "decodificacin".
Su investigacin se prolong durante aos, ayudndoles el hecho de que el arameo que manejaba Moiss
de Len era muy elemental. Finalmente, publicaron el resultado de sus investigaciones en una obra
fascinante, escrita conjuntamente:

The Manna Machine. En su estudio, ambos ingenieros van traduciendo lentamente a un lenguaje
tecnolgico los smiles antroponmicos, anatmicos y biolgicos del Zohar.
El resultado final de su esfuerzo fue la aparicin de una mquina que empleaba una variedad de alga, la
cloreIla que, no tan curiosamente, se viene proponiendo desde hace algunos aos como alimento para
los viajes interplanetarios del futuro.
Y la NASA tiene sus buenas razones para ello: esta alga, al ser un vegetal, realiza la funcin cloroflica,
con absorcin de dixido de carbono y liberacin de oxgeno, lo cual contribuira a renovar y purificar la
atmsfera de la hipottica colonia espacial que la llevara a bordo.
En cualquier caso, dentro del Anciano de los Das, esta alga debi cumplir nicamente con la misin de
producir alimento.
Sassoon y Dale lograron incluso reconstruir esta mquina. Segn su esquema, el Anciano de los Das se
divida en tres partes principales: El gran mar (acaso el tanque de cultivo de la clorella?), el recipiente
que contiene fuego (un reactor nuclear?) y los testculos y el pene (depsitos de almacenamiento del
man ya procesado y el tubo de salida del mismo?).
Curiosamente, el Zohar no menciona en ninguna parte del texto la palabra man. Esta la sustituye por
chesed, que significa caridad o limosna, dando a entender que los israelitas reciban el alimento del
Anciano de los Das gratis, en una produccin que -si hemos de creer en la tradicin- era capaz de
abastecer a 600 familias. En el bien entendido de que la palabra "familia" en hebreo y "millar" eran
equivalentes.
Aument a 600.000 personas, por tanto?
LOS TCNICOS LEVITAS
Segn la tradicin, fueron los sacerdotes de Lev quienes custodiaron esta mquina y se hicieron cargo de
su mantenimiento. Este ingenio, adems, dejaba de funcionar slo un da a la semana, el sabbath, a fin de
que los sacerdotes pudiesen limpiarla y esterilizarla siguiendo las rdenes de su constructor, aunque ellos
nada supiesen de contaminacin bacteriana. Y si hemos de creer al Zohar, tambin se deba engrasar su
mecanismo, que Moiss describe como "uncin'.
De hecho, esta accin, que hoy tiene un significado puramente religioso, podra ocultar -segn Sassoon y
Dale- un significado estrictamente mecnico. Sin saberlo, los levitas se haban convertido en el equipo de
mantenimiento de una mquina perfecta.
Pero la mquina tena un lado siniestro: mataba a los imprudentes que osaban penetrar en el corazn del
Tabernculo con intencin de verla. Y si la mquina no los mataba, lo hacan los levitas, los nicos que
podan ver al Anciano de los Das.
DNDE EST LA MQUINA DEL MAN?
A diferencia de lo que sucede con el Arca de la Alianza, la Menorah o la Mesa de Salomn -todos ellos
objetos sagrados que se custodiaron en el sanctasanctrum hasta la cada del Templo de Jerusaln- de
los que se tienen innumerables y contradictorias "pistas" de dnde pueden encontrarse en la actualidad,
no sucede lo mismo con el Anciano de los Das. Y es que cuando los judos terminaron su xodo y llegaron
a la Tierra Prometida, aquel ingenio de posible origen extraterrestre dej de tener utilidad en una tierra
que rezumaba "leche y miel".
Lo ltimo que sabemos de este ingenio es que, al llegar a Palestina, los judos la instalaron en el santuario
de Sib, unos cuarenta kilmetros al norte de Jerusaln, donde lo ocultaron junto al Arca de la Alianza.
Por aquel entonces ya no produca ms man, pero se le debi seguir considerando un importante
talismn mgico porque cuando Israel luch contra los filisteos y corra peligro de perder la batalla,
recurrieron al refugio de reliquias de Sib.
As lo explica Samuel en la Biblia: "Los ancianos de Israel dijeron (...) vamos a traer de Sib el Arca de la
Alianza de Yahv, para que est entre nosotros y nos salve de la mano de nuestros enemigos (...) Y
cuando el Arca entr en el campamento, todo Israel lanz grandes gritos de jbito".

Y aade: "Oyeron los filisteos el vocero, y dijeron: 'Qu vocero es ste tan grande que se oye hoy en el
campamento de los hebreos?' Y supieron que el Arca haba sido trada al campamento. Y los filisteos se
atemorizaron, y decan: 'Desgraciados de nosotros!'." (Samuel 1, 3 y 55~)
Sea como fuere, en Sib le perdemos totalmente la pista al Anciano de los Das.
Tal vez todava est oculta all y algn da los arquelogos consigan encontrarla. El Arca de la Alianza, en
cambio, sufri un largo peregrinar hasta perderse definitivamente en las brumas de la historia, por lo que
no es difcil pensar que los redactores o revisores del libro del xodo, probablemente escribas del
Segundo Templo de Jerusaln, confundieran al Anciano de los Das con el Arca y que slo una secta de
iniciados preservara la verdad.
En efecto, una sociedad secreta juda conocida como los Segadores del Campo Sagrado fue quien
preserv oralmente la tradicin del Anciano de los Das que, siglos ms tarde, Moiss de Len plasm
por escrito. Ahora slo nos falta la ltima pieza: hallar al Anciano de los Das.
Entonces tendremos finalmente la prueba de que la ayuda "divina" al "pueblo elegido" fue prestada, en
realidad, por alguien que tena a su alcance una tecnologa superior.

EL MISTERIO DEL ARCA DE LA ALIANZA

Mucho es lo que se ha escrito y especulado en torno a los misteriosos poderes y al no menos enigmtico
paradero del Arca de la Alianza, uno de los objetos religiosos y arqueolgicos ms buscados de la historia,
una mquina capaz, entre otras cosas, de provocar tumores, emitir destellos cegadores, mortales
descargas energticas o levantarse por el aire arrastrando con ella a sus porteadores y violando la
siempre pesada ley de la gravedad.
Un instrumento as, construido siguiendo fielmente las instrucciones que el propio Yahv dio a Moiss
durante su estancia en el Monte Sina, ha despertado a lo largo de los siglos el lgico inters tanto de
iniciados y rdenes esotricas como de arquelogos, periodistas y cientficos.
Y las pruebas ms claras del mismo las tenemos en las mltiples teoras sobre la naturaleza del Arca y su
supuesto paradero, as como en su incursin en el mundo del cine de la mano de Steven Spielberg en la
primera entrega de las aventuras de Qu pasa contigo, colega?, pelcula que populariz an ms este
misterioso objeto.
INSTRUCCIONES DIVINAS MUY PRECISAS
En la tradicin sagrada recogida en el Antiguo Testamento no se pone ni por un momento en duda que
fuese el propio Yahv quien diera las instrucciones a Moiss para la construccin del Arca, a pesar de que
objetos similares y con funciones parecidas existan ya en el antiguo Egipto cuando el patriarca bblico ni
siquiera haba nacido. En cualquier caso, no deja de ser cierto que Yahv se mostr muy explicito en los
detalles del Arca: Hars un Arca de madera de acacia que tenga de longitud dos codos y medio, codo y
medio de anchura y codo y medio de altura.
La revestirs de oro por dentro y por fuera, y encima labrars una cornisa de oro alrededor, le pondris
cuatro anillos, uno en cada ngulo del Arca, dos a un lado y dos al otro. Hars tambin unas varas de
madera de acacia y las cubrirs igualmente con oro. Las pasars por los anillos que estn a los lados del
Arca y servirn para llevarla.
Estas varas estarn siempre metidas en los anillos y no se sacarn de ellos...
Hars tambin un propiciatorio de oro puro de dos codos y medio de largo y uno y medio de alto. Hars
dos querubines de oro batido a los dos extremos del propiciatorio, a un lado y a otro lado de l. Lo hars
formando un solo cuerpo con l a sus dos lados. Tendrn los querubines sus dos alas extendidas hacia
arriba cubriendo con ellas el propiciatorio, estando sus rostros uno frente al otro y mirando hacia el
propiciatorio (xodo, 25-10).

Las instrucciones fueron seguidas al pie de la letra por Bezaleel y otros "hombres hbiles a los que Yahv
haba dado pericia", quienes no slo construyeron el Arca sagrada, sino que tambin trabajaron en la
elaboracin del Tabernculo, el candelabro, el vestuario de los sacerdotes, la mesa sagrada, los objetos
para los que estaba destinada, etc.
Cuando estuvo terminada, y con las Tablas de la Ley en su interior, el Arca comenz a ocupar un lugar
destacado en el sanctasanctorum del Tabernculo, ese templo porttil de los israelitas durante su
bsqueda de la Tierra Prometida, convirtindose en un autntico talismn que representaba la alianza de
Dios con su pueblo, cuando no la propia encarnacin material de Yahv.
MISTERIOSOS PODERES
Muy pronto, el pueblo israel conocera los temibles poderes de un instrumento que, entre otras cosas,
permita a Yahv mostrarse y comunicarse con Moiss. La parte ms inestable y peligrosa del Arca
pareca ser justo la zona existente entre los dos querubines, encima del propiciatorio.
All no slo se manifestaba Yahv en forma de nube, sino que tambin, como apunta el autor de Smbolo
y Seal, Graham Hancock, "otros fenmenos supuestamente sobrenaturales se manifestaron tambin
'entre los querubines' que se miraban sobre la tapa de oro del Arca. Pocos das despus del infortunado
fallecimiento de los dos hijos de Aarn, Moiss penetr en el sanctasanctorum del Tabernculo, entonces
instalado todava a la sombra del Monte Sina. Dentro oy la voz de alguien que le hablaba desde lo alto
del propiciatorio que est sobre el Arca, entre los querubines"'.
Hancock, que dedic cerca de diez aos a investigar el paradero del Arca, aporta interesantes datos sobre
sus poderes, que han quedado recogidos en leyendas y tradiciones judas. "Segn un perdurable
recuerdo tradicional -escribe- dos chispas, descritas en otros lugares como 'llamas abrasadoras', brotaron
de los querubines que guardaban el Arca, chispas que en ocasiones quemaban y destruan los objetos
cercanos...
Los poderes del objeto se manifestaban generalmente de forma espontnea, afectando mortalmente a
quienes estaban a su alrededor. Este fue el caso, por ejemplo, de los hijos de Aarn mencionados ms
arriba, las dos primeras vctimas mortales del Arca de la Alianza.
Segn se desprende del Antiguo Testamento, Nadab y Abih "tomaron cada uno su incensario, pusieron
fuego en ellos y, luego de echar incienso encima, ofrecieron ante Yahv un fuego profano que l no les
haba mandado. En ese momento sali de la presencia de Yahv un fuego que los devor, y murieron
delante de Yahv".
LAS VCTIMAS DEL ARCA
El mismo destino corrieron algunos porteadores del Arca, quienes, segn tradiciones rabnicas, de vez en
cuando eran muertos por las poderosas chispas que salan de los querubines. Y aos despus, cuando el
rey David quiso llevar el Arca a Jerusaln, se repiti nuevamente la historia.
En esta ocasin la vctima fue Uzz, hijo de Abinadab, quien junto a su hermano Ajy trasladaba el objeto
sagrado en una carreta y "al llegar a la tierra de Nacn, Uzz extendi las manos hacia el Arca de Dios y la
sujeta, porque los bueyes amenazaban con volcarla.
Entonces la ira de Yahv se encendi contra Uzz y ah mismo Dios lo castig por haberse atrevido a tocar
el Arca, y cay muerto al lado del Arca de Dios".
De hecho, los efectos mortales del Arca fueron utilizados por los israelitas durante los cuarenta aos que
pasaron en el desierto, garantizndose la victoria en las batallas que libraban si el Arca les acompaaba.
La Biblia recoge diversas referencias en este sentido, la ms famosa de las cuales quiz sea la cada de
Jeric, con Josu al frente del pueblo de Israel como sucesor de Moiss y nuevo portador de los secretos
del Arca.
Sin embargo, como acertadamente ha sealado Hancock, siglo y medio despus de la muerte de Josu el
Arca pareca haber perdido su valor para los israelitas, que la haban trasladado de forma permanente a
un santuario llamado Silo.

Sin su "arma divina", perdieron cuatro mil hombres en la batalla de Eben Ezer contra los filisteos, y
aunque posteriormente decidieron llevar el Arca consigo en un nuevo enfrentamiento blico, volvieron
a caer derrotados perdiendo la reliquia, que fue capturada por los filisteos y llevada a Azoto, donde
provoc tumores entre la poblacin (efecto de la radiacin que desprenda?), siendo devuelta al cabo
de siete meses a los israelitas.
En cuanto a otros poderes atribuidos al Arca, cabe sealar la generacin del man con el que se aument
el pueblo de Israel en el desierto y su capacidad para vencer la gravedad, ya que tradicionalmente se
aceptaba que no slo poda levitar, sino tambin transportar a sus porteadores con ella. Varias han sido
las hiptesis formuladas en torno al origen de estos poderes.
Una de las ms curiosas fue la planteada por los ingenieros britnicos George Sassoon y Rodney Dale,
para quienes el Arca o "El anciano de los Das", segn El Zohar, era una mquina para producir man que
contaba con algn tipo de artilugio nuclear y una suerte de recipiente para el cultivo de algn alga, con
mecanismos similares a los utilizados en la actualidad en los vuelos espaciales.
Asimismo, otros han visto en el Arca un acumulador de orgn, un contenedor de material radiactivo o un
condensador elctrico capaz de producir descargas con un voltaje que oscilara entre los 700 voltios
-propuestos por Maurice Denis-Papi- y los 20.000 -segn el fsico argentino Jos lvarez Lpez-; aunque la
hiptesis ms aceptada es que el Arca de la Alianza debi ser un sofisticado transmisor -probablemente
de alto voltaje y radiactivo y de ah su peligrosidad- que permita comunicarse a los 'dioses" con los
representantes del pueblo "elegido".
Eso explicara tanto las muertes fulminantes de quienes se acercaban a l sin conocer las normas de
utilizacin -por su alto voltaje- como las de quienes resultaban afectados por la radiactividad, a medio
plazo.
E igualmente explica su uso en las guerras, ya que serva para comunicarse con Yahv y conseguir que
ste como el Antiguo Testamento relata en numerosos pasajes interviniera en su favor.
LA CLAVE ETOPE
Tambin el apartado de su posible localizacin ha generado varias propuestas.
Entre las ms pintorescas se encuentran las formuladas por diversos psquicos y sensitivos como Gerry
Cannon, quien asegura conocer la localizacin del Arca en Egipto gracias a las revelaciones medimnicas
de su gua, Mosec, que en vida fue un soldado encargado de robarla.
Por su parte, el arquelogo estadounidense Ron Wyaff asegura haberla encontrado en una gruta bajo el
monte Calvario, presuntamente impregnada de la mismsima sangre derramada por Jess durante la
crucifixin. Algunos rabinos, por su parte, la ubican en un tnel cercano al Muro de las Lamentaciones.
En cuanto al Instituto para la Reconstruccin de la Historia Antigua, dice haberla localizado en 1981, un
ao antes que Wyatt afirmara haber encontrado su emplazamiento en una cueva del Monte Nebo, en
Jordania.
Por su parte, Vendyl Jones, otro arquelogo norteamericano, afirm en 1994 que el Arca estaba en las
minas de la ciudad bblica de Gilgal y su imagen haba sido recogida en unas fotografas de alta resolucin
tomadas por un satlite de la NASA. Durante diez aos, tambin el investigador Graham Hancock sigui la
pista del Arca de la Alianza desde su misteriosa desaparicin bblica.
En 1983 Hancock oy hablar por primera vez de su conexin con Etiopa, mientras escriba un libro sobre
este pas africano. En su visita a la ciudad de Aksum, conoci al que afirmaba ser el guardin del Arca o
Tabot, quien le relat la leyenda del hijo de Salomn y la reina de Saba y su relacin con el objeto
sagrado.
Esta leyenda, tenida por cierta en Etiopa y a partir de la cual se ha venido tejiendo el linaje de sus
gobernantes, forma parte del libro sagrado Kebra Nagast o Gloria de los Reyes, que en pocas lneas viene
a narrar cmo en su visita a Jerusaln la reina de Saba concibi un hijo de Salomn al que llam Menelik.
Cuando el joven estaba a punto de cumplir los 20 aos, fue enviado a Jerusaln a conocer la corte de su
padre, donde pasara un ao.

Al cabo de ese tiempo, tuvo que regresar a la ciudad etope de Aksum, llevndose el Arca consigo sin
el consentimiento de los sacerdotes y ante el aparente resquebrajamiento moral que viva la corte
salomnica. A partir de ese momento, el Arca no habra salido de Etiopa, extendindose su culto por
todo el pas.
Y lo que pareca una leyenda sin visos de realidad, ya que, por ejemplo, Aksum no fue fundada hasta 700
aos despus de la muerte de Menelik, se convirti en una obsesin para Hancock, quien termin
encontrando conexiones -segn l- entre una de las primeras obras que habla del Santo Grial, el Parzival
del poeta medieval Wolfram von Eschenbach, y algunos relieves de la catedral francesa de Chartres, que
representan a la reina de Saba.
As, atando cabos, Hancock lleg a la conclusin de que los templarios haban conocido la leyenda de
Menelik y la haban dejado plasmada en clave potica en el ParzivaI y sobre la piedra de Chartres, siendo
el Grial, por tanto, una actualizacin del Arca, en cuya bsqueda Hancock viaj en varias ocasiones a
Etiopa hasta descubrir que las iglesias ortodoxas de este pas guardan en su sagrario una rplica del
Tabot o Arca, a la que sacan en procesin una vez al ao, cubierta por telas, durante la fiesta del Timkat.
UNA O VARIAS ARCAS?
En 1991 Hancock ya tena encajadas -segn su peculiar teora- varias piezas del rompecabezas. Su
meticuloso anlisis de las escrituras le llev a encontrar ms de 200 referencias de la reliquia y a
establecer que el Arca no desapareci del Templo de Jerusaln -construido para albergarla- hasta el 700
a.c., varios siglos despus de lo que se supona.
Segn sus datos, hacia el 650 a.c. el Tabot fue sacado de Jerusaln por sacerdotes judos que huan del
rey Manass y llevada, probablemente, al templo de Elefantina. Siglos despus, tras la destruccin del
templo en el siglo V a.c., fue llevada a un monasterio de las pequeas islas del lago Tana, concretamente
a Tana Kirkos, donde permaneci durante 800 aos hasta que fue trasladada a Aksum hacia el 300 d.c.
por el rey etope Ezana.
En su investigacin, el autor de Smbolo y Seal descubri que objetos similares al Arca aparecan en
relieves egipcios anteriores a Moiss, con la misma funcin de albergar la divinidad. Asimismo, se percat
de que la ceremonia del Timkat apareca tambin en los grabados faranicos de la poca de Tutankamon.
Su bsqueda concluy finalmente en 1991 cuando particip en el Timkat celebrado en Aksum. Durante
dos das se sucedieron los festejos y se sac en procesin la que aparentemente era el Arca autntica,
una caja rectangular envuelta en un grueso pao azul.
Sin embargo, Hancock se percat de que el guardin de la reliquia permaneci durante dos das sin
abandonar la capilla de la lglesia de Santa Mara de Sin, lo que le llev a considerar que la verdadera
Arca no sala en procesin, sino que permaneca en todo momento bajo la atenta mirada de su vigilante.
Por supuesto, nadie ha corroborado que el arca realmente se encuentre all.

EL DERRUMBE DE LAS MURALLAS DE JERIC

El relato de Josu cuenta cmo los israelitas conquistaron la ciudad de Jeric al llegar a la Tierra
Prometida despus de caminar por el desierto durante cuarenta aos. Una conquista que se llev a cabo
apenas sin oposicin y donde el sonido de los instrumentos, el grito de guerra de los judos y el Arca de la
Alianza jugaron un extrao papel que vamos a tratar de analizar en este artculo.
La primera excavacin importante que se realiz en el lugar donde se cree se encontraba el
emplazamiento de Jeric se desarroll en la parte sur del Valle del Jordn entre 1907 y 1909 y estuvo a
cargo de un equipo alemn. Los arquelogos encontraron montones de ladrillos de barro en la base de la
colina sobre la cual se cree que haba estado construida la ciudad. Sin embargo, habra que esperar hasta
los aos cincuenta para que estas muestras pudieran ser analizadas con nuevas tcnicas. As fue como la
arqueloga britnica Kathleen Kenyon confirm que los ladrillos procedan de las murallas de la ciudad y

que se haban derrumbado poco antes de su destruccin. El relato bblico dice que, al desplomarse las
murallas, los hijos de Israel entraron en la ciudad, incendindola.
As lo refiere al menos Josu en 6, 24: "Despus quemaron la ciudad y todo lo que haba en ella, a
excepcin de la plata, el oro y los objetos de bronce y de hierro, que se depositaron en el tesoro de la
casa de Yahv".
Y, efectivamente, Kenyon encontr evidencias de una masiva destruccin por el fuego. En su informe
sobre las excavaciones de Jeric, escribi: 'La destruccin fue total. Las paredes y suelos estaban
ennegrecidos o enrojecidos por el incendio y cada habitacin estaba llena de ladrillos cados, maderas y
utensilios caseros. En la mayora de las habitaciones, los objetos encontrados estaban completamente
abrasados."
POLMIECA EN TORNO A JERIC
En general, los historiadores sitan la conquista de la Tierra Prometida por Josu haca el siglo XIII a.c.
Hiptesis sostenida tambin por los investigadores Marvin Levin y Felice Maranz en su articulo Ar the
Bible's Stories True?, publicado por la revista Time (18-12-95). Sin embargo, Kathleen Kenyon no est de
acuerdo con esa data, ya que no encontr evidencias de que la destruccin de la ciudad se produjera en
esas fechas.
Es ms, el director del instituto que conserva los Manuscritos del Mar Muerto, el Dr. Broshi, afirma que la
ciudad de Jeric y toda el rea circundante eran desierto entre los siglos XV y Xl a.c. Por tanto, los
israelitas no tuvieron que matar rivales y quemar ciudades para poder asentarse. Por su parte, el
arquelogo hebreo Ismel Finkelstein, de la Universidad de Tel Aviv, cree que la colonizacin de la Tierra
Prometida fue un proceso gradual que tuvo lugar durante un perodo largo y en el que participaron gente
de Canan y otros lugares.
Ahora bien, aunque la mayora de los estudiosos no aceptan la guerra de conquista de Josu como un
hecho histrico, esto no significa que se haya dado carpetazo al asunto. Por un lado, expertos como
Abraham Malamat, historiador bblico de la Universidad Hebrea, dicen que no hay pruebas de la
destruccin de Hai (otra urbe cananea cercana a Jeric), porque la ciudad asegura- estaba en otro sitio
hace 3.000 aos.
Por otro, el norteamericano Bryant Wood, director de Pro-Bible Associates for Biblical Research, insiste
en que sus propias investigaciones apoyan el asalto a Jeric y opina que Kathleen Kenyon se equivoc
respecto a las fechas. Pero si aceptamos la versin de Wood, es decir, el relato bblico literal, deberamos
analizar qu fue lo que realmente provoc la cada de las murallas.
En principio, la explicacin ms probable sera un terremoto, aunque el hecho de que slo afectara de
manera selectiva a ciertas partes de la muralla (la zona norte qued en pie) hace pensar en otra
posibilidad. Precisamente en el rea norte de la ciudad viva Rahat, la prostituta que ocult a varios
espas israelitas mientras hacan un reconocimiento previo de Jeric y cuya casa se apoyaba en la muralla.
Antes de regresar al campamento israel, los espas aconsejaron a Rahat que llevara a su casa a toda la
familia porque all nada les pasara.
"Premonicin" que tambin queda reflejada en la Biblia (Josu 6, 17): "La ciudad ser dada por anatema a
Yahv con todo lo que en ella se encuentra; solamente quedar con vida Rahat, la meretriz, y todos los
que estn con ella en su casa, porque escondi a los exploradores que habamos enviado."
La voz del profeta relata en los versculos siguientes: "Josu dio a los dos hombres que haban explorado
la tierra: 'Entrad en la casa de la meretriz y sacadla fuera con todos los suyos, como se lo habis jurado'.
Aquellos jvenes exploradores entraron y sacaron a Rahat, a su padre, a su madre y a sus hermanos con
todo lo suyo.
Hicieron salir a toda la parentela y los colocaron fuera del campamento de Israel.
Y esto fue exactamente lo que los arquelogos se encontraron: las murallas conservadas en el lado norte
de la ciudad con todas las casas apoyadas en ellas. De ah que la hiptesis del terremoto no resulte
convincente para explicar lo que realmente sucedi.

Adems, los autores bblicos dejaron bien claro que todo fue obra de Yahv como premio a la gran fe de
los israelitas.
FUERZA DIVINA O SOFISTICADAS ARMAS?
En esta revista ya hemos planteado en anteriores ocasiones la posibilidad de que el Arca de la Alianza,
lejos de ser una simple caja diseada para albergar las Tablas de la Ley, fuera en realidad un arma
sofisticada. En ese caso, no podra haber sido utilizada para hacer caer, selectivamente, las murallas de
Jeric?
Adems, en esta ocasin el Arca iba escoltada por los sacerdotes, que tocaban las trompetas mientras
rodeaban la ciudad. Estas vibraciones, unidas al estruendo de las pisadas de miles de personas y los gritos
del sptimo da, podran haber propiciado las condiciones necesarias para el "terremoto" provocado.
Veamos porqu.
Hoy se sabe que los ultrasonidos pueden desintegrar hasta las piedras ms densas.
Sin embargo, en los restos arqueolgicos hallados por Kathleen Kenyon no haba ninguna seal de este
tipo de desintegracin. Por el contrario, los ladrillos encontrados estaban enteros, haciendo suponer que
cayeron desde cierta altura.
Como si la cada hubiera sido provocada por algn tipo de vibracin procedente del mismo suelo. Luego
pudo tratarse de un "terremoto" artificial, quiz debido a ondas sonoras de baja frecuencia o bien
consecuencia de las trompetas tocadas por los sacerdotes.
Los hechos pudieron haber sucedido as: el primer da, la multitud slo habra dado una vuelta, suficiente
-tal vez- para que los cimientos se resintieran debido a la resonancia de las notas producidas. El segundo
da, pudo acentuarse el efecto anterior hasta el punto de que los cimientos podran haber comenzado a
moverse.
Y as sucesivamente, hasta que al sptimo da los cimientos se encontraran tan daados que necesitaron
muy poco para desplomarse. En ese momento, la combinacin de los sonidos de las trompetas con el
grito de la multitud pudo haber creado una onda capaz de hacer vibrar toda la muralla, excepto la parte
en que se encontraban apoyadas algunas casas, hasta que aqulla termin por desplomarse.
La funcin del Arca en este caso no est clara, pero bien podra haber actuado como un escudo,
protegiendo a los israelitas de los infrasonidos. La Biblia no menciona la posible defensa de la ciudad por
los soldados de Jeric, algo que resulta realmente extrao si se da crdito al relato histrico. Este
aparente desinters por defender su ciudad, podra haberse debido a una enfermedad capaz de
debilitarles hasta el punto de que no pudieron reaccionar?
Fue el investigador francs Vladimir Gavreau quien descubri la capacidad de los infrasonidos para
producir malestar fisiolgico. Parece ser que estimulan el desequilibrio del odo central, provocando
nuseas que se prolongan durante varias horas, incluso das. Si la exposicin es suave, el individuo
enferma, pero si es intensa y continuada, sobreviene la muerte.
Datos que nos permiten interpretar los sucesos de Jeric desde otro punto de vista. As, habra podido
suceder que las vibraciones, de intensidad creciente da a da, fueran suficientes para neutralizar la
defensa militar de la ciudad y, de paso, hacer caer sus muros. Gavreau descubri que una frecuencia de 7
ciclos por segundo (cps.) es mortal y las comprendidas entre 1 y 10 cps, producen efectos terrorficos.
Aumentando ligeramente la amplitud, se afecta al comportamiento: primero se inhibe la actividad
intelectual, luego se bloquea y, finalmente, se destruye.
Pero los ataques con infrasonidos cuyo xito se debe a su propiedad de "agarrarse" al suelo tienen
tambin otras consecuencias, ya que hacen vibrar todo lo que se asienta sobre el suelo. A principios de
siglo, el cientfico serbio Nikola TesIa dedic una buena parte de su genio a explicar los efectos que
pequeos sonidos podran tener sobre la estabilidad de los edificios.
Sus interlocutores se solan burlar de l porque ignoraban que, aos antes, Tesla estuvo a punto de
destruir su propio laboratorio con una mquina de infrasonidos. Ms tarde, parece que invent armas
para generar impulsos en esas frecuencias, al parecer capaces de arrasar ciudades entenas.

Volviendo al caso que nos ocupa, es importante indicar que, antes de llevar a cabo la estrategia de
caminar alrededor de la ciudad, Josu haba enviado unos exploradores para reconocer el territorio.
Probablemente su misin fuera informar no slo sobre la distribucin de las casas, sino tambin acerca
del emplazamiento de cuevas, corredores y otras cavidades naturales dentro de la colina.
Bajo ciertas condiciones, estos lugares pueden actuar como "cajas de resonancia", amplificando el poder
de los infrasonidos y proyectndolo directamente sobre el objetivo deseado, en esta ocasin las murallas.
UN CAMPO ANTI-GRAVITACIONAL?
Al tratar de analizar las posibles causas del derrumbamiento de las murallas de Jeric, convendra tener
presente la curiosa experiencia vivida por un mdico sueco, el doctor Jar. Este, en compaa de un amigo
tibetano que haba conocido en la Universidad de Oxford, viaj al Tbet en 1939 para hablar con el lama
jefe del monasterio. Un da, ambos amigos fueron testigos de algo realmente asombroso, al presenciar el
extrao "mtodo" utilizado por los lamas para transportar unas grandes losas de piedra hacia una cueva
pequea, situada a 250 metros de altura desde el pie de un acantilado.
En medio del prado, a otros 250 metros del acantilado, se poda distinguir una losa que recordaba a un
barreno, ya que contena una cavidad central de 1 m. de dimetro y 15 cms. de profundidad. Hasta ella
fue arrastrado por bueyes otro bloque de piedra cuyas dimensiones eran de 1 m. de ancho y 1,5 m. de
largo.
Posteriormente, y a una distancia de 63 m. de la losa, los lamas colocaron diecinueve instrumentos
musicales: trece tambores y seis trompetas que formaban un arco de 90 grados. Ocho de los tambores
tenan un dimetro de 1 m. y una longitud de 1,5 m.; otros cuatro tenan 0,7 m. de dimetro y 1 m. de
largo, y el ms pequeo, 0,2 m. de dimetro y 0,3 m de longitud. Todas las trompetas eran del mismo
tamao: 3,12 m. de largo y una abertura de 0,3 m.
Los tambores grandes y las trompetas se colocaron sobre unos soportes ajustados, mediante bastones, a
la losa de piedra, situndose una fila de monjes detrs de los instrumentos.
Cuando la piedra estaba en posicin, el monje que se encontraba tras el tambor pequeo dio una seal
para que comenzara el concierto.
El tambor pequeo provocaba un sonido muy agudo y poda orse incluso entre la cacofona generada por
los dems instrumentos. Los monjes, paralelamente, entonaban un mantra cuya intensidad aumentaba
al unsono con tambores y trompetas. Durante los primeros cuatro minutos no pas nada, pero a medida
que la velocidad de los sonidos aumentaba junto con el ruido general, la gran losa de piedra empez a
moverse y a columpiarse hasta que, de repente, se suspendi en el aire, ganando paulatinamente
velocidad en direccin a la pequea cueva.
En tres minutos salv una altura de 250 metros y "aterriz" justo delante de la gruta. Por el mismo
procedimiento, los lamas izaron seis rocas en poco ms de una hora. El Dr. Jar fue el primer occidental en
presenciar un acontecimiento de esta ndole, y tambin en registrarlo, pues, despus de vencer su
estupor inicial, logr sacar dos pelculas fotogrficas del suceso.
Un mtodo de transporte ciertamente extraordinario que, segn el investigador neozelands Bruce
Cathie, tiene su explicacin.
Este estudioso asegura que los monjes tibetanos conocen las leyes que gobiernan la estructura de la
materia hasta el punto de que -segn los clculos de Cathi-, el secreto de la elevacin de las piedras
depende de la colocacin geomtrica de los instrumentos musicales en relacin con las losas que van a
ser levantadas y de la sintonizacin armnica de tambores y trompetas.
Sumado lo anterior a los cantos de los monjes especficamente entrenados en el dominio de tonos y
ritmos, fue como se consigui el efecto descrito anteriormente.
Las ondas sonoras generadas fueron proyectadas de tal manera que se cre un efecto anti-gravitacional
en el centro del foco (la posicin de las piedras) y alrededor de la periferia -o arco- por el cual se movan
las piedras. En el caso de Jeric, tenemos tambin crculos (las vueltas que daban alrededor de la ciudad)
y trompetas.

Podra haberse dado un fenmeno parecido al de los lamas, que habra sido provocado por el gritero de
la multitud, los sonidos de las trompetas y la alta carga de electricidad esttica producida alrededor del
Arca, despus de haber sido transportada siete veces alrededor de la ciudad en siete das.
Esta combinacin podra haber creado anomalas gravitacionales en los ya debilitados cimientos de las
murallas de Jeric precipitando as su derrumbe.
Fue esto lo que sucedi realmente?

CUANDO JOSU DETUVO EL SOL Y LA LUNA

Una de las ms curiosas historias referidas en el Antiguo Testamento se puede leer en el Libro de Josu.
En l se narra la ensima intervencin de Yahv en una batalla entre el "pueblo elegido" y sus enemigos,
y se describe incluso cmo ste lanz piedras de granizo desde el cielo que diezmaron selectivamente a
los amorreos que osaron enfrentarse a Israel.
No fue esta, en absoluto, su nica intervencin. A la vista de estas victorias, y queriendo acabar con sus
enemigos de una vez por todas, Josu suplic a Yahv que detuviera el Sol y la Luna en el cielo -es decir,
que parara la rotacin de la Tierra- para disponer de ms horas de luz y as fustigar a sus oponentes. Y
Yahv, solcito, accedi a tamao prodigio. "El sol -asegura este patriarca- se detuvo en medio del cielo, y
no se apresur a ponerse casi un da entero" (Josu 10,13).
Esta historia me interes hace ya aos por una singular razn: enjulio de 1970 la revista norteamericana
The Gideon atribua a Harold HilI, prestigioso consejero tcnico del programa espacial de los Estados
Unidos, adems de presidente de la Curtiss Machynery Company de Baltimore (Maryland), unas
singulares declaraciones.
En ellas, Hill explicaba que en Greenbelt, Maryland, unos astrofsicos se encontraban calculando la
posicin de los principales cuerpos de nuestro sistema solar para los prximos siglos cuando tropezaron
con una inslita anomala csmica. Realizaban sus clculos con la intencin de prever las futuras
trayectorias de satlites y sondas espaciales y evitar as futuros choques con cuerpos celestes... pero algo
fall en los ordenadores.
Estos se detuvieron bruscamente, como si hubieran detectado algn error de clculo considerable hasta
que, finalmente, el director del servicio de mantenimiento de aquellos potentes IBM determin la causa
del fallo de clculo: inexplicablemente, al pasado del Cosmos le faltaba un da.
Aquel mismo artculo en The Gideon explicaba cmo un cristiano que estaba entre los cientficos record
de repente el pasaje de Josu deteniendo el Sol y la Luna durante casi un da, lo que -a su juicio- podra
explicar aquella anomala.
DETRS DE LA LEYENDA
La ltima vez que trat de confirmar esta historia fue en Enero de 1997. Me puse en contacto con el
National Space Science Data Center (NSSDC) de Greenbelt, donde supuestamente tuvieron lugar los
hechos, y rastre la huella de este episodio. Nadie saba nada.
Finalmente, Dave WiIliams, del NSSDC, recogi mis dudas y trat amablemente de resolverlas. Segn su
explicacin final, aquella historia no era ms que un mito que ya en el pasado gener una autntica
avalancha de cartas de curiosos.
Me explic que "cualquier clculo de posicin orbital se inicia con posiciones astronmicas actuales,
aunque los operadores pueden estudiar hacia adelante o hacia atrs en el tiempo esas posiciones
planetarias, sin que nunca hayan tenido problemas".
Adems, me aclar, "el NSSDC no realiza el tipo de clculos orbitales por los cuales usted pregunta".
Tampoco el Dr. H. Kent Hils, del NSSDC, pudo ser ms claro: Esa historia es un fraude que ha sido
reimpreso, citado o referido durante aos en muchos lugares.
Se trata, claramente, de un relato de ficcin.

OTRAS PARADAS DEL SOL

En la historia de Josu hay un pequeo detalle a tener en cuenta: mientras en el relato de Harold Hill se
asegura que en el pasado del Cosmos se perdi un da (esto es, 24 horas), en el de Josu se habla de que
el Sol se detuvo "casi un da entero". Cmo podran hacerse casar ambas secuencias de tiempo?
Pues bien, aquel artculo de The Gideon salv tambin la cuestin. Segn esta publicacin, la clave est
en el capitulo 20 del segundo libro de Reyes, en la conversacin que mantuvo el profeta Isaas con el rey
Ezequas en su lecho de muerte.
Segn el texto bblico, ste le pidi una prueba al profeta de que realmente era un hombre de Yahv, tras
lo cual Isaas hizo retroceder diez grados la sombra que proyectaba un reloj de sol cercano. Es decir,
descont 40 minutos al da... que -segn The Gideon- bien podran redondear el parn de Josu hasta las
24 horas perdidas.
Lstima que la historia de Hill parezca no tener fundamento. Baste un ltimo apunte para redondear esta
historia: durante la reciente elaboracin del libro La Espaa Extraa (Edit, 1997), Jess Callejo y yo
recogimos una leyenda similar a la de Josu que tuvo como escenario la localidad de Calera de Len, en
Badajoz.
All, en 1173, las tropas de Prez Gorras, maestre de la Orden de Santiago, enfrentadas a un batalln de
rabes, imploraron a la Virgen que se detuviera el Sol en el cielo para poder acabar para siempre con las
hordas infieles... Y el "milagro" dicen que se produjo. De hecho, al escenario de la batalla lo bautizaron
como valle de Tetuda (contraccin de "detente-un-da" en clara alusin al Sol) y le consagraron una
"Virgen de idntica advocacin.
Lamentablemente, Harold Hill tampoco cont con la fe de los de Badaioz.

ARREBATADOS POR YAHV

Elas jams regres.
Aquel "torbellino" le arrebat para siempre ante los ojos de 50 profetas y del propio Eliseo, el mismo que
ms tarde, pertrechado con las vestiduras y el manto rasgado de Elas cado desde el cielo, golpe las
aguas del Jordn, que se abrieron en dos. Para los exegetas de la Iglesia catlica, Elas sufri un
"transporte exttico"; es decir, el profeta entr en trance mstico y se "imagin" el arrebatamiento. Lo
cierto, sin embargo, es que a Elas "no se le vio ms".
Y todo apunta a que este episodio ocurri realmente -segn parece, en el Monte Carmelo, hace
aproximadamente 2.850 aos-, aunque los comentaristas bblicos lo niegan:
"La desaparicin misteriosa dicen- ha de explicarse conforme al gnero literario de este ciclo de historias
sobre el gran profeta". La Iglesia, pues, considera "ciencia-ficcin" el episodio, as como otros muchos
similares. Pero la realidad puede ser bien otra.
EL CLAN DE LOS ARREBATADOS
Otro "arrebatado" y personaje enigmtico y misterioso donde los haya es Enoch, cuyo nombre, en
hebreo, significa "iniciado". Segn cuenta el Gnesis, Enoch "no muri, sino que fue arrebatado y llevado
a los cielos en un carro de fuego".
Poco ms se dice de l en la Biblia, pero contamos con un sorprendente apcrifo, El libro de Enoch, en el
que se relatan los viajes del enigmtico personaje a bordo de esos misteriosos carros de fuego.
En ese texto se narra, por ejemplo, cmo entr en "contacto" con misteriosos seres celestiales: "(...) se
me aparecieron dos hombres de gran estatura; sus rostros brillaban como el sol y sus ojos eran como
antorchas". Y le dijeron: "Hoy mismo estars con nosotros en los cielos".
El relato de sus viajes celestiales resulta sorprendente: "Condujeronme entonces a los cielos. Entr hasta
detenerme frente a un muro, que pareca hecho de sillares de cristal, y estaba rodeado de lenguas de
fuego (...)

Me vi ante un gran palacio de cristal labrado, con suelo embaldosado de placas de vidrio, y el piso era
tambin de cristal. Y an aade otras extraas pistas sobre sus travesas: Despus de aquellos das
transcurridos en un lugar donde se me permiti ver lo que est oculto, despus de haber sido arrebatado
por un remolino y conducido hacia el Poniente
Tras el ltimo de aquellos "viajes", Enoch no volvi. Al igual que Elas, fue "arrebatado" para siempre.
Slo que no fueron los nicos. En otro apcrifo llamado La Ascensin de Isaas se cuenta cmo este
profeta tambin subi a los cielos en un sospechoso "trance", acompaado de varios ngeles que le
invitaron a vestirse con sus ropajes y cmo a bordo de aquella "nave" visit los siete cielos.
Y tambin en el Segundo Libro de Baruc se cuenta algo similar: "Una fuerza -puede leerse- me levant y
me coloc sobre el muro de Jerusaln".
LA SOSPECHA DE LA ABDUCCIN
En Los hechos de los apstoles se narra otro "arrebatamiento": el de Felipe, uno de los Padres de la
Iglesia. A partir del versculo 26 del capitulo VIII, podemos leer: "El ngel del seor habl a Felipe
diciendo: 'Levntate y marcha por el camino que baja de Jerusaln a Gaza'. Se levant y parti. Y he aqu
que un etope eunuco regresaba sentado en su carro, leyendo al profeta Isaas...
Ms adelante, ambos se pararon a beber agua, momento que Felipe aprovech para bautizar al eunuco,
pero "saliendo del agua, el Espritu del Seor arrebat a Felipe y ya no le vio ms el eunuco. Felipe se
encontr en Azoto y recorra evangelizando todas las ciudades hasta llegar a Cesrea".
Qu era aquel "espritu del seor" que arrebat al apstol y lo transport 40 kilmetros?
Otra fantasa literaria?, una nueva metfora? No se parecen demasiados estas descripciones a las que
actualmente informan los testigos de abducciones OVNI?
Lo cierto es que aquellos "torbellinos", "carros de fuego" o "ruedas voladoras" aparecen muchas veces a
lo largo de la Biblia y otros textos apcrifos. Realizan maniobras extraas, son "habitados" por ngeles de
gran estatura, luminosos, de rostros extraos... Para algunos son demasiadas coincidencias.
E investigadores como Erich von Daniken o Andreas Faber-Caiser lo tienen claro: se trataba de naves
extraterrestres. Pero an hay ms: esos misteriosos objetos -y su enigmtica funcin "arrebatadora"- ya
fueron conocidos por Jess.
As, en el apcrifo Historia de Jos, el carpintero (captulo XVIII), podemos leer, en boca de Jess, la
siguiente expresin: Y qu me impide ahora que yo ore para que mi Padre enve un gran carro luminoso
que eleve a Jos y que le traslade al lugar de reposo, para que viva ah con mis ngeles incorpreos?
En cualquier caso, ni siquiera hace falta bucear en los apcrifos, porque en el Evangelio de San Mateo
(captulo 17,1-13), en donde se narra el extrao episodio de la Transfiguracin, se dice que a Jess le
"brillo su rostro como el Sol y sus vestidos se volvieron blancas como la luz".
Y all aparecieron dos seres e, instantes despus, les cubri una "nube resplandeciente". Al abrir los ojos,
todo volvi a la ms absoluta normalidad.
Lo ms curioso es que aquellos dos seres luminosos fueron identificados como Elas -arrebatado para
siempre- y Moiss, cuyo cadver, despus de haber mantenido contacto abierto con misteriosos seres
que viajaban en extraas "nubes", jams fue encontrado.
EZEQUIEL DA LA CLAVE: ERAN OVNIS
Ezequiel tuvo la primera de sus "visiones" all por el ao 600 a.c. Cuatro de ellas aparecen relatadas en el
libro que lleva su nombre. El es otro "arrebatado", aunque con billete de vuelta.
De aquel primer encuentro, Ezequiel ofrece detalles excepcionales: "Vi venir un viento huracanado, una
nube densa en torno a la cual resplandeca un remolino de fuego, que en medio brillaba como bronce en
ignicin". Ms adelante habla de "criaturas vivientes'; de portentosos cristales tras los cuales se observa
el firmamento, de "ruedas que giran" posndose sobre el suelo...
En suma, para muchos estudiosos aquellos seres con caras de "toro" "guila" o "len" no eran ms que
astronautas con escafandras, tomas de oxgeno o antenas.

Luego, la imaginacin de aquella gente hizo el resto.

SE TRAG UNA BALLENA A JONS?

Segn se deduce del Libro de Jons, aproximadamente bajo el reinado de Adadnirari III (809-781 a.c.),
Yahv ordena a su profeta que acuda a Nnive, capital de Asira, a predicar su palabra, "porque el clamor
de sus maldades ha subido hasta mi presencia" (Jons 1, 1-2). Misin que no resultara nada grata a Jons
-quien profetizara al rey Jeboroam II (783-743 a.c.) que recobrara los lmites del reino de Israel-, entre
otras cosas porque Nnive es, en ese momento, un importante centro de cruces culturales y los cultos a
diferentes deidades estn muy arraigados.
La primera reaccin de Jons fue, pues, huir, renegar de su misin; y para ello, se embarca en Jope
(Yaff) con la intencin de dirigirse a Tarsis (probablemente la Tartessos ubicada en la actual Andaluca
occidental, aunque otros autores la suponen en el extremo oriental del Mar Rojo). Sin embargo, no ir
muy lejos: nada ms salir a alta mar, se levanta una fuerte tempestad y, de inmediato, los marineros se
persuaden de que en la nave se encuentra algn pecador contra el cual Dios est desatando sus iras.
Al echar a suertes quin es el portador del infortunio, a fin de tratar de poner remedio a la fatalidad,
stas caen sobre Jons, que termina siendo arrojado al mar; con lo que, enseguida, renace la calma (1,116).
El mismo Libro de Jons relata cmo, en ese momento, un "enorme pez" se traga a Jons, que, vivo en el
vientre del presunto cetceo, entona un salmo de accin de gracias. Slo despus de tres das y tres
noches confinado en su prisin acutica, Yahv da rdenes al "pez" para que Jons sea "vomitado" en
una ribera (2, 1-10) y le manda nuevamente ir a predicar a Nnive. En esta ocasin, por supuesto, acata
las rdenes "divinas" y predica en las calles de la ciudad, amenazando a sus habitantes con la destruccin
total si no se convierten en el plazo de cuarenta das.
Por fortuna para ellos -los lectores de la Biblia ya conocen cmo se las gastaba Yahv- el rey y la
poblacin entera obedecen y se evita la catstrofe (3,1-10).
Tras la conversin de Ninive, Jons se siente muy afligido e incomodado por su falta de fe y desea que le
llegue la muerte cuanto antes, pero Yahv le reprende simblicamente secando una hiedra bajo la que se
haba acomodado en busca de sombra. Con ello, Yahv pretende mostrarle cunta tristeza habra sentido
con la destruccin de los ninivitas (4, 1-2).
EL DEBATE HISTORICO
Ahora bien, narra el Libro de donas un episodio real o se trata tan slo de una fbula con la moraleja de
la obediencia que se debe a Yahv? Varios autores modernos niegan la historicidad de la narracin y
consideran este episodio bblico como una piadosa leyenda o como una ficcin doctrinal con el fin de
inculcar la idea universalista de la misericordia divina sobre la salvacin de los gentiles.
En las notas introductorias del franciscano Jos Trepat -incluidas en la edicin revisada y corregida de la
versin de la Vulgata de Flix Torres Arnat- se incide en el hecho de que, como indican H. Haag, A. van
den Born y S. de Ausejo en su valioso Diccionario de la Biblia, muchos exegetas actuales, incluso catlicos,
han abandonado la antigua hiptesis que afirma que el mismo profeta Jons habra escrito el libro que
figura con su nombre.
La mayora de los autores asignan al libro una fecha postexilica: hacia el ao 400 (Robinsn) o entre el
400 y el 200 (Weiser); y lo mismo opinan muchos catlicos como Van Hoonacker, Tobac, Dennefeld o
Chame por citar slo a unos pocos. En cuanto a qu pudo haber sido el misterioso pez que se trag a
Jons, hay explicaciones para todos los gustos. As, el citado Jos Trepat afirma que "el pez que se trag a
Jons no era una ballena, que no puede tragar ningn cuerpo de alguna magnitud; sino un tiburn, de
boca enorme, y de seis o hasta ocho metros de longitud, que puede tragar fcilmente un hombre y hasta
un caballo, y conservarlos enteros en su vientre por algunos das; si bien, no vivos.

El milagro en el caso de Jons estuvo en conservarse vivo en el vientre del tiburn.

Pero en nuestra opinin, y aunque es de agradecer la intencin de Trepat de explicar el hecho, resulta
obvio que, fuera tiburn o ballena, el asunto principal sigue siendo el mismo: cmo pudo Jons salir vivo
del vientre del "enorme pez" sin recurrir al "milagro"?
Otros autores, por su parte, intentan explicar el prodigio argumentando que todo obedeci a un sueo o
admitiendo que Jons fue trado a tierra a lomos de un monstruo marino, sobre un gran cetceo ya
muerto que flotaba inerte sobre las aguas o sobre una embarcacin llamada Tiburn.
Tampoco faltan los que ven en este relato una "historia libre"; esto es, una forma imaginaria de
desarrollar un ncleo histrico, comparable a las novelas histricas actuales, o los que intentan explicar el
Libro de Jons alegricamente, en el sentido de que en la persona del profeta estaran simbolizadas la
misin y el destino de Israel entre los pueblos.
Por otro lado, defienden una interpretacin mitolgica todos los que creen que existe alguna relacin
entre el Libro de Jons y las leyendas de Hrcules, Semramis, Gilgamesh, Jasn, Perseo, Orin y hasta
Oannes. Incluso hay quien encuentra conexiones entre el Libro de Jons y las leyendas de la India, pues
en el Diccionario de los Smbolos, de J. Chevalier y A. Gheerbrant, se nos explica que, en la India, el avatar
vishnuita del pez gua al arca sobre las aguas del diluvio; slo que en el mito de Jons, la ballena sera el
arca misma.
Para el esoterista Ren Gunon, sin embargo, la entrada de Jons en la ballena simboliza la entrada en el
periodo de oscuridad intermedio entre dos estados o dos modalidades de existencia.
Para Gunon, Jons en el vientre de la ballena es el germen de inmortalidad en el huevo, en la matriz
csmica, y la salida de Jons, la resurreccin, el nuevo nacimiento, la restauracin de un estado o de un
ciclo de manifestacin. Por ltimo, cabe la posibilidad, apuntada ya por otros autores, de que el pez fuese
en realidad un submarino al servicio de Yahv, poniendo de nuevo en entredicho su supuesta divinidad,
algo inaceptable, por otra parte, para un Ser que -como muestran una y otra vez las sagradas escriturasmuestra pasiones y odios demasiado mundanos.
De hecho, baste recordar que la "ballena" estaba preparada en el momento de caer Jons al agua y
obedeci en todo momento las instrucciones de Yahv manteniendo vivo -y se supone que alimentado y
en buen estado- al profeta.
Eso s, nadie ha explicado jams qu vivi Jons durante las 72 horas a bordo de aquel presunto
"cetceo", ms parecido a cualquier "gloria de Yahv" voladora -como las que raptaron a los profetas
Enoch y Elas- que a animales naturales bajo control divino.
En suma, cabra otra lectura muy distinta de la Biblia si resultara que Yahv no era sino un astronauta no
terrestre.

LA GEOMETRA SECRETA DEL TEMPLO DE SALOMN

En el momento en que la Humanidad est explorando el espacio, escudriando nuevos mundos y
desarrollando programas de bsqueda de seales de vida extraterrestre, espritus inquietos tratan de
comprender los mensajes que nos llegan desde los albores de los tiempos y desde lo ms profundo del
universo interior, grabados en las piedras y codificados en la estructura de los templos: la sabidura
universal.
Y es que los templos de la antigedad desempearon funciones con frecuencia bastante distintas a los de
pocas posteriores. Eran lugares de misterio. No se puede comparar un templo de Oriente Prximo
alzado en tiempos de los egipcios, los mesopotmicos o los israelitas, con un templo griego o una iglesia
cristiana. Aquellos no eran lugares en los que los fieles se congregasen: de hecho, el pueblo slo tena
acceso al patio exterior.
Los templos egipcios, por ejemplo, eran en s mismos una encarnacin del Cosmos. Habitualmente, la
propia estructura del edificio simbolizaba el nacimiento del mundo.

Estas construcciones se consideraban como la recreacin de la colina primitiva, a la que el demiurgo

haba acudido para descansar. Por su parte, en Mesopotmia, estas edificaciones pretendan ser la rplica
del templo celestial, una contrapartida terrenal de la morada divina del dios. Y, como tales, constituan un
vnculo entre el Cielo y la Tierra.
Por eso deban erigirse exactamente en el mismo lugar, de acuerdo con el mismo plan e idnticos
ornamentos que el templo anterior, que a su vez haba sido una rplica exacta de otra construccin an
ms antigua que los propios dioses haban levantado, al crear el mundo, antes de que existieran los seres
humanos.
De ah que en la tradicin de los constructores, jams se excluyera un elemento antiguo, tanto si se trata
de un fragmento de texto como de unas piedras pertenecientes a un edificio anterior. No se desdea
nada, y las sucesivas pocas van integrndose en la expresin ms reciente. Carece de importancia que el
mito ofrezca variantes, incluso contradictorias: todos los aspectos encierran valores diversos que se
yuxtaponen sin anularse.
EL TEMPLO DE SALOMN Y SU INQUIETANTE ARQUITECTO
En el seno de la primera monarqua terrestre -si la Biblia lleva razn- se elev el primer templo a Dios. La
Biblia recoge claramente las tradiciones segn las cuales fue el propio Yahv -al que identificaban como
Dios- quien, en ltima instancia, ordenaba cundo, quin y cmo se haba de construir el Templo. As, en
el Libro Primero de las Crnicas, el rey David declaraba: "Odme, hermanos mos y pueblo mo: haba
decidido en mi coraz6n edificar una casa donde descansase el Arca de la Alianza de Yahv y sirviese de
escabel de los pies de nuestro Dios.
Ya haba hecho yo preparativos para la construccin, pero Dios me dijo: 'No edificars t la Casa a mi
nombre, pues eres hombre de guerra y has derramado sangre"'. Para esta misin, de entre todos los hijos
de David Dios elegira a Salomn: "Y l me dijo: 'Tu hijo Salomn edificar mi Casa y mis atrios; porque le
he escogido a l por hijo mo y yo ser para l padre"'.
Y as fue. Cuando Salomn quiso alzar el templo, pidi ayuda al rey de Tiro, ya que tal edificacin requera
un arquitecto experimentado en las tcnicas y conocedor de la doctrina secreta de los nmeros y de las
formas. De ah que el monarca enviara a Himm-Abiff para que se hiciera cargo de la sagrada obra. El
templo se elev en el Monte Mona y su construccin tard 7 aos.
Supuestamente, fue uno de los edificios ms sagrados que jams hayan existido en la Tierra. La geometra
secreta con la que fue erigido por Hiram-Abiff haba sido heredada por el propio arquitecto, cuyo
probable origen es desvelado por C. W. Heckethorne en su libro Las sociedades secretas de todos los
tiempos y pases. Segn Heckethorne, Hiram-Abiff habra sido descendiente directo de la lnea de Cain, lo
cual podra explicar la creencia de que el templo haba sido realizado por demonios -elementales- sobre
los que tanto Hiram-Abiff como el propio Salomn (ya veremos porqu) ejercan cierto control.
Pero ocurri que la esposa del rey Salomn se enamor de Hiram, el arquitecto del templo, ste cay en
desgracia ante los ojos del rey y, finalmente, muri asesinado. Sin embargo, antes de fallecer dijo que
tendra muchos descendientes que completaran su trabajo, es decir, que construiran otros templos. Y,
en este sentido, son muchos los estudiosos que estn convencidos de que esos descendientes fueron en
realidad los caballeros templarios, ya que ellos mismos se consideraban los arquitectos y custodios de la
"frmula secreta".
En aquella poca se crea que el Templo de Jerusaln una el Cielo y la Tierra y que los ritos que all se
desarrollaban reforzaban esta asociacin; por tanto, cualquier desviacin en el servicio del templo poda
tener consecuencias catastrficas.
El Templo de Salomn, construido en el siglo X a.c., se convirti as en algo esencial no slo para la
imaginera religiosa juda, sino tambin -siglos ms tarde- para el simbolismo cristiano. En el 587-586 a.c.
fue arrasado hasta los cimientos por Nabucodonosor. Restaurado alrededor del 500 a.c. por Zorobabel,
fue nuevamente destruido, para ser reconstruido una vez ms por Hemdes "el Grande", no mucho antes
del nacimiento de Jess.

El tercer templo fue abatido finalmente por los romanos en el ao 70 d.c., ocupando en la actualidad su
antiguo lugar la mezquita de la Cpula de la Roca, en la Explanada del Templo.
UN CDIGO SECRETO INDESCIFRABLE
Segn ha escrito Jonathan Smith, recordando antiguas creencias, "la Piedra de la fundacin, como en las
construcciones mesopotmicas, es el centro exacto del Cosmos, el eje o polo, y fue sobre esta Piedra
donde estuvo Yahv cuando cre el mundo; de esta Piedra surgi por primera vez la Luz (se entiende que
esta luz iluminaba el templo, que fue construido sobre la Piedra y cuyas ventanas estaban diseadas para
dejar salir la luz y no para permitir su entrada); de la superficie de esta Piedra se obtuvo, rascando, polvo
para crear a Adn; bajo esta Piedra esta enterrado Adn; en esta Piedra ofreci Adn el primer sacrificio;
sobre esta Piedra Cain y Abel ofrecieron su fatal sacrificio; de esta Piedra vinieron las aguas del diluvio y
bajo esta Piedra retrocedieron".
Se crea, en efecto, que bajo la roca fluan las aguas subterrneas, fuerzas del caos que no cesaban de
amenazar con engullir el mundo ordenado. LA funcin del templo era, supuestamente, mantener a raya a
aquellas fuerzas.
Han sido muchos los exegetas que han tratado de reconstruir tericamente- la estructura del Templo. Es
el caso del franciscano normando Nicols de Lyre (1270-1349) o el filsofo Francois Vatable. Incluso el
mismo Isaac Newton (1642-1727), subyugado por la magia de la visin de Ezequiel donde se apuntaban
las medidas del Templo de Jerusaln, hizo alarde de erudicin como telogo, fillogo, fsico y matemtico
exponiendo sus resultados en Salomon's Temple: A treatise on the temple of Salomon.
Su intencin, dado el carcter simblico del templo, era conocer su forma para averiguar su significado.
Pero ni siquiera un gigante del pensamiento como l, artfice de la Fsica Clsica y de la mecnica celeste,
pudo descifrar el mensaje mistrico subyacente en esa misteriosa forma arquitectnica.
Y es que la sabidura que el rey Salomn plasm en la construccin del Templo parece estar ms all de
las mediciones y los clculos matemticos.
Probablemente los que ms se han acercado a esa fuente que inspir a Salomn hayan sido los masones,
cuyos rituales dejan entrever un conocimiento esotrico milenario comparable al que configur el
templo. Como ilustracin de esta herencia espiritual, tenemos los pilares de la masonera Jaquim y Boaz
- al mismo tiempo smbolos flicos y columnas de la sabidura y el rigor del cabalstico rbol de la Vida-,
que corresponden a los pilares del mismo nombre que sostenan el prtico del Templo de Salomn y que
Hiram-Abiff haba hecho forjar en bronce.
SIMBOLOGA DE UN EDIFICIO MISTRICO
Y es que, en su tiempo, Salomn fue la personificacin de la sabidura universal, siendo su Templo la
"Casa de la Luz Eterna", nombre que algunos exegetas han querido ver en el del propio rey: "Sol-om-on'.
De acuerdo con las enseanzas mistricas, hay tres templos de Salomn. El primero es la "Gran Casa del
Universo", en medio de la cual se asienta el Sol, rodeado de sus compaeros artesanos: los doce signos
del zodaco. Tres luces -la estelar, la solar y la lunar- iluminan este templo csmico.
Acompaado de sus planetas, lunas o asteroides, este Rey Divino se pasea con pompa por las avenidas
del espacio.
Segn esta interpretacin, Hiram -el arquitecto del Templo- representara la luz fsica activa del Sol,
mientras que Salomn simbolizara su refulgencia intelectual y espiritual, invisible pero todopoderosa. El
segundo templo simblico es el cuerpo humano, la "Casa Pequea" hecha a imagen de la "Gran Casa del
Universo". Lo cual queda perfectamente reflejado en las palabras del apstol Pablo cuando pregunt:
"Acaso no saben que son 61 templo de Dios y que el espritu de Dios mora en ustedes?".
Finalmente, el tercer templo simblico es la "Mansin" o "Catedral del Alma", una estructura invisible
cuya comprensin corresponde nica y exclusivamente a un arcano masnico supremo. El misterio de
este edificio intangible est encerrado tras la alegora del "Soma Psychicon o "traje de boda", como lo
describi San Pablo, las "Vestiduras de Gloria" del gran sacerdote de Israel o la "Tnica Amarilla" de los

monjes budistas. Segn esta ltima interpretacin, el alma, creada a partir de una sustancia gnea
invisible, un metal ureo llameante, habra sido introducida por el maestro masn Hiram Abiff en el
molde de barro (el cuerpo fsico), conformando el denominado "Mar Fundido".
As, el templo del alma humana habra sido construido por tres maestros masones que personifican la
sabidura, el amor y el servicio, y slo cuando esta operacin se realiza de acuerdo con la Ley de la Vida,
el espritu de Dios mora en este lugar sagrado. El templo del alma as concebido es la verdadera "Casa
Eterna" y slo quien es capaz de erigirlo de esta manera est considerado como un verdadero maestro
masn.
Caractersticas que, como veremos a continuacin, es muy probable que reuniera en su persona el rey
Salomn.
SALOMN: MAGO, ALQUIMISTA E INICIADO
El inters por el conocimiento de la forma o la estructura del templo es, en realidad, el inters por el
conocimiento hermtico de Salomn que como indica Alice Beyley personifica la sabidura de la Tradicin
de todas las edades. De acuerdo con el Talmud -recopilacin de la tradicin oral juda y base de la
religin juda ortodoxa-, Salomn era experto en cbala. Tambin tena profundos conocimientos de
alquimia y necromancia y era capaz de controlar demonios elementales, obteniendo de ellos buena parte
de su sabidura.
En su Claviculas Salomonis o Claves del Rey Salomn -trabajo en el que presumiblemente se exponen los
secretos mgicos obtenidos por Salomn y empleados por l en la conjura de espritus- se arroja luz
sobre los rituales iniciticos masnicos. S L. McGregor-Mathern, fundador de la Golden Dawn, reconoce
la posibilidad de que se tratara de un mago en el ms amplo sentido de la palabra. Hiptesis que basa en
las afirmaciones del historiador judo Josefo, quien hizo especial mencin a los trabajos mgicos y dotes
sobrenaturales de este rey.
Todo lo cual se encuentra asimismo reflejado en muchas tradiciones orientales que subrayan, entre otras
muchas, las facultades mgicas de Salomn, como se indica frecuentemente, por ejemplo, en Las Mil y
una Noches.
Pero este misterioso monarca encierra an ms sorpresas. As por ejemplo, los alquimistas medievales
estaban convencidos de que conoca los procesos secretos de Hermes Trismegisto y que, gracias a ellos,
lleg no slo a multiplicar los metales, sino tambin a fabricar la piedra filosofal. Y se dice tambin que
Salomn -el alquimista- sabia cmo controlar la "esencia incorprea del espritu universal", conocimiento
que lo habra asistido en la construccin del Templo.
Por otro lado, y de acuerdo con los antiguos rabinos, Salomn habra sido, paralelamente, un iniciado de
las escuelas mistricas, siendo su templo un lugar de iniciacin que, al parecer, contena numerosos
emblemas paganos y flicos. Tanto las gradas como los pilares situados en ambos lados del prtico, los
querubines babilnicos y todo el arreglo de las alcobas indican, de hecho, que el templo haba sido
erigido de acuerdo a patrones tomados de Egipto. Segn el canon mstico, siempre han existido sobre la
Tierra una serie de hombres santos que han accedido al trato ntimo con la deidad.
De ellos, el que alcanza la posicin ms alta entre sus contemporneos es el "polo" de su poca, siendo
los dems intermediarios. El "polo" es un individuo misterioso que, desconocido y nada conspicuo, se
mezcla con la humanidad.
Como un atractor extrao alrededor del cual todo converge, en l se encarna el significado y el espritu de
una poca. Pudo ser Salomn el "polo" del judasmo?

LOS SECRETOS ATMICOS DE LA CBALA

Una antiqusima tradicin sostiene que el da que se descubra el secreto de la Cbala, el mundo
cambiar.

Y los "cabalistas' de doscientas generaciones s han esforzado en descubrirlo, en la esperanza de que as

cambiara un mundo con el que no estaban conformes. Solo que como todos fracasaron y, a pesar de sus
revelaciones, el mundo prosigui sin ningn cambio, se lleg a la conclusin de que la Cbala no
funcionaba y de que en realidad no haba en la Biblia ningn secreto oculto.
Pero los tiempos cambian. Y hoy, gracias a nuestros modernos conocimientos cientficos, estamos en
condiciones de reinterpretar lo que durante cinco milenios se dijo sobre la Cbala. Y resultar evidente
para cualquiera que su contenido es tan inesperado y revolucionario que el mundo tendr que cambiar...
si no lo ha hecho ya.
POR QU NO SE PUDO DESCUBRIR EL SECRETO DE LA CBALA
El fracaso de cinco mil aos de bsqueda cabalstica -que se acentu, curiosamente, a partir de la Era
Cristiana- se debi a dos factores fundamentales: el primero, que todos los cabalistas buscaron a travs
de los nmeros hebreos y la Cbala fue desarrollada por escritores bblicos utilizando nmeros arbigos:
y el segundo, que los nmeros fundamentales de la Cbala estn referidos a las "constantes atmicas',
conocidas slo desde mediados del siglo XX.
Por tanto, con anterioridad a este siglo ningn cabalista pudo tener la menor idea del significado de la
Cbala. Nadie pudo, en consecuencia, conocer el significado preciso de los "nmeros cabalsticos" del
Gnesis donde -an los indicios que expondremos- se dejaron consignados los valores de las constantes
atmicas.
QU SON LOS NMEROS ARBIGOS?
Es aceptado por los estudiosos que uno de los mayores progresos en la historia de la civilizacin fue el
descubrimiento del cero. Los nmeros con cero que empleamos nosotros son llamados nmeros arbigos
por haber sido trados a Europa por los rabes hacia el siglo XIII de la Era Cristiana. Anteriormente a esa
fecha, se usaban los nmeros romanos -que todava empleamos-, que carecan de cero...
Aunque tampoco tuvieron cero otros sistemas de anotacin numrica como, por ejemplo, los griegos, los
egipcios y, por supuesto, los hebreos.
Por ello, al observar que en las tablas que se obtienen a partir de la edad de los patriarcas bblicos
aparece el cero, nos enfrentamos con la negacin de muchos conocimientos histricos que hasta ahora
habamos considerado verdaderos. Este solo hecho -la existencia del cero en poca del Gnesis- nos
obliga a revolucionar nuestras ideas sobre la evolucin de las matemticas.
QU SON LOS NMEROS HEBREOS?
El sistema hebreo de numeracin es el ms simple de todos. Consiste en dar a cada una de las letras del
alfabeto hebreo (en total 22) un valor numrico. Por ejemplo, para escribir 1997 basta con juntar
convenientemente las letras que sumadas nos den esa cifra. Cada letra del alfabeto tiene un valor
numrico.
As, por ejemplo, la primera letra del alfabeto hebreo es la alef y vale uno. La segunda letra es la bet; que
vale dos, la tercera es guimel, que vale tres, y as sucesivamente. A modo de ejemplo, sumaremos los
valores de las letras hebreas que componen la palabra YHVH (Dios):
Y + H + V + H = 10 + 5 + 6 + 5 = 26
Como puede verse, cada palabra hebrea, adems del sonido de las letras, tiene un valor numrico. Y la
Cbala tradicional interpret filosficamente los valores numricos de las palabras hebreas. Hubo por ello
miles de escuelas cabalsticas, pues cada cabalista tuvo su propio centro de enseanza.
QU SON LAS CONSTANTES ATMICAS?
Las llamadas constantes atmicas son un conjunto de doce nmeros fundamentales obtenidos por los
investigadores de la Fsica del tomo y que constituyen el conocimiento de mayor jerarqua de la ciencia
fsica y, por tanto, el pinculo de la evolucin cultural de la humanidad moderna.

Se trata de nmeros que todos los fsicos atmicos conocen de memoria ya que son la herramienta
fundamental de sus investigaciones. Estos nmeros comenzaron a ser conocidos a principios de siglo,
empezando por la Constante de Planck, a la que se fueron agregando otros valores, quedando
completada la lista hacia 1970.
En cualquier caso, es un autntico misterio por qu los escritores bblicos eligieron precisamente los
mismos nmeros de las constantes atmicas y los incluyeron en el Gnesis. Enigma que se acenta si se
tiene en cuenta la extendida creencia de la ignorancia de los escritores del Gnesis, a los que se acusa de
que ni siquiera llegaron a prever la teora de Darwin sobre la evolucin de las especies...
QUINES FUERON LOS PATRIARCAS?
Todos los exegetas -catlicos, ortodoxos, laicos, judos, protestantes, etc.- han coincidido en denunciar el
carcter mitolgico de los patriarcas del Gnesis. Como todos sabemos, se diferencian dos tipos de
patriarcas bblicos: los descendientes de Adn, que por haber nacido antes del Diluvio son llamados
prediluvianos, y los descendientes de No que reciben el calificativo de postdiluvianos. Ha sido motivo
de cidas discusiones la exagerada edad de los patriarcas prediluvianos que, como Matusaln, vivan
hasta la edad de 969 aos.
Siendo esa la razn de que muchos estudiosos sospecharan que esos nmeros deban tener alguna
significacin oculta. Otra circunstancia que acenta el carcter mitolgico de los patriarcas es que los
postdiluvianos no tienen nombres de personas, sino de ciudades. Todos los nombres de estos patriarcas
(Arfaxad, Peleg, Nacho, Tare, Heber, etc.) se corresponden a ciudades del reino de Mari, una importante
civilizacin que floreci a ambas mrgenes del ufrates hacia el siglo XXX a.c.
Circunstancia, por cierto, que nos permite fijar la escritura del Gnesis hacia esas fechas.
Tambin ha sido observada por los exegetas la total ausencia de datos biogrficos de los patriarcas. no
habiendo ninguna referencia sobre su vida. Aunque, en abierto contraste con esta total ausencia de
informacin biogrfica, la informacin demogrfica resulta exagerada.
Hay ms de doscientos nmeros vinculados a estos patriarcas desconocidos!
De ah que todo ello (la exageracin de las edades, la ausencia de datos biogrficos y la pltora de
nmeros) alimentara siempre la sospecha de que algo se ocultaba en el Gnesis. Slo que los cabalistas
se encontraron frente a un muro infranqueable, pues a lo ms que llegaron fue a establecer que los
captulos y versculos verdaderamente importantes eran aquellos rotulados cabalsticamente por los
nmeros 26 y 32 (el nmero y nombre de Dios y del hombre, respectivamente).
Lo que qued aclarado cuando se descubri la Regla Cabalstica para el ordenamiento de los nmeros
del Gnesis, demostrndose que todos los nmeros consignados en los captulos 5 y 11 haban sido
manipulados aritmticamente para la obtencin de tablas perfectamente ordenadas.
De hecho, una vez compuestas, salta a la vista que no se trata de combinaciones casuales de dgitos, pues
la probabilidad de que el ordenamiento de los doscientos nmeros del Gnesis se haya producido por
azar es de una entre ms de trescientos billones!
INTERPRETACIN DE LA CBALA
Comenzaremos a ordenar esos nmeros abriendo la Biblia por el capitulo 11 del Gnesis, leyendo el
siguiente texto y subrayando los nmeros del mismo. Despus anotaremos los nmeros subrayados en
dos filas: en una fila, los nmeros correspondientes a las edades en que el Patriarca tuvo su hijo
primognito: en la otra, el nmero de aos vividos despus de tener el hijo.
Estos son 105 descendientes de Sem:
Sem tena cien aos cuando engendr a Artaxad, dos aos despus del diluvio. Vivi Sem, despus de
engendrar a Artaxad, quinientos aos y engendr hijos e hijas.
Arfaxad era de treinta y cinco aos de edad cuando engendr a Sala. Y vivi Artaxad, despus de
engendrar a Sala, cuatrocientos tres aos, y engendr hijos e hijas.
Era Sala de treinta aos cuando engendr a Heber.

Y vivi Sala, despus de engendrar a Heber, cuatrocientos tres aos, y engendr hijos e hijas.
Era Heber de treinta y cuatro aos cuando engendr a PeIeg. Y vivi Heber; despus de engendrar a
Peleg, cuatrocientos treinta aos, y engendr hijos e hijas.
Era Peleg de treinta aos cuando engendr a Rau. Y vivi Peleg, despus de engendrar a Reu, doscientos
nueve aos, y engendr hijos e hijas.
Era Reu de treinta y dos aos, cuando engendr a Serug. Y vivi Reu despus de engendrar a Serug,
doscientos siete aos, y engendr hijos e hijas.
Era Serug de treinta aos cuando engendr a Nachor. Y vivi Serug, despus de engendrar a Nachor
doscientos aos, y engendr hijos e hijas (Gnesis 11.10-22).
Era Nachor de veintinueve aos cuando engendr a Tare. Y vivi Nachor, despus de engendrar a Tare,
ciento diecinueve aos, y engendr hijos e hijas.
Era Tare de setenta aos cuando engendr a Abraham, a Nachor y a Harn (Gnesis 12,24-26).
En esta larga cita bblica no se especifica cunto vivi Tare despus de engendrar a Abraham, pero en el
cabalstico versculo 32 se dice:
'Fueron los das' de Tare doscientos cinco aos y muri en Jarin'.
Teniendo en cuenta que Tare engendr a Abraham a los setenta aos, es fcil calcular que vivi -despus
de su nacimiento- unos 135 aos (es decir, el equivalente de restar a su edad total -205 aos- los 70 que
vivi antes de engendrar a Abraham). El dcimo patriarca bblico fue Abraham, cuya biografa falta en el
captulo 11.
Pero en Gnesis 21, 5 se dice textualmente: "Abraham era de cien aos cuando le naci su hijo Isaac". Y
en el captulo 25, 7 del mismo libro se dice: "Estos fueron tos das de Abraham, ciento setenta y cinco". El
mismo clculo anterior nos ofrece los das que vivi Abraham despus de engendrar a Isaac: 175 - 100 =
75 aos.
De esta manera, podemos completar la demografa inconclusa del captulo 11 de la siguiente forma: "Y
vivi Tare, despus que engendr a Abraham, ciento treinta y cinco aos, y engendr hijos e hijas". Y
aadiramos: "Abraham vivi cien aos y engendr a Isaac. Y vivi Abraham, despus que engendr a
Isaac, setenta y cinco aos, y engendr hilos e hijas".
ALGUNAS TABLAS NUMRICAS
Con los casi doscientos nmeros consignados en los captulos 5 y 11 del Gnesis se puede confeccionar
un total de doce tablas cuadradas constituidas cada una por ciento veintin nmeros, amn de quince
matrices triangulares con cincuenta y cinco nmeros cada una. Y es evidente que esta enorme cantidad
de nmeros no est en el Gnesis por casualidad, sino que han sido colocados all con una intencin bien
manifiesta.
Por lo pronto, con los nmeros que hemos destacado en los citados pasajes bblicos podemos hacer el
siguiente catlogo numrico que el lector podr identificar fcilmente.
As, la primera fila se corresponde a las edades a las que a los patriarcas les nacieron sus hijos
primognitos, y la segunda al tiempo que el patriarca vivi despus de nacer el hijo:
100 035 030 034 030 032 030 029 070 100
500 403 403 430 209 207 200 119 125 075
Colocando la primera lnea como fila de una Tabla Pitagrica de suma, y la segunda lnea como la
columna vertical, obtendremos la siguiente composicin:
----- 100 035 030 034 030 032 030 029 070 100
500 600 535 530 534 530 532 530 529 570 600
403 503 438 433 437 433 435 433 432 473 503
403 503 438 433 437 433 435 433 432 473 503
430 530 465 460 464 460 462 460 454 500 530
209 309 244 239 243 239 241 239 238 279 309
207 307 242 237 241 237 239 237 236 277 307

200 300 235 230 234 230 232 230 229 270 300
119 219 154 149 153 149 151 149 148 189 219
135 235 170 165 169 165 167 165 164 205 235
075 175 110 105 109 105 107 105 104 145 175
Y ahora obtendremos la matriz cuadrada. Todo lo que hay que hacer es ubicar en una nueva tabla las
"centenas" de la tabla pitagrica:
-- 1 0 0 0 0 0 0 0 0 1
5 6 5 5 5 5 5 5 5 5 6
4 5 4 4 4 4 4 4 4 4 5
4 5 4 4 4 4 4 4 4 4 5
4 5 4 4 4 4 4 4 4 4 5
2 3 2 2 2 2 2 2 2 2 3
2 3 2 2 2 2 2 2 2 2 3
2 3 2 2 2 2 2 2 2 2 3
1 2 1 1 1 1 1 1 1 1 2
1 1 1 1 1 1 1 1 1 2 2
0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1
Bien.
Lo primero que hay que destacar de esta matriz numrica es el perfecto ordenamiento de los nmeros
que forman filas ordenadas de acuerdo a la secuencia geomtrica 1:2:4. As, tenemos dos filas de "1",
tres filas de "2" y tres filas de "4", as como una fila de "5" y una fila de "0". De hecho, esta aparicin del
cero en un escrito de hace cinco mil aos es realmente sorprendente, ya que ste apareci "oficialmente"
en el siglo XIII trado por los rabes a Europa.
Otro detalle a observar es que la suma de las columnas (a excepcin de la 1.2 y 11) da 26, precisamente el
nombre y nmero de Dios segn los cabalistas.
Esto tampoco puede ser casualidad.
Otro detalle que muestra la cuidadosa manipulacin de los nmeros del Gnesis -no creo que pueda
aplicrsele otro calificativo- es que hay nueve columnas iguales y dos diferentes, aunque iguales entre s,
que son la segunda y la undcima, pero estas dos columnas son diferentes por habrsele sumado una
unidad a cada dgito...
Puede alguien pensar que este cuidadoso aderezo de los nmeros del Gnesis ha sido nada ms que una
distraccin de fin de semana de los escritores bblicos?
En coincidencia con los cabalistas, creo que la Biblia en s misma no fue ms que un medio para llegar a
un fin: hacer llegar a una cultura cientfica como la nuestra los nmeros del Gnesis. Que lo hicieran
inventando patriarcas o dando a la Biblia un contenido religioso es, en mi opinin, una cuestin menor.
Lo importante es que el propsito se cumpli y se realiz el acto imposible: hacer llegar intacto un
mensaje cifrado, cinco mil aos despus de haberse emitido.
LAS CONSTANTES ATMICAS
Queda por aclarar el porqu y para qu introdujeron en el mensaje cifrado del Gnesis los valores de las
constantes atmicas. Aparte del hecho inesperado de que eruditos de la antigedad pudieran conocer
esas constantes, est la evidencia de que ellos saban que estos nmeros llamaran la atencin de
hombres del futuro iniciados en los secretos del tomo, porque esas constantes son el conocimiento de
lite de la ciencia moderna.
Y, efectivamente, lo lograron al enunciar las constantes atmicas con nuestras mismas cifras y nuestro
mismo criterio. Por supuesto, se trata de algo que slo salta a la vista de los fsicos atmicos, que son
capaces de relacionar de memoria, por ejemplo, que el nmero Pi es el 3,1416, que la constante de
Planck se corresponde a 6,6262, que el 137 se corresponde con la "constante de Estructura Fina" o que el
1836 indica la relacin de masa protn-electrn, es decir, las veces que el protn es ms pesado que el

electrn. Es importante recalcar que los valores de las constantes atmicas que aparecen en la Biblia se
corresponden a los valores que nosotros conocemos con posterioridad a 1980, es decir, corresponden a
una fsica muy moderna.
Con anterioridad, nuestros valores diferan de los valores bblicos.
Lo que es fcil de verificar, porque, por ejemplo, con anterioridad a 1980 la relacin de masa protnelectrn estaba calculada en 1836. Posteriormente, gracias al desarrollo de los aceleradores del CERN, se
aadi una dcima y hoy este valor es de 1836,1.
Pues bien, el valor que aparece en el Gnesis -asmbrese el lector!- es tambin 1836,1. Por ltimo,
decir que en el Gnesis el rango de las constantes viene indicado por el nmero de repeticiones. Y as, por
ejemplo, la Constante de Planck aparece repetida 42 veces; la de la Velocidad de la Luz, 21; la de la
relacin de masa Protn-Electrn y la del Nmero de Avogadro, 11; la de la Carga Electrnica, 6, etc.
Es decir, el mismo orden de jerarqua que hoy atribuimos a las constantes atmicas.
En resumen, es evidente que este hallazgo basta para tener una nueva visin de la historia; pero no basta
para alcanzar el cambio total del que hablan los cabalistas. Seguimos, pues, sin saber qu ms esconde el
Gnesis, as como si lo que nos resta por explorar siguen siendo los nmeros hebreos.

EL CDIGO SECRETO DE LA BIBLIA

Termino de leer, con una mezcla de aprehensin y angustia, la versin francesa de La Biblia: el cdigo
secreto, meticuloso anlisis y reportaje sobre los ltimos acontecimientos histricos y su anticipada
prediccin -en forma de criptogramas de milenaria data que la nerviosa mano del periodista
norteamericano Michael Drosnin ha extrado de la Biblia y puesto a nuestro alcance. Si todo lo contenido
en este libro es cierto -y existen pruebas matemticas que lo avalan-, vuelve a confirmarse una vez ms el
famoso dictum de Gan de VIna, sabio judo del siglo XVIII, cuando dijo aquello de: Lo que ha sido, lo que
es y lo que ser est todo contenido en la Tor (Pentateuco).
De hecho, que sepamos, no existe ningn otro documento legado por la antigedad que contenga,
predeterminados, los nombres de ltzjak Rabin y de Kennedy, los de Japn y Alemania, y mucho menos la
relacin de esos nombres con sus destinos y de esos pases junto a su implicacin en la Segunda Guerra
Mundial.
Hasta aqu, estupor, desconfianza y hasta una gran dosis de incredulidad, pues cmo puede un texto
escrito hace miles de aos hablar del avin, del computador y de tantas otras cosas que vinieron
despus?
Que la Biblia es un gran puzzle lo haban explicado primero los rabinos y cabalistas y lo crey a pie
juntillas un sabio tan respetado como el ptico y fsico ingls Isaac Newton, quien pas los ltimos aos
de su apasionante vida ms interesado en descifrarlo que en acrecentar el oro para La Casa de la
Moneda, pues pensaba que este texto paradigmtico contena la historia del mundo. Un libro por el cual,
en determinado momento, dej de lado nada menos que su famoso binomio, la alquimia y la ley de la
gravedad.
El primero en hablar del cdigo ms all de sus implicaciones religiosas y cabalsticas fue el maestro
checo Rab Weissrnandel, quien hall, en el perodo de entreguerras, interesantes pattems o modelos
cclicos en el Pentateuco, secuencias matemticas en forma de letras que se reiteraban a cierta distancia
y en cierto orden. Pero, por alucinante que esto parezca, no haba, a juicio del citado erudito, manera
de determinar a priori las recurrencias y los espacios idnticos inter letrera debido a las enormes
posibilidades combinatorias que el mismo libro, la Biblia, permita y permite realizar.
El ELS o Selecting Sequences of Equal Spaced Letters descubierto por Weiss-mandel slo dedujo, en
consecuencia, unas pocas ideas notables, lo suficientemente interesantes como para que, treinta aos
ms tarde, en la dcada de los setenta y ms an en la de los ochenta, es decir, hace menos de diez aos,
un matemtico sovitico llamado E. Ripe, con la ayuda de un analista hebreo, Doron Witzmun, se

atrevieran a publicar un artculo sobre sus investigaciones al respecto en el prestigioso Magazine

Statistical Science del Instituto de Estadsticas Matemticas ms importante de los Estados Unidos (vol. 9,
n. 3, Agosto de 1994, pgs. 429-438). Y eso tras una previa revisin rigurosa por parte de los matemticos
e investigadores del mencionado instituto.
LA TABLA DE LOS ELEMENTOS QUMICOS
No hay ningn caso de predicciones cientficas modernas ms importantes que las que formul el ruso
Mendelejev (1834-1907), autor de la clasificacin peridica de los elementos qumicos, quien anunci el
espacio que llenaran algunos de los lantnidos y prefigur, sin saber de dnde le vena esa idea, la casilla
que ocuparan algunos actnidos.
Basndose para ello en el nmero de tomos de los elementos y en sus respectivas valencias, Mendelejev
se anticip al Einstenio y seal, incluso, el espacio que tendra el elemento que lleva su propio nombre,
el Mendelevio.
El smil, en este caso tomado de la ciencia, no es fortuito: la teora de los viejos cabalistas sostiene que
todo lo que existe en el mundo es una combinacin de los 32 senderos de sabidura, es decir,
bsicamente, de los veintids signos alfabticos que articulan y componen la Biblia y de las diez primeras
cifras que la numeran, de manera que en ese gran y crptico espejo csmico -y al igual que la teora
qumica que postula que todo lo viviente es una finita y diversa mezcla de protenas y oligoelementos, los
cuales, si el carbono est en la madera, dan el rbol, y si est en nuestro cuerpo, conforman nuestra piel y
nuestros huesos-, en ese liber Dei, est contenido todo lo que ha sido y todo lo que ser, escrito y bien
escrito, aunque todava no sepamos dnde y cmo hallarlo.
As por ejemplo, la palabra "computador", que una de las secuencias bblicas llama por el nombre que
tendra siglos despus!', "majsheb" -vocablo que, misteriosamente, procede de "majshaba",
pensamiento- aparece, por ejemplo, en forma criptogrfica en Daniel 12, 4-6, en donde se lee: "Y t,
Daniel; cierra las palabras y selle el libro hasta el tiempo del fin". Pero tambin aparece en xodo 32,1617, lo que hace imposible buscar las codificaciones de manera secuencial y lgica.
Los matemticos Rips y Witzmun hicieron una prueba con el programa-sonda que empleaban para
consultar en su computador acerca de dnde encontrar tal nombre y tal fecha en la Biblia, habida cuenta
de que en ella las palabras son, tambin, nmeros.
Los investigadores formularon preguntas al texto hebreo de Guerra y Paz, de Tolstoi, que tiene
aproximadamente el mismo nmero de caracteres escritos que el libro sagrado, descubriendo que en la
obra del autor ruso no hay ningn cdigo secreto, o, cuanto menos, nada semejante a lo que contiene la
Biblia.
El porte y peso de las ancdotas que Michael Drosnin recopila en La Biblia: el cdigo secreto, desde el no
ponderado consejo a Rabin y sus allegados a propsito de su posible asesinato -descubierto en el libro de
los libros" meses antes-, hasta la Guerra del Golfo y la siniestra historia de la secta japonesa que tanta
gente envenen con el gas sarin inventado por los nazis, es, desde luego, impresionante.
Pero an lo es ms hallar escrita, en cdigo, la palabra "avin", la fecha precisa de la colisin del cometa
que choc contra Jpiter en Julio de 1994 e, incluso, el nombre de sus descubridores: Shoomaker-Levyi.
En la Biblia estn tambin Kennedy y su asesinato; Einstein y su teora; Newton mismo; Nethanyau y
Shakespeare...
La cuestin, empero, es saber cmo buscarlos y conocer el suficiente hebreo, sus races trilleras y su
numerologa, de forma que sea posible leer las secuencias en todos los sentidos, a la manera de un
crucigrama, sistema con el cual, dicho sea de paso, la forma de los criptogramas tiene mucho que ver.
Sin embargo -y esto es algo que tambin sorprende a los estudiantes de Cbala-, a diferencia de las
palabras cruzadas, en las que se cruzan los sonidos, pero no los sentidos, en los hallazgos de Rips y sus
compaeros no hay palabra, nombre propio o fecha que no mencion la constelacin histrica que le
corresponde.

DETERMINISMO O CASUALIDAD?
Para Drosnin, el autor de La Biblia: el cdigo secreto, tal abrumadora sincronicidad, el hallazgo de las
letras que componen nombres nuevos con signos viejos, no deja de ser meramente casual, aunque, eso
s, fascinante y todo lo sublime que se quiera. Por el contrario, el matemtico Rips, de talante religioso,
opina que 'La Biblia es la obra de Dios, el Eterno", desde cuya perspectiva, el tiempo, sus eras y siglos, sus
periodos y pocas, constituyen un todo simultneo.
De cualquier manera, despus de Einstein el tiempo ha dejado de ser el mismo para nosotros, y an lo es
menos tras la curiosa e interesante obra de Hawkins. En una de sus cartas a la familia de un amigo suizo,
el autor de la Teora de la Relatividad escribi:
"La distincin entre el pasado, el presente y el futuro no es ms que una ilusin, por tenaz que parezca".
Tambin para los filsofos hindes este mundo es 'meya", pura ilusin, pero ninguno de sus textos
sagrados configura, en cualquiera de sus posibles combinaciones, los nombres de los hermanos Wright
junto al "avin" o el del "autobs" junto al de "explosin" y "cadveres".
Ni, por supuesto, mucho menos, el de Guerra Mundial.
En una nica pgina, y hacia el final, Drosnin consigna que la misma Biblia explica que "su cdigo salvar"
a nuestra especie cuando exista peligro de extincin total, lo cual debe entenderse, entonces, corno que
las profecas son espadas de Damocles que penden en forma de posibilidad, pero que la libertad de
cambiar su fecha y curso es nuestra, siempre y cuando uno llegue a interpretar (diestro meteorlogo) el
pronstico de su consumacin con bastante tiempo antes.
A un estudioso del texto bblico un libro como ste no hace ms que confirmarle el poder de seduccin, el
hechizo que durante siglos ha ejercido la Biblia en sus lectores. As, mientras el primitivo cristianismo
"crey" en los versculos que anunciaban la llegada del Mesas, en el Renacimiento italiano los cabalistas
de ese pas leyeron en el Gnesis 27, donde se narra la creacin del hombre a imagen y semejanza de
Dios, y en la palabra que la nombra, "be-tzelem", la voz "tzlab" -cruz- derivada, como se percibe, de
idnticas letras, interpretando de esta forma por que Jess habra de ser crucificado.
Hasta cierto punto, ellos tambin estaban haciendo lo mismo que hoy intentan Rips y sus colaboradores
con sus potentes computadoras: justificar el carcter telenmico de la Historia, la convergencia de sus
sentidos en un nico plan integrador.
Desde luego que, ante tamao enigma, puede formularse una objecin: por qu se confirma la profeca
cuando ya ha ocurrido y no puede hablarse de su veracidad antes de que se haga visible? La respuesta es
que an no sabemos leer como se debe, ni tenemos la voluntad de atencin que los hechos histricos
requeriran para ser entendidos en su totalidad. Lo que s queda claro a partir del trabajo de Rips y sus
amigos, es que la Biblia es un documento absolutamente universal y misterioso del que, como dijo el
mismo Jess, "ninguna' 'yod' o 'yota' debe ser cambiada hasta que se cumplan las profecas.
Para finalizar, un ltimo reparo: Drosnin olvida citar, al margen de los desastres, las amenazas y los
crmenes, los grandes logros obtenidos en este siglo, los nombres -que seguramente estarn en el "libro
de los libros"- de sus benefactores, mdicos y sanadores, y todos aquellos hechos relevantes de nuestra
poca, como el descubrimiento del cdigo gentico y el proyecto Genoma, los nuevos remedios y las
nuevas tcnicas que an no estn en uso.
Es de suponer que eso queda para un segundo volumen que, entretanto, no hace ms que incrementar
nuestra ansiedad y acrecentar nuestro respeto por la Biblia y por los computadores, esos nuevos orculos
cuyo advenimiento habr que interpretar, quiz, de otra manera.

LOS SUEOS EN LA BIBLIA

Para los judos del Antiguo Testamento, los sueos eran una forma habitual de comunicacin con Dios,
pues Yahv se manifestaba frecuentemente a sus hijos a travs de visiones nocturnas. Para autores como
Heinz Obermayer, Gerhard Zieler, Kurt Speidel y Klaus Vogt, autores del Diccionario Bblico (Ediciones

Claret), los sueos "son signo especial de profeca y de revelacin, de aviso y de precepto; tambin de
consuelo. El Seor necesita con frecuencia ser interpretado por un sabio que est en unin con Yahv y
por eso es considerado don de Dios o actuacin del espritu de Dios.
El Antiguo Testamento da buenos ejemplos de todos estos conceptos desde el mismsimo Pentateuco en
adelante. En el Gnesis (20, 3-6) -un libro, como el resto del Pentateuco, atribuido por la tradicin a
Moiss-, el hagigrafo escribe: pero vino Dios a Abimelec en sueos durante la noche y le dijo:
'Mira que vas a morir por la mujer que has tomado, pues tiene marido Abimelec, que no se haba
acercado a ella, respondi: 'Seor, mataras as al inocente? No me ha dicho l: Es mi hermana? Con
corazn ntegro y pureza de manos hice yo esto'." Y le dijo Dios en el sueo: "Bien s yo que lo has hecho
con pureza de corazn; por eso te he impedido que pecases contra m y no he consentido que la
tocaras...
En este caso, Yahv habla directamente al hombre a travs de sus sueos. Y a travs de los mismos le
informa de sus deseos, de conceptos morales, y hasta de sus instrucciones para el pueblo elegido. Un
poco ms adelante, en el Libro de los Jueces (en el captulo 7, versculo 13), se dice'.
"Se acerc Gedeon y he aqu que un hombre contaba un sueo a su vecino; deca: 'He tenido un sueo;
una hogaza de pan de cebada rodaba por el campamento de Madin, lleg hasta la tienda, choc contra
ella y la volc de arriba abajo. Su vecino le respondi: 'Esto no puede significar ms que la espada de
Geden, hijo de Jos, el israelita. Dios ha entregado en sus manos a Madin y a todo el campamento.
Cuando Geden oy la narracin del sueo y su explicacin, se postr..."
SUEOS QUE CAMBIAN LA HISTORIA
Hacia el final del Antiguo Testamento, en el Libro de Daniel, se hace referencia a otras nuevas
manifestaciones de Yahv en los sueos, episodios que reflejan la gran importancia histrica que han
tenido los intrpretes de sueos para la cultura judeocristiana. As, en el captulo 2 de Daniel se relata
cmo en el ao doce de su reinado el legendario rey Nabucodonosor tuvo un sueo que "turb su
espritu", e hizo ir a la corte a astrlogos, adivinos, magos y caldeos para que lo interpretasen.
Pero fue intil. Habra de ser el joven profeta Daniel quien demostrara tener el conocimiento suficiente
para interpretar el sueo que angustiaba al rey. Slo que Daniel (2.19) recibira de Yahv la interpretacin
correcta de la visin de Nabucodonosor, ponindose luego rpidamente en camino hacia la corte para
presentarse ante el rey.
Dice el texto bblico: "Despus de esto, fue Daniel a Ariol, a quien haba mandado el rey matar a los nios
de Babilonia, y le dijo as: 'No extermines a los sabios de Babilonia; llvame a la presencia del rey que yo
le dar la explicacin'. Llev entonces Ariol prestamente a Daniel a la presencia del rey, y djole as 'He
hallado a uno de los deportados de Jud, que dar al rey la explicacin'.
Respondi el rey diciendo a Daniel, a quien llamaban Baltasar: 'Podrs t aclarar el sueo que vi y su
interpretacin?' Daniel respondi delante del rey, diciendo:
'Lo que me pide el rey es un misterio que ni sabios, ni astrlogos, ni magos, ni adivinos son capaces de
descubrir al rey; pero hay en los cielos un Dios que revela los secretos y que ha dado a conocer al rey
Nabucodobosor lo que suceder en el correr de los tiempos. He aqu tu sueo y la visin que has tenido
en el lecho..."'
Daniel no slo asombra al rey al conocer en intimidad lo que ste haba soado, sino que hace la
interpretacin ms precisa del significado de la visin. Y gracias a ese prodigio, "el rey Nabucodonosor
cay sobre su rostro, se postr ante Daniel y mand que le dieran ofrendas y perfumes. Dirigi el rey la
palabra a Daniel y le dijo:
'En verdad que vuestro Dios es el Dios de los dioses y el Seor de los reyes, y que revela los secretos, pues
t has podido descubrir este misterio..."'
Es decir, que los sueos jugaron un papel importantsimo en la historia del Antiguo Testamento,
manifestndose Yahv a travs de ellos y haciendo que reyes y faraones se convirtiesen o, al menos,
favoreciesen al pueblo judo. El mejor ejemplo se encuentra en la historia de Jos.

EL PROFETA DEL FARAN

"T sers quien gobierne mi casa y todo mi pueblo te obedecer; slo por el trono ser mayor que t. Y
aadi (el faran): Mira, te pongo sobre toda la tierra de Egipto. Quitse el faran el anillo de su mano y
lo puso en la mano de Jos." Este importantsimo episodio para la historia del pueblo judo est reseado
en Gnesis 41, 40.
En ese libro se relata la historia de Jos, hijo de Jacob y nieto de Isaac. Segn el Gnesis, Jos, envidiado
por sus hermanos, fue vendido por ellos como esclavo en Egipto, mientras que a su padre, Jacob, le
dijeron que haba muerto devorado por una fiera.
En Egipto, siempre segn la versin bblica, Jos fue comprado por Putifar, ministro del faran, que lo
emple como mayordomo. Pero la esposa de Putifar se enamor del casto Jos y, no cediendo ante sus
insinuaciones, fue denunciado por la prfida esposa del ministro, quien asegur que haba intentado
seducirla. En la crcel, Jos comparti calabozo con el jefe de los coperos y el jefe de los reposteros del
faran. Y sucedi que estando en Sin una noche, ambos jefes tuvieron sendos sueos y ambos fueron
interpretados profticamente por Jos.
A la vista de que ambas premoniciones se cumplieron aos despus, cuando el jefe de coperos volvi al
servicio del faran, recomend a Jos para interpretar un sueo que haba tenido el rey de Egipto: el
famoso sueo de las siete vacas flacas y las siete vacas gordas, y las siete espigas de trigo granosas y las
siete desgranadas.
Jos fue conducido a la corte del faran e interpret acertadamente sus sueos, don oniromntico que
hizo que el faran le recompensase nombrndolo virrey de todo el pas. Y as, gracias a esa afortunada
interpretacin mntica de los sueos del faran, Jacob y el pueblo de Israel acudieron a Egipto, donde
permaneceran hasta el xodo dirigido por Moiss hacia la Tierra Prometida.
Es decir, que la experiencia mntica de Jos cumpli un papel fundamental en la historia de Israel, del
judasmo y, por tanto, del cristianismo y del Islam. Y de la misma forma que Nabucodonosor se postr
ante Daniel o el faran ante Jos, la interpretacin de los sueos ha cambiado el curso de la historia del
mundo en muchas ocasiones. Toda una razn para reflexionar sobre esas extraas visiones que todos
hemos tenido alguna vez en el lecho.

CREENCIAS JUDAS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

Entre los judos hay dos grandes constelaciones de creencias. En una de ellas -que podramos denominar
arbitrariamente bajo el epgrafe de "fidelidad"- se incluyen los temas referidos a la fe, el pecado, la
muerte y la resurreccin. La segunda estara constituida por los lugares en los que se desarrolla el "drama
de la fidelidad": cielos, tierra e infierno.
Sin embargo, tambin es verdad que estas constelaciones no estn claramente diferenciadas en el
firmamento de las creencias judas ya que stas se han ido formando a lo largo de casi dos milenios. As,
por ejemplo, lo que un israelita nmada crea acerca de Yahv en tiempos de Jacob -unos 1.800 aos a.c.era muy distinto a lo que unos 50 aos antes de Cristo crea el sabio helenizado autor del Libro de la
Sabidura.
Por ello, ambas constelaciones no son en realidad ms que una construccin mental que nos puede servir
para emprender la tarea, nada fcil, de resumir el mundo de las creencias judas.
FE, PECADO, MUERTE Y RESURRECCIN
El ncleo de las creencias religiosas judas era, sin duda, la Alianza establecida entre Yahv y su pueblo,
en virtud de la cual el primero proporcionaba ayuda a los israelitas a cambio de que ellos no adoraran a
otros dioses y cumplieran las instrucciones escritas en la Ley. Se trata, pues, de un pacto "do ut des", es
decir, casi entre iguales, en el que Yahv ofrece un amor no incondicional a un pueblo que le pertenece y
al que no duda en amenazar con castigos si no cumple su parte del acuerdo (xodo 20, 3, 5 y 7).

El pueblo judo debe, pues, confiar en Yahv y no dudar de su palabra ni de su poder, ya que "es fiel en
todas sus palabras" (Salmos 144, 13) y no es un hombre, como para mentir, ni hijo de hombre que se
vuelve atrs (Nmeros 23, 19).
Sin embargo, al poco tiempo el pueblo de Israel comete su primer pecado contra dos de las instrucciones,
construyendo un becerro de oro y adorndolo como a Dios (xodo 32, 8). Tras esta primera falta viene la
segunda: no fiarse de Yahv, al no aceptar sus cuidados cuando, hartos del man, "pan del cielo"
cotidiano, le piden carne (Nmeros 14,4 5) probablemente para completar con protenas su dieta
demasiado rica en hidratos de carbono.
Pecado de "infidelidad" que traer como consecuencia la muerte de tres mil de ellos, bien asesinados a
manos de sus propios hermanos por orden de Yahv (xodo 32, 28), bien por beber el polvo de oro del
becerro (xodo 32, 20), bien por comer carne hasta que tuvieron nuseas, les sali por las narices y
murieron de indigestin (Nmeros 11, 20 y 34).
Andando el tiempo, se va fortaleciendo no ya la creencia, sino el hecho de que Yahv castiga el pecado de
desobediencia e infidelidad con la pena de muerte. En efecto, una vez sedentarizados en la tierra
prometida y habiendo realizado previas matanzas y exterminios entre sus legtimos propietarios (Josu 6,
21 y 11,14) en tiempo de los Jueces, los israelitas se olvidan de Yahv y adoptan los dioses, cultos y
costumbres de los pueblos sometidos. Por ello, Yahv se pasar al enemigo y matar a muchos guerreros
judos (Jueces 2,11-23).
Tambin hubo reyes especialmente desobedientes. Como Salomn, quien desoyendo a Yahv, se cas
con mil mujeres extranjeras (700 princesas y 300 concubinas) que "inclinaron su corazn tras otros
dioses". En castigo, Yahv le anunci que dividira su reino, cumpliendo su amenaza (1 Reyes 11-13).
A partir de ese momento, casi todos los reyes, tanto del norte (Israel-Samaria) como del sur (Jud),
desgranaran un calamitoso rosario de infidelidades, saldadas siempre con la propia muerte y / o con la
desaparicin de su propia descendencia (1 Reyes 14,10:16,3; 2 Reyes 10,11).
De hecho, tanta fue la infidelidad de los reyes que su pecado se transmite al pueblo, quien tambin
pagar con la pena de muerte, en ocasiones terrorfica, como cuando se oblig a las madres a comerse a
sus propios hijos (2 Reyes 6, 26-29).
Tantas son las atrocidades sufridas por culpa de esta infidelidad, que surgen reflexiones filosficoreligiosas por parte de los profetas y pensadores. Un buen resumen de estas ltimas se encuentra en el
captulo 17 del segundo libro de los Reyes. Resumen que deja clara la idea que aqu hemos esbozado: no
es Yahv quien ha faltado a su palabra, sino "Los hijos de Israel, que pecaron contra Yahv, su dios" (2
Reyes 17, 7-23).
De esta forma se perfila ya, de un modo explcito, la figura de un Yahv que no es nicamente ese dios
terrible y celoso (xodo 20,5) que permite el sufrimiento de su pueblo, sino que tambin es "clemente,
compasivo, tardo a la clera y grande en amor" (xodo 34, 6: Salmos 145, 8). Hay ms: este Dios refleja ya
algunas dosis de "arrepentimiento" cuando sospecha que se ha "pasado" (Jeremas 26, ay 18, 8), que ha
hecho una utilizacin excesiva de su poder sobrehumano porque "era un dios, no un hombre" (seas 11,
9).
Su carcter fuerte, por tanto, se complementa con un sentimiento de ternura parecido al de una madre
que consuela a su hijo (Isaas 66,18) o al de un padre que apa a su beb hasta la mejilla (seas 11, 4).
Est, pues, muy difundida la creencia de que Yahv "no quiere la muerte del pecador; Sino que se
convierta y se salve" (Ezequiel 18,28).
Al mismo tiempo, empieza a aparecer la creencia de que, adems de la infidelidad de los reyes y el
pueblo a la ley mosaica, hay otras causas ms trascendentes y generales que justifican tantas desgracias.
Por una parte, el pecado de Adn y Eva en el tiempo primordial, que les hizo perder la inmortalidad. Por
otra, el pecado individual.
Todo lo cual lleva al pueblo elegido a sospechar que la muerte no es el fin natural del hombre, sino
un castigo divino (Levtico 20, 8-21). Sin embargo, esta creencia plantear, paralelamente, una duda
angustiosa: entonces, por qu mueren los justos?

La solucin vendr de la mano de un "ms all" de la muerte, de la resurreccin. As, Yahv se convierte
en un Dios que resucita a los justos, quienes "despertarn y darn gritos de jbilo" (Isaas 26, 19). Incluso
habr profetas que, como Enoch y Elas, al estar exentos de pecado, no morirn, sino que irn
directamente con Yahv (Gnesis 5, 24; 2 Reyes 2,1 S5) con lo que gozarn de la misma suerte que los
inmortales.
Pero, en los tiempos postexlicos, la creencia en la resurreccin ir an ms lejos. Ya no se trata de la
inmortalidad o la reviviscencia, sino de una resurreccin de la carne tras haber sido destruido el cuerpo.
As, a partir de unos huesos secos y dispersos, Ezequiel contempla cmo "se juntaron y se cubrieron de
nervios, carne y piel", aunque siguieron muertos hasta que l mismo, por orden de Yahv, profetiza,
introducindose en ellos el espritu de la vida (Ezequiel 37, 7-14).
Esta esperanza no es un pensamiento puramente filosfico, sino un motor que alienta a los justos a
soportar el martirio de la existencia con la esperanza de una vida despus de la muerte, lo que, sin duda,
es muy diferente al mero hecho de seguir viviendo indefinidamente:
"Nuestros hermanos, despus de haber sido martirizados y muertos por ser fieles a Yahv, beben de la
vida eterna en virtud de la Alianza de Dios" (2 Macabeos 7, 36); "El Rey del Universo nos resucitar a una
vida eterna a los que morimos por sus leyes" (7, 9), mientras que "para ti (injusto martirizador) no habr
resurreccin a la vida" (7, 14).
CIELOS, TIERRA E INFIERNO
Todo lo cual se desarrolla en una serie de espacios -fsicos e imaginarios- que contribuyen tambin a la
configuracin de las creencias judas. As, para el pueblo elegido hay un cielo fsico, en contacto con la
tierra, reservorio de nieve y granizo, y del que salen relmpagos y truenos (Job 38, 22) Es, pues, un cielo
humano y terreno, creado por Yahv, pero que no le pertenece, al menos en la medida en que le
pertenece ese otro cielo inaccesible que es su morada y donde convoca a su corte.
De ste ltimo, el profeta Miqueas asegura: "He visto a Yahv sentado en un trono y su ejrcito de los
cielos a derecha e izquierda' (Miqueas 22,19). Y es de este ltimo cielo del que se espera la salvacin del
pueblo oprimido: "Ojal rasgaras los cielos, haciendo estremecer los montes, como fuego abrasador"
(Isaas 64, 1) y del que tambin "baja volando el hombre Gabriel" sobre el profeta Daniel para anunciarle
el final de la opresin babilnica (Daniel 9.21).
Se trata de un cielo que, a pesar de su lejana, resulta cercano, por lo que ya se habla de cielos y tierra"
(Jeremas 23, 23) que fueron perfectamente equipados por Yahv (Gnesis 2, 1); de ah que tambin la
Tierra est llena de la gloria de Yahv (Isaas 6, 3). Pero, qu es la Tierra? Ante todo, una propiedad de
Yahv, pues l la cre (Salmos 24,1), le puso su basamento y su piedra angular (Job 38, 4-7) y la convirti
en un estrado donde poder reposar su pie (Isaas 66,1).
Aunque, al mismo tiempo, se la deja en usufructo al hombre para que la domine (Deuteronomio 12, 1).
Sin embargo, pronto las infidelidades del hombre hacen de esta Tierra un lugar maldito que les ser
hostil: en adelante, no ser ya un enclave de holganza, sino de sufrimiento (Gnesis 3,17 5) Por ello, en el
pensamiento sapiencial del pueblo hebreo la Tierra se convierte en un espacio de prueba (Sabidura
15,8). La Tierra, por otra parte, es asimismo el campo donde se pone en juego la mutua fidelidad entre
Yahv y su pueblo.
Un juego que ya no se desarrolla en toda la Tierra, sino en una porcin de ella: Canan, el lugar
prometido por Yahv a Abraham, quien caminar sobre l como un peregrino, sin tomar posesin del
mismo por el momento (Gnesis 12, 7 y 17, 8), hasta que un feliz da compra un trocito para poder
enterrar all a su esposa Sara (Gnesis 23,16).
Tierra que manar leche y miel (xodo 3, 8), como Yahv promete a Moiss, y que volver a ser habitada
por Israel despus de su larga estancia en Egipto. Una tierra que el propio Moiss, debido a su pecado, no
ver sino de lejos (xodo 32,52) y que su pueblo -tambin infiel- no recibir sin pena ni fatiga, ya que para
poseerla ser "pasto y presa de un sin fin de malas adversidades" (xodo 31; 18), segn les advierte
Yahv.

Muchos siglos despus -tras matar, expulsar o, en definitiva, arrebatar esa tierra a sus legtimos dueos
los israelitas- ocupan ese territorio, hasta que posteriormente son vencidos, masacrados y deportados
por babilonios y asirios. Fuera de esa tierra o ya de vuelta en ella, pero encontrndose ocupada por
griegos y romanos, el pueblo judo seguir anhelando un asentamiento fijo en ese mismo lugar, que ser
un enclave de delicias (Malaquas 2,12) donde construir una nueva humanidad, unos nuevos cielos y una
nueva tierra (Isaas 65,17) en la que los montes destilarn mosto y ellos no sern arrancados ya de ese
suelo (Ams 9,13 y 15).
Sin embargo, bajo esa tierra hay un tercer lugar, fsico tambin: el infierno. Se trata de un pozo oscuro y
profundo del que no se vuelve (Job 7, 9) y al que van a parar los muertos que sobrellevan una sombra de
existencia, muy semejante al descrito por Homero en La Odisea (Canto 11): el sheol. A l van todos los
hombres sin distincin. No es, con todo, un espacio en el que estn de igual manera justos y pecadores: a
estos ltimos los traga (Nmeros 16, 32 s), los espanta, como canta el salmista (Salmos 73, 19).
Es un sheol especialmente preparado con el fuego y la clera de Yahv (Isaas 30, 33), un sitio oscuro y
polvoriento del que, al final de los tiempos, se levantarn los justos para recibir la vida perdurable,
mientras que los pecadores sern depositarios del horror eterno (Daniel 12, 2). Pero, llegados a este
punto, cabra preguntarse: si los pecadores salen del sheol, a qu otro infierno irn?
Respecto al adversario por excelencia, Satn, cabe sealar que en la historia del pecado de Israel,
despus de la Alianza, este personaje no juega papel alguno.
No aparece prcticamente en ningn sitio, salvo una vez, cuando se presenta como un personaje de la
corte de Yahv pidindole permiso para tentar a Job, cuya historia personal es un parntesis sin conexin
con la historia colectiva del pueblo elegido (Job 1).
Adems, si Satn es la Serpiente del Gnesis, la creencia del hagigrafo yahvista que describe la tentacin
y cada de Adn y Eva muestra su pecado, pero no se trata obviamente de una infidelidad al pacto de
Yahv con su pueblo. Es, pues, Satn, un ser personal con funciones de enemigo que calumnia, engaa o
arguye a modo de fiscal o abogado acusador. Pero no cobrar importancia hasta su reaparicin en la vida
de Jess, como narra ya el Nuevo Testamento, en el que, con el nombre de Satans, se le menciona 23
veces.
En cualquier caso, resulta difcil resumir todas las creencias judas, ya que en ellas la lnea divisoria entre
realidad y simbolismo no est nunca claramente definida. Porque, a fin de cuentas, estamos hablando
de sucesos reales, historiables por tanto, que se desarrollaron entre un pueblo y unos seres poderosos
(los dioses gobernados por Yahv), o, por el contrario, lo que reflejan estos relatos es la expresin del
pensamiento filosfico y religioso de un pueblo que reflexiona paulatinamente sobre los desdichados
acontecimientos de su historia, pasando de un polideismo (as con "d") hasta el monotesmo de la fe en
un Dios nico, creador, pero ms cruel que bondadoso y ms justiciero que amoroso? O son ambas
cosas?

DNDE SUCEDIERON LOS HECHOS BBLICOS?

La posibilidad de que el Monte Sina se encuentre en Arabia, segn afirma Ron Wysn, est en armona
con las teoras de Kamal Salibi, profesor de Historia en la Universidad Americana de Beirut, Salibi
sostiene en su libro The Bible Carne From Arabia (La Biblia vino de Arabia) que hay evidencias lingsticas
que sugieren que el judasmo es originario del oeste de Arabia Saudita y no de Palestina, como se viene
manteniendo hasta hoy.
Concretamente, Silibi sita el origen del judasmo en una franja de unos 600 kms, de largo por 200 de
ancho, de nombre Asir, donde descubri, al examinar una lista de nombres sauditas, una sorprendente
acumulacin de denominaciones de lugares bblicos. Y es que, -igual que el rabe-, el hebreo antiguo no
contena vocales, y su aparicin posterior, hacia el siglo VI, puede ser un errneo aadido a la hora de
normalizar los textos.

De ah que el erudito se decidiera a buscar en el Antiguo Testamento original, sin vocales, para
desarrollar su teora.
ARABIA SUSTITUYE A PALESTINA
Para muchos arquelogos, la geografa de Palestina no se corresponde con las historias emblemticas
de la Biblia, y las investigaciones de Salibi tratan de situar, desde el punto de vista histrico, los
acontecimientos bblicos dentro de un escenario rabe. La publicacin de su libro en 1985 provoc una
gran polmica entre acadmicos y polticos, sobre todo en Arabia, quizs inquietos al pensar que los
judos pudieran plantear cualquier reivindicacin territorial basndose una vez ms en su derecho
histrico.
Para apoyar su teora, Salibi sostiene que muchos hallazgos arqueolgicos en Palestina han sido
considerados como pruebas de autenticidad de sucesos descritos en el Antiguo Testamento, a veces a
partir de la interpretacin de una nica palabra y sin hacer averiguaciones posteriores. En su opinin,
llegar a conclusiones por este procedimiento, sin comparar nombres de lugares en otros sitios, como
Arabia, por ejemplo, desvirta el resultado final del estudio.
En sus investigaciones, Salibi se refiere a registros antiguos de Oriente Medio que incluyen nombres de
lugares bblicos, como las Cadas a Amama, un conjunto de tablillas cuneiformes del siglo XIV a.c.
descubiertas en 1887. Grabadas en variante acdica o en cananeo, estas tablillas relatan los problemas
que tuvieron unos agentes del Gobierno egipcio con los jefes locales de algunas provincias asiticas
situadas tradicionalmente en Siria y Palestina.
Es cierto que algunos lugares mencionados en las Cadas a Amarna s estn en Palestina, pero los ms se
sitan en Arabia Occidental, agrupados geogrficamente de tal manera que proporcionan una visin ms
"histrica" de las localizaciones reales. Si este texto -y otros- han sido considerados como referencia para
situar los hechos bblicos en Palestina, ha sido simplemente porque contiene algunos nombres bblicos
que s estn all, pero no hay estudios comparativos que lo prueben.
Salibi cree que si se estudiaran comparativamente los textos bblicos y otras fuentes se podran clarificar
muchos pasajes de la Biblia que los mismos estudiosos consideran oscuros.
ASIR: LA TIERRA PROMETIDA
En las traducciones convencionales del Antiguo Testamento, Se dice que la Tierra Prometida por Yahv a
Abraham se extiende "desde el ro de Egipto, hasta el gran ro ufrates. Sin embargo, Salibi sugiere que la
tierra mencionada en el original hebreo, con la redaccin antigua, es decir, Jud, debe situarse con
precisin en Asir, desde la regin de Jizan, en el sur, hasta Wadi Adam, cerca de uth, al norte.
El ro de Egipto, por tanto, no sera el Nilo, sino el arroyo de Wadi ltwad, que nace cerca del pueblo actual
de Misramah, en las tierras altas de Asir, y forma la frontera actual entre la regin de Gizan y Rijal-ma.
Precisamente en Wadi Adam, que forma parte del valle principal de la regin de Lith, estn los pueblos de
Fin y Farat, ubicaciones que mueven a Salibi a proponer una nueva redaccin de la promesa de Yahv que
dira as: "A sus descendientes dar esta tierra, desde el arroyo de Misramah, hasta el gran arroyo, el
arroyo Fid. Este ltimo, es, en opinin de Salibi, el Wadi Adam y no el ro Eufrates.
La Tierra Prometida fue habitada por diez Tribus (Gnesis 15,19-21) cuyos nombres han pervivido en
distintas partes de Asir y, sobre todo, en "Jud". Si fuera cierta la identificacin que Salibi hace de las diez
tribus, la investigacin bblica sobre su historia sera errnea.
Probablemente esa es la razn por la que se cita tan escasa evidencia arqueolgica o paleogrfica para
sustanciar sus teoras, ya que estaban excavando en el sitio equivocado, es decir, en Palestina y Siria en
vez de Arabia Occidental.
Recordemos que Salibi insiste en que las tierras que Yahv prometi a los descendientes de Abraham, tal
y como lo cuenta el libro del Gnesis, y donde habitaron las tribus de Israel, estn, en realidad, en Arabia
Occidental. Estas mismas tierras tambin forman parte del legado de Yahv a Moiss (Nmeros 34,1-2),
cuyos lmites se ampliaron a la 'Tierra de Canaan" en toda su extensin, que, para Salibi, incluyen Asir, el

litoral e interior, y la regin de Taif del Hijaz, desde la costa del Mar Rojo hasta el extremo del desierto de
Arabia Central.
EL EDN: CUATRO ROS Y UN OASIS
A la luz de la teologa cristiana moderna, el Jardn del Edn no es un lugar geogrfico, sino una imagen
escogida por el autor bblico de la poca para ilustrar la idea del origen del mal.
Sin embargo, Kamal Salibi dice que dicho lugar existi realmente y estaba situado en Wadi Bishah, en la
zona oriental de Asir. En Gnesis 2,8-4 se describe el escenario de la siguiente manera: 'Plant despus
Yahv Dios un jardn en Edn, al oriente, y en l puso al hombre que haba formado. Hizo Yahv Dios
germinar del suelo toda clase de rboles agradables a la vista y apetitosos para comer, adems del rbol
de la ciencia del bien y del mal. Un ro sala de Edn para regar el jardn, y de all se divida en cuatro
brazos. El primero se llamaba Pisn, y es el que rodea toda la tierra de Evila, donde hay oro; el oro de este
pas es pum; en l hay tambin bedelio y gata. El segundo, de nombre Guijn, circunda toda la tierra de
Cus. El tercero, de nombre Tigris, discurre al oriente de Asiria. El cuarto es el ufrates.
El Gnesis sigue con el relato de Adn y Eva, y el autor bblico proporciona datos que para Salibi son
concluyentes.
stos se refieren a su expulsin del Paraso, cuando Yahv coloc los querubines (Krbym, trmino dual o
plural de Krb, que significa literalmente "sacerdote") "al este del Jardn'; para proteger el camino hacia el
rbol de la Vida (Gnesis 3, 24). Cuando Cain, el primognito de Adn y Eva, mat a su hermano Abel y
fue castigado con su expulsin, se fue a vivir "a la tierra de Nod (nwd) al este del Edn" (Gnesis 4,16).
En The Bible Carne From Arabia, Salibi resume en seis los puntos de referencia para sus conclusiones
sobre el Paraso, a saber, Edn est al este del rea donde vivi el autor bblico, en la tierra de Jud, en la
costa de Asir; Edn y su jardn estaban situados en un sistema de drenaje fluvial formado por cuatro
afluentes, todos identificados por su nombre; el Jardn de Edn estaba en el curso bajo de Edn, regado
por un arroyo que "sala" de all mismo; el Jardn posea dos rboles especiales, el de la Vida y el del
Conocimiento; al este del Edn, Yahv coloc dos o ms querubines para proteger el camino hacia el
rbol de la Vida; y, por ltimo, la tierra de Nod estaba al este del territorio de Edn.
YAHV, EL INTRUSO
Todos estos datos apuntan que el susodicho jardn bblico se ubicaba en una bien regada zona de oasis
entre la tierra de Jud, en la costa de Asir, y la zona interior de Nod. Cuando Salibi identific los cuatro
ros descritos en el Gnesis, situ el territorio en la cuenca del Wadi Bishah. En resumen, el ro Pisn, que
por entonces discurra por Evila, es hoy el Wadi Tabalah, un lugar donde se sigue buscando oro, bedelio y
gata.
Por su parte, el segundo ro, el Guijn, que rodeaba la tierra de Cus, sera el arroyo principal de Wadi
Bishah: el tercer ro, tradicionalmente interpretado como el Tigris, sera el Wadi Tindalah, y el cuarto sera
el Wadi Kharif, que nace en las tierras altas de Tanumah, al norte de Abha, y es uno de los afluentes
principales del tronco central del Wadi Bishah. Y por si todo lo dicho fuera poco, Salibi tambin explica lo
que, segn l, era realmente el Paraso: un centro de culto dedicado a un dios de la vida y a otro del
conocimiento, antes de convertirse en el Jardn del intruso Yahv.
Y la verdad es que por polmicas que parezcan estas conclusiones, tambin abren una nueva va de
interpretacin de los hechos bblicos y un nuevo campo de investigacin. Desgraciadamente, la situacin
conflictiva de la zona y el hecho de que las autoridades de Arabia no permiten la entrada de arquelogos
extranjeros en su pas hacen difcil confirmar la propuesta de este artculo.
Pero lo que s pone de manifiesto es que para deducir la situacin real de los lugares mencionados en la
Biblia, hay que contar con nuevos y exhaustivos estudios comparativos que tengan en cuenta todos los
puntos de vista.

CURIOSIDADES SOBRE LA BIBLIA

Al ser la Biblia uno de los libros que cuenta con un mayor nmero de ediciones en todo el mundo,
tambin ha sido objeto de toda clase de manipulaciones sutiles, argucias interesadas, interpretaciones
literales o figuradas y estudios sesudos que a veces rayan lo rocambolesco. Hay autores que en los textos
del Antiguo Testamento han visto claros indicios polticos, machistas y apocalpticos e, incluso, hay quien
ha encontrado cdigos secretos y claves cabalsticas.
Aquellos que han mantenido una posicin ms ortodoxa con respecto a la Biblia se han limitado a creer a
pies juntillas cada prrafo que aparece en los textos sagrados, elevando a la categora de dogma las
conclusiones extradas por algunos telogos catlicos o protestantes. Esta cerrazn ha supuesto, en
bastantes casos, verdaderos sinsabores a los que discrepaban de la opinin dominante y, en otros, ha
cado en flagrantes y cmicas contradicciones con las tesis de la ciencia imperante.
Tal vez uno de los ejemplos ms significativos sea el de James Ussher, arzobispo anglicano de la dicesis
de Armagh (Irlanda), quien escribi y public en 1658 su libro Anales del Antiguo y Nuevo Testamento.
En l, tras largos aos de estudio, sudor y lgrimas, leyendo y releyendo el Gnesis, lleg a una conclusin
trascendental e inamovible: los aos transcurridos desde la creacin del mundo hasta el nacimiento de
Cristo habrn sido exactamente 4.004.
Pero hay ms, lleg a sealar incluso el mes, da y hora exacta de la creacin de la Tierra por parte de
Dios: a las 8 de la tarde del 22 de Octubre de ese primer ao! Tan laboriosa fue su investigacin que no
hubo dudas en aceptar esa fecha y tanto catlicos como luteranos, calvinistas y anglicanos la asumieron
sin problemas. Ms tarde, el doctor John Lightfoot, vicerrector de la Universidad de Cambridge y
anglicano tambin l, daba la puntilla: la mquina del Cosmos haba empezado a funcionar exactamente
a las 9 de la maana del da 23 de Octubre.
Al menos coincidi con Ussher en el ao, el 4.004 antes de Cristo, y l y sus colegas de Cambridge
celebraron el aniversario de la creacin del mundo el 23 de Octubre de 1696 a las nueve en punto de la
maana y en das despus otra "fiestecilla": el 5.700 cumpleaos de la creacin del gnero humano
(como Dios cre al hombre al sexto da...).
No se tomen a broma esa fecha, porque oradores y escritores de prestigio de aquel momento -como el
obispo francs Jacques Bossuet- tambin enseaban en su ctedra esa antigedad de casi seis mil aos.
Hoy esta cifra ha sufrido una pequea variacin, ya que se considera que la formacin de la Tierra ocurri
tan slo hace unos seis mil millones de aos!...
Ahora bien, en el actual calendario lunar judo, su "ao cero" comienza con la "creacin del mundo" que,
segn ellos, tuvo lugar en el 3.760 a.c. Y no digamos nada de las ampollas que se levantaron en el orbe
cristiano cuando la teora evolucionista propuesta por Darwin empez a ser divulgada. A primera vista,
iba en contra de la interpretacin literal de la Biblia y eso no se poda consentir. El obispo anglicano
Samuel Wilberforce dirigi la oposicin al "origen de las especies" en Oxford, pronunciando en 1860 su
famosa frase: No! Nada de evolucin! Dios cre efectivamente en seis das el mundo, comprendidos
los fsiles!".
Pero hasta tal punto irrumpi la obra de Darwin en todo el mundo que el obispo de Melbourne
(Australia) crey que su objetivo era 'provocar la incredulidad de la Biblia" y su teora se declar
abiertamente "opuesta a la doctrina fundamental de la Creacin".

EL OMBLIGO DE ADAN
Si la creacin del mundo fue la comidilla de los creyentes tomando exclusivamente como base la Biblia,
tambin lo fueron otras cuestiones menores a las que, no obstante, se dedicaron voluminosos tratados.
En 1752, un instruido caballero que era al mismo tiempo mdico, abogado y filsofo, public un libro en
Hamburgo titulado Examinando la Cuestin de si Nuestros Primeros Antepasados, Adn y Eva, Tuvieron
Ombligo.

El doctor Tobas Ephraim Reinhard, autor del mismo, haba escrito tambin una serie de poemas
educativos en latn dedicados a la cura de hemorragias tuberculosas, trastornos femeninos y otros temas
similares altamente poticos.
Su disquisicin sobre los ombligos comenzaba con una serie de razonamientos defendiendo el hecho de
que Moiss, "el historiador sagrado", habra sido incompleto o incorrecto en la descripcin de la creacin
del hombre. Su razonamiento era simple: Moiss no tuvo necesidad alguna de hacer especial hincapi en
los ombligos: a fin de cuentas, todo estaba incluido en esta simple frase: "Dios creo al hombre segn su
propia imagen". Adn no fue engendrado, sino creado; no naci, sino que se le model.
Por tanto -concluye fleinhard-, si l no emergi de vientre alguno, no tuvo cordn umbilical y tampoco
ombligo.
Y Eva? Ella -responde el mdico fue hecha de una costilla de Adn, por lo tanto tampoco pudo tener
ombligo. El doctor Reinhard no se propona nicamente convencer a los escpticos, sino tambin
amenazarlos con dureza: "Y el que dude de ello, ser declarado indigno miembro de la Iglesia y, por
tanto, ser secuaz del diablo".
Obviamente, si la amenaza del doctor Reinhard se hubiera cumplido el infierno estara lleno de artistas.
Hagan la prueba. Fjense si en una pintura o escultura de Adn y Eva stos estn representados sin
su "botn abdominal". Adems, si su conclusin hubiera sido correcta, el mismo Dios creador tambin
debiera haber sido representado sin ombligo. Pero incluso Miguel ngel cometi la hereja de colocrselo
a Adn y a Dios, como se puede observar en el techo de la Capilla Sixtina.
El doctor hamburgus tuvo un notable predecesor en el doctor Thomas Browne, quien en su Pseudoxia
Epidemica, (Londres, 1646) haba llegado a la misma conclusin: nada de ombligo. Sir Thomas, sin
embargo, se interes adems por otros problemas bblicos de ms peso. Por ejemplo, conserv el
Tentador su figura de serpiente mientras seduca a Eva o adopt una cabeza humana, como se ve en
tantas pinturas? El doctor Browne se decidi por la cabeza de serpiente, basndose en tres "importantes"
motivos.
Primero, porque Eva slo haba visto una cara humana, la de Adn, y si de pronto hubiese aparecido un
nuevo rostro, habra huido asustada. Segundo, porque estando todo el jardn del Edn lleno de animales,
una corriente y ordinaria serpiente no debi atemorizarla. Y, finalmente, porque aunque los animales no
pueden hablar un lenguaje humano, haca tan poco tiempo que Eva estaba en el mundo que era tan
ingenua como para aceptar tranquilamente que una serpiente hablase.
Todo lo cual -sentenci sir Thomas- deber poner fin a algunas "corrientes y vulgares errores".
Asimismo, el misterio del nacimiento fue tambin muy importante. Por qu, por ejemplo, dijo Dios a
Eva: "Multiplicar crecidamente los sufrimientos de tu gravidez; con sufrimiento parirs hijos"? Era eso
justo? Adn tambin haba quebrantado el mandamiento de Dios en la misma medida y l no comparta
las angustias y los dolores de Eva.
A este respecto, algunos comentaristas cnicos sugirieron que Dios no pudo hacer otra cosa porque si
Adn hubiera tenido que padecer los mismos dolores que Eva, la humanidad habra desaparecido muy
pronto.
LA BIBLIA EN VERSO
Cabe recordar que la interpretacin de la Biblia siempre ha sido una potestad exclusiva de la jerarqua
eclesistica, con penas de excomunin y crcel para aquel que osara contravenir esta norma.
Durante siglos, la Biblia se consider un libro intocable y su mera traduccin sin consentimiento de las
autoridades supona la prisin inmediata por parte de la Inquisicin, como le ocurri a Fray Luis de Len
por atreverse a traducir El cantar de los cantares en 1572.
Por suerte, ya no hay ningn problema en traducirla ni en leerla, e incluso algunos han llegado ms lejos:
la han versificado:
Diestro se hizo en la caza el primero, y cuidaba las haciendas con excelente traza; vivi Jacob en tiendas y
evitaba sencillo las contiendas.

El que esto escribi fue un hombre catlico, laborioso, fecundo y psimo poeta, a quien la Santa Sede, en
premio a sus servicios, le concedi la cruz Pro Ecclesia et Pontifice.
Cules eran esos mritos? Pues ni ms ni menos que poner la Biblia en verso!
Esta expresin se ha hecho famosa para indicar toda obra cuyas considerables dimensiones corren
parejas con lo farragoso de su estilo. En realidad, Jos Mara Garulla (su autor) slo se atrevi a poner en
verso El Gnesis, El xodo, El Libro de Tobas y El Libro de Judit. Envi 200 ejemplares de su Biblia al Papa
Len XIII, quien le condecor por el regalo.
La larga vida de este fervoroso creyente barcelons, nacido en Igualada y llamado Carulla (1839-1912) dio
bastante de s como para escribir numerosas obras de teatro y toda clase de libros. En el ao 1904 deca
haber publicado 64 obras.
Sus ripios fueron durante mucho tiempo tema festivo en tertulias y mentideros. Carulla, entre la irrisin
de sus amigos, se crey el primer poeta religioso de su tiempo. El crtico Antonio Valbuena, en su Ripios
Vulgares (1895), se refiere a este intrpido versificador cataln diciendo:
"Tiene que decir que Jacob estaba en la Mesopotmia? Pues dice que estaba sin infamia. Tiene que
decir que el patriarca viajaba solo? Pues dice que iba sin dolo; y asi por el estilo".
La Biblia en verso no est editada en la actualidad, aun cuando se conserva su manuscrito en el Museo
Granadino de la Abada de Sacromonte.
ESTADSTICAS DE LA BIBLIA
Desde luego, Carulla no fue el nico obseso por las cuestiones bblicas ni el nico fantico que dedic
gran parte de su vida a establecer estadsticas y aspectos que a la mayora de la gente le pareceran
verdaderas rarezas o, simplemente, prdidas de tiempo. Pero para ser justos con ellos, su ingente labor
ha evitado a otras personas caer en los mismos errores y, en el mejor de los casos, hemos aprendido
alguna que otra cosa en la que ni siquiera habamos reparado.
Por ejemplo, sabe usted cuntas palabras y letras estn combinadas en el Antiguo Testamento?
Conoce cul es el verso ms corto y cul el ms largo? O cuntas veces aparece la palabra "Seor"?
No lo sabramos sino fuera por la insistencia y la aplicacin de un excntrico erudito y telogo ingls, el
doctor Thomas Hartwell Horne, quien se propuso contestar estas preguntas para s y para la posteridad.
Nacido en Londres en Octubre de 1780, Home se emple en un estudio de abogado.
Anhelaba ser escritor, pero para sostenerse debi aceptar el cargo de asistente de bibliotecario en el
Museo Britnico. La mayor parte de su trabajo consista en preparar biografas, hasta que un buen da se
dedic completamente a la Biblia.
Ansioso por popularizar este libro, decidi trazar sobre el papel un diagrama lleno de fascinantes
informaciones bblicas. Pero para adquirir lo que necesitaba, el erudito se dio cuenta de que tena que
buscar en las Escrituras y diseccionar palabra por palabra la Biblia del rey Jacobo, una versin inglesa
traducida en el ao 1611.
Home puso en marcha, con calma, su larga y solitaria tarea estadstica. La Biblia era su campo de batalla y
durante 17 aos rastrill cada centmetro de ella. Durante tres de ellos, us sus horas de descanso
nocturno para contar las palabras y las letras de cada una de ellas, de todos los versos del Antiguo y
Nuevo Testamento y de los Libros Apcrifos.
Los resultados de su monomana aparecen en su Introduccin al Estudio de las Escrituras, que fue
felizmente completado antes de su muerte, en Enero de 1862.
Como muestra, sirvan estos cuantos botones:
El capitulo ms largo o su equivalente es el Salmo 119; el ms corto es el 117. Este ltimo est ubicado
en la mitad justa de la Biblia (si se cuenta palabra por palabra).
El nombre ms largo est en el 8 capitulo de Isaas (Mahershalalash-baz, 2 hijo de Isaas). La palabra
"y" aparece 46.277 veces y el trmino "Seor" 1.855 veces. El capitulo 37 de Isaas y el 19 de los II Reyes
son semejantes.

 El verso ms largo es el 9 del 8 captulo de Ester; el ms corto es el 35 del capitulo 110 de Juan. El
primero tiene 90 palabras y describe el Imperio Persa; el segundo tiene slo dos palabras: "Jess llor". El
nombre de Dios no es mencionado en el Libro de Ester...
Y as cientos de pginas.
Horne pudo haber sido el primero, pero no el ltimo que intent esta disparatada tarea estadstica sobre
la Biblia. Segn cuenta William 5. Walsh, en 1892 un annimo -entusiasta religioso (...)- produjo este
sorprendente monumento de trabajo desperdiciado (...). Las cifras difieren levemente de las obtenidas
por Home.
Segn este ltimo trabajo, la Biblia contiene 3.586.589 letras. La palabra "y" aparece 46.227 veces: el
trmino "reverendo" slo una; "nia" tambin aparece una vez en el tercer captulo y tercer verso de
Joel; "fuego eterno", dos veces, y "castigo eterno", en una sola oportunidad.
Asimismo, el 21 verso del 7 captulo de Ezra contiene todas las letras del alfabeto ingls, excepto la "J";
el 8, 15, 21 y 31 versos del Salmo 107 son semejantes y cada verso del Salmo 136 finaliza igual. Este
annimo entusiasta de la estadstica cont tambin 773.692 palabras en la versin inglesa de la Biblia del
rey Jacobo, mientras que Home haba anotado 774.746.
La discrepancia tal vez se deba a que se cont una palabra separada por guin como una sola, o como
dos. Y mientras el estadstico hall 3.586.589 letras en la Biblia del rey Jacobo contra las 3.566.480 de
Home, otros extravagantes buscadores que trabajaron de forma independiente llegaron a 3.586.489 y
3.567.180, respectivamente.
En fin, como para que los ojos nos hagan chiribitas.

QU MESAS ESPERABAN LOS JUDOS?

Mesas es una palabra transcrita del hebreo y el arameo -Messiah- que significa "ungido con aceite";
exactamente lo mismo que Christus y Cristo. Y "ungidos" eran, ante todo, los reyes judos, si bien antes
de que existiera la realeza ya haban sido ungidos los sacerdotes como Aarn (xodo 29, 7) y, en
ocasiones, algunos profetas, como Eliseo (1 Reyes 19, 16) e Isaas, a quien se le habra encomendado una
especialsima misin por parte de Yahv cuyos frutos serian recogidos ocho siglos ms tarde por Jess de
Nazaret: Anunciar la buena nueva a los pobres; a los cautivos, libertad; a los que lloran, consuelo" (Isaas
61, 1 ss).
Hay, pues, tres clases de Mesas: el real, el sacerdotal y el proftico.
Sin embargo, el principal y el esperado por el pueblo judo era el primero, que tena un carcter de rey
temporal y poltico capaz de liberar al pueblo del yugo al que se encontraba sometido.
LOS REYES-MESIAS DE YAHV
Pero Yahv haba dejado bien claro que l era el verdadero Rey y que Israel era su territorio (xodo 19, 6),
independientemente de que tambin se le reconociera en otros pases -incluso en toda la Tierra (Zacaras
13, 9)- y luchara contra otras deidades territoriales como Bael, Astart, Kemol y Milkom, dioses de los
cananeos, sidonios, moabitas y ammonitas, respectivamente (1 Reyes 11, 33).
De ah que fuera reticente a instaurar una monarqua distinta de la suya y proveniente de reyes extrados
del propio pueblo. As, Abimelek, autoproclamado rey, no llegara a consolidarse y muri maldecido por
Yahv (Jueces 9, 57), con lo que se consolida el gobierno de los jueces.
Pero hay un momento, en la segunda mitad del siglo Xl a.c., en que el pueblo obliga a dimitir a un juez
llamado Samuel, exigiendo que en adelante gobernara un rey. Compungido, Samuel consulta con Yahv,
quien le sugiere que acepte la voluntad del pueblo, no sin antes quejarse amargamente: "Haz caso a todo
lo que el pueblo te dice.
No te rechazan a ti: me rechazan a m para que no reine sobre ellos. Han hecho contigo lo mismo que han
venido hacindome a m desde que los saqu de Egipto, abandonndome y sirviendo a otros dioses".

Y a continuacin Samuel transmite al pueblo la amenaza de Yahv:

"Os lamentaris a causa del rey que os habis elegido, pero entonces Yahv no os responder" (1 Samuel
8, 7 55) Una vez establecida la primaca de los reyes-mesas, Yahv se apresura a dejar bien claro que
stos sern, simplemente, sus delegados o lugartenientes, los "Mesas de Yahv" (2 Samuel 19, 22), y
que tendrn dos funciones principales: dirigir la guerra santa "liberando al pueblo de los enemigos
circundantes" (1 Samuel 10,1) y velar por el cumplimiento del pacto sinatico "obedeciendo a Yahv y no
yndose en pos de dioses que no son nada" (1 Samuel 12, 21).
Una tercera prebenda les otorgaba tambin -aunque accesoriamente- la posibilidad de realizar funciones
de culto, propias de los sacerdotes, como ofrecer sacrificios a Yahv (1 Reyes 8, 62 5)
Todo lo cual viene a afianzar el poder de ese Dios bblico, que establece no ya una "teocracia", sino una
"Yahvecracia". Un sistema de gobierno que no tiene por qu debilitarse, ya que el propio Yahv elige
personalmente -al menos, al principio- a sus mesas: el primero, Sel (1 Samuel 9,17); el segundo, David,
a cuya coronacin asisti (2 Samuel 5, 3), y el tercero, Salomn (1 Crnicas 28, 5), a quien adems
proclama su hijo adoptivo: "Yo ser un padre para l; y l ser un hijo para m' (2 Samuel 7, 14).
EL FRACASO DE LOS REYES-MESAS
Sin embargo, la historia de Israel nos dice que pocos fueron los reyes-mesas que cumplieron
satisfactoriamente sus funciones, a excepcin -segn evaluaron los profetas- de David, Asa, Josafat,
Ezequas y Josas.
En este contexto resulta especialmente relevante el reinado de David por dos motivos. Primero, porque
fue un rey que "pastoreo a Israel, heredad de Yahv, con corazn perfecto, guindolo con mano diestra"
(Salmos 78,71 5) cumpliendo as las expectativas de Yahv en las dos funciones principales: defender
militarmente a su pueblo (David extendi las fronteras del estado) y velar eficazmente por el
cumplimiento de la Ley. Pero, sobre todo, porque fue el depositario de la promesa hecha a travs del
profeta Natin:
"Fijar un lugar a mi pueblo Israel y lo plantar all para que more en l; no ser ya perturbado, someter
a todos sus enemigos, y (refirindose a su hijo Salomn) no apartar de l mi amor y su trono estar
firme eternamente" (1 Crnicas 17,14).
Sin embargo, unos 70 aos despus de que tuviera lugar dicha promesa, el reino se escindi en dos
partes: Israel al norte y Jud al Sur, surgiendo luchas intestinas entre hermanos. Finalmente, el reino del
norte -Israel- fue asimilado por los asirios (c. 721), quienes lo repoblaron de extranjeros.
Dnde queda ahora el sobrenombre de "Israel" dado a Jacob, el nieto de la primera promesa hecha a
Abraham, junto a otra segn la cual 'como has sido fuerte peleando contra Yahv, podrs a todos los
hombres" (Gnesis 33, 29)? Asimismo, unos 130 aos ms tarde perecer el reino de Jud a manos de los
babilonios, siendo el pueblo judo deportado a Babilonia. Acaso era Marduk ms poderoso que el propio
Yahv? Dnde estaban entonces los reyes-meslas?
Algunos mesas fueron asesinados y la 'Yahvecracia" se debilit. Pero no es que Yahv hubiera faltado a
su promesa: es que aquellos reyes-mesas haban incumplido su pacto: se fueron tras otros dioses y no
ejercieron la justicia con su pueblo. Merecan un castigo... y lo tuvieron (Jeremas 22, 9). Incluso uno de
ellos, seas, llega a condenar a la propia institucin mesinica: "Han hecho reyes sin contar conmigo (...)
Si sembraron viento, segarn tempestad" (seas 8, 4ss).
RENACE LA ESPERANZA
Todo pareca indicar que la promesa no se cumplira, pero pronto surgir -alentada por los profetas- la
esperanza. Yahv -dicen- no ha dejado de cumplir su parte y, por tanto, los reyes extranjeros
abandonarn el territorio (Isaas 7, 16) durante el reinado de Ezequas, hijo de Ajaz.
Pero, vencido otra vez Jud, la profeca comienza a adquirir un carcter apocalptico, de "ltimos
tiempos", al igual que aquella otra:

"En un principio se tuvo en poco (...) a Galilea, tierra de gentiles (...) el pueblo que andaba a oscuras vio
una intensa luz (...) porque un nio ha nacido (...) y la paz no tendr fin sobre el trono de David y sobre su
reino" (Isaas 8, 23 y 9, 1).
"Saldr un retoo del tronco de Jes (padre de David) -dice otra profeca- y sobre el Mesas se posar el
espritu de Yahv. l juzgar con justicia a los dbiles y dictar sentencias con rectitud a los pobres de la
tierra, sin dejarse llevar por las apariencias" (Isaas 11, 35)
Pero, para ello, el Mesas o siervo de Yahve tendr que sufrir: "Como oveja fue llevada al matadero, por
nuestros pecados le hirieron de muerte" (Isaas 53, 6). A pesar de lo cual, el triunfo de este Mesa-Rey
est asegurado: "Ser la luz de las naciones, para que mi salvacin alcance hasta el confn de la tierra"
(Isaas 49, 6).
De lo que se desprende que no fueron los profetas, sino el propio Yahv quien anunci y prometi la
llegada del cristianismo. De este modo, tanto el pueblo como la clase sacerdotal estaban, pues,
preparados para un reflorecimiento terrenal y poltico, no lejano, del reino de Yahv, con reyes-mesas
justos y cumplidores de la Ley. Pero los profetas y algunas comunidades religiosas -como los esenios- ya
sospechaban y anhelaban algo totalmente nuevo: un reino no ya terrenal, sino espiritual, un Reino de los
Cielos.
Un Reino que, de algn modo misterioso, iba a salir del propio pueblo de Yahv...

FIN