La Reforma Agraria en Colombia - La Cuestion Agraria en Colombia

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LA REFORMA AGRARIA EN COLOMBIA: UNA TAREA INCONCLUSA?

Jairo Hernando Pulecio Franco Universidad de Zaragoza [email protected]


http://jairopulecio.ya.st
Resumen: El impacto de las reformas agrarias en Colombia no ha sido positivo en trminos de ingreso, porque
no se ha satisfecho la condicin de acceso al crdito formal. No ha sido positivo en trminos de calidad de vida,
porque no se han satisfecho las condiciones de acceso a capacitacin y educacin. Las reformas agrarias slo
han consistido en la redistribucin de la tierra, por lo que se ha tenido un impacto negativo sobre la calidad de
vida de los beneficiarios de estas reformas. Palabras Clave: Colombia, Reforma Agraria, Crecimiento Econmico.
Agrarian Reform in Colombia: An inconclusive task?
Abstract: The impact of reform agrarian in Colombia has not been positive in terms of income, because has not
satisfied the condition of access to the formal credit. Has not been positive in terms of quality of life, because have
not satisfied the conditions of access to enable and education. Reform agrarian alone have consisted in to
redistribute the earth, why has had a negative impact over the quality of life of the beneficiaries of these reform.
Keywords: Colombia, Agrarian Reform, Economic Growth.
Introduccin Con la entrada del nuevo milenio en Amrica Latina se ha venido realizando un giro poltico hacia
la izquierda en sus gobiernos, esto hace que los pases que an no lo han hecho empiecen a evaluar sus
resultados frente a los principales debates que se generarn en el continente, de cara a las reformas que estos
gobiernos realizarn o han realizado y si sus polticas dan como resultado un mejor alcance en
torno
a
equidad y crecimiento, uno de estos debates que se mantiene vigente es la distribucin de la propiedad de la
tierra, por lo que sera interesante observar que ha pasado con la Reforma Agraria en nuestro pas o si es una
tarea inconclusa? El presente documento busca responder esta pregunta observando diferentes enfoques
ideolgicos que defienden y atacan la Reforma Agraria en Colombia, para ello he estructurado este documento
de la siguiente manera: iniciare con un breve recuento histrico de la legislacin realizada frente a Reformas
Agrarias, a continuacin presentar algunos comentarios que se han hecho sobre como la poltica ha influido en
estas reformas, como tercer punto incluir la doble va del conflicto armado, seguir con un breve bosquejo de la
situacin de los cultivos ilcitos y en el quinto punto presentare las conclusiones del trabajo.
1. El Desarrollo legislativo. En Colombia se ha desarrollo una serie de legislaciones que han demostrado el
deseo de la clase dirigente de la nacin en establecer una reforma agraria, estas son las principales leyes
emitidas por el congreso en el mbito de una reforma agraria (Balcazar, Lpez, Orozco y Vega, 2001).
1. Ley 200 de 1936, cuyas motivaciones se centraron en la explotacin econmica de los predios de
manera obligatoria, otorgando el derecho de dominio sobre los mismos o su restitucin al Estado, y reconociendo
el derecho de los trabajadores rurales al dominio de las tierras
2. Ley 100 de 1944, que calific a los contrato de arrendamiento y de aparcera como de utilidad pblica y
decret la ampliacin de diez a quince aos como causal de restitucin al Estado de los predios no explotados
3. Ley 135 de 1961, cre el Comit Nacional Agrario, conformado por representantes de los partidos
polticos, del Congreso, la Iglesia catlica y las Fuerzas Armadas se fundamentaba en tres lineamientos
estratgicos para adelantar el proceso de reforma agraria en Colombia: a. dotacin de tierras a campesinos
carentes de ellas; b. adecuacin de tierras para incorporarlas a la produccin, y c. dotacin de servicios sociales
bsicos y otros apoyos complementarios. Se crea el Instituto Colombiano de la Reforma Agraria (INCORA), como
establecimiento pblico encargado de la gestin en la materia, organismos como el Consejo Nacional Agrario, el
Fondo Nacional Agrario (FNA) y la figura de los Procuradores Agrarios.
4. Ley 1 de 1968 ley, conocida tambin como de Arrendatarios y Aparceros, contribuy a agilizar los
trmites y procedimientos y fij nuevos causales de expropiacin. Adems, sirvi para reglamentar la Unidad

Agrcola Familiar (UAF) a fin de proteger y regular la tenencia y explotacin de las porciones de tierra distribuidas
individualmente a los campesinos beneficiarios, principalmente en lo relacionado con su venta o transferencia.
5. Ley 4 de 1973, la reduccin de los trmites de adquisicin de tierras a travs de negociaciones
directas, la agilizacin de la adjudicacin de tierras a los beneficiarios y el establecimiento de la renta presuntiva
agrcola, como una manera de ejercer presin a favor del uso productivo de la tierra y penalizar su apropiacin
improductiva. Presento mis agradecimientos al Dr. Ignacio Iriarte por su contribucin a este trabajo y por haberme
instruido en el Sector Agrario, toda vez que estoy seguro que sus aportes sern muy importantes para mis futuras
lneas de investigacin.
6. Ley 5 de 1973, mediante la cual se estableci un sistema de financiamiento para el agro a travs del
Fondo Financiero Agropecuario,
7. Ley 6 de 1975 sobre aparcera, la cual reform la Ley 1 de 1968.
8. Ley 35 de 1982, conocida tambin como Ley de Amnista el INCORA fue encargado de la dotacin de
tierras y provisin de otros servicios a las personas indultadas.
9. Ley 30 de 1988 que en trminos generales fija como lineamientos: lograr una accin ms coordinada
de las instituciones gubernamentales; elevar el nivel de vida de la poblacin campesina; simplificar los trmites
para la adquisicin y dotacin de tierras a los campesinos, eliminando la calificacin de las tierras, y proveer una
mayor cantidad de recursos al INCORA para el desarrollo de los programas de su competencia.
10. Ley 160 de 1994, El principal cambio consiste en dinamizar la redistribucin introduciendo el concepto
de propiedad a travs del mercado de tierras, mediante un subsidio para la compra directa por parte de los
campesinos, El nfasis institucional se centra en facilitar la negociacin directa entre propietarios y campesinos.

2. La influencia del poder


Los defensores de una Reforma Agraria en Colombia lo han venido sustentado principalmente en los siguientes
cuatro argumentos (Balcazar, Lpez, Orozco y Vega, 2001).
1. Los factores tradicionales de la produccin son las principales fuentes de creacin de valor y de
riqueza.
2. la distribucin de la propiedad de los factores tradicionales (la tierra, entre ellos) determina la
distribucin del ingreso, as como la distribucin del poder poltico y social.
3. como un corolario del segundo supuesto, para construir democracia, equidad econmica y justicia
social es imprescindible redistribuir la propiedad sobre los medios tradicionales de produccin (la tierra y el
capital fsico).
4. el alto precio de la tierra, originado en las distorsiones de poltica y en los privilegios institucionales que
estn asociados a la propiedad rural, impide el desarrollo de la produccin agrcola. Los principales programas
que se han tratado para lograr llevar a cabo un distribucin de la propiedad de la tierra son (Heshusius, 2004): La
Titulacin: Lo que se busca con este tipo de programas es aclarar los derechos de propiedad. La principal meta
es otorgar ttulos de propiedad a aquellos hogares que vienen haciendo uso de la tierra y que no tienen ningn
documento formal que establezca la tenencia legal de la propiedad. Zonas de reserva campesina (ZRC): La
frontera agrcola se expande cuando las oportunidades de supervivencia (dadas las condiciones laborales, de
violencia, etc.) son pocas. Las minoras afectadas migran hacia zonas que en muchas ocasiones son
ambientalmente frgiles o con alta posibilidad de desastres naturales. Lo que se busca con las ZRC es fomentar
y estabilizar la economa campesina en zonas de colonizacin, controlando no slo la expansin de la frontera

sino tambin asegurando una mayor participacin de las comunidades rurales. Reforma Agraria: ha sido la forma
principal de intervencin en el mercado de la tierra. Aunque se supone una poltica estructural que busca una
mejor distribucin de la propiedad de la tierra, promover mayor eficiencia en los patrones de uso de los suelos y
un cambio en la estructura de distribucin de las tierras con potencial de uso agropecuario, la claridad conceptual
y operacional no va ms all de la bsqueda de una divisin ms equitativa del recurso. La clase dirigente se ha
apoyado durante los diferentes periodos histricos de la evidencia emprica la cual ha documentado la existencia
de una relacin positiva entre tierra e ingreso (Heshusius, 2004), Sin embargo, en algunos casos, la simple
provisin de tierra otorgada a travs de una reforma agraria tiene un bajo impacto sobre el ingreso. Estudios
empricos (Lpez y Valds, 2000) muestran que para ocho pases en Latinoamrica, el impacto de la tierra
proveniente de una reforma sobre el ingreso per capita, es bastante bajo. Pero la marcada desigualdad del
capital y de la propiedad privada hizo que los latifundistas entorpecieran de diferentes formas las reformas
agrarias emprendidas con el contubernio de la clase dirigente, que en su mayora siempre ha pertenecido a las
minoras propietarios de la tierra y del capital, las estimaciones del coeficiente Gini para la propiedad de la tierra,
concuerdan con que este est alrededor de 0.77, lo cual es bastante alto para los estndares internacionales,
aunque similar al promedio Latinoamericano (0.774). Un estudio basado en encuestas familiares (Balcazar,
Lpez, Orozco y Vega, 2001) encontr entre sus resultados, que en trminos de ingreso familiar y per capita, y de
indicadores de calidad de vida, los campesinos que son beneficiarios de la ayuda gubernamental y de los planes
establecidos de reforma agraria estn en peor condicin que los que no lo han recibido. Este impacto negativo lo
adjudican en parte a la ineficiencia e inoperancia de las entidades responsables de la redistribucin y hacen
hincapi en la importancia de impulsar tanto los que promueve las capacidades de los campesinos para
progresar y mejorar su bienestar, como el ambiente institucional que favorece sus oportunidades de acceso a
recursos productivos y, a la tierra en particular, no necesariamente por la va de la propiedad. El los archivos del
Instituto Agustn Codazzi podemos encontrar que la subutilizacin es del 30% del total de las tierras y que slo la
mitad de las tierras dedicadas a cultivo, explotan totalmente su potencial. Con respecto a la sobre utilizacin,
encontramos que el 71% de las tierras que podran ser destinadas a cultivos anuales, son utilizadas para
ganadera; cerca de un cuarto de las tierras de pastoreo estn ubicadas en terrenos agrcolas de primera calidad,
y mas de la mitad de los pastos estn localizados en reas recomendadas para conservacin. Todo esto nos
lleva a pensar que si bien se han realizado toda una serie de leyes en favor de los menos desfavorecidos han
sido los mas favorecidos los que se han beneficiado de dichas leyes, ya sea por abuso de la normatividad o por
utilizarlas como forma de distraccin de quienes solicitan el derecho a la propiedad en un pas donde solo han
contado con este derecho una minora selecta

3. El conflicto armado
Debido pues a una ocupacin del territorio mediante formas de apropiacin privada desde la
administracin colonial espaola y continuada en pocas posteriores por polticas de enajenamiento de los
sectores ms poderosos de la sociedad, la entrada en vigencia de leyes que permita que un colono pudiera
obtener la propiedad de la tierra por la demostracin de su posesin, y de que el terrateniente utilizar las armas
para expulsar a estos colonos, y el establecimiento de un periodo llamado Frente Nacional donde los dos partidos
polticos tradicionales se turnaban en las elecciones al poder, se contribuy de esta manera a que los sin tierra y
los que crean en opciones diferentes optaran por las armas para defender sus ideales, todo esto acompaado
por los movimientos ideolgicos de izquierda que se estaban realizando en el continente, ha conseguido que
Colombia lleve ms de 50 aos en un conflicto armado que muestras cifras de desplazamiento interno del campo
a la ciudad iguales que las que muestra pases como Angola, Sudn, Afganistn e incluso el mismo Irak. Segn
datos de la Consultora para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (CODHES) se estima que alrededor de
4 millones de hectreas de tierras han sido abandonadas por personas desplazadas; esta cifra es tres veces
mayor que la cantidad redistribuida por el gobierno a travs de reformas agrarias desde 1961 (Proyecto global
para personas desplazadas 2003).
La relatifundizacin se produjo como resultado de la conjuncin de fenmenos econmicos y polticos:

La expansin de los grupos paramilitares y del conflicto armado, que han propiciado desplazamientos de
poblacin y apoyado procesos de concentracin de la propiedad de la tierra en cabeza de narcotraficantes,
ganaderos, especuladores y de los mismos dirigentes del paramilitarismo;
La economa del narcotrfico que produjo en primer lugar una nueva capa de compradores de tierra
latifundistas, que elev los costos del dinero y el crdito fortaleciendo las causas de especulacin con la tierra y
que al mismo tiempo gener una salida econmica en las zonas de colonizacin a parte de los campesinos y
jornaleros desplazados por la violencia o por causas econmicas;
La apertura econmica que aument en 700 % las importaciones de alimentos y provoc una drstica
reduccin del rea sembrada, especialmente en cereales.

4. Los cultivos ilcitos


Desde los aos setenta cuando se efectu lo que se llam la Bonanza Marimbera, que fue el desarrollo
de plantaciones de marihuana en zonas de la Costa Atlntica, se desarroll una clase social adinerada que
empez a demandar tierras como procedimiento para el lavado de activos, a partir de all cuando los Estados
Unidos legalizaron sus plantaciones y acabaron con las utilidades de este negocio se empezaron a gestar nuevos
productos como han sido la cocana a partir de la hoja de coca y la herona en base a la amapola, estos cultivos
que tienen garantizado un mercado ha sido una solucin por fuera de la ley para los campesinos que han visto
que los cultivos tradicionales no les seguan siendo rentables, la falta de ocupacin del territorio por parte del
estado, los altos ndices de pobreza, la falta de poltica agropecuaria y la apertura indiscriminada, crearon
espacios para que los cultivos ilcitos crecieran de una manera tal que este cancer se ha carcomido a la
sociedad colombiana llegando inclusive a tocar hasta la primera magistratura de la nacin.
Conclusiones
Los argumentos frente a que una reforma agraria ser necesario para el crecimiento econmico han
perdido la vigencia hoy da, en lo que se ha denominado la sociedad de la informacin, lo que verdaderamente
hoy prima es la distribucin del conocimiento, por lo que una reforma agraria entendida como una mera
distribucin de tierra no aporta las mejoras sustanciales en crecimiento, una reforma agraria que no venga
acompaada de infraestructura, dotaciones y capacitacin no contribuir a un desarrollo econmico de la nacin.
Esto es una de las principales diferencias con los casos exitosos de reforma agraria que estn representados por
los pases que forman la ltima generacin de sociedades industriales, en las cuales el nfasis ms importante
se puso en la promocin y el desarrollo del capital humano: los pases del este y sureste asitico. El acceso a la
tierra no reduce significativamente la pobreza rural. Se discute sobre los mritos de distribuir los activos
existentes (tierra) versus crear nuevos activos (inversin) con el objetivo de disminuir la pobreza rural y generar
mayor crecimiento econmico. Pero con base en varios estudios (Heshusius, 2004) se puede concluir que el
impacto de un programa de reforma agraria en Colombia, sobre el ingreso y la calidad de vida de los
beneficiarios, seria significativo y positivo si se satisficieran ciertas condiciones: acceso a crdito, capacitacin y
educacin secundaria. Esta afirmacin va de la mano con lo dicho anteriormente tener acceso a la tierra no
necesariamente implica un aumento en los ingresos de los pobres rurales, ni un mejoramiento en su calidad de
vida. La experiencia de Colombia demuestra que distribuir la tierra sin darle a los beneficiarios los medios para
hacerla productiva, no es efectivo y por lo tanto, no promueve el buen uso del recurso escaso.
Referencias
Balcazar, lvaro; Lpez, Nelson; Orozco, Martha Lucia; Vega, Margarita. Colombia: Alcances y Lecciones
de su experiencia en reforma agraria. ONU CEPAL, Red de Desarrollo Agrario. http://www.eclac.cl . Septiembre

2001. Deininger, Klaus y Lavadenz, Isabel. Colombia: Poltica Agraria en transicin. Banco Mundial. Notas en
breve. http://wbln0018.worldbank.org . Octubre 2004. Dussan Lpez, Lus Enrique. Plan de Accin Reforma
Agraria. INCORA. http://www.incora.gov.co/ . 2001. Fajardo M, Daro. La tierra y el poder poltico: la reforma
agraria y la reforma rural en Colombia. Revista Reforma Agraria colonizacin y cooperativas, FAO ISSN 02511894. http://www.fao.org/ . 2002. Heshusius Rodrguez, Karen. Medicin del impacto de un programa de reforma
agraria en Colombia. Facultad de Economa, Universidad de los Andes, Bogot Colombia.
http://economia.uniandes.edu.co/ . Abril 2004. Lpez, Ramn y Valds, Alberto. Rural poverty in Latin America.
St. Martins Press. New York. Eds. 2000. Mondragn, Hctor. Colombia: Mercado de Tierras o Reforma Agraria.
ANUC UR. FENSUAGRO. Coordinador Nacional Agrario. http://www.landaction.org/. Abril 2002.

LA CUESTIN AGRARIA EN COLOMBIA


Tatiana Roa Avendao / Jueves 29 de octubre de 2009
A travs de su historia, Colombia ha mantenido un agudo conflicto agrario con implicaciones en los mbitos
sociales, polticos, econmicos y culturales del pas. La cuestin agraria [1] ha estado en el centro del histrico
conflicto poltico armado colombiano. No hay duda, el conflicto ha estado atravesado por la disputa por la tierra.
En este pas, como en otros pases latinoamericanos, es evidente la existencia y permanencia de la estructura
latifundista de la tenencia de la tierra, los usos de la misma se realizan en contrava de su vocacin y quienes se
benefician de polticas y programas son los seores de la tierra: terratenientes, latifundistas, lites agropecuarias
e inversionistas extranjeros.
Las cifras oficiales demuestran una tendencia imparable a la concentracin de la propiedad, al aumento de las
tierras dedicadas a la ganadera extensiva, a la disminucin de la produccin de alimentos y al aumento de los
desplazamientos forzados de las comunidades campesinas asentadas en los departamentos con mayor
concentracin de la propiedad rural (CODHES/UNICEF, 1998; Machado, 1998) [2].
Durante el siglo pasado, el campesinado colombiano empeor sus condiciones de vida y considerables
extensiones de territorios e importantes ecosistemas han sido destruidos por los procesos de colonizacin que
propiciaron las polticas agrarias.
La realidad es que el campo colombiano, escenario del conflicto armado, ha sufrido importantes trasformaciones
en los ltimos aos. Hay una tendencia regresiva de los cultivos transitorios mientras que los de ciclo largo
evidencian un fortalecimiento. Esta tendencia ha estado asociada a conflictos en torno a la tierra, al
desplazamiento, a precarias relaciones laborales, y a los subsidios o apoyos estatales. Es el caso, hoy tan en
boga, de las plantaciones para la produccin de agrocombustibles a partir de la caa de azcar y la palma
aceitera [3].
En Colombia, campesinos, aparceros, indgenas, trabajadores agrcolas, negros, tienen una larga y dura historia
de contienda y confrontacin con terratenientes, empresarios agrcolas y empresas transnacionales. Son muchos
los hechos que recuerdan esta historia.
Es conocida la Masacre de las Bananeras en 1928, durante el movimiento huelgustico que lider el destacado
dirigente agrario Ral Mahecha [4] y que Gabriel Garca Mrquez recuerda magistralmente en Cien Aos de
Soledad. La huelga contra la United Fruit Co. da cuenta de la permanente confrontacin en que han vivido los
trabajadores agrcolas como el resto del campesinado [5] colombiano.

An en la actualidad, los movimientos campesinos, indgenas y de trabajadores agrcolas continan enmarcando


sus demandas en la lucha por tierra y reforma agraria, en los ltimos aos, a travs de la Minga Indgena,

Campesina y Negra se ha incluso demandado la "liberacin de la Madre Tierra" y la defensa del territorio,
incorporando estas nuevas demandas a las ya existentes.

Es a travs de la contienda poltica como el campesinado ha logrado sus avances y conquistas. Bien lo dice
Bernardo Mancano Fernandes [6] (2004: 5) que considera que la formacin del campesinado "no ocurre
solamente por la reproduccin ampliada de las contradicciones del capitalismo. Lo otra condicin de creacin y
recreacin del trabajo campesino es una estrategia de creacin poltica del campesinado: la lucha por la tierra".
La disputa y el control sobre la tierra han sido permanentes. En Colombia, como en otros pases, la histrica
oposicin de los seores de la tierra, actores polticos representados en: terratenientes y latifundistas y las lites
gobernantes impidi que avanzaran las tibias leyes de reforma agraria que se produjeron en el pas. Los pocos
avances que se queran fueron truncados por estas lites agrarias nacionales y extranjeras que buscaban
proteger sus intereses.
Por el contrario, durante el siglo anterior, las desigualdades crecieron y la concentracin de la tierra es hoy an
mayor; los apoyos estatales para modernizar y mecanizar sus predios, a travs de crditos e infraestructura se
quedaron en manos de unos pocos.
Ms recientemente, durante los ltimas semanas, diversos medios de comunicacin destaparon la "olla podrida"
que ha terminado siendo el Programa Agro Ingreso Seguro (AIS) [7], que destin mayoritariamente sus subsidios
hacia familias de terratenientes, reinas de bellezas y personas al frente de proyectos agroindustriales, poniendo
al descubierto los intereses de un gobierno que ha continuado privilegiando a gran latifundista y agroindustrial.
Es por esto que en los diversos procesos de paz la cuestin agraria ha sido un eje preponderante y lo ser para
un futuro proceso de paz o perodo de posconflicto. La clave de un panorama distinto para Colombia slo es
posible con profundas trasformaciones de stas.
Este ensayo busca analizar la cuestin agraria en Colombia, las dinmicas y la contienda poltica del
campesinado colombiano en las demandas por tierra y reforma agraria desde inicios de siglo XX a finales del
siglo pasado. A travs de la reconstruccin de algunos hechos histricos, buscaremos identificar los repertorios
de contienda, los actores polticos, los procesos de movilizacin y desmovilizacin, as como las oportunidades
polticas del movimiento campesino [8].

Los orgenes de las luchas campesinas por la tierra


La creacin poltica del campesinado colombiano se ha dado a travs de una valiente lucha contra la explotacin
latifundista y el monopolio de la tierra. Los campesinos establecieron en diversas ocasiones formas colectivas de
trabajo agrario, herencia de los pueblos indgenas, y en mltiples momentos defendieron la tierra incluso a travs
de rebeliones armadas.
"Sea de manera espontnea u organizada, el campesinado ha demostrado una gran capacidad de lucha y
resistencia, al tiempo que ha hecho producir la tierra como nunca lo hicieron los grandes propietarios, con el fin
de alimentar y abrigar al pueblo" (Fals Borda, 1975: 51).
A comienzos del siglo XX, estas luchas campesinas en Colombia eran meramente locales. Estn los casos de
Viot (Cundinamarca), del pramo de Sumapaz en el mismo departamento [9], del Caribe donde las luchas
campesinas estuvieron guiadas por las ideas socialistas, que como todo en su poca, haban llegado primero a la
Costa que a Bogot [10].

Tambin, en la regin conocida como Eje Cafetero, los campesinos, peones, colonos, aparceros y arrendatarios
levantaron un movimiento que llamaron ligas campesinas (Fals Borda, 1975: 118). Sus repertorios de contienda
[11] tenan que ver con asuntos como "sembrar libremente caf y establecer trapiches en las haciendas [...];
cambiar el reglamento de la hacienda establecido en 1886, [...] no pagar los arriendos, [...] (Los campesinos) se
declaraban habitantes de tierras baldas y no volvan a pagar arriendos" (Mondragn, 2003).
La contienda poltica del campesinado en esos aos tuvo la influencia poltica e intelectual de los agraristas, en
cabeza de Erasmo Valencia, el lder liberal Jorge Elicer Gaitn y una "izquierda que defendi el campesinado y
se arraig en l desde sus orgenes, a travs de las organizaciones socialistas o marxistas, en particular el
Partido Socialista Revolucionario y luego el Partido Comunista" (Ibid, 2003).
Las tesis centrales de estas tres corrientes campesinistas planteaban: i) el bienestar nacional depende de los
agrarios, era el lema agrarista de Erasmo Valencia; ii) Gaitn propona una economa regulada y la intervencin
del Estado con criterio social y; iii) los comunistas demandaban una revolucin agraria y antiimperialista dirigida
por la clase obrera (Ibid, 2003).
Si bien el programa comunista era ms radical y extenso, coincidan con el programa gaitanista en cuanto al
destino de la propiedad de la tierra de la reforma agraria, que sera entregada a los campesinos gratuitamente.
La diferencia ms importante entre estos dos programas consista que mientras Gaitn peda la incorporacin de
las regiones indgenas a la economa nacional, el Partido Comunista reivindicaba el reconocimiento de las
comunidades indgenas, de su completa libertad y de la autodeterminacin de sus propios gobiernos (Ibid, 2003).
Lo cierto es que el programa del campesinado colombiano nunca incluy dentro de sus repertorios de contienda
la reivindicacin de la inalienabilidad ni la propiedad colectiva o comunal de la tierra y mucho menos la
nacionalizacin. Por esta razn, segn Hctor Mondragn (2003), de acuerdo a los programas escritos, "un
triunfo de una revolucin agraria en Colombia en el siglo XX se habra parecido ms a la revolucin boliviana de
1952 que a las revoluciones mexicana, rusa, china o cubana".
Todo ello no obstante, el movimiento indgena, entre ellos el Quintn Lame y otros indigenistas socialistas como
Blanca Ochoa de Molina y Antonio Garca, s tena y tiene an incluida en sus repertorios de contienda la
inalienabilidad de las tierras de las comunidades, desde un punto de vista cultural (Mondragn, 2003).

La contienda poltica por la reforma agraria de 1961


A inicios de los aos 1930 se vive en Colombia un auge de la lucha de masas que permiti importantes
conquistas al movimiento popular, lo que hizo que en 1942 se constituyera la primera organizacin campesina:
Federacin Campesina e Indgena, dentro de la Confederacin de Trabajadores de Colombia (CTC). En 1947, la
Federacin se transforma en la Confederacin Campesina e Indgena, la cual "integraba la visin campesina con
la indgena, ms o menos en la forma que los entendan los comunistas y los socialistas en los aos 30"
(Mondragn, 2003).
De esta manera, el movimiento campesino e indgena de la poca logra articular las luchas tnicas y culturales
de los pueblos indgenas con la lucha de clases, que, recogiendo la voz del investigador Orlando Fals Borda,
pueden resultar complementarias y articuladoras. Como lo expresa en su memorable obra Historia doble de la
Costa [12], all se pregunta sobre las relaciones campesinos e indgenas y afirma con fuerza: "la experiencia de
estos aos nos ensea que cuando la etnia sigue viva por cualquier razn histrica, conviene emplear sus
componentes culturales para afirmar e impulsar las luchas de clase del pueblo" (Fals Borda, 2002: 21B).
El socilogo colombiano seala el ejemplo de la Organizacin Nacional Indgena de Colombia (ONIC) y el
Consejo Regional Indgena del Cauca (CRIC), que incorporaron en sus luchas estas tesis, igual que lo hicieron

importantes lderes indgenas como Manuel Quintn Lame, indgena nasa [13] que promovi importantes
movilizaciones y recuperaciones de tierra en el Cauca, al suroccidente de Colombia. (Fals Borda, 2002: 21B).
Pero, si bien hubo importantes avances en la organizacin campesina durante estos primeros aos del siglo XX,
al llegar la Violencia la organizacin de campesinos e indgenas es literalmente aniquilada. Se produce as una
desmovilizacin del campesinado producto de la terrible represin.
La Violencia, creciente desde 1946, incrementada con los ataques contra Viot en noviembre de 1947 y contra
las comunidades del Cauca en enero de 1948, fue generalizada despus del asesinato de Gaitn, el 9 de abril de
1948 y se ensa contra la Confederacin y cobr la vida de la mayora de sus dirigentes, entre ellas la de su
presidente, envenenado en 1952 (Mondragn, 2003).
La Violencia tambin produjo la desmovilizacin indgena que se encontraba en ascenso en los departamentos
de Cauca, Tolima, Huila, Caldas, y en la Sierra Nevada y Tubar en el Atlntico. La Liga de Indios de la Sierra
Nevada de Santa Marta, que gracias a su aislamiento geogrfico haba logrado mantenerse, tuvo que ser disuelta
en 1956. Algunas de las reivindicaciones indgenas slo tuvieron eco a finales del siglo XX, cuando la
Constitucin de 1991 [14] recogi varias de sus demandas, luego de las innumerables y largas luchas tanto de
movimientos indgenas no armados como armados [15].
En los aos 1950, la nica organizacin campesina que logra subsistir es la Federacin Agraria Nacional
(FANAL), que haba sido creada en 1946 por los padres jesuitas al tiempo con la Unin de Trabajadores de
Colombia (UTC) (Fals Borda, 1975: 126). Sin embargo, es tal el acoso sobre los lderes campesinos, que muchos
de los ms importantes optaron por la lucha armada [16]. La Violencia "oblig a muchas comunidades a emigrar
a otros sitios, armarse y defenderse [...]. La lucha [...] se convirti en lucha de clases por el control de la tierra"
(Fals Borda, 1975: 121)
A mediados de los aos 1950, el Gobierno autoriza medidas para el desalojo masivo de arrendatarios, aparceros,
colonos y ocupantes campesinos de tierras. La lucha por la tierra se libraba en lugares donde histricamente
haba existido enfrentamiento de clase: Tolima, Crdoba, el Magdalena Medio y los Llanos Orientales. En ellas
surgen guerrillas liberales.
La movilizacin campesina se retoma a finales de los aos 50 del siglo pasado, se produce una radicalizacin de
la contienda poltica campesina y dentro de sus repertorios esta la demanda por una ley de reforma agraria,
como en efecto ocurri posteriormente. En 1958 se firmaron tratados de paz con todos los guerrilleros que entre
otras cosas abran el paso a medidas de reforma agraria y que propiciaron la reorganizacin del campesinado.
"Los tratados de paz crearon un clima favorable a la expedicin de una ley de reforma agraria, aunque el recin
establecido Frente Nacional, surgido por acuerdo entre liberales y conservadores para manejar el poder,
dificultaba el camino" (Mondragn 1963).
Adems de las demandas y las protestas del campesinado, la convergencia de la movilizacin campesina con
diversas oportunidades polticas, llevaron a que finalmente se aprobara la Reforma Agraria de 1961.
Estas oportunidades polticas tuvieron que ver con: i) el triunfo de la revolucin cubana, ii) la Alianza para el
Progreso que buscaba neutralizar las tendencias revolucionarias que pudieran proyectarse desde Cuba, y iii) las
orientaciones reformistas y desarrollistas promovidas desde la CEPAL, que favorecan una nueva fase de
industrializacin sustitutiva (Fajardo, 2000, Mondragn, 2002a, Fals Borda, 1975).
Pero, mientras de un lado se haba logrado la Ley de Reforma Agraria, la presin del Gobierno sobre el
campesinado creca. Es as como en 1964 se produjo el ataque a Marquetalia [17] por parte del Ejrcito. Ante la
agresin, la respuesta de estos campesinos fue la creacin de la guerrilla de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC).

Tanto las FARC como la otra recin constituida guerrilla el Ejrcito de Liberacin Nacional (ELN), con el
sacerdote Camilo Torres en sus filas, incluyen en sus programas la cuestin agraria. El programa campesino
volva a expresarse en las luchas guerrilleras (Mondragn, 2003). Por ese ao de 1964, crece la contienda del
campesinado por la tierra. ste buscaba hacer sentir su voz con el propsito de hacer cumplir la ley de reforma
agraria de 1961. En el mismo ao varias tomas de haciendas se realizaron en Ceret (Crdoba) y Manat
(Atlntico) (Ibid, 2003).
Un nuevo actor poltico empieza a jugar con fuerza dentro del campesinado y tendr un rol importante en la
cuestin agraria: la Iglesia. Un proceso renovador se estaba produciendo en su interior. De un lado, algunos de
los sacerdotes ms progresistas, seguidores de la Teologa de la Liberacin que promueven el movimiento de
Comunidades de Base, articulado al Movimiento de los Sin Tierra (MST) en Brasil, crean el grupo de Golconda y
comienzan a influir en las organizaciones campesinas.
Aunque, como dice Mondragn (2003), "el proceso de radicalizacin en FANAL y en la Iglesia no tena
necesariamente una orientacin guerrillera".
Lo cierto es que tambin los procesos de urbanizacin creciente demandaban garantizar el abastecimiento del
creciente consumo de alimentos en las ciudades. De esta forma, un replanteamiento de la cuestin agraria
llevara a impulsar la adopcin de tecnologas modernas en el campo y resolver los asuntos de tenencia de la
tierra.
Adicionalmente se pretenda articular a la estrategia de industrializacin sustitutiva un conjunto de productores
agrcolas que, al recibir tierras, iban no slo a originar bienes agropecuarios para el mercado, sino que a su vez
se trasformaran en demandantes de productos industriales y de capital [18].
De esta manera, en el caso colombiano, las polticas de industrializacin sustitutiva ponan el acento en la
tenencia de la tierra y la ampliacin de la frontera agrcola con cierto mejoramiento tcnico, sin que esto
significara necesariamente la mecanizacin. La poltica central para el agro en los aos 60 buscaba dar un
segundo aire a los procesos de modernizacin, que ya se encontraba en su ltima fase, ampliando el mercado
interno. Luego de amplios debates, incluso con sectores ms radicales del liberalismo, la propuesta de Reforma
Agraria se concret con la Ley 135 de 1961.
En sntesis, la Reforma Agraria Integral, como fue denominada esta ley, tuvo como objetivos la solucin a las
problemticas de la generacin de empleo, el abastecimiento alimentario y la superacin de la violencia, con
medidas que pretendan la democratizacin del acceso a la tierra, la asistencia tcnica calificada, la dotacin de
crditos e infraestructura y la capacitacin cooperativa [19].
Sin embargo, la Reforma Agraria Integral no obstante no pretenda grandes transformaciones, desde sus inicios
tuvo una fuerte oposicin de los sectores latifundistas que se aliaron para impedir la redistribucin de tierras y la
reestructuracin productiva del campo, revertiendo incluso orientaciones que se haban dado durante la dcada
anterior, como fue sealado por la primera evaluacin realizada a la Reforma Agraria y que tuvo lugar a principios
de la dcada de los aos 70 del siglo anterior [20] (Fajardo, 2000).
Adicionalmente, el pacto poltico y electoral conocido como el Frente Nacional [21], que estara vigente entre
1958 y 1974, acordado entre las lites polticas colombianas del Partido Liberal y el Partido Conservador
Colombiano para impedir la continuidad en el poder del general Gustavo Rojas Pinilla o el surgimiento de una
tercera fuerza poltica, fue otra de las limitaciones para democratizar los procesos de Reforma Agraria.

Un nuevo momento...
Terminando la dcada de 1960 se crea la Asociacin Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC) (1967). En
febrero de 1971 se crea en Toribo (Cauca) el Consejo Regional Indgena del Cauca, con dos demandas
fundamentales: la recuperacin de tierras y el fin de terraje, los cuales se constituyen en los primeros repertorios
de contienda de este importante movimiento indgena, que an hoy subsiste, y que posteriormente incluiran "la
ampliacin de los resguardos, el fortalecimiento de los cabildos y la recuperacin de la cultura y la historia
indgenas" (Fals Borda, 1975: 127).

El CRIC se vincula a la Secretara Nacional Indgena de la ANUC.


En menos de nueve meses, la ANUC realiza 600 tomas de tierra, y por esta razn el Gobierno reprime con fuerza
el movimiento y busca su divisin, creando la Lnea Armenia. Mientras el ala ms radical, que convoca al
Segundo Congreso Nacional en Sincelejo (Sucre), posteriormente sera conocida como ANUC - Lnea Sincelejo
(Fals Borda, 1975: 129). Otras organizaciones campesinas jugaran un importante rol, es el caso de la Accin
Campesina Colombiana (ACC).
A finales de los aos 80 se produjo un auge de movilizaciones campesinas y de tomas de tierra; se fortalecieron
notablemente las organizaciones indgenas y los sindicatos de trabajadores bananeros de Urab. Este auge
coincide con el fortalecimiento de proceso polticos como el de la Unin Patritica (UP), A Luchar (AL) y el Frente
Popular, y de organizaciones gremiales campesinas como la Federacin Nacional Sindical Agropecuaria
(FENSA), Asociacin Nacional de Trabajadores Agrcolas (ANTA) y sectores de la ANUC, y la ANUC Unidad y
Reconstruccin (ANUC-UR) (Mondragn, 2003).
En febrero de 1988, la recin creada FENSUAGRO, organizacin agraria de segundo grado, que surgi de la
Federacin FENSA, levanta una importante jornada nacional de movilizaciones campesinas y fortalece la
creacin de nuevos sindicatos agrarios y de procesos de lucha por la tierra de los pequeos y medianos
campesinos.
Sin embargo, la reaccin del Estado fue una dura represin militar contra el movimiento campesino e indgena.
Son tristemente recordadas las masacres en las zonas bananeras y el asesinato de los lderes que estuvieron al
frente de las Marchas Campesinas del Nororiente: Valentn Basto y Martn Caldern.
La Ley de Reforma Agraria nunca afect ni puso en riesgo el latifundio. Fue mayor la presin de los
terratenientes, de forma que en lugar de que produjera la expropiacin de tierras, por el contrario, en lo
fundamental se priorizaron y promovieron procesos de colonizacin y titulacin de baldos, ampliando la frontera
agrcola y haciendo que la colonizacin avanzara hacia zonas frgiles de las selvas andinas e incluso
amaznicas, destruyendo importantes territorios.
El desplazamiento de los campesinos sin tierra a nuevas zonas de colonizacin no resolvi las condiciones de
vida del campesino sino, por el contrario, las deterioraron, al tener que asentarse en lugares cada vez ms
inhspitos, sin infraestructura, de suelos pobres, limitaciones para el manejo del agua, lejos de los mercados y
sin apoyo tcnico y financiero, adems de los conflictos ambientales que ello provoc.
Para investigadores agrarios como Hctor Mondragn, Orlando Fals Borda y Daro Fajardo, sta es una continua
condicin para el fortalecimiento de la insurgencia campesina que a finales de los aos 1990 estaba ya bastante
consolidada.

Hacia un mercado de tierras


Para mediados de los 90, el pas atravesaba por una de las ms prolongadas crisis econmicas de su historia
reciente. La agricultura se encontraba bastante debilitada afectada por la aplicacin de polticas comerciales
aperturistas. La poblacin que sufra la crisis no tuvo otro camino que las economas ilegales, entre ellas los
cultivos de uso ilcito (Fajardo, 2006).
No obstante, en esos aos se produce una sobreoferta de coca, provocada dos factores que convergen: de un
lado el Proceso 8000 [22] que abre algunas acciones contra las estructuras financieras del narcotrfico y la
masiva vinculacin de gente al cultivo de coca debido a la crisis agraria. Con los golpes a las estructuras
financieras y precios bajos, se provoca una profunda crisis en las zonas de cultivos.
De esta forma, campesinos, cosecheros, cultivadores y no cultivadores de hoja se movilizan a mediados de 1996,
en lo que se conoci en Colombia como las "marchas cocaleras", desarrolladas en el Caquet, Guaviare,
Putumayo y sur de Bolvar (Fajardo, 2006).
En este contexto se promueve la Ley 160 de 1994, que crea el Sistema Nacional de Reforma Agraria y Desarrollo
Rural Campesino, establece un subsidio para la adquisicin de tierras y reforma el Instituto Colombiano de la
Reforma Agraria. Esta ley es el fundamento del mercado subsidiado de tierras, ms conocido como mercado de
tierras, que promueve el Banco Mundial (BM) (Mondragn, 2002a). Tuvo como principio bsico la negociacin
voluntaria de tierras.
De hecho el BM otorg el 30 de junio de 1996 un crdito de 1,82 millones de dlares, para financiar experiencias
piloto y una Unidad Tcnica, con el propsito de sentar las bases a una reforma agraria basada en el mercado. El
programa se ofreci como una salida a las interferencias burocrticas y la innecesaria intervencin del Estado
(Ibid, 2002a).
Mientras, de un lado, el Sistema Nacional de Reforma Agraria no oper como un concepto articulador, del otro se
establece el mecanismo de mercado de tierras como sustituto neoliberal a una reforma agraria efectiva. En la
prctica este mecanismo se constituy en un detrimento del Estado y de los campesinos aspirantes al subsidio
de tierra, dadas las condiciones asimtricas de negociacin con que se presentan los actores involucrados en las
mesas de concertacin.
El contexto de la crisis del agro, de las movilizaciones campesinas, de la ley agraria ms neoliberal, del trnsito
hacia un nuevo gobierno, otorga una concesin a colonos y campesinos. sta es el reconocimiento y la inclusin
de las reservas campesinas [23], de las cules en 2002 funcionaban tres en Caquet, Guaviare y Cundinamarca,
se han aprobado otras en Putumayo, Guaviare y sur de Bolvar y estaban por aprobarse otras en el Magdalena
Medio y Cundinamarca (Mondragn, 2002).
No entraremos a analizar esta figura pero s vale la pena sealarla como un hecho importante de conquista de
las luchas sociales.
Como era de esperarse, los intentos de hacer una reforma agraria a travs del mercado de tierra fracasaron. De
esta forma, el presidente Andrs Pastrana sustituye este programa por el de alianzas estratgicas [24] entre
grandes y pequeos propietarios y empresarios y que el Banco Mundial llama "asociaciones para la produccin"
(Fajardo, 2006).
En muchos casos, los grandes propietarios o empresarios han utilizado tcticas coercitivas violentas para forzar a
campesinos a vincularse a estas asociaciones. Han sido bastante conocidos los casos de Jiguamiand y
Curvarad en el departamento del Choco [25] y Tumaco, sur de Colombia, que han merecido la atencin
internacional por las profundas implicaciones sobre los derechos humanos, los derechos colectivos y territoriales
de las comunidades negras de este territorio.

Es indudable que los grandes beneficiarios de las polticas agrarias han sido los seores de la tierra. Son
innumerables los estmulos, incentivos y exenciones [26] que se han promovido para privilegiar los cultivos de
tardo rendimiento, de exportacin y para agrocombustibles, en su mayora propiedad de grandes terratenientes,
medianos y grandes empresarios e inversionistas internacionales.

A manera de conclusin
La realidad del campo colombiano ha estado caracterizada por la alta concentracin de la propiedad de la tierra,
siendo esta una de las principales caractersticas de la estructura rural del pas. Segn un reporte del Banco
Mundial de 2003, el coeficiente de Gini agrario era del 0,74, en 1974, en 1996 subi a 0,81, y a inicios del 2000
alrededor de 0,85.
Los pocos esfuerzos por transformar la realidad del campo han fracasado. Por el contrario un proceso de
contrarreforma agraria se est viviendo actualmente en el pas, con ingredientes como el uso de la fuerza de las
armas o de dineros derivados de actividades ilcitas para intimidar al movimiento campesino e indgena que lucha
por la tierra y para provocar el desplazamiento en zonas de inters para las lites agrarias.
En adicin, los dos ltimos gobiernos de Andrs Pastrana y lvaro Uribe Vlez han venido promoviendo
paquetes de leyes que tendran a ampliar la repercusin en el sector agrario del pas [27], adems del desmonte
a los pocos apoyos al pequeo campesino y por el contrario el fomento y el paquete de subsidios para la
agroindustria y los grandes propietarios, el ms reciente y sonado caso del Agro Ingreso Seguro confirma las
motivaciones que han tenido las polticas agrarias en Colombia.
Segn la Alta Comisara de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Colombia es el pas con ms desplazados en
el mundo: tres millones de personas, cifra que para algunas ONG de derechos humanos es sin embargo modesta
frente a la cruda realidad nacional. Histricamente, los terratenientes colombianos han utilizado su poder poltico
local y han establecido fuertes lazos con los poderes militares tanto del Estado como de otras fuerzas armadas
por fuera de ley para reprimir las histricas movilizaciones de campesinos e indgenas.
En 1972 establecieron el Acuerdo de Chicoral, que sepult en definitiva el proyecto de Reforma Agraria, al
materializar sus imposiciones en las Leyes 4 y 5 de 1973 y 6 de 1975, legalizando la contrarreforma agraria.
En las ltimas dcadas, sectores de terratenientes apoyaron la conformacin de grupos de autodefensas o
paramilitares para reprimir la organizacin campesina y para desplazar familias campesinas, colonos, indgenas o
negras que se interponen en sus proyectos productivos [28].
Y no ms, el pasado 25 y 26 de septiembre, en el municipio de Melgar (Tolima), un "nuevo pacto de Chicoral",
como lo bautiz el peridico El Espectador, se estara constituyendo.
"(A) instancias del Centro de Pensamiento Primero Colombia, del que hace parte el ex asesor presidencial Jos
Obdulio Gaviria, se reunieron 60 lderes agrarios de diez departamentos y dos sindicatos agrcolas de Antioquia y
el Valle, para dar los primeros pasos hacia la constitucin de la Federacin Nuevo Liderazgo Campesino, una
organizacin que busca edificar una alianza entre empresarios, industriales y el Estado para orientar a las
comunidades campesinas" [29].
Otra estrategia utilizada por las lites agrarias fue la organizacin asociaciones de productores para lograr su
"representacin [] en agencias gubernamentales encargadas de disear polticas monetarias, fiscales y de
regulacin de la tenencia de la tierra" (Andrade, 2005: 37). En el caso colombiano, ya desde 1934, los
terratenientes organizaron la Asociacin Patritica Econmica Nacional (APEN) para o ponerse abiertamente al
movimiento de masas [30].
Estas asociaciones tienen un peso importante en las decisiones polticas en lo que respecta a su gremio,
participan en las entidades gubernamentales y las comisiones que el Gobierno crea para disear las polticas que

afectan al agro y ocupan en muchos casos los espacios que la Constitucin de 1991 abri para la participacin
de la sociedad civil.
Como en el resto de Amrica Latina, las polticas agrarias llevaron a que fueran los agricultores capitalistas
quienes se beneficiaran de la "liberalizacin de los mercados de tierras, mano de obra y capital, de la creciente
apertura de la economa a la competencia internacional, del nuevo impulso exportador y de la eliminacin de
medidas de apoyo al sector campesino".
"Con ms tierra ms capital y recursos tcnicos, con mejores lazos con los mercados nacionales y en especial
los internacionales, con su mayor influencia sobre la poltica agrcola, los agricultores capitalistas pudieron
explotar mejor que los agricultores campesinos las nuevas oportunidades que ofrecieron los mercados" (Thorp,
1998: 252).
El asunto es que, mientras no se resuelvan los conflictos de tierra en Colombia, stos seguirn siendo el caldo de
cultivo del conflicto armado ms antiguo del continente. Adems, pone en entredicho el futuro del pas que
actualmente importa ms de 8,1 millones de toneladas de alimentos anuales, mientras destina sus mejores
tierras y grandes recursos econmicos a travs de subsidios y auxilios, para producir materias primas que se
exportan a muy bajos precios, con pocos beneficios para Colombia.
Lo paradjico es que en medio de la ms importante crisis alimentaria mundial, mientras se debieran estar
promoviendo polticas pblicas que revaloricen al campesinado y enfrenten la crisis, la dirigencia colombiana slo
ve el campo y la produccin campesina en trminos de productividad y competencia, sin entender que tan solo
con profundas transformaciones en la cuestin agraria estar la base para la autonoma y la soberana
alimentaria y la paz de este herido pas.
Es esto lo reclaman, en la actualidad, los movimientos sociales colombianos ligados a la tierra, la naturaleza y el
territorio, caminando la palabra a travs de la Minga de los Pueblos, han logrado llamar la atencin sobre la
importancia de liberar la Madre Tierra para recomponer no slo las relaciones entre los seres humanos sino de
tambin nuestras relaciones con la naturaleza.

Quito, 15 de octubre de 2009

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