Como Generar Liderazgo en Toda La Organización
Como Generar Liderazgo en Toda La Organización
Como Generar Liderazgo en Toda La Organización
OP-192
Junio, 2011
Pablo Cardona
Carlos Rey
La finalidad de los IESE Occasional Papers es presentar temas de inters general a un amplio pblico.
Pablo Cardona1
Carlos Rey2
Resumen
El liderazgo es una de las competencias directivas ms valoradas. Muchas empresas tratan de
desarrollarlo en sus directivos siguiendo el modelo tradicional de lder-subordinado, que solo
sirve para los primeros ejecutivos. Los resultados de estos esfuerzos han tenido poco xito. Para
desarrollar el liderazgo en toda la organizacin se requiere un nuevo modelo de tipo lder-lder,
en el que todos los directivos de la organizacin compartan la responsabilidad de la misin de
la empresa.
Es cada vez mayor el nmero de empresas que buscan generar liderazgo en sus empleados en
todos los niveles de la organizacin. Esta tendencia que no es un hecho aislado ni una moda
forma parte de un proceso evolutivo que est directamente relacionado con la generacin de
ventajas competitivas, es decir, con el xito, fracaso y supervivencia de las empresas. De hecho,
la relevancia del liderazgo en las empresas no ha dejado de crecer en las ltimas dcadas y,
probablemente, su importancia seguir creciendo en las venideras.
La importancia del liderazgo en nuestros das es consecuencia del proceso evolutivo de lo que
podemos denominar las cuatro dimensiones organizativas bsicas de una empresa: trabajo,
poder, conocimiento y liderazgo. El trabajo representa las funciones y tareas. El poder, la
capacidad de tomar decisiones. El conocimiento, la gestin de la informacin y el talento. Y el
liderazgo, la capacidad de influir en las creencias, actitudes y comportamientos de las personas.
Estas cuatro dimensiones se pueden estructurar segn el mbito organizativo en el que operan
las personas o los procesos y segn el plano organizativo en el que se desarrollan formal
e informal (vase Figura 1).
Figura 1
Dimensiones bsicas de la organizacin
Personas
Poder
Liderazgo
Procesos
Trabajo
Conocimiento
Formal
Informal
Estas cuatro dimensiones se complementan entre ellas de modo que las dos segundas,
conocimiento y liderazgo, perfeccionan el ejercicio de las dos primeras. En este sentido,
podemos decir que trabajo y poder son las dimensiones primarias, y el conocimiento y el
liderazgo, secundarias, puesto que se desarrollan a partir de las dos primeras.
A nivel individual, cada una de estas dimensiones otorga una determinada capacidad de accin,
y la mayor destreza en una o varias de ellas representa una ventaja competitiva. Sin embargo,
el mayor potencial de estas dimensiones reside en su desarrollo colectivo y coordinado a lo
largo de complejas organizaciones de decenas, cientos o miles de personas. Esta transformacin
del mbito individual al mbito organizativo supone, de hecho, la ruptura con el modelo de
produccin artesanal, donde las cuatro dimensiones son asumidas por la figura del artesano. La
aplicacin de estas dimensiones en el mbito colectivo da lugar a diferentes formas de
organizacin que generan, a su vez, cuatro fuentes de ventaja competitiva:
1
2
3
1)
2)
3)
Taylor, F.W., The principles of scientific management, Harper & Row, Nueva York, 1915.
Lawler, E., Rewarding excellence, Jossey-Bass, 2000.
Drucker, F.P., Post-capitalist society, Harper Business, 1993, pgs. 183-185.
Senge, P., The Fifth Discipline: The Art and Practice of the Learning Organization, Doubleday, Nueva
York, 1993
5
1948, Stogdill analiz muchos de los estudios sobre rasgos de liderazgo y concluy que no
exista un grupo de rasgos que diferenciara consistentemente lderes de no lderes en distintas
situaciones6. De hecho, una misma persona poda ser lder en una situacin y no serlo en otra.
A partir de los aos cincuenta, el foco de anlisis pas de las cualidades a las acciones, y
empezaron a estudiarse los comportamientos de los lderes en distintas situaciones. Como
resultado, uno de los modelos ms conocidos durante los aos setenta y ochenta ha sido el del
liderazgo situacional de Hersey y Blanchard7, refinado ms tarde por Blanchard8. En este
modelo, distintos estilos de direccin son ms efectivos para distintos tipos de subordinados.
Los subordinados se clasifican en cuatro categoras, de menor a mayor madurez, dependiendo
de sus niveles de competencia y motivacin.
A partir de los aos setenta empezaron a desarrollarse teoras de liderazgo que se centraban no
tanto en los rasgos o comportamientos de los lderes, sino en la relacin entre el lder y el
subordinado. Una de estas teoras es la del intercambio lder-miembro inicialmente descrita por
Dansereau, Graen y Haga9. Estos y otros nuevos paradigmas enfocados a la relacin entre lder
y subordinado (ahora llamado colaborador), han desembocado en una concepcin del trmino
liderazgo como una relacin de influencia10 entre el lder y sus seguidores.
La escuela de la transformacin
En 1978, Burns11 analiz las relaciones entre lderes y seguidores y defini la teora del
liderazgo transformador, que ms tarde sera modificada por Bass12. Esta teora inici una lnea
de pensamiento que se fue consolidando a lo largo de los aos ochenta y noventa y forma lo
que en la actualidad podemos considerar la principal escuela de liderazgo aplicado al mundo
empresarial: la escuela de la transformacin. Esta escuela presenta un tipo de lder con gran
energa para el cambio y capacidad para la direccin de organizaciones. A diferencia del lder
transaccional (el que se apoya nicamente en premios y castigos para motivar a sus
subordinados), el transformador se caracteriza por tener una visin radicalmente nueva, una
imagen del futuro a alcanzar que mejora la realidad presente y que es atractiva para sus
seguidores. El lder transformador ofrece un objetivo ambicioso y lidera el camino para
conseguirlo. El liderazgo transformador es una expansin del liderazgo transaccional y se
distingue por cuatro caractersticas fundamentales13:
Stogdill, R. M., Personal factors associated with leadership: A survey of the literature, Journal of Psychology, 25,
1948, pgs. 35-71.
7
Hersey, P. y K. H., Blanchard, Life-cycle theory of leadership, Training and Development Journal, 23, 1969, pgs.
26-34.
8
Blanchard, K. H., SL II: A situational approach to managing people, Blanchard Training and Development, Inc,
Escondido, CA, 1985.
9
Dansereau, F., G. G. Graen y W. Haga, A vertical dyad linkage approach to leadership in formal organizations,
Organizational Behavior and Human Performance, 13, 1975, pgs. 46-78.
10
Rost, J. C., Leadership for the Twenty-First Century, Praeger, Nueva York, 1991.
11
Burns, J. M., Leadership, Harper & Row, Nueva York, 1978.
12
Bass, B. M., Leadership and performance beyond expectations, The Free Press, Nueva York, 1985.
13
Bass, B. M. y B. J. Avolio, Improving organizational effectiveness through transformational leadership, Sage,
Thousand Oaks, CA, 1994.
4 - IESE Business School-Universidad de Navarra
1. Influencia idealizada (o carisma). El lder transformador acta de modo que sus seguidores
le admiran y le quieren imitar. El lder se convierte en un modelo idealizado con un alto
grado de poder simblico.
2. Motivacin inspiradora. El lder transformador crea una visin estimulante y atractiva para
sus seguidores. Adems, sabe comunicar su visin de modo convincente con palabras y
tambin con su propio ejemplo.
3. Estmulo intelectual. El lder transformador promueve nuevos enfoques y nuevas soluciones
a los problemas. A la vez, provoca intelectualmente a su gente estimulndoles a hacerse
preguntas, cuestionando los modos habituales de hacer las cosas, permitiendo que tengan
errores, etc.
4. Consideracin individualizada. El lder transformador tiene en cuenta las necesidades de
cada persona para guiar a cada una segn su potencial. El lder acta como entrenador
(coach), abriendo oportunidades de aprendizaje y creando un clima de apoyo.
Debido principalmente a su popularidad y a la evidencia contrastada de su eficacia,
especialmente en momentos de cambio, la escuela de la transformacin es uno de los
principales modelos que se ha impuesto en las organizaciones de nuestros das. De hecho, en la
actualidad, su influencia puede verse patente en la mayora de la formacin sobre liderazgo que
se imparte en masters y cursos de formacin a empresas.
14
Greenleaf, R. K., The servant as a leader, The Greenleaf Center, Indianapolis, 1970.
Vase, por ejemplo:
- Sasser y Heskett, Putting the Service-Profit to work, Harvard Business Review, marzo-abril de 1994.
- Blanchard, K. y M. OConnor, Managing by Values, Berrett-Koehler Publishers, San Francisco, 1996.
- Covey, S. R., Principle-Centered leadership, Simon & Schuster, Nueva York, 1990.
- Block, P., Stewardship. Choosing service over self-interest, Berrett-Koehler Publishers, San Francisco, CA, 1993.
- Sergiovanni, T. J., Moral leadership, Jossey-Bass, San Francisco, 1992.
16
La misin en sentido amplio engloba la misin en sentido estricto (satisfacer necesidades reales de personas,
colectivos o la sociedad en general) y los valores que orientan las decisiones en el ejercicio de esa misin. Vase:
Qu es la misin de la empresa?, en Cardona, P. y C. Rey, Direccin por Misiones, Deusto, 2005.
15
Para la escuela del servicio, la naturaleza del liderazgo se encuentra en el empeo del lder por
impulsar una misin que vale la pena y con la que se siente personalmente comprometido. Es
un lder que entiende su labor como un servicio a sus colaboradores, pues en el fondo est al
servicio de los otros. Como lder, exige una mayor responsabilidad y prefiere compartir el xito
en lugar de acumular las medallas para s mismo. Por ello, est ms desprendido de su propio
criterio y hasta de su misma posicin de liderazgo cuando esto signifique una mejor manera de
servir. El lder de servicio puede ser tan ambicioso como el transformador, pero, a su vez, es
ms humilde, pues pone su propia persona y su visin al servicio de una misin17.
En este sentido, la influencia del lder de servicio es ms profunda que la del lder
transformador, pues influye apelando a la necesidad que otros tienen de encontrar un sentido a
su trabajo. Es un lder que influye por interiorizacin18, es decir, por el contenido de la misin y
los valores compartidos por el lder y sus seguidores.
En el mbito empresarial, ya bien sea bajo el concepto de misin o bajo otros trminos
similares (credo, propsito, creencias, estrategia corporativa, compromiso fundamental, filosofa
de negocio), existen numerosos ejemplos de lderes que presentan este patrn de liderazgo. La
importancia e influencia de esta escuela es probablemente equiparable a la escuela de la
transformacin, si bien, debido a que est formada por teoras de servicio a una misin de
distinto contenido colaboradores, clientes, valores, principios no siempre posee una lnea
argumental comn en todos sus desarrollos.
17
Cardona, P. y C., Rey, El liderazgo centrado en la misin, Harvard Deusto Business Review, n 180, junio de
2009.
18
Sobre el concepto de interiorizacin, vase: Kelman, H. C., Compliance, identification, and internalization: Three
processes of attitude change, Journal of Conflict Resolution, 2, 1958, pgs. 51-56.
19
Collins, J., Level 5 Leadership, Harvard Business Review, enero de 2001.
6 - IESE Business School-Universidad de Navarra
algunos autores denominan el lder narcisita20. De la misma forma, un lder servidor que no tenga
una visin de futuro a alcanzar, que no persiga un mejor estado del que ofrece el momento
presente, acaba cayendo en el paternalismo. Estas dos corrupciones del liderazgo narcisismo y
paternalismo, establecen una distancia entre el lder y sus seguidores que progresivamente va
minando la relacin de influencia hasta hacerla desaparecer. El resultado acaba siendo el
escepticismo, la incredulidad e incluso el rechazo del lder por parte de sus seguidores.
El liderazgo sostenible requiere de ambas perspectivas. Ahora bien, la transformacin y el
servicio no estn en un mismo nivel: la misin es anterior a la visin. Podramos decir que la
esencia del liderazgo es el servicio, mientras que la transformacin es su condicin necesaria,
sin la cual el liderazgo no es ni autntico21 ni sostenible en el tiempo22. De hecho, en modelos
ms recientes de liderazgo que incorporan postulados de ambas escuelas se establece esta
condicin: el servicio es el que da sentido a la transformacin23.
Para desarrollar un verdadero liderazgo, y ms an, para hacerlo de manera organizativa, el
lder debe contemplar conjuntamente la misin y la visin como elementos fundamentales de
su accin de influencia. De hecho, lo que los seguidores esperan de un lder es conocer en qu
consiste el proyecto a realizar (misin) y hacia dnde deben dirigirse (visin). El liderazgo debe
estar conectado siempre y simultneamente con ambas vertientes, donde misin y visin
conviven en un plano de interdependencia: la misin orienta a la visin y, a su vez, a travs de
la visin el lder dinamiza su propia misin.
Junto a estas dos caractersticas fundamentales del lder, servicio y transformacin, falta aadir
una ms. El lder, antes y al tiempo que lidera a sus seguidores, es lder de s mismo. Esta
cuestin, no siempre tenida en cuenta, es fundamental para entender el liderazgo y las
dinmicas que permiten su expansin y distribucin en las organizaciones. El lder vive en
conexin constante con sus principios y aspiraciones fundamentales, con su misin y su visin.
A menudo se presenta el liderazgo como si el lder estuviera conectado con estos principios de
modo innato o irrenunciable. Nada ms lejos de la realidad. Esta conexin del lder con su
misin y su visin es adquirida como resultado de grandes esfuerzos que se forjan en su dilogo
interior y se materializan en sus actos. Para ello, los lderes se empean en mantener vivos en
su memoria y en sus acciones cules son los principios y aspiraciones que los mueven. Y esto lo
hacen constantemente, cada jornada. Es de esta conexin de donde el lder saca realmente la
fuerza para influir en sus seguidores. No es este el lugar donde detenerse en este aspecto, pero
baste con resaltar que el primer lugar donde se genera el liderazgo es en la propia persona del
lder. Si la esencia del liderazgo es el servicio, el autoliderazgo es su origen.
20
24
- Kurtzman, J.,Common Purpose: How Great Leaders Get Organizations to Achieve the Extraordinary,
Jossey-Bass, 2010.
- Charan, R., Leaders at all levels, Jossey-Bass, 2008.
- Raelin, J.A., Creating Leaderful Organizations: How to Bring Out Leadership in Everyone, Berrett-Koehler
Publishers, San Francisco, 2003.
25
Una muestra de esta realidad puede verse, por ejemplo, en el estudio: Garca-Lombarda, Pilar, Pablo
Cardona y M Nuria Chinchilla, Las competencias directivas ms valoradas, OP IESE, n 01/4, noviembre de
2001.
lder-lder. Este modelo contiene los mismos elementos bsicos del liderazgo servicio,
transformacin y autoliderazgo, pero, a su vez, introduce tres caractersticas fundamentales:
Unidad de liderazgo: en el modelo lder-lder, todos los lderes deben tener una fuente comn de
donde emane su liderazgo. Para ello, cada individuo debe considerar como propia la misin y la
visin de la organizacin. A diferencia del modelo lder-seguidor, la fuente del liderazgo no es
la propia persona del lder ni tampoco se trata de que cada lder defina su propia misin y
su propia visin. En la organizacin del liderazgo, los lderes asumen la misin y la visin de
la organizacin y hacen de ellas el centro de su liderazgo. Un ejemplo de esta unidad de
liderazgo puede observarse frecuentemente en los equipos de competicin deportiva. En ellos,
todos sus miembros comparten el mismo fin de ganar el partido, y a su vez, los unos ejercen
sobre los otros un liderazgo continuo y constante que refuerza la consecucin de este fin. De
hecho, en los equipos de competicin, buena parte del xito o fracaso se suele atribuir a la
generacin de esta relacin de liderazgo que podramos llamar de influencia mltiple. Este
fenmeno ha sido objeto de estudio por numerosos expertos del management y el inters por
aplicarlo a la prctica de las empresas no ha dejado de crecer en las ltimas dcadas.
Liderazgo por participacin: en el modelo lder-lder, la unidad de liderazgo requiere, a su vez,
una conexin vertical jefe-colaborador a lo largo de toda la cadena de mando. El lder-jefe es
responsable de la estructuracin de la misin y la visin a su nivel y, a su vez, el ldercolaborador participa del liderazgo del jefe impulsando la misin y la visin en su entorno de
trabajo. En ltimo trmino, la misin y la visin son el primer jefe y el primer lder de toda
la empresa. En consecuencia, no se puede decir que los lderes sean seguidores de otros lderes o
de algn lder en particular. Los lderes-colaboradores participan del liderazgo de sus jefes, y en
el conjunto, todos los miembros de la organizacin participan de la misin y la visin de la
empresa. En este sentido, el liderazgo se ejerce en representacin, o dicho de otro modo,
asumiendo el papel del lder de nivel superior, y en ltimo trmino la autoridad emana de los
principios y valores establecidos. Una muestra de esta participacin del liderazgo es la que
puede observarse cuando, por ejemplo, un jefe pide a sus colaboradores que le evalen sobre
determinadas competencias o cuando un jefe solicita a sus colaboradores que le den feedback
sobre sus errores o reas de mejora.
Liderazgo sostenido: En el modelo lder-seguidor, veamos el liderazgo como una fuerza interior
del lder que se proyecta hacia el exterior26. En el modelo lder-lder, sin embargo, la fuerza del
lder no nace solo de su interior, sino que se mantiene y refuerza gracias al liderazgo de los
otros miembros de la organizacin con los que se relaciona. En consecuencia, el liderazgo de
unos sostiene e impulsa el liderazgo de los otros, y la aplicacin de este principio a toda la
organizacin genera lo que llamamos sinergias de liderazgo, un efecto que multiplica el
liderazgo de la organizacin ms all de las posibilidades individuales de cada uno de sus
miembros. Este hecho es especialmente relevante, pues de otro modo, y salvo en condiciones
altamente excepcionales, sera difcil generar liderazgo en todos los niveles y funciones de la
empresa. De forma parcial, un ejemplo de liderazgo sostenido puede verse en muchos de los
grandes lderes estudiados a lo largo de la historia. En muchos casos, estos lderes contaron a su
vez con personas cercanas (un maestro, un compaero, un tutor) que ejercan sobre ellos una
fuerte influencia y sin los cuales, probablemente, no hubieran llegado a ser lo que fueron.
26
Es el mito de la soledad del lder propio del paradigma lder-seguidor, cada vez ms debatido por diferentes
autores. Vase, por ejemplo: Schein, E.H., Helping: an urgent new role for leaders, Ivey Business Journal, 2009, vol.
73, 5, pg. 5-5, 1p.
IESE Business School-Universidad de Navarra - 9
Herramientas de liderazgo
Superar la dimensin personalista del modelo lder-seguidor y pasar al modelo lder-lder no es
solo un cambio de actitudes y comportamientos. Es un cambio de modelo organizativo que
sigue un patrn comn, y de igual magnitud, al que podemos encontrar en la organizacin del
trabajo, del poder o del conocimiento y que requiere de algo ms que la simple buena voluntad
o esfuerzo de las personas. De hecho, para superar el mbito individual, las cuatro dimensiones
bsicas de la empresa se apoyan en sistemas (o herramientas) que facilitan y coordinan su
expansin a lo largo de toda la empresa. El trabajo se estructura en procedimientos, el poder en
objetivos27, el conocimiento en competencias y el liderazgo en misiones (vase Figura 2).
Figura 2
Elementos estructurales de las dimensiones bsicas de la organizacin
Personas
Procesos
Poder
(objetivos)
Liderazgo
(misiones)
Conocimiento
Trabajo
(procedimientos) (competencias)
Formal
Informal
Estos cuatro sistemas se complementan de la misma forma que las dimensiones que impulsan:
las competencias y las misiones perfeccionan a los procedimientos y objetivos. Esta cuestin es
de gran importancia para entender la naturaleza de la organizacin del liderazgo, pues su
desarrollo no anula la organizacin del poder, sino al contrario, la enriquece. Para ello, la
misin y la visin, ejes centrales del liderazgo, deben desplegarse en la organizacin abarcando
las dimensiones del poder y el liderazgo de manera conjunta y coordinada. La misin se
despliega en misiones participadas, y la visin, en objetivos formando un conjunto inseparable
27
Por objetivos incluimos tambin la estructuracin de funciones, presupuestos y dems herramientas que hacen
referencia al cumplimiento de los objetivos.
10 - IESE Business School-Universidad de Navarra
28
Sobre el proceso de despliegue de la misin y la visin en misiones y objetivos vase: Cardona, P. y C. Rey,
Direccin por Misiones, Deusto, 2005.
29
Principalmente por dos motivos: el primero por consistencia y el segundo, por economa, pues generalmente es
ms eficiente redisear una herramienta (sobre todo si funciona bien) que crear una nueva.
IESE Business School-Universidad de Navarra - 11
Figura 3
Los tres pasos del proceso full-leadership
Integracin de las
herramientas de liderazgo
30
Sobre las distintas vertientes del compromiso vase: Allen, N. J. y J. P. Meyer, The measurement and antecedents
of affective, continuance and normative commitment, Journal of Occupational Psychology, n 63, 1990.
31
Es evidente que el trabajo (bien hecho) ya es de por s un servicio y una transformacin, pero de lo que se trata
aqu es de conectar ese servicio y transformacin con la misin y visin de la empresa, y hacer de ellos el
fundamento del liderazgo.
32
Lgicamente, la misin personal abarcar adems otras cuestiones de carcter trascendente que van ms all del
ejercicio de la profesin. Sobre la relacin entre la misin de una organizacin y la misin personal de cada uno de
sus miembros, vase: Cardona, P y C. Rey, Direccin por Misiones, Deusto, 2005.
33
Esto requiere, como es evidente, que la misin y la visin estn correctamente desplegadas en misiones y
objetivos, al menos hasta el nivel donde quiera implementarse el full-leadership.
12 - IESE Business School-Universidad de Navarra
sean jefes, pares o colaboradores. Para el lder, este segundo aspecto del compromiso es ms
concreto y especfico que el anterior, pero en esencia comparte la misma naturaleza, pues
significa aceptar tambin las misiones y objetivos de su responsabilidad como parte de su
misin personal.
En tercer lugar, el compromiso del lder debe extenderse a las misiones y objetivos de las otras
reas o personas con las que el lder mantiene una relacin de interdependencia. Para ello, el
lder debe establecer con esas reas o personas compromisos de apoyo que deben formar parte
de su compromiso al mismo nivel que sus misiones y objetivos particulares. En definitiva, este
tercer mbito del compromiso hace referencia a incorporar en la propia misin personal el
servicio a otros miembros de la organizacin.
En el extremo opuesto de esta forma de utilizar las herramientas de liderazgo estara, por ejemplo, hacer uso de
ellas simplemente para satisfacer los intereses particulares del lder, lo que representara una forma de corrupcin del
liderazgo.
35
Simons, R., Control in the Age of Empowerment, Harvard Business Review, marzo-abril de 1995.
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Conclusin
En este artculo hemos presentado los fundamentos para desarrollar el liderazgo en toda la
organizacin, que se basa en la organizacin del liderazgo. Esta organizacin ser
probablemente la mayor fuente de competitividad organizativa de este siglo. Como proceso
evolutivo, sus fundamentos estn presentes en muchas organizaciones, y aunque algunas
empresas ya han emprendido el cambio de manera incipiente, su desarrollo a gran escala est
36
De hecho, la organizacin de cada dimensin organizativa bsica incorpora en los jefes una nueva
responsabilidad. La organizacin del trabajo hace responsable a los jefes de las acciones de las personas bajo su
mando, la organizacin del poder de las decisiones de sus subordinados y la organizacin del conocimiento del
aprendizaje y talento de sus colaboradores.
37
Esta regla no se aplica, lgicamente, en aquellos colaboradores que no tienen personas a su cargo. Para estos
casos, el modelo full-leadership tiene solo los dos primeros pasos.
38
Silencio moral es el defecto opuesto a la hipocresa. Si la hipocresa es fingir lo que no es, el silencio moral es
actuar y hablar como si no se tuvieran ciertos principios, cuando en realidad s se tienen.
F. B. Bird, The Muted Conscience, Quorum Books, Westport, CT, 1996, pg. 4, citado en: J. B. Ciulla, The
Importance of Leadership in Shaping Business Values, Long Range Planning, vol. 32, 2, 1999, pgs. 166-172.