Un Retrato de Domiciano

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Un retrato de Domiciano

Antonio Blanco Freijeiro

Antigua: Historia y Arqueologa de las civilizaciones [Web]


P gina mantenida por el T aller D igital

[Publicado previamente en: Archivo Espaol de Arqueologa 28, n. 92, 1955, 280-286.
Versin digital por cortesa del editor (Servicio de Publicaciones del Consejo Superior de
Investigaciones Cientficas. Madrid) y de los herederos del autor, con la paginacin original].
Antonio Blanco Freijeiro
De la versin digital, Gabinete de Antigedades de la Real Academia de la Historia

Un retrato de Domiciano
Antonio Blanco Freijeiro
[-280]

La gran cantidad de materiales expuestos en las nuevas instalaciones del


Museo Arqueolgico Nacional permite el examen de muchas piezas interesantes,
hasta ahora inditas o no tan conocidas como por su importancia sera de desear.
Entre estas ltimas figura un retrato de Domiciano, expuesto con otras muchas
esculturas menudas o fragmentos de estatuas de regular tamao algunas interesantes tambin en una de las vitrinas del Patio Romano (figs. 1-5). Creemos que
esta pieza nunca ha sido publicada con ilustraciones, ni siquiera con el nombre
que le corresponde. En su parte posterior, la cabeza tiene pegada una vieja etiqueta con el nmero 2.270; que corresponde al Catlogo de Rada y Delgado 1,
donde a continuacin del nmero se dice: "Cabeza varonil. Estilo romano.
Mrmol. Por sus rasgos fisonmicos parece retrato; tiene mutilada la nariz. Altura,
0,19 metros. Procede de Almedinilla. Coleccin Mir". En la indicacin de la altura posiblemente hay una errata, pues la cabeza mide, en realidad, 0,16 metros
(sus proporciones equivalen a algo ms de la mitad del tamao natural). El dato
ms interesante que esa breve papeleta catalogal nos proporciona es el de la procedencia espaola del objeto: Almedinilla (Crdoba).
Su altura es, como ya indicamos, 16 centmetros, y el material mrmol
blanco, de grano fino, cristalino, medianamente compacto y translcido, cuya
estructura se ve muy bien en la parte rota de la nariz; visto en el interior de su vitrina nos ha parecido pentlico. Carece de ptina uniforme; en los ojos y a ambos
lados del cuello, de la cara y de la cabeza hay varias manchas pardas y negras. No
son visibles restauraciones modernas. En la cabeza falta la mayor parte de la nariz
(queda algo menos de la mitad de su ala izquierda), casi todo el pabelln de la
oreja izquierda y el borde de la derecha. Del cuello se conserva la mitad superior,
y est inserto en el marco de la peana de madera que aparece en nuestras ilustraciones. No nos ha sido posible observar la fractura del cuello, pero lo conservado
de ste permite afirmar que la cabeza estaba vuelta hacia el lado izquierdo, y
adems ligeramente inclinada hacia este mismo lado.
La identidad del personaje retratado no ofrece dudas: la forma de la cara,
bien proporcionada, con la boca pequea y el labio superior montado sobre el
inferior y ms saliente que ste; la barbilla, pequea, redonda, [-280lmina-]

J. de D. de la Rada y Delgado, Catlogo del Museo Arqueolgico Nacional 1883 p. 187 nm.
2.270.
Antonio Blanco Freijeiro
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Antonio Blanco Freijeiro: Un retrato de Domiciano

Fig. 1.- Retrato de Domiciano. Madrid. Museo


Arqueolgico Nacional

Fig. 3.- Perfil derecho

Fig. 2.- Vista posterior del mismo

Fig. 2.- Perfil izquierdo

[-lminap. 281-]

prominente y con un hoyo en el centro; la barba, llena, que de perfil muestra la


lnea caracterstica del personaje obeso; los ojos, de expresin inteligente,
grandes, un poco cerrados por la contraccin de las cejas y la intensidad de la mirada ("era hombre de ojos grandes, pero de vista dbil", dir Suetonio); la frente,
amplia, abultada por su centro y partida en dos por una depresin horizontal y un
surco profundo; todo esto y el peinado son los rasgos caractersticos del ltimo de
los Flavios.

Antonio Blanco Freijeiro


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Antonio Blanco Freijeiro: Un retrato de Domiciano

Adems de ser decisivo para la identificacin y la cronologa del retrato, el


peinado tiene en este caso el valor de estar ntegro y no oculto en parte por la corona cvica que el emperador lleva en sus retratos monetales, en el camafeo de
Minden y en el magnfico retrato de Littoria. Todo el pelo, desde la misma nuca,
est peinado en una direccin, hacia adelante, de modo que ni la coronilla ni el
remolino correspondiente se perciben. En la parte posterior de la cabeza, los mechones del pelo tienen bastante menos de un dedo de longitud. En cambio, desde
la lnea que pasa por la regin de la coronilla (por las monedas sabemos que Domiciano tena la coronilla muy baja) los bucles tienen gran longitud y alcanzan la
frente y las sienes, formando sobre todas ellas una orla continua de rizos falciformes. Esta orla, que recuerda el flequillo de Nern, aunque mucho ms corto, es
asimtrica: desde la oreja derecha hasta la sien del mismo lado las puntas de los
bucles se dirigen hacia la derecha, y en el lugar indicado cambian de direccin y
se dirigen todos hacia la izquierda, lo mismo sobre la frente que sobre la sien izquierda, hasta la misma oreja. Falta el rizo pequeo que cae por delante de las
orejas en los primeros retratos del prncipe.
El captulo XVIII de la Vita Domitiani, de Suetonio, est dedicado ntegro a
la descripcin de la figura del personaje: "Fue hombre de gran estatura nos dice
el historiador, de faz modesta y propenso a ruborizarse; de ojos grandes, pero
de vista dbil. Adems era hermoso y bien proporcionado sobre todo, de joven en su cuerpo y en sus miembros, salvo en los pies, que tenan dedos demasiado cortos. Ms adelante se vio afeado por la calvicie, por la obesidad y por la
delgadez de las piernas, defectos que aumentaron despus de una larga dolencia.
Saba sacar partido de su facilidad para ruborizarse, hasta el extremo de que un
da lleg a pronunciar en el Senado una frase tan altanera como sta: "Hasta ahora
bien habis aprobado mis sentimientos y mi rostro". Le molestaba tanto su calvicie, que se ofenda al or hablar de este defecto en una conversacin festiva o en
una disputa. Sin embargo, en un opsculo sobre el cuidado del cabello que dedic
a un amigo, lleg a escribir, para consuelo de ambos: "No ves cmo tambin yo
soy hermoso y grande? Tambin a m me ha sido reservada la misma suerte, y no
obstante me resigno a ver cmo mi pelo envejece en plena juventud. Has de saber
que nada hay ms agradable que la belleza, pero tampoco nada ms efmero".
Dos de los rasgos ms relevantes en esta estampa de Domiciano son su propensin a ruborizarse y su preocupacin por la calvicie. La primera [-281282-]
fue interpretada desde su adolescencia como signo de una virtud muy digna de
tenerse en cuenta en un emperador: la modestia. Sin embargo, ya desde sus primaros retratos asoma en su rostro el gesto soberbio caracterstico de sus aos maduros. Tcito dice de la modestia de Domiciano: "El da en que hizo su primera aparicin en el Senado, habl con sencillez y brevedad de la ausencia de su padre y
de su hermano, y tambin de su juventud. Su porte era noble. Y como an no se
conocan sus verdaderas inclinaciones, su frecuente sonrojo fue interpretado como
modestia" 2. Esta propensin al rubor se exteriorizaba en un cutis fino, delicado,

Tac.: Hist. IV 40: "Quo die senatum ingressus est Domitianus, de absentia patris fatrisque ac
iuventa sua pauca et modica disseruit, decorus habitu; et ignotis adhuc moribus crebra oris confusio pro modestia accipiebatur".
Antonio Blanco Freijeiro
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Antonio Blanco Freijeiro: Un retrato de Domiciano

que alguna vez los retratistas parecen interesados en reflejar. Matz 3 ha advertido
que en el camafeo de Minden el lapidario aprovecha la finura de las dos capas
blancas de la sardnice para acusar en algunos puntos el tono azulado de la capa
del fondo y realzar as la calidad de la piel, casi transparente. De modo anlogo,
en este retrato de Almedinilla el mrmol alabastrino, pulido, produce en el rostro
el efecto de una epidermis delicada, casi transparente tambin en las zonas blandas de alrededor de los ojos. An la interpretacin negativa de Plinio el Joven se
hace eco de esa delicadeza del cutis, teido a menudo por el rubor: "Femineius
pallor in corpore, in ore impudentia multo rubore suffusa" 4. Los cambios experimentados por el peinado y la fisonoma de Domiciano han sido estudiados magistralmente por Matz en su ya citada publicacin del camafeo de Minden 5. Sus
primeros retratos son los de las monedas de los aos 69-70, en que el Csar, de
dieciocho aos (Domiciano nace el 24 de octubre del 51), aparece al lado de su
hermano Tito, bastante mayor que l (nace el 30 de diciembre del 39). En estas
monedas Domiciano tiene un perfil poco caracterstico el reducido tamao de la
efigie tambin contribuye a su imprecisin, pero se ve con claridad que el flequillo casi le cubre la frente. Desde los aos 72-74, en los que recibe varios consulados, Domiciano aparece solo, pero sigue llevando un flequillo bastante largo,
que le cubre la mitad de la frente, con bucles ganchudos y desordenados 6. Desde
el ao 76, el Csar lleva un flequillo corto; su borde forma casi un ngulo recto
con el pelo de la sien, y la frente se encuentra despejada; los bucles, sin embargo,
estn todava dispuestos con cierto desorden. En el ao 81 Domiciano asciende al
trono imperial, y en las acuaciones de entonces encontramos ya en las monedas
el peinado que ser caracterstico de sus retratos escultricos: bucles en forma de
hoz o de garra, todos del mismo tamao, cuidadosamente ordenados en una lnea
uniforme que recorre las sienes y la frente; pero le [-282283-] falta todava algo
que las monedas no acusan hasta los aos 84-85: el ngulo recto que formaban al
encontrarse los bordes del pelo de la frente y los de las sienes se transforma en
una curva. Cosa curiosa: en el camafeo de Minden se puso al da el peinado del
prncipe, sin que el artista alcanzase a disimular por completo las huellas de su
forma antigua, como se ve claramente en el vaciado sacado por Matz (fig. 6).
En cuanto al gesto y a la postura de la cabeza, en el grupo de monedas ms
antiguo la mirada se dirige hacia adelante, con firmeza, y en el perfil se destacan
de la lnea general la barbilla y la parte baja de la frente. En el segundo grupo, la
mirada est dirigida a lo alto y el gesto es a la vez soberbio y pattico. Este gesto
expresa admirablemente la idea de la monarqua absoluta; por eso no es casual
dice Matz que algunas monedas europeas de poca barroca se inspiren en las de
Domiciano 7.
As pues, la fijacin del tipo iconogrfico cannico no surge en el ao en que
Domiciano asciende al trono (ao 81), sino alrededor de tres aos ms tarde. El
motivo de tal retrato hubo de ser un acontecimiento muy trascendental, probable3

F. Matz: "Ein Kameo mit dem Bildnis Domitians", en RM (1929) 145 ss. y concretamente para
este punto p. 157.
4 Plin.: Paneg. 48.
5 Matz, op. cit. 149 ss.
6 Matz, op. cit. 1. 34 figs. 1-6.
7 Matz, op. cit. 153.
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mente su primer gran triunfo, celebrado a continuacin de las guerras germnicas


del 83, cuando acaso se levanta el templo do la Fortuna Redux y se labran los
grandes relieves encontrados bajo el Palacio de la Cancillera Apostlica 8.
Los retratos de Domiciano en su poca de Csar son todos ellos problemticos por una razn u otra. Curtius ha querido interpretar como tal un busto mutilado que se encontraba en el comercio de antigedades 9. Kaschnitz asoci con l
otro parecido de la Villa Mattei, que tampoco ha sido aceptado posteriormente 10.
Ms probabilidades de ser un Domiciano joven las ofrece una cabeza de Ostia,
publicada e identificada como tal por Magi 11: el valo de la cara, la frente, la
boca, que es un rasgo tan peculiar, e incluso los ojos, son los caractersticos del
prncipe. Por falta de documentos seguros no puede asegurarse que as era Domiciano a la edad en que su padre fue proclamado emperador; pero, ciertamente, es
sta, entre todos los retratos de jvenes que se han interpretado como Domiciano,
el que ms se parece al Domiciano de los retratos seguros. Quedan, por ltimo, los
dos ya citados relieves del Palacio de la Cancillera: en uno, a consecuencia de la
"damnatio memoriae", los rasgos han sido alterados para convertirlo en un retrato
de Nerva 12; el otro el del friso B no ha sido retocado, pero decepciona como
retrato (sobre todo despus de aceptar como efigie de Domiciano joven la cabeza
de Ostia) y nos hace dudar de que el artista haya puesto cuidado en este [-283284] retrato retrospectivo, pues, como se sabe, los relieves son, por lo menos, doce
aos posteriores a la fecha del acontecimiento que aqu se conmemora: el "Adventus" da Vaspasiano.

Fig. 5.- Parte superior de la cabeza de


Domiciano, en el Museo Arqueolgico
Nacional

Fig. 6.- Vaciado del camafeo de Minden.


(Segn F. Matz.).

F. Magi, I Relievi Flavi del Palazzo della Cancelleria, Roma 1945; A. Garca y Bellido, Arte
Romano 323 figs. 605-606.
9 L. Curtius, en Pantheon 13 (1934) 73 ss.; R. West, Rmische Portrtplastik II 25 1. V 16 y 16a.
10 G. von Kaschnitz-Weinberg: M. Antonius, Domitian, Christus 83 1. 6, 1; 7, 2.
11 F. Magi, op. cit. 71 figs. 60-61.
12 Vase en las lminas A y B de la publicacin de Magi cmo ste reconstruye la forma original.
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Los retratos seguros de Domiciano 13 son, probablemente, posteriores al ao


81. Como advierte Matz, el criterio decisivo para una elemental ordenacin es,
ms que la edad aparente, la evolucin de la lnea del pelo que marca la frente. En
un primer grupo, con lmites cronolgicos entre el ao 81 y el 84, habra que
incluir aquellos en que el pelo forma dos ngulos sobre las sienes: el ms fino de
todos stos es el de la Gliptoteca Ny Carlsberg, de Copenhague, un busto de
bronce, de tamao menor que el natural, que emerge de unas hojas de acanto 14;
independiente de l, pero de una fecha aproximada, seran el de Prgamo 15 y el
poco agradable del Braccio Nuovo, del Vaticano 16, etc. En el segundo grupo,
originado a raz de las victorias del 83 sobre los germanos, los bucles de la frente
y las sienes forman una clara lnea continua. Las obras maestras de este grupo
son: el magnfico busto del Museo Nuovo Capitolino 17, el retrato de Atenas 18 y
el de Littoria 19. Todava cabra establecer un tercer grupo para aquellos retratos
en que el artista deja [-284285-] adivinar la calvicie de su modelo a travs de la
escasez y pobreza de los bucles de su flequillo. Por desgracia, no estamos seguros
de que este grupo sea realmente posterior al otro, ya que la mayor abundancia de
pelo en aqul constituye, probablemente, una lisonjera contribucin del retratista
(no es probable como sugiere Stuart Jones que Domiciano llevara en realidad
una peluca). En este tercer grupo entraran el retrato de feso, en Esmirna 20; el de
Berln 21, etc.
Dentro de estos tres grupos de retratos de Domiciano emperador, el de Almedinilla encaja entre el primer o y el segundo: no puede distar mucho del del
Museo Nuovo, aunque el pelo del retrato de Roma seala una fecha algo ms baja.
El peinado del Domiciano de Almedinilla coincide casi punto por punto con las
innovaciones hechas en el camafeo de Minden cuando el lapidario absorbi el
flequillo, quit el rizo que caa delante da la oreja y recort tambin el pelo del
cuello (fig. 6). Si, como creemos, Matz tiene razn al fechar el camafeo entre el
ao 81 y el 84, el Domiciano de Almedinilla debe datarse hacia el 84.
Antes de que se publique la gran monografa que sobre los retratos de Domiciano prepara H. Gtze 22, sera aventurado enjuiciar en detalle sus problemas
iconogrficos, y sobre todo intentar agrupar y fechar les retratos existentes segn
supuestos prototipos. Por las fuentes sabemos cun abundantes eran los retratos
del prncipe antes de su muerte y de la "damnatio memoriae" consiguiente: todo el
Capitolio estaba lleno de ellos 23. Lo que a nosotros ha llegado son restos escassimos de una serie inmensa, cuya destruccin fue iniciada en el Senado por los
13

Listas en Bernoulli, Rmische Ikonographie II 55 ss.; Magi, op. cit. 64 ss.


P. Poulsen, Catalogue nm. 664.
15 Pergamon VII 2, 280 Beibl. 30.
16 Amelung nm. 129.
17 H. Stuart Jones, The Sculptures of the Palazzo dei Conservatori p. 65 1. 16; D. Mustilli, II
Museo Mussolini p. 104 1. 65.
18 P. Poulsen, Ikonographische Miscellen 71 1. 30; West 26 nm. 10.
19 G. Iacopi, en NSc, 1934, 106 ss. 1. IV.
20 J. Keil, en OeJh 27 (1932) Beibl. 59 1. 3.
21 C. Blmel, Kat. R. 28.
22 Aparecer en la serie de los Herrscherbildnisse, dirigida por M. Wegner.
23 Plin.: Paneg. 52.
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propios senadores al enterarse de la muerte del tirano. Dadas estas circunstancias,


es natural que no nos encontremos con rplicas. Para sealar, entre los retratos
conocidos por nosotros, el que ms se aproxima al de Almedinilla, remitiramos al
lector a uno del almacn del Vaticano 24. La boca es aqu ms fina, y la expresin
insina la crueldad del personaje con una intencin ausente en el nuestro; pero el
gesto sobre; todo la contraccin de las cejas permitira colocarlos juntos o
muy prximos. Por desgracia, la gran mutilacin del retrato del Vaticano no deja
ver si tambin el peinado y el giro de la cabeza eran los mismos.
Cmo reconstruir en su totalidad el retrato de Almedinilla? Ms que como
una estatua de pequeo tamao, preferiramos imaginarla formando parte de un
busto que comprendiese la mayor parte del pecho y quiz tambin el comienzo de
los hombros. La estatuilla de Copenhague y el busto del Museo Nuovo nos sugieren esta interpretacin. Pero al hablar de todo esto surge un gravsimo reparo: los
retratos en mrmol y en tamao menor que el natural son tan raros, que Wegner
ha llegado a [-285286-] afirmar, con las naturales reservas: "Los retratos de los
emperadores romanos y de sus mujeres, lo mismo que los de los particulares, en
su inmensa mayora, son de tamao natural o un poco mayores. Cabezas menores
que el natural se encuentran en relieves histricos o como fragmentos de tales. En
la escultura de bulto, la disminucin, del tamao natural contradice al sentir antiguo, etc." 25. Probablemente, ste es un juicio que hay que revisar, ya que para
nosotros la antigedad del Domiciano que hoy publicamos es indiscutible.

24

G. Kasohnitz-Weinberg, Sculture del Magazzino del M. Vaticano nm. 643 1. 102.


M. Wegner: Die Herrscherbildnisse in antoninischer Zeit 13. Sobre bustos de Domiciano especialmente 103 y 277 donde se sugiere que la mayor parte de los retratos de mrmol de tamao
menor que el natural, de cualquier emperador que sean, son falsos y que slo los de bronce han de
considerarse antiguos, estando en este caso justificada la disminucin de tamao porque eran probablemente objetos de aplicacin.

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