Taller de Santa Rafaela María 2015 para La Gente
Taller de Santa Rafaela María 2015 para La Gente
Taller de Santa Rafaela María 2015 para La Gente
Rafaela Mara Porras Aylln: una mujer que vivi en unos aos y en un
pas, pero que pas a la historia, que trascendi el tiempo de su historia
concreta y se convirti en seal para muchas personas a lo ancho del
mundo y a travs del tiempo. Teniendo esto en cuenta, hablaremos de
historia, pero tambin de esa mirada de Rafaela Mara que se proyecta
hacia un futuro que es presente para nosotros y nos invita a proyectar
nuestro futuro con esperanza.
HISTORIA
Rafaela Mara nace en Pedro Abad el 1 de marzo de 1850, dentro de
una familia de terratenientes. Naci en un mundo desigual, como el
nuestro. Viva en una sociedad de ricos y de pobres.
Pero hered de su padre un amor especial por los pobres, no tan
comn entre los seores feudales de entonces. Se cuenta que el gran
almacn que tena Don Idelfonso beneficiaba grandemente la economa
de los pequeos propietarios de Pedro Abad y los pueblos vecinos. Tena,
adems, un peculiar sistema de crditos prstamos sin inters, casi
ilimitados- y si alguno mora sin satisfacer sus deudas las cancelaba
rpidamente a la viuda o a los hijos. Un modo de proceder jubilar poco
corriente tanto entonces como hoy, cuando el generar riqueza se dice
incompatible con la solidaridad. La solidaridad de don Idelfonso por los
pobres lleg a su extremo, al dar su vida por ellos, durante una epidemia
de clera en el pueblo, en 1854. Mientras la gente hua del pueblo a la
ciudad de Crdoba para encontrar la relativa seguridad de una asistencia
mdica que era bien pobre y otros se retiraban a sus fincas, buscando el
aire sano y aguas no contaminadas; Don Idelfonso, el alcalde de Pedro
Abad, opt por quedarse con su gente, y termina muriendo contagiado de
clera.
A esta herencia paternal de amor por los ms pobres, se sum la de
su madre, Doa Rafaela, de quien aprendi la entrega generosa y
completa a los necesitados. Con ella la joven Rafaela Mara tuvo sus
primeros contactos con la pobreza y el dolor, visitando a los enfermos del
pueblo.
A los 18 aos ella haba vivido muchos cambios: ya haba hecho su
aparicin en la buena sociedad, en sus estancias en Crdoba y Madrid,
frecuentaba el teatro y las tertulias. Pero nadie saba que a sus 15 aos
DIMENSIN APOSTLICA
Rafaela Mara perteneca a una Iglesia de otros tiempos: pre-vaticana, con
un estilo y lenguaje diferentes; con un concepto de vida religiosa
femenina ms bien metida detrs de rejas monsticas. Pero ella se supo
profundamente apostlica junto con su Instituto y luch para defender
esta vocacin.
Rafaela Mara fue apostlica no desde una naturaleza activista, o desde
una necesidad oculta de poder, o para llenar un vaco afectivo. Se
consagr a Dios no para huir del mundo sino para ser enviada a l y para
compartir el inters que al Divino Corazn devoraba por la salvacin de
las almas. Quiso trabajar por la gloria de Dios y para remediar las
HOY
Rafaela Mara, mujer espaola del siglo XIX y del XX puede iluminarnos
todava en nuestro presente.
Qu hara hoy ella? Con toda certeza, por lo que sabemos de su
vida, estara trabajando, sin buscar grandezas, sin alardes
espectaculares, pero con un compromiso real y consecuente, en una
tarea de solidaridad entre los hombres, en misiones evangelizadoras, en
campos ms o menos relacionados a la educacin, dando preferencia a
los ms necesitados, y preguntndose en cada momento cules de los
sectores y realidades son la necesidad ms urgente. Y se mantendra en
bsqueda: su vida fue tan itinerante, tan inquieta y desinstalada, que le
dej como tendencia pensar que lo mejor est siempre por suceder y no
termina nunca de conseguirse.
EL INSTITUTO HOY
En nuestra Congregacin General de 2012, nos comprometimos de nuevo
con la justicia social, la paz y la integridad de la creacin. En particular,
estamos llamadas a atender, a las mujeres y nios que son vctimas de la
trata de personas, y a nuestra tierra devastada. Estamos convencidas de
que los pobres y la tierra ya no pueden esperar ms.
La Justicia, la Paz y la Integridad de la Creacin (CG XIX)
Constatamos con profundo dolor que los pobres y la tierra ya no pueden
esperar ms.
La dimensin social de la Eucarista y nuestro carisma reparador nos
desafan a no permanecer indiferentes y a tomar postura ante el gemido
de los empobrecidos, sobre todo mujeres y nios/as vctimas del trfico
humano, y de la tierra devastada, desde una comprensin global y una
actuacin local.
La dinmica de conversin que brota de la Eucarista nos apremia a:
1. Partir del reconocimiento de nuestra complicidad en la injusticia social
y la destruccin de la Creacin.
2. Escuchar la Palabra de Dios, que nos llega a travs del clamor de los
nuevos rostros de marginados y excluidos.