Este documento analiza las creencias de Jesús sobre la resurrección de los muertos. Discute las fuentes judías antiguas sobre este tema y examina varios dichos de Jesús en los evangelios. Concluye que Jesús creía en una resurrección corporal universal tanto de justos como injustos, que serían juzgados y algunos condenados al infierno mientras que otros recibirían la vida eterna.
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Este documento analiza las creencias de Jesús sobre la resurrección de los muertos. Discute las fuentes judías antiguas sobre este tema y examina varios dichos de Jesús en los evangelios. Concluye que Jesús creía en una resurrección corporal universal tanto de justos como injustos, que serían juzgados y algunos condenados al infierno mientras que otros recibirían la vida eterna.
Este documento analiza las creencias de Jesús sobre la resurrección de los muertos. Discute las fuentes judías antiguas sobre este tema y examina varios dichos de Jesús en los evangelios. Concluye que Jesús creía en una resurrección corporal universal tanto de justos como injustos, que serían juzgados y algunos condenados al infierno mientras que otros recibirían la vida eterna.
Este documento analiza las creencias de Jesús sobre la resurrección de los muertos. Discute las fuentes judías antiguas sobre este tema y examina varios dichos de Jesús en los evangelios. Concluye que Jesús creía en una resurrección corporal universal tanto de justos como injustos, que serían juzgados y algunos condenados al infierno mientras que otros recibirían la vida eterna.
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LA RESURRECCIN DE LOS MUERTOS
Los movimientos milenaristas cuando imaginan el futuro paradisiaco,
regularmente esperan el retorno de los antepasados, y en las fuentes Judas el Juicio Final est a menudo relacionado con la resurreccin de los muertos. Esto deshace el mal que supone la muerte y restaura el sentido que la muerte se lleva consigo. En Dan. 12:2, los muertos resucitan y precisamente en orden a heredar la vida eterna o el eterno sufrimiento, depende. En 4 Esdras 7:31-44, inmediatamente despus que la tierra vuelve a la vida a aquellos que duermen en ella, el Altsimo se sienta en el trono del juicio. Jess quiz visionaba algo similar. Marc. 12:18-27 refleja el pensamiento de Jess, Q 11:31-32, La reina del sur se levantar en el juicio., y La gente de Nnive se levantarn en el juicio. El tiempo verbal est en futuro, el uso de en el juicio, y el significado natural de se levantarn cuando es seguido por en el juicio, la asociacin escatolgica de esta generacin en otros versculos de la tradicin de Jess(1), la idea que la ltima generacin ser especialmente mala(2) y la reunin de gente de diferentes pocas y lugares deja poca duda que Q 11:31-32 visualiza la resurreccin al final del juicio. Pero quin compuso estos dichos? Bultmann seala correctamente que si uno considera el dicho en s mismo, no hay necesidad de tomarlo como una formulacin de la comunidad(3). Continua diciendo que Q 11:31-32 tiene un paralelo con Q 10:13-15 (los ayes contra Corazan, Betsaida, y Cafarnan), y afirma que, dado que esta ltima es una formulacin de la comunidad, la anterior tambin lo es. Un problema con este razonamiento es que, aunque los paralelos son lo suficientemente reales, Q 10:13-15 no es una formulacin de la comunidad(4). Norman Perrin, al contrario de Bultmann, pensaba que Jess era el autor de Q 11:31-32. A este respetable argumento se puede aadir que en ninguna otra parte en el Cristianismo temprano omos nada acerca de la Reina del Sur, y los Ninivitas no son mencionados en ningn otro lugar excepto en 1 Clemente 7:7. Tambin, invirtiendo el punto de Bultmann, se puede observar el fuerte lazo de unin intertextual entre Q 11:31-32 y los ayes de Q. 10:13-14. Ambas citas se refieren a un par gentil del pasado (Tiro y Sidn en Q 10:13-14; y la Reina del Sur y los Ninivitas en Q 11:31-32. Se refieren las citas a su arrepentimiento y respuesta positiva. Contrastan implcitamente este arrepentimiento Gentil con el fallo de la audiencia de Jess. Finalmente, mencionan el Juicio Final (Q 10:1314 Habr menos rigor en el juicio; Q 11:31-32 Se levantarn en el Juicio). A pesar de este consenso, no parece que una cita est modelada de acuerdo con la otra. Se puede inferir que una misma persona es el autor de ambas. Dado que Q 10:13-14 probablemente fuese un dicho de Jess, se puede poner boca abajo el razonamiento de Bultmann y afirmar que Q 11:31-32 tambin lo es. Al menos un texto de Marcos y otro de Q nos informan que Jess, como los Fariseos y al contrario de los Saduceos, esperaba la resurreccin de los muertos. El hecho que los seguidores de Jess, justo despus de su muerte, afirmasen que Dios lo haba resucitado de entre los muertos es una prueba ms.
Las antiguas fuentes Judas no son unnimes acerca de quien sera
resucitado. Algunas pensaban que slo los justos lo seran(5). Pero, probablemente bajo influencia Iran, una resurreccin universal aparece en Orac. Sibilina 4: 179-90; y 4 Esd. 7:32. El mismo punto de vista es expresado en Ju. 5:28-29 (atribuido a Jess) y Hech. 24:15(6). Qu pensaba Jess? En Luc. 14:12-14, Jess dice que, cuando uno d una cena, no ha de invitar a sus amigos o familiares sino a los pobres, tarados, cojos, y ciegos quienes no podrn corresponderte, y as sers recompensado en la resurreccin de los justos. Esto podra significar que los malos no sern resucitados. Pero es posible que Lucas no lo entienda as, porque en otro texto presenta a Pablo expresando que habr una resurreccin tanto de los justos como de los injustos (Hech. 24:15). Es posible que se creyese en una resurreccin de la vida y tambin se hablase de la resurreccin de los condenados (Juan 5:29). Adems de esto, no se puede asignar con confianza Luc. 14:12-14 a Jess(7). Ms prometedora es Q 12:5 en la versin de Mateo, que se refiere a Dios quien puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno (10:28), Q conserva el texto mejor que la versin Helenizada de Lucas (que, despus que ha matado el cuerpo tiene poder para echarlo al infierno)(8). Tambin se piensa que este dicho viene de Jess(9). Si es as, se puede creer no solo que, respecto a Jess, la resurreccin fue inequvocamente corporal sino que tambin mantena el punto de vista que se le atribuye en Ju. 5:28-29, o sea, que habr una resurreccin de los justos y los injustos. Porque la destruccin del cuerpo en el infierno asume que la persona ha sido resucitada de entre los muertos, condenada en el juicio, y despus echada corporalmente en el lugar de castigo. Esta inferencia es confirmada por Q 11:31-32: La Reina del Medioda se levantar en el juicio., y la gente de Nnive se levantar en el juicio. Esto parece indicar que no solo los justos Gentiles sern resucitados sino tambin la generacin impa que ha fallado en responder apropiadamente a Jess. Esta generacin es resucitada para ser condenada. La tradicin de Jess ofrece algunos datos de cmo Jess conceba el estado de resucitado. Marc. 9:43-48 donde dice que es mejor entrar manco, cojo, o con un solo ojo en la vida que ser enviado al infierno, puede implicar que el cuerpo ser resucitado exactamente tal y como fue enterrado(10). O sea, si se ha cortado un miembro, este faltar en la resurreccin. Este tipo de pensamiento aparece en Eccl. Rab. 1:4: la gente resucita tal y como fue enterrada, as el ciego ser ciego, el cojo ser cojo, etc. (11). La antigedad de esta creencia es confirmada por 2 Bar. 50:2 Porque la tierra restaurar los muertos, (que ahora recibe en orden a conservarlos). No har cambios en su forma, sino que como los recibi, los restaurar, y como Yo los entregu a esta, as esta los resucitar. De todas maneras, si Jess esperaba que los cuerpos resucitasen tal como haban fallecido se puede asumir, a la vista de Marc. 12:18-27, que profetiza que los santos sern como los ngeles del cielo, que no esperaba una reasuncin de la existencia mundana(12). Aunque los autores de 2 Baruch y Eclesiasts Rabbah imaginaron que los cuerpos saldran de sus sepulcros tal y como a estos llegaron, tambin suponan que, poco despus de la resurreccin, los justos seran salvados y transformados. Esta conviccin era probablemente comn. Uno recuerda no solo 2 Macab. 7:10-11, donde un mrtir profesa su creencia que aunque su lengua y manos son amputadas, Dios se las restaurar de
nuevo, sino tambin la pared de la sinagoga de Dura-Europos, donde se
describen partes del cuerpo siendo reunidas en la resurreccin. Estos textos estn en lnea con las interpretaciones posteriores Judas de Ezequiel 37: la antigua visin de los huesos siendo reunidos era entendida como descripcin de la restauracin literal de los cuerpos humanos todos perfectos en la resurreccin(13). Se puede asociar esta conviccin con Jess. Que la esperanza de Jess en la resurreccin no nos dice nada acerca de su punto de vista sobre el llamado estado interino, -el periodo entre la muerte y la resurreccin. Dada su esperanza que la resurreccin tendra lugar pronto, quiz igual que algunos de los conversos de Pablo en Tesalnica, no reflexion mucho sobre este tema. Por otro lado, muchos Judos que crean en la resurreccin tambin crean en un estado interino bendecido(14), y la posibilidad que Jess compartiera esta creencia es suscitada en Luc. 16:19-31, en el relato del hombre rico y Lzaro. Aunque no sea adecuado sacar muchas conclusiones de una parbola como esta, uno se pregunta, si Jess relat esta historia, cuan extraa le era la nocin de una existencia fuera del cuerpo. ------------------------------------------------1. E. Lvestam, Jesus and this Genaration, a New Testament Study CBNT 25 (Stockholm, Almqvist & Wicksell, 1955. 2. 2 Tim. 3:1-5; Oraculo Sibilina 4:152-61; m. Sota 9:15; y Lactantius, Div. Inst. 7:18. La idea que la maldad aumenta a medida que se acerca la edad de oro es comn en la historia de las religiones. Aparece en las fuentes Iranias, Jamasp Namak, 62, 68, 69, y Zand i Wahman Yast 4:21 (Durante el tiempo de mayor maldad un pjaro obtendr mayor reverencia que un religiosa en Iran), as como en los Orculos de Hystaspes segn Lactantius, Div. Inst 7:15. Ver Mircea Eliade, El Mito del Eterno Retorno, o Cosmos e Historia Princeton: Bollingen, 1971, pp. 112-30. 3. Bultmann, History, p. 113. 4. Becker, Jesus von Nazaret, pp. 78-80, y Davies and Allison, Matthew, vol. 2, pp. 270-71. 5. Salmos de Salomn 3; 1 Enoc 83-89; 2 Bar. 30:1-5. 6. Tambin presupone Mat. 5:29-30, donde se habla de todo tu cuerpo ser arrojado al infierno. 7. J. Jermas, Die Sprache des Lukasevangeliums, Meyerk (Gttingen: Vandenhoeck & Ruprecht, 1980, pp. 238-39. 8. Comparar Joachim Grilka, Das Matthusevangelium 1. Teil, HTKNT 1/1 Freiburg: Herder, 1986, pp. 384-85. 9. Ulrichluz, Das Evangelium nach Matthus (Mat. 8-17), KENT - Neukirchen Vluyn: Neukirchener, 1990, p.124. 10. Aunque hay dudas sobre la autenticidad de este texto. 11. Atribuida a R. Levi y R. Jacob of Gebal in the name of R. Hanina. 12. Comparar Jacques Schlosser, Die Vollendung des Heils in der Sicht Jesu, en Weltgericht und Weltvollendu ng: Zukun ftsbilder im Neuen Testament, ed. Hans-Josef Klauck, QD 150 Freiburg: Herder, 1994-, pp. 74-78. 13. Harald Riesenfeld, The Resurrection in Ezekiel XXXVII and in the Dura-Europos Paintings, Uppsala Universitets Arsskrift 11 Uppsala: Almqvist & Wiksell, 1948. 14. 2 Macab. 7:9 y 36; 1 Enoc. 22:1-14; 60:8 y 62:15; 4 Esdras 7:32, 76-101.