El Agualongo
El Agualongo
El Agualongo
La loca viuda
La Loca Viuda espantaba a los caballeros de vida disipada.
El inicio de esta leyenda urbana se remonta a la poca republicana
cuando la ciudad de Riobamba era alumbrada por rudimentarios
faroles que apenas competan con la luz de las velas. La luna llena
completaba el ambiente propicio para los aparecidos y cuentos
tenebrosos.
El protagonista de esta leyenda es Carlos, uno de los tantos bohemios
que gustaba embriagarse en las cantinas y no desaprovechaba la
oportunidad de tener un desliz.
Una de aquellas noches de juerga, al dirigirse a casa, se encontr con
una extraa mujer vestida totalmente de negro y con una mantilla
que le cubra el rostro, que le hizo seas para que la siguiera.
Carlos sin pensarlo dos veces fue tras de la coqueta a lo largo de
varias callejuelas oscuras.
Al llegar a la Loma de Quito, el ebrio le dio alcance.
-
Sgueme le orden.
Aquella roca realmente era la entrada a una gran cueva. Sin saber
realmente cmo, Juan estuvo de pronto en medio de una hermosa
ciudad escondida dentro de la montaa.
El vaquero mir construcciones que brillaban como si estuvieran
hechas de hielo. La gente era alegre y disfrutaba de la lidia de toros.
El hombre alto le entreg los animales, le dio de comer frutas
exquisitas, y como una forma de compensacin le regal unas
mazorcas de maz.
De la misma forma extraa en la que haba llegado, pronto estuvo en
el pramo, con los toros y las mazorcas.
Leyendas Cuencanas
EL FAROL DE LA VIUDA
Se cuenta que en tiempos lejanos una mujer de livianas costumbres
sola verse con su amante por las noches, y que para ir a sus
aventuras cargaba a su pequeo hijo de unos pocos meses de nacido.
La chasquivana, una noche en el que cruzaba el ri Tomebamba, dejo
caer a la criatura en las turbulentas aguas. Desesperada y
arrepentida, se provey de un "mechero" o farolito de aceite, con el
cual recorra incansablemente los mrgenes del Tomebamba
lamentndose por su hijo perdido y buscndole enloquecida. La
afligida mujer muri pronto, pero quedo su espectro, que asustaba a
los cuencanos trasnochadores con sus desgarradores encuentros y el
farolito movindose al ras de la orilla del ri.
EL PERRO ENCADENADO
Este enorme animal, arrastraba una pesada cadena por los barrios
por los que andaba y produca un gran estruendo que hacia temblar
de los nervios a quienes lo escuchaban, de tiempo en tiempo emita
un sonido similar a la de un aullido, eran tan funestos que a veces
coincidan con los graznidos de un bho.
Estos sonidos eran de mal augurio, sobre todo para los campesinos o
indgenas, pues seguro quien los perciba estaba para morir muy
pronto, por lo que un jocoso e ilustre bardo deca:
El bho grazno,
el perro alla,
el indio muere;
parece chanza
pero sucede
Leyendas Quiteas
LEYENDAS QUITEAS : CANTUA
Famosa es la leyenda que cuenta cmo el convento de San Francisco
de Quito fue construida por Cantua mediante pacto con el diablo.
sta relata cmo Cantua contratista, atrasado en la entrega de las
obras, trans con el maligno para que, a cambio de su alma, le
ayudara a trabajar durante la noche. Numerosos diablillos trabajaron
mientras dur la oscuridad para terminar la iglesia. Al amanecer los
dos firmantes del contrato sellado con sangre: Cantua por un lado, y
el diablo por el otro, se reunieron para hacerlo efectivo.
El indgena, temeroso y resignado, iba a cumplir su parte cuando se
dio cuenta de que en un costado de la iglesia faltaba colocar una
piedra; cul hbil abogado arguy, lleno de esperanza, que la obra
estaba incompleta, que ya amaneca y con ello el plazo caducaba, y
que, por lo tanto, el contrato quedaba insubsistente .
Ahora bien, la historia, a pesar de haber contribuido al mito, es algo
diferente. Cantua era solamente un guagua de noble linaje, cuando
Rumiahui quem la ciudad. Olvidado por sus mayores en la historia
colectiva ante el inminente arribo de las huestes espaolas, Cantua
qued atrapado en las llamas que consuman al Quito incaico.
La suerte quiso que, pese a estar horriblemente quemado y
grotescamente deformado, el muchacho sobreviva. De l se apiad
uno de los conquistadores llamado Hernn Surez, que lo hizo parte
de su servicio, lo cristaliz, y, segn dicen, lo trat casi como a propio
hijo. Pasaron los aos y don Hernn, buen conquistador pero mal
administrador, cay en la desgracia. Aquejado por las deudas, no
atinaba cmo resolver sus problemas cada vez ms acuciantes.
Estando a punto de tener que vender casa y solar. Cantua se le
acerc ofrecindole solucionar sus problemas, poniendo una sola
condicin: que haga ciertas modificaciones en el subsuelo de la casa.
La suerte del hombre cambi de la noche a la maana, sus finanzas
se pusieron a tal punto que llegaron a estar ms all que en sus
mejores das. Pero no hay riqueza que pueda evitar lo inevitable: con
los aos a cuestas, al ya viejo guerrero le sobrevino la muerte.
Cantua fue declarado su nico heredero y como tal sigui gozando
de gran fortuna. Eran enormes las contribuciones que el indgena
realizaba a los franciscanos para la construccin de su convento e
iglesia. Los religiosos y autoridades, al no comprender el origen de
tan grandes y piadosas ofrendas, resolvieron interrogarlo. Tantas
veces acudieron a Cantua con sus inoportunas preguntas que ste
EL PADRE ALMEIDA
LA BELLA AURORA
Esta es una de las leyendas ms famosas de la ciudad de Quito. Y,
segn cuenta la historia, todo empez en la Plaza de La
Independencia cuando all an no exista ningn monumento.
En este lugar viva Bella Aurora, una hermosa joven que asisti con
sus padres a una corrida de toros.
Segn cuentan quienes asistieron a esa corrida, nadie sabe de dnde
sali un toro negro que se acerc a Bella Aurora de manera muy
extraa. La observ fijamente e hizo que la nia espantada se
desmayara del miedo.
Sus padres desesperados salieron inmediatamente del lugar,
llevndola a su hogar y pidiendo ayuda a un doctor que no se
explicaba el por qu Bella Aurora no poda reaccionar desde aquel
susto.
El toro al no ver a la nia en la Plaza, salt la barrera dirigindose a la
casa 1028, donde viva Bella Aurora.
El animal entr en su casa y lleno de furia tumb la puerta de su
habitacin.
La joven, que an continuaba en un estado de nervios, solo alcanz a
gritar y l la embisti, acabando con su vida.
Hasta ahora nadie sabe de dnde sali ese extrao toro y por qu
atac a la nia. Al parecer ese ser un mito que nunca podremos
descubrir.
EL GALLO DE LA CATEDRAL
Haba una vez un hombre muy rico que viva como rey. Muy temprano
en la maana coma el desayuno. Despus dorma la siesta. Luego,
almorzaba y, a la tarde, oloroso a perfume, sala a la calle. Bajaba a la
Plaza Grande. Se paraba delante del gallo de la Catedral y burlndose
le deca: Qu gallito! Qu disparate de gallo!
Don Ramn se crea el mejor gallo del mundo! Una vez al pasar,
volvi a desafiar al gallo: Qu tontera de gallo! No hago caso ni al
gallo de la Catedral!
En ese momento, don Ramn sinti que una espuela enorme le
rasgaba las piernas. Cay herido. El gallo lo sujetaba y no le permita
moverse. Una voz le dijo:
- Promteme que no volvers a tomar mistelas!
- Ni siquiera tomar agua!
- Promteme que nunca jams volvers a insultarme!
- Ni siquiera te nombrar!
- Levntate, hombre! Pobre de ti si no cumples tu palabra de honor!
- Gracias por tu perdn gallito.
Entonces el gallito regres a su puesto.
Cuentan quienes vivieron en esos aos, que don Ramn nunca ms
volvi a sus andadas y que se convirti en un hombre serio y
responsable. Adems dicen algunas personas que el gallito nunca se
movi de su sitio, sino que los propios vecinos de San Juan, el
sacristn de la Catedral, y algunos de los amigos de don Ramn,