Significados Alquímicos de La Iconografía Cristiana PDF
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LA ICONOGRAFA CRISTIANA
Joan Feliu Franch
Universitat Jaume I
INTRODUCCIN
Parece ser que la palabra alquimia procede de la voz rabe al-kimiya
que, a su vez, pudiera derivar del egipcio kme, es decir, tierra negra. Tambin
se ha dicho que el trmino procede del griego chyma que signica fundir
o derretir. Sea cual sea la procedencia etimolgica, no se puede negar la
inuencia de la alquimia en la historia del conocimiento durante aos,1 as
como el estudio de escritos alqumicos por parte de eruditos de todas las
pocas.2 La alquimia en Espaa se remonta a los rabes, aunque hasta
el siglo XII (algunos investigadores lo datan en el siglo IX) no encontramos
un escrito conservado: un desconocido monje Thelo3 escribi Schedula
diversarum artium, libro para la fabricacin de objetos sagrados de metal
donde se distingue el oro rabe con una aleacin de 1/5 de cobre del oro
espaol, que adems aportaba polvo de basilisco, sangre humana y vinagre.
En esta misma poca un judo converso llamado Paulus fabricaba oro a
partir de cobre en la corte del archiduque Adalberto de Brme (fallecido en
1076), y un siglo despus se escriba el gran tratado de alquimia espaola,
Tratado de los alumbres y las sales, mientras en Toledo Gerardo de Cremona
1.
FELIU, J., La ciudad urea. Cermica de reejos dorados e iconografa alqumica aplicada, en
MINGUEZ, Vctor (ed.), Del libro de emblemas a la ciudad simblica, vol. 2, Castelln, 2000, pp.
749-769.
2.
3.
Seguimos a LUANCO, Jos ramn de, La alquimia en Espaa: escritos inditos, noticias y
apuntamientos que pueden servir para la historia de los adeptos espaoles, Barcelona, Alta Fulla,
1998, reproduccin facsmil de la imprenta Fidel Gir, Barcelona, 1889 y de la imprenta Redondo
y Xumetra, Barcelona, 1897. Tambin GACA FONT, Juan, La alquimia en Espaa, Barcelona, MRA,
1995. RUSKA, J., Alchemie in Spanien, Angervandte Chemie, 1933, pp. 337-340. Del mismo autor:
Das buch der alanne und sabe ein grundnverk der spttateinschen alchemie, 1935. ESLAVA GALN,
J. Cinco tratados espaoles de alquimia. Madrid, 1987.
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Seguimos a CANSELIET, Eugne, Alquimia explicada sobre sus textos clsicos, Madrid, Luis
Crcamo, 1981, y SINGER, D. W., Catalogue of latin and vernacular archemical manuscrits in Great
Britain and Ireland, T. III, 1931.
5.
6.
7.
8.
9.
DIEPGEN, P., Studien zu Arnald von Villanova, Archiv. F. Gesch. Der Medizin, 1910, p. 369 y ss.;
Arnald von Villanova als politiker un laien-theologie, Hest, 1919.
10. FINKE, H., Aus den tagen BonifazVIII, Vorreformations-gesch., Foschungen II, 1902.
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sobre su autora (ni tan slo es creble su iniciacin en la alquimia por parte
de Vilanova), como Ars Magna, El testamento o El Lapidario.
Del siglo XV (se conoce la impresin de 1602) es la obra del monje
benedictino de Erfurt, Basile Valentn, Le triunfe de lantimonine. Esta obra
se consider durante mucho tiempo la fuente de inspiracin de Paracelso,
aunque esta armacin carece de pruebas. Tambin son importantes las
publicaciones de los ingleses: Ripley (fallecido en 1490), Libro de las doce
puertas, y Thomas Norton, Ordinal (1477).11
Existen muchos estudios que recogen la tradicin alquimista europea,
aqu tan slo pretendemos evidenciar cmo los grandes lsofos y cientcos
estuvieron relacionados de una manera u otra con ella. Y tambin en
Espaa, desde el apcrifo Geber de Sevilla hasta Ramn Lull, Arnau de
Vilanova o Rupescissa. Los reyes de Aragn protegieron esta ciencia,12 y
posteriormente Enrique de Villena, el arzobispo Carrillo de Toledo o la propia
Isabel I mantuvieron encendido el fuego alqumico. Carlos I tambin tuvo
relacin con la alquimia a travs de un tal doctor Beltrn, el propio Felipe II
fue amante de las relaciones analgicas entre objetos y conceptos,13 y sin
duda tuvo que ver la presencia en la corte espaola entre 1564 y 1571, para
11. RIPLEY, George, Las doce puertas de la alqumia, Brenes, Muoz Muoz Moya y Montraveta,
1990.
12. OSCAR FLAQUER, Jess, La Alquimia en Aragn, Zaragoza, Ibercaja, 1999.
13. Felipe II tuvo incluso relacin con magos y astrlogos. Su padre acuda asiduamente a Enrique
Cornelio Agrippa y l consult en Inglaterra a John Dee y se hizo una carta astrolgica. Estos
datos se encuentran comentados en el libro de REY BUENO, Mar, El Hechizado: medicina, alquimia
y supersticin en la corte de Carlos II (1661-1700), Madrid, Corona Borealis, 1995. Parece ser
que Felipe II encarg prcticas alqumicas con el objetivo de conseguir plata con la que pagar a
sus ejrcitos en Malinas (Flandes) a los alquimistas Tiberio de Roca y Pedro Stenberg (en el caso
de este ltimo a travs de un secretario del conde de boli), entre 1557 y 1559, reanudando de
nuevo las prcticas en casa de Pedro de Hoyo, secretario real, en 1567. En cuanto a sus lecciones
tericas, slo dos aos despus de su coronacin en 1555, aparecan las Coplas sobre la piedra
losofal de Luis de Centelles; en 1558 Los Dilogos de Philosophia natural y moral de Pedro de
Mercado (Granada); en 1561 se public la Praxis artis alchimicae de Caravantes; en 1589 De
Medicinae Fonte del discpulo de Paracelso Lorenzo Gozar; y por estas mismas fechas debi de
publicarse el desaparecido Dilogo de Alquimia de Jernimo Gracin; mientras se establecan
relaciones con los alquimistas, el dctor Manresa de Murcia, Baltasar de Zamra, Francisco Ortiz,
cura de Saelices, y especialmente con Leonardo Fioravanti, bolos que estuvo en la corte entre
1576 y 1577, aunque ya haba servido a Carlos I en 1551 en las campaas africanas. Este ltimo
pblic en 1582 sus cuatro tratados Della Fisica, dedicados al rey de Espaa, donde citaba a
numerosos alquimistas que trabajan en Madrid, sucientemente conocidos y tolerados para que
la mencin de sus trabajos no les causase problemas con la Inquisicin. En la ltima etapa del
reinado de Felipe II se cre un nuevo crculo alqumico en El Escorial, donde se estudiaron las
obras atribuidas a Ramn Llull, al que Juan de Herrera, el doctor Dimas o el precepto de las
infantas Isabel y Catalina, Pedro de Guevara, admiraban. En este crculo se integraron alquimistas
como Diego de Santiago y Ricardo Estanihurst. El primero era un boticario ancado en Sevilla
y Destilador Real al que se le atribuyen varios inventos de vasos destilatorios y la autora de los
Dos Libros del Arte Separatoria (Sevilla, 1598). El segundo fue el alquimista que mantuvo un
contacto ms directo con el rey, como se demuestra en su texto Toque de Alquimia (San Lorenzo
el Real, 1593. Biblioteca Nacional). De este crculo debi de surgir el manuscrito Tratado en el
arte de la alchemia, atribuido a santo Toms de Aquino y dedicado a Fray Reynaldo. Se conserva
en el Biblioteca del Escorial. Para una mejor comprensin del pensamiento astrolgico de santo
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23. MATTON Sylvain, Marsilie Ficin et lalchimie; sa position, son inuence, en MARGOLIN, J. C. y
MATTON, Sylvain (ed.), Alchimie et Philosophie la Renaissance, Pars, J. Vrin, pp. 123-192.
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Abraham y Jacob
Dos de los personajes bblicos con mayor signicado alqumico fueron
Abraham y Jacob. Sus imgenes se interpretaban como una alegora
astronmica en las que intervenan las mujeres del ltimo y sus hijos (Gen. 49
y Deu. 37). En el mundo alqumico su historia era la de la perfeccin de una
conjuncin estelar, en la que Abraham era el padre solar, Jacob el propio sol
y sus cuatro esposas la luna en sus cuatro fases. Los hijos (Rubn, Simen,
Lev, Jud, Dan, Neftal, Gad, Aser, Isacar, Zabuln, Jos y Benjamn),
creadores de las tribus de Israel, representaban los doce signos zodiacales,
donde los ms importantes eran Gminis, ejemplicado por Simen y Virgo,
la gura de la nica y desconocida hija de Jacob: Dinah.
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del nacimiento de una vida nueva, por encima de Dalilah, fuera la Virgen
Mara, de la que hablaremos ms adelante.
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28. PEREIRA, M. Heaven on Earth: From the Tabula smaragdina to the Alchemical Fifth Essence, en
Early Science and Medicine, vol 5, n 2, 2000, pp. 131-144, cf. p. 142.
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La Virgen Mara
La representacin de la Virgen con mayor carga simblica alqumica
era la apocalptica. A parte de la ya mencionada signicacin del signo
astrolgico de virgo, la Virgen apocalptica reforzaba este signicado con la
aparicin de la luna a sus pies, pues era en el mes de septiembre (virgo),
antes de la novena luna, cuando cesaba la conjuncin con el sol.
Pero lo ms usual era que la Virgen representara la materia prima para
crear la piedra losofal (Cristo). De nuevo en el Libro de la Santa Trinidad se
describa una coronacin de la Virgen entre el Padre y el Hijo, con los cuatro
evangelistas en los ngulos. Detrs del grupo central un broquel o escudo
orlado con un guila. Otra vez se trataba de simbolizar los siete metales,
especicando que Dios era el oro, Mara la plata, Cristo el mercurio y los
cuatro evangelistas los metales impuros. El blasn representaba la piedra
losofal. A su vez, cada metal se corresponda con un planeta, lo que llevaba
identicar a cada personaje con uno de estos planetas. El oro era Dios y era
el sol (el smbolo solar se atribua en muchas ocasiones tanto al Padre como
al Hijo); la Virgen era plata y luna, Cristo era la plata viva y por tanto el planeta
Mercurio; por ltimo los evangelistas eran el cobre-Venus, el estao-Jpiter,
el hierro-Marte y el plomo-Saturno. Aadamos que la imagen de Cristo en
el Trono con su Padre era el smbolo del solsticio de verano, cuando el sol
alcanzaba su punto ms alto al norte.
Esta signicacin alqumica la encontramos tambin en las coplas de
Centelles:
Toma la dama que mora en el cielo
ques hija del sol sin duda ninguna
y aquesta prepara en bagno de luna
do labe su cara de su negro velo (...)29
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34. LEVI, M. The Iconography of the Inmaculate Conception in the Middle Ages and Early Renaissance,
New York, 1957, p. 26-39. El concepto religioso de Immaculata Conceptione parte de la denicin
de Gratia plena referido a Mara en el evangelio de Lucas (Lc. 1, 28) y su analoga con la mujer
del Apocalipsis que escapa del dragn (Ap. 12, 1-2) su iconografa habitual.
35. CASTRO SOLER, E./RODRGUEZ GUERRERO, J. Op. cit.
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36. Madrid, Archivo Histrico Nacional, sec. Inquisicin, leg. 100-21, f. 18. LPEZ DE AYALA, I. (ed.),
El Sacrosanto y Ecumnico Concilio de Trento, Imprenta Real, Madrid, cf. Sesin IV: Decreto
sobre Edicin y Uso de las Sagradas Escrituras, 1785.