Citas Papá Goriot

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CITAS PAP GORIOT

Qu cido existencial habra despojado a aquella criatura de sus gracias femeninas? Porque
daba la impresin de haber sido bonita y bien proporcionada. Habra sido el vicio, la pena, la
codicia? Acaso expiaba los triunfos de una juventud insolente a la que haba sucedido una vejez
horripilante? Su mirada produca escalofros y su rostro no abandonaba nunca un cierto gesto
amenazador. Tena la voz estridente de una cigarra que grita en su nido al acercarse el invierno.
El mundo es infame y ruin volvi a decir la vizcondesa. Tan pronto como nos sobreviene
una desgracia, en seguida hay alguna persona que se llama amiga y que viene a contrnosla, a
hurgar en nuestro corazn con sus sarcasmos y sus burlas. Pero yo me defender! (116)
Comprobars cun profunda es la corrupcin femenina, podrs medir la amplitud de la
miserable vanidad de los hombres. (116)
Cunto ms framente calcules, ms lejos llegars. (116)
Si posees algn sentimiento escondido no lo dejes vislumbrar jams, porque de lo contrario
ests perdido. Entonces ya no seras el verdugo, sino la vctima. Si alguna vez llegas a amar,
guarda el secreto; no lo reveles hasta haberte asegurado a quin le abres el corazn. Para
preservar de antemano este amor que todava no existe, debers aprender a desconfiar de todo.
(116)
Hay mujeres que aman al hombre escogido ya por otra, como hay pobres burgueses que al
ponerse los mismos sombreros que nosotras, creen poder tener nuestras maneras. (117)
En Pars, el xito lo es todo, es la llave del poder. Si las mujeres encuentran en ti ingenio y
talento, los hombres te reconocern tambin dichas virtudes, siempre que no las desengaes a
ellas. (117)
Ahora comprenda el mundo tal cual era: las leyes y la moral son impotentes entre los ricos. El
dinero era la ultima ratio mundi. Y se dijo: Vautrin tiene toda la razn, la fortuna es la virtud.
(119)
La transicin era demasiado brusca y el contraste demasiado violento para que no se
desarrollase en su interior cualquier sentimiento de ambicin. (119)
Eugene hizo vibrar las cuerdas del honor, que tan tensas estn y tan frecuentemente resuenan en
los corazones jvenes. (123)
Si hay un sentimiento innato en el corazn del hombre, no es acaso ste el orgullo de la
proteccin ejercida a favor de un ser dbil. Si se aade a esto el amor, ese reconocimiento vivo de
todas las almas sinceras para con el principio de sus placeres, se comprendern un sinnmero de
absurdos morales. (127)

Acaso tu vida, tu felicidad, depender necesariamente de querer aparentar lo que no eres, de


ver un mundo en el que no podrs entrar sin hacer unos gastos que no puedes soportar , y lo que
es peor, sin perder un tiempo precioso que necesitas sobre todo para estudiar? (130) (Carta de la
madre de Eugne)
He sabido lo que es ser pobre al desear la fortuna para ofrecrsela a mi hijo. (131)
En el instante en que la fortuna se desliza en el bolsillo de un estudiante, se levanta en su
interior una columna de fantasa en la que se apoya. Se siente seguro y con agilidad de
movimientos. (135)
todo lo puede y todo lo quiere, lo desea todo, a diestro y siniestro. (135)
El joven sin dinero atrapa una brizna de placer como el perro que roba un hueso a lo largo de
mil peligros. (135)
Pars le pertenece por entero. Es la edad en que todo reluce, centella y llamea! Es la edad de la
fuerza gozosa, de la que nadie se aprovecha, ni el hombre ni la mujer! Es la edad de las deudas y
de los vivos temores que multiplican todos los placeres! (135)
La seorita Michonneau senta miedo de mirar las bolsas por no dejar traslucir su codicia.
(136)
desde haca un mes, se haba desarrollado en Eugne tantas cualidades como defectos. (137)
Sus defectos le haban sido exigidos por el mundo, as como tambin como el cumplimiento de
sus crecientes deseos. Entre sus cualidades figuraba aquella vivacidad meridional que impulsa a
ir derecho hacia cualquier dificultad que sea para resolverla, y que no permite a ningn hombre
nacido ms all del Loira permanecer en una incertidumbre determinada. Esta cualidad que
gentes del norte llaman defecto, fue el origen de la fortuna de Murat, aunque tambin la causa de
su muerte. (137)
Te advierto que el trabajo tal como t lo entiendes ahora, no te proporcionar ms que un
apartamento en a vejez en casa de la seora Vauquer, tal como le ocurre a Poiret. (145)
Sabes cmo se delimitan los caminos del xito en nuestra sociedad? Pues por el brillo del
talento o por la habilidad en la corrupcin. Hay que penetrar en esa masa de hombres como una
bala de can o deslizarse en ella como la peste. La honradez no sirve de nada. (145)
Ahora bien, cuando a alguien no se le ha podido enterrar entre el barro, se le adora de rodillas.
La corrupcin en fuerte, mientras que el talento es muy poco habitual. Por eso la corrupcin es el
arma de la mediocridad, que abunda de sobremanera, y que encontrars por todas partes. (145)
Te desafo a que camines dos pasos por Paris sin que encuentres embrollos infernales. (146)

Todo consiste en saber lavarse bien despus, porque en esta habilidad estriba toda la moral de
nuestra poca. (147)
el hombre es el mismo arriba, abajo y en el centro. (147)
si deseas ser un hombre superior, camina en lnea recta y con la cabeza bien erguida, porque
tendrs que luchar contra la envidia, la calumnia, la mediocridad, contra todo el mundo. (147)
no hay principios, sino acontecimientos; no hay leyes sino circunstancias. El hombre superior
adopta los conocimientos y las circunstancias para poder manejarlas mejor. (151)
El secreto de las grandes fortunas suele ser un crimen olvidado que ha sido cometido de manera
limpia. (153)
Y querer ser rico presupone, en defecto, decidirse a mentir, a arrastrarse, a levantarse, a adular, a
fingir (154)
Lo que los moralistas denominan como los abismos del corazn son nicamente los
decepcionantes pensamientos, los involuntarios movimientos del inters personal. (155)
La juventud no se atreve a mirarse en el espejo de la conciencia cuando sta se inclina hacia el
lado de la injusticia, pero s lo hace cuando llega a la edad madura: en ello estriba precisamente la
diferencia que existe entre estas dos fases. (155)
Se haba entregado con demasiada facilidad a creer en la nobleza de la mujer. Como todos los
seres inferiores de una situacin determinada. Eugne haba firmado de buena fe el siempre
agradable pacto del bienhechor con el favorecido, cuyo primer artculo establece una perfecta
igualdad entre los corazones grandes. Hacer el bien que rene a dos seres en uno solo, viene a ser
una pasin celestial tan rara e incomprendida como puede serlo el verdadero amor. (159)
El radiante rostro de la vizcondesa hizo comprender a Eugne cul era la expresin de un
verdadero amor, as como no confundirlo con la hipocresa de la coquetera parisense. (164)
Tambin se senta como humillado por encontrarse en aquel gran museo de la belleza sin una
amante. Tener una amante se deca, es tener una posicin, porque es el signo del poder.
(164)
Estas tonteras estereotipadas para uso de los principiantes parecen siempre encantadoras a las
mujeres, no resultando pobres ms que cuando son ledas en fro. El gesto, el acento, la mirada de
un joven les confiere un valor incalculable. (166)
A los ojos del mundo soy ciertamente la mujer ms feliz, pero en la realidad soy la ms
desventurada. (167)

un hombre joven y lleno de ilusiones, que nada sabe an del mundo y que no quiere saber
nada de l. (167)
adivinaba por anticipado que, en el juego de los complicados intereses de aquel mundo,
debera adherirse a uno de sus engranajes para, llegado el momento, poder encontrarse en lo alto
de la mquina. (169)
Claro que todo esto no lo pensaba todava de una forma lo suficientemente cruda, ya que no era
an lo bastante poltico como para precisar un situacin y calcular sus ventajas y desventajas.
(169)
El poder transformador de los sentimientos siempre resulta sorprendente. (173)
dominado por esa fiebre mental que han conocido todos los jvenes afectados de esperanzas
demasiado vivas. (176)
La moda distingua a todas aquellas mujeres que eran admitidas en la sociedad de dicho barrio
parisense. (179)
El deseo no nace menos de la dificultad que de la facilidad que se tiene de obtener el triunfo.
Todas las pasiones de los hombres se hallan precisamente excitadas o sostenidas por una u otra de
estas causas, las cuales dividen el imperio amoroso. (180)
No soy feliz. Las cadenas de oro son las ms pesadas. (182)
El dinero solo significa algo en el momento en que el sentimiento ya no existe. (188)
He aqu mi historia, que a la vez es la mitad de las mujeres de Pars: lujo exterior y las
preocupaciones ms crueles en el interior. (188)
Es propio de la naturaleza femenina demostrarlo imposible por medio de lo posible, as como de
destruir los hechos por medio de los presentimientos. (191)
Cuando se conoce bien Pars, no se cree nada de lo que se dice, ni se dice nada de lo que se
hace. (191)
Comprobars, querido muchacho, que si no cuentas con veinticinco mil al ao, hars el ridculo,
y como consecuencia perders tu porvenir, tus xitos, tus amantes. (195)
Ricos o pobres, nunca tienen dinero para las necesidades primordiales de la vida, si bien lo
encuentran siempre para sus caprichos. (196)
an gimiendo bajo los punzantes efectos de su precaria situacin, sentase incapaz de
renunciar a los goces de aquella vida, pugnando por continuarla a toda costa. (197)
la diplomacia femenina usual en el gran mundo de la sociedad parisense. (199)

Por respeto a s mismo, Eugne no quera de ningn modo que su primer combate terminara en
derrota, persistiendo en su actitud al igual que el cazador que quiere matar del modo que sea a
una perdiz en su primera salida. Sus ansiedades, su amor propio herido, su desesperanzas, falsas o
verdaderas le ataban cada vez ms a aquella mujer. (200)
la coquetera de una mujer produce a veces ms beneficios que placer produce su amor (201)
un hombre es tambin un dios, cuando se parece a ti, cuando no es una mquina cubierta de
piel, sino un teatro donde se suscitan los ms bellos sentimientos. (205)
Sera culpable de armar al seor Eugne de Rastignac, puesto que ignora a dnde puede
llevarla el amor. Pobrecilla! (215)
Debatindose, Eugne contra su conciencia, sabiendo que haca mal y querindolo hacer,
dicindose que rescatara aquel pecado venial por medio de la felicidad, se haba embellecido
tanto en su desesperacin, que su rostro resplandeca con todos los fuegos del infierno que arda
en su corazn. (215)
tena miedo de que la gente dijera tonteras, como si el mundo valiera lo que vale la
felicidad! (255)
En Pars el amor no se parece al de ningn otro lugar. En este pas, una mujer no debe
satisfacer solamente el corazn y los sentidos, pues sabe perfectamente que tiene otras
ueobligaciones que cumplir para con las mil vanidades de que se compone la vida. En este
aspecto, sobre todos los dems, el amor es jactancioso, osado, dispendioso, charlatn y fastuoso.
(265)
El amor es una especie de religin y su culto cuesta ms caro que el de todas las dems
religiones. Pasa rpidamente y lo hace como un pcaro que se complace en marcar su paso y por
medio de las devastaciones que ocasiona. El lujo de los sentimientos es la poesa de las
buhardillas. Sin esta riqueza, qu sera del amor? (266)
todo lo que poda hacer era salvar las apariencias. (272)
El dinero lo es todo en la vida. Con el dinero se consigue todo. (273)
Tenemos las mujeres tan poco sentido de las cosas cuando nos casamos! Acaso conocemos
algo del mundo, de los negocios, de los hombres, al contraer matrimonio? (275)
Si las parisenses son tan a menudo falsas, ebrias de vanidad, personales y coquetas, es evidente,
sin embargo, que cuando aman verdaderamente sacrifican mayor nmero de sentimientos a sus
pasiones. Se elevan por encima de sus pequeeces y llegan a ser sublimes.
Mientras se vesta, Eugne se hizo las ms tristes y descorazonadoras reflexiones. Vea el mundo
como un ocano de barro, en el que un hombre se vea obligado a sumergirse hasta el cuello si
por cualquier azar se mojaba tan solo un pie. Este mundo est lleno de crmenes mezquinos y

Vautrin tiene toda la razn, se dijo. Conoca ya los tres aspectos ms caractersticos de la
sociedad: la obediencia, la lucha y la rebelda, es decir, la familia, el mundo y Vautrin. (299)
La obediencia le pareca tediosa, la lucha incierta y la rebelda imposible. (299)
el amor no es quiz ms que el reconocimiento del placer. (300)
ni an las personas ms encumbradas se hallan fuera de la ley del corazn y que no viven sin
pesares, segn quisieran hacer creer al pueblo ciertos cortesanos. (307)
Yo me encuentro ya en el infierno y es preciso que contine en l. Todo lo malo que te digan
del mundo crelo! No hay ningn Juvenal que pueda pintar el horror cubierto de oro y pedrera!
El mundo es un cenagal! (307)
Est comprobado que las amas hermosas no pueden permanecer durante mucho tiempo en
este mundo. Cmo podran, en efecto, aliarse los grandes sentimientos con una sociedad tan
mezquina y superficial? (310)
Es preciso morir para saber lo que son los hijos. Se les da la vida y ellos nos dan la muerte.
(314)
El dinero lo proporciona todo, incluso unas hijas. (314)
Un padre debe ser siempre rico, debe tener a los hijos cogidos por las riendas, como a caballos
astutos e indomables. (314)
He sido engaado. Y ellas no me aman, en realidad no me han amado nunca. (318)
Los dos curas, el monaguillo y el sacristn llegaron e hicieron todo lo que se poda hacer por
setenta francos en una poca en que la iglesia no era lo suficientemente rica como para rezar
gratis.
(335)
Citas Metforas e ironas de la identidad barroca
La vieja estrategia del disimulo barroco [], el disimulo como estrategia de supervivencia sigue
estando vigente en todas las situaciones en que un poder dictatorial nos obliga a mantener una
apariencia externa de conformidad al mismo tiempo que intentamos preservar un espacio interno
de humanidad en el que poder ser nosotros mismos. (139)
Sin disimulo honesto no hay supervivencia posible de una identidad personal o colectiva
amenazada por formas histricas de opresin social o poltica sobre minoras culturales de todo
tipo. (139)
uno de los tpicos del Barroco es la pregunta por la identidad del ser humano, el intento de
comprenderse a s mismo, averiguar quin soy, establecer la rnoral anatoma del hombre, sus
formas de ser y de relacionarse en la Naturaleza, ese gran teatro del Universo y en el no menor
gran teatro de la vida en sociedad (141)
De manera que todo en el teatro de la vida es engao. (142)

La definicin de la vida social y poltica como un teatro, con la consiguiente definicin de la


identidad de hombres y mujeres como actores, est relacionada con una visin muy pesimista de
la naturaleza humana y de la sociedad, en la que la desconfianza generalizada de todos frente a
todos se convierte en mxima de actuacin. (142)
Saavedra se pregunta retricamente: quin podr asegurarse del corazn humano, retirado a lo
ms oculto del pecho, cuyos designios encubre y disimula la lengua y desmienten los ojos y los
dems movimientos del cuerpo. En un mundo as es necesario el disfraz para poder sobrevivir.
(142)
La desconfianza radical en los dems -cualquiera es siempre un enemigo potencial- es una parte
de la conciencia del mal que permea la sociedad barroca. El mal se encuentra en la naturaleza
(desgracias naturales, enfermedades, cuatro pestes que reducen, por ejemplo, en una cuarta parte
la poblacin de la Pennsula Ibrica), el mal est presente en la vida social y poltica (guerras
interminables) y, sobre todo, el mal anida en el corazn del ser humano. No en vano el Barroco
actualiza la clsica sentencia de PIauto el hombre es un lobo para el hombre, y con escasas
variaciones y casi al mismo tiempo la encontramos en autores como Gracin, Saavedra o Hobbes.
En esta lucha de lobos, es necesario el disfraz, el camuflaje, la ocultacin y el disimulo ---de
disimulo honesto hablarn los tratadistas polticos- para encubrir las propias intenciones
al mismo tiempo que desenmascaramos los designios secretos de los dems. (142)
[El espejo] con la vanidad de todos los bienes de este mundo y, en concreto, la belleza de la
mujer, sometida a los estragos del tiempo. (143)
Estas dos ltimas acepciones del espejo reflejan la dialctica entre engao y desengao en que
se mueve la mentalidad barroca. Para poder sobrevivir en el mar proceloso de la corte o de la vida
colectiva en general, el individuo ha de crearse un personaje, componer sus gestos y su expresin,
maquillar su rostro, hacerse una mscara impenetrable que oculte sus pasiones y reprima sus
sentimientos. (143)
se identifica la belleza de la mujer con la muerte. (144)
la identidad de la mujer es reducida al engao y la mentira. (146)
La calavera se transforma en un recuerdo constante al ser humano de la vanidad de su vida, de
que la vida se define por la muerte, de que toda la vida del hombre debe ser una meditacin de la
muerte para hacerla bien una sola vez. La brevedad del tiempo concedido al ser humano, la
fugacidad de las cosas y la importancia del desengao son centrales en la cosmovisin
barroca. (147)
El mundo es un teatro de engaos ante el que no cabe otra actitud que la de penetrar en el fondo
oculto de las cosas y de las personas, tocar la realidad con la mano para dar lugar al desengao. Y
si uno se conoce verdaderamente a s mismo, no encontrar ms que vanidad y una calavera que
le reflejar lo que es y lo que habr de ser. (147)

La vida es, pues, un camino difcil, lleno de espinas y en perpetua lucha contra uno mismo y
contra los dems en un mundo basado en el conflicto permanente y en el combate de todos contra
todos, (151)
Todo el camino de la vida es concebido como un camino del conocimiento a un triple nivel:
conocimiento de la Naturaleza, pero sobre todo conocimiento de s mismo y conocimiento de los
dems, para poder sobrevivir en esa constante milicia contra la malicia del hombre. Para ello es
preciso aprender a leer y descifrar las voluntades ajenas, al mismo tiempo que se cifran y ocultan
los designios propios. (152)
sino la quijotada de la identidad, de ese intento de ser fieles y autnticos con nosotros
mismos, de entendernos completamente, pues slo D. Quijote, en su locura, es capaz de saber
quin es y lo que puede llegar a ser (157)
CITAS EL REALISMO FRANCS
Pero la mujer ms clarividente de la Europa postrevolucionaria, Madame de Stael, 39 observo
que la novela poda dejar ahora atrs al romance y explotar nuevos temas: la ambicin, el orgullo,
la avaricia y la vanidad. Su Ensayo sobre las ficciones parece una resea anticipada de Stendhal y
Balzac. No poda esperarse que el amor y la guerra desapareciesen; pero las relaciones humanas,
primeramente organizadas en tomo a estos dos temas, serian descentralizadas. Las lealtades
feudales, las sanciones espirituales o las conexiones de parentesco cederan paulatinamente ante
el contrato en metlico. El galanteo sera sustituido por el matrimonio., las hazaas por las
pertenencias, y los finales felices serian la combinacin de ambas cosas. (48)
Como vehculo para el individualismo, la literatura era libre de concentrarse en los personajes,
con mayor variedad y riqueza de detalles que la ficcin anterior. (52)
Con el siglo XIX, hay un compromiso entre los intereses de la tierra y del dinero, (53)
El realismo afirmo el predominio del ciudadano sobre el cortesano. (55)
De este modo, el viejo sueo de la dicha del campo cede ante, las pesadillas de la ciudad, como
ha sucedido siempre en la ficcin realista (55)
CITAS MIMESIS
Quien pretenda darse cuenta de su vida real y el lugar que ocupa en sociedad, tendr que hacerlo
sobre una base prctica mucho ms amplia y dentro de un conjunto mucho ms extenso, notando
de continuo que el suelo social que pisa no se mantiene quieto ni un solo instante, pues est
cambiando sin cesar a causa de las ms diversas sacudidas. (431)
Cuanto ms rico en ideas y ocurrencias, tanto menos capaz resulta de separar unos de otros los
diferentes elementos de su propio criterio, de refrenar la irrupcin de imgenes y comparaciones
sugestivas, pero oscuras, en sus explicaciones ideolgicas, y de asumir, en general, una actitud
crtica ante la corriente de su propia inspiracin. (446)

Balzac contina con una polmica contra la forma habitual de escribir las historia, achacndole
al descuido de las historia de las costumbres. (448)
Todos estos motivos: biolgicos, histricos, clsicos-morales, se encuentran esparcidos por su
obra. Le gustan mucho las comparaciones biolgicas; habla de fisiologa o zoologa con ocasin
de fenmenos sociales.
Balzac pretende ser un moralista clsico. (550) Pero ello no va ni con su estilo ni con su
temperamento. Las mejores frmulas las encuentra en plena narracin, cuando para nada piensa
en moralizar, (451)
Balzac sumerge a sus hroes mucho ms profundamente en las ligazones de tiempo, con lo cual
el criterio y las fronteras de lo que antes se entenda por trgico se le han extraviado, y no dispone
tampoco de la seriedad objetiva respecto a la realidad actual que ms tarde haba de desarrollarse.
Toda accin, por corriente y trivial que sea, es tomada por l a lo trgico y grandilocuentemente,
todo afn acuado de gran pasin. Est dispuesto a marcar a un infeliz cualquiera con el sello de
un hroe o de un santo; si es una mujer, la compara a un ngel o a una Madonna; demoniza
cualquier malvado un tanto enrgico, y en general, cualquier figura un tanto sombra. (453)
CITAS INTRODUCCIN A LA COMEDIA HUMANA
Han existido pues, y siempre existirn, especies sociales como existen especies zoolgicas.
(166)
en la sociedad no siempre es la mujer la hembra del macho. Puede haber en un hogar dos
seres perfectamente semejantes. La mujer del tendero resulta en ocasiones digna de un prncipe, y
la de un prncipe, con harta frecuencia, suele valer menos que la de un artista. (166)
el hecho es que el tendero se eleva ciertamente a par de Francia y el noble desciende a veces
al ltimo peldao social. (166)
La casualidad es el novelista ms grande de todos; basta estudiarla para ser fecundo. (167)
El hombre no es bueno ni malo, nace con instintos y aptitudes; la sociedad lejos de pervertirle,
cual pretenda Rousseau, lo que hace es perfeccionarle, mejorarle; pero tambin el inters
desarrolla sus malas inclinaciones. (168)
El reproche de inmoralidad, que jams ha dejado de lanzrsele al escritor valiente, es, adems, el
nico que queda por hacerle cuando no hay ya nada que decirle al poeta. (169)
Al copia la sociedad toda, captndola en la inmensidad de sus agitaciones, ocurri y tena que
ocurrir, que tal componente ofreciese a la vista ms de malo que de bueno, que tal parte del fresco
representase un grupo culpable y a crtica saliese gritando inmoralidad, sin reparar en la
moralidad de tal otra parte, destinada a formar con aquella un contraste perfecto. (171)

Los que se empean en ver en m la intencin de considerar al hombre como una criatura finita
incurren, pues, en un error extrao. (171)
Quien capte bien el sentido de esta obra, tendr que reconocer que concedo a los hechos
constantes, cotidianos, secretos o patentes, a los actos de la vida individual, a sus causas y a sus
principios, la misma importancia que hasta ahora le concedieron los historiadores a los
acontecimientos de la vida pblica de las naciones. (171)

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