Psicoanálisis e Historia de Las Mentalidades
Psicoanálisis e Historia de Las Mentalidades
Psicoanálisis e Historia de Las Mentalidades
PSICOANLISIS
E HISTORIA
DE LAS MENTALIDADES
UNA
POSIBLE
APROXIMACIN
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7 Freud. Slgmund. Los actos obsestvos y las pr.ctlcas religIosas. Obras Completas.
Amorrortu.
8
9 Freud, Slgmund.
Una neurosIs demonIaca del siglo XVII. Obras Completas.
Amorrortu.
10 Freud. Sgrnund, El hombre MoIss y la relfSl6n monotefsta. Obras Completas.
Amorrortu.
11 Freud, Sgmund, Dos masas artificiales. la Iglesia y el ejrcito en Pslcologfa de
las masas y an.llsls del yo. Obras Completas. Amorrortu.
12 Freud, Sgmund, Los dos prIncIpIos del suceder pstqotco,
Amorrortu.
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Obras Completas.
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des mental/ts,
In
Encyclopedle
en
341
el
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Blondel. CH . Introductlon
muestra
cmo
la manera
de preguntar,
puede
orientar
inconscientemente las respuestas del testigo, o documento, sea por la
situacin que encuadra la entrevista o por la idea preconcebida que el
investigador quiere demostrar, igual que en la situacin analtica el
analista puede sealar que el deseo del analista, el "deseo del
investigador",
ha de estar claro en l para no crear una contratransferencia,
que pueda obstaculizar su investigacin, haciendo
intervenir una sugestin en el testigo o privilegiando los datos que
confirman su hiptesis a costa de disimular, o no ver los que la niegan,
en la interpretacin de un documento. En este sentido, puede servir para
interrogar tanto al historiador de mentalidades como a su objeto, sobre
los contenidos latentes que subyacen en la mirada del investigador y en
el material que examina.
No obstante, ese aporte metodolgico exige mucha prudencia, ya que
no es 10 mismo escuchar en la sesin analtica a un sujeto que emite
significantes y cuya interpretacin tendr consecuencias en su vida, de
manera ms o menos mediata; e interpretar un material del pasado
cuyos sujetos enunciantes ya no estn, tiempo ha, entre nosotros. La
prueba de lo exacto o verdadero de la interpretacin no es verificable en
este caso en la transferencia; sino en la coherencia de la construccin
histrica en relacin a los datos. No se trata de hacer un psicoanlisis a
ultranza de personajes muertos, sino de afinar la interpretacin de los
datos histricos.
La interpretacin de la lgica del rito, del mito, de la creencia, de la
ceremonia, puede ser ampliada en esta colaboracin entre psicoanlisis
e historia de las mentalidades, aportando posiblemente nuevas vertientes
o filones de trabajo. A condicin, claro est, de ir ms all de la llamada
"consciencia colectiva", no hasta el "inconsciente colectivo" que en
rigor no existe, pero s hasta la elucidacin de la determinacin de actos
inconscientes en los sujetos que estudia, a partir de la psicopatologa de
la vida cotidiana de la que los sujetos dejaron algn sutil rastro.
El anlisis de la decisiva influencia en la formacin de un sujeto de
un grupo social con el que interacta, se complementa con el anlisis de
las respuestas singulares del sujeto frente al grupo social. Esto dialectiza
el determinismo social, discursivo, de la mentalidad de una poca, con
la eleccin del sujeto a acomodarse en ella o a combatirla, innovarla,
ponerla en cuestin, reinventarla y modificar su medio cultural.
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de lo imaginario
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para transformar
la realidad
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de
lo simblico
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de la
justo
de la
de la
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Historia de lo real
Philippe Aries coloca varios ejemplos de 10 que es el concepto de
mentalidad en el dominio de la historia.P Entre ellos elige el caso del
tiempo, y en su argumentacin dice que para el nacimiento de la
economa moderna y sus condiciones - la preocupacin por el ahorro,
por la voluntad de aplazar hacia el futuro un goce, en adelante
moderado,
el guardar las ganancias, la acumulacin capitalista, la
divisin del trabajo - fue necesario que antes de la tecnologa y de las
fuerzas de produccin, cambiara primero la actitud mental de los
hombres ante la riqueza y el goce.
En otro ejemplo haba citado a Duby, quien ocupado del impuesto,
deca que a la luz de nuestra mentalidad aparece como desconcertante
el gusto del gasto intil y loco que era comn a ricos y pobres los das de
fiesta y carnaval en el medioevo. Duby precisa: "En ese mundo tan
pobre, los trabajadores ms humildes no ignoraban las fiestas cuya
finalidad, por destruccin colectiva, breve y gozosa, de las riquezas en
el seno de una universal privacin, es peridicamente hacer renacer la
fraternidad, forzar la bienaventuranza de las fuerzas invisibles.
Son dos actitudes frente al goce que representan
posiciones
susceptibles de historia, frente a la realidad y a lo real, tal como se
pretende argumentado.
La historia de mentalidades surge de una reaccin contra una forma
de hacer la historia que se haba centrado en la descripcin de la historia
econmica. Pero, en el fondo, tanto una como otra, se encargan, en
cierto sentido, de describir la forma como los hombres gozan, y como,
a travs de los tiempos, han organizado la realidad, y las relaciones
sociales para garantizar dicho goce.
Por su parte, el psicoanlisis tiene una teorizacin sobre las relaciones
del sujeto con la realidad, que se quiere hacer coincidir en algunos
puntos con el objeto de la historia de las mentalidades y la historia
econmica que se ha descrito.
Desde muy temprano, Freud se preocup de las relaciones del sujeto
con la realidad. En su episteme positivista describe en el Proyecto de
psicologa cientfica que luego de la primera experiencia de satisfaccin el
sujeto tiende a la alucinacin; por medio de la cual pretende, en
43 Aries, Phlllppe, L 'histotre des mentillits
En: La nouvelle Hlstolre, dirigida por
Le Goff. Retz, Parfs.
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J.
ausencia del objeto que la produjo, por ejemplo la madre, reproducir las
condiciones de la satisfaccin inicial. Pero rpidamente
Freud se
encuentra con el problema de que el sujeto no posee un dispositivo para
diferenciar la percepcin del objeto real y la reproduccin alucinatoria
del mismo, que tiene para el sujeto las mismas condiciones de la
percepcin. Cmo diferenciar interior y exterior? Es el mismo problema
que se encontr Descartes, y por eso duda de la percepcin al esta
colocarle ante los ojos la misma sensacin de realidad en una percepcin
del mundo exterior que ante un sueo, y por ello prescinde del
inconsciente, al que llama genio maligno engaador y toma partido por
la consciencia que puede conducirlo a ideas claras y distintas.
Freud describe que la satisfaccin alucinatoria no es, en rigor, una
satisfaccin, y lo que le devuelve al sujeto es ms bien la privacin y la
frustracin, en todo caso el displacer; esto hace que en el yo se instale un
mecanismo que inhiba la tendencia a la alucinacin, y un dispositivo
que, en la poca, Freud llama prueba de realidad. Sin embargo, hoy
sabemos que no hay prueba de realidad, que este era un concepto que
exiga el paradigma cartesiano subyacente a este modelo del pensar que
coloca, de un lado, el sujeto cognocente y, del otro, en la realidad
exterior, un objeto por conocer que existe con independencia del objeto.
No obstante, hemos reflexionado que la dimensin imaginaria quiebra
ese paradigma, porque la imagen reina tanto en el "mundo exterior"
como en el"mundo interior", como sueo, o como cine, como espejismo
producido por la refraccin o reflexin de la luz en distintos medios, o
como alucinacin. Igualmente el nivel simblico est en ruptura con ese
paradigma, porque el lenguaje es exterior como materialidad significante,
onda sonora, vibracin en la garganta, voz, sistemas de comunicacin
social, seales, escritura, smbolos; pero tambin es interior: significados,
ideas, pensamientos, palabras que nos colocan en una estructura de
borde.
Ambas dimensiones nos constituyen y constituyen la realidad, en
una estructura que se puede nombrar moebiana. En efecto, una banda
de Mobius es la manera de revolucionar el espacio de derecho y revs,
de afuera y adentro, y mediante una torsin crea una superficie que liga
en un solo plano las antes supuestas oposiciones. Es as como Lacan
piensa la realidad, una estructura Moebiana compuesta por lo imaginario
y lo simblico que la atraviesa, y que en su curso traspasa igualmente al
sujeto. En consecuencia, no hay prueba de realidad que no sea imaginaria
o simblica. Por eso la realidad es consensual, surge porque el consenso
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Bibliografa
a la psychologie
Possession
de Loudrun
in L'histoire
et ses methodes,
Mil
,.
interpretacin
---------------------Psicologa
de los sueos
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ACHSC / 26 / Ramrez
---------------------Los
--------------------
Ttem y tab,
---------------------Apndice
al caso Schreber
-------------------Una
---------------------EI
---------------------"OOS
Siniestro.
---------------------Historia
del Movimiento
psicoanaltico
a l'age clasique,
Pars,
Albatros, Argentina.
Lebrun, P., Les Hommes et la mort en Anjou aux XVIIe et XVIIIe sieclee.
Essai de dmographieet de psychologie historique, Pars, Mouton, 1971
Le Goff, Jacques, [alons pour l' histoire de la genese de I'histoire des
mentalits, in Faire I'Histoire, Gallimard, Pars.
---------------------Les
XVIIe-XVIlle
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