Aclamad Al Senor Salmo 100 99 Comentario
Aclamad Al Senor Salmo 100 99 Comentario
Aclamad Al Senor Salmo 100 99 Comentario
alabanza que el salmista pone en nuestros labios hay una especie de profesin de fe,
expresada a travs de una serie de atributos que definen la realidad ntima de Dios. Este credo
esencial contiene las siguientes afirmaciones: el Seor es Dios, el Seor es nuestro creador,
nosotros somos su pueblo, el Seor es bueno, su misericordia es eterna y su fidelidad no
tiene fin (cf. vv. 3-5).
5. Tenemos, ante todo, una renovada confesin de fe en el nico Dios, como exige el primer
mandamiento del Declogo: Yo soy el Seor, tu Dios. (...) No habr para ti otros dioses delante
de m (Ex 20,2.3). Y como se repite a menudo en la Biblia: Reconoce, pues, hoy y medita en tu
corazn que el Seor es el nico Dios all arriba en el cielo, y aqu abajo en la tierra; no hay
otro (Dt 4,39). Se proclama despus la fe en el Dios creador, fuente del ser y de la vida.
Sigue la afirmacin, expresada a travs de la as llamada frmula del pacto, de la certeza que
Israel tiene de la eleccin divina: Somos suyos, su pueblo y ovejas de su rebao (v. 3). Es
una certeza que los fieles del nuevo pueblo de Dios hacen suya, con la conciencia de constituir el
rebao que el Pastor supremo de las almas conduce a las praderas eternas del cielo (cf. 1 Pe
2,25).
6. Despus de la proclamacin de Dios uno, creador y fuente de la alianza, el retrato del Seor
cantado por nuestro salmo prosigue con la meditacin de tres cualidades divinas exaltadas
con frecuencia en el Salterio: la bondad, el amor misericordioso (hsed) y la fidelidad. Son
las tres virtudes que caracterizan la alianza de Dios con su pueblo; expresan un vnculo que
no se romper jams, dentro del flujo de las generaciones y a pesar del ro fangoso de los
pecados, las rebeliones y las infidelidades humanas. Con serena confianza en el amor divino,
que no faltar jams, el pueblo de Dios se encamina a lo largo de la historia con sus tentaciones y
debilidades diarias.
Y esta confianza se transforma en canto, al que a veces las palabras ya no bastan, como observa
san Agustn: Cuanto ms aumente la caridad, tanto ms te dars cuenta de que decas y no
decas. En efecto, antes de saborear ciertas cosas creas poder utilizar palabras para mostrar a
Dios; al contrario, cuando has comenzado a sentir su gusto, te has dado cuenta de que no eres
capaz de explicar adecuadamente lo que pruebas. Pero si te das cuenta de que no sabes
expresar con palabras lo que experimentas, acaso debers por eso callarte y no alabar? (...) No,
en absoluto. No sers tan ingrato. A l se deben el honor, el respeto y la mayor alabanza. (...)
Escucha el salmo: "Aclama al Seor, tierra entera". Comprenders el jbilo de toda la tierra, si t
mismo aclamas al Seor (Exposiciones sobre los Salmos III, 1, Roma 1993, p. 459).
- Fuente: Juan Pablo II, Catequesis sobre los Salmos, Audiencia General del 07-XI-2001
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Nota a los salmistas: El objetivo de estos documentos es ayudar al salmista a profundizar en el
canto. Os rogamos no usarlo para dar una larga catequesis sobre el canto a la asamblea.
Estos escritos podran no obstante darnos alguna idea clave para transmitirla a la asamblea,
segn el contexto de la celebracin litrgica, con la intencin que sta sea un verdadero
encuentro con Cristo resucitado.