Psicoterapia Breve
Psicoterapia Breve
Psicoterapia Breve
Introduccin.
La atenci6n a la salud meqtal exige en su nivel especializado, tanto en sus
compromisos pblicos como privados, del manejo de tcn~cas psicoteraputicas que
posean un amplio campo de acci6n y que puedan acoger al mayor nmero posible de
demandantes, siempre que cuenten con una probada validez y fiabilidad y se atengan al
marco deontolgico profesional. En tal sentido, y en 10 que se refiere a la perspectiva
dinmica, es evidente que el abordaje psicoanaltico estricto slo est indicado en algunos
casos muy concretos, pero las- ideas acerca del desarrollo y del funcionamiento psquicos,
las hiptesis de trabajo y la metodologa propias del psicoanlisis pueden emplearse, con
ciertas modificaciones, para prestar ayuda a sujetos con alteraciones de conducta, sntomas
neur6ticos o psic6ticos y variadas dificultades de adaptacin (1). Esto ha abocado a que, en
los ltimos treinta aos y algo msrecientemente en nuestro pas, se vengan imponiendo
las tcnicas psicoteraputicas dinmicas breves e intensivas, ya que poseen las caractersticas
adecuadas para satisfacer las necesidades clnicas de algunos de nuestros pacientes. Tales
abordajes pueden competir con la terapia conductual-cognitiva y con la terapia sistmica,
por citar las intervenciones ms usuales en la actualidad, lo cual es impensable con el uso de
la tcnica analtica convencional (2, 3, 4, 5, 6). Es bien cierto, sin embargo, que no estamos
ante ninguna panacea, pues s610 un grupo concreto de demandantes de salud mental pueden
beneficiarse de estas intervenciones: estimamos que entre 20-30% de los pacientes de los
circuitos pblicos satisfacen los criterios de selecci6n de las terapias dinmicas breves, cifra
que se eleva al 50-60% en los que acceden a las consultas privadas.
Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 2001, vol XXI, n.o 78, pp. 7-25
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a sujetos que han tenido importantes problemas en su desarrollo temprano, que son
portadores de un yo frgil Q dbil Y que refieren abundantes crisis de descompensacin
a 10 largo de su vida.
Malan (17, 18) describe su tcnica (Brie! Dynamic Psychotherapy o BDP), de
unas 20 sesiones en total, como una tarea que persigue la comprensi6n y el insight de un
foco central (edpico, de fracaso o de duelo), as como un cambio en las correspondientes
defensas neur6ticas, para lograr la mejor conducta adaptativa del sujeto afecto de ciertos
trastornos psicopatol6gicos.
Davanloo (19, 20, 21), por su parte, incluye el trabajo simultneo de mltiples
focos (Broad-Focus Short-Term Dynamic Psychotherapy o BFSTDP), aceptando a
pacientes con muy variada y grave sintomatologa (fobias y depresiones crnicas,
neurosis obsesivas, diversas caracteropatas, variadas enfermedades psicosomticas,
etc.), habiendo realizado interesantes aportaciones tcnicas para ello (22, 23, 24, 25,
26,27,28,29,30,31).
Evaluaciones de la eficacia.
Las evaluaciones cientficas de las prcticas psicoteraputicas de apoyo y
dinmica han sido y son abundantes. En el caso de las terapias de sostn, por ejemplo,
Bellak y Siegel (32) subrayan que el 82% de los pacientes de su "clnica de paseo" haban
mejorado y Langsley y Kaplan (33) tarubin han comprobado, por medio de estudios
controlados, el indudable beneficio de las intervenciones en familias, mostrando que los
sujetos hospitalizados tras una crisis ttatada psicoteraputicamente necesitaron cinco
das de ingreso, frente a los veinticinco das que requirieron los no tratados. Resultados
igualmente positivos ha verificado Straker (34) con sus sesiones de veinte minutos.
En lo referente a las psicoterapias dinmicas, Sifneos (14, 15, 35, 36, 37) incluy
evaluaciones continuas, investigando el estado de los sujetos al comienzo y al final del
tratamiento, constituyndose los grupos de control por sujetos que entraban en lista
de espera y que posteriormente fueron tratados con STAPP. Partiendo de una serie de
criterios dinmicos previamente establecidos, dos evaluadores independientes estudiaban
la evolucin de los sujetos, que haban sido asignados al azar al grupo de tratamiento o al
grupo de control. Al finalizar la psicoterapia, generalmente a los cuatro o cinco meses de
iniciada, todos los pacientes fueron reevaluados, en cuyo instante los pertenecientes al grupo
de control entraban en terapia. Pues bien, los cambios favorables fueron muy evidentes y
significativos en las personas tratadas (en tomo al 80%), aunque Sifneos verific que el
20% de los sujetos en lista de espera tambin haban presentando mejora de sus sntomas.
Sin embargo, cuando stos fueron entrevistados, resaltaron que en su entorno se haban
dado carubios importantes que haban afectado a sus vidas. En cuanto a los sujetos tratados
(inicialmente o tras estar un tiempo previo en lista de espera), todos admitieron que la
psicoterapia haba sido la mejor y ms til experiencia en la resolucin de sus conflictos. Un
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En cuanto a la STAPp, Sifneos (15, 16) agrupa sus aspectos tcnicos en los
siguientes puntos: las sesiones son cara a cara, semanales, de unos 45 minutos de
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debidamente controladas, y con ayuda del oportuno saber terico, ser el ms importante
baluarte en que apoyar las oportunas interpretaciones.
Un elemento bsico es para Malan el rapport, definido como el grado de contacto
afectivo entre paciente y terapeuta (18), lo que a nuestro entender supone el ingrediente
esencial de la clsica alianza teraputica. El estado del rapport debe ser percibido por
el terapeuta en cada instante del proceso, pues es la clave que va marcando cmo se
desarrolla el mismo: el camino por el cual puede captarse cmo se halla el rapport
es observando el grado en que el paciente entra en contacto con sus sentimientos ms
genuinos y la fonna en que se desenvuelve tras una interpretacin profunda.
Por otra parte, Malan (18) concreta que la misin del terapeuta dinmico es
trabajar sobre la base de dos tringulos, el tringulo del conflicto y el tringulo de las
personas. El tringulo del conflicto es algo cercano a lo que Menninger (40) llam
tringulo del insight, implicando enfrentarse sucesivamente a:
1. Los mtodos adoptados por los pacientes (defensas) para controlar el dolor
psquico o la angustia que taponan los sentimientos/impulsos ocultos o inaceptables.
2. Las temidas consecuencias (humillacin, vergenza, tristeza, etc.) que traen
consigo el conscienciar y expresar tales sentimientos/impulsos. Y,
3. La ndole de los contenidos rechazados (sentimientos/impulsos reprimidos).
El tringulo del conflicto (D-A-S/I) se trabaja analticamente te'niendo
constantemente en cuenta el tringulo de las personas (T-O-P), constituido por las
relaciones que el sujeto tiene con las personas de su vida cotidiana (vrtice que Malan
llama relaciones con el otro u O y que Davanloo prefiere etiquetar como relaciones de la
vida corriente o e o de la vida actual o A), las relaciones transferenciales que aparecen
en el aqu-ahora-conmigo de las sesiones (T) y las relaciones del pasado lejano con los
progenitores (P) (vase figura 1). Por otra parte, como puede observarse en la citada
figura, hay tres posibles nexos en el tringulo de las personas: el nexo O/P, en donde
existen impulsos y sentimientos rechazados dirigidos a otro (O), que tienen su ltima
procedencia en los que estuvieron referidos a los progenitores (P); el nexo Off, que
conecta lo que acontece en la vida con el otro (O) con las reacciones transferenciales
(T); y el nexo T/P, que liga los deseos expresados ante el terapeuta (T) con los
sentimientos/impulsos conflictivos que tuvieron lugar en el pasado infantil respecto
los progenitores (P).
En estas representaciones grficas, Molnos (41) ha realizado una interesante
aportacin, creando un esquema en el que se considera, en cada uno de los vrtices del
tringulo de las personas, un tringulo del conflicto. Molnos caracteriza el vrtice Sil
como X, smbolo que encierra aquello que est oculto y es relevante en el problema
del paciente, pudiendo tratarse de un impulso reprimido sexual o agresivo, un dolor
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insoportable, una pena o tristeza, etc. Por otro lado, Molnos da a los tres tringulos
internos del conflicto distinto tamao s8gn su importancia para el problema global y
un grosor mayor o menor a sus lneas demarcadoras segn la viveza emocional con que
el sujeto exprese tales conflictos: as, habitualmente, ha de representarse el tamao del
tringulo del conflicto ms grande en el vrtice P, luego en el C y finalmente en el T,
ocurriendo lo contrario en cuanto al grosor (vase la figura 2).
La importancia de la innovacin de Molnos es que puede permitir la concrecin
grfica de la mayora de las intervenciones teraputicas, facilitando esto su trnsmisin
y enseanza. En tal sentido, ha de resaltarse que el saber y la habilidad del terapeuta est
en conocer con precisin qu vrtice del tringulo de las personas se halla activado en un
momento dado del proceso de la cura y analizar en un orden correcto el correspondiente
tringulo del conflicto (primero la resistencia/defensa, despus el afecto que tapona
a los impulsos/sentimientos inconscientes y finalmente stos, que Molnos llama X),
confrontando y disolviendo las oportunas resistencias/defensas, as como elaborando las
adecuadas reconstrucciones histricas e interpretaciones y ligando entre s los distintos
vrtices del tringulo de las personas, lo que muestra el mayor grado de correlacin
con la eficacia teraputica.
Segn el enfoque del modelo de Malan (18), el sujeto acude habitualmente a
la terapia expresando problemas y dificultades en su vida actual (O). En tal fase de la
psicoterapia debe confrontarse, esclarecerse, reconstruirse e interpretarse el conflicto sin
salirse de este vrtice, siguiendo el orden que antes se ha indicado (D 6 A 6 S/I). Cuando
el contenido Sil (o X)se va situando en la superficie psquica o acercando al yo, gracias a
la debilitacin que se ha logrado de la resistencia/defensa (D) y del afecto concomitante
(A), es probable que esto provoque un incremento de ste (angustia, clera, vergenza,
etc.) y subsiguientemente se reactive dicha resistencia/defensa: entonces debe reincidirse
en el ataque a tal resistencia hasta que pierda definitivamente su fuerza, lo que suele
alcanzarse cuando el paciente puede describir con detalle el concomitante afecto
displacentero (angustia, clera, vergenza, etc.), cosa que debe efectuarse solicitando
primero la expresin de sus ingredientes somatizados y posteriormente los aspectos de
ndole cognitiva. En tales circunstancias, si el proceso sigue un curso correcto (en lo que
la existencia de una potente alianza teraputica se toma una condicin indispensable),
los contenidos S/I (X) se van aproximando al yo, pudiendo ser entonces objeto de los
oportunos sealamientos y confrontaciones, esclarecimientos, reconstrucciones histricas,
interpretaciones y translaboraciones.
Una vez suficientemente dominado el conflicto del vrtice 0, se intentan las
debidas conexiones con algunos de los dos vrtices restantes del tringulo de las personas.
En una terapia en la que la transferencia se desarrolle con lentitud, se elegir primero el
vrtice P, estableciendo las oportunas conexiones OIP, mostrando al sujeto (con apoyo en
las confrontaciones, reconstrucciones e interpretaciones) la ligazn pasado-presente que
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Evaluaciones de la eficacia
Las evaluaciones cientficas de las prcticas psicoteraputicas de apoyo y
dinmica han sido y son abundantes. En el caso de las terapias de sostn, por ejemplo,
Bellak y Siegel (36) subrayan que el 82% de los pacientes de su "clnica de paseo" haban
mejorado y Langsley y Kaplan (37) tambin han comprobado, por medio de estudios
controlados, el indudable banaficio de las intervenciones en familias, mostrando que los
sujetos hospitalizados tras una crisis trastada psicoteraputicamente necesitaron cinco das
de ingreso, frente a los veintiocho que requirieron los no tratados. Resultados igualmente
positivos ha verificado Straker- (38) con sus sesiones de veinte ~nutos.
En los referente a las psitorerapias dinmicas, Sifneos (14, 15, 39, 40, 41)
incluy evaluaciones contnuas, investigando el estado de los sujetos al comienzo y al
final del tratamiento, constituyndose los grupos de control por sujetos que entraban en
lista de espera y que posteriormente fueron tratados con STAPP. Partiendo de una ~erie de
criterios dinmicos previamente establecidos, dos evaluadores independientes estudiaban
la evolucin de los sujetos, que haban sido asignados al azar al grupo de tratamiento o
al grupo de control. Al finalizar la psicoterapia, generalmente a los cuatro o cinco meses
de iniciada, todos los pacientes fueron reevaluados, en cuyo instante los pertenecientes
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al grupo de control entraban en terapia. Pues bien, los cambios favorables fueron muy
evidentes y significativos en las personas tratadas (en torno al 80%), aunque Sifneos
verific que el 20% de los sujetos en lista de espera tambin haban presentado mejoras
de sus sntomas. Sin embargo, cuando stos fueron entrevistados, resaltaron que en su
entorno se haban dado cambios importantes que haban afectado a sus vidas. En cuanto
a los sujetos tratados (inicialmente o tras estar un tiempo previo en lista de espera),
todos admitieron que la psicoterapia haba sido la mejor y ms til experiencia en la
resolucin de sus conflictos. Un ao despus seguan mostrando capacidad pra solucionar
adecuadamente nuevos problemas, incluso aquellos pacientes que no haban tenido
modificaciones caracteriales profundas. Las investigaciones de Malan (42) han aportado
datos similares a los de Sifneos.
A pesar de todo ello, los psicoanalistas freudianos convencionales mantienen que
la psicoterapia dinmica breve es un abordaje superficial, que imposibilita la resolucin
autntica de las conflictivas ms nucleares del sujeto por no alcanzar un correcto anlisis
de los fenmenos transferenciales, criticando tambin su alejamiento tcnico respecto
del genuino psicoanlisis, como ocurre con las duras confrontaciones que habitualmente
requiere. Frente a estos ataques, los teraputas dinmicos presentan sus positivos
resultados, con seguimientos de varios aos, resaltando que la tcnica clsica, an con su
prolongacin en el tiempo y su exhaustivo trabajo de la transferencia, no lleva aparejado
un aumento significativo en la eficacia. Tal enfrentamiento entre unos y otros nos parece
inadecuado, habida cuenta de que ambas tcnicas tienen sus indicaciones, no sieneo
correcto defender que la psicoterapia dinmica breve sea una alternativa que pretenda
sustituir al psicoanlisis, sino que es sencillamente un tipo de intervencin que puede
resolver, con menor tiempo y esfuerzo, muchos trastornos que antes eran, por unas u
otras razones, o bien incluidos en el psicoanlisis tradicional o dejados fuera por
no cumplir una serie de requisitos. Entendemos, pues, que el anlisis-tipo tiene su
campo de indicaciones, al igual que la psicoterapia dinmica y las terapias de sostn,
aunque ciertamente se den a veces algunas superposiciones, sobre todo entre las
dos primeras.
DEFENSA (O)
ANGUSTIA (A)
TRANSFERENCIA (T)
SENTIMIENTO/IMPULSO (S/I)
Tringulo del conflicto
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PROGENITORES (P)
TrinQulo de las oersonas
OTRO (O)
OTRO(C uO)
PROGENITORES (P)
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I
* Psiquiatra y psiclogo
** Psiquiatra y psiclogo
Departamento de Psicologa ExperiInental
Universidad de Sevilla
Correspondencia:
Dr. Antonio Snchez-Barranco Ruiz, Pza. Dr. Gonzlez Gramage, 2-11B
41005 Sevilla
Fecha de recepcin: 1-2-01