La Trilogía Bananera
La Trilogía Bananera
La Trilogía Bananera
RESUMEN
A travs del anlisis de la obra narrativa del gran escritor guatemalteco, Miguel ngel Asturias, intento plantear las grandes claves en las polticas de penetracin y dominio imperialista de las grandes
multinacionales bananeras norteamericanas a principios del siglo XX, en Guatemala, en las llanuras
atlnticas primero y del Pacfico despus; hecho que se da tambin en Honduras y Costa Rica, y en
otros pases de Amrica latina, como Colombia. Pretendo analizar, a travs de la representacin del
sistema de signos que constituye el espacio novelesco, y de la memoria colectiva del pueblo, de la que
se hace eco el autor, la respuesta que surge de los pequeos y medianos propietarios y cultivadores
locales (finqueros), y en particular de las grandes huelgas de los peones de las plantaciones de la United Fruit Company. El anlisis completo de la problemtica, y de la historia (del colonialismo norteamericano) se realiza a partir de la obra de Miguel ngel Asturias, sobre todo de su triloga bananera, que se inici con Viento Fuerte, publicada en 1950, seguida de El Papa Verde, de 1954 y Los ojos
de los enterrados, editada ya en 1960. El propio Miguel ngel Asturias afirmaba que la novela es el
nico medio que tengo para dar a conocer al mundo las necesidades y aspiraciones de mi pueblo.
Palabras claves: Guatemala, Triloga bananera, llanuras atlnticas y pacficas, UFCO, Bananera,
dominio territorial, imperialismo, repblicas bananeras.
ISSN: 0211-9803
Keywords: Guatemala, bananas trilogy, atlantic and pacific evenness, UFCO, Bananera, territorys
dominium, imperialism, bananas republics.
Anales de Geografa
2006, 26, 117-143
119
Anales de Geografa
2006, 26, 117-143
121
Hay una concepcin ecolgica de la geografa, incluso en la lnea del posibilismo de P. Vidal de la Blache y sus discpulos, autores a los que probablemente ley
por su formacin jurdica y sobre todo etnogrfica, pero tambin por su larga estancia en Pars. Aunque sin lugar a dudas tambin hay coherencia ideolgica en el autor
porque aplica la concepcin marxista del espacio y de la naturaleza, en la medida
en que conforme aumenta el grado de desarrollo de las fuerzas productivas, mayor
es la capacidad del hombre para transformar la naturaleza e independizarse de ella;
y este desarrollo tan grande de las fuerzas productivas se produce de una forma exgena, por la introduccin de capital, maquinaria y tecnologa por parte de la UFCO,
122
Anales de Geografa
2006, 26, 117-143
lo cual conlleva al mismo tiempo la penetracin del modo de produccin capitalista en una formacin socioeconmica y espacial campesina, como la de Guatemala
en la primera mitad del siglo XX. El propio G. Garca Mrquez, en Cien aos de
Soledad, parece que se inspira, dos dcadas despus, en esta visin del colonialismo norteamericano y su capacidad tecnolgica para transforma el medio natural:
Dotados de recursos que en otra poca estuvieron reservados a la Divina
Providencia, modificaron el rgimen de las lluvias, apresuraron el ciclo de las
cosechas, y quitaron de donde estuvo siempre y lo pusieron con sus piedras blancas y sus corrientes heladas en el otro extremo de la poblacin, detrs del cementerio (Cien aos de Soledad, p. 270-271).
123
3 Miguel ngel Asturias no hace alusin alguna a este territorio, al menos directamente, en la triloga, salvo en El Papa Verde, p. 62, cuando dice: Y empez la claridad que alumbra el Petn () La
claridad lunar fuera del aire no penetra la atmsfera de la costa hasta ocultarse el sol por completo. La
claridad lunar que alumbra estuvo escondida con ella en aquella choza
124
Anales de Geografa
2006, 26, 117-143
Anales de Geografa
2006, 26, 117-143
125
esponjaba, las carnes de cecinas fras de los montaeses cedan bajo el cinapismo del bochorno (Viento fuerte, p. 27). () El aire era sofocante y haba que
andar, gastar la suela de los zapatos. El paseo los ayudaba a pasar la noche.
Cansarse, digerir, hablar midiendo sbanas de grama para pasos perdidos entre
casa profusamente alumbradas y a las que las radios a todo volumen daba aire de
cajas de msica (Viento fuerte, p. 31)6.
Figura 1: Temperaturas medias mensuales y anuales
de diferentes mbitos climticos de Guatemala
126
Anales de Geografa
2006, 26, 117-143
como en Puerto Barrios, sin que se esboce estacin seca alguna (Figura 2). Este clima
lluvioso todo el ao se da en toda la cuenca baja del Motagua y en la fachada caribea de Izabal y del lago del mismo nombre. Cuenca arriba del Motagua, las precipitaciones descienden, registrndose cierta aridez en el curso medio y sobre todo ya en su
curso alto, por la situacin marginal a las masas de aire de la CIT, del NE, en una posicin de abrigo, al actuar de pantalla las sierras de Chuacus, Las Minas y Montaas del
Mico e incluso los propios Altos. Por ello, la zona bananera se localiza fundamentalmente en el rea ms litoral del curso del ro y de su rea de influencia, esto es, all
donde las lluvias no slo son importantes sino que se distribuyen a lo largo de todo el
ao. Y as se manifiesta en el espacio narrativo de la triloga, sobre todo en las dos primeras, Viento Fuerte y El Papa Verde.
Figura 2: Diagrama climtico de Puerto Barrios (1990-2003)
En la larga llanura litoral pacfica, la temperatura media es similar pero las precipitaciones descienden y ya hay una evidente estacin seca, de diciembre-enero a
abril-mayo (el verano, por la escasez de lluvias), pero en la estacin lluviosa (el
denominado invierno), las precipitaciones son relevantes, pudiendo situarse entre
los 1.000 y 2.000 mm. al ao, como Puerto San Jos, con un promedio total de
1.640 mm.8
8 Por estas condiciones termopluviomtricas, la costa es hostil, insalubre y malsana para la salud,
sobre todo por el paludismo: No es coloquio, es que yo todo lo podra aguantar menos que me digan
Anales de Geografa
2006, 26, 117-143
127
Los meses secos se reducen a dos, enero y febrero, aunque diciembre y marzo
reciben precipitaciones por debajo del promedio mensual. Pero conforme se sube en
altitud y se adentra en la cordillera volcnica y en los Altos, prolongacin de la
Sierra Madre de Mxico, en las tierras de criollos o ladinos e indios, templadas y
tambin fras, las temperaturas descienden y del mismo modo las precipitaciones,
hasta situarse en torno a los 1.000 mm. al ao, suficientes para la agricultura y ganadera de subsistencia, tanto de de indios como de ladinos, en los ranchos; presentan
en el espacio(narrativo) una mayor dispersin los primeros, en tanto que los ladino
se concentran en pequeas aldeas. No obstante, todos ellos se asientan en suelos
de ir a la costa, donde hay tantos zancudos, y no es fuerza, si aqu la pasa uno, verd que no es mayor
cosa la que se gana, que las tierras estn deprimidas, que aflige ver el maicito y el frijol que producen,
pero tal vez abonndolas (Viento Fuerte, p. 80).
128
Anales de Geografa
2006, 26, 117-143
pobres, por lo que desde que se inicia el proceso de transformacin del terreno en
la costa para la siembra y cultivo del banano, se cuestiona la supervivencia en las
tierras altas:
Pero ahora s mejor le digo que no, antes que siga to Pedrito, porque vengo de
ofrecer mis escrituras en prenda de un pisto que necesito, y ni las vieron siquiera. No dan ms sobre estos cenizales, tierras peladas (Viento Fuerte, p. 75)
() Y por eso no me canso de repetirles que los que son sanos tienen su puesto all, en esas bajeras donde el verde es verde color de perico, y todo se da en
vicioPara qu ms maz, si las mazorcas se multiplican, los frijolares parecen
manchas de pao en cara de mujer preada. Vean ustedes cuando yo me fijo en
las siembras de por aqu, me da la impresin de que ya no son hojas las que salen
de la tierra, sino plumas de gallinas muertas (Viento Fuerte, p. 82 y 83).
En las reas de mejor exposicin a las masas de aire, las precipitaciones aumentan hasta situarse en torno a los 2.000 mm., pero la pobreza de los suelos y las buenas expectativas de la costa, de salarios que se consideran o se perciben como buenos, dada la pobreza generalizada, hace que se produzca un autntico xodo de la
poblacin de la montaa, desde los altos, sobre todo de los jvenes ladinos. Porque
la tendencia del indio a emigrar a la costa es menor, como se manifiesta con claridad en la obra, al menos en la memoria colectiva de la que se hace eco el autor.
Anales de Geografa
2006, 26, 117-143
129
La primera novela de la triloga, Viento Fuerte, hace alusin a un rasgo clave del
clima y del espacio geogrfico de Centroamrica en general y de Guatemala en particular, esto es, la incidencia de los ciclones tropicales, y que resulta clave porque se
halla omnipresente en toda la triloga9. Importa mucho que M. A. Asturias haya acudido a un elemento geogrfico tan relevante, porque de esta manera la perspectiva
geogrfica del espacio narrativo de la triloga es esencial, introduciendo al mismo
tiempo un recurso propio del realismo mgico. El viento fuerte, el huracn se convierte en la metfora, en la imagen de castigo del pueblo oprimido (de los peones y
jaladores de fruta) contra la UFCO, para destruir todas las plantaciones, incluso
invocando la intervencin mgico-religiosa (indgena) del cham10 Rito Perraj, que
termina por desencadenar el gran huracn que arrasa con todo el banano de la
Compaa. Hay, no obstante, y eso revela la perspectiva geogrfica del autor, un
intento de explicacin cientfico-racional de este proceso atmosfrico, cuando pone
en boca de Ernie Walter, ejecutivo gringo de la Compaa, lo siguiente:
() Anderson dej un estudio de climatologa, fuera, naturalmente, de los planos de la regin, determinando su topografa, y lo que ms priv para que aceptaran sus proyectos es, que al fijar lo relativo a los vientos, pudo comprobar que
por este lado de la costa no se produce el viento fuerte. Y efectivamente, jams
se ha presentado () Es algo pavoroso. Con decirles a ustedes que yo, que he
navegado mucho y he pasado fuertes temporales en el mar, uno de los ciclones
de Cuba, ninguno de estos fenmenos me produjo el pavor de cuando el viento
fuerte peg en este lado del Atlntico, hace tres aos. Uno siente que lo ahoga,
lo asfixia, lo hace polvo. Es un viento huracanado que no slo sacude y arrebata
todo lo que est en la superficie, sino que arranca de raz rboles y edificios
(Viento Fuerte, p. 123).
Los ciclones tropicales afectaban peridicamente a Guatemala, causando grandes estragos, y Miguel ngel Asturias acude al uso mgico de este fenmeno
atmosfrico como conjura de los peones explotados para acabar con las plantaciones bananeras de la Frutera11, que alcanza tambin a la vertiente pacfica, al final de
la novela Viento Fuerte:
El viento seco, caliente, casi fuego de agua, no slo derribaba cuanto le sala al
paso, sino lo secaba, lo dejaba como estopa, vaciaba la sustancia de los tumba19
10
130
Anales de Geografa
2006, 26, 117-143
dos bananales, igual que si muchos, igual que si muchos das hubieran estado all
tirados al sol, (Viento Fuerte, p. 203).
El tiempo de la historia parece fcil de dilucidar, pero se complica algo ms el tiempo del relato.
Una vez se analiza con detenimiento la obra, y en particular las dos primeras novelas de la triloga, la conclusin puede parecer casi evidente, esto es, que el autor slo piensa en la triloga cuando
finaliza la primera, aunque la estructura narrativa es impecable y el carcter circular otorga independencia a cada novela.
Anales de Geografa
2006, 26, 117-143
131
tercera, Los ojos de los enterrados, finalizada en 1959, cuyo tema central es el
derrocamiento de la Dictadura (de Jorge Ubico) y la derrota de la Frutera, a la cabeza de la cual ya se haba instalado el Papa Verde, el sugestivo personaje creado por
Miguel ngel Asturias, Geo Maker Thomson. Frutera y Dictadura se equiparan y se
hace interdependientes, de tal modo que la preparacin de la huelga general de 1944
tiene como objetivo acabar con amabas al mismo tiempo, con cuyo xito acaba la
triloga y el tiempo de accin y del relato y de la historia14.
As, y dado que acaba en 1944, con la huelga general, el tiempo en que se sita
la triloga parece claro, pues se inicia a principios de siglo, cuando Geo Maker
Thomson desembarca en Puerto Barrios, con la intencin de vender su pequeo y
viejo vapor, con el que traficaba como autntico pirata por el Caribe, para convertirse en plantador de bananos:
Acostumbrado Geo Maker Thomson a disponer del trujillano como de su persona, esta separacin lo parta en dos. Lo encontr en Puerto Limn y se asociaron. Ambos andaban en el mismo negocio. Proporcionar a los infelices italianos
y espaoles que trabajaban en la construccin del Canal de Panam el medio de
evadirse, de no dejar sus huesos a lo largo de los caminos de hierro en construccin, ya blancos de esqueletos, ni esperar que los amansaran por hambre, para
reducirles los salarios () S, dejaba en el trujillano lo que de l seguira libre
en el mar, en la pesca de perlas y esponjas en los Cayos de Belice, en el contrabando de armas() En el rescate de los braceros que huan del infierno de
Panam. Dejaba en el sirviente un poco de Jamaica, un poco de Cuba, de las islas
de la Baha, ron, plvora () Dejaba en el sirviente, tan seguro como en sus
manos, el timn al doblar el cabo de Tres Puntas y se llevaba tierra adentro la
encarnacin del Papa Verde, plantador de bananos, seor de cheque y cuchillo,
navegador en el sudor humano (El Papa Verde, p. 17).
Como el canal de Panam se construye a principios de siglo, el inicio del tiempo de la triloga es claro. Por otro lado, dos familias, una, la que forma el mismo
Geo Maker15, en el valle del Motagua, y la otra, la de Sebastin Jernimo Cojubul
(conocido como don Bastiann) y Teo Ayuc Gaitn, ladinos de la cordillera volcnica o de los Altos, con ranchos o propiedades que ya no valen nada: tierra quemada, rocas raspadas, erosiones escrituradas (Viento Fuerte, p. 63), dan lugar a dos
14
No estoy de cuerdo con la crtica, por parte de algn autor, como Donald L. Shaw (Vid Bibliografa), segn la cual la triloga adolece de simplificacin de los hechos histricos y sobre todo de
divisin de los personajes en simpticos y antipticos, y de lo poco convincente que resulta la alternativa propuesta por Asturias, quien, frente a la industrializacin de la produccin bananera, aboga por
un anacrnico sistema de cooperativas, entre otras cosas porque no es cierta esta afirmacin, y la crtica es tan ideolgica como lo es la actitud del autor de la triloga, slo que en su caso es intencional
y reconocida como tcnica de lucha vlida. Por otro lado, en la crtica del autor se echa de menos un
estudio ms riguroso y detenido de la obra.
15 Cuando llega a Puerto Barrios, tiene 25 aos, y como muere en 1944, ya muy mayor, con 70
aos aproximadamente de edad, cuando era el presidente de la UFCO, vive en torno a 40 45 aos
como plantador de bananos y Papa Verde, en la primera mitad de la centuria pasada.
132
Anales de Geografa
2006, 26, 117-143
Anales de Geografa
2006, 26, 117-143
133
A partir del momento mismo de la creacin, la Compaa se expande rpidamente por toda Amrica central, y ya en enero de 1901 obtiene un contrato con el
gobierno del dictador Manuel Estrada, que supona la posibilidad de comprar todo
el banano producido en la costa atlntica, en la llanura de la cuenca inferior del
Motagua, adquiriendo tres aos ms tarde unas 1.550 ha. de Ferrocarriles
Internacionales de Centroamrica(IRCA), empresa que se asocia en adelante a la
UFCO, a manera de filial, hasta el punto que los intereses son prcticamente comunes17. Esto supuso el control del sistema ferroviario por la Bananera, que casi
conectaba Puerto Barrios, en el Caribe, con Puerto San Jos en la llanura pacfica,
pasando por la capital (Frank Ellis, 1983), que luego completaran con el uso de
ramales que penetraban en las plantaciones, no slo para transportar la fruta sino
tambin la mano obra:
Manos y equipos mecnicos modificaron el terreno. Cambios en el desplazarse
natural de los ros, elevacin de estructuras para el paso de caminos de hierro,
entre cerros cortados o puentes rellenos, por donde mquinas voraces consumidoras de rboles reducidos a trocos verdiones, trasportaban hombres y cosechas,
hambre y alimentos (Viento Fuerte, p. 9).
En realidad, el acuerdo supona para la Compaa una cesin total por parte del
gobierno:
El gobierno actual de ese pas (Guatemala) nos cedi el derecho de construir,
mantener y explotar su ferrocarril al Atlntico, el ms importante de la
Repblica, del que tenan construidos los cinco primeros tramos; y nos lo ha
cedido sin gravamen ni reclamo de ningn gnero() Se estipula a dems, en el
contrato por el que nos cede el ferrocarril, que en dicha transferencia se comprenden, sin costo para nosotros: el muelle del puerto, de su puerto mayor en el
Atlntico, las propiedades, material rodante, edificios, lneas telegrficas, terrenos, estaciones, tanques, as como todo el material existente en la capital, como
son durmiente, rales (El Papa Verde, p. 137-138).
En realidad el acuerdo implicaba la obtencin por parte de la Bananera del 43% de las acciones del IRCA, a cambio de utilizar las vas frreas de forma exclusiva para transportar la fruta desde
todas las plantaciones, tambin desde la llanura atlntica hasta Puerto Barrios, en el Atlntico, lugar
de salida de la produccin, donde los jaladores, una de las funciones ms duras y despiadadas, la
suban a los barcos de la flota propia.
134
Anales de Geografa
2006, 26, 117-143
135
20
136
A partir de este momento se produce una lucha sin parangn por parte de los fundadores de la Compaa por apropiarse de todas las tierras en la cuenca baja del
Motagua, y la resistencia de los ladinos, mestizos y criollos, liderados por las figuras mticas de Mayar y Chip y Chip; acuden a las municipalidades en busca de
ayuda, para salvaguardar sus propiedades, y no obstante le son arrebatadas violentamente, con la connivencia del comandante y de las autoridades locales (alianza de
clases). En realidad, se pone en prctica una poltica de cuasi genocidio, pues desaparece casi la vida en pueblos con cerca de medio siglo de fundacin, como Los
Amates, Morales y otros, muchos de ellos en el entorno del cuartel general de
Bananera:
() Nosotros vamos a colaborar con el Gobierno; pero necesito, no que me autorice, sino que haga la vista gorda si yo le meto fuego a todas esas rancheras
inmundas que hay por all, nidos de piojos, de gente sucia () Voy a proporcionarles donde vivir decentemente; voy a construirles casa nuevas, ya en las
nuevas plantaciones, donde podrn trabajar si quieren o, si no, vivir all como en
casa propia y salir a trabajar adonde les parezca () La familia de mulatos se
agarr con todos sus hijos al terrenito sembrado de guineo. Pero fue intil, los
arrancaron, lo pisotearon, los despedazaron. Se agarr al rancho. Pero fue intil.
El rancho ardi con trapos, santos y herramientas () Una veintena de energmenos, al mando de un capataz de pelo colorado, los expuls a latigazos (El
Papa Verde, p. 99, 100 y 102).
Otro objetivo tuvo esta matanza: vencer la resistencia de los pequeos campesinos a la proletarizacin, a convertirse en peones, en mano de obra barata para las
plantaciones, esto es, la Compaa necesitaba de una abundante fuerza de trabajo,
en condiciones de asalarizacin, con el objeto de pagar sueldos de miseria:
Los hurfanos, ms dciles que sus padres, se enganchaban en los trabajos de
las plantaciones. Otra de las muchas ventajas de liquidar gente revoltosa. Su
muerte produce muchos braceros. Nios que la orfandad adelanta a hombres,
adolescentes que el desamparo vuelve jvenes, muchachotes que por necesidad
dragonean de adultos (El Papa Verde, p. 104)
137
La poltica de la Frutera, ante la gran demanda del mercado, sobre todo norteamericano, consisti, al menos en los primeras dcadas, en complementar su expansin territorial y dominio de sus propias tierras y produccin, cuyo objetivo era la
formacin y fijacin de los precios, con la formacin de cultivadores locales, de finqueros, de productores asociados, a quienes les compraba su produccin al precio
ya establecido; ello ocurre primero en el norte, en la llanura atlntica, pero sobre
todo, desde los aos 30, en la llanuras del sur, en el Pacfico, adonde muchos ladinos de las tierras interiores(piedomonte, cordillera volcnica y los Altos) bajaban
para comprar tierras y sembrar bananos:
Voy a buscar a un seor Lucero, muy amigo de mi padrino, para ver de comprar tierra y sembrar banano. Lo que tena por aqu, algo de ganado, resto de la
troje, aparejos, seis machos, unas vaquitas, todos los feriamos con la Gaudelia y
lo llevamos en efectivo, pero no para gastarlo, sino para gastarlo ms que en el
terreno () En el terreno que compramos ya hicimos medio rancho; por supuesto que con slo lo que saqu de lea pagu ms de la mitad del terreno, y ya
mejor no les cuento ms, porque quiero que cuando vengan los muchachos se
desengaen de esta lindura de tierra (Viento Fuerte, p. 65 y 73).
De esta manera se forma una suerte de burguesa agraria local, de ladinos, que
con el tiempo tendrn graves problemas para que la Compaa compre su fruta, por
un lado para obligarles en muchas ocasiones a vender sus tierras, y de otro, para que
acepten precios de miseria por su produccin:
Si los accionistas supieran lo que es cultivar un pedazo de tierra, sembrarlo de
banano, y luego, cuando el fruto se presenta como la ms dulce esperanza de la
vida, llevarlo a ofrecer, transportndolo en con dificultades y cuidados en carros
tirados por bueyes o en mulas y colocarlo all donde puede ser comprado, y esperar bajo el sol horas enteras, y llenarse de ilusiones sobre el beneficio de lo que
es el fruto del trabajo honrado, y de pronto recibir la negativa del inspector. Que
se niega a comprar los racimos por las mil causas que se invocan en estas cosas
y que todas se convierten en el maltrecho fruto tirado en la orilla de la va
frrea (Viento Fuerte, p. 98 y 99).
Este problema de los finqueros locales los trat, posteriormente, el costarricense Joaqun Gutirrez en sus esplndida novela, Murmonos Federico21, quien plantea similares problemas de comercializacin de la produccin de los pequeos cultivadores costarricenses de la llanura atlntica, en torno a Puerto Limn. En la llanura pacfica guatemalteca se intenta incluso la formacin de una cooperativa como
solucin a la estrategia de ahogo de la Compaa22.
21 Se ha estudiado en el trabajo La estrategia territorial de las transnacionales bananeras en Centroamrica: el ejemplo de la UFCO en Costa Rica en la visin de los escritores Carlos Luis Fallas y
Joaqun Gutirrez (vase Bibliografa).
22 Liderada por el singular personaje gringo, Lester Mead, plantador independiente de bananos, y
al tiempo gran accionista de la UFCO, se halla formada por la firma Mead-lucero-Cojubul-Ayuc-Gaytn y Compaa, siendo esta solucin la que merece una crtica feroz de Donald L. Shaw.
138
Anales de Geografa
2006, 26, 117-143
La transformacin de espacio implica construccin de grandes obras de infraestructura, carreteras, vas frreas, puentes, desplazamiento de los cauces de ros, tala
de selva para los hornos de las locomotoras, diques para represar el agua y generar
energa elctrica, y sobre todo, la construccin de las plantaciones de bananos, de
acuerdo con un plan racional, de grandes explotaciones y fincas, con caminos
23
Anales de Geografa
2006, 26, 117-143
139
anchos que permitan la mecanizacin, esto es, una autntica transformacin y produccin capitalista de espacio agrario: Le sali adelante por un camino bien ancho,
propio para que pasaran las mquinas de echarle cidos dulces y coloreados de azul
a los bananales, para que no se enfermaran (Viento Fuerte, p. 17). Fincas con formas de paralelogramos, en filas geomtricas, plantaciones de horizontes iguales, dos lados largos y dos lados cortos (Viento Fuerte, p. 132).
Hay un gran uso de maquinaria pesada para la construccin de infraestructura
pero tambin de maquinaria agrcola, por ejemplo para sulfatar, pues el consumo de
insumos es importante, sobre todo de productos para combatir el mal de Panam y
la sigatoca, porque el sistema agrcola y de cultivo es muy intensivo; supone la
introduccin del modo de produccin capitalista en el espacio guatemalteco, cuya
formacin social se caracteriza por el predominio de la agricultura de subsistencia
y campesina. Pero sobre todo hay un gran consumo de fuerza de trabajo asalariada,
procedente de la montaa, y de los altos, desde donde se produce un fuerte xodo
rural, pero los sueldos son bajos (aunque los campesinos perciben que se paga
bien, lo que se explica por su gran pobreza); hay as mismo una gran explotacin,
pues se trabajaba en condiciones de gran dureza, como los jaladores, cuadrillas de
peones que cortan la fruta, incluso por la noche y bajo fuertes aguaceros, bajo las
rdenes inhumanas de caporales y capataces gringos, que con los empleados en las
oficinas y altos cargos de la Compaa, constituan un grupo dominante, segregado
espacialmente en el poblado de Bananera, al norte, y en Tiquisate, al sur, como ocurra en otros pases en donde la UFCO tambin se haba instalado, como es el caso
de Puerto Limn, en Costa Rica; el abuso era habitual sobre la poblacin local, y en
particular sobre las mujeres(en realidad adolescentes) y los peones, que viven en
campamentos igualmente geomtricos, diseados de un forma planificada para
albergar al mayor nmero posible de peones y familias, en donde el hacinamiento,
la insalubridad y las nfimas condiciones de vida constituyen la pauta dominante:
() porque eran legiones de hombres sudorosos, de hombres pringosos, de
hombres empapados en fiebres, de hombres ciegos por la miseria fisiolgica, de
hombres cuyo destino era se: trabajar para la raza fuerte del Tentador
(Viento Fuerte, p. 126). Lluvia contra las carnes de los que van al trabajo, casi
desnudos y trotando. Caites, taparrabos y sombreros, tienen diez y ocho aos,
tienen veinte aos, tienen veintids aos () Pero es peor con lluvia. Todo resbaladizo. Los racimos, el suelo. El suelo como cscara de pltano, (Los ojos de
los enterrados, p. 282).
140
Anales de Geografa
2006, 26, 117-143
arroz, azcar, latas de conservas, ron y perfumes () Ese debe tener desperdigado, entonces, un ejrcito de muchachitos rubios (Viento Fuerte, p. 131).
En la realidad del relato, y tambin en la del mundo real guatemalteco, una parte
de los nios debidos al abuso de grupo dominante extranjero, al igual que el resto
de la poblacin infantil, morir en plena infancia por la gran pobreza y miseria de
la sociedad en la primera mitad del siglo XX, tiempo del relato:
No quedarn muchos (nios rubios)se los come el climalos devora la miseria de su desnutricinlos trituran las bacteriasesos invisibles dientecitos del
sarampin, las paperas, escrfulas, escarlatina, anginas, tos ferina, sin contar las
maravillosa lombrices (Viento Fuerte, p. 131).
141
de espacio e introduce relaciones emocionales, sensoriales e ideolgicas manifiestas, con un cambio de ritmo en el relato; aparece una nueva visin de la realidad del
espacio del relato, ms emocional, y ms poltica y sindical, pues su objetivo es la
redencin y reivindicacin de las vctimas de la Compaa, aqullos que murieron
en la lucha, de los ojos de los enterrados (nuevo recurso mtico-mgico). En la
nueva estrategia narrativa introduce una relacin interpersonal de ndole amorosa
entre dos personajes, tal vez opuestos, que connotan clase sociales diferentes: l,
Tabo San, de formacin casi autodidacta (nacido en Puerto Limn, en la costa
atlntica de Costa Rica), como Sibajita de C. L. Fallas; ella, Malena Tabay, maestra
en Cerropn que, procedente de la capital, se entrega en cuerpo y alma a la comunidad, a la tarea de la educacin de un pueblo de los altos, La relacin amorosa
deviene en relacin poltica y de compromiso en la lucha contra la Dictadura, para
lo que, por la clandestinidad que ello supone, adopta el nombre de Rosa Gaviria. Es
a partir de este momento en la segunda parte de la tercera novela, en la que se entra
en el clmax, que supone ese cambio de ritmo narrativo, porque el objetivo ya es la
huelga general que se prepara de una forma concienzuda para acabar con la
Dictadura del general Ubico y con la Compaa, y con su interdependencia estratgica, lo que se logra en 1944. En definitiva, liberar al pueblo de la doble opresin:
por un lado, de una externa, la injerencia y dominio de la multinacional bananera, y
de otro, de una interna, de la opresin del rgimen poltico autoritario y dictatorial.
BIBLIOGRAFA Y FUENTES
ASTURIAS, M. A.: Viento Fuerte. Madrid: Alianza Editorial-Losada, 1988.
ASTURIAS, M. A.: El Papa Verde. Madrid: Alianza Editorial-Losada, 1995.
ASTURIAS, M. A.: Los ojos de los enterrados. Madrid: Alianza Editorial-Losada, 1982.
BAILLY, A. S.: La geografa, imagen del mundo, en Mtodos y tcnicas cualitativas en geografa social (Aurora GARCA BALLESTEROS, coord.) Barcelona: oikos-tau, 1998, p.
27-31.
BUERO, C.: Geografa fenomenolgica, Madrid: Estudios Geogrfico, 1985, n 180, p. 373380.
BUERO, C.: Cambio, tiempo y topofilia, en Geografa y humanismo (Aurora GARCA
BALLESTEROS, coord.) Barcelona: oikos-tau, 1992, p. 97-114.
CARRERAS. C.: El uso de los textos literarios en geografa, en Mtodos y tcnicas cualitativas en geografa social (Aurora GARCA BALLESTEROS, coord.) Barcelona:
oikos-tau, 1998, p.163-175.
CARRERAS. C.: Paisaje urbano y novela. Madrid: Estudios Geogrfico, 1988, N 191,
p.165-187.
CERDAN POMARES, J.: Alicante: paisaje urbano y literatura (1850-1950). (Un estudio
de geografa humanstica). Alicante: Publicaciones de la Caja de Ahorros Provincial,
1990.
COOK, I. G.: Consciencia y novela: realidad o ficcin en las obras de D. H. Lawrence, en
Teora y mtodo de la geografa humana anglosajn (Mara Dolores Garca
Gamn).Barcelona: Ariel geografa, 1985.
142
Anales de Geografa
2006, 26, 117-143
COLLIN DELAVAUD, CL.: Lamrique latine. Approche gographique gnrale et rgionale. Paris: Bordas, 1973.
ELLIS, F.: Las transnacionales del banano en Centroamrica. San Jos: Editorial
Universitaria Centroamericana, 1983.
EYLES, J.: Los mtodos cualitativos en la geografa humana: bases tericas y filosficas y
aplicaciones prcticas, en Mtodos y tcnicas cualitativas en geografa social (Aurora
GARCA BALLESTEROS, coord.) Barcelona: oikos-tau, 1998, p.33-44
FALLAS, C. L.: Mamita Yunai. San Jos: Editorial Costa Rica, 1986.
FAULKNER, W.: Las palmeras salvajes. Madrid: Ediciones Siruela, 2002.
GARCA BERRIO, A.: Y HERNNDEZ FERNNDEZ, T. Crtica literaria. Iniciacin al
estudio de la literatura. Madrid: Ctedra, 2004.
GARCA MRQUEZ, G.: Cien aos de soledad. Madrid: Espasa Calpe, 1982
GENETTE, G.: Ficcin y diccin. Barcelona: Lumen, 1992.
GULLN, R.: Espacio y novela. Barcelona: Antoni Bosch, 1980.
GUTIRREZ, J.: Murmonos Federico. San Jos: Editorial Costa Rica, 1986.
KAYSER, W.: Interpretacin y anlisis de la obra literaria. Madrid: Gredos, 1976.
LASSERRE, G.: Amrica Media. Barcelona; Editorial Ariel, 1975.
MARTN RUIZ, J. F.: La estrategia territorial de las transnacionales bananeras en
Centroamrica: el ejemplo de la UFCO en Costa Rica en la visin de los escritores
Carlos Luis Fallas y Joaqun Gutirrez, en Actas del XVI Coloquio de Historia CanarioAmericana, Las Palmas de Gran Canaria, 2006, p. 81-101.
NERUDA, P.: Canto general. Barcelona: Debolsillo, 2003.
NOGUET I FONT, J.: El paisaje existencial de cinco grupos de experiencia ambiental.
Ensayo metodolgico, en Geografa y humanismo (Aurora GARCA BALLESTEROS,
coord.) Barcelona: oikos-tau, 1992, p.87-96.
RAMOS-HARTHUN, J.: La novela de las transnacionales: hacia una nueva clasificacin.
Boca Raton, Florida: Dissertation.com, 2004.
SHAW, D. L.: Nueva narrativa hispanoamericana. Boom. Posboom. Posmodernismo.
Madrid: Ctedra, 1999.
TERN, M. de: Imago Mundi. Madrid: Ediciones Atlas, tomo II, 1973.
VARGAS LLOSA, M.: La verdad de las mentiras. Madrid: Santillana Ediciones Generales,
2002.
VILAGRASA I IBARZ, J.: Novela, espacio y paisaje: sugerencias para una geosofa esttica, Madrid: Estudios Geogrfico, 1998, N 191, p. 271-285.
Anales de Geografa
2006, 26, 117-143
143