Muestra QuijoteIVcentenario
Muestra QuijoteIVcentenario
Muestra QuijoteIVcentenario
ISBN: 978-84-682-3164-8
9 788468 231648
11742
DON QUIJOTE
DE LA MANCHA
MIGUEL DE CERVANTES
Adaptacin de Eduardo Alonso
MIGUEL DE CERVANTES
Vicens Vives
DON QUIJOTE
DE LA MANCHA
DON QUIJOTE
DE LA MANCHA
MIGUEL DE CERVANTES
Adaptacin y prlogo
Eduardo Alonso
Ilustraciones
Victor G. Ambrus
PRLOGO
Con el pie en el estribo de la muerte . . . . . . . . . . . . . . . . ix
Una vida de penurias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . x
Don Quijote de la Mancha. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . xii
Esta adaptacin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . xvii
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SEGUNDA PARTE
1. De las visitas que recibi don Quijote y la preparacin de la
tercera salida. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
2. Donde se cuenta la visita de don Quijote a su seora
Dulcinea del Toboso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
3. La carreta de Las Cortes de la Muerte y la gran aventura
del valeroso don Quijote con el bravo Caballero del Bosque.
4. El encuentro de don Quijote con el caballero del Verde
Gabn y la feliz aventura de los leones. . . . . . . . . . . . .
5. Donde se cuenta la aventura de las ricas bodas de Camacho,
con otros graciosos sucesos. . . . . . . . . . . . . . . . . . .
6. Donde se cuenta la gran aventura del valeroso don Quijote
de la Mancha en la cueva de Montesinos. . . . . . . . . . .
7. Donde se cuenta la aventura del rebuzno y las adivinanzas
del mono adivino . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
8. Donde se da cuenta de quin era maese Pedro y el mal
suceso del rebuzno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
9. La famosa aventura del barco encantado y el encuentro
con la bella cazadora . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
10. La manera de desencantar a la sin par Dulcinea del Toboso,
que es una de las aventuras ms famosas de este libro . . . .
11. La carta de Sancho Panza a su mujer Teresa Panza y la
jams imaginada aventura de la barbada duea Dolorida. .
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PRLOGO
El martes 19 de abril de 1616 el clebre autor del Quijote se siente morir. Mis pulsos acabarn su carrera antes del domingo, escribe desde el lecho. Al novelista le flaquean ya las fuerzas, pero tiene que rematar una obra y despedirse de este mundo. Con la mano que le
qued intil en la batalla de Lepanto sujeta el papel, y con la diestra toma la pluma, la moja en la cazoleta de tinta y sigue escribiendo:
Ayer me dieron la extremauncin y hoy escribo esta. El tiempo es
breve, las ansias crecen, las esperanzas menguan. No puede levantarse de la cama, est hinchado, tiene una sed insaciable, y Catalina,
su mujer, entra en el aposento con otra jarra de agua. Esta enfermedad no me la sanar toda el agua del mar Ocano que dulcemente se
bebiese. Como si solo para beber hubiera nacido!, reflexiona el anciano escritor. No pierde el humor ni en sus horas nales. Y se afana
por redactar las ltimas lneas del prlogo de Los trabajos de Persiles
y Segismunda, una novela de amor sublime para los que gozan con la
lectura de viajes, naufragios, raptos, cautiverios y fugas. Adis, gracias, adis, donaires, adis, regocijados amigos, que yo me voy muriendo, concluye. El tiempo se le acaba sin remedio, y tres das ms
tarde, el viernes 22 de abril de 1616, el escritor fallece en su casa de la
madrilea calle Francos, rodeado de su esposa, su hija Isabel, su sobrina Constanza y la criada. Un da despus es enterrado en el cercano convento de las monjas Trinitarias Descalzas, con el rostro descubierto y el hbito pardo de los franciscanos. El escritor ms grande
y admirado de todos los tiempos ha muerto en la pobreza, y sus restos pueden reposar en sagrado gracias a la ayuda prestada por la Orden Tercera franciscana.
ix
prlogo
y un mes de cautiverio, fue liberado despus de que los frailes Trinitarios pagaran un rescate de 500 ducados que su madre haba logrado reunir con muchos sacricios.
De regreso a Madrid, no consigui una pensin de mutilado ni
un cargo en Amrica. Vendi entonces por 120 ducados una novela
pastoril, La Galatea, y estren ilusionado varias obras de teatro, gnero que despertaba pasiones en la poca; pero un buen da lleg un
mozo ingenioso y alocado, llamado Lope de Vega, y arras con unas
comedias trepidantes y bien rimadas que ofrecan amores, estocadas,
deshonras, hroes y villanos, tragedia y comedia fundidas Pasada
de moda su concepcin clsica del teatro, Cervantes intent imitar a
Lope, pero fracas, colg la pluma y se gan la vida como pudo. Era
asiduo de la taberna del Asturiano, con cuya hija tuvo una nia, Isabel, nacida en otoo de 1584. Mientras tanto, en Esquivias, villa toledana llena de hidalgos con escudo en la puerta, conoci a Catalina de Salazar, heredera de unas vias y tierras de cereal. Ella tena 19
aos y l, 37. Se casaron en diciembre de 1584 y se instalaron en Esquivias. La casona de los Salazar era espaciosa, con patio, despensa y
bodega. En un balcn enrejado Cervantes pasaba las tardes leyendo
libros de caballeras de los muchos que tena un vecino llamado Quijano, hombre hidalgo, cincuentn, gran lector y amigo de la caza.
Pero Cervantes siempre fue un poco trotamundos. En 1587 abandon su hogar, se domicili en Sevilla y durante once aos se dedic a recorrer Andaluca con objeto de requisar trigo y aceite para la
Gran Armada que el rey Felipe II estaba construyendo. En 1597 quebr el banco donde el escritor depositaba el dinero recaudado, y el
juez lo meti en la crcel real de Sevilla, donde se hacinaban dos mil
canallas y desgraciados. Pero de nada serva lamentarse. Para sobrellevar los infortunios de la vida, lo ms sensato era tomarse las cosas
con buen humor y una actitud algo desengaada. En aquel inerno
carcelario, al escritor se le ocurri la idea de crear a un personaje que
enloquece de tanto leer libros fantsticos.
En el verano de 1600 Cervantes abandon Sevilla para siempre y
se retir a Esquivias. All se afan en la escritura de Don Quijote de
la Mancha y en la administracin de los bienes de su mujer. En juxi
nio de 1604, con el libro recin terminado, se march con su familia a Valladolid, por entonces la capital del Reino. Al ao siguiente
la Corte se traslad a Madrid, y con ella regres tambin Cervantes
a la ciudad en la que siempre acababa por recalar. El Quijote, publicado aquel ao, le haba dado ms fama que dineros, pero el xito
obtenido con el libro le anim a trabajar con ahnco para remediar
su situacin econmica, siempre precaria. De ese modo, en los ltimos diez aos de su vida escribi sin descanso novelas cortas, versos,
entremeses, la segunda parte del Quijote y el Persiles. En casi todas
aquellas obras abundaba el ingenio, la irona, el realismo, la imaginacin, el buen humor. Tal era la pasin de Cervantes por la literatura que, en el umbral de la muerte y con la pluma en la mano, an
pensaba en escribir una obrita titulada Las semanas del jardn.
prlogo
to leer libros de caballeras, hasta el punto de que, guiado por los nobles ideales de Amads de Gaula y Palmern de Oliva, sale armado a
campo abierto, se hace ordenar caballero en una venta, libera luego a
un muchacho a quien su amo azota cruelmente, es golpeado despus
por unos mercaderes, y, todo maltrecho, regresa a casa en compaa
de un paisano. Aqu, en el captulo ocho, terminaba probablemente
el breve relato, pero Cervantes debi comprender que su personaje
daba mucho juego, y plane una segunda salida de don Quijote, esta
vez acompaado de su escudero Sancho. Con l vive varias aventuras de las que sale invariablemente malparado, hasta que sus amigos el cannigo y el barbero lo llevan engaado y enjaulado de regreso al pueblo. La novela incluye, adems, varias historias intercaladas
y ajenas a la accin principal, como la de Marcela y Grisstomo, la
de El curioso impertinente y la del capitn cautivo en Argel.
Movido por el xito de su obra, Cervantes se decidi a escribir
una segunda parte, en la que narra la tercera salida del hroe para
participar en unas justas en Zaragoza. En este segundo libro, sin embargo, el escritor renuncia a insertar otras historias y en ningn momento deja de la mano a sus dos protagonistas. En sus correras por
tierras aragonesas, don Quijote y Sancho van a parar al palacio de
unos duques, que se burlan despiadadamente de la locura del caballero y de la rusticidad de su criado. Para mofarse de Sancho Panza,
los duques lo nombran gobernador de una cticia nsula Barataria, pero en el desempeo del cargo Sancho demuestra una sabidura y una prudencia poco comunes. Cansado de los afanes del poder,
Sancho se rene con don Quijote para reemprender su viaje a Zaragoza, y poco despus amo y seor se alojan en una venta.
Pero justo cuando estaba escribiendo este episodio, perteneciente al captulo 59, Cervantes se enter de la publicacin de un Segundo tomo del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, cuyo autor
era un tal Alonso Fernndez de Avellaneda, un nombre falso. Ese libro signic un verdadero golpe bajo para el escritor. Le doli el
plagio y el robo de sus personajes, pero ms an que el usurpador
lo calicara de viejo y manco, como si Cervantes hubiera podido
conseguir que el tiempo no pasara por l y su manquedad hubiera
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nacido en alguna taberna y no en la ms gloriosa batalla que vieron los siglos pasados, los presentes ni esperan ver los venideros.
Haba que responder al tramposo Avellaneda. Y Cervantes lo hizo con suma gracia y genialidad en el captulo que estaba escribiendo
y en otros posteriores. En la venta donde se hospedan, don Quijote
y Sancho oyen a dos caballeros conversar sobre el libro de Avellaneda y sus protagonistas. Uno de los huspedes, don Jernimo, calica
de disparates las cosas que en l se cuentan; el otro, don Juan, lamenta que el autor pinte a don Quijote desamorado de Dulcinea.
El autntico don Quijote se indigna con las mentiras de su falso historiador, y, para desenmascararlo, decide ir a Barcelona y no a Zaragoza, porque la aventura del falso Quijote que cuenta Avellaneda en
esa ciudad est falta de invencin y es pobre de letras, aunque rica de simplicidades. Tras nuevas aventuras, amo y criado llegan a
Barcelona, y una vez all don Quijote es vencido en un combate por
el Caballero de la Blanca Luna, que en realidad no es otro que su
amigo Sansn Carrasco, disfrazado de caballero para lograr que don
Quijote regrese a su pueblo. De vuelta a casa, el protagonista recobra la cordura y muere, ante las lgrimas y el desconsuelo de Sancho.
Y para que en el futuro no surjan nuevos Avellanedas que resuciten falsamente al personaje, el cura pide al escribano que testimonie que Alonso Quijano el Bueno ha muerto.
Al terminar su novela, Cervantes nos recuerda que su intencin
ha sido poner en aborrecimiento de los hombres las ngidas y disparatadas historias de los libros de caballeras, un gnero muy en
boga por entonces en el que se relataban aventuras increbles con un
estilo muy articial y altisonante. El hroe de estas obras, enamorado siempre de una doncella de hermosura inigualable, lucha contra gigantes y ejrcitos y ha de sobreponerse a los encantamientos de
magos que le tienen envidia y ojeriza. Para demostrar el sinsentido y
lo pernicioso de tales historias, Cervantes compone un libro en que
enfrenta a su demente personaje con la vida real, tan diferente a las
cciones caballerescas, y hace que casi todas sus experiencias acaben
desastrosamente. El hroe resulta ridculo desde su mismo nombre: si el caballero Lanzarote se llamaba as por su famosa lanza, don
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prlogo
prlogo
Esta adaptacin
Si ya don Quijote adverta al bachiller Sansn Carrasco que su historia tendra necesidad de comento para entenderla, qu decir
hoy? Para paliar las dicultades de lectura por parte de los estudiantes, no basta una edicin acribillada con miles de notas, pues quin
puede gozar de un libro si cada dos lneas tiene que consultar el sentido de lo que se lee? Se impone, pues, editar un Quijote gil, para lo
cual hemos vertido la extensa obra de Cervantes en un molde menor, resumiendo algunos pasajes, pero sin que se eche de menos nada esencial, de modo que pueda decirse que aqu est todo el Quijote, sin que falte aventura, batalla, peripecia, discurso o presonaje, que
deca Sancho. Nuestro afn de ser eles al original explica la decisin de conservar las interpolaciones, como la historia del cautivo o
la Novela del curioso impertinente. Y es que Cervantes conceba el arte de novelar como un ejercicio de escritura desatada y consideraba la variedad como un valor artstico de primer orden, de ah que
incorporase cuentos y poemas en sus novelas para acercarse al ideal
de una obra en que cupiese todo. Si nos limitramos a resumir la accin principal del Quijote, traicionaramos el espritu de la novela.
Por eso hemos conservado pasajes y dilogos que, pese a no contribuir al avance de la trama, permiten forjarse una cumplida idea del
la obra, porque revelan su complejidad narrativa, sirven para caracterizar a los personajes o nos ayudan a entender el pensamiento litexvii
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DON QUIJOTE
DE LA MANCHA
PRIMERA PARTE
1
Que trata del famoso y valiente hidalgo
don Quijote de la Mancha
eleccin de nombres
Fue luego a ver su caballo, que era todo piel y huesos, aunque le
pareci mejor que el Babieca del Cid. Cuatro das se le pasaron en
imaginar qu nombre le haba de poner, porque un caballo tan bue
no y de un caballero tan famoso no poda estar sin nombre conoci
do. Despus de muchos que form, borr y quit, aadi, deshizo
y volvi a hacer, lo llam al n Rocinante, nombre, a su parecer,
alto, sonoro y signicativo de que haba sido rocn antes de lo que
era ahora: el mejor caballo del mundo. Luego tard otros ocho das
en buscarse un nombre a s mismo, hasta que dio en llamarse don
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segunda parte
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De las visitas que recibi don Quijote
y la preparacin de la tercera salida
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ISBN: 978-84-682-3164-8
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DON QUIJOTE
DE LA MANCHA
MIGUEL DE CERVANTES
Adaptacin de Eduardo Alonso
MIGUEL DE CERVANTES
Vicens Vives