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Xavier Ramirez, Fco. - Paito, Apostol y Misionero PDF

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PATO,

APSTOL Y MISIONERO
Vida y Obra de Monseor Rafael Bello Ruiz, primer Arzobispo de Acapulco.
Una obra del

Dr. Ltt. Fco. Xavier Ramrez S.

Mi eterno agradecimiento a:
Mi adorada Norma, de siempre.
A Don Antonio Trani Zapata; Don Vicente Andrs y su adorada Luchi; a los
sacerdotes Blandino Brcenas Agatn, Pedro Torres Garca, Antonio Jimnez y Jess
Corts; y a las hermanas Ma. Isabel Cuevas Saldaa y Anglica Oliva Martnez Misioneras
Catequistas de San Jos, por su respaldo durante la realizacin de esta biografa.
Y muy especialmente a Lita, Margarita Bello Ruiz, por su atingencia y celo en la
verdad histrica contenida, que falleciera conociendo el texto final de esta biografa, pero
antes de su publicacin. In Memoriam.
Post texto, al Padre Blandino Brcenas Agatn, por su apoyo en la libre distribucin
de la obra.

A MANERA DE PRESENTACION
Curiosos son los caminos del Seor! Hace cuarenta aos rechazaba cualquier contacto
con la iglesia -que no con Dios porque de El jams me alej- y tenan que sucederse no uno
sino cuatro eventos extraordinarios para que me preguntase a qu haba venido... porqu me
haba salvado no una, sino cuatro veces.
No tuve respuesta a mis preguntas o, como siempre digo, no supe interpretarla; con
todo, ofrec escribir -mi nica forma de retribucin- y siempre citar a Dios, a Cristo, a
Mara Virgen. Como periodista, as empec a hacerlo, sin embargo senta que deba ms
pero... tambin pude darme cuenta de que no saba gran cosa sobre mi propia religin, y lo
poco que saba tena un alto porcentaje de degradante. Y empec a estudiarla.
En 1979, como reportero de un Noticiero radiofnico en Puebla -donde viva por
entonces- que se transmita por la XEHR y que diriga Gonzalo Garca Snchez, se present
la oportunidad de cubrir la llegada de Juan Pablo II, a quien tuve cerca, a no menos de dos
metros, tres veces el mismo da. Ese halo de bondad que irradiaba me gan la gana, y me
cimbr el espritu.
Su presencia, y conocer la iglesia desde su entraa misma en la cobertura de los
trabajos de la Tercera Conferencia Episcopal Latinoamericana -III CELAM- me hizo
interesarme cada vez ms en mi religin, su historia, su iglesia y el Cristo mismo, base
fundamental de esta. Me hizo ver que no todo es malo, por el contrario, que haba quien
sinceramente luchaba por el amor universal.
Poco despus me enter casualmente de la realizacin de un Curso Bblico para laicos
que se brindara en la Casa de la Cristiandad en Puebla. El horario era bastante accesible a
mis actividades -de seis a ocho de la noche- y me inscrib de inmediato. Al salir, en un
tabln de letreros de la propia Casa de la Cristiandad estaba un anuncio que ofreca otro
Curso Bblico, pero brindado por la corriente de la Teologa de la Liberacin, tan de moda
en ese momento. Me interes sobremanera conocer los dos puntos de vista. Un slo
obstculo haba: el curso, brindado en una parroquia, era de ocho a diez de la noche... al
otro extremo de la ciudad!

A pesar de todo, y llegando cotidianamente tarde unos minutos al segundo curso,


segu ambos estableciendo comparaciones. En este momento no importan esas diferencias;
lo interesante es que, a partir de ah, tom el estudio filosfico-religioso mucho ms en
serio, tanto, que le he dedicado -incluyendo los estudios iniciales- los ltimos treinta aos.
As las cosas, vino un nuevo ofrecimiento a Dios: escribir sobre su obra, su palabra,
su vida. Y comenz a formarse, poco a poco y con el tiempo, lo que hoy es la Serie que
ostenta la aparentemente irreverente expresin de Quin demonios es...?, que brota de una
pregunta de mi hijo muy al estilo de la juventud moderna. A la que difunde la vida de
Cristo, le siguieron otras como la dedicada a Juan Diego y la de Sebastin de Aparicio,
intercalando mi novela Quin mat a Jess de Nazaret?, y preparo Historia de la Iglesia
vista por un laico objetivo.
Por otro camino diferente, surgieron las biografas. Recin iniciados los trabajos de
Editorial Sagitario -1996- preparamos Personalidades Contemporneas, un compendio semi
fallido en cinco tomos con las semblanzas biogrficas de 237 acapulqueos distinguidos, de
la que brota cuatro aos ms adelante -impulsada por mis afanes historiogrficos- la idea de
crear la Serie Personajes de mis Recuerdos, biografas completas a tomo entero de aquellos
a quienes conoc con mritos suficientes para ser biografiados, seres que han dejado huella
en su comunidad.
As se preparan y publican las de Beto Barney, impulsor internacional de la imagen
de Acapulco en la poca dorada; Susana Chvez Paulsen, exitosa empresaria tapata y
promotora del rescate de la cocina mexicana; Antonio Trani Zapata, empresario, poltico y
cabeza de una generacin de audaces porteos; el Dr. Jorge Garca Leal, joven
emprendedor de la medicina moderna y lider monitor de los transplantes en Guerrero, o la
del tambin Doctor Marco Antonio Tern Porcayo, entregado galeno al combate contra el
cncer, entre otros.
Y as, se juntan esos dos caminos, cuando un da, sentado en el rincn de la antesala
del Dr. Arturo Silva Gmez, clebre oftalmlogo acapulqueo, encuentro a un hombre que
pareca pasar desapercibido, pero que desde ya deja sentir un fuerte olor a santidad:
Monseor Rafael Bello Ruz, Primer Arzobispo de Acapulco, y uno de aquellos a quienes
yo aoraba biografiar.
Verlo, saludarlo, y proponerle la idea de hacer su biografa fue uno al parejo de su
respuesta entusiasta y positiva.
Lita, su hermana, me confi algo que me parece una casualidad ms significativa:
muchos cronistas, historiadores y periodistas se haban acercado a Monseor, pero
nicamente para investigar pequeos tramos de su vida o sus quehaceres, mas nadie,
absolutamente nadie, para proponerle realizar su biografa.
Tener el honor de escribir sobre Monseor Rafael Bello Ruz es de por si harto
satisfactorio; hacer su biografa, es entender ahora el porqu de los designios del Seor. La
distincin vale, por s misma, tantos aos dedicados a las letras -43 para ser exactos- y al
estudio de mi religin y su historia.
Sea, como siempre, por El y para El.

Fco. Xavier Ramrez S. Dr. Ltt.

CHILAPA:
CHILE Y TORTILLITAS
Las puertas del seminario se abrieron para dar paso al grupo de nuevos seminaristas.
Un leve chirrido de los goznes hizo voltear a uno de ellos. Otro, elev la vista hacia el techo
inmenso del recinto ms grande an.
La sobriedad del edificio sobrecoga al ms pintado. Uno siempre se imagina esos
lugares lbregos, misteriosos. Pero Pato no lo vea as. Su corazn saltaba de gusto, de un
gusto muy especial, conforme se acercaban a Chilapa, la frtil tierra de la zona centro que
era casi puerta de sierra y alojaba a uno de los Seminarios de ms fama en la poca.
La alegra de sus once aos estaba desbordada. Frente al edificio, se detuvo unos
segundos y vio la frrea hermosura de sus lneas y aristas. Los anchos muros se le
antojaban murallas que resguardaban los ms celosos secretos... que ellos estaban a punto
de conocer.
Ya dentro, al observar los grupos que trabajaban callada y fielmente, vino a su mente
aquel otro grupo, el grupo escolar Baretti del maestro Perboni, en el que Enrique pasara
tantas tribulaciones y alegras, en aquella primera obra que Pato leyera de cabo a rabo:
Corazn, Diario de un Nio, de Edmundo DAmicis.
Como Enrique, a Pato no le arredraban estudios ni Seminario, cuantims el sobrio
edificio y sus austeros y reservados maestros, por el contrario... era la culminacin de sus
deseos, esos deseos manifiestos desde pequeo en que, en infantil confidencia, dijera al
sacristn de su parroquia: Chanito, quiero ser sacerdote!
El Padre Bernardo Garca urgi a Pato a emparejar el paso, casi al tiempo en que
Monseor Don Constantino Arizmendi, Cannigo y Rector del Seminario Menor de
Chilapa, se paraba frente al pequeo grupo proveniente de Tecpan de Galeana, rinconcito
provinciano enclavado en la Costa Grande de Guerrero.
La voz de aquel hombre le son a paternidad pura a Pato cuando dijo solemnemente:
-Que bueno que han llegado hijos... bienvenidos sean al Seminario Conciliar de
Chilapa, lugar en que les ensearemos a conocer los designios de Dios, a amarle, y a
difundir su palabra y obra.
La figura misma del anciano Rector reflejaba un respeto carioso y abierto al
chamaco costeo que, del grupo aquel, finalmente sera el nico en terminar consagrado.
Asignado el dormitorio, Pato, Pepe Muiz, y otros tecpanecos ms llegados en el
grupo, entraron al amplio galern que haca esas veces y daba cupo a no ms de una
veintena de camastros, todos de carrizo, cubiertos de raquticas sbanas, y un cobertor que
no se daba por vencido en su eterna lucha contra el fro que se colaba, insistente, por el
resquicio de la puerta y con mayor saa por las noches.
La flaca maleta fue desempacada para acomodar los tres o cuatro trapos trados y... se
solt el llanto.
Primero fue derramado por un pequeo que llegase reticente, pero cuyas lgrimas
obligaron a las de los dems a brotar profusamente.

Las penumbras acentuaron la aoranza, y en la obscuridad, en silencio, Pato se neg


a dejar escurrir las que anegaban sus ojos. Sera fuerte. Era lo que quera, y el amor a Dios
le impulsaba.
El sueo le transport a Tecpan, su rinconcito del alma, y vio a sus padres traerle al
mundo ese 7 de marzo de 1926. Ella le miraba amorosa, l orgulloso. Era el tercero de los
hermanos que llegaran a siete. Su padre, Don Calixto Bello Rizo, era talabartero, y de los
buenos, de los que conocen y realizan el proceso desde el curtido mismo, de los de alma de
artista a quien el pequeo Pato ayudara aos ms tarde a bordar la pita, blanca, pura,
lmpida, llegada del lejano Yucatn. Vio al viejo llevar sus pieles hasta las pilas, para
meterlas al remojo con cal y dems hierbas que acostumbran los que saben, para curtirlas.
Se vio tendido en la cuna, para luego sentado en el pupitre de la Plutarco Elas Calles,
nica escuela primaria del pueblo, donde el maestro Edrulfo Romero se asombrara de que
Pato ya supiera leer, tcnica poco popular en ese entonces que el chamaco aprendiera
gracias a los afanes de su seora madre... y el silabario de San Miguel.
No... si leer es bueno! le deca el to y le repetan sus mentores en el seminario cada
que le pasaban a leer la leccin para beneficio de sus compaeros, muchos de los cuales
todava no tenan esa gracia de Dios.
Y en ese sueo tambin apareca el ro, ese cauce de aguas mansas que abriera sus
aguas para acogerle carioso en sus aventuras natatorias, que rivalizaban con las
basquetboleras, ambos amores en cuestin de deportes del costeito aquel. Pero era el ro
Tecpan tambin testigo -pacuando llegue a santo- de su primer milagro, ese del que ya se
habla y cuando No Muiz, picado por venenoso alacrn, perda sus facultades fsicas al
ritmo en que lloriqueaba que le iban a regaar por andar donde no deba, y que Pato le
llevara con urgencia al ro para -ya grave- sumergirlo tres veces urgindole a pedir, en cada
una, el favor del Padre, del Hijo, y del Espritu Santo, gracia concedida ipso facto.
El fro de la madrugada y el estruendoso sonar de un llamado oblig al pequeo a
cortar el sueo y despertar bruscamente. Sus ojos buscaban la luz, pero an no la haba, el
sol no saba de llamadas o despertadores, l sala a su hora y ya. Ellos, por el contrario,
deban levantarse a las cinco en punto de la maana, con sol o sin l, para rodear la fuente
del patio del seminario y, a jicarazos, tomar el bao del da que piel, msculos y mente
rechazaban por lo glido del agua, pero la determinacin entibiaba al tercer jicarazo.
Cuando se calzaba, el recuerdo volvi a asaltarlo. Mir con detenimiento los zapatos
que, de un nmero ms grande a su talla, haba recibido de su hermano mayor como regalo,
y motivo de burla de los dems hermanos, amigos, y hasta de l mismo, pues hasta ahora
no olvida los zapatotes que le congraciaban con una estampa dispareja.
Yo le vi llegar al Seminario -recuerda el Padre Antonio Jimnez, compaero suyo en
Chilapa- era un nio inocente, muy bueno, que siempre se port bien y muy dedicado a los
estudios.
Antes que otra cosa sucediera, los seminaristas hacan oracin. Los rezos eran
dirigidos por un santo sacerdote, Don Tomasito Herrera, uno ms de los que dejara huella
indeleble en Pato.

Se rezaba por la paz, por las misiones, por los sacerdotes, por los seminaristas, por la
salvacin del mundo. Haba mucho por qu rezar... hay, mejor dicho, porque el mundo
sigue siendo mundo y el hombre, hombre.
Si a alguno incomodaba tanto rezo, a Pato le encantaba. Desde siempre haba tenido
esa comunicacin con Dios; al principio en sus propias palabras, despus con las enseadas
por su prroco Don Bernardo Garca. Entre una actividad y otra, siempre haba tiempo para
una oracin... incluso caminando.
Cuando el grupo de seminaristas entr en la modesta capilla del seminario, Pato
evoc aquellas clases del catecismo que recibiera en su parroquia y que quedaron grabadas
indeleblemente en su memoria. Las catequistas se apoyaban con el Catecismo del Padre
Ripalda, ese con el que millones de mexicanos puedo asegurar nos preparamos para nuestra
Primera Comunin.
Todo buen cristiano est obligado a tener devocin a la cruz de Jesucristo, nuestra
luz, pues en ella quiso morir para redimirnos de nuestros pecados y alejarnos del
enemigo malo... es por eso que nos santiguamos haciendo tres cruces, la primera en la
frente para que nos libre Dios de malos pensamientos, la segunda en la boca para que nos
libre de malas palabras, y la tercera en el pecho para que nos libre de las malas obras,
pensaba para s mismo en remembranza de aquellos das.
El estmago le record que haba prisa para estar en el comedor, y apuro los actos
para encontrar ah, en la mesa, las mismas tortillitas con sal y chile reforzadas con frijolitos
que dejara en casa; slo que all estaban rodeadas de amorosos familiares y aqu... sacudi
con determinacin la cabeza y termin la frase: ... aqu con nuevos amigos y compaeros en
la senda del servicio a Dios. Se asombr cuando pudo notar que el sabor era el mismo,
agradable, casi exquisito con el sazn de la fe, la esperanza, y la caridad, gracias de las que
l desbordaba indudablemente. La misma pobreza del alimento era un acicate para seguir
adelante, recuerda con ternura el propio Pato.
Tras el desayuno, el rato de solaz rebotando la pelota, driblando al contrario, para
lanzarla con pericia hacia el tablero y encestar con xito demostrando que en Tecpan
tambin hace aire. Una voz coreaba el aplauso en su mente, la de su madre, Doa Mara de
la Luz Ruz, que festejaba cada triunfo del pequeo y le instaba a gozarlo, pero igualmente
a usarlo como impulso para seguir adelante. Por eso estaba ah, por la firme determinacin
de hacerse sacerdote, de entregarse a su obra redentora, ejemplo de compaeros y mecenas
al poco tiempo.
Las aulas resguardaban celosas unos viejos pupitres que, en ese momento, eran
grandes para Pato. Pero igual de gil se montaba en el que le corresponda para poner
atencin a la leccin del maestro-sacerdote, aunque de vez en cuando los pupitres tambin
nos servan para hacer algunas diabluras, comenta con una sonrisa pcara.
La una de la tarde marcaba la hora del alimento fuerte del da: Chilate, un platillo
chilapeo que consista en un caldillo rojo con tortillas pero que a ellos le saba a cielo puro
en gajos.
Durante la comida, se hacan lecturas de pasajes de la Historia de Mxico, tomadas de
la obra del insigne Fray Niceto de Zamacois. Los responsables de leer los fragmentos eran

los seminaristas que mejor leyeran, as es que el turno de Pato se repeta una y otra vez. Me
suban a un plpito y desde ah lea, dice orgulloso.
La primera visita que hicieron fuera del seminario fue a la hermosa catedral de
Chilapa, entonces en construccin, y en donde conoci personalmente a un hombre que ya
admiraba y fuese una de sus motivaciones para hacerse sacerdote: Monseor Leopoldo
Daz Escudero, el Seor Obispo.
La grandeza del monumento le dej absorto. Esa era la grandeza con que vea a
Dios... y an ms grande!

All en la casa de Tecpan, la vida transcurra tranquila, aunque no sin los sinsabores
cotidianos que si bien alteraban ritmo y alma, no causaban mayores daos en la
convivencia familiar.
La partida de Pato al seminario haba llenado de orgullo a los amantes progenitores
Juanita y Epifana, hermanas de Don Calixto, el pap de Pato, colaboraban en el
quehacer del hogar afanosamente, y amando a los sobrinos con ese cario tan especial que
slo las tas o los abuelos pueden dar.
Epifana se haba casado y tuvo a Gilberto y a Lucrecia, pero enviud y Gilberto
tom su camino. Lucre jams la abandon quedando soltera.
Don Calixto y Doa Ma. de la Luz vean crecer a sus hijos en el seno de una familia
muy religiosa. El era un buenazo, un hombre de bien para hablar apropiadamente, dedicado
a su trabajo de talabartera que, aunque se encontraba en el mismo corredor de su casa, bien
que haban aprendido a separarle de las labores y sucesos del hogar. Sus operarios le
ayudaban fielmente. Era cantador y tena muchos amigos. Uno de ellos, Don Rutilo, como
viva en la casa de junto, se tomaba sus ratos de descanso en la carpintera para sentarse a
platicar con Calixto. Unos minutos despus, cada quien regresaba a lo suyo, el talabartero
cantando, el carpintero sonriendo ante el buen talante del amigo. Aunque mayor que su
esposa, fue un esposo y padre amoroso que dej esta vida a los 85 aos.
Ella, Doa Ma. de la Luz, era la dura, la enrgica, la que pona las reglas y el orden
con santa mano que bastante necesitaba ante el pequeo ejrcito que tena por herederos.
Pero era muy piadosa. Formaba parte de una hermandad y asista diariamente por las
maanas a la iglesia. De regreso, se ocupaba de los quehaceres del hogar y la comida,
quedndose por la tarde a convivir con sus hijos, escuchar sus quejas y atender sus
infantiles sufrimientos.
Jams, que yo recuerde, dice Lita, hermana menor de Paito, escuch a mi mam
acusarnos con mi pap. Ella era la que impona el castigo si nos lo merecamos. Y hasta
alguna que otra nalgada... comenta sonriendo ante la evocacin, pero era bonita... era
bonita mi mam... la recuerdo peinada toda hacia atrs con un chongo que se haca y le
daba un toque muy especial. Ella se fue a los 92 aos.
Varias ancdotas brotan de aquellos das, como el porqu de Pato, apcope que
viniese del medio hablar de uno de los hermanos.
Los mayores llamaban al nio Rafaelito, pero su hermano Casto, que an no
pronunciaba bien, le deca en su media lengua aphaito, aphaito, de donde se deriv Pato,
apcope que al paso del tiempo y por la popularidad que llegara a adquirir aquel primer
Pato, ahora aplican en Guerrero a todos los que se llaman Rafael.

Cuando Graciano termin la primaria, y dado que en Tecpan no haba secundarias, la


ta Juanita decidi irse a radicar a Acapulco para que el jovencito pudiese seguir con sus
estudios, y ms tarde los dems sobrinos.
La ta Llalla, como le decan a Juanita, poda mantenerse sola, para eso bien le serva
su arte de la costura y as lo demostr.
Llegaron a Acapulco asentndose en el Barrio del Hueso con la hermana de Doa
Ma. de la Luz, la ta Chepita, pero Llalla no estaba a gusto en ese barrio. Un amigo de la
familia, Don Chema Sotelo, paisano que viva en el puerto, les dijo que no podan quedarse
ah, que l tena unas habitaciones extras en su casa, por La Quebrada, y se las ofreci de
buena gana.
La casa estaba ubicada frente a lo que es ahora la Casa Diocesana, y Llalla recibi
como sus clientes a todos los amigos de Don Chema, crendose muy buena fama y llegando
a ganar lo suficiente para que, algunos aos ms adelante, cambiaran a la casa que ocupara
una de las maestras ms insignes de Acapulco: Felcitas V. Jimnez, la famosa Seorita
Chita, donde viviran muchos aos.
Ya bien instalada Llalla, varias veces le rog a Na que se viniese al puerto, pero esta
se negaba. Don Calixto, al notarlo, pregunt directamente el porqu de su negativa.
-Mira hermano, contest ella con timidez, yo estoy muy encariada con la pequea
Lita y no quisiera dejarla o alejarme de ella.
El buen hombre, entendiendo el vinculo que haba crecido entre ta y sobrina, habl
con su amada esposa Doa Ma. de la Luz -que por entonces ya tena a Jorgito en brazos- y
le explic la situacin. Ella comprendi perfectamente amor y necesidades y acept de
buen grado que Na se trasladara a Acapulco llevndose a su cuidado a Lita, que apenas
contaba con cuatro aitos.
Pato y Margarita, Lita como le dicen de cario, ya eran muy unidos. El gustaba de
contarle cuentos, y ella se complaca en escucharles.
-Cuntame un cuento Pato, rogaba la pequea.
Y Pato no se haca del rogar empezando relatos que se llevaban su buen tiempo y
que seguramente sacara de aquel Corazn Diario de un Nio, o de otras lecturas que ya
haba realizado pues desde entonces fue muy afecto a los libros.
Por eso mismo, cuando Pato vena de vacaciones desde el Seminario Conciliar de
Chilapa, Lita saltaba de gusto pues bien saba que seran das de alegra y aventura.
Visitbamos a los amigos, platicbamos, nos llevaban al mar, en fin... eran das de
fiesta prcticamente, evoca Lita.
Un ao hubo de pasar para que Pato despejara la aoranza por su casa. Ocho meses
para ir a sus primeras vacaciones, viajando a caballo de Chilapa a Tecpan, cruzando por la
sierra y desembocando en San Jernimo, muy cerquita de su pueblo. Dos das de viaje con
pernocta en Carrizal de Arteaga, para llegar a estrenar el traje de bao que su ta Llalla le
haba comprado para que se baara en el ro y que, cuando alguien reclamara que se lo
hubiera comprado antes de entrar al seminario, el respondiera orgulloso:
-Tambin all hay ro y tambin all vamos a nadar en l!
Y es que Pato era un nadador de campeonato. Le gustaba nadar, y ver nadar al que
saba para aprender.

Pero tambin lleg a trabajar en su descanso, ayudando a pap en la talabartera


bordando con pita las monturas, y a demostrar al pueblo entero, con su seriedad y prosapia,
que estaba en el seminario y que seguira en l porque quera y sera sacerdote. Que caray!
El propio Padre Alberto Vivanco, que estaba a cargo de la iglesia de Tecpan para ese
entonces, le luci ante sus feligreses llevndole a ayudar en el catecismo... y a cazar
conejos!
En ese ao logr demostrar que aquellas inmejorables calificaciones, sacadas en la
primaria, no eran casualidad.
Cruz sin ms que la aoranza la preparatoria, o preparatorio como llaman a esa etapa
en el seminario, y empez el Latn, materia de un contraste pintoresco para Pato pues,
mientras era la materia que ms le causaba problemas y dolores de cabeza, era tambin la
que ms le atraa por el misterio que encierra su clasicismo, y la facultad que brinda, al
saberla, de entender mejor nuestra propia lengua.
No en balde se esforzaban sus maestros para pulir ese diamante en bruto, como Don
Justino Salmern, Don Jos Gutirrez o Don Moiss Carmona, seguidos afanosamente por
D. Alfonso Daz, Angel Lpez, Gregorio Bello, Cndido Contreras y Jorge Parra, Modesto
Garca, o Galdino Gonzlez, citando con especial nfasis a Tomasito Herrera, todos ellos
presbteros, mentores y ejemplo.
Ya se haba acostumbrado a las camitas de carrizo o bamb en las que dorman, a la
frugalidad del alimento, al inolvidable bao de fuente que no de tina, y a la severidad
amable de sus mentores, entre quienes se contaban verdaderos servidores de Dios.
Sus compaeros, unos sesenta u ochenta en total, se perdan con el tiempo y en el
tiempo, y tomaban sus lugares nuevos aspirantes que llegaban igual de temerosos y
aorantes.
Al trmino de las vacaciones de primer ao, slo cuatro regresaron. Uno de ellos fue
Jess Corts, enojn y alebrestado jovenzuelo de Ometepec que, dentro de su gallarda,
siempre defenda a Pato, sobre todo cuando jugaban a las canicas y le hacan trampa.
-A mi paisano no le hacen eso! era su grito de guerra, que alguna vez se repitiera
cuando Pato, inocentemente, se pusiera los guantes con audaz contrincante que, osado, le
sacara el mole de la nariz. Chucho Corts, ni tardo ni perezoso, se midi con el ahora
asustado abusivo dicindole:
-Pato no es de pleito... pero aqu estoy yo cabresto!
Esa amistad perdura hasta el presente, y conserva la sinceridad y ternura de siempre.
La familia le enviaba una mesada de ocho o nueve pesos que le ayudaban a
sostenerse. Los jesuitas, por su parte, les apoyaban en todo lo que podan pero tambin les
pedan ayuda, y todos colaboraban con algunos trabajitos que les encargaban a los clrigos,
principalmente de mecanografa, otra de las artes dominada por Pato.
Cada quien mandaba a hacer sus sotanas, baratas y no. La ta del Padre Antonio
Jimnez les cosa las sotanas que les daba a doce pesos. Eran negras y haba que contar con
un par al menos para poderlas lavar y usar, aunque algunas veces andaban en ropa de calle.
Pero todas las carencias se aliviaban cuando ayudaba en misa a Don Leopoldo Daz
Escudero, el Obispo de Chilapa, ayuda que brindaba enfundado orgulloso en su sotana
negra de seminarista.

Tuve buenos compaeros, buenos amigos, todos fueron generosos conmigo, relata
contrito.
Al Segundo de Latn, ya vea lejanos los das en que saliera de su amado Tecpan,
acompaado de Calixto su padre, Doa Angelina Caedo y su hija Oliva, montado en una
carreta a falta de transporte, que partiera de la casa de Don Puyo, como llamaban
cariosamente a Don Refugio Snchez, y despedido por toda la familia.
Buscaba en la Virgen de Guadalupe, veneracin que heredara de pap y mam, el
consuelo y el apoyo para seguir adelante... y hacerlo bien.
Pero el camino que iniciara gracias a la simpata que le despertaran tanto el Obispo
Leopoldo Daz Escudero como el prroco Bernardo Garca, ya se haba abierto de lleno.... y
era feliz por ello.
El largo trayecto en el Seminario Conciliar de Chilapa haba sido cursado con
magnficas calificaciones por Pato, vencedor de Humanidades durante cuatro aos. Es
merecedor de varios Premios a la Excelencia y gana automticamente su pase al Pontificio
Seminario de Montezuma, en Nuevo Mxico, USA., donde continuara una segunda etapa:
Filosofa, durante otros tres largos aos.
El primer paso fue informar a la familia. Una breve carta les indic que slo podra ir
a Acapulco y por un par de horas a verles. Su mam no pudo ir por cuestiones de la casa,
pero Don Calixto si fue a alcanzar a los que ya de por s vivan en el puerto. La reunin fue
ms que emotiva. El poco tiempo asignado pas rpidamente, y Sergio Ramrez, su
acompaante, urgi la salida.
Cinco pilluelos, unos ms chicos, otros ms grandes, partieron para la capital del pas
a tramitar los documentos necesarios para el viaje: Luis Acevedo, Eladio Camacho, Rafael
Romero, Antonio Jimnez, y Rafael Bello Ruz, Pato. Iba al frente del grupo el P. Antonio
Jimnez, apenas tres aos mayor. Llevaban la recomendacin especial para el Padre
Rodrigo Valle que, egresado tambin de Chilapa, deba atenderles con amor cristiano y
asesorarles en el trmite de los pasaportes y dems.
Ahhh... si tan slo nos llev al edificio de la Secretara de Relaciones Exteriores, nos
dijo aqu es la oficina de pasaportes... y jams le volvimos a ver recuerda simptico el
Padre Antonio Jimnez.
Como apenas llevaban unos cuantos centavos, unos se hospedaron en la casa de los
nacientes Legionarios de Cristo, y otros, los ms chicos, en el rancho El Mayorazgo de Juan
Andrew Almazn.
El ms grande, Luis Acevedo, les llevaba al cine para distraerles de la agona en la
espera. Y es que si los trmites son en s engorrosos, con mayor razn cuando falta un
documento y estando tan lejos de la tierra. Antonio Jimnez necesitaba la copia de su acta
de nacimiento original, pero los archivos se haban quemado en un incendio sucitado en el
Registro Civil de Chilapa y no era posible, as es que le pidieron una copia certificada y
protocolizada de su fe de bautismo, lo que solicit de inmediato a Chilapa.
Por su parte, Pato y otro de los pequeuelos adolecan de un documento obligado: el
permiso de sus padres para salir del pas. Aqu fue en donde la inventiva de Luis Acevedo
result ms que efectiva, pues l mismo redact los documentos... y firm en nombre de los
padres!

Solucionados los problemas migratorios, abordaron el tren que les llevara sin prisa
alguna a lo largo de ms de mil kilmetros. Su destino: Ciudad Jurez.
La trayectoria fue un verdadero tormento, recuerda el Padre Antonio, pues cuando
llegamos al desierto de Chihuahua el polvo se meta por todas partes.... horas enteras
sufrimos respirando polvo y slo polvo, pero nos aliviaba un poco reirnos de los dems
que estaban todos pambaceados de polvo.
Poco antes, en Celaya, compramos una canastita de limas para paliar un poco la
sed. Cul sera nuestra sorpresa al darnos cuenta, ya con el tren en marcha, que la famosa
canastita tena hundido el fondo hacia arriba y en realidad apenas llevaba unas cuantas
limas! evoca jocoso.
En Ciudad Jurez transbordaron a uno de los famosos autobuses Greyhound.

MONTEZUMA:
ENTRE COBERTORES GRINGOS
Un pujante grupo de jesuitas esperaba la llegada del costeito destacado. Despuntaba
1939 y no haba quedado tiempo para saludar o despedirse de la familia. Apenas unas lneas
les escribiera con anticipacin a su salida de Mxico.
Desde el autobs, en que vea pasar raudas las lneas centrales equidistantes y blancas
como la nieve que le esperaba, Pato no daba crdito a su viaje. Cmo poda ser que un
chiquillo costeo, de la clase social ms baja de la escala, humilde como slo Dios le haba
designado, fuese camino a uno de los Seminarios de mayor fama en Amrica Latina.
Cmo? se repeta y se congratulaba.
La ltima poblacin mexicana que vio fue Ciudad Jurez. El paso de la frontera le
hizo estremecerse. Dejaba su Mxico querido; atrs quedaban su Guerrero y su Tecpan
cobijando a sus ms amados seres. Senta la mirada de todos ellos en el Greyhound que le
trasladara hasta Nuevo Mxico. Curiosa cosa, dejaba atrs una vida para iniciar una nueva
vida... y dejaba un Mxico para encontrar un Nuevo Mxico. Significativo suceso que
ahora tiene un mucho de certificacin.
Muchas fueron las horas de viaje, horas en las que se mezclaron los recuerdos con las
especulaciones sobre lo que encontrara, lo que sucedera, sobre su futuro mismo, un futuro
planeado en su mente, pero que dejaba en manos de Dios.
Si de nio saba que sera sacerdote, su paso por Chilapa lo reafirm y, ahora, frente
al sobrio edificio del Pontificio Seminario de Montezuma, lo confirmaba, nada detendra su
camino. Vena de un entorno pobre y su visin era la evangelizacin a los pobres. As sera.
La elegante construccin contrastaba fuertemente con su Seminario de Chilapa, sin
menosprecio de ste ltimo ms que en la obra material. Un remolino de sentimientos
agitaron su alma: orgullo y satisfaccin se enfrentaron con compromiso y entereza.

El Seminario Pontificio Interdiocesano de Montezuma es un centro que naci despus


de la persecucin religiosa, cuando cerraron todos los colegios catlicos y, naturalmente,
los seminarios, cuenta el Padre Samuel B. Lemus en su libro As aprend a vivir.
Se inaugur en el mes de septiembre de 1937 en una hermosa regin de Nuevo
Mxico, entre Albuquerque y Santa Fe, muy cerca de Las Vegas en Estados Unidos. Ha
sido en la historia de la iglesia mexicana una de las ms bellas aventuras que ha marcado
toda una etapa de renovacin en el pensamiento y en la vida social de la iglesia, seala
agregando que Montezuma fue misterio, poesa y canto... la impresin de una eterna
juventud.

El Reverendo Padre Luis Guizar S. I. Rector de Montezuma quiso recibir


personalmente a Pato y sus compaeros, su magnfico desempeo e inmejorables
calificaciones les recomendaban ampliamente, independientemente de los conceptos
vertidos por sus bienhechores y padrinos.
La maleta del pequeo mexicanito era mejor surtida que aquella que llevara a
Chilapa. Y mejor fue el entorno que encontr en Montezuma. Los dormitorios eran ms
acogedores, slo para ocho seminaristas, y con literas acondicionadas con por lo menos tres
cobertores gringos.
Haba baos con regaderas... y agua calientita que reconfortaba el cuerpo. Lo mismo
sucedi en el comedor. Las tortillitas con chile se convirtieron en hot dogs y guisados en
los que la carne abundaba. No! No menospreciaba a su querido Mxico... simplemente que
aqu era otra cosa. Si no abundancia, se cubran las necesidades con largueza. Mas algo era
igual de firme y profundo: la dedicacin, el respeto, la entrega, el compaerismo.
Durante las primeras semanas conoci a sus maestros, destacando entre ellos Luciano
Rivas Piccorelli, Fco. Javier Garibay, Salomn Rahain, y Felipe Pardinas, adems de Pedro
Rivera, Alejandro Garcadiego, Enrique Crdenas, Marcos Gordoa, Daniel Olmedo y Angel
Savarino, sin olvidar al Hermano Brito o al Padre Daz Barriga.
Todos ellos por igual de una entereza espiritual slo comparable con su dedicacin a
la pedagoga clerical. Dignos ejemplos de aquellos jovenzuelos.
Sus guas espirituales fueron los presbteros Luis Godseelis, Camilo Argueyo y Casto
Ibarrechevea.
Contra lo que esperaba, no se sinti fuera de lugar pues prcticamente todos los
seminaristas eran mexicanos llegados de diversas partes del pas. Algo supo de que
Montezuma tena dos seminarios, uno ubicado por otro rincn americano abierto a los
gringuitos -como l gustaba de llamarles- y otro, ese en el que estaba, destinado a la
comunidad latina pues algunos llegaban de Colombia, de Venezuela o de otros pases
sudamericanos.
Eramos mexicanitos viviendo al estilo americano, recuerda con cierta picarda.
Poco tiempo despus contemplara con asombro algo que jams imagin ver: su
primera nevada.
La blancura con que el paisaje se visti le llen el alma de un sentimiento muy
especial. Le gust la nieve y esa sera la marca con que recordara siempre a Montezuma y
esa etapa de su vida.

Disfrutaba no slo el jugar entre la nieve, sino hasta el palearla para hacer caminitos
que les permitieran circular por los diversos edificios y zonas del seminario. Era la nica
tarea que diferenciaba a Montezuma de Chilapa, en lo que a su programa cotidiano se
refiere.
En invierno precisamente, cuando se congelaba el Ro Gallinas que atravesaba la
propiedad y donde el Padre Savarino acostumbraba pescar, los seminaristas se daban vuelo
patinando sobre su glido curso convertido en gigantesca pista de hielo, y acosando a los
compaeros con los garnuchazos en el lbulo de la oreja, tan dolorosos por el fro mismo.
Ah aprendi a patinar Pato... y a esquiar en la nieve, sufriendo lgicamente las consabidas
y aparatosas cadas.
Tena tambin sus satisfacciones muy personales, como el canto. Formaba parte del
coro y recuerda con mucho agrado aquellos cantos a Montezuma, pero especialmente los
villancicos que, en poca de Navidad, cantaban recorriendo diversos puntos de la ciudad y
que el pblico aplauda no sin dejar de ver con curiosidad al grupo de seminaristas latinos.
Una noche, meditando con la mirada fija en el infinito, se dio cuenta de que por muy
lejos que estuviese de su casa, un solo cielo les cobijaba. As, en realidad estaba a la vuelta
de la esquina, como aquellas noches en que la grillera dejaba escuchar su rtmico son en el
campo frtil y abierto de la Costa Grande. Slo un recuerdo relacionado con su tierra
empaaba la felicidad que le causaba estar ah, en Montezuma: la pobreza. Y junto al
recuerdo llegaron las imgenes de aquellos costeitos recorriendo a pie las veredas que
surcaban el rostro de la montaa para trasladarse y venir de lugares que no tenan ms
comunicacin que eso, la vereda. Algunas poblaciones, muy contadas, quiz las ms
importantes, contaban con un incipiente camino de terracera. Ah! cuanto dara por que
Sebastin de Aparicio se hubiese dado una vueltecita por estos lares...!
La rutina en Montezuma era similar, eso s, a la de Chilapa. Tempranito, a las cinco, a
baarse y hacer talacha; luego, a meditar, desayunar y a clases. Haba sus tiempos para
jugar y dar buenas caminatas o charlar con amigos y maestros.
La filosofa absorba el entorno, pero le gustaron aquellas clases de Historia de
Mxico basadas en los episodios grabados por Zamacois, tanto como sumergirse en el
silencio obligado de la fastuosa y rica biblioteca.
Una novedad llam poderosamente su atencin: haba un rgano! Y no slo eso,
pronto pudo darse cuenta de que recibiran clases para aprender a tocar ese instrumento,
compaero inseparable del canto gregoriano y la solemnidad del santo sacrificio.
Con todo, el ambiente era ya ms universitario, ms acadmico y sobrio. Jvenes al
fin, aprendieron prontamente a separar el momento alegre propio de esa juventud, con el de
trabajo y estudio. De vez en vez podan visitar la ciudad ms cercana: Las Vegas, Nuevo
Mxico.
Yo no quiero imaginarme del conflicto espiritual que se desataba entre esos
jovencitos ante la forma de vida de una ciudad americana. Con todo, Pato apenas alcanza a
decir en baja voz y con cierta picarda: bamos a ver gringuitas!... pero de lejos.
Uno de los gustos particulares de Pato era subirse al torren del edificio del
Seminario de Montezuma para contemplar las estrellas. Las contaba, las identificaba,
incluso las bautizaba para platicar con ellas y pedirles que, a su vez, informaran a su gente

de lo bien que la pasaba y el beneficio espiritual que reciba. Era algo as como ahora la
comunicacin satelital, pero sin instrumentos, a pura alma.
En verano, era hermoso. La pradera se vesta de colores y salan de da de campo al
Pico del Ermitao, lo que haca recordar a Pato que todas esas tierras haban sido
mexicanas.
Por alguna razn record a Pepe Muiz y le doli su abandono del Seminario de
Chilapa y del sacerdocio. La familia de Pepe la conformaban sus padres y sus hermanos:
Nefthal Antonio, Luis, y Josefina Alicia Muiz Soberanis.
Y el recuerdo se enlaza con el presente cuando Alicia a su vez evoca: All -en
Tecpan- se acostumbra que a toda persona que fallece se les rece un novenario. La mam
de Pato era muy religiosa y le llamaban mucho para que fuera a rezar los novenarios. Mi
mam iba con ella. Cuando yo empec a crecer, me mandaba a m para acompaar a
Doa Mara de la Luz. Ella me deca Mi compaerita. As fue hasta su muerte. Eramos
pues una familia sin serlo, y ese sentimiento fraternal abarcaba a todos, incluyendo a
Pato.
Fue un nio muy entregado a la iglesia. Todo mundo lo quera. De por si queran a
su familia, sobre todo a su mam, que fue maestra.
Tres aos pasaran sin que Pato hiciera pie en casa, sin ver a sus amados padres, a
sus hermanos, a sus tas inolvidables. Pero fueron tres aos de alegra, no de sufrimiento,
pues saba que estaba al servicio de Dios, que algn da, no muy lejano, estara al servicio
de mi propia comunidad, seala enftico al recordar que la vida del seminario, para otros de
encierro, para l era el luminoso camino de un futuro de entrega total, absoluta.
Durante las vacaciones, mientras sus compaeros partan a sus respectivos terruos
para visitar a sus familias, Pato aprovechaba para estudiar y leer, sobre todo leer, leer
mucho, o inscribirse en los cursos que se brindaban a tono con los estudios regulares. Como
el francs, por ejemplo, que tanto le servira a Pato en el futuro cercano, y que es uno de
los seis idiomas que llegara a dominar.
Le gustaba caminar por los terrenos aledaos, ver la prdiga naturaleza de Nuevo
Mxico. Alma y carcter del costeo se templaban al paso, despacio, como los machetes en
la fragua de Ayutla que, as forjados, quedaban ms fuertes y adecuados.

Terminada la segunda guerra mundial, un hombre recorra toda Amrica otorgando


becas a los seminaristas. As, un da anunciaron la llegada de Javier Baeza, Rector de la
Universidad de Comillas, que visitara Montezuma para platicarles cmo era su universidad
y otorgar slo dos becas. Eran ms de cuatrocientos alumnos. El inters de Pato se
despert de inmediato. Su entusiasmo no pas desapercibido para los dos Rectores que, tras
larga charla, decidieron incluirle, junto con su compaero Alberto Carrillo, en esa nueva
aventura. Su destino le acercaba al viejo continente... y por ende a Roma. Pato estudiaba
filosofa y perteneca a un grupo de oradores. Su grupo fue espontneo en su organizacin
y formaban parte de l: Alberto Carrillo, Jorge Eugenio Ortz, Agustn Ayala, Salvador de
la Cruz, y el propio Samuel Lemus, que recuerda con agrado a Pato.
Sin embargo, no fue luego su partida, como lo comenta en su carta enviada a Llalla y
que reproducimos a continuacin, no sin antes aclarar que mucha de la correspondencia

aqu publicada es dirigida precisamente a su ta, por la que senta un gran cario, pero ms
abundante fue la enviada a su madre, misivas que se perdieron en la inundacin motivada
por el embate del Huracn Tara en 1960.
El texto de aquella carta seala:
Montezuma, Diciembre 22 de 1946
Sta. Juana Bello
Quebrada No. 199
Acapulco, Gro.
Muy estimadas Llalla, Na, Lucre, Lita y Estimado Casto:
De mandarles una tarjeta, en este tiempo de Navidad, mejor prefiero escribirles una
carta ya que hace tanto tiempo que no nos hemos visto las caras.
Supongo que mi Pap les habr enterado de mi viaje y que se traslad para el prximo
ao. Ya se me hizo pasar de las montaas de Guerrero a estas montaas nevadas de Nuevo
Mxico; a ver si Dios quiere que conozca tambin las de Santander. Por esto, ruguenle mucho
para que quiera. En caso de que se verifique el viaje tendr que ir a Mxico y tambin
oportunidad de estar con Uds. algunos das.
Una noticia: hay probabilidades de que en Marzo, aqu en Montezuma, o en Junio en
Chilapa, reciba las primeras rdenes. Entre ellas, la que conocen Uds. est la Tonsura o sea la
Coronilla que los Padres llevan en la cabeza.
Como ahora estoy en vacaciones, he tenido tiempo de escribir a Tecpan y a Fito. Hace ya
das que me escribi Angel Custodio de Coyuca y me deca que Graciano haba ido a Tampico,
tambin me cont la muerte de su Pap. Pobre! quin sabe cmo le habr ido. Yo me figuro
que estar trabajando en la carretera Acapulco-Zihuatanejo, pues su direccin es Nal. de
Caminos, Coyuca.
Llalla, que por favor le lleven esas tarjetas a mi Padrino y a mi Ta, ya que nunca les
escribo.
Termino dicindole a Casto y a Lita que me ayuden a juntar moneys para comprarme
un traje porque no tengo.
Bueno, Llalla, pues pasen alegre esta Navidad y que Dios los bendiga en el prximo Ao
Nuevo.
Rafael Bello Ruiz
Dos aspectos destacan en su misiva: la posibilidad de ir a Mxico antes de partir a
Espaa, y la gran necesidad de apoyos que reforzaran su raqutica economa.
Pero lo ms importante, es su entusiasmo por la cercana de la recepcin de las
primeras rdenes.

Cuatro meses ms tarde, se comunicara nuevamente con Llalla para agradecerle y


anunciarle:
Montezuma, Abril 15 de 1947
Srta. Juana Bello
Acapulco, Gro.
Estimada Llalla:
Ayer recib tu carta junto con los 22.50 dlares que hiciste la caridad de mandarme, te lo
agradezco mucho. Y aunque t estimas como pequea esta cantidad, es para m sin embargo
muy grande. Que Dios te lo pague, Llalla.
Me dices que si voy a Chilapa, te avise con tiempo para que puedas ir a verme all.
Mira, si se realiza esto, yo creo que el Sr. Obpo. me dar permiso de ir a ver a mis Paps y por
tanto tendr que pasar por Acapulco, de suerte que no hay necesidad de que te muevas de tu
mquina.
Yo tambin tengo muchsimas ganas de llegar al Sacerdocio para echarles muchas
bendiciones, como dices, pero ms que eso para Celebrar la Misa, Confesar y Predicar.
Acabo de recibir carta de Tito. Tambin l ya va a terminar su carrera. A ver si pronto
chocamos las manos con ese Seor Ingeniero.
Aqu paro de escribir porque ya tocaron la campana para estudio y los exmenes finales
ya estn tocando las puertas.
Adis pues, y saludos para Tecpan, cuando escribas, y para Na, Lucre y mi hermana.
Es cuanto te dice tu Sobrino
Rafael Bello R.

De esas pocas, Lita guarda con amor una vieja postal que tiene en el anverso el
sobrio edificio del Seminario Pontificio de Montezuma, emblanquecido por el alba nieve
del invierno, y reza al reverso de puo y letra de Pato:
Montezuma del recuerdo, que vive en tu corazn.
En el invierno de 1947, Nov. 23.

Efectivamente, antes de partir a Espaa, Pato lleg a Chilpancingo, en donde el Sr.


Obispo Leopoldo Daz Escudero le dio las primeras rdenes, junto con Sergio Ramrez,
otro seminarista, y que consisten en La Tonsura, ese pequeo corte circular que le hacen a
los sacerdotes en la coronilla y que significa, simblicamente, su entrega a Dios.

Ms tarde, primero en Acapulco y luego en Tecpan, el encuentro con la familia fue


hermoso. La alegra desbordaba en todos, amigos y familiares. El pueblo, que no sabe de
rangos ni cargos, empezaba ya a llamarle Padre Pato, lo que l rechazaba aclarndoles que
aun no era sacerdote y por ende no deban llamarle as. Sin embargo, desde entonces es,
para todos, el Padre Paito.
Por fin, a mediados de 1947, se traslada de Montezuma a Santander. Le lleva el
tambin sacerdote y mexicano Marcial Maciel. El viaje, quiz por coincidencia, lo realizan
en aquel famoso buque espaol: El Marqus de Comillas.
Eran seminaristas con las ilusiones muy altas, que procuraban guardar toda la
prosapia y dignidad propia de un prelado, pero el destino, el mar y el bamboleo del barco
les jugaron una mala pasada: echamos la peseta! dice emocionado y con picarda al
recordar la forma en que los espaoles le llaman a vaciar abruptamente el estmago gracias
al mareo.

COMILLAS:
DEL TORREON
AL ACANTILADO
Cuando el barco zarp, Pato vio hacia el horizonte. Ya no lo vio tan lejos... quiz un
poco, pero ms a la vista, ms cercano.
En aguas norteamericanas, el estmago estaba asentado, que al fin y al cabo a todo se
acostumbra el hombre. Disfrutar estancia, admirar el panorama, y pensar en la familia, fue
uno en Pato que presto enviaba a su querida ta una tarjeta postal del Bajo Manhattan visto
desde la Isla del Gobernador:
(New York, a bordo) 9 de julio de 1947
Llalla, el lunes a las 6 de la tarde nuestro barco pasaba frente a estos rascacielos. El otro
da, los muchachos del P. Maciel y yo bajamos a tierra, tuvimos la suerte de visitar al Cardenal
Spellman y nos regal unos medallones de bronce. Despus visitamos la Catedral de San
Patricio y el Edificio Rockefeller; subimos hasta el piso 52. Por la tarde fuimos a contemplar
toda la ciudad desde el edificio ms alto del mundo; subimos al piso 102. Dentro de pocos
minutos iremos de nuevo a tierra para conocer algo ms de esta ciudad. Maana saldremos
para Espaa.
Saludos para todos.
Rafael Bello
El arribo a Espaa lo dej sorprendido. Quiz por el idioma, quiz por palpar ese
profundo sentimiento religioso que tiene el pueblo espaol, por lo que sea, Pato se sinti
ms identificado con ellos que con los vecinos gringuitos de Montezuma.

Primero, la ciudad, Santander, un puerto de mar precioso en el que pululaban los


pescadores que surtan del producto todo el ao a Comillas. Aunque de diferente forma en
el vestir, aquellos pescadores le recordaban insistentemente a Acapulco. Luego, la propia
universidad.
La Universidad de Comillas era hermosa. Una serie de edificios que resumaban
prestigio, prosapia, dignidad... y recuerdos, evoca frunciendo el ceo y enderezndose en su
asiento.
Aunque estaba becado y tena derecho a habitacin en las instalaciones de la propia
Universidad, a invitacin especial del Padre Marcial Maciel, miembro de la orden, se
hosped con los Legionarios de Cristo en la vieja casona que construyera precisamente el
Marqus de Comillas. Era una orden incipiente, ah seran cuando mucho unos veinte. Pato
record que l ya se haba alojado alguna otra vez con ellos, aquella en Mxico cuando iba
rumbo a Montezuma.
El vetusto edificio, cercano a las instalaciones universitarias, estaba profundamente
ligado con Claudio Lpez Bru, segundo Marqus de Comillas, nacido en Barcelona en
1853, que fuese un empresario espaol propagador de las corrientes sociales de la Iglesia
catlica, hijo del primer Marqus de Comillas, Antonio Lpez y Lpez, destacado naviero
de quien hered el ttulo nobiliario y sus importantes negocios, que acabaron por incluir
tambin empresas mineras, ferroviarias y bancarias, adems de unas 23 mil hectreas de
tierras.
Lpez Bru promovi, de su propio peculio, la creacin de organizaciones obreras de
carcter catlico en oposicin al movimiento socialista, de acuerdo con la encclica papal
de Len XIII Rerum Novarum de 1891. Su relacin con los jesuitas qued plasmada en la
Universidad Pontificia de Comillas, iniciada por su padre. Muri en 1925 en Madrid,
dejando tras de s toda una tradicin entre los hombres bien nacidos.
Quiz sintindose solo, tan lejos de su familia, por primera vez al otro lado del
mundo, Pato escribi una larga carta a Llalla:
Universidad de Comillas
Santander, Espaa.

23 de julio de 1947

Querida Llalla, Na, Lucre, Lita y Jorge:


En todo el camino que he recorrido desde Acapulco hasta Comillas me he
acordado mucho de Uds., por eso acabando de llegar al trmino de mi viaje les escribo para que
den gracias a Dios porque he llegado perfectamente bien y adems quiero contarles algo de lo
mucho que vi en mi largo camino de 18 das.
Tanto mi viaje por avin como por barco fue excelente debido a la buena compaa del P.
Maciel y sus 13 muchachos, todos ellos muy amigos mos. El da 2 a las 5 de la maana, Tito
me llevo al aeropuerto de Balbuena y por poco no me vengo. Fjense que el revisor de pasaportes
haba decidido definitivamente que yo no saldra del pas por no tener la cartilla del servicio
militar; invoqu a la Virgen de Guadalupe y me hizo el milagro, en efecto, una oficinista

intercedi por m y logr que me dispensaran ese requisito. El vuelo a la Habana dur 5 horas
y media; pero por la novedad de ir volando a 2000 y a veces 3000 mts. de altura, contemplar
desde ah la Sierra Madre, el Popo, el Ixta, el Pico de Orizaba cubierto de nieve, despus el
Golfo de Mxico y la pennsula de Yucatn; desayunar a bordo tan tranquilamente como si
estuviera en la mesita que tienen Uds. en el corredor, por todo esto, el tiempo se nos hizo un
momento y, cuando menos lo pensamos, ya nuestro avin haba aterrizado en el gran
aeropuerto de La Habana. Todava tuvimos que recorrer 22 kilmetros en coche para llegar a
la ciudad. Nos hospedamos en un gran colegio que hay en la colonia Marianao donde se nos
recibi muy bien y por la tarde fuimos en camin o en una huahua, como dicen los cubanos,
a visitar el malecn, la avenida principal y el centro de la ciudad. Les dir que es muy bonita y
muy grande. En La Habana estuvimos tres das y tres das dilatamos para llegar a Nueva
York; una vez aqu salamos por la maana y volvamos en la noche a dormir en el barco. La
impresin que no se me olvidar fue sin duda la visita que hicimos al Cardenal Spellman.
Conversamos con l casi media hora; entiende bastante bien el castellano, aunque no lo habla
tan bien. Para despedirnos nos regal a cada uno una medalla de cobre con su efigie por un
lado y su escudo por el otro. Enseguida visitamos la Catedral de San Patricio que es muy
hermosa, pero no se aprecia lo suficiente por estar rodeada de rascacielos. Tambin estuvimos
largo rato en la casa Rockefeller que es una serie de edificios enormes con un gran jardn por
delante y una fuente de agua clara. Se nos permiti subir al ms alto de ellos.
En la tarde, dos compaeros y yo, entre los cuales iba Sergio, fuimos a visitar el Empire
State que tiene 102 pisos; la visita cuesta 1.50 dlls. por el tiempo que uno guste. Si vieran qu
panorama se contempla desde el ltimo piso! Se ve toda la ciudad y que es grandiosa ya lo
podrn ver por las tarjetas que les mand.
El da 10 salimos para Espaa; la travesa dur 9 das y durante ellos todo es ir viendo
agua y cielo. A veces se entretiene uno con la vista de algn buque que pasa cerca o con los
tiburones y peces voladores que se ven; yo no poda leer porque al instante me senta mareado.
Por lo dems, tuve un viaje excelente; slo estuve mareado el 2o. da de haber salido de La
Habana; despus vena perfectamente bien.
Por fin el da 18 vimos tierra, el primer puerto espaol que tocamos fue La Corua.
Tambin bajamos a visitarlo. Al da siguiente, a las 12 desembarcamos en Santander y de ah
un camin nos trajo a Comillas, donde estoy para servirles en el cuarto 84.
La mayora de los alumnos estn en sus casas pasando las vacaciones; solamente encontr
en la universidad a los venidos de Amrica; todos son muchachos alegres y jaladores, como
decimos. Ha sido una grande ventaja para m encontrarme con tres muchachos de Montezuma
conocidos mos; ellos me han orientado en la vida de la casa, as es que no he resentido tanto el
cambio de seminario, de reglamento y de compaeros. Todos me dicen que descanse bien porque
durante el curso fuerzas me faltarn para llegar al fin de l.

Espero que ya se hayan secado las lgrimas, que recen mucho por m y sobre todo se
conserven con buena salud para que todos asistan a mi CantaMisa.
Lucre, no se te olvide mandarme las fotografas que nos sacamos con Sergio para
enserselas.
Ya mand una carta que escrib a mi pap y se me olvid decirle que se retraten todos los
de la casa: mam, pap, Casto, Genaro, y D. Mara, porque siquiera deseo verlos en fotografa
y no tengo ninguna de ellos. Por favor, cuando les escriban a Tecpan dgale eso.
Jorge, cuando veas a mi Ta Chepita y a sus familiares les dices que me he acordado de
ella y que le mando saludos.
T, Na, me saludas a Rosita. A Lita no tengo qu encomendarle; pero s desearle que se
conserve bien en unin de todos los dems.
Un adis y un abrazo a todos juntos y que Dios los bendiga.
Rafael Bello R.
Los muros de la Universidad de Comillas, como se le conoce popularmente,
albergaban en ese entonces cerca del millar de alumnos, llegados de la misma Espaa, pero
tambin de Cuba, de Mxico, de Colombia, Venezuela, y prcticamente toda Sudamrica.
Era Rector el Padre Fco. Javier Baeza S.I., ese mismo espaolito que llegara hasta
Amrica buscando seguidores emritos, y hombre de santa paz y buen talante.
Los guas espirituales de Pato fueron el Padre Nieto y el Padre Sotillo, alegres y
serios, duros y blandos, fuertes y dbiles en su momento tal y como lo necesita el joven.
Como buen padre, Calixto pensaba en la soledad anmica de Pato. No poda sino
apoyarle en el mismo plano. As entonces le enva una emotiva misiva para levantarle el
nimo.
Tecpan. Octubre 8 de 1947
Estimado y querido Pato:
Heme aqu ante mi carcomido tabln, con la pluma en la mano,
dispuesto a trazarte estos renglones con toda la alegra del corazn. No nos arredra la distancia
que nos separa pues como dice el Seor Arizmendi: estamos tan cerca de Dios tanto t como
nosotros y la oracin nos conforta y nos alienta. Qu ms? rogad al Ser Supremo nos conserve
la vida para que nos volvamos a ver; no porque te encuentres detrs del mar pisando aquella
tierra de Pelayo, aquella tierra del Cid Campeador, donde los cristianos clavaron la cruz en la
morisma.
Animo Pato, estudia sin preocupaciones; todos tus compaeros forman ahora la familia;
sern hermanos por ser todos Hispano-Americanos, y tambin los Espaoles, pues de all
depende nuestra lengua y nuestra mezcla de raza; todos seremos hermanos en nuestro Seor
Jesucristo, as es que fuera la tristeza. La alegra y el contento que reinen en tu ser, nosotros
estamos buenos y contentos, con la esperanza de que algn da, Dios mediante, besaremos tus

ungidas manos, las manos de un Sacerdote ntegro que esperamos todos los del pueblo y que un
da con otro vendr para que nos d su bendicin.
Estoy enterado de que celebraron el da de la Patria, 16 de septiembre, que entre la
alegra de los Hispano-Americanos victorearon aquel grito que en la boca de Hidalgo se hizo
smbolo de aspiracin que se resuelve a vencer: Viva la Libertad! Tiln tn (Discurso
pronunciado por el Seminarista Mexicano Rafael Bello Ruz) venga el atole, vengan los
tamales, para recordar la Patria. En aquel tiempo, bajo la presidencia de Lerdo de Tejada,
haba un Cnsul mexicano en pases extranjeros; cuenta la crnica que el da de la Patria
reuna a la Colonia Mexicana que, aunque haba olvidado el idioma, no haba olvidado la
costumbre; tena metate, comal, molcajete, y se coma a la mexicana; slo el pulque faltaba por
lo distante de las tlachiqueras. Tal vez a Uds. tambin les faltara algo como es decir panocha,
chiles de chichalaca y... otras cosas.
Animo Pato, nada de tristeza eh? todos tus hermanos te saludan cariosamente: Casto,
Naro, Dulce Mara, (Jorge y Lita en Acapulco). De tu mam un especial abrazo y de tu pap
el cario de siempre.
Calixto
Canto y rgano volvieron a la vida del mexicanito que reunido con otros entusiastas,
a falta de su torren, encontraron en los acantilados cercanos el rincn perfecto para
entonar sus rimas musicales internacionales, y mojar imaginariamente los pies en esas olas
de mar que bramaban al azotar la roca, en un tono ms de complicidad que de reto.
Ese mismo mar se dejara escuchar, feliz cmplice, hasta el lugar en el que Pato
reciba, en ese Dominica IV de Adviento del 48, las rdenes menores de manos del
Excelentsimo Seor Don Jos Eguino Trecu, ante la mirada respetuosa de sus maestros
Don Joaqun Salaverri, Fernando Regatillo, Gumercindo Garca y aquellos presbteros cuyo
primer nombre, a fuer de costumbre y por el tiempo, se borra dejando slo el epteto
cotidiano: el Padre Prado, el Padre Cspedes, el Padre Domnguez, el Padre Prieto y el
Padre Brandarz.
La nica nube gris en tan feliz suceso, es la lejana de sus seres queridos. Y as lo
manifiesta, impertrrito, en su misiva a Llalla, y en donde hace gala de su don narrativo.
Comillas, 21 de enero de 1948
Muy Querida Llalla,
Ma, Lucre, Lita y querido Jorge:
Con mucho gusto me estara largos ratos escribindoles de las cosas que
les quisiera contar, pero tengo tan pocos ratos libres que no me lo permiten. Por eso ahora les
mando estas fotografas para que ellas suplan un poco lo corto de mi carta.
Gracias a Dios yo vivo por ac muy contento y con muy buena salud; por las fotos vern
que estoy ms gordo... Ser por el clima o los alimentos?... pues el clima de Comillas es

hmedo-fro: llueve semanas enteras y con el fro la humedad penetra hasta el hueso; no
nieva porque estamos muy cerquita del mar, pero en los montes vecinos llega a alcanzar ms de
un metro de espesor.
No obstante les dir que el fro ni me va ni me viene porque se encontr con un costeo
muy bien abrigado: para dormir tengo tres sarapes y para andar en la Universidad tengo
camiseta de invierno, suter y una dulleta o abrigo que llega hasta los talones. En la foto
estoy con dulleta.
Y la comida? pues como en toda Europa hay grande necesidad de alimentos, aqu
tambin se siente. Es muy comn el platillo de papas y garbanzos; pero se dice que pronto
pasar esta crisis.
El da que recib las rdenes menores yo hubiera querido que estuviesen conmigo como
estaban los familiares de varios compaeros espaoles que se ordenaron junto conmigo; pero me
tengo que resignar hasta que cante mi primera misa en Tecpan. Entonces s, estarn todos
junto a mi.
La colonia mejicana me celebr ese da con vino y con galletas. Aunque los mejicanos no
nos conocamos (yo slo conoca a tres de Montezuma) sin embargo nos queremos como
hermanos pues la lejana de la patria nos une.
La colonia mejicana es la ms numerosa en esta Universidad. Tiene 54 alumnos, Cuba
tiene 20 alumnos, Argentina 5, Chile 2, El Salvador 4, Guatemala 2, Honduras 3, Nicaragua
4, Panam 2, Paraguay 2, Per 3, Portugal 8, Santo Domingo 2, y Venezuela uno solamente.
Todos los dems alumnos son espaoles y sern unos 500.
En la clase, los profesores explican en Latn y los alumnos preguntan y dan la clase
tambin en Latn. Esta maana me toc repetir una tesis o leccin muy larga y segn mis
compaeros sal bien.
De las Navidades les dir que las celebramos por ac muy alegres, con una semana de
vacacin y con cuatro pelculas espaolas. Durante las comidas nos daban un dulce que llaman
Turrn de Alicante. Es el dulce navideo espaol. El da de Reyes, muy de noche, una
comisin de muchachos va por los cuartos de cada alumno llenndole los zapatos de dulces y
pasas.
Y Uds. qu tal celebraron las Navidades? Muy alegres en compaa de Tito verdad?
Segn s el Sr, Obpo. de Chilapa por este tiempo andaba haciendo la visita pastoral por
aquellas tierras.
Recib sus tarjetas de felicitacin. Y ya me despido de Uds. hasta otra carta. Que ya te
hayas aliviado de tu brazo Llalla; te he bendecido muchas veces. Un abrazo para todos.
Rafael Bello R.
A mi Ta Chepita le mando una fotografa.
Pato, a ms de sus obligaciones en la Universidad, participaba en eventos
complementarios o paralelos, como las peregrinaciones que se hacan cada ao a Santiago
de Compostela para rendir homenaje al Apstol Santiago.

Los orgenes de la ciudad se deben al hallazgo en 813 de la tumba del apstol


Santiago, responsable de la primera evangelizacin de Galicia.
Segn cuenta la leyenda, un anacoreta llamado Paio vio unas luces sobre el monte
donde se asienta hoy la Catedral y acudi al Obispo Teodomiro de Iria Flavia para
comunicrselo. Se descubri el sepulcro del apstol en el campo sobre el cual Paio viera las
luces. De ah procede el nombre de Compostela: campus stellae, campo de la estrella.
A partir del siglo IX Santiago se convirti en centro de peregrinacin europea, en lo
que se ha dado por llamar Camino de Santiago, lo que contribuy a su desarrollo artstico y
econmico durante toda la edad media. El punto neurlgico de ese movimiento material y
espiritual fue la Catedral, donde se guardan los restos del apstol, mandada construir por el
Obispo Diego Gelmrez en el siglo XI. En el siglo XII se instituyeron los votos en
homenaje al patrn de Espaa.
En la Catedral, entre los ornatos interiores, destaca el enorme incensario conocido
como botafumeiro, que pende de la cpula y en las ocasiones ms solemnes oscila sobre la
nave principal, y las excepcionales capillas barrocas, especialmente la capilla Mayor y la
capilla de la Virgen del Pilar.
Fue precisamente junto al botafumeiro que Pato y otros seminaristas se sacaron
infinidad de fotos.
A los mexicanos nos queran muchos los gorditos, cuenta Pato refirindose a la
forma en que los seminaristas llamaban a los robustos cannigos de ah, pues se haban
dado cuenta de que Mxico senta una predileccin muy especial por Santiago de
Compostela, y cuando bamos nos llenaban de recuerdos y regalitos.
Vigo, importante puerto de la provincia de Pontevedra, fue otro de los lugares que
Pato aprovech para conocer durante su estancia en Comillas, y cuya importancia para l
residiera en que era una ciudad conectada profundamente con el milagro de Ftima, y que
fuese la ciudad del caudillo: Francisco Franco. Tambin ah el cario por los mexicanos es
notorio y manifiesto.
Apenas un mes despus de su anterior carta, Pato le escriba a Lucre:
Comillas.- 20 de febrero de 1948
Estimada Lucre:

Me dices que ya estn listos los regalos y que Tito regresa hoy a Mxico;
pues mndaselos, porque el Padre Maciel no vuelve a Espaa sino a fines de marzo, por tanto
queda mucho tiempo para que Graciano los recoja y los entregue al Padre.
Me da mucho gusto saber que mi Llalla ya casi se alivi del brazo debido precisamente
a mis bendiciones. Pues Llalla, encomindate a Dios que ahora mismo te voy a echar una... a
ver si es la definitiva.
Te participo que Sergio ya se orden Sacerdote. Lo orden el Obpo. de Madrid el da 8
del presente. Hace ocho das, tres compaeros suyos en Montezuma, fuimos a pasar el da con l
en la casa donde viven los religiosos del Padre Maciel (Misioneros del Sagrado Corazn) que no
est muy lejos de la Universidad. Espero en Dios que dentro de tres aos tendr el gusto de
verme revestido de tan alta dignidad. Uds. no dejen de pedir a Dios que as sea.

En tu carta no me dices si llegaron algunas fotografas que mand. Miento... volv a ver
la carta y veo que s las recibieron. De todos modos mando esta donde estamos todos los
Americanos que estudiamos en Comillas. No les digo dnde estoy yo para que se entretengan un
rato.
Como ya se acercan los exmenes finales, les ruego que me encomienden a la Virgen de
Guadalupe y al Sdo. Corazn para que me vaya bien y deje plantada en alto la bandera de mi
Seminario de Chilapa y Montezuma.
Saludos para todos, a todos los recuerdo, a mi Llalla, a Ma, a Lita, Jorge y a ti.
Que se conserven bien.
Tu hermano
Rafael Bello
Cabe aqu hacer el sealamiento de que si las cartas de Pato enriquecen ampliamente
su biografa y por ende el archivo histrico de la arquidicesis, mucho ms valioso hubiese
sido el acervo de no perderse las dirigidas a su seora madre.
Las guardaba en una cajita de cartn con mucho celo y cuidado, recuerda Lita, y eran
tan interesantes que los amigos de la familia se las pedan prestadas a mi mam para leerlas
una y otra vez. Siempre las regresaban. Les gustaba cmo escriba. Lstima que se perdiera
todo por Tara.
Pato se haba dedicado al estudio. No tenia conciencia de los conflictos o actividades
polticas. Y vaya que vivi tiempos de revuelta. En Mxico, de nio, la persecucin
cristera; en Chilapa, los primeros escarceos de una segunda guerra mundial que se sucede
en tanto est en Montezuma. Ahora ah, en Espaa, vive en medio del florecimiento
falangista sin saberlo siquiera as, de lleno, con informacin precisa, apenas
superficialmente.
Fechado el 26 de agosto de 1948, un opsculo titulado Juventud, con el encabezado
de Un Mejicano en el Campamento, y un subttulo que reza Mil camaradas en los turnos del
Carlos I de Laredo, seala en el cuerpo de su texto:
La geografa de Santander es una tentacin para la vida de Campamento. Tiene,
desde luego, una apretada historia campamental. Cbreces, San Vicente de la Barquera,
Comillas, Ucieda, Reinosa, Laredo, Suances, Somo, Castro Urdiales... son lugares donde
una o varias veces se han alzado las colmenas bulliciosas de nuestras tiendas. Saben de
nuestras actividades cara al mar, las estrellas y el sol, signadas aquellas con las notas, recias
y exactas, de lo castrense, de lo religioso, de lo poltico y nacional, de lo cultural, de lo
deportivo y viril, y, a veces, de lo heorico.
Casi mil camaradas montases de la Legin de Flecha -a ms de trescientos por
turno- vienen acampando en Laredo, la Villa Esmeralda, que recuerda con orgullo la
presencia del Csar Carlos.
Podramos citar ms datos estadsticos y hacer otras interesantes referencias, como a
la Gran Feria Campamental, genial novedad, que ha incorporado al Campamento Carlos
I los puestos de helados, castizamente servidos por acampados de sotana; las casetas de
pin-pan-pun y las de la pesca milagrosa y las de tiro...

Queremos ya aludir tan slo al acampado de honor, categora atribuida por mrito
personal y por fuero de hospitalidad, al seminarista mejicano Rafael Bello Ruz.
La figura fsica y la figura moral y temperamental de R. Bello Ruz no desmiente la
excelencia de su origen racial; en sus ojos y en su aire est Mjico, llama de hispanidad,
optimista, generoso y bravo.
As, este Rafael, conocido y amado en la camaradera del Campamento Carlos I, a
quien le espera la prxima sublimacin del sacerdocio, parece intrigado y modelado con
ingredientes del alma de Montezuma y de nuestro -y suyo- Hernn Corts.
Hace tiempo tir de l el deseo de sentirse en el seno de la Madre Patria, y lleg a
Comillas para prepararse en su Universidad Pontificia a la categora excelsa de Alter
Christus (Otro Cristo)
Por unos das ha dejado los graves y profundos problemas de la Teologa para vivir
con gozo la hermandad hispnica en nuestro campamento de Laredo. El ha sido uno ms
entre los seminaristas que le han acompaado y uno ms entre los acampados. Pero distinto,
camarada y husped de honor al mismo tiempo.
Entre nosotros ha pasado por la curiosidad, por la satisfaccin y por el entusiasmo. Al
despedirse era ms nuestro, ms espaol y ms mejicano; dentro nosotros ha encontrado
nuevas razones para su orgullo de hijo de Mjico.
Nos interesaban sus opiniones sobre cosas nuestras, y las hemos provocado en el
campo, bajo la sombra de un rbol, en la intimidad... que dira Jos Antonio. La hora de
siesta y el amparo de los eucaliptus nos han dado ocasin para el dilogo.
Puedes decirme tu impresin sobre los Campamentos del Frente de Juventudes?
-Yo crea que se daba a los acampados nicamente formacin militar. Me ha
sorprendido y alegrado ver que se atiende a la forma integral del muchacho, y me ha
emocionado ver cmo se les inculca la idea de Espaa, que es cosa que los mejicanos
sentimos como nuestra. Es magnfico el momento de arriar banderas.
-Qu se sabe en Mjico del Frente de Juventudes?
-All se cree que el Frente de Juventudes es una entidad militar al estilo de las
juventudes hitlerianas. Pero fuera de los sectores de influencia comunista y de los exilados
espaoles, Mjico siente y se alegra del Movimiento falangista, aunque no lo comprende
totalmente.
-Hay ambiente espaol en Mjico?
-Te contar una ancdota: Cuando lleg a Veracruz en su primer viaje el vapor
Habana, se destac un mejicano de entre el pblico que le esperaba, y dijo a un oficial,
mientras le abrazaba: este es un abrazo que Mjico da a Espaa.
-Para terminar, qu se dice all del Generalsimo Franco?
-Franco tiene muchas simpatas en Mjico, y se le agradece que expulsara al
comunismo de Espaa y que defienda a la Iglesia Catlica. Al despedirme de mis
superiores, cuando sal para Espaa, me dijo uno de ellos que tambin l vendr dentro de
un ao a ver a Franco.
Y termin as el seminarista Rafael Bello Ruz:
-Como mi paisano al oficial del barco espaol Habana, yo tambin te digo que, en
mi admiracin y cario a vuestra Patria ilustre, que la considero ma, Mjico abraza a
Espaa.
X. Castro.

Antes de cualquier anlisis, debe tomarse en cuenta que era un mexicano que gozaba
de la hospitalidad espaola y, suponiendo sin conceder, jams habra contestado a las
preguntas de forma menos diplomtica y cordial por lo mismo. Pero el propio Pato da la
pauta cuando, inmediatamente despus del texto, en la misma pgina y en forma manuscrita
estampada posiblemente un ao ms tarde, lo que se desprende de su contenido, hace una
observacin en calidad de nota:
NB.- Los Campamentos Falangistas son la juventud del que podramos llamar
partido que apoya decididamente a Franco. En el verano organizan campamentos donde
pasan 20 das, recibiendo un cursillo de instruccin poltica, religiosa, deportiva, castrense...
con el fin de entusiasmar a la juventud por la vuelta a la Espaa imperial de Isabel la
Catlica, Carlos V y Felipe II.
En el Campamento, donde estuve el ao pasado, recog muchas lecciones que pueden
beneficiar a las personas que trate el da de maana.
Yo crea que la vida en estos campamentos era semejante a la de los Boys Scout
=(Nios Exploradores); esto es, una escuela de formacin ms recia, ms militar. Por ella
pasan nios de 14 aos hasta hombres maduros, antiguos comunistas mata-curas y
quemadores de Iglesias.
Como digo, muchas cosas buenas tiene este movimiento dignas de imitacin -por eso
pienso volver otra vez- aunque tambin tiene otras que no me parecen tan buenas; como la
constante presencia del sacerdote en un movimiento netamente poltico.
R. Bello R.
Si bien es cierto que la prctica religiosa tiene ingerencia en la poltica en casi todo el
mundo, en Mxico la separacin Iglesia-Estado vetaba al clero el terreno poltico en ese
entonces, y Pato no era la excepcin. De suyo y por motu propio, supo desde aquellos das
marcar una sana distancia entre el quehacer divino y el humano, que empezaba a distinguir
y comparar.
Es quiz su estancia en Comillas el primer paso de una carrera plena de actividad.
Chilapa fue la calma iniciadora, el sentar las bases para fincar el futuro espiritual del
costeito, Montezuma los cimientos filosficos, pero Comillas... Comillas fue el inicio de
su grandeza.
El mismo da que est fechado el opsculo que contiene la entrevista, Pato escriba a
casa:
Cbreses.- 26 agosto de 1948
Muy querida Llalla, Ma, Lucre, Lita, Jorge:
Quiera Dios y la Virgen Sma. que todos estn sin novedad. Yo por ac muy bien y
ahora de vuelta ya en el Seminario, porque haca ms de un mes que andaba viajando por
estas tierras de Espaa.

Al volver me encontr con carta tuya, de Tito, de mi ta Chepita y de mi Padrino Jos.


Todos me han causado grande alegra porque veo que estn sin novedad y firmes en la
esperanza del da de mi Sacerdocio que anhelamos con verdaderas ansias. Lo nico que me
preocupa son las circunstancias crticas por las que atraviesa ahora nuestra Patria, pues se sabe
por ac que todas las cosas han aumentado de precio debido a una baja que sufri nuestra
moneda nacional y que esto fue causa de que se atentara contra la vida del Presidente de la
Repblica. Slo la Virgen de Guadalupe nos puede librar de los graves males que esto nos puede
acarrear. Por eso debemos acudir a Ella en estos momentos tan graves.
Ahora les voy a contar algo de mi vida en estos das. Poco tiempo despus de los exmenes
finales, tuvo lugar la esperada excursin a las regiones de Asturias, Galicia y Len. Eramos 28
seminaristas de 12 repblicas Americanas, y pusieron a nuestra disposicin un cmodo autobs
que nos hizo un excelente servicio durante los 25 das que dur el viaje.
El primer sitio que visitamos fue Covadonga, donde est levantado un hermoso Santuario
de la Virgen que segn una tradicin antigua, se apareci en una cueva. Este lugar es tambin
famoso porque en l derrot a los moros el primer Rey espaol D. Pelayo.
De aqu pasamos a Oviedo, Capital de Asturias, ciudad muy clebre en la pasada guerra
espaola porque estuvo sitiada por los rojos un mes sin que lograran rendirla. Todava se ven
muchos edificios destruidos por la metralla.
El da 22 pasamos a Gijn, importante puerto en el mar Cantbrico. Esta ciudad no
tiene ninguna particularidad ms que la de ser muy industrial. Toda est llena de altas
chimeneas y su baha cubierta de grande barcos. Era hermoso contemplar una enorme estatua
del Sdo. Corazn que con los brazos extendidos se elevaba sobre todos los edificios y chimeneas,
como indicando que quera reinar en toda la ciudad, en todos los hogares y en todos los
corazones.
El da 24 llegamos a Lugo, ciudad antiqusima y ya famosa desde que los romanos
dominaban en Espaa, es decir, muchos siglos antes de que Nuestro Seor viniera al mundo.
Su Catedral es muy hermosa y tiene el privilegio de tener constantemente expuesto el Santsimo.
De aqu partimos a Santiago de Compostela, de donde les escrib una carta. Como saben,
aqu est la tumba del primer evangelizador de Espaa: el Apstol Santiago. En la antigedad
este sitio era visitado por millares de peregrinos de toda Europa y por eso levantaron una
Catedral de las ms hermosas y antiguas del mundo.
La ciudad es muy antigua y conserva las casas y edificios del siglo doce. Entramos a ella
a pie rezando y cantando himnos de Espaa y Amrica. Nos acompaaban 50 jvenes
universitarios representantes de las 12 universidades espaolas. Las autoridades, el pueblo y la
banda de msica nos salieron a vitorear por las calles.
El da de Santiago, el Cardenal de Toledo celebr una misa pontifical a la que asisti el
Generalsimo Franco con gran parte de su gabinete. Despus fuimos a saludar y besar el anillo
del Cardenal.

Aqu corto mi relacin para seguirla despus en otras cartas.


No dejen de encomendarme a Dios para que me ilumine y sepa aprovecharme en mis
estudios.
Saludos y abrazos para todos.
No los olvida:
Rafael Bello R.
Una de las ventajas que tena ya el nivel universitario, era que haba una libertad ms
abierta en lo que a los seminaristas-estudiantes se refiere. Podan, por ejemplo, salir
libremente del recinto universitario. Pato, que tena que hacerlo obligadamente para
trasladarse a la casona de los Legionarios de Cristo, no por esto dejaba de gozar de esas
pequeas libertades que no tenan ms taxativas que las que el mismo seminarista se
impona; otra manera de templar el carcter del joven: guindole para que asuma sus
propias responsabilidades.
Santander, como ciudad sede de la universidad, obviamente era el sitio de paseo ms
fecuente. Salamos de compras, a contemplar los aparadores, las novedades comerciales...
pero principalmente a los toros! exclama con un dejo muy especial al recuerdo.
Me fascinaba ver la emocin de la gente ante el arrojo del torero, y ms cuando se
trataba de Manolete.
Cuenta que una de las cosas inolvidables para l era el grito de la multitud cuando
reclamaba un mal toro: Este toro no vale la pena... es ciego! ... es ciego! Pero el toro s que
vea... agrega mordaz.
Los partidos de ftbol organizados entre la Universidad de Comillas y otras
instituciones, era otro de los escapes para los jvenes estudiantes de teologa.
En los encuentros, la fuerza de la juventud se impona y, muchas veces, se olvidaba la
sotana por unos segundos en algn momento lgido, pero al final prevaleca la camaradera
y el compaerismo.
En Comillas, como en Chilapa y Montezuma, Pato form parte del Coro. Pero aqu
ya no fue tan amateur. Ser integrante del Coro implicaba un severo aprendizaje de solfeo y
canto. Era ms profesional el asunto, seala enftico.
En materia de instrumentos, el rgano vuelve a ser su preferido, pero tambin rasgua
la guitarra... mexicano al fin!
Aquel grupo bohemio del que hablamos un poco antes, que se reuna en los
acantilados al caer la tarde, despus de clases, y se daba el lujo de hacer sus propias
composiciones, o entonar aquellas que les hacan vibrar el alma en la lejana de su tierra.
Para Pato, haba un canto maravilloso que le inspiraba, a tal grado, que se convirti
en un himno para l y su gente, an ahora, en toda festividad lo entonan febrilmente en su
honor: Estella Maris - Estrella de los Mares, dedicado a la Virgen Mara.
Estrella de los Mares
Estrella de los Mares
cuyos reflejos
cuyos reflejos

en mis ojos de nia resplandecieron


resplandecieron
Te acuerdas Madre?
Te acuerdas Madre?
A tus pies cuntas veces
rec la Salve
rec la Salve
Del mundo en los peligros
del mundo en los peligros
Ay, no me dejes
Ay, no me dejes
Y a recoger mi alma
ven en mi muerte
ven en mi muerte
Pues slo quiero
pues slo quiero
asido de tu manto
volar al cielo
volar al cielo.
Entre una cosa y otra, el tiempo pasaba volando. Pato no olvidaba a los suyos, por el
contrario, les tena ms presentes que nunca, ms en el momento de blandir la pluma y
rimar el pensamiento. Fue poeta, porque poeta es el que rima con finura palabra y obra,
sentir y duelo. Como muchos, a esa edad no se le da importancia a la letra plasmada y al
tiempo se pierde. De aquellos poemas slo recuerda el nombre de uno: Cabo de Oyambre,
dedicado a un pequeo cabo que era el orgullo de Santander.
Se terminaba la primera etapa de esa bella poca, y su propia letra describe mejor el
momento:
Universidad de Comillas. 13 de octubre de 1948Mi querida Llalla:
Aqu me tienes de nuevo siquiera para darte un saludo, ya que espero
hacerme un campito para escribirte despus ms largo de las cosas que vi por ac el verano
pasado.
Puedo decir que no ha pasado un da en que no los haya recordado a todos: Ma, Lucre,
Beto, Lita, Jorge y Mara, a todos, uno por uno, los recuerdo con mucho cario y los
encomiendo a Dios con todo mi corazn.
Llalla, hace mucho que Tito me mand en cheque los centavos que le enviaste para mi.
Muchas gracias, Llalla, eres demasiado buena conmigo. Te pagar pidiendo a Dios muchas
bendiciones para t y tus trabajos, te prometo tambin que no me olvidar nunca de t.
El da 11 del presente comenz el nuevo curso. Yo estudiar 2o. de Teologa, es decir, me
faltan slo dos aos exactos para ordenarme de Sacerdote. Poco tiempo, verdad? Ya mi mam
con Lupe Acosta y las Soberanis me piensan preparar algunas piezas de los ornamentos. Yo
quisiera que t y Lucrecia me hicieran el Hamito, que es la prenda que se pone el Sacerdote

para celebrar misa y consiste en un cuadro de medio metro cada lado con una Cruz en medio.
Despus les dar indicaciones ms claras.
Desde all aydenme con sus oraciones a alcanzar del Sdo. Corazn de Jess y de la
Virgen de Guadalupe estas tres gracias: 1a.- Gracia abundante para conseguir la Santidad
Sacerdotal. 2a.- Luz para dar feliz trmino a mis estudios y, finalmente, buena salud para no
tardarme tanto tiempo en ser Sacerdote.
Bueno, Llalla, por ahora nada ms.
Un abrazote para todos.
No te olvida:
Rafael Bello R.
Ya al segundo curso! Con todo, Pato segua conociendo apenas esa bella tierra. Esto
me hace recordar que alguien por ah afirmaba que un mismo paraje puede ser visto de
manera diferente por varias gentes, y es cierto, muy cierto. Y no es que el paisaje cambie,
sino la perspectiva. Para un indolente, un rbol no puede pasar de ser un rbol. Para un
sentimental, la sombra que cobija el amor. Para en creyente, ejemplo de la obra de Dios. En
fin, que enciclopedias, guas de turistas e incluso geografas pueden hablar de Espaa, pero
escuchar a Pato hablar de ella, su gente y su vida... es otra cosa!
As lo podemos constatar en la carta escrita desde Comillas a su gente amada:
18 de noviembre de 1948
Muy querida Llalla, Ma, Lucre, Lita, Jorge y D. Mara:
Espero en Dios N.S. y en la Virgen Sma. que todos estn sin novedad; yo por ac estoy
muy bien de salud y muy contento, pues me he entendido bien con los seminaristas espaoles y
los muchos mejicanos que estudian aqu.
Ahora tengo un rato libre y lo voy a aprovechar para platicarles algo de m, ya que hace
mucho tiempo que no les he visitado con una carta. Ya recordarn que les estaba haciendo una
relacin de mi viaje por Espaa durante el verano pasado y les contaba el recibimiento que nos
hicieron en Santiago de Compostela. Digo nos hicieron porque ramos 24 seminaristas
Americanos los que hacamos el viaje en un camin especial.
Al da siguiente de nuestra llegada, 25 de agosto, hubo una Solemne Misa Pontifical
celebrada por el Cardenal de Toledo y a la que asisti el Generalsimo Franco con todo su estado
mayor. Nosotros tambin asistimos y as pudimos conocer a Franco.
La Catedral de Compostela, donde est enterrado el Apstol Santiago, es muy antigua y
de una hermosura incomparable. Por all en Amrica no tenemos estos monumentos tan
grandiosos y tan llenos de arte.
La misma ciudad es antiqusima, con casas de piedra muy bajitas y de calles tan
estrechas que apenas caben cuatro hombres a la par. Nuestra ciudad de Taxco tiene cierto
parecido con sta.
Aqu nos detuvimos cinco das, durante los cuales conocimos la ciudad y organizamos
paseos por los alrededores, a los cuales bamos con nuestra comida preparada para comer en el
campo. Uno de estos paseos lo hicimos a una isla llamada Toja. La travesa martima la

hicimos en una barca de vela durante una hora y media. En la isla hay casas de veraneo muy
bonitas que me recordaban los chalets de Caleta; hay tambin una fbrica de jabn muy
famosa en el mundo. Se llama La Toja. Todos estos lugares se llaman Las ras bajas de
Galicia y es lo ms hermoso que tiene Espaa en cuanto a paisaje.
En los pueblecitos la gente es sencilla y buena, se dedica a laborar el campo y a cultivar
la uva, el maz y las patatas. A mi me impresionaba ver grandes extensiones de terreno
sembrados de uvas negras y rubias, y ver cmo entre las hojas de la planta asomaban los
racimos maduros. De esta uva fabrican los famosos vinos espaoles. Las gentes, aunque pobres,
visten bien y nunca andan descalzos, saben ahorrar su dinero y son de costumbres muy puras y
muy cristianas. Tienen especial cario por los latinoamericanos y sobre todo por los mejicanos,
ya que es el pueblo ms conocido por ac. En el pueblecillo ms insignificante se oyen tararear
las canciones mexicanas -ahora anda una de moda que se llama Plegaria Guadalupana,
Hirma Vila se ha lucido cantndola por toda Espaa-.
La comida tpica de esta regin es algo parecida a la de por all. El primer platillo es
una sopa de fideos con una especie de lechugas que llaman berzas; el segundo es arroz frito en
aceite de oliva, con camarones, caracolillos y almejas; al tercero le llaman tortilla y consiste
en una torta de papas y huevos frita en aceite. A todo esto hay que aadir el pescado que
nunca falta ni en la comida ni en la cena, y el vino que se toma en lugar de agua. Suple a
nuestra tortilla el pan blanco de harina que suele hacerse en tortas tan grandes como un comal;
las frutas que nos ponan eran siempre uvas, manzanas y duraznos.
En fin, as vamos conociendo a esta querida Espaa, hogar de aquellos conquistadores
que forjaron a nuestro querido Mjico.
Para otra carta reservo lo que pas en el resto del paseo por esta tierra de Galicia.
Ahora voy a pedir a Lucre o a Jorge un favor: a ver si me pueden conseguir un mapa de
Mxico, de la Repblica entera, de esos que se les suele proporcionar a los turistas; a ver si me
pueden conseguir tambin una bandera tricolor pequea -de gnero- y todo me lo mandan
envuelto en un cartn delgado. Que venga por correo ordinario, porque, como saben, por avin
cuesta mucho.
Cuando me escriban no dejen de contarme las nuevas que haya habido por all.
Me despido de todos y cada uno con un fuerte abrazo.
No los olvida:
Rafael Bello R.
La amistad con el Padre Maciel se acentuaba con el tiempo, a pesar de que l era el
Superior de los Legionarios de Cristo y Pato apenas un seminarista.
Compartan esas exquisitas comidas en las que menudeaba el Bonito, pescado de
carne magra pero buen sabor, y en las que algunas veces se degustaba un potaje, o una
fabada, y en los festejos la siempre excelente Paella, comida de lujo en Mxico, pero de
consumo cotidiano en Espaa.
Dentro de su seriedad, Monseor Bello Ruz no deja de recurrir a la broma y, cuando
le preguntamos cmo preparaban el Botino, simplemente contest:

-Bonitamente!
Un platillo igualmente especial era la sardina, all pequea y noruega que aqu
llegaba hace aos enlatada y que hoy hemos cambiado por la de Baja California, de mayor
tamao y menor sabor, pero siempre suculenta.
Uno de los rincones internos de la Universidad de Comillas que Pato gustaba de
frecuentar, era la capilla. Su arquitectura, de estilo mudjar, le daba un aire de solemnidad y
recogimiento que a l le placa para meditar y ponerse en contacto con Dios, con ese Dios
que tanto haba seguramente escuchado ya del costeito aspirante a Buen Pastor. Y ah
estaba el Padre Nieto, el director espiritual que ya en vida consideraban un santo, para
alentarle y guiarle.
Ante Dios y a Dios, Pato peda, Pato rogaba. Peda por la santificacin de los
seminaristas, de los telogos principalmente pero, ante todo, rogaba porque mi familia
pudiese esperar a que llegara yo a oficiar mi CantaMisa, porque yo mismo pudiese regresar
a mi tierra, a Chilapa, a Guerrero, para entregarme a la gente, sobre todo a los pobres...
Ya en Comillas, desde Comillas, tena plena conciencia de su compromiso con su
pueblo, con los pobres; un compromiso que en vez de asustarle le alegraba. Un compromiso
contraido por l mismo, no impuesto por algo o alguien. Slo Dios saba que Pato estaba
destinado a ser la gua espiritual de millones de surianos.
Desde aquel Corazn, Diario de un Nio, que leyera de muy pequeo, Pato se haba
convertido en un vido lector. Muchas fueron las obras de grandes escritores que pasaron
por sus manos, aprovechando al mximo las posibilidades que ofreca una biblioteca como
la de la propia universidad, o las aledaas que de eso Espaa da ejemplo.
Dos fueron sus lecturas ms apreciadas: El Quijote... y la Biblia. Aunque no en ese
orden precisamente. El Quijote representaba para l la entrega ciega, incondicional, en
beneficio de los dems an a riesgo de ser calificado de imprudente o demente. La Biblia,
manejada como libro de texto y estudio desde antes incluso del seminario, en Espaa se
volvera su libro de cabecera. Encontr en ella, con su nueva y ms pulida forma de pensar,
la verdad de su fe. El mandato de ejemplo que faltaba para, si no justificar, s comprender
ese afan de entrega que le agobiaba amablemente.
Una de las temporadas de mayor espiritualidad a lo largo y ancho del mundo, es la
poca de Navidad. Pato le relata a su familia cmo se celebra en Espaa:
Noche Buena de Comillas 1948
A mi Llalla, Nia, Lucre, Lita, D. Mara, Jorge y Tito:
Que el Divino Nio les haya trado a todos en estas Navidades el testimonio ms cierto
de su predileccin y en este Ao Nuevo les conceda una lluvia de bendiciones y gracias.
Feliciten y saluden de mi parte a Rosita y a sus familiares.
Hganme favor de mandar en un sobre pequeo esa tarjeta a mi Padrino Jos.
De paso les dir que por estas tierras espaolas vivo muy contento, gozando de perfecta
salud gracias a Dios.

En el Seminario se celebran las Navidades muy alegres, sin dar lugar a uno de echar de
menos las de su tierra.
Se acostumbra adornar un gran saln resguardado del fro, donde todos los estudiantes
pasamos la noche buena compartiendo hermanablemente el dulce espaol tpico de este tiempo
llamado turrn. Adems all se cantan canciones, hay representaciones teatrales y se echan a
rodar varias pelculas.
En fin, los das de vacacin que nos dan se pasan volando.
El Ao Nuevo se celebra en Espaa de una manera muy curiosa, sobre todo en las
ciudades: las gentes se apian en la plaza y all esperan la entrada del nuevo ao, mirando al
reloj pblico. Y a medida que este va dando las campanadas, las gentes se echan una uva a la
boca y as hasta doce uvas, correspondientes a las 12 campanadas.
Supongo que Graciano tendr vacaciones y se las pasar con Uds. De no ser as, ya Uds.
le felicitarn por m. Qu tal le fue en sus exmenes finales?
Y a Dulce Mara cmo le va por all?
Tambin quiero tener noticias de Beto.
Mi mam me avis de la muerte de mi ta Chepita. Aqu, dos Padres mejicanos
celebraron dos misas por su eterno descanso y yo le he mandado a hacer a mi to Bache una
carta de psame.
Que Dios N.S. los bendiga y los conserve hasta que vuelva ordenado Sacerdote para que
me vean.
No los olvida:
Rafael Bello R.
Con toda seguridad los exmenes finales de Graciano, Tito, como le llamaban, fueron
exitosos porque un par de meses despus escriba desde Poza Rica al hermano seminarista,
contestando una misiva suya. Reproducimos esa respuesta porque en ella deja ver la
influencia del petrleo en la vida del Mxico de aquellos aos y de la economa por la que
tanto se preocupaba Pato.
Poza Rica, Ver. febrero 15 de 1949
Querido hermano:
Con muchsimo gusto te voy a contestar tu carta porque platicar
contigo de algo que yo conozco. Me preguntas que si fue benfica para Mxico la expropiacin y
te dir sin temor a equivocarme que s lo fue, el error estuvo en entregar a los trabajadores una
cosa que no saban manejar, pero por esas ideas raras del General Crdenas as se hizo y el
resultado fue que a los 4 aos Petrleos Mexicanos estaba en quiebra.
Ms tarde hubo una reorganizacin y el gobierno volvi a restringir las facultades de los
trabajadores de la industria, al grado que Pe-Mex (que es como se le designa) ha adelantado
mucho pues nada menos el ao pasado Pe-Mex enteraba a la Secretara de Hacienda y Crdito
Pblico la cantidad de Un milln de pesos diarios por concepto de contribuciones; quiero decir
con esto que la vida de nuestro pas depende en un 80% del Oro Negro. Los yacimientos que

se encuentran en Mxico son lo suficientemente grandes como para que se convirtiera en el


primer pas productor de petrleo, si no fuera que los E.U. restringen el envo de material de
perforacin y refinacin pero aun as, aparte del petrleo que se refina en sta sobrepasa el
gasto de Mxico y se exporta el crudo a E.U. que hasta hace poco era el nico pas con quien
Mxico comerciaba, pero hace 7 das sali de Tampico el primer barco con petrleo rumbo a
Espaa (me parece que llevaba 63,000 barriles; un metro cbico tiene 1.8 barriles)
No s si te parezca exagerada la suma anterior pero te dir que un pozo aqu en PozaRica produca 100,000 bls diarios pero le redujeron la produccin a slo 400 as es que
imagnate cunto tiempo estar produciendo, ahora si te dijera que actualmente son 79 pozos
los que estn en produccin te formars una idea de la cantidad de crudo que se extrae
diariamente del sub-suelo.
Creo que ya te habr cansado pero en la prxima te hablar de otras cosas respecto al
petrleo, ahorita no lo hago porque estoy escribiendo en la oficina y creo que van a ocupar la
mquina.
De Acapulco me acaban de escribir y me dicen que Lucre estuvo enferma pero que ya est
mejor; mi Llalla y ella se fueron a Atoyac, pues el Dr. le recet el cambio de clima. Por lo
dems no hay novedad.
Si quieres contestarme esta lo puedes hacer pues todava estar aqu 15 das ms, pues mis
clases darn principio en los primeros das del mes de Marzo y como aqu me van a dar una
gratificacin, la cual ser mayor entre ms das est aqu, me esperar para as poder comprar
mis libros y alguna otra cosa que me haga falta.
Bueno Pato me despido de t con un abrazo y espero volver a escribirte muy pronto.
Tu hermano Graciano (rbrica)
Seis meses ms pasaran para conocer nuevas noticias suyas, al menos de las que
subsisten. Seis meses en los que Pato se haca estimar ms y ms por sus protectores,
maestros y compaeros. No es fcil destacar entre mil, y cuantims entre tanta mente
brillante, como l mismo les califica en su narracin a lo largo de esta investigacin.
Al cabo de esos seis meses, alcanzara el primer peldao de las rdenes mayores,
como lo cuenta a su Hermano Tito:
Comillas 4 de julio de 1949
Querido Hermano:
Te participo con profunda alegra que el 17 del corriente recibir D.M. el
orden del Subdiaconado, primera orden mayor en la que he de hacer pblicamente voto de
perpetua castidad y perpetua obediencia al Obispo de la Dicesis, y en la que tambin
contraer la obligacin de rezar el Oficio Divino todos los das de mi vida. Graves obligaciones
todas ellas, cuya violacin implica pecado mortal gravsimo; pero que traen a mi espritu una
alegra muy honda inexplicable para quien no tiene ni la ms vaga idea del Sacerdocio
Catlico. Cuando vuelva tendr ocasin amplia de hablar contigo sobre el estado de vida que he
escogido, porque es imposible exponer por carta una cosa tan sublime.

Mi pap me ha enterado de tu triunfo con una poesa a la Costa Grande. A toda la casa
y a m nos has dado un gusto padre como dicen por all; muy bien hombre! sigue
cultivando ese arte tan fino.
Por ac estoy bueno -un poco cadavrico por la preparacin de mis exmenes finales- y a
estas horas ya examinado satisfactoriamente, gracias a Dios. En este verano me voy a dedicar a
engordar para poder hacer frente a los aos que me faltan. Espero que t no la pases mal en
ese Mxico tan babilnico y en el cual se siente uno tan solo.
Te recomiendo que cuando tengas tiempo y humor vayas a platicar con unos amigos
mos espaoles -no son Sacerdotes sino seminaristas que pronto volvern a Espaa- Su direccin
es: Ro 2, Tlalpan D.F. Lo mismo te digo acerca de otro amigo mexicano que acaba de salir
para la Patria y a quien le he avisado que iras a verlo alguna vez. Este vive en: Tacubaya,
Cerrada del Sr. Foublanc 48. Que ya conoces.
Te mando este artculo que escribieron sobre m en el peridico Juventud, cuando
escribas a casa lo mandas.
Tu hno.
R. Bello R.
Al margen izquierdo de la misma carta, Paito anotara una especie de post data a lo
largo de la hoja:
Hace mucho recib los mapas que me enviaste junto con aquel aviso que me dio tanto
gusto de tu cumplimiento con Pascua. Por ahora nada ms. De mis rdenes, ya estn avisados
todos los de casa. No dejes de rezar por m en ese da y si te es posible ir a la Villa, no dejes de
hacerlo para que me encomiendes a nuestra Madre de Guadalupe.
Saludos a todos los amigos.
El tiempo transcurri sin mayor novedad, mientras Pato estudiaba y conoca mejor
nuevas formas y costumbres.
Es indudable que muchas de sus misivas, as como las de su seora madre, se
perdieron por gracia del tiempo y a pesar de los esfuerzos de Llalla, Lita y Doa Ma. de la
Luz por conservarlas lo mejor posible, pues saban que algn da seran reliquia.
Ellas no perdan la fe como aquella negrita que, ante las travesuras de Felipillo, el
hijo de sus amos, renegara de ste al grado de que, cuando le dijeron que se iba de frayle a
lejanas tierras y que a lo mejor sera santo, dijo ms proftica que burlonamente: Felipillo
santo!... hummm... cuando la higuera revereca!
Su media lengua quera sealar que Felipillo slo llegara a santo cuando la higuera
seca que se mantena en el medio del patio... reverdeciera.
Pasaron los aos y, un da, la negrita entr gritando y llorando a la casa para asombro
de sus amos: Felipillo Santo!... Felipillo Santo!... sealando hacia el patio.
Al mismo tiempo que sus padres vean aquella vieja higuera reverdecer al centro de
su casa, Felipe de Jess entregaba la vida en manos de sus asesinos all en Nagasaki.

La pasividad que la entrega al estudio de uno, y a las labores cotidianas los otros, se
aletargara en la cotidianidad por varios meses, se vio de pronto desplazada por una noticia
que removi los corazones de Pato y todos los suyos.
Pocas veces el seminarista costeo perda el aplomo, la seriedad que -aunque con
algn toque de buen humor- imprima en sus cartas. Cuantims permitir que la alegra se
desbordara a niveles casi infantiles... pero la noticia lo justificaba.
Comillas, 16 de octubre de 1949
Srta. Juana Bello:
Casi a continuacin de la carta que te escrib ayer, dirijo esta para darte
un noticin maysculo: El Sr. Obpo. de Chilapa me ha dado orden de trasladarme de Comillas
al Seminario de San Sulpicio de Pars. Fjate pues, Llalla, a Pars, a Pars, la capital de
Francia!...
A penas si lo puedo creer, pero as es la realidad. Acabo de recibir carta del Sr. Obpo. en
que me autoriza para salir rumbo a Francia en esta semana misma, para alcanzar el curso que
empez el da 1o. del presente.
As pues Llalla, te voy a pedir el inmenso favor de que me manden de sus ahorros, por lo
menos la cantidad de diez dlares para cubrir los muchos gastos que voy a hacer
necesariamente en este viaje. Es un gran sacrificio que se impondrn, estando ahora la vida tan
cara en Mxico pero Dios se los premiar porque se trata de la formacin de un Sacerdote
suyo!
Cuando me contesten esta carta ya no me encontrarn en Comillas, por eso dirjanme la
carta a la siguiente direccin:
Seminaire Saint-Sulpice
59 bis, Rue Gnral Leclerc
ISSY LES MOULINEAUX (Seine)
Pars - France
Les volver a escribir tan luego como llegue a mi nueva residencia. Encomindenme
mucho a Dios para que me vaya bien por all.
Espero pronto su contestacin.
Recibe un abrazo de Pato
Indudablemente que era una noticia sensacional, sobre todo para un hombre que haba
entregado todos sus esfuerzos en ello. Un par de das despus, Pato escriba a su hermano
la buena nueva. Debemos recordar que Llalla y sus hermanos radicaban en Acapulco, sus
padres en Tecpan, y Graciano, a quien tambin llamaba Tito, en la ciudad de Mxico en
donde culminaba sus estudios de ingeniera. En la carta, Pato retorna a la mesura tras el
estallido de alegra.

Santander, 18 de oct. de 1949


Sr. Graciano Bello
Mi estimado Hermano:
Desde la capital de La Montaa te escribo la presente para darte un gustazo
enorme. Es lo que te anunciaba en mi carta anterior.
Fjate, Tito, que el Sr. Obpo. de Chilapa me ha dado orden de marchar a Pars a
terminar mis estudios. Ya te puedes imaginar la alegra que esto me causa porque all, sin
duda ninguna, me formar mejor y adems conocer esa gran nacin Francesa que es el cerebro
de la humanidad y, por lo mismo, tiene infinitas cosas que podemos aprender.
Ahora estoy en Santander, arreglando los papeles necesarios para cruzar la frontera. El
da 22 del presente pienso salir de Espaa.
Como comprenders, esto me ocasiona muchos gastos, por eso con mucha pena te voy a
pedir un sacrificio: a ver si puedes juntar cinco dlares y me los mandas a la siguiente
direccin:
Seminaire Saint-Sulpice
59 Bis Rue Gnral Leclerc
Issy les Moulineaux
Pars - France
Cuando me contestes ya estar en ese seminario. Te ruego por favor que si no puedes
juntarlos [no te preocupes], pues tendr dinero suficiente con el que he pedido a otras personas
de Tecpan. Tan luego como llegue te escribir dandote ms datos sobre mi nueva residencia. Al
mismo tiempo escribo a la casa y a mi Llalla.
Que Dios te bendiga y te conserve bien.
Tengo mucha esperanza de que cuando empieces a ganar dinero, me ayudes con algo
como lo hacas cuando yo estaba en Chilapa. Te advierto que todos mis gastos corren por
cuenta de la Dicesis. Sin embargo, yo necesito para gastos personales.
Aydame a dar Gracias a Dios por este nuevo favor que nos ha hecho.
Adis
Te abraza tu Hno. Pato

Fechada en Mxico, D.F. el 26 de octubre, Pato reciba inmediata contestacin de


Tito, que reflejaba indudablemente el sentir de toda su familia, amigos y compaeros.
Querido Pato:
No sabes el gusto que me caus tu noticia. Ya la esperaba porque hace
10 das fui a Chilapa con unos amigos hijos de la Sra. Elvira de Garca que festej sus bodas de
plata. Estos muchachos los conoc en Acapulco y siempre hemos sido buenos amigos. En mi

estancia en Chilapa, (1 da y medio) visit al Sr. Obispo quien se puso muy contento, estuvimos
platicando y me dio la noticia de que te iras a Francia.
Ese da recibi un cable tuyo en donde le pedas su autorizacin. Yo por supuesto que no
caba de gusto, se lo platiqu a todos mis amigos, pero no quise escribir a mi mam para que
t le dieras la noticia, ahora s lo har as como a mi Llalla y a todos los de la familia.
El dinero que me pides te lo mandar, no lo hago ahorita porque 5 dlares significan $45
pesos mexicanos y ahorita no los tengo, pues he hecho muchos gastos porque me acabo de
cambiar de casa, ahora vivo en la direccin que adjunto escribo.
Vivo con esos muchachos de Chilapa de que te habl antes, estoy muy contento ah
porque ya no como en la Escuela, ya te haba platicado antes que era un martirio...
...recibe un abrazo muy fuerte de tu hermano
Tito.

SAINT SULPICE,
TRAS LAS HUELLAS DEL
SANTO CURA DE ARS
Pato buscaba informacin sobre Saint Sulpice. Saba que era uno de los seminarios
de mayor prestigio y antigedad en el mundo, pero quera saber ms sobre la que sera su
prxima casa.
El origen de la Compaa est vinculado ntimamente al gran movimiento de
evangelizacin y renovacin que se desarroll en Francia en el siglo XVII, y muy ligada a
la actividad misionero-pastoral de Jean-Jacques Olier.
Discpulo de San Vicente de Pal y del Padre de Condren, Jean Jacques Olier (16081657) particip en las misiones organizadas por ellos en Francia, especialmente en las de
Auvernia y los alrededores de Chartres. Descubri que este esfuerzo apostlico sera
raqutico sin una reforma del clero. Ahora bien esta reforma supona la aplicacin de las
decisiones del Concilio de Trento acerca de la formacin de los sacerdotes.
Este deseo de trabajar en la reforma por la formacin de los sacerdotes, Jean Jacques
Olier lo deba a la influencia del Padre de Condren, sucesor del cardenal de Brulle a la
cabeza del Oratorio de Francia. Pedro de Brulle quera "restaurar el estado de prt" (del
sacerdote), entonces deteriorado. El Padre de Condren disuadi a Jean Jacques Olier de
aceptar el episcopado que le proponan y se le orient hacia la obra de los seminarios. Jean
Jacques Olier se sinti destinado "a llevar la contemplacin dentro el sacerdocio".

Esta preocupacin se incorporaba a la de numerosos obispos que vean con buenos


ojos la fundacin de seminarios. Estas pruebas generalmente haban fallado. En Francia, la
aplicacin del Concilio de Trento pareca chocar con obstculos insuperables.
En realidad, es una nueva concepcin del seminario que, en torno a 1642, iba a
desarrollarse a partir de una experiencia original, la de los "ejercicios", o jubilaciones.
Con otros dos sacerdotes, Olier fund, en diciembre de 1641, un seminario en
Vaugirard, entonces pueblo prximo a Pars. Vuelto algunos meses ms tarde cura de SaintSulpice, transport a esta pequea comunidad a Pars, cerca del presbiterio. Otros
sacerdotes se adjuntaron a l para el servicio de seminario y parroquia. As se constituy la
Compaa de los Sacerdotes del Seminario de Saint-Sulpice.
Como l mismo explica, la intencin no era fundar "congregaciones", con sus casas
propias, ms o menos numerosas. Esta es la razn por la que el Seminario y la Compaa
tomaron el nombre de la parroquia de la que Jean Jacques Olier era cura.
Como la parroquia, el seminario dependa de la Abada Saint-Germain-des-Prs y se
encontraba libre de la jurisdiccin del arzobispo de Pars. Jean Jacques Olier observaba al
Papa como su superior.
El seminario de Saint-Sulpice le pareca destinado al servicio de la Iglesia de Francia:
formara a los candidatos al sacerdocio que los obispos le enviaran. Adems, los sacerdotes
vinculados al seminario, muy dados a la formacin de los sacerdotes, se pondran a
disposicin de los obispos para trabajar en la fundacin y en la direccin de los seminarios
diocesanos. As pues, viviendo incluso de Jean Jacques Olier, la Compaa de los
Sacerdotes del Seminario de Saint-Sulpice acept tomar la direccin de cuatro seminarios.
Pero debi ser en dependencia del obispo del lugar y sin espritu de propiedad: se debera
estar dispuesto a volver de nuevo "a la casa" que era el seminario Saint-Sulpice.
En el pensamiento de Jean Jacques Olier, esta "pequea Compaa" deba limitarse a
un grupo de sacerdotes poco numeroso, vinculados no por deseos, pero s por la caridad
sacerdotal y la subvencin de ellos mismos al servicio de la formacin de los sacerdotes.
Porque el sistema de beneficios supona un obstculo a la reforma del clero, deban
renunciar a los beneficios que los habran descartado de este Ministerio. Deban animarse a
una vida espiritual caracterizada al mismo tiempo por "el espritu apostlico", el sentido de
la adoracin, y la "vida interior". Centrada en la comunin con Jesucristo, Verbo
Personificado, esta vida espiritual debera alimentarse con la Escritura, y constantemente
renovada por la eucarista y la oracin. La devocin a la Virgen Mara y a los apstoles
tena un gran lugar.
La concepcin del seminario aplicada por Jean Jacques Olier a Vaugirard y SaintSulpice, y expuesta en el "Proyecto de un seminario diocesano" que present a la asamblea
del Clero de Francia en 1651, difiere profundamente del seminario tridentino de San Carlos
Borromeo o incluso del seminario parroquial de Bourdoise. En vez de recibir adolescentes
para conducirlos poco a poco al sacerdocio, el nuevo seminario slo acoge hombres de
probada vocacin, o eventualmente sacerdotes deseosos de formarse, que vienen a
compartir la vida de esta comunidad de sacerdotes para iniciarse al espritu apostlico y
desarrollar las virtudes y disposiciones interiores que hacen el alma sacerdotal. El
seminario constituye, sobre todo, una comunidad donde las distancias se suprimen en la
medida de lo posible entre los candidatos al sacerdocio y los profesores; stos son, sobre
todo, profesores espirituales que ejercen el "Ministerio de Direccin".

El desarrollo de la Compaa se oper a partir del seminario Saint-Sulpice y su


experiencia original. Obispos de Francia recurrieron a sus miembros para asumir ellos su
propio seminario.
Louis Tronson, Superior General de 1676 a 1700, da a la Compaa su organizacin,
con la voluntad de guardar as una exacta fidelidad a las grandes orientaciones recibidas de
Jean Jacques Olier.
La Compaa est presente en el Canad a partir de 1657, ao de la muerte de su
fundador.
La vspera de la revolucin francesa la Compaa dirige, en Francia, una quincena de
seminarios. El nmero de sus miembros pas de 70 en 1704 a 140 en 1789.
La revolucin francesa prueba duramente a la Compaa, pero favorece tambin su
implantacin fuera de Francia. En 1791, en respuesta a la llamada de Monseor Carroll,
primer obispo de los Estados Unidos, el Sr. Emery enva a cuatro sulpiciens a Baltimore,
para la fundacin de un seminario.
Durante el siglo XIX y a principios del siglo XX, la Compaa se desarrolla al mismo
tiempo en Francia, en el Canad y los Estados Unidos.
En Francia, el Sr. Emery, que fue superior general de 1782 a 1811, agrupa a sus
colegas y acepta la carga de diez seminarios.
Suprimida por Napolen en 1811, se restablece la Compaa pronto. Es aprobada por
Luis XVIII en 1816 como "congregacin autorizada". El nmero de sus miembros aumenta
regularmente. Poco a poco va a asumir una veintena de seminarios en Francia.
En el Canad, donde tena desde el principio de su presencia la responsabilidad de la
parroquia Notre Dame, y la capellana de varios comunidades religiosas, la Compaa
funda varios rganos colegiados y, en 1840, el seminario de Montreal, que tendr el
estatuto de Universidad Pontifical. Al siglo XX, la Compaa estuvo a cargo del seminario
de San Bonifacio, en Manitoba.
En los Estados Unidos, la Compaa tiene una amplia radiacin. Pasado el perodo
difcil de los principios, el seminario de Baltimore rene un gran nmero de estudiantes.
Varios sulpiciens reciben la carga episcopal. Los directores del seminario estn en relacin
con Santa lisabeth Seton y lo ayudan en sus obras y sus fundaciones. El sulpicien funda
una comunidad de religiosas negras. La Compaa toma la carga de cuatro seminarios fuera
de Baltimore.
Una nueva etapa de la historia de la Compaa se caracteriza por el reanudacin del
movimiento misionero, con la salida de dos colegas franceses en Vietnam en 1929, de dos
canadienses en Japn, en 1933, de dos franceses en China, en 1934, y la fundacin de
seminarios de Hanoi, Fukuoka y Kunming. A partir de 1950 la Compaa asume varios
seminarios en Amrica Latina y en frica.
As lo seala, en su pgina web, el propio Seminario de Saint Sulpice -salvo algn
mexicano error en nuestra incipiente traduccin del francs- en la parte correspondiente a
Historia. Pato, sin embargo, debe haber obtenido la informacin por otras vas pues esa
modernidad de la carretera de la informacin an no se daba.
El ltimo da de octubre, Pato llegaba a Pars. Los nervios carcoman su habitual
ecuanimidad. Montezuma era territorio norteamericano, donde se habla el ingls -que l ya
dominaba- pero como su comunidad era mexicana, no haba problema en la comunicacin.

En Comillas, no se diga; tierra espaola al fin, la comunicacin estaba dada hasta la risa.
Pero en Pars... vamos! Pars era otra cosa! Haba que hablar francs, idioma que jams
haba practicado Pato... pero que de modo alguno sera freno para continuar el camino
trazado por Dios.
Alguien ha de hablar espaol o ingls se deca a s mismo para darse seguridad.
Pero... la cosa no fue tan fcil.
Al da siguiente dos cosas fueron las primeras que hizo una vez instalado: escribir a
casa, y salir a conocer la ciudad.
As lo cuenta en sendas tarjetas postales -la primera de la gruta de Lourdes, y la
segunda de la esplendorosa Torre Eiffel- enviadas a Llalla y a sus hermanos:
Pars 1 de nov de 1949
Mi querida Llalla:
Ayer llegu a Pars y me cuesta creer que estoy en l, tan rpido fue mi
viaje... En Lourdes pas un da inolvidable. All donde la Virgen ha hecho tantos milagros, los
encomend a todos. El viaje a Pars lo hice en tren elctrico acompaado de un padre
paraguayo. En el Seminario de San Sulpicio me han recibido con mucho cario. Soy el nico
mejicano entre franceses, escoceses, coreanos, libaneses y tres colombianos. Obligado por las
circunstancias tendr que aprender pronto el francs.
El Seminario est a las afueras de la ciudad, pero hay un da en la semana en que los
seminaristas salen en grupos para visitar los lugares ms clebres de Pars.
Encomindenme mucho a N. S. Yo no me olvidar de Uds.
Saludos cariosos para todos.
Rafael Bello R.
La segunda, reza:
2 de nov. 49
A Lucrecia, Na, Lita, D. Ma.,
Jorge, Beto y dems amigos:
Ayer sal a visitar la ciudad de Pars. Desde una baslica llamada
Montmartre, dedicada al Sdo. Corazn, se contempla gran parte de la ciudad; es
indescriptible el panorama... qu edificios tan preciosos, qu movimientos de coches por las
calles, con que buen gusto visten las personas y los nios, qu escaparates y qu tiendas tan
ricas y tan lujosas; en fin, se ve aqu la ms refinada civilizacin y adelanto a que ha llegado el
hombre.

En esta foto est la Torre Eiffel de acero y una de las ms altas del mundo, despus
del Empire State de New York.
Desde la corona se domina toda la ciudad de Pars.
En el remite est mi direccin.
Se despide de Uds.
R. Bello R.

Un nuevo mundo se abra a los ojos -y la experiencia- de nuestro costeito que, con
todo, ya viste, habla y comporta, ms como sacerdote que como lego. La dura talla del
divino escultor est dando su fruto.
Ese primer mes, e inicio de curso al que llegara retrasado, significan adaptacin y
esfuerzo para alcanzar a sus compaeros. A esto, debe aadirse el estudiar a marchas
forzadas el idioma local pues, para todo y en todo, el francs es el que se habla.
Est tan cerca su ordenacin que no pierde tiempo ni escatima sacrificios, y se adapta
a la rgida disciplina del primer seminario del mundo.
Pero tambin se da tiempo para no olvidar al mundo con su ignominiosa marcha, y a
la vida con sus suspiros.

Pars 28 de nov. 1949


Mi estimado Jorge:
No quiero dejar pasar esta oportunidad sin decirte una palabra de saludo y
hacer partcipe a mi Llalla, Na, Lucre y Lita.
Aunque vivo muy lejos de Mjico, tengo el gusto de recibir las cartas de la casa que con
frecuencia me vienen a llenar de alegra, y a estar con Uds. en el recuerdo. Sois los nicos con
quienes hablo castellano, pues fuera de mi cuarto tengo que hablar francs para todo.
No soy el nico extranjero en S. Sulpicio; hay tambin muchos seminaristas de distintas
partes de Europa: Ingleses, Italianos, Belgas...
Los mircoles podemos salir a visitar Pars. Como es tan grande y para evitar tantos
ruidos por las calles, los tranvas estn por debajo de tierra como en New York. All tambin
hay sus estaciones y cada quien debe ponerse muy chango para bajar en la estacin que le
corresponde. En los 1os. das andaba en estos tranvas -o metros, como se les llama aqu- como
los rancheros que van por 1a. vez a Mxico... ya ahora me he acostumbrado y puedo decir que
conozco lo principal de Pars.
En otra ocasin platicaremos ms. Saludos cariosos a todos. Por si no recibi Lucrecia
mi aviso, recib el cheque que me mand. Merc bien = Muchas Gracias. Ou revoir = Adis.

Llamaba a Pato la atencin de la mencin frecuente de San Juan Mara Vianney, a


quienes otros citaban como el Santo Cura de Ars.
Si bien en clase no se haba mencionado, pudo despejar la duda inicial con algunos de
sus maestros, quienes comentaron, entre otras cosas, que era el patrono de los sacerdotes.
Tiempo despus, lleg a sus manos un resumen de la historia del anciano sacerdote
que supo entregar su vida a la gente de su pueblo... tal y como Pato quera y planeaba!
Vaya! Dos coincidencias impresionantes. Era el patrono de los prrocos... y vivi en
plena entrega. Quera saber ms de l.
No conocemos con certeza la fuente de informacin de Pato, pero nosotros
encontramos la de Lamberto Echeverra, publicada en Madrid a finales de los cincuentas y
que, sin su autorizacin pero esperando su comprensin ante tan noble intencin,
reproducimos en resumen aqu:
Oficialmente, en libros litrgicos, aparece su verdadero nombre: San Juan Bautista
Mara Vianney. Pero en todo el universo es conocido con el ttulo de Cura de Ars.
Ars tiene hoy 370 habitantes, poco ms o menos los que tena en tiempos del Santo
Cura. Al correr por sus calles parece que no han pasado los aos. nicamente la baslica,
que el Santo so como consagrada a Santa Filomena, pero en la que hoy reposan sus
restos en preciosa urna, dice al visitante que por el pueblo pas un cura verdaderamente
extraordinario...
Nace el Santo en tiempos revueltos: el 8 de mayo de 1786. En Dardilly, no lejos de
Lyn. Estamos por consiguiente en uno de los ms vivos hogares de la actividad religiosa
de Francia.
Es an nio Juan Mara cuando estalla la Revolucin Francesa. Al frente de la
parroquia ponen a un cura constitucional, y la familia Vianney deja de asistir a los cultos.
Muchas veces el pequeo Juan Mara oir misa en cualquier rincn de la casa, celebrada
por alguno de aquellos heroicos sacerdotes, fieles al Papa, que son perseguidos con tanta
rabia por los revolucionarios. Su primera comunin la ha de hacer en otro pueblo, distinto
del suyo, Ecully, en un saln con las ventanas cuidadosamente cerradas, para que nada se
trasluzca al exterior.
Qu curioso, piensa para s Pato. Muy parecido a esa etapa de mi vida: la
persecucin cristera, la suspensin de cultos, las misas a escondidas... y hasta su primera
comunin a puerta cerrada, aunque en el caso de Pato fue el bautizo, pero en las mismas
condiciones.
A los diecisiete aos la situacin se hace menos tensa. Juan Mara concibe el gran
deseo de llegar a ser sacerdote. Su padre, aunque buen cristiano, pone algunos obstculos,
que por fin son vencidos. Un santo sacerdote, el padre Balley, se presta a ayudarle. Pero...
el latn se hace muy difcil para aquel mozo campesino.
Por un error no le alcanza la liberacin del servicio militar que el cardenal Fesch
haba conseguido de su sobrino el emperador para los seminaristas de Lyn. Juan Mara es
llamado al servicio militar. Cae enfermo, ingresa en el hospital militar de Lyn, luego al de
Run y, an convaleciente, es destinado a combatir en Espaa.
Solo, enfermo, desalentado, le sale al encuentro un joven que le invita a seguirle.
Oculto en las montaas de Nos, pasar desde 1809 a 1811 una vida de continuo peligro,

pero de altsima ejemplaridad, pues tambin en este pueblecillo dej huella imperecedera
por su virtud y su caridad.
Una amnista le permite volver a su pueblo. Como si slo estuviera esperando el
regreso, su anciana madre muere poco despus. Juan Mara contina sus estudios
sacerdotales en Verrires primero y despus en el seminario mayor de Lyn, pero... falto de
los necesarios conocimientos del latn, es despedido. Intenta entrar en los hermanos de las
Escuelas Cristianas, sin lograrlo. La cosa pareca no tener solucin cuando, de nuevo, se
cruza en su camino aquel cura excepcional: el padre Balley. l consigue del vicario general,
despus de un par de aos de estudios, su admisin a las rdenes. Por fin, el 13 de agosto
de 1815, el obispo de Grenoble, monseor Simn, le ordenaba sacerdote, a los 29 aos.
Haba acudido a Grenoble solo y nadie le acompa tampoco en su primera misa, que
celebr al da siguiente. Sin embargo, el Santo Cura se senta feliz al lograr lo que durante
tantos aos anhel, y a pesar de tantas privaciones, esfuerzos y humillaciones, haba tenido
que conseguir: el sacerdocio.
Muerto el padre Balley, y terminados sus estudios, el arzobispado de Lyn le encarga
de un minsculo pueblecillo, a treinta y cinco kilmetros al norte de la capital, llamado Ars.
Todava no tena ni siquiera la consideracin de parroquia, sino que era simplemente una
dependencia de la parroquia de Mizrieux, que distaba tres kilmetros. Normalmente no
hubiera tenido sacerdote, pero la seorita de Garets, que habitaba en el castillo y perteneca
a una familia muy influyente, haba conseguido que se hiciera el nombramiento.
Ya tenemos, desde el 9 de febrero de 1818, a San Juan Mara en el pueblecillo del que
prcticamente no volver a salir jams. Habr algunas tentativas de alejarlo de Ars... pero
siempre se interpondr, de manera manifiesta, la divina Providencia, que quera que San
Juan Mara llegara a resplandecer, como patrono de todos los curas del mundo,
precisamente en el marco humilde de una parroquia de pueblo.
Mientras no se inici la gran peregrinacin a Ars, el cura pudo vivir enteramente
consagrado a sus feligreses... visitndoles casa por casa; atendiendo paternalmente a los
nios y a los enfermos; empleando gran cantidad de dinero en la ampliacin y
hermoseamiento de la iglesia; ayudando fraternalmente a sus compaeros de los pueblos
vecinos. Todo esto acompaado de una vida de asombrosas penitencias, de intenssima
oracin, de caridad, en algunas ocasiones llevada hasta un santo despilfarro para con los
pobres. Pero San Juan Mara no excede en esta primera parte de su vida del marco corriente
en las actividades de un cura rural.
Se emple a fondo en una labor de moralizacin del pueblo: la guerra a las tabernas,
la lucha contra el trabajo de los domingos, la sostenida actividad para conseguir desterrar la
ignorancia religiosa y, sobre todo, su dramtica oposicin al baile, le ocasionaron
sinsabores y disgustos. No faltaron acusaciones ante sus propios superiores religiosos. Sin
embargo, su virtud consigui triunfar, y aos despus poda decirse con toda verdad que
Ars ya no es Ars.
Ya hemos dicho que el Santo sola ayudar, con fraternal caridad, a sus compaeros en
las misiones parroquiales que se organizaban en los pueblos de los alrededores. En todos
ellos dejaba el Santo un gran renombre por su oracin, su penitencia y su ejemplaridad. Era
lgico que aquellos buenos campesinos recurrieran luego a l, al presentarse dificultades, o
simplemente para confesarse y volver a recibir los buenos consejos que de sus labios haban
escuchado. ste fue el comienzo de la clebre peregrinacin a Ars.

Lo que al principio slo era un fenmeno local, circunscrito casi a las dicesis de
Lyn y Belley, fue tomando un vuelo cada vez mayor, que lleg a hacerse clebre el cura
de Ars en toda Francia y aun en Europa entera. De todas partes empezaron a afluir
peregrinos, se editaron libros para servir de gua, y es conocido el hecho de que en la
estacin de Lyn se lleg a establecer una taquilla especial para despachar billetes de ida y
vuelta a Ars. Aquel pobre sacerdote, que trabajosamente haba hecho sus estudios, y a
quien la autoridad diocesana haba relegado en uno de los peores pueblos de la dicesis, iba
a convertirse en consejero buscadsimo por millares y millares de almas. Y entre ellas se
contaran gentes de toda condicin, desde prelados insignes e intelectuales famosos, hasta
humildsimos enfermos y pobres gentes atribuladas que iran a buscar en l algn consuelo.
Aquella afluencia de gentes iba a alterar por completo su vida. Da llegar en que el
Santo Cura desconocer su propio pueblo, encerrado como se pasar el da entre las mseras
tablas de su confesonario. Entonces se producir el milagro ms impresionante de toda su
vida: el simple hecho de que pudiera subsistir con aquel gnero de vida.
Porque aquel hombre, por el que van pasando ya los aos, sostendr como habitual la
siguiente distribucin de tiempo: levantarse a la una de la madrugada e ir a la iglesia a
hacer oracin. Antes de la aurora, se inician las confesiones de las mujeres. A las seis de la
madrugada en verano y a las siete en invierno, celebracin de la misa y accin de gracias.
Despus queda un rato a disposicin de los peregrinos. A eso de las diez, reza una parte de
su breviario y vuelve al confesonario. Sale de l a las once para hacer la clebre explicacin
del catecismo, predicacin sencillsima, pero llena de una uncin tan penetrante que
produce abundantes conversiones. Al medioda, toma su frugalsima comida, con
frecuencia de pie, y sin dejar de atender a las personas que solicitan algo de l. Al ir y al
venir a la casa parroquial, pasa por entre la multitud, y ocasiones hay en que aquellos
metros tardan media hora en ser recorridos. Dichas las vsperas y completas, vuelve al
confesonario hasta la noche. Rezadas las oraciones de la tarde, se retira para terminar el
Breviario. Y despus toma unas breves horas de descanso sobre el duro lecho. Slo un
prodigio sobrenatural poda permitir al Santo subsistir fsicamente.
Por si fuera poco, sus penitencias eran extraordinarias. Aun cuando los aos y las
enfermedades le impedan dormir con un poco de tranquilidad las escasas horas a ello
destinadas, su primer cuidado al levantarse era darse una sangrienta disciplina...
Dios bendeca manifiestamente su actividad. El que a duras penas haba hecho sus
estudios, se desenvolva con maravillosa firmeza en el plpito, sin tiempo para prepararse,
y resolva delicadsimos problemas de conciencia en el confesonario. Es ms: cuando
muera, habr testimonios, abundantes hasta lo increble, de su don de discernimiento de
conciencias. A ste le record un pecado olvidado, a aqul le manifest claramente su
vocacin, a la otra le abri los ojos sobre los peligros en que se encontraba, a otras personas
que traan entre manos obras de mucha importancia para la Iglesia de Dios les descorri el
velo del porvenir... Con sencillez, casi como si se tratara de corazonadas o de ocurrencias,
el Santo mostraba estar en ntimo contacto con Dios Nuestro Seor y ser iluminado con
frecuencia por l.
No imaginemos, sin embargo, al Santo como un ser completamente desligado de toda
humanidad. Antes al contrario. Conservamos el testimonio de personas, pertenecientes a las
ms elevadas esferas de aquella puntillosa sociedad francesa del siglo XIX, que marcharon

de Ars admiradas de su cortesa y gentileza. Ni es esto slo. Mil ancdotas nos conservan el
recuerdo de su agudo sentido del humor.
Pero donde ms brill su profundo sentido humano fue en la fundacin de La
Providencia, aquella casita para acoger a las pobres huerfanitas de los contornos. Entre los
documentos humanos ms conmovedores, por su propia sencillez y cario, se contarn
siempre las Memorias que Catalina Lassagne escribi sobre el Santo Cura. A ella le puso al
frente de la obra y all estuvo hasta que, quien tena autoridad para ello, determin que las
cosas se hicieran de otra manera.
Pero la misma reaccin del Santo mostr entonces hasta qu punto convivan en l,
junto a un profundo sentido de obediencia rendida, un no menor sentido de humansima
ternura. Por lo dems, si alguna vez en el mundo se ha contado un milagro con sencillez,
fue cuando Catalina narr para siempre jams lo que un da en que faltaba harina le ocurri
a ella. Consult al seor cura e hizo que su compaera se pusiera a amasar, con la ms
candorosa simplicidad, lo poquito que quedaba y que ciertamente no alcanzara para cuatro
panes. Mientras ella amasaba, la pasta se iba espesando. Ella aada agua. Por fin estuvo
llena la amasadera, y ella hizo una hornada de diez grandes panes de 20 a 22 libras. Lo
bueno es que, cuando acuden emocionadas las dos mujeres al seor cura, ste se limita a
exclamar: El buen Dios es muy bueno. Cuida de sus pobres.
El viernes 29 de julio de 1859 se sinti indispuesto. Pero baj, como siempre, a la
iglesia a la una de la madrugada. Sin embargo, no pudo resistir toda la maana en el
confesonario y hubo de salir a tomar un poquito de aire. Antes del catecismo de las once
pidi un poco de vino, sorbi unas gotas derramadas en la palma de su mano y subi al
plpito. No se le entenda, pero era igual. Sus ojos baados de lgrimas, volvindose hacia
el sagrario, lo decan todo. Continu confesando, pero ya a la noche se vio que estaba
herido de muerte. Descans mal y pidi ayuda. El mdico nada podr hacer. Llamad al
seor cura de Jassans.
Ahora ya se dejaba cuidar como un nio. No rechist cuando pusieron un colchn a
su dura cama. Obedeci al mdico. Y se produjo un hecho conmovedor. ste haba dicho
que haba alguna esperanza si disminuyera un poco el calor. Y en aquel trrido da de
agosto, los vecinos de Ars, no sabiendo qu hacer por conservar a su cura queridsimo,
subieron al tejado y tendieron sbanas que durante todo el da mantuvieron hmedas. No
era para menos. El pueblo entero vea, baado en lgrimas, que su cura se les marchaba ya.
El mismo obispo de la Dicesis vino a compartir su dolor. Tras una emocionante despedida
de su buen padre y pastor, el Santo Cura ya no pens ms que en morir. Y en efecto, con
paz celestial, el jueves 4 de agosto, a las dos de la madrugada, mientras su joven coadjutor
rezaba las hermosas palabras que los santos ngeles de Dios te salgan al encuentro y te
introduzcan en la celestial Jerusaln, suavemente, sin agona, como obrero que ha
terminado bien su jornada, el Cura de Ars entreg su alma a Dios.
As se ha realizado lo que l deca en una memorable catequesis matinal: Dios mo,
cmo me pesa el tiempo con los pecadores! Cundo estar con los santos? Entonces
diremos al buen Dios: Dios mo, te veo y te tengo, ya no te escapars de m jams, jams.
Lo canoniz el papa Po XI el 31 de mayo de 1925, quien tres aos ms tarde, en
1928, lo nombr Patrono de los Prrocos.

As, as quera ser Pato! Bueno... no un santo, pensaba para s... pero s como l en la
entrega, en el amor por su gente, en su afn por servir, aconsejar, guiar al pobre, al ms
necesitado. No.. de plano... as sera! El Santo Cura de Ars sera, de ahora en adelante, no
slo su patrono, sino su gua espiritual.

ANTE EL
CON EL
Y PARA EL
Pato haba definido su proyecto espiritual. Si desde nio saba que sera sacerdote,
ahora saba qu tipo de sacerdote sera. El Santo Cura de Ars no le abandonara jams. Al
fin y al cabo haba tanto parecido.
La persecucin religiosa y la revolucin francesa; la penalidad econmica; la
trayectoria decidida... es ms, Pato tena una ventaja -dicho sea con el mayor respetosobre el Santo Cura de Ars: a l no se le haba dificultado -fuera de lo normal- estudio y
aprendizaje.
Ahora s estaba preparado para quedar de frente a Dios. Ofrendar su vida ante El, con
El y para El.
Ante la ceremonia que podramos considerar previa a la ordenacin sacerdotal,
recordaba aquel 17 de julio del ao anterior en Comillas, cuando emocionado reciba el
Subdiaconado de manos del Excmo. Sr. Don Francisco Lauzurica. Ahora, el 8 de abril,
recibira del no menos Excmo. Emile Blanchet, en la Iglesia de los Carmelitas, en ese
fascinante y culto Pars, el Diaconado, paso previo como dijimos, a la uncin sacerdotal, al
triunfo ms grande a que puede aspirar un hombre religioso, independientemente de
posteriores nombramientos, responsabilidades u honores.
El propio Pato escribira una resea del acto como si la estuviese relatando en el
momento mismo del suceso:
En estos momentos el obispo acaba de imponer su mano derecha sobre nuestras
cabezas, quedando as consagrados diconos. En seguida nos impondr los ornamentos
propios de la orden. Todos mis compaeros son franceses. Al fondo, un sacerdote lee al
pueblo en francs lo que el Obispo nos dice en latn. Despus de mi ordenacin -del
diaconado, obviamente- he repartido varias veces la Santa Comunin. La primera vez fue
en uno de los estadios ms grandes de Pars, donde 70 mil jvenes de Accin Catlica
celebraban un congreso.
Por una divina coincidencia, Su Santidad Po XII haba proclamado ese ao, 1950,
Ao Santo.
Dios! Qu poco falta para alcanzar el sueo! Y renueva esfuerzos, y cambia el ceo, y
goza de antemano la realizacin cercana. Pero ya no es slo el sueo de llegar a ser
sacerdote, el alma encuentra nuevos derroteros y metas.
Es en Francia en donde, al conocer el hermoso seminario, evoca la grandeza de
espritu de quienes han sido sus compaeros en los ltimos aos y, recordando las

necesidades de su pueblo suriano, decide abrir, algn da, un semillero de sacerdotes, un


seminario!
Pero el tiempo vuela y, a poco menos del mes de recibido el diaconado, Pato escriba
a su Llalla y a Tito:
Pars, 5 de mayo de 1950
Mi estimado hermano: Antes de darte las nociones de geografa eclesistica, quiero
hablarte de m un poco. En efecto, el da 3 de junio recibir el Presbiterado, lo cual es tambin
para m un grande gozo esperado despus de tantos aos de trabajo.
Quisiera que para la casa fuera un da de alegra en familia, por eso propongo a tu
consideracin la manera de festejar ese da. Por ejemplo, me parece que a todos gustara verse
reunidos en Tecpan y al da siguiente -que celebrar mi primera misa- asistieran a una misa
del P. Vivanco para despus tener un repas, como dicen los franceses, o un banquetito
fraternal si te place, no tienes ms que ponerte de acuerdo con Casto para determinar el nombre
y nmero de invitados, as como de la manera de alojarlos si es que tengan que hospedarse
algunos en la casa. Por supuesto que no deben faltar mi Llalla y todo su Cortejo, mi Padrino
Jos, alguna representacin de la casa de Ta Chepita, acaso algn pariente de Atoyac.
Tambin pueden invitar a otros amigos.
Por otra parte, me parece conveniente mandar imprimir una centena de tarjetas,
anunciando mi ordenacin para que las enven a familiares y amigos. T que ests en la
capital eres el mejor indicado para encargarlas a una imprenta -aunque no s si tengas money
suficiente-. De todas maneras te voy a dar un modelo de redaccin, dejando a tu iniciativa y a
tu gusto el tamao, la forma y manera de colocar las letras.
Calixto Bello y Luz Ruz de Bello
tienen el honor de participar a Ud (s). que su hijo
Rafael
recibi la uncin sacerdotal
de manos del Sr. Mauricio Feltin,
Arzobispo de Pars
el da 3 del presente en el
Seminario de Saint Sulpicio, Francia.
Tecpan de Galeana - Junio de 1950
Aunque la carta de Pato es ms extensa, le dejaremos hasta ah para no romper la
secuencia que estamos viviendo respecto a su ordenacin. En la otra carta, de la misma
fecha, deca a Llalla:
Muy estimada Llalla: aprovecho el viaje de esta carta de Tito para dirigirte (y en tu
nombre a toda la casa) una palabra. Me estoy preparando para la ordenacin sacerdotal que

tendr lugar el 3 de junio prximo. Como es natural, siento grande alegra al terminar mi
carrera, pero tambin tengo cierta pena de que Uds. no vean estas ceremonias tan magnficas y
tan raras. Sin embargo procurar que me saquen fotografas para que puedan imaginarse
siquiera cmo son.
El fotgrafo an est revelando unas fotos que me tom en mi ordenacin de Dicono. Ya
les mandar algunas tan luego como me las entregue. De Tecpan les mandarn una invitacin
para que ese da lo pasen juntos en nuestra querida casona. Yo los ver desde aqu y les
acompaar en mi recuerdo, desendoles un da muy feliz, que sea un anuncio de la fiesta que
haremos cuando vuelva definitivamente al hogar.
Segn las ltimas instrucciones que he recibido de Chilapa, tengo que permanecer por ac
an tres aos ms para realizar el programa de estudios que me sealaron. Esto me alegra
mucho porque me dan oportunidad de formarme mejor y de conocer otros pases del viejo
mundo...
Llalla, apresurada, cosa aquellos ornamentos que Pato le haba pedido, y que
cruzaron raudos el extenssimo ocano Atlntico para llegar apenas a tiempo para la
ceremonia que, por razones de la voluntad divina, no sera sino hasta el 29 de junio y no en
el Seminario, sino en el esplendoroso marco de la Catedral de Notre Dame, uno de los
edificios ms suntuosos de la religin catlica y de la historia francesa.
Veinticinco jvenes seminaristas desbordaban dicha y nervios. Desde muchos das
antes haban preparado sus ornamentos, repasado el protocolo y el canon. Sus maestros y
guas espirituales compartan el nerviosismo. La ciudad de Pars, entera, estaba atenta del
suceso.
El 28 por la noche nadie pudo dormir. El que no rezaba, daba vueltas sobre su cama,
o se levantaba una y otra vez a revisar que todo estuviera en orden.
La noche se haca eterna. Era una noche lmpida, como toda noche de verano, que
daba la oportunidad a millones de estrellas de lucirse en todo su esplendor. Hasta ellas
estaban pendientes de la ocasin.
La luna, por las fechas llena y luminosa, pareca rerse de la inquietud de aquellos
jvenes y, cmplice a la vez, guiaba un ojo al sol que se resista a salir haciendo ms largo
el padecer por la espera.
Por fin, las primeras luces de la aurora aparecieron. El movimiento en el Seminario
era tan intenso como en la propia Catedral donde trabajadores y auxiliares daban los
ltimos toques que remozaban los interiores para mayor lucimiento del acto.
La sonora voz de las campanas de Notre Dame llamaba al pueblo parisino a
presenciar una ceremonia que no se da todos los das.
La alfombra roja era extendida a lo largo del ancho pasillo central, y el rgano mayor
dejaba escuchar que estaba en buenas manos al chequeo de sus notas.
Familiares y amigos de los que en unas horas ms seran nuevos sacerdotes, hicieron
su arribo desde muy temprano. Haba que ganar lugar para no perder detalle.

Poco a poco todos tomaron sus posiciones. La curia local les acompaaba desde las
bancadas, cada una ejemplo del maravilloso arte del tallado en madera que competa
justamente con el barroco de sus muros.
Pato se senta solo, a pesar de estar enmedio de tanta gente. Su inquietud se
justificaba, la familia lejos, su patria ms all del mar... era, repetimos, el nico mexicano
que sera ordenado. Pero... en sus movimientos inquietos, al voltear a un lado, su vista se
encontr de frente con la imagen de la Virgen de Guadalupe, la santa madre de Dios vertida
en madre de los mexicanos por gracia propia. Desde su nicho, en una capilla lateral, pareca
sonrer dndole confianza. Pato recobr la entereza.
En el 2004, quiz recordando ese momento, Rafael Bello Ruiz, ya Arzobispo
Emrito, escriba su

Loa a la Virgen de Guadalupe


Cuarenta y seis estrellas
sobre su manto,
tiene mi Morenita
mi dulce encanto,
en el vestido
cinco ramos floreando.
La mirada piadosa,
sus manos juntas,
y por nico adorno
en la cintura,
siete listones pardos
como su Luna.
Virgen resplandeciente
GUADALUPANA
quisiera de tu manto
y tu vestido,
quedarme como el Angel
suspendido.
Cuando se anunci la llegada del Arzobispo, todos nos pusimos de pie, la Catedral se
ilumin profusamente y el rgano enton una marcha triunfal que haca estremecer los
espritus de quienes ramos actores del drama que se iba a desarrollar: nuestra ordenacin
sacerdotal! recuerda franca y abiertamente emocionado.
Lentamente, fueron pasando uno a uno para postrarse, boca abajo y con los brazos
extendidos, a los pies del Creador en simblica entrega al servicio de su palabra y obra.
Pato luca orgulloso el Hamito que le enviara Llalla, cortado y cosido por sus propias
manos. Sobre l, fueron colocando los dems ornamentos que le daban, junto con la

ordenacin y la imposicin de las manos, la dignidad de sacerdote. Reciba su consagracin


de manos del Emmo. Sr. Cardenal Mauricio Feltin, Arzobispo de Pars.
Por fin! Por fin era sacerdote! Las lgrimas corrieron abiertamente, sin pena, por el
rostro de aquel costeito, pobre s, pero no mugroso que por algo su madre siempre le traa
bien limpiecito, aquel que le dijera al campanero de su pueblo: Chanito, voy a ser
sacerdote... Era la culminacin de sus anhelos, sera el orgullo de su familia y de su gente,
estaba seguro de ello... pero apenas era el principio del largo camino que habra de recorrer
en favor de sus hermanos y de la palabra divina con la que se haba comprometido ese da.
Dios le aceptaba francamente, Dios esperaba mucho de l. Pero Dios era... y seguira
siendo, su gua y fortaleza.
Tres das despus tendra uno de los honores -y gusto- ms grandes de su vida. Ofici
su primer misa en la misma parroquia en que viviera y actuara el Santo Cura de Ars, frente
al altar que conserva sus reliquias. Pero no slo eso, por intervencin divina seguramente,
se le permiti usar todos los ornamentos originales del Santo Cura, y hasta el cliz que
utilizara en sus propias celebraciones litrgicas.
El 15 de julio deca a Llalla:
Espera pronto una carta ms larga y unos recuerditos de esta tierra que te mando con un
sacerdote mexicano que ha estado conmigo por ac.
Recib muy a tiempo los ornamentos que me mandaste y que te agradezco muchsimo.
Los estren el da de mi ordenacin y de mi primera misa. Me quedaron exactamente a la
medida.
Tan luego como me entreguen unas fotos que me sacaron en la ordenacin, te las
mandar; por ahora recibe estas dos.
Todos estos das me los paso pensando en Uds. imaginndome que estarn muy contentos
por mi ordenacin.
Espero que me han de decir algunas intenciones por los que quieren que celebre misas. La
primera que celebr en Ars, fue para Uds. La celebr en el altar del Sto. Cura, frente a su
cuerpo incorrupto, con su cliz y su casulla. En la tarde di la bendicin con el Smo. Yo entonces
pens en todos los de la casa y le dije: Seor bendice a mis familiares que al otro lado del
Atlntico se alegran y rezan por tu Sacerdote.
Los bendigo a todos, con el corazn. Mis recuerdos a Na, Lucre, Beto y su familia y a
todos mis hnos.
Tu Sacerdote
Rafael
Faltaba su pueblo, su querido Tecpan. Ah celebrara su primer CantaMisa. Pero an
faltaba mucho para que llegara ese da. Sus derroteros estaban programados de distinta
manera.

Se le daba la oportunidad de continuar sus estudios para perfeccionarse. Ahora sera


el Doctorado en Derecho Cannico, que retrasara tres aos ms su regreso a Mxico. As
lo comunicaba ya en una de sus cartas anteriores. La familia se sinti desalentada, pero al
mismo tiempo orgullosa, su Pato ya era Sacerdote, y segua estudiando... Dios! Con toda
seguridad el futuro de Pato era ser Obispo, o hasta Arzobispo! pensaban con entusiasmo, y
por eso aceptaban los designios del Seor tanto como el propio Pato que, desde hoy, ya no
sera ms Pato, sino -ahora s y justamente ganado- el Padre Pato!
Quede como mero registro el que su segunda misa fue oficiada ante el altar mayor de
la propia parroquia de Ars, y la tercera en la capilla de las madres que atendan la cocina
del seminario.
En uno de los ms importantes rganos de difusin de principios de la segunda mitad
del siglo XX, Catedral, el 20 de agosto de 1950, Z. Medina firma un artculo titulado La
Obra de Monseor Daz Escudero ms all de los Mares que reza:
Sabe Dios con cuantos sacrificios sostiene el Excmo. y Rvmo. Sr. Obispo Diocesano
a los alumnos que se forman en el Seminario Conciliar Diocesano y cmo se acrecienta
este sacrificio para sostenerlos lejos de la Patria, con la ilusin de dejarle a la Dicesis de
Chilapa sacerdotes modelos de santidad y de ciencia. El confa en no haberse equivocado
en la eleccin.
Este ao, AO SANTO, ao de tantos y dulces recuerdos para la Iglesia Universal,
recibe en medio de sus penas, como un regalo de Dios, una noticia que le proporciona
especiales consuelos.
El P. Rafael Bello acaba de ordenarse sacerdote en Pars. El 29 del prximo pasado
junio, da de los Apstoles San Pedro y San Pablo, recibi la uncin sacerdotal. Notre
Dame y Ars recibieron las primicias de su sacerdocio. Su PRIMERA MISA ante el cuerpo
del Santo Cura de Ars, usando el cliz y la casulla del Santo, durante el Augusto Sacrificio.
Qu de afectos y pensamientos, los adivinamos en el nuevo sacerdote, los que lo
conocemos desde su niez y fuimos testigos de los sentimientos que lo sostienen lejos de la
Patria y de sus sacrificados y ancianos padres, manifestados cuando se march primero a
los Estados Unidos, despus a Espaa y ahora lo mantienen en la Ciudad Luz. Es seguro
que pidi por esta su Dicesis de Chilapa; por su Obispo, a quien debe de mirar como
Padre; por su Seminario Diocesano, tan desconocido y que quiz tenga especiales mritos
delante de Dios; por nuestro venerable Clero Diocesano, sacrificado en general, y que
esconde, bajo su sencillez, la preparacin que necesita un Apostolado fecundo en nuestra
Dicesis, donde tesoneramente, calladamente, lo desarrolla en estos campos del Seor.
El P. Bello ha cado de rodillas ante los altares de los principales Santuarios de
Espaa y de Francia y dondequiera ha llevado la obsesin de Cristo reinando en su Patria.
Ha visto una Hostia Pura, Santa e Inmaculada, salvadora de las almas, envuelta en los
pliegues tricolores de la bandera de Mxico y ha rogado mucho por la Iglesia y por la
Patria de Santa Mara de Guadalupe. Lo s y puedo escribirlo.
Cuando regrese a la Patria, que venga a sumarse a la juventud sacerdotal de esta
Dicesis y siga siendo el Cirineo de su Obispo. Los educados fuera y los formados en este
Seminario, llegados al Sacerdocio, debidamente preparados por la lucha en esta Dicesis
suriana, sepan ocupar el puesto que les corresponde, para darle gloria a Dios y salvar
almas, aunque cueste la vida; lo mejor para que se vive.

Que el P. Bello venga amante apasionado de su Dios, de su Iglesia, de su Patria, de


su Dicesis; que venga hijo bueno y fiel a su Obispo; que el espritu de San Juan Bautista
Mara Vianney, que es el que necesita esta Dicesis, se haya incrustado en El y que como
El atraiga a todos para ganarlos a todos para Cristo.
As lo pensaban igualmente D. Andrs Beauffin P.S.S. Rector del Instituto Catlico
de San Sulpicio, y sus maestros: el Cannigo Osty, el Padre Henry S.I., Danielou S.I., el
Padre Tesson S.I., Monsieur Enn y Monsieur Tollu, que tuvieron al ahora Padre Pato en
sus austeras aulas. Pero si de orgullo hablamos, seguramente el ms satisfecho era
Monsieur Pineau, su gua espiritual.

Los viajes ilustran, dice el refrn que no es otra cosa que la sabidura popular... y es
ms que cierto. As, la Divina Providencia no olvidaba que Pato, perdn, el Padre Pato,
necesitaba algo ms que los meros estudios acadmicos y, utilizando sus siempre extraos
caminos, pona al frente del nuevo y flamante sacerdote las oportunidades necesarias para
el pulimento de su formacin.
Datada en Madrid el 1o. de agosto, apenas dos meses despus de la ordenacin, el
Padre Pato notificaba a Llalla:
Estimada Llalla:
Con gusto te saludo junto con todos los de la casa que imagino estarn de fiesta por el
recibimiento del anillo profesional de Graciano -segn me contaba Lucre en su ltima-. Te
habrs dado cuenta por el membrete que te escribo desde Madrid, pues se trata de una de esas
chanzas que la Providencia tiene costumbre de darme.
Hace un mes que tuve el gusto de saludar en Pars a dos jvenes estudiantes del
Tecnolgico de Monterrey que venan con el encargo de comprar un coche mientras otros
compaeros suyos les esperaban en Roma. Como no saban francs, yo les serv de intrprete y
les prest generosamente mis servicios para el arreglo de su asunto. Ellos me correspondieron,
invitndome a que les acompaase a Roma. Por desgracia no pude arreglar mi pasaporte
pronto y tuve que verlos partir con pena.
Pero das despus volvieron todos juntos en compaa del P. Carlos Alvarez y me
reiteraron su invitacin para que les acompaara a Espaa y Portugal. Acept, claro est, y
ya hoy hace 8 das que andamos sobre el camino, atravesando toda Francia de norte a sur y en
estos momentos, visitando por menudo la capital de Espaa. Ya te imaginars las infinitas
cosas que habr visto y lo mucho que he gozado junto con los simpticos monterreyenos que
son hijos de los industriales ms ricos de la ilustre ciudad nortea y adems son muy alegres.
Cada da dedicamos un buen rato a cantar canciones y echar gritos a la mexicana hasta quedar
roncos.
Por otra parte nos damos unas verdaderas matadas recorriendo cada da 400 kilmetros,
lo cual nos obliga a comer en el camino como lo hacan los judos: con un bculo en la mano y
con los pis calzados.

Bien querida Llalla, yo quisiera platicarte ms cosas, pero hay que tener paciencia y
esperar un poquito. Mi recuerdo carioso para todos y cada uno.
Tu sobrino Sacerdote:
R. Bello. Pbro.
El 14 de septiembre, desde el mismo Madrid, el Padre Pato ampliara su informacin
sobre el viaje a Llalla y a Graciano:
Mi querida Llalla: Aqu de carrera te envo un saludo, deseando que te encuentras bien
juntamente con Na, Lucrecia, y mis hermanos. Dios ha sido muy bueno conmigo: Fjate,
acabo de llegar a este lugar apacible despus de haber recorrido miles de kilmetros en 40 das a
travs de las principales naciones de Europa: Francia, Espaa, Portugal e Italia. me parece que
ya te cont que anduve con unos peregrinos de Monterrey, quienes se portaron conmigo muy
generosamente y por eso nos quedamos buenos amigos.
La ciudad que ms me gust fue Roma, tanto por las bellezas que encierra como por ser
Capital de la Cristiandad. All est el Papa, Vicario de Jesucristo en la tierra.
Hay tanto qu decir de Roma que slo me remito a dos cosas: La Audiencia con el Papa.
Tuvo lugar en la monumental Baslica de S. Pedro que estaba totalmente llena de peregrinos
venidos de todas partes del mundo. El Sto. Padre habl en seis idiomas y enseguida la multitud
le aclam con delirio. El Sto. Padre es un anciano de 78 aos; pero tiene un prestigio sin igual
en el mundo. El da 1o. de noviembre definir ex cathedra = (de manera infalible) que la
Sma. Virgen subi al cielo en cuerpo y alma.
Nuestra peregrinacin a Roma fue por ganar la indulgencia del Ao Santo.
No me olvid de Uds. al celebrar la Sta. Misa y en mis dems oraciones.
No los olvida
Rafael Bello Pbro.
Con esa misma fecha, y enviada en el mismo sobre, la dirigida a Graciano seala:
En un minuto voy a contestar tu carta del 5 porque ando corriendo arreglndole al P.
Carlos Alvarez la venta de la camioneta en que nos paseamos y que ahora ha dejado a mi
cargo.
Espero que como viste al P. Manuel H. tambin veas a estos buenos amigos de
Monterrey. As tendrs noticias ms vivas de m. Como bien sabes, ahora estoy en Cbreces,
pasando unos das con el P. Maciel.
No te he mandado la bota porque he tenido pena de molestar a las personas que he visto.
Generalmente vienen en avin y siempre pagan sobre-carga. Todo se har cuando yo me
vaya.
Dime en concreto el ao en que terminas tu carrera. Yo ya me haca la ilusin de que ya
habas terminado y que ya empezaras a trabajar. No creas que slo yo estoy interesado en ello

sino por otros amigos mos a quienes naturalmente les comunico las noticias de casa, an las
ms mnimas.
Que te conserves bien. Yo, gracias a Dios, estoy muy bien siempre con el recuerdo puesto
en todos los de casa.
Te abraza tu hermano Sacerdote:
R. Bello R. Pbro.
A fines de octubre regresar a Pars al nuevo curso que empezar el 1o. de noviembre.
Me dices que tienes muchas ganas de hablar conmigo. Y yo no tengo menos, pero en vista
de que falta an algo de tiempo para que nos veamos, entendmonos por carta. Todo es que t
quieras.
P.D.- Gracias por las flores que me echan en ese barroco artculo del Trpico de
Acapulco.
Siempre con el apoyo y respaldo de sus mentores, Monseor Arizmendi en Mxico, y
el Padre Marcial Maciel en Europa, el Padre Pato segua su camino preparndose con
ahnco y gusto.
A pesar de lo distanciado de sus letras, entre el contenido y sus comentarios se
reconstruye una vida de esfuerzo y tesn que le llevaran a los planos ms altos. A
principios de 1951, robando tiempo al estudio, escribe a Llalla:
Pars, 30 enero 1951
Muy estimada Llalla: Espero en Dios que todos estn bien de salud y que el primer mes
de 1951 les haya trado suerte. Esta vez mi saludo va acompaado de una fotografa que hace
muchsimo tiempo les promet. Ojal que les llegue en buen estado. Se las dedico a todos y a
cada uno, con el grande deseo de verlos muy pronto.
De tiempo en tiempo voy teniendo noticias de la casa y por ellas me entero de que Uds.
estn sin novedad en el puerto ms bello de Mxico. Me figuro que cuando vuelva voy a
encontrar a Acapulco convertido en una ciudad moderna.
Por mi parte no tengo sino buenas noticias. Sigo estudiando con grande inters y noto
casi cada da, que me voy enriqueciendo con nuevos conocimientos. Trato de aprovechar bien
mi estancia en este pas porque una vez que pise las playas de Mxico, no tendr la oportunidad
ni los medios de volver por ac...
Recib todas sus felicitaciones de Ao Nuevo.
Reciban todos un carioso abrazo de su Rafael que no los olvida.
El programa de estudios era agotador. Cuando los jvenes sacerdotes y seminaristas
empezaban un curso, prcticamente se olvidaban de todo y de todos. De ah puede

comprenderse que, cuando llegaba la temporada de vacaciones, programaran estas con todo
cuidado a fin de aprovecharles al mximo.
Es por eso que se llega el mes de mayo para que el Padre Pato vuelva a escribir a
casa.
Pars, 20 de mayo de 1951
Muy estimada Llalla, Na, Lucre, Lita, Jorge y D. Mara:
Hace mucho tiempo que no les escribo debido al mucho trabajo que he tenido durante
todo el curso escolar. Este ao es el ms difcil en una Universidad; las materias que tenemos
que preparar son bastante numerosas y eso nos obliga a trabajar cada da sin descanso. Esto
mismo me ha impedido de darme cuenta de la vida de Pars durante este ao.
Para las vacaciones de Julio y Septiembre se estn preparando grandes fiestas para la
celebracin del dos mil aniversario de la fundacin de la ciudad de Pars. En ese tiempo, el
gran mundo har derroche de modas, brillantes y perfumes en los ricos salones... y el pueblo
se divertir con la iluminacin de los jardines de Versalles y otros espectculos, como un
banquete gigantesco que ofreci el Alcalde de la ciudad a dos mil ancianos.
En el mes de septiembre voy a ir a pasar unos das al pueblo de Barceloneta, que est en
la famosa cordillera de Los Alpes, cerca de la frontera italiana. La mayor parte de la colonia
francesa de Mxico son originarios de ese pueblo. Voy all invitado por un amigo mo llamado
Jean Rebattu, que naci en Mxico, pero a la edad de 4 aos se volvi con su padre y as no
habla espaol. Su mam est enterrada en el Panten Francs de Mxico. Jean me dice que
Barceloneta es un pueblo completamente mejicano: en la Iglesia se venera a Nuestra Seora de
Guadalupe, una calle lleva el nombre de D. Porfirio Daz, en muchas casas se ven sarapes
mexicanos, jarros y jcaras y hasta el mole de guajolote es la comida preferida en las fiestas.
Cuando est por all tendr mucho gusto en contarles ms cosas de ese pedacito de tierra
mejicana.
Encomindenme a Dios para que tenga buen suceso en mis pruebas finales. Yo les
encomiendo todos los das en mi Misa y procuro alargar la bendicin hasta Uds.
Les recomiendo mucho que me escriban. Ya casi va a completarse un ao que no recibo
una sola carta de Uds.; la ltima que recib fue una de Jorge en el mes de noviembre de 1950;
en ella me peda una reliquia que hasta ahora puedo mandarle. Es un pedacito de tela tocado
al cuerpo incorrupto de Sta. Teresita del Nio Jess.
Los abraza cariosamente Pato.
La santa, favorita de muchos latinos, entre ellos mi padre Edmundo, que en gloria
est, a ms de adeptos que le seguan y veneraban, inspiraba a los seminaristas por su
paciencia y candor.
Por ah est una foto del Padre Pato con el Padre Manuel Herrera frente a la baslica
de Sta. Teresita en Lisieux, a cuyo respaldo anota de puo y letra que -para esas fechas- an

viva una hermana de la santa que se llamaba Ins y era monja Carmelita. La casita de su
familia, con todos sus recuerdos, se conserva muy bien.
Mientras corra el tiempo, Pato cantaba, con sus compaeros, un canto a Santa
Teresita del Nio Jess, que an entona y cuya letra dice:
Teresita, flor preciosa
con ptalos de azucena,
nia de un nombre que suena
como cancin melodiosa.
Teresita, Carmelita,
con tu Cristo y con tus rosas
entre las flores hermosas,
eres t la Margarita!
(Pars 1951)
Por cierto que, ya que tocamos el viaje aquel que hicieran el Padre Pato y el Padre
Manuel Herrera, no podemos pasar por alto la visita a Pars en la que el Padre Herrera quiso
conocer la capilla de la Catedral de Notre Dame en la que estaba la Virgen de Guadalupe
que Pato viera a los ojos el da de su consagracin sacerdotal. Cuentan que la emocin y
fervor del Padre Herrera fueron de tal intensidad que, al tener a la vista la imagen, solt el
llanto, un llanto abundante y piadoso.
Para el mes de julio encontramos al Padre Pato asignado como vicario por unos das.
Era la clebre Iglesia parisina de St. Germain-lAuxerrois, en el corazn mismo de la
Ciudad Luz, lo que le ayudara a enriquecer su experiencia y conocera la vida parroquial
de la ciudad. Era ese sabio mtodo de ir mezclando la teora con la prctica.
La curia parisina le asign, mientras terminaba su curso de Teologa, y en auxilio del
Padre Mealaveuf, la capellana del convento de Chevilly, sede de las Hermanas de la
Congregacin de San Juan Eudes, a quienes oficiaba misa y confesaba, a ms de atender su
gua y consejo espiritual.
La bondad y humildad con que les serva sera su pasaporte para poder ir a Amrica, a
Mxico, y a su querido Tecpan.

ROMA Y LA GREGORIANA
Sorpresivamente, el Padre Pato escriba desde la capital de Italia, sede de la Iglesia
Catlica y del Papa.
Roma 16 de diciembre de 1951
Querido hermano, te escribo con el corazn rebosante de alegra porque la Providencia de
Dios me acaba de conceder uno de los favores ms sealados y ms codiciados por los clrigos de
la Iglesia Catlica: hacer los estudios en Roma.

As es amigo, un da del mes pasado recib carta del gran jefe, el Sr. Obpo. en que me
permita estudiar el Derecho Cannico en esta clebre ciudad.
Estoy como un pobre muchacho que se ha encontrado un tesoro y que lo disfruta a sus
anchas sin temor de que nadie se lo arrebate. Cmo quisiera saciarme en este mar de ciencia,
acumulado aqu por tantos y tantos siglos de historia
Roma, la ciudad Santa; Roma, la cuna de la civilizacin occidental! Roma, la fuente
que da vida al mundo...
La satisfaccin que me causa verme enmedio del Coliseo o de la Baslica de San Pedro, o
en las aulas de la Universidad Gregoriana, no me hace olvidar que esto es un don gratuito que
Dios hace a nuestra familia. Yo lo considero como una exaltacin de la pobreza y el trabajo de
todos nosotros. Por eso debemos levantar la mirada hacia arriba, dando infinitas gracias al
Dador de todo bien que dentro de pocos das va a nacer pobre de unos padres aldeanos de
Nazaret. Bienaventurados los pobres!
Ojal que mi estancia en Roma d nuevas fuerzas a todos los de la casa para que sigan
esperando con paciencia optimista a este fraile andariego.
Te abraza de todo corazn tu hermano Rafael.
P.D. Saludos a To Alfonso y a Jos el chiquito.
Ah estaba, a las puertas de Roma. Para el Padre Pato, con todo y que ya le haba
visitado fugazmente como turista, todo era novedad y exaltacin. Cada piedra resumaba un
pasaje de la historia, efectivamente.
Lo seorial de El Vaticano, de los edificios arcanos de su derredor, la propia
Universidad Gregoriana, con esa inmensa sensacin de respeto que infundan, le haca
sentirse parte del exclusivo mundo de los salvadores de almas. Ya era Sacerdote; estaba en
camino de ser Doctor en Derecho Cannico.
Se tom fotos frente a todas partes, se vea pequeo al lado de tal magnificencia, pero
ah estaba, formando parte del todo!
Cun orgullosos debieron sentirse sus padres, sus hermanos, sus amigos, sus viejos
maestros.
De los nuevos no se diga. Todos y cada uno de ellos era un sabio. Estaba al frente de
todos ellos, como Padre Superior, el Padre Marcial Maciel Degollado, su amigo, protector y
confidente. De la planta de catedrticos slo recuerda los ilustres apellidos de los PP.
Capello, Bertrams, Creusen, Choeneger, Bidagor, y el Padre Menndez O.P.
La Universidad Gregoriana estaba considerada como una de las mejores del mundo
no slo religioso, sino educacional. El soberbio edificio y sus anexos invitaban a la
reflexin y el estudio.
No fue fcil, pero tampoco difcil estar ah.
Ya asentado en Roma, les dijo a sus padres que les llevara a conocer esa maravillosa
ciudad. As les narra, paso a paso, y con una descriptiva hermosa y contundente, todos y
cada uno de los rincones de Roma. La carta, dirigida a su madre, podra haber sido uno de
los tesoros narrativos ms importantes de la historiografa de Pato; por desgracia, fue uno
de los documentos perdidos ante el embate del Cicln Tara el 11 de noviembre de 1961.

Sin embargo, 1952 seria un ao de profunda confusin y penas personales.


Roma, 18 de febrero de 1952
Mi estimado hermano:
Hace apenas ocho das que te escrib y aqu me tienes de nuevo para decirte que
estoy enterado de la enfermedad de Pap y de su restablecimiento. El mismo me acaba de
escribir sin decirme nada naturalmente de que haba estado enfermo. Espero en Dios que su
salud se prolongue tan slo siquiera por 16 meses. Escrbele muy seguido y en todas tus cartas
recomindale reposo absoluto. Pero dcelo claro: REPOSO ABSOLUTO porque la ltima
enfermedad que le ha atacado es muy grave, cualquier esfuerzo que haga puede ser mortal. Por
otra parte, recomienda a Lita y a Jorge y a Llalla que le escriban con frecuencia y que le
repitan lo mismo, reposo, reposo. Hace un mes que le escribo CADA OCHO DIAS y tengo el
propsito de seguir hacindolo as en adelante. Nuestras cartas le darn al pobrecito la vida que
ya se le va yendo con la edad, las enfermedades y el trabajo continuo que ha soportado durante
toda su vida.
Sera muy oportuno escribirle al Dr. que lo atiende para que vea que gran parte de
nuestra esperanza la tenemos fundada en l, y as se esmere en atenderlo mejor. Para eso te
ruego que me mandes su nombre y a ser posible su direccin para escribirle pronto. Esto es muy
importante creemelo.
Ahora que fuiste a la casa me puedes contar cmo est Casto y su familia, en qu
trabaja, le va bien, qu es de Beto? De muchos miembros de la familia no s
ABSOLUTAMENTE NADA como si hubieran muerto ya, y es que todas las cartas que me
escriben son tan cortas que no llenan ni siquiera una pgina y suponen que yo estoy enterado
de todo y en resumidas cuentas no me dicen ms que los saludos. A veces siento desesperacin al
no saber ni una sola noticia de Na, por ejemplo, de Lucrecia, de Beto, de Lita, sabe Dios qu es
lo que han venido a ser.
Tambin de tu vida en el PEMEX quisiera saber un poco ms, por ejemplo las
condiciones de tu trabajo, el sueldo que te pagan, el ambiente obrero, etc. Todas estas cosas me
interesan como si fueran propias, como que llevamos la misma sangre en las venas y por lo
mismo nuestros intereses son comunes.
Aqu adjunto dos palabras a Jorge -en contestacin a su ultima carta- ya se las
mandars cuando escribas a Acapulco.
Con el vivo deseo de que vivas bien y contento, me despido con un abrazo lleno de cario.
Tu hermano Rafael.
Las primeras vacaciones que tuvo el Padre Pato quiso despejar un poco ese peso tan
enorme que se le haba acumulado en el alma. Las responsabilidades, la lejana, las pocas
noticias y la enfermedad de su padre le llevaban a la desesperacin. El tono de su ltima
carta lo denota.

Un grupo de amigos le invit a visitar Alemania, mochila al hombro, y se fue con


ellos. No fue el clsico recorrido de conocimiento y estudio, sino de reflexin. Se
desconect del mundo entero. Quera estar solo en el medio de la nada. Sopesar el camino
andado y vislumbrar con mayor claridad el futuro, promisorio s, pero pleno de cargos y
responsabilidades que se le presentaba obvio ante sus ojos.
Fue quiz un poco como aquellos 40 das en que Jess sufri vejaciones y tentacin,
mas no como castigo, sino como medio para frenar sus decisiones, para evitar por miedo
enfrentara su destino. As Pato, no rehua al compromiso, pero la confusin revolva su
cabeza, su entendimiento, su razn.
Conocer otras tierras, fraternizar con otra ideologa, tener la oportunidad de alejarse
para aclarar la mente era necesario, urgente.
Si el Papa se retira de El Vaticano los meses de Junio-Agosto, encontrando en Castell
Gandolfo refresco del agobiante calor de Roma, Pato tambin quera refrescar un poco el
alma.

El 6 de junio de 1952, Pato redactaba, pero no enviaba, una serie de postales de la


Pontificia Universidad Gregoriana. En algunas de ella plasmaba una descripcin, con esa
muy particular caracterstica suya.
La fachada de la Universidad Gregoriana.- Es un espectculo nico el que ofrece esta
placita a las 12 en punto, cuando las tres puertas de la universidad, abiertas de par en par,
empiezan a vomitar un torrente de seminaristas y de Sacerdotes estudiantes, que acabando
las clases se marchan a sus respectivos colegios situados en todo lo largo de la ciudad de
Roma. Estas piedras de la universidad oyen cada da las lenguas que se hablan en toda la
tierra.
En este magnfico saln -seala al referirse al Atrio- solemos pasar los ratos de
recreo que hay entre clase y clase. El fondo lo ocupa una estatua de Jesucristo que tiene
grabada en la peana las famosas palabras que dijo un da a sus discpulos: Vosotros
teneis un slo Maestro: Jesucristo... fuego vine a traer sobre la tierra, y quiero que arda
Deca esto refirindose a su doctrina que es como fuego que debe inflamar a toda la tierra.
En la correspondiente al loggiato interno, dice: La puerta del fondo, sealada con
una flecha, es la clase de Derecho Cannico. All asisto cuatro veces al da. Los salones
son tan grandes y el auditorio tan numeroso, que los profesores deben dar sus clases a
travs de un micrfono para ser odos por los estudiantes. En mi clase tengo compaeros
sacerdotes que son del centro del Africa y son negros como un tizn. Tambin hay chinos
con los ojos tan rasgados que apenas se les ven. En fin, aqu se da cita el sacerdocio del
mundo entero.
Finalmente, al referirse a la Biblioteca, suspira por su Seminario de Chilapa y
reclama: En los centros de educacin la biblioteca tiene un papel muy importante; ella es
el termmetro para medir el nivel cultural de un plantel. Chilapa necesita una grande y
magnfica biblioteca para cumplir plenamente con su misin de Cabeza de la dicesis.

Ya ms tranquilo, a su retorno escribi a casa sin saber el efecto que causara su


misiva. Su corta pero inadvertida desaparicin caus inquietud en toda la familia, pero
especialmente en su madre, Doa Luz, que le contestaba as:
Tecpan, 17 de octubre del 52
Seor Pbro. Don Rafael Bello Ruz
Queridsimo y bien recordado Pato:
Ayer recibimos tu muy deseada carta la que con ansias vivas
esperbamos por momentos; ya estbamos muy angustiados pero ya lleg, ya ests aqu, como
un nuevo amanecer, como una primavera, ya florecieron otra vez nuestros nimos, ya trajo el
blsamo curativo de nuestro vivir. Despus de leerla dos veces, me fui a mi humilde cuartito
donde hago yo oracin, a darle las gracias a San Rafael que tantas novenas rec a tu intencin
para obtener tus noticias; tambin por intencin de la salud de tu Pap que tan enfermo se
encuentra pues sufre una lesin cardiaca. Ya el Dr. le puso los rayos X para verle el corazn;
tiene la aorta inflamada y una dilatacin en el corazn ya cansado, y de all le viene el
cansancio y la inflamacin de los pies, pero con un tratamiento de unas inyecciones que es
diurtica se vaca la aorta, que se llena de agua, y por medio de la orina se vaca; adems de
unas gotas para el corazn, vitaminas y otras cosas ms para enriquecer la alimentacin,
queda normal, sin molestias por algunos das, y vuelve a sus padecimientos; a base de
medicinas y la gran misericordia de Dios N.S. y de la Sma. Virgen lo tenemos. El pobrecito de
Tito es el que nos sostiene de un todo; cada 8 das o 10 su giro, si no, quin sabe que sera de
nosotros. Dios los bendiga a todos en cada momento y la Sma. Virgen nos socorra con la
limosnita que escoja su corazn.
Ruega por nosotros Pato a la Sma. Virgen, que interceda por nosotros ante el trono de
su gloriossimo hijo, que aclare nuestra humilde peticin, pues ya la esperanza est muy cerca
de que nos reunamos todos contigo para descansar en paz. Casto y Lucrecia te mandan
abundantes saludos y sus dos hijos infinitos besitos. Naro te abraza muy cariosamente y que
enseguida te escribir.
Tristemente y con la esperanza en Dios, te abraza tu mam:
Luz.
Diez das ms tarde, el Padre Pato reciba una carta de su seor Padre, cuya letra
distaba mucho de ser la normal, como bien puede apreciarse en otras misivas anteriores.
Tecpan, 27 de octubre de 1952
Mi inolvidable y estimado Pato:
Estoy enterado de tu anterior y nos alegra que ests bueno, sano y
contento, con nuevos bros para enfrentarte con el Doctorado. Todo esto nos llena de

satisfaccin, dando gracias al Todopoderoso. De eso de la pared dices que son unos cuantos
meses, pues ya casi no es pared. Estoy algo quebrantado de salud; no salgo a ninguna parte,
pero mi atencin mdica es diaria. El 10 del pmo. pdo. me trajo la comunin el P. Angel y
ayer, da de Cristo Rey, me la volvi a traer. Esto me alienta mucho.
No te escribo ms Pato, voy a descansar. Pdele a Dios en esas catacumbas por la salud
de tu pap que no te olvida.
Calixto.
En algo tena razn Don Calixto: el Padre Pato haba regresado con nuevos bros a
enfrentar su responsabilidad, pero el tormento de ese ao an no haba terminado.
Tres semanas despus, nuestro personaje reciba una carta ms de su seor Padre.
Tecpan noviembre 10 de 1952
Mi estimado Pato Pbro.
Estas letras te dicen que estoy aliviado, listo para esperarte pues Dios Nuestro
Seor es tan misericordioso que en l confo. No te preocupes, estoy contento porque ya te veo
cerquita. Qu tantito es 7 u 8 meses? As es que no te amilanes Bermudez que aqu va
Acosta.
En el ro revuelto se ahogaba Bermdez, pero Acosta lo salv.
As yo ya estoy salvado gracias a Dios, as es que un abrazo muy apretado.
Tu mam, Naro, y Casto, te escribirn enseguida. Saludos de todos tus amigos.
Dame tu bendicin y que te conserves sin novedad son los deseos de tu pap que no te
olvida.
Calixto.
Que nobleza de hombre! Digno ejemplo de la nobleza mexicana, mesoamericana, de
ese corazn tan grande que nuestra raza hereda. Se deca aliviado para dar esperanza al hijo
en su via crucis pastoral, cuando la propia letra le traicionaba y mostraba los momentos en
que el dolor traspasaba el alma y los sentidos.
Pato lo intuia y le dola. Fueron momentos de angustia que slo paliaba el mismo
estudio, en el cual se refugiaba desesperadamente.
Busc la capilla, se postr ante el sangrante Cristo que enseoreaba el altar, y rez,
rez con todas sus fuerzas. Rog por la salud de su padre, pero tambin porque los
designios de Dios se cumplieran y, de ser as, que le acogiera en su Santo Seno por el
mrito de haberle dado un hijo al Seor y su obra.
A mediados de noviembre, uno de los hermanos de la casa de Los Legionarios de
Cristo en que se hospedaba, gracias a la bondad y apoyo del Padre Maciel, le hizo llegar un
sobre conteniendo una carta ms de Mxico.

Pato busc la soledad de un corredor para, recargado en la pilastra que tantas veces
le viera deambular por ese pasillo libro en mano, abrir la misiva con franca preocupacin.
Rasg el sobre con mano temblorosa. Tena miedo de su contenido, aunque lo
esperaba.
Nov. 17 de 1952 Tecpan de Galeana, Gro.
Sr. Pbro. Rafael Bello Ruz
Roma, Italia.
Querido hermano:
Mi mam no quera que te escribiera, pero te considero lo suficientemente fuerte
para soportar esta noticia: nuestro querido pap ha muerto. Despus de esto qu quieres que te
diga? todos estamos con el corazn destrozado.
El jueves 13, faltando diez minutos para las diez de la noche falleci en plenas facultades
mentales; minutos antes reuni a toda la familia para darle la bendicin y despedirse de ellos;
a todos los vecinos que vinieron a esa hora los conoci y les habl. Dos das antes te so y dijo:
si me muero me voy contento porque anoche vi a Pato, pero tan claro como si hubiera estado
de verdad aqu. El nico que faltaba era yo y con tan mala suerte que ya no lo alcanc. Lo
velaron dos noches para esperarme pero fue imposible, llegu diez minutos tarde, todava haba
gente en el Camposanto cuando yo entraba al pueblo.
Bueno hermano, no puedo escribirte ms, despus te darn detalles.
Yo regreso esta semana a Poza Rica porque no ped permiso.
Te abraza tu hermano
Tito
Cmo puede narrarse el dolor que se siente al perder a un padre? Pato no habla de
ello. Slo dice que le recuerda con mucho amor.
Unos das ms tarde, anotaba al pie de la carta recibida de su padre: ltima carta de
mi Pap. Muri 3 das despus de escribirla. R.I.P. Roma, 21 de nov. 1952.
El sacrificio de Calixto no sera en vano. En su primer CantaMisa, que oficiara en
Tecpan, las intenciones seran por l, por el hombre que, dentro de su pobreza, supo
inculcarle la dignidad, el decoro, la honestidad, y el amor por el prjimo.
Con mayor ahnco se dedic al estudio.
Las navidades fueron tristes, pero intent despejarse en recuerdo mismo del hombre
que pens en l hasta su propia muerte.
As lleg un nuevo ao: 1953. Rogaba a Dios porque este viniese con mayor
prodigalidad y misericordia para su humilde hijo.
Faltaban tan solo dos aos para regresar a la tierra que le vio nacer. Ya esperaba con
ansias el momento. Mas Dios mostrara que a entereza premia con gozo.
Ma. de Jess Lelevie, Madre General de la congregacin de San Juan Eudes, aquella
congregacin a quien auxiliase como capelln en la Capilla del Convento de Chevilly, en
Pars, Francia, le coment que deba trasladarse a Saltillo, Coahuila, para recoger a tres
aspirantes, y que iran acompandole otras dos monjas parisinas y una espaola, pero que

para facilitar las cosas, haba pensado en la posibilidad de que les acompaase -con todos
los gastos pagados y aprovechando las prximas vacaciones- para auxiliarles como gua,
traductor y consejero en los trmites a realizar.
El Padre Pato no daba crdito a lo que escuchaba. La Divina Providencia intervena
nuevamente a su favor. Podra ir a Mxico! Eran los meses de vacaciones y podra celebrar
su CantaMisa aprovechando el viaje! Podra ver a su familia, tan lejana de l por tanto
tiempo!
Acept casi con un grito que se qued en la garganta.
Los preparativos se hicieron de inmediato y el Padre Pato avis a casa. Oficiara su
CantaMisa por fin! Ira a casa!

DJENME VERLE!
DJENME VERLE!
El Padre Pato era -y es- un hombre de infinita paciencia. Con todo, sta se vera
puesta a prueba por la bondadosa insistencia de sus acompaantes a seguirle por todo el
territorio mexicano, independientemente del cumplimiento de su cometido principal:
recoger a las novicias mexicanas.
El viaje a Mxico transcurri sin inconveniente alguno. El grupo, conformado por las
cinco hermanas y el sacerdote, lleg a Saltillo, Coahuila sin novedad.
Arreglado lo de la dote -porque toda novicia debe entregar una dote- quedaron en que
el Padre Pato pasara por las novicias en un mes ms o menos, tiempo en que las monjas
regresaran a Pars y el flamante Sacerdote se dejara llegar hasta su amado Tecpan para
oficiar su CantaMisa.
Sin embargo, comentado el hecho de que para llegar a Acapulco deba pasar por la
ciudad de Mxico, la Madre Lelevie insisti en acompaarle a la entonces ciudad ms
transparente del aire, donde ya le esperaban su mam, Lita, Tito y Llalla.
Una vez ah, el Padre Pato debi -por cortesa propia de quien est en su tierra con
amigos extranjeros- llevarles a pasear y conocer los principales puntos de la capital del
pas, debiendo regresarse la familia al puerto y a empezar con los preparativos para la
CantaMisa.
En cierto momento, cuando consider Pato pertinente, intent despedirse de ellas. La
Madre Lelevie, hacindose eco del entusiasmo de sus compaeras, anunci a su gua y
amigo la decisin de acompaarle a Acapulco para poder conocer a su familia y las bellezas
del puerto, e incluso pensaban acompaarle a Tecpan.
El Padre Pato, haciendo de tripas corazn, sabedor de que da con ellas era da
perdido para estar con sus seres queridos tras tan largos aos de ausencia, no tuvo ms
remedio que hablar por telfono a casa para anunciar que llegara acompaado y que deba
conseguir hospedaje para tan ilustres personajes. Sin embargo, condicion la aceptacin a
que las hermanas slo llegasen a Acapulco, pero no a Tecpan.
Yo quera estar con mi familia -dice acongojado an- y la presencia de ellas me
obligaba a atenderlas.

Llalla, que tena mucha amistad con las Seoritas Aragn, que se dedicaban a
administrar casas, habl con Andrea para pedirle ayuda.
-Mira, viene mi sobrino de Europa...
-Cul?... el que te escribe esas cartas tan bonitas?
-S... el sacerdote... y viene con unas monjitas... tendrs algn lugar para hospedarlas?
-Naturalmente Llalla... claro que s!
De inmediato le asignaron a las visitantes un chaletito que tenan por Cumbres de
Caletilla, desde donde se dominaba una vista completa de Caleta y Caletilla.
Consiguieron una sirvienta, una buena cocinera, y llenaron el refrigerador y la
despensa. No se poda pedir ms.
Todos fueron a recibirles a la terminal de la Estrella de oro, que en ese entonces se
encontraba en la Costera, cerquita del edificio de la CROM.
Cuando bajaron del autobs, una chamaca de buen ver se les quedaba mirando a las
monjas y al sacerdote.
-Y esta muchachita? preguntaron las monjas seguidas por la misma interrogacin de
los ojos de Pato.
-Es Dulcita, Pato, tu hermanita, la ms pequea! dijo Llalla recordando que, cuando
Pato partiera para el seminario, Dulce era una bebita apenas.
El Sacerdote abraz a la chiquilla que le vea con adoracin. Las monjas, chulearon a
la jovencita que para entonces tendra ya unos quince aos y la Madre Lelevie dijo
abiertamente:
-Esta nia se va con nosotros... jrenlo!
Yo no lo conoca -reconoce abiertamente Dulce Mara- cuando l se fue yo apenas
tendra unos tres aos, as es que todo lo que saba de l era lo que escuchaba decir en la
casa. Mam y Pap hablaban mucho de l. A m me daban unas poesas bien largas que se
supone me deba aprender de memoria. Dios mo! deca yo... cundo me voy a poder
aprender todo esto! Se me figuraba que iba a venir luego, pero pasaba el tiempo, yo me las
aprenda... y l no llegaba.
Lo fui conociendo en fotografas. Creci para m en fotos. Me contaban que era muy
apegada a l cuando chiquita.
Ese da, cuando lleg, estaba un poco retirada porque estaba azorada. Me senta
orgullosa de l. Pero no saba qu hacer o decir... slo empec a llorar!
Las Seoritas Aragn llevaron un vehculo que traslad a monjas y sacerdote al chalet
destinado para su hospedaje. Pato les acomod y, despidindose, les dijo:
-Bueno, las dejo en buenas manos, yo tengo que ir a ver algunos asuntos de familia,
as es que... si me permiten...
-Claro que s Padre Bello, pero esta nia bonita se queda con nosotras... dijo la Madre
Lelevie refirindose a Dulce, que les haba acompaado.
-S... s... me quedo con ellas, dijo entusiasmada la muchacha, lo que no agrad
mucho al sacerdote que, al final, tuvo que aceptar a regaadientes.
Ya en casa, las preguntas bombardearon a Pato. Sus hermanos queran saber todo,
qu haba hecho, qu haba dicho, qu le haban enseado...

Mientras tanto, las hermanas Aragn, Altagracia, Male y Andrea, paseaban a las
monjitas por todo Acapulco y, cada vez que les hablaban para preguntarles cundo se iban
las religiosas, simplemente contestaban:
-Es que... no se quieren ir...
Finalmente, el Padre Pato debi ponerse un poco enrgico con ellas y, una maana
que preguntaron entusiasmadas
-A dnde vamos a ir hoy?
Pato les dijo seriamente:
-Ustedes se van ya a su lugar de origen... yo me voy a quedar con mi familia porque
necesito estar con ellos. As es que... Adis!
-Bueno, dijeron, pero nos llevamos a Dulce...!
-Nooo! cmo creen que se la van a llevar, dijo asombrado el sacerdote.
-Queremos que estudie en Europa...
-S, pero no...
-Entonces, dijo la Madre Lelevie, usted se la lleva cuando regrese.
-Esta bien, yo me la llevo, dijo Pato para quitarse de encima el ruego.
Los siguientes das fueron plenos de felicidad. En Tecpan, ya todos estaban enterados
de que el Padre Pato estaba en Acapulco y que ira a oficiar su CantaMisa en unos das
ms.
Todo mundo se preparaba. Las muchachas se pusieron a hacer cadenas de papel y
banderitas; otras guirnaldas de flores de zempoazuchitl, y los vecinos a arreglar el frente de
sus casas.
Chanito, el campanero de Tecpan que haba seguido de cerca la trayectoria de su
amigo, aquel chamaco que le confiara su deseo de ser sacerdote, ofreci que le cambiara
mecate a las campanas... para que sonaran mejor!
-En cuanto llegue... t te arrancas tocando lo ms fuerte que puedas, le dijeron.
-Y cmo voy a saber cuando llegue...?
-Mira, cuando vaya a dar la vuelta, cuando llegue a El Corte, vamos a lanzar una
bomba -cuete pirotcnico llamado as por su estruendo- que de seguro escuchars hasta ac.
La llegada a Tecpan del nuevo y flamante sacerdote Rafael Bello Ruz, fue todo un
acontecimiento. Desde muchos kilmetros antes de la entrada de su pueblo -desde
Alcholoa, dicen algunos- miles de rostros esperaban con ansia su arribo. En su tierra, en su
propia tierra ofrecera su CantaMisa, una de las principales funciones de un recin
ordenado.
Las cadenas de papel de china y de zempazuchitl adornaban ya postes, cables, y
fachadas. Del interior de las casas haban sacado macetas y flores para hacer un camino de
cielo que recibiera al prelado.
Una ancianita, Fidela, ta del sacerdote, urgi a su prima Juanita que le detuviera al
pasar.
-En este tumulto no voy a poder verle, deca la mujer preocupada.
Cuando pas el Padre Bello, la anciana clamaba:
-Djenme verle!... djenme verle!
La comitiva se detuvo a la puerta de la casa de la ta que, rpidamente, tom uno de
las decenas de cocos que haban acumulado para saciar la sed de la gente gratuitamente, le

parti, y el sobrino agradecido con ella, con la vida y con Dios, tom de su fresca agua
hasta agotarla.
La ta Fidela olvid su autoridad como tal, y dobl hasta donde pudo la rodilla para
recibir, con la mayor humildad, la bendicin del sobrino investido en salvador de almas.
Llegaron de todas partes, de todas las regiones, pero principalmente de Costa Grande,
de Acapulco y de Chilapa. Vamos, incluso el Rector del Seminario, Monseor Arizmendi,
estaba presente con todo y Coro, que al fin y en Tecpan no hay y este es bastante bueno,
tanto, que hasta el Padre Bello cantaba en l.
La comitiva, plegada toda en San Jernimo, pueblo cercano a nos ms de veinte
minutos de Tecpan, se sum al vehculo proporcionado por Don Chema Sotelo -padrino de
bautismo del nuevo curita- para transportar a Rafael Bello Ruz, el primer sacerdote que
Tecpan tena brotado de su propia simiente. Le acompaaban Monseor Arizmendi y su
querida Llalla.
Coches, camionetas, y hasta camiones de redilas conformaron la comitiva que se
alargaba varios kilmetros tras el vehculo principal. Sobre algunos de estos ltimos,
guardando el equilibrio con audacia, tocaban a todo pulmn varios grupos de msica de
viento -Chile Frito, como le llaman por ac- y el resto, pletrico de habitantes de la zona
que no dejaban de corear vivas al sacerdote... su sacerdote!
La llegada al propio Tecpan fue apotetica. La bomba, lanzada muy a tiempo para
avisarle a Chanito que soltara las campanas a rebato, surti el efecto deseado y todas taan
con orgullo. Incluso la Campana Mayor, esa que slo se toca en celebraciones muy
especiales, dejaba escuchar su sonoro vibrar anunciando la buena nueva.
Yo senta una emocin muy grande -cuenta Monseor- al ver el cario con que me
reciba la gente, mi gente! Senta orgullo, un orgullo sano al ver ah reunidos a mi familia,
mis amigos y mis mentores, porque ah estaba Monseor Arizmendi que, al encontrarme,
me dio un fuerte abrazo y me felicit con afecto.
Entre el gento que esperaba la llegada del sacerdote, estaban todos los prrocos de la
zona y sus auxiliares. La clereca completa del lugar se senta agradecida con Dios por ese
nuevo compaero, primero oriundo de esas tierras.
El Padre Alberto Vivanco, prroco de la Iglesia de San Bartolom de Tecpan, como
anfitrin, salud con respeto de pares al Padre Pato, ahora a ms de su amigo, su
compaero, su homlogo.
Si bien la CantaMisa no sera ese mismo da, le mostr los ornamentos que haba
seleccionado para que la oficiara. Eran los de mejor clase que tenan. Como que un hijo de
Tecpan se lo mereca!
La muchedumbre ocupaba las principales calles del centro del pueblo, inundando el
atrio y la nave principal de la iglesia. Todos queran tocar al sacerdote, saludarlo, felicitarlo.
Un detalle guarda aquel satisfecho sacerdote en su memoria con afecto: el momento
en que su amigo del alma, Pepe Muiz, se abri paso entre la gente para llegar hasta l con
un ramo de flores del ro, de ese ro que tantas y tantas veces les vio corretear y juguetear
de chamacos.
De ah pas a su casa, donde le esperaba la familia toda. Slo haba un hueco que no
haba sido llenado: el de su padre, recin fallecido.

En realidad, el pueblo todo se traslad a la casa de los Bello. La msica resonaba


dejando escuchar las canciones populares de la regin y un repetir constante de las
maanitas guerrereses que -si bien no su onomstico- s se acostumbran para cualquier
celebracin importante.
En casa, ya dentro y con un poco de ms calma -relativamente- se sirvi un opparo
banquete para familiares y amigos.
Agregada por su cuenta, estaba Doa Chenchita Sotelo, amiga tecpaneca que viva en
Acapulco, y dej todo atrs para seguir a Llalla y sus sobrinos hasta Tecpan y festejar la
llegada del Padre Pato.
Ella y Doa Luz ya no soltaran para nada al sacerdote. Una de cada brazo y al mismo
ritmo de paso, se convirtieron en sus acompaantes durante el tiempo que estuvo por ah.
Era la fiesta de todo el pueblo! Bendito el que viene en nombre del Seor
Su CantaMisa la ofici en Tecpan, en el templo de San Bartolom Apstol el 23 de
agosto de 1953, al da siguiente de su llegada.
El templo se adorn con puras flores blancas. El Dr. Don Tomasito Otero, un amigo
de siempre de la familia y qumico de profesin, tom dos frascos grandes de la fragancia
ms costosa que fabricaba en Acapulco y, ante la vista atnita de los dems, reg el templo
de la aromtica esencia por todos los rincones habidos y por haber, dejando toda la iglesia
perfumada, lista para el evento y oliendo a Brisas de Acapulco.
La solemne ceremonia, que dur poco ms de una hora y media, tuvo como intencin
principal el eterno descanso del alma de Don Calixto, el desaparecido progenitor del
oficiante, y el agradecimiento por haber alcanzado el favor de su ordenacin. La homila
estuvo a cargo de Monseor Constantino Arizmendi, Rector del Seminario de Chilapa.
Bancas, atrio y calles adyacentes, estaban a reventar. Seguan la misa con devocin y
respeto, pero ms que nada con orgullo: estaba oficiando el primer sacerdote tecpaneco!
Un verdadero remolino de sentimientos se apoder del espritu de Rafael Bello. Los
cantos del Coro, cuyas bellas voces eran respaldadas por las de las madres carmelitas,
pregonaban la felicidad que embargaba a pueblo y sacerdote.
Concelebran con Pato, Monseor Arizmendi y los prrocos de las poblaciones
cercanas, cuyos nombres se pierden en la patina del tiempo.
La comida fue para todo el pueblo. Los pobres msicos ya no daban de s, pero la
gente les peda ms y ms msica que, al fin y al cabo, la alegra y el contento haban
sentado sus reales en el pueblo. La casa de los Bello estaba con la puerta abierta de par en
par.
Desde cerca de la una, que terminara la misa, los personajes ms importantes de la
regin se acercaron a Don Rafael Bello, el Padre Pato, su sacerdote, para felicitarle lo
mismo que para pedirle su bendicin. Algunos hicieron uso de la palabra recordando
ancdotas de la vida del sacerdote, otros simplemente se levantaban y gritaban levantando
su copa: Viva el Padre Pato...! Viva nuestro sacerdote...!, peticin que era secundada por el
resto de los asistentes con otro Viva! como respuesta, seguido de un profuso aplauso. As es
nuestro pueblo, as se estila en sus celebraciones.
Casi un mes pas el Padre Pato entre su gente. Pero no se crea que el reposo tuvo
tiempo de acomodarse en la cotidianidad de nuestro amigo, no, las invitaciones a una y otra
casa, a uno y otro poblado de los alrededores fue constante. A todas y cada una atendi

Pato llevando de guardaespaldas a su seora madre Doa Luz y su querida amiga Doa
Chenchita Sotelo.
Ofici misas, atendi confesiones, ofreci consejos y escuch quejas. En ese
momento era el gua espiritual de toda la regin. Los prrocos le reciban en sus iglesias
con afecto. Los principales de los pueblos eran sus anfitriones. Fue un mes de fervor en la
zona.
Pero el tiempo vuela y el Padre Pato regres a Acapulco para planificar su retorno a
Roma.
En el puerto, entre algunas de las actividades realizadas durante su estancia, Pato le
otorg la Primera Comunin a su sobrino Alejandro Bello Reyes, hijo de Beto, en la Iglesia
de Nuestra Seora de la Soledad. Alex tuvo como padrinos a Jorge Bello Ruz y Celia
Garay, una buena amiga de la familia.
La Madre Lelevie le escribi al Padre Pato, antes de su partida, para recordarle que
deba llevarse a Dulce Mara. Para eso, debemos anotar que la religiosa le haba dejado al
Padre Pato el importe de su pasaje y gastos necesarios para la jovencita.
Finalmente, se fue con l. Fueron a Saltillo, para recoger a las tres aspirantes. En los
famosos Greyhound cruzaron Estados Unidos para llegar a Nueva York, pero el transporte
estaba en huelga. As las cosas, debieron tomar un tren pullman para pasar a Canad, y ah,
en Halifax, se embarcaron en el Queen Mary rumbo a Europa.

LA NUEVA ESPAA EN ROMA


El Padre Pato, su hermana Dulce Mara, y las tres novicias, desembarcaron en
Cherburgo el 12 de octubre de 1953, fecha significativa que seala el sacerdote en una de
las cartas extraviadas, pero que recuerda vagamente Lita:
Es 12 de octubre. Mientras Ustedes celebran el avenimiento de dos razas, Dulce
descubre el viejo mundo...
Pasaran ah slo la noche, para trasladarse a Pars al da siguiente muy temprano.
Despus de todo, la distancia no es muy grande.
El encuentro de Dulce con la Madre Lelevie fue cordial, pero impactante. Como eran
monjas de clausura, Dulce debi quedarse dentro del convento los primeros das, lo que le
impresion mucho. Hasta que solicit a su hermano que la sacara de ah.
Me gustaba el convento, pero no quedar encerrada, y menos al enterarme de que
unos das antes haba fallecido una monja, dice recordando ese momento.
As, por intervencin del Padre Pato, Dulce pudo entrar y salir del convento y el
colegio. Su presencia era propiamente de visita, pues era apenas una adolescente y las
jvenes que estudiaban ah eran mayores que ella, de tal suerte que no podra estudiar en
ese mismo colegio.
Un mes escaso estuvieron en Chevilly. De ah se fueron a Roma, pues el Padre Pato
estaba ya en los ltimos escalones de su doctorado y, como bien lo saben Ustedes, son los
ms problemticos y difciles.

Llegaron a un hotel provisionalmente, y el Padre Pato le ofreci a su hermana


ensearle la ciudad eterna. As lo hizo los primeros das, pero... una maana, le dijo que le
esperara ah, que tena algo que hacer y se fue...
Cerca del medioda, y cuando Dulce estaba ya francamente preocupada, Pato lleg
con una noticia: la haba inscrito en el Liceo de Santa Dorotea, ubicado en el Gianicollo,
una de las siete colinas de Roma, a cuyo respaldo poda verse El Vaticano.
Estudiara ah la Tercia Media, o equivalente a la secundaria en nuestro Mxico.
Para mediados de enero de 1954, Pato le enviaba a Lucre una bella postal de la
tumba de San Francisco en la Catedral de Ass:
Lucre, no tengo a mano otra cosa con qu corresponder a la tarjeta de Navidad que me
mandaste, que esta fotografa de la tumba de S. Francisco de Ass, el Santo ms popular en
Italia. Hasta hace pocos aos se desconoca el paradero de sus restos; pero ltimamente los han
encontrado en un viejo convento franciscano de la ciudad de Ass. En la fotografa se ve
claramente la caja de piedra que contiene sus huesos (est sealada con cruces). Dulce y yo te
saludamos cariosamente y mandamos este recuerdo para todos.
Las cosas caminaban con la santa paz de Dios, a pesar de las carencias. Pato se
haba llevado a Dulce para paliar un poco las responsabilidades de su madre, a raz de la
muerte de Don Calixto, pero... de qu vivan Pato y Dulce? Sobre todo considerando que el
joven sacerdote an estudiaba.
Dios no abandona jams. Su familia les mandaban dinero de Mxico y Pato oficiaba
misas y realizaba algunos trabajos religiosos que le ayudaban econmicamente. El que
provea ms era Tito, que ya trabajaba para Pemex y ganaba un sueldo bastante holgado.
Del Seminario de Chilapa tambin le enviaban pequeas aportaciones para sus gastos, pero
estos eran destinados religiosamente a su carrera. Y no olvidemos el eterno respaldo del
inolvidable Padre Maciel.
Hay quien tiene la idea de que los curas tienen la vida comprada y que sobra el
dinero, cuando la verdad es que, como cualquier otro joven responsable, las carencias y los
sacrificios son los principales compaeros de cuarto de los seminaristas y an de los
sacerdotes que continan su doctorado o maestras.
Los viajes en barco no significaban recreo sino economa, como lo seala Pato en
una carta que leeremos ms adelante. As es, jams poda compararse el costo de un pasaje
de barco al de un avin. El transporte martimo siempre fue el ms barato, de ah que
millones de emigrantes llegaran en busca del sueo americano en buques. Algunos de ellos,
tan pobres, que hasta en los ms destartalados barcos de carga viajaban.
Dulce era muy lista. En tres meses ya hablaba perfectamente el italiano, y se haba
echado a la bolsa a todas las monjas y sus compaeras. Como era internado, los das de
salida, cuando Pato no poda ir, enviaba al Padre Juan Manuel Abascal por ella.
Eran tan diferentes -recuerda Dulce- que contrastaban. Pato siempre serio... el
Padre Abascal juguetn y dicharachero. Aunque juntos el carcter del Padre Abascal
absorba el de Pato. Me llevaban al cine y, para entrar, por pena, se quitaban las sotanas
que siempre portaban.

Pero no siempre estaban uno u otro disponibles. As es que Dulce hizo amistad con
los paps de sus compaeras Aiello, parientas de Al Capone, cuyo apellido era
precisamente Aiello. El padre de las muchachas era de origen argentino y su mam italiana.
La quisieron muchsimo y, para poder sacarla y que se fuera a pasar algunos das con ellos
cuando su hermano sacerdote tena mucho trabajo, se convirtieron en sus tutores. As, los
fines de semana, la pasaba como una tercera hija de Don Mino y Doa Renata.
Una noche, recostado en su camastro, Pato recordaba las palabras de su mentor, el
Obispo Leopoldo Daz Escudero, vertidas en anuncio a pocos das de su regreso a Roma:
Es pronta tu vuelta ya, Payito, y varias responsabilidades te esperan. S que eres muy
joven, pero para eso te hemos mandado a prepararte con fruicin y empeo. A tu retorno,
te hars cargo de varias ctedras en el Seminario de Chilapa, mientras te ambientas,
porque tu posicin final ser la Direccin Espiritual...
S, era una gran responsabilidad. Pero se senta preparado para ella. Efectivamente,
haba estudiado con ahnco. No desaprovech el tiempo. Su cmulo de conocimientos le
permitiran fcilmente encarar tan tremendo encargo.
Mientras tanto, borrara provisionalmente ese compromiso de su mente a fin de no
distraerla de los ltimos meses de preparacin.
Pero esa noche un recuerdo daba paso a otro. Vena a su mente la figura de Don
Calixto, frente a su viejo tabln, manejando con destreza las herramientas propias de la
talabartera para dejar finamente terminadas lo mismo sillas de montar que talabartas, es
decir, fundas de espada o machetes, que de ah precisamente viene el nombre de la
especialidad: talabartera. Y se vea a s mismo sentado a un lado del viejo, con los
piecillos volando al aire sobre la banquetita de madera desde donde le observaba con
admiracin.
Y vea a su pueblo, y a sus vecinos, y escuchaba los comentarios y las consejas en las
que la mujer siempre sala mal parada, abandonada o no, y los hijos vctimas obligadas de
las sinrazones de la razn que cada quien argumentaba en su defensa.
Su familia era muy unida, pero vea la de otros desmoronarse... y muy seguido. De
ah que le preocupara el tema, que hubiese sido tema del tema de siempre y a lo largo de
sus aos de estudio y preparacin. Dos cosas le preocupaban y de las que quera ocuparse:
la evangelizacin de los pobres... y la familia.
La Familia era precisamente el tema de su tesis que ya preparaba bajo la supervisin
y direccin del R.P. Severino Alvarez Mndez, su Director de Tesis.
Haba escogido una poca en la que el futuro y vida de la pareja, del matrimonio
pues, sufriera un embate terrorfico: la llegada de nuevas costumbres y normas.
Hablara sobre la legislacin matrimonial en la Nueva Espaa, en la etapa
comprendida desde la conquista plena de mesoamrica hasta la determinacin disciplinaria
contenida o emitida por el Tercer Concilio Provincial de 1585.
Qu no dara porque la estabilidad social alcanzara a esa sagrada institucin: la
familia. Pero la vida es cruel y la afrenta permanente, de ah la necesidad del trabajo y
existencia de hombres como l.
Las aulas de la Universidad Gregoriana le parecan cada vez ms pequeas; sus
compaeros ms cercanos. Las calles mismas de Roma eran ya tan propias y conocidas
como las de Tecpan o Acapulco.

Le fascinaba perderse en los vericuetos del Vaticano. Sentirse dentro. Tuvo tres veces
la oportunidad de estar a los pies de Pio XII, y las aprovech. Lleg a hacerse tan conocido
de los Papas que, aos despus, Juan Pablo II, al verlo, exclamaba: Acapulco!....
Acapulco...! en vez de su nombre.
Charla y roce dieron a su carcter el toque de diplomacia propio de quien est a punto
de convertirse en lder espiritual de muchos surianos.
Qu cmulo de saberes! Ya hablaba seis idiomas sin darse cuenta! Qu cmulo de
relaciones! Ya tena conocidos y amigos en toda Europa!... y en muchos otros pases del
mundo, sede todos y cada uno de algn colega presbtero o seminarista, hasta donde haba
llegado el buen trato y la relacin amable que siempre brindaba.
En su pequeo cajn de la mesita de noche se acumulaban, a ms de las cartas de la
familia, las misivas y tarjetas postales de amigos y compaeros.
Ya se haba dado el lujo de oficiar misa en una capilla del Vaticano en donde otro
santo daba alojamiento a nuestra soberana Virgen de Guadalupe que, en ese entonces,
todava no tena capilla propia pero s presencia en la curia vaticana.
Indudablemente que Pato estaba impregnado de la enjundia del Padre Marcial Maciel
que, tambin al paso del tiempo, llegara a estar tan cerca del Santo Padre como el que ms.
El arduo trabajo de su tesis le llev a frecuentar, con mayor asiduidad de la que
acostumbraba, las hermosas y ricas bibliotecas del Vaticano, y la de la propia Universidad
Gregoriana, pero igualmente dio tiempo al tiempo para atender a varias amistades y
viajeros compatriotas que llegaban a la Ciudad Eterna y les serva de gua -que tambin l
necesitaba esos momentos de distraccin- como aquella vez en que llevara a Don Manuel
Muuzuri y su esposa por todos los rincones bellos de Roma.
A mediados del ao, el 4 de mayo de 1953, escriba a casa:
Muy estimados todos:
Hace ya varios das que no les escribo, pero ya se han de imaginar lo
ocupado que estoy con mi tesis. Gracias a Dios que ya termin de pasarla en mquina y slo
me falta defenderla, lo cual ser a mediados de julio. Dulce acabar sus exmenes ms pronto,
pues el 15 del presente termina todo. Con el fin de ahorrar dinero y de que aproveche ms, estoy
tratando de llevarla a Espaa tan luego que termine sus clases, para dejarla all con la mam
de una de las monjitas espaolas que fueron a Mxico conmigo. Esta seora vive en Bilbao y
tiene con ella otra hija, con ellas la dejar durante los meses de junio y julio en que yo todava
tengo clases y exmenes. Cuando yo termine todo me ir a Espaa, pasando antes por Pars
para ver si se le ofrece algo a la Madre General. En Espaa pienso embarcarme para Mjico,
porque el viaje as sale ms barato.
La devaluacin del peso ha sido una mala noticia porque as nuestra pobreza se aument
y ya no hay lugar a pensar en ningn paseo ni en comprar alguna cosilla para llevar. El costo
de la vida, de por s caro, se nos ha doblado. Por todo esto ya quiero terminar cuanto antes
para irme. Rpidamente hay que ir preparando el viaje de regreso de Dulce. Por lo que a mi
toca, ya he avisado a Chilapa que me manden mi pasaje...

...as que ha llegado la hora de ahorrar para todos. A ver si en julio ya tenemos reunido
el pasaje de Dulce. Esperemos en Dios que s.
No me queda ms que darles un abrazo y decirles que muy pronto nos volveremos a ver.
Pato.
Bajo la constante supervisin del R.P. Severino Alvarez Mndez O.P., Decano de la
Facultad de Derecho Cannico en el Pontificio Ateneo Angelicum, espaol de procedencia
pero de espritu universal, el Padre Pato redobl esfuerzos para presentar la defensa de su
tesis.
El aula magna anunciaba en el pizarrn de entrada el suceso a realizar en su sobrio
interior:
Tesis: Tres Etapas de la Legislacin Matrimonial en la Nueva Espaa, y que
comprende desde la conquista del pas [Mxico] en 1519, hasta la fijacin de la disciplina
en el Tercer Concilio Provincial en 1585.
Ponente y defensor: Rafael Bello Ruz, Pbro.
Las bancadas laterales eran ocupadas por maestros y amigos del ponente, a ms de
otros estudiantes universitarios interesados en la ceremonia misma, el tema o el futuro del
defensor.
La solemnidad de un acto como este, es de primer nivel en las universidades europeas
que, como parte de su prestigio y prosapia, conservan a fin de engrandecer sucesos tan
trascendentes en la vida del profesionista.
El cuerpo de Sinodales entr y se acomod en la gran mesa ubicada frente al solitario
pasante. El silencio fue total y respetuoso. El presidente del jurado examinador cit los
nombres del ponente y de la tesis, levantndo la vista por encima de los espejuelos hacia el
alumno, sin mover un pice el rostro interrogante. Un leve movimiento asertivo de cabeza
contest la cuestin afirmativamente.
El Sinodal de la izquierda dijo simplemente: Adelante... tiene el uso de la palabra.
El Padre Pato habl con firmeza y seguridad:
-Fundada la Iglesia cuando an en Mjico se practicaba la brbara costumbre de la
poligamia, vise sta obligada a propugnarla mediante dos aludidas Constituciones,
reafirmando la unidad e indisolubilidad del matrimonio, proclamando la igualdad moral
de ambos cnyuges, imponiendo en igual grado a marido y mujer, el deber de la fidelidad,
formando, en suma, la verdadera familia que no puede existir donde la poligamia trae
consigo, como forzoso acompaamiento, la esclavitud y la degradacin de la mujer.
Resear esta labor trascendental de la iglesia en Mjico, es el objeto del presente
estudio. Su ttulo... indica suficientemente que su objeto no es tanto el aspecto histrico,
cuanto jurdico de la cuestin. Tambin delimita el cuadro geogrfico y cronolgico en que
nos mantendremos:
El Primero: La Nueva Espaa, en el sentido que tena en el siglo XVI, es decir, el
territorio comprendido por la entonces archidisesis de Mjico y las dicesis de Tlaxcala-

Puebla, Michoacn, Nueva Galicia y Antequera (Oaxaca), o sea el actual Mjico, menos
los Estados del sur: Chiapas, Tabasco, Campeche y Yucatn.
El Segundo: los aos de 1519-1585, comprenden el perodo en que tuvo lugar el
Clash de la civilizacin Hispano-Mejicana, de que hablan los etnlogos, porque
entonces, los elementos religiosos, culturales, raciales, econmico-sociales de ambas
civilizaciones, se cruzaron y fundieron en una sntesis final: Mjico. En este perodo
precisamente, y como parte de esta gestacin nacional, se encuentra el objeto de nuestro
estudio.
En su primera parte, presentaremos las circunstancias histricas en que tuvieron
lugar las primeras uniones de los conquistadores espaoles con las indgenas de la nueva
tierra....
Las circunstancias histricas y el ambiente social a cuyo remedio fueron dirigidos
estos singulares privilegios, al mismo tiempo que su genuina interpretacin, sern objeto
de la segunda parte.
Para la tercera y ltima parte de nuestro trabajo, reservamos la fase definitiva de la
legislacin matrimonial en la Nueva Espaa, caracterizada por la fijacin de la disciplina
conforme a lo dispuesto por el Concilio Tridentino. Esta fase definitiva se cierra en el
Tercer Concilio Provincial celebrado en Mjico el ao de 1585. Con este Concilio
Provincial, en efecto, termina la evolucin de la legislacin matrimonial en la Nueva
Espaa y con l termina tambin mi trabajo.
A partir de ese momento, explicaciones y cuestionamientos se cruzaron entre los
actores del suceso. El Padre Pato se dio el lujo de sealar detalles de la propia
historiografa y la bibliografa e incluso de hacer observaciones personales sobre algn
punto de estos.
La intervencin de sus Sinodales, varones justos pero que actuaban en forma enrgica
ante el papel jugado, fue copiosa y curiosa. Todas y cada una de sus dudas fueron
despejadas con xito por el sacerdote mexicano que hablaba con pasin sobre su tierra y su
tema.
Largo fue el evento. Corto el final. Una breve consulta entre los pares arroj el
resultado: Rafael Bello Ruz reciba su Doctorado en Derecho Cannico Suma Cum Laude,
es decir, con los ms altos honores que puede recibir un ponente.
El rostro de sus jueces cambi al ponerse de pie. Con una satisfecha sonrisa, todos
ellos extendieron la mano para felicitarle en tanto el Presidente deca:
-Muy bien hecho... Doctor!
La tesis del Padre Pato est dedicada al Excmo. y Rvmo. Sr. Dr. D. Leopoldo Daz
Escudero, Obispo de Chilapa Guerrero, Mxico En prenda de veneracin y
agradecimiento.

DE VUELTA A LA PATRIA
En el convento de San Juan Eudes, de El Paso, Texas, recibieron con cario al Padre
Pato y su hermana en su camino de regreso a casa.
Tras arreglar los asuntos que le llevaron al convento, continu su camino. Quera
tomar unos cuantos das para estar con su familia, y as lo hizo.
De paso por la Ciudad de Mxico, visit a su hermano Tito, a quien abraz con
mucho cario. Tito ya era un funcionario de Pemex, la paraestatal productora y explotadora
de petrleo del gobierno mexicano, en la que destacara ampliamente por sus
conocimientos y entrega.
Aos despus -y siguiendo aquello de que nadie es profeta en su tierra- se le rendira
un sencillo homenaje en reconocimiento a su labor, con un reportaje aparecido en un medio
de circulacin regional que ya comentaremos ms adelante.
Visit la Baslica de Guadalupe -recuerda emocionado el Padre Pato- para darle
gracias por su proteccin durante el tiempo que estuve lejos de mi patria y de mi familia.
De ah, se traslad a Acapulco en donde vino el encuentro con sus queridas Llalla, Lucre,
Na, Lita y Jorge. Le esperaban con ansias pues saban que ya no se ira lejos del hogar. La
reunin fue ms que emotiva. Todava se tom unos das para ir a Tecpan a visitar a su
seora madre que, acompaada slo por Casto, se negaba a venirse al puerto.
Tras esos cortos das de asueto intermedio, el Padre Pato parti a Chilapa,
reportndose de inmediato con su Obispo y el Rector del Seminario.
Su llegada ese 1o. de septiembre de 1954 caus gran gusto, tanto a los prelados como
a l mismo, pues Chilapa era la meta que haba alentado al Padre Pato a seguir adelante
con sus estudios.
Obispo y Rector le recibieron con cario. Tras los comentarios de rigor respecto a sus
experiencias que, si bien les adelantaba por carta, y ahora tena la oportunidad de detallar
ampliamente, recibi las indicaciones de sus prximas obligaciones. Para empezar,
compartira con los seminaristas los conocimientos adquiridos en sus largos aos de
estudio.
Pocos das despus, estaba al frente de un grupo de seminaristas. Se le haban
encargado las ctedras de Latn, Historia de la Iglesia, Historia de la Literatura e Historia de
Mxico, Filosofa, y Teologa.
Don Leopoldo Daz Escudero, Obispo de la dicesis Chilapa-Acapulco, y Don
Constantino Arizmendi, Rector del Seminario, estaban ms que satisfechos de su obra.
Entre ms le observaban, ms se convencan de que sera un destello de luz en la labor
pastoral suriana.
Le ubicaron en una pequea celda, donde haba como menaje una cama con alma de
metal; un colchn que, haciendo a un lado sus deformidades podra ser cmodo; un
pequeo librero; una mesa y una silla que bien podran servirle como escritorio de trabajo,
y un aguamanil, esas viejas palanganas que eran sostenidas por una estructura de fierro en
cuya base estaba la jarra con agua para lavarse las manos y la cara. No necesitaba ms. Eso
y menos haban tenido los padres de la iglesia, forjadores de la fe. Mucho menos de eso

algunos de los que alcanzaron la santidad, como San Francisco de Ass, o a ese apstol que
visitara en Compostela... o como el propio Santo Cura de Ars, ejemplo espiritual que haba
adoptado desde unos aos atrs.
Su horario sera aquel que ya conocimos cuando el mismo Pato fuese alumno dentro
de esas mismas instalaciones. Se levantaba al alba, y descansaba al ocultarse el sol.
El primer da que se coloc frente a grupo, el sacerdote se qued momentaneamente
callado. Era curioso. No haca mucho que l estaba sentado en un pupitre, escuchando la
ctedra. Ahora, estaba del otro lado. Vio la cara de aquellos jovenzuelos y se pregunt si
esa expresin pondra l alguna vez ante sus mentores.
Cada rostro era una historia diferente. Cada expresin un carcter propio. Muchos de
los ah presentes desertaran, pero los que se ordenaran habran pasado por un largo proceso
de purificacin, de preparacin. As le haban formado a l. As le tocaba formar a otros.
Hubo un segundo de duda. Sera capaz? Habra alcanzado el nivel de preparacin
suficiente para cincelar esas almas? Por su mente cruzaron en segundos fracciones de
sucesos ah mismo, en Chilapa, en Montezuma, en Comillas, en Pars... hasta llegar a
Roma. La respuesta fue contundente y surgida de su propio albedro: s, estaba preparado!
Su desempeo como catedrtico fue gil y comprensivo, ganndose el cario de sus
alumnos y el respeto de sus compaeros maestros y clrigos.
De las ctedras encargadas, hubo una que llen de satisfaccin su labor magisterial y
formadora: Filosofa. En ella podra enfrascarse en profundas charlas con sus alumnos,
sacar de ellos lo mejor de s mismos y hacerles ver, con los ojos del alma, que el hombre es
hombre por fuera... porque por dentro no es otra cosa que un espritu destinado al Creador.
Cuando Monseor Daz Escudero le propuso ir a continuar sus estudios en la
Universidad de Comillas, en Santander, Espaa, tambin forj un compromiso con l: dada
su entrega, su esfuerzo, su dedicacin y aprovechamiento, le apoyaran en todo, pero
contraera dos compromisos fundamentales: terminar su carrera, y regresar a Chilapa para
entregar algo de lo mucho que recibira. Pato lo acept, el Padre Pato regres a cumplir su
palabra.
De ah en adelante, la formacin de los jvenes seminaristas qued en las manos del
Padre Pato. Pero l mismo traa otros compromisos, como aquel que se propusiera cuando
vio la magnfica biblioteca de San Sulpicio: pugnar por que el Seminario Conciliar de
Chilapa tuviera una realmente digna.
El Padre Pato organiz a un grupo de jvenes y se dio a la tarea de conseguir libros
en donacin, lo que logr de manera regular pues, por desgracia, la lectura no es uno de los
fuertes de nuestra idiosincrasia mexicana, y por ende la compra de libros -sobre todo de
calidad e importancia- es ms que raqutica.
Sin embargo, la cifra del acervo bibliogrfico del Seminario prcticamente se duplic.
Cuando llegara el nuevo catedrtico, la biblioteca tendra un poco ms de diez mil
volmenes; tras la campaa y tres aos de estancia por ah, alcanz la cantidad de los veinte
mil ejemplares.

Su popularidad pronto se generaliz entre el alumnado del Seminario Menor. Todos


queran que el Padre Pato fuera su mentor, su asesor, su tutor incluso. Fuera de clase no
faltaba aquel que se le acercaba en busca de consejo, de la gua. Para todos tena tiempo y
paciencia.
Pronto sera designado Director Espiritual del Seminario Menor. Muchos comentan
que el cargo es muy delicado pues con facilidad puede entrar en conflicto con el del Rector.
Y es que ambos se complementan, pero este se asigna a la administracin fsica y humana,
mientras que aquel es ms la formacin espiritual. Dos disciplinas diferentes, la escolar y la
espiritual.
Chilapa haba sido, desde tiempo inmemorial, la dicesis nica de Guerrero, y su
Seminario Conciliar el camino marcado para todo suriano que aspirase a la vida sacerdotal.
El P. Blandino Barcenas, prroco de San Antonio en Acapulco, recuerda una
participacin que tuvo en la obra Guerrero 1849-1999, publicada por el gobierno estatal.
En ella narra que la fundacin del Estado y la de la Dicesis de Chilapa corren
parejas en la historia. Guerrero se funda el 27 de octubre de 1849 y la Dicesis se crea el 26
de enero de 1862. Esta se conforma con 29 parroquias de la dicesis de Puebla, 22 de la de
Mxico, 9 de Michoacn y 5 de Oaxaca.
En 1957, a raz del terremoto que no slo asol las costas de Guerrero, sino al propio
Distrito Federal, cuando el Delegado Apostlico Luigi Raimondi visit la zona, incluyendo
al mismo Seminario de Chilapa, lleg a la conclusin de que toda la franja costera podra
ser una nueva dicesis, y as lo inform al Papa Po XII.
El tiempo corri con la misma rapidez con que acostumbra y, de pronto, el Padre
Pato era designado Director Espiritual pero ahora del Seminario Mayor.
No por nada son las cosas. La verdad es que Pato continuaba su formacin, sin
saberlo. Slo Dios saba los designios que le tena preparados.
Joven y fogoso, convirti en enseanza todo aquello que haba experimentado en el
aprendizaje. Si de nio corri por esas canchas rebotando una pelota y lanzndola certera a
la canasta, as lo revirti entre sus jvenes alumnos. Si a l lo llevaban a caminar muy
temprano para forjar el carcter, lo mismo hizo con sus educandos. Y no se diga la
participacin en la Misa en la Catedral, oficiada, obviamente, por Monseor Daz Escudero.
Otro de sus amores era el Coro, ese coro que le acompaara entusiasta a su tierra,
Tecpan, aquella vez que viniera desde Roma tan slo para oficiar su CantaMisa.
El grupo de jvenes que integraban el Coro del Seminario Conciliar de Chilapa ya
haba cobrado alguna fama. Sus presentaciones en otras ciudades, como Taxco, Iguala,
Acapulco y an la misma capital del pas, la ciudad de Mxico D.F., le allegaron prestigio
por su profesionalismo y virtud.
Dos grupos corales dejaban huella ya en nuestro pas: los Nios Cantores de Morelia,
y los Nios Cantores de Puebla. Pero Chilapa era otra cosa. Para calificarle, haba que
escucharle.
Por ah tambin meti la mano el Padre Paito, aunque suavemente, pues los
responsables eran otros.

El Seminario de Chilapa se mantena, pobremente, con las aportaciones del Seor


Obispo Don Leopoldo Daz Escudero, a las que reforzaban donaciones de algunas de las
familias bien cimentadas econmicamente, como los Villalba, que por cierto formaban
varias familias, todas ellas aportadoras del Seminario, principalmente Don Chanito
Villalba.
El P. Antonio Jimnez recuerda los nombres de algunas de esas familias, entre las que
se encuentran las de Don Cirilo y Don Calixto, ambos de apellido Garca.
En esta etapa, las cartas entre el Padre Pato y su familia dejan de circular. Estaban
tan cerca ya, que la comunicacin telefnica se vuelve costumbre que complementa las
visitas, multiplicadas por la misma cercana.
Era una felicidad tenerlo tan cerca, dice Lita, su hermana, sobre todo porque vena
seguido a Acapulco. Mi mam vena desde Tecpan y aqu se encontraban. Llalla le tena
preparada la comida que le gustaba. Todos le atendamos con cario. Era el orgullo
familiar... es el orgullo familia, dice corrigindose de inmediato.
Tres aos pasan raudos, pero no en balde. El Padre Pato ya se haba formado. Sus
estudios le haba hecho un hombre conocedor... faltaba hacerlo sabio. Su estancia como
alumno le haba enseado disciplina; su retorno como maestro le daba la oportunidad de
aprender a disciplinar, pero no a base de golpes o coacciones, sino con amor y
comprensin. Su forja de un lado y otro de la lnea templaba el carcter del que, ms all de
los deseos de sus benefactores, tena marcada una senda mucho ms larga, ms profunda,
de ms responsabilidad.
Si en ese momento no podra asegurarse de cul sera sta, bien puede afirmarse que
Rafael Bello Ruz, por su equilibrio, dedicacin, pujanza y espiritualidad, era el hombre
adecuado para cualquier encomienda, por grande que sta fuese.
En marzo de 1958, el Papa Pio XII crea la dicesis de Acapulco. Fue designado como
su Primer Obispo, el Excmo. Sr. Jos Pilar Quesada Valds, originario de Totatiche, Jal.,
que toma posesin de la dicesis el 24 de enero de 1959. Al da siguiente, 25, es
consagrado en el hasta ese momento templo de Nuestra Seora de La Soledad de ese puerto
que, con el evento mismo, adquiere al carcter de Catedral.
Ante la falta de instalaciones para que la nueva dicesis funcionara, el Obispo se
instal para formar su equipo de trabajo en la Iglesia de Costa Azul, sitio en el que incluso
vivi.
Poco tiempo despus, el Padre Pato es solicitado por Monseor Don Jos Quesada
Valds, para irse como Rector fundador del Seminario Conciliar del Buen Pastor de
Acapulco, Gro. Eso gener un conflicto cordial entre los dos Obispos: Monseor Fidel
Corts Prez, Obispo de Chilapa, y Monseor Quesada. El primero no quera dejarlo ir, el
segundo lo exiga porque consideraba que era de esa dicesis al haber nacido en Tecpan.
Al preguntarle a Monseor Bello qu sentimiento experimentaba ante esa situacin,
contest bromista:
-Se senta muy sabroso...

EL BUEN PASTOR
Dejar Chilapa fue un verdadero conflicto emocional para el Padre Pato. Tena un
compromiso con el Seminario de Chilapa, pero deba obedecer los designios de Dios que le
exigan venirse a Acapulco. Amaba Chilapa, pero soaba con estar en Acapulco, donde ya
radicaba la mayor parte de su familia. Incluso ahora, cuando se le pregunta cual fue ms
importante para l, si el Seminario de Chilapa o el de Acapulco, contesta sin dudar:
Chilapa, cuna de mi formacin y de cario.
Con todo, al final de cuentas, el Padre Pato se vino a Acapulco para hacerse cargo de
la creacin del nuevo seminario.
El Ing. Federico Luna, el 1o. de sept. de 1959, les prest una casa en Costa Azul para
alojar a los seminaristas. Tena una especie de bungalow que se utilizaba para dar clases, y
es donde inicia propiamente operaciones el Seminario.
El Padre Blandino Brcenas fue el primer sacerdote ordenado del Seminario Conciliar
del Buen Pastor. Pero no slo eso. Fue el primognito de Monseor Quesada -es decir, el
primer sacerdote ordenado dentro de su episcopado y de la dicesis- el primognito del
Seminario, y el primognito de su pueblo -San Marcos-. Tras su ordenacin, fue asignado
como ecnomo al Seminario del Buen Pastor.
El mismo nos cuenta sobre la compra del terreno que actualmente ocupa el Seminario
del Buen Pastor.
-El terreno lo vendi la Compaa Inversiones Anahuac S.A. de C.V., propiedad del
General Gilberto R. Limn, en 1971, por medio de su representante, el Ing. Federico A.
Luna. La compra fue hecha por Colegio Acapulco, que era la sociedad civil de la dicesis,
representada por Roberto Nogueda.
Les vendieron una parte y les donaron otra mucho ms grande.
Tena una superficie total de: 52 367 mts 2
El precio fue de 317,557.50 y los pagos mensuales eran de 2,225 pesos.
Cabe aqu hacer la aclaracin que la fecha de 1971 quiz sea la correspondiente a la
protocolizacin de las escrituras ya pagado el terreno, pues desde muchos aos antes los
seminaristas estaban ya ubicados en esa propiedad.
Realizado el trato y entregado el terreno, las primeras construcciones fueron endebles.
El comedor era de palapa con horcones de madera. Se levant, con la misma tcnica, un
saln de usos mltiples en lo que ahora es el patio, que se usaba para dar clases e incluso
para plticas, conferencias, y los retiros del clero, que entonces no llegaban a cincuenta. La
casa de Monseor era un pequeo cuartito con techo de lmina en pleno monte, al igual que
las instalaciones. Todava hace una dcada, cuando cierta dama de sociedad visitara las
instalaciones del Seminario, hizo la siguiente observacin:
-Sus instalaciones son fabulosas; hermoso es el conjunto. Slo hay algo que
desentona, esa casucha que est ah al lado... debieran tirarla!
Alguien le dijo que no podan hacerlo, a lo que ella pregunt extraada:
-Y porqu no?
-Porque es la casa en donde vive Monseor Rafael Bello Ruz, Obispo de Acapulco...

La Revista Seminario, cuyo editor fue el P. Antonio Jimnez, cuenta que el primer
curso empez el 1o. de septiembre, pero oficialmente se inaugur el lo. de octubre de 1959,
segn la Carta Pastoral No. 2 del 9 de agosto de 1959.
Por ser seminario diocesano dependa del Obispo, el Excmo. Sr. Dr. Jos Pilar
Quesada. Los alumnos inscritos fueron 64. Todos, menos 2, originarios o radicados en las
Costas de Guerrero.
Hubo dos cursos regulares. El Previo (equivalente al 69 de Primaria) que tuvo una
inscripcin de 32 alumnos; y el Primero de Latn, que alcanz la cifra de 26. Adems, hubo
alumnos de 2o y 3o de Latn. (el Latn o Estudio de Humanidades y Ciencias, equivale a la
Secundaria).
En esa misma revista, histrica ya por su contenido y antigedad, el nuevo Rector
confirma algunos de estos datos, al referirse al Seminario Menor de Acapulco, en un
artculo titulado Ereccin, Utilidad y Necesidad:
Los Seminarios deben ser como la pupila de vuestros ojos, Venerables Hermanos,
que comparts con Nos el gobierno de la Iglesia, y el objeto principal de vuestros
cuidados. As escriba el Papa Po XI a todos los obispos del mundo en su carta encclica
"Ad Catholici Sacerdotii" el ao 1936.
Respondiendo a la solicitud del Pontfice de las Misiones y sabiendo, por otra parte,
que del Seminario, semillero de sacerdotes, depende la conservacin y difusin de la vida
cristiana en su dicesis, nuestro Prelado erigi un Seminario Menor en Acapulco, bajo la
advocacin de El Buen Pastor.
Siete meses despus de haber tomado posesin de su dicesis, nuestro Obispo
emprendi esta obra trascendental, con tanta mayor urgencia, cuanto ms escasos e insuficientes son los operarios para el cultivo de su extensa via. Esta abarca todo el litoral de
la costa guerrerense con una extensin de 25.000 Km2. equivalente al territorio de
Palestina, comprendiendo 29 parroquias con una poblacin aproximada de 400.000 fieles,
(muchos de ellos, separados de la vida civilizada por dialectos y por caminos
intransitables, que impiden el cultivo apropiado de la vida cristiana). En tan apretada
situacin trabajan 35 sacerdotes.
Como si fuera poco, acenta el problema la vida complicada del Puerto, centro
turstico de renombre mundial, en donde se cruzan gentes de variadas creencias e
ideologas. Sobre todo, de costumbres exticas y licenciosas que van contaminando poco a
poco el ambiente de toda la dicesis. Es verdad, por otra parte, que en la avalancha de
turistas vienen excelentes catlicos, cuya vida ejemplar va extendiendo su influencia
benfica entre los porteos.
Estas circunstancias exigan con premura el establecimiento de un Seminario que
asegurara, no solamente la continuacin de la obra sacerdotal emprendida, sino que
tambin preparara a los apstoles del maana que sepan llevar a lo ms hondo de la vida
moderna, la levadura transformadora del Evangelio.
En medio de estos afanes, no falt la intervencin amorosa y palpable de la
Providencia divina, que se manifest al ofrecer el Sr. Ing. D. Federico Luna una casa del
Fraccionamiento "Costa Azul" para alojar a los seminaristas
Para el da 1o. de septiembre la afluencia de muchachos era tal, que super los
pronsticos ms optimistas. Muy pronto se hizo sentir la necesidad de construir un dormi-

torio ms, de aadir otras dependencias a la casa, de ampliar la capilla y de abastecer


mejor la despensa.
Los alumnos anotados en el Registro del Seminario son actualmente 64. Repartidos
en tres cursos: Previo. Primero y Segundo ao de Latn, equivalentes a Sexto ao de
Primaria, a Primero y Segundo de Secundaria respectivamente. Estos muchachos
proceden, en su mayora, de la Costa y de pueblos tan apartados como Cuajinicuilapa y
Las Mesas, lo cual prueba que en estas regiones, con un poco de cultivo, pueden florecer
muchas vocaciones.
La conducta que han observado durante estos tres primeros meses en el Seminario,
es la de nios o jvenes que han comprendido perfectamente la dignidad de la vocacin
sacerdotal. Pasan los das en un ambiente de alegre convivencia y serio afn.
La piedad, fomentada por los recientes Ejercicios Espirituales, las prcticas
cotidianas y la direccin espiritual, tiende a desarrollar en ellos el espritu interior que ha
de animarlos en su futuro apostolado. El estudio ordinario de las asignaturas escolares va
despertando sus dotes y los va enriqueciendo de conocimientos para que ms tarde puedan
asimilar los estudios superiores del Seminario Mayor y finalmente entrar en contacto con
las gentes para darles enseanza, remedio y vida. La belleza fsica del paisaje: el verde
esplendente de las montaas vecinas, los atardeceres que incendian el horizonte, la baha
serena donde se deslizan las pesadas embarcaciones, la "Bocana" de sugerencias
misioneras... Todo esto unido a los deportes sanos, como la natacin, fortalecen sus
cuerpos y crean en torno suyo un ambiente de fecundo bienestar y alegre entusiasmo.
Este es el escenario variado y simptico en que se ha iniciado el proceso, lento y
gradual, de la formacin de los primeros seminaristas de Acapulco, declaraba el Padre
Pato.

Mucha gente vea con simpata la instalacin de un Seminario en Acapulco, sobre


todo por la fama de excesos que haba cobrado a niveles internacionales. En ese momento,
el puerto ms hermoso del mundo era un foco de perdicin en el que el licor, el desvelo, las
mujeres y las francachelas eran la mirada principal de quienes buscaban vacacionar en la
Perla del Pacfico.
As las cosas, varias de las familias ms importantes del puerto apoyaron
abiertamente con sus donaciones y participacin al Padre Pato y su obra misionera.
Fueron tantos los que nos apoyaron, que sera injusto mencionar a unos cuantos y
olvidar a muchos otros; pero desde aqu y ahora, vayan mis ms fervientes bendiciones a
todos aquellos que pusieron, unos ms otros menos, su granito de arena para que el
Seminario pudiese trabajar en su delicada y necesaria misin, comenta Monseor Bello en
la entrevista grabada que sobre el tema hicimos como parte de su biografa.
Entre esas personas, sin embargo y en lo personal, podemos citar a tres que destacan
por su entrega: a Don Pedro Kuri, a Don Maximiliano SanPedro y a Don Pepe Bustamante
que, a ms de ser dedicados colaboradores de la obra del Padre Pato, llegan a formar parte
de otro esfuerzo generado por nuestro sacerdote amigo ya como Rector del Seminario: la
fundacin del Club Serra, una agrupacin nacida en los Estados Unidos, cuyo nombre
recuerda a Fray Junpero Serra, y dedicada a promover las vocaciones sacerdotales. En
Acapulco, el servicio prestado por sus integrantes, ha sido invaluable.
El Sr. Don Casimiro Alvarez, por su lado, como integrante de la Colonia Espaola,
promueve el apoyo de esta a la obra seminarista y logra no pocos respaldos. Too

Tordesillas ya formaba parte de la sociedad portea y, obviamente, de la Colonia Espaola.


Le saludamos citando su amplia obra editorial en los talleres municipales, y recordando su
participacin en apoyo a la gran obra de la que hablamos.
As, no pas mucho tiempo sin que los seminaristas vieran terminada la primer
construccin de mampostera: el Saln de Actos. Seguida a esta, la del comedor; ms tarde
la Capilla y los dormitorios. La obra es dirigida por el Arq. Federico Madrigal y se realiza
en el lapso de tres aos aproximadamente.
El Seminario reciba frecuentes visitas del Delegado Apostlico en Mxico, Luigi
Raimondi, viejo conocido del Padre Pato desde Chilapa, y la de Monseor Po Gaspari,
como un reflejo de la magnfica obra que en materia de relaciones pblicas alcanz el
sacerdote. Presidentes Municipales y Gobernadores mantuvieron estupendas relaciones con
el Seminario y su Rector, aunque pueden contarse con los dedos de una mano a aquellos
que otorgaron su respaldo material a la gigantesca obra.
Adelantndonos un poco a los acontecimientos, por cuestiones cronolgicas,
podemos citar entre quienes abrieron su muy personal bolsillo para apoyar la construccin
del Seminario Menor a Don Rubn Figueroa Figueroa, cuyo trato con el Padre Pato era
muy campechano, al grado de que se refera a l como su paisano, y cuando lo saludaba
lo haca con mucha emocin; al Lic. Israel Nogueda Otero y su seora esposa, Doa
Leticia, quien le respaldara como Presidente Municipal tanto como ms adelante en su
calidad de Gobernador del Estado.
Cabe aadir, en este momento, que quien funge como representante de Colegio
Acapulco, comprador del predio para el Seminario, Don Roberto Nogueda, es padre del
Lic. Nogueda Otero y, junto con su esposa Sarita, uno de los ms fervientes protectores de
Seminario, Rector y obra.
Mencin especial merece Jos Francisco Ruz Massieu quien, como gobernador y
junto con sus padres, el Dr Armando Ruz Quintanilla y su esposa Cuquita, y un ejrcito de
donantes annimos, hicieron posible la construccin del Seminario Mayor, odisea que
comentaremos en su momento.
Finalmente, mencionaremos a Ren Jurez Cisneros como otro de los que realmente
apoyaron la labor del Padre Pato, aunque ya en su labor como Arzobispo de Acapulco,
punto al que tambin llegaremos ms adelante.
El Nuncio Apostlico en Mxico, Girolamo Prigione, fue igualmente de los prelados
que visitaron con frecuencia el Seminario.
El Padre Pato, inquieto como siempre, ante el reto que significaba para todos la
nueva dicesis y sus engranajes, fund igualmente el Movimiento Familiar Cristiano y el
Movimiento Juvenil Cristiano, dos de los organismos que ms fuerza le dan a la iglesia en
lo que a trabajo se refiere. Incluso, el Padre Pato va alguna ocasin como representante del
Movimiento Familiar Cristiano a las Islas Filipinas en un evento internacional relacionado.
El primer cumpleaos del Padre Pato, ya en su calidad de Rector, pasado en el
Seminario, fue motivo de una gran fiesta. Los seminaristas, guiados por el grupo coral, le
cantaron muy temprano las clsicas Maanitas y las obligadas Maanitas Guerrerenses,
para despus agasajarlo con un opparo banquete ofrecido por la comunidad y sus
benefactores. De esa manera reconocan la intensa y fructfera labor del sacerdote al frente

de tan delicada obligacin. El gusto fue tal, que la costumbre se volvi tradicin hasta la
actualidad en que no olvidan, ao con ao, el onomstico de su prelado.
Una de las ancdotas que se recuerdan de la vida seminarista del Buen Pastor, es
aquella que involucra a un inteligente militar. El Padre Paito acostumbraba llevar a sus
muchachos a nadar en la Base Militar Naval. Al principio, sin embargo, tuvo algunos
problemas para ingresar a las instalaciones militares, para lo que se requera la autorizacin
del Comandante de la Base, que era el Capitn Deoleire. El militar, tras indagar de quin se
trataba, le dio una respuesta que se antoja curiosa: Tome, le dijo extendindole una manga a
la que estaban cosidos unos galones de alta graduacin militar, pngasela cada vez que
venga... y ver que nadie le pone peros...
El Padre Pato, obediente, cada que llegaba con sus muchachos a la Base Naval, a
manera de credencial, mostraba los galones y la manga que los portaba, que previamente
se encajaba, provocando el inmediato pase de la guardia en turno.
No es de dudarse que el Capitn utiliz el truco ms como una especie de clave con
sus subordinados, que realmente estos manifestaran disciplina ante un civil cuya nica
prenda militar fuese una manga con su grado.
Sea como sea, el Rector del Seminario y alto jerarca militar improvisado, jams
volvi a tener problemas para ingresar a sus muchachos a la bella playa del Comando
Submarino.
Y ya que de ancdotas se trata, es inolvidable la de aquel seminarista -cuyo nombre
nos reservamos porque con la vergenza tuvo como para que le exhibamos de nuevo- que
desoyendo las indicaciones de mentores y compaeros que le pedan no se tirara un extico
clavado por la poca profundidad que haba, se lanz sin ms al agua en espectacular figura,
para salir de ella... con un diente menos!
Entre los seminaristas, uno haba aprendido dos canciones en italiano que les
enseara el Padre Pato, parte de sus funciones como integrantes del Coro. Un da, ante
unos italianos interpret las canciones en su honor, recibiendo congratulaciones por su bien
pronunciado italiano, preguntndole si hablaba el idioma a lo que l, que no hablaba el
idioma ni de gracia, contest pomposamente que s, haciendo rer a sus compaeros.
Ese jovenzuelo no termin su carrera religiosa; por el contrario, contrajo nupcias y es
padre amoroso. En la actualidad es vecino de un doctor conocido del Padre Pato que,
cuando este est hospitalizado por alguna de sus dolencias, le avisa y ste se presenta al
propio cuarto del hoy Arzobispo, para cantarle aquellas dos canciones de tan gratos
recuerdos.
La muerte de su querida Llalla en 1961 marca el nico punto doloroso de esa
felicidad. En una muy corta misiva, el Padre Pato dice a su hermano:
Acapulco, Gro. 11 de abril de 1961
Estimado Tito:
No tengo que aadir a lo que te dije por telfono sobre mi Llalla q.e.p.d.
Su muerte fue envidiable. Nunca haba asistido a un moribundo con tanta solicitud y esmero.

Algo mitigaba nuestra pena: ver que no se quej de sus dolores. Sus amigos la sintieron mucho
y nos han manifestado sus condolencias.
Si es que puedes venir ya platicaremos ms. Todos estamos bien de salud, gracias a
Dios, y resignados hemos vuelto al trabajo.
Un saludo carioso para todos.
Pato.
Cuatro aos haban pasado desde que se iniciara el trabajo del Seminario del Buen
Pastor. Ahora, ah, en su hermossima Capilla, donde luce galano el lema Spes Messissi in
Semine Est... La esperanza de la mies... est en la semilla, se ordenaban los primeros
sacerdotes surgidos de ah mismo. Presentes estaban el Obispo Jos Pilar Quesada, los
padres de los ordenados y la comunidad seminarista. El Padre Pato, en ese momento, sinti
que haba cumplido con su misin, que su obra estaba realizada.
El Seminario del Buen Pastor guarda en su seno el trabajo de muchos jvenes que,
inclinados a la literatura, realizaron un profuso trabajo editorial que ha enriquecido no slo
las bibliotecas de la institucin y sus amigos, sino la vida misma de otros seminaristas.
El tiempo vuela y, de pronto, estaban organizando las celebraciones del Dcimo
Aniversario. El Seminario alojaba alrededor de 150 seminaristas que, terminando el curso y
dado que era slo Seminario Menor, eran enviados a Tehuacn, a Puebla, o a Guadalajara,
para continuar los estudios en su respectivo Seminario Mayor. De los que iniciaron, tanto
como de los que pasaron por sus aulas a lo largo de esa dcada, muchos haban abandonado
la carrera regresando a la vida civil, aunque sin olvidarse de su Seminario pues, en las
celebraciones o actividades importantes, estn siempre presentes o prestos a apoyar su
labor.

LA SAGRADA FAMILIA
Antes de iniciar lo que considero el parteaguas en la vida de Monseor Rafael Bello
Ruz -su envo como Prroco a la Sagrada Familia de la colonia Vista Alegre- creo
conveniente sealar que, hasta ese momento, el Padre Pato haba sido captador de
conocimientos y experiencia. Esta sera la ltima en aras de un futuro de mayores alcances
en una labor misionera que le llev a todos los rincones de su jurisdiccin.
La labor pastoral, como se le llama dentro de la cleresa, es el contacto directo entre
sacerdote y fieles. As las cosas, destinarle esa nueva responsabilidad no era as por que s.
Era prepararle en un terreno que mucho pisara los aos subsecuentes.
La parroquia de la Sagrada Familia estaba ubicada sobre la Avenida Constituyentes,
casi a la entrada del Modulo Social Fovissste. Era modesta, pequea, pero con una
cobertura ms que amplia, y cuya feligresa comprenda desde cultos maestros y artista, a
las clases ms populares llegadas de lo alto de Palma Sola, y hasta acaudaladas familias
componentes de las dirigencias gubernamentales, lo que le daba una plenitud de
oportunidades para comprender el alma de esa diversidad de razas, criterios y niveles
sociales que existen conviviendo en una regin como la suriana.

Para quienes conocen poco de Guerrero, debo sealarles que si bien es el Estado ms
rico de Mxico, es a la vez el ms pobre y olvidado. Su abandono social y poltico le han
convertido en un pueblo aguerrido -el bronco Guerrero, le llaman algunos autores- pero no
es ms que una natural rebelda, que heredan en los genes a sus descendientes, ante una
serie de injusticias concatenadas a lo largo de quinientos aos.
Con todo, es un pueblo que ha dado hombres ejemplares tanto en lo social como en lo
poltico, lo guerrero y lo religioso, sin olvidar el arte y la literatura.
Ah est el Beato Bartolom Das-Laurel o el propio Monseor Quesada, cuya causa
est en proceso, si hablamos de lo religioso como ejemplo.
El pueblo mismo es de corte religioso, aunque mezclan, como en todo mesoamrica,
lo sagrado con lo profano en sus fiestas patronales, pero su fervor es ms que notorio.
La llegada del Padre Pato a su Tecpan querido para oficiar su primer CantaMisa, lo
dice todo.
Ya en los seminarios conciliares, tanto en Chilapa como en El Buen Pastor, haba
recibido y captado la experiencia del trato con el sacerdocio; tocaba ahora con la feligresa.
Monseor Jos Pilar Quesada, con toda seguridad, haba platicado con Monseor
Corts Prez y llegado a la misma conclusin: Rafael Bello Ruz sera alguien grande en un
futuro no muy lejano. Si Daz Escudero descubri el diamante en bruto y cort sus lmpidas
facetas, Quesada pulira ese diamante para gloria de la iglesia suriana.
Su probidad estaba ms que manifiesta. Su dedicacin, presente en todo momento. Su
sapiencia, demostrada en el aula. Su paciencia, denotada en los largos aos de estudio
viviendo en una situacin precaria. Su temple pues, haba sido forjado. Faltaba slo el
pulido.
El Padre Pato no pregunt el porqu de la nueva asignacin. Slo obedeci. El dice
que no saba que se le preparaba para mayores responsabilidades, pero probablemente
intuia algo porque, entre ms se le forjaba, l mostraba mayor entereza.
As, una maana calurosa, lleg a la Parroquia de la Sagrada Familia. Como en todos
los casos, estaban ah quienes le reciban con afecto... y quienes tenan el gesto adusto por
la remocin de su prroco, Fray Pedro, un bonachn sacerdote que durase algn tiempo
al frente de la parroquia y a quien apreciaba mucho la feligresa. Pero a unos y otros el
Padre Pato supo, en poco tiempo, echrselos a la bolsa con la mayor facilidad del mundo.
Su carcter comprensivo y conciliador fueron decisivos.
Corra ya 1970. El retumbar de la agitacin social que cimbrara al mundo los ltimos
aos de los sesentas, todava no se disipaba. En Mxico la inquietud social era materia de la
noticia diaria. En Guerrero, la guerrilla era reflejo fiel de la inconformidad suriana, segn
registra la historia. En el puerto de Acapulco, si bien no se haba manifestado en forma
violenta, ciertos partidarismos se palpaban entre sus habitantes, unos a favor, otros en
contra, pero todos inquietos.
Con todo, el Padre Pato tena siempre a la mano el consejo paliador o la conseja
restrictiva, pero ambas llenas de amor y comprensin. Entre sus feligreses, an hay quien
recuerda su paso por esa parroquia que, aos ms tarde, fuese arrasada por el Huracn
Paulina, ahora en un nuevo y hermoso edificio unos cuanto metros ms all de su ubicacin
original.
Yo estaba segura de que del Padre Paito llegara a ser Obispo. Era joven, pero
mesurado. Siempre con la palabra de consuelo en la boca para todos, cuenta venerable
maestra que vive en una de las rinconadas del Mdulo Social.

Uno de los aspectos que ms teme el creyente es la confesin. El Padre Pato era
comprensivo; enrgico, eso s, pero comprensivo. Cuando se confesaba uno, esperaba una
reprimenda, pero con el Padre Pato lo que siempre escuchamos fueron consejos.
Ah, en La Sagrada Familia, reorganiz las instituciones laicas que le interesaron de
siempre: el Movimiento Familiar Cristiano y el Movimiento Juvenil Cristiano.
Pero la reorganizacin que le dio mayor satisfaccin fue la de su propia vida personal.
Doa Luz, su seora madre, con todo y que ya prcticamente toda su familia estaba
viviendo en Acapulco, no haba querido abandonar su amado Tecpan de Galeana. Al Padre
Pato le preocupaba que, aunque estaba por all su hermano Casto que ya tena su propia
vida y familia, su madre estuviera sola.
As las cosas, y aprovechando amorosamente la admiracin y cario que su madre
senta por el hijo y sacerdote, le pidi que se viniera a vivir con l.
-Madre, arguy como pretexto, vngase conmigo. Necesito quien me atienda. All en
el Seminario tena auxiliares, pero aqu, en la Parroquia, estoy solo. Usted tambin est
sola all. Vngase conmigo por favor.
Por increble que parezca y, aunque con algunas reticencias, Doa Luz acept vivir
con el Padre Pato y estuvieron juntos hasta el fallecimiento de ella algunos aos despus.
Sus hermanos, Lita sobre todo, junto con Lucre y Na, vieron felices la oportunidad
de tener a Doa Luz en el propio puerto.
Cabe aqu hacer un rpido recuento de la forma en que vivan los familiares del Padre
Pato desde su llegada a la ciudad portea.
Cuando hicieron la Avenida Lpez Mateos, la casita aquella en que vivan qued
prcticamente en el medio del camelln y tuvieron que irse. Fue entonces que compraron el
terrenito de la Avenida de Las Playas en que actualmente viven Lita y Monseor pero,
mientras les construian la vivienda, Don Jos Batani, concuo de Antonio Trani Zapata,
otro de nuestros biografiados, les ofreci adecuarles un pequeo departamento en la Casa
de Huspedes que tena, a fin de aligerarles la carga de la renta.
Terreno y construccin se realizaron con la cooperacin de todos, pues para entonces
ya estaban en Acapulco Llalla, Na, Lucre su hija, y Lita, todas con trabajo estable, excepto
Na que se dedicaba a atender la casa y la comida.
Tras el fallecimiento de Llalla, Pato, quien estaba entonces como Rector del
Seminario del Buen Pastor, les hizo ver que bien podan acomodarse en alguna de las
habitaciones ya terminadas de la obra, dedicando el gasto de la renta del departamento a
invertirlo en la obra misma, y as lo hicieron.
Ya dentro, pudieron darse cuenta de que el ingeniero responsable de la obra les rob,
as es que debieron retomar el trabajo y contratar nuevos constructores, hasta que vieron
terminada su modesta vivienda.
Pero Doa Luz no quiso venirse a vivir a la casita, sino que se qued en las propias
instalaciones de la Parroquia pues consideraba que, si vena a atender a su amado hijo,
cerca de l deba estar.
La Parroquia tena una pequea casa anexa que comprenda una salita, dos recmaras,
un bao, una cocina y una habitacin ms chica que serva de bodeguita.
Doa Luz se dedicaba enteramente al cuidado del Padre Pato; lavaba su ropa,
limpiaba la casa, y preparaba la comida.

En lo que se refera a la iglesia, su limpieza y cuidado estaban a cargo de algunas


seoras de los diferentes organismos religiosos y reciba el apoyo de uno que otro feligrs
en cuestiones de reparaciones, pintura y conservacin en general.
El respaldo de algunos personajes porteos, ya brindado desde el seminario, no se
hizo esperar para la parroquia. Don Pedro Kuri, por ejemplo, surta la despensa del Padre
Pato con atingencia y esmero.
Otros ms, como Don Maximiliano San Pedro y el Sr. Alonso cubran algunas
necesidades de renovacin o mantenimiento.
El trato con la feligresa fue una experiencia maravillosa, dice con voz entrecortada
Monseor Bello al recuerdo de esa etapa. Todos eran muy buenos; su trato siempre fue de
respeto y cario.
Ah conoce a otros personajes, como la familia Ruz Massieu. Doa Cuquita fue el
medio por el que la amistad floreci con el Dr. Armando Ruz Quintanilla y el trato
respetuoso con sus hijos. De ah el amplio respaldo de Jos Francisco y la relacin que
hasta la fecha sostiene con Maricela. Cesar y Thelma Bajos, y el Lic. Enrique del Rayo y su
esposa son algunos ms de los personajes que llega a conocer y tratar en esa poca.
El Padre Pato era un hombre jovial, serio y formal, pero jovial. Gustaba de caminar
y, cotidianamente, tras pasar a las oficinas del obispado, si tena tiempo haca el recorrido
hasta la Avenida de Las Playas para saludar de carrerita a hermana, prima y ta, pues para
entonces ya slo vivan ah Lita, Lucre y Na. Si el tiempo era recortado, atravesaba la calle
para tocar en la pequea ventanilla del laboratorio en el que trabajaba Lita, saludarle,
preguntar por la familia, y enviar saludo a todos. La presencia diaria del sacerdote con ellos
alegraba y satisfaca a la familia entera.
Su asistencia permanente ante el altar, es decir, el cumplimiento de sus obligaciones
como sacerdote, llev al Padre Pato a comprarse sus primeros ornamentos propios. Las
misas hasta entonces brindadas en diversas iglesias, templos y parroquias, las haba
oficiado con ornamentos prestados por los mismos templos, como se acostumbra
generalmente. Pero ahora... ahora s se mereca los propios!
En Mxico, aunque comentan que hay varias, la fbrica de mayor prestigio por la
belleza y perfeccin del acabado de sus ornamentos, es la ubicada en la capital del pas,
llamada Fabricas de Lyon. De all fueron los suyos. Hermosos, muy bonitos... afirma.
Recuerda con especial afecto aquella convivencia realizada a nivel internacional
sobre El Apostolado del Mar, a la que asistieron familias de Filipinas, Espaa, Francia, en
fin... de muchas otras naciones, organizada por la Parroquia de La Sagrada Familia, es
decir, por l, aprovechando las relaciones cultivadas a lo largo de su estancia en el viejo
mundo, y en la que enriqueci su sapiencia en lo relacionado con la pastoral, rengln en el
que deba, precisamente, prepararse.
No haban pasado tres aos de su estancia en la parroquia de La Sagrada Familia,
cuando, sin l saberlo, Monseor Jos Pilar Quesada viajaba a Roma para enterarse de que
sus tiempos vencan, y recibir el consejo de pensar en quin podra ser su sucesor.
Dos Papas haban tenido, hasta ese momento, una participacin definitiva en la vida
del Padre Pato: Po XII, cuyo Papado abarc de 1939 a 1958, muy respetado por sus
esfuerzos en busca de una solucin para que los pases contendientes de la II Guerra

Mundial resolvieran sus diferencias de forma pacfica; y Pablo VI que presidi la mayor
parte del Concilio Vaticano II y dirigi la Iglesia catlica de 1963 a 1978, en uno de sus
perodos de cambio ms importantes.
Po XII ascendi al trono papal el 2 de marzo de 1939. En su importante encclica El
Cuerpo Mstico de Cristo (1943), explic la doctrina teolgica de la Iglesia como cuerpo
mstico de Cristo y conden el falso misticismo. En sus encclicas Inspiracin del Espritu
Santo (1943) y Sobre el Gnero Humano (1950) pidi rigor en la interpretacin de los
textos bblicos y precaucin al adoptar sin sentido crtico las enseanzas cientficas
modernas apartndose de las tradiciones de la Iglesia.
En 1946 nombr 32 nuevos cardenales al Sacro Colegio, que qued establecido en 69
miembros y por primera vez compuesto por representantes de todos los continentes.
Continu e intensific las polticas anticomunistas de su predecesor.
Abri el Vigsimo Quinto Ao Santo de la historia de la Iglesia, durante el cual, en
1950, el Padre Pato se ordena sacerdote.
El mes de noviembre siguiente public la constitucin apostlica Dios
Munificientsimo en la que se defini la Asuncin de la Virgen Mara en cuerpo y alma
como dogma de fe, que adopta el Padre Pato y manifiesta en uno de los cuarteles de su
escudo representativo.
Por su parte, Pablo VI est considerado como el Papa que abre la posibilidad de la
reunificacin de la Iglesia. En su esfuerzo por extender las relaciones del Vaticano a los
catlicos de fuera de Europa, viaj a Estados Unidos en 1965, a Colombia en 1968, a
Uganda en 1969 y a varios pases asiticos, entre ellos Filipinas, en 1970. En 1966 se
entrevist con la cabeza de la Iglesia anglicana, Arthur Michael Ramsey, entonces
arzobispo de Canterbury y en 1973 con Shenouda III, patriarca de Alejandra y cabeza de la
Iglesia ortodoxa copta. No slo fue el primer papa que realizaba estos encuentros y viajaba
a una zona concreta, sino tambin el primer mandatario de la Iglesia en llevar a cabo
semejante acercamiento sistemtico con otros grupos cristianos.
Pablo VI sera el que recibira a Monseor Quesada para definir su sucesin. El
Primer Obispo de Acapulco deba presentar, a consideracin del Santo Padre, los
currculums de varios sacerdotes con mritos suficientes y probados para recibir la enorme
responsabilidad del obispado.
Sin embargo, Monseor Quesada se present ante Pablo VI con un slo expediente,
el del Padre Pato, a quien el Papa conoca de cuando era Subsecretario de la Santa Sede y
saba bien de su trayectoria.
Sin ms, la autorizacin fue expresa. Monseor Jos Pilar Quesada ya tena sucesor.
-Yo ya lo saba, y consideraba que se lo mereca, dice el Padre Blandino Brcenas,
para entonces Ecnomo de la Dicesis con Monseor Quesada al ser entrevistado, El Padre
Bello era un hombre recto, muy responsable, y sobre todo muy preparado. Su paso por las
Universidades de Comillas, San Sulpicio y la Gregoriana le formaron esplendorosamente.
Ajeno a todo, el Padre Pato continuaba su labor al frente de la Parroquia de La
Sagrada Familia.

EL EPISCOPADO
Episcopado, en griego, quiere decir supervisor, y se aplica tanto a la labor del Obispo
como a la asamblea de obispos, sucesores en lnea directa de los apstoles. Cada obispo
tiene a su cargo una dicesis, es decir, un territorio, en el que es la cabeza de la Iglesia.
Cuenta con poder de jurisdiccin en su dicesis, donde tiene, asimismo, la obligacin de
colaborar en la santificacin del pueblo cristiano, de ensearle y gobernarle.
Estos poderes se ejercen en comunin con los dems obispos y con el sumo pontfice,
al que visita cada cierto tiempo para darle cuenta de la situacin de su dicesis -la visita se
llama ad limina, y se hace cada cinco aos-.
El obispo es, entonces, el gobernador eclesistico supremo de la dicesis que preside.
Es responsable del bienestar espiritual de todos los creyentes, tanto del clero como de los
laicos, y del gobierno de todas las instituciones eclesisticas dentro de la dicesis. Tiene el
poder de ordenar obispos, sacerdotes y diconos, y en el rito occidental de la Iglesia
catlica apostlica romana, es el ministro normal del sacramento de la confirmacin.
Existe una cierta jerarqua dentro de los obispos. Un arzobispo o metropolitano es un
prelado a cargo de varias dicesis que han sido agrupadas en una unidad llamada
arquidicesis.
Un obispo residencial est a cargo de la dicesis. Si esta dicesis pertenece a una
arquidicesis, se hace referencia a l tambin como obispo sufragneo. El sufragneo tiene
plena autoridad eclesistica dentro de su dicesis, pero est en estrecha relacin con el
arzobispado en asuntos interdiocesanos.
Los obispos auxiliares se convierten, a menudo, en titulares de las dicesis en que han
trabajado.
En el rito occidental y oriental de la Iglesia catlica apostlica romana, un obispo es
elegido por el Papa.
As las cosas, la tarde del 14 de febrero de 1974, el Padre Pato fue citado a las
oficinas de la dicesis junto con los dems sacerdotes que la conformaban en ese momento.
La reunin, era convocada por Su Excelencia, Don Jos Pilar Quesada, Primer Obispo de
Acapulco.
Tras una corta espera, el presbiterado acapulqueo pudo conocer el motivo de la
reunin: el Padre Pato, uno de los sacerdotes mejor preparados, ms responsables y
activos, de los ms estimados por la feligresa, sera elevado al rango de Obispo Auxiliar de
la Dicesis de Acapulco!
El contento fue general. An entre los sacerdotes, el Padre Pato, era un hombre muy
querido y respetado. Su nombramiento no caus sorpresa en lo que a la seleccin se refiere.
Fue consagrado hasta el 25 de marzo, onomstico de su seora madre, y eligi como
divisa de su episcopado Evangelizare Pauperibus, es decir, evangelizar a los pobres.
El nombramiento de un Obispo Auxiliar bien puede considerarse, en trminos laicos,
como el lapso en el cual el Obispo residencial le informa y pone al corriente sobre los

asuntos de la Dicesis, preparndole en el manejo de esta para, al final de cuentas, hacer


entrega del mando -u obligacin- con la elevacin del Auxiliar a Residencial.
El recin nombrado Monseor debi ir a vivir al Seminario de nueva cuenta y, Doa
Luz, fue recibida con beneplcito y entusiasmo por su familia en la casita de Av. de Las
Playas.
La Dicesis de Acapulco, creada en 1958 como ya vimos, haba crecido
considerablemente en esos 16 aos de existencia, pero tambin haba sido ya totalmente
organizada. La presencia de un hombre como Monseor Jos Pilar Quesada Valds haba
sido la mejor garanta.
De padres sencillos y profundamente cristianos, Jos del Pilar nace en el Rancho
Acaspol, cercano a Totatiche, Jal., el 12 de octubre de 1900, hijo legtimo de Tiburcio
Quesada y Teresa Valds.
Bautizado en su momento, un ao despus es confirmado y hace su Primera
Comunin a los ocho aos.
Pas su niez al lado de sus padres en las labores del campo ah, en su propio pueblo,
de donde pasa a la Escuela Parroquial de Totatiche y, posteriormente, a los Seminarios
Auxiliares de Colotln y Totatiche.
A los diecinueve aos lo encontramos ya en el Seminario Conciliar de San Jos de
Guadalajara, donde estudia dos aos de Teologa.
De 1921 a 1926 alcanza una licenciatura y dos doctorados en la Universidad
Gregoriana de Roma, destacndose como uno de los alumnos ms distinguidos del Colegio
Po Latino.
Ah mismo, en la Ciudad Eterna, es ordenado Sacerdote el 21 de diciembre de 1923,
regresando a Mxico en julio de 1926 en plena persecucin religiosa.
Vicario primero, Prroco despus, es preconizado Primer Obispo de Acapulco el 18
de diciembre de 1958, consagrado el 25 de enero del ao siguiente.
Llev una vida sacrificada y sencilla, anota el Padre Blandino Brcenas en uno de sus
escritos. Gobern su Dicesis con mano bondadosa por espacio de 17 aos. Se le acept su
renuncia el 2 de junio de 1976.
Vuelto a su tierra, muri en olor de santidad el 25 de noviembre de 1985. Fue
sepultado en la Parroquia de Nuestra Seora del Rosario de Totatiche, al pie del altar del
Sagrado Corazn.
Aos adelante -el 25 de enero de 1996- se constituy el Tribunal que trabajara por su
Causa de Canonizacin.
Lenta, pero firmemente, Monseor Bello se enter de todas y cada una de las
necesidades y cualidades de la Dicesis. Conform su propia visin y prepar lo necesario
para substituir al querido Obispo.
Estaba plenamente consciente de la inmensa responsabilidad que significaba asumir
esa tarea, pero confiaba plenamente en el ejemplo del Santo Cura de Ars, y la gua del
Santo Cristo y la siempre Virgen Mara, inspiradores eternos del ahora agobiado Obispo
Auxiliar.
A ms de cumplir con las responsabilidades propias de su posicin, que incluan
acompaar y respaldar el trabajo pastoral de Monseor Quesada, escudriaba archivos y
estudiaba antecedentes a fin de conocer cada rincn, cada suceso, cada accin realizada
hasta ese momento, no con un afn de crtica o sancin, sino por el contrario, con el ms

firme deseo de continuar la trayectoria impresa por su Obispo Residencial, adecuarla a los
tiempos que le tocaran, y poder llevar la palabra de Dios y su consuelo al ltimo rincn de
su Dicesis y al ms pequeo de su feligreses.
De tal suerte, la colaboracin ms directa con su Obispo fue aligerarle la carga,
principalmente, de las Visitas Pastorales. Su relacin era, a ms de la natural entre prelados,
de un respeto y admiracin profundos pues Monseor Quesada era un hombre muy
bondadoso, un santo.
Cada una de las regiones que abarcaba la dicesis de Acapulco fueron visitadas por
Monseor Bello Ruz. Su labor pastoral, en concordancia con aquella divisa que eligiera:
Evangelizar a los Pobres, se dirigi precisamente -sin olvidar al resto de su feligresa- a las
clases marginadas. Las dos costas: Costa Chica y Costa Grande, dependientes de su
jurisdiccin, le vieron llegar con la misma humildad que cuando arribara a Tecpan para su
CantaMisa.
Para cada comunidad tena una palabra de aliento y un consejo pronto. Para sus
vicarios, prrocos y sacerdotes, el apoyo moral y espiritual necesario.
En la Costa Grande, donde ya haba probado las mieles del cario recin ordenado,
extendi su mensaje de concordia y mesura, dado que esa zona era cuna de los
movimientos de inconformidad social. Su exhorto de paz debi haber sido escuchado, pues
la calma regres por muchos aos a la Sierra Suriana.
Ah, rindi homenaje al Padre Jess de Petatln, advocacin cristera que veneran con
fervor no slo los costeos, sino infinidad de almas mexicanas que llegan desde muy lejos
para pedir o agradecer favores.
Pero la mejor comunicacin que logr, el lugar en donde cario y afecto hermanaron
las almas de pastor y rebao sin precedente, fue en la llamada zona negra de Costa Chica
cuyo corazn se encuentra en Cuajinicuilapa.
Ah, las comunidades enteras salan a recibirle. El grito de Monseor, Monseor, ya
viene Monseor Bello! anunciaba su llegada alborotando lo mismo a ancianos que a nios,
que se arrebolaban en su rededor tan slo para tocarle.
El carisma del Obispo Auxiliar era innegable. Su siempre sabia palabra y cario no
eran materia de propaganda o publicidad, eran pura y llanamente una realidad que ganaba
corazones a puos.
Hasta la fecha, Monseor Bello Ruz se estremece cuando habla del tema y le llama
con orgullo Mi Africa chiquita.
Caracterstica de ese afecto que sienten hasta la fecha sus feligreses es que slo para
las grandes ocasiones es Monseor Rafael Bello Ruz, en el trato cotidiano, el Seor Obispo
sigue siendo para todos el Padre Pato, su sacerdote, su Obispo, su amigo y consejero.
Dentro de ese regocijo espiritual que experimentaba al trmino de cada jornada, Pato
no poda olvidar a Na a quien, ya grave, anunciara que le consagraran Obispo, causndole
gran alegra en su lecho de sufrimiento. Sin embargo, no alcanz a verle consagrado. Muri
poco antes para alcanzar a Don Calixto y a Llalla.

As corri el ao y se llegaba 1975, de suma importancia para Monseor Bello Ruz


pues, a ms de terminar con el procedimiento de adaptacin, sera el 25 aniversario de su
ordenacin como Sacerdote.
Varios festejos se programaron con toda antelacin. Sus recorridos por las costas se
volvieron, en s mismos, homenajes a sus bodas de plata como presbtero. Nuevamente el
fervor se desbord. A tal grado lleg, que durante una de sus visitas a la Costa Grande, por
su tierra, una viejecita, Doa Chica Piedra, se le acerc y le peda fervientemente: crame,
crame! Y Monseor le contestaba lastimeramente: Yo no te puedo curar... no puedo curar
fsicamente... pero s con mi oracin!
El suceso bien puede tomarse como fanatismo por aquellos que no encuentran la
bondad divina en todos y cada uno de sus actos, pero no es otra cosa que la muestra
palpable de la intensidad con que la feligresa amaba a su Padre Pato, a su Obispo. Creer
que tena los mismos dotes que Cristo no era fanatismo, era devocin. Ya exudaba, sin
sentirlo o saberlo, olor de santidad l tambin.
En ese recorrido, al llegar a Tecpan, la familia Muiz tuvo un detalle de profunda
significacin que remont a Monseor Bello Ruz a su ms tierna infancia. Era la poca de
la persecucin cristera, as que no haba iglesias abiertas ni culto. Las misas se hacan a
escondidas y en casas particulares.
El pap de Pepe Muiz, tan nombrado en este relato, tena una casa muy grande,
propia de su condicin del rico del pueblo. Ahi, anunciaron que se bautizaran a varios
nios: Pepe Muiz, Conchita Abarca y Pato.
Los Muiz tena muchos objetos de porcelana fina, y la esposa de Don Luis ofreci
un servicio de palangana y jarra de muy alta calidad para el oficio que se preparaba.
Ahora, en estas bodas de plata de su sacerdocio, la propia familia Muiz haba
decidido regalarle a Monseor Bello aquella jarra y su tineta con la que le bautizaran y que,
como recuerdo del da, guardara celosa la Sra. Muiz.
El ahora histrico y hermoso regalo, luce en un bello piln de madera de cedro, en la
casa de los Bello en Tecpan.
Como acto muy especial, Monseor Rafael Bello Ruz haba sido invitado por el Papa
Pablo VI para concelebrar con l, y un grupo de sacerdotes llegados de todos los rincones
del mundo que cumplan igualmente sus 25 aos de ordenacin, una misa especial en la
Baslica de San Pedro, en Roma, en el Vaticano, lo que no slo le llen de satisfaccin sino
de dicha y contento. La fecha se significaba an ms porque con ella Su Santidad exaltara
la figura del apstol San Pedro, primero entre los doce, y de San Pablo, el apstol por
excelencia. Adems, ese ao, por ser Ao Santo, se abrira la Puerta Santa de la Baslica de
San Pedro, que slo se abre cada 25 aos, concediendo el perdn a todo aquel que le
cruzare.
Habra que programar el viaje, pero... la falta de dinero era el principal obstculo. Sin
embargo, ya se vera... Dios proveer!
Creo que cabe aqu hacer una nueva aclaracin. La situacin econmica del Padre
Pato no fue nunca bonancible, pero tampoco de miseria. Puedo equiparar la condicin ma
que, como escritor, vivo a nivel de clase media pero no tengo disponibilidad como para
realizar un viaje en el momento en que se disponga o necesite. Como toda clase media, se
vive con desahogo, cubriendo lo necesario, pero cualquier gasto extra motiva el ahorro
previo, o las acciones complementarias. Incluso, como Obispo, cambiara acaso su dignidad

de religioso, pero no su condicin econmica. Y es que muchos tienen la idea de que un


Obispo o Arzobispo goza de las mieles de la bonanza... y no siempre es as.
As pues, pensando en la posibilidad de aprovechar el viaje y el corto tiempo que le
quedaba de cierta libertad para visitar Tierra Santa, una de sus mayores aspiraciones no
alcanzada an, comenz a recabar informacin con la fe en alto de que, a pesar de la
raqutica economa, Dios extendera su largo brazo para llevarle a ese evento
extraordinario... y quiz a visitar su terruo.
Tras consultar algunas agencias de viajes sobre tarifas, tiempos y distancias, en una
de ellas, la encargada le hizo una propuesta excepcional:
-Monseor... si usted forma un grupo de peregrinos a Tierra Santa... nosotros
pagamos sus gastos de viaje!
Nuevamente se mostraban los extraos caminos del Seor!
Por parte de Catedral se colocaron algunos anuncios en los peridicos en que se
sealaba que Monseor llevara el viaje y se difundieron spots por la radio, con su propia
voz, promocionando la peregrinacin a Roma y Tierra Santa.
A punto de vencerse el plazo que les permitira cumplir con las fechas marcadas,
principalmente la de la concelebracin, una maana le dijo a Lita:
-Lita... me voy a Tecpan... veremos si completo las veinte personas que necesito para
ir a Roma y Tierra Santa...!
-No olvides a la primera que se anot, dijo alegre su hermana.
-Quin?
-Yo... quin ms ha de ser... pues la Seorita Altagracia Aragn, la qumica con quien
trabajaba, ya le haba ofrecido pagarle el viaje a ella.
-Gracias Lita... gracias...
-Anda hermano... ve a Tecpan que el Seor te ha de ayudar.... te lo mereces...
En su pueblo, mand llamar a uno de sus ms viejos amigos amigos, Don Marcial
Ros, el poeta, y le dijo:
-Mira Marcial, ve y jntame a todos los tecpanecos que tengan posibilidades
econmicas... les voy a proponer una peregrinacin...
Ni tardo ni perezoso, Don Marcial recorri los domicilios de aquellos que esperaba
respondieran y, en un par de horas, el lugar de reunin estaba prcticamente abarrotado.
La elocuencia con que Monseor Bello expuso a sus coterrneos la idea de hacer un
recorrido por los santos lugares y acompaarle a la Misa concelebrada con el Santo Padre,
dio un resultado ms que magnfico: ms de una decena de ellos acept de inmediato.
Entusiasmado, sali para Petatln de donde se trajo a otros tres prospectos.
Al retornar al puerto las noticias eran alentadoras. Ya se haban anotado varios ms.
Acompaara a Monseor Bello, entre otros, el Padre Jess Corts, prroco de la
iglesia de Nuestra Seora del Carmen en el puerto, que cumpla tambin 25 aos de
presbiterado, el Padre Miguelito Domnguez, de La Sabana; el Padre Arnulfo Pineda, de
Catedral, y la religiosa Margarita Castro. De Tecpan, asistieron Oralia Gmez, Ofelia
Nuez, Antonio Len y su esposa Jesusita, la Chata Lpez y Guadalupe e Irene Ove; de
Petatln, donde tambin lleg a invitarles, iban Don Agustn Galeana, su esposa Lupita, y
su hermana Petrita. De Acapulco, pero tecpanecos, se sumaron Elfega Snchez y su
hermana Luz Mara, Carmelita Soberanis, Doa Domitila, Juanito Barajas y su mam,

Sabino Galindres y Petrita, la de Santa Cruz, la Maestra Glafira Sustegui y, obviamente,


Lita, Margarita Bello Ruz, hermana de Monseor.
El 29 de Junio, todos estaban a las plantas del altar mayor de la Baslica de San
Pedro. Pablo VI daba la bendicin papal a cientos de sacerdotes de todo el orbe por sus 25
aos de sacerdocio, y ordenaba a un numeroso grupo de Diconos igualmente llegados de
todos los rincones del mundo.
La ceremonia fue imponente, e imborrable no slo para Monseor Bello y el Padre
Corts, sino para todos y cada uno de los peregrinos que les acompaaron desde esta
entidad suriana.
Unos cuantos das despus, Obispo, sacerdotes y peregrinos, eran bendecidos por Su
Santidad en una audiencia pblica que rematara con otra privada en la que el Pontfice
recibira a los sacerdotes que, de forma muy especial y entregndole tres monedas con las
fechas conmemorativas del nacimiento, consagracin episcopal y coronacin papal,
agradecieron al Sumo Pontfice su cario por Mxico y muy especialmente por Acapulco.
Ya en lneas anteriores hemos comentado varias veces el don de la narrativa que tiene
Monseor Rafael Bello Ruz y, con el fin de guardar un recuerdo ms fiel de aquel viaje de
peregrinacin, nos permitiremos con su explcita aprobacin reproducir ntegramente la
narracin que de l hiciera, publicada en el Diario Novedades de Acapulco.

EL VIEJO MUNDO
Y TIERRA SANTA
La primera publicacin sobre el viaje, Monseor Bello la titula El Viejo Mundo, y
empieza narrando:
-Accediendo a la invitacin de varios amigos voy a contar a los lectores de
Novedades de Acapulco, mis impresiones del viaje que hice al Viejo Mundo acompaado
de un alegre grupo de diocesanos.
Nuestro itinerario comprendi siete pases y dur cuarenta das. Pero se necesitaran
mil ojos para contemplar tantas maravillas y sorpresas que se sucedan a lo largo del
camino.
Salimos de Mxico el da 6 de junio a las 2 de la tarde en un enorme jet de
Aeronaves. Comodidad de saln, atencin exquisita y sobre todo velocidad fantstica. De
Mxico a Miami dos horas y media. De all a Madrid ocho horas, siguiendo la ruta del sol
que muy poco tiempo dej de iluminarnos.
De pronto, ante nuestra mirada escrutadora, apareci Madrid, la bella metrpoli
capital de Espaa. Sus edificios de ladrillos rojos, sus balcones cuajados de flores y su
gente amable y laboriosa. Era el principio de nuestra memorable excursin.
Sin dar tiempo al descanso nos lanzamos a la calle, siguiendo cada quien sus
aficiones particulares. Unos, encabezados por el gastrnomo Sabino Galindres prefirieron

visitar el restaurante Cuchilleros en el Viejo Madrid, para gustar gambas a la plancha y


lechn salpicado con vinillo de Valdepeas.
Los de Tecpan, se fueron de compras a las Galeras Preciado y a El Corte Ingls. El
grupo de Carmelita Soberanis, con sensibilidad y gusto esttico, gust mejor de la visita al
Museo del Prado para extasiarse con la contemplacin de los originales de Velzquez, de
Goya, de Murillo y del Greco.
Pero nadie dej de visitar los lugares tpicos de la Villa del Oso y del Madroo. La
Plaza de Espaa con su gentil monumento a D. Quijote y a Sancho Panza. La Puerta del
Sol y La Cibeles, arrastrando su carro sobre las aguas cristalinas de la fuente. El Parque
del Retiro con su mgica combinacin del lago y de las flores.
La excursin de un da nos pareci fugaz a Toledo, El Escorial y al Valle de los
Cados.
Toledo. Unica por su portentoso y milenario conjunto histrico artstico-religioso, en
el que palpita el recuerdo de la soberana grandeza de Espaa.
La puerta principal de la muralla ostenta un escudo con el guila bicfala de los
Austrias, porque la ciudad fue mansin predilecta de Carlos V. El recinto urbano encierra
tesoros del arte musulmn, romano, gtico y renacentista. Su Catedral es un verdadero
museo de arquitectura, pintura y escultura; de orfebrera y vidriera; de tejidos y bordados
gobelinos. Admirable conjunto de todas las manifestaciones de las Bellas Artes.
El Real Monasterio de El Escorial fue fundado en un solitario y maravilloso valle por
el austero monarca Felipe II. Descuella en l la majestuosa Baslica de San Lorenzo,
edificada en recuerdo de una famosa batalla en la que Francia sali derrotada por los
aguerridos Tercios Espaoles. Impresionante el Panten de Los Reyes, esculpidos en
actitud orante. La riqusima biblioteca con versiones de la Biblia en letras de oro;
policromadas paredes en contraste con la humilde habitacin del ms poderoso Rey en
cuyos dominios no se pona jams el sol.
El Valle de los Cados. Con esta imponente obra el Caudillo de Espaa, a la par que
Felipe II, se inmortaliz. Este monumento nacional fue construido para dar descanso a los
cados en la guerra civil espaola. Domina el esplendoroso valle una Cruz de 150 metros
de altura. La Cripta-Baslica horadada en la montaa ptrea mide 300 metros de longitud
y hubieron de ser excavados 400 millones de metros cbicos de roca.
Formando parte integrante de esta colosal obra hay un monasterio benedictino, una
hospedera y una Academia de Ciencias Sociales.
Una cosa se siente por todas partes en la Espaa actual: orden, alta moral, cultura,
progreso intenso. Las gentes trabajan, se divierten, comen estupendamente bien; pero
como en todas partes, no faltan los descontentos.
La segunda parte de la narrativa de Monseor Bello, titulada En un lugar de La
Mancha, se publicaba en el mismo diario el da 21 de julio de 1975.
-El da 11 de junio, al despuntar la maana, salimos los guerrerenses en cmodo
autocar hacia Sevilla, tpica ciudad espaola, todo salero y fantasa.
Recios caminos los de La Mancha, que recorri el noble hidalgo Don Quijote y su
escudero Sancho Panza. Esta regin y la de Extremadura, tierra de los conquistadores
Corts y Pizarro, son los extremos ms duros de Espaa en cuanto a fertilidad y en el
paisaje.

Hace 25 aos contempl estas campias empobrecidas y atrasadas. Ahora, gracias a


la tcnica agrcola y a un moderno sistema de regado, estos campos se ven sembrados de
trigo, de olivos y de girasoles por miles de kilmetros. Por toda la estela castellana
florecen ahora las fbricas, se construyen unidades habitacionales, escuelas e iglesias, la
cultura se extiende y se cristianiza el ambiente.
De pronto, en el horizonte andaluz se destaca La Giralda, el mejor smbolo de toda
Sevilla. Su altura, belleza arquitectnica y solidez de roca, nos reclaman respeto y
admiracin para aquellos arquitectos moros que la construyeron como minarete para que,
desde sus balcones, el muezn anunciara a los fieles del profeta la direccin a La Meca, y
el tiempo de la oracin. Ahora es la torre de la Catedral y sostiene las campanas que
regalaron los Reyes Catlicos Fernando e Isabel. Su sonoridad argentina resuena por toda
la ciudad con una acstica perfecta, como si el murmullo viniera del cielo.
Atravesando la Catedral, visitamos El Alczar, verdadero relicario del arte arbigo.
Nuestra inteligente gua, Mara Luisa, nos explic la historia. Los rabes estuvieron en
Sevilla siete siglos. Levantaron el palacio, la ciudad y la muralla. Vino despus la
reconquista de los Reyes Catlicos y se construyeron nuevas y deslumbrantes alas. En una
de ellas Carlos V se despos con una princesa portuguesa, y sola administrar justicia
Felipe II.
Rodean el Alczar una serie de fuentes y bosquecillos de naranjos que seducen.
El barrio de Santa Cruz es como el corazn de Sevilla. Sus calles son como las de
nuestro Guanajuato, su comercio artstico con patios floridos y mesas pequeas para
tomar manzanilla. Por la noche, con faroles a media luz, en un centro de bailables
flamencos, el colorido zapateado y msica quejumbrosa y gitana.
La visita a La Macarena es obligada. La virgen patrona de los toreros que el barrio
de Triana guarda como un relicario de oro. Ante sus penetrantes ojos, concelebramos misa
los sacerdotes Pineda, Corts, Domnguez y un servidor. Nuestro peregrinos, y feligreses
sevillanos, entonaron cnticos religiosos hermanando corazones. Despus subimos al
camarn de la portentosa imagen, para admirar sus joyas recamadas de amatistas y
diamantes, sus amplias vestiduras bordadas de perlas y esmeraldas, exvotos,
condecoraciones, trofeos de toreros, regalos de potentados y de humildes devotos.
Fuimos informados que el santuario sostiene, con sus rentas, numerosas obras
sociales y de asistencia pblica. La administracin de los dineros est confiada a una
hermandad de laicos y cada ao rinde fiel cuenta de la administracin al cabildo y al
pueblo.
La tercera entrega de Monseor Bello es titulada La Ciudad Eterna, y cuenta:
-Desde Florencia, a cuatro horas de autobs y a travs de la hermosa campia
italiana, con el corazn exultante y cantando himnos de fe, los peregrinos de Acapulco nos
bamos acercando a Roma, la ciudad inmortal de los Csares y de los Papas.
Ciudad tres veces milenaria, por donde los genios de ayer y de hoy han pasado
dejando su huella perdurable en mrmoles, en pinturas maravillosas y en manuscritos
venerables.
Dedicamos la maana del 29 de junio para ganar el Jubileo del Ao Santo,
recorriendo con espritu penitencial las cuatro Baslicas Mayores: San Pedro, San Pablo,
San Juan de Letrn y Santa Mara la Mayor.

La Baslica de San Pedro es colosal, pero tan proporcionada que todo inspira
equilibrio. Mide 163 metros de largo y est coronada por la cpula de Miguel Angel que es
un portento de armona y belleza. Su increble base ostenta en letras de oro las palabras
que Cristo dijo a un pescador en el mar de Galilea: T eres Pedro y sobre esta piedra
edificar mi Iglesia.
Adjunto a las habitaciones del Papa est la Biblioteca Vaticana, la ms completa de
Europa, que guarda en sus estantes de maderas preciosas, originales y copias antiqusimas
de Cicern, Virgilio, Horacio, Csar, Homero, Herodoto, Aristteles, Platn, la Ciudad de
Dios de San Agustn, la Divina Comedia del Dante Alighieri, un Cdice con jeroglficos
mexicanos, etc.
En un piso inferior est el Museo Vaticano, el ms famoso y grande del mundo, que
ofrece tesoros histricos y artsticos como no los tiene ningn otro museo.
Aqu se encuentran pinturas originales de Leonardo Da Vinci, Boticelli, Beato
Anglico, Tintoreto, Perugino, Rafael Sanzio y otros artistas.
Y qu decir de la Capillo Sixtina, en cuya bveda pint Miguel Angel sus frescos
inmortales, demostrando en su Historia de la Salvacin y en su Juicio Final, su genio
incomparable. Aqu sobran los comentarios. Slo hay lugar para la contemplacin de la
belleza.
El Papa Sixto IV mand construir esta capilla palatina y la dedic a la Asuncin de
la Virgen Mara en el siglo XV. En la actualidad la Sixtina sirve de aula para los
consistorios y para la eleccin del Papa.
Nuestra capacidad de admiracin no se haba agotado an, y pasbamos en una sola
maana de maravilla en maravilla y de sorpresa en sorpresa. Contemplamos en silencio
profundo La Piedad de Miguel Angel, lmpidamente restaurada y protegida por un cristal
irrompible. La obra escultrica que realiz el artista florentino cuando tena 24 aos y de
la que dijo: ser la obra ms hermosa de mrmol que se encuentre en la Cristiandad y
que ningn maestro pueda igualar.
La Virgen llora sosteniendo en su regazo el cuerpo muerto de su Hijo. El rostro del
crucificado refleja serenidad y satisfaccin de haber realizado la Redencin del hombre.
Coronamos nuestra jornada con la visita a la Baslica de Santa Mara la Mayor. El
Santuario ms grande del mundo dedicado a Nuestra Seora en su advocacin de Salud
del Pueblo Romano. Los sacerdotes peregrinos celebramos Misa sobre el mismo altar en
que hace 52 aos celebr por primera vez nuestro Prelado el Excmo. Sr. D. Jos Pilar
Quesada Valds y, por coincidencia agradable, dos de nosotros celebramos ese da nuestro
XXV aniversario de ordenacin sacerdotal.
El domingo 3 de agosto, Monseor Rafael Bello Ruz daba cuenta, en el Novedades
de Acapulco, de lo sucedido durante La Audiencia Pontificia.
-Al atardecer del da mircoles 2 de julio nos dirigimos a la Plaza de San Pedro en el
autobs urbano No. 64. Miles de gentes acudan presurosas para ver y escuchar en
audiencia pblica al Santo Padre.
Previamente habamos obtenido boletos de primera fila que nos permitieron estar
cmodamente sentados a 20 metros del Papa. Los guardias suizos, con sus uniformes de
gala diseados por Miguel Angel, cuidaban el orden y de que nadie ocupara lugares
ajenos.

Era imponente la visin de la columnata de Bernini que abrazaba a ms de cien mil


gentes, venidas de todos los rincones de la tierra, para testimoniar su fidelidad al Vicario
de Cristo.
A las 7 en punto apareci el Papa de pie, en un jeep Toyota, y comenz a recorrer en
zigzag la enorme plaza que estall en aplausos y gritos de jbilo. Visiblemente emocionado
imparta bendiciones, sonrisas y bondad a todos los peregrinos congregados.
Ayudado por dos gentiles hombres descendi del vehculo y, con pasos lentos, lleg a
un sencillo trono aderezado frente a la estatua de Jesucristo y de los Apstoles que
dominan el frontispicio de la Baslica de San Pedro.
Despus de hacer la seal de la cruz habl en italiano a una numerosa peregrinacin
de sicilianos que venan acompaados de sus obispos. Luego, en lenguaje fluido y elegante,
habl en francs a canadienses y franceses. Dirigi un breve saludo en ingls a los
americanos y a dos grupos de africanos procedentes de Nigeria y de Uganda. Tambin
habl en alemn a lituanos, daneses y alemanes del sector oriental. Finalmente, nos habl
en espaol y, al nombrar a la peregrinacin de Acapulco, nos pusimos de pie, aplaudimos
frenticamente y gritamos a todo pulmn: Viva el Papa!
Nos dirigi el siguiente saludo: Os agradecemos de corazn vuestra presencia aqu,
en la que vemos un testimonio de vuestra adhesin y afecto al Papa.
El mismo diario daba cuenta del relato titulado Las Catacumbas y el Coliseo:
-Las catacumbas y el Coliseo en Roma son dos nombres que estn ntimamente
ligados al recuerdo de los primeros mrtires del cristianismo.
Los viajeros de Acapulco visitamos estos lugares con gran inters el da 4 de julio.
Siguiendo la Va Apia descendimos a las Catacumbas de San Calixto. Unas galeras
subterrneas de 27 metros y 14 kilmetros de extensin.
En este lugar reposan los restos mortales de nueve Papas del siglo III. La entrada
est en un ameno jardn de pinos y rosales.
Un joven seminarista espaol condujo a nuestro grupo por un tnel excavado a uno y
otro lado de las tumbas. Nos explic que las catacumbas no fueron excavadas
precisamente para servir de lugar secreto de culto o de escondite para los cristianos
perseguidos. Las hicieron primordialmente para cementerio. Pero tambin es cierto que
las recmaras ms amplias llamadas arcosolios, se usaban como capillas para la
oracin comunitaria y para la celebracin de la Eucarista.
Todava se observan en las paredes inscripciones piadosas en latn y brillantes
pinturas al fresco representando la Ultima Cena, o bien smbolos de martirio, como una
palma. Los arquelogos han identificado algunas tumbas de mrtires por una M
mayscula que sola grabarse sobre la lpida o bien por frescos sellados y llenos de un
polvillo rojo que se supone sangre disecada.
Admiramos una hermosa escultura de mrmol blanqusimo, en la que el artista
Maderno represent a Santa Cecilia postrada despus de su martirio, y proclamando con
sus dedos al Dios Trino y Uno de los cristianos. Muy cerca de all y en la semioscuridad de
un nicho de mrtir concelebramos y meditamos en la clebre frase de Tertuliano: La
sangre de mrtires es semilla de cristianos.

Otro monumento impresionante de la antigua Roma es El Coliseo, que fue


transformado en iglesia durante muchos aos porque en su arena corri sangre de
mrtires.
Esta gigantesca edificacin tiene capacidad para 50 mil espectadores y sigue siendo
el mayor teatro del mundo. Aqu se organizaba para goce de la nobleza y del pueblo,
combates de gladiadores, escenas guerreras, cazas de fieras y, finalmente, la tortura y
ejecucin pblica de miles de cristianos.
Entre el Coliseo y el Foro Romano est el magnfico Arco del Triunfo del Emperador
Constantino, que conmemora la gran victoria que obtuvo contra los poderosos ejrcitos de
Majencio en el puente Milvio. Una tradicin cuenta que en la vspera de la batalla, el joven
emperador vio en sueos una cruz y oy una voz que le aseguraba una promesa: In hoc
signo vinces... con este signo vencers!
Lo cierto es que en el ao 313, en un clebre Edicto que dio en Miln, Constantino el
Grande dio libertad a la iglesia para que ejerciera en todo el Imperio Romano su accin
evangelizadora. Desde entonces las catacumbas se cerraron y los cristianos salieron al
amplio horizonte de la libertad.
Para el 10 de agosto apareca su artculo La Tierra Santa, en la que narra
primorosamente:
-Realizacin plena de un sueo largamente acariciado fue nuestra visita a Tierra
Santa. Tierra milenaria en la que se desarrollaron los acontecimientos salvficos narrados
en la Biblia.
Toda Palestina, pero sobre toda Jerusaln, tan repleta de conmovedores recuerdos,
sigue ejerciendo en el mundo tal fascinacin que, a pesar de su precaria paz, ha sido
visitada por un milln de peregrinos en lo que va del Ao Santo.
Esta muchedumbre constituye un verdadero mosaico de todas las razas y culturas
procedentes de los ms apartados confines. En nuestro hotel, National Palace, convivimos
con hindes, africanos y americanos. Algunos eran turistas y acudan por mera curiosidad.
Otros eran autnticos peregrinos, entre los cuales se contaban los nuestros de Acapulco,
que haban ahorrado durante aos para hacer este viaje.
Tres horas de vuelo empleamos de Roma a Tel Aviv en jet de Alitalia. A la altura de
Sicilia, una aeromoza comenz a repartir peridicos y, con sobresalto, lemos que los
fedayines haban perpetrado un atentado en Jerusaln, con saldo de varios muertos y
heridos. Adems, otros viajeros nos haban advertido que la revisin aduanera israel era
tan estricta que debera considerarse como un verdadero ultraje a las personas.
Cuando aterrizamos en el aeropuerto de Lod constatamos la realidad. El atentado
haba sido exagerado por la prensa y, en cuanto a la revisin, no fuimos molestado en lo
mnimo. -Y cmo no, si les dijeron que era una peregrinacin mexicana encabezada por
tres sacerdotes y un obispo!Tranquilamente seguimos en un autobs especial hacia la Ciudad Santa. Por una
supercarretera cruzamos bosques de pinos y de olivos, crecidos casi milagrosamente en
aquella tierra tan reseca y tan pobre. De pronto, divisamos la Ciudad y contemplamos
embelesados sus blancas murallas; pero no entramos sino que seguimos de paso hacia
Beln.

Jams olvidaremos aquella tarde del 5 de julio en que de rodillas besamos la roca de
la gruta en donde se cree naci el Salvador del mundo. Sumidos en un profundo silencio
tuvimos la concelebracin ms ferviente.
Al da siguiente hicimos un recorrido por la ciudad de Jerusaln, comenzando por el
Muro de las Lamentaciones. Este muro de piedras ciclpeas forma los cimientos del
Templo de Salomn. All, hombres y mujeres israelitas con la cabeza cubierta besan las
piedras y recitan salmos, llorando las desventuras del Pueblo Escogido.
Despus recorrimos la Va Dolorosa, siguiendo los mismos pasos de Jesucristo...
Unas lpidas sealan las 14 estaciones del Va Crucis, terminando la ltima en la Iglesia
del Santo Sepulcro.
Impresin indescriptible en el lugar del Calvario, donde Cristo expir, donde dio a
los hombres a Mara por Madre Espiritual...
Anlogas impresiones en los dems lugares santos: el Huerto de Getseman, donde
Cristo agoniz. Ms arriba, el Dominus Flevit, donde llor al contemplar la ciudad
deicida. El Cenculo, en poder de musulmanes, donde celebr la Ultima Cena,
instituyendo la Eucarista y el Sacerdocio.
Pero Jerusaln no es tan slo un lugar santo para judos y cristianos; tambin los
musulmanes la veneran como la segunda ciudad santa despus de La Meca.
Constantemente acuden peregrinos a la Mezquita de Omar, de cpula dorada, y a la
llamada Al-Aqsa construida en la explanada del Templo en el siglo VIII. -Y a la que
ellos entraron para poder contemplar las huellas de Cristo salvador dejadas en su
asencin-.
Por esta razn resuenan en los lugares santos las palabras del salmista: Si me
olvidare de t, Jerusaln, que se me pegue la lengua al paladar.
El 17 de agosto apareca el ltimo de sus artculos sobre ese viaje con el encabezado:
Grecia.
-Procedentes de Tel Aviv llegamos a Atenas el 10 de julio, cuando el sol pareca
estallar sobre el blanco mrmol de la Acrpolis, la colina sagrada que es el corazn de
toda Grecia.
Apenas instalados en el cntrico hotel Asperia Palace, iniciamos una excursin a
travs del centro urbano, rodeando las murallas de la ciudadela, siguiendo luego hacia la
puerta de Adriano y el templo de Jpiter, para despus ascender a pie hasta el Agora,
rocoso promontorio en donde San Pablo habl a los atenienses de un Dios desconocido
y una doctrina nueva.
El panorama nos cautiv desde el primer momento. A nuestros pies se extenda la
moderna capital de Grecia, con sus dos millones de habitantes; a lo lejos, la colina
llamada Licabeto coronada por la iglesia de San Jorge; hacia el sur, el gran puerto del
Pireo, resguardado y profundo. En su baha se poda contemplar la mayor concentracin
de barcos jams vista en nuestra vida. Centenares de naves construidas o en reparacin
forman la flota de este pas, que se proyecta en el Mediterrneo a travs de mil cien islas,
lo cual ha determinado su secular vocacin naval y mercantil.
Pero la maravilla que asoma por todo el horizonte ateniense es la silueta
inconfundible del Partenn, el templo ms hermoso que han contemplado los siglos. Seis

mil visitantes lo admiran embelesados cada da. Arquitectos y escultores de todos los
confines estudian sus trazos tan simtricos y finos.
Nuestras guas Lily y Urania, verdaderas maestras de la historia griega, nos
explicaron que los edificios de la Acrpolis, cuyas gloriosas ruinas estbamos
contemplando, eran las ms importantes para la historia del arte y de la civilizacin
occidental. Dichos edificios eran: el Templo de Atenea Nike o la victoria sin alas, el
Erectein, santuario de Poseidn decorado con las Caritides o columnas en forma de
mujer; el Partenn y el Teatro Dionisos en donde contemplamos el espectculo, lleno de
gracia y colorido, de los antiguos bailes griegos.
Todo este incomparable conjunto arquitectnico fue construido gracias a la
iniciativa del gran general y hombre poltico ateniense Pericles. El emple para este fin a
los mejores arquitectos de su tiempo y consigui realizar estas magnficas construcciones
que, an hoy da, son la admiracin del mundo entero.
El constructor del Partenn fue el famoso arquitecto Calcrates y su decorador el
inmortal Fidias con un sinfin de artesanos annimos. En el ao 438 antes de Cristo el
templo fue terminado y dedicado al servicio del culto de Atenea, diosa protectora de la
ciudad, cuya estatua de bronce y marfil ocupaba el centro.
En el ao 630 de nuestra Era el Partenn fue transformado en iglesia cristiana con
el ttulo de Santa Sofa o Santa Sabidura, y la Acrpolis fue proclamada sede del
Arzobispo de Atenas. Por esta razn se conservan intactos los frisos y esculturas labradas
en los frontispicios. Lo mismo que el techo de madera artesonado y policromado. Pero en
1640, durante la guerra entre turcos y venecianos, una granada hizo estallar el polvorn
almacenado en el Partenn y el edificio fue destruido en gran parte. A pesar de todo,
conserva en sus columnas la majestad y grandeza de su primer esplendor.
Igualmente majestuosas e impresionantes son las ruinas de Corinto, ciudad en donde
vivi San Pablo y escribi dos famosas cartas; la antigua ciudad de Epidaurus, el centro
ms importante del culto a Esculapio, dios de la medicina; el Santuario de Delfos, situado
en escarpadas montaas, a donde acudan los griegos y jefes de Estado para consultar a
una sacerdotisa sobre la fortuna de sus empresas. Todos estos hermosos monumentos y
lugares histricos han quedado profundamente grabados en nuestra memoria, de tal
manera que mis compaeros de viaje pueden decir que estos cuarenta das estuvimos en la
Universidad del Viejo Mundo.
Verdadero colofn de nuestro viaje fue un crucero de todo un da por el Mar Egeo,
visitando las islas de Egina, Hydra y Poros de las playas serenas y seguras caletas;
salpicadas de casitas y de pueblecillos blancos y alegres, elegidos como residencias
veraniegas del turismo universal.
Ya en tierras mexicanas, el 28 de julio de 1975, uno de los viajeros, Sabino
Galindres, ofreci una comida a todo el grupo y especialmente al Obispo de la Dicesis El
Dr. Jos Pilar Quesada y a su auxiliar y gua del viaje el Obispo Rafael Bello Ruz.
Poco antes, asistieron a una Misa concelebrada a cargo de dos Obispos y siete
sacerdotes, teniendo como marco la Catedral de Nuestra Seora de la Soledad.
El Padre Cleofas Mendoza, de Tierra Caliente, fue el encargado de ofrecer el festejo a
nombre del anfitrin, resaltando la satisfaccin que Sabino -y muchos otros de los viajeros-

senta al haber podido realizar la ilusin largamente acariciada de conocer los lugares en
donde se forj la historia cristiana.
A su regreso, seguramente que Monseor Bello se encontr con un cmulo de
ocupaciones pues no volvi a escribir con todo y que le faltaron las reseas de algunos
otros lugares visitados por los peregrinos.
Es muy posible que Monseor Quesada le urgiera en lo que a la preparacin para la
recepcin de la Dicesis respecta pues, un ao despus, el 4 de junio de 1976, los medios
de comunicacin daban a conocer la nota: El Papa Paulo VI haba nombrado como Obispo
Residente -o titular- a Monseor Rafael Bello Ruz, el queridsimo Padre Pato.

UNA CARGA LLENA


DE RESPONSABILIDAD!
El Primer Obispo de Acapulco Monseor Jos Pilar Quesada Valds, junto con su
consideracin para Obispo Auxiliar del Padre Pato, presentaba una consideracin ms ante
el Santo Padre dos aos atrs: su renuncia como Obispo Diocesano.
De tal suerte, cuando el grupo de peregrinos estuvo ante Pablo VI, el Sumo Pontfice
bien saba ya que aquel Obispo fiel que tena enfrente sera el nuevo prelado acapulqueo.
La renuncia, presentada a punto de cumplir los setenta y cinco aos de edad, acataba
una disposicin surgida del Concilio Vaticano II, an no incorporada al Derecho Cannico.
Cuarenta y nueve aos cumpla el nuevo Obispo Diocesano que declaraba a don
Rafael Castrejn, uno de los ms destacados periodistas que ha dado el puerto:
-No me ha llenado de alegra; por el contrario, tengo temor de tomar sobre m, una
carga tan llena de responsabilidades.
Y vaya que saba a lo que se enfrentaba! La evangelizacin de casi un milln de
personas que se escondan entre las palmeras desde Cuajinicuilapa hasta Petatln. La
promocin de los valores cristianos que configuraran la vida con la fe. La pacificacin de
su sierra. Y, a todo esto, deba enfrentarse con tan solo cincuenta y ocho sacerdotes, cien
religiosas y algunos laicos comprometidos dentro de los cursillistas, el Club Serra, y los
movimientos cristianos familiar y juvenil.
Tres puntos fundamentales le inquietaban: mayor atencin a la juventud, promocin
del laicado adulto y las vocaciones sacerdotales.
-S que voy a sufrir en esta nueva misin que el Papa me ha encomendado, deca a
Castrejn, agregando despus: se requiere en Acapulco y en sus costas un sistema nervioso
muy equilibrado, adems de la fortaleza y la paciencia cristianas.
Cuando le cuestionaron sobre su plan de trabajo, Monseor Bello contest: ...desde
ahora puedo decir que el programa de mi vida personal se sintetiza en dos palabras:
pobreza y caridad. Es decir, conciencia de la radical dependencia del hombre en relacin
con Dios que se traduce en oracin, en sencillez, apertura, sinceridad, deseo constante de
renovacin y de conversin. Por otra parte, s que en un pastor lo principal es la
comprensin y la estima de los diocesanos; ser entregado al trabajo, tener un corazn
sensible, saber entender a todos, e identificarse con ellos. Ser amigo.

Ya lo era. Ya era todo eso que deca se necesitaba para ser un buen pastor. Su entrega
pastoral precisamente en las dos costas y la reciprocidad del cario demostrado por sus
feligreses lo confirmaba.
Por su parte, Monseor Quesada sealaba al propio Castrejn:
-La Iglesia, como dijo Po VII, espera una nueva primavera que, a mi parecer, ya se
ha iniciado.
El 29 de junio se realizaba la ceremonia en el entorno de una Misa concelebrada en la
Catedral de La Soledad, donde el Delegado Apostlico en Mxico Monseor Mario Po
Gaspari hizo entrega del Bculo simblico de su mandato pastoral, ante la presencia del
Obispo saliente, Monseor Jos Pilar Quesada Valds, los Obispos de: Chilapa, Don Fidel
Corts Prez; de Cuernavaca, Don Sergio Mendez Arceo; de Quertaro, Don Alfonso Toriz
Cobin; de Ciudad Altamirano, Don Manuel Samaniego; de Tulancingo, Don Esa Robles
Jimnez, sacerdotes, religiosas y cientos de catlicos que se apiaron en el templo junto con
su familia.
En su homila, publicada completa el 8 de agosto en el prestigiado e influyente
peridico italiano LOsservatore Romano, en su edicin semanal en lengua espaola,
seal a su feligresa:
Qu significa que uno de entre ustedes haya sido incorporado al Colegio Episcopal
y que ahora reciba en encomienda una porcin de la Iglesia? No otra cosa sino la
continuacin de aquel gesto que hicieron los apstoles al agregar a Matas a su grupo.
Cristo instituy un Colegio Apostlico y puso al frente de l a Pedro. El Episcopado,
con el Papa a la cabeza, es sucesor de este Colegio. Por eso el Concilio Vaticano II ensea
que los Obispos, por institucin divina, son sucesores de los apstoles. Por tanto, quien a
ellos escucha a Cristo escucha, y quien a ellos desprecia a Cristo desprecia. Sin embargo,
la iglesia en sus ministros rehuye toda pretensin de poder y ostentacin, advirtiendo que
el Episcopado es ms una carga que un honor; es ms un servicio que un poder.
Esta figura del obispo, apstol y pastor, es la que proyect sobre la Dicesis de
Acapulco el Excmo. Sr. Quesada durante los 17 aos de su episcopado, y en esta misma
direccin quisiera impulsar mis esfuerzos convirtiendo en un elemento esencial de mi vida
la conocida frase de San Agustn: para vosotros soy Obispo, con vosotros soy cristiano.
Por eso, hermanos, les manifiesto que no esperen encontrar en m un personaje de
influencia y poder. Como coterrneo de Ustedes quiero ser colaborador con las
autoridades civiles del bien comn y no deseo para mi persona y mis colaboradores ms
facultad que la de poder cumplir con la misin que la Iglesia me ha encomendado: De
predicar con libertad el evangelio de Cristo.
Toda la geografa del Estado de Guerrero, pero de modo muy especial la que
corresponde a la Dicesis de Acapulco, parece atravesada por una cruz cuyos leos no
solamente estn formados por los dolores y las carencias de los hombres que aqu habitan,
sino tambin por los dones divinos que la redencin de Jesucristo ofrece a los que creen en
El.
La Iglesia quiere colaborar para que estos hombres y mujeres que pueblan nuestra
sierra y nuestra costa, tengan una vida humana ms confortable y grata, pero compatible
en todo con los grandes principios que orientan una conciencia cristiana y aseguran la
prctica de la fraternidad, de la justicia y de la paz.

Han pasado ms de dos aos desde que, en la festividad de la Anunciacin del Seor,
fui ordenado Obispo y ahora, despus de la experiencia que me dan la observacin y el
trato con ustedes, estimo que se presenta ocasin propicia para confiarles mi pensamiento
y mis deseos, en relacin con lo que ha de constituir nuestro ideal de apostolado.
Tres son las inquietudes pastorales que considero principales para m, y confo
pueden ser primordiales para los sacerdotes, las religiosas y los laicos de esta dicesis.
La primera, es la atencin pastoral de la juventud. Las estadsticas muestran que
somos una nacin de jvenes y sabemos que prximamente los jvenes de 18 aos irn a
las urnas para elegir a nuestros gobernantes. Adems, el Papa Paulo VI en su exhortacin
sobre el Anuncio del Evangelio nos advierte: -Las circunstancias nos invitan a prestar una
atencin especialsima a los jvenes, su importancia numrica y su presencia creciente en
la sociedad; los problemas que se les plantean deben despertar en nosotros el deseo de
ofrecerles con celo e inteligencia el ideal que deben conocer y vivir-.
La segunda inquietud pastoral es la promocin de un laicado adulto, conforme a lo
expresado por el Episcopado Mexicano en su Instruccin Pastoral de 1970: -La formacin
de un laicado adulto es tarea decisiva, comn y urgente de la Iglesia de hoy en Mxico. La
formacin de un laicado adulto pide reformas y adaptaciones no slo en lneas y mtodos
de accin de la Iglesia, sino la misma transformacin de las relaciones internas y
consiguientemente, en las estructuras organizativas.
Finalmente, la tercera inquietud es la preocupacin por las vocaciones sacerdotales
y religiosas. Nuestro contingente apostlico de tiempo completo es modesto: 58 sacerdotes,
140 religiosas y 8 hermanos, para una poblacin de ms de 800 mil habitantes. Pero
Cristo nos ense a orar con fe e insistencia para que el dueo de la mies enve los obreros
necesarios. Esta promocin, como lo ensea el Decreto Conciliar sobre la formacin de
los sacerdotes, ha de ser tarea de toda la comunidad diocesana, Sobre todo las familias
que, llenas de espritu de fe, son como el primer seminario, y las parroquias, de cuya vida
fecunda participan los mismos adolescentes. Los maestros y directores de las escuelas
catlicas procuren cultivar a los adolescentes que se les han confiado, de forma que
puedan sentir y seguir con buen nimo la vocacin divina. En cuanto a los sacerdotes y
religiosas, procuremos un grandsimo celo apostlico por el fomento de las vocaciones y
atraigamos el nimo de los jvenes hacia el sacerdocio, con una vida laboriosa y alegre.
Que la Santsima Virgen de la Soledad, Patrona de esta dicesis, sea como la estrella
luminosa que nos gue en nuestras labores apostlicas.
Monseor Bello Ruz enton el Gloria en seal de accin de gracias, y escuch el
mensaje enviado por Su Santidad que, en voz de Monseor Po Gaspari, deseaba un
profundo xito al nuevo prelado, y enviaba sus bendiciones a l y a todos los habitantes de
la Dicesis.
La familia, encabezada por Doa Luz y sus hijos, prestos y respetuosos, fueron de los
primeros en besar el anillo del nuevo jerarca de la Iglesia en Acapulco, significando as el
ofrecimiento de obediencia de la feligresa.
Finalmente, imparti su bendicin a toda su nueva grey.
Monseor Rafael Bello Ruz ya era Obispo residente de Acapulco. Era, a la vez, el
quinto guerrerense elevado al rango de Obispo en la historia de la Iglesia. Sus antecesores
fueron: Don Ramn Ibarra Gonzlez, Arzobispo de Puebla; Antonio Hernndez, Obispo de

Tabasco; Serafn Armora, Obispo de Tampico y Don Leopoldo Daz Escudero, Obispo de
Chilapa.
Hombre de acciones concretas, Monseor Bello daba a conocer dos das despus la
reorganizacin de la Dicesis y los componentes de la curia acapulquea. El Padre Angel
Martnez Galeana, conocido por todos por su intensa labor en beneficio de los nios, sera
Vicario General y uno de los principales colaboradores del nuevo Obispo.
El Padre Francisco Padilla Chavelas fue nombrado Secretario. El Padre Blandino
Brcenas Agatn fue confirmado como Ecnomo, y el Padre Angel Bustos Provisor.
Entre el laicado cercano al nuevo jerarca surgi de inmediato una conseja
desprendida de los nombres de los recin responsabilizados: El Obispo Bello est rodeado
de ngeles!
El 3 de junio emita su primera circular en la que concretamente sealaba:
Analizando delante de Dios qu es lo que pasa en mi alma para comunicrselos en
este saludo de presentacin, me encuentro pobre para poder servirles y, por tanto, con una
gran necesidad de que me ayuden a cumplir la misin que el Papa, Vicario de Cristo, me ha
encomendado. Somos todos, Sacerdotes, Religiosos, y laicos, los que tenemos que aceptar
la misin de construir el Reino de Dios en la Dicesis de Acapulco.
Por lo que a m toca les declaro a todos los diocesanos, especialmente a los
Sacerdotes, que toda mi vida larga o corta, ser dedicada a su servicio. Y que, conservando
todo lo conseguido tan meritoriamente durante el episcopado del Seor Quesada,
lograremos encontrar modos y formas adecuados a las exigencias del nuevo momento.
Que la Santsima Virgen me ayude a cumplir con este voto y que Dios Nuestro Seor
bendiga a quienes estn dispuestos a cumplirlo juntamente conmigo.
Ocho das despus de su consagracin como Obispo Residente, uno de sus
compaeros de viaje, el gastrnomo Sabino Galindres, le ofreci una comida
conmemorativa a la que asistieron todos sus amigos y conocidos, destacando los nombres
de todos los niveles sociales porteos.
A poco ms de un mes de haber asumido la inmensa responsabilidad, daba sus
primeros pasos para alcanzar las metas fijadas. La Secretara de Educacin Pblica
autorizaba al Obispo de Acapulco a crear una Escuela Secundaria que funcionara, a partir
del siguiente ciclo escolar, en el mismo Seminario Conciliar de El Buen Pastor. Al anunciar
el suceso, Monseor Bello Ruz extenda igualmente la buena nueva de que, con vistas a
tres aos, se fundara ah mismo una Preparatoria Abierta, reconociendo las cualidades
maravillosas que brindaba la Universidad Autnoma de Guerrero.
El Gobernador del Estado, Rubn Figueroa Figueroa, al ser informado de esto, con su
caracterstica bonachonera dijo: una escuela ms en Guerrero, siempre es bienvenida y
dispuso fueran entregados a la institucin escolar 50 mesabancos, cuatro escritorios y
cuatro pizarrones.
Esta actitud del polmico gobernante no fue sino la confirmacin de la coincidencia
que, dentro de las relaciones iglesia-estado, existan por mejorar las condiciones de las
clases marginadas y que, al da siguiente de su reunin con Figueroa, sealara Monseor
Bello el 15 de agosto de ese mismo ao de 1976, destacando que fue, precisamente Luis

Echeverra, presidente de Mxico en funciones, el primer mandatario mexicano que se


entrevistara con el Santo Padre.
Trae el tema al recuerdo que Jos Lpez Portillo, presidente electo de Mxico en ese
momento, le enviara un lote de sus mejores obras al nuevo Obispo, destacndose entre ellas
el famoso Quetzalcoatl, y Teora General del Estado Moderno.
A finales de ese ao, y con motivo de la celebracin del Congreso Mundial de
Ginecologa en la ciudad de Mxico, Monseor Bello fijaba su postura ante el aborto: ... el
aborto legalizado est dando lugar a una especie de prostitucin disfrazada de la mujer, y
tal legislacin ms que libertad, propicia el libertinaje. El tiempo dara la razn a
Monseor Bello Ruz y a Su Santidad.
Ese mismo ao, un nutrido grupo de feligreses acapulqueos atestigu el cambio de
la Santsima Virgen de Guadalupe a su nuevo recinto. La nueva y moderna Baslica, obra
de Don Pedro Ramrez Vzquez, substitua al vetusto edificio -a punto de caer- que le
acogiera centenariamente, y el Obispo Residente de Acapulco cerraba el ao con otro de
sus recorridos pastorales por todos los rincones surianos de su dicesis, acompaado y
respaldado por el Delegado Apostlico en Mxico, Monseor Mario Po Gaspari.
Ambos, recorrieron la Costa Chica hasta las comunidades de La Concordia y
Cuapinola, bendijeron los templos de Cruz Grande y Ayutla, y fueron recibidos con
grandes muestras de cario en San Marcos.
En el corazn de la mixteca, los prelados confirieron a diecisis indgenas, preparados
especialmente, la orden del Lectorado.
Finalmente, al conmemorar el nacimiento de Cristo y la llegada de un ao nuevo, Po
Gaspari extern el mensaje del Sumo Pontfice Paulo VI a los surianos, expresado con
anterioridad en pleno corazn de la Organizacin de las Naciones Unidas: Ya nunca
jams a la guerra.
As enfrentaba Monseor Bello Ruz su nuevo encargo divino. Con sus altas y bajas,
la vida cotidiana de la Dicesis se le fue amoldando a la actividad ms que l a ella. No
todo era miel sobre hojuelas, pues algunos negritos en el arroz tenan que presentarse. Al
fin y al cabo as se forja la construccin de la obra de Dios. De todos y cada uno de los
inconvenientes, Monseor Bello Ruz sali airoso.
Por razones de informacin, actualizacin y jerarqua, nuestro Obispo deba
presentarse en determinadas ocasiones en Roma. Paulo VI partira al Reino de Dios en
1978, ao en que fuera electo Juan Pablo I y falleciera a su vez.
El nuevo Papa adoptara el nombre de Juan Pablo II en recuerdo del rpido paso de su
predecesor por El Vaticano, y se convertira en un amigable protector de Obispo y dicesis.
El es el Papa aquel que comentsemos en pginas anteriores que, en cuanto vea
llegar a Monseor Bello Ruz y sus acompaantes, exclamaba entusiasmado: Acapulco!
Acapulco!
Pocos meses despus, Monseor Rafael Bello Ruz, Obispo de Acapulco, participaba
en la recepcin y actividades de Su Santidad Juan Pablo II en su primer visita a Mxico.
Recin electo Papa el 16 de octubre de 1978, el Sumo Pontfice llegara en 1979 al
Seminario Mayor de la ciudad de Puebla para inaugurar la Tercera Conferencia Episcopal
Latinoamericana, en la que los obispo mexicanos jugaron un destacadsimo papel.

En 1978 haba muerto Lupita, la esposa de Don Agustn Galeana, uno de aquellos
compaeros de viaje de Monseor a Tierra Santa. Lita, su hermana, no pudo ir a dar el
psame a Petatln debido a su trabajo. Al trmino de la misa de cabo de ao de otro de los
viajeros tambin fallecido un ao antes, Monseor Bello, al darse cuenta de que Don
Agustn estaba ah y recordando que Lita no haba presentado sus respetos, la llam para
que lo hiciera.
Vuelta a Acapulco, Lita recibira la visita de Don Agustn a quien Sabino Galindres
ya haba recomendado casarse con ella por su bondad y buenas costumbres, reafirmando as
la eleccin que haban hecho sus propias hermanas.
Desde entonces, el viudo llamaba por telfono a Lita, desde Petatln, lo menos dos
veces por da y, cuando vena a Acapulco, le invitaba a salir insistentemente. Lita estaba
asustada. Tena miedo de que si aceptaba la invitacin, alguna de sus amistades le
informara a su hermano el Obispo y a ste le pareciera incorrecto. Cada ocho das, Don
Agustn se dejaba llegar desde la costa.
Un da, temblorosa, Lita se fue a la Catedral para hablar con su hermano, para pedir
consejo. Monseor Bello vio con buenos ojos la situacin. Al tiempo, el 24 de marzo de
1979, Lita se cas con Don Agustn para formar una nueva y hermosa familia. Ofici la
ceremonia eclesistica, obviamente, Monseor Rafael Bello Ruz, a quien acompaaron
como concelebrantes otros dos sacerdotes viajeros: el Padre Manuel Herrera Murgua, y el
Padre J. Jess Corts.
El Consejo Episcopal Latinoamericano es el organismo de la Iglesia catlica que
engloba a las conferencias episcopales de nuestro continente y el caribe. Fue creado en
1956 por el papa Po XII a peticin de los obispos del rea latinoamericana y del Caribe.
Las principales funciones del CELAM son coordinar, promocionar y aplicar las actividades
apostlicas que cada conferencia episcopal realizar en su mbito particular. Debido a ello,
sus miembros son elegidos en una asamblea ordinaria anual que rene a las distintas
conferencias episcopales nacionales. Entre sus mltiples comisiones destacan las de
Catequesis; Migracin y Turismo; Comunicacin Social; Familia, Vida, Infancia y
Juventud; Laicos; Misiones; Educacin; y Liturgia.
El 25 de octubre de 1980, la Conferencia Episcopal Mexicana eligi a Monseor
Rafael Bello Ruz, Obispo Residencial de Acapulco, Gro. como Presidente de la Comisin
Episcopal de Migracin y Turismo, primero de una serie de cargos que asumira a nivel
nacional, sin abandonar su ministerio episcopal.
La vida familiar transcurra sin ms novedades que las propias de la cotidianidad,
hasta el 28 de octubre de 1981 en que fallece Jorge, uno de los hermanos de Monseor
Bello, sumiendo nuevamente a la familia en el luto y el dolor. Tito era ya Gerente de
Produccin de la Subdireccin de explotacin y su apoyo al Padre Pato no dejaba de fluir,
ahora con un poco de ms desahogo.
El 10 de septiembre de 1982 sucedera algo que aparentemente no tiene ms
trascendencia que una meramente administrativa: Monseor Bello es nombrado
Administrador Apostlico de Chilapa.
Monseor no lo dice, pero de su profundo inters por su feligresa y su dicesis, a
ms de las continuas visitas a Roma y los sucesos posteriores, se desprende que el Obispo

de Acapulco ya trabajaba intensamente en los estudios y anlisis que se necesitan para que,
conforme a las necesidades naturales de una regin, se estructurase una arquidicesis.
Monseor Daz Escudero haba forjado al hombre que regira los destinos espirituales
de esta extensa y necesitada zona suriana; Monseor Quesada Valds haba encabezado los
primeros pasos estructurales y pulido a ese hombre. A Monseor Bello Ruz, el hombre,
tocara armar, organizar, y dirigir la nueva provincia eclesistica.

LA ARQUIDIOCESIS
La Santa Sede, una vez que recibi la propuesta del Episcopado Mexicano, consider
que la llamada Regin sur debiera tener una representatividad como tal, y crea la 12a.
Provincia Eclesistica con sede en Acapulco, quedando su obispo, Monseor Rafael Bello
Ruz, como Metropolitano y anexndosele las dicesis de Chilpancingo-Chilapa, Ciudad
Altamirano, Ciudad Lzaro Crdenas y Tlapa de Comonfort.
En marzo de 1983, el Padre Blandino Brcenas informaba en un comunicado que se
haba terminado la remodelacin del templo histrico y, religiosamente hablando, ms
importante de la dicesis de Acapulco: el templo de Nuestra Seora de la Soledad.
Este ao Jubilar Diocesano -sealaba el sacerdote y vocero de la mitra- la Providencia
nos tena deparadas muchas y muy agradables sorpresas. Ellas van desde la constante
superacin y renovacin a travs de dos grandes acontecimientos eclesiales: Ao Santo de
la Redencin y Ao Jubilar Diocesano, pasando por la creacin de la nueva Provincia
Eclesistica de Guerrero y el nombramiento de su primer Arzobispo en la persona del Sr.
Obispo Rafael Bello Ruz.
Otro acontecimiento que dejar huella en esta reciente arquidicesis es la Dedicacin
o Consagracin de la Catedral a Nuestra Seora de la Soledad. Ser el primero que dedique
(Monseor Bello Ruz) en su Provincia eclesistica como primer Arzobispo.
Ms an, la Provincia ha hecho coincidir el propio da 25 de marzo varios
acontecimientos, ya de carcter universal, ya de carcter diocesano. En efecto, ese da a
nivel universal la liturgia celebra la Anunciacin y Encarnacin de Nuestro Seor
Jesucristo; el Papa Juan Pablo II declarar abierto el Ao Santo de la Redencin por
cumplirse 1950 aos de la muerte redentora del Rab de Galilea; nuestro Pastor cumple
nueve aos de haber sido ordenado Obispo; es nuestra fiesta patronal y, ese da, adems,
dedicaremos el templo.
Tras algunas indicaciones propias de los eventos, el Padre Blandino terminaba su
comunicado sealando:
Quiera Dios que no nos quedemos en ceremonias puramente exteriores, y que la
blancura inmaculada que vemos en nuestra Catedral recientemente remozada, sea smbolo
claro de nuestra renovacin interior, particularmente en esta Cuaresma de 1983 que est
tocando a su fin.
La Catedral de Nuestra Seora de la Soledad fue construida en el mismo lugar en que
estuviera el primer templo catlico de la regin, destruido por un cicln en 1936. Inici la
construccin el Obispo de Chilapa, Don Leopoldo Daz Escudero, siendo prroco de

Acapulco el Padre Florentino Daz. El proyecto fue del Arq. Federico Mariscal y dirigi la
obra el Arq. Miguel Madrigal.
Participaron activamente en la realizacin los sacerdotes Galdino Gonzlez, Jess y
Antonio Jimnez, Bernardo Garca y Jorge Parra., a ms de las vecinas Apolonia
Altamirano, Jovita Rangel, Chenchita Sotelo, Jovita Becerra, Beatrz Velsco de Alemn y
Tina Montao, adems de las familias Hudson, Hernndez y Muzuri.
El 29 de junio de 1983, en el atrio de la Iglesia de Cristo Rey, en presencia del
delegado apostlico don Gernimo Prigione, se ley la Bula por la que Acapulco era
elevada a Sede Arzobispal y, por ende, su Obispo a la jerarqua de Arzobispo.
El 27 de septiembre de ese mismo ao, en la ciudad de Roma, le fue impuesto el palio
arzobispal a Monseor Bello, en una dignidad que llenaba de satisfaccin a los
guerrerenses, creyentes y no, que vean en la alta jerarqua de su prelado una distincin
excepcional para el humilde pueblo suriano que, modestia aparte, sumaba un hombre probo
ms a su larga lista de pro-hombres.
Cuentan que, all en Tecpan, el viejo sacristn que siguiera paso a paso la trayectoria
de su amigo el Padre Pato, cuando alguien le pregunt si saba algo de l, contest
contrito...
-Nada... tiene tiempo que no s nada de l...
-Pues entrate... el Padre Pato ya es Arzobispo!
-Que qu...?! Hiju..e..la..chin...ita!!! exclam con los ojos rasados de lgrimas.
Slo haba una pequea inconformidad que brotara de la tradicin del pueblo
mexicano: el que Chilapa, habiendo sido inicialmente la dicesis madre, ahora pasaba a ser
dicesis hija. Pero nuevamente la excepcional capacidad de conciliacin del naciente
Arzobispo alcanzaba la paz y la tranquilidad, tras explicarles a fondo la causa en la que el
desarrollo tiene un factor predominante.
Su equipo de colaboradores, con ligeros cambios al paso del tiempo, fueron
Monseor Juvenal Porcayo Uribe, muy importante en la vida de Monseor, prroco de
Costa Azul antes de ser Obispo; el ilustre cannigo Gabriel Ocampo, que fuera prroco de
Cristo Rey; el Padre Felix Bello Mollado, apoyo inmediato de Monseor. Muy cercano al
Seor Arzobispo, como Secretario Canciller, fue el Padre Francisco Padilla Chavelas al que
substituye ms adelante el Padre Marcelino Canales, ambos ya fallecidos; obviamente el
Padre Blandino Brcenas Agatn, como Ecnomo y no podemos olvidar a Monseor Angel
Martnez Galeana, su brazo derecho a lo largo de su mandato y Vicario General. Todos
ellos formaban su Cuerpo de Consultores.
De la camada joven destaca el Padre Pedro Torres Garca en cuanto a la economa
diocesana y las relaciones iglesia-estado. Este joven sacerdote es hechura total de
Monseor Bello Ruz que, cuando fuese prroco de La Sagrada Familia, le conociera y
encaminara como aclito.
El Padre Pato deca al pap de Pedrito:
-Agustn... este nio va a ser sacerdote... dmelo!
-S Padre... pero deje que termine la primaria cuando menos... est muy chiquito.
Para entusiasmarle ms, le dio su Diploma de Monaguillo y le meti al Club Serra.

Ya Obispo, Monseor Bello logr su propsito y le mand al Seminario de El Buen


Pastor cumpliendo apenas los doce aos. Supervis sus estudios y se dio el gusto de
consagrarle.
-Pedro... debes portarte bien con el Padre Pato, por que tienes dos paps... yo, y
Monseor Bello, deca su progenitor al verle orgulloso con su sotana.
Desde entonces, el Padre Pedro no se separa de Monseor. Le asisti como secretario
particular en buena parte de sus giras pastorales, incluyendo Europa, y le acompa
eternamente durante su estancia y mora en el Seminario. Es, hasta la fecha, el ngel
guardin que vela por l con celo y agradecimiento.
Entre sus colaboradores personales podemos citar a la Madre Lourdes Guerrero, pieza
importantsima, una gran mujer, una religiosa extraordinaria que siempre le apoyo, que
estaba al pie del can a todas horas dedicada a atender y cuidar a Monseor desde que,
como el Padre Pato, llegara de Rector al Seminario. Slo le dej el da en que fue
nombrada Superiora de su congregacin, las Hermanas Franciscanas de San Jos. Fue una
colaboradora al estilo del Padre Angel Martnez, afirma el Padre Pedro.
Francisco Lpez, su chofer de toda la vida, fue seminarista que cas ms adelante e
hizo familia, pero siempre cerca. Recorri con Monseor toda la Dicesis las veces que l
lo hizo, y corre por ah la ancdota de que, cuando la gente le preguntaba qu le gustaba al
Arzobispo, Pancho recomendaba le hicieran Iguana, un platillo muy de su gusto, que no
del prelado. Monseor, sin embargo, jams se enter del porqu, en todas partes donde
llegaba, siempre le preparaban... iguana!
Finalmente, no podemos dejar de mencionar a Juanita Camacho, su secretaria
particular desde que fuese Obispo Auxiliar, mujer de tal entrega que heredara por su
dedicacin a Monseor Aguirre Franco; y Don Enrique, cuyo verdadero nombre es
Emeterio Rodrguez, Oficial del Obispado que tiene dcadas ah y llegara con Monseor
Quesada. Ambos, fueron el mayor apoyo de Monseor Bello Ruz en el mbito
administrativo.
Monseor Bello quiso para su provincia eclesistica un trabajo ms organizado y se
elabor un Plan de Pastoral que entr en vigor el 15 de septiembre de 1983, poco antes de
que se le impusiera el palio.
De ah en adelante, l personalmente se encarg de impulsar esa pastoral planificada
que le llevara a alcanzar logros que incluyen la ordenacin de ms de ciento cincuenta
sacerdotes -aunque cabe la aclaracin de que del Seminario El Buen Pastor han salido no
ms de 60 ordenados-, la formacin de ms de 30 parroquias y llevar la evangelizacin a
sus pobres en mayor intensidad y hasta el ms alejado rincn de su amado Estado de
Guerrero.
De igual forma, ha sido partidario de la promocin de los diconos permanentes y los
ministerios del lectorado y el acolitado como tales, reafirmando as una labor que ya
realizaba desde su trabajo como sacerdote.
Le toc la consolidacin de la dicesis de Acapulco y la conformacin de la
Provincia Eclesistica; su labor fue darle una estructura ms slida al trabajo iniciado por
Monseor Quesada y continuado por l mismo.
En 1986 es nombrado por la Conferencia Episcopal Mexicana Vocal de la Comisin
Episcopal de Ministerios Laicales y Diaconado Permanente, por dos trienios.

Ese mismo ao recibe el cargo de Coordinador Nacional de la Renovacin Cristiana


en el Espritu Santo de la Comisin Episcopal del Apostolado de los Laicos, tambin por
dos trienios.
Doa Ma. de la Luz, su amada y amantsima madre, fallece el 16 de diciembre de ese
ao a los 92 aos de edad, dejando un profundo hueco de luto en su corazn.
Sus bondades, pendientes y atenciones para l como hijo y como sacerdote, no
tuvieron jams mancha alguna. De ah que, con mayor razn, su partida causara tanto dolor.
Pero las responsabilidades eran enormes y, con luto en el corazn, dio a el alma el
encargo de continuar.
En 1987 es nombrado Administrador Apostlico de Ciudad Altamirano y,
cumpliendo un sueo que tena desde tiempo atrs, funda la escuela primaria Jos Ma.
Morelos y Pavn en Tecpan de Galeana, que actualmente ya cuenta con secundaria y tiene
uno de los mejores niveles acadmicos de la regin, perteneciendo ahora a la organizacin
Lasallista.
Un nuevo golpe moral le espera ese ao. Lucre fallece el 27 de septiembre.
El arzobispado fortalece sus relaciones y una de ellas es la que surge, tan ntima como
es posible entre dos prelados, con el Cardenal Jos Garibi y Rivera, otro de los ms
innovadores purpurados que registra la historia mexicana.
Dentro de los logros ms importantes de Monseor Rafael Bello Ruz se puede
considerar la conformacin de un presbiterio, la consolidacin del seminario, que se debe
integramente a l en cuanto a su estructura fsica y espiritual; el impulso al diaconado
permanente; la participacin y estructuracin del laicado en vistas a una mayor preparacin
y formacin al crear las Escuelas de Ministerios Laicales, y los programas pastorales de las
dicesis que, hasta ese momento, trabajaban como se poda -como Dios les daba a entender,
dijera un sacerdote- que as reciben un fuerte impulso.
Otro logro tambin fue la reubicacin hacia la lnea ms ortodoxa de la renovacin
carismtica del Espritu Santo, y sus aportes en el mbito del Episcopado Mexicano y,
como colofn, estuvo al frente de los Misioneros de Cristo para la Iglesia Universal. como
responsable.
Si bien no promovidos por l, respald la obra y consolidacin de los seminarios de
Tlapa y Ciudad Altamirano como seminarios mayores.
Y ya que de seminarios hablamos, la estrecha relacin que siempre alcanz con las
autoridades civiles, logr que Jos Francisco Ruz Massieu, durante su mandato como
Gobernador del Estado de Guerrero, patrocinara casi en su totalidad la obra de ampliacin
de El Buen Pastor, crendose as el Seminario Mayor que tantos buenos frutos ha dado.
La estructura material prcticamente duplic el espacio funcional del Seminario, pero
multiplic las posibilidades de convertir en realidad su lema: La esperanza de la mies...
est en la semilla.
La Rectora qued en manos del Padre Carlos Alvarez, religioso Eudista, de origen
colombiano, pero ampliamente estimado entre la feligresa portea, y dueo de una
capacidad intelectual sin par, que reforzaba con sus dones de bondad, conciliacin y
dedicacin.

La ceremonia de inauguracin fue todo un suceso entre la sociedad acapulquea.


Estuvieron presentes el Nuncio Apostlico Girolamo Prigione, el Gobernador del Estado,
Jos Francisco Ruz Massieu, su seora esposa, sacerdotes y catedrticos, e infinidad de
benefactores del Seminario, familiares de seminaristas y amigos de la curia.
Un video conserva la satisfaccin que se dibujaba en los rostros de los involucrados,
y la serena paz en el de Monseor Bello Ruz que, al hacer uso de la palabra, agradeci al
gobernante, su esposa y las decenas de aportadores annimos, el esfuerzo realizado para
sentar las bases de un semillero sin par que diera salida a las vocaciones sacerdotales de la
niez y juventudes surianas.
Su Plan de Pastoral se aplicaba con entusiasmo. Su labor misionera se destac
visitando nuevamente la ahora extensa zona de la Provincia Eclesistica, y orden
sacerdotes en Ciudad Altamirano, y en Tlapa, y en Ciudad Lzaro Crdenas, y consagr
nuevos templos, iglesias y parroquias en diversos puntos de su jurisdiccin. Cabe decir que,
con todo y sus deseos, la mayor parte del tiempo la pasaba en Acapulco, en sus oficinas,
pues gobernar -guiar, dira l- una Provincia como la suya no es fcil y requiere de mucho
tiempo y atencin.
Blandino Brcenas, presbtero que fungiera como Ecnomo en la Dicesis, cuenta:
Desde que fue consagrado Obispo, en su calidad de auxiliar, Monseor Bello Ruz
hizo muchas visitas pastorales. La visita pastoral es el momento en que el Obispo dialoga
ms con el prroco, con los sacerdotes y con los feligreses que acuden no solamente para
saludarlo, sino para hacerles algunas observaciones acerca del cmo va la parroquia o si
estn o no contentos con su sacerdote, de modo que el Obispo pulsa ms o menos cul es la
situacin de cada parroquia.
Monseor Bello empez por Cuajinicuilapa, uno de los municipios ms pegados a
Oaxaca, siguiendo por Ometepec, Xochistlahuaca, Tlacoachistlahuaca, Cuanjintepec,
Igualapa, San Luis Acatln, Cruz Grande, Copala, San Marcos... todos recibieron la visita
pastoral que haca, como Auxiliar en ese momento, en nombre de Monseor Quesada, pero
que reafirma como Obispo. Sus visitas pastorales incluyeron la Costa Grande; a Petatln,
donde la parroquia est dedicada al Sagrado Corazn de Jess; su propia tierra, Tecpan
de Galeana, Atoyac, San Jernimo, y aqu en la ciudad igualmente.
Tambin lleg a la polmica sierra, en donde visit El Parotal, El Mameyal, Las
Mesas, El Porvenir, Camalote, El Paraso, La Pintada, Filo Mayor, Vallecitos y Tlacotepec.
En todo su ministerio como Obispo, primero auxiliar, luego residencial y ms
adelante en su dignidad de Arzobispo, recorri todos los rincones de su dicesis al menos
cinco o seis veces.
A esto, haba que aadir la obligacin de presentarse en Roma para cumplir con
varias obligaciones inherentes, como la Ad Lmina, o reporte quinquenal del que ya
hablamos, y la participacin que obispos, llegados del todo el mundo, tienen y deben en
algunas actividades del Papa o la Santa Sede.
Precisamente, esa informacin recabada durante las visitas pastorales, sirve como
material para preparar los informes previos que se presentan a las diferentes
congregaciones, como las de Sobre la Fe, Los Obispos, la Causa de los Santos, etc.
Es entonces que viene la observacin o, porque no, pues siempre es nada ms de
estar tijereteando, felicitarles por la labor realizada, aade el Padre Blandino.

El mismo Padre Blandino Barcenas, al hacer un recuento de los logros alcanzados por
Monseor Bello Ruz, seal que a ms de la obra material, Monseor dio prioridad a la
evangelizacin. El hizo que se elaborara el primer Plan Diocesano de Pastoral, recuerda el
estimado presbtero. Primero trajo a un sacerdote de Tacmbaro, Mich. que nos dio una
serie de conferencias a todo el presbiterado, que seramos entonces unos 60, de cmo se
realizaba un plan de este tipo. Al terminar las conferencias, se elabor el Plan que qued
plasmado en un folletito de unas 25 pginas, conteniendo Objetivos Generales y Objetivos
Especficos.
El primer Plan tuvo una vigencia de cinco aos; el segundo, la tuvo tan slo de tres,
pero en el tercero se retorn a la vigencia quinquenal por considerarla de mayor
efectividad.
Cada ao, a partir de aquel 1983, se haca una evaluacin sobre las prioridades en que
se haba trabajado en las tres regiones de la Dicesis: Regin Costa Grande, Regin Costa
Chica y el Municipio de Acapulco.
Se nos convocaba oportunamente -seala el Padre Blandino- y cada sacerdote vena
acompaado de dos laicos; si alguna parroquia tena religiosas o diconos permanentes,
igualmente deba de traer al menos uno o dos, si estaban enterados, naturalmente, del
trabajo evangelizador.
Yo considero que ese fue el logro ms grande alcanzado en la vida episcopal de
Monseor Bello, que fue un trabajo ya no hecho al troche y moche, sino con planeacin.

LA DECADA DE
LOS NOVENTA
Apenas empezaba la dcada, cuando el 15 de enero de 1990 muere Don Agustn,
esposo de Lita, enlutando una vez ms a la familia Bello Ruz.
Sin embargo, la vida sigue y la tarea es ardua.
En una de sus visitas a Roma, Juan Pablo II le haba recomendado a Monseor Bello
dar mayor atencin y prioridad a los sacerdotes. Atento, como siempre, a sus indicaciones,
Monseor escuchaba primero a los sacerdotes ante cualquier situacin o circunstancia que
se presentara.
Sus amplias relaciones en el viejo continente, a ms de amistades y recuerdos, le
traan otro tipo de compromisos.
Muchos viajeros que buscaban alcanzar aquellas lejanas tierras acudan a l en busca
de la recomendacin ya para hospedarse, ya para conocer, ya para salvar un poco la
economa.
De Espaa, brota la ancdota aquella en que un matrimonio amigo del Primer
Arzobispo de Acapulco, Monseor Rafael Bello Ruz, Don Jess Ingelmo y su esposa, le
pidiera una recomendacin con alguien para llegar por aquellas tierras. Con la amabilidad
caracterstica de siempre, el prelado les dio una carta dirigida al Padre Amable Pelayo,
joven sacerdote pero viejo amigo suyo. El matrimonio, ya en tierras hispanas y habiendo
recibido nada ms que atenciones y regalo espiritual del sacerdote, se jactaba ante sus

nuevos amigos y escuchas jugando con las palabras: Que suerte tenemos, aqu el Padre
Amable... y all el Padre Bello!
Otro de los renglones que Monseor Bello Ruz prioriz grandemente fue el impulso
y respaldo a las Congregaciones al Servicio de la Iglesia y los Retiros Espirituales.
He descubierto que el Seor me dio el Don de Sanacin y de Paz porque las personas
me dicen que cuando hablan conmigo experimentan una paz interior que les fortalece para
seguir adelante.
Yo tambin goc de esta paz siempre que me comuniqu con Monseor Bello. Como
fruto de su vivencia profunda de Dios, transparentaba y comunicaba esa paz que
tranquiliza corazones, afirma la hermana Manuela Cervantes Acosta de las Siervas de Jess
Sacramentado.
En nombre de todas las religiosas, valoramos la presencia de Monseor Bello en
todos los retiros espirituales que se organizaron en la dicesis y el que dejara atrs otras
ocupaciones para impulsar, con su presencia y su palabra, nuestra congregacin al
servicio de la Iglesia.
En Monseor Bello descubrimos siempre al Pastor que vel y cuid a sus ovejas.
Cunto bien espiritual recibimos de El!
Si bien las congregaciones religiosas se vieron apoyadas por el Arzobispo, los
jvenes, los matrimonios y las parejas, fueron causa de atencin y gua con esos retiros.
La labor pastoral y evangelizadora se impregnaba del entusiasmo de su vicario en
Cristo y se extenda por todos los rincones de la dicesis.
En la dcada de los noventas, en la que la explosin comercial, plagada de novedades
cientficas llevadas al mbito popular, mecaniz la mente social y acab por desaparecer la
capacidad de asombro de la humanidad, un fro retorno a los niveles filosficos se desata
imitando a la generacin anterior pero sacudindose sus errores. En esa bsqueda, hay
quien salta de religin en religin y de secta en secta, sin encontrar satisfaccin a su
espiritual inquietud. La mayora, vuelve los ojos a su religin natal, a la que le heredaron
sus padres por algo y para algo.
Es quiz una mera coincidencia que para entonces, las resoluciones brotadas del
Concilio Vaticano II ya estn vigentes, que la evangelizacin reciba un nuevo y denodado
impulso y que la importancia del sacerdote se renueve ante los ojos de la feligresa.
En la iglesia todos los grupos trabajan. En la dicesis se hace lo mismo.
Quiz algunos de los grupos que con mayor entusiasmo se vieron trabajar durante
esos aos, fueron los de los jvenes, materia dispuesta a despejar incgnitas y desfacer
entuertos, como dijera el personaje de Cervantes.
En su trayectoria pastoral, ha participado en diversos congresos y reuniones
nacionales e internacionales que le llevaron a Amrica del Sur, Amrica Central, Estados
Unidos, Suiza, Espaa, Francia, y Hong Kong entre otros lugares del orbe.
La seduccin de la bondad rompe corazones, por duros que estos sean, y Monseor
Bello, el Padre Pato, ya ocupa un lugar preponderante en el nimo de sus feligreses. Las
manifestaciones de afecto y cario son constantes y variadas.
El 7 de marzo de 1994, con motivo de su cumpleaos, aparece en la Pgina de los
Tecpanecos de El Sol de Acapulco, la poesa de Toms Garca:

RAFAEL
Aqu estoy Seor,
velando las auroras de tus ojos
con las manos abiertas para segar el trigo
y enderezar los vstagos flexibles de las vidas,
reforzar los apriscos
y llevar las ovejas a verdes pastizales...
Mi inquieto corazn anhela compartir,
en una dulce entrega,
mi tiempo, mi salud, mi propia vida.
Saber que alguna oveja est perdida
o enferma por falta de cuidado.
Yo sueo tu deseo, Seor,
Un solo pastor y un rebao.
Ir hacia mis amigos, mis hermanos...
a conocer sus costumbres y sus nombres;
no ignorar sus problemas, compartirlos;
y al dialogar con ellos, escucharlos.
Dame esa fuerte red y ese anzuelo,
y en tu nombre saldr para atraparlos.
Aqu estoy, Seor, esta es mi ofrenda;
y en mi blanca patena,
estn los descendientes de Galeana;
es mi patria pequea, generosa y brava...
Yo soy Rafael, dejad que sea
LA EFICAZ MEDICINA DE SU ALMA.

Su hermano Genaro muere el 10 de mayo de 1994, prdida que duele en el alma tanto
como la del amigo aquel, que se significara como la persona que Monseor Bello Ruz
considera guardar en un lugar muy especial de su corazn: Jos Francisco Ruz Massieu,
asesinado el 28 de septiembre del mismo ao.
Especial fue su confortacin para Doa Cuquita, sufrida madre que en pocas semanas
viese partir tambin a otro de sus hijos, Mario. Escritora de alma sensible, descansa en el
Arzobispo su pena y se acoje a su bendicin.
El gua espiritual de la Provincia Eclesistica sigue con su obra, atendiendo no slo a
su feligresa sino a los asuntos diplomticos en la relacin iglesia-estado.
As, en 1996, el Cicln Boris caus destrozos en la costa del Pacfico y muy
especialmente en la Costa Grande de Guerrero. En ocasin de la visita que el Presidente de

la Repblica, Dr. Ernesto Zedillo Ponce de Len hiciera a Tecpan para evaluar los daos y
proveer lo necesario, Monseor Rafael Bello Ruz recuerda una ancdota relacionada con el
mandatario y la campana mayor del templo de su ciudad natal, publicada en El Sol de
Acapulco el 17 de septiembre de ese mismo ao.
-Fui uno de los invitados a participar en la comida que el Seor Gobernador del
Estado, D. Heladio Aguirre Rivero, ofreci al Presidente en el Hotel Camino Real de
Puerto Marqus. Ocup un asiento al lado del Sr. Gobernador e inmediato al Presidente.
Durante la conversacin, el primer mandatario se refiri al cordial recibimiento que
le brind Tecpan y manifest su deseo de regresar como a su casa. Tambin expres la
idea de realizar un proyecto que incrementara la piscicultura en las lagunas de la Costa
Grande, especialmente la de Nuxco.
Finalmente, coment ancdotas de Tecpan y hechos histricos protagonizados por el
generalsimo Morelos y el Mariscal Hermenegildo Galeana. Intervine relatando que la
campana mayor de la Iglesia parroquial, reliquia histrica y actualmente deteriorada,
deba ser conservada y restaurada como un testimonio de las angustias y esperanzas que
tenan nuestros antepasados en la Guerra de la Independencia, pues fue fundida en 1812 y
tiene grabada en la parte inferior el grito libertario de los insurgentes: Viva la
Amrica!, Yo me llamo Mara de Guadalupe.
Al escuchar mis palabras, el Presidente Zedillo le dijo al gobernador: Oste a
Monseor? -y prosigui diciendo- tienes que mandar restaurar esa campana y hacerle una
espadaa y no un caballete de madera, a fin de que pueda cumplir con su finalidad de
convocar a los creyentes y regular los actos de la vida religiosa e incluso de la vida civil,
como en las fiestas patrias y cuando se toca a rebato.
Tiene razn el Presidente. La voz de las campanas es un aviso constante de lo que
ms interesa al hombre. Su repique sonoro se eleva al cielo para alabar a Dios. Sus
vibraciones son un recuerdo de toda la vida del cristiano desde que nace y se bautiza,
hasta que muere.
Que nuestras autoridades locales tengan presente el deseo expresado por el Sr.
Presidente de la Repblica respecto a la campana mayor del templo de Tecpan, finaliza
sealando el Seor Arzobispo.
A pesar de la intervencin del Arzobispo, y a pesar de las indicaciones presidenciales,
hasta la fecha, la campana mayor del templo de Tecpan sigue daada. Ni Angel Heladio
Aguirre Rivero, ni sus sucesores, hicieron algo para reparala.
El 7 de marzo de 1999 ofici una misa de accin de gracias en la Parroquia de San
Bartolom, en Tecpan, ofrecida en su honor con motivo de su cumpleaos, recordando que
en unos das ms se cumpliran sus Bodas de Plata Episcopales.
Desde siempre le han considerado un santo, afirma Alicia Muiz, amiga de la
infancia de Monseor. Pato no necesit que lo comprramos. El se entreg a nosotros, a
su grey. Se dio a querer gracias a su humildad y sencillez. As fue toda su vida. Puedo
afirmarlo porque le he conocido y tratado de toda la vida, he sido testigo de la forma en
que la gente se le entrega.
Quienes estuvieron cerca del Santo Padre, de Juan Pablo II, durante su visita a
Mxico, pudieron experimentar una sensacin muy especial. Bueno, pues eso se siente
cuando est uno cerca de Monseor Bello Ruz.

Es verdaderamente asombroso ver la forma en que el prelado es estimado por su


grey... y la sencillez y bondad con que l trata a quienes se acercan con respeto y cario.
El 25 de marzo de 1999, Monseor Bello Ruz celebraba sus Bodas de Plata
Episcopales. Quiso, por razones propias, que la fecha fuera ms que ninguna otra cosa la
celebracin de la imagen del Obispo. Con anticipacin, se realiz toda una promocin, una
catequesis sobre el Obispo. En todas las parroquias e iglesias se comenzaron a responder a
esas preguntas que no se hacen los fieles, pero que cuando escuchan la respuesta reconocen
lo ignoraban. En este caso, las preguntas eran: Qu es un Obispo? Para qu sirve un Obispo
a su grey? Cuales son las obligaciones de un Obispo? y otras muchas en su derredor.
Para el da de la celebracin, llegaron infinidad de Obispos de otras Dicesis -que
sera largo enumerar pero que de una u otra forma ya hemos citado a lo largo de este relatosacerdotes de las parroquias locales y an forneas, seminaristas, ex-seminaristas y algunos
invitados especiales, como el Padre Samuel Bernardo Lemus Romero, compaero del Padre
Pato en Montezuma, y a quien correspondiera la lectura de la homila de ese especialsimo
da.
El Padre Lemus hizo una apologa de Monseor Bello de lo ms hermosa, en la que
le pintaba tal y como su grey le vea, destacando su espiritualidad y entrega, el amor por sus
sacerdotes, y el esfuerzo realizado durante no slo veinticinco aos de episcopado, sino
toda su vida productiva.
La misa concelebrada fue en la Parroquia de Cristo Rey y, a la terminacin, una
recepcin-cena en su honor hasta donde llegaron a Monseor Bello Ruz los respetos de
amigos, conocidos y fieles.
Programadas das antes y das despus del propio 25 de marzo, en las diversas
parroquias de la Dicesis, se celebraron misas y eventos que conmemoraron tan feliz
acontecimiento, en algunas de las cuales pudo estar presente el propio Arzobispo, como en
Tecpan de Galena, su tierra, y donde obviamente no poda faltar.
Este aspecto es sumamente importante destacarle pues, sin haber sido un programa
preparado por la mitra o por algunas organizaciones religiosas, el afecto que el prelado ha
generado entre su pueblo se reflejaba de esa manera espontnea.
El 80 por ciento de las parroquias estn sobre las costas y, en vsperas o despus de...
no hubo una en que no se festejara.
Si bien podemos decir que la celebracin de sus Bodas de Plata Episcopales no fue
ms all de una ceremonia -la realizada en Cristo Rey- no podemos negar que la Dicesis
entera se sum al feliz acontecimiento.
Todava resuena en el aire aquela tonadilla de las religiosas que, agradecidas con el
Arzobispo por su apoyo y sus consejos, entonan alegremente:

QUE DETALLE
Que detalle Seor
has tenido conmigo
cuando me llamaste,
cuando me elegiste,
cuando me dijiste
que eras mi amigo.

Te acercaste a mi puerta
y pronunciaste mi nombre
yo temblando te dije
aqu estoy Seor.
Han pasado los aos
y aunque aprieta el cansancio
paso a paso te sigo
sin mirar atrs.
Que detalle Seor
has tenido conmigo
cuando me llamaste,
cuando me elegiste,
cuando me dijiste
que eras mi amigo.
Yo dej casa y pueblo
para seguir tu aventura
todo a todo contigo
comenc a caminar.
La emocin me estremece
cuando escucho en silencio
tu mensaje que aviva
mi silencio interior.
Que detalle Seor
has tenido conmigo
cuando me llamaste,
cuando me elegiste,
cuando me dijiste
que eras mi amigo.

PATO... MISIONERO
Este es pues el hombre que yo conoc. El pequein tecpaneco que se convierte en
sacerdote y, no conforme con ello, llega a ser la gua espiritual de todos sus coterrneos. Es
el hombre tonsurado, visto desde el ngulo histrico, aunque no puedo dejar de aceptar que
reflejo cierta influencia por su propio carisma. Pero, para verlo desde el punto de vista

espiritual, nadie mejor que otro gran sacerdote, compaero de escuela y amigo de toda la
vida, pero serio en sus apreciaciones y recto en sus juicios.
As es el P. Samuel Bernardo Lemus Romero, que fuese compaero del Padre Pato
en Montezuma.
De aquellos aos, escribi una obra muy especial titulada "As aprend a vivir".
Publicada por la Editorial Fimax Publicistas, de Morelia, Michoacn. y en la que recuerda
aquella homila dedicada a Rafael Bello Ruz, que le pinta tan cual ha sido y es, ahora y
siempre:
Originario de Tecpan, Gro., otro de mis grandes amigos que me han enseado a vivir
con sencillez, con humildad, con alegra, con entrega. Compaero y amigo fiel desde el
Seminario de Montezuma. Despus compaeros por algn tiempo en la Universidad
Pontificia de Comillas, donde fue sumamente apreciado por su virtud. Despus pas a
estudiar a Pars, al Seminario de San Sulpicio para prepararse en la espiritualidad
sacerdotal y en la tcnica de la organizacin del Seminario. Al regresar a la patria fue
nombrado Rector del Seminario de Acapulco, por el seor Obispo Don Jos Pilar
Quesada, con quien se identific en tal forma que fue su sucesor en la tarea pastoral de
una dicesis naciente llena de problemas, necesitada de sacerdotes y carente de muchas
cosas a pesar de su deslumbrante esplendor.
Su apostolado lo ha realizado en Acapulco como maestro del Seminario, prroco,
despus Obispo Auxiliar y al final Arzobispo, cuya fundamental preocupacin ha sido
siempre estar cerca de sus sacerdotes en todos los momentos y circunstancias de la vida.
El da testimonio de su amor a la Iglesia con su actitud, su ejemplo de humildad, con su
entrega gozosa al servicio de sus ovejas que ha cuidado con amor paternal desde hace
veinticinco aos. En esta ocasin me invit a pronunciar la homila de la celebracin
Eucarstica que realiz en Acapulco rodeado de su presbiterio, acompaado por varios
colegas Obispos, con la participacin de su Seminario y con la presencia de los
movimientos de laicos que l ha impulsado notablemente con prudencia, entusiasmo, con
una comprensin y bondad maravillosa.
Me voy a permitir transcribir la homila que pronunci ese da en tan concurrida
celebracin, donde todos sentimos el gozo del Buen Pastor:
"Yo soy el Buen Pastor. El Buen Pastor da la vida por sus ovejas" (Jn 10,27-30).
"Hay en las piadosas catacumbas romanas una pintura que reproduce la imagen del
Buen Pastor. Lo ms notable es que se retrata en la pupila del Buen Pastor la figura
diminuta de una oveja que abraza en su regazo, con delicadeza e inmensa ternura, el Buen
Pastor. Eso significa lo que dice la parbola, que la conoce, que la ama, que la llama por
su nombre, que la lleva en el alma y por eso la tiene presente en los ms sublimes
momentos de su vida, cuando identificado con Cristo plenamente en el altar, se ofrece y da
la vida, como el Buen Pastor, por sus ovejas.
Su mirada es luminosa, amable, por ella se le vaca un torrente de amor divino y la
hace participar de la felicidad de ese mismo amor. Nada es comparable con la belleza de
esa mirada penetrante que llega hasta lo profundo del ser para iluminarlo y disipar toda la
sombra y transfundirle el amor divino. Es la mirada que irradia el xtasis eterno. Un
poema, un cntico de amor, una expresin de dulzura inefable, la mirada ms tierna y ms
divina que podemos contemplar, donde estn la paz, el amor y la ternura juntas.

Hablar de la bondad del corazn nos llena de gozo. Si quisiramos encerrar en dulce
alegora esa bondad del alma que hace grato escuchar su palabra, que hace fcil seguir su
camino, que hace fcil el participar de su vida, podramos recurrir a ese bellsimo aplogo
que encierra una profunda verdad: "Dcese que un rayito de sol oy all arriba en las
alturas del cielo que en la tierra haba tinieblas. Deseoso de conocerlas se desprendi de
aquel foco de luz y vino a la tierra. Recorrila por todas partes, se adentr en las
cavernas, toc los muladares, lleg a todos los lugares del mundo desilusionado e inquieto
diciendo: Me han traicionado, en la tierra no hay tinieblas.
No comprenda que a donde l se adentraba penetraba la luz, la luz de la bondad, la
luz de la afabilidad, la luz de la suavidad, la luz de la sencillez y de la humildad. Ah no
puede haber tinieblas. Tal es la suavidad y la exquisita bondad de nuestro pastor. Es el
rayo de luz que hace amable la vida, es el rayo de luz que oculta la austeridad de la vida
cristiana, ese rayo de luz que lo hace ser el Buen Pastor y, por ser Pastor Bueno, es
imagen de Cristo.
De tu Cristo costeo hecho de caa y dtil, de entraas dulces y quebradizas. Como
todos esos Cristos viejos de las aldeas pobres de nuestro Mxico profundo de donde sigue
brotando florida la palabra que bendice y consuela, que se fija en las llagas que imprime el
mal y la injusticia en las espaldas de un pueblo pecador. Tu bculo, por eso, lleva la efigie
de Jess crucificado, camina firme, sin miedo, entre los consuelos de Dios y las penas de
este mundo.
Dios lo ha hecho manantial de bondad y por eso es precisamente luz y bondad,
verdad... Si quisiramos resumir en una palabra la labor pastoral de nuestro queridsimo
Arzobispo, sera la bondad. Es el sello con que dej marcada esta Arquidicesis el tan
inolvidable y venerado Obispo Don Jos Pilar Quesada Valds, quien traa en su ser la
sangre de los mrtires nacidos en aquella bendita tierra de Jalisco, en su pueblo Totatiche
y aqu en su Acapulco dej una riqueza de bondad inagotable. Precisamente aqu, donde
parece que la bondad se diluye y aparentemente el esplendor del puerto invita a olvidarse
del que sufre. Pocas iglesias particulares han tenido la dicha de tener un Obispo santo que
curaba, amaba y actuaba en el silencio de un Pastor, al describir su misin sobre la tierra,
diciendo: "Han surgido los obispos para florecer la amistad y delicadeza buscando
promover el dilogo con todos, con gran comprensin y amor".
Los Obispos, como legtimos sucesores de los apstoles y miembros del Colegio
Episcopal, spanse siempre unidos entre s y muestren que sean solcitos para todas las
iglesias. Manifiesten su amor fraterno y ayuden con sincero y eficaz cuidado a los obispos
que se ven perseguidos con calumnias y vejmenes por el nombre de Cristo. Deben
preocuparse porque todos sus fieles caminen en bondad, justicia y verdad. Enseen cunto
hay que apreciar a la persona humana con su libertad, y busquen la unidad y estabilidad
de la familia.
Vosotros sois, dice Juan Pablo II, los guardianes de la unidad porque la mejor
predicacin que pueden hacer los obispos de una nacin, el servicio ms til que pueden
prestar al Pueblo de Dios, el gesto ms eficaz que pueden realizar, ser la demostracin
veraz y visible de su misin de amor. Pero, adems, dice el Concilio, sed padres y
hermanos de los presbteros, vuestros colaboradores en la obra del evangelio. Yo he visto
cmo Monseor Bello trata con bondad a sus sacerdotes y cmo se preocupa por ellos, y
su sencillez y su bondad los hace sentirse a gusto cuando dialogan en la verdad y en la
amistad, porque una de las grandes cosas que admiramos en un Obispo es su bondad, su

honda sensibilidad para hacerse amigo de sus sacerdotes y sembrar en ellos una confianza
para que se acerquen con el corazn en la mano y poder ayudarlos en todo cuanto
convenga para su misin pastoral.
Esta preocupacin por sus sacerdotes la seala el Concilio Vaticano II: "Traten
siempre con caridad especial a sus sacerdotes, considerndolos siempre como hijos y
amigos y por tanto, estn siempre dispuestos a orlos y promover en ellos la pastoral
ntegra de toda la Dicesis".
Aqu est tu seminario. Llevas sus almas juveniles en tu pectoral que muchas veces
has besado y no es un adorno sino una continua invitacin a dar la vida pro esa multitud
de jvenes que estn esperando de la Iglesia iluminacin y acompaamiento en el contexto
histrico tan difcil que les ha tocado vivir. Tal parece que una ola irresistible de violencia
y maldad los quiere azotar contra las rocas y dejarlos imposibilitados para levantar el
vuelo, como guilas cadas que desean volar y se ven con las alas destrozadas, y slo con
la fuerza de Dios y el amor de la madre pueden nuevamente remontar el vuelo.
Hace cinco lustros que llevas en el alma la inquietud de decirle al laico adulto que
ha llegado la hora de actuar, de hacerse presente con valenta, con firmeza en todas las
estructuras humanas para vivir la fe en Cristo y en su Iglesia de una manera ms luminosa
y ms profunda. Esa fe que tiene la hondura del mar y la anchura del cielo para mirar a
todos los horizontes de la vida humana. Al Buen Pastor no le faltan esos laicos amigos,
aqu estn presentes muchos, quienes dan su tiempo, su servicio, su dinero con alegra y
estn al lado de su Obispo con ejemplar devocin y gran cario.
Aqu el Seor Arzobispo podr nombrar a muchos que han compartido con l sus
problemas, sus anhelos, sus pobrezas y sus esperanzas. El laico sabe intuir la calidad
espiritual de sus pastores, quienes de una manera tan natural y espontnea son
naturalmente sobrenaturales, como lo fue aqul inolvidable primer Obispo Don Jos Pilar
Quesada.
Estos hombres a veces heroicos que se ganan el pan de cada da en las condiciones
difciles de la vida y desean llevar el mensaje del evangelio a todos los ambientes
cumpliendo sus responsabilidades polticas y cvicas en la vida matrimonial y familiar, en
todos los proyectos culturales y educativos, con fidelidad a Dios, afrontando situaciones
concretas donde el Pastor ha estado presente con una actitud humana y comprensiva.
Monseor Bello es un hombre que siempre tiene en sus labios la justa alabanza para
los dems, teniendo en cuenta aquello de San Agustn: "Al alabar lo bueno de los dems
nos hacemos mejores a nosotros mismos" (in PS 144, 1). "No llegaremos a ser hombres de
verdad si no partimos del hecho de que somos hombres, es decir, si no ascendemos de esta
humildad a aquella grandeza. No sea que creyndonos algo, sin ser nadie, no slo no
recibamos lo que nos falta, sino que; adems, perdamos lo que tenemos" (in Jn 1, 4). Qu
servicio tan valioso prestan al Reino de Cristo esos seglares que cuanto ms humildes son
ms grandes y son amigos sin condiciones y saben dar sin recibir!
Nadie puede reemplazar su accin en la Iglesia y hoy da les deseamos que nuestro
Seor les infunda un profundo espritu de amistad, de servicio y de amor con ocasin de
este Jubileo Episcopal de nuestro Arzobispo, quien bien sabe que Dios no toma en
consideracin los talentos, sino nuestra disponibilidad, aunque a veces parezca que no
hacemos nada.

Si hace veinticinco aos haba pocos operarios para el Reino de Cristo, hoy, gracias
a la oracin, a la promocin vocacional, han aumentado los sacerdotes y el Seminario se
ha visto socorrido por Dios con vocaciones sacerdotales, aunque sigue an muy notable el
desequilibrio para atender a los fieles de la Arquidicesis. Otra de las inquietudes de tu
corazn de Obispo ha sido formar sacerdotes entregados y generosos, ejemplo para
nuestro pueblo que tanto necesita de ese testimonio. Aqu estn presentes esos
colaboradores sacerdotes, a quienes amas con todo el corazn y, en el da de tu Jubileo
Episcopal vienen a decirte con su presencia que estn a tu lado, que te prometen seguir
con alegra y entusiasmo su trabajo apostlico en esta tierra de montaas y de mar,
devoradora de hombres, pero tierra de promisin y de esperanza.
Aqu estn tus sacerdotes, tus amigos, tus ntimos colaboradores, quienes vienen a
unirse contigo en una Accin de Gracias por los veinticinco aos de Obispo, en quienes
has dejado una huella de profundo agradecimiento porque han tambin dispensado tus
limitaciones y errores y han sabido sufrir contigo el no poder lograr cuanto hubieran
deseado en su tarea apostlica, Aqu, en esta tierra, en este Acapulco de contrastes, de mar
y montaas, de pobreza y aparente riqueza, de paz y violencia, donde la Virgen de la
Soledad siempre mira con sus ojos grandes para llenar de bondad a estos hijos amados
que sufren, pero que saben amar con fe la vida.
Siguen resonando en tu corazn de Pastor Bueno aquellas palabras que dijiste a
Cristo el da que recibiste la Uncin Episcopal: "Quiero especialmente seguir amando a
los pobres, a los inmigrantes, a los necesitados". T has estado presente ah donde hay un
hogar desintegrado, ah en la palapa ms humilde donde apenas tienen algo que comer; en
la barca del pescador que corre cada noche la aventura del mar con sus redes tejidas, con
la ilusin de lograr la pesca milagrosa; ah donde est el turista que viene a buscar el
descanso, ah donde est un hermano, an el ms pequeo, cargado de tristeza y de
soledad. Por algo tus ojos llevan un dejo de tristeza y una luminosa paz interior nacida del
manantial de tu bondad inagotable. Sobre todo, has estado presente ah en cada uno de tus
sacerdotes que amas y son el ms grande tesoro que Dios te ha regalado. Sin duda que los
presentas en la patena de esta Eucarista para que Cristo los guarde en su corazn y sean
identificados con el Buen Pastor. Tienes preferencia por los pobres, porque tienes un
corazn de pobre.
El Espritu de Dios recoge en este da de jbilo la voz de todas las criaturas, la del
mar en el pez que se mueve en el fondo de sus aguas y de la flor que hoy abri en la
montaa. La misma voz infinita que se levant desde el fondo de la tierra para dar gracias
a Dios por la Encarnacin del Verbo de Dios, en el seno virginal de Mara, hoy hace dos
mil aos.
En cada hostia, en la de hoy, en la de todos los das, en la que dentro de breves
momentos levantar el Pontfice para agradecer el don del cielo, se escucha la voz
silenciosa del ms profundo agradecimiento por el regalo del Buen Pastor. Dios recoge
esa voz y se complace enormemente. Los ngeles la escuchan con pavor y reverencia y
nosotros, inconscientes de tanta gloria, la elevamos sin cesar para pagar nuestras deudas y
cumplir con la ms grande de todas, la gratitud. Voces diferentes que cantan el mismo
himno a la bondad del Buen Pastor.

Padre, Pastor, amigo, no me queda sino decirte en coro: "Duc in altum" (Conduce a
lo alto). Hacia el amanecer de un nuevo siglo navega hacia la otra orilla en tu barca de
azcar. Aqu se queda tu voz, tu presencia, tu bondad. Sabemos que amas con toda tu alma
a tu esposa, la Iglesia de Acapulco y la llevars para siempre en tu corazn, tan ancha
como el mar y tan profundo como el amor a Cristo y a su Iglesia.
Que la sonrisa evanglica del primer Obispo de Acapulco nos ilumine y aliente para
subir contigo a tu barca hacia donde El nos espera, guiados por la Estrella de los Mares,
la Virgen de la Soledad, la Madre que te llen de bondad el corazn para ser el consuelo
de los pobres y de los humildes en esta tierra donde t naciste, has crecido, has amado
hasta dar tu vida por ella, como el Buen Pastor. "Duc in altum" Despus de tantas noches
de oracin y vigilia, lanza tus redes en nombre del Seor para la pesca milagrosa. Cristo
te espera all en la otra orilla.
El Seor Arzobispo Don Rafael Bello Ruz ha sentido la carencia de sacerdotes, ama
profundamente a todos los que anhelan servir a la Iglesia universal en los lugares ms
difciles y necesitados. Por eso ha impulsado con gran acierto a la Institucin de los
Misioneros de Cristo para la Iglesia Universal, con el apoyo decidido del Emmo. Seor
Cardenal Adolfo Surez Rivera, Arzobispo de Monterrey, quien tiene ese carisma de
promover, de abrazar los ideales apostlicos con un hondo sentido de Iglesia.
Estos hombres que trabajan en silencio con un gran corazn, con un anhelo de servir
son (para m) un tesoro y una gracia haberlos conocido de cerca. Y mi aprecio y mi
agradecimiento me piden que los tenga dentro del corazn porque me han enseado a vivir
buscando el bien y sembrando por donde quiera que pasan, la verdad de un evangelio vivo.
Monseor Bello sigue ah sintiendo el embate de las olas, los huracanes, los
contratiempos que no han sido pocos, y su cayado de Pastor ha florecido en tan buenas
obras, que nadie podr borrarlas. Arzobispo que vive un sacerdocio con el entusiasmo de
su verdad de hombre de Iglesia que ha nacido para hacer el bien.
Acapulco tiene un especial encanto: Asomarse al corazn de los nativos del puerto.
La visin encantadora de su baha nos seguir llenando de asombro. Y la barca de Pedro
seguir echando las redes sobre su hermoso mar.

DE CARA AL SIGLO XXI


A la vista del siglo XXI, el ao 2000 sera el marco de las Bodas de oro sacerdotales
del Primer Arzobispo de Acapulco, Monseor Rafael Bello Ruz, para lo que se haban
programado varios eventos de orden litrgico.
El principal, sera finales del mes de junio, el da 29 para ser exactos, aniversario de
su ordenacin narrada en estas mismas pginas. Monseor Bello Ruz encabezaba la
ceremonia de ordenacin de 10 diconos brotados del Seminario de El Buen Pastor.

Desde muy de maana -narra la periodista Lourdes Cobos Bautista de El Sol de


Acapulco- algunos cientos de los siempre fieles y miles de catlicos de Acapulco llegaron
al Seminario... Slo les haban ganado los elementos de trnsito y las patrullas que hacan
rondnes por el rea.... Monseor Bello Ruz se vesta con el traje ceremonial en un
improvisado camerino compartido con diconos, sacerdotes y obispos. A su lado, el obispo
de la dicesis Chilpancingo-Chilapa Efrn Ramos Salazar; ya listo, el vicario general del
Opus Dei, Rafael Fiol, con quienes compartira el momento tan especial.
Seguira la marcha de entrada, en la que el contraste entre tnicas blancas y casullas
rojas atrae la curiosidad de la reportera que se adentra: Slo Bello Ruz llevaba la mitra con
los colores papales, amarillo y blanco. El Obispo Ramos Salazar explic que la diferencia
entre la suya, blanca, y la del arzobispo de Acapulco, se deba a que ste oficiara la
ceremonia litrgica.
Otro detalle observado por Lourdes es el palio enlazado al cuello del prelado, que
lleva los tres alfileres de San Pedro -slo el Papa lleva cuatro- que simbolizan la muerte del
apstol crucificado bocabajo.
La ceremonia, presenciada por muchos por vez primera, fue imponente. La propia
reportera, dentro de la frialdad de su nota, deja entrever el impacto que le causara, como
cuando seala: Los diez diconos... cumplieron los ritos de rigor, aunque lo ms
emocionante vino cuando, luego de tirarse en el piso boca abajo, con el arzobispo, en
solitario, hincado frente al crucifijo, entregaron su servicio a Dios, mientras la Letana de
Todos los Santos, sonaba dulcemente lastimera.
Sin embargo, lo verdaderamente ms emotivo de la ceremonia, fue el anuncio hecho
por el propio Arzobispo: el hasta ese momento Obispo de Tuxtla Gutirrez, Chiapas, Felipe
Aguirre Franco, sera su Arzobispo Coadjutor!
Con ese anuncio, prcticamente se daba a conocer la jubilacin del amado Padre
Pato que, como su antecesor, Monseor Quesada, sin decir nada a nadie tramitara su
renuncia tres aos atrs ante la Santa Sede. La decisin que le llevara a esto fue la gravedad
de su enfermedad. Desde siempre, fue un hombre frgil, fsicamente hablando. La
enfermedad a la que se refera fue un problema gastrointestinal que le provocaba la intensa
actividad a la que se entregaba. Estrs, ahora le llaman.
Toc al Vicario de la Arquidicesis, Monseor Angel Martnez, dar lectura al texto
oficial durante la celebracin ritual por los 50 aos de sacerdocio del prelado y en donde el
prelado considera que este acontecimiento es un signo visible del amor de Dios y que
responde a la necesidad de que un servidor -prximo a cumplir la edad cannica para
presentar mi renuncia al Sumo Pontfice- sea asistido en el gobierno pastoral de nuestra
amada Iglesia Particular.
Monseor Felipe Aguirre Franco era un hombre de 66 aos nacido en Encarnacin de
Daz, Jal. con estudios de Filosofa y Teologa en el Seminario Mayor Diocesano de San
Jos de Guadalajara. Se orden sacerdote el 22 de marzo de 1958, recibindo su
consagracin episcopal en Tuxtla Gutirrez, Chis. el 25 de abril de 1974. Tom posesin
como Obispo Diocesano de Tuxtla Gutirrez el 29 de junio de 1988. Fue miembro de la
Comisin para la Reconciliacin y la Paz en Chiapas.
La llegada del Arzobispo Coadjutor sera... cuando el Papa lo indique.

A la ceremonia asistieron infinidad de personajes interesantes de la sociedad portea


y las costas. El cario por el Padre Pato no haba mermado un pice. Por el contrario, se
desbordaba en una multitud que abarrotaba el Seminario.
Sin el afn de omitir a algunos, podemos recordar a Marcelino Miranda Aorve,
entonces Secretario General de Gobierno, al Presidente Municipal Zeferino Torreblanca, a
la Senadora Guadalupe Gmez Maganda, al Notario Cuauhtmoc Garca Amor, a la
alcaldesa de Tecpan de Galeana, Sandra Belkins Ocampo y muchos, muchos ms que
asistieron al evento con sinceridad, respeto y admiracin por el hombre que ya haba dejado
toda una lnea en el devenir de su dicesis.
Al da siguiente, el prelado se trasladara a Chilpancingo para comentar con el
Gobernador del Estado, Ren Jurez Cisneros, la proximidad de su retiro y la llegada de su
coadjutor. El gobernante aprovech la oportunidad para felicitar a Monseor Bello con
motivo de sus Bodas de Oro sacerdotales.
Monseor Bello Ruz haba empezado el ao asistiendo al Vaticano para participar en
la elevacin a los altares de 27 Santos mexicanos. A su regreso, recorri las dos costas
inaugurando cinco parroquias, entre las que destacan Las Vigas, Tres Palos y Plan de Los
Amates, sinnimo de que la Iglesia crece, deca jocoso a los reporteros.
A mediados de junio encabezara los festejos por los dos milenios de existencia de la
Iglesia, acto en el que participaron cientos de grupos religiosos que abarrotaron el Saln
Teotihuacan del Centro Internacional Acapulco.
Monseor Bello Ruz fue el primero en hacer uso de la palabra para sealar que
contra los dos mil aos de existencia de la Iglesia, apenas haca cuarenta en que, por orden
del Papa Paulo VI, se creara la dicesis de Acapulco, que era jurisdiccin de Chilapa, y tan
slo 17 en que Juan Pablo II la elevara a Arquidicesis.
Tambin en Tecpan, su tierra natal, le tenan preparada una misa solemne de accin
de gracias para principios de julio, con un gran recibimiento popular que se volva
costumbre a fuerza de cario.
Ramn Sierra, el periodista coordinador de El Machete Costeo, la pgina de los
tecpanecos en El Sol de Acapulco, que entre sus letras, comentarios y ancdotas, oculta al
historiador que existe en l pero se niega a reconocer por modestia innata, deca: Un gran
recibimiento a este ilustre tecpaneco, que ha puesto en alto el nombre de su tierra en las
universidades del mundo donde ha estudiado y que se ha ganado el respeto de los gobiernos
de Mxico y del Estado de Guerrero, por las investiduras que ha adquirido a lo largo de su
carrera eclesistica; y que se ha dado a conocer como buen investigador histrico y escritor
ameno en esta pgina del Machete Costeo, desde la que sus paisanos que en ella escriben,
lo felicitan por haber llegado a los cincuenta aos como sacerdote y veintisis como gua
espiritual de la Arquidicesis de Acapulco.

Eran los das finales del mes de septiembre cuando llegara el coadjutor del Arzobispo
Bello Ruz, que fuera recibido con los brazos abiertos por ciudadana, feligresa,
autoridades y mitra.
La llegada de Monseor Felipe Aguirre Franco llena de regocijo a los guerrerenses
por su sensibilidad y calidad humana, aseveraba el entonces gobernador del Estado, Ren

Jurez Cisneros, al dar la bienvenida al arzobispo coadjutor sealando firmemente: El


combate a la desigualdad y la marginacin social es el objetivo comn de la Iglesia catlica
y el gobierno de Guerrero.
Estaban presentes en esa bienvenida el Nuncio Apostlico Leonardo Sandri, los
Cardenales Norberto Rivera Carrera, de Mxico; Juan Sandoval Iiguez, de Guadalajara; y
Adolfo Surez Rivera, de Monterrey, acompaando al Arzobispo de Acapulco, Monseor
Bello Ruz.
Por el mes de junio del 2001, ya en su calidad de Arzobispo Emrito, Rafael Bello
quiso entusiastamente asistir a la imposicin del palio arzobispal a Monseor Aguirre
Franco. Le acompaaba el Padre Adolfo Pita, Rector del Seminario El Buen Pastor.
La ceremonia se efectu en la Plaza de San Pedro del Vaticano y, de pronto, cay un
aguacero de esos que hacen historia. El Santo Padre y algunos de los Obispos asistentes,
cubiertos por las grandes mantas ornamentales que colocan, no tuvieron gran problema.
Pero Monseor Bello Ruz s. El aguacero lo empap y, a raz de esto, su frgil cuerpo lo
resinti fuertemente vinindosele una neumona de pronstico reservado.
Nuestro Arzobispo padeca de los bronquios. Constantemente sufra de gripas y,
cuando se alargaba alguna, le afectaba los bronquios.
El da dos de julio fue hospitalizado de inmediato y atendido por el Dr. Billota,
mdico de cabecera de la Madre Teresa de Calcuta, en el Hospital Salvator Mundi, pero
Monseor Aguirre Franco deba regresar, as es que se llam al Padre Pedro Torres para
que fuese a Roma a asistirle. Quedara mientras a su cuidado el Padre Pita.
El 9 de julio, tras el regreso de Monseor Felipe Aguirre Franco, los medios daban a
conocer la noticia:
Internan de emergencia a Bello Ruz en Roma.- Novedades.
Estable, la salud de Bello Ruz en Roma.- Sol de Acapulco
Bello Ruz est hospitalizado en Roma; recay por insuficiencia en una arteria.- El
Sur
Se prevea la posibilidad de que fuese intervenido quirrgicamente en el Hospital
Agostino Gemelli, el mismo en que atendieron varias veces al Papa Juan Pablo II.
Pero... qu le pas en realidad a Monseor Bello Ruz que los peridicos nacionales y
regionales hablaron de un problema cardiaco?
La respuesta la da el propio Padre Pedro al sealar que la fuerte neumona se
complic -por cuestiones de la edad del prelado- y la cartida se semicerr, presionada por
la inflamacin de los pulmones, causndole una especie de parlisis en la mitad de rostro
que, milagrosamente, el arzobispo super en unos cuantos das.
Antes de partir a Roma, el Padre Pedro dio lectura a un e-mail transmitido el da 11
en el que se anunciaba una notable mejora del Arzobispo.
Cuando lleg por l a la Ciudad Eterna, Monseor le esperaba caminando. No hubo
necesidad de una silla de ruedas.
La medicina en Roma es muy lenta. El ambiente hospitalario por tanto es aburrido y
desesperante. Para la forma de ser de Monseor Bello, aquello era una tortura, as es que
pidi regresarse a su patria a la mayor brevedad.
El Dr. Billota seal la necesidad de que Monseor se quedara ms tiempo, pero el
Padre Pedro le coment que, psicolgicamente, quedarse pudiese afectarle ms que
regresar.

El lunes 16, Novedades de Acapulco informaba que, entre ese da y el siguiente,


Monseor Bello Ruz llegara de Roma, bajo un firme estado de recuperacin.
El Lic. Ren Jurez Cisneros, gobernador del Estado de Guerrero, haba estado
pendiente de la salud del Arzobispo y, al enterarse de su retorno, envi a la ciudad de
Mxico un equipo de mdicos, encabezados por el cardilogo Virgilio Gmez Moharro que
le revis exhaustivamente y, al no encontrar mayor problema, le trasladaron al puerto.
A su llegada, el amado prelado no se estuvo quieto y, quienes le cuidaban... se lo
permitieron.
Lo nico que necesitaba para ese momento era terapia, pero no una terapia con
terapeuta, sino moverse, caminar, hacer algo, seala el Padre Pedro Torres. Dos meses
antes ya haba sufrido un desmayo... el Dr. Rolando Heras, su mdico de cabecera, dio el
visto bueno para ir a Roma... pero se atraves la lluvia aquella y fue lo que afect a
Monseor.
Me hizo recordar en esos momentos que, hace muchos aos, siendo yo todava un
chamaco, en el seminario, notamos que el Padre Pato tena un raro movimiento de
cabeza. Pensamos que era el mal de Parkinson, pero por respeto no dijimos nada. Un da,
lleg un sacerdote muy especial de Medjugorje que tena el don de la sanacin. Recuerdo
vagamente al Padre Pato inclinado y al sacerdote aquel imponindole las manos.
A partir de ah... el Padre Pato san por completo. Jams volvi el tic a su cabeza.
Durante alguna de nuestras plticas con el Padre Pedro Torres le pregunt de golpe:
-Padre, considera Usted a Monseor Bello un santo? es decir, un hombre que, al
morir, ser digno de que se le inicie una causa?
Sin perturbarse, el sacerdote me contest:
-Monseor Bello es un santo... en vida... un hombre al que sus feligreses ya
consideran santo sin necesidad de causa alguna...

Xavier Saavedra, esposo de su hermana Dulce, dej un tinte ms de luto en el corazn


de Monseor Bello el 9 de febrero del 2002.
Algn otro momento de dolor debi haber motivado a Monseor Bello Ruz a
describir la belleza de la guadalupana en:
EL AYATE PRODIGIOSO
Por Mons. Rafael Bello Ruz
El ayate en que milagrosamente se apareci la Imagen de Nuestra Seora de Guadalupe,
era el abrigo de Juan Diego hecho de ixtle blanco y bien tejido. Porque en aquellos tiempos de
1531, el ayate era la ropa y abrigo de todos los pobres indios; slo los nobles y valientes
guerreros se vestan con mantos blancos de algodn.
Este precioso ayate en que se apareci la Reina de los mexicanos era de dos piezas, cosidos
con hilo blanco. Su hermoso rostro era muy grave y noble, un poco moreno. Tiene sus manos

juntas sobre el pecho Su cinto que cae en dos moos es de color morado Solamente su pie
derecho descubre un poco la punta de su calzado color de ceniza.
Su ropaje es color rosado y est bordado con diferentes flores todas en botn y de bordes
dorados. Prendido en su cuello est un anillo dorado y en medio una cruz. Su velo, es de color
azul celeste y para nada cubre su rostro, y cae hasta sus pies. Dicho velo tiene toda su franja
dorada y est tachonado con estrellas de oro que son en nmero de cuarenta y seis. Su cabeza se
inclina hacia la derecha, dando a entender que est dialogando con una persona, es decir, con
Juan Diego a quien le dice: "Hijo mo, tierno y delicado, aqu estoy yo, que soy tu Madre".
A los pies de la Virgen est la luna, cuyos cuernos ven hacia arriba. Se yergue
exactamente en medio de ellos y de igual manera aparece en medio del sol, cuyos rayos le
rodean por todas partes. Son cien los resplandores con figuras de llamas.
Esta preciosa imagen da la impresin de que va corriendo sobre un ngel, llevando en sus
manos el velo de la noble Seora. Va el ngel con los brazos desplegados, en actitud de volar y
luciendo sus ricas plumas de color bermejo y verde, parece mostrarle el Valle de Anahuac que le
canta:
"Si algn pueblo nos robara
tu retrato celestial,
nuestra Patria se acabara
de gemir y de llorar."

EN VIDA HERMANO... EN VIDA!


A principios del mes de noviembre del 2002, un grupo conformado por la sociedad
civil y el arzobispado de la dicesis, planearon rendir a Monseor Rafael Bello Ruz,
Arzobispo Emrito de Acapulco, un sentido pero sincero homenaje.
Reunidos en el restaurante Villa Rosaura de la Costera Miguel Alemn, el Comit
Organizador Pro Homenaje qued conformado por el propio Arzobispo de Acapulco,
Monseor Felipe Aguirre Franco, en su calidad de Presidente; Sergio Surez, Promotor;
Guadalupe Gmez Maganda y Gala Martn como Vicepresidentas; Mari Carmen Tenopala,
Tesorera; y Rossana Ros como Secretaria.
En el entusiasta grupo estaban tambin Luci Guilln, Ma. Cristina Chvez, Ramn
Sierra, Fernando Alvarez, y el Dicono Vctor Jess Nuez como vocales. Lupita de la
Colina, Alma Lobato Pano, Luchi de Andrs y Enrique Hernndez fungiran como
auxiliares en la organizacin del evento.
El motivo del homenaje: la intensa trayectoria del prelado y los beneficios llevados a
su grey por su inmensa obra pastoral.

Fue el da 20 de ese mismo noviembre en que la sociedad portea se dio cita en el


Seminario El Buen Pastor, una de las magnas obras del prelado, para dar rienda suelta a su
agradecimiento y devocin.
Los eventos iniciaron con una misa concelebrada por el propio Arzobispo Emrito,
Monseor Rafael Bello Ruz; el Arzobispo Felipe Aguirre Franco; y algunos de los
sacerdotes que fueron colaboradores del homenajeado durante su mandato.
La homila estuvo a cargo de Monseor Aguirre Franco, Arzobispo de Acapulco, que
seal:
Aqu, en este Seminario del Buen Pastor, se van a colocar dos esculturas importantes
y significativas: la de Jess Buen Pastor, y otra que ser develada esta noche con la figura,
de busto, de aquel que ha sido una imagen viva del Buen Pastor en Acapulco: Monseor
Rafael Bello Ruz...
...Excelentsimo Seor Arzobispo Don Rafael Bello Ruz, con cuanta razn el Papa
Juan Pablo II te dirigi este mensaje cuando hace algunos aos cumpliste tus Bodas de
Plata Episcopales: Te unen estrechos vnculos a la Iglesia de Acapulco, pues a ella has
dedicado tus desvelos y tu apostolado. Despus de tu ordenacin sacerdotal, como
primicia de tu Sacerdocio, comenzaste a tener cuidado tanto de Seminaristas como de
laicos varones y mujeres; todo lo cual realizaste, con la prudencia y la plenitud de la sana
doctrina que recibiste en otras naciones... a la grey a t encomendada, le has dedicado tus
facultades y tu solicitud pastoral. De igual modo tu diligente labor se extiende al cuidado
de los Seminaristas, los laicos y los universitarios... te queremos expresar vivamente
nuestro fraternal afecto. Imploramos a Dios, que te recompense plenamente todas tus
labores...
Yo mismo he podido comprobar que a travs del tiempo -sigui diciendo Monseor
Aguirre Franco- te has hecho todo para todos, para ganarlos a todos, para Cristo y para
su Evangelio y has entregado todo tu tiempo, toda tu vida, todos tus estudios y todos tus
sueos, al servicio de este pueblo guerrerense. Tus estudios de Doctorado en Derecho
Cannico los has hecho manantial en medio de esta Iglesia de Acapulco. Hasta que se
forme Cristo (Gal 4,19). En tus 52 aos de Sacerdocio, en Chilapa, en la Parroquia de la
Sagrada Familia en Acapulco, en el Seminario de esta Dicesis; como Obispo Auxiliar,
como sucesor del 1er. Obispo de esta Iglesia Particular, y como Primer Arzobispo de
Acapulco, tu vida sacerdotal ha quedado marcada por el Santo Cura de Ars, San Juan
Mara Vianney, cuyas vestiduras y vasos sagrados pudiste utilizar en el da de tu Primera
Misa. Pero posteriormente, te revestiste con las vestiduras del Buen Pastor, imitando y
acompaando al Siervo de Dios, Don Jos Pilar Quesada Valdz, cuyo manto de bondad
has heredado.
Existe una historia en lengua latina que nos cuenta que un da alguien visit una
ciudad donde era muy famoso un personaje. Despus de recorrer los jardines, atrios y
plazas, pregunt: Dnde est algn monumento a la memoria de ese personaje? A lo cual
le contestaron: si monument aquaeris, circumspice... si buscas su monumento, mira a tu
alrededor.
Monseor Rafael Bello Ruz, aqu hay algo ms importante que va a simbolizar este
monumento que se va a develar, aere perennius, ms perenne que los bronces que lamen
los siglos: tu obra de fe, tu paternidad fecunda, este bello Seminario del Buen Pastor.

Has combatido el Buen Combate, has guardado y difundido la fe. Aqu estamos
nosotros, los que representamos en esta Arquidicesis, tu gloria, tu corona y tu
monumento.
Al terminar el sacrificio de la Misa, organizadores, autoridades y amigos se
congregaron para develar la escultura de bronce que, de busto, representa al amado prelado.
Corrieron la cortinilla Guadalupe Gmez Maganda, titular de la Secretara de Turismo del
Estado, y Alberto Lpez Rosas, entonces Presidente Municipal electo de Acapulco.
En ese mismo acto, los miembros del Comit hicieron entrega de un cheque por cien
mil pesos, ganancia de los eventos en pro, que seran destinados para fortalecer la accin
sacerdotal del seminario. Espontneamente, Lupita Molina hizo entrega de 50 mil pesos
ms con el mismo fin y, para no quedarse atrs, su hija, Paty Molina, agreg otros 20 mil.
La Orquesta Filarmnica de Acapulco hizo acto de presencia con su muy gustado
repertorio y Monseor Aguirre Franco aprovech para lucir sus dotes de Director supliendo
por un par de piezas al titular, el estimado Maestro Eduardo Alvarez que, para cerrar con
broche de oro, interpret la Obertura 1812 de Chaikovski, con un final en el que tambores y
platillos resuenan con grandeza, aprovechado por los escengrafos para dejar correr, en ese
preciso momento, cientos de cohetes que esparcieron tronido y luz multicolor por los cielos
que cubran el seminario.
El da culmin con una cena de gala servida en los propios patios del Seminario y
bajo la supervisin de Susana Palazuelos.
Es aqu, precisamente aqu, donde queremos reiterar algo que creemos necesario. Ya
hemos sealado el que la conseja popular considera a un Obispo o Arzobispo, sobre todo
por la tradicin degradante o por lo lujoso de sus ornamentos lucidos en las ceremonias,
como un hombre de dinero, un hombre rico. Sin embargo, y principalmente Monseor
Rafael Bello Ruz, es todo lo contrario. Su pobreza es manifiesta, tanto espiritual como
material.
Pero no confundamos pobreza con miseria. La pobreza es modestia econmica, la
miseria es carencia lacerante. La pobreza de espritu del Padre Pato fue llevada al extremo
de la pobreza material.
Pero... de dnde el dinero para construir un seminario de tal magnitud? de dnde el
dinero para viajes a Europa? de dnde para los coches?
Cualquier detractor tendra aqu materia para alimentar su alma de come-curas; sin
embargo, la realidad supera la fantasa.
El Seminario El Buen Pastor, el ms grande amor de Monseor Bello, que llegara
bajo su mandato al mximo esplendor, a la mxima dedicacin de enviar sacerdotes a
preparase en Roma, fue financiado en su primera fase, por la dicesis. Para esa segunda
etapa, en la que se convierte en Seminario Mayor, los principales actores fueron Jos
Francisco Ruz Massieu y Adveniat, una organizacin alemana dedicada a ayudar a la
comunidad cristiana de Latinoamrica. Ha construido seminarios a lo largo y ancho del
mundo y beca a sacerdotes que van a Roma a terminar sus estudios.
Es importante sealar que prcticamente se hizo todo nuevo. Lo viejo se derrumb.
Adveniat construye la Casa de las Hermanas, el comedor, la cocina. Con el respaldo del
Padre Julio Hernndez y el apoyo diocesano se hace la primera parte del edificio del
Seminario Menor. A pico y pala se hacen las canchas y un bungalow que ocupa

actualmente el Rector del Seminario. En la poca del Padre Arturo Nava como Rector, se
construye el comedor.
En 1989, un filntropo italo-suizo, Paul Marcial, se ofrece a hacer la parte del
Filosofado, la Biblioteca, y el recibidor -que ahora es la Capilla del Santsimo- demoliendo
el galern. Finalmente, Jos Francisco Ruz Massieu llega a la gubernatura y Doa Cuquita,
madre del gobernante y amiga de Monseor Bello, logra que se construya la Capilla, la
Glorieta y el Teologado y con ello se convierta en Seminario Mayor.
Por cierto que la ceremonia de inauguracin -ya sealada anteriormente, es uno de los
primeros actos en los que se muestra la nueva relacin iglesia-estado. Como detalle curioso,
hay un punto en el que Monseor cede en algo: que en la hermosa Capilla estuviese San
Francisco, en honor de su benefactor, y la Virgen de Guadalupe, de la que es muy devota
Cuquita.
Era Rector del Seminario Menor el Padre Pedro Torres y del Mayor el Padre Carlos
Alvarez.
Fue a Ren Jurez Cisneros, ya como gobernador, a quien correspondiera poner su
granito de arena construyendo la barda perimetral del conjunto arquitectnico seminarista.
La casa que tiene Monseor Bello en el Seminario, fue construida, con el apoyo
econmico de Agere, institucin que apoya a los sacerdotes para hacerles sus curatos o
casas habitacin. La obra se realiz durante un viaje del prelado a Roma, pues l viva en
un pequeo cuarto modesto a cual ms. Aquella casita de madera con lminas de asbesto ya
descrita en pginas anteriores. Incluso, se cuenta entre los propios seminaristas, que
Monseor Bello Ruz manifest cierta molestia cuando regres y le dieron la sorpresa.
Monseor lleg a perder la nocin del dinero -en su pobreza espiritual- que pas a
segundo o tercer trmino para l. Cuando alguien le manifestaba una necesidad, l sacaba el
dinero que tena en su bolsa y lo proporcionaba al quejoso; cuando asista a una comida con
otros sacerdotes, sacaba la cartera y se la daba al Padre Pedro para que pagara -algo que por
cierto aprendi de Monseor Quesada-; logr el equilibrio, el justo medio entre la riqueza,
la pobreza y la miseria. Viva con lo necesario. Lo dems, lo daba a quien ms lo
necesitara, fuera el seminario, alguna institucin, o persona en particular.
Jurez Cisneros apoy tambin el sistema de becas para sacerdotes que viajaban a
Roma para realizar sus estudios y quien estuvo pendiente de una atencin que iniciara Jos
Francisco para con el prelado: proporcionarle un vehculo nuevo, que se vieron obligados a
cambiarle cada ao debido a que, con motivo de sus constantes viajes, prcticamente se
acabara en ese tiempo. Estos autos, siempre y por decisin de Monseor, fueron austeros.
El carrito gris en que actualmente se transporta, fue un regalo personal del gobernante a su
retiro como Arzobispo Emrito.
Hablar de autos nos hace recordar que el Padre Pato dej de manejar cuando,
circulando en su inolvidable vochito El Periquito, un energmeno de trnsito le detuvo por
una infraccin menor pero, se puso tan impertinente y grosero ante el sacerdote, que ste
simplemente dijo: no vuelvo a manejar!... y lo cumpli.
Actualmente, para su retiro y goce de su vejez, la comunidad religiosa le remodel
una casa de los sesentas, que pertenece a los Padres Franciscanos Conventuales, ubicada en
La Mira, una colonia clasemediera pero con una inmejorable vista al mar. Esa ser su Casa
Episcopal, a donde se le traslad al final de esta biografa.

El homenaje termin felizmente, pero... cosa curiosa, bajo esa lluvia de cohetes y
luces multicolores, el Padre Pato, hizo un recuento de su rama familiar encabezada por sus
padres: Don Calixto Bello Rizo y Doa Ma. De la Luz Ruz Reyes.
Pasaron por la mente sus hermanos Graciano, Jos Casto, Rafael, Margarita, Jorge,
Genaro, y Dulce Mara. De ah parta todo.
Por parte de su ta Na, tuvo dos primos: Lucre y Gilberto, el Beto aquel que
menciona en sus cartas a veces.
Por el To Jos, hermano de su mam, a sus primos Dustano, Gaspar, Luis, Jaime,
Alicia, Aurora, Eduardo, Gena (Genarita) y Olga.
Cmo olvidar a su abuelos, Apolinar Ruz y Genara Reyes por la lnea materna, y
Albino Bello y Margarita Rizo por la paterna.
De todos ellos se desprende una nueva generacin que conforman sus sobrinos
Graciano Jess, Ma. Yolanda, y Rafael, hijos de Graciano y Yolanda Ruz Fernndez; Ma.
de la Luz, Rafael, Martha, y Mnica, hijos de Casto y Lucrecia Daz Caro; Carmen Fabiola,
heredera de Genaro y Carmen Espinoza; y Dulce Mara y Salvador Alejandro, hijos de
Xavier Saavedra y Dulce Mara.
Lita y Don Agustn hicieron un feliz matrimonio que dur hasta el fallecimiento de l,
pero no tuvieron descendencia.
Mientras elevaba la vista hacia un destello especialmente luminoso de color azul
violceo, Monseor sigui el recorrido familiar, ahora con los hijos de sus primos, sobrinos
tambin al fin y al cabo.
Por Beto: Alejandro, Tomasita, Ma. de los Angeles, Rosa, Andrs y Carmelita...
nicamente, porque de ah en adelante los dems eran ya sobrinos nietos... Dios! Cmo
pasa el tiempo!
Por Graciano Jess: Sara, Jordn, Sofa y Gabriel. Por Yolanda: Francisco, Pedro y
Paulina. Por Rafael Bello Ruz: Christopher y Alexander, los gemelos. Por Rafael Bello
Daz: Itzel, Lupita y Luz del Rosario, a quien todos llaman Lucero. Por Mnica: Mnica y
Martita. Por Ma. de la Luz: Judith, Jorge y Alejandra. Por Martha: Ramn, Roberto y
Antonio.
Y, como para pensar un poco ms en el tiempo, estn los biznietos. Por Itzel: Lizbeth
y Rafael Antonio... y por Judith: Baldomero y Frida Mara.
Eso s, todos ellos amorosamente orgullosos de su Padre Pato.

LA SERENA QUIETUD
DEL MOVIMIENTO ETERNO
Cuando se habla de un Arzobispo Emrito, se habla de un hombre retirado, jubilado
pues, que tras largos aos de esfuerzo y trabajo, se supone est descansando. Con
Monseor Bello Ruz no es as, aunque muchos lo pudiesen considerar. No hay semana en
la que no participe en algn tipo de evento, reciba invitaciones o simplemente abra las
puertas de la casa de su hermana Lita, donde radica actualmente, para atender visitas que

vienen lo mismo de su querido Tecpan que de Espaa, Alemania, Francia, Canad, Roma o
cualquier confn del mundo.
Muchos de los que llegan a verle son sacerdotes ordenados por l aos atrs, alumnos
de alguno de los seminarios en que dio ctedra, excompaeros de estudios o religiosas que
vienen a agradecerle el apoyo brindado a sus congregaciones. Todos tienen un comn
denominador: no le olvidan.
Los muros de la pequea casa ya deben ser polglotas a fuerza de escuchar tantos
idiomas diferentes en los que una sola palabra coincide en ellos: gracias.
En ningn momento ha dejado de recibir la atencin de sus allegados, por el
contrario, ya quisiera un monarca tener a tanta gente dispuesta a auxiliarle, y sin inters
alguno ms all del agradecimiento y el cario.
Viva en su casa del Seminario del Buen Pastor, cuenta el Padre Pedro, pero como el
seminario cierra en determinadas ocasiones, Monseor se quedaba solo, totalmente solo.
En poca de vacaciones, por ejemplo, seminaristas, sacerdotes y religiosas se retiran a sus
casas o congregaciones. Hace aos, para l era agradable poder disfrutar de esa soledad,
segn seala. Pero ahora, con su edad avanzada, no podamos permitir que se quedara
solo, encerrado, con el inherente riesgo que corre una persona octogenaria en la soledad,
as es que fue por eso de decidimos llevarle a vivir a casa de Lita, su hermana.
Y as fue. Sin embargo, considerando que Lita ya tampoco es una jovencita,
consiguieron el apoyo de la congregacin Misioneras Catequistas de San Jos, que les
envi un par de religiosas para ayudar en el cuidado y proteccin de Monseor Bello Ruz.
La Hermana Ma. Isabel Cuevas Saldaa, originaria de Guadalajara Jal., y una de las
religiosas designadas para el servicio de Monseor Bello cuenta: Yo lo conoc apenas en el
2001, cuando nos pidi una misin para San Jernimo. Yo era ms joven, y l estaba ms
repuesto, ms fuerte. Tengo tres meses a su servicio porque el Padre Pedro Torres solicit
unas religiosas a nuestra congregacin. Yo estaba en Cerritos, San Luis Potos, pero me
ordenaron venir a Acapulco, donde llegamos el 30 de octubre.
Si bien conozco poco de su vida, he escuchado los relatos y plticas de quienes le
visitan y se adivina una humildad y servicio en un hombre incansable y misionero. Es un
hombre sencillo, pero fuerte espiritualmente. Es un hombre capaz. Me siento contenta de
estar a su servicio. Mucha gente le tiene ya como un santo. Un hombre de Dios que
siempre predic el evangelio.
La Hermana Anglica Olivo Martnez, de la misma congregacin, y originaria de
Rayn, S.L.P., es la otra religiosa que cuida de Monseor Bello. Yo le conoc en 1996,
cuando viv una temporada aqu al servicio de la parroquia de Cristo Rey como
evangelizadora. Auxilibamos a Monseor Angel Martnez. Cuando bamos a las
asambleas diocesanas en la Casa Vianney, conoc a Monseor Bello y le empec a tratar.
A nosotros nos tocaba asear el cuartito de Monseor. Fui testigo de lo mucho que le
queran los indgenas por su entrega total a Dios en su misin como Obispo. Me llamaba
la atencin su dedicacin a los sacerdotes y a la formacin de sacerdotes. Dej muchas
huellas en el camino. Dicen que como l... ninguno!
El da 7 de marzo del 2006, ya cercana la culminacin de esta biografa, el Padre
Pato cumpla ochenta aos. Desde das antes, y hasta varios das despus, las
manifestaciones de cario no se hicieron esperar.

El da 5, la Parroquia de la Inmaculada le invitaba a la misa en su honor ofrecida por


el Club Serra, y oficiada por el Padre Angel Cuevas Gutirrez y el dicono Alfonso Reyes,
que culmin con un opparo banquete servido en el Saln parroquial Juan Mara Vianney, y
amenizado por un popular mariachi.
Casi pasbamos por alto la relevancia de este Club Serra, que funciona como agente
de las vocaciones sacerdotales mediante una muy definida pastoral. Est dedicado a
fomentar una educacin integral, teniendo como modelo a Jess; fortalecer la integracin
de sus miembros identificndolos con el carisma del movimiento, y participar activamente
en las celebraciones de los sacramentos.
Fundado en 1934 por cuatro laicos en Seattle, Washington, cuenta ahora con 832
clubes en 37 pases con ms de veinte mil asociados en todo el mundo. Fue bautizado con
ese nombre en honor de Fray Junpero Serra, misionero franciscano espaol que evangeliz
los territorios californianos.
En la Perla del Pacfico, treinta aos despus, en 1964, quince hombres de buena
voluntad fundan el Club Serra Acapulco, teniendo como primer Capelln al Presbtero
Rafael Bello Ruz, fuerte promotor de la fundacin. De entre aquellos fundadores destaca el
recuerdo de Jos Bustamante, Maximiliano Sampedro, Jess Ornelas y el Dr. Mauricio
Cagigas Adalid. Bendijo la mesa y los alimentos de esa reunin el Excmo. Sr. Don Jos
Pilar Quesada Valds, Primer Obispo de Acapulco.
A lo largo de estos 42 aos de existencia, ha tenido como Presidentes a relevantes
personajes de la sociedad portea entre quienes destacan el propio Maximiliano Sampedro,
en el perodo 1964-66; el CP Rubn Huerta Marn, 81-83; Romeo Franco 86-87 y Vicente
Andrs Snchez que fungiera como tal de 1990-92 y nuevamente del 2001 al 2002, siempre
apoyado por la infatigable Ma. de la Luz Saab de Andrs, a quien todos llaman
cariosamente Luchi.
Actualmente, rige los destinos del Club Serra porteo, William Alexander, auxiliado
por Carmen Bahena de Alexander, bajo la fraternal mirada de su capelln, el Padre Angel
Cuevas Gutirrez, siendo Gobernador del Distrito 150 conformado por Toluca, Cuernavaca,
Acapulco y dos clubes de la Ciudad de Mxico, el Ing. Alejandro Berea Lagarda, y
Presidente Nacional Alejandro Carbajal.
Una mencin especial merecen dos integrantes poblanos que fueran presidentes
nacionales, y cuya amistad con Monseor Bello ha sido larga y fructfera: Jordi Pauhl
Cacho y su esposa Graciela Robledo de Pauhl.
Los festejos por el octagsimo aniversario de Monseor Bello, continuaron. El da 6
le levantaron los seminaristas con una serenata maanera. Ms tarde le invitaron a comer en
la casa de Don Sergio Surez con la asistencia del Arzobispo Felipe Aguirre Franco; Juan
Navarro, Obispo Auxiliar, y el Padre Salvador Cisneros. La comida fue amenizada por un
tro que enton algunas de las piezas que tanto gustan al prelado, y recibi por la tarde a
otro grupo de seminaristas que llegaron a felicitarle.
El preciso da 7 se concelebr misa en Catedral en un ambiente fraterno y de alegra
en el que participaron sacerdotes, religiosas y laicos.
La eucarista fue presidida por Monseor Bello, en colegialidad con Monseor Juan
Navarro, Obispo Auxiliar y ms de quince sacerdotes.

La homila estuvo a cargo del Padre Blandino Brcenas, quien present una
semblanza del prelado con esa atingencia histrica que tiene como don especial, destacando
el que Monseor Bello entreg un presbiterio unido.
Fue particularmente hermosa la reflexin de Monseor Navarro sobre la forma de
interpretar el Padre Nuestro del Presbtero Jos Luis Martn Descalzo, sacerdote y escritor
espaol:
Hijo mo que ests en la tierra, preocupado, solitario, tentado: yo conozco
perfectamente tu nombre, y lo pronuncio como santificndolo, porque te amo. No, no ests
solo, sino habitado por m, y juntos construimos este reino del que t vas a ser el heredero.
Me gusta que hagas mi voluntad, porque mi voluntad es que t seas feliz, ya que la gloria
de Dios es el hombre viviente. Cuenta siempre conmigo y tendrs el pan para hoy. No te
preocupes, slo te pido que sepas compartirlo con tus hermanos. Sabes que perdono todas
las ofensas, antes incluso que las cometas. Por eso te pido que hagas lo mismo con los que
a t te ofenden. Para que nunca caigas en la tentacin, tmate fuerte de mi mano y yo te
librar del mal, pobre y querido hijo mo.
El da 8, el Padre Frederick le invit a comer al restaurante La Mansin, famoso por
sus costillitas BBQ a la texana, platillo del que Monseor gusta mucho.
El da 9 le visitaron las hermanas religiosas de la Congregacin de Consagradas del
Santsimo, conocidas cariosamente por Monseor como sus azulitas, que le cantaron las
maanitas y le llevaron un pastel.
Por la noche sali con el Padre Pita, Rector del Seminario; el Padre Nicols Orbe, de
Tecpan, y el Padre Mario Palma, a cenar al restaurante Coyuca 22.
El da 11 le invitaron las religiosas de Costa Azul pertenecientes a las Misioneras
Catequistas de San Jos, y el Padre Gustavo Quevedo, prroco del Sagrado Corazn de esa
colonia.
El da 12, Fernando Alvarez le invit a comer a su restaurante El Jaguar con sus
allegados.
El da 15, los integrantes del Comit Pro Construccin de la Nueva Catedral de Cristo
Rey le ofrecieron un desayuno que result muy animado.
El da 19, el Padre Ramn Celis, de Puerto Marqus, que no pudiese asistir a la misa
en Catedral, le invit por su cuenta a comer a la orilla del mar en ese popular centro
turstico aledao a Acapulco, aprovechando que es la festividad de San Jos, patrono de esa
parroquia.
Es una responsabilidad, afirma Monseor todava pensando en que su vida es y debe
ser ejemplo en la formacin de los otros sacerdotes.
Fue comprensivo y paciente con todo el mundo porque as le formaron. Aprend a
amar a mi gente, sobre todo a mis paisanos y a mis sacerdotes.
Fue tan cercano a todos que corre un dicho sobre l: Monseor Bello conoce su
gallera... y es que, paque la cua apriete, debe ser del mismo palo!
Yo, en lo personal, hago mas las palabras del Padre Lemus. Es un un honor y una
gracia conocer a hombres que trabajan en silencio, con un gran corazn. Mi aprecio y mi
agradecimiento por haberme permitido conocerlos. En especial, a Monseor Rafael Bello
Ruz, Primer Arzobispo de Acapulco... a quien, a ms del honor de tratarlo, me permiti el
privilegio de narrar su vida.

Finalmente, recurro a aquel ejemplo que Monseor Aguirre Franco recordara cuando
un visitante preguntaba sobre el monumento que debiera existir para un gran hombre,
sealando por mi cuenta: si buscas el monumento a Rafael Bello Ruz, el Padre Pato, el
Primer Arzobispo de Acapulco, no tienes ms que voltear a tu derredor. Ah est, en cada
rincn de su obra, en cada alma de su grey, en cada corazn de su pueblo, en cada huella
impresa por su planta, desde su Tecpan querido... hasta su Africa Chiquita!

En El, con El, y para El.

La profunda admiracin que llegu a sentir por Monseor Rafael Bello Ruz, me
llev a prepararle esta romanza octoslaba que dedico con afecto y respeto

PATO
por Fco. Xavier Ramrez S.
Sali de Tecpan tiernito...
directo al seminario,
a seguir el plan bendito
del que era destinatario.
Arizmendi Constantino
era Rector de Chilapa
Don Leopoldo el Obispo,
Daz Escudero se llama.
Ellos dos le recibieron
de Don Bernardo Garca,
prroco de all en su pueblo,
su Tecpan, tierra querida.
De ah salt a Montezuma,
Pontificio Seminario,
en donde latn resuma
conocimiento y breviario.
All, en Marqus de Comillas,
el siguiente paso dado,
Teologa de corridillas
le llev al Diaconado.

Y ya en Europa estando,
sin pensar en sacrificio,
alcanzar presbiterado
en el grande San Sulpicio!
No feliz con lo logrado,
pues letra y amor hermana,
estudi su doctorado
en la culta Gregoriana.
Ah!!! Rinconcitos famosos
de San Pedro El Vaticano
por su fama de gloriosos
a muchos han atrapado.
Pero no a mi Pato
que al final dijo ligero:
Por los caminos del sur
vmonos para Guerrero.
Y lleg como los buenos,
a cumplir lo prometido!
A Chilapa y sus terrenos
en Director convertido.
Pero monseor Quesada
Primer Obispo de Acapulco,
Dicesis recin creada,
Pidi a Escudero disculpo.
Y no haba quien le culpara,
ya le haba echado el ojo,
para de cero empezara
a sembrar entre el abrojo!

Pato, con su templanza,


descubre con maravilla
que de la mies, la esperanza,
siempre est en la semilla
As nace El Buen Pastor,
su Seminario Conciliar,
que sacerdotes con amor
forma para evangelizar.

Para lograr la pastoral


Base de evangelizacin,
Sagrada Familia es vital
Para su divina misin.
De Obispo ya lo vemos,
Corriendo tierra bendita,
De lejos llegar queremos
A su Africa Chiquita!
Cuando llega all por Roma,
El buen Juan Pablo Segundo
le reconoce y en broma
clama: Acapulco! Acapulco!
El mundo rpido crece
En la vida y en la prctica,
Acapulco lo merece:
ser provincia eclesistica!
Y quien va a ser sino l mismo,
quien dirija sus destinos,
quien sea su Arzobispo
que le gue por los caminos.
La gente, entusiasmada,
Pato, dice al reparo,
Bien conoce su gallada...
Como que es del mismo palo!
As dej pues su huella,
plena de amor y entereza,
y sin que hubiera querella
vivi con fe su pobreza.
Emrito es ahora...
pero siempre est presente!
hay fieles que ya le aoran,
y hay quien Santo le siente!
En reciente homenaje,
Monseor Aguirre Franco
que le supli en el menaje,
puso un ejemplo de tanto.

Alguien busca un monumento?


slo mire a su alrededor...
y tendr el mejor sustento:
Todas sus obras de amor!

Fco. Xavier Ramrez S.


Febrero del 2006

Nota Especial.- Pocos das despus de la lectura final de esta biografa, Margarita
Bello Ruz, hermana y protectora de Monseor en sus ltimos aos, y principal promotora
de este histrico trabajo, falleca vctima de las consecuencia de un atropellamiento. El 27
de mayo se fue sin decir adis, pero quedando en nuestro sincero recuerdo.

A lo largo de mi vida he podido constatar que el hombre tiene, en justa libertad, la


posibilidad de buscar el mejor camino para encontrar la fe. Que las diferencias filosficas
pueden alejar a dos hermanos. Que podemos deslumbrarnos ante un destello ideolgico.
Pero tambin encontr que, la nica luz que ha permanecido encendida para la salvacin
del hombre, es la Iglesia Catlica... as lo muestran sus dos mil aos de existencia, ante las
efmeras apariciones de dogmas sectarios que, si bien palian el padecer de sus seguidores,
le sumen en el desconcierto al desaparecer....

Monseor Rafael Bello Ruz


Mensaje final.

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