Xavier Ramirez, Fco. - Paito, Apostol y Misionero PDF
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APSTOL Y MISIONERO
Vida y Obra de Monseor Rafael Bello Ruiz, primer Arzobispo de Acapulco.
Una obra del
Mi eterno agradecimiento a:
Mi adorada Norma, de siempre.
A Don Antonio Trani Zapata; Don Vicente Andrs y su adorada Luchi; a los
sacerdotes Blandino Brcenas Agatn, Pedro Torres Garca, Antonio Jimnez y Jess
Corts; y a las hermanas Ma. Isabel Cuevas Saldaa y Anglica Oliva Martnez Misioneras
Catequistas de San Jos, por su respaldo durante la realizacin de esta biografa.
Y muy especialmente a Lita, Margarita Bello Ruiz, por su atingencia y celo en la
verdad histrica contenida, que falleciera conociendo el texto final de esta biografa, pero
antes de su publicacin. In Memoriam.
Post texto, al Padre Blandino Brcenas Agatn, por su apoyo en la libre distribucin
de la obra.
A MANERA DE PRESENTACION
Curiosos son los caminos del Seor! Hace cuarenta aos rechazaba cualquier contacto
con la iglesia -que no con Dios porque de El jams me alej- y tenan que sucederse no uno
sino cuatro eventos extraordinarios para que me preguntase a qu haba venido... porqu me
haba salvado no una, sino cuatro veces.
No tuve respuesta a mis preguntas o, como siempre digo, no supe interpretarla; con
todo, ofrec escribir -mi nica forma de retribucin- y siempre citar a Dios, a Cristo, a
Mara Virgen. Como periodista, as empec a hacerlo, sin embargo senta que deba ms
pero... tambin pude darme cuenta de que no saba gran cosa sobre mi propia religin, y lo
poco que saba tena un alto porcentaje de degradante. Y empec a estudiarla.
En 1979, como reportero de un Noticiero radiofnico en Puebla -donde viva por
entonces- que se transmita por la XEHR y que diriga Gonzalo Garca Snchez, se present
la oportunidad de cubrir la llegada de Juan Pablo II, a quien tuve cerca, a no menos de dos
metros, tres veces el mismo da. Ese halo de bondad que irradiaba me gan la gana, y me
cimbr el espritu.
Su presencia, y conocer la iglesia desde su entraa misma en la cobertura de los
trabajos de la Tercera Conferencia Episcopal Latinoamericana -III CELAM- me hizo
interesarme cada vez ms en mi religin, su historia, su iglesia y el Cristo mismo, base
fundamental de esta. Me hizo ver que no todo es malo, por el contrario, que haba quien
sinceramente luchaba por el amor universal.
Poco despus me enter casualmente de la realizacin de un Curso Bblico para laicos
que se brindara en la Casa de la Cristiandad en Puebla. El horario era bastante accesible a
mis actividades -de seis a ocho de la noche- y me inscrib de inmediato. Al salir, en un
tabln de letreros de la propia Casa de la Cristiandad estaba un anuncio que ofreca otro
Curso Bblico, pero brindado por la corriente de la Teologa de la Liberacin, tan de moda
en ese momento. Me interes sobremanera conocer los dos puntos de vista. Un slo
obstculo haba: el curso, brindado en una parroquia, era de ocho a diez de la noche... al
otro extremo de la ciudad!
CHILAPA:
CHILE Y TORTILLITAS
Las puertas del seminario se abrieron para dar paso al grupo de nuevos seminaristas.
Un leve chirrido de los goznes hizo voltear a uno de ellos. Otro, elev la vista hacia el techo
inmenso del recinto ms grande an.
La sobriedad del edificio sobrecoga al ms pintado. Uno siempre se imagina esos
lugares lbregos, misteriosos. Pero Pato no lo vea as. Su corazn saltaba de gusto, de un
gusto muy especial, conforme se acercaban a Chilapa, la frtil tierra de la zona centro que
era casi puerta de sierra y alojaba a uno de los Seminarios de ms fama en la poca.
La alegra de sus once aos estaba desbordada. Frente al edificio, se detuvo unos
segundos y vio la frrea hermosura de sus lneas y aristas. Los anchos muros se le
antojaban murallas que resguardaban los ms celosos secretos... que ellos estaban a punto
de conocer.
Ya dentro, al observar los grupos que trabajaban callada y fielmente, vino a su mente
aquel otro grupo, el grupo escolar Baretti del maestro Perboni, en el que Enrique pasara
tantas tribulaciones y alegras, en aquella primera obra que Pato leyera de cabo a rabo:
Corazn, Diario de un Nio, de Edmundo DAmicis.
Como Enrique, a Pato no le arredraban estudios ni Seminario, cuantims el sobrio
edificio y sus austeros y reservados maestros, por el contrario... era la culminacin de sus
deseos, esos deseos manifiestos desde pequeo en que, en infantil confidencia, dijera al
sacristn de su parroquia: Chanito, quiero ser sacerdote!
El Padre Bernardo Garca urgi a Pato a emparejar el paso, casi al tiempo en que
Monseor Don Constantino Arizmendi, Cannigo y Rector del Seminario Menor de
Chilapa, se paraba frente al pequeo grupo proveniente de Tecpan de Galeana, rinconcito
provinciano enclavado en la Costa Grande de Guerrero.
La voz de aquel hombre le son a paternidad pura a Pato cuando dijo solemnemente:
-Que bueno que han llegado hijos... bienvenidos sean al Seminario Conciliar de
Chilapa, lugar en que les ensearemos a conocer los designios de Dios, a amarle, y a
difundir su palabra y obra.
La figura misma del anciano Rector reflejaba un respeto carioso y abierto al
chamaco costeo que, del grupo aquel, finalmente sera el nico en terminar consagrado.
Asignado el dormitorio, Pato, Pepe Muiz, y otros tecpanecos ms llegados en el
grupo, entraron al amplio galern que haca esas veces y daba cupo a no ms de una
veintena de camastros, todos de carrizo, cubiertos de raquticas sbanas, y un cobertor que
no se daba por vencido en su eterna lucha contra el fro que se colaba, insistente, por el
resquicio de la puerta y con mayor saa por las noches.
La flaca maleta fue desempacada para acomodar los tres o cuatro trapos trados y... se
solt el llanto.
Primero fue derramado por un pequeo que llegase reticente, pero cuyas lgrimas
obligaron a las de los dems a brotar profusamente.
Se rezaba por la paz, por las misiones, por los sacerdotes, por los seminaristas, por la
salvacin del mundo. Haba mucho por qu rezar... hay, mejor dicho, porque el mundo
sigue siendo mundo y el hombre, hombre.
Si a alguno incomodaba tanto rezo, a Pato le encantaba. Desde siempre haba tenido
esa comunicacin con Dios; al principio en sus propias palabras, despus con las enseadas
por su prroco Don Bernardo Garca. Entre una actividad y otra, siempre haba tiempo para
una oracin... incluso caminando.
Cuando el grupo de seminaristas entr en la modesta capilla del seminario, Pato
evoc aquellas clases del catecismo que recibiera en su parroquia y que quedaron grabadas
indeleblemente en su memoria. Las catequistas se apoyaban con el Catecismo del Padre
Ripalda, ese con el que millones de mexicanos puedo asegurar nos preparamos para nuestra
Primera Comunin.
Todo buen cristiano est obligado a tener devocin a la cruz de Jesucristo, nuestra
luz, pues en ella quiso morir para redimirnos de nuestros pecados y alejarnos del
enemigo malo... es por eso que nos santiguamos haciendo tres cruces, la primera en la
frente para que nos libre Dios de malos pensamientos, la segunda en la boca para que nos
libre de malas palabras, y la tercera en el pecho para que nos libre de las malas obras,
pensaba para s mismo en remembranza de aquellos das.
El estmago le record que haba prisa para estar en el comedor, y apuro los actos
para encontrar ah, en la mesa, las mismas tortillitas con sal y chile reforzadas con frijolitos
que dejara en casa; slo que all estaban rodeadas de amorosos familiares y aqu... sacudi
con determinacin la cabeza y termin la frase: ... aqu con nuevos amigos y compaeros en
la senda del servicio a Dios. Se asombr cuando pudo notar que el sabor era el mismo,
agradable, casi exquisito con el sazn de la fe, la esperanza, y la caridad, gracias de las que
l desbordaba indudablemente. La misma pobreza del alimento era un acicate para seguir
adelante, recuerda con ternura el propio Pato.
Tras el desayuno, el rato de solaz rebotando la pelota, driblando al contrario, para
lanzarla con pericia hacia el tablero y encestar con xito demostrando que en Tecpan
tambin hace aire. Una voz coreaba el aplauso en su mente, la de su madre, Doa Mara de
la Luz Ruz, que festejaba cada triunfo del pequeo y le instaba a gozarlo, pero igualmente
a usarlo como impulso para seguir adelante. Por eso estaba ah, por la firme determinacin
de hacerse sacerdote, de entregarse a su obra redentora, ejemplo de compaeros y mecenas
al poco tiempo.
Las aulas resguardaban celosas unos viejos pupitres que, en ese momento, eran
grandes para Pato. Pero igual de gil se montaba en el que le corresponda para poner
atencin a la leccin del maestro-sacerdote, aunque de vez en cuando los pupitres tambin
nos servan para hacer algunas diabluras, comenta con una sonrisa pcara.
La una de la tarde marcaba la hora del alimento fuerte del da: Chilate, un platillo
chilapeo que consista en un caldillo rojo con tortillas pero que a ellos le saba a cielo puro
en gajos.
Durante la comida, se hacan lecturas de pasajes de la Historia de Mxico, tomadas de
la obra del insigne Fray Niceto de Zamacois. Los responsables de leer los fragmentos eran
los seminaristas que mejor leyeran, as es que el turno de Pato se repeta una y otra vez. Me
suban a un plpito y desde ah lea, dice orgulloso.
La primera visita que hicieron fuera del seminario fue a la hermosa catedral de
Chilapa, entonces en construccin, y en donde conoci personalmente a un hombre que ya
admiraba y fuese una de sus motivaciones para hacerse sacerdote: Monseor Leopoldo
Daz Escudero, el Seor Obispo.
La grandeza del monumento le dej absorto. Esa era la grandeza con que vea a
Dios... y an ms grande!
All en la casa de Tecpan, la vida transcurra tranquila, aunque no sin los sinsabores
cotidianos que si bien alteraban ritmo y alma, no causaban mayores daos en la
convivencia familiar.
La partida de Pato al seminario haba llenado de orgullo a los amantes progenitores
Juanita y Epifana, hermanas de Don Calixto, el pap de Pato, colaboraban en el
quehacer del hogar afanosamente, y amando a los sobrinos con ese cario tan especial que
slo las tas o los abuelos pueden dar.
Epifana se haba casado y tuvo a Gilberto y a Lucrecia, pero enviud y Gilberto
tom su camino. Lucre jams la abandon quedando soltera.
Don Calixto y Doa Ma. de la Luz vean crecer a sus hijos en el seno de una familia
muy religiosa. El era un buenazo, un hombre de bien para hablar apropiadamente, dedicado
a su trabajo de talabartera que, aunque se encontraba en el mismo corredor de su casa, bien
que haban aprendido a separarle de las labores y sucesos del hogar. Sus operarios le
ayudaban fielmente. Era cantador y tena muchos amigos. Uno de ellos, Don Rutilo, como
viva en la casa de junto, se tomaba sus ratos de descanso en la carpintera para sentarse a
platicar con Calixto. Unos minutos despus, cada quien regresaba a lo suyo, el talabartero
cantando, el carpintero sonriendo ante el buen talante del amigo. Aunque mayor que su
esposa, fue un esposo y padre amoroso que dej esta vida a los 85 aos.
Ella, Doa Ma. de la Luz, era la dura, la enrgica, la que pona las reglas y el orden
con santa mano que bastante necesitaba ante el pequeo ejrcito que tena por herederos.
Pero era muy piadosa. Formaba parte de una hermandad y asista diariamente por las
maanas a la iglesia. De regreso, se ocupaba de los quehaceres del hogar y la comida,
quedndose por la tarde a convivir con sus hijos, escuchar sus quejas y atender sus
infantiles sufrimientos.
Jams, que yo recuerde, dice Lita, hermana menor de Paito, escuch a mi mam
acusarnos con mi pap. Ella era la que impona el castigo si nos lo merecamos. Y hasta
alguna que otra nalgada... comenta sonriendo ante la evocacin, pero era bonita... era
bonita mi mam... la recuerdo peinada toda hacia atrs con un chongo que se haca y le
daba un toque muy especial. Ella se fue a los 92 aos.
Varias ancdotas brotan de aquellos das, como el porqu de Pato, apcope que
viniese del medio hablar de uno de los hermanos.
Los mayores llamaban al nio Rafaelito, pero su hermano Casto, que an no
pronunciaba bien, le deca en su media lengua aphaito, aphaito, de donde se deriv Pato,
apcope que al paso del tiempo y por la popularidad que llegara a adquirir aquel primer
Pato, ahora aplican en Guerrero a todos los que se llaman Rafael.
Tuve buenos compaeros, buenos amigos, todos fueron generosos conmigo, relata
contrito.
Al Segundo de Latn, ya vea lejanos los das en que saliera de su amado Tecpan,
acompaado de Calixto su padre, Doa Angelina Caedo y su hija Oliva, montado en una
carreta a falta de transporte, que partiera de la casa de Don Puyo, como llamaban
cariosamente a Don Refugio Snchez, y despedido por toda la familia.
Buscaba en la Virgen de Guadalupe, veneracin que heredara de pap y mam, el
consuelo y el apoyo para seguir adelante... y hacerlo bien.
Pero el camino que iniciara gracias a la simpata que le despertaran tanto el Obispo
Leopoldo Daz Escudero como el prroco Bernardo Garca, ya se haba abierto de lleno.... y
era feliz por ello.
El largo trayecto en el Seminario Conciliar de Chilapa haba sido cursado con
magnficas calificaciones por Pato, vencedor de Humanidades durante cuatro aos. Es
merecedor de varios Premios a la Excelencia y gana automticamente su pase al Pontificio
Seminario de Montezuma, en Nuevo Mxico, USA., donde continuara una segunda etapa:
Filosofa, durante otros tres largos aos.
El primer paso fue informar a la familia. Una breve carta les indic que slo podra ir
a Acapulco y por un par de horas a verles. Su mam no pudo ir por cuestiones de la casa,
pero Don Calixto si fue a alcanzar a los que ya de por s vivan en el puerto. La reunin fue
ms que emotiva. El poco tiempo asignado pas rpidamente, y Sergio Ramrez, su
acompaante, urgi la salida.
Cinco pilluelos, unos ms chicos, otros ms grandes, partieron para la capital del pas
a tramitar los documentos necesarios para el viaje: Luis Acevedo, Eladio Camacho, Rafael
Romero, Antonio Jimnez, y Rafael Bello Ruz, Pato. Iba al frente del grupo el P. Antonio
Jimnez, apenas tres aos mayor. Llevaban la recomendacin especial para el Padre
Rodrigo Valle que, egresado tambin de Chilapa, deba atenderles con amor cristiano y
asesorarles en el trmite de los pasaportes y dems.
Ahhh... si tan slo nos llev al edificio de la Secretara de Relaciones Exteriores, nos
dijo aqu es la oficina de pasaportes... y jams le volvimos a ver recuerda simptico el
Padre Antonio Jimnez.
Como apenas llevaban unos cuantos centavos, unos se hospedaron en la casa de los
nacientes Legionarios de Cristo, y otros, los ms chicos, en el rancho El Mayorazgo de Juan
Andrew Almazn.
El ms grande, Luis Acevedo, les llevaba al cine para distraerles de la agona en la
espera. Y es que si los trmites son en s engorrosos, con mayor razn cuando falta un
documento y estando tan lejos de la tierra. Antonio Jimnez necesitaba la copia de su acta
de nacimiento original, pero los archivos se haban quemado en un incendio sucitado en el
Registro Civil de Chilapa y no era posible, as es que le pidieron una copia certificada y
protocolizada de su fe de bautismo, lo que solicit de inmediato a Chilapa.
Por su parte, Pato y otro de los pequeuelos adolecan de un documento obligado: el
permiso de sus padres para salir del pas. Aqu fue en donde la inventiva de Luis Acevedo
result ms que efectiva, pues l mismo redact los documentos... y firm en nombre de los
padres!
Solucionados los problemas migratorios, abordaron el tren que les llevara sin prisa
alguna a lo largo de ms de mil kilmetros. Su destino: Ciudad Jurez.
La trayectoria fue un verdadero tormento, recuerda el Padre Antonio, pues cuando
llegamos al desierto de Chihuahua el polvo se meta por todas partes.... horas enteras
sufrimos respirando polvo y slo polvo, pero nos aliviaba un poco reirnos de los dems
que estaban todos pambaceados de polvo.
Poco antes, en Celaya, compramos una canastita de limas para paliar un poco la
sed. Cul sera nuestra sorpresa al darnos cuenta, ya con el tren en marcha, que la famosa
canastita tena hundido el fondo hacia arriba y en realidad apenas llevaba unas cuantas
limas! evoca jocoso.
En Ciudad Jurez transbordaron a uno de los famosos autobuses Greyhound.
MONTEZUMA:
ENTRE COBERTORES GRINGOS
Un pujante grupo de jesuitas esperaba la llegada del costeito destacado. Despuntaba
1939 y no haba quedado tiempo para saludar o despedirse de la familia. Apenas unas lneas
les escribiera con anticipacin a su salida de Mxico.
Desde el autobs, en que vea pasar raudas las lneas centrales equidistantes y blancas
como la nieve que le esperaba, Pato no daba crdito a su viaje. Cmo poda ser que un
chiquillo costeo, de la clase social ms baja de la escala, humilde como slo Dios le haba
designado, fuese camino a uno de los Seminarios de mayor fama en Amrica Latina.
Cmo? se repeta y se congratulaba.
La ltima poblacin mexicana que vio fue Ciudad Jurez. El paso de la frontera le
hizo estremecerse. Dejaba su Mxico querido; atrs quedaban su Guerrero y su Tecpan
cobijando a sus ms amados seres. Senta la mirada de todos ellos en el Greyhound que le
trasladara hasta Nuevo Mxico. Curiosa cosa, dejaba atrs una vida para iniciar una nueva
vida... y dejaba un Mxico para encontrar un Nuevo Mxico. Significativo suceso que
ahora tiene un mucho de certificacin.
Muchas fueron las horas de viaje, horas en las que se mezclaron los recuerdos con las
especulaciones sobre lo que encontrara, lo que sucedera, sobre su futuro mismo, un futuro
planeado en su mente, pero que dejaba en manos de Dios.
Si de nio saba que sera sacerdote, su paso por Chilapa lo reafirm y, ahora, frente
al sobrio edificio del Pontificio Seminario de Montezuma, lo confirmaba, nada detendra su
camino. Vena de un entorno pobre y su visin era la evangelizacin a los pobres. As sera.
La elegante construccin contrastaba fuertemente con su Seminario de Chilapa, sin
menosprecio de ste ltimo ms que en la obra material. Un remolino de sentimientos
agitaron su alma: orgullo y satisfaccin se enfrentaron con compromiso y entereza.
Disfrutaba no slo el jugar entre la nieve, sino hasta el palearla para hacer caminitos
que les permitieran circular por los diversos edificios y zonas del seminario. Era la nica
tarea que diferenciaba a Montezuma de Chilapa, en lo que a su programa cotidiano se
refiere.
En invierno precisamente, cuando se congelaba el Ro Gallinas que atravesaba la
propiedad y donde el Padre Savarino acostumbraba pescar, los seminaristas se daban vuelo
patinando sobre su glido curso convertido en gigantesca pista de hielo, y acosando a los
compaeros con los garnuchazos en el lbulo de la oreja, tan dolorosos por el fro mismo.
Ah aprendi a patinar Pato... y a esquiar en la nieve, sufriendo lgicamente las consabidas
y aparatosas cadas.
Tena tambin sus satisfacciones muy personales, como el canto. Formaba parte del
coro y recuerda con mucho agrado aquellos cantos a Montezuma, pero especialmente los
villancicos que, en poca de Navidad, cantaban recorriendo diversos puntos de la ciudad y
que el pblico aplauda no sin dejar de ver con curiosidad al grupo de seminaristas latinos.
Una noche, meditando con la mirada fija en el infinito, se dio cuenta de que por muy
lejos que estuviese de su casa, un solo cielo les cobijaba. As, en realidad estaba a la vuelta
de la esquina, como aquellas noches en que la grillera dejaba escuchar su rtmico son en el
campo frtil y abierto de la Costa Grande. Slo un recuerdo relacionado con su tierra
empaaba la felicidad que le causaba estar ah, en Montezuma: la pobreza. Y junto al
recuerdo llegaron las imgenes de aquellos costeitos recorriendo a pie las veredas que
surcaban el rostro de la montaa para trasladarse y venir de lugares que no tenan ms
comunicacin que eso, la vereda. Algunas poblaciones, muy contadas, quiz las ms
importantes, contaban con un incipiente camino de terracera. Ah! cuanto dara por que
Sebastin de Aparicio se hubiese dado una vueltecita por estos lares...!
La rutina en Montezuma era similar, eso s, a la de Chilapa. Tempranito, a las cinco, a
baarse y hacer talacha; luego, a meditar, desayunar y a clases. Haba sus tiempos para
jugar y dar buenas caminatas o charlar con amigos y maestros.
La filosofa absorba el entorno, pero le gustaron aquellas clases de Historia de
Mxico basadas en los episodios grabados por Zamacois, tanto como sumergirse en el
silencio obligado de la fastuosa y rica biblioteca.
Una novedad llam poderosamente su atencin: haba un rgano! Y no slo eso,
pronto pudo darse cuenta de que recibiran clases para aprender a tocar ese instrumento,
compaero inseparable del canto gregoriano y la solemnidad del santo sacrificio.
Con todo, el ambiente era ya ms universitario, ms acadmico y sobrio. Jvenes al
fin, aprendieron prontamente a separar el momento alegre propio de esa juventud, con el de
trabajo y estudio. De vez en vez podan visitar la ciudad ms cercana: Las Vegas, Nuevo
Mxico.
Yo no quiero imaginarme del conflicto espiritual que se desataba entre esos
jovencitos ante la forma de vida de una ciudad americana. Con todo, Pato apenas alcanza a
decir en baja voz y con cierta picarda: bamos a ver gringuitas!... pero de lejos.
Uno de los gustos particulares de Pato era subirse al torren del edificio del
Seminario de Montezuma para contemplar las estrellas. Las contaba, las identificaba,
incluso las bautizaba para platicar con ellas y pedirles que, a su vez, informaran a su gente
de lo bien que la pasaba y el beneficio espiritual que reciba. Era algo as como ahora la
comunicacin satelital, pero sin instrumentos, a pura alma.
En verano, era hermoso. La pradera se vesta de colores y salan de da de campo al
Pico del Ermitao, lo que haca recordar a Pato que todas esas tierras haban sido
mexicanas.
Por alguna razn record a Pepe Muiz y le doli su abandono del Seminario de
Chilapa y del sacerdocio. La familia de Pepe la conformaban sus padres y sus hermanos:
Nefthal Antonio, Luis, y Josefina Alicia Muiz Soberanis.
Y el recuerdo se enlaza con el presente cuando Alicia a su vez evoca: All -en
Tecpan- se acostumbra que a toda persona que fallece se les rece un novenario. La mam
de Pato era muy religiosa y le llamaban mucho para que fuera a rezar los novenarios. Mi
mam iba con ella. Cuando yo empec a crecer, me mandaba a m para acompaar a
Doa Mara de la Luz. Ella me deca Mi compaerita. As fue hasta su muerte. Eramos
pues una familia sin serlo, y ese sentimiento fraternal abarcaba a todos, incluyendo a
Pato.
Fue un nio muy entregado a la iglesia. Todo mundo lo quera. De por si queran a
su familia, sobre todo a su mam, que fue maestra.
Tres aos pasaran sin que Pato hiciera pie en casa, sin ver a sus amados padres, a
sus hermanos, a sus tas inolvidables. Pero fueron tres aos de alegra, no de sufrimiento,
pues saba que estaba al servicio de Dios, que algn da, no muy lejano, estara al servicio
de mi propia comunidad, seala enftico al recordar que la vida del seminario, para otros de
encierro, para l era el luminoso camino de un futuro de entrega total, absoluta.
Durante las vacaciones, mientras sus compaeros partan a sus respectivos terruos
para visitar a sus familias, Pato aprovechaba para estudiar y leer, sobre todo leer, leer
mucho, o inscribirse en los cursos que se brindaban a tono con los estudios regulares. Como
el francs, por ejemplo, que tanto le servira a Pato en el futuro cercano, y que es uno de
los seis idiomas que llegara a dominar.
Le gustaba caminar por los terrenos aledaos, ver la prdiga naturaleza de Nuevo
Mxico. Alma y carcter del costeo se templaban al paso, despacio, como los machetes en
la fragua de Ayutla que, as forjados, quedaban ms fuertes y adecuados.
aqu publicada es dirigida precisamente a su ta, por la que senta un gran cario, pero ms
abundante fue la enviada a su madre, misivas que se perdieron en la inundacin motivada
por el embate del Huracn Tara en 1960.
El texto de aquella carta seala:
Montezuma, Diciembre 22 de 1946
Sta. Juana Bello
Quebrada No. 199
Acapulco, Gro.
Muy estimadas Llalla, Na, Lucre, Lita y Estimado Casto:
De mandarles una tarjeta, en este tiempo de Navidad, mejor prefiero escribirles una
carta ya que hace tanto tiempo que no nos hemos visto las caras.
Supongo que mi Pap les habr enterado de mi viaje y que se traslad para el prximo
ao. Ya se me hizo pasar de las montaas de Guerrero a estas montaas nevadas de Nuevo
Mxico; a ver si Dios quiere que conozca tambin las de Santander. Por esto, ruguenle mucho
para que quiera. En caso de que se verifique el viaje tendr que ir a Mxico y tambin
oportunidad de estar con Uds. algunos das.
Una noticia: hay probabilidades de que en Marzo, aqu en Montezuma, o en Junio en
Chilapa, reciba las primeras rdenes. Entre ellas, la que conocen Uds. est la Tonsura o sea la
Coronilla que los Padres llevan en la cabeza.
Como ahora estoy en vacaciones, he tenido tiempo de escribir a Tecpan y a Fito. Hace ya
das que me escribi Angel Custodio de Coyuca y me deca que Graciano haba ido a Tampico,
tambin me cont la muerte de su Pap. Pobre! quin sabe cmo le habr ido. Yo me figuro
que estar trabajando en la carretera Acapulco-Zihuatanejo, pues su direccin es Nal. de
Caminos, Coyuca.
Llalla, que por favor le lleven esas tarjetas a mi Padrino y a mi Ta, ya que nunca les
escribo.
Termino dicindole a Casto y a Lita que me ayuden a juntar moneys para comprarme
un traje porque no tengo.
Bueno, Llalla, pues pasen alegre esta Navidad y que Dios los bendiga en el prximo Ao
Nuevo.
Rafael Bello Ruiz
Dos aspectos destacan en su misiva: la posibilidad de ir a Mxico antes de partir a
Espaa, y la gran necesidad de apoyos que reforzaran su raqutica economa.
Pero lo ms importante, es su entusiasmo por la cercana de la recepcin de las
primeras rdenes.
De esas pocas, Lita guarda con amor una vieja postal que tiene en el anverso el
sobrio edificio del Seminario Pontificio de Montezuma, emblanquecido por el alba nieve
del invierno, y reza al reverso de puo y letra de Pato:
Montezuma del recuerdo, que vive en tu corazn.
En el invierno de 1947, Nov. 23.
COMILLAS:
DEL TORREON
AL ACANTILADO
Cuando el barco zarp, Pato vio hacia el horizonte. Ya no lo vio tan lejos... quiz un
poco, pero ms a la vista, ms cercano.
En aguas norteamericanas, el estmago estaba asentado, que al fin y al cabo a todo se
acostumbra el hombre. Disfrutar estancia, admirar el panorama, y pensar en la familia, fue
uno en Pato que presto enviaba a su querida ta una tarjeta postal del Bajo Manhattan visto
desde la Isla del Gobernador:
(New York, a bordo) 9 de julio de 1947
Llalla, el lunes a las 6 de la tarde nuestro barco pasaba frente a estos rascacielos. El otro
da, los muchachos del P. Maciel y yo bajamos a tierra, tuvimos la suerte de visitar al Cardenal
Spellman y nos regal unos medallones de bronce. Despus visitamos la Catedral de San
Patricio y el Edificio Rockefeller; subimos hasta el piso 52. Por la tarde fuimos a contemplar
toda la ciudad desde el edificio ms alto del mundo; subimos al piso 102. Dentro de pocos
minutos iremos de nuevo a tierra para conocer algo ms de esta ciudad. Maana saldremos
para Espaa.
Saludos para todos.
Rafael Bello
El arribo a Espaa lo dej sorprendido. Quiz por el idioma, quiz por palpar ese
profundo sentimiento religioso que tiene el pueblo espaol, por lo que sea, Pato se sinti
ms identificado con ellos que con los vecinos gringuitos de Montezuma.
23 de julio de 1947
intercedi por m y logr que me dispensaran ese requisito. El vuelo a la Habana dur 5 horas
y media; pero por la novedad de ir volando a 2000 y a veces 3000 mts. de altura, contemplar
desde ah la Sierra Madre, el Popo, el Ixta, el Pico de Orizaba cubierto de nieve, despus el
Golfo de Mxico y la pennsula de Yucatn; desayunar a bordo tan tranquilamente como si
estuviera en la mesita que tienen Uds. en el corredor, por todo esto, el tiempo se nos hizo un
momento y, cuando menos lo pensamos, ya nuestro avin haba aterrizado en el gran
aeropuerto de La Habana. Todava tuvimos que recorrer 22 kilmetros en coche para llegar a
la ciudad. Nos hospedamos en un gran colegio que hay en la colonia Marianao donde se nos
recibi muy bien y por la tarde fuimos en camin o en una huahua, como dicen los cubanos,
a visitar el malecn, la avenida principal y el centro de la ciudad. Les dir que es muy bonita y
muy grande. En La Habana estuvimos tres das y tres das dilatamos para llegar a Nueva
York; una vez aqu salamos por la maana y volvamos en la noche a dormir en el barco. La
impresin que no se me olvidar fue sin duda la visita que hicimos al Cardenal Spellman.
Conversamos con l casi media hora; entiende bastante bien el castellano, aunque no lo habla
tan bien. Para despedirnos nos regal a cada uno una medalla de cobre con su efigie por un
lado y su escudo por el otro. Enseguida visitamos la Catedral de San Patricio que es muy
hermosa, pero no se aprecia lo suficiente por estar rodeada de rascacielos. Tambin estuvimos
largo rato en la casa Rockefeller que es una serie de edificios enormes con un gran jardn por
delante y una fuente de agua clara. Se nos permiti subir al ms alto de ellos.
En la tarde, dos compaeros y yo, entre los cuales iba Sergio, fuimos a visitar el Empire
State que tiene 102 pisos; la visita cuesta 1.50 dlls. por el tiempo que uno guste. Si vieran qu
panorama se contempla desde el ltimo piso! Se ve toda la ciudad y que es grandiosa ya lo
podrn ver por las tarjetas que les mand.
El da 10 salimos para Espaa; la travesa dur 9 das y durante ellos todo es ir viendo
agua y cielo. A veces se entretiene uno con la vista de algn buque que pasa cerca o con los
tiburones y peces voladores que se ven; yo no poda leer porque al instante me senta mareado.
Por lo dems, tuve un viaje excelente; slo estuve mareado el 2o. da de haber salido de La
Habana; despus vena perfectamente bien.
Por fin el da 18 vimos tierra, el primer puerto espaol que tocamos fue La Corua.
Tambin bajamos a visitarlo. Al da siguiente, a las 12 desembarcamos en Santander y de ah
un camin nos trajo a Comillas, donde estoy para servirles en el cuarto 84.
La mayora de los alumnos estn en sus casas pasando las vacaciones; solamente encontr
en la universidad a los venidos de Amrica; todos son muchachos alegres y jaladores, como
decimos. Ha sido una grande ventaja para m encontrarme con tres muchachos de Montezuma
conocidos mos; ellos me han orientado en la vida de la casa, as es que no he resentido tanto el
cambio de seminario, de reglamento y de compaeros. Todos me dicen que descanse bien porque
durante el curso fuerzas me faltarn para llegar al fin de l.
Espero que ya se hayan secado las lgrimas, que recen mucho por m y sobre todo se
conserven con buena salud para que todos asistan a mi CantaMisa.
Lucre, no se te olvide mandarme las fotografas que nos sacamos con Sergio para
enserselas.
Ya mand una carta que escrib a mi pap y se me olvid decirle que se retraten todos los
de la casa: mam, pap, Casto, Genaro, y D. Mara, porque siquiera deseo verlos en fotografa
y no tengo ninguna de ellos. Por favor, cuando les escriban a Tecpan dgale eso.
Jorge, cuando veas a mi Ta Chepita y a sus familiares les dices que me he acordado de
ella y que le mando saludos.
T, Na, me saludas a Rosita. A Lita no tengo qu encomendarle; pero s desearle que se
conserve bien en unin de todos los dems.
Un adis y un abrazo a todos juntos y que Dios los bendiga.
Rafael Bello R.
Los muros de la Universidad de Comillas, como se le conoce popularmente,
albergaban en ese entonces cerca del millar de alumnos, llegados de la misma Espaa, pero
tambin de Cuba, de Mxico, de Colombia, Venezuela, y prcticamente toda Sudamrica.
Era Rector el Padre Fco. Javier Baeza S.I., ese mismo espaolito que llegara hasta
Amrica buscando seguidores emritos, y hombre de santa paz y buen talante.
Los guas espirituales de Pato fueron el Padre Nieto y el Padre Sotillo, alegres y
serios, duros y blandos, fuertes y dbiles en su momento tal y como lo necesita el joven.
Como buen padre, Calixto pensaba en la soledad anmica de Pato. No poda sino
apoyarle en el mismo plano. As entonces le enva una emotiva misiva para levantarle el
nimo.
Tecpan. Octubre 8 de 1947
Estimado y querido Pato:
Heme aqu ante mi carcomido tabln, con la pluma en la mano,
dispuesto a trazarte estos renglones con toda la alegra del corazn. No nos arredra la distancia
que nos separa pues como dice el Seor Arizmendi: estamos tan cerca de Dios tanto t como
nosotros y la oracin nos conforta y nos alienta. Qu ms? rogad al Ser Supremo nos conserve
la vida para que nos volvamos a ver; no porque te encuentres detrs del mar pisando aquella
tierra de Pelayo, aquella tierra del Cid Campeador, donde los cristianos clavaron la cruz en la
morisma.
Animo Pato, estudia sin preocupaciones; todos tus compaeros forman ahora la familia;
sern hermanos por ser todos Hispano-Americanos, y tambin los Espaoles, pues de all
depende nuestra lengua y nuestra mezcla de raza; todos seremos hermanos en nuestro Seor
Jesucristo, as es que fuera la tristeza. La alegra y el contento que reinen en tu ser, nosotros
estamos buenos y contentos, con la esperanza de que algn da, Dios mediante, besaremos tus
ungidas manos, las manos de un Sacerdote ntegro que esperamos todos los del pueblo y que un
da con otro vendr para que nos d su bendicin.
Estoy enterado de que celebraron el da de la Patria, 16 de septiembre, que entre la
alegra de los Hispano-Americanos victorearon aquel grito que en la boca de Hidalgo se hizo
smbolo de aspiracin que se resuelve a vencer: Viva la Libertad! Tiln tn (Discurso
pronunciado por el Seminarista Mexicano Rafael Bello Ruz) venga el atole, vengan los
tamales, para recordar la Patria. En aquel tiempo, bajo la presidencia de Lerdo de Tejada,
haba un Cnsul mexicano en pases extranjeros; cuenta la crnica que el da de la Patria
reuna a la Colonia Mexicana que, aunque haba olvidado el idioma, no haba olvidado la
costumbre; tena metate, comal, molcajete, y se coma a la mexicana; slo el pulque faltaba por
lo distante de las tlachiqueras. Tal vez a Uds. tambin les faltara algo como es decir panocha,
chiles de chichalaca y... otras cosas.
Animo Pato, nada de tristeza eh? todos tus hermanos te saludan cariosamente: Casto,
Naro, Dulce Mara, (Jorge y Lita en Acapulco). De tu mam un especial abrazo y de tu pap
el cario de siempre.
Calixto
Canto y rgano volvieron a la vida del mexicanito que reunido con otros entusiastas,
a falta de su torren, encontraron en los acantilados cercanos el rincn perfecto para
entonar sus rimas musicales internacionales, y mojar imaginariamente los pies en esas olas
de mar que bramaban al azotar la roca, en un tono ms de complicidad que de reto.
Ese mismo mar se dejara escuchar, feliz cmplice, hasta el lugar en el que Pato
reciba, en ese Dominica IV de Adviento del 48, las rdenes menores de manos del
Excelentsimo Seor Don Jos Eguino Trecu, ante la mirada respetuosa de sus maestros
Don Joaqun Salaverri, Fernando Regatillo, Gumercindo Garca y aquellos presbteros cuyo
primer nombre, a fuer de costumbre y por el tiempo, se borra dejando slo el epteto
cotidiano: el Padre Prado, el Padre Cspedes, el Padre Domnguez, el Padre Prieto y el
Padre Brandarz.
La nica nube gris en tan feliz suceso, es la lejana de sus seres queridos. Y as lo
manifiesta, impertrrito, en su misiva a Llalla, y en donde hace gala de su don narrativo.
Comillas, 21 de enero de 1948
Muy Querida Llalla,
Ma, Lucre, Lita y querido Jorge:
Con mucho gusto me estara largos ratos escribindoles de las cosas que
les quisiera contar, pero tengo tan pocos ratos libres que no me lo permiten. Por eso ahora les
mando estas fotografas para que ellas suplan un poco lo corto de mi carta.
Gracias a Dios yo vivo por ac muy contento y con muy buena salud; por las fotos vern
que estoy ms gordo... Ser por el clima o los alimentos?... pues el clima de Comillas es
hmedo-fro: llueve semanas enteras y con el fro la humedad penetra hasta el hueso; no
nieva porque estamos muy cerquita del mar, pero en los montes vecinos llega a alcanzar ms de
un metro de espesor.
No obstante les dir que el fro ni me va ni me viene porque se encontr con un costeo
muy bien abrigado: para dormir tengo tres sarapes y para andar en la Universidad tengo
camiseta de invierno, suter y una dulleta o abrigo que llega hasta los talones. En la foto
estoy con dulleta.
Y la comida? pues como en toda Europa hay grande necesidad de alimentos, aqu
tambin se siente. Es muy comn el platillo de papas y garbanzos; pero se dice que pronto
pasar esta crisis.
El da que recib las rdenes menores yo hubiera querido que estuviesen conmigo como
estaban los familiares de varios compaeros espaoles que se ordenaron junto conmigo; pero me
tengo que resignar hasta que cante mi primera misa en Tecpan. Entonces s, estarn todos
junto a mi.
La colonia mejicana me celebr ese da con vino y con galletas. Aunque los mejicanos no
nos conocamos (yo slo conoca a tres de Montezuma) sin embargo nos queremos como
hermanos pues la lejana de la patria nos une.
La colonia mejicana es la ms numerosa en esta Universidad. Tiene 54 alumnos, Cuba
tiene 20 alumnos, Argentina 5, Chile 2, El Salvador 4, Guatemala 2, Honduras 3, Nicaragua
4, Panam 2, Paraguay 2, Per 3, Portugal 8, Santo Domingo 2, y Venezuela uno solamente.
Todos los dems alumnos son espaoles y sern unos 500.
En la clase, los profesores explican en Latn y los alumnos preguntan y dan la clase
tambin en Latn. Esta maana me toc repetir una tesis o leccin muy larga y segn mis
compaeros sal bien.
De las Navidades les dir que las celebramos por ac muy alegres, con una semana de
vacacin y con cuatro pelculas espaolas. Durante las comidas nos daban un dulce que llaman
Turrn de Alicante. Es el dulce navideo espaol. El da de Reyes, muy de noche, una
comisin de muchachos va por los cuartos de cada alumno llenndole los zapatos de dulces y
pasas.
Y Uds. qu tal celebraron las Navidades? Muy alegres en compaa de Tito verdad?
Segn s el Sr, Obpo. de Chilapa por este tiempo andaba haciendo la visita pastoral por
aquellas tierras.
Recib sus tarjetas de felicitacin. Y ya me despido de Uds. hasta otra carta. Que ya te
hayas aliviado de tu brazo Llalla; te he bendecido muchas veces. Un abrazo para todos.
Rafael Bello R.
A mi Ta Chepita le mando una fotografa.
Pato, a ms de sus obligaciones en la Universidad, participaba en eventos
complementarios o paralelos, como las peregrinaciones que se hacan cada ao a Santiago
de Compostela para rendir homenaje al Apstol Santiago.
Me dices que ya estn listos los regalos y que Tito regresa hoy a Mxico;
pues mndaselos, porque el Padre Maciel no vuelve a Espaa sino a fines de marzo, por tanto
queda mucho tiempo para que Graciano los recoja y los entregue al Padre.
Me da mucho gusto saber que mi Llalla ya casi se alivi del brazo debido precisamente
a mis bendiciones. Pues Llalla, encomindate a Dios que ahora mismo te voy a echar una... a
ver si es la definitiva.
Te participo que Sergio ya se orden Sacerdote. Lo orden el Obpo. de Madrid el da 8
del presente. Hace ocho das, tres compaeros suyos en Montezuma, fuimos a pasar el da con l
en la casa donde viven los religiosos del Padre Maciel (Misioneros del Sagrado Corazn) que no
est muy lejos de la Universidad. Espero en Dios que dentro de tres aos tendr el gusto de
verme revestido de tan alta dignidad. Uds. no dejen de pedir a Dios que as sea.
En tu carta no me dices si llegaron algunas fotografas que mand. Miento... volv a ver
la carta y veo que s las recibieron. De todos modos mando esta donde estamos todos los
Americanos que estudiamos en Comillas. No les digo dnde estoy yo para que se entretengan un
rato.
Como ya se acercan los exmenes finales, les ruego que me encomienden a la Virgen de
Guadalupe y al Sdo. Corazn para que me vaya bien y deje plantada en alto la bandera de mi
Seminario de Chilapa y Montezuma.
Saludos para todos, a todos los recuerdo, a mi Llalla, a Ma, a Lita, Jorge y a ti.
Que se conserven bien.
Tu hermano
Rafael Bello
Cabe aqu hacer el sealamiento de que si las cartas de Pato enriquecen ampliamente
su biografa y por ende el archivo histrico de la arquidicesis, mucho ms valioso hubiese
sido el acervo de no perderse las dirigidas a su seora madre.
Las guardaba en una cajita de cartn con mucho celo y cuidado, recuerda Lita, y eran
tan interesantes que los amigos de la familia se las pedan prestadas a mi mam para leerlas
una y otra vez. Siempre las regresaban. Les gustaba cmo escriba. Lstima que se perdiera
todo por Tara.
Pato se haba dedicado al estudio. No tenia conciencia de los conflictos o actividades
polticas. Y vaya que vivi tiempos de revuelta. En Mxico, de nio, la persecucin
cristera; en Chilapa, los primeros escarceos de una segunda guerra mundial que se sucede
en tanto est en Montezuma. Ahora ah, en Espaa, vive en medio del florecimiento
falangista sin saberlo siquiera as, de lleno, con informacin precisa, apenas
superficialmente.
Fechado el 26 de agosto de 1948, un opsculo titulado Juventud, con el encabezado
de Un Mejicano en el Campamento, y un subttulo que reza Mil camaradas en los turnos del
Carlos I de Laredo, seala en el cuerpo de su texto:
La geografa de Santander es una tentacin para la vida de Campamento. Tiene,
desde luego, una apretada historia campamental. Cbreces, San Vicente de la Barquera,
Comillas, Ucieda, Reinosa, Laredo, Suances, Somo, Castro Urdiales... son lugares donde
una o varias veces se han alzado las colmenas bulliciosas de nuestras tiendas. Saben de
nuestras actividades cara al mar, las estrellas y el sol, signadas aquellas con las notas, recias
y exactas, de lo castrense, de lo religioso, de lo poltico y nacional, de lo cultural, de lo
deportivo y viril, y, a veces, de lo heorico.
Casi mil camaradas montases de la Legin de Flecha -a ms de trescientos por
turno- vienen acampando en Laredo, la Villa Esmeralda, que recuerda con orgullo la
presencia del Csar Carlos.
Podramos citar ms datos estadsticos y hacer otras interesantes referencias, como a
la Gran Feria Campamental, genial novedad, que ha incorporado al Campamento Carlos
I los puestos de helados, castizamente servidos por acampados de sotana; las casetas de
pin-pan-pun y las de la pesca milagrosa y las de tiro...
Queremos ya aludir tan slo al acampado de honor, categora atribuida por mrito
personal y por fuero de hospitalidad, al seminarista mejicano Rafael Bello Ruz.
La figura fsica y la figura moral y temperamental de R. Bello Ruz no desmiente la
excelencia de su origen racial; en sus ojos y en su aire est Mjico, llama de hispanidad,
optimista, generoso y bravo.
As, este Rafael, conocido y amado en la camaradera del Campamento Carlos I, a
quien le espera la prxima sublimacin del sacerdocio, parece intrigado y modelado con
ingredientes del alma de Montezuma y de nuestro -y suyo- Hernn Corts.
Hace tiempo tir de l el deseo de sentirse en el seno de la Madre Patria, y lleg a
Comillas para prepararse en su Universidad Pontificia a la categora excelsa de Alter
Christus (Otro Cristo)
Por unos das ha dejado los graves y profundos problemas de la Teologa para vivir
con gozo la hermandad hispnica en nuestro campamento de Laredo. El ha sido uno ms
entre los seminaristas que le han acompaado y uno ms entre los acampados. Pero distinto,
camarada y husped de honor al mismo tiempo.
Entre nosotros ha pasado por la curiosidad, por la satisfaccin y por el entusiasmo. Al
despedirse era ms nuestro, ms espaol y ms mejicano; dentro nosotros ha encontrado
nuevas razones para su orgullo de hijo de Mjico.
Nos interesaban sus opiniones sobre cosas nuestras, y las hemos provocado en el
campo, bajo la sombra de un rbol, en la intimidad... que dira Jos Antonio. La hora de
siesta y el amparo de los eucaliptus nos han dado ocasin para el dilogo.
Puedes decirme tu impresin sobre los Campamentos del Frente de Juventudes?
-Yo crea que se daba a los acampados nicamente formacin militar. Me ha
sorprendido y alegrado ver que se atiende a la forma integral del muchacho, y me ha
emocionado ver cmo se les inculca la idea de Espaa, que es cosa que los mejicanos
sentimos como nuestra. Es magnfico el momento de arriar banderas.
-Qu se sabe en Mjico del Frente de Juventudes?
-All se cree que el Frente de Juventudes es una entidad militar al estilo de las
juventudes hitlerianas. Pero fuera de los sectores de influencia comunista y de los exilados
espaoles, Mjico siente y se alegra del Movimiento falangista, aunque no lo comprende
totalmente.
-Hay ambiente espaol en Mjico?
-Te contar una ancdota: Cuando lleg a Veracruz en su primer viaje el vapor
Habana, se destac un mejicano de entre el pblico que le esperaba, y dijo a un oficial,
mientras le abrazaba: este es un abrazo que Mjico da a Espaa.
-Para terminar, qu se dice all del Generalsimo Franco?
-Franco tiene muchas simpatas en Mjico, y se le agradece que expulsara al
comunismo de Espaa y que defienda a la Iglesia Catlica. Al despedirme de mis
superiores, cuando sal para Espaa, me dijo uno de ellos que tambin l vendr dentro de
un ao a ver a Franco.
Y termin as el seminarista Rafael Bello Ruz:
-Como mi paisano al oficial del barco espaol Habana, yo tambin te digo que, en
mi admiracin y cario a vuestra Patria ilustre, que la considero ma, Mjico abraza a
Espaa.
X. Castro.
Antes de cualquier anlisis, debe tomarse en cuenta que era un mexicano que gozaba
de la hospitalidad espaola y, suponiendo sin conceder, jams habra contestado a las
preguntas de forma menos diplomtica y cordial por lo mismo. Pero el propio Pato da la
pauta cuando, inmediatamente despus del texto, en la misma pgina y en forma manuscrita
estampada posiblemente un ao ms tarde, lo que se desprende de su contenido, hace una
observacin en calidad de nota:
NB.- Los Campamentos Falangistas son la juventud del que podramos llamar
partido que apoya decididamente a Franco. En el verano organizan campamentos donde
pasan 20 das, recibiendo un cursillo de instruccin poltica, religiosa, deportiva, castrense...
con el fin de entusiasmar a la juventud por la vuelta a la Espaa imperial de Isabel la
Catlica, Carlos V y Felipe II.
En el Campamento, donde estuve el ao pasado, recog muchas lecciones que pueden
beneficiar a las personas que trate el da de maana.
Yo crea que la vida en estos campamentos era semejante a la de los Boys Scout
=(Nios Exploradores); esto es, una escuela de formacin ms recia, ms militar. Por ella
pasan nios de 14 aos hasta hombres maduros, antiguos comunistas mata-curas y
quemadores de Iglesias.
Como digo, muchas cosas buenas tiene este movimiento dignas de imitacin -por eso
pienso volver otra vez- aunque tambin tiene otras que no me parecen tan buenas; como la
constante presencia del sacerdote en un movimiento netamente poltico.
R. Bello R.
Si bien es cierto que la prctica religiosa tiene ingerencia en la poltica en casi todo el
mundo, en Mxico la separacin Iglesia-Estado vetaba al clero el terreno poltico en ese
entonces, y Pato no era la excepcin. De suyo y por motu propio, supo desde aquellos das
marcar una sana distancia entre el quehacer divino y el humano, que empezaba a distinguir
y comparar.
Es quiz su estancia en Comillas el primer paso de una carrera plena de actividad.
Chilapa fue la calma iniciadora, el sentar las bases para fincar el futuro espiritual del
costeito, Montezuma los cimientos filosficos, pero Comillas... Comillas fue el inicio de
su grandeza.
El mismo da que est fechado el opsculo que contiene la entrevista, Pato escriba a
casa:
Cbreses.- 26 agosto de 1948
Muy querida Llalla, Ma, Lucre, Lita, Jorge:
Quiera Dios y la Virgen Sma. que todos estn sin novedad. Yo por ac muy bien y
ahora de vuelta ya en el Seminario, porque haca ms de un mes que andaba viajando por
estas tierras de Espaa.
para celebrar misa y consiste en un cuadro de medio metro cada lado con una Cruz en medio.
Despus les dar indicaciones ms claras.
Desde all aydenme con sus oraciones a alcanzar del Sdo. Corazn de Jess y de la
Virgen de Guadalupe estas tres gracias: 1a.- Gracia abundante para conseguir la Santidad
Sacerdotal. 2a.- Luz para dar feliz trmino a mis estudios y, finalmente, buena salud para no
tardarme tanto tiempo en ser Sacerdote.
Bueno, Llalla, por ahora nada ms.
Un abrazote para todos.
No te olvida:
Rafael Bello R.
Ya al segundo curso! Con todo, Pato segua conociendo apenas esa bella tierra. Esto
me hace recordar que alguien por ah afirmaba que un mismo paraje puede ser visto de
manera diferente por varias gentes, y es cierto, muy cierto. Y no es que el paisaje cambie,
sino la perspectiva. Para un indolente, un rbol no puede pasar de ser un rbol. Para un
sentimental, la sombra que cobija el amor. Para en creyente, ejemplo de la obra de Dios. En
fin, que enciclopedias, guas de turistas e incluso geografas pueden hablar de Espaa, pero
escuchar a Pato hablar de ella, su gente y su vida... es otra cosa!
As lo podemos constatar en la carta escrita desde Comillas a su gente amada:
18 de noviembre de 1948
Muy querida Llalla, Ma, Lucre, Lita, Jorge y D. Mara:
Espero en Dios N.S. y en la Virgen Sma. que todos estn sin novedad; yo por ac estoy
muy bien de salud y muy contento, pues me he entendido bien con los seminaristas espaoles y
los muchos mejicanos que estudian aqu.
Ahora tengo un rato libre y lo voy a aprovechar para platicarles algo de m, ya que hace
mucho tiempo que no les he visitado con una carta. Ya recordarn que les estaba haciendo una
relacin de mi viaje por Espaa durante el verano pasado y les contaba el recibimiento que nos
hicieron en Santiago de Compostela. Digo nos hicieron porque ramos 24 seminaristas
Americanos los que hacamos el viaje en un camin especial.
Al da siguiente de nuestra llegada, 25 de agosto, hubo una Solemne Misa Pontifical
celebrada por el Cardenal de Toledo y a la que asisti el Generalsimo Franco con todo su estado
mayor. Nosotros tambin asistimos y as pudimos conocer a Franco.
La Catedral de Compostela, donde est enterrado el Apstol Santiago, es muy antigua y
de una hermosura incomparable. Por all en Amrica no tenemos estos monumentos tan
grandiosos y tan llenos de arte.
La misma ciudad es antiqusima, con casas de piedra muy bajitas y de calles tan
estrechas que apenas caben cuatro hombres a la par. Nuestra ciudad de Taxco tiene cierto
parecido con sta.
Aqu nos detuvimos cinco das, durante los cuales conocimos la ciudad y organizamos
paseos por los alrededores, a los cuales bamos con nuestra comida preparada para comer en el
campo. Uno de estos paseos lo hicimos a una isla llamada Toja. La travesa martima la
hicimos en una barca de vela durante una hora y media. En la isla hay casas de veraneo muy
bonitas que me recordaban los chalets de Caleta; hay tambin una fbrica de jabn muy
famosa en el mundo. Se llama La Toja. Todos estos lugares se llaman Las ras bajas de
Galicia y es lo ms hermoso que tiene Espaa en cuanto a paisaje.
En los pueblecitos la gente es sencilla y buena, se dedica a laborar el campo y a cultivar
la uva, el maz y las patatas. A mi me impresionaba ver grandes extensiones de terreno
sembrados de uvas negras y rubias, y ver cmo entre las hojas de la planta asomaban los
racimos maduros. De esta uva fabrican los famosos vinos espaoles. Las gentes, aunque pobres,
visten bien y nunca andan descalzos, saben ahorrar su dinero y son de costumbres muy puras y
muy cristianas. Tienen especial cario por los latinoamericanos y sobre todo por los mejicanos,
ya que es el pueblo ms conocido por ac. En el pueblecillo ms insignificante se oyen tararear
las canciones mexicanas -ahora anda una de moda que se llama Plegaria Guadalupana,
Hirma Vila se ha lucido cantndola por toda Espaa-.
La comida tpica de esta regin es algo parecida a la de por all. El primer platillo es
una sopa de fideos con una especie de lechugas que llaman berzas; el segundo es arroz frito en
aceite de oliva, con camarones, caracolillos y almejas; al tercero le llaman tortilla y consiste
en una torta de papas y huevos frita en aceite. A todo esto hay que aadir el pescado que
nunca falta ni en la comida ni en la cena, y el vino que se toma en lugar de agua. Suple a
nuestra tortilla el pan blanco de harina que suele hacerse en tortas tan grandes como un comal;
las frutas que nos ponan eran siempre uvas, manzanas y duraznos.
En fin, as vamos conociendo a esta querida Espaa, hogar de aquellos conquistadores
que forjaron a nuestro querido Mjico.
Para otra carta reservo lo que pas en el resto del paseo por esta tierra de Galicia.
Ahora voy a pedir a Lucre o a Jorge un favor: a ver si me pueden conseguir un mapa de
Mxico, de la Repblica entera, de esos que se les suele proporcionar a los turistas; a ver si me
pueden conseguir tambin una bandera tricolor pequea -de gnero- y todo me lo mandan
envuelto en un cartn delgado. Que venga por correo ordinario, porque, como saben, por avin
cuesta mucho.
Cuando me escriban no dejen de contarme las nuevas que haya habido por all.
Me despido de todos y cada uno con un fuerte abrazo.
No los olvida:
Rafael Bello R.
La amistad con el Padre Maciel se acentuaba con el tiempo, a pesar de que l era el
Superior de los Legionarios de Cristo y Pato apenas un seminarista.
Compartan esas exquisitas comidas en las que menudeaba el Bonito, pescado de
carne magra pero buen sabor, y en las que algunas veces se degustaba un potaje, o una
fabada, y en los festejos la siempre excelente Paella, comida de lujo en Mxico, pero de
consumo cotidiano en Espaa.
Dentro de su seriedad, Monseor Bello Ruz no deja de recurrir a la broma y, cuando
le preguntamos cmo preparaban el Botino, simplemente contest:
-Bonitamente!
Un platillo igualmente especial era la sardina, all pequea y noruega que aqu
llegaba hace aos enlatada y que hoy hemos cambiado por la de Baja California, de mayor
tamao y menor sabor, pero siempre suculenta.
Uno de los rincones internos de la Universidad de Comillas que Pato gustaba de
frecuentar, era la capilla. Su arquitectura, de estilo mudjar, le daba un aire de solemnidad y
recogimiento que a l le placa para meditar y ponerse en contacto con Dios, con ese Dios
que tanto haba seguramente escuchado ya del costeito aspirante a Buen Pastor. Y ah
estaba el Padre Nieto, el director espiritual que ya en vida consideraban un santo, para
alentarle y guiarle.
Ante Dios y a Dios, Pato peda, Pato rogaba. Peda por la santificacin de los
seminaristas, de los telogos principalmente pero, ante todo, rogaba porque mi familia
pudiese esperar a que llegara yo a oficiar mi CantaMisa, porque yo mismo pudiese regresar
a mi tierra, a Chilapa, a Guerrero, para entregarme a la gente, sobre todo a los pobres...
Ya en Comillas, desde Comillas, tena plena conciencia de su compromiso con su
pueblo, con los pobres; un compromiso que en vez de asustarle le alegraba. Un compromiso
contraido por l mismo, no impuesto por algo o alguien. Slo Dios saba que Pato estaba
destinado a ser la gua espiritual de millones de surianos.
Desde aquel Corazn, Diario de un Nio, que leyera de muy pequeo, Pato se haba
convertido en un vido lector. Muchas fueron las obras de grandes escritores que pasaron
por sus manos, aprovechando al mximo las posibilidades que ofreca una biblioteca como
la de la propia universidad, o las aledaas que de eso Espaa da ejemplo.
Dos fueron sus lecturas ms apreciadas: El Quijote... y la Biblia. Aunque no en ese
orden precisamente. El Quijote representaba para l la entrega ciega, incondicional, en
beneficio de los dems an a riesgo de ser calificado de imprudente o demente. La Biblia,
manejada como libro de texto y estudio desde antes incluso del seminario, en Espaa se
volvera su libro de cabecera. Encontr en ella, con su nueva y ms pulida forma de pensar,
la verdad de su fe. El mandato de ejemplo que faltaba para, si no justificar, s comprender
ese afan de entrega que le agobiaba amablemente.
Una de las temporadas de mayor espiritualidad a lo largo y ancho del mundo, es la
poca de Navidad. Pato le relata a su familia cmo se celebra en Espaa:
Noche Buena de Comillas 1948
A mi Llalla, Nia, Lucre, Lita, D. Mara, Jorge y Tito:
Que el Divino Nio les haya trado a todos en estas Navidades el testimonio ms cierto
de su predileccin y en este Ao Nuevo les conceda una lluvia de bendiciones y gracias.
Feliciten y saluden de mi parte a Rosita y a sus familiares.
Hganme favor de mandar en un sobre pequeo esa tarjeta a mi Padrino Jos.
De paso les dir que por estas tierras espaolas vivo muy contento, gozando de perfecta
salud gracias a Dios.
En el Seminario se celebran las Navidades muy alegres, sin dar lugar a uno de echar de
menos las de su tierra.
Se acostumbra adornar un gran saln resguardado del fro, donde todos los estudiantes
pasamos la noche buena compartiendo hermanablemente el dulce espaol tpico de este tiempo
llamado turrn. Adems all se cantan canciones, hay representaciones teatrales y se echan a
rodar varias pelculas.
En fin, los das de vacacin que nos dan se pasan volando.
El Ao Nuevo se celebra en Espaa de una manera muy curiosa, sobre todo en las
ciudades: las gentes se apian en la plaza y all esperan la entrada del nuevo ao, mirando al
reloj pblico. Y a medida que este va dando las campanadas, las gentes se echan una uva a la
boca y as hasta doce uvas, correspondientes a las 12 campanadas.
Supongo que Graciano tendr vacaciones y se las pasar con Uds. De no ser as, ya Uds.
le felicitarn por m. Qu tal le fue en sus exmenes finales?
Y a Dulce Mara cmo le va por all?
Tambin quiero tener noticias de Beto.
Mi mam me avis de la muerte de mi ta Chepita. Aqu, dos Padres mejicanos
celebraron dos misas por su eterno descanso y yo le he mandado a hacer a mi to Bache una
carta de psame.
Que Dios N.S. los bendiga y los conserve hasta que vuelva ordenado Sacerdote para que
me vean.
No los olvida:
Rafael Bello R.
Con toda seguridad los exmenes finales de Graciano, Tito, como le llamaban, fueron
exitosos porque un par de meses despus escriba desde Poza Rica al hermano seminarista,
contestando una misiva suya. Reproducimos esa respuesta porque en ella deja ver la
influencia del petrleo en la vida del Mxico de aquellos aos y de la economa por la que
tanto se preocupaba Pato.
Poza Rica, Ver. febrero 15 de 1949
Querido hermano:
Con muchsimo gusto te voy a contestar tu carta porque platicar
contigo de algo que yo conozco. Me preguntas que si fue benfica para Mxico la expropiacin y
te dir sin temor a equivocarme que s lo fue, el error estuvo en entregar a los trabajadores una
cosa que no saban manejar, pero por esas ideas raras del General Crdenas as se hizo y el
resultado fue que a los 4 aos Petrleos Mexicanos estaba en quiebra.
Ms tarde hubo una reorganizacin y el gobierno volvi a restringir las facultades de los
trabajadores de la industria, al grado que Pe-Mex (que es como se le designa) ha adelantado
mucho pues nada menos el ao pasado Pe-Mex enteraba a la Secretara de Hacienda y Crdito
Pblico la cantidad de Un milln de pesos diarios por concepto de contribuciones; quiero decir
con esto que la vida de nuestro pas depende en un 80% del Oro Negro. Los yacimientos que
Mi pap me ha enterado de tu triunfo con una poesa a la Costa Grande. A toda la casa
y a m nos has dado un gusto padre como dicen por all; muy bien hombre! sigue
cultivando ese arte tan fino.
Por ac estoy bueno -un poco cadavrico por la preparacin de mis exmenes finales- y a
estas horas ya examinado satisfactoriamente, gracias a Dios. En este verano me voy a dedicar a
engordar para poder hacer frente a los aos que me faltan. Espero que t no la pases mal en
ese Mxico tan babilnico y en el cual se siente uno tan solo.
Te recomiendo que cuando tengas tiempo y humor vayas a platicar con unos amigos
mos espaoles -no son Sacerdotes sino seminaristas que pronto volvern a Espaa- Su direccin
es: Ro 2, Tlalpan D.F. Lo mismo te digo acerca de otro amigo mexicano que acaba de salir
para la Patria y a quien le he avisado que iras a verlo alguna vez. Este vive en: Tacubaya,
Cerrada del Sr. Foublanc 48. Que ya conoces.
Te mando este artculo que escribieron sobre m en el peridico Juventud, cuando
escribas a casa lo mandas.
Tu hno.
R. Bello R.
Al margen izquierdo de la misma carta, Paito anotara una especie de post data a lo
largo de la hoja:
Hace mucho recib los mapas que me enviaste junto con aquel aviso que me dio tanto
gusto de tu cumplimiento con Pascua. Por ahora nada ms. De mis rdenes, ya estn avisados
todos los de casa. No dejes de rezar por m en ese da y si te es posible ir a la Villa, no dejes de
hacerlo para que me encomiendes a nuestra Madre de Guadalupe.
Saludos a todos los amigos.
El tiempo transcurri sin mayor novedad, mientras Pato estudiaba y conoca mejor
nuevas formas y costumbres.
Es indudable que muchas de sus misivas, as como las de su seora madre, se
perdieron por gracia del tiempo y a pesar de los esfuerzos de Llalla, Lita y Doa Ma. de la
Luz por conservarlas lo mejor posible, pues saban que algn da seran reliquia.
Ellas no perdan la fe como aquella negrita que, ante las travesuras de Felipillo, el
hijo de sus amos, renegara de ste al grado de que, cuando le dijeron que se iba de frayle a
lejanas tierras y que a lo mejor sera santo, dijo ms proftica que burlonamente: Felipillo
santo!... hummm... cuando la higuera revereca!
Su media lengua quera sealar que Felipillo slo llegara a santo cuando la higuera
seca que se mantena en el medio del patio... reverdeciera.
Pasaron los aos y, un da, la negrita entr gritando y llorando a la casa para asombro
de sus amos: Felipillo Santo!... Felipillo Santo!... sealando hacia el patio.
Al mismo tiempo que sus padres vean aquella vieja higuera reverdecer al centro de
su casa, Felipe de Jess entregaba la vida en manos de sus asesinos all en Nagasaki.
La pasividad que la entrega al estudio de uno, y a las labores cotidianas los otros, se
aletargara en la cotidianidad por varios meses, se vio de pronto desplazada por una noticia
que removi los corazones de Pato y todos los suyos.
Pocas veces el seminarista costeo perda el aplomo, la seriedad que -aunque con
algn toque de buen humor- imprima en sus cartas. Cuantims permitir que la alegra se
desbordara a niveles casi infantiles... pero la noticia lo justificaba.
Comillas, 16 de octubre de 1949
Srta. Juana Bello:
Casi a continuacin de la carta que te escrib ayer, dirijo esta para darte
un noticin maysculo: El Sr. Obpo. de Chilapa me ha dado orden de trasladarme de Comillas
al Seminario de San Sulpicio de Pars. Fjate pues, Llalla, a Pars, a Pars, la capital de
Francia!...
A penas si lo puedo creer, pero as es la realidad. Acabo de recibir carta del Sr. Obpo. en
que me autoriza para salir rumbo a Francia en esta semana misma, para alcanzar el curso que
empez el da 1o. del presente.
As pues Llalla, te voy a pedir el inmenso favor de que me manden de sus ahorros, por lo
menos la cantidad de diez dlares para cubrir los muchos gastos que voy a hacer
necesariamente en este viaje. Es un gran sacrificio que se impondrn, estando ahora la vida tan
cara en Mxico pero Dios se los premiar porque se trata de la formacin de un Sacerdote
suyo!
Cuando me contesten esta carta ya no me encontrarn en Comillas, por eso dirjanme la
carta a la siguiente direccin:
Seminaire Saint-Sulpice
59 bis, Rue Gnral Leclerc
ISSY LES MOULINEAUX (Seine)
Pars - France
Les volver a escribir tan luego como llegue a mi nueva residencia. Encomindenme
mucho a Dios para que me vaya bien por all.
Espero pronto su contestacin.
Recibe un abrazo de Pato
Indudablemente que era una noticia sensacional, sobre todo para un hombre que haba
entregado todos sus esfuerzos en ello. Un par de das despus, Pato escriba a su hermano
la buena nueva. Debemos recordar que Llalla y sus hermanos radicaban en Acapulco, sus
padres en Tecpan, y Graciano, a quien tambin llamaba Tito, en la ciudad de Mxico en
donde culminaba sus estudios de ingeniera. En la carta, Pato retorna a la mesura tras el
estallido de alegra.
estancia en Chilapa, (1 da y medio) visit al Sr. Obispo quien se puso muy contento, estuvimos
platicando y me dio la noticia de que te iras a Francia.
Ese da recibi un cable tuyo en donde le pedas su autorizacin. Yo por supuesto que no
caba de gusto, se lo platiqu a todos mis amigos, pero no quise escribir a mi mam para que
t le dieras la noticia, ahora s lo har as como a mi Llalla y a todos los de la familia.
El dinero que me pides te lo mandar, no lo hago ahorita porque 5 dlares significan $45
pesos mexicanos y ahorita no los tengo, pues he hecho muchos gastos porque me acabo de
cambiar de casa, ahora vivo en la direccin que adjunto escribo.
Vivo con esos muchachos de Chilapa de que te habl antes, estoy muy contento ah
porque ya no como en la Escuela, ya te haba platicado antes que era un martirio...
...recibe un abrazo muy fuerte de tu hermano
Tito.
SAINT SULPICE,
TRAS LAS HUELLAS DEL
SANTO CURA DE ARS
Pato buscaba informacin sobre Saint Sulpice. Saba que era uno de los seminarios
de mayor prestigio y antigedad en el mundo, pero quera saber ms sobre la que sera su
prxima casa.
El origen de la Compaa est vinculado ntimamente al gran movimiento de
evangelizacin y renovacin que se desarroll en Francia en el siglo XVII, y muy ligada a
la actividad misionero-pastoral de Jean-Jacques Olier.
Discpulo de San Vicente de Pal y del Padre de Condren, Jean Jacques Olier (16081657) particip en las misiones organizadas por ellos en Francia, especialmente en las de
Auvernia y los alrededores de Chartres. Descubri que este esfuerzo apostlico sera
raqutico sin una reforma del clero. Ahora bien esta reforma supona la aplicacin de las
decisiones del Concilio de Trento acerca de la formacin de los sacerdotes.
Este deseo de trabajar en la reforma por la formacin de los sacerdotes, Jean Jacques
Olier lo deba a la influencia del Padre de Condren, sucesor del cardenal de Brulle a la
cabeza del Oratorio de Francia. Pedro de Brulle quera "restaurar el estado de prt" (del
sacerdote), entonces deteriorado. El Padre de Condren disuadi a Jean Jacques Olier de
aceptar el episcopado que le proponan y se le orient hacia la obra de los seminarios. Jean
Jacques Olier se sinti destinado "a llevar la contemplacin dentro el sacerdocio".
En Comillas, no se diga; tierra espaola al fin, la comunicacin estaba dada hasta la risa.
Pero en Pars... vamos! Pars era otra cosa! Haba que hablar francs, idioma que jams
haba practicado Pato... pero que de modo alguno sera freno para continuar el camino
trazado por Dios.
Alguien ha de hablar espaol o ingls se deca a s mismo para darse seguridad.
Pero... la cosa no fue tan fcil.
Al da siguiente dos cosas fueron las primeras que hizo una vez instalado: escribir a
casa, y salir a conocer la ciudad.
As lo cuenta en sendas tarjetas postales -la primera de la gruta de Lourdes, y la
segunda de la esplendorosa Torre Eiffel- enviadas a Llalla y a sus hermanos:
Pars 1 de nov de 1949
Mi querida Llalla:
Ayer llegu a Pars y me cuesta creer que estoy en l, tan rpido fue mi
viaje... En Lourdes pas un da inolvidable. All donde la Virgen ha hecho tantos milagros, los
encomend a todos. El viaje a Pars lo hice en tren elctrico acompaado de un padre
paraguayo. En el Seminario de San Sulpicio me han recibido con mucho cario. Soy el nico
mejicano entre franceses, escoceses, coreanos, libaneses y tres colombianos. Obligado por las
circunstancias tendr que aprender pronto el francs.
El Seminario est a las afueras de la ciudad, pero hay un da en la semana en que los
seminaristas salen en grupos para visitar los lugares ms clebres de Pars.
Encomindenme mucho a N. S. Yo no me olvidar de Uds.
Saludos cariosos para todos.
Rafael Bello R.
La segunda, reza:
2 de nov. 49
A Lucrecia, Na, Lita, D. Ma.,
Jorge, Beto y dems amigos:
Ayer sal a visitar la ciudad de Pars. Desde una baslica llamada
Montmartre, dedicada al Sdo. Corazn, se contempla gran parte de la ciudad; es
indescriptible el panorama... qu edificios tan preciosos, qu movimientos de coches por las
calles, con que buen gusto visten las personas y los nios, qu escaparates y qu tiendas tan
ricas y tan lujosas; en fin, se ve aqu la ms refinada civilizacin y adelanto a que ha llegado el
hombre.
En esta foto est la Torre Eiffel de acero y una de las ms altas del mundo, despus
del Empire State de New York.
Desde la corona se domina toda la ciudad de Pars.
En el remite est mi direccin.
Se despide de Uds.
R. Bello R.
Un nuevo mundo se abra a los ojos -y la experiencia- de nuestro costeito que, con
todo, ya viste, habla y comporta, ms como sacerdote que como lego. La dura talla del
divino escultor est dando su fruto.
Ese primer mes, e inicio de curso al que llegara retrasado, significan adaptacin y
esfuerzo para alcanzar a sus compaeros. A esto, debe aadirse el estudiar a marchas
forzadas el idioma local pues, para todo y en todo, el francs es el que se habla.
Est tan cerca su ordenacin que no pierde tiempo ni escatima sacrificios, y se adapta
a la rgida disciplina del primer seminario del mundo.
Pero tambin se da tiempo para no olvidar al mundo con su ignominiosa marcha, y a
la vida con sus suspiros.
pero de altsima ejemplaridad, pues tambin en este pueblecillo dej huella imperecedera
por su virtud y su caridad.
Una amnista le permite volver a su pueblo. Como si slo estuviera esperando el
regreso, su anciana madre muere poco despus. Juan Mara contina sus estudios
sacerdotales en Verrires primero y despus en el seminario mayor de Lyn, pero... falto de
los necesarios conocimientos del latn, es despedido. Intenta entrar en los hermanos de las
Escuelas Cristianas, sin lograrlo. La cosa pareca no tener solucin cuando, de nuevo, se
cruza en su camino aquel cura excepcional: el padre Balley. l consigue del vicario general,
despus de un par de aos de estudios, su admisin a las rdenes. Por fin, el 13 de agosto
de 1815, el obispo de Grenoble, monseor Simn, le ordenaba sacerdote, a los 29 aos.
Haba acudido a Grenoble solo y nadie le acompa tampoco en su primera misa, que
celebr al da siguiente. Sin embargo, el Santo Cura se senta feliz al lograr lo que durante
tantos aos anhel, y a pesar de tantas privaciones, esfuerzos y humillaciones, haba tenido
que conseguir: el sacerdocio.
Muerto el padre Balley, y terminados sus estudios, el arzobispado de Lyn le encarga
de un minsculo pueblecillo, a treinta y cinco kilmetros al norte de la capital, llamado Ars.
Todava no tena ni siquiera la consideracin de parroquia, sino que era simplemente una
dependencia de la parroquia de Mizrieux, que distaba tres kilmetros. Normalmente no
hubiera tenido sacerdote, pero la seorita de Garets, que habitaba en el castillo y perteneca
a una familia muy influyente, haba conseguido que se hiciera el nombramiento.
Ya tenemos, desde el 9 de febrero de 1818, a San Juan Mara en el pueblecillo del que
prcticamente no volver a salir jams. Habr algunas tentativas de alejarlo de Ars... pero
siempre se interpondr, de manera manifiesta, la divina Providencia, que quera que San
Juan Mara llegara a resplandecer, como patrono de todos los curas del mundo,
precisamente en el marco humilde de una parroquia de pueblo.
Mientras no se inici la gran peregrinacin a Ars, el cura pudo vivir enteramente
consagrado a sus feligreses... visitndoles casa por casa; atendiendo paternalmente a los
nios y a los enfermos; empleando gran cantidad de dinero en la ampliacin y
hermoseamiento de la iglesia; ayudando fraternalmente a sus compaeros de los pueblos
vecinos. Todo esto acompaado de una vida de asombrosas penitencias, de intenssima
oracin, de caridad, en algunas ocasiones llevada hasta un santo despilfarro para con los
pobres. Pero San Juan Mara no excede en esta primera parte de su vida del marco corriente
en las actividades de un cura rural.
Se emple a fondo en una labor de moralizacin del pueblo: la guerra a las tabernas,
la lucha contra el trabajo de los domingos, la sostenida actividad para conseguir desterrar la
ignorancia religiosa y, sobre todo, su dramtica oposicin al baile, le ocasionaron
sinsabores y disgustos. No faltaron acusaciones ante sus propios superiores religiosos. Sin
embargo, su virtud consigui triunfar, y aos despus poda decirse con toda verdad que
Ars ya no es Ars.
Ya hemos dicho que el Santo sola ayudar, con fraternal caridad, a sus compaeros en
las misiones parroquiales que se organizaban en los pueblos de los alrededores. En todos
ellos dejaba el Santo un gran renombre por su oracin, su penitencia y su ejemplaridad. Era
lgico que aquellos buenos campesinos recurrieran luego a l, al presentarse dificultades, o
simplemente para confesarse y volver a recibir los buenos consejos que de sus labios haban
escuchado. ste fue el comienzo de la clebre peregrinacin a Ars.
Lo que al principio slo era un fenmeno local, circunscrito casi a las dicesis de
Lyn y Belley, fue tomando un vuelo cada vez mayor, que lleg a hacerse clebre el cura
de Ars en toda Francia y aun en Europa entera. De todas partes empezaron a afluir
peregrinos, se editaron libros para servir de gua, y es conocido el hecho de que en la
estacin de Lyn se lleg a establecer una taquilla especial para despachar billetes de ida y
vuelta a Ars. Aquel pobre sacerdote, que trabajosamente haba hecho sus estudios, y a
quien la autoridad diocesana haba relegado en uno de los peores pueblos de la dicesis, iba
a convertirse en consejero buscadsimo por millares y millares de almas. Y entre ellas se
contaran gentes de toda condicin, desde prelados insignes e intelectuales famosos, hasta
humildsimos enfermos y pobres gentes atribuladas que iran a buscar en l algn consuelo.
Aquella afluencia de gentes iba a alterar por completo su vida. Da llegar en que el
Santo Cura desconocer su propio pueblo, encerrado como se pasar el da entre las mseras
tablas de su confesonario. Entonces se producir el milagro ms impresionante de toda su
vida: el simple hecho de que pudiera subsistir con aquel gnero de vida.
Porque aquel hombre, por el que van pasando ya los aos, sostendr como habitual la
siguiente distribucin de tiempo: levantarse a la una de la madrugada e ir a la iglesia a
hacer oracin. Antes de la aurora, se inician las confesiones de las mujeres. A las seis de la
madrugada en verano y a las siete en invierno, celebracin de la misa y accin de gracias.
Despus queda un rato a disposicin de los peregrinos. A eso de las diez, reza una parte de
su breviario y vuelve al confesonario. Sale de l a las once para hacer la clebre explicacin
del catecismo, predicacin sencillsima, pero llena de una uncin tan penetrante que
produce abundantes conversiones. Al medioda, toma su frugalsima comida, con
frecuencia de pie, y sin dejar de atender a las personas que solicitan algo de l. Al ir y al
venir a la casa parroquial, pasa por entre la multitud, y ocasiones hay en que aquellos
metros tardan media hora en ser recorridos. Dichas las vsperas y completas, vuelve al
confesonario hasta la noche. Rezadas las oraciones de la tarde, se retira para terminar el
Breviario. Y despus toma unas breves horas de descanso sobre el duro lecho. Slo un
prodigio sobrenatural poda permitir al Santo subsistir fsicamente.
Por si fuera poco, sus penitencias eran extraordinarias. Aun cuando los aos y las
enfermedades le impedan dormir con un poco de tranquilidad las escasas horas a ello
destinadas, su primer cuidado al levantarse era darse una sangrienta disciplina...
Dios bendeca manifiestamente su actividad. El que a duras penas haba hecho sus
estudios, se desenvolva con maravillosa firmeza en el plpito, sin tiempo para prepararse,
y resolva delicadsimos problemas de conciencia en el confesonario. Es ms: cuando
muera, habr testimonios, abundantes hasta lo increble, de su don de discernimiento de
conciencias. A ste le record un pecado olvidado, a aqul le manifest claramente su
vocacin, a la otra le abri los ojos sobre los peligros en que se encontraba, a otras personas
que traan entre manos obras de mucha importancia para la Iglesia de Dios les descorri el
velo del porvenir... Con sencillez, casi como si se tratara de corazonadas o de ocurrencias,
el Santo mostraba estar en ntimo contacto con Dios Nuestro Seor y ser iluminado con
frecuencia por l.
No imaginemos, sin embargo, al Santo como un ser completamente desligado de toda
humanidad. Antes al contrario. Conservamos el testimonio de personas, pertenecientes a las
ms elevadas esferas de aquella puntillosa sociedad francesa del siglo XIX, que marcharon
de Ars admiradas de su cortesa y gentileza. Ni es esto slo. Mil ancdotas nos conservan el
recuerdo de su agudo sentido del humor.
Pero donde ms brill su profundo sentido humano fue en la fundacin de La
Providencia, aquella casita para acoger a las pobres huerfanitas de los contornos. Entre los
documentos humanos ms conmovedores, por su propia sencillez y cario, se contarn
siempre las Memorias que Catalina Lassagne escribi sobre el Santo Cura. A ella le puso al
frente de la obra y all estuvo hasta que, quien tena autoridad para ello, determin que las
cosas se hicieran de otra manera.
Pero la misma reaccin del Santo mostr entonces hasta qu punto convivan en l,
junto a un profundo sentido de obediencia rendida, un no menor sentido de humansima
ternura. Por lo dems, si alguna vez en el mundo se ha contado un milagro con sencillez,
fue cuando Catalina narr para siempre jams lo que un da en que faltaba harina le ocurri
a ella. Consult al seor cura e hizo que su compaera se pusiera a amasar, con la ms
candorosa simplicidad, lo poquito que quedaba y que ciertamente no alcanzara para cuatro
panes. Mientras ella amasaba, la pasta se iba espesando. Ella aada agua. Por fin estuvo
llena la amasadera, y ella hizo una hornada de diez grandes panes de 20 a 22 libras. Lo
bueno es que, cuando acuden emocionadas las dos mujeres al seor cura, ste se limita a
exclamar: El buen Dios es muy bueno. Cuida de sus pobres.
El viernes 29 de julio de 1859 se sinti indispuesto. Pero baj, como siempre, a la
iglesia a la una de la madrugada. Sin embargo, no pudo resistir toda la maana en el
confesonario y hubo de salir a tomar un poquito de aire. Antes del catecismo de las once
pidi un poco de vino, sorbi unas gotas derramadas en la palma de su mano y subi al
plpito. No se le entenda, pero era igual. Sus ojos baados de lgrimas, volvindose hacia
el sagrario, lo decan todo. Continu confesando, pero ya a la noche se vio que estaba
herido de muerte. Descans mal y pidi ayuda. El mdico nada podr hacer. Llamad al
seor cura de Jassans.
Ahora ya se dejaba cuidar como un nio. No rechist cuando pusieron un colchn a
su dura cama. Obedeci al mdico. Y se produjo un hecho conmovedor. ste haba dicho
que haba alguna esperanza si disminuyera un poco el calor. Y en aquel trrido da de
agosto, los vecinos de Ars, no sabiendo qu hacer por conservar a su cura queridsimo,
subieron al tejado y tendieron sbanas que durante todo el da mantuvieron hmedas. No
era para menos. El pueblo entero vea, baado en lgrimas, que su cura se les marchaba ya.
El mismo obispo de la Dicesis vino a compartir su dolor. Tras una emocionante despedida
de su buen padre y pastor, el Santo Cura ya no pens ms que en morir. Y en efecto, con
paz celestial, el jueves 4 de agosto, a las dos de la madrugada, mientras su joven coadjutor
rezaba las hermosas palabras que los santos ngeles de Dios te salgan al encuentro y te
introduzcan en la celestial Jerusaln, suavemente, sin agona, como obrero que ha
terminado bien su jornada, el Cura de Ars entreg su alma a Dios.
As se ha realizado lo que l deca en una memorable catequesis matinal: Dios mo,
cmo me pesa el tiempo con los pecadores! Cundo estar con los santos? Entonces
diremos al buen Dios: Dios mo, te veo y te tengo, ya no te escapars de m jams, jams.
Lo canoniz el papa Po XI el 31 de mayo de 1925, quien tres aos ms tarde, en
1928, lo nombr Patrono de los Prrocos.
As, as quera ser Pato! Bueno... no un santo, pensaba para s... pero s como l en la
entrega, en el amor por su gente, en su afn por servir, aconsejar, guiar al pobre, al ms
necesitado. No.. de plano... as sera! El Santo Cura de Ars sera, de ahora en adelante, no
slo su patrono, sino su gua espiritual.
ANTE EL
CON EL
Y PARA EL
Pato haba definido su proyecto espiritual. Si desde nio saba que sera sacerdote,
ahora saba qu tipo de sacerdote sera. El Santo Cura de Ars no le abandonara jams. Al
fin y al cabo haba tanto parecido.
La persecucin religiosa y la revolucin francesa; la penalidad econmica; la
trayectoria decidida... es ms, Pato tena una ventaja -dicho sea con el mayor respetosobre el Santo Cura de Ars: a l no se le haba dificultado -fuera de lo normal- estudio y
aprendizaje.
Ahora s estaba preparado para quedar de frente a Dios. Ofrendar su vida ante El, con
El y para El.
Ante la ceremonia que podramos considerar previa a la ordenacin sacerdotal,
recordaba aquel 17 de julio del ao anterior en Comillas, cuando emocionado reciba el
Subdiaconado de manos del Excmo. Sr. Don Francisco Lauzurica. Ahora, el 8 de abril,
recibira del no menos Excmo. Emile Blanchet, en la Iglesia de los Carmelitas, en ese
fascinante y culto Pars, el Diaconado, paso previo como dijimos, a la uncin sacerdotal, al
triunfo ms grande a que puede aspirar un hombre religioso, independientemente de
posteriores nombramientos, responsabilidades u honores.
El propio Pato escribira una resea del acto como si la estuviese relatando en el
momento mismo del suceso:
En estos momentos el obispo acaba de imponer su mano derecha sobre nuestras
cabezas, quedando as consagrados diconos. En seguida nos impondr los ornamentos
propios de la orden. Todos mis compaeros son franceses. Al fondo, un sacerdote lee al
pueblo en francs lo que el Obispo nos dice en latn. Despus de mi ordenacin -del
diaconado, obviamente- he repartido varias veces la Santa Comunin. La primera vez fue
en uno de los estadios ms grandes de Pars, donde 70 mil jvenes de Accin Catlica
celebraban un congreso.
Por una divina coincidencia, Su Santidad Po XII haba proclamado ese ao, 1950,
Ao Santo.
Dios! Qu poco falta para alcanzar el sueo! Y renueva esfuerzos, y cambia el ceo, y
goza de antemano la realizacin cercana. Pero ya no es slo el sueo de llegar a ser
sacerdote, el alma encuentra nuevos derroteros y metas.
Es en Francia en donde, al conocer el hermoso seminario, evoca la grandeza de
espritu de quienes han sido sus compaeros en los ltimos aos y, recordando las
tendr lugar el 3 de junio prximo. Como es natural, siento grande alegra al terminar mi
carrera, pero tambin tengo cierta pena de que Uds. no vean estas ceremonias tan magnficas y
tan raras. Sin embargo procurar que me saquen fotografas para que puedan imaginarse
siquiera cmo son.
El fotgrafo an est revelando unas fotos que me tom en mi ordenacin de Dicono. Ya
les mandar algunas tan luego como me las entregue. De Tecpan les mandarn una invitacin
para que ese da lo pasen juntos en nuestra querida casona. Yo los ver desde aqu y les
acompaar en mi recuerdo, desendoles un da muy feliz, que sea un anuncio de la fiesta que
haremos cuando vuelva definitivamente al hogar.
Segn las ltimas instrucciones que he recibido de Chilapa, tengo que permanecer por ac
an tres aos ms para realizar el programa de estudios que me sealaron. Esto me alegra
mucho porque me dan oportunidad de formarme mejor y de conocer otros pases del viejo
mundo...
Llalla, apresurada, cosa aquellos ornamentos que Pato le haba pedido, y que
cruzaron raudos el extenssimo ocano Atlntico para llegar apenas a tiempo para la
ceremonia que, por razones de la voluntad divina, no sera sino hasta el 29 de junio y no en
el Seminario, sino en el esplendoroso marco de la Catedral de Notre Dame, uno de los
edificios ms suntuosos de la religin catlica y de la historia francesa.
Veinticinco jvenes seminaristas desbordaban dicha y nervios. Desde muchos das
antes haban preparado sus ornamentos, repasado el protocolo y el canon. Sus maestros y
guas espirituales compartan el nerviosismo. La ciudad de Pars, entera, estaba atenta del
suceso.
El 28 por la noche nadie pudo dormir. El que no rezaba, daba vueltas sobre su cama,
o se levantaba una y otra vez a revisar que todo estuviera en orden.
La noche se haca eterna. Era una noche lmpida, como toda noche de verano, que
daba la oportunidad a millones de estrellas de lucirse en todo su esplendor. Hasta ellas
estaban pendientes de la ocasin.
La luna, por las fechas llena y luminosa, pareca rerse de la inquietud de aquellos
jvenes y, cmplice a la vez, guiaba un ojo al sol que se resista a salir haciendo ms largo
el padecer por la espera.
Por fin, las primeras luces de la aurora aparecieron. El movimiento en el Seminario
era tan intenso como en la propia Catedral donde trabajadores y auxiliares daban los
ltimos toques que remozaban los interiores para mayor lucimiento del acto.
La sonora voz de las campanas de Notre Dame llamaba al pueblo parisino a
presenciar una ceremonia que no se da todos los das.
La alfombra roja era extendida a lo largo del ancho pasillo central, y el rgano mayor
dejaba escuchar que estaba en buenas manos al chequeo de sus notas.
Familiares y amigos de los que en unas horas ms seran nuevos sacerdotes, hicieron
su arribo desde muy temprano. Haba que ganar lugar para no perder detalle.
Poco a poco todos tomaron sus posiciones. La curia local les acompaaba desde las
bancadas, cada una ejemplo del maravilloso arte del tallado en madera que competa
justamente con el barroco de sus muros.
Pato se senta solo, a pesar de estar enmedio de tanta gente. Su inquietud se
justificaba, la familia lejos, su patria ms all del mar... era, repetimos, el nico mexicano
que sera ordenado. Pero... en sus movimientos inquietos, al voltear a un lado, su vista se
encontr de frente con la imagen de la Virgen de Guadalupe, la santa madre de Dios vertida
en madre de los mexicanos por gracia propia. Desde su nicho, en una capilla lateral, pareca
sonrer dndole confianza. Pato recobr la entereza.
En el 2004, quiz recordando ese momento, Rafael Bello Ruiz, ya Arzobispo
Emrito, escriba su
Los viajes ilustran, dice el refrn que no es otra cosa que la sabidura popular... y es
ms que cierto. As, la Divina Providencia no olvidaba que Pato, perdn, el Padre Pato,
necesitaba algo ms que los meros estudios acadmicos y, utilizando sus siempre extraos
caminos, pona al frente del nuevo y flamante sacerdote las oportunidades necesarias para
el pulimento de su formacin.
Datada en Madrid el 1o. de agosto, apenas dos meses despus de la ordenacin, el
Padre Pato notificaba a Llalla:
Estimada Llalla:
Con gusto te saludo junto con todos los de la casa que imagino estarn de fiesta por el
recibimiento del anillo profesional de Graciano -segn me contaba Lucre en su ltima-. Te
habrs dado cuenta por el membrete que te escribo desde Madrid, pues se trata de una de esas
chanzas que la Providencia tiene costumbre de darme.
Hace un mes que tuve el gusto de saludar en Pars a dos jvenes estudiantes del
Tecnolgico de Monterrey que venan con el encargo de comprar un coche mientras otros
compaeros suyos les esperaban en Roma. Como no saban francs, yo les serv de intrprete y
les prest generosamente mis servicios para el arreglo de su asunto. Ellos me correspondieron,
invitndome a que les acompaase a Roma. Por desgracia no pude arreglar mi pasaporte
pronto y tuve que verlos partir con pena.
Pero das despus volvieron todos juntos en compaa del P. Carlos Alvarez y me
reiteraron su invitacin para que les acompaara a Espaa y Portugal. Acept, claro est, y
ya hoy hace 8 das que andamos sobre el camino, atravesando toda Francia de norte a sur y en
estos momentos, visitando por menudo la capital de Espaa. Ya te imaginars las infinitas
cosas que habr visto y lo mucho que he gozado junto con los simpticos monterreyenos que
son hijos de los industriales ms ricos de la ilustre ciudad nortea y adems son muy alegres.
Cada da dedicamos un buen rato a cantar canciones y echar gritos a la mexicana hasta quedar
roncos.
Por otra parte nos damos unas verdaderas matadas recorriendo cada da 400 kilmetros,
lo cual nos obliga a comer en el camino como lo hacan los judos: con un bculo en la mano y
con los pis calzados.
Bien querida Llalla, yo quisiera platicarte ms cosas, pero hay que tener paciencia y
esperar un poquito. Mi recuerdo carioso para todos y cada uno.
Tu sobrino Sacerdote:
R. Bello. Pbro.
El 14 de septiembre, desde el mismo Madrid, el Padre Pato ampliara su informacin
sobre el viaje a Llalla y a Graciano:
Mi querida Llalla: Aqu de carrera te envo un saludo, deseando que te encuentras bien
juntamente con Na, Lucrecia, y mis hermanos. Dios ha sido muy bueno conmigo: Fjate,
acabo de llegar a este lugar apacible despus de haber recorrido miles de kilmetros en 40 das a
travs de las principales naciones de Europa: Francia, Espaa, Portugal e Italia. me parece que
ya te cont que anduve con unos peregrinos de Monterrey, quienes se portaron conmigo muy
generosamente y por eso nos quedamos buenos amigos.
La ciudad que ms me gust fue Roma, tanto por las bellezas que encierra como por ser
Capital de la Cristiandad. All est el Papa, Vicario de Jesucristo en la tierra.
Hay tanto qu decir de Roma que slo me remito a dos cosas: La Audiencia con el Papa.
Tuvo lugar en la monumental Baslica de S. Pedro que estaba totalmente llena de peregrinos
venidos de todas partes del mundo. El Sto. Padre habl en seis idiomas y enseguida la multitud
le aclam con delirio. El Sto. Padre es un anciano de 78 aos; pero tiene un prestigio sin igual
en el mundo. El da 1o. de noviembre definir ex cathedra = (de manera infalible) que la
Sma. Virgen subi al cielo en cuerpo y alma.
Nuestra peregrinacin a Roma fue por ganar la indulgencia del Ao Santo.
No me olvid de Uds. al celebrar la Sta. Misa y en mis dems oraciones.
No los olvida
Rafael Bello Pbro.
Con esa misma fecha, y enviada en el mismo sobre, la dirigida a Graciano seala:
En un minuto voy a contestar tu carta del 5 porque ando corriendo arreglndole al P.
Carlos Alvarez la venta de la camioneta en que nos paseamos y que ahora ha dejado a mi
cargo.
Espero que como viste al P. Manuel H. tambin veas a estos buenos amigos de
Monterrey. As tendrs noticias ms vivas de m. Como bien sabes, ahora estoy en Cbreces,
pasando unos das con el P. Maciel.
No te he mandado la bota porque he tenido pena de molestar a las personas que he visto.
Generalmente vienen en avin y siempre pagan sobre-carga. Todo se har cuando yo me
vaya.
Dime en concreto el ao en que terminas tu carrera. Yo ya me haca la ilusin de que ya
habas terminado y que ya empezaras a trabajar. No creas que slo yo estoy interesado en ello
sino por otros amigos mos a quienes naturalmente les comunico las noticias de casa, an las
ms mnimas.
Que te conserves bien. Yo, gracias a Dios, estoy muy bien siempre con el recuerdo puesto
en todos los de casa.
Te abraza tu hermano Sacerdote:
R. Bello R. Pbro.
A fines de octubre regresar a Pars al nuevo curso que empezar el 1o. de noviembre.
Me dices que tienes muchas ganas de hablar conmigo. Y yo no tengo menos, pero en vista
de que falta an algo de tiempo para que nos veamos, entendmonos por carta. Todo es que t
quieras.
P.D.- Gracias por las flores que me echan en ese barroco artculo del Trpico de
Acapulco.
Siempre con el apoyo y respaldo de sus mentores, Monseor Arizmendi en Mxico, y
el Padre Marcial Maciel en Europa, el Padre Pato segua su camino preparndose con
ahnco y gusto.
A pesar de lo distanciado de sus letras, entre el contenido y sus comentarios se
reconstruye una vida de esfuerzo y tesn que le llevaran a los planos ms altos. A
principios de 1951, robando tiempo al estudio, escribe a Llalla:
Pars, 30 enero 1951
Muy estimada Llalla: Espero en Dios que todos estn bien de salud y que el primer mes
de 1951 les haya trado suerte. Esta vez mi saludo va acompaado de una fotografa que hace
muchsimo tiempo les promet. Ojal que les llegue en buen estado. Se las dedico a todos y a
cada uno, con el grande deseo de verlos muy pronto.
De tiempo en tiempo voy teniendo noticias de la casa y por ellas me entero de que Uds.
estn sin novedad en el puerto ms bello de Mxico. Me figuro que cuando vuelva voy a
encontrar a Acapulco convertido en una ciudad moderna.
Por mi parte no tengo sino buenas noticias. Sigo estudiando con grande inters y noto
casi cada da, que me voy enriqueciendo con nuevos conocimientos. Trato de aprovechar bien
mi estancia en este pas porque una vez que pise las playas de Mxico, no tendr la oportunidad
ni los medios de volver por ac...
Recib todas sus felicitaciones de Ao Nuevo.
Reciban todos un carioso abrazo de su Rafael que no los olvida.
El programa de estudios era agotador. Cuando los jvenes sacerdotes y seminaristas
empezaban un curso, prcticamente se olvidaban de todo y de todos. De ah puede
comprenderse que, cuando llegaba la temporada de vacaciones, programaran estas con todo
cuidado a fin de aprovecharles al mximo.
Es por eso que se llega el mes de mayo para que el Padre Pato vuelva a escribir a
casa.
Pars, 20 de mayo de 1951
Muy estimada Llalla, Na, Lucre, Lita, Jorge y D. Mara:
Hace mucho tiempo que no les escribo debido al mucho trabajo que he tenido durante
todo el curso escolar. Este ao es el ms difcil en una Universidad; las materias que tenemos
que preparar son bastante numerosas y eso nos obliga a trabajar cada da sin descanso. Esto
mismo me ha impedido de darme cuenta de la vida de Pars durante este ao.
Para las vacaciones de Julio y Septiembre se estn preparando grandes fiestas para la
celebracin del dos mil aniversario de la fundacin de la ciudad de Pars. En ese tiempo, el
gran mundo har derroche de modas, brillantes y perfumes en los ricos salones... y el pueblo
se divertir con la iluminacin de los jardines de Versalles y otros espectculos, como un
banquete gigantesco que ofreci el Alcalde de la ciudad a dos mil ancianos.
En el mes de septiembre voy a ir a pasar unos das al pueblo de Barceloneta, que est en
la famosa cordillera de Los Alpes, cerca de la frontera italiana. La mayor parte de la colonia
francesa de Mxico son originarios de ese pueblo. Voy all invitado por un amigo mo llamado
Jean Rebattu, que naci en Mxico, pero a la edad de 4 aos se volvi con su padre y as no
habla espaol. Su mam est enterrada en el Panten Francs de Mxico. Jean me dice que
Barceloneta es un pueblo completamente mejicano: en la Iglesia se venera a Nuestra Seora de
Guadalupe, una calle lleva el nombre de D. Porfirio Daz, en muchas casas se ven sarapes
mexicanos, jarros y jcaras y hasta el mole de guajolote es la comida preferida en las fiestas.
Cuando est por all tendr mucho gusto en contarles ms cosas de ese pedacito de tierra
mejicana.
Encomindenme a Dios para que tenga buen suceso en mis pruebas finales. Yo les
encomiendo todos los das en mi Misa y procuro alargar la bendicin hasta Uds.
Les recomiendo mucho que me escriban. Ya casi va a completarse un ao que no recibo
una sola carta de Uds.; la ltima que recib fue una de Jorge en el mes de noviembre de 1950;
en ella me peda una reliquia que hasta ahora puedo mandarle. Es un pedacito de tela tocado
al cuerpo incorrupto de Sta. Teresita del Nio Jess.
Los abraza cariosamente Pato.
La santa, favorita de muchos latinos, entre ellos mi padre Edmundo, que en gloria
est, a ms de adeptos que le seguan y veneraban, inspiraba a los seminaristas por su
paciencia y candor.
Por ah est una foto del Padre Pato con el Padre Manuel Herrera frente a la baslica
de Sta. Teresita en Lisieux, a cuyo respaldo anota de puo y letra que -para esas fechas- an
viva una hermana de la santa que se llamaba Ins y era monja Carmelita. La casita de su
familia, con todos sus recuerdos, se conserva muy bien.
Mientras corra el tiempo, Pato cantaba, con sus compaeros, un canto a Santa
Teresita del Nio Jess, que an entona y cuya letra dice:
Teresita, flor preciosa
con ptalos de azucena,
nia de un nombre que suena
como cancin melodiosa.
Teresita, Carmelita,
con tu Cristo y con tus rosas
entre las flores hermosas,
eres t la Margarita!
(Pars 1951)
Por cierto que, ya que tocamos el viaje aquel que hicieran el Padre Pato y el Padre
Manuel Herrera, no podemos pasar por alto la visita a Pars en la que el Padre Herrera quiso
conocer la capilla de la Catedral de Notre Dame en la que estaba la Virgen de Guadalupe
que Pato viera a los ojos el da de su consagracin sacerdotal. Cuentan que la emocin y
fervor del Padre Herrera fueron de tal intensidad que, al tener a la vista la imagen, solt el
llanto, un llanto abundante y piadoso.
Para el mes de julio encontramos al Padre Pato asignado como vicario por unos das.
Era la clebre Iglesia parisina de St. Germain-lAuxerrois, en el corazn mismo de la
Ciudad Luz, lo que le ayudara a enriquecer su experiencia y conocera la vida parroquial
de la ciudad. Era ese sabio mtodo de ir mezclando la teora con la prctica.
La curia parisina le asign, mientras terminaba su curso de Teologa, y en auxilio del
Padre Mealaveuf, la capellana del convento de Chevilly, sede de las Hermanas de la
Congregacin de San Juan Eudes, a quienes oficiaba misa y confesaba, a ms de atender su
gua y consejo espiritual.
La bondad y humildad con que les serva sera su pasaporte para poder ir a Amrica, a
Mxico, y a su querido Tecpan.
ROMA Y LA GREGORIANA
Sorpresivamente, el Padre Pato escriba desde la capital de Italia, sede de la Iglesia
Catlica y del Papa.
Roma 16 de diciembre de 1951
Querido hermano, te escribo con el corazn rebosante de alegra porque la Providencia de
Dios me acaba de conceder uno de los favores ms sealados y ms codiciados por los clrigos de
la Iglesia Catlica: hacer los estudios en Roma.
As es amigo, un da del mes pasado recib carta del gran jefe, el Sr. Obpo. en que me
permita estudiar el Derecho Cannico en esta clebre ciudad.
Estoy como un pobre muchacho que se ha encontrado un tesoro y que lo disfruta a sus
anchas sin temor de que nadie se lo arrebate. Cmo quisiera saciarme en este mar de ciencia,
acumulado aqu por tantos y tantos siglos de historia
Roma, la ciudad Santa; Roma, la cuna de la civilizacin occidental! Roma, la fuente
que da vida al mundo...
La satisfaccin que me causa verme enmedio del Coliseo o de la Baslica de San Pedro, o
en las aulas de la Universidad Gregoriana, no me hace olvidar que esto es un don gratuito que
Dios hace a nuestra familia. Yo lo considero como una exaltacin de la pobreza y el trabajo de
todos nosotros. Por eso debemos levantar la mirada hacia arriba, dando infinitas gracias al
Dador de todo bien que dentro de pocos das va a nacer pobre de unos padres aldeanos de
Nazaret. Bienaventurados los pobres!
Ojal que mi estancia en Roma d nuevas fuerzas a todos los de la casa para que sigan
esperando con paciencia optimista a este fraile andariego.
Te abraza de todo corazn tu hermano Rafael.
P.D. Saludos a To Alfonso y a Jos el chiquito.
Ah estaba, a las puertas de Roma. Para el Padre Pato, con todo y que ya le haba
visitado fugazmente como turista, todo era novedad y exaltacin. Cada piedra resumaba un
pasaje de la historia, efectivamente.
Lo seorial de El Vaticano, de los edificios arcanos de su derredor, la propia
Universidad Gregoriana, con esa inmensa sensacin de respeto que infundan, le haca
sentirse parte del exclusivo mundo de los salvadores de almas. Ya era Sacerdote; estaba en
camino de ser Doctor en Derecho Cannico.
Se tom fotos frente a todas partes, se vea pequeo al lado de tal magnificencia, pero
ah estaba, formando parte del todo!
Cun orgullosos debieron sentirse sus padres, sus hermanos, sus amigos, sus viejos
maestros.
De los nuevos no se diga. Todos y cada uno de ellos era un sabio. Estaba al frente de
todos ellos, como Padre Superior, el Padre Marcial Maciel Degollado, su amigo, protector y
confidente. De la planta de catedrticos slo recuerda los ilustres apellidos de los PP.
Capello, Bertrams, Creusen, Choeneger, Bidagor, y el Padre Menndez O.P.
La Universidad Gregoriana estaba considerada como una de las mejores del mundo
no slo religioso, sino educacional. El soberbio edificio y sus anexos invitaban a la
reflexin y el estudio.
No fue fcil, pero tampoco difcil estar ah.
Ya asentado en Roma, les dijo a sus padres que les llevara a conocer esa maravillosa
ciudad. As les narra, paso a paso, y con una descriptiva hermosa y contundente, todos y
cada uno de los rincones de Roma. La carta, dirigida a su madre, podra haber sido uno de
los tesoros narrativos ms importantes de la historiografa de Pato; por desgracia, fue uno
de los documentos perdidos ante el embate del Cicln Tara el 11 de noviembre de 1961.
satisfaccin, dando gracias al Todopoderoso. De eso de la pared dices que son unos cuantos
meses, pues ya casi no es pared. Estoy algo quebrantado de salud; no salgo a ninguna parte,
pero mi atencin mdica es diaria. El 10 del pmo. pdo. me trajo la comunin el P. Angel y
ayer, da de Cristo Rey, me la volvi a traer. Esto me alienta mucho.
No te escribo ms Pato, voy a descansar. Pdele a Dios en esas catacumbas por la salud
de tu pap que no te olvida.
Calixto.
En algo tena razn Don Calixto: el Padre Pato haba regresado con nuevos bros a
enfrentar su responsabilidad, pero el tormento de ese ao an no haba terminado.
Tres semanas despus, nuestro personaje reciba una carta ms de su seor Padre.
Tecpan noviembre 10 de 1952
Mi estimado Pato Pbro.
Estas letras te dicen que estoy aliviado, listo para esperarte pues Dios Nuestro
Seor es tan misericordioso que en l confo. No te preocupes, estoy contento porque ya te veo
cerquita. Qu tantito es 7 u 8 meses? As es que no te amilanes Bermudez que aqu va
Acosta.
En el ro revuelto se ahogaba Bermdez, pero Acosta lo salv.
As yo ya estoy salvado gracias a Dios, as es que un abrazo muy apretado.
Tu mam, Naro, y Casto, te escribirn enseguida. Saludos de todos tus amigos.
Dame tu bendicin y que te conserves sin novedad son los deseos de tu pap que no te
olvida.
Calixto.
Que nobleza de hombre! Digno ejemplo de la nobleza mexicana, mesoamericana, de
ese corazn tan grande que nuestra raza hereda. Se deca aliviado para dar esperanza al hijo
en su via crucis pastoral, cuando la propia letra le traicionaba y mostraba los momentos en
que el dolor traspasaba el alma y los sentidos.
Pato lo intuia y le dola. Fueron momentos de angustia que slo paliaba el mismo
estudio, en el cual se refugiaba desesperadamente.
Busc la capilla, se postr ante el sangrante Cristo que enseoreaba el altar, y rez,
rez con todas sus fuerzas. Rog por la salud de su padre, pero tambin porque los
designios de Dios se cumplieran y, de ser as, que le acogiera en su Santo Seno por el
mrito de haberle dado un hijo al Seor y su obra.
A mediados de noviembre, uno de los hermanos de la casa de Los Legionarios de
Cristo en que se hospedaba, gracias a la bondad y apoyo del Padre Maciel, le hizo llegar un
sobre conteniendo una carta ms de Mxico.
Pato busc la soledad de un corredor para, recargado en la pilastra que tantas veces
le viera deambular por ese pasillo libro en mano, abrir la misiva con franca preocupacin.
Rasg el sobre con mano temblorosa. Tena miedo de su contenido, aunque lo
esperaba.
Nov. 17 de 1952 Tecpan de Galeana, Gro.
Sr. Pbro. Rafael Bello Ruz
Roma, Italia.
Querido hermano:
Mi mam no quera que te escribiera, pero te considero lo suficientemente fuerte
para soportar esta noticia: nuestro querido pap ha muerto. Despus de esto qu quieres que te
diga? todos estamos con el corazn destrozado.
El jueves 13, faltando diez minutos para las diez de la noche falleci en plenas facultades
mentales; minutos antes reuni a toda la familia para darle la bendicin y despedirse de ellos;
a todos los vecinos que vinieron a esa hora los conoci y les habl. Dos das antes te so y dijo:
si me muero me voy contento porque anoche vi a Pato, pero tan claro como si hubiera estado
de verdad aqu. El nico que faltaba era yo y con tan mala suerte que ya no lo alcanc. Lo
velaron dos noches para esperarme pero fue imposible, llegu diez minutos tarde, todava haba
gente en el Camposanto cuando yo entraba al pueblo.
Bueno hermano, no puedo escribirte ms, despus te darn detalles.
Yo regreso esta semana a Poza Rica porque no ped permiso.
Te abraza tu hermano
Tito
Cmo puede narrarse el dolor que se siente al perder a un padre? Pato no habla de
ello. Slo dice que le recuerda con mucho amor.
Unos das ms tarde, anotaba al pie de la carta recibida de su padre: ltima carta de
mi Pap. Muri 3 das despus de escribirla. R.I.P. Roma, 21 de nov. 1952.
El sacrificio de Calixto no sera en vano. En su primer CantaMisa, que oficiara en
Tecpan, las intenciones seran por l, por el hombre que, dentro de su pobreza, supo
inculcarle la dignidad, el decoro, la honestidad, y el amor por el prjimo.
Con mayor ahnco se dedic al estudio.
Las navidades fueron tristes, pero intent despejarse en recuerdo mismo del hombre
que pens en l hasta su propia muerte.
As lleg un nuevo ao: 1953. Rogaba a Dios porque este viniese con mayor
prodigalidad y misericordia para su humilde hijo.
Faltaban tan solo dos aos para regresar a la tierra que le vio nacer. Ya esperaba con
ansias el momento. Mas Dios mostrara que a entereza premia con gozo.
Ma. de Jess Lelevie, Madre General de la congregacin de San Juan Eudes, aquella
congregacin a quien auxiliase como capelln en la Capilla del Convento de Chevilly, en
Pars, Francia, le coment que deba trasladarse a Saltillo, Coahuila, para recoger a tres
aspirantes, y que iran acompandole otras dos monjas parisinas y una espaola, pero que
para facilitar las cosas, haba pensado en la posibilidad de que les acompaase -con todos
los gastos pagados y aprovechando las prximas vacaciones- para auxiliarles como gua,
traductor y consejero en los trmites a realizar.
El Padre Pato no daba crdito a lo que escuchaba. La Divina Providencia intervena
nuevamente a su favor. Podra ir a Mxico! Eran los meses de vacaciones y podra celebrar
su CantaMisa aprovechando el viaje! Podra ver a su familia, tan lejana de l por tanto
tiempo!
Acept casi con un grito que se qued en la garganta.
Los preparativos se hicieron de inmediato y el Padre Pato avis a casa. Oficiara su
CantaMisa por fin! Ira a casa!
DJENME VERLE!
DJENME VERLE!
El Padre Pato era -y es- un hombre de infinita paciencia. Con todo, sta se vera
puesta a prueba por la bondadosa insistencia de sus acompaantes a seguirle por todo el
territorio mexicano, independientemente del cumplimiento de su cometido principal:
recoger a las novicias mexicanas.
El viaje a Mxico transcurri sin inconveniente alguno. El grupo, conformado por las
cinco hermanas y el sacerdote, lleg a Saltillo, Coahuila sin novedad.
Arreglado lo de la dote -porque toda novicia debe entregar una dote- quedaron en que
el Padre Pato pasara por las novicias en un mes ms o menos, tiempo en que las monjas
regresaran a Pars y el flamante Sacerdote se dejara llegar hasta su amado Tecpan para
oficiar su CantaMisa.
Sin embargo, comentado el hecho de que para llegar a Acapulco deba pasar por la
ciudad de Mxico, la Madre Lelevie insisti en acompaarle a la entonces ciudad ms
transparente del aire, donde ya le esperaban su mam, Lita, Tito y Llalla.
Una vez ah, el Padre Pato debi -por cortesa propia de quien est en su tierra con
amigos extranjeros- llevarles a pasear y conocer los principales puntos de la capital del
pas, debiendo regresarse la familia al puerto y a empezar con los preparativos para la
CantaMisa.
En cierto momento, cuando consider Pato pertinente, intent despedirse de ellas. La
Madre Lelevie, hacindose eco del entusiasmo de sus compaeras, anunci a su gua y
amigo la decisin de acompaarle a Acapulco para poder conocer a su familia y las bellezas
del puerto, e incluso pensaban acompaarle a Tecpan.
El Padre Pato, haciendo de tripas corazn, sabedor de que da con ellas era da
perdido para estar con sus seres queridos tras tan largos aos de ausencia, no tuvo ms
remedio que hablar por telfono a casa para anunciar que llegara acompaado y que deba
conseguir hospedaje para tan ilustres personajes. Sin embargo, condicion la aceptacin a
que las hermanas slo llegasen a Acapulco, pero no a Tecpan.
Yo quera estar con mi familia -dice acongojado an- y la presencia de ellas me
obligaba a atenderlas.
Llalla, que tena mucha amistad con las Seoritas Aragn, que se dedicaban a
administrar casas, habl con Andrea para pedirle ayuda.
-Mira, viene mi sobrino de Europa...
-Cul?... el que te escribe esas cartas tan bonitas?
-S... el sacerdote... y viene con unas monjitas... tendrs algn lugar para hospedarlas?
-Naturalmente Llalla... claro que s!
De inmediato le asignaron a las visitantes un chaletito que tenan por Cumbres de
Caletilla, desde donde se dominaba una vista completa de Caleta y Caletilla.
Consiguieron una sirvienta, una buena cocinera, y llenaron el refrigerador y la
despensa. No se poda pedir ms.
Todos fueron a recibirles a la terminal de la Estrella de oro, que en ese entonces se
encontraba en la Costera, cerquita del edificio de la CROM.
Cuando bajaron del autobs, una chamaca de buen ver se les quedaba mirando a las
monjas y al sacerdote.
-Y esta muchachita? preguntaron las monjas seguidas por la misma interrogacin de
los ojos de Pato.
-Es Dulcita, Pato, tu hermanita, la ms pequea! dijo Llalla recordando que, cuando
Pato partiera para el seminario, Dulce era una bebita apenas.
El Sacerdote abraz a la chiquilla que le vea con adoracin. Las monjas, chulearon a
la jovencita que para entonces tendra ya unos quince aos y la Madre Lelevie dijo
abiertamente:
-Esta nia se va con nosotros... jrenlo!
Yo no lo conoca -reconoce abiertamente Dulce Mara- cuando l se fue yo apenas
tendra unos tres aos, as es que todo lo que saba de l era lo que escuchaba decir en la
casa. Mam y Pap hablaban mucho de l. A m me daban unas poesas bien largas que se
supone me deba aprender de memoria. Dios mo! deca yo... cundo me voy a poder
aprender todo esto! Se me figuraba que iba a venir luego, pero pasaba el tiempo, yo me las
aprenda... y l no llegaba.
Lo fui conociendo en fotografas. Creci para m en fotos. Me contaban que era muy
apegada a l cuando chiquita.
Ese da, cuando lleg, estaba un poco retirada porque estaba azorada. Me senta
orgullosa de l. Pero no saba qu hacer o decir... slo empec a llorar!
Las Seoritas Aragn llevaron un vehculo que traslad a monjas y sacerdote al chalet
destinado para su hospedaje. Pato les acomod y, despidindose, les dijo:
-Bueno, las dejo en buenas manos, yo tengo que ir a ver algunos asuntos de familia,
as es que... si me permiten...
-Claro que s Padre Bello, pero esta nia bonita se queda con nosotras... dijo la Madre
Lelevie refirindose a Dulce, que les haba acompaado.
-S... s... me quedo con ellas, dijo entusiasmada la muchacha, lo que no agrad
mucho al sacerdote que, al final, tuvo que aceptar a regaadientes.
Ya en casa, las preguntas bombardearon a Pato. Sus hermanos queran saber todo,
qu haba hecho, qu haba dicho, qu le haban enseado...
Mientras tanto, las hermanas Aragn, Altagracia, Male y Andrea, paseaban a las
monjitas por todo Acapulco y, cada vez que les hablaban para preguntarles cundo se iban
las religiosas, simplemente contestaban:
-Es que... no se quieren ir...
Finalmente, el Padre Pato debi ponerse un poco enrgico con ellas y, una maana
que preguntaron entusiasmadas
-A dnde vamos a ir hoy?
Pato les dijo seriamente:
-Ustedes se van ya a su lugar de origen... yo me voy a quedar con mi familia porque
necesito estar con ellos. As es que... Adis!
-Bueno, dijeron, pero nos llevamos a Dulce...!
-Nooo! cmo creen que se la van a llevar, dijo asombrado el sacerdote.
-Queremos que estudie en Europa...
-S, pero no...
-Entonces, dijo la Madre Lelevie, usted se la lleva cuando regrese.
-Esta bien, yo me la llevo, dijo Pato para quitarse de encima el ruego.
Los siguientes das fueron plenos de felicidad. En Tecpan, ya todos estaban enterados
de que el Padre Pato estaba en Acapulco y que ira a oficiar su CantaMisa en unos das
ms.
Todo mundo se preparaba. Las muchachas se pusieron a hacer cadenas de papel y
banderitas; otras guirnaldas de flores de zempoazuchitl, y los vecinos a arreglar el frente de
sus casas.
Chanito, el campanero de Tecpan que haba seguido de cerca la trayectoria de su
amigo, aquel chamaco que le confiara su deseo de ser sacerdote, ofreci que le cambiara
mecate a las campanas... para que sonaran mejor!
-En cuanto llegue... t te arrancas tocando lo ms fuerte que puedas, le dijeron.
-Y cmo voy a saber cuando llegue...?
-Mira, cuando vaya a dar la vuelta, cuando llegue a El Corte, vamos a lanzar una
bomba -cuete pirotcnico llamado as por su estruendo- que de seguro escuchars hasta ac.
La llegada a Tecpan del nuevo y flamante sacerdote Rafael Bello Ruz, fue todo un
acontecimiento. Desde muchos kilmetros antes de la entrada de su pueblo -desde
Alcholoa, dicen algunos- miles de rostros esperaban con ansia su arribo. En su tierra, en su
propia tierra ofrecera su CantaMisa, una de las principales funciones de un recin
ordenado.
Las cadenas de papel de china y de zempazuchitl adornaban ya postes, cables, y
fachadas. Del interior de las casas haban sacado macetas y flores para hacer un camino de
cielo que recibiera al prelado.
Una ancianita, Fidela, ta del sacerdote, urgi a su prima Juanita que le detuviera al
pasar.
-En este tumulto no voy a poder verle, deca la mujer preocupada.
Cuando pas el Padre Bello, la anciana clamaba:
-Djenme verle!... djenme verle!
La comitiva se detuvo a la puerta de la casa de la ta que, rpidamente, tom uno de
las decenas de cocos que haban acumulado para saciar la sed de la gente gratuitamente, le
parti, y el sobrino agradecido con ella, con la vida y con Dios, tom de su fresca agua
hasta agotarla.
La ta Fidela olvid su autoridad como tal, y dobl hasta donde pudo la rodilla para
recibir, con la mayor humildad, la bendicin del sobrino investido en salvador de almas.
Llegaron de todas partes, de todas las regiones, pero principalmente de Costa Grande,
de Acapulco y de Chilapa. Vamos, incluso el Rector del Seminario, Monseor Arizmendi,
estaba presente con todo y Coro, que al fin y en Tecpan no hay y este es bastante bueno,
tanto, que hasta el Padre Bello cantaba en l.
La comitiva, plegada toda en San Jernimo, pueblo cercano a nos ms de veinte
minutos de Tecpan, se sum al vehculo proporcionado por Don Chema Sotelo -padrino de
bautismo del nuevo curita- para transportar a Rafael Bello Ruz, el primer sacerdote que
Tecpan tena brotado de su propia simiente. Le acompaaban Monseor Arizmendi y su
querida Llalla.
Coches, camionetas, y hasta camiones de redilas conformaron la comitiva que se
alargaba varios kilmetros tras el vehculo principal. Sobre algunos de estos ltimos,
guardando el equilibrio con audacia, tocaban a todo pulmn varios grupos de msica de
viento -Chile Frito, como le llaman por ac- y el resto, pletrico de habitantes de la zona
que no dejaban de corear vivas al sacerdote... su sacerdote!
La llegada al propio Tecpan fue apotetica. La bomba, lanzada muy a tiempo para
avisarle a Chanito que soltara las campanas a rebato, surti el efecto deseado y todas taan
con orgullo. Incluso la Campana Mayor, esa que slo se toca en celebraciones muy
especiales, dejaba escuchar su sonoro vibrar anunciando la buena nueva.
Yo senta una emocin muy grande -cuenta Monseor- al ver el cario con que me
reciba la gente, mi gente! Senta orgullo, un orgullo sano al ver ah reunidos a mi familia,
mis amigos y mis mentores, porque ah estaba Monseor Arizmendi que, al encontrarme,
me dio un fuerte abrazo y me felicit con afecto.
Entre el gento que esperaba la llegada del sacerdote, estaban todos los prrocos de la
zona y sus auxiliares. La clereca completa del lugar se senta agradecida con Dios por ese
nuevo compaero, primero oriundo de esas tierras.
El Padre Alberto Vivanco, prroco de la Iglesia de San Bartolom de Tecpan, como
anfitrin, salud con respeto de pares al Padre Pato, ahora a ms de su amigo, su
compaero, su homlogo.
Si bien la CantaMisa no sera ese mismo da, le mostr los ornamentos que haba
seleccionado para que la oficiara. Eran los de mejor clase que tenan. Como que un hijo de
Tecpan se lo mereca!
La muchedumbre ocupaba las principales calles del centro del pueblo, inundando el
atrio y la nave principal de la iglesia. Todos queran tocar al sacerdote, saludarlo, felicitarlo.
Un detalle guarda aquel satisfecho sacerdote en su memoria con afecto: el momento
en que su amigo del alma, Pepe Muiz, se abri paso entre la gente para llegar hasta l con
un ramo de flores del ro, de ese ro que tantas y tantas veces les vio corretear y juguetear
de chamacos.
De ah pas a su casa, donde le esperaba la familia toda. Slo haba un hueco que no
haba sido llenado: el de su padre, recin fallecido.
Pato llevando de guardaespaldas a su seora madre Doa Luz y su querida amiga Doa
Chenchita Sotelo.
Ofici misas, atendi confesiones, ofreci consejos y escuch quejas. En ese
momento era el gua espiritual de toda la regin. Los prrocos le reciban en sus iglesias
con afecto. Los principales de los pueblos eran sus anfitriones. Fue un mes de fervor en la
zona.
Pero el tiempo vuela y el Padre Pato regres a Acapulco para planificar su retorno a
Roma.
En el puerto, entre algunas de las actividades realizadas durante su estancia, Pato le
otorg la Primera Comunin a su sobrino Alejandro Bello Reyes, hijo de Beto, en la Iglesia
de Nuestra Seora de la Soledad. Alex tuvo como padrinos a Jorge Bello Ruz y Celia
Garay, una buena amiga de la familia.
La Madre Lelevie le escribi al Padre Pato, antes de su partida, para recordarle que
deba llevarse a Dulce Mara. Para eso, debemos anotar que la religiosa le haba dejado al
Padre Pato el importe de su pasaje y gastos necesarios para la jovencita.
Finalmente, se fue con l. Fueron a Saltillo, para recoger a las tres aspirantes. En los
famosos Greyhound cruzaron Estados Unidos para llegar a Nueva York, pero el transporte
estaba en huelga. As las cosas, debieron tomar un tren pullman para pasar a Canad, y ah,
en Halifax, se embarcaron en el Queen Mary rumbo a Europa.
Pero no siempre estaban uno u otro disponibles. As es que Dulce hizo amistad con
los paps de sus compaeras Aiello, parientas de Al Capone, cuyo apellido era
precisamente Aiello. El padre de las muchachas era de origen argentino y su mam italiana.
La quisieron muchsimo y, para poder sacarla y que se fuera a pasar algunos das con ellos
cuando su hermano sacerdote tena mucho trabajo, se convirtieron en sus tutores. As, los
fines de semana, la pasaba como una tercera hija de Don Mino y Doa Renata.
Una noche, recostado en su camastro, Pato recordaba las palabras de su mentor, el
Obispo Leopoldo Daz Escudero, vertidas en anuncio a pocos das de su regreso a Roma:
Es pronta tu vuelta ya, Payito, y varias responsabilidades te esperan. S que eres muy
joven, pero para eso te hemos mandado a prepararte con fruicin y empeo. A tu retorno,
te hars cargo de varias ctedras en el Seminario de Chilapa, mientras te ambientas,
porque tu posicin final ser la Direccin Espiritual...
S, era una gran responsabilidad. Pero se senta preparado para ella. Efectivamente,
haba estudiado con ahnco. No desaprovech el tiempo. Su cmulo de conocimientos le
permitiran fcilmente encarar tan tremendo encargo.
Mientras tanto, borrara provisionalmente ese compromiso de su mente a fin de no
distraerla de los ltimos meses de preparacin.
Pero esa noche un recuerdo daba paso a otro. Vena a su mente la figura de Don
Calixto, frente a su viejo tabln, manejando con destreza las herramientas propias de la
talabartera para dejar finamente terminadas lo mismo sillas de montar que talabartas, es
decir, fundas de espada o machetes, que de ah precisamente viene el nombre de la
especialidad: talabartera. Y se vea a s mismo sentado a un lado del viejo, con los
piecillos volando al aire sobre la banquetita de madera desde donde le observaba con
admiracin.
Y vea a su pueblo, y a sus vecinos, y escuchaba los comentarios y las consejas en las
que la mujer siempre sala mal parada, abandonada o no, y los hijos vctimas obligadas de
las sinrazones de la razn que cada quien argumentaba en su defensa.
Su familia era muy unida, pero vea la de otros desmoronarse... y muy seguido. De
ah que le preocupara el tema, que hubiese sido tema del tema de siempre y a lo largo de
sus aos de estudio y preparacin. Dos cosas le preocupaban y de las que quera ocuparse:
la evangelizacin de los pobres... y la familia.
La Familia era precisamente el tema de su tesis que ya preparaba bajo la supervisin
y direccin del R.P. Severino Alvarez Mndez, su Director de Tesis.
Haba escogido una poca en la que el futuro y vida de la pareja, del matrimonio
pues, sufriera un embate terrorfico: la llegada de nuevas costumbres y normas.
Hablara sobre la legislacin matrimonial en la Nueva Espaa, en la etapa
comprendida desde la conquista plena de mesoamrica hasta la determinacin disciplinaria
contenida o emitida por el Tercer Concilio Provincial de 1585.
Qu no dara porque la estabilidad social alcanzara a esa sagrada institucin: la
familia. Pero la vida es cruel y la afrenta permanente, de ah la necesidad del trabajo y
existencia de hombres como l.
Las aulas de la Universidad Gregoriana le parecan cada vez ms pequeas; sus
compaeros ms cercanos. Las calles mismas de Roma eran ya tan propias y conocidas
como las de Tecpan o Acapulco.
Le fascinaba perderse en los vericuetos del Vaticano. Sentirse dentro. Tuvo tres veces
la oportunidad de estar a los pies de Pio XII, y las aprovech. Lleg a hacerse tan conocido
de los Papas que, aos despus, Juan Pablo II, al verlo, exclamaba: Acapulco!....
Acapulco...! en vez de su nombre.
Charla y roce dieron a su carcter el toque de diplomacia propio de quien est a punto
de convertirse en lder espiritual de muchos surianos.
Qu cmulo de saberes! Ya hablaba seis idiomas sin darse cuenta! Qu cmulo de
relaciones! Ya tena conocidos y amigos en toda Europa!... y en muchos otros pases del
mundo, sede todos y cada uno de algn colega presbtero o seminarista, hasta donde haba
llegado el buen trato y la relacin amable que siempre brindaba.
En su pequeo cajn de la mesita de noche se acumulaban, a ms de las cartas de la
familia, las misivas y tarjetas postales de amigos y compaeros.
Ya se haba dado el lujo de oficiar misa en una capilla del Vaticano en donde otro
santo daba alojamiento a nuestra soberana Virgen de Guadalupe que, en ese entonces,
todava no tena capilla propia pero s presencia en la curia vaticana.
Indudablemente que Pato estaba impregnado de la enjundia del Padre Marcial Maciel
que, tambin al paso del tiempo, llegara a estar tan cerca del Santo Padre como el que ms.
El arduo trabajo de su tesis le llev a frecuentar, con mayor asiduidad de la que
acostumbraba, las hermosas y ricas bibliotecas del Vaticano, y la de la propia Universidad
Gregoriana, pero igualmente dio tiempo al tiempo para atender a varias amistades y
viajeros compatriotas que llegaban a la Ciudad Eterna y les serva de gua -que tambin l
necesitaba esos momentos de distraccin- como aquella vez en que llevara a Don Manuel
Muuzuri y su esposa por todos los rincones bellos de Roma.
A mediados del ao, el 4 de mayo de 1953, escriba a casa:
Muy estimados todos:
Hace ya varios das que no les escribo, pero ya se han de imaginar lo
ocupado que estoy con mi tesis. Gracias a Dios que ya termin de pasarla en mquina y slo
me falta defenderla, lo cual ser a mediados de julio. Dulce acabar sus exmenes ms pronto,
pues el 15 del presente termina todo. Con el fin de ahorrar dinero y de que aproveche ms, estoy
tratando de llevarla a Espaa tan luego que termine sus clases, para dejarla all con la mam
de una de las monjitas espaolas que fueron a Mxico conmigo. Esta seora vive en Bilbao y
tiene con ella otra hija, con ellas la dejar durante los meses de junio y julio en que yo todava
tengo clases y exmenes. Cuando yo termine todo me ir a Espaa, pasando antes por Pars
para ver si se le ofrece algo a la Madre General. En Espaa pienso embarcarme para Mjico,
porque el viaje as sale ms barato.
La devaluacin del peso ha sido una mala noticia porque as nuestra pobreza se aument
y ya no hay lugar a pensar en ningn paseo ni en comprar alguna cosilla para llevar. El costo
de la vida, de por s caro, se nos ha doblado. Por todo esto ya quiero terminar cuanto antes
para irme. Rpidamente hay que ir preparando el viaje de regreso de Dulce. Por lo que a mi
toca, ya he avisado a Chilapa que me manden mi pasaje...
...as que ha llegado la hora de ahorrar para todos. A ver si en julio ya tenemos reunido
el pasaje de Dulce. Esperemos en Dios que s.
No me queda ms que darles un abrazo y decirles que muy pronto nos volveremos a ver.
Pato.
Bajo la constante supervisin del R.P. Severino Alvarez Mndez O.P., Decano de la
Facultad de Derecho Cannico en el Pontificio Ateneo Angelicum, espaol de procedencia
pero de espritu universal, el Padre Pato redobl esfuerzos para presentar la defensa de su
tesis.
El aula magna anunciaba en el pizarrn de entrada el suceso a realizar en su sobrio
interior:
Tesis: Tres Etapas de la Legislacin Matrimonial en la Nueva Espaa, y que
comprende desde la conquista del pas [Mxico] en 1519, hasta la fijacin de la disciplina
en el Tercer Concilio Provincial en 1585.
Ponente y defensor: Rafael Bello Ruz, Pbro.
Las bancadas laterales eran ocupadas por maestros y amigos del ponente, a ms de
otros estudiantes universitarios interesados en la ceremonia misma, el tema o el futuro del
defensor.
La solemnidad de un acto como este, es de primer nivel en las universidades europeas
que, como parte de su prestigio y prosapia, conservan a fin de engrandecer sucesos tan
trascendentes en la vida del profesionista.
El cuerpo de Sinodales entr y se acomod en la gran mesa ubicada frente al solitario
pasante. El silencio fue total y respetuoso. El presidente del jurado examinador cit los
nombres del ponente y de la tesis, levantndo la vista por encima de los espejuelos hacia el
alumno, sin mover un pice el rostro interrogante. Un leve movimiento asertivo de cabeza
contest la cuestin afirmativamente.
El Sinodal de la izquierda dijo simplemente: Adelante... tiene el uso de la palabra.
El Padre Pato habl con firmeza y seguridad:
-Fundada la Iglesia cuando an en Mjico se practicaba la brbara costumbre de la
poligamia, vise sta obligada a propugnarla mediante dos aludidas Constituciones,
reafirmando la unidad e indisolubilidad del matrimonio, proclamando la igualdad moral
de ambos cnyuges, imponiendo en igual grado a marido y mujer, el deber de la fidelidad,
formando, en suma, la verdadera familia que no puede existir donde la poligamia trae
consigo, como forzoso acompaamiento, la esclavitud y la degradacin de la mujer.
Resear esta labor trascendental de la iglesia en Mjico, es el objeto del presente
estudio. Su ttulo... indica suficientemente que su objeto no es tanto el aspecto histrico,
cuanto jurdico de la cuestin. Tambin delimita el cuadro geogrfico y cronolgico en que
nos mantendremos:
El Primero: La Nueva Espaa, en el sentido que tena en el siglo XVI, es decir, el
territorio comprendido por la entonces archidisesis de Mjico y las dicesis de Tlaxcala-
Puebla, Michoacn, Nueva Galicia y Antequera (Oaxaca), o sea el actual Mjico, menos
los Estados del sur: Chiapas, Tabasco, Campeche y Yucatn.
El Segundo: los aos de 1519-1585, comprenden el perodo en que tuvo lugar el
Clash de la civilizacin Hispano-Mejicana, de que hablan los etnlogos, porque
entonces, los elementos religiosos, culturales, raciales, econmico-sociales de ambas
civilizaciones, se cruzaron y fundieron en una sntesis final: Mjico. En este perodo
precisamente, y como parte de esta gestacin nacional, se encuentra el objeto de nuestro
estudio.
En su primera parte, presentaremos las circunstancias histricas en que tuvieron
lugar las primeras uniones de los conquistadores espaoles con las indgenas de la nueva
tierra....
Las circunstancias histricas y el ambiente social a cuyo remedio fueron dirigidos
estos singulares privilegios, al mismo tiempo que su genuina interpretacin, sern objeto
de la segunda parte.
Para la tercera y ltima parte de nuestro trabajo, reservamos la fase definitiva de la
legislacin matrimonial en la Nueva Espaa, caracterizada por la fijacin de la disciplina
conforme a lo dispuesto por el Concilio Tridentino. Esta fase definitiva se cierra en el
Tercer Concilio Provincial celebrado en Mjico el ao de 1585. Con este Concilio
Provincial, en efecto, termina la evolucin de la legislacin matrimonial en la Nueva
Espaa y con l termina tambin mi trabajo.
A partir de ese momento, explicaciones y cuestionamientos se cruzaron entre los
actores del suceso. El Padre Pato se dio el lujo de sealar detalles de la propia
historiografa y la bibliografa e incluso de hacer observaciones personales sobre algn
punto de estos.
La intervencin de sus Sinodales, varones justos pero que actuaban en forma enrgica
ante el papel jugado, fue copiosa y curiosa. Todas y cada una de sus dudas fueron
despejadas con xito por el sacerdote mexicano que hablaba con pasin sobre su tierra y su
tema.
Largo fue el evento. Corto el final. Una breve consulta entre los pares arroj el
resultado: Rafael Bello Ruz reciba su Doctorado en Derecho Cannico Suma Cum Laude,
es decir, con los ms altos honores que puede recibir un ponente.
El rostro de sus jueces cambi al ponerse de pie. Con una satisfecha sonrisa, todos
ellos extendieron la mano para felicitarle en tanto el Presidente deca:
-Muy bien hecho... Doctor!
La tesis del Padre Pato est dedicada al Excmo. y Rvmo. Sr. Dr. D. Leopoldo Daz
Escudero, Obispo de Chilapa Guerrero, Mxico En prenda de veneracin y
agradecimiento.
DE VUELTA A LA PATRIA
En el convento de San Juan Eudes, de El Paso, Texas, recibieron con cario al Padre
Pato y su hermana en su camino de regreso a casa.
Tras arreglar los asuntos que le llevaron al convento, continu su camino. Quera
tomar unos cuantos das para estar con su familia, y as lo hizo.
De paso por la Ciudad de Mxico, visit a su hermano Tito, a quien abraz con
mucho cario. Tito ya era un funcionario de Pemex, la paraestatal productora y explotadora
de petrleo del gobierno mexicano, en la que destacara ampliamente por sus
conocimientos y entrega.
Aos despus -y siguiendo aquello de que nadie es profeta en su tierra- se le rendira
un sencillo homenaje en reconocimiento a su labor, con un reportaje aparecido en un medio
de circulacin regional que ya comentaremos ms adelante.
Visit la Baslica de Guadalupe -recuerda emocionado el Padre Pato- para darle
gracias por su proteccin durante el tiempo que estuve lejos de mi patria y de mi familia.
De ah, se traslad a Acapulco en donde vino el encuentro con sus queridas Llalla, Lucre,
Na, Lita y Jorge. Le esperaban con ansias pues saban que ya no se ira lejos del hogar. La
reunin fue ms que emotiva. Todava se tom unos das para ir a Tecpan a visitar a su
seora madre que, acompaada slo por Casto, se negaba a venirse al puerto.
Tras esos cortos das de asueto intermedio, el Padre Pato parti a Chilapa,
reportndose de inmediato con su Obispo y el Rector del Seminario.
Su llegada ese 1o. de septiembre de 1954 caus gran gusto, tanto a los prelados como
a l mismo, pues Chilapa era la meta que haba alentado al Padre Pato a seguir adelante
con sus estudios.
Obispo y Rector le recibieron con cario. Tras los comentarios de rigor respecto a sus
experiencias que, si bien les adelantaba por carta, y ahora tena la oportunidad de detallar
ampliamente, recibi las indicaciones de sus prximas obligaciones. Para empezar,
compartira con los seminaristas los conocimientos adquiridos en sus largos aos de
estudio.
Pocos das despus, estaba al frente de un grupo de seminaristas. Se le haban
encargado las ctedras de Latn, Historia de la Iglesia, Historia de la Literatura e Historia de
Mxico, Filosofa, y Teologa.
Don Leopoldo Daz Escudero, Obispo de la dicesis Chilapa-Acapulco, y Don
Constantino Arizmendi, Rector del Seminario, estaban ms que satisfechos de su obra.
Entre ms le observaban, ms se convencan de que sera un destello de luz en la labor
pastoral suriana.
Le ubicaron en una pequea celda, donde haba como menaje una cama con alma de
metal; un colchn que, haciendo a un lado sus deformidades podra ser cmodo; un
pequeo librero; una mesa y una silla que bien podran servirle como escritorio de trabajo,
y un aguamanil, esas viejas palanganas que eran sostenidas por una estructura de fierro en
cuya base estaba la jarra con agua para lavarse las manos y la cara. No necesitaba ms. Eso
y menos haban tenido los padres de la iglesia, forjadores de la fe. Mucho menos de eso
algunos de los que alcanzaron la santidad, como San Francisco de Ass, o a ese apstol que
visitara en Compostela... o como el propio Santo Cura de Ars, ejemplo espiritual que haba
adoptado desde unos aos atrs.
Su horario sera aquel que ya conocimos cuando el mismo Pato fuese alumno dentro
de esas mismas instalaciones. Se levantaba al alba, y descansaba al ocultarse el sol.
El primer da que se coloc frente a grupo, el sacerdote se qued momentaneamente
callado. Era curioso. No haca mucho que l estaba sentado en un pupitre, escuchando la
ctedra. Ahora, estaba del otro lado. Vio la cara de aquellos jovenzuelos y se pregunt si
esa expresin pondra l alguna vez ante sus mentores.
Cada rostro era una historia diferente. Cada expresin un carcter propio. Muchos de
los ah presentes desertaran, pero los que se ordenaran habran pasado por un largo proceso
de purificacin, de preparacin. As le haban formado a l. As le tocaba formar a otros.
Hubo un segundo de duda. Sera capaz? Habra alcanzado el nivel de preparacin
suficiente para cincelar esas almas? Por su mente cruzaron en segundos fracciones de
sucesos ah mismo, en Chilapa, en Montezuma, en Comillas, en Pars... hasta llegar a
Roma. La respuesta fue contundente y surgida de su propio albedro: s, estaba preparado!
Su desempeo como catedrtico fue gil y comprensivo, ganndose el cario de sus
alumnos y el respeto de sus compaeros maestros y clrigos.
De las ctedras encargadas, hubo una que llen de satisfaccin su labor magisterial y
formadora: Filosofa. En ella podra enfrascarse en profundas charlas con sus alumnos,
sacar de ellos lo mejor de s mismos y hacerles ver, con los ojos del alma, que el hombre es
hombre por fuera... porque por dentro no es otra cosa que un espritu destinado al Creador.
Cuando Monseor Daz Escudero le propuso ir a continuar sus estudios en la
Universidad de Comillas, en Santander, Espaa, tambin forj un compromiso con l: dada
su entrega, su esfuerzo, su dedicacin y aprovechamiento, le apoyaran en todo, pero
contraera dos compromisos fundamentales: terminar su carrera, y regresar a Chilapa para
entregar algo de lo mucho que recibira. Pato lo acept, el Padre Pato regres a cumplir su
palabra.
De ah en adelante, la formacin de los jvenes seminaristas qued en las manos del
Padre Pato. Pero l mismo traa otros compromisos, como aquel que se propusiera cuando
vio la magnfica biblioteca de San Sulpicio: pugnar por que el Seminario Conciliar de
Chilapa tuviera una realmente digna.
El Padre Pato organiz a un grupo de jvenes y se dio a la tarea de conseguir libros
en donacin, lo que logr de manera regular pues, por desgracia, la lectura no es uno de los
fuertes de nuestra idiosincrasia mexicana, y por ende la compra de libros -sobre todo de
calidad e importancia- es ms que raqutica.
Sin embargo, la cifra del acervo bibliogrfico del Seminario prcticamente se duplic.
Cuando llegara el nuevo catedrtico, la biblioteca tendra un poco ms de diez mil
volmenes; tras la campaa y tres aos de estancia por ah, alcanz la cantidad de los veinte
mil ejemplares.
EL BUEN PASTOR
Dejar Chilapa fue un verdadero conflicto emocional para el Padre Pato. Tena un
compromiso con el Seminario de Chilapa, pero deba obedecer los designios de Dios que le
exigan venirse a Acapulco. Amaba Chilapa, pero soaba con estar en Acapulco, donde ya
radicaba la mayor parte de su familia. Incluso ahora, cuando se le pregunta cual fue ms
importante para l, si el Seminario de Chilapa o el de Acapulco, contesta sin dudar:
Chilapa, cuna de mi formacin y de cario.
Con todo, al final de cuentas, el Padre Pato se vino a Acapulco para hacerse cargo de
la creacin del nuevo seminario.
El Ing. Federico Luna, el 1o. de sept. de 1959, les prest una casa en Costa Azul para
alojar a los seminaristas. Tena una especie de bungalow que se utilizaba para dar clases, y
es donde inicia propiamente operaciones el Seminario.
El Padre Blandino Brcenas fue el primer sacerdote ordenado del Seminario Conciliar
del Buen Pastor. Pero no slo eso. Fue el primognito de Monseor Quesada -es decir, el
primer sacerdote ordenado dentro de su episcopado y de la dicesis- el primognito del
Seminario, y el primognito de su pueblo -San Marcos-. Tras su ordenacin, fue asignado
como ecnomo al Seminario del Buen Pastor.
El mismo nos cuenta sobre la compra del terreno que actualmente ocupa el Seminario
del Buen Pastor.
-El terreno lo vendi la Compaa Inversiones Anahuac S.A. de C.V., propiedad del
General Gilberto R. Limn, en 1971, por medio de su representante, el Ing. Federico A.
Luna. La compra fue hecha por Colegio Acapulco, que era la sociedad civil de la dicesis,
representada por Roberto Nogueda.
Les vendieron una parte y les donaron otra mucho ms grande.
Tena una superficie total de: 52 367 mts 2
El precio fue de 317,557.50 y los pagos mensuales eran de 2,225 pesos.
Cabe aqu hacer la aclaracin que la fecha de 1971 quiz sea la correspondiente a la
protocolizacin de las escrituras ya pagado el terreno, pues desde muchos aos antes los
seminaristas estaban ya ubicados en esa propiedad.
Realizado el trato y entregado el terreno, las primeras construcciones fueron endebles.
El comedor era de palapa con horcones de madera. Se levant, con la misma tcnica, un
saln de usos mltiples en lo que ahora es el patio, que se usaba para dar clases e incluso
para plticas, conferencias, y los retiros del clero, que entonces no llegaban a cincuenta. La
casa de Monseor era un pequeo cuartito con techo de lmina en pleno monte, al igual que
las instalaciones. Todava hace una dcada, cuando cierta dama de sociedad visitara las
instalaciones del Seminario, hizo la siguiente observacin:
-Sus instalaciones son fabulosas; hermoso es el conjunto. Slo hay algo que
desentona, esa casucha que est ah al lado... debieran tirarla!
Alguien le dijo que no podan hacerlo, a lo que ella pregunt extraada:
-Y porqu no?
-Porque es la casa en donde vive Monseor Rafael Bello Ruz, Obispo de Acapulco...
La Revista Seminario, cuyo editor fue el P. Antonio Jimnez, cuenta que el primer
curso empez el 1o. de septiembre, pero oficialmente se inaugur el lo. de octubre de 1959,
segn la Carta Pastoral No. 2 del 9 de agosto de 1959.
Por ser seminario diocesano dependa del Obispo, el Excmo. Sr. Dr. Jos Pilar
Quesada. Los alumnos inscritos fueron 64. Todos, menos 2, originarios o radicados en las
Costas de Guerrero.
Hubo dos cursos regulares. El Previo (equivalente al 69 de Primaria) que tuvo una
inscripcin de 32 alumnos; y el Primero de Latn, que alcanz la cifra de 26. Adems, hubo
alumnos de 2o y 3o de Latn. (el Latn o Estudio de Humanidades y Ciencias, equivale a la
Secundaria).
En esa misma revista, histrica ya por su contenido y antigedad, el nuevo Rector
confirma algunos de estos datos, al referirse al Seminario Menor de Acapulco, en un
artculo titulado Ereccin, Utilidad y Necesidad:
Los Seminarios deben ser como la pupila de vuestros ojos, Venerables Hermanos,
que comparts con Nos el gobierno de la Iglesia, y el objeto principal de vuestros
cuidados. As escriba el Papa Po XI a todos los obispos del mundo en su carta encclica
"Ad Catholici Sacerdotii" el ao 1936.
Respondiendo a la solicitud del Pontfice de las Misiones y sabiendo, por otra parte,
que del Seminario, semillero de sacerdotes, depende la conservacin y difusin de la vida
cristiana en su dicesis, nuestro Prelado erigi un Seminario Menor en Acapulco, bajo la
advocacin de El Buen Pastor.
Siete meses despus de haber tomado posesin de su dicesis, nuestro Obispo
emprendi esta obra trascendental, con tanta mayor urgencia, cuanto ms escasos e insuficientes son los operarios para el cultivo de su extensa via. Esta abarca todo el litoral de
la costa guerrerense con una extensin de 25.000 Km2. equivalente al territorio de
Palestina, comprendiendo 29 parroquias con una poblacin aproximada de 400.000 fieles,
(muchos de ellos, separados de la vida civilizada por dialectos y por caminos
intransitables, que impiden el cultivo apropiado de la vida cristiana). En tan apretada
situacin trabajan 35 sacerdotes.
Como si fuera poco, acenta el problema la vida complicada del Puerto, centro
turstico de renombre mundial, en donde se cruzan gentes de variadas creencias e
ideologas. Sobre todo, de costumbres exticas y licenciosas que van contaminando poco a
poco el ambiente de toda la dicesis. Es verdad, por otra parte, que en la avalancha de
turistas vienen excelentes catlicos, cuya vida ejemplar va extendiendo su influencia
benfica entre los porteos.
Estas circunstancias exigan con premura el establecimiento de un Seminario que
asegurara, no solamente la continuacin de la obra sacerdotal emprendida, sino que
tambin preparara a los apstoles del maana que sepan llevar a lo ms hondo de la vida
moderna, la levadura transformadora del Evangelio.
En medio de estos afanes, no falt la intervencin amorosa y palpable de la
Providencia divina, que se manifest al ofrecer el Sr. Ing. D. Federico Luna una casa del
Fraccionamiento "Costa Azul" para alojar a los seminaristas
Para el da 1o. de septiembre la afluencia de muchachos era tal, que super los
pronsticos ms optimistas. Muy pronto se hizo sentir la necesidad de construir un dormi-
de tan delicada obligacin. El gusto fue tal, que la costumbre se volvi tradicin hasta la
actualidad en que no olvidan, ao con ao, el onomstico de su prelado.
Una de las ancdotas que se recuerdan de la vida seminarista del Buen Pastor, es
aquella que involucra a un inteligente militar. El Padre Paito acostumbraba llevar a sus
muchachos a nadar en la Base Militar Naval. Al principio, sin embargo, tuvo algunos
problemas para ingresar a las instalaciones militares, para lo que se requera la autorizacin
del Comandante de la Base, que era el Capitn Deoleire. El militar, tras indagar de quin se
trataba, le dio una respuesta que se antoja curiosa: Tome, le dijo extendindole una manga a
la que estaban cosidos unos galones de alta graduacin militar, pngasela cada vez que
venga... y ver que nadie le pone peros...
El Padre Pato, obediente, cada que llegaba con sus muchachos a la Base Naval, a
manera de credencial, mostraba los galones y la manga que los portaba, que previamente
se encajaba, provocando el inmediato pase de la guardia en turno.
No es de dudarse que el Capitn utiliz el truco ms como una especie de clave con
sus subordinados, que realmente estos manifestaran disciplina ante un civil cuya nica
prenda militar fuese una manga con su grado.
Sea como sea, el Rector del Seminario y alto jerarca militar improvisado, jams
volvi a tener problemas para ingresar a sus muchachos a la bella playa del Comando
Submarino.
Y ya que de ancdotas se trata, es inolvidable la de aquel seminarista -cuyo nombre
nos reservamos porque con la vergenza tuvo como para que le exhibamos de nuevo- que
desoyendo las indicaciones de mentores y compaeros que le pedan no se tirara un extico
clavado por la poca profundidad que haba, se lanz sin ms al agua en espectacular figura,
para salir de ella... con un diente menos!
Entre los seminaristas, uno haba aprendido dos canciones en italiano que les
enseara el Padre Pato, parte de sus funciones como integrantes del Coro. Un da, ante
unos italianos interpret las canciones en su honor, recibiendo congratulaciones por su bien
pronunciado italiano, preguntndole si hablaba el idioma a lo que l, que no hablaba el
idioma ni de gracia, contest pomposamente que s, haciendo rer a sus compaeros.
Ese jovenzuelo no termin su carrera religiosa; por el contrario, contrajo nupcias y es
padre amoroso. En la actualidad es vecino de un doctor conocido del Padre Pato que,
cuando este est hospitalizado por alguna de sus dolencias, le avisa y ste se presenta al
propio cuarto del hoy Arzobispo, para cantarle aquellas dos canciones de tan gratos
recuerdos.
La muerte de su querida Llalla en 1961 marca el nico punto doloroso de esa
felicidad. En una muy corta misiva, el Padre Pato dice a su hermano:
Acapulco, Gro. 11 de abril de 1961
Estimado Tito:
No tengo que aadir a lo que te dije por telfono sobre mi Llalla q.e.p.d.
Su muerte fue envidiable. Nunca haba asistido a un moribundo con tanta solicitud y esmero.
Algo mitigaba nuestra pena: ver que no se quej de sus dolores. Sus amigos la sintieron mucho
y nos han manifestado sus condolencias.
Si es que puedes venir ya platicaremos ms. Todos estamos bien de salud, gracias a
Dios, y resignados hemos vuelto al trabajo.
Un saludo carioso para todos.
Pato.
Cuatro aos haban pasado desde que se iniciara el trabajo del Seminario del Buen
Pastor. Ahora, ah, en su hermossima Capilla, donde luce galano el lema Spes Messissi in
Semine Est... La esperanza de la mies... est en la semilla, se ordenaban los primeros
sacerdotes surgidos de ah mismo. Presentes estaban el Obispo Jos Pilar Quesada, los
padres de los ordenados y la comunidad seminarista. El Padre Pato, en ese momento, sinti
que haba cumplido con su misin, que su obra estaba realizada.
El Seminario del Buen Pastor guarda en su seno el trabajo de muchos jvenes que,
inclinados a la literatura, realizaron un profuso trabajo editorial que ha enriquecido no slo
las bibliotecas de la institucin y sus amigos, sino la vida misma de otros seminaristas.
El tiempo vuela y, de pronto, estaban organizando las celebraciones del Dcimo
Aniversario. El Seminario alojaba alrededor de 150 seminaristas que, terminando el curso y
dado que era slo Seminario Menor, eran enviados a Tehuacn, a Puebla, o a Guadalajara,
para continuar los estudios en su respectivo Seminario Mayor. De los que iniciaron, tanto
como de los que pasaron por sus aulas a lo largo de esa dcada, muchos haban abandonado
la carrera regresando a la vida civil, aunque sin olvidarse de su Seminario pues, en las
celebraciones o actividades importantes, estn siempre presentes o prestos a apoyar su
labor.
LA SAGRADA FAMILIA
Antes de iniciar lo que considero el parteaguas en la vida de Monseor Rafael Bello
Ruz -su envo como Prroco a la Sagrada Familia de la colonia Vista Alegre- creo
conveniente sealar que, hasta ese momento, el Padre Pato haba sido captador de
conocimientos y experiencia. Esta sera la ltima en aras de un futuro de mayores alcances
en una labor misionera que le llev a todos los rincones de su jurisdiccin.
La labor pastoral, como se le llama dentro de la cleresa, es el contacto directo entre
sacerdote y fieles. As las cosas, destinarle esa nueva responsabilidad no era as por que s.
Era prepararle en un terreno que mucho pisara los aos subsecuentes.
La parroquia de la Sagrada Familia estaba ubicada sobre la Avenida Constituyentes,
casi a la entrada del Modulo Social Fovissste. Era modesta, pequea, pero con una
cobertura ms que amplia, y cuya feligresa comprenda desde cultos maestros y artista, a
las clases ms populares llegadas de lo alto de Palma Sola, y hasta acaudaladas familias
componentes de las dirigencias gubernamentales, lo que le daba una plenitud de
oportunidades para comprender el alma de esa diversidad de razas, criterios y niveles
sociales que existen conviviendo en una regin como la suriana.
Para quienes conocen poco de Guerrero, debo sealarles que si bien es el Estado ms
rico de Mxico, es a la vez el ms pobre y olvidado. Su abandono social y poltico le han
convertido en un pueblo aguerrido -el bronco Guerrero, le llaman algunos autores- pero no
es ms que una natural rebelda, que heredan en los genes a sus descendientes, ante una
serie de injusticias concatenadas a lo largo de quinientos aos.
Con todo, es un pueblo que ha dado hombres ejemplares tanto en lo social como en lo
poltico, lo guerrero y lo religioso, sin olvidar el arte y la literatura.
Ah est el Beato Bartolom Das-Laurel o el propio Monseor Quesada, cuya causa
est en proceso, si hablamos de lo religioso como ejemplo.
El pueblo mismo es de corte religioso, aunque mezclan, como en todo mesoamrica,
lo sagrado con lo profano en sus fiestas patronales, pero su fervor es ms que notorio.
La llegada del Padre Pato a su Tecpan querido para oficiar su primer CantaMisa, lo
dice todo.
Ya en los seminarios conciliares, tanto en Chilapa como en El Buen Pastor, haba
recibido y captado la experiencia del trato con el sacerdocio; tocaba ahora con la feligresa.
Monseor Jos Pilar Quesada, con toda seguridad, haba platicado con Monseor
Corts Prez y llegado a la misma conclusin: Rafael Bello Ruz sera alguien grande en un
futuro no muy lejano. Si Daz Escudero descubri el diamante en bruto y cort sus lmpidas
facetas, Quesada pulira ese diamante para gloria de la iglesia suriana.
Su probidad estaba ms que manifiesta. Su dedicacin, presente en todo momento. Su
sapiencia, demostrada en el aula. Su paciencia, denotada en los largos aos de estudio
viviendo en una situacin precaria. Su temple pues, haba sido forjado. Faltaba slo el
pulido.
El Padre Pato no pregunt el porqu de la nueva asignacin. Slo obedeci. El dice
que no saba que se le preparaba para mayores responsabilidades, pero probablemente
intuia algo porque, entre ms se le forjaba, l mostraba mayor entereza.
As, una maana calurosa, lleg a la Parroquia de la Sagrada Familia. Como en todos
los casos, estaban ah quienes le reciban con afecto... y quienes tenan el gesto adusto por
la remocin de su prroco, Fray Pedro, un bonachn sacerdote que durase algn tiempo
al frente de la parroquia y a quien apreciaba mucho la feligresa. Pero a unos y otros el
Padre Pato supo, en poco tiempo, echrselos a la bolsa con la mayor facilidad del mundo.
Su carcter comprensivo y conciliador fueron decisivos.
Corra ya 1970. El retumbar de la agitacin social que cimbrara al mundo los ltimos
aos de los sesentas, todava no se disipaba. En Mxico la inquietud social era materia de la
noticia diaria. En Guerrero, la guerrilla era reflejo fiel de la inconformidad suriana, segn
registra la historia. En el puerto de Acapulco, si bien no se haba manifestado en forma
violenta, ciertos partidarismos se palpaban entre sus habitantes, unos a favor, otros en
contra, pero todos inquietos.
Con todo, el Padre Pato tena siempre a la mano el consejo paliador o la conseja
restrictiva, pero ambas llenas de amor y comprensin. Entre sus feligreses, an hay quien
recuerda su paso por esa parroquia que, aos ms tarde, fuese arrasada por el Huracn
Paulina, ahora en un nuevo y hermoso edificio unos cuanto metros ms all de su ubicacin
original.
Yo estaba segura de que del Padre Paito llegara a ser Obispo. Era joven, pero
mesurado. Siempre con la palabra de consuelo en la boca para todos, cuenta venerable
maestra que vive en una de las rinconadas del Mdulo Social.
Uno de los aspectos que ms teme el creyente es la confesin. El Padre Pato era
comprensivo; enrgico, eso s, pero comprensivo. Cuando se confesaba uno, esperaba una
reprimenda, pero con el Padre Pato lo que siempre escuchamos fueron consejos.
Ah, en La Sagrada Familia, reorganiz las instituciones laicas que le interesaron de
siempre: el Movimiento Familiar Cristiano y el Movimiento Juvenil Cristiano.
Pero la reorganizacin que le dio mayor satisfaccin fue la de su propia vida personal.
Doa Luz, su seora madre, con todo y que ya prcticamente toda su familia estaba
viviendo en Acapulco, no haba querido abandonar su amado Tecpan de Galeana. Al Padre
Pato le preocupaba que, aunque estaba por all su hermano Casto que ya tena su propia
vida y familia, su madre estuviera sola.
As las cosas, y aprovechando amorosamente la admiracin y cario que su madre
senta por el hijo y sacerdote, le pidi que se viniera a vivir con l.
-Madre, arguy como pretexto, vngase conmigo. Necesito quien me atienda. All en
el Seminario tena auxiliares, pero aqu, en la Parroquia, estoy solo. Usted tambin est
sola all. Vngase conmigo por favor.
Por increble que parezca y, aunque con algunas reticencias, Doa Luz acept vivir
con el Padre Pato y estuvieron juntos hasta el fallecimiento de ella algunos aos despus.
Sus hermanos, Lita sobre todo, junto con Lucre y Na, vieron felices la oportunidad
de tener a Doa Luz en el propio puerto.
Cabe aqu hacer un rpido recuento de la forma en que vivan los familiares del Padre
Pato desde su llegada a la ciudad portea.
Cuando hicieron la Avenida Lpez Mateos, la casita aquella en que vivan qued
prcticamente en el medio del camelln y tuvieron que irse. Fue entonces que compraron el
terrenito de la Avenida de Las Playas en que actualmente viven Lita y Monseor pero,
mientras les construian la vivienda, Don Jos Batani, concuo de Antonio Trani Zapata,
otro de nuestros biografiados, les ofreci adecuarles un pequeo departamento en la Casa
de Huspedes que tena, a fin de aligerarles la carga de la renta.
Terreno y construccin se realizaron con la cooperacin de todos, pues para entonces
ya estaban en Acapulco Llalla, Na, Lucre su hija, y Lita, todas con trabajo estable, excepto
Na que se dedicaba a atender la casa y la comida.
Tras el fallecimiento de Llalla, Pato, quien estaba entonces como Rector del
Seminario del Buen Pastor, les hizo ver que bien podan acomodarse en alguna de las
habitaciones ya terminadas de la obra, dedicando el gasto de la renta del departamento a
invertirlo en la obra misma, y as lo hicieron.
Ya dentro, pudieron darse cuenta de que el ingeniero responsable de la obra les rob,
as es que debieron retomar el trabajo y contratar nuevos constructores, hasta que vieron
terminada su modesta vivienda.
Pero Doa Luz no quiso venirse a vivir a la casita, sino que se qued en las propias
instalaciones de la Parroquia pues consideraba que, si vena a atender a su amado hijo,
cerca de l deba estar.
La Parroquia tena una pequea casa anexa que comprenda una salita, dos recmaras,
un bao, una cocina y una habitacin ms chica que serva de bodeguita.
Doa Luz se dedicaba enteramente al cuidado del Padre Pato; lavaba su ropa,
limpiaba la casa, y preparaba la comida.
Mundial resolvieran sus diferencias de forma pacfica; y Pablo VI que presidi la mayor
parte del Concilio Vaticano II y dirigi la Iglesia catlica de 1963 a 1978, en uno de sus
perodos de cambio ms importantes.
Po XII ascendi al trono papal el 2 de marzo de 1939. En su importante encclica El
Cuerpo Mstico de Cristo (1943), explic la doctrina teolgica de la Iglesia como cuerpo
mstico de Cristo y conden el falso misticismo. En sus encclicas Inspiracin del Espritu
Santo (1943) y Sobre el Gnero Humano (1950) pidi rigor en la interpretacin de los
textos bblicos y precaucin al adoptar sin sentido crtico las enseanzas cientficas
modernas apartndose de las tradiciones de la Iglesia.
En 1946 nombr 32 nuevos cardenales al Sacro Colegio, que qued establecido en 69
miembros y por primera vez compuesto por representantes de todos los continentes.
Continu e intensific las polticas anticomunistas de su predecesor.
Abri el Vigsimo Quinto Ao Santo de la historia de la Iglesia, durante el cual, en
1950, el Padre Pato se ordena sacerdote.
El mes de noviembre siguiente public la constitucin apostlica Dios
Munificientsimo en la que se defini la Asuncin de la Virgen Mara en cuerpo y alma
como dogma de fe, que adopta el Padre Pato y manifiesta en uno de los cuarteles de su
escudo representativo.
Por su parte, Pablo VI est considerado como el Papa que abre la posibilidad de la
reunificacin de la Iglesia. En su esfuerzo por extender las relaciones del Vaticano a los
catlicos de fuera de Europa, viaj a Estados Unidos en 1965, a Colombia en 1968, a
Uganda en 1969 y a varios pases asiticos, entre ellos Filipinas, en 1970. En 1966 se
entrevist con la cabeza de la Iglesia anglicana, Arthur Michael Ramsey, entonces
arzobispo de Canterbury y en 1973 con Shenouda III, patriarca de Alejandra y cabeza de la
Iglesia ortodoxa copta. No slo fue el primer papa que realizaba estos encuentros y viajaba
a una zona concreta, sino tambin el primer mandatario de la Iglesia en llevar a cabo
semejante acercamiento sistemtico con otros grupos cristianos.
Pablo VI sera el que recibira a Monseor Quesada para definir su sucesin. El
Primer Obispo de Acapulco deba presentar, a consideracin del Santo Padre, los
currculums de varios sacerdotes con mritos suficientes y probados para recibir la enorme
responsabilidad del obispado.
Sin embargo, Monseor Quesada se present ante Pablo VI con un slo expediente,
el del Padre Pato, a quien el Papa conoca de cuando era Subsecretario de la Santa Sede y
saba bien de su trayectoria.
Sin ms, la autorizacin fue expresa. Monseor Jos Pilar Quesada ya tena sucesor.
-Yo ya lo saba, y consideraba que se lo mereca, dice el Padre Blandino Brcenas,
para entonces Ecnomo de la Dicesis con Monseor Quesada al ser entrevistado, El Padre
Bello era un hombre recto, muy responsable, y sobre todo muy preparado. Su paso por las
Universidades de Comillas, San Sulpicio y la Gregoriana le formaron esplendorosamente.
Ajeno a todo, el Padre Pato continuaba su labor al frente de la Parroquia de La
Sagrada Familia.
EL EPISCOPADO
Episcopado, en griego, quiere decir supervisor, y se aplica tanto a la labor del Obispo
como a la asamblea de obispos, sucesores en lnea directa de los apstoles. Cada obispo
tiene a su cargo una dicesis, es decir, un territorio, en el que es la cabeza de la Iglesia.
Cuenta con poder de jurisdiccin en su dicesis, donde tiene, asimismo, la obligacin de
colaborar en la santificacin del pueblo cristiano, de ensearle y gobernarle.
Estos poderes se ejercen en comunin con los dems obispos y con el sumo pontfice,
al que visita cada cierto tiempo para darle cuenta de la situacin de su dicesis -la visita se
llama ad limina, y se hace cada cinco aos-.
El obispo es, entonces, el gobernador eclesistico supremo de la dicesis que preside.
Es responsable del bienestar espiritual de todos los creyentes, tanto del clero como de los
laicos, y del gobierno de todas las instituciones eclesisticas dentro de la dicesis. Tiene el
poder de ordenar obispos, sacerdotes y diconos, y en el rito occidental de la Iglesia
catlica apostlica romana, es el ministro normal del sacramento de la confirmacin.
Existe una cierta jerarqua dentro de los obispos. Un arzobispo o metropolitano es un
prelado a cargo de varias dicesis que han sido agrupadas en una unidad llamada
arquidicesis.
Un obispo residencial est a cargo de la dicesis. Si esta dicesis pertenece a una
arquidicesis, se hace referencia a l tambin como obispo sufragneo. El sufragneo tiene
plena autoridad eclesistica dentro de su dicesis, pero est en estrecha relacin con el
arzobispado en asuntos interdiocesanos.
Los obispos auxiliares se convierten, a menudo, en titulares de las dicesis en que han
trabajado.
En el rito occidental y oriental de la Iglesia catlica apostlica romana, un obispo es
elegido por el Papa.
As las cosas, la tarde del 14 de febrero de 1974, el Padre Pato fue citado a las
oficinas de la dicesis junto con los dems sacerdotes que la conformaban en ese momento.
La reunin, era convocada por Su Excelencia, Don Jos Pilar Quesada, Primer Obispo de
Acapulco.
Tras una corta espera, el presbiterado acapulqueo pudo conocer el motivo de la
reunin: el Padre Pato, uno de los sacerdotes mejor preparados, ms responsables y
activos, de los ms estimados por la feligresa, sera elevado al rango de Obispo Auxiliar de
la Dicesis de Acapulco!
El contento fue general. An entre los sacerdotes, el Padre Pato, era un hombre muy
querido y respetado. Su nombramiento no caus sorpresa en lo que a la seleccin se refiere.
Fue consagrado hasta el 25 de marzo, onomstico de su seora madre, y eligi como
divisa de su episcopado Evangelizare Pauperibus, es decir, evangelizar a los pobres.
El nombramiento de un Obispo Auxiliar bien puede considerarse, en trminos laicos,
como el lapso en el cual el Obispo residencial le informa y pone al corriente sobre los
firme deseo de continuar la trayectoria impresa por su Obispo Residencial, adecuarla a los
tiempos que le tocaran, y poder llevar la palabra de Dios y su consuelo al ltimo rincn de
su Dicesis y al ms pequeo de su feligreses.
De tal suerte, la colaboracin ms directa con su Obispo fue aligerarle la carga,
principalmente, de las Visitas Pastorales. Su relacin era, a ms de la natural entre prelados,
de un respeto y admiracin profundos pues Monseor Quesada era un hombre muy
bondadoso, un santo.
Cada una de las regiones que abarcaba la dicesis de Acapulco fueron visitadas por
Monseor Bello Ruz. Su labor pastoral, en concordancia con aquella divisa que eligiera:
Evangelizar a los Pobres, se dirigi precisamente -sin olvidar al resto de su feligresa- a las
clases marginadas. Las dos costas: Costa Chica y Costa Grande, dependientes de su
jurisdiccin, le vieron llegar con la misma humildad que cuando arribara a Tecpan para su
CantaMisa.
Para cada comunidad tena una palabra de aliento y un consejo pronto. Para sus
vicarios, prrocos y sacerdotes, el apoyo moral y espiritual necesario.
En la Costa Grande, donde ya haba probado las mieles del cario recin ordenado,
extendi su mensaje de concordia y mesura, dado que esa zona era cuna de los
movimientos de inconformidad social. Su exhorto de paz debi haber sido escuchado, pues
la calma regres por muchos aos a la Sierra Suriana.
Ah, rindi homenaje al Padre Jess de Petatln, advocacin cristera que veneran con
fervor no slo los costeos, sino infinidad de almas mexicanas que llegan desde muy lejos
para pedir o agradecer favores.
Pero la mejor comunicacin que logr, el lugar en donde cario y afecto hermanaron
las almas de pastor y rebao sin precedente, fue en la llamada zona negra de Costa Chica
cuyo corazn se encuentra en Cuajinicuilapa.
Ah, las comunidades enteras salan a recibirle. El grito de Monseor, Monseor, ya
viene Monseor Bello! anunciaba su llegada alborotando lo mismo a ancianos que a nios,
que se arrebolaban en su rededor tan slo para tocarle.
El carisma del Obispo Auxiliar era innegable. Su siempre sabia palabra y cario no
eran materia de propaganda o publicidad, eran pura y llanamente una realidad que ganaba
corazones a puos.
Hasta la fecha, Monseor Bello Ruz se estremece cuando habla del tema y le llama
con orgullo Mi Africa chiquita.
Caracterstica de ese afecto que sienten hasta la fecha sus feligreses es que slo para
las grandes ocasiones es Monseor Rafael Bello Ruz, en el trato cotidiano, el Seor Obispo
sigue siendo para todos el Padre Pato, su sacerdote, su Obispo, su amigo y consejero.
Dentro de ese regocijo espiritual que experimentaba al trmino de cada jornada, Pato
no poda olvidar a Na a quien, ya grave, anunciara que le consagraran Obispo, causndole
gran alegra en su lecho de sufrimiento. Sin embargo, no alcanz a verle consagrado. Muri
poco antes para alcanzar a Don Calixto y a Llalla.
EL VIEJO MUNDO
Y TIERRA SANTA
La primera publicacin sobre el viaje, Monseor Bello la titula El Viejo Mundo, y
empieza narrando:
-Accediendo a la invitacin de varios amigos voy a contar a los lectores de
Novedades de Acapulco, mis impresiones del viaje que hice al Viejo Mundo acompaado
de un alegre grupo de diocesanos.
Nuestro itinerario comprendi siete pases y dur cuarenta das. Pero se necesitaran
mil ojos para contemplar tantas maravillas y sorpresas que se sucedan a lo largo del
camino.
Salimos de Mxico el da 6 de junio a las 2 de la tarde en un enorme jet de
Aeronaves. Comodidad de saln, atencin exquisita y sobre todo velocidad fantstica. De
Mxico a Miami dos horas y media. De all a Madrid ocho horas, siguiendo la ruta del sol
que muy poco tiempo dej de iluminarnos.
De pronto, ante nuestra mirada escrutadora, apareci Madrid, la bella metrpoli
capital de Espaa. Sus edificios de ladrillos rojos, sus balcones cuajados de flores y su
gente amable y laboriosa. Era el principio de nuestra memorable excursin.
Sin dar tiempo al descanso nos lanzamos a la calle, siguiendo cada quien sus
aficiones particulares. Unos, encabezados por el gastrnomo Sabino Galindres prefirieron
La Baslica de San Pedro es colosal, pero tan proporcionada que todo inspira
equilibrio. Mide 163 metros de largo y est coronada por la cpula de Miguel Angel que es
un portento de armona y belleza. Su increble base ostenta en letras de oro las palabras
que Cristo dijo a un pescador en el mar de Galilea: T eres Pedro y sobre esta piedra
edificar mi Iglesia.
Adjunto a las habitaciones del Papa est la Biblioteca Vaticana, la ms completa de
Europa, que guarda en sus estantes de maderas preciosas, originales y copias antiqusimas
de Cicern, Virgilio, Horacio, Csar, Homero, Herodoto, Aristteles, Platn, la Ciudad de
Dios de San Agustn, la Divina Comedia del Dante Alighieri, un Cdice con jeroglficos
mexicanos, etc.
En un piso inferior est el Museo Vaticano, el ms famoso y grande del mundo, que
ofrece tesoros histricos y artsticos como no los tiene ningn otro museo.
Aqu se encuentran pinturas originales de Leonardo Da Vinci, Boticelli, Beato
Anglico, Tintoreto, Perugino, Rafael Sanzio y otros artistas.
Y qu decir de la Capillo Sixtina, en cuya bveda pint Miguel Angel sus frescos
inmortales, demostrando en su Historia de la Salvacin y en su Juicio Final, su genio
incomparable. Aqu sobran los comentarios. Slo hay lugar para la contemplacin de la
belleza.
El Papa Sixto IV mand construir esta capilla palatina y la dedic a la Asuncin de
la Virgen Mara en el siglo XV. En la actualidad la Sixtina sirve de aula para los
consistorios y para la eleccin del Papa.
Nuestra capacidad de admiracin no se haba agotado an, y pasbamos en una sola
maana de maravilla en maravilla y de sorpresa en sorpresa. Contemplamos en silencio
profundo La Piedad de Miguel Angel, lmpidamente restaurada y protegida por un cristal
irrompible. La obra escultrica que realiz el artista florentino cuando tena 24 aos y de
la que dijo: ser la obra ms hermosa de mrmol que se encuentre en la Cristiandad y
que ningn maestro pueda igualar.
La Virgen llora sosteniendo en su regazo el cuerpo muerto de su Hijo. El rostro del
crucificado refleja serenidad y satisfaccin de haber realizado la Redencin del hombre.
Coronamos nuestra jornada con la visita a la Baslica de Santa Mara la Mayor. El
Santuario ms grande del mundo dedicado a Nuestra Seora en su advocacin de Salud
del Pueblo Romano. Los sacerdotes peregrinos celebramos Misa sobre el mismo altar en
que hace 52 aos celebr por primera vez nuestro Prelado el Excmo. Sr. D. Jos Pilar
Quesada Valds y, por coincidencia agradable, dos de nosotros celebramos ese da nuestro
XXV aniversario de ordenacin sacerdotal.
El domingo 3 de agosto, Monseor Rafael Bello Ruz daba cuenta, en el Novedades
de Acapulco, de lo sucedido durante La Audiencia Pontificia.
-Al atardecer del da mircoles 2 de julio nos dirigimos a la Plaza de San Pedro en el
autobs urbano No. 64. Miles de gentes acudan presurosas para ver y escuchar en
audiencia pblica al Santo Padre.
Previamente habamos obtenido boletos de primera fila que nos permitieron estar
cmodamente sentados a 20 metros del Papa. Los guardias suizos, con sus uniformes de
gala diseados por Miguel Angel, cuidaban el orden y de que nadie ocupara lugares
ajenos.
Jams olvidaremos aquella tarde del 5 de julio en que de rodillas besamos la roca de
la gruta en donde se cree naci el Salvador del mundo. Sumidos en un profundo silencio
tuvimos la concelebracin ms ferviente.
Al da siguiente hicimos un recorrido por la ciudad de Jerusaln, comenzando por el
Muro de las Lamentaciones. Este muro de piedras ciclpeas forma los cimientos del
Templo de Salomn. All, hombres y mujeres israelitas con la cabeza cubierta besan las
piedras y recitan salmos, llorando las desventuras del Pueblo Escogido.
Despus recorrimos la Va Dolorosa, siguiendo los mismos pasos de Jesucristo...
Unas lpidas sealan las 14 estaciones del Va Crucis, terminando la ltima en la Iglesia
del Santo Sepulcro.
Impresin indescriptible en el lugar del Calvario, donde Cristo expir, donde dio a
los hombres a Mara por Madre Espiritual...
Anlogas impresiones en los dems lugares santos: el Huerto de Getseman, donde
Cristo agoniz. Ms arriba, el Dominus Flevit, donde llor al contemplar la ciudad
deicida. El Cenculo, en poder de musulmanes, donde celebr la Ultima Cena,
instituyendo la Eucarista y el Sacerdocio.
Pero Jerusaln no es tan slo un lugar santo para judos y cristianos; tambin los
musulmanes la veneran como la segunda ciudad santa despus de La Meca.
Constantemente acuden peregrinos a la Mezquita de Omar, de cpula dorada, y a la
llamada Al-Aqsa construida en la explanada del Templo en el siglo VIII. -Y a la que
ellos entraron para poder contemplar las huellas de Cristo salvador dejadas en su
asencin-.
Por esta razn resuenan en los lugares santos las palabras del salmista: Si me
olvidare de t, Jerusaln, que se me pegue la lengua al paladar.
El 17 de agosto apareca el ltimo de sus artculos sobre ese viaje con el encabezado:
Grecia.
-Procedentes de Tel Aviv llegamos a Atenas el 10 de julio, cuando el sol pareca
estallar sobre el blanco mrmol de la Acrpolis, la colina sagrada que es el corazn de
toda Grecia.
Apenas instalados en el cntrico hotel Asperia Palace, iniciamos una excursin a
travs del centro urbano, rodeando las murallas de la ciudadela, siguiendo luego hacia la
puerta de Adriano y el templo de Jpiter, para despus ascender a pie hasta el Agora,
rocoso promontorio en donde San Pablo habl a los atenienses de un Dios desconocido
y una doctrina nueva.
El panorama nos cautiv desde el primer momento. A nuestros pies se extenda la
moderna capital de Grecia, con sus dos millones de habitantes; a lo lejos, la colina
llamada Licabeto coronada por la iglesia de San Jorge; hacia el sur, el gran puerto del
Pireo, resguardado y profundo. En su baha se poda contemplar la mayor concentracin
de barcos jams vista en nuestra vida. Centenares de naves construidas o en reparacin
forman la flota de este pas, que se proyecta en el Mediterrneo a travs de mil cien islas,
lo cual ha determinado su secular vocacin naval y mercantil.
Pero la maravilla que asoma por todo el horizonte ateniense es la silueta
inconfundible del Partenn, el templo ms hermoso que han contemplado los siglos. Seis
mil visitantes lo admiran embelesados cada da. Arquitectos y escultores de todos los
confines estudian sus trazos tan simtricos y finos.
Nuestras guas Lily y Urania, verdaderas maestras de la historia griega, nos
explicaron que los edificios de la Acrpolis, cuyas gloriosas ruinas estbamos
contemplando, eran las ms importantes para la historia del arte y de la civilizacin
occidental. Dichos edificios eran: el Templo de Atenea Nike o la victoria sin alas, el
Erectein, santuario de Poseidn decorado con las Caritides o columnas en forma de
mujer; el Partenn y el Teatro Dionisos en donde contemplamos el espectculo, lleno de
gracia y colorido, de los antiguos bailes griegos.
Todo este incomparable conjunto arquitectnico fue construido gracias a la
iniciativa del gran general y hombre poltico ateniense Pericles. El emple para este fin a
los mejores arquitectos de su tiempo y consigui realizar estas magnficas construcciones
que, an hoy da, son la admiracin del mundo entero.
El constructor del Partenn fue el famoso arquitecto Calcrates y su decorador el
inmortal Fidias con un sinfin de artesanos annimos. En el ao 438 antes de Cristo el
templo fue terminado y dedicado al servicio del culto de Atenea, diosa protectora de la
ciudad, cuya estatua de bronce y marfil ocupaba el centro.
En el ao 630 de nuestra Era el Partenn fue transformado en iglesia cristiana con
el ttulo de Santa Sofa o Santa Sabidura, y la Acrpolis fue proclamada sede del
Arzobispo de Atenas. Por esta razn se conservan intactos los frisos y esculturas labradas
en los frontispicios. Lo mismo que el techo de madera artesonado y policromado. Pero en
1640, durante la guerra entre turcos y venecianos, una granada hizo estallar el polvorn
almacenado en el Partenn y el edificio fue destruido en gran parte. A pesar de todo,
conserva en sus columnas la majestad y grandeza de su primer esplendor.
Igualmente majestuosas e impresionantes son las ruinas de Corinto, ciudad en donde
vivi San Pablo y escribi dos famosas cartas; la antigua ciudad de Epidaurus, el centro
ms importante del culto a Esculapio, dios de la medicina; el Santuario de Delfos, situado
en escarpadas montaas, a donde acudan los griegos y jefes de Estado para consultar a
una sacerdotisa sobre la fortuna de sus empresas. Todos estos hermosos monumentos y
lugares histricos han quedado profundamente grabados en nuestra memoria, de tal
manera que mis compaeros de viaje pueden decir que estos cuarenta das estuvimos en la
Universidad del Viejo Mundo.
Verdadero colofn de nuestro viaje fue un crucero de todo un da por el Mar Egeo,
visitando las islas de Egina, Hydra y Poros de las playas serenas y seguras caletas;
salpicadas de casitas y de pueblecillos blancos y alegres, elegidos como residencias
veraniegas del turismo universal.
Ya en tierras mexicanas, el 28 de julio de 1975, uno de los viajeros, Sabino
Galindres, ofreci una comida a todo el grupo y especialmente al Obispo de la Dicesis El
Dr. Jos Pilar Quesada y a su auxiliar y gua del viaje el Obispo Rafael Bello Ruz.
Poco antes, asistieron a una Misa concelebrada a cargo de dos Obispos y siete
sacerdotes, teniendo como marco la Catedral de Nuestra Seora de la Soledad.
El Padre Cleofas Mendoza, de Tierra Caliente, fue el encargado de ofrecer el festejo a
nombre del anfitrin, resaltando la satisfaccin que Sabino -y muchos otros de los viajeros-
senta al haber podido realizar la ilusin largamente acariciada de conocer los lugares en
donde se forj la historia cristiana.
A su regreso, seguramente que Monseor Bello se encontr con un cmulo de
ocupaciones pues no volvi a escribir con todo y que le faltaron las reseas de algunos
otros lugares visitados por los peregrinos.
Es muy posible que Monseor Quesada le urgiera en lo que a la preparacin para la
recepcin de la Dicesis respecta pues, un ao despus, el 4 de junio de 1976, los medios
de comunicacin daban a conocer la nota: El Papa Paulo VI haba nombrado como Obispo
Residente -o titular- a Monseor Rafael Bello Ruz, el queridsimo Padre Pato.
Ya lo era. Ya era todo eso que deca se necesitaba para ser un buen pastor. Su entrega
pastoral precisamente en las dos costas y la reciprocidad del cario demostrado por sus
feligreses lo confirmaba.
Por su parte, Monseor Quesada sealaba al propio Castrejn:
-La Iglesia, como dijo Po VII, espera una nueva primavera que, a mi parecer, ya se
ha iniciado.
El 29 de junio se realizaba la ceremonia en el entorno de una Misa concelebrada en la
Catedral de La Soledad, donde el Delegado Apostlico en Mxico Monseor Mario Po
Gaspari hizo entrega del Bculo simblico de su mandato pastoral, ante la presencia del
Obispo saliente, Monseor Jos Pilar Quesada Valds, los Obispos de: Chilapa, Don Fidel
Corts Prez; de Cuernavaca, Don Sergio Mendez Arceo; de Quertaro, Don Alfonso Toriz
Cobin; de Ciudad Altamirano, Don Manuel Samaniego; de Tulancingo, Don Esa Robles
Jimnez, sacerdotes, religiosas y cientos de catlicos que se apiaron en el templo junto con
su familia.
En su homila, publicada completa el 8 de agosto en el prestigiado e influyente
peridico italiano LOsservatore Romano, en su edicin semanal en lengua espaola,
seal a su feligresa:
Qu significa que uno de entre ustedes haya sido incorporado al Colegio Episcopal
y que ahora reciba en encomienda una porcin de la Iglesia? No otra cosa sino la
continuacin de aquel gesto que hicieron los apstoles al agregar a Matas a su grupo.
Cristo instituy un Colegio Apostlico y puso al frente de l a Pedro. El Episcopado,
con el Papa a la cabeza, es sucesor de este Colegio. Por eso el Concilio Vaticano II ensea
que los Obispos, por institucin divina, son sucesores de los apstoles. Por tanto, quien a
ellos escucha a Cristo escucha, y quien a ellos desprecia a Cristo desprecia. Sin embargo,
la iglesia en sus ministros rehuye toda pretensin de poder y ostentacin, advirtiendo que
el Episcopado es ms una carga que un honor; es ms un servicio que un poder.
Esta figura del obispo, apstol y pastor, es la que proyect sobre la Dicesis de
Acapulco el Excmo. Sr. Quesada durante los 17 aos de su episcopado, y en esta misma
direccin quisiera impulsar mis esfuerzos convirtiendo en un elemento esencial de mi vida
la conocida frase de San Agustn: para vosotros soy Obispo, con vosotros soy cristiano.
Por eso, hermanos, les manifiesto que no esperen encontrar en m un personaje de
influencia y poder. Como coterrneo de Ustedes quiero ser colaborador con las
autoridades civiles del bien comn y no deseo para mi persona y mis colaboradores ms
facultad que la de poder cumplir con la misin que la Iglesia me ha encomendado: De
predicar con libertad el evangelio de Cristo.
Toda la geografa del Estado de Guerrero, pero de modo muy especial la que
corresponde a la Dicesis de Acapulco, parece atravesada por una cruz cuyos leos no
solamente estn formados por los dolores y las carencias de los hombres que aqu habitan,
sino tambin por los dones divinos que la redencin de Jesucristo ofrece a los que creen en
El.
La Iglesia quiere colaborar para que estos hombres y mujeres que pueblan nuestra
sierra y nuestra costa, tengan una vida humana ms confortable y grata, pero compatible
en todo con los grandes principios que orientan una conciencia cristiana y aseguran la
prctica de la fraternidad, de la justicia y de la paz.
Han pasado ms de dos aos desde que, en la festividad de la Anunciacin del Seor,
fui ordenado Obispo y ahora, despus de la experiencia que me dan la observacin y el
trato con ustedes, estimo que se presenta ocasin propicia para confiarles mi pensamiento
y mis deseos, en relacin con lo que ha de constituir nuestro ideal de apostolado.
Tres son las inquietudes pastorales que considero principales para m, y confo
pueden ser primordiales para los sacerdotes, las religiosas y los laicos de esta dicesis.
La primera, es la atencin pastoral de la juventud. Las estadsticas muestran que
somos una nacin de jvenes y sabemos que prximamente los jvenes de 18 aos irn a
las urnas para elegir a nuestros gobernantes. Adems, el Papa Paulo VI en su exhortacin
sobre el Anuncio del Evangelio nos advierte: -Las circunstancias nos invitan a prestar una
atencin especialsima a los jvenes, su importancia numrica y su presencia creciente en
la sociedad; los problemas que se les plantean deben despertar en nosotros el deseo de
ofrecerles con celo e inteligencia el ideal que deben conocer y vivir-.
La segunda inquietud pastoral es la promocin de un laicado adulto, conforme a lo
expresado por el Episcopado Mexicano en su Instruccin Pastoral de 1970: -La formacin
de un laicado adulto es tarea decisiva, comn y urgente de la Iglesia de hoy en Mxico. La
formacin de un laicado adulto pide reformas y adaptaciones no slo en lneas y mtodos
de accin de la Iglesia, sino la misma transformacin de las relaciones internas y
consiguientemente, en las estructuras organizativas.
Finalmente, la tercera inquietud es la preocupacin por las vocaciones sacerdotales
y religiosas. Nuestro contingente apostlico de tiempo completo es modesto: 58 sacerdotes,
140 religiosas y 8 hermanos, para una poblacin de ms de 800 mil habitantes. Pero
Cristo nos ense a orar con fe e insistencia para que el dueo de la mies enve los obreros
necesarios. Esta promocin, como lo ensea el Decreto Conciliar sobre la formacin de
los sacerdotes, ha de ser tarea de toda la comunidad diocesana, Sobre todo las familias
que, llenas de espritu de fe, son como el primer seminario, y las parroquias, de cuya vida
fecunda participan los mismos adolescentes. Los maestros y directores de las escuelas
catlicas procuren cultivar a los adolescentes que se les han confiado, de forma que
puedan sentir y seguir con buen nimo la vocacin divina. En cuanto a los sacerdotes y
religiosas, procuremos un grandsimo celo apostlico por el fomento de las vocaciones y
atraigamos el nimo de los jvenes hacia el sacerdocio, con una vida laboriosa y alegre.
Que la Santsima Virgen de la Soledad, Patrona de esta dicesis, sea como la estrella
luminosa que nos gue en nuestras labores apostlicas.
Monseor Bello Ruz enton el Gloria en seal de accin de gracias, y escuch el
mensaje enviado por Su Santidad que, en voz de Monseor Po Gaspari, deseaba un
profundo xito al nuevo prelado, y enviaba sus bendiciones a l y a todos los habitantes de
la Dicesis.
La familia, encabezada por Doa Luz y sus hijos, prestos y respetuosos, fueron de los
primeros en besar el anillo del nuevo jerarca de la Iglesia en Acapulco, significando as el
ofrecimiento de obediencia de la feligresa.
Finalmente, imparti su bendicin a toda su nueva grey.
Monseor Rafael Bello Ruz ya era Obispo residente de Acapulco. Era, a la vez, el
quinto guerrerense elevado al rango de Obispo en la historia de la Iglesia. Sus antecesores
fueron: Don Ramn Ibarra Gonzlez, Arzobispo de Puebla; Antonio Hernndez, Obispo de
Tabasco; Serafn Armora, Obispo de Tampico y Don Leopoldo Daz Escudero, Obispo de
Chilapa.
Hombre de acciones concretas, Monseor Bello daba a conocer dos das despus la
reorganizacin de la Dicesis y los componentes de la curia acapulquea. El Padre Angel
Martnez Galeana, conocido por todos por su intensa labor en beneficio de los nios, sera
Vicario General y uno de los principales colaboradores del nuevo Obispo.
El Padre Francisco Padilla Chavelas fue nombrado Secretario. El Padre Blandino
Brcenas Agatn fue confirmado como Ecnomo, y el Padre Angel Bustos Provisor.
Entre el laicado cercano al nuevo jerarca surgi de inmediato una conseja
desprendida de los nombres de los recin responsabilizados: El Obispo Bello est rodeado
de ngeles!
El 3 de junio emita su primera circular en la que concretamente sealaba:
Analizando delante de Dios qu es lo que pasa en mi alma para comunicrselos en
este saludo de presentacin, me encuentro pobre para poder servirles y, por tanto, con una
gran necesidad de que me ayuden a cumplir la misin que el Papa, Vicario de Cristo, me ha
encomendado. Somos todos, Sacerdotes, Religiosos, y laicos, los que tenemos que aceptar
la misin de construir el Reino de Dios en la Dicesis de Acapulco.
Por lo que a m toca les declaro a todos los diocesanos, especialmente a los
Sacerdotes, que toda mi vida larga o corta, ser dedicada a su servicio. Y que, conservando
todo lo conseguido tan meritoriamente durante el episcopado del Seor Quesada,
lograremos encontrar modos y formas adecuados a las exigencias del nuevo momento.
Que la Santsima Virgen me ayude a cumplir con este voto y que Dios Nuestro Seor
bendiga a quienes estn dispuestos a cumplirlo juntamente conmigo.
Ocho das despus de su consagracin como Obispo Residente, uno de sus
compaeros de viaje, el gastrnomo Sabino Galindres, le ofreci una comida
conmemorativa a la que asistieron todos sus amigos y conocidos, destacando los nombres
de todos los niveles sociales porteos.
A poco ms de un mes de haber asumido la inmensa responsabilidad, daba sus
primeros pasos para alcanzar las metas fijadas. La Secretara de Educacin Pblica
autorizaba al Obispo de Acapulco a crear una Escuela Secundaria que funcionara, a partir
del siguiente ciclo escolar, en el mismo Seminario Conciliar de El Buen Pastor. Al anunciar
el suceso, Monseor Bello Ruz extenda igualmente la buena nueva de que, con vistas a
tres aos, se fundara ah mismo una Preparatoria Abierta, reconociendo las cualidades
maravillosas que brindaba la Universidad Autnoma de Guerrero.
El Gobernador del Estado, Rubn Figueroa Figueroa, al ser informado de esto, con su
caracterstica bonachonera dijo: una escuela ms en Guerrero, siempre es bienvenida y
dispuso fueran entregados a la institucin escolar 50 mesabancos, cuatro escritorios y
cuatro pizarrones.
Esta actitud del polmico gobernante no fue sino la confirmacin de la coincidencia
que, dentro de las relaciones iglesia-estado, existan por mejorar las condiciones de las
clases marginadas y que, al da siguiente de su reunin con Figueroa, sealara Monseor
Bello el 15 de agosto de ese mismo ao de 1976, destacando que fue, precisamente Luis
En 1978 haba muerto Lupita, la esposa de Don Agustn Galeana, uno de aquellos
compaeros de viaje de Monseor a Tierra Santa. Lita, su hermana, no pudo ir a dar el
psame a Petatln debido a su trabajo. Al trmino de la misa de cabo de ao de otro de los
viajeros tambin fallecido un ao antes, Monseor Bello, al darse cuenta de que Don
Agustn estaba ah y recordando que Lita no haba presentado sus respetos, la llam para
que lo hiciera.
Vuelta a Acapulco, Lita recibira la visita de Don Agustn a quien Sabino Galindres
ya haba recomendado casarse con ella por su bondad y buenas costumbres, reafirmando as
la eleccin que haban hecho sus propias hermanas.
Desde entonces, el viudo llamaba por telfono a Lita, desde Petatln, lo menos dos
veces por da y, cuando vena a Acapulco, le invitaba a salir insistentemente. Lita estaba
asustada. Tena miedo de que si aceptaba la invitacin, alguna de sus amistades le
informara a su hermano el Obispo y a ste le pareciera incorrecto. Cada ocho das, Don
Agustn se dejaba llegar desde la costa.
Un da, temblorosa, Lita se fue a la Catedral para hablar con su hermano, para pedir
consejo. Monseor Bello vio con buenos ojos la situacin. Al tiempo, el 24 de marzo de
1979, Lita se cas con Don Agustn para formar una nueva y hermosa familia. Ofici la
ceremonia eclesistica, obviamente, Monseor Rafael Bello Ruz, a quien acompaaron
como concelebrantes otros dos sacerdotes viajeros: el Padre Manuel Herrera Murgua, y el
Padre J. Jess Corts.
El Consejo Episcopal Latinoamericano es el organismo de la Iglesia catlica que
engloba a las conferencias episcopales de nuestro continente y el caribe. Fue creado en
1956 por el papa Po XII a peticin de los obispos del rea latinoamericana y del Caribe.
Las principales funciones del CELAM son coordinar, promocionar y aplicar las actividades
apostlicas que cada conferencia episcopal realizar en su mbito particular. Debido a ello,
sus miembros son elegidos en una asamblea ordinaria anual que rene a las distintas
conferencias episcopales nacionales. Entre sus mltiples comisiones destacan las de
Catequesis; Migracin y Turismo; Comunicacin Social; Familia, Vida, Infancia y
Juventud; Laicos; Misiones; Educacin; y Liturgia.
El 25 de octubre de 1980, la Conferencia Episcopal Mexicana eligi a Monseor
Rafael Bello Ruz, Obispo Residencial de Acapulco, Gro. como Presidente de la Comisin
Episcopal de Migracin y Turismo, primero de una serie de cargos que asumira a nivel
nacional, sin abandonar su ministerio episcopal.
La vida familiar transcurra sin ms novedades que las propias de la cotidianidad,
hasta el 28 de octubre de 1981 en que fallece Jorge, uno de los hermanos de Monseor
Bello, sumiendo nuevamente a la familia en el luto y el dolor. Tito era ya Gerente de
Produccin de la Subdireccin de explotacin y su apoyo al Padre Pato no dejaba de fluir,
ahora con un poco de ms desahogo.
El 10 de septiembre de 1982 sucedera algo que aparentemente no tiene ms
trascendencia que una meramente administrativa: Monseor Bello es nombrado
Administrador Apostlico de Chilapa.
Monseor no lo dice, pero de su profundo inters por su feligresa y su dicesis, a
ms de las continuas visitas a Roma y los sucesos posteriores, se desprende que el Obispo
de Acapulco ya trabajaba intensamente en los estudios y anlisis que se necesitan para que,
conforme a las necesidades naturales de una regin, se estructurase una arquidicesis.
Monseor Daz Escudero haba forjado al hombre que regira los destinos espirituales
de esta extensa y necesitada zona suriana; Monseor Quesada Valds haba encabezado los
primeros pasos estructurales y pulido a ese hombre. A Monseor Bello Ruz, el hombre,
tocara armar, organizar, y dirigir la nueva provincia eclesistica.
LA ARQUIDIOCESIS
La Santa Sede, una vez que recibi la propuesta del Episcopado Mexicano, consider
que la llamada Regin sur debiera tener una representatividad como tal, y crea la 12a.
Provincia Eclesistica con sede en Acapulco, quedando su obispo, Monseor Rafael Bello
Ruz, como Metropolitano y anexndosele las dicesis de Chilpancingo-Chilapa, Ciudad
Altamirano, Ciudad Lzaro Crdenas y Tlapa de Comonfort.
En marzo de 1983, el Padre Blandino Brcenas informaba en un comunicado que se
haba terminado la remodelacin del templo histrico y, religiosamente hablando, ms
importante de la dicesis de Acapulco: el templo de Nuestra Seora de la Soledad.
Este ao Jubilar Diocesano -sealaba el sacerdote y vocero de la mitra- la Providencia
nos tena deparadas muchas y muy agradables sorpresas. Ellas van desde la constante
superacin y renovacin a travs de dos grandes acontecimientos eclesiales: Ao Santo de
la Redencin y Ao Jubilar Diocesano, pasando por la creacin de la nueva Provincia
Eclesistica de Guerrero y el nombramiento de su primer Arzobispo en la persona del Sr.
Obispo Rafael Bello Ruz.
Otro acontecimiento que dejar huella en esta reciente arquidicesis es la Dedicacin
o Consagracin de la Catedral a Nuestra Seora de la Soledad. Ser el primero que dedique
(Monseor Bello Ruz) en su Provincia eclesistica como primer Arzobispo.
Ms an, la Provincia ha hecho coincidir el propio da 25 de marzo varios
acontecimientos, ya de carcter universal, ya de carcter diocesano. En efecto, ese da a
nivel universal la liturgia celebra la Anunciacin y Encarnacin de Nuestro Seor
Jesucristo; el Papa Juan Pablo II declarar abierto el Ao Santo de la Redencin por
cumplirse 1950 aos de la muerte redentora del Rab de Galilea; nuestro Pastor cumple
nueve aos de haber sido ordenado Obispo; es nuestra fiesta patronal y, ese da, adems,
dedicaremos el templo.
Tras algunas indicaciones propias de los eventos, el Padre Blandino terminaba su
comunicado sealando:
Quiera Dios que no nos quedemos en ceremonias puramente exteriores, y que la
blancura inmaculada que vemos en nuestra Catedral recientemente remozada, sea smbolo
claro de nuestra renovacin interior, particularmente en esta Cuaresma de 1983 que est
tocando a su fin.
La Catedral de Nuestra Seora de la Soledad fue construida en el mismo lugar en que
estuviera el primer templo catlico de la regin, destruido por un cicln en 1936. Inici la
construccin el Obispo de Chilapa, Don Leopoldo Daz Escudero, siendo prroco de
Acapulco el Padre Florentino Daz. El proyecto fue del Arq. Federico Mariscal y dirigi la
obra el Arq. Miguel Madrigal.
Participaron activamente en la realizacin los sacerdotes Galdino Gonzlez, Jess y
Antonio Jimnez, Bernardo Garca y Jorge Parra., a ms de las vecinas Apolonia
Altamirano, Jovita Rangel, Chenchita Sotelo, Jovita Becerra, Beatrz Velsco de Alemn y
Tina Montao, adems de las familias Hudson, Hernndez y Muzuri.
El 29 de junio de 1983, en el atrio de la Iglesia de Cristo Rey, en presencia del
delegado apostlico don Gernimo Prigione, se ley la Bula por la que Acapulco era
elevada a Sede Arzobispal y, por ende, su Obispo a la jerarqua de Arzobispo.
El 27 de septiembre de ese mismo ao, en la ciudad de Roma, le fue impuesto el palio
arzobispal a Monseor Bello, en una dignidad que llenaba de satisfaccin a los
guerrerenses, creyentes y no, que vean en la alta jerarqua de su prelado una distincin
excepcional para el humilde pueblo suriano que, modestia aparte, sumaba un hombre probo
ms a su larga lista de pro-hombres.
Cuentan que, all en Tecpan, el viejo sacristn que siguiera paso a paso la trayectoria
de su amigo el Padre Pato, cuando alguien le pregunt si saba algo de l, contest
contrito...
-Nada... tiene tiempo que no s nada de l...
-Pues entrate... el Padre Pato ya es Arzobispo!
-Que qu...?! Hiju..e..la..chin...ita!!! exclam con los ojos rasados de lgrimas.
Slo haba una pequea inconformidad que brotara de la tradicin del pueblo
mexicano: el que Chilapa, habiendo sido inicialmente la dicesis madre, ahora pasaba a ser
dicesis hija. Pero nuevamente la excepcional capacidad de conciliacin del naciente
Arzobispo alcanzaba la paz y la tranquilidad, tras explicarles a fondo la causa en la que el
desarrollo tiene un factor predominante.
Su equipo de colaboradores, con ligeros cambios al paso del tiempo, fueron
Monseor Juvenal Porcayo Uribe, muy importante en la vida de Monseor, prroco de
Costa Azul antes de ser Obispo; el ilustre cannigo Gabriel Ocampo, que fuera prroco de
Cristo Rey; el Padre Felix Bello Mollado, apoyo inmediato de Monseor. Muy cercano al
Seor Arzobispo, como Secretario Canciller, fue el Padre Francisco Padilla Chavelas al que
substituye ms adelante el Padre Marcelino Canales, ambos ya fallecidos; obviamente el
Padre Blandino Brcenas Agatn, como Ecnomo y no podemos olvidar a Monseor Angel
Martnez Galeana, su brazo derecho a lo largo de su mandato y Vicario General. Todos
ellos formaban su Cuerpo de Consultores.
De la camada joven destaca el Padre Pedro Torres Garca en cuanto a la economa
diocesana y las relaciones iglesia-estado. Este joven sacerdote es hechura total de
Monseor Bello Ruz que, cuando fuese prroco de La Sagrada Familia, le conociera y
encaminara como aclito.
El Padre Pato deca al pap de Pedrito:
-Agustn... este nio va a ser sacerdote... dmelo!
-S Padre... pero deje que termine la primaria cuando menos... est muy chiquito.
Para entusiasmarle ms, le dio su Diploma de Monaguillo y le meti al Club Serra.
El mismo Padre Blandino Barcenas, al hacer un recuento de los logros alcanzados por
Monseor Bello Ruz, seal que a ms de la obra material, Monseor dio prioridad a la
evangelizacin. El hizo que se elaborara el primer Plan Diocesano de Pastoral, recuerda el
estimado presbtero. Primero trajo a un sacerdote de Tacmbaro, Mich. que nos dio una
serie de conferencias a todo el presbiterado, que seramos entonces unos 60, de cmo se
realizaba un plan de este tipo. Al terminar las conferencias, se elabor el Plan que qued
plasmado en un folletito de unas 25 pginas, conteniendo Objetivos Generales y Objetivos
Especficos.
El primer Plan tuvo una vigencia de cinco aos; el segundo, la tuvo tan slo de tres,
pero en el tercero se retorn a la vigencia quinquenal por considerarla de mayor
efectividad.
Cada ao, a partir de aquel 1983, se haca una evaluacin sobre las prioridades en que
se haba trabajado en las tres regiones de la Dicesis: Regin Costa Grande, Regin Costa
Chica y el Municipio de Acapulco.
Se nos convocaba oportunamente -seala el Padre Blandino- y cada sacerdote vena
acompaado de dos laicos; si alguna parroquia tena religiosas o diconos permanentes,
igualmente deba de traer al menos uno o dos, si estaban enterados, naturalmente, del
trabajo evangelizador.
Yo considero que ese fue el logro ms grande alcanzado en la vida episcopal de
Monseor Bello, que fue un trabajo ya no hecho al troche y moche, sino con planeacin.
LA DECADA DE
LOS NOVENTA
Apenas empezaba la dcada, cuando el 15 de enero de 1990 muere Don Agustn,
esposo de Lita, enlutando una vez ms a la familia Bello Ruz.
Sin embargo, la vida sigue y la tarea es ardua.
En una de sus visitas a Roma, Juan Pablo II le haba recomendado a Monseor Bello
dar mayor atencin y prioridad a los sacerdotes. Atento, como siempre, a sus indicaciones,
Monseor escuchaba primero a los sacerdotes ante cualquier situacin o circunstancia que
se presentara.
Sus amplias relaciones en el viejo continente, a ms de amistades y recuerdos, le
traan otro tipo de compromisos.
Muchos viajeros que buscaban alcanzar aquellas lejanas tierras acudan a l en busca
de la recomendacin ya para hospedarse, ya para conocer, ya para salvar un poco la
economa.
De Espaa, brota la ancdota aquella en que un matrimonio amigo del Primer
Arzobispo de Acapulco, Monseor Rafael Bello Ruz, Don Jess Ingelmo y su esposa, le
pidiera una recomendacin con alguien para llegar por aquellas tierras. Con la amabilidad
caracterstica de siempre, el prelado les dio una carta dirigida al Padre Amable Pelayo,
joven sacerdote pero viejo amigo suyo. El matrimonio, ya en tierras hispanas y habiendo
recibido nada ms que atenciones y regalo espiritual del sacerdote, se jactaba ante sus
nuevos amigos y escuchas jugando con las palabras: Que suerte tenemos, aqu el Padre
Amable... y all el Padre Bello!
Otro de los renglones que Monseor Bello Ruz prioriz grandemente fue el impulso
y respaldo a las Congregaciones al Servicio de la Iglesia y los Retiros Espirituales.
He descubierto que el Seor me dio el Don de Sanacin y de Paz porque las personas
me dicen que cuando hablan conmigo experimentan una paz interior que les fortalece para
seguir adelante.
Yo tambin goc de esta paz siempre que me comuniqu con Monseor Bello. Como
fruto de su vivencia profunda de Dios, transparentaba y comunicaba esa paz que
tranquiliza corazones, afirma la hermana Manuela Cervantes Acosta de las Siervas de Jess
Sacramentado.
En nombre de todas las religiosas, valoramos la presencia de Monseor Bello en
todos los retiros espirituales que se organizaron en la dicesis y el que dejara atrs otras
ocupaciones para impulsar, con su presencia y su palabra, nuestra congregacin al
servicio de la Iglesia.
En Monseor Bello descubrimos siempre al Pastor que vel y cuid a sus ovejas.
Cunto bien espiritual recibimos de El!
Si bien las congregaciones religiosas se vieron apoyadas por el Arzobispo, los
jvenes, los matrimonios y las parejas, fueron causa de atencin y gua con esos retiros.
La labor pastoral y evangelizadora se impregnaba del entusiasmo de su vicario en
Cristo y se extenda por todos los rincones de la dicesis.
En la dcada de los noventas, en la que la explosin comercial, plagada de novedades
cientficas llevadas al mbito popular, mecaniz la mente social y acab por desaparecer la
capacidad de asombro de la humanidad, un fro retorno a los niveles filosficos se desata
imitando a la generacin anterior pero sacudindose sus errores. En esa bsqueda, hay
quien salta de religin en religin y de secta en secta, sin encontrar satisfaccin a su
espiritual inquietud. La mayora, vuelve los ojos a su religin natal, a la que le heredaron
sus padres por algo y para algo.
Es quiz una mera coincidencia que para entonces, las resoluciones brotadas del
Concilio Vaticano II ya estn vigentes, que la evangelizacin reciba un nuevo y denodado
impulso y que la importancia del sacerdote se renueve ante los ojos de la feligresa.
En la iglesia todos los grupos trabajan. En la dicesis se hace lo mismo.
Quiz algunos de los grupos que con mayor entusiasmo se vieron trabajar durante
esos aos, fueron los de los jvenes, materia dispuesta a despejar incgnitas y desfacer
entuertos, como dijera el personaje de Cervantes.
En su trayectoria pastoral, ha participado en diversos congresos y reuniones
nacionales e internacionales que le llevaron a Amrica del Sur, Amrica Central, Estados
Unidos, Suiza, Espaa, Francia, y Hong Kong entre otros lugares del orbe.
La seduccin de la bondad rompe corazones, por duros que estos sean, y Monseor
Bello, el Padre Pato, ya ocupa un lugar preponderante en el nimo de sus feligreses. Las
manifestaciones de afecto y cario son constantes y variadas.
El 7 de marzo de 1994, con motivo de su cumpleaos, aparece en la Pgina de los
Tecpanecos de El Sol de Acapulco, la poesa de Toms Garca:
RAFAEL
Aqu estoy Seor,
velando las auroras de tus ojos
con las manos abiertas para segar el trigo
y enderezar los vstagos flexibles de las vidas,
reforzar los apriscos
y llevar las ovejas a verdes pastizales...
Mi inquieto corazn anhela compartir,
en una dulce entrega,
mi tiempo, mi salud, mi propia vida.
Saber que alguna oveja est perdida
o enferma por falta de cuidado.
Yo sueo tu deseo, Seor,
Un solo pastor y un rebao.
Ir hacia mis amigos, mis hermanos...
a conocer sus costumbres y sus nombres;
no ignorar sus problemas, compartirlos;
y al dialogar con ellos, escucharlos.
Dame esa fuerte red y ese anzuelo,
y en tu nombre saldr para atraparlos.
Aqu estoy, Seor, esta es mi ofrenda;
y en mi blanca patena,
estn los descendientes de Galeana;
es mi patria pequea, generosa y brava...
Yo soy Rafael, dejad que sea
LA EFICAZ MEDICINA DE SU ALMA.
Su hermano Genaro muere el 10 de mayo de 1994, prdida que duele en el alma tanto
como la del amigo aquel, que se significara como la persona que Monseor Bello Ruz
considera guardar en un lugar muy especial de su corazn: Jos Francisco Ruz Massieu,
asesinado el 28 de septiembre del mismo ao.
Especial fue su confortacin para Doa Cuquita, sufrida madre que en pocas semanas
viese partir tambin a otro de sus hijos, Mario. Escritora de alma sensible, descansa en el
Arzobispo su pena y se acoje a su bendicin.
El gua espiritual de la Provincia Eclesistica sigue con su obra, atendiendo no slo a
su feligresa sino a los asuntos diplomticos en la relacin iglesia-estado.
As, en 1996, el Cicln Boris caus destrozos en la costa del Pacfico y muy
especialmente en la Costa Grande de Guerrero. En ocasin de la visita que el Presidente de
la Repblica, Dr. Ernesto Zedillo Ponce de Len hiciera a Tecpan para evaluar los daos y
proveer lo necesario, Monseor Rafael Bello Ruz recuerda una ancdota relacionada con el
mandatario y la campana mayor del templo de su ciudad natal, publicada en El Sol de
Acapulco el 17 de septiembre de ese mismo ao.
-Fui uno de los invitados a participar en la comida que el Seor Gobernador del
Estado, D. Heladio Aguirre Rivero, ofreci al Presidente en el Hotel Camino Real de
Puerto Marqus. Ocup un asiento al lado del Sr. Gobernador e inmediato al Presidente.
Durante la conversacin, el primer mandatario se refiri al cordial recibimiento que
le brind Tecpan y manifest su deseo de regresar como a su casa. Tambin expres la
idea de realizar un proyecto que incrementara la piscicultura en las lagunas de la Costa
Grande, especialmente la de Nuxco.
Finalmente, coment ancdotas de Tecpan y hechos histricos protagonizados por el
generalsimo Morelos y el Mariscal Hermenegildo Galeana. Intervine relatando que la
campana mayor de la Iglesia parroquial, reliquia histrica y actualmente deteriorada,
deba ser conservada y restaurada como un testimonio de las angustias y esperanzas que
tenan nuestros antepasados en la Guerra de la Independencia, pues fue fundida en 1812 y
tiene grabada en la parte inferior el grito libertario de los insurgentes: Viva la
Amrica!, Yo me llamo Mara de Guadalupe.
Al escuchar mis palabras, el Presidente Zedillo le dijo al gobernador: Oste a
Monseor? -y prosigui diciendo- tienes que mandar restaurar esa campana y hacerle una
espadaa y no un caballete de madera, a fin de que pueda cumplir con su finalidad de
convocar a los creyentes y regular los actos de la vida religiosa e incluso de la vida civil,
como en las fiestas patrias y cuando se toca a rebato.
Tiene razn el Presidente. La voz de las campanas es un aviso constante de lo que
ms interesa al hombre. Su repique sonoro se eleva al cielo para alabar a Dios. Sus
vibraciones son un recuerdo de toda la vida del cristiano desde que nace y se bautiza,
hasta que muere.
Que nuestras autoridades locales tengan presente el deseo expresado por el Sr.
Presidente de la Repblica respecto a la campana mayor del templo de Tecpan, finaliza
sealando el Seor Arzobispo.
A pesar de la intervencin del Arzobispo, y a pesar de las indicaciones presidenciales,
hasta la fecha, la campana mayor del templo de Tecpan sigue daada. Ni Angel Heladio
Aguirre Rivero, ni sus sucesores, hicieron algo para reparala.
El 7 de marzo de 1999 ofici una misa de accin de gracias en la Parroquia de San
Bartolom, en Tecpan, ofrecida en su honor con motivo de su cumpleaos, recordando que
en unos das ms se cumpliran sus Bodas de Plata Episcopales.
Desde siempre le han considerado un santo, afirma Alicia Muiz, amiga de la
infancia de Monseor. Pato no necesit que lo comprramos. El se entreg a nosotros, a
su grey. Se dio a querer gracias a su humildad y sencillez. As fue toda su vida. Puedo
afirmarlo porque le he conocido y tratado de toda la vida, he sido testigo de la forma en
que la gente se le entrega.
Quienes estuvieron cerca del Santo Padre, de Juan Pablo II, durante su visita a
Mxico, pudieron experimentar una sensacin muy especial. Bueno, pues eso se siente
cuando est uno cerca de Monseor Bello Ruz.
QUE DETALLE
Que detalle Seor
has tenido conmigo
cuando me llamaste,
cuando me elegiste,
cuando me dijiste
que eras mi amigo.
Te acercaste a mi puerta
y pronunciaste mi nombre
yo temblando te dije
aqu estoy Seor.
Han pasado los aos
y aunque aprieta el cansancio
paso a paso te sigo
sin mirar atrs.
Que detalle Seor
has tenido conmigo
cuando me llamaste,
cuando me elegiste,
cuando me dijiste
que eras mi amigo.
Yo dej casa y pueblo
para seguir tu aventura
todo a todo contigo
comenc a caminar.
La emocin me estremece
cuando escucho en silencio
tu mensaje que aviva
mi silencio interior.
Que detalle Seor
has tenido conmigo
cuando me llamaste,
cuando me elegiste,
cuando me dijiste
que eras mi amigo.
PATO... MISIONERO
Este es pues el hombre que yo conoc. El pequein tecpaneco que se convierte en
sacerdote y, no conforme con ello, llega a ser la gua espiritual de todos sus coterrneos. Es
el hombre tonsurado, visto desde el ngulo histrico, aunque no puedo dejar de aceptar que
reflejo cierta influencia por su propio carisma. Pero, para verlo desde el punto de vista
espiritual, nadie mejor que otro gran sacerdote, compaero de escuela y amigo de toda la
vida, pero serio en sus apreciaciones y recto en sus juicios.
As es el P. Samuel Bernardo Lemus Romero, que fuese compaero del Padre Pato
en Montezuma.
De aquellos aos, escribi una obra muy especial titulada "As aprend a vivir".
Publicada por la Editorial Fimax Publicistas, de Morelia, Michoacn. y en la que recuerda
aquella homila dedicada a Rafael Bello Ruz, que le pinta tan cual ha sido y es, ahora y
siempre:
Originario de Tecpan, Gro., otro de mis grandes amigos que me han enseado a vivir
con sencillez, con humildad, con alegra, con entrega. Compaero y amigo fiel desde el
Seminario de Montezuma. Despus compaeros por algn tiempo en la Universidad
Pontificia de Comillas, donde fue sumamente apreciado por su virtud. Despus pas a
estudiar a Pars, al Seminario de San Sulpicio para prepararse en la espiritualidad
sacerdotal y en la tcnica de la organizacin del Seminario. Al regresar a la patria fue
nombrado Rector del Seminario de Acapulco, por el seor Obispo Don Jos Pilar
Quesada, con quien se identific en tal forma que fue su sucesor en la tarea pastoral de
una dicesis naciente llena de problemas, necesitada de sacerdotes y carente de muchas
cosas a pesar de su deslumbrante esplendor.
Su apostolado lo ha realizado en Acapulco como maestro del Seminario, prroco,
despus Obispo Auxiliar y al final Arzobispo, cuya fundamental preocupacin ha sido
siempre estar cerca de sus sacerdotes en todos los momentos y circunstancias de la vida.
El da testimonio de su amor a la Iglesia con su actitud, su ejemplo de humildad, con su
entrega gozosa al servicio de sus ovejas que ha cuidado con amor paternal desde hace
veinticinco aos. En esta ocasin me invit a pronunciar la homila de la celebracin
Eucarstica que realiz en Acapulco rodeado de su presbiterio, acompaado por varios
colegas Obispos, con la participacin de su Seminario y con la presencia de los
movimientos de laicos que l ha impulsado notablemente con prudencia, entusiasmo, con
una comprensin y bondad maravillosa.
Me voy a permitir transcribir la homila que pronunci ese da en tan concurrida
celebracin, donde todos sentimos el gozo del Buen Pastor:
"Yo soy el Buen Pastor. El Buen Pastor da la vida por sus ovejas" (Jn 10,27-30).
"Hay en las piadosas catacumbas romanas una pintura que reproduce la imagen del
Buen Pastor. Lo ms notable es que se retrata en la pupila del Buen Pastor la figura
diminuta de una oveja que abraza en su regazo, con delicadeza e inmensa ternura, el Buen
Pastor. Eso significa lo que dice la parbola, que la conoce, que la ama, que la llama por
su nombre, que la lleva en el alma y por eso la tiene presente en los ms sublimes
momentos de su vida, cuando identificado con Cristo plenamente en el altar, se ofrece y da
la vida, como el Buen Pastor, por sus ovejas.
Su mirada es luminosa, amable, por ella se le vaca un torrente de amor divino y la
hace participar de la felicidad de ese mismo amor. Nada es comparable con la belleza de
esa mirada penetrante que llega hasta lo profundo del ser para iluminarlo y disipar toda la
sombra y transfundirle el amor divino. Es la mirada que irradia el xtasis eterno. Un
poema, un cntico de amor, una expresin de dulzura inefable, la mirada ms tierna y ms
divina que podemos contemplar, donde estn la paz, el amor y la ternura juntas.
Hablar de la bondad del corazn nos llena de gozo. Si quisiramos encerrar en dulce
alegora esa bondad del alma que hace grato escuchar su palabra, que hace fcil seguir su
camino, que hace fcil el participar de su vida, podramos recurrir a ese bellsimo aplogo
que encierra una profunda verdad: "Dcese que un rayito de sol oy all arriba en las
alturas del cielo que en la tierra haba tinieblas. Deseoso de conocerlas se desprendi de
aquel foco de luz y vino a la tierra. Recorrila por todas partes, se adentr en las
cavernas, toc los muladares, lleg a todos los lugares del mundo desilusionado e inquieto
diciendo: Me han traicionado, en la tierra no hay tinieblas.
No comprenda que a donde l se adentraba penetraba la luz, la luz de la bondad, la
luz de la afabilidad, la luz de la suavidad, la luz de la sencillez y de la humildad. Ah no
puede haber tinieblas. Tal es la suavidad y la exquisita bondad de nuestro pastor. Es el
rayo de luz que hace amable la vida, es el rayo de luz que oculta la austeridad de la vida
cristiana, ese rayo de luz que lo hace ser el Buen Pastor y, por ser Pastor Bueno, es
imagen de Cristo.
De tu Cristo costeo hecho de caa y dtil, de entraas dulces y quebradizas. Como
todos esos Cristos viejos de las aldeas pobres de nuestro Mxico profundo de donde sigue
brotando florida la palabra que bendice y consuela, que se fija en las llagas que imprime el
mal y la injusticia en las espaldas de un pueblo pecador. Tu bculo, por eso, lleva la efigie
de Jess crucificado, camina firme, sin miedo, entre los consuelos de Dios y las penas de
este mundo.
Dios lo ha hecho manantial de bondad y por eso es precisamente luz y bondad,
verdad... Si quisiramos resumir en una palabra la labor pastoral de nuestro queridsimo
Arzobispo, sera la bondad. Es el sello con que dej marcada esta Arquidicesis el tan
inolvidable y venerado Obispo Don Jos Pilar Quesada Valds, quien traa en su ser la
sangre de los mrtires nacidos en aquella bendita tierra de Jalisco, en su pueblo Totatiche
y aqu en su Acapulco dej una riqueza de bondad inagotable. Precisamente aqu, donde
parece que la bondad se diluye y aparentemente el esplendor del puerto invita a olvidarse
del que sufre. Pocas iglesias particulares han tenido la dicha de tener un Obispo santo que
curaba, amaba y actuaba en el silencio de un Pastor, al describir su misin sobre la tierra,
diciendo: "Han surgido los obispos para florecer la amistad y delicadeza buscando
promover el dilogo con todos, con gran comprensin y amor".
Los Obispos, como legtimos sucesores de los apstoles y miembros del Colegio
Episcopal, spanse siempre unidos entre s y muestren que sean solcitos para todas las
iglesias. Manifiesten su amor fraterno y ayuden con sincero y eficaz cuidado a los obispos
que se ven perseguidos con calumnias y vejmenes por el nombre de Cristo. Deben
preocuparse porque todos sus fieles caminen en bondad, justicia y verdad. Enseen cunto
hay que apreciar a la persona humana con su libertad, y busquen la unidad y estabilidad
de la familia.
Vosotros sois, dice Juan Pablo II, los guardianes de la unidad porque la mejor
predicacin que pueden hacer los obispos de una nacin, el servicio ms til que pueden
prestar al Pueblo de Dios, el gesto ms eficaz que pueden realizar, ser la demostracin
veraz y visible de su misin de amor. Pero, adems, dice el Concilio, sed padres y
hermanos de los presbteros, vuestros colaboradores en la obra del evangelio. Yo he visto
cmo Monseor Bello trata con bondad a sus sacerdotes y cmo se preocupa por ellos, y
su sencillez y su bondad los hace sentirse a gusto cuando dialogan en la verdad y en la
amistad, porque una de las grandes cosas que admiramos en un Obispo es su bondad, su
honda sensibilidad para hacerse amigo de sus sacerdotes y sembrar en ellos una confianza
para que se acerquen con el corazn en la mano y poder ayudarlos en todo cuanto
convenga para su misin pastoral.
Esta preocupacin por sus sacerdotes la seala el Concilio Vaticano II: "Traten
siempre con caridad especial a sus sacerdotes, considerndolos siempre como hijos y
amigos y por tanto, estn siempre dispuestos a orlos y promover en ellos la pastoral
ntegra de toda la Dicesis".
Aqu est tu seminario. Llevas sus almas juveniles en tu pectoral que muchas veces
has besado y no es un adorno sino una continua invitacin a dar la vida pro esa multitud
de jvenes que estn esperando de la Iglesia iluminacin y acompaamiento en el contexto
histrico tan difcil que les ha tocado vivir. Tal parece que una ola irresistible de violencia
y maldad los quiere azotar contra las rocas y dejarlos imposibilitados para levantar el
vuelo, como guilas cadas que desean volar y se ven con las alas destrozadas, y slo con
la fuerza de Dios y el amor de la madre pueden nuevamente remontar el vuelo.
Hace cinco lustros que llevas en el alma la inquietud de decirle al laico adulto que
ha llegado la hora de actuar, de hacerse presente con valenta, con firmeza en todas las
estructuras humanas para vivir la fe en Cristo y en su Iglesia de una manera ms luminosa
y ms profunda. Esa fe que tiene la hondura del mar y la anchura del cielo para mirar a
todos los horizontes de la vida humana. Al Buen Pastor no le faltan esos laicos amigos,
aqu estn presentes muchos, quienes dan su tiempo, su servicio, su dinero con alegra y
estn al lado de su Obispo con ejemplar devocin y gran cario.
Aqu el Seor Arzobispo podr nombrar a muchos que han compartido con l sus
problemas, sus anhelos, sus pobrezas y sus esperanzas. El laico sabe intuir la calidad
espiritual de sus pastores, quienes de una manera tan natural y espontnea son
naturalmente sobrenaturales, como lo fue aqul inolvidable primer Obispo Don Jos Pilar
Quesada.
Estos hombres a veces heroicos que se ganan el pan de cada da en las condiciones
difciles de la vida y desean llevar el mensaje del evangelio a todos los ambientes
cumpliendo sus responsabilidades polticas y cvicas en la vida matrimonial y familiar, en
todos los proyectos culturales y educativos, con fidelidad a Dios, afrontando situaciones
concretas donde el Pastor ha estado presente con una actitud humana y comprensiva.
Monseor Bello es un hombre que siempre tiene en sus labios la justa alabanza para
los dems, teniendo en cuenta aquello de San Agustn: "Al alabar lo bueno de los dems
nos hacemos mejores a nosotros mismos" (in PS 144, 1). "No llegaremos a ser hombres de
verdad si no partimos del hecho de que somos hombres, es decir, si no ascendemos de esta
humildad a aquella grandeza. No sea que creyndonos algo, sin ser nadie, no slo no
recibamos lo que nos falta, sino que; adems, perdamos lo que tenemos" (in Jn 1, 4). Qu
servicio tan valioso prestan al Reino de Cristo esos seglares que cuanto ms humildes son
ms grandes y son amigos sin condiciones y saben dar sin recibir!
Nadie puede reemplazar su accin en la Iglesia y hoy da les deseamos que nuestro
Seor les infunda un profundo espritu de amistad, de servicio y de amor con ocasin de
este Jubileo Episcopal de nuestro Arzobispo, quien bien sabe que Dios no toma en
consideracin los talentos, sino nuestra disponibilidad, aunque a veces parezca que no
hacemos nada.
Si hace veinticinco aos haba pocos operarios para el Reino de Cristo, hoy, gracias
a la oracin, a la promocin vocacional, han aumentado los sacerdotes y el Seminario se
ha visto socorrido por Dios con vocaciones sacerdotales, aunque sigue an muy notable el
desequilibrio para atender a los fieles de la Arquidicesis. Otra de las inquietudes de tu
corazn de Obispo ha sido formar sacerdotes entregados y generosos, ejemplo para
nuestro pueblo que tanto necesita de ese testimonio. Aqu estn presentes esos
colaboradores sacerdotes, a quienes amas con todo el corazn y, en el da de tu Jubileo
Episcopal vienen a decirte con su presencia que estn a tu lado, que te prometen seguir
con alegra y entusiasmo su trabajo apostlico en esta tierra de montaas y de mar,
devoradora de hombres, pero tierra de promisin y de esperanza.
Aqu estn tus sacerdotes, tus amigos, tus ntimos colaboradores, quienes vienen a
unirse contigo en una Accin de Gracias por los veinticinco aos de Obispo, en quienes
has dejado una huella de profundo agradecimiento porque han tambin dispensado tus
limitaciones y errores y han sabido sufrir contigo el no poder lograr cuanto hubieran
deseado en su tarea apostlica, Aqu, en esta tierra, en este Acapulco de contrastes, de mar
y montaas, de pobreza y aparente riqueza, de paz y violencia, donde la Virgen de la
Soledad siempre mira con sus ojos grandes para llenar de bondad a estos hijos amados
que sufren, pero que saben amar con fe la vida.
Siguen resonando en tu corazn de Pastor Bueno aquellas palabras que dijiste a
Cristo el da que recibiste la Uncin Episcopal: "Quiero especialmente seguir amando a
los pobres, a los inmigrantes, a los necesitados". T has estado presente ah donde hay un
hogar desintegrado, ah en la palapa ms humilde donde apenas tienen algo que comer; en
la barca del pescador que corre cada noche la aventura del mar con sus redes tejidas, con
la ilusin de lograr la pesca milagrosa; ah donde est el turista que viene a buscar el
descanso, ah donde est un hermano, an el ms pequeo, cargado de tristeza y de
soledad. Por algo tus ojos llevan un dejo de tristeza y una luminosa paz interior nacida del
manantial de tu bondad inagotable. Sobre todo, has estado presente ah en cada uno de tus
sacerdotes que amas y son el ms grande tesoro que Dios te ha regalado. Sin duda que los
presentas en la patena de esta Eucarista para que Cristo los guarde en su corazn y sean
identificados con el Buen Pastor. Tienes preferencia por los pobres, porque tienes un
corazn de pobre.
El Espritu de Dios recoge en este da de jbilo la voz de todas las criaturas, la del
mar en el pez que se mueve en el fondo de sus aguas y de la flor que hoy abri en la
montaa. La misma voz infinita que se levant desde el fondo de la tierra para dar gracias
a Dios por la Encarnacin del Verbo de Dios, en el seno virginal de Mara, hoy hace dos
mil aos.
En cada hostia, en la de hoy, en la de todos los das, en la que dentro de breves
momentos levantar el Pontfice para agradecer el don del cielo, se escucha la voz
silenciosa del ms profundo agradecimiento por el regalo del Buen Pastor. Dios recoge
esa voz y se complace enormemente. Los ngeles la escuchan con pavor y reverencia y
nosotros, inconscientes de tanta gloria, la elevamos sin cesar para pagar nuestras deudas y
cumplir con la ms grande de todas, la gratitud. Voces diferentes que cantan el mismo
himno a la bondad del Buen Pastor.
Padre, Pastor, amigo, no me queda sino decirte en coro: "Duc in altum" (Conduce a
lo alto). Hacia el amanecer de un nuevo siglo navega hacia la otra orilla en tu barca de
azcar. Aqu se queda tu voz, tu presencia, tu bondad. Sabemos que amas con toda tu alma
a tu esposa, la Iglesia de Acapulco y la llevars para siempre en tu corazn, tan ancha
como el mar y tan profundo como el amor a Cristo y a su Iglesia.
Que la sonrisa evanglica del primer Obispo de Acapulco nos ilumine y aliente para
subir contigo a tu barca hacia donde El nos espera, guiados por la Estrella de los Mares,
la Virgen de la Soledad, la Madre que te llen de bondad el corazn para ser el consuelo
de los pobres y de los humildes en esta tierra donde t naciste, has crecido, has amado
hasta dar tu vida por ella, como el Buen Pastor. "Duc in altum" Despus de tantas noches
de oracin y vigilia, lanza tus redes en nombre del Seor para la pesca milagrosa. Cristo
te espera all en la otra orilla.
El Seor Arzobispo Don Rafael Bello Ruz ha sentido la carencia de sacerdotes, ama
profundamente a todos los que anhelan servir a la Iglesia universal en los lugares ms
difciles y necesitados. Por eso ha impulsado con gran acierto a la Institucin de los
Misioneros de Cristo para la Iglesia Universal, con el apoyo decidido del Emmo. Seor
Cardenal Adolfo Surez Rivera, Arzobispo de Monterrey, quien tiene ese carisma de
promover, de abrazar los ideales apostlicos con un hondo sentido de Iglesia.
Estos hombres que trabajan en silencio con un gran corazn, con un anhelo de servir
son (para m) un tesoro y una gracia haberlos conocido de cerca. Y mi aprecio y mi
agradecimiento me piden que los tenga dentro del corazn porque me han enseado a vivir
buscando el bien y sembrando por donde quiera que pasan, la verdad de un evangelio vivo.
Monseor Bello sigue ah sintiendo el embate de las olas, los huracanes, los
contratiempos que no han sido pocos, y su cayado de Pastor ha florecido en tan buenas
obras, que nadie podr borrarlas. Arzobispo que vive un sacerdocio con el entusiasmo de
su verdad de hombre de Iglesia que ha nacido para hacer el bien.
Acapulco tiene un especial encanto: Asomarse al corazn de los nativos del puerto.
La visin encantadora de su baha nos seguir llenando de asombro. Y la barca de Pedro
seguir echando las redes sobre su hermoso mar.
Eran los das finales del mes de septiembre cuando llegara el coadjutor del Arzobispo
Bello Ruz, que fuera recibido con los brazos abiertos por ciudadana, feligresa,
autoridades y mitra.
La llegada de Monseor Felipe Aguirre Franco llena de regocijo a los guerrerenses
por su sensibilidad y calidad humana, aseveraba el entonces gobernador del Estado, Ren
juntas sobre el pecho Su cinto que cae en dos moos es de color morado Solamente su pie
derecho descubre un poco la punta de su calzado color de ceniza.
Su ropaje es color rosado y est bordado con diferentes flores todas en botn y de bordes
dorados. Prendido en su cuello est un anillo dorado y en medio una cruz. Su velo, es de color
azul celeste y para nada cubre su rostro, y cae hasta sus pies. Dicho velo tiene toda su franja
dorada y est tachonado con estrellas de oro que son en nmero de cuarenta y seis. Su cabeza se
inclina hacia la derecha, dando a entender que est dialogando con una persona, es decir, con
Juan Diego a quien le dice: "Hijo mo, tierno y delicado, aqu estoy yo, que soy tu Madre".
A los pies de la Virgen est la luna, cuyos cuernos ven hacia arriba. Se yergue
exactamente en medio de ellos y de igual manera aparece en medio del sol, cuyos rayos le
rodean por todas partes. Son cien los resplandores con figuras de llamas.
Esta preciosa imagen da la impresin de que va corriendo sobre un ngel, llevando en sus
manos el velo de la noble Seora. Va el ngel con los brazos desplegados, en actitud de volar y
luciendo sus ricas plumas de color bermejo y verde, parece mostrarle el Valle de Anahuac que le
canta:
"Si algn pueblo nos robara
tu retrato celestial,
nuestra Patria se acabara
de gemir y de llorar."
Has combatido el Buen Combate, has guardado y difundido la fe. Aqu estamos
nosotros, los que representamos en esta Arquidicesis, tu gloria, tu corona y tu
monumento.
Al terminar el sacrificio de la Misa, organizadores, autoridades y amigos se
congregaron para develar la escultura de bronce que, de busto, representa al amado prelado.
Corrieron la cortinilla Guadalupe Gmez Maganda, titular de la Secretara de Turismo del
Estado, y Alberto Lpez Rosas, entonces Presidente Municipal electo de Acapulco.
En ese mismo acto, los miembros del Comit hicieron entrega de un cheque por cien
mil pesos, ganancia de los eventos en pro, que seran destinados para fortalecer la accin
sacerdotal del seminario. Espontneamente, Lupita Molina hizo entrega de 50 mil pesos
ms con el mismo fin y, para no quedarse atrs, su hija, Paty Molina, agreg otros 20 mil.
La Orquesta Filarmnica de Acapulco hizo acto de presencia con su muy gustado
repertorio y Monseor Aguirre Franco aprovech para lucir sus dotes de Director supliendo
por un par de piezas al titular, el estimado Maestro Eduardo Alvarez que, para cerrar con
broche de oro, interpret la Obertura 1812 de Chaikovski, con un final en el que tambores y
platillos resuenan con grandeza, aprovechado por los escengrafos para dejar correr, en ese
preciso momento, cientos de cohetes que esparcieron tronido y luz multicolor por los cielos
que cubran el seminario.
El da culmin con una cena de gala servida en los propios patios del Seminario y
bajo la supervisin de Susana Palazuelos.
Es aqu, precisamente aqu, donde queremos reiterar algo que creemos necesario. Ya
hemos sealado el que la conseja popular considera a un Obispo o Arzobispo, sobre todo
por la tradicin degradante o por lo lujoso de sus ornamentos lucidos en las ceremonias,
como un hombre de dinero, un hombre rico. Sin embargo, y principalmente Monseor
Rafael Bello Ruz, es todo lo contrario. Su pobreza es manifiesta, tanto espiritual como
material.
Pero no confundamos pobreza con miseria. La pobreza es modestia econmica, la
miseria es carencia lacerante. La pobreza de espritu del Padre Pato fue llevada al extremo
de la pobreza material.
Pero... de dnde el dinero para construir un seminario de tal magnitud? de dnde el
dinero para viajes a Europa? de dnde para los coches?
Cualquier detractor tendra aqu materia para alimentar su alma de come-curas; sin
embargo, la realidad supera la fantasa.
El Seminario El Buen Pastor, el ms grande amor de Monseor Bello, que llegara
bajo su mandato al mximo esplendor, a la mxima dedicacin de enviar sacerdotes a
preparase en Roma, fue financiado en su primera fase, por la dicesis. Para esa segunda
etapa, en la que se convierte en Seminario Mayor, los principales actores fueron Jos
Francisco Ruz Massieu y Adveniat, una organizacin alemana dedicada a ayudar a la
comunidad cristiana de Latinoamrica. Ha construido seminarios a lo largo y ancho del
mundo y beca a sacerdotes que van a Roma a terminar sus estudios.
Es importante sealar que prcticamente se hizo todo nuevo. Lo viejo se derrumb.
Adveniat construye la Casa de las Hermanas, el comedor, la cocina. Con el respaldo del
Padre Julio Hernndez y el apoyo diocesano se hace la primera parte del edificio del
Seminario Menor. A pico y pala se hacen las canchas y un bungalow que ocupa
actualmente el Rector del Seminario. En la poca del Padre Arturo Nava como Rector, se
construye el comedor.
En 1989, un filntropo italo-suizo, Paul Marcial, se ofrece a hacer la parte del
Filosofado, la Biblioteca, y el recibidor -que ahora es la Capilla del Santsimo- demoliendo
el galern. Finalmente, Jos Francisco Ruz Massieu llega a la gubernatura y Doa Cuquita,
madre del gobernante y amiga de Monseor Bello, logra que se construya la Capilla, la
Glorieta y el Teologado y con ello se convierta en Seminario Mayor.
Por cierto que la ceremonia de inauguracin -ya sealada anteriormente, es uno de los
primeros actos en los que se muestra la nueva relacin iglesia-estado. Como detalle curioso,
hay un punto en el que Monseor cede en algo: que en la hermosa Capilla estuviese San
Francisco, en honor de su benefactor, y la Virgen de Guadalupe, de la que es muy devota
Cuquita.
Era Rector del Seminario Menor el Padre Pedro Torres y del Mayor el Padre Carlos
Alvarez.
Fue a Ren Jurez Cisneros, ya como gobernador, a quien correspondiera poner su
granito de arena construyendo la barda perimetral del conjunto arquitectnico seminarista.
La casa que tiene Monseor Bello en el Seminario, fue construida, con el apoyo
econmico de Agere, institucin que apoya a los sacerdotes para hacerles sus curatos o
casas habitacin. La obra se realiz durante un viaje del prelado a Roma, pues l viva en
un pequeo cuarto modesto a cual ms. Aquella casita de madera con lminas de asbesto ya
descrita en pginas anteriores. Incluso, se cuenta entre los propios seminaristas, que
Monseor Bello Ruz manifest cierta molestia cuando regres y le dieron la sorpresa.
Monseor lleg a perder la nocin del dinero -en su pobreza espiritual- que pas a
segundo o tercer trmino para l. Cuando alguien le manifestaba una necesidad, l sacaba el
dinero que tena en su bolsa y lo proporcionaba al quejoso; cuando asista a una comida con
otros sacerdotes, sacaba la cartera y se la daba al Padre Pedro para que pagara -algo que por
cierto aprendi de Monseor Quesada-; logr el equilibrio, el justo medio entre la riqueza,
la pobreza y la miseria. Viva con lo necesario. Lo dems, lo daba a quien ms lo
necesitara, fuera el seminario, alguna institucin, o persona en particular.
Jurez Cisneros apoy tambin el sistema de becas para sacerdotes que viajaban a
Roma para realizar sus estudios y quien estuvo pendiente de una atencin que iniciara Jos
Francisco para con el prelado: proporcionarle un vehculo nuevo, que se vieron obligados a
cambiarle cada ao debido a que, con motivo de sus constantes viajes, prcticamente se
acabara en ese tiempo. Estos autos, siempre y por decisin de Monseor, fueron austeros.
El carrito gris en que actualmente se transporta, fue un regalo personal del gobernante a su
retiro como Arzobispo Emrito.
Hablar de autos nos hace recordar que el Padre Pato dej de manejar cuando,
circulando en su inolvidable vochito El Periquito, un energmeno de trnsito le detuvo por
una infraccin menor pero, se puso tan impertinente y grosero ante el sacerdote, que ste
simplemente dijo: no vuelvo a manejar!... y lo cumpli.
Actualmente, para su retiro y goce de su vejez, la comunidad religiosa le remodel
una casa de los sesentas, que pertenece a los Padres Franciscanos Conventuales, ubicada en
La Mira, una colonia clasemediera pero con una inmejorable vista al mar. Esa ser su Casa
Episcopal, a donde se le traslad al final de esta biografa.
El homenaje termin felizmente, pero... cosa curiosa, bajo esa lluvia de cohetes y
luces multicolores, el Padre Pato, hizo un recuento de su rama familiar encabezada por sus
padres: Don Calixto Bello Rizo y Doa Ma. De la Luz Ruz Reyes.
Pasaron por la mente sus hermanos Graciano, Jos Casto, Rafael, Margarita, Jorge,
Genaro, y Dulce Mara. De ah parta todo.
Por parte de su ta Na, tuvo dos primos: Lucre y Gilberto, el Beto aquel que
menciona en sus cartas a veces.
Por el To Jos, hermano de su mam, a sus primos Dustano, Gaspar, Luis, Jaime,
Alicia, Aurora, Eduardo, Gena (Genarita) y Olga.
Cmo olvidar a su abuelos, Apolinar Ruz y Genara Reyes por la lnea materna, y
Albino Bello y Margarita Rizo por la paterna.
De todos ellos se desprende una nueva generacin que conforman sus sobrinos
Graciano Jess, Ma. Yolanda, y Rafael, hijos de Graciano y Yolanda Ruz Fernndez; Ma.
de la Luz, Rafael, Martha, y Mnica, hijos de Casto y Lucrecia Daz Caro; Carmen Fabiola,
heredera de Genaro y Carmen Espinoza; y Dulce Mara y Salvador Alejandro, hijos de
Xavier Saavedra y Dulce Mara.
Lita y Don Agustn hicieron un feliz matrimonio que dur hasta el fallecimiento de l,
pero no tuvieron descendencia.
Mientras elevaba la vista hacia un destello especialmente luminoso de color azul
violceo, Monseor sigui el recorrido familiar, ahora con los hijos de sus primos, sobrinos
tambin al fin y al cabo.
Por Beto: Alejandro, Tomasita, Ma. de los Angeles, Rosa, Andrs y Carmelita...
nicamente, porque de ah en adelante los dems eran ya sobrinos nietos... Dios! Cmo
pasa el tiempo!
Por Graciano Jess: Sara, Jordn, Sofa y Gabriel. Por Yolanda: Francisco, Pedro y
Paulina. Por Rafael Bello Ruz: Christopher y Alexander, los gemelos. Por Rafael Bello
Daz: Itzel, Lupita y Luz del Rosario, a quien todos llaman Lucero. Por Mnica: Mnica y
Martita. Por Ma. de la Luz: Judith, Jorge y Alejandra. Por Martha: Ramn, Roberto y
Antonio.
Y, como para pensar un poco ms en el tiempo, estn los biznietos. Por Itzel: Lizbeth
y Rafael Antonio... y por Judith: Baldomero y Frida Mara.
Eso s, todos ellos amorosamente orgullosos de su Padre Pato.
LA SERENA QUIETUD
DEL MOVIMIENTO ETERNO
Cuando se habla de un Arzobispo Emrito, se habla de un hombre retirado, jubilado
pues, que tras largos aos de esfuerzo y trabajo, se supone est descansando. Con
Monseor Bello Ruz no es as, aunque muchos lo pudiesen considerar. No hay semana en
la que no participe en algn tipo de evento, reciba invitaciones o simplemente abra las
puertas de la casa de su hermana Lita, donde radica actualmente, para atender visitas que
vienen lo mismo de su querido Tecpan que de Espaa, Alemania, Francia, Canad, Roma o
cualquier confn del mundo.
Muchos de los que llegan a verle son sacerdotes ordenados por l aos atrs, alumnos
de alguno de los seminarios en que dio ctedra, excompaeros de estudios o religiosas que
vienen a agradecerle el apoyo brindado a sus congregaciones. Todos tienen un comn
denominador: no le olvidan.
Los muros de la pequea casa ya deben ser polglotas a fuerza de escuchar tantos
idiomas diferentes en los que una sola palabra coincide en ellos: gracias.
En ningn momento ha dejado de recibir la atencin de sus allegados, por el
contrario, ya quisiera un monarca tener a tanta gente dispuesta a auxiliarle, y sin inters
alguno ms all del agradecimiento y el cario.
Viva en su casa del Seminario del Buen Pastor, cuenta el Padre Pedro, pero como el
seminario cierra en determinadas ocasiones, Monseor se quedaba solo, totalmente solo.
En poca de vacaciones, por ejemplo, seminaristas, sacerdotes y religiosas se retiran a sus
casas o congregaciones. Hace aos, para l era agradable poder disfrutar de esa soledad,
segn seala. Pero ahora, con su edad avanzada, no podamos permitir que se quedara
solo, encerrado, con el inherente riesgo que corre una persona octogenaria en la soledad,
as es que fue por eso de decidimos llevarle a vivir a casa de Lita, su hermana.
Y as fue. Sin embargo, considerando que Lita ya tampoco es una jovencita,
consiguieron el apoyo de la congregacin Misioneras Catequistas de San Jos, que les
envi un par de religiosas para ayudar en el cuidado y proteccin de Monseor Bello Ruz.
La Hermana Ma. Isabel Cuevas Saldaa, originaria de Guadalajara Jal., y una de las
religiosas designadas para el servicio de Monseor Bello cuenta: Yo lo conoc apenas en el
2001, cuando nos pidi una misin para San Jernimo. Yo era ms joven, y l estaba ms
repuesto, ms fuerte. Tengo tres meses a su servicio porque el Padre Pedro Torres solicit
unas religiosas a nuestra congregacin. Yo estaba en Cerritos, San Luis Potos, pero me
ordenaron venir a Acapulco, donde llegamos el 30 de octubre.
Si bien conozco poco de su vida, he escuchado los relatos y plticas de quienes le
visitan y se adivina una humildad y servicio en un hombre incansable y misionero. Es un
hombre sencillo, pero fuerte espiritualmente. Es un hombre capaz. Me siento contenta de
estar a su servicio. Mucha gente le tiene ya como un santo. Un hombre de Dios que
siempre predic el evangelio.
La Hermana Anglica Olivo Martnez, de la misma congregacin, y originaria de
Rayn, S.L.P., es la otra religiosa que cuida de Monseor Bello. Yo le conoc en 1996,
cuando viv una temporada aqu al servicio de la parroquia de Cristo Rey como
evangelizadora. Auxilibamos a Monseor Angel Martnez. Cuando bamos a las
asambleas diocesanas en la Casa Vianney, conoc a Monseor Bello y le empec a tratar.
A nosotros nos tocaba asear el cuartito de Monseor. Fui testigo de lo mucho que le
queran los indgenas por su entrega total a Dios en su misin como Obispo. Me llamaba
la atencin su dedicacin a los sacerdotes y a la formacin de sacerdotes. Dej muchas
huellas en el camino. Dicen que como l... ninguno!
El da 7 de marzo del 2006, ya cercana la culminacin de esta biografa, el Padre
Pato cumpla ochenta aos. Desde das antes, y hasta varios das despus, las
manifestaciones de cario no se hicieron esperar.
La homila estuvo a cargo del Padre Blandino Brcenas, quien present una
semblanza del prelado con esa atingencia histrica que tiene como don especial, destacando
el que Monseor Bello entreg un presbiterio unido.
Fue particularmente hermosa la reflexin de Monseor Navarro sobre la forma de
interpretar el Padre Nuestro del Presbtero Jos Luis Martn Descalzo, sacerdote y escritor
espaol:
Hijo mo que ests en la tierra, preocupado, solitario, tentado: yo conozco
perfectamente tu nombre, y lo pronuncio como santificndolo, porque te amo. No, no ests
solo, sino habitado por m, y juntos construimos este reino del que t vas a ser el heredero.
Me gusta que hagas mi voluntad, porque mi voluntad es que t seas feliz, ya que la gloria
de Dios es el hombre viviente. Cuenta siempre conmigo y tendrs el pan para hoy. No te
preocupes, slo te pido que sepas compartirlo con tus hermanos. Sabes que perdono todas
las ofensas, antes incluso que las cometas. Por eso te pido que hagas lo mismo con los que
a t te ofenden. Para que nunca caigas en la tentacin, tmate fuerte de mi mano y yo te
librar del mal, pobre y querido hijo mo.
El da 8, el Padre Frederick le invit a comer al restaurante La Mansin, famoso por
sus costillitas BBQ a la texana, platillo del que Monseor gusta mucho.
El da 9 le visitaron las hermanas religiosas de la Congregacin de Consagradas del
Santsimo, conocidas cariosamente por Monseor como sus azulitas, que le cantaron las
maanitas y le llevaron un pastel.
Por la noche sali con el Padre Pita, Rector del Seminario; el Padre Nicols Orbe, de
Tecpan, y el Padre Mario Palma, a cenar al restaurante Coyuca 22.
El da 11 le invitaron las religiosas de Costa Azul pertenecientes a las Misioneras
Catequistas de San Jos, y el Padre Gustavo Quevedo, prroco del Sagrado Corazn de esa
colonia.
El da 12, Fernando Alvarez le invit a comer a su restaurante El Jaguar con sus
allegados.
El da 15, los integrantes del Comit Pro Construccin de la Nueva Catedral de Cristo
Rey le ofrecieron un desayuno que result muy animado.
El da 19, el Padre Ramn Celis, de Puerto Marqus, que no pudiese asistir a la misa
en Catedral, le invit por su cuenta a comer a la orilla del mar en ese popular centro
turstico aledao a Acapulco, aprovechando que es la festividad de San Jos, patrono de esa
parroquia.
Es una responsabilidad, afirma Monseor todava pensando en que su vida es y debe
ser ejemplo en la formacin de los otros sacerdotes.
Fue comprensivo y paciente con todo el mundo porque as le formaron. Aprend a
amar a mi gente, sobre todo a mis paisanos y a mis sacerdotes.
Fue tan cercano a todos que corre un dicho sobre l: Monseor Bello conoce su
gallera... y es que, paque la cua apriete, debe ser del mismo palo!
Yo, en lo personal, hago mas las palabras del Padre Lemus. Es un un honor y una
gracia conocer a hombres que trabajan en silencio, con un gran corazn. Mi aprecio y mi
agradecimiento por haberme permitido conocerlos. En especial, a Monseor Rafael Bello
Ruz, Primer Arzobispo de Acapulco... a quien, a ms del honor de tratarlo, me permiti el
privilegio de narrar su vida.
Finalmente, recurro a aquel ejemplo que Monseor Aguirre Franco recordara cuando
un visitante preguntaba sobre el monumento que debiera existir para un gran hombre,
sealando por mi cuenta: si buscas el monumento a Rafael Bello Ruz, el Padre Pato, el
Primer Arzobispo de Acapulco, no tienes ms que voltear a tu derredor. Ah est, en cada
rincn de su obra, en cada alma de su grey, en cada corazn de su pueblo, en cada huella
impresa por su planta, desde su Tecpan querido... hasta su Africa Chiquita!
La profunda admiracin que llegu a sentir por Monseor Rafael Bello Ruz, me
llev a prepararle esta romanza octoslaba que dedico con afecto y respeto
PATO
por Fco. Xavier Ramrez S.
Sali de Tecpan tiernito...
directo al seminario,
a seguir el plan bendito
del que era destinatario.
Arizmendi Constantino
era Rector de Chilapa
Don Leopoldo el Obispo,
Daz Escudero se llama.
Ellos dos le recibieron
de Don Bernardo Garca,
prroco de all en su pueblo,
su Tecpan, tierra querida.
De ah salt a Montezuma,
Pontificio Seminario,
en donde latn resuma
conocimiento y breviario.
All, en Marqus de Comillas,
el siguiente paso dado,
Teologa de corridillas
le llev al Diaconado.
Y ya en Europa estando,
sin pensar en sacrificio,
alcanzar presbiterado
en el grande San Sulpicio!
No feliz con lo logrado,
pues letra y amor hermana,
estudi su doctorado
en la culta Gregoriana.
Ah!!! Rinconcitos famosos
de San Pedro El Vaticano
por su fama de gloriosos
a muchos han atrapado.
Pero no a mi Pato
que al final dijo ligero:
Por los caminos del sur
vmonos para Guerrero.
Y lleg como los buenos,
a cumplir lo prometido!
A Chilapa y sus terrenos
en Director convertido.
Pero monseor Quesada
Primer Obispo de Acapulco,
Dicesis recin creada,
Pidi a Escudero disculpo.
Y no haba quien le culpara,
ya le haba echado el ojo,
para de cero empezara
a sembrar entre el abrojo!
Nota Especial.- Pocos das despus de la lectura final de esta biografa, Margarita
Bello Ruz, hermana y protectora de Monseor en sus ltimos aos, y principal promotora
de este histrico trabajo, falleca vctima de las consecuencia de un atropellamiento. El 27
de mayo se fue sin decir adis, pero quedando en nuestro sincero recuerdo.