Galende - Crisis Del Modelo Medico en Psiquiatria
Galende - Crisis Del Modelo Medico en Psiquiatria
Galende - Crisis Del Modelo Medico en Psiquiatria
Emiliano Galende **
1 INTRODUCCIN
Las categoras de lo psicolgico (no exclusivamente
la psicologa como disciplina) han invadido la conciencia social de nuestro tiempo. Varias son las circunstancias que concurren a ello: en el campo de la
cultura se han abierto profundas grietas en la concepcin humanista de la vida y sus procesos; las formas
del individualismo burgus han sido puestas en crisis
por el desarrollo socio-econmico y la llamada revolucin cientfico-tcnica; el problema de la subjetividad ha desbordado los marcos de una psicologa
objetiva que la contuvo hasta la primera mitad de
nuestro siglo, invadiendo las preocupaciones tericas
de todas las ciencias; el malestar en la cultura es
evidente a toda mirada que penetre en la vida social,
producindose teoras y prcticas espontneas de
todo tipo que tratan de dar cuenta del malestar intentando reordenarlo.
Pero esta invasin de lo psicolgico, que ha
hecho pensar a algunos en una psiquiatrizacin de
la vida social contempornea, no se hace ya en los
cauces que las prcticas profesionales psiquitricas y
psicolgicas tienen socialmente establecidos.
Psiclogos y Psiquiatras, por lo general grandes
humanistas, que eran llamados a dar respuestas tericas y prcticas a los desvos de la razn hasta la primera mitad del siglo, han debido enfrentarse a la
insuficiencia de sus teoras y al surgimiento de nuevos mbitos de prcticas y explicaciones para las vicisitudes de la razn y el hecho patolgico.
Hay que aceptar que el campo de la cultura en
Occidente ha entrado en una crisis cuyos efectos solo
han comenzado a ser procesados. Ese universo del
iluminismo, donde el desorden y la anormalidad podan ser referidos a un orden biolgico-natural, est terminando. La cosificacin sustancialista del desorden
en las Ciencias Sociales y del hecho patolgico en la
Psiquiatra, comienza a tener un tratamiento lingstico. La obsesin anatomo-clnica de los viejos psiquiatras, que buscaban la esencia de la anormalidad en el
desorden de los rganos, ha debido dejar el lugar a
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un pensamiento que centra la cuestin en el desorden de los signos. La referencia ya no es biolgiconatural sino semntica. Esta convergencia progresiva, entre lo patolgico en el hombre y lo patolgico en
el lenguaje, est plena de consecuencias que luego
analizaremos. El solo hecho que hace diez aos Felix
Guattari y Gilles Deleuze, en su obra El Antiedipo,
hayan podido preguntarse sobre las relaciones entre
capitalismo y esquizofrenia, en el mbito ms amplio
de las determinaciones entre estructura econmica y
patologa mental, por citar slo un ejemplo, nos
muestra que estamos frente a una nueva problemtica en este campo, donde la psicologa Objetiva y la
Psiquiatra mdica han agotado sus posibilidades de
respuesta.
La medicina mental, que sustenta las diferentes prcticas teraputicas, ha entrado en crisis. Me
cuento entre los que piensan que no es una crisis de
desarrollo sino el anuncio de la disolucin de sus pilares fundamentales. Este artculo trata de dar las razones de esta posicin, partiendo de la idea de que presenciamos hoy el despuntar de una nueva concepcin del padecimiento psquico y su tratamiento, en la
cual las prcticas profesionales mdicas debern
sufrir transformaciones muy profundas, a riesgo de
quedar marginadas o excluidas. Asistimos al menos a
dos series visibles de hechos, que luego analizaremos. Estos son: 1- la llamada enfermedad mental es
progresivamente des-medicalizada en su concepcin social y tcnica, y puesta progresivamente en
relacin con los hechos del lenguaje y la vida social;
2- de un modo llamativo psiclogos y psiquiatras, en
proporcin no pequea, elevan su autocrtica hasta
denunciar su papel de ajustadores de los mecanismos sociales, y crean nuevas prcticas teraputicas
cuyos fundamentos no provienen ya de la medicina
(Comunidad Teraputica, Grupos, Psiquiatra
Comunitaria, Psicoterapia Institucional, etc.).
Para comprender esta crisis global de la
Psiquiatra, que traspasa el nivel de anlisis de la
coyuntura histrico-social, es necesario remontarse a
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la constitucin misma de sta como disciplina mdica. Haremos entonces una breve referencia histrica.
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pblicas (cosa que por otra parte sucedi pocas
veces). Pero cmo ignorar lo infrahumano de las
nuevas-condiciones de internacin en los hospicios?
3 EL MODELO ANATOMO-CLNICO
Y LA PSIQUIATRA POSITIVISTA
Sobre la segunda mitad del Siglo XIX los avances de
la medicina general impulsan un nuevo ordenamiento
de la locura en el plano del conocimiento, que llevan
a la psiquiatra a la adopcin del modelo anatomo-clnico. Muy sucintamente las bases de este ordenamiento son: 1 la locura puede ser observada y descripta en condiciones similares a los otros objetos de
las ciencias; 2 ubicada la locura en el lugar de objeto se abre la posibilidad de un conocimiento racional
de la misma; 3 puesta la locura como objeto de un
conocimiento positivo estn dadas las bases para un
conocimiento objetivo del hombre. Se dan as las
condiciones para el surgimiento de una psicologa
objetiva y una psiquiatra cientficas. M. Foucault
seala sobre esto: El estatuto de objeto ser impuesto a todo individuo reconocido alienado, la alienacin
ser puesta como verdad secreta en el corazn de
todo conocimiento objetivo del hombre... la locura
es la forma ms pura, la forma principal y primera del
movimiento por el que la verdad del hombre pasa al
lado del objeto y se vuelve accesible a una percepcin cientfica. El hombre slo se vuelve naturaleza
para s mismo en la medida que es capaz de locura.
Esta, como paso espontneo a la objetividad, es
momento constitutivo en el devenir objeto del hombre (Historia de la Locura en la poca Clsica).
Los psiquiatras se lanzan, siempre en las condiciones del encierro manicomial, a clasificar y ordenar lo patolgico. Se descubren nuevas entidades y
las Nosografas pasan a ser consideradas las teoras
de cada escuela. Pero, mientras este desarrollo se
muestra productivo en la medicina general dominada
por el conocimiento fisiopatolgico, solo deviene una
suerte de botnica en la psiquiatra, ya que, salvo la
Parlisis General Progresiva (PGP), no fue posible
establecer mecanismos especficos en las otras entidades. El modelo anatomo-clnico, base de una comprensin organicista de la locura, comenz y termin
con la PGP. La esterilidad de los laboratorios que se
montaron en el ltimo cuarto del siglo pasado, y de
los que se esperaba que sus modelos experimentales
pusieran al descubierto la fisiopatologa de las enfermedades mentales, desbarat las ilusiones organicistas. Pero esto no produjo el abandono del modelo
anatomo-clnico, que an sigue siendo para algunos
el modelo de una medicina mental. Los frecuentes
debates sobre diagnsticos, de importancia decisiva
en la medicina general, se limitan en psiquiatra a una
tarea nosogrfica sin implicancias para el conocimiento etiopatognico ni para las prcticas teraputicas, ya que stas no difieren grandemente en funcin
de su especificidad nosolgica. A Pinel, que tena una
concepcin moral de la locura, no le eran necesarias
grandes clasificaciones, adems de que su tratamiento era unitario. Algo similar ocurre con la moderna psi-
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cofarmacologa, que aunque con gran difusin de
marcas comerciales, se trata de relativamente pocas
drogas para pocas variaciones teraputicas, haciendo de las nosografas un ejercicio especulativo. En el
espritu de muchos psiquiatras persiste la confusin
por la cual consideran a la nosografa como un conocimiento en s, convirtindola en una teora.
Naturalmente al haber tomado el modelo de la medicina biolgica como referencia para la psiquiatra se
incorpor tambin su modelo de causalidad, sumergiendo a los psiquiatras en inacabables debates
sobre organognesis versus psicognesis, enfermedades de origen endgeno versus exogeneidad, innato versus adquirido, etc.
4 LA PSICOPATOLOGA FENOMENOLGICA
En esta sntesis, cuyo objetivo es mostrar la crisis global del modelo mdico en psiquiatra, debemos decir
algunas palabras sobre la importancia de los aportes
fenomenolgicos al campo psiquitrico.
K. Jaspers, filsofo ubicado en la corriente
existencialista, publica en Heidelberg en 1913 su
Psicopatologa General. Debieron pasar sin embargo
varios aos para que la influencia de esta obra se
notara como un cambio radical de la concepcin
mdico-psiquitrica. Creo por mi parte que, aunque
adelantada en el tiempo, la obra de Jaspers pertenece a los comienzos de una nueva concepcin de la
locura que slo va a tomar su fuerza en la crisis posterior a la Segunda Guerra. Dicho brevemente, esta
obra supone: 1 una referencia explcita a una antropologa existencial que se propone la superacin del
planteo positivista de la medicina mental; 2 esto
necesariamente lleva a un trastocamiento de las categoras mdicas, que se expresa en una fenomenologa minuciosa del sntoma en la bsqueda de relaciones de sentido; 3 el hacho patolgico es instilado en
un plano discursivo, ya que la estructura mrbida es
solo accesible en el relato del paciente; 4 hay una
puesta en relacin de lo patolgico vivencial con la
biografa del sujeto, definiendo entonces nuevas
categoras: relaciones de comprensin y explicacin,
diferenciacin entre desarrollos y procesos patolgicos. No es en absoluto casual que Jaspers haya
tomado estas categoras de quien las fund en relacin a la Historia.
La obra de Jaspers, y esta es una de las
muchas crticas que nos merece, no se propone el
develamiento del sentido de las prcticas psiquitricas, y mucho menos de sus instituciones, sino ms
bien trata de proveer a la psicopatologa de una fundamentacin terica. Este pensamiento es absorbido
por la medicina mental, pero necesariamente va a
instalar el conflicto en su seno. El desarrollo de las
psicoterapias es dependiente de la fenomenologa y
del psicoanlisis, y aunque adoptado por los psiquiatras como el tratamiento moderno de la enfermedad
mental, aleja progresivamente a sus practicantes de
las categoras mdicas que han sustentado la intervencin psiquitrica.
En cuanto al Psicoanlisis, al que explcita-
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mente dejamos de lado en este esbozo, tiene influencias decisivas en el campo psiquitrico, sobre todo en
los ltimos aos, pero su surgimiento, sus fundamentaciones y su prctica son ajenos tanto al campo
mdico como al psiquitrico. El Psicoanlisis no es
una psiquiatra moderna, ni tampoco puede operar de
reemplazo en el ocaso de la medicina mental. Por el
contrario ha definido con precisin un sujeto del
inconciente y un dispositivo, el anlisis, ajeno a toda
misin adaptadora.
5 LA POSTGUERRA Y LA LLAMADA
REVOLUCIN PSIQUITRICA
As como el reordenamiento que opera la Revolucin
Francesa en el campo de la locura, asociado al nombre de Pinel, est atravesado por la cuestin de la
moral y la verdad, luego de la Segunda Guerra
Mundial un nuevo ordenamiento se produce en este
mbito, cuyo centro es ahora el poder. Es ste el que
en el curso de la guerra ha provocado el espanto y la
sorpresa: el poder del nazismo, los campos de concentracin, la tortura, el poder atmico, etc. Una
nueva conciencia del poder invade el campo de la
cultura y se expresa en la literatura, en la educacin,
en el arte, en la poltica y tambin en la psiquiatra.
(Lo que, digamos de paso, muestra que la psiquiatra
fue siempre ms sensible a los cambios sociales que
a los desarrollos de la ciencia). En sta la conciencia
del poder es conciencia de un problema que irrumpe
en la subjetividad de los psiquiatras y los problemas
en su funcin social. Cmo no vincular los campos
de concentracin, el exterminio nazi de los enfermos
mentales, con las condiciones de encierro en los
manicomios? Cmo sostener la irracionalidad del
loco frente a la locura masiva de la guerra? Cmo
no asociar el poder de la represin y la tortura sobre
los enemigos polticos con el dispositivo de contencin de las instituciones manicomiales? Podra culparse a Hitler de locura, pero W. Reich advierte: no es
efecto de un lder fantico enloquecido, un pueblo
entero se ha lanzado en esta aventura de destruccin
y muerte.
Tres hechos claves se producen luego del ao
45 que van a abrir el camino de la reforma: 1 la guerra ha dejado como secuela un aumento masivo de
sujetos neurticos y psicticos que necesitan asistencia, a la vez que se han destruido y perdido muchos
de los recursos psiquitricos con que se contaba
antes de la guerra. Esto hace necesario en Europa
una reacomodacin de los sistemas sanitarios que
hace posible la introduccin de reformas; 2 el horror
de la guerra trae aparejado un cuestionamiento profundo sobre lo humano y la cordura, las fronteras
entre la razn y la locura son puestas en crisis; correlativamente un gran nmero de intelectuales, entre
ellos muchos psiquiatras, se vuelcan hacia el psicoanlisis; 3 en toda Europa hay un ascenso de los
movimientos populares que lleva a la instalacin de
gobiernos democrticos con posiciones humanistas,
ms sensibles a los derechos del hombre y a la reforma en Salud Pblica.
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los aos cincuenta hay en ese pas un auge de las
socioterapias y comienzan a multiplicarse las
Comunidades teraputicas. Recordemos la preocupacin de los socilogos americanos e ingleses por
los pequeos grupos luego de la guerra, qua llev a
una suerte de disciplina nueva, la microsociologa.
Uno de estos socilogos, I. Goffman, se intern como
paciente en un hospital psiquitrico a fin de estudiar
all el funcionamiento de estas instituciones. La publicacin del libro en que elabora sus conclusiones de
esta experiencia (Internados) impacta fuertemente la
conciencia de los medios ligados a la psiquiatra.
Goffman demuestra all no solo las condiciones carcelarias del internamiento, sino que la institucin psiquitrica misma tiene cualidades patgenas, es decir, crea
su propia patologa. De Charcot a Goffman la psiquiatra muestra su capacidad de producir su objeto. Todo
este movimiento, que transita ms por los carriles de
las disciplinas sociolgicas, asla y pone en crisis la
concepcin mdica de la enfermedad mental. Se
crean en pocos aos en varios Estados los llamados
Centros Comunitarios de Salud Mental, cuyo objetivo es trasladar a la poblacin misma las responsabilidades del tratamiento. El Gobierno de Kennedy facilit este desarrollo y en 1963 se sanciona una Ley
(conocida como Ley Kennedy) que crea un Centro
Federal de Salud Mental y establece un Programa
Federal de Psiquiatra Comunitaria. Este programa es
esencialmente pragmtico, combinacin de la concepcin del Sector francs y la Socioterapia inglesa, pero
hace entrar al sistema a otros profesionales no mdicos (socilogos, antroplogos, asistentes sociales,
psiclogos, etc., segn el modelo interdisciplinario de
esa poca), los que asumen responsabilidades en el
tratamiento de pacientes. El poder mdico sobre la
locura retrocede, pierde paulatinamente su hegemona, y son otros discursos tericos los encargados de
volver a situar al loco en el universo de la cultura y la
vida social.
En 1963, y como resultado de este movimiento, la Organizacin Mundial de la Salud, a travs de
su Comit de Expertos en Salud Mental, aprueba la
recomendacin de sus pases miembros de considerar modelo prioritario de asistencia psiquitrica a la
Comunidad Teraputica y, aunque muchos psiquiatras asimilan estos modelos teraputicos, esencialmente sociopolticos, manteniendo sus teoras mdicas de la locura, el conflicto se instala necesariamente poniendo cada vez ms distancia entre lo que
dicen pensar de la enfermedad y lo que realmente
ejercitan como prctica.
En Francia, donde la politizacin de los psiquiatras es un dato conocido, las socioterapias no
penetraron con facilidad. Se sigui ms bien un
modelo fenomenolgico o psicoanaltico en lo terico
y mdico sanitario en lo institucional asistencial. Creo
que se debe contar con el tradicional respeto de los
franceses a sus grandes Instituciones y su culto al
matre (maestro, patrn) como elementos que han
marcado su proceso de reformas. Dos mdicos espaoles republicanos exilados en Francia luego de la
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guerra civil espaola, se emplean en el Hospital
Psiquitrico do Sant-Alban en 1940, vinculados al
grupo que en 1942 publica la revista La Raison.
Tosquelles y Torrubia, que as se llaman, se proponen
democratizar la estructura del hospital, creando lo
que llamaron un modelo de psicoterapia institucional. Cuando en 1946 el Frente Patritico lanza la
reforma sanitaria y la Sectorizacin, el grupo de La
Raison, junto con psiquiatras notables como H. Ey,
Daumezon, Sivadon, Bonnaffe, establece un modelo
sanitario psiquitrico, el Sector, que si bien no modifica la estructura asilar existente ni cuestiona el poder
mdico sobre la enfermedad mental, abre sus estructuras a la comunidad e integra a profesionales no
mdicos, en un proyecto inicial de hacer de la psiquiatra manicomial una medicina mental social.
Paralelamente el modelo de la psicoterapia institucional se desarrolla y se instituye como una alternativa psicoanaltica a la institucin psiquitrica.
En la misma poca en Italia la reforma sanitaria, impulsada por el Frente Democrtico en el poder,
no altera inicialmente la estructura psiquitrica asilar.
Es recin en el ao 1960 donde un conflicto planteado en el Hospital de Gorizia, que diriga entonces F.
Basaglia, lleva a un debate en toda Italia sobre la
cuestin de los hospitales psiquitricos. Los partidos
de izquierda se pronuncian en favor de Basaglia y
apoyan su denuncia del modelo manicomial. La publicacin de su libro (La Institucin Negada) puede
situarse como el comienzo del movimiento antipsiquitrico y anti-institucional italiano. Este movimiento
no plantea una reforma de las estructuras tericas
prcticas o institucionales de la psiquiatra, es ms,
no es un movimiento que se despliega en el interior
de lo psiquitrico, se propone ms bien la destruccin
del poder mdico sobre la locura y sus instituciones
de internamiento. Basaglia, muerto prematuramente
hace pocos aos, ha dejado sancionada en Italia una
Ley sobre la psiquiatra que cuestiona en el plano jurdico la estructura en que se bas lo que l denomin
la medicina mental.
Sera motivo de un artculo especial analizar
los modos particulares, en que todo este movimiento
se reflej en nuestro pas, lo digo una vez ms; como
espero haber mostrado en el desarrollo do este artculo, las transformaciones en el campo psiquitrico
son correlativas de las transformaciones sociales y
polticas. No ha habido experiencia da desarrollo de
modelos ms abiertos y no represivos de asistencia
mental que no sean acompaados de transformaciones democrticas de la sociedad.
6 CONCLUSIONES
Lo que hemos denominado modelo mdico en psiquiatra tiene su origen y sancin jurdica a partir de
la Revolucin Francesa. Sus caractersticas son: en
el plano terico la ubicacin de lo patolgico en un
apartamiento de la razn, un desorden, que puede
ser objetivado como un dato natural y por lo tanto
pasible de un conocimiento positivo; en el plano de
las prcticas teraputicas se recubre de aspecto
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