Roberte, Esta Noche - Pierre Klossowski
Roberte, Esta Noche - Pierre Klossowski
Roberte, Esta Noche - Pierre Klossowski
Pierre Klossowski
Roberte, esta
noche
La sonrisa vertical - 102
ePub r1.0
Titivillus 27.04.15
Dificultades
Si la esencia de la anfitriona
residiera en la infidelidad, por ms que
el anfitrin juegue, habr perdido de
antemano. Pero el anfitrin quiere
conocer el riesgo de perder y considera
que perdiendo ms bien que ganando de
antemano, apresar a cualquier precio la
esencia de la anfitriona en la infidelidad
de la seora de estos lares. Porque lo
que l quiere, es poseerla infiel, en
cuanto anfitriona que est cumpliendo
fielmente sus deberes. Desea pues
actualizar mediante el invitado algo que
est en potencia en la seora de estos
lares: una anfitriona actual en relacin
con ese invitado, inactual seora de
estos lares en relacin con el anfitrin.
Si la esencia de la anfitriona
permanece as indeterminada, porque al
anfitrin le parece que se le escapara
algo de la anfitriona en el caso de que
esa esencia no fuese ms que pura
fidelidad de la seora de estos lares, la
esencia del anfitrin se propone como
un homenaje de su curiosidad a la
esencia de la anfitriona. Ahora bien, esa
curiosidad, en cuanto potencia del alma
hospitalaria, no puede tener existencia
propia sino dentro de aquello que
parecera a la anfitriona, si fuera
ingenua, suspicacia o celos. El anfitrin
no es ni suspicaz ni celoso, porque
siente curiosidad esencialmente por eso
mismo que, en la vida cotidiana, le hara
I
La denunciacin
Allez, allez, Madame,
taler vos appas et vanter vos
mpris
A linfme sorcier qui charme
vos esprit.
Corneille, Mde, II
ANTOINE:
Qu
extraordinaria
seora
escena
tan
Esa joven
del natural?
OCTAVE: La tom en el mismo
instante en que ta Roberte daba
su conferencia en el saln de la
residencia; acababa de apoyarse
imprudentemente en el marco de
la chimenea, la falda se inflam
mientras ella hablaba.
ANTOINE: Y usted no tuvo otra
preocupacin que retratarla
mientras corra tan grave
peligro?
OCTAVE: Te digo que yo iba a
fotografiarla en el momento en
palabras.
OCTAVE: Hay alguien en este
momento entre t, mi sobrino, y
yo, tu to.
ANTOINE: Es terrible Siento que
las cosas hayan llegado a ese
punto
OCTAVE: No hablo de tu ta
Roberte, ni de mis disputas
con ella a causa de tu educacin.
ANTOINE: Ah! Pero entonces
OCTAVE, fingiendo no hacer caso:
Se trata de alguien que quiz
ANTOINE, sobresaltado:
me con mi ta?
Usted
OCTAVE:
Aunque
te
falta
preparacin, ests demasiado
ansioso
por
saber
las
consecuencias de aquello de lo
que no tienes ninguna idea; lo
que hubiera debido extraarte no
es de ningn modo esa denuncia
que he hecho al puro espritu; lo
que es grave, tanto como la
conversacin que tenemos en
este momento, es que en vez de
nombrar el espritu a Roberte,
como lo habran exigido mis
relaciones con ella, se haya
producido lo contrario. Sin que
tu ta Roberte se entere, yo, tu to
puro espritu.
OCTAVE: En absoluto! Eso no es lo
que te he dicho. He aqu: he
nombrado a Roberte al puro
espritu. Repite exactamente.
ANTOINE: He nombrado a Roberte
al puro espritu.
OCTAVE: Lo has hecho t mismo
desde el instante en que
pensabas en ella, con la
diferencia de que, como tu ta, no
tienes nocin precisa del puro
espritu para poder invocarlo. Al
contrario, crees tener una muy
y severa a la vez.
OCTAVE, con cierta ansiedad: Y
qu ms?
ANTOINE:
Llena
de
condescendencia, burlona slo
cuando se trata de los cursos de
teologa que usted me da.
OCTAVE:
Eso
termina
de
configurarla, me parece, en tu
representacin.
ANTOINE: Adems es incrdula y
austera.
OCTAVE: La incredulidad para m, la
ANTOINE: Su incredulidad.
OCTAVE: Mientes!
ANTOINE: Usted me pregunta: en su
lugar
OCTAVE: Por tanto: t mismo
denunciaras su austeridad.
ANTOINE, eludiendo la pregunta:
En cuanto usted la nombra al
puro espritu, no es a Roberte
entera a la que denuncia?
OCTAVE: Es que entre nombrar y
denunciar hay una notable
diferencia.
Lo
que
yo
denunciara en ella no es a
Roberte, la esposa llena de
pequeos cuidados, sino el
hecho de que detrs de los
pequeos
cuidados
comete
grandes faltas, quita ofreciendo y
eso sin ninguna prueba, gracias a
los pequeos cuidados. (Octave
olvida que le habla a su
sobrino, que, turbado, baja la
cabeza. El to se da cuenta y
recomienza): Lo que yo he
denunciado al puro espritu no es
la actualidad banal de nuestra
vida comn, sino sobre todo la
inactualidad misma que el puro
Pero qu me dices de su
austeridad?
ANTOINE: Lamento ese trmino.
OCTAVE: No es por tu parte una
manera
de
expresar
tu
contrariedad? (Antoine se calla).
OCTAVE: Te parece austera porque
su incredulidad no la lleva a
desrdenes?
ANTOINE: Tal vez.
OCTAVE: Y sin embargo esperas de
todos modos esos desrdenes?
(Antoine se calla de nuevo).
espritu?
ANTOINE, burln de pronto, con
autoridad: Pero qu quiere
usted que haya detrs de su
incredulidad
sino
la
imposibilidad de establecer la
ms mnima relacin entre
Roberte y el puro espritu?
OCTAVE: Te parece que razonas con
justeza, sin darte cuenta de que,
en vez de remontarte ms all de
su incredulidad, te quedas ms
ac. Si fuera en la incredulidad
de Roberte donde descansa la
imposibilidad de establecer una
estaban de acuerdo
concebir esa unin?
para
ANTOINE: La prdida de la
incomunicabilidad propia a una
naturaleza humana.
OCTAVE: Y antes que nada, qu es
la incomunicabilidad?
ANTOINE: Es el principio segn el
cual el ser de un individuo no
podra atribuirse a varios
individuos, y es lo que constituye
de hecho a la persona idntica a
s misma.
OCTAVE:
Cul
es
entonces
la
alma?
ANTOINE: Vuelve a hacerse apta
para asociarse a un cuerpo.
OCTAVE: En consecuencia, el alma
separada pero subsistente pierde
la incomunicabilidad personal,
dado que se hace otra vez apta
para unirse a un cuerpo. Pues se
puede imaginar que en la
persona actual intervenga una
operacin que, desasociando el
alma del cuerpo y el espritu del
alma, suspenda a la persona
actual?
ANTOINE:
En
ciertos
casos
extremos, como la posesin o el
xtasis.
OCTAVE: De lo cual
concluir
hay que
He
ah
claramente
ya
no
apenas le es designada, l no
solamente conoce lo que se me
escapa, sino que l mismo ser
la actualizacin de Roberte
inactual.
ANTOINE: Qu diferencia hay entre
nosotros y el puro espritu en
relacin con esa inactualidad de
Roberte? Por qu no decir
simplemente
que
nosotros
mismos actualizamos en nuestras
relaciones con ella lo que hay de
inactual en Roberte?
OCTAVE: Porque nosotros no lo
hacemos jams sin que ella lo
OCTAVE,
interrumpiendo
la
proyeccin: Si vuelves a hablar
de ta Roberte, te alejas
definitivamente. Empecemos otra
vez. Qu ves?
ANTOINE: La cara enloquecida de
Roberte, aunque vuelta hacia el
hogar, mira de tres cuartos, con
los ojos bajos, hacia la cola de
su falda que arde, lo que se
muestra
por
esa
mancha
luminosa su mano derecha
levantada, con todos los dedos
separados, indica su terror,
mientras la toma de la mueca
ese joven contra el que ella
increado
proyecta
en
la
existencia creable al sujeto en
quien se cumple ese mismo acto,
y de esa negacin de un sujeto
por su propia conciencia resulta
una conciencia sin sujeto; pero el
trmino conciencia repugna a
la ausencia de un sujeto; quin,
pues, es en este caso cum
scientia? Ese algo increado que
es el intelecto. Pero como de
todas maneras existe un agente
creado al que vuelve a poner en
su causa, comienza, en ese
sujeto, por ponerse a s mismo
como objeto en cuanto recreable,
para s mismo increado. En ese
II
Roberte, esta noche
l, la ms simple y la ms secreta de
las naturalezas, l, se hace doble
naturaleza y viene a ocupar ese lugar
oscuro para hacerse l mismo el
signo, indescifrable para nosotros, y
permitirles a ustedes sobrevivir a
nuestra indiscrecin; pero cualquiera
que rechace con nosotros ese signo
indescifrable como una mistificacin
en vez de adorarlo como un misterio,
sabe muy bien que la palabra no es
ms que una encarnacin de la
traicin y los movimientos de la
carne, la pantomima de los espritus.
Pero adnde quiere usted llegar,
seora? Con una mano persigue
usted a los escribas del Vaticano,
subsisten a su muerte
Ante esas palabras, Roberte no sabe
si se estremece de vergenza porque la
sentencia viene a ejecutarse, enorme e
hirviente, entre sus nalgas, o si transpira
de placer, porque esa sentencia fuerza
ampliamente su vacuum; pero mientras
el sedcontra penetra a la inspectora
hasta el grado de confundir en ella la
dureza de la aquiscencia con la
elasticidad de la pena, Roberte no ha
podido evitar el movimiento del guante
que sobre el quidest de la inspectora, en
monstruosa ereccin, coloca el anillo
que acaba de arrancar de su dedo; al
mismo tiempo el sedcontra se retira del
Intermedio
Si
Dacquin
condenaba
la
impaciencia de mi espritu ante una
Roberte indeterminada, impaciencia que
lo hace incapaz de reconocer al menos
que su naturaleza no implica en s la
determinacin, ya sea por la espera en
ella de una agresin (el reverso de mi
impaciencia), ya sea por el agresor o
por mi propia representacin aun
cuando pueda convertirse en el objeto
del uno o la otra, Hochheim, por su
parte, se inquieta ms particularmente
por la insinuante locucin conjuntiva de
mi espritu: aun cuando y se preocupa
con solicitud de este paso al subjuntivo
en m, que va de Roberte indeterminada
a su determinacin por una mezcla de
III
Donde se adelanta
lo que haba que
demostrar
ROBERTE:
Usted
comprende
perfectamente esos sustantivos.
OCTAVE: Confunde todo, pobre
amiga ma, y lo hace adrede.
ROBERTE: Yo? Al contrario,
distingo lo que est tan
maravillosamente
mezclado,
ordenado en su ortodoxia. Y
ahora, Victor viene a ser
exactamente la crema sobre el
pastel: oficial de la guardia
pontificia, danzarn mundano
OCTAVE: Lo nico que puedo
advertir en sus palabras debe de
por el contrario
ROBERTE: a propsito de no s
qu escndalo de juego o de
perversin de menores; que
despus se pone a maniobrar
como sabandija de saln en casa
de una turista americana en
Capri; que, cuando el Reich
ocupa Roma, resulta oficial de
enlace fascista adscrito al
Estado Mayor nazi, luego agente
secreto encargado de vigilar el
Vaticano; que, bruscamente,
desaparece hasta que sucede el
caso del campo de rehenes
comunistas
Santa-Sede. Binsnicht le ha
dicho
confidencialmente
a
Vittorio que tiene una cita en
Suiza con un industrial argentino,
partidario del nazismo, que
organiza el paso a Argentina de
todo nazi amenazado. Ese
argentino sabe que Binsnicht se
presentar con la identidad de
Vittorio. Pero apenas es visto en
una esquina de Miln, el alemn
es reconocido por un ex
prisionero del campo, que en vez
de denunciarlo amotina a la
multitud; Binsnicht es asesinado.
En tanto, a Vittorio se le mete en
la
cabeza
representar
impunemente el papel de
Binsnicht. Se presenta en Suiza
ante el argentino, que no conoce
a Binsnicht de aspecto e ignora
que el alemn ha sido linchado.
El espera verlo llegar con el
nombre de Vittorio. Recibiendo
a Santa-Sede, cree estar tratando
con Binsnicht.
OCTAVE: Vittorio hace pasar por
tanto su verdadera identidad por
la falsa identidad de otro.
Antoine, fjate en ese detalle.
Vittorio
habra
buscado
encamarse en un criminal de
guerra.
ltima encarnacin
ROBERTE: Cul?
OCTAVE: Vittorio, intendente
Madame de Watteville
Ascona.
de
en
ROBERTE:
De
Madame
Watteville en Ascona?
de
instante antes.
ROBERTE: Mis maniobras? Qu
insina? Su sobrino le debera
OCTAVE: Antoine le est demasiado
agradecido por ese gesto
caballeroso tanto como por el
suyo.
ROBERTE, turbada: El mo?
ANTOINE: Ta, todo respeto humano
ha sido abolido por la cruz.
ROBERTE: Qu dices? Tambin t
empiezas a disfrazar las puras
insolencias convirtindolas en
falsas blasfemias?
OCTAVE: Antoine, tendrs un
criminal de guerra por
preceptor!
ANTOINE: Ni blasfemo ni me
permito insolencias, ta Roberte.
A partir de Cristo ya no hay
moral humana que valga.
ROBERTE: As que el Hijo de su
Dios muri para permitirles
ultrajar mejor a su prjimo!
ANTOINE: Fue necesario que Dios
dejara matar a su nico Hijo
para que recordemos desde
juzgar a Victor?
ROBERTE,
aturdida
y
ruborizndose: No he juzgado
de persona a persona sino en
nombre de en nombre de
OCTAVE: En nombre de algo en todo
caso? En nombre de qu, pues?
ROBERTE: En nombre de la situacin
histrica de nuestro tiempo, que
es quizs el nico criterio que
tenemos aqu para saber a quin
nos enfrentamos, para establecer
lo que somos, lo que debemos
evitar ser de nuevo, en lo que
superficial ni ha descendido
suficientemente al fondo del
abismo. Djelo pues donde est!
Probablemente es demasiado
tarde, y no tengo ninguna
justificacin para inmiscuirme.
Qu ms quiere que le diga si
no es que en l encontramos uno
de los fenmenos pintorescos de
este
siglo,
divertidos,
emocionantes para usted, estoy
de acuerdo, pero inquietantes
apenas
quiere
uno
que
contribuyan a la educacin de un
joven, y que para decirlo de una
vez proceden de esa especie de
parasitismo
psquico
que
espritu?
OCTAVE: Eso es exactamente.
ROBERTE: Eso es exactamente
absurdo: yo, que niego el
espritu, con ello no hago
entonces sino ser ms espiritual!
OCTAVE: No, todava no, querida,
puesto que la idea del mal no
tiene la virtud de ponerla fuera
de s.
ROBERTE: Hay algo ms irritante
que querer llegar al bien
mediante la tentacin del mal?
Y no es eso precisamente lo que
anule
la
Vaya
pues,
querida,
suicidio.
ROBERTE: Confunde usted, Octave,
la ausencia de una verdad
revelada con la situacin del ser
humano que debe forjarse su
verdad porque ningn Dios la
revela, y que es entonces su
nica situacin verdadera
OCTAVE: La desafo a demostramos
la distincin que hace usted
ROBERTE: Acepto el desafo, me ha
puesto fuera de m.
OCTAVE, asustado de repente:
Roberte, no tiene usted ms que
Notas
[1]