Creación
Creación
Creación
Teologa
de la
Creacin
Teologa de la Creacin
Teologa de la Creacin
Profesor: Pbro. Lic. Hctor Ral Zimmer
Asignatura: Teologa Dogmtica. Creacin
Ao: 2003 (anual)
Horas semanales: 2 (dos)
OBJETIVOS
Que el seminarista se aproxime al conocimiento de la creacin a travs del mtodo
teolgico histrico salvfico, sin desconocer las teoras cientficas actuales.
Llegar a captar la densidad de los textos escritursticos y de la reflexin eclesial en el
plano teolgico, para descubrir que no se oponen al pensamiento cientfico sino que lo iluminan.
Intentar captar las intuiciones y los contenidos teolgicos profundos que estn detrs de
toda la reflexin filosfico-cientfica de todos los tiempos.
Buscar descubrir en el estudio oracional de este tratado, el valor de la belleza para el
presente y futuro de la vida del Pastor y de la Evangelizacin.
BLOQUE I: LA DOCTRINA DE LA CREACIN
Contenidos conceptuales: La creacin en el Antiguo Testamento. Antecedentes de la
fe bblica en la creacin. Los profetas del exilio: de la fe implcita a la fe explcita. El relato bblico
de la creacin: Gnesis 1,1-2,4a. El resto del Antiguo Testamento: Gnesis 2,4b-25; Salmos;
literatura sapiencial; libro segundo de los Macabeos.
Contenidos procedimentales: Reconocimiento e interpretacin de afirmaciones
teolgicas contenidas en los libros litrgicos en uso en la Iglesia.
Contenidos actitudinales: Valoracin de la liturgia como lugar teolgico. Apreciacin
de la ley de la oracin de la Iglesia como fuente de teologa.
Opciones metodolgicas: Trabajo prctico de intercambio de puntos de vista en
pequeos grupos. Dilogo compartido entre estudiantes y profesor. Exposicin a cargo del
profesor.
Teologa de la Creacin
Teologa de la Creacin
Teologa de la Creacin
Teologa de la Creacin
EVALUACIN GENERAL
Ser considerada la participacin en las lecciones y el empeo manifestado en el
desarrollo del ao. Se calificar el esfuerzo en el aprendizaje de los contenidos esenciales del
tratado que sern evaluados en un final donde el alumno podr preparar un tema de los siete
propuestos, y luego ser examinado libremente por el profesor.
BIBLIOGRAFA GENERAL
JUAN L. RUIZ DE LA PEA, Teologa de la creacin, Editorial Sal Terrae Santander 3ra.
Edicin 1992, 280 p., (Presencia Teolgica, 24).
SANTO TOMS DE AQUINO, Tratado de la creacin en general y Tratado de los
ngeles, en Suma Teolgica, tomo II-III, Biblioteca de Autores Cristianos Madrid 1959, (B.A.C.,
41 y 56).
Teologa de la Creacin
TRABAJO DE INVESTIGACIN
Estudiar los contenidos teolgicos que hacen referencia a la Creacin en los siguientes textos
litrgicos. Descubrir ideas, conceptos, expresiones, que hablen de la creacin y el modo en que lo hacen; con
pocas palabras, expresar las enseanzas del texto litrgico y la iluminacin recibida personalmente.
Plegaria Eucarstica I. NSTOR
Plegaria Eucarstica II y III. ALEJO
Plegaria Eucarstica IV. JOS
Plegaria Eucarstica V, a, b, c y d. MARTN
Plegaria Eucarstica de la Reconciliacin I y II. (pueden trabajar 2). HUGO Y SEBASTIN
Plegaria Eucarstica para misa con nios I, II y III. (pueden trabajar 2). SEBASTIN, RAFAEL Y
MAXIMILIANO
Prefacios durante el ao. LEANDRO Y WALTER
Bendicin del agua para los domingos.
Misas para diversas circunstancias: inicio del ao civil, santificacin del trabajo, tiempo de siembra,
despus de las cosechas, etc. FABIN
Bendicin del agua para el Sacramento del Bautismo. LUIS
Bendiciones que hacen a la tierra y el trabajo del hombre, en Bendicional. RUBN
Ritual de las exequias. GASTN
Pregn Pascual. DIEGO
Teologa de la Creacin
Prolegmenos
Teologa de la Creacin
enteramente, y de la otra, llegar al primer momento creativo como primer acto de fundacin
- actuacin de la libre voluntad de autocomunicacin de Dios en Cristo.
3. En la escuela de la lex orandi
El axioma "UT LEGEM CREDENDI LEX STATUIT SUPPLICANDI" (a fin que la ley de la
oracin establezca la ley de la fe), se presenta como un programa de teologa que
comnmente se enuncia en la breve frmula "LEX ORANDI, LEX CREDENDI". Expresa la mutua
composicin entre liturgia y teologa y precisamente la preeminencia lgica de la oracin de la
Iglesia sobre las relativas formulaciones dogmticas 2.
Se habla del valor de la liturgia como "lugar teolgico", considerndose que al principio
no fue fcilmente aceptada esta proposicin (el problema no se refiere a la liturgia sino a la
concepcin de lo que se entiende por lugar teolgico). Se fue afirmando con el paso del tiempo
que la liturgia es "locus theologicus" y se la calific como de lugar teolgico "praestantissimus"
(de grandsimo relieve) o por lo menos "praestans" (de relieve). Pero en este siglo se afirm la
concepcin que es mucho ms que eso. La liturgia es, junto con la escritura, "fuente
verdadera y propia de la teologa"; y es reveladora y actuacin de la escritura.
Y. Congar afirm que el valor supremo de la liturgia est en el hecho que ella es la
"Didascalia de la Iglesia", frase que present el papa Po XI al hablar de la liturgia como del
"enseamiento doctrinal por excelencia". I. H. Dalmais llega a afirmar que "es necesario llevar la
liturgia bien ms all de la nocin de lugar teolgico, hasta la nocin misma de teologa". Entre
teologa y liturgia hay una composicin mutua, y resulta manifiesta la preeminencia lgica de la
oracin de la Iglesia sobre las relativas formulaciones dogmticas, pero esto se debe formular no
a travs de la reflexin teolgica sobre los lugares teolgicos sino a la luz del axioma "legem
credendi lex statuit supplicandi" que se enuncia comnmente en la frmula breve "lex orandi, lex
credendi".
Se ha desarrollado en los ltimos tiempos una mayor concientizacin del valor que en la
historia de la Iglesia ha tenido su experiencia oracional como fuente de reflexin y de
argumentacin teolgica. La "lex orandi" de la Iglesia con los criterios de universalidad ("quod
ubique"), antigedad ("quod semper") y consenso unnime ("quod ad omnibus"), fue una fuente
a partir de la cual se realiz la iniciacin, la especulacin y la comprensin orante capaz de
introducir en el misterio mismo. El momento cultual conserv en la Iglesia una
imprescindible centralidad generando una teologa dinmica y global y hacindose
normativa de la fe.
Volviendo a considerar la centralidad del momento ritual, como explicacin primera del
hecho teolgico e introduciendo al misterio mismo, a travs de una comprensin orante. A
partir del culto y en el culto, reflexionar sobre lo que hemos visto y odo, lo que hemos palpado
con nuestras manos... al decir de Juan. Cmo se puede explicar el misterio? Siguiendo el
mtodo de los Padres de la Iglesia ponemos en primer lugar el hecho litrgico y desde all
reflexionamos. No lo hacemos desde la ctedra, sino desde el altar; se trata de una visin
kath'holon, fruto de la escuela de la lex orandi. Al orar, leer y estudiar el material litrgico
actualmente en uso en la Iglesia Catlica de rito latino, nuestro propsito es dejar que los textos
nos hablen de lo que la Iglesia celebra y cree hoy.
Teologa de la Creacin
UNIDAD I
La doctrina de la creacin
Teologa de la Creacin
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La Biblia sostiene por encima de las pruebas que presentan el mal, el sufrimiento, la
aparente incapacidad de Dios, que l es todopoderoso, en l su poder y su esencia, su
voluntad y su inteligencia, su sabidura y su justicia son una sola cosa. l lo trasciende
todo y est en lo ms ntimo de todo (como causa primera); su voluntad es libre absolutamente y
crea con sabidura y de la nada (oponindose as al azar, la necesidad, el destino ciego;
oponindose a la preexistencia de algo, a la ayuda y a la emanacin necesaria de su substancia
divina). Por su poder, sabidura y bondad Dios crea de la nada, es causa primera y opera en y
por las causas segundas (308).
Del misterio de la creacin como comienzo de la historia de la salvacin y primer paso
hacia la alianza del Dios nico con su Pueblo, al misterio de la culminacin en Cristo, que trae
la luz decisiva sobre el misterio de la Creacin. Lo que se intuye partiendo de las cosas creadas,
desde la creacin, se ilumina con la revelacin acontecida y completada en Cristo. El misterio
nos rodea, nos abarca, nos supera.
Dios realiza su designio, la divina providencia, crea con bondad y perfeccin, pero no
de manera acabada, sino que la cre en estado de va (in statu viae) hacia una perfeccin
ltima (302). Dios conduce su obra a la perfeccin a travs de las disposiciones impresas en las
criaturas, l tiene soberana absoluta en el curso de los acontecimientos (303) y sin embargo
se sirve tambin del concurso de las criaturas. La criatura tiene que estar unida a su origen,
porque sin el Creador la criatura se diluye GS, 36,3 y necesita de la ayuda de la gracia para
alcanzar su fin ltimo (308).
Y Dios crea lo visible y lo invisible. Todas las cosas estn dotadas de firmeza, verdad y
bondad propias y de un orden, y cada criatura querida en su propio ser, refleja a su manera, un
rayo de la sabidura y de la bondad infinitas de Dios (339). Innumerables diversidades y
desigualdades que existen para complementarse y servirse mutuamente existen en
dependencia unas de otras, en interdependencia (340) y en solidaridad (344). Son estas
diversidades y estas relaciones las que muestran el orden y la armona del mundo, la belleza del
universo (341) (y es la belleza la que salvar al mundo como dice Dostoievskyj); la belleza de
la creacin - reflejo de la infinita belleza del Creador -, debe inspirar el respeto y la
sumisin de la inteligencia del hombre y de su voluntad (341).
Dios es Seor del mundo y de la historia creador que crea en vistas del reposo del
Sabbat definitivo (314) previendo la gloria de la Nueva Creacin en Cristo El sptimo da
acaba la primera creacin y el octavo da comienza la nueva creacin. As la obra de la
creacin culmina en una obra todava ms grande: la Redencin. La primera creacin
encuentra su sentido y su cumbre en la nueva creacin en Cristo, cuyo esplendor sobrepasa el
de la primera (349). Oh feliz culpa que nos mereci tan gran Salvador.
1. La creacin en el Antiguo Testamento
La fe en la creacin del mundo por Dios se halla expresada con gran claridad en todas
las etapas importantes de la tradicin bblica. La encontramos en el libro del Gnesis, en los
primeros profetas escritores, en los profetas del exilio babilnico (siglo VI a.C.), los Salmos, los
libros sapienciales y el libro segundo de los Macabeos, que es una obra histrica cercana en su
redaccin a los escritos del Nuevo Testamento. Prcticamente, todos los gneros literarios del AT
afirman la idea de creacin segn las caractersticas propias de cada uno 4.
Gnesis 1,1-2, 4a ; 5,1-2; 9,1-7 contienen los textos fundamentales de la concepcin
bblica sobre el origen del mundo. Is 40 y siguientes; Jer 32,17; 33,25-26; etc. Salmos 8; 19,2
ss. ; 33; 104; 136,5 ss.; 148. Pr 3,19-20; 8,22-31; Job 38-39; Eclesistico (Si = Sircida)1,1-9; Sb
(Sabidura) 1,14; 6,7; 9,1-2; 9,9; 11,17; 11,21-26; 12,13; 19,6-9; 19,22. Distintos textos que
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Teologa de la Creacin
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- la cuestin del origen del mundo slo se la plante el pensamiento griego en la poca
helenstica (estudio de las causas);
- el progreso desde la exposicin historicosalvfica del yahvista (J) hasta el relato
etiolgico de la creacin del cdigo sacerdotal (P) no es casual, sino que representa una
ampliacin y ahondamiento de la imagen de Dios sobre la base de las nuevas cuestiones que
plantea la imagen babilnica del mundo 5.
Premisas de la doctrina bblica de la creacin.
La fe bblica en Dios est ligada a la historia y a no a la naturaleza como en otras
culturas 6; el origen de la fe creacionista est inseparablemente unida al modo como Israel
concibi a Dios.
Se trata de un Dios de la historia con poder sobre la naturaleza. Deuteronomio 26,5-10
es una antigua profesin de fe israelita, donde se recogen acontecimientos que hacen captar a
Israel la existencia de un ser, Yahv que cuida de l, lo gua y lo salva. Otros tres textos: Josu
10,5-13; Jueces 4-5 y xodo 15,1-18 nos ayudan a encontrar el desarrollo de ese credo primitivo
con la proclamacin de Yahv como creador del mundo.
Yahv puede intervenir en el curso de la naturaleza para salvar a su pueblo; la
naturaleza es puesta por l al servicio de un designio histrico: la conquista. Yahv salva y nada
se le resiste: la naturaleza sirve a Yahv. La gesta gloriosa de la salida de Egipto persuadi a
Israel de que su Dios era un Dios salvador: Yahv reina. Son tres textos que reconocen el poder
de Yahv.
Otra serie de textos vienen en ayuda para confirmar de manera ascendente lo ilimitado y
lo absoluto de un poder as. Si bien Yahv es un dios celeste, desciende de all para irrumpir en
la historia (Gn 28,12-13; Sal 2.4; 20,7; 115,3 y Gn 3,8; 11,5; Sal 18,10); el poder de Yahv no se
deja especializar por su localizacin espacial: se puede presentar tanto en el huracn como en la
suave brisa; no se identifica con ninguno de los poderes csmicos. Su respuesta a quin es?
Es enigmtica, y remite a la historia de salvacin y no a la naturaleza. Se afirma la idea de un
poder que se revela como ilimitado y universal.
Virtualmente se nos trasmite la idea de creacin: si Yahv reina sobre todo y lo puede
todo, no ser porque lo ha hecho todo? Estos textos parecen implicar un estado embrional de
la fe en la creacin.
En este punto dos autores polemizan entre s, sobre cual fue el pensamiento anterior al
de creacin:
C. Westerman
Von Rad
El pensamiento de creacin es anterior por lo menos en La fe en la creacin ha surgido por deduccin del
cuanto era un lugar comn a las culturas medio concepto de alianza (tiene un primado teolgico); en los
orientales
textos recensionados late la bondad de Dios que cumple
sus promesas, al elegir a Israel (Dt 7,6-9)
AUER, p. 29-30.
Teologa de la Creacin
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Teologa de la Creacin
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sobre el origen de la realidad. Creacin va unida a Yahv salvador de Israel, creacin del
mundo y creacin o recreacin del pueblo.
La finalidad es neta y exclusivamente religiosa, es una visin del mundo como lo
originado por un Dios santo, fiel y amoroso, destinado a una alianza que es salvacin de
todo lo creado.
4. El relato bblico de la creacin: Gnesis 1,1-2,4a
Este relato pertenece a la fuente sacerdotal (P); el autor utilizando el mismo gnero
literario (relatos mitolgicos cosmognicos) y un relato mtico preexistente, se limit a corregirlo,
completarlo e insertarlo en el contexto de la Historia de la Salvacin. La creacin como punto
de arranque de una corriente histrica que lleva a la vocacin de Abraham.
GNESIS 1,1-13,18
1,1-2,4 a
2,4 b-4,26
Creacin
5,1-32
6,1-8,22
9,1-17, 2810,32
Enumeracin
de las
generaciones
(6,9-22
7,6-11, 13-16
a, 18-21, 24;
8,1-2 a, 3 b-5,
13 a, 14-19 P)
relato de
recreacin
y nueva lista
genealgica
(9,18-27;
10,18-19, 21,
24-30 J)
11,1-9
11,10-32
12,1-13,18
desemboca
en la eleccin
de Abraham
Los trminos toledoth (generaciones) y elle toledoth (stas son las generaciones, sta
es la lista de los descendientes, sta es la descendencia de los hijos, estos son los
descendientes) son el hilo conductor en torno al cual se ensartan los distintos acontecimientos;
con esto se consigna que el hecho - Abraham se remonta al designio primordial de donde ha
surgido todo lo creado, y hunde sus races literalmente en el umbral mismo de la historia y del
tiempo 8.
Israel interpret el origen del mundo en funcin de su propio origen como pueblo de
Dios, as Gn 1 es una pgina de Historia de Salvacin.
Los materiales empleados en Gn 1-11, transmitido por tradicin oral fueron creciendo
sobre el teln de fondo de la historia de Israel, hasta constituir una secuencia narrativa que no
puede desprenderse como bloque autnomo y conserva una continuidad con el resto de la
escritura. Dios que cre la tierra la puede aniquilar, l la conserva y sostiene Gn 8,22; 9,1 ss.,
hablar del creador de todo es hablar del todo, y no de un segmento de ese todo. Este es el
marco global.
Con W. H. Schmidt, se afirma que Gn presenta una tradicin mtica y una
interpretacin proftica que tiene importancia religiosa, amalgamadas oralmente y
puestas por escrito. Repeticiones (crear por la palabra 1,6 y por la accin 1,7), desfase entre el
nmero de obras y el nmero de das (ocho obras creadas: luz, firmamento, tierra y mar, plantas,
astros, peces y pjaros, animales terrestres, hombres, en seis das; en el 3 y 6 da se crean
dos clases de seres: tierra - mar y animales - hombres, curiosa arritmia de la cadencia regular
del relato), contradiccin (aparente?) entre los versculos 1 y 2 (una novedad absoluta: en el
principio cre y una reproduccin de las cosmogonas religiosas de la poca: la tierra era
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Teologa de la Creacin
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algo catico), avalan la conjetura de tener que vrnoslas con un fondo tradicional muy antiguo
sobre la que trabaj P para redactar el texto de Gnesis 1.
Cosmogona popular. Versculos 2, 4 b, 7, 9, 12, 18s., 21, 25, 26 ss.; 2,2 indican el
estrato ms antiguo de esta tradicin mtica; as el caos acutico y tenebroso, el hacer asah
(confeccionar con las manos, manufacturar artesanalmente), el separar, peces y aves
emparentados (como seres que pertenecen al mismo medio acuoso), el descanso muestran
un relato de creacin por la accin, donde por la cual surgen los tres grandes espacios (tinieblas
- aguas - tierra) como simple ordenacin del caos, de arriba a abajo, a travs de sucesivas
divisiones o separaciones.
La redaccin de P. El autor asumi esta maqueta mtico - popular y sobre agreg ideas
y variantes para ofrecer una doctrina sobre la relacin del mundo con un Dios que no es el hroe
de las cosmogonas paganas, ni un ser ensimismado en s mismo y lejano, sino el Dios de
Abraham, Isaac y Jacob, que ha creado y elegido a Israel para la Alianza y del que todo
depende.
Los versculos 1,1 y 2,4 enmarcan el relato, anticipando el contenido y resumindolo.
Dicen en sustancia: Dios cre (bar), (accin que tiene por sujeto exclusivo a Dios, que no se
ejerce sobre una materia preexistente, dando por resultado un efecto absolutamente indito); el
cielo y la tierra, (es decir, todo; la totalidad por los extremos; todo lo realmente existente se
origina en la accin creadora divina; Israel no posee el concepto de cosmos o universo como una
magnitud cerrada, esttica, autosuficiente, abarcable enteramente por la contemplacin, sino que
lo concibe como acontecer, fundamentado en la libre accin de Dios); en el principio, (beresit
designa esa forma nica de comienzo que es el comienzo de todo; como un acontecimiento
temporal: el mundo tiene un comienzo y con l, el tiempo, - le pertenece como elemento
constitutivo de su devenir 9-); son tres afirmaciones que suministran una interpretacin teolgica
de todo lo que va a seguir.
Los versculos restantes desarrollan temticamente las ideas de la poca a la luz de la
interpretacin teolgica.
El v. 2 ha sido amortiguado en sus resonancias mticas por el v. 1, y el caos primordial ha
sido desvirtuado como algo inerme, esttico, sin vida, donde el nico rasgo vital es el ruaj
Elohim, el aliento contenido en la garganta de Dios antes de que emita la primera palabra; todo
lo dems es tohu-wabohu: confusin, desorden, vaco 10; las tinieblas dan la imagen de inanidad
desordenada que se busca transmitir; no hay tiempo ni espacio, en realidad no hay nada: donde
nada acta y nada sucede, nada es, salvo la pura posibilidad de ser. La nada no es una
imagen concreta, es una abstraccin; el caos despojado de toda virtualidad es la
representacin plstica de la nada absoluta. No obrar es sinnimo de no existir, as los
dioses de los gentiles son tohu, vaciedad inoperante, es decir, nada.
Voluntad divina de crear
Quedan suprimidas las descripciones del combate entre l y el dios demiurgo; queda un residuo de esa lucha
entre dioses (teomaquia) en el verbo separar (v. 4, 6 y 7) que connota una accin vigorosa (un cierto aspecto salvaje
de la gesta creadora) pero que es matizada al presentarse el caos como transfigurado totalmente, asumido en la
creacin con otro nombre, con otra esencia, con la identidad que Dios le ha conferido RUIZ DE LA PEA, p. 4243.
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Teologa de la Creacin
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autor, podra ser: Dios cre todo (v. 1); antes no haba nada (v. 2); la tradicin no se suprime
sino que se interpreta y se corrige crticamente.
v. 3. El Ruaj pronuncia el primer fiat: surge la luz que se desprende del mismo Dios (cf. Is
60,19) de manera que P puede desconocer lo que se apunta en el v. 4 b; una nueva
manifestacin de la tensin entre tradicin (separar) e interpretacin (creacin por la accin).
Todo se crea con la palabra (la primitiva versin - accin = Tatbericht se confronta con una
versin - palabra = Wortbericht) sin lucha, sin esfuerzo, con absoluta libertad e independencia de
cualquier condicionamiento, as el hagigrafo ratifica que el actuar de Dios es nico,
soberanamente transcendente: todo procede de l y l no precisa de nada para conferir el
ser a las cosas. Se manifiesta tambin el carcter dialgico de la relacin creador - criatura (no
se trata de una causa impersonal sino una respuesta a una interpelacin). Se patentiza que la
creacin es ya revelacin, alocucin comunicativa de Dios, comienzo de la historia
salvfica y punto de partida del proceso de autodonacin divina a sus criaturas 11. El mundo
es expresin de Dios, lo que resulta de su diccin.
Dios
no es mundano
La palabra
separa - relaciona
Mundo
no es divino
frmula
de constatacin
creacin
por la accin
dijo Dios
as fue
hizo Dios
imposicin
de nombres
(los 3 primeros
das)
frmula
de aprobacin
vio Dios
que estaba bien
numeracin del da
En las culturas semitas el acto de nombrar conlleva una potestad cuasi omnmoda, donde el nombre notifica su
identidad, le otorga su capacidad funcional, el ser mismo de la cosa.
12
Es la cultura juda que ha descubierto el primado del tiempo sobre el espacio, a diferencia de otras culturas
circunvecinas, cf. RUIZ DE LA PEA, p. 43.
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Teologa de la Creacin
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calendario litrgico pero no dominan; le suprime los nombre propios y los designa con los
apelativos de lumbreras 14, el hizo Dios va precedido por el dijo Dios.
v. 21. Aparece el verbo bar, para dejar constancia que an los monstruos marinos encarnaciones del caos primordial - fueron creados por Dios; es un versculo escrito pensando
en el v. 2, desposeyndolos de toda capacidad operativa y dndole nombre a lo que derivaba de
l y fijndole el estatuto ontolgico de simple criatura de Dios.
v. 22. Junto con el v. 28 hacen ver que toda fecundidad, toda forma de transmitir y
multiplicar la vida viene de Dios: slo el Viviente puede ser vivificador.
v. 26-30. Es una seccin que corresponde a la Antropologa Teolgica, sin embargo
debemos sealar que el encargo de ser imagen de Dios, de dominar y gobernar la realidad
creada, da a esta doctrina creacionista bblica un carcter de novedad absoluta: la corona de la
creacin es el surgimiento de un concreador. El hombre perfecciona y dirige a su fin el mundo,
siendo l mismo creacin (bar aparece 3 veces) de Dios.
2,2-3. Este poner todo apuntando al sbado, indica que el orden de la naturaleza est
puesto bajo el orden de la historia y sta como historia de Salvacin. El sbado es bendecido y
santificado mostrando que el descanso es parte constituyente de la misma realidad creada. Es el
espacio para la relacin gozosa, festiva, entre el creador y la criatura; as el monlogo de los
primeros versculos (que ya era un comienzo de dilogo) se hace dilogo efectivo en el hombre
que responde en nombre de toda la creacin. La realidad no es un factum sino un fieri, un mundo
abierto a un futuro de fecundidad, de descanso gratificante, de plenitud 15.
v. 4 a. Repite el comienzo con los trminos claves creacin - cielos y tierra (proposicin
titular proposicin conclusiva = inclusin literaria) y con el trmino toledoth anuda la creacin a
la trama genealgica que P tejer para llegar a Abraham.
Conclusiones teolgicas: 1. Gnesis 1 resume el discurso sobre el todo y el discurso
sobre las partes, la expansin temporal del todo y su expansin espacial; el Dios salvador de
Israel es el Dios creador del universo = hay una perfecta sntesis Dios - hombre - cosmos. El
mundo no es nicamente marco de la historia, sino historia l mismo: l existe para la salvacin
16
. 2. El relato est informado de un monotesmo sin concesiones; un nico Dios con poderes
ilimitados que se autocomunica por amor, libremente (no hay lucha, no hay deseo de posesin o
de dominacin, ni es annimo). De este modo el autor disip el halo numinoso que circundaba a
ciertos elementos mundanos: el mundo no tiene carcter divino ni demonaco. Las entidades que
en otras cosmogonas trascienden el mundo aqu son reintegradas en el mbito secular o
creatural. 3. La fe en la creacin se manifiesta con virtualidades liberadoras, emancipando
al hombre de todo vasallaje bajo los poderes impersonales del cosmos. 4. La descripcin de la
accin creadora es estilizada, comprimida a lo esencial y sigue las pautas de la cosmovisiones
de la poca. 5. El uso del verbo bar y la depuracin del caos suscriben el contenido
conceptual de la frmula creatio ex nihilo, pero exigir esta tesis aqu es un anacronismo 17.
6. El tiempo se manifiesta como el eje del desarrollo de la actividad creativa, la perfeccin
se localiza no en el alfa del proceso sino en su omega; (el tiempo no es medida de la
degradacin, ni se trata del eterno retorno); la historia es un proceso con comienzo, crecimiento
y fin.
El mundo es asumido en la historia nica, junto al Hombre y a Dios; no se trata de
dos historias (profana y sagrada) ni de dos mundos (lo profano y lo sagrado, la naturaleza
Esta seccin ejemplifica ntidamente el procedimiento redaccional del autor inspirado: conserva y depura los
pasajes de la tradicin mtica que considera improcedentes.
14
Siendo el da ltimo, el sbado no tiene frmula conclusiva, carece del lmite de atardeci y amaneci Cf. Von
Rad citado en p. 46.
15
16
Esta protologa reclama una escatologa que cuente con cielos y tierras nuevos.
Teologa de la Creacin
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y la gracia) que corren paralelos, sino de un cauce unitario sin confundirse y sin
separarse (como lo divino y lo humano confluyen en la nica persona del Verbo
encarnado).
5. El resto del Antiguo Testamento: Gnesis 2,4b-25; Salmos; literatura sapiencial; libro
segundo de los Macabeos
Gnesis 2,4 b-25. El J se plantea el problema del origen del mal, por esto el cap. 2 est
relatado en funcin del 3, en que estallar el drama del pecado, con la consiguiente ruptura de
la armona de la realidad. No es un relato de creacin, sin embargo sus elementos interesan a
una doctrina de creacin; el modo, el orden, la actitud de Dios al crear con acumulacin de
antromorfismos distintos a P, confirma que ambos relatos trascienden los esquemas
representativos centrndose en los contenidos teolgicos o religiosos vehiculados por dichos
esquemas 18.
Los Salmos. El tema de la creacin es una fuente nutricia de la piedad israelita, ella
suscita accin de gracias, alabanza, adoracin, confianza, sorpresa admirativa El Salmo 136,
levanta sobre un pedestal cosmolgico v. 4-9 la memoria de la acciones salvficas de Yahv v.
10-24, manteniendo la continuidad creacin - salvacin tpica del DtIs y de P; el 148 presenta un
cosmos que se jacta de ser creacin, es un canto al Dios creador que crea por la palabra;
aparecen como novedad llamativa los ngeles v. 2; el Salmo 33, sobre motivos cosmolgicos v.
6-9 y soteriolgicos v. 10-13, 16-22 se presenta como himno de confianza en la fidelidad de
Yahv, que por su palabra garantiza la esperanza de los creyentes v. 4-5, 20-22; el 8 con su giro
apenas inferior a un dios muestra que el ser humano ha sido creado para enseorear la
realidad en nombre de Dios, los cuerpos celestes son simple manufactura de los dedos divinos,
de tal manera que la tensin es resuelta en favor del hombre 19; el Salmo 104 seguramente
posterior a Gn 1, es una glosa potica esplndida al relato de la creacin siguiendo el mismo
orden; el v. 7 insina la creacin por la palabra y el v. 30 hace referencia al ruaj (paralelo a Gn
1,2); el v. 31 es una frmula aprobatoria como Gn 1,31 en sus obras Yahv se regocija.
Consideran el acto creador en los orgenes y aparece con frecuencia el cuidado continuo
que Dios brinda a sus criaturas; el Salmo 104,29-30 afirma categricamente la
dependencia de todos los seres vivos respecto del soplo divino, que les permite vivir y
persistir. Aspecto sustentador que se desarrollar en la categora de providencia.
La literatura sapiencial. Va a imprimir un nuevo giro a la doctrina de la creacin
dirigindola a la contemplacin de los atributos de Dios - reflejados en la estructura ontolgica y
en las cualidades del ser creado - y a la extraccin de consecuencias para la conducta humana.
La creacin, analizada en s misma, como ingrediente de una especie de teodicea
elemental y fundamento del orden moral, a fin de esclarecer el misterio del mundo y de la
condicin humana (influencias del pensamiento helenista). Ahora se trata de la problemtica de
la inteligibilidad de lo real, el buen uso de las criaturas, el sentido de la existencia La
preocupacin no es la ortodoxia sino la praxis
Proverbios 3,19.21 y 8,22-23 sealan el orden del mundo que emana de la suprema
sabidura divina, nada es atribuible al azar o a un destino caprichoso o incierto.
Proverbios 8 presenta dos rasgos notables: el aspecto de actividad ldica que ha
supuesto para Dios la creacin v. 30b-31 y la clara asercin de la preexistencia de Dios respecto
del caos v. 24; consecuencia de este actuar divino con sabidura es que el hombre tambin acte
Los autores de cosmogonas se limitaban a compilar, combinar, retocar viejas ideas pero la invencin pura no
formaba parte de su arte.
18
Schmidt cree que este Salmo es posterior a P, Beauchamp estima que el vocabulario arcaizante refleja un
pensamiento anterior a la redaccin de P.
19
Teologa de la Creacin
19
sabiamente: especulacin - imitacin - seguimiento religioso del ser de Dios slo as el hombre
puede penetrar el abismtico secreto del mundo.
Job y Eclesiasts son las cimas de la crisis de sentido que producen la aparente
incomprensibilidad de hechos que ensombrecen la existencia; los autores inspirados mantienen
el principio de que todo, incluso el dolor del justo sufriente ha de significar algo, slo que Dios
est demasiado alto para penetrar sus designios y la realidad es demasiado densa y opaca para
que el hombre pueda esclarecerla hasta el fondo.
Job 28 es un poema sumamente extrao donde se ponen juntos las posibilidades
tcnicas del hombre v. 1-11 y la constatacin resignada de que hay un ltimo estrato de realidad
que queda inaccesible al control humano. Los v. 23-28 muestran que slo Dios posee el secreto
de la creacin y que la verdadera sabidura es alcanzable slo en la comunin con Dios. El
captulo 38 muestra un Dios que toma la palabra para abrumar al hombre con el misterio de su
trascendencia. Job 42,1-3 termina inclinndose ante este misterio indecible.
El Qohlet (Eclesiasts) 3 invita a reconciliarse con la majestuosa grandeza de la
creacin y prestar odos a la sabidura que viene de Dios.
Eclesistico 1,1-6; 3,21-24 muestra la incompresibilidad de Dios y de su obra que est
en polmica con el afn desmesurado de entenderlo todo (tpica actitud racionalista del
helenismo) y la confianza inconmovible en su bondad y sabidura 16,26-30; 42,15-43,26. Ser
criatura implica depender enteramente de Alguien suficientemente grande, justo y
bondadoso que merece un crdito ilimitado y estar en disposicin de recibirlo todo de sus
manos.
El libro de la Sabidura. Perteneciendo al ltimo estadio redaccional del Antiguo
Testamento y escrito por un judo alejandrino en griego presenta un fuerte influjo platnico que se
manifiesta en 11,17 (Dios, como el demiurgo 20 del Timeo, ordena las cosas a partir de la informe
materia) y en 9,15, as como en el concepto de cosmos 21, queriendo asimilar las ideas y la
terminologa del medio cultural y rechazando lo incompatible; as rechaza el trasfondo dualista
afirmando que Dios cre todo 1,14; 9,1.2.9 y preexiste a cualquier otro ser, creando todo y
sostenindolo en el ser por puro amor 11,22-26. Es la idea de providencia 22 (prnoia: 14,3; 17,2)
cuyo contenido era conocido en Israel. El orden que reina en un mundo que es cosmos conduce
al conocimiento de su creador 13,1-5. La ltima parte del libro 19,6-9.18-22 vuelve a afirmar que
la creacin es preludio, marco y funcin de la alianza: el mundo es para el hombre y el
hombre para Dios, ambos son magnitudes abiertas que se van haciendo en el dilogo
El libro segundo de los Macabeos. Es contemporneo a Sb y escrito en griego; 7,28
expresa el trmino de un largo proceso de decantacin que busca adecuar el lenguaje a la idea
que se quera transmitir al hablar de la accin creadora de Dios a partir de la nada (ouk ex
nton) lo hizo Dios, alcanzando una precisin teolgica irreprochable. Las frmulas
aproximativas (el caos de Gn 1) y las expresiones desafortunadas (la materia informe de Sb 11)
son superadas precisando las intuiciones latentes en la viejas aseveraciones: la creacin de todo
por Dios, la repulsa de cualquier forma de dualismo, la unicidad y soledad de Dios al crear, la
creacin por la palabra, etc. 23 Es un texto que nace en un contexto vital muy semejante al de los
profetas del exilio; la creacin como motivo de esperanza frente al martirio y como
argumento en favor de la fidelidad de Dios a su alianza.
Del gr. dhmiourgj, creador. Fil. Dios creador, en la filosofa de los platnicos y alejandrinos. Fil. Alma universal,
principio activo del mundo, segn los gnsticos.
20
21
22
Los textos de Rm 4,17 (Dios llama las cosas que no son - ta me nta - para que sean) y Hebreos 11,3 (lo que se
ve deviene, por la palabra de Dios, de lo que no aparece - me ek fainomenon -) se sitan cerca de este texto.
23
Teologa de la Creacin
20
Schmidt distingue dos estratos en la redaccin definitiva del texto: el tradicional, procedente del mito y el
interpretativo, procedente de P. Steck sostiene la hiptesis de la unidad redaccional: el relato entero procede del
redactor sacerdotal aunque haya tomado materiales de procedencia mtica - no puede obtenerse una maqueta
mtica subyacente -. Beauchamp sostiene que la interpretacin teolgica de P aporta al texto la armadura esencial
y, probablemente, una parte del material dell que est hecha esa armadura pero no cree posible una reconstruccin
del texto en dos niveles ntidamente separados.
24
Teologa de la Creacin
21
UNIDAD II
25
26
Los himnos de cristologa csmica son con toda seguridad, prepaulinos y pertenecen a la primera liturgia cristiana.
Teologa de la Creacin
22
La creacin en Pablo.
Educado en la escuela farisaica est familiarizado con el AT y sobre esos elementos de
la revelacin veterotestamentaria desarrollar la doctrina de la creacin en la lnea cristolgica. 1
Co 11,12 y 10,26 resumen el ncleo de la fe creacionista del AT; en 2 Co 4,6 y Rm 4,17 aparece
el tema de la creacin por la palabra (cf. la nota 24 de 2 Macabeos 7,28); el acto creador no se
agota en el pretrito remoto, sino que es una presencia continua y operativa de salvacin,
que puede ser creda porque quien la anuncia es alguien que puede hacer pasar del no ser al
ser; la sotereologa domina sobre la cosmologa.
El Dios creador mantiene permanentemente en el ser a todo, Rm 11,36 y da la vida a
todo, 1 Tm 6,13 (detrs est la sabidura veterotestamentaria y la filosofa helenista 28). Rm 1,19
ss. sostiene la misma tesis que Sabidura 13: sirvindonos de la analoga podemos llegar desde
el conocimiento de las criaturas al creador (la expresin usada permite dos interpretaciones: 1.
Dios es cognoscible desde que el mundo creado existe - el acto creador es revelador -; 2. A
travs de lo hecho por l, el Dios invisible es visto como al trasluz); sin embargo las huellas de
la accin de Dios han sido deformadas, Rm 8,20-21, y no reflejan con fidelidad la armona y el
orden csmico. Deformacin que reclama una restauracin, una nueva creacin.
Cristo es mediador de la creacin. 1 Co 8,5-6 y Col 1,15-20 afirman que el mundo ha
sido creado por y para Cristo. Cristo aparece al lado del Padre en el papel de creador. En Rm
11,36 Dios (el Padre) ostenta todas las funciones creadoras: un nico agente, la causalidad
fontal, mediadora y final del todo. Aqu, la totalidad de la realidad creada es efecto a la vez del
Padre y del Hijo (se usan preposiciones diferentes: ex y es para el Padre y un doble di para el
Hijo) pero con causalidades de diverso plano: uno es principio y fin y el otro es el mediador de la
creacin como y porque lo es de la salvacin.
Esta funcin mediadora atribuida al Hijo estaba preparada por la literatura sapiencial,
que conoce una sabidura hipostasiada que asista a Dios en el acto creador o por la que Dios
haba realizado tal acto Pr 8,22 ss.; Si 24,1-9 y que el NT ha identificado con la persona real de
Jess el Cristo 1 Co 1,24.30.
Supuesta la correspondencia salvacin-creacin establecida en el AT, ejercer una
funcin es ejercer la otra: si Cristo es el mediador nico de la salvacin 1 Tm 2,5, ha de serlo de
la creacin; el ser y el ser salvado proceden de un nico principio, pero ese papel mediador
Cristo lo realiza en dependencia de aquel de quien todo procede. La creatividad del Padre y la de
Cristo son distintas pero ambas divinas, de tal modo que el mundo y los hombres se
encuentran religados ontolgicamente al Dios Padre y al Seor Jesucristo. La fe cristiana
en la creacin se separa de las cosmovisiones paganas y mitologas populares y de la fe juda; lo
cosmolgico es absorbido en lo cristolgico-soteriolgico 29.
Si Bultmann dice que el concepto de prnoia es inexistente en el NT es slo en cuanto precaucin para evitar la
confusin entre la idea bblica de providencia y la idea homnima de los estoicos, que patrocinaban una visin
determinista de la realidad.
27
La tica estoica se funda en su determinismo csmico ya que, para los estoicos, la ley que rige el universo es el
mismo fuego inteligente o logos divino que toca nuestra alma. Ante el determinismo csmico, la actitud del sabio
solamente puede ser la de aceptar el destino, ya que todo est regido por la providencia del logos. En este
sentido, puesto que todo est sometido a la providencia, todo es racional y justo. De esta manera identifican
destino (+:"D:X<0) y providencia ().
El pantesmo estoico conoce expresiones anlogas; con todo, este Dios de Pablo no tiene nada que ver con el
principio impersonal de la Sto; el inmanentismo (del latn inmanere, quedarse en; caracterstica, opuesta a la
trascendencia y a lo trascendente, de todo aquello que se sita en el interior del mundo o dentro del lmite de la
experiencia humana. Cuando se opone explcitamente a lo trascendente, subraya que no existe un orden de cosas
distinto, que est ms all o por encima de lo que se denomina universo) pantesta est lejos de la mente del
apstol as como el pensamiento de un transcendentalismo divino que haga de Dios un ente extrao al mundo,
incgnito e inaccesible.
28
Teologa de la Creacin
23
16 b-18 a
18 b-20
Cristo salvador
En Cristo, icono de Dios, ste ha hecho el boceto, la idea, el proyecto del mundo; es el
paradigma o imagen arquetpica (concepcin sapiencial helenstica y juda que insinuaban Pr
8,22 y Sb 9,1-2.4 31): en la sabidura y en la palabra divina se ha hecho todo; horizonte de
Este texto tiene un origen prepaulino; la naturalidad con que se habla de la dimensin csmica de Cristo como
sobreentendido indica que la idea era conocida previamente. Pablo incluye esta reflexin ante un problema de orden
prctico: que hacer frente a las costumbres paganas; confesar la fe en la creacin incide en la vida cotidiana.
29
30
Se plantea un problema cristolgico: una real preexistencia del Cristo encarnado y no slo del Logos sarkos
Tambin pudo influir las especulaciones de Filn sobre el logos divino: Dios no se relaciona directamente con el
mundo material sino a travs del Logos, que es propiamente el agente creador, concebido por Filn como el
pensamiento y la palabra divina. Este Logos creador es, simultneamente, expresin del intelecto divino y
primera hipstasis del Uno (tesis que ser posteriormente desarrollada por Plotino y los neoplatnicos), y es el
31
Teologa de la Creacin
24
Ideologa sincretista (que trataba de conciliar doctrinas diferentes) que amalgamaba elementos de diversa
procedencia y atentaba contra el primado absoluto de Cristo. La gnosis separa dramticamente Dios y mundo,
creacin y redencin.
33
Teologa de la Creacin
25
elementos de la naturaleza. El creyente debe participar del Seoro de Cristo sobre todo, 1 Co
3,21-23; Ga 5,1.13.
La creacin en Juan.
El prlogo de Juan es una de las cumbres de la cristologa neotestamentaria y un
testimonio clave de la fe cristiana en la creacin. Juan 1 quiere ser un nuevo Gnesis a la luz del
acontecimiento Cristo: las frmulas en el principio, alusin a la creacin por la palabra, la
referencia a la luz y las tinieblas; el resto del captulo 1 y 2 reproduce el esquema semanal de Gn
1 (cf. nota de la Biblia de Jerusaln Jn 2,1), marcando: la obra recreadora del Verbo, la
manifestacin de la gloria, nacimiento de la fe = nuevo principio vital.
El en arj de Juan remite a la eternidad atemporal del Logos-Dios, preexiste y es
mediador de la creacin, revela y salva, vuelve a Dios despus de cumplir su misin. Ideas que
se pueden representar con una parbola invertida cuya base se apoya en la tierra : el
pensamiento sale de la eternidad de Dios para tornar a Dios pasando por el mundo:
Movimiento descendente
v. 1-2 Logos junto a Dios
v. 3 papel creador
v. 4-5 autodonacin a los hombres
v. 6-8 testimonio de Juan
v. 9-11 el Logos viene al mundo
Apoya en la tierra
12-13
Por el Logos somos hijos de Dios
Movimiento ascendente
v. 18 Hijo junto al Padre
v. 17 papel recreador
v. 16 autodonacin a los hombres
v. 15 testimonio del Bautista
v. 14 encarnacin
Confluyen la vieja reflexin teolgica sobre la palabra y las especulaciones del judasmo
tardo sobre la sabidura divina, resaltndose la unidad entre la palabra divina de Gn 1 por la que
Dios crea y revela al principio y la palabra encarnada con la que la accin y la revelacin llegan a
su plenitud.
Carcter preexistente y divino del logos; por l todo, sin l nada (una oracin asertiva y
otra en paralelo antittico) condensa la esencia de la fe cristiana en la creacin 34; el por del v. 3
ensea que el Logos ha participado activa y directamente en el surgimiento de la realidad
creada; en 17 b el por muestra que ese mismo Logos es el salvador, el hacedor de la gracia y la
verdad, pero pasando por la encarnacin = Jesucristo, y ambos versculos marcan la
universalidad de ambos influjos; gracia-verdad compendian todos los bienes salvficos que
proceden exclusivamente de la causalidad mediadora de Jesucristo.
Correspondencia entre creacin y salvacin, intercalados por la encarnacin del creador
y salvador. La obra de la creacin se orienta decididamente hacia la antropologa, y el mundo
seala el mundo de los hombres, el mbito existencial de los hombres, orillando la cosmologa.
El Logos crea todo, dispensa permanentemente la vida: vitalidad y coherencia provienen de la
vitalidad inagotable del Logos. El v. 18 manifiesta su funcin reveladora.
Con lenguaje distinto, las mismas ideas. El Logos en el comienzo del ser de las cosas,
las mantiene; la causalidad final la encontramos en el corpus jonico Ap 1,17 y 22,13 el primero
y el ltimo el alfa y la omega el principio y el fin de todas las cosas.
Creacin y salvacin en Cristo. La fe en la creacin no impone una determinada
imagen fsica del mundo; se trata de un discurso soteriolgico, no cosmolgico ni ontolgico.
Documento base de la doctrina creacionista es Juan 1 y no Gnesis 1, ya que le falta el
elemento decisivo: el hecho-Cristo. A las lecturas trgicas, fatalistas o agnicas la fe en la
creacin tiene un rasgo optimista, irradiando un hlito de confianza en la realidad. Ha de
convalidarse la fe en un Dios-amor del que todo procede ante las dificultades que plantea el
problema del mal. El mal no puede ser el ncleo central de lo real ni relegar el bien a la periferia,
ser esclarecido bblicamente por la soteriologa y la escatologa. Si Cristo es el fin nico de todo
Algunos sostienen que en esta frase se formula la creatio es nihilo, la katabol ksmou de 17,24, que no es una
ordenacin de una materia catica.
34
Teologa de la Creacin
26
lo creado, todo es redimible y salvable; todo fue hecho por el todo subsiste por l todo ser
para l NO HAY DOS PRINCIPIOS NI DOS FINES La fe en la creacin es optimista, porque
en su lgica se incluye la esperanza en la consumacin. Rm 8,35-39. Fe en la creacin y praxis
cristiana. La unidad en Cristo de los dos rdenes de la creacin y de la salvacin tiene efecto en
el terreno de la praxis, es ticamente operativa; Cristo ha hecho efectivo el sueo de la
reconciliacin de todas las cosas, las de la tierra y la del cielo Col 1,20.
Teologa de la Creacin
27
UNIDAD III
35
Problemtica tica
Se plantea el problema de la existencia del mal el mal
puede proceder de Dios?
La tesis DUALISTA postula un principio malo junto al
principio bueno = DUALISMO 37:
La materia es mala, hay que despreciarla
El espritu es bueno, hay que exaltarlo
Para esta parte se puede consultar: JUAN L. RUIZ DE LA PEA, Teologa de la creacin, p. 89-113; JOS
MORALES, El misterio de la creacin, p. 63-122.
35
MONISMO. (Del griego , monos, uno) Doctrina acerca de que todas las cosas son uno. El trmino lo
introduce en filosofa Christian Wolf (1679-1754), en su Psychologia rationalis ( 32; 1734) - si bien el concepto se
halla ya en Aristteles -, aplicndolo a los sistemas filosficos que sostienen la existencia de una sola clase de
sustancia, sea la mental o espiritual sea la material, o de un solo principio, espiritual o material, que pueda explicar
el conjunto de la realidad. En general, es reduccin de las cosas a una unidad, y esto puede suceder en el orden
ontolgico y en el orden epistemolgico, pasando en este caso a llamarse monismo metodolgico. El monismo
pretende eliminar las oposiciones y diferencias existentes entre las diversas clases de realidad o distintos niveles de
realidad: entre Dios y el mundo, convirtindose entonces en pantesmo; entre la mente o alma y el cuerpo o materia,
llamndose en este caso monismo psicofsico. Son sistemas monistas, en la antigedad, la filosofa de Parmnides,
el atomismo y el estoicismo; en la edad moderna, la filosofa de Spinoza es el paradigma monista por excelencia,
que halla su versin idealista en Schelling y, sobre todo, en Hegel.
36
DUALISMO. (Del griego , dyas, el primer nmero par, que representa la indeterminacin y que, junto
con el primer impar, , hen, el uno, da origen a toda la serie de nmeros naturales, segn los pitagricos) En
general, la tendencia (simplificadora) a suponer que las cosas se explican por la existencia de dos principios,
irreductibles el uno al otro, y no por uno (monismo) o por muchos (pluralismo). Existen sistemas filosficos y
concepciones del mundo construidos a partir de este supuesto, o que le otorgan un papel importante. As, el
mazdesmo persa, religin fundada por Zoroastro, que profesa un dualismo tico presidido por Ormuz y Ahrimn, y
el maniquesmo, que admite el principio del bien y el del mal, o la Luz y la Oscuridad; el dualismo de Platn, que
afirma la existencia de dos mundos, el visible y el inteligible y, sobre todo, la interpretacin que del hombre hace
Descartes, como compuesto de dos sustancias irreductibles, mente y cuerpo, tan propia del pensamiento occidental
y que ha llevado histricamente a los problemas de la relacin mente-cuerpo. En la tradicin presocrtica destaca el
pitagorismo como filosofa basada en la oposicin entre dualidades, que tienen una gran semejanza con las de la
tradicin oriental del Yin y el Yang.
37
Teologa de la Creacin
28
ESTOICISMO
Trascendencia divina
El mundo en cuanto cosmos es efecto de una entidad
Materia originaria informe especie de antidios increado ordenadora = lgos spermatiks
y eterno coexiste con Dios
El mundo en cuanto cosmos es efecto de una entidad
ordenadora = demiurgo
El mundo no es algo situado frente a una alteridad que lo funda como magnitud finita y contingente sino por el
contrario tiene carcter eterno, sin nacimiento y sin muerte, sin principio ni fin sin exterioridad
Este hecho puede justificarse en las preocupaciones antimodalistas (que inclinaban a separar las funciones de las
tres divinas personas), o los peligrosos paralelismos entre el Cristo creador y el demiurgo ordenador de las filosofas
precristianas.
39
Teologa de la Creacin
29
Se instaura una ruptura categrica en dos reas neurlgicas, la cuestin de los orgenes y el estatuto ontolgico
del mundo y la materia
Dios es eterno e infinito el mundo temporal y finito MONISMO ONTOLGICO = NO
El mundo distinto de Dios distinto pero no opuesto DUALISMO ONTOLGICO = NO
Dios y mundo no son entidades homogneas podran enfrentarse NO porque los distancia un ABISMAL
DESNIVEL NTICO
La creatio ex nihilo entraa la superacin del monismo y del dualismo; hay una
relacin Dios-mundo en clave de alteridad jerarquizada, no conflictiva; Dios trascendente
es creador = impone distincin entre lo divino y lo mundano, pero no confusin; el mundo
no puede divinizarse ni deslizarse hacia el no ser La materia es dependiente e inocente
ontolgicamente De esto se ocupar la polmica antignstica
Gnosticismo: generacin y emanacin.
Movimiento dualista que aspira a explicar el problema del mal y el origen del mundo
material, malo 40. Indaga en la esencia del Absoluto, describe su gnesis, su desgarramiento, su
inmersin en lo distinto de s, su final reconciliacin consigo mismo. Se presenta como una
especulacin teosfica 41 sobre el devenir de Dios desde antes (o al margen) de la creacin. As
no hablan de creacin, sino de generacin. PESIMISMO METAFSICO 42
El gnosticismo, que como conjunto de corrientes aparecieron a lo largo del s. II, puede
considerarse como uno de los primeros intentos de crear una filosofa cristiana, pero efectuado
sin rigor y sometido a un sincretismo muy amplio, ya que aparecen en l mezclas de
neoplatonismo y otras filosofas helensticas, de elementos mticos, de la Biblia, de los
evangelios cristianos, del hermetismo, la cbala y el hebrasmo alejandrino (Aristbulo y Filn), y
de creencias religiosas mgico-astrolgicas y msticas orientales 43.
Dios trascendente
Eones
No es cognoscible
Seres intermedios emanados
No es creador ni tiene relacin con el Jerarquizados en rdenes descendientes
mundo
Demiurgo
Polo opuesto de la divinidad
El en ms inferior e imperfecto, incluso
maligno
Crea la materia
Se presenta al mundo sensible como Dios
nico, pero siendo imperfecto y engaador,
la materia es mala y principio del mal
Nombre dado a diversas doctrinas antiguas y modernas, as como al conjunto de ellas, que pretenden una
interpretacin filosfico-religiosa del mundo, el hombre, Dios y la vida de ultratumba, partiendo de la base de que el
alma humana, como irradiacin del alma universal, es capaz de la intuicin directa de lo sobrenatural y de
desarrollar fuerzas suprasensibles; incluye, por tanto, un aspecto ocultista. Su forma ms moderna es la doctrina de
Elena P. Blavatsky que pretende haber penetrado en su larga estancia en la India las tradiciones secretas de las
escuelas budistas y de los lamas. Un decreto de la Congregacin del Santo Oficio de 1919, confirmado por
Benedicto XV, declara la teosofa incompatible con la fe catlica.
41
42
La salvacin se consigue por el conocimiento y las sucesivas liberacin de las ataduras materiales
Sostienen un dualismo entre un Dios trascendente, que est ms all de todo conocimiento, y un ser prfido: el
demiurgo. Dios no es ni creador del mundo material ni tiene relacin con l, puesto que dicha relacin se efecta
mediante la emanacin de una serie de seres intermedios, los eones, jerarquizados en rdenes descendientes hasta
llegar al demiurgo, que representa el polo opuesto a la divinidad. El demiurgo es el en ms imperfecto y a l
atribuyen la creacin de la materia, razn por la cual algunos autores lo identificaron con el Yahv bblico. Dicho en
inferior e imperfecto (incluso maligno) se presenta al mundo sensible como Dios nico, pero es imperfecto y
engaador y, por eso, la materia (mundo de apariencias) tambin es mala y principio del mal. El cosmos aparece as
como este espacio dual a medio camino entre el bien y el mal, aunque con predominio de este ltimo.
43
Teologa de la Creacin
30
(mundo de apariencias)
Cosmos, es un espacio dual a medio camino entre el bien y el mal (predominando este ltimo); procede por emanacin (proceso
necesario y eterno, a travs de sucesivos intermediarios) del principio malo;
Materia, existi siempre y necesariamente
IRENEO (135-203)
TERTULIANO (155-222)
ORGENES (185-254)
Neoplatnico (Plotino 204-270) que intent,
sin acierto, un acercamiento al gnosticismo
Este mundo ha tenido comienzo y tendr un
fin (es preciso que haya habido siempre
criaturas)
Forma parte de una pluralidad de mundos
sucesivos
El mundo material es visto como un orden
medicinal, para castigo y expiacin de los
espritus pecadores
La corporeidad no es mala
MONISMO PANTESTA
Teologa de la Creacin
31
sino desde all son sin embargo non de Illo
sunt no de all son (ENFOQUE
FILOSFICO)
Creatio ex nihilo
(contra la materia
preexistente)
I, q. 46, a. 2
Creacin, cuestin de
relacin entre el creador y lo
creado
I, q. 45, a. 3
Propensin a verter la fe bblica en moldes cientficos, que en ese entonces era la Fsica platnica que era una
metafsica.
44
Secta nacida en los Balcanes se difundi por el sur de Francia, Renania e Italia septentrional; a s mismos se
llamaban ctaros puros pero su nombre ms conocido es el de albigenses (de Albi, ciudad francesa donde ms
se arraig).
45
Se utiliza el concepto simul, pero no como adverbio de tiempo (al mismo tiempo) sino de modo (cre la materia, lo
mismo que el espritu).
46
Teologa de la Creacin
Santo Toms la admite como
verdad de fe, pero es
imposible demostrarlo por la
razn
Ser creado por Dios totalmente
y no tener comienzo son
proposiciones contradictorias o
no? Piensa que no lo son
32
La causalidad creadora tiene
una originalidad absoluta (no
reductible al esquema
ordinario causa-efecto)
El error acerca de las
criaturas redunda en una falsa
opinin acerca de Dios
(Contra Gentes, 2,3)
Perodo histrico y cultural, comprendido entre 1350 y 1600, que se caracteriza, en un principio, por ser una
regeneracin, renovacin o restauracin del gusto artstico de acuerdo con los ideales de la antigedad
clsica y que, posteriormente, se distingue como una renovacin de la sociedad en general por el renacimiento de
la cultura clsica concebido, principalmente, por los autores humanistas.
47
Teologa de la Creacin
33
Gnther
(idealismo de Schelling y Hegel)
La creacin una especie de subproducto del proceso de
autorreflexin de Dios
El mundo la contraposicin de Dios
Dios es siempre y necesariamente autoconsciente, la creacin
es eterna y necesaria
El fin de la creacin es la felicidad de las criaturas
POSTCONCILIO
Reiterando la fe tradicional de la Iglesia el
Vaticano II no responda al problema de la
interpretacin cientfica del mundo ni a la
clave en que deban leerse los textos
bblicos relacionados con la creacin
VATICANO II
Descubrimiento de los gneros literarios y
renovacin de la hermenutica de los
textos bblicos creacionistas; integracin
de la visin evolutiva del mundo en la
teologa llevan a profundizar el concepto
bblico de creacin en el marco histrico salvfico que le es propio
D 1782-1784 + 1801-1805;
El evolucionismo (biolgico y csmico)
GS: imagen dinmica del mundo; el
1782: Dios creador de todo, real y
impact sobre los textos y pareci acabar mundo en cuanto creacin es, efecto
esencialmente distinto del mundo (contra con el antropocentrismo, relegando al
combinado de dos causalidades: la de
cualquier pantesmo)
hombre a la categora de eslabn en un
Dios creador y la del hombre creativo, 34
1783: a. Dios crea para manifestar su
cadena de fenmenos biolgicos
La creatividad humana es algo querido por
perfeccin a travs de los bienes
fabulosamente antiguos. Todo se pone en Dios signo de la grandeza de Dios y
impartidos a las criaturas (fin de la
movimiento; el mundo es un corriente
consecuencia de su inefable designio, 34
creacin); b. crea con librrimo designio dinmica, en devenir todo se relaciona Creacin, creatividad, creador: categoras
(absoluta libertad al crear); c. criatura y
con todo conexiones mutuas
legitimadas, complementarias y
creador no son consustanciales, (la
Cosmovisin dinmica imposibilidad de jerarquizadas
creatio ex nihilo opuesta a toda
concordismos dudas sobre la
Autonoma de la realidad creada: las
concepcin pantesta)
historicidad del relato genesaco En
criaturas gozan de sus propias leyes y
1784: con su providencia lo conserva y
1909 un decreto de la Comisin Bblica
valores 36, 59 y AA 7 se deploran
gobierna
ensea (D 2121-2128): el hecho de la
actitudes que no perciben esta justa
1805: creatio ex nihilo es la produccin
creacin y su ndole temporal es histrico autonoma del orden profano
de la cosas segn su entera sustancia
(real y no fabuloso) no se impone
Recuperacin de la dimensin cristolgica
aceptar en su sentido propio (literal) todas e histrico-salvfica de nuestra doctrina,
y cada una de las cosas no se debe
38 funcin csmica de Cristo, en el
esperar el rigor de una exposicin
momento inicial de la creacin, se ejerce
cientfica
permanentemente dinamizando y
orientando hacia la plenitud escatolgica,
38 y 39
Reinvindicacin de la causalidad final
(relegada tradicionalmente en favor de la
causalidad eficiente) Ya LG 2 propone
una interpretacin de la realidad creada
en clave teleolgica y cristolgica GS
34, 38 y 39 45 AG 3
Teologa de la Creacin
34
Teologa de la Creacin
35
El modo
El fin
El hecho de la creacin.
Al interrogante primordial: porqu existe el ser y no la nada? 49, la fe cristiana
responde con una tesis bsica: el mundo ha sido creado por Dios; el cristianismo elige un
trmino medio, absolutamente original 50 entre el dualismo y el pantesmo:
Dualismo
Cristianismo
Pantesmo
Pesimismo - El mundo material como MAL Todo procede de Dios
Optimismo ilusorio - El mundo BIEN
ABSOLUTO
Todo es bueno
ABSOLUTO
Dios trasciende infinitamente el mundo (divinizacin del cosmos)
El mundo posee una realidad propia
(distinta de la de Dios) - DIGNIDAD DE
LOS SERES MUNDANOS - El mundo es
un valor pero relativo
49
Es una pregunta formulada as por Leibniz (1646-1716) y reactivada ltimamente por Heidegger (1889-1976).
Puede comprobarse en el hecho de la inexistencia de un trmino especfico en las lenguas griega y latina, que
recogiese con precisin la idea de creacin.
50
La teologa cristiana ha efectuado una revolucin golpeando a las filosofas paganas demoliendo con sus
ataques las cosmologas del peripatetismo, del estoicismo y del neoplatonismo, los Padres de la Iglesia abren el
camino a la ciencia moderna Entre quienes sostienen este nexo entre creacionismo y el origen de la ciencia y de
la tcnica, se cuentan Prigogine, A. N. Whitehead, A. Kojve, A. Th. Van Leeuwen, Pierre Duhem (1861-1916) Cf.
RUIZ DE LA PEA, p. 118.
51
Teologa de la Creacin
36
creacin, de accin exclusiva y absolutamente divina para dar el ser a las cosas: all donde
est surgiendo algo indito, cualitativamente distinto, mejor y mayor que lo anterior
demanda otro factor causal, amn del empricamente constatable: la accin creadora de
Dios.
Causalidad creativa de orden trascendental, donde Dios opera desde dentro de la
causalidad creada informndola, potencindola, para hacer factible que ella misma traspase su
lmite; la accin divina no interrumpe la secuencia de las causas intramundanas (Dios se
degradara) y es efectiva a tal punto que es ella la que posibilita el proceso de plus-devenir de lo
real, que de otra manera restara inexplicado, a falta de razn suficiente.
Causalidad creativa de Dios. Dios causa eficiente (est en el origen de la criatura = da el ser a la criatura) y causa final (tira
hacia adelante la creacin = introyecta en la criatura una pulsin hacia el ser-ms)
Causalidad divina
Causalidad creada
(causalidad trascendente)
(causalidad inmanente: Dios opera desde dentro informando,
potenciando)
La expresin creatio ex nihilo recogida por el magisterio en D 428; 1783 y 1805 nos recuerda que
no hay nada que preexista a la accin no hay nada que quede extramuros de Dios no encuentra nada dado que
creadora, la motive o la funde, fuera de esa accin creadora
condicione de algn modo su obrar
Teologa de la Creacin
37
Dios
cumple una funcin negativa: sirve para drenar cualquier y una funcin positiva: porque nada queda al margen de la
residuo de dualismo en la representacin de los orgenes accin creadora, nada hay realmente existente que no
del cosmos
resulte alcanzado por la accin salvadora; al nada del
concepto de creacin responde el todo del concepto de
salvacin.
Es una expresin que esclarece de forma inmejorable la distancia que media entre los
demiurgos de las cosmogonas o las cosmologas filosficas que se hallan atados
necesariamente a su obra y el Dios de la Biblia:
nada lo condiciona - crea sin ser condicionado - lo condiciona todo y se responsabiliza de la existencia del mundo
el mundo por esto no puede fracasar la historia del mundo no acabar en fracaso DIOS ES GARANTE
La providencia
D 1784, expresada en Mt 6,23-34
remite a una bsqueda y realizacin
dinmica del orden y el equilibrio de
lo real
Conservacin de lo creado
(Categora demasiado exttica)
El acto perenne por el que Dios mantiene
en sus manos a los seres a los que llam a
la vida El matiz amoroso de este gesto es
subrayado por Sb 11,24 ss. y Hch 17,28 que
invitan a entenderlo ms con la categora
dinmica de fidelidad
Es la continuacin de la accin creadora I, q.
104, a. 1 53
Dios no es el ser lejano e indiferente del desmo 54, que abandona la creacin a su
inercia; no se trata de milagrerismo pueril ni de fatalismo supersticioso y sumiso; no son la
fortuna, el hado, el azar, los factores que presiden el mundo, sino la benevolencia de un ser
personal y paternal, que est en dilogo con su imagen. La paternidad de Dios especifica la
omnipotencia creadora si el creador es el Padre, Dios y el mundo mantienen una
relacin en cierto sentido familiar. Las nociones de providencia y creacin se co-implican
como la de omnipotencia y paternidad.
Entre creacin y conservacin no se trata de dos realidades distintas y yuxtapuestas; no
es sostenible la idea de un mundo slidamente asentado sobre s mismo, una realidad
autosatisfecha y autosuficiente; ni de un universo agrietado y convulso, excntrico y desfondado,
incapaz de fundarse a s mismo El Vaticano II recoge esta idea con atinada sobriedad la
criatura sin el creador se desvanece GS 36 As las ideas de conservacin y de creacin
denotan dos aspectos o momentos de una misma y nica accin divina: la actividad
conservadora de Dios es la efectividad del mismo acto creador. En tanto la historia no ha
alcanzado su consumacin Dios obra (= crea / salva) incesantemente en ella; estamos en
un rgimen de creacin continua, porque estamos en un rgimen de salvacin
permanente.
Expresadas cristolgicamente, Dios ha creado todo en, por y para Cristo; la puesta en
marcha del proceso (creacin) incluye su orientacin hacia Cristo (conservacin, gobierno,
VIARD A. - PHILIPPE M. -D., El misterio del gobierno divino, en A. D. SERTILLANGES, Iniciacin Teolgica. Por
un grupo de telogos. Tomo primero. Las fuentes de la teologa Dios y la creacin, p. 623-660; JOS MORALES, El
misterio de la creacin, p. 285-296.
52
Esta opinin identifica de hecho conservacin y creacin; Bonhoeffer: crear y conservar son las dos caras de una
misma accin divina; Moltmann: la teologa tiene que hablar de la creacin no slo al comienzo, sino tambin en la
historia y al final la creacin no es entonces un factum, sino un fieri; Tillich propone que se hable de la creacin
originante, de la creacin sustentante o conservacin y de la creacin dirigente o providencia
53
Una vez creado, el mundo posee una existencia autnoma, para mantenerse en la cual slo precisa que el Dios
relojero le d cuerda, regular u ocasionalmente.
54
Teologa de la Creacin
38
providencia); en Dios crear las cosas, mantenerlas en el ser y ordenarlas al fin no son iniciativas
diversas y sucesivas; son meros aspectos de un diseo nico, que cobra unidad y alcanza su
realizacin en la persona del Verbo encarnado:
Identidad de creacin, conservacin y
providencia
MARX
ENGELS
La nocin teolgica de creacin es
La accin creadora se ejerce sobre la
rechazable, porque infiere una relacin de materia que se mueve en su ciclo eterno
dependencia que equivale a una
(eterno retorno)
declaracin de nulidad
El hombre es creador del mundo en
cuanto homo faber: creatividad del trabajo
humano y de las relaciones de consumo
En este modo de ver las cosas se entienden la dependencia como nulidad; el ser
subsistente como un deberse la existencia a s mismo; el ser dependiente como no vivir por s,
sino por la merced de otro; el ser consistente y autnomo como el hacerse a s mismo, no
debiendo la existencia a nadie. Rebrotan las viejas cosmogonas mticas, se plantea la dificultad
de reconocer una existencia real a lo contingente, por lo que slo existe realmente lo que existe
necesariamente y el temor de que una relacin de dependencia acabe con la consistencia del
hombre, elementos caractersticos de toda ontologa pantesta.
Aceptar la tesis de una creatio ex nihilo implica aceptar la inesencialidad del mundo, su
nulidad ontolgica.
DEPENDENCIA DEL CREADOR
NO: esclavitud de la criatura
SI: liberacin
ACTIVIDAD DE LA CRIATURA
NO: atentado contra la obra del creador
SI: prolongacin de dicha obra, prevista y querida por el mismo
creador
Teologa de la Creacin
39
Las criaturas tienen un valor real y una dignidad otorgada por el acto creador, que no son
mera apariencia; en la encarnacin se ratifica el valor y la dignidad del ser creado son tales
que el mismo creador puede devenir criatura. Ninguna cosmovisin, ningn logos filosfico o
religioso ha fijado nunca una tan alta cotizacin a lo mundano. Debemos precavernos de
confundir teologa y teodicea, fe y razn, creacin y evolucin; discernir entre las dos formas de
discurso y reivindicar el carcter religioso del discurso que la teologa profiere.
El modo de la creacin.
Sobre la forma concreta en que Dios crea la escritura no dice nada por eso surge la
pregunta sobre si esto no contradice esta constatacin sobre el modo de la creacin. Sin entrar
en una descripcin del fieri de la creacin, sino desarrollando explcitamente los rasgos
inherentes a la accin creadora, nos limitaremos a explicitar dos caractersticas,:
La creacin es un acto libre de Dios
El mundo ha sido creado por Dios libremente. A esto se oponen dos dificultades:
desde un punto de vista metafsico:
el bonum est diffusivum sui, la plenitud de ser es
necesariamente comunicativa
El mundo como algo necesario para Dios PANTESMO (el
mundo es una parte de Dios)
La cosmogona se hace una teogona
acto creador = autognesis de Dios
la criatura = pierde su profanidad especfica es mera
apariencia
Debe darse por supuesta la inmunidad de toda coaccin externa; admitida la creatio ex
nihilo nada preexiste a la accin creadora, nada obliga desde fuera a Dios a crear; pero tambin
la inmunidad de toda necesidad interna, no hay nada en el ser de Dios que lo obligue a crear: el
mundo existe porque Dios quiere; ha otorgado el ser al mundo gratuitamente, por pura
prodigalidad la creacin es pura gracia = generosidad, dado que en Dios se identifican libertad
y liberalidad.
Esta gratia prima que se ordena a la gracia sobrenatural, como presupuesto, en el plan
de Dios. En la Biblia se insina esta libertad divina en el crear sin resistencia (inmunidad de
coaccin externa), crea llamando por pura liberalidad. El designio libre, gratuito de Dios preside
la historia de la salvacin; en el acto creador, se hace el primer paso Dt 7,6 ss; Rm 8,28 ss.; Jn
15,16; dentro de este contexto general hay que considerar los textos tradicionalmente aducidos
de Pr 8,22-31; Sb 11,25; Sal 115,3 y 135,6; Ef 1,11 (de-liberacin del entendimiento y decisin,
inclinacin activa de la voluntad excluye la coaccin lo llamado al ser es lo querido Dios
hace cuanto le parece bien).
La libertad de Dios, la doctrina cristiana de la creacin no se deduce metafsicamente, ni
filosficamente como atributo del ens necessarium, sino porque la escritura la presupone como
fundamento del orden sobrenatural, que procede del amor gratuito de Dios.
La creatio ex nihilo nos descubre que el amor es la textura de la realidad, su urdimbre
fundacional:
Ontologa del gape, del puro don gratuito que responde a
una teo-loga de la paternidad de Dios
Teologa de la Creacin
40
Necesidad de darse
Comunicatividad de quien ostenta la
plenitud del ser
OBJECIONES AUTNTICAS
En las PROCESIONES
INTRATRINITARIAS, se cumple
suficientemente
LA DOCTRINA DE LA TRINIDAD ES LA
PREMISA INELUDIBLE DE LA
DOCTRINA DE LA CREACIN
Obrar libremente es obrar por un fin y si la libertad est animada por un designio
amoroso, ese fin ha de ser bueno. De ah la visin optimista del mundo, caracterstica del
cristianismo 56, que cuenta en su haber con la encarnacin que avala y autentifica la
creacin. La realidad es una magnitud fundada, digna de crdito, vale la pena empearse
por ella a fondo, porque as lo ha hecho el propio Dios en la persona del Hijo (Jn 3,16).
Creacin en el tiempo. La astrofsica actual est interesada en el problema del
comienzo y trmino del proceso csmico, barajando diversos modelos de universo y discutiendo
su plausibilidad; la teologa debe tomar una postura propia por dos motivos:
La creacin es en orden a una historia de la salvacin Ha de
ser una entidad temporal (el tiempo es el supuesto bsico de
toda autntica historia una realidad sin comienzo, atemporal =
anhistrica)
La creacin es el primer acto de esa historia Tiene que ser
Los ms notables textos paletestamentarios (Gn 1 y Pr 8; su sabidura preexistente, etc.) contienen un atisbo o
sospecha de este misterio; que hizo posible la transposicin cristolgica - es decir trinitaria - de los mismos en el
Nuevo Testamento.
55
Pesimismo csmico de los gnsticos = el mundo es malo y no puede ser obra de Dios. Ni el optimismo
racionalista de Abelardo o Leibniz = este mundo es el nico que Dios puede crear, por lo tanto es el mejor de los
mundos.
56
Teologa de la Creacin
41
El gesto creador es histrico, es temporal, pero con una temporalidad nica, distinta de
la de cualquier otro evento. Decir que el mundo ha comenzado en el tiempo significa que no es
infinito, eterno ni inmutable, sino finito, temporal y mutable = lo creado no es divino, sino
mundano. EL MUNDO = CREACIN DE DIOS, no generacin (pantesmo), no degeneracin
(dualismo) de lo divino. La duracin del CREADOR = ETERNIDAD, la de la CRIATURA =
TIEMPO.
El cristianismo supera de modo original la disyuntiva o existe lo eterno 58 o existe lo
temporal 59 afirmando: EXISTE LO ETERNO, pues existe Dios; EXISTE LO TEMPORAL, pues
existe el mundo, que es algo real y distinto de Dios.
Para la Biblia la temporalidad es una nota constitutiva de lo mundano: Gn 1, es historia
que comienza, como lo refuerza la estructura hebdomadaria; Pr 8,22-26; Sal 90,2; Jn 17,24; Ef
1,4; 1 P 1,20. En el Nuevo Testamento se certifica cristolgicamente la correspondencia MUNDO
- TIEMPO:
Primado de Cristo sobre el mundo
Es antes del tiempo (Jn 8,58); su encarnacin representa la
plenitud de los tiempos (Ga 4,4); y su venida en poder
clausurar el tiempo (Ap 23,13)
El tiempo de nuestra experiencia histrica es tridimensional: se articula en la triple coordenada pasado - presente
- futuro; hablar de un comienzo del tiempo equivale a hablar de un tiempo bidimensional (le falta la dimensin
pasado); si hablamos del fin de los tiempos tenemos la misma dificultad (falta la dimensin futuro). Se deduce la
IRREPRESENTABILIDAD, la ndole enigmtica e indescriptible del principio y fin de la historia = el prton y el
schaton son acontecimientos lmite que no es prestan a ser plasmados imaginativamente, porque rebasan los
hbitos mentales de nuestra experiencia.
57
Platn y el pantesmo idealista; los seres temporales / mundanos son simple mmesis, imitacin o sombra del
mundo verdadero, que es el mundo de las ideas eternas.
58
59
Teologa de la Creacin
La creacin simul ab initio temporis
(denota una igualdad de origen de la
entera creacin, no simultaneidad
cronolgica)
42
transcribe el Lateranense IV pero contra
las diversas formas de pantesmo
Posibilidad teolgica de una materia eterna. Santo Toms no crea demostrable, fuera
de la revelacin, el principio temporal del universo:
El mundo es creado
no equivale a decir que ha comenzado
El mundo es eterno
no equivale a decir que es increado
pero ninguna filosofa o teora de la ciencia que defiende actualmente la eternidad de hecho de la
materia admitiran estas condiciones para dar el placet a esta tesis, demostrando que se sostiene por una
opcin metafsica previa ms que por motivos que provienen de datos empricos; el problema se ventila
en la esfera de la ontologa y no en la de las ciencias de la naturaleza.
Criatura
no existe por s misma (sino por el acto creador),
ni para s misma (tampoco tiene en s su fin su destino pende
de lo que su creador disponga)
Las metafsicas antiguas recurrieron a la teora del eterno retorno para justificar el dato de experiencia (fluir del
tiempo) frente a la afirmacin de la eternidad del mundo. El tiempo es visto como no real, ilusorio, no algo positivo,
que importa la fatalidad de un perpetuo comenzar para nunca acabar, como medida de la degradacin y alejamiento
del ser genuino Por esto quedaba solo el EVADIRSE del tiempo o de ANULARLO rehacindolo hacia atrs. En
estas metafsicas slo lo eterno es real.
60
61
Es este mbito la cuestin del fin solo puede esbozarse; el anlisis pormenorizado del fin de la creacin y de sus
contenidos concretos compete a la escatologa.
62
Teologa de la Creacin
43
procesiones intratrinitarias
Constituyen una esfera autosuficiente, fuera de la cual Dios
nada necesita
DIOS MISMO HA DE SER EL FIN DE LA CREACIN
AUNQUE DIOS CREA POR S Y PARA S, LO CREADO NO LE
DA NADA
Mayor y mejor libertad se da donde se obra generosamente, por graciosa liberalidad
EN NOSOTROS Hacer algo por o para nosotros excluye el desinters, el amor de benevolencia No es compatible el por m y el
por el otro
EN DIOS Crear para s es lo mismo que crear para participar su bondad, para comunicar bienes
Teologa de la Creacin
44
Teologa de la Creacin
45
MAL FSICO
MAL SOCIAL
segrega la cualidad concreta de lo maligno
(hiere, desgarra, hace sufrir)
Hay situaciones y realidades que cuando nos afectan lo hacen negativamente y hacen
de la existencia humana una experiencia agnica, trgica. Pero qu puede hacer la teologa
con esta cuestin?
NO ASPIRAR A EXPLICAR EL MAL
INDAGAR CMO PUEDA SER POSIBLE CREER DESDE LA
porque es una aspiracin presuntuosa y antiptica por
EXPERIENCIA DEL MAL
desmesurada 66 y no le compete exclusivamente a la teologa
Las presuntas explicaciones emprendidas por las teodiceas y La fe es compatible con la percepcin y el sufrimiento del mal
las teologas clsicas arrojan un saldo decepcionante 67
(Jess crey desde la experiencia del mal)
NO SE TOCAN LAS DIMENSIONES METAFSICAS DE LA CUESTIN
(propias de una ontologa o de una teologa natural)
No puede ni quiere
NO ES EL DIOS BUENO Y
ES IMPOTENTE
Puede y quiere
DE DNDE VIENE EL
MAL? PORQU NO LO
ELIMINA?
PETIT, El mal en el mundo, en A. D. SERTILLANGES, Iniciacin Teolgica. Por un grupo de telogos. Tomo
primero. Las fuentes de la teologa Dios y la creacin, p. 473-489; JUAN L. RUIZ DE LA PEA, Teologa de la
creacin, p. 157-174.
64
Del latn malum, mal, de malus, malvado; dao o sufrimiento, que se da en muy diversos mbitos; se habla por
ello de mal fsico, psquico, moral, metafsico y religioso, aunque pueden reducirse a dos clases: mal fsico y mal
moral. El mal moral es la libre decisin humana de actuar contra el bien. El mal fsico es el dolor o sufrimiento, en
todas sus formas, en el mundo. Se llama problema del mal a la difcil explicacin de la existencia del mal (fsico o
moral) en el mundo, en el supuesto de que ste ha sido creado por Dios, infinitamente bueno y omnipotente, que
adems lo conserva con su providencia. La tradicin filosfica de orientacin cristiana constituy la teodicea, o
justificacin de Dios, como parte de la filosofa destinada a poder explicar la presencia simultnea de los dos
extremos del problema: Dios y el mal. El maniquesmo explica la existencia del mal atribuyndola al principio del
mal, o de las tinieblas, o tambin a la hyle, materia. De Agustn de Hipona proviene la clsica nocin metafsica del
mal, propia de buena parte de la filosofa de tradicin cristiana, entendido como privacin del bien. Normalmente
la filosofa lo considera un absurdo y la teologa, un misterio.
65
El mal tiene entidad? Segn San Agustn y Santo Toms, el mal debe entenderse como ausencia de bien. Si la
Trinidad es fuente de todo bien, y la creacin es un acto libre de Dios, todo lo creado participa del Ser de Dios, es
dependiente de l. El mal existe como dependiendo de un ser participado pero NO EXISTE COMO SER CREADO,
no tiene entidad (ya que es una privacin de ser). Substancialmente no existe, Accidentalmente s. El Demonio,
existe en cuanto criatura, que libremente neg su fin que es el bien. Substancialmente sigue siendo bueno, pero
como accidente intrnseco que afecta su substancia, se torn malo y origin el Infierno, (un estado que existe
como accidente). El puro ENTE es DIOS. Nosotros somos entes por participacin. El Demonio es un ser bueno que
se torn malo. La tentacin, el mal, tiene una ENTIDAD DEPENDIENTE DEL BIEN.
El afn de los telogos de interpretar y hablar donde sera ms conveniente callar es realmente insoportable
SLLE D. citado en p. 158.
66
Una respuesta especulativa difcilmente acalle una pregunta vivencial; el ms irreprochable silogismo posea
virtualidades analgsicas.
67
Teologa de la Creacin
46
en consideracin la hiptesis
Dios
Adorno = trascendencia; M.
Horkheimer = aoranza de
lo absolutamente distinto,
esperanza de que exista un
absoluto positivo; Eugene B.
Borowitz = el atesmo no
arraig en la sociedad
superviviente al genocidio
Optimismo leibniziano
La cultura tecnocrtica
abarat el mal = error
Se cancela el mal
estructural de la
injusticia; mal fsico,
muerte = accidente
Optimismo
tecnocrtico
Choque con la
realidad como
terremoto
Guerras mundiales,
campos de exterminio,
bombas de napalm
Negacin de sentido
Atesmo volteriano
Nihilismo 69
nietzscheano
El mundo insensato
Antisentido despus de
Auschwitz, toda la
cultura es basura;
matar al optimismo,
acorazarse en el
pesimismo, aturdirse en
la desesperacin
El mal puede funcionar como antiteodicea, pero tambin como proteodicea; a la razn no
dispuesta a capitular ante la sinrazn del sinsentido absoluto y del a iniquidad irrevocable le resta
slo la anhelante sospecha de que, despus de todo, quiz exista un absolutamente otro que
salve in extremis a la realidad de la irracionalidad del mal. SOSPECHA RAZONABLE (aunque no
convalidable racionalmente) NICA ALTERNATIVA AL ABSURDO.
Si el mundo no es cosmos, si la existencia no posee
ningn sentido, la lgica racional debiera decretar la
dimisin de la vida
(Del latn nihil, nada) Trmino que empez a ser utilizado por los romnticos alemanes para referirse a las
doctrinas que propugnan la ausencia de convicciones verdaderas y, especialmente, la ausencia de valores.
69
Teologa de la Creacin
47
Ideal tico de los ascetas y de los epicreos consistente en alcanzar la imperturbabilidad a travs del dominio de
sus pasiones.
70
En la filosofa cnica e estoica, ideal tico consistente en la indiferencia hacia las emociones, las sensaciones,
conseguido mediante el ejercicio de la virtud.
71
Teologa de la Creacin
48
forma presumiblemente distinta)
Experiencia del mal y praxis de fe. El esclarecimiento del misterio del mal adviene por
la va de la praxis, no de la elucubracin terica. El mal no es problema de solucionar antes de
creer en Dios; el mal es la situacin en que Dios se nos ha revelado tal cual es; es un misterio a
esclarecer vivencialmente.
Cuestin ante la que ha fracasado la racionalidad secular: 1. Las diversas metafsicas;
el mal reducido al rango de subproducto residual de la finitud (Teilhard) Simple ausencia de
bien (Agustn, Toms) Sotereologas laicas postulan o prometen la abolicin del mal (El mal
= problema tcnico = optimismo neoleibniziano); 2. Teodicea; tiene dos respuestas al problema
del mal, las dos pertinentes deja el interrogante en suspenso; 3. Atesmo; No por decir, existe
el mal, luego Dios no existe se aclar el tema.
El cristiano afronta el mal animado por una doble certidumbre, CREER DESDE LA
EXPERIENCIA DEL MAL ES:
Creer desde la esperanza en una victoria sobre el mal
Creer desde la cruz = creer desde la esperanza en la resurreccin
Porque existe el mal, slo es creble como Dios un crucificado; pero porque el
mal no puede ser la ltima palabra, ese crucificado convalida su credibilidad en
tanto es aquel a quien el Padre resucit de entre los muertos
LINN WHITE
1967
El cristianismo ha rechazado el tiempo cclico
Confiando en un PROGRESO CRECIENTE e
ILIMITADO Cosmovisin vigorosamente
antropocntrica (en nombre de Dios el hombre USA
y ABUSA del mundo) ARROGANCIA CRISTIANA,
el hombre no es parte integrante de la naturaleza
misma
privilegiaron la responsabilidad
individual sobre los problemas de tica
social
W. FORRESTER
1971
El cristianismo = religin del crecimiento
exponencial
CARL AMERY
1972
La catstrofe que nos amenaza se gest bajo la idea
judeocristiana del Seoro ilimitado del hombre
sobre el mundo, Gn 1,28 = SOMETED, DOMINAD
dinmica imparable que desde el Constantinismo
(intromisin de la Iglesia en los asuntos temporales)
pas al control de las rentas agrcolas por los
seoros eclesisticos medievales, por la tica
calvinista del rendimiento hasta llegar a la moral
productivista y consumista actual
Es necesario volver los ojos a otros modelos de religiosidad donde se dejen de lado los
rasgos activo - racionalista en favor de los contemplativos - msticos (los representados en las
grandes religiones orientales); patrocinan as una cosmovisin pantesta, la neutralizacin de la
dialctica hombre - naturaleza y la reintegracin del hombre en el ritmo cclico.
Respuestas teolgicas a la crtica de los eclogos. La acusacin contra la fe bblica
en la creacin es histricamente injusta y exegticamente infundada. No se trata de hacer
72
Teologa de la Creacin
49
La consumacin
escatolgica abarca la
tierra
El telogo debe
denunciar y testimoniar
CONSUMO DE RECURSOS
Cada 10 aos
CONTAMINACIN
Cada 14 aos
PRESUPUESTOS MILITARES
Cada 6 aos
Teologa de la Creacin
50
humana. En esta visin ayudar a los pases para que no lleguen a la superpoblacin significa
no mandarles alimentos las bombas atmicas seran ms benevolentes 73.
Trasfondo tico del problema. La ciencia y la tcnica no pueden resolver siempre los
problemas; la tecnologa no basta para habrselas con el problema (no se puede absolutizar las
virtualidades de la ciencia; no basta la desnuda objetividad tcnico - cientfica). La catstrofe
ecolgica puede ser atajada nicamente a partir de una instancia tica que dirija y
controle los programas tcnico - cientficos (est incubada la conviccin de que hay
exigencias universales de orden tico que deben ser respetadas). Se trata de una opcin tica
que regule las posibilidades cientficas y que gue su utilizacin para el bien de la humanidad
entera. (Algunos como China reclaman una disposicin de fe - ciertamente fe secular -, una
asctica de la supervivencia).
Moral ecolgica, moral de solidaridad de la especie
NO egosmo personal y colectivo, codicia, hostilidad entres clases y naciones
SI altruismo, desprendimiento, fraternidad efectiva y sacrificada
OJO con la moralina de los mass media, con los disfraces de la moral (amoralidad, innmoralismo, desmoralizacin)
ANTROPOCENTRISMO PROMETEICO
Exaltacin del hombre en la cumbre de lo
real Sobrehumanismo eufrico de la
civilizacin tecnocrtica
HUMANISMO CREACIONISTA
Autntico centro de la realidad = un
ABSOLUTO ABSOLUTO de quien todo
depende incluso el absoluto relativo que
es el hombre El hombre es FIN pero no
fin ltimo
DIOS = NICO FIN que no mediatiza, sino que finaliza
Dios = consuma, confiere finalidad y sentido, plenifica Marca distancias entre los
seres, ordena segn su rango y los tutela en su autntico valor (escala de valores); distinto a la
confusin que adviene cuando desaparece esta unidad de medida, disolvindose las fronteras
y llevando a la disolucin, donde gana la naturaleza. Descartada la idea de Dios, las dos
alternativas restantes conducen a lo mismo = la victoria final de la naturaleza sobre el
hombre. Slo Dios, el Absoluto absoluto, puede legitimar un marco de valores intangibles,
inviolables, absolutos. Una vez eliminada la instancia teonmica queda la comn y universal
instancia cannica de la naturaleza.
73
Teologa de la Creacin
51
Teora de la
Teora de la identidad
Teora de la hipstasis
Teora de la fuerza
Teora de la
representacin
divina exterior
interpolacin
ngel de Yahv es lo
es un mensajero
es el mismo Yahv que una hipstasis de Yahv es un alma liberada; una una tarda interpolacin
mismo que decir Palabra perteneciente al mundo
se manifiesta en figura
fuerza divina exterior
introducida para evitar
de Dios
creado que acta en
humana
una descripcin
nombre de Dios y por su
excesivamente
encargo
antropomrfica de Yahv
La ms fundada parece la de la representacin, pues interpreta la funcin del ngel como la de un enviado por Dios ha hablar y a actuar si son
identificados no es difcil, en cuanto que un ngel puede identificarse normalmente con su mandante (no se excluye la teora de la interpolacin porque esta
solamente trata de explicar la razn de la insercin de este ngel)
Este ngel de Yahv se distingue netamente de los dems seres celestes; interviene,
como ningn otro ser celeste, en la misma vida de los hombres 77. A este ser personal,
religiosamente bien delimitado, le corresponde un funcin especfica en la historia; cuando se
habla de ella, se halla en el centro mismo del acontecimiento.
Si bien en los orgenes se les atribuan indistintamente tareas buenas o malas, despus
de la cautividad se especializan ms los cometidos anglicos y los ngeles adquieren una
BENOIST DAZY, Los ngeles, en A. D. SERTILLANGES, Iniciacin Teolgica. Por un grupo de telogos. Tomo
primero. Las fuentes de la teologa Dios y la creacin, p. 491-517; JOS MORALES, El misterio de la creacin, p.
187-210.
74
Representacin que procede del entorno cananeo y donde Yahvh contina siendo el nico poder creador en la
naturaleza y en la historia, y, por eso, los ngeles no tienen nunca una existencia autnoma ni gozan de ningn
culto.
75
Se trata de un ser divino, al que Yahvh confa una determinada misin, tras el cual la figura del ngel como tal
desaparece totalmente. En ocasiones no puede establecerse una distincin entre Dios y su ngel:: cuando se habla
de Yahvh sin hacer referencia a los hombres, encontramos Yahvh, pero cuando el hombre lo advierte, se habla
del ngel de Yahvh; con esto se protege la sublimidad de Yahvh (cf. Gn 18; Ex 23,20 ss.: slo su ngel ha de ir
con el pueblo, pues la santidad de Yahvh podra aniquilar a Israel).
76
Esta diferencia entre el ngel de Yahvh y los dems seres celestes se perdi con los LXX que aplicaban a
cualquier ser celeste el nombre de aggeloz; en los LXX ngel es traducido por aggeloz, la expresin ngel de
Yahvh como aggeloz kuriou y ngel elohim como aggeloz tou Qeou; como en hebreo, aggeloz se emplea tanto
para los enviados por hombres como para los enviados por Dios; el primero en diferenciarlos fue la Vulgata que
llama nuntius al enviado por hombres y angelus al enviado por Dios.
77
Teologa de la Creacin
52
calificacin moral en relacin con su funcin: ngeles buenos por un lado y Satn y los demonios
por otro, entre los cuales hay oposicin constante. Concepcin de un mundo espiritual
dividido que revela la influencia indirecta de Mesopotamia y de Persia 78. El pensamiento
judo usa a veces de una simblica prestada y sistematiza su representacin del mundo
anglico, sin renunciar en nada a su riguroso monotesmo. Lo que no cambia es el papel
asignado a ellos: velan por los hombres y presentan a Dios sus oraciones; presiden los destinos
de las naciones; explican a los profetas el sentido de sus visiones; reciben nombres en relacin
con sus funciones. La literatura apcrifa y rabnica trata de organizarlos en sistemas ms o
menos coherentes.
El NT recurre al mismo lenguaje tradicional; enumera los arcngeles, los querubines, los
tronos, las dominaciones, los principados, las potestades, se aaden las virtudes. Esta jerarqua
aqu se reordena en torno a la revelacin de Jesucristo. l los menciona como seres reales y
activos, con los cuales trata ntimamente; retomando la doctrina tradicional precisa su situacin
en relacin con el Hijo del Hombre: los ngeles le acompaarn el da de su parusa, ascendern
y descendern sobre l; l los enviar para reunir a los elegidos y descartar a los condenados;
estn a su servicio en el tiempo de la pasin y l podra requerir su intervencin.
Si bien Jess se rebaj por debajo de ellos en la encarnacin, a partir de su resurreccin
aparece claro que Dios los ha sometido a l, una vez que haban sido creados en l, por l y
para l. El mundo anglico se subordina a Cristo, reconocen su seoro y el ltimos da formarn
su escolta. En esta perspectiva los ngeles siguen desempeando cerca de los hombres los
cometidos que les asignaba ya el AT. Son mensajeros de comunicaciones sobrenaturales; se
encargan de la custodia de los hombres; presentan a Dios las oraciones de los santos; conducen
el alma de los justos al paraso; para proteger a la Iglesia llevan adelante en torno a Miguel el
combate contra Satn, que dura desde los orgenes 79.
Un vnculo ntimo enlaza as al mundo terrenal con el mundo celeste; en el cielo
los ngeles celebran una liturgia perpetua, a la que se asocia en la tierra la liturgia de la
Iglesia. Estamos rodeados de presencias sobrenaturales; esto exige de nosotros cierta
reverencia que no se ha de confundir con la adoracin 80.
En el judasmo tardo, la doctrina de los ngeles se ectiende ampliamente entre el pueblo, sin oposicin por parte
de los rabinos, pero rechazada por parte de los saduceos (Hch 23,8); se considera la fe en los ngeles como la
plenitud de la religiosidad veterotestamentaria, cuando no se haca de ella una realidad autnoma en s misma o se
la converta en un culto a los ngeles: los ngeles representan la omnisciencia y omnipresencia de Yahvh, forman
su cortejo y su squito, son sus mensajeros. Los ngeles hacen llegar a los hombres los misterios de Dios en el
espacio y en el tiempo Permanece viva la conciencia de que el creyente, a travs de las diferentes figuras
de ngeles tiene que habrselas siempre con la providencia de Dios y con su accin.
78
CATIC 332 Desde la creacin y a lo largo de toda la historia de la salvacin, los encontramos, anunciando de
lejos o de cerca, esa salvacin y sirviendo al designio divino de su realizacin: cierran el paraso terrenal protegen a
Lot, salvan a Agar y a su hijo, detienen la mano de Abraham, la ley es comunicada por su ministerio (cf. Hch 7,53),
conducen el pueblo de Dios, anuncian nacimientos y vocaciones, asisten a los profetas, por no citar ms que
algunos ejemplos. Finalmente, el ngel Gabriel anuncia el nacimiento del Precursor y el de Jess. 333 De la
Encarnacin a la Ascensin, la vida del Verbo encarnado est rodeada de la adoracin y del servicio de los ngeles.
Cuando Dios introduce "a su Primognito en el mundo, dice: 'adrenle todos los ngeles de Dios"' (Hb 1,6). Su
cntico de alabanza en el nacimiento de Cristo no ha cesado de resonar en la alabanza de la Iglesia: "Gloria a
Dios..." (Lc 2,14). Protegen la infancia de Jess, sirven a Jess en el desierto, lo reconfortan en la agona, cuando El
habra podido ser salvado por ellos de la mano de sus enemigos como en otro tiempo Israel. Son tambin los
ngeles quienes "evangelizan" (Lc 2,10) anunciando la Buena Nueva de la Encarnacin, y de la Resurreccin de
Cristo. Con ocasin de la segunda venida de Cristo, anunciada por los ngeles, stos estarn presentes al servicio
del juicio del Seor.
79
CATIC 334 De aqu que toda la vida de la Iglesia se beneficie de la ayuda misteriosa y poderosa de los ngeles.
335 En su liturgia, la Iglesia se une a los ngeles para adorar al Dios tres veces santo; invoca su asistencia (as en
el "Supplices te rogamus..." ["Te pedimos humildemente..."] del Canon romano o el "In Paradisum deducant te
angeli..." ["Al Paraso te lleven los ngeles..."] de la liturgia de difuntos, o tambin en el "Himno querbico" de la
liturgia bizantina) y celebra ms particularmente la memoria de ciertos ngeles (san Miguel, san Gabriel, san Rafael,
80
Teologa de la Creacin
53
Sea cual fuere la naturaleza y la estructura del universo espiritual que rodea a Dios y
ejecuta sus designios, es por sumisin a Cristo, dueo del mundo y salvador, como tal universo
es incorporado al plan divino de la creacin y de la redencin. As es como entra en el campo de
la fe cristiana.
Los ngeles son representantes del mundo celestial y mensajeros de Dios; cuando
aparecen, el mundo del ms all irrumpe en este mundo. La representacin del ngel guardin
se encuentra en Mt 18,10 como expresin del amor de Dios a los pequeos, y en Hch 12,15.
Segn 1 Co 11,10, los ngeles velan sobre el decoro. Los ngeles comunican el juicio de Dios
(Hch 12,23), actan en favor de los apstoles y les anuncian la voluntad de Dios.
Doctrina teolgica.
Quines son los ngeles. San Agustn dice respecto a ellos: "Angelus officii nomen est, non naturae. Quaeris nomen huius naturae,
spiritus est; quaeris officium, angelus est: ex eo quod est, spiritus est, ex eo quod agit, angelus" ("El nombre de ngel indica su oficio, no su
naturaleza. Si preguntas por su naturaleza, te dir que es un espritu; si preguntas por lo que hace, te dir que es un ngel"). Con todo su ser,
los ngeles son servidores y mensajeros de Dios. Porque contemplan "constantemente el rostro de mi Padre que est en los cielos" (Mt
18,10), son "agentes de sus rdenes, atentos a la voz de su palabra" (Sal 103,20) (CATIC 329). 330 En tanto que criaturas puramente
espirituales, tienen inteligencia y voluntad: son criaturas personales e inmortales. Superan en perfeccin a todas las criaturas visibles. El
resplandor de su gloria da testimonio de ello.
Detrs de la eleccin desobediente de nuestros primeros padres se halla una voz seductora, opuesta a Dios que, por envidia, los
hace caer en la muerte. La Escritura y la Tradicin de la Iglesia ven en este ser un ngel cado, llamado Satn o diablo . La Iglesia ensea
que primero fue un ngel bueno, creado por Dios. "Diabolus enim et alii daemones a Deo quidem natura creati sunt boni, sed ipsi per se facti sunt
mali" ("El diablo y los otros demonios fueron creados por Dios con una naturaleza buena, pero ellos se hicieron a s mismos malos").
[Concilio de Letrn IV] (CATIC 391). La Escritura habla de un pecado de estos ngeles. Esta "cada" consiste en la eleccin libre de estos
espritus creados que rechazaron radical e irrevocablemente a Dios y su Reino. Encontramos un reflejo de esta rebelin en las palabras del
tentador a nuestros primeros padres: "Seris como dioses" (Gn 3,5). El diablo es "pecador desde el principio" (I Jn 3,8), "padre de la mentira" (Jn
8,44) (392). Es el carcter irrevocable de su eleccin, y no un defecto de la infinita misericordia divina lo que hace que el pecado de los
ngeles no pueda ser perdonado. "No hay arrepentimiento para ellos despus de la cada, como no hay arrepentimiento para los hombres
despus de la muerte". [San Juan Damasceno] (393). La Escritura atestigua la influencia nefasta de aquel a quien Jess llama "homicida desde
el principio" (Jn 8,44) y que incluso intent apartarlo de la misin recibida del Padre. "El Hijo de Dios se manifest para deshacer las obras del
diablo" (1 Jn 3,8). La ms grave en consecuencias de estas obras ha sido la seduccin mentirosa que ha inducido al hombre a desobedecer a
Dios (394). Sin embargo, el poder de Satn no es infinito. No es ms que una criatura, poderosa por el hecho de ser espritu puro, pero slo
criatura: no puede impedir la edificacin del Reino de Dios. Aunque Satn acte en el mundo por odio contra Dios y su Reino en Jesucristo, y
aunque su accin cause graves daos - de naturaleza espiritual e indirectamente incluso de naturaleza fsica - en cada hombre y en la sociedad,
esta accin es permitida por la divina providencia que con fuerza y dulzura dirige la historia del hombre y del mundo. El que Dios permita la
actividad diablica es un gran misterio, pero "nosotros sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman" (Rm 8,28)
(395).
Cristo "con todos sus ngeles". 331 Cristo es el centro del mundo de los ngeles. Los ngeles le pertenecen: "Cuando el Hijo del
hombre venga en su gloria acompaado de todos sus ngeles..." (Mt 25,31). Le pertenecen porque fueron creados por y para El: "Porque en l
fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles, los Tronos, las Dominaciones, los Principados, las
Potestades: todo fue creado por l y para l" (Col 1,16). Le pertenecen ms an porque los ha hecho mensajeros de su designio de salvacin:
"Es que no son todos ellos espritus servidores con la misin de asistir a los que han de heredar la salvacin?" (Hb 1,14).
Idea de Dios general e indeterminada poder u
La misma Iglesia tampoco ha exigido en modo
Dios personal La omnipotencia, omnipresencia y
omnipotencia impersonal Un poder semejante no
alguno, en su credo fundamental, la fe en los
omnieficiencia de Dios hace intil la fe en los seres
puede tener acompaantes, mensajeros e enviados ngeles
anglicos
personales: el poder divino, concebido de modo
pantesta, reina l mismo sobre todas las cosas
Frente a esto, sorprende que en la literatura moderna, se mencione a los ngeles de un modo relativamente frecuente aparecen como figuras simblicas o como
portadores de revelaciones.
Las artes plsticas mantienen tambin una relacin enteramente positiva con el tema de los ngeles: su presentacin est aqu al servicio del enriquecimiento y
transfiguracin del tema religioso y esta mismas artes han configurado de un modo general la representacin de los ngeles, consciente o inconscientemente 81
Dado que en ninguna parte de la Biblia encontramos enseanzas o especulaciones sobre los ngeles y las jerarquas anglicas, sobre su naturaleza y esencia,
sobre su rango y funcin, es claro que este silencio estimula la curiosidad humana y ha llevado a especulaciones en muchas doctrinas dogmticas posteriores. Su
existencia no es demostrable objetivamente, pero esta imposibilidad de una comprobacin puede hacer concluir de que no existe ni puede existir ningn ser
anglico?
El testimonio bblico sobre los ngeles hace un servicio a la fe cristiana, ante todo
porque le recuerda la grandeza y profundidad de la creacin de Dios: este mundo visible y
experimentable, con sus manifestaciones y fuerzas, de las que el hombre puede disponer y que
le son accesibles, no es toda la creacin. Dios ha llamado a la existencia a mundos y criaturas y entre ellos los ngeles - que estn ms all de la realidad disponible y accesible al hombre, y
de los que, sin embargo, podra l tener experiencia.
los ngeles custodios). 336 Desde la infancia a la muerte, la vida humana est rodeada de su custodia y de su
intercesin. "Cada fiel tiene a su lado un ngel como protector y pastor para conducirlo a la vida". Desde esta tierra,
la vida cristiana participa, por la fe, en la sociedad bienaventurada de los ngeles y de los hombres, unidos en Dios.
Es muy probable que la comprensin del origen pagano de la representacin corriente de los ngeles ha
contribuido esencialmente a abandonar la creencia en la existencia de los ngeles.
81
Teologa de la Creacin
54
Saduceos, racionalismo iluminista del siglo XVIII, materialismo en sus distintas variantes, autores protestantes
que los consideran un mito bblico necesitado de nueva interpretacin (Rudolf Bultmann Paul Tillich).
82
El libro del exgeta alemn HERBERT HAAG, Adis al Demonio, negaba que el ngel cado al que la Sagrada
Escritura denomina Satans fuera un ser personal. A esto le respondieron varios telogos e indirectamente Paulo VI
(LOsservatore Romano, 16-11-1972) y el documento de la CONGREGACIN PARA LA DOCTRINA DE LA FE de
junio de 1975 al afirmar que Es verdad que a lo largo de los siglos, la existencia de Satans y de los demonios
nunca ha sido hecha objeto de un afirmacin explcita de su magisterio. La razn est en que la cuestin nunca se
plante jams en estos trminos: tanto los herejes como los fieles estaban de acuerdo en reconocer su existencia
y sus actividades perversas la existencia del mundo demonaco se revela como un dato dogmtico en la
doctrina del Evangelio y en el corazn de la fe vivida.
83
Al conjunto de lo creado le faltara plenitud y perfeccin cf. Catecismo alemn para adultos, p. 115. Los autores
escolsticos aplicaron con energa el pensamiento puro a los ngeles e hicieron con ello avances positivos en el
campo de la lgica y de la metafsica, guiados siempre por preocupaciones teolgicas. Sobresale la sntesis de
Santo Toms que constituye una presentacin rigurosa de una ontologa completa acerca de los seres anglicos,
construida a partir de la filosofa tomista.
84
Teologa de la Creacin
55
en el gobierno divino de las cosas, los seres anglicos sirven a los caminos e iniciativas
de la Providencia.
Para reinterpretar se deber tener bien presente que, segn el testimonio bblico, los
ngeles son mensajeros de Dios en el mundo, en el que realizan su voluntad; que estn al
servicio de los hombres, del pueblo de Dios, y que existen en relacin con los hombres. Los
ngeles sealan la presencia del ms all en el ms ac del misterio de Dios en el mbito
de las posibilidades conocidas (Barth). Pero el hombre debe poner su fe y esperanza en el
Dios vivo, que se ha revelado en Cristo y que, entre otros poderes, se sirve tambin de los
ngeles, para proteger, custodiar y guiar a los suyos hasta el cielo 85.
Deberamos considerar adems: a. las funciones que el ngel puede ejercer: 1.
Puede abrir los ojos a los que estn en peligro para que reconozcan la posibilidad de salvacin;
2. Puede anunciar por medio de la palabra y realizar por medio de su accin la salvacin; 3.
Puede desempear una funcin protectora; 4. Transmitir un encargo o una palabra de Dios para
ser difundida; 5. Tambin puede ser portador de ruina y perdicin; b. su presencia no est
ligada a ningn lugar o tiempo determinados, sino que encuentra a los hombres all donde
estn: en el camino, desierto, trabajo, campo (Gn 16,7; 21,17; Jue 6,11 ss.; 13,9 ss.); c. los
hombres no los reconocen de inmediato, sino que se dan cuenta de con quin han tratado
nicamente despus de que se ha marchado o cuando se le abren los ojos para que los
reconozcan (Gn 16; Jue 6 y 13; Nm 22,31); d. reconocerlos suscita temor (Jue 6; 13) 86.
UNIDAD VII: CUESTIONES FRONTERIZAS 87.
Relaciones fe - ciencia. La mentalidad positivista. Fe - ciencia: de la beligerancia y a la
coexistencia pacfica. Modelos de universo. El dilema determinismo - indeterminismo. Azar o
finalidad? Materialismo y creacionismo. El genuino pluralismo emergentista.
La mutua complementariedad fe - ciencia.
Podemos resumir la reflexin de Ruiz de la Pea sobre las relaciones fe - ciencia, en
seis afirmaciones bsicas:
1. La doctrina de la creacin no colisiona con las tesis cientficas comnmente
admitidas: Ninguna de las tesis en que se articula la doctrina cristiana de la creacin entra en
conflicto con las convicciones comnmente admitidas por los cultivadores de las ciencias de la
naturaleza.
2. Las cuestiones fronterizas arraigan en suelo metafsico: Las cuestiones
fronterizas entre fe y ciencia ni son ni pueden ser, por su propia naturaleza, estrictamente
cientficas, exclusivamente solubles por la va del saber emprico, todas ellas hunden sus races
en el subsuelo filosfico.
3. La indeterminacin es el estado natural de las ciencias ante las cuestiones
primordiales: Las ciencias de la naturaleza se ven afectadas por un autntico principio de
El libro de Enoch habla de protectores, ngeles guardianes que cuidan de los santos y justos; cada fiel est
asistido por un ngel; este ngel gua su vida y es a la vez su pedagogo y su protector (San Basilio).
85
Al orden de los principados, de los arcngeles y de los ngeles pertenece la funcin reveladora; l es quien, a
travs de los grados de su propia ordenanza, preside las jerarquas humanas, a fin de que se produzcan de forma
ordenada la elevacin espiritual hacia Dios, la conversin, la comunin, la unin y al mismo tiempo el movimiento
procesivo de Dios mismo La Escritura multiplica los nmeros ms elevados que conozcamos para revelarnos
claramente que el nmero de legiones celestiales escapa para nosotros a toda medida multitud de ejrcitos
bienaventurados que no son de este mundo, que superan el orden dbil y restringido de nuestros sistemas de
numeracin material y que slo pueden conocer y definir su propia inteligencia y su propia ciencia, que no es de
este mundo, sino que pertenece al cielo y que han recibido cual don perfectamente generoso de la
Tearqua(Pseudo Dionisio Areopagita). De Dionisio procede la cuidadosa e imaginativa divisin de los ngeles en
tres rdenes, compuesto cada uno de tres coros. Serafines, querubines y tronos forman el orden supremo y habitan
el umbral de la divinidad. El orden medio se halla formado por dominaciones, fuerzas y potestades. Los poderes,
arcngeles y ngeles ocupan el tercer lugar. JOS MORALES, p. 199.
86
JUAN L. RUIZ DE LA PEA, Teologa de la creacin, p. 175-273; JOS MORALES, El misterio de la creacin, p.
173-184.
87
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56
indeterminacin, derivado tanto de la ndole de las cuestiones mismas como de la legalidad del
propio discurso cientfico.
4. Es necesario discernir en el discurso cientfico la fsica de la metafsica: Los
telogos, habituados por su oficio a discernir la fe de las interpretaciones de la fe, deben
aprender a discernir anlogamente en el discurso cientfico lo que pertenece a la fsica de lo
que pertenece a la metafsica.
5. Materialismo y ciencia no son conceptos convertibles: La realidad no se reduce, y
por tanto, no es dada al cientfico como un todo de materia. El monismo materialista no es
compatible con la mentalidad cientfica, como lo muestran las conclusiones anteriores, porque
ella misma recla-ma y/o formula, fundamentaciones metafsicas para el sentido ltimo de sus
constataciones empricas.
6. El principio antrpico converge en Cristocentrismo: En razn de la encarnacin,
Cristo es verdadero Dios y verdadero hombre, sin confusin ni separacin - Dogma de
Calcedonia - y en l fueron recapituladas todas las cosas, todo fue puesto bajo su nombre.
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Teologa de la Creacin
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las galaxias visibles. Hasta que se comprenda el fenmeno de la masa oculta, este mtodo de
determinar el destino del Universo ser poco convincente.
Como la luz de las galaxias ms alejadas ha estado viajando cientos de miles de aos,
el Universo se observa como apareca en el pasado lejano. Al utilizar nuevos detectores
infrarrojos conocidos como series de gran formato, los astrnomos del Observatorio Mauna
Kea, en Hawaii, han registrado cientos de galaxias, las ms mortecinas jams observadas, la
mayora de ellas agrupadas a una distancia de 600.000 aos luz. Una anomala en esta visin
del Universo de hace 600.000 aos es que, ms que una mezcla de tipos galcticos,
predomina un tipo: una clase de galaxias pequeas y compactas que contienen muchas
menos estrellas que la Va Lctea u otras de su clase. Las jvenes galaxias espirales y
elpticas que se observan en la actualidad se pueden haber formado por la fusin de
fragmentos galcticos de masa baja, relativamente tarde en la historia del Universo, mucho
despus de la Gran Explosin, y pueden representar cada uno de los estadios en la evolucin
del Universo.
Muchos de los trabajos habituales en cosmologa terica se centran en desarrollar una
mejor comprensin de los procesos que deben haber dado lugar a la Gran Explosin. La teora
inflacionaria, formulada en la dcada de 1980, resuelve dificultades importantes en el
planteamiento original de Gamow al incorporar avances recientes en la fsica de las partculas
elementales. Estas teoras tambin han conducido a especulaciones tan osadas como la
posibilidad de una infinitud de universos producidos de acuerdo con el modelo inflacionario.
Sin embargo, la mayora de los cosmlogos se preocupa ms de localizar el paradero de la
materia oscura, mientras que una minora, encabezada por el sueco Hannes Alfvn, premio
Nobel de Fsica, mantienen la idea de que no es la gravedad sino los fenmenos del plasma,
la clave para comprender la estructura y la evolucin del Universo.
Teora inflacionaria.
Teora desarrollada a comienzos de la dcada de 1980 por el fsico estadounidense
Alan Guth para ayudar a explicar los acontecimientos de los primeros momentos de la creacin
del Universo. De acuerdo con la teora de la Gran Explosin o del Big Bang, generalmente
aceptada, el Universo surgi de una explosin inicial que ocasion la expansin de la materia
desde un estado de condensacin extrema. Sin embargo, en la formulacin original de la
teora del Big Bang quedaban varios problemas sin resolver. El estado de la materia en la
poca de la explosin era tal que no se podan aplicar las leyes fsicas normales. El grado de
uniformidad observado en el Universo tambin era difcil de explicar, porque de acuerdo con
esta teora, el Universo se habra expandido con demasiada rapidez para desarrollar esta
uniformidad.
Guth bas su teora inflacionaria en el trabajo de fsicos como Stephen Hawking, que
haba estudiado campos gravitatorios sumamente fuertes, como los que se encuentran en las
proximidades de un agujero negro o en los mismos inicios del Universo. Este trabajo
demuestra que la materia, incluida toda la materia del Universo, poda estar creada por
fluctuaciones cunticas en un espacio 'vaco' bajo condiciones de este tipo. As pues, la obra
de Guth utiliza la teora del campo unificado para mostrar que en los primeros momentos del
Universo pudieron tener lugar transiciones de fase y que una regin de aquel catico estado
original poda haberse hinchado rpidamente para permitir que se formara una regin
observable del Universo.
Hawking, Stephen William (1942- ).
Fsico terico britnico, conocido por sus intentos de aunar la relatividad general con la
teora cuntica y por sus aportaciones ntegramente relacionadas con la cosmologa. Naci en
Londres y obtuvo el doctorado en la Universidad de Cambridge, donde trabaj como profesor de
matemticas desde 1979. Gran parte de su trabajo hace referencia al concepto de agujero
negro. Su investigacin indica que la relatividad general, si es cierta, apoya la teora de que la
Teologa de la Creacin
60
creacin del Universo tuvo su origen a partir de una Gran Explosin o Big Bang, surgida de una
singularidad o un punto de distorsin infinita del espacio y el tiempo. Ms tarde depur este
concepto considerando todas estas teoras como intentos secundarios de describir una realidad,
en la que conceptos como la singularidad no tienen sentido y donde el espacio y el tiempo
forman una superficie cerrada sin fronteras. Ha escrito Historia del tiempo: del Big Bang a los
agujeros negros (1988) y otras obras que se han convertido en best-sellers. Hawking ha hecho
estas importantes aportaciones a la ciencia mientras lucha contra la esclerosis lateral
amiotrfica, una enfermedad incurable del sistema nervioso. En 1989 le fue concedido en
Espaa el Premio Prncipe de Asturias de la Concordia.
BIG BANG.
(Del ing., voz onomat.) m. ASTRON. Modelo cosmolgico sobre la creacin del
universo, segn el cual hace unos 15 000 millones de aos toda la materia del Universo estaba
comprimida en un mnimo espacio de elevada densidad. En un momento dado sobrevino la
gran explosin o estallido primario y comenz la evolucin de nuestro universo. Como, por
definicin, nada de lo que podamos conocer estuvo fuera del tomo primario, es mejor imaginar
lo sucedido desde dentro. Tras el estallido primario el espacio se fue estirando y la materia y la
energa se fueron expandiendo junto a l, a la vez que se enfriaban rpidamente. La radiacin
de la bola de fuego, que tanto entonces como ahora llenaba el universo, fue desplazndose a
travs del espectro, pasando de los rayos X al ultravioleta, y de ste a travs de los colores
visibles del arco iris hasta el infrarrojo y a las regiones de radio. Los restos de esta bola de
fuego no seran otra cosa que la radiacin csmica de fondo que emana de todas partes y
puede ser detectada hoy en da gracias a los radiotelescopios. Con el tiempo, el tejido del
espacio continu expandindose, la radiacin fue enfrindose y poco a poco el espacio se
volvi por primera vez oscuro en la luz visible ordinaria, tal como ahora es.
EVOLUCIN.
Proceso por el cual los seres vivos se han originado los unos de los otros por
descendencia y cambios ms o menos graduales y continuos a lo largo del tiempo y
originndose por transformacin nuevas especies. Esta idea de la evolucin biolgica se opone a
la creacin individual de cada una de las especies (creacionismo y fijismo) e implica que las
especies existentes en la actualidad derivan de formas o especies anteriores y stas a su vez
derivan de otras formas graduales. Las ideas o conceptos de la evolucin se iniciaron con
algunos filsofos griegos, pero su formulacin cientfica no se realiza hasta el s. XIX. Uno de los
primeros en formularla fue Lamarck, al que correspondi la ruptura con el creacionismo y fijismo,
pero la teora ms completa de la evolucin es debida a Darwin. Cada uno de ellos formul una
teora general de la evolucin basada en las causas y mecanismos de la evolucin y en su
explicacin, y tambin en el problema del origen de las nuevas adaptaciones. Lamarck explicaba
las modificaciones de rganos y estructuras por la accin del medio ambiente, Darwin por la
acumulacin de pequeas variaciones y la seleccin natural. Apoyan la teora de la evolucin
numerosos datos provenientes de distintos campos, como la anatoma y embriologa comparada,
la biogeografa, la paleontologa, etc.; la bioqumica y la gentica suministran evidencias
adicionales. En la actualidad la teora sinttica de Huxley se funda en conceptos darwinianos
(neodarwinismo) que completa con otros factores evolutivos.
JUAN MALDACENA, Clarn Revista 13 diciembre de 1998, p. 128-134.
Formul una conjetura que relaciona dos teoras muy conocidas que se consideraban
muy diferentes; la primera es la Teora cuntica de partculas y la segunda la llamada Teora de
las cuerdas.
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Por otra parte, me complace saludar al profesor Adi Shamir, docente en el Weizmann
Institute of Science de Rehovot, Israel condecorado con la medalla de oro de Po XI, conferida
por la Academia. Le ofrezco mi mas cordial felicitacin.
Dos asuntos constituyen hoy el objeto de nuestra atencin. Acaban de ser presentados
con competencia, y quisiera manifestar mi gratitud al seor cardenal Paul Poupard y al padre
George Coyne por sus exposiciones.
En primer lugar, deseo felicitar a la Academia pontificia de las ciencias por haber elegido
tratar, en su sesin plenaria , un problema de gran importancia y actualidad: el que se refiere al
aumento de la complejidad en matemticas, fsica, qumica y biologa.
Este tema de la complejidad , en la historia de las ciencias de la naturaleza, marca
probablemente una etapa tan importante como la que est vinculada con el nombre de Galileo,
cuando pareca que se deba imponer un modelo unvoco del orden, la complejidad indica
precisamente que, para dar cuenta de la riqueza de la realidad, es necesario recurrir a una
multiplicidad de modelos.
Esta constatacin plantea una pregunta que interesa a los cientficos , a los filsofos y a
los telogos; Cmo conciliar la explicacin del mundo partiendo del nivel de las entidades y
de los fenmenos elementales- con el reconocimiento de este dato que el todo es mas que la
suma de las partes?
En su esfuerzo de descripcin rigurosa y de formalizacin de los datos de la experiencia,
los cientficos suelen recurrir a conceptos metacientficos , cuyo uso es casi exigido por la
lgica de su procedimiento. Conviene precisar con exactitud la naturaleza de esos conceptos,
para evitar que se produzcan extrapolaciones indebidas que vinculen los descubrimientos
estrictamente cientficos a una visin del mundo o a afirmaciones ideolgicas o filosficas que no
son de ninguna manera corolarios suyos. Aqu se percibe la importancia de la filosofa, que
considera los fenmenos y tambin su interpretacin.
Pensemos, por poner un ejemplo, en la elaboracin de nuevas teoras, a nivel cientfico,
para explicar como surgi la vida. Con un mtodo correcto, no se las podra interpretar
inmediatamente, y en el marco homogneo de la ciencia. En particular, cuando se trata de ese
ser vivo que es el hombre y de su cerebro, no se puede decir que esas teoras constituyan por s
mismas una afirmacin o una negacin del alma espiritual, o que proporcionen una prueba de la
doctrina de la creacin, o por el contrario, que la hagan intil.
Es preciso un esfuerzo ulterior de interpretacin, y es precisamente el objeto de la
filosofa, que consiste en la bsqueda del sentido global de los datos de la experiencia y por
consiguiente , tambin de los fenmenos recogidos y analizados por las ciencias.
La cultura contempornea exige un constante esfuerzo de sntesis de los conocimientos
y de integracin de los saberes. Desde luego, a la especializacin de las investigaciones se
deben los xitos que comprobamos. Pero si esa especializacin no se halla equilibrada por una
reflexin atenta a descubrir la articulacin de los saberes se corre el gran riesgo de desembocar
en una cultura fragmentada, que sera de hecho la negacin de la verdadera cultura, pues esta
no se concibe sin humanismo y sabidura.
Impulsado por esas preocupaciones, el 10 de noviembre de 1979, con ocasin de la
celebracin del primer centenario del nacimiento de Albert Einstein, expres ante esta misma
Academia el deseo de que telogos, sabios e historiadores, animados de espritu de
colaboracin sincera, examinen a fondo el caso de Galileo y reconociendo lealmente los
desaciertos, vengan de la parte que vinieren, hagan desaparecer los recelos que aquel asunto
todava suscita en muchos espritus contra la concordia provechosa entre ciencia y Fe.
Con este fin se constituy una comisin de estudio el 3 de julio de 1981. Y ahora, el ao
mismo en que se celebra el 350 aniversario de la muerte de Galileo , la comisin presenta como
conclusin de sus trabajos, un conjunto de publicaciones, que aprecio de sobremanera. Deseo
manifestar mi sincera gratitud al cardenal Poupard, encargado de coordinar las investigaciones
Teologa de la Creacin
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de la comisin en su ltima fase. A todos los expertos que han participado de alguna manera en
los trabajos de los 4 grupos que llevaron a cabo el estudio multidisciplinar, les presento mi
profunda gratitud. El trabajo realizado durante mas de diez aos responde a una orientacin
sugerida por el concilio Vaticano II y permite esclarecer mejor varios puntos importante del
problema. En adelante, no se podr menos de tomar en cuenta las conclusiones de la comisin.
Tal vez pueda causar extraeza a alguien el hecho de que, al trmino de una semana de
estudios de la Academia sobre el tema del aumento de la complejidad en las diversas ciencias
vuelva yo sobre el caso de Galileo. No est ya archivado desde hace tiempo ese caso? Y no
estn ya reconocidos los errores cometidos?
Ciertamente, as es. Con todo, los problemas subyacentes en este caso afectan a la
naturaleza de la ciencia, as como a la del mensaje de la Fe. No hay que excluir, por tanto la
posibilidad de que nos encontremos un da ante una situacin anloga, que requiera de unos y
otros una clara conciencia del campo y de los lmites de sus respectivas competencias. El
anlisis del tema de la complejidad podra servirnos para esclarecer este aspecto.
En el centro del debate surgido en torno a Galileo se hallaba una doble cuestin.
La primera es de orden epistemolgico, y se refiere a la hermenutica bblica. A este
respecto, conviene destacar dos puntos. Ante todo, como la mayor parte de sus adversarios,
Galileo no hizo distincin entre anlisis cientfico de los fenmenos naturales y la reflexin acerca
de la naturaleza, de orden filosfico, que ese anlisis suscita. Por esto mismo rechaz la
sugerencia que se le hizo de presentar como una hiptesis el sistema de Coprnico, hasta que
fuera confirmado con pruebas irrefutables. se era, por lo dems, una exigencia del mtodo
experimental, de la que l fue el genial iniciador.
Adems, en la cultura de esa poca por lo general se aceptaba que la representacin
geocntrica del mundo concordaba plenamente con la enseanza de la Biblia, en la que algunas
expresiones, tomadas a la letra, parecan constituir afirmaciones de geocentrismo. As pues, el
problema que se plantearon los telogos de entonces era el de la compatibilidad del
heliocentrismo y la Escritura. De esa forma, la nueva ciencia, con sus mtodos y la libertad de
investigacin que suponan, obligaba a los telogos a interrogarse acerca de sus propios criterios
de interpretacin de la Escritura.
La mayora no supo hacerlo. Paradjicamente, Galileo, creyente sincero, se mostr en
este punto mas perspicaz que sus adversarios telogos. Aunque la Escritura no puede errar
escribe a Benedetto, Castelli , con todo, podra a veces errar, de varias maneras, alguno de
sus intrpretes y expositores (Carta del 21 de diciembre de 1613, publicada en Edizione
nazionale delle Opere di Galileo Galilei, A. Favaro, 1968, vol. V, p. 282). Se conoce tambin su
carta a Cristina de Lorena (1615), que es como un pequeo tratado de hermenutica bblica (ib.,
pp. 307-348).
6. Podemos ya aqu extraer una primera conclusin. La irrupcin de una nueva
manera de afrontar el estudio de los fenmenos naturales impone un esclarecimiento del
conjunto de las disciplinas del saber. Y las obliga a delimitar mejor su campo propio, su
ngulo de anlisis, sus mtodos, as como el alcance exacto de sus conclusiones. En otras
palabras, esta aparicin obliga a cada una de las disciplinas a tomar conciencia ms rigurosa de
su propia naturaleza.
El viraje provocado por el sistema de Coprnico exigi, as, un esfuerzo de reflexin
epistemolgica sobre las ciencias bblicas, esfuerzo que producira ms tarde frutos abundantes
en los trabajos exegticos modernos y que encontr en la constitucin conciliar Dei Verbum una
consagracin y un nuevo impulso.
7. La crisis que acabo de evocar no fue el nico factor que tuvo repercusiones en la
interpretacin de la Biblia. Aqu nos referimos al segundo aspecto del problema: el aspecto
pastoral.
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En virtud de su misin propia, la iglesia tiene el deber de estar atenta a las incidencias
pastorales de su palabra. Conviene aclarar, ante todo, que esta palabra debe corresponder a la
verdad. Pero se trata de saber como tomar en consideracin un dato cientfico nuevo, cuando
parece contradecir alguna verdad de la fe. El juicio pastoral que requera la teora copernicana
era difcil de emitir, en la medida en que el geocentrismo pareca formar parte de la misma
enseanza de la Escritura. Hubiera sido necesario, al mismo tiempo, vencer la forma comn de
pensar, inventando una pedagoga capaz de iluminar al pueblo de Dios. Digamos, de manera
general, que el pastor debe mostrarse dispuesto a una autntica audacia, evitando un
doble escollo: el de la actitud de timidez, y el de un juicio apresurado, pues ambos pueden
hacer mucho mal.
8. Podramos recordar aqu una crisis anloga a la que acabamos de citar. En el siglo
pasado, y a comienzos del nuestro, el progreso de las ciencias histricas permiti adquirir
nuevos conocimientos sobre la Biblia y sobre el ambiente bblico. El contexto racionalista en que,
por lo comn, se presentaban las adquisiciones, pudo hacerlas aparecer como perjudiciales para
la fe cristiana. Algunos, preocupados por defender la fe, pensaron que haba que rechazar
conclusiones histricas seriamente fundadas. Se trat de una decisin apresurada y
desafortunada. La obra de un pionero como el padre Lagrange supo aportar el discernimiento
necesario sobre la base de criterios seguros.
Es preciso repetir aqu lo que ya dije antes. Los telogos tienen el deber de
mantenerse habitualmente informados acerca de las adquisiciones cientficas para
examinar, cuando el caso lo requiera, si es oportuno o no tomarlas en cuenta en su
reflexin o realizar revisiones en su enseanza.
9. Si la cultura contempornea est marcada por una tendencia. al cientificismo, el
horizonte cultural de la poca de Galileo era unitario y llevaba impresa la huella de una formacin
filosfica particular. Ese carcter unitario de la cultura, que en s es positivo y deseable an hoy,
fue una de las causas de la condena de Galileo. La mayora de los telogos no perciba la
distincin formal entre la Sagrada Escritura y su interpretacin, y ello llev a trasladar
indebidamente al campo de la doctrina de la fe una cuestin que de hecho perteneca a la
investigacin cientfica.
En realidad, como ha recordado el cardenal Poupard, Roberto Belarmino que haba
percibido el verdadero alcance del debate, consideraba por su parte que, ante eventuales
pruebas cientficas de que la tierra gira en tomo al sol, se deba interpretar con una gran
circunspeccin todo pasaje de la Biblia que pareciera afirmar que la tierra est inmvil y
mejor decir que no lo comprendemos, en vez de afirmar que lo que se demuestra es
falso (Carta al padre A. Foscarini, 12 de abril de 1615; Cf. o.c., vol. XII p. 172). Antes que l, la
misma sabidura y el mismo respeto hacia la Palabra divina haban inspirado a san Agustn,
cuando escriba: Quin a una razn evidente y segura contrapone la autoridad de la Sagrada
Escritura da muestras de no comprenderla de modo correcto. No es el sentido genuino de la
Escritura lo que opone a la verdad, sino el sentido que l le quiso dar. Lo que opone a la
Escritura no es lo que est en ella, sino lo que l ha puesto en ella, creyendo que constitua su
sentido (Epstola 143, n. 7; PL 33, col. 588).
Hace un siglo, el Papa Len XIII se haca eco de ese consejo en su encclica
Providentssimus Deus. Dado que la verdad no puede de ninguna manera contradecir a la
verdad, podemos estar seguros de que un error se ha introducido sea en la interpretacin
de las Palabras Sagradas, sea en otro lugar de la discusin (Leonis XIII Pont. Max. Acta,
vol. XIII 1894, p. 361).
El cardenal Poupard nos ha recordado tambin que la sentencia del ao 1633 no era
irrevocable y que el debate, que no haba dejado de desarrollarse, se concluy en 1820 con la
concesin del imprimtur a la obra del cannigo Settele (cf. Pontificia Academia Scienttiarum
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Copenico Galilei e la Chiesa. Fine della controversia 1820. Gli atti del SantUfficio , publicado
bajo la direccin de W. Brandmller y E.J. Greipl, Florencia, Olschlci, 1992).
10. A partir del siglo de las luces y hasta nuestros das, el caso de Galileo ha constituido
una especie de mito, en el que la imagen de los sucesos que se ha creado estaba muy lejos de
la verdad. En esta perspectiva, el caso de Galileo era el smbolo del supuesto rechazo del
progreso cientfico por parte de la Iglesia, o del oscurantismo dogmtico opuesto a la
bsqueda libre de la verdad. Este mito ha desempeado un papel cultural notable; ha
contribuido a infundir en muchos cientficos de buena fe la idea de que existe incompatibilidad
entre el espritu de la ciencia y su tica de la investigacin, por un lado, y la fe cristiana, por otro.
Una trgica y recproca incomprensin ha sido interpretada como el reflejo de una oposicin
constitutiva entre ciencia y fe. Las aclaraciones aportadas por los estudios histricos recientes
nos
permiten afirmar que ese doloroso malentendido pertenece ya al pasado.
11. Del caso de Galileo se puede extraer otra enseanza que sigue siendo actual con
respecto a situaciones anlogas que se presentan hoy y pueden presentarse maana. En
tiempos de Galileo era inconcebible imaginar un mundo que estuviese privado de un punto de
referencia fsico - absoluto. Y como el cosmos entonces conocido, por decir as, se hallaba
contenido totalmente en el sistema solar, no se poda situar ese punto de referencia ms que en
la tierra o en el sol. Hoy, despus de Einstein, y en la perspectiva de la cosmologa
contempornea, ninguno de esos dos puntos de referencia reviste la importancia que tena
entonces. Esta observacin, como es obvio, no se refiere a la validez de la posicin de Galileo
en el debate; pero indica que, con frecuencia, por encima de las dos visiones parciales y
opuestas, existe una visin ms amplia que las incluye y supera a ambas.
12. Otra enseanza que se saca es el hecho de que las diversas disciplinas del saber,
requieren mtodos diversos. Galileo, que fue quien invent prcticamente el mtodo
experimental, haba comprendido, gracias a su intuicin de fsico genial y apoyndose en
diversos argumentos, por qu solo el sol poda desempear la funcin de centro del mundo, tal
como entonces se conoca, es decir, como sistema planetario. El error de los telogos de
entonces, cuando sostenan que el centro era la tierra, consisti en pensar que nuestro
conocimiento de la estructura del mundo fsico, en cierta minera, vena impuesto por el sentido
literal de la Sagrada Escritura. Pero es necesario recordar la celebre afirmacin atribuida a
Baronio, Spiritui Sancto mentem fuisse non docere quomodo ad coelum eatur, non quomodo
coelum gradiatur. En realidad, la Escritura no se ocupa de detalles del mundo fsico, cuyo
conocimiento est confiado a la experiencia y los razonamientos humanos. Existen dos
campos del saber: el que tiene su fuente en la Revelacin y el que la razn puede descubrir con
sus solas fuerzas. A este ltimo pertenecen las ciencias experimentales y la filosofa. La
distincin entre los dos campos del saber no debe entenderse como una oposicin. Los dos
sectores no son totalmente extraos el uno al otro, sino que tienen puntos de encuentro. La
metodologa propia de cada uno permite poner de manifiesto aspectos diversos de la realidad.
13. Vuestra Academia realiza sus trabajos con esa actitud de espritu. Su tarea principal
consiste en promover el desarrollo de los conocimientos, segn la legtima autonoma de la
ciencia (cf. Gaudium et Spes 36, 2), que la Sede Apostlica reconoce expresamente en los
Estatutos de vuestra institucin. En una teora cientfica o filosfica, lo que importa, ante todo, es
que sea verdadero o que est al menos slida y seriamente fundada. Y el objetivo de vuestra
Academia es precisamente discernir y dar a conocer, en el estado actual de la ciencia y dentro
de su campo propio, lo que se puede constatar como verdad adquirida o se halla al menos
dotado de tal probabilidad que resultara imprudente e irracional rechazarlo. As se podran evitar
conflictos intiles.
La seriedad de la informacin cientfica ser, de este modo, la mejor contribucin que la
Academia puede aportar a la exacta formulacin y a la solucin de los apremiantes problemas a
los que la Iglesia, en virtud de su misin, debe prestar atencin: problemas que no ataen slo a
Teologa de la Creacin
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la astronoma, la fsica y las matemticas, sino tambin a las disciplinas relativamente nuevas,
como la biologa y la biogentica. Muchos descubrimientos cientficos recientes y sus posibles
aplicaciones tienen un influjo ms directo que nunca sobre el hombre mismo, sobre su
pensamiento y su accin, hasta el punto de que parecen amenazar los cimientos mismos de lo
humano.
14. La humanidad cuenta con dos tipos de desarrollo. El primero abarca la cultura, la
investigacin cientfica y tcnica, es decir, todo lo que pertenece a la dimensin horizontal del
hombre y de la creacin, y que se incrementa con un ritmo impresionante. Si no se quiere que
este desarrollo quede totalmente exterior al hombre, es necesario llevar a cabo al mismo
tiempo una profundizacin de la conciencia, as como de su actuacin. El segundo modo
de desarrollo atae a lo que hay de ms profundo en el ser humano, cuando trascendiendo el
mundo y trascendindose a s mismo, el hombre se vuelve hacia el Creador de todas las cosas.
En definitiva, esta dimensin vertical es la nica que puede dar todo su sentido al ser y al actuar
del hombre, pues lo sita entre su origen y su fin. En estas dos dimensiones, la horizontal y la
vertical, el hombre se realiza plenamente como ser espiritual y como homo sapiens. Pero se
observa que el desarrollo no es ni uniforme ni rectilneo, y que el progreso no es siempre
armonioso. Eso pone de manifiesto el desorden que afecta a la condicin humana. El cientfico
que toma conciencia de este doble desarrollo y lo tiene en cuenta, contribuye al restablecimiento
de la armona.
Quien se dedica a la investigacin cientfica y tcnica admite como presupuesto de su
trabajo que el mundo no es un caos, sino un cosmos, es decir, que existen un orden y unas
leyes naturales, que se dejan captar y pensar y que tienen por tanto una cierta afinidad con el
espritu. Einstein sola decir: Lo que en el mundo hay eternamente incomprensible, es el hecho
de que sea comprensible (en The Journal of the Franklin Institute, vol. 221, n. 3, marzo de
1936). Esta inteligibilidad, atestiguada por los prodigiosos descubrimientos de la ciencia
y de la tcnica, remite en definitiva al pensamiento trascendente y original cuya huella
llevan todas las cosas.
Seoras y seores, al concluir este encuentro, formulo los mejores votos para que
vuestras investigaciones y vuestras reflexiones contribuyan a ofrecer a vuestros contemporneos
orientaciones tiles para construir una sociedad armoniosa en un mundo ms respetuoso de lo
humano. Os doy las gracias por los servicios que prestis a la Santa Sede y pido a Dios que os
colme de sus dones.
Santsimo Padre
Hace trece aos, al recibir a la Academia pontificio de las ciencias, en esta misma sala
Regia, con ocasin del primer centenario de Albert Einstein, dirigi la atencin del mundo de la
cultura y de la ciencia hacia otro sabio, Galileo Galilei.
1. Deseaba que se llevara a cabo una investigacin interdisciplinar acerca de las difciles
relaciones de Galileo con la Iglesia. Y para ello, el 3 de julio de 1981, cre una comisin
pontificia para el estudio de la controversia entre las teoras de Ptolomeo y Coprnico en los
siglos XVI y XVII, en la que se insertaba el caso de Galileo, confiando al cardenal Garrone la
misin de coordinar las investigaciones. A m me pidi que le redactara un informe.
Esta comisin estaba constituida por cuatro grupos de trabajo, con los siguientes
responsables: el cardenal Carlo Mara Martini para la seccin exegtica; yo para la seccin
cultural; el profesor Carlos Chagas y el padre George Coyne para la seccin cientfica y
epistemolgica; y Mons. Michele Maccarrone para las cuestiones histricas y jurdicas. El padre
Enrico di Rovasenda, fue nombrado secretario.
El objetivo de estos grupos consista en responder a las expectativas del mundo de la
ciencia y de la cultura con respecto a la cuestin de Galileo, volver a analizar todo el caso, con
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plena fidelidad a los hechos histricos establecidos y de acuerdo con las doctrinas y la cultura de
la poca, as como reconocer lealmente, en el espritu del concilio ecumnico Vaticano II, los
errores y las razones, vinieren de donde vinieren. No se trataba de revisar un proceso, sino de
llevar a cabo una reflexin serena y objetiva, teniendo en cuenta la coyuntura histrico - cultural.
La investigacin fue larga, exhaustiva y realizada en todos los campos involucrados. Y el
conjunto de los estudios, memorias y publicaciones de la comisin han suscitado, por lo dems,
numerosos trabajos en diversos medios.
2. La comisin se plante tres preguntas: Qu sucedi? Cmo sucedi? y porqu los
hechos sucedieron as? Las respuestas a esas tres preguntas, fundadas en el examen crtico de
los textos, esclarecen muchos puntos importantes.
La edicin crtica de los documentos y, en especial, de algunos textos conservados en el
Archivo Secreto Vaticano, permite consultar fcilmente y con todas las garantas deseables el
dossier, completo de los dos procesos y, en particular, los informes detallados de los
interrogatorios a que fue sometido Galileo.
La publicacin de la declaracin del cardenal Bellarmino a Galileo, unida a la de otros
documentos, esclarece el horizonte intelectual de ese personaje - clave de todo el asunto. La
elaboracin y publicacin de una serie de estudios han esclarecido el contexto cultural, filosfico
y teolgico del siglo XVII, y han favorecido una mejor comprensin de las actitudes de Galileo
con respecto a los decretos del concilio de Trento y a las orientaciones exegticas de su tiempo,
haciendo posible una apreciacin ponderada de la inmensa literatura dedicada a Galileo, desde
el siglo de las luces hasta nuestros das.
El cardenal Roberto Bellarmino ya haba expuesto, en una carta del 12 de abril de 1615,
dirigida al carmelita Foscarini, las dos autnticas cuestiones suscitadas por el sistema de
Coprnico:
Primera: la astronoma copernicana es verdadera, en el sentido de estar apoyada por
pruebas reales y verificables? o se basa slo en conjeturas o verosimilitudes? Segunda: las
tesis copernicanas son compatibles con las afirmaciones de la sagrada Escritura?
Segn Roberto Bellarmino, mientras no hubiera pruebas de que la tierra giraba en una
rbita en torno al sol, era necesario interpretar con gran circunspeccin los pasajes bblicos en
que se insinuaba que la tierra estaba inmvil. Si alguna vez se demostrara con certeza que la
tierra segua una rbita en torno al sol, entonces los telogos, en su opinin, deberan revisar sus
interpretaciones de los pasajes bblicos en apariencia opuestos a las teoras copernicanas, de
forma que no se acusara de falsas las opiniones cuya verdad hubiera sido probada: Afirmo que,
si se demostrara claramente que el sol es el centro del mundo y la tierra estuviera en el tercer
cielo, y que no es el sol el que gira en torno a la tierra, sino la tierra en torno al sol, sera preciso
entonces actuar con mucha circunspeccin en la explicacin de los pasajes de la Escritura que
parecieran contrariar a esa afirmacin, y ms bien decir que no los entendemos, antes que decir
que es falso lo que est demostrado.
3. Galileo, en efecto, no haba logrado probar de modo irrefutable el doble movimiento de
la tierra, su rbita anual en torno al sol y su rotacin diaria en torno al eje de los polos, aunque
estaba convencido de haber encontrado la prueba en las mareas ocenicas, cuyo verdadero
origen slo Newton logr demostrar. Galileo propuso otro proyecto de prueba en la existencia de
los vientos alisios, pero nadie posea entonces los conocimientos indispensables para hacer las
aclaraciones necesarias.
Hicieron falta an 150 aos para encontrar las pruebas pticas y mecnicas de la
movilidad de la tierra. Por su parte, los adversarios de Galileo no descubrieron, ni en su
presencia ni despus, nada que pudiese refutar de modo convincente la astronoma
copernicana. Los hechos se impusieron e hicieron que pronto se manifestara el carcter relativo
de la sentencia emitida en 1633; sta no tena un carcter irrevocable. En 1741, ante la prueba
Teologa de la Creacin
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ptica de que la tierra segua una rbita en torno al sol, Benedicto XIV hizo que el Santo Oficio
concediera el imprimtur a la primera edicin de las Obras completas de Galileo.
4. Esta reforma implcita de la sentencia de 1633 se hizo explcita en el decreto de la
Sagrada Congregacin del ndice, que elimin de la edicin de 1757 del Catlogo de libros
prohibidos las obras que estaban a favor de la teora heliocntrica. De hecho, a pesar de ese
decreto, fueron numerosos los que se mostraron reacios a admitir la nueva interpretacin. En
1820, el cannigo Settele, profesor de la universidad de Roma La Sapienza, cuando iba a
publicar sus Elementos de ptica y astronoma, tropez con el rechazo del padre Anfossi,
Maestro del Sacro Palacio, que no quiso concederle el imprimtur. Este incidente dio la
impresin de que la sentencia de 1633 no haba sido revocada, como si fuera irrevocable. El
autor, censurado injustamente, apel al Papa Po VII, del que recibi en 1822 una sentencia
favorable. Un hecho result decisivo: el padre Olivieri, antiguo maestro general de la orden de
predicadores y comisario del Santo Oficio, redact un informe favorable a la concesin del
imprimtur a las obras que exponan la astronoma copernicana como una tesis, y no slo como
una hiptesis.
La decisin pontificia deba encontrar su actuacin prctica en 1846, cuando se public
un nuevo ndice, actualizado, de los libros prohibidos.
5. En conclusin, la relectura de los documentos de los archivos demuestra una vez ms
que todos los actores de un proceso, sin excepcin, tienen derecho al beneficio de la buena fe, si
no existen documentos extraprocesales contrarios. Las calificaciones filosficas y teolgicas
que, de forma abusiva, se dieron a las teoras entonces nuevas acerca de la centralidad del sol y
la movilidad de la tierra, fueron la consecuencia de una situacin de transicin en el campo
de los conocimientos astronmicos, y de una confusin exegtica en lo que respecta a la
cosmologa. Herederos de la concepcin unitaria del mundo, que predomin universalmente
hasta los albores del siglo XVII, ciertos telogos contemporneos de Galileo no supieron
interpretar el significado profundo, no literal, de los pasajes de la Escritura que describen la
estructura fsica del universo creado, y eso les llev a trasponer indebidamente al campo de la fe
una cuestin de observacin de la realidad.
En esa coyuntura histrico-cultural, tan lejana de nuestro tiempo, los jueces de Galileo,
incapaces de separar la fe de una cosmologa milenaria, creyeron, errneamente, que la
adopcin de la revolucin copernicana, por lo dems an no probada definitivamente,
poda echar por tierra la tradicin catlica, y que tenan el deber de prohibir su enseanza .
Ese error subjetivo de juicio, tan claro para nosotros hoy, los llev a una medida disciplinar por
la que Galileo tuvo que sufrir mucho. Es preciso reconocer con lealtad esos errores, como
usted, Santidad, lo ha pedido.
Esos son los frutos de la investigacin interdisciplinar que usted pidi llevara a cabo la
comisin. En nombre de todos sus miembros, le agradezco el honor y la confianza que nos ha
mostrado al dejarnos investigar y publicar sin limitaciones, con la total libertad que exigen los
estudios cientficos.
Reciba, Santidad, nuestro ferviente y filial homenaje.
NOTAS
Discurso del Papa Juan Pablo 11 a la Academia pontificio de las ciencias, el 10
noviembre de 1979, en L'Osservatore Romano, edicin en lengua espaola, 2 de diciembre de
1979, pp. 9-10.
2 Cf. Edizione Nazionale delle Opere di Galileo Galilei, dir. Antonio Favaro, Florencia,
Giunti Barbra, 1890.-1909; reimpresin, 1929-1939. 20 vol. Ct. Mons. Po Paschini, Vita e
Opere di Galileo Galilei, 2 vol., Lev, 1964, citado en Gaudium et Spes, n. 36, Justa autonoma de
las realidades terrenas, nota 7.
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