Breve Resumen de Su Obra Utopia
Breve Resumen de Su Obra Utopia
Breve Resumen de Su Obra Utopia
"UTOPA"
Utopa: Lugar que no existe. Teora fundada en la justicia y la bondad pero de imposible realizacin. La obra
"Utopa" es una novela poltica, donde el autor plasma ideas filosficas y polticas. Describe una Repblica
ideal e imaginaria regida por sabias leyes, que aseguran a todos sus habitantes un mnimo de felicidad
a cambio de su trabajo. Este modelose opone a los males de la sociedad de su tiempo.
Es una novela poltica, cuadro idealista, de un Estado democrtico. Estos ideales estn reidos con
la naturaleza real del hombre y de la cosas. Es su propsito lograr una sociedad justa, regida por los
mximos principios de la libertad, bienestar y solidaridad humana.
Los principios que rigen esta obra son los de la razn y la igualdad. Presenta una sociedad ideal, donde se
elimina la codicia y la propiedad privada.
Es una obra modelo de la poca del pensamiento humanista. Su autor, Tomas Moro, fue Canciller durante el
reinado de Enrique VIII, por lo cual, es un gran conocedor de la organizacin inglesa.
Una vez realizada y redactada la obra fue enviada a Peter Giles con el propsito de que sea revisada y
editada. Tomas Moro hace en el inicio, una especie de carta introductoria a Giles explicndole acerca de
algunas dudas e inquietudes.
LIBRO I
La primera parte, titulada La Relacin de Rafael Hythloday con Moro, se refiere al mejor estado de una
repblica.
Dado que haba surgido un conflicto entre Enrique VIII de Inglaterra y Carlos I de Espaa, se enva una
comitiva a Flandes con la intencin de conciliacin y por una decisin final sobre el tema.
En Amberes, Moro encuentra Peter Giles, quien le presenta a Rafael Hythloday, hombre de buena reputacin,
honrado, bien instruido, sincero. Hombre experimentado en viajes por el mundo y un filsofo estudioso del
griego y su cultura. Renunci a sus propiedades y su tranquilidad, para viajar con Amrico Vespucio por el
mundo.
En un dilogo con Moro le relata de tierras lejanas, de leyes justas y buenas, de las que las otras naciones
deban tomar ejemplo. Ante tanta experiencia se le invita a unirse a la corte de algn Rey, con el objeto de ser
til con sus consejos. A esto, l contesta que prefiere su libertad a vivir esclavo de un Rey. Fundamenta su
decisin, diciendo que ni los reyes, ni los que lo rodean, valoran los consejos de ningn sabio, por que estn
ms interesados en guerras y hazaas caballerescas y en sus propias comodidades.
El espritu de la injusticia por un lado, y de la justicia por el otro aparecen claramente explicados por Rafael.
Contina diciendo que la injusticia podra evitarse creando medios para que los ciudadanos puedan ganarse
la vida mediante el trabajo manual y la agricultura.
El aboga en defensa del ciudadano, comentando que son los seores los que los convierten en malhechores,
encarcelndolos o pagndoles con la muerte. Critica a los que se creen servidores de la Repblica. Al Rey, a
los caballeros sirvientes, seores quienes se creen sabios y solo oprimen a los trabajadores con sus leyes
injustas.
Alude a Inglaterra y Francia, diciendo que all, los hombres de guerra son ociosos mercenarios, a quienes se
les da ms importancia, simplemente porque conservan la paz o mejor hacen la guerra; para lo cual, los
gobernantes, tratando de mantenerlos ocupados, les improvisan guerras convirtindolos en asesinos; pero
cuando vienen de la guerra intiles, invlidos y enfermos los expulsan y pasan a ser pobres. Aparecen los
caballeros "justos", que se creen justos, pero mediante fraudes y artimaas les usurpan las tierras a los
colonos y todo cuanto tienen, empujndolos a la condicin de mendigos y ladrones para luego ser
encarcelados o pagar con la muerte.
La ambicin, la irrazonable codicia y el materialismo, la lujuria y la glotonera, de esta clase de poderosos
seores, solo llevan a la extrema condicin de baja moral (juegos, fiestas, prostitucin, etc.).
Despus de una extensa crtica a los poderosos, con los que no comparte sus acciones,
sugiere soluciones para evitar los excesos. No dejar que los ricos manejen con su monopolio el mercado.
Combatir la ociosidad que lleva a la mendicidad, creando leyes justas y fuentes de trabajo.
No es que el robo deba escapar del castigo, sino que no es justo ni legal perder la vida por dinero, la vida est
por encima de todo. El asesinar a un hombre por dinero no es menos punitorio que el apoderarse de dinero
por hambre.
Los poderosos manejan la muerte aunque Dios diga: "no mataras". El hombre le pone lmite a este mandato,
permitiendo matar mediante leyes que contemplan este castigo ante el delito. Lo mismo, cree, debera
establecer la constitucin, es decir, en que medida los actos inmorales puedan ser legales.
La ley de Moiss es un modelo, de como se castigaba el robo sin acudir a la muerte. Devolvan el
dinero robado, por medio de la restitucin.
Otras Repblicas, tambin, castigaban dando oportunidades de vida. Les daban trabajo a cambio de comida y
otras actividades, restringindoles la libertad. Este sistema de respeto por la vida, darles oportunidades,
hacerles entender el valor de la libertad a los delincuentes, debera ser tomado como ejemplo por Inglaterra y
Francia y las dems Repblicas.
Nuevamente se le invita a Rafael a ser un consejero en las cortes de los reyes. El est de acuerdo en que se
debe escuchar el concejo de un filsofo, ya que para tener una repblica feliz, es importante escucharlos o los
gobernantes deberan estudiar filosofa. De esta manera habra reyes sabios y no corruptos, de otra manera,
se usaran artimaas para alcanzar la paz y el progreso. Los actos de presin, hacen que el pueblo no se
rebele. Someten por el miedo con leyes injustas. Para estos gobernantes, la paz consiste en la pobreza del
pueblo, y aconseja Rafael, que el Rey que acta as, mejor seria que renunciara.
Menciona que en la Repblica de Platn y en Utopa hay paz, la verdadera, porque todas las cosas son en
comn, porque las leyes son pocas y bien aplicadas. Insiste en que las ciudades deben tomar ejemplo. Le
gusta decir la verdad aunque sea desagradable, as como Cristo dijo la verdad y lo hizo pblicamente.
Las costumbres, los decretos pestilentes en las otras ciudades corrompieron la justicia y el estado. Donde el
dinero es el inters de los que gobiernan, no se puede gobernar con justicia y prosperidad para todos. All, la
riqueza es para unos pocos, mientras el resto sufre miseria. No cree que la riqueza privada sea conveniente.
Ejemplifica a Utopa, donde hay pocas leyes y gran virtud, tiene abundancia por que todo es comn. Mientras
halla un solo hombre, dueo absoluto de lo suyo, habr injusticia y pobreza. Por otro lado donde hay orden,
organizacin, bien comn, trabajo, estudio y dedicacin, habr prosperidad justicia y paz
LIBRO II
Referido a la mejor Repblica. En primer lugar, hace referencia a las caractersticas de la Isla Utopa.
El rey de Utopa, gua al pueblo que era salvaje, a la perfeccin en las costumbres, humanamente y
civilizndolos. Esta isla est constituida por ciudades - estado; donde existen granjas, y donde hay un jefe
llamado filarca (cabeza de tribu).
A los miembros de la ciudad se los prepara e instruye para las tareas del campo. Para que no se
produzca escasez de los productos por falta de conocimiento en el tema. (Se practica la incubacin artificial);
lo producido, cuando no es usado se reparte entre los vecinos.
El estado provee los elementos necesarios para la produccin sin costo alguno. La ciudad ms importante es
Amaurota, ya que all reside el consejo de los magistrados. Se eligen anualmente los sifograntes (filarcas),
estos a su vez, con voto secreto, eligen al prncipe, el cual es vitalicio siempre que no sea sospechoso de
tirana. Adems, los cargos son anuales, y el consejo es el encargado del bien comn y de dar los resultados
de los comicios, luego de ser tratados durante tres das. Esto se haca con el fin, de evitar la tirana de los
gobernantes.
DE LAS CIENCIAS, ARTES Y OCUPACIONES
La ciencia comn a todos es la agricultura, que es practicada por todos (hombres y mujeres), para ello se
preparan desde nios en las escuelas y los campos. Adems de la agricultura, se practican otras ciencias
como tejer, carpintera, albailera, herrera. La funcin de los sifograntes es velar para que los hombres
trabajen cada uno en su arte; tambin hay un espacio para la msica y la reflexin.
Si bien en esta isla no se cumple con las horas de trabajo, porque la provisin de las cosas no falta. Se
pregunta: Cuanto de ocioso tiene la vida de los sacerdotes y religiosos? Tambin, incluye a los latifundistas,
a los que llama gentiles, hombres y nobles. Y pone de manifiesto que en la isla Utopa todos trabajan en
cosas productivas y no intiles, como en otros lugares, de modo tal, que lo que se produce es suficiente para
la subsistencia, la comodidad y el placer.
Los nicos exentos del trabajo, son, adems de los sifograntes, los que el pueblo, aconsejado por los
sacerdotes y los sifograntes, ha elegido para concederles una dispensa perpetua del trabajo, para que se
dediquen con toda tranquilidad al estudio. Estos, debern responder a la confianza depositada, caso contrario,
volver al estamento de los artesanos. A veces, se dan casos contrarios, entre estos estudiosos se eligen los
sacerdotes, embajadores y hasta el prncipe.
DE SU VIDA Y RELACIONES MUTUAS
La ciudad esta compuesta por familias, y a stas, a su vez, la componen los parientes, las mujeres al casarse,
van a la casa de su marido, no as los varones que siguen en su casa y el jefe es el ms anciano. En la ciudad
se establece el nmero de habitantes que debe mantener, como as tambin, el nmero de hijos que puede
mantener una familia, la relacin de los ciudadanos.
El mayor gobierno de la familia. Las esposas: dependen de sus maridos; los hijos: dependen de los padres;
los ms jvenes de los mayores. La ciudad esta dividida en cuatro partes o barrios. Barrios - centro = mercado
de productos, all la familia encuentra todo lo que necesita y lo lleva gratuitamente por que todo abunda.
Tambin existen en estos lugares una limpieza exagerada.
A la hora de la alimentacin, los primeros son los hospitales, que son tan amplios, aparentando ser otras
ciudades. Y estn muy bien dotados de todo lo necesario. Todos acuden a comer en salas preparadas por
esclavos, de las comidas se encargan las mujeres por turno.
Los habitantes de las islas tenan restricciones para los viajes, y podan ser castigados, como fugitivos o
desertores y castigarlos con la esclavitud. No existen en la ciudad lugares malos, de modo que todos los
hombres sanos se dediquen al trabajo y de esa manera no existan hombres pobres o necesitados. El Estado
es considerado una gran familia, donde se protegen unos a otros. En este pas, su tesoro para casos de
guerra y para contratar soldados extranjeros. Los utopienses detestaban la suntuosidad y la ostentacin, y
criticaban a quienes lo eran y los despreciaban, por ejemplo a los embajadores que soberbios y orgullosos,
exponan todo su oro.
La filosofa de las costumbres y la moral, plantea la discusin de las cualidades del alma, la razn, la virtud,
pero principalmente la felicidad del hombre y debemos agregar estos principios de la religin:
El alma es inmortal y destinada a ser perfecta.
La felicidad no es el placer.
La virtud es definida como una vida ordenada segn la naturaleza, y los hombres son orientados por Dios. Se
considera injusticia, el hecho de que un hombre trate de impedir a otro que sea feliz.
Dios recompensa a quienes han regalado placer. Los Utopienses, consideran como algo bajo y vil, el hecho
de que el ms fuerte oprima o destruya al ms dbil por placer. Podemos diferenciar dos clases de placeres:
del alma y del cuerpo.
La razn humana, considera verdadero lo de la virtud y el placer. La gente de Utopa era trabajadora y
estudiosa. Tenan gran inters en aprender el latn y lo hicieron muy rpido. As, pudieron leer las obras
de Platn, Aristteles, Plutarco, Homero, Aristfanes, Herdoto y otros.
DE LOS ESCLAVOS ENFERMOS, MATRIMONIOS Y OTRAS MATERIAS
Son esclavos en Utopa, los que fueron castigados a serlo por haber cometido delitos, o quienes han sido
condenados a muerte por delitos graves en otras ciudades, de esta clase hay muchos en la isla. Estos,
trabajan continuamente y estn encadenados. A los otros, de la isla, los tratan con mayor severidad, por
considerarlos casos perdidos. Hay otro tipo de esclavos, el que elige por voluntad propia serlo, debido a la
mala situacin en la que vivan en otras ciudades, a estos se los trata de la misma manera que a los
ciudadanos, salvo que deben trabajar ms. Si alguno de estos esclavos decide irse, no hay resistencia a ello y
nunca dejan que se marche con las manos vacas.
En cuanto a los enfermos, los Utopienses cuidan de ellos, con afecto y total dedicacin para devolverles
la salud. En caso de enfermedades dolorosas o incurables, los sacerdotes y los magistrados, inducen a estos
a, que viendo que no hay posibilidad de mejora y vivir es una tortura, no se rehsen a morir, explicndoles,
que obrando as, dejan esta vida siendo hombres virtuosos. Una vez convencidos terminan con su vida
voluntariamente de hambre, el que se suicida sin el consejo de los sacerdotes y magistrados, es considerado
indigno de ser sepultado.
En lo relativo al matrimonio, aqu no es solo disuelto por la muerte. Puede disolverse por adulterio o por
costumbres intolerables que puedan ofender a algunas de las partes. De vez en cuando se divorcian, cuando
ambos cnyuges no se pueden entender bien, con el consentimiento de los dos, se vuelven a casar. Pero el
que terminara el matrimonio sin alegatos claros, es condenado a la esclavitud.
No existe ley que castigue algn tipo de transgresiones, sino que el consejo decide el castigo segn la
gravedad del delito. Los ms graves, son condenados a la esclavitud, ya que as, se consigue ms provecho
para la ciudad, con su trabajo que matndolos, lo que es un desperdicio de la mano de obra para los peores
trabajos. Consideran a la burla como algo vergonzoso para quien se burla; en cuanto a la belleza, piensan
que nunca est por sobre la humildad y la cualidades honestas de los hombres.
Los habitantes viven amistosamente, los magistrados se comportan como padres de la comunidad y el
prncipe, ni se distingue de los dems, ya que no viste como tal, solo se le reconoce por un pequeo haz de
trigo que lo precede; lo mismo sucede con el obispo, quien al frente lleva un cirio de cera. Hay pocas leyes,
por ser este un pueblo muy instruido y bien organizado. Estn prohibidos los abogados y procuradores, pues
consideran que es mejor que uno se defienda.
Los Utopienses opinan que la construccin, o ruina de una Repblica depende y se apoya en las costumbres
de los gobernantes y magistrados.
Tambin, hablan de sus vecinos y los critican.
En otros pueblos esta costumbre de comprar y vender es desaprobada, como un acto cruel propio de una
mente baja y cobarde, pero ellos se consideran muy dignos de alabanza, porque como hombres prudentes
resuelven por esos medios grandes guerras, sin una batalla ni escaramuza. Pues, no se compadecen menos
de la clase baja y comn de sus enemigos, que los suyos saben que son obligados y arrastrados a la guerra
contra su voluntad.
Este pueblo est a quinientas millas de Utopa hacia el este, son repulsivos, salvajes y fieros; viven en
puestos agrestes y altas montaas, donde nacieron y se criaron. Son de fuerte constitucin, capaces de
aguantar y resistir calor, fro y trabajo; y desprecian todas las finuras delicadas y no se ocupan del trabajo y
cultivo de las tierras toscas y rudas, tanto en la construccin de sus casas como en sus atavos; no se dedican
a nada bueno, nicamente a la cra y cuidado de ganado. La mayor parte de su vida consiste en robar y cazar.
Han nacido solamente para la guerra, que buscan con inters y asiduidad, y cuando lo consiguen se alegran
extraordinariamente. Salen de sus tierras en grandes bandadas y ofrecen sus servicios por poco dinero. Este,
es el nico oficio con el que se ganan la vida, luchan esforzada, fiera y fielmente. No se comprometen por un
tiempo determinado, se alistan con la condicin de que al da siguiente se unirn al bando contrario por unas
pagas ms elevadas, y al prximo da despus de esto, estarn dispuestos de nuevo por un poco ms de
dinero.
Pocas guerras hay por all, en las que no haya un gran nmero de ellos, ocurre que parientes prximos que
fueron alquilados juntos se trataban muy amistosa y familiarmente; tiempo despus de hallarse separados se
lanzan unos contra otros olvidando el parentesco y la amistad, se atraviesan sus espadas sin ms motivos
que el estar alquilados por prncipes enemigos, hasta tal punto, que se les inducir a cambiar de bando por
medio penique ms. Rpidamente se han aficionado a la avaricia, pero por otra parte no les sirve de ningn
provecho, pues lo que ganan luchando, lo gastan desenfrenada y miserablemente en juergas.
Este pueblo lucha a favor de los utopienses porque ellos les dan mayores salarios que cualquier otra nacin.
Pues los utopienses de la misma manera que utilizan bien a los hombres buenos, se aprovechan de estos
malos y viciosos con promesas de grandes recompensas, donde la mayor parte de ellos, nunca regresan para
pedir sus premios. Pagan lealmente a los que quedan vivos, para que estn dispuestos a un peligro
semejante otra vez.
Los utopienses, creen que haran una accin muy buena a la humanidad, si pudieran liberarla de aquel cubil
de gente sucia y apestosa, malvada y odiosa. Adems de esto, utilizan a los soldados, y en ltimo trmino,
reclutan a sus propios sbditos; a uno de los cuales, de probado valor y destreza dan el mando y direccin de
todo el ejrcito. A sus rdenes designan a dos o ms, que mientras aquel est a salvo estn en reserva y
fuera del cargo.
Eligen en cada ciudad como soldados, a los que se ofrecen como voluntarios pues no obligan a ningn
hombre a la guerra contra su voluntad. Pero si se hace alguna guerra contra el propio pas, entonces ponen a
estos cobardes, mientras sean rudos.
Como ninguno es llevado a la guerra fuera de sus fronteras contra su voluntad, no se prohbe a las mujeres
que quieran acompaar a sus maridos, y en el campo de batalla las esposas estn al lado de sus maridos. Es
un gran motivo de deshonra para el marido volver a casa sin su esposa, o viceversa, o el hijo sin su padre.
Pues, as como ponen todos sus medios para evitar la necesidad de luchar, hacindolo por medio de sus
mercenarios; cuando no hay ms remedio que luchar, ellos entonces, se lanzan con tanta valenta como
prudencia pusieron antes, mientras podan evitarla. Tampoco son valerosos a la primera acometida, sino que
poco a poco incrementan su fiero valor, con nimos tan decididos, que moriran antes que retroceder una
pulgada. Adems, su conocimiento de caballera y hechos de armas les da confianza.
Nunca estiman tanto su vida, ni tienen un valor tan excesivo por ella que ambicionan conservarla
vergonzosamente, cuando el honor les exige abandonarla.
Cuando la Batalla es ms violenta y ms fiera, un grupo de jvenes, escogidos y selectos toman
la responsabilidad con un ataque largo y continuo, ocupando las tropas de refresco el lugar de los hombres
fatigados. Tampoco emprenden la caza y persecucin de sus enemigos, de modo que, si todo su ejrcito es
dispersado y vencido, salvo la retaguardia y con sta alcanzan la victoria, prefieren dejar escapar a todos sus
enemigos.
Pues recuerdan, que ha ocurrido ms de una vez, que sus enemigos animados por la victoria, han perseguido
a los que huan salidos de la formacin, y que proseguan la persecucin confiados en su seguridad, lo que ha
cambiado la suerte de la batalla, arrebatndoles de sus manos la segura e indudable victoria.
DE LOS MAGISTRADOS
Cada 30 familias se eligen por ao entre sus miembros un magistrado llamado Filarca. A la cabeza de
10 filarcas se encuentra un Protafilarca.
El total de los Filarcas, unos 200, eligen, mediante escrutinio secreto a un prncipe hacindolo entre cuatro
candidatos que propuso previamente el pueblo; cada cuarta parte de la ciudad designa un candidato y lo
recomienda luego al Senado.
El prncipe es un magistrado perpetuo a menos que de seales de tirana. Ao por ao se eligen
los protafilarcas; se reeligen, a menos que existan serios motivos en contra de los mismos. Los restantes
magistrados se renuevan anualmente.
Cada tres das los protafilarcas se renen en consejo con el prncipe, deliberan acerca de los asuntos pblicos
y allanan, si es que existen, las divergencias entre particulares.
Concurren cotidianamente dos filarcas a las sesiones del Senado. Los mismos no lo hacen nunca dos veces
seguidas.
En el Senado no se ratifica nada que no haya sido previamente discutido con tres das de anterioridad a la
votacin.
Se castiga con pena capital el hecho de deliberar sobre los negocios pblicos fuera del Senado o de los
comicios pblicos.
Estas reglas fueron establecidas para evitar que el prncipe pudiera oprimir al pueblo y modificar el rgimen de
acuerdo con los protafilarcas.
Toda cuestin de importancia que se juzgue, es enviada a la Asamblea de los filarcas; estos, luego de
consultar con sus familias, deliberan entre s, y presentan su opinin al Senado. A veces la cuestin es llevada
al Consejo general de la isla.
Nunca se discute en el Senado una proposicin el mismo da en que ha sido presentada, y que la discusin
se aplace hasta la siguiente sesin. De esta forma nadie se halla expuesto a decir lo que primero le viene a
los labios y a tener entonces que defenderlo en vez de sostener lo que ser de mayor conveniencia al inters
pblico.
DE LOS OFICIOS
Hay un oficio que ejercen todos los utpicos, ya sean hombres o mujeres: la agricultura. Desde
la infancia todos son instruidos en ella; esto mediante una instruccin terica que se da en la escuela o por
prcticas en los campos prximos a la ciudad.
Adems de la agricultura, tarea comn a todos, aprenden un oficio determinado: tejedores, albailes,
artesanos, herreros, carpinteros.
Todos adoptan casi siempre los oficios de sus padres por propensin natural. Pero, si alguien se siente
atrado por otro oficio, pasa a formar parte de algunas de las familias que lo ejecutan. Su progenitor y los
magistrados se encargan de que tenga como maestro a un honrado padre de familia. Por otra parte, si
teniendo un oficio, uno desea aprender otro, se le ofrece idntica posibilidad. Ms tarde escoger entre ambos
oficios.
La principal funcin de los filarcas consiste en procurar que nadie se encuentre ocioso, que todos ejerciten
a conciencia su oficio.
En Utopa dividen la jornada en 24 horas iguales. Seis las destinan al trabajo; tres por la maana, despus de
las cuales se ponen a comer; terminada la comida, reposan dos horas, y trabajan luego tres horas hasta el
momento de la cena. Cuentan las horas a partir del medioda. a las ocho se van a dormir, y duermen ocho
horas.
"Cada uno utiliza como mejor le place el espacio de tiempo comprendido entre el fin del trabajo y la hora de la
cena y de irse a dormir; pero ello no quiere decir que lo consagren a la holganza ni tampoco a la
voluptuosidad, sino a una ocupacin distinta de su oficio y escogida de acuerdo con sus
gustos" (Utopa; Libro Segundo; pg. 41).
La mayora de los utpicos, en sus ratos de ocio, se dedican a las letras, pero, hay otros muchos que
prefieren emplear este tiempo en su oficio propio y es entendible, ya que no todos tienen la capacidad para la
elevacin del alma, que procuran la meditacin y el estudio. "Bien veis que no existe motivo ninguno de ocio,
ni pretexto de holganza. No hay taberna alguna de vino o de cerveza... ni ocasin de corruptelas, ni
escondrijos, ni ocultas reuniones, ya que, estando todos bajo las miradas de los dems, se ven obligados a
dedicarse al trabajo habitual o a un holgar honesto" (Utopa; Libro Segundo; pg. 49).
Terminada la cena se pasa una hora en diversiones: en el verano, en los jardines, y en invierno, en las salas
comunes donde comen. Los utpicos se ejercitan en la msica o recrendose conversando. Los dados y
dems juegos de azar son desconocidos. Sin embargo, se practican dos juegos muy similares al ajedrez.
"Tal vez pensaris que una jornada de seis horas necesariamente acarrear escasez. Pero no es as. Dicha
jornada no slo basta para obtener lo necesario a las necesidades y comodidades de la existencia, sino que
las supera" (Utopa; Libro Segundo; pg. 42). Esto ser comprendido si se considera cun grande es, en los
restantes pases, la cantidad de la poblacin que pasa el tiempo en ocio. El nmero de trabajadores cuya
actividad se aplica a suministrar las necesidades del gnero humano es muy inferior. En estas ciudades son
pocos los que ejercen un oficio que es indispensable. Todo se mide por el dinero, por lo que se dedican a
profesiones intiles y superfluas, que slo sirven para acrecentar el lujo y la deshonestidad.
En Utopa, existen apenas en cada ciudad y territorio que de ella depende, 500 personas que teniendo edad y
fuerzas para trabajar se encuentran dispensadas de hacerlo. Los Filarcas, aunque la Ley los excluya del
trabajo, no lo evitan, para con su ejemplo, estimular a los dems. Tambin estn excluidos aquellos a quienes
el pueblo, a propuesta de los sacerdotes, y con el voto previo de los Filarcas "otorg una permanente
dispensa para que puedan dedicarse al estudio" (Utopa; Libro Segundo; pg. 43).
Ocurre con frecuencia que algn obrero, despus de consagrar sus horas de ocio al estudio, logra grandes
progresos por lo que le es permitido ejercer su oficio e incluido en la categora de los letrados. Entre stos se
elige a los sacerdotes, a los protafilarcas y el prncipe.
Aunque los utpicos se dediquen solamente a oficios tiles y les consagren pocas horas de trabajo, se
produce superproduccin de todos los bienes.
Con frecuencia se ordena la reduccin de la jornada de trabajo. Los magistrados no quieren obligar a los
ciudadanos a que realicen contra su voluntad un trabajo superfluo, ya que las instituciones de Utopa tienden
esencialmente a liberar a todos los ciudadanos de las servidumbres materiales en cuanto lo permiten las
necesidades de la comunidad, y tambin a favorecer la libertad y el cultivo de la inteligencia.
DE LAS MUTUAS RELACIONES
Las ciudades estn formadas por familias, constituidas en grupos unidos por vnculos de parentesco. Cuando
las mujeres llegan a la nubilidad se casan y viven en el domicilio de sus maridos; los hijos y los nietos quedan
en la familia y debe obediencia al ms anciano de los antecesores. Es el ms anciano el que rige la familia.
Los ms jvenes sirven a sus antecesores.
Cuando el ms anciano tiene debilitada la inteligencia, es sustituido por el pariente que le sigue en edad.
Con el objeto de que la poblacin no disminuya y aumente en forma excesiva, se procura que cada familia no
tenga menos de diez hijos pberes, ni tampoco ms de 16. esto se obtiene enviando a las familias poco
numerosas el exceso de las que cuentan con muchos hijos. Cuando la poblacin de una ciudad es bastante
numerosa, sirve para suplir la falta de ella en las pobladas. Si la masa de poblacin en toda la isla es
excesiva, se designan de cada ciudad aquellos habitantes para que funden en el continente cercano una
colonia, a la que dan sus leyes los habitantes de Utopa.
Al proceder a la ocupacin de la tierra establecen con los indgenas una unin voluntaria; ambos pueblos se
funden en uno slo.
Los utpicos logran hacer frtil la tierra que los habitantes primitivos consideraban como rida e improductiva.
Aquellos pueblos que se resistan a la convivencia ser expulsados de sus tierras. Los nuevos colonos
guerrearn con ellos por que consideran justa la causa de guerra por la posesin de un territorio mantenido
desierto e intil.
En caso de que la poblacin de alguna ciudad de Utopa disminuya y que las restantes no basten para cubrir
el vaco, repatran a los habitantes de una colonia para la repoblacin. Los utpicos prefieren la desaparicin
de sus colonias a la disminucin de una ciudad cualquiera.
Toda ciudad se divide en cuatro partes iguales. en el centro de cada una hay un mercado pblico. En esta
parte, y en almacenes especiales, cada familia entrega los frutos de su trabajo. Cada uno de los padres de
familia busca all lo que necesitan l y los suyos; se lleva lo que desea, sin que tenga que entregar a cambio
dinero o cosa alguna. "Quin pedir lo que necesita?... Unicamente el temor a las privaciones es la causa
que vuelve vidos y rapaces a todos los seres vivientes; para el hombre, es nicamente la soberbia la
causante, pues le hace vanagloriarse de superar a los dems en riquezas superfluas, cosa que las
instituciones de Utopa no permiten en ninguna forma" (Utopa; Libro Segundo; pg.46).
DE LOS VIAJES DE LOS UTPICOS
Toda vez que un ciudadano tiene que ir a otra ciudad o desea viajar, fcilmente tiene la aprobacin
del filarca y del protafilarca.
Los viajeros parten formando grupos, provistos de una carta del prncipe, en la que costa la autorizacin del
viaje, y se fija la fecha del regreso. Se les da un vehculo y un esclavo pblico. Consigo no llevan cosa alguna
ya que durante el viaje nada les falta... en todas partes se encuentran como en su casa. Si en alguna parte se
detienen ms de una jornada, trabajan all en su oficio; sern acogidos con amabilidad por parte de los
artesanos de su corporacin.
Se deduce la abundancia de todos los bienes. Como stos estn repartidos con equidad entre todos, nadie
puede ser pobre ni mendigo.
En el Senado de Amaurota se renen todos los aos tres ciudadanos de cada ciudad, se trata en primer
trmino de las cosas que abundan en cada lugar y de las que menos abundan.
Si tienen provisiones suficientes para s (las preparan para dos aos, como acto de previsin), exportan el
sobrante a otros pases. Merced a este comercio, importan no slo las materias de que carecen
(solamente hierro), sino tambin gran cantidad de plata y oro.
La prctica que tienen en este negocio les permite poseer abundantes riquezas. No les importa el vender al
contado o a plazo. No aceptan documentos de particulares solos y exigen la garanta de una ciudad. Cuando
se acerca el da del vencimiento, sta reclama el pago a los deudores particulares y deposita las sumas
cobradas en su Tesoro sirvindose de ellas hasta que los utpicos las reclaman, ya sea para prestar a otro
pas o para hacer la guerra.
El oro y la plata en Utopa no tiene valor superior al que les da la naturaleza, ella puso abiertamente a la
disposicin de los utpicos todas las mejores cosas, como son el aire, el agua, la tierra, a la vez que ocult en
lo profundo lo que es vano y de ninguna utilidad. Estos metales son utilizados en Utopa para suplicio de los
esclavos, la diversin de los pequeos y como sinnimo de infamia.
Las instituciones utpicas son totalmente opuestas a las necedades. Las opiniones se deben, por una parte a
la educacin recibida en el pas y, por otra, a los estudios en ciencias y en letras, todos desde muchachos
reciben una educacin literaria, favorecida por las horas libres que deja el trabajo.
Conocen el curso de los astros y el movimiento de los cuerpos celestes, tambin hallaron diversos
instrumentos con los que determinar con exactitud los movimientos y situacin del sol, de la luna y de los
dems astros.
Discuten acerca de la virtud y del placer; pero su primera y principal controversia es saber en qu consiste
la felicidad. Nunca discuten acerca de ella sin fundamentarse en los principios religiosos. tales principios son:
El alma es inmortal y naci por bondad de Dios para ser feliz. Despus de esta vida en la tierra, sern
recompensadas las virtudes, y castigados los vicios.
La naturaleza invita a los hombres a que se ayuden unos a otros viviendo alegremente; a obrar en bien de la
humana sociedad. Todas las acciones y las virtudes deben estar dirigidas al placer y a la felicidad. Placer es
el estado del alma o del cuerpo en que uno se complace obedeciendo a la naturaleza. Son verdaderos
placeres aquellos referidos al alma o al cuerpo. Los del alma son la inteligencia y la beatitud que se origina de
la contemplacin de la verdad. A esto hay que agregar el recuerdo de una existencia bien vivida y la
esperanza segura de los futuros bienes. los placeres del cuerpo son los que producen en los sentidos una
manifiesta impresin y una salud carente de todo malestar (estado deequilibrio corporal).
DE LOS ESCLAVOS
Los utpicos no reducen a la esclavitud ni a los prisioneros de guerra ni a los hijos de los esclavos ni, en
general, a ninguno de los que en otras tierras son vendidos como tales. Son esclavos aquellos que por algn
crimen merecen ese castigo o aquellos comerciantes condenados a muerte en el extranjero a los que
rescatan a bajo precio y a veces por nada.
Los esclavos deben trabajar constantemente pero tratan peor a los esclavos utopianos puesto que una
excelente educacin no los mantuvo en la virtud, educacin que los esclavos extranjeros no disfrutaron.
DEL ARTE DE GUERREAR
Detestan la guerra por cosa brutal, y si bien hombres y mujeres se adiestran a diario, lo hacen para
encontrarse aptos en caso de necesidad. Slo guerrean en defensa propia, para proteger a sus amigos o para
ayudar a un pueblo oprimido por un tirano.
Guardan el oro y la plata slo por esta circunstancia, y contratan mercenarios para sus guerras.
LAS RELIGIONES DE LOS UTPICOS
Hay diversas religiones, no slo en la isla, sino en cada ciudad, pero la mayor y ms "sabia" rinde culto al
Padre de Todo, que es eterno, infinito, invisible e incomprensible, y est ms all de lo que podemos conocer.
El es el origen de todo, y causa del desarrollo y el progreso, de las vicisitudes y el fin de cuanto existe. Slo a
El tributan honores divinos.
Pero hay libertad para elegir la religin, y cualquier tipo de persecucin religiosa est prohibida.
DOCUMENTACIN
CARTA APOSTLICA EN FORMA DE MOTU PROPIO
PARA LA PROCLAMACIN DE SANTO TOMAS MORO COMO PATRONO DE LOS GOBERNANTES Y DE
LOS POLTICOS
JUAN PABLO II PONTFICE PARA LA PERPETUA MEMORIA
1.
Recientemente, algunos Jefes de Estado y de Gobierno, numerosos exponentes polticos, algunas
Conferencias Episcopales y Obispos de forma individual, me han dirigido peticiones en favor de la
proclamacin de santo Toms Moro como patrono de los gobernantes y de los polticos. Entre los
firmantes de esta peticin hay personalidades de diversa orientacin poltica, cultural y religiosa, como
expresin de vivo y difundido inters hacia el pensamiento y la conducta de este insigne hombre de
gobierno.
2.
De la vida y del martirio de Santo Toms Moro brota un mensaje que a travs de los siglos habla a
los hombres de todos los tiempos, de la inalienable dignidad de la conciencia la cual, como recuerda el
Concilio Vaticano II, (es el ncleo ms secreto y el sagrario del hombre, en el que est solo con Dios,
cuya voz resuena en lo ms ntimo de ella) (Gaudium et spes, 16). Cuando el hombre y la
mujer escuchan la llamada de la verdad, entonces la conciencia orienta con seguridad sus actos hacia el
bien. Precisamente por el testimonio, ofrecido hasta el derramamiento de su sangre, de la primaca de la
verdad sobre el poder, Santo Toms Moro es venerado como ejemplo imperecedero de coherencia moral.
Y tambin fuera de la Iglesia, especialmente entre los que estn llamados a dirigir los destinos de los
pueblos, su figura es reconocida como fuente de inspiracin para una poltica que tenga como fin
supremo el servicio a la persona humana.
3.
Toms Moro vivi una extraordinaria carrera poltica en su pas. Nacido en Londres en 1478 en el
seno de una respetable familia, entr desde joven al servicio del arzobispo de Canterbury Juan Morton,
canciller del Reino. Prosigui despus los estudios de leyes en Oxford y Londres, interesndose tambin
por amplios sectores de la cultura, de la teologa y de la literatura clsica. Aprendi bien el griego y
mantuvo relaciones de intercambio y amistad con importantes protagonistas de la cultura renacentista,
entre ellos Erasmo Desiderio de Rtterdam.
4.
Su sensibilidad religiosa lo llev a buscar la virtud a travs de una asidua prctica asctica: cultiv la
amistad con los frailes menores observantes del convento de Greenwich y durante un tiempo se aloj en
la cartuja de Londres, dos de los principales centros de fervor religioso del Reino. Sintindose llamado al
matrimonio, a la vida familiar y al compromiso laical, se cas en 1505 con Juana Colt, de la cual tuvo
cuatro hijos. Juana muri en 1511 y Toms se cas en segundas nupcias con Alicia Middleton, viuda con
una hija. Fue durante toda su vida un marido y un padre carioso y fiel, profundamente comprometido
en la educacin religiosa, moral e intelectual de sus hijos. Su casa acoga yernos, nueras y nietos y
estaba abierta a muchos jvenes amigos en busca de la verdad o de la propia vocacin. La vida de
familia permita, adems, largo tiempo para la oracin comn y la lectio divina, as como para sanas
formas de recreo hogareo. Toms asista diariamente a misa en la iglesia parroquial, y las austeras
penitencias que se impona eran conocidas solamente por sus parientes ms ntimos.
5.
En 1504, bajo el rey Enrique VII, fue elegido por primera vez para el Parlamento. Enrique VIII le
renov el mandato en 1510 y lo nombr tambin representante de la Corona en la capital, abrindole as
una brillante carrera en la administracin pblica. En la dcada sucesiva, el rey lo envi en varias
ocasiones para misiones diplomticas y comerciales en Flandes y en el territorio de la actual Francia.
Nombrado miembro del Consejo de la Corona, juez presidente de un tribunal importante, vicetesorero y
caballero, en 1523 lleg a ser portavoz, es decir, presidente de la Cmara de los Comunes. Estimado por
todos por su indefectible integridad moral, la agudeza de su ingenio, su carcter alegre y simptico y su
erudicin extraordinaria, en 1529, en un momento de crisis poltica y econmica del pas, el rey le nombr
canciller del Reino. Como primer laico en ocupar este cargo, Toms afront un perodo extremadamente
difcil, esforzndose en servir al rey y al pas. Fiel a sus principios se empe en promover la justicia e
impedir el influjo nocivo de quien buscaba los propios intereses en detrimento de los dbiles. En 1532, no
queriendo dar su apoyo al proyecto de Enrique VIII que quera asumir el control sobre la Iglesia en
Inglaterra, present su dimisin. Se retir de la vida pblica aceptando sufrir con su familia la pobreza y el
abandono de muchos que, en la prueba, se mostraron falsos amigos. Constatada su gran firmeza en
rechazar cualquier compromiso contra su propia conciencia, el Rey, en 1534, lo hizo encarcelar en la
Torre de Londres dnde fue sometido a diversas formas de presin psicolgica. Toms Moro no se dej
vencer y rechaz prestar el juramento que se le peda, porque ello hubiera supuesto la aceptacin de una
situacin poltica y eclesistica que preparaba el terreno a un despotismo sin control. Durante
el proceso al que fue sometido, pronunci una apasionada apologa de las propias convicciones sobre la
indisolubilidad del matrimonio, el respeto del patrimonio jurdico inspirado en los valores cristianos y la
libertad de la Iglesia ante el Estado. Condenado por el tribunal, fue decapitado. Con el paso de los siglos
se atenu la discriminacin respecto a la Iglesia. En 1850 fue restablecida en Inglaterra la jerarqua
catlica. As fue posible iniciar las causas de canonizacin de numerosos mrtires. Toms Moro, junto con
otros 53 mrtires, entre ellos el obispo Juan Fisher, fue beatificado por el Papa Len XIII en 1886. Junto
con el mismo obispo, fue canonizado despus por Po XI en 1935, con ocasin del IV centenario de su
martirio.
6.
Son muchas las razones a favor de la proclamacin de santo Toms Moro como patrono de los
gobernantes y de los polticos. Entre stas, la necesidad que siente el mundo poltico y administrativo
de modelos crebles, que muestren el camino de la verdad en un momento histrico en el que se
multiplican arduos desafos y graves responsabilidades. En efecto, fenmenos econmicos muy
innovadores estn hoy modificando las estructuras sociales. Por otra parte, las conquistas cientficas en
el sector de las biotecnologas agudizan la exigencia de defender la vida humana en todas sus
expresiones, mientras las promesas de una nueva sociedad, propuestas con buenos resultados a una
opinin pblica desorientada, exigen con urgencia opciones polticas claras en favor de la familia, de los
jvenes, de los ancianos y de los marginados. En este contexto es til volver al ejemplo de santo Toms
Moro que se distingui por la constante fidelidad a las autoridades y a las instituciones legtimas,
precisamente porque en las mismas quera servir no al poder, sino al supremo ideal de la justicia. Su vida
nos ensea que el gobierno es, antes que nada, ejercicio de virtudes. Convencido de este riguroso
imperativo moral, el estadista ingls puso su actividad pblica al servicio de la persona, especialmente si
era dbil o pobre; gestion las controversias sociales con exquisito sentido de equidad; tutel la familia y
la defendi con gran empeo; promovi la educacin integral de la juventud. El profundo desprendimiento
de honores y riquezas, la humildad serena y jovial, el equilibrado conocimiento de la naturaleza humana y
de la vanidad del xito, as como la seguridad de juicio basada en la fe, le dieron aquella confiada
fortaleza interior que lo sostuvo en las adversidades y frente a la muerte. Su santidad, que brill en el
martirio, se forj a travs de toda una vida entera de trabajo y de entrega a Dios y al prjimo.
Confo, por tanto, que la elevacin de la eximia figura de santo Toms Moro como patrono de los
gobernantes y de los polticos ayude al bien de la sociedad. sta es, adems, una iniciativa en plena
sintona con el espritu del Gran Jubileo que nos introduce en el tercer milenio cristiano. Por tanto,
despus de una madura consideracin, acogiendo complacido las peticiones recibidas, constituyo y
declaro patrono de los gobernantes y de los polticos a Santo Toms Moro, concediendo que le vengan
otorgados todos los honores y privilegios litrgicos que corresponden, segn el derecho, a los patronos
de categoras de personas. Sea bendito y glorificado Jesucristo, Redentor del hombre, ayer, hoy y
siempre. Roma, junto a San Pedro, el da 31 de octubre de 2000, vigsimo tercero de mi Pontificado.
IOANNES PAULUS PP.II
CONCLUSIN
Como podemos observar, el Humanismo es el ncleo ideolgico del renacimiento y lo podemos definir como
una nueva cultura, surgiendo este, en el siglo XV.
Esto fue posible, gracias a hombres con una visin muy clara, que hicieron de sus ideales ticos, la base
fundamental de sus vidas.
Ellos dejan ver a travs de sus actos, su preocupacin por la familia y la sociedad misma, no importando su
posicin social, ya que la historia nos muestra el triste fin que tuvieron, en manos del poder poltico y religioso
que no pudo doblegar sus ideales y principios, siendo uno ajusticiado por el monarca y el otro perseguido por
la Iglesia.
Como podemos ver, Tomas Moro, hombre de familia y con claras ideas Polticas enfrent el poder de
la Monarqua absolutista inglesa que imperaba en ese momento y no dud en poner en juego su vida, por sus
principios ticos y su fe cristiana. Demostrndonos, no solo su valenta como hombre, sino la inquebrantable
fe en sus principios.
As tambin, Tomas Moro, firmemente apoyado en sus ideales, no dud en enfrentar, abiertamente y
colocando su propia vida en riesgo, a la Iglesia misma. La que corrompida por el poder y los hombres, y
apoyndose en su arma ms temida, la inquisicin misma, utiliz la fuerza y la barbarie para acallar cualquier
voz que se levantara en su contra.
Demostrando su profunda conviccin tica y religiosa, ms all de las presiones o amenazas y nunca
claudico, nos dejo sus enseanzas. Podemos servirnos de stas, como ejemplo, para forjar una personalidad
cuyos valores y principios ticos y polticos, puedan redundar en beneficio de la sociedad en la que nos toca
vivir.
No debemos olvidar, que el humanismo renacentista est centrado en el hombre (antropocntrico), teniendo
como finalidad al hombre (antropotlico), siendo los puntos ms importantes que desarrolla esta nueva
cultura, el hombre y su libertad, la relacin del individuo con Dios, con el mundo y con la naturaleza.
As, el renacimiento se va a destacar por la libre interpretacin de la Biblia, ilustrando con claridad, una verdad
fundamental de la tica poltica y de la libertad de la persona frente al poder poltico.
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