Ágora - Giampiero Bucci
Ágora - Giampiero Bucci
Ágora - Giampiero Bucci
AGORA
Las teoras polticas clsicas.
Historia y textos
Podemos asimilar tan slo ciertas nociones, aquellas a las cuales tenemos derecho, y que
nuestro ingenio, en un momento crucial, exige y hace suyas, como si estuviera hambriento,
para transformarlas en slida realidad y necesario equilibrio
Thomas Mann
LA GRECIA ARCAICA
Los primeros testimonios
Entre 1400 y 1200 a. de C. se desarroll en el Peloponeso la civilizacin de Mykonos.
Muchos de sus rasgos eran parecidos a los de las civilizaciones del oriente mediterrneo,
empezando por la organizacin poltica, fuertemente centralista y monrquica. El seor, el
wanax, ejerca un poder absoluto sobre una jerarqua militar que administraba sus tierras,
labradas por siervos. Esta sociedad entr en crisis alrededor del siglo XII, con la invasin
de los dorios, los brbaros del norte, que no tardaron en apoderarse de toda la pennsula.
Sus instituciones polticas eran muy diferentes de aquellas de los vencidos, su sentido de la
jerarqua no era tan rgido, y el seor reinaba sobre iguales, ms que sobre sbditos.
Adems, los vencedores absorbieron la cultura de los vencidos y, en pocas generaciones, se
fundieron con ellos, dando vida a las tres estirpes de Grecia: dorios, jonios y eolios.
Es muy probable que la instabilidad de la jerarqua doria haya provocado, entre los siglos
XI y IX, aquellos tiempos de decadencia y anarqua que los historiadores llaman edad
media griega, un perodo en que desapareci la escritura y se derrumbaron los palacios de
Mkonos, mientras que muchas poblaciones emigraron para escapar al hambre y a la
guerra. Pero no se perdieron las tcnicas agrcolas, y se dio un avance tcnico de
incalculables consecuencias, la forja del hierro. Ms fcil de trabajar que el bronce, y ms
econmico, el hierro puso las aldeas en condicin de proveer a su defensa, y de
independizarse de un eventual poder central, contribuyendo as al nacimiento de la polis, la
ciudad-estado, tpica forma griega de asociacin, y trmino del que deriva la misma palabra
poltica. En concreto, una forma de centralismo, porque la polis rega un territorio que
inclua varios pueblos alrededor de un centro urbano de mayor importancia, pero
diseminado, por la misma difcil orografa del pas. La unidad de la Grecia clsica se dio en
la cultura, en el idioma, en la religin, no en la poltica.
Con el nacimiento de la polis termina el perodo arcaico de Grecia, cuyo testimonio se
encuentra en los poemas homricos. Narradas oralmente desde los siglos XII y XI, la
Ilada y la Odisea fueron escritas en el siglo VIII, y muestran diferencias que hacen pensar
en diferentes perodos de composicin.
El honor armado
En ese mundo guerrero la virtud (aret) est en el honor (idos) y en el uso violento (bie)
de la fuerza: as se es parte de los mejores, oi aristi. En este sentido es ejemplar la actitud
de Aquiles en Iliada. Ofendido por Agamemnn, que se haba apoderado injustamente de la
esclava Brises, Aquiles se retira del combate, para demostrar que sin l Troya no caer. A su
vez, Agamemnn justifica su prepotencia con la misma moral, puesto que portndose as
ser reconocido su valor. Esta moral aristocrtica implica y justifica la hbris, la ruptura del
orden que rige las relaciones entre hombres y entre hombres y dioses. La hbris es, junto
con el amrtema (yerro), una de las formas griegas de lo que nosotros llamamos pecado.
Cuando esta ruptura se da con los dioses, surge el divino castigo, la nmesis: en la Iliada, el
precio que los Aqueos pagan por raptar a la hija de un sacerdote de Apolo, es una
pestilencia. (I, 10)
Como lo muestra su actitud hacia Tersites, el plebeyo feo e indigno, Homero comparte
plenamente esta tica aristocrtica, pero no ignora los riesgos de anomia que implica, y lo
demuestra pronuncindose a favor del gobierno monrquico:
.....el gobierno de muchos no es bueno. Tenemos un solo seor........ese a quin el hijo de Cronos dio
la vara y la ley........
Iliada, II, 205-207
Considerado por Platn hombre de virtud divina (Leyes, III, 691d), Licurgo encarna el
arquetipo apolneo y solar venerado por los aristcratas. Su obra de legislador es precedida
por el orculo de Apolo dlfico: su constitucin sera perfecta. Plutarco, quien compara a
Licurgo con un dios, as narra la sociedad espartana, recogiendo y haciendo propia una
larga tradicin culta y popular:
....de las muchas novedades introducidas por Licurgo en la constitucin espartana, la primera.....fue
la institucin de la guerusa.....con una funcin de equilibrio.......En efecto, los veinte y ocho
Ancianos se aliaban con los Reyes cuando era necesario contrarrestar el poder popular, y reforzaban
al pueblo cuando se trataba de a tirana......
........la segunda medida que tom........fue redistribuir la tierra.....en partes iguales......Luego
sustituy las monedas de oro y plata con monedas de hierro de bajo valor, tanto que para poseer dos
minas, era necesario un amplio ambiente para almacenarlas y un par de bueyes para
transportarlas.......despus toc a los oficios intiles y superfluos, que fueron expulsados de la
ciudad..........El dinero de hierro no se poda gastar en ninguna parte de Grecia, no tena valor y era
objeto de risa, as que los lacedemonios no podan comprar mercancas extranjeras, a sus puertos
no arribaban barcos cargueros, y no llegaban oradores con sus charlas, ni adivinos vagabundos, ni
chulos con su compaa de prostitutas, ni orfebres con sus joyas, porque ya no exista el dinero......
........la tercera fue la institucin de los comedores pblicos. Todos los ciudadanos tenan que comer
en comn, consumiendo todos lo mismo.......prohibido comer en la casa sobre colchas lujosas y
frente a suntuosas mesas......Se sentaban en grupos de quince, y cada uno aportaba, cada mes, una
medida de harina, vino, queso, aceite, higos, y una mdica cantidad de dinero......
.......Licurgo quiso que las muchachas reforzaran su cuerpo con la las competencias de corsa, con la
lucha, la jabalina y el disco.....para que sus hijos fueran bellos y fuertes....y ellas pudieran resistir
mejor las dolencias del parto........Y no era indecente que las muchachas circularan desnudas,
porque las rodeaban el pudor y la falta de concupiscencia, y se formaba en ellas la costumbre a la
simplicidad y la preservacin de la salud. Adems tenan as, las mujeres, nobles pensamientos de
grandeza, viendo que podan, ellas tambin, alcanzar la palma de la gloria.....Un da una extranjera
dijo a Gorgo, esposa de Leonidas: Tan slo las espartanas mandan a los hombres S, contest
Gorgo: pero tan slo las espartanas paren hombres.......
......cuando un Irene, un joven de veinte aos, est al mando de una manada de jovencitos, se hace
servir su comida en la casa, enva a los grandecitos a cortar lea, a los chiquitos por verdura. Que
encuentran robando......y si uno se deja agarrar, lo azotan a sangre, por ser un ratero intil.....He
visto muchos morir bajo el azote en el templo de Artemis Ortia......
.....los espartanos practicaban libremente la homosexualidad, las mismas mujeres, las ms bellas y
honestas, podan amar muchachas.....
.......a los jvenes se les enseaba a hablar de manera sutil y graciosa al mismo tiempo, encerrando
un gran concepto en una pequea frase....el estilo lacnico, breve, que apunta al centro de la
cuestin y estimula la reflexin en el oyente.....Licurgo se esforz de obtener....respuestas a tono por
medio del silencio.....
...era un espectculo grandioso y solemne verlos marchando al comps de las flautas sin la menor
falla entre las filas......tranquilos y alegres, guiados al peligro por la msica.......sin miedo o
furor ......con confianza y valor, como si el Dios mismo los acompaara.....
......vencido el enemigo, lo perseguan el mnimo indispensable para que huyera del todo, luego se
retiraban en su campamento, porque pensaban que era indigno de Helenos masacrar a quien se
rinde.....Esta costumbre no slo era magnnima, tambin era til, porque los adversarios, sabiendo
que los Espartanos mataban a los que resistan y perdonaban a los que se rendan, preferan huir
que resistir....
......igualmente buenas fueron sus disposiciones sobre las sepulturas......extirp toda supersticin y
temor, hizo que las sepulturas estuvieran cerca de los templos, y que se acostumbraran los jvenes a
verlas.......el muerto tena que ser sepultad sin otra cosa que un manto de prpura y una hojas de
olivo. El nombre no se poda escribir sobre la tumba, a menos que no fuera la de un cado en guerra
o de una sacerdotisa....el duelo fue limitado a once das. En el doceavo, haba que sacrificar a
Demeter y darse paz......
Platn lo recuerda, junto con los otros Sabios, como admirador de Esparta, y usa su figura
en la polmica metodolgica que sostiene con los sofistas:
......fueron todos secuaces y admiradores de la formacin (paidia) espartana, y tambin su
sapiencia es espartana: cada uno de ellos ha pronunciado breves, inolvidables sentencias. Y cuando
se reunieron, consagraron el fruto de su sapiencia a Apolo, escribiendo en el templo de Delfos las
sentencias celebradas por todos: Concete a ti mismo, Nada en exceso. Para qu te digo todo
esto? Para mostrar algo de la filosofa antigua, una manera espartana de hablar breve y directamente
(braquiloga)......
Protgoras, 343 a
El Soln que nos presenta Digenes Laercio (Vidas, I, II) es enemigo de tiranos, a los
cuales se enfrenta abiertamente, porque ser sensible al justo medio, parte fundamental de la
concepcin griega del mundo, en poltica se llama moderacin (phrnesis) e implica
hostilidad a la acumulacin de poder en una sola persona:
No es fcil enfrenar al que se elev demasiado........Los gobernantes.........no saben moderar su
arrogancia y no gobiernan con medida.........
En los versos de Soln la Justicia coincide con eunome, el buen gobierno, contrapuesto a
disnome, el estado de desorden y anarqua:
..................... el mal gobierno procura muchos daos a la ciudad /el buen gobierno, en cambio, hace
orden en las cosas / y carga a los injustos con cadenas / ............
Ha cambiado, mientras tanto, la tica guerrera: al combate individual entre hroes, que se
reduce a una suma de choques individuales, se sustituye la pelea entre falanges,
formaciones armadas de ciudadanos. Ahora los guerreros valientes son los que se quedan
cerca de los otros, como escribe Tirteo, y la virtud guerrera es un valor compartido:
........el valor, el premio humano mejor y ms bello para un joven, y el bien comn de la ciudad y de
todo el pueblo.......
Fragm. 4, vv 11 y 13-15
Hesodo
El desarrollo de la polis se acompaa con la nueva concepcin de justicia que encontramos
en Hesodo, el poeta campesino del siglo VIII que conoci la pobreza y la injusticia, por
obra de su hermano, corruptor de jueces. En el poema didasclico Los trabajos y los das,
Hesodo da cuerpo potico a un mito ancestral, peridicamente activo en el subsuelo
psquico en el cual radica la poltica, el mito de la edad del oro:
......los inmortales que viven en el Olimpo crearon la Edad de oro de los hombres..........No conocan
el trabajo ni el dolor, ni la cruel vejez, y siempre fuertes en sus manos y pies, gozaban en fiestas y
banquetes, alejados de los males, y moran como se duerme. Todos los bienes eran suyos, la tierra
frtil produca sola.......
Daniel, 2, 37-40
La tradicin azteca de los cinco soles, cada uno correspondiente a un dios, cada uno
hundido en un cataclismo, es una versin del mismo mito.
Qu ha cambiado con respecto a Homero? Para Hesodo la guerra no es un valor, es un
azote que arrasa los campos. Su ideal no el guerrero o el aventurero, sino el hombre que
trabaja:
El trabajo hace a los hombres ricos, y si trabajas, dioses y hombres te aman, porque no los gustan
los perezosos. No es el trabajo lo que envilece, es el ocio....
Trabajos y das
Hesodo es optimista, en cuanto a la justicia divina, porque Dike, Justicia, es la hija de
Zeus:
....el dios presente en los juramentos se aleja de los juicios injustos. Y la Justicia...........cubierta de tinieblas,
corre gritando por pueblos y ciudades, llevando desdicha a los que la ofendieron......A los justos, en
cambio....la tierra da alimento abundante..........las ovejas lana y las mujeres hijos semejantes a los
padres........y no tienen que navegar porque su tierra es generosa y fecunda......
ibidem,
En el acto de conceder al hombre la Justicia, Zeus instaura un nuevo orden y deslinda la
condicin humana de la animal:
........El Cronin permite a los peces, a las fieras y a las aves de rapia devorarse entre s, porque no les ha
dado, como a los hombres, la Justicia.......
ibidem
.
HACIA LA DEMOCRACIA
La tirana
En el siglo VII la asperidad de las luchas entre las clases propica la centralizacin del poder
en manos de un seor (tranos) que toma el poder en forma extralegal y en circunstancias
de crisis. El tirano hubiera tenido que estar por encima de las partes, pero se convirti, en la
mayora de los casos, en defensor e impulsor de los intereses populares y de la burguesa,
con una poltica orientada a favorecer el comercio y la pequea propiedad agrcola,
definitivamente liberada de la pesadilla de la usura. As actu por ejemplo el ateniense
Pisstrato, cuyo poder estuvo a punto de transformarse en dinstico.
El ascenso de Pisstrato fue causa y al mismo tiempo efecto del voluntario exilio de Soln,
quien haba vanamente advertido sobre los peligros que conllevaba la excesiva popularidad
de aquel. Su historia es el caso, destinado a convertirse en clsico, del aristcrata que se
queda en el poder al precio de hacer los intereses de sus adversarios. Favoreci el comercio,
concedi crditos a los pequeos agricultores, protegi a los artesanos, y recaud la suma
necesaria para la creacin de astilleros, vitales para Atenas, prensada entre el mar y una
landa rida. Se trataba de asegurar las rutas del trigo, con una presencia naval y una
continua bsqueda de aliados y acuerdos en Jonia y Asia menor. Pisstrato lo hizo, creando
las bases de un futuro imperio martimo.
Conciente de que la economa no crea, sola, el vnculo social, import en Atenas los cultos
agrarios, favoreciendo la identificacin de los campesinos con la comunidad tica y
admiti el culto de Dionisos, para balancear el culto apolneo de los aristcratas. As las
Dionisacas se convirtieron en una fiesta tan importante como las Panateneas.
En su juicio Tucdides intenta ser equilibrado:
.....los Pisstratas gobernaron con honestidad personal e inteligencia poltica, con impuestos de
apenas el veinte por ciento, dieron a la ciudad un aspecto arquitectnico y monumental riqusimo,
organizaron campaas de guerra y sacrificaron vctimas en los altares.......
ibidem, VI, 59
Este retrato en tintas negras es parte de una larga serie que empieza con los poetas del VII
siglo, contina en la tragedia y culmina en el libro VIII de la Repblica de Platn.
...........no amo la grande tirana / que por eso est lejos de mis ojos.
Arquloco, 8
A ese mal nacido de Ptaco / lo han cubierto de alabanzas y lo han elegido tirano / de esa pasiva y
desgraciada ciudad.
Alceo, 14
.........mejor la muerte que la sumisin a la tirana..........
En los tiempos de Pisstrato la ciudadana ateniense estaba dividida en cuatro clanes, unidos
por vnculos de sangre. Clstenes sustituye esta divisin familiar por una divisin
territorial, segn el criterio de la residencia. De esta manera la poblacin se distribuye en
diez tribus, cada una de las cuales integra habitantes de la costa, de la ciudad y del campo,
obteniendo una consonancia de intereses entre gente en potencial contraste. Adems, a la
unidad territorial bsica, dmos, pueblo, se otorgan importantes funciones administrativas,
polticas y de culto. Sobre esta base se reforman tambin los rganos de gobierno: de tomar
las decisiones se encarga la bul, integrada por 500 miembros, cincuenta por cada tribu,
elegidos al azar. Durante 35 das, la dcima parte del ao, esta bul es gobernada por 50
miembros de la misma tribu, que luego dejan el poder a otros 50 de otra tribu, que al vencer
el mes harn lo mismo, de manera que todas las tribus gobiernen una vez al ao. Un
ejercicio de equilibrio, como se ve. Con el tiempo crece la importancia de los dmoi, y por
ende de la representacin de los intereses populares, como lo demuestra la evolucin del
trmino democracia, que en el siglo V designa los poderes de los dmoi, y luego pasa al
significado de poder popular.
Mientras tanto, se reduce la jurisdiccin del Aerpago, el antiguo tribunal aristocrtico; se
crea el ostracismo, exilio decretado, por escrutinio popular secreto, a los sospechosos de
aspirar a la tirana, y finalmente, con la mstophora, se paga la jornada perdida a los que
recubren cargos pblicos. De esta manera, el ejercicio del gobierno llega al alcance de
todos. A finales del siglo V Atenas est madura para una democracia.
Los derrotados
Son aristcratas alejados del poder, los que nos dejan testimonios directos de estos aos y
de su sentir, en versos como los que Tegnis de Megara, (siglo V) dedica al discpulo
Cirno:
La ciudad sigue siendo la misma, Cirno / pero los habitantes han cambiado: / los que antes no
saban ni de ley ni de justicia, / los que en ralas pieles de cabra / como ciervos pastaban fuera de los
muros / ahora son los buenos, hijo de Polpas, / y los buenos de ayer ahora son malvados. / Es
tolerable? / Estos que se engaan los unos con los otros / y no distinguen el bien del mal. / No sea
con ellos tu amista sincera / no des tu corazn en ningn caso, / mustrate amigo, pero slo con
palabras / no compartas secretos con ellos / porque sus almas miserables no saben de lealtad / tan
slo engao y fraudes aman / estos hombres perdidos para siempre.
V
En el poema de este aristcrata despojado y exiliado, se asoma la mentalidad tradicionalista
en su pureza, la manifestacin de un arquetipo poltico del Conservador, con todo su
pesimismo antropolgico y existencial. Su tiempo es un tiempo de abandono, los dioses se
han ido del mundo:
La Esperanza (lpis) es la sola divinidad buena/ las otras estn en Olimpo, nos han
abandonado / ............../ ya no se hacen juramentos con fe / y no hay quien venere a los
dioses / ......... IX
XV
Los hombres no son libres y se mueven a ciegas, tan slo los dioses saben, pero ni siquiera
Zeus, con toda su potencia, premia al bueno y castiga al malvado, lo que hace la condicin
humana an ms trgica. La conclusin es una teodicea negativa: la vigencia de la justicia
no es importante para los dioses:
Nadie, Cirno, es causa de su bien o de su mal,/ los dioses lo son / ......../ no sabemos si de nuestra
accin nacer un bien o un mal / ............. / los hombres nada sabemos, slo pensamos cosas
vanas / ...........
XI
............/ Ninguno de los hombres es feliz / ............. / y la obra de los hombres nada vale / ............/
Cultiva a los dioses, / pues sin los dioses nada viene al hombre / ni bienes ni males.
XXVIII
Zeus amado, me sorprendes / t, el ms potente de todos / ............./ t tratas al justo y al malvado de
la misma manera / ...........
XIII
A la indiferencia de los dioses corresponde, como un efecto a una causa, la inversin de
valores y jerarquas en la ciudad. En este caos nihilista en la cual la hbris de los malvados
no provoca el castigo divino, el consejo al discpulo Cirno es la aceptacin de un exilio
interior, y la suspensin del ejercicio de los valores propios de la nobleza. Cules? Los que
los malvados pisotean: la fe, pstis, que es tambin lealtad y veracidad, la eunoma, el buen
gobierno y el culto divino. Los adversarios son una masa indiferenciada de malos (kaki),
definidos por sus malas acciones. Cuando quiere ser ms especfico, Teognides los llama
phortegi, traficantes (XXII) e ironiza sobre el amor por el dinero que se ha extendido a
todos los estratos sociales (VIII). Vienen a la mente los versos con los cuales Dante, mil
ochocientos aos despus, deplorar los nuevos ricos y su arrogante ascenso:
La gente nuova e i sbiti guadagni
Orgoglio e dismisura han generata
Fiorenza in te, s che tu gi ne piagni
Inf. XVI, 73-75
La gente nueva y las sbitas ganancias, orgullo y exceso en ti, Florencia han generado, as
que de eso lloras. En esta condena del exceso, de la desmesura, se siente la misma,
dolorosa sensibilidad a la hbris, el grito del pesimista histrico frente al orden violado. Y
ese desprecio del dinero, que el aristcrata Herclito comparte:
Qu nunca les falte el dinero, Efesios, para que se note lo poco que valen
Fr. DK 112
..........en este lugar, digo, este tribunal.....noche y da rechazar la injusticia y no permitir que las
leyes se arruinen......Observando las leyes en esta tierra ustedes siempre gozarn de seguridad y
fuerza....
Eumnides, vv.
689 y 700-702
Tal vez sea esta frase del orador Iscrates (436-338) la que mejor sintetiza el espritu con el
cual Atenas tuvo que recibir las alabanzas de Esquilo: "Hubo un tiempo en que los Griegos
vivan en comunidades desorganizadas, en mano de tiranos o de la anarqua: nuestra
ciudad los liber de esos males"
La edad de Pericles
La Triloga de Orestes se representa en los primeros tiempos de aquel perodo que pasar a
la historia como Edad de Pericles, un tiempo de resplandor que hace de Atenas no
solamente el centro de Grecia, sino la cuna de una revolucin cultural cuyos efectos dejarn
una huella permanente en la cultura de Occidente.
Todo empieza con las guerras persas. En el ao 546 las ciudades griegas de Asia Menor
caen bajo el control del imperio persa, que las reduce a la condicin de satlites,
imponiendo gobiernos de confianza y una dura explotacin econmica. En el 499 las
ciudades se rebelan, y nace una guerra en la cual Esparta y Atenas intervienen directamente,
encabezando una alianza pangriega que en el 479 derrota a los persas. Como la guerra es
sobre todo naval, y la mayor potencia martima griega es Atenas, las tripulaciones de los
barcos atenienses, integradas por ciudadanos de la clase ms baja, los tetos, adquieren plena
conciencia de su peso social, mientras que la ciudad entera acaba por convencerse de la
importancia del control del mar. Pronto la alianza delio-tica, fundada para prevenir un
retorno de los persas, se transforma en el medio con el cual Atenas controla las ciudades del
Egeo que la integran. Nace as una democracia que financia sus logros internos con una
poltica exterior de tipo imperial.
El inspirador de esta poltica es Pericles, de la potente familia de los Alcmenidas,
extraordinario orador y manipulador de elecciones, pero tambin poltico visionario
convencido de la importancia de la cultura en la construccin de un rgimen duradero, que
se identifique con las costumbres de la ciudad entera, y no tan slo con los intereses de una
parte de sus habitantes. As, para dar a los atenienses el sentido pleno de la importancia de
su ciudad, construye monumentos y obras pblicas, financia fiestas populares y se rodea de
artistas y pensadores, transformando una prctica poltica en una visin colectiva del
mundo. Todo esto lo hace sin transformarse en un tirano, sino postulndose en cada
eleccin al puesto de estratega, un cargo militar que, discretamente, le permite una libertad
de maniobra proporcionada a su perfecto conocimiento de la mquina electoral ateniense.
Mientras tanto, Atenas est experimentando la primera forma de democracia directa de
Occidente, una democracia sin duda favorecida por la pequeez del territorio tico, pero
imposible de explicar con esta sola razn, porque tambin Esparta tiene un territorio
reducido, pero su rgimen no es democrtico. La raz de la peculiaridad ateniense,
entonces, hay que buscarla en otro lado, en la economa, por ejemplo, en la mentalidad
emprendedora de los comerciantes y de los artesanos que ms se identifican con la poltica
de Pericles.
Una democracia elitista
Si queremos entender este fenmeno es preciso no interpretarlo con categoras modernas: a
nuestros ojos Atenas sera una "oligarqua de masa", porque el porcentaje de los
ciudadanos polticamente activos es reducido a no ms del 15% de una poblacin de unos
cincuenta mil personas, y comprende solamente los varones adultos nacidos en la ciudad o
en uno de sus dmoi, puesto que mujeres, esclavos y extranjeros (metkoi) residentes, muy
numerosos en un puerto, no tienen derecho alguno. En cambio Atenas desconoce uno de los
ms graves problemas de las democracias modernas, el profesionalismo poltico: cada
ciudadano activo no solamente elige, sino que tiene la seguridad de cubrir un cargo cuando
menos una vez en su vida, y esto porque las elecciones, para proporcionar a todos la
oportunidad de participar activamente, integran el voto con el sorteo. Pero: cules son en
concreto los cargos? El sistema se presta a ser descrito utilizando, con cierta aproximacin,
el criterio moderno de los tres poderes.
El rgano legislativo es la ekklsia, la asamblea ciudadana, cuyos pareceres ahora no son
solamente consultivos, como en tiempos de Soln, sino vinculantes; es la asamblea,
adems, la que escoge a los candidatos a los cargos, pescando entre nombres propuestos por
los dmoi, que actan como comisiones electorales. La funcin de gobierno la ejerce la
bul, que se ocupa de poltica exterior, defensa, economa e impuestos. Suya es la tarea de
proponer leyes a la asamblea, para que esta las apruebe o menos, as que sus funciones,
adems que ejecutivas, tambin son legislativas. El poder judiciario se ejerce en las cortes
populares, integradas por 500, o ms, miembros, sorteados entre seis mil. Sus sentencias
son inapelables, y sus tareas, adems de las estrictamente penales o civiles, incluyen el
control de las cuentas y de la actuacin de los electos a cargos pblicos. Al lado de estos
rganos sobrevive, con funciones cada vez ms decorativas, el antiguo Aerpago. Es facil
notar como el rasgo principal del sistema es el rechazo del profesionalismo, porque hasta
los jefes militares, los diez estrategos, son de eleccin popular. Esta elegibilidad de todos
los ciudadanos a todos los cargos hace que la importancia poltica del ateniense ya no
dependa del nacimiento noble, sino de la fuerza de las opiniones sustentada por la oratoria.
A esta capacidad de convencer se relaciona la faceta cultural que acompaa la democracia,
y que llega a identificarse con ella, la sofstica.
Los sofistas
As como en la Francia del siglo XVIII philosophe no se deca de un intelectual cualquiera,
sino de uno progresista, en la Grecia del siglo V sophists no designa genricamente al
sabio, sino a un tipo especial de sabio, un maestro de oratoria que va de ciudad en ciudad
dando cursos y cobrando por ellos. Su figura social es totalmente nueva, su manera de ser
irrita a los tradicionalistas, porque a sus ojos el sofista es un vagabundo autoexiliado, y el
griego desconfa de los metecos, es uno que gana dinero con su saber, y para la mentalidad
3
monarqua, porque permite la eleccin a los cargos, controla a los magistrados, abre a todos los
ciudadanos el camino de la cosa pblica".........Megabizo, en cambio, se declar por la
oligarqua......."No hay nada ms arriesgado en las opiniones, ni ms insolente en la voluntad, que el
populacho. De suerte que no se puede aprobar que, para escapar de la arrogancia de un soberano, se
pare en la insolencia de la plebe, pues al obrar.....un soberano sabe lo que hace, en cambio el vulgo
obra segn se le antoja, sin tener la conciencia de sus actos.....Lo mejor es que escojamos un
consejo integrado por los mejores ciudadanos, para entregarle la soberana"............Daro, el tercero,
habl de esta manera: "creo que, de los tres gobiernos, el mejor es el de un rey......porque no hay
persona ms adecuada para el gobierno que un varn magnnimo y sobresaliente....no ven que en
los estados populares cunde la corrupcin en el manejo de los asuntos pblicos?....De dnde
vinieron la libertad y la independencia de Persia? Acaso del pueblo o de una oligarqua? O no
vinieron, ms bien, de un rey?
Si recordamos que Herdoto lea en pblico sus pginas, y que estas se discutan
animadamente, nos damos cuenta que detrs del disfraz persa, lo que aqu se discute es un
problema actual y cercano, el de la superioridad de la legalidad democrtica sobre el
arbitrio tirnico.
Otro texto fundamental para una definicin de la imagen que los atenienses tenan de su
rgimen, lo encontramos en el segundo libro de La guerra del Peloponeso, la obra de
Tucdides (460-399) que, narrando ese desastroso conflicto que fue el suicidio de Grecia,
lleva la historiografa a cumplida madurez. El rigor en el control de los datos, el realismo,
el afn de escribir una historia actual, todo lo que en Herdoto es apenas incipiente, en
Tucdides es ampliamente desarrollado, con una actitud racionalista de origen sofstico que
ignora tanto las curiosidades etnogrficas como el mito, y se propone como identificacin
de leyes y regularidades en los eventos. Conocer estas leyes significa no solamente conocer
el pasado, sino prever el porvenir:
.....he preservado con la mayor exactitud posible el sentido de los discursos que fueron
pronunciados, y en cuanto a los hechos, no me he conformado con dar crdito a mis informantes o a
mis fantasas. Cuando no he presenciado yo mismo los eventos, he controlado personalmente los
pormenores obtenidos de segunda mano: tarea difcil, porque del mismo hecho se me han dado
diferentes versiones......tal vez a muchos no guste mi actitud, pero me conformo con el juicio
favorable de los que no solamente quieren saber lo que realmente aconteci, sino lo que se puede
repetir, segn las leyes inmanentes del mundo humano......
ibidem, I,
1
Inspirndose en el mtodo hipocrtico, la bsqueda racional de una diagnosis y una
prgnosis de la enfermedad, Tucdides se impone una absoluta imparcialidad en el
momento de explicar las razones objetivas del conflicto y las visiones subjetivas de sus
protagonistas. De esta manera, sus pginas nos permiten conocer la auto-representacin de
la democracia, como en este relato del discurso de Pericles en honor de los muertos del
primer ao de guerra:
......este pas ha sido la casa de infinitas generaciones del mismo pueblo, cuyo valor nos lo ha
entregado libre. Alabmoslos, pero sobre todo alabemos a nuestros padres, quienes, no sin riesgos y
penas, acrecentaron el original dominio hasta los lmites de hoy, y as nos lo heredaron. Nosotros,
que ahora vivimos en la edad madura, lo acrecentamos an ms. Y enriquecimos la ciudad de todo
lo que puede ser til a su autosuficiencia, tanto en guerra como en paz. No les hablar de sus
luchas....hablar de los principios de vida, la constitucin y las costumbres que nos permitieron
llegar a tener parecido poder.....Nuestro rgimen no se inspira en las constituciones extranjeras.
Nosotros no imitamos, ms bien inspiramos. Y el nombre de este rgimen es democracia, gobierno
no de pocos, sino de la mayora de la poblacin. Y es ms: de un lado vige para todos la absoluta
igualdad delante de la ley, de otro.....cualquiera de nosotros....puede ocupar un cargo pblico en
virtud de sus capacidades, ms que de su milicia en ste o aqul bando poltico. Al mismo tiempo, si
un ciudadano es pobre, su condicin no le impide obrar para el pblico bien. Entre nosotros.......la
amable tolerancia que inspira el trato entre particulares se convierte, en los asuntos pblicos, en
estricto apego a las leyes.....obedecemos a las autoridades, pero sobre todo respetamos las
leyes.....Entre nosotros lo vergonzoso no es ser pobres, sino no vencer la pobreza con el trabajo. En
el ciudadano la cura de los quehaceres pblicos y de la de los asuntos privados se identifican, y en
todos es vivo el afn de servir de la mejor manera posible......Somos los nicos, en el mundo, en
pensar que el ciudadano que se aleja de la poltica no es tranquilo, sino intil. Las decisiones las
tomamos en forma directa....y no creemos que la accin sea afectada por la discusin, sino por la
falta de ella.....En pocas palabras, afirmo que nuestra ciudad es la escuela de toda Grecia.....como lo
demuestra su potencia, logro de esta manera de ser....Mar y tierra abrieron sus caminos a nuestros
pasos impvidos, por todos lados levantamos monumentos eternos a nuestras derrotas y a nuestras
victorias. Para esta ciudad murieron, con noble firmeza, estos cados: es preciso que todos estemos
dispuestos a sufrir, por ella, el mismo sacrificio...........
espartana. La orgullosa reivindicacin del derecho de Atenas a ser una gua para toda
Grecia es la ms sutil justificacin de lo que, en realidad, era un imperialismo que ya no
necesitaba de disfraces.
Primer siervo Est muy claro: el orculo habla de una salchicha. Ahora bien, una salchicha est
llena de sangre, como una serpiente. Lo que significa que el orculo anuncia que la serpiente
vencer al guila, si no se dejar seducir por las bellas frases.
Charcutero Est bien, me gusta. Pero no s cmo podra gobernar al pueblo.
Primer siervo Nada ms fcil. Sigue haciendo lo que haces. Slo tienes que picar, condimentar y
mezclar los asuntos, y, en cuanto al pueblo, para hacrtelo amigo es suficiente una pequea receta
de palabras. Por lo dems, tienes todo lo que se necesitas para guiarlo: cara de canalla, origen
miserable, modales de vagabundo. No te falta nada para hacer poltica......
Los caballeros
En el 423, en Las nubes, el objeto de la polmica es Scrates, representado como un sofista
y naturalista ateo corruptor de jvenes. Aunque el retrato sea exagerado hasta ir fuera de
blanco, la gente supo comprender el mensaje antimodernista de la obra, as que no
sorprende que las acusaciones que un tribunal democrtico har a Scrates veinte aos
despus sean prcticamente las mismas que se le hacen en la comedia.
Mucho ms sutiles son las venenosas palabras que encontramos en La constitucin de los
atenienses (Politia ton athenion) , un agudo anlisis del rgimen democrtico, atribuido
durante aos a un no mejor definido Viejo Oligarca, y que ahora conocemos como obra del
sofista Critias, primo de Platn y eminente entre los Treinta Tiranos. Escrito en el exilio
alrededor del 424, en los primeros tiempos de la guerra, este panfleto intenta proporcionar
un discurso riguroso y cientfico de la democracia, que es condenable, segn el autor, pero
no es incoherente, puesto que favorece los intereses de los que viven de la mar, y Atenas es
un imperio martimo. En efecto, esta crtica de la democracia del punto de vista
conservador muestra un enfoque que ser tpico de Marx, el de la bsqueda de los intereses
de clase que animan ideas e instituciones.
.......en Atenas la justicia consiste en apoyar al pueblo, es decir a los que menos tienen, a expensas
de los nobles y ricos, y esto acontece porque es el pueblo el que arma los navos, y los navos son la
fuerza del estado. Los que fortalecieron y enriquecieron Atenas fueron los remadores, los pilotos y
los marinos, no los oplitas, los ricos y los nobles. Por eso es lgico que todos estos sean elegibles
por sorteo o eleccin a los cargos, y que se les reconozca el derecho de hablar en las asambleas. De
las dems funciones, las que verdaderamente son importantes para el estado, al pueblo le importa
poco.....slo le importan los oficios que permiten ganar dinero. Los que se asombran porque el
sistema favorece a los artesanos, a los pobres y a los plebeyos a expensas de los mejores (aristi),
deberan de reflexionar y entender que esta es la manera de favorecer la democracia......Claro que
parecido gobierno no es el mejor, pero es el ms apto para la democracia. El pueblo no quiere un
estado basado en buenas leyes, porque caera en la servidumbre, el pueblo quiere ser libre y
mandar......Si lo que se quiere es una buena constitucin, entonces se debe de permitir a los mejores
de legislar y de tomar decisiones, y de prohibir a los peores el acceso a la asamblea, y al poder de
decidir: claro que as el pueblo sera esclavo........En una ciudad en la cual el poder nace de la mar,
es inevitable convertirse en esclavos de sus propios esclavos.......
Critias no olvida analizar sin hacerse ilusiones la relacin entre Atenas y sus aliados,
denunciando lo que le parece ser su verdadera naturaleza:
Aparentemente es una mala idea la de obligar a los aliados a discutir sus asuntos legales en Atenas,
pero detrs de esta medida hay un esmerado clculo de los beneficios de parte de los atenienses,
que, antes que todo, se hacen de los intereses de las sumas depositadas en calidad de fianza, luego
gobiernan las ciudades sin tener que salir de la casa, y, finalmente, apoyan a los demcratas
aliados condenando a sus adversarios. As Atenas se enriquece con los aranceles del Pireo y con
las rentas de casas, esclavos y caballos que cobra a los extranjeros......
Ibidem, I, 14
Al notar que la democracia es un rgimen de discusin permanente ms que de toma de
decisiones, Critias plantea, como de pasada, un problema que ser tpico de la edad
moderna, el de la definicin del carcter de la soberana. En otras palabras, se nos presenta
como el primer pensador decisionista:
........las alianzas y los convenios suscritos por gobiernos oligrquicos son necesariamente firmes,
porque si hay alguna falta es posible acusar a los que tomaron la decisin, en cambio si decide el
pueblo, ste puede echar la culpa al que dio el consejo o escribi el texto......Si en Atenas apelas a la
asamblea popular o la restringida, puedes esperar la respuesta durante un ao entero. Esto pasa
porque en la ciudad hay un enorme nmero de asuntos que solucionar. Y cmo podra ser
diferente, si hay un nmero de fiestas mayor que en cualquier otra ciudad?.......
ibidem, II, 17
No pueden faltar las acusaciones de corrupcin, que nos dan otra versin de lo que segn
Pericles sera estricto apego a las leyes:
....en Atenas hay ms juicios, acusaciones y amparos que en todo el resto del mundo.......claro que
no se puede hacer caso a todos. Y sin embargo no falta quien dice que si vas con dinero a la mano te
hacen caso. Es cierto: con dinero todo es posible, en Atenas.......
Ibidem
Con esto Antifn critica tanto la creencia aristocrtica en la existencia de valores innatos,
como uno de los cimientos de la cultura griega, el racismo. Y lo hace junto con otros
sofistas discpulos de Gorgias, como Alcidamas, que dej escrito Dios ha hecho todos los
hombres libres, nadie es esclavo por naturaleza o Licofrn de quien nos queda esta frase:
La belleza de los nobles es invisible, su majestad est tan slo en las palabras.
En este clima de revisin de los valores que acompaa, y difunde, el sentimiento de la
crisis, aparece por primera vez la interpretacin de la religin como instrumentum regni. La
idea es de Critias que, anticipando a Hobbes, ve el estado de naturaleza como una
condicin de violencia e incertidumbre cuyo remedio slo se encuentra en el temor:
Hubo un tiempo en que la vida de los hombres transcurra sin orden, bestial y esclava de la fuerza,
un tiempo en que no haban premios para los buenos ni castigos para los malvados. Luego los
hombres crearon leyes para castigar, para que la justicia triunfara......y se empez a sancionar a los
que erraban. Sin embargo, puesto que las leyes les impedan cometer delitos abiertamente, pero no a
escondidas, stos seguan actuando en forma malvada. Hasta que un hombre astuto y sabio invent
para los hombres el terror de los dioses, para que los malvados temieran aun para lo que pensaban y
actuaban en secreto.......
Ssifo, fragm. 25
El fondo ateo de las ideas de Critias no era una novedad para la cultura del siglo: el
atomista Demcrito y el sofista Prdico ya haban vislumbrado un origen humano en de la
creencia en los dioses. La novedad es su aplicacin a la poltica, y con consecuencias
radicales, porque si los dioses no existen la phsis deja de ser buena y ordenada, y el
legislador ya no es inspirado por la divinidad, sino por clculos puramente humanos de
utilidad.
Cabe entre esos autores un filsofo que es tan slo un personaje de Platn, Clicles,
interlocutor de Scrates en el Gorgias, dilogo que lleva el nombre de uno de los dos
grandes sofistas de la primera generacin, vivo entre el 483 y el 380 y considerado como el
padre de la retrica y del nihilismo. En la discusin que opone Scrates a Gorgias y a su
discpulo Polo, Clicles interviene con vehemencia para atacar la isonoma, que considera
como una forma de injusticia antinatural, puesto que la naturaleza es constructora de
desigualdades:
.....siguiendo la naturaleza es feo y malo soportar las injusticias, siguiendo la ley, en cambio, es feo
y malo cometerla. Tolerar la injusticia sin reaccionar es digno de esclavos, no de hombres, y ms
vale morir que sobrevivir maltratados y ofendidos......El asunto es que los que hacen las leyes son
los ms dbiles, la mayora: ellos hacen las leyes en su favor....para escarmentar a los ms fuertes,
los que podran prevalecer, y por esto dicen que es malo y feo prevalecer sobre los dems.......Claro
que los dbiles se conforman con la igualdad!.....pero la naturaleza muestra que es justo que el
mejor se aventaje sobre el peor, el ms fuerte sobre el ms dbil. Y esto lo vemos entre los animales
y entre los hombres, tanto en las ciudades como en las familias. Con qu derecho crees que Jerjes
hizo guerra a Grecia y su padre a los escitas?......Con el derecho de la ley natural, no de esa ley con
la cual atamos, desde la infancia, a los mejores para convencerlos que hay que ser iguales a los
dems, y que ser iguales es lo bueno y lo justo. Yo creo que si naciera un hombre lo suficientemente
fuerte como para pisotear nuestros lazos y nuestros hechizos.....este hombre se convertira en
nuestro dueo, y veramos el derecho natural en todo su resplandor......
Scrates naci en el 469 en el demo ateniense de Alopeke, de una familia de la clase media.
El padre, Sofronisco, era escultor y la madre, Fenaretes, partera. Su educacin fue la de un
joven de su condicin: gimnasia, msica, poesa y, en los aos de Pericles, la influencia de
Protgoras y del naturalista Anaxgoras. Pero su inters por la ciencia natural tena que
durar muy poco y su camino sigui, en forma personal, el surco de la revolucin humanista
abierto por los sofistas.
Todo empez, cuenta Platn, cuando el orculo de Delfos declar que Scrates era el
hombre ms sabio de todos. Incrdulo, pero convencido que Apolo no engaa, Scrates
se dio a interrogar a los ciudadanos considerados ms sabios, para comparar su propia
sabidura con la de ellos. En poco tiempo se dio cuenta que ninguno de esos oradores,
poetas y sacerdotes saba verdaderamente lo que crea saber, y entonces entendi lo que el
dios quera decir: que la sabidura humana no vale nada, y que el hombre ms sabio es el
que est conciente de que sabe que nada sabe. As Scrates decidi dedicarse a la misin
de ayudar a los atenienses a liberarse de su ignorancia y a curar su alma, por medio del
lema dlfico: conoce a ti mismo.
Al pasar del terreno de la naturaleza al terreno el hombre, Scrates cambi sui instrumento
de investigacin, que dej de identificarse con los sentidos para privilegiar el lgos, la
razn. En esto su obra no se diferencia de la de los sofistas, pero para Scrates el lgos no
era un medio de persuasin que se usa a falta de una verdad, sino el instrumento para la
conquista de una verdad universal, que se poda alcanzar por medio de un dilogo
metdico, la dialctica (dialektik tkne) De esta manera la filosofa se converta en una
purificacin del alma que, al liberar del error, poda abrir la va de una vida virtuosa. Pero,
porqu un error lgico implicara una vida mala, es decir un yerro moral? Porque Scrates
crea que nadie comete el mal voluntariamente, y que por el solo hecho de conocer la
verdad, cualquiera poda realizar el bien. Armado de este intelectualismo tico, Scrates
pasaba el da conversando con una amabilidad que, en realidad, era una talking cure
estructurada en dos momentos, uno crtico-negativo, otro creativo. El primero consista en
irona y refutacin (lenkos), por medio de las cuales el interlocutor poda liberarse de sus
errores, el segundo, la maieutica (obstetricia) propiciaba el parto de la verdad, ya viva en la
persona antes que esta se diera cuenta. As, en lugar de la oracin larga de los sofistas
(macrologa), tenemos una serie de preguntas y respuestas breves (braquiloga) tendientes a
esclarecer las premisas, a menudo confusas, del interlocutor. El fin es encontrar el ti est, el
qu es del tema, ms que una serie de ejemplos y casos particulares. Poseyendo el qu
es (el concepto o universal, como dice Aristteles) los hombres pueden encontrar un
acuerdo racional, una omologua.
Este llamado a la razn no era exento de motivos religiosos, porque Scrates declaraba que
muchos de sus actos eran guiados por la voz de un dimon que me acompaa desde mis
mocedades, y cuando habla nunca me dice lo que tengo que hacer, sino lo que es mejor que
no haga (Platn, Apologa, 31 c-d). Toda su actitud era la de un misionero civil que realiza
para y entre sus conciudadanos el ideal pitagrico del bos theoretiks la vida teortica. En
efecto, su vida fue un ejemplo de virtudes pblicas: en las batallas de Potidea, Delios y
Anfpolis se port con valor, en el 406, como magistrado del Consejo de los Quinientos, fue
el nico en oponerse a un proceso injusto, y en el 404, bajo la tirana de los Treinta, se
rehus, con riesgo de la vida, a cumplir con la orden ilegal de consignar al jefe democrtico
Cleon. Con el tiempo, las antipatas suscitadas por su actitud irnica y sus relaciones con
polticos oligrquicos como Critias y Alcibades acabaron por provocar una reaccin: en el
3
399 la dbil democracia restaurada de Trasbulo intent reforzarse por medio del sacrificio
de un chivo expiatorio. As nito, Meleto y Licn, respectivamente un poltico, un poeta y
un orador, hicieron en contra de Scrates una pblica acusacin, que conocemos en las
versiones de Platn (investigar las cosas que estn debajo de la tierra y en el cielo,
intentar demostrar que la razn peor es la mejor y corromper a los jvenes, Apologa, 19
b-c) y de Jenofonte (no reconocer a los dioses de la ciudad, introducir nuevas divinidades
y corromper a la juventud, Recuerdos de Scrates, I). Cargos contradictorios, porque
Scrates nunca tuvo la pretensin de ensear nada y no fue ateo, pero sobre todo cargos
graves, que, como el de asbeia (impiedad), podan costar la vida. Probablemente los
acusadores se hubieran conformado con una pblica retractacin del filsofo, y su
consecuente exilio. Pero Scrates decidi defenderse solo y transformar el juicio en una
exaltacin de su obra a favor de la ciudad y en un fuerte llamado a los atenienses.
Sentenciado a muerte con 360 votos contra 140 y encarcelado, Scrates se neg a huir de la
crcel argumentando as:
.......hay que ver, pues, si es justo que me vaya de aqu en contra de la voluntad de los atenienses, o
si es injusto: y si nos parece justo, intentemos hacerlo, si no, no hagamos nada........Si mientras
estamos a punto de huir de aqu se nos acercaran las leyes.....y nos preguntaran: Dinos, Scrates,
qu es lo que quieres hacer. Acaso con esta accin no meditas nuestra destruccin y la de toda la
ciudad? O crees que podra sobrevivir una ciudad cuyas sentencias no tienen valor y son
menospreciadas por sus mismos ciudadanos?......qu podramos contestar si las leyes dijeran: qu
tienes en contra de nosotros, t que intentas matarnos?.....Acaso ni fuimos nosotras las que te
dieron la vida, permitiendo a tu padre casarse con tu madre y generarte? Y qu reprochas a las de
nosotras que permitieron la cra y la educacin de tus hijos......? Ahora que eres adulto acaso no
podras decir que eres nuestro hijo y siervo? O eres tan sabio como para olvidar que a la ciudad se
le debe ms respeto que al padre y a la madre? A la ciudad hay que respetarla y obedecerle, aun en
sus iras, y, o se le persuade, o se cumple con lo que nos ordena......aun si nos ordena de sufrir......o
de ir a la guerra con riesgo de la vida........Porque no hay que huir de la milicia.....y siempre, en la
guerra como en los tribunales, hay que hacer lo que la patria y la ciudad ordenan. Se puede intentar
persuadirla, pero obrar con la violencia no es lcito........Qu responderamos a esto, Critn? Qu
la ciudad tiene la razn, o no?........
Critn, 48 c-51 c
Para nosotros, acostumbrados a la separacin entre el hombre y el ciudadano, resulta difcil
entender el pathos religioso que envuelve la relacin entre Scrates y la ley, y hace de l el
ejemplo ideal del sentimiento que liga al griego con la ciudad. Pero no nos es difcil ver
aqu la raz de algo tpico de nuestros tiempos, la resistencia no violenta: Tolstoi, Gandhi y
Russell se han inspirado en Scrates, en cuanto a la oposicin de fuerza a fuerza.
Es paradjico, pero el racionalista Scrates, el hombre acusado por Nietzsche de acabar con
el sentimiento trgico de la vida, fue vctima de una situacin tpicamente trgica: el justo
no puede seguir siendo lo que es si no respeta las leyes, aun cuando stas lo condenan
injustamente. La ltima, y nica, clase de Scrates no fue imitada por los socrticos
menores, que convirtieron su indignacin en desprecio para la poltica. Platn, en cambio,
se dedic a pensar las condiciones ideales de la ciudad virtuosa. Para que no volviera a
darse nunca ms otra muerte tan injusta.
FRENTE A LA CRISIS
Platn: ms all del cielo
Platn nace en el 428 en Atenas, de una familia noble y potente que desciende de Soln y
tiene tendencias aristocrticas, tanto que dos de sus miembros, Crmides y Critias,
participarn en el gobierno de los Treinta. Esto no impide, despus de la muerte del padre,
que el to Pirilampos, amigo y partidario de Pericles, se encargue de la educacin del nio.
A los veinte aos Platn conoce a Scrates, para convertirse pronto en el ms fiel de sus
secuaces. En poco tiempo tanto el gobierno de los Treinta como el proceso de Scrates,
3
Carta VII
Ninguno de los regmenes atenienses encuentra el favor de Platn, sin embargo su mayor
blanco polmico es la democracia. Adversario, como Scrates, de la sofstica, Platn la
acusa de demagogia, afirmando que su poltica consista en secundar los desordenados
apetitos populares:
.......todos esos mercenarios que la gente llama sofistas...no hacen otra cosa que repetir a los jvenes
las frases que la gente pronuncia en las asambleas, y esto lo llaman ensear la sabidura. Imagnate
a un hombre que, tras observar los movimientos y los apetitos de una bestia grande y fuerte, el lado
suyo al cual es posible acercarse, las cosas que lo enfurecen o lo tranquilizan, el sonido que produce
y el tono de voz que la aplaca o la irrita, inventara una ciencia de la bestia y se dedicara a ensearla,
sin discernir cul, entre sus apetitos, es bueno o malo, definiendo bien todo lo que la bestia ama y
mal todo lo que aborrece, y todo esto sin distinciones, porque las ignora, porque no sabe la
diferencia entre lo que es bueno en s y lo que es bueno relativamente.......Qu pensaras de
parecido maestro?...
dos trminos se usaban de manera indistinta y tkne era tanto saber como saber hacer.
Profundizando la bsqueda socrtica del concepto, Platn deslinda la epistme de la tkne:
la primera es ciencia, conocimiento universal, la segunda es un saber particular, que vale
aqu y ahora. Resulta entonces que el conocimiento sensorial teorizado por Protgoras,
incapaz de ir ms all de las apariencias, tan slo es opinin, doxa, y no ciencia. De aqu el
tpico bamboleo de los sofistas, incapaces de proponer el bien comn por ser incapaces de
vislumbrarlo. El lmite de la sofstica consiste en no profundizar sobre la sensacin, en la
cual hay que saber distinguir entre el proceso fisiolgico del contacto sentidoobjeto y el
proceso psicolgico que transforma la sensacin en estmulo. En otras palabras, nosotros no
conocemos con los sentidos, sino por medio de ellos, con el alma. Conocer es una
introspeccin, un mirar hacia adentro que nos hace encontrar, o ms bien re-encontrar, la
verdad. El vrtice del conocimiento, la anmnesis, reminiscencia, nos proporciona la forma
inteligible (idos) de todo objeto que vive en un mundo no fsico, el Hiperuranio, ms all
del cielo. Con estas premisas la bsqueda exitosa de una sociedad justa depende de la
reminiscencia de la idea de Justicia, y no de lo til nacido del acuerdo. Esta bsqueda es el
tema de La Repblica.
El dilogo empieza con la pregunta de Scrates al viejo Cfalo sobre el mayor beneficio
que le otorgado la riqueza. Cfalo contesta que es la capacidad de tratar a la gente con
justicia. Pero, qu es la justicia?
Para Polemarco la justicia consiste en beneficiar a los amigos y daar a los enemigos,
adems que en el correcto uso del dinero. Scrates lo refuta: quien hace dao a alguien lo
hace peor, por ende no puede ser justo, porque el justo no daa a nadie. A este punto
interviene, violentamente, Trasmaco, personaje histrico y tpico representante del
inmoralismo sofstico. Segn l la justicia es la utilidad del ms fuerte, es decir del que
gobierna:
En cada estado la justicia no es otra cosa que la utilidad del que tiene el poder en sus manos, el ms
fuerte. De aqu sigue, para los que razonan, que la justicia y la ventaja del ms fuerte se identifican
siempre.......
Repblica, I, 339 a
Contestando Scrates que una tcnica, tanto la de la navegacin como la del gobierno, no
se enfoca en su propia utilidad, sino en la de la gente que la usa, Trasmaco se lanza en una
verdadera apologa de la tirana:
Tu crees que los pastores piensan en el bien del ganado....y que los gobernantes no tratan a sus
sbditos como tratan el ganado.......La justicia es un bien para todos menos que para el justo....que
siempre lleva la parte peor cuando se topa con un injusto....Entenders mejor esto si considerars la
injusticia en su mximo grado, cuando hace dichoso al que la comete e infelices a los que la
toleran.......hablo de la tirana, que usa fraude y violencia para apoderarse....de golpe y sin respeto ni
para lo sagrado ni para lo profano, de las fortunas pblicas y privadas......Si se habla mal de la
injusticia es porque se teme caer en su poder......
ste ltimo intentar siempre aventajarse sobre todos, con el resultado de tener sociedades
siempre al borde de la quiebra, que sarn debilitadas, y no reforzadas, por la injusticia. Lo
que refuta la tesis de Trasmaco:
.....la injusticia, tanto en un estado como en un ejercito o en cualquier otro tipo de asociacin, hace
que dicha sociedad sea incapaz de emprender cualquier cosa....... Y esto la hace enemiga de s
misma y de todos los que se le oponen, es decir, los buenos......
ibidem, I, 352 a
El injusto, entonces, no solamente ser dbil, sino infeliz, y por eso slo el justo podr vivir
bien, concluye Scrates triunfando sobre el renuente Trasmaco.
Nada nos impide leer este encantador primer libro de la Repblica como un dilogo a parte,
independiente del resto de la obra, que se puede considerar como un desarrollo del mismo
tema. En el segundo libro, en efecto, la discusin sobre la justicia se retoma, pero en un
plano ms amplio. Confirmando el anti-individualismo expresado en la discusin con
Trasmaco, Scrates hace derivar el nacimiento del estado de la necesaria interdependencia
de las personas y de la consiguiente divisin del trabajo, que se finca en las actitudes
individuales:
......lo que origina la sociedad, no es acaso la incapacidad de cada quien de bastarse a s
mismo..........? As, puesto que la necesidad obliga a un hombre a unirse a otro, la aglomeracin de
las necesidades reuni a muchos en el mismo lugar con el fin de ayudarse mutuamente. Esta
convivencia es lo que llamamos ciudad.....Construyamos, pues, una ciudad con el
pensamiento......Ahora bien, la primera necesidad nuestra, no es el alimento?......luego siguen la
casa y la ropa......Ser preciso, entonces, que un hombre sea labrador, otro arquitecto y otro
tejedor......Una ciudad, entonces, ser integrada por cuatro o cinco personas........pero, ser
necesario que cada cual haga su oficio en provecho de los dems.......o ser mejor que emplee la
cuarta parte de su tiempo en prepararse la comida, y las otras en fabricarse una casa, coserse el
vestido y hacerse el calzado?
Glaucn - Me parece mejor la primera solucin......
Sera vano buscar en la Repblica rasgos que puedan complacer la sensibilidad progresista
moderna. Al contrario, Platn es un maestro del pensamiento autoritario, como lo
demuestran los siguientes puntos:
Derecho-deber de engaar de parte de los gobernantes, lo que se llamar, en la
Contrarreforma, pia fraus:
.....ahora bien, si hay alguien quien tiene el derecho de mentir, ste es el gobernante....en el inters
del estado........aado que un particular que engaara a los gobernantes se manchara de una culpa
igual o mayor de la de un enfermo que no dice la verdad al mdico....
ibidem, 410 a
Si consideramos que Protgoras, en el dilogo que lleva su nombre, defiende la naturaleza
preventiva del castigo (324 b) y niega que se pueda castigar a los criminales por
naturaleza (323 c-d), queda muy claro el viraje que se da en Platn hacia una concepcin
punitiva de la pena, as como el cambio radical en la sensibilidad poltica general: el
optimismo democrtico del Protgoras es remplazado por esa sombra desconfianza en las
posibilidades humanas de autogobierno que es el constante ncleo del pensamiento
autoritario de todos los tiempos.
La desconfianza por la historia humana se convierte en Platn en el intento de anclar lo
humano a lo eterno, y de escapar de la politiquera por medio de una renovada conciencia
de la ntima relacin entre tica y poltica. Una relacin que el filsofo debe de realizar por
medio de la visin del Bien, que no por casualidad es comparado con el sol:
Lo que en el mundo inteligible es el Bien en relacin con el intelecto y los objetos inteligibles, en el
mundo visible es el sol en relacin con la vista y los objetos visibles.
de ellos. Los jvenes quieren igualarse a los viejos, y pelean con ellos, mientras que los viejos,
quieren parecer jvenes e imitan sus modales, por miedo de pasar por despticos y gruones.....
y escarmentado. Sobre el mismo tema tan slo Shakespeare ha sabido encontrar palabras de
un horror tan severo: Oh! Full of scorpions is my mind, dear wife! (Macbeth, III, 2, 36)
Es un fiel cuadro histrico el que nos proporciona Platn con su teora de la degeneracin?
No, y es l mismo que nos lo deja entender, al decir que el orden de la sucesin de los
regmenes es el mismo de su relacin con el vicio y la virtud (580 b): se trata de una lnea
ideal que, sin embargo, no pasa por alto dos eventos reales, el de la sustitucin del poder de
la espada con el del dinero, y el del apoyo popular a la tirana, interpretada como una
involucin de la democracia.
La Repblica termina con el mito de Er, magna visin escatolgica del destino final de las
almas, el premio de los justos y el castigo de los malvados. Queda confirmada la ntima
relacin entre tica y poltica: a sta ltima se dejan slidas bases, pero tambin problemas
abiertos. Sobre todo el problema de la ley. Rompiendo con la tradicin, Platn prefiere un
gobierno iluminado sin leyes a lo que nosotros definiramos estado de derecho. El
gobierno de los sabios es el mejor, a condicin que funcione bien la mquina de la
educacin. Pero sta puede fallar, como lo vimos. Qu hacer, entonces? Las respuestas las
tenemos en el Poltico y en Las Leyes, las otras obras que Platn dedica a esa pasin por la
poltica que tena que acompaarlo hasta el final de su vida.
Pastores de hombres
Escrito alrededor del 365, el Poltico busca la definicin del verdadero pastor de hombres
por medio de una rigurosa aplicacin del mtodo dialctico. Su sentido general, sin
embargo, no es tanto el de la definicin del papel del gobernante, sino el de un
acercamiento de la teora poltica al arte de lo posible. Sin mudar su idea de la poltica
ideal, Platn se pregunta cmo concretamente se pueda gobernar en ausencia de una clase
poltica perfecta. En la Repblica la ley no tiene cabida en el estado perfecto, por ser
emprica y no cientfica. Pero en el tiempo en el cual escribe el Poltico, Platn se ha dado
cuenta de la dificultad de encontrar a reyes-filsofos, y por esto la ley le parece el nico
sustituto posible. De un lado, entonces, se da por cierto que en la mejor constitucin es el
gobernante, y no la ley, la fuente del bien, pero del otro se admite la soberana de la ley en
todos aquellos regmenes que, no pudiendo realizar el optimum, se conforman con lo
posible:
....entonces es preciso admitir que la constitucin mejor es aquella en la cual se pueden encontrar
gobernantes verdaderamente conocedores de su arte.....capaces de gobernar tanto con la ley como
sin ella, sobre ciudadanos que los aceptan o los toleran, en la riqueza como en la pobreza.....Pero lo
mejor es que la fuerza no la tengan las leyes, sino el rey sabio.....
ibidem, 297 d
ibidem, 300 c
Aceptada la soberana de las leyes, su observancia se convierte en el criterio de bondad de
los regmenes: puesto que las constituciones pueden ser de tipo monrquico, aristocrtico o
democrtico dependiendo del nmero de los gobernantes, sern buenas las que respetan las
leyes, malas las que no lo hacen. En este caso, la monarqua se convierte en tirana, la
aristocracia en oligarqua y la democracia puede tomar dos formas, aun conservando el
mismo nombre:
....No pensamos que la monarqua es una de las formas del poder?....Y al lado de sta podemos
considerar el dominio de unos pocos...Y, finalmente, una tercera constitucin no ser el poder de la
multitud?....Ahora bien.......tomando en consideracin la violencia y el libre consentimiento, la
riqueza y la pobreza, la legalidad y la ilegalidad......los hombres llaman la monarqua tirana o
reino.......el estado de pocos aristocracia u oligarqua, y la democracia siempre con el
mismo nombre, independientemente del hecho de que la multitud gobierne.......con la violencia o
con el consentimiento, con la ley o sin ella.......En todo caso, para definir el valor de las
constituciones no es importante que gobiernen pocos o muchos, no influyen la violencia o la
legalidad, ni la pobreza o la riqueza, lo que cuenta es la presencia de una ciencia.....
En este contexto ms realista, la libertad individual, aunque concebida tan slo como
proteccin del arbitrio, aparece como una ventaja, lo que mitiga en parte el duro juicio
platnico sobre la democracia:
.........lo que caracteriza una democracia es la fragmentacin de los poderes....lo que hace de ella la
mejor de las constituciones extralegales......sin embargo, entre las legales, la mejor es la monarqua
regia.......
La visin del Poltico no es definitiva. La ltima etapa del viaje de Platn hacia lo posible
se llama Las Leyes, y es su testamento ideal.
El hilo de oro
Los protagonistas del dilogo son tres viejos, que representan tres ciudades y sus respetivas
tradiciones polticas: el Ateniense, el cretense Clinias y el espartano Megilo. El tema es la
constitucin legal de una nueva colonia; el lugar, el camino que conduce al tiempo de Zeus
en el monte Idas; el tiempo, solsticio de verano. Imgenes muy claras de la vejez, de la vida
como peregrinaje, del ocaso. Ya prximo a la muerte, Platn se siente en viaje hacia otra
vida, diferente de sta, que los dioses han desertado. Si en este mundo la justicia es
imposible, si los justos ya no nacen y no volvern a nacer, que algo de su sabidura perdida
se quede en el hilo de oro de las leyes. El tema y el programa de Las leyes, como lo dice
su subttulo, es la legislacin: En este sentido, la obra es la coherente conclusin del
Poltico: se trata de disear una constitucin de segundo grado, que pueda mediar entre lo
ideal y lo real, en un contexto de abierta decadencia, en el cual Atenas se ha arruinado por
exceso de libertad, Persia por despotismo y Esparta por lo unilateral de su educacin,
orientada a promover tan slo las virtudes militares:
Ateniense: ........los atenienses y los persas han llevado al extremo........unos la monarqua, otros el
amor a la libertad.....
III, 65
Ateniense No consideremos las batallas ganadas o perdidas como pruebas de la bondad o menos
de las leyes, porque seran malas pruebas.....(I, 24)
que el buen sentido nos dice que deberamos seguir tan slo uno de esos hilos.......el hilo de oro de
la razn, la ley de la ciudad......
I,
Identificada as la virtud poltica con la observancia de las leyes, Platn emprende un
anlisis del origen de la sociedad, proporcionndonos su visin cclica de la historia, que ve
como la alternancia de fases en las cuales la humanidad pasa de la virtud al vicio y del
vicio a la virtud y es destruida muchas veces por catstrofes naturales o enfermedades a
las cuales sobreviven muy pocos. Con el tiempo, que aqu se mide en siglos, la mquina
social llega al actual estado de decadencia, del cual se podr salir tan slo con la unin
entre legalidad y racionalidad. La inspiracin del designo poltico tendr entonces que
apegarse a la parte inmortal de nuestro ser. Esta visin es presentada por medio de un
mito irnico, el mito de Saturno:
Ateniense Se dice que en el tiempo de Saturno hubo un gobierno perfecto.......un tiempo en que la
vida de los hombres era llena de dicha y nada faltaba a nadie......... Saturno, creyendo que ningn
hombre poda gobernar sin incurrir en excesos y en la injusticia, puso por jefes de las ciudades no a
hombres, sino a dimones.......que hicieron reinar en la tierra paz, respeto, libertad y justicia......Este
cuento nos recuerda que tenemos que imitar el gobierno de Saturno, y dejarnos gobernar por la
parte inmortal de nuestro ser, la razn.......
ibidem, IV 80
Reconfirmado el principio del bien comn en una renovada, tarda polmica con Trasmaco
(las leyes que slo miran al provecho de algunos son de las facciones, no de los
gobiernos, IV), Platn concibe ahora el gobernante ptimo como el ciudadano ms
sumiso a las leyes......su primer servidor, porque
...donde la ley es la nica soberana y los magistrados son los primeros en servirla, la salud pblica
es asegurada, junto con aquellos bienes que los dioses derraman siempre sobre los estados.....
ibidem, IV
La construccin de esta segunda utopa empieza con un cuidadoso examen de las mejores
condiciones geogrficas y climticas. Platn aun recuerda con hostilidad la Atenas de su
juventud, el gran puerto fuente de contagio. La nueva colonia ser alejada de la costa, y del
comercio, que implica el dominio del dinero y la necesidad de una armada, con las
conocidas consecuencias polticas y morales. Platn sigue siendo enemigo de la sociedad
abierta:
Ateniense - La cercana del mar........facilita el comercio, que a su vez facilita las ganancias y atrae a
los mercaderes, gente corruptora........porque incita a la doblez, destruyendo la facilidad del trato
tanto entre nativos como con los extranjeros.........Adems, en las ciudades que se fundan en las
armadas, los honores se distribuyen entre los que no lo merecen.......gentuza que no tiene porque ser
admitida al honor de la guerra.....
(IV)
ibidem, IV
En cuanto al nmero de los pobladores, Platn pone mano a pitagricas armonas: sern
5040, nmero que resulta de la multiplicacin de los siete primeros nmeros naturales.
Otros tantos sern los lotes de tierra, indivisibles e inajenables cultivados por siervos y
cuyo producto ser consumado en comn:
.........la tierra ser dividida en partes iguales, cada lote con su casa..........y en cuanto a la extensin
del territorio, ser adecuada la que sea suficiente al mantenimiento de los habitantes.......y a su
defensa........el nmero fijado de hogares no deber de cambiar, y cada padre de
familia.......transmitir el lote a uno slo de sus hijos, al que considere el mejor.......
ibidem, V
La ciudad perfecta, insiste Platn, es la ciudad totalmente una la que aplica a la letra el
antiguo proverbio que dice que entre amigos todo es comn, pero siendo un comunismo
tan extremo imposible en tiempos de decadencia, las medidas relativas a la propiedad
constituyen un razonable compromiso que se inspira, entre otras cosas, en una anloga ley
espartana de la cual habla tambin Jenofonte en su Constitucin de los Lacedemonios:
.......otra ley prohibir a los ciudadanos guardar oro y plata..........en la ciudad tendr curso una
moneda de hierro.......los ciudadanos no podrn viajar al exterior sin un permiso de las autoridades,
y si a su regreso tendrn consigo monedas extranjeras, tendrn que llevarla al pblico
tesoro.....queremos que nadie se enriquezca con oficios mecnicos o con la usura.....y
creemos.....que es imposible que los ciudadanos sean al mismo tiempo ricos y virtuosos.......
ibidem, V
Para limitar la desigualdad social, ya vista en la Repblica como fuente de desorden moral
y poltico, los ciudadanos se dividen en cuatro clases:
.......tendremos que distribuir los ciudadanos en cuatro clases, dependiendo de sus rentas.......el
lmite de la pobreza ser la parte que haya tocado a cada quien.........fijado el lmite, la autoridad
permitir que se pueda adquirir el doble, o el triple o hasta el cuadruple....pero el que posea
ms......donar el exceso a la ciudad y a sus dioses.....y si se negar a hacerlo, el que lo denuncie
obtendr en recompensa la mitad de la suma......
ibidem, V
Las instituciones polticas nacen de la decisin de una asamblea de hombres libres reunidos
en el templo mayor, que eligen a trescientos candidatos a guardianes de la ley, de los
cuales quedan 37 tras sucesivas eliminaciones. A estos guardianes Platn confa la
supervivencia del principio aristocrtico, porque deben ser escogidos entre hombres no
comunes, y de su gran preocupacin, la conservacin, porque la tarea de esos regidores es
la de impedir cambios econmicos y polticos en la ciudad:
......en primer lugar estarn a guarda de las leyes, luego sern los encargados de los registros en los
cuales est clasificada la riqueza de cada ciudadano............con la tarea de confiscar el exceso si
alguno de ellos posee ms de lo que consta.......
ibidem, VI
Existe adems, en esta colonia utpica, una asamblea de gobierno, una bul, de trescientos
sesenta miembros, noventa por cada una de las clases. En un claro recuerdo de las reformas
de Clstenes, cada doceavo de esta asamblea gobierna durante un mes, y descansa durante
el resto del ao. A su base, un complicado sistema que combina eleccin popular y suerte y
apunta al equilibrio:
.......parecida eleccin es un trmino medio entre las monarquas y las democracias, trmino medio
esencial para la ciudad.....porque no podra haber verdadera concordia entre hombres de valor y
hombres comunes elegidos a los mismos honores.........
ibidem, VI
La importancia, para el consenso, de una educacin y una religin comn se subrayan con
la misma fuerza que en La Repblica, y con mayor lujo de detalles. Dada la naturaleza
pblica del culto religioso, los sacerdotes, como tambin los educadores, son magistrados y
en su eleccin participa el mismo Apolo dlfico. La preocupacin totalitaria por la unidad
hace que los cultos privados queden prohibidos, y que se refuerce una ortodoxia respaldada
por la ley. Prcticamente todo el dcimo libro est dedicado a la confutacin del ateismo y a
una renovada polmica anti-sofstica. Reconocida como verdadera una jerarqua divina que
asciende de los dimones hasta una inteligencia superior pasando por los cuerpos celestes,
todo ciudadano debe profesar fe en los dioses y en su providencia y justicia. En esta
reduccin de la religin a instrumentum regni, homenaje no nico de Platn a la memoria
de su primo Critias, el ateismo y la impiedad son delitos polticos castigados con un
mnimo de cinco aos de detencin en el sofronisterio, el correccional. De la correccin
del reo se encarga el Consejo nocturno, una comisin secreta de gobernantes, sacerdotes y
educadores, versin inquisitorial del rey-filsofo:
.........durante este perodo nadie tendr relacin con el reo, fuera de los magistrados del Consejo
nocturno, que se esforzarn de instruirlo y de curar su alma. Expirado el tiempo de la prisin, si
habr aprendido la prudencia, podr volver a la sociedad, si no.......ser condenado a muerte........
ibidem, X
La parbola poltica de Platn termina con esta siniestra anticipacin del proceso de
Giordano Bruno. Es una conclusin amarga, como la define Touchard? Seguramente es
una teorizacin del totalitarismo, coherente con la desconfianza que Platn manifiesta por
la capacidad de los hombres de gobernarse con razn y justicia. El pesimismo
antropolgico inclina al que lo profesa hacia los regmenes fuertes. Gobernarse no es asunto
de hombres, sino de dioses, como leemos en el Critias, un dilogo de la senectud que
Platn dej incompleto, tal vez para poder escribir Las Leyes:
.......durante todas las generaciones en las cuales la naturaleza divina se mantuvo en los hombres,
stos obedecieron las leyes......con sinceridad, moderacin y sabidura.......y como despreciaban
todo menos que las virtudes........consideraban el oro y las riquezas como una carga que
soportar.......observando con acierto que todas estas cosas crecen si se acompaan con la virtud, y se
pierden, cuando se buscan con ansiedad, y con ellas se pierde la virtud......Pero cuando en
ellos.......la naturaleza mortal prevaleci, incapaces de soportar la prosperidad,
degeneraron.........Entonces Zeus...........los castig, para corregirlos.......
pesar del intento de hacer ms emprico su enfoque racionalista, Platn sigue creyendo en
lo ideal, y esto hace de su teora poltica el modelo de esas teoras que prefieren moldear la
realidad, antes que transar con ella.
Aristteles
Aristteles nace en el 384 de C. en Estagira, hijo de un mdico de la corte macedonia. Tras
recibir, a pesar de la muerte prematura de su padre, una esmerada educacin sobre todo
cientfica, a los diecisiete aos viaja a Atenas para frecuentar la Academia platnica, que en
aquel entonces es la escuela ms prestigiada de Grecia, frecuentada por estudiosos de varia
orientacin. Aqu, durante veinte aos y en contacto con Platn, desarrolla una cultura
enciclopdica y una originalidad que harn de l el ms digno sucesor del maestro. En el
347, poco antes de la muerte de Platn, el clima anti-macedonio provocado en Atenas por el
imperialismo de Felipe, lo obliga a abandonar la escuela. Empieza as, para l, un perodo
de viajes en el cual, husped de diferentes cortes, lleva a cabo estudios de ciencias naturales
hasta que, invitado por Felipe, regresa a Macedonia en calidad de preceptor del prncipe
Alejandro. En el 336, cuando Grecia ya est bajo la proteccin macedonia, puede volver a
Atenas y crear el Liceo, su propia escuela, donde, durante doce aos, se dedica el estudio y
a la enseanza. Sin embargo, cuando Alejandro muere, en el 323, Atenas se alza otra vez y
prepara para Aristteles un proceso por impiedad. Para evitar la suerte de Scrates, el viejo
filsofo abandona la ciudad: es su ltima fuga, porque el ao siguiente la muerte lo
sorprende en Clcides.
Su vida y su actividad se desarrollan a la sombra del trono de Macedonia, es decir del
estado que acaba con la polis, y e Alejandro Magno, el soberano que intenta la creacin de
un imperio multinacional. Y sin embargo de estas novedades no hay rastro en su
concepcin poltica, que sigue anclada a la polis como lugar natural de la actividad
comunitaria y que, por esto, se puede considerar como el mximo logro de la creatividad
poltica griega. De alguna manera la teora de Aristteles es el canto del cisne de la polis,
destinada a una irreversible decadencia.
El horizonte del pensamiento aristotlico es enteramente platnico, puesto que pretende
subsanar las aporas del platonismo con respuestas diferentes de las del maestro. Si para
ste la verdadera realidad no es la de este mundo y trasciende la experiencia sensible, para
Aristteles, en cambio, los entes sensibles, compuestos de materia y forma, existen
plenamente y no son tan slo imgenes de las ideas. Del enfoque aristotlico resultan tanto
una re-evaluacin de la naturaleza y de su conocimiento, como el carcter ms descriptivo
que prescriptivo de la poltica. sta, para Aristteles, est ligada con la tica, con la cual
constituye el mbito de las ciencias prcticas, enfocadas a la accin humana. Ahora bien, el
hombre siempre acta con el fin del bien: es preciso entonces preguntarse cul es el bien
que se busca por si mismo, y no como medio de otro. Este bien supremo tendr que ser la
eudaimona, la felicidad, y la tarea de averiguar su naturaleza y las condiciones bajo las
cuales el individuo podr alcanzarlo es tarea de la poltica, en primer lugar porque es el arte
legislador de la ciudad, al cual todas las otras artes tendrn que subordinarse como
medios, y en segundo lugar porque el bien deseable en cuanto atae a un individuo, es
divino cuando atae a la ciudad (tica nicomaquea, I, 2). El supuesto de esta relacin
entre tica y poltica se encuentra en la naturaleza social del hombre, que es un animal
poltico (zoon politikn). De esta manera las dos ciencias forman una perspectiva
complementaria: la tica determina las condiciones de la felicidad individual, la poltica
estudia las formas de la sociedad y las instituciones en las cuales los hombres realizan
colectivamente su bsqueda de la felicidad.
Siendo la felicidad un fin en si mismo, debe ser autosuficiente y perfecta (tleion). Todo lo
que es suficiente y perfecto es la especfica virtud de alguien o de algo: virtud del flautista
es tocar perfectamente la flauta, virtud del ojo, ver bien. Ahora bien, la perfecta virtud del
hombre consiste en el perfecto ejercicio de los que lo distingue de los dems animales, la
razn. Dado entonces que la felicidad humana es actividad del alma segn la virtud, es
preciso analizar esta virtud.
Para ello Aristteles nota que, de las dos facultades no-racionales del alma, tan slo la
vegetativa no tiene ninguna relacin con la razn, mientras que la deseativa (orektikn,
relacionada con la sensitiva) le obedece. De consecuencia las virtudes sern de dos tipos:
las racionales, o dianoticas, y las deseativas, o ticas. stas ltimas son disposiciones del
carcter (hexis) adquiridas y reforzadas por la costumbre, y consisten en el justo medio
entre dos vicios, uno excesivo, otro defectivo: el valor, por ejemplo, ser el medio entre la
cobarda y la temeridad, la liberalidad estar entre la prodigalidad y la avaricia. Se nota
aqu la originalidad de esta tica en relacin a la moral aristocrtica y al intelectualismo
socrtico interpretado por Platn: a diferencia de la primera, la virtud no es innata, mientras
que en relacin con el segundo, ser el ejemplo prctico, ms que el conocimiento, lo que
induce una actitud virtuosa. Sin la ayuda de la voluntad, en suma, no se da vida moral.
La dimensin social de las virtudes es lo ms importante: la principal virtud tica es la
justicia (dikaiosne), superior a las otras porque relativa, ms que al individuo, a sus
relaciones con los otros. Aristteles la analiza con esmero, dividindola en distributiva y
conmutativa. La primera cuida que honores, bienes y riquezas se distribuyan entre los
ciudadanos en base a mritos efectivos, la segunda reestablece equilibrios rotos por
crmenes y actos injustos.
Como ejemplo de persona sabia, Aristteles indica a Pericles, y esta es otra importante
diferencia con Platn, quien lo haba juzgado mal (vase Gorgias, 515 d y Protgoras, 319
e). En la administracin del patrimonio familiar, en la vida tanto privada como pblica, la
phrnesis est al alcance de todos los buenos ciudadanos. La sopha, en cambio, es la virtud
de los conocimientos teorticos, reservada a los filsofos, y si bien es cierto que practicarla
hace la vida mximamente digna de ser vivida, tambin lo es que poseerla no capacita a
gobernar. Los filsofos, en sustancia, pueden gobernar, pero en virtud de su sabidura, no de
su sapiencia, porque sta no es prctica. Aqu la oposicin a Platn es clarsima, como lo es
en muchos puntos de la Poltica, la obra que Aristteles dedica al problema de la vida
asociada.
ibidem
El primer ncleo, el elemento de toda construccin social es la pareja, pero sta se ve
incompleta, sin la prole. Lo que sigue es obra, en efecto, de familias, ya no de parejas:
La primera asociacin de familias es la aldea..........y la asociacin de muchas aldeas es la
ciudad........De aqu se concluye que la ciudad es natural, y que el hombre es social por
naturaleza.......Quien no puede vivir en asociacin es un bruto o un dios.
ibidem
Esto no implica, sin embargo, que el individuo dependa totalmente de la colectividad, y lo
demuestran las crticas al colectivismo platnico. El ciudadano de Aristteles tiene un
espacio privado que puede llegar a ser ms importante que el pblico:
Vamos a ver si, relativamente a las cosas que la comunidad puede hacer o no hacer, es til que su
obra se extienda a todos los objetos, o solamente a algunos. Puede extenderse a hijos, mujeres y
bienes? ..........Tener las mujeres en comn.......parece incompatible con el fin mismo que Platn se
propone.........esa unidad absoluta y perfecta de la ciudad.......Porque es evidente que si la unidad se
lleva a sus extremas consecuencias, la ciudad acaba desapareciendo. La naturaleza de una ciudad
est hecha no slo de individuos, sino de individuos diferentes entre ellos......
Poltica, I, II
De aqu, las crticas al comunismo platnico:
Si los hijos, en la ciudad, son te todos, y no de cada uno, su cuidado ser mnimo.......Otro defecto
es el escaso inters en la propiedad comn: cada uno piensa en lo suyo, y cuida poco de lo pblico,
esperando que lo hagan los dems........Yo prefiero el sistema actual, reforzado por buenas
costumbres y buenas leyes...........esto porque el sentido de propiedad es bueno. El amor
propio.........es un sentimiento natural que no impide a la razn combatir el egosmo, que no es otra
cosa que su exceso......
Poltica, II, I
Lgicamente Aristteles dedica mucha atencin al papel de la familia. Esta clula-base de
la sociedad se presenta naturalmente jerarquizada, porque, como siempre, es la naturaleza
la que justifica la superioridad del varn, como marido con respecto a la esposa, como
padre con respecto a los hijos y como amo con respecto al esclavo, instrumento animado.
Esta es la respuesta de Aristteles a la teora igualitaria del sofista Alcidamas: Dios hizo
los hombres libres, nadie es esclavo por naturaleza. Pero Aristteles piensa de otra
manera:
Mandar y obedecer son relaciones no solamente necesarias, sino tambin tiles, y desde el
nacimiento unos tienen el destino de obedecer, otros de mandar...........el varn es por naturaleza
mejor, la hembra, peor; uno es apto para mandar, la otra lo es para obedecer......todos los hombres
que difieren de sus semejantes como el cuerpo difiere del alma y la bestia del hombre.......son
esclavos por naturaleza, y para ellos lo mejor es someterse a la autoridad de alguien ms......
ibidem, I, IV
ibidem, I, VI
Volviendo al tema de la propiedad, Aristteles se enfrenta con el problema de la adquisicin
y uso de los bienes, diferenciando as la economa, que usa los bienes, de la crematstica,
que los adquiere. Esta puede ser natural, e identificarse con la economa, cuando en cuanto
agricultura o ganadera procura los bienes de subsistencia, o innatural, cuando persigue la
acumulacin infinita de dinero por medio del comercio, evolucin del trueque posibilitada
por la moneda. La economa usar los bienes en la medida de las necesidades, mientras que
la crematstica innatural los considerar en funcin de su valor de cambio, de la posibilidad
de cambiarlos por dinero:
Que la economa y la crematstica no sean lo mismo, est claro, porque a la segunda compete
procurar los bienes, a la primera, usarlos.........una sola especie de adquisicin de bienes es natural y
es parte de la economa......la que se practica para recoger los medios necesarios a la vida y a la
comunidad poltica y familiar.........medios en los cuales consiste la verdadera riqueza........De toda
propiedad es posible un doble uso, uno inherente a la naturaleza del objeto, otro impropio con
respecto a la cosa usada: un zapato, por ejemplo, puede ser calzado o cambiado por otro
producto......Cuando por la satisfaccin de las necesidades se recurri a fuentes extranjeras con la
importacin de las cosas necesarias y la importacin de las superfluas, se us a la moneda.......y con
el dinero, del comercio ejercido por necesidad naci otro tipo de crematstica, el
comercio......orientado al aumento de las ganancias. Por esto la crematstica parece relacionada con
el dinero....como si producirlo fuera su tarea..........Pero hay dos tipos de crematstica, una natural,
ligada a la economa, otra innatural, que se funda sobre el comercio y produce riquezas......por
medio del cambio de valores, puesto que presupone el dinero, que es elemento y fin del cambio.
Esta riqueza que deriva de la crematstica no tiene lmite..........Hay quien cree que la economa debe
cuidar o aumentar al infinito la consistencia del patrimonio monetario. Esto porque se preocupan
por las cosas que permiten vivir, en lugar de preocuparse de vivir bien.
ibidem, I, V
La hostilidad hacia el comercio no es el nico rasgo platnico en la poltica aristotlica. La
clasificacin de los regmenes, por ejemplo, es parecida a la del Poltico, aunque el mtodo
clasificatorio se moldee sobre la clasificacin zoolgica en gneros y especies: as como las
animales se distinguen tomando en cuenta sus rganos, de la misma manera los regmenes
se analizan considerando las clases sociales que los integran. Tenemos as tres regmenes
perfectos, monarqua, aristocracia y polita, y tres regmenes degenerados, que son tirana,
oligarqua y democracia. La diferencia reside, una vez ms, en el criterio natural: son
perfectos los regmenes que realizan su tlos, que es el bienestar de todos sus miembros,
son degenerados los regmenes cuyos gobernantes persiguen intereses particulares:
La constitucin es la estructura que ordena la ciudad, regulando el funcionamiento de los cargos y
sobre todo de la autoridad soberana.En la democracias, por ejemplo, el soberano es el pueblo, en
las oligarquas, en cambio, son pocos los que gobiernan.Todas las constituciones que se proponen
el bien comn son rectas.mientras que las que se proponen el bien de los gobernantes son
degeneradas.Llamamos reino la monarqua que busca el bien comn, y aristocracia el gobierno
de pocos.que persigue el bien pblico; cuando es la multitud la que gobierna en vista del bien
pblico, la llamamos policaLas relativas degeneraciones se llaman tiranaoligarqua
democracia
Ibidem, III, III
Aristteles no esconde su preferencia por una constitucin mixta, capaz de realizar el justo
medio:
En todas las ciudades se encuentran tres clases: los muy ricos, los muy pobres y los que estn en
medio. Puesto que la mediedad y la medida son lo mejor, claro est que la condicin mejor es la de
una propiedad media, porque permite una ms fcil obediencia a la razn.
Ibidem, VI, I
Las preocupaciones por el equilibrio, la hostilidad hacia la economa abierta, la visin de
una ciudad a medida de lite, nos dicen que el marco de referencia de Aristteles es el
mismo de Platn, el de una generacin anterior, todava preocupada por reconstruir una
ciudad trastornada por la guerra y los conflictos internos. Aristteles es incapaz de ver el
verdadero problema poltico de su tiempo, la voluntad del imperialismo macednico de
acabar con la polis. Es como si, para dialogar con su maestro, se hubiera olvidado de
hacerlo con la realidad. Su teora, sin embargo, estril en sus tiempos, supo engendrar
ideas en el porvenir: su clasificacin de los regmenes se convirti en un lugar comn, la
declinacin tomista de su poltica es fundamento de la democracia cristiana moderna, sus
sugerencias sobre la conservacin de los estados influenciaron a Maquiavelo, y las
reflexiones sobre la relacin entre el carcter de los pueblos y sus constituciones fueron
tiles a Montesquieu.
A pesar de la divisin poltica, los griegos eran conscientes de constituir una comunidad
unida por el idioma, las costumbres y la religin. Las guerras persas haban reforzado este
convencimiento, y empujado las ciudades hacia una alianza, que, sin embargo, no lleg a
transformarse en una federacin, limitndose al plan militar. Las mismas ligas que
protagonizaron la guerra del Peloponeso nunca rebasaron el lmite ms all del cual una
alianza se convierte en una permanente comunin de intereses. Pericles, por ejemplo, no
tradujo su conciencia de la superioridad de Atenas en una poltica coherente, as que esta
superioridad fue una mina explotada poco y mal, como lo demuestra el xito de la guerra.
El mismo Demstenes, defensor de la independencia de Atenas contra los macedonios, no
Sentencias Vaticanas, 58
El derecho nace, por convencin, de la utilidad: esta doctrina tendr su eco en el
contractualismo del tardo renacimiento y de la edad moderna:
El derecho de naturaleza consiste en el pacto finalizado a la recproca utilidad de no hacerse dao y
de no tener que soportarlo.
atrada la hembra por el recproco impulso, o por la fuerza del macho, o por el deseo
ardiente, o por un premio. unas bellotas, unos frutos.
De rerum natura, IV, 930-964
Atrapados en la soledad e ignorantes de tcnicas que no fueran las de una cacera an primitiva, los
hombres caan vctimas de las fieras, y sin embargo, la infelicidad no tuvo que ser mayor que ahora,
porque, si bien es cierto que no podan navegar, tampoco podan naufragar, y no se enviaban, en
esos tiempos, a miles de hombres en armas, en un sol da, para que se hicieran matar. Si en aquel
entonces moran de hambre, ahora mueren de abundancia (1008, IV). Con el tiempo, la tcnica
(fuego, pieles, cabaas.facilit las uniones duraderas, ahora los padres podan conocen
a sus hijos, y stos, con sus gracias los ablandecan. El Amor limita las asperezas (1017),
sentencia Lucrecio,. Es el amor que provoca en estos primitivos, an no hablantes, la percepcin de
lo justo (1023), que es proteger a los dbiles, a nios y mujeres. La supervivencia de la humanidad
es la prueba, segn Lucrecio, de la efectividad de la obra del Amor.
El paso que sigue al dominio del fuego es la construccin de la ciudad, y con ella, la institucin de
la propiedad privada de campos y animales que se reparten en base a belleza, valor e
ingenio.de cada uno. La sustitucin de este criterio por el oro (1114) aparece como una
cada, porque su condicin es defectiva, el oro nunca es suficiente, por lo que obliga a quien lo
desea a correr sin fin. La ambicin (v.1132) de los potentes y la envidia de los de abajo (1138)
provocan la ruina de la ciudad ( ) que cae en una condicin de anarqua en la cual todos quieren
mandar (1142). El orden se restaura cuando ensendolo algunos(1143) se crearon(eligieron)
magistrados que hicieron leyes, que proporcionaron paz a hombres cansados de vivir con la
fuerza y hartos de rencores (1150). Un ulterior refuerzo al orden viene de la religin. Descubrir los
dioses y al mismo tiempo temerlos e intentar propiciarlos es un error, por el epicreo Lucrecio, pero
un error que puede ser causa de buenos efectos, porque humilla al rey ms soberbio, temeroso de
enfrentarse con la hora de pagar por sus delitos. (1224)
Lucrecio siente su tiempo como una poca de civilizacin desplegada, el efecto de un progreso: El
alacre ingenio humano, paso a paso (1446) ha dado al hombre, con la comodidad, la posibilidad
de dedicarse a poesa, pintura, escultura y a la contemplacin de la luz de la verdad que viene
desde arriba (1455). Un programa modernista ante litteram, que sugiere la idea de un modernismo
como categora psquica capaz de aparecer, realizndose, aqu y all en la historia, y que suena
irnico, frente al trgico fin del poeta, suicida a los cuarenta aos.
Pensar el imperio
Graecia capta ferum victorem coepit, escribe Horacio, et artes intulit agresti Latio: La
Grecia conquistada conquist al rudo vencedor, e introdujo las artes en el agreste Lacio.
No tan slo las artes, cabe decir, sino tambin la filosofa, entregando a Roma las ideas
necesarias para el gobierno de una entidad poltica de tamao mundial.
La conquista romana del rea helenstica dur alrededor casi dos siglos, el segundo y el
primero antes de Cristo; fue llevada a cabo persiguiendo la divisin de las fuerzas
enemigas, lo que fue facilitado por las rivalidades de los reinos vencidos. Ya realizada la
conquista, Roma no destruy a los enemigos, sino que los integr poltica y
econmicamente, sin imponer la romanizacin de las poblaciones, que siguieron con sus
idiomas y tradiciones. Naturalmente, una expansin de esa magnitud, con las nuevas
oportunidades econmicas que traa consigo, no poda no provocar una de las crisis de las
instituciones republicanas, porque a un lado de la vieja aristocracia de los senadores, se
asoma la nueva burguesa de los caballeros, pero se desarrolla tambin un inquieto
proletariado urbano y rural, cuya consistencia crece con el crecimiento del trabajo servil.
Estas tres clases dan vida, a partir del segundo siglo, a una larga serie de desrdenes, que
terminan tan slo en el (ao) 31 a. C. con la transformacin de la Repblica en un imperio,
por obra de Octaviano Augusto, partidario de Csar, al mismo tiempo que las guerras
civiles. La razn del xito de Augusto, radica en su capacidad de mediar entre las partes
sociales y en su respeto para las formas del poder republicano, que siguen con vida, aunque
tan solo como instrumentos del poder imperial. Las clases protagonistas de los desrdenes,
encuentran nuevos equilibrios: el poder econmico y poltico de los senadores sigue
intacto, mientras que los caballeros tienen plena libertad econmica y proporcionan
colaboradores del emperador.1
En este sentido, es ejemplar la divisin territorial del imperio, repartido en provincias
senatoriales y provincias administradas por funcionarios imperiales escogidos entre los
caballeros. Como Imperator, comandante militar, el Caesar, se reserva tierras fronterizas,
donde se concentra la mayora de las legiones. La continua afluencia de recursos de las
provincias, sobre todo de las orientales, ms ricas y desarrolladas, contribuye al bienestar
popular. Poltico fino, Augusto sabe que el poder sin consenso es vaco, y para ello se sirve
de los intelectuales, con la colaboracin de Mecenas: Virgilio, Horacio y Tito Livio, son tan
slo algunos de los cantores del coro imperial.
Los benficos efectos de la poltica augustea duran dos siglos, que son los de la pax
romana: solucionando el problema de la sucesin, y asentada una burocracia imbuida de
cultura griego-romana, el imperio empieza a creer, en su continua expansin, de ser eterno.
Lo ayuda en esto la previsora obra de asimilacin de los pueblos no itlicos, si en el primer
siglo es todava Italia la que surte la burocracia imperial; a partir del segundo, la integracin
se acelera, pues Adrin (117-138) admite en el Senado a los nobles orientales, y Caracala,
en el (ao) 212 otorga la ciudadana a todos los hombres libres. Sin embargo, ahora la pax
romana, es solamente un recuerdo, porque en las fronteras se empiezan a sentir los
primeros embistes de aquellos pueblos germanos que acabaran con el imperio.
Roma y la filosofa
1
Los primeros contactos culturales entre la joven potencia y el mundo griego, se remontan al
tiempo de la conquista de las colonias griegas de Italia. Entre los esclavos llevados a Roma,
se encontraban centenares de hombres cultos que dejaran huella en la educacin, el teatro,
la literatura y la primera historiografa de la ciudad. Pronto, entre el tercero y segundo siglo,
cuando el proceso de la conquista de Grecia es irreversible, se llega a un contacto ms
profundo.
A pesar de la resistencia, encabezada por Catn (234-149), a las ideas griegas, la cultura as
importada acaba por triunfar, por razones ms fuertes que cualquier moda. Es que los
romanos ms sensibles comprendan perfectamente que un imperio multinacional, slo se
poda gobernar por medio de una cultura madura. En todo caso, no fue una rendicin, sino
una fusin. Los romanos no haban nacido para pensar, sino para hacer. Eran buenos
arquitectos, ingenieros, juristas, pero no eran filsofos. Su moralidad pblica y privada se
resuma, sin tantos problemas, en pietas y virtus, acompaadas por la austeridad, gravitas.
Culto de los antepasados, valor, discrecin y sobre todo, tradicionalismo: mos maiorum,
que los muchachos aprendan de memoria en las Doce Tablas.
Sin embargo, un grupo de pensadores y hombres de accin, llegan a sentir la filosofa
griega como propia, como la otra cara de aquellos valores que haban hecho de Roma la
duea del mediterrneo. Son Escipin Africano, triunfador de Cartago; su hermano
Emiliano, el griego Polibio, historiador, y el filsofo estoico Panecio. Hay una relacin
entre la grandeza de Roma y la de Grecia? Utilizando categoras polticas griegas, Polibio
encuentra esta relacin en la constitucin mixta, razn de la solidez de la constitucin
romana, que le permite resistir a la fatal decadencia de todos los regmenes:
Las tres formas de gobierno de las que habl tenan poder en el estado y se encontraban tan
entrelazadas entre s, que nadie, entre los mismos romanos, hubiera podido decir si la constitucin
fuera democrtica, aristocrtica o monrquica. Juzgando el poder consular, se podra definir
monrquica. Examinando al del senado, parecera aristocrtica; sin embargo, tomando en cuenta el
poder popular, bien se podra decir democrtica.
Este crculo de los Escipiones inspirar a Cicern la sntesis perfecta de las dos culturas, el
ideal de Humanitas. Cien aos despus para el hombre culto ser indispensable expresarse
en ambos idiomas, utriusque linguae, an porque estudiar en Atenas o en Rhodes se pondr
de moda. En el primer siglo antes de Cristo, la instruccin superior en Roma est en manos
de los griegos, y su modelo de formacin global, la enkklos paidia, se considera el ms
completo. A pesar de esto el humanista romano sigue escribiendo en latn, y as nace una
nueva jerga filosfica, sobre todo gracias a Cicern, que traduce en su idioma trminos
filosficos griegos heredndolos a nuestra tradicin.
De todos modos, griegos y romanos tienen una pasin comn, la oratoria. En su cultura,
preferentemente oral, la elegancia en el habla es objeto de culto, y adems es
imprescindible en poltica y en la actividad legal. Al vir bonus dicendi peritus de Catn, la
tradicin griega presta su precisin conceptual y fe en la bondad de sus ideales. A final de
cuentas el derecho nace sagrado y se hace perpetuo con la hieraticidad del pater familias
y del juez, sacerdotes de la justicia. La laicizacin del derecho, ya cumplida en el tercer
siglo, engendra al tcnico del derecho, el jurisperitus. Su especialidad es isuti atque iniusti
scientia, et ars, la ciencia y la tcnica de lo justo y lo injusto, en otras palabras la phrnesis
griega. Y puesto que al jurisperito le compete armonizar los diferentes pueblos del imperio,
y el praetor peregrinus tiene que juzgar en los juicios entre romanos y extranjeros; el
derecho natural estoico es utilsimo porque contiene una serie de normas comunes a todos
los pueblos. Cada jus genitum tendr que conformarse a estas normas, afirma Cicern, el
hombre en el cual las dos tradiciones se funden definitivamente.
Cicern
Nacido en Arpino en el 106 a. C. Cicern recibe la educacin de los hijos de las clases
acomodadas romanas: maestros griegos y estudios en Atenas, en la Academia. El resultado
natural de esta educacin es la poltica, el cursus honorum, que Cicern recurre (recorre?)
con lenta pero segura progresin; llegando a (ser) cnsul en el (ao) 63. Su faccin es la
antipopular: pelea en contra de( l ) Csar y destruye con su oratoria al democrtico
Catilinia, pero en las guerras civiles se encuentra del lado perdedor, y en el (ao) 44 paga
con la vida su enemistad con Antonio.
Su filosofa es hija de la crisis de la repblica, y nace del intento de crear una razn moral a
la poltica, que ya no se identifica con el viejo mos maiorum y no cree en la demagogia de
los populares. En este intento lo ayuda su formacin, porque la filosofa griega de sus
tiempos es sincrtica y de las escuelas la nica que rechaza es la epicrea, por juzgarla, con
razn, antisocial. Si el pensamiento se abre a todas las tradiciones, es porque estas se han
fundido entre s. De sus estudios en la Academia la segunda Academia, influenciada por el
escepticismo le queda el probablismo: el sabio caer en lo razonable (elogon) y lo creble
(pithann), an basndose en el consensus gentium lo que confiere a sus pginas un amable
tono de conversacin informal:
Que cada quin piense como quiera: debe haber libertad de juicio. Nosotros siempre
seguiremos nuestros principios, es decir, buscaremos en todo problema, la solucin ms
creble, sin sentirnos vinculados a ninguna escuela.
luego curar todo el cuerpo del estado y no tan solo una parte. () Queda la ltima parte de lo
honesto, la templanza (temperantia), la modestia (modestia) y la justa medida de cada cosa (rerum
modus). En esto eslo que en latn se dice Decorum, y en griego Prpon. Es decoroso razonar con
cordura y prudencia, actuar a ciencia cierta, buscar lo verdadero, es indecoroso lo contrario: ()
todas las cosas justas son decorosas, y las injustas, indecorosas. Lo mismo se puede decir de la
fortaleza. () El deber que sigue del decoro tiene que seguir el camino de la conservacin de las
leyes de la naturaleza, (). Pero la esencia del decoro consiste sobre todo en la templanza, ().
Dos son los elementos naturales del alma: el instinto (), que arrebata al hombre ac y all; y la
razn, que ensea y revela al hombre lo que hay que hacer y lo que hay que evitar. As, la razn
manda y el instinto obedece. Toda accin debe ser exenta de temeridad y negligencia, no hay que
hacer nada sin poderlo justificar, esta es la definicin del deber. Hay que actuar de manera que los
instintos obedezcan a la razn (). De aqu resulta con claridad, lo que es el decoro, porque no es
lcito hacer nada () en contra de la naturaleza.
De Officiis. I
De Republica. I
El carcter de cosa comn del estado deja en claro que su autoridad viene del pueblo, que
expresa su voluntad racional por medio de la legislacin. En este sentido, el magistrado es
la ley que habla, y la ley, un magistrado mudo. (Leyes, I) La garanta tica de estas leyes es
su fundacin en el derecho natural, expresin de la naturaleza a diferentes niveles: fsico,
lgico, y jurdico-moral. La razn, comn a los hombres y a los dioses, cuando dirige la
accin se llama ley:
(.) el derecho comienza en la ley, que es la fuerza de la naturaleza, el espritu y la razn del sabio,
la regla de lo justo y lo injusto (.) ley suprema, nacida antes de cualquier ley escrita, antes de
cualquier ciudad. (.) a todos los seres racionales, la naturaleza ha concedido la recta razn, y la
ley no es otra cosa que la recta razn que manda o prohbe; si les ha dado la ley, les ha dado
tambin el derecho, por ende, todas las criaturas racionales poseen el derecho.
Las leyes, I
Esta percepcin nativa de lo justo y lo injusto obliga moral y hasta jurdicamente, porque
quien no la sigue abdica de si mismo y de su naturaleza de hombre (Repblica, III, 22) y
merece castigos.
La igualdad de los hombres como criaturas racionales, no llega en Cicern hasta la
afirmacin de la justicia de su igualdad social, como en los estoicos Esfero y Galo Blosio,
consejero de los Gracos. Cicern acepta la divisin de los papeles sociales y defiende la
propiedad privada:
Muy bien dijo Platn que no nacimos para vivir solos, () y excelentemente dicen los estoicos que
los productos de la tierra han sido creados para que los hombres los utilicen ayudndose los unos
con los otros. Es preciso que sigamos la naturaleza dividiendo lo que es comn intercambiando
servicios, estrechando relaciones sociales con los productos de nuestras artes, nuestras actividades y
nuestros recursos (.). No existen cosas privadas por naturaleza, sino por antiguo apoderamiento
(.) Sin embargo, puesto que todos aquellos bienes que fueron comunes se convirtieron en la
propiedad de unos cuantos, que cada quien se quede con lo que le dio la suerte, porque el que quiere
lo ajeno, viola el derecho de la humana sociedad.
De
Officiis. I
El estado ser, entonces, el custodio de este orden, y para que pueda jugar plenamente este
papel, es preciso que su constitucin sea mixta, la forma mejor para garantizar la justicia.
En esta postura no se siente slo la influencia de Polibio, sino la justificacin de la prctica
poltica romana, de su constante esfuerzo para crear y preservar delicados equilibrios de
clases y grupos.
La filosofa de Cicern sobrevive al fracaso poltico de su autor, inspira a San Agustn y a
Santo Toms y los humanistas rinden al De Officiis un verdadero culto, transformndolo en
manual de modales cortesanos, y en inspiracin de los seores renacentistas.
del emperador: no deja de parecer irnico que haya profesado gratitud para los gobernantes
por permitir a los filsofos gozar de un ocio tranquilo, en la Cartas a Lucilio. En la
misma obra, nos deja un preocupado retrato de la decadencia humana que es de corte tico
y poltico, y pinta, citando al estoico Posidonio, otra clsica visin del mito de la Edad del
Oro, con su condicin de paz y de comn goce de bienes. Como en Rousseau, mil
setecientos aos despus, la causa de la decadencia es la avidez, y su efecto, las leyes del
estado:
.en la Edad que cree dorada, Posidonio piensa que el poder perteneca a los sabios, que templaban
la fuerza y defendan a los dbileslos hombres gozaban en comn de la naturaleza..Pero en
este rgimen bien fundado apareci la avaricia..y cuando con le fuerza de los vicios el reino se
convirti en tirana, se hicieron necesarias las leyes
Cartas a Lucilio, XC
Sneca no es el slo filsofo vctima del poder: con l muere Trasea Peto, y en el ao 64
Vespasiano manda matar a Elvidio Prisco, ms por opositor que por estoico. En el 91
Domiciano ataca directamente la filosofa, cerrando escuelas y desterrando a los filsofos
de Roma. Entre las vctimas de la proscripcin se encuentra Epcteto, uno de los tres
grandes del estoicismo tardo. La situacin se torna ms favorable cuando Trajano llama del
exilio a Dione Crisstomo para nombrarlo consejero, y ste difunde la idea de un
emperador iluminado. Idea en la cual se inspirarn, ms tarde, Adriano, los Antoninos y
sobre todo Marco Aurelio, que en los diecinueve turbulentos aos de su reino (del ao 161
al 180) tuvo tiempo de escribir el hermoso Eis Eautn, A s mismo, traducido como Los
Recuerdos.
Ms filsofo que poltico, Marco Aurelio ve en la sociedad un espectculo repugnante:
Tienes que decirte, desde la maana: encontrar a gente aburrida, ingrata, falsa, envidiosa,
falta de sentimientos sociales (II, 1); Por doquier gente que desprecindose, se adula y
queriendo pasar unos arriba de los otros, se ceden el paso (IX, 14). La condicin humana
es trgica: Ayer moco, maana ceniza (IV, 48). Solo queda un camino, y lleva hacia
adentro: Escarba adentro, adentro est el bien (VII, 59). Este bien es la filantropa, que
merece el sacrificio de uno mismo:
Nunca pierdas la benevolencia hacia tus semejantes. (). Acta con rectitud, y no temas a nadie
fuera de ti mismo. Se fiel a ti mismo, digan lo que digan. Es el destino de los reyes, hacer el bien y
ser calumniados. Salva tus principios, (), para cumplir con la misin que Dios te ha dado.
Fiel hasta la extremas consecuencias, Marco Aurelio muere defendiendo las fronteras de
aqul imperio del que fue servidor. Lucha por la utopa este primer filsofo con poder?
IV, 29
Detrs de estas ltimas grandes figuras del mundo clsico se perfila el Cristianismo, que en
su mpetu revolucionario afirma una diferente concepcin del hombre y, con esta, de la
finalidad de sus formas de asociacin. Sin embargo, pensando en la misin unificadora de
Roma, San Agustn reconocer la mano de la Providencia, la voluntad divina de que el
Cristianismo se difundiera ms fcilmente en un mundo unido.
En su emocionado adis a Roma, el poeta galo Rutilio Namaciano escribe un necrologio
apologtico que suena definitivo: Urbem fecisti quod prius orbis erat:hiciste una ciudad,
de lo que era mundo. Donde orbis, mundo, es una catica multitud, mientras que urbs,
ciudad, tiene el significado jurdico y poltico de una idea universal del estado. Tal vez el
ms duradero legado de Roma.
Bibliografa Esencial