Baena - Reino de Dios en Jesús
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Baena - Reino de Dios en Jesús
Seminario de Espiritualidad
Segunda Semana
Direct. P. Guillermo Zapata, S.J.
Supuesto el estudio de las fuentes de los Evangelios y la manera como de esas fuentes ser sirvieron, valindonos
de un mtodo comparativo de los mismos Evangelios (Critica literaria); investigada, adems, la historia y origen de
cada una de las unidades que configuran los Evangelios y sus fuentes (Historia de las formas); estudiado el posible
recorrido de las unidades o grupos de unidades de los evangelios, hasta alcanzar una forma primitiva de las mismas
unidades y conjuntos de unidades aisladas (Historia de las tradiciones); y finalmente por medio de diversos criterios
aplicados a esas tradiciones primitivas, es posible llegar a un acercamiento a la realidad misma de Jess, al menos
en lo que se refiere al contenido de su mensaje y a las maneras concretas con las cuales lo anunci (Crtica
histrica). Esto ltimo es lo que ahora pretendemos.
1. QUE ES EL REINO DE DIOS DE JESUS?
"Es indiscutible que el centro de la predicacin de Jess lo constitua el reinado de Dios (basilea tou theou). Jess
habl incesantemente de l y lo explic a travs de parbolas. "(J. Gnilka, Jess de Nazaret, Mensaje e Historia,
Barcelona 1993, p. 109) Esta es una afirmacin que cuenta con la unanimidad de los exegetas.
Por lo tanto, si pretendemos saber, qu era lo que Jess mismo entenda por reinado de Dios o soberana de Dios,
es del todo necesario recurrir a sus parbolas.
Pero qu es una parbola? Aqu no nos referimos a una definicin genrica vlida para toda la literatura universal,
ni siquiera la que se refiere a la literatura de la poca de Jess, sino muy puntualmente a la parbola tal como la
emple Jess y ha sido estudiada por especialistas al respecto, (sobre todo A. Jlicher, R. Bultmann, J. Jeremas,
C.H. Dodd, E. Jngel, J. Gnilka) y podra ser as:
Es una similitud o comparacin en forma de narracin que tomada en su conjunto describe el acontecer de Dios
como Creador del hombre, tal como Jess lo experimentaba y del cual solo se tiene una comprensin oscura, por
medio de otro acontecer comnmente conocido y aceptado por el oyente, a fin de hacer tomar conciencia ms clara
del primero y comprometer al oyente a asumir, frente a l, una postura vital responsable como criatura. Por eso las
Parbolas no son otra cosa que la autocomprensin que Jess hace del acontecer de Dios o soberana de Dios en
l mismo.
Da claridad a esta definicin lo que J. Gnilka anota: "En ninguna parta del evangelio hallamos una explicacin de lo
que es el Reino de Dios. Jess renunci a definirlo o explicarlo tericamente. Podemos afirmar que l daba por
supuesto que sus oyentes saban lo que quera decir(aunque solo en parte) con lo del Reino de Dios." (o.c.p. 178)
Evangelio y no, sin ms, el Reino de Dios anunciado por Jess.(P. Benoit et M-E. Boismard, Synopse des quatre
Evangiles en Franais, Tome II, Paris. 1972, p. 188)
No obstante existen serias razones, para presumir que Jess, cuando hablaba de semilla como imagen para
describir el Reino de Dios, lo entenda como Palabra de Dios.
Ahora nos resta por comprender qu entendan por palabra de Dios Jess y sus oyentes.
El concepto de palabra de Dios era ampliamente conocido no solo en el A.T. y concretamente entre los judos
contemporneos de Jess. En efecto, era regular en la sinagoga, al lado de la Torah, la lectura de los Profetas, pero
muy en particular el Segundo Isaas (40-55). Inclusive, era costumbre hacer una comentario u homila sobe el
mismo, como se percibe en Lc. 4,16-22 (C. Perrot, Lc 4,16-30 et la lecture bblique de l'ancienne Synagogue, Rev.
des Sc. rel. 47(1973)326). Es tambin un gran indicativo la preponderancia del Segundo Isaas en el Nuevo
Testamento(P.E. Bonnard, Le Second Isaie, son Disciple et les Editeurs, Isaie 40-66, Paris, 1972, p.80s) y en la
Literatura de Qumram, tal como se refleja en el ndice de citas Del A.T. de tales documentos.(J. Carmignac, E.
Cothenet et H. Ligne, Les Textes de Qumram II, Paris 1963, p. 351s)
Ahora bien, en el Segundo Isaas es bien central una comprensin teolgica de la doctrina sobre la palabra de Dios,
entendida como accin creadora de Dios o Dios Creador. (G. von Rad, Teologa del Antiguo Testamento, II,
Salamanca 1972, p. 305s) Ms an, esta palabra de Dios aparece expresamente en contextos de sembrador y
semilla: "Como desciende la lluvia y la nieve de los cielos y no vuelven all, sino que empapan la tierra, la fecundan
y la hacen germinar, para que d simiente al sembrador y pan para comer, as ser mi palabra, que salga de mi
boca, que no tornar a m de vaco, sin que haya realizado lo que me plugo y haya cumplido aquello a que la
envi."(Is 55,10s)
Por eso, entonces, es obvio concluir: El Reino de Dios que Jess anuncia, como idntico a palabra de Dios, es la
soberana de Dios en la creatura, soberana que depende solo de la acogida o actitud abierta ante esta oferta de
entera gratuidad.
Del estudio de las parbolas se desprende, que justamente ste era el discurso preferido de Jess para hablar de
Dios Creador, su Padre y que la imagen que l tiene de Dios no es un concepto abstracto sobre Dios, sino el
acontecer mismo de Dios que l siente en su experiencia inmediata y lo pasa, como lo siente, esto es, como
acontecer actuante de Dios Creador en l, a la imagen parablica ya como lenguaje hablado.
Al respecto J. Gnilka dice: "El mensaje acerca del amor de Dios, que transforma el ser, ese mensaje que las
parbolas nos ofrecen, no podr plenamente entenderse, hacerse eficaz y convencer sino en el contexto de la vida
de Jess, donde l realiz ese amor. Si aconteci alguna vez el Reino de Dios, entonces l fue quien lo hizo
acontecer." (o.c. p. 121)
Por eso cuando se pregunta por el sentido de una parbola de Jess, no es suficiente averiguar qu significa la
parbola a partir de una anlisis literario sobre la misma, sino que lo ms conducente ser preguntar, y en primer
lugar, qu quiso el mismo Jess al expresarse con esa parbola, o en otros trminos, qu caractersticas del
acontecer de Dios en l, est mostrando Jess con esta o aquella parbola.
Todo esto significa que las parbolas de Jess no se pueden separar del acontecer de Dios en l tal y como l
mismo lo experimenta en su inmediatez con Dios. En las parbolas de Jess, l mismo se dice como lenguaje. Por
eso la real imagen parablica del acontecer de Dios es el mimo Jess; o en otros trminos, la humanidad de Jess
es la parbola de Dios aconteciendo en este mundo histrico
B. Una segunda aproximacin a la comprensin del Reino de Dios anunciado por Jess
El contexto en que Jess hace su anuncio est dominado por la espera escatolgica del Reino de Dios en el
judasmo tardo, (C. H. Dodd, Las Parbolas del Reino, Madrid, 1974, p.43s) pero la concepcin de Reino de Dios
no era ni uniforme ni unvoca, se diversificaba segn diferentes corrientes dentro del mismo judasmo. Quizs se
podra pensar si Jess al anunciar un Reino de Dios debi haber acogido alguna de esas concepciones de Reino de
Dios; sin embargo, la diferenciacin de las concepciones del Reino de Dios obedecan, sin duda, o las distintas
concepciones de Dios como Creador o las distintas maneras de entender la salvacin que se esperaba.
De aqu se desprende que la manera como Jess concibe el Reino de Dios era original, esto por dos razones: La
primera, porque como vimos, el concepto que Jess tiene de Dios su Padre depende de su singular inmediatez con
l y de ninguna otra fuente ni tradicin, como lo hacen notar algunos exegetas; la segunda, y supuesta la anterior,
porque la soberana de Dios - Reino de Dios - que Jess anuncia no puede ser otra que la que l mismo
experimenta.
En consecuencia, la misin que Jess tiene de anunciar el Reino de Dios, tiene su origen imperativo en la
experiencia de Dios su Padre y su contenido est tambin determinado por esa misma experiencia; de all,
entonces, que el anuncio del Reino de Dios de Jess, sea precisamente la revelacin de Dios mismo en una
existencia humana, terrena y responsable de Dios Creador con todos los seres humanos.
Aunque esta concepcin de Reino de Dios de Jess fuera original, sin embargo, esta era la manera como l
responda a las expectativas escatolgicas del momento en el judasmo.
estamos ya por encima de lo finito y por eso, estamos ya en la idea de lo infinito" (W. Pannenberg, Teora de la
Ciencia y Teologa, Libros Europa, Madrid, 1981, p.314s)
3) La concepcin racional de Dios en el pensamiento cristiano
Pero an aceptando de alguna manera, aunque mnima, la necesidad de la existencia de Dios para explicar la razn
suficiente del mundo y del hombre, todava es ms inadecuado el esfuerzo racional, a partir de ese mismo cosmos,
para conocer lo que Dios realmente es. El mismo Platn deca: "Lo divino es indecible e inconcebible."
Sin duda esta afirmacin de Platn subyace en el tratado de los Divinos nombres, en el cual, a pesar de considerar
tres vas o teologas para acercarse al conocimiento de Dios: la Teologa afirmativa, la Teologa negativa y la
Teologa superlativa, sin embargo, las considera inadecuadas. Esta misma tendencia se observa en la Escolstica y
en Santo Toms.
dominable sino con una soberana ms fuerte, la del Creador, ejercindola en cuanto tal en su creatura. Jess no
sugiere procedimientos para reprimir cada uno de los hechos pecaminosos, sino que busca eliminar su causa
atacando directamente la torcedura interior, por soberana de Dios creador, procurando as el enderezamiento
radical de hombre. Un hombre que se acoge incondicionalmente a la soberana de Dios y se deja dominar por ella
ya no peca ms.
As se comprende, entonces, la importancia prctica que tienen las parbolas de Jess, en funcin del acontecer
real de la soberana de Dios en sus oyentes, pero particularmente en sus discpulos ms cercanos. La conviccin de
Jess, es sin duda, que la sucesiva e iterativa toma de consciencia del acontecer de Dios en el hombre, - y esto es
fundamentalmente la oracin, - dispone a la apertura dcil, a la mansa acogida y a la obediencia de la fe frente ese
mismo acontecer gratuito, que va tomando, por esa misma razn, cada vez ms una mayor posesin de su
creatura, desplazando, as, por su base, el dominio del pecado, como tendencia profunda.
Las parbolas de Jess, casi siempre al parecer modestas comparaciones, describen lo que l mismo experimenta
con difana nitidez, esto es, los rasgos caractersticos del acontecer de Dios en l, hacen tomar conciencia del obrar
de Dios Creador y disponen al oyente a comprometerse, en una tica humana y comunitaria coherente con ese
mismo obrar divino.
Es oportuno sealar, as sea brevemente, lo que signific este anuncio del Reino de Dios de Jess y explicado por
l mismo en parbolas. Era sencillamente la revelacin de una nueva concepcin de Dios y del hombre, que
implicaba al mismo tiempo la revelacin definitiva de la manera proceder de la justicia de Dios u orden salvfico. En
efecto, aqu se descubre que Dios Creador crea los seres humanos aconteciendo personalmente en ellos,
estableciendo su soberana en ellos en cuanto creaturas, haciendo comunidad con ellos en cuanto destinados a ser
verdaderos hijos de Dios. Por eso la justificacin del pecador ya era una gratuidad que Dios ofreca por Jess
supuesta la apertura o acogida por parte del hombre; y en consecuencia el orden de creacin y el orden de
salvacin no eran dos entidades distintas, sino el mismo acontecer de Dios Creador que lleva sus creaturas
humanas hasta el final, la filiacin divina, supuesta la acogida al Reino de Dios u obediencia a Dios creador.
3. EL REINO DE DIOS
Y LA ACTIVIDAD DE JESUS CON LOS ENFERMOS
A. La praxis de Misericordia de Jess y su anuncio del Reino de Dios
"El reinado de Dios puede entenderse literalmente como el centro de la actividad de Jess. Porque todo lo dems
se ordena en torno a es punto central. Y no solo su mensaje, sino tambin su actividad como sanador y taumaturgo
y su imperativo tico."(J. Gnilka, Jess de Nazaret, Barcelona, 1993, p.109)
Estas afirmaciones de Gnilka reflejan qu pretenda particularmente el Evangelista Marcos y a partir de l, tambin
Mateo y Lucas, al colocar en diferentes lugares de su Evangelio algunos sumarios que son un resumen y bien
seleccionado del material de tradicin, que l tiene a su disposicin, con el propsito de expresar lo que a sus ojos
constituye la actividad esencial de Jess. Por otra parte, la funcin del sumario es conducir el movimiento interno de
las actividades de Jess, convirtindose as en el medio ms importante que articula esa misma accin de Jess.
(W. Egger, Frohbotschaft und Lehre, Die Sammelberichte des Wirkens Jesu im Markus evangelium, Frankfurt am M.
1976, pp.162-164)
Los ms pertinentes sumarios que identifican globalmente la actividad de Jess en su vida pblica pueden verse en
el siguiente cuadro:
"Recorra Jess toda la Galilea
en las Sinagogas y
predicando(kersson)
curando(therapeon)
el Evangelio del Reino y
curando(therapeon)
enseando(didskon)
predicando(kersson)
predicando(kersson)
enseaba(eddaskon)
"Instituy
los
doce...
para
enviarlos a... y con poder de expulsar(ekbllein)
demonios."(Mc 3,14)
hablaba(ellei)
predicad(kerssete)
predicar(kerssen)
orle(akousai)
predicar(kerssein)
Evangelizando (euaggelizmenoi)
Es sorprendente, tanto en la actividad de Jess como en la misin de sus discpulos, la regularidad de las
formulaciones: Predicar y curar enfermos.
Si comparamos estos sumarios con el resto del cuerpo literario que describe la actividad de Jess en Galilea,
particularmente en Marcos, podemos deducir casi todo su ministerio como si fuera una ampliacin, a su vez; de los
sumarios, en cuanto que se tratase de la narracin detallada y puntual de la doble funcin genrica de predicar - los
discursos - y curar - relatos de curacin (los milagros).
Es necesario precisar, ahora, cual era la distincin que exista entre curar enfermedades y expulsar demonios, y
sealar, por otro lado, la relacin que estas actividades tenan con el anuncio del Reino de Dios.
Si se tiene en cuenta la mentalidad popular juda de la poca de Jess, se vera que no es fcil encontrar una
distincin clara entre enfermedad y posesin demonaca; en efecto, muchas enfermedades, (J. Jeremas, Teologa
del Nuevo Testamento, Vol 1, Salamanca, 1977, pp. 115-119; P. Grelot, Los Milagros de Jess y la demonologa
juda, en X.L. Dufour, Los Milagros de Jess, Madrid, 1979, p. 71) sobre todo las ms extraas y de no comprensible
etiologa, o eran vistas como una situacin de pecado o implicaban la posesin de uno o varios demonios. H. Strack
- P Billerbeck, Kommentar zum Neuen Testament aus Talmud und Mdrasch, IV. 1 Excurse, 21. Excursus: Zu
altjdischen Dmonologie, Mnchen, 1966, pp. 521ss.) De all, entonces, que tampoco existiera diferencia mayor
entre curar una enfermedad y un exorcismo; adems, se entendera que la finalidad buscada por Jess con su
anuncio al curar enfermos y expulsar demonios, era luchar contra el poder del mal en todas sus formas, implantando
el acontecer de Dios en las personas o el Reino de Dios.
Pero se comprendera todava ms la relacin de los milagros de curacin de Jess y el anuncio del Reino de Dios
recurriendo a las intencionalidades expresas de la Iglesia primitiva al narrarlos dentro del anuncio o predicacin del
Evangelio, intencionalidades que no pueden estar muy lejos de las del mismo Jess.
Podra ofrecernos una respuesta a esta bsqueda de intencionalidades de los relatos de curacin en cuanto tales,
un elemento comn a varios de ellos, el cual es, sin duda, una clave de comprensin de lo que significaba esa
actividad de Jess. En efecto, cuatro relatos de milagros de curacin tienen una frmula comn que ciertamente
seala la temtica dominante dentro de la narracin:
El ciego de Jeric: "Hijo de David ten misericordia (eleson) de m."(Mc 10,47=Mt 9,27=Lc 18-38)
La mujer cananea: "Seor, hijo de David, ten misericordia (eleson)de m."(Mt 15,22)
El endemoniado epilptico: "Seor ten misericordia (eleson) de mi hijo."(Mt 17,15)
Los diez leprosos: "Jess, Maestro, ten misericordia (eleson) de nosotros."(Lc 17,13)
Como se ve, todos los beneficiados hacen la misma peticin. As, pues, estas curaciones y por principio, todas, son
hechas a ttulo de la misericordia de Dios, y muestran ya una comprensin definida por parte de la predicacin de la
Iglesia primitiva, a saber, con esta actividad de curar enfermos, Jess mismo es la misericordia de Dios en persona,
la soberana de Dios aconteciendo. Y en cuanto misericordia es el amor tpico de Dios que se inclina generosa y
humildemente sobre el dbil, toca su miseria en su propia carne y lo levanta. (X.L. Dufour, Estructura y funcn
del relato de milagro, en Los Milagros de Jess, p.293s)
En suma, la praxis de misericordia de Jess, como acontecer de Dios mismo era la presencia misma de Reino de
Dios en nuestra historia terrena.
B. La praxis de Misericordia como anuncio del Reino de Dios y la fe
En los relatos de milagros de los Evangelios existe una conexin deliberadamente buscada entre "fe" y "curaciones"
(misericordia).
Parecera a primera vista que el nfasis estuviera puesto en la curacin misma y la fe fuese como un presupuesto
que garantizara la realizacin del milagro (Mt 8,13; 9,2.28; Mc 2,5; 9,24; Lc 5,20; 8,50); sin embargo, atendiendo al
contexto general, a todo lo largo de los Evangelios, en lo que se refiere a esta relacin "fe - misericordia", el nfasis
est puesto, ante todo en la "fe" como acogida al poder misericordioso de Jess que tiene capacidad divina para
salvar.(Mt 9,22; Mc 5,34; 10,52; Lc 7,50; 8,48; 17,19; 18,42)
Es de gran ayuda para comprender esta relacin "fe - misericordia" de los Sinpticos, recurrir al Evangelio Juan, en
cuya perspectiva teolgica, es central mostrar a Jess como enviado creble de Dios su Padre. Ahora bien, en este
contexto, los signos que Jess hace -entre ellos los milagros - tienen por finalidad abrir a los presentes a la fe en
Dios, Padre, que lo ha enviado.(Jn 2,11.22; 4,48; 6,30.36; 7,31; 9,38; 10,25.38; 11,40.45.48; 12,37; 20,831) Aqu,
pues, la funcin de los milagros - la misericordia - es abrir o disponer a las personas al don gratuito de la fe.
Tienen particular relevancia, para alcanzar mayor claridad sobre el significado de la relacin "fe - misericordia", la
curacin del siervo del centurin(Mt 8,5-13=Lc 7,1-10=Jn 4,46-53) y la curacin del hijo de Jairo y la hemorosa. (Mt
9,18-26=Mc 5,21-43=1,c 8,40-56)
En el caso del centurin, romano y por lo tanto gentil, Jess hace referencia a su fe, antes de que suceda la
curacin de su criado, diciendo: "Os aseguro que en Israel no he encontrado una fe tan grande,(Mt 8,10:Lc 7,9) lo
que debi haber provocado reaccin hostil entre los judos y particularmente los de Galilea.
Ahora bien, por el contexto de la praxis de Jess, se entiende, que el centurin, siendo pagano, se abre a la fe - y
ste s que es gran milagro ; e igualmente el jefe de la sinagoga, siendo judo activo, se acoge al Dios revelado en
Jess, por el testimonio de su misericordia.
J. Gnilka va ms all "... en las curaciones milagrosas, es importante no solo la fe de aquel a quien se presta ayuda,
sino tambin la fe de Jess. Y esto tiene que ver, a su vez, con el reino de Dios. Jess, al estar abierto para Dios de
manera singularsima, demostr una fe singularsima." (Jess de Nazaret, p. 164)
Ya habamos visto ms arriba, que justamente los Sumarios de los tres primeros Evangelios expresaban cual era en
forma precisa el tpico testimonio de Jess, a saber, revelar el amor misericordioso de Dios -la praxis de
misericordia, con sus milagros; por eso el anuncio de Jess no es solo predicacin, sino revelar en l mismo el
acontecer de Dios que llega hasta el fondo del corazn y lo toca con la fuerza seductora de su amor misericordia y
lo dispone a la acogida sin lmites de la voluntad de Dios Padre.
Tngase en cuenta, adems, que Jess no mira si el centurin es pagano, o adora otras divinidades, o es enemigo
de Israel; o si el jefe de la sinagoga tiene prevenciones u otra concepcin de Dios diferente de la de Jess. El
testimonio de entrega desinteresada de Jess rompe todas las barreras limitantes de cultura y religin del centurin
y del jefe de la sinagoga, para dar entrada a la acogida incondicional a un Dios humilde que acontece y se revela en
l y comprometer, desde dentro de las personas, a una coherencia de vida con esta fe, as se tenga que corregir y
purificar la religin y la cultura precedentes, con sus escalas de valores.
4. EL REINO DE DIOS Y LA COMUNIDAD DE JESUS
Ms arriba decamos que el Reino de Dios no solo es el centro de la actividad de Jess, sino que toda su vida
pblica se ordena en torno a ese centro. Tambin habamos visto que las actividades de Jess de predicar y curar
enfermos, segn los pequeos sumarios, eran las esenciales de su vida pblica; sin embargo, una lectura atenta de
los tres primeros Evangelios muestra que la preocupacin de Jess se centra en el cuidado y formacin de sus
discpulos cercanos.
El inicio de la misin tpica y bien definida de Jess se da en Cafarnarn y la primera actividad con la cual inicia su
misin propia, segn el Evangelio de Marcos, es el llamamiento de los cuatro primeros discpulos, (1, 16 -20) con lo
cual deja entender el evangelista su gran inters por los discpulos cercanos tal como se puede constatar a todo lo
largo de su obra.
Este pequeo relato, segn la crtica literaria, no es redaccional de Marcos, ya era una narracin y bastante
simtrica que l recoge de la tradicin, sin marco histrico determinado; no se trata tampoco de un hecho puntual
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preciso como lo demuestra por s mismo el relato, sino, ms bien, de un sumario histrico o resumen de la particular
atencin de Jess con relacin a sus discpulos durante toda su vida pblica.
A fin de hacer ver de una manera breve y a la vez convincente esta preocupacin de Jess por sus discpulos tal
como la entendieron los tres primeros Evangelios, sin duda, a partir de Marcos, recurramos a los siguientes datos:
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oposicin y rechazo abierto por parte de las autoridades del judasmo y de las instancias de la ortodoxia doctrinal, a
saber los escribas y fariseos.
Una seal clara de las incertidumbres de los discpulos en su convicciones respecto al real contenido del Reino de
Dios de Jess, son sus numerosas desconfianzas y dudas respecto a Jess mismo que se dejan sentir a
particularmente a todo lo largo del Evangelio de Marcos. En el mismo sentido habra que entender el escndalo que
padecieron sus discpulos frente al hecho de la crucifixin: se llenaron de temor, se desilusionaron de su maestro,
fueron a su lugar de origen, Galilea y quizs perdieron la fe.
2. Otra posible respuesta, si se tienen en cuenta no solo los relatos de misin, sino las estadsticas a que nos
hemos referido ms arriba y la figura de la comunidad de Jess, tal como fue entendida por la Iglesia primitiva, sera
imaginar si la intencionalidad de Jess en su vida pblica era particularmente la formacin de los jefes o lderes de
la comunidad; pero tal respuesta tampoco tiene consistencia real.
En efecto, en ese momento ni existe la comunidad cristiana, ni Jess tiene intenciones de ser el fundador de una
comunidad; por eso mal se podra pensar en formar los lderes para una figura institucional que an no existe y
cuyos contornos dependen esencialmente del acontecer de Dios en las personas en cada momento.
Menos an parece imaginable, que Jess ante a su desbordante trabajo y frente a mltiples actividades que
desplegara el anuncio del Reino de Dios, quisiese enganchar personas para servirse de ellas en tales tareas.
3. Los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas muestran la Institucin de los doce y su Misin junto con el xito de la
misma y las persecuciones, como mecanismos de la Iglesia ya en marcha y presuponen ya la institucionalizacin de
la misma. En efecto aqu la misin est precedida de una experiencia comunitaria de los enviados, o sea el
llamamiento a comunidad, porque es precisamente sta la que tiene autoridad para enviar. Por eso la
intencionalidad de estos relatos de los Sinpticos es remontar el llamamiento y la misin a la persona misma de
Jess, para mostrar que ella es la portadora de la autoridad divina de Jess.
4. Queda, pues, an sin respuesta la pregunta: Por qu Jess centr su anuncio del Reino de Dios en la formacin
de un grupo de discpulos cercanos?
Todava la respuesta depende de otra pregunta: Qu es propiamente el Reino de Dios y qu pretenda
puntualmente al anunciarlo?
Ms arriba decamos que el Reino de Dios anunciado por Jess no es otra cosa que llevar al lenguaje captable por
sus oyentes la realidad del Dios vivo que acontece en l a plenitud y que l experimenta con entera diafanidad dada
su inmediatez con l.
Hablando en terminologa todava ms comprensible para nosotros hoy: Jess experimenta que Dios crea su
humanidad habitando en l, haciendo comunin con l, trascendindose en l, dndose a plenitud en l, y este es el
contenido de su anuncio. De all se sigue que tal contenido no era ni conceptual, ni temtico, ni doctrinal, sino Dios
mismo anuncindose al acontecer en el hombre Jess. Por eso Jess es el lenguaje con el que Dios se expresa, o
se hace experimentable por lo humano inundando lo humano, o se hace palabra humana comprensible a lo
humano.
La consecuencia es obvia, Jess no podra ser palabra de Dios legible y sencillamente comprensible para sus
oyentes si l mismo no hiciera con sus ellos lo que Dios haca con l, esto es hacer comunin con l, o lo que es
igual, Jess al hacer comunin con sus hermanos los hombres es la correspondencia necesaria de lo que Dios hace
con l, comunin.
Se sigue, pues en buena lgica que propiamente la misin de Jess que surge de su propia realidad, a saber, ser
ontolgicamente lenguaje de Dios para el hombre, al anunciarse ese mismo Dios aconteciendo en el hombre Jess,
es hacer comunin con sus hermanos De lo contrario Jess no sera palabra de Dios, ni su vida sera el anuncio
mismo del Reino de Dios.
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Ahora se nos hace ms comprensible qu pretenda Jess puntualmente con lo que realmente hizo para anunciar el
Reino de Dios: Jess ciertamente se insert en un grupito de pescadores y vecinos de Cafarnaum contagindolos
de la presencia difana de Dios en l, dndoles testimonio del acontecer de Dios en l por medio de sus parbolas,
con su gesto continuo de perdn de los pecadores y con su entrega incondicional de misericordia con los ms
necesitados, es decir, haciendo en forma concreta comunin con ellos y revelando, por la misma razn, la comunin
de Dios con l.
Era evidente que Jess al obrar de esta manera, no era otra cosa que el lenguaje con el cual, no solo se tomara
conciencia del Dios vivo en el ser humano, de la misma manera que el hombre Jess, sino que adems moviera a
sus oyentes a abrirse a ese mismo Dios, a fin de que tambin aconteciera en ellos, de modo semejante a como
aconteca en Jess.
Por eso las pretensiones de Jess al hacerse a un grupito de discpulos cercanos, no era otra cosa que hacer
comunin con ellos, para que tambin cada uno hiciese comunin con sus otros hermanos. De all, entonces, las
consecuencias, Jess al hacer comunin con sus discpulos cercanos, dispona, mova y hasta operaba, supuesta la
apertura, la comunin entre ellos, tal era la comunidad que Jess quera.
Es de enorme importancia, como gran revelacin de Dios en Jess, que la comunin es la base, la fuerza original
que produce la comunidad real. Por esa razn la comunidad es un espacio constituido por personas, en el que cada
una hace comunin con los dems. De all que la real comunidad sea la presencia misma de Dios, siendo realmente
Dios para el hombre, es decir, haciendo comunin con l, al acontecer en l.
Igualmente aqu se descubre como verdad fundamental, que si Dios crea al ser humano dndose a l o haciendo
comunin con l, quiere decir que la comunidad es un espacio en donde Dios crea seres humanos por medio de
seres humanos, cuando estos se responsabilizan de hacer comunin con cada uno de los otros miembros. Por eso
la comunidad que Jess quera con sus discpulos cercanos era, ante todo, un espacio de creacin o de formacin
de sus discpulos, esto es, espacio de formacin para la comunin o lo que es lo mismo, espacio de solidaridad
incondicional con el hermano. Toda comunidad cristiana es, pues, una comunidad de formacin de seres humanos
capaces, por el acontecer de Dios en ellos, de ser solidarios como Jess.