Hacia Dónde Va La Religión
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cosas- la clave del xito de este nuevo fenmeno. Estos relatos estn siendo
utilizados por muchos adeptos para dar cohesin al grupo, para legitimar
valores, normas, prcticas sociales, etc. En este sentido parece que tienen la
finalidad de dar -al igual que los mitos- una visin integrada y coherente de la
realidad. Son construcciones mticas que proponen otros universos, otros
mundos posibles, muy bien definidos y con todos los elementos necesarios (el
bien, el mal, la asctica, etc.) para conectar y enganchar sobre todo a los
jvenes.
Todas estas nuevas manifestaciones de la modernidad tienen para muchas
personas un gran poder unificador e integrador. Y en la sociedad actual, la
gente necesita de un orden, necesita seguridad, necesita construcciones que
den sentido a su vida... De aqu que muchos de estos fenmenos sirvan para
compensar todos los fraccionamientos, los desencantos, los fracasos
histricos, que nos ha trado el siglo XX. Contribuyen, de alguna manera, a que
el individuo se sienta ms tranquilo, ms sereno para afrontar la vida.
Las personas hoy en da estn ansiosas de armona, de tranquilidad, de
integracin, de cohesin, y tienen mucha dificultad con todo lo que distorsiona,
de alguna manera, el "orden" establecido. Qu efecto producen en la
existencia los elementos antimitolgicos que tiene la vida? Quizs para muchos
no signifiquen nada. Pero una de las potencialidades del cristianismo es
precisamente la de introducir elementos desectructurantes, disidentes,
desmitologizadores.
Todas estas propuestas, tienen realmente una gran relevancia social?
algunas de estas propuestas se pueden convertir en una verdadera religin?
Por ejemplo, movimientos como la New Age o la Ecologa Profunda no han
tenido una gran relevancia social, aunque hay que reconocer que han puesto el
dedo en la llaga en carencias de la modernidad. De alguna manera han influido
contaminando otros pensamientos, incluso a la propia religin. Si pensamos
por ejemplo en la Ecologa nos encontramos con que puede suponen todo un
estilo de vida con un ideal de transformacin, pues nos habla del hombre, del
planeta, de las relaciones personales y con la naturaleza, etc... Aunque estos
movimientos no son comparables con las religiones tradicionales o histricas,
s que podemos encontrar elementos comparativos, y lo que es indudable es
que han influido en la vivencia del cristianismo.
En la religin hay de todo e incluso se podra decir que hay tantas
religiosidades como percepciones individuales. Nos encontramos con cierto
pluralismo religioso, en el que es difcil afirmar algo como verdad objetiva, pues
parece que ahora todo plantea diversidad de opiniones, de interpretaciones, de
conductas, de visiones de la realidad, dentro incluso del mismo cristianismo.
Parece que todas las lecturas tienen cabida y tienen eco.
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Nos vamos a encontrar con una generacin que tiene muy difuminado lo virtual
y lo real. La diferencia es que nosotros creemos que hay una realidad en s
-diferente a mis proyecciones, a mis necesidades- y a la que no podr llegar
porque es ms profunda de lo que podemos abarcar, pero que me exige ir
construyendo constantemente y me posibilita entrar en una crtica conmigo
mismo.
Segn nuestra tradicin cristiana, Dios se nos revela en el mismo ser del
mundo y en la realidad de las cosas, en los acontecimientos de la historia, y de
una manera particular en Jess de Nazaret, un modelo de donacin, de
servicio gratuito, de liberacin...
Hacia dnde vamos? No lo sabemos, pero intuimos que necesitamos un
cambio de rumbo.
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indito de Jos A. Zamora: "Religin, s - Dios, no": Tesis sobre la crisis de Dios
hoy en medio de un clima propicio a la religin.
La aportacin de M. Fraij merece aqu un amplio resumen que a continuacin
ofrecemos:
1. El cristianismo y la fe en Dios
Aunque suene a paradoja, la identificacin entre cristianismo y fe en Dios
no es universalmente compartida. Hay quien opina que la sombra del
cristianismo es ms alargada que la de Dios. El eclipse de Dios (M. BUBER)
no provoc automticamente la cada del cristianismo. Incluso en las pocas en
las que Dios fue declarado clnicamente muerto -algo que ha ocurrido en
Occidente durante los ltimos siglos el cristianismo no se sinti obligado a
cerrar por liquidacin. Continu aleteando con ms o menos vigor.
Los defensores de un cristianismo sin Dios aducen tambin que Dios o los
dioses son lo menos importante dentro de una religin. Una vez establecidas
las pautas de conducta, los smbolos y los ritos, el tinglado funciona solo. Dios
queda al margen. Es cierto que hay religiones sin Dios. Otras poseen tal
pluralidad de dioses que lo divino se difumina y carece de determinacin. Pero
no es ste el caso del cristianismo ni de las restantes religiones monotestas. El
cristianismo no ha partido de Dios para, posteriormente, establecerse por
cuenta propia y seguir funcionando al margen de la suerte que corra su Dios.
La fe cristiana tiene obligaciones de mayor entidad con su Dios. Aunque
parezca que se las apaa bien sin l, dudo de que pudiera sobrevivirle por
largo tiempo. La fe en Dios es el respaldo del cristianismo.
Es difcil concebir al cristianismo sin su Dios. Habr, los ha habido, olvidos
epocales e intermitentes de Dios en el cristianismo. Pero, sin Dios, el
cristianismo carece de futuro. Y eso es lo que afirman incluso algunos telogos:
que el cristianismo carece de futuro.
2. Interrogantes sobre el futuro del cristianismo
La muerte del cristianismo es un tema recurrente. A veces se anuncia de odas,
con elevadas dosis de superficialidad. Otras, en cambio, adquiere una seriedad
escalofriante: El cristiano reflexivo sabe que en Auschwitz no muri el pueblo
judo, sino el cristianismo. La frase es de Elie Wiesel, un superviviente de
aquel horror. Y, naturalmente, da que pensar. A lo ocurrido en Auschwitz llama
Wiesel el Hecho. Aquel Hecho le impidi, durante largo tiempo, pronunciar
la palabra noche. Y cuando veo una chimenea confiesa me lleno de
pavor. Son confesiones que invitan al silencio. No deseo disertar ms sobre
Auschwitz. Lo hice otras veces, pero, con el paso del tiempo, flaquean las
fuerzas para enfrentarse con semejantes temas. Metz ha escrito: Auschwitz
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