Mitos y Rituales

RITUALES
TERAPEUTICOS
RITUALES TERAPEUTICOS
Cristin Vsquez Rivera
EL USO DE LOS RITUALES TERAPEUTICOS

I. EL DEBILITAMIENTO DE LO TRASCENDENTE
1. UNA FAMILIA FELIZ
Hace poco vi un programa de TV llamado Niera S.O.S. (o Nanny 911) que es ilustrativo de nuestra poca.
En el captulo en cuestin, unos padres inconsistentes e infantiles llamaban al Cuartel de Nieras para ser
rescatados de cuatro hijos pequeos que no le hacan caso a nadie.
El desorden en la casa era permanente, los nios no lograban tener nada en su lugar y se divertan
oponindose a sus atribulados padres. La Niera (una mujer de mediana edad, pero con 15 aos de
experiencia laboral) es enviada al hogar y comienza con paciencia a ordenar a los chicos. Por supuesto,
advierte que adems debe ordenar a los grandes.y quizs la pregunta es: cules son los grandes?
La Niera descubre que son los padres quienes desorganizan a los nios, y es a ellos mismos a quienes les
cuesta hacerlos crecer. Con una mezcla de comprensin y firmeza (entre lo que se cuenta regalar muchos
juguetes y ropa que les sobra), la Niera logra que el caos se ordene.
Felizmente el drama de estos padres cabe dentro de un programa de TV, y la Niera logra rescatarlos de su
propia incapacidad, demostrndoles (con ejemplos en el propio hogar) como ser adultos en una familia llena
de nios.
Sera fcil culpar a estos padres ineficientes, pero ellos tambin son hijos de otros padres que no les
ensearon a ser adultos. Sera fantstico que las Nieras S.O.S pudieran ir a miles de hogares, donde estos
dramas incluyen violencia, abuso de drogas y abandono. Sera bueno preguntarse en qu momento hemos
dejado que los nios sean el centro permanente de la familia?
La visin de familia como un lugar de realizacin de los deseos individuales, y en especial de los deseos de
los nios, ha sido muy negativa en nuestra cultura. Se ha confundido la proteccin de los nios con la idea
de que la familia feliz es aquella donde todos somos nios. Los padres que se han identificado demasiado
con la nueva generacin de jvenes- no tienen la suficiente fuerza para imponer lmites, por eso cuando
tienen problemas buscan que otro (la Niera SOS, el psiclogo, el profesor, el mdico o el Juez) los rescate y
haga el trabajo duro que no quieren afrontar. No ser hora de que los adultos tomemos el control?
2.
COMO ENSEAR QUE ES LO CORRECTO?
Por qu muchos jvenes se refugian en sus blogs, peinados, ropas y vocablos? La respuesta no es
novedosa, en todas las pocas los jvenes necesitan diferenciarse de sus padres y demostrarles a los dems,
y encubiertamente a s mismos, que ya no son nios.
Lamentablemente, en nuestra poca este proceso se sustenta, mucho ms fuertemente que antes, en el
consumo. No podra ser de otra manera: vivimos en una sociedad basada en el consumo.
Los jvenes adscriben rpidamente a una identidad grupal o social a

travs de consumir signos de identidad que les sirven para saber,
ellos mismos, quienes son (o, al menos, quienes les gustara ser)
Pero se trata de un proceso complejo: mucha oferta de formas de ser,
pocos criterios sobre lo que es correcto e incorrecto. Qu est bien y
qu est mal?
Puede ser difcil decidir sobre esto, especialmente si los adultos se criaron en una Dictadura Militar y tienen
dolorosas heridas con el ejercicio abusivo del poder. A estas personas, y no solamente a aquellas, sino a
todos lo que quieren genuinamente disfrutar de relaciones familiares basadas en la libertad y la autonoma,
les cuesta asumir que la culpa y el castigo son parte de nuestro desarrollo moral, que es necesario aprender
a experimentar la culpa y que es necesario que existan sanciones frente a las faltas.
Los adultos de esta poca hemos sido forjados en corrientes culturales que han derivado en un amasijo de
autodeterminacin personal, respeto por la diversidad, infantilismo, hedonismo y consumismo.
En ciertos aspectos, ser moderno es no espantarse con nada, comprender todo. Respetar la diversidad es
un valor en s mismo, y no un medio para lograr una convivencia ms genuina. Atrapados dentro de la
vorgine de cambios los padres preguntan a los psicoterapeutas, mdicos o profesores: qu hago? le debo
permitir que vaya a la disco? la autorizo a quedarse afuera?
Los adultos, seducidos por el ideal de la juventud permanente (otro sntoma del infantilismo y hedonismo de
la cultura actual) buscan ser buenos padres a travs de sintonizar con los jvenes, adaptarse a sus deseos,
como si este fuese el medio ms seguro de ser un buen gua.
El padre o la madre, que con buena intencin se autodesigna
pap-amigo nos muestra lo imposible de asumir un rol de
adulto si uno se identifica con un nio. Lamentablemente todo
va para all: la TV y los programas de prevencin del estado nos
bombardean con la idea de que la solucin es comunicarse,
aunque ya nadie sabe qu hacer con aquellos adolescentes que
igual fracasan en los estudios, se drogan, se embarazan,
despus de cientos de horas de comunicacin con los padres.
Lo que falta no es comunicacin sino lo que falla es el
contenido de la comunicacin: no vale hablar mucho con los hijos si los padres no saben qu exigirles. Como
no lo saben y lo poco que saben no se atreven a exigirlo, intentan comprrselos con permisos y regalos.
De esta forma, uno de los problemas de fondo de nuestra convivencia social es que los padres no saben qu
exigirles a sus hijos, y han perdido su capacidad para afirmarse en su propia tradicin y valorar aquello que
debe permanecer. Mostrarles a sus hijos que hay normas antiguas que no son anticuadas, que hay cosas que
no cambian y que siempre deben respetarse como, por ejemplo, la idea de que en una familia, todos,
incluyendo a los nios, tienen obligaciones.
Nuestra poca se caracteriza por los incesantes cambios sociales, y por concomitante un debilitamiento de
los mecanismos de pertenencia social y familiar. Hasta hace unas dcadas las costumbres y tradiciones
sostenan la nocin de obligacin hacia el grupo de pertenencia. Un joven era parte de una familia, y saba
que tena obligaciones para con sta, lo que por ejemplo- poda significar postergar sus estudios superiores
y trabajar. Esto era lo deseable socialmente.
Ahora, al contrario, lo deseable es que el joven sea libre y decida por s mismo su futuro. Esto no est mal
cuando queda contrapesado con la contraparte consustancial de la libertad: la responsabilidad. Cuando
solamente se considera la libertad, los adolescentes no estn ms libres sino que estn ms perdidos, ya
que tienen menos seales para saber cmo transformarse en un adulto.
Por esto, la construccin de la identidad personal de nuestros
adolescentes se ha tornado ms conflictiva. No saben qu es lo
correcto y confunden el xito de rating o popularidad con el
logro personal. El ejemplo ms dramtico de esto es el caso de
la famosa escolar Naty (una nia de 15 aos que se expuso a
ser grabada en video por otros compaeros mientras practicaba
sexo oral con uno de ellos en una plaza pblica).
La ausencia de seales claras sobre qu es lo correcto es
particularmente crtica para los adolescentes, quienes ya han
dejado de ser nios pero todava no establecen una identidad
adulta. Estn en una zona borrosa donde "para construir la
propia identidad deben volver a sintetizar todas las
identificaciones infantiles de una manera original y, al mismo
tiempo, concordante con los roles sociales que la cultura les
ofrece" (Asn, 1987)
Este problema no es trivial: por un lado, nuestros hijos deben
salirse de los lmites que les hemos fijado y establecer sus
propias rutas. Si no lo hicieran, la sociedad de los humanos sera
slo una montona repeticin de las tradiciones. No habra
evolucin social, no hubisemos salido de la poca de las hordas primitivas y quizs ya no existiramos como
especie. De este modo, el conflicto entre los jvenes y los adultos no solamente es inevitable, sino que
tambin indispensable para la evolucin social (como tantos otros conflictos)
Este conflicto por supuesto es nuevo: nuestros hijos deben transgredir, nosotros transgredimos (o acaso
han olvidado sus borracheras juveniles?), nuestros padres transgredieron, sus padres tambin lo hicieron. E
incluso, mucho antes, cuando fue necesario tomar las armas, los jvenes patriotas lucharon contra el
dominio de sus ancestros.
No se trata de reducir la historia al enfrentamiento entre las generaciones, es evidente que en las luchas
sociales confluyen mltiples conflictos (jvenes contra viejos, pobres contra ricos, negros contra blancos;
hombres contra mujeres, etc., etc.) No obstante, es necesario asumir que el conflicto generacional ha estado
presente en la Humanidad desde sus albores, y que hemos encontrado mejores y peores frmulas para
administrarlo.
Cules son los mejores formas de administrarlo? Como en todos los conflictos, lo mejor es reconocerlo y
canalizarlo de manera creativa. Qu sera lo peor? Negarlo, no querer verlo, rendirse y sumarse al otro
bando con la esperanza de que todo est bien. Y, desgraciadamente, eso es lo que han estado haciendo una
generacin de padres que hoy naufragan cuando sus hijos abusan de las drogas, fracasan en sus proyectos
vitales y se pierden adorando a los falsos dolos de la fama, el poder y el goce inmediato.
El tono religioso de mi frase final no es casual, ni parte habitual de mi estilo. Es una invitacin a asumir
posiciones trascendentes, y no temer verse grave o ser visto como un viejo pasado de moda. Es
imprescindible mostrarles a los jvenes que hay cuestiones con las cuales no se juega. Que no todo lo que
brilla es oro, y que porque te quiero mucho- estoy decidido a privarte de algo y dejarte frustrado.
Una de las formas en que los grupos sociales se las han arreglado para transmitir las nociones bsicas de lo
que es correcto, justo, necesario y deseable es a travs de los Mitos y de los Rituales.
3.
FUNCIONES DE LOS MITOS Y RITUALES
Segn Silvia Selzman (Selzman, 1995) estamos viviendo como sociedad en una "situacin liminar" de
transicin de un mundo a otro, por lo cual "el momento actual es de gran riqueza simblica y dbil
estructuracin, donde el desenfreno es normal y los elementos de la cultura rompen sus ataduras
habituales, cambian su configuracin y se combinan imgenes extraas y a veces aterradoras; la propia
imagen del hombre aparece transformada"
Consideremos los cambios en el ritual de los entierros: ahora se caracterizan por ausencia o fugacidad del
luto, acortamiento del periodo del velatorio y por cementerios diseados para que no se note la muerte.
Selzman acota al respecto que "el debilitamiento de referencias y modelos, la inseguridad y la dbil
estructuracin social, hace difcil pensar en la pervivencia de viejos ritos anclados en la claridad de los roles y
las referencias culturales del grupo"
Hace un par de generaciones el hecho de recibir las llaves
de la casa, o permiso para fumar de parte del padre,
significaba para los varones un cambio drstico en cuanto
a su rol dentro de la familia y en la sociedad: a partir de
ese momento se adquiran nuevos derechos y
obligaciones. Y esto poda tener su reconocimiento por
parte del clan, cuando un to (ms joven que el padre,
pero mayor que el adolescente) sala con el joven y lo
llevaba a un prostbulo para que se iniciara sexualmente.
Constitua un rito: ahora el sujeto ya no era considerado
un nio, sino que deba asumir que los dems lo trataran
como mayor. Y la preparacin para estos momentos
vitales se produca en la vida cotidiana, cuando los padres y madres les iban entregando gradualmente
ciertas tareas a sus hijos e hijas que significaban que se haran merecedores de recibir ciertos derechos.
Es comn que los padres actuales le compren un regalo (por ejemplo, una bicicleta) a su hijo o hija, sin que
esto signifique nada ms que satisfacer un deseo ocasional. No ser una ocasin importante, ya que luego
vendrn un celular, un MP3, un equipo de msica, un computador, etc., etc.
La sobreabundancia de objetos de deseo (desde tecnobaratijas hasta autos) hace que los jvenes obtengan
cosas sin que medie ninguna referencia explcita respecto al "correcto uso" de ese objeto y cmo esto le
debe servir para transformarse en una persona adulta integrada a los valores de la comunidad. Por ejemplo,
he visto el caso de jvenes que reciben en la Enseanza Media su primer auto. No se trata de hijos de
millonarios, sino de jvenes de clase media acomodada, donde ambos padres trabajan con esfuerzo, y le
regalan el auto no porque tuvo un logro escolar, sino para que no deje de estudiar.
De esta manera, si en nuestra sociedad se han difuminado las normas para otorgar ciertos derechos a los
adolescentes, es un sntoma ms de que se han difuminado muchas otras normas sobre nuestra convivencia
y que debemos estar permanentemente decidiendo sobre cmo actuar.
Esta exigencia de decidir en forma autnoma sobre qu es lo correcto, y no basarse solamente en la
tradicin, es una demanda que puede agobiar al sujeto (que se siente asustado de tomar decisiones sobre
su vida de pareja, su familia, la crianza de sus hijos, su carrera laboral) y dejarlo librado solamente al flujo de
sus deseos inconscientes. Esto podra significar hacer lo que le gusta, lo que desde una perspectiva
psicodinmica- es dejarse llevar por las pulsiones libidinales y agresivas, y quedar demasiado cerca de la
conducta antisocial.
Cuando las sociedades tienen una mayor estructuracin sobre las formas en que deben cumplirse los roles,
logran transmitir sus valores y un sentido de pertenencia al grupo que asegura la cohesin social.
Por esto, las funciones de los Mitos y de los Rituales no son solamente construir una narrativa y actos
significativos para modelar los roles sociales (funcin psicosocial) sino adems incidir en la mente
inconsciente y colaborar en la organizacin de las relaciones entre el Yo y los deseos pulsionales (funcin
intrapsquica)
Dado que la familia es la institucin que media entre estos dos rdenes (el grupo social y la subjetividad
individual) es el actor fundamental de buena parte de los mitos y rituales que quedan en nuestra cultura,
desde el matrimonio, hasta el nacimiento de los hijos, pasando por las iniciaciones juveniles y los funerales.
De esta forma, los Mitos y Rituales son instrumentos sociales que permiten la cohesin y pertenencia a los
grupos de referencia. Pero adems de contribuir a las relaciones armoniosas entre las personas, buscan
contribuir a las relaciones armoniosas intra-personales aportando con elementos narrativos y emocionales
que le ayudan al Yo a canalizar los impulsos inconscientes.
II.
1.
SIMBOLOS QUE SUSTENTAN NUESTRA IDENTIDAD

SIMBOLOS COLECTIVOS E INDIVIDUALES
Este artculo presenta un enfoque sobre los Mitos y Rituales que

pretende integrar tanto su dimensin social y cultural, como su
dimensin intrapsquica. Esto implica que nos referiremos a
estos desde una doble perspectiva: como fenmenos externos al
sujeto y que por lo tanto le pertenecen a la comunidad, pero al
mismo tiempo como fenmenos que forman parte de la
estructura psquica del sujeto y que lo determinan sin que ste
los conozca plenamente.
Esto nos lleva al mundo de lo simblico, que es justamente el
mundo de objetos en los cuales coexisten simultneamente dos
tipos de significaciones: una que tiene un valor objetivo y
externo (por la cual el grupo la reconoce) y otra que tiene un
valor totalmente subjetivo (por la cual el sujeto es impulsado a
actuar de cierta manera, sin que conozca plenamente sus
razones)
Los smbolos (a diferencia de otras entidades semnticas, como las seales y los signos) se caracterizan por
esta fuerte ambivalencia. Segn Gilbert Durand (Durand, 1995) el signo es un producto de la actividad
consciente que funciona fundamentalmente como un mecanismo de economa: permite referirse a una cosa
sin hacerla presente en su materialidad. Una imagen visual o auditiva (significante) queda asociada a un
objeto o conjunto de objetos (significado) de tal modo que el primero significa al segundo, lo indica.
A diferencia de la seal natural (por ejemplo: una columna de humo que indica la presencia del fuego) en el
signo, el vnculo entre significante y significado es arbitrario, convencionalmente establecido. El smbolo en
cambio- no es un mecanismo de economa, sino un medio de conocimiento. La figura sensible no se anula a
s misma por referencia al modelo del cual procede, sino que se reviste con un excedente de significacin.
El smbolo est caracterizado por la ambigedad y por la oscuridad, en contraposicin a la claridad del signo
No existiendo la posibilidad de una verificacin externa el smbolo solamente vale por s mismo. Sus dos
partes estn infinitamente abiertas, y no existe entre ellas una relacin unvoca:
el significante (la figura) puede convocar toda suerte de cualidades, hasta llegar a la antinomia
(reuniendo sentidos divergentes y contrarios)
igualmente, el significado, no tiene una nica forma de aparecer, pudiendo servirse de cualquier
cosa como vehculo o soporte
Esta fundamental inadecuacin del smbolo solamente puede ser salvada en virtud de la redundancia. Slo
en un proceso ilimitado de repeticiones, slo por una serie de aproximaciones acumuladas, se alcanza en
mayor o menor medida una cierta coherencia entre el significante y el significado.
De esta forma, seala Durand, podemos caracterizar el smbolo como un signo que remite a un significado
inefable e invisible, y que por ello debe encarnar concretamente esta adecuacin que se le escapa a travs
de las redundancias mticas, rituales, iconogrficas, que corrigen y completan inagotablemente esta
inadecuacin (Durand, 1995)
El poder de persuasin y conviccin del smbolo estriba,
precisamente, es que a travs de la imagen se vivencia un
sentido, se despierta una experiencia vital, en la que se ve
implicado el intrprete.
En el momento de la
interpretacin, el sujeto debe aportar su propio
imaginario (aunque sea inconscientemente) el cual acta
como un medio donde se despliega el sentido, y debe
atender a las resonancias, a los ecos afectivos que en l se
despiertan.
Por esto, segn Durand el smbolo no pertenece al
dominio de la semiologa, sino a la jurisdiccin de una
semntica especial, es decir, que ms que poseer un
sentido artificialmente dado, detenta un esencial y
espontneo poder de resonancia Y concluye: El smbolo
no se explica de una vez por todas, se parece ms a una
partitura musical o una obra de teatro
El antroplogo Victor Turner (Turner, 1980) al explicar los
rituales, seala que los smbolos son las unidades
constitutivas de los rituales. Explica la significacin de los smbolos en tres aspectos: 1) capacidad de
acarrear mltiples significados, con lo cual contribuyen a las partes abiertas de los rituales; 2) los modos en
que los smbolos pueden unir diversos fenmenos muy dispares que no podran asociarse en formas
complejas por medio de palabras, y 3) la capacidad de los smbolos para trabajar simultneamente tanto con
los polos sensoriales como cognitivos del significado (Turner, 1967)
Por otra parte, segn Carlos M. Menegazzo, (Menegazzo, 1981) el trmino Smbolo, proviene del trmino
griego sin- bollen. Este trmino denominaba a la figura o efigie que, representando y significando lo familiar,
poda ser partida en dos y entregarse una de las partes a quien emprenda un viaje.
En la poca de las culturas nmadas, los viajes solan ser frecuentemente largos A veces eran tan largos que
excedan la vida misma de algunos de los viajeros; otros volveran muy cambiados en su fisonoma por el
tiempo y por lo tanto sera difcil reconocerlos. Mediante este acto ritual, quien posea el trozo separado de
la figura poda ser reconocido y nuevamente aceptado en el orden de lo familiar (a pesar de su

transformacin fisonmica) y acogido nuevamente en la hospitalidad del clan (Menegazzo, 1981)
De esta manera el smbolo es un instrumento para comprender lo desconocido y asociarlo a lo familiar, pero
no por la va de la explicacin y del anlisis, sino por la va de restituir una conexin originaria.
Desde un punto de vista antropolgico, Menegazzo sostiene que lo simblico es el ncleo de lo que l
denomina la Razn Mtica, cosmovisin que caracteriza a las culturas de la antigedad que han logrado
superar el pensamiento mgico, animista y pre-lgico como forma de comprender el mundo.
Las culturas fundadas en la Razn Mtica, se basan en la
existencia de Mitos, y un mito siempre se refiere en un
principio al acto original dramtico. El mtodo mgico
que obtuvo el milagro pas a formar parte de un clan o
una tribu, mediante la revelacin directa de un hroe
original y legendario que dio origen a esa comunidad.
Alguna vez, en un tiempo lejano, un celebrante mago
obtuvo el milagro en un acto original, y el mito es,
precisamente, el relato de ese acontecimiento que, a
partir de all y de una vez para siempre, garantizar la
verdad de esa forma de rito. Le dar una validez
genealgica (Menegazzo, 1981)
Menegazzo indica que el mito, al ofrecer el relato del milagro primordial de la magia y de su poder, se
transforma en un elemento objetivo. Es un documento legendario de validez y de filiacin, de fe y de
creencia indiscutida, necesario para toda la comunidad, que se constituye de ese modo en una sociedad real
primitiva mtica. El mito se transforma entonces en un instrumento de control social, ya que funciona como
la justificacin retrospectiva de los elementos fundamentales de la cultura de ese grupo. El mito es el primer
documento absoluto y arjh (protohistrico) de esta especial cultura original (Menegazzo, 1981)
Este advenimiento del Mito como principio organizador del imaginario social tambin implica una
transformacin en los actos a travs de los cuales se encarnaban estos mitos, los rituales. Segn seala
Menegazzo, slo con el advenimiento a la razn mtica, el acto mgico fue mutando a las formas ms
evolucionadas de la representacin ritual dramtica. Recin entonces podemos hablar de un juego ritual
dramtico en el que el oficiante y su grupo comprenden ya que pueden ponerse y quitarse el disfraz de esas
fuerzas naturales que quieren propiciar o que las mscaras que simbolizan a los dioses. Esto adems se hace
posible sin los riesgos de contaminacin. De ese modo se evitan las peligrosas consecuencias de la
encarnacin y se resuelve la mala distribucin de la carga
afectiva que antes se concentraba en un solo integrante
del grupo. Todo esto slo puede efectivizarse a partir de la
institucin de una regla de juego compartida y conocida
por todos: la ley de imitacin o ficcin (Menegazzo, 1981)
De esta manera, podemos apreciar que hay una
confluencia entre los instrumentos cognitivos que sirven
para comprender la realidad (signo o smbolo, razn
mgico-animista, vs. razn mtica) las normas y roles del
orden social (la existencia de magos y chamanes, versus la
existencia de instituciones religiosas que simbolizan a los
dioses, pero no los encarnan) y la forma en que los sujetos se comprenden a s mismos, en tanto que estn
divididos entre sus deseos individuales y su inclusin en un orden social.
La historia de la humanidad se podra mirar desde la perspectiva de la separacin y la pertenencia,

ponindose en evidencia que los seres humanos, tanto en su evolucin social como en su evolucin
individual, deben transitar desde la vivencia de inclusin plena en la naturaleza y el uso pensamiento
mgico, hacia el pensamiento simblico y la separacin del orden natural. Orden natural, que en el plano del
desarrollo individual, est literalmente- encarnado por la madre. Gracias a esta separacin el ser humano
podr convertirse en tal, ya que solamente al inscribir su identidad en el Lenguaje puede asimilar el Orden
Social y convertirse en alguien que exista para los dems.
Este proceso slo es posible a travs del smbolo, el cual permite re-presentar el objeto , y por ende, tratarlo
de una manera ms abstracta. En virtud de esto, se hace posible la Historia, como una continuidad de
hechos que pueden ser narrados; se hace posible la identidad grupal, como un conjunto de atributos que
son posibles de reconocer a travs de sus smbolos, y se hace posible la identidad del sujeto (el sujeto existe
en el Orden Simblico, es decir, puede ser nombrado por los dems y luego por si mismo- como una
persona especfica)
Como hemos sealado, los smbolos existen en el mundo objetivo de la realidad social (por ejemplo, la
estatua de un dios en un templo griego) y al mismo tiempo existen dentro del sujeto (la certeza de una
persona de contar con la ayuda de ese dios) Por esto, los smbolos deben estar en permanente movimiento:
desde el interior del sujeto hacia el exterior (lo que se manifiesta en la forma en que sus ntimas creencias y
emociones movilizan su conducta) y desde el exterior al interior: la celebracin de actos y rituales que
sobre la base de la invocacin a los personajes mticos- devuelven la conexin de una comunidad con sus
orgenes y con las metas esenciales de su existencia.
2. LOS MITOS
Segn indica Knox Los mitos son historias, narraciones
imaginativas, que tratan de actos cosmolgicamente
significativos de dioses o seres suprahumanos, los hroes. Un
acto o acontecimiento csmicamente significativo es de
decisiva importancia para el mundo, especialmente para el
mundo de los humanos, cuya respuesta a 1 pudo haber
sucedido en pocas prehistricas o histricas. Sin embargo
cuenta acciones particulares que acontecen en tiempos
particulares (Knox, citado en Bagarozzi y Anderson, 1996)
Los mitos siempre tienen su fuente en la vida comn y las
experiencias de una comunidad humana particular. Llevarn
la marca de su cultura, y persistirn durante generaciones
como parte de su tradicin. La comunidad aprecia la historia
o el mito porque sugiere algo distintivo e importante en la
existencia humana y, particularmente, en la existencia de la
comunidad; adems, es all donde encuentra la respuesta.
A causa de la relacin que mantiene la historia o el mito con
la existencia concreta de la comunidad, se convertir en
parte inseparable e indispensable de la vida de la comunidad
y, para los que participan en ella, ser un smbolo
irremplazable.
En nuestra perspectiva, los mitos son parte constitutiva de todos los grupos humanos, en tanto factores que
articulan el mundo inconsciente con el consciente, y el pasado con el presente. Al respecto uno de los
10
estudiosos ms importantes sobre el tema, Joseph Campbell seala: "Los efectos caractersticos de los
temas y motivos mticos traducidos en rituales se refieren a que vinculan al individuo con fuerzas y
propsitos transindividuales" (Campbell, J. 1988)
La formacin del individuo humano depende mucho menos de las "regularidades de orden biolgico" que
son propias del resto de los animales, pero los seres humanos igualmente requerimos para nuestro
surgimiento como tales de mecanismos sociales que aseguren una cierta "regularidad" para permitir la
supervivencia del grupo. "A travs de la absorcin de los mitos y la participacin en los ritos de su grupo
social , el adolescente es estructurado de acuerdo tanto a su ambiente natural como social, y transformado
desde un producto natural amorfo, nacido prematuramente, en un miembro definido y competente de un
orden social" (Campbell, J. 1988)
Mircea Eliade, el gran historiador de las religiones, plantea adems lo siguiente: El mito relata una historia
sagrada, es decir, un acontecimiento primordial que tuvo lugar en el comienzo del Tiempo, ab initio. Mas
relatar una historia sagrada equivale a revelar un misterio, pues los personajes del mito no son seres humanos: son dioses o Hroes civilizadores, y por esta razn sus gestas constituyen misterios: el hombre no los
podra conocer si no le hubieran sido revelados.
El mito es, pues, la historia de lo acontecido in illo tempore, el relato de lo que los dioses o los seres divinos
hicieron al principio del Tiempo. Decir un mito consiste en proclamar lo que acaeci ab origine. Una vez
dicho, es_decir revelado, el mito pasa a ser verdad apodctica: fundamenta la verdad absoluta. Asi es
porque est dicho que es as, declaran los esquimales netsilik_ para justificar lo bien fundadas que estn su
historia sagrada y tradiciones religiosas (Eliade; 1996)
Desde una perspectiva antropolgica Mlich seala que El mito es razn ltima (o, si se quiere, razn
primera). Es en este sentido que sostengo que es un relato fundador de las interacciones e instituciones
sociales. El mito es un sistema dinmico de smbolos que se convierte en relato; es el relato originario que
sirve de soporte para la construccin del mundo de la vida, de la cotidianidad. El mito aglutina, cohesiona
ilusiones colectivas.
El mito desempea cuatro funciones antropolgicas bsicas:
a)
Funcin cosmolgica: el mito pone en contacto a cada ser humano con un sentido global de la
naturaleza y de la creacin, con un origen csmico y universal.
b) Funcin histrica: podra llamarse tambin tradicional. El mito vincula a cada individuo con su historia,
con la tradicin ancestral de sus antepasados. Sus acciones y decisiones cobran sentido y valor en el
fluir de la historia de su cultura.
c)
Funcin sociolgica: el mito es un paradigma que mantiene el orden social. Un orden, ciertamente, al
mismo tiempo estable y dinmico. Los mitos -y por lo mismo los rdenes sociales- cambian, pero nunca
del todo. Existe siempre un depsito conservador.
d) Funcin psicolgica: el mito mantiene un orden psicolgico, mental. No solamente da sentido a la vida
del grupo sino tambin a la vida individual. Est claro que sta es inseparable de aqulla, pero ambas
son distintas y al mismo tiempo complementarias.
De esta manera, los Mitos 1. Nos confieren un sentido de identidad personal; 2. Hacen posible nuestro
sentido de comunidad; 3. Afianzan nuestros valores morales; 4. Nos ayudan a enfrentarnos a los
inescrutables misterios de la creacin. El mito es la narracin y el ritual (por ejemplo, ofrecer regalos o ser
bautizado) expresa el mito en su accin corporal. Rituales y mitos proporcionan puntos de referencia
estables en un mundo de cambios y decepciones desconcertantes (May, R.; 1992)
11
III. LOS RITUALES

En el campo de la salud mental existen dos perspectivas sobre los rituales: en el mbito de la Psicopatologa
el trmino es utilizado para describir una conducta anormal, de tipo obsesivo-compulsivo, donde la persona
est rgidamente compelida a realizar ciertos actos de manera repetitiva para reducir su ansiedad. Por
ejemplo, una persona se lava las manos y se limpia con desinfectante despus de que toma cualquier objeto
con el fin de evitar el contagio de microorganismos. O bien, actos con menor lgica: la persona saca muchos
objetos de una cajita, los va poniendo en un cierto orden en la mesa, los cuenta y los vuelve a guardar en el
mismo orden en que los sac.
Como se puede apreciar, el uso del trmino Ritual en el mbito psiquitrico se refiere solamente a algunos
aspectos de ste: la repeticin y el sentido de evitar un mal. Esta acepcin no contiene, el aspecto ms
relevante de los Rituales: su capacidad para producir descubrimiento, de sustentar a la persona en un
momento de transicin y de indicarle nuevas rutas para su vida futura.
Es decir, los rituales no solamente se refieren a una serie de actos para evitar una desgracia (rituales para
afirmar la lealtad a las divinidades) sino adems permiten marcar un cambio de estado (rituales de pasaje,
como los rituales de iniciacin adolescente, nacimientos, matrimonios, graduaciones acadmicas,
jubilaciones) establecer el fin de una etapa (rituales de despedida, como los funerales) o buscar la resolucin
de conflictos (rituales de sanacin)
Para entender el significado de los rituales, realizaremos una breve revisin de las perspectivas que se
indican en el siguiente esquema:
1.
12
Perspectiva religiosa
Mircea Eliade (Eliade; 1996) sostiene que los Rituales son formas por las cuales se rompe la estructura
temporal de la vida profana y se produce una re-conexin con los tiempos originarios. De esta forma, al
actuarse el Ritual se vuelve al tiempo cero de la vida de una comunidad, al momento en el cual los mitos
fueron forjados y a la conexin con los mismos dioses y hroes que estn en el misterio de su creacin.
Por ejemplo, segn los mitos de los pueblos paleo-cultivadores el hombre ha llegado a ser lo que
actualmente es: moral, sexualizado y condenado al trabajo, a consecuencia de un homicidio primordial:
antes de la poca mtica, un Ser divino, con mucha frecuencia una mujer o una muchacha, a veces un nio o
un hombre, se ha dejado inmolar para que los tubrculos o los rboles frutales pudieran brotar de su
cuerpo. Este primer asesinato cambi radicalmente el modo de ser de la existencia humana. La inmolacin
del Ser divino instaur tanto la necesidad de la alimentacin como la fatalidad de la muerte, y como secuela,
la sexualidad, nico medio de asegurar la continuidad de la vida. El cuerpo de la divinidad inmolada se
transform en alimento; su alma descendi bajo tierra, donde fund el Pas de los Muertos (Eliade, 1996)
Eliade seala de este modo que todo
Ritual es una re-actuacin de un
suceso primitivo, ms all de la
Historia Para todos estos pueblos
paleo-cultivadores
lo
esencial
consiste en evocar peridicamente el
acontecimiento primordial que fund
la actual condicin humana. Toda su
vida
religiosa
es
una
conmemoracin, una rememoracin. El
recuerdo re-actualizado por los ritos
(por la reiteracin del homicidio
primordial) desempea un papel
decisivo: es preciso cuidarse muy
bien de no olvidar lo que pas in illo
tempore. El verdadero pecado es el
olvido: la joven que, despus de su primera menstruacin, permanece tres das en una cabaa a oscuras, sin
hablar con nadie, se comporta as porque la hija mtica asesinada, al transformarse en luna, permaneci tres
das en las tinieblas; si la joven catamenial quebranta el tab del silencio y habla, se hace culpable del olvido
de un acontecimiento primordial. La memoria personal no entra en juego: lo que cuenta es el rememorar el
acontecimiento mtico, el nico digno de inters, porque es el nico creador. Al mito primordial le
corresponde el conservar la verdadera historia, la historia de la condicin humana: en l hay que buscar y
reencontrar los principios y paradigmas de toda conducta (Eliade, 1996)
De esta manera, segn Eliade, el Ritual es la forma en que una comunidad re-actualiza sus Mitos fundadores
y brinda a sus miembros la oportunidad de acercarse a sus hroes y dioses, con el fin de jurar su lealtad y a
la vez obtener su apoyo. Para que esto sea posible, el acto debe tener las caractersticas de lo sagrado, ya
que no cualquier accin es capaz de re-actualizar los mitos, y esto requiere fundamentalmente del uso del
espacio (la creacin de un espacio sagrado) y de una escenificacin que transmita en forma simblica el
drama originario.
Este lugar sagrado a) constituye una ruptura en la homogeneidad del espacio; b) simboliza esta ruptura
una abertura, merced a la cual se posibilita el trnsito de una regin csmica a otra (del Cielo a la Tierra, y
viceversa: de la Tierra al mundo inferior); c) la comunicacin con el Cielo se expresa indiferentemente por
cierto nmero de mgenes relativas en su totalidad al Axis Mundi: pilar (la universalis columna), escala (la
escala de Jacob), montaa, rbol, liana, etc.; d) alrededor de este eje csmico se extiende el Mundo
13
(nuestro mundo); por consiguiente, el eje se encuentra en el medio, en el ombligo de la Tierra, es el

Centro del Mundo. (Eliade, 1996)
Desde una ptica similar a esta, Carlos M. Menegazzo (Menegazzo, 1981) plantea que los Rituales deben ser
comprendidos en relacin a dos tipos de matrices: la Razn Mgica propia de los pueblos antiguos que no
han desarrollado el pensamiento simblico y que se guan por el pensamiento animista, y la Razn Mtica
donde la realidad se trata en base a representaciones que permiten que los participantes de un acto ritual
distingan que no estn siendo parte de un acto originario, sino que lo estn representando. Seala
Menegazzo: Toda representacin ritual tiene una estructura dramtica...Su desarrollo se va dando por
secuencias concatenadas de acciones e interacciones. Sus acciones, sin embargo, ya no tienen las
caractersticas de los actos mgicos en los que tuvieron origen y que ahora slo representan. Se diferencian
de aqullos, esencialmente, en que se trata de un juego compartido en el que todos los participantes (tanto
los actores como los espectadores) aceptan la regla fundamental del rito.
As, en los Rituales de tipo Mtico la regla fundamental es la siguiente: se estn imitando, imaginariamente,
los sucesos originales. En este rito, lo dramtico es resolutivo del pathos, precisamente en la medida en que
los celebrantes pueden ponerse o quitarse las mscaras de los hroes originales y de los dioses, frente a la
comunidad de espectadores que tambin conocen y comparten la simulacin. Lo representado
dramticamente se desarrolla en el como-si, reviviendo el drama original (la muerte del hroe, por ejemplo,
y su descenso a los infiernos, como en las representaciones del mito rfico)
2.
Perspectiva antropolgica cultural
Desde un punto de vista antropolgico, Moulian (Moulian; 2002) seala que Los ritos son complejos
sistemas de comportamientos, a travs de los cuales las comunidades actualizan sus creencias y valores. Los
ms conocidos son, tal vez, los rituales mgico-religiosos, en los que se escenifican las representaciones del
mundo sobrenatural y los dioses, y se reviven los relatos mticos sobre el origen del universo o la vida.
La funcin de los Rituales es regular las
relaciones de los hombres con lo
numinoso, es decir, el universo de lo
mistrico y sagrado. El rito religioso
establece una articulacin entre el
espacio sagrado y el profano, de modo
que el orden social y el sobrenatural se
encuentran y sintetizan en l. Pero los
rituales no estn confinados al mbito
religioso, son empleados para actualizar
diversos sistemas de valores y creencias.
Como
ejemplos
tenemos
las
celebraciones de los aniversarios patrios,
las ceremonias de graduacin, las fiestas
de cumpleaos e, incluso, las comidas
familiares. (Moulian; 2002)
Moulian plantea que la funcin de los rituales no solamente se refiere a una ceremonia social, sino a
producir una transformacin en la conciencia individual y colectiva: Los ritos son actos colectivos que
involucran a un cuerpo social. Quienes participan en ellos expresan las relaciones de identidad cultural y
solidaridad social que vinculan al grupo. La comunin ritual supone una comunidad de valores y
representaciones, compartir un marco de referencias culturales desde el que se da sentido a la vida. Los
ritos son un lugar privilegiado de comunicacin (en el sentido etimolgico de la palabra, es decir, de
comunin). Los miembros de la comunidad ritual no slo comparten el sentido semntico de las acciones
14
rituales (tanto en su nivel denotativo como en las connotaciones que stas suponen), sino tambin el
pragmtico; comulgan en los planos del significado, la emocin, el sentimiento y la accin (Moulian; 2002)
Un aspecto relevante de los rituales es que se trata de procesos de comunicacin colectivos y
coparticipativos. Aunque se ejecuten en soledad, expresan valores sociales. Al respecto, dice Guiraud
(Guiraud; 1992): "El mensaje ritualizado es dirigido por la comunidad y en su nombre. El emisor es el grupo y
no el individuo". Leach seala que pese a que habitualmente hay un conductor, un maestro de ceremonias
que dirige u organiza la accin ritual, su ejecucin es plural. No hay una audiencia separada: "Los ejecutores
y los que escuchan son la misma gente. Participamos en los rituales con el fin de transmitir mensajes
colectivos a nosotros mismos" (Leach; 1981).
Desde un punto de vista comunicativo, Moulian indica que la finalidad de esta manifestacin comunicativa
no es la de transmitir informacin, sino producir la comunin de los miembros del grupo, asegurando la
integracin social. Esta perspectiva pone nfasis en sealar que el Ritual es una prctica dirigida a la
transformacin simultnea del individuo, pero en el marco de un colectivo, ya sea una familia, un grupo de
pares o una comunidad (Moulian; 2002)
El lenguaje ritual es esencialmente simblico. Los ritos
mgico-religiosos suponen el manejo de los smbolos
sagrados que conectan al hombre con lo trascendente o
con los poderes de lo numinoso. Los ritos seculares
operan smbolos que encarnan los valores sociales
privilegiados. Para Leach (Leach; 1981) los eventos
rituales tienen un carcter esencialmente metafrico.
Otro de sus rasgos es el ser repetitivos y estereotipados.
As, segn Cazeneuve (Cazeneuve; 1971): "an en el caso
de que sea lo suficientemente flexible para conceder
mrgenes a la improvisacin, se mantiene fiel a ciertas
reglas que son, precisamente, las que constituyen lo que
hay en l de ritual
Como destaca Leach (Leach; 1981), ellos integran
mltiples formas de comportamiento en una sntesis
coherente: "los participantes en un ritual comparten la
experiencia comunicativa a travs de muchos canales
sensoriales simultneamente (...). Las dimensiones verbal,
musical, coreogrfica y visual-esttica probablemente
todas son componentes del mensaje total". De modo que,
si en trminos de la accin social los ritos son procesos de
comunicacin, el conjunto de los componentes simblicos
de ellos son sus textos. Los contenidos de los ritos
presentan propiedades textuales: configuran una unidad de sentido, un conjunto sgnico coherente,
portador de un significado y una funcin no descomponibles. Sus regularidades estructurales permiten
identificar tipos textuales
Por estas capacidades comunicativas y funcionales es que el ritual ha sido considerado una herramienta
psicoteraputica (Imber-Black, Roberts y Whiting 1997). En tanto que son un marco para la expresin de
profundas creencias, son un espacio propicio para negociar, ampliar o redefinir las representaciones. Dado
que generan y expresan relaciones de compromiso, permiten afianzar los lazos, replantear los vnculos.
Puesto que conectan los significados con las estructuras sociales, permiten reestructurar los sistemas
interaccionales. Su eficacia comunicacional descansa en la combinacin de mltiples formas expresivas: "En
el ritual se combina la informacin analgica con la digital, de modo que el campo ms verbal y analtico del
cerebro izquierdo se conecta con el cerebro derecho, predominantemente no verbal e intuitivo" (Imber-
15
Black, Roberts y Whiting; 1997).
3.
Perspectiva semitica: los rituales mgicos como una forma de comunicacin

El trabajo antes comentado de Rodrigo Moulin (Moulian, 2002) es una
investigacin que busca establecer un puente entre los ritos de curacin
de indgenas del Sur de Chile y un anlisis de los actos comunicativos.
Segn su planteamiento, la vinculacin entre la eficacia simblica, la
semiosis (el proceso en que algo funciona como signo) y la comunicacin
aparece de un modo ms o menos explcito a lo largo del desarrollo de
las teoras de la magia. Tylor (Tylor, 1977) y Frazer (Frazer, 1961) son los
primeros en sealar los principios simblicos sobre los que sta trabaja.
Para Tylor se trata del imperio de la analoga. Frazer lo desgaja en las
leyes de la simpata: similitud y contigidad.
Leach (Leach; 1981) aborda la magia como un problema de

comunicacin. Lvi-Strauss (Lvi-Strauss; 1981) compara al rito
shamnico con el psicoanlisis, sealando que ambos son procesos
comunicativos. En el campo de la psicoterapia, Bandler y Grinder
(Bandler y Grinder;1980,1994,1997) y Watzlawck (Watzlawck; 1994)
muestran la afinidad entre la magia y la comunicacin teraputica. Delgado (1992) incluso define a la magia
como un lenguaje o supralenguaje, pero su anlisis de ste no acude a una conceptualizacin semitica o
lingstica.
Moulian sostiene en su trabajo que la magia puede ser considerada como un lenguaje, es decir, una
modalidad de comunicacin que emplea cdigos particulares. Para advertir la pertinencia e implicancias de
esta opcin terica, nos parece fundamental, previamente, tener a la vista los diversos elementos que
participan en la magia
Estructura de la magia
Hubert y Mauss en Esbozo de una Teora General de la Magia (Hubert y Mauss; 1979) realizan un anlisis de
los componentes de la magia que cimienta el estudio de su estructura. Segn estos autores, la magia se
compone de: a) agentes, b) actos y c) representaciones (impersonales abstractas, impersonales concretas y
personales). Sobre la base de este esquema, Moulian propone distinguir los siguientes elementos de la
magia:
a) Agentes mgicos: los magos. Son aquellos individuos que realizan los actos de magia. No es indispensable
que se trate de profesionales, porque en ocasiones la magia opera por la fuerza de principios rituales, al
alcance de cualquiera. No obstante, la regla general es que las prcticas mgicas sean ejecutadas por
especialistas, con conocimientos o poderes extraordinarios.
b) Procesos de intervencin ritual. Conjunto de rituales desarrollados por los agentes mgicos con el
propsito de resolver un problema o alcanzar un objetivo deseado. Los procesos de intervencin ritual ms
simples contienen, generalmente, al menos un rito de diagnstico y otro de carcter teraputico. La
secuencia contiene un relato donde se identifica un problema, se lo sita en algn lugar u objeto, para luego
realizar las acciones simblicas destinadas a resolverlo. Su estructura habitualmente es dramtica. Las
acciones ascienden en intensidad hasta un climax, tras el que se produce el desenlace con la disolucin del
conflicto.
16
c) Ritual. Secuencia de actos que configura una unidad textual, es decir, un conjunto sgnico coherente
dotado de un significado total y provisto de una finalidad. Se componen de una serie de movimientos o
actos rituales, cada uno de los cuales supone mltiples comportamientos e integra diversas modalidades
expresivas, cuyo conjunto est dotado de eficacia simblica.
Los rituales se caracterizan por ser pautados y estereotipados, no obstante, presentan zonas abiertas. Exigen
la observancia de una serie de pasos y condiciones para su ejecucin, que incluyen el momento y el lugar
donde se llevar a cabo, los instrumentos y los agentes que participarn en l.
d) Actos rituales. Son los movimientos o partes constituyentes del rito, es decir, unidades textuales de
carcter intermedio que participan de la trama ritual, aportando un sentido y propsito: propiciacin,
diagnstico, limpieza, eliminacin, proteccin o agradecimiento, por ejemplo. Cada uno de ellos presenta un
conjunto articulado de comportamientos y supone la sucesin o simultaneidad de diversas formas
expresivas que aportan a la eficacia simblica del rito: el uso de frmulas lingsticas, la manipulacin de
instrumentos, comportamientos no verbales, etc.
e) Acciones rituales. Son las microestructuras textuales, o unidades expresivas mnimas del rito.
Corresponden a cada uno de los comportamientos provistos de un sentido y propsito, que contribuyen a la
eficacia simblica y se articulan, conformando los actos rituales.
f) Instrumentos mgicos: objetos que los agentes mgicos manipulan durante los ritos para llevar a cabo
sus fines. Entre stos se cuentan velas, sahumerios, talismanes, piedras y otros objetos que poseen poder o
adquieren capacidad en virtud de algn principio o por extensin de los poderes del mago.
g) Efectos mgicos: constituyen el resultado do las operaciones simblicas; el cambio o transformacin en
nuestras representaciones del mundo, producido por la intervencin ritual. Para los participantes, se trata
de la manifestacin concreta del poder de la magia, la prueba de su eficacia simblica.
h) Pacientes mgicos: son los destinatarios de la magia, aquellos individuos en los que se producen los
efectos de la magia, ya sea como beneficiarios o vctimas (en el caso de la magia negra).
i) Comunidad ritual: conjunto de personas que participan en los ritos mgicos. Estos suelen involucrar a los
familiares y personas cercanas al paciente.
j) Representaciones. Corresponden a las ideas y creencias sobre los elementos y funcionamiento de la
magia, que se encuentran implcitas en los ritos. Hubert y Mauss (Hubert y Mauss; 1979) proponen una
clasificacin en la que distinguen tres grandes categoras: 1) representaciones impersonales abstractas, 2)
representaciones impersonales concretas y 3) representaciones personales.
3. Perspectiva psicosocial
Reynaldo Perrone (Perrone, R. y Nannini, M.; 2007) es un terapeuta familiar que ha trabajo ampliamente en
el mbito de la violencia familiar y el abuso sexual. Dentro de este contexto, analiza en uno de sus libros el
uso de los Rituales como medios para producir un cambio en la conciencia de las personas (un estado de
trance) que significa abolir su voluntad y dejarlo a merced de un abusador.
Como ha sido sealado por otros autores, Perrone y Nannini reconocen que los Rituales cumplen una
funcin social y favorecen el desarrollo cultural. Sirven principalmente para disminuir la angustia, facilitar
los pasajes de un estado a otro, limitar los conflictos sociales o intrapsquicos, crear puentes entre lo visible
y lo invisible o entre lo explicable y lo inexplicable, mimetizar los cambios para dominarlos. Los ritos
17
conectan el nivel individual con el nivel social; organizan las relaciones sociales (Perrone, R. y Nannini, M.;
2007)
Los rituales no slo son evocaciones o repeticiones, sino tambin re-actualizaciones y reiteraciones de
mensajes ancestrales y comunitarios. El ritual se refiere a una memoria de tipo analgico, que se expresa a
travs de metforas, smbolos, etctera. Apunta simultneamente al contenido del mensaje y al contexto, y
confirma varios niveles lgicos coexistentes: el contenido del mensaje, la relacin entre los protagonistas y
el contexto en el cual estn incluidos (Esto es un ritual). El hecho de reiterar un acto confirma nuestro
acuerdo con respecto a su sentido intrnseco, tal como los bautismos iniciticos, que marcan la entrada o
confirman la pertenencia a un grupo (Perrone, R. y Nannini, M.; 2007)
El ritual en su perspectiva- regula el intercambio social en tanto representa el intento de evitar el
enfrentamiento destructivo con las emociones del otro y con las propias emociones, e instaura un nivel de
regulacin supraindividual ("lo que se hace y lo que no se hace").
Un aspecto muy importante que destacan Perrone y Nannini, y en esto es completamente singular, es que el
ritual no necesariamente es benfico, sino que tambin puede ser usado para producir dao, ya que al
alterar la conciencia- puede producir la disminucin de la libertad personal y la eventual sumisin a quien es
el agente de influencia. Perrone y Nannini indican que adems de los aspectos culturales compartidos por
la comunidad existen, entre ciertas personas, relaciones ritualizadas que provocan fenmenos psquicos
singulares, como por ejemplo modificacin de la conciencia, prdida del sentido crtico, etctera. Las
relaciones ritualizadas ms reconocibles son la hipnosis y el hechizo, resultados, ambos, de un fenmeno
particular: el estado de trance De esta forma, en algunos casos de Abuso Sexual, el menor de edad ha sido
vctima de un hechizo por parte del abusador, a travs del desarrollo de rituales no consensuales, que
paralizan a la vctima y disminuyen su confianza en s misma y su juicio crtico.
Segn esto, en este tipo de casos, lejos de ser producto del consentimiento, la participacin en un ritual
puede ser plena aunque no voluntaria; la no adhesin no
invalida el ritual. La finalidad y la eficacia del ritual no
dependen del consentimiento, y puede ocurrir que la
participacin, por lo menos al principio, sea incluso
impuesta por la fuerza, como en el caso de algunas sectas y
grupos perversos o diablicos (Perrone, R. y Nannini, M.;
2007)
La validacin del ritual puede apoyarse justamente en la
participacin sin alternativa, sin necesidad de
consentimiento. En este sentido, se puede hablar de rituales
consensuales cuando los protagonistas expresan o muestran
su voluntad de participar en los actos incluidos en el ritual, y
de rituales no consensuales cuando uno de los protagonistas
participa bajo presin fsica o psicolgica, pero sin estar de
acuerdo con el sentido del ritual y su finalidad.
Desde su visin de terapeuta, se encuentra abocado a
comprender los efectos que ejerce la ritualizacin sobre el
espritu, lo que equivale a interrogarse sobre la eficacia del
ritual. Se estima que ste es una forma de comunicacin,
que transmite mensajes, que deja improntas difciles de
olvidar. La fuerza del ritual proviene del particular estado de
conciencia de los participantes, que puede asimilarse a lo
que se denomina trance (Perrone, R. y Nannini, M.; 2007)
18
En base a estas coordenadas (rituales consensuales o no consensuales) y agregando la clasificacin de

rituales colectivos, bipersonales e individuales, propone el siguiente esquema para categorizar los diversos
tipos de rituales:
CONSENSUAL
Ritual amoroso
Droga
Disputas rituales
Sadomasoquismo
Perversin
Dominacin
Hipnosis/Autohipnosis
Psicoterapias
Tradicin
Ritos religiosos o sociales
Rituales tradicionales
Ceremonias de pacificacin o
guerreras
Grandes fiestas conmemorativas o
comunitarias
Terapias de Grupo
UNIPERSONAL O
BIPERSONAL
COLECTIVO
Violencia Complementaria
extrema
Abuso Sexual
Incesto
Dominacin o influencia
Hechizo
Lavado de cerebro
Reeducacin doctrinaria
Movimientos de masa
Sectas
Adoctrinamiento
Persecuciones
Genocidio
Crmenes colectivos
NO CONSENSUAL
Los rituales colectivos son los ms frecuentes (ceremonias, ritos religiosos). Instituyen momentos en los que
las personas, en conjunto, armonizan sus vivencias, confirman su organizacin colectiva, su sentimiento de
pertenencia, y refuerzan el encuentro del tiempo individual con el de la comunidad, as como el del instante
presente con el pasado y el futuro.
Los rituales bipersonales se inscriben en una relacin significativa y estable a lo largo del tiempo. Sistemas
relacionales tan diversos como el mundo del trabajo, la terapia, la relacin amorosa y la familia utilizan los
rituales bipersonales, rituales privados o pblicos, "pacificadores" o "violentos". Suministran un marco a la
relacin, economizan tiempo y espacio, y facilitan los cambios de registro relacinales (por ejemplo, los
gestos o los comportamientos que emplea cada miembro de la pareja para proponerle al otro una relacin
sexual).
Los rituales individuales observan la misma lgica, aunque se refieren ms bien a las emociones y las
resoluciones de los conflictos internos. Se los utiliza a fin de modelar los comportamientos y ejercer un
control. Son, por ejemplo, los rituales alimentarios o los espirituales (meditacin, plegaria, estados de
xtasis).
5.
19
Perspectiva psicoteraputica
De acuerdo a la revisin que presentan sobre este tema los terapeutas familiar, Evan Imber-Black, Janine
Roberts y Richard Whiting (Imber-Black, Roberts y Whiting, 1997), la primera utilizacin del Ritual en
Psicoterapia se encuentra en los trabajos pioneros de Mara Selvini Palazzoli. En su libro (publicado en
italiano en 1963) Self-Starvation: From the Intrapsychic to the Transpersonal Approach to Anorexia Nervosa
describe los rituales en terapia como "una accin o serie de acciones, acompaadas por frmulas verbales y
en las que interviene la familia en su conjunto. Como todo ritual, debe consistir en una secuencia regular de
pasos dados en el momento oportuno y en el lugar adecuado"
Posteriormente, en 1978, el autor holands Van der Hart, quien conoca el trabajo de Selvini Palazzoli y de
sus colegas del Grupo de Miln, profundiz el tema en un libro llamado Rituals in Psychoterapy: Transition
and Continuity (que fue publicado en ingls en 1983), donde describe los rituales como:
... actos simblicos prescritos que deben ejecutarse de un modo determinado y en cierto orden, y
pueden o no estar acompaados por frmulas verbales.
Adems de los aspectos formales, debe distinguirse un aspecto de los rituales relacionado con la
experiencia. El ritual se ejecuta con una buena dosis de compromiso. Si no, estaremos hablando de
rituales vacos.
Hay rituales que se ejecutan repetidamente a lo largo de toda la vida de los participantes; otros, por
el contrario, se ejecutan slo una vez (pero pueden realizarlos nuevamente otras personas)
Un aspecto importante dentro de los planteamientos de Van der Hart es la relevancia que concede a la
existencia de partes abiertas y cerradas en un ritual: las partes abiertas proporcionan la suficiente
flexibilidad como para que los participantes puedan dotar a la experiencia de su propio significado evolutivo
e idiosincrtico. Las partes cerradas proporcionan la suficiente estructura como para dar seguridad a fuertes
componentes emocionales, transmitir importante informacin cultural nueva y dar forma a las acciones
(Imber-Black, Roberts y Whiting, 1997)
Van der Hart finalmente seala otro aspecto muy relevante en relacin a los rituales: al considerarse
solamente la perspectiva del terapeuta y no involucrar a la familia en la construccin de significados, pueden
generarse rituales vacos. De esta forma, es esencial lograr el compromiso afectivo de los participantes, y
en esto juega un papel importante la inclusin tanto de las partes abiertas como de las cerradas.
Rappaport (Rappaport, 1971), por otra parte, describi otros aspectos clave del ritual, especialmente las
ceremonias colectivas, de las cuales un sector son los rituales familiares:
1. Repeticin: no necesariamente slo de la accin sino tambin del contenido y la forma.
2. Accin: no slo decir o pensar algo sino tambin hacer algo.
3. Conducta o estilizacin especial: en las que las conductas y los smbolos se apartan de sus usos
comunes habituales.
4. Orden: algn comienzo y final y contencin de la espontaneidad.
5. Estilo de presentacin evocativo: por el cual mediante la representacin y el enfoque se crea un
"estado mental de atencin".
6. Dimensin colectiva: donde existe significado social.
Un aspecto interesante es el que plantea Myerhoff (Myerhoff: 1977) quien pone de relieve los aspectos
fisiolgicos del ritual, con sus trajes, mscaras, colores, texturas, olores, alimentos, bebidas, canciones,
20
danzas, decorados, encuadres, y dems Un aspecto muy significativo que plantea Myerhoff es una
contradiccin inherente del ritual, en el sentido de que un ritual define la realidad pero se produce en un
tiempo y espacio "sagrados" que estn fuera de la "realidad" habitual. La terapia trabaja con esta misma
contradiccin, puesto que se la considera como un proceso destinado a reelaborar las interacciones
cotidianas pero se produce en un tiempo y espacio especiales que estn fuera de los lmites usuales de la
interaccin cotidiana (Imber-Black, Roberts y Whiting, 1997)
Como se puede apreciar, en el campo psicoteraputico existe una alta sintona entre la nocin del ritual,
como un acto de alta significacin simblica y emocional, y la labor que realizan los psicoterapeutas, en
especial, de los terapeutas familiares. Ambas son situaciones en las que las personas se involucran de una
manera altamente simblica y emocional, en ambas se crea un espacio distinto (un espacio sagrado en la
perspectiva de Eliade) que permite la emergencia de fuerzas psquicas que no aparecen habitualmente en la
vida cotidiana, lo que finalmente posibilita su adecuada canalizacin hacia fines sociales.
Junto con estas caractersticas, tambin se han aceptado las tres etapas del ritual a las que se refiri por
primera vez Van Gennep en 1909. En la primera etapa, separacin, se efectan preparativos especiales y se
incorporan nuevos conocimientos con el fin de establecer el marco para caracterizar un acontecimiento
determinado. Este momento de preparacin para el ritual es una parte tan importante del proceso ritual
como el acontecimiento real mismo. La segunda etapa es la liminal o transicional, en la que las personas de
hecho participan en el ritual, hacen nuevas experiencias y asumen roles nuevos, nuevas identidades. La
tercera etapa es la de reagrupacin o reintegracin, en la que las personas vuelven a conectarse con su
comunidad en la nueva situacin a la que han llegado (Imber-Black, Roberts y Whiting, 1997)
Los mencionados autores indican adems que el Ritual no debe confundirse con el acto central de un ritual
(una ceremonia, por ejemplo), sino que tambin debe considerar el proceso total de preparacin para el
ritual, la experiencia misma y la reintegracin posterior a la vida cotidiana. Esto se debe tener en cuenta
muy especialmente cuando se trabaja con rituales en la terapia porque en cierto sentido es necesario
desarrollar las tres etapas en su totalidad (Imber-Black, Roberts y Whiting, 1997)
Desde esta perspectiva, Imber-Black et al proponen la siguiente definicin operativa para el Ritual:
Los rituales son actos simblicos coevolutivos que incluyen no slo los aspectos ceremoniales de la
presentacin real del ritual, sino tambin su proceso de preparacin. Puede o no incluir palabras,
pero contiene partes abiertas y cerradas que se "mantienen" unidas por medio de una metfora
orientadora. La repeticin puede formar parte de los rituales ya sea en el nivel del contenido, la
forma o la ocasin. Puede haber espacio suficiente en los rituales teraputicos para que los diversos
miembros de la familia o los clnicos incorporen mltiples significados, as como tambin para una
variedad de niveles de participacin (Imber-Black, Roberts y Whiting, 1997)
En sntesis, los rituales presentan las siguientes caractersticas:
Proporcionan "marcos de expectacin" en los cuales, por medio de la repeticin, la familiaridad y la

transformacin de lo conocido pueden producirse nuevas conductas, acciones y significados.
El tiempo se desintegra. Los cambios presentes estn basados en tradiciones pasadas mientras que
se van definiendo las relaciones futuras.
El componente de accin es muy importante: los rituales no hablan sobre los roles, normas,
relaciones y concepciones del mundo, sino a travs de los roles, relaciones, normas y concepciones
del mundo en la medida en que son stos los elementos que se modifican en el ritual
Pero tambin, adems de la accin, los rituales se valen de la densidad y la polivalencia de los
21
smbolos.
Los smbolos, que son el ncleo del ritual, pueden tener mltiples significados muy diferentes y
tambin la posibilidad de describir lo que no puede expresarse con palabras.
La capacidad de los rituales para vincular tiempos, mantener contradicciones y trabajar con
cambios de relaciones en la accin nos provee de herramientas muy concretas para trabajar con las
incongruencias entre lo ideal y lo real y poder sostenerlas.
Gracias a la estructura simblica de los rituales es posible mantener tratar con situaciones contradictorias de
la vida. Todos los seres humanos experimentamos las paradojas fundamentales como vida/muerte,
conexin/distancia, ideal/real, bien/mal. El ritual logra incorporar ambos aspectos de las contradicciones de
modo que sea posible manejarlos simultneamente (como por ejemplo en los matrimonios, donde se
combina la pena, por la partida de los hijos, y la alegra, por la nueva unin)
Adems, el ritual un espacio crucial para obtener apoyo y contencin para las emociones fuertes. Por ejemplo, en un velorio, donde se renen grupos de personas para apoyarse mutuamente en su afliccin, se traen
comidas compartidas, hay que usar determinada ropa y se dicen ciertas palabras. A la personas le otorga
seguridad el saber que se puede experimentar los sentimientos ms profundos pero dentro de ciertos
lmites precisos y con el apoyo del grupo.
Adems de ayudar a resolver contradicciones, enfrentar la angustia y las emociones fuertes y facilitar la
coordinacin social, los rituales respaldan las transiciones. El ritual tiene la capacidad de sostener mltiples
puntos de vista, de ofrecer apoyo y contencin de las emociones intensas, al mismo tiempo que facilita la
coordinacin entre individuos y miembros de la familia o de la comunidad que experimentan transiciones.
De esta manera, muchos aspectos significativos de la vida estn ligados a rituales, y gran parte de estos
sucesos significativos estn relacionados con el grupo familiar. Por esto, los terapeutas de familia pueden
encontrar que en su prctica de atender a familias con problemas y los rituales se presentan los siguientes
isomorfismos.
Conectar la estructura y el significado: a travs del Ritual se pueden poner en juego ambos aspectos de la
vida familiar, ponindose en evidencia los roles que ocupan las personas, lo que significan esos roles y la
forma en que los dems perciben este rol.
Mantencin de las contradicciones: esto es una parte esencial del trabajo teraputico, puesto que la
persona que presenta conductas sintomticas tiene una gran influencia sobre la dinmica interaccional que
la rodea y al mismo tiempo est fuera del control. Otra dicotoma central en la terapia es el dilema de
cambio/no cambio: La gente busca el tratamiento en para lograr cambios, pero el cambio es algo riesgoso y
desconocido. Y finalmente otra contradiccin es que la conducta sintomtica es un problema pero al mismo
es una solucin frente a un problema: los sntomas son soluciones y problemas al mismo tiempo.
Contencin afectiva: El ritual permite que se experimenten emociones fuertes en un marco de seguridad al
mismo tiempo que se producen conexiones interpersonales. Por lo general las familias que estn en
tratamiento han puesto un lmite rgido a los acontecimientos que les producen dificultades y carecen del
modo de sealar y compartir acontecimientos en el conjunto de su comunidad.
No obstante, estas caractersticas isomrficas de los rituales y de ciertas acciones en la terapia familiar,
existen importantes diferencias los rituales teraputicos no estn tan consolidados en la historia corriente
de la familia. En los rituales teraputicos puede no ser tan fcil llegar a la red de la familia en su conjunto
(por ejemplo, reuniones de la familia extensa, o vecinos que se renen para celebrar) o a las tradiciones ya
22
fijas de diversos preparativos (por ejemplo, decoraciones artesanales que se han transmitido). Esto
configura ventajas y desventajas para la planificacin de los rituales teraputicos. Tal vez existan
posibilidades ms flexibles para crear significado en un ritual teraputico porque all no necesariamente
tenemos que enfrentarnos con el peso de aos de rituales vacos. Adems, la energa se puede concentrar
escrupulosamente en una o ms zonas problemticas, lo cual no siempre ocurre en el caso de rituales que
ya incluyen una serie fija de acciones. De todas maneras, en los rituales teraputicos pueden faltar las
resonancias histricas intrnsecas en los rituales culturales, que vinculan a las personas con el pasado y
forman la base para el futuro (Imber-Black, Roberts y Whiting, 1997)
Esto significa que la creacin de rituales teraputicos no debe ser confundida con la entrega de tareas
estructuradas. No se trata simplemente de pedirle a la familia que realice una secuencia de actos, sino que
estos actos tengan un significado simblico, significado simblico que surge desde la historia de la familia y
que les permite sentir que los actos ejecutados tienen un sentido personal y familiar.
Por esto, Imber-Black et al, sealan las siguientes diferencias entre Ritual y Tarea:
RITUAL
TAREA
1. Trabaja con significados mltiples en los

niveles conductuales, cognitivos y afectivos.
1. Mayor concentracin en el nivel conductual de

la tarea, las acciones.
2. La intervencin incluye partes abiertas y

cerradas, con espacio para que la familia
improvise dentro de las partes ms abiertas. El
terapeuta no necesariamente est seguro de lo
que la familia va a crear con el ritual. Tampoco
est particularmente interesado en predecir qu
"aspecto" tendr la familia despus del ritual.
2. Se da ms importancia a la prescripcin de la
intervencin con un resultado previsible. (A
menudo el terapeuta puede prever: "si la familia
realiza la tarea de sta manera, entonces
ocurrir esto")
3. Apoyo en smbolos y en la accin simblica.
3. Ms apoyo en lo concreto y poca importancia

de la polivalencia de los smbolos.
4. La preparacin o desarrollo conjunto de la

ceremonia es una parte esencial del ritual.
4. Se pone el acento en el verdadero hacer, no

necesariamente en la preparacin.
Este quizs es uno de los aspectos ms complejos del uso de los Rituales Teraputicos, ya que la realizacin
de ciertos actos puede ocupar todo la atencin de los participantes y el significado quedar en el trasfondo.
De esta manera, no se trata solamente de realizar acciones destinadas a producir un bienestar, sino que
estas acciones deben anclarse en la estructura simblica de la familia (por ejemplo, en los mitos familiares)
Cuando desde el mbito teraputico- se le propone a una familia realizar una serie de acciones cuyo efecto
ser comprometerlos emocionalmente y modificar algunos significados, deben considerarse cuatro aspectos
fundamentales: 1. Los actos deben ser simblicos, es decir, deben condensar diversos significados; 2. Deben
tener una cierta ambivalencia, es decir, deben ser suficientemente proyectivos para que puedan contener
las vivencias particulares de los participantes, 3. Estos actos deben ser lo suficientemente familiares, para
no demandar toda la atencin de los participantes, y al mismo tiempo, suficientemente diferentes, para que
no sean percibidos como una accin cotidiana, y finalmente, 4. Los significados de los actos deben surgir
desde el imaginario familiar.
23
Por ejemplo, cuando se le propone a una familia realizar un ritual de despedida de un miembro que ha
fallecido, es necesario que los actos deben representar de forma simblica la partida, asumiendo la
ambivalencia de la situacin: alguien deja de estar con nosotros, pero al mismo tiempo, algo permanece.
Existe pena, abandono, pero al mismo tiempo, encuentro, resignacin y esperanza. Los actos deben ser
parte del repertorio de la familia: por ejemplo, reunirse en un lugar habitual donde compartan con la
persona fallecida, y realizar una comida tradicional. Y dentro del ritual tienen que existir elementos
representacionales que todos los miembros reconocen, por ejemplo, cantar una cancin que la persona
fallecida siempre cantaba.
Si no consideran estos aspectos, y se entregan pautas de accin para una familia (o tambin para un grupo)
que no estn ancladas en las simbolizaciones compartidas de los participantes, el ritual puede convertirse en
un ritual vaco (como cuando alguien presencia un acto de otra religin, y le parece curioso, llamativo,
pero sin compromiso emocional) Por otra parte, cuando la prescripcin de una accin est dirigida a
modificar en forma directa las interacciones de los miembros del grupo (por ejemplo, se le pide al padre que
vaya a subir un cerro con sus hijos) estamos en presencia de una tarea.
Por esto, Imber-Black et al aclaran lo siguiente:

Al planificar los rituales teraputicos hay que poner un cuidado especial en encontrar los modos
de unir a las familias con el poder de los smbolos que tienen un significado que va ms all de su
simple unidad, en ayudarlos a crear tradiciones en los preparativos para la representacin del ritual,
y en encontrar los modos de comprometer a la comunidad en su conjunto.
Hay que prestar atencin al poder de la presencia del testigo por medio del uso de terapeutas como
espectadores, de la filmacin en vdeo y su observacin, mediante la presencia de invitados
especiales a las sesiones, o tratando de documentar el ritual de alguna otra manera que implique
testigos. Pero adems es necesario que el terapeuta conciba las maneras de proteger el carcter
sagrado del espacio ritual (proteccin que ya puede estar presente en los rituales culturales
mediante la declaracin de un da feriado o en los lmites de la iglesia o de la sinagoga, etctera)
En nuestra perspectiva, esta consideracin pone de relieve una caracterstica esencial de los rituales: son un
medio para conectar a la familia con el mbito de lo espiritual. Sin apelacin a la dimensin espiritual de la
vida familiar, no es posible realizar rituales, ya que no surge el espacio sagrado donde la realidad habitual
sufre una abertura y las personas se conectan con las historias trascendentes cuya fuerza produce la
transformacin.
Cuando nos referimos a la dimensin espiritual no designamos la vida religiosa sino los valores
trascendentes, es decir, creencias unidas a afectos que le indican a la persona de donde proviene y cules
son las metas de su existencia, ms all de las diversas contingencias de la vida.
Por lo tanto, no se puede realizar rituales con personas incrdulas, desconfiadas o desapegadas de sus
tradiciones. Y gran parte de la labor teraputica es rastrear dentro de toda la red de conversaciones sobre
los problemas- los significados que tienen un valor curativo (ya sea por su efecto catrtico como por su
efecto formativo)
En las sociedades modernas esta concepcin sobre las tradiciones y los valores se ha debilitado, pero desde
la perspectiva de las culturas tradicionales esta nocin del ritual est firmemente asentada. Segn Malidoma
Patrice Som, en la cultura de los Dagara, de Africa, los rituales para ser tales deben presentar los siguientes
cuatro atributos:
1.
2.
3.
4.
24
Invocacional: Los humanos llaman a los no humanos para ciertos propsitos, por lo cual el hecho de
reunirse en un grupo sin invocar a los espritus significa que cada persona est por su propia
cuenta.
Dialogal: Se debe entrar en una especie de dilogo solemne con los espritus y con nosotros mismos
Repetitivo: las acciones en el ritual siempre son las mismas
Apertura y Clausura: Se abre un espacio ritual cuando se invoca a los espritus, y se cierra cuando se
hace salir a los espritus (pero en la forma de una despedida, donde dejamos partir a los espritus,
sealndoles que los participantes ya estn listos para continuar su vida habitual)
No es casual que esta relevancia de la presencia de los espritus sea firmemente asumida por culturas
tradicionales, donde no se ha secularizado tan intensamente la vida social. Som nos indica que rituales de
los Dagara se sustentan en una conexin en los niveles comunitarios, familiares e individuales:
En la comunidades tribales, como los Dagara, hay varias dimensiones en los rituales. Estn los
Rituales Comunitarios, donde todos los miembros criados en la aldea estn obligados a participar.
Estas reuniones se hacen cargo de la necesidad de la aldea de reafirmar su unidad bajo un solo
espritu, sea ste Tigan, el Santuario de la Tierra, Dawera, el Santuario de la Naturaleza, o Namwin,
el Dios Supremo.
Existe el Ritual familiar, el cual puede tratarse de una subcomunidad que honra a ciertos espritus
en el nombre de la unidad familiar, o por otras razones. Pero, es el ritual comunitario el que
permite que estos rituales familiares aislados y semi-privados funcionen efectivamente.
Los rituales familiares son llevados a cabo bajo la gua del jefe de la familia y en la presencia de
todos los miembros responsables del grupo familiar. Todas las personas que han pasado por la
Iniciacin son consideradas responsables y deben asistir a los rituales familiares.
A partir de los rituales familiares y, en cierto modo, a partir de los rituales comunitarios, se derivan
los rituales individuales. Los rituales individuales son tan importantes como los familiares y
comunitarios, y esto significa que estos rituales son interdependientes, an cuando parecen
separados. Posiblemente, un ritual llevado a cabo por una comunidad libera una cierta energa que
hace posible que otros ritos pueden ocurrir a un nivel familiar o individual.
Estas jerarquas ritualisticas no estn definidas al azar. Cuando los rituales anuales de la aldea no
son llevados a cabo, otros rituales sufren de inefectividad
Ciertamente que en las sociedad occidentales, superpobladas de signos, acosadas por el vrtigo de los
cambios culturales, las posibilidades de que las comunidades se unan para honrar sus creencias son cada vez
ms limitadas. Adems, las sociedades modernas son altamente heterogneas y las personas que conviven
diariamente en general no tienen las mismas tradiciones.
Sin embargo, cuando trabajamos con grupos naturales (las familias son el ms potente, pero tambin estn
los grupos funcionales: escuelas, organizaciones laborales, instituciones) nos encontramos con la posibilidad
de construir un sentido colectivo, y a partir de all derivar en el desarrollo de rituales que nos permitan
conectar a sus miembros con los valores trascendentes en los cuales sustentan su pertenencia a ese grupo.
Para este fin la herramienta de la Dramaterapia parece ser una de las ms indicadas, ya que es un medio
para conectar las vivencias de un colectivo y construir una accin dramatizada que tenga un sentido que los
excede y que les entrega una nueva forma de comprender a los dems y a s mismos.
6.
25
Perspectiva dramateraputica
En Chile, la Escuela de Psicodrama y Dramaterapia de Santiago, dirigida por el Dr. Pedro Torres, ha
desarrollado una prolfica labor de investigacin y aplicacin de la Dramaterapia en diversos contextos, en
especial en situaciones tpicamente psicoteraputicas como son los Traumas y Duelos, y tambin en Talleres
de Autocuidado de grupos institucionales
Torres (Torres, 2007) seala que la Dramaterapia es una de las ms nuevas disciplinas de accin formulada
por los artistas teatrales en la dcada de los 60; en trminos amplios puede definirse desde la palabra
compuesta que la determina como terapias de accin. En trminos ms precisos y acotados Sue Jenning,
una de sus pioneras, la describe como la aplicacin de las estructuras teatrales y del proceso del drama con
una intencin declarada que es la terapia
La vinculacin del Teatro y los Rituales tiene una marca de nacimiento; ambos encuentran sus orgenes en la
temprana necesidad de los seres humanos de darle sentido a las vicisitudes de su existencia para as
hacerlas comprensibles y afrontar la incertidumbre.
Al respecto, S. Jenning et al (Jenning, S. et al, 2007) indica que: El drama y la dramaterapia como rituales
pueden hacer una importante contribucin en el reestablecimiento de las estructuras dramticas seguras,
en la que son posibles el cambio y la transicin. Se relaciona al ritual dramtico con la aparicin del arte
teatral, y la mayora de los escritores estaran de acuerdo con que una gran cantidad de teatro formal
proviene de rituales dramticos grupales de las sociedades antiguas y que el comienzo del teatro tambin se
relacionaba con las creencias y por ende con la visin. Los rituales de cualquier sociedad o grupo social se
pueden observar en las obras dramticas de los nios. Este tipo de obras reflejan la norma del mundo
familiar y social de ellos
Espacio Dramtico y Espacio Ritual
Un aspecto central en la realizacin de
los Rituales es el uso del espacio, ya que
como hemos sealado- es necesario
provocar un corte en el espacio habitual
para permitir la emergencia de las
nuevas significaciones. Si bien, no es el
nico factor, es decisivo crear un espacio
donde surge la expectacin, donde los
participantes sientan que tienen ms
libertad para asumir nuevos roles y
donde su experiencia se orienta en torno
a dos ejes: Eje Vertical, que conecta lo
terrenal con lo trascendente, y el Eje
Horizontal, que conecta al individuo con
el colectivo.
En efecto, para constituir un espacio ritual son necesarias las referencias a la direccin Abajo-Arriba y ArribaAbajo, y esto puede ser a travs de altares, escenarios, proscenios, etc, y de banderas, estandartes, retratos
o figuras que se ubican en la parte superior de un espacio. Igualmente, el eje horizontal debe quedar
demarcado por cualquier cierre del espacio que define un adentro y un afuera, y una forma de conexin
entre los participantes (tomarse las manos, estar en crculo, mirarse, etc)
26
Sue Jennings et al, sealan El espacio dramateraputico es un lugar donde es adecuado y seguro el
establecer la realidad dramtica. Puede haber una habitacin que tenga mltiples funciones y que por esto
necesite especial atencin para ritualizar su cambio a espacio dramateraputico. Puede ser un espacio
especialmente designado, que pueda desarrollarse en forma dramateraputica en variadas formas
Otro aspecto muy importante es la presencia de una persona que ejerce el rol de representante del Otro,
alguien que encarna el discurso atemporal que emerge del colectivo. En las religiones este rol lo ejerce el
sacerdote, en los grupos polticos, el lder. No obstante, a diferencia de este tipo de colectivos, en la
representacin dramtica el liderazgo no pertenece a una misma persona, sino que este rol es en realidad
asignado a un personaje, y por lo tanto vara de una situacin a otra. Por supuesto, que este es un proceso
de construccin de una realidad dramtica, donde los personajes no surgen por el arbitrio del Director, sino
que va siendo fruto de la elaboracin que hace el grupo de sus experiencias individuales (su propia historia)
y de la experiencia interindividual que est construyendo dentro del espacio dramtico.
Por eso para Jennings, lo que es esencial para el efecto teraputico de la dramaterapia es que haya otra
persona y un lugar especial enfatizando la necesidad de lo que ella llama un lugar ritual especial, un lugar
que est aparte. La metfora es el medio del teatro, del drama y de la dramaterapia, y los rituales se
realizan en el lugar vaco.
Este lugar vaco en el fondo es un lugar frtil a las significaciones, a la espera de que algo suceda, y esto se
logra a travs de la capacidad del Dramaterapeuta que debe establecer un encuadre de seguridad, confianza
y respeto. Es decir, no se trata de hacer que los participantes se involucren en vivencias intensas, sino en
proporcionar un medio creativo para que expresen aspectos de su historia personal y los pongan al servicio
de una creacin colectiva.
Psicodrama y Dramaterapia
En este sentido, la dramaterapeuta Brenda Meldrum, (en Jenning et al., 2007) seala las diferencias entre el
Psicodrama y la Dramaterapia El principal proceso involucrado en el teatro y por ende en la dramaterapia,
es el de la distancia dramtica o esttica que, de manera paradojal, nos permite experimentar la realidad en
un nivel ms profundo. En el psicodrama, por el otro lado, los pacientes trabajan con su material de forma
directa; en la dramaterapia, la historia, el mito y el mismo drama se convierte en la historia de todos y el
drama del paciente no se interpreta. Esto le permite a l o a ella, viajar rpidamente entre las realidades
subjetiva y objetiva, desde el microcosmos al macrocosmos.
En este sentido, es relevante considerar las siguientes caractersticas de la Dramaterapia que Pedro Torres
(Torres, 2007) seala a partir de su experiencia:
Se centra prioritariamente en los aspectos sanos de la persona; la dramaterapia segn Sue

Jenning- "no tiene la intencin de hacer que una cicatriz vuelva a sangrar"
Tiene como fundamentos conceptuales el teatro y el ritual y su praxis se sustenta, desde el inicio
del proceso teraputico en un mtodo de acceso colateral simblico al inconsciente personal y
colectivo, sin buscar frenticamente al protagonista singular, sino, al modo sociodramtico,
convierte toda la colectividad en protagonista, en modalidad coral, en lugares simultneos y con
una temporalidad propia para cada participante del grupo como para la totalidad.
La catarsis dramateraputica tiene ms que ver con los ritos de sanacin que con la catarsis de
integracin descrita y propiciada por los seguidores del psicodrama clsico o moreniano. La catarsis
del psicodrama tradicional es, en general, descarnada en el buen sentido de la palabra, respecto
de la exposicin o evisceracin emocional sufrida por el protagonista.
27
En el trabajo dramateraputico el protagonismo est ms delicadamente "encarnado" o

incorporado a ms de algn protagonista, quien podr compartir en menor o mayor grado su
involucramiento escnico y el trabajo teatral pre y post dar soporte y contencin a los dramas
latentes personales y colectivos que puedan emanar de la escena..
La catarsis en dramaterapia, se presenta ms contenida; las emociones personales se exponen en

medida justa; la va de comprensin del drama suele ser eminentemente simblica o metafrica; la
representacin teatral final supera lo logrado en el "teatro de psicodrama"; vislumbro una mayor
coherencia con las "melodas latentes" del imaginario social; el director queda acotado a los
mrgenes de la escena, a lo que realmente debera ser, un mero facilitador (y por lo tanto
prescindible y reemplazable por cualquier miembro del grupo a quien ste de la autoridad y el
poder para dirigirlo)
El proceso teraputico en dramaterapia se centra fundamentalmente en el aqu y el ahora y

tambin en el futuro. No busca re-matrizar roles anquilosados de vnculos pretritos, sino ms bien
fomentar la creatividad y la flexibilidad de roles a travs del ejercicio de la mera expresin corporal
y teatral creadora, del trabajo de creacin colectiva como vehculo comunitario de revisin de la
realidad tal como se vive en el momento presente con la finalidad de lograr una representacin
teatral artstica y estticamente prudente, frente a un pblico observante u observador y del
ejercicio constante de practicar nuevos repertorios de roles
En dramaterapia no necesariamente los roles se extraen del mundo imaginario y de la fantasa del
protagonista (o autor de la obra) sino tambin se puede recurrir a roles que, aparentemente nada
tienen que ver con la historia del autor, como por ejemplo personajes de obras o textos de la
literatura universal, poesa, dramaturgia o lecturas bblicas, as como de roles y personajes
sanadores ofrecidos por otros miembros del grupo o del pblico.
En el trabajo dramateraputico es deseable que el trmino de cada sesin, como un microcosmos

del proceso teraputico global, est tambin fundamentado en la accin, y en este caso, el sharing
psicodramtico (propio del Psicodrama) vendra a ser reemplazado por el rito mgico de
sanacin, es decir ms por actos de cierre que por conversaciones. Los ritos del microcosmos grupal
teraputico suelen ser acotados y austeros respecto del despliegue de recursos dramticos y
teatrales, en comparacin a los ritos de las comunidades y de la sociedad.
Es vlido pensar que, si bien la dramaterapia se ha aplicado en una infinidad de contextos clnicos y
psicopedaggicos, su utilizacin como dispositivo de fomento y promocin de la salud sea ms
coherente con los fundamentos en los que se sostiene su prctica, es decir, si son el teatro y los
rituales, es esperable que la ejecucin de estas actividades, por parte de individuos y comunidades
sanas, est ms facilitada en forma natural que con individuos o grupos enfermos. La comunidad
acoge al paciente en su matriz sanadora (debera ser una red vincular sana), con el fin de darle un
mayor bienestar, mejorarlo y, en el mejor de los casos, curarlo, o sea extraer su mal.
La dramaterapia se ha asociado en psico-educacin, con tendencias contemporneas que siguen las

de terapias "del bienestar" que consisten en fomentar la salud en los sanos o dar alternativas de
prcticas teraputicas en personas enfermas psquica o fsicamente que promuevan sus recursos o
remanentes sanos. En este sentido se alinea con la prctica preventiva del ejercicio fsico, del
cultivo de las artes como la msica, el teatro y la pintura, y el desarrollo de la red social de apoyo,
como facilitar la conversacin, la vida social, la amistad y el respeto y la confianza en la vida de
pareja y la familia, como fuentes permanentes de amor por el otro. Por eso es que asocio la
dramaterapia con la mantencin de la higiene mental de personas, grupos y comunidades
28
Desde esta perspectiva, la Dramaterapia es una herramienta para recuperar los espacios rituales que la vida
moderna nos ha quitado. Embarcados en trabajos donde existe una alta demanda de las capacidades
emocionales, en vidas comunitarias limitadas y en vidas familiares con acento en la satisfaccin individual,
las personas de nuestra sociedad carecemos de instancias sociales para elaborar los duelos, los traumas y las
transiciones conflictivas de nuestro ciclo vital.
Como seala Pedro Torres, la Dramaterapia es una herramienta que nos permite construir espacios
creativos al servicio del individuo y de la comunidad, los que desde la perspectiva del Ritual, estn siempre
conectados.
CONCLUSION
Los Rituales son una poderosa herramienta para el trabajo teraputico o psicoeducativo con grupos, ya que
producen dos tipos de condensaciones: 1. Temporales, en tanto un acto simblico permite conectar el
pasado con el presente y el futuro; y 2. Espaciales, en tanto que la participacin en un Ritual intensifica la
delimitacin de la individualidad, a la vez que intensifica la pertenencia a un colectivo.
Los Rituales provocan una abertura del espacio cotidiano (usando los recursos propios de la escenificacin) y
crean un espacio abierto a las significaciones, el cual es seguro y confiable para emprender actos creativos
que se dirigen a la transformacin de los integrantes de un colectivo.
En este sentido, el Ritual siempre est ocurriendo en un lugar donde convergen los siguientes ejes: pasadopresente-futuro, yo-tu-nosotros, lo cotidiano y lo trascendente. Por esto, la preparacin de los Rituales no
debe ser confundida con la asignacin de tareas o con la realizacin de ceremonias, sino debe remitirse a
sus orgenes: la puesta en escena de los dramas humanos con el fin de sobrellevarlos y al compartirlosdarles un nuevo sentido.
Sin embargo, un Ritual no es equivalente a una dramatizacin, ya que sta en general tiende a desarrollar
una historia donde se van concatenando los argumentos hasta llegar a un desenlace. El Ritual carece de esta
tensin, ya que por su naturaleza repetitiva, no hay un desarrollo de una historia, sino ms bien la repeticin
de actos y smbolos que remiten a una historia mtica, pero que no la representan.
Esto significa que un Ritual nos sirve para expresar ciertos elementos dramticos de la vida de un grupo (por
ejemplo, la partida de uno de sus miembros) los que estn condensados en diversos smbolos que se
repiten. Por ejemplo, los miembros de un grupo se renen todos los aos en una fecha a cantar y encender
velas frente a un muro, mientras alguien recita una misma poesa. Este Ritual afirma los valores de ese
grupo: estn unidos, hay una luz que es pequea y se extingue, pero los hace estar juntos; las palabras de la
misma poesa hablan de que algo permanece en el tiempo, como si el miembro ausente estuviera presente,
o como si las palabras pudieran permanecer vivas ms all de la vida de quienes las leen.
En fin, la lectura del Ritual est enteramente recorrida por estos como-si, ya que su naturaleza es
justamente brindarnos la oportunidad para expresar algo que nos conmueve, yendo ms all de las
delimitaciones temporales y espaciales que nos impone la realidad.
29
Como se aprecia, el Ritual siempre es una CONDENSACIN SIMBLICA, y por lo tanto es el fruto del trabajo
de elaboracin de un grupo que en su devenir va aportando los elementos que forman esta suerte de
caleidoscopio. De esta manera, el Ritual no es una ceremonia impuesta externamente, sino un producto
vivo de la evolucin de una familia, de un grupo, de una organizacin.
No obstante, es posible desarrollar Rituales que recojan las vivencias de un grupo y que cumpla las
funciones de un medio expresivo, donde la escenificacin de ciertos elementos simblicos juega un papel de
auto-conocimiento y de curacin.
En este sentido, la creacin de Rituales converge con la Dramaterapia, la cual como hemos mencionado es
una disciplina que surge por el afn de poner los medios expresivos y la creatividad al servicio de la salud
fsica y mental.
Es necesario hacer notar, sin embargo, que aunque la Dramatizacin (o, en general, el Teatro) ocurren en un
Espacio Ritual, no toda dramatizacin es un ritual. En efecto, una dramatizacin para ser un Ritual debe
cumplir con las caractersticas que hemos descrito (estructura abierta/cerrada; tres etapas, repeticin) De
otro modo, estamos en presencia de una representacin de un drama humano, pero que no cumple las
funciones propias de un Ritual (conectar, generar certidumbre, sanar) sino que ms bien es un tipo de acto
creativo que conmueve, moviliza y transforma. Es decir, es un acto ms creativo, ms abierto al futuro,
donde se plantean nuevas inquietudes y se explorar nuevas significaciones.
En cambio el Ritual, recordmoslo, es una herramienta para que el individuo asuma su inescapable
individualidad (asumiendo sus responsabilidades, roles, tareas, dones) pero siendo parte de una comunidad
que est en sincrona con l o ella misma y que al mismo tiempo lo conecta con sus antepasados
significativos.
30
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Asn, Domingo, (1987) "Desarrollo Psicosocial del Adolescente", Documento CEAP N 31
"Adolescencia, Salud y Familia", Depto. de Salud Pblica, Facultad de Medicina, Universidad de
Chile.
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Mlich; J.C.; (1996); Antropologa simblica y Accin Educativa; Barcelona, Paids.
Menegazzo, C.M. (1981) Magia, Mito y Psicodrama; Paids, Buenos Aires
Moulian, R. (2002) Magia, retrica y cognicin. Un estudio de textos mgicos y comunicacin
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realizadas en Santiago de Chile, 1995
Turner, V. (1980) La selva de los smbolos. Aspectos del Ritual Ndembu; Siglo XXI, Espaa
Som, M. P. (1997) Ritual. Power, healing and community. Penguin Books, USA
CRISTIN VASQUEZ RIVERA

PSICOLOGO, TERAPEUTA FAMILIAR, SUPERVISOR CLINICO ACREDITADO
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