Comentario A La Carta de Colosenses

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Comentario a la carta de Colosenses

I N T R O D U C C I O N:
Los eruditos conservadores creen que Pablo escribi esta carta durante su primer encarcelamiento
en Roma, alrededor del ao 61 d.C. Tquico llev las epstolas a los Colosenses, a Filemn y a los
Efesios, hasta sus respectivos destinos En algn momento del encarcelamiento de Pablo, Epafras
le solicit ayuda para tratar con unas falsas doctrinas que amenazaban a la iglesia en Colosas (2.8,
9).
Estas herejas eran una mezcla de ocultismo pagano, legalismo judo y cristianismo. Sus errores
recuerdan una antigua forma de gnosticismo, el cual enseaba que Jess no era plenamente Dios
ni hombre, sino uno de los seres semidivinos que servan de puente para salvar el abismo
existente entre Dios y el mundo. Por lo tanto, se deca que Cristo careca de autoridad y capacidad
para satisfacer las necesidades de los colosenses. Y su enseanza filosfica, era que creyentes
iluminados, sin embargo, podan alcanzar la totalidad espiritual por medio de conocimientos
especiales y una rigurosa autodisciplina.
Ningn libro del Nuevo Testamento nos presenta ms completo o defiende ms a cabalidad el
Reinado Universal de Cristo. Combativa en su tono, Colosenses se asemeja mucho a Efesios por
su lenguaje y contenido.
Esta es una poca de pluralismo religioso y sincretismo, (esto es, la disolucin de la verdad en aras
de mantener la unidad). Es decir, que debemos de conocer que SINCRETISMO, es un sistema
filosfico que trata de conciliar doctrinas diferentes.
La soberana de Cristo se convierte en algo irrelevante (de poca importancia o significado) para
varios grupos religiosos quienes creen que todas las religiones son buenas. Su preeminencia es
negada por otros que hacen del cristianismo un conjunto de creencias tomadas de distintas
religiones. Usualmente celebrada como un avance frente al cristianismo apostlico, esta mezcla
promete la autorrealizacin y la libertad sin que sea necesario rendirse a Cristo.
Pablo escribi esta epstola con el cudruple propsito: 1) denunciar y refutar la hereja; 2) instruir
a los colosenses en la verdad y alertarlos de los peligros de regresar a los vicios paganos; 3)
expresar su inters personal por los creyentes; y 4) instarlos a fomentar la armona y el amor
mutuos.
EL AUTOR.
CAPITULO 1.
Lectura Bblica: Colosenses 1:1-29
B O S Q U E J O:
1. Saludo y Alabanza por la fe de los Colosenses
2. Oracin Apostlica para su crecimiento en Cristo
3. La Divinidad de Jesucristo
4. Supremaca de Cristo:
I. En la creacin

II. En la Iglesia
III. En la reconciliacin
5. Los sufrimientos del Apstol por la Iglesia.
6. Cristo, en el creyente la esperanza de gloria.
I N T R O D U C C I O N:
La ciudad de Colosas quedaba a unos 160 Km. al este de feso, sobre el ro Lico. No era tan
popular como su vecina Laodicea, pero como centro comercial era una encrucijada para ideas y
religiones. Colosas tena una poblacin juda populosa, muchos judos huyeron all cuando se
vieron forzados a salir de Jerusaln bajo la persecucin de Antoco III y IV, casi 200 aos antes de
Cristo. La iglesia en Colosas fue fundada por Epafras (1.7), uno de los convertidos de Pablo. Este
an no haba visitado esta iglesia. Su propsito al escribir, fue refutar las enseanzas herticas
acerca de Cristo, que estaba causando confusin entre los cristianos all.
Por lo tanto, el concepto central de este libro es que no se debe permitir que nada reemplace a
Cristo.
Colosenses, as como Filipenses, Efesios y Filemn, es llamada la epstola de las prisiones porque
Pablo la escribi desde la crcel en Roma. Esta prisin fue en realidad una casa donde Pablo
permaneci bajo custodia todo el tiempo (probablemente encadenado a un soldado), pero gozando
de ciertas libertades que no se ofrecan a todos los presos. Se le permiti escribir cartas y recibir a
cualquier visitante que l quisiera ver.
1. Saludo Y Alabanza por la fe de los Colosenses:
En los versculos del 1-6, leemos as: Pablo, apstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el
hermano Timoteo, los santos y fieles hermanos en Cristo que estn en Colosas: Gracia y paz sean
a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Seor Jesucristo. Siempre orando por vosotros, damos
gracias a Dios, Padre de nuestro Seor Jesucristo, habiendo odo de vuestra fe en Cristo Jess, y
del amor que tenis a todos los santos, a causa de la esperanza que os est guardada en los
cielos, de la cual ya habis odo por la palabra verdadera del evangelio, que ha llegado hasta
vosotros, as como a todo el mundo, y lleva fruto y crece tambin en vosotros, desde el da que
osteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad.
El Apstol, empieza saludando a los hermanos en Colosas, y se refiere a ellos como santos y
fieles; es decir, aquellos que poseen santidad, los que han sido apartados y santificados para Dios.
Los hermanos, vivan en Colosas; sin embargo, estaban separados del mundo (Cosmos satnico,
ordenamiento, sistema y costumbres vanas).
Lo mismo pasa con nosotros los actuales cristianos, somos los santos del Seor, porque lo
contenemos en nuestro espritu, desde el da que lo recibimos como nuestro Salvador, l nos
aparta para Su propsito, y aunque vivimos en diferentes localidades de esta tierra, somos
separados del sistema mundano y las tradiciones religiosas.
Por eso el Seor Jess, oro de antemano por nosotros, en San Juan 17:11-16 leemos: Y ya no
estoy en el mundo; mas stos estn en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has
dado, gurdalos en tu nombre, para que sean uno, as como nosotros. Cuando estaba con ellos en
el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guard, y ninguno de ellos se
perdi, sino el hijo de perdicin, para que la Escritura se cumpliese. Pero ahora voy a ti; y hablo
esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en s mismos. Yo les he dado tu palabra; y el
mundo los aborreci, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que
los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del

mundo.
Pablo, estaba impresionado por la fe en Cristo y el amor que demostraban los Colosenses, a los
que eran de Cristo. Y adems, por el fruto producido por el Evangelio verdadero.
Debemos de comprender, que donde se predica el Evangelio puro de Jesucristo, es la semilla del
reino y por lo tanto debe de fructificar en todos aquellos que lo recibimos por la fe, con sencillez de
corazn. . La Palabra de Dios no es solo para nuestra informacin, es tambin para nuestra
transformacin! Ser cristiano significa iniciar una nueva y total relacin con Dios, no solo dar vuelta
a una hoja o determinar hacer lo bueno. Los nuevos creyentes tienen un propsito cambiado,
direccin, actitud y conducta diferentes. Ya no buscan ms servirse a s mismos, sino servir a Dios.
Y no solo lleva fruto, sino que tambin crece y se multiplica hacia otros seres humanos.
2. Oracin Apostlica, para su crecimiento en Cristo:
En los versculos 9 al 12, leemos: Por lo cual tambin nosotros, desde el da que lo omos, no
cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seis llenos del conocimiento de su voluntad en toda
sabidura e inteligencia espiritual, para que andis como es digno del Seor, agradndole en todo,
llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; fortalecidos con todo
poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad; con gozo dando
gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz.
Esta es una de las cuatro oraciones ms impresionantes y hermosas del Apstol Pablo por los
hermanos, las otras las encontramos en Efesios 1:16-19; Efesios 3:14-19 y Filipenses 1:9-11.
Esta oracin apostlica por los hermanos, era para que fueran desarrollados o crecidos en la Vida
Divina. Su oracin por los colosenses tiene dos dimensiones:
I. que deban ser llenos del conocimiento de la voluntad de Dios a travs de la sabidura espiritual y
el entendimiento, y
II. que deban llevar fruto en toda buena obra al crecer en el conocimiento de Dios. El conocimiento
no existe solo para ser acumulado, debe darnos direccin para vivir.
Pablo quiso que los colosenses fueran sabios, pero tambin que usaran su conocimiento. El
conocimiento de Dios no es un secreto que solo algunos pueden descubrir, est disponible para
todos. Dios no quiere que solo sepamos ms acerca de l; si no, que tambin pongamos nuestras
creencias en prctica ayudando a otros.
La sabidura y el entendimiento espirituales provienen del Espritu de Dios, el cual est en nuestro
espritu, en contraste con la filosofa gnstica, la cual est solamente en la mente humana
entenebrecida. La sabidura est en nuestro espritu y sirve para que nosotros percibamos la
voluntad eterna de Dios; el entendimiento espiritual est en nuestra mente, la cual ha sido
renovada por el Espritu Santo, y sirve para que entendamos e interpretemos lo que percibimos en
nuestro espritu
Algunas veces nos preguntamos cmo podemos orar por los hermanos, por los misioneros y
lderes que no conocemos. Pablo aunque no haba visto a los colosenses, or fielmente por ellos.
Su oracin nos ensean cmo orar por otros, sea que los conozcamos o no.
Podemos pedir que ellos (1) comprendan la voluntad de Dios, (2) obtengan sabidura espiritual, (3)
agraden y honren a Dios, (4) lleven buenos frutos, (5) crezcan en el conocimiento de Dios, (6)
estn llenos de la fortaleza de Dios, (7) tengan gran perseverancia y paciencia, (8) estn llenos del
gozo de Cristo y (9) sean siempre agradecidos. Todos los creyentes tenemos estas mismas
necesidades bsicas.

Cuando no sepamos cmo orar por alguien, recordemos la forma en que Pablo or por los
Colosenses, por los Efesios, por los Filipenses y por todos los santos.
3. La Divinidad de Jesucristo:
El versculo 15, dicen l es la imagen del Dios invisible, el primognito de toda creacin.
Esta es una de las declaraciones ms firmes acerca de la naturaleza divina de Cristo dada a
conocer en la Biblia. Cristo no es solo igual a Dios (Filipenses 2.6), l es Dios (Juan 10.30, 38;
12.45, 14.111); como imagen del Dios invisible, l es la exacta representacin de Dios. No solo
refleja a Dios, sino que tambin nos revela a Dios (Juan 1.18; 14.9); como primognito de toda
creacin tiene la prioridad y autoridad como prncipe en la casa del Rey. Vino del cielo, no del polvo
de la tierra (1 Corintios 15.47), y es el Seor de todo (Romanos 9.5; 10.1113; Apocalipsis 1.5;
17.14). l es completamente santo (Hebreos 7.2628; 1 Pedro 1.19; 2.22; 1 Juan 3.5), y tiene
autoridad para juzgar al mundo (Romanos 2.16; 2 Corintios 5.10; 2 Timoteo 4.1). Por lo tanto, es
supremo sobre toda la creacin, incluyendo el mundo espiritual.
Nosotros, al igual que los creyentes de Colosas, debemos RECONOCER y creer en la Deidad de
Jesucristo (que Jess es Dios), sino nuestra fe cristiana es hueca, mal dirigida y sin sentido. Esta
es una verdad central en todo cristiano. Debemos oponernos a aquellos que dicen que Jess es
solo un profeta o un gran maestro.
Los judos dicen que Jehov es el primognito de todo el mundo o de toda la creacin, para
significar que La ha producido o creado todas las cosas, a Cristo aqu se le llama lo mismo, y las
palabras que siguen en los versculos 16 y 17 son la prueba de esto. La fraseologa es juda; y
como ellos la aplican al Ser Supremo meramente para denotar su preexistencia eterna y sealarlo
como la Causa de todas las cosas, es evidente que Pablo, la usa de la misma manera.
4. Supremaca de Cristo:

Supremaca, significa que es grado supremo en cualquier lnea, Altsimo, sin superior.
Por ello, en los versculos del 16 al 23, consideraremos la supremaca de Cristo en cuanto a 1) La
Creacin, 2) La Iglesia y 3) En la Reconciliacin.
I. En la Creacin:
Con respecto a la supremaca de Cristo en la creacin, leemos los versculos 16 y 17, los cuales
dicen: Porque en l fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la
tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo
fue creado por medio de l y para l. Y l es antes de todas las cosas, y todas las cosas en l
subsisten.
Como los falsos maestros crean que el mundo fsico era malo, deducan que Dios no pudo haberlo
creado. Razonaban que si Cristo fuera Dios, entonces solo debera estar a cargo del mundo
espiritual. Pero Pablo explica que tanto el mundo espiritual como el fsico fueron creados por l y
estn bajo su autoridad. Esto incluye no solo los gobiernos, sino tambin el mundo espiritual en el
cual estaban tan concentrados los herejes. No tiene a nadie como igual o rival. l es Seor de
todos.
Dios no solo es el creador del mundo, sino su sustentador. Todas las cosas en l subsisten, son
protegidas y prevenidas de la desintegracin y el caos. Debido a que Cristo es el sustentador de la
vida, ninguno de nosotros se puede independizar de l.

Todos sus siervos, somos los que debemos confiar en l para proteccin, cuidado y sustento.
II. En la Iglesia:
En cuanto a la supremaca de Cristo, refirindose a la Iglesia, leemos en los versculos 18 y 19,
as: Y l es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, l que es el principio, el primognito de entre
los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; por cuanto agrad al Padre que en l
habitase toda plenitud.
La Iglesia, (nosotros todos los redimidos, nacidos de nuevo por la regeneracin por el Espritu
Santo), es Su Cuerpo.
De la misma manera que la cabeza de un cuerpo humano forma un todo con el cuerpo, as Cristo
es corporativamente uno en vida y destino con sus redimidos.
El creyente entra a formar parte del Cuerpo mediante el bautismo del Espritu Santo (I Corintios
12:13); al mismo tiempo que se une a Cristo la Cabeza (Romanos 6:3-4).
As como la cabeza dirige y controla todas las actividades del cuerpo humano, tambin Cristo debe
de dirigir y controlar todas las actividades de la Iglesia, Su Cuerpo espiritual.
Cristo es el primognito entre los muertos. Jess resucit de la muerte y su resurreccin prueba
el seoro de Cristo sobre todo el mundo material. Todo aquel que confa en Cristo tambin
vencer a la muerte y resucitar para vivir eternamente con l (1Corintios 15.20; 1 Tesalonicenses
4.14). Por la muerte de Cristo en la cruz, l ha sido exaltado y elevado a la condicin que le
corresponda (vase Filipenses 2.511). Ya que Cristo es Seor del universo, seguramente le
daremos el primer lugar en todos nuestros pensamientos y actividades.
III. En la Reconciliacin:
Los versculos 20 al 23; nos hablan de la supremaca de Cristo en cuanto a la reconciliacin,
leemos as: Y por medio de l reconciliar consigo todas las cosas, as las que estn en la tierra
como las que estn en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz. Y a vosotros
tambin, que erais en otro tiempo extraos y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras,
ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y
sin mancha e irreprensibles delante de l; si en verdad permanecis fundados y firmes en la fe, y
sin moveros de la esperanza del evangelio que habis odo, el cual se predica en toda la creacin
que est debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro.
La reconciliacin, es la paz que Cristo establece entre Dios y el hombre; este ltimo estaba alejado
y enemistado con Dios como resultado de la cada.
La reconciliacin, fue posible mediante la sangre (la muerte de Cristo) derramada en la cruz. El
pecador logra reconciliarse por la obra del poder divino y pasa de un estado de hostilidad y
adversidad con Dios, a un estado de entrega total y confiada (Romanos 5:10; II Corintios 5:18-20).
La muerte de Cristo abre un camino para que todos puedan venir a Dios. Puso a un lado al pecado
que nos impeda disfrutar de una relacin correcta con nuestro Creador. Esto no significa que todos
han sido salvos, sino que el camino ha sido abierto para todo aquel que confe en Cristo para ser
salvo. Podemos tener paz con Dios y reconciliarnos al aceptar a Cristo, que muri en nuestro lugar.
Debido a que ramos extraos de Dios, desconocamos su manera de pensar y ramos enemigos
en nuestra mente. El pecado arruin nuestra manera de pensar respecto a Dios. Una forma
equivocada de pensar nos conduce a pecar, lo que pervierte y destruye nuestros pensamientos
acerca de l.

Nadie es lo suficientemente bueno para salvarse a s mismo. Si queremos vivir por la eternidad con
Cristo, debemos depender totalmente de la gracia de Dios. Esto es cierto, seamos homicidas o
sinceros ciudadanos laboriosos. Todos hemos pecado una y otra vez, y cualquier pecado es
suficiente para que nos motive a venir a Jesucristo para nuestra salvacin y vida eterna. Aparte de
Cristo, no hay forma de que nuestros pecados sean perdonados o quitados.
La forma de ser libres de la condenacin eterna, es confiar que Cristo la quito de en medio a travs
de su muerte y resurreccin. Debemos permanecer fundados y firmes en la verdad del
evangelio, poniendo nuestra confianza sola en Jess para que perdone nuestros pecados, nos
presente justos delante de Dios y nos d el poder suficiente para vivir como l quiere que lo
hagamos.
Cuando el juez de una corte declara al defendido inocente, es porque ha sido absuelto de todos
los cargos. Legalmente, es como si la persona nunca hubiera sido acusada. Cuando Dios perdona
nuestros pecados, nuestros antecedentes son limpiados. Desde su perspectiva, es como si nunca
hubiramos pecado. Esta es la solucin de Dios, y est a disposicin suya. No importa qu es lo
que haya hecho o cmo haya sido, el perdn de Dios es para todo aquel que cree en l. (San Juan
3:16)
5. Los sufrimientos del Apstol por la Iglesia:
En los versculos 24 y 25 encontramos los sufrimientos del apstol por la Iglesia, y dicen as:
Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las
aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia; de la cual fui hecho ministro, segn la
administracin de Dios que me fue dada para con vosotros, para que anuncie cumplidamente la
palabra de Dios.
Cuando Pablo dice: Cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo, no dice que la
muerte de Cristo fue insuficiente para salvarnos, tampoco dice que haya una cantidad
predeterminada de sufrimiento que deba ser pagada por todos los creyentes. Pablo afirma
simplemente que el sufrimiento es inevitable cuando las buenas nuevas de Cristo se llevan al
mundo. A esto se le llama los sufrimientos de Cristo, porque todos los cristianos estn unidos a
l. Cuando sufrimos, Cristo lo siente con nosotros. Pero este sufrimiento puede ser soportado con
gozo porque cambia vidas y conduce personas al reino de Dios.
Por ello, debemos de considerar que Pablo, siempre daba a todos los cristianos la exhortacin que
encontramos en hechos 14:19-22 Entonces vinieron unos judos de Antioqua y de Iconio, que
persuadieron a la multitud, y habiendo apedreado a Pablo, le arrastraron fuera de la ciudad,
pensando que estaba muerto. Pero rodendole los discpulos, se levant y entr en la ciudad; y al
da siguiente sali con Bernab para Derbe. Y despus de anunciar el evangelio a aquella ciudad y
de hacer muchos discpulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioqua, confirmando los nimos de
los discpulos, exhortndoles a que permaneciesen en la fe, y dicindoles: Es necesario que a
travs de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.
As tambin, debemos de considerar para nuestra edificacin la lectura de Filipenses 1:29,30
juntamente con las Palabras del Seor Jess en San Juan 16:33 que dicen: Estas cosas os he
hablado para que en m tengis paz. En el mundo tendris afliccin; pero confiad, yo he vencido al
mundo.
6. Cristo, en el creyente la esperanza de gloria:
Leemos en los versculos 26 y 27, as: el misterio que haba estado oculto desde los siglos y
edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, a quienes Dios quiso dar a conocer las
riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de
gloria.

La esencia del mensaje de Pablo en esta Epstola, es que el Cristo crucificado, resucitado y
ascendido y glorificado es la esperanza, tanto del judo como del gentil.
Ese Cristo glorioso, ahora despus de haber efectuado el proceso de la Redencin, es el Espritu
vivificante (I Corintios 15:45) y mora en el creyente.
Cuando Cristo habita en el corazn del creyente, ste cuenta con LA ESPERANZA DE GLORIA.
Desde el momento en que el creyente se identifica con l, es hecho uno con l, (I Corintios 6:17),
tanto en la vida como en el glorioso destino futuro. La humanidad glorificada de Cristo, es la
garanta de que el creyente ser glorificado por toda la eternidad (I de San Juan 3:2).
Por lo cual, la meta que se persigue al proclamar este misterio, es obtener la madurez en Cristo, lo
cual requiere lucha y trabajo, pero se cuenta para ello con el poder de Dios.

CAPITULO 2.
Lectura Bblica: Colosenses 2:1-23
B O S Q U E J O:
1. Cristo es suficiente contra la filosofa
2. Cristo es suficiente contra el legalismo
3. Cristo es suficiente contra la adoracin a los angeles
4. Cristo es suficiente contra el ascetismo.
I N T R O D U C C I O N:
El error nunca reconoce plenamente a la gracia ni produce una slida certeza en Cristo.
La respuesta es el misterio de Dios, que es CRISTO, en quien se encarno la plenitud de la
Divinidad para la redencin y reconciliacin del hombre. En el Dios encarnado estn escondidos
todos los tesoros de la sabidura y del conocimiento.
Por lo tanto, el Dios encarnado, es la respuesta a todo error de la llamada Filosofa, del legalismo,
de la adoracin a los angeles as como del ascetismo.
1. Cristo es suficiente contra la filosofa:
Leemos en los versculos del 1 al 13 as: Porque quiero que sepis cun gran lucha sostengo por
vosotros, y por los que estn en Laodicea, y por todos los que nunca han visto mi rostro; para que
sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno
entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, en quien estn
escondidos todos los tesoros de la sabidura y del conocimiento. Y esto lo digo para que nadie os
engae con palabras persuasivas. Porque aunque estoy ausente en cuerpo, no obstante en
espritu estoy con vosotros, gozndome y mirando vuestro buen orden y la firmeza de vuestra fe en
Cristo.

Por tanto, de la manera que habis recibido al Seor Jesucristo, andad en l; arraigados y
sobreedificados en l, y confirmados en la fe, as como habis sido enseados, abundando en
acciones de gracias.
Mirad que nadie os engae por medio de filosofas y huecas sutilezas, segn las tradiciones de los
hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no segn Cristo. Porque en l habita
corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estis completos en l, que es la cabeza de
todo principado y potestad. En l tambin fuisteis circuncidados con circuncisin no hecha a mano,
al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisin de Cristo; sepultados con l
en el bautismo, en el cual fuisteis tambin resucitados con l, mediante la fe en el poder de Dios
que le levant de los muertos. Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisin de
vuestra carne, os dio vida juntamente con l, perdonndoos todos los pecados.
El problema que Pablo combata en la iglesia de Colosas era la filosofa, el gnosticismo, y el
esoterismo.
Filosofa, trmino derivado del griego, que significa amor por la sabidura. Esta definicin clsica
convierte a la filosofa en una tensin que nunca concluye, en una bsqueda sin trmino del
verdadero conocimiento de la realidad. Por lo tanto, es cualquier sistema de pensamiento religioso,
que no coloca a la persona y a la obra de Cristo en el centro de la escena.
Esoterismo, conocimientos cerrados y ocultos para la mayora de las personas, pero accesibles
para los ya iniciados. En un sentido ms estricto, es el conjunto de enseanzas, doctrinas o
tcnicas simblicas destinadas a unos cuantos iniciados que deben buscar lo que hay ms all de
lo externo, es decir, lo interno, lo que permanece oculto.
Aun en los das de Pablo, estas ideas fueron atractivas para muchos y la exposicin de tales
enseanzas poda seducir a una iglesia que no conocan bien la doctrina de Cristo. Enseanzas
similares an son un problema. El antdoto para las ideas herticas es un conocimiento
concienzudo de la Palabra de Dios mediante el estudio personal y la enseanza sana de la Biblia.
Debemos de reconocer que la lucha contra el error, es una lucha intensa, debido a la oposicin
demonaca dirigida contra la verdad de Dios.
Por lo cual, entendemos que el remedio contra las falsas religiones sea la filosofa, el gnosticismo o
esoterismo, tiene como eje a Cristo, y comprende la adhesin a la verdad de su plena Deidad y
humanidad (San Juan 1:14 y Colosenses 1:19). El reconocimiento que la vida espiritual del
creyente debe de ser una vida plena en unin con l, (San Juan 15:1-5).
El reconocimiento de la autoridad de Cristo como cabeza del Cuerpo, La Iglesia, y su autoridad
sobre todos los seres creados. (Efesios 1:20-23)
Tambin debemos de reconocer que la unin con Cristo, coloca al creyente en una NUEVA
POSICIN, y esa posicin es la verdadera circuncisin espiritual que hace que el creyente este
capacitado para vivir una vida de victoria sobre el pecado.
2. Cristo es suficiente contra el legalismo:
En los versculos del 14-17, leemos as: anulando el acta de los decretos que haba contra
nosotros, que nos era contraria, quitndola de en medio y clavndola en la cruz, y despojando a los
principados y a las potestades, los exhibi pblicamente, triunfando sobre ellos en la cruz. Por
tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a das de fiesta, luna nueva o das de
reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo.

Al escribir a los Colosenses, el apstol Pablo busco corregir las doctrinas falsas de los judaizantes
y doctrinas resultantes de componendas entre unos y otros.
A diferencia del filosofo, las personas de mentalidad ms prctica no se preocupan muchos de
cosas que no puedan comprender, pero s quieren saber qu deben de hacer para ser cristianos.
Ven algunos mandamientos, o lo que a ellos les parecen ser mandamientos claros, y los obedecen.
Y para ellos, estos mandamientos son lo cntrico y Cristo mismo, es solamente una especie de
sombra all en el fondo. (Hechos 15:1)
Surge entonces la pregunta: QUINES SON LEGALISTAS? Son aquellas personas que apoyan
su salvacin en ellos mismos y no en Dios. Debemos de recordar lo escrito por Pablo a los de
Efeso. (Efesios 2:8,9).
Por supuesto que debemos de creer correctamente todas las doctrinas, y obedecer los
mandamientos; pero si en nuestra manera de pensar ponemos demasiado nfasis en lo que
creemos o lo que somos no nos acercamos peligrosamente a hacer descansar nuestra salvacin
en nosotros mismos?
Cristo, y no una doctrina o un mandamiento, es nuestro Salvador. l es la base de nuestra
esperanza, y no nosotros mismos. Por lo tanto, no debemos menospreciar la importancia de creer
la doctrina verdadera.
En vista de la suficiencia de Cristo, su abolicin de la Ley Mosaica como un medio de justificacin
(Romanos 10:4,5) y su decisiva victoria sobre los poderes del mal, Pablo insta a los colosenses a
rechazar el legalismo, impuesto por los falsos maestros. Tales cosas niegan la supremaca y
suficiencia de Cristo, y roban a los cristianos su libertad.
Si amamos demasiado una doctrina, tendemos a volvernos disgustados, duros y amargos hacia
aquellos que no creen nuestra doctrina. En cambio, si amamos a Cristo como Persona, Dios nos
hace semejantes a l, lo cual es su propsito eterno y el objetivo de nuestra predestinacin
(Romanos 8:29).
Debemos de considerar tambin, que es posible ser legalista acerca de una doctrina de Gracia.
3. Cristo es suficiente contra la adoracin de angeles:
Leemos en los versos 18 y 19, as: Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a
los ngeles, entremetindose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente
carnal, y no asindose de la Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo, nutrindose y unindose
por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios.
Gnosticismo, (del griego gnosis, conocimiento revelado), movimiento religioso esotrico que
floreci durante los siglos II y III y supuso un desafo para la cristiandad ortodoxa. La mayora de
las sectas gnsticas profesaban el cristianismo, pero sus creencias eran diferentes a las de la
mayora de los cristianos de los primeros tiempos de la Iglesia. Para sus seguidores el gnosticismo
prometa un conocimiento secreto del reino divino. Chispas o semillas del Ser Divino cayeron
desde este reino trascendental hasta el universo material, que es malo en su totalidad, y fueron
encarceladas en los cuerpos humanos. El conocimiento podra volver a despertar a esos
elementos divinos que de este modo volveran a su propia casa en el reino espiritual.
Esta hereja (una enseanza contraria a la doctrina cristiana), El gnosticismo se estableci en el
segundo siglo.
El gnosticismo ensea una humildad fingida y el culto a los ngeles; esa doctrina considera a
Cristo simplemente como el ms elevado en rango en el orden de los espritus creados. Y como

eso, atenta contra el Dios encarnado y Su obra, pues invita a venerar a los ngeles; Pablo advierte
contra esos errores y seala a los falsos maestros como intrusos audaces, que se entrometen en
temas de los cuales son ignorantes.
Los falsos maestros proclamaban que Dios estaba demasiado lejos y que podran acercarse slo a
travs de varios niveles de ngeles. Enseaban que el pueblo tena que adorar a los ngeles
progresivamente hasta alcanzar a Dios. Esto no es bblico, la Biblia ensea que los ngeles son
siervos de Dios y est prohibido adorarlos (xodo 20.3, 4; Apocalipsis 22.8, 9).
Adems, la Santa Palabra nos ensea que todo creyente en Cristo, puede acercarse a Dios con
toda confianza, (Hebreos 4:16). Debemos de estar ciertos que el sacrificio de Cristo nos abri la
entrada hasta el mismo Trono de Dios. (Hebreos 10:19-23). Y adems, no necesitamos mas
mediadores que Cristo mismo, (I Timoteo 2:5,6) lo cual nos libera de la tradicin religiosa romana,
que ensea la necesaria mediacin de Mara.
4. Cristo es suficiente contra el ascetismo:
Al terminar el capitulo 2, leemos en los versos del 20 al 23, as: Pues si habis muerto con Cristo
en cuanto a los rudimentos del mundo, por qu, como si vivieseis en el mundo, os sometis a
preceptos tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques (en conformidad a mandamientos y
doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso? Tales cosas tienen a la verdad
cierta reputacin de sabidura en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no
tienen valor alguno contra los apetitos de la carne.
Ascetismo (del griego askesis, ejercicio), prctica de abnegacin y de renuncia de los placeres
mundanos con el fin de alcanzar el ms alto grado de espiritualidad, de intelectualidad o de
autoconciencia. Entre los antiguos griegos, el trmino original haca referencia al entrenamiento al
que se sometan atletas y soldados. En filosofa griega, los seguidores del cinismo y del estoicismo
se esforzaban en dominar el deseo y la pasin.
El ascetismo lo practican tambin algunos seguidores de casi todas las religiones.
Casi siempre requiere abstinencia de comida, de bebida y de actividad sexual, es decir, ayuno y
celibato, y a veces tambin sufrimiento fsico o incomodidades, por ejemplo, soportar calores o
fros o la auto-punicin, como ocurre en el sufismo o como practican los flagelantes. El ascetismo
puede exigir incluso la retirada del mundo para llevar una vida de meditacin, como se hace en la
prctica del yoga. Estdiese tambin Budismo; Hinduismo; Monacato; Penitencia.
La tendencia es que estos elementos rudimentarios, produzcan un ascetismo legalista, lo cual
resulta deshonroso frente a la libertad que Cristo ha adquirido para los suyos, es decir sus
creyentes por la fe en l.
A esto se refiere el apstol cuando habla de LOS RUDIMENTOS, simples elementos del sistema
que impera en la tierra. La ley inculca la idea de los mritos por las obras para alcanzar a Dios, en
oposicin a la Gracia por la fe en la plena suficiencia de la persona y de la obra de Cristo.
El ascetismo ni honra a Dios ni beneficia a la carne, es intil en todo sentido; si somos libres,
porqu hemos de permitir que se nos impongan leyes o atarnos nosotros mismos a determinados
preceptos. Todo lo contrario, debemos de romper con tales reglamentos como NO MANEJES, NO
GUSTES, NI AUN TOQUES.
La exigencia de tales ordenanzas ahora, bajo la Gracia, es el resultado de mandamientos y
enseanzas de los hombres, no de Dios, tal como suceda con los judos en el tiempo de la Ley,
(San Marcos 7:1-13). Se reducen a un simple CULTO VOLUNTARIO, no a una comunin con
Dios dirigida por el Espritu Santo; a una falsa humildad y no a una verdadera sumisin a la Gracia
de Dios en Cristo.

Para concluir, debemos de reconocer que la Gracia humilla al hombre y ensalza a Dios.
CAPITULO 3.
Lectura Bblica: Colosenses 3:1-25
B O S Q U E J O:
1. Vida demandada, con relacin a Cristo
2. Vida demandada, con relacin a la Iglesia local
3. Vida demandada, con relacin a la familia
4. Vida demandada, con relacin al trabajo
I N T R O D U C C I O N:
En el captulo 2, hemos considerado como el apstol Pablo expone las razones errneas para la
autonegacin o ascetismo.
En este captulo 3, veremos como nos explica la verdadera conducta cristiana demandada, en
nuestra relacin para con Cristo, para con los hermanos de la iglesia local, para con nuestra
familia, y con respecto al trabajo.
Quedando revestidos con la nueva naturaleza, al haber aceptado a Cristo, y dejando morir la
antigua naturaleza. Debe de cambiar nuestra conducta moral y tica al dejar que Cristo viva en
nosotros, de modo que pueda moldearnos hacia lo que debemos ser, es decir, semejantes a l.
1. Vida demandada, con relacin a Cristo:
En los versculos del 1 al 8, leemos as: Si, pues, habis resucitado con Cristo, buscad las cosas
de arriba, donde est Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no
en las de la tierra. Porque habis muerto, y vuestra vida est escondida con Cristo en Dios.
Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros tambin seris manifestados con l
en gloria. Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicacin, impureza, pasiones
desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatra; cosas por las cuales la ira de Dios viene
sobre los hijos de desobediencia, en las cuales vosotros tambin anduvisteis en otro tiempo
cuando vivais en ellas. Pero ahora dejad tambin vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia,
blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca.
La base para un andar celestial, es el hecho de la unin con Cristo en la resurreccin espiritual,
(nacer de nuevo). Nuestra unin es espiritual, de ah que nuestro andar o modo de vida, ha de ser
tambin celestial.
Debemos quitar de nosotros toda prctica de maldad e inmoralidad. Luego podremos
encomendarnos a nosotros mismos lo que Cristo ensea. Pablo apelaba al compromiso hecho por
los creyentes y los instaba a permanecer fieles a su confesin de fe. Deban despojarse de la vieja
vida y revestirse de la nueva forma de vivir que Cristo les daba y dejarse guiar por el Espritu
Santo.
Buscar las cosas de arriba: Significa luchar por poner las prioridades celestiales en la prctica
diaria. Preferir lo eternal antes que lo temporal. Lase Filipenses 4:8.
Porque habis muerto: Significa que nuestro deseo por este mundo debera ser como el de una

persona muerta: Algo insignificante. Esta verdad nos da una perspectiva diferente en nuestras
vidas aqu en la tierra. Debiramos considerarnos muertos e insensibles a la fornicacin, impureza,
pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia. As como las ramas enfermas de un rbol, estas
prcticas deben ser cortadas antes de que nos destruyan. Debemos hacer cada da una decisin
concienzuda para quitar cualquier cosa que sostenga o alimente estos deseos y depender del
poder del Espritu Santo.
Poner la mira en las cosas de arriba: Significa mirar la vida desde la perspectiva de Dios y hacer lo
que a l le agrada. Este es el antdoto para el materialismo. Obtenemos la perspectiva apropiada
de los bienes materiales cuando los vemos de la misma manera en que Dios los ve. Cuanto ms
consideremos al mundo a nuestro alrededor de la manera en que Dios lo hace, tanto ms
viviremos en armona con l. No debemos apegarnos demasiado a aquello que es solo temporal. (I
Timoteo 6:6-11)
Nuestro servicio y conducta no ganan nuestra salvacin, pero son consecuencia de ella. Estemos
tranquilos que nuestra salvacin es segura y vivamos cada da para Cristo.
Cristo nos da poder para ayudarnos a vivir por l ahora, y nos da esperanza para el futuro: l
vendr otra vez.
En lo que queda de este captulo, Pablo explica cmo deberan vivir los cristianos ahora, a fin de
estar preparados para el regreso de Cristo.

2. Vida demandada, con relacin a la Iglesia local:


Con respecto a nuestra vida cristiana, en relacin con los hermanos de la Iglesia (creyentes) tanto
en nuestra localidad como universalmente, leemos en los versculos del 9 al 17 as:
No mintis los unos a los otros, habindoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y
revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo cre se va renovando hasta el
conocimiento pleno, donde no hay griego ni judo, circuncisin ni incircuncisin, brbaro ni escita,
siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos.
Vestos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entraable misericordia, de
benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportndoos unos a otros, y
perdonndoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os
perdon, as tambin hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestos de amor, que es el
vnculo perfecto. Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis
llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.
La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, ensendoos y exhortndoos unos a otros
en toda sabidura, cantando con gracia en vuestros corazones al Seor con salmos e himnos y
cnticos espirituales. Y todo lo que hacis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre
del Seor Jess, dando gracias a Dios Padre por medio de l.
Mentir los unos a los otros interrumpe la unidad y destruye la confianza. Echa abajo las relaciones
y puede conducir a serios conflictos en una iglesia. Por eso no exageremos ni hagamos correr un
rumor o chisme. Comprometmonos a decir la verdad entre nosotros.
Entendamos que el cristiano est en un programa de educacin continua. Cuanto ms conocemos
de Cristo y de su obra, mayor ser el cambio en nuestras vidas para ser semejantes a l. Ya que
este proceso es de por vida, nunca deberamos dejar de aprender y obedecer. No hay justificacin
para quedarse atrs, sino ms bien, una motivacin para enriquecernos al crecer en l. Esto
requiere prctica, revisin, paciencia y concentracin para mantenernos en concordancia con su

voluntad.
Con respeto a la Iglesia cristiana, no debemos tener barreras de nacionalidad, raza, educacin,
nivel social, riqueza, sexo y poder. Cristo derrib todas las barreras y acepta a toda persona que
viene a l. Nada debe de impedir que hablemos de Cristo o que aceptemos a alguien en nuestra
asamblea (Efesios 2.14, 15).
Los cristianos deberamos de abocarnos a la tarea de construir puentes y no muros, puesto que
somos miembros de la familia de Dios y partes del mismo Cuerpo. Por eso el apstol Pablo
recomienda en la carta a los Efesios en el capitulo 4:3-6 lo siguiente: solcitos en guardar la unidad
del Espritu en el vnculo de la paz; Un cuerpo, y un Espritu, como fuisteis tambin llamados en
una misma esperanza de vuestra vocacin; un Seor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de
todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.
Debemos de recordar que Dios ha dado a su Iglesia una enorme responsabilidad: hacer discpulos
en todas las naciones (Mateo 28.1820).
Esto Involucra predicar, ensear, sanar, nutrir, dar, administrar, edificar y muchas tareas ms. Si
tuviramos que cumplir este mandato como individuos, podramos rendirnos aun antes de
intentarlo, sera tarea imposible. Pero Dios nos ha llamado a ser miembros de su cuerpo. Algunos
podemos cumplir con una tarea, otros harn otra.
Juntos podemos obedecerle mejor de lo que lo haramos en forma individual. Trabajando juntos,
como el cuerpo de Cristo, podemos expresar la plenitud de l.
Los cristianos debemos de vivir en perfecta armona. Esto no significa que no van a existir
opiniones distintas, los cristianos debemos trabajar juntos en amor, ms all de nuestras
diferencias. Dicho amor no es un sentimiento sino una decisin de satisfacer las necesidades de
los otros (vase 1 Corintios 13). Esto conduce a la paz entre los individuos y entre los miembros
del cuerpo de creyentes.
Qu significa revestido del nuevo? Significa que nuestra conducta debe de ser conforme con
nuestra fe. Ser cristiano es ms que hacer buenas decisiones y tener buenas intenciones, significa
tomar el camino correcto. Este es un paso sencillo, tan simple como ponerse su ropa.
La Biblia nos ofrece una estrategia para ayudarnos a vivir para Dios cada da:
imitar el espritu perdonador y misericordioso de Cristo (3.12, 13);
dejar que el amor gue nuestra vida (3.14);
permitir que la paz de Cristo gobierne nuestro corazn (3.15);
ser siempre agradecidos (3.15);
tomar en cuenta la Palabra de Dios siempre (3.16);
vivir como representantes de Cristo (3.17).
La clave para perdonar a otros es recordar lo mucho que Dios nos perdon. Pensar en el perdn y
el amor infinito de Dios puede ayudarnos a amar y perdonar a otros. Tambin debemos de recordar
las palabras del Seor Jesucristo en San Mateo 18:21,22; en donde nos ilustra la amplitud del
perdn que debemos de conceder a nuestros hermanos.
Por otro lado, todo cristiano debe de llenarse de la Santa Palabra del Seor, para que estemos bien
instruidos en la doctrina de Cristo, lo cual proviene de un constante estudio de ella. Y adems, para

edificar a los hermanos de la iglesia, con los cuales tenemos comunin constante. (I
Tesalonicenses 5:11).
Aunque los cristianos primitivos tuvieron acceso al Antiguo Testamento y lo usaron con libertad, no
tenan a su alcance, como nosotros, el Nuevo Testamento ni ningn otro libro cristiano para
estudiar.
Sus historias y enseanzas acerca de Cristo fueron memorizadas y transmitidas de persona a
persona. Algunas ocasiones se le puso msica, por lo que esta vino a ser una parte importante en
la adoracin y educacin cristianas.
Hacedlo todo en el nombre del Seor Jess: Esto significa dar honor a Cristo en cada aspecto y
actividad de nuestro diario vivir. Como cristianos, nosotros representamos al Seor Jess siempre:
Dondequiera que vayamos o en lo que digamos. (San Mateo 5:13-16; I de Pedro 2:12).
3. Vida demandada, con relacin a la familia:
Al leer los versculos del 18 al 21, dicen as: Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como
conviene en el Seor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seis speros con ellas. Hijos,
obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Seor. Padres, no exasperis a
vuestros hijos, para que no se desalienten.
Las esposas tienen que actuar sobre la base de dos principios:
1) Sumisin a sus esposos (Gnesis 3:16), y
2) Lo adecuado y decoroso en el Seor (Efesios 5:22; y I de Pedro 3:1)
Las esposas deben de sujetarse en todo a sus maridos, segn la ordenanza de Dios esta sujecin
debe ser absoluta, sin concesin alguna.
Esto no quiere decir que ellas, deban obedecer a sus maridos en todo. obedecer es diferente a
someterse; con relacin a la obediencia el nfasis est en el cumplimiento, mientras que en cuanto
a la sumisin, el nfasis est en la subordinacin. En las cosas pecaminosas, las cuales estn en
contra y Dios y Cristo, las esposas no deben obedecer a sus maridos; sin embargo, ellas deben
seguir sujetas a ellos.
Podemos contemplar esto, en la experiencia de los tres compaeros del Profeta Daniel (Daniel
3:13-23). En una situacin similar, ellos desobedecieron la orden del rey de Babilonia de adorar la
imagen, an as, podemos ver que ellos permanecieron sujetos a la autoridad del rey.
Con respecto a los maridos, podemos contemplar el amor de Cristo por la Iglesia. Y debido a ese
ejemplo los maridos debemos de estar dispuestos a pagar un precio, an a morir por nuestras
esposas. Vemos pues, que la autoridad del hombre sobre la mujer se funda en su amor, amor que
debe ser tal que lo lleve an a arriesgar su vida por ella.
En el asunto de la relacin de los hijos y padres el Apstol da recomendaciones al respecto.
Obedecer a los padres, no slo es correcto sino justo, pues Dios lo ordena en sus mandamientos,
por lo tanto es un deber que El nunca excusar. Honrar es diferente de obedecer, obedecer es una
accin mientras que honrar es una actitud. Por lo cual debemos de considerar aqu, que es posible
que los hijos obedezcan a sus padres sin honrarlos. Para honrar a sus padres, los hijos necesitan
mostrar una actitud de estima y respeto, una demostracin de aprecio a su dignidad. Todos los
hijos necesitan aprender a obedecer a sus padres y al mismo tiempo, honrarlos.
En xodo 20:12 no solo encontramos que es el primer mandamiento con promesa, sino tambin

que es el primer mandamiento en cuanto a las relaciones humanas. La promesa de Dios a los hijos
que obedecen y honran a sus padres, se refiere a ser prsperos en bendiciones materiales y tener
larga vida en esta tierra, es decir que pueden llegar a ser ancianos y cumplir sus das (Salmos
90:10).
Obedecer en el Seor a sus padres, se refiere a que se obedezca por parte de los hijos a sus
padres, en tanto que los mandatos de estos, estn de acuerdo a la voluntad y la Palabra de Dios.
Ya que por cierto ningn hijo est obligado a obedecer a un padre cuyas rdenes sean irrazonables
o contrarias a los mandamientos de la Santa Escritura.
Con referencia a los Padres, se aconseja criar a sus hijos en la disciplina y amonestacin del
Seor. Tambin se recomienda no provocarlos a ira, es decir no tratarlos cruelmente ya que con
esto, no solo se conseguir endurecerlos sino que se desesperen en sus pecados.
La disciplina y amonestacin de los padres hacia los hijos, incluye la instruccin. La mente debe
ser alimentada con disciplinas e instruccin sanas, as como el cuerpo lo es con el alimento
adecuado. Por lo tanto, los padres deben de transmitir todo conocimiento que es propio para los
nios, inclusive principios y reglas elementales de conducta. Necesariamente la instruccin
primordial, es que los padres enseen a sus hijos la Palabra de Dios, es decir que les exhorten a
conocer la Biblia. Sin embargo, la manera en que los hijos se desarrollan, depende esencialmente
de la misericordia de Dios, El cual pone en cada persona, el querer y el hacer por Su soberana
divina.
4. Vida demandada, con relacin al trabajo:
Para finalizar este capitulo, Podemos ver las instrucciones que se dan a los cristianos, con respeto
al trabajo; leemos en los versculos del 22 al 25 as: Siervos, obedeced en todo a vuestros amos
terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazn
sincero, temiendo a Dios. Y todo lo que hagis, hacedlo de corazn, como para el Seor y no para
los hombres; sabiendo que del Seor recibiris la recompensa de la herencia, porque a Cristo el
Seor servs. Mas el que hace injusticia, recibir la injusticia que hiciere, porque no hay acepcin
de personas.
En los tiempos del apstol Pablo, cuando escribi esta epstola, los esclavos eran comprados por
sus amos y los amos tenan derecho sobre sus vidas. Algunos esclavos y algunos amos llegaron a
ser hermanos en la iglesia. Como hermanos en la iglesia, eran iguales y no haba distincin entre
ellos (Colosenses 3:11), pero en casa, los que eran esclavos todava estaban obligados a obedecer
a los hermanos que eran sus amos segn la carne.
Aunque DOULOS, frecuentemente significa un esclavo, tambin implica un empleado en general,
o cualquiera que esta obligado hacia otro, sea de por vida o por un tiempo limitado. Es decir que
sea esclavo o empleado, esta obligado a servir fielmente a aquel cuyo dinero ha invertido para
adquirir sus servicios y por un principio de justicia, como cristianos.
El servicio de los empleados, debe de ser constante y no meramente en su presencia, cuando su
ojo (el del patrn) est sobre ellos, como lo hacen los sirvientes hipcritas e infieles, los cuales no
consultan a sus conciencias en ninguna parte ni tiempo de su trabajo. A los trabajadores se les dice
que deben de hacerlo adecuadamente como si su amo fuera Cristo mismo

CAPITULO 4.
Lectura Bblica: Colosenses 4:1-18
B O S Q U E J O:

1. Consejo a los patrones


2. Consejo sobre la oracin
3. Consejo para evangelizar
4. Compaeros y saludos de Pablo
5. La Iglesia en las casas.
I N T R O D U C C I O N:
La Carta a los Colosenses, termina en el capitulo 4, dando consejos a los patrones, anima al
creyente a la vida de oracin, se refiere tambin, a como debemos de compartir con los incrdulos
el mensaje de Dios, y saluda juntamente con sus compaeros a los santos en Colosas y nos
informa de las iglesias en casas.
1. Consejo a los patrones:
El versculo 1, pertenece en realidad al captulo 3, al cual debera de agregarse, y este capitulo
empezar con el versculo 2.
Leemos en el verso 1, as: Amos, haced lo que es justo y recto con vuestros siervos, sabiendo que
tambin vosotros tenis un Amo en los cielos.
Con respecto a los amos o patrones, se les recomienda actuar de manera tranquila y afectuosa,
dejando las amenazas y cuando sea necesario castigar a sus servidores, que el castigo sea leve y
moderado como sea posible; y no usar para nada la venganza, porque sta es del diablo y no de
Dios.
Los patrones deben de pagar a sus empleados, salarios justos para que vivan dignamente con sus
familias, y tratarlos con respeto y afecto. Los que tienen empleados deben de recordar la
advertencia de Santiago 5:1-6.
Se les hace incluso un recordatorio a los patrones, para que recuerden siempre que as como ellos
son amos de quienes les sirven temporalmente, Dios es amo de los patrones terrenales. Se les
hace ver que as como ellos traten a sus sirvientes, Dios los tratar a ellos, y que no supongan que
porque en la tierra la condicin de sus sirvientes es inferior a la de ellos, Dios los considera menos
dignos que ellos. No hay tal, porque para Dios no hay acepcin de personas (Romanos 2:11;
Colosenses 3:25; Efesios 6:9).
2. Consejo sobre la oracin:

Leemos en los versculos del 2 al 4 as: Perseverad en la oracin, velando en ella con accin de
gracias; orando tambin al mismo tiempo por nosotros, para que el Seor nos abra puerta para la
palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el cual tambin estoy preso, para que lo
manifieste como debo hablar.
La oracin, es el arma y medio espiritual de una importancia grande, por lo cual el apstol,
aconseja a que se persevere en ello.
Nuestra perseverancia, es una demostracin de que nosotros creemos que Dios contestar
nuestras oraciones. Nuestra fe no debe de desmayar si las respuestas se tardan en venir, pudiendo

ser que la demora sea la manera divina de forjar su voluntad en nuestras vidas.
Cuando vivimos por fe, no debemos rendirnos. Dios puede demorar su respuesta, pero siempre
tendr buenas razones y no debemos confundirlas con negligencia de su parte. Al persistir en la
oracin, crecemos en carcter, fe y esperanza.
Cuando parece que nos cansamos de orar, tengamos presente que Dios est all, siempre
escucha, siempre acta, quiz no en la forma que nosotros esperbamos, sino en la manera que l
considere que es mejor.
Definitivamente no podemos pasar todo el tiempo sobre nuestras rodillas, pero es posible asumir
una actitud de oracin todo el tiempo. (I Tesalonicenses 5:17)
Esta actitud se construye sobre el reconocimiento de nuestra dependencia de Dios, (San Juan
15:5) tomando en cuenta que est con nosotros y con la determinacin de obedecerle en todo.
Luego hallaremos que es natural orar con frecuencia, espontneamente, oraciones cortas. Una
actitud de oracin no debe sustituir al tiempo dedicado a la oracin en s, sino que debiera ser una
consecuencia del mismo.
Hablando sobre la oracin, el Seor Jesucristo, nos ensea por el versculo de San Lucas 18:1;
que la oracin es una NECESIDAD, que hay que hacerla SIEMPRE, y tambin debemos de
reconocer que en ello hay que NO DESMAYAR.
3. Consejos para Evangelizar:
En los versculos del 3 al 5, leemos: Orando tambin al mismo tiempo por nosotros, para que el
Seor nos abra puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el cual
tambin estoy preso, para que lo manifieste como debo hablar.
Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo. Sea vuestra palabra siempre con
gracia, sazonada con sal, para que sepis cmo debis responder a cada uno.
Pablo pidi oracin para poder proclamar las buenas nuevas de Cristo con claridad, y nosotros
podemos pedir oracin para hacer lo mismo. No importa que forma de evangelizacin usemos, sea
que enfaticemos ejemplo y estilo de vida o discipulado, nunca deberamos oscurecer el mensaje
del evangelio.
Todos los creyentes, debemos de ser sabios al tener contacto con los incrdulos, debiendo sacar el
mayor provecho a las oportunidades que tenemos, para contarle las buenas nuevas de salvacin.
Es nuestro deber anunciar a otros a Cristo, mediante la explicacin y la predicacin de este
maravilloso Evangelio. (Proverbios 11:30).
4. Compaeros y saludos de Pablo:
En los versculos del 7 al 15, encontramos una lista de compaeros del apstol Pablo y sus
saludos correspondientes:
Tquico era uno de los representantes personales de Pablo y probablemente el portador de las
cartas a los Colosenses y los Efesios (vase tambin Efesios 6.21, 22). Acompa a Pablo a
Jerusaln llevando lo recolectado para la iglesia (Hechos 20.4).
Aristarco era un tesalonicense que acompa a Pablo en su tercer viaje misionero. Estuvo con
Pablo en el alboroto de feso (Hechos 19.29). Tquico y l estuvieron con el apstol en Grecia
(Hechos 20.4). Aristarco fue a Roma con Pablo (Hechos 27.2).
Marcos parti con Pablo y Bernab en el primer viaje (Hechos 12.25), pero los dej en medio del

viaje por razones desconocidas (Hechos 13.13). Bernab y Marcos eran parientes, y cuando Pablo
rehus aceptar la compaa de Marcos en otro viaje, se fueron juntos para predicar el evangelio
(Hechos 15.3741). Marcos tambin trabaj con Pedro (Hechos 12.12, 13; 1 Pedro 5.13). Ms
tarde, Marcos y Pablo se reconciliaron (Filemn 24). Marcos escribi el evangelio que lleva su
nombre. Su perfil est en Hechos 12.
Epafras fue uno de los fundadores de la Iglesia en Colosas y su informe a Pablo, en Roma, lo
motiv a escribir esta carta. Epafras era un hroe de la iglesia en Colosas, uno de los creyentes
que contribuy a que la misma se mantuviera unida a pesar de los problemas crecientes. Sus
oraciones fervientes por los creyentes muestran su amor profundo y su inters por ellos.
Laodicea se hallaba a pocos kilmetros al noroeste de Colosas; Hierpolis estaba a unos 8 Km. al
norte de Laodicea.
Lucas pas mucho tiempo con Pablo, no solo acompandolo en gran parte del tercer viaje
misionero sino tambin permaneciendo con l en la prisin en Roma. Lucas escribi su Evangelio y
Hechos. Su perfil est en Hechos 17.
Demas fue fiel a Pablo por un tiempo, luego lo abandon amando este mundo (2 Timoteo 4.10).
5. La Iglesia en las casas:
En el versculo 15, leemos as: Saludad a los hermanos que estn en Laodicea, y a Ninfas y a la
iglesia que est en su casa.
La iglesia primitiva, con frecuencia, se reuna en los hogares. Los edificios construidos, llamados
templos, no fueron conocidos sino hasta el tercer siglo.
El proceso de edificacin espiritual no se puede lograr entre grandes muchedumbres de gentes.
Requiere el ambiente de grupos ms pequeos, donde puede haber un entretejido ntimo al
convivir juntos.
Una evidencia importante de que el Seor est restaurando Su iglesia, es el nmero creciente de
asambleas Cristianas que usan grupos pequeos como medio para equipar a sus santos para el
servicio. Estos grupos tienen una variedad de nombres tales como, grupos domsticos, grupos de
clula, grupos de solicitud, etc. Sin embargo, el Nuevo Testamento se refiere a ellos como iglesias.
He aqu algunos ejemplos (Hechos 2:46, 20:20; Romanos 16:5; I de Corintios 16:19; Filemn 1:2
Hechos 2:46 Ellos perseveraban unnimes en el templo da tras da, y partiendo el pan casa por
casa, participaban de la comida con alegra y con sencillez de corazn.
Hechos 20:20 Y sabis que no he rehuido el anunciaros nada que os fuese til, y el ensearos
pblicamente y de casa en casa.
Romanos 16:5 Saludad tambin a la iglesia de su casa. Saludad a Epeneto, amado mo, que es
uno de los primeros frutos de Acaya en Cristo.
I de Corintios 16:19 Las iglesias de Asia os saludan. Aquila y Priscila, con la iglesia que est en
su casa, os saludan mucho en el Seor.
Filemn 1:2 Y a la amada hermana Apia, y a Arquipo nuestro compaero de milicia, y a la iglesia
que est en tu casa.
Las iglesias en las casas no son simplemente estudios bblicos o reuniones de oracin entre
semana. Ni es un servicio de transfusin diseado para sustentar a los santos hasta la reunin del

domingo siguiente.
Una iglesia en casa es la expresin ms pequea de una iglesia local, un ambiente donde cada
santo puede estrechar sus relaciones y halla su lugar de funcin en el Cuerpo de Cristo.
F I N.

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