Mujeres en La Iglesia

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MUJERES EN LA IGLESIA

Las mujeres fueron muy importante en el ministerio de Jewss, El no las


exclutyo, al contrario estuvieron muy presente en su ministerio.
La biblia nos muestra que ayudaban a Jesus en su ministerio.
Estuvieron presente en su crucifixin, y en su resurrecion
Mateo 28:1-10
Jesus tuvo encuentros con mujeres que al conocerle fueron cambiadas,
la mujer samaritana,

"Porque ha puesto sus ojos sobre la pequeez de su esclava; pues he


aqu que desde ahora me tendrn por dichosa entre todas las
generaciones." Lucas 1:48.
Lase Lucas 1
Mara, la madre de nuestro Seor, era tambin descendiente, o hija, de
un rey. Cristo naci de ella y slo de ella. El apstol Pablo afirma que
Cristo era de "la simiente de David segn la carne". Y aunque las
genealogas de Mateo y Lucas terminan con el nombre de Jos, fue slo
a travs de Mara que Cristo pudo ser hijo de David segn la carne.
El hecho de que Mara fuera la prima de Elisabet no impide que creamos
que era de estirpe regia. Es verdad que Elisabet era descendiente de
Lev, y que generalmente los hijos de los sacerdotes se casaban con
miembros de la misma tribu. Pero, esto no era una regla rgida.
Mara era, pues, la hija de un rey. Por ello su humildad se destaca an
ms. No hay que pensar que pertenecer a una clase humilde sea algo
vergonzoso. Aunque hija de rey estaba casada con un carpintero. No es
imposible que una persona de una alta posicin social descienda
sbitamente a un plano social o econmico ms humilde. Entonces las
privaciones materiales no suelen ser llevadas con gracia. Son un motivo
de queja permanente. Sin embargo pueden ser una bendicin para
algunos. En general estas personas tienden a desarrollar mejor su alma
y ser ms cultas y refinadas.
Hay un punto en la vida de Mara en que discrepamos de los
catolicorromanos. Desde 1879 confiesan que la concepcin de Mara, o
sea, su propio nacimiento fue tambin milagroso: sin pecado, que no
estaba afectada por el pecado original. Se suele aadir a esto que
adems nunca pec. De ser esto as Mara estara aparte del resto de la

raza humana. Tales son las implicaciones de la doctrina de la Inmaculada


Concepcin.
Si preguntamos la base de esta creencia, se nos refiere a Lucas 1:28:
"Bendita eres t entre las mujeres." (Que por cierto no se halla en los
manuscritos ms antiguos.) Esto se expresa en griego con la palabra "
kecharitomene". Orgenes interpret esto como que significaba una
gracia especial concedida a Mara, incluso antes de su nacimiento. Si
aceptamos esto podemos decir lo mismo de Juan, porque l recibi el
Espritu Santo antes del nacimiento. Y nadie dice que Juan el Bautista
naci inmaculado y puro. La Iglesia Catlica cita a otros padres de la
Iglesia como evidencia adicional. Pero, todas estas afirmaciones carecen
de valor si no descansan sobre la Palabra de Dios. Y todava podemos
preguntar: si fue posible que Mara naciera inmaculada de padres
pecadores, por qu no tena que ser tambin posible que naciera as
Cristo?
Sin embargo, hay un argumento mucho ms poderoso en contra de esta
doctrina de la Inmaculada Concepcin. Si fuera cierta, hara innecesaria
y superflua la obra de la salvacin. Si Mara pudo nacer inmaculada y
permanecer sin pecado, lo mismo poda la gracia haber efectuado esto
para el resto de los hombres, despus de la cada. Con ello, el pecado al
instante habra quedado anulado, y la venida del Mediador habra sido
innecesaria
Por tanto, para nosotros la humildad y pequeez de Mara tiene un doble
significado. Ocupa un estado humilde, para ilustrar cmo una princesa
de la casa de David haba descendido de su alta posicin. Nos ilustra,
adems, cmo toda la raza haba cado de su alta posicin en el Paraso,
a los planos bajos del pecado y la culpa.
Preguntas sugeridas para estudio y discusin:
1- Qu significa la humildad y pequeez de Mara?
2- Por qu era necesario que tomara este estado?
3- Qu significa la doctrina catolico-romana de la "Inmaculada
Consepcin de Mara?
II - La madre de nuestro Seor
"Porque ha hecho por m grandes cosas el Poderoso; Santo es su
nombre." Lucas 1:49.
Lease Lucas 2

En su canto de alabanza, Mara dice que el Seor ha hecho grandes


cosas por ella, y dice que su nombre es Santo. Su alabanza no era en
modo alguno exagerada. No cabe mayor honor sobre un ser humano que
el que le correspondi a Mara. Era verdaderamente la ms bendita de
todas las mujeres. De todas las hijas de los hombres, ella fue escogida
para que el Altsimo la favoreciera con su gracia y la cubriera con su
sombra. A lo largo de los siglos se le ha concedido el nombre de Madre
de Dios, y no hay objecin a usarlo, con tal que se interprete este
nombre debidamente.
Las Escrituras cantan honores a Mara y no se andan remisos en ello. El
ngel la salud como muy favorecida. Elisabet la llam "bendita entre
las mujeres", "Bienaventurada porque haba credo" (v. 45). Mara
misma, se daba cuenta de sus bendiciones cuando dice: " Me tendrn
por dichosa todas las generaciones." No tenemos que ir al otro extremo,
cuando reaccionamos contra el nfasis excesivo a su gloria que le
conceden las Iglesias Catlica, Romana y Griega.
Mara fue elegida por Dios en un sentido nico. Su privilegio fue mayor
que el que se ha concedido a mortal alguno. Ello es ms destacado por
su estado humilde, a pesar de sus ilustres antecesores. Pero no hemos
de quitarle la gloria que le pertenece porque otros le conceden honores
indebidos.
El favor nico que se le concedi fue el de ser la Madre de nuestro
Seor, que el Hijo de Dios tomara forma humana de su carne y su
sangre. Mara bebi de los santos ojos del nio el amor que los dems
tardaron muchos aos en conocer. Este honor no lo gan; le fue
concedido por Dios en su soberana absoluta. Eligi a Mara. Salv su
vida y le envi el ngel para entregarle el mensaje. La abundancia de
gracia que le fue concedida es motivo para que nosotros loemos, no el
nombre de Mara, sino del Seor Dios que se la concedi. La misma
esencia de la gracia nos impide que loemos a la criatura. Si hubiera
virtud en el hombre para merecerla dejara de ser gracia.
Tenemos que considerarla como muy favorecida y bienaventurada entre
todas las mujeres. Estamos agradecidos de que le fuera concedida esta
gracia, y por la gracia que a travs de ella nos llega a cada uno. Con
todo, no deja de ser "la sierva del Seor" que acepta gozosa hacer su
voluntad. Al pensar en ella hemos de proclamar: "Gloria a Dios en las
alturas!".
Queda por mencionar si Mara ascendi al cielo sin morir, como se nos
dice de Elas. La Iglesia Catlica lo defiende, pero no ha encontrado esto
en la Biblia. Lo dice basndose en tradiciones. Nadie sabe cuando muri
Mara y dnde fue enterrada. La serie de ideas que han llevado a la de la

Asuncin de Mara es: si hubiera sido enterrada dada su importancia se


sabra dnde. Adems, es difcil admitir que el cuerpo de Mara, que
haba dado forma humana al Hijo de Dios, se desintegrara en la tumba.
Algunos dijeron que muri y luego, resucitando, ascendi al cielo. En el
occidente se habla de la "Ascensin de Mara". En Oriente se habla de
que "durmi" y se celebra de su "Dormicin". Esta idea pas a
Occidente. Luego fue reemplazada all por la idea de la "Asuncin', que
significa que Mara ascendi al cielo sin morir.
Preguntas sugeridas para estudio y discusin:
1- Por qu decimos que Mara era "bendita entre todas las mujeres"?
2- Cul fue el privilegio concedido a Mara?
3- Era Mara consciente de ese privilegio? Cmo lo sabemos?
III - Su fe
"Bienaventurada la que ha credo que tendrn cumplimiento las cosas
que le han hablado de parte del Seor." Lucas 1:45.
Lease Lucas 1:45-55
La exaltacin religiosa de Mara, por cierto exagerada por algunos,
descansa primeramente en su fe, y sobre su fe concebida como un
mrito personal. Cuando Mara recibi el glorioso anuncio del ngel,
contest: "He aqu la sierva del Seor; hgase conmigo conforme a tu
palabra." Elisabet afirm referente a esta confesin: "Bienaventurada la
que ha credo que tendrn cumplimiento las cosas que le han hablado
de parte del Seor." La fe a la que Mara dio expresin, a veces se ha
perdido de vista que le fue dada gratuitamente por la gracia. No fue
mrito suyo alguno. Si se considera que lo fue, inmediatamente se
sigue: La encarnacin del Seor fue slo posible por el asentimiento de
Mara; por ello Mara hizo posible a Cristo el ofrecer el supremo sacrificio
de la redencin; y por la redencin del mundo, y por el perdn de
nuestros pecados por la sangre del Cordero. Esto es inadmisible.
No se trata de rebajar la calidad de la fe de Mara. Esto estara en contra
del espritu de las Escrituras, que confirman esta fe repetidamente. Se
trata ms bien de hacer ver que esta fe no da lugar para la exaltacin de
Mara, pues no se aparta de la regla: "La fe no es de vosotros, pues es
don de Dios." Dios influy en su alma y en su cuerpo: en su alma
dndole la fe y en su cuerpo formando en l al Salvador, a partir de su
carne y de su sangre.

Se hace destacar su virginidad como si fuera otra virtud excepcional. La


Escritura no nos da base para creer que permaneciera virgen. Ni tan slo
que el nacimiento de Jess dejara su virginidad intacta en el sentido
fsico. Todas las referencias a profecas sobre este punto especfico,
como Ezequiel 44:2 estn fuera de lugar.
No se insiste sobre este punto para negar o afirmar que tuviera otros
hijos despus del nacimiento virginal de Beln. Esto no se podr
demostrar nunca. El que se hable de los "hermanos" de Jess no
significa nada. "Hermano" es usado en la Biblia para hermanastros, y
an ms general, como parientes (Gnesis 3:18; 14:16; 29:12; Nmeros
8:26; 15:10, etc.). Si insistimos sobre esto es para decir que no sabemos
que Dios prefiera una virgen a una madre. El caso de Mara no es
aplicable, ya que no fue elegida para que diera el nacimiento como
virgen porque esto significara mayor categora, sino por razones
teolgicas mucho ms profundas.
Podemos tener en gran estima a Mara como Madre del Seor y como
Escogida del Altsimo, pero las Escrituras no nos dicen que fuera una
mujer de extraordinaria vitalidad espiritual. Se la menciona quince veces
despus del relato de los sucesos en Beln. Cuando Jess tuvo doce
aos fue con El al Templo de Sin. En aquel entonces Mara no entenda
a Jess. La vemos otra vez en las bodas de Can. Ella misma dice que no
entenda los profundos pensamientos de Jess. Luego en Mateo 12:46,
cuando quiere hablar con su hijo, Jess ms bien la reprende. En el
Glgota no revela penetracin espiritual alguna, sino los sentimientos
normales en toda madre. Cuando Jess asciende al cielo hallamos a
Mara entre el grupo de creyentes (Hechos 1:14). Su nombre es
mencionado al final de todos. Al parecer no era muy prominente.
Los apstoles no la mencionan, ni en Pentecosts ni en ninguna otra
ocasin, al predicar a Cristo. Pablo recibi el evangelio directamente de
Jess, y ni tan slo menciona su nombre. Ni en los Hechos ni en las
Espstolas se le conoce honor alguno. No se le pide opinin en ocasin
alguna. Desaparece de las Escrituras de modo inconspcuo.
Quien compara la posicin de Mara en las Iglesias Catlica, Romana y
Griega, en el culto y en el corazn de su religin, con el silencio que se
mantiene sobre ella en los Hechos y en las Epstolas, no puede por
menos que pensar que los Padres apostlicos pensaban de ella ms o
menos lo mismo que los telogos de la Reforma.

Eunice

Prdicas y predicaciones en video y escritas de Mujeres de la biblia.


Devocionales, conferencias y mensajes de Mujeres de la biblia en
espaol.
"Trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habit
primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en
ti tambin" (2 Timoteo 1:5).
Lase 2a Timoteo 1.
En la familia de Timoteo reinaba la tradicin cristiana. Conocemos
nombres en tres generaciones. Detrs de Timoteo hay Eunice, y detrs
de sta, Loida. Los tres manifiestan una fe no fingida, que ha pasado
de uno a otro. La fe no es impartida por los padres sino que procede de
Dios. Pero Dios se complace en permitir que su bendicin se acreciente
en las sucesivas generaciones, imprimiendo el valor de lo que
permanece y el conocimiento de ser llamado, dentro de la familia, para
glorificar el nombre del Seor.
Ni Loida ni Eunice podan haberse imaginado que Timoteo iba a ser
llamado a un lugar de tanta prominencia en la Iglesia de Cristo. A Pablo
esta especie de nobilidad espiritual, que va de una generacin a otra,
como israelita, le parece especialmente hermosa. Se goza al
contemplarla. Pero nos habla de ello por algo ms: quiere llamar nuestra
atencin a lo realizado por la madre, la forma en que Dios la us, a ella y
a Loida, para inspirar la fe ferviente y real en Timoteo.
Pablo viene a decirnos que el hecho que Timoteo fuera criado bajo la
influencia de la gracia es motivo en s para dar gracias a Dios. La
salvacin puede tener lugar a cualquier edad, incluso a edad muy
avanzada, pero el llegar lejos en el conocimiento de Dios suele ser ms
seguro cuando el nio ha sido criado dentro de las Escrituras. El corazn,
espritu y conciencia del nio es ms tierno y en l se hunden de modo
indeleble las enseanzas. Cuando han sido imprimidas con eficacia
difcilmente se borran ms adelante. Timoteo tuvo un inmenso privilegio
al poder ser educado desde la niez en el camino del Seor. Para l, el
conocimiento de la Escritura y el contenido de la fe fue vvidamente real.
No eran un mero barniz formal, sino que haban crecido y se haban
hecho una posesin inseparable de su propia vida y conciencia.
Timoteo le deba esto a su madre, como Agustn se lo deba a su madre
Mnica. Este es el privilegio de algunos hijos de madres cristianas, pero
no de todas. Algunos hijos de madres cristianas, convertidos luego, han
dicho que no haban recibido la ms mnima bendicin de su madre. Pero
en otras ocasiones la madre inspira de modo permanente la vida del hijo
y ste conserva siempre sagrados recuerdos de ella. Es algo glorioso que
unifica a los dos espiritualmente. La ternura del amor materno es
santificada por el amor de Cristo; el amor maternal potencia el ferviente
anhelo de la madre de que el hijo sea del Salvador. La madre no
descansa hasta que de un modo u otro, leyendo historias de la Biblia,
dando consejos, ejempo, estimulo, como sea, le induce a abrir su
corazn al Salvador que se le est revelando por aquellos medios.

Nos lamentamos hoy del hecho que muchos hijos madurso se apartan
de la fe. Pero al hacerlo hemos de preguntarnos dnde estn las
Eunices, cuya intensidad espiritual se ha contagiado al hijo. El padre sin
duda tiene su responsabilidad, y su carcter, con frecuencia ms fuerte,
ha de guiar tambin al hijo en el hogar.
Pero, aun cuando se ejerce la influencia del padre, la tierna actividad
espiritual de la madre, su vida fiel, piadosa y de oracin es la roturacin
del terreno que permite recibir la semilla en un blando seno. Las madres
deben empezar su actividad en los nios cuando son muy jvenes. No
basta con educar a lhijo a comportarse con modales, cuidarlos e
instruirlos con rectitud. Hay que conducirlos a entrar en los misterios de
la Divinidad.

Dorcas (Tabita)
Prdicas y predicaciones en video y escritas de Mujeres de la biblia.
Devocionales, conferencias y mensajes de Mujeres de la biblia en
espaol.
"Haba entonces en Jope una discpula llamada Tabita, que traducido
quiere decir Dorcas. Esta abundaba en buenas obras y en limosnas que
haca." (Hechos 9:36).
Lease Hechos 9:36-42
El nombre de la mujer era Tabita. Dorcas es una traduccin hebrea.
Tabita, en griego, significa gacela. Esta mujer abundaba en buenas
obras y en Iimosnas que haca. Se dedicaba a coser vestidos y tnicas
para los pobres. Esta costumbre ha sido imitada ms adelante y en la
Iglesia Cristiana de nues-tros tiempos incluso su nombre ha presidido el
de Sociedades de Seoras, que se han dedicado a la beneficiencia.
Parece ser que fue la primera, (por lo menos de la que tenemos
conocimiento) que se dedic a estos actos de amor, inspirada por Cristo.
Su ejemplo ha sido una fuente de inspiracin constante para las buenas
obras. La Iglesia ha mostrado en innumerables ocasiones este espritu
de amor hacia los pobres, especialmente en el pasado cuando no haba
la menor forma de auxilio social de entidades seculares o de las
autoridades.
Tabita puso en accin las palabras de Jess: Estuve desnudo y me
cubristeis. Origin un movimiento de amor que ha perdurado durante
diecinueve siglos. La Iglesia Cristiana ha mitigado infinitos sufrimientos.
En tiempos pasados y en paises no cristianos, la suerte de los humildes
fue siempre cruel e inmisericorde.
Cuando Pedro fue a Jope se encontr al llegar que Tabita acababa de
morir. La haban lavado y puesto en la estancia superior, y all llorando,

llevaron a Pedro, y le rodearon las viudas mostrndole las prendas en


que todas ellas se ocupaban. La falta de Tabita iba a ser irremediable.
Pedro se puso de rodillas, or, y poco despus se la volvi a presentar
viva. Tabita pudo continuar su ministerio benfico.
Tabita es una expresin del amor cristiano transformado en hechos.
Apela a la accin de las mujeres que, por su edad, o su posicin, o
circunstancias, no tienen ninguna otra vocacin especfica. Nos ensea
que la pobreza puede ser mitigada efectivamente en el nombre de Jess.
La mujer samaritana
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espaol.
"Vino una mujer de Samaria a sacar agua, Jess le dijo: Dame de beber"
(Juan 4:7).
Lase: Juan 4:1-42
Esta mujer no podemos decir que fuera un modelo de virtudes. El hecho
de que cinco maridos se le murieran no puede achacrsele como culpa
suya, pero s el que, cuando fue al pozo y encontr a Jess, estuviera
viviendo con un hombre que no era su marido.
Era sin duda una mujer desenvuelta, no muy recatada, probablemente
un tipo que procuraramos evitar si asistiera a la misma iglesia que
nosotros. Y sin embargo, Dios, en su Providenca dirige las cosas de tal
forma que esta mujer mundana, superficial y probablemente inculta,
recibe una revelacin extraordinaria, pues Jess le habla de trminos de
gran profundidad y simbolismo, que se reservaba para ocasiones
solemnes.
La mujer va al pozo, donde se halla Jess sentado. Le pide de beber,
pero slo como excusa para entrar en un tema ms profundo. La mujer
de momento no entiende lo que dice, pero Jess, poco a poco, le pone
delante una visin espiritual y delicada que nos asombra pensar como
podra ser captada por la mujer. Algunos no han vacilado en llamar esta
entrevista pura ficcin, una alegora. Sabemos que fue real y conocemos
el resultado de esta conversacin.
La leccin para nosotros es clara. Nos habla del concepto que tenemos
de nuestra propia piedad: probablemente trataramos de evitar a una
mujer como la de Sicar, dndola por un caso perdido. Jess en cambio la
escogi para convertirla y le indujo a hacer una confesin de fe.
Al mismo tiempo nos reprende a nosotros porque nos consideramos
buenos y nobles. Nosotros pertenecemos a los que dicen, segn las
Escrituras: "Aprtate de m, que soy ms santo que t." El relato de la
mujer de Samaria nos deja corridos y avergonzados. La gracia de Dios
permanece soberana e independiente. Busca a los perdidos, no a los

justos. Lo que cuenta es si es posible tocar la conciencia. Era posible en


el caso de la mujer de Samaria.

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