Notas para Refrescar Nuestra Memoria Sobre Un Fantasma
Notas para Refrescar Nuestra Memoria Sobre Un Fantasma
Notas para Refrescar Nuestra Memoria Sobre Un Fantasma
ColaboraClon e
Ch Guevara,
k
Ernesto
~ tf Enrique Qltus 1,
Mario Bene e 1, fni
Humberto costM:~u~1 Vzquez
Juan Ge~madabriel Celaya,
Monta\ban,
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t
Mauricio Ciechanower:
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Jorge Semprn
LA
MONTANA
BLANCA
Un adelanto de:
Al
~GO~
"Una Sociedad en Manos del Opus' Dei" 'O'
EMILIANO PEREZ CRUZ: Una entrevista desde Sonora
35
NOTAS PARAREFRE'SCAR
NUESTRA MEMORIA
SOBRE UN FANTASMA
67J
36
impulso de algn oscuro mecansmo squico. Haban sido siete das de hamb~ y de mareo continuos durante la travesa, mImados a tres das
ms, terribles, en tierra. A los diez das exactos
de la salida de Mxico, el 5 de diciembre de madrugada, despus de una IIl8fcha nocturna interrumpida por loS desmayos y las fatigas y los descansos de la tropa, alcanzamos un punto co~oci
do parad6jicamente por el nombre de Alegra de
Po. Era un pequeo cayo de monte. ladeando un
caaveral por un costado y por otros abierto a
unas abras, inicindose ms lejos el bosque cenado. El lugar era mal elegido para campamento,
pero hicimos un alto para pasar el da y reiniciar
la marcha en la noche inmediata.
A las cuatro de aquella tarde, sin aviso previo,
sin siquiera sospecharlo, son el primer disparo
seguido de una sinfona de plomo que se cern
sobre nuestras cabezas, todava no acostumbradas a ese viril deporte. Algn compaero cy6 y,
personalmente, tuve la delsagradable impresin
de recibir en mis carnes el bautizo simult4neo de
fuego y sangre. Salimos de alli como pu~.
cada uno por su cuenta o en gruPOS. y era intil
la voz del Jefe sin contactO CX)~ los cilpi~ y
mezcladas las patrullas. Recuerdo que el comandante Almeida me dio un empujn, por causa de
mi poca disposicin para caminar, y gracias a su
voz imperativa, me levant y segu la marcha,
creyendo estar en los ltimos momentos de ni vida. Como en una. imagen caleid0sc6pica., pasaron hombres gritando, heridos pidiendo ayuda,
combatientes escondiendo los cuerpos detrs de
las delgadas caas de azcar como si fueran troncos, otros atemorizados pidiendo silencio con un
dedo sobre la boca en medio del fragor de la metralla, y, de pronto, el grito ttrico: "Fuego en el
caaveral".
Con Almeida a la ~beza salvamos una guardarraya, caminando, caminando hasta llegar al
monte espeso. Marchamos hasta que la oscuridad
de la noChe y los rboles -que nos impedan ver
las estrel1as- nos detuvieron, sin estar muy lejos
del lugar del encuentro. Dormimos amontonados. Todo estaba perdido, menos las armas y dos
cantimploras que traamos Almeida y yo. En esas
condiciones marchamos durante nueve das interminables de sufrimiento, sin probar bocado
alguno cocinado, masticando hierbas o algo de
maz crudo y hasta cangregos vivos que ingirieron los ms valientes como Camilo Cienfuegos. En esos nueve das la moral se desmoron totalmente y, despreciando los peligros, fuimos a
comer a un boho. All se produjo el desplome de
algunos. Las noticias eran malas, por un lado,
pero alentadoras por otro: a la cantidad de crmenes que nos asociaban, agregaban la nota de
esperanza: Fidel estaba vivo. Los espelUznantes
cuentos de los campesinos nos impulsaron a dejar
las armas largas bien guardadas y tratar de cruzar, con las pistolas solamente, una carretera
muy controlada. El resultado fue que todas las
armas dejadas en custodia se perdieron, mientras
nosotros .nos encaminbamos hacia el lugar de la
Sierra Maestra, donde estaba Fidel.
Aproximadamente a los quince dias del desastre nos unimos los sobrevivientes en pie de lucha
de aquellos 82 "nufragos" del "Granma" como
nos definiera d. compaero Juan Manuel Mrquez. Eramos unos diecisiete hombres. El recuento de las vctimas era doloroso y extenso; el
propio Juan Manuel Mrquez; "Nico" Lpez
-:-gran compaero obrero-; Juan Smith, Capi-
Se asigna al comandante Ernesto Guevara la misin de conducir a la provincia de Las Villas, desde la Sierra Maestra, una columna rebelde, y
operar en dicho territorio de acuerdo con el plan
estratgico del EjI'cito Rebelde.
La columna 8 llevar el nombre de Ciro Redondo, en homenaje al heroico capitn muerto
en accin.
Se concede al comandante Ernesto Guevara el
cargo de jefe de todas las fuerzas rebeldes del Movimiento 26 de Julio que operan en la provincia.
La Columna No. 8 "Ciro Redondo" partir de
Las Mercedes, entre 24 y 30 de agosto.
La Columna No. 8 tendr como objetivo estratgico batir incesantemente al enemigo en territorio central de Cuba, e interceptar hasta su total
paralizacin el movimiento de tropas enemigas
por tierra desde Occidente a Oriente. Fidel Castro. Comandante en jefe.
Che: Te mand entregar los 7 garandscon 100 balas ada uno para que devuelvas 7 cristbal sin
balas.
No te complazco en lo del antitanque porque
los voy a necesitar muy seriamente.
FlDELCASTRO
Yo tuve un hermano.
No nos vimos nunca
Pero no importaba.
Yo tuve un hermano'
que iba por los montes
mientras yo dorma.
Lo quise a mi modo,
le tom su voz
libre como el agua,
camin de a ratos
cerca de su sombra.
No nos vimos nunca
pero no importaba,
mi hermano despierto
mientras yo dorma.
Mi hermano mostrndome
detrs de la noche
su estrella elegida.
JULIO CORTAZAR
".
.
......
. . ..
.".. .-... . -~. ..
.'
"
bargo yo lo admiraba.
Que despus ped trabajar precisamente con
l. y un da puse mi mano sobre su hombro en se-
al de afecto y me dijo:
- Y esa confianza?
y cay mi mano.
Que pasaron los das y un da me dijo:
-Sabes? No eres tan hijo de puta como me
haban dicho -y remos y fuimos amigos.
Qu puedo decir del Che que no hayan dcho?
Que una vez le pregunt:
-Nunca has sentido miedo?
y me contest:
-Un miedo atroz..
Que en pleno sectarismo, y en su presencia, un
extremista atac al 26 de Julio y despus de pensarlo dos veces me atrev:
-Es cierto que no sabamos nada de marxismo
y que no pertenecamos al Partido, pero quizs
gracias a eso fue que derrocamos a Batista.
y me dio la razn.
Que cuando yo era un sectario a la inversa y
atacaba injustamente a un viejo comunista, el
Che me situaba en mi lugar.
Que una vez alguien criticaba la falta de comida y l dijo que no era cierto, que en su casa se
coma razonablemente.
-Quizs recibes una cuota adicional-le dje,
medio en serio, medio en broma.
Al otro da nos llam para decirnos:
-Era cierto, hasta ayer recibamos en casa
una cuota adicional.
Qu puedo decir del Ch que no hayan dicho?
Que recuerdo las madrugadas en los portales
del Ministerio de Industrias, cuando bromebamos esperando la hora de partir para el trabaj~
voluntario.
Que vena por las noches a Jacepln y despus
de las agotadoras reuniOnes jugaba una partida
de ajedrez con los escoltas, mientras nosotros lo
rodabamos y l cantaba bajito y muy desentonado viejos tangos de su niez.
,
Que al principio era muy estricto en eso de las
mujeres, pero que despus termin diciendo que
no le cuidaba la portauela a nadie.
Que recuerdo la noche en que muri mi madre, cuando no ramos muy aJbigos y los ~ue s lo
habian sido me evitaban. Recuerdo, repito, que
lleg en la madrugada a la funeraria y me puso la
mano en el hombro, como yo a l aquella vez. Y
estuvo hablando conmigo muchas boras hasta
que ya fue de -da.
Que despus, cuando ya no trabajaba con l,
segua sintiendo el deseo de verlo y cada cierto
tiempo iba a su oficina y bablbamos interminablemente. Manresa peda caf. El se tiraba en el
suelo sobre" la alfombra, fumando tabacos.
Cuan'doel aire acondcionado estaba roto abria la
ventana y se quitaba la camisa. Arreglbamos el
mundo.
38
~-
..
..
..
ENRIQUE OLTUSKI
Es decir, era una poltica clara de discriminacin y de desconfianza que no podamos admitir.
Si ellos haban tenido confianza en Batista para
darle los crdtos tan largos, tenian que tenerla
en nosotros. No desconocimos la deuda, no, dijimos simplemente que durante el ao 60 no las
. pagaramos, y cumplimos nuestra palabra, (Risas)
ERNESTO GUEVARA
JIMENEZ. -Comandante Guevara, en los ltimos das se ban hecho dos denuncias de Cuba en
Ir
Por ejemplo, la cocacola cubana, tena ms o me"nos catorce productos, algunos de ellos secretos,
que venan directamente de la matriz norteamericana. Entonces nosotros bemos tenido que reinventar la cocacola, y el sabor es as as ...
ERN~STO
[En
GUEVARA
Estimado Ordaz:
Acuso recibo de la Revista. Aunque tengo muy
poco tiempo, me parecen muy interesantes los temas y tratar de darle una leda.
Tengo otra curiosidad: Cmo pueden imprimirse 6,300 ejemplares de una revista especializada,
cuando ni siquiera hay esa cantidad de mdcos
en Cuba?
Me salta una duda que lleva a mi nimo a los umbrales de una sicosis neuro-eeonmica: Estarn
las ratas usando la revista para profundizar sus
conocimientos siquitricos o templar sus estmagos; o tal vez cada enfermo tenga en su cabecera
un tomo de la publicacin?
En todo caso bay 3,000 ejemplares de ms en el
, .
.
,
nmero de la tirada; te ruego que pienses sobre
esto.
ERNESTO GUEVARA
"Hago formal renuncia de mis cargos en la Direccin del Partido, de mi puesto de Ministro, de
mi grado de Comandante, de mi condicin de
cubano. Nada legal me ata a Cuba, slo lazos de
otra clase que no se pueden romper como los
nombramientos...
FIDEL CASTRO
Y si el revolucionario
y paso
por
,la
noche
soando hora tras hora,
montaas bolivianas.
El dia ya pas, Maana
Che Cuevara,
., vuelta a la traicin
de esta pobreza
~FAEL BALLESTEROS
Mayo 15
Da sin novedad.
Mayo 16
Al comenzar la caminata, se me inici UD clico
fortsimo con vmitos y diarrea. Me lo cortaron
con demerol y perdi la nocin de todo mientras
me llevaban en hamaea; cuando despert estaba
muy aliviado pero <:8gado como un nio de pecho. Me prestaron un pantaln, pero sin agua,
hiedo a mierda a una legua. Pasamos todo el da
all, yo adormilado. Coco y el ato hicieron una
exploracin encontrando un camtno que tiene
rumbo sur-norte. Por la noche lo seguimos mientras hubo lun..a y luego descansamos. Se recibi el
mensaje No. 36, de donde se desprende el total
aislamiento en que estamos.
ResUmen del mes
El punto negativo es la imposibili<bd de hacer
contacto con Joaqun, pese a nuestro peregrinar
por las serranas. Hay indicios de que ste se ha
movido hacia el norte.
Desde el punto de vista militar, tres nuevos combates, causndoles bajas el Ejrcito y sin sufrir
ninguna, adems de las penetraciones en Pirirenda y Caraguatarenda, indican el buen xito. Los
perros se han declarado incompetentes y son retirados de la circulacin.
Las caractersticas ms importantes son:
1b) Falta total de contacto con Manila, la Paz, y
Joaqun, lo qu~ nos reduce a los 25 hombres que
constituyen el grupo.
.
39
pero
ahora
el comandante Cuevara entr a la muerte
y all andar segn se dice
JUAN GELMAN
adis viejos
sta es la definitiva
no lo busco pero est dentro del clculo
adis Fidl
sta es la definitiva
bajo los cielos de la gran patria de Bolvar
la luna de Higueras es la luna
de Playa Cirn
soy unrevolucionario cubano
soy un revolucionario de Amrica
seor coronel
soy Ernesto del Che Cuevara
dispare
ser tan til muerto como vivo.
2) Falta completa de incorporacin campesina,
anque nos van perdiendo el miedo y se logra la
admiracin de los campesinos. Es una tarea lenta
y paciente.
3) El partido, a travs de Kolle, ofrece su colaboracin, al parecer, sin reservas.
4) El clamoreo del caso Debray ha dado ms beligerancia a nuestro movimiento que 10 combates victoriosos.
5) La guerrilla va adquiriendo una moral prepotente y segura que, bien administrada, es una
garanta de xito.
.
6) El Ejrcito sigue sin organizarse y su tcnica
no mejora substancialmente.
.
"
-~ \: ~ ~.. ~
..... .---.
..... - .--.....
. --::
As estamos
consternados
rabiosos
aunque.esta muerte sea
uno de los absurdos previsibles
da vergenza mirar
los cuadros
los sillones
las alfombras
sacar una botella del refrigerador
teclear las tres letras mundiales de tu
nombre
en la rgida mquina
que nunca
nunca estuvo
con la cinta tan plida.
MARIO BENEDETTI
40
PACO.LUNA:
"Una Sociedad
en Manos
del
Opus Dei"
G e
ti
e
m
\.
-Pu~ hay de todo. Ah tenemos que los burguesitos siguen todava bulevareando en el carro
de papi, creyepdo que por el solo hecho de compartir cuentas bancarias con sus progenitores
allende el Ro Bravo, ya se ganaron un lugar y
sobre todo un respeto entre todos nosotros. La raza del barrio, los pfebes, estn jalando porque la
vida misma los est arrastrando. En la literatura
tambin se da eso y ah tienes a la intelectualidad
clase media que se mam desde temprana edad a
Garca Mrquez y que ahora es fan de Silvio
Rodrguez, jugndole al revolucionario de caf,
radicales chies... Ni pa'cundo que la raza le llegue a la nueva trova cubana: prefiere a Ramn
Ayala, al Ohico Che, al mismo Rigo Tovar, al
Heavy Metal o al rock mexicano; el Tri tiene gran
aceptacin y tambin Jaime Lpez porque en
buena medida en el barrio nos sentimos los mequetrefes norteos. La raza jQdi~a responde.a su
condicin de estar jodido, 9ue'ya es una .condi:
42
o
LA
GUERRA
CIVIL
ESPAOLA
YLOS
POETAS
Enrique Cortazar
Aleixandre, por
su,parte,~no desmiente
la poca
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Atencin:
Una seccin adicional
de cuatro pginas de publicidad en colores
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Aunque hay un lapso en la paginacin,
no falta ningn texto.
'.
(Fragmento del-poema "A vuestro servici,?")
,
'.
y el poeta Jos Garca Nieto, en un soneto perfectamente construido, pero de pobrsimo contenido, nos narra su subida a la catedral de Toledo,
alejndose de la tierra, caracterstica esencial de
est~ poetas. Dicen as las dos ltimas estrofas:
Aunque ambos poetas sern de contextura diferente. Celaya es deudor de Neruda surrealista,
Hierro est ms en deuda con Juan-Ramn Jimnez; en ambos se da ese impulso inicial que los
identifica: la maravilla-cotidiana de estar vivos,
la aceptacin integral del mundo y el deseo de
llamar a las cosas por su nombre sin afeites o
am,.aneramientos formales, mucho menos con
ocultamientos,
'
Despus de entronizar a la alegra en sus textos
vendr la esperariza, la cual adquirir el rang .
de deber moral y tarea artstica. En estJl propuesta Celaya rompe con el poeta solitario, y hace nacer al poeta solidario, al poeta con los otros, l1la~
no a mano, codo a codo, construyendo un mejor
futuro. En este afn ir acompaado por grands
voces: Otero, Nora, el propio Hierro. En 1955
Celaya con el optimismo y la esperaJlZl1. hechos
compromiso solidario y fe potica, gnta: "La
poesa es un arma cargada de futuro".
Independientemente del deterioro posterior de
la llaynada poesa social, de la poesa como ostrumento para el cambio revolucionario, Celaya,
como nos dice acertadamente Angel Gonzlcz t
"Desborda COD
plitud, por todos los costados,
el estrecho te
en que la poesa social ha sido
confinada tanto por sus detractores como por la
lI;layora de sus cultivadores".
En el pequeo coro que valientemente, y paso
a paso, se levanta contra la evasin y el silencio
cmplice, destaca la voz de Celaya, siendo la ms
alta que en su momento se opone en forma y CODtenido a los gareilasistas; voz que por su f~a,
sifM:eridad y sabidura potica sigue, vigente. 7
'
J"
Vilcki Cllrr
Sello: CBS Columbia
Algn mrito deba de tener este 1bun de la cantante norteamericana
que incursiona en SUl, versiones en el
idioma de Cervantes. No nos cost
mucho esfuerzo detectarlo, y pa.~
mos el dato al costo con destino a los
oyentes de este elep: sirve, sin nin.guna dificultad, paca desentraar el
misterio de <-'()mo producir temas
mm,icales a ni,'el indlLrial. En serie.
El <Iue hall la frmula cuenta con
nombre y apellido: Jos Luis Perales,
el hispano que le puso firma autoral
a la decena de composiciones que tiene a su cargo la Carro Plaga de lugares comunes, de rimas facilonas. " de
la serie de elementos absolutam~nte
indispensables para estas lides cancioneras: separaciones y reencuentros, amor, pasin, dolor, ali"io, y
todas las imgenes dizque poticas o
letrstica... ima~nables sin ningn tipo de esfuerzo ni peligro de imprevistas jaquecas.
La cursilera \' lo telenovelesco,
con la habitual uota de balada comercial apta para estos casos. Si' el
lector desea saber cmo las lleva al
disco ViJckj Carr, sta es una inmejorable oportunidad. Al menos, ya se
halla prevenido. (Me)
fa
..
LA
MONTAA
BLANCA
Antoine se halla al fondo del estudio, no la ha vislo todava. Se Umpia los dedos manchados de
pintura azul con un trapo.
-rAntoinel
Se vuelve hacia Franca.
-Has estado trabajando toda la noche?
-prepnta ella.
Ella aira.
-He tenninado -dice.
Un cuadro de dimensiones reducidas -unos
treinta centmetros por veinte, a juzgar por una
primera ojeada- descansa sobre un caballete,
all al fondo. Ella slo lo ve por detrs.
Franca inicia un movimiento. El la detiene
con un ademn.
-Espera -dice-, el soll
En efecto, el sol.
Ac;ba de salir por detrs de las colinas, afuera,
ms arriba del ro. Un rayo acaricia la amplia
cristalera del estudio. Su luz desfleca la blancura
cruda de una cortina, la hace resaltar, se va extendiendo; pero an no ha llegado al lugar donde
se expone el lienzo.
Ella re, despreocupada. Demasiado, quiz.
-Y qu ms da?
Ella observa, sorprendido, sin duda, pOr tanta
ligereza.
-He pintado por la noche -dice-, pero la
luz, en el ocano. Tienes que ver el cuadro a plena claridad.
Ella comprende, est conforme, esperar.
-Qu ttulo le has puesto? -pregunta.
El se ruboriza, como si le hubiera hecho una
pregunta indecente. Indiscreta, por lo menos.
Como si le obligara a una respuesta que fuera lo
uno o lo otro. Demasiado tmida, al menos.
-Marina clara -dice por fin.
Ambos esperan, separados por un charco de sol
que va extendindose.
Ella ha olvidado que an lleva en la mano una
tarjeta postal, en la que se reproduce un cuadro
de Joaqun Patinir. La ha cogido de un mueble,
al entrar en el estudio.
En todos los libros de arte, en los catlogos
franceses, aquel cuadro del maestro flamenco se
llama Le passage du Styx. Pero en el envs de la
tarjeta poda leerse: El paso de la laguna Estigia.
~.'
Jorge Semprn
Semprn, autor de El
desvanecimiento, la Autobiografa
de F eclerico Snchez, E~.1a.rgo viaje
y de los guiones de Z, L4 confesin
y Las rotas del sur, acaba de
publicar en Espaa La montaa
blanca, novela que pronto
aparecer distribuida. en Mxico a
precios inaccesibles en edicin de
Alfaguara.
49
,
~ira
El sol naciente ha invadido ahora todo el estu.dio. El sUencio se hace ms denso. Pero Franca
. desea saber a qu atenerse. Quiz haga mal.
-A dnde quieres ir a parar? -pregunta.
La tarjeta haba llegado hacia dos semanas.
Franca la haba puesto junto al plato de su marido, con el resto del correo, a la hora del desayuno. El la haba ledo. Haba sentido inmediatamente la impresin deslumbrante. pero confusa.
de hallarse ante un lenguaje cifrado cuyo cdigo
no conoca.
No era la primera vez.
El itinerario al que Juan se refera como habitual-"despus. como de costumbre"- , desde la
sala dedicada a la pintura negra de Goya. en
do~ est la Judith. hasta la sala cuarenta y
tres. en el piso de arriba, en donde pueden verse
los Patinir, los Hosco y algunos Brueghel el Viejo.
a qu corresponda?
Jams. en todo caso, haba hecho l aquel recorrido por el Prado en compaa de Juan. Jams
hablaron de ellos. Era verosmil que hubieran
hablado de Joaqun Patinir. Seguro. incluso. despus de tantos aos de conversacin sobre pintura. A causa del azul. probablemente. Y cmo no
ibkn a hablar de Goya? Y de Malram tambin,
cuando haJ>laban de Coya: era trivial. Pero nunca haban hecho aquel recorrido juntos. ni en la
vida ni en una conversacin. Jams haban aludido a ello.
Con qu oscura referencia, pues. jugaba el
texto de Juan. tan breve, tan elptico incluso, porhallarse seguramente cargado de sentido?
Mira a Franca.
-Aqu es donde quiero ir a parar -responde.
E indica el cuadro con el dedo, Marina clara.
Ella suspira o respira, hondamente. Restablece la
situacin conyugal.
-Voy a hacer caf para los dos -dice jovial.
El le acaricia el lbulo de la oreja.
-Qu estupenda idea, Franca!
Pero la sigue reteniendo junto a l. habla sin
mirarla.
-Es para ti -dice-. Un regalo de cumpleaos.
SO
. neo
Es imposible. piensa ella. Que Juan haya insistido, por lo menos. Pero no reacciona. no se vuelve. no tiembla. Su voz es neutra, casi anodina,
cuando responde:
-Seremos cuatro en total. Un nmero redondo. est bien.
la cultura en
MEXICO
p.
~~ la Cl'~.~~
(1) La ninfa Estige dio su nombre a un ro infernal, ctyas aguas se remansan formando una laguna. En
Espaa se ha generalizado el nombre de la laguna:
Estigia, en lugar del ro Estige, como sera de espeoraro (N. de la T.)
(2) En castellano en el original.
51
...
+~
-J----...:....---~___:__---------------
an-
2
En das pasados arreci la campaa publicitaria
de la eFE. Se suceden las planas enterti en todos
los diarios. Estn gastando millones de pesos porque sienten que es la recta final. Quieren convencer a toda (lOSta de que Laguna Verde es sinnimo de modernizacin y progreso. Su ms reciente
ocurrencia habla de los &anceses. Dice que los
franceses aman la vida y en su pas operan 49
plantas nucleares. Curioso argumento que asoma
desde una ventana porfiriana: de Francia viene
la cultura, la buena vida, la luz.
En Italia los ciudadanos irn a las urnas en noviembre para decir SI o NO a la energa nuclear.
Los italianos tambin aman la vida y tendrn la
oportunidad de decidir su futuro, ellos dirn si
quieren correr los riesgos que representan las centrales nucleares, o no; si quieren un ambiente un
poco ms radiactivo, o no; si quieren heredar a
las generaciones venideras basureros radiactivos
o no. Pueden contestar que s. pero van a ser ell~
quienes decidan. Podrn valorar los argumentos
a fvor y en contra. Los italianos vivieron la
emergencia de Chernobyl y presenciaron una polmica larga entre pronucleares y antinucleares.
Despus hubo elecciones y los Verdes, por primera vez, ocupan posiciones en el parlamento.
Es probable un triunfo de los antinucleares y entonces este pas mediterrneo, que tiene frontera
con Francia, el pas ms nuclearizado, y con Austria y con Yugoslavia y frontera marina con Espaa y Albania y Grecia; este pas abandonar el
camino nuclear sumndose a Suecia, que ya opt
por un NO definitivo a las nucleares. Los suecos
aunque no lo diga la CFE, tambin aman la vi~
da.
Las franceses como los italianos. como los suecos, como los mexicanos, adems de amar la vida, tienen derecho a decidir su propio futuro. decidir los riesgos que cada pueblo quiera correr,
los costos que cada pueblo quiera pagar.
52
cabezada por una manta enorme: NO A LAGUNA MUERTE. Vienen muchos veracruzanos. Pero f:ambin vinieron de Michoacn, que ya tuvieron un round contra los nucleares cuando una'
vez dijeron que les gustaba Ptzcuaro para nu.cleoelctrica; pero ah si no se pudo, la gente de
la zona respondi inmediatamente con UDJl opo- .
sicin vigorosa. Tambin viene caminando
mucha gente del DF. intelectuales la mayora,
profesores y estudiantes, y la colonia de jarochos
radicados en la ciudad de Mxico.
Desde la plataforma del Angel de la Independencia se puede ver que la columna ha crecido
mucho. En las mantas dominan los tonos pastel:
verdes y amarillos y anaranjados. Algunos danzan al ritmo del tambor. El aire es tibio y en algunos tramos ms que manifestacin parece paseo dominguero. Por ah anda Porfirio Muoz
Ledo hacindose ver. Nadie le hace fiestas, pero
tampoco lo rechazan. Frente a la embajada de
Estados Unidos se hace una parada larga y alguien utiliza el aparato de sonido para tirarse un
largo exhorto antinuc1ear dirigido al pueblo norteamericano y una condena a las compaas de
los grandes negocios atmicos. Negociantes de la
muerte.
H~ye
El
Estruendo:
Por UBa Semana
Rein El
Bolero
Mauricio Ciechanower
Tu me acostumbraste
El pblico concurrente a esta semana mexicano-cubana tuvo oportunidad de exteriorizar su entusiasmo, haciendo catarsis con enorme expresividad y mucho mayor .recato que el de los espectcul<l& de ambiente rockero, por ejemplo. Su
propia versin libre estuvo impregnada de grititos tenues y coquetos alarditos (gente seria, de
edad, en su gran mayora, no olvidemos), mediante irrefrenables suspiros ante los primeros
compases de los ttulos ms conocidos, o coreando y tarareando cu~do las circunstancias as lo
aconsejaban, o cuando los intrpretes sobre el escenaro se ponan de acuerdo en iJlcentivarlos para lograr el acompaamiento colectivo, o la ~
cializacin de la cosa.
En todos esos instantes fue-posible comprobar
el enorme grado de idolatra que genera en este
tipo de con~urrencia el solo enUllciado de nombres de monstruos y prceres de la cancin popu- .
lar como Alvaro Carrillo, Ernesto Lecuona,
Agustn Lara, Mara Grever, Go~o Curiel,
Consuelo Velzquez, Bola de Nieve, Gabriel
Ruiz y todos aquellOs, el enorme resto, que se vio
convocado en cada una de las interpretaciones de
sus temas ms difudidos. Y no es para menos: como bien lo apuntaba el nobel Garca Mrquez
-luego de intentar su incursin infructuosa en el
gnero- es ms sencillo (al menos para l)
soplarse la escritura de una novela que lograr
completar un texto de tres minutos para bolero...
y qu decir. en igual sentido, de la inmediata
respuesta del auditorio ante la menor provocacin de los primeros versos de muchas de las composiciones que se dieron cita con su afieja carga
de fama y difusin a cuestas; las compuertas del
entusiasmo y el xtasis se abran, puede decirse
que en forma automtica, tan slo con escuchar
una frase-c1ave, prometedora de las glorias mayores que habran de sobrevenir a continuacin:
entonar No quiero que te vaYa8/ la noche e3tQ
muy fro, Sabr Dios/ si tu me quieres o me engaas, o La puerta se cerr detrs de ti/ y nunca
ms volviste a aparecer, o No quiero que te vayas/ la noche est muy fro, o Un poco m&/ y a lo
mejor nos comprendemos luego, o Amor mio/ tu
rostro querido... (hace falta seguir con el repertorio?), era entrar de lleno en el delirio, en la
contemplacin de los rostros cargados de ensoacin, en los recuerdos y la evocacin, en tiempos
pretritos en que reinaba la felicidad y la palabra
crlIis era un trmino inexistente en el vocabulario
cotidiano, apenas una mencin de lo que ocurra
en otros lados pero no aqu... y el bolero dominaba la escena, y se apropiaba de los inquilinos auditivos con su enorme cuota de romanticismo..
S. En verdad, aquellos eran otros tiempos.
Qu lindo ha sido volver a entonizarlos, y a lo
largo de todita una semana, nada menos.
Semana del descanso bblico para los innumerables pares de odos saturados y bombardeados
por el habitual exceso sealado po: la simblica
agujita indicadora de decibeles.
Semana del bolero vertido quedamente, casi a
modo de susurro, dejado caer en el ambiente escnicb y en el recinto de Paseo de la Reforma y de
Chapultepec con toda la levedad requerida por
su plcido contenido.
La super electrificacin instrumental, los amplificadores y las bocinas a todo trapo, la canalizacin va sofisticados equipos de sonido, quedaron relegados a un segundo plano. Al menos,
transitoriamente.
Durante cinco da de la penltima semana de
septiembre, y siete funciones, con el bolero ha
triunfado el sentimiento de la msica popular
con perfiles de sosiego y remanso.
Aleluya.
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Corre