Pastoral Juvenil y Aparecida

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LA PASTORAL JUVENIL EN EL DOCUMENTO DE APARECIDA.

RELACIONES Y REFLEXIONES

La Pastoral Juvenil en el Documento de Aparecida. Relaciones y reflexiones


P. Ral Daz Quiroz

1. Los jvenes en el Documento de Aparecida


Los jvenes y la accin pastoral centrada en ellos son una realidad que recorre todo el
documento:
- La avidez del mercado que descontrola a los jvenes (50),
- que tienen una educacin de baja calidad y por ello no tienen oportunidad de trabajar (65),
- desencantados por la poltica y la democracia (77),
- involucrados en grupos violentos (78),
- llamados a un compromiso en el cuidado de la creacin (85),
- se ha tomado conciencia de la importancia de la pastoral juvenil (99e),
- una pastoral con un lenguaje poco significativo para los jvenes (100d),
- los ideales de los jvenes alientan a la Iglesia latinoamericana (127),
- el presbtero debe hacer un anuncio esperanzador y comprensible del evangelio para los
jvenes (194),
- la catequesis debe ofrecer la posibilidad de formar a los jvenes para ser testigos de la fe en
las comunidades (303),
- la parroquia debe ser un espacio para la formacin en la fe y el crecimiento comunitario en
medio de la crisis familiar que afecta a los jvenes (304),
- la pastoral vocacional debe ayudar a los jvenes a encontrar el sentido de la vida y el
proyecto de Dios para ellos (314),
- son llamados para que acepten el llamado al sacerdocio o la vida consagrada (315),
- los jvenes candidatos al sacerdocio son vctimas de la influencia negativa de la
postmodernidad que les dificulta un proceso de formacin como discpulos y misioneros (318),
- los jvenes que quieren ser sacerdotes y provienen de familias pobres o indgenas deben
llevar una formacin inculturada (325),
- los jvenes en la educacin catlica, la realidad y la propuesta (328-346),
- se invita a crear oportunidades econmicas para sectores desprotegidos, entre ellos los
jvenes (406),

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- se rechaza el asesinato de jvenes de la calle (410),


- los adictos dependientes, situacin y propuesta (422-426),
- los jvenes y los adolescentes, situacin y propuesta (442-446),
- la pastoral juvenil llamada a preparar a los jvenes varones para colaborar ms en la vida
matrimonial, la paternidad y la ecuacin en la fe (463c),
- los anhelos de vida, paz, fraternidad y felicidad no encuentran respuesta en un ambiente en
el que se vive la violencia sobre los jvenes (468),
- el Estado tiene el deber de ofrecer una educacin digna a los jvenes (481) y de no impedir
el aprecio por los valores morales y el acercamiento a Dios (482),
- los obispos se comprometen a crear una cultura que proteja a los jvenes de la
conculcacin de valores por los medios de comunicacin (486).

2. La propuesta pastoral centrada en los jvenes


La accin pastoral centrada en los jvenes en el documento recibe el nombre de Pastoral de
Juventud (446) o Pastoral Juvenil (99e, 463c).
Es en la tercera parte del Documento denominada: La vida de Jesucristo para nuestros
pueblos, en el captulo 9, Familia, personas y vida, en donde se concentra la propuesta
pastoral para los jvenes y adolescentes (9.3), pero hay otros aspectos que tambin tocan
directamente la accin pastoral con los jvenes.
- El captulo 6: El itinerario formativo de los discpulos misioneros. Dentro del cual aparecen
los movimientos eclesiales y las nuevas comunidades (6.4.4) y la educacin catlica (6.4.6)
- El apartado 8.6 Rostros sufrientes que nos duelen. Dentro de este apartado aparecen las
personas que viven la calle (8.6.1), los migrantes (8.6.2), los adictos dependientes (8.6.4) y los
detenidos en la crcel (8.6.5).
En realidad en muchas partes del documento hay destellos que pueden orientar la accin
pastoral con, por y desde los jvenes.
Partamos del ncleo dedicado especficamente a los jvenes y de all vallamos hacia otros
aspectos.

2.1 La pastoral de adolescentes


Es cierto que en muchos de nuestros grupos juveniles hay adolescentes, aunque en realidad
debera haber una accin pastoral pensada en ellos estrictamente:
442. Merece especial atencin la etapa de la adolescencia. Los adolescentes no son nios ni
son jvenes. Los adolescentes no son nios ni son jvenes. Estn en la edad de la bsqueda de
su propia identidad, de independencia frente a los padres, de descubrimiento del grupo. En esta
edad, fcilmente pueden ser vctimas de falsos lderes constituyendo pandillas. Es necesario

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impulsar la pastoral de adolescentes, con sus propias caractersticas, que garantice su


perseverancia y el crecimiento en la fe. El adolescente busca una experiencia de amistad con
Jess.
Estas lneas resultan orientadoras en varios puntos:
- Las propuestas, las metodologas y las dinmicas del proceso de formacin no deben ser
estandarizadas, pues la psicologa y las exigencias pedaggicas de un adolescente y un joven
son distintas, por lo que se impone comprender y reorientar lo que hace de manera que se
pueda ayudar de verdad en el crecimiento del adolescente y del joven.
- La construccin de la propia identidad en todos los niveles (fsico, psquico, religioso),
dimensiones (humana, espiritual, intelectual y de compromiso) y relaciones (personal,
comunitaria, csmica y con la trascendencia) ser el eje sobre el cual se articule todo proyecto
de crecimiento integral, humano y cristiano.
- En esa etapa el conflicto con las figuras de autoridad es algo propio, por lo que los asesores
debern ser comprensivos y tolerantes en algunas manifestaciones hostiles.
- Una ventaja de esta etapa de la vida es la necesidad de pertenecer a un grupo. Si el joven
no es atrado al grupo cristiano ser atrado por cualquier otro grupo, por lo que urge que los
grupos se conviertan en espacios libres y amables para encontrarse a gusto en ellos.
- Una accin pastoral enfocada a la adolescencia debe tener en cuenta que se persigue la
perseverancia y el crecimiento en la fe. No se puede hablar de pastoral de adolescentes si slo
se dan iniciativas espordicas y desarticuladas, porque es muy difcil que con ellas se logre un
crecimiento real e integral.
- el sentido de amistad con Cristo ser el motor de todas las iniciativas y propuestas para esta
etapa. Los conocimientos, las habilidades, los valores, la mstica desarrollados en el grupo de
adolescentes debern inspirarse y pretender tener una relacin sana, de cercana, de t a t con
Jesucristo.

2.2 El mundo juvenil


2.2.1 Aspectos positivos
443. Lo jvenes y adolescentes constituyen la mayora de la poblacin de Amrica Latina y
de El Caribe. Representan un enorme potencial para el presente y futuro de la Iglesia y de
nuestros pueblos, como discpulos y misioneros del Seor Jess. Los jvenes son sensibles a
descubrir su vocacin y a ser amigos y discpulos de Cristo. Estn llamados a ser centinelas
del maana, comprometindose en la renovacin del mundo a la luz del Plan de Dios. No
temen el sacrificio ni la entrega de la propia vida, pero s una vida sin sentido. Por su
generosidad estn llamados a servir a sus hermanos, especialmente a los ms necesitados con

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todo su tiempo y su vida. Tienen capacidad para oponerse a las falsas ilusiones de felicidad y a
los parasos engaosos de la droga, el placer, el alcohol y a todas las formas de violencia. En su
bsqueda de sentido de la vida, son capaces y sensibles para descubrir el llamado particular que
el Seor Jess les hace. Como discpulos y misioneros, las nuevas generaciones estn llamadas
a transmitir a sus hermanos jvenes sin distincin alguna, la corriente de vida que viene de
Cristo, y a compartirla en comunidad construyendo la Iglesia y la sociedad.
- La accin pastoral centrada en los jvenes se encuentra justificada por varios motivos:
1) Estadstica: La cantidad de jvenes existentes ya es un motivo para optar por ellos.
Descuidar su atencin pastoral es ignorar a la mayora y conformarse por minoras.
2) Prospectiva: Los jvenes de hoy son los que guiarn al mundo del maana, no slo en los
mbitos macro, sino desde los mbitos micro del grupo de amigos, de trabajo, familia,
comunidades. Si el joven del hoy se encuentra con Cristo vivo y crece en la aceptacin y
vivencia de sus valores tendr herramientas para humanizar y vivir cristianamente en cualquier
opcin, situacin u ocupacin en la que se encuentre. Entre l@s jvenes que se evangelizan
hoy estn el futuro presbtero, la religiosa, el padre o madre de familia responsable, el laico
comprometido.
- La Iglesia latinoamericana ve a los jvenes con confianza, pudiera parecer ingenuidad,
pero aunque el joven de hoy tiene muchas carencias no est imposibilitado para asumir valores
cristianos que lo conviertan en un gestor de un presente y de un futuro mejor para todos.

2.2.2 Aspectos negativos


Los nmeros 444-445 condensan de manera sinttica muchos aspectos que son descritos en
otros nmeros del documento y muestran someramente el impacto que tienen sobre los jvenes.
444. Por otro lado, constatamos con preocupacin que innumerables jvenes de nuestro
continente atraviesan por situaciones que les afectan significativamente: las secuelas de la
pobreza, que limitan el crecimiento armnico de sus vidas y generan exclusin; la
socializacin, cuya transmisin de valores ya no se produce en las instituciones tradicionales,
sino en nuevos ambientes no exentos de una fuerte carga de alienacin; su permeabilidad a las
formas nuevas de expresiones culturales, producto de la globalizacin, lo cual afecta su propia
identidad personal y social. Son presa fcil de las nuevas propuestas religiosas y pseudo
religiosas. La crisis, por la que atraviesa la familia hoy en da, les produce profundas carencias
afectivas y conflictos emocionales.
- La pobreza de muchos es producto de la concentracin en manos de pocos de los recursos
fsicos, monetarios, de informacin y de recursos humanos. No slo existe la pobreza
econmica sino tambin la de conocimiento y del uso y acceso a nuevas tecnologas (cfr. No.
62).

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- Una de las instituciones tradicionales de reproduccin cultural es la familia, pero est


perdiendo su capacidad de ser un espacio de dilogo, de solidaridad entre generaciones y de
transmisin de la fe; son los medios de comunicacin los que han tomado su lugar (cfr. No. 39).
- Cuando el documento habla sobre los aspirantes al sacerdocio nos da un cuadro bastante
preocupante de la situacin de los jvenes, provocado por la influencia negativa de la cultura
postmoderna: fragmentacin de la personalidad, la incapacidad de asumir compromisos
definitivos, la ausencia de madurez humana, el debilitamiento de la identidad espiritual, entre
otros (cfr. No. 318).
- Se habla de alienacin, un concepto que es muy amplio. Un ejemplo de esta situacin es
que el joven de hoy vive inmerso en una cultura que hace autorreferencia al individuo, la
consecuencia de ello es la indiferencia por el otro, que lo lleva a sentir que el otro no es
necesario y por lo tanto tampoco es responsable de l. Los jvenes sienten que la vida es menos
dramtica si no se tienen apegos personales, familiares y comunitarios, as est prcticamente
impedido para sentirse solidario con otros. Incluso en el momento de la necesidad de sentirse
querido puede comprar el afecto pues las relaciones humanas se viven como si fueran objetos
de consumo, sin compromisos ni ataduras (cfr. No. 46).
Los nums. 50-51 tambin nos describe el ambiente cultural en el que vive el joven de hoy
50. La avidez del mercado descontrola el deseo de nios, jvenes y adultos. La publicidad
conduce ilusoriamente a mundos lejanos y maravillosos, donde todo deseo puede ser satisfecho
por los productos que tiene un carcter eficaz, efmero y hasta mesinico. Se legitima que los
deseos se vuelvan felicidad. Como slo se necesita lo inmediato, la felicidad se pretende
alcanzar con el bienestar econmico y satisfaccin hedonista.
51. Las nuevas generaciones son las ms afectadas por esta cultura del consumo en sus
aspiraciones personales y profundas. Crecen en la lgica del individualismo pragmtico y
narcisista, que suscita en ellas mundos imaginarios especiales de libertad e igualdad. Afirman el
presente porque el pasado perdi relevancia ante tantas exclusiones sociales, polticas y
econmicas. Para ellos el futuro es incierto. Asimismo, participan de la lgica de la vida como
espectculo, considerando el cuerpo como punto de referencia de su realidad presente. Tienen
una nueva adiccin por las sensaciones y crecen en su mayora sin referencia a los valores e
instancias religiosas.
La descripcin del nmero 444 pudiera llevarnos a la conclusin de que es imposible realizar
una accin pastoral en medio de los jvenes de hoy, pero debemos sentirnos retados por ella
para ser ingeniosos misioneros, pues nos abre muchas posibilidades de realizar un profetismo
autntico y actual y de plantarse como una opcin vlida para defender al humano, incluso de s
mismo.

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a) La lucha contra la pobreza que margina al joven es un acicate para buscar modos de
solidaridad y ayuda que desde el grupo juvenil permitan a los jvenes promover proyectos que
les permitan una mejor educacin y capacitacin para inserirse en el mundo laboral. Esos
mismo proyectos pueden ser incluso plataformas de acercamiento al joven y de vivencia de los
valores evanglicos.
b) Si la familia no transmite valores y el joven hace caso del grupo de amigos el grupo
juvenil puede ser ese transmisor de valores.
c) Si la cultura postmoderna y sus secuelas son promovidas por los medios de comunicacin
el grupo juvenil se puede convertir en la voz que desenmascare las verdaderas motivaciones de
quienes promueven estos valores y muestre las consecuencias negativas de las opciones o
valoraciones que se realicen hoy.
d) Si la personalidad del joven de hoy est desintegrada, el Jesucristo se puede convertir en
el gran integrador y el grupo juvenil en el espacio para lograrlo.
e) Si la vida familiar deja carencias afectivas y conflictos emocionales, el grupo juvenil, son
su tarea de educar al joven como ser social puede ayudar a sanar heridas y a crecer
afectivamente.
445. Estn muy afectados por una educacin de baja calidad, que los deja por debajo de los
niveles necesarios de competitividad, sumado a los enfoques antropolgicos reduccionistas,
que limitan sus horizontes de vida y dificultan la toma de decisiones duraderas. Se ve ausencia
de jvenes en lo poltico debido a la desconfianza que genera la corrupcin, el desprestigio de
los polticos y la bsqueda de intereses personales frente al bien comn. Se constata con
preocupacin suicidios de jvenes. Otros no tienen posibilidades de estudiar o trabajar, y
muchos dejan sus pases por no encontrar en ellos un futuro, dando as al fenmeno de la
movilidad humana y la migracin un rostro juvenil. Preocupa tambin el uso indiscriminado y
abusivo que muchos jvenes hacen de la comunicacin virtual.
- La educacin de baja calidad es mencionada en el nmero 65 del documento y la pone
como causa para que los jvenes no progresen en sus estudios, no puedan entrar en el mercado
laboral y no puedan constituir una familia.
- Este nmero reclama la atencin sobre un sector juvenil especfico: los estudiantes y
universitarios. El documento tiene en cuenta este sector de manera explcita en los nmeros
328-346 dedicados a la Educacin Catlica. Quienes trabajan en pastoral universitaria en
Universidades u otras instituciones de educacin de inspiracin catlica, encontrarn en esos
nmeros muchos elementos, pero tambin ayudarn a cuestionar la accin pastoral de la
pastoral universitaria en general:
Se constata que la educacin en general se centra en la adquisicin de conocimientos y
habilidades, esto implica la exclusin de la educacin en los valores y el crecimiento integral

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del alumno. Es concebida en funcin de la produccin, la competitividad y el mercado, esto es


una visin reduccionista pues quedan fuera de este espectro muchos elementos que han
formado parte de nuestra bagaje cultural, de nuestra capacidad reflexiva y de nuestra propia
identidad: la historia, los esttico, lo artstico, la filosofa, la teologa, etc. (cfr. No. 328)
La escuela no educa o lo hace de una manera equivocada en lo que se refiere a la vida, la
familia y la sexualidad. No ayuda a superar la violencia. No hace propuestas de una vida sobria
y de actitudes, virtudes y costumbres para establecer un hogar o ser constructores de la paz y
del futuro de la sociedad (cfr. No. 328)
Ante esta situacin quienes estn involucrados en la educacin catlica deben luchar por una
educacin integral, la asimilacin crtica de la cultura, la dimensin tica y religiosa de la
cultura, los valores permanentes y absolutos en contra de los valores perentorios propuestos por
la sociedad actual; lograr que el alumno sea una persona que humanice el mundo, cree cultura,
transforme la sociedad y construya la historia (cfr. No. 329-330). Los puntos de referencia para
lograr todo ello ser Cristo y su propuesta, por un lado, y las situaciones concretas por el otro
(cfr. No. 332-333.335).
La propuesta de los institutos catlicos como de aquellos que trabajan con universitarios de
instituciones estatales y civiles se ve enriquecida con el nmero 336. Lo que se pretende es
conducir al encuentro con Jesucristo vivo, Hijo del Padre, hermano y amigo, Maestro y Pastor
misericordioso, esperanza, camino, verdad y vida. Otras las finalidades de la accin pastoral
en este sector es la construccin de la personalidad de los alumnos teniendo como referencia a
Cristo; buscar la vivencia, anuncio y celebracin libre e intensa de la fe, y el compromiso con
la transformacin de la sociedad (cfr. No. 336).
A lo anterior debemos aadir que si el Estado tiene el deber de ofrecer una educacin digna a
los jvenes (481) y de no impedir el aprecio por los valores morales y el acercamiento a Dios
(482) el grupo juvenil que involucre a estudiantes debe darse a la tarea de generar conciencia
de ello y hacer presin con los medios adecuados para conseguirlo.
La participacin de los jvenes en poltica es otro sector que preocupa, en realidad es una
consecuencia lgica de la exaltacin del individualismo que les impide tener aprecio por el bien
comn. A ello hay que aadir la ya conocida mala gestin del asunto pblico.
77. [] En amplios sectores de la poblacin y particularmente entre los jvenes crece el
desencanto por la poltica y particularmente por la democracia, pues las promesas de una vida
mejor y ms justa no se cumplieron o se cumplieron slo a medias. En este sentido, se olvida
que la democracia y la participacin poltica son fruto de la formacin que se hace realidad
solamente cuando los ciudadanos son conscientes de sus derechos fundamentales y de sus
deberes correspondientes.

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- Vivimos en un mundo que propicia la depresin, la degradacin del sentido de dignidad de


las personas y la miopa ante el sentido de la vida. Muchos jvenes son frgiles ante los
conflictos y las frustraciones (cfr. No. 461), estos elementos y otros muchos llevan a los
jvenes al suicidio. El grupo juvenil deber estar atento a no ser continuador de estas
situaciones descritas sino un ambiente en el que el joven se vea apreciado, estimulado,
fortalecido, integrado. Un reto nada fcil.
- En los ambientes en los que surge la migracin el grupo juvenil debe trabajar para que en el
poco tiempo que el joven pasa en ellos adquiera una slida formacin que le permita vivir de
acuerdo a su fe en otros ambientes o por lo menos propiciar una apertura a la dimensin
religiosa. En los ambientes en los que se debe acoger a jvenes migrantes el grupo juvenil
deber ser muy comprensivo y facilitar el aporte enriquecedor de la fe y de las tradiciones
religiosas que el joven lleva consigo y de ayudarle a ser misionero en el nuevo ambiente en el
que se inserta (cfr. No. 413.415).

2.3 Propuesta pastoral


Es el nmero 446 el que aglutina diferentes aspectos de la propuesta pastoral que van ms
all de lo que ordinaria e ingenuamente consideramos una pastoral juvenil:
446. Ante estos desafos y retos sugerimos algunas lneas de accin:
a) Renovar en estrecha unin con la familia, de manera eficaz y realista la opcin
preferencial por los jvenes, en continuidad con las Conferencias Generales anteriores, dando
nuevo impulso a la pastoral de la Juventud en las comunidades eclesiales (dicesis, parroquias,
movimientos, etc.).
b) Alentar los Movimientos eclesiales que tienen una pedagoga orientada a la
evangelizacin de los jvenes, e invitarlos a poner ms generosamente al servicio de las
Iglesias locales sus riquezas carismticas, educativas y misioneras.
c) Proponer a los jvenes el encuentro con Jesucristo vivo y su seguimiento en la Iglesia, a la
luz del plan de Dios, que les garantiza la realizacin plena de su dignidad de ser humano, , les
impulsa a formar su personalidad y les propone una opcin vocacional especfica: el
sacerdocio, la vida consagrada o el matrimonio. Durante el proceso de acompaamiento
vocacional se ir introduciendo gradualmente a los jvenes en la oracin personal y la lectio
divina, la frecuencia de los sacramentos de la Eucarista y la Reconciliacin, la direccin
espiritual y el apostolado.
d) Privilegiar en la Pastoral de Juventud proceso de educacin y maduracin en la fe, como
respuesta de sentido y orientacin de la vida, y garanta de compromiso misionero. De manera
especial se buscar implementar una catequesis tractiva para los jvenes que los introduzca en

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el conocimiento del misterio de Cristo, y se buscar mostrarles la belleza de la Eucarista


dominical, que los lleve a descubrir en ella a Cristo vivo y el misterio fascinante de la Iglesia.
e) La pastoral de Juventud ayudar a los jvenes a formarse, de manera gradual, para la
accin social y poltica y el cambio de estructuras, conforme a la Doctrina Social de la Iglesia,
haciendo propia la opcin preferencial y evanglica por los pobres y necesitados.
f) Urgir la capacitacin de los jvenes para que tengan oportunidades en el mundo del
trabajo, y evitar que caigan en la droga y la violencia.
g) En las metodologas pastorales, procurar una mayor sintona entre el mundo adulto y el
mundo juvenil.
h) Asegurar la participacin de jvenes en peregrinaciones, en las Jornadas nacionales y
mundiales de Juventud, con la debida preparacin espiritual y misionera, y con la compaa de
sus pastores.
Pero hay otros lugares en los que se mencionan otros aspectos:
- hay que luchar por un compromiso en el cuidado de la creacin (cfr. No. 85),
- En la evangelizacin, la catequesis y en la pastoral juvenil buscar un lenguaje significativo
para los jvenes (cfr. No. 100d),
- los presbteros deben conocer la cultura actual hacer un anuncio interpelante, comprensible,
esperanzador y relevante del evangelio para los jvenes (cfr. No. 194),
- la catequesis debe ofrecer la posibilidad de formar a los jvenes para ser testigos de la fe en
las comunidades (cfr. No. 303),
- la parroquia debe ser un espacio para la formacin en la fe y el crecimiento comunitario en
medio de la crisis familiar que afecta a los jvenes (cfr. No. 304),
- la pastoral vocacional debe ayudar a los jvenes a encontrar el sentido de la vida y el
proyecto de Dios para ellos (cfr. No. 314),
- se invita a crear oportunidades econmicas para sectores desprotegidos, entre ellos los
jvenes (cfr. No. 406),
- trabajar con los adictos dependientes puesto que son vctima de la sed de lucro y necesitan
apoyo para reconciliarse consigo, con los dems y con Dios (cfr. No. 422-426).
- desde la pastoral educativa y la pastoral juvenil preparar a los jvenes varones para
colaborar ms en la vida matrimonial, la paternidad y la ecuacin en la fe (cfr. No. 463c).
El apartado 6.2 El proceso de formacin de los discpulos misioneros. Es algo muy
interesante. La propuesta para la pastoral juvenil no es nueva, pues algo parecido ya se
impulsaba desde hace aos en este mbito, pero resulta significativo que ahora se proponga
para todos los catlicos del continente. Ese proceso abarca cinco aspectos: el encuentro con
Jesucristo, la conversin, el discipulado, la comunin y la misin (no. 278). Los criterios para

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ese itinerario formativo es: que sea una formacin integral, kerygmtica y permanente (no.
279); que est atento la dimensin humana y comunitaria, espiritual, intelectual, pastoral y
misionera (no. 280); que respete los procesos personales y los ritmos comunitarios (no. 281);
que contemple el acompaamiento (no. 283-284); que se realice en la espiritualidad de la
accin misionera (no. 284-285).

3. Conclusin
El documento puede ser ledo en clave inspiradora para enriquecer los horizontes que la
pastoral juvenil puede incluir en su propuesta. Doctrinalmente puede ser que no tenga muchas
novedades, pero es un recordatorio ms de que nuestra accin pastoral debe apostarle por la
formacin integral, progresiva, inculturada, realista de la juventud.
Aprender, creer, celebrar y vivir el mensaje de Cristo son aspectos que en la propuesta
evangelizadora debern estar presentes y el documento nos invita a llevarlos a la prctica.

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