ALLEN - Del Objeto Al Campo
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ALLEN - Del Objeto Al Campo
en la arquitectura y el urbanismo
Stan Alen
1996-2008
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Alen, Stan, "From object to fietd: Field conditions in architecture and urbanism", en
Practice: Architecture, tecnique + representation, Routledge, Nueva York, 2009, pgs.
216-243. Versin revisada por el autor en 2008. Traduccin de Mara Jess Rivas y Moiss
Puente.
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las dinmicas no lineales y a simulaciones de cambio evolutivo por ordenador. Es comparable al cambio del objeto analgico al campo digital en
las tecnologas recientes. Presta gran atencin a los precedentes en las
artes visuales, desde la pintura abstracta de la dcada de 1920 a la escultura minimalista y posminimalista de la dcada de 1960. Al apartarse
de las restricciones del serialismo, los compositores de posguerra emplearon conceptos como "nubes" de sonido o, en el caso de lannis Xenakis, msica estadstica en la que no es posible descomponer experiencias
acsticas complejas en sus unidades constituyentes.' Los elementos infraestructurales de la ciudad moderna, conectados por su propia naturaleza en redes abiertas, ofrecen otro ejemplo de condiciones de campo en
el contexto urbano. Por ltimo, un anlisis completo de la repercusin de
las condiciones de campo en arquitectura reflejara necesariamente los
comportamientos complejos y dinmicos de los usuarios de la arquitectura, y reflexionara sobre nuevas tecnologas para dar forma a programas y espacios.
Hablando en general, una condicin de campo podra ser cualquier
matriz formal o espacial capaz de unificar diversos elementos respetando al mismo tiempo la identidad de cada uno de ellos. Las configuraciones de campo son conjuntos unidos de forma flexible que se caracterizan por su porosidad y conectividad interna. La forma y extensin
global son altamente fluidas y tienen menos importancia que la relacin interna de las partes, que es lo que determina el comportamiento
del campo. Los campos no funcionan ni mediante mallas reguladoras ni
mediante relaciones convencionales de axialidad, simetra y jerarqua.
Las reglas de combinacin tienen menos que ver con la disposicin de
elementos diferenciados e identificables que con la agregacin seriada
de un gran nmero de partes relativamente pequeas y ms o menos similares. Las condiciones de campo son relacionales, no figurativas, y se
basan en el intervalo y la medida. La escala importa; las condiciones de
campo dependen de la repeticin y requieren una cierta extensin para
poder registrarse. Las condiciones de campo tienen una capacidad especial para hacer que las fuerzas abstractas sean visibles. Una lmina
de limaduras de hierro registrar los patrones de un campo magntico,
pero las limaduras no son el campo; simplemente son el registro gr-
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fico de las fuerzas invisibles del propio campo: "Ni materia ni puntos
materiales, sino funciones, vectores y velocidades". Las condiciones de
campo son fenmenos a los que se les ha dado la vuelta que no estn
definidos por esquemas geomtricos excesivamente arqueados, sino
mediante conexiones internas intrincadas. La forma importa, pero no
tanto las formas de las cosas como las formas entre las cosas.
Una descripcin de las propiedades y potenciales de lo que yo llamo
condiciones de campo no puede reclamar la produccin de una teora
sistemtica sobre la forma o la composicin arquitectnicas. El modelo
terico que aqu se propone anticipa su propia irrelevancia cuando se
enfrenta a la realidad de la prctica. Se trata de conceptos de trabajo
que se derivan de la experimentacin en contacto con lo real. Las condiciones de campo mezclan deliberadamente la alta teora con la baja
puesta en prctica. El supuesto de trabajo en este texto es que la teora
de la arquitectura no surge de un vaco, sino que siempre constituye un
complejo dilogo con la prctica en curso.
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Combinacin geomtrica frente a combinacin algebraica
Los diversos elementos de la arquitectura clsica se organizan en conjuntos coherentes gracias a sistemas geomtricos de proporcin. Aunque las ratios se pueden expresar de forma numrica, las relaciones
buscadas son fundamentalmente geomtricas. La tan conocida mxima de Leon Battista Alberti sobre que "belleza es la armona entre componentes de forma sin que sea posible aadir ni quitar nada" expresa un
ideal de unidad geomtrica orgnica. Las convenciones de la arquitectura clsica no slo dictan las proporciones entre elementos individuales, sino tambin la relacin entre ellos. Las partes forman conjuntos
que, a su vez, configuran conjuntos de mayor tamao. La organizacin
del conjunto global se rige por precisas reglas sobre axialidades, simetras o secuencias formales. La arquitectura clsica despliega una
amplia variedad de este tipo de reglas, pero el principio de distribucin
jerrquica de elementos en el conjunto es constante. Cada elemento individual mantiene su orden jerrquico por medio de multitud de relacio-
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tes son idnticas en la primera y en la ltima versin construida. La sintaxis interna est fijada, pero no existe un andamiaje geomtrico global.
Las partes no son fragmentos de conjuntos, sino sencillamente partes.
A diferencia del concepto de unidad cerrada impuesta en la arquitectura clsica occidental, es posible hacer aadidos a la estructura sin una
transformacin morfolgica sustancial. Las configuraciones de campo
son inherentemente ampliables; en las relaciones matemticas entre las
partes est prevista la posibilidad del crecimiento incremental.
Se podra alegar que existen numerosos ejemplos de edificios occidentales clsicos que han crecido de forma incremental y que se han
transformado a lo largo del tiempo, como, por ejemplo, San Pedro del
Vaticano en Roma, que cuenta con una larga historia de construccin
y reconstruccin. Sin embargo, hay una diferencia significativa. En San
Pedro los aadidos son transformaciones morfolgicas que elaboran y
amplan un esquema geomtrico bsico, lo que contrasta con la mezquita de Crdoba, donde cada etapa de construccin replica y conserva
la anterior aadiendo las mismas partes. Adems, en Crdoba, incluso
en las ltimas etapas en las que la mezquita se consagr como iglesia cristiana y se insert una catedral gtica dentro de de la estructura
continua e indiferenciada de la mezquita, el orden espacial existente
se resisti al recentrarse. Como Rafael Moneo ha observado: "No creo
que todas estas modificaciones hayan destruido la mezquita. Ms bien
pienso que el hecho de que la mezquita siga siendo ella misma despus de todas las intervenciones constituye un homenaje a su propia
integridad"." La identidad que Moneo identifica no es una forma global
ni un juego de relaciones geomtricas que debe preservarse, sino, ms
bien, el ajustado entrelazamiento de una parte con otra y la precisin
arquitectnica de los propios elementos: columna, arco, lucernario y el
intervalo que estructura sus relaciones.
En prcticas ms recientes, el hospital de Venecia de Le Corbusier
emplea una sintaxis en planta de las mismas piezas repetidas, estableciendo mltiples vnculos en su periferia con el tejido urbano. El proyecto se desarrolla en horizontal siguiendo una lgica de acumulacin.
El bloque bsico del programa, la "unidad de cuidados", con veintiocho
camas, se repite continuamente. Las salas de consulta ocupan espa-
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"Conocemos dos maneras de desviar la atencin. La simetra es una de ellas; la otra es la general, donde cada pequea parte es un ejemplo de lo que se encuentra en cualquier parte".
John Cage
Abandono del cubismo
Rosalind E. Krauss ha dicho del trabajo pictrico de Barnett Newman que
utilizaba una secuencia de plano/lnea/plano para "abandonar los imperativos del espacio cubista y cerrar la puerta tras l".' Una frase contundente que nos recuerda que, en gran medida, la historia de la pintura y la
escultura estadounidenses de posguerra se explica por su empeo en ir
ms all de los lmites de la sintaxis compositiva cubista. Los escultores
en particular, que trabajaban bajo la sombra de los logros de la pintura
expresionista abstracta, sintieron que el lenguaje complejo de planos facetados y fragmentos figurativos heredados de los artistas europeos de
preguerra era inadecuado para sus grandes ambiciones. Es esta sensacin de agotamiento de los modelos compositivos disponibles, o con ms
exactitud, una desconfianza ante la idea misma de composicin, lo que
hizo necesario encontrar las nuevas estrategias de trabajo basadas en
el proceso que tan importantes fueron para el surgimiento del minimalismo a mediados de la dcada de 1960. El rechazo de la composicin en
favor del proceso de Richard Morris, o la crtica de la "composicin por
partes" de Donald Judd, pone de manifiesto este empeo en producir
un nuevo modelo de trabajo, un modelo que pudiera tener algo del po-
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posicin clave que surge del posminimalismo y que guarda relacin con
los ejemplos anteriores: el desplazamiento del control hacia una serie
de intrincadas reglas internas de combinacin, o como "secuencias de
acontecimientos", pero no como una configuracin formal global. En el
caso del posminimalismo esto tiene que ver casi siempre con la eleccin de materiales. Al trabajar con materiales como telas metlicas
(Atan Saret), vertidos de ltex (Linda Benglis) o harina esparcida (Barry
Le Va), el artista sencillamente no puede ejercer un control formal preciso sobre el material. En cambio, el artista determina las condiciones
en las que se va a desplegar el material, y luego ordena sus flujos. En
el caso de las piezas de fieltro de Le Va, es una cuestin de relacionar
pliegue con pliegue, lnea con lnea. En posteriores obras de la dcada
de 1960, los materiales propiamente dichos llegaron a ser tan efmeros
que actuaban como delicado registro de proceso y cambio.
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Construcciones de campo
El elemento comn de estos dos ejemplos uno que procede del interior de la cultura arquitectnica y otro del exterior es un cambio de
nfasis desde la descripcin formal abstracta hacia las operaciones
de fabricacin. Las cuestiones de significado y composicin son secundarias. En el caso de la mezquita de Crdoba, los arquitectos estudiaron slo rudimentariamente la forma exterior (que estaba dictada por su tamao y las restricciones del lugar), pero prestaron mucha
atencin a la dimensin y el intervalo de los elementos individuales.
En el caso de los artistas posminimalistas, se produce la sensacin de
que sucumben ante la lgica promiscua del propio material: dejar que
la propia materia tome forma y calcule sus posibles configuraciones;
el artista slo la dirige sin excesivo rigor.
ste es un punto crucial y es en este sentido que la idea de condiciones
de campo tiene conexin con las nuevas actitudes hacia la fabricacin, la
creacin de la forma y la cuestin de la estandarizacin en la arquitectura
contempornea. Hoy es posible imaginar (y con la fabricacin por ordenador cada vez resulta ms fcil de realizar) una forma de construccin que
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progresa no desde el todo hacia las partes, considerando el detalle como la
verificacin de una idea compositiva mayor, sino desde la parte a la parte:
comenzando con el elemento individual y especificando cmo se une con
el elemento siguiente, y con el siguiente, movindose hacia fuera desde
la parte ms pequea al todo (como ha sealado Jasper Johns: "Por qu
tomar la parte del todo y no tomar la parte de la parte?). La diferencia o la
figura puede producirse de una forma incremental, a partir de la repeticin
y de la lgica constructiva del tejido en oposicin a una ruptura disyuntiva
impuesta desde el exterior. En este caso, la junta o el detalle no constituye
una ocasin para articular la interseccin de dos materiales (como sucede,
por ejemplo, con arquitectos como Carlo Scarpa), sino que en lugar de ello
una energa intensiva de proyecto avanza hacia fuera para condicionar la
forma del todo.
Esta forma de trabajar no es necesariamente nueva. El ingeniero uruguayo Eladio Dieste (que trabaj en la dcada de 1960 sin las prestaciones
del ordenador) aplic sus conocimientos de estructuras y de resistencia de
materiales a la construccin en ladrillo. Basado en su conocimiento terico y en su amplia experiencia prctica, Dieste saba exactamente cunto
poda desplazar un ladrillo respecto al siguiente en la construccin de un
muro sin que se viera amenazada la integridad de la construccin. Estos
pequeos desplazamientos repetidos muchas veces crean unos asombrosos efectos en las figuras produciendo diferencia sin disyuncin. Las transiciones siguen siendo pequeas e incrementales y no producen rupturas
en este lenguaje no existe la fragmentacin, pero el efecto general es
el de permutaciones formales inesperadas, mucho ms convincentes por
el modo en como se producen a partir de la lgica interna de un sistema
constructivo. En este caso, sin recurrir a metforas fciles de flujo, podemos decir que la fbrica del edificio reacciona fluidamente a la circunstancia sin ceder nada de su solidez. En este sentido, las condiciones de
campo se convierten en un modo de repensar las cuestiones de identidad
y diferencia: la parte respecto al todo, la diferencia interna y la estabilidad
global.
El campo es una condicin material, no una metfora. Las condiciones
de campo tienen que ver con la organizacin, con la materia y la fabricacin, y van ms all de la oposicin convencional entre construccin y
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creacin de forma. Mediante la bsqueda de un vnculo preciso y repetible entre las operaciones de construccin y la forma global producida por
la agregacin de esas partes, es posible comenzar a salvar la distancia
entre edificio y creacin de la forma. Las decisiones constructivas a esta
escala local son insistentemente geomtricas y tienen implicaciones
formales. Al permanecer atentos a las condiciones de detalle que determinan la conexin de una parte con la otra, al entender la construccin
como una "secuencia de acontecimientos", se hace posible imaginar una
arquitectura que puede responder fluida y sensiblemente a la diferencia
interna al tiempo que mantiene la estabilidad global.
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Al intentar reproducir dichas "circunstancias acsticas globales", Xenakis recurri a su propia y considerable imaginacin grfica, y a su
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Instituciones distribuidas
Existe una fuerte conexin histrica entre las reglas exactas referentes
a la axialidad, la simetra y la jerarqua formal que rigen la arquitectura
clsica, y la tipologa tradicional de las instituciones en Occidente. La
biblioteca, el museo y la sala de conciertos, as como el banco, el ayuntamiento o el juzgado, todos ellos apelan a la estabilidad del orden clsico para expresar su estatus de instituciones duraderas. En el siglo xx,
los programas utpicos de la primera arquitectura moderna pretendan
presentar las instituciones de la democracia liberal como organismos
transparentes. Ligeras estructuras de acero y muros cortina de vidrio
subrayaron la transparencia literal, mientras que una dinmica funcional y compositiva haca visibles los diferentes elementos de dichos
programas de complejidad creciente. Ms recientemente, ha habido
un intento por abrir estas instituciones mediante rupturas compositivas y estrategias de descomposicin ms radicales. Sin embargo, los
cambios compositivos son capaces de reconfigurar estas instituciones
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hasta un lmite. Mientras que las reglas compositivas que rigen estas
composiciones modernas de fragmentos pueden ser nuevas, persiste el
supuesto clsico de que la composicin se ocupa de la disposicin de, y
la conexin entre, dichas piezas.
No existen ecuaciones simples de organizacin y comportamiento, de
poltica y de forma. "Los hombres han soado con mquinas liberadoras
seala Michel Foucault; sin embargo, por definicin no existen las
mquinas de libertad." 21 Mientras que hay arquitecturas restrictivas en el
anlisis de Foucault, no hay arquitecturas especficamente liberadoras:
"No creo que haya nada que, por su propia naturaleza, sea absolutamente liberador. La libertad es una prctica
La garanta de la libertad
es la libertad"." Las composiciones no jerrquicas no pueden garantizar
una sociedad abierta o la igualdad en poltica. Se ha dicho que la democracia tiene menos que ver con la capacidad de hacer cosas que con la
de deshacer cosas. La bsqueda de nuevas formas institucionales es de
lo ms urgente puesto que, bajo la presin de los cambios tecnolgicos
y sociales, las instituciones ya se encuentran en un proceso de cambio
interno. A medida que se cuestionan los papeles sociales, polticos y tcnicos de esas instituciones, las tipologas correspondientes pierden su
especial capacidad para ordenar y representar el espacio. En el caso de
la biblioteca o el museo, por ejemplo, lo que en su momento fue un lugar de certidumbre, un depsito ordenado de conocimiento dispuesto en
categoras conocidas y acordadas, ha sido erosionado por la avalancha
de medios de comunicacin, la cultura consumista y las telecomunicaciones. La capacidad de la arquitectura para representar y cobijar esa
memoria colectiva se ha atrofiado. Pro y ectar una biblioteca o un museo
en la actualidad significa enfrentarse con una coleccin completamente
nueva de expectativas; sobre todo, significa reconocer una incertidumbre siempre creciente sobre aquello que constituye el conocimiento,
quin tiene acceso a l y cmo se distribuye.
Quiz sea necesario un cambio ms radical. Las condiciones de campo combaten los modos compositivos convencionales modernos del
mismo modo que el movimiento moderno combata las reglas clsicas
de composicin. La provisionalidad del todo debilita la aspiracin clsica de totalidad, la similitud de las partes entre s y la complejidad de
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' Xenakis, quien tena una conexin ntima con la arquitectura, utiliza un lenguaje y unos
conceptos muy parecidos a los que aqu se sugieren. Tal como describe Nouritza Matossian en su biografa de Xenakis: "Un concepto procedente de la fsica serva como
esquema cognitivo til para caracterizar la experiencia; la nocin de un `campo', una
regin de espacio sujeta a fuerzas elctricas, magnticas o gravitatorias. Del mismo
modo que las fuerzas magnticas crean motivos en un campo de limaduras de hierro,
podran crearse campos de sonido mediante la variacin de magnitudes y direcciones
de las fuerzas, como, por ejemplo, dinmica, frecuencia, intensidad o duracin". Matossian, Nouritza, Xenakis, Kahn and Averill, Londres, 1990, pg. 59.
2 "Uno de los caracteres esenciales del sueo de multiplicidad es que cada elemento
no cesa de variar y de modificar su distancia respecto a los dems
Esas distancias
variables no son cantidades extensivas que se dividirn unas en otras, sino que ms bien
son siempre indivisibles, 'relativamente indivisibles', es decir, que no se dividen ni antes
ni despus de un cierto umbral, que no aumentan ni disminuyen sin que sus elementos
no cambien de naturaleza". Deleuze, Gilles y Guattari, Flix, Mille Plateaux. Capitalisme
et schizophrnie, Les ditions de minuit, Pars, 1980 (versin castellana: Mil mesetas.
Capitalismo y esquizofrenia, Pre-Textos, Valencia, 2000 4 , pg. 37).
3 El siguiente debate ha sido adaptado del texto de Rafael Moneo: "La vida de los edificios", en Arquitectura, 256, septiembre-octubre 1985, pgs. 27-36.
4 Esta famosa frase est tomada del debate de Donald Judd sobre los cuadros de Frank
Stella: "El orden no es algo racionalista y subyacente, sino simplemente orden, como el
de la continuidad, una cosa despus de la otra". Judd, Donald, "Specific objects", en Arts
Yearbook, 1968; reimpreso en Judd, Donald, Complete writings: 1959-1975, Nova Scotia
Collage of Art and Design, Halifax, 1975, pg. 184.
El trmino 'lgebra' se deriva del rabe al-jebr, "la reunin de partes fragmentadas", y se
define como "la rama de las matemticas que utiliza nmeros positivos y negativos, letras y otros smbolos sistematizados para expresar y analizar la relacin entre conceptos
de cantidad en trminos de frmulas, ecuaciones, etc.; aritmtica generalizada. Por otro
lado, 'geometra', una palabra de origen griego, se define como "la rama de las matemticas que trata con puntos, lneas, planos y slidos y que examina sus propiedades, dimensiones y relaciones mutuas en el espacio" (el origen y las definiciones de las palabras se
han tomado del Webster's new world dictionary, World Publishing, Cleveland, 1966).
Moneo, Rafael, op. cit., pg. 35.
' Tanto la mezquita de Crdoba como el hospital de Venecia de Le Corbusier figuran en el
artculo que escribi Alisan Smithson en 1974: "How to recognise and read mat-building",
en Architectural Design, XLIV, 9, 1974, pgs. 573-590. Alisan Smithson comenta: "Puede
decirse que el edificio-alfombra epistomiza lo colectivo annimo; donde las funciones vienen a enriquecer el tejido y lo individual gana nuevas libertades de accin a travs de un
orden nuevo y reorganizado basado en la interconexin, en patrones de asociacin fuertemente tejidos y las posibilidades de crecimiento, disminucin y cambio". Cuando escrib la primera versin de este texto, tena en mente la Freie Universitt de Berln y otros
ejemplos del libro Team 10 primer (Studio Vista, Londres, 1968). Aunque conoca el texto
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'Citado en Krauss, Rosalind E., "Richard Serra: Sculpture redrawn", en Artforum, mayo de 1972.
9 Morris, Robert, "Anti form", en Artforum, abril de 1968, pg. 34.
10 Judd, Donald, op. cit., pg. 183.
11 De hecho, el posminimalismo se desarroll casi al mismo tiempo que el minimalismo.
En este caso, el prefijo pos implica cierto grado de dependencia y oposicin en lugar de
secuencia cronolgica. Ntese, por ejemplo, la ausencia de mujeres en las filas de los
minimalistas; el posminimalismo sera inimaginable sin la contribucin de Lynda Benglis
o Eva Hesse. Tambin se requiere una cierta fluidez en estas categoras: Robert Morris,
por ejemplo, se incluye habitualmente entre los posminimalistas. Vase Pincus-Witten,
Robert, "Introduction to Postminimalism" [1977], en Postminimalism to Maximalism:
American art, 1966-1986, UMI Research Press, Ann Arbor, 1987.
12 Livingston, Jane, "Barry Le Va: Distributional sculpture", en Artforum, noviembre de 1968.
13 Linklater, Andro, Measuring America, Walker Publishing Co., Nueva York, 2002, pg. 70. La
ordenanza del Congreso difera en un aspecto significativo de la propuesta de Jefferson,
quien esperaba implementar un sistema decimal de medicin; sin embargo, la ordenanza
especific municipios de seis millas cuadradas (15,5 km 2) divididas en parcelas ("secciones") de una milla cuadrada (2,6 km 2 ). Como seala Linklater: "Dado que una milla cuadrada tena 640 acres o 6.400 yardas cuadradas, una superficie que a su vez poda dividirse
en no menos de siete veces y todava producir un total cinco parcelas de cincuenta yardas
cuadradas, eran obvias las ventajas prcticas para los agrimensores, especialmente para
aquellos con un conocimiento poco slido de Euclides" (op. cit., pg. 72).
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