El Espísanto1

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EL

ESPRITU SANTO
Billy Graham

Traduccin de
A. Edwin Sipowicz

CASA BAUTISTA DE PUBLICACIONES

CONTENIDO
Prefacio
Introduccin: El clamor del hombre, el don de Dios
1. Quin es el Espritu Santo?
2. Cuando el Espritu Santo ha venido
3. El Espritu Santo y la Biblia
4. El Espritu Santo y la salvacin
5. El bautismo con el Espritu
6. El sello, las arras, el Testimonio del Espritu
7. La lucha interior del cristiano
8. La plenitud del Espritu
9. Cmo ser llenados con el Espritu Santo
10. Pecados contra el Espritu Santo
11. Los dones del Espritu
12. Ms dones del Espritu
13. Los dones singulares
14. El fruto del Espritu
15. El fruto del Espritu: amor, gozo, paz
16. El fruto del Espritu: paciencia, benignidad, bondad
17. El fruto del Espritu: fe, mansedumbre, templanza
18. La necesidad de la hora

PREFACIO
Una antigua leyenda de los indios americanos relata de un indio que baj
de las montaas y vio el ocano por primera vez en su vida. Pasmado ante la
escena, pidi una jarra de un litro. Se meti en el agua y al llenar la jarra, le
preguntaron para qu lo haca. Arriba en las montaas, contest, la gente
de mi pueblo jams ha visto el Gran Lago. Les llevar esta jarra llena de agua
para que vean cmo es.
Antes de morir el papa Juan, le preguntaron cul de las doctrinas de la
iglesia mereca mayor nfasis en el da de hoy. Contest: La doctrina del
Espritu Santo.
Algunos aos atrs, mi esposa y yo tuvimos el privilegio de pasar unos
das de vacaciones en Suiza como invitados del doctor Karl Barth, el afamado
telogo suizo. Durante el curso de nuestras conversaciones le pregunt cul
sera el prximo nfasis en materia de teologa. Respondi sin vacilar: El
Espritu Santo.
Tratar de escribir un libro sobre un tema tan vasto como es el Espritu
Santo, es como querer capturar el ocano en una jarra de un litro. El tema es
en extremo infinito, y nuestras mentes son extremadamente finitas.
Este libro comenz realmente como parte de mi personal peregrinaje
espiritual. A lo largo de mi ministerio como predicador evanglico he logrado
una creciente comprensin del ministerio del Espritu Santo. Algunos aos
atrs adquir un renovado inters por el ministerio del Espritu Santo en vista
de la importancia que se le asign a su obra en muchas partes del mundo.
Claramente consciente de mi necesidad por entender ms a fondo este asunto,
inici un sistemtico estudio en todo cuanto la Biblia ensea sobre la persona
y la obra del Espritu Santo. En un comienzo no tuve la intencin de escribir
un libro, pero no bien profundic en el tema me di cuenta de la ignorancia y
de los falsos conceptos que reinan en algunos crculos cristianos respecto de
la Tercera Persona de la Trinidad.
En alguna medida he vacilado antes de escribir este libro. Pero el haberlo
escrito me ha abierto un nuevo panorama respecto al ministerio del Espritu
Santo; tambin me ha permitido entender ciertos actos del Espritu Santo en
el mundo de nuestros das. Mi esperanza y oracin es que este libro logre ser
informativo y esclarecedor para muchos creyentes. Tambin ruego que el
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libro contribuya a la unidad. El Espritu Santo no vino a dividir a los


cristianos sino que vino, entre otras razones, a unirnos.
Mi nica preocupacin ha sido ver qu es lo que la Biblia tiene que
decirnos sobre el Espritu Santo. La Bibliaque yo creo fue inspirada por el
Espritu Santoes nuestra nica fuente confiable, y cualquier serio y formal
anlisis de la persona y de la obra del Espritu Santo tiene que basarse en la
Biblia. Como nunca antes he comprendido que hay ciertas cosas que no
podemos saber con absoluta certeza, y en algunos temas aun los cristianos
ms sinceros difieren en sus conceptos e interpretaciones. En las reas que
son objeto de honestas diferencias entre los cristianos, he procurado no ser
dogmtico.
Estoy profundamente agradecido por el hecho de que el Espritu Santo
est obrando en nuestra generacin, tanto para el despertar de la iglesia como
para la evangelizacin. Quiera Dios utilizar este libro para provocar un
espritu de avivamiento y renovacin, y para que muchos creyentes recojan el
guante en el desafo de la hora actual.
Soy deudor a numerosas personas que me ayudaron al escribir este libro.
Estoy agradecido a mi colega Roy Gustafson quien fue el primero en
sugerirme que escribiera sobre este tema. Son varios los que colaboraron muy
especialmente leyendo los primeros manuscritos borradores, en parte o en su
totalidad, brindndome constructivas sugerencias, entre otros el doctor Harold
Lindsell (ex director de Christianity Today), el seor Paul Fromer (Wheaton
College), Canon Houghton (ex presidente de British Keswick), el doctor
Thomas Zimmerman (Superintendente General de las Asambleas de Dios), el
doctor Merrill C. Tenney (Decano emrito del Wheaton Graduate School), y
el doctor Donald Hoke (Secretario del Lausanne Comittee for World
Evangelization). Tambin expreso mi reconocimiento al seor Bill Mead y su
seora esposa, cuya generosidad nos permitieron a mi esposa Ruth y a m
reunirnos con ellos en diversas sesiones de trabajo en la redaccin de este
libro. Jams olvidar los das en que nos sentbamos en crculo con Mead y
con mis colegas de muchos aos, Cliff Barrow, Fred Dienerts, Grady Wilson
y sus respectivas esposas, analizando y cambiando ideas en varios captulos
del libro. Tambin dejo constancia de mi gratitud a mi colega, el doctor John
Akers, por sus sugerencias, al reverendo Ralph Williams de nuestra oficina de
Minneapolis, por su ayuda, y a Sally Wilson en Montreat que sugiri agregar
ilustraciones y citas de las Sagradas Escrituras a mis notas originales. Mi
secretaria, Stephanie Wilis, mecanografi y volvi a mecanografiar los
borradores de mis manuscritos.

INTRODUCCIN: EL CLAMOR DEL HOMBRE, EL DON DE DIOS


El hombre tiene dos grandes necesidades espirituales. Una es la necesidad
de perdn; la otra es la necesidad de bondad. Consciente o inconscientemente
su ser interior ansa los dos. Hay ocasiones en que el hombre clama por
ambas cosas aun cuando en su inquietud, confusin, soledad, temor y
presiones a las que est sometido no sepa con precisin por qu cosas clama.
Dios escuch ese primer grito en demanda de ayuda, ese clamor pidiendo
perdn, y su respuesta fue el Calvario. Dios envi a este mundo a su nico
Hijo, para morir por nuestros pecados y lograr nuestro perdn. Y esto, para
nosotros, es un don, el don divino de la salvacin. Y este don es un legado
permanente para todo aquel que admita, con sinceridad de corazn, haber
errado el blanco y pecado. Es para todo aquel que recurre a Dios y acepta su
don recibiendo a Jesucristo como su Seor y Salvador. Pablo lo llama el don
inefable de Dios (2 Corintios 9:15).
Pero Dios tambin escuch nuestro segundo clamor, el clamor que pide
bondad, y su respuesta fue Pentecosts. Dios no quiere que nos alleguemos a
Cristo por fe, y luego vivamos una vida de derrota, desaliento y disensiones.
Todo lo contrario, quiere cumplir todo propsito de bondad y toda obra de fe
con su poder, para que el nombre de nuestro Seor Jesucristo sea glorificado
en vosotros (2 Tesalonicenses 1:11, 12). Y al gran don de perdn Dios
agrega tambin el gran don del Espritu Santo. l es la fuente de poder que
posibilita nuestra liberacin de la miserable debilidad que nos tiene atrapados.
Nos da el poder y la capacidad para ser verdaderamente buenos.
Si hemos de vivir una vida sana y limpia en nuestro mundo moderno, y si
hemos de vivir como hombres y mujeres una vida victoriosa, hemos de
necesitar este doble don que Dios nos ofrece: primero, la obra del Hijo de
Dios por nosotros; segundo, la obra del Espritu de Dios en nosotros. De esta
manera Dios responde a los dos grandes clamores de la humanidad: el clamor
por el perdn y el clamor por la bondad.
Un amigo lo expres de la siguiente manera: Necesito a Jesucristo para
mi vida eterna y al Espritu Santo de Dios para mi vida interna.
Si creemos en Jesucristo, contamos con un poder que puede cambiar
nuestras vidas en reas tan ntimas como nuestro matrimonio, nuestras
relaciones familiares y todo otro tipo de relacin. Adems, Dios nos ofrece un
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poder que puede cambiar una iglesia cansada en un cuerpo vital en pleno
crecimiento, un poder que puede revitalizar la cristiandad.
Desgraciadamente, este poder ha sido ignorado, mal interpretado y mal
utilizado. Por nuestra ignorancia hemos anulado el poder del Espritu Santo.
Se han escrito muchos libros cuyo tema es, justamente, este poder, y
muchas oraciones se han elevado rogando adquirir dicho poder. Infinidad de
cristianos quisieran poseerlo pero no estn seguros de lo que es.
Cuando el mundo mira a los cristianos, se le forma un clis mental en la
pantalla de su imaginacin: ve al creyente como un cuellierguido de gesto
adusto, carente de sentido del humor; como un individuo que, incapaz de
valerse por s mismo, usa a Dios como muleta; como una persona que dej
su cerebro en el Jardn de Infantes.
Si esta fra imagen estereotipada se aplica a cualquiera de nosotros o a la
iglesia, es entonces obligacin ineludible saber algo sobre el emocionante y
revolucionario poder asequible exclusivamente a los creyentes cristianos.
Nadie lo puede comprar, ni reclamarlo, ni usarlo sin conocer previamente la
fuente de la cual surge.
El Espritu Santo fue prometido
Cuando Jess enseaba a sus discpulos, preparndolos para lo que l
saba era el final, su adolorido corazn se compadeci de ellos porque los vio
tristes y confundidos. Se nos ocurre que fue de uno a otro, rodendolos con
sus brazos. A uno tras otro les explic, de manera muy sencilla, como
nosotros hacemos con nuestros hijos, las importantes verdades que anhelaba
entendieran. En un determinado momento dijo: Pero ahora voy al que me
envi; y ninguno de vosotros me pregunta: A dnde vas? Antes, porque os
he dicho estas cosas, tristeza ha llenado vuestro corazn. Pero yo os digo la
verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuese, el Consolador
no vendra a vosotros; mas si me fuere, os lo enviar (Juan 16:57).
Hubo una promesa! La venida del Espritu se basa en la palabra del
Seor Jesucristo. Y no le agreg condicin alguna. Jess no dijo que enviara
al Ayudador (o Consolador) a unos creyentes y no a otros. Tampoco dijo
nada de tener que pertenecer a una especial y determinada organizacin u
ocupar ms altas posiciones en la jerarqua espiritual que otros. Dijo
simplemente: Si me fuere, os lo enviar.
Cuando Jesucristo formula una promesa, no la rompe ni se olvida de ella.
Podemos dudar de las promesas de amigos o familiares; hasta podemos dudar
de nuestras promesas hechas a los dems. Pero jams hemos recibido una
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promesa de Jess que no cuente con el sello de una absoluta certeza de


cumplimiento.
Algunas personas definen a Jesucristo como un gran maestro o uno de
los ms destacados dirigentes religiosos de todos los tiempos. Sin embargo,
cuando se trata de promesas, es interesante sealar el contraste entre sus
palabras y las palabras de otros dirigentes religiosos y filosficos. Por
ejemplo, cuando el fundador del budismo se despeda de sus seguidores, les
dijo: Tendrn que ser sus propias luces. O cuando Scrates estaba a punto
de beber la copa fatal, uno de sus discpulos llor porque los dejaba
hurfanos. Los dirigentes religiosos y filosficos de este mundo fueron
incapaces de prometer que jams abandonaran a sus seguidores.
En cambio, los seguidores de Jesucristo no quedaron solos. l les dijo:
No os dejar hurfanos; vendr a vosotros (Juan 14:18). Resulta interesante
sealar que el vocablo griego que el castellano traduce hurfanos es el
mismo que utiliz el discpulo de Scrates cuando se dio cuenta de que su
maestro los dejaba solos.
La promesa cumplida
Jess les dijo a sus discpulos que los dejara por un tiempo, y as lo hizo.
Durante las fatdicas horas de la crucifixin, muerte y entierro, una duda
horrible hizo presa de la mente de quienes lo amaban. An no haba sido
glorificado, de modo que su promesa todava no se haba traducido en
realidad.
Pero bien sabemos lo que ocurri. Dios lo levant de entre los muertos y
le otorg gloria. Dirigindose a los cristianos, las Sagradas Escrituras dicen
que Cristo vino por amor de vosotros, y mediante el cual creis en Dios,
quien le resucit de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y
esperanza sean en Dios (1 Pedro 1:20, 21).
Dios dijo que esperasen la venida del Espritu. Jess resucit y fue visto
por sus discpulos. Incapaces de entender lo que ocurra, no le reconocieron al
principio, y se asustaron creyendo estar en presencia de un fantasma. Para
confirmar su realidad fsica, Jess les pidi que lo tocaran y hasta pidi algo
de comer. Un espritu no tiene carne, verdad? Un fantasma no puede comer,
no es as?
De modo que ste era el propio Jess, no el Espritu que haba prometido.
Sin embargo, les dijo que esperasen! El tiempo an no era cumplido.
Cincuenta das despus, el da de Pentecosts, se cumpli la promesa.
Qu da aquel! Nos resulta difcil imaginar, con nuestra mentalidad prctica,
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cientfica y apegada a las cosas de esta tierra, los sorprendentes sucesos de


aquel da.
Cuando lleg el da de Pentecosts, estaban todos unnimes juntos. Y de
repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el
cual llen toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas
repartidas, como de fuego, asentndose sobre cada uno de ellos. Y fueron
todos llenos del Espritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas,
segn el Espritu les daba que hablasen (Hechos 2:14).
Aqul por quien se les dijo que haba que esperar, haba venido!
Qu diferente nfasis pone una palabra en la descripcin de un suceso de
trascendencia universal! Antes del da de Pentecosts el nfasis se pona en la
palabra pedir. Pues si vosotros, siendo malos, sabis dar buenas ddivas a
vuestros hijos, cunto ms vuestro Padre celestial dar el Espritu Santo a los
que se lo pidan? (Lucas 11:13, cursivas indicadas por el autor).
Despus de Pentecosts el nfasis se puso en la palabra recibir. Aquel
da, en su poderoso sermn, dijo Pedro: Arrepentos, y bautcese cada uno de
vosotros en el nombre de Jesucristo para perdn de pecados; y recibiris el
don del Espritu Santo (Hechos 2:38, cursivas indicadas por el autor).
Estas son las buenas nuevas: ya no esperamos al Espritu Santo; el
Espritu Santo nos espera a nosotros. No vivimos ms en la era de la promesa;
vivimos en los das del cumplimiento.
Los miembros de la primitiva iglesia, los hombres, mujeres y nios que
saban de la realidad del poder del Espritu Santo fueron totalmente
transformados. El exaltado poder que experimentaron en el da de Pentecosts
es caracterstico de la era que nos dio el Nuevo Testamento. El Espritu Santo
haba sido prometido, la promesa se cumpli, los discpulos fueron cambiados
y lo glorioso de todo esto es que el Espritu est presente hoy en da en cada
verdadero creyente. De modo, pues, que tambin hoy tenemos acceso a ese
poder.
Quin es esta Persona que Cristo prometi enviar a la tierra en su lugar?
Quin es esta Persona que Cristo utiliz para cambiar la naturaleza
humana? Quin es esta Persona que puede otorgarnos poderes sobrenaturales
para enfrentar cualquier crisis? Y cmo podemos experimentar su poder en
nuestras vidas da tras da?
Eso es lo que habremos de averiguar.

1. QUIN ES EL ESPRITU SANTO?


Algunos aos atrs el maestro de un quinto grado pregunt a sus alumnos
si uno de ellos era capaz de explicar la electricidad. Un muchacho levant la
mano. El maestro le pregunt:
Cmo lo explicaras, Jaimito?
Jaimito se rasc la cabeza un momento y luego replic:
Anoche lo saba, pero esta maana se me olvid.
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El maestro movi la cabeza con tristeza y dirigindose a los dems


alumnos coment:
Qu tragedia! La nica persona en el mundo entero que ha logrado
saber qu es la electricidad, viene y se olvida!
La posicin del maestro describe muy bien lo que ocurre cuando
estudiamos la doctrina de la Trinidad. Aceptamos el hecho de que el Espritu
Santo es Dios, tan Dios como Dios el Padre y tan Dios como Dios el Hijo.
Pero nos quedamos desconcertados cuando tratamos de explicarlo.
En estos ltimos aos la gente ha hablado y ha escrito ms sobre el
Espritu Santo que sobre ningn otro tema religioso, con excepcin del
ocultismo. Y esto ha ocurrido en gran parte por la influencia del movimiento
carismtico, que ha sido denominado la tercera fuerza de la cristiandad,
junto al catolicismo y al protestantismo. El movimiento carismtico ms
reciente, que hunde sus races en el pentecostalismo histrico y hace hincapi
en el Espritu Santo, est ahora firmemente establecido en la mayora de las
ms importantes denominaciones y en el catolicismo. Tenemos conciencia de
que es un tema vastsimo del cual conocemos muy poco. Sin embargo, Dios
en su Palabra nos ha revelado todo cuanto nos hace falta saber.
Muchas preguntas han de surgir en este libro, cuyas respuestas buscan
con ahnco perplejos y poco avisados creyentes. El hecho es que hay millones
de creyentes que ahora hacen estas preguntas. Buscan y merecen respuestas
bblicas. Por ejemplo: Qu es el bautismo del Espritu Santo? Cundo tiene
lugar? Es posible y necesario hoy en da hablar en lenguas? Existe una
experiencia a la que se ha denominado segunda bendicin?
Para iniciar nuestro estudio, debemos formular, desde el comienzo, una
pregunta fundamental: Quin es el Espritu Santo?
El Espritu Santo es una persona
La Biblia nos ensea que el Espritu Santo es una persona. Jess nunca se
refiri a eso cuando hablaba del Espritu Santo. En Juan 14, 15 y 16, por
ejemplo, habl del Espritu Santo como l (Juan 14:26), porque no es una
fuerza o un objeto sino una persona. Quienquiera que hable del Espritu Santo
como eso es porque no ha recibido una correcta instruccin o simplemente
no sabe discernir.
Vemos, de la lectura de la Biblia, que el Espritu Santo tiene intelecto,
emociones y voluntad. Aparte de ello, la Biblia tambin le asigna actos
propios de alguien que no se reduce a ser una fuerza, sino una persona real.

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El Espritu Santo habla: El que tiene odo, oiga lo que el Espritu dice a
las iglesias: Al que venciere, le dar a comer del rbol de la vida, el cual est
en medio del paraso de Dios (Apocalipsis 2:7).
Ministrando stos al Seor, y ayunando, dijo el Espritu Santo:
Apartadme a Bernab y a Saulo para la obra a que los he llamado (Hechos
13:2).
El Espritu Santo intercede: Y de igual manera el Espritu nos ayuda en
nuestra debilidad; pues qu hemos de pedir como conviene, no lo sabemos,
pero el Espritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles
(Romanos 8:26).
El Espritu Santo testifica: Cuando venga el Consolador, a quien yo os
enviar del Padre, el Espritu de verdad, el cual procede del Padre, l dar
testimonio acerca de m (Juan 15:26).
El Espritu Santo dirige: Y el Espritu dijo a Felipe: Acrcate y jntate a
ese carro (Hechos 8:29).
Porque todos los que son guiados por el Espritu de Dios, stos son hijos
de Dios (Romanos 8:14).
El Espritu Santo ordena: Y atravesando Frigia y la provincia de
Galacia, les fue prohibido por el Espritu Santo hablar la palabra en Asia; y
cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espritu no se lo
permiti (Hechos 16:6, 7).
El Espritu Santo gua: Pero cuando venga el Espritu de verdad, l os
guiar a toda la verdad; porque no hablar por su propia cuenta, sino que
hablar todo lo que oyere, y os har saber las cosas que habrn de venir
(Juan 16:13).
El Espritu Santo encomienda: Mirad por vosotros, y por todo el rebao
en que el Espritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del
Seor, la cual l gan por su propia sangre (Hechos 20:28).
Al Espritu Santo se le puede mentir: Y dijo Pedro: Ananas, por qu
llen Satans tu corazn para que mintieses al Espritu Santo, y sustrajeses
del precio de la heredad? Retenindola, no se te quedaba a ti?, y vendida no
estaba en tu poder? Por qu pusiste esto en tu corazn? No has mentido a los
hombres, sino a Dios (Hechos 5:3, 4).
El Espritu Santo puede ser afrentado: Cunto mayor castigo pensis
que merecer el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la
sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espritu de
gracia? (Hebreos 10:29).
El Espritu Santo puede ser blasfemado: Por tanto os digo: Todo pecado
y blasfemia ser perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espritu
no les ser perdonada. A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo
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del Hombre, le ser perdonado; pero al que hable contra el Espritu Santo, no
le ser perdonado, ni en este siglo ni en el venidero (Mateo 12:31, 32).
El Espritu Santo puede ser contristado: Y no contristis al Espritu
Santo de Dios con el cual fuisteis sellados para el da de la redencin
(Efesios 4:30).
Cada una de las emociones y de los hechos que hemos sealado son
propios de una persona. El Espritu Santo no es una fuerza impersonal, como
lo es la gravedad o el magnetismo. Es una Persona, con todos los atributos de
la personalidad. Pero no es solamente una Persona; tambin es divino.
El Espritu Santo es una persona divina: es Dios
A lo largo de las pginas de la Biblia surge con toda claridad que el
Espritu Santo es Dios mismo. Y esto lo vemos, entre otras cosas, por los
atributos que las Sagradas Escrituras le asignan al Espritu Santo. Sin
excepcin estos atributos son los del propio Dios.
El Espritu Santo es eterno: Esto quiere decir que nunca hubo un
momento en que no existi. Cunto ms la sangre de Cristo, el cual
mediante el Espritu eterno se ofreci a s mismo sin mancha a Dios, limpiar
vuestras conciencias de obras muertas para que sirvis al Dios vivo?
(Hebreos 9:14).
El Espritu Santo es todopoderoso: Respondiendo el ngel, le dijo: El
Espritu Santo vendr sobre ti, y el poder del Altsimo te cubrir con su
sombra; por lo cual tambin el Santo Ser que nacer, ser llamado Hijo de
Dios (Lucas 1:35).
El Espritu Santo est presente en todas partes (es decir, es omnipresente)
al mismo tiempo: A dnde me ir de tu Espritu? Y a dnde huir de tu
presencia? (Salmo 139:7).
El Espritu Santo todo lo sabe (es omnisciente): Pero Dios nos las revel
a nosotros por el Espritu; porque el Espritu todo lo escudria, aun lo
profundo de Dios. Porque quin de los hombres sabe las cosas del hombre,
sino el espritu del hombre que est en l? As tampoco nadie conoci las
cosas de Dios, sino el Espritu de Dios (1 Corintios 2:10, 11).
El Espritu Santo es llamado Dios: Y dijo Pedro: Ananas, por qu llen
Satans tu corazn para que mintieses al Espritu Santo, y sustrajeses del
precio de la heredad? Retenindola, no se te quedaba a ti? y vendida, no
estaba en tu poder? Por qu pusiste esto en tu corazn? No has mentido a los
hombres, sino a Dios (Hechos 5:3, 4, cursivas indicadas por el autor).

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Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo


la gloria del Seor, somos transformados de gloria en gloria en la misma
imagen, como por el Espritu del Seor (2 Corintios 3:18).
El Espritu Santo es el creador: La primera referencia bblica al Espritu
Santo la encontramos en Gnesis 1:2, donde se nos dice que el Espritu de
Dios se mova sobre la faz de las aguas. Pero en Gnesis 1:1 dice: En el
principio cre Dios los cielos y la tierra. Y en el primer captulo de
Colosenses, donde Pablo escribe a la iglesia de Colosas sobre el Seor
Jesucristo, entre otras tremendas verdades nos dice: Porque en l fueron
creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra,
visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean
potestades; todo fue creado por medio de l y para l (Colosenses 1:16, 17).
As, pues, Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espritu Santo estaban
juntos creando el mundo. El entender y aceptar estos hechos reviste la mayor
importancia para todo cristiano, teolgica y prcticamente.
Un da que hice estas afirmaciones sobre el Espritu Santo a unos
seminaristas, uno de ellos pregunt: Implica inferioridad el hecho de que
habitualmente figura en ltimo trmino? Pero en Romanos 15:30 no figura
en ltimo trmino: Pero os ruego, hermanos, por nuestro Seor Jesucristo y
por el amor del Espritu, que me ayudis orando por m a Dios. Y en Efesios
4:4 dice Pablo: Un cuerpo, y un Espritu, como fuisteis tambin llamados en
una misma esperanza de vuestra vocacin.
Pero ms importante que lo anterior es el hecho de que el lugar que
ocupan las tres personas de la Trinidad en el Nuevo Testamento tiene que ver
con su orden y funcin. As, decimos que oramos al Padre invocando el
nombre del Hijo y en el poder del Espritu Santo. Ms an, ya hemos
demostrado que funcionalmente primero figura el Padre, luego el Hijo se
encarn, muri y resucit. Ahora el Espritu ejecuta su funcin en esta era del
Espritu. El orden de colocacin nada tiene que ver con la igualdad, sino
solamente con la funcin y la cronologa.
La Trinidad
Cuando aos atrs inici el estudio de las Sagradas Escrituras, la doctrina
de la Trinidad fue uno de los ms complejos problemas que tuve que encarar.
Nunca lo he resuelto del todo pues contiene algunos ingredientes de misterio.
Y a pesar de no entenderlo totalmente hasta el da de hoy, lo acepto como una
revelacin de Dios.
La Biblia nos ensea que el Espritu Santo es un ser viviente. Es una de
las tres personas de la Santa Trinidad. Explicar e ilustrar la Trinidad es una de
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las ms arduas tareas que le toca desempear a un cristiano. El doctor David


McKenna me cont una vez que su hijito Doug le formul una pregunta:
Dios el Padre, es Dios?
Respondi:S.
Jesucristo, es Dios?
S.
El Espritu Santo es Dios?
S.
Entonces, cmo puede Jess ser su propio Padre?
David pens rpidamente. Estaban sentados en su viejo Chevrolet modelo
1958 en aquel momento.
Escucha, hijocontest. Bajo la capota del motor hay una batera.
Puedo usarla para encender las luces, hacer sonar la bocina y hacer arrancar el
motory agreg, cmo ocurre esto es un misterio, pero ocurre!
La Biblia nos habla de la realidad de la Trinidad, tanto en el Antiguo
Testamento como en el Nuevo. Veamos algunos de los principales pasajes.
Dios despliega ante nosotros la revelacin de s mismo, en la Biblia, de
manera progresiva. Pero hay indicaciones, desde el comienzo del libro del
Gnesis, de que Dios subsiste en tres personasel Padre, el Hijo y el Espritu
Santoy que estas tres personas constituyen un solo Dios. El cristianismo es
trinitario, no unitario. Hay un solo Dios, no tres, de modo que queda
claramente sentado que la fe cristiana no es politesta.
La Biblia comienza con una majestuosa afirmacin: En el principio cre
Dios los cielos y la tierra (Gnesis 1:1).
Eruditos hebreos nos informan que en el idioma hebreo hay tres nmeros:
singular, uno; dual, dos; plural, ms de dos. La palabra que traduce Dios en
Gnesis 1:1 es plural, indicando con ello ms de dos. El vocablo hebreo que
se usa en este primer versculo de la Biblia es Elohim. Matthew Henry dice
que significa la pluralidad de personas en la Deidad, Padre, Hijo y Espritu
Santo. Este nombre plural de Dios (confirma) nuestra fe en la doctrina de
la Trinidad, algo oscuramente insinuado en el Antiguo Testamento, pero
claramente revelado en el Nuevo.1
Como ya vimos respecto a la creacin, desde el comienzo Dios nos
permite atisbos del hecho de que la Deidad consiste de ms de una persona.
Ponemos en cursiva algunas de las palabras clave. En Gnesis 1:26 Dios dijo:
Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y
seoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda
11 Matthew Henry, Commentary on the Whole Bible (Comentario a la totalidad de la
Biblia), Vol. 1 (Old Tappan, N.J.: Fleming H. Reveil Co.), p. 2.

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la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Ms adelante, en


Gnesis 3:22, Jehov dijo: He aqu el hombre es como uno de nosotros
sabiendo el bien y el mal. Y en Gnesis 11:6, 7, el Seor dijo: He aqu el
pueblo es uno, y todos stos tiene un solo lenguaje; y han comenzado la obra,
y nada les har desistir ahora de lo que han pensado hacer. Ahora, pues,
descendamos, y confundamos all su lengua, para que ninguno entienda el
habla de su compaero. Cuando Isaas oy la voz del Seor que deca: A
quin enviar, y quin ir por nosotros? respondi Heme aqu, envame a
m (Isaas 6:9).
La doctrina neotestamentaria de la Trinidad aparece ms plenamente
desarrollada que en el Antiguo Testamento. Ya que la revelacin es
progresiva, ms luz est arrojada sobre este tema cuando Dios se revel ms
cabalmente a s mismo en el tiempo de Cristo y los apstoles.
La ltima orden de Jess, antes de su ascensin, figura en Mateo 28:18
20. En ella orden a sus seguidores que hicieran discpulos a todas las
naciones bautizando a los convertidos en el nombre del Padre, y del Hijo, y
del Espritu Santo, ensendoles que guarden todas las cosas que os he
mandado; y he aqu yo estoy con vosotros todos los das, hasta el fin del
mundo. Jess les dijo que luego de su partida desde esta tierra, sus
seguidores habran de llevar su mensaje del evangelio a todas las naciones. El
Espritu Santo los utilizara para formar un pueblo para su nombre. Esta
comisin trinitaria a bautizar mancomuna el Espritu Santo con Dios el Padre
y Dios el Hijo como su igual. El es Dios el Espritu Santo.
Es apasionante observar que Jess dijo que los creyentes no seran
dejados solos. Por medio del Espritu Santo que l y su Padre enviaron, jams
nos desamparar ni nos dejar (Hebreos 13:5). Permanecer con todos y cada
uno de los creyentes hasta el final. Este pensamiento nos ha estimulado mil
veces en estos tenebrosos das cuando las fuerzas satnicas estn desatadas en
tantas partes del mundo.
En esta misma lnea de pensamiento el apstol Pablo dijo: La gracia del
Seor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunin del Espritu Santo sean con
todos vosotros (2 Corintios 13:14). Esta bendicin indica claramente que el
Espritu Santo es uno con el Padre y uno con el Hijo, en la Deidad. No es uno
ms uno ms uno igual a tres. Es uno por uno por uno igual a uno. El
Espritu Santo es uno con el Padre y con el Hijo. Si el Padre es Dios, y Jess
es Dios, luego el Espritu Santo tambin es Dios.
El principal problema relacionado con la doctrina de la Trinidad se refiere
a la pretensin del cristianismo de ser monotesta. Rechaza el politesmo, es
decir, la creencia en ms de un Dios. La respuesta es que el trinitarismo
preserva la unidad de la Deidad, y al mismo tiempo reconoce que hay tres
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personas en esa Deidad que sigue siendo esencialmente una. Dios es uno,
pero esa unicidad no es simple sino compleja.
Es un tema dificilsimo que escapa a nuestras posibilidades mentales. No
obstante ello, es de importancia capital declarar lo que la Biblia sostiene, y
callar donde la Biblia calla. Dios el Padre es plenamente Dios. Dios el Hijo es
plenamente Dios. Dios el Espritu Santo es plenamente Dios. La Biblia afirma
lo anterior como un hecho. No lo explica. Sin embargo, se han intentado
muchas explicaciones, algunas de las cuales con grandes visos de realidad,
pero que no se ajustan a la verdad de la enseanza bblica.
Una de las herejas cristianas en la iglesia primitiva fue el modalismo.
Enseaba que Dios apareca en distintos momentos en tres diferentes formas,
como Padre, luego como Hijo y finalmente como Espritu Santo. Quienes
sostenan este punto de vista pensaban que preservaba la unidad del
monotesmo. Pero tambin significaba que cuando Jess oraba, hablaba
consigo mismo. Ms an, decir, como dice Hechos 2, que el Padre y el Hijo
enviaron al Espritu Santo, poco habla en favor del modalismo. Y en ltima
instancia, violaba la ms clara presentacin de la Trinidad en unidad, tal cual
lo expresa la afirmacin de Jess, registrada en Mateo, sobre la gran
comisin. Fue Jess quien dijo que sus discpulos tenan que bautizar a sus
convertidos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espritu Santo. La
construccin gramatical en griego no deja lugar a dudas de que Jess se
refera a tres personas distintas. Claramente ense la doctrina de la Trinidad.
Hemos visto que el Espritu Santo es una persona, y es Dios, y es un
miembro de la Trinidad. Las personas que no reconozcan este hecho pierden
toda su alegra y su poder. Claro est que una opinin errnea respecto a
cualquiera de los tres miembros de la Trinidad dar los mismos resultados
porque Dios reviste la mxima importancia. Pero resulta especialmente cierto
respecto al Espritu Santo, porque si bien el Padre es la fuente de toda
bendicin, y el Hijo es el medio por el cual se canalizan todas las
bendiciones, es mediante la obra del Espritu Santo, actuando en nosotros,
que toda verdad se torna viva y eficaz en nuestras vidas.
Lo ms destacado que podemos decir como resumen es lo siguiente: nada
hay de lo que Dios es que no lo sea el Espritu Santo. Todos los aspectos
esenciales de la Deidad pertenecen al Espritu Santo. Podemos decir de l
exactamente lo que se dijo de Jesucristo en el antiguo Credo Niceno:
Verdadero Dios de verdadero Dios! De modo que nos inclinamos ante l,
lo adoramos, le acordamos toda respuesta que la Sagrada Escritura requiere
de nuestra relacin con el omnipotente Dios.
Quin es el Espritu Santo? El Espritu Santo es Dios!
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