Aguirre y Villalba. La Dependencia en Scalabrini Ortiz y Hernández Arregui
Aguirre y Villalba. La Dependencia en Scalabrini Ortiz y Hernández Arregui
Aguirre y Villalba. La Dependencia en Scalabrini Ortiz y Hernández Arregui
Yo mismo (lo reconozco con sinceridad) suelo estimar esta obra ms como fruto de la
poca que del ingenio. Francis Bacon. La Gran Restauracin1
Diversas corrientes de pensamiento han abordado el problema de las relaciones
exteriores y del sistema internacional desde diferentes planos. Tanto el plano poltico, el
geoestratgico, como el econmico, este en sus diversas variables, han sido analizados por
las corrientes mencionadas.
Una de estas corrientes ha sido el nacionalismo en la vasta mirada de vertientes que
lo componen, cuyas divergencias son sustanciales no solo respecto de otras corrientes
tericas sino entre si. Uno de los conceptos claves que emerge de estos abordajes tericos
y empricos es el de dependencia. En este sentido este trabajo pretende abordar el anlisis
de las relaciones exteriores, haciendo haciendo hincapi en el plano econmico, y su
1
Estos dos pensadores podra ser ubicados, a grandes rasgos, dentro del denominado
nacionalismo popular. Sin embargo, mas all de algunas similitudes no menores en el
abordaje de la problemticas planteadas, como ser el uso del concepto de dependencia para
dar cuenta de los vnculos de la Argentina con el exterior, se pueden apreciar algunas
diferencias sustantivas entre ambos anlisis y el categoras usadas al respecto. Cmo
piensan estos autores el sistema internacional?. Cul es la situacin de Argentina en el
mismo?. Qu sectores, actores o agentes intervienen en la configuracin de este y de las
relaciones exteriores, en especial en el plano econmico, de Argentina?. Estas han de ser
algunas de las problemticas a que han de guiar este trabajo con el objeto de discernir que
aspectos de estos anlisis responden a una coyuntura y que otros son estructurales a la
historia e insercin internacional de nuestro pas.
Pero asimismo, el uso del concepto de dependencia, como podremos ir apreciando
en el trabajo, no supone para ambos pensadores un significado univoco. Tomando algunos
de los planteos bsicos de Aristteles respecto del uso de los conceptos, podramos sealar
que dependencia se dice de muchas maneras 2, lo que podremos apreciar en los planteos de
Scalabrini y de Arregui.
Al respecto es importante sealar que la pertenencia a momentos histricos cercanos
pero al mismo tiempo diferentes quizs puedan ayudar a entender las causas de estas
diferencias. El desarrollo terico y conceptual de Scalabrini Ortiz tuvo lugar entre los aos
1920 y 1940-45; los de Hernndez Arregui entre 1950 y 1974. El concepto de dependencia
2
En varios de sus tratados Aristteles deja constancia de ello. Asi por ejemplo en Metafsica dice, la
expresin algo que es se dice en muchos sentidos pero en relacin con una sola cosa (Metafisica, Libro
IV, captulo 2, 30). En Poltica tambin demostrar que no existe un nico tipo de ciudadano y que este se
dice de muchas formas dependiendo del rgimen. Ver Aristteles, Poltica, Biblioteca Clsica Gredos,
Madrid, 1994
mismo ao, de cambios importantes en su vida y quizs en su futuro, Ral, en cierto modo
conmovido por la Revolucin Rusa, pas a formar parte del grupo Insurrexit, en su nica
aproximacin real al marxismo. Poco despus, quizs cansado, escptico o desilusionado,
dej de pertenecer a este grupo, no si haber ledo, algunos de los clsicos de esta corriente.
Dejando de lado toda militancia poltica, comenz la prctica de boxeo en el club
CUBA, frecuentado por integrantes de la elite, con lo que Ral mantiene una relacin que
proviene de otros tiempos. En 1923 ee boxeo ya es parte del pasado y entr a trabajar en la
Direccin Nacional de Puertos, empleo en el que estar muy poco tiempo y al que
renunciar meses despus.
Es un momento clave en la vida de Ral Scalabrini Ortiz; por un lado profundiza su
relacin con el mundo de los escritores; por otro, en poco tiempo emprender un viaje a su
admirada Europa, y que segn algunos, modificar su perspectiva de ese contintente y de la
situacin agrentina
Pero ante de iniciar este viaje conoci a Miguel Gleizer a cuya librera concurrin
entre otros Leopoldo Marechal y Jorge Luis Borges, con los que entr en contacto, y en la
que trabajaba Israel Zeitling, conocido luego con el seudnimo de Cesar Tiempo. Ya Ral
ha escrito una serie de cuentos, que Miguel Gleizer decidi en 1923 publicarlos con el
nombre de La Manga. Esto le abrir las puertas de la literatura y ser calificado como una
de las jvenes promesas en este campo por crticos y escritores afamados.
Norberto Galasso: Vida de Scalabrini Ortiz, Ediciones Colihue, Buenos Aires, 2008
las masas obreras; su idea de orden y su idealizacin del pasado hispano, del cual Scalabrini
nunca va a estar cerca.
El golpe de mil novecientos treinta, del cual tiene ciertas informaciones producto de
sus conocidos en La Nacin, en Crtica y en el nacionalismo oligrquico, lo sorprendi en
un posicin de indiferencia. Pero tras el devenir del mismo, empezaron a emerger ciertas
ideas producto de experiencias pasadas y lentamente fue abandonado su prescindencia
respecto de temas polticos. Los procesos de marzo-abril de 1931 nos devolvern un Ral
Scalabrini Ortiz distinto. Lentamente comenzar a recuperar y valorar ciertos aspectos de
los gobiernos de Yrigoyen; los problemas de la dependencia y del imperialismo empezaron
a tomar entidad, y esto se pudo apreciar en ciertos escritos crticos sobre dictadura de
Uriburu que le valieron su despido de Noticias Grficas.
Sin embargo, los problemas econmicos lo acucian. Por ello, ante una sugerencia y pedido de Gleizer, en septiembre de 1931 aparecio El hombre que esta solo y espera.
Una obra literaria en la que condensaba todas sus tendencias anteriores pero en la asimismo
que ya se podan apreciar con claridad los nuevos paradigmas que pronto se convertirian
en el eje del pensamiento de este escritor. Hay, al tiempo que un dejo de escepticismo un
intento de bsqueda de aquello rasgos que condensen la nacionalidad. Pero como hombre
de Buenos Aires an identifica la nacin con cierto estereotipo de hombre de la ciudad
portuaria, aspecto que fue dejando de lado en el transcurrir de esta primera mitad de la
dcada.
La recepcin de libro fue excelente, tanto por la prensa y la crtica, como por
escritores como Borges o Macedonio Fernndez, a quin Ral haba tomado como
paradigma. Sin embargo fueron sus ltimos escarceos con una carrera literaria que se
presentaba muy promisoria. De alli en mas comenz a estudiar economa, a dejar todo tipo
de prescindencia en poltica y a plasmar todo aquello que se vena insinuando en los
ltimos aos. Esto lo impuls a buscar la causas que habin llevado a la Argentina a la
situacin en que se encontraba tras la crisis de 1930, sin dudas acicate importante en este
cambio operado en Scalabrini.
Algo similar podemos encontrar en una de las tantas conferencias dadas en FORJA, cuando
dice: Los ingleses manejaron el comercio, trabaron los gobiernos, seccionaron los
tradicionales lmites del Virreynato y as fuimos cediendo algo tras algo, hasta ahora
Como podemos ver, Inglaterra haba sido la creadora de nuestra destino; un destino al que
parece no podamos escapar, mas all de los intentos fallidos, y en el que los factores
internos parecen no haber jugado ningn papel relevante. Incluso al utilizar la frese fuimos
cediendo para exculpar a las propias clases dominantes, por irrelevantes, del destino
dependiente de nuestro pas.
Esto mismo se refrendar en pasajes de su libro, Poltica Britnica en el Ro de la
Plata. All seala que, Aunque somos la vctimas, no podemos dejar de admirar la
clarividencia con que estos hombres vieron la realidad y el ingenio con que crearon un
sistema de explotacin que la humanidad tardara mas de un siglo en comprender y tratar
de desarticular6 . Conceptos similares a los vertidos anteriormente, pero a los que se le
agrega algo sustantivo: el Imperialismo parece ser producto de inteligencias y
personalidades brillantes, clarividentes, mera creacin de la voluntad humana y no producto
de una lgica interna de la formacin social capitalista y de sus mecanismos de
acumulacin. Hombres superiores, que crearon un sistema que a la humanidad (no
britnica) la llevara siglos entender e imitar o resistir. La historia de la formacin del
capitalismo se esfuma La propia historia de Europa y Gran Bretaa parece tener poco
importancia An menos relevancia adquieren la estructuras y clases dominantes heredadas
de la colonia en Amrica Latina y el latifundio emergente del mismo, que cumplieron un
papel trascendente en la articulacin dependiente de Argentina y otras naciones de la regin
en el siglo XIX. Aqu es cuando aparece el Scalabrini previo a los treinta; el Scalabrini de
El hombre que esta solo y espera, el Scalabrini que pone en eje en el sujeto; el Scalabrini en
alguna medida ligado a concepciones escpticas. 7. Aqu es cuando Scalabrini parece dar un
5
Rul Scalabrini Ortiz, Conferencia pronunciada en FORJA, 17 de agosto de 1937, citado por Norberto
Galasso, Vida de Scalabrini Ortiz, pgina 236
6
11
Carta, archivo RSO, citado por Norberto Galasso, Vida de Scalabrini Ortiz, pgina 255
buena voluntad de sus directores, se ven obligados a representar estos intereses forneos,
por la disparidad de fuerzas entre ambos actores. Otra vez la dimensin local de la
dependencia y los intereses complementarios de las clases dominantes locales con el
imperialismo, se encuentran veladas.
El tema del periodismo y los medios a travs de los cuales este se expresaba hacia
los treinta, principalmente los diarios, son sujeto de un captulo en Poltica britnica en el
Ro de la Plata. En este podemos encontrar conceptos similares al expresado en la carta
citada en el prrafo anterior al tiempo que expresa esa visin unidireccional del fenmeno
del imperialismo y la dependencia. Leemos alli, El periodismo argentino funciona con la
maravillosa precisin de un rgano. Hay notas graves y agudas de invulnerable seriedad
que se combinan en una serie infinita de matices de una misma tonalidad. Est el diario
izquierdista y el reaccionario, el ultramoderno y el liberal, el simplemente conservador y
el radical, todos concertados en una prodigiosa sinfona de elogios al podero, a la
grandeza y la munificencia de la dominacin britnica 12 . No hay matices; todos los
diarios responden a un nico inters; a un nico patrn. Las diferencias entre ellos son solo
de forma; la sutileza britnica es tan grande que nos hace creer que las divergencias son de
sustancia. Pero no es as para Scalabrini. En este sentido, al simplificar en grado sumo el
tema, deja de lado las causas que llevan a los posicionamientos de cada uno de estos
medios grficos. Y al mismo tiempo deja de lado la verdadera complejidad del sistema
internacional en los treinta y cuarenta.
Por lo general, y ms all de que para Scalabrini Ortiz la piedra basal sobre la que se
asienta su anlisis de la situacin argentina, de la dependencia y el imperialismo, y a
grandes rasgos del capitalismo, es Gran Bretaa, en ningn momento logra dar cuenta del
sistema internacional y de la complejidad que supone el mismo en cualquier perodo de la
historia. En realidad este, excepto en contadas excepciones, parece ser un sub. producto de
la poltica exterior britnica y el capitalismo una marca registrada por esta nacin.
12
Siguiendo con el tema de los medios de prensa, y tomando el papel a nivel mundial de estos
en la formacin de la conciencias sociales, podemos apreciar, mas all de la aparente
diferencia entre con la temtica del imperialismo, una similitud con la forma comprender
esta relacin. En Poltica Britnica... seala, tomando a Alous Huxley, con quien
concuerda, que la prensa, ...maneja la opinin pblica y se la inclina en uno u otro sentido,
con gran facilidad.....Las masas se mueven casi automticamente bajo la influencia de la
prensa, que sumerge en el silencio todo lo inconveniente para el estado de nimo general
favorable a la dictadura13. Dos aspectos a hacer notar. El primero, mas evidente, la relacin
unidimensional entre la prensa y la conformacin de las conciencias colectivas y sociales.
Estas se mueven segn las pautas planteadas por un gran director, en este caso las
publicaciones peridicas. Estas crean la realidad y dirigen a los actores. La misma matriz de
anlisis que utiliza al trabajar sobre la relacin entre Gran Bretaa y la Argentina. El
segundo de estos aspectos: en ningn momento utiliza el concepto de clase social. Masa en
ciertas ocasiones, pueblo en otros momentos, son los conceptos que utiliza a los efectos de
describir a los sectores populares. Algo que marcar una distancia significativa con el
anlisis de la sociedad llevado a cabo por Hernndez Arregui
14
fronteras y nada ha tenido con ver con factores locales. Argentina sigue siendo un mero
reflejo de las decisiones adoptadas en las grandes potencias. Como aclaracin hay que
sealar que ms all de que el imperialismo estadounidense aparezca aqu en un plano de
igualdad con el britnico en lo referente al petrleo, poco despus, en el mismo captulo,
Scalabrini se encargar de mostrarnos como la Shell derrota sin problemas al Standard Oil;
como la sutileza y habilidad britnica impide a los intereses de los toscos estadounidenses
lograr una victoria en la batalla por el control del petrleo.
Es conocido el profuso, documentado y trascendente anlisis que realiza Raul
Sclabarini Ortiz sobre los ferrocarriles britnicos en la Argentina. Sin dudas uno de los
pioneros en la materia que dejar un material invalorable para investigadores posteriores
que podrn partir de los planteos, dtos y aportes de este pensador. Pero nuevamente aqu
coloca un instrumento, el ferrocarril, como la base fundamental para la existencia del
imperialismo. Veamos que nos dice al respecto: El ferrocarril fue el mecanismo esencial
de esa poltica de dominacin mansa y de explotacin sutil que se llama imperialismo
econmico....el arma principal de que se valieron los extranjeros para sofocar todo
progreso que de alguna manera pudiera hacer vacilar su hegemona. Fueron, los nuestros,
ferrocarriles coloniales destinados a mantenernos en la rutina sin salida del primitivismo
agrario15 . Este imperialismo sutil ha encontrado el mecanismo que permitido que el
mismo se desarrolle sin obstculos: el ferrocarril. Dos aclaraciones: en este sentido no es
plenamente consecuente, lo cual no es una crtica a un pensamiento en conformacin
permanente, con lo dicho en Poltica britnica, en la que sealaba, que la las ataduras
financieras eran las que haban permitido el asentamiento del Imperialismo britnico. En
segundo lugar: confunde un determinado desarrollo tecnolgico, que ya estaba en proceso
de ser reemplazado por otro, como lo era el automvil, como el responsable de nuestra
situacin de pas colonial. Por ltimo y no menos importante: lo que l denomina
primitivismo agrario no es producto de condiciones y procesos internos sino generado, casi
de la nada, por un instrumento del Imperialismo ingls: el ferrocarril.
15
Luego de esta recorrida, cerremos la misma con parte de una nota publicada en el
diario Reconquista hacia 1939, en la que condensa gran parte de las ideas anteriores y en la
que se aprecia las continuidades en los tpicos fundamentales que hemos analizado en el
pensamiento de Scalabrini Ortiz. Y dejemos que hable ella sola y los lectores de este
trabajo- Para consolidar y estabilizar la hegemona britnica han creado ustedes ese
mbito de relajacin moral en que hasta avergenza ser honrado y patriota. Ustedes son
los provocadores de esa atmsfera de ignominia que llev al suicidio a hombres de la talla
de Lisandro de la Torre y Leopoldo Lugones, que hubieran dado honra a cualquier pas de
la tierra. Son ustedes los que alejan de las posiciones pblicas a los ciudadanos probos y a
los estadistas solamente preocupados por el bienestar pblico......Ustedes impiden que las
industrias prosperen porque la industria crea riqueza, fuerza y unidad y porque perjudica
a la industria britnica y al comercio de importacin. Las provincias que no producen
nada de lo que ustedes necesitan, caen en la miseria sin esperanza...Nada los detiene en la
consecucin de sus fines. Ya hay lmites que no se pueden violar sin perder la condicin de
hombre honrado y de caballero, sin caer en la ruindad. Ni en la guerra, siquiera, se
envenenan las fuentes de agua. Ustedes disculpan su accin en su conciencia, con el ms
terminante desprecio hacia los argentinos16
Ral Scalabrini Ortiz, Diario Reconquista, 15 de noviembre de 1939, citado en Norberto Galasso, Vida de
Fue durante estos aos de perseucin y exilio interior, y tras haber escrito y
publicado Imperialismo y Cultura en 1957, que empez a madurar los que sera la primer
versin de su libro fundamental: La Formacin de la Conciencia Nacional. La obra fue
escrita entre los aos 1958 y 1959, en momentos en que se produce el giro en el gobierno
de Frondizi y publicada en 1960, tras los cambios generados en el gabinete de ministros y
la llegada al mismo de un representante conspicuo del liberalismo ortodoxo como Alvaro
Alsogaray y tras el viraje de la poltica hacia el peronismo el moviemiento obrero, iniciada
con la respuestas a las huelgas petroleras y la toma y privatizacin del Frigorfico Lisandro
de La Torre. En este libro en donde el anlisis histrico de la dependencia argentina y del
imperialismo ocupan un papel relevante, el pensamiento de Marx y Lenin juegan un papel
significativo, algo que, como vimos, en Scalabrini juegan un papel marginal.
Peronismo y
Hernndez Arregui, Juan Jos, La formacin de la conciencia nacional, Pea Lillo, Ediciones Continente,
Buenos Aires, 2008, pag 33
18
las disimetras correspondientes, marca las formas en base a los cuales los intereses
imperialistas se van a establecer en la Argentina. Huelga decir que en el pensamiento de
Scalabrini su visin de la clases dominantes locales se asemeja mucho a la de meros
administradores de los intereses de las potencias mas bien de Gran Bretaa, perdiendo as
su origen histrico, sus sustantividad y su materialidad.
Para Hernndez Arregui,
20
. Aqu podemos
Para Arregui, esta oligarqua local, si bien dependiente, no por ello deja de tener
intereses especficos y no es producto de una determinada naturaleza, de una malformacin
20
Hernndez Arregui, Juan Jos; op. cit, pag, 195 (las negritas son mas)
Como seala el 21 de mayo de 1943 en una carta a Francisco Capelli: Vuelvo ahora a mi funcin especfica
de intelectual, es decir de hombre que piensa, estudia, medita, escribe y aconseja, sin concomitancia directa
con la accin ni preocupaciones por cmo ni quin encarna las ideas, citado por Norbeto Galasso, op.cit, pag
308
21
o, como para Scalabrini, de una creacin externa. Si esta oligarqua necesita que se
profundicen las bases de la dependencia, esto se asienta en intereses materiales, en la propia
base material de la que surge y sobre la que asienta su dominio interior. No en un espritu
de poca, ni en una admiracin cultural por los centros imperiales, ni el reconocimiento de
la superioridad de los mismos en cuanto a la naturaleza de sus habitantes. Mucho menos es
una simple administradora de los intereses imperiales. Por eso, con claridad meridiana, el
autor nos dice: El entreguismo de la oligarqua no fue un simple error. Fue el
comportamiento poltico y cultural de sus intereses de clase asociados por encima del pas
a su subordinacin al mercado internacional22 . Las diferencias con Scalabrini emergen
con prstina claridad en este prrafo
Es importante hace notar la complejidad que adquiere el concepto de oligarqua en
Hernndez Arregui. Complejidad que pone evidencia la historicidad del mismo y el
alejamiento cualquier tipologa puras o ideales de matriz weberiana. Oligarqua como clase
y como concepto, mas alla de algunos aspectos muy generales que lo constituyen, es un
producto histrico y como tal en redefinicin permanente. Para Arregui, la oligarqua, esa
espesa red de intereses burocrticos, financieros, internacionales, no aparece en primer
plano 23. Definicin que no solo muestra la variedad de intereses y la imbricacin de los
mismos que la caracteriza sino la aparente invisbilidad de esta. Aspecto que nos vuelve a
remitir al pensamiento de Marx y Engels, al establecer una diferencia sustantiva entre lo
que aparece y lo que es; entre lo apariencial y la compelja red de relaciones, sustentadas en
una base material, que dan lugar a lo real. La oligarqua no una mera concepcin terica, no
es una percepcin, sino que la misma se levanta sobre la base material y es la expresin
final del complejo entramado, siempre inestabale y en conflicto, que constituye
las
relaciones sociales de produccin. Por eso la misma emerge en base al control de la tierra y
su dominio en el plano poltico no esta despegado de esta base material. Parafraseanado a
Marx, Hernndez Arregui, asciende de la tierra al cielo.
La constitucin de la Argentina como una nacin dependiente, en el momento del
surgimiento de Imperialismo como una de las fases del capitalismo, con una oligarqua
22
23
local que asienta su dominio como socio menor pero imprescindible de los grandes
monopolios y del capital financiero internacional en el control de la tierra, determina para
Hernndez Arregui el bajo nivel de industrializacin que demuestra la Argentina en 1914.
Para l, esto es consecuencia del ordenamiento colonial de la economa
24
. Y al mismo
tiempo, en forma dialctica, del proceso abierto con la crisis de 1930 y en especial el 1946,
ligada al proceso de industrializacin, la participacin del proletariado en el escenario
poltico y a la llegada del peronismo al poder abrira una etapa de luchas, que en primera
instancia buscar la ruptura de lazos de dependencia; la liberacin nacional. Lo que
Scalabrini llama primitivismo agrario, al contrario, es producto de la voluntad e intereses
britnicos, que parecen haber orquestado una Argentina pastoril y atrasada, como un
arquitecto moldea el mrmol al momento de dar vida a una estatuta
Para Hernndez Arregui, el desarrollo industrial del pas, pone en cuestionameinto
el dominio del mismo por parte de la oligarqua, basada, mas alla de los cambios de
nombres y formas, en el control de la tierra y en mantener la estructura primaria
exportadora. Cualquier desarrollo alternativo que no este ligado a los intereses del
imperialismo, y sea britnico o estadounidense, es algo que esta clase social, buscar evitar
por todos los medios a su alcance. Por este motivo, la lucha de clases se intensifica en la
Argentina tras la llegada del peronismo al poder, movimiento que con sus limitaciones y su
composicin policlasista, desaloja a esa oligarqua del control del Estado, y abre y un
espacio para buscar la ruptura de los lazos de dependencia, etapa previa e indispensable
para cualquier intento de revolucin social futura.
Pero la oligarqua no solo cuenta con sus propias fuerzas, sino que ha logrado
penetrar en otras clases sociales, que han adoptado sus valores, objetivos, intereses, como
propios, pero sin estar asentados sobre una base material similar a la de la clase dominante.
Un simil del concepto de hegemona de Gramsci parece desprendese de este anlisis de
Hernndez Arregui, haciendo la salvedad que recin por esos aos comenzaban a difundirse
parte importante de los escritos de este gran terico marxista italiano que tanta importancia
tendra en los aos posteriores y en el que la influencia y la lectura detenida de Lenin jug
24
un papel determinate. Pero este abordaje del problema lo podemos encontrar ya en Karl
Marx, que con claridad meridiana sealaba. La ideas de la clase dominante son las ideas
dominantes de cada poca; o dicho en otros trminos, la clase que ejerce el poder material
dominante en la sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante. La clase que
tiene a su disposicin los medios para la produccin material disponen con ello, al mismo
tiempo, de los medios para la produccin espiritual, lo que hace que se le sometan, al
propio tiempo, por trmino medio, las ideas de quienes carecen de los medios para
producir espiritualmente. Las ideas dominantes no son otra cosa que la expresin ideal de
las relaciones materiales dominantes, las mismas relaciones dominates concebidas como
ideas; por tanto, las relaciones que hacen de una determinada clase la clase dominante,
son tambin las que confieren el papel dominante a sus ideas. 25.
El abordaje que hace Hernndez Arregui sobre la universalizacin de los intereses
de la oligarqua dominate a nivel local y de las grandes burguesas imperialistas refelja lo
expresado por Marx en la cita anterior. El control del sistema educativo le ha permitido a
esta clase permear sus ideas hacia otros sectores sociales. Lo que l va a denominar clases
medias, pequea burguesa, pequeos propietarios, y los partidos polticos que intentan
reprsentarlos, son parte, a veces de manera inconsciente, del manteniento de los lazos de
dependencia en Argentina. Para Hernndez Arregui, el instrumento de que se vale la
oligarqua para conservar y difundir su pensamiento de clase es la pequea burguesa, en
su inmensa proporcin de asendencia inmigrante. La clase media no tiene una poltica
propia. La entrada fija del pequeo burgus le da ideas fijas. En los pases coloniales, un
estado psicolgico comn a vastas capas intelectuales de la clase media, es sud eseo de
nop informarse sobre la cuestin nacional....la ideologa del intelectual de clase media es
solidaria con la clase que paga sus servicios y de la que, en el orden cultural, en un mero
agregado econmico......es el colchn amortiguador entre las dos clases verdaderamente
revolucionaria, la burguesa y el proletariado. 26. Mas all de sus limitaciones de clase, que
emergen de la base materia sobre la que se asienta, claramente expresada aqu por el autor,
la educacin cumple un papel no menor en este proceso. Hernndez Arregui seala que la
educacin en la Argentina, bajo el control directo o inidrecto de la oligarqua, es un vasto
25
26
Marx, Karl Engels, Friedrich, La Ideologa Alemana, Editorial Grijalbo, Barcelona, 1970
Hernndez Arregui, Juan Jos; op. cit, pags, 77-78
29
Ningn anlisis similar, con una claro componente sociolgico de los distintos sectores
sociales, aparece en Sclabarini Ortiz, lo que no le permite ver la complejidad de fuerzas
27
sociales que pugnan por tener un espacio en la direccin poltica del pas y sus alianzas
intestables.
Como podemos apreciar, para Hernndez Arregui, las clases dominantes locales
han logrado constituir un bloque de apoyo a la direccin impresa por la misma a la poltica
del pas, subordinada por intereses materiales de las mismas, a las potencias imperiales. Y
que dan lugar al bloque antinacional, en el que, algunos de sus integrantes no obtienen
grandes beneficios de su participacin en el mismo, en especial los de asentamiento urbano.
Si bien no es tema de esta ponencia, orientada a detectar las bases de la dependencia
en la Argentina para el pensameinto de Hernndez Arregui, es importante sealar que para
este pensador el esquema reseado anteriormente no es esttico y que aquellos sectores
medios o pequeo burgueses, fundametalmente aquellos cuyo origen es urbano, que dan
apoyo a este bloque dependentistas, pueden variar su posicin y pasar a formar parte junto
al proletariado, nica clase veraderamente revolucionario, de un bloque que luche por el fin
de los lazos de dependencia, primera etapa de cualquier revolucin socialista. La histora es
dinmica y por ello las posiciones que adopten diversos sectores sociales no esta
determinada de una vez y para siempre. Es mas, solo con la ruptura de la alianza de al
menos parte de estos sectores pequeo burgueses con las oligarquas dominantes va a poder
ponerse en marcha este proceso de liberacin nacional, cuyo eje vertebrador, pero no unico
en esta etapa, ha de ser el proletariado. Retomando a Lenin y en una crtica profunda a los
partidos socialistas y comunista por su crtica a todo nacionalismo, Hernndez Arregui
sealaba que el terico ruso puntualizaba que la negacin de la nacionalidad en nombre
del internacionalismo, con frecuencia implicaba la subordinacin de una nacin al
nacionalismo de otra ms poderosa..... Y la defensa de la patria que pasa a segundo plano
en determinadas condiciones es de principal importancia en otras... La patria misma como
categora histrica vara con las pocas. Y la defensa de la patria que pasa a segundo
plano en determinadas condiciones es de principal importancia en otras: En mi opininescribe Lenin el reconocimiento de la defensa de la patria en una guerra general est
completamente de acuerdo con el marxismo....Consideraba que por norma, toda guerra
militar o econmica contra el pas opresor era justa.... V.I.Lenin ha establecido con
precisin este punto en que el nacionalismo y el internacionalismo pueden y deben
coincidir
30
. Proceso para el cual debe darse una serie de condiciones; una de ellas, la
conformacin de una alianza social de base nacional, que pueda pujar con xito con las
oligarquas locales y los intereses imperialistas, que subordinan a las anteriores, pero que
les garantizan su hegemona local.
e) Breves reflexiones finales
Como hemos podido apreciar, mas all de algunas similitudes importantes y del
camino que, junto con otros, abre Scalabrini Ortiz al momento de dar cuenta de la
dependencia y el imperialismo, las diferencias emergen en aspectos centrales del anlisis
terico de ambos pensadores. Un aspecto trascendente a destacar en el pensamiento de
Hernndez Arregui y que lo diferencia
Un cuarto aspecto tiene que ver con la absolutizacin que hace Scalabrini de
ciertos instrumentos (fuerzas productivas) sobre las que se levanta la dependencia. Esta es
producto, adems de la inteligencia y sagacidad britnica, del ferrocarril. Su
nacionalizacin rompera de raz los lmites a los que condenado Gran Bretaa a la
Argentina y permitira emerger del primitivismo agrario, que supone un destino eterno de
abastecedor de productos primarios para los centros imperiales. Para Hernndez Arregui,
sin poner en duda la importancia que adquiere el tendido de la red ferroviaria en los pases
dependientes, seala que es solo un instrumento y que como sucede con el sistema
capitalista ser remplazado por otro en la medida que las fuerzas productivas se
transformen y las luchas interimperialistas de agudicen. Los ferrocarriles contribuyen a
explicar la forma en que la dependencia se materializa, pero no explican la dependencia en
s. Son solo un instrumento de una determinada etapa del imperialismo que sin dudas ser
reemplazado por otra.
Por ltimo, Scalabrini Ortiz, en consonancia con sus inicios literarios, tanto en
poesa como en cuentos y ensayos, pone mucho nfasis en los sujetos y las voluntades, las
que parecen ser las creadoras de la realidad en la que vivimos. Sin duda utiliza un vasta e
invalorable material emprico; pero la intersubjetividad envuelve todos sus escritos. O son
los sujetos o son las masas, siempre orientadas, las que formas parte de este relato. Por le
contrario, para Hernndez Arregui los sujetos no explican la historia, sino que condensan
tendencias estructurales que explican la misma. Para este pensador los conceptos de clase
social y conciencia de clase cumplen un papel central en la historia; conceptos que, como
vimos, no utiliza en ningn momento Scalabrini.
(1) Instituto de Estudios Histricos, Econmicos, Sociales e Internacionales (IDEHESI),
Fac. de Ciencias Econmicas. Universidad de Buenos Aires.
(2) UBA. Facultad de Ciencias Sociales