ArtefactOs CulturalEs
ArtefactOs CulturalEs
ArtefactOs CulturalEs
de la palabra griega tchne, de la que proviene la palabra tcnica presente en casi todas las lenguas
occidentales. De esta forma podemos decir que la
palabra artefacto nombra en realidad todo objeto
que es producto de la aplicacin de una tcnica; es
decir, artefacto es todo aquello elaborado, producido
por el ser humano. Esta denominacin incluye, por
tanto, herramientas, utensilios, formas del vestido,
formas del habitar, pero tambin mitos, modas, refranes
e incluso el diseo y las diversas manifestaciones de
lo que tradicionalmente se ha llamado arte. Sin embargo, no todo artefacto es objeto de inters en los
estudios tericos a los que me refer al comienzo.
Herramientas, utensilios y aparatos pueden ser de
inters para el antroplogo y el paleontlogo, incluso para el historiador; no entran necesariamente
en el campo de visin del terico (salvo quiz en el
caso en que ste se ocupa de su diseo). De all que
para hacer la distincin este ltimo recurra a la
calificacin de cultural1. Este calificativo corresponde, sin duda, a las investigaciones ms recientes
sobre el trmino cultura, en las que sta se piensa
como un repertorio histricamente estructurado,
un conjunto de estilos, habilidades y esquemas que,
incorporados en los sujetos, son utilizados (de manera ms o menos consciente) para organizar sus
prcticas, tanto individuales como colectivas
(Auyero y Benzecry, 2005: 35). Y precisamente
entre esas prcticas se encuentra la produccin de
artefactos. Sin embargo, no encontramos en esta
definicin (ni en las otras que los autores exponen
en su revisin histrica del concepto) los elementos
que permitan establecer una distincin entre los artefactos a secas y los artefactos culturales. Falta en
ella lo que en la produccin de estos ltimos se vin440
Gewhnlichkeit des Zeuges drngt sich dann als die einzige und ihm scheimbar
ausschlielich eigene Seinsart vor, ibidem). Para Heidegger, este proceso implica la desaparicin de la esencia del utensilio: una suerte de degradacin de
su verdadero ser; para nosotros, sin embargo, ser aquello que determine su irreductibilidad como utensilio, la lnea que lo separa efectivamente de otro tipo de
artefactos. La utilidad es entonces lo que determina la cualidad del utensilio
cuando ste ha alcanzado el grado ltimo de habitualidad; y dicha habitualidad
se sustenta, sin duda, en su materialidad. No podemos pensar dicha habitualidad
sin que el objeto est all, como materia, es decir, ocupando un espacio.
Cubiertos, artefactos elctricos, computadores, celulares, instrumentos; todos
ellos constituyen objetos materiales que, una vez perdida su utilidad, alcanzan
ahora s el estatus de trastos (Zeug, en el sentido moderno del trmino), esto
es, una forma de materialidad amorfa, sin sentido.
Frente a las caractersticas de este conjunto de artefactos (utensilios) es
posible entonces comenzar a determinar las de un conjunto diferente que llamaremos artefactos culturales. Este otro grupo de artefactos, claro est, es en
primer lugar irreductible a su utilidad (instrumentalidad) por lo que la habitualidad que pueden llegar a adquirir es de un orden completamente diverso a la
del utensilio. Para explicar esto recurrir a una expresin que Heidegger utiliza
para caracterizar la esencia de la obra de arte: el sich-ins-Werk-setzen. La expresin idiomtica ins Werk setzen quiere decir, en el uso corriente, llevar a
cabo, poner en funcionamiento, proceder; pero al colocarla con guiones y
por tanto sustantivizarla, Heidegger busca que adquiera un significado agregado,
distinto al que le confiere la convencin. As el sentido de la expresin se transforma en algo como ponerse en obra, hacerse obra, introducirse en la obra
(no olvidemos que en alemn la palabra para obra de arte es, precisamente,
Kunstwerk4). Ahora bien, cabra preguntar, qu es lo que se pone en obra en
un artefacto cultural?5 La respuesta se dibuja, precisamente, a partir del calificativo cultural: lo que en este artefacto se hace obra y opera simultneamente
es la cultura con sus innumerables presupuestos, convenciones y concepciones.
Estos artefactos tienen o pueden tener, claro est, utilidad, pero sta no agota
su existencia; pueden asimismo alcanzar habitualidad, pero no al punto de
reducirse a una pura materialidad. Pensemos, para ilustrar lo que digo, en un
maquillaje particular, un traje confeccionado a la moda o el diseo de un utensilio. En ninguno de los tres casos podemos darle un sentido adecuado a dichos
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artefactos si los reducimos a una pura utilidad (por ejemplo, la de ocultar imperfecciones del rostro o resaltar rasgos del mismo, la de cubrir o proteger el
cuerpo, o la de optimizar u ergonomizar una forma). Y slo en la medida en
que los instrumentalizamos, es decir, que los cercenamos de sus implicaciones
significantes, pueden convertirse en materia pura. A partir de dichos ejemplos,
comenzamos a intuir que la materialidad en estos casos se ve investida, revestida por aspectos que tienen que ver con ese ponerse en obra. Esto implica que
en ellos no hay la indisociabilidad entre materia y funcin que se encuentra en
el utensilio. En otras palabras, en el artefacto cultural la materialidad se vuelve
subsidiaria de su poner en obra la cultura. Esto nos permite afirmar que (gloso
aqu y reformulo un pasaje del texto de Heidegger): lo material en el artefacto
cultural no puede negarse; pero en ste lo material debe pensarse a partir de lo
que en l se pone en obra lo que en l opera y se patentiza: la cultura. De esta
manera, el camino de la determinacin de la realidad material de este artefacto
no va de la materia hacia el ponerse en obra sino, al contrario, del ponerse en obra
hacia la materia (cfr. el pasaje original: 1980: 24). Tratemos de precisar esta
comprimida afirmacin.
En la materia del artefacto cultural se escenifica uso esta expresin con
toda la intencin en efecto, lo que dicho artefacto hace (pone en obra); pero
dicha escenificacin no se sustenta en la materialidad misma sino que, al contrario, le otorga de manera compleja otra forma de existencia, de realidad, a
esa materialidad. De hecho, dicha realidad slo puede pensarse desde el
poner en obra del artefacto, desde lo que dinamiza sus rasgos, es decir, la cultura; lo que necesariamente abre la posibilidad de plantear que, en lugar de la
materialidad, es una cierta virtualidad lo que determina las caractersticas del
artefacto cultural; una virtualidad que atraviesa y transfigura con su operacin
la materialidad misma del artefacto. Quiz dos ejemplos radicalmente diversos
permitan ver esto con ms claridad. Un graffiti es, aparentemente, una suma de
contingencias: un muro o cualquier otra superficie en el espacio urbano, un
texto o un dibujo, en colores o blanco y negro, con o sin ornamentacin.
Ninguna de esas contingencias lo determina, pero las que aparecen en cada
graffiti se ven integradas y transfiguradas por la puesta en obra que representa: lo que hace, lo que deja ver, lo que produce: paradojas de la existencia
social, estetizaciones a contracorriente, denuncia, o simplemente y por tanto,
complejamente sinsentido. Pensemos ahora en un poema. Aqu una serie de
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chismo; reflexin que, para decirlo con palabras de Agamben, presupone entender el mundo de la cultura humana en tanto actividad creadora de objetos
(il mondo della cultura umana in quanto attivit creatrice di oggetti; Stanze)
(Agamben, 2006: 41). En este sentido, ya el fetiche propone un modelo de objeto revestido, o mejor, investido de espesor significante:
el fetiche nos confronta [afirma Agamben] con la paradoja de un objeto
elusivo que satisface una necesidad humana precisamente a travs de su ser
elusivo. En cuanto presencia, el objeto-fetiche es, de hecho, algo concreto e incluso tangible; pero en cuanto presencia de una ausencia, es, al mismo tiempo,
inmaterial e intangible, porque refiere continuamente ms all de s mismo
hacia algo que no puede ser nunca realmente poseido.
El espesor significante del artefacto cultural sera entonces ese continuo referir
ms all de s mismo que no se limita, por supuesto, a aspectos psicoanalticos
(Freud) ni econmicos (Marx); un referir que, en este caso, trasciende lo puramente simblico, pero igualmente se sobrepone al uso normal del objeto. Pero
pueden extraerse ms consecuencias de esta exploracin. Como indica Agamben,
el estudio del proceso de transformaciones del concepto y los anlisis del fetiche,
nos proporcionan muy valiosas reflexiones sobre la cultura misma:
El mapa de las migraciones del concepto de fetichismo designa as en filigrana
el sistema de reglas que codifican un gnero de represin []: la que se ejercita
sobre los objetos fijando las normas de su uso. Este sistema de reglas es, en nuestra
cultura, tan rgido, aunque aparentemente no sancionado, que, como lo
muestra el ready-made, la simple transferencia de un objeto de una esfera a
otra basta para hacerlo irreconocible y siniestro.
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(La mappa delle migrazioni del concetto di fetichismo disegna cos in filigrana
il sistema delle regole che codificano un genere di repressione [...]: quella che si
esercita sugli oggetti fissando le norme del loro uso. Questo sistema di regole ,
nella nostra cultura, cos rigido, anche se aparentemente non sancito, che,
come mostra il ready-made, il semplice trasferimento di un oggeto da una
sfera allaltra basta a renderlo irriconoscibile e inquietante) (65-66; las cursivas son nuestras).
Es precisamente ese diseo en filigrana del sistema que fija las reglas del
uso de los objetos que, tanto o ms que el fetiche, trazan los artefactos culturales lo que no slo los convierte en un valioso objeto de estudio, sino adems,
cuando se los observa desde la perspectiva que he propuesto en este trabajo
y con esto intento extender el alcance de la reflexin de Agamben, los transforma en poderosos instrumentos de teorizacin en s mismos.
Ya para concluir, quiz resulte ilustrativo dar ejemplos de artefactos culturales. Ya he mencionado algunos a lo largo de la exposicin: las obras de arte,
el maquillaje, la moda, el diseo, los graffiti. Podemos ahora ampliar y en cierta
medida sistematizar la lista sin intencin de ser exhaustivos. Son artefactos culturales8: a) los textos (literarios y filosficos, los informes y escritos mdicos, los
cdigos y procedimientos legales, las correspondencias, los diarios, la prensa,
los discursos, la publicidad, los graffiti, etc.); b) los formatos audio-visuales (cine,
televisin, video-clips, propagandas, performances, eventos digitales, etc.); c)
las prcticas de transformacin del cuerpo (maquillaje, piercing, tatuajes, ciruga
esttica); d) las prcticas de desarrollo y disciplinamiento del cuerpo (deporte,
ejercicio, jogging, diettica, etc.); e) los objetos no reducibles a la categora de
utensilios (escultura, pintura, artesana, tejidos, bibelots, juguetes, etc.); f) el
diseo, como suplemento (en el sentido de Derrida) a la materialidad de un utensilio; g) las formas de vestir (moda, atuendos tradicionales o rituales, imperativos
de cubrir el rostro o el cuerpo, etc.); h) las formas de habitar (arquitectura,
urbanismo, regulaciones de convivencia, etc.); i) los eventos orales (refranes,
chistes, mitos, leyendas tradicionales y urbanas, rumores, etc.); j) las ideas
(valores, juicios, conceptos, etc.); k) la msica, en todas sus expresiones (acadmica, popular, folklrica, fusin, etc.); l) las instituciones (ley, familia, profesin,
divisiones geopolticas, etc.); m) las formas de gestualidad, muecas, signos con
las manos9 Quiz dos ejemplos extremos sirvan para dar una idea del amplio
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Notas
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Bibliografa
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