Libro Dispositivo Pedagógico

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Captulo 2

Dispositivos pedaggicos: los libros de lectura


Ya en el siglo XVII Comenio, el padre de la didctica, postulaba ciertos principios que deba cumplir el libro para uso escolar y adverta sobre el peligro de
la diversidad de textos escolares. Deca que los libros o cuadernos indicados
deben adaptarse perfectamente a nuestros principios, ya expuestos, de facilidad, solidez y brevedad en todas las escuelas, tratndolo todo llanamente con
fundamento y cuidado para que constituyan una exactsima imagen de todo
el universo y, agregaba, todo debe estar expuesto con llaneza y en lenguaje
corriente, a fin de que ilumine de tal manera a los discpulos, que puedan
comprender de modo natural. Adems, postulaba que se deban escribir
libros fundamentales de las artes y lenguas; pequeos por su tamao, pero
notables por su utilidad; que expongan las materias concisamente; mucho en
pocas palabras; esto es, que presenten a los estudiosos las cosas fundamentales
como son en s, con pocos teoremas y reglas, pero exquisitos y facilsimos de
entender, mediante los cuales llegue el entendimiento rectamente de todo lo
dems (Trilla, 2002:49). Toda una declaracin de principios que da cuenta de
una concepcin tradicional de la escuela en la que el libro de uso escolar es, tal
vez, el instrumento que presenta los saberes a aprender casi sin necesidad de
maestro o profesor que se erija en gua y orientador del aprendizaje. El libro
de texto como compendio del saber legtimo y legitimado, como totalidad de
lo que hay que saber en determinado momento histrico.
Recin en el siglo XIX el uso escolar del libro se difunde ampliamente debido a la consolidacin del sistema de educacin pblica nacional y el acceso

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masivo a la educacin elemental en Europa. Sin embargo, sus orgenes datan


de la poca de la Revolucin Francesa en el momento en que se piensa la manera de organizar la instruccin pblica y se lo toma como una herramienta
fundamental para la formacin del ciudadano y para la construccin de la
educacin en general. Con la instauracin del sistema pblico de educacin,
el libro se transforma en testigo de un proceso de integracin social y cvica
(Choppin, 2000) y se hace partcipe de la simbologa nacional. El libro de
uso escolar, entonces, existe dentro de un contexto sociopoltico y cultural, no
es la representacin de un conocimiento puro, sino su contenido se vincula
y forma parte de la dimensin simblica social. Es decir, da cuenta de las
condiciones materiales en que se produce la enseanza y es el que define cul
es la cultura que han de aprender los alumnos en determinado espacio ulico
(Apple, 1989). Como seala Alan Purves (1996), un aspecto fundamental
a tener en cuenta cuando se habla de libros de uso escolar es que en ellos se
representa un punto de vista en cuanto a la seleccin de la informacin, a
la organizacin de la secuencia y al nfasis que se pone en cada uno de los
temas que se presentan. De ah que los libros de uso escolar son una manera
particular de construir la realidad a partir de una seleccin determinada, es
decir, el libro inculca un sistema de creencias determinado y una cultura
nacional homognea. El saber comprendido en el libro aparece como algo
indiscutible, inalterable, sincrnico. Y el libro escenifica esa uniformizacin
y homogeneizacin del conocimiento y, por ende, de los sujetos. Como ya
lo planteaba Comenio, todos los alumnos deban aprender lo mismo, con el
mismo libro sin tener en cuenta la diversidad de modos de apropiacin del
conocimiento ni los intereses o inquietudes particulares. Esta apreciacin va
a ser discutida a lo largo de la historia de la educacin, incluso en el perodo
que hemos considerado en nuestra investigacin.
En la escuela de las primeras dcadas del siglo XX en nuestro pas, el libro de
lectura va a tener una fuerte presencia en las prcticas escolares de maestros y
nios. Ser un instrumento central dentro de los mecanismos de conformacin
identitaria puestos en marcha por el proyecto nacionalista del Centenario en
el mbito escolar; es decir, su finalidad y objetivo ser el de integrar o asimilar
a la cultura argentina a los inmigrantes y sus descendientes que circulen en el
mbito escolar. Y, a la vez, tendr la funcin de educar no slo en la nacionalidad sino tambin en las pautas morales de la comunidad argentina y en la
lengua nacional. Los libros de lectura, entonces, acercarn a los lectores textos
literarios, ancdotas didactizantes y moralizantes, leyendas aborgenes rescatadas del olvido, biografas ejemplares de prceres o hroes de bronce, poesas
de raigambre hispnica que normativizan la lengua que se habla y aquella que
se debe ensear y, entre otros gneros discursivos, narraciones de sucesos histricos relevantes en la conformacin de la nacin argentina y en la identidad

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nacional de los ciudadanos. La lectura en la escuela estar sesgada por la mirada


normalizadora tanto en lo pedaggico como en lo lingstico y lo cultural; la
escuela ser el espacio institucional donde se llevar a cabo un control frreo
de los sentidos de la lectura por el temor a la constitucin identitaria por fuera
de lo pautado y reglado. La escuela, entonces, tendr el rol de controlar y, por
ende, censurar todo aquello que no entre en el esquema y clasificacin de lo
que se considera saberes legtimos y conocimiento perteneciente al universo
simblico oficial. Los libros autorizados para su circulacin escolar, entonces,
presentan una visin de mundo determinada que busca imponer ciertos modos
de pensar lo social, lo poltico y lo cultural con el objetivo de homogeneizar
y educar simultneamente a la poblacin escolar. Esto se hace posible por
la difusin masiva de los textos escolares, en muchos casos gratuitos, y por
el proceso de inculcacin y aculturacin lenta de valores morales, cvicos y
polticos a travs de las prcticas de lectura y escritura repetidas en la escuela
en sujetos lectores nios que se estn formando. De esta manera, los textos
escolares devienen instrumentos didcticos y pedaggicos que promueven la
transmisin de conocimientos y la formacin de la ciudadana futura desde
una perspectiva homogeneizante, que ejerce resistencia sobre las prcticas de
lectura y las propuestas pedaggicas contrahegemnicas que apelan a la pluralidad y que tambin estuvieron presentes en este perodo. Es decir, ms all
del imperativo homogeneizador en la escuela, tambin existieron prcticas de
lectura que proponan una mirada distinta a la oficial y que se transforman en
espacios de quiebre, disenso y ruptura respecto del discurso hegemnico.

1. Miradas en torno al libro de lectura

A lo largo del perodo que investigamos circularon distintas ideas en torno al


uso del libro de lectura en la escuela. Los escenarios privilegiados para postular las distintas concepciones sobre el libro de lectura, su uso y efecto en la
escuela fueron los informes ministeriales, los digestos, las revistas pedaggicas
oficiales y contrahegemnicas y los prlogos de los propios libros. Estos
espacios funcionaron como territorios de la intervencin docente, como
espacios discursivos desde los cuales maestros, profesores, pedagogos, autores
de libros y funcionarios ministeriales opinaron acerca del lugar que le deba
corresponder a este dispositivo escolar.
Con la sancin de la Ley 1420 en 1884 y la creacin del CNE se establece que
los textos que se utilizarn en las escuelas deben ser seleccionados en un concurso realizado por el Consejo. Como seala Clara Brafman (1996) el primer
concurso de textos se realiz en 1887 y present una situacin problemtica
debido a que la mayora de los libros presentados eran traducciones del francs,

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ingls e italiano. Esto hizo que se ampliaran las bases del concurso por la casi
inexistencia de libros argentinos que fue uno de los principios rectores iniciales
para reglamentar el uso de los textos escolares. Los autores y editores deban
presentar al CNE una solicitud de aprobacin acompaada de dos ejemplares
del texto y, luego de un perodo determinado, el Consejo estableca si haba sido
aprobado por alguna de las comisiones encargadas de esa tarea organizadas en
distintas materias: Lectura y Escritura, Moral e Instruccin Cvica, Gramtica
e idiomas extranjeros, Historia y Geografa, Aritmtica y Nociones de Ciencias Matemticas, Nociones de Ciencias Fsico-naturales, Dibujo y Msica.
Luego se publicaba una lista y los maestros deban seleccionar los textos para
sus cursos. Con la creacin de la Comisin Didctica se establece el resguardo
institucional para la seleccin de los textos en los concursos y para determinar
cundo deben quedar excluidos de la escuela como lo demuestran las Sesiones
del Consejo, los numerosos expedientes caso por caso publicados al final de la
revista EMEC y los distintos reglamentos para el concurso de textos y material
de enseanza que se pueden rastrear en los digestos escolares.
Ms all de la existencia de la Comisin Didctica se discute, en el seno
del CNE, cuestiones vinculadas con la autoridad del libro de uso escolar; la
relacin entre libro, maestro y alumno; el control que ejerce el CNE en las
ediciones escolares, cmo debe presentarse el conocimiento, la relacin entre
currculum y libros escolares, entre otras. En el marco de este debate, en 1904
se decide desde la Inspeccin General del CNE distribuir un cuestionario a
los inspectores que est incluido en el informe del inspector general Pablo
Pizzurno correspondiente al ao 1904 (Pizzurno, 1907), con el fin de
determinar cules son los textos escolares que se usan en las escuelas. En l se
enuncian siete interrogantes que apuntan a establecer un mtodo que ayude
a presentar criterios claros para la seleccin de los textos escolares en uso:
1 Debe haber textos aprobados por la superioridad y de entre los cuales, solamente, podrn ser elegidos los que han de usarse, se debe dejar en completa
libertad los maestros para que adopten los libros que estimen mejores?
2 Si se deja libertad, qu restricciones establecer para despus, en caso de que
algunos maestros adopten textos malos?
3 En caso contrario, debe limitarse de antemano el nmero de textos, autorizarse el uso de todos los que no se consideran malos, sean cuantos fueren
los sometidos la consideracin de la superioridad?
4 Con qu criterio debe hacerse la eleccin? Se tendrn en cuenta las condiciones del texto considerado como un auxiliar de la enseanza que debe guardar
la necesaria armona con el carcter de los programas de estudios respectivos sin
subordinarse estrictamente la letra de los mismos se exigir que se adapte los
programas como si stos fueran el cuestionario que deba aqul responder?

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5 Quin se encargar de aconsejar al Consejo nacional los libros que deben


usarse? La Inspeccin tcnica, comisiones compuestas, como hasta hoy, de
personas especialistas en los distintos ramos de los conocimientos humanos,
pero ms menos extraas la enseanza?
6 Autorizado un texto, se fijar un plazo mnimo dentro del cual no podr
prohibirse su empleo?
7 Habr concursos fecha fija, podr en todo momento ser sometido un
texto la aprobacin superior, fin de que su uso sea autorizado, v.gr. partir de
la apertura del perodo escolar prximo inmediato? (Pizzurno, 1907:53-54)

El cuestionario muestra la preocupacin de la inspeccin general por establecer ciertas pautas que rijan la seleccin o exclusin de ciertos textos del
mapa escolar ya que el texto escolar implica necesariamente un punto de vista
respecto del conocimiento legitimado en el currculum, una perspectiva pedaggica determinada, aquello que es apropiado o inapropiado para el grupo
de alumnos, que debe ser aprobado o censurado por la superioridad como
as tambin se interroga acerca de cul debe ser, tambin en trminos numricos, el universo que conforma el corpus de textos a seleccionar. Se plantea un
inters en determinar si es necesario establecer un control sobre la seleccin
de los textos o dejarla librada a la decisin magisterial. En esta relacin tensionada entre libertad y control se juega el vnculo entre maestros y medios
de enseanza, entre modos de hacer y modos de clasificar el conocimiento y
modos pedaggicos de transmitir los saberes. Esta relacin problemtica, en
realidad, soslaya que histricamente el manual o texto escolar fue un libro
creado para el docente, para que ste siguiera captulo a captulo el desarrollo
de los contenidos y organizara su clase a partir de l, respetando lo instituido
desde las polticas educativas (Fernndez Reiris, 2004) y llevando a cabo su
prctica docente en forma libresca.1
Otra cuestin presente en este cuestionario es cul debe ser el grado de distancia entre los textos escolares y el currculum oficial planteando as un debate
que an no ha sido resuelto en las investigaciones sobre libros de texto. Puede
pensarse que el texto escolar funciona como un currculum paralelo, es decir,
responde punto por punto a los contenidos curriculares, enfoques, perspectivas
didcticas y prcticas ya que en s mismo rene parmetros pertenecientes al
sistema escolar, el currculum y la industria editorial. Por ejemplo, desde la
sociognesis de las disciplinas escolares, Raimundo Cuesta Fernndez (Cuesta
Fernndez, 1997) plantea una relacin directa entre currculum y libros de
texto y analiza cmo stos actan como programas de lo que se debe ensear
no slo en cuanto a saberes sino tambin en cuanto a pautas morales, culturales y sociales. Sobre esta cuestin, ms adelante en el mismo texto, Pizzurno
(1907) expresa su punto de vista personal:

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Creo conveniente manifestar, de una manera expresa, mi opinin de que no


debe exigirse que en el nmero de asuntos que traten y en el orden sucesin
de los mismos, se cia el texto punto por punto a los tpicos del programa
respectivo, y esto, entre otras, por dos razones principales: una, que el texto ha
de considerase como un auxiliar y nada ms, del trabajo de maestros y alumnos;
otra, que en el programa tampoco debe verse una serie de preguntas todas las
cuales deba contestarse, invariablemente, ni mucho menos en el mismo orden
en que aparecen formuladas. Lo mismo opinan, sin discrepancia, todos los
seores inspectores. (Pizzurno, 1907:54-55)

El autor discute la concepcin del texto escolar como autorretrato del currculum, como espejo de los contenidos programticos o como sustituto del docente. Ms bien considera que el texto escolar es un instrumento que acompaa
al maestro en el proceso de enseanza, que colabora en la transmisin de los
conocimientos pero que se piensa como un dispositivo autnomo, de autora individual y no como respuesta mecnica y reductible meramente a los contenidos
curriculares. De alguna manera, esta cita tambin abre la discusin a repensar
la idea de si debiera existir un texto nico que replicara todos y cada uno de
los contenidos programticos y que estableciera una homogeneidad escolar sin
grietas posibles, o bien diversidad de libros escolares.2 Como seala Manuel de
Puelles Bentez la poltica del libro escolar va a gravitar alternativamente sobre
tres ejes: imposicin del texto nico por el poder poltico, libertad completa
del profesor a la hora de elegir libro de texto y libertad de eleccin docente de
una lista elaborada por un rgano del Estado (Puellez Bentez de, 1997:50). En
este sentido el modelo argentino para el perodo investigado fue el de sistema
de lista, es decir, un sistema que estableca restricciones en la seleccin de los
maestros a partir de una lista de textos autorizados para ser ledos en la escuela.3
Este sistema fue utilizado por los gobiernos liberales durante el siglo XIX en
Espaa a travs del cual intentaban conjugar la uniformidad de la enseanza, de
la que el libro de texto era un importante elemento, con la libertad de eleccin
del profesor (Puellez Bentez de, 1997:55).
Volviendo al cuestionario para los inspectores, tambin se indaga en torno a
la autoridad acadmica que debe establecer la tradicin selectiva de los textos
escolares. Quines son los expertos en decidir qu textos se incluyen o no
en el circuito escolar? Especialistas en diferentes reas del conocimiento sin
relacin con la enseanza o pedagogos, funcionarios del Consejo y maestros
que forman parte del entramado escolar? En este interrogante se dirimen, an
hoy, de quines son las incumbencias para seleccionar los textos de circulacin
escolar y se plantea una discusin en torno a la especificidad disciplinaria, a
las tareas que le competen a cada actor social en estas decisiones de poltica
educativa. En este sentido, para la dcada del 20 desde la revista La obra se

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insiste con la necesidad de que sean los maestros quienes determinen cul es el
libro que usarn los alumnos ya que nadie est ms capacitado que el maestro
para determinar cul libro conviene a sus discpulos y cul concuerda mejor
con su modo particular de trabajar (Los textos de lectura, 1926:2) y, unos
aos despus, para 1933, el profesor Fermn Estrella Gutirrez propone que la
Comisin de Libros de Lectura podra estar integrada por el Inspector General
de Escuelas, un director y un maestro primaria en ejercicio, tres escritores de
reconocido prestigio y autoridad, y un representante del Consejo, debiendo
ser asesorada convenientemente en lo que respecta a ilustraciones pictricas
(Estrella Gutirrez, 1933:13-15). La propuesta de este profesor y literato busca
establecer consensos entre los distintos actores y tener en cuenta dimensiones
que entran en juego en la edicin y circulacin de un libro de uso escolar.
Por ltimo, se plantean aspectos organizacionales como los plazos de seleccin y las fechas de convocatoria a concurso. En resumen, en este cuestionario
para los inspectores se lista una serie de problemticas que se vinculan con
la realizacin de una lista de textos autorizados para ser ledos en la escuela,
como la discusin en torno a las cuestiones de censura, la pertinencia de un
corpus, la adecuacin a un sistema institucionalizado como es la escuela, la
implicancia de distintos actores sociales involucrados en la seleccin adems
de los maestros, mltiples dimensiones y voces que constituyen la trama de
intereses en relacin con lo escolar.
En el mismo informe de Educacin comn en la Capital, Provincias y Territorios nacionales (1907) correspondiente a los aos 1904 y 1905 se presentan
algunas instrucciones al personal docente para que tenga en cuenta en la
eleccin de los textos escolares:
Instrucciones al personal docente
[...]
Instrucciones para la eleccin de textos
[...] Concretando algunos puntos, record las principales condiciones que deba
tenerse en cuenta al elegir los indicados auxiliares. Entre ellas:
a) Sujecin estricta la verdad y carencia absoluta de espritu sectario cualquiera
que fuese.
b) Mtodo didctico adecuado la materia como ramo de instruccin primaria
y por lo tanto al nio.
c) No estar recargado de datos, detalles estadsticos, etc., nimios de valor
accidental, variable.
d) Lenguaje correcto, sencillo, adaptado al alumno.
e) Ser interesante por el fondo, til y moral; ameno cuando la materia lo permita,
sin caer en lo grotesco; ilustrado con gusto; sugerente; escrito con vida, de modo
que incite pensar, haga sentir si cabe, y despierte amor al estudio.

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[...] Agrego que no debe preferirse los que tratan de una sola clase de asuntos,
histricos, geogrficos de ciencias naturales, por ejemplo, y menos aun los
que contienen cada paso, ejercicios indicaciones gramaticales y otras que
conspiran contra lo que debe ser fin principal de ese libro: proporcionar lectura
instructiva pero sobre todo moralizadora, en forma muy interesante y en un
lenguaje variado que permita ejercitarse en las distintas entonaciones (Educacin
comn, 1907:74-75).

Las instrucciones al personal docente apuntan a cuestiones didcticas, pedaggicas y epistemolgicas. Se plantea la cuestin de la autoridad del texto
escolar, en trminos de su veracidad y rigor acadmico sobre todo teniendo
en cuenta cules eran las prcticas de lectura habituales de los libros de texto
como la repeticin, la memorizacin y la lectura por parte del maestro. Adems, hay una preocupacin por el peligro que esto puede representar en
que el texto plantee puntos de vista heterclitos y heterogneos, al proponer
una determinada visin del mundo que no responda al universo simblico
oficial, homogneo y estable. Un ejemplo de esto es la exclusin del libro Mi
hogar de Andrs Ferreira en octubre de 1918 por contener alusiones impropias
para la mente de los nios, y evidenciar, en algunas de sus composiciones,
una tendencia marcadamente religiosa (Eliminacin de un texto. Circular
N 271, 1918:5). Otra de las instrucciones es que el mtodo didctico del
texto seleccionado debiera responder a la edad de los nios y, sobre todo, a la
asignatura vigente en los planes de estudio de la instruccin primaria. Tambin
hay una preocupacin sociolingstica cuando se refiere al tipo de registro lingstico que debera respetar el libro escolar elegido atendiendo a sus lectores,
a las modalidades discursivas de las explicaciones y a la transmisin de los
conocimientos. Por otra parte, establece ciertos criterios respecto del gnero
texto escolar y sus caractersticas en las cuales se destacan la capacidad de
promover el pensamiento y el sentimiento en los lectores como as tambin
la formacin moral. Por ltimo, da cuenta de la necesidad de excluir de las
lecturas escolares aquellos textos que se organicen como manuales de una sola
asignatura sin relacionarse con otras disciplinas del conocimiento como as
tambin aquellos textos que enfaticen en los contenidos gramaticales aislados
sin relacin con los temas y contenidos que se estn trabajando.
Desde el CNE se reitera la preocupacin en torno al uso del libro escolar.
Esta cuestin aparece en diversos informes del Consejo a lo largo del tiempo y
plantea una tensin entre la enseanza que soslaya el uso del libro para privilegiar lo experimental y la enseanza que se gua nicamente por la autoridad
libresca. Esta dicotoma se enlaza con una oposicin entre pedagogas ligadas
prominentemente al libro y pedagogas ligadas a la figura del docente y su
autonoma. Funcionarios del Consejo, pedagogos, docentes toman posicin

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respecto de esta disputa. En el informe de Educacin comn correspondiente


al ao 1902 se explicita que en algunas escuelas en los tres primeros grados
no se usa otro libro que el de lectura y que en los dems grados se usan
muy poco nada los otros textos autorizados; lo que prueba que los maestros
se preocupan hoy mucho ms de preparar sus lecciones; circunstancia que los
exime de recurrir los libros en la clase, entrando as en las prcticas ms adelantadas de la enseanza moderna (Educacin comn en la Capital, provincias
y territorios nacionales, 1903:55-56). La misma prctica genera otra opinin
en el inspector Prspero G. Alemandri segn su informe correspondiente al
Distrito IX durante el ao 1912. En l apoya la medida de que los textos sean
seleccionados por los maestros de una nmina aprobada por el Consejo ya que
considera que esta prctica favorece el estudio de los docentes y se opone a la
falta de uso de los libros. Adems plantea que el estudio base de observacin
puede ser productivo y duradero pero por falta de texto, el nio se habita
que sea el maestro quien le transmita todo el conocimiento y no hace ningn
esfuerzo para aprender por s solo. Por otra parte, sostiene que el libro es un
auxiliar poderoso all donde la percepcin, la vista, la atencin, la observacin,
la memoria misma no han estado suficientemente alertas bien donde no
hay suficiente clarividencia y rapidez de concepcin (Educacin comn en
la Capital, provincias y territorios nacionales, 1914:104). Para este inspector,
el libro promueve ciertas prcticas de apropiacin de los conocimientos y da
la oportunidad para que los nios adquieran ciertas habilidades. Asimismo,
el libro funciona segn este inspector como instrumento de conocimiento
fidedigno, veraz y riguroso; es decir, posee una autoridad de conocimiento
que no ofrece dudas.
Desde el punto de vista del inspector Megy, segn consta en su informe de
1912 (Educacin comn en la Capital, Provincias y Territorios nacionales, 1914),
es importante que los alumnos tengan acceso al libro ya que les facilitar su
formacin y les permitir ingresar a los estudios superiores con otras competencias; adems, funcionar como un auxiliar para que los maestros complementen sus exposiciones. Por otro lado, justifica el uso del libro como entrada
posible a un universo de conocimientos ms amplio y como instrumento que
promueve en los alumnos la prctica de lectura en forma autnoma que les
permitir abordar diversidad de textos en su formacin futura. En relacin
con esto, propone la creacin de bibliotecas escolares que provean de libros
de distintas disciplinas como Historia, Geografa y Ciencias Naturales a partir
de cuarto grado. De esta opinin es tambin el inspector Teodosio Brea quien
en su informe del mismo ao escolar dedica un captulo a la temtica de los
libros de lectura para las escuelas y postula que por lo general, los nios que
abandonan la escuela no disponen sino de libros para aumentar su saber, y
siendo as, la escuela debe habituarlo entender cuanto lea y buscar en los

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libros lo que desee aprender. Este hbito no puede formarse de otro modo que
haciendo repetir y estudiar en los libros (dem:129). Por ello considera que
es imprescindible usar en la escuela libros bien graduados (dem:130) y la
formacin de bibliotecas en todas las escuelas. El libro aparece como fuente
de saber y como herramienta que habilita, a partir de su lectura, la formacin
de un lector que se interesa por el conocimiento y por lograr una autonoma
respecto de la clase dictada por el maestro. Estas posturas sirven de ejemplo,
entre tantas, para dar cuenta de cmo la poltica del uso del libro en la escuela
se relaciona con cuestiones vinculadas a qu se entiende por ensear, con qu
medios y en qu condiciones sociales, polticas y culturales.
Digestos, reglamentos, circulares, informes del CNE dan cuenta de las
caractersticas que deben poseer los libros de lectura para que sean aprobados
por la Comisin de Textos y puedan ingresar en el circuito escolar. En el
Digesto de Instruccin Primaria (1920) del CNE correspondiente al ao 1919
se explicitan cules deben ser las caractersticas de los libros de lectura como
si se tratara de un declogo:
Del buen libro: el buen libro de lectura, sea o no texto, forma y refina el gusto
por la lectura. El deficiente o malo, lo rebaja y destruye.
Viejas y conocidas son las condiciones que deben reunir los libros que satisfacen
el gusto de los nios:
a) Asuntos sencillos y completos.
b) Abundancia de vida y accin. El nio ama esto porque esto es l.
c) Provocar la imaginacin, juicios morales de aprobacin y censura sobre
personas, cosas o asuntos y el esfuerzo individual.
d) Adaptarse a la mente, lenguaje e inters del nio en los diferentes perodos
del crecimiento y conocimiento o grado de enseanza.
e) Ser instructivos. Suscitar el culto de los ideales puros, especialmente de los del
pas. Expresar la verdad y el progreso. Provocar el amor y la meditacin sobre
la sociedad y la naturaleza.
f) Estilo vivo, fcil, elegante, que despierta el inters y la curiosidad de la niez
y la juventud.
g) Lenguaje sencillo y correcto; predominando la forma de conversacin.
h) Eliminacin de largas descripciones y digresiones.
i) Muchas y buenas ilustraciones.
j) Tener valor permanente, de modo que los nios lo lean repetidas veces, sin
cansancio. (Digesto de Instruccin Primaria, 1920)

Es interesante en estas instrucciones cmo se hace hincapi en el estilo que


deben tener los textos, el uso de la conversacin como gnero discursivo y el
de un lenguaje sencillo para la comprensin del texto por parte del nio. En

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este sentido, podemos observar nuevamente una insistencia y nfasis en


la dimensin sociolingstica que se enuncia en la preocupacin acerca de
cmo deba usarse el lenguaje en los textos destinados al pblico escolar. A la
vez, se promueve el uso de las ilustraciones que enfatizarn la construccin de
las identidades nacionales sobre todo si tenemos en cuenta que en muchos
libros de lectura se presentan fotos u obras pictricas de paisajes argentinos
o de costumbres de nuestro pas y, en algunos casos, funcionarn como
disparadores para la escritura.
En las provincias tambin se establecen dictmenes y resoluciones que
establecen cmo deben ser los textos escolares siguiendo las pautas dictadas
por el CNE. En un informe de un inspector de la provincia de Corrientes
publicado en la revista La escuela (Lpez Torre, 1929:3867-3883), rgano
oficial del Consejo Superior de Educacin de esa provincia, se explicitan algunos de ellos. Como explica el inspector Alfredo Lpez Torre (h) los libros
pueden clasificarse en tres tipos de lecturas: el de primero y segundo grado, el
de tercero y cuarto, y el de quinto y sexto. En el caso de los libros del segundo
y tercer tipo es decir para tercero, cuarto, quinto y sexto grado los textos
deben ser modelo de correccin, de propiedad y de sencilla elegancia en la
construccin gramatical. Asimismo, plantea que el texto escolar debe graduar
la diversidad de gneros discursivos, incluir trozos selectos y facilitar la prctica
de escritura de gneros escolares que respondan a los principios de la retrica
clsica como el monlogo, la disertacin y el discurso, teniendo en cuenta el
desarrollo del aprendizaje del nio. Por otro lado, el libro cumple segn
este inspector la funcin de unir los contenidos de las distintas asignaturas
que conforman el recorrido por la escuela primaria de un nio. Adems, considera que el texto de lectura debe alcanzar la cima cientfica, moral, cvica
y social. Desde el punto de vista lingstico seala, adems, que en el caso
en que se llegara a poderse contar con un texto de lectura regional ideal
que tarda en realizarse debera tender ste a contrarrestar la mencionada
negativa influencia del guaran y a extinguir la funesta flora verbal que esta
lengua primitiva origina, y que invade el lenguaje popular. En primer lugar,
apoya las polticas lingsticas nacionales que privilegian la lengua castellana
sin contaminacin de dialectos originarios ya que stos son la expresin de lo
primitivo, lo vulgar y aquello que hay que erradicar. Por otro lado, refiere a
la necesidad de editar tambin libros de textos regionales que atiendan a las
necesidades de cada topografa. De la misma opinin es el maestro Agustn
Merlo Rojas quien en un artculo publicado en Revista de Instruccin Primaria
(Merlo Rojas, 1930) hace una defensa de este tipo de libros y aduce que la
mayora de los textos escolares que circulan en las escuelas siguen un mismo
patrn: el de responder a las exigencias educativos-instructivas de las escuelas
de la capital federal o de nuestras ms importantes ciudades. Adems, agrega

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que la finalidad que debieran tener los libros dedicados a los lectores del interior
del pas es cimentar con firmeza el arraigo entre los que estn y los que llegan;
de conocimiento profundo de la regin y sus riquezas; de la conveniencia de
estabilizar en los centros ciudadanos nacientes a las fuerzas propulsoras del
maana. Se trata, segn Merlo Rojas, de atender a las necesidades de cada
habitante del suelo argentino en su diversidad regional y cultural acercando
referencias e historias del medio en que se encuentra el nio.
Diez aos despus, como lo atestigua el Acta de sesin N 1 del da 12 de
enero de 1939 del CNE, se siguen discutiendo las condiciones pedaggicas
de los textos de lectura que circulan en las escuelas. La Comisin didctica
propone el proyecto de estudio de los textos de lectura a cargo de los maestros
y directores de escuelas que debern realizar un informe sobre los libros que
utilizan a partir del siguiente cuestionario:
1. Se adapta el libro a la capacidad del nio al que est destinado?
2. Es ameno y variado?
3. Emociona?
4. Contribuye a desarrollar la inteligencia, la voluntad, el sentimiento moral?
5. Estimula las virtudes y la formacin del carcter?
6. Existen errores en su contenido cientfico?
7. Es tendencioso?
8. Hay orden, coordinacin, unidad y mtodo en el desarrollo de los temas?
9. Cuntos captulos dedica al conocimiento del pas?
10. Cuntos a los grandes acontecimiento histricos?
11. Cuntos a la exaltacin de las grandes figuras nacionales?
12. La extensin de los captulos es adecuada al tiempo que proporcionalmente
debe dedicarse a la ejercitacin de la lectura?
13. La extensin de los perodos es accesible a la capacidad comprensiva del
nio?
14. Cada captulo destaca con claridad la idea general?
15. Cada lectura tiene un plan claramente establecido y el libro una finalidad?
16. Suministra ideas que permitan al lector la redaccin de composiciones?
17. Es pura y sencilla la forma literaria o usa un vocabulario ampuloso?
18. Contiene barbarismos, expresiones vulgares o falta de sintaxis?
19. Complementa la puntuacin y la enseanza ortogrfica?
20. Cmo educa el sentimiento esttico?
21. Las ilustraciones son bellas, ntidas, sugerentes?
22. Cuntos cuadros de pintores argentinos contiene?
23. Se observa una definida finalidad cultural en el texto?
24. El tamao de los tipos, la nitidez de la impresin, el color y la calidad de
papel son los apropiados?

76

En cada uno de los asuntos del precedente cuestionario han de precisarse las
pginas en las cuales se observen deficiencias, con trascripcin de los errores
que sean motivo de la crtica. (Acta de Sesin N 1 del da 12 de enero de
1939:129)

Este cuestionario, como vemos, no deja nada librado al azar: la orientacin


nacionalista y, en este sentido, qu proporcin del libro se refiere a ella; la
gradacin segn el nivel de instruccin del nio; la formacin moral y del
carcter del lector; cmo est organizado el texto, qu ordenamiento tiene y
cmo se desarrollan los temas; si habilita la escritura de composiciones; si cada
lectura tiene una finalidad clara; cul es el lenguaje que utiliza; qu calidad de
impresin tiene el material didctico. Es decir, apunta a cuestiones claramente
didcticas y pedaggicas como as tambin referidas a la edicin, la calidad
del papel y las ilustraciones.
Otras disposiciones respecto de los libros de texto se presentan en el Digesto
de Instruccin Primaria publicado en 1942 que rene las leyes, acuerdos, decretos y resoluciones desde el 2 de mayo de 1940 hasta el 30 de junio de 1942.
All se agregan requisitos tales como la orientacin patritica en los textos
literarios y en los asuntos tratados, la educacin de los sentimientos y el amor
a la lectura, el respeto por la gramtica del idioma, la inclusin de lecturas para
el curso escolar y que stas se adapten por el tema, el estilo y la extensin a la
capacidad del alumno (Digesto de Instruccin Primaria, 1942:55). Asimismo,
se refuerza la referencia al contenido nacional sobre todo por las caractersticas
del corpus literario que debe incluirse y se explicita la no pertinencia de textos
que hagan referencias a pases o idiomas extranjeros. El libro de lectura, segn
las disposiciones de este Digesto, ser el instrumento a travs del cual se institucionalice la lectura como prctica central para la conformacin de identidades
nacionales. Obra y biografa de autores nacionales entendiendo dentro de
stos no slo a los nacidos en nuestro pas sino a aquellos que escriben sobre
nuestra tierra como prioridad en el contenido de los textos. Es interesante
aqu la concepcin de nacional que se hace extensiva a todos aquellos que
se refieran en forma de halago o alabanza a la obra y paisaje argentinos. Este
requisito respeta el criterio pautado en 1887, primera sesin de concurso de
seleccin de textos escolares, donde la nacionalidad del texto fue una de las
primeras reglamentaciones que se aprobaron. La concepcin del texto escolar
que se sigue es aquella que lo considera obra de divulgacin y acercamiento
a los contenidos que se consideran fundamentales para formar al nio como
futuro ciudadano comprometido con los valores nacionales.
A lo largo de los primeros cuarenta aos del siglo, la cuestin de la orientacin patritica recorre las fuentes oficiales casi como un mandato de la
educacin argentina. En los programas se explicita la necesidad de producir

77

textos argentinos que propendan la educacin del carcter y despertar y


robustecer los sentimientos patriticos y humanos. El libro de lectura es considerado la primera fuente para beber y asimilar la nacionalidad y, para ello,
se debe dar preferencia a libros de autores nacionales que describan nuestra
casa, territorio, ros, montaas, llanuras, nuestra poblacin, su vida y costumbres, que narren nuestra tradicin, que hagan conocer nuestras instituciones,
la biografa de nuestros hombres ilustres como as tambin que estudien la
evolucin de la sociedad nacional en sus diversos perodos, la poca actual en
sus diversas manifestaciones y que canten al pasado, al presente y al porvenir
(Nuevos programas de estudios para las escuelas urbanas, rurales y de adultos
de la provincia de Entre Ros, 1905:207-208). Lectura y patriotismo, una
conjuncin fundamental que debe ser elemento constitutivo de los libros de
lectura obligatorios. Los textos deben transformarse en tratados sobre la nacin
argentina donde se realice un catlogo de las riquezas, progresos y bondades
del territorio nacional, sus hombres y sus obras ms conspicuas. De ah que
los textos devienen compilados de las obras culturales, cientficas, polticas y
sociales relevantes que se han realizado en nuestro pas. Se trata de poner en
palabras aquello que se considera el patrimonio nacional y hacerlo vivo en
los textos escolares, de dar a conocer las historias oficiales de lo nacional y, si
es necesario, rescatar del pasado los grandes hechos de nuestra historia que
son el humus del presente y el futuro. El texto escolar va a funcionar como
un dispositivo donde la tradicin y el presente se conjugan para persuadir
pedaggicamente al lector de la necesidad de reivindicar lo nacional y, de
ese modo, devenir argentino. En este sentido, un dictamen de la Comisin
de Didctica de 1940 tambin recomendaba el uso del libro escolar como
instrumento destinado a grabar hondo en la memoria y en el corazn las
nociones ms trascendentales de la vida, es el instrumento de que el Estado
se vale para formar la conciencia ciudadana, es el que fija las nociones bsicas
de la orientacin e informacin ulterior, debe ser de un contenido moral inobjetable y ha de responder ntegramente a la orientacin nacionalista de la
escuela argentina (Resoluciones generales Julio, 1941:601).
Pablo Pizzurno, desde su gestin en el CNE, en los Programas e instrucciones para la escuela primaria (Pizzurno, 1938a) con fecha 1906, sienta
su posicin respecto de cmo deben ser los libros de lectura que ingresen al
circuito escolar. Explica, largamente, qu criterios y pautas deberan seguir los
textos escolares. En primer lugar, se opone terminantemente al gnero de libro
de lectura libro de cosas (Gmez R. De Castro, 1997), es decir, aquellos
libros de texto que son un compilado de distintos temas sin relacin unos
con otros que tienen el objetivo de presentar la mayor cantidad de contenidos
curriculares sobre este tema nos detendremos en el prximo apartado. Y
explicita que los libros de lectura deben profundizar los temas de manera tal

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que generen curiosidad en los nios, incluyendo datos atrayentes y detalles


interesantes. De alguna manera, Pizzurno propone que el libro de lectura sea
el instrumento que dispare el estudio y promueva la formacin de una actitud
investigativa. Un texto que no sea slo la reproduccin de cierta informacin
acotada sino que despierte en el lector el deseo de saber, de apropiarse de los
conocimientos, de abrirse a otros mundos posibles. Pero con la advertencia
de no incluir textos de imaginacin y, por sobre todas las cosas, que los textos
respondan al rigor cientfico. Aqu podemos observar cmo ya a principios
de siglo est presente la tensin entre el pensamiento lgico y el pensamiento
imaginativo; no se admite que a travs de la imaginacin tambin se produce
conocimiento (Egan, 1999; Harris, 2000; Vigotsky, 2003) y que la lectura de
textos de imaginacin ms que generar prejuicios invitan a conocer otros universos culturales, rompen las barreras de la propia pertenencia cultural (Petit,
2001) y permiten organizar de otro modo el propio universo simblico.
Adems, los libros de lectura segn Pablo Pizzurno deben ensear valores morales pero sin que aparezcan en un tono dogmtico. En este sentido es
interesante la apuesta de Pizzurno a contar historias que muestren a personajes
realizando acciones que den cuenta de valores morales a promover; es decir, la
imitacin de las pautas de comportamiento por parte de los nios lectores no va
a surgir del simple adoctrinamiento sino de cmo esas conductas caracterizan a
los personajes de una historia y apelan al lector. Este pedagogo recupera el relato
como instrumento que permite la imitacin a partir de una llegada al lector
por la va de las emociones; de la misma manera, los libros deben educar en la
nacionalidad y en los valores patrios. Por ltimo, tambin est la preocupacin
por el lenguaje que debe utilizarse en este tipo de textos donde la claridad del
mensaje tiene que combinarse con un cierto estilo casi literario. Pizzurno est
convencido de que la nica manera de ensear o inculcar ciertas ideas es despertando el inters del lector a travs de historias vvidas, bien contadas.
Un pedagogo de la poca, Jos Natale, se hace eco de los lineamientos
oficiales y en un artculo de EMEC (Natale, 1905) postula cules deben ser
las caractersticas de los libros de lectura. Advierte sobre la necesidad de usar
un libro nico de lectura con el cual se le pueda ensear al nio a leer y a
estudiar, del que deben excluirse los cuentos fantsticos, el exagerado sentimentalismo, las descripciones inspiradas tildadas en hechos de arraigado
herosmo aunque s incluir el culto de la naturaleza, las ideas de orden, de
economa, de labor, de perseverancia y virtud con temas de til aplicacin,
escritos correctamente, sin omisiones ni ambajes cuya extensin no pueda el
nio dominarla y le produzcan el efecto de frases huecas e inconexas (Natale, 1905:688-689). El libro de uso escolar, entonces, debe dar cuenta, con
claridad, de los saberes a aprender para que permita la comprensin de un
sentido nico, sin matices ocultos o confusos.

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Ral Daz, pedagogo e inspector de instruccin primaria, tambin expone


teniendo en cuenta su larga experiencia recorriendo instituciones escolares
en su libro Ideales y esperanzas en educacin comn (Daz, 1913), sus propuestas
respecto de cmo deben ser los textos que lleguen a las manos de los nios en la
escuela. Explica que los libros deben estar divididos en dos tipos, los textos de
lectura propiamente dicha y los libros de lectura colateral y suplementaria que
sean una ampliacin correlacionada del primer grupo y deben caracterizarse
por la variedad de asuntos en prosa y verso, por la variedad y pureza de estilos,
por su adaptacin a cada grado y a cada escuela, por su sabor nacional, por
su informacin til y el poder de despertar vvido pensamiento e imaginacin
potica desde los ms tempranos aos. Asimismo, seala, que de primero a
cuarto grado se deberan incluir cuentos, vida de los hombres primitivos,
leyendas, fbulas, cuadros de la naturaleza, pequeos poemas, selecciones de
asuntos cortos sobre historia, geografa, ciencias; de cuarto grado para arriba,
en cambio, aventuras, cuentos sobre pueblos primitivos, historia, biografa,
viajes, literatura, cuadros de la naturaleza, poesas, ciencias naturales, una que
otra coleccin de miscelneas clsicas en prosa y verso. Por otro lado, plantea
que deben excluirse los libros que presentan tendencias inmorales, viciosas,
anrquicas, revolucionarias, partidistas o que inspiren falta de respeto por el
orden y la ley como as tambin aquellos que ensalzan el sensualismo, la violacin, el fraude y el egosmo o que son frvolos. Daz, de esta manera, apuesta
a una biblioteca ampliada de textos en el espacio escolar. Rescata, tambin,
el valor del contenido nacional, la gradacin pedaggica de los temas y los
estilos para cada uno de los niveles de la instruccin primaria y le da un lugar
importante a los textos literarios como as tambin a aquellos que se refieren
a disciplinas como Historia y Ciencias naturales. Es contundente respecto de
no incluir textos sectarios y que promuevan visiones del mundo que vayan a
contrapelo del orden social instituido. Para Daz, adems, la lectura est vista
como una ingesta que puede favorecer o perjudicar al lector y, en este sentido,
el autor plantea la necesidad de que existan alimentos como aquellos libros de
lectura que formen moral y cvicamente a los lectores en edad escolar.
Desde la revista de Estanislao Zevallos, Revista de Derecho, Historia y Letras,
tambin se opina sobre los textos escolares. Rescatamos el artculo El idioma
nacional en las escuelas de Alejandro Guesalaga (Guesalaga, 1905) donde el
autor se explaya respecto de la importancia de la enseanza del idioma en la
escuela primaria, la contribucin del estudio de la Historia para la construccin
de la solidaridad nacional y, tambin, expresa su punto de vista sobre los
libros de lectura. Para este autor la enseanza debe ser predominantemente
libresca ya que considera a sta base de la educacin primaria y al libro de
lectura como inseparable amigo y compaero del nio y un gua seguro en
los diferentes dominios de su educacin (Guesalaga, 1905:535). Adems, se

80

propone que el libro de lectura favorezca una prctica de lectura intensiva, a


lo largo del tiempo, tanto en la infancia como en la adultez. En este sentido,
el libro de lectura es considerado un compendio de saberes que se adecuan a
cada lector segn su edad y sus necesidades de manera gradual, atendiendo a
sus intereses y temas propicios para su formacin como religiosos, laborales,
literarios e histricos. En relacin con este ltimo aspecto, Guesalaga considera
que el libro debe difundir las obras literarias nacionales sobre todo las obras
poticas que son vistas como expresin del idioma nacional y los hechos
histricos ms sobresalientes. El libro de lectura, lazarillo en el recorrido
educativo de nios y jvenes, es un instrumento central para la enseanza
y la formacin de los sujetos alumnos; sin l, segn el autor, no es posible
imaginar la educacin primaria.
Otra es la mirada que sobre los textos escolares tienen los maestros nucleados en la revista La obra. Esta publicacin, fundada en 1921, represent la
voz de la oposicin docente al gobierno de Marcelo T. de Alvear y funcion
tambin como gua didctica para la tarea cotidiana de los maestros. Fue una
de las pocas publicaciones pedaggicas que continu en el tiempo hasta la
actualidad. Esta revista constaba de distintas secciones fijas: Editoriales,
Colaboraciones, Informaciones y comentarios, Didctica prctica, La
escuela en accin y Resoluciones oficiales importantes. Los maestros que
colaboraban con la revista y muchos de sus lectores adheran al movimiento de
la Escuela Nueva4 que surge para esa poca contra los presupuestos positivistas
y normalistas siguiendo los lineamientos pedaggicos de Mara Montessori,
Ovide Decroly, Adolphe Ferrire y John Dewey en menor medida. Este movimiento propone volver la mirada al nio como centro del aprendizaje y al
maestro como gua y compaero. Adems, entiende que es necesario eliminar
la materia Ortografa, cambiar la manera de corregir con tinta roja, priorizar la
correccin a partir de los errores, promover el trabajo simultneo en el aula y
la prctica de escritura. Algunos de los maestros y pedagogos que pertenecan
al staff de colaboradores de la revista fueron Clotilde Guilln de Rezzano, Jos
Rezzano, Luis Arena entre otros maestros que acercaban a la redaccin artculos
de su autora relatando experiencias de aula y guiones de clases desarrolladas
en distintas escuelas a lo largo y a lo ancho del pas.
A lo largo de su historia como revista pedaggica, La obra alz su voz contestataria respecto de las decisiones tomadas en el seno de las polticas educativas.
Una de ellas fue con relacin a cmo deban ser los textos escolares, cmo
deban seleccionarse y cul debera ser su utilizacin escolar. En el editorial que
abre el N 48 con fecha 5 de marzo de 1923 (Un asunto serio. La eleccin
de libros de texto, 1923), el editor se refiere al apresuramiento y criticable
desidia con que el CNE realiza la seleccin de los textos escolares de tal manera
que comenta que la eleccin tuvo que hacerse en el da, precipitadamente,

81

sin conocimiento previo de los libros incluidos en la lista que fu sometida a


su consideracin y agrega, lamentndose por el episodio de eleccin de los
textos a cargo de los directivos, en esa lista figuraban textos reputados como
malos al lado de otros que nadie conoce por no haberse impreso todava. Sin
embargo, los directores tuvieron que escoger entre unos y otros, dndose el
caso inaudito de haber resultado elegidos algunos de esos ignorados. Qu
criterio imaginable ha podido determinar esa eleccin? Quiere decir, entonces,
que ya no es el mrito del libro, ni su valor didctico, lo que decide el voto
de algunos directores?. Reclama la anulacin de esa seleccin apresurada y
que se tengan en cuenta otros criterios para fundamentar tal decisin central
en relacin con la enseanza. Seala que para que el libro de lectura sea efectivo no slo hay que tener en cuenta lo didctico-pedaggico sino tambin
la parte material del texto, la presentacin, el cuerpo de la obra. Es decir,
enfatiza lo tipogrfico como herramienta para generar inters en el lector y,
en este sentido, considera que el libro como objeto favorece el acercamiento
de los nios y colabora en la formacin de los lectores.
En el nmero siguiente de la publicacin (Los textos de lectura, 1923), del
20 de marzo del mismo ao, el editor se explaya sobre los requisitos que deben
cumplir los textos escolares para llevar a cabo la tarea de ensear a leer bien y
fomentar la lectura. Seala la importancia de la gradacin de los contenidos,
la amenidad de las lecturas que produzcan curiosidad e inters y, a la vez, que
sean tiles e instructivas. Por otro lado, hace referencia a la necesidad de un
lenguaje claro y, por ltimo, sugiere que los temas que se traten deben adaptarse
al nio. Adems, agrega que la tipografa debe favorecer la lectura y se debe
seleccionar un tipo de papel que sea ms apto para la escuela como las hojas
de un tinte blanco o ligeramente amarillo, suavemente satinadas, de brillo
muy amortiguado para evitar los inconvenientes de la reflexin luminosa. Y,
por ltimo, hace referencia a que la presentacin del libro en general retarde
el deterioro, que sea agradable a la vista ya que considera que el inters y la
curiosidad infantil se despiertan principalmente por medio de los ojos: hay que
entregarle, entonces, libros [...] que le sean simpticos: as llegar a quererlos,
a cuidarlos y a usarlos. Y eso slo se consigue con una esmerada presentacin
del texto. El libro debe constar, adems, de ilustraciones ya que atraen al nio
lector y se dirigen ms directamente a su emotividad y sentimiento. Luego de
enunciados estos requisitos el autor se lamenta porque los textos de circulacin
habitual en la escuela no los respetan ni mnimamente ya que, segn el editor,
prima el inters econmico que hace que el CNE para evitar que los autores
y editores se enriquezcan con las publicaciones escolares ha bajado los precios
en desmedro de la calidad de impresin.
Para Juan Antonio Onieva (Onieva, 1923), tambin colaborador de La
obra, pensar en un libro de lectura es necesariamente rescatar su dimensin

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esttica y literaria sin la cual, cree, es muy difcil formar en la escuela un lector
que siga leyendo. En este sentido, para l, un libro de lectura debe considerarse como tal cuando es literario, es decir, cuando sus fines son estticos
y toma posicin en relacin con esto discutiendo las posturas normalistas
que consideraban la lectura ligada a una aplicacin inmediata y obturaban
la posibilidad de leer libros de hadas, cuentos, relatos maravillosos. Por el
contrario, se pronuncia por un libro de lectura que apunte a la afectividad, a
los sentimientos y emociones de los lectores, a su vida cotidiana o a la ficcin
soslayando el discurso de la educacin patritica y el del mero pragmatismo
didctico. Es decir, Onieva apuesta a libros que sean literarios, poticos y que
apunten a la dimensin esttica, a la sensibilidad infantil ms que a la aplicacin de contenidos en la vida real a partir de la sugestin pedaggica. De esta
opinin tambin es Carlos Cornejo, otro colaborador de La obra, quien al ao
siguiente publica un artculo titulado Sobre los textos de lectura (Cornejo,
1924) en varias entregas que concluye en el nmero con fecha 20 de marzo,
mostrando de esta manera el inters que la publicacin tena en dar cuenta
de su punto de vista sobre el problema de la seleccin de los textos de lectura
escolares. Cornejo critica el funcionamiento del sistema escolar argentino y
enuncia cules deberan ser los requisitos que debiera tener un libro de texto
infantil. En cuanto al contenido intelectual considera que el libro no debe ser
fundamentalmente instructivo sino debe ofrecer al nio conocimientos y
verdades cientficas [...] diludas, o en el encanto de una narracin novelesca,
o en la atmsfera de una evocacin sentimental o en el deleite [...] de una
creacin fantstica. Es decir, el texto debe presentar los saberes a aprender de
manera llevadera a travs del discurso narrativo e imaginativo. Para este autor
tambin es posible apropiarse de saberes cientficos a travs de la ficcin porque
el lector se involucra desde lo emocional y esttico. De ah que Cornejo discuta fuertemente con los lineamientos ministeriales respecto de la dimensin
epistemolgica en el proceso de aprendizaje del nio en edad escolar. Por otro
lado, este autor coincide con Onieva respecto de la estructura literaria o lo
que Cornejo llama contenido esttico; en otras palabras, considera que el texto
de lectura debe ser una verdadera obra de arte porque lo importante es que
el nio la sienta y que pueda ella influir como msica del ritmo y de la rima
en su sensibilidad, para afirmar que a recibido sugestiones de carcter esttico,
de las que est ansiosa su naturaleza. Luego seala el contenido emotivo que
refiere a la importancia de poner en manos del nio el libro que sea capaz
de despertar, estimular, encauzar y ennoblecer sus sentimientos, empezando,
naturalmente, por los que constituyen la base de la organizacin social, como
son las afecciones domsticas y familiares, las de convivencia y patria, para
extenderlas luego a los de solidaridad y amor humanos sin dogmatismos ni
discursos preceptivos. Por ltimo, hace referencia al contenido imaginativo

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de los textos escolares como herramienta didctica que promueve la educacin de la niez como las creaciones miliunanochescas y las leyendas,
fbulas, cosmogonas primitivas. Para lograr todos estos requisitos, Cornejo
considera que es necesario que los escritores sean maestros y los maestros
escritores para brindar a los nios textos escolares que los inviten a aprender
sin darse cuenta, involucrados en las historias ficcionales pero apropindose
de conocimientos desconocidos.
El maestro Jorge Gabrielli en el artculo titulado La eleccin de los libros
de texto (Gabrielli, 1924) coincide con Cornejo respecto de la necesidad de
que el texto escolar sea una obra de arte y, agrega, que tambin debe ser una
obra orgnica, la cual alcance a todos los fines prcticos de la escuela: educar
el corazn, dar conocimientos, formar la voluntad, preparar para la vida.
Asimismo, debe ser completo y armnico; si se cuida uno slo de los fines
arriba mencionados resulta unilateral y manco, y antes que aprovechar, turba
o desva la obra del maestro, apartndose de otros muchos fines propios.
Gabrielli imagina un libro del porvenir y propone como tal un diario de
texto, es decir, un peridico o una revista que aporte semanalmente temas
nuevos para los alumnos en la escuela. Adems, sugiere que los mejores textos
de la literatura infantil deberan circular entre los alumnos a travs de una
biblioteca de clase y la revista servira para las lecturas colectivas de ejercitacin
y de tema a las conversaciones. Para ello, plantea que una revista de ese tipo
debera ser escrita por los alumnos y maestros de las escuelas y se tendran
que incluir novelas, cuentos, curiosidades cientficas para desarrollar en el
transcurso del ciclo lectivo todo el programa en forma atrayente, sencilla,
sugestiva, satisfaciendo la natural curiosidad de los alumnos, sin que, por
esto, se desnaturalice su espritu con los acostumbrados formularios abstractos. Este diario de texto surgir, concluye Gabrielli, cuando la escuela sea
interpretada como un lugar de goce y de vida, y a ella concurran maestros y
alumnos, [...] para elevar el espritu a las ms altas y puras bellezas (Gabrielli,
1924:148-149). Se trata, segn este autor, de rescatar aquello que convoque
y llame la atencin de los alumnos como los textos ficcionales de viajeros que
entrelazan la invencin con los saberes geogrficos, histricos y culturales. Es
decir, ese libro de texto del porvenir podra pensarse como mathesis, como
conjunto de saberes de diferentes estatutos pero que invitan al lector a seguir
leyendo, a emocionarse, a establecer una relacin emptica con los personajes
ficcionales y, a la vez, apropiarse del conocimiento. Por otro lado, este diario de texto es para el autor un modo de responder a las necesidades de la
escuela y sus alumnos en el da a da de la vida escolar, alejndose del sistema
y programas oficiales que no se condicen con los requerimientos infantiles y
terminan por asfixiar los deseos de aprender de la poblacin escolar. Dar lugar
a la imaginacin como modo de aproximacin a lo desconocido que acerca al

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lector a travs del relato sencillo, sin formulismos cientficos ni histricos que
atentan contra la curiosidad del lector. De alguna manera este autor apuesta
al planteo didctico de educar deleitando, de ensear lo abstracto y lgico
a partir de la narracin literaria que es un discurso ms cercano a los lectores,
vinculado con su propia experiencia sociocultural y vital.
En el artculo Una iniciativa cada quince das. Los libros de texto publicado en La obra el 10 de marzo de 1929, su autor coincide en destacar
la relacin entre curiosidad y apropiacin del conocimiento. Seala que el
texto escolar debe ser la fuente donde el alumno sacie su sed de conocimiento
cuando desee ampliar los saberes brindados por el maestro en clase, como si
se tratara de material de consulta. Lo importante, advierte el autor, es el rol
del maestro ya que el libro slo es un instrumento que acompaa la tarea de
ensear. Asimismo, considera que las fantasas y [...] ficciones tienen tanta
importancia para la formacin espiritual y moral de los nios como las dems
materias del programa y por ello sugiere que en la biblioteca deben incluirse
obras de imaginacin que alejen a los nios de la literatura infame que se
les ofrece en semanarios econmicos, y que tan funesta influencia ejerce hasta
en el idioma. La literatura de imaginacin, entonces, es una herramienta para
la formacin de los nios tanto desde el punto de vista moral, espiritual y
lingstico como as tambin los protege de las malas lecturas que acechan
fuera del circuito escolar.
Las crticas a los textos de lectura de circulacin escolar tambin aparecen
en la revista oficial EMEC. Es as como un maestro que publica su diario
(Schiaffino, 1935) en esta revista pedaggica da cuenta de otro problema que
presentan los textos: el fin comercial por sobre el pedaggico cuestin sealada en alguna oportunidad por los editores de la revista La obra. Gerardo
Schiaffino, maestro de la Escuela 22 del Consejo Escolar 17, critica el sistema
editorial de la poca que editaba y reeditaba obras de aos anteriores remozadas
y mejoradas desde el punto de vista del diseo pero sin considerar los cambios
en la pedagoga o sus receptores como tambin se opone a la longevidad de los
textos escolares y la multiplicidad de sus reediciones. A su vez, advierte sobre
aquellos textos escolares que compendian lecturas montonas y sin variedad
de estilos, o los que no atienden a las expectativas del lector y sus intereses
porque atentan contra la formacin del lector. La crtica, al fin y al cabo, es
para la Comisin Didctica que habilita la circulacin de esos textos y que es
cmplice de los negocios de la industria editorial de la poca.
Desde otra perspectiva, Clotilde Guilln de Rezzano, expone largamente su
punto de vista sobre los libros de lectura en su libro Didctica especial (Guilln
de Rezzano, 1966). All esta educadora coincide en muchos puntos con los
editores de la revista La obra y explicita que el libro de lectura puede contribuir
eficazmente a la espiritualizacin del nio y a crearle el hbito de la lectura si

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[...] se constituye con una seleccin de trozos literarios apropiados y, agrega,


las lecturas escolares deben seleccionarse sobre la base del inters infantil, y de
acuerdo con rigurosas condiciones de contenido y forma. Para esto propone
una serie graduada de lecturas de primero a sexto grado que debe contener
trozos de las obras ms perfectas de los grandes genios literarios nacionales y de
todas las culturas. Desde una perspectiva ms ligada a la escolanovista, Guilln
de Rezzano propone centrar la mirada en la recepcin del nio como sujeto de
la educacin y brindarle lecturas literarias de calidad no slo nacionales sino
que amplen su universo cultural ms all de las fronteras territoriales.
No slo funcionarios, pedagogos y maestros expresan su punto de vista sobre
cmo debe ser el texto escolar y su uso, tambin opinan los nios lectores. En
la revista escolar Semillitas publicada mensualmente por la Escuela Asilo
San Antonio para los escolares de la ciudad de Azul (Provincia de Buenos
Aires) que consta de secciones fijas como Textos literarios, Colaboracin
infantil, Poesa, Fotos de alumnos distinguidos, Efemrides (temas
sobre los que los nios opinan), Sabemos que... (noticias sobre alumnos),
varios nios escriben sobre sus libros de lectura escolares. Ral Omar Peluffo
(Peluffo, 1936), alumno de 6 grado, resea el libro Lecturas de Gregorio O.
Benavento en el apartado Mi libro de lectura dentro de la seccin Colaboracin infantil. All explica que este libro es una recopilacin de trozos en
verso y prosa de autores argentinos que le sirven de refugio para aprender ms.
Adems, advierte que como no tiene espacio para hacer una resea exhaustiva
va a presentar los que para l son los mejores textos del libro y, los cimientos
de nuestra literatura:
Patria de Arturo Capdevila donde el autor ha volcado todo su lirismo potico; La nube de Belisario Roldn, es un poema suave y delicado; Domingo F.
Sarmiento en su Orografa escrita en prosa, nos detalla sus ideales y sus obras;
Ricardo Rojas uno de nuestros ms insignes escritores contemporneos, nos
brinda Romance de ausencia, donde pone de relieve un acendrado amor al
terruo, a la patria, al hogar. Entre otros del mismo autor no dejar de nombrar
el El kucuy sentido y bonito cuento tradicional y Los vientos, poema.
No podan estar ausentes en Letras los dos poetas en que se ensa la tirana,
Esteban Echeverra y Mrmol. (Peluffo, 1936:13)

Adems de hacer esta descripcin de aquellos textos que para el lector son los
preferidos y, a su vez, remiten a un canon escolar propio de la poca; el autor
de la resea relata su relacin con este texto escolar y los beneficios que le ha
brindado. Dice que cuando termino mis estudios corro a l, a refugiarme en
sus hermosas pginas como si se tratara de un territorio donde est presente
el saber, la proteccin de los nuevos conocimientos y la gua espiritual.

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Otro nio, Rubn Champan (Champan, 1936), tambin escribe sobre


su libro de lectura, sin especificar cul es y comenta que est contento con
su nuevo libro de lectura porque encuentra palabras desconocidas y lecturas
instructivas como as tambin lecturas muy lindas [...] que nos relatan tantas
cosas interesantes. Adems, previene sobre el cuidado del libro que es necesario
procurar conservarlo nuevo, sin romper ni manchar las hojas y cuidar que
est siempre bien forrado y agrega que el libro ser el amigo y consejero
para aprender (Champan, 1936:15). En este caso, el autor de esta resea se
centra ms en cul es la relacin que l tiene con ese objeto escolar y, a la vez,
explicita que el libro le acerca saberes y conocimientos interesantes de los cuales
l puede aprender como si se tratara de un gua para la vida.
Dominga (Seminara, 1939), una lectora que tambin publica su parecer
sobre su libro de lectura en la revista Semillitas, escribe sobre el libro de lectura
El hogar de todos y comenta que tiene lecturas hermosas, que se entretiene
mirando sus ilustraciones y leyendo sus bellas enseanzas. Adems, cuenta
que lo considera su compaero diario en la escuela y que le ensea a ser
educada y a ser til y respetuosa de sus mayores, de la patria y de los maestros.
Tambin, comenta que tiene en cuenta los consejos que aparecen en l como
los que les dan sus padres. Escuela y familia se igualan en el rol de educadores
de la niez, segn esta lectora. Los lectores nios, los primeros receptores de
los textos escolares, dan en estas breves reseas su parecer sobre este dispositivo
escolar hacindose eco de las ideas educativas de la poca.
Los prlogos de los libros de lectura son otro de los territorios escriturales
donde se expresan posiciones y opiniones sobre este dispositivo escolar. El prlogo tiene dos funciones, la informativa y la apelativa. La funcin informativa
respecto del texto se refiere a que puede explicitar cuestiones relacionadas con
el origen del texto, las condiciones de su produccin y tambin puede incluir
la referencia a fuentes y al contenido del libro; y la funcin apelativa refiere
a la relacin con el receptor, est destinada a captar la atencin del lector y
hacer que lea el texto. De ah que este paratexto puede pensarse como la puerta
de entrada al texto y donde se explicitan los propsitos del libro y se toma
posicin respecto de cmo debe ser ste.
Eloy Fernndez Alonso en el prlogo a su libro de lectura El argentino
(Fernndez Alonso, 1931) (1923) postula ciertos principios o caractersticas
que debe tener todo libro de lectura, como la variedad y la amenidad que
despiertan en el nio el inters. Es decir, se trata de que el libro produzca
curiosidad en el nio para poder pensar el aprendizaje. Adems, agrega que
el libro de lectura debe poseer tambin un poder mediato de sugestin y
un noble estmulo intelectual como as tambin una orientacin literaria.
Segn Fernndez Alonso el modo de lograrlo es presentando autores nacionales tpico que se repite en muchos prlogos a libros de lectura con sus

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respectivas biografas y textos literarios para leer en el momento de la lectura


libre. Es ah, segn este autor, donde el nio encontrar un estmulo intelectual y un inters por lo literario. Sin embargo, el trmino sugestin remite
a una prctica instaurada por el positivismo a partir de las propuestas de
Vctor Mercante y Rodolfo Senet (Mercante, 1925; Senet, 1928) de generar
un estado de dominacin sobre la voluntad del sujeto llevndolo a obrar en
determinado sentido. Ms all de las distinciones que podamos hacer respecto
del significado del trmino sugestin, para varios autores de libros escolares
es un mecanismo que promueve la transformacin del nio en ciudadano.
De esta opinin son, por ejemplo, los maestros normales y autores del libro
Plenitud (1928) Pedro Franco y Cesreo Rodrguez quienes en el prlogo a
la primera edicin titulado A nuestros camaradas. A los padres de familia
afirman que lo principal de un texto de lectura para sexto grado, es que
suscite profundas sugestiones y transmita grmenes vivos, comunicativos, de
ideas y de sentimientos. De este modo, se une el intelecto, que es ala, llama
y espiga, al corazn, que es bondad, emocin y amor (Franco y Rodrguez,
1928:I). Para estos autores, entonces, se trata de con el objetivo de formar
espiritualmente a los lectores combinar el contenido intelectual con lo
emocional, la sugestin con la transmisin de ciertos valores morales.
Mara Felisa Redonnet de Serrano, autora de libros de lectura, entre otros de
Indgena (1927), explica en el prlogo de ste algunas caractersticas que considera importantes en los libros de lectura y apela a su experiencia como madre
para fundamentarlas. Comenta que ha podido observar en los libros de sus hijos
un error comn que es el exceso de heterogeneidad cuando el nio necesita
sntesis, amenidad porque no tiene capacidad intelectual para asimilar trozos
sueltos demasiado trabajados o de imaginaciones exuberantes. Asimismo,
seala, que ella pudo notar que el nio se fatiga con las brillantes pginas y
concepciones de los maestros y se interesa muy poco por las firmas famosas que
modelan el idioma (Redonnet de Serrano, 1927:5). Esta concepcin ira en
contra de una larga tradicin escolar de las antologas y trozos selectos para los
ltimos grados de la escuela primaria.5 Adems, Redonnet seala que el nio
quiere sencillez, sobriedad y cierta homogeneidad ya que es la nica manera
de que pueda desentraar ideas complejas. Ms adelante agrega:
Qu nos dicen al pasar, glisando, en una hora de oyentes distrados y de lectores obligados las grandes pginas de Moreno, Sarmiento, Avellaneda, Goyena,
Estrada, etc?... Nada! Cuando la madre explica los captulos precedentes y en
rueda, lee con pausa e intencin un trozo de Mis montaas de Joaqun V.
Gonzlez, entonces el nio ve, comprende, penetra, construye y se transporta
al escenario, sintiendo el influjo de la prosa y la poesa de la naturaleza, siempre
soberana. (Redonnet de Serrano, 1927:6)

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Es interesante cmo la autora rescata el lugar de la lectura ms all de los


textos; es decir, cmo hace hincapi en la necesidad de repensar los modos de
leer escolares, en este caso la prctica de lectura en voz alta que apela al lector
desde las modulaciones de la voz, ms all de los textos que se lean. Se trata,
entonces, de reflexionar acerca de cmo se lee en la escuela y no tanto qu se
lee. Los textos de los autores citados pueden ser piezas capitales de la literatura
argentina pero ledos sin inters no permiten la apropiacin por parte del pequeo lector ni tampoco la asimilacin de pautas de comportamiento y valores
patriticos. En este punto coincide Correa Morales en las Advertencias de su
libro de lectura Isond (1927) cuando recomienda que los lectores se hagan
asesorar por sus padres o maestros respecto de la eleccin de los textos que
lean ya que el autor considera que las obras de la mayor parte de los autores
citados en Isond son demasiado serias para nios de corta edad, y si las leyeran
antes de su madurez tanto en edad como en conocimientos, tal vez, por no
comprenderlas, les tomaran fastidio (Correa Morales, 1927:10). Es decir,
plantea la necesidad de que haya un adulto que gue y oriente al lector en su
recorrido por los textos literarios. O, como postula Enrique Garca Velloso,
en el prlogo dedicado a su padre Juan Jos Garca Velloso a la antologa Prosa
selecta (1905) que fue utilizado en los ltimos aos de la escuela primaria y
en el primero de la escuela media se deben escoger textos que impresionen
al alumno a travs de la imaginacin de manera tal de ensear deleitando y
han de servir para familiarizarlo con la Historia Natural, con la Mineraloga,
con la Botnica, con la Qumica y la Fsica, con la Historia y la Geografa, con
la sicologa y con la sociologa, y muy especialmente con la ciencia gramatical.
Se trata de combatir el aburrimiento y leer textos que dialoguen con los gustos
de los lectores. Y seala, demostrando un saber construido en la prctica y en
la reflexin didctica:
Por aeja experiencia de alumno y reciente de maestro, s que la imaginacin de
los jvenes oyentes vuela otras regiones. Algunos profesores ingenuos, creen
que ese silencio que reina en el aula es atencin, cuando slo es una mentira
convencional de la disciplina. Cada muchacho disfrazado de oyente respetuoso, disimula su tedio. Prueba al canto: si se pregunta qu es lo que se ha ledo,
ninguno da pie con bola. El profesor ha ledo para las paredes. La atencin del
alumno ha estado ausente. (Garca Velloso, 1905:6)

Garca Velloso considera, entonces, que es fundamental atender a la seleccin de los textos que ingresan en los libros escolares como aquellos que son
ledos en el aula por el maestro o profesor. Un criterio a considerar es cul
es la comunidad de lectores con la que se trabaja, es decir, quines son los
lectores, cules son sus intereses, adhesiones, preocupaciones, valores, etc. De

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nada vale presentar textos clsicos, universales, reconocidos por su estilo y


correccin idiomtica, bien traducidos otra cuestin que plantean muchos
maestros si no se atiende a los receptores.
Como coinciden muchos autores, el texto escolar debe provocar en el lector el inters por seguir leyendo y, para esto, las lecturas deben graduarse de
acuerdo a las edades y a los universos imaginarios de los nios y jvenes. En
este sentido, Jos Calderaro en el prlogo a Horas emotivas afirma que los
temas deben estar en consonancia, no solamente con el desarrollo mental del
nio, sin con la lgica y el tipo de personalidad que corresponda a las diversas
edades porque pasa el nio hasta llegar a la adultez (Calderaro, s/f:10) y,
ms adelante, aclara que en su libro los textos han sido elegidos en funcin
de que van dirigidos a nios que tocan los umbrales de la adolescencia. El
autor reconoce el perodo de la pubertad como conflictivo y tumultuoso y,
en funcin de esta postura, se propone incluir textos que puedan llevar a
todas esas mentes un poco de quietud. La literatura tiene, segn este autor,
un sentido reparador, tranquilizador y sanador de experiencias que pueden
ser conflictivas o traumticas en la formacin de la personalidad de un sujeto
y, a la vez, involucra un trabajo psquico que permite al sujeto volver a encontrar un vnculo con aquello que (lo) constituye, que (le) da lugar, que (le)
da vida (Petit, 2001:70). De ah que la prevencin enunciada por Calderaro
de atender a los rasgos de la personalidad del alumno lector es un elemento
ms a tener en cuenta respecto de cmo graduar las lecturas en relacin con
sus receptores.
La cuestin de concebir el libro de lectura con un objetivo claramente moralizador fue un aspecto clave para la poca investigada. Luis Arena, maestro
escolanovista que trabaj en la revista La obra, critica y toma posicin en la
advertencia dirigida a los lectores de su libro de lectura Forjador (1935) respecto
de cmo deben ser las lecturas para nios, corrindose del estereotipo moralizador reinante en los textos escolares de la poca. En este sentido, explica:
En las lecturas de FORJADOR no encontrarn heronas impecables, nias
juiciosas, obedientes, que se desviven por complacer a sus padres, a sus maestras; que nunca dejan de cumplir sus deberes de hijas y discpulas, que siempre
socorren al dbil, prodigan buenas palabras, practican la caridad; etc., etc.
T eres grandecita, y sabes perfectamente que esas bellas dotes son las llaves de
oro que abren los corazones de nuestros semejantes; pero sabes tambin que no
es comn hallarlas todas reunidas en una misma persona, y que nos conmueve
ms un impulso generoso, un acto noble, un esfuerzo hacia la cumbre realizado por un alma no perfecta, que el relato estereotipado de las buenas acciones
de esos falsos modelos, todo perfeccin, a que nos tienen acostumbrados los
moralizadores cuando se les ocurre escribir para los nios.

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Arena propone otra vuelta de tuerca en la didctica de la lectura y en la


formacin del lector a travs de los textos escolares, ya no como una transmisin de personajes estereotipados que se presentan como una representacin
colectiva cristalizada, como un modelo para la construccin del lector sino
recuperando el lugar de los sentimientos, comportamientos y acciones de
los personajes como se dan en la vida real. Este maestro normal y profesor
busca, entonces, romper con el estereotipo entendido como una creencia,
una representacin, una opinin (Asmossy y Hershberg Pierrot, 2001) sobre
cmo deben ser los nios para mostrarlos tal cual son. De ah que el autor
de este libro busca poner el acento en el nio como sujeto y no como objeto
a ser representado, modelado, domesticado segn ciertas pautas sociales que
generan sujetos estereotipados. Ese estereotipo y modelo moral del libro de
lectura se haca presente ya desde los ttulos de los libros, como recuerda Julio,
un entrevistado que asisti a la escuela en la dcada del 30: se pensaba todo.
Por ejemplo, La base, de primero inferior; Por el camino, de primero superior;
Ilusin, de segundo grado; S bueno, de tercer grado; Trabajo de cuarto grado;
el de quinto grado Elevacin; y en sexto grado, Voces del mundo. Valores. Nosotros no nos dbamos cuenta porque a esa edad no analizbamos los ttulos
de los libros, pero con los aos uno se acordaba.
Ms all de las posiciones de maestros, pedagogos y funcionarios respecto de
los libros de lectura para uso escolar, en los lectores de la poca an queda la
huella de su lectura en el recuerdo vvido de los ttulos y de los autores. Varios
ex alumnos entrevistados se refieren a los libros que leyeron en la escuela con
cario y buenos recuerdos. Alcides se acuerda de algunos ttulos como Tierra
virgen. Eran todos lindos los libros que leamos. Despus le Elevacin y me
qued grabado Germn Berdiales, un gran autor o, como recuerda Roberto,
leamos a Germn Berdiales, Esopo, Samaniego. Delia se acuerda de Cien
lecturas, El argentino, Almas en flor y Antonio recuerda Proa, Elevacin y Voces
del mundo. El tiempo ha transcurrido, en algunos casos pasaron ms de setenta
aos, y el libro de lectura escolar permanece en la memoria como un hito en
la formacin de estos sujetos.
Como vimos hasta aqu, el libro de lectura escolar es un instrumento que
organiza la prctica escolar, legitima los saberes que lo conforman y pauta el
currculum activo, regla los modos de pensarse como alumno y como sujeto
de una comunidad de pertenencia, normaliza la poblacin escolar que ingresa
a la escuela en el perodo considerado y que lleva el lastre de lo heterclito y
contaminante. No puede olvidarse, entonces, que el libro de texto es el territorio de la imposicin simblica y de la institucionalizacin de las relaciones
entre saber y poder en la escuela (Martnez Bontaf, 2002).
Los libros de lectura piezas clave de las prcticas de enseanza generan
un sinfn de opiniones, comentarios y conceptualizaciones que hemos trata-

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do de presentar en este apartado, sabiendo que slo son una muestra de un


corpus importante de intervenciones de pedagogos, literatos, funcionarios,
maestros y alumnos.

2. Libros de lectura y diversidad de gneros

A lo largo de la historia, los textos escolares han sido una representacin de lo


que cada sociedad considera que es el conocimiento legtimo a ser transmitido
y el territorio discursivo donde se expresan los valores, ideologas, estereotipos
del imaginario colectivo como as tambin son fuentes para la apropiacin
de las disciplinas escolares. De todo esto surgen algunos interrogantes que
definen al texto escolar: Cmo organizar los saberes socialmente legitimados
que conforman un libro de lectura? Cmo estructurar la apropiacin o la
inculcacin de ciertos contenidos, ciertas pautas de urbanidad, valores morales y patriticos? Cules sern los modos ms eficaces para esa imposicin
simblica? Qu gneros de libros de lectura sern los ms apropiados para
tal empresa?
Recorrer el corpus de libros de lectura relevado en nuestra investigacin6
permite observar cmo los libros de lectura son una muestra de cmo era la
vida cotidiana de la escuela, qu rutinas didcticas se llevaban a cabo, cules
fueron los modelos didcticos y pedaggicos vigentes, cmo se materializ
el currculum en la escuela a travs del texto escolar ms all de las apropiaciones que cada maestro y cada alumno haya realizado con cada uno de los
libros utilizados (Rockwell, 2005). El texto escolar, en sus mltiples gneros
de pertenencia y adscripcin, es una representacin de lo que se espera del
conocimiento, de la cultura a la que pertenece y de la sociedad en la que circula
como analizaremos a continuacin.
Si bien hasta ahora hemos hablado de manera genrica de los libros de uso
escolar, a partir de aqu estableceremos una clasificacin entre los distintos
tipos de libros que circularon en la escuela argentina en el perodo investigado. Algunos investigadores distinguen entre libros de texto los que han
sido diseados para su uso escolar, libros escolares aquellos que se usan
en la enseanza pero no estn ligados a la secuencia pedaggica y libros
paraescolares libros optativos como guas, glosarios y ediciones escolares de
obras de ficcin (Johnsen, 1996); otros prefieren hablar genricamente de
manuales escolares (Choppin, 2000) como aquellos que estn destinados a
facilitar el aprendizaje. Nosotros presentamos aqu una clasificacin ligada a la
estructura genrica de los libros de uso escolar y usamos de manera indistinta
los trminos libros escolares, de lectura y manuales.

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2.1. Libros de lectura por antonomasia

Uno de los gneros presentes en nuestro corpus es el que llamaremos libro de


lectura por antonomasia que es aquel que organiza los contenidos en una rutina
didctica con ciertas pautas establecidas. En algunos casos los textos estn
organizados por lecciones y al interior de cada leccin se encuentra el texto
o la lectura y, luego, las ejercitaciones de lectura y comprensin del texto, el
vocabulario utilizado o nuevo para el lector, la biografa del autor del texto y,
en algunos casos, las indicaciones del autor al maestro de cmo utilizar este
dispositivo didctico; en otros casos, el libro est organizado por temas que
responden a contenidos curriculares integrados en una temtica ms global.
En este gnero se encuentran varios libros de nuestro corpus. Uno de ellos
es Nuestra patria (1910) de Carlos Octavio Bunge publicado en el ao del
Centenario de la Revolucin de Mayo dentro de las operaciones intelectuales
para la promocin de un discurso hegemnico sobre la nacin. El libro est
dividido en cuatro partes La tradicin y la historia del pueblo argentino,
La poesa argentina, En el pas argentino y Cuadros y fases de la vida
argentina y se propone como un libro summa para pensar la nacin argentina, como hemos visto en el captulo anterior.
Otro ejemplo de este gnero es Almas en flor (1924) de Clara Toro y Gmez,
libro de lectura para 5 y 6 grado que pertenece a una serie iniciada con
La Escuela y la Vida y El hogar de todos para 3 y 4 grado respectivamente y
rene lecturas que responden al programa de estudio de 5 grado con el propsito de que la clase de lectura complete la enseanza general y contribuya a
fijar mejor en la mente del alumno, las nociones adquiridas, segn aclara la
autora en la Introduccin. A continuacin, en un apartado titulado Puntos
del programa de 5 grado a que se refieren algunas lecturas se dividen las
lecturas por las reas disciplinares: Geografa (lecturas descriptivas), Historia
(Descubrimiento y conquista de Amrica, Revolucin e independencia de la
Amrica espaola), Ciencias Naturales, Fsica y Qumica (La naturaleza, Fenmenos), Instruccin Moral (Deberes para consigo mismo, Deberes para con los
padres y maestros y para con los hermanos y dems miembros de la familia) e
Instruccin Cvica (La paria, El patriotismo, Hroes nacionales, Deberes para
con la patria) (Toro y Gmez, 1924:6). De esta manera se orienta al maestro
en el tratamiento de temticas en cada lectura como as tambin sobre qu
relacin establecen las lecturas con los contenidos curriculares; de all que se
reglan las prcticas de enseanza y se establece claramente una relacin entre
lecturas y programas oficiales. El maestro y el lector estn obligados a regirse
por esta clasificacin de lecturas y temas que son aquellos que dictamina el
CNE. As nos encontramos, por ejemplo, con trece lecturas que refieren a
temas patriticos, un eje que recorre la escolarizacin de estos cuarenta aos

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estudiados. Es interesante tambin sealar que, al final del libro, se encuentra


un ndice Metdico que organiza las lecturas en cuatro ejes: La familia-La
conducta, La patria-La historia, La naturaleza y El trabajo-La escuela;
es decir, otra taxonoma que acota an ms los ejes disciplinares presentados
en la sexta pgina del libro.
Todas las lecturas estn organizadas a partir de la presentacin del texto a
leer, luego una seccin titulada Palabras explicadas donde se presenta un
glosario de trminos desconocidos por los alumnos; a continuacin Cuestionario donde las preguntas apuntan al anlisis y comprensin del texto y,
segn aclara la autora en la Introduccin, el objeto de esta consigna es hacer
reflexionar al nio sobre lo que ha ledo, y guiarle, para que llegue a establecer
una relacin estrecha entre sus acciones y las ideas que le sugiere la lectura,
preguntndose qu actos puede ejecutar en su vida de nio, para realizar los
propsitos que ha formado, es decir, el cuestionario tiende a acostumbrar
al alumno a observar su propia conducta y a organizarla conscientemente de
acuerdo con sus ideales (Toro y Gmez, 1924:4). Y, por ltimo, la seccin
Ejercicios de lenguaje donde se indican cuestiones gramaticales normativas.
Veamos un ejemplo:
El buen maestro
Miradlo all... tranquilo, sonriente,
ante el hermoso cuadro de la infancia;
las hondas penas que en el alma siente
no perturban su afn y su constancia.
Del mundo con sus odios y rencores
se olvida ante el candor y la inocencia
Qu importan del presente los dolores
cuando est el porvenir a su presencia?
Es de apstol y mrtir su figura;
brilla en su frente el esplendor de un cielo
puro y sin mancha como el alma pura,
su pecho inflama abrasador anhelo.
El con la luz de su saber no escaso,
de la ignorancia alzndose triunfante,
conduce al mundo con seguro paso,
siempre hacia el porvenir, siempre adelante.
C. VALENZUELA
Palabras explicadas. Apstol: el que dedica todas sus fuerzas al triunfo de un
ideal elevado. Mrtir: que sufre voluntariamente y se sacrifica a una idea. Anhelo: ansia viva.

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Cuestionario.- Cmo es el buen maestro? De qu se olvida en presencia de


sus alumnos? Cul es su nica satisfaccin? Cmo podis recompensar el afn
de vuestros maestros?
Ejercicio de Lenguaje.- Explicar la concordancia del verbo con el sujeto tomando
como ejemplo los ocho primeros versos de la poesa.
(Toro y Gmez, 1924:140)

En esta lectura hay una autolegitimacin y autorreferencialidad de la escuela


y el maestro (Braslavsky, 1996), el texto se piensa como alabanza al maestro
y se lo caracteriza desde su funcin formativa como un apstol que tiene una
vocacin de servicio, segn rezaba la ideologa educativa normalista (Dussel,
1997). Luego de la poesa con tono moralizador se encuentra el glosario de dos
trminos que pueden no ser conocidos por el alumno, apstol y mrtir, y
que son centrales para la comprensin de la figura del maestro. A continuacin, est el Cuestionario cuyas preguntas apuntan, por un lado, a reponer
los sentidos literales del texto potico como lo establecen las tres primeras
preguntas y, luego, hay una referencia directa al lector que debe vincular
la lectura a sus propias ideas, vivencias y experiencias. Por ltimo, se presenta
un ejercicio gramatical que propone explicar un fenmeno lingstico usando
como ejemplo la poesa; es decir, se busca la reflexin lingstica a partir del
anlisis y lectura del texto literario.
En cuanto al canon literario presente en el libro, la mayora de los textos
literarios son de autores argentinos como Guido y Spano, Jos Manuel
Estrada, Carlos Octavio Bunge, Rafael Obligado, Domingo F. Sarmiento,
Olegario Andrade, Manuel Glvez entre otros; y, muchos de ellos, relatan
hechos histricos.
El mismo ao de publicacin del texto de Toro y Gmez, sale a la luz el libro
de lectura de Jos Henriques Figueira titulado Trabajo que se propone como
tratado de lectura expresiva y literaria. Por su organizacin puede inscribirse
tambin en el mismo gnero ya que sus lecturas se ordenan en Ejercicios y
se clasifican de acuerdo a distintas temticas como consta en el ndice: De
los ejercicios especiales en los elementos de la expresin de la lectura, De
las lecciones de higiene y moral cientfica (Salud, trabajo, descanso, recreo,
economa, cultura, moralidad), De las composiciones literarias, y por ltimo, se ordenan las ilustraciones que contiene el libro en el apartado De las
reproducciones de cuadros clebres, contenidas en el libro cuarto de lectura.
Adems, luego de cada lectura se consignan notas orientativas y didcticas
para el maestro sobre la prctica de la lectura en la escuela donde se sugieren
tareas y se advierte sobre cuestiones vinculadas con la voz, la entonacin, la
pronunciacin. Al final del libro se encuentra la seccin Apuntes sobre la
didctica de la lectura en este ao de escuela donde el autor explica cmo

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debe ensearse la lectura, qu pasos se deben seguir, qu ejercicios deben


realizar los nios, qu precauciones deben tener los maestros y cmo deben
abordar esta prctica escolar. De ah que este texto escolar, podemos decir,
responda a las prescripciones del CNE sobre la prctica de lectura expresiva
enfatizando en los ejercicios preparatorios de la voz, en la dimensin corporal
al servicio de la lectura y en la domesticacin del lector, como veremos en el
prximo captulo.
El sembrador (1925) de Pedro H. Blomberg, autor de numerosos libros de
lectura para la escuela primaria, tambin puede considerarse dentro de este
gnero. En este texto Blomberg profundiza los conocimientos cientficos que
no ha incluido en su libro anterior, Pensamiento. Y, a partir del estudio minucioso de los programas, propone asimilar cada materia, aun las ms ridas y
difciles, al escolar de edad corriente con el objetivo de lograr una instruccin
global del alumno. En este sentido, se encuentran nociones y conceptos tiles
a los alumnos en textos en prosa y verso atendiendo a quin ser su lector.
Respecto del modo en que se debe abordar el libro y la metodologa didctica,
el autor considera que sern los maestros quienes decidirn sobre esto a partir
del material brindado. El libro, entonces, es una herramienta til al maestro
pero ser l quin establezca la gradacin, el orden y la perspectiva didctica
para abordarlo en clase.
El libro del idioma (1927a) de Pedro Henrquez Urea y Narciso Binayn
texto utilizado en los ltimos aos de la escuela primaria y en el primer ao
de la secundaria que se public junto con una gua para el docente titulada
Gua para el uso de El libro del idioma (1927b) tambin puede ser considerado un libro de lectura por antonomasia ya que est estructurado siguiendo la
lgica de la prctica docente. Cada una de las lecciones que lo componen est
estructurada de la siguiente manera: se inicia con una lectura de un texto literario en su mayora de autor nacional, contina con ejercicios de sintaxis
o normativa gramatical, luego los ejercicios de composicin, a continuacin
un texto potico y, por ltimo, una ejercitacin sobre el lxico. En cuanto a
los textos literarios, el corpus combina textos nacionales y textos hispanoamericanos y responde al ideario de Henrquez Urea respecto de la necesidad de
construir una unidad iberoamericana, una utopa americana que concilie lo
nacional con lo universal, lo autctono con lo ajeno para constituir una historia
cultural que nutra al hombre y lo haga libre. En este sentido, como plantea
Gutirrez Girardot (1974), la presentacin de la historia literaria que para
Henrquez Urea es la ordenacin cronolgica de todo el material literario
que pueda dar cuenta de la densidad cultural de una sociedad o comunidad
tiene el objetivo de constituir la historia de la cultura que debe ser una historia
cultural continental que se aleje del nacionalismo a ultranza. Genricamente los
textos se dividen en prosa nos encontramos con biografas, autobiografas,

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narraciones de hechos histricos y ficcionales, epstolas, discursos y verso.


En el caso de este ltimo, el dispositivo didctico para abordarlo es el cuestionario cuyo objetivo es realizar una lectura comprensiva y de reposicin de
datos, por lo que casi no aparecen preguntas que apunten a la interpretacin
personal del alumno. Este tipo de textos posibilitaba al maestro ejercitar la
lectura expresiva que fue una prctica pedaggica que permita no slo recitar
y de esta manera corregir las pronunciaciones contaminadas sino tambin
comprender textos literarios que eran portadores de valores formativos.
Otro aspecto considerado en este libro es lo gramatical. Como plantea Henrquez Urea, la gramtica nos da las reglas sobre el uso del material con que
hemos de realizar nuestra obra: el material nos la impone y agrega las reglas
sobre el buen uso de los idiomas se pueden aprender con poca colaboracin de
la escuela; se aprenden, sobre todo, prestando atencin al habla de las personas
cultas y leyendo buenos libros (Henrquez Urea, 1925). Es decir, es necesario
aprender la gramtica pero sin exagerar ni caer en las clasificaciones rutinarias
escolares y sobre todo privilegiar la lectura de buenos libros. Por esto en El libro
del idioma las lecciones se completan con un apartado gramatical ms bien
breve donde se ejercitan distintos aspectos de la normativa lingstica como la
sintaxis, el paradigma verbal, el lxico este aspecto tiene un apartado especial
en todas las lecciones donde se ensea a utilizar el diccionario, se propone
hacer listas de palabras o se pide buscar determinadas clases de palabras en
los textos literarios, entre otros. En todos los casos, se parte del anlisis del
texto literario para luego reconocer, identificar y sealar distintos fenmenos
normativos; o bien, para buscar ejemplos modlicos de la normativa.
En esta propuesta la composicin tiene un lugar prominente. En algunas
lecciones se presenta el esquema clsico escolar de responder a modelos de
fragmentos de textos respetando el registro culto y libresco, o bien de escribir a partir de una temtica; en otras lecciones se despliega una teora de los
gneros discursivos que rompe con el esquema escolar clsico. Se ejercita la
escritura a partir de la produccin de billetes, cartas, solicitudes, telegramas,
resmenes, historias de vida, explicitando en cada leccin las caractersticas
genricas de cada uno de estos textos (Henrquez Urea y Binayn, 1927a:83).
Adems, se utilizan imgenes que muestran escenas exticas o que producen
extraamiento en el lector y que funcionan como disparadores didcticos para
la escritura (Sardi, 2006a).
El libro de la patria de Germn Berdiales y Pedro Inchauspe recomendado para
4 grado es un texto escolar que contiene lecciones sobre Historia, Geografa,
Naturaleza, Costumbres, Moral e Instruccin cvica. La mayora de las lecciones
estn acompaadas de un glosario titulado Palabras y giros, de una seccin
titulada Uso de la coma, otra titulada Vicios del lenguaje y Cuestionario.
En otras lecciones aparece la seccin Modos de decir o Palabras graves y

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agudas; tambin en la parte didctica que se encuentra al final de cada leccin


puede encontrarse la consigna Lecturas recomendadas donde se sugieren
textos vinculados por la temtica con la leccin leda. Por ejemplo, luego de
haber ledo una crnica histrica de Bartolom Mitre titulada Yo quera a
Tucumn... donde se narra las penurias que vivi el General Belgrano estando
enfermo en esa provincia, se presenta un glosario de trminos que los autores
consideran desconocidos por los nios y, a continuacin, un cuestionario donde
las preguntas apuntan a responder literalmente la informacin contenida en el
texto sin ningn tipo de apropiacin por parte del lector. Al final se hace una
sugerencia al lector referida, nuevamente, a conservar un dato del texto sobre el
amigo de Belgrano. El alumno es visto como tabula rasa y desde una perspectiva
bancaria que absorbe los contenidos sin ningn tipo de mediacin. Como lo
indica el ttulo de este texto escolar, el corpus de textos est conformado por
autores argentinos entre los cuales se destacan Paul Groussac, Domingo F.
Sarmiento, Joaqun V. Gonzlez, Jos Hernndez, Rafael Obligado, Germn
Berdiales, Carlos Octavio Bunge, Octavio Amadeo, Luis L. Domnguez.
De estos mismos autores de libros escolares es Tierra virgen (Berdiales e
Inchauspe, 1932), libro de lectura que presenta textos de escritores de la literatura universal con predominancia de plumas argentinas y, como sealan los
autores en el prlogo, casi todos los textos literarios han sido cuidadosamente
adaptados, refundidos, armonizados, [...] amplindolos o resumindolos,
segn los casos, para asegurar y facilitar su comprensin. El libro, dirigido
a alumnos de quinto y sexto grados, est organizado de manera graduada en
relacin con las dificultades de los alumnos y, en el caso de los textos, han sido
seleccionados como sealan los autores consultando la edad y cultura
medias de los alumnos de ambos grados, y los escalonamos paralelamente a los
progresos del curso escolar. Al final de cada texto se expone la parte didctica
con la sugerencia de ejercicios. Por ejemplo, luego de la lectura del texto Los
cuentos son cuentos! de Carlos Octavio Bunge se expone:
TEMAS DE INICIACIN LITERARIA: La literatura argentina: Para facilitar el estudio de la evolucin de nuestras letras, dividamos los cuatro siglos de
existencia americana en cinco perodos: 1 La Colonia: desde la fundacin de las
ciudades hasta la expulsin de los jesuitas. 2 La Revolucin: desde 1767 hasta
el triunfo del caudillaje (1820). 3 La Proscripcin: desde 1820 hasta Caseros
(1852). 4 La Organizacin desde 1852 hasta la federalizacin de Buenos Aires
(1880). 5 La Actualidad: desde 1880 hasta nuestros das.
Estos cinco perodos pueden caracterizarse as: 1 Aurora intelectual (clasicismo).
2 Espritu de emancipacin (enciclopedismo). 3 Letras polticas (romanticismo). 4 Letras constructivas (nacionalismo). Y 5 Confirmacin de la cultura
(modernismo) (vase pgina 56.)

98

EJEMPLO DE LECTURA: Leer toda la leccin en tercera persona.


EJEMPLO DE LENGUAJE: Redactar un cuento cmico imitando el del final
de la lectura.
PALABRAS Y GIROS: Cautivar: atraer. Cuentos realistas: cuentos que imitan
la vida natural. Desternillarse: rerse a ms no poder. Agotado su repertorio:
narrados cuantos cuentos saba. [...]
CARLOS OCTAVIO BUNGE: Naci en la Repblica Argentina en 1875;
muri en 1918. Escritor y poeta, autor de La novela de la sangre, La poesa popular argentina, comentarios sobre la misma, La educacin y Nuestra Amrica.
Escribi tambin comedias y cuentos.

Como aprendizaje literario se sistematiza la historia de la literatura argentina en cuatro perodos organizados a partir de los procesos sociohistricos y
polticos para luego establecer una caracterizacin que vincula a cada perodo
con un movimiento esttico-literario. Luego, se sugieren actividades de lectura y escritura, el consabido glosario leit motiv de los textos de lectura de
la poca y, por ltimo, se presenta una breve biobibliografa del autor del
texto ledo. Es decir, la prctica de lectura dialoga con la formacin literaria
del lector a travs del anlisis lingstico e histrico-literario.
Otro libro de lectura perteneciente a este gnero es Juventud (1930) de
Ricardo Ricotti y Luis Perinetti Biestro, libro para 6 grado. Est compuesto
por textos literarios sobre temas morales y patriticos y todas las lecturas estn
seguidas por un glosario, lxico desconocido, una biografa y la bibliografa
del autor estudiado con el objetivo de dar una gran suma de conocimientos
cuya reunin no debe confiarse a la iniciativa personal para que, a partir de
la recomendacin del maestro, todos aquellos nios que abandonan la escuela
primaria puedan tomarlo como lmpara votiva para alumbrar el largo camino
de incgnitas que se les tiende adelante (Ricotti y Perinetti Biestro, 1930:2).
Los autores no slo procuran que el libro acompae al lector sino tambin
que combine la instruccin de conocimientos programticos y la educacin
de valores morales ya que, como argumentan, ese es el objetivo en medios
como el nuestro, de hogares improvisados por aluviones inmigratorios. Es
decir, Ricotti y Perinetti Biestro consideran que la funcin de la escuela no es
slo ensear segn las pautas del currculum sino tambin inmiscuirse en la
formacin moral y cvica del nio debido a la imposibilidad de que se realice
en el hogar.
Verdad de Alcides Calandrelli, publicado en la dcada del 30, es otro libro
de lectura por antonomasia. El autor se propone abordar el concepto de verdad como esencia de la moral estudiantil apoyndose en una perspectiva
espiritualista y nacionalista caras al rgimen de la dcada infame como lo
demuestran las afirmaciones que realiza en el prlogo del libro. Plantea que

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es en la escuela donde debe comenzar la obra de nacionalismo constructivo,


restaurador y defensivo que acreciente el patrimonio espiritual de nuestro pas
y tambin en ese espacio ha de elaborarse en el alma de la juventud y de los
escolares, el sentimiento de la argentinidad, slido cimiento del espritu y del
carcter nacionales (Calandrelli, s/f:7). Lo patritico aparece superpuesto a
lo espiritual y religioso; y el joven es considerado un alma que debe modelarse
en los principios de la verdad y de la argentinidad con ciertos tintes blicos o
militares. Para esa poca, como hemos visto en el captulo anterior, el CNE
reivindica la perspectiva patritica y nacionalista de la gestin de Jos Mara
Ramos Meja y vuelve a poner en funcionamiento los rituales patriticos y el
discurso nacionalista en los libros escolares. Esto se ve reflejado, por ejemplo,
en la seleccin de textos que integran este texto escolar: Nacionalismo de
Ricardo Rojas, El clarn de Mayo de Manuel Ugarte, Sol de mayo de
Joaqun V. Gonzlez, 25 de mayo de Martn Coronado, entre otros textos
que apuntan claramente a la formacin de los jvenes lectores en los valores
cvicos y que se organizan, segn consta en el ndice, en temticas vinculadas
con la verdad: La verdad, La verdad en el estudio, La verdad en la ignorancia, La verdad en el patriotismo, La verdad en el deber, La verdad en
la amistad, La verdad en la accin, La verdad en la gratitud, La verdad
en la alegra, La verdad en el carcter, La verdad en la solidaridad, La
verdad en el respeto a la autoridad, La verdad en el ideal.
Desde el punto de vista didctico, cada lectura es seguida por cierta informacin disciplinar organizada en Lxico, Notas gramaticales y Notas
filolgicas en las que el autor explica distintos conceptos. Por ejemplo, luego
de la lectura titulada Oracin a la bandera de Belisario Roldn se aclaran
trminos, se explican fenmenos gramaticales como el uso de la r y la rr y
se ensea, utilizando ejemplos extrados del texto literario, la etimologa de
algn trmino y su uso en nuestro idioma. La literatura es aqu no slo una
herramienta para formar en la verdad y el patriotismo sino tambin un ejemplo
de cmo debe usarse la norma lingstica, la correccin idiomtica y el uso
apropiado de la lengua. El texto literario es fuente para el aprendizaje de la
normativa gramatical, filolgica y lxica.
Motivos americanos de Juana Caso de Sedano Acosta es otro ejemplo dentro
de este gnero de libro de lectura que se propone servir como auxiliar para los
maestros en el desarrollo de sus clases y para esto sigue un plan sistematizado
y una organizacin coordinada de las lecturas que lo integran. Los textos
siguen obedientemente los programas oficiales y, segn revela su autora en
la introduccin titulada A los maestros, se proponen elevar y mantener el
tono de este espritu de confraternidad americana descartando todo motivo
que pudiera rozar susceptibilidades raciales, geogrficas o histricas, e inculcar
por el contrario, el alto significado que entraa una paz inteligente y digna.

100

El ndice se organiza por asignaturas Introduccin, Motivos geogrficos,


Motivos de Historia e Instruccin Cvica, Iniciacin literaria, Motivos
de la naturaleza y ordena la diversidad de textos que conforman este libro.
Desde el punto de vista didctico, cada texto es acompaado por una sistematizacin lingstica apoyada en consignas tituladas Vocabulario, Elocucin,
Lenguaje, Recite donde se explican trminos desconocidos por el lector,
se sugiere la transformacin por ejemplo de un texto en verso en prosa,
se solicita la realizacin de una prctica de lectura expresiva en voz alta, o bien
se pide sealar en el texto ciertos fenmenos gramaticales.
Un ejemplo ms de este gnero de libro de lectura es Nuestra tierra de Ernestina Lpez de Nelson con el que su autora se propone encaminar al nio
[...] a la investigacin propia y a la observacin de las cosas que lo rodean
y hacer de cada libro el reflejo de lo que, a medida que el nio avanza en
el tiempo, constituye su mayor atractivo. Para ello, se provee al lector de
textos que muestren cmo es la propia tierra desde las costumbres de la vida
cotidiana a los grandes hechos histricos, desde la presentacin de la flora y
la fauna hasta la vida en la ciudad y el progreso. Las lecturas estn seguidas,
en muchos casos, por cuestionarios de lectura o distintas secciones didcticas,
como Temas de conversacin, Temas de composicin, Correspondencia
escolar, Temas para la observacin. Por ejemplo, luego de haber ledo un
fragmento del texto La Pampa de Luis Domnguez se propone la siguiente
actividad: Tema para un ejercicio: Seran ustedes capaces, despus de leer
varias veces esta poesa, de pintar con los colores adecuados un pedazo de la
Pampa, tal como aquella nos las hace ver en la imaginacin? (Lpez de Nelson,
s/f:20) o, luego de haber ledo un fragmento de Las quintas del tiempo de
Rafael Obligado se propone como tema de composicin Aspecto de un da
de fiesta en la poca actual (dem:147). Se apela a la imaginacin del lector
tanto en la actividad plstica como en la consigna de escritura favoreciendo,
de tal manera, la construccin de una autonoma por parte del alumno que
permita ensanchar sus experiencias. De esta manera, cada una de las secciones
propone un tipo de prctica a realizar como la conversacin, la escritura o la
observacin de cierto fenmeno.

2.2. Libro de cosas

Un gnero de libro de lectura es, tambin, el libro de cosas. Se caracteriza por


la presencia de lecciones, lecturas o textos diversos que apuntan a mltiples
temticas o contenidos curriculares sin ningn tipo de engranaje o hilacin
didctica (Gomz R. De Castro, 1997). Uno de los primeros libros de cosas
que abre la produccin editorial del siglo XX es El libro de los nios (1901)

101

de Juan Ferreira, un clsico del gnero: una suma de textos de autores consagrados y otros con la firma del autor del libro escolar sobre temas como la
lluvia, los juegos, el mundo y el universo, la vanidad, Sarmiento, el verdadero
patriotismo, la agricultura, las aguas minerales, la adversidad, el gaucho, etc.
Como Ferreira da cuenta en el prlogo dirigido a los nios, la expectativa del
autor es que su libro sirva para que los nios corrijan los errores del pasado y
forjen el futuro de la repblica poniendo en movimiento todos los resortes
de la gran mquina nacional (Ferreira, 1901:1). Es decir, el libro no slo se
propone la presentacin de temas diversos sin relacin unos con otros sino
tambin que forme a la ciudadana futura.
Lector nacional de Estrada (1910) de Juan Garca Purn es otro ejemplo de
este gnero, un libro para el maestro que se presenta como un mtodo de lectura graduado para cuarto grado en el cual varios textos se refieren a la lectura
como prctica y a lo patritico en textos de autores tales como Carlos Guido
y Spano, Den Funes, Estanislao del Campo, entre otros. Por ejemplo, luego
del texto El libro y la lectura que conforma la Leccin XIII encontramos un
glosario que se propone aclarar algunos trminos del texto que se cierra con
la frase admonitoria: Las malas lecturas pervierten el corazn y el gusto.
Sentencia, pensamiento consejo, que se debe recordar siempre, sobre el
libro y la lectura (Garca Purn, 1910:79). La lectura deviene una prctica
que puede ser peligrosa, con consecuencias denostables si no se selecciona
correctamente el material a ser ledo.
Otro ejemplo de este gnero es Cien lecturas de Jos Mazzanti y Mario Flores
que incluye textos literarios de autores nacionales y extranjeros que retoman
temas y contenidos curriculares y que responden, en un punto, a la concepcin
de la literatura como mathesis; es decir, la lectura de literatura como apertura a
un mundo de conocimientos diversos y desconocidos para el lector. Los textos
refieren a temas morales, patriticos, hechos histricos, biografas, paisajes,
costumbres, fauna y flora, temas variados que se presentan de manera deshilvanada. Un lector de este libro de lectura, Dante Boselli (1938), alumno de
5 grado, comenta que este libro es la recopilacin de trozos en verso y prosa,
de autores argentinos y extranjeros, que invitan a ser ledos por ser amenos
y sencillos y porque nos sirven para consolidar y ensanchar temas explicados
por la maestra. Adems, cuenta que el libro se inicia con la hermossima
Invocacin a la Patria de Leopoldo Herrera y termina con un trozo intitulado Se necesita un muchacho dirigido al muchacho que la Patria necesita
siempre [...], al muchacho que se sienta orgulloso de ser argentino. Agrega
que se incluyen la poesa Mi madre de Edmundo de Amicis. Por ltimo,
comenta que este libro de lectura ser su amigo espiritual ms sincero y lo
cuidar para gozar en cada momento de los beneficios que atesoran sus pginas (Boselli, 1938:5). Como seala este lector, y los autores en el prlogo,

102

la lectura debe ser un auxiliar constante de las materias que son objeto de
la enseanza diaria, de tal suerte que un trozo de lectura venga a acrecer y
a afianzar las nociones inculcadas por el maestro; de este modo, la lectura
permite consolidar y ensanchar los conocimientos. De ah que este libro de
cosas favorezca el aprendizaje de conceptos nuevos sobre temas variados ya que,
como explican los autores, si el maestro estaba enseando hidrografa de un
pas o una regin podr leer a la hora siguiente la lectura titulada Los Ros
que si bien no es un captulo de geografa agregar nuevas ideas a las que el
nio acaba de recibir de manera tal que la enseanza lograr as su mximo
provecho. La literatura, entonces, deviene una ilustracin pertinente para cada
concepto o explicacin de alguna de las asignaturas de la instruccin primaria,
es subsidiaria de otros saberes y pierde su dimensin polismica para ponerse
al servicio de la geografa, la historia, las ciencias naturales, etctera.
Nueva jornada (1937) de Arturo Capdevila y Julin Garca Velloso es otro
ejemplo de libro de cosas. En l se encuentran textos de diversidad de autores
sobre temticas variadas como sucesos histricos, la naturaleza, la flora y fauna,
ancdotas varias y textos de autores como Martiniano Leguizamn, Carlos Ibarguren, Juan Carlos Dvalos, Marcos Sastre, entre otros. Otro ejemplo de esto
es Horizontes nuevos de Mara Ercilia Robredo y Mara Luca Cumora donde,
si bien el ndice est organizado en temticas como Lecturas geogrficas,
Lecturas histricas y de instruccin moral y cvica y Lecturas cientficonaturales, en realidad, los textos no establecen relacin unos con otros y
se pasa de la narracin de un hecho histrico a la explicacin de la higiene
personal o a la descripcin de la provincia de San Luis por Arturo Capdevila.
En muchos casos, los textos estn acompaados por ilustraciones o fotografas
que muestran distintos rincones geogrficos de nuestro pas. Segn consta en
el prlogo de las autoras dirigido a los lectores nios, el libro tiene el propsito
de contribuir a tu cultura y para ayudarte a formar una conciencia moral a fin
de que sientas el valor de la justicia, el deseo de imitar las acciones nobles, el
afn de ser, t mismo, cada da mejor, el de sentirte digno de tu patria y el de
justificar tu derecho a formar parte de la gran familia argentina. Es decir, la
lectura del libro se piensa como una prctica que produce la identificacin de
los lectores que hace que acten segn lo establecen las pautas de conducta de
los personajes presentes en el texto y, adems, el texto promueve la ampliacin
de la cultura del nio y su formacin cvica. Asimismo, este libro, al decir de
las autoras, puede ser usado como complemento de las clases de Geografa,
Historia, Ciencias Naturales o Instruccin moral y cvica ya que acerca textos
que abordan temas de esas asignaturas y completan el trabajo del maestro. Algo
a destacar y que no est presente en otros libros de lectura analizados hasta aqu
es la preocupacin porque el libro de texto sea til no slo al nio sino tambin
a sus hermanos y a sus padres; de ah que, podemos decir, hay una intencin

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formativa del libro ms all de la escuela, en el territorio del hogar y la esfera


ntima adjudicndose la facultad de ser polica de las familias.7
Dentro de los ejemplos del gnero libro de cosas tambin se encuentra Vencers de Mara Teresa Villarruel que est organizado siguiendo el calendario
escolar y en cada mes se presentan distintas lecturas sobre varios temas de
manera graduada y agrupados en temticas afines como Nuestro pasado
sobre hechos y hombres de nuestra historia, Nuestro suelo revela
algunos pasajes caractersticos del mismo, Naturaleza, Nativas sobre temas criollos, Instructivas temas tiles y problemas contemporneos, Costumbres, Cuadros y Moral. Segn la autora se trata de
presentar todos estos temas de forma amena y sencilla teniendo en cuenta no
slo la capacidad del nio para abordar estos textos sino tambin la influencia
educadora que ste puede transmitir al hogar. Es decir, se presentan asuntos diversos para que el maestro pueda seleccionar aquellos que son los ms
pertinentes de acuerdo a los programas vigentes y, adems, que sirvan como
formadores de nios y adultos sobre todo en un momento donde la relacin
entre maestro y alumnos era claramente asimtrica y la escuela consideraba
que el nio y su familia no posean capital simblico y cultural adecuado para
la educacin del ciudadano.
Otro ejemplo de libro de cosas es Voz del terruo (1940) de Mara T. Sabad
que consta de textos literarios de autores reconocidos y textos de autora de
Sabad sobre temas de moral y pautas de urbanidad e higiene como Puntualidad, Abnegacin, Hbitos de trabajo, Modestia, entre otros; asuntos
patriticos y de formacin cvica como El General Belgrano, Himno
nacional y Bartolom Mitre; y de ciencias naturales donde se presenta la
flora y fauna autctona.
Por ltimo, en el corpus analizado, el libro de lectura Proa (1940) de Tolosa y Fesquet cierra la lista de textos escolares que pueden inscribirse en el
gnero libro de cosas. En l los autores se proponen presentar lecturas que se
caractericen por la pureza del lenguaje y la belleza de la forma (unidas) a
una profunda emotividad del contenido; es decir, la correccin lingstica, el
estilo y composicin de los textos y la riqueza de los asuntos tratados deben ser
requisitos fundamentales para el libro de lectura siguiendo los consejos, como
dicen los autores, del maestro Arturo Marasso. Adems, como se consigna en
el prlogo, el libro ha de ser una mansin ricamente amueblada, espaciosa y
salubre, con ventanas abiertas a todos los horizontes, es decir, el texto escolar
debe brindar variedad de textos y de asuntos que amplen el universo cultural
de los alumnos. Los autores, siguiendo las indicaciones programticas que
indica la lectura explicada y expresiva como prctica escolar, teorizan sobre la
lectura en la escuela y el nio como lector en su etapa formativa guiado por
la figura del maestro. Consideran que el libro tiene la potencia de modificar

104

el rumbo de un lector, puede ejercer cambios profundos en la identidad y


trazar, de algn modo, el porvenir del nio siempre y cuando est el maestro
como figura que acompaa ese proceso, que acerca el texto apropiado y que
sabe aprovecharlo para el bien del lector. Pareciera ser, segn los autores,
que el libro tiene cierta fuerza intrnseca que lo hace en s mismo pasible de
cambiar a un sujeto aunque tambin los autores sealan la necesidad de que
el maestro oriente y tienda puentes con el nio lector. De ah que la lectura
deviene prctica que puede transformar a un sujeto y, conjuntamente, el libro aparece como artfice de ese cambio. Ms all de esta teora de la lectura
que da prominencia al libro y al maestro por sobre los lectores, los autores
acuerdan con los nuevos programas que dan al nio un nuevo protagonismo,
una participacin ms activa en la adquisicin de sus propios conocimientos
siempre bajo la supervisin del maestro.
As el libro de cosas se presenta como un tipo de texto escolar muy comn
para la poca investigada que puede encuadrarse en lo que Escolano Benito
llama modelos enciclopdicos (Escolano Benito, 1997:34), es decir, textos
que se piensan como summa de la cultura escolar, que renen una acumulacin
de contenidos sin conexin unos con otros con el objetivo de que el alumno
adquiera saberes nuevos de manera acumulativa. A su vez, estos textos escolares
son un ejemplo concreto del enciclopedismo normalista vigente para estos
aos del siglo XX. El libro de lectura deviene, as, compilacin de asuntos y
temas, ejemplo de la educacin bancaria que imagina como acumulativo el
proceso de aprender.

2.3. La novela pedaggica

La novela pedaggica tiene su antecedente en la novela de formacin de


raigambre alemana la bildungsroman y es otro gnero de libro escolar
presente en nuestro corpus. La caracterstica de este gnero es que el libro
est organizado a partir de la historia de una familia, un nio o una nia y
a medida que se cuenta la historia del protagonista se van introduciendo los
contenidos curriculares. Las peripecias que vive el personaje principal se traman
con los contenidos escolares de manera tal que el lector lee un texto escolar
que, en realidad, se piensa como una novela de aprendizaje de conocimientos
escolares a travs de un relato ficcional. La experiencia narrada en el libro se
transfiere al lector por la similitud entre vidas de personajes y vidas reales y,
de esta manera, el lector se identifica con la historia narrada y, a la vez, la
apropiacin de conocimientos se entrama con el relato de la historia ficcional
que es un espacio de encuentro entre experiencia y saberes escolares. Tal vez
este gnero sea un intento por recuperar la dimensin epistemolgica de la

105

narracin, por reivindicar a la literatura como territorio escriturario donde el


conocimiento tambin est presente.
Historia de un nio (1908) de Francisco Sanches de Guzmn, inspector de
escuelas en la provincia de Santa Fe, es una novela pedaggica donde se cuenta
la historia de Francisco Grandot, tambin llamado por su apodo Pancho. El
libro se inicia con el captulo La llegada de Pancho y su familia donde se
introduce al lector en la historia que se va a narrar: la de una familia francesa
que llega a nuestro pas para vivir en l. A medida que avanzamos en la lectura del texto, en cada captulo se cuentan distintas aventuras, peripecias y
sucesos que tienen por protagonista a Francisco y que se van tramando con
los contenidos escolares. As en el captulo titulado Los campos de Santa Fe
se narra el viaje que Pancho realiz con su to al campo y se describe el lugar,
la gente, la vida cotidiana en el campo como un cuadro costumbrista en el
que se mezclan los criollos con los inmigrantes llamados colonos. O, en el
captulo X, titulado La bandera se relata cmo en un paseo por el pueblo
Pancho ve la bandera argentina en el Juzgado de Paz y pregunta si es la misma
que la tricolor que l conoce. Su to le explica que la tricolor es la bandera
francesa, de su pas de origen y que sta que ve aqu es igual a la que haba
en el lugar donde estuvieron varios das ni bien llegaron a Buenos Aires, el
Hotel de Inmigrantes. El nio pregunta sobre esa bandera y su to le da una
leccin de patriotismo:
Nosotros no tenemos nada que ver con esa bandera, no es verdad, to? No
ha dicho usted que no es la nuestra dijo Toms.
No es la nuestra, es cierto dijo aqul, pues nosotros somos extranjeros
y esa es la bandera argentina; pero por eso mismo debemos mirarla con tanto
respeto como los hijos del pas.
Con tanto respeto como los hijos del pas? exclamaron admirados los
dos nios.
S, hijos mos, y ms an, si es posible, pues el argentino est en su patria,
que es lo que esa bandera representa, y nosotros hemos venido de afuera vivir
con ellos, ayudndoles con nuestro trabajo y con ellos compartimos las riquezas
del pas; hemos venido, pues, vivir en casa de ellos; por nuestro gusto y sin
que nos obligasen; nos han acogido bien y por ello les debemos gratitud, lo
que no les podemos demostrar mejor que teniendo el mayor de los respetos
su bandera. (Sanches de Guzman, 1908:23-24)

Los smbolos patrios es uno de los contenidos curriculares que se incluye en


la historia de este nio francs. Aqu se ensea el respeto a la bandera de todos
los habitantes del suelo argentino, un contenido curricular que dialoga con el
ritual escolar de la lealtad a los smbolos patrios como fetiches de la naciona-

106

lidad. A travs de este relato se trata de despertar el sentimiento nacional en


los lectores y, de esta manera, crear las bases de la nacin. Como seala Lilia
Bertoni (2001), el armado de la tradicin nacional est ligado a la definicin
de los smbolos patrios; por ello en 1884 el presidente Roca reglament el uso
de la bandera nacional y, a partir de ese momento, estableci la prohibicin
de izar banderas extranjeras en nuestro territorio.
Tambin en este texto escolar la escuela tiene un lugar protagnico y autorreferencial. En varios captulos se narra algn suceso que transcurre en la
escuela o que presenta a la institucin escolar como templo del saber y como
espacio en el que todos pueden ingresar para aprender y ser sujetos libres. En
el captulo XIII, titulado La ignorancia, se narra cmo un da en el pueblo
Pancho ve salir de las casas a nios con libros y cuadernos bajo el brazo y
pregunta a su to adnde van. El nio cuenta que l fue un tiempo en Europa
y que su hermano Toms tambin hasta que consiguieron trabajo como canillitas. El to les dice que tendrn que ir a la escuela pues aqu todos los nios
desde los 6 aos a los 14, tienen obligacin de ir a la escuela hasta que tenga
el mnimun de instruccin que la ley exige (Sanches de Guzman, 1908:31).
Ante esto, Pancho pregunta por qu hay que aprender a leer y escribir para
trabajar y, entonces, su to responde que el hombre que no sabe leer, escribir
y contar bien, por buen obrero que sea, siempre queda en la dependencia
material de los otros y tiene que recurrir quien le lea las cartas que reciba,
quien le escriba lo que tiene que decir personas ausentes a quien ama
con quienes tiene que tratar algn negocio y tiene que pedir un extrao
y confiarse en l, para que le haga las cuentas de lo que tiene que recibir y
pagar; es decir, ha de confiar forzosamente la discrecin de otro sus ms
ntimos pensamientos, sus alegras, sus pesares, su fortuna y, muchas veces, su
honor y el de las personas que ms ama (Sanches de Guzman, 1908:32). La
escuela, entonces, da la posibilidad de salir de la ignorancia y la dependencia
servil; aprender a leer, escribir y contar es el modo en que los hombres pueden ser libres y autnomos. Adems, la escuela es tambin el espacio donde
se ensean los valores morales como se relata en el captulo LXII titulado El
napolitanito donde se narra la historia de un nio italiano que no va a la
escuela, a escondidas de su padre, hasta que ste se entera cuando es llamado
por la maestra. Cuando conoce cul es la situacin de su hijo el padre quiere
castigarlo fsicamente y la maestra se lo impide argumentando que en nuestras
escuelas estn prohibidos los castigos corporales. Cuando el padre se retira
y Julio, el nio, se ubica en su lugar, la maestra admonitoriamente dice que
la verdad siempre se descubre y que la mentira ms tarde ms temprano,
viene redundar en vergenza y perjuicio del mentiroso. Adems, seala
que Dios ha prohibido el mentir y que si se miente se lo ofende (Sanches
de Guzman, 1908:118). La maestra representa el modelo a seguir, no castiga

107

a los nios pero les ensea cmo ser buenas personas, cmo comportarse de
acuerdo a los valores religiosos y de convivencia. El nio, a partir de esta historia, aprender qu es lo correcto y qu es lo incorrecto. El inmigrante que
aparece en este captulo a diferencia del que protagoniza la historia titulada
Consecuencias de la embriaguez que pierde todo incluida a su familia por la
bebida es un campesino trabajador, decente y conciente de que la escuela
es la posibilidad de aprender. O, como el de la historia que se narra en el
captulo LVIII titulado Historia de don Jenaro que cuenta las peripecias de
un inmigrante italiano que deja su pas natal para buscar un mejor destino
en Argentina y que trabajando con esfuerzo en el campo logra comprar una
chacra a plazos para cultivarla y vivir dignamente. El relato de don Jenaro es el
relato de Argentina como tierra promisoria, como territorio de oportunidades
y de ascenso social; es el relato del progreso agrario a partir del trabajo y del
esfuerzo de sus hombres, argentinos o extranjeros. Esta historia es la narracin
oficial de la acogida al inmigrante en nuestro pas, la historia oficial que se
cuenta en la escuela y el libro ser su mejor transmisor.
El libro de Sanches de Guzman, entonces, entrama la digesis donde
Pancho vive distintas peripecias o es testigo de varios sucesos con los saberes
socialmente legtimos que ingresan en el libro escolar como la enseanza de
los smbolos patrios, la importancia del trabajo, la acogida a los inmigrantes,
el progreso del pas, el valor del estudio y la escuela, la formacin moral y
cvica del nio, entre otros.
Hogar y patria de Delfina Bunge de Glvez es otro ejemplo de novela pedaggica. Ya en el prlogo la autora plantea cul ha sido el propsito de este libro:
He querido que en este libro sean los mismos nios quienes se muevan hablen,
piensen. Y que todas las cosas de que en l se trata, aparezcan a travs de sus
propios ojos. Con tal fin, los nios son, en HOGAR Y PATRIA, los principales
protagonistas. Y la mayora de sus captulos se escribieron en forma del diario
de un nio, de cartas tambin de adolescentes, de dilogos en que los nios
hablan. En suma la autora ha tratado de desaparecer, dejando que, en lo posible,
los mismos nios la reemplacen.
A pesar de la forzosa diversidad de los temas a desarrollar, se ha mantenido en
este libro la unidad. En l se desenvuelve, sino una historia, por lo menos una
faz o una poca en la vida de una familia. Por lo tanto dicho sea de paso es
preciso que la lectura de los captulos se haga en el mismo orden en que estn
colocados. (Bunge de Glvez, s/f:II-III)

Se trata de que los lectores establezcan vnculos de cercana con los protagonistas de la novela pedaggica y se introduzcan en la historia que se narra
a travs de dilogos, cartas y diarios escritos por los personajes de la histo-

108

ria a partir de una lectura ordenada para respetar la digesis narrativa. El


texto cuenta la historia de una familia conformada por el padre Juan, la madre
Anglica, y sus hijos Cecilia tiene diecisis aos y ya no va al colegio pero
estudia francs, dibujo y cocina, Miguel ngel tiene 14 aos y estudia en
el bachillerato, toca la guitarra y le gusta leer y Marcos tiene doce aos,
est en quinto grado y es un apasionado de la mecnica. Todos viven en
Villa Serena, tal el nombre de la casa ubicada en el barrio de Belgrano de la
ciudad de Buenos Aires. En el libro se cuenta la historia de esta familia en la
que se intercalan textos literarios de autores argentinos en dosis insignificantes,
tratando de que concuerden con el texto original es decir, que se vinculen
temticamente con la historia que se cuenta en la novela pedaggica como,
por ejemplo, se incluye la poesa La patria cuando se hace referencia a la
importancia del patriotismo y, segn aclara la autora en el prlogo, con
el solo propsito de que los nios se interesen por los autores argentinos, y
recuerden algunos nombres, cosa imprescindible en el curso escolar (Bunge
de Glvez, s/f:III).
El libro se abre con un texto titulado Cuento o historia? donde Miguel
ngel dialoga con Marcos, Cecilia, Luisito y el padre acerca del libro en
formato de diario que est escribiendo sobre la historia de su familia porque,
dice, es una historia muy argentina. En el texto que sigue titulado Villa
Serena se presenta a los integrantes de la familia de Miguel ngel. En la pgina
18, luego de la introduccin de una poesa y del relato de aquellos vicios que
no se toleran en Villa Serena, encontramos una pgina del diario de Miguel
ngel titulada La Pampa:
Enero 14
Saben cmo me vino la idea de escribir este diario? En este mismo nido he
pasado las horas leyendo Corazn o el diario de un nio, libro bastante famoso,
escrito por un autor italiano.
Cuando lo termin me qued pensando: acaso no podra yo tambin escribir
un diario? Claro que el mo no podra parecerse a aqul. El chico, se, viva en
otros tiempos y lugares, con otras costumbres muy diferentes a las nuestras.
Pero por qu no podran ser interesantes las que me rodean? Hasta podra ser
que, a chicos de otros lugares, les resultara muy curioso lo que a nosotros nos
es tan familiar. (Bunge de Glvez, s/f:18)

La lectura de la novela infantil Corazn escrita por el escritor italiano Edmundo De Amicis en 1886 y best-seller mundial traducido a ms de cuarenta
idiomas es el texto que inspira a Miguel ngel a la escritura del diario y,
tambin, es el modelo que toma Bunge de Glvez para estructurar su texto
donde la historia de la familia que reside en Villa Serena se entrelaza con textos

109

literarios y con relatos donde se integran contenidos programticos, morales


y cvicos. A su vez, la escritura del diario es para su autor una oportunidad
para aprender divirtindose y, recursivamente, lo es tambin para los nios
que lo leen en la escuela.
El dilogo es otro de los gneros elegidos por la autora para narrar la historia
de esta familia. Por ejemplo, en el texto titulado La biblioteca de Manolo
los nios dialogan sobre las ventajas de tener libros y leerlos, acerca de cmo
se construye una biblioteca y las impresiones que los lectores tienen sobre los
libros de acuerdo a su uso.
Otro de los gneros que Bunge de Glvez pone en juego para la escritura
de este libro es el epistolar, gnero discursivo muy utilizado en la prctica de
la composicin escolar. Por ejemplo, se reproducen las cartas que intercambia
Cecilia con su amiga Sofa que est de paseo con su familia en Mendoza. O se
intercalan lecturas sobre el arte de escribir, como Aprender a pensar o Leer
bien que ilustran y completan los dilogos entre los personajes o las pginas
del diario de Miguel ngel.
En resumen, todo el libro se concreta en una unidad narrativa que rene
la diversidad de asuntos tratados a travs de la historia de los personajes que
habitan Villa Serena y sus amigos.
Con una estructura similar y tomando tambin la inspiracin de la novela
Corazn de Edmundo De Amicis, El abuelo (1926) de Juan Comorera es otro
ejemplo de novela pedaggica en la que se narra la historia de un abuelo que
conoce a dos chicos, Ral y Jorge, que son los protagonistas del relato. El
libro est dividido en ocho partes: La escuela, Almas gemelas, Educacin
Cvica, Educacin Fsica, Educacin intelectual y tcnica, Educacin
moral, Educacin esttica y El hogar. Cada una de estas partes est integrada por aventuras, sucesos o peripecias de los personajes del relato o por
historias que cuenta el abuelo a Jorge y Ral que favorecen con la formacin
moral y cvica de los lectores. As, por ejemplo, el abuelo cuenta a los nios
protagonistas de la novela, a lo largo de varios captulos, la historia de Pietro un nio italiano que debi emigrar con su familia a Argentina, su
experiencia del desarraigo, el desconocimiento del idioma y la necesidad de
trabajar para ayudar a su familia. El relato de la vida de Pietro, amigo de Ral
y Jos, tiene muchas similitudes con las historias que se cuentan en la novela
del escritor turins donde los protagonistas son nios que actan siguiendo
ciertas pautas sociales y ciertas virtudes morales.
Frente a la vida (1930) de Rogelio Outon es un libro de lectura recomendado
para nios de 10 a 14 aos. La edicin que manejamos viene precedida por
un informe de Juan Francisco Juregui, Inspector General de Escuelas de la
Provincia de Buenos Aires, donde se presenta al libro como sano, eminentemente sano y como expresin sana e interesante de esta escuela del trabajo,

110

que se auspicia en la provincia y que comienza a ser ya una seductora realidad.


Segn Juregui, este libro de lectura es muy adecuado para los nios desde
tercer grado porque relata historias que nos hablan del trabajo, del esfuerzo,
de las faenas campestres realizadas por hombres trabajadores y no del empleo
pblico como nica meta posible. El libro cuenta la historia de tres nios Luis,
Pascual y Jorge que se entrelaza con la presentacin de distintos contenidos
curriculares, valores morales y cvicos, a travs de los relatos que se narran y,
a la vez, se entraman con textos literarios que funcionan como ejemplos o
muestra de los asuntos o temticas que se van abordando a lo largo del texto.
Por ejemplo, el captulo titulado El juncal se inicia con el relato de una
excursin hasta una laguna en la que abundaban los patos silvestres y otras
aves acuticas que realizaron con el maestro. Cuando regresaron hicieron
comentarios sobre las incidencias de la caza, y mientras cada uno mostraba
el resultado de su habilidad, el maestro exhiba un manojo de juncos cortado
en la laguna (Outon, 1930:123). La referencia a los juncos permite la introduccin de un poema de Rafael Obligado sobre el Paran: Quin no ha visto
en las orillas/ del hermoso Paran/ esa banda, siempre verde/ siempre inmvil
del juncal? (Outon, 1930:124). El relato de la excursin con el maestro sirve
de disparador para introducir un contenido curricular y un texto literario de
autor argentino que canta a las bellezas del paisaje litoraleo. Este es el modo
en que se van introduciendo distintos textos literarios de autores argentinos
y temas escolares.
Por ltimo, el libro de lectura Cerebro y corazn (1937) de Norma y Estela
Mndez Ros combina la estructura didctica de un libro de lectura por antonomasia es decir, cada lectura est seguida por indicaciones biogrficas
de los autores, aclaracin de vocabulario y ejercitacin escrita con el gnero
de la novela pedaggica ya que el libro se inicia con la historia de Tusquita,
la protagonista, que estuvo de vacaciones en Tandil y cuenta qu hizo all.
A partir de su relato se introducen contenidos geogrficos de nuestro pas,
costumbres, personajes tpicos y caracterizaciones autctonas. Tambin se
intercalan textos literarios, en su mayora de autores argentinos algunos de
ellos adaptados para nios donde se refuerzan las referencias a la diversidad
y riqueza natural y de la idiosincrasia nacional.
La novela pedaggica, entonces, es un gnero pastiche que combina la cultura escolar con la cultura literaria, entrelaza la estructura de un dispositivo
claramente escolar con lo literario. De manera tal que se educa al nio en
ciertos valores cvicos, morales y en la transmisin de los contenidos programticos de manera ms persuasiva si se lo hace a travs del lenguaje del arte
literario, de la experiencia narrada en la ficcin que es en s misma una puerta
al saber y al conocimiento; los lectores se apropian del conocimiento escolar
vivido por los personajes y en la digesis narrativa casi sin darse cuenta, esta-

111

bleciendo una relacin de identificacin con los personajes y con los saberes
contenidos en los textos.

2.4. La antologa o trozos selectos

La antologa o trozos selectos fue otro gnero muy utilizado en la escuela tanto
primaria como secundaria. En ella se seleccionaban textos literarios en su
mayora de autores argentinos o extranjeros que entre sus temas literarios
abordaban la descripcin de nuestro pas, que eran considerados cannicos o
imprescindibles para la formacin literaria y lingstica de los alumnos y que
se crea que deban ser resguardados o conservados como memoria cultural
de la sociedad argentina. Si el concepto de antologa supone una reescritura
o reelaboracin de textos ya existentes por su misma insercin en un conjunto nuevo (Guilln, 1985:413); en las antologas escolares que relevamos
podemos ver claramente la intencin del antlogo de reubicar los textos en
un recorrido nacionalista y patritico que abone la constitucin de un canon
argentino reconocido como panten literario. De esta manera, el antlogo
interviene en cmo van a ser ledos los textos que conforman la antologa o,
al menos, en un modo de leer los textos literarios incluidos en esa coleccin
de textos. En este sentido, la antologa tambin es una lectura de quines son
sus receptores, a qu pblico est dirigida y qu objetivos didctico-literarios
persigue; es decir, de acuerdo a los contenidos de la historia literaria que quiera
transmitirse a los lectores se establece una seleccin arbitraria que incluye o
excluye textos y autores (Bombini, 2004).
En estos primeros cuarenta aos del siglo XX tal vez el gnero ms nutrido
de libro escolar sea la antologa o los trozos selectos a juzgar por la cantidad
de textos que an se pueden consultar en bibliotecas escolares, populares y
familiares. En este apartado hemos seleccionado algunos de estos volmenes,
los ms representativos, para su anlisis.8
Una de las primeras antologas que se publica a fines del siglo XIX pero
sigui siendo recomendada para su lectura escolar durante el siglo siguiente
es Literatura americana de Martn Coronado que est integrada por textos de
autores americanos y cuyos temas refieren a Amrica como lujos y esplendores
de la Naturaleza, hechos heroicos, costumbres pintorescas, tipos legendarios
(Coronado, 1900:7). Otro libro de lectura que tambin se propone hacer
referencia a lo americano a travs de la seleccin de textos es Elevacin (1929)
de Pedro Franco y Cesreo Rodrguez. En el prlogo titulado A nuestros
camaradas. A los padres de familia se aclara que el libro tiene el propsito
de presentar un libro americano con los hombres y las cosas de Amrica para
que el nio descubra la hermandad de los pueblos iberoamericanos. Se cita a

112

Rod y su concepto de magna patria y se aclara que todo americano tiene


su patria. Luego del prlogo viene el Declogo del alumno para aprender de
memoria aquello referido a la enseanza cvica y moral. Las lecturas refieren a
la naturaleza, a temas de divulgacin cientfica, otras son humorsticas y otras
sobre educacin para las nias y educacin vial. Algunos autores abordados
en este libro son: Capdevila, Zelaya, Mugica Linez, Cervantes, Ricardo
Rojas, Dvalos, Lugones, Jos S. lvarez, Juana Ibarbourou, Lope de Rueda,
Sarmiento, Jos Hernndez, Jos San Martn, Flix Fras, Nicols Avellaneda,
Gabriela Mistral, Gutirrez Njera, Joaqun V. Gonzlez, Jos A. Silva, Echeverra, Almafuerte, Guido y Spano, Ernesto Nelson, Amado Nervo, Mart,
Eduardo Wilde, Godofredo Daireaux, Pedro Goyena. Tambin hay textos de
autores de habla extranjera como Whitman, Mark Twain, Frank Crane.
De este mismo tipo es Letras de Amrica de Badano y Stagnaro que se organiza
como un libro de iniciacin literaria para quinto grado. Los autores aclaran en
el prlogo que no han tenido la intencin de hacer una antologa sino una
compilacin de trozos seleccionados con el criterio elementalsimo que lo
requiere la ndole escolar de la obra. Se trata, entonces, de una seleccin de
textos literarios de diversidad de orgenes nacionales de Amrica de distintos
autores que se halla al alcance de la comprensin media de los educandos. Por
tal razn, los autores sealan que en muchos casos han realizado adaptaciones
de los textos originales tratando de mantener lo esencial de cada texto.
Tal vez la primera antologa que inaugura el siglo XX sea la del profesor del
Colegio Nacional de Buenos Aires Alfredo Cosson titulada Trozos escogidos
de literatura (1904)9 que consta de tres tomos en los cuales se incluyen textos
literarios que funcionan como modelos para la escritura de narraciones; descripciones y cuadros; caracteres, retratos y paralelos; discursos; disertaciones
morales y filosficas; crtica literaria; cartas y dilogos siguiendo el modelo
retrico de la enseanza francesa. En la seleccin de los textos literarios incluye
autores argentinos, latinoamericanos y de la literatura universal.
Otra de las primeras antologas es Prosa selecta (1905) de Enrique Garca
Velloso,10 profesor del Colegio Nacional de Buenos Aires y de la Escuela
Normal de Profesores. La seleccin incluye, segn su autor, las pginas ms
bellas, ms amables, ms cientficas y ms en consonancia con la mentalidad
de los jvenes a quien va dirigida esta antologa. Tambin ingresan en el
corpus, entremezclados, estilistas castellanos y obras de escritores franceses,
ingleses, alemanes, italianos, etc., traducidas con verdadero cario con la
intencin de brindar al alumno textos no slo para deleitarse sino tambin
para aprender. Es as que, como lo plantea el antlogo en el prlogo, Michelet
nos har amar a la naturaleza; Sarmiento, con su vigor estupendo, abrir de
par en par las almas y las inteligencias argentinas las glorias y amarguras
del pasado histrico americano; Rousiers, nos mostrar un cinematgrafo

113

admirable de la vida intensa del pueblo yanqui; Humboldt, nos hablar de


sus viajes al travs de las Cordilleras; el General Paz, aun con su estilo lleno
de incorrecciones, pero pintoresco, nos hablar ingenuamente de triunfos
militares, y sucesivamente Valera, Galds, Pereda, Castelas, Palacio Valds,
etc., servirn juntamente con Juan Mara Gutirrez, Estrada, Mitre, Lpez,
Goyena, etc., como modelos de estilo lmpido de prosa castellana (Garca
Velloso, 1905:7). Es decir, hay una diversidad de autores y textos paradigmticos de la literatura con la intencin de que el lector no slo se deleite sino
que aprenda a medida que va leyendo.
Otra clsica seleccin de trozos selectos es Lecturas selectas de Calixto
Oyuela,11 tambin profesor del Colegio Nacional de Buenos Aires, que incluye
una abundante diversidad de textos en prosa y verso que denotan la intencin
universalista e historiogrfica del autor ya que los textos seleccionados son de
autores tan diversos como Bartolom Mitre, J. J. Rousseau, Pedro Goyena,
Luis de Len, Blas Pascal, Miguel de Cervantes, Esteban Echeverra, Rafael
Obligado, Toms de Iriarte, entre otros.
Tambin son caractersticas de este perodo las antologas que estn integradas por textos seleccionados con el fin de educar moralmente a los lectores.
Una de ellas es Lectura libre de lvaro Yunque, libro de trozos selectos sobre
la solidaridad, el amor a los animales, la exaltacin del trabajo, la libertad, el
amor a la verdad, el idealismo, hroes de la humanidad, avance moral, ejemplos
y rasgos de herosmo para ser utilizados en las clases de lectura libre. En el
prlogo se aclara que es un libro serio pero no triste y que los nios no van a
encontrar ni cuentos fantsticos, ni narraciones inverosmiles donde figuren
demonios, hadas, grifos o seres que no existan sino, por el contrario, se propone presentar textos que den cuenta de aquello que encuentran en la vida.
En este caso el antlogo selecciona textos de autores nacionales y extranjeros
con el propsito de presentar distintos modelos de comportamiento moral a
los lectores. Algunos autores son Almafuerte, Alberdi, Avellaneda, De Amicis,
Mart, Echeverra. Otros ejemplos de este tipo de antologas donde las lecturas
se piensan como instrumentos de formacin moral son Patria, hogar y fraternidad (1910) de Petronila Wagner de Sosa, Padre mo (1921) de Jos Natale,
Consejos a mi hija (1903) de Amelia Palma y de la misma autora Veladas del
hogar (1907); Alegre despertar (1935) de Emma de Bedogni y Lecturas morales
instructivas (1908) de Jos Berrutti.
Otro tipo de antologas son aquellas que se proponen hacer un glosario, a
travs de los textos, de lo nacional. Un ejemplo es Texto nacional de lectura
(1901) de Eduarda Rodrguez Larreta en el que se incluyen textos de autores argentinos afamados sobre temticas histricas y costumbristas. Para el
centenario de la independencia de nuestro pas, una maestra llamada Felisa
A. Latallada publica un libro12 titulado Hogar y patria dedicado a presentar

114

al nio lector ejemplos de moral y civismo que tambin se inscribe en este


tipo de antologas de tema nacional. Como postula Rodrguez Larreta en la
dedicatoria inicial, su libro de lectura es el sueo de una maestra de larga
prctica que pide al hogar y especialmente a las madres argentinas toda su
colaboracin para que, en medio del cosmopolitismo que nos invade cada
da ms, la Patria surja indivisible, grandiosa y soberana. El libro se propone
limpiar de impurezas la nacin invadida por los inmigrantes y presentar textos
de autores argentinos que colaboren con la refundacin de la patria. Adems,
tambin incluye textos de autores infantiles como algunas pginas de un diario de Sara, una nia que narra su experiencia durante las celebraciones del
Centenario en 1910. Veamos un fragmento:
HOJAS DE MI DIARIO
(Recuerdos del Primer Centenario)
Oh! Las fiestas, las excursiones, las exposiciones, los concursos que alegraron el sol
de aquellos das memorables! Nunca borrar de la memoria el movimiento, la luz y
el entusiasmo que se irradiaban en todas las cosas y en todos los semblantes.
...
Ayer por la maana visitamos la exposicin de pintura del Pabelln Argentino:
vastas salas de pinturas holandesas, italianas, francesas e inglesas, de matices y colorido variados hasta el infinito. Ms all una sala dedicada a autores nacionales:
La vuelta del maln es emocionante. [...] Sin pan y sin trabajo de Ernesto
de la Crcova. En miserable buhardilla la pobre mujer extenuada de fatiga y de
hambre, con su hijo en brazos, parece pedir a los pobres muebles y al muro de
la habitacin un pedazo de pan, algo que mitigue su angustiosa situacin. El
esposo, un obrero sentado en una silla con el puo que golpea sobre una mesa
con rabia y desesperacin. (Rodrguez Larreta, 1901:31)

Y as contina la descripcin de este cuadro como de otros que la nia ha


visto y le han impactado en la Exposicin Internacional de Arte del Centenario
en 1910 que se realiz en Buenos Aires en el marco de los festejos que buscaban mostrar los logros de la modernizacin. Esta exposicin estaba ubicada
en la plaza San Martn, donde funcionaba el Museo de Bellas Artes que era,
en realidad, el pabelln argentino de la Exposicin Universal de Pars de 1889
y fue visitada por miles de ciudadanos (Cicerchia, 1998). Hay una intencin
ideolgica clara en la inclusin de la autora de la narracin de la visita a esta
exposicin ya que esta atraccin fue concebida por el Estado nacional como
un evento cultural que pona en evidencia la representacin oficial de lo que
deba considerarse un sujeto nacional (Tern, 1999).
El argentino (1923) de Eloy Fernndez Alonso, autor de numerosos libros de
lectura para la escuela primaria, es otra antologa de tema nacional. Este texto

115

escolar se presenta como el resumen de las caractersticas del ser argentino


a travs de una seleccin cuidada y graduada de textos literarios nacionales
con el fin de ofrecer una composicin de los poetas ms caracterizados de
cada perodo en la evolucin literaria argentina, sin excluir las ms genuinas
producciones gauchescas; de manera tal que esta antologa literaria ampla
el corpus escolar de lo que se considera nacional. Segn el autor, este libro
encierra una nota, fresca y pura, evocativa de la tierra y la vida argentinas en
su diversidad de gneros discursivos: relatos histricos, escenas y cuadros de
costumbres, leyendas, poesas, cuentos populares, descripciones, disertaciones
morales y narraciones.
Isond (1927) de Correa Morales es otro ejemplo de antologa. En ella se
presentan textos literarios que versan sobre tipos, costumbres, naturaleza, paisajes, biografas de prceres y hechos histricos argentinos; es un compendio
de usos y costumbres argentinas presentadas a travs de textos literarios. El
autor se propone que los lectores comiencen a visitar textos literarios selectos
ayudados por el maestro o los padres y recomienda que se lean varias veces
para poder comprenderlos y aprehenderlos. En la advertencia titulada La
lectura afirma que es necesario que los jvenes acostumbren el odo a las
formas selectas y ayudados por el diccionario vayan comprendiendo las palabras; de esta manera, se irn acostumbrando a la puntuacin del trozo ledo
que luego los ayudar a escribir sus propias composiciones. Es decir, la lectura
de trozos selectos funcionar como modelos a seguir cuando se dispongan a
escribir sus propios textos. Adems, el autor explica que debido a que nuestra
habla vulgar est llena de modismos e incorrecciones propios de este pas y
existe una enorme cantidad de libros mal escritos, que, en ediciones baratas,
se hallan al alcance de todo el mundo (Correa Morales, 1927:X) la lectura
de trozos selectos es dificultosa para los nios argentinos. En esta apreciacin
se puede observar una concepcin de la literatura como bellas letras que est
escrita en la lengua del buen hablar que es el espaol castizo. El texto est
organizado en dos partes: Advertencias y Lecturas. En la primera parte
se postulan las ideas del autor sobre la lectura, las distintas formas de leer y
los signos de puntuacin; en la segunda parte ingresan los textos literarios
de autores nacionales en su mayora y extranjeros. Luego de algunas
lecturas se sugieren ejercicios de anlisis o de gramtica y se presenta el lxico
desconocido. El texto se completa con la ilustracin de imgenes referidas a
paisajes argentinos, tipos y costumbres de nuestro pas.
Otra antologa a destacar por su particularidad y originalidad es Antologa
didctica de Sarmiento (1927) de Narciso Binayn. La lectura de Facundo y
Recuerdos de provincia de Domingo F. Sarmiento en las clases que este profesor
dictaba en el Colegio Nacional de Buenos Aires, con las dificultades que conllevaba, dio origen a este libro que, posteriormente, fue editado como antologa

116

para su uso en la escuela primaria. Luego de comprobar en la prctica que los


textos de Sarmiento eran muy complejos para leer con sus alumnos de primer
ao, Binayn decide releer la obra completa del escritor sanjuanino y hacer una
edicin didctica de ambos libros, es decir, una seleccin de trozos con notas
explicativas de asunto argentino. Es as que han sido excluidos aquellos textos
como algunas crnicas de Viajes que refieren a otros pases pero s se incluye
una seccin sobre Chile ya que el autor considera que fue all donde Sarmiento
di los mejores frutos de su talento literario casi todos los trozos de esta
antologa han sido escritos en Chile, y donde ensay su garra civilizadora.
Dos son, adems, los motivos por los que Binayn decide hacer esta antologa
de los textos de Sarmiento; por un lado, son un ejemplo de argentinidad y,
por el otro, su calidad literaria. Esta antologa es singular en el cmulo de
las analizadas porque slo toma textos de un autor y las subdivide en doce
secciones; las primeras seis son para ser ledas con los alumnos ms jvenes y,
las ltimas seis, se prestan, en buena parte, para ejercicio de reflexin sobre
temas histricos, sociales, influencia del ambiente, determinismo, etc.. Todas
con notas aclaratorias de trminos extranjeros, arcasmos, regionalismos o
palabras que no son fciles de hallar en diccionarios escolares.
En este gnero de antologa o trozos selectos de tema nacional tambin
encontramos la antologa Patria grande (1933) de Arturo Capdevila y Julin
Garca Velloso en el que se compilan textos del cordobs Arturo Capdevila,
referidas a nuestro pas. El libro se divide en tres partes: Visiones y descripciones de la patria, Lecturas histricas y evocaciones y Sugestiones cvicas
y morales.
Nuestra Arcadia de Jos P. Barros, inspector tcnico de la ciudad de Buenos
Aires, tambin es una antologa de textos literarios que se propone ser esencialmente argentina. Lo interesante de este libro es que el autor presenta a nuestro
pas asemejndolo con la Arcadia de la mitologa helnica por la riqueza de sus
tradiciones, paisajes nativos y costumbres. Como seala en el prlogo, el autor
eligi este nombre mitolgico para titular su libro porque al decir Argentina,
se viene de golpe a la mente el recuerdo de aquella maravilla de montes y de
cielos, de prados y de flores, de arroyos y boscajes, que fuera la cuna de los
dioses (Barros, s/f:15). Barros realiza la misma operacin que Marcos Sastre
en su libro El tempe argentino (1858) con la diferencia que Nuestra Arcadia
es un libro pensado para la escuela que recopila textos literarios de autores
argentinos que cantarn a la riqueza y belleza de nuestro pas.
Argentina literaria (1937) de Jos D. Calderaro se presenta como lo ms
espiritual, puro y alto de la argentinidad y es otro ejemplo de antologa de
tema nacional. En el prlogo el autor explica que el conjunto de lecturas que
forman esta antologa, completada con la historia literaria de nuestro pas,
contiene a nuestro juicio, la esencia misma de la argentinidad. Los textos

117

que se incorporan a esta coleccin se inscriben dentro de una tradicin escolar


historiogrfica y nacionalizante y se piensan como la expresin del ms puro
sentimiento de la argentinidad. El propsito de esta antologa es rememorar
el pasado, rendir culto a la tradicin, respetar las cosas idas, es decir, segn
este autor, caminar seguro hacia el porvenir. Otro ejemplo de este tipo de
antologas o seleccin de trozos selectos que versan sobre la patria es Ro nativo
(1931) de Adelina Mndez Funes de Milln.
La creencia de que era necesario establecer una distincin entre la formacin
de las nias y la de los varones, hizo que tambin existieran antologas diferenciadas por la adscripcin genrica de sus lectores. Es as como en el mbito
editorial escolar argentino se publican dos antologas de temtica nacional y
realizadas por la misma autora, Mara Alicia Domnguez, que se diferencian
por los asuntos y ttulos de los textos. Es as como nos encontramos con La
aureola [ca. 1920] para las lectoras nias conformada por textos literarios de
autores argentinos que tienen por protagonistas a mujeres de nuestro pas que
se han destacado en distintos sucesos histricos como, por ejemplo, Juana
Manuela Gorriti, la madre de Sarmiento, Manuelita Snchez de Thompson,
Magdalena Gemes, entre otras. Y, por otro lado, la antologa para varones
titulada Orientacin donde se incluyen textos de temas patriticos, narracin
de sucesos histricos y blicos, y relatos en los que los protagonistas son los
prceres de nuestra historia como San Martn, los granaderos a caballo, Moreno, Belgrano, Esteban de Luca y el General Roca, entre otros.
Otra antologa singular que se encuentra en el corpus relevado es la que lleva
el ttulo El prncipe (1929) de Jaime Molins, recitador y poeta argentino, ya
que se trata de una compilacin de poemas escritos por el autor sobre cultura,
fauna, flora y costumbres americanas. De este mismo tipo, es Pginas escogidas
(1939) de Eduardo Wilde que recopila fragmentos de textos literarios, impresiones, recuerdos, viajes, discursos del autor en un volumen antolgico.
Dentro del corpus tambin se destaca la antologa Savia Nueva (1937) de
Eloy Fernndez Alonso y Jos D. Forgione que se us en las escuelas argentinas hasta fines de la dcada del 50 porque compila textos literarios de
autores iberoamericanos y brasileros. En Preliminares los antlogos explican
que el propsito del libro es familiarizar a los jvenes alumnos con destacados
cultivadores de la literatura hispanomericana y brasileas dndole mayor desarrollo a los textos literarios argentinos; por lo tanto, para Fernndez Alonso
y Forgione esta antologa es fruto de un ideal de confraternidad y aspira a
que sus pginas constituyan su vnculo espiritual entre los nios de Amrica.
Los textos de autores nacionales estn acompaados por ilustraciones como
as tambin por biografas de los autores que son considerados indispensables
porque sintetizan la labor cumplida por cada autor y constituyen una gua
eficaz para la lectura fuera del aula.

118

El universo de las antologas, como hemos visto, es abundante, diverso y rico.


Este gnero de libro escolar se propone, entonces, recortar un corpus de textos
literarios que tengan el propsito de iniciar y profundizar los conocimientos
sobre la enseanza literaria para los nios en edad escolar.

2.5. Libros complementarios

En la escuela primaria del perodo analizado ingresan otros libros de lectura


que no pueden catalogarse en ninguno de los gneros presentados hasta
el momento. A stos los llamaremos libros complementarios. Estos libros se
caracterizan por estar pensados para uso escolar pero son textos literarios o
antologas que abordan temas especficos para leer en el momento de la lectura
libre o bien para usar en las fiestas o rituales escolares. Un ejemplo de stos es
El tempe argentino (1858) de Marcos Sastre que se transform en texto escolar
a partir de la inclusin en las listas de textos admitidos por el CNE pero que
en su origen no fue pensado como libro escolar. Su autor, que fue inspector
de escuelas durante el gobierno de Urquiza y de Valentn Alsina, durante su
estada en San Fernando escribe este libro en el que establece una semejanza
entre el delta del Paran y el Valle de Tempi, en la Tesalia griega, y lo vincula
con la fuente del saber, la cultura helnica. El libro est dividido en treinta y
cuatro captulos, un Apndice donde se incluyen textos referidos a la flora
y la fauna del litoral y una seccin titulada Poesas que est integrada por
textos poticos sobre el omb de Bartolom Mitre, Luis L. Domnguez y Juan
Mara Gutirrez. En este texto Sastre realiza una descripcin detallada y cuasi
cientfica del ecosistema litoraleo que se asemeja a las descripciones de los
naturalistas europeos. El Paran deviene paisaje nico y excelso de nuestro
pas donde pareciera que se puede llevar a cabo una refundacin de la nacin
argentina, segn lo expresa el autor.
Otro de los libros que acompaan la tarea del maestro y es recomendado para
ser ledo en la escuela es Leyendas argentinas de Ada Mara Elflein publicado en
los primeros aos del siglo XX. Est conformado por textos, subdivididos en
leyendas y cuentos, organizados cronolgicamente desde la Conquista hasta
los tiempos posteriores a la Independencia. La autora se propone ensear a
travs de la literatura porque, segn dice citando a Antonio de Trueba, en
el cuento cabe todo cuanto cabe en la literatura: moral, ciencias, artes, historia, costumbres, filosofa; en una palabra: todo, todo cuanto abarca el saber
humano; por esto, los textos incluidos en este volumen se presentan como
exempla para ensear valores morales, cvicos y patrios como as tambin acercar saberes programticos a los lectores, sobre todo aquellos que se refieren a
nuestra propia historia.

119

Dentro del gnero de libros complementarios se encuentra un grupo de textos que son sugeridos en las listas que publica el CNE como textos autorizados
que podran integrar el gnero histrico de la crnica o el anecdotario de
los procesos sociopolticos de un pas. Uno de ellos es Pginas inmortales
(1910) de Elvira Reusmann de Batolla, un volumen dedicado a rescatar del
olvido episodios y ancdotas histricas donde las protagonistas y heronas
son mujeres. Como plantea la autora en el Prefacio, se trata de presentar un
muestrario de mujeres que representen a la mujer americana considerada
altamente civilizadora y, de este modo, hacer revivir en las almas juveniles
las tradiciones del herosmo y de las virtudes que anidaron en el de la mujer americana, antes y despus de la independencia (Reussman de Batolla,
1910:5). Se trata, segn la autora, de propagar y difundir esa enseanza histrica, que resulta de sus acciones, como el medio ms eficaz de propender
su educacin cvica y moral, corrigiendo vicios polticos y sociales (Reussman
de Batolla, 1910:6). El libro, entonces, ser el medio a travs del cual ensear
valores morales y educacin cvica a partir de la ancdota y el relato histrico
como modelos de comportamiento, como casos de conductas ejemplares que
se piensan como instrumentos de persuasin en la formacin del nio lector.
Otros ejemplos de este tipo de textos escolares que refieren ancdotas histricas y que se usaban como libros complementarios son: Episodios nacionales
(1889) de Juan M. Espora crnicas referidas a hechos histricos donde se
involucran personajes de la historia como gente comn, La patria (1894)
de Jos Manuel Eizaguirre lecturas para estudiar la Historia y la Geografa
nacional para los nios y sus padres, Glorias argentinas (1888) de M. A.
Pelliza donde se presentan biografas, cuadros histricos y batallas con el
propsito de divulgar el conocimiento sobre las prceres de nuestra historia,
y por ltimo, Anecdotario argentino (1910) por Jos Mara Aubn que presenta
ancdotas de la historia argentina.
Otro libro que tiene como propsito la formacin cvica del alumno es
Patria y belleza (1922) de Gustavo Lenns que fue recomendado por la Liga
Patritica Argentina y lectura sugerida para reforzar el sentimiento nacional
luego de los hechos de la Semana Trgica como hemos visto en el captulo
anterior. Est organizado en una serie de lecturas sobre asuntos argentinos
como la fauna, la flora, los espacios geogrficos, los smbolos patrios y la
educacin moral y fue lectura sugerida para reforzar el sentimiento nacional
luego de los hechos de la Semana Trgica.
Germn Berdiales, maestro y autor de numerosos libros escolares, se propone
en Las fiestas de mi escuelita (1934) presentar comedias, dilogos, discursos y
monlogos para ser representados en el aula o en las fiestas escolares. Para
esto adapta, versiona o resume textos literarios consagrados de autores como
Vctor Hugo, Clemente Onelli, De Amicis, Oscar Wilde, Ada Mara Elflein

120

entre otros. El mismo ao de publicacin, sale a la luz Recitaciones infantiles


(1934) en el que el autor presenta textos de su autora y de otros escritores que
pueden ser utilizados en las clases de lectura libre o como texto para ser ledo
fuera de la escuela. Est dividido en Fiestas patrias, Da de la madre, Da
del rbol, Fiesta de la Raza, Fiesta de clausura, Da del animal, Fbulas temticas que se abordan para ciertas efemrides en la escuela y asuntos
que se tratan habitualmente en el aula. Del mismo autor tambin es Teatro
histrico infantil (1937) donde presenta leyendas americanas originalmente
escritas por Ada Mara Elflein que son un complemento al libro de lectura
seleccionado por el maestro.
Los textos estrictamente literarios tambin integran este gnero como, por
ejemplo, aquellos que ingresan a la escuela para ser ledos y analizados en el
aula. En la escuela ingresa la literatura infantil o para nios como, por ejemplo,
las colecciones de fbulas de autores como Samaniego, Iriarte, Lafontaine y/o
Esopo incluidos, por ejemplo, en Fbulas (1918) de Ramn Melgar o
textos literarios afamados de la literatura universal como Pinocho de Carlo
Collodi,13 Corazn de De Amicis y sus traducciones culturales al cdigo argentino14 o Cabeza (1920) de Paolo Mantegazza, que superan el marco de la
escuela para ingresar en las bibliotecas del hogar o populares.
Como hemos visto hasta aqu, los textos escolares para la escuela primaria
entre 1900 y 1940 dan cuenta de mltiples concepciones de lectura, de lectores, de modos de leer y de modos de apropiacin de los saberes; es decir, el
anlisis exhaustivo de estos dispositivos escolares permite observar cmo se
constituyeron, en cierto aspecto, las micropolticas escolares en torno al texto
escolar. En este sentido, los libros escolares ponen en escena cules fueron las
prcticas de lectura y escritura que generaron estos dispositivos en el espacio
ulico como as tambin escenifican las concepciones que docentes, escritores
de textos escolares y funcionarios tienen en torno al texto escolar. De all que,
la explicitacin en el prlogo del libro, en una colaboracin en una revista
pedaggica de la poca o en disposiciones del CNE sobre caractersticas del
libro escolar dan cuenta de miradas sobre el libro, su uso, sus objetivos didcticos y formativos como as tambin el lugar privilegiado que ocup en
las rutinas didcticas.
Por otro lado, la riqueza y diversidad de gneros que hemos relevado en el
corpus abordado libros de lectura por antonomasia, libros de cosas, antologas o trozos selectos, novela pedaggica, libros complementarios no slo
muestra el desarrollo del mercado editorial escolar para la poca sino tambin
da cuenta de la necesidad de utilizar textos diversos en funcin de objetivos
didcticos especficos. Adems, esta ampliacin genrica plantea que el texto
de lectura debe adaptarse a distintas comunidades de lectores y contextos de
lectura como as tambin debe encontrar el modo ms pertinente y adecuado

121

para responder a lo curricular y a las ideologas educativas vigentes para cada


momento histrico.
Por ltimo, otro aspecto que sobresale en este anlisis es que los textos
escolares se pensaron como instrumento para la formacin identitaria de los
lectores, como compendios del universo simblico oficial. De all que podamos
decir que los libros escolares son, efectivamente, un instrumento pedaggico
que mediatiza el trabajo docente y en el que se sobreimprimen determinadas
visiones de mundo que apelan al moldeado y formacin del sujeto alumno; es
decir, la prctica de lectura a partir de ciertos textos permite la construccin
de una determinada trama identitaria estructurada con ciertos valores, conocimientos, costumbres y hbitos. Estos dispositivos escolares se constituyeron
en uno de los instrumentos fundamentales para la aculturacin nacionalizante
de la poblacin escolar. Sin embargo, como tambin se observa en este captulo, hubo voces y propuestas que arremetieron contra el discurso oficial y
propusieron otros modos de imaginar estos dispositivos escolares como nuevas
maneras de pensar su relacin con la prctica docente y los nios lectores.

Notas
En un artculo publicado en EMEC titulado Temas

la misma. Sealar y tomar la leccin el maestro,

de pedagoga. Formas didcticas se exponen las

aprenderla y recitarla el discpulo, all principia, all

distintas formas de enseanza y, entre ellas, se

concluye todo el objetivo de los estudios para uno

presenta la Forma libresca como un mal que hay

y para otro (Bassi, 1914:217).

que condenar. Cito: FORMA LIBRESCA. En la que

los maestros sealan a sus alumnos la leccin en

cuando el CNE aprueba la adopcin de un libro

un texto, y luego le hacen preguntas tendientes

de lectura nico para todas las escuelas. Desde

a hacerla recitar de acuerdo con dicho texto. Se

la revista La obra los maestros reaccionan contra

emplea mucho en los colegios nacionales y algo

la medida. Cito: La medida a que aludimos,

tambin en los cursos normales. Constituye el

aprobada por el Consejo en su sesin de mayo

recurso salvador de todos los profesores mal

15 pasado, es, en efecto, injustamente agravian-

preparados o poco laboriosos, pues con sealar

te para todos los autores de textos de lectura,

la leccin, leerla como cualquier estudiante, inte-

sin distincin ni excepcin alguna; constituye un

rrogar sobre ella y clasificar ha terminado la noble

manifiesto y sorprendente retroceso en la labor

tarea de iluminar cerebros, hacer vibrar corazones

didctica; revela un notorio desconocimiento de

y fortalecer caracteres juveniles.

las necesidades de nuestras escuelas; entraa

[...] Transforma a un simple auxiliar de la ense-

un evidente peligro para el progreso docente y

anza, como es el libro, en un verdadero fin de

crea una forma poco correcta en lo que atae al

122

Esta discusin se aviva, por ejemplo, en 1929

modo de aprovechar el trabajo ajeno; cualidades

del ambiente mediocre y pauperizado en que se

negativas de la resolucin, todas stas, a las que

encuentre, como si la literatura funcionara como

no acompaa ninguna de carcter positivo. Fcil

salvacin para el lector. Ver Domnguez, M. A. (s/f)

nos ser demostrar tamaas afirmaciones. Ver

[circa 1920].

La obra. Revista Quincenal de Educacin. Ao IX,

N 166, Tomo IX, N 7, junio 10 de 1929, Buenos

de lectura, entre los que se encuentran textos lite-

Aires, p. 293.

rarios, destinados para alumnos de cuarto, quinto

Este sistema de lista, en nuestro pas, para

Hemos relevado un corpus de ms de cien libros

y sexto grado de la escuela primaria. Para analizar

algunos inspectores, funcionarios ministeriales,

en este captulo elegimos algunos.

pedagogos y docentes, mostraba la carencia en

materia de buenos libros para nios en la exigua

los mtodos destinados [...] a regular aquellas

cantidad de libros que la integraban. Ver Consejo

cosas que se relacionan con el estado presente

Nacional de Educacin (1916) 1914 Escuelas.

de la sociedad, con su fortalecimiento y su mejora,

Textos en Educacin comn en la Capital, Provin-

de modo tal que todo concurra a la felicidad de

cias y territorios nacionales. Informe presentado al

los miembros que la componen. La escuela, para

Ministerio de Instruccin Pblica por el Dr. Pedro N.

Donzelot, va a ser un procedimiento salvador ya

Arata (presidente del Consejo Nacional de Educa-

que representa una ventaja para los contenidos

cin), aos 1913 y 1914. Buenos Aires, Compaa

de la enseanza, las normas de higiene y de

Sudamericana de Billetes de Banco. Tambin el

comportamiento que propician el bienestar. Ver

pedagogo e inspector Ral Daz se queja sobre

Donzelot, J. (1990:16 y 77).

esta situacin. Cito: La bibliografa nacional es

todava muy limitada en nmero, pobre en obras

que no han sido analizados aqu: Aubn, J. M.

adaptadas a los fines que se persiguen y cara. En

(1919); Rodrguez, R. F. (s/f) [circa 1920]; Ariel,

el mismo caso se halla la produccin literaria de

M. S. (1923); Cotta, J. M. (s/f); Valls de, A. J.

los pases de habla castellana, colocada adems,

(1926); Godoy y Lista, T. (1926); Blomberg, P. H.

en segundo plano por su carcter extico (Daz,

(1940); Tolosa, O. (1933); Benavento, G. (1933);

1913:133). Ver tambin Daz, R. (1911).

Iacobucci de, B. N. B. y Iacobucci, G. C. (1958); O

Para profundizar sobre este tema el lector puede

Con este trmino Jacques Donzelot se refiere a

El corpus se completa con los siguientes textos

Trebor, J. (1939); Bunge de Glvez, D. (s/f); Luchia

consultar: Pelanda, M. (1995, 1999); Gvirtz, S.

de, C. L. L. y Bustelo de, A. (s/f).

(1996, 1999); Alvarado, M. (2001); Sardi, V.

(2006a, 2007).

para la escuela secundaria aparece recomendada

Si bien esta antologa formaba parte del corpus

En el prlogo al libro de lectura La aureola de

dentro de la nmina de textos autorizados por el

Mara Alicia Domnguez se argumenta lo contrario;

CNE para su lectura en la escuela primaria. Ver

para esta maestra y autora de libros escolares el

CNE: Textos autorizados, Circular N 22 en El Mo-

texto antolgico es lo ms adecuado para los aos

nitor de la Educacin Comn, marzo 31 de 1917.

superiores atento a los casos ms que frecuentes

Tambin aparece recomendada en un informe de

del nio bien dotado que luchando con su medio

la Comisin de Textos del CNE para su lectura en

y en un completo desamparo intelectual, puede

el sexto grado de la escuela primaria. Ver CNE:

hallar as un ejemplo y un estmulo. Es decir, para

Textos escolares. Informe de la Comisin de Tex-

Domnguez la antologa resguardar al nio lector

tos en El Monitor de la Educacin Comn, mayo

123

30 de 1923, y Seccin oficial. Nmina aprobada

sobre los usos de la novela de Collodi en el circuito

por el H.C. en El Monitor de la Educacin Comn,

escolar.

noviembre 30 de 1924.

14

La novela Corazn de Edmundo De Amicis se

Si bien habitualmente se considera que esta

nacionaliza a los cdigos culturales argentinos

antologa estaba destinada a los alumnos de la

por considerarla una amenaza a la formacin del

escuela secundaria, aparece sugerida en la n-

universo simblico argentino en construccin. Es

mina de textos recomendados para quinto y sexto

as que Corazn es anexada al patrimonio cultural

grado. Ver referencias citadas en la nota anterior

argentino a travs de la intraduccin, es decir, se la

correspondientes a los aos 1923 y 1924.

adapta, versiona y traduce culturalmente siguiendo

10

Ver Oyuela, C. (s/f). Esta seleccin de trozos

las pautas de la historia y la cultura argentina.

selectos formaba parte del corpus destinado a

Durante la gestin de Jos Mara Ramos Meja

los alumnos de escuela secundarias pero tambin

se la retira del circuito escolar y se la reemplaza,

aparece como lectura recomendada para su uso

en primera instancia, por Recuerdos de provincia

en las escuelas primarias. Ver Seccin oficial.

de Domingo F. Sarmiento para, luego, abrir la

Expediente 3447 en El Monitor de la Educacin

convocatoria a un concurso para la publicacin

Comn, octubre 31 de 1920; y Seccin oficial.

de un texto que d cuenta del patriotismo de los

Expediente 3649 en El Monitor de la Educacin

argentinos en reemplazo del texto italiano. Es as

Comn, octubre 31 de 1921. Ver tambin en

como la novela Corazn. Diario de un nio argen-

nota 9 las referencias correspondientes a los aos

tino (1932) es elegida para reemplazar a la novela

1923 y 1924.

del escritor turins. Otros textos que reemplazan al

11

Durante el perodo estudiado es frecuente que

clsico infantil italiano durante el perodo que es

maestras y maestros escriban libros de lectura

censurado son: Corazn argentino. Diario de un

y financien de su peculio la edicin del libro. En

nio de Carlota Garrido de la Pea [1913], Co-

muchos casos lo hacen porque consideran que no

razn. Adaptacin escnica de Germn Berdiales

hay libros en el mercado que respondan a sus nece-

en colaboracin con Pedro A. Inchauspe (1934)

sidades ulicas y, adems, porque consideran que

originalmente publicada en EMEC en 1921 y Cora-

su experiencia docente les permite elaborar libros

zn. Traduccin y adaptacin para el nio argentino

escolares que sean pertinentes para los alumnos y

de Germn Berdiales y Fernando Tognetti (1937).

apropiados a la realidad cotidiana de la escuela.

Este tema lo hemos investigado en profundidad

12

13

El maestro e investigador Pablo Medina di-

rector de la Biblioteca La Nube ha investigado

124

en la tercera parte de nuestra tesis doctoral de


prxima publicacin.

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