Sobre La Música en La Política y La Política en La Música
Sobre La Música en La Política y La Política en La Música
Sobre La Música en La Política y La Política en La Música
INTRODUCCIN
Sobre la msica en la poltica y
la poltica en la msica
INTRODUCTION
Politics in music and music
in politics
La msica era un atributo de poder poltico y religioso que significaba el orden, pero que tambin
anunciaba la subversin [...] no es inocente [...] dibuja a grandes rasgos la sociedad en construccin [...]
instrumento de diferenciacin, se ha convertido en lugar de repeticin. [...]
Da as a entender lo esencial de las grandes contradicciones de las sociedades desarrolladas
(Attali, 1977, 13).
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Music is prohibited:
1. When produced by women under certain conditions;
2. If the instruments used are expressly prohibited;
3. When the songs contents are not compatible with the
spirit and precepts of religion;
4. When the listener is ruled by lust;
5. If one listens to music for its own sake
(MacDonald, 1901, 219-244; cit. en Shiloah,
1995, 43-44)
No es complejo relacionar estas enseanzas con la aversin explcita que la msica popular de raz anglosajona
despierta en muchos lugares de influencia islmica. Ni es
difcil entrever las muchas maneras en las que la gente
educada bajo estas enseanzas evita estas prohibiciones,
o las adapta a sus propias rutinas, sin dejar de expresarse musicalmente. No en vano las msicas del mundo
tambin conocidas como World Music fueron algunas
de las primeras manifestaciones culturales que cruzaron
fronteras, sntoma y expresin de lo que ms tarde sera
conocido como globalizacin.
De nuevo el sonido ordenado se constituye en regla y en
transgresin de la misma, representacin privilegiada de
las polticas tal como se manifiesta en nuestras sociedades
contemporneas.
En situaciones sociales significantes, adems, la produccin de expresiones musicales de base popular se intensifica. Desde las coplillas satricas de romeras y carnavales
que aparecen cada ao recordando los momentos polticos
y mediticos ms celebrados, hasta la cancin protesta
que marc una poca como smbolo contra la represin.
Desde La Marseillaise (1795)1 hasta La muralla de Quilapayn (1969)2. La cultura expresiva adquiere una mayor
relevancia social en estos momentos de intensificacin y
es entonces cuando sus manifestaciones ms espontneas
y populares caso de la msica se cargan an ms de
contenidos polticos, y los significados que portan se amplifican para llegar a ms gente.
El monogrfico que aqu se presenta aparece de la necesidad
creciente de comprender cmo los fenmenos musicales
han interactuado histricamente con diversas situaciones
polticas. Esta relacin sociocultural est sobradamente
constatada, tanto en lo que se refiere a la capacidad de
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por su msica, hasta el rechazo a gneros musicales concretos que representan realidades culturales que tambin
censuramos.
La msica ha demostrado histricamente ser un fenmeno
cultural profundamente imbricado tanto en las ideas y
actividades humanas, como en sus intervenciones y luchas de poder bien fueran stas de carcter religioso,
poltico, tnico o econmico: La cultura en general [...]
ha sido siempre, de manera congnita, un instrumento de
des-subjetivacin poltica y de control social (Snchez
Ferlosio, 2010).
Esta afirmacin tampoco es nueva, pero pocas veces se
ha puesto en relacin con fenmenos musicales ms all
de los grandes acontecimientos (Mayo del 68. Festival de
Woodstock de 1969...). Parece que slo cuando la msica
crea brechas identitarias demasiado amplias como para
ser ignoradas, su relevancia es apreciada, casi siempre a
posteriori. De hecho, algunos movimientos populares significantes en las ltimas dcadas, como las revueltas que
siguieron en Argelia a las elecciones de 1991, tras las
cuales se ilegaliz el FIS8, o la mayor parte de los movimientos de protesta en Latinoamrica y Europa, utilizaron
como bandera sus adscripciones musicales, y la msica
se transform para la gran mayora en el emblema por
antonomasia de su resistencia.
* * *
En este nmero se recogen aportaciones que tratan tanto
del primer aspecto mencionado al inicio de esta introduccin, las culturas polticas, como del segundo, las
polticas culturales. Y ambas son abordadas tanto en
la historia reciente de Espaa como en el panorama
internacional.
En la primera parte se recogen los estudios que tratan de
msica y polticas en Espaa: desde la recepcin de algunos gneros literario-musicales de carcter histrico pero
hbrido (culto y tradicional al mismo tiempo, de carcter
oral pero tambin escrito), hasta los devenires histricos
del himno nacional o los himnos republicanos cantados
durante la Guerra Civil. Tambin se abordan en esta parte
algunas de las circunstancias institucionales y acadmicas
que condicionaron los inicios de la disciplina musicolgica
en Espaa, a travs de uno de sus primeros representandoi: 10.3989/arbor.2011.751n5015
La segunda parte muestra diversas aproximaciones internacionales a las relaciones entre msica y polticas: los
conflictos ideolgicos suscitados en Alemania tras la Segunda Guerra Mundial a travs de la polmica surgida en
los conciertos berlineses de Menuhin en 1947; la obra de
crtica musical con intencionalidad poltica de Carpentier
y sus relaciones con el pensamiento y la literatura de
su tiempo; la labor desarrollada a travs de la msica
en organizaciones no gubernamentales mexicanas para
el rescate de parte de su juventud urbana en riesgo de
exclusin; las definiciones y conceptualizaciones tnicas,
raciales y culturales entre los diversos grupos hispanos de
NOTAS
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