Unidad Didactica Marzo
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PRESENTACIN
A plenitud del siglo XXI, el cambio educativo es evidente, todo con mira hacia la calidad de la
educacin y fortalecimiento de los valores, especialmente los cvicos. Ejemplo de ello es la reforma
educativa que el Ministerio de Educacin Pblica impulsa desde hace ms de cinco aos.
Ante este reto es necesario entender que los cambios inminentes en los programas de estudios
son necesarios, porque ellos deben de responder a todas las interrogantes que la sociedad misma
plantea, a partir de las diferentes circunstancias suscitadas en los mbitos polticos, econmicos,
sociales, ambientales y culturales, del momento.
En estos cambios se debe de tomar en cuenta, y muy en serio, el valor cvico, recordando la frase
muy bien conocida el que no conoce su historia, no conoce de su patria. Esto, nos permite
pensar que debemos ser ms comprometidos con el pas, valorar mediante el amor -aunque para
muchos pueda sonar muy idlico- lo que representa Costa Rica como Estado-Nacin. Ser orgullosos
por el espacio geogrfico en el que nos establecemos y tener la sensibilidad para discernir sobre
nuevos cambios que le permitan al pas desarrollarse en funcin del beneficio del Estado en su
totalidad.
Por ello cada docente est en la obligacin de fortalecer e incentivar en el estudiantado el respeto,
la responsabilidad y amor a la patria y su mejor instrumento para realizarlo es lo que sabe,
mediante la mediacin pedaggica y principalmente la mstica que maneja como maestro. Por
todo lo anterior este trabajo tiene como propsito brindar informacin y sugerencias didcticas
para el abordaje temtico y metodolgico de los hechos histricos que acontecieron durante la
Campaa Nacional de 1856 1857.
Para el caso especfico de Guanacaste este trabajo marca hechos relevantes con la participacin
de personajes guanacastecos, que pueden retomarse en el marco del Programa Vivamos la
Guanacastequidad. As mismo para el resto del pas con la participacin de personajes de las
diferentes regiones. Se analizan los antecedentes de la Campaa Nacional, sucesos acaecidos
durante la Batalla de Santa Rosa, El Combate de Sardinal y la Batalla de Rivas. Tambin se estudia
la toma de la Va del Trnsito y las principales consecuencias del conflicto.
Adems, se menciona el papel desempeado por algunos personajes, enfatizando en el caso de los
guanacastecos y guanacastecas durante la Campaa y especialmente el Batalln de Moracia.
Tambin contiene una propuesta didctica que el docente puede aplicar en el aula. Las
estrategias pueden ser utilizadas en cualquier nivel, de la educacin primaria y secundaria,
solamente se requiere hacer las adaptaciones y adecuaciones correspondientes, tomando en
cuenta el nivel acadmico de los estudiantes.
Esperando que sea de mucha utilidad,
Muchas gracias
COMPROMETIDOS CON EL CAMBIO
EDUCANDO PARA EL XITO Y POR FAMILIAS FELICES
ORGULLOSOS DE SER GUANACASTECOS
Estrategia de mediacin
Estrategia de
evaluacin
Identificar
conocimientos
previos que los estudiantes
pudieran tener en relacin
con la gesta heroica de la
Campaa Nacional 18561857.
Autoevaluaciones
Valorar la importancia de
los acontecimientos de la
campaa nacional 18561857, mediante actividades
como cantos, poesa y
exposicin artstica.
Cronograma
Coevaluaciones
Mes de marzo
Evaluacin
unidireccional
Autoevaluaciones
Estrategia de mediacin
Valorar la importancia de
los acontecimientos de la
campaa nacional 18561857, mediante actividades
como
cantos,
poesa,
proclamas,
exposicin
artstica
y
actividades
recreativas en conjunto con
educacin fsica.
Estrategia de
evaluacin
Cronograma
Evaluacin
unidireccional
Mes de marzo
Instrumento
ejecucin
de
Estrategia de mediacin
Estrategia de
evaluacin
Identificar el escenario
geogrfico en el que se
desarrollaron
los
principales
acontecimientos de la
Campaa Nacional contra
los filibusteros.
Med ian t e
o b ser vaci n ,
p r eg u n t as,
en t r evist as y o t r o s in st r u m en t o s, el
est u d ian t ad o
in vest ig a
en t r e
su s
co m p a er o s, co m p a er as, f am iliar es y
p er so n as d e la co m u n id ad , acer ca d el
esp acio g eo g r f ico d o n d e se d esar r o llar o n
lo s aco n t ecim ien t o s d e la cam p a a n acio n al
co n t r a lo s f ilib u st er o s
- Se est ab lecen su b g r u p o s co n b ase en lo s
d if er en t es esp acio s g eo g r f ico s d o n d e se
d ier o n en f r en t am ien t o s. Se u t iliza la
in f o r m aci n r ecab ad a p ar a elab o r ar u n
cr o q u is, m ap a o p lan o , en el q u e
r ep r esen t an
(co n
una
sim b o lo g a
est ab lecid a p r eviam en t e p o r co n sen so ), lo s
d if er en t es co m b at es.
- Cad a su b g r u p o p r esen t a el t r ab ajo ,
exp o n en su s co n clu sio n es e id eas.
- El g r u p o exp o n e lo s aco n t ecim ien t o s en
lo s
d if er en t es
esp acio s
g eo g r f ico s
m ed ian t e u n m u r al al r est o d e la
co m u n id ad est u d ian t il.
En su b g r u p o s m ed ian t e m ap as, cr o q u is,
h o jas t o p o g r f icas, p lan o s, f o t o g r af as
ar eas,
o b ser vaci n ,
en t r evist as,
d o cu m en t o s h ist r ico s, ar t cu lo s, lib r o s,
visit a al t er r en o , p er i d ico s, In t er n et y
o t r o s, r ecab an in f o r m aci n so b r e lo s
esp acio s d e co m b at e d e la cam p a a
n acio n al.
- Pr esen t an la in f o r m aci n m ed ian t e
p r o d u ct o s cr eat ivo s co m o
co llag es,
can cio n es, p o em as, d an zas, co r eo g r af as,
p an t o m im o s y o t r o s.
Autoevaluaciones
El g r u p o se o r g an iza en eq u ip o s d e t r ab ajo ,
p ar a in vest ig ar acer ca d e las cau sas y
co n secu en cias d e la cam p a a n acio n al
d esd e lo r eg io n al a lo n acio n al.
- En p len ar ia se co m p ar t e la in f o r m aci n
p ar a est ab lecer co n clu sio n es, en r elaci n
co n lo in vest ig ad o .
- Co n
la in f o r m aci n
an t er io r , se
est ab lecen u n cu ad r o sin p t ico d e cau sas y
co n secu en cias. Pr esen t an en p len ar ia las
co n clu sio n es al g r u p o , m ed ian t e cu ad r o s
co m p ar at ivo s
esq u em as,
m ap as
co n cep t u ales y o t r o s.
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ORGULLOSOS DE SER GUANACASTECOS
Cronograma
Mes de marzo
Coevaluaciones
Estrategia de mediacin
Estrategia de
evaluacin
Cronograma
Registros de
desempeo
Mes de marzo
Coevaluaciones
Estrategia mediacin
Expresar
pensamientos,
ideas,
comentarios,
mensajes positivos entre
otros,
a
la
sociedad
costarricense
para
la
valoracin de la vivencia de
los valores ticos, estticos
y
ciudadanos
en
el
fortalecimiento
de
la
democracia costarricense
Med ian t e
so cio d r am as,
t eat r o ,
d r am at izacio n es, f u n cio n es d e t t er es y
o t r as, el est u d ian t ad o exp r esa su s
p er cep cio n es,
id eas,
co m en t ar io s,
m en sajes p o sit ivo s y sen t im ien t o s d e la
g est a h er o ica d e lo s co st ar r icen ses q u e
p ar t icip ar o n en la Cam p a a Nacio n al
1856-1857.
- En p len ar ia, co n la co lab o r aci n d e la
p er so n a d o cen t e y a p ar t ir d e lo
o b ser vad o ,
se
r eco n st r u yen
d ef in icio n es, d eclo g o s, g r af it is acer ca
d e la d ef en sa d e la so b er an a n acio n al y
la h er en cia la Co st a Rica q u e t en em o s y
la Co st a Rica q u e q u er em o s.
- Co n
m at er iales co m o
p in t u r as,
escu lt u r as,
v id eo s,
d o cu m en t ales,
n o t icias,
p r esen t acio n es
y
o t r o s,
elab o r an car t eles acer ca d e la p r ct ica
d e lo s v alo r es d el civism o y lealt ad a la
p at r ia y se co m p ar t en co n el r est o d e la
in st it u ci n ed u cat iv a.
Reflexionar acerca de la
prctica de los valores que
fortalecen la defensa de la
soberana y el amor a la
patria a partir de la
importancia de poner en
prctica
los
valores
presentes
en
los
compatriotas que lucharon
en la Campaa, sobre los
peligros
del
nuevo
filibusterismo y sobre la
actitud
que
debemos
adoptar.
La
p er so n a
d o cen t e
so licit a
al
est u d ian t ad o q u e r ed act e acer ca la
im p o r t an cia d e la lu ch a d e lo s
co st ar r icen ses en la Cam p a a Nacio n al
1856-1857, en la d ef en sa d e la so b er an a,
lu eg o se o r g an iza en su b g r u p o s y
co m p ar t e su s en sayo s.
El est u d ian t ad o en co n sen so co n la
d o cen t e o el d o cen t e, elab o r a u n
in st r u m en t o p ar a in d ag ar acer ca d e la
im p o r t an cia d e la p ar t icip aci n d e lo s
co m p at r io t as co st ar r icen ses en lo s
d ist in t o s escen ar io s d e la cam p a a
n acio n al. En p len ar ia co m p ar t en la
in f o r m aci n o b t en id a p ar a r ef lexio n ar
so b r e
lo s
r esu lt ad o s
de
esa
p ar t icip aci n y la Co st a Rica q u e
t en em o s y la Co st a Rica q u e q u er em o s.
- Se so licit a al est u d ian t ad o llev ar al
sal n d e clase r eco r t es d e p er i d ico ,
im g en es, ilu st r acio n es y o t r as.
- Co n est e m at er ial g r f ico se elab o r an
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ORGULLOSOS DE SER GUANACASTECOS
Estrategia de
evaluacin
Cronograma
Coevaluaciones
Registros de
desempeo
Mes de marzo
Autoevaluaciones
Hacia la dcada de 1840, la poblacin de los Estados Unidos de Norteamrica, fue expandindose ms y
ms hacia el oeste, ya que las oleadas migratorias, representadas por millones de personas, provenientes
en buena parte de Europa, buscaban tierras en las grandes praderas, para instalarse como empresarios
agrcolas. As mismo, este proceso coincidi con la fiebre del oro que se vena desarrollando en los
Estados de Oregn y California, situados en las costas al oeste de Estados Unidos.
Esta continua expansin, en definitiva poco a poco, gener dos tipos de economas: una de tipo
industrial representada por los estados norteos, y otra agrcola, basada en la economa de plantacin, que
utilizaba mano de obra esclava con predominio en los estados sureos de la Unin Americana. Pese a estas
diferencias en el desarrollo econmico, los estadounidenses creyeron que era importante defender su
propia integridad territorial y, simultneamente, buscaron crear una ideologa o conjunto de creencias
asociadas a la expansin territorial que se viva en ese entonces.
En enero de 1846, el congresista Robert Winthrop, llam la atencin acerca del contenido del Destino
Manifiesto, afirmaba que era una revelacin del derecho divino, mediante el cual el pueblo
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norteamericano deba ocupar todo el continente. Su lema era Amrica para los americanos. Con estas
ideas pretendan dominar a los dems pases del continente porque consideraban que eran pueblos
inferiores.
Con base en estas ideas, algunos norteamericanos incursionaron en Mxico y Amrica Central. La presencia
de los filibusteros en Centroamrica fue motivada por la ambicin que los norteamericanos tenan en
apoderarse de nuestras tierras, explotar nuestros recursos naturales y esclavizar a las personas.
Pese a la razones planteadas por Molina, quien destac la posicin estratgica del Istmo Centroamericano,
ante los embajadores de Espaa, Inglaterra y Francia, este diplomtico consider imposible que Costa Rica
evitara la guerra antifilibustera.
Tanto el presidente Mora como el arzobispo de San Jos, Anselmo Llorente y La Fuente, prepararon a una
poblacin masivamente analfabeta, pero que entendi desde la plaza pblica y el sermn dominical, la
necesidad de defender la integridad de su propiedad agrcola, la vida de las mujeres y de los nios, la
religin y las instituciones costarricenses de aquel entonces. Pese a que antes de 1856, lo que haba era
milicianos, que ocasionalmente reciban instruccin militar; el Estado costarricense procur la
organizacin de un ejrcito de 9000 hombres, y se logr un emprstito de 100.000 pesos, con el gobierno
de Per.
El 4 de marzo de 1856, el ejrcito costarricense al mando del General Jos J. Mora Porras, inici el trayecto
de San Jos a Puntarenas. Las tropas deban pasar por el Departamento de Moracia, para ello deban
embarcarse en Puntarenas para atravesar el Golfo de Nicoya y luego tomar rumbo a Liberia.
Al conocer la actitud de Costa Rica, las fuerzas filibusteras pasaron la frontera, invadieron nuestro territorio
y llegaron hasta la Hacienda Santa Rosa.
Dos desaparecidos que son Salvador Sibaja, de Concepcin, en Alajuela y Joaqun Sols, de Alajuela.
Fuente: Lorenzo Montfar. "Walker en Centro Amrica" (2 edicin, corregida e ilustrada). Alajuela: Museo
Histrico Cultural Juan Santamara. 2000.
La caballera invasora empez a ceder, brotan indicios de desercin; despus la huda despavorida del
slvese quien pueda. Los hroes del batalln, se decan: a barajustarlos muchachos, en aquella
barajustada caan los enemigos en el bosque y los llanos. Los filibusteros comienzan a perder la moral, los
nuestros aniquilaron a todo enemigo que estuviera al alcance y en pocos minutos, el Batalln haba
rematado a la caballera enemiga, cerrando con broche de oro la Batalla de Santa Rosa.
El combate por 14 minutos, oblig a los filibusteros al mando de Luis Schlessinger a desalojar los corrales y
la casona de la hacienda La Hacienda Santa Rosa se convirti en el punto clave para defender la soberana
nacional, todos los lucharon se cubrieron el corazn con la coraza del herosmo y en la punta de la
bayoneta, calado el amor a la Patria.
La Hacienda Santa Rosa se convirti en el punto clave para defender la soberana nacional, todos los que
lucharon se cubrieron el corazn con la coraza del herosmo y en la punta de la bayoneta, calado el amor a
la Patria.
Para justificar esta derrota, los filibusteros inventaron la idea de que haban luchado contra tropas que en
ese entonces, eran el orgullo de Europa: las francesas.
Luego de este triunfo, el ejrcito costarricense sigui su rumbo hacia el norte, a Nicaragua. El 29 de marzo
atraves la frontera y lleg a Rivas. Las tropas de Walker estaban acantonadas en Granada y se dirigieron a
Rivas, con el objetivo de sorprender a los costarricenses.
BATALLA DE RIVAS
El 10 de abril nuestra tropa acamp en las cercanas de Rivas, ah recibieron un correo del cuartel general
costarricense ubicado en dicha ciudad. Ordenaba llegar inmediatamente a la ciudad porque se tema un
ataque de los filibusteros en cualquier momento, cumpliendo la orden llegan a la ciudad a las nueve de la
maana de ese 10 de abril. Al da siguiente los filibusteros sorprenden a nuestro ejrcito, invaden Rivas y
en pocos minutos se apoderan de la plaza, del cabildo y del mesn, una casona propiedad de Francisco
Guerra. Los filibusteros atacaron y en una improvisada accin nuestro ejrcito responde e impide al
enemigo llegar hasta la casa del Estado Mayor, para hacer prisioneros a nuestros oficiales, ubicados a solo
una cuadra de ellos. La Batalla fue violenta, una verdadera lucha por nuestra libertad, en Rivas, Nicaragua.
El 11 de abril se combati durante 20 horas.
Nuestro ejrcito no tena planificada la defensa, muchos de los actos heroicos de ese da se dieron
espontneamente. A medioda el calor era sofocante pero la lucha continuaba, conforme avanzaba el da
aumentaba el nmero de muertos y heridos en ambos bandos. Los filibusteros estaban bien resguardados
en el Meson y su puntera era muy buena.
Luis Pacheco uno de los soldados cartagineses intent un valeroso acto, que era quemar el mesn con una
tea, pero fue alcanzado por las balas. Entonces del Batalln de Alajuela, ubicado en una casa diagonal al
mesn, un cabo o tambor, llamado Juan Santamara, accedi a cumplir esa valerosa tarea, pero con la nica
condicin de que velaran por su madre.
Juan Santamara logr cruzar la calle, coloc la tea en el alero sudoeste del mesn y regres a su base;
luego cuando debi repetir la operacin, fue alcanzado por las balas en media calle.
Aun en plena batalla los hombres comentaban el herosmo de este joven, a quien apodaban el Erizo.
Como los enemigos no tenan agua para combatir el fuego, los solados se suban a cortar el techo pero eran
alcanzados por las balas de los costarricenses. Un destacamento de filibusteros trat de apoderarse de un
fortn de guerra que se localizaba a poca distancia del cuartel general de los costarricenses, pero no
pudieron concretar su plan, los nuestros aprovecharon dicha instalacin para disparar a los filibusteros del
mesn y del cabildo. Tambin los costarricenses intentaron recuperar un pequeo can, que le haba
sido arrebatado por los enemigos y que lo usaban para dispararnos desde el mesn.
La lucha se prolong a lo largo del da y de forma menos intensa al llegar la noche, pero en la madrugada el
fuego recrudeci, ya que los filibusteros se retiraban hacia la iglesia.
Sin embrago, al ser las cinco de la maana, Walker y sus hombres, ya se haban retirado de la ciudad. No
iban derrotados, lo hacan en busca de refuerzos y municiones pues todava estaban en pie de lucha. Como
podemos ver en esta batalla no hubo vencedores ni vencidos.
El sacrificio elevado de vidas humanas oblig a los costarricenses a optar por la costumbre de la poca:
darle fuego a las edificaciones que estaban en manos del enemigo. Esta accin la emprendi el humilde
soldado alajuelense Juan Santamara. Con la retirada filibustero, al da siguiente, los costarricenses lograron
una difcil victoria, pero no anularon totalmente al enemigo.
Pese a los triunfos de Santa Rosa y Rivas; la lentitud con la que los guatemaltecos, salvadoreos y
hondureos se organizaban para repeler a los filibusteros, as como el control de la Ruta del Trnsito que
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estos ltimos mantenan, le permiti a Walker seguir recibiendo municiones y tropas; por lo que a los
costarricenses se les haca urgente una ofensiva para controlar esta ruta estratgica.
Precisamente, en el momento que el Ejrcito Nacional y su Estado Mayor, estaban pidiendo ms tropas, se
desat la enfermedad conocida como el clera asitico. Los combates cuerpo a cuerpo y la mortandad
en Rivas, hicieron que el mal se expandiera, rpidamente, entre los efectivos costarricenses. El escaso
desarrollo de la medicina y las creencias de la poca, hicieron ver al Estado Mayor, que era prudente
abandonar el sitio de la lucha por la contaminacin del aire. La enfermedad se expandi entre las tropas
y al llegar stas al Valle Central, la peste caus la muerte de 10.000 costarricenses, lo que provoc impacto
en la mano de obra empleada en las faenas agrcolas.
En febrero de 1857 Walker atac, de forma sorpresiva, el puerto San Jorge en Rivas pero fue repelido por el
fuego de los ejrcitos aliados de Centroamrica. En marzo lo volvi a intentar pero no tuvo xito; este
sera el ltimo ataque de Walker a las milicias de la regin. De aqu en adelante se dedica a defenderse en
Rivas. Los ejrcitos del istmo nombran al general Jos Joaqun Mora, General en Jefe de los ejrcitos
centroamericanos, quien plane nuevamente el 11 de abril, pero esta vez de 1857, el ataque final a los
filibusteros, en esta oportunidad los enemigos resistieron fuertemente y el combate dej muchas prdidas
humanas.
En su ltimo intento es capturado y fusilado en el puerto de Trujillo, por las fuerzas del General Guardiola
de Honduras, el 12 de setiembre de 1860, lugar donde descansan sus restos.
Con la Guerra de 1856-57, se afirmaron las bases de una identidad nacional. En ella la poblacin se agrup
en su mayora detrs de un proyecto anticolonial, lo cual permiti la consolidacin del Estado.
Con la consolidacin del Estado, creci la lucha entre las fracciones oligrquicas. Mora, en 1853 y 1859,
us elecciones fraudulentas para seguir en el poder. Esto no lo permiti la oligarqua cafetalera que utiliz
a militares como Mximo Blanco y Lorenzo Salazar para destituir a Mora.
Este presidente intent fundar un banco, con el fin de facilitar prstamos para los pequeos y medianos
caficultores, lo cual no fue bien visto por los sectores cafetaleros ligados a la banca privada. Mora fue
exiliado en 1859, y al intentar volver al poder en 1860, fue fusilado junto con el General Caas.
A pesar de que Mora fue el artfice de la defensa de la soberana nacional ante los filibusteros, quiso
beneficiarse de su accin para concentrar el poder.
Por otra parte a raz de la Campaa Nacional hubo muchos gastos, prdidas econmicas y humanas por los
muertos en batalla y por la epidemia del Clera que mat al 10% de la poblacin costarricense. Esta
epidemia ha sido la tragedia ms grande que ha sufrido el pueblo costarricense, no hubo casa ni pueblo, ni
rincn del pas que salvara.
Muchas familias completas murieron. En San Jos se tuvieron que organizar patrullas de enterradores, que
iban de casa en casa con sus carretas, recogiendo los muertos. A este acontecimiento se le conoce en la
historia nacional como la procesin de las carretas.
Desde las tres de la madrugada comenzaba la procesin. Tocaban las puertas de las casas y si nadie abra,
forzaban las puertas y entraban. All en los oscuros dormitorios encontraban a los muertos, a veces a todos
los miembros de la familia, algunos descompuestos, semidevorados por las ratas, otros inconscientes pero
an vivos. Pero los patrulleros no distinguan y todos por igual eran arrojados a las carretas, uno sobre
otro, de pronto un gemido, una mano se mova, un par de ojos se abran, pero qu horror!, el que volva a
la vida se encontraba en la carreta de los muertos, o lo peor, entre un montn de cadveres
semienterrados en una larga fosa.
El que tena fuerzas hua despavorido y el que no, se resignaba a morir. En ocasiones la gente caa muerta
en la calle, con terribles vmitos, convulsiones y diarreas. As los tiraban a las carretas, sin saber si estaban
muertos, tampoco se saba quines eran, de donde venan.
Los mdicos eran escasos y no haba enfermeras profesionales, los enfermos moran sin los santos leos. En
la guerra haban cado muchos hombres, pero la peste mataba a cualquiera, ricos, pobres, nios, jvenes,
adultos mayores, el pas entero se visti de luto, no faltaron hombres y mujeres generosas que iban de casa
en casa llevando alimentos, alguna medicina y recogiendo a los nios hurfanos.
Cuentan los abuelos que despus de la epidemia durante las madrugadas en las calles de San Jos se
escuchaba la procesin y que al que sala a ver la gente le entregaban candelas encendidas pero que al
amanecer se convertan en huesos de los muertos.
Con la guerra el pas se empobreci: hambre, miseria, tierras de cultivo abandonadas, gastos superiores a
las entradas y desaliento general. El deterioro de la economa y de las condiciones de vida se le reclamaba
al presidente Juan Rafael Mora Porras.
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La guerra haba terminado, pero la destruccin, el dolor por las prdidas humanas y la desintegracin de los
ncleos familiares haban dejado profundas huellas.
Para finalizar podemos decir que con la guerra la memoria colectiva de los costarricenses empez a
reforzar su identidad nacional. Una rica produccin musical recre los sentimientos patrios, ejemplos de
esto son el Himno a Juan Santamara, la Patritica Costarricense y el Himno al 15 de setiembre. En 1889 se
devel la estatua del hroe popular Juan Santamara y cuatro aos despus se inaugur el Monumento
Nacional. Tambin la guerra permiti que nuestro pas se consolidara como un estado independiente con
plena soberana y libertad.
JUAN SANTAMARA
Naci en Alajuela el 29 de agosto de 1831, era hijo de Manuela Santamara, ms comnmente conocida
como Manuela Gallego o Carbajal, mujer humilde del pueblo. En su corta vida desempe oficios variados,
era delgado, ms alto que bajo, de color moreno, cabeza erguida, negros los ojos, de mirada penetrante,
cara amplia y abultados los labios. En el cuartel de la ciudad natal tocaba el tambor. Fue oficio y muy
especial con su madre, en su vecindario le llamaban El Erizo, por su piel cobriza. Es un personaje que
encarna el sentir patritico y la valenta de los costarricenses. El hroe del pasado que debemos tener
como ejemplo, para luchar por mejorar nuestro pas. Es el smbolo de respeto a nuestros valores pues por
ellos muri, paz y gloria a sus restos.
En medio de la Batalla de Rivas, los soldados de Costa Rica hacen una pausa para rendirle pleitesa y
admiracin, gran mujer, antes muerta que esclava fue su consigna. Durante la peste del clera se convirti
en enfermera abnegada, tambin brind apoyo a los soldados que partieron hacia el ro San Juan. Al
finalizar la campaa el presidente Juan Rafael Mora Porras le otorg una medalla que hoy se exhibe en el
Museo Histrico Juan Santamara. No pudo asistir al acto oficial de entrega de la medalla porque en ese
tiempo a las mujeres no se les permita entrar a este tipo de actividades.
Entreg su alma al Divino Creador en 1890, decretndose duelo nacional. Su entierro y funerales se
hicieron con los honores militares. Representa a todas las mujeres que con mucho valor han defendido la
patria, en duras jornadas de trabajo, en el hogar, criando a sus hijos, algunas solas, pero con la frente muy
en alto.
En 1844 fue trasladado a Puntarenas con el cargo de Administrador de Aduana, tambin fue empresario y
lleg a ejercer importantes pblicos. En 1855 fue nombrado Comandante del Departamento de Moracia,
es decir, Guanacaste. Durante la Campaa Nacional desempe un papel muy importante como militar y
en labores humanitarias en favor de las vctimas de la epidemia del Clera Morbus. Desafiando los peligros
de la muerte, permaneci en Rivas hasta que fue necesario, cuando en 1859 se produjo el derrocamiento
del presidente Mora, el General Caas se traslad junto con su amigo a El Salvador, pero en 1860 regresan
y son derrotados por las fuerzas de Montealegre y fusilado en el sitio Los Jobos en la ciudad de Puntarenas
el 2 de octubre de 1860
A mediados del siglo pasado Guanacaste cuenta con una poblacin de ms o menos nueve mil habitantes,
siendo la provincia ms despoblada del pas en ese momento. Segn viajeros de la poca, Guanacaste era
ms que todo naturaleza pura con sabanas provistas de gramneas, que alternaban con altos bosques en los
piedemontes de la Cordillera Volcnica guanacasteca.
La poblacin dispersa lograba cierta concentracin de los cantones de Guanacaste hoy Liberia, Bagaces,
Nicoya, Santa Cruz y Caas principalmente. Este dilatado espacio provincial era asiento de grandes
latifundios que como haciendas ganaderas ms o menos autosuficientes y con una explotacin maderera,
hacan uso extensivo del suelo de forma no racional segn viejas costumbres coloniales. Las haciendas, con
su actividad econmica ganadera y maderera, eran la nica alternativa de trabajo para una mayoritaria
poblacin campesina dispersa y con una economa familiar de subsistencia, de donde salan peones, que,
por temporadas o permanentemente, se ocupaban de las labores artesanas del trabajo con ganado criollo y
cimarrn en campo abierto; los cultivos de maz y pltanos, como parte importante de la dieta en la
peonada; el cuidado de potreros y otros espacios cercanos a las casonas de hacienda, con el uso de
machetes y garabatos; el cuidado de cercos y apartos de piedra o madera, donde se trabajaba el ganado
que se traa por temporadas de sitios y rodeos para la fierra; las labores de ordeo y de la elaboracin de
cuajada o queso ahumado; el trabajo con hacha y azuela para el desmonte y el labrado de maderas
preciosas; el trabajo con bueyes como recursos indispensable en el transporte de algunos productos,
especialmente maderas, personas y de algunos productos manufacturados que llegaban de Puntarenas y el
Valle Central a los pequeos puertos situados en el Golfo de Nicoya y las riberas del ro Tempisque y,
algunas otras actividades menores propias de la hacienda ganadera tradicional de origen colonial
nicaragense.
En los poblados cantorales y, especialmente en la actual Liberia o Moracia en esos tiempos, aparte de
algunos propietarios de haciendas en Guanacaste y el sur de Nicaragua, que por temporadas vivan en
casas alrededor de la plaza principal, se encontraba una pequea capa de artesanos y del sector servicios,
fundamentalmente en pequeo comercio. Entre toda esa poblacin, destacaba la administracin pblica
en una provincia no haca mucho anexionada al estado costarricense.
A la cabeza de esta administracin estaba el Gobernador, casi siempre miembro de las familias ganaderas o
con parentescos y relaciones importantes en el Gobierno Central. Veamos lo que nos dice el viajero viens
Carl Scherzer con respecto a Rudencindo Guardia, Gobernador de Guanacaste por el ao 1854. Don
Rudencindo se puso una casaca semioficial de color azul y nos salud con dignidad oficial.
l era, entre todos los funcionarios de la Repblica que habamos conocido, el nico que tena modales
verdaderamente burocrticos La gobernacin de una Provincia fronteriza de la floreciente Repblica de
Caf de Costa Rica, es un cargo de suma importancia y rene la ms alta autoridad administrativa y militar.
El poder armado, que el Gobernador capitaneaba, consiste en veintids guerreros bien equipados, pero por
cierto descalzos, inclusos el cabo, el tambor y el corneta. Este ejrcito de Veteranos sale dos veces al da
para la parada y la retreta(1).
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Despus de hacer alarde de extremado racismo refirindose a esos guerreros como de caractersticas
zoolgicas antropoides o medios monos, Scherzer contina:
Nos informamos acerca del rendimiento del maz, la exportacin e importacin de la Provincia y el valor
de las pieles de res. El Gobernador manifestaba aqu una rara riqueza de conocimiento, hablaba mucho de
la doble cosecha del grano indio y disertaba largamente sobre el ganado (3).
Estas citas contienen informacin valiosa sobre el contexto guanacasteco poco tiempo antes de la campaa
contra William Walker, pero adems, informan sobre una estructura social compuesta de unos pocos
propietarios, los artesanos, los comerciantes, los empleados pblicos y la mayora de campesinos y peones
que conformaban la llamada pobretera.
Es de aqu, de este contexto y esta poblacin, que saldr el contingente guanacasteco que participar en la
guerra contra la intervencin filibustera. En este sentido, la historia que es hecha por los mismos hombres
poco dice sobre los hombres annimos que libran batallas y que no figuran en los documentos oficiales,
de igual modo que sus jefes y gobernantes. Los guanacastecos que pelearon en la Campaa Nacional de
1856-1857, no tienen an su hroe smbolo tipo Juan Santa Mara. Con respecto al batalln o tropa de
Moracia, solo se conocen los nombres de capitanes, mayores, tenientes y subtenientes, principalmente los
procedentes del Valle Central y nada de la soldadesca o de esos guerreros de que habla Scherzer, descalzos
y medio simios como l dice. En los partes de guerra, en las proclamas, en los informes mdicos y otros
documentos utilizados hasta ahora, no se consignan nunca hazaas o desgracias personales de esos
guerreros de origen campesino o de la peonada que pudo ser alistada, aparte de que el servicio militar
estaba reservado en esa poca para los hijos de las familias pudientes que como oficiales se acuartelaban y
reciban instruccin especial, vedada a los estratos ms bajos. Slo en tiempos de emergencia nacional se
acuda a las milicias para engrosar ejrcitos.
En este sentido, Cuntos santacruceos, liberianos, bagaceos, nicoyanos o caeros pobres pelearon o
murieron en la Campaa Nacional? De qu estratos sociales provena la soldadesca que pudo ser alistada
en Guanacaste por generales como Caas? Habra peones, campesinos, hombres sin trabajo o sin tierra en
todos los que murieron en combate o vctimas del clera? Muy poco se sabe sobre esto.
Desgraciadamente no se puede acudir a la historia oral y popular con sus testimonios, autobiografas o
historias de vida, porque de eso hace ya mucho tiempo y esto personajes murieron para siempre.
Contexto socioeconmico en ese tiempo, indica que es seguro que fueron pocos lo que pudieron haber
participado directamente en la campaa, a no ser como baquianos o guas en terreno desconocido por los
fuereos o en servicios poco ligados con la armas. Pero la historia la escribe y consignan las clases,
fracciones y allegados del poder poltico de cada poca. En esta la otra historia, la que oficializa o mitifica
acontecimientos segn sus intereses.
Veamos entonces, algo de lo poco que se sabe sobre la participacin guanacasteca en la Campaa
Nacional. El texto ms conocido es el Ricardo Fernndez Guardia sobre el Batalln de Moracia, aparte de
algunos datos dispersos que apuntan Joaqun Bernardo Calvo Mora en su Breve Resea Histrica de la
Campaa Nacional, escrita a finales del siglo pasado. Fernndez Guardia apunta:
Caas quien desde 1855 en previsin de la guerra haba estado disciplinando milicias guanacastecas,
form un batalln cuidadosamente escogido, a fin de suplir con la calidad el escaso nmero. Este batalln,
llamado de Moracia (nombre oficial de Guanacaste en aquella poca), se compona de 300 hombres
divididos en tres compaas y un pelotn de caballera. En el figuraban oficiales nicaragenses emigrados,
casi todos oriundos de la ciudad de Rivas. Al pasar de la defensiva a la ofensiva, se le dio el nombre de
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Divisin de Vanguardia de Costa Rica, y al frente de ella, reforzada con 100 rivenses que se le agregaron
total 400 hombres sali Caas de Liberia para Nicaragua el da de difuntos, 2 de noviembre de 1856
Estos oficiales, seleccionados por Caas, eran casi todos muy jvenes.
El mayor don Toms Guardia, Comandante del Batalln, solo tena veinticuatro aos, y su hermano
Faustino diecinueve. Caas se apoder el 7 de noviembre del puerto de San Juan del Sur, sin resistencia, y
la goleta Granada que lo defenda se hizo a la vela. Habiendo dejado al mayor Guardia en el puerto con 75
hombres, fue a situarse en Rancho Grande, en el camino del Trnsito, donde se atrincher y fue reforzado
por el coronel nicaragense Flix Ramrez, que mandaba unos 300 hombres (4).
Es este el origen del Batalln de Moracia comandado por el mayor Toms Guardia durante la segunda
campaa contra Walker. Pero tambin Calvo Mora hace mencin de la participacin guanacasteca en
varios momentos de la primera y la segunda campaas, incluso en la Batalla de Santa Rosa el 20 de marzo
de 1856. Segn informe del General Jos Joaqun Mora sobre el acoso a los filibusteros ese da en la casona
de la vieja hacienda:
La tropa de Moracia, en nmero de doscientos hombres, la form en batalla en el callejn para cubrir la
retirada en caso necesario Entonces mand a la tropa de Moracia se dispersase en guerrillas por la colina
a la izquierda del callejn, para aprisionar a los fugitivos que tomaran por all Al dispersarse el enemigo, la
caballera de Moracia anduvo tarda en perseguirle, a pesar de mis rdenes y de los esfuerzos del Coronel
Salazar. Slo el Capitn Estrada, seguido de sus pocos lanceros, le carg, matndole un solo hombre, pues
favorecido por la inaccin de la caballera, y lo cercano de la espesura del monte, se aprovech de tan
favorables incidentes. (5)
Con respecto a la participacin del Batalln de Moracia en la segunda campaa a finales de enero de 1857,
cuando las maniobras de los ejrcitos aliados en San Jorge, el mismo autor Calvo Mora segn el informe
del General Jos Mara Caas, Jefe de la Divisin Aliada de Costa Rica, El Salvador y Nicaragua apunta:
Entre tanto se haba dispuesto una ligera maniobra sobre el flanco izquierdo del enemigo, con una
columna a las rdenes del Comandante del batalln de Liberia, Teniente Coronel don Toms Guardia, y
parecindome de este jefe, llevado de su natural arrojo, se hubiese tal vez empeado ms de lo que
convena, march en persona a observar y dirigir su movimiento, y encontr que, conforme mis
instrucciones, ejecutaba ya su concentracin en este campamento; pero por desgracia, en el encuentro que
tuvo fue herido de alguna gravedad, como tambin el Coronel de Estado Mayor, don Jos Bermdez, que
poco antes haba acudido a reforzarle (6).
El mismo Calvo Mora, al referirse al sitio de Rivas y a las maniobras del 4 de febrero de 1857, apunta:
Walker, mientras tanto, no estaba inactivo. En la madrugada del 4 de febrero dio una sorpresa a los
aliados, habiendo hecho penetrar sin ser visto uno de sus mejores cuerpos, hasta una de las principales
trincheras de la plaza. La sorpresa fue completa y pavorosos los primeros momentos; pero recobrado el
ejrcito aliado, se defendi con denuedo, y luego una parte de la columna del General Caas, a las rdenes
del General Jerez, atac con bravura rechazando al enemigo, al mismo tiempo que ste era acometido
vigorosamente, por retaguardia, por una fuerza de 25 de nuestros valientes liberianos y 25 nicaragenses al
mando del General don Agustn Hernndez, la cual ocupaba una posicin estratgica ignorada por los
filibusteros, la derrota de stos fue completa y poco despus de las ocho de la maana emprendieron su
regreso a Rivas. (7).
Por su parte Fernndez Guardia anota:
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Como puede verse, el batalln de Moracia aadi un laurel a la bandera de Costa Rica el 29 de enero de
1857 en San Jorge. El 04 de febrero se distingue de nuevo en la accin de ese da, resultando herido el
capitn Don Clemente Cantn. El bizarro mayor don Juan Estrada, guanacasteco, sucede a Guardia en la
comandancia del batalln, que sigue peleando siempre en primera lnea y en fraternal alianza con las
tropas de Nicaragua, unas veces a las rdenes de Caas, otras de Jerez y otras de Chamorro.
En la maana del 05 de marzo sali de San Jorge el general don Fernando Chamorro, para operar en el
camino del Trnsito con tropas nicaragenses y 150 hombres del batalln de Moracia a las rdenes de
Estrada. Desde la hacienda El Jocote destac al jefe costarricense a fin de practicar un reconocimiento (8).
Por su parte, el historiador nicaragense Jernimo Prez al relacionar las acciones de San Jorge en enero de
1857, anota:
El General Chamorro, con los legitimistas o setentrionales defenda la lnea occidental de la plaza, la ms
importante porque estaba al frente del enemigo. Caas y Jerez, con los liberianos y nicaragenses al
servicio del Gobierno Provisorio, cubran las lneas sur y oriente; y Zavala, la del norte. Fuera de la lnea, al
lado norte, colocaron al general legitimista don Agustn Hernndez, con 25 soldados setentrionales y 25
liberianos, en una casa prxima a la misma lnea, que fortific lo mejor posible. (9)
Estas citas son suficientes para verificar algo de la participacin guanacasteca en la Campaa Nacional,
dentro y fuera del llamado Batalln de Moracia a las rdenes de varios oficiales y comandantes, antes y
despus del entonces mayor Toms Guardia. Autores como el mismo William Walker en su obra Guerra
de Nicaragua (10; James Carson Jamison en su obra Con Walker en Nicaragua (11), que escribe de
acuerdo a su visin y participacin militar al lado de Walker; Jeffrey Roche en su Historia de los
filibusteros (12)
Entre otros autores extranjeros, poco o nada se refieren a la participacin guanacasteca en la primera y
segunda campaa, mucho menos a los hombres que conforman la historia popular. Son los autores
nacionales y principalmente los miembros de la Comisin de Investigacin Histrica de la Campaa de
1856-57, que editan sus Crnicas y comentarios en 1956, los que hacen alguna mencin a lo
guanacasteco a travs de algunos documentos del Archivo Nacional y en la reedicin de la obra de Joaqun
Calvo Mora.
Las menciones a Guanacaste en los textos oficiales son todas de carcter acontecimental y panegiristas, al
igual que toda la literatura sobre la participacin nacional en la guerra contra los filibusteros: es una
narrativa historicista de hroes y villanos, lineal y descontextualizada donde la infantera descalza, con
caites y sombreros de paja, como dice Enrique Guier (13) o el ejrcito de labradores y artesanos, de
pacficos y honrados propietarios, como deca el mismo Presidente Mora, aparecen nicamente para
destacar la accin, astucia y denuedo de la oficialidad dirigente.
Quedan pues abiertas las interrogantes que planteamos al principio sobre la participacin guanacasteca,
ms all de una oficialidad encargada del Batalln de Moracia y ms ac de algunas maniobras en que
participaron liberianos u otros guanacastecos provenientes de sectores sociales menos afortunados y que,
no cabe duda, destacaron tambin en la guerra y que, por otro lado, sufrieron los estragos de la misma
aunque no todos participaran militarmente en ella, adems de haber sido vctima del clera que azot a la
misma Liberia despus de la Batalla de Rivas en abril de 1856.
Porque esa guerra se libr en y a partir del mismo Guanacaste, en el espacio fronterizo con Nicaragua. No
fueron unos sino todos los guanacastecos que de pronto se vieron movilizados dentro de su propio
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territorio para fines militares, al igual que durante las guerras civiles nicaragenses que desde el inicio de la
vida independiente tocaban de cerca la frontera nacional en el Pacfico Norte; la invasin de Manuel
Quijano en 1836, saqueando haciendas de ganado y pueblos y, despus de la Campaa Nacional, la
revolucin de enero de 1860 en Guanacaste a favor de Juan Mora, dirigida por el militar Prudencio Blanco
que se apoder del cuartel de Liberia, ocup Bagaces, desterr a Nicaragua al Gobernador y a otros adictos
al presidente Montealegre, en un contexto poltico que involucr intereses costarricenses y nicaragenses
antes y despus del fusilamiento del expresidente Mora y del General Caas, los conflictos fronterizos
dentro del Tratado Caas-Jerez que amenazan guerras con Nicaragua; los intentos de invasin desde
Nicaragua por Federico Mora, adversario del Presidente Iglesias a principios de este siglo; la llamada
revolucin del Sapo que los emigrados polticos residentes en Nicaragua organizan bajo la jefatura de
Alfredo Volio en 1919 y las secuelas de la guerra de los Tinoco; las acciones de Lorenzo Cambronero y del
general Jorge Volio Jimnez en la dcada de los veinte; las repercusiones fronterizas de la guerra civil del 48
y de los exiliados calderonistas que invaden por Guanacaste el pas en 1955 con el apoyo de Anastasio
Somoza y, finalmente, la lucha sandinista de liberacin nacional que desde los sesentas toca por
Guanacaste la poltica nacional con las acciones guerrilleras, el gobierno de diez aos sandinista, la
contrarrevolucin y su secuela sandinista hasta nuestros das. Si, Guanacaste espacio de frontera y
conflictos permanentes.
Por otro lado, no hay que olvidar que en marzo de 1856, para cuando la Batalla de Rivas, las tropas del
interior se movilizan de Puntarenas a Bebedero, pasan a Bagaces y luego llegan a Liberia, donde est el
General Caas disciplinando algunas milicias guanacastecas.
Es en esta ciudad donde se concentr todo el ejrcito nacional con unos 2500 hombres al mando del
General Jos Joaqun Mora. Columnas y batallones salan de Liberia hacia la frontera con Nicaragua,
estacionndose en varios puntos antes de llegar a Rivas, principalmente en conocidas haciendas ganaderas
como Ahogados, Sapo, Peln de la Altura, Animas y otras propiedades ganaderas y cacaoteras del lado de
Nicaragua.
Es una movilizacin que se realiza ampliamente y que toca en gran medida la economa de la Provincia en
la dotacin de insumos, servicios y hombres para la guerra. Por eso mismo no puede hablarse nada ms
con respecto a la participacin aislada de unos cuantos oficiales de tropa o caballera. Aparte de los
productos agropecuarios para el alimento de tropas, la Campaa Nacional moviliz en Guanacaste a
peones de hacienda, cocineras, boyeros, empleados pblicos y entre otros sectores laborales de la sociedad
civil, a algunos artesanos.
Incluso la actividad artesana quiz ms importante de la Provincia como lo es el trabajo en cuero y crn,
pareciera que no se dio abasto o fue insuficiente la existente cuando se organiza la caballera en Liberia
antes de la Batalla de Santa Rosa, segn se desprende de una nota del General Jos Mara Caas en el
cuartel general del Ejrcito Expedicionario, dirigida al Ministro de la Guerra desde Liberia, el 13 de marzo
de 1856:
Se necesitan para el Escuadrn de Caballera trescientas o cuatrocientas jquimas, que aqu no es posible
conseguir, y espero que Vs. Ordene se me remitan cuanto antes, dirigindolas al Puerto de Bolsn (14).
Fueron entonces, diferentes los puntos estratgicos que la Campaa Nacional toc en Guanacaste al
momento de la guerra y, el econmico y social, sin ser el nico determinante es uno de los ms
importantes en un poco ms de un ao que dur la participacin costarricense en la lucha regional contra
William Walker. Por eso no hay que buscar solo los nombres de hombres ilustres y datos de sus hazaas
descollantes, en una historia como la de esta guerra que adquiri una dimensin regional en una coyuntura
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internacional muy compleja. El Batalln de Moracia hay que verlo en el contexto provincial y nacional, en
su ubicacin dentro de la economa, la poltica y las relaciones internacionales del momento.
Guanacaste, tierra virgen de inmensas vacadas como lo dice el periodista francs Flix Belly en 1858 (15),
es a mediados del siglo pasado un espacio cercano y fronterizo a la Va del Trnsito entre Nuevo Cork y
Nueva Orlens en el Atlntico y, San Francisco en el Pacfico, cortando por Nicaragua desde San Juan del
Norte a San Juan del Sur, penetrando por el ro del mismo nombre en bongos y pequeas embarcaciones,
hasta el Lago de Nicaragua y el Puerto de La Virgen y, de ah, a caballo o en carretas hasta San Juan del
Norte. Esta va era usufructuada por la Compaa Accesoria del Trnsito de capital norteamericano, para
trasladar gentes que iban a California o regresaban de ella movidos por la aventura del oro californiano
descubierto en 1848.
Es en esta va interocenica en su paso por Nicaragua, donde se realizar gran parte de la campaa contra
los filibusteros en momentos tambin, del predominio econmico y poltico britnico en Centroamrica, en
asocio ya con el capital norteamericano, de acuerdo al tratado de Clayton-Bulwer de 1850 que termina
momentneamente con la competencia entre ambas naciones en su conflictos como potencias extranjeras,
por el predominio de la comunicacin interocenica y del comercio internacional.
Es esta va, tambin, la que permitir a Walker sus abastos y caudal humano para tratar de establecer en
Nicaragua y Centroamrica una prolongacin del esclavismo sureo en Estados Unidos y, lugar en donde
recibir duros golpes de los aliados centroamericanos y de las acciones poltico-militares del gobierno
costarricense de Juan Rafael Mora Porras, proclive al partido legitimista o granadino de Fruto Chamorro en
Nicaragua y a los intereses britnicos en la regin, en un contexto econmico surcado por la expansin
cafetalera costarricense en su dependencia al mercado europeo, ligado principalmente al intercambio
desigual con Gran Bretaa.
Es el contexto igualmente, de la lucha entre conservadores o legitimistas granadinos y liberales o
democrticos leoneses en Nicaragua, que luego de la Independencia provocan una serie de guerras civiles
que llegan hasta 1855 cuando Francisco Castelln lder de los democrticos, con el pretexto de la
colonizacin realiza un contrato que le permite a Walker desembarcar en junio de ese ao en Realejo con
algunos de sus filibusteros. Contexto de guerras civiles nicaragenses que en buena parte provocaron en
1824 la incorporacin del Partido de Nicoya a Costa Rica y el arraigo de la cultura y la identidad
guanacasteca, con sus races de origen mesoamericano y desarrollo regional bien definidos y particulares
con respecto a la Meseta Central costarricense.
Es el contexto adems, de la oposicin y enfrentamiento que existe en Estados Unidos entre el norte y el
sur, con las plantaciones de algodn y caa de azcar que requieren del trabajo es clavo imperante en el
sur y, el maquinismo y la industrializacin que se opera en el norte, por otro lado.
La lucha entre esclavistas sureos y abolicionistas norteos, es el contexto econmico social en que se
desarrolla William Walker como estudiante de medicina y filosofa, abogado, periodista, editor y militar jefe
de filibusteros creyente de la tesis esclavista dentro y fuera de los Estados Unidos y que intenta imponerla
en Centroamrica empezando en Nicaragua, aprovechando el conflicto de potencias para ampliar sus
mercados y hegemona a travs del paso interocenico por Mxico, Nicaragua o Colombia Panam.
Son todos estos factores contextuales los que deben tomarse en cuenta al hacer historia de
acontecimientos puntuales como los de la Batalla de Santa Rosa o Rivas; el incendio del Mesn de Guerra o
el sitio de Rivas; las hazaas de los generales Mora y Caas y, por qu no, el accionar del mismo Batalln de
Moracia. Es necesario comprobar si en verdad el ejrcito nacional se compona de sencillos labradores y
artesanos como lo dicen algunos autores nacionales, sin consignar en sus escritos nombres o
personalidades en esos sectores laborales involucrados en la Campaa Nacional, al lado de la oficialidad del
Estado Mayor y de las jefaturas militares en batallones y compaas y, en nuestro caso, la participacin de
esos labradores y artesanos en el batalln o tropa de Moracia.
En guerras como las de la Campaa Nacional de 1856-57, hubieron operaciones militares propias de su
tiempo como el incendio de casas o edificios ocupados por el enemigo, el hostigamiento, la emboscada, los
ataques por sorpresa, el fuego nutrido y otras acciones comunes a la guerrilla y a la guerra de movimientos,
junto con los tiros de metralla y caoneo de artillera por tierra y agua de la blica moderna, adems del
uso de fusiles de precisin y carabinas de bala cnica tipo Mini que se usaron en la Campaa.
El accionar de tropas y batallones implica previo adiestramiento y conocimiento del armamento, sin los
cuales se va a una muerte segura. Habra que indagar ms sobre las milicias que en esos tiempos se
formaban de emergencia, para profundizar en el conocimiento de la participacin de otros guanacastecos
menos descollantes, aparte de que en una guerra de carcter regional con implicaciones internacionales, el
espacio ocupado implica la participacin o la movilizacin directa o indirecta de toda la poblacin. Es este
el caso de Guanacaste a mediados del siglo pasado cuando ha iniciado ya su lenta incorporacin a la vida
econmica y social costarricense, hasta la consolidacin del Estado Nacional Liberal en los aos setenta del
mismo siglo.
Es el Guanacaste ya que, en la ltima dcada del mismo siglo diecinueve y primeras tres del presente, ha
sido penetrado por nuevas fuerzas y relaciones productivas con las primeras inversiones en minera;
proyectos ferrocarrileros en la regin del Pacfico, compaas martimas que comunican regularmente
Puntarenas y la Meseta Central con algunos puertos en el Golfo de Nicoya y el ro Tempisque; empresas
madereras y ganaderas que comercian maderas preciosas en cbica y partidas de novillos nicaragenses al
extranjero y plazas como las de Alajuela; los primeros cultivos de plantacin e intentos de riego con arroz,
caa de azcar, caf y algunos frutales; cueros y piles vacunos y de venado para exportacin, lo mismo que
algunos productos marinos como carey y concha perla; produccin de aguardiente y de alcohol en la
hacienda Tempisque de Federico Sobrado o del ingenio de La Mansin en Nicoya en lo que fuera la Colonia
Cubana y, principalmente, es el Guanacaste de la explotacin y exportacin de oro, mineral concentrado y
plata producto de minas y compaas como Tres Amigos, Boston Mines, Abangares Mines, Guacimal
Explotacin y otras. Es el Guanacaste tambin, que sufre un nuevo ordenamiento de su territorio con el
proceso de ampliacin de la frontera agrcola y el surgimiento de nuevas poblaciones como las Juntas de
Abangares, Tilarn, Hojancha y Carmona de Nandayure, producto de la minera, los movimientos de
poblacin para formar colonias agrcolas, los nuevos mercados y otros procesos de actualizacin histrica y
modernizacin antes y despus de la depresin mundial a finales de los aos veinte. Es el Guanacaste ya
igualmente, del accionar de empresarios tipo Minor Cooper Keith que emprendi negocios ganaderos,
madereros, mineros, inmobiliarios y otros en el Pacfico, en asocio o parentesco con figuras polticas y
propietarios nacionales y extranjeros, que cambiaron definitivamente ese paisaje de tierra virgen de
grandes vacadas y sabanas que exista hasta mediados del siglo pasado.
Es este el Guanacaste ya de una nueva ganadera con instalaciones ms racionales al estilo tejano y que
echan por tierra los usos y costumbres de la hacienda de corte colonial y penetracin nicaragense.
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Es el Guanacaste potrerizado y cercado que poco a poco deja atrs el trabajo del ganado con repasto y
mero engorde y se dedica a la cra y desarrollo de razas cebuinas; que instala cepos metlicos, mangas,
baos antiparasitarios y otras innovaciones que, desde los aos veinte de este siglo, forman otro contexto
muy diferente al predominante en tiempos del Batalln de Moracia y los acontecimientos blicos de la
guerra contra William Walker.
Es la historia del Guanacaste de hoy, en la frontera noroeste del Pacfico y de la Depresin del Ro
Tempisque, con toda una serie de nuevos conflictos que llegan a nuestros das. Hay aqu otros batallones
de guanacastecos que investigar y que no han sido disciplinados para la guerra, sino para un nuevo tipo de
produccin que se realiza ahora en la agroindustria y en mucho del espejismo que trae aparejado cierto
tipo de inversin en el sector turismo. Hay aqu tambin, necesidad de encontrar el papel que juegan esos
labradores y artesanos sencillos que luchan por su existencia y supervivencia. A ellos van dedicados estos
apuntes sobre los guanacastecos que participaron en la Campaa Nacional y que ya nadie recuerda. San
Jos, Julio de 1991.
Despus de la retirada de Rivas, el general Caas se haba situado en Liberia para defender la frontera y
aunque para hacerlo tan solo dispona de un puado de hombres, el pas estaba seguro de que los
filibusteros no la violaran impunemente tal era la confianza que le inspiraba este jefe tal valeroso como
experto y abnegado, de quien deca Don Juan Mora en carta dirigida desde Bagaces al ministro de guerra
Don Manuel Jos Carazo el 4 de Mayo de 1856.
No encuentro palabras para encarecer los servicios que Caas ha prestado. l, con mil sacrificios, ha
salvado a la gente hasta Liberia llegando al extremo de quedarse atrs con sus ayudantes para socorrer y
consolar a los enfermos abandonados, de los cuales muchos se han salvado por su socorro. Su valor, su
capacidad, su abnegacin, la constituyen en esta triste circunstancia el nico hombre capaz de custodiar
la frontera y cambiar e mitigar, al menos, los males que pesan sobre el infeliz departamento. Por eso lo
he dejado con arto dolor pues no es posible que yo sea indiferente al riesgo que un hombre de tal
relevante mrito y a quien adems me ligan lazos de parentesco va a correr.
Caas quien desde 1855 y en previsin de la guerra haba estado disciplinando milicias guanacastecas,
form un batalln cuidadosamente escogido a fin de suplir con la calidad el escaso nmero este batalln,
llamado de Moracia nombre oficial del Guanacaste en aquella poca se compona de trescientos
hombres divididos en tres compaas y un pelotn de caballera en el figuraban oficiales nicaragenses
emigrados, casi todos oriundos de la ciudad de Rivas. Al pasar de la defensiva a la ofensiva se le dio el
nombre de Divisin de Vanguardia de Costa Rica, y al frente de ella reforzada con cien rivenses que se le
agregaron-total cuatrocientos hombre- sali Caas de Liberia para Nicaragua el da de difuntos, 2 de
Noviembre de 1856. Estas circunstancias nos hacen pensar que el bizarro general no era supersticioso o
que escogi tan triste fecha por una de esas humoradas tan propias de su carcter festivo. La oficialidad de
la divisin era la siguiente, al salir de Liberia:
Estado Mayor:
Cap. Don Clemente Cantn, agregado.
Ten. Don Manuel Espinar, secretario
Ten. Don Felipe Ibarra, ayudante.
Ten. Don Pedro Vzquez, ayudante.
Ten. Don Bernab Bermdez, cirujano
Primera Compaa:
Cap. Don Ramn Rivas.
Ten. Don Gaspar Ap.
Ten. Don Lauriano Boriche.
Subt. Don Roque Lara.
Subt. Don Manuel Ulloa.
Segunda Compaa:
Cap. Don Eleuterio Escobar.
Ten. Don Adolfo Guerra.Subt. Don JessTorres.
Estos oficiales, seleccionados por Caas, eran casi todos muy jvenes. El mayor Don Toms Guardia,
comandante del batalln slo tena veinticuatro aos y su hermano Faustino diecinueve. Caas se apoder
el 7 de Noviembre del puerto de San Juan del sur sin resistencia, y la goleta filibustera Granada que lo
defenda se hizo a la vela. Habiendo dejado al mayor Guardia en el puerto con 75 hombres, fue a situarse
en Rancho Grande, en el camino del trnsito, donde se atrincher y fue reforzado por el coronel
nicaragense Flix Ramrez que mandaba unos trescientos hombres.
El Batalln de Moracia aadi un laurel a la bandera de Costa Rica el 29 de Enero de 1857 en San Jorge. El 4
de Febrero se distingue de nuevo en la accin de ese da, resultando herido el capitn Clemente Cantn. El
bizarro mayor Don Juan Estrada, guanacasteco, sucede a Guardia en la comandancia del batalln que sigue
peleando siempre en primera lnea y en fraternal alianza con las tropas de Nicaragua, unas veces a las
rdenes de Caas otras de Jerez y otras de Chamorro.
En la maana del 5 de Marzo sali de San Jorge el general Don Fernando Chamarro para operar en el
camino del trnsito con tropas nicaragenses y 150 hombres del batalln de Moracia a las rdenes de
Estrada desde la hacienda del Jocote destac el jefe costarricense a fin de practicar un reconocimiento
cerca de la llamada Casa del Medio Camino tropez Estrada con el mayor Caysee y 80 filibusteros que
regresaban de San Juan del sur ponindolos en derrota. Al regresar Chamorro a San Jorge por la tarde del
mismo da le sali al encuentro en el llano del Coyol el coronel Sanders con trescientos rifleros la flor innata
del ejercito de Walker. En su parte fechado el 6 de Marzo dice el general Chamorro:
A la voz del enemigo lanz nuestra fuerza un grito de alegra y al momento mand a cargar sobres su
centro al valiente capitn don Faustino Guardia, con la primera compaa de rifleros costarricenses y al de
igual grado Pedro Castillo con la primera del batalln del mismo nmero, del Ejrcito Septentrional... Todo
se dio al empuje de nuestras bayonetas y al furor de nuestros soldados, que despus de recorrer dos millas,
cargando sobre el enemigo, se consum su derrota en el llano de La Cruz, huyendo en toda direcciones y
dejando en el campo 28 muertos, 40 rifles, cilindros, bestias y monturas... Los jefes oficiales, y tropa que
tuve el honor de mandar en esta jornada, de una manera heroica, habiendo descollado por su intrepidez, y
de nuevo el seor mayor don Juan Estrada y hechos dignos del mayor elogio el capitn don Faustino
COMPROMETIDOS CON EL CAMBIO
EDUCANDO PARA EL XITO Y POR FAMILIAS FELICES
ORGULLOSOS DE SER GUANACASTECOS
Guardia y sus subalternos, tenientes don Jos Mara Rojas y don Benito Otrola y el subteniente don
Manuel Garca...
El del Jocote, fue un nuevo y soberbio laurel conquistado para nuestra bandera por el Batalln de Moracia,
en asocio de los intrpidos nicaragenses de Chamorro. Walker, en sus Memorias, no puede disimular el
escozor que le produjo esta derrota de sus mejores tropas, los famosos rifleros del coronel Sanders y en su
despecho dice que en esta ocasin el enemigo pele con ms apariencia de valor que de costumbre.
Con el denuedo que le caracterizaba, el Batalln de Moracia continu debatindose en San Jorge, el 16 de
Marzo, accin en que fue herido don Faustino Guardia, y en ese mismo da en las cuatro esquinas; de
nuevo en San Jorge el 17 de marzo, el 23 y el 24 en Rivas; en el sitio de esta ciudad y por ltimo en el
desventurado asalto que se dio a la plaza el 11 de 1857, en que sufri muchas bajas y se condujo con un
valor temerario el Batalln asisti a la rendicin de Walker, el 1 de mayo del mismo ao, regresando al
Guanacaste cubierto de Laureles. Don Toms Guardia su primer comandante, fue ascendido a coronel el 5
de Octubre de 1859 y a general de divisin el 29 de abril de 1870. Don Juan Estrada el segundo, ascendi a
general de brigada en 1873 y su despacho fue firmado por Guardia, su compaero de armas, como
presidente de la repblica.
"Juan Rafael Mora, Presidente de la Repblica de Costa Rica, General en Jefe del
Ejercito Expedicionario
A los pueblos de Nicaragua:
Nicaragenses:
Desde el seno de nuestras pacficas montaas he odo vuestros congojosos lamentos
Mutuos errores y una guerra fratricida os han entregado al fiero albedro de una horda de
forajidos que llamados incautamente como amigos auxiliares de unos, se han convertido en
dspotas de todos.
Hoy yacis aun aterrorizados bajo el yugo acerado de un ejrcito compuesto de las heces
corrompidas que arrojan de si todas las sociedades. Qu sois vosotros en vuestro propio pas?
Qu es el esclavizado nicaragense que llaman por befa Presidente? Cul es vuestra suerte hoy
y la ms fatal que con tan cruentos amos os espera? Vosotros lo sabis ms que yo; Vosotros que
la sufrs y deploris con lgrimas de sangre!
Habis llamado a vuestros hermanos. Vuestros hermanos todos rodean vuestras fronteras y
avanzan para libertaros de esa falange traidora. Combatimos por vuestra salvaci6n. Despus del
triunfo, paz, unin, justicia y libertad para vosotros y para todos.
Harto conocis a los pacficos costarricenses. Tambin los han conocido en Santa Rosa los
cobardes filibusteros. Siempre neutrales en vuestras discordias, hemos acogido con igual
hospitalidad a todos los nicaragenses. Para nosotros no existen ni existirn jams; distinciones ni
partidos. Sea lo mismo para vosotros. Que una sola bandera, una sola causa y un grito de
concordia y de progreso nos rena a todos como catlicos, como hijos de una misma patria, como
verdaderos hermanos!
Cese ya tanta postracin, tanta iniquidad y servidumbre. Toleraris por un instante ms, tanta
esclavitud, oprobio y tirana? No lidiaris todos unidos, siempre unidos, por conquistar la libertad
que os han robado? S, valerosos nicaragenses. Unos, alzaos y combatid con aquel ardiente
coraje que habis mostrado en tantas nefandas luchas. Arrojemos unidos a esa pestfera canalla:
no quede uno solo de esos asesinos sobre la tierra privilegiada que os concedi la Providencia; y
de entre esos montones de cadveres y ruinas que han acumulado tantos desvaros y maldades,
levantemos juntos una patria ms unida, ms fuerte, ms venturosa y ms grande.
Paz y libertad a Nicaragua y Costa Rica, independientes y unidas como hermanas! Gloria a las
fuerzas aliadas libertadoras de la Amrica Central.
Juan Rafael Mora.
Sapo, 29 de Marzo de 1856."
TRANSCRIPCIN
"En la St.a Ig.a Parroql. de la C. de S. Juan Nep.o de la Alaj.a, a veintinueve de
agosto de mil ochocientos treintaiuno. -Yo el Presb.o C. Jos Ant.o Oream.o Thte. de
Cura de este Benef.o Baptic solemte. a Juan M.a h. de Man.a Gayego, naci hoy,
mad.a la C. Micaela Jimnez, a quien advert su oblgn. y parentc.o espiritual y lo
firmo - por ausente y como Cura, Gabriel Padilla.- Al margen: Juan M.a de p.n.c.
Fuente: Libros parroquiales de nacimientos. Parroquia de Alajuela". (Fotocopia en
archivos del MHCJS)
Constando al Gno. la realidad de los hechos de que, hace referencia este memorial y los servicios y
denuedo con que en Campaa del ao,ppdo. demostr el tambor Juan Sta. Maria vecino de la
Ciudad de Alajuela que muri en el combate del 11 de Abril; y siendo el expresado Sta. Mara hijo
nico de la Sra. Manuela Carbajal (a) Sta. Mara, el Gno. le concede esta la pencion vitalicia de
tres pesos mensuales que empezar tener efecto desde el 10 del mes de Diciembre pmo. en
adelante. Comuniquese -entre lins.-mensuales.-ve.
(Hay una rbrica del Presidente Mora)
Rubricado de mano de S.E.
Jq. BERNDO. CALVO
Al margen: Nota.
Constando al Gobo, la realidad de los echos que se refieren en este memorial, ordena, qe.
Manuela Carbajal, se le de la pension de 3 ps. mensuales, mientras viva, en remuneracion del
balor importantes servicios prestads. por su finado hijo Juan Santamaria.
ARCHIVOS NACIONALES, Seccin de Guerra No. 8822.
N 145
Palacio Nacional San Jos, Nove. 25 de 1857.
SR. HABILITADO GRAL.
El Excmo. Gobno. por resolucion del dia de ayer, ha tenido bien, conceder a la Sra. Manuela
Carbajal (a) Santa Mara, vecina de la Ciudad de Alajuela la pension vitalicia de tres pesos
mensuales, en consideracion al denuedo con que en la campaa del ppdo. se mostro el tambor Juan
Santa Mara, hijo de la agraciada que muri el 11 de Abril en Nicaragua, debiendo empezar
tener su efecto la indicada pension desde el 1o del mes de Diciembre proxcimo en, adelante.
Digolo a V. para los efectos que son consiguientes.
Dios gue, a U.
Calvo (R)
ARCHIVOS NACIONALES, Guerra NO 8424 folio, 5.Nota: se transcribe con la ortografa y estilo de los originales.
Notas:
(1) En realidad fue el 23 de noviembre (Nota del MHCJS).
(2) Esta nave costarricense fue apresada por las fuerzas filibusteras. Se le cambi el nombre San
Jos por el de Granada (Nota del MHCJS).
(3) El Gobierno de Costa Rica arm a este bergantn con cuatro caones de bronce y ciento diez
hombres (jefes, marineros y soldados). Fue bautizado Once de Abril, en recuerdo de la batalla
de Rivas del 11 de abril de 1856. Como su capitn fue designado Antonio Vallerriestra (Originario
de Per). El 11 de noviembre de 1856 zarp del puerto costarricense de Puntarenas. Su misin era
conducir vveres, municiones, fusiles y dinero para el general Jos Mara Caas, que deba
encontrarse en el puerto de San Juan del Sur; sin embargo ste se haba visto obligado a
abandonar ese puerto nicaragense (Nota del MHCJS). (4) El bergantn costarricense llevaba a
bordo 114 costarricenses, entre tripulacin y soldados.
COMPROMETIDOS CON EL CAMBIO
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La victoria obtenida por nuestros soldados ha sido tanto ms honrosa, cuanto que en
ese da haban andado catorce leguas a pie y por bosques espesos, buscando al
enemigo que vencieron y pusieron en fuga a las cuatro de la tarde. Esa marcha tan
rpida, impidi el que se les persiguiera en el mismo instante con el vigor que hoy se
hace por todas partes. Todas las municiones, unos cien rifles, espadas, revlveres y
otras vituallas cayeron en nuestro poder y tenemos fundadas esperanzas de que muy
pocos filibusteros escaparan de la persecucin de nuestros soldados.
Son las 11 y media de la maana y acaban de entrar en esta ciudad los 32 heridos,
cuya lista remito a U.S. Ahora mismo los he visto y en su mayora las heridas son
muy insignificantes; ninguna parece mortal. Al propio tiempo han llegado diez
prisioneros de los doce que anuncie a U.S., pues dos quisieron huir y fueron muertos
por los que los custodiaban.
Tenemos dos ms en esta crcel y dentro de media hora llegarn otros nueve que se
cogieron ayer. A las doce sern sometidos todos a un consejo de guerra. An no se
ha recibido la lista de los soldados muertos. De los filibusteros, veintids se
encuentran en el mismo sitio de Santa Rosa y en las montaas se hallan muchos
muertos de las heridas, dispersos y otros que haciendo resistencia o corriendo han
sido tirados. Tenemos muy pocos enfermos, en su mayora sin gravedad. El estado
sanitario de las tropas es satisfactorio en alto grado.
Jams cesar de alabar la disciplina, la constancia y el valor de este improvisado
ejrcito de labradores, de artesanos y comerciantes en su mayor parte propietarios.
Nuestros compatriotas dan un ejemplo honrossimo de que s aman la paz, el orden,
el trabajo y su propiedad, saben trocar el arado y sus libros por el fusil y la espada
para defender la patria con un tesn incontrastable.
Le envo adjunta la lista de los heridos, que es la siguiente:
Jos Marn
Tiburcio Zeledn
Gregorio Muoz
Rafael Berrocal
Silvestre Boza
Timoteo Mora
Custodio Berrocal
Raimundo Senz
Flix Ziga
Pedro Fuentes
Francisco Arboleda
Pablo Camacho
Jos Ana Granados
Pilar Miranda
Patricio Macotelo
Hermenegildo Quezada
Manuel Salazar
Po Araya
Jos Mara Porras
Pablo Cantillo
Ponciano Quezada
Bernardino Chavarra
Nicols Segura
Domingo Quirs
Juan Asofeifa
Juan Rojas
Joaqun Jimnez
Francisco Noguera
Santiago Espinosa
Toribio Artavia
Casimiro Fonseca
Faustino Segura
Quinta compaa:
Sargento 2. Agustn Castro, de San Jos.
Soldado Ramn Marn, de San Juan.
Soldado Juan Garca, de San Juan.
Soldado Carmen Prado, de San Francisco.
Soldado Agapito Marn, de San Vicente.
Compaa al mando de J. M. Gutirrez:
Segunda compaa:
Soldado Sotero Mora, de Puente
Capitn Jos Mara Gutirrez, de San Jos.
Ancho
Sargento 2. Agustn Prado, de San Antonio.
Soldado Francisco Cambronero P., Cabo 1. Santos Alvarez, del Mojn.
de San Jos.
Soldado Jos Mara Mora, de Escaz.
Soldado Carlos Mora, de San Miguel.
Tercera compaa:
Artillera:
Soldado Pedro Sequeira, del Mojn Sargento 2. Braulio Prez, Pacaca.
Soldado Jos Ziga, Puebla (San Estado Mayor:
Jos).
Capitn Manuel Quirs, de San Jos.
Cuarta compaa:
Segundo teniente Manuel Rojas.
Fuente: Lorenzo Montfar. "Walker en Centro Amrica" (2 edicin, corregida e ilustrada).
Alajuela: Museo Histrico Cultural Juan Santamara. 2000.
HIMNOS Y MARCHAS
HIMNO DE GUANACASTE
Oye el tambor,
El tambor de Juan Santamara,
Diana tocar
En el veinte de marzo feliz.
Son, son,
Tambor de gloria fue.
Diana toc, diana toc
Veinte de marzo feliz.
Bibliografa
1. Melndez Chavarri, Carlos. Viajeros por Guanacaste.
Cultura, Juventud y Deportes, 1974. p. 176-177.
2. Ibid. P. 178.
3. Ibid. P. 181.
4. Fernndez Guardia, Ricardo. Cosas y gentes de antao. San Jos, EUNED, 1980. p.
234 236.
5. Calvo Mora, Joaqun Bernardo. La Campaa Nacional contra los filibusteros en 1856
y 1857. Breve resea histrica. EN: Jos Luis Coto Conde y otros, Documentos
histricos del 56. San Jos, Imprenta Nacional, 1985. p. 25-26.
6. Ibid. P. 58.
7. Ibid P. 60.
8. Fernndez Guardia, Ricardo. Op. Cit p. 238.
9. Prez, Jernimo. Obras histricas completas. Managua, Editorial y Litografa San
Jos, 1975. p. 316.
10. Walker, William. La guerra de Nicaragua. San Jos, EDUCA, 1975.
11. Bolaos Geyer, Alejandro. James C. Jamison con Walker en Nicaragua, Masaya,
1977.
12. Roche, Jeffrey. Historia de los filibusteros. San Jos, Ministerio de Cultura, Juventud
y Deportes, 1980.
13. Charla dictada a estudiantes de Liberia y Caas. Asesora de Estudios Sociales
Regin Chorotega.
14. Fuentes de Museo Juan Santa Mara
15. Fuentes de Archivo Nacional