Estallidos y Bombardeos - Wyndham Lewis
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B OM B A R D E O S
K . Ja spe r s
omo bombardero, en Menstham Camp, estaba instruyendo a una brigada en un rincn del enorme campamento, mientras que otros bombarderos lo hacan no muy
lejos de donde yo estaba. Resonaban nuestras voces marciales.
Tronaban los ries al colocarse junto al pie derecho, las manos golpeaban con dureza el cuerpo del rie. El pequeo asistente de campamento, que haba sido un plcido sargento en
tiempos de paz y que posea una condecoracin por la guerra
sudafricana, entr en el campo acompaado de un sargento
primero. Tras mirar a su alrededor, el sargento primero seal
en mi direccin, y ambos avanzaron hacia donde yo me encontraba.
Durante un rato el asistente se mantuvo detrs de m,
aunque antes me dijo: Contine, bombardero. Di un grito
bronco con la intencin de que los ries descendieran elegan-
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No le quepa duda de ello, seor. No tienen ningn conocimiento del arte sobre el que escriben. No debe prestarles
ninguna atencin.
Me alegro de saberlo, me alegro mucho, Bombardero.
De pie en esta actitud hiertica, rie al hombro y talones
juntos, esperaba no tener que proseguir con este absurdo dilogo durante demasiado tiempo. Este don nadie al mando no
tena en realidad ningn derecho a mantenerme en aquella
posicin (sobre todo cuando se trataba de una posicin que
no poda abandonar y que resultaba totalmente insatisfactoria
a la hora de exponer los misterios de una tcnica esotrica).
Aquello era tan brutal como sorprender a un Chambeln de
la Corte 21 en calcetines y calzoncillos: debera haber respetado
mi vida privada. La plaza de armas en la que nos encontrbamos era un lugar para los pertrechos, no un foro de discusin
cvica. As es como yo lo vea. As que all estaba, de pie ante
aquel ocial, inmvil, con las pantorrillas hinchadas bajo mis
puttees.22 Entend cmo debe sentirse un mayordomo cuando
su seor esnob le interroga de manera inconcebible sobre su
vida sexual o sobre el estado de sus intestinos.
Muy bien. Contine, Bombardero dijo el asistente,
al parecer satisfecho al ver que el sargento mayor no estaba
irreparablemente chalado.
Di un taconazo furioso, despus media vuelta, y volv a mis
las de mineros encorvados, gritando ferozmente a medida
que me aproximaba a ellos:
21. El Court Chamberlain o Chambeln de la Corte es la mano derecha
del emperador, y puede aparecer como sustituto de ste en muchas de las
funciones que le corresponden.
22. Trozo de pao que se enroscaban desde los tobillos hasta las rodillas los
soldados de la Primera Guerra Mundial.
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Inglaterra no era militarista precisamente; es ms, siempre le haban disgustado sus militares. Si la banda empieza
a tocar, Mr. Atkins, es gracias a usted, grazn Kipling, ese
amargo militarista; pero en otros tiempos, los Tommies 26
no contaban ni mucho menos con el aprecio general. El personal forajido de la Legin Extranjera y una aristocracia
marcial sirven para explicar Waterloo y Blenheim. Ejrcitos
de esclavos, en una primera poca feudal, y luego ejrcitos de
crimps lograron labrar la gran reputacin militar de una isla
de hombres libres que disfrutaban de un grado de libertad
que se acercaba al libertinaje, una de cuyas mayores jactancias era el derecho a no portar armas.
Los reyes se haban visto obligados a pelearse con un Parlamento obstinado incluso para lograr pequeos aumentos en
un diminuto ejrcito permanente. No nos informa De Lolme de que otra gran ventaja que asiste a la notable estabilidad
del gobierno ingls es que se mantiene a s mismo sin la ayuda
de un ejrcito permanente, recurso constante en el resto de
los gobiernos? Y de que ninguno de los monarcas que han
existido, en cualquier parte del mundo, ha sido nunca capaz
de mantener su tierra sin la ayuda de fuerzas profesionales bajo
su orden constante, mientras que los reyes ingleses no tenan
una guardia de ms de unas docenas de hombres, aunque
su poder fuera igual al de los emperadores romanos ms absolutos? Pero, como es natural, a menudo deseaban tener una
fuerza profesional, como los dems reyes no ingleses, para ir
al extranjero y disfrutar del Deporte de los Monarcas.
26. Thomas Atkins era el nombre genrico para denominar al soldado britnico. Se generaliza con la Primera Guerra Mundial. La primera aparicin documentada data de 1743, en una carta sobre un motn en Jamaica, aunque
empieza a emplearse en formularios como modelo a partir de 1815.
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Sin duda haban entrampado adecuadamente a todos aquellos hombres libres, ahora sobrecogidos y preocupados, como
si se tratara de lsofos, aunque se les hubiera despojado de
sus derechos histricos de la noche a la maana. Como a
sostas de la escuela de Bairnsfather! Por supuesto que aquella
era una losofa lamentable e hipcrita, pero en aquellos momentos de repentina emergencia era todo lo que tenan.
Yo saba que ese anonimato del que le he hablado antes les
habra hecho un favor mayor. Ah radicaba la verdadera solucin a todos los problemas que infestaban sus viejos petates.
De hecho, en la disciplina estaba el secreto, si hubieran reparado en ello, claro est. Pero era sta la solucin que habran
rechazado en nombre de todas sus tradiciones.
La valenta intachable del japons es hija de Shinto, de una
cultura racial de hierro dirigida a confundir el ego; o, al menos, a la Plaza de Armas. Pero cmo diablos iban a adquirir
la nocin de disciplina liberadora estos nios mimados de la
Democracia Anglosajona, que para colmo haban vuelto la
espalda incluso a las disciplinas de la Iglesia? De entre todas
las cosas, la disciplina! era lo ltimo que se les podra ensear;
casi lo nico que los reconciliaba con los rigores militares era
el convencimiento de que estaban todos unidos para destruir
para siempre toda la disciplina de Europa Occidental.
Con todo, la clave de sus dicultades, de las de cualquier
hombre en una posicin similar, se encontraba, indiscutiblemente, en la simple extincin del yo (del yo a n de retener
lo que estaban suprimiendo en medio de este ridculo caos!).
Naturalmente no haba nadie que les dijera nada a este respecto, ya que la Democracia con D mayscula era aparentemente el principio que estaba bajo amenaza, e independientemente de lo que la Democracia pueda ser, no se trata
de una losofa de la extincin del yo, o de su fusin con un
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