Antropología Feminista
Antropología Feminista
Antropología Feminista
Resumen:
Abstract:
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Perspectivas Tericas
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Presentacin
Es referencia recurrente informar
que los estudios hechos por las
antroplogas sobre culturas distintas a la occidental han sido
reveladores de la diversidad de
arreglos culturales que rodean el
ser y el estar de mujeres y hombres.
Una de las autoras ms citadas
es, probablemente, Margaret Mead,
quien public en 1935 Sex and
Temperament in Three Primitive
Societies. En esa obra pionera,
ella compar tres grupos en los
que las atribuciones de mujeres y
hombres parecan diferir notablemente, llegando a concluir que
no es el sexo consustancial al
comportamiento de unas y otros,
sino que ste es el resultado del
condicionamiento social que cada
cultura y cada grupo social dedica a nias y nios para hacerles
individuos capaces de desenvolverse de manera adecuada dentro
de su contexto social. En un sentido ms amplio, afirm que la
naturaleza humana es increble-
entrenadas en el anlisis de la
diferencia cultural, hicieron un
pasaje relativamente fluido al anlisis de las diferencias sexuales y
de gnero1. En ese proceso, la
confluencia entre dos mbitos de
pensamiento abiertos e interdisciplinarios, la antropologa y el
feminismo, mostr ser, adems
de estimulante, provocadora.
En este artculo expondr algunas de las aproximaciones conceptuales y metodolgicas de
antroplogas feministas mexicanas y espaolas que son claves,
tanto para el desarrollo de la disciplina como para las investigaciones orientadas por la teora de
gnero2. Como toda seleccin, es
arbitraria. Se centra en algunas
de las especialistas que me han
guiado en mi propio trabajo de
investigacin y, por lo tanto, forman parte entraable de mi
genealoga intelectual.
Marta Lamas public en 1986 La antropologa feminista y la categora gnero, artculo de anlisis y balance de dicha situacin que, a la
postre, resultara una referencia obligada como punto de partida para determinar el estado del arte.
2
Marcela Lagarde defini a la teora de gnero como una teora amplia que abarca categoras, hiptesis, interpretaciones y conocimientos
relativos al conjunto de fenmenos histricos construidos en torno al sexo Vid. Marcela Lagarde, Gnero y feminismo. Desarrollo humano y
democracia, Madrid, Horas y Horas la Editorial, 1996 (Cuadernos Inacabados, 25), p.26.
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Me refiero especficamente a la antropologa espaola y latinoamericana, puesto que en el mbito anglosajn, dados los antecedentes histricos, se trata de una postura de ms viejo cuo dado que antroplogas que ejercieron profesionalmente desde la dcada de 1930 (como la
propia Margaret Mead) trazan ya los derroteros de la antropologa feminista. Cfr. Teresa del Valle. Contribuciones, significatividad y perspectivas futuras de la antropologa feminista, en Actas del IX Congreso de Antropologa de la Federacin de Asociaciones de Antropologa del Estado
Espaol, Septiembre de 2002, Barcelona.
4
Es evidente que la antropologa feminista coincide en este punto con otras posturas postmodernas y postcolonialistas de la disciplina. Sin
embargo, lo que interesa destacar aqu es el nfasis que pone en el androcentrismo y el sexismo como rasgos distintivos de la antropologa
en general.
5
Es decir, no se trat ms de feminizar los conceptos ya consensuados, sino de crear aquellos que dieran clara cuenta de la condicin de
gnero de las mujeres en el contexto estudiado.
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Es amplia la discusin en torno a la emergencia de los sujetos y a la conveniencia de aplicar o no esta categora a las mujeres, debido a las
mltiples connotaciones que tiene el trmino en relacin con la sujecin. Sin embargo, es claro que en esta exposicin asumo el trmino en
el sentido epistemolgico y lo feminizo para subrayar su no subsuncin a la connotacin de un sujeto cognoscente neutro y universal.
7
Con este reconocimiento, la antropologa feminista contradice el dicho de la muerte del sujeto y muestra, por el contrario, que El sujeto
no ha muerto: se ha revolucionado. Desenmascarado por el pensamiento crtico, el sujeto muestra sus mltiples vestimentas culturales de
mundo, de clase, de estamento, de gnero, y de edad. Muestra sus particularidades concretas y su trasvestismo universalista. Y, ante la emergencia prctica y simblica, discursiva, existencial y poltica de mltiples sujetos, el ser, el sujeto, el hombre, ese conjunto de categoras interdependientes es reconstruido. (Marcela Lagarde, 2002:228). Marcela Lagarde, Antropologa, gnero y feminismo, en Griselda Gutirrez
Castaeda (coord.), Feminismo en Mxico. Revisin Histrico-Crtica del siglo que termina, Mxico, Universidad Nacional Autnoma de Mxico,
Programa Universitario de Estudios de Gnero, 2002, p. 228.
8
Ibid. p. 2.
9
Carmen Gregorio Gil, Contribuciones feministas a problemas epistemolgicos de la disciplina antropolgica: Representacin y relaciones de
poder, en AIBR Revista de Antropologa Iberoamericana, Edicin electnica, Antroplogos Iberoamericanos en Red, vol. 1, no. 1, enero-febrero
del 2006, Madrid.
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10
Dolores Juliano, El Juego de las Astucias. Mujer y Constuccin de modelos sociales alternativos, Madrid, Horas y Horas La Editorial, 1992,
(Cuadernos Inacabados, 11), pp. 15,16.
11
Marcela Lagarde, Claves feministas para la autoestima de las mujeres, Madrid, Horas y Horas La Editorial, 2000 (Cuadernos Inacabados, 39),
p. 26.
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de la violencia, la desigualdad y
la opresin de las mujeres, cada vez
ms y mejor documentada. En este sentido, la antropologa feminista contempornea ha puesto
especial atencin en la demostracin de que las culturas no son
unidades homogneas y consistentes; por el contrario, encierran fuertes contradicciones (una
de las ms patentes la que atae
a la condicin de gnero de mujeres y hombres, la cual redunda
en posiciones y relaciones atravesadas por poderes de dominacin
de stos sobre aqullas), inconsistencias y fisuras. Ante este cambio
de perspectiva, advierte Virginia
Maquieira, las antroplogas feministas estn contribuyendo simultneamente a redefinir los conceptos
de cultura, diversidad cultural y
diferencia cultural, proceso con el
cual obligan a repensar la definicin y el sentido de la propia
disciplina antropolgica.
12
R. Ada Hernndez Castillo, Entre el etnocentrismo feminista y el esencialismo tnico. Las mujeres indgenas y sus demandas de gnero,
en Debate Feminista, ao 12, vol. 24, octubre del 2001, Mxico, p. 207.
13
Marcela Lagarde, Gnero y feminismo. Desarrollo humano y democracia, Madrid, Horas y Horas La Editorial, 1996, (Cuadernos Inacabados, 39)
p. 14.
14
Virginia Maquieira DAngelo, Gnero, globalizacin y multiculturalidad, en Martha Patricia Castaeda Salgado (Coord.), Construyendo el
Presente, mirando al futuro. Perspectivas feministas para un desarrollo con democracia, Mxico, Universidad Nacional Autnoma de Mxico,
Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en ciencias y Humanidades, en prensa.
15
Ibid.
16
Ibid.
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Los aportes de ambas autoras al desarrollo terico conceptual y metodolgico de la antropologa feminista abarcan numerosas obras e importantes planteamientos. En este artculo me restrinjo a citar algunas de las que considero han sido ms influyentes en el trabajo de colegas y
discpulas.
21
Marcela Lagarde, Cautiverios de las Mujeres Madresposas, monjas, putas, presas y locas, Mxico, Universidad Nacional Autnoma de Mxico,
1990.
22
Ibid. p. 36.
23
Idem.
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momentos importantes en la elaboracin de la memoria social, entendida sta como una manera
de acceder a la comprensin de los
mecanismos del poder a travs
del conocimiento de la construccin del pasado. Esto implica el
delinear las constelaciones del poder25 Esta aproximacin es fundamental pues el estudio del poder
es un elemento conceptual y analtico que diferencia de manera
clara las aproximaciones feministas
al gnero de aquellas que lo consideran una variable, una dimensin,
un dato o una entrada a la descripcin de formas particulares de
divisin sexual del trabajo y del
mundo. En ese sentido, estudiar
el poder a travs de sus expresiones materiales y simblicas (tales
como monumentos, genealogas, mecanismos de identificacin, nomenclaturas) permite constatar la
finura con que actan los hilos de
la naturalizacin como tentculos
de la estructura de poder De ello
hemos de diferenciar entre la naturalizacin como medio para sentar y consolidar los cimientos del
poder y la naturalizacin como
estrategia de inmovilismo y desigualdad26
As, en el estudio de la memoria
se vinculan los hitos (aquellos momentos que las mujeres identifican
y seleccionan como importantes
porque introdujeron una reorientacin en sus vidas), las encrucijadas
(momentos de cruce en las expe-
riencias), las articulaciones (momentos en que se vinculan las diferentes encrucijadas) y los intersticios
(momentos en que las mujeres
encuentran la forma de resolver
situaciones difciles). Todos ellos
devienen ejes articuladores del recuerdo, que a la vez es el que da
sustancia de la experiencia.
Por otra parte, Teresa del Valle
propone tambin el estudio de
los cronotopos genricos como
estrategia metodolgica enriquecedora, puesto que son los puntos donde el tiempo y el espacio
imbuidos de gnero aparecen en
una convergencia dinmica. Como
nexos poderosos cargados de reflexividad y emociones, pueden
reconocerse en base a las caractersticas siguientes: actan como
sntesis de significados ms amplios,
son catrticos, catalizadores, condensan creatividad y estn sujetos
a modificaciones y reinterpretaciones continuas. Son enclaves
temporales con actividades y significados complejos en los que se
negocian identidades, donde pueden
estar en conflicto nuevas interpretaciones de acciones, smbolos
creados de desigualdad. Puede negociarse la desigualdad y o reafirmarse, expresarse. Lo mismo puede
ser objeto del mismo proceso la
igualdad. En muchos casos son los
espacio-tiempos donde se observan las fisuras incipientes de lo
que ms tarde puede erigirse en
un cambio manifiesto.27
24
Idem.
Teresa del Valle, Andamios para una nueva ciudad. Lecturas desde la antropologa, Madrid, Ed. Ctedra, 1997 (Feminismos, 39), p. 102.
26
Ibid. p. 132.
27
Teresa del Valle, Procesos de la memoria: Cronotopos Genricos, en Teresa del Valle (ed.), Perspectivas Feministas desde la Antropologa
Social, Barcelona, Ed. Ariel, 2000, p. 246.
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Perspectivas actuales
-ConclusinTeresa del Valle28 muestra que en
el momento actual, la antropologa feminista ofrece importantes
perspectivas para el futuro de la
antropologa, las cuales enuncia
como tensin, sospecha y emergencia. Respecto a la tensin
seala: Un punto fuerte de la antropologa feminista reside en su
capacidad para generar fuentes de
tensin que en algunos casos por
sus resultados llega a revelarse
como tensin creativa29 misma
que se vincula con la importancia
creciente de la interdisciplina que
involucra, entre otros procedimientos, la relectura crtica de la propia
disciplina.
Por su parte, la sospecha se
desarrolla en la tarea del feminismo de desentraar las falacias de
los discursos naturalistas, de las
argumentaciones excluyentes y
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de puentes creativos con el feminismo as como con los movimientos feministas y de mujeres y, por
ltimo, se convierte en un importante estmulo para el dinamismo de la
disciplina antropolgica al abrirle
brechas interdisciplinarias que la
ayudarn a romper su autocontencin y a cumplir cabalmente con su
objetivo cientfico: dar cuenta de
la experiencia humana en toda su
amplitud.
Los procesos macroestructurales
que afectan a la humanidad en su
conjunto requieren de una antropologa comprensiva de la diversidad,
la multiculturalidad, la multiplicidad de sujetos. A la conformacin de
esta antropologa contribuye la antropologa feminista de manera
decisiva al analizar cmo todos ellos
estn imbuidos por las marcas y
significaciones del gnero, por lo
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Referencias biblio-hemerogrficas
Del Valle, Teresa, Contribuciones, significatividad y perspectivas futuras de
la Antropologa Feminista, en Actas del IX Congreso de Antropologa de la
Federacin de Asociaciones de Antropologa del Estado Espaol, septiembre de
2002, Barcelona.
- Procesos de la memoria: cronotopos genricos, en Teresa del Valle (editora), Perspectivas feministas desde la
antropologa social, Barcelona, Ed. Ariel, 2000.
- Andamios para una nueva ciudad. Lecturas
desde la antropologa, Madrid, Ed. Ctedra, 1997 (Feminismos, 39).
Gregorio Gil, Carmen, Contribuciones feministas a problemas epistemolgicos
de la disciplina antropolgica: representacin y relaciones de poder, en AIBR
Revista de Antropologa Iberoamericana, Edicin electrnica, Antroplogos
Iberoamericanos en Red, Volumen 1, nmero 1, enero-febrero 2006, Madrid.
Hernndez Castillo, R. Ada, Entre el etnocentrismo feminista y el esencialismo tnico. Las mujeres indgenas y sus demandas de gnero, en Debate
Feminista, ao 12, vol. 24. octubre 2001, Mxico.
Juliano, Dolores, El juego de las astucias. Mujer y construccin de modelos
sociales alternativos, Madrid. Horas y Horas La Editorial, 1992 (Cuadernos
Inacabados, 11).
Lagarde, Marcela, Antropologa, gnero y feminismo, en Griselda Gutirrez
Castaeda (coordinadora), Feminismo en Mxico. Revisin histrico-crtica del
siglo que termina, Mxico, Universidad Nacional Autnoma de Mxico, Programa Universitario de Estudios de Gnero, 2002.
Claves feministas para la autoestima de las mujeres.
Madrid. Horas y Horas La Editorial, 2000, (Cuadernos Inacabados, 39).
Gnero y feminismo. Desarrollo humano y democracia, Madrid, Horas y Horas La Editorial, 1996, (Cuadernos Inacabados, 25).
Cautiverios de las mujeres. Madresposas, monjas, putas, presas y locas, Mxico, Universidad Nacional Autnoma de Mxico, 1990.
Lamas, Marta, La antropologa feminista y la categora gnero, en Nueva
Antropologa. Estudios sobre la mujer: problemas tericos. Revista de ciencias
sociales, vol. VIII, nm. 30. noviembre 1986, Mxico.
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