Dibujar Proyectar
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PROYECTAR (I)
ESCRITOS ACERCA DEL DIBUJAR Y EL DIBUJO
Y DEL PROYECTAR Y EL PROYECTO
ARQUITECTNICO
por
JAVIER SEGU DE LA RIVA
CUADERNOS
DEL INSTITUTO
JUAN E HERRERA
DE LA ESCUELA DE
ARQUITECTURA
DE MADRID
5-34- ....
CUADERNOS
DEL INSTITUTO
JUAN DE HERRERA
1.
NDICE
1.
2.
3.
4.
5.
6.
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pg.
pg.
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arquitectnico,
arquitectnico
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Notas:
1.- Enciclopedia Universal dellarte. Ed. Venecia
2.- ARGAN. Enciclopedia Universal dellarte. Ed. Venecia
3.- GREGOTTI. El territorio de la arquitectura. GG.
4.- ARGAN. Proyecto y destino. Ed. Univ. Central Venezuela
5.- ASIMOW. Introductin to desing. Prentice-Hall
6.- J.H.M. KALLEN. Creativity, imagination, logic.Gordon and Breach
7.- E. MORIN. El paradigma perdido. Kairos
8.- H. WALLON. De lacte `a la pense. Ed. Flammarion
9.- P. MALRIEU. La construction de limaginaire. Dessart
10.- KOTARBINSKY. Praxiology. Pergamon Press
11.- H. WALLON. Dcte la pense. Ed. Flammarion
12.- ORTEGA. Apuntes sobre el pensamiento. Ed. Logos
13.- ARGAN. El espacio arquitectnico del barroco a nuestros das. Ed.
Nueva Visin
14.- ARGAN. Proyecto y destino. Ed. Univ. Central Venezuela
13
Con estas referencias, y por analoga, una potica del dibujo debe
ser una reflexin sobre el dibujar, en la medida en que el dibujo
pone siempre de manifiesto una tensin esttica (exttica) entre los
componentes intervinientes en el proceso de dibujar. Esta reflexin
debe de conducir, por tanto, a analizar lo que quieren mostrar y lo
que muestran los dibujos, examinando sucesivamente: cmo es la
dinmica del dibujar, cuales son sus modalidades intencionales
comunicativas, como se articula el dibujar y el dibujo segn esas
modalidades y, por fin, en razn a nuestro inters didctico, que
entidad y sentido tiene el dibujo en el proceder proyectivo
arquitectnico.
*
Al tiempo que realizaba este trabajo he vuelto a releer los tratados
clsicos de Alberti y Leonardo (6) que tienen carcter ms
metodolgico que lingstico; los clsicos trabajos de Gombrich,
Goodman, Arnheim, Ehrenzweigt, Nicolaides y Argan (7) en los
que hay interesantes anotaciones lingsticas y de significado; las
grandes reflexiones de Kandinsky, Malevich, Klee y Palazuelo (8)
acerca de la dinmica de la abstraccin; y una serie de trabajos
sobre teoras poticas de gran inters analgico firmados por
Bousoo, Valery y Pessoa (9).
Tambin he tenido en cuenta el libro acerca de "La lgica del
lmite" de E. Tras y el trabajo de Anlisis de Formas de Carlos
Montes (10).
En la medida de la limitada pretensin que tiene este escrito, slo
algunos de estos trabajos asoman en l de vez en cuando, pero
puedo asegurar que todos estn presentes como referencias
ineludibles de variada intensidad.
*
La dinmica del dibujar.
El anlisis de la dinmica del dibujar es el primer paso inevitable
para aclarar las peculiaridades de esta actividad. Este aspecto del
dibujo ha sido objeto de nuestra atencin repetidamente. En
particular se desarroll en el trabajo titulado "Anotaciones acerca
del dibujo en la arquitectura" publicado en el n 1 de la Revista
EGA, y en un escrito enviado a Angela G Codoer sobre el
"Esbozo".
A grandes lneas en estos escritos se especificaba lo siguiente
Dibujar viene a ser exteriorizar, mediante trazos (gestos)
impulsos figurales de la imaginacin, tanto si estn
especficamente relacionados con la percepcin o la
memoria como si proceden del flujo desenfrenado de la
fantasa.
Pero la exteriorizacin es un proceder activo, prosecutivo,
mediatizado, en el que cada gesto produce una huella, una
parcial objetivacin que, inmediatamente, adquiere la
entidad de un signo que, a su vez, origina una nueva imagen
mental con su respectiva carga afectiva que se agrega o
contrapone a las imgenes interiores operantes como
impulsos de la accin. Con la integracin de estas imgenes
progresivas, en la imaginacin originaria se producen
nuevas representaciones internas, mejor o peor armonizadas
con las precedentes, que modulan correctivamente el
proceder. Segn la fijeza de las imgenes desencadenantes,
la capacidad apreciativa del sujeto respecto a las imgenes
nuevas y la automatizacin del proceder objetivador, el
dibujar se diversifica en correspondencia a la coordinacin
con que se controla su ejecucin en cada caso. (Este
razonamiento puede extenderse a cualquier actividad
objetivadora).
El dibujar se interrumpe por cansancio o por saturacin.
Resulte como resulte, el dibujo siempre se diferencia de la
imagen mental, o porque no coincide con ella o,
simplemente, porque se independiza de ella al quedar
14
FIG. 1
*
Nunca se dibuja lo que se ve, se dibuja lo que se siente,
siguiendo el impulso movilizador a la bsqueda de alguna
configuracin que produzca una imagen que fundamente
objetivamente el impulso desencadenante.
La representacin se produce cuando la imagen objetivada
al dibujar busca recoger, en su figuralidad, la memoria de la
visualidad de los objetos.
El dibujo de representacin siempre sale al encuentro de la
visualidad, produciendo configuraciones en las que se
pueden llegar a reconocer las cosas que se ven.
Las
convenciones
representativas
acumuladas
histricamente son los hitos que jalonan la conquista de
modelos que esquematizan situaciones perceptivas.
Partir de esta observacin obliga a entender la accin de
dibujar como un proceso de sucesivas aproximaciones en el
que, despus de cada configuracin tentativa (momento
activo), motivada por un impulso imaginario, se produce una
comprobacin crtico-perceptiva que lleva a una
subsiguiente actividad correctora, que produce otra
configuracin modificada, etc.
En consecuencia, el dibujo no puede dejar de entenderse ms
que como la superposicin sucesiva de configuraciones
tentativas en orden a intenciones argumentales que se van
modulando en el proceso, en la medida en que la
imaginacin y la memoria se confrontan a travs de las
huellas objetivadas.
FIG. 2
FIG. 3
*
Las modalidades comunicativas.
La discusin acerca de las modalidades es central para poder sentar
las bases de cualquier potica, ya que tratan de categorizar
diferencialmente las formas de manifestacin intencional
predominantes en cada medio idiomtico.
En general se han distinguido como modalidades, la expresin, la
representacin y la interpretacin o, dicho de otro modo, la
modalidad declarativa o presentativa, la modalidad descriptiva y la
modalidad explicativa. Nosotros comenzamos, hace tiempo, a
utilizar estas modalidades como campos radicales en los que
resultaba fcil encuadrar la didctica del dibujo.
Los trabajos clsicos, ya aludidos, de Gombrich y Goodman se
centran en la modalidad representativa para distinguir, a partir de
ella y alrededor de las categoras del parecido y la verosimilitud, la
propia naturaleza lingstica de la plstica pictrica. En particular
nos han parecido especialmente interesantes las distinciones que
hace Goodman frente a las modalidades de la expresin y de la
representacin, aunque este autor enfoca las modalidades
prioritariamente desde su competencia comunicativa. (11).
- Respecto a la representacin dice: "Un cuadro que represente
algo, lo describe y, al referirse a l, lo denota"... "Nada se ve
inocentemente. El ojo (y el acto de mirar) selecciona, rechaza,
organiza, asocia, clasifica, analiza, construye"..."en el producto
acabado no puede distinguirse lo captado de lo operado"... "Al
representar un objeto, lo que hacemos no es copiar una
interpretacin de l, sino que la consumamos (la realizamos)"...
"Las representaciones funcionan de modo igual que las
descripciones"... "Para que un cuadro sea representativo tiene que
funcionar como un smbolo grfico. Tiene que funcionar en un
sistema tal que lo que denote dependa enteramente de las
propiedades grficas del smbolo".
- Respecto a la expresin dice: "La representacin se dice de
objetos o situaciones, mientras que la expresin se dice de
sentimientos u otras propiedades"... "La expresin es en cierto
modo un problema de afirmacin"... "Lo expresado es
metafricamente representado"..."la expresin pertenece al
smbolo"... "Las propiedades expresadas son, adems de
metafricamente posedas, referidas, exhibidas, mostradas"...
"La representacin y la descripcin son denotativas, mientras que la
ejemplificacin y la expresin van en la direccin contraria, son
presentativas" (12).
*
Desde un plano estrictamente antropolgico, la expresin es
identificable con la manifestacin directa de la vitalidad. Es el
ademn, el grito, el gesto... En el nivel ms bajo del autocontrol
15
16
*
La representacin descriptiva del ambiente aparece cuando
la representacin de los objetos se organiza en unidad con la
entidad presencial, csmica, del cuadro, entendido como
encuadre de la escena que se describe. En clave visual, esta
representacin se articula cuando se intentan describir
objetos ubicados, expuestos a la claridad o a la luz.
En este caso el cuadro-encuadre es una limitacin
sobrepasada por la escena a representar, por lo que la
naturaleza zonal del cuadro descompuesto - o por la
formalidad de la convencin espacial, o por la luz - entra en
dilogo sistemtico con la estructura figural de gestos
concatenados que reproducen objetos.
Este tipo de representacin exige sofisticadas anticipaciones
y concatenadas acciones, comprobaciones y correcciones, ya
que implica manipular varios planos de atencin
superpuestos.
*
Evitando por ahora la jerarquizacin, cabe diferenciar las
siguientes componentes de atencin:
Por un lado est la distribucin presentativa, que viene a ser
la organizacin zonal del marco en razn a la narracin
escnica que se quiere representar. Esta atencin es la ms
arcaica histricamente y ha dado lugar a rgidas
convenciones distributivas simblicas.
FIG. 12
17
la interpretacin (19).
*
La interpretacin grfica aparece cuando el dibujo intenta
explicitar la reflexin comprensiva de una produccin
entendida como representacin.
En el grafismo se habla ya de interpretacin cuando se
argumenta que no hay representacin inocente, en la medida
en que la representacin siempre es un invento selectivo de
rasgos que describen cualidades seleccionadas de los
referentes.
Pero cabe hablar de un dibujo en dilogo con los artificios o
con otros dibujos. Del dibujo que explcita la visin analtica
de un determinado objeto o de otro dibujo, o del dibujo que
responde a la comprensin del planteamiento de otro dibujo.
Desde este punto de vista la interpretacin grfica es el
dibujo selectivo que discierne componentes modales de una
representacin de partida.
En la medida en que la interpretacin se ocupa de
contextualizar el objeto a interpretar, la interpretacin
grfica siempre trata de desvelar el contexto procesativotcnico en que el grafismo de referencia parece haber
tenido lugar. La interpretacin es, por tanto, patentizacin
radicalizada de las esquematizaciones que se adivinan
como referencias organizativas, evidentes u ocultas, de la
representacin.
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FIG. 20
El dibujo arquitectnico
Argan nos recuerda que en el Renacimiento se instituy, por
encima de las tcnicas particulares, la tcnica universal del dibujo,
como praxis mental de la ideacin, principio ideal o terico que
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Fig. 4
NOTAS
(1)
(2)
(3)
(4)
(5)
(6)
(7)
(8)
(9)
(10)
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(13)
(14)
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(17)
(18)
(19)
(20)
(21)
(22)
(23)
(24)
(25)
(26)
(27)
(28)
Fig. 5
Fig. 6
Fig. 7
Fig. 8
Fig. 9
Fig. 10
Fig. 11
Fig. 12
Fig. 13
Fig. 14
Fig. 15
Fig. 16
Fig. 17
Fig. 18
Fig. 19
Fig. 20
Fig. 21
FIGURAS
Fig. 1
Dibujos de Joaqun Planell
Fig. 2
Proceso abreviado realizado por un alumno. Grupo J.J.
Torrenova y A. Martnez.
Fig. 3
Esbozos realizados en Anlisis I. Grupo de A. Martnez y J.J.
Torrenova.
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n 2, Valladolid, 1994.
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EL REFLEJO DE
ARQUITECTURA
LA
MOVILIDAD
EN
LA
(2 versin 27.5.98)
Introduccin
Todos los cambios de nuestra cultura estn organizados
diferenciando y apalabrando, a veces conceptualizando,
acontecimientos y situaciones, que luego se reconocen y tratan
como mbitos estables y equilibrados en los trminos que fundan
su entidad.
Esto es as hata el punto de resultar extraordinario el intento de
discurrir acerca de los procesos experienciales desequilibrados
que envuelven todos los aconteceres.
Situados en esta apreciacin, entendemos que la experiencia es
cambio, transformacin, mientras que la objetivacin es parada,
congelacin artificial que pretende descretizar el cambio, y
fijarlo, al tiempo que desencadena la conciencia existencial
como transcurso abocado a un trmino (la muerte y el fin de la
historia), aunque ese trmino mantenga su indefinicin en un
compromiso continuo (la preservacin evolutiva de la especie).
El punto de partida de este escrito es el cambio dinmico
constante e inefable de todo, considerado como atmsfera en
la que aparece la cultura o, si se prefiere, la reflexin. Desde esta
perspectiva lo singular no es tanto la advertencia de lo dinmico
en cualquier proceso de produccin, sino y, sobre todo, la
notificacin de las cristalizaciones que, surgidas de procesos
evanescentes y en desequilibrio, destilan productos quietos,
disecados, acabados, en equilibrio.
Los reflejos
Reflejar, en nuestra lengua, quiere decir hacer retroceder o
cambiar de direccin la luz, el calor, el sonido o algn cuerpo
elstico, cuando sus movimientos interfieren contra una
superficie lisa. Tambin es manifestar o hacer patente una cosa y
dejarse ver una cosa en otra.
Vinculado al verbo reflejar, el sustantivo reflejo indica que algo
ha sido reflejado (o ha cambiado de trayectoria, o se ha dejado
ver), con dos acepciones diferenciales, ya que se distingue, entre
el reflejo como manifestacin abierta, y el reflejo como
aparicin reactiva espontnea. En fisiologa se llama reflejo a la
respuesta involuntaria (inconsciente) que se produce como
reaccin a un estmulo.
*
Tiempo. Movimiento
Por tiempo entendemos la duracin de las cosas sujetas a
mudanza. Tambin se llama tiempo a cada uno de los actos
sucesivos en que se divide la ejecucin de una cosa (Diccionario
de la Lengua).
El tiempo (la temporalidad) es una nocin central en la historia
de la filosofa, que juega un papel determinante en la metafsica,
la ontologa, la epistemologa, la psicologa y la fsica, y que
puede hacerse proceder de la acotacin de Aristteles que seala
el tiempo como la imagen mvil de la eternidad, al observar que
el tiempo y el movimiento se perciben juntos.
Al margen de las vicisitudes histricas de la nocin, a nosotros
nos interesa la identificacin perceptiva entre tiempo y
movimiento, entre transcurso y mudanza, que nos lleva a
considerar la cuarta dimensin como la dinamicidad, como el
movimiento, como el cambio. El tiempo es la pauta (la medida)
del movimiento segn un antes y un despus (Aristteles)
Fsica IV, II).
*
El reflejo de la movilidad en la arquitectura
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Basta ahora con suponer que los dados son mbitos limitados
de actividad (Rooms, habitculos), tentativos, entendidos
topolgicamente, y que los movimientos implican
anticipaciones, tambin tentativas, de disposicin y de modos
constructivos posibles, para obtener el relato de un proceder
proyectivo abierto, entregado a la dinmica del hacer y mediado
por la toma en consideracin constante de los movimientos y
situaciones que la arquitectura tiene que contener.
Cmo se reflejan las obras?.
Desde un punto de vista antropolgico y comunicativo
cualquier obra, considerada como un juego de lenguaje, o como
una configuracin semitica de signos convencionales, o como
un mero obstculo objetual al comportamiento y la percepcin,
es, ante todo, algo que adquiere sentido cuando se usa, y que
significa en la medida en que el uso es recogido (verbalizado)
en un discurso social comunicable (Baudrillar, J. La gnesis
ideolgica de las necesidades, Anagrama, Barcelona, 1976;
Snchez Prez, F. La liturgia del espacio, Nerea, Madrid,
1990). Recordemos que explicar un uso es interpretar.
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Pues bien, los dibujos son mbitos de uso, como los proyectos.
La arquitectura tambin. Si nos remitimos a las teoras de la
accin y las reflexiones fenomenolgicas vinculadas a la
actividad poitica y tcnica, (Fiedler, Pareyson) la realizacin
de cualquier obra slo es explicable en razn a la movilizacin
y derroche de un enorme quantum de energa desencadenante,
en forma de deseo de reconocimiento, inconformidad, gestin
de sentimientos, imaginacin dinmica, habilidad instrumental,
criterios provisionales, tendencias, actividad, responsabilidad y
riesgo, que
el autor, cualquier autor, vive como compromiso frente a lo
colectivo y, a la vez, como constituyente de su identidad y de su
destino. Este proceso de derroche, que, slo es tolerable si es
recompensado por el reconocimiento de los otros,
inevitablemente produce la necesidad reequilibradora de su
integracin en un discurso a mano que lo justifique y que
complete las inevitables arbitrariedades inquietantes de todo
hacer. Dice Arendt: Sin palabras, la accin pierde al actor, y
el actor, el agente de los actos, slo aparece como posible en la
medida en que es, al mismo tiempo, quien hace y quien dice con
palabras que es actor, y anuncia lo que ha hecho y lo que trata
de hacer (Arendt De la historia a la accin., Paidos,
Barcelona, 1995).
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