Afrogénesis

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AFRICANA,

HUELLAS Y LEGADOS EN LA HISTORIA COLOMBIANA

Si bien es cierto que la historia de nuestro Pas ha sido construida en base a la


diversidad y al encuentro de mltiples culturas, tambin se debe tener en cuenta
que esa pluralidad de saberes e identidades, no ha sido reconocida histricamente
por el discurso dominante que ha invisibilizado a las minoras, desconociendo la
importancia y los innumerables aportes que los diferentes grupos tnicos han
hecho a la construccin de nuestra Nacin. Por ello, considero imprescindible
pensarnos, no solo desde la antropologa sino desde la arqueologa antropolgica,
esos legados que, comunidades como la Afrocolombiana, han aportado a la
construccin de nuestra Identidad, teniendo en cuenta las grandes contribuciones
que puede brindar un estudio de los Afrocolombianos a travs de su cultura
material.
En la disciplina antropolgica se ha experimentado un aumento considerable en
los estudios de tipo sociocultural sobre comunidades Afrodescendientes, y se debe
reconocer que estas
producciones contribuyen en gran medida a la
visibilizacin de sus problemticas, as como de sus costumbres y prcticas, pero
a su vez es necesario adquirir conciencia sobre la importancia del patrimonio
cultural, que no se limita a la materialidad, sino que trasciende el mbito de lo
tangible para ahondar en su cultura, tanto pasada, como en la comprensin de su
presente. Para ello, es relevante contextualizarnos sobre la llegada a Amrica, y
las posteriores influencias de estos hombres y mujeres provenientes de frica,
todos ellos trados en condicin de esclavos, debido a la influencia del negocio de
la esclavitud en la prosperidad, tanto de la economa neogranadina, como de la
economa europea, ya que el oro y la plata extrados de nuestro continente, lleg a
atender el peligro inminente del estancamiento de la economa europea,
provocando con su llegada una mejor circulacin y un aumento en las
producciones.
El comercio de esclavos fue iniciado por los Portugueses en el siglo XV gracias a
las avanzadas carabelas con las que contaban para la poca, ya que as, podan
controlar fcilmente el mercado costero, del cual mantuvieron el monopolio
durante casi siglo y medio. Este mercado no solo se vio rodeado por el lucro
econmico que implicaba comerciar con esclavos, sino que tambin vena cargado
de connotaciones de tipo religioso, ya que sta representaba la ganancia de
almas para Cristo.
El mercado de esclavos, no solo se enriqueci por la captura de negros por parte
de Europeos, sino que se impuso dentro de la misma frica occidental como

castigo por diferentes delitos, como el robo, adulterio, asesinato; tambin se


conoce que en pocas de hambre algunos integrantes de la poblacin originara
ponan a disposicin a sus hijos para la esclavitud, de igual manera algunos
negros eran intercambiados por manufacturas Europeas. Otra de las formas en
que los Europeos consiguieron esclavos para transportar a las Amricas, se bas
en el aprovechamiento de ciertas rupturas surgidas dentro de las comunidades
Africanas, beneficindose de estas al recibir a los prisioneros de guerra como
esclavos. Aunque estas formas de conseguir esclavos, sin necesidad de recurrir a
la violencia directa, representaron una entrada de mercanca humana, ninguna
de ellas fue suficiente para cubrir la demanda de trabajo que exista en las
Amricas, ya que se elevaba cada vez ms el nmero de aborgenes, e incluso de
negros, que moran en las arduas labores, guerras internas y enfermedades, y era
necesario renovar la mano de obra, a comienzos del siglo XVII ya era notable la
disminucin de la poblacin nativa, adems, la demanda de estos hombres y
mujeres aument debido a la fuga de negros que escapaban siguiendo a los
cimarrones alzados en armas; fue as como el trabajo del negro en las minas se
hizo vital, al ser a su vez considerados ms productivos que los indios.
La creciente importancia que adquirieron los negros en la explotacin de
minerales, llevo a que se diera una forma de organizacin llamada cuadrillas, las
cuales fueron utilizadas para el control de la vida social del negro, pero que a su
vez fueron empoderadas por estos mismos, apropindose de las formas de
socializar y establecer relaciones familiares y culturales a travs de ella. Las
cuadrillas, estaban compuestas por mnimo 5 y llegaban incluso hasta 100
hombres y mujeres, y la conformacin de estas brindaba ciertos privilegios a
quienes se dedicaban al negocio minero, llamados seores de minas y de
cuadrillas y al comando de estas se encontraba un esclavo negro llamado capitn
de cuadrilla como menciona Mara Cristina Navarrete, quien era la mano derecha
del administracin en el establecimiento del orden y la recoleccin de la
produccin.
Para la comprensin de las dinmicas socioculturales en la colonia, es importante
conocer sobre los orgenes africanos de los esclavos que llegaron a Amrica y de
la locacin de sus asentamientos al momento de ser capturados por los europeos,
ya que esto permite reconocer el punto de partida de ciertas expresiones, tanto
religiosas, como sociales, lingsticas y culturales, que dan cuenta de la gran
multiplicidad de saberes y prcticas, con las cuales, no solo llegaron estos
hombres y mujeres a Amrica, sino que convergieron con las que se desarrollaban
en nuestras tierras a partir del encuentro entre diferentes cosmovisiones. Al
respecto, se conoce sobre la variedad de sitios de donde fueron sacados los
negros, siendo de fundamental la parte occidental de frica, como lugar de donde

se tomaron la mayor cantidad de esclavos, especficamente de la costa ubicada


entre el ro Senegal y Coanza, de Sudn, costa de Guinea y del Congo, estas a su
vez, divididas en subregiones que dan cuenta de la gran variedad de grupos
humanos trasladados a nuestro continente. Jaime Jaramillo Escobar hace
referencia a algunas de las familias tribales que hicieron presencia en Amrica,
entre ellos los angolas, carabales, arars, congos, bmbaras, mandingas,
aadiendo otros grupos que fueron nombrados por Jos Rafael Arboleda como los
lucumes, minas, chambas y senegaleses. Segn Jaramillo Escobar en su libro
Esclavos y seores en la sociedad Colombiana del siglo XVIII, es posible
desprender de los pocos documentos que dan cuenta sobre el origen africano, que
las castas tradas a la Nueva Granada, contaban con un nivel de desarrollo
avanzado que traan consigo, en sus palabras, una cultura econmica y
tecnolgica (metalurgia del hierro y el bronce, ganadera vacuna) superior por
algunos aspectos a la de los pueblos prehispnicos que ocuparon el mismo
territorio, esto plantea que la fuerza y rendimiento del negro, aunque importante,
no era el nico factor que se tena en cuenta al momento de escoger entre un
esclavo africano y un indgena para el desarrollo de ciertas labores y que la gran
diversidad de saberes que viajaron desde frica eran tan amplias como el nmero
de grupos tribales africanos que llegaron como esclavos a Amrica.
Esta multiplicidad de manifestaciones culturales, surgidas a partir de la
convergencia de gran nmero de grupos humanos que se encontraron en nuestro
continente en condiciones de esclavitud, fueron directa o indirectamente
sometidas , ya que su condicin de esclavos los haca objetos de dominacin por
parte de su dueo o el propietario de sus vidas, establecindose as unas
evidentes relaciones de poder que iban ms all de la violencia fsica y el maltrato
y se fundamentaban en el control de los aspectos simblicos de la vida del negro,
el cual, era negado en lo social como persona en palabras de Mara Cristina
Navarrete, ya que a pesar de compartir un escenario de convivencia con la
sociedad, al ser la mano de obra que facilitaban los trabajos arduos, eran
segregados y no incluidos en las dinmicas sociales casi para nada ms que no
fuera trabajo.
Frente a estas manifestaciones culturales se han adoptado diferentes posiciones,
entre las ms destacadas, una que niega la posibilidad de que las culturas
existentes en frica hayan podido ser trasladadas ntegramente a nuestro
continente, en gran parte por la amalgama cultural que se form con el encuentro
de diferentes comunidades africanas al ser esta una composicin heterognea en
un contexto diferente al el que surgieron, haciendo difcil concebir que una
conservacin haya sido posible, todo ello en voces de antroplogos como la de
Sydney W. Mintz y Richard Price bajo su teora de la criollizacin, con la cual

tambin se abordaba las organizacin que surgi a partir de las necesidades que
les implicaba el sistema esclavista y el nuevo contexto al cual estaban sometidos.
Otra posicin relevante en el estudio de lo afro y la esclavitud, es la que propone
la persistencia de muchos de los sistemas culturales y races africanas en la
dispora, sosteniendo que a pesar de que estos hombres y mujeres fueran
trasladados a un lugar diferente al de su origen, s se puede hablar de una
continuidad de su historia aqu, en donde los esclavos conservaron una tendencia
a percibirse a s mismos ligados a las races de frica. Esta teora llamada
revisionista fue impulsada por Paul E. Lovejoy quien se opona rotundamente a
posiciones, como la de la criollizacin, que no reconoca la creacin de una cultura
comn en los esclavos y una influencia de estos en la sociedad, debido a la
variedad en cuanto a sus creencias religiosas, lenguas, entre otros aspectos
culturales.
De esta forma, autores como Melville Herskovits entre otros, siguen los
planteamientos sobre la permanencia de una raz africana en el desarrollo de la
vida social y cultural de los esclavos en Amrica, siendo demostrable a travs de
la autonoma de la dispora africana frente a la sociedad europea, la cual
evidenci unos africanismos que unieron a los esclavos como comunidad, y que
en muchos de los casos, estuvieron manifestados en formas no observadas
debido al control que los europeos (esclavistas e inquisidores) hacan de estos
como forma de dominacin simblica, especialmente en los ritos fnebres, los
cuales fueron el escenario que permiti esconder y camuflar diferentes formas de
adorar a sus deidades, a travs del canto, la danza entre otras manifestaciones
culturales. Es as como surge y se encubre gran parte de las manifestaciones de
la cultura proveniente de frica y nace el sincretismo cultural y religioso entre
africanos, indgenas aborgenes, e incluso europeos.
En este sentido y en la misma va de las ideas de Melville Herskovits, y Paul
Lovejoy, surgen estudios de antroplogos como Nina S. de Friedemann y Jaime
Arocha, quienes en su decidida lucha por reivindicar el papel y la cultura
Afrocolombiana, le abrieron campo a los estudios Afro en la antropologa
Colombiana; Ellos, hicieron referencia tanto a los puentes tejidos entre frica y
Colombia, como a las formas en que vivan las comunidades Afro en nuestro Pas,
lo cual conduce a interesarse no solo por el reconocimiento de su existencia y
participacin en el desarrollo histrico de Colombia, sino por indagar sobre el
legado que dejaron y sus formas de vida en estas tierras. En este proceso y en
cabeza de estudios sobre lo afro en Colombia, se comienza a visibilizar la
influencia africana y la existencia real de sus legados en las actuales comunidades
afrocolombianas, a lo que estos antroplogos llamaron Huellas de africana,
denotando a la africana como la forma en que los esclavos llegados a Amrica

reinterpretaron su memoria, para as adaptar los sistemas culturales, y su herencia


ancestral a los nuevos contextos, constituyndose as la memoria como
herramienta vital para la reconstruccin de la vida y las relaciones tanto sociales,
como culturales de esta poblacin, adems de convertirse en pieza fundamental
para el culto a los ancestros y la resistencia. De no ser as y de no haber existido
unas culturas esclavas lo suficientemente organizadas y consientes de un pasado
y una raz africana, no hubiera sido posible la posterior formacin de los grupos
cimarrones.
En cuanto a las Huellas de africana, se hace referencia al origen de nuevas
prcticas y sistemas culturales afroamericanos, as como a la persistencia de unos
rastros y de una matriz cultural proveniente de frica, de la cual no se deslindaron
los esclavos, ni al ser forzados a trasladarse a un lugar diferente al de origen, ni al
entrar en contacto con otras culturas ni tampoco con el control e intento de los
esclavistas y la religin por exterminar su expresiones culturales. Esto se logr por
medio de la reintegracin entre africanos de la misma o de similar procedencia, lo
cual haca frente al intento de los europeos por hacer de estos grupos una
composicin heterognea, en la cual la comunicacin estuviera truncada tanto por
el lenguaje, como por otros aspectos de tipo cultural. Esta reintegracin se daba
en torno a las reacciones que provocaba la condicin de esclavitud a la que fueron
sometidos que hicieron que entre los negros creciera un sentimiento de
hermandad, como a la convergencia en algunos aspectos culturales ya que ellos
no abandonaron sus dioses, ni las historia relatadas de sus abuelos, incluso
llegaron con imgenes de sus deidades, canciones tradicionales, poesa, sabidura
de sus ancestros y muchos de sus comportamientos sociales, los cuales no fueron
truncados por el hecho de haber sido despojados de sus herramientas y de sus
lugares de origen.
De esta manera la memoria, los aromas, las texturas los colores, las formas
estticas, entre otros aspectos, se constituyen como los elementos icnicos del
legado africano que se conservan y permanecen vigentes, compartiendo
escenario con los nuevos que surgieron, a lo que Gregory Baetson denomina
como un equipaje de informacin cifrada en lenguaje iconogrfico, la cual es
transmitida de padres a hijos e implica, tanto que se retransmita, como que sea
apropiada por las nuevas generaciones y a su vez est sujeta a los cambios que
esto involucra. A todas estas representaciones simblicas y al devenir de ellas a
travs del tiempo, es a lo que Nina S. de Friedemann y Jaime Arocha han
denominado como Huellas de africana y a lo que otros autores han comenzado
a referirse como etnognesis, para hacer referencia explcitamente a los nuevos
procesos gestados en torno a este tipo de manifestaciones.

A la par del aumento en los estudios afro, han surgido discusiones en torno a los
legados de frica en la historia y el presente de las poblaciones negras
colombianas, apareciendo planteamientos como al que se le ha denominado
eurognesis, el cual pone en tela de juicio la permanencia de elementos de la
herencia africana en las dinmicas culturales y sociales de la dispora, negando
que haya sido posible la conservacin de tales legados por la condicin de
esclavitud y la forma en la que fueron sometidos y trados forzosamente los negros
africanos, ya que al venir en condicin de mercancas de piel negra como lo
llama Eduardo Restrepo, dejaron atrs sus sistemas culturales, sus dioses,
lenguas, entre otros aspectos de su vida, y aunque esto pervivi en la mente de
los primeros esclavos, no fue posible que en contextos simblicos diferentes se
haya mantenido vigentes, esto a su vez intensificado por el gran control de los
espaoles que no aceptaban nada que no fuera acorde con lo hispnico.
Por otra parte, se encuentran las ideas de la afrognesis, alimentadas en gran
medida por el trabajo de Nina S. de Friedemann y su marco terico de la Huellas
de africana. En esta perspectiva, se aboga por el reconocimiento de la influencia
ejercida por los legados africanos en la dispora y las formas en las que estas se
visibilizan en sus dinmicas socioculturales, todo ello gestado en medio del
maltrado y la explotacin, condiciones arbitrarias, desterritorializacin y control
impuesto sobre su comunidad , lo cual provoc que a pesar de estos nefastos
hechos, se dieran una resistencia, una renovacin de sus costumbres, de su
memoria, y unas huellas provenientes de la matriz africana que se vieron
materializadas en su posterior organizacin. Estas huellas no solo se pueden
encontrar en sus costumbres, sino en la posterior construccin de las nuevas
dinmicas sociales que se originaron de la convergencia entre diferentes culturas.
Este pensamiento afrogentico, hace una crtica a la eurognesis en cuanto al
abordaje simplista que tiene del esclavo como objeto que limitado a proveer fuerza
de trabajo, negndole su condicin de portador y a su vez creador de cultura, la
cual a pesar de verse sometida bajo el yugo de los Espaoles, se reconstruy en
nuevas formas.
Un aspecto relevante que se debe poner sobre la mesa, es lo perjudicial que
puede ser esencializar cualquiera de las dos miradas, tanto eurogentica como
afrogentica, subrayando que as sea casi imposible hablar de un traslado total de
las manifestaciones culturales africanas a Amrica y a Colombia, si se debe darle
la importancia que tiene la existencia de los legados y la herencia africana, no solo
en la construccin de la identidad afrocolombiana, sino en las nuevas realidades
culturales que se estaban formando y las cuales han sido y siguen siendo pilares
fundamentales para la construccin de la Nacin.

Expuesto lo anterior se puede concluir que la historia, de los afrocolombianos y


con ella de nuestra Nacin misma, se ha visto marcada por la influencia de una
raz africana, de una matriz de costumbres, lenguas, rituales, saberes, mltiples
cosmologas, todas ellas convergiendo en una interaccin con otras formas de
vida como la indgena y la europea, lo cual da cuenta de la composicin cultural
heterognea que se puede hallar en Colombia, de las resistencias al olvido que se
forjaron en las luchas por reconstruir las dinmicas sociales arrebatadas con la
esclavitud, y mostrando las magnitudes de la diversidad con la cual ha sido
construida nuestra historia; a su paso, se visibilizan los grandes vacos que an
quedan por llenar en cuanto a la reconstruccin de la vida, procesos y desarrollos
de esas diversas historias. Es as como los estudios y la revisin que se ha dado
hasta el momento en torno a la temtica afro, puede constituirse como un llamado,
tanto a nuevas revisiones historiogrficas, como a la incursin en el campo
arqueolgicos, que permitan acercarnos no solo a la comprensin del pasado sino
tambin a la ambiciosa tarea de sus huellas en el presente.

Bibliografa

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