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enero/febrero
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Colaboradores
La novela Desde los blancos manicomios, de la ensayista, profesora y narradora Margarita Mateo Palmer (La Habana, 1950),
obtuvo el Premio de la Crtica para obras publicadas en 2008.
Las Cartas a Toutouche (compilacin de cartas de Carpentier a
su madre, Lina Valmont) fueron traducidas y anotadas por Rafael
Rodrguez Beltrn (La Habana, 1947).
Artculos de Emir Garca Meralla (La Habana, 1965) referidos a
la msica cubana y sus relaciones con la sociedad aparecen con
regularidad en diversos medios nacionales.
Poeta, autora de textos para la escena, editora y crtico teatral,
Nara Mansur (La Habana, 1969) obtuvo el Premio Nicols Guilln
con su cuaderno Manualidades, del que tomamos los poemas
aqu publicados.
El ojo de Alejo (Ediciones Unin, 2007), compilacin de textos sobre
Carpentier de la ensayista, crtica y profesora Graziella Pogolotti
(Pars, 1932), mereci el Premio de la Crtica en el 2008.
De Rito Ramn Aroche (La Habana, 1961) es el poemario
Historias que confunden (Editorial Letras Cubanas, 2008).
La crtica de arte y curadora Elvia Rosa Castro (Sancti Spritus,
1968) trabaja actualmente en su libro Aterrizaje. Despus de la
crtica de la razn cnica.
Pedro R. Noa (San Jos de las Lajas, 1956), crtico de cine y
profesor, es compilador del libro Ojeada al cine cubano, de Jos
M. Valds Rodrguez (Ediciones ICAIC, 2010).
Trillos urbanos, Vibraciones del buey y Oral B son algunos de
los libros debidos al poeta, traductor y narrador Ricardo Alberto
Prez (La Habana, 1963).
El pasado ao, el narrador Rafael de guila (La Habana, 1962)
recibi el Premio Alejo Carpentier de cuento con el libro Del
otro lado.
Las Ediciones Altazor, de Per, publicaron en 2010 Carbono
14. Una novela de culto, del narrador Jorge Enrique Lage (La
Habana, 1979).
Por el proyecto de libro de cuentos Los espirales del tiempo, el
narrador Ahmel Echevarra (La Habana, 1974) fue merecedor de
la beca de creacin Razn de Ser en 2008.
Lisandra Daz Rodrguez (La Habana, 1987) obtuvo su licenciatura en Letras con una tesis dedicada a La sexta isla, de Daniel
Chavarra.
El crtico de arte y profesor Hamlet Fernndez (Cabaigun, 1984)
recibi el pasado ao el Premio de Crtica de Arte Guy Prez
Cisneros en las categoras de ensayo y resea.
Nicols Hernndez Guilln (La Habana, 1951), doctor en Ciencias
Matemticas, es autor de varias publicaciones relacionadas con
la vida y la obra de Guilln, y desde 1996 preside la Fundacin
Nicols Guilln.
Yanelis Velazco (Matanzas, 1976), poeta, ensayista y profesora,
prepara (en conjunto con otros investigadores) un volumen de
ensayos dedicado a las grandes elegas de Nicols Guilln.
Autor de numerosos libros y artculos sobre Nicols Guilln y otros
grandes autores de la literatura hispanoamericana, Keith Ellis
(Jamaica, 1935) es doctor Honoris Causa por la Universidad de La
Habana y Profesor Emrito de la Universidad de Toronto.
La editorial Letras Cubanas tiene en proceso obras escogidas
(poesa y prosa) de Luis Marr (Guanabacoa, 1928) para la
coleccin Premio Nacional de Literatura.
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La Gaceta de Cuba 3
De
para confeccionar sus hermosas hachas pulidas, a las que le atribuan un origen celestial
pues crean que eran proyectiles que caan
de las alturas junto con el relmpago. La forma puntiaguda de una de las partes de este
tipo de instrumento permite que se le asocie
tambin con el falo que engendra. Esta
piedra sagrada, de la cual brotan chispas si
es golpeada con slex sobre algunas de sus
partes de cuarzo, evoca una impecable cadena de asociaciones lgicas que la vinculan
con la tempestad: Un choque, un trueno;
una chispa, el rayo.8
Aunque en este pasaje de Oppiano Licario la diorita est relacionada con los cultos
egipcios, en cuya cermica sacra desempe un importante papel, no deja de resultar
altamente sugerente que la vibracin de esta
piedra del rayo, tan utilizada por los cubanos precolombinos para confeccionar sus
exvotos, sea la que inicie el despliegue de
fuerzas y energas que conducen al xtasis
sexual y a la fecundacin.
Por otra parte, la apelacin a la kundalini
como imagen de la fuerza interior que se expande en los cuerpos de los amantes durante el dilogo sexual, vuelve a reafirmar las
semejanzas entre estos hechos y el huracn.
Como ha resumido Juan Eduardo Cirlot:
Kundalini est representada simblicamente como una serpiente enrollada sobre
s misma, en forma de anillo (kundala), en
una regin del organismo sutil que corresponde a la extremidad inferior de la columna vertebral: cuando menos as sucede
en el hombre ordinario. Pero, por efecto
de las prcticas encaminadas a su espiritualizacin como el Hatha Yoga, la serpiente se despliega y se alza a travs de
las ruedas (chakras) que se corresponden
con los diversos plexos hasta llegar a la regin correspondiente al tercer ojo (frontal,
de Shiva). En este momento recupera el
hombre segn la doctrina hind el sentido de la eternidad.9
Segn ha explicado Fernando Ortiz, el
vocablo cicln, procedente del griego, fue
adoptado desde mediados del siglo xix por
los meteorlogos ingleses, porque significaba serpiente enroscada. (351) Entre otros
argumentos, Ortiz maneja los siguientes en
relacin con la tradicin de los indocubanos
de identificar la serpiente con el huracn:
El huracn, dios de una cabeza y una
sola pierna, fue simbolizado por la serpiente. Qu es una sierpe sino un ser
excepcional, compuesto de una cabeza
y una sola pierna? Qu era un huracn sino una tromba tan inmensa que
no poda ser vista; una tromba que bajaba de los cielos ondulando como una
serpiente, que sorba las aguas y las
arrojaba luego con impetuosas rfagas
de viento?10
Girando con fuerza uniformemente
acelerada se van desplegando en los cuerpos de Ynaca y Cem espirales de color,
vibraciones, letras de alfabetos desconocidos. Rotan las aspas, se arrugan las lneas,
se arremolinan las energas, se curvan los
bordes de un crculo gigante, fuerza rotando dentro de la fuerza del disco mayor, hasta producir como un domo en la cabeza
del innombrable. (153) En un momento
Ynaca siente como si una llamarada le
recorriese la columna vertebral, despus
eran dos llamaradas entrelazadas formando
un caduceo. (151) En una magnfica estilizacin, ambos fenmenos, el cicln que
asola la ciudad y el huracn desatado en
el interior de los cuerpos de los amantes,
son reproducidos en escalas diferentes, uno
contenido dentro del otro. La serpiente que
los representa desatar una multiplicidad
de colores en rotacin, arco iris sagrado
que se eleva, como la figura polcroma que
suele aparecer al terminar la tempestad.
Posedos por el baile arrebatador de la figura de dos brazos giratorios que representa al huracn, batidos por las ondas de
energa que va liberando la serpiente en
su soplo ascensional, alcanzan el xtasis
los amantes.
El encuentro amoroso entre Ynaca y
Cem tiene un carcter trascendente, pues
su finalidad ltima es la procreacin, la
gestacin de un nuevo ser. Por ello, y para
evitar que la descendencia sea aquejada por
la misma enfermedad de Cem, Ynaca tomar algunas medidas, pues cuidaba por
anticipado la salud de su hijo. (151) En un
momento dado, a la hermana de Licario
le pareci que aseguraba el tronco de
la nueva criatura en plena vigilancia
del plexo solar. Su hijo no debera ser
asmtico como Cem. El fuego serpentino tendra que ser sentido por Ynaca
hasta su transmutacin en sonidos, no
los inoportunos silbidos de la disnea
bronquial. El kundalini, fuego serpentino, debera asomar en la nueva criatura, con la cabeza de una serpiente que
modulase slabas latinas en un quasi
cantabile. (151)
Vuelve a aparecer aqu un tpico al que
Lezama haba dedicado reiteradamente su
atencin. Se trata del vnculo entre respiracin
y poesa, que parece derivarse del simbolismo
tradicional que asocia el aire con el verbo y
con la creacin, el aliento del hombre con
su espritu o pneuma. En Sobre poesa,
donde, luego de expresar que la respiracin
es el espacio asimilado que se devuelve, el
autor de Paradiso afirma: En la respiracin
del hombre se conjuga por instantes el verbo, la voz, la imagen con lo telrico de las
entraas. El espacio ms secreto del hombre
se transfigura con la llegada de lo estelar.11
La necesidad de unir los dos espacios, el
respirante interno del hombre y el espacio
estelar (153) es uno de los objetivos que
debe lograr esta unin.
Terminado el dilogo amoroso, Ynaca
le ofrece a Cem unas semillas de gabalonga, inmejorable para los males del asma
(154), y una ropa similar a la que incendi
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La Gaceta de Cuba 7
OtraHistoria de lunas
de Alejo Carpentier
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a ya clebre maleta perdida, que permaneciera durante largos aos en Francia y que fuera recuperada
gracias a las gestiones de la familia que la conserv,
nos reserva siempre nuevas sorpresas. Ahora podemos
poner a disposicin de los lectores y estudiosos de
nuestro novelista, fundidos en uno, dos documentos de considerable importancia hallados en ella. El primero es un manuscrito
a lpiz de once pginas, redactado en francs, que lleva el ttulo,
posteriormente tachado, de El emb; en su lugar, en el margen
izquierdo se lee, con letras maysculas Historia de lunas. El tipo
de papel usado (de copia, de color rosado), coincide con el de muchas de las cartas que enviara el escritor a su madre entre los aos
1930 y 1931. El segundo documento, igualmente en francs, es
un mecanuscrito de siete pginas que ya con el ttulo, al parecer
definitivo, de Historia de lunas, reproduce el primero, excepto
el final, con las correcciones efectuadas y aade otras enmiendas
manuscritas. El papel, en este caso timbrado, es el mismo que utilizara en parte de su correspondencia con Lina Valmont, a partir de
marzo de 1932 cuando, junto a Filiberto Rico, Carpentier diriga
las ditions de
Musique Hispano-Amricaine.
Como es sabido, la Historia
de lunas que
conocemos fue
publicada en una
separata de Cahiers du sud, la
prestigiosa revista marsellesa,
en diciembre de
1933. Al respecto, conviene revisar las Cartas a Toutouche, en
las que el novelista hace referencia a esta obra de su etapa inicial.
En carta fechada el 22 de julio de 1932, Carpentier le escribe a
su madre: Acabo de terminar mi primera novela corta en francs
Historia de lunas cuya copia te mandar. Tiempo ms tarde,
en una carta no fechada pero que gracias a diferentes alusiones
a publicaciones y acontecimientos podemos situar en enero de
1934, escribe Alejo: Te mando Le Cahier du Sud con la primera
de mis histoires de Lunes, que ha tenido un xito sensacional.
De esta manera podemos dar una fecha aproximada a la composicin de la primera y constatar, adems, que Alejo se propona
hacer una serie con este ttulo, ya que habla de la primera y que
la palabra historia (en francs) est con minsculas y en plural.
Ahora les ofrecemos otra Historia de lunas, cuya importancia
no pasar inadvertida para el lector avezado.
El perodo en que se inscriben las dos historias revela una
bsqueda insistentemente vinculada a la temtica afro-cubana: se
haba iniciado con La rebambaramba, El milagro de Anaquill
y los Cinco poemas afrocubanos, que llevan la fecha de 1927;
Manita en el suelo es de 1931, y, sobre todo, cue-Yamba-!,
cuyo manuscrito (probablemente un esbozo inicial) ya llevaba, segn propia declaracin, a su salida de Cuba en 1928; esta novela
ya estara muy avanzada para inicios de 1931, puesto que en el
primer nmero de la revista Imn (abril de ese mismo ao) aparecen los captulos 25 (ligeramente modificado), 35, 36 y 37 de
lo que sera la edicin espaola de 1933. Adems, en la carta del
8 La Gaceta de Cuba
Historia
de
lunas
Alejo Carpentier
Barbarita. Al fin,
mam rompi el
silencio:
Esta noche
dejaste otra vez
la ventana abierta.
Se te olvid que
haba luna? Vas
a terminar como
Mara-la-O (sic), la
que gritaba Fuego! al odo de los
terneros
Pero los bueyes esperaban y
tuvimos que salir
para el ingenio,
cuya sirena sonara a las seis de la maana.
Ya Salom no se despertaba. Cada maana se renovaba la
misma escena familiar alrededor de su cama. Ahora cada uno de
nosotros se preparaba el caf, sin pensar mucho en aquella que
hablaba en sueos desgarrando cada vez ms su vestido. Esperbamos el regreso de las noches oscuras, cuando la luna se dirige
hacia otras tinieblas distintas de las nuestras.
Tata Cuengue
mat el alacrn
Olel, Olel,
Olel, Olel,
Jesucristo transmisol,
Obatal transmisol,
Alln Kard transmisol
Olel, Olel,
Olel, Olel.
Sikanekua-la-mujer-que-descubri-el-pez-roncador-y-que-muri-a-manos-de-Nezac-el-fundador-de-la-Primera-Potencia, un
extrao estrpito se produjo en el cuarto de Salom. Vimos que
sobre su cama se ergua un negro desnudo, untado de grasa de la
cabeza a los pies, que fij en nosotros sus ojos postizos, rojos,
sin vida, cosidos con hilo blanco a una tela oscura que ocultaba
su rostro. De un brinco salt por la ventana abierta y su sombra
regres a la noche. Aunque salimos del boho, ni tan siquiera intentamos ir en su bsqueda. Un ser humano vivo nunca podr
atrapar a un escurridizo.
Cuando regresamos al boho, la cadena de cobre se haba torcido y formaba un crculo un poco achatado.
El escurridizo se fue dijo mi madre. Ya no regresar al
boho.
Como no se debe hablar de estas cosas, nadie supo que a
Salom la haba embarazado un escurridizo. Pero el hombre de
los ojos postizos rondaba por la zona, y luego supimos que en el
pueblo, donde es difcil ocultar un secreto, haban violado a la
hija de Menejildo y a la hermana de Atilano, el que criaba gallos
de pelea.
Pero nada de eso impeda que Salom siguiera preada. Por
tercera vez fueron a buscar a Tata Cuengue. Vino con sus tres hijos y trajo los cuatro tambores que hablan: el tamborcito rodeado
de plumas; el tambor grande, que se templa con calor; el tambor
que se acaricia con la mano y el tambor que entiende el lenguaje
de los muertos. Acostaron a Salom, completamente desnuda, sobre una mesa. Los hombres, que conocen todas las tradiciones,
rociaron su cuerpo con ron y leche de chiva. Una gran estopa embebida en miel le fue colocada entre los muslos. Salimos entonces
del boho en espera de los acontecimientos. Los cuatro tambores
hablaron durante largo tiempo dentro de la casa cerrada. El ms
pequeo llamaba a las fuerzas espirituales con su continuo redoble. Los otros le respondan con perodos entrecortados que,
al iniciarse, provocaban nuestro estremecimiento. Finalmente
omos a Salom dando unos formidables gritos que de inmediato
fueron ahogados por el estrpito de los tambores.
Se abri una puerta del boho. Salom, inconsciente, se desangraba. Entonces Tata Cuengue nos mostr, amontonados sobre
un taburete, las atrocidades que la simiente del escurridizo haba
hecho nacer en el vientre de mi hermana. Haba un gato negro
sin orejas ni pezuas y con la pelambre cubierta por una grasa
infecta; a su lado, dos docenas de alfileres, un huevo de paloma y
un grueso camarn atravesado por una aguja.
Mi madre bes las manos del sabio. Tata Cuengue nos dio
de beber un poco de ron en la vasija de hierro que siempre llevaba colgada al cuello con una correa de cuero y los tambores
hablaron de nuevo invitando al baile. Comenzamos a dar vueltas
alrededor de Salom que ya iba volviendo en s gracias al agua
magntica con la que el Tata le salpicaba el rostro. Dbamos y
dbamos vueltas cantando:
Tata Cuengue
Mat el alacrn
Tata Cuengue
Ya no volver
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Edesio Alejandro
dejo para otro da, slo te dir que era bastante zorro y que eso me
libr de algunas tundas de golpe. Hasta que lleg la msica.
Qu relacin hay entre la msica y tu cambio de actitud social?
Mucha. El descubrimiento de la msica no slo me cambio la
vida sino que me ense a pensar y a vivir de otra manera. Tendra once aos cuando empec a tocar en una banda de rock que
hicimos un grupo de amigos en el barrio. Creo que fue por el ao
1971, se llamaba Unin simple. Una banda de rock en pleno San
Leopoldo, tierra de rumberos. Pas de mataperros a msico.
Tendras razones para ello, no?
S. No voy a negar que nac con algo de ritmo y que ese ritmo
se desarroll tocando rumbitas en los caps de los carros, arriba
de los cajones, sobre una mesa, o en las fiestas que hacamos. Un
detalle interesante de aquellos aos de mi vida es que no recuerdo
qu msica se pona en la radio, pero s algunas de las canciones
que inventamos hoy le dicen componer para las fiestas de los
solares en que tocbamos.
Volviendo a Unin simple, ocurre que un amigo de la infancia, que se llama Rey Julio y tocaba la guitarra en el grupo, me
convence para que entre en la banda en la batera. All estuve ms
o menos dos aos, hasta que mi madre se entera de la convocatoria del Conservatorio Alejandro Garca Caturla y arranca con
Rey Julio, con mi hermano y conmigo para que nos presentramos a las pruebas.
Rey Julio me sugiere que me presente en guitarra y yo, que no
saba nada de ese instrumento, me aprend en dos noches algunos
acordes y melodas. De los tres el nico que entr al Conservatorio fui yo, pero en trompeta. Lo curioso es que Rey Julio aprob
todos los exmenes de msica pero no saba quines eran los Tupamaros y por eso no lo admitieron.
Treinta aos despus, cuando vuelvo a pasar por el barrio de
San Leopoldo, me viene a la mente una contrasea cantada que
La Gaceta de Cuba 11
aos 80, a pesar de que el rock no tena el apoyo oficial del que
disfrut, por ejemplo, la Nueva Trova, hicimos un trabajo que cont
con el respaldo de muchas grandes figuras de la cultura cubana de hoy
como Isabel Busto y Danza Nacional de Cuba, Narciso Medina, pintores como Humberto Castro y Waldo Saavedra. Tambin agradezco
a los que en aquel momento eran trabajadores del Teatro Nacional por
su pasin. Nombrarlos a todos sera imposible pero ellos saben que
les he hecho un lugar importante en mi vida.
Hay una verdad que no admite dudas y es que a pesar de la ausencia de apoyo oficial, de la indiferencia de la EGREM y la televisin y
de algunas otras instituciones, pusimos la obra en el Teatro Nacional,
siempre a teatro lleno. Tuvimos buenas crticas y marcamos una pauta
en la historia de la msica y el rock cubanos. Ese mrito no es slo
de Edesio Alejandro, hay muchas otras personas, adems de las que
antes mencion, que nos acompaaron.
Si algo aport Violente fue el hecho de que se abri una puerta. Hubo un cambio de mentalidad en muchas personas y sobre
todo fue el pie para que muchos msicos pudieran decir que s
se poda hacer rock y pop en un teatro en Cuba. Eso es lo que pienso
treinta aos despus.
En cierto momento alguien afirm que tu nombre deba estar entre los iniciadores del movimiento de hip hop cubano y otras corrientes de lo que hoy se llama msica urbana, qu de cierto hay en ello
y hasta dnde eso alimenta tu vanidad?
Dale de mi parte las gracias a la persona que me hace tal honor,
pero como artista creo ms en las motivaciones expresivas, en las
inquietudes que se desatan en la medida que uno va ascendiendo
creativamente.
Creo que ms que como un precursor me gustara que me vieran
como alguien que va logrando resultados en la medida que experimenta con la msica, que trata de hacer realidad sus sueos y que en
determinado momento eso le puede salvar la vida, como fue el hecho
de empezar a rapear las canciones. Pero como msico soy un ser social, interacto con el medio y soy partcipe de mi tiempo.
Creo que lo nico que reclama mi vanidad es saber que las personas me quieren, me siguen profesionalmente, se sienten bien, y si
ellos estn contentos, yo soy el hombre ms feliz de la tierra.
Esta respuesta tuya me da pie a una pregunta tal vez frvola,
pero que encaja en este momento, se trata de la popularidad: es
Edesio Alejandro popular, es popular su trabajo y hasta dnde
esa popularidad es importante en su carrera?
Hay una cosa importante, al menos eso pienso yo, dentro del
trabajo de todo msico, de todo creador, y es la necesidad de reconocimiento. se es el primer impulso que se genera una vez termi-
14 Entrevista
La Gaceta de Cuba 15
Poesa De Manualidades
Nara Mansur
16 La Gaceta de Cuba
Casa tomada
A qu huele, cmo suena, a qu sabe, por qu
se quedan afuera toda la noche?
Cuando baja la voz, por qu se estremece as pap?
sta es mi huella, mam?
Esta marca de hierro es la de un caballo
o es la de un esclavo
o es la de un camello, una serpiente, un rbol?
Huele a todo, duele todo:
las muchachas y los muchachos tomados
de las manos. Deditos, uitas.
Un ruido adolescente paraliza todo. Un silbido largo
como de disparo, un escupitajo inmenso a nuestra fe.
Forcejean los del edificio tomado, aqu al lado.
El remolino de cuerpos all dentro, sin gas ni agua
corriente,
el remolino de la rebatia por algo,
cualquier cosa viene bien. Cualquier cosa
es un regalo porque nada o casi nada se tiene.
No hay tregua dice Ramn, el portero.
Y salimos los tres asustados, sin dejar de mirar hacia
aquella casa.
Planeta mam
As me vi: la acompaante lacrimosa
la que no pregunta los datos sobre la ecografa,
y las fechas ahora aparecen
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Uteru
La Gaceta de Cuba 17
l despertar de la Isla a las inquietudes planteadas por los vnculos entre cultura y nacin puede
leerse como una apasionante
novela, hecha de peripecias, altibajos, convergencias, disensos, desilusiones
y relanzamientos impetuosos. En siglos y
circunstancias diferentes, dos virajes decisivos nacieron con el agrupamiento de clulas
dispersas, entremezclada la reflexin responsable, sutiles estrategias polticas, dramticas
confrontaciones, al amparo de encuentros en
salones refinados o en almuerzos informales.
As es el transcurso normal de la vida, fraguada entre grandes acontecimientos y el indetenible fluir de la cotidianidad. Pero, slo
la grafomana de los participantes entrega
a la posteridad el testimonio de lo sucedido
con el toque de espontnea inmediatez que
garantiza su verosimilitud. Las batallas del
primer reformismo se libraron en el mbito
acogedor de las tertulias delmontinas. Alrededor de cien aos ms tarde, el brote de la
vanguardia tendr su origen en concilibulos
que pasaron del Caf Mart a las redacciones de los peridicos y se establecieron en
los almuerzos sabatinos del grupo minorista.
Ambos terminaron abruptamente. La poltica haba enhebrado los debates sobre arte y
literatura.
Los contertulios de don Domingo intentaban establecer el equilibrio caminando sobre una cuerda floja. En realidad,
estaban sobre un barril de dinamita y buscaban paliativos para que la chispa no se
encendiera. El crecimiento acelerado de la
produccin azucarera exiga la importacin
18 La Gaceta de Cuba
De tertulias
y almuerzo
sabatinos
Graziella Pogolotti
os
Para la historia literaria cubana, se constituyeron en referentes de un andamiaje conceptual vigente hasta la redaccin definitiva
de Cecilia Valds.
La perspectiva actual contribuye a iluminar el destino trgico de Juan Francisco
Manzano. Captado por los delmontinos que
compraron su libertad mediante una colecta, haba pasado de una condescendiente
esclavitud domstica a las brutales formas
de explotacin en un ingenio azucarero en
el ms puro ejercicio de la violencia por
las inhumanas condiciones de trabajo y la
sdica aplicacin de castigos corporales.
Dotado de talento innato, los contertulios
lo incitaron a redactar su autobiografa,
convencidos de la fuerza persuasiva de un
testimonio de probada autenticidad. La
filantropa paternalista afirmaba en otros
trminos el conflicto entre civilizacin y
barbarie, definido de manera imborrable
por la frontera de un color de la piel diferente. Limadas las cadenas, el liberto sigui
siendo un subordinado, reducido a un plano de inferioridad en aquellas reuniones
de hombres crecidos en otra clase, dueos de otra cultura, capaces de conducir de
la mano la escritura de un recin iniciado
en esas labores y de imponer sus propios
valores al anlisis de la realidad. As pudo
escapar a todos la esencia infamante respecto a la condicin humana que llevaba
a las personas a constituirse en un objeto
ms en el conjunto de bienes atesorados por
otros. Instrumentalizado con propsitos polticos, Manzano adopta inconscientemente
el punto de vista de los detentadores del saber y del poder econmico. La autenticidad
de la autobiografa de Manzano reside en
lo que denuncia y, sobre todo, en la vacilacin temblorosa de su voz. Torturado en el
proceso de la Conspiracin de la Escalera,
abandonado por todos, pagar con el silencio la posibilidad de sobrevivir.
La violacin de los derechos esenciales
de la persona subyace en el trasfondo de la
historia sentimental de amores contrariados
en Francisco, de Anselmo Surez y Romero.
Al transgredir la prohibicin impuesta por el
arbitrario autoritarismo del ama, el protagonista cae, como en un precipicio, del paraso
de la vida domstica urbana al infierno del
trabajo en el ingenio. Heredero de una familia de propietarios arruinados, el autor conoca de cerca las vicisitudes impuestas por
un implacable sistema de explotacin, con
las prolongadas jornadas de labor, la falta de
sueo y, sobre todo, el horror de los castigos.
Tomada de la observacin directa, la pormenorizada descripcin del transcurrir cotidiano del acontecer en el entorno del ingenio
proporciona una fuente documental de
inapreciable valor. Novela de tesis, la
obra de Surez y Romero reafirma
el contraste entre amo bondadoso y amo cruel, con lo que deja
abierta la posibilidad conciliatoria de una esclavitud benigna,
trasmisora, mediante su armnico componente educativo, de
las virtudes jerarquizadas por
dictadura machadista aceler la desaparicin de la Revista de Avance. Martn Casanovas y Alejo Carpentier sufriran prisin
y el primero, en su condicin de extranjero,
sera deportado. Sin embargo, el grupo fundador tendra que estallar, ms tarde o ms
temprano, en razn de las fuerzas potencialmente antagnicas que coexistieron provisionalmente en su seno. Lectores todos ellos de
la Revista de Occidente, la atmsfera cultural
se impregnaba tambin de otras corrientes.
De inspiracin latinoamericanista, el APRA
cont con voceros peruanos y con seguidores
en la Isla. A travs de Julio Antonio Mella y
Rubn Martnez Villena, el marxismo, junto a
los ecos de la Revolucin de Octubre, alcanzaba una audiencia creciente. Antiplattismo y
antingerencismo evolucionaban hacia un nacionalismo permeado de antimperialismo.
El acelerado suceder de los acontecimientos favoreci la rpida gravitacin de los minoristas hacia extremos opuestos
del panorama ideolgico. Unidos por una fraternal
amistad, el destino
de Jorge Maach
y Juan Marinello
deline las fronteras ltimas de este
divorcio.
Coda
Dos amigos
Poesa
Hundimientos
Undosa brevedad
el trino
que se
haz dicho t
empequeecidos
lcteos.
ni la crecida
no lo celebra? Dnde
el otro que
No del todo
Nunca se empieza igual fruto
en vuelo. Faja
un simple hueso
sea el escombro
explora
cuando
cuando
Sin desearlo
Desgarraduras
Temprano el ruido de camiones. Una vecina: Dormir
no puedo a esa hora, 5 a.m. cuando ellos descargan.
El silencio del barrendero. El ruido
Cuentas
de las hojas.
del barrendero.
Basurero, Ab
el Barroso
La Gaceta de Cuba 23
n el corazn de la tecnologa
que es igual a decir Tokio,
Abel Barroso se pasea por las
calles hablando a travs de un
telfono celular atpico. Frente
a portadores de mviles con bluetooth, acceso a Internet, mega pxeles disponibles
para tomar fotos y videos de aceptable resolucin, etctera, etctera, el aparato de
Abelito llama la atencin por su enorme
tamao en la era de la miniaturizacin
tecnolgica y adems porque no oculta los
materiales con que fue realizado: un taco
de madera grabada.
La naturaleza de la conversacin del
performer es totalmente apcrifa pues no
est dialogando con alguien en especfico
dado que su telfono no funciona; Abel
est hablando, provocando al contexto.
Mostrando sin pudor su atraso? en materia tecnolgica. Intercambiando capitales
simblicos de recepciones tecno-culturales y culturales.
Este gesto de Abel tiene su homlogo
en Technology Man (2002), un robot
diseado y grabado por l a su imagen
y semejanza para poder colarse dentro y
caminar de un sitio a otro demostrando
sus aptitudes para cualquier cosa en una
evidente parodia de nuestra condicin de
espectadores de segunda fila que alterna con la primera segn los trazos de las
nuevas geopolticas.
Estas suertes de bricollages a lo Abel
Barroso pasan a formar parte de la mitologa tecnolgica por negacin, es decir,
se trata de nuevas figuras, de todo un imaginario tecno de look povera provocado
por el reciclaje mental y objetual que el
artista consuma en sus piezas a partir de
una ilusin y de nuestras capacidades
(innovar, por ejemplo) para colarnos en
esa redistribucin global del poder cultural y sobrevivir en esa marea difusa
y rizomtica llamada Imperio,1 donde el
manejo de las identidades hbridas parece ser uno de los tpicos programticos.
Caf Internet del Tercer Mundo
(2000) inaugur esta oleada tragicmica
de instalaciones y obras referidas al consumo perifrico de la tecnologa. Pero el
humor de Abel permite convertir en elogio el defecto y la crtica se dispara en
todas direcciones: al exceso y a la carencia; a la dominacin y a la doblegacin.
En sus obras puede encontrarse todo
un ensayo visual sobre los mecanismos
de resistencia polticos, econmicos y
culturales de aquellos pases que por razones diversas han quedado excluidos de
las nuevas lgicas de distribucin y consumo cultural (dgase periferia, afirman
que trmino en desuso). Lo hace, eso s,
desde un acentuado sentido del humor y
una voluntad ldica (casi todas las piezas son interactivas) que involucran de
manera perversa a pblicos provenientes de todas las lgicas culturales. Abel
apunta todo el tiempo a esa divisin
internacional del trabajo que hace poco
esboz Nstor Garca Canclini y que fue
24 La Gaceta de Cuba
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La Gaceta de Cuba 25
Horror de culto
Una conversacin
en Yutong con
Jorge Molina
Cmo describir las pelculas de Molina?
Horror de culto estilo caribeo,
irreverente y muy independiente.
Piense en Jess Franco, una dominatrix
de los 80, Coffin Joe y Lydia Lunch
emborrachndose todos juntos
en la sala de la casa de Dario Argento.
Karyn Riegel1
ort
Fotos: C
esa del
entrevis
tado
ara m fue una sorpresa increble y, al mismo tiempo muy grata, ver la cantidad de personas que pujaba
frente a las puertas del cine La Rampa el da que estrenaron Molinas Ferozz, el primer largometraje de
Jorge Molina que competa en la seccin de pera
Prima en el XXXII Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.
Molina es ms conocido como actor, pues ha participado en
un nmero importante de cintas cubanas. Vale recordarlo como
el comecoles de Madagascar (1994) o el bicitaxista que observaba ensimismado los caracoles sobre el muro del malecn en
La vida es silbar (1998), ambos filmes de Fernando Prez o, ms
recientemente, como el soldado sovitico, compaero de Volodia,
en Lisanka (2009), dirigido por Daniel Daz Torres. Pero no ha
tenido igual suerte como realizador, no obstante haber terminado casi una decena de cortometrajes. Por eso, a pesar de que
conoca de sus nada ortodoxas maneras de distribuir su obra, me
sorprendi el nmero de admiradores que asistieron aquel da.
Conversar con Jorge Molina sobre sus formas de hacer, su
trayectoria artstica, era una deuda de haca muchos aos. Gracias a que coincidimos en el Encuentro Nacional de la Crtica en
Camagey durante marzo de 2010 pude realizar esta entrevista,
la cual, dado el apretado programa del evento, tuvo que esperar
al viaje de regreso hacia La Habana.
Cmo se inicia tu pasin por el cine en tu natal Palma Soriano?
En Palma Soriano haba cinco cines y se estrenaban constantemente pelculas. Pero aparte de eso, yo viva al frente de un
almacn de equipos de bombeo, donde parece que al administrador le gustaba el cine y contrataba tres veces a la semana a
un cine mvil para que le pusiera pelculas a los trabajadores.
Yo era un chamaquito y, mientras ellos se dorman, aprovechaba
para ver un montn de cosas: Fellini, Kurosawa, Sarita Montiel,
todo lo que se pona en 16 mm. All fue naciendo mi fascinacin
por esa cosa que no saba lo que era, pero que s estaba seguro
de que algn da me iba a dedicar a ella. Vea pelculas sper importantes, aunque no tena la conciencia todava de que lo eran.
26 Entrevista
Pedro R. Noa
trabajo que tenan. Era una enseanza muy clsica, una onda de
el arte con sangre entra, te machaco y te machaco para que
aprendas.
Entonces eres de la primera generacin de la EICTV?
No, qu va! Cuando entro, la escuela haba graduado su primera generacin, soy de la tercera.
Y la Escuela qu te aport en tu formacin?
Mucho. Es mi casa. Para m, en mi vida, hay un antes y un
despus de ella. Yo era una persona y, aparte de estudiar cine,
sal convertido en otra. Por muchas razones esa escuela es muy
envidiada. Tiene un sistema de enseanza muy liberal donde prima la prctica sobre la teora, aunque se da teora. Se prioriza el
aprender a hacer y aprender a hacer, haciendo. Yo no soporto las
escuelas donde se teoriza mucho porque los que se forman en ese
pensamiento crtico, filosfico, semitico, al final terminan haciendo cine farsesco y pierden la honestidad, el impulso, ese automatismo squico puro del que hablaban los surrealistas. Es mi
opinin. Yo siempre trat de no ser minado por eso. Los crticos
que estudian el audiovisual ven cosas en mis pelculas, genial!,
pero creme que no las hice para eso, las hice por puro goce, para
sentir algo orgsmico dentro de m. Hacer lo que quiero, que
puede estar bien o mal, pero siento que es lo correcto. La Escuela
me ha enseado eso y se lo voy a agradecer siempre.
En fin, qu le aport la EICTV a Molina? Disciplina, el trabajo con el equipo. Yo s tirar el miedo a un lado y convertirme
en alguien con la capacidad para aglutinar gente.
Molinas Culpa es tu ejercicio final de curso?
Es mi ejercicio final o mi primer ejercicio docente donde realmente mostr una manera interesante de narrar. Fue lo ltimo que
hice antes de salir de la Escuela.
Cmo era el Molina de este corto? Cmo fuiste armando la
historia que fue, de hecho, el inicio de tu estilo?
Molinas Culpa fue un guin que escrib con un amigo ecuatoriano en media tarde para divertirnos y en ningn momento pens que
fuera mi ejercicio final. Pero como soy un poco vago en la escritura,
cuando comenzaron a pedir los trabajos para la tesis no se me ocurri
nada, as que saqu el guin de una gaveta y les dije: Miren, esto es
algo que hice. Originalmente no se llamaba Molinas Culpa, sino
Culpa nada ms. Me acuerdo que haba una honorable comisin que
inclua mucha gente: Jorge Fraga, Julio Garca Espinosa, Ambrosio
Fornet y no s quin ms. Arturo Sotto present Talco para lo negro,
y a los dos nos batearon, nos dijeron que nuestras pelculas tenan
problemas dramatrgicos. Al final, entregu otro guin parecido, lo
aprobaron e hice el anterior.
La pelcula fue un divertimento. Yo, inconscientemente, estaba forjndome una manera de hacer cine, una gramtica propia,
eso es muy difcil. Pero te confieso una cosa, y sin nimo de ser
un pesao, para m es muy fcil lo que provoca angustia en los
directores: dnde poner la cmara. Te lo puede decir todo el que
ha trabajado conmigo.
Molinas Culpa se inicia como un homenaje a Juan Orol
sa es una provocacin. No existe ningn homenaje a Juan
Orol. Era slo para provocar porque Orol era un director odiado y
me gusta molestar a los que odian a los directores zetosos.
Desde nio me gustaba ir contra la corriente. Me decan no
hagas esto porque es malo y yo lo haca. Yo era casi asmtico y me
fugaba todos los das para el ro Cauto. Me cur haciendo todo lo que
no deba.
Me inspir en el cine que la gente consideraba malo, del que se
burlaban, el de serie B, porque la gente no se da cuenta de que algunos
de los grandes autores de la historia del cine vienen de ah, lo cual no
quiere decir cine mal hecho. La historia del cine est llena de personas que con muy poquito dinero hacan pelculas muy buenas,
ahora mismo pienso en Detour, de Edgar G. Ulmer, por ejemplo.
Ya desde Molinas Culpa tambin aparecen algunas temticas
recurrentes en tu obra que vinculan el sexo y la violencia a una
historia de amor.
En la pelcula no hay una sublimacin del amor. Yo creo en
el amor, y tengo suerte con l. Mis historias tienen que ver con el
amor de alguna manera, pero son tragedias. Siempre hay una relacin, que creo es parte de la vida, entre el sexo y la muerte. Por
lo general son culpas, arrastro culpas no s por qu, pues tuve una
infancia sper buena. Mi mam era maravillosa y mi padre tambin. Pero con todo ese cine que he visto me he ido creando otro
mundo paralelo al mo, ms divertido y atractivo. A lo mejor el
real no lo fue tanto. Quizs sublimo ese otro mundo. Uno se crea
sus obsesiones y a m siempre me obsesionaron el cuerpo humano y la muerte. A veces pienso que voy a morirme y lloro, porque
no quiero, siempre estoy con esa tragedia, pero no a la manera de
Woody Allen con sus tics y sus inseguridades. En las historias que
escribo con otras personas porque siempre escribo con alguien,
est presente la muerte. Muerte a travs de lo trgico, de la manera ms cruda, sangrienta, no una muerte apacible como la de
un viejito sentado, sino agnica, lenta, y tambin est el sexo que
por lo general lleva a la muerte en casi todas mis pelculas, no s
por qu. Es como si fuera una culpa, algo religioso. Yo soy lo ms
ateo que hay en el mundo, para que t veas, y mi obra es un poco
eso: el amor como un medio para llegar a un fin que es morir, y
me queda bien, pero tampoco s por qu.
Despus de Molinas Culpa qu ocurri?
Molinas Culpa me convierte, sin yo proponrmelo, en un outsider. Todo el mundo deca: Qu bueno, qu bueno!, pero por
detrs: ste es un pornogrfico, un enfermo! ste no es un artista! sa fue una pelcula que llam la atencin de montones de
gente, para bien y para mal, y yo tena dos opciones: o iba como
el corderito y perteneca a la industria?, o a otros medios como
hicieron algunos de mis colegas que se han ido desinflando por el
camino, o luchaba por fuera.
Todo mi mundo anterior de pasin por el cine, lo haba iniciado con una camarita de 8 mm, haciendo lo mismo que se ve
en Molinas Culpa con mis amigos de la calle. Pero comienza a
ponerse el panorama negro, todos mis amigos comienzan a irse
de Cuba y yo decido quedarme. Al final, de mi generacin slo
quedamos Arturo Sotto y yo, personalidades diferentes, dos maneras distintas de ver el cine; l ha seguido tratando de hacer su
cine en Cuba, como yo el mo.
Bueno, estuve desde 1992 hasta 2000 sin hacer nada. Decepcionado. Me entraron angustias sobre qu iba a pasar conmigo,
pero un da me dije: Coo, Molina, si t estudiaste cine y eso es
lo que te gusta por qu no te pones a hacer pelculas!
En el 98 me llaman de la EICTV, estaban haciendo video clases y cosas de sas y el director docente que haba entonces me
dice: T te atreves a editar este material? Lo hice, a l le gust
y me dijo que si quera seguir hacindolo me poda contratar. Y
me volv a vincular a la Escuela.
Desde entonces he hecho de todo, a veces siento que no me
aprovechan lo suficiente. ltimamente no me estn usando como
asesor y he quedado ms para la parte cultural. Ellos se lo pierden. Pero bueno, le estoy pagando a la Escuela todo lo que ha
hecho por m, no slo en mi formacin, sino tambin porque me
ha apoyado mucho en lo que hago.
En 2000 comienzas con cul proyecto y cmo?
Conoca a dos hermanos que estaban estudiando en la Escuela
y dijimos: Vamos a burlarnos del Dogma 95. Hagamos un Dolma, como dira un negro de Centro Habana De ah salieron tres
historias pequeitas3 escritas en treinta minutos que tenan que
ocurrir en un slo local, con dos actores, tres cuanto ms. Como
norma de iluminacin una lamparita, se poda utilizar luz natural
y se iban a filmar con una camarita Hi8 Handycam. De esa forma
regres a la realizacin.
La historia era muy simple, una tontera, se apoyaba en la
famosa leyenda urbana que se cuenta en muchos lugares sobre
una mujer de la que un tipo se enamora. l va en un carro y ella
le dice: Djame aqu. Y un da, cuando regresa a buscarla, la
madre le dice: No es posible, mi hija muri hace muchos aos.
Yo invent un cambio en la historia. El protagonista es un hombre
que vive tan ensimismado que un da se le aparece una mujer que
le dice que es su vecina del piso de arriba. Regresa tres noche
seguidas y cada vez se lleva algo. l se queda conectado. Ella
desaparece. l la encuentra en un hospital, hace doce aos est en
coma, pero se da cuenta de que todo lo que se llev de la casa est
all. No era un sueo. Con esta historia slo quera probar cmo
La Gaceta de Cuba 27
La Gaceta de Cuba 29
Ninguna. Yo no creo en la diferencia entre largometraje y cortometraje. Eso es un problema de mercado que tiene que ver con
la distribucin. Lo inventaron los americanos. Las pelculas son
pelculas. Ferozz tambin puede ser un corto. Lo del largo fue
otra de mis provocaciones. Cuando le dan el premio que yo nunca
pens que le iban a dar, me dije: Si con cien o doscientos pesos
film Solarix y con mil y pico de euros hice Mofo que es un medio
metraje, cmo con diez mil no voy a hacer un largo, no jodas?
Cmo fue el proceso de Molinas Ferozz?
El proyecto surgi gracias a un amigo actor, Alan Jimnez,
que hace unos aos atrs me ense dos o tres pginas que eran
como una gran plasta de mierda con una hermosa flor en el medio. Le dije: Esto tiene una idea interesante, necesita algo ms.
Me lo das y colaboras conmigo. Yo la dirijo y t ests al lado
mo. A priori, no le gust mucho la idea, me dijo que tena que
pensarlo y a los cuatro das me llam: Dale, mtele caa!
El guin original que fue a Cinergia era de un corto, cuando
nos enteramos del premio, el otro guionista, Edgar Sobern, y
yo, dijimos: Vamos a escribir un largo en una semana. Entonces comenc a darle el tono rural, cubano, a la historia. Qu es
lo que ms interesa en la historia de Caperucita? La prdida
de la inocencia y el miedo a lo desconocido: el bosque, el lobo.
Haba que buscar algo cubano vinculado con la licantropa y
apareci el cageiro. Lo que significa el lobo en el cuento aqu
es el cageiro. As, el personaje que era religioso, ahora tambin es palero y est relacionado con la subtrama del cageiro.
Inventamos que Dolores, que en la primera historia sufra, era
una vctima, ahora es una cnica que sufre. Inocencio ahora es
cuado y to, eso le da ms morbo a la historia. En fin, centr la
trama en una familia cubana con cierta disfuncin. Me hubiera
gustado que fuera ahora mismo pero es atemporal. Lo que ms
me gusta de la historia es su tono oscuro y morboso.
Desde lo visual, mi objetivo era trabajar un poco la cuestin
de la oscuridad inspirado en la pintura de Caravaggio, Fidelio
Ponce, que son pintores que me gustan mucho, y tambin homenajear a todo el mundo gtico de los cuentos infantiles, y a
La Bestia, la pelcula de Waleriam Borowczyk. Y no fue ningn
reto, te lo confieso. Es el trabajo donde ms suave me he sentido.
En tus pelculas los espacios nunca son pulcros, siempre
hay una suciedad ms all de las que pueden tener las almas
o incluso la suciedad del acto sexual, considerado por algunos
perverso, pero adems le agregas una suciedad artstica Has
intentado explicrtela?
No s si eso tendr que ver con que me gustan mucho las
novelas de realismo sucio: Charles Bukowski, Pedro Juan Gutirrez, incluso algunas cosas de Padura aunque ste no tiene
que ver con el realismo sucio pero te encuentras en las historias policas que tienen mucha mierda. Quizs es una manera de
rendirle homenaje a eso, aunque no sea de una forma realista,
porque vamos a estar claros, mis pelculas pueden ocurrir en
Marte, en Hong Kong o en otra galaxia pero son pelculas
cubanas. Aun cuando no quiera, siempre algo de mi mundo
va a estar en ellas. <
Karyn Riegel: Ocularis Newsletter, en http:// www.galapagosartspace.com, 29 de
abril de 2002.
2
Jorge Molina: Memoria del director sobre su proyecto, en revista digital Miradas,
n. 2, 2004, http://www.eictv.co.cu/miradas.
3
Las otras dos historias que componen Dolma 2000 son: Yo soy Godzilla, de Adrin
Garca Bogliano y Estupro, de Ramiro Garca Bogliano.
4
El corto es Ayax (color, 10 min., 1996). Tesis del espaol Guillermo Escalona.
5
Steven Jay Schneider: Examinando a Molina: una entrevista cndida con el autor
underground cubano, en revista digital Miradas, n. 2, 2004, http://www.eictv.co.cu/
miradas.
6
La primera vez que me siento a mirar Molinas Test mal escribo apuradamente:
Wong Kar-Wai filmando con el lente de Jess Franco. Shanghai Gesture y The Old
Dark House rehechas por Fulci. Ms notables son el claro diapasn de referencias
conscientes y la fuerza de los instintos de Molina como realizador. Esta mezcla de
talento y educacin, combinada con su inclinacin natural hacia la provocacin, es
lo que hace a la obra atractiva y perturbadora a la vez. ste es el arte de un hombre
que ha vivido y respirado cine desde que era muy joven. Ruth Goldberg: Sexo y
muerte estilo cubano: la visin oscura de Jorge Molina, en revista digital Miradas,
n. 2, 2004, http://www.eictv.co.cu/miradas.
1
Poesa
Recital porcino
Los cerdos: el retorno a la virtud
La palabra voluntario
me puede sugerir
un ltigo
una mquina de escribir rmington.
En la escuela me ensearon
a odiar los voluntarios espaoles
de la colonia,
a sentir admiracin por los voluntarios
de la zafra del setenta.
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La Gaceta de Cuba 31
XVII
Premio
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32 La Gaceta de Cuba
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a Gaewtzee. Me re: y eso dnde es? En Holanda, quiero verte. Por eso estaba yo ahora ac, y lo abrazaba y dejaba que la
palma de mi mano regresara una vez y otra a pincharse con los
ralos cabellos encima de su nuca. Al fin nos separamos, nos acodamos a la baranda de la terraza, debajo haba todava ms hojas
y basura, mucha basura. La paz qued detrs, mirndonos. Cunto tiempo vas a estar en Holanda? Tres meses, en principio. En
principio los amigos se iban, en principio era tan slo por unos
meses, despus, en principio, no regresaban, en principio una se
iba quedando sola, todo eso en principio. Por eso volv a abrazarlo, a llevar la palma de la mano sobre los cabellos ralos, all, encima de la nuca. l estuvo oliendo mi cabello hasta advertir una
fragancia nueva. Cambi de champ. Maravillosos los cambios,
dijo, y aquello, evidentemente, era una irona. La paz hizo una
mueca. Siete meses antes yo haba dejado a Roger. Lo haba dejado por otro hombre. Un hombre mayor. Un tipo que pareca
muy interesante. Pareca. Aquello dur poco pero despus ya no
tuve deseos de regresar a Roger, en realidad no tuve deseos de
regresar a hacer algo. Y ahora Roger se iba a un sitio raro. Glaesky, o como se llamara. Y la paz haca una mueca. Qu es ese
lugar donde vas? Un pueblo, pequeo, en la frontera con Blgica.
Sonri: hay molinos de viento, vacas y mucho queso. Seguro
tambin hay lienzos de Van Gogh, dije yo. Tambin. Y cerveza.
Claro, hectolitros de cerveza, de la negra. Yo entorn los ojos
como alucinando y Roger me llam borracha. La paz tambin lo
era porque se relami los labios. Roger era abstemio, casi totalmente abstemio, alguna que otra vez acceda a tomar del vaso de
alguien, eso ante la insistencia, despus sonrea y mencionaba la
lcera. Una lcera inexistente. A quin conoces all? A Matty,
dijo. Yo no saba quin demonios podra ser Matty pero tena
nombre de vaca, una vaca lechera, se le ordeaba y daba muy
buena leche, excelente queso, una vaca que pastaba muy cerca de
un molino de viento, un molino del que colgaba un lienzo. Uno de
Van Gogh. Quin es Matty? La paz enarc las cejas. La conoc
chateando. La, advert, no me faltaba razn, Matty era femenino,
y era una vaca. Chateamos unos dos meses, despus ella vino
ac, ahora voy yo. La paz enarc todava ms las cejas. La vaca se
haba alejado del pasto, en principio, todo eso para venir ac, un
sitio donde no haba molinos, ni viento, ni pasto. Un sitio donde
ella sera la nica res. Todo eso en principio. No quise seguir preguntando, era obvio que Roger y la vaca tenan una relacin. Roger
con una vaca, holandesa, leche de calidad superior. Top quality. Y
queso. A m me gustaba a morirme el queso. Gruyre, Gouda, azul,
el que fuera. Vive en ese sitio de nombre raro? En Gaewtzee, s,
vive all, tiene un coffee shop con Internet. La vaca pastaba en un
coffee shop y consultaba twitter, colocaba su foto en facebook,
administraba un blog en el que explicaba cmo ingerir toneladas
de hierba y evitar deposiciones verdes. Una vaca ciberntica. Yo
no saba qu mierda de idioma se hablara en Holanda, imagin a
Roger tratando de tirar de la vaca, tiraba de Matty con una soga,
una muy gruesa, de camo, una buena soga de camo, no una
de esas, sintticas, la vaca tena una campana colgante del cuello,
ding dong, se pona terca y se negaba a avanzar. Ding dong, era una
vaca muy tozuda. Ven, dijo Roger. La paz nos mir, desilusionada
al saber que perdera el resto de la historia. Nos fuimos al cuarto,
all todo estaba igual, todo salvo la foto de una rubia, la foto estaba encima de la mesa de noche, una rubia muy rosada y algo
adiposa, una rubia de pechos enormes. Tambin haba una bandera, una tela a tres bandas, roja, blanca y azul, la tela colgaba de un
extremo del cuarto, encima haban unas letras, me esforc en leer
Koninkrijk der Nederlanden, vaya Dios a saber lo que podra significar aquello. Del cuello de la rubia en la foto no colgaba campana alguna. Tampoco una soga. Ni de camo ni sinttica. La
rubia sera la vaca. Matty. Y la bandera, holandesa. Quiero dejarte
todos mis libros, o los que quieras llevarte. Bueno, dije, me los
llevo todos. El viento mova la bandera y yo lament haber dejado
a Roger por aquel tipo, el tipo era un estpido, el muy anormal era
casi impotente y siempre estaba dispuesto a hablar de cualquier
mierda, eso durante horas. Tambin puedes llevarte mis cds. Simul alegra, Roger tena muy buena msica, y montones de
films de culto, la coleccin completa de Von Tiers y Tarantino,
La Gaceta de Cuba 33
casi todo Kaurismki, un tesoro pero yo habra preferido que Roger no se fuera a sitio alguno, llegar alguna noche ac para volver
a ver juntos Breaking the Waves o Anticrist, la jarra de t con
hielo encima de la mesita, la terraza abierta, la paz acurrucada en
algn sitio, todo eso aunque al final le diera un beso en la frente y
me fuera a dormir a casa. Si quieres tambin puedes llevarte el
equipo de msica, la PC necesito que la vendas, pueden darte
seiscientos, tal vez ms, el display no es aqul que se nos pona
negro, es nuevo, lo trajo Matty, y el disco duro es de 500 Gb. La
vaca Matty no slo pastaba, tambin era un animal de carga,
cruzaba el Atlntico cargada de vituallas y muga, todo el Atlntico lo cruzaba a puros mugidos. Tengo un amigo que puede ayudarme a venderla, a buen precio. Si quieres te quedas con el
modem. No, tengo uno, bueno. ste lo trajo Matty, mralo, tal vez
sea mejor que el tuyo. Yo no tena deseo alguno de quedarme con
algo que hubiera trado una vaca, por eso insist en que el mo era
mejor. No s, dijo l, dime de alguna otra cosa con la que quieras
quedarte. Estuve a punto de decir que slo deseaba quedarme con
l pero no tena derecho. No tena el menor derecho. Eso la paz lo
saba, yo lo saba, l lo saba. Puede que el viejo impotente y
la vaca tambin lo supieran. Era algo que en principio sabamos todos. No vas a volver? Roger demor bastante en responder: no no creo, dijo. Fue un error haber dejado a Roger,
todo eso por un viejo, un viejo impotente, una va por la vida
cometiendo errores y despus la gente se va a Gaewtzee o a cualquier sitio. En principio. Se van y una no puede enmendar los
errores. Tienes donde vivir all? Al viejo no se le paraba y
tena aquello bastante chico. Vivir con Matty, ella vive sola,
encima del coffee shop. Yo haba dejado a Roger por un imbcil, tuve deseos de quitarme un zapato y darme con l. Duro.
En la cabeza. Una. Dos. Muchas veces. La vaca y el viejo
impotente habran hecho buena pareja, el queso y los molinos
de viento alcanzaran a solucionar los problemas de ereccin
del viejo. Hasta podran ahorcarse juntos, con la soga de camo. O con una sinttica, eso no importaba. Y trabajo?, tienes trabajo? Presum que aludira a alguna faena en el coffee
shop, Roger era experto en computadoras, no tendra la vaca
que enviarlas a algn taller o comprar nuevas, Roger creara
un taller a un lado del molino de viento, cambiara motherboards mientras contemplaba pastar a las amigas de Matty,
todo el rebao ah, Roger mirara a travs de la ventana y las
vacas haran lo suyo. Crunch, crunch, vacas pastando. Y
muuuuuu, mugiendo. Las vacas siempre mugen. Eso es lo
suyo. Voy a trabajar en el coffee shop, dijo. Quise saber en
qu idioma se entenda con la vaca. Hablamos ingls, Matty
estudi hotelera en Londres. Vaca Picadilly Circus, vaca Trafalgar Square, vaca Buckingham Palace, vaca que engulla
verde pasto y se solazaba con el herbaje, una hierba muy verde, inglesa, pasto del alegre bosque de Sherwood. Todo verde
Lincoln. El ingls de Roger no era bueno y quiz no haya logrado entenderse a derechas con la vaca, ella: te vas a mi coffee
shop de esclavo, fucking boy, l: no importa abunden en Holanda los eslavos, honey; ella: a la noche dormirs en el cepo,
fucking boy, l: dormir junto a tu pecho ser romntico, sweetheart, Roger llegaba a Holanda y terminaba grilletes a los
pies, camina sudaca de mierda, fucking boy, gritaba la vaca, y
Roger: no soy sudaca, anormal, soy del Caribe, y la vaca Matty
se deshaca gritando que todos ramos sudacas, todos la misma mierda, sudaca, you are sudaca, all of you are sudacas,
fucking boy, aullaba, y el viejo impotente tomaba viagras junto al molino y las vacas todas se regodeaban felices, y el pasto era de lujo, buen pasto verde Lincoln, toda Europa luce
buen pasto verde Lincoln, todo eso hasta que Roger lograba
enviarme un mail aydame, coo, y del cielo caa un grupo
especial dispuesto a rescatarlo. Me gustara quedarme con la
butaca, dije. Es tuya, concedi l. Era una butaca de tela rosada
con listas verdes, de tono playero, muy cmoda, yo sola sentarme
ah horas, a veces me dorma y Roger me cargaba para llevarme a
la cama. Me sent, segua siendo muy cmoda, rogu para que
Roger no dijera que la vaca se haba sentado all. Qu otra
cosa quieres llevarte? Negu con la cabeza y cerr los ojos.
34 Dosier / XVII Premio de cuento La Gaceta de Cuba
bandera cubana, una bien grande, una que ondeara cuando el aire
glido del norte moviera las aspas del molino de viento y el pasto
cabeceara, un pasto que engulliran las vacas. Muuuuuuuu. Todo
verde Lincoln. La bandera cubana y el pasto verde Lincoln. Me
cerr la blusa y Roger regres con el jugo. Estaba muy cido,
montones de gramos de vitamina C, una vitamina maravillosa
que no obstante no mova un jodido dedo para que Roger no se
fuera a rumiar con una res. Roger cerr la ventana y reincidi en
zafarme la blusa, en mirar mis pechos. Lo dej hacer. Me ech al
suelo, la cabeza sobre sus piernas, Roger se quej del calor, se
levant para activar un artilugio en la pared, un aire acondicionado, Hitachi. Nunca hubo aire acondicionado all, slo ventilador,
uno viejo, un General Electric muy sucio, haca ruido y Roger se
mataba ponindole lubricante, troc, troc, as sonaba, ahora era un
Hitachi, un equipo pequeo, blanco, casi no haca ruido. Seguramente
lo haba trado Matty. La vaca. Toda una caravana de acmilas cruzando el Atlntico. Una caravana mugiente. Voy a dejrselo a la
vieja, dijo, y daba vueltas y vueltas con el dedo ndice a mi ombligo. Vueltas en el sentido de las manecillas del reloj. Yo quera que
mi vida girara en sentido inverso. Vueltas y vueltas a la vida hasta
llegar al preciso instante en que tomaba yo la decisin de no dejar
a Roger. No dejarme seducir por las artes de un viejo. No dejar que
la vida fuera la mierda que es. Que no enfre mucho, por favor,
sabes que me llega la alergia. Roger volvi a pararse para correr
el mecanismo a low. Una lastima no alcanzar a hacer lo mismo
con la vida, correrla a low. Despus me cont que en el coffee
shop era legal fumar marihuana, en Holanda era legal aquello, de
toda Europa llegaban tipos a Gaewtzee, cruzaban la frontera para
visitar el coffee shop de Matty, la vaca los reciba a puros mugidos, los ding dong de la campana, el pueblito muy cerca de la
frontera belga y todos llegaban a fumar hierba, buena hierba marroqu y fuerte moka negro de Etiopa, al rato todos estaban muy
felices con los mugidos de Matty, y la vida estaba en high. Claro,
era Holanda. En Holanda la vida siempre est en high. Y no hay
culpables. T no vayas a tocar la jodida hierba, dije. Roger se ri:
sabes que yo ni cerveza, de ser t en Gaewtzee habra que tomar precauciones. Nos remos, Roger tena razn, el vicio asomaba vestidito de frac y se anunciaba: buenas noches, y yo sin
reparos abra todas las puertas, albricias, Alvar Fez, como profiriera un da el Cid, el vicio y yo nos dbamos los mil abrazos,
emocionadsimos. Me imagin sentada en el coffee shop all en
Gaewtzee, navegando en Google, el humo de cannabis llenando
deliciosamente el local, un tazn de moka etope aderezado con
chocolate suizo, Nestl, mixtura sa de las ms raras, los holandeses me miraban con los ojos muy grandes y los belgas cruzaban
la frontera para conocerme y la vaca muga de rabia, de tanta
sorda envidia, alguien acuda a ordearla y se llevaba una garrafa
humeante de leche cida, y los belgas rean, y los holandeses
rean, y cada vez el humo de cannabis era ms denso, un humo
que se religaba con msica holandesa, una msica rarsima, unos
acordes como para provocar migraa, en un extremo haba un
jukebox, una de aquellas cajas ridculas de los aos 50, llena de
luces de colores, luces que hacan guios, yo me levantaba y ahora era Love is an Elevator, de Aerosmith, verdad sa mayor que
un templo, y despus Stair Way to Heaven, de Led Zeppelin,
escalera como no hubo ni habr jams otra, y ms tarde Angie,
de los Rolling, un Jagger todava ms grande que todas las escaleras y todos los templos, y los holandeses aplaudan, y los belgas
aplaudan, todos aplaudan como locos, y la vaca Matty, de psimo gusto, miraba con sus muy vacuos ojos y volva a mugir. Si te
hiciera falta algo me lo dices, ya ver yo como mandrtelo. Lo
abrac, tuve deseos de pedirle que no se fuera, pero slo lo abrac, dije (l, desde luego, lo saba) que mis necesidades eran muy
reducidas, pocas veces necesitaba yo algo, ahora, por ejemplo,
necesitaba no seguir ac, en el suelo, mis posaderas, en Holanda
puede que el suelo fuera menos duro, muy holands l, mullido,
ac el suelo era duro, ac era mejor la cama, ac siempre la cama
haba resultado la mejor de las opciones, el mejor sitio, tal vez no
fuera as en Holanda, ac siempre lo haba sido, el mejor de los
mundos posibles, mi reino por una cama, dadme una cama y mover el mundo, dejad que las camas vengan a m, cama de todos
La Gaceta de Cuba 35
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La Gaceta de Cuba 37
Otra madrugada:
Hoy quiero recordar a Simo (1905-2002) dijo la nevera.
Muri en abril, hace ya unos cuantos aos. El ser humano ms antiguo que he visto. El ms histrico y tambin el ms cansado. Pobre
Simo.
Ya no estamos en abril protest.
Poco antes de morir, Simo estuvo en Nokia. Vino del este, de
su pueblo natal, que est cerca de la frontera con Rusia. Vino de la
frontera a ver a tu amiga cubana. Pero no es lo que ests pensando.
Soy incapaz de pensar.
Solamente hablaron. Ella lo escuch y l la escuch a ella.
Nada ms. Supongo que a ella le dio lstima verlo as, tan pequeo y
con la cara toda destrozada.
De acuerdo me llev a la boca el frasco de pastillas. Quin
es Simo?
Simo es el mejor francotirador de la historia dijo la nevera.
Me asom silencioso:
Un maletn sobre una silla, y sobre la silla la ropa: el pantaln, la camisa, la corbata... El hombre de negocios, el empresario
desnudo, estaba acurrucado en la jaula con un gorro de nadador
en la cabeza como nica prenda. Tena los ojos cerrados y una
sonrisa dormida, una sonrisa plcida. Ella estaba en la cama pintndose las uas de los pies con aire ausente. Jugaba con una
llave que tena en la boca, la llave del candado de la jaula. Volv
a contemplar, absorto, como si estuviera muy lejos de all, la sensualidad excesiva de su cuerpo. No haca falta ser un genio para
notar que el gorro del empresario estaba comunicado con el gorro
de Violetta, que en ese momento y en esa habitacin algo estaba
fluyendo por conductos invisibles o satelitales y probablemente
en un solo sentido.
1939-1940. La Guerra de Invierno.
A temperaturas que oscilaban entre veinte y cuarenta grados
bajo cero dijo la nevera, Simo era prcticamente invisible. Meda
poco ms de medio metro de altura, vesta de camuflaje blanco y,
para colmo, no usaba mira telescpica para no aumentar el tamao del
blanco que ofreca al enemigo durante los combates.
Quin era el enemigo? pregunt por preguntar.
Con frecuencia los francotiradores son delatados por los
reflejos del sol en las lentes de las miras telescpicas.
Es bueno saberlo.
Simo abati l solo a ms de setecientos soldados invasores, y datos extraoficiales elevan esa cifra a mil. Un rcord. El
recuento diario de los muertos se llevaba a cabo en el campo de
batalla por los mismos francotiradores finlandeses.
Imagin a setecientos francotiradores finlandeses caminando por la nieve. Hurgan en los cadveres, los entierran. Hacen
bromas sobre los reflejos del sol, meriendan, fuman en pipa.
En lugar de ovejas, me puse a contar francotiradores, me puse
a buscar francotiradores camuflados... y estuve a punto de quedarme dormido.
Entr al apartamento.
Ella acababa de finalizar una de sus sesiones. Un trozo de carne
se frea en la sartn.
Qu tal tus paseos por Mundo Nokia? me pregunt. Andaba
descalza y su calva escalofriante no estaba cubierta ni por el gorro ni
por la peluca. Has visto qu nivel de vida? No es como estar en
el paraso?
Ech un vistazo dentro de su cuarto. Una mujer desnuda sala en
ese momento de la jaula con movimientos pausados. La vi quitarse el
gorro y acomodarse el pelo en cmara lenta.
No te preocupes por ella. Est bien.
Qu es lo que haces? Algn tipo de dominacin mental?
Puede que sea ms complicado que eso dijo sonriendo. Tienes hambre? Tambin hice papas fritas.
Nos alimentbamos con comida basura cuando sali la mujer del
cuarto, vestida y maquillada con elegancia. Medias negras, bolso
de abogada ricachona o de jefa con muchos abogados, y en medio de la cara una mueca vaca y feliz de pos-coito y unos ojos azules
que parecan incapaces hasta de pestaear.
Violetta acompa a la mujer hasta la puerta, entremezclando con
ella algunas palabras del ingls y del sueco. Luego me ense un fajo
de euros, contenta como una nia leucmica que acaba de recibir
un regalo.
Esto es lo que me mantiene viva dijo.
Mantenerte viva es lo que has hecho siempre.
Mi cama es ms cmoda que el sof.
Le dije que no lo pona en duda.
Ests seguro de que no quieres dormir conmigo? Tienes
unas ojeras de aqu hasta el polo norte.
La mir. Mir la peluca rubia encima del sof.
Le dije:
Quizs maana.
Simo utilizaba una variante finesa del fusil sovitico Mosin-Nagant, el rifle M28 Pystykorva. Quieres verlo?
Me lo vas a poner en la pantalla?
No, lo tengo aqu dentro. Simo se lo dio a tu amiga cubana
para que ella lo escondiera. Como comprenders, hay mucha gente detrs de este fusil. Y muchos muertos. La nevera se abri ella
sola, dejando escapar una fra niebla. Ven, acrcate. Este fusil, y
todo lo que te he contado sobre Simo, es el mejor recuerdo que te
vas a llevar de este pas. Pero tienes que verlo...
Me levant y fui a mirar.
Slo vi bolsas de nylon.
Est abajo.
Met la mano, retir varias bolsas, y de repente algo me llam
la atencin.
Mir a travs del nylon de una de las bolsas. Mir ms bolsas.
Todas eran iguales.
Todas contenan pedazos de una masa blanquecina llena de
pliegues y hendiduras. Parecan trozos de cerebro.
S, es eso mismo que ests pensando, son sesos humanos.
Pero si te lo deca yo no me ibas a creer. Tena que lograr que lo
descubrieras por ti mismo. Tena que engancharte con alguna historia para que sintieras curiosidad y vinieras a mirar. Lo siento.
Espero que no sea demasiado tarde.
Puse las bolsas de carne en su sitio y me frot las manos
heladas.
Es demasiado tarde dije mirando el reloj que haba en la
pantalla de la nevera parlante. Son casi las cinco de la maana.
Violetta segua durmiendo profundamente.
La mir: dorma como quizs yo nunca ms podra dormir.
Y entonces, mirndola, pens que en realidad yo nunca haba podido ayudarla como ella tal vez hubiera deseado, pero que
ahora, aos despus y a muchas millas de distancia, por fin me
encontraba en el lugar exacto, en el momento justo para hacerlo.
Por eso no la despert.
Ni siquiera le dej una nota. <
La Gaceta de Cuba 39
La lista
A
gradec haber escuchado la bendita alarma del despertador, la haba programado para que tuviera una
meloda grata y al menos fuera dulce mi despertar.
A las cinco de la maana las notas musicales de
The London Bridge is Falling Down interrumpieron la sucesin de imgenes y sonidos que se sucedieron dentro de las paredes de mi cabeza durante casi toda la noche.
Me senta agotado, tena un largo da de trabajo con Bob Esponja y El Mexicano, deba estar al volante del van en un viaje
de 280 kilmetros y haba decidido acostarme temprano la noche
anterior. Me fui a la cama poco antes de las nueve de la noche y sin
la ayuda de somnferos ca en el sueo con el peso de un bloque
de acero y concreto. Pero cuando se est verdaderamente agotado
no bastan ocho horas de sueo. Debes considerar los imprevistos
aunque tu plan sea irte a la cama y dormir. Y un imprevisto es la
hora de despertarse, por ms que te prepares te toma por sorpresa.
Por esa razn escog la meloda de la alarma: The London Bridge
is Falling Down. La bendita alarma. La dej sonar. Eran las 5:00
a.m., me qued acostado boca arriba tamborileando las notas musicales ejecutadas por el despertador, hasta que Janela me dio un
codazo:
Ten un poco de piedad, por amor de Dios. Apgala hoy
es domingo.
A pesar de haber elegido la meloda de la alarma, cuando son
el despertador mi corazn lati a mil golpes por minuto, como
tantas veces a lo largo de mi vida pas toda la noche soando. Y
al igual que tantas veces a lo largo de toda mi vida poda recordar
el sueo. Pero esa vez amanec con dolor de cabeza uno de los que te
taladra el crneo de lado a lado, y la clsica transpiracin que mana
del cuerpo cuando tienes el papel protagnico en una buena pesadilla. Era un agudo dolor. Como si un caballo me estuviera pateando
la sien.
Fui al bao. Del botiqun tom un par de calmantes y me mir
en el espejo. Intent sonrer pero slo alcanc a duplicar una horrible mueca. Me lav la cara. De la repisa tom mi kit mgico: Gillette Mach 3 Turbo, crema hidratante Gillette y colonia Nivea. Tras el
rasurado intent una segunda sonrisa frente al espejo: luca como la
mierda, para colmo tena un raro sabor en la boca.
Arena. Ozono. Carne podrida. Plvora. Respiro. Y exhalo. No estoy solo, hay un hombre cruzado de brazos. Al parecer est esperando
por m. Hay poco menos de diez metros entre l y yo. Es negro. Una
prenda cuelga del brazo de ese hombre, quiz sea un saco. Un saco
gris. El negro no lleva corbata y mueve una de sus manos. Mientras
camino a su encuentro ese hombre repite el mismo gesto. Al parecer
me est pidiendo que huela, que respire profundo. Le devuelvo un
gesto a manera de respuesta. Entonces inhalo, repleto as mis pulmones. Y suavemente exhalo toda aquella mezcla. Arena. Ozono. Carne
podrida. Plvora. Conozco el color, el olor y hasta el sabor de la arena
del desierto. Pero nunca ol el ozono, al menos eso creo, tampoco he
escuchado de alguien que lo haya paladeado. El negro camina hacia
m. Su saco cuelga del hombro. Los das de tormenta huelen a ozono,
eso dicen, es el olor que se siente justo antes de comenzar la lluvia. A electricidad dicen que huele el ozono, el aroma azul de la
descarga elctrica. Arena. Ozono. Carne podrida. Plvora. Los perros
no se atreven a comer la carne podrida. Ese negro parece tener ms
de sesenta aos, lo delatan las canas y las pocas arrugas de su rostro.
Cuando un negro tiene canas y arrugas ya est bien maduro. Me saluda con un guio y una palmada en el hombro. Lo conozco de algn
lugar. Caminamos en silencio, despacio. He visto a los perros huir
con un pedazo de carne en la boca. Los he visto apurar el paso. Cierro
los ojos y el negro viejo y yo y un par de perros estamos en una calle
desierta. Es medioda en Al-Jumhuriya al-Iraqiya. Estamos en una
40 Dosier
La Gaceta
/ XVII
de Premio
Cuba de cuento La Gaceta de Cuba
del
Ahmel
Echevarra
cubo
calle donde slo se escucha el sonido del viento. Arrastra finos granos de arena, ladridos y el lejano estallido de las bombas. Buena
parte de las viviendas estn destruidas. Y los perros huyen con un
pedazo de carne en la boca, pero no est podrida. Lo puedo asegurar.
Los vi acercarse a los cuerpos sin vida de los civiles, las bajas de la
Resistencia o a los soldados muertos. Dan un pequeo rodeo, olfatean
el aire y el suelo. Lamen la sangre derramada en el asfalto cuando se
aseguran de que no hay ningn peligro. Y tambin lamen las heridas.
Devoran cogulos de sangre, los trozos de sesos o arrancan un pedazo
de carne del cuerpo de los muertos. Como chacales. Como hienas.
Pero es una carne que el calor del asfalto y el sol de Al-Jumhuriya
al-Iraqiya todava no han descompuesto.
Encontraste la felicidad en tu vida? dice el negro viejo;
est parado frente a m, vestido con una camisa blanca, pantaln gris,
el saco lo lleva colgado al hombro; ese negro es Morgan Freeman,
estaba seguro de que lo conoca de algn lugar, la encontraste?
Mientras sonre miro a los lados. Arena. Ozono. Carne podrida.
Plvora. Estamos, Morgan y yo, sentados en unas butacas muy cmodas. Todo es silencio. Slo hay nubes a nuestro alrededor. El cielo, o
lo que se alza sobre nuestras cabezas, tiene una tonalidad que alterna
el gris y el amarillo tenue. Arena. Ozono. Carne podrida. Plvora.
Respiro profundo. Y exhalo. Espero a que pasen las nubes. Si digo
que impresiona cuanto alcanzo a ver no es justamente por la belleza
del panorama. Es slo por la altura. Desde mi butaca todo Al-Jumhuriya al-Iraqiya es un horrible escenario. Las nubes van a la deriva
unas detrs de otras, es una suerte, avanzan despacio, muy despacio.
Cmulos, nimbos, cirros? Qu ms da, son slo nubes muy gruesas
y es una verdadera suerte que apenas permitan ver cuanto sucede abajo. Pero a nuestras butacas llega el olor de Al-Jumhuriya al-Iraqiya.
S del acre olor de la plvora.
Tu vida les llev felicidad a otros? dice; debo volver la
cabeza hacia atrs, Morgan est parado detrs de mi butaca, el saco
cuelga de una de sus manos.
Mi vida les llev felicidad a otros?
Pienso en Gunila y un dolor muy agudo se clava en mi sien. Gunila digo. Mi enorme y dulce gata tirada en un callejn, a media
noche; su falda desgarrada, los moretones en los brazos y muslos, una
herida en su cuello. Como un fogonazo, la imagen de esta mujer llega
sa,
r a ca
Volve arroso
Abel B
Con un gesto nos pide que hagamos silencio y que miremos cuanto acontece fuera del todoterreno. Al parecer hay combatientes de la
Resistencia apostados entre las ruinas, en las azoteas. Avanzamos despacio. No nos quedaba otro remedio. Si hay algo peor que el combate
tal vez lo sea la aparente quietud en un terreno desconocido, donde
hay quienes desean no verte jams y estn dispuestos a vestir una
muda de ropas cortada o no a la medida, pero que s incluye un par
de accesorios: un detonador y explosivos la combinacin ideal para
invitarte a un ltimo baile.
Miro a los lados mientras Jack sonre. Hay tres todoterrenos
abandonados. A travs de la ventanilla examino las fachadas y lo que
puedo ver de algunas azoteas. El viento de Al-Jumhuriya al-Iraqiya
penetra en mi nariz. Arena. Sudor. Carne podrida. Ozono. Cuento
ocho soldados cados. Para el chofer son nueve. Varios cuerpos estn
destrozados. Quiz le dispararon con un RPG-7 desde alguna azotea o
una bocacalle. Algunos cuerpos se pudren dentro de los hierros torcidos de los tres todoterreno destruidos por esos lanzacohetes. Otros
se hinchan al sol, sobre la calle. De los soldados muertos, dos an
agarran sus M16A2; aprietan los fusiles contra el pecho. Como si
tras la muerte esperaran un nuevo combate, otra emboscada antes de
ganar el cielo o lo que sea esperaban ganar.
Jack est parado en medio de la calle y mira a las azoteas, al cielo.
Abre los brazos y sonre. Respira profundo. Y traga una gran bocanada. Lleva el saco colgado al hombro. Me pide respirar profundo,
basta con un gesto suyo para entenderlo. Conozco ese olor, el viento
lo deja impregnado en la piel. Cierro los ojos y pienso entonces en
Al-Jumhuriya al-Iraqiya. Al-Jumhuriya al-Iraqiyadigo. Sam
digo. Y como si fuera un fogonazo a mi memoria llega la imagen de
una mezquita al medioda, el lejano estallido de una bomba, y ese alarido en el que se escucha: Allahu akbar Dios es grande? Pero
quin soy para negarlo? O quin soy, sino un homnculo, para negar
que estamos hechos a su imagen y semejanza, que l antepuso su
muerte para darnos la vida a nosotros?
Muchas gargantas gritan: Allahu akbar. Un dolor agudo detona
entre las paredes de mi cabeza. Siento unos golpecitos en mi casco,
luego un apretn en mi hombro. Jack est sentado a mi derecha dentro
del todoterreno, el saco cuelga sobre uno de sus hombros.
Tu vida les llev felicidad a otros? dice; con un gesto me
pide que est atento, que preste mucha atencin a las azoteas.
Por qu me lo preguntas?
En realidad este sesentn no es Jack Nicholson, sino Edward
Cole, uno de los protagonistas de The Bucket List, pero entiende que
es consigo. Lo he llamado de ese modo desde que me pidi ir a su
encuentro. Jack se arregla el cabello y vuelve a sonrer.
Mi vida les llev felicidad a otros? Entonces cierro los ojos y
pienso en Sam. Sam digo. Y me sorprende un estallido. Un fogonazo. Quiz fue una mina sembrada en la calle. Quiz fue un disparo
de un RPG-7 desde cualquier azotea. Jack me lo advirti. Debamos
estar atentos. Ni los Abrams escapan al disparo de esos lanzacohetes.
El todoterreno pierde el rumbo y se impacta contra una fachada.
El chofer es un amasijo de carnes, huesos, tela y sangre mezclado con
trozos de acero. Tambin el copiloto. El estallido viene acompaado
de un fogonazo. Me taladran la memoria. Siento unas palmadas y un
apretn. Me vuelvo. Jack est junto a m:
Tu vida les llev felicidad a otros?
Apenas puedo verlo. Logro quitar un poco del lquido que me
nubla la vista. Sangre. La sangre es la sede de la vida eso dice El
Mexicano, la sangre no puede o debe ser derramada; perder sangre
es perder algo de vida. Pero la fe no es clara con la vida eterna. O s?
Es sangre y quiz fue un chorro que man de la cabeza del chofer o
del cuerpo del copiloto. Y siento un agudo dolor. Es mi ojo. Ahora lo
s. Una esquirla se clav en mi ojo derecho. Con un leve gesto Jack
me dice que debo salir del todoterreno, seala hacia una puerta abierta
y corro hacia all. El resto de la caravana ha sido destruida. Unos pocos logramos salir medio vivos. Estamos dispersos, medio vivos y solos, cada cual parapetado donde alcanz a refugiarse. Dios est con
nosotros? Quin soy para decir lo contrario? Dios no cre la muerte.
Dios nos da vida, vida abundante. Eso dicen. Y Jack me mira. Sonre.
Eso s, el trance de la vida a la muerte es bien doloroso eso dice El
Mexicano. Disparos. Arena. Sudor. Carne podrida. Ozono. Conozco
el olor y el sabor de la arena de Al-Jumhuriya al-Iraqiya. La calma
42 La Gaceta de Cuba
Chavarra,
Miami,
Flaying
Sandra
Ramos
La Gaceta de Cuba 43
La Gaceta de Cuba 45
a vida no cabe en
una maleta es el ttulo de una obra paradigmtica del arte
cubano de las ltimas dos dcadas. La frase-ttulo en s misma ya
es una obra de arte. Posee la propiedad exclusiva de la poesa de condensar un mximo
de informacin con un mnimo de recursos
(en este caso palabras). Posee la soberbia
de no dejarse leer, sino, solamente, ser releda. Abre as un tiempo esttico, eso es,
un tiempo en el que el receptor asiste a la
fiesta del arte liturgia excitante de los sentidos, en la que la vista baila cclicamente
de las palabras a la imagen, y viceversa,
intentando, intilmente, aprehender todo
el sentido, toda la vastedad del concepto.
Cuando se repara en la fecha 1996 en
que fue ingeniada y exhibida en el espacio
pblico, la lectura se proyecta, inevitablemente, sobre el fondo de una circunstancia
histrica nacional bien concreta, por lo que
el contexto es un texto que la obra explota.
ste funciona como ese aporte semntico
que abre un espacio de significacin en el
que el sentido fluye de manera cmplice en
cada proceso individual de decodificacin.
Cuando se pasa del ttulo a la materialidad
sensible de esta instalacin mltiple,1 asistimos a la expresin objetual del concepto.
Maletas intervenidas por la artista, pintadas
en su interior con imgenes de una cotidianidad domstica y nacional. Una de ellas es
particularmente hermosa. Una pareja reposa
en su lecho rodeada de velas en el fondo de la
maleta, que pudiera ser tambin el del mar.
En cuntos lechos, sudados y hmedos despus de revolcadas calientes en medio del sopor del apagn, jvenes parejas
cubanas no habrn planeado, soado, con
mudar sus vidas, sus proyectos de felicidad,
hacia otros parajes del mundo? Cuntos
de esos lechos donde naca la idea y con
ella un anhelo, no se habrn trocado en la
intentona en lechos de muerte? La conjuncin de esas valijas cual frgiles bunkers
del deseo y la esperanza con la sabia frase
(la vida no cabe en una maleta), genera un
nudo en el pecho. Ese anclaje de sentido
entre ttulo, lenguaje visual y materia objetual, tan preciso, tan sutil, abre un espacio
de connotaciones que arrastra hacia s toda
la complejidad de la tragedia de un fenmeno que ha marcado la historia de este pas.
Porque, an logrando cruzar con xito la
maldita circunstancia del agua, es imposible mudar toda nuestra vida, dgase nuestro
pasado. La complejidad irreductible de la
46 La Gaceta de Cuba
Hamlet
Fernndez
La
vertiente feminista
con el que retozan personajes tales
como El Bobo, de Abela, la pionerita uniformada, o un seor de barba
y sombrero (he ledo que se trata de
Liborio). Por ejemplo, hay una obra
muy reciente (2010) en la que la pionerita se dispone a lanzarle el juguete verde al seor de barba y sombrero
que espera con un largo bate en las
manos, como para no poncharse en el
ltimo inning.
Otras veces, la Isla es dada como
cuerpo de mujer, o desde la pequeez
de un cuerpo de nia. Nia, Mujer,
Isla; la geografa ntima encarnando
o personificando el espacio pblico,
nacional. He aqu quizs la vertiente
ms compleja en la potica de Sandra
Ramos.
Es preciso sealar que Isla,
ms all de ser un trmino que nombra determinada condicin geogrfica, funciona
como una objetivacin femenina del pas.
Lo mismo sucede con La Revolucin,
objetivacin femenina de la utopa-proceso
poltico. Pero por qu dos entes tan caros
para la historia de nuestro ltimo medio
siglo son objetivados con signo femenino
en una nacin fecundada por el vigor telrico de la virilidad masculina? Sencillo.
Se sabe que el pensamiento de dominacin
necesita objetivar el ser como precondicin
de su posesin. El macho necesita poseer,
y lo femenino es ese horizonte blando y
hmedo donde regar la simiente de la dominacin. Cuando Sandra disuelve la Isla
en cuerpos de mujer, se sita de lleno en el
ncleo de la argucia retrica del poder. As,
es la Isla (dada como objeto de posesin)
quien desde las entraas de su sufrimiento
histrico puede hablarnos de las miserias
de sus hijos, y de los excesos de la hidalgua utpica.
Por este camino no dudo en derivar la
tesis de que esta arista de la obra de Ramos
es expresin singular de cierta actitud feminista. En qu sentido? Si la objetivacin
del ser es una necesidad del pensamiento de
dominacin, y si dicho pensamiento es adems falocntrico, entonces el proceso de
objetivacin femenina en todas sus variantes (Isla, Revolucin, Patria, Nacin, etc.)
genera estereotipos que juegan un rol y una
funcin muy precisa dentro de la retrica
ideolgica. Por tanto, la emancipacin del
estereotipo y todo lo que ese proceso conlleva (emancipacin del imaginario, por
ejemplo), slo es posible si se parte de una
deconstruccin que ponga en evidencia las
relaciones de dominacin que constituyen
los cimientos mismos de esa construccin
ideolgica. Ahora bien, para que la estrategia deconstructiva sea eficaz, sta debe
de
o
Ut
Sandra
Ramos
operar en el interior mismo del estereotipo,
minar sus estructuras haciendo superflua la
sustancia retrica que le nutre. Cuando Sandra se transmuta ella misma en Isla, cuando
la representa como cuerpo de mujer, nos hace
entrar a esa objetivacin histrica e interesada
del espacio que habitamos; para que desde la
reduccin asfixiante de ese tero paranoico,
nos sacudamos la carga de la niez y comencemos a avanzar hacia una emancipacin de
nuevos gestos, de nuevas palabras, de nuevo
tiempo, de nuevas esperanzas, de nuevos profetas, de nueva vida.
Varias obras serviran para ejemplificar
la tesis que sostengo. De las ms recientes,
se pueden citar Isla (2006), pintura en
la que una mujer-nsula yace como desmayada con pose y ropajes clsicos; sobre
ella, un monte de banderas, y la pionerita
Tambin dos calcografas fechadas en 2009:
Isla atrapada por la muerte y La rueda de
la historia. En la primera, la Isla-nia cuelga
embrollada en una soga roja de la mano de
un cadver del que slo podemos ver la
larga extremidad huesuda. En la segunda, una inmensa rueda corre amenazante detrs del seor de barba y sombrero que intenta
escapar barranca abajo con la Isla-nia en una
mano. De la serie Atec Panda (deliciosa por
cierto), hay una obra de 2002 titulada Somos
felices aqu, que muestra en la pantalla del
tan preciado artefacto, a la Isla transmutada
en una atleta de natacin, que intenta abrirse
paso (escapar nadando) entre una marejada
de pancartas con sonrientes labios rojos. Otra
obra, Heavy Weight (2008), es un excelente
ejemplo del poder de sntesis comunicativa
y conceptual que ha alcanzado esta artista.
Sobre la Isla-pionerita-uniformada, que se
tumba boca abajo sobre el fondo de un rosado muy plido que se chorrea sobre el lienzo,
se prolonga un podio inmenso y prepotente
que atraviesa con cinco barras-micrfonos el
cuerpo vulnerable de la nia.
La Gaceta de Cuba 47
En el centenario
dengel
Augier
este homenaje se han seleccionado seis cartas que, desde dimensiones diferentes, refieren las relaciones que cultiv. Dichas cartas
pertenecen al fondo documental de Augier, conservado en el Instituto
de Literatura y Lingstica. Debo mencionar que esta correspondencia integra una zona de su documentacin an no clasificada, por
lo que su hallazgo y publicacin requiri un esfuerzo especial. Para
Dania Vzquez, Martina Herold, Zaida Capote Cruz y Nuria Gregory,
directora de la institucin, nuestra gratitud por hacerlo posible.
A Nicols Guilln le uni una larga amistad rica en razones. Al morir
Guilln, Augier hizo suya la misin de preservar el legado de su obra.
Su conviccin, determinacin y esfuerzo personal fueron decisivos
para constituir la Fundacin Nicols Guilln. Fue su presidente fundador y, cuando en otro gesto generoso, declin continuar encabezndonos, acept ser, hasta su muerte, el presidente de honor.
Poeta, periodista, insaciable estudioso y ensayista en rigor, Augier
quiso por sobre todo servir y como un hombre bueno vivi una
larga vida sirviendo a la nacin y a la cultura cubanas.
Debo confesar que, ante su vida y obra, encuentro pequeo e
insuficiente el homenaje que se le tributara en su centenario. Tal
vez fueron ciertas coincidencias; quizs, la coyuntura del momento. En cualquier caso, espero que algn da paguemos bien
lo que hoy siento francamente como una deuda.
Por los das en que ultimbamos los detalles del coloquio en homenaje a su centenario, ocurri el fallecimiento de Alba lvarez
Augier, Albita. Nieta de Augier, Albita fue su ayudante principal
para poner en marcha la Fundacin en las inciertas circunstancias del ao 1991.
Tal vez por eso, ella saba todo lo relativo a nuestro trabajo y an
ms. Era franca, irritantemente franca. Poda criticar todos los
planes, cualquier realizacin y nadie la contena ante la irresponsabilidad y el engao. Era implacable con todo lo que crea
lesivo a la Fundacin. Definitivamente le gustaron los nios
y las brujas.
Fue una fantica de la amistad y la lealtad. Todava
no he podido despedirme de ella. Ni s an cuando lo podr hacer.
Hasta entonces un abrazo y mi cario invariable
Enero de 2011
Cartas Augier
Octubre 20, 1996
Dr. Jos Ramn Medina
Presidente
Biblioteca Ayacucho
Caracas, Venezuela
Querido poeta y amigo:
Me complazco en saludarle con mi admiracin y afecto de
siempre y expresarle mis mejores deseos por su salud y felicidad.
En los confusos tiempos en que vivimos, tan poco propicios para
el optimismo, en sentido general, debemos empearnos en preservar el espritu de buena voluntad y la fe en un mejor futuro del
gnero humano, frente a cuanto se empea en malograr ese futuro
con la extensin e intensificacin de las calamidades del presente.
Ojal que la poesa tuviera tener (sic) potencia suficiente para influir
positivamente en ese futuro an impredecible! Mientras tanto, congratulmonos de la existencia de poetas como usted, que lo son
con su propia obra, con su vida y con el aliento y la difusin de
la cultura, en este caso de la literatura de nuestra Amrica.
Perdneme la digresin, y permtame interesarme por noticias
suyas acerca del volumen dedicado a la obra de Julin del Casal.
Ya ha est (sic) en proceso de edicin? Perdneme tambin la
curiosidad, pero ya sabe usted cmo preocupa a un autor el destino de los libros que escribe o prepara.
Otro asunto que deseo tratarle es la proximidad del centenario
de Nicols Guilln. En 1997 cmplese el 50 aniversario de su nacimiento, y el lustro que nos separar del centenario no es mucho
tiempo para preparar ediciones conmemorativas. Aparte de que
quizs sea oportuno reeditar el volumen de su obra potica preparada por m, pongo a su consideracin la posibilidad de dedicar
otro volumen de Ayacucho a su prosa. Yo prepar la compilacin
y prologu y anot los tres tomos de su Prosa de prisa (197576), y pudiera hacer una seleccin de sus conferencias y crnicas, haciendo nfasis en la temtica cultural latinoamericana, sin
descuidar, naturalmente, temas de la cultura universal, crnicas
de viaje, etc. Si lo considera usted conveniente, puedo prepararle
el proyecto.
No necesito encarecerle que en Guilln la altura y la fama
del poeta eclips de cierta forma la apreciacin del prosista, que
considero tan brillante, sugestivo y valioso como el poeta. Lleg
a poseer eso tan difcil que es un estilo inconfundible, pero creo
que no tengo que destacar ante usted los mritos de Nicols, pues
usted conoce bien su obra y le conoci a l en Venezuela, pas que
l am profundamente, y en donde dej huella muy honda no slo
personalmente, sino tambin con sus frecuentes colaboraciones
en El Nacional.
Por ltimo, un favor que mucho le agradecera. Como director de la Revista de Literatura Cubana pudiera recibir un ejemplar
La Gaceta de Cuba 49
Marzo 10 de 1992
Ao 34 de la Revolucin
Para Eliseo Diego
en El Vedado
Mi querido Eliseo:
Cunta alegra me ha dado tu carta en la que te complaces por
habrseme otorgado el Premio Nacional de Literatura! Aunque no
me lo hubieras comunicado, yo s que eres de los amigos que sienten
como propio ese honor otorgado a m, como lo fue para m el que
se te otorg en ocasin anterior. Pero tu carta es como un premio
adicional.
Hiciste bien en no quedarte al acto de clausura de la Feria del
Libro, el lunes 10, porque la premiacin fue en la tarde del domingo 9, de manera que acertaste en tu decisin de no escuchar
discursos ni trovadores.
Me regocij tu evocacin de Finlandia, cuando trataba yo de
descifrar la situacin internacional en los peridicos fineses, y a
veces lo lograba o eso crea yo. Es una lstima que no nos veamos con alguna frecuencia, pues ni t ni yo vamos ahora mucho
por la UNEAC. Si nos viramos a menudo, te combatira esa desidia, abulia, melancola, como intentaba hacerlo en Finlandia
Reciproco tu fuerte abrazo con mi cario fraternal.
ngel Augier
Santiago de Cuba
23 de octubre de 1998
Queridos ngel y Mary:
En tiempo recib sus cartas de abril y hace pocos das el Fabulario inconcluso. Voy a contestar al revs, pues acabo de terminar
mi tercera lectura del Fabulario.
Todo el cuaderno me parece muy bueno, aunque por supuesto
tengo mis poemas favoritos que son: El recuerdo, La dcima,
Este fabulario, Cuando vuelan las campanas, El sueo, As
como, El rbol. Lo que ms me gusta del cuaderno, adems del
esplndido tratamiento de los temas, es la sencillez, la desnudez
del lenguaje. En eso hace recordar los conmovedores versos Sencillos de Mart. Y aparejada con esa sencillez del lenguaje viene
un impacto directo realmente delicioso. La mayora de nuestros
titulados poetas parece creer que no son buenos si no son muy,
pero muy oscuros, a lo Gngora o lo Browning. Este cuaderno
descansa al lector, lo sosiega. Y por eso estoy seguro de que a
todo el mundo le gustar tanto como a m.
Mary, comprendo perfectamente que te atraiga Vasco Porcayo
de Figueroa, pues es un tema importante y sobradamente atractivo
que hace aos vena reclamando a gritos la atencin de nuestros
narradores. Yo tropec con el personaje hace unos cuarenta aos,
cuando investigaba una de las ramas de mi familia que entronca
con l, all por el siglo xvi xvii. Por cierto que entonces yo
tambin sostuve correspondencia con Ferrer Vaillant, a propsito
de Melchor Agero y Arteaga. Siento mucho la muerte de Ferrer
Vaillant, pues era uno de los poqusimos genealogistas que nos
quedaban en Cuba. Qu cosa! Ahora no se cultiva la genealoga en nuestro pas porque algunos dirigentes ignorantes la creen
cosa de inters slo para nobles y burgueses ambiciosos. Yo he
trabajado bastante en la genealoga de ocho ramas de mi familia.
Pero volviendo al tema creo, Mary, que no debes, bajo ningn
concepto, dejar incompleta la triloga de la Avellaneda. Nada hay
ms frustrante para el lector que una triloga trunca, sobre todo si
la parte que llega a publicarse es buena. La radio y la televisin
son efmeras, pasan como flor de un da. Pero el libro queda.
Leyendo sus cartas de abril y viendo todas esas cosas que
ustedes tienen entre manos, me sent muy avergonzado de mi
aislamiento y mi mutismo de tantos aos. Decid cambiar. No
puedo reanudar mi actividad con el largo ensayo sobre Dickens,
pues antes debo releer la ms reciente biografa del novelista que
50 Dossier / En el centenario de ngel Augier
Ao 34 de la Revolucin
2-066-92
Comp. ngel Augier
Ciudad
Querido Augier:
Hubiera querido estar en el grupo de los que te rindieron homenaje el domingo con motivo de la entrega del Premio Nacional de Literatura 1991. Una ciatalgia molesta me impidi
acompaarte. Pero no ha evitado que recordara durante el da
tus mritos excepcionales y nuestra amistad surgida a raz de la
revolucin frustrada de 1930-33.
Recuerdo ahora la maana en que me entregaste tu poemario
Uno, versos en la escalinata de la Universidad de La Habana,
cuando comenzaba una amistad que se fortaleci a lo largo del
tiempo por tu firme militancia partidaria y nuestra vinculacin en
mltiples tareas comunes de la cultura revolucionaria.
No olvido tampoco que un sueltecito tuyo, al parecer insignificante, dio al traste pues contena nada menos que la denuncia del asesinato de un joven cuyo cadver fue echado en
las viejas murallas del entonces Instituto de La Habana con la
primera revista que el Partido public despus de la huelga de
marzo de 1935, de la que yo era el responsable y Subdirector
y Nez Olano el inefable Director, que por poco con nosotros
pierde la vida en aquel noble empeo.
Juntos, con Nicols y otro grupo de compaeros entre los
cuales no cuento, no, a Carlos Montenegro, hicimos la revista
Medioda, que transform su porte intelectual para convertirse
en el semanario que durante aos fue la voz solitaria contra la
tirana de Batista y en la cual, por ausencia de Guilln siendo
Subdirector yo de ella, me correspondi durante ese tiempo la
tarea principal.
Son, en fin, los aos de nuestra juventud que se han prolongado en virtud de nuestra capacidad de sobrevivir las dificultades
hacindoles frente sin llegar a ser todava eso que a la gente de
nuestra edad se le dice: ancianos.
Durante esa vida larga has escrito la biografa de Guilln y
anlisis que quedarn en la literatura cubana como paradigma y
continuacin de una obra que empezaron nuestros hombres del
siglo xix.
Por eso me regocijo contigo del homenaje que muy justamente te ha rendido la literatura cubana y te envo con estas lneas un fuerte, cordial y compaeril abrazo.
Saludos de,
Carlos Rafael Rodrguez
La Gaceta de Cuba 51
Marcas
de
agua
o la fiel eter
uando
por el ao
1937 ngel
Augier escribe su ensayo
Poesa pura y poesa social,
viva con intensidad el ejercicio
de ser al mismo tiempo el poeta y el
hombre que testimonia; el testigo de una
realidad que era asumida entonces por
quienes crean en el largo aliento de la palabra libertad.
as como creo que el poeta no puede
dar espaldas a la realidad social que
le rodea expresaba Augier en una de
sus pginas, tambin estimo que no
debe abandonar las voces de su intimidad ms hondaCreo que el poeta
que slo se preocupa de su vida ntima, evadindose de la vida que en su
entorno se agita, traiciona su destino
humano y su deber histrico, pero el
que trata de preocuparse de manera exclusiva de la vida exterior, de la tragedia social, ahoga el agua profunda que
fluye de su espritu, ignora lo mejor
de s mismo, corta y limita la sangre
ms honda y autntica de su lirismo,
adems de que priva a la colectividad
de una resonancia csmica que tiene
el deber de trasmitir sin interferencia,
52 Dossier / En el centenario de ngel Augier
de la poes
Yanelis Velazco
rnidad
sa*
Ibdem., p.94.
Ibdem.,p. 96.
Ibdem., p.98.
10
Ibdem.,p.120.
11
Ibdem.,p.121.
12
Ibdem., p. 18. (Introduccin) Virgilio Lpez Lemus:
ngel Augier y su destino potico.
13
Ibdem. p. 120.
14
La imagen potica de la ola cambia de significacin
en varios instantes del poema, y ste depende precisamente del dilogo de la Isla con el otro. Es diferente la recreacin simblica durante la colonizacin,
donde se permite la entrada al espaol (IX), a los
sentidos que se desprenden de los visitantes que se
llevan un pedazo de la Isla en su memoria de viaje y
nos lo devuelven en actos de amor (XXV).
15
Ob. cit. p. 150.
16
Ob. cit. p. 157.
17
En Cintio Vitier: Ese sol del mundo moral, Ed. Flix
Varela, p. 126.
18
La nota es ma.
19
Cintio Vitier, ob.cit. p, 92.
20
Ibdem. p. 168.
21
Ibdem. p. 131.
22
Ibdem. p. 153.
23
Ibdem., p. 176.
7
8
9
Un
hombre
Keith Ellis
ugier fue un gran poeta en todas sus edades. Cuando admiramos sus libros recientes
debemos recordar tambin
que uno de sus poemas fue
escogido hace muchos aos para ocupar un
lugar de privilegio en uno de los ms histricos edificios de la Habana Vieja.
Pero adems de reconocerle ese talento
de esta manera, estoy seguro de que ustedes recordarn tambin su obra como un
estudioso que sorprende por ser extraordinariamente prolfico y riguroso a la vez. Investiga como un verdadero revolucionario
y nosotros, que dentro y fuera de Cuba le
hemos seguido en los grandes temas que
ha estudiado, hemos podido confiar con
absoluta certeza en cada detalle que l presenta.
En el transcurso de mi carrera acadmica no he conocido a un colega ms
puro
ejemplar en su relacin con otros colegas que ngel. Al tratarlo, siempre vena a mi mente lo que Guilln me dijo
de l: se es un hombre puro. Eso lo
haba dicho en una momentnea ausencia del almuerzo de su gran crtico que el
da anterior me haba sorprendido en el
aeropuerto Jos Mart al venir a buscarme all en mi primera visita a Cuba
en 1972. Demostr ngel que al realizar
con excelencia un trabajo con el que se
ilumina a los dems, ese nivel de dedicacin se convierte en un hbito muy
difcil de abandonar. Observ y sufr
con l la tristeza que senta cuando en
los ltimos meses de su vida ya no poda
continuar aportando su magnfica contribucin. Qu ejemplo de generosidad con
grandes talentos nos ha dejado ngel! <
El 1 de diciembre de 2010
Se a
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la glo ab la gu
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cin rra fra a
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l Barr ozar con
oso
aos...
... el crtico, curador y editor David Mateo se ha desempeado como Asesor de Arte de La Gaceta de Cuba. Mucho
ha tenido que ver David con los cambios y mejoras que en
su diseo ha experimentado nuestra revista en estos ltimos
tiempos. Sobre todo, lo que ms le agradecemos es que su
presencia nos ha permitido contar con la de figuras representativas de diferentes promociones de las artes plsticas
cubanas. David, como buen revistero y colaborador de larga
data de La Gaceta, es un nombre imprescindible para nuestros lectores en gran parte de lo que hemos logrado hasta hoy.
Nuevos compromisos profesionales y el cierre natural de un
ciclo de trabajo lo llevan a variar su manera de estar con nosotros: desde ahora deja de ser Asesor de Arte para pasar
a integrar el Consejo Editorial. Ante todo, nos complace
saber que seguiremos contando con su valiosa colaboracin y su amistad. <
La Gaceta de Cuba 55
Viajes
Luis Marr
uando Rolando Escard regres a su Camagey natal, a mediados de los 50, cansado de
sufrir privaciones en La Habana, reuni a su alrededor a un
grupo de jvenes interesados en la creacin
literaria y otras actividades intelectuales; yo
fui uno de sus corresponsales en la capital.
Entre los jvenes que se interesaban
por las letras estaban Severo Sarduy y Luis
Suardaz, de los cuales mi fraterno Escard
me haba enviado algunos poemas; pronto
se estableci entre nosotros una correspondencia, que se hizo frecuente con Luis Suardaz, pues a Severo lo conoc personalmente
cuando vino a La Habana para estudiar medicina. Nuestro primer encuentro fue en una
reunin de los colaboradores de Cicln, en
casa de Jos Rodrguez Feo.
A Suardaz lo conoc personalmente en la
Cinaga de Zapata, varios aos despus, en
1959 o 60, donde yo trabajaba como contador
de la ZDALV 17, cuyo delegado administrativo era Escard, quien haba regresado de
su exilio en Mxico. No recuerdo si ese encuentro fue en Jagey Grande o en Aguada de
Pasajeros. Escard nos invit a un viaje a la
Laguna del Tesoro, donde se haba construido una oficina en uno de los cayos para las
reuniones del Comandante que requeran de
absoluta privacidad. El viaje lo hicimos en un
tren de va estrecha que atravesaba la cinaga
rompiendo lirios de agua. Todava no se haba
construido la carretera Australia-Playa Larga.
Tomamos una lancha en la boca del canal
que conduca a la laguna. No recuerdo cul
de los invitados a la excursin, al abandonar
la lancha, trat de poner el pie en un tronco
que result ser el lomo de un cocodrilo. Escard estaba entusiasmado con las obras que
iban a transformar aquella abandonada regin
del pas, donde los carboneros eran explotados por los comerciantes que adquiran el
carbn Regresamos a Aguada comentando
las impresiones que nos haban causado la
Cinaga y su gente. Antes de despedirnos, nos
reunimos bajo los rboles del Paseo Vidal. Escard y Suardaz me pidieron que les tradujera poemas de Nerval y Rimbaud, cuyos libros
vieron en mi cuarto del Hotel Unin.
Nuestra correspondencia continu hasta que Suardaz dej su empleo como carpetero del Hotel Plaza de Camagey, para
hacerse cargo, en La Habana, de su nombramiento para el Consejo Nacional de
Cultura (CNC), como director de Literatura; ese mismo ao (1963) contrajo matrimonio con Elisa Masiques, unin que slo
rompi la muerte del poeta.
Yo regres a La Habana a fines del 62;
comenc a ejercer como jefe econmico
56 La Gaceta de Cuba
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rro
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con
larga y ancha, presidida por una mesa gigantesca repleta de platos y cuernos. Nuestra traductora rusa ella y quien nos segua
desde Mosc, nos advirti que los cuernos
fungan de vasos; y que los brindis segn
la usanza local, seran interminables
Repar en un aparador cercano, sobre el
que haba ms de media docena de botellas de coac, y otras tantas de vino.
Tras los primeros entremeses, comenzaron los brindis. Debamos apurar el
contenido del tarro hasta la ltima gota;
no hacerlo equivala a un desaire al tamad
(jefe de los brindis) y al homenajeado con
el brindis, y los brindis comenzaban
por cada miembro de la familia de aqul
y terminaban por desearle xitos en cada
empeo vital o laboral! ramos cinco
hombres a la mesa, ms nuestra traductora,
que no prob bebida ni comida. Las mujeres
de la casa aparecan tan slo para servir los
nuevos platos y regresaban a la cocina.
Esta gente no puede negar que fueron
sbditos persas y turcos me coment al odo
la traductora. Son unos machistas de mierda,
sigo en la mesa porque sin m no podran entenderse ustedes.
Finalizados los brindis y calmados los
apetitos, comenzaron las canciones. Yo no
saba que Suardaz tena una buena voz y que
se saba un amplio repertorio de boleros, tangos y, sobre todo: corridos mexicanos. Como
no poseo ningn don musical, me limit a
acompaar los ltimos con los tpicos jipos.
Yo te lo deca paloma chill, y luego
susurr a nuestra traductora: Estamos borrachos, Tamara.
Hace rato que lo not respondi ella
profesionalmente.
El famoso documentalista, quien a esas
alturas haba recibido, del anfitrin dirigente,
el honor de sustituirlo en el papel de tamad,
profiri un brindis a la gloria eterna del camarada Stalin. Luego, tom una golosina de
la mesa (una torta de avellanas envuelta en
jalea rgida), y se la coloc en la entrepierna
y la sacudi.
Tamara, cuyos padres haban sido represaliados y muertos durante el gobierno
del caudillo georgiano, aprovech la ocasin para glosarme despectiva:
Estalinista y asqueroso!
Ya en la sobremesa, cada vez que el
documentalista tomaba la palabra, Tamara
comenzaba la traduccin con la siguiente
frase:
El hijo de puta dice
Ebrio, el documentalista repeta riendo
algunas palabras en espaol; de pronto me
qued de una pieza cuando le escuch de-
n Suardaz
La Gaceta de Cuba 57
Teatro
58 Variedades Galiano,
puesta de El Ciervo Encantado
60 El show de Jerry
Herman, por Teatro Lrico
Rodrigo Prats
Teatro
Libros
60 Claustrofobias, de Yunier
Riquenes
Plstica
61 Razones ocultas,
exposicin del Chino Arcos
62 Las cucarachas de mi
armario, exposicin de Tai Ma
Campos
62 Ms all del borde,
muestra de Eduardo Roca,
Choco
d
ie
r
a
a
G
gia
(tambin del
espacio)
refuerza esta
idea. Como un circo se suceden los nmeros que protagoniza cada
actor (que no personaje), cada
uno autnomo, cuadro a cuadro
en una yuxtaposicin que va haciendo ms densa la superposicin de estratos de significacin.
Los movimientos circulares simulan la montona vuelta al tiovivo cotidiano, la lentitud de la pauta
gestual desplaza a estos seres de
la agitada realidad que nos circunda y los lanza a un espacio y
un tiempo de la ficcin: bestias defectuosas del carrusel oxidado que
s
e
d
a
:
o
d n
a
il mira
ase
a
c
o
t
e
s
o
n
y
fuentes
utilizadas en el
ensamblaje de esta estructura sonora, cintica y visual
tienen variados orgenes: grabaciones in situ con toda la carga
de actualidad que la soporta; melodas del Circus Band del Bread
& Puppet Theater en un dilogo intertextual con zonas de la
vanguardia teatral internacional;
fragmentos dispersos de fuentes
literarias entre las que sobresalen Variedades Galiano, de Reina Mara Rodrguez, La carne de
La Gaceta de Cuba 59
Teatro
Jerry
Herman
por el
Lrico
de Holgun
tado es ms que decoroso. Claro,
el colectivo ejecutante el Lrico de
Holgun rene condiciones suficientes para emprender proyectos
de tal envergadura, y an mayores.
Sabemos que la compaa fundada en 1962 por el inolvidable Ral
Camayd cuenta con preciosas voces, a ms de rigurosos actores y
hasta bailarines que han llevado
zarzuelas, operetas, arias opersticas, conciertos y revistas de aqu y
de all a muchas exigentes plazas
(inter)nacionales, recogiendo generalmente calurosos aplausos y elogiosas crticas, mas, de cualquier
manera, se trataba de un empeo
maysculo. De la Rosa consigui,
ante todo, un coherente espectculo que logra enlazar las tres piezas
de manera orgnica, sin que las
costuras al relacionar personajes
y situaciones se sientan forzadas o
violentas: por el contrario, todo fluye
con soltura y gracia.
Libros
Las
patrias
verosmiles. Slo entonces se podrn apreciar las llagas. Slo entonces se oir que alguien define a los
hombres a estos hombres de hoy
como una cruz clavada y reclavada,
y pide que se sostengan los discursos no con palabras, sino con
el corazn en la boca, previamente
sacado con la punta de una piedra.
Se vern tambin las dudas que
surgen en tiempos malos, cuando
las vigas crujen y el amigo, oh el
gran amigo, desaparece. Asomar
la violencia, el bodeguero que ha
variado las unidades de medida en
contra de la jaba de sus vecinos, el
navajazo en medio de una conga o
el pico de botella rota con el que se
arman los jvenes contendientes de
dos barrios santiagueros, y, lo ms
grave, lo que resume esta agresiva
tendencia, la mana cada vez ms
frecuente de comerse unos a otros,
calmadamente o de sopetn.
A veces hay miedo a decir todas
esas cosas y unas cuantas ms. A
decir sencillamente que duele, pongamos el caso. Podran aparecer
marcas en la piel, y no precisamente de tigre, sino de apestado, de
materia que no se toca, de la que
uno se debe alejar. Si bien se da
testimonio de eso, en cambio en el
ncima
trae e
Conexin en La Habana
A propsito de las
Razones ocultas
del
Chino
Arcos
La Gaceta de Cuba 61
Plstica
que
un hombre
Plstica
Descubrir
las cucar
del armario:
un desafo a la
sensi
bili
dad
A propsito de
Plstica
de interpretaciones mltiples,
deseosas de premiarnos con el
beneficio de la imaginacin y la
duda. Su apariencia hipertrofiada, los ttulos que poseen, no son
ms que una mirada desprejuiciada hacia el interior del ser humano,
del otro yo, al tiempo que hacia una
sociedad donde siempre hay quien
mira ms all de lo que debe, escucha lo que no puede y habla lo
que no sabe. As, mientras su obra
se torna mucho ms humana, Tai
traza, con paso firme y seguro, una
lnea distintiva dentro del arte cubano contemporneo.
Shirley Moreira
(San Nicols de Bari, 1990).
Estudiante de Historia del Arte.
rachas
dimensional de sus obras. As, han
aparecido los personajes de sus colagrafas, ahora en esculturas que
actualizan los presupuestos morfolgicos ya fijados. De ah que se
privilegie, en ocasiones, la maestra
de las tcnicas sobre el regodeo en
el nivel conceptual. Choco no busca la sntesis,2 mucho menos la
objetualidad, se sabe continuador
de una tradicin que construye su
discurso a travs de la consagrada
techn.
En la instancia semntica, precisamente en la zona donde el arte
hace gala de su voluntad cuestionadora, resaltan aspectos que han de
ser considerados clave. En ciertas
piezas Choco consigue el desmon-
Ms
all
del borde,
el Punto
e escuchado decir en
das recientes, como metfora para describir el
momento actual en que
vive Cuba, que el tren al fin se puso
en marcha. Celebro, como quizs
la mayora de los cubanos, que el
movimiento haya comenzado, pero
me parece inexacto que se nos compare con un tren. En el ferrocarril, el
sentido del movimiento est prefijado,
sin alternativas, por la seguridad y el
sentido de los rieles. Nuestro futuro,
en cambio, tiene ante s un abanico de
posibilidades, un territorio an abierto
y no exento de riesgos entre los cuales, como creo que todos sabemos,
estn la resistencia de la anquilosada
burocracia y un economicismo que
puede tener la vista corta.
No estoy seguro de que en las
actuales circunstancias podamos afirmar categricamente, como lo hizo
Fidel en medio de lo ms crudo del
perodo especial, que la cultura es lo
primero que hay que salvar. Quizs
tengamos que aceptar otra posicin
ms humilde en el espectro de prioridades del Estado y el Gobierno
cubanos. Tambin es evidente que
bajo el techo de la cultura (que no
es slo la UNEAC y el Ministerio
Tambin
Arturo Arango
un
asunto
de
to
dos*
64 El Punto