Enfoque Socioterritorial
Enfoque Socioterritorial
Enfoque Socioterritorial
1. Introduccin
En la actualidad el debate sobre la cuestin del territorio ocupa un lugar destacado en
mbitos muy diversos: en el mundo acadmico, en los foros nacionales e internacionales
sobre polticas pblicas o desarrollo, as como en espacios propios de las organizaciones
locales (de vecinos, de indgenas, de campesinos, de ecologistas, de desocupados, de
marginalizados urbanos, etc.).
Desde una mirada ligera podra, con alguna razn, interpretarse que estamos frente a un
problema de moda, una clave de interpretacin pasajera, circunstancial. Consideramos
que esta percepcin es errnea. Es cierto que han surgido recientemente y se han
multiplicado los anlisis que apelan a un enfoque territorial de forma creativa y novedosa.
Es tambin cierto que el enfoque geogrfico resurge potente, y que la mirada en clave
cartogrfica opera ahora tanto en ciencias naturales, exactas como sociales. Desde las
ciencias naturales y exactas, con ayuda de la tecnologa satelital, es posible ejercer una
mirada cartogrfica en torno a la agricultura, la distribucin de los recursos naturales, los
procesos climticos, etc.; a la vez que, desde las ciencias sociales, se est aplicando una
mirada cartogrfica para interpretar los procesos globalizadores de arriba y de abajo,
mapear redes internacionales de alianzas y conflictos, y conformar una matriz de datos que
tome distintas escalas (local, nacional, regional y global). Sin embargo, esta ebullicin, esta
proliferacin de herramientas de anlisis en clave territorial, son en realidad el resultado del
estallido social de un problema que, aunque haya sido desplazado, nunca abandon la
escena.
El objetivo de este trabajo es aportar a la construccin de un marco terico del enfoque
socio territorial y su relacin con el desarrollo rural desde los aportes de la sociologa y de
la geografa. Aqu, dos conceptos se tornan clave y por lo tanto deben ser especificados. El
primero supone abordar el espacio como categora analtica para luego poder sumergirnos
en otro concepto de gran importancia para el enfoque: el de territorio.
2. El espacio social y el espacio geogrfico
Un posible abordaje del concepto de espacio desde la sociologa es la propuesta terica de
Pierre Bourdieu (1999) en su texto Efectos de lugar. En l, el autor analiza las polticas
habitacionales en Francia en tanto construccin poltica del espacio. Aqu dos conceptos se
personas, lleva al autor a caracterizar al espacio como una completitud. Por ende, un
adecuado anlisis de la realidad debera abarcar la multidimensionalidad del espacio social
y geogrfico. Si as no ocurriese, se corre el riesgo de realizar anlisis parciales,
unidimensionales y/o sectoriales. En otras palabras, lecturas espaciales fragmentarias que
esconden desigualdades e inequidades y promueven diferentes formas de exclusin, ya que
presentan como universales algunos aspectos positivos a la vez que devalan y/o encubren
otros.
La sociologa corrientemente ha analizado al espacio social sin tener en cuenta el
geogrfico, del mismo modo, la geografa ha realizado la operacin inversa, slo unidas en
su perspectiva antropocntrica. Sin embargo, nuestra propuesta supone analizar cmo el
espacio social y el geogrfico se relacionan, y/o se imbrican. Sobre la base de este objetivo,
introducimos el concepto de territorio, ya que su uso implica dar cuenta inevitablemente del
juego dialctico entre el espacio social y el geogrfico.
3. El territorio
La vida dentro de los Estados Nacin, que fue la forma de territorializar en un perodo de la
historia de la humanidad, estuvo signada por una contradiccin que podramos declarar
clsica: el conflicto capital / trabajo. La modernidad estuvo atravesada en gran parte por
este antagonismo. Pero con la crisis mundial del capitalismo de mundo lleno, que se
expresa a partir de los aos noventa, se evidencia ms una contradiccin que se ancla sobre
luchas que vienen desde la pre-modernidad (luchas de pueblos originarios o de
comunidades campesinas). Una contradiccin que tiene como centro al territorio, la
relacin con el ambiente su uso y transformacin, su control y su reproduccin. Es la
extensa lucha de 10.000 aos entre los pobladores rurales que resistieron al esclavismo, al
feudalismo y en estos ltimos siglos, a la modernizacin
En este sentido, segn algunos autores estamos viviendo un tiempo singular, caracterizado
por una dinmica social que llaman la guerra por el espacio o la guerra por ser. Una
guerra que es resultado de elites que ya no se responsabilizan por la reproduccin
material de la sociedad que conducen (dado que no la necesitan porque el avance
tecnolgico ha permitido que el capital se reproduzca con el nfimo uso de mano de obra) y
no asumen las consecuencias de sus acciones all, en el lugar donde las realizan, puesto que
tambin se han emancipado de las determinaciones territoriales: Sacarse de encima la
responsabilidad por las consecuencias es la ventaja ms codiciada y apreciada que la nueva
movilidad otorga al capital flotante, libre de ataduras (Bauman, 1999:17). La guerra por
el espacio se dirime entre pobladores locales cruzados por una identidad e intencionalidad
aglutinante y elites transterritorializadas que portan formas de concebir al planeta (formas
de territorializacin) desresponsabilizadas de las consecuencias que puedan ocasionar en
esos lugares (impactos negativos en lo econmico, lo poltico, lo cultural, lo ambiental), y
excluyentes para los habitantes que all viven y permanecen.
Desde este encuadre, el enfoque territorial es radical y hecha luz sobre actuales conflictos y
procesos sociales generales que son interpretados desde miradas analticas que se han
por el techo (un lugar en la ciudad), los ambientalistas por la biodiversidad, etc. En este
marco de ricos procesos sociales ha surgido la reflexin ms fecunda sobre el territorio.
En la actualidad estamos frente al reencuadramiento de un problema histrico, por mucho
tiempo invisibilizado o subsumido bajo otras problemticas, y que hoy emerge con
indiscutido protagonismo debido a la magnitud de los procesos que lo tienen como foco de
atencin. Nos referimos a los procesos polticos, econmicos y culturales de finales del
siglo XX y principio del siglo XXI que llevan a la reconceptualizacin de lo territorial
como eje problemtico: desastres ecolgicos, desalojos de poblacin rural, concentracin
en el control de los recursos naturales, crisis energtica, etc.
Otro aspecto del asunto es la polisemia que gira en torno de la definicin de territorio, o
de lo que sera la cuestin territorial. Se trata de una temtica en disputa, con mltiples
concepciones, como lo es el Desarrollo, el Progreso, la Nacin, el Estado, el Mercado. Y lo
es en un doble sentido. La definicin terica del territorio supone variadas y enfrentadas
posturas, as como lo supone su definicin poltica. Es por ello que una visin analtica del
territorio estar siempre interrelacionada con una apuesta poltica sobre la conformacin de
un territorio (el para qu, el cmo, y quienes hacen un territorio).
En conclusin sostenemos aqu una nocin de territorio que supone considerarlo como un
cuadro de vida (Santos, 1994). Es decir, un espacio geogrfico en el cual se articulan las
diversas relaciones sociales. En este espacio tienen lugar mltiples e imbricadas relaciones
de poder sustentadas en la posesin de distintos capitales pero sobre todo en el despliegue
de distintas estrategias basadas en diferentes racionalidades y/o cosmovisiones. Nos
referimos a la tensin resultante de la puesta en accin de distintas intencionalidades de los
actores (estado, mercado, diversos sujetos sociales, empresas, comunidades campesinas e
indgenas, productores empresariales, etc.) que subyacen en un mismo espacio geogrfico.
En otras palabras, por territorio como cuadro de vida, comprendemos las lgicas de cada
actor social asentadas en un territorio, orientadas a su reproduccin como sujeto social. De
esta manera, en el caso de las comunidades rurales su reproduccin social, econmica y
cultural no puede ser concebida sin una concepcin holstica del territorio. Es decir, que
debe poder integrar cada una de estas dimensiones de la vida social, dado que la primaca
de un orden sobre otro (por ejemplo, del econmico sobre el cultural) supondra generar
inequidades o formas de exclusin.
se presenta como realidad esttica, aquello que esta all, lo que permanece inmvil,
inmutable, reducido a un dato geogrfico.
Esta perspectiva, que considera la situacin actual del mundo como de absoluta
desterritorializacin, es problemtica, cosifica al territorio, como si fuera algo que existe
con independencia de los que all viven y de los que lo configuran cotidianamente.
Haesbaert (2004) caracteriza a esta perspectiva como El mito de la desterritorializacin.
Es decir, se trata del mito de los que imaginan que el hombre puede vivir sin territorio, que
la sociedad puede existir sin territorialidad, como si el movimiento de destruccin de
territorios no fuese siempre, de algn modo, su reconstruccin sobre nuevas bases (...)
Entendemos que no hay individuo o grupo social sin territorio, es decir, sin relacin de
dominacin y/o apropiacin del espacio, sea ella de carcter predominantemente material o
simblico (...) (Haesbaert 2004:16 y 339). En este sentido, comprendemos al territorio
como el resultado del uso que hacen del espacio los hombres y mujeres. El territorio es una
construccin humana, un cuadro de vida socialmente apropiado. Pero en tanto producto
social, el territorio es algo inacabado, una realidad en permanente movimiento de
territorializacin. Estamos frente a procesos de dominio (poltico-econmico) y/o de
apropiacin (simblico-cultural) que realizan los grupos humanos en un espacio
determinado. El territorio, como construccin social, emerge de procesos econmicos,
culturales y polticos.
Ahora bien, si estamos delante de procesos de naturaleza social, debemos establecer cual es
la concepcin de sociedad que asumimos. En tal caso, simplificando el argumento,
podemos concebir a la sociedad como un todo u organismo que busca la armona y el
equilibrio entre sus partes, o bien, como un entramado de relaciones intrnsecamente
conflictivas. En consonancia con el segundo postulado, y completando el argumento que
venamos desarrollando, consideramos al territorio como una construccin social, y en
tanto tal, lo concebimos como proceso atravesado por el conflicto, por relaciones de poder,
por disputas y tensiones. Un territorio, como construccin social, resulta entonces de
relaciones de poder y conflictos en un espacio determinado. El territorio, su definicin, es
una cuestin eminentemente poltica.
En un territorio lo que est en disputa es el cmo, para qu y el para quienes, de un espacio
determinado. La configuracin del territorio es siempre dinmica y cambiante. Los usos del
territorio son un problema constante puesto que los actores sociales entablan luchas y
alianzas de forma permanente para imponer su visin de cmo organizarlos. La
conflictualidad en torno a la definicin de los usos del territorio, en torno de distintos
modos de producir territorio, de diversas territorialidades, se expresa en algunos casos en
la oposicin entre uniones territoriales verticales y horizontales. En el primer caso
estamos frente a uniones entre lugares distantes y asimtricos. En las uniones verticales la
vida de un lugar es subordinada a decisiones tomadas por intereses distintos al de las
mayoras que habitan el territorio. Las normas y racionalidades se imponen desde afuera.
En el segundo tipo de uniones, en las uniones horizontales, los lugares se vinculan sobre
la base de solidaridades locales, contiguas. En estos casos lo que se tejen son normas
definidas localmente, en los mismos lugares. Sin embargo, las uniones horizontales no
deberan entenderse como localismos, lugares encapsulados. Las uniones horizontales
La lgica productiva es una novedad de la racionalidad occidental que surge en el siglo XIX cuando la
tierra pas a ser productiva en un ciclo de produccin y los fertilizantes cambiaron el concepto de
productividad de la naturaleza. La lgica productiva es la idea de que el crecimiento econmico y la
productividad mensurada en un ciclo de produccin determinan la productividad del trabajo humano o de la
naturaleza y todo lo dems no cuenta (Santos; 2006: 25).
Por otra parte las organizaciones de base campesina, indgena, pequeos productores
relacionados con el mercado y de trabajadores rurales, resultan dentro del nuevo enfoque el
sujeto central del desarrollo rural integral y sustentable. Estos actores, asumen dentro de
este enfoque la condicin de impulsores y decisores a lo largo de todo el proceso ya que sus
usos, costumbres y prcticas productivas se sustentan en el respeto al equilibrio ecolgico y
social y por ende, reducen el impacto de la desigualdad de poder en la relacin entre la
naturaleza y el hombre.
Las organizaciones de base del sector pueden tener diversos perfiles o funciones. Por lo
general podramos diferenciar entre aquellas que se dedican a una accin orientada a la
gestin para la resolucin de todo lo relacionado con los intereses de sus asociados
(comercializacin, produccin, asistencia tcnica, etc.), y aquellas que orientan sus
acciones a la defensa de los intereses del sector en su conjunto, asumiendo un carcter
eminentemente poltico (lucha por la tierra y los usos de los recursos en general, leyes que
atiendan las especificidades del sector, etc.). En verdad lo que ocurre es que muchas
organizaciones asumen ambas funciones, constituyndose en vectores de gestin
(representacin de sus asociados) y de poltica (representacin del sector en su conjunto).
La concepcin de desarrollo socioterritorial que aqu se asume encuentra sus orgenes en
las dimensiones conceptuales que hemos expuesto, con origen en la academia, pero tambin
se sustenta en numerosas evaluaciones del accionar del Programa Social Agropecuario y de
las prcticas y reflexiones de las propias organizaciones de campesinos, indgenas,
pequeos productores ligados al mercado y trabajadores rurales. En efecto, la propia praxis
de las organizaciones ha ido moldeando un modo de intervencin territorial y construyendo
un paradigma de desarrollo en funcin del respeto de las identidades de los sujetos que las
integran, es decir, en los trminos de la propia historia, de las trayectorias, y cosmovisiones
acerca de sus mundos de vida. De esta manera el enfoque slo puede implementarse sobre
la base de un dilogo horizontal entre los distintos actores involucrados.
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Alegre