En Los Dominios de La Serpiente
En Los Dominios de La Serpiente
En Los Dominios de La Serpiente
Mientras transcurran las horas y la noche empezaba a extender su imperio, yo vea como Keissell se
transformaba en un ser apasionado, que hablaba sobre amenazas extraterrestres, cultos proscritos y un
futuro ominoso para la humanidad.
Su voz se elevaba, tomaba el cigarro nervioso y miraba desde el balcn hacia la noche como extasiado.
Pareca un profeta loco, el mensajero de una secta o quiz un cientfico rechazado por la academia que
anhelaba una venganza intelectual.
Quien viese y escuchase a Keissell esa noche, podra haber pensado que debido a su soledad, aqul
estaba alejndose de la realidad y la sensatez, viviendo en un nerviosismo extremo, enfermizo. Y, sin
embargo, su sinceridad era evidente (o al menos, a m me pareci), como la lgica de sus argumentos,
que, por extraos que pudieran ser, no dejaba de acompaarlos con pruebas, citas, y silogismos.
Seal que el inters por las serpientes radicaba en la existencia de un culto primigenio en donde los
ofidios eran el smbolo de una monstruosidad que acechaba en el tiempo a la raza humana. A travs de
distintas formas, los adoradores de la serpiente intentaban hacer renacer su credo y extenderlo al globo.
Los ritos siempre eran brutales y sangrientos. En el fondo, anhelaban el caos, lo que sera propicio para
el despertar de seres abominables, tales como hombres-serpientes, hombres-peces (dagones y
profundos los llamaba), y hombres-alados (entre los que haba piuchenes, vampiros, etc). Pero,
existan ms horrores, y los anteriores no eran sino solo los servidores que estaban en un estadio
intermedio de poder. Los dioses en realidad eran otros: les llamaba los Antiguos, y eran serpientes
gigantes, seres idiotas de grandes poderes y bestias tentaculares, entre otros. Todo ello me record al
escritor de ficcin de horror Howard Phillips Lovecraft y su mundo repleto de criaturas del mal. En
efecto, me respondi, Keissell, Lovecraft haba vislumbrado, intuido, desde la literatura tales seres;
pero, la mitologa de casi todos los pueblos ya era suficiente expresiva. Seal que algunos ocultistas
como Kenneth Grant vieron esta relacin entre serpientes y Antiguos lovecraftianos; y que l haba
seguido la pista de estos investigadores. Es ms, me seal que antes de morir Grant le dio una carpeta
indita con sus investigaciones, de las cuales l era heredero.
El amor por la mitologa le haba permitido a Keissell descubrir la importancia de Amrica en el culto a
la serpiente. No por nada Quetzacatl y Kukulkan eran serpientes emplumadas veneradas en el viejo
Mxico. Kukulkan recordaba al nombre Kutulu (el Cthulhu de Lovecraft!). La cultura de San Agustn,
en Colombia, tambin haba representado su adoracin a la serpiente en esculturas. El pueblo Chan
Chan en Per, hizo algo parecido en sus edificios. Otro caso era el pueblo caari (hijos de la
serpiente), que fueron adoradores del ofidio, y que segn ciertas leyendas el fundador de ese pueblo
antes de desaparecer se transform en una serpiente, sumergindose en un lago. Pero, Amrica lo haba
provedo de una fuente que le permita ampliar sus estudios: la creencia chilota como mapuche en un
conflicto ocurrido ab origine entre dos serpientes: Caicai Vil y Trengtreng Vil. Esta dualidad
representada entre la serpiente de agua (Caicai Vil) y otra de tierra (Trengtreng Vil) no era otra cosa
que la eterna lucha entre bien y mal. Aunque Caicai Vil fue derrotada, sin embargo su culto se habra
mantenido por milenios, aunque en las sombras. Y era especialmente en la zona donde se libr la gran
batalla, en la zona comprendida de Araucana a Chilo, al sur de Chile, donde se estaban realizando
ciertos actos que segn Keissell tenan relacin directa con el renacer y recrudecimiento del culto
antiguo...
Ello era lo que le obligaba a ir al sur chileno, primero a Chilo y luego a un lugar de la costa de
Araucana llamado Nehuente, pues un conocido mapuche de la capital le haba hablado sobre una
machi de esa localidad que a ciertos lonkos le haba advertido sobre la existencia de kalkus (brujos) que
2.HACIA EL SUR
El periodo que sigui al encuentro relatado, fue muy extrao. Tanto a nivel personal como nacional. A
los pocos das de los hechos relatados, asumi una nueva jefatura en la Biblioteca Nacional. Para
desgracia ma, el grato ambiente anterior se vio menoscabado con la presencia de un funcionario que
sola importunarme por cualquier cosa, lo que desencaden en que terminara renunciando. A nivel
nacional, ciertas situaciones me llamaron la atencin. Por un lado, la serie de temblores y bravas
marejadas en la zona austral, en un amplio permetro comprendido desde la Araucana hasta parte de la
Patagonia; una ola de suicidios en Aysn (la que recordaba la acaecida entre los aos 2000 y 2006); los
constantes incendios en parques forestales, perpetuados por desconocidos; como la agitacin de los
mapuche por sus demandas territoriales, que haban tomado una violencia inusitada. Todos estos
hechos me alertaron, siendo imposible no rememorar los dichos de Keissell.
No s si fue debido a este cmulo de hechos, que mis acostumbrados prosaicos y plcidos sueos
derivaron en pesadillas. Lo cierto es que una fuerte inquietud empez a apoderarse de m desde aquel
tiempo.
Cuando transcurri ms de un mes sin tener noticias de Keissell, tal malestar deriv en algo peor: un
miedo y un pesimismo que me impeda buscar trabajo o hacer cualquier actividad importante de
manera normal. Finalmente, lo decid: Ira a Nehuente, aquel lugar del cual me habl. Y ello a pesar
del recrudecimiento de las luchas entre mapuche y fuerzas policiales. Esa era la nica forma de saber
qu haba ocurrido con Keissell! Para ello, solicit ayuda econmica a mis padres, sin entrar en detalles
explicativos sobre mi viaje. Ellos entendieron que yo necesitaba relajarme y pasar las penas producto
de mi renuncia laboral, por lo que no solo evitaron toda objecin al proyecto, sino que, por el contrario,
me apoyaron sin vacilacin.
La llegada a Nehuente fue complicada en extremo. En el bus a Temuco una mujer indgena me
escupi el rostro sin mediar provocacin de mi parte. El vehculo qued detenido por media hora
debido a que una de sus ruedas se rompi. Y como si fuera poco, los carabineros hicieron bajar a todos
los pasajeros un poco antes de llegar a Temuco, porque segn sus dichos estaban buscando a un
terrorista... Al no hallarlo, el viaje continu; pero deb alojarme en la ciudad dado que se me haba
hecho de noche.
A la maana siguiente tom un bus a Carahue, y de all consegu que un taxista me llevase a
Nehuente. La belleza del lugar no era suficiente para calmar mi ansiedad. Sin tener plena claridad de
lo que hara, pregunt a los habitantes del pueblo por mi amigo. Como tal vez su nombre no les dijera
mucho, o al menos buscarlo slo por su denominacin podra ser restrictivo, opt por hacer una
Era un cuaderno bastante arrugado y manchado con tierra en sus tapas. La letra haba sido escrita con
lpiz pasta y constaba de cerca de 25 pginas escritas de un total de 80. Relataba el viaje desde
Santiago a Chilo. En este ltimo lugar Keissell recopil valiosa informacin sobre la mitologa local,
especialmente sobre la organizacin brujeril la Recta Provincia y el mito de la lucha entre las dos
serpientes Caicai y Trengtreng. En eso estuvo un periodo de dos a casi tres semanas. Luego fue a
Nehuente. All dejara reflexiones del todo importantes, que me ayudaran a aclarar el misterio de su
desaparicin.
Obviar las descripciones de los paisajes y otros temas inferiores, para conservar lo pertinente a sus
pensamientos e intenciones, que sin duda es lo valioso.
He aqu el texto.
DIA 1 EN NEHUENTE:
Luego de un cansador viaje estoy por fin en Nehuente. Me alojo en una hospedera de precio
conveniente, aunque exenta de comodidades. Pues, bien!, lo nico que me interesa es tener un lugar
seguro donde dormir.
Maana eso espero, podr contactar a la machi Carmen Caliqueo, de quien he odo muy buenas
referencias en torno a lo que es sabidura mapuche. Ella es quien habra mencionado a algunos lonkos
de la zona, la presencia de kalkus.
DIA 2:
Anoche tuve unos sueos muy extraos. Me vea en un lugar de bosques oscuros, huyendo hacia el
interior de seres mitad hombre, mitad serpientes. Esto tal vez se deba a mis lecturas en torno a razas
primigenias, vinculadas con la sierpe! No sera extrao! De todas formas, fueron sueos horribles. Me
deseaban atrapar para cumplir uno de sus rituales: el de ocupar un trono de piedra frente al mar, luego
de ser cambiado mi rostro.
Por suerte, el da despej las sombras de las pesadillas y fue positivo: convers con la machi. Le
expliqu que era amigo de M... Cariman, de Santiago, quien me haba recomendado acercarme a ella
con la finalidad de estudiar de parte de una conocedora sobre los cultos ms antiguos de los mapuche.
Me corrigi, sealando que en verdad lo que yo llamaba de esa forma, no eran ms que las creencias y
horribles prcticas de los kalkus o brujos negros, por tanto algo ajeno a la antigua espiritualidad
mapuche.
Conversamos mucho. Es una mujer de sapiencia y notable amabilidad. Incluso me ofreci quedarme
con su familia unos das; pero, como no deseo abusar, desist de aqullo.
DIA 3:
Recordando y estudiando ms sobre la mitologa mapuche, la chilota como adems los procesos
judiciales llevados a cabo en Chilln como en Chilo en contra de los llamados brujos, me sorprende la
importancia de la serpiente como guardiana de la cueva de los kalkus. En algunos lugares se le
denomina culebrn y las descripciones recogidas por los folcloristas son bastante repulsivas. Llama la
atencin que en un pas como Chile donde casi no hay variedades de serpientes y las que hay sean de
tamao pequeo comparadas con las de los pases selvticos y tropicales, se le d tanta importancia a
tal animal.
La razn debe ser sta: En ciertos crculos esotricos se dice que el sur de Chile corresponde al sexo del
mundo; por tanto, nuestro pas es el lugar donde se asienta la serpiente Kundalini de los hindes, de
donde proviene la energa sexual: fuente de vida y muerte, energa catica, que debe ser disciplinada
para ascender.
DIA 4:
Continan las pesadillas. Me levant a media noche y baj al primer piso con la intencin de salir a
caminar y refrescar mi cerebro; pero, una conversacin entre la duea del hospedaje y quien creo ha de
ser su marido me lo impidi. Hablaron sobre --------------------- (Aqu la pgina haba sido arrancada,
perdindose el texto, hasta una parte que deca: Todo esto me provoca un miedo indescriptible. Pienso
que ALGO saben sobre mis investigaciones).
DIA 6:
Es tanto lo que deseo escribir, narrar; pero el tiempo apremia! He continuado las conversaciones con la
machi, quien me indic en un tono de preocupacin que en la aldea de Huecuhue (al norte de
Nehuente) se han estado incrementando los ritos sangrientos de los kalkus. Se habran inmolado vacas
y cerdos en cantidades importantes, y no se duda que tambin se hayan sacrificado nios... Al
preguntarle sobre su informante, me dijo sonriente: Las machis tenemos nuestros propios aliados y
fuentes de informacin.
Carmen Caliqueo me ha expresado que si deseamos detener el culto serpentino y su poder, urge
apersonarnos en Huecuhue a averiguar qu se est efectuando e intentar frenarlo... No niego que esto
me atemoriza, pues si bien he ledo mucho sobre los poderes de los brujos, otra cosa es presenciarlos.
Y como creo en los relatos orales y escritos al respecto, estos son inmisericordes! A veces la muerte no
es lo peor... Y hay maldiciones que van ms all de la tumba.
DIA 7:
Dejar en este lugar este breve cuaderno como testimonio de mis pensamientos y experiencias
recientes. En el eventual caso que mi joven amigo de Santiago llegase a conocerlo, le sera de utilidad
en tanto confirmara mis aprensiones sobre lo que est ocurriendo en esta zona del mundo, respecto a
las cuales l pudo dudar en cierto momento, lo cual no podra criticarle... Quiera Dios que llegue a
alguien!
DIA 8:
Maana viajar con la machi a Huecuhue. El lugar est a poco menos de dos horas de camino a pie. Me
dijo que es recomendable no utilizar medios de transporte, y que saldremos a las 20 horas. As
evitaremos que sospechen de nosotros. Aun cuando Nehuente es un pueblo pacfico y del lado
bueno; la machi me ha dicho que los ltimos das ha tenido ciertas visiones de que podra haber
aliados o emisarios de los kalkus, incluso ac.
Llevar una botella con agua, un saco de dormir y dos linternas.
Las olas parecan ms bravas y escuch a un ave que graznaba muy cerca mo. Era como si los
elementos estuviesen en mi contra. Al menos ese lugar era inhspito y por algo temido por los sureos
desde antao.
Pude ver unas quince a veinte casas. Eran de madera y todas pintadas de color azul. No vi a nadie en la
caleta, hasta que percib una especie de entonacin visceral y molesta. Parecan voces humanas, pero en
un estado anormal. Era como si quisiesen imitar el ruido de un animal. Agudic el odo y escuch
tambores que eran golpeados con suavidad, de manera montona. Tambin el sonido de flautas o con
ms certeza pifilkas, era parte del ritual.
Me dirig hacia el lugar de donde provena lo que pareca un peregrinaje, el que se diriga hacia el mar.
En la playa un grupo de unos treinta hombres y mujeres de movimiento torpes, junto a sus antorchas
cantaban y llamaban a Caicai Vil. En el centro del grupo divis algo como rocas, y sobre ellas a gente,
posiblemente los lderes.
Hubo un movimiento inusual de las aguas. Y desde el mar una especie de respuesta a las voces e
instrumentos de los hombres. Aquel sonido, si es que puede llamarse de esa forma, no lo podr olvidar
jams! Me record a las grabaciones de los delfines, y sus tonos extraterrestres... Era semejante, aunque
ms grave, sombro, maligno.
Y luego, vi algo que hasta hoy dudo si era cierto.
La cordura es frgil y ante espectculos como ste puede romperse. Por ello, no deseo dar otros detalles
que ste: creo haber visto una serpiente gigantesca intentando salir del mar... Pero, algo fall y pronto
retorn a las profundidades.
Se escucharon las loas de los aclitos del mal, quienes lanzaron las antorchas al agua en seal de
victoria y se dispersaron por diversos puntos hacia sus casas.
Esper que todos se retirasen, para salir de mi escondite, una roca.
Y luego fui hacia lo que pens eran tronos ptreos...
Lo que vi me hizo huir, despavorido. Corr, corr, sin descansar, hasta llegar a Nehuente; pero, no me
pareci confiable la hospedera, luego de haber ledo el cuadernillo de mi amigo...
Aliados... Emisarios... Haba dicho la machi a Keissell.
Me qued en la ribera, esperando que el sol surgiera. Ya reiniciada la vida del pueblo, tom un taxi,
retorn a Carahue, luego a Temuco, y llegu a Santiago.
No deseo saber ms del sur y sus espantos! Pues lo que vi eran los cuerpos de dos cadveres sobre dos
especies de bancas de piedra. Uno era el de un hombre, pero con el rostro de una mujer indgena. El
otro el cuerpo de una mujer de aspecto mapuche... con el rostro de mi amigo.
Era ese uno de los ritos a los cuales Keissell haba hecho referencia en sus anotaciones y en el cual l
sin haberlo pretendido haba sido partcipe junto a la machi.