Logica PDF Maple

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UNIVERSIDAD PEDRO RUIZ GALLO

FACULTAD DE CIENCIAS FISICAS Y MATEMATICAS

ESCUELA PROFESIONAL DE MATEMATICAS

LOGICA MATEMATICA CON MAPLE

presentado por:

Lic. Mat. Walter Arriaga Delgado

LAMBAYEQUE PERU
2013

Dedicatoria
Para mis padres, Martha y Elas; para mi
adorable esposa, Flor Angela y para los
m
as grandes tesoros de mi vida, mis hijas
Alessandra Anghely y Stefany Grace.

Prefacio
Visi
on general
Una de las situaciones m
as difciles a que se ve enfrentado comunmente un investigador en
matem
atica es la de tratar de explicar su labor profesional.
La respuesta a esta interrogante a lo largo de la historia de la humanidad han sido de la m
as
variable ndole: hay quienes plantean que cultivan esta ciencia por satisfacci
on personal, sin
buscar sus aplicaciones inmediatas; otros aseguran que, siendo la busqueda de conocimiento
consustancial a la naturaleza humana y siendo la matem
atica lenguaje universal, esta debe
cultivarse como contribuci
on al acervo cultural de la humanidad, para permitir a los diversos
pueblos comprender su propia y particular realidad. Tambien se estima necesario que todos
los pases, especialmente aquellos en desarrollo, cultiven las disciplinas b
asicas para as poder
lograr independizarse cientfica, tecnol
ogica y econ
omicamente.
Concordando en mayor o menor medida con estos planteamientos, se puede constatar que
pese a ser la matem
atica la m
as com
un de las ciencias, en el sentido de que est
a presente
y es utilizada por todos en la vida cotidiana, ciertamente no es la ciencia con mayor grado
de popularidad; mucha gente tiene sentimientos de aprensi
on, disgusto e incluso miedo a la
matem
atica.
A
un considerando estas dificultades, creemos que no ha sido suficientemente difundido el
muy relevante papel que juega nuestra disciplina en la formaci
on integral de cada ciudadano;
de manera privilegiada, la matem
atica aporta a esta formaci
on capacitando a las personas para
tomar decisiones en la vida, para enfrentar situaciones nuevas, para poder crear y expresar
ideas originales; esto se logra por ejemplo a traves de desarrollar la capacidad de abstracci
on,
de ense
nar a relacionar objetos o situaciones diversas, de desarrollar la intuici
on; en fin, la
matem
atica ayuda a desarrollar una mentalidad crtica y creativa.
Es entonces muy preocupante que sea la m
as desconocida de las ciencias para el ciudadano
medio; es lo que nos atrevemos a llamar el analfabetismo matem
atico, o, m
as generalmente,
el analfabetismo cientfico.
El libro que se encuentra en estos momentos en sus manos pretende presentarle una introduccion, a nivel elemental y b
asico, de una parte de las matem
aticas sumamente u
til y
aplicable a casi todas las ramas del saber: La L
ogica.
De la experiencia de dictar cursos y ponencias sobre L
ogica es que surgieron apuntes de
i

L
ogica

ii

Walter Arriaga D.

clase que, despues de sucesivas revisiones y ampliaciones, fueron transform


andose hasta optar
la forma que ahora presentamos, con la intenci
on de que sirva como texto gua que inicie al
alumno en esta fascinante rama de las matem
aticas.
Objetivo
El objetivo de este libro es presentar los temas de manera clara y comprensible para los
estudiantes de cualquier nivel, de forma que los motive a preguntar porque y transmitirles el
entusiasmo y gusto por el estudio de la L
ogica y a la vez proporcionar al lector una herramienta de consulta, dando la informaci
on b
asica para la resoluci
on de estas, as como reforzar la
comprensi
on de los temas y conceptos por medio de una amplia gama de interesantes aplicaciones en el mundo real. El texto se ha dise
nado para brindarle una comprensi
on s
olida e
intuitiva de los conceptos b
asicos, sin sacrificar la precisi
on matem
atica.
Aplicaciones
Una de mis metas fue convencer a lo estudiantes de la importancia de la L
ogica en sus
campos de estudio. As, este libro pretende implementar el estudio de las aplicaciones de la
L
ogica a las distintas carreras profesionales.

Caractersticas
Contenido
El contenido del presente manuscrito se desarrolla de la siguiente manera:

 En el Captulo I, se describe los orgenes de la Logica y los matematicos que aportaron


al desarrollo de la misma.

 En el Captulo II, se estudia la Logica de Proposiciones.


 En el Captulo III, se implementa el software matematico Maple en la Logica.
Caractersticas pedag
ogicas
En base a nuestra experiencia docente y en consejos de muchos colegas, hemos includo
varios aspectos pedag
ogicos para ayudar a los estudiantes a aprender y a ampliar su perspectiva
acerca de la L
ogica.
Problemas resueltos y propuestos
Un problema en matem
atica puede definirse como una situaci
on, a la que se enfrenta un
individuo o un grupo, que requiere soluci
on, y para lo cual no se vislumbra un camino aparente
y obvio que conduzca a la misma.

Walter Arriaga D.

L
ogica

iii

La resoluci
on de problemas debe apreciarse como la raz
on de ser del contenido matem
atico,
un medio poderoso de desarrollar conocimiento matem
atico y un logro indispensable de
una buena educaci
on matem
atica. El elemento crucial asociado con el desempe
no eficaz en
matem
atica es que los estudiantes desarrollen diversas estrategias que le permitan resolver
problemas donde muestren cierto grado de independencia y creatividad.
La elaboraci
on de estrategias personales de resoluci
on de problemas crea en los alumnos
confianza en sus posibilidades de hacer matem
atica, estimula su autonoma, as como expresa
el grado de comprensi
on de los conocimientos y le facilita mecanismos de transferencia a otras
situaciones.
Concebimos entonces que la resoluci
on de problemas es el proceso m
as importante que
posibilitar
a a los estudiantes experimentar la utilidad y potencia de la matem
atica. Implicarlos
en esa labor les permitir
a indagar, construir, aplicar y conectar lo aprendido. De ah que una
responsabilidad importante de los docentes del
area de matem
atica sea elaborar, seleccionar,
proponer y discutir problemas de diverso tipo y exigencia conjuntamente con los estudiantes
y con otros colegas.
Aprender matem
atica significa entender y usar la matem
atica a traves de la resoluci
on
de problemas, aprender matem
atica no s
olo es memorizar f
ormulas tecnicas para resolver
ejercicios propuestos.
Hay que hacer que los alumnos trabajen din
amicamente en actividades que permitan la
construcci
on del saber matem
atico por etapas, a partir de fen
omenos y de situaciones cotidianas de modo que vayan elaborando conceptos de dificultad creciente, observando claramente
y de inmediato su uso.
Todo usuario de la Matem
atica recopila, descubre o crea conocimiento en el curso de la
actividad que realiza con un fin. El desarrollo de las actividades debe estar organizado para
que los estudiantes comuniquen ideas oralmente y por escrito. El proceso de construcci
on del
lenguaje matem
atico no puede ser una actividad individual. Es un proceso de comunicaci
on:
alumno-profesor, profesor-alumno y sobre todo alumno-alumno. La capacidad de usar con
facilidad el lenguaje matem
atico es muy importante para comprender la matem
atica y por eso
las formas de comunicaci
on matematica deben ser cada vez m
as formales y simb
olicas.
El libro contiene problemas resueltos y propuestos para que el estudiante ponga a prueba
su aptitud. En los ejemplos resueltos ense
namos a los estudiantes a pensar sobre los problemas
antes de que empiecen a resolverlos.

Res
umenes
Al final de cada captulo, aparece un repaso detallado de los resultados importantes del
mismo, esto permitir
a una clara comprensi
on del texto.

L
ogica

iv

Walter Arriaga D.

Uso de Software
La tendencia cada vez mayor a que el docente se convierta en un facilitador del aprendizaje m
as que un presentador de hechos ha producido una expansi
on en la esfera de los
paquetes de inform
atica especializados como los software matem
aticos preparados para ayudar al docente. Estos paquetes tienen por objeto suplementar el trabajo pr
actico, permitiendo
as ampliar la presentaci
on de la ciencia a los estudiantes. Estos software han adquirido tal
grado de complejidad en la ense
nanza de la Ciencia que han recibido el nombre de Tecnologa
Educativa.
Entre los software matem
aticos m
as importantes podemos citar: Maple, Matlab, Derive,
Mathematica, Cabri Geometry, etc.
El software matem
atico Maple que se ha utilizado para la preparaci
on de este libro, se
caracteriza por realizar c
alculos con smbolos que representan objetos matem
aticos.
Se trata de un sistema de c
alculo cientfico (simb
olico, numerico y gr
afico) interactivo, con
una sintaxis pr
oxima a la notaci
on matem
atica, disponible para una amplia gama de sistemas
operativos. Algunas de sus capacidades son:
X Operaciones numericas en aritmetica racional exacta o decimal de precisi
on arbitraria.
X Manipulaci
on algebraica de variables y smbolos.
X Operaciones con polinomios, fracciones algebraicas y funciones matem
aticas elementales.
X Calculo de lmites, derivadas y primitivas.
X Resoluci
on de ecuaciones y sistemas.
X Operaciones con vectores y matrices.
X Capacidades gr
aficas en 2 y 3 dimensiones.
X Lenguaje de programaci
on de alto nivel.

La historia de la matem
atica
La historia de la matem
atica est
a llena de anecdotas, de problemas interesantes que pueden
motivar a los j
ovenes a estudiarla y desarrollar actitude positivas hacia ella. El uso de t
opicos
de historia de la matem
atica, de biografas de matem
aticos, de acertijos y problemas cl
asicos
permite acercarnos a esta ciencia desde un punto de vista humano. Los estudiantes comprenden que la matem
atica es simplemente una actividad creada por seres humanos iguales
a ellos, quienes desarrollaron ideas creativas y resolvieron situaciones que en su tiempo eran importantes, pero que en otros momentos sufrieron frustraci
on y desenga
no, ya sea al no
poder resolver los problemas que se plantearon, porque la sociedad no estaba preparada para
sus ideas renovadoras, o porque sufrieron la marginaci
on de las comunidades cientficas de la
epoca, como ocurri
o en el caso de las mujeres matem
aticas.

Walter Arriaga D.

L
ogica

Es sumamente u
til explorar con nuestros alumnos los inicios de un concepto, las dificultades
con las que tuvieron que enfrentarse estos investigadores y las ideas que surgieron al enfrentar
una situaci
on nueva. Todos estos hechos encarnan una verdadera aventura intelectual que
muchas veces se deja de lado en las clases tradicionales donde un tema aparece presentado de
manera acabada e inerte, sin posibilidad de descubrimiento, ni crtica.

El autor

Introducci
on
Desde los comienzos de su existencia, el hombre ha estudiado su medio ambiente con la
finalidad de mejorar su situaci
on. Empez
o por observaciones, como hacemos hoy en da, y
sigui
o por la reuni
on de informaci
on y su aplicaci
on a la vida cotidiana.
La ciencia es hoy da algo m
as compleja. Nuestra capacidad de observaci
on ha aumentado
enormemente gracias al desarrollo de los modernos instrumentos desde los que nos permiten
ver diminutas partculas de materia ampliadas millones de veces hasta los que nos permiten
ver estrellas distantes en los lmites exteriores del universo tal como lo conocemos. Nuestros
procesos de acopio de datos tambien se han vuelto muy complejos. No solo disponemos de
medios muy r
apidos para registrar informaci
on sino que, mediante el uso de calculadoras y
software, podemos recuperar la informaci
on en una fracci
on de segundo. Sin embargo, muchos de nosotros no tenemos todava la posibilidad de usar los u
ltimos inventos de la ciencia
moderna. Tenemos que trabajar con las cosas existentes en nuestro medio inmediato que van
a influir en nuestras vidas y en las de quienes nos rodean. Hay que tener en cuenta que los
cambios r
apidos e incesantes del mundo de hoy hacen que tambien cambien a su comp
as los
conocimientos necesarios de matem
atica
Aprender matem
aticas, fsica y qumica es muy difcil; as se expresan la mayora de
estudiantes de todos los niveles, sin embargo pocas veces se busca una explicaci
on del porque no
aprenden las ciencias exactas los alumnos. Nuestra teora es la siguiente: Los alumnos no
aprenden ciencias exactas, porque no saben relacionar las conocimientos que se proporcionan
en la escuela (leyes, teoremas, formulas) con los problemas que se le presentan en la vida real.
Otro problema grave es que el aprendizaje no es significativo. El presente trabajo pretende
motivar a los estudiantes para que con ayuda de la l
ogica matem
atica, el sea capaz de
encontrar estos relacionamientos entre los diferentes esquemas de aprendizaje, para que de
esta manera tenga una buena estructura cognitiva. Consideramos que si el alumno sabe l
ogica
matem
atica puede relacionar estos conocimientos, con los de otras
areas para de esta manera
crear conocimiento.
Todo en la naturaleza animada, como en la inanimada, se rige por reglas, aunque estas
reglas no son siempre de nosotros conocidas; as es que en virtud de leyes fijas y determinadas
cae la lluvia, se mueven los animales, etc. El Universo entero no es propiamente m
as que un
vasto conjunto de fen
omenos sujetos a determinadas reglas; de suerte que nada, absolutamente
nada existe sin su fundamento. Por consecuencia de esto, no existen, hablando con propiedad,
vii

viii

L
ogica

Walter Arriaga D.

verdaderas irregularidades; cuando nosotros creemos encontrarlas no es sino que las leyes que
rigen los fen
omenos que observamos nos son desconocidas.
El ejercicio de nuestras facultades se verifica conforme a leyes, a las que desde luego nos
ajustamos sin tener conciencia de ello, hasta el punto de que venimos insensiblemente en
conocimiento de las mismas por hechos de experiencia y por el continuo uso de las propias
facultades. Nosotros mismos concluimos por acomodarnos tan f
acilmente a estas leyes, que
despues nos cuesta gran trabajo el considerarlas de una manera abstracta. Ejemplo de esto
tenemos en la gram
atica general, que es una forma del lenguaje en general. Se habla tambien
sin conocimiento de ninguna regla gramatical, y el que habla de este modo sigue sin embargo
una gram
atica, y habla conforme a reglas, mas no tiene conciencia de nada de esto.
Todas nuestras facultades, en particular el entendimiento, est
an sometidas en su ejercicio a
leyes que podemos investigar. Hay m
as; el entendimiento debe considerarse como el principio
y la facultad para concebir las reglas en general. As como la sensibilidad es la facultad de
intuici
on, as el entendimiento es la facultad de pensar; es decir, la facultad de someter a leyes
las representaciones sensibles. El entendimiento tiende a la investigaci
on de las reglas y se
encuentra feliz con haberlas hallado. Se trata, pues, de saber, ya que el entendimiento es el
principio de las reglas, conforme a que reglas procede el mismo.
No hay, en efecto, duda alguna de que nosotros no podemos pensar o hacer uso de nuestro
entendimiento, m
as que siguiendo ciertas reglas. Mas podemos nosotros concebir estas reglas
en s mismas, es decir, sin su aplicaci
on o en abstracto? Que son, pues, estas reglas? Todas las
reglas, seg
un las que obra el entendimiento, o son necesarias o contingentes. Las primeras son
aquellas sin las cuales ninguna funci
on del mismo sera posible; las segundas aquellas sin las
que no podran tener lugar ciertas y determinadas funciones. Las reglas contingentes, que se
refieren a un objeto determinado de conocimiento, son tan numerosas como los mismos objetos.
As es, por ejemplo, que hay un ejercicio intelectual propio para las matem
aticas, otro para
la metafsica, otro para la moral, etc. Las reglas de este empleo particular del entendimiento
en las ciencias expresadas, son contingentes, puesto que es contingente que yo piense en tal o
cual objeto a que se refieren estas reglas particulares.
M
as si hacemos abstracci
on de todo conocimiento que solo pueda adquirirse con motivo
del objeto y reflexionamos solamente acerca del empleo del entendimiento en general, hallamos
estas reglas absolutamente necesarias bajo todos sus aspectos y sin ninguna relaci
on propia de
los objetos particulares del pensamiento, puesto que sin ellas no existira este. Estas reglas; se
pueden, pues, considerar a priori, es decir, independientemente de toda experiencia, puesto que,
contienen simplemente, sin distinci
on de objeto, las condiciones del empleo del entendimiento
de una manera general, ya sea aquel puro, ya sea experimental. De d
onde se sigue al propio
tiempo, que las reglas generales y necesarias del pensamiento no pueden referirse m
as que a
la forma, y en manera alguna a la materia o contenido. La ciencia de estas reglas necesarias y
universales, es, pues, simplemente, la ciencia de la forma de nuestro conocimiento intelectual
o del pensamiento. Nos podemos formar una idea de la posibilidad de una ciencia tal, de la
misma manera que nos formamos la idea de una gram
atica general que contiene m
as que la

Walter Arriaga D.

L
ogica

ix

simple forma del lenguaje en general, y no las palabras que constituyen la materia de los
diversos; idiomas.
Esta ciencia de las leyes necesarias del entendimiento y de la raz
on en general, o lo que es
lo mismo, de la simple forma del pensamiento en general, es lo que nosotros llamamos l
ogica.
Como ciencia que se ocupa del pensamiento en general, independientemente de los objetos
que constituyen la materia, la l
ogica puede ser considerada:
1 Como el fundamento de todas las otras ciencias y la propedeutica de toda funci
on intelectual. Mas por esto mismo no se ocupa nunca de objetos en manera alguna.
2 Como no pudiendo servir de
organo para las ciencias.
Nosotros entendemos por
organo la indicaci
on del modo en virtud del cual se puede
adquirir un determinado conocimiento, lo que exige desde luego una noci
on del objeto del
conocimiento para establecer despues ciertas reglas. La simple l
ogica no es, pues, un
organo
de las ciencias, puesto que como
organo supone el conocimiento exacto de las ciencias, del
objeto de ellas y de sus fuentes. As es, por ejemplo, que las matem
aticas son un
organo
muy se
nalado como ciencia que contiene la raz
on de la adquisici
on del conocimiento referente a cierta aplicaci
on racional. La l
ogica por el contrario, en su calidad de propedeutica,
de toda funci
on intelectual y racional en general, no puede formar parte de otras ciencias,
ni anticipar nada sobre la materia o contenido de ellas; ella no es m
as que el arte universal
de la raz
on (Can
onica Epicuri) de poner de acuerdo los conocimientos en general con la
forma del entendimiento, y no merece por tanto el nombre de
organo, m
as que en tanto que
sirve, no para entender, sino simplemente para criticar y rectificar nuestro conocimiento.
3 Como ciencia de las leyes necesarias del pensamiento, sin las que no es posible aplicaci
on
alguna del entendimiento y de la raz
on; leyes que son, por consiguiente, las solas condiciones
bajo las cuales el entendimiento puede y debe ponerse de acuerdo consigo mismo -leyes y
condiciones de su legtimo empleo -la l
ogica es una regla. Y como regla del entendimiento
y la raz
on, no puede dar nada de otra ciencia ni de la experiencia, no debe contener m
as
que las leyes puras, a priori, que son necesarias y constituyen la divisi
on del entendimiento
en general.
A la verdad, hay l
ogicos que suponen en la l
ogica principios psicol
ogicos; mas es tan absurdo
el introducir tales principios, como derivar la moral de la conducta de la vida. Si tomamos
estos principios de la psicologa, es decir, si nosotros los sacamos de la observaci
on de
nuestro entendimiento, veramos con esta u
nicamente de que manera se manifiesta el pensamiento, de que modo se produce, c
omo est
a sujeto a diferentes obst
aculos y a diversas
condiciones subjetivas; lo que nos conducir
a a leyes simplemente contingentes. En la l
ogica
no se trata de leyes contingentes, sino de leyes necesarias; no se trata, pues, de saber como
pensamos, sino c
omo debemos pensar. Las reglas de la l
ogica no deben tomarse, por consiguiente, del entendimiento aplicado de un modo contingente, sino que deben sacarse de
su aplicaci
on hecha de un modo necesario, aplicaci
on que se halla en s misma sin necesidad

L
ogica

Walter Arriaga D.

de la psicologa. No se pide en l
ogica c
omo se conduce el entendimiento, c
omo piensa, c
omo
ha pensado hasta aqu, sino simplemente c
omo ha debido pensar. La l
ogica debe, pues,
darnos a conocer el empleo legtimo del entendimiento o su acuerdo consigo mismo.
Despues de las consideraciones que acabamos de hacer acerca de la l
ogica, difcilmente se
pueden deducir las otras propiedades esenciales de esta ciencia a saber:
4 Que esta es una ciencia racional, no simplemente en cuanto a su forma, sino en cuanto a su
fondo o contenido, pues que sus reglas no est
an tomadas de la experiencia y tiene tambien
por objeto la raz
on misma. La l
ogica es, pues, el conocimiento propio (Selbsterkenntniss)
del conocimiento y de la raz
on sin mirar al objeto posible o real de estas facultades, sino
solamente, en cuanto se refiere a la forma. En l
ogica yo no puedo pedir que es lo que conoce
el entendimiento, cu
antas cosas conoce, o hasta d
onde alcanza este conocimiento: esto sera,
en tal caso, un verdadero conocimiento de s mismo por lo que se refiere a la aplicaci
on
esencial del entendimiento, lo que constituye parte de la metafsica. No hay m
as que una
cuesti
on en l
ogica, a saber: C
omo se conoce el entendimiento de s mismo?
Por u
ltimo, como ciencia racional en cuanto al fondo y a la forma, la l
ogica es adem
as:
5 Una doctrina o teora demostrada, porque se ocupa no del empleo ordinario y como tal
propiamente emprico del entendimiento y la raz
on, sino de las leyes necesarias y generales
del pensamiento; descansa sobre principios a priori de donde, todas sus reglas pueden [13]
ser deducidas como aquellas reglas a las cuales debe acomodarse todo conocimiento de la
raz
on.
De donde la l
ogica debe ser considerada como una ciencia a priori o como una doctrina
como una ley de las funciones del entendimiento y de la raz
on. Ella difiere esencialmente
de la estetica, que como simple crtica del gusto, no tiene nada de ley, sino simplemente
una regla (modelo o patr
on del empleo solamente de la critica), regla que consiste en el
concierto universal. La estetica es, pues, la ciencia de las reglas del concierto de las cosas
con las leyes de la sensibilidad. La l
ogica, por el contrario, tiene por objeto las reglas del
concierto del conocimiento con las leyes del entendimiento y la raz
on. La primera no tiene
m
as; que principios empricos, y no puede, por tanto, constituir una ciencia o una doctrina, si
se entiende por doctrina una instrucci
on dogm
atica por principios a priori, en la que se llega
a conocer todo por el entendimiento sin datos ulteriores tomados de la experiencia; y que nos
da reglas cuya aplicaci
on produce la perfecci
on de ser.
Se ha intentado, particularmente por los oradores y poetas razonar sobre el gusto; mas
nunca se ha podido pronunciar un juicio definitivo sobre este punto.
El fil
osofo Baumgartem, en Francfort, form
o el plan de una estetica como ciencia, pero
Home ha llamado con m
as propiedad crtica a la estetica, puesto que esta no suministra
ninguna regla a priori que determine el juicio en una medida suficiente, como lo hace la
l
ogica, sino que por el contrario, establece sus reglas a posteriori y hace m
as generales, por la

Walter Arriaga D.

L
ogica

xi

comparaci
on solamente, las leyes, seg
un las cuales, nosotros reconocemos lo peor y lo mejor
(lo bello).
La l
ogica es, pues, algo m
as que una simple crtica; es una regla que vive asociada de la
crtica, es decir, del principio para juzgar todas las funciones intelectuales en general, mas
solamente en la que mira a la legitimidad de estas funciones en cuanto a la mera forma, pues
que ella no es un
organo como no lo es la gram
atica general.
Como propedeutica de toda funci
on intelectual, la l
ogica universal difiere tambien de la
l
ogica trascendental, en la que el objeto mismo se representa como el objeto uno del entendimiento; la l
ogica universal, por el contrario, se refiere a todos los objetos.
Si entre tanto, nosotros queremos abrazar de un solo golpe de vista todos los caracteres
esenciales que corresponden a la extensa determinaci
on procedente de la noci
on de la l
ogica,
haremos una idea de ello diciendo:
La l
ogica es una ciencia racional, no solo en cuanto a la mera forma, sino tambien en cuanto
al fondo; una ciencia a priori de las leyes necesarias del pensamiento, no por lo que se refiere a
los objetos particulares, sino por lo que respecto a todos los objetos en general. -La l
ogica es,
por consiguiente, la ciencia de la aplicaci
on legtima del entendimiento y la raz
on en general;
ciencia no subjetiva, es decir, no formada en vista de principios empricos (psicol
ogicos) sino
ciencia objetiva, esto es, ciencia formada por principios a priori determinando la materia del
pensamiento que debe ocupar al entendimiento.
Entre todas las disciplinas matem
aticas, la L
ogica es una de las m
as importantes; puesto
que estudia la forma del razonamiento, es una disciplina que por medio de reglas y tecnicas determina si un argumento es v
alido. La l
ogica es ampliamente aplicada en la filosofa,
matem
aticas, computaci
on, fsica. En la filosofa para determinar si un razonamiento es v
alido
o no, ya que una frase puede tener diferentes interpretaciones, sin embargo la l
ogica permite
saber el significado correcto. En las matem
aticos para demostrar teoremas e inferir resultados matem
aticas que puedan ser aplicados en investigaciones. En la computaci
on para revisar
programas. En general la l
ogica se aplica en la tarea diaria, ya que cualquier trabajo que se
realiza tiene un procedimiento l
ogico, por el ejemplo; para ir de compras al supermercado una
ama de casa tiene que realizar cierto procedimiento l
ogico que permita realizar dicha tarea.
Si una persona desea pintar una pared, este trabajo tiene un procedimiento l
ogico, ya que no
puede pintar si antes no prepara la pintura, o no debe pintar la parte baja de la pared si antes
no pint
o la parte alta porque se manchara lo que ya tiene pintado, tambien dependiendo si
es zurdo o derecho, el puede pintar de izquierda a derecha o de derecha a izquierda seg
un el
caso, todo esto es la aplicaci
on de la l
ogica.
La l
ogica es pues muy importante; ya que permite resolver incluso problemas a los que
nunca se ha enfrentado el ser humano utilizando solamente su inteligencia y apoy
andose de
algunos conocimientos acumulados, se pueden obtener nuevos inventos innovaciones a los ya
existentes o simplemente utilizaci
on de los mismos.
El orden en que se presenta el documento es el siguiente: Primeramente se establece la
importancia de la l
ogica matem
atica, despues definimos el concepto de proposici
on. Se es-

xii

L
ogica

Walter Arriaga D.

tablece el significado y utilidad de conectivos l


ogicos para formar proposiciones compuestas.
M
as tarde abordamos las proposiciones condicionales y bicondicionales. Definimos tautologa,
contradicci
on y contingente, y proporcionamos una lista de las tautologas m
as importantes,
as mismo explicamos a que se le llama proposiciones l
ogicamente equivalente apoy
andonos
de tablas de verdad. Para finalizar; abordamos los metodos de demostraci
on: directo y por
contradicci
on, en donde incluye reglas de inferencia.
En este trabajo se trata ademas de presentar las explicaciones con ejemplos que le sean
familiares. Nuestro objetivo es que el alumno aprenda a realizar demostraciones formales por
el metodo directo y el metodo por contradicci
on. Ya que la mayora de los libros comerciales
u
nicamente se quedan en explicaci
on y demostraci
on de reglas de inferencia. Consideramos que
s el alumno aprende l
ogica matem
atica no tendr
a problemas para aprender ciencias exacta
y ser
a capaz de programar computadoras, ya que un programa de computadora no es otra
cosa que una secuencia de pasos l
ogicos, que la persona establece para resolver n problema
determinado.
Es importante mencionar que en las demostraciones no hay un solo camino para llegar al
resultado. El camino puede ser mas largo o m
as corto dependiendo de las reglas de inferencia
y tautologas que el alumno seleccione, pero definitivamente deber
a llegar al resultado. Puede
haber tantas soluciones como alumnos se tenga en clase y todas estar bien. Esto permite que
el estudiante tenga confianza en la aplicaci
on de reglas y f
ormulas. De tal manera que cuando
llegue a poner en practica esto, el sea capaz de inventar su propia soluci
on, porque en la
vida cada quien resuelve sus problemas aplicando las reglas de inferencia para relacionar los
conocimientos y obtener el resultado.
Esta obra es un intento para lograr que la ense
nanza y el aprendizaje de la ciencia sean los
m
as eficaces posible. Como no hay una manera perfecta de ense
nar la Ciencia, esta publicaci
on
no pretende ser el non plus ultra de la ense
nanza de la Matem
atica. Los profesores deben buscar
constantemente los mejores metodos para ellos mismos y para sus alumnos, as como leer con
la mayor amplitud y profundidad posibles. Sin embargo, se espera que este trabajo sirva de
documento b
asico para empezar. Se ha reunido las contribuciones de docentes que se han
especializado en estos temas a fin de presentar un amplio panorama de la ense
nanza de esta
Ciencia.
Es importante que el pensamiento creador en todos los niveles de educaci
on se centre en
crear las situaciones de aprendizaje m
as eficaces para los estudiantes. En consecuencia, este
texto est
a destinado tanto a estudiantes de ciencias e ingeniera como a docentes en ejercicio
as como tambien a los futuros docentes de varios niveles academicos para que lo utilicen
en las situaciones m
as diversas. Su finalidad es mejorar la ense
nanza cotidiana de la ciencia
examinando los numerosos temas que influyen sobre el estudiante.

Este
es el compromiso que como docente de la Facultad de Ciencias Fsicas y Matem
aticas
de la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo he asumido: el contribuir a la formaci
on integral
de los estudiantes del presente siglo.
Se tiene siempre la esperanza de que una publicaci
on sea tan buena que haya demanda

Walter Arriaga D.

L
ogica

xiii

de una segunda edici


on. Esto permite siempre corregir las inexactitudes y las equivocaciones,
as como a
nadir material pertinente nuevo u omitido inadvertidamente antes. Se agradecer
aa
los lectores que comuniquen sus propias contribuciones y sugerencias al autor.

Indice general

Prefacio

Introducci
on

VI

INTRODUCCION

XIV

1. PRELIMINARES

1.1. Introducci
on . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

1.2. Historia de la L
ogica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

1.3. Matem
aticos que aportaron a la L
ogica

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

1.4. La L
ogica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

16

1.4.1. Diferentes sistemas l


ogicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

17

1.4.2. Importancia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

24

1.5. Objeto y significado de la L


ogica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

25

1.5.1. Objeto de la l
ogica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

26

1.5.2. Las leyes de la l


ogica y otras ciencias especiales . . . . . . . . . . . . . .

27

1.5.3. Importancia del estudio de la l


ogica como ciencia . . . . . . . . . . . . .

27

2. LOGICA
DE PROPOSICIONES

29

2.1. Proposiciones y tablas de verdad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

30

2.1.1. Proposiciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

30

2.1.2. Valor de verdad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

31

2.1.3. Tabla de valores de verdad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

32

2.1.4. Clases de proposiciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

33

2.1.5. Conectivas

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

34

2.1.6. Simbolizaci
on de proposiciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

34

2.2. Operaciones con proposiciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

36

2.2.1. Conjunci
on . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

36

2.2.2. Disyunci
on inclusiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

38

2.2.3. Negaci
on . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

39

2.2.4. Condicional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

40

xv

L
ogica

xvi

Walter Arriaga D.

2.2.5. Bicondicional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

44

2.2.6. Disyunci
on exclusiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

45

2.3. Proposiciones Compuestas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

46

2.4. Jerarqua de los conectivos l


ogicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

47

2.4.1. Tautologas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

48

2.4.2. Contradicciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

49

2.4.3. Contingencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

50

2.5. Equivalencias l
ogicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

50

2.6. Leyes del Algebra Proposicional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

51

2.7. Simplificaci
on de proposiciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

53

2.8. Inferencia L
ogica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

54

2.8.1. Inferencias notables . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

56

3. LOGICA CON MAPLE

77

3.1. Introducci
on . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

77

3.1.1. Lista de comandos del paquete Logic . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

78

3.2. Conectivos l
ogicos en Maple . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

79

3.3. Tabla de valores de verdad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

79

3.4. Operaciones con proposiciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

80

3.4.1. Conjunci
on . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

80

3.4.2. Disyunci
on inclusiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

81

3.4.3. Negaci
on . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

82

3.4.4. Condicional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

82

3.4.5. Bicondicional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

85

3.4.6. Disyunci
on exclusiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

85

3.4.7. Comandos importantes

86

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

4. LOGICA CON MATLAB

93

4.1. Introducci
on . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

93

4.1.1. Lista de comandos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

93

4.2. Conectivos l
ogicos en Matlab . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

94

4.3. Operaciones con proposiciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

94

4.3.1. Conjunci
on . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

94

4.3.2. Disyunci
on inclusiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

96

4.3.3. Negaci
on . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

98

4.3.4. Condicional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

99

4.3.5. Bicondicional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102


4.3.6. Disyunci
on exclusiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 104
Bibliografa

107

Walter Arriaga D.
Indice de Materias

L
ogica

xvii
109

xviii

L
ogica

Walter Arriaga D.

PRELIMINARES
Objetivos:
z Dar a conocer el impact
o fundamental que tiene la L
ogica como ciencia de las ciencias,
en el pensamiento contemporaneo.
z Identificar los diferentes sistemas l
ogicos.

1.1.

Introducci
on

La evoluci
on de la l
ogica est
a intrinsecamente ligada a la evoluci
on intelectual del ser
humano, ya que como ciencia del razonamiento, su historia representa la historia misma del
hombre. La l
ogica surge desde el primer momento en que el hombre, al enfrentar a la naturaleza,
infiere, deduce y razona, con el
animo de entenderla y aprovecharla para su supervivencia.
La L
ogica es un termino que deriva del girego oyik
o (logike-logik
os), que a su vez es

oyo (logos), que significa raz


on.
Se considera que Arist
oteles1 fue el que fund
o la L
ogica como Propedeutica, herramienta
b
asica para todas las Ciencias.
La Logica es una ciencia formal. Esto quiere decir que no tiene contenido, porque estudia
las formas v
alidas de inferencia.
La logica tradicional se basaba en el silogismo como razonamiento basado en el juicio
categ
orico aristotelico. Hoy da la l
ogica utiliza como unidad b
asica la proposici
on y las reglas
de inferencia en la argumentaci
on discursiva.
1

Arist
oteles, (Estagira, Macedonia 384 a. C. - Calcis Eubea, Grecia 322 a. C.), es uno de los m
as grandes

fil
osofos de la antig
uedad y acaso de la historia de la filosofa occidental. Fue precursor de la anatoma y la
biologa y un creador de la taxonoma.

L
ogica

1.2.

Walter Arriaga D.

Historia de la L
ogica

Hist
oricamente la palabra l
ogica ha ido cambiando de sentido. Comenz
o siendo una
modelizaci
on de los razonamientos, propuesta por los fil
osofos griegos, y posteriormente ha
evolucionado hacia diversos sistemas formales, relacionados con la teora.
La logica formal, como un an
alisis explcito de los metodos de razonamientos, se desarroll
o originalmente en tres civilizaciones de la historia antigua: China, India y Grecia entre el
Siglo V y el Siglo I a. C.
En China no dur
o mucho tiempo: la traducci
on y la investigaci
on escolar en l
ogica fue
reprimida por la dinasta Qin, acorde con la filosofa legista. En India, la l
ogica dur
o bastante
m
as: se desarroll
o (por ejemplo con la nyaya) hasta que en el mundo isl
amico apareci
o la escuela
de Asharite, la cual suprimi
o parte del trabajo original en l
ogica. (A pesar de lo anterior, hubo
innovaciones escol
asticas indias hasta principios del siglo XIX, pero no sobrevivi
o mucho dentro
de la India Colonial). El tratamiento sofisticado y formal de la l
ogica moderna aparentemente
proviene de la tradici
on griega.
Arist
oteles fue el primero en emplear el termino L
ogica para referirse al estudio de los
argumentos dentro del lenguaje apof
antico como manifestador de la verdad en la ciencia.
Pensaba que la verdad se manifiesta en el juicio verdadero y el argumento v
alido en el silogismo:
Silogismo es un argumento en el cual, establecidas ciertas cosas, resulta necesariamente de
ellas, por ser lo que son, otra cosa diferente.
Nacio as la l
ogica formal. Arist
oteles formaliz
o el cuadro de oposici
on de los juicios y las
formas v
alidas del silogismo. Kant en el siglo XVIII pensaba que Arist
oteles haba llevado
la l
ogica formal a su perfecci
on, por lo que b
asicamente hasta entonces no haba habido
pr
acticamente modificaciones de importancia. Y lo justificaba al considerar que siendo la
l
ogica una ciencia formal, era por ello analtica y a priori, lo que justifica su necesidad y su
universalidad, pues es la raz
on la que trata consigo misma respecto a sus leyes del pensar, sin
contenido de experiencia alguno.
En la filosofa tradicional, por otro lado, la L
ogica Informal, o el estudio met
odico de los
argumentos probables fue investigada por la ret
orica, la oratoria y la filosofa, entre otras ramas
del conocimiento. Se especializ
o medularmente en la identificaci
on de falacias y paradojas,
as como en la construcci
on correcta de los discursos.
Arist
oteles asimismo consider
o el argumento inductivo, base de lo que constituye la ciencia
experimental, cuya l
ogica est
a ligada al progreso de la ciencia y al metodo.
A partir de mediados del Siglo XIX la l
ogica formal comenz
o a ser estudiada en el campo

Walter Arriaga D.

L
ogica

de las matem
aticas y posteriormente por las ciencias computacionales, naciendo as la L
ogica
simb
olica. La l
ogica simb
olica trata de esquematizar los pensamientos de forma clara y sin
ambig
uedades. Para ello usa un lenguaje formalizado constituido como c
alculo.
De este modo, en la edad contempor
anea, la l
ogica generalmente es entendida como un
c
alculo y se aplica a los razonamientos en una forma prescripta mediante aplicaci
on de reglas
de inferencia como un c
alculo l
ogico o matem
atico.
Hoy da se considera una u
nica ciencia l
ogico-matem
atica cuya expresi
on m
as importante
en el campo de la ciencia es la creaci
on de modelos gracias sobre todo a la aplicaci
on tecnica
en los circuitos l
ogicos que hacen posible la inform
atica y el c
alculo numerico.
Si bien a lo largo de este proceso la l
ogica aristotelica pareci
o in
util e incompleta, Luckasiewicz mostr
o que, a pesar de sus grandes dificultades, la l
ogica aristotelica era consistente,
si bien haba que interpretarse como l
ogica de clases, lo cual no es peque
na modificaci
on. Por
ello la silogstica pr
acticamente no tiene uso actualmente.
Para la L
ogica matem
atica y la filosofa analtica la l
ogica es un objeto de estudio en
s mismo, por lo que esta es estudiada a un nivel m
as abstracto.
Existen muchos otros sistemas l
ogicos, como la l
ogica dialectica, l
ogica difusa, l
ogica probabilstica, l
ogica modal y la l
ogica no mon
otona.
Martin Heidegger, discpulo de Edmund Husserl, se aparta de estas lneas de consideraci
on de la l
ogica aunque sin despreciarlas y comprendiendo su alcance (pero tambien sus
lmites), planteando que una l
ogica m
as originaria se podra encontrar en un plano previo a
las proposiciones, sentencias, declaraciones o juicios. Tomar en cuenta eso podra llevar a un
replanteamiento de la l
ogica de la proposici
on o la l
ogica del juicio, puesto que nos conducira
a movernos en las races de la l
ogica tal como ha sido habitualmente entendida, races que
hasta ahora han sido insuficientemente atendidas. Para el, la l
ogica tendra que partir de una
suficiente meditaci
on del
oyo (l
ogos), el cual debera ser distinguido de la ratio (raz
on),
que, en rigor, significa algo distinto.
La historia de la l
ogica documenta el desarrollo de la l
ogica en varias culturas y tradiciones
a lo largo de la historia. Aunque muchas culturas han empleado intrincados sistemas de razonamiento, e, incluso, el pensamiento l
ogico estaba ya implcito en Babilonia en alg
un sentido,
la l
ogica como an
alisis explcito de los metodos de razonamiento ha recibido un tratamiento
sustancial solo originalmente en tres tradiciones: la china, la india y la griega.
Aunque las dataciones exactas son inciertas, particularmente en el caso de la India, es
probable que la l
ogica emergiese en las tres sociedades hacia el siglo IV a. C. El tratamiento
formalmente sofisticado de la l
ogica proviene de la tradici
on griega, especialmente de la l
ogica

L
ogica

Walter Arriaga D.

aristotelica, que sera m


as tarde desarrollada por los l
ogicos isl
amicos y, luego, por los l
ogicos de
la Edad Media europea. El descubrimiento de la l
ogica india entre los especialistas brit
anicos
en el siglo XVIII influy
o tambien en la l
ogica moderna.
La l
ogica en Mesopotamia
En Mesopotamia, el Manual de diagn
ostico medico de Esagil kin apli, escrito en el siglo XI
a. C., se bas
o en un conjunto l
ogico de axiomas y asunciones, entre las que se incluyen la visi
on
moderna de que, a traves del examen e inspecci
on de los sntomas de un paciente, es posible
determinar el problema del mismo, su etiologa y su desarrollo futuro, y las posibilidades de
recuperaci
on.
Durante los siglos VIII y VII, los astr
onomos babilonios empezaron a utilizar una logica
interna en sus sistemas de predicci
on planetaria, que fue una importante contribuci
on a la
l
ogica y la filosofa de la ciencia. El pensamiento babil
onico tuvo una considerable influencia
en el pensamiento de la Grecia arcaica.
La l
ogica en Grecia
En Grecia, emergieron dos tradiciones l
ogicas opuestas. La l
ogica estoica estaba enraizada
en Euclides de Megara, pupilo de Socrates, y con su concentraci
on en la l
ogica proposicional
es la que quiz
as este m
as pr
oxima a la l
ogica moderna. Sin embargo, la tradici
on que sobrevivi
o a las influencias de culturas posteriores fue la peripatetica, que tuvo su origen en
el conjunto de obras de Arist
oteles conocido como Organon, instrumento, la primera obra
griega sistem
atica sobre l
ogica. El examen de Arist
oteles del silogismo permite interesantes
comparaciones con el esquema indio de la inferencia y la menos rgida discusi
on china.
A traves del latn en Europa occidental y de distintas lenguas orientales, como el
arabe,
armenio y georgiano, la tradici
on aristotelica fue considerada de forma especial para la codificaci
on de las leyes del razonamiento. Solo a partir del siglo XIX cambi
o este enfoque.
La l
ogica en la India
Dos de las seis escuelas indias de pensamiento est
an relacionadas con la l
ogica: Nyaya
y Vaisheshika. Los Nyaya Sutras de Aksapada Gautama constituyen el n
ucleo de textos de
la escula Nyaya, una de las seis escuelas ortodoxas de filosofa hind
u. Esta escuela realista
trabaj
o con un rgido esquema de inferencia de cinco miembros que engloba una premisa inicial, una raz
on, un ejemplo, una aplicaci
on y una conclusi
on. La filosofa budista idealista
se convirti
o en la principal oponente de los Naiyayikas. Nagarjuna, el fundador del camino

Walter Arriaga D.

L
ogica

intermedio Madhyamika, desarroll


o un an
alisis conocido como catuskoti o tetralemma. Esta
argumentaci
on de cuatro aspectos examin
o y rechaz
o sistem
aticamente la afirmaci
on de una
proposici
on, su negaci
on, la afirmaci
on conjunta y negaci
on, y finalmente, el rechazo de su
afirmacion y negaci
on. Pero fue con Dignaga y su sucesor Dharmakirti con quienes la l
ogica
budista alcanz
o su mayor altura. Su an
alisis, centrado en la definici
on de la implicaci
on necesariamente l
ogica, vyapti, conocida tambien como concomitancia o penetraci
on invariable.
A este fin, fue desarrollada una doctrina conocida como apoha o diferenciaci
on. Comprende
lo que se podra llamar la inclusi
on y exclusi
on de propiedades definitorias. Las dificultades
concernientes a esta empresa, en parte, estimularon a la escuela neoescol
astica de Navya Nya
ya, que introdujo un an
alisis formal de la inferencia en al siglo XVI.
La l
ogica en China
En China, un contempor
aneo de Confucio, Mozi, Maestro Mo, es considerado como el
fundador de la escuela Mohista (mohsmo), cuyos principios est
an relacionados con temas
como la inferencia v
alida y las condiciones de las conclusiones correctas. En particular, una de
las escuelas que siguieron al mohsmo, los l
ogicos, es considerada por varios expertos como la
primera que investig
o la l
ogica formal. Desafortunadamente, debido a la rgida normativa legal
durante la dinasta Qin, esa lnea de investigaci
on desapareci
o de China hasta la introducci
on
de la filosofa india por parte del budismo.
La l
ogica en la filosofa isl
amica
Durante un tiempo tras la muerte de Mahoma, la ley isl
amica consider
o importante formular est
andares para los argumentos, lo que dio lugar a una nueva aproximaci
on a la l
ogica
en Kalam, pero esta aproximaci
on fue m
as tarde desplazada por ideas tomadas de la filosofa
griega y helenstica con el auge de los fil
osofos de la escuela Mutazili, que valoraron extraordinariamente el Organon de Arist
oteles. Las obras de los fil
osofos isl
amicos con influencias
helensticas fueron cruciales para la recepci
on de la l
ogica arist
otelica en la Europa medieval,
junto con los comentarios sobre el Organon elaborados por Averroes. Las obras de al-Farabi,
Avicenna, al-Ghazali y otros l
ogicos musulmanes que en ocasiones criticaron y corrigieron
la l
ogica aristotelica e introdujeron sus propias formas de l
ogica, tambien desempe
naron un
papel central en el subsecuente desarrollo de la l
ogica europea medieval.
La l
ogica isl
amica no solo incluye el estudio de modelos formales de inferencia y su validaci
on, sino tambien elementos de la filosofa del lenguaje y elementos de epistemologa y
metafsica. Debido a disputas con gram
aticos
arabes, los fil
osofos isl
amicos estuvieron muy

L
ogica

Walter Arriaga D.

interesados en trabajar en el estudio de las relaciones entre l


ogica y lenguaje, y dedicaron
muchas discusiones a la cuesti
on del objeto de interes y objetivos de la l
ogica en relaci
on con
el razonamiento y el habla. En el area del an
alisis l
ogico formal, elaboraron la teora de los
terminos, proposiciones y silogismos. Consideraron el silogismo como la forma a la que toda argumentaci
on racional poda reducirse, y consideraron la teora silogstica como el punto
central de la l
ogica. Incluso, la poetica fue considerada, en ciertos aspectos, como un arte
silogstico por muchos de los m
as importantes l
ogicos isl
amicos.
Entre los m
as importantes desarrollos realizados por los l
ogicos musulmanes est
a el de la
l
ogica de Avicena como sustituta de la l
ogica aristotelica. El sistema l
ogico de Avicena fue
responsable de la introducci
on del silogismo hipotetico, de la l
ogica modo temporal, y de la
l
ogica inductiva. Otro importante desarrollo en la filosofa isl
amica es el de una estricta ciencia
de la cita, la isnad o revisi
on, y el desarrollo de un metodo cientfico de investigaci
on abierta
para poner en cuesti
on determinadas afirmaciones, la ijtihad, que poda aplicarse normalmente
a muchos tipos de cuestiones. Desde el siglo XII, a pesar de la sofisticaci
on l
ogica de al-Ghazali,
el auge de la escuela Asharite al final de la Edad Media limit
o poco a poco la obra original
sobre l
ogica en el mundo isl
amico, aunque continu
o posteriormente en el siglo XV.

La l
ogica en la Europa medieval
Se entiende habitualmente por l
ogica medieval (tambien conocida como l
ogica escolastica) la forma de la l
ogica aristotelica desarrollada en la Europa medieval en el periodo de
1200 1600. Esta tarea comenz
o tras las traducciones al latn del siglo XII, cuando textos
arabes sobre l

ogica aristotelica y la l
ogica de Avicena fueron traducidos a la lengua de Roma. Aunque la l
ogica de Avicena tuvo influencia en los primeros l
ogicos medievales europeos
tales como Alberto Magno, la tradici
on aristotelica se convirti
o en la dominante debido a la
importante influencia del averrosmo.
Tras la fase inicial de traducciones, la tradici
on de la l
ogica medieval fue desarrollada en
manuales como el de Petrus Hispanus (fl. siglo XIII), de identidad desconocida, que fue autor
de un manual est
andar sobre l
ogica, el Tractatus, que fue bien conocido en Europa durante
varios siglos.
La tradici
on alcanz
o su punto m
as alto en el siglo XIV, con las obras de Guillermo de
Ockham (c. 1287 1347) y Jean Buridan.
Un rasgo del desarrollo de la l
ogica aristotelica se conoce con el nombre de teora de la
suposicion, un estudio de la sem
antica de los terminos de la proposici
on.
La u
ltimas grandes obras de esta tradici
on son Logic de John Poinsot (15891644, conocido

Walter Arriaga D.

L
ogica

como John of St Thomas), y Disputas metafsicas de Francisco Su


arez (1548 1617).
La l
ogica tradicional
La expresi
on l
ogica tradicional hace referencia, habitualmente, a la tradici
on de manuales
que comienza con Logic, or the Art of Thinking de Antoine Arnauld y Pierre Nicole, m
as
conocido como L
ogica de Port-Royal. Publicada en 1662, fue la m
as influyente obra sobre
l
ogica en Inglaterra hasta el Sistema L
ogico de Mill de 1825. El libro presenta una muy libre
doctrina cartesiana (que la proposici
on es una combinaci
on de ideas antes que de terminos, por
ejemplo) dentro de un marco que se deriva ampliamente de la l
ogica de terminos aristotelica
y medieval. Entre 1664 y 1700 se publicaron ocho ediciones, y el libro tuvo considerable
influencia. Fue frecuentemente reeditado en Inglaterra hasta finales del siglo XIX.
El tratamiento que realiza Locke de la proposici
on en el Ensayo es, esencialmente, el de
Port Royal: Las proposiciones verbales, que son palabras, [son] los signos de nuestras ideas,
ya vayan juntas o separadas en oraciones afirmativas o negativas. As, pues, la proposici
on
consiste en juntar o separar esos signos, de acuerdo con las cosas con las que est
an de acuerdo
o en desacuerdo. (Locke, An Essay Concerning Human Understanding, IV. 5.6)
Los trabajos m
as conocidos dentro de esta tradici
on son los de Isaac Watts, Logick: Or,
the Right Use of Reason (1725), Richard Whately, Logic (1826), y John Stuart Mill, A System
of Logic (1843), que fue una de las u
ltimas grandes obras de la tradici
on.
El advenimiento de la l
ogica moderna
Historicamente, Descartes puede que haya sido el primer fil
osofo en haber tenido la idea
de usar el
algebra, especialmente sus tecnicas para resolver cantidades desconocidas en las
ecuaciones, como vehculo para la exploraci
on cientfica. La idea de un c
alculo de razonamiento
fue tambien cultivada por Gottfried Wilhelm Leibniz. Leibniz fue el primero en formular la
noci
on de un sistema de l
ogica matem
atica aplicable de forma generalizada. Sin embargo, los
documentos relevantes al respecto no fueron publicados hasta 1901 y muchos de ellos siguen
sin estar publicados, y la actual comprensi
on del poder de los descubrimientos de Leibniz no
empez
o a desarrollarse hasta los a
nos ochenta.
Gottlob Frege en su Begriffsschrift (1879) extendi
o la l
ogica formal m
as all
a de la l
ogica
proposicional para incluir constructores como todo y algunos. Mostr
o c
omo introducir
variables y cuantificadores para revelar la estructura l
ogica de las oraciones, que podra estar
ocultas tras su estructura gramatical. Por ejemplo, Todos los seres humanos son mortales se
convierte en Toda cosa x es tal que, si x es un ser humano entonces x es mortal. La peculiar

L
ogica

Walter Arriaga D.

doble notaci
on dimensional de Frege hizo que su obra fuese ignorada durante muchos a
nos.
En un magistral artculo de 1885 ledo por Peano, Ernst Schr
oder y otros, Charles Peirce
introdujo el termino L
ogica de segundo orden proporcionando la mayor parte de la moderna
notaci
on l
ogica, incluyendo los smbolos prefijados para la cuantificaci
on universal y existencial.
Los l
ogicos de finales del siglo XIX y de comienzos del XX estuvieron m
as familiarizados con
el sistema l
ogico de Peirce-Schr
oder, aunque generalmente se reconoce que Frege es el Padre
de la l
ogica moderna.
En 1889 Giuseppe Peano public
o la primera versi
on de la axiomatizaci
on l
ogica de la
aritmetica. Cinco de los nueve axiomas son conocidos como axiomas de Peano. Uno de estos
axiomas fue una formalizaci
on del principio de la inducci
on matem
atica.

1.3.

Matem
aticos que aportaron a la L
ogica

La evoluci
on de la l
ogica est
a intrnsecamente ligada a la evoluci
on intelectual del ser
humano, ya que como ciencia del razonamiento, su historia representa la historia misma del
hombre. La l
ogica surge desde el primer momento en que el hombre, al enfrentar a la naturaleza,
infiere, deduce y razona, con el
animo de entenderla y aprovecharla para su supervivencia.
Existen varios enfoques acerca de c
omo interpretar la evoluci
on de la l
ogica. Poncaire la
divide en cinco etapas o revoluciones, que se presentan oscilando entre dos grandes t
opicos:
del rigor y la formalidad, a la creatividad y el caos. Las etapas se identifican como: Revoluci
on
matem
atica, revoluci
on cientfica, revoluci
on formal, revoluci
on digital y la prevista siguiente
revolucion l
ogica.
El objetivo de la l
ogica matem
atica es cuestionar con el mayor rigor los conceptos y las
reglas de deducci
on utilizados en matem
aticas, constituyendo la l
ogica por ello una verdadera
metamatem
atica. Una teora matem
atica considera objetos definidos (enteros, por ejemplo) y
define leyes que relacionan a estos objetos entre s (los axiomas de la teora). De los axiomas
se deducen nuevas proposiciones (los teoremas), y a veces, nuevos objetos. La construcci
on de
sistemas formales (formalizaci
on), piedra angular de la l
ogica matem
atica, permite eliminar
la arbitrariedad en la elecci
on de los axiomas y definir explcita y exhaustivamente las reglas
de la deducci
on matem
atica.
Las matem
aticas y la l
ogica Durante el periodo de 600 AC hasta 300 AC, en Grecia se
desarrollaron los principios formales de las matem
aticas. A este periodo se le conoce como periodo clasico, donde sus principales representantes son Plat
on, Arist
oteles y Euclides. Plat
on
introduce sus ideas o abstracciones; Arist
oteles presenta el razonamiento deductivo y sistem-

Walter Arriaga D.

L
ogica

atizado y Euclides es el personaje que mayor influencia tuvo en las matem


aticos, al establecer
el metodo axiom
atico. En Elementos, Euclides organiza pruebas deductivas dentro de una
presentaci
on sistem
atica, rigurosa y bien organizada de conocimiento matem
atico.
Democrito
(460-370 AC) fue quien inici
o las investigaciones cientficas en el terreno de la L
ogica. Fundador de la teora atomstica, Dem
ocrito estudi
o los problemas de la inducci
on, extendiendose,
sobre todo, en la analoga y en la hip
otesis, as como en la definici
on de los conceptos. Parta,
para ello, del estudio experimental de la naturaleza. Por primera vez en la historia de la Logica, Democrito trato de formular la ley de la raz
on suficiente, consider
andola como principio
universal.
Plat
on Plat
on
(427-347 AC) intenta instaurar en Siracusa una ut
opica rep
ublica dirigida por fil
osofos, y
crea la Academia en Atenas, que no era solo una instituci
on filos
ofica, sino serva de formaci
on
poltica a los j
ovenes de la aristocracia. Seg
un muchos crticos, Plat
on edifica su teora del
conocimiento para justificar el poder preeminente del fil
osofo y parte de los pensamientos
socr
aticos: la b
usqueda de conceptos y definiciones estables de las ideas abstractas (justicia,
bondad, valor, etc.). Sostuvo la existencia de dos mundos distintos (el de las ideas y el de las
cosas). Seg
un Plat
on, lo concreto se entiende s
olo en funci
on de lo abstracto, resultando que
el mundo sensible debe su existencia al mundo de las ideas. Plat
on escogi
o el di
alogo como su
forma literaria para verter su pensamiento; como personaje central de sus Di
alogos sit
ua a
S
ocrates, de quien recibi
o una notable influencia.
Arist
oteles
Los tratados de l
ogica de Arist
oteles (384-332 a.C.), conocidos como Organ
on, contienen
el primer tratamiento sistem
atico de las leyes de pensamiento en relaci
on con la adquisici
on
de conocimiento. Estos representan el primer intento de establecer a la l
ogica como ciencia. Arist
oteles da una clasificaci
on de todos los conceptos o nociones (sustancias, cantidad,
relaci
on, acci
on, pasi
on, diferencia, propiedad y accidente) y trata las reglas del razonamiento
silogstico. Arist
oteles no hace de la l
ogica una disciplina met
afisica, pero si establece una
correspondencia entre el pensamiento l
ogico y la estructura ontol
ogica.
El silogismo fue adoptado por los escol
asticos (representantes del sistema teol
ogico-filos
ofico, caracterstico de la Edad Media) quienes la enriquecieron con n
umerosos y detallados

10

L
ogica

Walter Arriaga D.

estudios y se esforzaron en formalizarlo. La escol


astica, sin embargo, acab
o por sobrecargar la
teora del silogismo, lo que acarre
o su descredito a partir del Renacimiento. Los l
ogicos de la
edad moderna (Ramee, Arnauld, Nicole, Leibniz, Euler, Lambert) procuraron simplificarla al
m
aximo, y su tratamiento matem
atico se complet
o hasta principios del siglo XX (Boole, De
Morgan, Frege, Russell). Desde entonces el silogismo se incluye en la l
ogica de predicados de
primer orden y en la l
ogica de clases, y ocupa en la ciencia l
ogica un papel mucho menor que
el desempe
nado en otros tiempos.
Euclides
Este matem
atico alejandrino public
o numerosas obras entre las que destacan los celebres
Elementos, sin duda el texto matem
atico m
as conocido a lo largo de la historia. Los Elementos est
an divididos en trece libros y constituyen una recopilaci
on de gran parte de las
matem
aticas conocidas en tiempos de Euclides; su gran valor reside en el uso riguroso del
metodo deductivo, distinguiendo entre principios (definiciones, axiomas y postulados) y teoremas, que se demuestran a partir de los principios. Los principios de naturaleza puramente
geometrica en Elementos se conocen como postulados; tres de ellos aseguran la existencia y
unicidad de la recta determinada por dos puntos; el cuarto, la existencia de una circunferencia
de centro y radio dados; y el quinto da condiciones que aseguran que dos rectas se cortan en
un punto. A lo largo de la historia se ha mantenido la sospecha de que el quinto postulado era
demostrable a partir de los anteriores. El deseo de encontrar tal demostraci
on condujo, en el
siglo XIX, a la construcci
on de geometras no euclidianas de las que se deduce la imposibilidad
de demostrar el quinto postulado.
Despues de declinar la escuela cl
asica de los griegos, se presenta un periodo en el cual
la autoridad religiosa embruteci
o a la creatividad intelectual. El renacimiento inicia
una nueva era en la cual se permite la revitalizaci
on de la ciencia y las matem
aticas.
Los representantes m
as destacados de esta etapa son Descartes, Newton y Leibniz.
Este periodo abarca de los 1500 a los 1800.

Ren
e Descartes
El punto de partida de este fil
osofo y matem
atico frances (1596-1650) es la duda universal,
que consiste de prescindir de cualquier conocimiento previo que no queda confirmado por la
evidencia con que ha de manifestarse el espritu. Descartes dud
o de toda ense
nanza recibida,
de todo conocimiento adquirido, del testimonio de los sentidos e incluso de las verdades de

Walter Arriaga D.

L
ogica

11

orden racional. Llegado a este punto, halla una verdad de la que no puede dudar: la evidencia
interior que se manifiesta en su propio sujeto (pienso, luego existo). Como cientfico, se debe
a Descartes, entre otras aportaciones de considerable importancia, la creaci
on de la geometra
analtica. Este desarrollo es importante para la ciencia porque hace a la geometra cuantitativa
y permite el uso de metodos algebraicos. La geometra debe ser cuantitativa para ser usada
en la ciencia e ingeniera, y los metodos algebraicos permiten el desarrollo m
as r
apido que los
metodos sistem
aticos (m
as rigurosos) requeridos por el enfoque axiom
atico de la geometra
cl
asica.

Isacc Newton

A Isacc Newton (1642-1727) se le debe el descubrimiento de la gravitaci


on universal, el
desarrollo del c
alculo infinitesimal e importantes descubrimientos sobre
optica, as como las
leyes que rigen la mec
anica cl
asica.

Gottfried W. Leibniz

Fil
osofo y matem
atico alem
an (1646-1716); fund
o la Academia de Ciencias de Berln (1700).
En Discurso sobre el arte combinatorio enuncia la necesidad de un lenguaje riguroso, exacto
y universal (un lenguaje puramente formal). Como matem
atico, su principal trabajo (publicado en 1684) es la memoria intitulada Nuevo metodo para la determinaci
on de los m
aximos y
los mnimos, en el que expone las ideas fundamentales del c
alculo infinitesimal, anticip
andose
unos a
nos a Newton. La notaci
on que emple
o es particularmente c
omoda y se sigue utilizando
con algunas modificaciones; introdujo el smbolo de integral y de diferencial de una variable.
En el
area de l
ogica matem
atica public
o Generales inquisitiones de analysi notionum et veritatum y Fundamenta calculi logici.

12

L
ogica

Walter Arriaga D.

Esta etapa se caracteriza por el resurgimiento de la formalizaci


on rigurosa de las
matem
aticas, que en la etapa cl
asica griega fue representativa. El uso de los infenitesimales fue una de las pr
acticas mas notoria en la epoca renacentista, para la cual
no se ofrecia una justiticaci
on. La rigorizaci
on del an
alisis llego con la eliminaci
on
de los infinitesimales y la presencia de los lmites como argumento. En este periodo
se crea la l
ogica simb
olica, la escuela formal, la l
ogica booleana, el c
alculo porposicional, la inducci
on matem
atica, el c
alculo de secuentes. Personajes muy notables
de esta etapa son: Peano, Hilbert, Frege, Boole, de Morgan, Gentzen, Russell, G
odel
y Whitehead. A Rusell y G
odel se deben los planteamientos de las limitantes de la
l
ogica y de la ciencia en general.

Guiseppe Peano
La enunciaci
on de los principios del italiano Guiseppe Peano (1858-1932) acerca de logica
matem
atica y su aplicaci
on pr
actica quedaron contenidos en su obra Formulaire de mathematiques. Los axiomas de Peano permiten definir el conjunto de los n
umeros naturales.

David Hilbert
El matem
atico alem
an David Hilbert (1862-1943) fue un enconado defensor de la axiom
atica como enfoque principal de los problemas cientficos, esto es, de partir de un conjunto
cerrado e inamovible de premisas para construir la base fundamental de cualquier estudio. A
partir de las fuentes griegas de Euclides, public
o en 1899 su obra Fundamentos de Geometra,
en la que mediante un exhaustivo an
alisis y perfeccionamiento de las ideas euclidianas, formul
o sus principios de axiomatizaci
on. Seg
un sus teorias, es necesario establecer un conjunto de
postulados b
asicos antes de plantear de modo m
as detallado cualquier tipo de problema fsico
o matem
atico. Estos principios deben ser simb
olicos, sin recurrir a dibujos y representaciones
gr
aficas, y es necesario preveer la mayora de las posibilidades con antelaci
on. Su concepci
on reconoca tres sistemas de entes geometricos (puntos, rectas y planos) a los que podan
aplicarse axiomas distribuidos en cinco diferentes categoras: pertenencia, orden, igualdad o
congruencia, paralelismo y continuidad.

Friedrich G. Frege
Junto con Boole y Peano, el matem
atico y l
ogico Friedrich G. Frege (1848-1925) inicio la
corriente de pensamiento que, partiendo del an
alisis de los fundamentos de la matem
atica,

Walter Arriaga D.

L
ogica

13

llev
o a cabo la mas profunda renovacion y desarrollo de la l
ogica cl
asica. Fue el primero en
introducir los cuantificadores u operadores y en elaborar una teora de la cuantificaci
on.
George Boole
El l
ogico y matem
atico George Boole (1815-1864) aplic
o el c
alculo matem
atico a la logica, fundando el
algebra de la l
ogica, que en cierto modo realiza el sue
no de Leibniz de una
characteristica universalis o c
alculo del raciocinio. El empleo de smbolos y reglas operatorias adecuados permite representar conceptos, ideas y razonamientos mediante variables y
relaciones (ecuaciones) entre ellas. Boole dio un metodo general para formalizar la inferencia
deductiva, representando complicados raciocinios mediante sencillos sistemas de ecuaciones.
As, la conclusi
on de un silogismo se encuentra eliminando el termino medio de un sistema de
tres ecuaciones, conforme a las reglas del
algebra com
un, La formalizaci
on de la l
ogica, iniciada por Boole, ha contribuido poderosamente a aclarar la estructura de los objetos l
ogicos, en
contraposici
on a los materiales y aun en contraposici
on a los matem
aticos, pese a las analogas
formales entre la matem
atica y la l
ogica, que Boole se
nal
o. Su obra principal es Investigaci
on
de las leyes del pensamiento en las que se fundan las teoras matem
aticas de la l
ogica y la
probabilidad (1854), que aun hoy se lee con deleite.
Augustus De Morgan
La mayor contribuci
on de Augustus De Morgan (1806-1871) en el estudio de la l
ogica
incluye la formulaci
on de las leyes de Morgan y su trabajo fundamenta la teora del desarrollo
de las relaciones y la matem
atica simb
olica moderna o l
ogica matem
atica. De Morgan hizo su
m
as grande contribuci
on como reformador de la l
ogica.
Georg F. Cantor
Al matem
atico alem
an Georg F. Cantor (1845-1918) se debe la idea del infinito coninuo,
es decir, la posibilidad de considerar conjuntos infinitos dados simult
aneamente. Se le considera
el creador de la teoria de los n
umeros irracionales y de los conjuntos.
Gentzen
El alem
an Gentzen (1909-1945) formul
o la prueba de la consistencia de un sistema de
aritmetica cl
asica, en el cual el metodo no elemental es una extensi
on de inducci
on matem
atica
a partir de una secuencia de n
umeros naturales a un cierto segmento de n
umeros ordinales
transfinitos.

14

L
ogica

Walter Arriaga D.

Bertrand Rusell
Bertrand Rusell (1872-1970) es uno de uno de los creadores de la logstica y uno de los
pensadores de mayor influencia en la filosofa cientfica contempor
anea. Lo fundamental de
su obra est
a en sus aportes a la logica. Decididamente antiaristotelico, lleg
o a afirmar que
quien quera iniciarse en la l
ogica deba comenzar por no estudiar la l
ogica de Arist
oteles. Por
influencia de los trabajos de Cantor descubri
o en la teora de conjuntos varias paradojas que
resolvi
o mediante la teora de los tipos; a
nos m
as tarde establecera una teora similar, la de la
jerarqua de los lenguajes, para eliminar las paradojas sem
anticas. Siguiendo los trabajos de
Cantor, Peano y Frege, Rusell se propuso fundamentar y axiomatizar la matem
atica a partir de
conceptos l
ogicos. Este empe
no culmin
o con la publicaci
on (1910-1913) de los monumentales
Principia Mathematica (en colaboraci
on con Whitehead), obra que, adem
as, sentaba las
bases de la moderna l
ogica formal.

Kurt G
odel
Kurt G
odel (1906-1978) tuvo m
ultiples contribuciones a la l
ogica matem
atica, destacando
la demostraci
on de la consistencia de la hip
otesis cantoriana del continuo y el teorema y la
prueba de incompletez sem
antica. En Sobre las proposiciones indecidibles de los sistemas de
matem
atica formal establece que es imposible construir un sistema de c
alculo l
ogico suficientemente rico en el que todos sus teoremas y enunciados sean decidibles dentro del sistema.
Con este teorema se demostr
o definitivamente que era imposible llevar a cabo el programa
de la axiomatizaci
on completa de la matem
atica propugnado por Hilbert y otros, ya que,
seg
un el, no puede existir una sistematizaci
on coherente de la misma tal que todo enunciado
matem
atico verdadero admita demostraci
on. Siempre habr
a enunciados que no son demostrables ni refutables. Para probar esta aserci
on se sirvi
o de la matematizaci
on de la sintaxis l
ogica.
La Revoluci
on Digital se inicio con la invenci
on de la computadora digital y el acceso
universal a redes de alta velocidad. Turing une a la l
ogica y la computaci
on antes que
cualquier computadora fuera inventada. Weiner funda la ciencia de la cibernetica.
En la escuela moderna de la computaci
on est
an presentes l
ogicos que han permitido
avances importantes: Hoare presenta un sistema axiom
atico de los sistemas de programaci
on y Dijkstra un sistema de verificaci
on y deducci
on de programas a partir
de especificaciones.

Walter Arriaga D.

L
ogica

15

Alan Turing
Matem
atico y l
ogico quien fue pionero en la teora de la computaci
on y contribuyo en
importantes an
alisis l
ogicos de los procesos computacionales. Las especificaciones para la computadora abstracta que el ide
o (llamada la M
aquina de Turing) result
o ser una de sus mas
importantes contribuciones a la teora de la computaci
on. Turing adem
as prob
o que es posible
construir una m
aquina universal que con una programaci
on adecuada podr
a hacer el trabajo de cualquier m
aquina dise
nada para resolver problemas especficos.Alan Turing invento la
m
aquina que lleva su nombre (M
aquina de Turing) en un intento por determinar si toda la
matem
atica podia ser reducida a alg
un tipo simple de computaci
on. Su objetivo fue desarrollar la m
aquina m
as simple posible capaz de realizar computaci
on. La m
aquina propuesta
por Turing es un dispositivo relativamente simple, pero capaz de realizar cualquier operaci
on
matem
atica. Turing abrig
o la ilusi
on de que su m
aquina tena una capacidad tal que, potencialmente, podra ser capaz de realizar cualquier cosa realizable por el cerebro humano, incluyendo
la capacidad de poseer conciencia de si mismo. Pese a ser considerados formalmente equivalentes, distintos modelos de computaci
on presentan estructuras y comportamientos internos
diferentes.
Norbert Weiner
El cientfico norteamericano Norbert Weiner (1894-1964) en 1947 publica su libro m
as
famoso: Cibernetica, o control y comunicaci
on en el animal y la m
aquina; en donde se
utiliza por primera vez la palabra Cibernetica. Existen muchas definiciones de Cibernetica (del
griego kybernetes, piloto), Norbert Weiner dio vida a la palabra mediante una definici
on muy
simple: Ciencia que estudia la traducci
on de los procesos biol
ogicos a procesos de m
aquina.
En un inicio, la Cibernetica estaba muy ligada a ciencias como neurologa, biologa, rob
otica
e inteligencia artificial.
Alfred Tarski
Matem
atico y l
ogico polaco nacido en 1902, quien realizo importantes estudios de
algebra
en general, teora de mediciones, l
ogica matem
atica, teora de conjuntos, y metamatem
aticas.
La siguiente revoluci
on l
ogica ser
a la asimilaci
on pr
actica de las matem
aticas y
la computaci
on dentro de la l
ogica. Se har
a enf
asisi en que las computadoras exploten la informaci
on inteligentemente, pasando de las bases de datos a las bases de
conocimientos.

16

L
ogica

1.4.

Walter Arriaga D.

La L
ogica

Definici
on 1.4.1. Puede definirse la l
ogica como el conjunto de conocimientos que tienen por
objeto la enunciaci
on de las leyes que rigen los procesos del pensamiento humano; as como
de los metodos que han de aplicarse al razonamiento y la reflexi
on para lograr un sistema de
raciocinio que conduzca a resultados que puedan considerarse como certeros o verdaderos.
La logica estudia los problemas y las leyes del pensar formal. Existen dos tipos importantes
de razonamiento: el inductivo y el deductivo.
Definici
on 1.4.2. EL razonamiento inductivo es una modalidad del razonamiento no deductivo que consiste en obtener conclusiones generales a partir de premisas que contienen datos
particulares. Por ejemplo, de la observaci
on repetida de objetos o acontecimientos de la misma
ndole se establece una conclusi
on para todos los objetos o eventos de dicha naturaleza.
Definici
on 1.4.3. El pensamiento deductivo parte de categoras generales para hacer afirmaciones sobre casos particulares.
En un razonamiento deductivo v
alido la conclusi
on debe poder derivarse necesariamente
de las premisas aplicando a estas algunas de las reglas de inferencia seg
un las reglas de transformaci
on de un sistema deductivo o c
alculo l
ogico. Al ser estas reglas la aplicaci
on de una
ley l
ogica o tautologa y, por tanto una verdad necesaria y universal, al ser aplicada a las
premisas como caso concreto permite considerar la inferencia de la conclusi
on como un caso
de razonamiento deductivo.
Dicho de otro modo, la conjunci
on o producto de todas las premisas cuando es verdadero,
es decir, todas y cada una de las premisas son verdaderas, entonces se implica la verdad de la
conclusion.
Por medio de un razonamiento de estas caractersticas se concede la m
axima solidez a la
conclusion, las premisas implican l
ogicamente la conclusi
on. Y la conclusi
on es una consecuencia l
ogica de las premisas.
La logica no entra en definir que es verdad y que es falsedad material. Esos conceptos, al
tener contenido sem
antico, son competencia del razonamiento aplicado a la experiencia. Pero
la ciencia para elaborar sus razonamientos necesita la l
ogica.
Los razonamientos formales, o inferencias v
alidas, son indispensables para todas las ciencias.
La filosofa, como epistemologa o filosofa de la ciencia estudia las condiciones del pensar
cientfico y metodol
ogico y las condiciones de verdad de las teoras cientficas, as como su
alcance y lmites.

Walter Arriaga D.

1.4.1.

L
ogica

17

Diferentes sistemas l
ogicos

 Logica clasica
? Logica informal.
La l
ogica informal, o l
ogica no formal, es el estudio de los argumentos, tal como
se presentan en la vida diaria, en oposici
on al estudio de los argumentos en una
forma tecnica o artificial, que corresponde a la l
ogica formal. Esta parte de la l
ogica
se dedica principalmente a diferenciar entre formas correctas e incorrectas en que
se desarrolla el lenguaje y el pensamiento cotidiano, en especial al estudio de los
procesos para obtener conclusiones a partir de informaci
on dada. Parte del principio
que el pensamiento y el lenguaje humano es a menudo incorrecto, o tendencioso.
Se le atribuyen sus inicios a Arist
oteles, que hizo el primer estudio de las falacias
l
ogicas, que se encuentran en la vida cotidiana.

? Logica aristotelica.

Como su nombre lo indica, el padre de la l


ogica aristotelica es el filosofo griego
Arist
oteles; primer pensador en formalizar el sistema l
ogico de tan acertada manera
que sus propuestas han trascendido hasta nuestros das. Arist
oteles plante
o sus ideas
en varias obras, para difundir su conocimiento sobre las leyes del razonamiento,
argumentando que estas eran vitales para adentrarse en el mundo de la filosofa.
La l
ogica aristotelica supone que la mente reproduce s
olo la realidad, la existencia
de las cosas tal y como son, por ello es una ciencia objetiva que se dedica a estudiar
conceptos, desglos
andolos en predicables y predicamentos. La l
ogica analiza juicios
y formas de razonamiento y su manera de expresar resultados es el silogismo o razonamiento deductivo categ
orico. Concepto: Este representa un objeto en la mente
del hombre de manera que no pueda ser afectado por los sentidos, la memoria o
la mente. Un concepto tiene comprensi
on (caractersticas del objeto) y extensi
on
(hace alusi
on la cantidad de sujetos a los que el concepto puede aplicarse). Cuchar
on
(siglo III d.c.), en los que se clasifican los conceptos estableciendo entre ellos una
relaci
on de jerarqua y subordinaci
on, de mayor a menor extensi
on.
La que es conocida como l
ogica cl
asica (o tradicional) fue enunciada primeramente
por Arist
oteles, quien elabor
o leyes para un correcto razonamiento silogstico. Un
silogismo es una proposici
on hecha de una de estas cuatro afirmaciones posibles:
Todo A es B (universal afirmativo), Nada de A es B (universal negativo), Algo
de A es B (particular afirmativo) o Algo de A no es B (particular negativo). Las

18

L
ogica

Walter Arriaga D.

letras sustituyen a palabras comunes como perro, animal de cuatro patas o cosa
viviente, llamadas terminos del silogismo. Un silogismo bien formulado consta de
dos premisas y una conclusi
on, debiendo tener cada premisa un termino en com
un
con la conclusi
on y un segundo termino relacionado con la otra premisa. En l
ogica
cl
asica se formulan reglas por las que todos los silogismos bien construidos se identifican como formas v
alidas o no v
alidas de argumentaci
on, en pocas palabras hey
verdades universales y particulares, como menciona en la parte superior, el perro
verdad universal, Animal de cuatro patas verdad particular.

? Logica baconiana.

Esta concepci
on considera que la ciencia es el instrumento m
as eficaz para que las
fuerzas de la naturaleza se vuelvan u
tiles al hombre. Los hechos de la naturaleza
deben ser observados con imparcialidad y con objetividad. Bac
on critica los metodos
antiguos, que considera falsos, puesto que suponen al espritu humano demasiado
sublime para descender a hacer experiencias, bast
andole arrancar la verdad de su
propio fondo.

? Logica formal y Logica matematica.


La l
ogica formal, a diferencia de la l
ogica informal, se dedica al estudio de los
razonamientos correctos, desarroll
andolos de manera formal y esquematizada, es
decir de una forma no cotidiana. Este tipo de l
ogica parte de los razonamientos
correctos conocidos para desarrollar una teora l
ogica y consecuentemente, razonamientos m
as complejos que no se utilizan normalmente en la vida cotidiana. A
partir de la idea de que quien la estudia razona bien, puede desarrollar argumentos racionales extremadamente complejos, y de gran alcance. Este tipo de l
ogica no
debe ser confundido con la l
ogica simb
olica ni con la l
ogica matem
atica, que son
tipos de l
ogica que se encuentran dentro del campo de la l
ogica formal.
La l
ogica matem
atica es un subcampo de la l
ogica y las matem
aticas. Consiste
en el estudio matem
atico de la l
ogica y en la aplicaci
on de este estudio a otras
areas de las matem

aticas. La l
ogica matem
atica guarda estrechas conexiones con la
ciencias de la computaci
on y la l
ogica filos
ofica.
La l
ogica matem
atica estudia los sistemas formales en relaci
on con el modo en el que
codifican conceptos intuitivos de objetos matem
aticos como conjuntos, n
umeros,
demostraciones y computaci
on.
La l
ogica matem
atica suele dividirse en cuatro subcampos: teora de modelos, teora
de la demostraci
on, teora de conjuntos y teora de la recursi
on. La investigaci
on en

Walter Arriaga D.

L
ogica

19

l
ogica matem
atica ha jugado un papel fundamental en el estudio de los fundamentos
de las matem
aticas.
La l
ogica matem
atica fue tambien llamada l
ogica simb
olica. El primer termino
todava se utiliza como sin
onimo suyo, pero el segundo se refiere ahora a ciertos
aspectos de la teora de la demostraci
on.
La l
ogica matem
atica no es la l
ogica de las matem
aticas sino la matem
atica de la
l
ogica. Incluye aquellas partes de la l
ogica que pueden ser modeladas y estudiadas
matem
aticamente.
Hist
oricamente, la L
ogica Matem
atica fue el nombre dado por Giuseppe Peano para
esta disciplina. En esencia, es la l
ogica de Arist
oteles, pero desde el punto de vista
de una nueva notaci
on, m
as abstracta, tomada del
algebra.
Previamente ya se hicieron algunos intentos de tratar las operaciones l
ogicas formales de una manera simb
olica por parte de algunos fil
osofos matem
aticos como
Leibniz y Lambert, pero su labor permaneci
o desconocida y aislada.
Fueron George Boole y Augustus De Morgan, a mediados del siglo XIX, quienes
primero presentaron un sistema matem
atico para modelar operaciones l
ogicas. La
l
ogica tradicional aristotelica fue reformada y completada, obteniendo un instrumento apropiado para investigar sobre los fundamentos de la matem
atica.
El tradicional desarrollo de la l
ogica enfatizaba su centro de interes en la forma
de argumentar, mientras que la actual l
ogica matem
atica lo centra en un estudio
combinatorio de los contenidos. Esto se aplica tanto a un nivel sint
actico (por
ejemplo, el envo de una cadena de smbolos perteneciente a un lenguaje formal a un
programa compilador que lo convierte en una secuencia de instrucciones ejecutables
por una m
aquina), como a un nivel sem
antico, construyendo modelos apropiados
(teora de modelos).
L
ogica de primer orden.
La l
ogica de primer orden (LPO) o c
alculo de predicados de primer orden es
cualquier sistema de la l
ogica matem
atica que extiende la l
ogica proposicional
empleando variables, predicados y cuantificadores de variables. A su vez es
extendida por la l
ogica de segundo orden.
La l
ogica con predicados de primer orden tiene capacidad para definir pr
acticamente a todas las matem
aticas.
L
ogica de segundo orden.
La l
ogica de segundo orden es una extensi
on de la l
ogica de primer orden en

20

L
ogica

Walter Arriaga D.

la que se a
naden variables y cuantificadores que operan sobre conjuntos de
individuos. La l
ogica de segundo orden m
as general tambien incluye variables
que cuantifican funciones.
L
ogica booleana.

Algebra
de Boole (tambien llamada Retculas booleanas) en inform
atica y
matem
atica, es una estructura algebraica que rigorizan las operaciones l
ogicas Y, O y NO, as como el conjunto de operaciones uni
on, interseccion y
complemento.
Se denomina as en honor a George Boole, (2 de noviembre de 1815 a 8 de diciembre de 1864), matem
atico ingles que fue el primero en definirla como parte
de un sistema l
ogico a mediados del siglo XIX. Especficamente, el
algebra de
Boole fue un intento de utilizar las tecnicas algebraicas para tratar expresiones
de la l
ogica proposicional. En la actualidad, el
algebra de Boole se aplica de
forma generalizada en el
ambito del dise
no electr
onico. Claude Shannon fue el
primero en aplicarla en el dise
no de circuitos de conmutaci
on electrica biestables, en 1938.
L
ogica proposicional.
La l
ogica proposicional es una rama de la l
ogica cl
asica que estudia las proposiciones o sentencias l
ogicas, sus posibles evaluaciones de verdad y en el caso ideal,
su nivel absoluto de verdad.

 Generalizaciones de la logica clasica


? Logica modal.
La l
ogica modal, dentro de la l
ogica, se ocupa de enunciados afectados por modalidades del tipo posiblemente y necesariamente. La l
ogica modal es intencional,
en el sentido de que el valor de verdad de un enunciado que contiene expresiones
modales no depende exclusivamente del valor de verdad de sus enunciados componentes.
La l
ogica modal experimenta un gran auge tras los trabajos fundacionales sobre
sem
antica modal de Saul Kripke en los sesenta. Actualmente la l
ogica y sem
antica
modal se emplean para representar gran variedad de nociones: epistemicas (conocer
que), de creencia (creer que), morales (es obligatorio o es permisible), temporales
(suceder
a en el futuro o siempre sucedi
o en el pasado) e incluso estados de un
programa en inform
atica te
orica.

Walter Arriaga D.

L
ogica

21

La l
ogica modal es tan antigua como la L
ogica de Arist
oteles y tuvo gran desarrollo
durante la Edad Media. La l
ogica modal contempor
anea surge a principios del siglo
XX como una reacci
on a la l
ogica cl
asica que madur
o en las obras de Gottlob Frege
(Conceptografa) y Russell y Whitehead (Principia Mathematica).
L
ogica temporal.
La l
ogica temporal es un tipo l
ogica modal usada para describir un sistema de
reglas y simbolismos para la representaci
on y el razonamiento sobre proposiciones en las que tiene presencia el factor tiempo. Existe una cierta relaci
on
con otras variedades de l
ogica, por ejemplo, la l
ogica modal. Su estudio tiene
una cierta importancia dentro del estudio de la inform
atica, en particular los
desarrollos introducidos por Amir Pnueli.
Por ejemplo, tomemos la sentencia: Tengo hambre; aunque su significado es
independiente del tiempo, el valor de verdad o falsedad de la misma puede
variar con el tiempo en un determinado sistema que incluya acciones de comer;
as, en funci
on del sistema, algunas veces ser
a cierta y otras falsa, aunque nunca
ser
a cierta y falsa simult
aneamente.
La l
ogica temporal fue estudiada por primera vez por Arist
oteles, en algunos
de sus escritos aparecen expresiones que guardan una semejanza con una l
ogica
temporal de primer orden; as aparecen expresiones con cuantificadores existenciales y cuantificadores universales, junto a secuencias de estados de un orden
temporal, lo que, en la pr
actica es una l
ogica temporal.
L
ogica no monot
onica.
Una l
ogica no monot
onica es una l
ogica formal cuya relaci
on de consecuencia
es no monot
onica. La mayora de las l
ogicas formales tienen una relaci
on de
consecuencia monot
onica, lo que quiere decir que el agregar una f
ormula a una
teora nunca produce una reducci
on de su conjunto de consecuencias. Intuitivamente, la monotonicidad indica que el agregar nuevos conocimientos no puede
reducir el conjunto de las cosas conocidas. Una l
ogica monot
onica no puede
manejar varios tipos de razonamiento tales como el razonamiento por defecto
(los hechos pueden ser conocidos u
nicamente por la carencia de evidencia de lo
contrario), el razonamiento abductivo (los hechos s
olo se deducen en calidad de
explicaciones probables), el razonamiento acerca del conocimiento (la ignorancia de un hecho debe ser retractada cuando el hecho sea conocido), y la revisi
on
de creencias (nuevo conocimiento puede contradecir creencias anteriores).

22

L
ogica

Walter Arriaga D.

? Logica polivalente.
Las l
ogicas plurivalentes o l
ogicas polivalentes son alternativas a la l
ogica cl
asica,
bivalente y su principio del tercero excluido (o es A o no es A o verdadero o
falso).
Las l
ogicas polivalentes se difundieron especialmente a partir de los trabajos de los
fil
osofos polacos Jan Lukasiewicz y Emil Post y sus relaciones con la fsica cuantica, pero fueron expuestas anteriormente, con diferentes enfoques, por Hegel, Hugh
MacColl, Charles Sanders Peirce y Nicolai A. Vasiliev. Stephen Kleene elaboro las
tablas de verdad para un sistema de l
ogica trivalente. Un ejemplo para ilustrar la
trivalenecia en fsica ha sido la paradoja del gato de Schr
odinger.

? Logica difusa.

La l
ogica borrosa o difusa se basa en lo relativo de lo observado. Este tipo de logica
toma dos valores aleatorios, pero contextualizados y referidos entre s.
Esta simple idea naci
o en un artculo de Lotfi A. Zadeh publicado en 1965 y titulado Fuzzy Sets (Conjuntos Difusos). La l
ogica difusa permite representar de
forma matem
atica conceptos o conjuntos imprecisos, tales como das fros, meses
calurosos, personas altas, salarios bajos, guisos con mucho condimento, profesores
poco valorados, etc.
Pero hay que tener en cuenta que la idea en s de que las cosas no son blancas o
negras, sino que existen infinitos matices de grises viene ya desde la epoca de los
primeros grandes fil
osofos como Plat
on.
Posteriormente a ellos, otros grandes pensadores como David Hume o Kant apoyaban esta idea manteniendo que el razonamiento vena dado por las observaciones de
las que somos testigos a lo largo de nuestra vida y la detecci
on de algunos principios
contradictorios en la l
ogica cl
asica.
Tras la publicaci
on de Lotfi A. Zadeh, se comenz
o r
apidamente a usar la logica
difusa en distintas aplicaciones pr
acticas, llegando a su m
aximo auge a principios
de los a
nos 90, y continuando este hasta la epoca actual.
La l
ogica difusa se adapta mejor al mundo real en el que vivimos, e incluso puede
comprender y funcionar con nuestras expresiones, del tipo hace mucho calor, no
es muy alto, el ritmo del coraz
on est
a un poco acelerado, etc.
La clave de esta adaptaci
on al lenguaje, se basa en comprender los cuantificadores
de nuestro lenguaje (en los ejemplos de arriba mucho, muy y un poco).
En la teora de conjuntos difusos se definen tambien las operaciones de uni
on, in-

Walter Arriaga D.

L
ogica

23

tersecci
on, diferencia, negaci
on o complemento, y otras operaciones sobre conjuntos
(ver tambien subconjunto difuso), en los que se basa esta l
ogica.

? Logica deontica.
La l
ogica de
ontica es un tipo de l
ogica modal usada para analizar formalmente las
normas o las proposiciones que tratan acerca de las normas.
Leibniz es el precursor de la l
ogica de
ontica. En 1671, en sus Elementos de derecho
natural, el observa la analoga de los conceptos normativos justo, injusto y
facultativo con los conceptos modales aleticos necesario, posible e imposible. Por ejemplo, Leibniz escribe que todo lo que es justo es posible para aquel
que ama a todo el mundo (amanti omnes). O, m
as cerca de la l
ogica de
ontica contempor
anea, postula que todo aquello que es obligatorio (debitum) es necesario
para aquel que ama a todo el mundo.

? Logica cuantica.
La l
ogica cu
antica es el conjunto de reglas algebraicas que rigen las operaciones para
combinar y los predicados para relacionar proposiciones asociadas a acontecimientos
fsicos que se observan a escalas at
omicas.
Ejemplos de tales proposiciones son aquellas relativas al momento lineal o a la
posici
on en el espacio de un electr
on. La l
ogica cu
antica puede considerarse como
un sistema formal paralelo al c
alculo proposicional de la l
ogica cl
asica, donde en esta
u
ltima, las operaciones para combinar proposiciones son las conectivas l
ogicas y los
predicados entre proposiciones son equivalencia e implicaci
on. La l
ogica cu
antica
fue creada con el prop
osito de tratar matem
aticamente las anomalas relativas a

la medici
on en la mec
anica cu
antica. Estas
surgen por la medici
on simult
anea de
observables complementarios en escalas at
omicas.
La expresi
on l
ogica cu
antica tambien se refiere a la rama interdisciplin
aria de
fsica, matem
atica, l
ogica y filosofa que estudia el formalismo y las bases empricas
de estas reglas algebraicas. Vale salientar que la l
ogica cu
antica es una disciplina
cientfica independiente de la inform
atica cu
antica.
El concepto de l
ogica cu
antica fue propuesto originalmente por Garrett Birkhoff y
John von Neumann en 1936. Tal como fue propuesto por estos autores, la l
ogica
cu
antica se fundamenta en la idea que el reticulado de proyecciones ortogonales en
un espacio de Hilbert es la estructura que corresponde en la mec
anica cu
antica al
reticulado de proposiciones en la fsica cl
asica.

24

L
ogica

Walter Arriaga D.

 Otras
? Logica intuicionista.
Se llama l
ogica intuicionista a la amplia familia de sistemas formales que codifican el razonamiento constructivo. Una prueba es constructiva cuando ofrece un
procedimiento reglado o algortmico para construir o calcular explcitamente su
resultado.

? Logica descriptiva.
Las l
ogicas de descripci
on, tambien llamadas l
ogicas descriptivas (DL por description logics) son una familia de lenguajes de representaci
on del conocimiento que
pueden ser usados para representar conocimiento terminol
ogico de un dominio de
aplicaci
on de una forma estructurada y formalmente bien comprendida. El nombre l
ogica de descripci
on se refiere, por un lado, a descripciones de conceptos usadas para describir un dominio y, por otro lado, a la sem
antica que establece una
equivalencia entre las f
ormulas de l
ogicas de descripci
on y expresiones en l
ogica de
predicados de primer orden.

? Logica predicativa
? Logica transcendental
? Logica unidireccional
? Empirismo logico
1.4.2.

Importancia

El conocimiento de la L
ogica nos permite desarrollar conscientemente el proceso del pensar
y alcanzar un mayor grado de perfecci
on en la esfera del pensamiento.
El conocimiento de las leyes de la l
ogica ayuda a rebatir las ideas err
oneas con que a veces
nos enfrentamos en discusiones y polemicas de toda ndole.
Cuando se hace uso de la demostraci
on, la l
ogica ayuda a descubrir los errores y a comprobar el propio pensamiento cuando se procede a la obtenci
on de un conocimiento inferido.
El estudio de la l
ogica es, sobre todo, de gran importancia para las matem
aticas.
La L
ogica como una ciencia formal estudia las formas del pensamiento prescindiendo de
todo contenido (en cierta medida) de tal manera que dichas formas se puedan fijar en cualquier
clase de pensamiento, en este sentido es una ciencia te
orica, especulativa, porque obtiene sus
resultados por procesos de abstraci`on y de an`
alisis.

Walter Arriaga D.

L
ogica

25

La Logica brinda normas ideales para poder distinguir los pensamientos correctos de los
falsos. La L
ogica es pr
actica, did
actica, una verdadera tecnica, porque aspira a suministrarnos
ciertas reglas para llegar a resultados seguros y a vigorizar las facultades mentales.

1.5.

Objeto y significado de la L
ogica

La cognici
on o pensamiento es un proceso relevante que permite manifestar la conciencia
humana, la practica del pensamiento interact
ua con la realidad material dando como resultado
el descubrimiento de las leyes naturales y sociales.
El proceso mencionado se inicia con las Sensaciones, las cuales se definen como el reaccionar del individuo ante la Percepci
on de los fen
omenos del mundo material captado por los
sentidos. La percepci
on de los fen
omenos y las sensaciones del individuo est
an estrechamente
relacionadas como un estimulo y respuesta.
Cuando el individuo evoca un fen
omeno percibido en el pasado, la memoria realiza inherentemente el proceso de Representaci
on mediante im
agenes en nuestro cerebro.
Las sensaciones, las percepciones y las representaciones constituyen el Grado sensorial del
conocimiento, donde refleja las Propiedades de los Objetos. Sin embargo el grado sensorial
del conocimiento no define ni marca diferencias entre las propiedades reflejadas, impidiendo a
generaci
on de nuevo conocimiento.
Las propiedades de los objetos se pueden clasificar en:
Generales o individuales.
Esenciales o accesorias.
Necesarias o casuales.
En este punto el conocimiento pasa a una segunda fase denominada Grado l
ogico del
conocimiento.
El pensamiento es ante todo un proceso de cognici
on generalizada en la realidad, la formaci
on de un concepto esta vinculada a la extracci
on de lo general, a la separaci
on de los rasgos
esenciales del objeto de un grupo de propiedades.
El pensamiento es un proceso en el cual, el ser humano se da cuenta de la objetividad de
lo pensado con respecto a lo real, los pensamientos que surgen en nuestra mente necesitan ser
comprobados, su veracidad a de ser fundamentada, lo que termina por concluir que el acto de
formular juicios es inherente al pensamiento humano. La diferenciaci
on de los pensamientos

26

L
ogica

Walter Arriaga D.

en verdaderos y falsos se realiza con la actividad practica del hombre a traves actividad deliberada y u
til llamada trabajo, el cual se basa necesariamente en la existencia de determinados
fines, donde se ponen a prueba los conocimientos, las hip
otesis y la experiencia anterior
La actividad practica del trabajo a hecho sentir al hombre la necesidad de establecer
comparaciones confrontando el contenido de sus pensamientos con la realidad, de formas juicios
y delimitar con precisi
on la verdad y el error. Si los principios que sirven de base a un proceso
de trabajo son verdaderos, los fines propuestos se alcanzaran.
El pensamiento se caracteriza por la capacidad de cognici
on mediata a la realidad, el
pensamiento tambien nos permite juzgar a cerca de hechos que no son objetos de percepci
on
inmediata de los sentidos, por ejemplo: al ver humo concluimos inmediatamente que ha de
haber fuego aunque este no sea parte de nuestra percepci
on , en este caso nos apoyamos
del conocimiento de una experiencia anterior, pudiendo inferior un nuevo conocimientos sin
recurrir a la experiencia directa, esto se definir
a mas adelante como raciocinio.
El pensamiento de halla inevitablemente unido al lenguaje, el lenguaje es el medio de
expresi
on de los pensamientos previamente formados, en la actualidad para el hombre la
posesi
on del lenguaje, se halla vinculado a las sensaciones, percepciones y representaciones
como tambien a los pensamientos.
El pensamiento se verifica de varias formas y cada una de ellas son el reflejo de la realidad
material en el cerebro del hombre: El Concepto, el Juicio y el Raciocinio.

1.5.1.

Objeto de la l
ogica

El objeto de la l
ogica cientficamente es el pensamiento humano, el pensamiento tambien es objeto de estudios de algunas otras ciencias, como son el materialismo dialectico y la
psicol
ogica.
La psicologa estudia el pensamiento desde el punto de vista de las causas y condiciones
del normal desarrollo y desenvolvimiento humano, su objetivo se basa en descubrir las causas
y las condiciones del desarrollo del pensamiento en una u otra direcci
on, adem
as investiga la
influencia de las emociones, de la voluntad y otros fen
omenos psquicos sobre el pensamiento.
El materialismo dialectico estudia el pensamiento con el fin de solucionar problemas producidos al contrastarlo con la realidad material, haciendo uso de los ya mencionados: concepto,
juicio, raciocinio. El materialismo dialectico incluye la l
ogica dialectica (la ciencia de las leyes
mas generales del desarrollo del conocimiento) La aplicaci
on del metodo dialectico busca resolver las contradicciones que surgen en la marcha de la ciencia y de la vida social, tambien
permite superar las simplificaciones de la realidad que se dan con el uso de la l
ogica formal

Walter Arriaga D.

L
ogica

27

(metodos de clasificaci
on, determinaci
on de la relaci
on causal entre fen
omenos)
La l
ogica estudia nuestros pensamientos solamente desde el punto de vista estructural,
descubre las leyes y reglas que dan veracidad al conocimiento inferido. Las formas del pensamiento (conceptos, juicios y raciocinios) son objeto de estudio tanto de la l
ogica formal como
de la l
ogica dialectica

1.5.2.

Las leyes de la l
ogica y otras ciencias especiales

A cada faceta del mundo se le asigna una ciencia que la tomara como objeto de estudio
por ejemplo la astronoma, biologa, qumica, fsica matem
atica, historia. Cada ciencia respeta
un objeto de estudio, pero no limita a un grupo de cosas a ser estudiadas solo por ellas, el
hombre es un ejemplo dado que es el objeto de estudio tanto de la anatoma como la fisiologa,
la antropologa y la etnogr
afica, los objetos que son materia de estudio poseen diversas facetas
que son asignadas a cada ciencia y satisfacen m
ultiples necesidades de la actividad social e
hist
orica del hombre. Las relaciones entre las leyes de la l
ogica y de otras ciencias son:
Comparten un car
acter objetivo, dado que no son frutos de la voluntad ni el deseo del
hombre sino el reflejo de las relaciones existentes entre los objetos y los fen
omenos de la
realidad.
Todas las leyes de las ciencias son utilizadas por el hombre en su actividad pr
actica.
Las leyes de la l
ogica se diferencia de las leyes de otras ciencias en la peculiaridad de
poseer un campo de aplicaci
on muy amplio dado que todas las dem
as ciencias poseen
un determinado campo de investigaci
on mas estrecho y limitado

1.5.3.

Importancia del estudio de la l


ogica como ciencia

La L
ogica como ciencia, corresponde a las necesidades de argumentos para razonamientos de todo tipo, tambien habit
ua a determinar un sentido exacto al contenido de cualquier
contenido textual.
Dado que pueden existir pensamientos distintos que comparten una misma expresi
on verbal, como tambien una expresi
on verbal que contenga m
as de un pensamiento. Por esto se
puede decir que la L
ogica, tiene un an
alisis del pensamiento por su contenido verbal y tambien
por su estructura l
ogica o contexto

28

L
ogica

Walter Arriaga D.

LOGICA
DE PROPOSICIONES
Objetivos:
z Expresar simb
olicamente un esquema molecular y evaluar su veritatividad.
z Identificar las equivalencias l
ogicas m
as empleadas en la demostraci
on de teoremas matematicos.
z Determinar correctamente la validez de los razonamientos l
ogicos usando dos procedimientos.
La estrecha relaci
on existente entre la matem
atica moderna y la l
ogica formal es una
de sus caractersticas fundamentales. La l
ogica aristotelica era insuficiente para la creaci
on
matem
atica ya que la mayor parte de los argumentos utilizados en esta contienen enunciados
del tipo si, entonces, absolutamente extra
nos en aquella.
La l
ogica proposicional utilizando una representaci
on primitiva del lenguaje, permite representar y manipular aserciones sobre el mundo que nos rodea. La l
ogica proposicional permite
el estudio del razonamiento, a traves de un mecanismo que primero eval
ua enunciados simples
y luego enunciados complejos, formados mediante el uso de conectivos proposicionales.
Una de las mayores dificultades al analizar el rigor matem
atico de una demostraci
on se halla
en el hecho de que debemos comunicar nuestras ideas empleando el lenguaje ordinario, que
est
a lleno de ambig
uedades. En ocasiones es difcil decidir si determinada lnea de razonamiento
es correcta o no. La l
ogica elimina estas ambig
uedades aclarando c
omo se construyen las
proposiciones, hallando su valor de verdad y estableciendo reglas especficas de inferencia por
medio de las cuales se puede determinar si un razonamiento es v
alido o no.
En esta primera parte estudiaremos uno de los dos niveles en los que se desenvuelve la
moderna l
ogica formal: la l
ogica de enunciados o de proposiciones.
29

30

L
ogica

2.1.

Walter Arriaga D.

Proposiciones y tablas de verdad

En el desarrollo de cualquier teora matem


atica se hacen afirmaciones en forma de frases
y que tienen un sentido pleno. Tales afirmaciones, verbales o escritas, las denominaremos
enunciados o proposiciones.

2.1.1.

Proposiciones

Definici
on 2.1.1. En el lenguaje cientfico, una proposici
on se refiere a un enunciado que
puede ser verdadero o falso, pero no ambas cosas a la vez, generalmente una oraci
on enunciativa. Es el elemento unidad sobre el que se construye el lenguaje formal de la L
ogica.
Un enunciado ling
ustico (generalmente en la forma gramatical de una oraci
on enunciativa)
puede ser considerado como proposici
on l
ogica cuando es susceptible de ser verdadero o falso.
Aunque existen l
ogicas polivalentes, en orden a la claridad del concepto, aqu consideramos
u
nicamente el valor de Verdad o Falsedad.
Ejemplo 2.1.1. Las siguientes no son proposiciones.
(a) x + y > 5
(b) Te vas?
(c) Compra cinco azules y cuatro rojas.
(d) x = 2
Soluci
on
En efecto, (a) es una afirmaci
on pero no es una proposici
on ya que ser
a verdadera o falsa
dependiendo de los valores de x e y e igual ocurre con la afirmaci
on (d). Los ejemplos (b) y
(c) no son afirmaciones, por lo tanto no son proposiciones.
Desde el punto de vista l
ogico carece de importancia cual sea el contenido material de los
enunciados, solamente interesa su valor de verdad.
Hay oraciones aseverativas que no son proposiciones. La oraci
on El es estudioso. No
es posible determinar si es verdadera o falsa, si no se sabe a quien se refiere. Las oraciones
de esta naturaleza se llaman enunciados abiertos. Los enunciados abiertos usan las palabras
el, ella y los smbolos x, y, z, etc. No son proposiciones pero cuando se reemplazan estas
palabras o smbolos por un determinado objeto o valor resultan ser proposiciones.
Ejemplo 2.1.2. Dadas las siguientes oraciones:

Walter Arriaga D.

L
ogica

31

2 + x = 10
n es un numero primo
Se tiene que, en el primer enunciado si reemplazamos x por 5 Tendremos 2 + 5 = 10, la cual
ahora es una proposici
on falsa. Si en el segundo enunciado si reemplazamos n por 7 Tendremos
7 es un numero primo, la cual ahora es una proposici
on verdadera.

2.1.2.

Valor de verdad

Definici
on 2.1.2. Llamaremos valor verdadero o de verdad de una proposici
on a su veracidad
o falsedad. La verdad y la falsedad son los valores de verdad que tienen las proposiciones. Si
p es una proposici
on, su valor de verdad se denotar
a con V(p), entonces si V(p) = V decimos
que la proposici
on p es verdadera, y si V(p) = F falsa. En adelante abreviaremos con V y
F los valores de verdad.
Una proposici
on se representa simb
olicamente por letras min
usculas tales como: p, q, r,
etc (llamadas variables proposicionales). Cuando se trata de representar muchas proposiciones
similares se usan subndices para indicar cada una de ellas, esto es, p1 , p2 , p3 , . . ., pn
Ejemplo 2.1.3.
Proposici
on

Valor de verdad

Federico Villarreal es un matem


atico peruano.

(V)

El cuadrado es un polgono.

(V)

7 es un n
umero impar y 4 es par.

(V)

La tierra no gira alrededor del sol.

(F)

La manzana es un tuberculo.

(F)

El n
umero 1331 es divisible por 11.

(V)

Todos los hombres son mortales.

(F)

Observaci
on 2.1.1.
1. Es importante notar que lo que interesa b
asicamente en una proposici
on es su sentido de
verdad o falsedad, porque oraciones distintas pueden expresar una misma proposici
on.
Por ejemplo:
 Alessandra y Leonardo son primos.
 Leonardo es primo de Alessandra.
 Alessandra es prima de Leonardo.

32

L
ogica

Walter Arriaga D.

2. Las proposiciones no son propias de ning


un lenguaje, en cambio las oraciones forman
parte de un determinado lenguaje. Por ejemplo:
 El cielo est
a nublado.
castellano
 The sky cloudy.

ingles

 Le ciel est nugeux.

frances

 Oceu esta nuvado.

portugues

3. Aquellos enunciados que indican una pregunta, una orden o una exclamaci
on, son expresiones no proposicionales. Por ejemplo:
 Que hora es?.
 Que edad tienes?.
 Que maravilla!.
 Viva el Per
u!.
 Lev
antate temprano.
 Prohibido fumar.

2.1.3.

Tabla de valores de verdad

La tabla de valores de verdad, tambien conocida como tabla de verdad, es una herramienta
desarrollada por Charles Peirce en los a
nos 1880, siendo sin embargo m
as popular el formato
que Ludwig Wittgenstein desarrollo en su Tractatus logico-philosophicus, publicado en 1921.
Las tablas nos manifiestan los posibles valores de verdad de cualquier proposici
on molecular, as como el an
alisis de la misma en funci
on de las proposicones que la integran.
En realidad toda la l
ogica est
a contenida en las tablas de verdad, en ellas se nos manifesta
todo lo que implican las relaciones sint
acticas entre las diversas proposiciones. No obstante la
sencillez del algoritmo, aparecen una gran dificultad, la gran cantidad de operaciones que hay
que hacer para una proposici
on con m
as de 4 variables. Esta dificultad ha sido magnficamente
superada por la rapidez de los ordenadores, y no presenta dificultad alguna.
Regla
Si tenemos dos proposiciones, como en todos los casos anteriores que hemos visto, necesitaremos cuatro filas. De estas cuatro filas la primera columna tendr
a los valores de verdad:
V,V, y F,F, y la segunda columna V,F,V y F. Las siguientes columnas tendr
an los valores de
verdad seg
un la proposici
on dada.
Si se tienen tres proposiciones, necesitaremos ocho filas, de las cuales la primera columna
se acomodar
an los valores de verdad de la siguiente manera: V,V,V,V y F,F,F,F. Para la

Walter Arriaga D.

L
ogica

33

segunda columna se reparten los valores: V,V, F,F, V,V, F,F. Y para la tercera columna
seran: V,F,V,F,V,F,V,F.
Para cuatro proposiciones, se necesitan 16 filas de las cuales en la primera columna se
reparten los valores de verdad: 8 V y 8 F. La segunda columna empezar
a con cuatro V,
despues cuatro F, y as sucesivamente hasta ocupar los 16 lugares, es decir, V,V,V,V F,F,F,F
V,V,V,V y F,F,F,F. Para la tercera columna: V,V, F,F...hasta la fila n
umero 16.
En general: Analizando que para dos proposiciones se necesitan cuatro filas o visto de
otra manera: se necesitan 22 = 4 filas. Para tres proposiciones se necesitan ocho filas, o,
23 = 8. Para cuatro proposiciones necesitaremos 24 = 16 filas. En general para n proposiciones
necesitaremos 2n filas.

2.1.4.

Clases de proposiciones

a. Simples. Llamadas tamben at


omicas o elementales, son aquellas que no contienen dentro
de s ninguna otra proposici
on. Son las proposiciones de la forma m
as simple (o m
as b
asicas),
constan de un solo sujeto y un solo predicado.
Ejemplo 2.1.4.
Un angulo recto mide 90.
Jose Olaya fue un heroe de la independencia del Per
u.
La par
abola es una c
onica.
El n
umero 8 es divisible por 5.
b. Compuestas. Llamadas tamben moleculares o coligativas, son aquellas que est
an constitudas por dos o m
as propopsiciones simples. Tambien se las conoce como funciones
veritativas.
En la composici
on de proposiciones simples, estas est
an ligadas por ciertas palabras llamadas conectivas tales como y, o, si, entonces, si y solo si, no, pero, etc. Estas
constantes proposicionales son llamadas Conectivos l
ogicos.
Ejemplo 2.1.5.
El terreno es muy fertil y hay suficiente lluvia.
Esta proposici
on est
a compuesta de dos proposiciones simples:
p : El terreno es muy fertil.
q : Hay suficiente lluvia.

34

L
ogica

Walter Arriaga D.

La luna no es satelite de la tierra.


Es una proposici
on molecular que utiliza el conectivo no. En este caso, el termino
de enlace act
ua solo sobre una proposici
on at
omica:
p : La luna es satelite de la tierra.
Si estamos en diciembre entonces llegar
a la navidad.
p : Estamos en diciembre.
q : Llegar
a la navidad.
La tierra o el trabajo son factores primarios de producci
on.
p : La tierra es un factor primario de producci
on.
q : El trabajo es un factor primario de producci
on.
Si llueve mucho y hace fro se arruinar
a la cosecha de arroz.
p : Si llueve mucho se arruinar
a la cosecha de arroz.
q : Si hace fro se arruinar
a la cosecha de arroz.
El tri
angulo es una figura geometrica si y solo si tiene tres lados.
p : El tri
angulo es una figura geometrica.
q : El tri
angulo tiene tres lados.

2.1.5.

Conectivas

Las conectivas, conectivos l


ogicos o terminos de enlace tienen la funci
on de relacionar las
proposiciones que forman un enunciado compuesto. Son expresiones ling
usticas que, aplicadas
a uno o dos enunciados, permite obtener un enunciado compuesto. Por extensi
on, llamaremos
tambien conectivas a los signos l
ogicos que los representan. Las expresiones ling
usticas que
representan a las diferentes conectivas son: y, o, o o, si , entonces, si y solo
si, no. Las conectivas dadas se pueden clasificar en dos grupos:
Conectiva mon
adica. No enlaza dos proposiciones at
omicas, afecta a una sola proposici
on.
La expresi
on no es una conectiva mon
adica.
Conectivas di
adicas o binarias. Enlazan dos proposiciones at
omicas. Las expresiones y,
o, o o, si , entonces, si y solo si son conectivas di
adicas.

2.1.6.

Simbolizaci
on de proposiciones

En los ejemplos de proposiciones dadas anteriormente observamos que algunas proposiciones son cortas pero tambien algunas de las proposiciones at
omicas del lenguaje usual son
largas, resultando por ello pesadas y de difcil manejo. La l
ogica simplifica la dificultad uti-

Walter Arriaga D.

L
ogica

35

lizando smbolos en lugar de trabajar con todo el contenido de la proposici


on, tambien utiliza
smbolos para representar a los terminos de enlace, as tenemos:
Para denotar a cada una de las proposiciones at
omicas (en afirmativo) adoptaremos las
letras p, q, r, s, t, etc.
Para representar a las expresiones (o sus equivalentes) de enlace o conectivas utilizaremos:
, , , , , ,
Smbolo

Operaci
on asociada

Significado

Conjunci
on

pyq

Disyunci
on debil

p o q (en sentido incluyente)

Negaci
on

no p

Implicaci
on o Condicional

si p entonces q

Bicondicional

p si y solo si q

Diferencia simetrica o Disyunci


on fuerte

opoq

Cuadro 2.1: Conectivos l


ogicos

Ejemplo 2.1.6. Simbolizar las siguientes proposiciones:


a. Albert Einstein no es fil
osofo, sino fsico.
Soluci
on
Forma l
ogica:
F
ormula:

Einstein es fsico y Einstein no es fil


osofo.
p = Einstein es fsico.
q = Einstein es fil
osofo.

Simbolizaci
on:

p q

b. Sin carbono, oxgeno, nitr


ogeno e hidr
ogeno, no hay vida.
Soluci
on
Forma l
ogica:
F
ormula:

Si no hay carbono y no hay oxgeno y no hay nitr


ogeno y no hay
hidr
ogeno, entonces no hay vida.
p = hay carbono.
q = hay oxgeno.
r = hay hidr
ogeno.
s = hay nitr
ogeno.
t = hay vida.

Simbolizaci
on:

( p q r s) t

36

L
ogica

Walter Arriaga D.

c. Si el procedimiento de la eliminaci
on de Gauss no puede ser completado para obtener [I/B]
de [A/I], entonces la matriz A no tiene inversa.
Soluci
on
Forma l
ogica:
F
ormula:

Es clara por si misma.


p = el procedimiento de la eliminaci
on de Gauss puede ser completado
para obtener [I/B] de [A/I].
q = la matriz A no tiene inversa.

Simbolizaci
on:

p q

d. El Hospital Belen de Lambayeque ha sido reconocido como Hospital amigo de la madre


y el ni
no, por haber puesto en pr
actica los 10 pasos hacia una lactancia natural exitosa.
(Minsa - UNICEF, 1995)
Soluci
on
Si el Hospital Belenha puesto en pr
actica los 10 pasos hacia una lactanForma l
ogica:

cia natural exitosa, entonces ha sido reconocido como hospital amigo


de la madre y el ni
no.

F
ormula:

p = El Hospital Belende Lambayeque ha puesto en pr


actica los 10
pasos hacia una lactancia natural exitosa.
q = El Hospital Belen de Lambayeque ha sido reconocido como hospital amigo de la madre y el ni
no.

Simbolizaci
on:

2.2.

p q

Operaciones con proposiciones

Definiremos las operaciones entre proposiciones en el sentido siguiente: dadas dos o m


as
proposiciones, de las que se conoce los valores veritativos, se trata de caracterizar la proposici
on
resultante a traves de su valor de verdad. A tal efecto, estudiaremos a continuaci
on el uso y
significado de los diferentes conectivos l
ogicos.

2.2.1.

Conjunci
on

Se denomina conjunci
on al resultado de unir dos proposiciones p y q con el conectivo logico
. Denotamos por p q y se lee p y q, cuya tabla de verdad es:
La tabla que define esta operaci
on, establece que la conjunci
on es verdadera s
olo si las dos
proposiciones componentes son verdaderas. En todo otro caso, es falsa.
A las proposiciones que componen una conjunci
on se las denomina conjuntivos.

Walter Arriaga D.

L
ogica

37

pq

Cuadro 2.2: Conjunci


on
Observaci
on 2.2.1. Las palabras pero, sin embargo, adem
as, aunque, no obstante, tambien, as como, a la vez, tal como, tanto como, al igual que, incluso,
as mismo, a pesar que, obviamente, ahora bien, sino, equivalen al conectivo de la
conjunci
on. La coma tambien puede desempe
nar como un conectivo l
ogico de conjunci
on.
Ejemplo 2.2.1. Sea la proposici
on:
r : 5 es un n
umero impar y 6 es un n
umero par
Vemos que est
a compuesta de dos proposiciones:
p: 5 es un n
umero impar
q: 6 es un n
umero par
Por ser ambas verdaderas, la conjunci
on es verdadera.
Ejemplo 2.2.2. Sea la proposici
on:
r : Hoy es el da 3 de noviembre y ma
nana es el da 5 de noviembre
Esta conjunci
on es falsa, ya que no pueden ser simult
aneamente verdaderas ambas proposiciones.
Ejemplo 2.2.3. Otros ejemplos de conjunci
on:
12 es m
ultiplo de 3 y de 4.
Julio estudia no obstante tiene que trabajar.
El tetraedro tiene tri
angulos equil
ateros y el hexaedro cuadrados.
El rombo y el rect
angulo son paralelogramos.
El estudiante tuvo dificultades, pero logr
o desarrollar el ejercicio.
El profesor gan
o el concurso, en la noche llamare a su casa.
15 es m
ultiplo de 3, pero 5 no es mayor que 7.

38

L
ogica

2.2.2.

Walter Arriaga D.

Disyunci
on inclusiva

Se denomina disyunci
on inclusiva o disyunci
on debil al resultado de unir dos proposiciones
p y q con el conectivo l
ogico . Denotamos por p q y se lee p o q, cuya tabla de verdad
es:
p

pq

Cuadro 2.3: Disyunci


on inclusiva
La disyunci
on s
olo es falsa cuando ambas proposiciones son falsas.
Las proposiciones que forman una disyunci
on se denominan disyuntivos.
Observaci
on 2.2.2. Las palabras u, salvo, a menos que, excepto, equivalen al conectivo l
ogico de la disyunci
on inclusiva.
Ejemplo 2.2.4. Dada la proposici
on:
Alessandra es doctora o tenista
En este caso el sentido de la disyunci
on es inclusiva, ya que puede ser que Alessandra sea
doctora y adem
as puede ser tenista.
Ejemplo 2.2.5. Otros ejemplos de disyunci
on inclusiva:
Isaac Newton invent
o el c
alculo diferencial o Grahan Bell invent
o el telefono.
Tiro las cosas viejas o que no me sirven.
Los profesores de la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo tienen estudios de maestra
o doctorado.
2 es un n
umero primo o un n
umero par.
Leonardo es futbolista o ajedrecista.
El ex
agono es un polgono o el rect
angulo es un cuadril
atero.

Walter Arriaga D.

2.2.3.

L
ogica

39

Negaci
on

Dada una proposici


on p, se denomina la negaci
on de p a otra proposici
on denotada por
p que se lee no p y que le asigna el valor veritativo opuesto al de p.
Ejemplo 2.2.6. Dada la proposici
on:
P : Alessandra estudia medicina humana
entonces
p : Alessandra no estudia medicina humana.
Tambien puede escribirse:
p : no es cierto que Alessandra estudia medicina humana.
Por lo que nos resulta sencillo construir su tabla de verdad:
p

Cuadro 2.4: Negaci


on
Observamos aqu que al valor V de p, la negaci
on le hace corresponder el valor F, y
viceversa. Se trata de una operaci
on unitaria, pues a partir de una proposici
on se obtiene
otra, que es su negaci
on.
Observaci
on 2.2.3. Las palabras es falso que, no es cierto que, es absurdo que, no
ocurre que, no es el caso que, no es posible que, nunca, equivalen al conectivo l
ogico
de la negaci
on.
Ejemplo 2.2.7. La negaci
on de p : todos los alumnos estudian matem
atica es: p : no
todos los alumnos estudian matem
atica; O bien: p : no es cierto que todos los alumnos
estudian matem
atica; O bien p : hay alumnos que no estudian matem
atica
Ejemplo 2.2.8. Otros ejemplos de negaci
on:
No es cierto que la cosecha de ca
na trae perdidas.
Es falso que el autom
ovil es petrolero.
Nunca he visto perros de color rojo.

40

L
ogica

Walter Arriaga D.

Ejemplo 2.2.9. Simbolizar la siguiente proposici


on:
No es el caso de que 10 sea m
ultiplo de 3 o que 5 + 2 < 10.
Soluci
on: Si p : 10 es m
ultiplo de 3, y q : 5 + 2 < 10; entonces la proposici
on se simboliza:
(p q)

2.2.4.

Condicional

La condicional lLamada tambien Implicaci


on de las proposiciones p y q es la proposici
on
p q que se lee si p entonces q y cuya tabla de valores de verdad es:
p

pq

Cuadro 2.5: Condicional


La proposici
on que sigue a la palabra si, es decir p se llama antecedente, y la proposici
on que sigue a la palabra entonces es decir q se llama consecuente de la implicacion o
condicional.
La tabla nos muestra que la implicaci
on s
olo es falsa si el antecedente es verdadero y el
consecuente es falso.
Ejemplo 2.2.10. Dada la implicaci
on
Si apruebo entonces te presto el libro
| {z }
|
{z
}
p

Esta implicaci
on est
a compuesta de las proposiciones
El antecedente p : apruebo
El consecuente q : te presto el libro
Nos interesa conocer la verdad o falsedad de la implicaci
on, en relaci
on a la verdad o
falsedad de las proposiciones p y q. El enunciado puede pensarse como un compromiso, condicionado por p, y podemos asociar su verdad al cumplimiento del compromiso. Es evidente que
si p es F, es decir si no apruebo el examen, quedo liberado del compromiso y preste o no el
apunte la implicaci
on es verdadera. Si p es verdadera, es decir si apruebo el examen, y no
presto el libro, el compromiso no se cumple y la proposici
on es falsa. Si p y q son verdaderas,
entonces la proposici
on es verdadera pues el compromiso se cumple.

Walter Arriaga D.

L
ogica

41

Ejemplo 2.2.11. Dada la proposici


on r : si 1 = 1 entonces 12 = (1)2 . Esta proposici
on
resulta ser verdadera por ser el antecedente (1 = 1) falso.
Observaci
on 2.2.4. Las palabras implica, por lo tanto, conclusi
on, luego, por
consiguiente, de ahi que, de modo que, deviene, solo si, es condici
on suficiente
para, si p entonces q, dado p por eso q, cuando p as pues q, de p derivamos q,
equivalen al conectivo l
ogico de: p q.
Observaci
on 2.2.5. Las palabras porque, ya que, puesto que, si, cuando, siempre
que, dado que, cada vez que, pues, supone que, a condici
on de que, es condici
on
necesaria para, solo si, equivalen al conectivo l
ogico de: p q.
Ejemplo 2.2.12. En la proposici
on
te presto mi libro porque aprobe
|
{z
}
| {z }
q

Esta implicaci
on sigue estando compuesta de las proposiciones
Antecedente p : aprobe
Consecuente q : te presto el libro
Lo simbolizamos (q p) o (p q), y puede reescribirse como:
si apruebo entonces te presto mi libro.
Veamos un ejemplo, el cual ayudar
a a comprender las maneras en que una proposici
on
condicional se puede expresar:
Ejemplo 2.2.13. Cuando decimos:
Mi autom
ovil funciona si hay gasolina en el tanque
Este enunciado es equivalente a expresarlo de las siguientes maneras:
a. Si hay gasolina en el tanque, entonces mi autom
ovil funciona.
Observa que en este caso la proposici
on condicional es del caso: Si p, entonces q.
b. Mi autom
ovil s
olo funciona si hay gasolina en el tanque.
En este caso la proposici
on condicional es del caso: p solamente si q.
c. Si hay gasolina en el tanque, es suficiente para que mi automovil funcione.
En este caso la condicional es de la forma: p es suficiente par q.
d. Para que mi autom
ovil funcione es necesario que haya gasolina en el tanque.
Para este caso la proposici
on condicional es de la forma: q es necesario para q.

42

L
ogica

Walter Arriaga D.

e. Que haya gasolina en el tanque implica que mi auto funcione.


En este caso la condicional es de la forma: p implica q.
Ejemplo 2.2.14. Otros ejemplos:
Si estudio a conciencia, entonces aprobare l
ogica.
p q, donde p : estudio a conciencia, q : aprobare l
ogica.
Si Tum
an es un distrito de Chiclayo, entonces Chiclayo es provincia de Lambayeque.
p q, donde p : Tum
an es un distrito de Chiclayo, q : Chiclayo es provincia de Lambayeque.
Ire al cine, si tengo dinero.
p q, donde p : Ire al cine, q : tengo dinero.
Si 2 + 1 = 3, entonces Lambayeque tiene tres provincias.
p q, donde p : 2 + 1 = 3, q : Lambayeque tiene tres provincias.
8 es un n
umero par, si 8 es divisible por 2.
p q, donde p : 8 es un n
umero par, q : 8 es divisible por 2.
Si ma
nana voy a la playa, me levantare temprano.
En esta proposici
on la palabra entonces no figura y en su lugar se coloca una coma.
Comprare zapatos solo si est
an baratos.
Para que un n
umero sea impar es suficiente que no sea divisible por dos.
Ire a trabajar cuando sea bien remunerado.
La carretera se interrumpe siempre que hay huaycos.
Cada vez que hay nevada las plantas se secan.
Flor no viaj
o a Espa
na porque perdi
o sus documentos.
A toda condicional se le asocia otras tres proposiciones, igualmente importantes, que son:
la recproca, la inversa y la contra recproca.
Proposici
on recproca
Dada la proposici
on condicional p q, se llama proposici
on recproca a la proposici
on que
se denota por q p y cuya tabla de valores de verdad es:

Walter Arriaga D.

L
ogica

43

qp

Cuadro 2.6: Recproca


Ejemplo 2.2.15. Sea la proposici
on directa p q:
Si x es par, entonces, x es m
ultiplo de 2.
La proposici
on recproca q p sera:
Si x es m
ultiplo de 2, entonces, x es par.
Proposici
on inversa
Dada la proposici
on condicional p q, se llama proposici
on inversa a la proposici
on que
se denota por p q y cuya tabla de valores de verdad es:
p

p q

Cuadro 2.7: Inversa

Ejemplo 2.2.16. Sea la proposici


on directa p q:
Si Flor tiene 30 a
nos, entonces es joven.
La proposici
on inversa p q ser
a:
Si Flor no tiene 30 a
nos, entonces no es joven.
Proposici
on contra recproca
Dada la proposici
on condicional p q, se llama proposici
on contra recproca a la proposici
on que se denota por q p.
Esta proposici
on es de mucha utilidad en la demostraci
on por reducci
on al absurdo o falsa
suposici
on.
La tabla de valores de verdad es:

44

L
ogica

Walter Arriaga D.

q p

Cuadro 2.8: Contrarecproca


Ejemplo 2.2.17. Sea la proposici
on directa p q:
Si dos rectas son perpendiculares a una misma recta, entonces son paralelas.
La proposici
on contra recproca q p ser
a:
Si dos rectas no son paralelas, entonces no son perpendiculares a una misma recta.

2.2.5.

Bicondicional

La bicondicional llamada tambien doble implicaci


on de las proposiciones p y q es la proposici
on p q que se lee p si y s
olo si q y cuya tabla de valores de verdad es:
p

pq

Cuadro 2.9: Bicondicional


La doble implicaci
on o bicondicional s
olo es verdadera si ambas proposiciones tienen el
mismo valor de verdad. La doble implicaci
on puede definirse como la conjunci
on de una implicaci
on y su recproca. De este modo, la tabla de valores de verdad de p q puede obtenerse
mediante la tabla de (p q) (q p), como vemos:
p

pq

pq

(p q) (q p)

pq

Cuadro 2.10: Una equivalencia de la Bicondicional

Walter Arriaga D.

L
ogica

45

Los componentes del bicondicional reciben el nombre de componente izquierdo y componente derecho.
Observaci
on 2.2.6. Las palabras si y solo si, condici
on necesaria y suficiente, solamente
si, cuando y solo cuando, entonces y solo entonces, es identico, cada vez que y solo
si, equivalen al conectivo l
ogico de: p q.
Ejemplo 2.2.18. Dada la proposici
on: a = b si y s
olo si a2 = b2 .
El enunciado est
a compuesto por las proposiciones:
p:a=b
q : a2 = b2
Ejemplo 2.2.19. Otros ejemplos:
Una figura geometrica es un tri
angulo si y s
olo si tiene tres lados.
Una instituci
on educativa tiene Rector si y s
olo si es una Universidad.
Los profesionales egresados consiguen trabajo inmediatamente si y s
olo si la Universidad
es de calidad.
Saldremos de vacaciones cuando y s
olo cuando tengamos un a
no trabajando.

2.2.6.

Disyunci
on exclusiva

La disyunci
on exclusiva llamada tambien diferencia simetrica de las proposiciones p y q es
la proposici
on p q que se lee p o q en sentido excluyente o tambien o p o q; cuya tabla
de valores de verdad es:
p

pq

Cuadro 2.11: Disyunci


on exclusiva
La verdad de p q est
a caracterizada por la verdad de una y s
olo una de las proposiciones
componentes, es decir, la disyunci
on exclusiva de dos proposiciones es falsa si y s
olo si los dos
disyuntivos tienen el mismo valor de verdad, y es verdadera en los dem
as casos.

46

L
ogica

Walter Arriaga D.

Ejemplo 2.2.20. Dada la proposici


on: o vamos a Lima o vamos a Cuzco.
Queda claro que s
olo podremos ir a uno de los dos lugares, y s
olo a uno.
Ejemplo 2.2.21. Otros ejemplos
El l
ogico Kur G
odel naci
o en Checolslovaquia o naci
o en Polonia.
La clase de l
ogica empezar
a a las 8
o las 9 am.
El profesor est
a sano o enfermo.
Alessandra viaja hoy a Canad
a o a Corea.
Cesar Vallejo naci
o en Per
u o en Francia.

Variables

Negaci
on

Conjunci
on

Disyunci
on

Condicional

Bicondicional

inclusiva

Disyunci
on
exclusiva

pq

pq

p q

p q

pq

Cuadro 2.12: Cuadro general de los conectivos l


ogicos

2.3.

Proposiciones Compuestas

Usando los conectivos l


ogicos se pueden combinar cualquier n
umero finito de proposiciones
simples para obtener otras cuyos valores de verdad pueden ser conocidos construyendo sus
respectivas tablas de verdad.
Los signos de agrupaci
on (parentesis, corchetes, llaves) se usan en l
ogica cuando se trata
de obtener esquemas l
ogicos m
as complejos con el fin de evitar la ambiguedad de las f
ormulas.
As por ejemplo, la expresi
on p q r es ambigua; pero asociando sus terminos: (p q) r
o p (q r), la expresi

on dada tiene sentido y deja de ser ambigua.


Ejemplo 2.3.1. Construir la tabla de verdad para la proposici
on compuesta: [ p q]
(r p).

Walter Arriaga D.

L
ogica

47

Soluci
on

2.4.

pq

rp

[ p q] (r p)

Jerarqua de los conectivos l


ogicos

La jerarqua de las conectivas, desde la m


as fuerte a la m
as debil es:
Bicondicional ()
Condicional ()
Conjunci
on (), Disyunci
on inclusiva (), Disyunci
on exclusiva ()
Negaci
on ()
En el lenguaje usual hay recursos muy variados para determinar la jerarqua de las conectivas,
como las comas, los puntos y comas, y ciertas expresiones de refuerzo como no es cierto que
para negar una proposici
on compuesta, y adem
as y tambien para reforzar una conjunci
on,
y otras. En el lenguaje oral la agrupaci
on o jerarqua se realiza mediante las pausas y las
diferencias de entonaci
on.
En las proposiciones formalizadas o simbolizadas que hacen uso de los signos de agrupaci
on
(parentesis, corchetes y llaves) la jerarqua de las conectivas es determinada por dichos signos
de agrupaci
on.
Para la simbolizaci
on o formalizaci
on de proposiciones compuestas es necesario saber identificar la conectiva de mayor jerarqua y saber utilizar los signos de agrupaci
on correspondientes.
Ejemplo 2.4.1. formalizar cada una de las siguientes proposiciones y determine la conectiva
de mayor jerarqua.

48

L
ogica

Walter Arriaga D.

a. Si no conseguimos pasaje y el tiempo es malo, entonces comprare una bicicleta o un televisor.


p: conseguimos pasaje
q: el tiempo es malo
r: comprare una bicicleta
s: comprare un televisor
Formalizaci
on:
( p q) (r s)
La conectiva de mayor jerarqua es la condicional
b. No es cierto que, si 7 es un n
umero primo entonces 4 es un n
umero par y 6 no es impar.
p: 7 es un n
umero primo
q: 4 es un n
umero par
r: 6 es un n
umero impar
Formalizaci
on:
[p (q r)]
La conectiva de mayor jerarqua es la negaci
on que est
a delante del corchete.
c. A la vez 3 es mayor que 2
o 3 es menor que 2 y 3 es mayor que 1.
r: 3 es mayor que 2
s: 3 es menor que 2
t: 3 es mayor que 1
Formalizaci
on:
(r s) t
La conectiva dominante es el de la conjunci
on.
La simbolizaci
on o formalizaci
on llamada tambien forma proposicional o forma l
ogica es
toda f
ormula que se obtiene a partir de una proposici
on, reemplazando las proposiciones que
la constituyen por variables proposicionales (p, q, r, s, etc) y las conectivas por sus smbolos
respectivos (, , , , , ).
Las tablas de verdad permiten clasificar las formas proposicionales en tres tipos:

2.4.1.

Tautologas

Son aquellas cuya columna resultante est


a formada solamente por verdades (V). Las tautologas son las que m
as interesan a la l
ogica por ser un tipo de leyes l
ogicas. Las leyes l
ogicas
son formas que s
olo tienen interpretaciones verdaderas.

Walter Arriaga D.

L
ogica

49

Ejemplo 2.4.2. Analizar la proposici


on compuesta: w : (p q) ( p q) a traves de su
tabla de verdad.
Soluci
on
p

pq

pq

(p q) ( p q)

A la columna resultante se le conoce con el nombre de Matriz principal


Vemos que para cualquier combinaci
on de las proposiciones p y q, la proposici
on compuesta
w : (p q) ( p q) es siempre verdadera. Entonces, la proposici
on w es una tautologa.
Ejemplo 2.4.3. Analizar la proposici
on compuesta: w : [(p q) p] q a traves de su tabla
de verdad.
Soluci
on
p

pq

(p q) p

[(p q) p] q

En este caso comprobamos tambien que independientemente de la combinaci


on de valores
de verdad de las proposiciones p y q, el resultado de la f
ormula l
ogica es siempre V. Decimos,
aqu tambien, que esta f
ormula es una tautologa o ley l
ogica.

2.4.2.

Contradicciones

Son aquellas, donde la columna resultante de la tabla de verdad est


a conformada solamente
por falsedades (F).
Ejemplo 2.4.4. Analizar la proposici
on compuesta: w : [(p q) q] q a traves de su tabla
de verdad.
Soluci
on
p

pq

(p q) q

[(p q) q] q

50

L
ogica

Walter Arriaga D.

Obtenemos que la f
ormula l
ogica es siempre falsa, es entonces una Contradicci
on.
Ejemplo 2.4.5. Analizar la proposici
on compuesta: w : ( p q)(p q) a traves de
su tabla de verdad.
Soluci
on
p

p q

pq

( p q)(p q)

Como los elementos de la matriz principal son falsos, entonces es una contradicci
on.

2.4.3.

Contingencias

Se dice que una f


ormula l
ogica es contingente si no es ni tautol
ogico ni contradictorio. Su
matriz principal contiene por lo menos un V y un F.
Ejemplo 2.4.6. Analizar la proposici
on compuesta: w : [p (p q)] (qr) a traves de
su tabla de verdad.
Soluci
on
p

pq

p (p q)

qr

[p (p q)] (qr)

Una forma proposicional es consistente cuando tiene por lo menos una interpretaci
on verdadera, y es inconsistente cuando no tiene ninguna interpretaci
on verdadera. Las tautologas y
las contingencias son formas consistentes, mientras que las contradicciones son inconsistentes.

2.5.

Equivalencias l
ogicas

Existen varias equivalencias de la l


ogica proposicional, las cuales se conocen como leyes de
equivalencia. Dos f
ormulas F1 y F2 son equivalentes (
o logicamente equivalentes) si: F1 F2

Walter Arriaga D.

L
ogica

51

resulta ser una tautologa, o si las tablas de valores de verdad de F1 y F2 son identicos, y se
denota F1 F2
Ejemplo 2.5.1. Las proposiciones p q y (p q) son equivalentes, como vemos
realizando la tabla de valores correspondientes:
Soluci
on
p

pq

(p q)

[p q] [ (p q)]

Podemos concluir entonces que: p q y (p q) son equivalentes, es decir:


p q (p q)
Otro ejemplo de equivalencia es: p q (pq). Esto se verifica revisando las tablas de
verdad.

2.6.

Leyes del Algebra Proposicional

Son ciertas equivalencias l


ogicas que las presentamos a continuaci
on y cuya demostraci
on
es f
acil de realizar exhibiendo sus tablas veritativas correspondientes.
1. Idempotencia:
a) p p p
b) p p p
2. Conmutativa:
a) p q q p
b) p q q p
c) p q q p
d) p q qp
3. Asociativa:
a) (p q) r p (q r)

52

L
ogica
b) (p q) r p (q r)
c) (p q) r p (q r)
d) (p q)r p (q r)
4. Distributiva:
a) p (q r) (p q) (p r)
b) p (q r) (p q) (p r)
c) p (q r) (p q) (p r)
d) p (q r) (p q) (p r)
5. Identidad:
a) p V V p p
b) p F F p F
c) p V V p V
d) p F F p p
6. Complemento:
a) p p

Involuci
on

b) p p p p F
c) p p p p V

Tercio excludo

d) p p V

Principio de identidad

e) p p V

Principio de identidad

f) (p p) V

Principio de no contradicci
on

g) V F
h) F V
7. Morgan:
a) (p q) p q
b) (p q) p q
8. Absorci
on:
a) p (p q) p

Walter Arriaga D.

Walter Arriaga D.

L
ogica

53

b) p (p q) p
c) p ( p q) p q
d) p ( p q) p q
9. Implicaci
on:
a) p q p q
b) p q (p q)
c) p q q p
10. Doble Implicaci
on:
a) p q (p q) (q p)
b) p q (p q) ( p q)
11. Diferencia Sim
etrica:
a) p q (p q)
b) p q (p q) (q p)
12. Expansi
on Booleana:
a) p p (q q)
b) p p (q q)
13. Transposici
on:
a) p q q p
b) p q q p
14. Exportaci
on:
a) (p q) r p (q r)
b) (p1 p2 . . . pn ) r (p1 p2 . . . pn1 ) (pn r)

2.7.

Simplificaci
on de proposiciones

La aplicaci
on de las leyes de la l
ogica proposicional permite simplificar proposiciones moleculares, reducir una proposici
on compuesta a una proposici
on m
as simple, generalmente de
menos variables proposicionales y relacionadas con los conectivos l
ogicos , , o . En algunos casos se reduce a una tautologa o a una contradicci
on.

54

L
ogica

Walter Arriaga D.

Ejemplo 2.7.1. Simplificar la proposici


on W = [( p q) (r r)] ( q)
Soluci
on
W

[ ( p q) (r r)] ( q)

[(p q) F] ( q)

[(p q)] ( q)

(5.d.)

(8.b.)

(9.a.)
(7.a., 6.b.)

W q

Ejemplo 2.7.2. Simplificar la proposici


on W = [(p q) q] [ p ( p q)]
Soluci
on
W

[(p q) q] [ p ( p q)]

(9.a.)

[( p q) q] [ p (p q)]

(9.a.)

[ p ( q q)] [ p (p q)]

(3.b.)

( p q) [ p (p q)]

(1.b.)

p q [( p (pq)) (p (pq))]

(10.b.)

p q [( p q) (p p q)]

(8.c.)

p q ( p q) (F q)

(6.b.)

p q ( p q) F

(5.b.)

[ p ( p q)] q

p q

2.8.

W p q

(3.b., 5.d.)
(8.b.)


Inferencia L
ogica

Definici
on 2.8.1. Un razonamiento proposicional es aquel cuya estructura se puede expresar
en forma proposicional de tal manera que su validez o invalidez se determina por la manera
en que est
an relacionadas las proposiciones mediante las conectivas, sin que se requiera un
an
alisis de la forma interna de las proposiciones simples.
Definici
on 2.8.2. Una inferencia es una evaluaci
on que realiza la mente entre conceptos que,
al interactuar, muestran sus propiedades de forma discreta, necesitando utilizar la abstracci
on
para lograr entender las unidades que componen el problema, creando un punto axiom
atico o
circunstancial, que nos permitir
a trazar una lnea l
ogica de causa-efecto, entre los diferentes
puntos inferidos en la resoluci
on del problema. Una vez resuelto el problema, nace lo que

Walter Arriaga D.

L
ogica

55

conocemos como postulado, o una transformada de la original, que al estar enmarcado en un


contexto referencial distinto, se obtiene un significado equivalente. Utilizada a menudo en los
motores de inferencia de los Sistemas Expertos.
Definici
on 2.8.3. Las inferencias inmediatas son aquellas que tienen dos juicios, una premisa
e inmediatamente de esa premisa se saca la conclusi
on.
Hay 3 tipos de inferencia inmediata:
Oposici
on: Por oposici
on se pasa de la veracidad a la falsedad y de la falsedad a la
veracidad.
Subalteraci
on: Por subalteraci
on se pasa de lo universal a lo particular ((Lo que vale para
el todo vale para cada una de sus partes)).
Conversi
on: Por conversi
on se cambia el sujeto de la premisa por el predicado de la
conclusi
on y el predicado de la premisa por el sujeto de la conclusi
on (P: Los feos son
marcianos, C: Los marcianos son feos)
Definici
on 2.8.4. Definiremos la Inferencia l
ogica como:

 En la logica tradicional. Se llamaba inferencia a la figura logica que permite obtener


una conclusi
on directamente, a partir de una u
nica premisa.
Teniendo en cuenta que el esquema fundamental de esa l
ogica era el silogismo, la inferencia apareca como un caso especial. As del conocimiento de que ((Est
a lloviendo)), se
infiere ((el suelo est
a mojado)).
Adem
as podemos decir que, inferir es interpretar el contenido de un texto con solo leer
el ttulo o palabra clave de este.

 En la logica actual. Se llama inferencia logica a la aplicacion de una regla de transformaci


on que permite transformar una f
ormula o expresi
on bien formada (EBF) de un
sistema formal en otra EBF como teorema del mismo sistema. Ambas expresiones se
relacionan mediante una relaci
on de equivalencia, es decir, que ambas tienen los mismos
valores de verdad o, dicho de otra forma, la verdad de una complica la verdad de la otra.
Definici
on 2.8.5. Se llama inferencia l
ogica
o argumento l
ogico a toda condicional de la
forma:
(p1 p2 . . . pk ) q

(2.1)

donde p1 , p2 , . . . , pk son llamadas premisas, y originan como consecuencia otra proposici


on
denotada por q y llamada conclusi
on.

56

L
ogica

Walter Arriaga D.

Una inferencia puede ser una tautologa, una contingencia


o una contradicci
on.
Si la condicional (2.1) es una tautologa, entonces recibe el nombre de argumento v
alido o
inferencia v
alida.
Si la condicional (2.1) no es una tautologa, entonces recibe el nombre de Falacia.
El argumento (2.1) se denota tambien de la siguiente forma:
p1
p2
..
.
pk
p1
donde se lee por lo tanto.

2.8.1.

Inferencias notables

Ley del Modus Ponendo Ponens


Del latn: modo que afirmando afirma, es una regla de inferencia simple. Usualmente se lo
abrevia como MPP.
Una de las premisas es un condicional y la otra premisa es el antecedente del condicional.
La conclusi
on es el consecuente del condicional.
Su representaci
on simb
olica es: [(p q) p] q
F
ormula proposicional:
pq
p
q
Cuadro 2.13: Modus Ponendo Ponens
Ejemplo 2.8.1.

 (p r) q
(p r)
q

 (p s) q
ps
q

Walter Arriaga D.

L
ogica

57

 (p t) (q s)
pt
q s

 (p r) q
p r
q

 p q
p
q

 (p t) (q s)
p t
(q s)

 Si Alessandra gana el concurso viajara a Espana


Alessandra gana el concurso
Alessandra viajar
a a Espa
na

 Si Pizarro fundo la ciudad de Lima en 1535, entonces Lima es la capital del Peru
Pizarro fund
o la ciudad de Lima en 1535
Lima es la capital del Per
u

 El cielo es azul
Si el cielo es azul, entonces las nubes son blancas
Las nubes son blancas
Ley del Modus Tollendo Tollens
Del latn, modo que negando niega, tambien llamado razonamiento indirecto, es el nombre
formal para la prueba indirecta o inferencia contrapositiva. Usualmente se lo abrevia como
MTT.
Una de las premisas es un condicional y la otra premisa es la negaci
on del consecuente del
condicional. La conclusi
on es la negaci
on del antecedente del condicional.
Su representaci
on simb
olica es: [(p q) q] p
F
ormula proposicional:
Ejemplo 2.8.2.

58

L
ogica

Walter Arriaga D.

pq
q
p
Cuadro 2.14: Modus Tollendo Tollens

 (p r) q
q
(p r)

 ( p s) q
q
( p s)

 (p t) (q s)
(q s)
(p t)

 (p r) q
q
(p r)

 Ricardo Palma nacio en Lima, entonces es limeno


Ricardo Palma no es lime
no
Ricardo Palma no naci
o en Lima

 Si la ballena es un cetaceo, entonces la oveja es un equino


La oveja no es un equino
La ballena no es un cet
aceo

 Los triangulos equilateros tienen tres lados iguales


Si el cuadrado tiene 4 lados, los tri
angulos equil
ateros no tienen 3 lados iguales
El cuadrado no tiene 4 lados
Ley del Silogismo Hipot
etico
El Silogismo Hipotetico (SH) se caracteriza porque las dos premisas son condicionales,
el consecuente de una de ellas es el antecedente del otro condicional. La conclusi
on es un
condicional cuyo antecedente y consecuente no son los terminos comunes de las premisas.

Walter Arriaga D.

L
ogica

Su representaci
on simb
olica es: [(p q) (q r)] (p r)
F
ormula proposicional:
pq
qr
pr
Cuadro 2.15: Silogismo Hipotetico

Ejemplo 2.8.3.

 (p r) q
q r
(p r) r

 ( p s) q
q (t w)
( p s) (t w)

 (p t) (q s)
(q s) w
(p t) w

 (p r) q
q (s t)
(p r) (s t)

 Si 6 es divisible por 3, entonces 8 es divisible por 2


Si 8 es divisible por 2, entonces 7 es un numero primo
Si 6 es divisible por 3, entonces 7 es un numero primo

 Si el triangulo es isosceles, entonces Lambayeque tiene tres provincias


Si Lambayeque tiene tres provincias, entonces el pent
agono no tiene cinco lados
Si el tri
angulo es is
osceles, entonces el pent
agono no tiene cinco lados

 Si el paraleleppedo es un prisma, entonces el poliedro es convexo


Si el poliedro es convexo, entonces el trapezoide no tiene lados paralelos
Si el paraleleppedo es un prisma, entonces el trapezoide no tiene lados paralelos

59

60

L
ogica

Walter Arriaga D.

Ley del Silogismo Disyuntivo


El Silogismo Disyuntivo (SD) Se caracteriza porque al negar afirma. Una de las premisas
del razonamiento proposicional es una disyunci
on y la otra premisa es la negaci
on de uno de
los disyuntivos. La conclusi
on es el otro disyuntivo.
Su representaci
on simb
olica es: [(p q) ( p)] q
F
ormula proposicional:
pq
p
q
Cuadro 2.16: Silogismo Disyuntivo

Ejemplo 2.8.4.

 p q
q
p

 (p q) (r s)
(p q)
rs

 (w t) (v u)
v u
wt

 p q r
q
pr

 El trabajo es una obligacion del hombre o una costumbre


El trabajo no es una costumbre
El trabajo es una obligaci
on del hombre

 11 no es un numero par o 13 es un numero primo


11 es un n
umero par
13 es un n
umero primo

Walter Arriaga D.

L
ogica

61

 El sol es una estrella o la luna es un satelite


La luna no es un satelite
El sol es una estrella
Ley del Dilema Constructivo Compuesto
El Dilema Constructivo Compuesto (DCC) es un silogismo disyuntivo, una de las premisas
es una conjunci
on de dos condicionales y la otra premisa es la disyunci
on de los antecedentes
de los condicionales. La conclusi
on es la disyunci
on de los consecuentes de los condicionales.
Su representaci
on simb
olica es: [(p q) (r s)] [p r] q s
F
ormula proposicional:
(p q) (r s)
p r
(q s)
Cuadro 2.17: Dilema Constructivo Compuesto
Ejemplo 2.8.5.

 ( p q) ( r s)
pr
qs

 (p q) (r s)
p r
qs

 [p (q t)] (r s)
p r
(q t) s

 (p q) (r (s u))
p r
q (s u)

 Si la filosofa es una actividad, entonces la logica es el estudio del razonamiento y si la


psicologa estudia el pensamiento, entonces la sintaxis estudia las reglas de los signos
La filosofa es una actividad o la psicologa estudia el pensamiento
La l
ogica estudia el razonamiento o la sintaxis estudia las reglas de los signos

62

L
ogica

Walter Arriaga D.

 Si 3 = 2 + 1, entonces 2 < 5; y si 4 = 6 2, entonces 8 < 10


3=2+1 o 4 =62
2 < 5 o 8 < 10
Ley del Dilema Constructivo Simple
La representaci
on simb
olica de un Dilema Constructivo Simple (DCS) es:
[(p q) (r q)] [p r] q
F
ormula proposicional:
(p q) (r q)
p r
q
Cuadro 2.18: Dilema Constructivo Simple
Seg
un esta ley, se distingue del dilema constructivo compuesto porque los consecuentes son
similares y la conclusi
on se reduce a un s
olo elemento.
Ley del Dilema Destructivo Compuesto
El Dilema Destructivo Compuesto (DDC) Es un silogismo disyuntivo, una de las premisas
es una conjunci
on de dos condicionales y la otra premisa es la disyunci
on de la negaci
on de
los consecuentes de los condicionales. La conclusi
on es la disyunci
on de la negaci
on de los
antecedentes de los condicionales.
Su representaci
on simb
olica es: [(p q) (r s)] [ q s] ( p r)
F
ormula proposicional:
(p q) (r s)
q s
p r
Cuadro 2.19: Dilema Destructivo Compuesto

Ejemplo 2.8.6.

 ( p q) ( r s)
qs
pr

Walter Arriaga D.

L
ogica

63

 (p q) (r s)
q s
pr

 [p (q t)] (r s)
(q t) s
p r

 (p q) (r (s u))
q (s u)
p r

 Si el numero 2 es natural, entonces 1/2 es racional; y si 3 es entero, entonces es un


n
umero irracional.
1/2 no es racional o no es un n
umero irracional
el n
umero 2 no es natural o 3 no es entero

 Si 3 = 2 + 5, entonces 2 < 7; y si 4 = 6 2, entonces 8 < 12


2 no es menor que 7 o 8 no es menor que 12
3 6= 2 + 5 o 4 6= 6 2
Ley del Dilema Destructivo Simple
La representaci
on simb
olica de un Dilema Constructivo Simple (DDS) es:
[(p q) (p r)] [ q r] p
F
ormula proposicional:
(p q) (p r)
q r
p
Cuadro 2.20: Dilema Destructivo Simple
Seg
un esta ley, como en el caso del constructivo simple, hay un elemento que se repite. Son
similares sus antecedentes y la conclusi
on tambien es s
olo un elemento negado.
Ley del Transitividad Sim
etrica
La Transitividad Simetrica (TS) se caracteriza porque sus dos premisas son bicondicionales.
El termino de la izquierda es igual al termino de la derecha del otro bicondicional. La conclusi
on

64

L
ogica

Walter Arriaga D.

es el bicondicional de los terminos no comunes.


Su representaci
on simb
olica es: (p q) (q r) (p r)
F
ormula proposicional:
p q
q r
p r
Cuadro 2.21: Transitividad Simetrica

Ejemplo 2.8.7.

 p q

q r
p r

 p q
q t
p t

 (v w) t
t (q v)
(v w) (q v)

 p (r t)
(r t) q
p q

 El pavo es ave galliforme si y solo si el faisan tambien lo es;


El fais
an es ave galliforme si y solo si el huanay es pelecaniforme
El pavo es ave galliforme si y solo si el huanay es pelecaniforme

 Las venas desembocan en las aurculas si y solo si e es un numero irracional


e es un n`
umero irracional si y solo si la arteria nace en los ventrculos
Las venas desembocan en las aurculas si y solo si la arteria nace en los ventrculos

Walter Arriaga D.

L
ogica

EJERCICIOS PROPUESTOS

65

1.

I. Dados los siguientes enunciados, determinar si cada uno de ellos expresa o no una proposici
on:
1) El Doctor Daisaku Ikeda es el presidente de la SGI que lucha por la paz mundial.
2) Viena es la capital de Austria.
3) 1 + 2 > 3.
4) sen(x + y) = sen x cos y + cos x sen y.
5) Naylamp significa ave de paso.
6) Prohibido fumar en el sal
on.
7) Tr
aeme un vaso con agua.
8) Soy yo acaso el guardi
an de mi hermano?.
9) x + 3 es un entero positivo.
10) La luz del sol tarda 8 min 20 seg en llegar a la tierra.
11) El cr
aneo consta de ocho huesos.
12) Siendo x e y n
umeros reales, x = y
o x 6= y.
13) Martn Luther King recibi
o el premio de la paz en 1964.

14) Esta
proposici
on es verdadera.
15) Silencio: Hospital.
16) Fuerza cicl
on!.
17) Wtahs your name?.
18) Que hora es? es una oraci
on interrogativa.
19) La marihuana es una droga que genera dependencia.
20) El software es la parte l
ogica del computador.
21) De la universidad al museo Tumbas Reales de Sipan.
22) Mira que hermoso pas.
23) La luna es un meteorito.
24) El intelecto es facultad humana.
25) Ven ahora.

66

L
ogica

Walter Arriaga D.

26) Est
a triste porque no fue a pasear.
27) 21235 termina en cifra 8.
28) El trabajo es una obligacion del hombre.
29) Llueve.
30) Alessandra est
a estudiando.
31) La tierra no es un planeta.
32) Ire a verte, si dispongo de tiempo.
33) Cu
al es el parlamentario m
as corrupto?.
34) Tarde fue cuando agonizaba lentamente en un da lluvioso.
35) Hace calor.
36) Nieva.
37) Alc
anzame la toalla.
38) Mi alma no se contenta con haberla perdido.
39) El hombre es un animal racional.
40) Entre dos n
umeros reales diferentes, existen infinitos n
umeros reales.
41) Por un punto de un plano pasan infinitas rectas.
II. A que clase de proposici
on (at
omica o molecular) pertenece cada uno de los siguientes
enunciados:
1) El coraz
on adem
as el cerebro.
2) De ser fil
osofo Arist
oteles luego Plat
on lo fue.
3) La l
ogica es ciencia salvo que sea arte.
4) Garu es m
as alto que Pucca.
5) Tanto Marte como Jupiter son planetas.
6) Construyeron una represa en el departamento de Lambayeque.
7) Federico Villareal fue un gran matem
atico del siglo pasado.
8) No se han producido epidemias de sarampi
on en el u
ltimo quinquenio.
9) Si contin
ua la amenaza del virus AH1N1, no iremos de paseo.
10) La educaci
on escolar mejorar
a si se aumenta el presupuesto y se capacita al magisterio
nacional.

Walter Arriaga D.

L
ogica

67

11) O no haba pasajes en la empresa de transportes, o no nos la quisieron vender.


12) O entregamos el trabajo de l
ogica ma
nana, o no lo entregamos; y autom
aticamente
quedaremos desaprobados.
13) Fuimos a la biblioteca de la Universidad Pedro Ruiz Gallo, pero ni encontramos los
libros que necesit
abamos ni nos dijeron donde hallarlas.
14) Aprobare matem
aticas si y s
olo si estudio conscientemente, pero si consigo trabajo
dejare de estudiar en la Universidad.
15) No hace calor, pero hay muchos zancudos.
III. Determine la forma proposicional de cada uno de los siguientes enunciados:
1) G. Leibinz fue tanto un cientfico como un fil
osofo.
2) Si 20 es m
ultiplo de 2, entonces es n
umero par.
3) No es el caso que Brandom baile y no cante.
4) Alessandra ir
a a la escuela y si llueve tambien lo har
a Cynthia.
5) Hector est
a alegre, porque aprob
o el curso y no perdi
o la beca de estudios.
6) La educaci
on universitaria tiene como fines la formaci
on profesional, la difusi
on cultural, la creaci
on artstica y la investigaci
on cientfica. (Ley 2373)
7) Si Estados Unidos construyera un submarino at
omico Trident menos de los 25 programados y Rusia construyera un submarino at
omico Tif
on menos, se podra alfabetizar
todo el mundo.
8) Ire al parque o al cine a pie o en taxi.
9) Alex y Rixy son hermanos o primo y prima.
10) Si tanto mi padre como mi madre van, entonces yo no ire, pero si s
olo mi padre va,
entonces yo ire tambien.
11) Veo al arco iris si llueve y hay sol.
12) Si jorge escuch
o la conferencia, entonces o fue al teatro y pas
o por la casa de Ana, o
la escuch
o por radio y llam
o por telefono a Ana.
13) Tendremos muchas flores en el jardn, si la estaci
on es propicia y las semillas no est
an
malogradas.
14) Deysi puede conducir el Volswagen de Elmer s
olo si tiene licencia de conducir.
15) Arregle mi aire acondicionado o no pagare la renta.

68

L
ogica

Walter Arriaga D.

16) Si a + b = b + a y si a = 2 b = 3, entonces 2 + 3 = 3 + 2.
17) Los
atomos est
an formados por electrones, protones y neutrones.
18) las fuerzas armadas y las fuerzas policiales participan en el desarrollo econ
omico y
social del pas, pero no son deliberantes.
19) Si Juan obtiene el premio de excelencia, el rector le regalar
a una computadora, sea
que la quiera o no.
20) Si no estamos en verano, entonces est
a h
umedo y hace fro, si es de tarde o de noche.
21) No es cierto que los estudiantes no rindan porque est
an mal alimentados.
22) Si me esfuerzo, lograre mis objetivos.
23) O el le
on es un animal domestico o el perro es una fiera salvaje, mas no es verdad que
el perro sea una fiera salvaje.
24) Dado que el conocimiento es objetivo, luego no es subjetivo.
25) Es absurdo que si la fiesta est
a triste entonces nos divertimos.
26) Te llevo al cine solo si tengo plata.
27) Todos los estudiantes son aplicados porque son responsables.
28) Me servire postre o fruta, pero no ambos.
29) 11 es un n
umero primo, o es divisible por un n
umero distinto de 1 y 11.
30) Los profesores del grupo de estudios Intelectus tomar
an sus vacaciones en el mes de
febrero.
31) Aunque no participamos de la fiesta nos enviaron una parte de la torta.
32) No es cierto que, 3 es menor que 2 o 9 es un n
umero primo.
33) En el mes de abril se iniciar
a las clases, si los responsables de la parte academica
planifican acertadamente y disponen del apoyo logstico.
34) No se obtendr
an las ganancias proyectadas o no se obtendr
a los resultados esperados,
si los trabajadores no est
an comprometidos con la empresa.
35) O no somos confirmados o no somos perdonados.
36) Si salimos de parranda, ni conseguiremos movilidad ni nos har
an caso nuestros amigos.
37) La deserci
on estudiantil disminuir
a si y s
olo si mejora la situaci
on econ
omica y se
moderniza los metodos de ense
nanza.
38) Si el barco no trae piratas, entonces el capit
an ha muerto o est
a prisionero. Pero el
capit
an no ha muerto ni est
a prisionero. En consecuencia el barco trae piratas.

Walter Arriaga D.

L
ogica

69

IV. Determine el valor de verdad de cada una de las siguiente proposiciones moleculares:
1) El trapecio es un paralelogramo y 5 es un n
umero racional.
2) La pantera no es un felino o el huascar
an no est
a ubicado en el Per
u.
3) Si Alemania y Holanda son pases europeos, entonces Etiopa no es un pas africano.
4) Chiclayo y Huaraz son capitales de departamento si y s
olo si Lambayeque o Ancash
son departamentos del Per
u.
5) Ni 3 es un n
umero natural ni 5 es un n
umero par.
V. Construir la tabla de verdad de cada una de las formas proposicionales:
1) [( p q r) r] [( q r p) p]
2) {[(p q r) r] [( q r) (p q)]}
3) [( p q r s) r][( q r p s) p]
VI. En cada uno de los siguientes ejercicios, determine si la proposici
on P implica la proposici
on Q:
1) P : (p q) q

Q:p q

2) P : (p q) q

Q:p

3) P : Si el Per
u tiene un buen entrenador entonces se clasificar
a al mundial de f
utbol.
Pero el Per
u tiene un buen entrenador.
Q : El Per
u se clasificar
a al mundial de f
utbol.
VII. En cada uno de los siguientes ejercicios, determine si la proposici
on P se deduce de la
proposici
on Q :
1) P : (p q) q

Q : (p q)

2) P : p (q p)

Q : q

3) P : Ni Pedro es inteligente ni Ricardo es inteligente.


Q : Es falso que, Pedro y Ricardo son inteligentes.
VIII. En cada uno de los siguientes ejercicios, determine si las proposiciones P y Q son equivalentes:
1) P : (p q) p

Q : (p q)

2) P : p (q p)

Q : (p q)

70

L
ogica

Walter Arriaga D.

3) P : O Rosario viaja ma
nana a las 12m a Piura o a Lima. Pero no viaja ma
nana a las
12m a Lima.
Q : Rosario no viaja ma
nana a las 12m a Piura.
IX. Simplificar cada una de las siguiente proposiciones:
1) (p q) ( p q) p
2) ( p q) (q p)
3) [(p q) q] [ p ( p q)]
4) [(q p) q] p
5) [( p q) (q p)] q
6) [ (q p) q] p
7) (p q) [p ( p q)]
8) ( p q) [p ( p q)]
9) (p q) [(p q) (p q)]
10) (p q) [(p q r) (p q r)]
11) ( p q) [( p q) ( p q)]
12) ( p q) [( p q r) ( p q r)]
13) ( p q) ( p q)
14) (p q) ( p q)
15) (p q) ( p q)
16) (p q) ( p q)
17) (p q r) (p q r) (p q r) (p q r)
18) ( p q r) (p q r) ( p q r) (p q r)
19) p {p [q (p (q p))]}
20) [(p q) (p q)] p
21) [( p q) ( p q r)] (q p)
X. Resolver los siguientes problemas:
1) Si se sabe que p es Verdadera; entonces hallar el valor de verdad de : p[ q(r s)]
2) Si se sabe que q es Verdadera; entonces hallar el valor de verdad de: [p(rs)] q

Walter Arriaga D.

L
ogica

71

3) Si [p (q r)] es falso, determine el valor de verdad de [q (p r)].


4) Si el esquema (q p) [(p r) t] es falso. Determinar el valor de verdad de:

 [( p q) (r t)]
 ( p t) ( q r)

5) Si se sabe que: p q es falso; q s es verdadero. Al hallar el valor de verdad de:

 ( q r) (t t)
 (p s) (t s)

6) Si la proposici
on: [(q s) (p r)] es verdadera; hallar el valor de verdad de:

 ( s q) (r p)
 (q s) (p r)
 (p q r s) (p r)

7) La proposici
on

[(p q) (r s)] es falsa teniendo r y s valores de verdad

opuestos. Cu
al es el valor veritativo de cada una de las proposiciones siguientes?

 [( p q) (r s)] p
 [( p q) (r s)] ( p q)
 [( r s) (p q)] (r s)

8) Si la proposici
on compuesta:

(p q) (q r) es verdadera. Cu
ales de las

siguientes proposiciones son verdaderas?

 (p s) q
 (t q) r
 (s q) q

9) Si [ ( p q) (r q)] es verdadera. Determine los valores de verdad de:


m r;

rs

pq

10) Si P = [( p q) (r s)] es falsa; cuales de los siguientes esquemas moleculares


son contradicci
on:

 (p q) (r s).
 (r s) ( r s).
 [(q r) q] ( q s).

11) Si q es una proposici


on falsa, determinar el valor de verdad de: {( p q) [r (
q p)]} ( p q).

72

L
ogica

Walter Arriaga D.

XI. En los siguientes ejercicios, establecer si cada uno de los siguiente esquemas moleculares
es contingente, tautol
ogico o contradictorio.
1) [(p q) q] p
2) (p q) (q r)
3) ( p q) [(p q) r]
4) ( p q) (p q)
5) [(p q) (q r)] (p r)
6) [p (p q)] (q r)
7) [ (p q) p] p
8) (p q) (p q)
9) (p q) ( p q)
10) [ (p q) q] (p q)
11) ( p q) (p q)
12) [(p q) q] [q q]
13) [p (q r)] [ p (r q)]
XII. Resolver los siguientes problemas:
1) Dados los siguientes operadores l
ogicos:
p q p q
p q p q
Simplificar: [(p q) (p q)] q
2) Si se define:
L
p
q p q
N
p
q p q
Decir cu
ales son proposiciones equivalentes:

 (r N q) L p
 p L (r N q)
 [p N (r N q)]

Walter Arriaga D.

L
ogica

73

3) Si se define p z q, por la tabla:


p

Simplificar: W = {[( p z q) z p] (q z p)}


4) Si es un operador l
ogico definido mediante la siguiente tabla de verdad:
p

entonces simplifique la proposici


on (p q) (q p).
XIII. Utilizando el Modus Ponendo Ponens (MPP), determine la conclusi
on que se puede
obtener del conjunto de premisas:
1) Si la proposici
on es un enunciado, entonces el smbolo es un signo. La proposici
on es
un enunciado.
2) Si son las ocho horas, entonces llegare tarde al trabajo. Son las ocho horas.
3) Me graduare de profesor si obtengo buenas calificaciones. Obtengo buenas calificaciones.
4) Si no trabajamos honestamente, seremos despedidos de la empresa. No trabajamos
honestamente.
5) Sonrer es mostrar alegra. Sonremos.
6) ( p r) q
pr
7) (p s) q
p s
8) p t
(p t) (q s)

74

L
ogica

Walter Arriaga D.

9) (p r) ( q t)
p r
10) p
p q
XIV. Utilizando el Modus Ponendo Ponens, demuestre que la conclusi
on es una consecuencia
l
ogica de las premisas:
1) r p
u r
u
r
2) p (r s)
(r s) u
p
u
3) w u
w
u q
q
4) (u v) (p q)
(p q) w
w (r t)
u v
r t
5) w t
(s u) p
p (r q)
( w t) (s u)
r q
XV. Utilizando el Modo Tollendo Tollens (MTT), determine la conclusi
on que se puede obtener del conjunto de premisas:
1) Si el silogismo categ
orico tiene dos premisas, entonces la inferencia inmediata tiene
un premisa. La inferencia inmediata no tiene una premisa.

Walter Arriaga D.

L
ogica

75

2) Si el sol tiene luz propia, entonces la luna es un satelite. La luna no es un satelite.


3) Ganare la partida de ajedrez si me alimento bien. No ganare la partida de ajedrez.
4) Si entrenamos todos los das, campeonaremos con facilidad. No campeonamos con
facilidad.
5) Si viajamos en
omnibus, no sacaremos los pasajes con anticipaci
on. Sacaremos los
pasajes con anticipaci
on.

76

L
ogica

Walter Arriaga D.

LOGICA CON MAPLE


Objetivos:
z Dar a conocer los distintos comandos y algoritmos del software matem
atico Maple, que
permiten un mejor an
alisis y simplificaci
on de proposiciones moleculares.
z Desarrollar programas en Maple para construir tablas de verdad para los conectivos l
ogicos, y proposiciones moleculares.

3.1.

Introducci
on

El programa Maple permite trabajar algunos aspectos de l


ogica, que se cargan con el paquete logic o Logic.
Orden de llamado
Logic[command](arguments)
command(arguments)
77

78

L
ogica

Walter Arriaga D.

El paquete Logic es una coleccion de comandos que nos permite manipular y transformar
expresiones usando la L
ogica Booleana. Este paquete usa su propio conjunto de operadores
l
ogicos y podemos acceder a cada comando del paquete usando la forma larga o la forma corta
del nombre del comando en el orden de llamado.

3.1.1.

Lista de comandos del paquete Logic

La siguiente es una lista de comandos disponibles.


&and
&iff
&implies
&nand
&nor
&not
&or
&xor
BooleanSimplify
Canonicalize
Contradiction
Dual
Environment
Equivalent
Export
Implies
Import
Normalize
Random
Satisfy

Walter Arriaga D.

L
ogica

79

Tautology
TruthTable

3.2.

Conectivos l
ogicos en Maple

Maple s
olo tiene los conectivos l
ogicos and, or, not. Son suficientes por las equivalencias
l
ogicas que existen de la implicaci
on y la doble implicaci
on con sentencias l
ogicas s
olo hechas
con and, or y not. Para evaluar las funciones hay que poner delante el smbolo &.
> p and q;
p and q
> p or q;
p or q
> not p;
not p

3.3.

Tabla de valores de verdad

En esta secci
on implementaremos algunos programas para construir tablas de verdad, para
ello dise
naremos algunos procedimientos en Maple. Se construyen para una, dos y tres variables
y los nombres de las variables los da el nombre del procedimiento.
Programa 3.3.1. Tabla de verdad para una variable:
> tablap:=proc(B)local A, L, c, i:
> L:=[true,false]:
> for i from 1 to 2 do
> c:=subs(p=L[i],B);
> print(p=L[i],A=c);
> od:
> end:
Programa 3.3.2. Tabla de verdad para dos variable:
> tablapq:=proc(B)
> local A, L, c, i, j:
> L:=[true,false]:
> for i from 1 to 2 do
> for j from 1 to 2 do
> c:=subs(p=L[i],q=L[j],B);

80

L
ogica

Walter Arriaga D.

> print(p=L[i],q=L[j], A=c);


> od:
> od:
> end:
Programa 3.3.3. Tabla de verdad para tres variable:
> tablapqr:=proc(B)
> local A, L, c, i, j, k:
> L:=[true,false]:
> for i from 1 to 2 do
> for j from 1 to 2 do
> for k from 1 to 2 do
> c:=subs(p=L[i],q=L[j],r=L[k],B);
> print(p=L[i],q=L[j],r=L[k],A=c);
> od:
> od:
> od:
> end:
Estos procedimientos se pueden usar siempre que haya una, dos o tres variables y estas se
llamen p, q y r. Si no se llaman as les cambiamos el nombre. Si queremos a
nadir m
as variables
no hay m
as que introducir otro bucle.

3.4.

Operaciones con proposiciones

Para realizar operaciones con proposiciones, debemos expresar o transformar todas las
expresiones Booleanas del paquete Logic usando los operadores &and, &iff, &implies, &nand,
&nor, &not, &or, y &xor.

3.4.1.

Conjunci
on

La conjunci
on es el resultado de unir dos proposiciones p y q con el conectivo l
ogico and.
Denotamos por p and q, y su equivalencia es:
Matem
atica

Maple

pq

p and q

Para construir su tabla de verdad usaremos el programa (3.3.2)


> conjuncion:=p and q;
conjuncion := p and q

Walter Arriaga D.

L
ogica

81

> tablapq(conjuncion);
p = true, q = true, A = true
p = true, q = f alse, A = f alse
p = f alse, q = true, A = f alse
p = f alse, q = f alse, A = f alse
Para tres proposiciones p, q y r, usareemos el programa (3.3.3)
> conjuncion3:=(p and q) and r;
conjuncion3 := p and q and r
> tablapqr(conjuncion3);
p = true, q = true, r = true, A = true
p = true, q = true, r = f alse, A = f alse
p = true, q = f alse, r = true, A = f alse
p = true, q = f alse, r = f alse, A = f alse
p = f alse, q = true, r = true, A = f alse
p = f alse, q = true, r = f alse, A = f alse
p = f alse, q = f alse, r = true, A = f alse
p = f alse, q = f alse, r = f alse, A = f alse

3.4.2.

Disyunci
on inclusiva

La disyunci
on inclusiva es el resultado de unir dos proposiciones p y q con el conectivo
l
ogico or. Denotamos por p or q, y su equivalencia es:
Matem
atica

Maple

pq

p or q

Para construir su tabla de verdad usaremos el programa (3.3.2)


> disyuncion1:=p or q;
disyuncion1 := p or q
> tablapq(disyuncion1);
p = true, q = true, A = true
p = true, q = f alse, A = true
p = f alse, q = true, A = true
p = f alse, q = f alse, A = f alse

82

L
ogica

3.4.3.

Walter Arriaga D.

Negaci
on

Dada una proposici


on p, se denomina la negaci
on de p a otra proposici
on denotada por
not p y que le asigna el valor veritativo opuesto al de p, y su equivalencia es:
Matem
atica

Maple

not p

Para construir su tabla de verdad usaremos el programa (3.3.1)


> negacion:= not p;
negacion := notp
> tablap(negacion);
p = true, A = f alse
p = f alse, A = true

3.4.4.

Condicional

La condicional llamada tambien Implicaci


on de las proposiciones p y q es la proposici
on
p implies q, y su equivalencia es:
Matem
atica

Maple

pq

p implies q

La implicaci
on p implies q es equivalente a not p or q. Es decir:
Matem
atica

Maple

pq =p q

p implies q = not p or q

Podemos hacer un procedimiento para tener el conectivo implicaci


on (impl)
Programa 3.4.1. Implicaci
on:
> impl:=proc(a,b)
> local c:
> c:=(not a or b):
> c; end:
Para construir su tabla de verdad usaremos el programa (3.3.2)
> implicacion:=impl(p,q);
implicacion := not p or q
> tablapq(implicacion);
p = true, q = true, A = true

Walter Arriaga D.

L
ogica

83

p = true, q = f alse, A = f alse


p = f alse, q = true, A = true
p = f alse, q = f alse, A = true
Ejemplo 3.4.1.
> ej1:=impl(p,q);
ej1 := not p or q
> ej2:=impl(p and impl(p,q),q);
ej2 := not (p and ( not p or q)) or q
> ej3:=impl(impl(p,q) and impl(q,r),impl(p,r));
ej3 := not (( not p or q) and ( not q or r)) or not p or r
> ej4:=impl(impl(p,q) and impl(not p,q),q);
ej4 := not (( not p or q) and (p or q)) or q
> ej5:=impl((p or q) and (not p),q);
ej5 := not ((p or q) and not p) or q
> ej6:=impl(p and not p, q);
ej6 := not (p and not p) or q
Observaci
on 3.4.1. Podemos hacer procedimientos para obtener los dem
as conectivos de
implicaci
on: Recproca (imrec), Inversa (imin) y Contrarecproca (imcr).
Programa 3.4.2. Recproca:
> imrec:=proc(a,b)
> local c:
> c:=(not b or a):
> c; end:
Para construir su tabla de verdad usaremos el programa (3.3.2)
> reciproca:=imrec(p,q);
reciproca := not q or p
> tablapq(implicacion);
p = true, q = true, A = true
p = true, q = f alse, A = true
p = f alse, q = true, A = f alse
p = f alse, q = f alse, A = true

84

L
ogica

Programa 3.4.3. Inversa:


> imin:=proc(a,b)
> local c:
> c:=(a or not b):
> c; end:
Para construir su tabla de verdad usaremos el programa (3.3.2)
> inversa:=imin(p,q);
inversa := p or not q
> tablapq(inversa);
p = true, q = true, A = true
p = true, q = f alse, A = true
p = f alse, q = true, A = f alse
p = f alse, q = f alse, A = true
Programa 3.4.4. Contrarecproca:
> imcr:=proc(a,b)
> local c:
> c:=(b or not a):
> c; end:
Para construir su tabla de verdad usaremos el programa (3.3.2)
> contrareciproca:=imcr(p,q);
contrareciproca := q or not p
> tablapq(contrareciproca);
p = true, q = true, A = true
p = true, q = f alse, A = f alse
p = f alse, q = true, A = true
p = f alse, q = f alse, A = true

Walter Arriaga D.

Walter Arriaga D.

3.4.5.

L
ogica

85

Bicondicional

Podemos hacer un procedimiento en Maple para obtener el conectivo doble implicaci


on o
bicondicional (dimpl)
Programa 3.4.5. Doble implicaci
on:
> dimpl:=proc(a,b)
> local c:
> c:=(not a or b) and (not b or a):
> c; end:
Para construir su tabla de verdad usaremos el programa (3.3.2)
> bicondicional:=dimpl(p,q);
bicondicional := (not p or q) and (not q or p)
> tablapq(bicondicional);
p = true, q = true, A = true
p = true, q = f alse, A = f alse
p = f alse, q = true, A = f alse
p = f alse, q = f alse, A = true
Ejemplo 3.4.2.
> ej1:=dimpl(p,q);
ej1 := ( not p or q) and ( not q or p)

3.4.6.

Disyunci
on exclusiva

La disyunci
on exclusiva es el resultado de unir dos proposiciones p y q con el conectivo
l
ogico xor. Denotamos por p xor q, y su equivalencia es:
Matem
atica

Maple

pq

p xor q

Para construir su tabla de verdad usaremos el programa (3.3.2)


> disyuncion2:=p xor q;
disyuncion2 := p xor q
> tablapq(disyuncion2);
p = true, q = true, A = f alse
p = true, q = f alse, A = true
p = f alse, q = true, A = true
p = f alse, q = f alse, A = f alse

86

L
ogica

3.4.7.

Walter Arriaga D.

Comandos importantes

Import
Este comando pone los smbolos & para que se pueda evaluar la expresi
on booleana. Es
decir transforma una expresi
on de Maple de un tipo especificado en uno conveniente para ser
usado por el paquete Logic.
Orden de llamado:
Import(expr, form)
Par
ametros:
expr : expresi
on.
form : expresi
on donde form=MOD2 o form=boolean.
Ejemplo 3.4.3.
> with(Logic):
> Import(a or b or c, form=boolean);
(a&or b)&or c
> Import(not (a xor b) implies c, form=boolean);
&not(a&xor b)&implies c
> Import(x*(y+1)+z+1, form=MOD2);
&not((x&and &not (y))&xor z)
Export
Este comando quita los smbolos & para que se pueda evaluar la expresi
on booleana.
Orden de llamado:
Import(expr, form)
Par
ametros:
expr : expresi
on.
form : expresi
on donde form=MOD2 o form=boolean.
Ejemplo 3.4.4.
> with(Logic):
> Export(&and(a,b,c) &or b, form=boolean);
a and b and c or b

Walter Arriaga D.

L
ogica

87

> Export(&nor(a,b,c) &and b, form=boolean);


not(a or b or c) and b
> Export(&not a &or b, form=MOD2);
1 + a(b + 1)
Observaci
on 3.4.2. Note que en el paquete Logic, todos los operadores tienen la misma
prioridad, as a &or b &and c es equivalente a (a &or b)&and c, y no a a &or (b &and c). Deben
usarse los parentesis para especificar la prioridad correctamente.
Ejemplo 3.4.5.
> Export(a &or b, form=MOD2);
1 + (a + 1)(b + 1)
> Export((a &nor b &and c) &or b);
not (a or b)and c or b
> Import(a implies b or c);
a&implies (b&or c)
> Export((&not a &or b &xor c) &nand b, form=boolean);
not ((not a or b xor c) and b)
Equivalent
El comando Equivalent nos permite determinar si dos expresiones booleanas son equivalentes.
La orden Equivalent(a, b) devuelve true si las dos expresiones a y b son logicamente
equivalentes, y false si no lo son.
Ejemplo 3.4.6. Usemos la funci
on Equivalent para comprobar que la negaci
on de (p or q)
es equivalente a (not p and not q). Es decir
(p q) = p q
> a:=&not(p &or q);
&not(p &or q)
> b:=(&not p) &and (&not q);
(&not p)&and(&not q)

88

L
ogica

Walter Arriaga D.

Luego:
> Equivalent(a,b);
true
o directamente:
> Equivalent(&not(p &or q), (&not p) &and (&not q));
true
Ejemplo 3.4.7. Usemos la funci
on Equivalent para comprobar que p q p q
> Equivalent(p &implies q, &not p &or q);
true

BooleanSimplify
El comando BooleanSimplify permite simplificar una expresi
on booleana.
Ejemplo 3.4.8. Simplificar:

 p (p q)
> BooleanSimplify(p &or (p &and q));
p

 [(p q) q] [ p ( p q)]
> p01:=impl(not((impl(p,not q))or not q),dimpl(not p,(impl(not p,q))));
p01 := not(p and q and q) or (p or p or q) and not ((p or q) and p)
> p02:=Import(p01);
p02 := &not ((p &and q) &and q) &or ((p &or (p &or q)) &and &not ((p &or q) &and p))
> p03:=BooleanSimplify(p02);
p03 := &not(p) &or &not(q)
> p04:=Export(p03);
p04 := not(p and q)

Walter Arriaga D.

L
ogica

89

Tautology
El comando Tautology nos permite determinar si la expresiones booleanas dada es una
tautologa.
La orden Tautology(b) devuelve true si la expresi
on b es logicamente una tautologa, y
false si no lo es.
Ejemplo 3.4.9. Determinar si las siguientes proposiciones son tautologas:

 p01 = [( p q) q] p
Definimos la proposici
on:
> p01:=((&not p &or q)&and(&not q))&implies(&not p);
p01 := ((&not(p) &or q) &and &not(q)) &implies &not(p)
> Tautology(p01);
true
o tambien
> Tautology(((&not p &or q)&and(&not q))&implies(&not p));
true
Podemos usar las tablas de valores de verdad definidas anteriormente, para ello redifinimos la proposici
on p01:
> p01:=((not p or q)and(not q))implies(not p):
> tablapq(p01);
p = true, q = true, A = true
p = true, q = f alse, A = true
p = f alse, q = true, A = true
p = f alse, q = f alse, A = true

La proposici
on p01 es Tautol
ogico

 p02 = [(p q) q] q
Definimos la proposici
on:
> p02:=((p &and q) &or q)&and(&not q):
> Tautology(p02);
f alse

90

L
ogica

Walter Arriaga D.

o tambien
> Tautology(((p &and q) &or q)&and(&not q));
f alse
La proposici
on p02 no es Tautol
ogico

Contradiction
El comando Contradiction nos permite determinar si la expresiones booleanas dada es una
contradicci
on.
La orden Contradiction(b) devuelve true si la expresi
on b es logicamente una contradicci
on, y false si no lo es.
Ejemplo 3.4.10. Determinar si las siguientes proposiciones son contradicci
on:

 p01 = [( p q) q] p
Definimos la proposici
on:
> p01:=((&not p &or q)&and(&not q))&implies(&not p):
> Contradiction(p01);
f alse
o tambien
> Contradiction(((&not p &or q)&and(&not q))&implies(&not p));
f alse

La proposici
on p01 no es Contradictorio

 p02 = [(p q) q] q
Definimos la proposici
on:
> p02:=((p &and q) &or q)&and(&not q):
> Contradiction(p02);
true
o tambien
> Contradiction(((p &and q) &or q)&and(&not q));
true
Podemos usar las tablas de valores de verdad definidas anteriormente, para ello redifinimos la proposici
on p02:

Walter Arriaga D.

L
ogica

91

> p02:=((p and q) or q)and(not q):


> tablapq(p02);
p = true, q = true, A = f alse
p = true, q = f alse, A = f alse
p = f alse, q = true, A = f alse
p = f alse, q = f alse, A = f alse

La proposici
on p02 es Contradictorio

Observaci
on 3.4.3. Una proposici
on es de Contingencia si no es tautologa ni contradicci
on.
Ejemplo 3.4.11. Determinar si la proposici
on: p03 = [p (p q)] (qr) es Contingencia
Definimos la proposici
on:
> p03:=(p &and (p &implies q))&implies(q &xor r):
> Tautology(p03);
f alse
Luego la proposici
on p03 no es Tautol
ogico.
> Contradiction(p03);
f alse
Luego la proposici
on p03 no es Contradictorio.
Adem
as podemos usar las tablas de valores de verdad definidas anteriormente, para ello redifinimos la proposici
on p03:
> p03:=(p and (p implies q))implies(q xor r):
> tablapqr(p03);
p = true, q = true, r = true, A = f alse
p = true, q = true, r = f alse, A = true
p = true, q = f alse, r = true, A = true
p = true, q = f alse, r = f alse, A = true
p = f alse, q = true, r = true, A = true
p = f alse, q = true, r = f alse, A = true
p = f alse, q = f alse, r = true, A = true
p = f alse, q = f alse, r = f alse, A = true

La proposici
on p03 es Contingente

92

L
ogica

Walter Arriaga D.

LOGICA CON MATLAB


Objetivos:
z Dar a conocer los distintos comandos y algoritmos del software matem
atico Matlab, que
permiten un mejor an
alisis y simplificaci
on de proposiciones moleculares.
z Desarrollar programas en Matlab para construir tablas de verdad para los conectivos l
ogicos, y proposiciones moleculares.

4.1.

Introducci
on

El programa Matlab permite tambien trabajar algunos aspectos de l


ogica.

4.1.1.

Lista de comandos

La siguiente es una lista de comandos disponibles.


93

94

L
ogica

Walter Arriaga D.

and
or
not
xor
Las variables booleanas deben ser ingresadas como arreglos o vectores. Los operadores and,
or, not y xor trabajan elemento por elemento en los arreglos, representando con 0 al valor de
verdad (F), y cualquier n
umero distinto de cero al valor de verdad (V). Los operadores l
ogicos
devuelven un arreglo l
ogico cuyos elementos est
an constitudos por (1) en lugar de verdadero
y (0) en lugar del falso.
Es importante indicar que en las operaciones combinadas como a|b&c, Matlab opera como
a|(b&c). Para ello debemos tener en cuenta la jerarqua de los conectivos en este orden: ,
&, |.

4.2.

Conectivos l
ogicos en Matlab

Matlab s
olo tiene los conectivos l
ogicos and, or, not, xor. Son suficientes por las equivalencias l
ogicas que existen de la implicaci
on y la doble implicaci
on con sentencias l
ogicas s
olo
hechas con and, or y not.

4.3.

Operaciones con proposiciones

4.3.1.

Conjunci
on

La conjunci
on es el resultado de unir dos proposiciones p y q con el conectivo l
ogico and.
Denotamos por and(p,q) y devuelve el valor de 1 cuando ambos elementos de los vectores p y
q son verdaderos (n
umeros no nulos) y 0 en en el resto de los casos.
La equivalencia es:
Matem
atica

Matlab

p q

and(p,q)
o p&q

Primero expresamos las variables booleanas p y q:


>> p=[1 1 0 0]
p =
1

>> q=[1 0 1 0]
q =
1

Walter Arriaga D.

L
ogica

95

Luego usamos el comando and


>> and(p,q)
ans =
1

Podemos usar el simbolo &


>> p&q
ans =
1

Ahora con 3 variables booleanas p, q y r:


>> p=[1 1 1 1 0 0 0 0]
p =
1

>> q=[1 1 0 0 1 1 0 0]
q =
1

>> r=[1 0 1 0 1 0 1 0]
r =
1

>> and(and(p,q),r)
ans =
1

>> p&q&r
ans =
1

Programa 4.3.1. Para dise


nar la tabla de valores de verdad para la Conjunci
on:
function conjuncion
disp(=============================)
disp(Programa para la Conjuncion)
disp(AUTOR: Walter Arriaga Delgado)
disp(=============================)
p=input(ingrese el vector fila p con n elementos: )
q=input(ingrese el vector fila q con n elementos: )
c=[p ; q ; and(p,q)];
conjuncion=c
>> conjuncion
================================

96

L
ogica

Walter Arriaga D.

Programa para la Conjuncion


AUTOR: Walter Arriaga Delgado
================================
ingrese el vector fila p con n elementos: [1 1 0 0]
p =
1

ingrese el vector fila q con n elementos: [1 0 1 0]


q =
1

conjuncion =
1

4.3.2.

Disyunci
on inclusiva

La disyunci
on inclusiva es el resultado de unir dos proposiciones p y q con el conectivo
l
ogico or. Denotamos por or(p,q) y devuelve el valor de 0 cuando ambos elementos de los
vectores p y q son falsos (0) y 1 en en el resto de los casos.
La equivalencia es:
Matem
atica

Matlab

p q

or(p,q)
o p|q

>> p=[1 1 0 0]
p =
1

>> q=[1 0 1 0]
q =
1
>> or(p,q)
ans =
1

Tambien podemos usar el smbolo |


>> p|q
ans =
1

>> p=[1 1 1 1 0 0 0 0]
p =
1

Walter Arriaga D.

L
ogica

97

>> q=[1 1 0 0 1 1 0 0]
q =
1

>> r=[1 0 1 0 1 0 1 0]
r =
1

>> or(or(p,q),r)
ans =
1
>> p|q|r
ans =
1

Programa 4.3.2. Para dise


nar la tabla de valores de verdad para la Disyunci
on Inclusiva:
function disyuncion
disp(===========================)
disp(Programa para la Disyuncion Inclusiva)
disp(AUTOR: Walter Arriaga Delgado)
disp(===========================)
p=input(ingrese el vector fila p con n elementos: )
q=input(ingrese el vector fila q con n elementos: )
c=[p ; q ; or(p,q)];
disyuncion=c
>> disyuncion
====================================
Programa para la Disyuncion Inclusiva
AUTOR: Walter Arriaga Delgado
====================================
ingrese el vector fila p con n elementos: [1 1 0 0]
p =
1

ingrese el vector fila q con n elementos: [1 0 1 0]


q =
1

disyuncion =
1

98

L
ogica

4.3.3.

Walter Arriaga D.

Negaci
on

Dada una proposici


on p, se denomina la negaci
on de p a otra proposici
on denotada por
not(p) y que le asigna el valor veritativo opuesto al de p, es decir si el elemento del vector p es
un n
umero distinto de cero entonces not(p) devuelve 0 y si el elemento del vector es 0, not(p)
devuelve 1.
La equivalencia es:
Matem
atica

Matlab

not(p)
op

>> p=[1 1 0 0]
p =
1

>> not(p)
ans =
0

Tambien podemos usar el smbolo


>> ~p
ans =
0

Programa 4.3.3. Para dise


nar la tabla de valores de verdad para la Negaci
on:
function negacion
disp(=============================)
disp(Programa para la Negacion)
disp(AUTOR: Walter Arriaga Delgado)
disp(=============================)
p=input(ingrese el vector fila p con n elementos: )
c=[p ; not(p)];
negacion=c
>> negacion
================================
Programa para la Negacion
AUTOR: Walter Arriaga Delgado
================================
ingrese el vector fila p con n elementos: [1 1 0 0]
p =
1

Walter Arriaga D.

L
ogica

99

negacion =
1

4.3.4.

Condicional

La condicional llamada tambien Implicaci


on de las proposiciones p y q. Contruyamos un
programa para la condicional llamado impl

Programa 4.3.4. Para alcular la Condicional:

function impl(a,b)
disp(===========================)
disp(Programa para calcular la Condicional)
disp( AUTOR: Walter Arriaga Delgado)
disp(===========================)
condicional=or(not(a),b)

>> p=[1 1 0 0]
p =
1

>> q=[1 0 1 0]
q =
1

>> impl(p,q)
=======================================
Programa para calcular la Condicional
AUTOR: Walter Arriaga Delgado
=======================================
condicional =
1

100

L
ogica

Walter Arriaga D.

Programa 4.3.5. Para dise


nar la tabla de valores verdad para la Condicional:
function implicacion
disp(==============================)
disp(Programa para calcular la Condicional)
disp( AUTOR: Walter Arriaga Delgado)
disp(==============================)
p=input(ingrese el vector fila p con n elementos: )
q=input(ingrese el vector fila q con n elementos: )
c=[p ; q ; or(not(p),q)];
condicional=c
>> implicacion
=======================================
Programa para calcular la Condicional
AUTOR: Walter Arriaga Delgado
=======================================
ingrese el vector fila p con n elementos: [1 1 0 0]
p =
1

ingrese el vector fila q con n elementos: [1 0 1 0]


q =
1

condicional =
1

Observaci
on 4.3.1. Podemos hacer procedimientos para obtener los dem
as conectivos de
implicaci
on: Recproca, Inversa y Contrarecproca.
Programa 4.3.6. Para dise
nar la tabla de valores verdad para la Condicional Recproca:
function imrec
disp(==============================)
disp(Programa para calcular la Condicional Recproca)
disp( AUTOR: Walter Arriaga Delgado)
disp(==============================)
p=input(ingrese el vector fila p con n elementos: )
q=input(ingrese el vector fila q con n elementos: )
c=[p ; q ; or(not(q),p)];
reciproca=c

Walter Arriaga D.

L
ogica

>> imrec
=======================================
Programa para calcular la Condicional Rec
proca
AUTOR: Walter Arriaga Delgado
=======================================
ingrese el vector fila p con n elementos: [1 1 0 0]
p =
1

ingrese el vector fila q con n elementos: [1 0 1 0]


q =
1

reciproca =

Programa 4.3.7. Para dise


nar la tabla de valores verdad para la Condicional Inversa:
function imin
disp(==============================)
disp(Programa para calcular la Condicional Inversa)
disp( AUTOR: Walter Arriaga Delgado)
disp(==============================)
p=input(ingrese el vector fila p con n elementos: )
q=input(ingrese el vector fila q con n elementos: )
c=[p ; q ; or(p,not(q))];
inversa=c
>> imin
=======================================
Programa para calcular la Condicional Inversa
AUTOR: Walter Arriaga Delgado
=======================================
ingrese el vector fila p con n elementos: [1 1 0 0]
p =
1

ingrese el vector fila q con n elementos: [1 0 1 0]


q =
1

Inversa =
1

101

102

L
ogica
1

Walter Arriaga D.

Programa 4.3.8. Para dise


nar la tabla de valores verdad para la Condicional Contrareciproca:
function imcr
disp(==============================)
disp(Programa para calcular la Condicional Contrareciproca)
disp( AUTOR: Walter Arriaga Delgado)
disp(==============================)
p=input(ingrese el vector fila p con n elementos: )
q=input(ingrese el vector fila q con n elementos: )
c=[p ; q ; or(q,not(p))];
contrareciproca=c

>> imcr
=======================================
Programa para calcular la Condicional Contrareciproca
AUTOR: Walter Arriaga Delgado
=======================================
ingrese el vector fila p con n elementos: [1 1 0 0]
p =
1

ingrese el vector fila q con n elementos: [1 0 1 0]


q =
1

contrareciproca =
1

4.3.5.

Bicondicional

Podemos hacer un programa para obtener el conectivo doble implicaci


on o bicondicional
(dimpl)

Walter Arriaga D.

L
ogica

Programa 4.3.9. Para calcular la Bicondicional:


function dimpl(a,b)
disp(===========================)
disp(Programa para calcular la Bicondicional)
disp( AUTOR: Walter Arriaga Delgado)
disp(===========================)
bicondicional=or(and(a,b),and(not(a),not(b)))
>> p=[1 1 0 0]
p =
1

>> q=[1 0 1 0]
q =
1

>> dimpl(p,q)
============================================
Programa para calcular la Bicondicional
AUTOR: Walter Arriaga Delgado
============================================
bicondicional =
1

Programa 4.3.10. Para dise


nar la tabla de valores verdad para la Bicondicional:
function dobleimplicacion
disp(==============================)
disp(Programa para calcular la Bicondicional)
disp( AUTOR: Walter Arriaga Delgado)
disp(==============================)
p=input(ingrese el vector fila p con n elementos: )
q=input(ingrese el vector fila q con n elementos: )
c=[p ; q ; or(and(p,q),and(not(p),not(q)))];
bicondicional=c
>> dobleimplicacion
=======================================
Programa para calcular la Bicondicional
AUTOR: Walter Arriaga Delgado
=======================================
ingrese el vector fila p con n elementos: [1 1 0 0]
p =

103

104

L
ogica
1

Walter Arriaga D.

ingrese el vector fila q con n elementos: [1 0 1 0]


q =
1

bicondicional =
1

4.3.6.

Disyunci
on exclusiva

La disyunci
on exclusiva es el resultado de unir dos proposiciones p y q con el conectivo
l
ogico xor. Denotamos por xor(p,q)
La equivalencia es:
Matem
atica

Matlab

pq

xor(p,q)

>> p=[1 1 0 0]
p =
1

>> q=[1 0 1 0]
q =
1

>> xor(p,q)
ans =
0

Programa 4.3.11. Para dise


nar la tabla de valores de verdad para la Disyunci
on Exclusiva:
function delta
disp(===========================)
disp(Programa para la Disyuncion Exclusiva)
disp(AUTOR: Walter Arriaga Delgado)
disp(===========================)
p=input(ingrese el vector fila p con n elementos: )
q=input(ingrese el vector fila q con n elementos: )
c=[p ; q ; xor(p,q)];
disyuncion=c
>> delta
====================================

Walter Arriaga D.

L
ogica

Programa para la Disyuncion Exclusiva


AUTOR: Walter Arriaga Delgado
====================================
ingrese el vector fila p con n elementos: [1 1 0 0]
p =
1

ingrese el vector fila q con n elementos: [1 0 1 0]


q =
1

disyuncion =
1

105

106

L
ogica

Walter Arriaga D.

Bibliografa
[1] Arnaz, Jose Antonio . Iniciaci
on a la L
ogica Simb
olica. Trillas, Mexico, 1980.
[2] Chin Liang Chang and R. Char-Tung Lee. Symbolic Logic and Mechanical Theorem
Proving. Academic Press, Inc., 1973.
[3] Chirinos Salazar Jorge. Aplicaci
on de un texto autoinstructivo de L
ogica Matem
atica en
el logro de objetivos en los alumnos del segundo ciclo de la escuela profesional de Computaci
on e Inform
atica de la Facultad de Ciencias Fsicas y Matem
aticas de la UNPRG.
[4] Copi, Irving. L
ogica Simb
olica. Compa
na Editorial Continental., Mejico, 2000.
[5] Garrido, M. L
ogica simb
olica. Tecnos., Madrid, 1983.
[6] Gorski - Tavants. L
ogica. Grijalbo, Mexico, segunda edition, 1965.
[7] Grassmann, W. - Tremblay, J. Matem
atica Discreta y L
ogica. Prentice Hall., 1996.
[8] Grimaldi, R. Matem
aticas Discretas y Combinatoria. Addison - Wesley., 1994.
[9] Kolman - Busby - Ross. Estructuras de Matem
aticas Discretas para la Computaci
on.
Prentice Hall., 1995.
[10] Korfhage, R. L
ogica y Algoritmos. Limusa., 1978.
[11] Suppes, P. Introducci
on a la L
ogica Simb
olica. CECSA., 1980.
[12] Suppes, P. - Hill, H. Introducci
on a la L
ogica Matem
atica. Reverte., 1982.

108

L
ogica

Walter Arriaga D.

Indice alfab
etico
absorci
on, 52
argumento, 55

matriz principal, 49
morgan, 52

bicondicional, 44

negaci
on, 39

condicional, 40
conectivas, 34
binaria, 34
monadica, 34
conjuncion, 36
contingencia, 50
contra recproca, 43
contradicci
on, 49

premisa, 55
proposici
on, 30
compuesta, 33
simple, 33

disyuncion
exclusiva, 45
inclusiva, 38

razonamiento proposicional, 54
recproca, 42
tabla de verdad, 32
tautologa, 48
transposici
on, 53
valor de verdad, 31

exportaci
on, 53
falacia, 56
idempotencia, 51
implicacion, 40
inferencia, 54
inmediata, 55
l
ogica, 55
inversa, 43
involuci
on, 52
l
ogica
aristotelica, 17
baconiana, 18
booleana, 20
cl
asica, 17
difusa, 22
formal, 18
informal, 17
matem
atica, 18
modal, 20
l
ogica, 16
109

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