Logica PDF Maple
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Logica PDF Maple
presentado por:
LAMBAYEQUE PERU
2013
Dedicatoria
Para mis padres, Martha y Elas; para mi
adorable esposa, Flor Angela y para los
m
as grandes tesoros de mi vida, mis hijas
Alessandra Anghely y Stefany Grace.
Prefacio
Visi
on general
Una de las situaciones m
as difciles a que se ve enfrentado comunmente un investigador en
matem
atica es la de tratar de explicar su labor profesional.
La respuesta a esta interrogante a lo largo de la historia de la humanidad han sido de la m
as
variable ndole: hay quienes plantean que cultivan esta ciencia por satisfacci
on personal, sin
buscar sus aplicaciones inmediatas; otros aseguran que, siendo la busqueda de conocimiento
consustancial a la naturaleza humana y siendo la matem
atica lenguaje universal, esta debe
cultivarse como contribuci
on al acervo cultural de la humanidad, para permitir a los diversos
pueblos comprender su propia y particular realidad. Tambien se estima necesario que todos
los pases, especialmente aquellos en desarrollo, cultiven las disciplinas b
asicas para as poder
lograr independizarse cientfica, tecnol
ogica y econ
omicamente.
Concordando en mayor o menor medida con estos planteamientos, se puede constatar que
pese a ser la matem
atica la m
as com
un de las ciencias, en el sentido de que est
a presente
y es utilizada por todos en la vida cotidiana, ciertamente no es la ciencia con mayor grado
de popularidad; mucha gente tiene sentimientos de aprensi
on, disgusto e incluso miedo a la
matem
atica.
A
un considerando estas dificultades, creemos que no ha sido suficientemente difundido el
muy relevante papel que juega nuestra disciplina en la formaci
on integral de cada ciudadano;
de manera privilegiada, la matem
atica aporta a esta formaci
on capacitando a las personas para
tomar decisiones en la vida, para enfrentar situaciones nuevas, para poder crear y expresar
ideas originales; esto se logra por ejemplo a traves de desarrollar la capacidad de abstracci
on,
de ense
nar a relacionar objetos o situaciones diversas, de desarrollar la intuici
on; en fin, la
matem
atica ayuda a desarrollar una mentalidad crtica y creativa.
Es entonces muy preocupante que sea la m
as desconocida de las ciencias para el ciudadano
medio; es lo que nos atrevemos a llamar el analfabetismo matem
atico, o, m
as generalmente,
el analfabetismo cientfico.
El libro que se encuentra en estos momentos en sus manos pretende presentarle una introduccion, a nivel elemental y b
asico, de una parte de las matem
aticas sumamente u
til y
aplicable a casi todas las ramas del saber: La L
ogica.
De la experiencia de dictar cursos y ponencias sobre L
ogica es que surgieron apuntes de
i
L
ogica
ii
Walter Arriaga D.
Caractersticas
Contenido
El contenido del presente manuscrito se desarrolla de la siguiente manera:
Walter Arriaga D.
L
ogica
iii
La resoluci
on de problemas debe apreciarse como la raz
on de ser del contenido matem
atico,
un medio poderoso de desarrollar conocimiento matem
atico y un logro indispensable de
una buena educaci
on matem
atica. El elemento crucial asociado con el desempe
no eficaz en
matem
atica es que los estudiantes desarrollen diversas estrategias que le permitan resolver
problemas donde muestren cierto grado de independencia y creatividad.
La elaboraci
on de estrategias personales de resoluci
on de problemas crea en los alumnos
confianza en sus posibilidades de hacer matem
atica, estimula su autonoma, as como expresa
el grado de comprensi
on de los conocimientos y le facilita mecanismos de transferencia a otras
situaciones.
Concebimos entonces que la resoluci
on de problemas es el proceso m
as importante que
posibilitar
a a los estudiantes experimentar la utilidad y potencia de la matem
atica. Implicarlos
en esa labor les permitir
a indagar, construir, aplicar y conectar lo aprendido. De ah que una
responsabilidad importante de los docentes del
area de matem
atica sea elaborar, seleccionar,
proponer y discutir problemas de diverso tipo y exigencia conjuntamente con los estudiantes
y con otros colegas.
Aprender matem
atica significa entender y usar la matem
atica a traves de la resoluci
on
de problemas, aprender matem
atica no s
olo es memorizar f
ormulas tecnicas para resolver
ejercicios propuestos.
Hay que hacer que los alumnos trabajen din
amicamente en actividades que permitan la
construcci
on del saber matem
atico por etapas, a partir de fen
omenos y de situaciones cotidianas de modo que vayan elaborando conceptos de dificultad creciente, observando claramente
y de inmediato su uso.
Todo usuario de la Matem
atica recopila, descubre o crea conocimiento en el curso de la
actividad que realiza con un fin. El desarrollo de las actividades debe estar organizado para
que los estudiantes comuniquen ideas oralmente y por escrito. El proceso de construcci
on del
lenguaje matem
atico no puede ser una actividad individual. Es un proceso de comunicaci
on:
alumno-profesor, profesor-alumno y sobre todo alumno-alumno. La capacidad de usar con
facilidad el lenguaje matem
atico es muy importante para comprender la matem
atica y por eso
las formas de comunicaci
on matematica deben ser cada vez m
as formales y simb
olicas.
El libro contiene problemas resueltos y propuestos para que el estudiante ponga a prueba
su aptitud. En los ejemplos resueltos ense
namos a los estudiantes a pensar sobre los problemas
antes de que empiecen a resolverlos.
Res
umenes
Al final de cada captulo, aparece un repaso detallado de los resultados importantes del
mismo, esto permitir
a una clara comprensi
on del texto.
L
ogica
iv
Walter Arriaga D.
Uso de Software
La tendencia cada vez mayor a que el docente se convierta en un facilitador del aprendizaje m
as que un presentador de hechos ha producido una expansi
on en la esfera de los
paquetes de inform
atica especializados como los software matem
aticos preparados para ayudar al docente. Estos paquetes tienen por objeto suplementar el trabajo pr
actico, permitiendo
as ampliar la presentaci
on de la ciencia a los estudiantes. Estos software han adquirido tal
grado de complejidad en la ense
nanza de la Ciencia que han recibido el nombre de Tecnologa
Educativa.
Entre los software matem
aticos m
as importantes podemos citar: Maple, Matlab, Derive,
Mathematica, Cabri Geometry, etc.
El software matem
atico Maple que se ha utilizado para la preparaci
on de este libro, se
caracteriza por realizar c
alculos con smbolos que representan objetos matem
aticos.
Se trata de un sistema de c
alculo cientfico (simb
olico, numerico y gr
afico) interactivo, con
una sintaxis pr
oxima a la notaci
on matem
atica, disponible para una amplia gama de sistemas
operativos. Algunas de sus capacidades son:
X Operaciones numericas en aritmetica racional exacta o decimal de precisi
on arbitraria.
X Manipulaci
on algebraica de variables y smbolos.
X Operaciones con polinomios, fracciones algebraicas y funciones matem
aticas elementales.
X Calculo de lmites, derivadas y primitivas.
X Resoluci
on de ecuaciones y sistemas.
X Operaciones con vectores y matrices.
X Capacidades gr
aficas en 2 y 3 dimensiones.
X Lenguaje de programaci
on de alto nivel.
La historia de la matem
atica
La historia de la matem
atica est
a llena de anecdotas, de problemas interesantes que pueden
motivar a los j
ovenes a estudiarla y desarrollar actitude positivas hacia ella. El uso de t
opicos
de historia de la matem
atica, de biografas de matem
aticos, de acertijos y problemas cl
asicos
permite acercarnos a esta ciencia desde un punto de vista humano. Los estudiantes comprenden que la matem
atica es simplemente una actividad creada por seres humanos iguales
a ellos, quienes desarrollaron ideas creativas y resolvieron situaciones que en su tiempo eran importantes, pero que en otros momentos sufrieron frustraci
on y desenga
no, ya sea al no
poder resolver los problemas que se plantearon, porque la sociedad no estaba preparada para
sus ideas renovadoras, o porque sufrieron la marginaci
on de las comunidades cientficas de la
epoca, como ocurri
o en el caso de las mujeres matem
aticas.
Walter Arriaga D.
L
ogica
Es sumamente u
til explorar con nuestros alumnos los inicios de un concepto, las dificultades
con las que tuvieron que enfrentarse estos investigadores y las ideas que surgieron al enfrentar
una situaci
on nueva. Todos estos hechos encarnan una verdadera aventura intelectual que
muchas veces se deja de lado en las clases tradicionales donde un tema aparece presentado de
manera acabada e inerte, sin posibilidad de descubrimiento, ni crtica.
El autor
Introducci
on
Desde los comienzos de su existencia, el hombre ha estudiado su medio ambiente con la
finalidad de mejorar su situaci
on. Empez
o por observaciones, como hacemos hoy en da, y
sigui
o por la reuni
on de informaci
on y su aplicaci
on a la vida cotidiana.
La ciencia es hoy da algo m
as compleja. Nuestra capacidad de observaci
on ha aumentado
enormemente gracias al desarrollo de los modernos instrumentos desde los que nos permiten
ver diminutas partculas de materia ampliadas millones de veces hasta los que nos permiten
ver estrellas distantes en los lmites exteriores del universo tal como lo conocemos. Nuestros
procesos de acopio de datos tambien se han vuelto muy complejos. No solo disponemos de
medios muy r
apidos para registrar informaci
on sino que, mediante el uso de calculadoras y
software, podemos recuperar la informaci
on en una fracci
on de segundo. Sin embargo, muchos de nosotros no tenemos todava la posibilidad de usar los u
ltimos inventos de la ciencia
moderna. Tenemos que trabajar con las cosas existentes en nuestro medio inmediato que van
a influir en nuestras vidas y en las de quienes nos rodean. Hay que tener en cuenta que los
cambios r
apidos e incesantes del mundo de hoy hacen que tambien cambien a su comp
as los
conocimientos necesarios de matem
atica
Aprender matem
aticas, fsica y qumica es muy difcil; as se expresan la mayora de
estudiantes de todos los niveles, sin embargo pocas veces se busca una explicaci
on del porque no
aprenden las ciencias exactas los alumnos. Nuestra teora es la siguiente: Los alumnos no
aprenden ciencias exactas, porque no saben relacionar las conocimientos que se proporcionan
en la escuela (leyes, teoremas, formulas) con los problemas que se le presentan en la vida real.
Otro problema grave es que el aprendizaje no es significativo. El presente trabajo pretende
motivar a los estudiantes para que con ayuda de la l
ogica matem
atica, el sea capaz de
encontrar estos relacionamientos entre los diferentes esquemas de aprendizaje, para que de
esta manera tenga una buena estructura cognitiva. Consideramos que si el alumno sabe l
ogica
matem
atica puede relacionar estos conocimientos, con los de otras
areas para de esta manera
crear conocimiento.
Todo en la naturaleza animada, como en la inanimada, se rige por reglas, aunque estas
reglas no son siempre de nosotros conocidas; as es que en virtud de leyes fijas y determinadas
cae la lluvia, se mueven los animales, etc. El Universo entero no es propiamente m
as que un
vasto conjunto de fen
omenos sujetos a determinadas reglas; de suerte que nada, absolutamente
nada existe sin su fundamento. Por consecuencia de esto, no existen, hablando con propiedad,
vii
viii
L
ogica
Walter Arriaga D.
verdaderas irregularidades; cuando nosotros creemos encontrarlas no es sino que las leyes que
rigen los fen
omenos que observamos nos son desconocidas.
El ejercicio de nuestras facultades se verifica conforme a leyes, a las que desde luego nos
ajustamos sin tener conciencia de ello, hasta el punto de que venimos insensiblemente en
conocimiento de las mismas por hechos de experiencia y por el continuo uso de las propias
facultades. Nosotros mismos concluimos por acomodarnos tan f
acilmente a estas leyes, que
despues nos cuesta gran trabajo el considerarlas de una manera abstracta. Ejemplo de esto
tenemos en la gram
atica general, que es una forma del lenguaje en general. Se habla tambien
sin conocimiento de ninguna regla gramatical, y el que habla de este modo sigue sin embargo
una gram
atica, y habla conforme a reglas, mas no tiene conciencia de nada de esto.
Todas nuestras facultades, en particular el entendimiento, est
an sometidas en su ejercicio a
leyes que podemos investigar. Hay m
as; el entendimiento debe considerarse como el principio
y la facultad para concebir las reglas en general. As como la sensibilidad es la facultad de
intuici
on, as el entendimiento es la facultad de pensar; es decir, la facultad de someter a leyes
las representaciones sensibles. El entendimiento tiende a la investigaci
on de las reglas y se
encuentra feliz con haberlas hallado. Se trata, pues, de saber, ya que el entendimiento es el
principio de las reglas, conforme a que reglas procede el mismo.
No hay, en efecto, duda alguna de que nosotros no podemos pensar o hacer uso de nuestro
entendimiento, m
as que siguiendo ciertas reglas. Mas podemos nosotros concebir estas reglas
en s mismas, es decir, sin su aplicaci
on o en abstracto? Que son, pues, estas reglas? Todas las
reglas, seg
un las que obra el entendimiento, o son necesarias o contingentes. Las primeras son
aquellas sin las cuales ninguna funci
on del mismo sera posible; las segundas aquellas sin las
que no podran tener lugar ciertas y determinadas funciones. Las reglas contingentes, que se
refieren a un objeto determinado de conocimiento, son tan numerosas como los mismos objetos.
As es, por ejemplo, que hay un ejercicio intelectual propio para las matem
aticas, otro para
la metafsica, otro para la moral, etc. Las reglas de este empleo particular del entendimiento
en las ciencias expresadas, son contingentes, puesto que es contingente que yo piense en tal o
cual objeto a que se refieren estas reglas particulares.
M
as si hacemos abstracci
on de todo conocimiento que solo pueda adquirirse con motivo
del objeto y reflexionamos solamente acerca del empleo del entendimiento en general, hallamos
estas reglas absolutamente necesarias bajo todos sus aspectos y sin ninguna relaci
on propia de
los objetos particulares del pensamiento, puesto que sin ellas no existira este. Estas reglas; se
pueden, pues, considerar a priori, es decir, independientemente de toda experiencia, puesto que,
contienen simplemente, sin distinci
on de objeto, las condiciones del empleo del entendimiento
de una manera general, ya sea aquel puro, ya sea experimental. De d
onde se sigue al propio
tiempo, que las reglas generales y necesarias del pensamiento no pueden referirse m
as que a
la forma, y en manera alguna a la materia o contenido. La ciencia de estas reglas necesarias y
universales, es, pues, simplemente, la ciencia de la forma de nuestro conocimiento intelectual
o del pensamiento. Nos podemos formar una idea de la posibilidad de una ciencia tal, de la
misma manera que nos formamos la idea de una gram
atica general que contiene m
as que la
Walter Arriaga D.
L
ogica
ix
simple forma del lenguaje en general, y no las palabras que constituyen la materia de los
diversos; idiomas.
Esta ciencia de las leyes necesarias del entendimiento y de la raz
on en general, o lo que es
lo mismo, de la simple forma del pensamiento en general, es lo que nosotros llamamos l
ogica.
Como ciencia que se ocupa del pensamiento en general, independientemente de los objetos
que constituyen la materia, la l
ogica puede ser considerada:
1 Como el fundamento de todas las otras ciencias y la propedeutica de toda funci
on intelectual. Mas por esto mismo no se ocupa nunca de objetos en manera alguna.
2 Como no pudiendo servir de
organo para las ciencias.
Nosotros entendemos por
organo la indicaci
on del modo en virtud del cual se puede
adquirir un determinado conocimiento, lo que exige desde luego una noci
on del objeto del
conocimiento para establecer despues ciertas reglas. La simple l
ogica no es, pues, un
organo
de las ciencias, puesto que como
organo supone el conocimiento exacto de las ciencias, del
objeto de ellas y de sus fuentes. As es, por ejemplo, que las matem
aticas son un
organo
muy se
nalado como ciencia que contiene la raz
on de la adquisici
on del conocimiento referente a cierta aplicaci
on racional. La l
ogica por el contrario, en su calidad de propedeutica,
de toda funci
on intelectual y racional en general, no puede formar parte de otras ciencias,
ni anticipar nada sobre la materia o contenido de ellas; ella no es m
as que el arte universal
de la raz
on (Can
onica Epicuri) de poner de acuerdo los conocimientos en general con la
forma del entendimiento, y no merece por tanto el nombre de
organo, m
as que en tanto que
sirve, no para entender, sino simplemente para criticar y rectificar nuestro conocimiento.
3 Como ciencia de las leyes necesarias del pensamiento, sin las que no es posible aplicaci
on
alguna del entendimiento y de la raz
on; leyes que son, por consiguiente, las solas condiciones
bajo las cuales el entendimiento puede y debe ponerse de acuerdo consigo mismo -leyes y
condiciones de su legtimo empleo -la l
ogica es una regla. Y como regla del entendimiento
y la raz
on, no puede dar nada de otra ciencia ni de la experiencia, no debe contener m
as
que las leyes puras, a priori, que son necesarias y constituyen la divisi
on del entendimiento
en general.
A la verdad, hay l
ogicos que suponen en la l
ogica principios psicol
ogicos; mas es tan absurdo
el introducir tales principios, como derivar la moral de la conducta de la vida. Si tomamos
estos principios de la psicologa, es decir, si nosotros los sacamos de la observaci
on de
nuestro entendimiento, veramos con esta u
nicamente de que manera se manifiesta el pensamiento, de que modo se produce, c
omo est
a sujeto a diferentes obst
aculos y a diversas
condiciones subjetivas; lo que nos conducir
a a leyes simplemente contingentes. En la l
ogica
no se trata de leyes contingentes, sino de leyes necesarias; no se trata, pues, de saber como
pensamos, sino c
omo debemos pensar. Las reglas de la l
ogica no deben tomarse, por consiguiente, del entendimiento aplicado de un modo contingente, sino que deben sacarse de
su aplicaci
on hecha de un modo necesario, aplicaci
on que se halla en s misma sin necesidad
L
ogica
Walter Arriaga D.
de la psicologa. No se pide en l
ogica c
omo se conduce el entendimiento, c
omo piensa, c
omo
ha pensado hasta aqu, sino simplemente c
omo ha debido pensar. La l
ogica debe, pues,
darnos a conocer el empleo legtimo del entendimiento o su acuerdo consigo mismo.
Despues de las consideraciones que acabamos de hacer acerca de la l
ogica, difcilmente se
pueden deducir las otras propiedades esenciales de esta ciencia a saber:
4 Que esta es una ciencia racional, no simplemente en cuanto a su forma, sino en cuanto a su
fondo o contenido, pues que sus reglas no est
an tomadas de la experiencia y tiene tambien
por objeto la raz
on misma. La l
ogica es, pues, el conocimiento propio (Selbsterkenntniss)
del conocimiento y de la raz
on sin mirar al objeto posible o real de estas facultades, sino
solamente, en cuanto se refiere a la forma. En l
ogica yo no puedo pedir que es lo que conoce
el entendimiento, cu
antas cosas conoce, o hasta d
onde alcanza este conocimiento: esto sera,
en tal caso, un verdadero conocimiento de s mismo por lo que se refiere a la aplicaci
on
esencial del entendimiento, lo que constituye parte de la metafsica. No hay m
as que una
cuesti
on en l
ogica, a saber: C
omo se conoce el entendimiento de s mismo?
Por u
ltimo, como ciencia racional en cuanto al fondo y a la forma, la l
ogica es adem
as:
5 Una doctrina o teora demostrada, porque se ocupa no del empleo ordinario y como tal
propiamente emprico del entendimiento y la raz
on, sino de las leyes necesarias y generales
del pensamiento; descansa sobre principios a priori de donde, todas sus reglas pueden [13]
ser deducidas como aquellas reglas a las cuales debe acomodarse todo conocimiento de la
raz
on.
De donde la l
ogica debe ser considerada como una ciencia a priori o como una doctrina
como una ley de las funciones del entendimiento y de la raz
on. Ella difiere esencialmente
de la estetica, que como simple crtica del gusto, no tiene nada de ley, sino simplemente
una regla (modelo o patr
on del empleo solamente de la critica), regla que consiste en el
concierto universal. La estetica es, pues, la ciencia de las reglas del concierto de las cosas
con las leyes de la sensibilidad. La l
ogica, por el contrario, tiene por objeto las reglas del
concierto del conocimiento con las leyes del entendimiento y la raz
on. La primera no tiene
m
as; que principios empricos, y no puede, por tanto, constituir una ciencia o una doctrina, si
se entiende por doctrina una instrucci
on dogm
atica por principios a priori, en la que se llega
a conocer todo por el entendimiento sin datos ulteriores tomados de la experiencia; y que nos
da reglas cuya aplicaci
on produce la perfecci
on de ser.
Se ha intentado, particularmente por los oradores y poetas razonar sobre el gusto; mas
nunca se ha podido pronunciar un juicio definitivo sobre este punto.
El fil
osofo Baumgartem, en Francfort, form
o el plan de una estetica como ciencia, pero
Home ha llamado con m
as propiedad crtica a la estetica, puesto que esta no suministra
ninguna regla a priori que determine el juicio en una medida suficiente, como lo hace la
l
ogica, sino que por el contrario, establece sus reglas a posteriori y hace m
as generales, por la
Walter Arriaga D.
L
ogica
xi
comparaci
on solamente, las leyes, seg
un las cuales, nosotros reconocemos lo peor y lo mejor
(lo bello).
La l
ogica es, pues, algo m
as que una simple crtica; es una regla que vive asociada de la
crtica, es decir, del principio para juzgar todas las funciones intelectuales en general, mas
solamente en la que mira a la legitimidad de estas funciones en cuanto a la mera forma, pues
que ella no es un
organo como no lo es la gram
atica general.
Como propedeutica de toda funci
on intelectual, la l
ogica universal difiere tambien de la
l
ogica trascendental, en la que el objeto mismo se representa como el objeto uno del entendimiento; la l
ogica universal, por el contrario, se refiere a todos los objetos.
Si entre tanto, nosotros queremos abrazar de un solo golpe de vista todos los caracteres
esenciales que corresponden a la extensa determinaci
on procedente de la noci
on de la l
ogica,
haremos una idea de ello diciendo:
La l
ogica es una ciencia racional, no solo en cuanto a la mera forma, sino tambien en cuanto
al fondo; una ciencia a priori de las leyes necesarias del pensamiento, no por lo que se refiere a
los objetos particulares, sino por lo que respecto a todos los objetos en general. -La l
ogica es,
por consiguiente, la ciencia de la aplicaci
on legtima del entendimiento y la raz
on en general;
ciencia no subjetiva, es decir, no formada en vista de principios empricos (psicol
ogicos) sino
ciencia objetiva, esto es, ciencia formada por principios a priori determinando la materia del
pensamiento que debe ocupar al entendimiento.
Entre todas las disciplinas matem
aticas, la L
ogica es una de las m
as importantes; puesto
que estudia la forma del razonamiento, es una disciplina que por medio de reglas y tecnicas determina si un argumento es v
alido. La l
ogica es ampliamente aplicada en la filosofa,
matem
aticas, computaci
on, fsica. En la filosofa para determinar si un razonamiento es v
alido
o no, ya que una frase puede tener diferentes interpretaciones, sin embargo la l
ogica permite
saber el significado correcto. En las matem
aticos para demostrar teoremas e inferir resultados matem
aticas que puedan ser aplicados en investigaciones. En la computaci
on para revisar
programas. En general la l
ogica se aplica en la tarea diaria, ya que cualquier trabajo que se
realiza tiene un procedimiento l
ogico, por el ejemplo; para ir de compras al supermercado una
ama de casa tiene que realizar cierto procedimiento l
ogico que permita realizar dicha tarea.
Si una persona desea pintar una pared, este trabajo tiene un procedimiento l
ogico, ya que no
puede pintar si antes no prepara la pintura, o no debe pintar la parte baja de la pared si antes
no pint
o la parte alta porque se manchara lo que ya tiene pintado, tambien dependiendo si
es zurdo o derecho, el puede pintar de izquierda a derecha o de derecha a izquierda seg
un el
caso, todo esto es la aplicaci
on de la l
ogica.
La l
ogica es pues muy importante; ya que permite resolver incluso problemas a los que
nunca se ha enfrentado el ser humano utilizando solamente su inteligencia y apoy
andose de
algunos conocimientos acumulados, se pueden obtener nuevos inventos innovaciones a los ya
existentes o simplemente utilizaci
on de los mismos.
El orden en que se presenta el documento es el siguiente: Primeramente se establece la
importancia de la l
ogica matem
atica, despues definimos el concepto de proposici
on. Se es-
xii
L
ogica
Walter Arriaga D.
Este
es el compromiso que como docente de la Facultad de Ciencias Fsicas y Matem
aticas
de la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo he asumido: el contribuir a la formaci
on integral
de los estudiantes del presente siglo.
Se tiene siempre la esperanza de que una publicaci
on sea tan buena que haya demanda
Walter Arriaga D.
L
ogica
xiii
Indice general
Prefacio
Introducci
on
VI
INTRODUCCION
XIV
1. PRELIMINARES
1.1. Introducci
on . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
1.2. Historia de la L
ogica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
1.3. Matem
aticos que aportaron a la L
ogica
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
1.4. La L
ogica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
16
17
1.4.2. Importancia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
24
25
1.5.1. Objeto de la l
ogica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
26
27
27
2. LOGICA
DE PROPOSICIONES
29
30
2.1.1. Proposiciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
30
31
32
33
2.1.5. Conectivas
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
34
2.1.6. Simbolizaci
on de proposiciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
34
36
2.2.1. Conjunci
on . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
36
2.2.2. Disyunci
on inclusiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
38
2.2.3. Negaci
on . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
39
2.2.4. Condicional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
40
xv
L
ogica
xvi
Walter Arriaga D.
2.2.5. Bicondicional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
44
2.2.6. Disyunci
on exclusiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
45
46
47
2.4.1. Tautologas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
48
2.4.2. Contradicciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
49
2.4.3. Contingencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
50
2.5. Equivalencias l
ogicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
50
51
2.7. Simplificaci
on de proposiciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
53
2.8. Inferencia L
ogica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
54
56
77
3.1. Introducci
on . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
77
78
3.2. Conectivos l
ogicos en Maple . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
79
79
80
3.4.1. Conjunci
on . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
80
3.4.2. Disyunci
on inclusiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
81
3.4.3. Negaci
on . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
82
3.4.4. Condicional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
82
3.4.5. Bicondicional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
85
3.4.6. Disyunci
on exclusiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
85
86
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
93
4.1. Introducci
on . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
93
93
4.2. Conectivos l
ogicos en Matlab . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
94
94
4.3.1. Conjunci
on . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
94
4.3.2. Disyunci
on inclusiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
96
4.3.3. Negaci
on . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
98
4.3.4. Condicional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
99
107
Walter Arriaga D.
Indice de Materias
L
ogica
xvii
109
xviii
L
ogica
Walter Arriaga D.
PRELIMINARES
Objetivos:
z Dar a conocer el impact
o fundamental que tiene la L
ogica como ciencia de las ciencias,
en el pensamiento contemporaneo.
z Identificar los diferentes sistemas l
ogicos.
1.1.
Introducci
on
La evoluci
on de la l
ogica est
a intrinsecamente ligada a la evoluci
on intelectual del ser
humano, ya que como ciencia del razonamiento, su historia representa la historia misma del
hombre. La l
ogica surge desde el primer momento en que el hombre, al enfrentar a la naturaleza,
infiere, deduce y razona, con el
animo de entenderla y aprovecharla para su supervivencia.
La L
ogica es un termino que deriva del girego oyik
o (logike-logik
os), que a su vez es
Arist
oteles, (Estagira, Macedonia 384 a. C. - Calcis Eubea, Grecia 322 a. C.), es uno de los m
as grandes
fil
osofos de la antig
uedad y acaso de la historia de la filosofa occidental. Fue precursor de la anatoma y la
biologa y un creador de la taxonoma.
L
ogica
1.2.
Walter Arriaga D.
Historia de la L
ogica
Hist
oricamente la palabra l
ogica ha ido cambiando de sentido. Comenz
o siendo una
modelizaci
on de los razonamientos, propuesta por los fil
osofos griegos, y posteriormente ha
evolucionado hacia diversos sistemas formales, relacionados con la teora.
La logica formal, como un an
alisis explcito de los metodos de razonamientos, se desarroll
o originalmente en tres civilizaciones de la historia antigua: China, India y Grecia entre el
Siglo V y el Siglo I a. C.
En China no dur
o mucho tiempo: la traducci
on y la investigaci
on escolar en l
ogica fue
reprimida por la dinasta Qin, acorde con la filosofa legista. En India, la l
ogica dur
o bastante
m
as: se desarroll
o (por ejemplo con la nyaya) hasta que en el mundo isl
amico apareci
o la escuela
de Asharite, la cual suprimi
o parte del trabajo original en l
ogica. (A pesar de lo anterior, hubo
innovaciones escol
asticas indias hasta principios del siglo XIX, pero no sobrevivi
o mucho dentro
de la India Colonial). El tratamiento sofisticado y formal de la l
ogica moderna aparentemente
proviene de la tradici
on griega.
Arist
oteles fue el primero en emplear el termino L
ogica para referirse al estudio de los
argumentos dentro del lenguaje apof
antico como manifestador de la verdad en la ciencia.
Pensaba que la verdad se manifiesta en el juicio verdadero y el argumento v
alido en el silogismo:
Silogismo es un argumento en el cual, establecidas ciertas cosas, resulta necesariamente de
ellas, por ser lo que son, otra cosa diferente.
Nacio as la l
ogica formal. Arist
oteles formaliz
o el cuadro de oposici
on de los juicios y las
formas v
alidas del silogismo. Kant en el siglo XVIII pensaba que Arist
oteles haba llevado
la l
ogica formal a su perfecci
on, por lo que b
asicamente hasta entonces no haba habido
pr
acticamente modificaciones de importancia. Y lo justificaba al considerar que siendo la
l
ogica una ciencia formal, era por ello analtica y a priori, lo que justifica su necesidad y su
universalidad, pues es la raz
on la que trata consigo misma respecto a sus leyes del pensar, sin
contenido de experiencia alguno.
En la filosofa tradicional, por otro lado, la L
ogica Informal, o el estudio met
odico de los
argumentos probables fue investigada por la ret
orica, la oratoria y la filosofa, entre otras ramas
del conocimiento. Se especializ
o medularmente en la identificaci
on de falacias y paradojas,
as como en la construcci
on correcta de los discursos.
Arist
oteles asimismo consider
o el argumento inductivo, base de lo que constituye la ciencia
experimental, cuya l
ogica est
a ligada al progreso de la ciencia y al metodo.
A partir de mediados del Siglo XIX la l
ogica formal comenz
o a ser estudiada en el campo
Walter Arriaga D.
L
ogica
de las matem
aticas y posteriormente por las ciencias computacionales, naciendo as la L
ogica
simb
olica. La l
ogica simb
olica trata de esquematizar los pensamientos de forma clara y sin
ambig
uedades. Para ello usa un lenguaje formalizado constituido como c
alculo.
De este modo, en la edad contempor
anea, la l
ogica generalmente es entendida como un
c
alculo y se aplica a los razonamientos en una forma prescripta mediante aplicaci
on de reglas
de inferencia como un c
alculo l
ogico o matem
atico.
Hoy da se considera una u
nica ciencia l
ogico-matem
atica cuya expresi
on m
as importante
en el campo de la ciencia es la creaci
on de modelos gracias sobre todo a la aplicaci
on tecnica
en los circuitos l
ogicos que hacen posible la inform
atica y el c
alculo numerico.
Si bien a lo largo de este proceso la l
ogica aristotelica pareci
o in
util e incompleta, Luckasiewicz mostr
o que, a pesar de sus grandes dificultades, la l
ogica aristotelica era consistente,
si bien haba que interpretarse como l
ogica de clases, lo cual no es peque
na modificaci
on. Por
ello la silogstica pr
acticamente no tiene uso actualmente.
Para la L
ogica matem
atica y la filosofa analtica la l
ogica es un objeto de estudio en
s mismo, por lo que esta es estudiada a un nivel m
as abstracto.
Existen muchos otros sistemas l
ogicos, como la l
ogica dialectica, l
ogica difusa, l
ogica probabilstica, l
ogica modal y la l
ogica no mon
otona.
Martin Heidegger, discpulo de Edmund Husserl, se aparta de estas lneas de consideraci
on de la l
ogica aunque sin despreciarlas y comprendiendo su alcance (pero tambien sus
lmites), planteando que una l
ogica m
as originaria se podra encontrar en un plano previo a
las proposiciones, sentencias, declaraciones o juicios. Tomar en cuenta eso podra llevar a un
replanteamiento de la l
ogica de la proposici
on o la l
ogica del juicio, puesto que nos conducira
a movernos en las races de la l
ogica tal como ha sido habitualmente entendida, races que
hasta ahora han sido insuficientemente atendidas. Para el, la l
ogica tendra que partir de una
suficiente meditaci
on del
oyo (l
ogos), el cual debera ser distinguido de la ratio (raz
on),
que, en rigor, significa algo distinto.
La historia de la l
ogica documenta el desarrollo de la l
ogica en varias culturas y tradiciones
a lo largo de la historia. Aunque muchas culturas han empleado intrincados sistemas de razonamiento, e, incluso, el pensamiento l
ogico estaba ya implcito en Babilonia en alg
un sentido,
la l
ogica como an
alisis explcito de los metodos de razonamiento ha recibido un tratamiento
sustancial solo originalmente en tres tradiciones: la china, la india y la griega.
Aunque las dataciones exactas son inciertas, particularmente en el caso de la India, es
probable que la l
ogica emergiese en las tres sociedades hacia el siglo IV a. C. El tratamiento
formalmente sofisticado de la l
ogica proviene de la tradici
on griega, especialmente de la l
ogica
L
ogica
Walter Arriaga D.
Walter Arriaga D.
L
ogica
L
ogica
Walter Arriaga D.
La l
ogica en la Europa medieval
Se entiende habitualmente por l
ogica medieval (tambien conocida como l
ogica escolastica) la forma de la l
ogica aristotelica desarrollada en la Europa medieval en el periodo de
1200 1600. Esta tarea comenz
o tras las traducciones al latn del siglo XII, cuando textos
arabes sobre l
ogica aristotelica y la l
ogica de Avicena fueron traducidos a la lengua de Roma. Aunque la l
ogica de Avicena tuvo influencia en los primeros l
ogicos medievales europeos
tales como Alberto Magno, la tradici
on aristotelica se convirti
o en la dominante debido a la
importante influencia del averrosmo.
Tras la fase inicial de traducciones, la tradici
on de la l
ogica medieval fue desarrollada en
manuales como el de Petrus Hispanus (fl. siglo XIII), de identidad desconocida, que fue autor
de un manual est
andar sobre l
ogica, el Tractatus, que fue bien conocido en Europa durante
varios siglos.
La tradici
on alcanz
o su punto m
as alto en el siglo XIV, con las obras de Guillermo de
Ockham (c. 1287 1347) y Jean Buridan.
Un rasgo del desarrollo de la l
ogica aristotelica se conoce con el nombre de teora de la
suposicion, un estudio de la sem
antica de los terminos de la proposici
on.
La u
ltimas grandes obras de esta tradici
on son Logic de John Poinsot (15891644, conocido
Walter Arriaga D.
L
ogica
L
ogica
Walter Arriaga D.
doble notaci
on dimensional de Frege hizo que su obra fuese ignorada durante muchos a
nos.
En un magistral artculo de 1885 ledo por Peano, Ernst Schr
oder y otros, Charles Peirce
introdujo el termino L
ogica de segundo orden proporcionando la mayor parte de la moderna
notaci
on l
ogica, incluyendo los smbolos prefijados para la cuantificaci
on universal y existencial.
Los l
ogicos de finales del siglo XIX y de comienzos del XX estuvieron m
as familiarizados con
el sistema l
ogico de Peirce-Schr
oder, aunque generalmente se reconoce que Frege es el Padre
de la l
ogica moderna.
En 1889 Giuseppe Peano public
o la primera versi
on de la axiomatizaci
on l
ogica de la
aritmetica. Cinco de los nueve axiomas son conocidos como axiomas de Peano. Uno de estos
axiomas fue una formalizaci
on del principio de la inducci
on matem
atica.
1.3.
Matem
aticos que aportaron a la L
ogica
La evoluci
on de la l
ogica est
a intrnsecamente ligada a la evoluci
on intelectual del ser
humano, ya que como ciencia del razonamiento, su historia representa la historia misma del
hombre. La l
ogica surge desde el primer momento en que el hombre, al enfrentar a la naturaleza,
infiere, deduce y razona, con el
animo de entenderla y aprovecharla para su supervivencia.
Existen varios enfoques acerca de c
omo interpretar la evoluci
on de la l
ogica. Poncaire la
divide en cinco etapas o revoluciones, que se presentan oscilando entre dos grandes t
opicos:
del rigor y la formalidad, a la creatividad y el caos. Las etapas se identifican como: Revoluci
on
matem
atica, revoluci
on cientfica, revoluci
on formal, revoluci
on digital y la prevista siguiente
revolucion l
ogica.
El objetivo de la l
ogica matem
atica es cuestionar con el mayor rigor los conceptos y las
reglas de deducci
on utilizados en matem
aticas, constituyendo la l
ogica por ello una verdadera
metamatem
atica. Una teora matem
atica considera objetos definidos (enteros, por ejemplo) y
define leyes que relacionan a estos objetos entre s (los axiomas de la teora). De los axiomas
se deducen nuevas proposiciones (los teoremas), y a veces, nuevos objetos. La construcci
on de
sistemas formales (formalizaci
on), piedra angular de la l
ogica matem
atica, permite eliminar
la arbitrariedad en la elecci
on de los axiomas y definir explcita y exhaustivamente las reglas
de la deducci
on matem
atica.
Las matem
aticas y la l
ogica Durante el periodo de 600 AC hasta 300 AC, en Grecia se
desarrollaron los principios formales de las matem
aticas. A este periodo se le conoce como periodo clasico, donde sus principales representantes son Plat
on, Arist
oteles y Euclides. Plat
on
introduce sus ideas o abstracciones; Arist
oteles presenta el razonamiento deductivo y sistem-
Walter Arriaga D.
L
ogica
10
L
ogica
Walter Arriaga D.
Ren
e Descartes
El punto de partida de este fil
osofo y matem
atico frances (1596-1650) es la duda universal,
que consiste de prescindir de cualquier conocimiento previo que no queda confirmado por la
evidencia con que ha de manifestarse el espritu. Descartes dud
o de toda ense
nanza recibida,
de todo conocimiento adquirido, del testimonio de los sentidos e incluso de las verdades de
Walter Arriaga D.
L
ogica
11
orden racional. Llegado a este punto, halla una verdad de la que no puede dudar: la evidencia
interior que se manifiesta en su propio sujeto (pienso, luego existo). Como cientfico, se debe
a Descartes, entre otras aportaciones de considerable importancia, la creaci
on de la geometra
analtica. Este desarrollo es importante para la ciencia porque hace a la geometra cuantitativa
y permite el uso de metodos algebraicos. La geometra debe ser cuantitativa para ser usada
en la ciencia e ingeniera, y los metodos algebraicos permiten el desarrollo m
as r
apido que los
metodos sistem
aticos (m
as rigurosos) requeridos por el enfoque axiom
atico de la geometra
cl
asica.
Isacc Newton
Gottfried W. Leibniz
Fil
osofo y matem
atico alem
an (1646-1716); fund
o la Academia de Ciencias de Berln (1700).
En Discurso sobre el arte combinatorio enuncia la necesidad de un lenguaje riguroso, exacto
y universal (un lenguaje puramente formal). Como matem
atico, su principal trabajo (publicado en 1684) es la memoria intitulada Nuevo metodo para la determinaci
on de los m
aximos y
los mnimos, en el que expone las ideas fundamentales del c
alculo infinitesimal, anticip
andose
unos a
nos a Newton. La notaci
on que emple
o es particularmente c
omoda y se sigue utilizando
con algunas modificaciones; introdujo el smbolo de integral y de diferencial de una variable.
En el
area de l
ogica matem
atica public
o Generales inquisitiones de analysi notionum et veritatum y Fundamenta calculi logici.
12
L
ogica
Walter Arriaga D.
Guiseppe Peano
La enunciaci
on de los principios del italiano Guiseppe Peano (1858-1932) acerca de logica
matem
atica y su aplicaci
on pr
actica quedaron contenidos en su obra Formulaire de mathematiques. Los axiomas de Peano permiten definir el conjunto de los n
umeros naturales.
David Hilbert
El matem
atico alem
an David Hilbert (1862-1943) fue un enconado defensor de la axiom
atica como enfoque principal de los problemas cientficos, esto es, de partir de un conjunto
cerrado e inamovible de premisas para construir la base fundamental de cualquier estudio. A
partir de las fuentes griegas de Euclides, public
o en 1899 su obra Fundamentos de Geometra,
en la que mediante un exhaustivo an
alisis y perfeccionamiento de las ideas euclidianas, formul
o sus principios de axiomatizaci
on. Seg
un sus teorias, es necesario establecer un conjunto de
postulados b
asicos antes de plantear de modo m
as detallado cualquier tipo de problema fsico
o matem
atico. Estos principios deben ser simb
olicos, sin recurrir a dibujos y representaciones
gr
aficas, y es necesario preveer la mayora de las posibilidades con antelaci
on. Su concepci
on reconoca tres sistemas de entes geometricos (puntos, rectas y planos) a los que podan
aplicarse axiomas distribuidos en cinco diferentes categoras: pertenencia, orden, igualdad o
congruencia, paralelismo y continuidad.
Friedrich G. Frege
Junto con Boole y Peano, el matem
atico y l
ogico Friedrich G. Frege (1848-1925) inicio la
corriente de pensamiento que, partiendo del an
alisis de los fundamentos de la matem
atica,
Walter Arriaga D.
L
ogica
13
llev
o a cabo la mas profunda renovacion y desarrollo de la l
ogica cl
asica. Fue el primero en
introducir los cuantificadores u operadores y en elaborar una teora de la cuantificaci
on.
George Boole
El l
ogico y matem
atico George Boole (1815-1864) aplic
o el c
alculo matem
atico a la logica, fundando el
algebra de la l
ogica, que en cierto modo realiza el sue
no de Leibniz de una
characteristica universalis o c
alculo del raciocinio. El empleo de smbolos y reglas operatorias adecuados permite representar conceptos, ideas y razonamientos mediante variables y
relaciones (ecuaciones) entre ellas. Boole dio un metodo general para formalizar la inferencia
deductiva, representando complicados raciocinios mediante sencillos sistemas de ecuaciones.
As, la conclusi
on de un silogismo se encuentra eliminando el termino medio de un sistema de
tres ecuaciones, conforme a las reglas del
algebra com
un, La formalizaci
on de la l
ogica, iniciada por Boole, ha contribuido poderosamente a aclarar la estructura de los objetos l
ogicos, en
contraposici
on a los materiales y aun en contraposici
on a los matem
aticos, pese a las analogas
formales entre la matem
atica y la l
ogica, que Boole se
nal
o. Su obra principal es Investigaci
on
de las leyes del pensamiento en las que se fundan las teoras matem
aticas de la l
ogica y la
probabilidad (1854), que aun hoy se lee con deleite.
Augustus De Morgan
La mayor contribuci
on de Augustus De Morgan (1806-1871) en el estudio de la l
ogica
incluye la formulaci
on de las leyes de Morgan y su trabajo fundamenta la teora del desarrollo
de las relaciones y la matem
atica simb
olica moderna o l
ogica matem
atica. De Morgan hizo su
m
as grande contribuci
on como reformador de la l
ogica.
Georg F. Cantor
Al matem
atico alem
an Georg F. Cantor (1845-1918) se debe la idea del infinito coninuo,
es decir, la posibilidad de considerar conjuntos infinitos dados simult
aneamente. Se le considera
el creador de la teoria de los n
umeros irracionales y de los conjuntos.
Gentzen
El alem
an Gentzen (1909-1945) formul
o la prueba de la consistencia de un sistema de
aritmetica cl
asica, en el cual el metodo no elemental es una extensi
on de inducci
on matem
atica
a partir de una secuencia de n
umeros naturales a un cierto segmento de n
umeros ordinales
transfinitos.
14
L
ogica
Walter Arriaga D.
Bertrand Rusell
Bertrand Rusell (1872-1970) es uno de uno de los creadores de la logstica y uno de los
pensadores de mayor influencia en la filosofa cientfica contempor
anea. Lo fundamental de
su obra est
a en sus aportes a la logica. Decididamente antiaristotelico, lleg
o a afirmar que
quien quera iniciarse en la l
ogica deba comenzar por no estudiar la l
ogica de Arist
oteles. Por
influencia de los trabajos de Cantor descubri
o en la teora de conjuntos varias paradojas que
resolvi
o mediante la teora de los tipos; a
nos m
as tarde establecera una teora similar, la de la
jerarqua de los lenguajes, para eliminar las paradojas sem
anticas. Siguiendo los trabajos de
Cantor, Peano y Frege, Rusell se propuso fundamentar y axiomatizar la matem
atica a partir de
conceptos l
ogicos. Este empe
no culmin
o con la publicaci
on (1910-1913) de los monumentales
Principia Mathematica (en colaboraci
on con Whitehead), obra que, adem
as, sentaba las
bases de la moderna l
ogica formal.
Kurt G
odel
Kurt G
odel (1906-1978) tuvo m
ultiples contribuciones a la l
ogica matem
atica, destacando
la demostraci
on de la consistencia de la hip
otesis cantoriana del continuo y el teorema y la
prueba de incompletez sem
antica. En Sobre las proposiciones indecidibles de los sistemas de
matem
atica formal establece que es imposible construir un sistema de c
alculo l
ogico suficientemente rico en el que todos sus teoremas y enunciados sean decidibles dentro del sistema.
Con este teorema se demostr
o definitivamente que era imposible llevar a cabo el programa
de la axiomatizaci
on completa de la matem
atica propugnado por Hilbert y otros, ya que,
seg
un el, no puede existir una sistematizaci
on coherente de la misma tal que todo enunciado
matem
atico verdadero admita demostraci
on. Siempre habr
a enunciados que no son demostrables ni refutables. Para probar esta aserci
on se sirvi
o de la matematizaci
on de la sintaxis l
ogica.
La Revoluci
on Digital se inicio con la invenci
on de la computadora digital y el acceso
universal a redes de alta velocidad. Turing une a la l
ogica y la computaci
on antes que
cualquier computadora fuera inventada. Weiner funda la ciencia de la cibernetica.
En la escuela moderna de la computaci
on est
an presentes l
ogicos que han permitido
avances importantes: Hoare presenta un sistema axiom
atico de los sistemas de programaci
on y Dijkstra un sistema de verificaci
on y deducci
on de programas a partir
de especificaciones.
Walter Arriaga D.
L
ogica
15
Alan Turing
Matem
atico y l
ogico quien fue pionero en la teora de la computaci
on y contribuyo en
importantes an
alisis l
ogicos de los procesos computacionales. Las especificaciones para la computadora abstracta que el ide
o (llamada la M
aquina de Turing) result
o ser una de sus mas
importantes contribuciones a la teora de la computaci
on. Turing adem
as prob
o que es posible
construir una m
aquina universal que con una programaci
on adecuada podr
a hacer el trabajo de cualquier m
aquina dise
nada para resolver problemas especficos.Alan Turing invento la
m
aquina que lleva su nombre (M
aquina de Turing) en un intento por determinar si toda la
matem
atica podia ser reducida a alg
un tipo simple de computaci
on. Su objetivo fue desarrollar la m
aquina m
as simple posible capaz de realizar computaci
on. La m
aquina propuesta
por Turing es un dispositivo relativamente simple, pero capaz de realizar cualquier operaci
on
matem
atica. Turing abrig
o la ilusi
on de que su m
aquina tena una capacidad tal que, potencialmente, podra ser capaz de realizar cualquier cosa realizable por el cerebro humano, incluyendo
la capacidad de poseer conciencia de si mismo. Pese a ser considerados formalmente equivalentes, distintos modelos de computaci
on presentan estructuras y comportamientos internos
diferentes.
Norbert Weiner
El cientfico norteamericano Norbert Weiner (1894-1964) en 1947 publica su libro m
as
famoso: Cibernetica, o control y comunicaci
on en el animal y la m
aquina; en donde se
utiliza por primera vez la palabra Cibernetica. Existen muchas definiciones de Cibernetica (del
griego kybernetes, piloto), Norbert Weiner dio vida a la palabra mediante una definici
on muy
simple: Ciencia que estudia la traducci
on de los procesos biol
ogicos a procesos de m
aquina.
En un inicio, la Cibernetica estaba muy ligada a ciencias como neurologa, biologa, rob
otica
e inteligencia artificial.
Alfred Tarski
Matem
atico y l
ogico polaco nacido en 1902, quien realizo importantes estudios de
algebra
en general, teora de mediciones, l
ogica matem
atica, teora de conjuntos, y metamatem
aticas.
La siguiente revoluci
on l
ogica ser
a la asimilaci
on pr
actica de las matem
aticas y
la computaci
on dentro de la l
ogica. Se har
a enf
asisi en que las computadoras exploten la informaci
on inteligentemente, pasando de las bases de datos a las bases de
conocimientos.
16
L
ogica
1.4.
Walter Arriaga D.
La L
ogica
Definici
on 1.4.1. Puede definirse la l
ogica como el conjunto de conocimientos que tienen por
objeto la enunciaci
on de las leyes que rigen los procesos del pensamiento humano; as como
de los metodos que han de aplicarse al razonamiento y la reflexi
on para lograr un sistema de
raciocinio que conduzca a resultados que puedan considerarse como certeros o verdaderos.
La logica estudia los problemas y las leyes del pensar formal. Existen dos tipos importantes
de razonamiento: el inductivo y el deductivo.
Definici
on 1.4.2. EL razonamiento inductivo es una modalidad del razonamiento no deductivo que consiste en obtener conclusiones generales a partir de premisas que contienen datos
particulares. Por ejemplo, de la observaci
on repetida de objetos o acontecimientos de la misma
ndole se establece una conclusi
on para todos los objetos o eventos de dicha naturaleza.
Definici
on 1.4.3. El pensamiento deductivo parte de categoras generales para hacer afirmaciones sobre casos particulares.
En un razonamiento deductivo v
alido la conclusi
on debe poder derivarse necesariamente
de las premisas aplicando a estas algunas de las reglas de inferencia seg
un las reglas de transformaci
on de un sistema deductivo o c
alculo l
ogico. Al ser estas reglas la aplicaci
on de una
ley l
ogica o tautologa y, por tanto una verdad necesaria y universal, al ser aplicada a las
premisas como caso concreto permite considerar la inferencia de la conclusi
on como un caso
de razonamiento deductivo.
Dicho de otro modo, la conjunci
on o producto de todas las premisas cuando es verdadero,
es decir, todas y cada una de las premisas son verdaderas, entonces se implica la verdad de la
conclusion.
Por medio de un razonamiento de estas caractersticas se concede la m
axima solidez a la
conclusion, las premisas implican l
ogicamente la conclusi
on. Y la conclusi
on es una consecuencia l
ogica de las premisas.
La logica no entra en definir que es verdad y que es falsedad material. Esos conceptos, al
tener contenido sem
antico, son competencia del razonamiento aplicado a la experiencia. Pero
la ciencia para elaborar sus razonamientos necesita la l
ogica.
Los razonamientos formales, o inferencias v
alidas, son indispensables para todas las ciencias.
La filosofa, como epistemologa o filosofa de la ciencia estudia las condiciones del pensar
cientfico y metodol
ogico y las condiciones de verdad de las teoras cientficas, as como su
alcance y lmites.
Walter Arriaga D.
1.4.1.
L
ogica
17
Diferentes sistemas l
ogicos
Logica clasica
? Logica informal.
La l
ogica informal, o l
ogica no formal, es el estudio de los argumentos, tal como
se presentan en la vida diaria, en oposici
on al estudio de los argumentos en una
forma tecnica o artificial, que corresponde a la l
ogica formal. Esta parte de la l
ogica
se dedica principalmente a diferenciar entre formas correctas e incorrectas en que
se desarrolla el lenguaje y el pensamiento cotidiano, en especial al estudio de los
procesos para obtener conclusiones a partir de informaci
on dada. Parte del principio
que el pensamiento y el lenguaje humano es a menudo incorrecto, o tendencioso.
Se le atribuyen sus inicios a Arist
oteles, que hizo el primer estudio de las falacias
l
ogicas, que se encuentran en la vida cotidiana.
? Logica aristotelica.
18
L
ogica
Walter Arriaga D.
letras sustituyen a palabras comunes como perro, animal de cuatro patas o cosa
viviente, llamadas terminos del silogismo. Un silogismo bien formulado consta de
dos premisas y una conclusi
on, debiendo tener cada premisa un termino en com
un
con la conclusi
on y un segundo termino relacionado con la otra premisa. En l
ogica
cl
asica se formulan reglas por las que todos los silogismos bien construidos se identifican como formas v
alidas o no v
alidas de argumentaci
on, en pocas palabras hey
verdades universales y particulares, como menciona en la parte superior, el perro
verdad universal, Animal de cuatro patas verdad particular.
? Logica baconiana.
Esta concepci
on considera que la ciencia es el instrumento m
as eficaz para que las
fuerzas de la naturaleza se vuelvan u
tiles al hombre. Los hechos de la naturaleza
deben ser observados con imparcialidad y con objetividad. Bac
on critica los metodos
antiguos, que considera falsos, puesto que suponen al espritu humano demasiado
sublime para descender a hacer experiencias, bast
andole arrancar la verdad de su
propio fondo.
aticas. La l
ogica matem
atica guarda estrechas conexiones con la
ciencias de la computaci
on y la l
ogica filos
ofica.
La l
ogica matem
atica estudia los sistemas formales en relaci
on con el modo en el que
codifican conceptos intuitivos de objetos matem
aticos como conjuntos, n
umeros,
demostraciones y computaci
on.
La l
ogica matem
atica suele dividirse en cuatro subcampos: teora de modelos, teora
de la demostraci
on, teora de conjuntos y teora de la recursi
on. La investigaci
on en
Walter Arriaga D.
L
ogica
19
l
ogica matem
atica ha jugado un papel fundamental en el estudio de los fundamentos
de las matem
aticas.
La l
ogica matem
atica fue tambien llamada l
ogica simb
olica. El primer termino
todava se utiliza como sin
onimo suyo, pero el segundo se refiere ahora a ciertos
aspectos de la teora de la demostraci
on.
La l
ogica matem
atica no es la l
ogica de las matem
aticas sino la matem
atica de la
l
ogica. Incluye aquellas partes de la l
ogica que pueden ser modeladas y estudiadas
matem
aticamente.
Hist
oricamente, la L
ogica Matem
atica fue el nombre dado por Giuseppe Peano para
esta disciplina. En esencia, es la l
ogica de Arist
oteles, pero desde el punto de vista
de una nueva notaci
on, m
as abstracta, tomada del
algebra.
Previamente ya se hicieron algunos intentos de tratar las operaciones l
ogicas formales de una manera simb
olica por parte de algunos fil
osofos matem
aticos como
Leibniz y Lambert, pero su labor permaneci
o desconocida y aislada.
Fueron George Boole y Augustus De Morgan, a mediados del siglo XIX, quienes
primero presentaron un sistema matem
atico para modelar operaciones l
ogicas. La
l
ogica tradicional aristotelica fue reformada y completada, obteniendo un instrumento apropiado para investigar sobre los fundamentos de la matem
atica.
El tradicional desarrollo de la l
ogica enfatizaba su centro de interes en la forma
de argumentar, mientras que la actual l
ogica matem
atica lo centra en un estudio
combinatorio de los contenidos. Esto se aplica tanto a un nivel sint
actico (por
ejemplo, el envo de una cadena de smbolos perteneciente a un lenguaje formal a un
programa compilador que lo convierte en una secuencia de instrucciones ejecutables
por una m
aquina), como a un nivel sem
antico, construyendo modelos apropiados
(teora de modelos).
L
ogica de primer orden.
La l
ogica de primer orden (LPO) o c
alculo de predicados de primer orden es
cualquier sistema de la l
ogica matem
atica que extiende la l
ogica proposicional
empleando variables, predicados y cuantificadores de variables. A su vez es
extendida por la l
ogica de segundo orden.
La l
ogica con predicados de primer orden tiene capacidad para definir pr
acticamente a todas las matem
aticas.
L
ogica de segundo orden.
La l
ogica de segundo orden es una extensi
on de la l
ogica de primer orden en
20
L
ogica
Walter Arriaga D.
la que se a
naden variables y cuantificadores que operan sobre conjuntos de
individuos. La l
ogica de segundo orden m
as general tambien incluye variables
que cuantifican funciones.
L
ogica booleana.
Algebra
de Boole (tambien llamada Retculas booleanas) en inform
atica y
matem
atica, es una estructura algebraica que rigorizan las operaciones l
ogicas Y, O y NO, as como el conjunto de operaciones uni
on, interseccion y
complemento.
Se denomina as en honor a George Boole, (2 de noviembre de 1815 a 8 de diciembre de 1864), matem
atico ingles que fue el primero en definirla como parte
de un sistema l
ogico a mediados del siglo XIX. Especficamente, el
algebra de
Boole fue un intento de utilizar las tecnicas algebraicas para tratar expresiones
de la l
ogica proposicional. En la actualidad, el
algebra de Boole se aplica de
forma generalizada en el
ambito del dise
no electr
onico. Claude Shannon fue el
primero en aplicarla en el dise
no de circuitos de conmutaci
on electrica biestables, en 1938.
L
ogica proposicional.
La l
ogica proposicional es una rama de la l
ogica cl
asica que estudia las proposiciones o sentencias l
ogicas, sus posibles evaluaciones de verdad y en el caso ideal,
su nivel absoluto de verdad.
Walter Arriaga D.
L
ogica
21
La l
ogica modal es tan antigua como la L
ogica de Arist
oteles y tuvo gran desarrollo
durante la Edad Media. La l
ogica modal contempor
anea surge a principios del siglo
XX como una reacci
on a la l
ogica cl
asica que madur
o en las obras de Gottlob Frege
(Conceptografa) y Russell y Whitehead (Principia Mathematica).
L
ogica temporal.
La l
ogica temporal es un tipo l
ogica modal usada para describir un sistema de
reglas y simbolismos para la representaci
on y el razonamiento sobre proposiciones en las que tiene presencia el factor tiempo. Existe una cierta relaci
on
con otras variedades de l
ogica, por ejemplo, la l
ogica modal. Su estudio tiene
una cierta importancia dentro del estudio de la inform
atica, en particular los
desarrollos introducidos por Amir Pnueli.
Por ejemplo, tomemos la sentencia: Tengo hambre; aunque su significado es
independiente del tiempo, el valor de verdad o falsedad de la misma puede
variar con el tiempo en un determinado sistema que incluya acciones de comer;
as, en funci
on del sistema, algunas veces ser
a cierta y otras falsa, aunque nunca
ser
a cierta y falsa simult
aneamente.
La l
ogica temporal fue estudiada por primera vez por Arist
oteles, en algunos
de sus escritos aparecen expresiones que guardan una semejanza con una l
ogica
temporal de primer orden; as aparecen expresiones con cuantificadores existenciales y cuantificadores universales, junto a secuencias de estados de un orden
temporal, lo que, en la pr
actica es una l
ogica temporal.
L
ogica no monot
onica.
Una l
ogica no monot
onica es una l
ogica formal cuya relaci
on de consecuencia
es no monot
onica. La mayora de las l
ogicas formales tienen una relaci
on de
consecuencia monot
onica, lo que quiere decir que el agregar una f
ormula a una
teora nunca produce una reducci
on de su conjunto de consecuencias. Intuitivamente, la monotonicidad indica que el agregar nuevos conocimientos no puede
reducir el conjunto de las cosas conocidas. Una l
ogica monot
onica no puede
manejar varios tipos de razonamiento tales como el razonamiento por defecto
(los hechos pueden ser conocidos u
nicamente por la carencia de evidencia de lo
contrario), el razonamiento abductivo (los hechos s
olo se deducen en calidad de
explicaciones probables), el razonamiento acerca del conocimiento (la ignorancia de un hecho debe ser retractada cuando el hecho sea conocido), y la revisi
on
de creencias (nuevo conocimiento puede contradecir creencias anteriores).
22
L
ogica
Walter Arriaga D.
? Logica polivalente.
Las l
ogicas plurivalentes o l
ogicas polivalentes son alternativas a la l
ogica cl
asica,
bivalente y su principio del tercero excluido (o es A o no es A o verdadero o
falso).
Las l
ogicas polivalentes se difundieron especialmente a partir de los trabajos de los
fil
osofos polacos Jan Lukasiewicz y Emil Post y sus relaciones con la fsica cuantica, pero fueron expuestas anteriormente, con diferentes enfoques, por Hegel, Hugh
MacColl, Charles Sanders Peirce y Nicolai A. Vasiliev. Stephen Kleene elaboro las
tablas de verdad para un sistema de l
ogica trivalente. Un ejemplo para ilustrar la
trivalenecia en fsica ha sido la paradoja del gato de Schr
odinger.
? Logica difusa.
La l
ogica borrosa o difusa se basa en lo relativo de lo observado. Este tipo de logica
toma dos valores aleatorios, pero contextualizados y referidos entre s.
Esta simple idea naci
o en un artculo de Lotfi A. Zadeh publicado en 1965 y titulado Fuzzy Sets (Conjuntos Difusos). La l
ogica difusa permite representar de
forma matem
atica conceptos o conjuntos imprecisos, tales como das fros, meses
calurosos, personas altas, salarios bajos, guisos con mucho condimento, profesores
poco valorados, etc.
Pero hay que tener en cuenta que la idea en s de que las cosas no son blancas o
negras, sino que existen infinitos matices de grises viene ya desde la epoca de los
primeros grandes fil
osofos como Plat
on.
Posteriormente a ellos, otros grandes pensadores como David Hume o Kant apoyaban esta idea manteniendo que el razonamiento vena dado por las observaciones de
las que somos testigos a lo largo de nuestra vida y la detecci
on de algunos principios
contradictorios en la l
ogica cl
asica.
Tras la publicaci
on de Lotfi A. Zadeh, se comenz
o r
apidamente a usar la logica
difusa en distintas aplicaciones pr
acticas, llegando a su m
aximo auge a principios
de los a
nos 90, y continuando este hasta la epoca actual.
La l
ogica difusa se adapta mejor al mundo real en el que vivimos, e incluso puede
comprender y funcionar con nuestras expresiones, del tipo hace mucho calor, no
es muy alto, el ritmo del coraz
on est
a un poco acelerado, etc.
La clave de esta adaptaci
on al lenguaje, se basa en comprender los cuantificadores
de nuestro lenguaje (en los ejemplos de arriba mucho, muy y un poco).
En la teora de conjuntos difusos se definen tambien las operaciones de uni
on, in-
Walter Arriaga D.
L
ogica
23
tersecci
on, diferencia, negaci
on o complemento, y otras operaciones sobre conjuntos
(ver tambien subconjunto difuso), en los que se basa esta l
ogica.
? Logica deontica.
La l
ogica de
ontica es un tipo de l
ogica modal usada para analizar formalmente las
normas o las proposiciones que tratan acerca de las normas.
Leibniz es el precursor de la l
ogica de
ontica. En 1671, en sus Elementos de derecho
natural, el observa la analoga de los conceptos normativos justo, injusto y
facultativo con los conceptos modales aleticos necesario, posible e imposible. Por ejemplo, Leibniz escribe que todo lo que es justo es posible para aquel
que ama a todo el mundo (amanti omnes). O, m
as cerca de la l
ogica de
ontica contempor
anea, postula que todo aquello que es obligatorio (debitum) es necesario
para aquel que ama a todo el mundo.
? Logica cuantica.
La l
ogica cu
antica es el conjunto de reglas algebraicas que rigen las operaciones para
combinar y los predicados para relacionar proposiciones asociadas a acontecimientos
fsicos que se observan a escalas at
omicas.
Ejemplos de tales proposiciones son aquellas relativas al momento lineal o a la
posici
on en el espacio de un electr
on. La l
ogica cu
antica puede considerarse como
un sistema formal paralelo al c
alculo proposicional de la l
ogica cl
asica, donde en esta
u
ltima, las operaciones para combinar proposiciones son las conectivas l
ogicas y los
predicados entre proposiciones son equivalencia e implicaci
on. La l
ogica cu
antica
fue creada con el prop
osito de tratar matem
aticamente las anomalas relativas a
la medici
on en la mec
anica cu
antica. Estas
surgen por la medici
on simult
anea de
observables complementarios en escalas at
omicas.
La expresi
on l
ogica cu
antica tambien se refiere a la rama interdisciplin
aria de
fsica, matem
atica, l
ogica y filosofa que estudia el formalismo y las bases empricas
de estas reglas algebraicas. Vale salientar que la l
ogica cu
antica es una disciplina
cientfica independiente de la inform
atica cu
antica.
El concepto de l
ogica cu
antica fue propuesto originalmente por Garrett Birkhoff y
John von Neumann en 1936. Tal como fue propuesto por estos autores, la l
ogica
cu
antica se fundamenta en la idea que el reticulado de proyecciones ortogonales en
un espacio de Hilbert es la estructura que corresponde en la mec
anica cu
antica al
reticulado de proposiciones en la fsica cl
asica.
24
L
ogica
Walter Arriaga D.
Otras
? Logica intuicionista.
Se llama l
ogica intuicionista a la amplia familia de sistemas formales que codifican el razonamiento constructivo. Una prueba es constructiva cuando ofrece un
procedimiento reglado o algortmico para construir o calcular explcitamente su
resultado.
? Logica descriptiva.
Las l
ogicas de descripci
on, tambien llamadas l
ogicas descriptivas (DL por description logics) son una familia de lenguajes de representaci
on del conocimiento que
pueden ser usados para representar conocimiento terminol
ogico de un dominio de
aplicaci
on de una forma estructurada y formalmente bien comprendida. El nombre l
ogica de descripci
on se refiere, por un lado, a descripciones de conceptos usadas para describir un dominio y, por otro lado, a la sem
antica que establece una
equivalencia entre las f
ormulas de l
ogicas de descripci
on y expresiones en l
ogica de
predicados de primer orden.
? Logica predicativa
? Logica transcendental
? Logica unidireccional
? Empirismo logico
1.4.2.
Importancia
El conocimiento de la L
ogica nos permite desarrollar conscientemente el proceso del pensar
y alcanzar un mayor grado de perfecci
on en la esfera del pensamiento.
El conocimiento de las leyes de la l
ogica ayuda a rebatir las ideas err
oneas con que a veces
nos enfrentamos en discusiones y polemicas de toda ndole.
Cuando se hace uso de la demostraci
on, la l
ogica ayuda a descubrir los errores y a comprobar el propio pensamiento cuando se procede a la obtenci
on de un conocimiento inferido.
El estudio de la l
ogica es, sobre todo, de gran importancia para las matem
aticas.
La L
ogica como una ciencia formal estudia las formas del pensamiento prescindiendo de
todo contenido (en cierta medida) de tal manera que dichas formas se puedan fijar en cualquier
clase de pensamiento, en este sentido es una ciencia te
orica, especulativa, porque obtiene sus
resultados por procesos de abstraci`on y de an`
alisis.
Walter Arriaga D.
L
ogica
25
La Logica brinda normas ideales para poder distinguir los pensamientos correctos de los
falsos. La L
ogica es pr
actica, did
actica, una verdadera tecnica, porque aspira a suministrarnos
ciertas reglas para llegar a resultados seguros y a vigorizar las facultades mentales.
1.5.
Objeto y significado de la L
ogica
La cognici
on o pensamiento es un proceso relevante que permite manifestar la conciencia
humana, la practica del pensamiento interact
ua con la realidad material dando como resultado
el descubrimiento de las leyes naturales y sociales.
El proceso mencionado se inicia con las Sensaciones, las cuales se definen como el reaccionar del individuo ante la Percepci
on de los fen
omenos del mundo material captado por los
sentidos. La percepci
on de los fen
omenos y las sensaciones del individuo est
an estrechamente
relacionadas como un estimulo y respuesta.
Cuando el individuo evoca un fen
omeno percibido en el pasado, la memoria realiza inherentemente el proceso de Representaci
on mediante im
agenes en nuestro cerebro.
Las sensaciones, las percepciones y las representaciones constituyen el Grado sensorial del
conocimiento, donde refleja las Propiedades de los Objetos. Sin embargo el grado sensorial
del conocimiento no define ni marca diferencias entre las propiedades reflejadas, impidiendo a
generaci
on de nuevo conocimiento.
Las propiedades de los objetos se pueden clasificar en:
Generales o individuales.
Esenciales o accesorias.
Necesarias o casuales.
En este punto el conocimiento pasa a una segunda fase denominada Grado l
ogico del
conocimiento.
El pensamiento es ante todo un proceso de cognici
on generalizada en la realidad, la formaci
on de un concepto esta vinculada a la extracci
on de lo general, a la separaci
on de los rasgos
esenciales del objeto de un grupo de propiedades.
El pensamiento es un proceso en el cual, el ser humano se da cuenta de la objetividad de
lo pensado con respecto a lo real, los pensamientos que surgen en nuestra mente necesitan ser
comprobados, su veracidad a de ser fundamentada, lo que termina por concluir que el acto de
formular juicios es inherente al pensamiento humano. La diferenciaci
on de los pensamientos
26
L
ogica
Walter Arriaga D.
en verdaderos y falsos se realiza con la actividad practica del hombre a traves actividad deliberada y u
til llamada trabajo, el cual se basa necesariamente en la existencia de determinados
fines, donde se ponen a prueba los conocimientos, las hip
otesis y la experiencia anterior
La actividad practica del trabajo a hecho sentir al hombre la necesidad de establecer
comparaciones confrontando el contenido de sus pensamientos con la realidad, de formas juicios
y delimitar con precisi
on la verdad y el error. Si los principios que sirven de base a un proceso
de trabajo son verdaderos, los fines propuestos se alcanzaran.
El pensamiento se caracteriza por la capacidad de cognici
on mediata a la realidad, el
pensamiento tambien nos permite juzgar a cerca de hechos que no son objetos de percepci
on
inmediata de los sentidos, por ejemplo: al ver humo concluimos inmediatamente que ha de
haber fuego aunque este no sea parte de nuestra percepci
on , en este caso nos apoyamos
del conocimiento de una experiencia anterior, pudiendo inferior un nuevo conocimientos sin
recurrir a la experiencia directa, esto se definir
a mas adelante como raciocinio.
El pensamiento de halla inevitablemente unido al lenguaje, el lenguaje es el medio de
expresi
on de los pensamientos previamente formados, en la actualidad para el hombre la
posesi
on del lenguaje, se halla vinculado a las sensaciones, percepciones y representaciones
como tambien a los pensamientos.
El pensamiento se verifica de varias formas y cada una de ellas son el reflejo de la realidad
material en el cerebro del hombre: El Concepto, el Juicio y el Raciocinio.
1.5.1.
Objeto de la l
ogica
El objeto de la l
ogica cientficamente es el pensamiento humano, el pensamiento tambien es objeto de estudios de algunas otras ciencias, como son el materialismo dialectico y la
psicol
ogica.
La psicologa estudia el pensamiento desde el punto de vista de las causas y condiciones
del normal desarrollo y desenvolvimiento humano, su objetivo se basa en descubrir las causas
y las condiciones del desarrollo del pensamiento en una u otra direcci
on, adem
as investiga la
influencia de las emociones, de la voluntad y otros fen
omenos psquicos sobre el pensamiento.
El materialismo dialectico estudia el pensamiento con el fin de solucionar problemas producidos al contrastarlo con la realidad material, haciendo uso de los ya mencionados: concepto,
juicio, raciocinio. El materialismo dialectico incluye la l
ogica dialectica (la ciencia de las leyes
mas generales del desarrollo del conocimiento) La aplicaci
on del metodo dialectico busca resolver las contradicciones que surgen en la marcha de la ciencia y de la vida social, tambien
permite superar las simplificaciones de la realidad que se dan con el uso de la l
ogica formal
Walter Arriaga D.
L
ogica
27
(metodos de clasificaci
on, determinaci
on de la relaci
on causal entre fen
omenos)
La l
ogica estudia nuestros pensamientos solamente desde el punto de vista estructural,
descubre las leyes y reglas que dan veracidad al conocimiento inferido. Las formas del pensamiento (conceptos, juicios y raciocinios) son objeto de estudio tanto de la l
ogica formal como
de la l
ogica dialectica
1.5.2.
Las leyes de la l
ogica y otras ciencias especiales
A cada faceta del mundo se le asigna una ciencia que la tomara como objeto de estudio
por ejemplo la astronoma, biologa, qumica, fsica matem
atica, historia. Cada ciencia respeta
un objeto de estudio, pero no limita a un grupo de cosas a ser estudiadas solo por ellas, el
hombre es un ejemplo dado que es el objeto de estudio tanto de la anatoma como la fisiologa,
la antropologa y la etnogr
afica, los objetos que son materia de estudio poseen diversas facetas
que son asignadas a cada ciencia y satisfacen m
ultiples necesidades de la actividad social e
hist
orica del hombre. Las relaciones entre las leyes de la l
ogica y de otras ciencias son:
Comparten un car
acter objetivo, dado que no son frutos de la voluntad ni el deseo del
hombre sino el reflejo de las relaciones existentes entre los objetos y los fen
omenos de la
realidad.
Todas las leyes de las ciencias son utilizadas por el hombre en su actividad pr
actica.
Las leyes de la l
ogica se diferencia de las leyes de otras ciencias en la peculiaridad de
poseer un campo de aplicaci
on muy amplio dado que todas las dem
as ciencias poseen
un determinado campo de investigaci
on mas estrecho y limitado
1.5.3.
La L
ogica como ciencia, corresponde a las necesidades de argumentos para razonamientos de todo tipo, tambien habit
ua a determinar un sentido exacto al contenido de cualquier
contenido textual.
Dado que pueden existir pensamientos distintos que comparten una misma expresi
on verbal, como tambien una expresi
on verbal que contenga m
as de un pensamiento. Por esto se
puede decir que la L
ogica, tiene un an
alisis del pensamiento por su contenido verbal y tambien
por su estructura l
ogica o contexto
28
L
ogica
Walter Arriaga D.
LOGICA
DE PROPOSICIONES
Objetivos:
z Expresar simb
olicamente un esquema molecular y evaluar su veritatividad.
z Identificar las equivalencias l
ogicas m
as empleadas en la demostraci
on de teoremas matematicos.
z Determinar correctamente la validez de los razonamientos l
ogicos usando dos procedimientos.
La estrecha relaci
on existente entre la matem
atica moderna y la l
ogica formal es una
de sus caractersticas fundamentales. La l
ogica aristotelica era insuficiente para la creaci
on
matem
atica ya que la mayor parte de los argumentos utilizados en esta contienen enunciados
del tipo si, entonces, absolutamente extra
nos en aquella.
La l
ogica proposicional utilizando una representaci
on primitiva del lenguaje, permite representar y manipular aserciones sobre el mundo que nos rodea. La l
ogica proposicional permite
el estudio del razonamiento, a traves de un mecanismo que primero eval
ua enunciados simples
y luego enunciados complejos, formados mediante el uso de conectivos proposicionales.
Una de las mayores dificultades al analizar el rigor matem
atico de una demostraci
on se halla
en el hecho de que debemos comunicar nuestras ideas empleando el lenguaje ordinario, que
est
a lleno de ambig
uedades. En ocasiones es difcil decidir si determinada lnea de razonamiento
es correcta o no. La l
ogica elimina estas ambig
uedades aclarando c
omo se construyen las
proposiciones, hallando su valor de verdad y estableciendo reglas especficas de inferencia por
medio de las cuales se puede determinar si un razonamiento es v
alido o no.
En esta primera parte estudiaremos uno de los dos niveles en los que se desenvuelve la
moderna l
ogica formal: la l
ogica de enunciados o de proposiciones.
29
30
L
ogica
2.1.
Walter Arriaga D.
2.1.1.
Proposiciones
Definici
on 2.1.1. En el lenguaje cientfico, una proposici
on se refiere a un enunciado que
puede ser verdadero o falso, pero no ambas cosas a la vez, generalmente una oraci
on enunciativa. Es el elemento unidad sobre el que se construye el lenguaje formal de la L
ogica.
Un enunciado ling
ustico (generalmente en la forma gramatical de una oraci
on enunciativa)
puede ser considerado como proposici
on l
ogica cuando es susceptible de ser verdadero o falso.
Aunque existen l
ogicas polivalentes, en orden a la claridad del concepto, aqu consideramos
u
nicamente el valor de Verdad o Falsedad.
Ejemplo 2.1.1. Las siguientes no son proposiciones.
(a) x + y > 5
(b) Te vas?
(c) Compra cinco azules y cuatro rojas.
(d) x = 2
Soluci
on
En efecto, (a) es una afirmaci
on pero no es una proposici
on ya que ser
a verdadera o falsa
dependiendo de los valores de x e y e igual ocurre con la afirmaci
on (d). Los ejemplos (b) y
(c) no son afirmaciones, por lo tanto no son proposiciones.
Desde el punto de vista l
ogico carece de importancia cual sea el contenido material de los
enunciados, solamente interesa su valor de verdad.
Hay oraciones aseverativas que no son proposiciones. La oraci
on El es estudioso. No
es posible determinar si es verdadera o falsa, si no se sabe a quien se refiere. Las oraciones
de esta naturaleza se llaman enunciados abiertos. Los enunciados abiertos usan las palabras
el, ella y los smbolos x, y, z, etc. No son proposiciones pero cuando se reemplazan estas
palabras o smbolos por un determinado objeto o valor resultan ser proposiciones.
Ejemplo 2.1.2. Dadas las siguientes oraciones:
Walter Arriaga D.
L
ogica
31
2 + x = 10
n es un numero primo
Se tiene que, en el primer enunciado si reemplazamos x por 5 Tendremos 2 + 5 = 10, la cual
ahora es una proposici
on falsa. Si en el segundo enunciado si reemplazamos n por 7 Tendremos
7 es un numero primo, la cual ahora es una proposici
on verdadera.
2.1.2.
Valor de verdad
Definici
on 2.1.2. Llamaremos valor verdadero o de verdad de una proposici
on a su veracidad
o falsedad. La verdad y la falsedad son los valores de verdad que tienen las proposiciones. Si
p es una proposici
on, su valor de verdad se denotar
a con V(p), entonces si V(p) = V decimos
que la proposici
on p es verdadera, y si V(p) = F falsa. En adelante abreviaremos con V y
F los valores de verdad.
Una proposici
on se representa simb
olicamente por letras min
usculas tales como: p, q, r,
etc (llamadas variables proposicionales). Cuando se trata de representar muchas proposiciones
similares se usan subndices para indicar cada una de ellas, esto es, p1 , p2 , p3 , . . ., pn
Ejemplo 2.1.3.
Proposici
on
Valor de verdad
(V)
El cuadrado es un polgono.
(V)
7 es un n
umero impar y 4 es par.
(V)
(F)
La manzana es un tuberculo.
(F)
El n
umero 1331 es divisible por 11.
(V)
(F)
Observaci
on 2.1.1.
1. Es importante notar que lo que interesa b
asicamente en una proposici
on es su sentido de
verdad o falsedad, porque oraciones distintas pueden expresar una misma proposici
on.
Por ejemplo:
Alessandra y Leonardo son primos.
Leonardo es primo de Alessandra.
Alessandra es prima de Leonardo.
32
L
ogica
Walter Arriaga D.
ingles
frances
portugues
3. Aquellos enunciados que indican una pregunta, una orden o una exclamaci
on, son expresiones no proposicionales. Por ejemplo:
Que hora es?.
Que edad tienes?.
Que maravilla!.
Viva el Per
u!.
Lev
antate temprano.
Prohibido fumar.
2.1.3.
La tabla de valores de verdad, tambien conocida como tabla de verdad, es una herramienta
desarrollada por Charles Peirce en los a
nos 1880, siendo sin embargo m
as popular el formato
que Ludwig Wittgenstein desarrollo en su Tractatus logico-philosophicus, publicado en 1921.
Las tablas nos manifiestan los posibles valores de verdad de cualquier proposici
on molecular, as como el an
alisis de la misma en funci
on de las proposicones que la integran.
En realidad toda la l
ogica est
a contenida en las tablas de verdad, en ellas se nos manifesta
todo lo que implican las relaciones sint
acticas entre las diversas proposiciones. No obstante la
sencillez del algoritmo, aparecen una gran dificultad, la gran cantidad de operaciones que hay
que hacer para una proposici
on con m
as de 4 variables. Esta dificultad ha sido magnficamente
superada por la rapidez de los ordenadores, y no presenta dificultad alguna.
Regla
Si tenemos dos proposiciones, como en todos los casos anteriores que hemos visto, necesitaremos cuatro filas. De estas cuatro filas la primera columna tendr
a los valores de verdad:
V,V, y F,F, y la segunda columna V,F,V y F. Las siguientes columnas tendr
an los valores de
verdad seg
un la proposici
on dada.
Si se tienen tres proposiciones, necesitaremos ocho filas, de las cuales la primera columna
se acomodar
an los valores de verdad de la siguiente manera: V,V,V,V y F,F,F,F. Para la
Walter Arriaga D.
L
ogica
33
segunda columna se reparten los valores: V,V, F,F, V,V, F,F. Y para la tercera columna
seran: V,F,V,F,V,F,V,F.
Para cuatro proposiciones, se necesitan 16 filas de las cuales en la primera columna se
reparten los valores de verdad: 8 V y 8 F. La segunda columna empezar
a con cuatro V,
despues cuatro F, y as sucesivamente hasta ocupar los 16 lugares, es decir, V,V,V,V F,F,F,F
V,V,V,V y F,F,F,F. Para la tercera columna: V,V, F,F...hasta la fila n
umero 16.
En general: Analizando que para dos proposiciones se necesitan cuatro filas o visto de
otra manera: se necesitan 22 = 4 filas. Para tres proposiciones se necesitan ocho filas, o,
23 = 8. Para cuatro proposiciones necesitaremos 24 = 16 filas. En general para n proposiciones
necesitaremos 2n filas.
2.1.4.
Clases de proposiciones
34
L
ogica
Walter Arriaga D.
2.1.5.
Conectivas
2.1.6.
Simbolizaci
on de proposiciones
En los ejemplos de proposiciones dadas anteriormente observamos que algunas proposiciones son cortas pero tambien algunas de las proposiciones at
omicas del lenguaje usual son
largas, resultando por ello pesadas y de difcil manejo. La l
ogica simplifica la dificultad uti-
Walter Arriaga D.
L
ogica
35
Operaci
on asociada
Significado
Conjunci
on
pyq
Disyunci
on debil
Negaci
on
no p
Implicaci
on o Condicional
si p entonces q
Bicondicional
p si y solo si q
opoq
Simbolizaci
on:
p q
Simbolizaci
on:
( p q r s) t
36
L
ogica
Walter Arriaga D.
c. Si el procedimiento de la eliminaci
on de Gauss no puede ser completado para obtener [I/B]
de [A/I], entonces la matriz A no tiene inversa.
Soluci
on
Forma l
ogica:
F
ormula:
Simbolizaci
on:
p q
F
ormula:
Simbolizaci
on:
2.2.
p q
2.2.1.
Conjunci
on
Se denomina conjunci
on al resultado de unir dos proposiciones p y q con el conectivo logico
. Denotamos por p q y se lee p y q, cuya tabla de verdad es:
La tabla que define esta operaci
on, establece que la conjunci
on es verdadera s
olo si las dos
proposiciones componentes son verdaderas. En todo otro caso, es falsa.
A las proposiciones que componen una conjunci
on se las denomina conjuntivos.
Walter Arriaga D.
L
ogica
37
pq
38
L
ogica
2.2.2.
Walter Arriaga D.
Disyunci
on inclusiva
Se denomina disyunci
on inclusiva o disyunci
on debil al resultado de unir dos proposiciones
p y q con el conectivo l
ogico . Denotamos por p q y se lee p o q, cuya tabla de verdad
es:
p
pq
Walter Arriaga D.
2.2.3.
L
ogica
39
Negaci
on
40
L
ogica
Walter Arriaga D.
2.2.4.
Condicional
pq
Esta implicaci
on est
a compuesta de las proposiciones
El antecedente p : apruebo
El consecuente q : te presto el libro
Nos interesa conocer la verdad o falsedad de la implicaci
on, en relaci
on a la verdad o
falsedad de las proposiciones p y q. El enunciado puede pensarse como un compromiso, condicionado por p, y podemos asociar su verdad al cumplimiento del compromiso. Es evidente que
si p es F, es decir si no apruebo el examen, quedo liberado del compromiso y preste o no el
apunte la implicaci
on es verdadera. Si p es verdadera, es decir si apruebo el examen, y no
presto el libro, el compromiso no se cumple y la proposici
on es falsa. Si p y q son verdaderas,
entonces la proposici
on es verdadera pues el compromiso se cumple.
Walter Arriaga D.
L
ogica
41
Esta implicaci
on sigue estando compuesta de las proposiciones
Antecedente p : aprobe
Consecuente q : te presto el libro
Lo simbolizamos (q p) o (p q), y puede reescribirse como:
si apruebo entonces te presto mi libro.
Veamos un ejemplo, el cual ayudar
a a comprender las maneras en que una proposici
on
condicional se puede expresar:
Ejemplo 2.2.13. Cuando decimos:
Mi autom
ovil funciona si hay gasolina en el tanque
Este enunciado es equivalente a expresarlo de las siguientes maneras:
a. Si hay gasolina en el tanque, entonces mi autom
ovil funciona.
Observa que en este caso la proposici
on condicional es del caso: Si p, entonces q.
b. Mi autom
ovil s
olo funciona si hay gasolina en el tanque.
En este caso la proposici
on condicional es del caso: p solamente si q.
c. Si hay gasolina en el tanque, es suficiente para que mi automovil funcione.
En este caso la condicional es de la forma: p es suficiente par q.
d. Para que mi autom
ovil funcione es necesario que haya gasolina en el tanque.
Para este caso la proposici
on condicional es de la forma: q es necesario para q.
42
L
ogica
Walter Arriaga D.
Walter Arriaga D.
L
ogica
43
qp
p q
44
L
ogica
Walter Arriaga D.
q p
2.2.5.
Bicondicional
pq
pq
pq
(p q) (q p)
pq
Walter Arriaga D.
L
ogica
45
Los componentes del bicondicional reciben el nombre de componente izquierdo y componente derecho.
Observaci
on 2.2.6. Las palabras si y solo si, condici
on necesaria y suficiente, solamente
si, cuando y solo cuando, entonces y solo entonces, es identico, cada vez que y solo
si, equivalen al conectivo l
ogico de: p q.
Ejemplo 2.2.18. Dada la proposici
on: a = b si y s
olo si a2 = b2 .
El enunciado est
a compuesto por las proposiciones:
p:a=b
q : a2 = b2
Ejemplo 2.2.19. Otros ejemplos:
Una figura geometrica es un tri
angulo si y s
olo si tiene tres lados.
Una instituci
on educativa tiene Rector si y s
olo si es una Universidad.
Los profesionales egresados consiguen trabajo inmediatamente si y s
olo si la Universidad
es de calidad.
Saldremos de vacaciones cuando y s
olo cuando tengamos un a
no trabajando.
2.2.6.
Disyunci
on exclusiva
La disyunci
on exclusiva llamada tambien diferencia simetrica de las proposiciones p y q es
la proposici
on p q que se lee p o q en sentido excluyente o tambien o p o q; cuya tabla
de valores de verdad es:
p
pq
46
L
ogica
Walter Arriaga D.
Variables
Negaci
on
Conjunci
on
Disyunci
on
Condicional
Bicondicional
inclusiva
Disyunci
on
exclusiva
pq
pq
p q
p q
pq
2.3.
Proposiciones Compuestas
Walter Arriaga D.
L
ogica
47
Soluci
on
2.4.
pq
rp
[ p q] (r p)
48
L
ogica
Walter Arriaga D.
2.4.1.
Tautologas
Walter Arriaga D.
L
ogica
49
pq
pq
(p q) ( p q)
pq
(p q) p
[(p q) p] q
2.4.2.
Contradicciones
pq
(p q) q
[(p q) q] q
50
L
ogica
Walter Arriaga D.
Obtenemos que la f
ormula l
ogica es siempre falsa, es entonces una Contradicci
on.
Ejemplo 2.4.5. Analizar la proposici
on compuesta: w : ( p q)(p q) a traves de
su tabla de verdad.
Soluci
on
p
p q
pq
( p q)(p q)
Como los elementos de la matriz principal son falsos, entonces es una contradicci
on.
2.4.3.
Contingencias
pq
p (p q)
qr
[p (p q)] (qr)
Una forma proposicional es consistente cuando tiene por lo menos una interpretaci
on verdadera, y es inconsistente cuando no tiene ninguna interpretaci
on verdadera. Las tautologas y
las contingencias son formas consistentes, mientras que las contradicciones son inconsistentes.
2.5.
Equivalencias l
ogicas
Walter Arriaga D.
L
ogica
51
resulta ser una tautologa, o si las tablas de valores de verdad de F1 y F2 son identicos, y se
denota F1 F2
Ejemplo 2.5.1. Las proposiciones p q y (p q) son equivalentes, como vemos
realizando la tabla de valores correspondientes:
Soluci
on
p
pq
(p q)
[p q] [ (p q)]
2.6.
52
L
ogica
b) (p q) r p (q r)
c) (p q) r p (q r)
d) (p q)r p (q r)
4. Distributiva:
a) p (q r) (p q) (p r)
b) p (q r) (p q) (p r)
c) p (q r) (p q) (p r)
d) p (q r) (p q) (p r)
5. Identidad:
a) p V V p p
b) p F F p F
c) p V V p V
d) p F F p p
6. Complemento:
a) p p
Involuci
on
b) p p p p F
c) p p p p V
Tercio excludo
d) p p V
Principio de identidad
e) p p V
Principio de identidad
f) (p p) V
Principio de no contradicci
on
g) V F
h) F V
7. Morgan:
a) (p q) p q
b) (p q) p q
8. Absorci
on:
a) p (p q) p
Walter Arriaga D.
Walter Arriaga D.
L
ogica
53
b) p (p q) p
c) p ( p q) p q
d) p ( p q) p q
9. Implicaci
on:
a) p q p q
b) p q (p q)
c) p q q p
10. Doble Implicaci
on:
a) p q (p q) (q p)
b) p q (p q) ( p q)
11. Diferencia Sim
etrica:
a) p q (p q)
b) p q (p q) (q p)
12. Expansi
on Booleana:
a) p p (q q)
b) p p (q q)
13. Transposici
on:
a) p q q p
b) p q q p
14. Exportaci
on:
a) (p q) r p (q r)
b) (p1 p2 . . . pn ) r (p1 p2 . . . pn1 ) (pn r)
2.7.
Simplificaci
on de proposiciones
La aplicaci
on de las leyes de la l
ogica proposicional permite simplificar proposiciones moleculares, reducir una proposici
on compuesta a una proposici
on m
as simple, generalmente de
menos variables proposicionales y relacionadas con los conectivos l
ogicos , , o . En algunos casos se reduce a una tautologa o a una contradicci
on.
54
L
ogica
Walter Arriaga D.
[ ( p q) (r r)] ( q)
[(p q) F] ( q)
[(p q)] ( q)
(5.d.)
(8.b.)
(9.a.)
(7.a., 6.b.)
W q
[(p q) q] [ p ( p q)]
(9.a.)
[( p q) q] [ p (p q)]
(9.a.)
[ p ( q q)] [ p (p q)]
(3.b.)
( p q) [ p (p q)]
(1.b.)
p q [( p (pq)) (p (pq))]
(10.b.)
p q [( p q) (p p q)]
(8.c.)
p q ( p q) (F q)
(6.b.)
p q ( p q) F
(5.b.)
[ p ( p q)] q
p q
2.8.
W p q
(3.b., 5.d.)
(8.b.)
Inferencia L
ogica
Definici
on 2.8.1. Un razonamiento proposicional es aquel cuya estructura se puede expresar
en forma proposicional de tal manera que su validez o invalidez se determina por la manera
en que est
an relacionadas las proposiciones mediante las conectivas, sin que se requiera un
an
alisis de la forma interna de las proposiciones simples.
Definici
on 2.8.2. Una inferencia es una evaluaci
on que realiza la mente entre conceptos que,
al interactuar, muestran sus propiedades de forma discreta, necesitando utilizar la abstracci
on
para lograr entender las unidades que componen el problema, creando un punto axiom
atico o
circunstancial, que nos permitir
a trazar una lnea l
ogica de causa-efecto, entre los diferentes
puntos inferidos en la resoluci
on del problema. Una vez resuelto el problema, nace lo que
Walter Arriaga D.
L
ogica
55
(2.1)
56
L
ogica
Walter Arriaga D.
2.8.1.
Inferencias notables
(p r) q
(p r)
q
(p s) q
ps
q
Walter Arriaga D.
L
ogica
57
(p t) (q s)
pt
q s
(p r) q
p r
q
p q
p
q
(p t) (q s)
p t
(q s)
Si Pizarro fundo la ciudad de Lima en 1535, entonces Lima es la capital del Peru
Pizarro fund
o la ciudad de Lima en 1535
Lima es la capital del Per
u
El cielo es azul
Si el cielo es azul, entonces las nubes son blancas
Las nubes son blancas
Ley del Modus Tollendo Tollens
Del latn, modo que negando niega, tambien llamado razonamiento indirecto, es el nombre
formal para la prueba indirecta o inferencia contrapositiva. Usualmente se lo abrevia como
MTT.
Una de las premisas es un condicional y la otra premisa es la negaci
on del consecuente del
condicional. La conclusi
on es la negaci
on del antecedente del condicional.
Su representaci
on simb
olica es: [(p q) q] p
F
ormula proposicional:
Ejemplo 2.8.2.
58
L
ogica
Walter Arriaga D.
pq
q
p
Cuadro 2.14: Modus Tollendo Tollens
(p r) q
q
(p r)
( p s) q
q
( p s)
(p t) (q s)
(q s)
(p t)
(p r) q
q
(p r)
Walter Arriaga D.
L
ogica
Su representaci
on simb
olica es: [(p q) (q r)] (p r)
F
ormula proposicional:
pq
qr
pr
Cuadro 2.15: Silogismo Hipotetico
Ejemplo 2.8.3.
(p r) q
q r
(p r) r
( p s) q
q (t w)
( p s) (t w)
(p t) (q s)
(q s) w
(p t) w
(p r) q
q (s t)
(p r) (s t)
59
60
L
ogica
Walter Arriaga D.
Ejemplo 2.8.4.
p q
q
p
(p q) (r s)
(p q)
rs
(w t) (v u)
v u
wt
p q r
q
pr
Walter Arriaga D.
L
ogica
61
( p q) ( r s)
pr
qs
(p q) (r s)
p r
qs
[p (q t)] (r s)
p r
(q t) s
(p q) (r (s u))
p r
q (s u)
62
L
ogica
Walter Arriaga D.
Ejemplo 2.8.6.
( p q) ( r s)
qs
pr
Walter Arriaga D.
L
ogica
63
(p q) (r s)
q s
pr
[p (q t)] (r s)
(q t) s
p r
(p q) (r (s u))
q (s u)
p r
64
L
ogica
Walter Arriaga D.
Ejemplo 2.8.7.
p q
q r
p r
p q
q t
p t
(v w) t
t (q v)
(v w) (q v)
p (r t)
(r t) q
p q
Walter Arriaga D.
L
ogica
EJERCICIOS PROPUESTOS
65
1.
I. Dados los siguientes enunciados, determinar si cada uno de ellos expresa o no una proposici
on:
1) El Doctor Daisaku Ikeda es el presidente de la SGI que lucha por la paz mundial.
2) Viena es la capital de Austria.
3) 1 + 2 > 3.
4) sen(x + y) = sen x cos y + cos x sen y.
5) Naylamp significa ave de paso.
6) Prohibido fumar en el sal
on.
7) Tr
aeme un vaso con agua.
8) Soy yo acaso el guardi
an de mi hermano?.
9) x + 3 es un entero positivo.
10) La luz del sol tarda 8 min 20 seg en llegar a la tierra.
11) El cr
aneo consta de ocho huesos.
12) Siendo x e y n
umeros reales, x = y
o x 6= y.
13) Martn Luther King recibi
o el premio de la paz en 1964.
14) Esta
proposici
on es verdadera.
15) Silencio: Hospital.
16) Fuerza cicl
on!.
17) Wtahs your name?.
18) Que hora es? es una oraci
on interrogativa.
19) La marihuana es una droga que genera dependencia.
20) El software es la parte l
ogica del computador.
21) De la universidad al museo Tumbas Reales de Sipan.
22) Mira que hermoso pas.
23) La luna es un meteorito.
24) El intelecto es facultad humana.
25) Ven ahora.
66
L
ogica
Walter Arriaga D.
26) Est
a triste porque no fue a pasear.
27) 21235 termina en cifra 8.
28) El trabajo es una obligacion del hombre.
29) Llueve.
30) Alessandra est
a estudiando.
31) La tierra no es un planeta.
32) Ire a verte, si dispongo de tiempo.
33) Cu
al es el parlamentario m
as corrupto?.
34) Tarde fue cuando agonizaba lentamente en un da lluvioso.
35) Hace calor.
36) Nieva.
37) Alc
anzame la toalla.
38) Mi alma no se contenta con haberla perdido.
39) El hombre es un animal racional.
40) Entre dos n
umeros reales diferentes, existen infinitos n
umeros reales.
41) Por un punto de un plano pasan infinitas rectas.
II. A que clase de proposici
on (at
omica o molecular) pertenece cada uno de los siguientes
enunciados:
1) El coraz
on adem
as el cerebro.
2) De ser fil
osofo Arist
oteles luego Plat
on lo fue.
3) La l
ogica es ciencia salvo que sea arte.
4) Garu es m
as alto que Pucca.
5) Tanto Marte como Jupiter son planetas.
6) Construyeron una represa en el departamento de Lambayeque.
7) Federico Villareal fue un gran matem
atico del siglo pasado.
8) No se han producido epidemias de sarampi
on en el u
ltimo quinquenio.
9) Si contin
ua la amenaza del virus AH1N1, no iremos de paseo.
10) La educaci
on escolar mejorar
a si se aumenta el presupuesto y se capacita al magisterio
nacional.
Walter Arriaga D.
L
ogica
67
68
L
ogica
Walter Arriaga D.
16) Si a + b = b + a y si a = 2 b = 3, entonces 2 + 3 = 3 + 2.
17) Los
atomos est
an formados por electrones, protones y neutrones.
18) las fuerzas armadas y las fuerzas policiales participan en el desarrollo econ
omico y
social del pas, pero no son deliberantes.
19) Si Juan obtiene el premio de excelencia, el rector le regalar
a una computadora, sea
que la quiera o no.
20) Si no estamos en verano, entonces est
a h
umedo y hace fro, si es de tarde o de noche.
21) No es cierto que los estudiantes no rindan porque est
an mal alimentados.
22) Si me esfuerzo, lograre mis objetivos.
23) O el le
on es un animal domestico o el perro es una fiera salvaje, mas no es verdad que
el perro sea una fiera salvaje.
24) Dado que el conocimiento es objetivo, luego no es subjetivo.
25) Es absurdo que si la fiesta est
a triste entonces nos divertimos.
26) Te llevo al cine solo si tengo plata.
27) Todos los estudiantes son aplicados porque son responsables.
28) Me servire postre o fruta, pero no ambos.
29) 11 es un n
umero primo, o es divisible por un n
umero distinto de 1 y 11.
30) Los profesores del grupo de estudios Intelectus tomar
an sus vacaciones en el mes de
febrero.
31) Aunque no participamos de la fiesta nos enviaron una parte de la torta.
32) No es cierto que, 3 es menor que 2 o 9 es un n
umero primo.
33) En el mes de abril se iniciar
a las clases, si los responsables de la parte academica
planifican acertadamente y disponen del apoyo logstico.
34) No se obtendr
an las ganancias proyectadas o no se obtendr
a los resultados esperados,
si los trabajadores no est
an comprometidos con la empresa.
35) O no somos confirmados o no somos perdonados.
36) Si salimos de parranda, ni conseguiremos movilidad ni nos har
an caso nuestros amigos.
37) La deserci
on estudiantil disminuir
a si y s
olo si mejora la situaci
on econ
omica y se
moderniza los metodos de ense
nanza.
38) Si el barco no trae piratas, entonces el capit
an ha muerto o est
a prisionero. Pero el
capit
an no ha muerto ni est
a prisionero. En consecuencia el barco trae piratas.
Walter Arriaga D.
L
ogica
69
IV. Determine el valor de verdad de cada una de las siguiente proposiciones moleculares:
1) El trapecio es un paralelogramo y 5 es un n
umero racional.
2) La pantera no es un felino o el huascar
an no est
a ubicado en el Per
u.
3) Si Alemania y Holanda son pases europeos, entonces Etiopa no es un pas africano.
4) Chiclayo y Huaraz son capitales de departamento si y s
olo si Lambayeque o Ancash
son departamentos del Per
u.
5) Ni 3 es un n
umero natural ni 5 es un n
umero par.
V. Construir la tabla de verdad de cada una de las formas proposicionales:
1) [( p q r) r] [( q r p) p]
2) {[(p q r) r] [( q r) (p q)]}
3) [( p q r s) r][( q r p s) p]
VI. En cada uno de los siguientes ejercicios, determine si la proposici
on P implica la proposici
on Q:
1) P : (p q) q
Q:p q
2) P : (p q) q
Q:p
3) P : Si el Per
u tiene un buen entrenador entonces se clasificar
a al mundial de f
utbol.
Pero el Per
u tiene un buen entrenador.
Q : El Per
u se clasificar
a al mundial de f
utbol.
VII. En cada uno de los siguientes ejercicios, determine si la proposici
on P se deduce de la
proposici
on Q :
1) P : (p q) q
Q : (p q)
2) P : p (q p)
Q : q
Q : (p q)
2) P : p (q p)
Q : (p q)
70
L
ogica
Walter Arriaga D.
3) P : O Rosario viaja ma
nana a las 12m a Piura o a Lima. Pero no viaja ma
nana a las
12m a Lima.
Q : Rosario no viaja ma
nana a las 12m a Piura.
IX. Simplificar cada una de las siguiente proposiciones:
1) (p q) ( p q) p
2) ( p q) (q p)
3) [(p q) q] [ p ( p q)]
4) [(q p) q] p
5) [( p q) (q p)] q
6) [ (q p) q] p
7) (p q) [p ( p q)]
8) ( p q) [p ( p q)]
9) (p q) [(p q) (p q)]
10) (p q) [(p q r) (p q r)]
11) ( p q) [( p q) ( p q)]
12) ( p q) [( p q r) ( p q r)]
13) ( p q) ( p q)
14) (p q) ( p q)
15) (p q) ( p q)
16) (p q) ( p q)
17) (p q r) (p q r) (p q r) (p q r)
18) ( p q r) (p q r) ( p q r) (p q r)
19) p {p [q (p (q p))]}
20) [(p q) (p q)] p
21) [( p q) ( p q r)] (q p)
X. Resolver los siguientes problemas:
1) Si se sabe que p es Verdadera; entonces hallar el valor de verdad de : p[ q(r s)]
2) Si se sabe que q es Verdadera; entonces hallar el valor de verdad de: [p(rs)] q
Walter Arriaga D.
L
ogica
71
[( p q) (r t)]
( p t) ( q r)
( q r) (t t)
(p s) (t s)
6) Si la proposici
on: [(q s) (p r)] es verdadera; hallar el valor de verdad de:
( s q) (r p)
(q s) (p r)
(p q r s) (p r)
7) La proposici
on
opuestos. Cu
al es el valor veritativo de cada una de las proposiciones siguientes?
[( p q) (r s)] p
[( p q) (r s)] ( p q)
[( r s) (p q)] (r s)
8) Si la proposici
on compuesta:
(p q) (q r) es verdadera. Cu
ales de las
(p s) q
(t q) r
(s q) q
rs
pq
(p q) (r s).
(r s) ( r s).
[(q r) q] ( q s).
72
L
ogica
Walter Arriaga D.
XI. En los siguientes ejercicios, establecer si cada uno de los siguiente esquemas moleculares
es contingente, tautol
ogico o contradictorio.
1) [(p q) q] p
2) (p q) (q r)
3) ( p q) [(p q) r]
4) ( p q) (p q)
5) [(p q) (q r)] (p r)
6) [p (p q)] (q r)
7) [ (p q) p] p
8) (p q) (p q)
9) (p q) ( p q)
10) [ (p q) q] (p q)
11) ( p q) (p q)
12) [(p q) q] [q q]
13) [p (q r)] [ p (r q)]
XII. Resolver los siguientes problemas:
1) Dados los siguientes operadores l
ogicos:
p q p q
p q p q
Simplificar: [(p q) (p q)] q
2) Si se define:
L
p
q p q
N
p
q p q
Decir cu
ales son proposiciones equivalentes:
(r N q) L p
p L (r N q)
[p N (r N q)]
Walter Arriaga D.
L
ogica
73
74
L
ogica
Walter Arriaga D.
9) (p r) ( q t)
p r
10) p
p q
XIV. Utilizando el Modus Ponendo Ponens, demuestre que la conclusi
on es una consecuencia
l
ogica de las premisas:
1) r p
u r
u
r
2) p (r s)
(r s) u
p
u
3) w u
w
u q
q
4) (u v) (p q)
(p q) w
w (r t)
u v
r t
5) w t
(s u) p
p (r q)
( w t) (s u)
r q
XV. Utilizando el Modo Tollendo Tollens (MTT), determine la conclusi
on que se puede obtener del conjunto de premisas:
1) Si el silogismo categ
orico tiene dos premisas, entonces la inferencia inmediata tiene
un premisa. La inferencia inmediata no tiene una premisa.
Walter Arriaga D.
L
ogica
75
76
L
ogica
Walter Arriaga D.
3.1.
Introducci
on
78
L
ogica
Walter Arriaga D.
El paquete Logic es una coleccion de comandos que nos permite manipular y transformar
expresiones usando la L
ogica Booleana. Este paquete usa su propio conjunto de operadores
l
ogicos y podemos acceder a cada comando del paquete usando la forma larga o la forma corta
del nombre del comando en el orden de llamado.
3.1.1.
Walter Arriaga D.
L
ogica
79
Tautology
TruthTable
3.2.
Conectivos l
ogicos en Maple
Maple s
olo tiene los conectivos l
ogicos and, or, not. Son suficientes por las equivalencias
l
ogicas que existen de la implicaci
on y la doble implicaci
on con sentencias l
ogicas s
olo hechas
con and, or y not. Para evaluar las funciones hay que poner delante el smbolo &.
> p and q;
p and q
> p or q;
p or q
> not p;
not p
3.3.
En esta secci
on implementaremos algunos programas para construir tablas de verdad, para
ello dise
naremos algunos procedimientos en Maple. Se construyen para una, dos y tres variables
y los nombres de las variables los da el nombre del procedimiento.
Programa 3.3.1. Tabla de verdad para una variable:
> tablap:=proc(B)local A, L, c, i:
> L:=[true,false]:
> for i from 1 to 2 do
> c:=subs(p=L[i],B);
> print(p=L[i],A=c);
> od:
> end:
Programa 3.3.2. Tabla de verdad para dos variable:
> tablapq:=proc(B)
> local A, L, c, i, j:
> L:=[true,false]:
> for i from 1 to 2 do
> for j from 1 to 2 do
> c:=subs(p=L[i],q=L[j],B);
80
L
ogica
Walter Arriaga D.
3.4.
Para realizar operaciones con proposiciones, debemos expresar o transformar todas las
expresiones Booleanas del paquete Logic usando los operadores &and, &iff, &implies, &nand,
&nor, ¬, &or, y &xor.
3.4.1.
Conjunci
on
La conjunci
on es el resultado de unir dos proposiciones p y q con el conectivo l
ogico and.
Denotamos por p and q, y su equivalencia es:
Matem
atica
Maple
pq
p and q
Walter Arriaga D.
L
ogica
81
> tablapq(conjuncion);
p = true, q = true, A = true
p = true, q = f alse, A = f alse
p = f alse, q = true, A = f alse
p = f alse, q = f alse, A = f alse
Para tres proposiciones p, q y r, usareemos el programa (3.3.3)
> conjuncion3:=(p and q) and r;
conjuncion3 := p and q and r
> tablapqr(conjuncion3);
p = true, q = true, r = true, A = true
p = true, q = true, r = f alse, A = f alse
p = true, q = f alse, r = true, A = f alse
p = true, q = f alse, r = f alse, A = f alse
p = f alse, q = true, r = true, A = f alse
p = f alse, q = true, r = f alse, A = f alse
p = f alse, q = f alse, r = true, A = f alse
p = f alse, q = f alse, r = f alse, A = f alse
3.4.2.
Disyunci
on inclusiva
La disyunci
on inclusiva es el resultado de unir dos proposiciones p y q con el conectivo
l
ogico or. Denotamos por p or q, y su equivalencia es:
Matem
atica
Maple
pq
p or q
82
L
ogica
3.4.3.
Walter Arriaga D.
Negaci
on
Maple
not p
3.4.4.
Condicional
Maple
pq
p implies q
La implicaci
on p implies q es equivalente a not p or q. Es decir:
Matem
atica
Maple
pq =p q
p implies q = not p or q
Walter Arriaga D.
L
ogica
83
84
L
ogica
Walter Arriaga D.
Walter Arriaga D.
3.4.5.
L
ogica
85
Bicondicional
3.4.6.
Disyunci
on exclusiva
La disyunci
on exclusiva es el resultado de unir dos proposiciones p y q con el conectivo
l
ogico xor. Denotamos por p xor q, y su equivalencia es:
Matem
atica
Maple
pq
p xor q
86
L
ogica
3.4.7.
Walter Arriaga D.
Comandos importantes
Import
Este comando pone los smbolos & para que se pueda evaluar la expresi
on booleana. Es
decir transforma una expresi
on de Maple de un tipo especificado en uno conveniente para ser
usado por el paquete Logic.
Orden de llamado:
Import(expr, form)
Par
ametros:
expr : expresi
on.
form : expresi
on donde form=MOD2 o form=boolean.
Ejemplo 3.4.3.
> with(Logic):
> Import(a or b or c, form=boolean);
(a&or b)&or c
> Import(not (a xor b) implies c, form=boolean);
¬(a&xor b)&implies c
> Import(x*(y+1)+z+1, form=MOD2);
¬((x&and ¬ (y))&xor z)
Export
Este comando quita los smbolos & para que se pueda evaluar la expresi
on booleana.
Orden de llamado:
Import(expr, form)
Par
ametros:
expr : expresi
on.
form : expresi
on donde form=MOD2 o form=boolean.
Ejemplo 3.4.4.
> with(Logic):
> Export(&and(a,b,c) &or b, form=boolean);
a and b and c or b
Walter Arriaga D.
L
ogica
87
88
L
ogica
Walter Arriaga D.
Luego:
> Equivalent(a,b);
true
o directamente:
> Equivalent(¬(p &or q), (¬ p) &and (¬ q));
true
Ejemplo 3.4.7. Usemos la funci
on Equivalent para comprobar que p q p q
> Equivalent(p &implies q, ¬ p &or q);
true
BooleanSimplify
El comando BooleanSimplify permite simplificar una expresi
on booleana.
Ejemplo 3.4.8. Simplificar:
p (p q)
> BooleanSimplify(p &or (p &and q));
p
[(p q) q] [ p ( p q)]
> p01:=impl(not((impl(p,not q))or not q),dimpl(not p,(impl(not p,q))));
p01 := not(p and q and q) or (p or p or q) and not ((p or q) and p)
> p02:=Import(p01);
p02 := ¬ ((p &and q) &and q) &or ((p &or (p &or q)) &and ¬ ((p &or q) &and p))
> p03:=BooleanSimplify(p02);
p03 := ¬(p) &or ¬(q)
> p04:=Export(p03);
p04 := not(p and q)
Walter Arriaga D.
L
ogica
89
Tautology
El comando Tautology nos permite determinar si la expresiones booleanas dada es una
tautologa.
La orden Tautology(b) devuelve true si la expresi
on b es logicamente una tautologa, y
false si no lo es.
Ejemplo 3.4.9. Determinar si las siguientes proposiciones son tautologas:
p01 = [( p q) q] p
Definimos la proposici
on:
> p01:=((¬ p &or q)&and(¬ q))&implies(¬ p);
p01 := ((¬(p) &or q) &and ¬(q)) &implies ¬(p)
> Tautology(p01);
true
o tambien
> Tautology(((¬ p &or q)&and(¬ q))&implies(¬ p));
true
Podemos usar las tablas de valores de verdad definidas anteriormente, para ello redifinimos la proposici
on p01:
> p01:=((not p or q)and(not q))implies(not p):
> tablapq(p01);
p = true, q = true, A = true
p = true, q = f alse, A = true
p = f alse, q = true, A = true
p = f alse, q = f alse, A = true
La proposici
on p01 es Tautol
ogico
p02 = [(p q) q] q
Definimos la proposici
on:
> p02:=((p &and q) &or q)&and(¬ q):
> Tautology(p02);
f alse
90
L
ogica
Walter Arriaga D.
o tambien
> Tautology(((p &and q) &or q)&and(¬ q));
f alse
La proposici
on p02 no es Tautol
ogico
Contradiction
El comando Contradiction nos permite determinar si la expresiones booleanas dada es una
contradicci
on.
La orden Contradiction(b) devuelve true si la expresi
on b es logicamente una contradicci
on, y false si no lo es.
Ejemplo 3.4.10. Determinar si las siguientes proposiciones son contradicci
on:
p01 = [( p q) q] p
Definimos la proposici
on:
> p01:=((¬ p &or q)&and(¬ q))&implies(¬ p):
> Contradiction(p01);
f alse
o tambien
> Contradiction(((¬ p &or q)&and(¬ q))&implies(¬ p));
f alse
La proposici
on p01 no es Contradictorio
p02 = [(p q) q] q
Definimos la proposici
on:
> p02:=((p &and q) &or q)&and(¬ q):
> Contradiction(p02);
true
o tambien
> Contradiction(((p &and q) &or q)&and(¬ q));
true
Podemos usar las tablas de valores de verdad definidas anteriormente, para ello redifinimos la proposici
on p02:
Walter Arriaga D.
L
ogica
91
La proposici
on p02 es Contradictorio
Observaci
on 3.4.3. Una proposici
on es de Contingencia si no es tautologa ni contradicci
on.
Ejemplo 3.4.11. Determinar si la proposici
on: p03 = [p (p q)] (qr) es Contingencia
Definimos la proposici
on:
> p03:=(p &and (p &implies q))&implies(q &xor r):
> Tautology(p03);
f alse
Luego la proposici
on p03 no es Tautol
ogico.
> Contradiction(p03);
f alse
Luego la proposici
on p03 no es Contradictorio.
Adem
as podemos usar las tablas de valores de verdad definidas anteriormente, para ello redifinimos la proposici
on p03:
> p03:=(p and (p implies q))implies(q xor r):
> tablapqr(p03);
p = true, q = true, r = true, A = f alse
p = true, q = true, r = f alse, A = true
p = true, q = f alse, r = true, A = true
p = true, q = f alse, r = f alse, A = true
p = f alse, q = true, r = true, A = true
p = f alse, q = true, r = f alse, A = true
p = f alse, q = f alse, r = true, A = true
p = f alse, q = f alse, r = f alse, A = true
La proposici
on p03 es Contingente
92
L
ogica
Walter Arriaga D.
4.1.
Introducci
on
4.1.1.
Lista de comandos
94
L
ogica
Walter Arriaga D.
and
or
not
xor
Las variables booleanas deben ser ingresadas como arreglos o vectores. Los operadores and,
or, not y xor trabajan elemento por elemento en los arreglos, representando con 0 al valor de
verdad (F), y cualquier n
umero distinto de cero al valor de verdad (V). Los operadores l
ogicos
devuelven un arreglo l
ogico cuyos elementos est
an constitudos por (1) en lugar de verdadero
y (0) en lugar del falso.
Es importante indicar que en las operaciones combinadas como a|b&c, Matlab opera como
a|(b&c). Para ello debemos tener en cuenta la jerarqua de los conectivos en este orden: ,
&, |.
4.2.
Conectivos l
ogicos en Matlab
Matlab s
olo tiene los conectivos l
ogicos and, or, not, xor. Son suficientes por las equivalencias l
ogicas que existen de la implicaci
on y la doble implicaci
on con sentencias l
ogicas s
olo
hechas con and, or y not.
4.3.
4.3.1.
Conjunci
on
La conjunci
on es el resultado de unir dos proposiciones p y q con el conectivo l
ogico and.
Denotamos por and(p,q) y devuelve el valor de 1 cuando ambos elementos de los vectores p y
q son verdaderos (n
umeros no nulos) y 0 en en el resto de los casos.
La equivalencia es:
Matem
atica
Matlab
p q
and(p,q)
o p&q
>> q=[1 0 1 0]
q =
1
Walter Arriaga D.
L
ogica
95
>> q=[1 1 0 0 1 1 0 0]
q =
1
>> r=[1 0 1 0 1 0 1 0]
r =
1
>> and(and(p,q),r)
ans =
1
>> p&q&r
ans =
1
96
L
ogica
Walter Arriaga D.
conjuncion =
1
4.3.2.
Disyunci
on inclusiva
La disyunci
on inclusiva es el resultado de unir dos proposiciones p y q con el conectivo
l
ogico or. Denotamos por or(p,q) y devuelve el valor de 0 cuando ambos elementos de los
vectores p y q son falsos (0) y 1 en en el resto de los casos.
La equivalencia es:
Matem
atica
Matlab
p q
or(p,q)
o p|q
>> p=[1 1 0 0]
p =
1
>> q=[1 0 1 0]
q =
1
>> or(p,q)
ans =
1
>> p=[1 1 1 1 0 0 0 0]
p =
1
Walter Arriaga D.
L
ogica
97
>> q=[1 1 0 0 1 1 0 0]
q =
1
>> r=[1 0 1 0 1 0 1 0]
r =
1
>> or(or(p,q),r)
ans =
1
>> p|q|r
ans =
1
disyuncion =
1
98
L
ogica
4.3.3.
Walter Arriaga D.
Negaci
on
Matlab
not(p)
op
>> p=[1 1 0 0]
p =
1
>> not(p)
ans =
0
Walter Arriaga D.
L
ogica
99
negacion =
1
4.3.4.
Condicional
function impl(a,b)
disp(===========================)
disp(Programa para calcular la Condicional)
disp( AUTOR: Walter Arriaga Delgado)
disp(===========================)
condicional=or(not(a),b)
>> p=[1 1 0 0]
p =
1
>> q=[1 0 1 0]
q =
1
>> impl(p,q)
=======================================
Programa para calcular la Condicional
AUTOR: Walter Arriaga Delgado
=======================================
condicional =
1
100
L
ogica
Walter Arriaga D.
condicional =
1
Observaci
on 4.3.1. Podemos hacer procedimientos para obtener los dem
as conectivos de
implicaci
on: Recproca, Inversa y Contrarecproca.
Programa 4.3.6. Para dise
nar la tabla de valores verdad para la Condicional Recproca:
function imrec
disp(==============================)
disp(Programa para calcular la Condicional Recproca)
disp( AUTOR: Walter Arriaga Delgado)
disp(==============================)
p=input(ingrese el vector fila p con n elementos: )
q=input(ingrese el vector fila q con n elementos: )
c=[p ; q ; or(not(q),p)];
reciproca=c
Walter Arriaga D.
L
ogica
>> imrec
=======================================
Programa para calcular la Condicional Rec
proca
AUTOR: Walter Arriaga Delgado
=======================================
ingrese el vector fila p con n elementos: [1 1 0 0]
p =
1
reciproca =
Inversa =
1
101
102
L
ogica
1
Walter Arriaga D.
>> imcr
=======================================
Programa para calcular la Condicional Contrareciproca
AUTOR: Walter Arriaga Delgado
=======================================
ingrese el vector fila p con n elementos: [1 1 0 0]
p =
1
contrareciproca =
1
4.3.5.
Bicondicional
Walter Arriaga D.
L
ogica
>> q=[1 0 1 0]
q =
1
>> dimpl(p,q)
============================================
Programa para calcular la Bicondicional
AUTOR: Walter Arriaga Delgado
============================================
bicondicional =
1
103
104
L
ogica
1
Walter Arriaga D.
bicondicional =
1
4.3.6.
Disyunci
on exclusiva
La disyunci
on exclusiva es el resultado de unir dos proposiciones p y q con el conectivo
l
ogico xor. Denotamos por xor(p,q)
La equivalencia es:
Matem
atica
Matlab
pq
xor(p,q)
>> p=[1 1 0 0]
p =
1
>> q=[1 0 1 0]
q =
1
>> xor(p,q)
ans =
0
Walter Arriaga D.
L
ogica
disyuncion =
1
105
106
L
ogica
Walter Arriaga D.
Bibliografa
[1] Arnaz, Jose Antonio . Iniciaci
on a la L
ogica Simb
olica. Trillas, Mexico, 1980.
[2] Chin Liang Chang and R. Char-Tung Lee. Symbolic Logic and Mechanical Theorem
Proving. Academic Press, Inc., 1973.
[3] Chirinos Salazar Jorge. Aplicaci
on de un texto autoinstructivo de L
ogica Matem
atica en
el logro de objetivos en los alumnos del segundo ciclo de la escuela profesional de Computaci
on e Inform
atica de la Facultad de Ciencias Fsicas y Matem
aticas de la UNPRG.
[4] Copi, Irving. L
ogica Simb
olica. Compa
na Editorial Continental., Mejico, 2000.
[5] Garrido, M. L
ogica simb
olica. Tecnos., Madrid, 1983.
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ogica. Grijalbo, Mexico, segunda edition, 1965.
[7] Grassmann, W. - Tremblay, J. Matem
atica Discreta y L
ogica. Prentice Hall., 1996.
[8] Grimaldi, R. Matem
aticas Discretas y Combinatoria. Addison - Wesley., 1994.
[9] Kolman - Busby - Ross. Estructuras de Matem
aticas Discretas para la Computaci
on.
Prentice Hall., 1995.
[10] Korfhage, R. L
ogica y Algoritmos. Limusa., 1978.
[11] Suppes, P. Introducci
on a la L
ogica Simb
olica. CECSA., 1980.
[12] Suppes, P. - Hill, H. Introducci
on a la L
ogica Matem
atica. Reverte., 1982.
108
L
ogica
Walter Arriaga D.
Indice alfab
etico
absorci
on, 52
argumento, 55
matriz principal, 49
morgan, 52
bicondicional, 44
negaci
on, 39
condicional, 40
conectivas, 34
binaria, 34
monadica, 34
conjuncion, 36
contingencia, 50
contra recproca, 43
contradicci
on, 49
premisa, 55
proposici
on, 30
compuesta, 33
simple, 33
disyuncion
exclusiva, 45
inclusiva, 38
razonamiento proposicional, 54
recproca, 42
tabla de verdad, 32
tautologa, 48
transposici
on, 53
valor de verdad, 31
exportaci
on, 53
falacia, 56
idempotencia, 51
implicacion, 40
inferencia, 54
inmediata, 55
l
ogica, 55
inversa, 43
involuci
on, 52
l
ogica
aristotelica, 17
baconiana, 18
booleana, 20
cl
asica, 17
difusa, 22
formal, 18
informal, 17
matem
atica, 18
modal, 20
l
ogica, 16
109