Teoria Del Juego Social PDF
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LAS CIENCIAS
causas y efectos entre los departamentos de las ciencias. Es el caso ms comn de las
relaciones entre la poltica y la economa (2).
El economista que formula polticas econmicas y el mdico que hace polticas de salud en el
mbito pblico, con su formacin en facultades universitarias verticales, nos parecen estar
en su campo de competencia, a pesar de la frecuencia de sus fracasos en la gestin pblica.
Pero, no es as. Slo tienen competencia para realizar una prctica profesional intradepartamental.
No tienen la formacin necesaria para ejercer la prctica social horizontal. Sabemos que un
problema de salud no es un problema de medicina, sino al mismo tiempo, es poltico,
econmico, organizativo, ecolgico, etc. Sin embargo, actuamos como si el sentido comn
pudiese procesar esas interacciones transdepartamentales. No pensamos que cualquier prctica
social es transdepartamental y presenta problemas tericos comunes, repetitivos y complejos. No
pensamos en una ciencia de la accin prctica que procese esos problemas comunes. Aun no
comprendemos que se necesita una ciencia de la accin y caemos en el simplismo de la
interdisciplinariedad. Nos debatimos entre las especialidades y la interdisciplinariedad,
ignorando la praxeologa. Se nos escapa que la prctica poltica tiene problemas comunes
con cualquier prctica social horizontal. Y que esa prctica, con sus problemas comunes, exige
una teora de la prctica social vlida para cualquier problema relacionado con cualquier
especialidad. Seguimos creyendo que hay una relacin obvia y simple entre la teora social y
la prctica social.
La prctica profesional individual se apoya verticalmente en la teora departamental, gracias a
un esfuerzo especial de teorizacin sobre la prctica intradepartamental que hace la propia
universidad. Es el caso de la relacin entre la biologa, la medicina y la prctica privada del
mdico. El grfico 1 representa este tipo de relacin entre teora y prctica.
Grfico 1: caso vertical
Depto
1
Depto
2
Depto
1
Depto
2
teora
teora
prctica
prctica
Depto
3
Pero, la prctica social horizontal que se ejerce en el mbito pblico cruza los departamentos de
las ciencias en dos sentidos: a) genera relaciones transdepartamentales de contenido (flecha
A) , que obligan al anlisis del intercambio de problemas entre los distintos departamentos:
por ejemplo, valorar la eficacia poltica versus la eficacia econmica, evaluar los efectos
polticos de la accin econmica y viceversa, etc..) , y b) produce problemas comunes que
son inherentes a la prctica social (flecha B), la cual no reconoce la divisin vertical por
departamentos; slo distingue problemas. Este segundo aspecto es exactamente el tema de la
teora de la prctica y se refiere a apreciar situaciones y procesar problemas, hacer apuestas
bajo incertidumbre, lidiar con las sorpresas, manejar crisis, hacer anlisis estratgico,
formular y evaluar planes, estudiar a los actores del juego social, acompaar y evaluar el
cambio de la realidad del juego, disear o reformar organizaciones, explorar nuevos caminos
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Primera : Por qu las ciencias sociales tradicionales aportan tan poco a la poltica y al
proceso de gobierno? No es comn el cientfico social que reniega de su teora cuando
alcanza posiciones de gobierno? Con la teora econmica se puede hacer poltica
econmica, con la medicina poltica de salud y con la arquitectura poltica de desarrollo
urbano?
Segunda: Por qu la accin prctica en la poltica y el gobierno combinan el arte y el juicio
intuitivo en una proporcin casi excluyente del juicio analtico apoyado en las ciencias? Por
qu la prctica poltica se hace sin teora? Por qu los intelectuales son inoperantes en
funciones de gobierno?
Tercera: El estilo tradicional de las ciencias sociales permite una relacin directa de
aplicacin de la teora a la prctica sin acudir al complemento hiperdominante del sentido comn,
el buen juicio y la intuicin? Por qu hay un divorcio entre la Universidad y los Gobiernos?
Son tres agrupaciones de preguntas que responden a un mismo origen. Algo est mal tanto
en el lado de las ciencias como en el lado de la poltica. Y no se trata de un mal
intranscendente. Toda nuestra vida cotidiana est signada por la baja calidad de nuestros
gobiernos, el estilo primario y mediocre de hacer poltica, la pobreza terica de la
cooperacin tcnica internacional, y la carencia de respuesta de las Universidades a los
problemas de gobierno. Propongo discutir que estas deficiencias tienen su origen en el
divorcio entre la poltica y las ciencias, es decir, entre la prctica y la teora. Propongo
fundamentar la poltica prctica en una nueva disciplina horizontal que podemos llamar ciencias y
tcnicas de gobierno. Estas nuevas ciencias deben contribuir a elevar la calidad del arte de hacer
poltica y gobernar. Permitiran, adems, acercar las Universidades a la prctica del proceso
social y renovar el contenido de la cooperacin tcnica internacional. No pretendo negar que
la conduccin poltica es un arte. Slo quiero afirmar que all hay mucho ms espacio para las
ciencias, si aprendemos a teorizar sobre la prctica. Propongo el fin de la poltica tradicional.
Veo, aunque lento, un proceso equivalente a aquel por el cual los mdicos sustituyeron
parcialmente a los brujos y los curanderos en la prctica vertical de la medicina. Los brujos
no estn extinguidos, pero dominan los mdicos. El poltico del futuro tiene que ser ms
profesional y menos intonso, o la democracia no sobrevivir conducida por los curanderos de
la poltica, sean de izquierda o derecha. Hasta ahora, los curanderos dominan la escena
poltica desde un extremo al otro, y mantienen una disputa puramente ideolgica cada vez
ms indiferenciada, que no tiene relacin alguna con el problema central de modernizar las
herramientas de gobierno. La izquierda, sin herramientas modernas de gobierno, es tan
inefectiva como la derecha sin proyecto para enfrentar los problemas sociales.
La prctica poltica ha creado sus propios problemas. Y ellos son en gran parte ajenos a los
problemas de la gente y la sociedad. As, los problemas de la sociedad y del hombre comn
no coinciden significativamente con los problemas de la poltica y los polticos. Los polticos
se dedican principalmente a resolver los problemas internos que ellos mismos crean en la
lucha por el poder. La competencia por ser el brujo de la tribu ha llegado a ser ms
importante que la capacidad de curar. Se supone que la competencia poltica est al servicio
del ciudadano y la sociedad, pero ella puede generar ms problemas que los que resuelve y
desviar el foco de atencin hacia cuestiones secundarias. Es como una fbrica que dedica
ms tiempo al mantenimiento de sus instalaciones que a la produccin que justifica su
existencia. La actividad poltica est atrada por dos extremos polares de peso desigual: el polo
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de acumulacin del poder y el polo de uso del poder en el enfrentamiento de los problemas sociales.
El primero es el polo del poder como fin, por el poder mismo. Es el polo chimpanc de la
poltica (3). El segundo es el polo del poder como medio, como instrumento de un proyecto,
como capacidad para enfrentar los problemas sociales. Es el polo Maquiavelo-Gandhi que
enfatiza el uso del poder para realizar un proyecto social. Aqu hay un desequilibrio vicioso.
La competencia por liderar y acumular poder por el poder, tanto al nivel partidario como
personal, es ms fuerte que la competencia por gobernar con eficiencia, eficacia y
aceptabilidad. El estilo chimpanc domina la micropoltica y deja poco espacio para la
macropoltica. La primera competencia es tan simple como agotadora, y ocurre con
intensidad diaria y directa. Se refiere a la lucha interpersonal e interpartidaria. Es la
micropoltica distante de las ciencias y distante de los intereses de los ciudadanos, que se
realiza en pasillos, salones y pequeos grupos dirigentes. Sus temas obsesivos son los
proyectos personales y los problemas internos del partido. La segunda es compleja, se refiere
a los problemas del sistema social, se evala slo en pocas de elecciones y est distante del
ciudadano que evala. La actividad poltica combina ambas competencias en proporcin
muy desigual. As es como la cultura poltica dominante se forma en base a la experiencia y la
prctica simple de la competencia micropoltica interna, signada por el inmediatismo, el
pragmatismo, la tensin, la urgencia, la operacionalidad y el individualismo. Cultura de
competencia que es eficaz y operante en la micropoltica interna, pero altamente ineficaz en
el enfrentamiento de los problemas de gobierno. De esta manera, la micropoltica interna
domina por dos vas: la de ocupacin del mayor espacio de tiempo en la agenda del poltico,
y la de creacin de un estilo superficial de hacer poltica que cruza todas las ideologas.
Mucha micropoltica con poca macropoltica. Mucha manipulacin con poca direccin.
Mucho esfuerzo por ganar el poder y poco para gobernar con eficacia y aceptabilidad. De
este hbrido surge la personalidad pragmtica y microactiva del poltico tradicional, que despus
transfiere a las funciones de gobierno. El estilo micropoltico, gestado en la actividad partidaria,
domina en el momento del enfrentamiento de los problemas de gobierno. Los mtodos
primitivos de la poltica, con minscula, que operan en la competencia simple, empobrecen
la Poltica, con mayscula, que se ejerce en la competencia superior ms compleja. La
competencia micropoltica es una competencia entre profesionales. La competencia
macropoltica es entre aficionados. No es pues extrao que los partidos polticos sean
buenos para ganar elecciones y malos para gobernar. La distincin entre izquierda y derecha,
vlida para calificar el proyecto de gobierno, se disuelve cuando se trata de juzgar la capacidad
de gobierno. En este aspecto todos son conservadores o tradicionales. La baja capacidad
macropoltica es una carencia generalizada. Todos ignoran las ciencias y tcnicas de
gobierno. Todos quieren gobernar con herramientas muy pobres. Los polticos nuevos se
convierten en viejos y se autosatisfacen con la droga del poder. No hay renovacin del estilo
de hacer poltica.
Esta cultura poltica primaria produce resultados pobres. Los problemas se acumulan y se
repiten hasta formar parte del paisaje social. La ineficacia macropoltica produce as,
inevitablemente, el menosprecio de la gente por el poltico, la poltica y la democracia.
Pareciera que la libertad es incompatible con la eficacia, y de all surgen las tentaciones
autoritarias. Y mientras la democracia acumula los grandes problemas, no los procesa ni los
enfrenta, el ciudadano se distancia de la poltica o abraza la alternativa de la violencia. La
credibilidad del gobernante ante sus gobernados ha llegado a ser muy baja. Si bien, en este
deterioro siempre cuentan la falta de voluntad, la violacin de la tica y los intereses
encontrados, ms all de esos lmites est la incapacidad del estrato poltico superior para
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procesar los problemas reales. La cabeza no tiene cabeza para gobernar. Desde la izquierda hasta
la derecha se gobierna sin mtodos, a pulso. Con la misma seguridad que ciega al que no sabe
que no sabe. Y eso parece natural, sin alternativas. Cuando los problemas se agravan, las
declaraciones se hacen ms radicales, mientras las capacidades de gobierno permanecen
constantes. Valga esta metfora. El gobernante es un ciclista experimentado en paseos de
terreno plano, que debe ahora enfrentar una carrera con fuerte pendiente, sujeto a una
restriccin de tiempo y montado en una bicicleta estacionaria de gimnasia. No tiene
capacidad de gobierno, no sabe disear y escoger su proyecto de gobierno, y como no sabe
modernizar su bicicleta, se acomoda a la ineficacia del aparato pblico que comanda. Pinta la
bicicleta del color de su partido y le coloca un letrero que dice bicicleta reformada. Y,
como no sabe que no sabe, tampoco sabe escoger su equipo de gobierno y sus asesores.
Cuando la situacin se hace ms crtica pedalea ms fuerte, y pierde peso sin avanzar.
De esta manera, cuando triunfan electoralmente fuerzas polticas poseedoras de tica,
voluntad y peso para dominar los intereses minoritarios, fracasan de un modo distinto, pero
fracasan. Cuando falta la voluntad y dominan los intereses de minora, los resultados son
pobres por omisin. Cuando hay voluntad y domina el pueblo en democracia, los resultados
son pobres por incompetencia. Pero, el fracaso de las fuerzas progresistas es mayor y ms
trascendente, porque muestra una incapacidad que deja en la indefensin a las mayoras
postergadas, mientras que la omisin de las fuerzas conservadoras no amenaza de inmediato
sus propios privilegios, slo aumenta ahora el descontrol sobre la tensin social que maana
se combatir con control de la represin.
Las dirigencias polticas no reconocen su baja capacidad de gobierno y no aciertan sobre las
causas de su desprestigio. Lo atribuyen exclusivamente al proyecto de gobierno y a la
gobernabilidad. Y, a veces, ms simplistamente, a las deficiencias de comunicacin. El
argumento de consuelo es : yo hago bien, pero comunico mal. As, como respuesta a la
falta de audiencia, las fuerzas conservadoras adoptan el populismo cosista, mientras la izquierda
se derechiza moderando sus propuestas de cambio. Nadie apunta a la capacidad de gobierno
como la causa principal del deterioro de la poltica. Todos se autocalifican de capaces,
porque no saben que no saben. De este modo los competidores se acercan con sus propuestas y
son semejantes por sus incapacidades. La indiferenciacin poltica aumenta. El ciudadano
responde con indiferencia por la poltica. Es imperativa una revolucin de la capacidad de
gobierno y del estilo de hacer poltica.
Hay pues un divorcio entre lo que la sociedad y los ciudadanos demandan de la poltica, y lo
que la poltica y los polticos ofrecen. Este no es slo un divorcio causado por intereses
encontrados y carencia de voluntad. Es tambin el producto de un abismo entre la poltica y
las ciencias sociales, entre la prctica y la teora. Es tambin un divorcio entre la capacidad de
gobierno y la complejidad de los problemas de gobierno. Los problemas de la prctica no se
parecen a los problemas de las ciencias. Los problemas de la prctica no coinciden con los
departamentos y las facultades de las universidades. Los problemas de la prctica no estn
previamente identificados y formulados, no pertenecen a una ciencia especfica, no son
especializados, ni son bien estructurados. La baja capacidad de gobierno que domina la poltica
es baja capacidad para procesar los problemas reales, es decir, para procesar problemas
cuasiestructurados. El inmediatismo y la improvisacin poltica, bajo el disfraz de la experiencia,
el arte y la intuicin, trabajan con malestares imprecisos y con soluciones preconcebidas,
variable 1
causante
variable 2
causante
variable 3
causante
sobre
variable A
Irrelevante
Irrelevante
Irrelevante
sobre
variable B
irrelevante
relevante
irrelevante
sobre
variable C
Irrelevante
Irrelevante
Irrelevante
Un problema social existe y se formula por la interaccin conjunta de varias variables en una situacin
cargada de problemas, y se estudia para comprender y calcular un resultado de conjunto sobre la
situacin, a fin de tomar una decisin sobre los problemas. Se trata de multiefectos originados
por multicausas. Integracin de variables y efectos, en vez de aislamiento de variables y
efectos. Esta multicausalidad ocurre en la prctica no slo dentro de un departamento
convencional de las ciencias, cercado por fronteras analticas y no reales, sino entre los
departamentos de las ciencias, dentro de la unidad del juego social. Se trata de un vector
transdepartamental de causas que genera un vector transdepartamental de efectos en la totalidad del
espacio del juego.
Las ciencias para profundizar el conocimiento especializado no son las mismas ciencias
necesarias para actuar en la prctica social. Las primeras tienen una demanda puramente
cognitiva, estn en las Universidades y alimentan la prctica profesional vertical. Las segundas son
una necesidad social aun insatisfecha. Todava no tienen demanda en la prctica social
horizontal.
ANLISIS DE UN PROBLEMA SOCIAL
Efecto
mbito 1
Efecto
mbito 2
Efecto
mbito 3
variable 1
relevante
relevante
relevante
variable 2
relevante
relevante
relevante
Variable 3
relevante
relevante
relevante
procesos de muy distinto contenido. Desde su inicio, fue muy influido por las ciencias
naturales clsicas, de modo que ignor la incerteza como regla general y no reconoci la
influencia del observador humano, mucho menos del actor, en la explicacin de los
procesos. Tampoco se preocup por la relacin de la teora con los problemas propios de la
prctica. Por consiguiente, el anlisis de sistemas qued limitado a un esfuerzo horizontal
inadecuado para captar la complejidad del proceso social y de la intervencin sobre el
mismo.
Por su parte, las polticas pblicas, nacieron en los pases anglosajones como una alternativa a la
planificacin tradicional, signada para ellos con una connotacin poltica indeseable. La
visin parcial de las polticas pblicas result as menos comprometedora y ms aceptable
para la mentalidad cientificista. En la prctica, es una deficiente alternativa a la planificacin,
aunque permite tratar con ms flexibilidad los problemas de toma de decisiones que el
enfoque de la planificacin tradicional. As, se gan en flexibilidad y se perdi en visin
global. Pero, en todos aquellos casos donde la planificacin se convirti en una mala palabra,
las polticas pblicas permitieron un espacio de reflexin sobre la gestin pblica. Se trata de
un esfuerzo horizontal que se diferencia del anlisis de sistemas en que no tiene pretensiones
globales y se concentra en problemas concretos de la gestin pblica. Se diferencia tambin
de nuestra propuesta sobre ciencias y tcnicas de gobierno en que se limita a enfoques parciales y
limitados y, por consiguiente, es til para iluminar cortes y aspectos especficos de la gestin
pblica, pero impotente para abordar en profundidad los problemas que presenta gobernar
en el juego social. Es un enfoque sin teora global. Debe considerarse, adems, que bajo el
concepto de polticas pblicas, y tambin de su pariente policy sciences, se aportan anlisis
tericos de muy desigual calidad segn sean sus autores. Debe enfatizarse que el problema
terico sugerido en esta obra no se refiere a un problema de polticas. Apunta a un problema
mucho ms complejo: el de la teora social capaz de fundamentar las polticas, pensar el
diseo de sistemas y proyectos sociales y abordar la diversidad posible de estilos de gobierno. En
sntesis, el enfoque de polticas pblicas tiene, en general, el sesgo de la antiplanificacin, de
la atomizacin de los problemas de polticas y, en varios casos, sigue una cierta imitacin de
la teora econmica positivista. Sin embargo, en algunos autores como Dror (5), las policy
sciences han sido innovadoras y hecho aportes notables a la teora social. Se aproximan
bastante a lo que podramos llamar una ciencia horizontal capaz de sustentar la relacin de la
teora con la prctica.
La tarea de construir una ciencia social horizontal es la base para reconstruir una teora del gobierno
capaz de fundamentar los mtodos de gobierno. Es la base para el diseo de una Escuela de
Gobierno capaz de superar la mera interdisciplinariedad que se expresa en una oferta de
supermercado de cursos que muestra, a gusto del consumidor, toda la variedad de las
disciplinas del mundo. Sin mtodo es imposible gobernar con eficacia y preservar el valor de
la democracia ante los ciudadanos. Debemos rescatar el significado y el valor de la palabra
gobierno. Ese rescate debe hacerse primero en la teora o, al menos, al mismo tiempo que en la
prctica. El arte de la poltica, del gobierno y la conduccin es menesteroso de la ciencia
horizontal, sin fronteras departamentales de investigacin, y slo acotada por los problemas
comunes a la prctica social en cualquier mbito del juego social. Por ejemplo, el abismo que
incomunica la biologa y la psicologa con las ciencias sociales ha permitido que el hombre
econmico sea tratado en la teora econmica como un agente, como una mquina sin
emociones y sin mundo interno; por consiguiente, incapaz de creatividad, solidaridad y
convicciones en la toma de decisiones.
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He redescubierto tardamente que algo similar a esta distincin entre ciencia vertical y
horizontal fue propuesta por el siclogo Lev Vygotsky (6) alrededor de 1930. Dice Vygotsky:
La psicologa, que pretende un estudio de los sistemas globales complejos, debe sustituir el mtodo de anlisis de
elementos por el mtodo de anlisis de unidades (pg. 52)
Llevado esto al extremo absurdo de la metfora, podramos decir que en el reino de las
ciencias verticales, el hidrgeno y el oxgeno son estudiados cientficamente, mientras el agua
es objeto de un simple anlisis intuitivo. Aproximadamente esto es lo que pasa con las
relaciones transdepartamentales entre la poltica y la economa.
La teora del gobierno y la conduccin slo puede construirse a partir de una nueva ciencia
horizontal, en la cabeza de un actor envuelto y comprometido con una posicin en el juego
social.
Podemos empezar con este enunciado complejo. Gobierno, o conduccin, es el arte y la
ciencia del actor para movilizar organizaciones y ciudadanos en el juego social, procesando
problemas conflictivos que cruzan todos los compartimentos de las ciencias, a partir de variables
imprecisas, inciertas y cambiantes, con el propsito de construirle posibilidades a su proyecto
de juego.
Esta propuesta terica precisa la palabra gobierno, como sinnimo de conduccin, destacando
los conceptos de ciencia, arte, actor, organizacin, juego social, problema conflictivo y
variables imprecisas e inciertas. Palabras que resumen la complejidad y contenido de este
discurso terico.
Se trata de un arte, porque la teora y los mtodos de la poltica y el gobierno slo pueden
complementar y dominar, pero no sustituir el juicio intuitivo, la experiencia y las capacidades
innatas.
Se trata de ciencias, porque es necesario comprender tericamente las variables y
complejidades del juego social, pero de ciencias horizontales orientadas hacia la accin que
complementan las ciencias verticales o departamentales propias del investigador.
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Se trata de actores, porque la dinmica del juego social es creativa y conflictiva, es realizada
por conductores imaginativos guiados por motivaciones personales y sociales, capaces de
tener conductas impredecibles y ser protagonistas reflexivos e innovadores del proceso de
produccin social. En el juego social hay conexiones de sentido, adems de conexiones causales; no
hay agentes, hay actores.
Se trata de organizaciones, porque la accin de los actores slo en parte es individual y se
complementa necesariamente con la accin colectiva coordinada desde una organizacin
Se trata de un juego social, porque alude a relaciones cooperativas y conflictivas entre los
hombres en un nivel de interaccin en que no cuentan las relaciones de jerarqua
organizativa.
En ese juego, yo y el otro estamos, al menos, ligados en una competencia y sometidos por el
clculo interactivo; es un juego en que los actores luchan por los diversos tipos de poder que
son propios de la lgica de cada juego componente del gran juego social. Es un juego que
concilia las desigualdades con la carencia de relaciones organizativas de jerarqua entre los
jugadores. Las relaciones de fuerza generan desigualdades. Pero no todas las desigualdades
se estructuran en relaciones formales de jerarqua. No son formalmente organizativas y no
crean obligaciones de obediencia entre los jugadores. Los jugadores, si son realmente
jugadores, son independientes, y tal independencia es un requisito para la existencia del juego
social. Esa independencia permite que todos los jugadores luchen por construirle
posibilidades a sus jugadas, orientados por el propsito de enfrentar los problemas que
declaran.
Se trata de problemas conflictivos y de problemas cuasiestructurados, porque ellos surgen de la
competencia en el juego, de la desigualdad de sus resultados, y de la nebulosidad de las
relaciones causales y de las conexiones de sentido propias del futuro creativo. Es un juego donde se
desarrolla el conflicto cognitivo, emocional y de intereses. Cada jugada produce un intercambio de
problemas que beneficia a unos y perjudica a otros.
Se trata de variables imprecisas e inciertas, porque as son las variables propias de la unidad de la
prctica social, donde se entrelazan las complejidades e incertezas de la cantidad y la calidad
de la creacin del futuro, ligadas por relaciones causales y conexiones de sentido. El juego
social no slo tiene la incerteza que genera la naturaleza, como juego ciego, azaroso y preprogramado, sino adems la incerteza propia del mundo interno del hombre, con la capacidad de
hacer y cambiar sus programas de juego. El hombre no est programado. Es capaz de crear
constantemente su propio programa de juego.
El mtodo PES, planificacin estratgica situacional, surgi como respuesta a las
complejidades anotadas. Ha tenido xito en superar a la planificacin tradicional, en exceder
los lmites del mbito econmico para constituirse en planificacin de la accin, y en rebasar
tambin el espacio de la mera planificacin, imponiendo gradualmente sus herramientas
como mtodo de gobierno. Es decir, ha inaugurado una nueva disciplina. Ha demostrado alta
eficacia en la prctica y una buena capacidad de respuesta ante los interrogantes tericos.
Refut, desde sus cimientos, la planificacin determinstica y la dej en minusvala terica.
Esta innovacin enmudeci al planificador tradicional y, ante el miedo ante lo desconocido,
prefiri ignorar el avance de las ciencias. Pero, la fortaleza del PES y su continuo
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