Goce y Pulsión Escópica
Goce y Pulsión Escópica
Goce y Pulsión Escópica
funcin fisiolgica del ver. La primera est relacionada con el deseo del otro materno, y es la
que introduce al nio en la imagen de un cuerpo propio y unitario. (9). Tal como nos dice Marit
Ferrari: "Lacan propone un primer tiempo en que el sujeto es mirado. En este sentido el sujeto
es cuadro, fotografiado por la mirada que encarnara la luz. El sujeto sera entonces parte del
cuadro, mancha o pantalla." (10). En ese primer momento, el sujeto mira que es mirado por el
otro, en un juego especular, pues as como el nio se mira en el otro materno, ella, la madre,
tambin se mira en esos rasgos que su mirada convierte en un rostro humano. Tal vez no se
ha insistido bastante en esto: para que un nio se convierta en humano, hay que proporcionarle
estructuras humanizantes. A pesar de lo que nos dicen los psiclogos del desarrollo, la
estructura subjetiva no es hereditaria, tampoco innata. Pensemos en lo que Spitz, en los aos
cincuenta, denomin el "sndrome de hospitalizacin", a propsito de esos nios que eran
dejados en el abandono. Algunos tenan una pronta muerte fsica, los dems devinieron
retrasados o autistas. Pero todos enfrentaron la "muerte psquica" antes incluso de haber
despertado a la vida, pues carecieron de una inscripcin en el registro simblico. Ninguno
ocupaba un lugar en el deseo del Otro, pues faltaba la mirada subjetivante.
La mirada es condicin necesaria, pero no suficiente, para la constitucin del sujeto; para que
el cuerpo de un cachorro humano sea algo ms que un "cacho de carne" es indispensable que
en esa mirada exista un corte, algo que ponga lmite a la mirada omniabarcante del Otro; es
necesario introducir a la mirada en la dialctica del fort-da. El juego del "ahora me ves-ahora no
me ves" pone un lmite a la mirada, impidiendo que el sujeto sea devorado por el goce escpico
del Otro.
Por tanto, un doble peligro acecha al sujeto: por un lado, si la mirada falta el individuo no es
inscrito en el registro simblico como sujeto de deseo; si, por otro lado, nada pone lmite a la
mirada, si nada ciega al ojo devorador, nada impedir que el sujeto sea aplastado, borrado por
la voracidad del deso del Otro. No es extrao, desde este punto de vista, que los nios
disfruten tanto del juego del escondite. En l est implcito no slo ocultarse por un momento a
la mirada del otro, sino que tambin est en juego el que otro me busque, como si con ello
dijera "me puedes perder", dandole as un lugar en el deseo de otro.
En conclusin, no basta con la funcin fisiolgica del ver; hay que renunciar a ser visto
siempre. Lo que el nio en proceso de subjetivacin pierde (goce escpico) lo recupera en el
goce del juego. Ahora bien, tambin hay que renunciar a verlo todo?
4.- La mirada: del corte y el trazo a la lgica de la sexuacin.
Freud relacion la pulsin escpica con el afn de saber. En el anlisis del pequeo Juan, en el
que se analiza la constitucin de la fobia de un nio de cinco aos, que es hijo de un discpulo
suyo, podemos observar dos tiempos lgicos: un primer tiempo en que el nio es objeto de la
mirada escudriadora de otro (como objeto de comprobacin de las teoras freudianas sobre
sexualidad infantil), y y un segundo tiempo en que el juanito tiene que vrselas con lo real de la
sexuacin, para acceder a su propia posicin sexuada. Freud resalta la eficacia de la amenaza
de la castracin en el tiempo en que el pequeo Juan puede ver el genital femenino viendo all
lo que falta, lo que no hay. La eficacia de este momento no consiste en que Juanito tenga la
percepcin visual visual de los genitales materno, lo que est en cuestin es que se da a ver
all ms all de lo que se muestra. Cuando, por ejemplo, observa a su pequea hermana a la
hora del bao, comprueba que no tiene Wiwimacher (hace-pip), pero an as, tiene. "Ms
adelante le crecer". Como nos dice Freud: "He aqu, pues, el proceso: el veroncito rehus
darse por enteradode un hecho de su percepcin, a saber, que la mujer no posee pene. No eso
no puede ser cierto, pues si la mujer est castrada, su propia posesin de pene corre
peligro..."(11).
Juanito pasa de la lgica del "todo ser viviente tiene un Wiwimacher", con lo que traza una
primera distincin entre seres animados e inanimados, a la divisin lgica entre hombres y
mujeres. El desplazamiento de un tiempo lgico al otro produce, como efecto, la angustia, que
es una demostracin de que la metfora paterna se instaur con xito. La fobia de Juanito es
un lmite que focaliza y neutraliza la angustia, una apelacin al padre simblico, al padre como
agente de la castracin, para poner un lmite al goce excesivo de la mirada (12).
NOTAS:
1.-Utilizo el trmino "psicopatologa" no sin ciertas reservas, dados los debates existentes en
torno a la pertinencia de ste. Vase, por ejemplo, el anlisis que realiza Foucault (Historia de
la locura en la poca clsica. Mxico, 1987. F.C.E. 2 vols.) , quien demuestra que el concepto
de psicopatologa pertenece a una racionalidad que funciona excluyendo y a una verdad que
sirve a proyectos de dominacin.
2.-Todas las referencias a la obra de Freud las he tomado de Obras Completas. Buenos Aires,
2000. Editorial Amorrortu. Sptima reimpresin. Traduccin de Jos L. Etcheverry. 24 vols.
3.-No he podido encontrar una edicin "establecida" (quiero entender "oficial") del seminario
sobre la angustia, pero s una versin mimiografiada que circula en algunos centros de
transmisin del psicoanlisis en Mxico.
4.-Freud, S. Fetichismo. Vol. XXI.
5.-La lengua materna (o bien, que Lacan llama lalangue) era el ingls. Es importante recalcarlo
por el carcter irreductible que posee la lengua materna en nuestra constitucin subjetiva.
6.-Aunque no deje de sorprendernos, tal como afirma Jorge Jinkis (El objeto fetiche en el
campo escpico), que Freud concluya que el objeto fetiche era la nariz, y no el brillo, ni la
mirada.
7.- Cfr. Lacan, J.El seminario. Vol. 4 "Las relaciones de objeto". Buenos Aires, 1997.
8.- En Ms all del principio del placer, Freud sienta las bases para la comprensin de gran
parte de los desarrollos lacanianianos: la dialctica del fort-da (ah-afuera), la compulsin a la
repeticin y la pulsin de muerte, que son fundamentales para comprender el fetichismo, la
nocin de la falta de objeto y, por supuesto, el goce. A propsito de este ltimo, Freud, cuando
analiza el masoquismo, prefigura el displacer neurtico como "un placer que no puede ser
sentido como tal". Cfr. Op. Cit. Tomo XVIII pag, 58.
9.-Cfr. Lacan, J. El estadio del espejo como formador de la funcin del yo (je) tal como se nos
revela en la experiencia psicoanaltica. En Escritos Vol. 1 Mxico, 1995.Siglo XXI.
10.-Ferrari, Marit. Seminario: la direccin de la cura en el anlisis con nios, la pulsin y el
objeto. Quinta clase. Par. 3. www.edupsi.com/dirninos
11.- Cfr. Freud. Op.Cit. Vol. XXI, pag.148.
12.- Lacan introduce la diferenciacin entre los sexos como una cuestin que pertenece a la
lgica del significante. Cfr. La instancia de la letra en el inconsciente freudiano o la razn desde
Freud, en Op.Cit.. Pag. 479. Este desarrollo culminar con la postulacin, en el Seminario An,
la diferencia de la posicin hombre y mujer en relacin con el goce flico.
13.- Nietzsche, F. As habl Zarathustra. Barcelona, 1992. Editorial Planeta- Agostini. Pag. 274.
14.-"Big brother" hace referencia a la novela 1984 del escritor ingls Geroge Orwell, un
narrador que ha forjado alegoras socio-polticas que han sido explotadas por el cine y la t.v.
15.-Cfr. Benjamin, W. Experiencia y pobreza. En Discursos interrumpidos. Mxico, 1989.
Editorial Taurus.
Jorge Aldo Jurado Hernndez
Docente de tiempo completo en el Instituto de Educacin Media Superior del Distrito Federal
(Ciudad de Mxico) en el rea de filosofa. Participa en dos grupos de estudio de psicoanlisis: