Revista Internacional - Nuestra Epoca N°1 - Enero 1964
Revista Internacional - Nuestra Epoca N°1 - Enero 1964
Revista Internacional - Nuestra Epoca N°1 - Enero 1964
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REVISTA
INTERNACIONAL
DESTACAMOS:
KONNI ZILLIACUS
1964
Nuestra POCA
REVISTA
(32)
INTERNACIONAL
1964
AO III ENERO
S U M A R I O
V. SLAVIK, N. FREED y M. KUATLI La unidad, garanta de las
victorias de los comunistas de todo el mundo
J. PREZ El PCUS en la vanguardia del movimiento comunista mundial
K. OESTERLING La paz, las armas nucleares y la poltica .
G. DAS Algunos problemas de la lucha de clases en Brasil .
E. VILENSKA Importante tarea de los trabajadores de Israel . .
A. DE LA PEA, P. MOTTA LIMA, H. BARRIOS KLEE, R. AMAYAAMADOR y J. CARDONA HOYOS Los pueblos de Amrica Latina
defienden sus derechos
EN LOS PARTIDOS
C O L A B O R A N EN E S T E N U M E R O
J A C Q U E S D U C L O S
Miembro dei Bur Poltico y secretario del Comit Central del Partido
Comunista Francs
J A I M E
P R E Z
Miembro ded Comit Ejecutivo y secretario del Comit Central del Partido Comunista
del Uruguay
V A C L A V
S L A V I K
Miembro del Comit Central del Partido Comunista de Checoslovaquia
N O R M A N
F R E E D
Miembro suplente del Comit Central- del Nacional dej. Partido Comunista
de Canad
MURAD
K U A T L I
Publicista sirio
E S T H E R
V I L E N S K A
Miembro del Bur Poltico del Comit Central del Partido Comunista de Israel
G I O C O N D O
DAS
Destacada personalidad social brasilea
A L C I R A DE LA P E t f A
Miembro del- Comit Ejecutivo del Partido Comunista de la Argentina
P E D R O
M O T T A
L I M A
Publicista brasileo
HUGO
B A R R I O S
K L E E
Publicista guatemalteco
R A M N
A M A Y A A M A D O R
Publicista hondureno
J O S
C A R D O N A
H O Y O S
Miembro del Comit Central del Partido Comunista do Colombia
JUAN
VIA NA
Miembro del Comit Central del Partido Comunista do Colombia
K J E L D
O E S T E R L I N G
Periodista dans
M I R O S L A V
LAB
Periodista checo
K ON N I
Z I L L I A CU S
Publicista ingls, diputado
H YMI E
FAGAN
Periodista ingls
3
11
19
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32
39
COMUNISTAS Y OBREROS
J. DUCLOS - - El PC francs en la lucha por la paz, el pan y la democracia <S> E. GARCA -- Hacia un gran Partido Comunista de masas
en Espaa <$> M. LAB La iniciativa popular <$> J. VIANA Experiencias de un comit regional del PC de Colombia <S> Pleno del CC
del Partido Comunista de Alemania
47
NUESTROS COMENTARIOS
J. THOMAS - - E l mundo libre y el crimen de Dallas 3> H. FAGAN
Lo que ha demostrado la Conferencia de los laboristas . . . .
60
NUESTRAS ENTREVISTAS
La voz de un continente
en pie
67
70
J. ROZAK -- Grecia despus de las elecciones <$> P. SNCHEZ El golpe de Estado en Honduras, provocacin yanqui <S> K. ZILLIACUS
Las fuerzas inglesas de izquierda
33
......
94
LIBROS Y REVISTAS
. SELNES -- Amanecer en Islandia
el camino del progreso
La necesidad vital de la unidad del movimiento comunista dimana del papel que en el
proceso histrico desempean los comunistas,
que personalizan la tendencia ms revolucionaria del desarrollo, a la que est vinculado
el futuro de la humanidad. De todas las fuerzas polticas, los comunistas son la verdadera
fuerza ascensional.
El primer centenario de la fundacin de la
I Internacional, que se cumple en este ao,
muestra brillantemente el impetuoso avance
del movimiento comunista. En la Liga de los
Comunistas, creada por Marx y Engels en
1847, slo se agrupaban al principio unos 400
miembros. Al primer Congreso de la I Internacional, celebrado en 1866, nada ms asistieron delegados de cuatro pases. Hoy, en
cambio, son cerca de 90 las naciones en que
hay partidos comunistas, que cuentan en sus
filas con ms de 42 millones de militantes.
No se ha conocido en la historia movimiento alguno que se propagara con un empuje
tan arrollador como el movimiento comunista.
En torno a los comunistas, que han erigido
en una tercera parte del globo terrestre la
sociedad socialista, se agrupan millones de
trabajadores en el mundo capitalista. Firmes
y seguros, los comunistas marchan en las
primeras filas de los infatigables combatientes por la independencia nacional y luchan por
el progreso social y el radiante porvenir de
todos los pueblos.
El gran lema de Marx y Engels Proletarios de todos los pases, unios!, que en vida
de Lenin alcanz la nueva formulacin, aprobada por l, de Proletarios de todos los pases y pueblos oprimidos unios!, alza a la lucha contra el capitalismo a centenares y cen-
En las relaciones entre los partidos comunistas que han alcanzado el Poder se mantienen plenamente los principios de la comunidad de ideas, pero surgen nuevos problemas, derivados del inters comn en la edificacin del socialismo y el comunismo, en la
defensa de las conquistas de la revolucin y
en el desarrollo directo e inmediato de la
cooperacin y la ayuda mutua ms amplias.
El intercambio de experiencias adquiere nuevo contenido y nuevas formas. Sobre los partidos instalados en el Poder recaen deberes
internacionales comunes y muy responsables
que determinan el carcter de sus relaciones
con los partidos de los pases capitalistas y
que hacen singularmente imperiosa la unidad,
ya que los partidos slo pueden cumplir esos
deberes mediante su accin conjunta.
El marxismo-leninismo no ha considerado
nunca la unidad del movimiento comunista
como algo acabado e inmutable. Los partidos
comunistas son un organismo vivo, que se
desarrolla y acta en una compleja y contradictoria situacin social. Influyen sobre
los procesos sociales, pero a la vez experimentan la presin de distintas fuerzas sociales. De ah que la unidad comunista haya
sido enfocada y se enfoque siempre como un
proceso continuo. Esta unidad se forma y
prospera en la lucha contra los embates de
la derecha y de la izquierda, en el esfuerzo
por superar las contradicciones y dificultades
suscitadas por causas objetivas y subjetivas,
como, por ejemplo, el culto a la personalidad
y otras. La piedra de toque de la unidad ha
sido siempre la fidelidad al marxismo, la
capacidad de los partidos comunistas para
llevar a las masas a intensas acciones revolucionarias en la lucha por el triunfo del socialismo.
luchar contra los partidos comunistas o difamar a la comunidad de los Estados socialistas. I>esde los nacionalistas burgueses o los
irritados filisteos hasta los elementos aventureros, todos procuran solapar su averiada
mercanca anticomunista con frases seudorrevolucionarias.
Tampoco ocultan su jbilo los trotskistas.
Saludan las discrepancias en el movimiento
comunista y se alegran de la aparicin de
grupos escisionistas, los apoyan, confan en
que aumentar su nmero y ya acarician la
idea de la unificacin internacional de todas
las fuerzas que atacan la unidad de las filas
comunistas.
Expresan su gozo tambin los crculos reaccionarios de los pases capitalistas, que
hacen un ruidoso reclamo de los grupos escisionistas y de los nuevos partidos comunistas, coadyuvan a difundir sus materiales
impresos y les facilitan la radio y la televisin para que propaguen sus concepciones.
Entretanto, los autnticos comunistas luchan
en la clandestinidad o encuentran enormes
dificultades para su trabajo, coartndoseles
por todos los medios el ejercicio d-e los derechos democrticos.
Dada esta situacin, nos vemos obligados
asimismo a exponer nuestro pensamiento con
respecto a la teora que pretende demostrar
la necesidad de la creacin de partidos comunistas paralelos como una variante corregida de los ya existentes. Es admisible, desde las posiciones de la teora revolucionaria,
el planteamiento del problema de la existencia de dos partidos comunistas? Acaso se
puede, rigindose por el marxismo-leninismo,
favorecer o aceptar tcitamente la formacin
de grupos y de partidos comunistas paralelos?
La teora marxista-leninista y el largo siglo de experiencia de lucha consciente de clase del proletariado dan una precisa e inequvoca respuesta negativa a esa pregunta. El
marxismo-leninismo es una teora universal,
coherente e ntegra, y no puede haber dos o
ms variedades del marxismo ni en escala
internacional ni en el rea nacional. En un
pas no pueden existir al mismo tiempo dos
o ms partidos comunistas.
Tampoco resiste la crtica el intento de
fundamentar la necesidad de crear partidos
comunistas paralelos invocando que existe
una mayora equivocada y una minora
que posee la verdad, o remitindose a algunas analogas histricas, como, por ejemplo, a la lucha de Lenin contra los oportunistas de la II Internacional.
8
II
La reaccin mundial confa en que las discrepancias surgidas en el seno del movimiento comunista internacional distraigan a los
comunistas de la lucha de clases contra el
capitalismo. Entre los polticos burgueses hay
no pocos agoreros que aseguran que las divergencias actuales se acentuarn, que el monoltico mundo socialista quedar dividido en
agrupaciones contrapuestas y que ello permitir al capitalismo mantener sus posiciones e
incluso extenderlas.
Mas estos pronsticos estn condenados al
fracaso. Nuestro optimismo tiene por base la
experiencia histrica y el profundo convencimiento de los comunistas en la necesidad vital de la unidad. Los partidos comunistas
tienen plena conciencia de su misin como
vanguardia revolucionaria de la clase obrera
y de todos los trabajadores. No olvidan ni
un instante que su enemigo principal es la
burguesa monopolista y saben perfectamente
que la prenda del xito en la ofensiva contra
el imperialismo internacional reside en el fortalecimiento de las filas de todo el movimiento comunista mundial.
~Ea lgica del movimiento revolucionario y
las tareas impostergables de la lucha por la
paz, la democracia y el socialismo no slo
exigen imperiosamente la superacin de las
discrepancias actuales y el reforzamiento de
la unidad, sino que crean tambin nuevas
posibilidades para cohesionar a los pases socialistas y fundir a los partidos comunistas,
a todos los comunistas, en un compacto ejrcito de infatigables luchadores por el progreso histrico. La necesidad objetiva de la unidad se abre y se abrir camino indefectiblemente.
A la par que se esfuerzan por robustecer
la unidad de sus filas sobre la base del marxismo creador y por defender contra todos
los ataques y desviaciones la teora revolucionaria y la lnea general elaborada colectivamente, los partidos comunistas realizan
una gran labor encaminada a forjar ideolgicamente y cohesionar en el aspecto orgnico a sus militantes.
A este propsito, los partidos se guan por
el principio de que los comunistas deben conocerlo todo y participar activamente en la
aplicacin y la determinacin de la lnea poltica. En muchos partidos se han abierto
numerosas discusiones en el transcurso de las
cuales son debatidos importantes problemas
mn es el nacionalismo, como reaccin al sojuzgamiento nacional propio del mundo burgus o como alternativa a las normas impuestas al movimiento comunista durante el
perodo del culto de la personalidad, normas
que eran una traba a la accin independiente
de los partidos.
El proceso, sano y objetivamente necesario,
de fortalecimiento de la independencia de los
partidos es aprovechado por los nacionalistas
para lograr sus fines egostas y para impulsar a los partidos a traspasar ese lmite, no
siempre muy perceptible, pero polticamente
muy claro, que marca la separacin entre la
independencia, vitalmente necesaria, y el aislamiento que aparta a los partidos del movimiento comunista. Es evidente que los nacionalistas tratan de aprovechar este proceso
para dividir al movimiento en compartimientos nacionales.
En tales condiciones, los partidos comunistas, segn se desprende de los documentos,
conceden especial importancia no slo a la
propaganda de las ideas del internacionalismo
proletario, sino tambin a la educacin de
sus militantes en el espritu de estos principios, aprovechando los ejemplos concretos de
solidaridad proletaria internacional. Los verdaderos internacionalistas consideran que su
deber prctico es apoyar el movimiento revolucionario en cualquier lugar del globo.
Cuando se cerni sobre Cuba el peligro de
una intervencin del imperialismo norteamericano, todo el mundo fue testigo de una eficaz manifestacin del internacionalismo proletario: en ayuda del heroico pueblo cubano
acudieron los proletarios de todos los pases,
los pueblos de los Estados socialistas y, ante
todo, los pueblos de la URSS.
El internacionalismo proletario no slo presupone la igualdad de los partidos comunistas en la elaboracin de la lnea general del
movimiento revolucionario, sino tambin una
igual responsabilidad en la aplicacin d-e dicha, lnea, en el fortalecimiento de la unidad
del comunismo mundial. Si aceptamos que en
el movimiento comunista no hay partidos dirigentes ni partidos dirigidos, ello quiere decir que cada partido debe luchar activamente contra todo lo que contribuye a debilitar
la unidad, contra todos los que se dedican a
dividir el ejrcito de los comunistas. Dentro
de los partidos^ cada comunista educado en
el espritu del internacionalismo proletario
considera un deber suyo combatir por la unidad de su Partido y mostrar con hechos la
solidaridad con todo el movimiento comunista mundial.
Una condicin inexcusable de la lucha contra las tendencias divisionistas en el movimiento comunista mundial es la superacin
en sus destacamentos de todas las consecuencias y manifestaciones del culto de la personalidad. El nacionalismo a que nos hemos
referido galvaniza las manifestaciones del
culto de la personalidad, y stas, a su vez,
refuerzan las tendencias nacionalistas.
La superacin de las funestas consecuencias
del culto, el mximo fomento del trabajo colectivo en la vida del Partido, el desarrollo
consecuente de la democracia interna y el
incremento de la actividad de los militantes
preservan a los partidos de esos azares histricos en que un individuo puede ejercer una
influencia negativa sobre sus actividades, a
la vez que constituyen el antdoto ms eficaz
contra los escisionistas y el mtodo decisivo
para superar las confusiones y los errores.
As se asegura tambin la influencia directa
de los comunistas en la elaboracin de la poltica del Partido y su participacin prctica
en la tarea de convertir las consignas polticas en realidades. Al dar ancho campo a
la actividad de los comunistas se favorece la
formacin de nuevos cuadros de direccin, se
acrecienta el papel y la significacin de los
dirigentes capaces de recoger, con criterio
marxista-leninista, la experiencia de las masas y de elevar la combatividad de los partidos.
Los comunistas saben muy bien que la lucha revolucionaria es el medio mejor y ms
seguro de robustecer la unidad del Partido y
de elevar su capacidad de actuar enrgicamente. En esta lucha las masas contrastan
las distintas concepciones tericas, aceptando
las correctas y rechazando las falsas. La
verdadera educacin de las masas deca
Lenin no puede ir nunca separada de la lucha poltica independiente, y sobre todo, de
la lucha revolucionaria de las propias masas.1
La actividad revolucionaria cotidiana de los
comunistas, cada uno de sus xitos en la
transformacin revolucionaria de la sociedad,
es un paso real hacia el fortalecimiento de la
unidad. En la prctica esto se expresa en que
se ampla la colaboracin entre los partidos
comunistas de los pases capitalistas desarrollados en la lucha contra los monopolios interestatales; en que se fortalecen y amplan
los vnculos de la clas-e obrera de dichos pases con el ascendente movimiento de liberacin nacional de los pueblos, dando as origen
a nuevas formas de lucha conjunta contra
1 Obras Completas, t. XXIII, pg. 243, Ed. Cartago.
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cusin que se est llevando a cabo en -el movimiento comunista y en los problemas planteados por la misma.
En los ltimos tiempos, un nmero cada vez
mayor de partidos comunistas formulan sus
propuestas acerca del modo de superar las
discrepancias en el movimiento comunista
mundial.
Los partidos comunistas consideran que -el
primer paso que debe darse en -este sentido
es el cese de la polmica pblica y la eleccin de otras formas de discusin, sobre una
base bilateral o multilateral, de los problemas
surgidos, pues las proporciones alcanzadas
por la polmica slo pueden alegrar a los enemigos del comunismo. Se promueve la idea
le convocar una Conferencia de los partidos
comunistas despus de una minuciosa preparacin.
Otra condicin ineludible de la unidad es
el cese de los ataques a los partidos y de la
ingerencia en sus asuntos internos, el abandono de todas las formas y mtodos de la
labor de zapa, la renuncia a prestar apoyo
de ningn gnero a los grupos escisionistas
y a sus publicaciones.
En asta situacin adquiere una importancia
de primer orden la actividad de cada partido
marxista-leninista, su aportacin a la lucha
por la unidad, por la aplicacin de los documentos elaborados colectivamente, por el
desarrollo creador de la teora y la prctica
revolucionaria, por el progreso hacia el comunismo.
La lucha por la unidad del movimiento comunista mundial no puede ser monopolio de
ningn partido o grupo de partidos. Es la
obligacin internacional, el supremo deber
histrico de cada Partido Comunista sin excepcin, de todo el comunismo internacional.
El movimiento comunista mundial se encuentra actualmente en una de las etapas decisivas de su desarrollo. Estamos firmemente
convencidos de que lograr superar las discrepancias y acrecentar su unidad y su podero.
El PCUS en la vanguardia
del movimiento comunista mundial
por JAIME PREZ
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VEN EN EL PCUS
LA VANGUARDIA
tienen en uno u
F E K E Z
tica y el PCUS,
a lo largo de 46
aos,
fue,ron
siempre el blanco
preferido de la calumnia del imperialismo, de
toda la reaccin, y tambin por esta razn la
actitud frente al Partido de Lenin, la actitud
frente a la URSS, ha sido una piedra de toque
para todos los comunistas a lo largo y a lo
ancho del mundo. No se puede ser antisovitico y ser comunista. Nosotros, los comunistas
de Uruguay, consideramos que asestar un golpe contra el PCUS, es dirigirlo contra todo
el movimiento comunista internacional.
No obstante, hay gentes que sostienen que
eso era justo hasta la formacin del sistema
socialista, pero que luego d formado el sistema socialista, esto ha dejado de ser justo* Con tal afirmacin, estas gentes dan la
espalda a la Declaracin de los 81 partidos,
que tiene un punto expreso en relacin a lo
que supone para todo el movimiento comunista el Partido Comunista de la Unin Sovitica. Esta Declaracin destaca lo siguiente:
Los partidos comunistas y obreros declaran
unnimes que la vanguardia, por todos reconocida, del movimiento comunista mundial ha
sido y seguir siendo el Partido Comunista
de la Unin Sovitica, el destacamento de mayor experiencia y ms templado del movimiento comunista internacional. La experiencia
del PCUS, acumulada en la lucha por la victoria de la clase obrera en la construccin
<l<l socialismo y en el despliegue de la construccin del comunismo en toda la lnea, revist r una importancia de principio para todo el
nMovimiento comunista internacional. El ejemplo del PCUS y su solidaridad fraternal insn a todos los partidos comunistas en su
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consiste en suprimir la explotacin y la miseria en escala mundial y en excluir para siempre de la vida de la sociedad humana la posibilidad de cualquier guerra, sino en librar a
la humanidad ya en la poca actual de los horrores que supondra una nueva conflagracin
mundial. Los partidos comunistas de todos los
pases consagrarn todas sus fuerzas y energas al cumplimiento de esta gran misin histrica.
Esta frase sintetiza el profundo contenido
humanista de nuestras ideas, la actitud de clase hacia la guerra atmica, la certidumbre
absoluta en nuestra victoria-.
Los comunistas siempre han estado contra
las guerras de agresin. En ellas estn interesados los imperialistas, los fabricantes de
armas, aquellos que aspiran a dominar a los
dems pueblos, los que intentan parar la marcha de la historia por medio de la violencia.
La clase obrera y los pueblos no necesitan
una nueva guerra mundial para lograr la victoria. En lo que dependa de nosotros rechazamos tal camino. Rechazamos cualquier afirmacin, toda idea de que la destruccin del
imperialismo sea automtica. Este proceso ser un proceso difcil, doloroso, pero sin duda
cada pueblo lo realizar en su propio pas. En
la cabeza de esta lucha estarn los partidos
comunistas marxistas-leninistas.
No ce debe pensar que los puebles hacen las
revoluciones por gimnasia revolucionaria. Las
hacen porque el capitalismo es incapaz de traer
la felicidad a los pueblos; slo el socialismo y
el comunismo la pueden aportar. Por eso la
primera tarea internacionalista de un partido
comunista en el Poder es resolver la correcta
edificacin del socialismo, la elevacin del nivel de vida de su pueblo, mostrar con el ejemplo concreto a la gente de los pases capitalistas que efectivamente es mejor el rgimen
socialista que el capitalista.
Sin embargo, algunos rganos de prensa hablan del aburguesamiento de la sociedad sovitica por el desarrollo de las fuerzas productivas y la elevacin del nivel de vida del
pueblo en la URSS. Como confirmacin de una
acusacin tan monstruosa, y yo dira tan diablica, no se aduce ningn argumento convincente, ningn hecho; simplemente no existen.
Lo que a nosotros nos extraa es otra cosa. Cmo re puede acusar de aburguesamieni ' al pueblo que fue el primero en el mundo
ID realizar la revolucin socialista y en edii- el Estado de obreros y campesinos, que
Mirante ms de tres aos, pasando por hambre
f ivaciones, defendi con las armas en la
m a n o al Poder sovitico en el perodo de la
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partidarios de la violencia por la violencia, como partidarios de una revolucin cruenta por
la sangre y no por la revolucin. Aquello era
uno de los argumentos que ellos agitaban contra nosotros, y aunque siempre explicbamos,
una y otra vez, que luchbamos por la revolucin porque traera la felicidad para el pueblo y no para un pequeo puado, ellos
siempre colgaban esa venda ante los ojos de
millones de seres, a lo largo de todo el mundo.
Justamente el XX Congreso, al promover el
problema de las vas de la revolucin, permiti arrancar esta bandera mentirosa de manos
de las clases dominantes, para mostrar que,
por el contrario, son ellos los responsables de
la violencia siempre y, en cambio, nosotros no
deseamos la violencia, lo que nosotros deseamos es la revolucin. En algunos casos, esa
revolucin podr ser hecha con las armas y
en otros ser ms o menos pacfica. Esto no
lo podemos determinar de antemano y, en definitiva, la violencia ser responsabilidad de
la burguesa, por la resistencia que oponga a
la revolucin en marcha.
La tesis sobre el ampliamiento de las perspectivas de solucin pacfica de las tareas revolucionarias, sobre la necesidad de elegir la
va pacfica o la no pacfica segn las condiciones concretas, la apoyaron todos los partidos y esto fue expresado en las Declaraciones de Mosc.
Hemos dicho, a texto expreso, en el Programa que rige la vida del Partido Comunista de
Uruguay aprobado en 1958 que aspiramos a
que el proceso revolucionario en nuestro pas
sea el menos doloroso. Por qu? Porque nos
duele la suerte de los Nardone, de los Csar
Batlle, de los Rodrguez Larreta? No! Porque
nos sentimos responsables de la suerte de la
clase obrera, del pueblo. Pero, a la vez, sabemos que estamos en Amrica Latina, sabemos que en Amrica Latina mangonea el imperialismo norteamericano, tiene sus ejrcitos
y sus misiones militares y, por lo tanto, el
Partido, si quiere ser un partido revolucionario, tiene que estar preparado para transitar
todos los caminos. Y si las clases dominantes recurren a la violencia, debemos saber responderles al frente de las masas utilizando las
vas que correspondan.
En el ao 1956, en el Pleno ampliado en
que nuestro Partido discuti los materiales del
XX Congreso del PCUS, hubo una voz que se
levant y dijo que no estaba de acuerdo con
la resolucin que en aquel momento votbamos, en razn de que no era bastante clara.
La resolucin segn este compaero deba decir que nicamente por la va pacfica
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O E S T E B X I N G
nadie le puede ser indiferente que sean los realistas o los frenticos quienes determinen la
poltica exterior de tal o cual pas.
Los dogmticos complican la lucha por la
paz con su interpretacin unilateral y equivocada de la correlacin de fuerzas y con su
renuncia de hecho a examinar la cuestin de
los cambios introducidos en el material de guerra por las armas nucleares y los cohetes.
Se trata de cambios cuantitativos o nos hallamos en presencia de cambios cuantitativos?
Nuestra opinin es que las armas nucleares
han introducido cambios cualitativos en el arte
militar. Tampoco cabe duda de que la influencia de tales armas en los mtodos y las
formas de la poltica tiene en muchos aspectos un nuevo carcter cualitativo.
Por vez primera en la historia de la humanidad, las dos potencias nucleares, antes del
comienzo de un posible conflicto, han acumulado una cantidad de potentes cargas explosivas ms que suficiente para destruir a pases
y pueblos enteros, para convertir a muchas
zonas de nuestro planeta en estriles desiertos. Los actuales medios para transportar esas
armas hasta sus objetivos permiten golpear
prcticamente cualquier lugar de la Tierra.
Vemos, por consiguiente, que ya ahora existe
la posibilidad tcnica de exterminar a la humanidad. Esto ante todo.
En segundo lugar, las armas nucleares y
los correspondientes medios de transporte no
constituyen solamente la ltima palabra en
armamentos. Su propia produccin y la eficaz utilizacin de los mismos slo es posible
en la actualidad sobre la base de los ltimos
adelantos de la ciencia y la tcnica, lo cual
exige una extraordinaria coordinacin de los
trabajos de investigacin cientfica, la preparacin de cuadros en especialidades totalmente nuevas, una gran especializacin de la
produccin y enormes inversiones. Ningn tipo
de armas haba exigido hasta ahora tal concentracin de'recursos humanos y materiales.
En tercer lugar, las armas nucleares representan una concentracin sin precedentes de
trabajo muerto. Al mismo tiempo, pueden
ser utilizadas con una participacin relativamente muy limitada de trabajo vivo. Unos
cuantos miles de combatientes directos y activos pueden causar destrucciones que no seran
capaces de ocasionar ejrcitos de millones de
hombres equipados con armas clsicas.
En cuarto lugar, los cohetes con cargas nucleares concentran una extraordinaria fuerza
explosiva, un poder destructivo sin precedentes, un enorme radio de accin y la posibilidad de alcanzar el objetivo a velocidades nun-
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Algunos problemas
de la lucha de clases en Brasil
por GIOCONDO DAS
Nosotros, los comunistas brasileos, tenemos como objetivo supremo el establecimiento de la sociedad socialista. nicamente en
el socialismo el pueblo brasileo lograr no
slo su emancipacin nacional definitiva, sino
asimismo su completa liberacin social. Mientras tanto, la sociedad brasilea se ve frenada en su desarrollo por la expoliacin imperialista, principalmente la norteamericana,
y por el monopolio de la propiedad de la
tierra en manos de la clase latifundista.
Las tareas fundamentales que tiene planteadas hoy el pueblo brasileo son: conquistar la emancipacin del pas del dominio imperialista, eliminar la- atrasada estructura
agraria, asegurar amplias libertades democrticas y mejorar las condiciones de vida de
las masas populares. Los comunistas, junto
con todas las dems fuerzas patriticas y
progresistas, luchan con tesn por la realizacin de estas transformaciones, considerndolas como una etapa previa y necesaria en el
camino hacia el socialismo.
Por tanto, estas tareas no son las de una
revolucin socialista, sino las de una revolucin nacional y democrtica. Sabemos perfectamente que -entre una y otra etapa de
la revolucin no existe una muralla china.
El Partido est convencido de que los ritmos de transicin no se pueden predeterminar arbitrariamente. No obstante, en la poca actual, ms que en cualquier otra, si los
diversos movimientos de las masas oprimidas y descontentas estn bien dirigidos y si
la vanguardia de la clase obrera sabe conducirlos por los cauces de la lucha revolucionaria de masas, el ritmo de transicin ser ms rpido.
Lenin siempre inst al movimiento comu-
Buenos Aires.
reforma
del
conseguir el equilibrio de la balanza de pagos, detener el proceso de des valorizacin del cruzeiro y paralizar las presiones inflacionistas provenientes del exterior.
Para ello urge una poltica orientada en -el
entido de impedir la evasin de los recursos de cambio y aumentar la capacidad para importar sin que el pas contraiga grandes deudas exteriores. Los puntos principales
de esa reforma seran los siguientes:
El monopolio de las operaciones de cambio
debe corresponder al Banco d-e Brasil [estatal], con la eliminacin completa del mercado libre de divisas y la fijacin exclusiva por
el Gobierno del tipo de cambio. De este modo ser posible terminar con los fraudes de
cambio y con las remesas clandestinas de
beneficios al extranjero.
Control riguroso de las transferencias de
calores y de bienes de ciudadanos brasileos
al exterior, a fin de impedir que una par^
importante de la- riqueza nacional sea depositada en otros pases, cuando en BrasiJ
hay escasez de recursos de inversin.
La poltica de comercio exterior debe impedir el empeoramiento de la relacin de intorcambio que resulta de la baja de precios
exteriores de nuestros productos de exportacin, elevar los ingresos de divisas y asegurar las importaciones de los productos esenciales para el proceso de desarrollo. Esta poltica se tradrcir en:
- poltica de defensa de los presos exteriores de nuestros productos primarios mediante acuerdos internacionales con los pases
interesados. Estmulos de las exportaciones.
:emocin de los obstculos puestos al inter-
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G I O C O N D O
el costo histrico, despus de un riguroso cmputo de los lucros ilegales obtenidos por esas
empresas. Siguiendo el mismo proceso, despus se proceder a la nacionalizacin de las
empresas imperialistas de la industria de la
alimentacin, particularmente los frigorficos,
las fbricas de harina y de leche en polvo;
- supresin de la actividad d-e los trusts
internacionales en el sector petrolfero a travs de las siguientes medidas: concesin a
Petrobrs [empresa -estatal brasilea] del monopolio de importacin de petrleo y sus derivados; nacionalizacin de las refineras particulares;
- modificacin de la poltica de emprstitos 'exteriores, con vista a salvaguardar la
soberana nacional y asegurar el desarrollo
independiente del pas. Denuncia de todos los
acuerdos que lesionan los intereses nacionales,
por ejemplo, los que han sido impuestos por
el Fondo Monetario Internacional;
restriccin -efectiva de la accin del capital
'extranjero en el terreno del crdito, a- fin de
reservar el mercado de capitales a la iniciativa brasilea e incrementar las inversiones
genuinamente nacionales. Prohibir que los
bancos -extranjeros reciban depsitos en Brasil y que los bancos estatales concedan crditos y fianzas a empresas extranjeras o adquieran acciones de stas.
La aplicacin de estas medidas est estrechamente vinculada a la reforma tributaria,
que debe ir encaminada a aumentar la renta pblica y a establecer el equilibrio presupuestario, con la finalidad de eliminar el
foco de inflacin representado por el dficit
del presupuesto federal.
Conjugada con la reforma tributaria, la poltica financiera del Gobierno deber estar
dirigida a elevar las inversiones necesarias
para el normal desarrollo 'econmico del pas,
sobre todo mediante la movilizacin de recursos no inflacionistas, evitando un brusco descenso de los gastos pblicos y la contraccin
del consumo popular.
La reforma agraria tiene como
objetivo
fundamental la eliminacin del latifundio y el fortalecimiento
de
las economas campesinas en sus formas individuales o asociadas, as como el establecimiento de la propiedad estatal en la agricultura, lo que permitira dar tierra a todos los
que la trabajan, en particular a los campesinos sin tierra o deficientemente dotados. S-
REFORMA AGRARIA
Y MEDIDAS
PARA MEJORAR
LA SITUACIN
DE LOS CAMPESINOS
D A
29
que han ocupado y defensa rigurosa de los derechos de los campesinos contra aquellos que
se proclaman ilegtimamente propietarios de
tierras;
impuesto territorial rural fuertemente
progresivo, con aumento de la carga tributaria sobre las grandes propiedades, en proporcin al rea total y a la parte no cultivada;
exencin fiscal para las pequeas propiedades
de tipo familiar;
ayuda financiera directa de los bancos
oficiales a los pequeos cultivadores, propietarios o no, de modo que el crdito agrario oficial no sea monopolio de los grandes hacendados;
estmulo del cooperativismo entre los pequeos y medios labradores; fijacin de precios mnimos compensadores que estimulen la
produccin; garanta de transporte eficiente y
barato para los productos alimenticios; concesin de crditos para la adquisicin de aperos agrcolas; abastecimiento de semillas, abonos e insecticidas a los pequeos y medios
agricultores;
- combatir la accin especuladora de los
intermediarios con el establecimiento de una
vasta red de depsitos y silos estatales y con
la mejora del sistema de transporte;
- aplicacin efectiva de la legislacin laboral existente, hacindola extensiva a los obreros agrcolas, as como medidas inmediatas
gubernamentales para impedir su violacin.
Elaboracin de un Estatuto que establezca una
legislacin laboral obrera adecuada a los trabajadores rurales. Providencias legales que
reglamenten la sindicalizacin rural, con la
plena garanta de organizacin libre y autnoma de los asalariados y semiasalariados del
campo y el reconocimiento oficial inmediato
de los sindicatos rurales.
El desarrollo de las regiones del Noreste de
Brasil est estrechamente relacionado con la
solucin de la cuestin agraria, con la realizacin de la reforma agraria. Teniendo en
cuenta las desigualdades regionales del desarrollo econmico-social y, en particular, la
gravedad de la situacin en el Noreste, es necesario emprender un programa efectivo para
solucionar este problema de inters nacional.
El programa de desarrollo del Norte debe estar orientado a asentar a los campesinos
nordestinos en zonas de suficientes precipitaciones atmosfricas y de tierras frtiles, a emprender obras de regado en las tierras de secano y a promover la industrializacin de esta
parte del pas a base de los recursos nacionales .
30
G I Q C O N D O
Al fijar nuestra
posicin ante las
LAS REFORMAS DE
reformas bsicas,
ESTRUCTURA Y LA
los
comunistas
REVOLUCIN
brasiljeos consiBRASILEA
deramos que la
conquista de esas reformas depende esencialmente de lias luchas del pueblo, de la cohesin
y del podero del frente nico nacional y democrtico y d-el papel que en l desempeen
las fuerzas revolucionarias ms consecuentes,
sobre todo la clase obrera, los campesinos y
otras capas populareis.
Estimamos que, actualmente, en la lucha
por las reformas de estructura, la tarea ms
importante de las fuerzas de vanguardia consiste en dar una amplitud y un vigor mayores
cada- da, a la presin de las corrientes nacionales y democrticas. En este sentido -es como
concebimos la posibilidad del camino pacfico
de la revolucin brasilea.
En este plano, podemos afirmar que nuestro pueblo ya ha alcanzado considerables xitos parciales. En los dos ltimos aos dos
huelgas generales de los trabajadores, apoyadas por los estudiantes y vastas capas de la
poblacin, impidieron que las fuerzas proimperialistas y ms reaccionarias implantasen
en el pas una dictadura abiertamente al servicio de los trusts norteamericanos y de los
latifundistas.
Estamos convencidos de que si la presin
de las masas trabajadoras y populares, as como de todas las fuerzas que se oponen a la
expoliacin imperialista y a la explotacin latifundista, se ejerce a niveles de combatividad
y de organizacin cada vez mayores, el pueblo
brasileo podr imponer la adopcin de las
reformas bsicas. Esto significa que si preconizamos las reformas estructurales como solucin inmediata a los problemas en que se
debate la sociedad brasilea es que estamos
preconizando una salida de lucha de grandes
masas, estamos apoyando una Knea poltica
autnticamente revolucionaria. No admitimos
otra poltica que la que tiene por base la movilizacin, la organizacin y la accin de las
masas.
En las circunstancias presentes, esa presin
de las masas est ntimamente vinculada a la
idea de la formacin de un gobierno nacional
y democrtico, que se comprometa ante el pueblo a poner en prctica un programa en el
que figuren, concretamente, las reformas de
base, la emancipacin econmica del pas y la
consolidacin y ampliacin de las libertades
democrticas, adems de una poltica exterior
D A S
mocrtica sustancial refuerza a las clases dominantes, sino que representa para eas una
prdida de posiciones econmicas y polticas.
De ah la necesidad de guiarnos por la valoracin de la situacin general, del grado actual
de desarrollo social y poltico del mundo, de
31
Importante tarea
de los trabajadores de Israel
por ESTHER VILENSKA
sentado por Samuil Kikunis, secretario general del CC, se deca: La poltica de sometimiento al imperialismo y al capital monopolista extranjero e israel, aplicada por el
Gobierno Ben Gurion, no slo menoscaba
nuestra independencia y quebranta nuestra
economa nacional, sino que adems pone -en
peligro nuestra seguridad y los intereses vitales de la clase obrera y de las grandes macas populares. Lo que est en juego es la democracia israel. Como ensea el leninismo y
lo confirma toda la experiencia histrica-, donde los monopolios ejercen el dominio econmico, la reaccin dirige la poltica.
POR EL, DERECHO DE HUELGA
Aunque en Israel est reconocido formalmente el derecho de huelga, en realidad, cuando un grupo de trabajadores inicia la lucha en
defensa d-e sus intereses, lo::- gobernantes recurren a todos los medios a su alcance para
oponerse a ellos, aplicando la presin econmica, las amenazas de de:pido y las medidas
policacas. Esta poltica responde a los intereses del capital monopolista y es apoyada
por la mayora reaccionaria de la direccin
del Histadrut [Federacin de Sindicatos]. El
movimiento obrero israel ha conocido en estol ltimos aos no pocos casos de tal proceder antidemocrtico. He aqu algunos de ellos.
Durante la huelga general de advertencia
contra la creciente caresta de la vida, realizada en febrero-marzo de 1962, la polica atac a los huelguistas reunidos en la Plaza de
Elit, en Kamat Gan, y detuvo a decenas de
ciudadanos que fueron entregados a los tribunales .
El personal de vuelo de la compaa estatal
de aviacin El-Al declar en marzo del pasado ao una huelga para conseguir que fuera
satisfecha su exigencia de mejoramiento de
los seguros sociales. En lugar de entablar negociaciones con los huelguistas, la administracin recurri a medidas extraordinarias, amenazndoles con el despido si no se reintegraban al trabajo. Al mismo tiempo, el Gobierno
entreg los servicios de vuelo a una compaa
inglesa, que puso en los aviones pilotos extranjeros rompehuelgas.
Hace dos aos, cuando los ingenieros declararon la huelga en apoyo de sus demandas
salariales, el Gobierno oblig a los ingenieros
de los servicios pblicos a continuar el trabajo. De este modo ejerci una fuerte presin
sobre el movimiento, lo que se halla en contradiccin con el derecho de huelga oficialmente reconocido.
Atentando contra el derecho de huelga, el
Gobierno impone severas sanciones a los funcionarios pblicos que recurren al paro. Los
patronos amenazan con el despido a los miembros de los comits obreros que exhortan a los
trabajadores a luchar en defensa de sus derechos [como ocurri, por ejemplo, durante la
huelga declarada en la fbrica de galletas
Frumin, en abril del ao pasado]. El objetivo
ce semejante poltica es minar la organizacin de los obreros, debilitar su espritu combativo y apartar a las masas de la lucha.
Pero la experiencia del movimiento obrero
de nuestro pas muestra que ningn castigo
disciplinario es capaz de frenar el desarrollo
de la lucha de clases de los trabajadores. As,
en 1962 se declararon en Israel 146 huelgas,
en las que participaron 37.665 obreros y empleados. El total de jornadas de trabajo perdidas fue de 243.000. En comparacin con el
;nio anterior, estas cifras representan un aumento del 14% para el nmero de huelgas, del
12% para el de huelguistas y del 72% para
IMS jornadas de trabajo perdidas. Conviene ser, como hecho sintomtico, que la mayoi M de las huelgas no fueron aprobadas por el
Mistadrut, pese a lo cual ms de la mitad terminaron habiendo obtenido los huelguistas una
Mtisfaccin total o parcial de sus reivindica10S.
A medida que se va haciendo ms manii a la naturaleza antidemocrtica del capiinonopolista, los obreros van intensificando
l.i lucha en defensa de sus derechos y de las
hu-rtades democrticas. La batalla por la denme racia se inicia en las fbricas, en los lugares donde los capitalistas apoyados a me-
:i N. poca
33
34
E S T H E B
V l i L E N S K A
Los crculos gobernantes justifican la existencia de la administracin militar en las zonas de poblacin rabe diciendo que es un
medio de garantizar la seguridad, impuesto
por la ausencia de relaciones pacficas -entre
Israel y los pases rabes. En un principio,
los nicos que se opusieron a este rgimen
opresivo fueron los comunistas, pero con el
transcurro del tiempo nuevos y nuevos sectores sociales se han ido percatando del dao
que ocasiona a la democracia en Israel el sistema de la administracin militar. Al ser discutido este problema en el Knesset, la mitad
de los diputados se pronunci a favor da la
abolicin de dicho sistema, y la propuesta hecha en este sentido fue rechazada por un col
voto de mayora [57 contra 56 |.
El amplio frente de las fuerzas sociales que
exigen la abolicin de la administracin militar comprende cinco partidos: el Partido Comunista, el MAPAM, el Ahdut Ha'avoda, el
Partido Liberal y el Herut, asi como intelectuales y estudiantes no adheridos a ningn
partido y determinados grupos de aquellos
partidos que votaron contra la mencionada
propuesta. Este hecho muestra la avanzada
madurez poltica de la opinin publica y es
una prueba de que se compren.I mejor la relacin existente entre el menoscabo de los derechos de la minora rabe y el P.-IS.;TO de una
dictadura. Las asambleas pblicas, las manifestaciones, el envo de del-Km-iones al Parlamento y la misma discusin <le este problema
en el Knesset testimonian que va tos sectores estn cada vez ms dlspue toa a luchar
enrgicamente hasta conseguir que se suprima
en el pas la opresin n a c i o n a l .
LA LEY DE SEGURIDAD IH-IL KSTADO
35
satisfactoria de su conducta, se considera cul- tituir el sistema proporcional por el mayoripable de haber transmitido informaciones se- tario para impedir que las fuerzas de la decretas a dicho agente. Segn esta ley no es mocracia y la paz puedan tener representacin
el fiscal el que tiene que demostrar la culpa- en el rgano legislativo nacional. La declarabilidad d-el acusado, sino ste quien ha de pro- cin conjunta hecha por los cinco primeros jebar su inocencia, lo cual re halla en contra- fes del Estado Mayor General en favor de la
diccin con las normas habituales del Derecho supresin dsl sistema proporcional y publicada en la prensa israel a comienzos de 1963,
procesal.
La ilgica e intolerable severidad de esta ley simboliza la indisoluble vinculacin entre el
draconiana qued patentemente demostrada militarismo y el antidemocratismo.
Esta opinin unnime de todos los jefas del
durante el juicio contra Aharon Cohn, miembro del Comit Central del MAPAM. Segn Estado Mayor General ce reduce en esencia a
manifest durante el proceso el miembro del -exigir la sustitucin de la democracia parlaTribunal Supremo Landau, an en -el caso mentaria por un rgimen que estructure la code que el tribunal est convencido de que el munidad nacional al modo militar, de manera
acusado no ha transmitido al agente ninguna que la vida civil quede regulada por las rdeinformacin recreta, pero ha rechazado como nes de una camarilla castrens-e. Ben Gurion
inverosmil su -explicacin acerca de las cau- lleg a decir en el Knesset que ciertas persosas que le impelieron a -establecer contacto con nas [no fascistas en opinin suya] le haban
el ag-ente, deber dictarse un veredicto de cul- aconsejado que implantase un poder no supepabilidad por transmisn de informas secre- ditado al Parlamento y modificas-e sin la aprotos . . . Es evidente que ni siquiera la preocu- bacin de ste el sistema electoral.
El peligroso carcter del militarismo israel
pacin por la seguridad del Estado puede justificar s-emejante deformacin de los medios se pu:o en -evidencia con motivo del llamado
universales de prueba de la culpabilidad en asunto Lavon, gran aventura emprendida en
1954 en la poltica exterior por un grupo de
un proceso judicial.
Al ser discutido en el Knesset el "proyecto militares cercanos a Ben Gurion y que cost
de Ley de Seguridad del Estado, los nicos la vida a muchas personas. Como se aclar
que votaron en contra fueron los comunistas, posteriormente, la aventura haba sido iniciaquienes advirtieron que la misma podra ser da sin -el conocimiento del entonces Ministro
utilizada contra todos los que se oponen a la de Defensa, P. Lavon, al que luego se trat
poltica del Gobierno y que, s la vez, entra- de implicar mediante documentos apcrifos,
aba un serio peligro para los derechos del falsos testimonios, etc. La comisin investigaindividuo y la democracia en general. El pro- dora estableci que Lavon no haba tenido
ceso contra Cohn vino a demostrar cunta nada que ver con el asunto, pero Ben Gurion
razn tenan al hacer esta advertencia. Lo se neg a presentar un informe completo ante
absurdo de la ley qued de manifiesto cuan- la Comisin parlamentaria de Asuntos Extedo uno de los magistrados vot por la abso- riores y Seguridad y a dar cuenta a sus prolucin del acusado, mientras otros dos decla- pios ministros, al-egando razones de seguriraban que la sentencia condenatoria tena co- dad. El asunto Lavon vino a confirmar
mo nica base la extraordinaria severidad de una vez ms que los problemas polticos de
mayor importancia para el pas son resueltos
la ley.
Sectores sociales muy amplios exigen la mo- por una camarilla militar, que se coloca no
dificacin de esta ley, que impide a los ma- slo por encima del Parlamento, sino tambin
gistrados juzgar de acuerdo con su conciencia. por encima del Gobierno.
Con el pretexto de la seguridad, los crcuA finales de 1962, cuatro minoras parlamentarias propusieron que la ley fuera modificada los gobernantes de Israel aplican una poltica
en un sentido democrtico. La opinin pblica antinacional y antiobrera, que se manifiesta
del pas se da cada vez ms cuenta del carc- en la hipertrofia del presupuesto militar, en
ter reaccionario de esta ley draconiana y acta la connivencia poltica y militar con el Gocada da ms unida frente a los atentados del bierno de Bonn y en la promulgacin d-e leyes
que restringen los derechos democrticos. Pero
(obierno contra la democracia.
la aureola que rodeaba en el pasado al concepto de seguridad del Estado se va eclipsanRELACIN ENTRE EL MILITARISMO
do cada vez ms, sobre todo desde que se hizo
Y EL ANTIDEMOCRATISMO
pblico y notorio que la camarilla castrense,
Los medios militaristas de Israel tratan de con la aparente razn de proteger la seguriintroducir cambios de naturaleza reaccionaria dad d-el Estado, ha recurrido a tergiversacion el rgimen social del pas y quieren sus- nes e incluso al crimen directo en la vida po-
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E S T H E B
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V I L E N S K A
Mxico. En este pas, en Torren, los campesinos desfilan portando carteles con leyendas como sta: Hay hambre en el campo,
pidiendo tierras y crditos agrcolas. Esta demanda de tierras extiende su eco por todo el
continente.
El movimiento popular reviste caracteres
polticos cada vez ms marcados. Son testimonio de ello las grandes acciones populares
en Brasil, donde se acenta cada vez ms la
influencia de un potente movimiento obrero
bajo la direccin nica de su CGT, en amplio
frente democrtico y nacional que cuenta, inclusive, con apoyo entre las fuerzas armadas.
Las huelgas polticas de mbito nacional, con
la participacin de tres millones de huelguistas, han sido el factor decisivo en el fracaso
de las tentativas de golpes reaccionarios. Lo
mismo puede decirce de Argentina, donde
acaba de tener lugar, auspiciado por la Confederacin General del Trabajo, partidos polticos y organizaciones democrticas, un paro general de actividades laborales y una
gran concentracin ante el Congreso Nacional, para reclamar la derogacin de las leyes
represivas y otras reivindicaciones econmicosociales.
As, pues, la lucha de 1963 es parte de un
proceso que no culmina en este ao. La victoria de la Revolucin Cubana marca una
nueva etapa en el aceleramiento de la batalla de los pueblos latinoamericanos por la independencia y la dignidad nacionales, por el
rescate de las libertades y derechos ciudadanos. La Revolucin Cubana es la aurora en
el despertar de un continente que se mueve
por el impulso de las aspiraciones de sus pue-
40
blos a una vida ms noble. De ah la preocupacin de sus enemigos por apagar la luz
que irradia el ejemplo de Cuba.
Por eso ahora, cuando se cumple el quinto
aniversario de la heroica Revolucin Cubana,
cuando sta sigue sealando el irreversible
camino de las revoluciones de liberacin nacional hacia el socialismo, los pueblos de
Amrica Latina perciben cada vez ms ntidamente la .trascendencia: de su ejemplo y la
necesidad de su defensa.
)
El primero de agosto de 1963, el asesinado
Presidente Kennedy, refirindose al plan de
la Alianza para el Progreso, habl en una
conferencia de prensa, de una revolucin
para Amrica Latina. En efecto, la necesidad
de una revolucin es una verdad que se palpa en el ambiente continental. Lo dudoso es
que la revolucin que los pueblos desdan se
pueda programar desde Washington.
Esa supuesta revolucin democrtica pacfica sera, segn palabras del senador norteamericano Hubert Humphrey,
un acontecimiento nico en la historia1, particularmente
en regiones donde la opresin, la explotacin,
la pobreza y la discriminacin se hallan establecidas desde hace muchas generaciones.
Pero, como ha dicho el gobernador del Estado de Nueva York, Rockefeller, la "Alianza,
para el Progreso" no -es alianza ni progreso.
Por lo tanto, no ha pasado de ser una promesa panamericana ms de reformas, que
choca con la oposicin oligrquica y monopolista y con la desconfianza de las masas, que
ven en este plan yanqui una nueva forma de
perpetuar su dominio en Amrica Latina.
La poltica neocolonial del imperialismo
yanqui, que por un lado ofrece demaggicamente modificaciones sin derramamiento de
sangre, trata, a la vez, de asegurarse con medidas que tienen como objetivo primordial contener el avance de la lucha democrtica.
La conferencia de Kennedy con los presidentes centroamericanos en San Jos, Costa
Rica [marzo, 1963], seguida de la de ministros del Interior con representantes del Departamento de Estado de EE. UU. en Managua, Nicaragua; los acuerdos emanados de la
Organizacin de Estados Americanos, sobre
control de pasaportes y coordinacin de actividades contra la subversin comunista; los
cursillos antiguerrilleros de Panam; las operaciones Fraternidad, Unitas IV y Amrica de los ejrcitos y fuerzas navales latinoamericanos bajo la direccin de oficiales
yanquis, sealan los claros objetivos de la
poltica imperialista.
Pero no slo son los imperialistas yanquis
Bajo la batuta de los imperialistas yanquis, las oligarquas criollas desatan las ms
brbaras represiones en Amrica Latina, Los
manoseados y gastados mitos sobre el mundo libre, la democracia occidental y la
cultura cristiana son apenas subterfugios
para ocultar la escarnecedora y sangrienta
farsa que amenaza con cubrir de terror y
abominacin al continente bolivariano.
Las dbiles libertades democrticas se tor1 Explicando los motivos de su derrocamiento, el ex
presidente Juan Bosch dice: Mi gobierno haba estado oficiando por slo cinco meses y medio y aunque
todava no habamos alcfanzado un programa que diera
trabajo al desempleo [cuyo nmero es de 400.000 en
una poblacin de 3,3 millones], estbamos haciendo
muchas cosas para restaurar la economa nacional. . .
Estbamos comprometidos en grandes estudios y la
reforma agraria haba alcanzado el punto de que 330
familias se haban establecido cerca de La Herradura
en tierras del Estado. [Socialist International Information, 46, dea 16 de noviembre de 1963].
41
42
II
Las fuerzas antidemocrticas intentan extender ese proceso reaccionario y represivo a
todo el continente, mediante maniobras y golpes de Estado. Sin embargo, a esa tendencia
del imperialismo y de la reaccin se contrapone la lucha popular por la consolidacin de
la legalidad democrtica, como en Brasil, Chile y Uruguay, o por su reconquista paulatina, como en Argentina y Per. Una cosa es
el propsito de los monopolios y de los terratenientes, y otra muy distinta es la voluntad de lucha de los pueblos, que responden
con la violencia a la violencia all donde la
reaccin hace imposible el desarrollo pacfico,
como en Venezuela, Paraguay, Guatemala,
Nicaragua, etc.
La tendencia a la unificacin continental
bajo el signo reaccionario tiene un propsito
definido: mantener por el terror las posiciones
que la evolucin histrica y la conciencia de
las masas estn a punto de echar a pique.
Ante el hecho concreto de la feroz represin
contra los movimientos polticos y sociales es
sarcstico recordar los compromisos internacionales sobre los derechos humanos. Con el
fin de impedir la participacin de las masas
populares en la vida pblica, casi todos los
gobiernos latinoamericanos utilizan formas de
silenciamiento diversas: desde la cencura de
comunicaciones y del pensamiento escrito y
hablado, hasta la masacre, pasando por los
ms inicuos mtodos de tortura.
La prensa comunista y la del movimiento
obrero independiente es en esos pases, casi
siempre, ilegal o tiene que apelar a frmulas
de ocultamiento que limitan en grado sumo las
posibilidades de su influencia. En contados
pases [Brasil, Chile, Uruguay] se le reconocen sus derechos, aunque no siempre coincide la autorizacin para editarla con la voluntad policaca de dejarla circular. Se dan
casos, como el reciente de Colombia, en que,
ante las maniobras rabulescas del gobierno
para eliminarlo, nuestros camaradas se ven
forzados, con los consiguientes perjuicios, a
43
44
Y J. CARDONA
III
Cada vez que las fuerzas de un pueblo se
unen y luchan por un objetivo determinado,
logran xitos y avanzan hacia la conquista d-e
nuevas victorias. La aspiracin a la democracia, a la libertad y a la legalidad, la condena
de los atropellos e injusticias, la repulsa a la
aplicacin de torturas y al asesinato del opositor poltico, mueven la adhesin de los ms
diversos y alejados sectores, de las personalidades y agrupaciones polticas y sociales con
las ms encontradas concepciones y posiciones.
El cncer de las cruentas dictaduras reaccionarias latinoamericanas puede no slo ser localizado, sino liquidarse definitivamente. La experiencia comprueba que los avances de la unidad de accin de todas las fuerzas patriticas,
por el respeto a los derechos humanos, contiene el desborde represivo reaccionario.
Los comunistas, en contra de lo que afirman la reaccin y los reformistas de toda laya
que hacen el juego al imperialismo, desean sinceramente el pleno desenvolvimiento de la democracia y de la legalidad en nuestros pases.
No es que les atemorice el estado de represin en que han vivido los partidos -en dcadas,
ya que se ha comprobado que nunca, ni -en las
pocas de ms frrea dictadura, fue posible
liquidarlos.
La vida legal brinda a las fuerzas democrticas, especialmente a la vanguardia del proletariado, las condiciones necesarias para ligarse con las grandes masas, sus organizaciones y sus batallas. Esto es lo que ms alecciona, desarrolla la conciencia de clase, infunde
confianza, en la propia fuerza, da vigor a los
partidos comunistas y obreros y a las organizaciones de masas.
La irona de la historia universal lo pone
todo patas arriba deca ya Engels -en su introduccin a Las luchas de clases en Francia
de 1848 a 1850, de Marx. Nosotros, los "revolucionarios", los "elementos subversivos",
prosperamos mucho ms con los medios legales que con medios ilegales y la subversin.
Los partidos del orden, como ellos se llaman,
se van a pique con la legalidad creada por
ellos mismos *.
As, es una verdad histricamente comprobada que las embestidas reaccionarias se realizan con el pretexto anticomunista, pero sus
alcances siempre rebasan los lmites de la vanguardia de la clase obrera. Quienes un da
1 Carlos Marx y Federico Engels. Obras Escogidas,
pg. 85. Edit. Cartago, Buenos Aires, 1957.
45
46
que luchan por la defensa de los derechos humanos, siendo activa y permanente, pueden
convertirse, nacionalmente, en fuertes movimientos sociales, de masas y extensos, ampliamente representativos. La colidaridad permite extender la lucha de las fuerz'as democrticas y sumar a stas a diferentes capas
sociales y vastas masas. La conculcacin de
principios legales, el irrespeto a la integridad
personal, los abusos de poder, etc., enardecen
la conciencia de todos los hombres y mujeres
que ven en estos hechos no slo el ataque aun individuo, a un grupo o a un partido poltico, sino la amenaza de su extensin a todo
el pueblo.
La solidaridad internacional con los pueblos
que luchan en situacin difcil, ha desempeado y desempea en Amrica Latina un papel relevante en la tarea por contener la represin criminal de la reaccin en el Poder.
Las Ligas antiimperialistas que proliferaron
en este continente en las dcadas del 20 y 30,
fueron un instrumento efectivo en apoyo a la
accin patritica de Augusto Csar Sandino en
Nicaragua por batir la intervencin armada del
imperialismo. Actualmente la frolidaridad con
el heroico pueblo paraguayo detiene en gran
medida la brutalidad del rgimen de StrO'?ssner
y obliga a regmenes como el de Nicaragua,
Ecuador, Guatemala, Repblica Dominicana, a
escuchar la voz de la opinin pblica, a contener sus procedimientos criminales con los
patriotas encarcelados e incluso a ponerlos en
libertad.
Los medios modernos de comunicacin [radio, televisin, prensa] acercan a los pueblos,
haciendo posible que no pasen inadvertidas para ellos las acciones punitivas de la reaccin.
De ah que cuando militares golpistas coma
el actual jefe del gobierno de Honduras quieren eludir su responsabilidad en el asesinato
y encarcelamiento de patriotas, aduciendo que
quienes protestan desde el exterior carecen de
informacin veraz, ignoran cnicamente la extensa divulgacin mundial de cus vandlicos
actos, que levantan oleadas de indignacin.
Esta es una muestra del valor prctico de la
solidaridad internacional, fuerza de que se podran citar numerosos casos en que la solidaridad logr arrancar de las manos de la reaccin a patriotas y revolucionarios.
La experiencia nos dice que es posible impulsar internacionalmente, y en el caso de
Amrica La.tina continentalmente, la solidaridad de los demcratas con ios pueblos oprimidos y que luchan por cu liberacin. Cada
vez se va haciendo ms necesario darle a esta
solidaridad un carcter ms orgnico, que responda en la misma medida a la propensin
imperialista por organizar continentalmente la
represin contra los pueblos. Es indispensable
oponer a la accin represiva de las fuerzas
reaccionarias, la accin combativa de todos los
demcratas y de todos los pueblos en defensa
de la integridad personal, del derecho a la democracia y a la libertad.
y de franceses que comprenden la ligazn directa existente entre las fabulosas sumas derrochadas en la carrera de armamentos atmicos y la-3 dificultades econmicas, la subida
de precios, el bloqueo de los salarios, la msera situacin de las escuelas y de las universidades, la agravacin de la crisis de vivienda.
Un peridico degolista se vio obligado a
escribir, criticando la lucha de las fuerzas de
la paz: As, pues, resulta mucho ms cmodo afirmar, como se hace, y no sin xito, que
sera suficiente suprimir "la fuerza de choque" para que las escuelas y las viviendas
crezcan como las setas. Hay que reconocer
que este argumento prende.
Los mantenedores del poder personal reconocen de esta manera que los sofismas tendentes a justificar la carrera de armamentos
atmicos, aunque con ellos se consigue engaar a. demasiados franceses, pueden ser eficazmente combatidos.
Esto exige una tenaz lucha ideolgica, ya
que hay que demostrar que la poltica de poder personal, lejos de ser un factor de acrecentamiento del prestigio de Francia, conduce,
por el contrario, a su aislamiento en el plano
internacional.
Al mismo tiempo, que la accin unida por
la paz, se desarrollan las luchas reivindicativas. E^tas luchan han sido particularmente
importantes en los servicios pblicos y entre
los funcionarios, pero tambin tienen lugar
eu el sector privado.
Segn clculos vlidos, el nmero de jornadas laborales perdidas por lan huelgas ascendi a 9 millones slo en 1963. Esta es la
cifra ms elevada despus de las grandes
huelgas de agosto de 1953.
Qu lejos est esto de la afirmacin optimista de De Gaulle cuando declar con cierta jactancia que en Francia haba habido en
1961 slo un milln de das de huelga, argumentando sobre esta base que las huelgas son
anacrnicas y que la lucha de clases es una
mocin anticuada!
El descontento no se limita a la clase obre-
48
remos hacerte llegar un saludo sentido y emocionado. Hemos seguido da tras da las vicisitudes
^oj.uu.u.^=, de
^ los
*~~ ltimos momentos de Julin.
Nos quedamos atnitos ante las manifiestas
r^fekn/Mrvnac! del
ripi rgimen,
rpp-imp.n. al propio
oroio tiempo que
intenciones
nos entusiasmaba la enrgica firmeza de un
J..^W
V-UJI^VA^,***^^
50
51
52
La iniciativa popular
[Notas de Checoslovaquia]
A cada paso puede verse en Checoslovaquia
la iniciativa de las masas. Este tpico fenmeno de la sociedad socialista no es privativo de personas o grupos aislados. Descansa
sobre una slida base: la propiedad social de
los medios de produccin, l objetivo comn
de la construccin del socialismo y del comunismo y la autntica igualdad y la fraternal colaboracin entre los hombres. Por lo
tanto, el surgimiento de la iniciativa popular
est determinado directamente por el propio
rgimen social y por las nuevas relaciones
humanas.
La iniciativa creadora de las masas no slo es fruto de la nueva sociedad, sino tambin una premisa de su desarrollo. La construccin de esta sociedad exige la participacin directa de millones de personas.
En empresas y talleres y en diversos sectores de la actividad econmica es ya corriente que en las asambleas de produccin se
discutan diferentes problemas del desarrollo
de la industria y del trabajo de toda la colectividad y de algunos de sus miembros por
separado. Slo en 1962 se celebraron ms de
un milln de asambleas de este carcter. Esto es exponente del gran inters que muestran los trabajadores por la produccin, por
mejorar la organizacin de la misma y por
elevar el nivel tcnico. A lograrlo contribuyen
la resuelta y amplia crtica de las deficiencias, como tambin las propuestas que se hacen en dichas asambleas.
La emulacin socialista desplegada en el
pas por la superacin de los planes y la bsqueda de nuevos mtodos y de formas ms
perfectas de organizacin laboral son la expresin ms generalizada de la nueva actitud
hacia el trabajo. Tres millones y medio de
trabajadores participan voluntariamente en
distintas formas de emulacin, que les reportan beneficio a ellos mismos y sirven de provecho a toda la sociedad.
Una de las formas de la emulacin es el
movimiento por conquistar el honroso ttulo
de colectividad de trabajo socialista. Este
movimiento, que se ha extendido ampliamente entre el pueblo, no slo abarca la produccin, sino que trasciende tambin a la fisonoma moral de los trabajadores. Para con-
quistar este ttulo de honor no basta con trabajar bien. Es preciso adems que los miembros de la colectividad laboral eleven sus conocimientos y calificacin profesionales, mejoren su formacin cultural y observen ejemplarmente las normas de la moral socialista.
A este movimiento se han incorporado ms de
un milln de trabajadores.
El trabajo con espritu creador y la iniciativa de las masas se ven reflejados tambin
en -el movimiento de los racionalizadores e inventores. En el transcurso de cuatro aos
[1959-1962] los trabajadores checoslovacos
presentaron 1.227.722 propuestas encaminadas
a mejorar y racionalizar la produccin. Las
618.947 propuestas que ya han sido aplicadas
han permitido economizar unos 5.000 millones
de coronas. Esta economa, adems de beneficiar a la sociedad, es provechosa para los
propios racionalizadores, que reciben premios
al ser puestas en prctica sus sugerencias.
El invierno de 1962-63 fue muy crudo en
Checoslovaquia. Los intensos fros repercutieron sensiblemente en el funcionamiento de las
centrales elctricas y de las empresas. Sin
embargo, la iniciativa y el entusiasmo de los
trabajadores han permitido recuperar el tiempo perdido a comienzos de ao. Hacindose
eco del llamamiento del CC del Partido Comunista de Checoslovaquia a aumentar la
produccin, el personal de las empresas industriales asumi el compromiso de obtener en
1963 una produccin equivalente a 1.200 millones de coronas por encima de la prevista
en el plan. A finales de septiembre este compromiso se haba cumplido ya en el 70,5%: el
pas recibi por encima del plan mercancas
valoradas en 846 millones de coronas.
A iniciativa de obreros miembros de la Unin
de la Juventud Checoslovaca, en las empresas,
cooperativas rurales e instituciones se han
constituido numerosos grupos que ostentan loa
nombres poco comunes de omnipresentes y
reflectores. Estos grupos de jvenes inculcan el sentido de la buena administracin en
el mbito de la produccin. Denuncian las deficiencias en la industria,, en el comercio y en
la organizacin de los servicios y procuran
subsanarlas, ayudan a acelerar la aplicacin
de las propuestas racionalizadoras y luchan
por una elevada calidad de la produccin.
La iniciativa popular se manifiesta bajo determinadas formas que ya han arraigado profundamente en la vida de los trabajadores.
Mas estas formas del movimiento no surgieron de manera espontnea. Han plasmado y
se han desarrollado con el apoyo del Partido,
de sus organizaciones; las impulsa y anima el
abnegado trabajo de los comunistas.
En la actualidad se est operando en el
Partido un proceso que se distingue, entre
otras cosas, por la bsqueda de vas que permitan mejorar la actividad de sus organizaciones y aprovechar ms plenamente la energa y la capacidad de cada comunista a fin
de cumplir con todo xito las tareas de la
construccin del socialismo. Al buscar estas
vas se ha visto con claridad que los conocimientos y las aptitudes de cada comunista
slo podrn aprovecharse de la mejor manera cuando se les encomienden tareas concretas de partido. Esta idea se ha visto expresTda en la iniciativa de los comunistas de la
regin de Moravia Meridional, que han lanzado esta consigna: A cada comunista, una
tarea concreta en la produccin material.
Las organizaciones del Partido envan a los
comunistas a trabajar -en los sectores rezagados de la produccin y les encargan de trabajos determinados en lo tocante al desarro
lio de la tcnica, a la elaboracin e implantacin de la nueva tecnologa, a la -elevacin
de la productividad del trabajo y al mejoramiento de la calidad de la produccin. AS es
como el Partido ayuda a superar las dificultades en la economa, influye en la direccin
de la misma y orienta la abnegacin y el entusiasmo de los trabajadores hacia los lugares donde son ms necesarios. Los miembros
del Partido aprenden los nuevos procesos tecnolgicos, organizan el trabajo en los sectores rezagados y, al mismo tiempo, elevan su
calificacin. Es lgico que les secunden los
trabajadores sin partido. As, pues, est surgiendo un movimiento masivo que ejerce profundo influjo tanto sobre la produccin como
sobre las relaciones entre los hombres.
La actividad organizativa concreta, cuando
tiene como base el buen conocimiento de la
produccin industrial y agrcola y las condiciones especficas de cada lugar, ayuda a
vencer las dificultades de la produccin, imprime concrecin y claridad a la labor de las
organizaciones del Partido, haciendo que sea
ms rpida y eficaz y est bien orientada. La
conviccin de que pueden mostrar plenamente
sus aptitudes en un sector determinado de la
produccin tambin sirve de gran estmulo a
los comunistas. De este modo, al participar
<>n el cumplimiento de las impostergables tareas encaminadas a mejorar la produccin,
llevan a la prctica el llamamiento del CC
fi-i'l Partido: obtener en 1963 ms produccin
por encima del plan.
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una significacin poltica y educativa. A ambos les pertenece determinado papel en la labor poltica. Aducir solamente, de una forma
rutinaria, numerosos ejemplos positivos, ocultando tras ellos las deficiencias y los fenmenos negativos, es ir a contrapelo de la filosofa y la experiencia del hombre sencillo y
puede ejercer una influencia desmovilizadora.
Al mismo tiempo tenemos en cuenta que el
ejemplo positivo constituye un gran impulso
para las masas populares, que aprenden a
gobernar el Estado, a asimilar la nueva cultura laboral y la nueva moral. Esto puede
apreciarle en la fuerza de atraccin de las
nuevas formas del trabajo en las -empresas
industriales y en las cooperativas agrcolas.
De ah que la experiencia positiva desempee
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dominaban los elementos manzanillos , oportunistas y no pocos disfrazados. El elemento poltico con vnculos populares era escaso.
Esta experiencia se ha ido enriqueciendo en
el proceso poltico. Y no obstante las diversas
dificultades que supone una poltica de alianzas en las que los comunistas colombianos podemos elegir, pero no podemos ser elegidos,
lo cierto es que en la actualidad un buen sector democrtico del liberalismo, de la izquierda, se opone al anticomunismo y trabaja en
muchas acciones en alianza con el Partido.
La poltica de alianzas se basa en fuerzas polticas que coinciden en determinados problemas nacionales o regionales y unen sus efectivos para realizar luchas concretas. As sucedi en las elecciones de 1960 y 1962, en las
que los comunistas apoyamos con sinceridad
y con gran despliegue las listas del Movimiento Revolucionario Liberal [MRL], opuestas al
liberalismo oficialista, que comparte el Poder
con el conservantismo.
El comit regional, al explicar a la militancia la conveniencia de desarrollar esta poltica
y de fortalecerla, parte de que, en primer lugar, todo esto puede alcanzarse si el Partido
al mismo tiempo no descuida su propio desarrollo masivo, si no olvida elevar su nivel
ideolgico y poltico. Si el Partido es cada vez
ms fuerte orgnicamente, con ms influencia
popular y con ms cultura marxista-leninista,
entonces las alianzas, a no dudar, sern ms
slidas y ms amplias.
En las tareas de solidaridad con la Revolucin Cubana, el comit regional ha realizado
numerosos actos de masas y ha divulgado miles de folletos y materiales que recogen la
verdad de las conquistas del pueblo cubano,
procurando ligar estas tareas a las tareas revolucionarias del pueblo colombiano, y en consonancia con la lnea general de nuestro Partido en el actual momento de su lucha nacional. Puede decirse que en la actualidad la
defensa de la Revolucin Cubana es la base
para ir definiendo entre un movimiento patritico y democrtico sin anticomunismo y
con posiciones claras frente al imperialismo,
y los oportunistas que al amparo de la solidaridad con Cuba no descuidan su labor antipartido, realizan actividades provocadoras y fomentan el fraccionalismo.
Existe tambin una valiosa experiencia -en
otras actividades. La labor de las clulas de
fbrica o empresa es dirigida por un selecto
equipo de la direccin y otros camaradas de
absoluta confianza. Esta medida fue tomada
en el momento en que algunos dirigentes y
militantes pequeoburgueses, so pretexto de
que queran proletarizarse, lograron acceso
a ciertas clulas de fbrica adonde llevaron
su espritu de grupo y tendencias extremistas
1 Manzanillos liama el pueblo a los polticos burgue,ses inescrupulosos. Son gentes sin principios y para obtener una curul se valen de toda clase de maniobras y de falsas promesas.
de izquierda consistentes en querer mantener a los obreros en huelga permanente, elevando, las peticiones en la medida que progresaban las negociaciones de un pliego, pronunciando discursos ultrarrevolucionarios en
las asambleas sindicales donde se discutan
asuntos econmicos, desconociendo los intereses inmediatos de los trabajadores, creando
confusiones en el seno de las asambleas.
La medida adoptada por el comit regional
fue absolutamente justa; de no haberlo hecho,
los daos de aventurerismo sindical hubieran
sido enormes. La medida va aflojando, porque
crece la conciencia de los mismos militantes
obreros, quienes ayudan a ejercer la vigilancia.
En el actual comit regional se puede apreciar la diferencia de clase as, nueve miembros
son obreros de fbrica o dirigentes sindicales,
siete profesionales revolucionarios, cuatro intelectuales y un artesano. Es bueno aclarar
que los denominados intelectuales del regional
son camaradas s-encillos, cuyas profesiones son
tcnicas o sociales, por cuya razn -estn vinculados al trabajo diario de la produccin y
a las luchas de ma-sas. Con este equipo, la organizacin regional comunista puede ligar su
poltica al movimiento obrero y sindical, a las
mas populares y al trabajo interno del Partido, qus por cierto demanda muchos esfuerzos.
El comit regional encarga a cada uno de
sus miembros de un frente concreto de trabajo, a base del principio de direccin colectiva. Esto va acompaado de las comisiones
auxiliares del regional, que se ocupan de poner en prctica las orientaciones generales del
Partido. Ilustremos un ejemplo: la comisin
de organizacin est compuesta por el secretario regional de organizacin y de todos los
secretarios de organizacin de los comits de
zona [organismos intermedios entre las clulas y el comit regional]. Esta comisin discute los problemas de organizacin del Partido, planifica las tareas que le encomienda el
regional o las que por su iniciativa sean acordadas por la direccin. El s-ecretario de organizacin regional rinde cuentas de sus funciones al comit ejecutivo del regional o al
Pleno Regional, segn sea la magnitud de las
tareas.
La comisin sindical la componen todos los
miembros del comit regional que estn vinculados a los sindicatos, ms otros camaradas obreros de confianza que no siendo de
la direcci:n estn ligados a la clase obrera.
Esta comisin es la qus planifica las tareas
del Partido en el movimiento sindical, buscando para ello nuevas relaciones sindicales y
atrayendo nuevas fuerzas con sistemas sencillos y prcticos como los siguientes: encabezando la iniciativa en los sindicatos para apoyar las demandas obreras, tanto dentro de las
fbricas como entre la poblacin en general;
orientando la solidaridad moral y material para que los sindicatos apoyen a los obreros en
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de direccin siete miembros que han sido formados -en los comits de zona.
La atencin de la bas-e se divide en dos partes: una, a cargo de los comits de zona para
las clulas de barrio; otra, a cargo de un equipo selecto para las clulas de fbrica y -empresas. Las dos formas estn ntimamente
controladas y orientadas por el comit regional. Con esta organizacin, el comit regional procura unir la accin de la cas3 obrera
con la de las capas trabajadoras de los barrios.
Todava es mucho lo que hay que hacer. Varios comits de zona no estn consolidados,
porque ci bien es verdad que funcionan organizativamente, en cambio la consolidacin
ideolgica y poltica es una tarea ms compleja, que no ser alcanzada sino mediante
una labor educativa y persistente.
Algunas tareas, como la venta y divulgacin de la prensa del Partido, no son suficientes. Las brigadas que ocasionalmente salen a vender el peridico a los barrios populares, tienen xito y se entusiasman momentneamente, pero esta labor no es sistematizada, lo que reduce las posibilidadeG de mayor
circulacin de la prensa partidaria.
Los avances obtenidos dejaron muy atrs
las tendencias insanas surgidas al comienzo
mostrando que aquellos militantes o dirigentes que hicieron la lucha ideolgica desde posiciones unitarias se han desarrollado y gozan de aprecio en el Partido, mientras que los
litaristas
germaiiooccidentales tambin se han visto obligados a firmar el Tratado de
Mosc. Esto significa, dijo el
camarada Reimann, que en la
lucha por la paz no han sido estriles la actividad de
los sindicatos, la abnegada
actuacin de los adversarios
de las armas nucleares, las
marchas pascuales en seal
de protesta contra el armamento atmico, los llamamientos de los representantes
de la vida social y espiritual.
En las intervenciones del
Pleno se adujeron numerosos
ejemplos de las acciones desplegarlas por los partidarios
de la paz en la RFA en apoyo del Tratado de Mosc, como manifestaciones, proyeccin de pelculas, difusin de
octavillas, recogida de firmas
al pie de llamamientos, mar-
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y el anhihumanismo. All no es difcil encontrar ejecutores ideolgicamente maduros para cualquier atentado, sobre todo cuando se
trata de ahogar aspiraciones de progreso y de
democracia.
De Tejasi se suele decir que es el Estado
del oro fluido, del petrleo. Es, adems,, el lugar de residencia de los millonarios de la industria ganadera. El petrleo de Tejas engrasa
las ruedas de los ultras. El difunto senador
McCarthy era el favorito de la oligarqua petrolera y de los acaudalados ganaderos. Ahora
actan all insolentemente, con el visto bueno
de las autoridades, el doctor Fred Schwarz,
jefe de la organizacin denominada Cruzada
Anticomunista de los Cristianos; Kobert Welch,
que preside la Sociedad John Birch; la organizacin conocida bajo el nombre de los Tjanos para Amrica, que cuenta con el apoyo
de la sociedad Hijas de la Revolucin Americana, y otras organizaciones terroristas, fascistas y racistas. Los monopolios de Tejas no
estn solos en su siniestra actividad conspirativa. Obran de consuno con otros/ representantes del gran business norteamericano. Sin su
dinero, los ultras careceran de fuerza.
Nada ms que un mes. antes del asesinato
del Presidente Kennedy, los ultraderechisitas
organizaron una tumultuosa manifestacin contra Adlay Stevenson durante su visita a Dallas. Por esas mismas fechas un grupo de ultras form piquetes en la sala donde habl el
juez Warren. Portaban carteles en los que se
lea: Linchad a Warren! Expulsad a Warren! Puede sorprender, pues, que Stevenson
y el gobernador Connally trataran de hacer
desistir a Kennedy del viaje a Dallas? El mismo da en que el Presidente lleg a la capital
tejana, el D a l l a s Mo r n i n g N e w s . ,
archirreaccionario peridico local, public en
una de sus pginas una salutacin a Kennedy, insertada dentro del marco negro de las
esquelas de defuncin. En ella se deca: Bien
venido a Dallas, seor Kennedy, a la ciudad
que rechaz su filosofa y su poltica en 1960
y que en 1964 la volver a rechazar ms expresivamente que antes. A la vista de esto,
quin puede dudar de cules son las fuerzas
responsables del asesinato y a quin puede extraar que el crimen se cometiera precisamente en Dallas?
Cuando la radio norteamericana anunci al
mundo el asesinato de Kennedy, nadie dud
de que este crimen haba sido obra de los ultras. Sin embargo, el cuadro cambi cuando
poco despus fue detenido y acusado de haber
dado muerte al Presidente el xnarxista Lee
Harvey Oswald. Viose claramente que se estaba tramando una conjura para encubrir a
los verdaderos culpables y atizar una nueva ola
de histeria anticomunista, antisovitica y anticubana. Todo haca pens-ar que se fraguaba
la variante norteamericana de un proceso semejante al del incendio del Reichstag. Eso era
justamente lo que necesitaban los ultras, los
neofascistas, los racistas de la Sociedad John
'Birch'' y sus caudillos ideolgicos, el general
Walker y el senador Goldwater. Eran palmarios los indicios de una operacin provocadora
planeada de antemano y emprendida para suscitar el pnico y acrecentar de ese modo las
posibilidades de las fuerzas ultraderechistas de
arribar al Poder en EE. UU.
Pero los organizadores de esta siniestra conjura han fallado en sus clculos. La Norteamrica de 1963 no es la Alemania de 1933.
El mundo no es hoy el mismo que era hace
treinta aos. Desde que se peg fuego al
Reichstag como preludio del incendio universal, en nuestro planeta se han producido profundas transformaciones.
Los hechos posteriores al magnicidio se han
desarrollado tan velozmente, las diversas versiones de las pruebas han sido tan contradictorias y la polica de Dallas ha desplegado
una actividad tan burda, que incluso la prensa reaccionaria burguesa ha dejado de creer
en la absurda fbula de una nueva amenaza
comunista.
El monstruoso caleidoscopio de los sucesos
inmediatos al crimen vino a embrollar definitivamente todo el asunto. Antes de que se hubiera presentado oficialmente contra Oswald
la acusacin por el asesinato que se le imputaba, a l mismo le dio muerte el gngster
Jack Ruby, dueo de un club nocturno. Las
circunstancias en que se perpetr este nuevo
homicidio se desarrollaron ante los ojos de
muchas personas, que pudieron ver cmo la
polica de Dallas haba organizado el traslado
de Oswald a la crcel. Todo se desarroll con
arreglo al plan concebido: Oswald fue muerto
y call para siempre.
Exista, por lo visto, el peligro de que Oswald dijese ante el tribunal los nombres de los
verdaderos responsables del asesinato del Presidente. No en vano en cuanto muri Oswald,
el jefe de polica de Dallas anunci gozoso a
los enviados de la prensa, la televisin y la radio: Seores, todo ha concluido. El inusitado
apresuramiento de las autoridades tejanas para cancelar el crimen haba sido calculado de
antemano. Era una burda tentativa ms para
ncubrir a los autnticos culpables, un intento
do impedir que se esclarecieran las circunstan-
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poltica nuclear, incluyendo las bases atmicas en Inglaterra. Tambin considera que Alemania Occidental debe tener los mismos derechos que los dems miembros de la OTAN
al decidir las cuestiones de la poltica nuclear,
pero a condicin de que el Gobierno norteamericano ejerza el control de todas las armas nucleares.
En este punto, Wilson ha modificado claramente y en forma sustancial su actitud hacia Alemania Occidental. En el curso de dos
debates celebrados por el Parlamento en 1963,
declar oponerse total, resuelta e inequvocamente y en todas las circunstancias a cualquier sugestin de que Alemania Occidental
u Oriental pueda, directa o indirectamente, poner el dedo en el gatillo de las armas nucleares o tener alguna responsabilidad, directa o i n d i r e c t a , en la decisin de emplear
dichas armas. Pero en su discurso la vspera
de la Conferencia ya no mencion la responsabilidad i n d i r e c t a , refirindose tan
slo a que el hecho de dotar a Alemania de
un poder nuclear independiente sera un acto
irreversible. No habl para nada del control indirecto.
Cabe sealar que, despus de la apertura
de la Conferencia, la presidencia trat de evitar a todo trance los debates sobre cuestiones
de poltica internacional y defensa. En lugar
de las 26 resoluciones sobre estos problemas
enviadas a la Conferencia se elaboraron e
incluyeron en la agenda tres resoluciones sumarias, despus de una larga discusin del
Comit Organizador de la Conferencia con los
delegados de las organizaciones autoras de
las resoluciones. Pero al empezar la Conferencia, el presidente de dicho Comit anunci
tranquilamente que en vista de la falta de
tiempo las resoluciones no seran sometidas
a debate, que estos problemas haban sido
discutidos repetidas veces en estos ltimos
aos y que en el mundo no haba ocurrido nada nuevo que hiciese necesario el debate en
torno a los mismos.
Igual actitud fue adoptada ante la resolucin sobre las nacionalizaciones. Este era otro
problema que poda haber dividido a la Conferencia, por lo que el Comit Organizador se
neg a conceder tiempo para su discusin. La
nacionalizacin, dijo el presidente, ha sido
discutida muchosi aos y ya existe un programa de acicin. Para qu gastar ms tiempo en tan espinoso problema?
Varios delegados pidieron a la Conferencia
que rechazara estas propuestas, pero sus esfuerzos resultaron vanos. No consiguieron el
apoyo de ninguno de los lderes de los grandes sindicatos, tales como Frank Cousins, cuyos votos juegan el papel decisivo en la Conferencia. En consecuencia fue aprobada por
aplastante mayora la propuesta de no discutir las nacionalizaciones, la poltica exterior
ni los problemas de la defensa.
Algunos delegados hablaron de contradicciones en la posicin de Wilson ante estas cuestiones. Sus repetidos llamamientos a la creacin de una zona desnuclearizada en Europa
y al reconocimiento de facto de la RDA con-
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NUESTRAS ENTREVISTAS
NUESTRAS ENTREVISTAS
' A LUCHA por el desarme general y completo es una parte integrante de la poltica de
coexistencia pacfica. Los conflictos militares
con los colonialistas contribuyen en gran modo a que se tenga una idea errnea sobre la
importancia del desarme general y completo
para el frica combatiente. Los pueblos afri-
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por un perodo en el qus los intereses econmicos, sociales y democrticos de la clase obrera, bajo el influjo de la nueva correlacin de
fuerzas en el mundo y de la agravacin de
las contradicciones de clase, -entran en cho1 Los materiales se insertan con ligeras reducciones.
que cada vez ms violento con el sistema monopolista estatal. Aumenta el inters del proletariado por los problemas cardinales del movimiento obrero. Adems, gracias a la existencia de la RDA, todo lo relacionado con la
lucha por el socialismo y la creacin del rgimen socialista es objeto de la lucha poltica
cotidiana.
Las condiciones interiores en medio de las
cuales se desarrolla hoy la lucha de clases de
la RFA estn determinadas, de un laido, por
el dominio de los gigantescos monopolios y de
lo~: grupos militaristas ms reaccionarios y
agresivos ,y, de otro lado, por las aspiraciones de paz, democracia y seguridad social del
pueblo. En el marco de -esta contradiccin
existen crecientes posibilidades de accin conjunta de diferentes clases y capas de la poblacin .
La lucha huelgustica de los trabajadores
metalrgicos en la primavera de 1963 inaugur
una nueva etapa del movimiento obrero en la
RFA. Al mismo tiempo que intensifican la
carrera armamentista y la militarizacin, los
crculos imperialistas y militaristas intentan
en las condiciones de una agudizacin de la
lucha competitiva en el mercado mundial
descargar el peso de su poltica sobre lias espaldas de la clase obrera y obligarla a que
acepte el bloqueo de los salarlos. La huelga
de los metalrgicos ha- mostrado que pasaron
ya los tiempos en que la clase obrera germanoocoidental poda alcanzar con relativa facilidad victorias econmicas. Ms ha puesto
de relieve tambin la creciente disposicin de
la clase obrera a defender cus intereses vitales. Un rasgo distintivo de la huelga fue la
unidad y el combativo espritu de cas a de todos los que participaron en ella, incluidos los
obreros extranjeros.
La profundizacin de las contradicciones entre loo monopolios y las masas populares, que
tan bruscamente se puso de manifiesto durante la huelga de los metalrgicos, ha hecho surgir ante la clase obrera toda una serie de problemas sustanciales, como son, entre otros, el
de la actitud de los sindicatos hacia los monopolios y el aparato estatal da Bonn y el del
papel de los sindicatos en la sociedad. Estos
nuevos fenmenos que se producen en la RFA
se han visto reflejados, por ejemplo, en la discusin sobre el nuevo programa de la Unin
de Sindicatos Alemanes [USA]. Las organizaciones sindicales de base presentaron al Congreso -extraordinario de la USA [Dusseldorf,
noviembre de 1963] ms de un millar de propuestas y adiciones al proyecto de programa.
Ellas acreditan el afn de los activistas sindicales por determinar con ms precisin la
lnea de la lucha antimonopolista de sus organizaciones, por contraponer un programa de
reformas democrticas a los planes autoritarios de los monopolios y por conseguir que
los sindicatos intervengan ms enrgicamente
en favor de la poltica de distensin internacional .
El inters general en el mantenimiento de
la paz es el principal factor poltico que agru-
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EN
DESARROLLADOS
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rales socialistas. En ellas se estudian, partiendo de la teorja marxista, las cuestiones actuales de la actividad en las empresas y en los
sindicatos. Estas sociedades culturales, que todava no cuentan con gran nmero de oyentes, de tiempo en tiempo publican sus conferencias y las difunden entre los obreros. En esta labor creemos ver una buena oportunidad
para establecer contactos -entre las distintas
corrientes del movimiento obrero.
La tarea de intensificar entre la clase obrera la influencia ideolgica orientada a desarrollar la conciencia socialista de clase reviste
gran importancia tambin porque actualmente
trabajan en la industria germanooccidental,
codo con codo con sus compaeros alemanes,
unos 800.000 obreros extranjeros. La actitud
de los obreros alemanes hacia los obreros extranjeros depende del nivel de su conciencia
de clase. El bajo grado de desarrollo de la
conciencia de clase re pone de manifiesto con
frecuencia en actitudes de tipo nacionalista
con respecto a los obreros emigrados. Esto no
slo dificulta la lucha de los propios obreros1
alemanes, sino tambin la incorporacin de lo>
trabajadores extranjeros al movimiento sindical.
Durante la huelga de los metalrgicos de
Badn-Wurtemberg en la primavera de 1963,
los obreros inmigrantes se solidarizaron plenamente con los huelguistas. En algunas empresas formaron comits de huelga y -editaron
materiales informativos. Los obreros extranjeros asisten cada vez en mayor nmero a las
manifestaciones sindicales de protesta y a las
marchas de Pascua contra el rearme atmico.
A veces han sido los iniciadores de acciones
polticas, tales como las manifestaciones de
protesta contra el asesinato del patriota espaol Julin Grimau. As, pues, en la RFA se
desarrollan formas de accin conjunta sobre
la base de la sjVdaridad internacional. La estrecha colaboracin con los obreros extranjeros es a la vez un buen punto de partida para establecer contactos entre los sindicatos de
sus pases y los sindicatos germanooccidentales y para que se consulten mutuamente, con
lo cual se logra su acercamiento.
En los organismos directivos de la USA se
abrigan grandes ilusiones acerca de la Comunidad Econmica Europea [CEE]. Sin embargo, el cuadro ideal de la Europa unida contrasta, cada vez ms con las consecuencias
prcticas de la poltica de la CEE. De ah que
en la prensa sindical germanooccidental se
oigan ya las primeras voces de alarma.
Se estn dando las condiciones para la negociacin entre los sindicatos nacionales sobre el
apoyo solidario a la lucha de los trabajadores
en cada pas y sobre la aprobacin de un programa da accin conjunta de todas las centrales sindicales de los pases de la CEE, Esta
idea fue sugerida, por ejemplo, en el VI Congreso de la USA.
Mas a este propsito tambin el anticomunismo es el obstculo principal para 3a colaboracin. La consigna de ninguna colabora-
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dad de accin de la clase obrera. El PCA seguir impulsando las nuevas formas de lucha por la paz, la democracia y la justicia
social, sin escatimar energas para que la cla-
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nario de todos los partidos burguesa, as como tambin con otras fuerzas burguesas de
extrema derecha, en ocasin da las elecciones
presidenciales celebradas a comienzos de 1962.
El propsito fundamental que persegua este
bloque era cambiar el curso de la poltica exterior del pas.
En vista de que todos los componentes del
bloque electoral mantienen la misma posicin
en este punto concreto manifest poco antes de las elecciones el secretario del PSF, K.
Pitsinki, no tiene mucha importancia cul
de los candidatos del bloque triunfe en este
o aquel distrito.
Semejante lnea, claro est, -es acogida con
entusiasmo en loa crculos derechistas, que
son quienes cosechan los frutos del rumbo tanneriano seguido por la direccin del PSF. Sobre este particular ha escrito con bastante
franqueza en su libro T. Yunnila, uno de los
ms empedernidos reaccionarios, ex diputado
del Partido Coalicionista y director de Banco: . . . E n el momento presente, la fundamental divisoria poltica en nuestro pas no
pasa entre la "burguesa" y los ''socialistas",
sino entre los partidarios de la democracia
occidental y nrdica, de un lado, y los partidarios de los comunistas y sus simpatizantes,
de otro... En la lucha por la conquista de las
conciencian de los obreros industriales, slo
los socialdemcratas pueden constituir la gran
fuerza que se contraponga a los comunistas.
Si la soc'aldemocracia' pierde esta, batalla ello
puede significar el fin de la democracia en
Finlandia. De ah que yo, que soy un conservador burgus, me vea precisado a decir que
nos hace falta un partido socialdemcrata
unido, combativo y que apoye decididamente
la democracia nrdica.
Y pese a que la maniobra del bloque electoral termin de manera bien deplorable, puesto que se disgreg en vsperas de las elecciones y el PSF, que participaba en l, sufri
una seria derrota Den el colegio de compromisarios obtuvo 36 puestos contra 72 en las
anteriores elecciones presidenciales], el ala
tanneriana del Partido Socialdemcrata no h'i
desistido de sus antiguas concepciones y actitudes.
La colaboracin de los comunistas ron el
ala ultraderechista tanneriana del PSF, o sea
con los heraldos de la guerra fr'a, aliados de
los grupos burgueses ms reaccionarios y antidemocrticos, es imposible. Por el contrario,
la premisa para las acciones conjuntas estriba
en la lucha contra tales concepciones y actitudes. Hay que explicar esto a los obreros y
demostrarles que la poltica de los socialdemcratas ultraderechistas entorpece la unidad
de accin de los trabajadores y la defensa
d-e sus intereses de clase.
2. Posibilidades, y vas de lucha por la
unidad
A pesar de la poltica anticomunista y disgregadora que practica la direccin tanneriana del PSF y de la divisin orgnica del
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prolongado y no puede estar basada en maniobras y subterfugios, de lo que los socialdemcratas nos acusan a los comunistas. Los
intereses de un partido que tiene como objetivo la edificacin del socialismo no pueden
ser contrarios a los intereses de otros partidos que luchan por la causa de los trabajadores. Ya en el Manifiesto Comunista se subrayaba la verdad de que los comunistas no tienen intereses distintos a los intereses del
proletariado.
Con -este problema est muy estrechamente
ligada la discusin sobre las vas y los resultados de la lucha por la unidad del movimiento obrero en las democracias populares.
Los lderes socialdemcratas afirman que la
unificacin de los partidos obreros en estos
pases fue conseguida mediante el cese de la
actividad y la supresin d'e hecho de los partidos socialdemcratas. El estudio y el esclarecimiento a fondo de esta cuestin es muy
actual e importante para nosotros.
La discusin sobre la unidad atae tambin
directamente a la actitud hacia los pases socialistas. A este respecto, en -el Partido Socialdemcrata en sus lderes y entre sus
miembros de filas existen las ideas ms. diversas: unas, sumamente negativas; otras,
razonablemente prcticas, cautelosamente
benvolas, -etc. Nuestro Partido considera que
la diferencia de puntos de vista en este problema no debe ser un obstculo para la unidad de accin en otras cuestiones. Al mismo
tiempo, el PCF muestra que ningn partido
gan nuevos adeptos manteniendo una posicin hostil hacia la Unin Sovitica y los
pases socialistas. Los comunistas expresan su
hondo convencimiento de que los xitos de
los pases socialistas hicieron y hacen ms
fcil la lucha de los obreros de los pases capitalistas y el desarrollo de otros movimientos progresistas de nuestro tiempo. Esto se
aprecia de manera singular en Finlandia, ya
que fue precisamente la victoria de la Unin
Sovitica sobre Hitler la que hizo posible restablecer y ampliar en nuestro pas las libertades y las instituciones democrticas.
El ejemplo de la edificacin cocialista tiene
una importancia inmensa, si no determinante,
para todos los pueblos oprimidos. Como manifest el secretario general de nuestro Partido, Ville Pessi, los xitos sociales de la
Unin Sovitica, as como sus xitos en el
dominio de la ciencia y la tcnica, hacen ms
para extender las ideas socialistas entre las
amplias masas que lo que habra podido hacer la "exportacin de la revolucin", que,
como es sabido, el marxismo-leninismo rechaza totalmente.
La actitud hacia la poltica de coexistencia
pacfica de los Estados con diferentes sistemas sociales desempean un importante papel
en las acciones conjuntas de los trabajadores
y de las fuerzas democrticas en Finlandia.
Las relaciones entre Finlandia y la Unin Sovitica constituyen el principal aspecto de la
poltica de coexistencia pacfica en nuestro
pas.
81
En las relaciones entre los dos pases tuvo positiva hacia la Unin Sovitica. En los llugar un viraje despus de que Finlandia fir- timos aos, el Partido Socialdemcrata se ha
m el armisticio el 19 de septiembre de 1944, visto ante el dilema de proseguir su anterior
La terminacin de la guerra y la conclusin rumbo antisovitico, lo que amenazaba con
del Tratado de Paz originaron un cambio ra- debilitar an ms su influencia, o revisar los
dical en Finlandia y en las relaciones entre principios fundamentales de su orientacin en
nuestros dos pases. Hasta entonces, en los poltica exterior.
26 aos transcurridos desde 1918. Finlandia
Hasta ahora la direccin derechista del
haba seguido una poltica exterior de ene- PSF no ha efectuado ningn cambio de prinmistad con la Unin Sovitica. Ul nico par- cipos en su poltica antisovitica. Es cierto
tido poltico que luch por la amistad entre que los rganos de prensa del PSF y su diFinlandia y la Unin Sovitica fue el Partido reccin tienen ms cuidado al elegir las exComunista de Finlandia. Pero actuaba en presiones cuando hablan de la Unin Soviunas condiciones de rigurosa clandestinidad en tica. A esto les ha obligado la propia vida.
medio de persecuciones y del terror.
En el Congreso celebrado en el verano de
En 1948 entre Finlandia y la Unin Sovi- 1963 se aprob una resolucin sobre los protica fue concluido el Tratado de amistad, co- blemas internacionales, en la que las relalaboracin y ayuda mutua, que, junto con el ciones entre Finlandia y la Unin Sovitica
Tratado de Paz, sirve de base para nuestras ocupan un lugar bastante importante. El PSF
relaciones recprocas. Al principio, el Partido manifiesta- en esta resolucin que ha tratado
Socialdemcrata se pronunci contra el Tra- siempre de establecer y reforzar las relaciotado de amistad, colaboracin y ayuda mu- nes amistosas entre Finlandia y la Unin Sotua, pero ms tarde, al ser discutido en el vitica y que el Partido Socialdemcrata apoya
Parlamento, vot a favor del mismo.
todas las medidas dirigidas realmente a aproxiAhora bien, los 15 aos transcurridos han mar a los pueblos de Finlandia y de la Unin
mostrado que el Partido Socialdemcrata no Sovitica. Es muy importante que ambas partes
ha variado su anterior orientacin en poltica divulguen una informacin veraz que disipe
exterior. En realidad, la base -de dicha orien- los prejuicios y contribuya al entendimiento
tacin sigue siendo la poltica de guerra fra, mutuo.
funesta para los intereses de Finlandia. Se
Mas desde el Congreso, el Partido Socialdepuede tambin decir que cuanto ms fuertes mcrata no ha mostrado ninguna iniciativa
son la Unin Sovitica y otros pases socia- ni ha dado ningn paso que indique su deseo
listas, ms hostil es la actitud de los lderes de llevar a la prctica esta resolucin. Por
de derecha del Partido Socialdemcrata ha- otra parte es necesario sealar que, de hecho,
cia estos pases. Como hemos recordado ms el propio Congreso se encarg de desmentir
arriba, en las elecciones presidenciales de cuanto se deca en esa resolucin sobre las
1962, en las que la atencin se centraba en relaciones amistosas entre Finlandia y la
las relaciones fino-soviticas, la direccin del Unin Sovitica. En efecto, el Congreso anunPartido Socialdemcrata form un bloque con ci la adhesin del PSF a las declaraciolas fuerzas ultraderechistas con la esperanza nes hechas por la Internacional Socialista en
de cambiar la poltica exterior de nuestro Francfort [1951] y en Oslo [1962] sobre la
pas, basada en la amistad entre Finlandia y posicin del movimiento socialdemcrata en
la Unin Sovitica. Las enrgicas acciones da los problemas internacionales. La poltica exlas masas populares contra este bloque hizo terior de la direccin del Partido Socialdemque se disgregara en vsperas de las elec- crata de Finlandia est basada cabalmente en
ciones.
estas declaraciones de carcter antisovitico.
El XIII Congreso de nuestro Partido consLa posicin del PSF en las cuestiones d
tat con toda justeza que la inmensa mayo- poltica exterior y de la guerra y la paz consra de nuestro pueblo apoya la poltica de tituye un enorme obstculo para la unidad de
amistad y colaboracin entre Finlandia y la accin de los trabajadores en todos los terreUnin Sovitica. Sin embargo, el Congreso nos. En su poltica exterior, nuestro Partido
hubo de sealar que en el pas existen an no puede contraer ningn compromiso con la
crculos reaccionarios que realizan una labor poltica antisovitica. Esto no ira en benefide zapa contra estas relaciones amistosas. Los cio de los trabajadores, ya que su verdadera
partidarios burgueses y socialdemcratas de unidad slo puede estar basada en una polderecha de la orientacin dura quieren uncir tica de paz y de relaciones de buena vea Finlandia al carro de las potencias impe- cindad.
ralistas, lo que ira en detrimento de la independencia y de la seguridad de Finlandia.
La poltica de la direccin socialdemcrata,
fomentadora del odio hacia la Unin SovitiEn el programa del Partido Comunista de
ca, origina serias divergencias entre los obre- Finlandia se dice:
ros. Las discusiones en los medios obreros giEl Partido Comunista de Finlanda apoya
ran en torno a los problemas vinculados a la las aspiraciones emancipadoras de todos los
actitud hacia la Unin Sovitica. Y cuando grupos sociales que sufren la presin de la
ms amplias son las relaciones entre Finlan- dictadura del gran capital, y a este fin est
dia y la Unin Sovitica, tanto ms disipan dispuesto a colaborar con las organizaciones
toda clase de prejuicios y ms coadyuvan a y con las personas que representen a estos
que se mantenga una actitud cada vez ms grupos. El Partido considera que una slida
O -N. poca
est muy interesada en la divisin del movimiento obrero. Para realizar esta unidad se
requiere un esfuerzo consciente de los trabajadores y de todas sus organizaciones, sobre
todo de los partidos obreros, por la unidad
de accin. Ningn esfuerzo se indicaba en
el Llamamiento del CC del PCF sobre la unidad [1954] es excesivo si reduce el abismo
que separa a los trabajadores y si contribuye
a la gran causa de la unidad.
T. SINISALO
P. AURA
Grecia despus
de las elecciones
La palabra democracia es de origen griego. El rgimen poltico designado por este vocablo surgi en la antigua Grecia. Las fuerzas
reaccionarias de la Grecia contempornea, y
en especial su partido Unin Nacional Radical
[ERE!, que hasta hace poco gobernaba el Estado, crearon en el pas una tal situacin de
arbitrariedad y terror contra los comunistas,
contra las personalidades de izquierda y contra todos los patriotas, que incluso el peridico
Akropolis, prximo a la ERE, hubo de reconocer con descarado cinismo: S, en Grecia
no hay democracia!
Mas el pueblo griego continu la lucha.
Cuando los reaccionarios asesinaron al diputado de izquierda Lambrakis explot la ira popular, que origin la dimisin del Gobierno y
la fijacin de nuevas elecciones al Parlamento. Se abri una encarnizada lucha electoral y
el 3 de noviembre de 1963 tuvieron lugar las
elecciones, en las que el pueblo alcanz una
importante victoria sobre' las fuerzas de la reaccin y sus valederos extranjeros de la OTAN
y del Mercado Comn Europeo. El pueblo aspiraba a desalojar del Poder al partido derechista reaccionario ERE y entreg sus votos a
los partidos democrticos de la oposicin:
Unin del Centro y Partido Democrtico Unido de Izquierda [EDA].
Apartar del Poder al Gobierno de las derechas, que durante 11 aos haban monopolizado
la, direccin del pas, no fue cosa fcil. En las
condiciones especficas creadas despus de la
guerra civil, en pleno apogeo de la guerra fra,
las fuerzas reaccionarias montaron un complejo y ramificado aparato represivo y terrorista.
Utilizando como base ideolgica el anticomunismo y la doctrina de la guerra fra y aplicando una poltica de divisin nacional y de
odio, las derechas no vacilaron en hacer uso
de este aparato para aplastar cualquier accin
do las masas populares contra su poltica. La
demagogia, la falsificacin del censo y las le-
84
mundial con motivo del asesinato de Lambrakis y ante la transformacin del aparato estatal griego en un mecanismo de represin
contra los adversarios polticos, todo esto indica el incremento y las proporciones de la solicfaridad mundial. El apoyo internacional adquiri singular importancia, ya que era prestado a un pueblo que haba visto que todas sus
desgracias son resultado de la ingerencia del
omnipotente
imperialismo extranjero y de
sus arbitrarlas maquinaciones. Por otra parte,
la solidaridad internacional fue para los inspiradores y organizadores de la violencia un freno en la realizacin de sus planes. Impidi que
se repitiera el golpe electoral de 1961.
Qu sentido tiene el veredicto popular?
Cul fue el mandato del pueblo al votar por
los partidos de la oposicin democrtica? Es
bien claro. Basta tener en cuenta la poltica
que el pueblo conden: la poltica de la ERE,
que, en rasgos generales, consisti en esquilmar a los trabajadores en beneficio de los
monopolios nacionales y extranjeros, en subastar las riquezas y los derechos nacionales, en
continuar la guerra fra, en convertir Grecia
en una plaza de armas de agresin nuclear y,
finalmente, en utilizar el terror y la violencia
como mtodos fundamentales para hacer realidad estos objetivos.
A esta poltica antinacional, el pueblo contrapuso sus reivindicaciones. En particular
exigi:
a] restablecimiento de las instituciones democrticas, del sistema constitucional y de la
vida poltica normal;
b] mejoramiento de la situacin material del
pueblo y desarrollo econmico del pas;
c] aplicacin de una poltica exterior de paz.
El~piieblo breg en pro de estas reivindicaciones en el curso de la tenaz lucha de masas
que precedi - a la victoria electoral y que,
abarcando a todas las capas sociales, adquiri
enormes proporciones Los partidos de la oposicin democrtica prometieron aplicar una
poltica que asegurase el cumplimiento de estas demandas. Por eso, el pueblo les expres
su confianza y les dio fuerzas para la realizacin de una tal poltica.
Si se hubiera respetado la voluntad popular
y la democracia, habrase formado un gobierno conjunto de la Unin del Centro y del EDA
sobre la base de un" programa mnimo comn.
Ahora, la direccin de la Unin del Centro incluso rehusa el apoyo de las izquierdas a un
gobierno de dicho partido, apoyo que el EDA
presta con una sola condicin: que la Unin
del Centro cumpla sus propias promesas electorales. Pero la direccin de la Unin del Centro piensa ms en ganarse la benevolencia de
la Corte y de los norteamericanos que en los
Intereses populares. Trata de aglutinar una
mayora autnoma colaborando con un sector del partido derechista condenado por el
pueblo. De esta manera crea el peligro de que
se falsifique la voluntad popular y hace posibles nuevas intrigas de las fuerzas reaccionarias contra la democracia, contra el pueblo y
el pas.
Sobre la base de los resultados de la vota-
El golpe de Estado
en Honduras, provocacin yanqui
La opinin pblica democrtica del mundo ha
condenado el nuevo golpe militar dado por el
poder de los monopolios norteamericanos en
Honduras el 3 de octubre pasado, como una continuacin de la racha de gorilazos que en Amrica Latina ha venido efectuando el imperialismo yanqui a travs de sus domesticados cipayos, en presencia del fracaso de la decantada
democracia representativa.
El golpe militar llevado a cabo por el coronel
Osvaldo Lpez Arellano, quien era el jefe de las
fuerzas armadas bajo el rgimen liberal de] Dr.
Ramn Villeda Morales, fue muy sangriento y
lia causado numerosas prdidas humanas >y
grandes sufrimientos al pueblo hondureno, especialmente a las clases trabajadoras. 800 ciudadanos muertos es cifra bastante alta para un
golpe de Estado en un pas tan pequeo como
Honduras. Los golpistas haban determinado
sembrar el terror a sangre y fuego en aquellos
lugares [como San Pedro Sula, Progreso, Puerto Corts y otros, incluida la capital] donde la
correlacin de fuerzas era favorable a la democracia y al progreso.
En los dos ltimos meses anteriores a octubre
cu Honduras primaba un ambiente de agita< ion poltica con miras a la celebracin de elecciones generales de acuerdo a la Constitucin.
Se elegiran un Presidente, tres Vicepresidentes
y 64 diputados al Congreso Nacional.
Los dos viejos partidos tradicionales Liberal y
X;ieionalista se haban dividido dando vida a
n t r . - i s dos agrupaciones ms, el Partido RepuM cano Ortodoxo y el Partido Popular ProgreL, De esta manera se presentaran cuatro
85
86
po-
87
nalmente, aunque no en ltimo lugar, la proximidad de las elecciones generales, que deben
celebrarse lo ms tarde el 8 de octubre de 1964,
aunque es casi seguro que tengan lugar antes
del mes de julio. La reaccin de las fuerzas
de derecha ante estos factores influye en medida considerable sobre el alineamiento y la
accin de las fuerzas de izquierda.
Al analizar el enfrentamiento de la derecha
y la izquierda en Inglaterra es preciso tener en
cuenta las profundas races del sistema parlamentario de gobierno en la historia y en la vida de nuestro pueblo, as como la naturaleza
de nuestro sistema electoral. La democracia
parlamentaria inglesa ha evolucionado desde
una monarqua casi absoluta y el feudalismo,
pasando por la oligarqua resultante de la fusin de la vieja aristocracia terrateniente con
los magnates del nuevo capital mercantil y financiero, para llegar a una democracia industrial moderna basada en el sufragio universal
y en la libertad de accin para los obreros organizados, a travs de sus sindicatos y representantes polticos. Claro est que el poder de
la propiedad y de los privilegios distorsiona y
desfigura nuestra democracia, en la que hay
mucha desigualdad e injusticia. Pero en Inglaterra est muy difundida la opinin de que, como dijo Carlos Marx y como repiti el XX Congreso del PCUS, ste es uno de los pases capitalistas en que el paso del capitalismo al socialismo puede efectuarse por medios pacficos
y constitucionales, con utilizacin del Parlamento.
Nuestro sistema electoral se basa en el principio de que cada circunscripcin elige un diputado, siendo ste el candidato que rene el
mayor nmero de votos, aun cuando sea inferior al de los obtenidos en conjunto por sus
rivales. En nuestro pas no existe ninguna forma de representacin proporcional ni segunda
vuelta. Este sistema hace prcticamente imposible que los pequeos partidos puedan conseguir un acta parlamentaria, sobre todo porque
en las elecciones generales los votantes piensan
ms en el futuro Gobierno que en los mritos
personales de los candidatos, por lo que se
muestran reacios a desperdiciar su voto en
favor de un independiente o del candidato de
un partido que no tiene ninguna probabilidad
de formar Gobierno.
Al frente de las fuerzas de derecha se hallan,
naturalmente, el Gobierno y el partido de los
conservadores, sostenidos por las fuerzas del
.^ran capital y de los grandes negocios y respaldados por los que viven de rentas, intereses
y beneficios. En los ltimos aos, los liberales
lian aparecido como serios competidores de los
lories en una serie de elecciones parciales. Los
liberales se dicen radicales y pretenden estar
a la izquierda del Partido Laborista. Pero sta
no es la opinin de los electores: los liberales
arrebatan cuatro votos a los conservadores por
cada uno que quitan a los laboristas. El mayor
doseo de los candidatos laboristas es que en
IMS circunscripciones dudosas la providencia les
depare un competidor liberal, pues en este caso
quedarn divididos los votos que habitualmen1 < - so emiten en favor de los conservadores,
89
90
91
92
93
LOS DEMCRATAS
95
con sus propios medios de defensa a las bandas armadas* fascistas que se haban entregado a toda clase de depredaciones
[asesinatos
de estudiantes, tiroteos a mansalva, incendio
de centros estudiantiles]. Realiz despus actos de masas exigiendo la libertad de los presos polticos y la derogacin de la legislacin
represiva. Su magnitud prepar las condiciones para que los sectores ms avanzados de
estudiantes, egresados y profesores, aplicando
una justa poltica de alianzas con los sectores
progresistas del humanismo [movimiento orientado por catlicos], lograsen derrotar al maccarthysmo en el Consejo Superior de la Universidad, que recientemente se dirigi a las
nuevas
autoridades nacionales reclamando la
derogacin de la legislacin represiva.
Las acciones de masas y los movimientos
unitarios ya mencionados contra la legislacin
represiva y por la derogacin de las proscripciones implican tambin una defensa de la legalidad del Partido, puesto que ponen en evidencia ante la opinin pblica que el anticomunismo y la represin generalizada
contra
todos los demcratas son histricamente inseparables.
Pero hay otros aspectos especficos de la lucha del Partido por su propia legalidad.
En nuestro pas no existe ninguna ley votada por el Congreso que proscriba al Partido
Comunista. La persecucin policial desenfrenada lo coloc en una ilegalidad de hecho. La
reaccin debi acudir al estado de sitio, a los
decretos-leyes de represin y proscripcin para impedir la plena participacin de nuestro
Partido en la vida institucional de la nacin.
Ni aun as obtuvo xitos de importancia, y
sufri en cambio importantes derrotas. Nuestro Partido obtuvo el pleno reconocimiento de
su legalidad por fallos judiciales de todos los
tribunales del pas en 1957. Concurri a las
alecciones de convencionales para la Asamblea
Constituyente de 1957, y obtuvo varias representaciones.
Expuso ante dicha Asamblea su
programa de la revolucin agraria y antiimperialista. La legalidad del Partido, la insercin
de su programa en la realidad nacional, haban recibido as su mxima consagracin: la
participacin en el ejercicio del Poder Constituyente.
Posteriormente, en el proceso de entrega
abierta al imperialismo por el rgimen de
Frondizi, se prohibieron por decreto las actividades del Partido y se clausuraron su prensa,
y sus locales. Se impidi la participacin del
Partido en las elecciones. Y con la pretensin
de legalizar la proscripcin de hecho, el Pode* Ejecutivo inici hacia fines de 1959 juicios
ante todos los tribunales del pas para que se
cancelase su personera y se disolviesen sus
organismos nacionales y provinciales. Mas la
reaccin sufri en esa contienda una grave derrota poltica e ideolgica.
Pasando a la ofensiva, nuestro Partido convirti
estas
investigaciones judiciales en un
verdadero proceso al anticomunismo. Demostr la falsedad de los cargos largamente preparados, puso al descubierto la tcnica de fal~
96
fila el de nuestro Partido, que vieron en su fidelidad a la causa del pueblo y en su larga
experiencia de lucha contra las dictaduras de
toda calaa la mejor garanta para preservar
la seguridad fsica de los encarcelados y para
bregar por su libertad sin discriminaciones de
ninguna clase.
Despus de las elecciones de julio de 1963,
que llevaron al poder al Presidente Illia, los
esfuerzos mayores en la lucha por la legalidad
democrtica se concentraron en la Comisin
Nacional por la Derogacin de la Legislacin
Represiva, que agrupa en su seno a representantes de la mayora de los partidos polticos,
sindicatos, federaciones universitarias y secundarias de estudiantes, organismos de masas y
destacadas personalidades, adems de un calificado grupo de legisladores nacionales. A sus
fines se ha adherido la Confederacin General
del Trabajo, en cuya sede se realiz la reunin
constitutiva, a pesar de la presin intimidatoria de un gigantesco cerco policial puesto en
la ocasin al edificio de la central obrera. Dicha comisin prepara actualmente un congreso nacional que organice e impulse la lucha tendiente a liquidar todos los decretos y leyes represivas, por lo cual constituye una perspectiva de canalizacin hacia el Frente Democrtico Nacional. Ello depender, desde luego, del
grado de movilizacin de las masas y de la
unidad de los sectores objetivamente interesados en la solucin de los grandes problemas
de la democracia, la independencia nacional y
la paz.
Al colocar en lugar fundamental las luchas
generales
por las libertades democrticas, al
hacer la crtica de las tesis ultraizquierdistas
que menosprecian esta lucha, nuestro Partido
se inspira en las mejores tradiciones del marxismo-leninismo. Sera por completo errneo
afirmaba Lenin pensar que la lucha por
la democracia pueda distraer al proletariado
de la revolucin socialista, o colocarla en un
segundo plano, restndole importancia, etc. Por
el contrario, as como es imposible un socialismo victorioso que no realizare la democracia total, as no puede prepararse para la victoria sobre la burguesa un proletariado que
no libre una lucha revolucionaria general y
consecuente por la democracia.
Alberto PEDBONCINI
Amanecer en blanda
El pueblo de Islandia, uno de los ms pequeos del globo, tiene su historia particular.
La isla en que vive fue poblada a finales del
siglo IX por oriundos de Noruega y de las colonias de los wikingos en Escocia e Irlanda.
Procedentes de estos dos ltimos pases tambin llegaron a Islandia los celtas, esclavos
entonces de los noruegos. Pero en la isla no
exista un poder estatal que instituyese la esclavitud, por lo que Islandia se convirti muy
pronto en una especie de repblica gobernada
por un organismo legislativo, el Althing, a cuyo frente se encontraba un presidente electo.
En 1930 celebraron los islandeses el milenario
de su Estado.
Las disensiones internas que siguieron a la
descomposicin definitiva de la gens en los siglos XII y XIII pusieron a Islandia bajo la
soberana de Noruega. A finales del siglo XIV,
los pueblos islands y noruego quedaron sometidos a la dominacin de la Dinamarca feudal.
Esta dependencia de Dinamarca se mantuvo
hasta 1943. Durante todo este tiempo el pueblo
islands hubo de sostener una lucha encarnizada contra la miseria, los conquistadores extranjeros y el monopolio econmico de Dinamarca.
Desde muy antiguo, la parte fundamental de
l.-i poblacin de Islandia la componan los pescadores y ios pequeos campesinos trabajadores. En la isla no haba una clase superior en
rrdadero sentido de la palabra. En vida de
l . i ltima generacin, la historia del pas es
todo la historia del movimiento obrero,
if'icada por la lucha de los trabajadores en
l.-lVnsa de la libertad de su pueblo, contra los
K M a dos Unidos, contra las bases militares
americanas en territorio islands. Es la
i por la libertad de los 180.000 habitantes
la isla contra la potencia imperialista ms
del mundo,
i destacada figura del movimiento obrero
7 N. poca
98
UllOS Y REVISTAS
mientras que los verdaderos patriotas proponan que se comprasen barcos pesqueros, buques de carga y equipo para la industria de
la pesca. La clase obrera exigi la modernizacin y ampliacin de las principales ramas iny,
dustriales e inversiones en la industria que
tuviesen en cuenta los intereses del pueblo y
no los de los capitalistas.
Islandia deba hallar nuevos mercados de
venta en otros pases, comprendidos los pases
socialistas. Al proponer esta alternativa, el
Partido Socialista Unificado expresaba las demandas del pueblo. El Partido tom firme
arraigo en la conciencia popular, en la vida
poltica del pas. Sealaba el camino del progreso y organizaba al pueblo para luchar por
la paz, contra las bases norteamericanas en
territorio nacional. Mas para vencer la resistencia de la reaccin y dar satisfaccin a estas reivindicaciones era preciso luchar. Conviene tener en cuenta que los partidos obreros
no tienen mayora en el Althing. No obstante,
muchas de sus reivindicaciones fueron satisfechas tras una lucha decidida y resultaron
ser beneficiosas para el pas.
En 1956 se constituy un Gobierno de coalicin, del que formaban parte representantes del
Partido Trogresista [partido campesino] y de
la Unin Popular [bloque del PSUI y los socialdemcratas de izquierda]. Comenz una lucha tesonera, que prosigue hoy da, para obligar a ciertas grandes potencias a respetar los
derechos territoriales de Islandia. En el curso
de esta lucha han llegado a producirse situaciones dramticas, como aquella en que inermes pesqueros islandeses tuvieron que enfrentarse con la flota britnica que haba violado
las aguas territoriales de Islandia.
Otra medida de gran importancia del Gobierno coalicionista fue tomada el 28 de marzo de
1956, cuando el Althing decidi revisar el acuerdo con Estados Unidos y suprimir las bases
norteamericanas. Pero la colaboracin de los
dos partidos en el Gobierno termin antes de
que esta decisin hubiese sido llevada a la prctica. El lder del Partido Progresista, a la sazn jefe del Gobierno, traicion los intereses de
la patria, cediendo en el problema de las bases
a la presin de la prensa reaccionaria. El PSUI
se vio precisado a retirar sus representantes
del Gobierno.
Despus de estos acontecimientos, las contradicciones en la vida poltica del pas se manifestaron con mayor agudeza. En la actualidad, el problema principal sigue siendo la lucha contra la participacin de Islandia en la
OTAN. El PSUI considera que otras importantes tareas del momento son la oposicin al ingreso del pas en el Mercado Comn Europeo
y la lucha por mejorar la situacin de la clase
obrera. En el pas se suceden las devaluaciones
de la moneda y se atenta continuamente contra el nivel de vida de los trabajadores. Pero
stos, con sus batallas salariales, dan una digna rplica al capital monopolista. Lgicamente
cabe preguntar: cul sera en la actualidad
la situacin de los trabajadores islandeses si
MBBOS Y REVISTAS
99
100
LBEOS Y REVISTAS
JJBBOS T REVISTAS
nen la poltica del Partido Popular de la Convencin de Ghana para un prolongado perodo.
Se trata, en primer lugar, de la construccin de
la sociedad socialista en Ghana, y, en segundo
lugar, de la creacin de las bases para la unidad poltica y econmica de frica.
La unidad de frica, es uno de los problemas
cardinales de aquel continente. La unidad de
los pueblos africanos se ha ido forjando en el
perodo de la lucha contra la opresin colonial
y ha contribuido grandemente al victorioso desarrollo de esta lucha. Ahora la significacin del
lema de la unidad ha cobrado ms trascendencia para los Estados africanos. Deben aunar y
coordinar sus esfuerzos para suprimir definitivamente el colonialismo en la tierra africana,
alcanzar la independencia econmica y oponerse a las maquinaciones del neocolonialismo.
El mayor peligro con que tropieza frica en
la actualidad advierte Nkrumah es el neocolonialismo... [pg. 173].
Los designios neocolonialistas en frica se
ven facilitados por la herencia que dej la
poltica de balcanizacin del continente practicada por los imperialistas en el perodo de su
dominio. Las fronteras de los actuales Estados
soberanos de frica fueron demarcadas muy arbitrariamente por los colonialistas, haciendo caso omiso de los intereses nacionales de los pueblos aborgenes. Tal divisin llevaba en germen
el surgimiento de futuros litigios y conflictos
territoriales, que hoy se atizan intensamente por
los colonialistas, rigindose por el ya probado
mtodo de divide y vencers. Los litigios fronterizos han originado ya sangrientos choques
entre los nuevos Estados, como hemos podido
apreciar en el ejemplo del conflicto marroquargelino. Los nicos que se benefician de estos
choques son los imperialistas, y quienes los padecen son los pueblos de frica, para los cuales la unidad es absolutamente necesaria si
quieren librarse para siempre del dominio imperialista.
La poltica de balcanizacin escribe el Presidente de Ghana es un nuevo imperialismo,
un nuevo peligro para frica... Firmemente
debemos cerrar filas contra las fuerzas imperialistas, que tratan de conseguir nuestra divisin y de convertir a frica en un campo de
batalla entre partes rivales [pgs. 179-193].
Nkrumah escribi su libro antes de que se celebrara la Conferencia de Estados africanos independientes, reunida en mayo de 1963 en AddisAbeba. En esta Conferencia adquirieron forma corprea, aunque con ciertas salvedades, alr.unas de las ideas de Nkrumah, Entre otras
osas, se cre la Organizacin de la Universidad Africana, cuya Carta, aprobada por la Conicia, proclama la necesidad de coordinar la
>n de los Estados africanos en el dominio
di la, defensa y la seguridad, de la poltica y
diplomacia, de la economa, la ciencia y la
ic.a. En la XVIII Asamblea General de la
los Estados africanos independientes for"tt un frente nico en relacin con imporcs problemas de la lucha contra el colonio.
101
102
MBBOS Y REVISTAS
convincente en su libro, en muchos pases africanos existen importantes premisas para pasar
al socialismo, salvando la fase capitalista o, por
lo menos, la fase del capitalismo desarrollado.
La cuestin se decidir en medio de un reido
enfrentamiento de fuerzas polticas y de clase,
en el curso de la difcil lucha que ya se sostiene
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1964