Revista Juridica 59

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N59 - Junio 2014

N59 - Junio 2014

Fiscal Nacional y Representante Legal:


Sabas Chahun Sarrs

Encargado de la Revista Jurdica del Ministerio Pblico:


Pablo Campos Muoz

Comit Editorial:
Pablo Campos Muoz
Coordinador
Karen Guzmn Valenzuela
Sandra Luco Castro
Ricardo Mestre Araneda
Antonio Segovia Arancibia

Colaboradores:
Andrea Gonzlez Leiva
David Opazo Meneses
Soledad Poblete Moya
La Revista Jurdica del Ministerio Pblico (ISSN N0718-6479) es una publicacin de la Fiscala Nacional de la Institucin, continuadora del Boletn del Ministerio Pblico, cuyo primer
nmero fue publicado en mayo de 2001. Durante su primer ao de publicacin, fue editado
mensualmente. Durante el ao 2002 lo fue cada dos meses y, en el 2003, el incremento del
material de difusin generado por la Reforma, forz su edicin trimestral, para fortalecer la
recopilacin y seleccin del material a publicar. Contiene 1.- Jurisprudencia; 2.- Comentarios de
Jurisprudencia (artculos en que autores pertenecientes al Ministerio Pblico o externos analizan
aspectos doctrinarios interesantes de fallos correspondientes al nuevo procedimiento penal) y
3.- Artculos e Informes de autores pertenecientes al Ministerio Pblico o externos que analizan
diversos temas de derecho, principalmente derecho penal y procesal penal, o se informa sobre
distintos aspectos relativos a la reforma procesal penal.
Toda solicitud de canje o donacin de la Revista debe dirigirse a la Biblioteca de la Fiscala Nacional.
Direccin: General Mackenna 1369, 2 piso, Santiago, Chile.
E-mail: [email protected]
Telfono: (56-2) 2965 9693
Las sentencias publicadas en esta Revista, se encuentran diagramadas de acuerdo al estilo de edicin de
la misma y sus textos son la transcripcin de los originales, salvo cuando involucran a menores de edad,
a vctimas de delitos de ndole sexual o violencia intrafamiliar, o testigos cuya identidad no debe ser
difundida, casos en el cuales los nombres de las vctimas y/o testigos y parientes, son reemplazados por
sus iniciales para resguardar su identidad.
Las expresiones contenidas en los artculos publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y
no representan, necesariamente, la opinin del Ministerio Pblico.
El Ministerio Pblico autoriza la reproduccin del contenido de esta publicacin, siempre y cuando se
cite al autor, el nmero y ao de la publicacin y no se utilice para fines comerciales.

NDICE

PRLOGO
I. MATERIAS DE INTERS GENERAL
Fallos
Recursos de nulidad rechazados. Presuncin de la responsabilidad penal.
Principio de congruencia. Concurso de delitos culposos
Corte Suprema

11

Recurso de nulidad rechazado. Autora del artculo 15 N3 del Cdigo Penal.


Prueba del dolo. Imparcialidad del Tribunal. Efectos del silencio del imputado.
Colaboracin sustancial
51
Corte Suprema
Contienda de competencia entre un Juzgado de Garanta y un Tribunal Militar.
Comisin de un hecho con ocasin o en acto del servicio. Derechos de la vctima
en el procedimiento penal militar
73
Corte Suprema
Recurso de hecho acogido. Plazo para apelar en el recurso de amparo
constitucional 77
Corte Suprema
Requerimiento de inaplicabilidad acogido. Artculo 5 del Cdigo de Justicia
Militar. Jurisdiccin de la justicia militar
Tribunal Constitucional

81

II. DIVISIN DE ATENCIN A VCTIMAS Y A TESTIGOS


Artculo
Cuando un hijo(a) desaparece: reflexiones acerca del proceso de duelo
en casos de presunta desgracia
Jorge Araya Cano, Ana Mara Concha, Camila Muoz y Mescal Oyarzn

103

III. UNIDAD ESPECIALIZADA ANTICORRUPCIN


Sentencia Comentada
Comentario a las sentencias del caso de malversaciones de caudales pblicos
ocurridas en el Hospital de Quillota
Hernn Fernndez Aracena

127

IV. UNIDAD ESPECIALIZADA DE TRFICO ILCITO DE DROGAS Y ESTUPEFACIENTES


Artculo
Drogas sintticas emergentes
Lorena Rebolledo Latorre

137

Fallos
Recurso de nulidad rechazado. Trfico ilcito de pequeas cantidades de droga.
Actuaciones posteriores al cierre de la investigacin. Necesidad de determinacin
de la pureza de la droga
149
Corte Suprema
Recursos de nulidad rechazados. Preparacin del recurso. Obligacin de
registro de las actuaciones. Calificacin jurdica: consumo o trfico de
pequeas cantidades de droga
Corte Suprema

159

V. UNIDAD ESPECIALIZADA EN DELITOS SEXUALES Y VIOLENCIA INTRAFAMILIAR


Artculos
Consideraciones jurisprudenciales sobre las garantas constitucionales
contenidas en los numerales 4 y 5 del artculo 19 de la Constitucin Poltica
de la Repblica, relacionadas con los delitos de pornografa infantil
Catalina Duque Gonzlez
Medidas de proteccin para nios, nias y adolescentes vctimas o testigos.
Una cuestin de principios
Mara Anglica San Martn Ponce

173

187

VI. UNIDAD ESPECIALIZADA EN LAVADO DE DINERO, DELITOS ECONMICOS,


MEDIOAMBIENTALES Y CRIMEN ORGANIZADO
Artculo
Sentencias absolutorias en materia de lavado de dinero (artculo 27
de la Ley 19.913). Revisin crtica de los argumentos utilizados
para fundamentar los fallos
Marcelo Contreras Rojas

205

Sentencia Comentada
Comentario a sentencias dictadas en caso Alfa por delitos concursales,
infraccin al mercado de valores y obtencin fraudulenta de crdito
Alejandro Moreira Dueas

223

VII. UNIDAD ESPECIALIZADA EN RESPONSABILIDAD PENAL ADOLESCENTE Y DELITOS


VIOLENTOS
Artculos
La prescripcin penal respecto de adolescentes
Mara Jos Taladriz Eguiluz

243

Anlisis estadstico del delito de homicidio calificado a partir de las sentencias


dictadas durante los aos 2012 y 2013 en Chile
257
Alejandra Vera Azcar y Francisco Maffioletti Celedn

PRLOGO

Presentamos el nmero cincuenta y nueve de esta Revista, en el cual los lectores


podrn encontrar un trabajo multidisciplinario que aborda las circunstancias que
enfrentan quienes no encuentran a un hijo desaparecido y estn en una bsqueda
permanente, en la que si bien las experiencias de vida pueden indicar que ha fallecido, emocionalmente no logran cerrar el episodio o superar la prdida. Este artculo
se refiere entre otros aspectos a la forma en que las fiscalas pueden intervenir en
dichos procesos por presunta desgracia y el trato que se debe dar a los afectados.
La Unidad Especializada en Responsabilidad Adolescente y Delitos Violentos presenta un informe en el que se analiza estadsticamente el delito de homicidio calificado a partir de las sentencias condenatorias dictadas entre los aos 2012 y 2013.
En cuanto a reglas que se refieren a menores de edad, la referida Unidad Especializada se hace cargo adems de un artculo que aborda la prescripcin penal en el caso
de adolescentes infractores.
En este mbito, adems la Unidad Especializada en Delitos Sexuales y Violencia
Intrafamiliar presenta un trabajo sobre las medidas de proteccin aplicables a nios,
nias y adolescentes como vctimas o testigos, y se refiere tambin a los contornos
jurisprudenciales de las garantas de los numerales 4 y 5 del artculo 19 de la Constitucin Poltica de la Repblica respecto del delito de pornografa infantil.
En torno a bienes jurdicos relacionados con la salud pblica, ofrecemos un artculo
que aborda en forma preliminar el tema de las drogas sintticas emergentes, tanto
desde un punto de vista de los estragos que producen en el organismo, como del
eventual problema de falta de tipicidad, al no estar contenidas en Reglamento de la
Ley N20.000.
Respecto a la delincuencia de orden econmico, en este nmero tambin se incluyen comentarios sobre sentencias dictadas en casos de malversaciones de caudales
pblicos, lavado de dinero, delitos concursales, infracciones en el mercado de valores
y obtencin fraudulenta de crditos.
Finalmente, tambin aprovechamos esta oportunidad para dar a conocer algunas
sentencias tanto de la Corte Suprema como del Tribunal Constitucional que, por su
relevancia, corresponde destacar por este medio, como por ejemplo aquel fallo en el
que la Corte Suprema rechaz los recursos de nulidad presentados por las defensas
en el caso denominado Alto Ro, causa generada a raz del colapso de un edificio
en Concepcin, durante el terremoto del 27 de febrero de 2010, que cost la vida a
varias personas y dej a otras tantas con lesiones de diversa entidad.

Sabas Chahun Sarrs


Fiscal Nacional

Materias de Inters General

RECURSOS DE NULIDAD RECHAZADOS. PRESUNCIN DE LA RESPONSABILIDAD


PENAL. PRINCIPIO DE CONGRUENCIA. CONCURSO DE DELITOS CULPOSOS
Tribunal: Corte Suprema
Resumen:
No se ha hecho aplicacin de disposicin legal alguna que presuma de derecho la responsabilidad penal de los acusados, sino que, por el contrario, los jueces del Tribunal
de Juicio Oral en lo Penal de Concepcin desarrollaron largas disquisiciones acerca
de las conductas que los acusados desplegaron y aquellas que omitieron, y cules eran
prohibidas, tanto como las esperadas de ellos dentro de la esfera de sus obligaciones
propias, para luego concluir que incurrieron en desempeos negligentes y actitudes
imprudentes.
De esta manera, se afirma que las deficiencias, cambios de secciones, de dimensiones
de muros, de falta de detallamientos,, aparecen precisamente en los planos con los que
se construy, que por cierto no eran los mismos en virtud de los cuales el revisor de
clculo independiente dio su aprobacin y se otorg el respectivo permiso de edificacin.
El primer destinatario de la referida garanta es el Estado, en cuanto le est prohibido establecer preceptos que presuman de derecho la responsabilidad penal y, luego,
no es efectivo que se haya imputado responsabilidad a los acusados en base a ninguna
disposicin de ese carcter, por lo que la causal esgrimida como principal en los recursos deducidos por las defensas, ser desestimada.
El artculo 341 del Cdigo Procesal Penal al establecer el principio de congruencia,
restringe la sentencia condenatoria en cuanto a que no podr exceder el contenido
de la acusacin, explicando que En consecuencia, no se podr condenar por hechos o
circunstancias no contenidos en ella, esto es, no se trata de una descripcin jurdica
sino fctica.
Sobre la cuestin jurdica, ese precepto precisa que el tribunal podr dar al hecho
una calificacin jurdica distinta de aquella contenida en la acusacin, siempre que
hubiere advertido a los intervinientes durante la audiencia.
La concurrencia de otras disposiciones legales que se refieran a una situacin concreta
o que describan mayores o menores condiciones de una situacin especfica, no conlleva necesariamente que exista un cambio de calificacin jurdica.
El artculo 75 del Cdigo Penal slo puede ser aplicado cuando en la sentencia se
ha tenido por establecida la existencia de un solo hecho culposo y que ste ha tenido
resultados diversos, que es lo que pretenden las defensas, en circunstancias que en la
especie, la sentencia dio por establecida la existencia de ocho cuasidelitos de homicidio.
Voto de minora: De acuerdo a la tesis de la sentencia censurada, cada uno de los
imputados habra cometido en un da determinado varios cuasidelitos, en concurso
11

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

real, debido a la pluralidad de resultados lesivos producidos. Este criterio es rechazable, ya que no se encuentra establecido en la causa que los acusados hayan incurrido
en quince conductas culposas distintas y separadas una de otra, con los resultados ya
conocidos. En sentencia de 23.06.1988, la Corte Suprema resolvi, en un caso de
hecho culposo singular con resultado mltiple, que la pena debe regularse de conformidad con el artculo 75 del Cdigo Penal; en el fallo del mismo tribunal, de
27.08.1990, se estableci que Por tratarse de una conducta culposa que origina tres
cuasi delitos uno de homicidio y dos de lesiones se da el concurso de delitos prescrito
en el artculo 75 del Cdigo Penal, debiendo aplicarse la sancin asignada al delito
ms grave y rebajarla de acuerdo a las atenuantes que concurren. En consecuencia,
los sentenciadores incurrieron en error de derecho al recurrir al concurso material de
delitos culposos para determinar la penalidad concreta aplicable a los enjuiciados,
la que, segn lo argumentado precedentemente, debi ajustarse a lo ordenado por el
artculo 75 del Cdigo Penal.
Texto Completo:

y oficio pblico durante el tiempo


de la condena, adems de las costas
del procedimiento, por su responsabilidad en calidad de autores de
ocho cuasidelitos de homicidio: de
Carlos Cifuentes Cisternas, Ilse
del Campo Ibez, Patricio Matus
Vergara, Erwin Araneda Burgos,
Paola Herrera Pavez, Vicente Gonzlez Herrera, Jasmina Fierro Cerro
y Jos Len Acevedo; 1 cuasidelito
de lesiones graves gravsimas de
Vernica Riquelme Cisternas; y seis
cuasidelitos de lesiones simplemente
graves de Erna Escobar Sanhueza,
Alonso Daz Escobar, Erik Arvalo Aceituno, Cristin Fernndez
Villanueva, Milena Ziga Medina
y Boris Castro Morales; todos ellos
cometidos el 27 de febrero de 2010.

Santiago, cuatro de abril de dos mil


catorce.
Vistos:
El Tribunal de Juicio Oral en lo
Penal de Concepcin, por sentencia
de diez de diciembre de dos mil trece,
absolvi a los acusados Mario Valeria Leal, Jos Paredes Villa, Hctor
Torres Reyes y Pedro Ortigosa de
Pablo de los cargos formulados de
ser autores de ocho cuasidelitos de
homicidio, un cuasidelito de lesiones
graves gravsimas y seis cuasidelitos de lesiones simplemente graves,
supuestamente cometidos el 27 de
febrero de 2010.
Por la misma resolucin se conden a
cada uno de los acusados RICARDO
LORENZO BAEZA MARTNEZ, JUAN IGNACIO ORTIGOSA AMPUERO y FELIPE
ANDRS PARRA ZANETTI, a
las penas de tres aos de reclusin
menor en su grado medio y a las
accesorias de suspensin de cargo

Tambin se conden al acusado


REN CARLOS PETTINELLI
LOAYZA, a la pena de ochocientos
das de reclusin menor en su grado
medio y a las accesorias de suspensin de cargo y oficio pblico durante
el tiempo de la condena, adems del
pago de las costas del proceso, por su
12

Fallos

Materias de Inters General

responsabilidad de autor en los mismos ocho cuasidelitos de homicidio,


un cuasidelito de lesiones graves gravsimas y seis cuasidelitos de lesiones
simplemente graves antes descritos.

la Constitucin Poltica que prohbe


presumir de derecho la responsabilidad penal.
Se afirma por los comparecientes
que ello se produjo porque el tribunal conden sobre la base de la concurrencia de circunstancias formales,
sin dar razn de la forma en que se
habran dado los presupuestos legales de la responsabilidad penal. En
concreto, se sostiene que en el fallo
se atribuye responsabilidad a los acusados por el solo hecho de ser dueos, representantes legales y gerentes
general, de finanzas y tcnico- de la
sociedad inmobiliaria Ro Huequn
Ltda., y de la sociedad constructora SOCOVIL Ltda., que fueron
las que llevaron a cabo el proyecto
inmobiliario Condominio Alto
Ro, a lo que se sum la circunstancia que tenan la calidad de propietarios primer vendedor para efectos de
lo dispuesto en el artculo 18 de la
Ley General de Urbanismo y Construccin, en circunstancias que de tal
precepto slo se deriva responsabilidad civil y no penal.

A todos ellos se les concedi el


beneficio de la remisin condicional
de la pena, por el mismo tiempo de
las sanciones impuestas.
Se rechazaron las demandas civiles
dirigidas contra los acusados que
resultaron absueltos y, en cambio,
se acogieron todas ellas en la parte
que estaban dirigidas contra los
condenados, a quienes se orden a
pagar las sumas que indica el fallo a
cada uno de los actores civiles, con
reajuste desde las fechas que seala
la sentencia que se revisa e inters
corriente desde su ejecutoria.
Contra la mencionada sentencia,
las defensas de los acusados Juan
Ortigosa Ampuero, Ricardo Baeza
Martnez y Felipe Parra Zanetti
dedujeron recursos de nulidad, los
que se admitieron a tramitacin
por resolucin de fs. 619, fijndose
audiencia pblica para su conocimiento a fs. 620, la que se llev a
efecto los das 6, 13 y 17 de marzo
del ao en curso, segn se lee de las
actas incorporadas a fs. 629, 634 y
635.

En opinin de los recurrentes, avala


el vicio denunciado la circunstancia que en reiterados pasajes del
fallo se afirma que la sociedad o
empresa realiz determinada actividad, gestion permisos, contrat
profesionales, etc., pero sin atribuir
conductas especficas a personas
naturales determinadas, de donde
surge que la condena se impuso por
el solo hecho de ser dueos o representantes de la empresa, desde que
por esa sola circunstancia tenan que
haber sabido, tenan que haber pre-

CONSIDERANDO:
PRIMERO: Que por los recursos
deducidos por las defensas de los tres
acusados, Ortigosa, Baeza y Parra, se
invoc como causal principal la del
artculo 373 letra a) del Cdigo Procesal Penal, denuncindose infraccin al artculo 19 N3 inciso 6 de
13

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

visto y/o tenan que haber evitado


los supuestos defectos constructivos.

abord ningn aspecto vinculado a


las partidas cuestionadas o a los planos y que, adems, se hicieron en la
etapa de terminaciones.

Se sostiene que los directivos de la


empresa tienen deberes especiales
de vigilancia, pero tales deberes no
les hacen per se responsables de las
lesiones que provoque la actividad
empresarial y destacan que, en lo
que cabe a los defectos del ingeniero
que hizo los clculos y del calculista
de la empresa, no es posible hacer
una imputacin de responsabilidad
a los recurrentes, porque el primero
fue contratado para desarrollar una
tarea especial y, precisamente por
ello se contrat a un especialista a
quien se entregaron los antecedentes que requiri para cumplir su
labor; y luego, si bien el calculista
es empleado de la sociedad y, por lo
tanto, a su respecto rige la obligacin
de vigilancia, aqulla es ms atenuada, puesto que se trata tambin
de un profesional seleccionado para
cumplir tareas calificadas que no
desarrollan los socios de la empresa.
De ah se sigue tambin que la sola
descripcin de que Ortigosa, Baeza
y Parra siempre estaban o iban a la
faena y por ende, deban saber lo que
ocurra, no resulta precisa ni suficiente para endosarles la responsabilidad que se pretende.

La infraccin se produjo porque en


la sentencia se conden al recurrente
Baeza por: 1) no haber dispuesto
una inspeccin tcnica externa de
la construccin, que de haber existido habra impedido la comisin
de errores constructivos que provocaron la cada del edificio; y, 2) por
no someter los cambios estructurales del proyecto de clculo nuevamente a la revisin del revisor y la
municipalidad, infringiendo por ello
el artculo 119 de la Ley General
de Urbanismo y Construcciones,
actuacin que supuestamente, si se
hubiere nuevamente realizado por el
ingeniero Patricio Bonelli, hubiere
corregido los errores de ingeniera
que presentaban los planos de ingeniera elaborados por el ingeniero
Ren Petinelli, errores que provocaron falencias estructurales que motivaron la cada del edificio.
En consecuencia, ha resultado condenado por el mero hecho de ser el
gerente tcnico de la constructora y
profesional competente de la construccin, adems de su calidad de
dueo y representante de las empresas inmobiliaria y constructora involucradas en el proyecto, lo que se lee
del motivo undcimo de la sentencia.
De all deriva segn los juzgadores,
la infraccin a los deberes especficos de cuidado que pesaban sobre
el imputado y, por ende, su omisin
culpable.

Precisa el representante de Ortigosa,


que se conden al referido sin ninguna consideracin de las funciones
especficas que le correspondi realizar en el proyecto, como gerente
general, ya que no tuvo injerencia
en el diseo de ingeniera, ni en la
construccin del edificio, salvo su
participacin en reuniones de coordinacin general, donde nunca se
14

Fallos

Materias de Inters General

Sin embargo, se dice, ser socio,


representante legal o gerente tcnico
de la sociedad e incluso firmar como
encargado de la construccin, no
genera per se responsabilidad penal.
En el fallo ni siquiera se hace una
distincin sobre las funciones especficas que cada uno desempeaba.

tora y el profesional competente de


la construccin, ms su calidad de
dueo y representante de las empresas inmobiliaria y constructora involucradas en el proyecto. Alega que la
circunstancia de tener injerencia o
estar a cargo de una obra, no implica
automticamente responder penalmente por cualquier eventual error
cometido en los planos de ingeniera
o en la construccin del edificio y al
respecto, cita el artculo 1.2.14 de la
Ordenanza General de Urbanismo y
Construccin que hace de exclusiva
responsabilidad de los profesionales
competentes que los suscriban, los
planos de la estructura y la memoria
de clculo.

En la sentencia se pretende que la


responsabilidad penal descansa en
conductas defectuosas precisas del
acusado y no slo en las calidades
antes descritas, para lo cual se afirma
que el factor decisivo del colapso
del edificio son supuestos defectos
de diseo estructural del mismo,
imputables al ingeniero calculista
Pettinelli Loayza (Cons. 9), por lo
que la atribucin al recurrente pasa
por vincular su conducta con la del
ingeniero, sin embargo, las conductas
que se describen para ello no permiten concluir su conocimiento ni
previsibilidad.

La defensa de Parra puntualiz que


no hay evidencia de que haya sido su
representado quien seleccion y contrat al ingeniero calculista, pero que
incluso respecto de quien lo hubiere
hecho, no se apreciara ninguna
infraccin de deber, de modo que
la falta de argumentos de la sentencia resulta grave, en relacin a que
el socio que contrat al especialista
hubiera debido adoptar resguardos
especiales de control sobre dicha
persona.

Respecto del imputado Baeza,


agrega su defensa que aqul fue sancionado al haberse tenido por cierto
en la sentencia que i.- Hubo insuficiencias constructivas relacionadas
con la inexistencia de una inspeccin
tcnica externa de la obra; ii.- deficiencias constructivas propiamente
tales, cuya ejecucin estuvo a cargo
de Ricardo Baeza; iii.- No someter los cambios estructurales del
proyecto de clculo nuevamente
a la revisin del revisor y la municipalidad, infringiendo el art. 119
de la Ley General de Urbanismo
y Construcciones. De tales asertos, el recurrente concluye que se le
condena por el mero hecho de ser
el gerente tcnico de la construc-

SEGUNDO: Que, en subsidio de la


causal principal, las defensas de los
acusados esgrimieron la contenida
en el artculo 373 letra a) del Cdigo
Procesal Penal, por estimar que se
incurri en una infraccin a la garanta a ser condenado exclusivamente
sobre la base de prueba legalmente
rendida, en relacin a lo dispuesto en
los artculos 340 del Cdigo Procesal Penal, 14.2 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos;
15

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

y 8.2 del Pacto de San Jos de Costa


Rica.

condiciones; adems, que la prueba


documental que sirve de fundamento a la condena, sea vlidamente
incorporada al juicio mediante su
lectura, y con ello entonces se infringen los artculos 14, nmeros 1 y 3
letra e) del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Polticos.

Esta infraccin se habra producido


porque se valor en la sentencia
las especificaciones tcnicas de la
obra, documento que no se incorpor como prueba al juicio y que se
us para concluir que la obra deba
ser sometida a un control tcnico
experto (Considerando 11), lo que
era improcedente. Explica que el
Ministerio Pblico solicit lectura
resumida del documento en cuestin
y que en aqulla nunca se mencion
la palabra ITO o Inspeccin Tcnica
Externa de Obra.

Cita a va ejemplar, las referencias


en el fallo a las declaraciones de los
peritos Sanhueza, Silva y Yez, que
aluden a lo declarado en la investigacin por otras personas que no
declararon en el juicio.
Adems, se apoy la condena en
prueba no incorporada legalmente
al juicio oral, que se produjo en relacin a tener por cierto que falt la
inspeccin tcnica externa de obra,
lo que se concluy del documento
sobre especificaciones tcnicas, del
que se hizo lectura resumida, sin
mencionar jams tal obligacin.

TERCERO: Que como segunda


causal subsidiaria, las defensas alegan la contenida en el artculo 373
letra a) del Cdigo Procesal Penal,
denunciando infraccin al derecho a
un juicio oral y pblico y a la garanta de la inmediacin.
Explican esta denuncia, sealando
que los peritos del IDIEM declararon haber basado sus informes en los
testimonios de la investigacin que
la Fiscala llev adelante, con lo cual
se introdujeron al juicio varias declaraciones de personas que no depusieron ante el Tribunal, sino que lo
refirieron los peritos y los funcionarios de la PDI. Se trat de testimonios de odas y en otros casos slo de
la reproduccin de lo declarado en la
carpeta de investigacin.

CUARTO: Que, como tercera causal subsidiaria, las defensas esgrimieron una vez ms la del artculo 373
letra a) del Cdigo Procesal Penal,
denunciando infraccin al derecho
a ser odo, garanta reconocida en
los artculos 8.1 de la Convencin
Americana de Derechos Humanos y
19 N3 inciso 5 de la Constitucin
Poltica. Explican los defensores que
el tribunal si bien reconoce algunos
de los aspectos medulares vertidos por esa parte en sus alegatos de
apertura y clausura, no se hace cargo
de ellos, no los considera ni evala.

El representante de Baeza, agrega


que se vulnera, en especial, el derecho a interrogar a los testigos de
cargo y que los testigos de descargo
sean interrogados en las mismas

Para desarrollar esta infraccin, citan


en sus libelos las siguientes defensas
que se habran esgrimido durante el
16

Fallos

Materias de Inters General

juicio oral y de las que los jueces no


se hicieron cargo:

4) en cuanto a la tercera imputacin


sobre deficiente materializacin de
las juntas de hormigonado y lechada,
la defensa reclam que ello se pretendi demostrar con fotografas, lo
que le pareci insuficiente y poco
cientfico y adems, que se refera a
51 mil metros por lo tanto, de cuntos metros se defendan?; y existan
dudas sobre su ubicacin, si era en el
Eje I o en el eje A, porque en este
ltimo se vea el defecto, pero ese no
corresponda a la zona de falla;

1) que no habra cmo conectar la


falta de revisin de los planos con
los elementos defectuosos del proyecto de ingeniera de Pettinelli, que
no habra cmo conectar la falta de
revisin con las supuestas modificaciones, a lo que se agrega que si
los defectos ya estaban en el set de
16 planos, no tiene sentido que no
se haya acusado tambin al revisor
Bonelli;

5) tampoco se hace cargo de los


cuestionamientos planteados en los
alegatos de apertura y clausura por la
defensa donde adujo que los peritos
del IDIEM carecan de imparcialidad e independencia.

2) que el defecto de construccin


referido a la instalacin de ciertos fierros era incompatible con el
mecanismo de colapso descrito por
la Fiscala, porque los fierros trabajan a traccin y no a compresin
que fue el defecto producido en esa
seccin;

QUINTO: Que como cuarta causal


subsidiaria, las defensas alegaron la
concurrencia de la causal absoluta
del artculo 374 letra d) del Cdigo
Procesal Penal, denunciando violacin de normas de publicidad y continuidad del juicio, porque el artculo
343 del cdigo citado exige que,
concluida la deliberacin, la sentencia se pronuncie en la audiencia
respectiva sealando si se condena o
absuelve a los imputados y los fundamentos principales tomados en
consideracin para llegar a dichas
conclusiones, sancionndose con
nulidad del juicio -en el inciso 3
de ese precepto- en caso de incumplimiento, para cuyo caso se ordena
la repeticin del procedimiento en
breve plazo.

3) en cuanto al segundo defecto de


construccin atribuido, de no haber
materializado una armadura que
pasaba por una viga en el cielo del
primer subterrneo, respecto de la
cual, la defensa adujo que esta viga
nada tena que ver con el resultado
porque estaba en el cielo del primer
subterrneo por lo que no poda
tener incidencia en la cada y de ser
efectiva esa afirmacin, ello adems
no se prob ya que se supuso que la
falla fue a nivel del primer piso, pero
en realidad lo fue entre el cielo del
primer piso con el segundo piso. El
reclamo concreto es que el tribunal
no se hizo cargo de la protesta en
el sentido que esta viga no est ubicada en la zona de falla y por ende,
no tiene relevancia estructural en el
colapso.

Explican sobre este punto las defensas, que la Juez Presidente del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de
17

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

Concepcin slo declar la condena


de los acusados, sin precisar los cargos y sealando como fundamento
que cada uno de los acusados
despleg conductas negligentes en
su actuar ya en aspectos relativos al
diseo estructural del edificio, como
as en deficiencias de construccin,
adems la construccin del edificio
no se ejecut con estricto apego a la
legalidad vigente, como las medidas
de gestin y control de calidad.

nica Externa de Obra, se cita como


infringidos los artculos 1.3.2 N1 y
1.3.2 N7 de la Ordenanza General de Urbanismo y Construccin,
en tanto el fallo seala: 1.2.9; 1.2.;
1.4.15 y 5.2.2.
3) Porque no fue materia de la acusacin el hecho que los recurrentes
no hubieren respetado las especificaciones tcnicas de arquitectura, la
que se incorpor en la sentencia para
justificar la infraccin normativa.

Ello, a pesar que los cargos eran


mltiples, sin que se indicara tampoco cules conductas u omisiones
eran las que se tenan por establecidas ni las pruebas especficas que las
demostraban. El veredicto se comunic el 7 de noviembre de 2013 y la
sentencia se entreg el 11 de diciembre de ese ao, va correo electrnico
remitido por el tribunal.

4) Adems, se agreg contrariamente a ello, no adoptaron las medidas que una obra de esta naturaleza
requera, con lo cual infringieron los
artculos 1.1.2; 1.2.2; 3.3.9; 5.1.6
letras g) y h); 5.1.17; 1.2.9 que no
forman parte de la acusacin.
SPTIMO: Que, como sexta causal
subsidiaria, las defensas adujeron la
del artculo 374 letra e) del Cdigo
Procesal Penal, en relacin a los artculos 342 letra c) y 297 del mismo
cuerpo normativo, alegando falta
de fundamentos en la sentencia, en
relacin con los siguientes puntos:

SEXTO: Que, como quinta causal


subsidiaria, las defensas adujeron la
concurrencia del vicio que sanciona
el artculo 374 letra f ) del Cdigo
Procesal Penal, el que se habra producido porque en la acusacin se
dice:

1) En el considerando 11 se tuvo
por acreditado que hubo insuficiencias constructivas relacionadas con la
inexistencia de una inspeccin tcnica de obra, lo que estara probado
segn los jueces- con los dichos del
perito Eduardo Sanhueza, quien se
refiere a lo manifestado por otros
testigos, que ni siquiera cita.

1) En relacin al proyecto de ingeniera, en el IV.4.Letra B: No sometiendo


los cambios estructurales del proyecto
de clculo nuevamente a la revisin
del revisor y la Municipalidad: infringiendo el artculo 119 de la Ley General de Urbanismo y Construccin. Sin
embargo, el fallo seala como normas
infringidas el artculo 18 de la Ley
citada y el 1.2.3 de la Ordenanza.

Sin embargo, ese mismo testigo, as


como el sub director de la Direccin
de Obras Municipales, Ricardo Schneider y el arquitecto del proyecto,
Eliseo Rivera, declararon que esa

2) Luego, en relacin a la acusacin


de no disponer una Inspeccin Tc18

Fallos

Materias de Inters General

obra no requera inspeccin tcnica


externa, lo que tampoco se concluye en el documento que agreg
la fiscala Especificaciones Tcnicas de Arquitectura, que define
otro campo de aplicacin. Sobre este
ltimo documento, agrega que se
hizo lectura resumida del mismo y
que jams se pronunci la expresin
inspeccin tcnica externa de la obra
o ITO.

David Silva y Ren Lagos; tampoco


los documentos presentados por el
Ministerio Pblico consistentes en
Permiso de Construccin, planos de
arquitectura y certificado del Ingeniero revisor Sr. Bonelli.
4) Por ltimo, se aduce como lo ms
inaceptable, que se haya infringido
adems, el artculo 297 del Cdigo
Procesal Penal al haberse condenado
en base a prueba que no se rindi y
que ni siquiera fue mencionada en el
juicio y con ello se refiere al hecho
que los jueces tuvieron por establecida la obligacin de cumplir con una
inspeccin tcnica externa de la obra,
lo que extrajeron del documento
denominado Especificaciones Tcnicas, en circunstancias que dicho
documento se incorpor a travs de
su lectura resumida, sin que jams se
leyera la expresin ITO o Inspeccin
Tcnica Externa. A esta protesta se
agrega que el tribunal seal en el
fallo que de haber existido inspeccin tcnica externa, resulta evidente
que el edificio no habra colapsado,
sin que exista prueba alguna que
sostenga tal conclusin.

En el mismo sentido, se dej sin


valorar el Permiso de Edificacin
que no contempla inspector tcnico
externo; ni lo dicho por el ingeniero
Eduardo Ojeda, quien dijo ser el
encargado de la oficina tcnica de la
empresa.
2) Afirma que el tribunal incurri
en los mismos defectos a propsito
de la prueba rendida por la defensa
para demostrar que el mecanismo
de colapso es incompatible con los
defectos constructivos imputados:
los traslapos trabajan a traccin y no
a compresin. En esta parte cita lo
dicho por los testigos Ren Lagos,
Peter Dechent.
3) En el motivo 11 se atribuy responsabilidad a los imputados Ortigosa, Parra y Baeza por no someter
los cambios estructurales del proyecto de clculo a nueva revisin de
la Municipalidad, infringiendo con
ello el artculo 119 de la Ley General de Urbanismo y Construccin.
Sobre tales antecedentes, se alega
que el tribunal no valor lo dicho por
Ricardo Schneider, Eliseo Rivera,
del perito del IDIEM Eduardo
Sanhueza, del funcionario de la
PDI Jorge Abate Reyes, los peritos

OCTAVO: Que, a continuacin,


como sptima causal subsidiaria, las
defensas de los acusados dedujeron
la causal del artculo 373 letra b) del
Cdigo Procesal Penal, denunciando
a travs de ella cuatro captulos diferentes de infraccin.
En primer trmino, sobre la exigencia de inspeccin tcnica externa
desarrollada en la sentencia, se aduce
violacin de los artculos 143 de la
Ley General de Urbanismo y Construccin y 1.3.2 N8 de la Orde19

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

nanza respectiva, que slo lo exige


para los edificios pblicos.

artculo 373 letra b) del Cdigo Procesal Penal, denunciando que por
tratarse de un solo hecho con pluralidad de resultados, debi hacerse
aplicacin del artculo 75 del Cdigo
Penal, que ordena imponer la pena
mayor asignada al delito ms grave,
que es en este caso el cuasidelito de
homicidio o de lesiones graves gravsimas, que tiene asignada pena
de reclusin menor en sus grados
mnimo a medio. La pena mayor
es entonces reclusin menor en su
grado medio y dado que no concurren en la especie circunstancias
agravantes y favoreciendo una atenuante a todos los acusados, corresponde aplicarles el mnimo de la
pena: 541 a 818 das de reclusin
menor en su grado medio, de modo
que los 3 aos que le fueron impuestos, resultan improcedentes.

Luego, se afirma que se sancion a


los acusados Ortigosa, Parra y Baeza
por no haber sometido a revisin
del revisor y de la municipalidad
los cambios estructurales del proyecto de clculo, infringindose as el
artculo 119 de la Ley, en circunstancias que esa norma no impone tal
obligacin a sus representados.
Acto seguido, se sostiene que se
estableci que los acusados no adoptaron las medidas que requera una
obra de la naturaleza que tena la de
autos, infringiendo as los artculos
1.1.2; 1.2.2; 3.3.9; 5.1.6 letras g) y
h); 5.1.17; 1.2.9; 1.3.2 N1 y N7,
las que no tienen, sin embargo, el
alcance que se ha pretendido darles. Explica sobre el punto que la
obligacin se aplica cuando existen
cambios estructurales -5.2.6 de la
Ordenanza General de Urbanismo
y Construccin-, cuyo no fue el caso
y, adems, que slo son responsables los profesionales que los suscriben -1.2.14 del mismo compendio
reglamentario.

Adems, se incurre en esta infraccin


porque no se admiti la atenuante
del artculo 11 N9 del Cdigo Penal,
esto es, de su cooperacin sustancial,
con cuya concurrencia la pena debi
ser impuesta en el mnimo.
DCIMO: Que para la acreditacin
de las circunstancias de las causales
esgrimidas, las defensas de los acusados rindieron la siguiente prueba en
la audiencia de conocimiento de los
recursos:

Finalmente, se denuncia infraccin


al artculo 18 de la Ley General de
Urbanismo y Construccin y 1.2.3
de la Ordenanza respectiva cuando
se apoya la decisin de condena en
tales preceptos, desde que aqullos
slo tienen alcance para la responsabilidad civil.

I. Registros de audio.
A: En cuanto a la primera causal
subsidiaria: Pista 1000227267-41094-130903, pista 00-05, desde el
minuto 07:11 al 09:09.

NOVENO: Que, en subsidio an


de las causales arriba descritas, en
octavo lugar, las defensas han invocado una vez ms, la causal del

B: Para la cuarta causal subsidiaria, misma pista 131107, terminada


20

Fallos

Materias de Inters General

en 00-02 desde el minuto 00:00


al 11:58 y la pista 131210, 00-02
completa.

rado por completo, con la anuencia


de los dems comparecientes.
Y se agreg el Permiso de Edificacin de Obra Nueva NE-694
y el Certificado de Aprobacin de
Anteproyecto.

C: Para la quinta causal subsidiara,


se repiti la pista signada A.
D: En relacin a la sexta causal
subsidiaria, se escucharon las pistas 130819, 00-04 desde el minuto
03:21 a 04:50; 131001, 01-03 del
01:33 al 02:26 y del 01:01 al 02:22;
pista 130911, 0106 del minuto
02:39 al 04:54; y del 08:53 al 10:31;
pista 130910, 01-04 del minuto
03:48 a 04:03; pista 131010, 00-05
del minuto 15:48 a 20:47; pista
131009, 02-07 del minuto 03:42
a 04:43; pista 130816, 01-03 del
minuto 20:49 al 23:18; pista 130822,
00-05 del minuto 16:37 al 17:40;
pista 130816, 01-04 del minuto
01:06 al 05:25; pista 130826, 02-04
del minuto 11:36 al 18:41; pista
130910, 01-02 del minuto 06:33
al 07:04; pista 131011, 00-04 del
minuto 08:29 a10:26 y en la misma,
la seccin 00-02 del minuto 20:59
a 21:58; como tambin de la seccin 00-03, desde el 00:00 al 00:37;
pista 130816, 01-03 desde el minuto
13:40 a 15:51.

Por su parte, el representante del


Ministerio Pblico pidi incorporar
el auto de apertura del juicio oral de
que se trata, en los trminos del artculo 336 inciso 1 del Cdigo Procesal Penal, en relacin con el artculo
361 de ese mismo cuerpo normativo,
explicando que en los nmeros 40 y
64 de su prueba se seala el documento Especificaciones Tcnicas
como parte de su prueba, lo que le
fue autorizado por el tribunal, previo
debate entre los intervinientes, quedando el documento incorporado en
la audiencia.
UNDCIMO: Que atendida la
circunstancia que las causales esgrimidas por las defensas son las mismas en los tres recursos deducidos
y que aqullas tienen, adems, unos
mismos fundamentos, segn se ha
descrito en forma precedente, todas
ellas sern analizadas y resueltas en
conjunto.

La defensa de Parra, incorpor tambin como prueba de audio, la pista


130826, 02-03 desde el minuto
20:11 a 20:50 y en la seccin 02-04
de la misma, los minutos 07:57 a
10:44.

DUODCIMO: Que en lo que


atae a la causal principal esgrimida
por las defensas de los condenados,
si bien se ha citado como afectada la
garanta del artculo 19 N3 inciso
6 de la Constitucin Poltica de la
Repblica, de la transcripcin que se
hace en el libelo y de los fundamentos del recurso, se advierte que se
trata del inciso 7, que prescribe: La

II. Adems se rindi como prueba


documental, las Especificaciones
Tcnicas de Arquitectura de las que
se hizo lectura prcticamente ntegra, tenindose luego por incorpo21

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

ley no podr presumir de derecho la


responsabilidad penal.

en desempeos negligentes y actitudes imprudentes.

Sobre este tpico, resulta ser efectiva


la oposicin manifestada en estrados por los representantes de las
partes querellantes y del Ministerio
Pblico, en el sentido que en el caso
concreto se ha reclamado de una
infraccin legal que no se demostr
haberse producido en el proceso. En
efecto, las defensas repiten diferentes
pasajes del fallo, de donde concluyen
que se ha condenado a los imputados por sus calidades de dueos de
las empresas involucradas, representantes legales de las mismas, empleados gerentes de aqullas y adems,
por su carcter de propietarios primer vendedor, para luego aducir que
conforme a ello los jueces aplicaron un estndar de responsabilidad
objetiva remitindose al artculo 18
de la Ley General de Urbanismo y
Construccin.

En ese desarrollo citaron, entre otras


disposiciones, el precepto del artculo
18 de la Ley General de Urbanismo
y Construccin, que efectivamente se
refiere a la responsabilidad por daos
y perjuicios tanto de los propietarios
de una obra como de distintos profesionales que en ella intervienen,
desde una perspectiva civil, pero no
resulta posible afirmar que de ello se
siga que se haya hecho uso de una
norma que afecte la garanta constitucional que se dice infringida, esto
es, que efectivamente se haya presumido de derecho la responsabilidad
penal de los acusados, porque ello no
es efectivo.
Tanto es as que los mismos recurrentes han sealado en sus libelos
al menos dos circunstancias en las
que se apoyaron los juzgadores para
establecer la responsabilidad de los
acusados, en las que no se aprecia la
falta que se reclama: 1 que se omiti
la revisin de los planos modificados
por el revisor independiente y por la
Direccin de Obras Municipales; y,
2 que no se cumpli con la inspeccin tcnica de obra externa comprometida en las especificaciones.

Sin perjuicio de lo que ms adelante


pueda analizarse sobre las concretas
imputaciones que hace el recurrente
a los fundamentos de la supuesta
responsabilidad objetiva atribuida a
los acusados, lo cierto es que no se
ha hecho aplicacin de disposicin
legal alguna que presuma de derecho la responsabilidad penal de los
acusados, sino que, de contrario, los
jueces del Tribunal de Juicio Oral en
lo Penal de Concepcin desarrollaron largas disquisiciones acerca de
las conductas que los acusados desplegaron y aquellas que omitieron; y
cules eran prohibidas, tanto como
las esperadas de ellos dentro de la
esfera de sus obligaciones propias,
para luego concluir que incurrieron

Luego, si se examina el motivo


Undcimo de la sentencia impugnada, es posible establecer que los
jueces determinaron como elementos que sirvieron para establecer la
responsabilidad de los acusados, los
siguientes: 1) la calidad de dueos y
representantes legales de la Sociedad
Ro Huequn Ltda. y de la Constructora Socovil Ltda., de Ortigosa,
22

Fallos

Materias de Inters General

Parra y Baeza, precisando que cada


uno tena la administracin, representacin y uso de la razn social
que corresponda separada e indistintamente a cada uno cualquiera; 2)
Adems, que cada uno tena contratos de trabajo con la Constructora
Socovil: Ortigosa era gerente general, Parra gerente de finanzas y Baeza
gerente tcnico. En ese ltimo carcter, Baeza era el profesional tcnico
competente segn lo prevenido en el
artculo 1.1.2 de la Ordenanza y 16
y 143 de la LGUC y, por ende, deba
velar porque en la construccin se
adoptaran las medidas de gestin y
control de calidad correspondientes
y, fundamentalmente, en los planos
y especificaciones del respectivo proyecto; 3) que los tres tenan la calidad de propietario primer vendedor,
de acuerdo a los artculos 18 LGUC
y 1.2.3 de la Ordenanza y en la ejecucin de la obra se encargaron de
solicitar los permisos de edificacin,
de recepcin y, en general, fueron los
que presentaron las solicitudes a la
DOM para llevar a cabo la construccin de la obra; 4) que de acuerdo a
los documentos que menciona, que
aparecen suscritos por los acusados,
o bien donde aparecen solicitando
algunas especialidades concluye que
siempre estuvieron al tanto de todas
y cada una de las caractersticas del
proyecto, de su avance, de sus requerimientos y en general, inmersos en
todo lo referente a ste; 5) que no
slo participaban en la parte administrativa, sino que tambin en el
quehacer de la obra, segn consta de
las Actas quincenales de las reuniones entre la Inmobiliaria y la Constructora, consultando, resolviendo,

etc., de forma concreta, preocupados


de temas obviamente insertos en el
mbito de la construccin. En este
escenario, afirman los jueces, desde
el punto de vista del elemento normativo intelectual que permite
establecer qu riesgos o peligros en
la situacin concreta en que se desenvolvi el sujeto debieron haber
sido previstos por ste y cules eran
extraordinarios o imprevisibles,
resulta a partir de estos hechos que
Ortigosa, Parra y Baeza, desplegaban
actividades en el mbito de la construccin de esta obra, lo que nos lleva
a entender que, teniendo presente la
propia naturaleza de la actividad que
desempeaban y los riesgos que esta
implica, era previsible que si actuaban faltando al deber de cuidado que
las normas les imponan, los resultados seran consecuencia de la infraccin de reglamento.
Luego de describir el cuidado, afirman que las deficiencias, cambios de
secciones, de dimensiones de muros,
de falta de detallamientos (que estn
descritos en el hecho), aparecen precisamente en los planos con los que
se construy, que por cierto no eran
los mismos en virtud de los cuales el
revisor de clculo independiente dio
su aprobacin y se otorg el respectivo permiso de edificacin.
A continuacin, el tribunal tiene por
ciertos determinados hechos que
explica: 1) que hubo insuficiencias
constructivas relacionadas con la
inexistencia de una inspeccin tcnica externa de la obra; 2) existencia
de deficiencias constructivas propiamente tales, cuya ejecucin estuvo a
cargo de Ricardo Baeza: a.- falta de
23

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

detallamiento en los pilares; b.- falta


de materializacin de una armadura;
3) no haber sometido los cambios
estructurales del proyecto de clculo,
nuevamente, a la revisin del revisor
y la municipalidad.

tionado documento en la audiencia


de conocimiento de los recursos, al
rendir su prueba, de aqul se escuch
en al menos dos oportunidades el
trmino ITO o Inspector Tcnico de
Obra, que es la expresin que se ha
echado de menos por las defensas,
sin perjuicio del agregado externo
que se ha extraado en el fallo, lo
que se analiza ms adelante.

Como se advierte, en primer trmino, el destinatario de la garanta


es el Estado, en cuanto le est prohibido establecer preceptos que presuman de derecho la responsabilidad
penal y, luego, no es efectivo que se
haya imputado responsabilidad a los
acusados en base a ninguna disposicin de ese carcter, por lo que la
causal esgrimida como principal en
los recursos deducidos por las defensas, ser desestimada.

En consecuencia, no se trata en el
caso, de la incorporacin ilegtima de
un medio de prueba o de la ponderacin de una prueba no incorporada
legalmente, sino que de la discrepancia sobre la valoracin misma que se
asign al documento concreto; por
lo que este rubro ser desestimado.

DCIMO TERCERO: Que en


cuanto a la primera causal subsidiaria, ocurre que no existe controversia entre los intervinientes sobre el
hecho que se autoriz lectura resumida del documento en cuestin, la
que se cumpli en la audiencia de
juicio oral, sin que ninguna de las
partes formulara alguna objecin
sobre la integridad o veracidad del
documento.

DCIMO CUARTO: Que, en la


segunda causal subsidiaria y por la
cual se alega infraccin a las normas
sobre inmediacin, como se aprecia
de las breves transcripciones que se
contienen en los libelos de los recursos, se ha reclamado porque el perito
Fernando Yez Uribe dijo haberse
basado en los testimonios de la
investigacin que llev a cabo la fiscala; en tanto el perito David Silva
Saavedra, aludi a lo afirmado por el
revisor Bonelli que no declar en
el juicio- y que dijo no haber tenido
a la vista la versin de 35 planos.
Tambin se aduce que algunas de
las partidas constructivas cuestionadas fueron ejecutadas por empresas
contratistas externas, como Penroz
(enfierradura) que tena como supervisores a Carlos Penroz y Walter
Weber, cuyos testimonios slo fueron reproducidos por los funcionarios del IDIEM y de la PDI.

A ello se suma la circunstancia que,


segn aleg y demostr el representante del Ministerio Pblico, el
mismo documento se ofreci en dos
oportunidades diferentes en el auto
de apertura, sin que se haya reproducido en la audiencia de conocimiento del recurso la forma en que
se procedi respecto de ambos.
Contrariamente a lo que adujeron las
defensas, y tal como el mismo abogado evidenci al dar lectura al cues24

Fallos

Materias de Inters General

La defensa de Baeza agrega en su


protesta que el perito Eduardo Sanhueza Ruiz dijo que los 35 planos los
entreg Ricardo Baeza al Ministerio
Pblico, diciendo que con ellos haba
construido el edificio y por ello los
usaron para el peritaje, lo que verificaron con una versin de Petinelli,
quien entreg un CD. Ese mismo
perito describi un organigrama de
la empresa, de acuerdo a la organizacin dada por la empresa y
luego dijo que constataron a travs
de diversas declaraciones a las que
tuvo acceso, que la recepcin de cada
una de las diversas partidas era realizada por los capataces de cada una
de las especialidades de la obra, todo
ello de acuerdo a la organizacin
dada por la empresa y donde el control tcnico se haca internamente
por las mismas personas que estaban
a cargo de la construccin

Se sostiene que fue el perito David


Silva quien aludi a los dichos del
revisor Bonelli, pero que ste ltimo
no prest declaracin en el juicio.
Finalmente, se reitera la protesta
sobre la falta de incorporacin legtima del documento denominado
especificaciones tcnicas.
DCIMO QUINTO: Que sobre
estos tpicos es preciso advertir, en
primer trmino, que cuando se afirma
que un perito se remiti a diferentes
testimonios de la investigacin, no
est precisando a un sujeto concreto
que haya podido ser objeto de contrainterrogacin o aclaracin en juicio y, en consecuencia, en este caso
no se est objetando en realidad la
inmediacin del tribunal o las facultades que pudieron eventualmente
ejercer los defensores, sino que slo
se est cuestionando la valoracin
que se asigna a un informe basado
en testimonios innominados.

Tambin denuncia que el perito Fernando Yez dijo que en relacin


a la construccin se basaron en los
testimonios de la investigacin que
llev a cabo la fiscala.

Luego, no es admisible tampoco el


cuestionamiento que se hace respecto de lo afirmado por el perito
David Silva, cuando aporta determinada informacin respecto del revisor Bonelli, desde que es la misma
que se obtuvo en un certificado
extendido por esa misma persona y
que, en cuanto elemento de cargo,
no fue tampoco cuestionado. Carece,
entonces, de trascendencia.

Agregan las declaraciones de los


funcionarios de la Polica de Investigaciones Cristbal Ramrez y
Jorge Abate que describieron que
dos representantes de la empresa
se apersonaron con sus abogados y
entregaron antecedentes relativos
a la estructura de la Inmobiliaria,
organizacin de la construccin del
edificio, etc., pero que esos funcionarios no estuvieron presente cuando
se hizo la denuncia, sino que tal
informacin se sac de la carpeta de
investigacin.

Se ha reclamado, asimismo, por qu


se cit en el fallo que determinadas
tareas, como la enfierradura, fueron comisionadas a subcontratistas
que tenan sus propios supervisores
y que, sin embargo, no prestaron
25

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

declaracin en el juicio oral, sino


que los dichos de aqullos slo fueron repetidos por los funcionarios
del IDIEM y de la PDI. Baste para
rechazar esta impugnacin la falta
de fundamentos que en esta parte
evidencian los libelos, puesto que
no se ha explicado aquello que fue
afirmado por los funcionarios declarantes y qu sera lo que se vieron
privados de indagar los defensores.

Por ltimo, en relacin a la falta de


declaracin directa de los dos funcionarios que habran recibido la
declaracin de los representantes de
la empresa que entregaron informacin sobre la organizacin interna
de la empresa y la forma de construccin del edificio, no se advierte
en tal circunstancia el defecto que se
reprocha, el que por tanto aparece en
los libelos desprovisto de los necesarios fundamentos en cuanto a su
desarrollo.

Del mismo modo, se ha reprochado


que el perito Eduardo Sanhueza se
refiri a la recepcin de 35 planos
que entreg Baeza, argumento en el
cual no se advierte la impugnacin
concreta en relacin a la garanta
que se dice amagada, pero respecto
de lo cual es posible agregar que
las mismas defensas afirman que el
imputado Petinelli entreg un CD
en igual sentido, de donde se sigue
que se trata de un asunto de ponderacin de prueba y no de afectacin
de la garanta de la inmediacin o de
los derechos asegurados a los defensores, toda vez que existe una fuente
diversa de idntica informacin. Ello
se lee de la misma sentencia, donde
se describe por los magistrados que
Baeza entreg los 35 planos (despus de haber negado su existencia)
a travs de una carta la N230-, lo
que ocurri el 17 de junio de 2010.

DCIMO SEXTO: Que en cuanto


a las alegaciones que segn las
defensas habran sido obviadas por
el tribunal y dejadas sin analizar y, en
consecuencia habran quedado desprovistas de pronunciamiento, valga
primero advertir que revisados sus
fundamentos, se trata bsicamente
de observaciones de ponderacin
probatoria que no fueron acogidas
por el tribunal y que, en consecuencia, han devenido en el disentir de
los defensores, pero no se trata concretamente de teoras defensivas,
segn se revisa a continuacin.
Para su resolucin, resulta preciso
revisar los hechos que se han tenido
por ciertos. Es as como en el razonamiento Noveno de la sentencia
impugnada, se ha establecido que:
1 La Sociedad Inmobiliaria Ro
Huequn Ltda. de propiedad de
Juan Ignacio Ortigosa Ampuero,
Felipe Parra Zanetti y Ricardo
Lorenzo Baeza Martnez, adquiri
el 18 de agosto de 2006 por escritura
privada, el terreno denominado Lote
I Guin Uno, ubicado en Avenida
Padre Hurtado N776 de la comuna
de Concepcin, de una superficie

En cuanto el mismo Sanhueza


obtuvo informacin relativa al
organigrama de la empresa y a los
sistemas de control interno, no se
explicita en dichas breves lneas,
cmo se ha materializado la infraccin que se pretende y cmo ella
habra terminado siendo sustantiva.
26

Fallos

Materias de Inters General

aproximada de 2.503,05 metros cuadrados. El ttulo de la propiedad,


consta en la inscripcin de fojas
5.598, N4.883 del Registro de Propiedad del Conservador de Bienes
Races de Concepcin, correspondiente al ao 2007.

Jos Valeria Leal, contratado por


SOCOVIL como director de obras,
en tanto que Jos Paredes Villa y
Hctor Torres Reyes tenan el cargo
de jefes de obra y en dicho carcter les corresponda la supervisin
en terreno de toda la obra, lo que
implicaba la ejecucin, coordinacin
y control de las obras asignadas por
el director de obras, resguardando
que se cumplieran los estndares de
construccin.

El terreno fue comprado por la


Inmobiliaria para desarrollar el proyecto denominado Condominio
Alto Ro, encargndole la construccin del mismo a la Sociedad
Constructora SOCOVIL Ltda.,
de propiedad de los mismos socios
Ortigosa Ampuero, Parra Zanetti
y Baeza Martnez; la obra contemplaba dos etapas constructivas,
primero la torre Padre Hurtado
conocida como Alto Ro, y luego la
torre Paseo Peatonal.

2 Que el 27 de febrero del 2010,


alrededor de las 03:34 horas, ocurri
un sismo de intensidad de 8.8 magnitud Kanamori, que en la ciudad de
Concepcin tuvo una intensidad de
IX en la escala de Mercalli.
3 Que la Inmobiliaria Ro Huequn Ltda., y la empresa SOCOVIL Ltda., requirieron dos estudios
de mecnica de suelo, el primero
de junio de 2006 realizado por
EMPRO, para determinar la factibilidad de la compra del terreno, y el
segundo, realizado por Pedro Ortigosa de Pablo en octubre de 2006,
para efectos del diseo estructural
del edificio. EMPRO clasific el
suelo tipo III, y PETRUS, determin que la clasificacin ssmica de
ese suelo donde se emplazaba el edificio Alto Ro, era tipo II.

En este proyecto Condominio Alto


Ro intervinieron como arquitectos
Eduardo Rivera Gajardo y Guillermo Villafae Feres; el ingeniero
civil Horacio Calvo D Ottone por
la empresa EMPRO Ltda., a cargo
de la mecnica de suelo de junio de
2006; el ingeniero civil Pedro Ortigosa de Pablo, que realiz la segunda
mecnica de suelo, en octubre de
2006; el ingeniero civil Ren Pettinelli Loayza como ingeniero de
clculo estructural; el ingeniero civil
Patricio Bonelli Canabes, revisor de
clculo independiente. A excepcin
de Pedro Ortigosa de Pablo, que
fue contratado directamente por
la empresa SOCOVIL Ltda., los
dems profesionales los contrat la
Inmobiliaria Ro Huequn Ltda.

4 Que existieron condiciones que


indujeron a la falla a lo largo del eje
I, que consistieron en insuficiencias en la configuracin del diseo
estructural del edificio Alto Ro, en
el dimensionamiento de los elementos, en la disposicin de los refuerzos
y en el detallamiento de las armaduras en la zona de falla.

Tambin participaron en la construccin del edificio Alto Ro Mario


27

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

Estas insuficiencias fueron producto


de la negligencia e infraccin de
reglamento del ingeniero Pettinelli
Loayza quien estuvo a cargo de la
confeccin de dicho diseo, consistieron en: i.- Singularidades en los
pilares del primer piso en los ejes 11,
17 y 24 contiguos al Eje I, caracterizadas por la reduccin de la seccin
y la no colinealidad de los pilares
en el interfaz del primer piso con
el segundo piso; ii.- Esta disposicin de los elementos estructurales
gener una disminucin del rea de
interfaz en un 60% en relacin al
2 piso; iii.- El detallamiento de las
armaduras de refuerzo longitudinales de los pilares especificados en la
interfaz fue insuficiente porque no
mantuvo la integridad que se establece en el artculo 7.13.1 del cdigo
AC1318-95; iv.- Producto de este
detallamiento, hubo entre un 14% y
un 15% de reduccin en la cuanta
de la armadura resistente de los pilares de primer piso; v.- A lo anterior
se suma la ausencia de detalle que
indique cmo deba materializarse
la armadura longitudinal del primer
piso y que se prolongaba hasta el
segundo piso al reducirse el espesor
del pilar de 25 cm en el piso a 20
cm en el segundo piso; vi.- Adems,
estos pilares 11, 17 y 24 controlados por los esfuerzos de compresin
y carga axial solicitante estaban al
lmite de la resistencia a compresin del hormign especificado; vii.En los muros de los Ejes 26 y 35,
a nivel del primer piso, las cuantas
de armadura tenan una deficiencia
mayor a un 10%; viii.- Se estableci
ausencia de refuerzo para momento
negativo en las losas de cielo de pri-

mer piso sobre pilares de los ejes


11, 17 y 24 contiguos a eje I, lo que
provoc el debilitamiento y la prdida de integridad estructural en la
unin losa pilar; ix.- Los empalmes
de armadura se realizaron dentro de
la zona de mximo esfuerzo y todos
al mismo nivel. De esta manera,
muchos de los empalmes por traslapo no podan desarrollar la capacidad resistente de las barras; x.-. Para
los niveles de demanda establecidos
en la Nch 433.Of96, para suelo tipo
II, y de acuerdo a los requerimientos
de diseo del cdigo ACI 318-95,
existieron deficiencias de armadura
en aproximadamente un 10% de
los elementos sismo resistentes. En
general, estas deficiencias correspondan a armaduras requeridas por
corte y superaban el 10%; xi.- El
legajo de planos que conformaban
el proyecto de estructura confeccionado por el Ingeniero Petinelli
Loayza, presentaban algunas inconsistencias y falta de detallamientos
en algunos elementos. En los documentos correspondientes al libro de
obra no se observan aclaraciones al
respecto, por lo cual se desconoca
cmo fueron resueltas tales inconsistencias y cmo fueron ejecutados los
elementos sin detallamiento; xii.- El
acusado Ren Petinelli hizo modificaciones estructurales al proyecto
de clculo, despus de haber sido
revisados por el revisor de clculo
independiente, Patricio Bonelli y sin
haber presentado el nuevo proyecto
a revisin.
DCIMO SPTIMO: Que, del
mismo modo, en el razonamiento
dcimo, al procederse a la revisin
28

Fallos

Materias de Inters General

de la prueba y concluida sta, los


jueces sostuvieron que no cabe
sino concluir que hubo deficiencias
estructurales: que estas deficiencias
no estaban amparadas por norma
alguna, esto es, no hay mrgenes que
puedan dar en este aspecto alguna
flexibilidad al diseo que el calculista
hace en sus planos: lo concreto es
que la norma que regula esta materia lo que establece son exigencias
mnimas, de manera que no puede
hacerse menos que eso; se ha acreditado tambin, que hubo situaciones
que, al no quedar detalladas en los
planos, en definitiva se ignora cmo
se resolvieron en la prctica, pues
del anlisis del respectivo Libro de
Obras no se evidencia ninguna consulta respectiva a zonas crticas que
no quedaron resueltas de manera
adecuada como se pudo constatar
de los daos levantados en la pericia
respectiva el detallamiento de las
armaduras y conexiones, deben ser
tal que los elementos de la estructura
queden eficazmente unidos entre
s para garantizar la integridad de
toda la estructura. En este escenario, lo que queda de manifiesto es
un actuar negligente, y descuidado
por quien dise y realiz estos planos, sin que hubiese considerado las
normas mnimas que exiga la ley,
ni que estaba diseando un edificio
donde viviran personas; ni tampoco,
que en una zona ssmica como lo es
sta, por el tipo de edificio en altura
y por las propias caractersticas que
este tena, debi haber sido diligente,
apegado a su lex artis y con absoluto
cumplimiento de las normas vigentes y reglamentarias

DCIMO OCTAVO: Que, como


se advierte de los pasajes transcritos, en la primera imputacin, por
una parte se reclama, en definitiva,
que no se persigui la supuesta responsabilidad de Bonelli en el caso
de encontrarse los defectos en el
primer set de planos, cuestin que
escapa del todo a los motivos de la
acusacin y a los hechos del proceso y que no conforma por lo
tanto, una defensa propiamente tal.
En ese primer argumento, lo nico
que corresponde a una defensa es la
parte donde se aduce que no habra
cmo conectar la falta de revisin de
los planos con los elementos defectuosos del proyecto de ingeniera
de Pettinelli, cuestin que se sostuvo tangencialmente, pero que fue
expresamente declarada por el tribunal, tal como se lee de los hechos que
fueron materia del proceso y que el
tribunal tuvo por ciertos en el punto
xii del nmero 4 antes copiado: El
acusado Ren Petinelli hizo modificaciones estructurales al proyecto
de clculo, despus de haber sido
revisados por el revisor de clculo
independiente, Patricio Bonelli y sin
haber presentado el nuevo proyecto
a revisin, lo que se describi por el
tribunal como una de las negligencias e infracciones de reglamento del
mencionado ingeniero y que consistieron en las condiciones que indujeron a la falla a lo largo del Eje I,
en cuanto insuficiencias de diseo
estructural del edificio, tanto como
en el dimensionamiento de sus elementos, la disposicin de refuerzos y
detallamiento de armaduras.
29

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

Esta descripcin resulta suficiente,


pero ello fue nuevamente analizado
por los juzgadores segn se lee de
fs. 238 y siguientes de este legajo,
donde se describe el hecho cierto
que el revisor independiente revis
slo 16 planos, con los que se obtuvo
el permiso de edificacin, pero que
el edificio se construy con un set
de 35 planos distintos- explicando
que este cambio de planos signific
que el proyecto estructural sufriera
modificaciones estructurales, desde
la entrega del certificado hasta la
entrega de los planos para construir, y estas modificaciones no fueron pasadas nuevamente a revisin
del revisor independiente de clculo. Entre esas modificaciones se
contaba, por ejemplo en la versin
que vis el revisor no contemplaba
que los subterrneos tuviesen una
superficie ms grande que el edificio, tenan alrededor de mil metros
cuadrados y el edificio de 480 metros
cuadrados hacia arriba, lo que era
una modificacin estructural importante; tambin haba cambio de
armaduras, cambiaban de espesores
en los muros y lo concreto y relevante fue que estas modificaciones
no se sometieron a nueva revisin.

talacin de ciertos fierros que segn


los recurrentes era incompatible con
el mecanismo de colapso descrito
por la Fiscala, porque los fierros trabajan a traccin y no a compresin,
que fue el defecto producido en esa
seccin; ocurre que esta corresponde
tambin a una conclusin no compartida por las defensas de un hecho
debatido en el juicio oral y donde
el pronunciamiento del tribunal se
advierte a fs. 245 y siguientes.
El reclamo que hace la defensa respecto de una viga que nada habra
tenido que ver con el resultado
daoso porque no est ubicada en la
zona de falla y por ende, no tendra
relevancia estructural en el colapso,
se apoya en un hecho diverso, cual es,
que el defecto de la estructura estaba
ubicado en una zona diferente del
edificio y es sobre aquel argumento
que se discute, adems, respecto a la
ubicacin de la viga. Sin embargo,
la zona de mayor deficiencia estructural se encuentra establecida en el
proceso como hecho y sobre ella el
tribunal evidenci los motivos suficientes para arribar a tal conclusin,
lo que se lee en el razonamiento
dcimo al analizar la prueba, as
como a fs. 245 donde se describen
los efectos de la falta de armadura en
la viga.

Finalmente, a fs. 302 y siguientes


consta en el numero 8 y siguientes, el pronunciamiento especfico
del tribunal en relacin a no haber
sometido los cambios estructurales
del proyecto de clculo a nueva revisin y a la Municipalidad.

No pueden los recurrentes afirmar


que no han sido odos, si los juzgadores se han aplicado a describir
de modo concreto cmo arriban a
las conclusiones precisas del suceso,
sealando aquellos extremos que han
cuestionado las defensas y la forma
cmo los han tenido por ciertos.

DCIMO NOVENO: Que, en


cuanto a la segunda alegacin cuya
resolucin se dice omitida, esto es,
aquella relativa al defecto en la ins30

Fallos

Materias de Inters General

A su turno, en relacin a la tercera


imputacin sobre deficiente materializacin de las juntas de hormigonado y lechada, la defensa reclam
que ello se pretendi demostrar con
fotografas, lo que le pareci insuficiente y poco cientfico y adems,
que se refera a una extensin excesiva; como asimismo, que existan
dudas sobre su ubicacin, si era en el
Eje I o en el eje A, porque en este
ltimo se vea el defecto, pero ese
no corresponda a la zona de falla.
Como se advierte de la sola lectura
de este fundamento, no se est reclamando en este caso la infraccin de
una garanta judicial, sino que se ha
cuestionado el valor probatorio o el
mrito de determinados elementos
de cargo, lo que no se corresponde
en absoluto con la impugnacin de
no haber sido odos. El cuestionamiento que se levanta sobre la insuficiencia o poca idoneidad cientfica
de una prueba, no forma parte de la
teora de la defensa, sino que es un
cuestionamiento sobre la validez o
eficacia de una prueba concreta para
la demostracin de un hecho.

imparcialidad, o algn otro defecto


de idoneidad. En el caso, no se discute que se haya permitido a las partes el ejercicio de alguno de estos
derechos, sino tan solo que el tribunal habra hecho caso omiso de las
sugerencias de los defensores sobre
aquellas condiciones que a ellos les
han hecho estimar que no tendran
independencia suficiente. No se trata
por lo tanto, de la infraccin al derecho a ser odo, sino que los recurrentes no comparten el valor que
en definitiva el tribunal asign a los
cuestionados peritos y/o testigos.
VIGSIMO: Que, en cuanto a la
primera causal absoluta esgrimida
cuarta subsidiaria-, esto es, la del
artculo 374 letra d) del Cdigo Procesal Penal: cuando en el juicio oral
hubieren sido violadas las disposiciones establecidas por la ley sobre
publicidad y continuidad del juicio,
la defensa ha denunciado infraccin
al artculo 343 de esa compilacin
procesal, que ordena que Una vez
concluida la deliberacin privada de
los jueces, de conformidad a lo previsto en el artculo 339, la sentencia
definitiva que recayere en el juicio
oral deber ser pronunciada en la
audiencia respectiva, comunicndose
la decisin relativa a la absolucin o
condena del acusado por cada uno
de los delitos que se le imputaren,
indicando respecto de cada uno de
ellos los fundamentos principales
tomados en consideracin para llegar
a dichas conclusiones. Se agrega en
esa norma que La omisin del pronunciamiento de la decisin de conformidad a lo previsto en los incisos

Finalmente, en lo que atae a la


falta de imparcialidad e independencia de los peritos del IDIEM, para
desechar esa imputacin, baste considerar que de conformidad a lo prevenido en el artculo 309 del cdigo
del ramo, en el procedimiento penal
no existen testigos inhbiles, encontrndose resguardado a las partes el
derecho a dirigirles preguntas tendientes a demostrar su credibilidad o
falta de ella, la existencia de vnculos con alguno de los intervinientes
que afectaren o pudieren afectar su
31

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

precedentes producir la nulidad del


juicio

defecto que se reclama no se ha producido en la especie.

En la situacin que se analiza, se dio


a conocer el veredicto en la oportunidad que corresponda, atendida
la duracin del juicio oral, discrepando la defensa de su contenido.
Sin embargo, tal como se advirti de
la seccin de audio reproducida en
la audiencia de conocimiento de los
recursos deducidos, la Sra. Juez Presidenta del Tribunal Oral manifest
que la decisin del tribunal era la de
condenar a los acusados que individualiz y por los ilcitos que expres,
sealando cada uno de los cuasidelitos en que haban incurrido para
luego agregar a grandes rasgos los
fundamentos de tal definicin.

VIGSIMO PRIMERO: Que en


cuanto a las supuestas infracciones
al principio de congruencia quinta
subsidiaria- y antes del anlisis de
cada situacin en discusin, es preciso tener claro que el artculo 341
del Cdigo Procesal Penal al establecer el referido principio, restringe
la sentencia condenatoria en cuanto
a que no podr exceder el contenido
de la acusacin, explicando que En
consecuencia, no se podr condenar por hechos o circunstancias no
contenidos en ella. Esto es, no se
trata de una descripcin jurdica sino
fctica.
Sobre la cuestin jurdica, ese precepto precisa que el tribunal podr
dar al hecho una calificacin jurdica distinta de aquella contenida
en la acusacin, siempre que hubiere
advertido a los intervinientes durante
la audiencia. Pero la concurrencia de
otras disposiciones legales que se
refieran a una situacin concreta o
que describan mayores o menores
condiciones de una situacin especfica, no conlleva necesariamente que
exista un cambio de calificacin jurdica. En la especie, la imputacin se
hizo por los mismos ilcitos por los
que resultaron condenados los recurrentes: cuasidelitos de homicidio, de
lesiones graves gravsimas y de lesiones simplemente graves, previstos en
los artculos 492 inciso 1 en relacin
al artculo 397 N1 y 2 ambos del
Cdigo Penal, sancionados en el artculo 490 N1 y 2 del mismo cdigo y
en ambos casos en relacin a la Ley
General de Urbanismo y Construc-

No existe omisin de decisin, como


tampoco en la individualizacin de
los imputados que resultaron absueltos y condenados, ni tampoco la
hubo en la precisin de los injustos
por los que fueron en definitiva sancionados y si bien es cierto que la
expresin de los fundamentos principales que sirvieron de motivo a la
decisin puede ser estimada breve
o demasiado acotada, ocurre que
aquello que sanciona la norma no
es la extensin del contenido, sino
su omisin. El precepto invalida la
omisin del pronunciamiento de la
decisin que no es el defecto que se
acusa en la especie, puesto que hubo
pronunciamiento de ella, lo que se
encuentra vinculado precisamente
con los principios que se esgrimen
como amparados por la causal de
nulidad sobre publicidad y continuidad del juicio, de modo que el
32

Fallos

Materias de Inters General

ciones, Norma Chilena 433, Norma


Oficial de la Repblica de Chile por
Decreto N172 de 5 de diciembre de
1996 del Ministerio de Vivienda y
Urbanismo, publicado en el Diario
Oficial 35.648 de 23 de diciembre
de 1996 (NCh433 Of.96); normas
del Cdigo de Diseo de Hormign
Armado ACI318-95 y dems normas tcnicas aplicables en la materia,
que es lo que reza la acusacin.

rales del proyecto de clculo nuevamente a la revisin del revisor y


a la Municipalidad, como se seal
en el numeral 2 letra h) precedente,
infringiendo con ello el artculo 119
de la Ley General de Urbanismo y
Construcciones, lo que se describe a
continuacin corresponde al anlisis
de la prueba que sirvi para fundamentar ese hecho establecido. Como
se advierte, sin perjuicio de la enumeracin que ms adelante se hace
en ese mismo considerando y que
luego se revisa, de otras disposiciones legales y reglamentarias que se
estimaron concurrentes al caso por
los juzgadores, el presupuesto fctico
que se tuvo por cierto es el mismo
que se indica en la acusacin, de
modo que no se ha producido infraccin al principio de congruencia.

VIGSIMO SEGUNDO: Que, en


cuanto al proyecto de ingeniera, la
defensa aduce que en el IV.4, letra
b) de la acusacin, se imput como
hecho No sometiendo los cambios estructurales del proyecto de
clculo nuevamente a la revisin del revisor y la Municipalidad infringiendo el artculo 119
de la Ley General de Urbanismo y
Construccin. Sin embargo, el fallo
seala como normas infringidas el
artculo 18 de la Ley citada y el 1.2.3
de la Ordenanza.

VIGSIMO TERCERO: Que,


luego, en relacin a la acusacin de
no disponer una Inspeccin Tcnica
Externa de Obra, la defensa protesta
porque del tenor de la acusacin
aparecen citados como infringidos
los artculos 1.3.2 N1 y 1.3.2 N7
de la Ordenanza General de Urbanismo y Construccin, en tanto el
fallo seala: 1.2.9; 1.2.2; 1.4.15 y
5.2.2.

Sobre este punto, a fs. 232 y siguientes de este legajo, al tiempo de


tenerse por establecida la responsabilidad de los acusados Ortigosa,
Baeza y Parral, el tribunal seal:
En este contexto, a juicio de este
tribunal se encuentran acreditados:
i.- Que hubo insuficiencias constructivas relacionadas con la inexistencia
de una inspeccin tcnica externa
de la obra; a fs. 235, ii.- Deficiencias constructivas propiamente tales,
cuya ejecucin estuvo a cargo de
Ricardo Baeza; a fs. 238: En relacin a la responsabilidad que le cabe
a los imputados Ortigosa Ampuero,
Parra Zanetti y Baeza Martnez por
no someter los cambios estructu-

Nuevamente se incurre en el error


por parte de la defensa, al pretender que exista correspondencia
exacta entre las disposiciones legales, sin discrepar de la consistencia
en el hecho imputado, que es lo que
ampara el principio de congruencia, que s aparece respetado en la
especie.
33

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

Sin perjuicio de lo explicado, a fs.


232 y siguientes, cuando los juzgadores tienen por establecido que
hubo insuficiencias constructivas
relacionadas con la inexistencia de
una inspeccin tcnica externa de la
obra, luego del anlisis de los elementos de cargo que permitieron
tener por cierta tal circunstancia,
a fs. 234, los jueces precisaron que
ello deba vincularse con los artculos 1.2.9 de la Ordenanza, 1.2.2,
1.4.15, 5.2.2, 1.3.2 N1 y 1.3.2 N7,
todas estas normas nos indican
que la obra deber ser realizada con
sujecin a los planos y a las especificaciones tcnicas. Luego, en esta
obra debi existir inspeccin tcnica
externa, porque as se indicaba en las
especificaciones.

Huequn y la Sociedad Constructora SOCOVIL Ltda., duea y ejecutora del proyecto respectivamente,
estos debieron haberlo ejecutado con
estricto apego a la legalidad vigente y
con los debidos controles que garantizaran su correcta ejecucin, siendo
su deficiente gestin y decisiones
imprudentes las que permitieron
confluyeran los errores y deficiencias sealadas precedentemente.
De esta manera los imputados, en
quienes recaa el mando y poder de
decisin en la direccin del proyecto
en cuestin, lo organizaron y gestionaron de manera negligente y con
infraccin de reglamentos, segn se
ha descrito, imposibilitando de esta
manera que los controles y resguardos que deban aplicarse en esta obra
hubiesen operado, como se dijo: a)
no consultando un tercer estudio de
mecnica de suelo; b) no sometiendo los cambios estructurales del
proyecto de clculo nuevamente a la
revisin del revisor y la Municipalidad, ; c) no disponiendo una inspeccin tcnica externa de la obra,...;
d) contratando a un director y jefe
de obra sin experiencia ni las capacidades que el proyecto ameritaba

Como se aprecia, el tribunal se circunscribi al hecho imputado y adems, a la descripcin de los mismos
preceptos, a los que incorpor unos
nuevos, sin que en ello se advierta
la existencia de infraccin alguna al
principio de congruencia.
VIGSIMO CUARTO: Que, a
continuacin, se reclama que no fue
materia de la acusacin el hecho que
los recurrentes no hubieren respetado las especificaciones tcnicas de
arquitectura, la que en su concepto
se incorpor en el fallo para justificar
la infraccin normativa.

En general, no estructuraron ni
gestionaron el proyecto de manera
diligente, aumentando considerablemente el riesgo de errores o desperfectos en la proyeccin del edificio y
su construccin, faltando al deber de
cuidado que las normas y la naturaleza de la obra ejecutada les impona,
producindose a raz de sus actuaciones en las diversas etapas del proyecto y posterior construccin del
edificio Alto Ro, las irregularidades

Sobre este tpico, como se lee de la


acusacin, las imputaciones que se
hicieron a los acusados en relacin
al establecimiento de su responsabilidad, fueron las siguientes: En
sus condiciones de representantes
legales tanto de la Inmobiliaria Ro
34

Fallos

Materias de Inters General

descritas y que causaron la cada del


edificio y consecuencial muerte y
lesiones de las vctimas sealadas.

sos de edificacin correspondientes,


lo que a la luz de las disposiciones
legales que se mencionan, permiti
a los juzgadores concluir que en la
obra debi existir inspeccin tcnica
externa porque as se indicaba en las
especificaciones.

A su turno, en el motivo undcimo


de la sentencia, cuando se tuvo por
establecida la responsabilidad de
Ortigosa, Baeza y Parra, los juzgadores tuvieron por establecido, adems de la calidad de propietarios
de la obra, sumado a su vinculacin
contractual con la misma y su participacin en el desarrollo y ejecucin
del proyecto, que: i.- hubo insuficiencias constructivas relacionadas
con la inexistencia de una inspeccin
tcnica externa de la obra; ii.-deficiencias constructivas propiamente
tales, cuya ejecucin estuvo a cargo
de Ricardo Baeza y que dicen relacin con la falta de detallamiento en
ciertos pilares y con el hecho que no
se materializ la armadura longitudinal correspondiente a una viga a
nivel del cielo del primer subterrneo; y, iii.- no someter los cambios
estructurales del proyecto de clculo
nuevamente a la revisin del revisor
y la Municipalidad.

Como se advierte, no es que se haya


imputado a los acusados que no
hubieren respetado las especificaciones tcnicas de arquitectura y que
ello fuera un elemento de la acusacin, sino que sta lo fue por la falta
de inspeccin tcnica de la obra. La
falta de correlato entre lo obrado y
lo especificado en el documento respectivo fue el resultado del anlisis
de la prueba de cargo, esto es, una de
las conclusiones que permiti tener
por establecido un extremo de la
imputacin.
VIGSIMO
QUINTO:
Que
del mismo modo, se reclam por
los recurrentes la circunstancia de
haberse agregado en el fallo que
contrariamente a ello, no adoptaron las medidas que una obra de
esta naturaleza requera, con lo cual
infringieron los artculos 1.1.2; 1.2.2;
3.3.9; 5.1.6 letras g) y h); 5.1.17;
1.2.9 que no forman parte de la
acusacin.

En cuanto a la primera imputacin,


sobre inexistencia de una inspeccin
tcnica externa de la obra, que como
se advierte es igual a la formulada
en la acusacin, en el anlisis que
se hace por los jueces de la prueba
rendida -a fs. 232 y siguientes-, ellos
se refieren al documento denominado especificaciones tcnicas en
el cual se contemplaba la obligacin
impuesta por los mismos acusados
de contar con un control tcnico
externo, documento que se present a la autoridad administrativa
para efectos de requerir los permi-

La frase completa, que se encuentra


en el corolario del establecimiento
de la responsabilidad de los acusados Ortigosa, Baeza y Parra, requiere
como contexto el prrafo penltimo
y final de fs. 243: De este modo,
analizada la prueba, se puede dar
por establecido que los acusados
en sus calidades de representantes
legales de sus respectivas empresas
35

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

y como dueos y organizadores del


proyecto Alto Ro, en el cual participaron de manera activa, inmersos
en cada una de sus etapas de las que
estaban al tanto, debieron, porque la
normativa as lo indicaba, desplegar
sus conductas de manera diligente,
cuidadosa y apegados a la normativa
vigente en la materia.

ello, la referencia a los artculos 1.3.2


N1 y N7 ambos de la Ordenanza
General de Urbanismo y Construccin, est descrita de modo expreso
en el Ordinal IV, N4, letra b) de la
acusacin del Ministerio Pblico,
en tanto las disposiciones 1.1.2 se
limitan a establecer definiciones de
conceptos de uso comn en la materia; el nmero 1.2.2, en lo medular,
seala que los planos, especificaciones tcnicas y dems documentos
tcnicos de los anteproyectos y proyectos debern ser firmados por el o
los profesionales competentes que
los hubieren elaborado y por el propietario, cuestin que ni siquiera ha
sido controvertida.

Que, contrariamente a ello, no


adoptaron las medidas que una
obra de esta naturaleza requera,
con lo cual infringieron los artculos 1.1.2; 1.2.2; 3.3.9; 5.1.6 letra g)
y h); 5.1.17; 1.2.9; 1.3.2 N1 y N7,
todas ellas de la Ordenanza y que los
obligaba a construir estrictamente
acorde a los planos y a las especificaciones tcnicas, a adoptar los controles necesarios en la obra, a someter
a revisin las modificaciones de
carcter estructural que efectuaren,
en general, realizar la labor que haca
con diligencia y cuidado.

Los numerales 5.1.6 letras g) y h)


y 5.1.17, sealan los requisitos para
obtener permiso de recepcin definitiva y cmo ha de procederse en
el caso que concedido un permiso
y antes de la recepcin existiera una
modificacin, entre los que se cuenta
el informe favorable del revisor
independiente de clculo estructural.
En el caso, no se desconoci la existencia del revisor, como tampoco la
obligacin de someter a su revisin
los clculos estructurales, sino que
slo se discrep del hecho que las
modificaciones producidas ms tarde
fueran efectivamente estructurales.
En este sentido, la imputacin de
hechos existe y el conocimiento de la
norma que contempla la obligacin
tambin.

Como se advierte, confrontado lo


transcrito con la imputacin formulada en la acusacin, antes copiada,
resulta que los jueces se limitaron al
hecho atribuido precisamente en la
acusacin fiscal y del cual se hicieron cargo, concluyendo del anlisis
de la prueba producida en el juicio
oral que los acusados no ajustaron su
conducta a la normativa vigente.
Asimismo y tal como antes se evidenci, el hecho que los juzgadores
hayan sealado las disposiciones
legales en que constan las omisiones o los defectos en que se incurri,
no supone un exceso al marco de la
imputacin, sino que simplemente lo
precisa y concreta. Sin perjuicio de

Finalmente, el artculo 1.2.9 del


mismo compendio, seala la responsabilidad y obligaciones propias del
constructor o las empresas y los profesionales distintos de ste contrata36

Fallos

Materias de Inters General

dos por el propietario, para adoptar,


durante el transcurso de la obra,
medidas de gestin y control de
calidad para que ella se ejecute conforme a las normas de la Ley General de Urbanismo y Construcciones
y de la presente Ordenanza, y que se
ajuste a los planos y especificaciones
del respectivo proyecto.

externo, en tanto el razonamiento


del tribunal apunt al hecho que la
inspeccin tcnica se contempl en
las especificaciones de obra que fue
uno de los antecedentes sometidos
al control de la Direccin de Obras
para el otorgamiento de los permisos respectivos y, visadas en dicho
aspecto, result obligatorio para los
acusados dar cumplimiento a todo
aquello que se comprometieron al
tiempo de obtener el permiso de
la autoridad administrativa. Claramente, la defensa discurre en un
mbito diverso de aquel por el cual
razonaron los magistrados, de modo
que no es factible concluir la existencia de la omisin que se reprocha
al fallo.

VIGSIMO SEXTO: Que, en


cuanto a la sexta causal subsidiaria,
del artculo 374 letra e) del Cdigo
Procesal Penal, se aleg en primer
lugar por la forma en que se estableci la obligacin de contar con una
inspeccin tcnica externa de la obra.
Sobre este tpico, como primera
cuestin valga destacar que ya se ha
desestimado la alegacin relativa a
la forma de incorporacin del documento denominado especificaciones
tcnicas, de cuya lectura realizada,
adems, en estrados ante este tribunal, se escuch claramente, en al
menos dos ocasiones la expresin
ITO o inspector tcnico de obra.

VIGSIMO SPTIMO: Que, en


cuanto a la omisin de consideraciones relativas al mecanismo de
colapso, que sera incompatible con
los defectos constructivos imputados: los traslapos trabajan a traccin
y no a compresin. La defensa cit
en esta parte lo dicho por los testigos
Ren Lagos y Peter Dechent. Sobre
este punto, tambin se protest porque el fallo no se habra hecho cargo
de la declaracin del perito de la
defensa, Dr. Dechent, en cuanto
a la ausencia de armadura de una
viga constructiva en el primer subterrneo, en cuanto ese perito dijo
haber encontrado vestigios de esa
viga y que aquella estaba construida
de acuerdo a los planos, a lo que se
sum que Dechent y Restrepo afirmaron que esa viga fue irrelevante
en el mecanismo de colapso porque
aqul se origin en el eje I y J, en el
primer piso y no en el subterrneo.

Luego, lo que se alega sobre este


punto concreto, no es que se haya
dejado de valorar un antecedente
determinado, sino el hecho que a
pesar de existir algunos antecedentes que evidenciaron que la obra no
exiga inspeccin tcnica externa, los
jueces igual hayan tenido por establecida esa exigencia. Como puede
verse, lo que ocurre en la especie, es
simplemente una discrepancia sobre
la ponderacin conjunta de los elementos de cargo. Sobre el punto,
las interrogaciones de los defensores apuntaban a la obligatoriedad
legal de contar con inspector tcnico
37

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

Sobre estos captulos, el tribunal


tuvo por cierto como acpites de las
ii. Deficiencias constructivas propiamente tales, cuya ejecucin estuvo
a cargo de Ricardo Baeza, que ellas
consistieron en las siguientes: 1 En
los pilares del primer piso correspondientes a los ejes 11, 17 y 24 contiguos a eje I, no se cumpli con el
detallamiento indicado en planos de
proyecto en primer y segundo piso.

la falla observada en los pilares coincide con las zonas de mayor reduccin de cuanta de armadura.
De lo transcrito aparece que los jueces se hicieron cargo del mecanismo
de colapso y dieron por establecida
la zona exacta donde ste se produjo, as como los elementos donde
ocurrieron las fallas estructurales
concretas que condujeron al mismo.
Luego, a fs. 236 y siguientes del fallo
incorporado a este legajo, se lee el
anlisis comparado que los jueces
hicieron de lo manifestado por los
peritos Eduardo Sanhueza, David
Silva y Fernando Yez, Marianne
Kpfer y Ren Lagos y el peritaje
del IDIEM, donde se analiz todo
lo referente a los mecanismos de
compresin y traccin y a la falla
generada en los empalmes de los ejes
11, 17 y 24, adems de la falta de
armadura de la viga y las condiciones
de lechada advertidas. Asimismo, a
fs. 243 se volvi a revisar la declaracin del perito Dechent, pero sobretodo, en el motivo undcimo, los
jueces del Tribunal Oral dedicaron
un prrafo completo a los peritajes
de las defensas, donde se analizan los
dichos de los testigos Robert Steven
Dunham, Jos Ignacio Restrepo y
Peter Dechent Anglada, expresando
el tribunal las razones por las cuales
no asign el mismo valor probatorio
a lo explicado por aqullos y por qu
prefiri los informes de los peritos
del IDIEM.

En particular, algunas de las barras


longitudinales no se prolongaron
de acuerdo a lo requerido en planos. Esta deficiencia constituye una
reduccin de la cuanta de armadura
resistente para las zonas ms crticas
en un 53% para el eje 11, en un 37%
para el eje 17 y en un 46% en el eje
24.
2 En los elementos al interior del
edificio se constat que en el muro
del eje 13 y en el pilar del eje 11, no
se materializ en la unin la armadura longitudinal correspondiente a
la viga que cruza dichos elementos
a nivel del cielo del primer subterrneo, condicionando una falla local
en los elementos que sustenta dicha
viga.
Considerando el efecto conjunto de
las insuficiencias en el detallamiento
de armaduras indicadas en el punto
IV.2.a precedente y en las de construccin constatadas de la obra ejecutada en los pilares de los ejes 11,
17 y 24 contiguos al eje I a nivel del
primer piso, se tuvo una reduccin
de la cuanta de armadura resistente
en dichos pilares de 59% para el pilar
del eje 11, de 46% para el eje 17 y de
54% para el eje 24. La ubicacin de

En conclusin, una vez ms, no se


verifica en la especie la infraccin
denunciada, en trminos que el tribunal haya omitido hacerse cargo de
prueba rendida, sino que tan slo los
38

Fallos

Materias de Inters General

jueces hicieron un trabajo de ponderacin de elementos en cuyo ejercicio


se desempean de modo soberano.

estructura que tuvieran que ser nuevamente informados al revisor.


Estas alegaciones corresponden a
meros argumentos de la defensa que
no coinciden con las conclusiones de
los jueces del Tribunal Oral, apareciendo de la sola lectura del motivo
undcimo, que al establecerse esta
parte de la imputacin en que descansa la atribucin de responsabilidad que se hizo a los inculpados, se
consider lo dicho por los peritos
Schneider, Sanhueza, Pereira, Rivera
y Dechent y las declaraciones de los
funcionarios de la PDI Cristbal
Ramrez y Jorge Abate; adems de la
informacin extrada del computador del acusado Petinelli y los planos
que l mismo entreg a la Polica
de Investigaciones; el certificado
extendido por el revisor Bonelli; los
planos de arquitectura, una carta firmada por el gerente general acusado,
Juan Ortigosa y otra N230 del acusado Baeza.

VIGSIMO OCTAVO: Que, finalmente, se reclama que en el motivo


11 se atribuy responsabilidad a los
imputados Ortigosa, Parra y Baeza
por no someter los cambios estructurales del proyecto de clculo a
nueva revisin de la Municipalidad,
infringiendo con ello el artculo
119 de la Ley General de Urbanismo y Construccin. Sobre tales
antecedentes, se alega que el tribunal no valor lo dicho por Ricardo
Schneider, Eliseo Rivera, el perito
del IDIEM Eduardo Sanhueza, el
funcionario de la PDI Jorge Abate
Reyes, los peritos David Silva y
Ren Lagos; tampoco los documentos presentados por el Ministerio
Pblico consistentes en Permiso de
Construccin, planos de arquitectura
y certificado del Ingeniero revisor
Sr. Bonelli; en cuanto a que: a) los
planos que el tribunal seala que son
versin noviembre de 2006, supuestamente ingresados a la Municipalidad para la obtencin del permiso de
construccin, no coinciden con los
planos de arquitectura de la carpeta
municipal; b) que no se tiene certeza qu planos revis el ingeniero
revisor, pues no tena copias, ni qu
planos se ingresaron a la D.O.M.,
pues se extraviaron; c) que no existieron cambios estructurales en el
proyecto de ingeniera revisado por
el revisor de clculo y presentado a
la Municipalidad, en relacin al proyecto construido; d) que los acusados jams tomaron conocimiento de
eventuales cambios a los planos de

En definitiva, los elementos probatorios han sido considerados, reducindose la protesta a la valoracin
que de ellos se ha hecho.
VIGSIMO NOVENO: Que, por
ltimo, se denunci adems, infraccin al artculo 297 del Cdigo Procesal Penal, al haberse condenado
en base a un elemento de cargo no
incorporado legalmente al juicio,
cual fue, el documento denominado
Especificaciones Tcnicas.
Este asunto ya fue tratado con anterioridad, desde que el tribunal con la
anuencia de las partes admiti que se
hiciera lectura resumida del mismo,
39

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

tenindose luego por incorporado


dicho documento, sin que los intervinientes hicieran observacin alguna
sobre el mismo, a lo que se sum el
hecho que cuando este antecedente
fue ledo en la audiencia de conocimiento de los recursos ante esta
Corte, la expresin ITO o Inspector
Tcnico de la Obra, fue mencionado
en a lo menos dos oportunidades,
dejndose luego el documento a disposicin del tribunal.

trmino la violacin de los artculos 143 de la Ley General de Urbanismo y Construccin y 1.3.2 N8
de la Ordenanza respectiva, que slo
exige inspeccin tcnica externa para
los edificios pblicos.
Al respecto, es necesario precisar
que la sentencia no ha establecido
que se trate de un edificio pblico y
tampoco ha exigido la presencia de
un inspector tcnico independiente,
que es lo que corresponde para un
edificio pblico segn ordena el
artculo 143 de la Ley General de
Urbanismo y Construccin, al disponer que: Durante la ejecucin
de una obra, el constructor a cargo
de ella deber velar por que en la
construccin se adopten medidas
de gestin y control de calidad para
que sta se ejecute conforme a las
normas tcnicas obligatorias, la Ley
General de Urbanismo y Construcciones y su Ordenanza General, as
como a la dems normativa aplicable a la materia, y se ajuste a los planos y especificaciones del respectivo
proyecto.

Por otra parte, en lo que atae a la


alegacin que se hace por haberse
declarado en la sentencia que de
haber existido la inspeccin tcnica
de las obras resulta evidente que
el edificio no hubiere colapsado,
supuestamente sin prueba alguna
que lo avale, lo cierto es que tal afirmacin constituye una conclusin de
los juzgadores avalada por el anlisis conjunto de todos los elementos
de cargo y construida a partir de los
mismos hechos que se tuvieron por
establecidos, de modo que tal que
no corresponde, como pretende la
defensa, a una lnea que haya debido
ser copiada o extrada de un informe
pericial o de la afirmacin de un
testigo concreto. Naturalmente, las
conclusiones que los jueces alcanzan luego de asentar los hechos del
proceso y aplicar a ellos la ley forma
parte del proceso de razonamiento
judicial propia de su tarea soberana
que slo fue ilustrada por el resto de
los auxiliares en el procedimiento,
pero no cumplida por aqullos.

Los contenidos de las medidas de


gestin y control de calidad debern ser establecidos en la Ordenanza
General de Urbanismo y Construcciones, debiendo en todo caso referirse como mnimo a los siguientes
aspectos: medidas tcnicas y de
seguridad que se debern adoptar
para la correcta ejecucin de las
obras de construccin,
Tratndose de edificios de uso
pblico y dems casos que seale la
Ordenanza General, ser obligatorio
que la obra cuente con un inspector

TRIGSIMO: Que, en cuanto a


las causales de infraccin de derecho
esgrimidas por las defensas de los
condenados, se denuncia en primer
40

Fallos

Materias de Inters General

tcnico de obra (ITO), independiente del constructor, con inscripcin en un Registro que para estos
efectos mantendr el Ministerio de
la Vivienda y Urbanismo.

contar con el ITO, el tribunal hizo


aplicables las disposiciones legales y
reglamentarias que obligan al constructor y propietario a sujetarse a los
permisos vigentes en el desarrollo de
la obra que, para el caso, significaba
cumplir efectivamente con las tareas
del ITO. Sin embargo, en los hechos
y tal como se tuvo por establecido,
las tareas de control propias de ese
profesional no fueron cumplidas por
esa persona, que segn la defensa era
un trabajador de nombre Eduardo
Ojeda Zavala, que tena la denominacin de encargado de la oficina
tcnica, pero su trabajo era controlar que no se produjeran atrasos
en la ejecucin de la obra, pero no
tena direccin tcnica alguna, la que
recaa en Baeza y luego en los jefes
de obras, y bajo ellos, en los capataces, etc. Un control vertical que no
se ajustaba a lo programado en las
Especificaciones, a lo informado a
la autoridad administrativa, a lo que
estaba en noticia del revisor independiente y, en definitiva, a aquello
en base a lo cual se concedi el permiso de edificacin.

El inspector tcnico de obra (ITO)


estar encargado de supervisar que la
obra se ejecute conforme a las normas de construccin aplicables a la
ejecucin de la obra, al permiso de
construccin aprobado y sus modificaciones. Durante la ejecucin de la
obra ser responsable que sta cumpla con el proyecto de arquitectura; el
proyecto de clculo estructural; y los
proyectos de especialidades; incluidos los planos y especificaciones
tcnicas correspondientes, debiendo
para ello, registrar en el Libro de
Obras la supervisin de las partidas que determinen la Ordenanza
General y las respectivas especificaciones tcnicas. Asimismo, el inspector tcnico de obra deber supervisar
oportunamente el cumplimiento de
las medidas de gestin y de control
de la calidad
Para el caso concreto, el tribunal tuvo
por establecido, en base a la prueba
de cargo, que los acusados se obligaron a contar con un Inspector Tcnico de Obra distinto del constructor
(de ah la denominacin de externo),
lo que se tuvo por establecido no
slo con el documento denominado
Especificaciones Tcnicas, sino que
tambin con un documento firmado
por Baeza Martnez y las aseveraciones de testigos, todo ello analizado
en el razonamiento undcimo de la
sentencia. Dado que la autorizacin
para edificar fue visada por la Municipalidad con el compromiso de

En consecuencia, la norma del


artculo 143 de la Ley General de
Urbanismo no se aplic en el caso
en relacin a la supuesta exigencia de
un Inspector Tcnico Independiente,
propio de un edificio pblico, por lo
tanto, no ha existido la infraccin de
derecho que se reclama.
Del mismo modo, no se ha aplicado
tampoco el artculo 1.3.2. N8 de la
Ordenanza, que establece que De
conformidad con lo dispuesto en la
Ley General de Urbanismo y Construcciones, se considerarn infrac41

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

ciones a las normas contenidas en la


presente Ordenanza, y por lo tanto
quedarn sujetas a multa, las siguientes acciones, entre otras: 8.La falta de
revisor independiente o de inspector tcnico, tratndose de edificios
de uso pblico. De contrario, en el
razonamiento undcimo, a fs. 234,
la cita que se lee en relacin a este
precepto, es de los artculos 1.3.2
N-; 1.3.2 N7, correspondiendo
el nmero faltante al N1, segn se
advierte de la explicacin siguiente
de la sentencia y de la acusacin,
donde esas disposiciones ordenan:
De conformidad con lo dispuesto
en la Ley General de Urbanismo
y Construcciones, se considerarn
infracciones a las normas contenidas
en la presente Ordenanza, y por lo
tanto quedarn sujetas a multa, las
siguientes acciones, entre otras: 1. La
ejecucin de cualquier obra de construccin en contravencin con las
disposiciones de la presente Ordenanza; y, 7. La falta de profesionales competentes responsables de la
supervisin, construccin o inspeccin de la obra.

gosa, Parra y Baeza no sometieron


a revisin del revisor y de la Municipalidad los cambios estructurales
del proyecto de clculo, en circunstancias que esa norma no impone tal
obligacin.
El artculo 119 de la Ley citada,
ordena que Toda obra de urbanizacin o edificacin deber ejecutarse
con sujecin estricta a los planos,
especificaciones y dems antecedentes aprobados por la Direccin de
Obras Municipales.
Si despus de concedido un permiso hubiere necesidad de introducir modificaciones o variantes en el
proyecto o en las obras correspondientes, tales modificaciones se tramitarn en la forma que seale la
Ordenanza General.
La Direccin de Obras proveer
por escrito la informacin u observaciones sobre el proyecto al propietario o profesional que interviene,
en formulario tipo, a solicitud del
interesado. Ser responsabilidad del
profesional aportar los antecedentes
necesarios y adecuar el proyecto a las
exigencias que se le formulen.

En consecuencia, no habindose
aplicado las disposiciones legales
que aducen los recurrentes, sino que
por el contrario, aqullas que calificaban correctamente, adems, las
situaciones fcticas que se tuvieron
por establecidas, este primer captulo
de infraccin de derecho debe ser
desestimado.

En la sentencia que se revisa, en la


parte pertinente, los jueces no slo
aludieron al artculo 119 arriba
copiado, sino que tambin se remitieron a otras disposiciones legales,
entre las que se cuenta el artculo 5.2
y 5.1.17 de la Ordenanza General de
Urbanismo y Construccin.

TRIGSIMO PRIMERO: Que, a


continuacin, se ha denunciado la
infraccin del artculo 119 de la Ley
General de Urbanismo en Construccin en cuanto los acusados Orti-

El artculo 5.2.2 de la Ordenanza,


establece que Las obras debern
ejecutarse en conformidad con los
planos, especificaciones y dems
42

Fallos

Materias de Inters General

antecedentes aprobados en el respectivo permiso y sus modificaciones si


las hubiere.

La nica norma citada por los recurrentes resultaba atingente al caso,


pero adems, no fue tan slo ella la
invocada por los jueces del Tribunal
Oral para establecer la obligacin
que se predica de los acusados, ante
los hechos que se tuvieron por ciertos, por lo que la infraccin de ley
reclamada no ha existido.

En caso de existir modificaciones al


proyecto aprobado, a sus especificaciones o antecedentes, se proceder
conforme lo establece el artculo
5.1.17, salvo que se trate de modificaciones menores

TRIGSIMO SEGUNDO: Que,


acto seguido, se sostiene que se estableci que los acusados no adoptaron las medidas que requera una
obra de la naturaleza que tena la de
autos, infringiendo as los artculos
1.1.2; 1.2.2; 3.3.9; 5.1.6 letras g) y
h); 5.1.17; 1.2.9; 1.3.2 N1 y N7,
las que no tienen, sin embargo, el
alcance que se ha pretendido darles. Explica sobre el punto que la
obligacin se aplica cuando existen
cambios estructurales -5.2.6 de la
Ordenanza General de Urbanismo
y Construccin-, cuyo no fue el caso
y, adems, que slo son responsables los profesionales que los suscriben -1.2.14 del mismo compendio
reglamentario.

En la especie es un hecho del proceso que existieron modificaciones


en los planos, cuestin que incluso
fue aceptada en los alegatos de los
representantes de los acusados, aunque en algunos casos se reclam que
aqullos no haban tenido el carcter de estructurales, sino que haban
sido modificaciones menores. Sin
embargo, es tambin un hecho del
proceso, inmutable para esta Corte,
que las modificaciones introducidas
en al menos tres ocasiones despus
de la aprobacin de los planos, fueron estructurales y, en consecuencia,
deba procederse en la forma sealada en el precepto arriba copiado
y, por ende, hacer aplicacin de la
otra norma citada, el artculo 5.1.17
de la Ordenanza, que prescribe: Si
despus de concedido un permiso y
antes de la recepcin de las obras,
hubiere necesidad de modificar un
proyecto aprobado, se debern presentar ante el Director de Obras los
siguientes antecedentes entre los
que se cuentan nuevas especificaciones tcnicas, informe favorable
del revisor independiente, firma del
proyectista de clculo estructural
e informe favorable de Revisor de
Proyecto de Clculo Estructural,
cuando corresponda.

Sobre este punto, basta para rechazar


la denuncia que se levanta, el simple
hecho que se encuentra apoyada en
una situacin fctica inefectiva: que
no hubo cambios estructurales en el
proyecto original, en circunstancias
que como ya se dijo, tal presupuesto
es un hecho del proceso.
Asimismo, si bien existe una disposicin que seala la responsabilidad
de los profesionales que suscriben
determinados antecedentes, existen
otras que atribuyen responsabilidad
a los propietarios y constructores en
43

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

cada caso, siendo uno de los pilares


de este proceso y el motivo por el
cual se desestim adems, la teora
de la defensa apoyada en el principio
de divisin de funciones en base a la
confianza, el hecho que los acusados
no tenan funciones claramente definidas, sino que todos ellos actuaban
dentro de unas mismas esferas de
atribuciones.

una eventual infraccin en aqullos,


dejando subsistentes los dems, aun
en el caso de ser efectiva, supone que
no se satisface la exigencia de sustancialidad en la infraccin que se
pretende.
TRIGSIMO CUARTO: Que,
finalmente, por la octava causal subsidiaria, se denuncia infraccin de
derecho por no haberse hecho aplicacin del artculo 75 del Cdigo
Penal y con ello, de una sancin
inferior que medie entre 541 y 818
das de reclusin menor en su grado
medio, la defensa sostiene que se
trata de un nico cuasidelito con
pluralidad de resultados. De contrario, de estimarse que se trata de una
pluralidad de cuasidelitos, se est en
presencia de un concurso ideal, porque un mismo hecho constituye dos
o ms cuasidelitos, lo que debe resolverse de acuerdo con lo previsto en
el artculo 75 del Cdigo Penal y no
como errneamente lo hace la sentencia, como un caso de reiteracin
de delitos de la misma especie en los
trminos del artculo 351 del Cdigo
Procesal Penal, ni menos como un
concurso material de acuerdo con el
artculo 74 del Cdigo Penal.

TRIGSIMO TERCERO: Que,


como sptima alegacin subsidiaria,
se denuncia infraccin al artculo 18
de la Ley General de Urbanismo y
Construccin y 1.2.3 de la Ordenanza respectiva cuando se apoya la
decisin de condena en tales preceptos, desde que aquellos slo tienen
alcance para la responsabilidad civil.
Es efectivo que tales preceptos estn
diseados para establecer la responsabilidad civil de las personas que
all se indican, pero en el fallo son
slo normas de contexto, desde que
los jueces han condenado por delitos
negligentes en relacin al tipo penal
del artculo 492 del cdigo punitivo, en relacin al artculo 490 del
mismo cuerpo de leyes y tambin a
los artculos 391 N2 y 397 N1 y 2
de ese mismo cdigo. Las normas
de la Ley General de Urbanismo
y Construccin y de la Ordenanza
General de Urbanismo y Construccin han sido sealadas para demostrar la infraccin de reglamentos que
permite establecer la negligencia e
imprudencia de los acusados y en
esta parte resulta preciso consignar
que esos dos preceptos no fueron
los nicos invocados por los jueces para tal objeto, de modo que la
sola denuncia de haberse cometido

De ah colige el recurrente que


siendo la pena mayor asignada al
delito ms grave la de reclusin
menor en sus grados mnimo a
medio (artculo 490 N1 del Cdigo
Penal) y por favorecer a los acusados una circunstancia atenuante, de
acuerdo al artculo 67 del mismo
cdigo debe aplicarse el mnimo de
esa pena, esto es, 541 a 818 das de
reclusin menor en su grado medio,
44

Fallos

Materias de Inters General

lo que debe disponerse por sentencia


de reemplazo.

especie, la sentencia dio por establecida la existencia de ocho cuasidelitos


de homicidio: de Carlos Cifuentes
Cisternas, Ilse del Campo Ibez,
Patricio Matus Vergara, Erwin Araneda Burgos, Paola Herrera Pavez,
Vicente Gonzlez Herrera, Jasmina
Fierro Cerro y Jos Len Acevedo;
ms un cuasidelito de lesiones graves
gravsimas de Vernica Riquelme
Cisternas; y de otros seis cuasidelitos de lesiones simplemente graves
de Erna Escobar Sanhueza, Alonso
Daz Escobar, Erik Arvalo Aceituno, Cristin Fernndez Villanueva,
Milena Ziga Medina y Boris
Castro Morales por los cuales resultaron condenados y respecto de lo
que se razon adecuadamente en la
sentencia, hacindolo adems sobre
las circunstancias modificatorias de
responsabilidad penal y la sancin a
imponer en definitiva, conforme se
lee de los motivos vigsimo segundo
y siguientes, as como en lo resolutivo del mismo fallo.

Como primera cuestin que debe


advertirse de esta seccin del libelo,
es que no se indica en parte alguna
cules son en concreto las normas
legales que se dicen infringidas,
debiendo suponerse que se trata de
todas aquellas que se han mencionado en su descripcin, la que incluye
el artculo 75 del Cdigo Penal, que
parece ser la que se pide aplicar, la
del artculo 351 del Cdigo Procesal
Penal, cuya aplicacin se estimara
errnea, al igual que la del artculo
74 del Cdigo Penal y la del artculo
67 de ese mismo cdigo que regula
la concurrencia de la nica circunstancia atenuante reconocida a los
acusados.
Atendido el hecho que se est solicitando fallo de reemplazo en los trminos del artculo 385 del Cdigo
Procesal Penal, corresponde que los
recurrentes indiquen de modo preciso no slo aquellas disposiciones
concretas que estiman infringidas,
lo que constituye una exigencia de
la causal invocada, sino que adems,
que citen los preceptos necesarios
para pronunciar la solicitada sentencia de reemplazo, cuestin que no se
ha satisfecho en la especie.

El artculo 75 del Cdigo Penal,


supone la comisin de un solo hecho,
en tanto el artculo 351 del Cdigo
Procesal Penal, que fue el aplicado
en la situacin en estudio, procede
cuando existe reiteracin de delitos.
Como se advierte, en el caso sometido al conocimiento de este Tribunal es un presupuesto fctico
establecido en la causa la existencia
de mltiples hechos, supuesto que
no resulta modificable para este tribunal, desde que la invocada es una
causal de infraccin de ley, razn por
la cual el anlisis de las disposiciones
legales procedentes debe ser reali-

TRIGSIMO QUINTO: Que, sin


perjuicio de lo anterior, ocurre que
el artculo 75 del Cdigo Penal slo
puede ser aplicado cuando en la sentencia se ha tenido por establecida
la existencia de un solo hecho culposo y que ste ha tenido resultados
diversos, que es lo que pretenden las
defensas, en circunstancias que en la
45

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

zado en relacin a los hechos afincados en el proceso.

251-2012, los que en consecuencia,


no son nulos.

En dicho escenario, no tiene lugar el


supuesto del artculo 75 del Cdigo
Penal, siendo ajustada a derecho la
forma en que se ha sancionado a los
acusados, por lo que este captulo de
nulidad ser tambin desestimado.

Acordada con el voto en contra de


los Ministros Sres. Knsemller y
Brito, quienes estuvieron por acoger
los recursos de nulidad interpuestos,
nicamente por la causal del artculo
373 letra b) del Cdigo Procesal
Penal, en la parte que cuestionan,
por infraccin de derecho, la aplicacin del artculo 351 del Cdigo
Procesal Penal para los efectos de la
determinacin de la pena privativa
de libertad impuesta a los recurrentes. Para ello tuvieron presentes las
siguientes consideraciones:

TRIGSIMO SEXTO: Que, por


ltimo en cuanto se ha denunciado
infraccin por no haberse admitido
la circunstancia atenuante del artculo 11 N9 del Cdigo Penal, esto
es, de la cooperacin sustancial de
los acusados, sucede que esta alegacin carece de sustancialidad desde
que aun cuando se admitiera la concurrencia de una atenuante adicional,
el tribunal tiene una facultad sealada en la ley para reducir la sancin
a imponer, de modo que no se trata
en el caso de una situacin en que se
verifique las condiciones de la causal esgrimida, razn suficiente para
su rechazo, pero adems, los jueces
no dejaron establecido como hechos
probados los presupuestos de la cooperacin que se alega.

1.- El fallo impugnado da por establecida legalmente la comisin de


ocho cuasi delitos de homicidio, un
cuasi delito de lesiones graves gravsimas y seis cuasi delitos de lesiones
simplemente graves, todos perpetrados el da 27 de febrero de 2010.
2.- La invocacin del artculo 351
del Cdigo Procesal Penal por parte
de los sentenciadores, para los efectos de la determinacin de la pena
aplicable a los condenados, pone
de manifiesto que han estimado la
concurrencia de un concurso real o
reiteracin de delitos culposos se
habla de quince cuasidelitos cometidos por los acusados situacin que
supone una pluralidad de conductas punibles atribuibles a un mismo
sujeto, lesivas de un mismo o distintos bienes jurdicos protegidos. Hay
un concurso real (material) de delitos cuando un sujeto ha ejecutado o
participado en la ejecucin de dos o
ms hechos punibles jurdica y fcticamente independientes, respecto de

Por estas consideraciones y de


acuerdo adems, a lo dispuesto en
los artculos 360, 373 y 374 del
Cdigo Procesal Penal, se rechazan
los recursos de nulidad deducidos a
fs. 426, 450 y 480 por las defensas
de Juan Ignacio Ortigosa Ampuero,
Ricardo Baeza Martnez y Felipe
Parra Zanetti, contra la sentencia
de diez de diciembre de dos mil
trece, cuya copia est agregada a fs.
1 y siguientes de este legajo y contra
el juicio oral que le antecedi en el
proceso RUC 1000227267-4, RIT
46

Fallos

Materias de Inters General

ninguno de los cuales se ha pronunciado sentencia condenatoria firme


y ejecutoriada. (Cury, Derecho
Penal, Parte General, 7 edicin, pp.
659-660) El tratadista citado seala
como requisito bsico del concurso
material la realizacin de la participacin en varios delitos. Etcheberry,
refirindose a la pluralidad de hechos
punibles como elemento esencial del
concurso real, apunta que no dice tal
cosa el artculo 74 del Cdigo Penal,
pero se deduce del art. 75, que reglamenta el concurso ideal el cual aparece definido como la situacin en la
que un solo hecho constituye dos o
ms delitos, de lo que se colige que
el concurso material se producir
cuando la pluralidad de delitos provenga de la multiplicidad de hechos.
(Derecho Penal, Parte General, T.II,
pp. 115-116)

Se trata, en verdad, del antiguo problema doctrinario y prctico que


presenta el cuasi delito con resultado
mltiple, el tpico caso del conductor
de un vehculo que, por infringir los
reglamentos y actuar con imprudencia o negligencia, arrolla a un grupo
de peatones que espera locomocin en la vereda, provocando varias
muertes y lesiones. Es una reiteracin de delitos culposos, un solo
cuasi delito o un concurso ideal de
estas infracciones?
De aplicar las reglas del concurso
real, que significan considerar que
el autor ha cometido un nmero de
delitos culposos equivalente a los
resultados verificados, normalmente
se ver sobrepasada la culpabilidad por el hecho. En consecuencia
no existiendo una norma que solucione la situacin, la prctica judicial,
amparada en parte de la doctrina,
ha llevado a aplicar en estos casos la
regla del concurso ideal de delitos.
(Luis Ortiz Quiroga- Javier Arvalo
Cunich, Las Consecuencias Jurdicas del Delito, p. 351)

El artculo 74 del Cdigo Penal elimina toda duda al respecto, ya que se


refiere al culpable de dos o ms delitos y a las diversas infracciones.
3.- De acuerdo a la tesis de la sentencia censurada, cada uno de los
imputados habra cometido en un
da determinado varios cuasidelitos,
en concurso real, debido a la pluralidad de resultados lesivos producidos.
No cabe duda que este ltimo factor
ha sido el determinante de la apreciacin del nmero de hechos culposos atribuidos a los enjuiciados (15).
Este criterio es rechazable, ya que no
se encuentra establecido en la causa
que los acusados hayan incurrido en
quince conductas culposas distintas y separadas una de otra, con los
resultados ya conocidos.

Se discute en doctrina lo que ocurre


en el cuasidelito con resultado mltiple, expone Etcheberry, sealando
que la jurisprudencia de nuestros
tribunales se ha inclinado por ver
en estos casos un concurso ideal de
delitos, esto es, un solo hecho que
constituye dos o ms delitos, y que,
segn se explicar, recibe una sancin menor que si se tratara de un
concurso real, en el cual se suman las
penas correspondientes a cada una
de las infracciones. (Derecho Penal,
Parte General, T.I, pp. 322-323)
47

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

Bustos Ramrez estima que no hay


dificultades para aplicar a los delitos
culposos el concurso ideal propio,
cuando un solo hecho constituye dos
o ms delitos (art. 75 del C. Penal),
pues es perfectamente posible que de
un mismo hecho deriven dos delitos
o injustos culposos. Cita jurisprudencia de la Corte Suprema y de la
Corte de Apelaciones de Santiago,
conforme a la cual los hechos deben
ser penalizados de acuerdo al artculo 75 del estatuto punitivo. (El
delito culposo, pp. 114-115)

que acarrea una errnea aplicacin


del derecho, representada en este
caso por el artculo 351 del Cdigo
Procesal Penal, utilizado por los
falladores para regular las sanciones
punitivas aplicables a los enjuiciados.
La correcta aplicacin del artculo
75 del estatuto punitivo habra
determinado la imposicin de una
pena de reclusin menor en su grado
medio, que es la sancin mayor asignada al delito ms grave, la que tiene
que ser aplicada en su mnimo por
favorecer a los acusados una circunstancia atenuante y no perjudicarles
ninguna agravante. La pena que as
resulta, es inferior a la que los sentenciadores impusieron a los acusados, incurriendo para ello en una
errnea aplicacin del derecho que
obviamente influy sustancialmente
en lo dispositivo del fallo, ya que la
ausencia de la infraccin legal habra
trado como consecuencia jurdicopenal la imposicin de una pena
privativa de libertad correctamente
impuesta de acuerdo al artculo 75
ya citado, inferior a la establecida en
la sentencia atacada.

4.- En sentencia de 23.06.1988, la


Corte Suprema resolvi, en un caso
de hecho culposo singular con resultado mltiple, que la pena debe regularse de conformidad con el artculo
75 del Cdigo Penal; en el fallo del
mismo tribunal, de 27.08.1990, se
estableci que Por tratarse de una
conducta culposa que origina tres
cuasi delitos -uno de homicidio y
dos de lesiones- se da el concurso de
delitos prescrito en el artculo 75 del
Cdigo Penal, debiendo aplicarse la
sancin asignada al delito ms grave
y rebajarla de acuerdo a las atenuantes que concurren.

6.- Por las razones expresadas los


disidentes fueron de opinin de acoger el recurso de nulidad de que se
trata y de dictar sentencia de reemplazo, de acuerdo con lo previsto en
el artculo 385 del Cdigo Procesal
Penal, porque la cuestin que motiva
la falta de validez antes acotada slo
consiste en una errnea aplicacin
del derecho, esto es, en un aspecto
del todo ajeno a las formalidades del
juicio y a la valoracin de la prueba
recogida, lo que influy sustancialmente en lo dispositivo del fallo

5.- Que, en consecuencia, los sentenciadores incurrieron en error


de derecho al recurrir al concurso
material de delitos culposos para
determinar la penalidad concreta
aplicable a los enjuiciados, la que,
segn lo argumentado precedentemente, debi ajustarse a lo ordenado
por el artculo 75 del Cdigo Penal
precepto ste, que resulta infringidoprecisamente por no haber sido
aplicado a un caso que deba regirse
imperativamente por el mismo- lo
48

Fallos

Materias de Inters General

pues, como se ha dicho, determin


una pena superior a la que legalmente corresponda imponer.

Pronunciado por la Segunda Sala


integrada por los Ministros Sres.
Milton Juica A., Hugo Dolmestch
U., Carlos Knsemller L., Haroldo
Brito C. y Lamberto Cisternas R.

Regstrese y devulvase con sus


agregados.

Autorizada por la Ministro de Fe de


esta Corte Suprema.

Redaccin a cargo del Ministro Sr. Hugo Dolmestch Urra y


del voto disidente, el Ministro Sr.
Knsemller.

En Santiago, a cuatro de abril de dos


mil catorce, notifiqu en Secretara
por el Estado Diario la resolucin
precedente.

Rol N185-14.

49

Fallos

Materias de Inters General

RECURSO DE NULIDAD RECHAZADO. AUTORA DEL ARTCULO 15 N3 DEL


CDIGO PENAL. PRUEBA DEL DOLO. IMPARCIALIDAD DEL TRIBUNAL.
EFECTOS DEL SILENCIO DEL IMPUTADO. COLABORACIN SUSTANCIAL
Tribunal: Corte Suprema
Resumen:
Con fecha 12 de mayo de 2014, la Segunda Sala de la Excma. Corte Suprema
rechaz un recurso de nulidad deducido por la defensa privada del condenado Celestino Cerafn Crdova Trnsito, en contra de la sentencia dictada por el Tribunal de
Juicio Oral en lo Penal de Temuco, en los autos RUC 1300014341-8, que lo conden
como autor del delito de incendio con resultado de muerte.
Dicha presentacin denunciaba la supuesta existencia de diversos vicios de nulidad, entre los que destacan la errnea aplicacin del derecho del artculo 15 N3
del Cdigo Penal, la vulneracin del debido proceso, especficamente del derecho a
defensa, la infraccin de la presuncin de inocencia, la falta de imparcialidad del
tribunal, el derecho a guardar silencio del imputado, etc.
Del fallo en comento conviene destacar lo siguiente:
AUTORA DEL ARTCULO 15 N3 CDIGO PENAL: Si bien el numeral
3 del artculo 15 del Cdigo Penal no requiere la acreditacin de conductas materiales vinculadas a la ejecucin de la accin tpica, es requisito esencial que los partcipes convengan consumar un ilcito, puesto que se trata de la segunda hiptesis
de la norma, vale decir, la actuacin de aquel que, concertado para la ejecucin del
delito, lo presencia sin tomar inmediata parte en l. As, dice el fallo que es factible
afirmar -descartando toda duda razonable- que el acusado particip en los sucesos y
obviamente, al tenerse por cierto que el mismo hecho se cometi entre varios sujetos, es
razonable convenir que los autores estaban de acuerdo para su ejecucin. No se trata
de meras conjeturas, como asegura la defensa, porque todas las acciones acreditadas
son de naturaleza colectiva, consistentes en la adopcin de precauciones comunes, la
eleccin de un lugar de acceso, el disparo de armas y el inicio del fuego en un punto
determinado de la casa, es decir, son tareas que difcilmente pudieron llevarse adelante de forma individual y sin acuerdo previo en torno al objetivo perseguido.
PRUEBA DEL DOLO: En relacin con el dolo del condenado y su prueba, se
seala, en el considerando 12, lo siguiente: Si bien es cierto que su acreditacin es
una cuestin compleja, dados los elementos subjetivos o de naturaleza psicolgica que
no son perceptibles directamente, la conviccin habr de basarse en circunstancias
probadas previas, coetneas y posteriores al hecho que demuestren el ntimo conocimiento y voluntad del agente, que manifiesten la intencin querida. Por consiguiente,
el dolo, en cuanto elemento psicolgico conocer y querer solamente puede fijarse
por un proceso de inferencia. Estos juicios permiten al tribunal mediante una opera51

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

cin lgica deducir del material fctico la concurrencia de los componentes anmicos
del suceso delictuoso, ya que el objeto de la conviccin del tribunal es un elemento que
no trasciende y permanece reservado en todo individuo, de modo que su verificacin
requiere de una inferencia a partir de hechos conocidos.
El tribunal de los hechos debe establecerlo a partir de la forma exterior del comportamiento, debiendo consignar los hechos que acaecieron de los que derivan consecuencias, partiendo de prueba indiciaria para, mediante un anlisis lgico, vincular los
hechos acreditados que sirven de soporte con aqul no probado que se extrae de dicho
proceso intelectual.
IMPARCIALIDAD DEL TRIBUNAL: Respecto de los reclamos por supuesta
falta de imparcialidad del tribunal se seala en el considerando 20 que lo que se
plantea como falta de imparcialidad no es ms que el rechazo de las conclusiones
alcanzadas por el tribunal. Una impugnacin de tal naturaleza exige que sean postulados hechos concretos relativos a lo que se afirma, por cierto constitutivos por s
mismos de parcialidad y del todo ajenos al trabajo de valoracin de la prueba, por
cuanto la discusin de esto ltimo, como en realidad se hace en la especie, supera claramente los lmites de la nulidad que se reclama. Lo que hace el recurso en esta parte
es proponer una valoracin distinta de la prueba, lo que queda demostrado con su
propio reclamo, que sostiene conclusiones que contraran la lgica y falta de esclarecimiento de hechos que favorecieron la posicin del imputado. Tales cargos son impertinentes para esta causal, y no llegan a configurar los hechos que importan parcialidad.
EN CUANTO AL SILENCIO DEL IMPUTADO: Respecto del valor y efectos
del silencio del imputado, en el considerando 22 se declara que: es efectivo que el
que guarda silencio simplemente no dice nada y que de su silencio no cabe extraer
conclusin alguna, pues su pasividad slo puede significar expresin del ejercicio de
su derecho a obrar de tal forma, pues no tiene deber jurdico -ni moral- de colaborar
con la persecucin penal dirigida en su contra, siendo, en consecuencia, obligacin de
la Fiscala remover la presuncin de inocencia que le asiste al imputado.
Al margen de ello, que el acusado declare o no, es una decisin estratgica de la defensa,
ejercitando su derecho de manera positiva, esto es hacindose or, o de forma negativa,
guardando silencio. Sin embargo, de la lectura de la sentencia no aparece que se haya
otorgado valor al silencio del imputado pues la decisin arranca exclusivamente de la
prueba de cargo aportada por el persecutor, tanto en lo concerniente al delito como a
la participacin. La pregunta que debe hacerse en este caso es si la prueba de la parte
acusadora fue suficiente para alcanzar la conviccin condenatoria y la respuesta que
surge del fallo no es otra que la prueba incriminatoria tenida en consideracin es
la aportada por la acusadora y que no ha razonado dando valor incriminatorio al
silencio del inculpado.
Es claro que el imputado no fue sancionado por la ausencia de una explicacin en
torno a los hechos como sostiene el recurrente. La alusin que hace el tribunal sobre
este aspecto es inocua, no afecta la esencia del derecho a guardar silencio, y si bien es
52

Fallos

Materias de Inters General

innecesaria, carece de trascendencia a estos efectos, porque, como ya se dijo, la conviccin condenatoria se sustenta en otros antecedentes.
PRUEBA DEL DOMINIO DEL ACTO. En relacin a las alegaciones relativas
a la autora y la prueba del dominio del acto, en el considerando 24 se indica que
la alegacin de no haberse acreditado el dominio del acto carece de sustento y debe
ser rechazada. No debe olvidarse que se trata de coautora y que ello acepta divisin
de funciones, esto es que el hecho criminal no sea ejecutado necesariamente con la
realizacin de todos los hechos por todos los concertados, porque la accin tpica que
se fracciona por las circunstancias ha de estar comprometida en el acuerdo, de suerte
que todos los agentes la desarrollen de esta manera. As, incurren en responsabilidad
penal, segn el grado de desarrollo que se alcance, motivo por el que no es aceptable
entender el dominio del acto de la manera en que acta slo una persona.
ATENUANTE DEL ARTCULO 11 N9 DEL CDIGO PENAL: Respecto
de la atenuante del artculo 11 N9, se declara en el considerando 26 que el
tribunal respeta expresamente la cosmovisin Mapuche del encausado, asentada por
los dichos del perito Jos Quidel y por el informe antropolgico introducido por la
defensa, a lo que se anex un informe social, por demandarlo as el Convenio 169
de la OIT, en relacin a lo dispuesto en el inciso segundo del artculo 5 de la Constitucin Poltica de la Repblica. Tambin los jueces admiten que tal cual postul
la defensa, el encausado cooper con la investigacin teniendo para ello presente la
informacin antropolgica suministrada, empero de un anlisis objetivo de dicha
contribucin se estim que la misma no ha sido sustancial para el esclarecimiento
de los hechos, a tal punto que parte de los mismos no han podido ser esclarecidos en
su totalidad, puesto que en ellos participaron otras personas an sin identificar. De
otra parte, en cuanto a la circunstancia de haber proporcionado su identificacin, la
misma an sin la colaboracin voluntaria del encausado pudo ser obtenida mediante
diligencias autorizadas por un Juez de Garanta, lo mismo respecto del examen de
sus heridas, de manera que la colaboracin prestada slo tiene una trascendencia
marginal y no sustancial como lo requiere el legislador. (El subrayado es nuestro).
EN RELACIN A LA CALIFICACIN DE LA ATENUANTE DEL
ARTCULO 11 N6 DEL CDIGO PENAL: En lo que se refiere a la atenuante
de irreprochable conducta anterior y el reclamo de la defensa en cuanto a que no se
le tuvo por muy calificada, la Corte Suprema seala en el considerando 26 que los
informes antropolgicos no impiden desestimar la calificacin, pues no se observa
mrito que lo haga procedente, pues slo se da cuenta de que el encausado posee un
origen Mapuche, es Machi, ha vivido en una comunidad de su etnia, asistido al colegio y que pertenece a una familia extensa, es decir, actividades propias de cualquier
hombre medio inserto en la sociedad
Se agrega que de la condicin de Machi, en los sealados informes lo que se afirma
es que se trata de una suerte de don que no dice relacin con un especial mrito sino de
una condicin espiritual heredada por lnea materna por lo que no es posible considerar que el encausado tenga una conducta superior a un hombre medio; es ms, que
53

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

el mismo haya curado a varias personas ms parece aproximarse al ejercicio de las


funciones espirituales y mdicas que le son propias, que a una actitud especialmente
considerable y altruista.
AGRAVANTE DEL ARTCULO 12 N12 DEL CDIGO PENAL: En
cuanto a la agravante del artculo 12 N12 del Cdigo Penal, se descartan los reproches a su respecto, ya que Como es evidente, en la noche y vestidos con ropas oscuras,
los agentes pueden conducirse de manera de no ser detectados, y al no ser advertidos
obviamente ello incide en el xito de la tarea delictiva, producindose una notable
ventaja para el actuar de los agentes, todo lo que les hace merecedor de un mayor
reproche delictivo. Por lo dems, a pesar del gran contingente policial, los dems partcipes no fueron encontrados, de lo que se deduce que la nocturnidad fue un factor
determinante a la hora de la ejecucin del hecho.
Texto Completo:

bilitacin absoluta para profesiones


titulares mientras dure la condena,
por su responsabilidad de autor del
delito consumado de incendio con
resultado de muerte, previsto y sancionado en el inciso primero del
artculo 474 del Cdigo Penal, perpetrado el 4 de enero de 2013 en la
comuna de Vilcn, Regin de La
Araucana, y que extingui la vida de
don Werner Luchsinger Lemp y de
la seora Vivian Mackay Gonzlez.

Santiago, doce de mayo de dos mil


catorce.
VISTOS:
El Tribunal de Juicio Oral en lo
Penal de Temuco, por sentencia de
veintiocho de febrero de dos mil
catorce pronunciada en los antecedentes RUC 1300014341-8, RIT
220-2013, rectificada por resolucin
de tres de marzo pasado, absolvi a
CELESTINO CERAFIN CORDOVA TRANSITO de los cargos
formulados de ser autor de los delitos
de incendio de casa o lugar habitado,
en carcter de terrorista, incendio de
bienes muebles y robo con violencia,
perpetrados en el Fundo Santa Isabel de la comuna de Vilcn, Regin
de la Araucana, el da 22 de diciembre del 2012.

La defensa del sentenciado dedujo


recurso de nulidad contra la indicada sentencia el que se conoci en
la audiencia pblica de veintids de
abril pasado con la concurrencia y
alegatos de los abogados don Pablo
Ortega, por la defensa, don Cristin
Paredes, por el Ministerio Pblico,
el seor Carlos Tenorio, por la parte
querellante particular y don Vctor
Santelices por la Intendencia de la
Regin de la Araucana, convocndose a los intervinientes a la lectura
del fallo para el da de hoy como
consta del acta de fojas 246 de este
cuaderno.

Enseguida se conden al mismo


imputado a dieciocho aos de presidio mayor en su grado mximo,
accesorias de inhabilitacin absoluta perpetua para cargos y oficios
pblicos y derechos polticos e inha54

Fallos

Materias de Inters General

suceso ni en las prendas del imputado, no obstante lo cual, a juicio


del fallo, ello no sera indiciario de
ausencia de participacin sino solo
una explicacin de que los autores
- para iniciar la ignicin no se prevalieron de esas sustancias.

CONSIDERANDO:
PRIMERO: Que en su primer segmento, la defensa alega como causal
principal la contemplada en el artculo 373 letra b) del Cdigo Procesal
Penal, esto es la errnea aplicacin
del derecho con influencia sustancial
en lo dispositivo del fallo.

Ante tal declaracin de hechos el


recurso plantea que todas las conductas comprendidas en la acusacin fueron desechadas en el fallo,
no obstante lo cual Crdova Trnsito fue condenado como coautor,
sin que exista precisin acerca de
la hiptesis del artculo 15 N3 del
Cdigo Penal en que se enmarca su
conducta.

Sostiene el recurso que la calidad de


autor que el fallo atribuye al acusado
constituye un error de derecho pues
no hay mrito para dar aplicacin al
artculo 15 N3 del Cdigo Penal, lo
que hace procedente la aplicacin de
la regla del artculo 385 del Cdigo
Procesal Penal, pues se castig a
Crdova Trnsito en circunstancias
que no proceda pena alguna, generndose una infraccin en la aplicacin de los artculos 14, 15 y 50 del
Cdigo Penal.

A objeto de situar al acusado en el


lugar de los hechos, el recurso sostiene que la sentencia descarta que
el imputado haya sido herido en
las inmediaciones del sitio de la
detencin -a 1.780 metros del lugar
siniestrado- y desestima la ausencia
de rastros de sangre en el trayecto
que supuestamente realiz a resultas de los efectos del agua que lanz
bomberos, concluyendo que el imputado se ubic cerca del domicilio
afectado atendido que la mayora de
la evidencia balstica se encontraba
entre la residencia y una bodega
existente a no ms de cinco metros
de la cocina; es decir el fallo solo
plantea una probabilidad. Otro tanto
ocurre con el proyectil que hiri al
imputado, pues mientras las pericias
informan que los percutidos por la
pistola de la vctima tenan encamisado de nquel, el que provoc la
herida a Crdova Trnsito era de
cobre, hecho al que el tribunal resta
trascendencia con otra suposicin,

Para estos efectos indica que las


imputaciones de la acusacin se
limitan a los actos de irrumpir en
la casa habitacin de las vctimas,
disparar armas de fuego, agredirlas,
rociar el inmueble con acelerantes e
iniciar el fuego. El fallo, sin embargo,
estableci que el imputado ingres
al fundo, es decir reconoce que no
irrumpi en la casa como postul
la acusacin; luego, previo al inicio
del incendio, se consigna que hubo
un intercambio de disparos sin indicios que permitan sustentar la tesis
que el encausado haya sido el autor
material de stos o que de mano
propia haya procedido a ejecutar el
delito, ni menos que haya disparado
un arma de fuego contra la vivienda.
La sentencia tambin declar que
no existen acelerantes en el sitio del
55

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

cual es la presencia de un cargador


vaco en el sitio del suceso perteneciente al arma de la vctima, lo que
abre un espectro de posibilidades en
cuanto a que tambin se percutieron municiones con encamisado de
cobre de calibre indeterminado. De
modo que es posible que el proyectil no haya provenido del arma de la
vctima.

La sentencia sostiene la hiptesis que


Crdova Trnsito habra participado
presenciando el hecho, previo concierto, lo que supone que el delito ya
haba comenzado a ejecutarse, pero
no establece que haya verificado la
conducta de incendiar descrita en
el artculo 474 del Cdigo Penal,
porque reconoce que el imputado no
dispar ni inici el fuego. La defensa
alega a favor de Crdova Trnsito
que no se logr establecer fuera de
toda duda razonable si este provena
del sitio del suceso o de la direccin
contraria o si se protega de los disparos recibidos, por lo que incluso de
haber existido un acuerdo con terceros para cometer un delito era necesario esclarecer en forma previa de
qu delito se trataba, si homicidio,
incendio u otro hecho. Se trata de
precisar adonde diriga su dolo, porque su permanencia a 1.780 metros
del sitio del suceso solo podra constituir un acto preparatorio impune,
en el que no hay nexo causal con el
incendio.

Se funda asimismo esta causal en la


omisin del fallo acerca del dominio
del hecho como requisito necesario
para la autora que se le atribuye, ms
si se sostiene que Crdova Trnsito
fue herido previo al incendio y que
el delito de todos modos se ejecut,
descartndose dominio sobre su no
consumacin. Por otro lado, el concierto entre el acusado y otros ejecutores no identificados se presume
en base a indicios a partir de la aseveracin que no hay otra explicacin
lgica para la presencia de Crdova
Trnsito al interior del predio que
no sea el hecho que ste comparta
el designio criminal de los hechores
materiales; sin embargo, se sostiene
que no basta la mera convergencia
en un delito, pues la coautora llega
hasta donde alcanza la voluntad
comn, pues el exceso consciente
de un agente no grava a los dems.
La sentencia no establece cmo
actuaron los ejecutores ni cmo lo
hizo Crdova Trnsito, solo indica
que se encontraba presenciando el
hecho mientras este se produca,
sin dar detalles, discurriendo acerca
de posibilidades, esto es, no a partir
de hechos ciertos, mxime si se descart que su representado hubiese
estado armado.

Luego reclama que el fallo da por


establecida la participacin en base
a pruebas contradictorias y que se
aparta de las reglas de la lgica formal para razonar desde la lgica
comn, dndole al acusado el tratamiento de un hombre medio,
obviando que existe una convencin probatoria sobre su calidad de
mapuche y machi.
Se solicita finalmente por esta causal
que se anule la sentencia y se dicte
la correspondiente de reemplazo que
absuelva al acusado.
56

Fallos

Materias de Inters General

SEGUNDO: Que la primera causal


subsidiaria del recurso se fundamenta
en la letra a) del artculo 373 del
Cdigo Procesal Penal, como consecuencia de la transgresin a los artculos 19 N3 de la Constitucin Poltica,
14 N3 letra b) del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos y 8
N2 letra c) de la Convencin Americana de Derechos Humanos.

TERCERO: Que, enseguida, en


forma subsidiaria, el recurso se funda
en la causal del artculo 373 letra a)
del Cdigo Procesal Penal, dada la
inobservancia de la presuncin de
inocencia, la falta de objetividad en
la investigacin por parte del persecutor y la transgresin del deber de
imparcialidad del tribunal.
Estos cuestionamientos se hacen
consistir en que el Ministerio Pblico
estim acabada la investigacin luego
de slo cuatro meses, marginando
cualquier otra hiptesis investigativa,
centrando su actividad en comprobar
la participacin culpable del imputado Crdova Trnsito a partir del
indicio de su detencin, renunciando
a pruebas de relevancia tendientes a
identificar cientficamente el origen y
calibre del arma con la que fue herido
y otras pruebas de ADN realizadas
a restos de sangre y a las ropas del
inculpado; tomando conocimiento la
defensa de innumerables probanzas
slo en la etapa intermedia que no
fueron oportunamente puestas a su
disposicin.

El recurso centra sus reclamos en las


circunstancias desventajosas en que
se ejerci la defensa, dada la escasez
del tiempo concedido para preparar una adecuada asistencia tcnica,
atendida la complejidad y extensin
del asunto y la circunstancia que
ms de veinte antecedentes no fueron puestos a su disposicin oportunamente sino en forma paulatina
durante el desarrollo de la audiencia
de preparacin de juicio oral, por
lo que esos elementos de juicio no
pudieron ser analizados del modo
apropiado. Incluso asegura que solo
durante el desarrollo del juicio oral
se enter de la realizacin de una
pericia balstica cuyo fin era determinar el calibre del proyectil que
hiri al acusado, lo que pudo haber
contribuido a acreditar su inocencia,
nada de lo cual fue atendido por el
fallo, afectndose sustancialmente
los derechos de su parte.

En lo que atae a la actuacin del


juzgador, asegura que hay hechos
que se dieron por acreditados al margen de las pruebas del juicio, establecindose concatenaciones que no
son lgicas, lo que ocurre, por ejemplo, con la declaracin del trayecto
del proyectil que hiri al imputado,
contrariando la prueba pericial existente; o con la indeterminacin del
origen y calibre del arma que hiri
al acusado.

Por ello, solicita la nulidad del juicio y del fallo en lo que concierne
al delito por el que Crdova Trnsito fue condenado, debiendo retrotraerse el procedimiento al estado de
realizarse nueva audiencia de preparacin de juicio oral por un tribunal
no inhabilitado.

En definitiva plantea que a su defendido nunca se le consider inocente,


57

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

lo que se ve refrendado al momento


que el tribunal extrae conclusiones a
partir del ejercicio de su derecho a
guardar silencio, enunciando sin base
aquello que al tribunal le pareci una
razonable explicacin de la imputacin delictiva que se le formulaba.

pecto de lo cual la sentencia plantea


que era innecesario encontrar restos de acelerantes, hidrocarburos y
plvora en las manos y/o ropas del
acusado porque no se le imputa la
comisin del delito de propia mano,
bastando su presencia en el lugar
aunque no permanezca en el mismo
sitio durante toda la ejecucin del
hecho. Pero, como ya lo denunci,
la sentencia omite referirse al dominio del hecho, presume el concierto
previo y la contribucin funcional
al hecho, en condiciones en las que
tambin puede ser responsabilizado
como cmplice con los mismos
argumentos del fallo, en circunstancias que existen dudas razonables de
que el acusado se hubiese encontrado en el lugar porque no se prob
que fuera herido por el arma de una
de las vctimas, ni la existencia de
rastros de sangre en el trayecto que
supuestamente recorri desde que
fue herido.

Lo cierto es que, a su juicio, no existi


prueba que demuestre que el imputado estuvo presente en el sitio del
suceso, que los hechos establecidos
tampoco lo sealan, no se demostr
la existencia de hidrocarburos en sus
vestimentas ni la supuesta ruta de
huida.
Solicita en la conclusin, que se
declare la nulidad del juicio y la sentencia respecto del delito por el que
result condenado, debindose retrotraer el procedimiento al estado de
realizar una nueva audiencia de juicio oral por tribunal no inhabilitado.
CUARTO: Que, en subsidio de lo
anterior, los siguientes dos captulos
del recurso se fundan en la causal del
artculo 373 letra b) del Cdigo Procesal Penal y se plantean de manera
conjunta.

De la presencia de otra persona en


el lugar y la llamada de auxilio de
la vctima no surge un nexo causal
entre las personas que participaron
en el hecho con Crdova Trnsito. Tampoco dice el fallo cmo
habran actuado los ejecutores ni se
determina el hecho en que Crdova
comprometi su participacin. Reitera que si no se acredita ese aporte
funcional se estara ante un caso de
complicidad.

Primero se sostiene que el fallo incurri en error de derecho al condenar


al acusado como autor en los trminos alternativos previstos en el
artculo 15 N3 del Cdigo Penal,
lo que produjo, a su vez, infraccin
a los artculos 14, 15, 16, 50 y 51 del
referido cuerpo legal, debido a que
el concierto previo que el precepto
exige se da por probado en base a
indicios que no resultan idneos
o inequvocos y no se establece la
forma de contribucin al hecho, res-

Solicita en lo petitorio que se anule


la sentencia a fin de que se dicte el
correspondiente fallo de reemplazo
que modifique el grado de participacin, adecundose la pena como en
derecho corresponda.
58

Fallos

Materias de Inters General

En forma conjunta, como se dijo,


se sostiene que el fallo comete error
de derecho al estimar concurrente la
circunstancia agravante del artculo
12 N12 del Cdigo Penal ejecutar
el delito de noche o en despoblado
- , no dar por establecida la colaboracin sustancial contemplada en el
artculo 11 N9 del Cdigo Penal y
desestimar la calificacin de la conducta irreprochable que le beneficia.

como la sanacin de enfermedades,


la preservacin de su religin, participacin en instancias de difusin de
la cultura mapuche.
Solicita en lo conclusivo que se anule
la sentencia en la parte que conden
al acusado, y que se dicte un fallo de
reemplazo que lo condene en la calidad que en definitiva se determine,
considerando slo la concurrencia
de dos atenuantes, una de ellas muy
calificada, imponindole la pena que
en derecho corresponda de conformidad a lo dispuesto en el artculo
68 del Cdigo Penal y dems normas pertinentes.

Respecto de la agravante de responsabilidad que fuera aplicada la


defensa plantea que se est ante
la hiptesis prevista en el inciso
segundo del artculo 63 del Cdigo
Penal, porque dada la abundante
presencia policial en el lugar de
realizacin del hecho, el delito slo
podra ejecutarse de noche. Adems,
la sentencia establece que la vctima
habra herido de gravedad al imputado, lo que descarta que la nocturnidad haya contribuido a la ejecucin.

QUINTO: Que, en subsidio, el


recurso se funda en el motivo de
nulidad del artculo 374 letra f ) del
Cdigo Procesal Penal en relacin a
los artculos 19 N3 de la Constitucin Poltica y 341 del Cdigo Procesal Penal, porque el hecho punible
imputado no fue acreditado, sancionndolo por conductas que exceden
el contenido de la acusacin, pues
ninguna de las que determinan el
ncleo fctico del delito fue desarrollada por Crdova, puesto que, como
ya se ha dicho, el imputado no dispar, no roci la casa habitacin con
combustible, ni le prendi fuego.

En lo referente a la atenuante del


artculo 11 N9 del Cdigo Penal
el fallo considera que el aporte del
encausado es marginal, en circunstancias que dio su consentimiento,
no obstante su condicin de machi,
a todas las pericias solicitadas por
el acusador, cuya colaboracin era
esencial para su xito.

Por ello solicita que se anule el juicio y la sentencia y se retrotraiga el


procedimiento al estado de realizarse
un nuevo juicio oral por tribunal no
inhabilitado.

En lo relativo a la calificacin de la
irreprochable conducta anterior destaca el recurso que Crdova Trnsito no solo carece de anotaciones
prontuariales previas sino que en su
calidad de machi ha cumplido una
funcin de la ms alta relevancia al
interior de la comunidad mediante
actividades propias de su condicin,

SEXTO: Que, por ltimo -siempre


en subsidio- el recurso se sustenta en
el motivo de nulidad del artculo 374
letra e) en relacin al artculo 342
59

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

letra c) del Cdigo Procesal Penal,


afirmndose que la participacin del
acusado fue establecida en base a
prueba indiciaria con infraccin a las
reglas de la lgica. Para estos efectos
el fallo asegura que la declaracin de
los testigos aprehensores Sres. Lpez
y Rivera y del cuidador del Fundo
Palermo Sr. Meza no fue controvertida, en circunstancias que su parte
la contrast. Plantea que la sentencia no acude a las reglas de la lgica
formal y trata al imputado como un
hombre medio, obviando el acuerdo
existente sobre su calidad de machi.
Se dota al silencio de su representado de un valor negativo y el lugar
de detencin se usa para generar
indicios de participacin, sin explicar
en qu consisti su intervencin ni la
ausencia de seales de sangre y huella de calzado en el supuesto camino
de huida. No se acredit con prueba
cientfica que el proyectil que hiri
a Crdova Trnsito fuera de la vctima, ni hay referencia a la velocidad
del desplazamiento de la huida, todo
lo cual descarta la existencia de un
nexo causal entre el lugar de detencin y el incendio mismo, porque no
se prob que el acusado haya estado
en el sitio del suceso.

acredit que el acusado haya irrumpido en la casa habitacin, que dispar, que roci el inmueble con
diversos acelerantes e inici el fuego
mediante elementos portadores de
llama, no obstante lo cual fue condenado como autor de un delito de
incendio del artculo 474 del Cdigo
Penal, marginndose las conclusiones de la presuncin de inocencia
que le amparaba.
Finaliza solicitando que se anule el
juicio y la sentencia y se determine
el estado en que debe quedar el procedimiento y se ordene la remisin
de los antecedentes al tribunal no
inhabilitado que corresponda para la
realizacin de un nuevo juicio oral.
SPTIMO: Que la parte recurrente ofreci rendir prueba respecto
de las circunstancias fundantes de las
causales de nulidad invocadas, sin
embargo, en la audiencia del recurso,
al ser llamada a rendirla, desisti
expresamente de dicho ofrecimiento.
OCTAVO: Que en relacin a la causal principal el recurso discurre sobre
la base de una errada calificacin de
los hechos en torno a la intervencin
que se atribuye a Crdova Trnsito,
quien fue sancionado como autor,
de conformidad a lo dispuesto en el
artculo 15 N3 del Cdigo Penal.
Esta calificacin, lo mismo que el
concierto con que el acusado obr,
fue objetada por la defensa porque
no encuentra sustento en la prueba
rendida ni en los hechos demostrados; por lo que en lo petitorio insta
solo por la emisin de un fallo de
reemplazo que absuelva al acusado
de los cargos formulados.

De este modo, afirma, la conclusin


a que arriba la sentencia no es la
nica posible, porque no ha podido
demostrarse ms all de toda duda
razonable que el acusado abandonara el sitio del suceso, el calibre de
la bala que lo hiri ni que ella proviniera del arma de la vctima, incluso
no se sabe si sta se encontraba operativa. A estos respectos, el tribunal
postula meras hiptesis. Tampoco se
60

Fallos

Materias de Inters General

NOVENO: Que como esta causal no autoriza la alteracin de los


hechos, es conveniente recordar lo
que al efecto consign el fallo.

quien se encontraba herido a bala en


el trax.
Como se advierte, los hechos demostrados explicitan que el imputado
ingres al fundo La Granja Lumahue en cuyo interior estaba emplazada la casa del matrimonio que en
ese momento se encontraba en su
interior, luego de lo cual Crdova
Trnsito y sus acompaantes iniciaron el fuego en la morada mediante
cuerpos portadores de llama provocando la muerte del matrimonio por
carbonizacin.

En este sentido el tribunal declar


que: en la comuna de Vilcn, la
madrugada del da 04 de enero del
ao 2013, siendo aproximadamente
las 01:00 horas, Celestino Cerafn Crdova Trnsito, junto a un
nmero indeterminado de personas,
ingres al fundo denominado La
Granja Lumahue, de la localidad
de General Lpez, en cuyo interior
se emplazaba la casa habitacin del
matrimonio compuesto por Werner
Luchsinger Lemp y Vivian Mackay
Gonzlez, de 75 y 69 aos, respectivamente, quienes en ese momento
se encontraban en el interior del
mismo. Acto seguido dicha residencia fue atacada mediante disparos de armas de fuego, agresin que
fue repelida por Werner Luchsinger
Lemp, quien hizo uso de una pistola
marca Browning calibre 7.65 mm.,
logrando herir a la altura del trax
al imputado Crdova Trnsito, luego
de lo que este ltimo y sus acompaantes iniciaron el fuego en la
morada sealada mediante cuerpos
portadores de llamas, provocando
con ello la muerte del matrimonio
Luchsinger Mackay, quienes perdieron la vida por carbonizacin. En el
curso de estos acontecimientos doa
Vivian Mackay Gonzlez efectu
diversos llamados telefnicos, que
incluy uno de auxilio a Carabineros
de Chile, cuyo personal, emplazado
en las cercanas del sector, al concurrir en direccin al lugar siniestrado
logr la detencin del imputado

DCIMO: Que la atribucin de


participacin se establece a partir del fundamento Cuadragsimo
Tercero del fallo recurrido, donde
se apunta que no existen indicios
que permitan sustentar la tesis de
que el encausado haya sido autor
material de los hechos, es decir que
de mano propia haya ejecutado el
delito - haber disparado un arma
de fuego en contra de la vivienda -,
puesto que el peritaje efectuado para
la bsqueda de nitritos de plvora en
sus manos arroj resultado negativo.
Si bien el numeral 3 del artculo
15 del Cdigo Penal no requiere la
acreditacin de conductas materiales vinculadas a la ejecucin de la
accin tpica, es requisito esencial
que los partcipes convengan consumar un ilcito, puesto que se trata
de la segunda hiptesis de la norma,
vale decir, la actuacin de aquel que,
concertado para la ejecucin del
delito, lo presencia sin tomar inmediata parte en l. Un indicio trascendente y concreto result ser que
en la madrugada del da 4 de enero
de 2013, entre las 01:30 y las 01:55
61

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

horas, aproximadamente, conforme


refirieron los testigos seores Jos
Rojas Romero, Luis Lpez y Alejandro Rivera, el encausado gritaba
o se quejaba mientras se desplazaba
al interior del Fundo Granja Lumahue en direccin sur -alejndose del
lugar siniestrado-, lugar en que en
los minutos previos se haba producido un ataque armado y un incendio a la casa patronal. Luego es visto
cuando, en su trayecto por el interior
del campo, sale del lugar, en el cruce
de los caminos que conducen a Tres
Cerros y a General Lpez, constatndose que estaba herido a bala,
que en su cuello portaba una linterna
apagada, que vesta una casaca negra,
pantalones oscuros y que en el cuello
llevaba una polera negra que serva
para cubrir parte de su rostro, encontrndose agitado y con una porcin
de sus vestimentas mojadas.

renunciar a la realidad y al sentido


natural de las cosas.
Se suma a lo dicho la llamada de
auxilio de la seora Vivian Mackay que conforme a las indicaciones
aportadas por el funcionario policial
seor Jos Rojas Romero, se produce
a las 01:17 horas del da indicado, es
decir, alrededor de cuarenta minutos antes de la detencin del encartado, generndose una relacin de
inmediatez que, aparte de constituir
flagrancia, contribuy al convencimiento del tribunal.
Luego se descarta la posibilidad
de que la herida que presentaba el
imputado haya sido causada en las
inmediaciones del lugar de detencin, a 1.780 metros del lugar
siniestrado, pues es conocido que el
alcance de una pistola de aquellas
que se encontr en el sitio del suceso
-de la que se origina el disparo que
le hiere- es menor a la distancia
mencionada, por lo que al menos se
debi encontrar a una distancia inferior; incluso para que una bala pueda
transfixiar, lo que en este caso ocurri, se requiere que ella se encuentre an ms cerca -a no ms de 40
metros-, ya que de lo contrario, al
perder fuerza el proyectil, resulta
altamente probable que termine alojado en el cuerpo. Con ello y considerando adems que la mayora
de la evidencia balstica encontrada
en el sitio del suceso se hall en un
pasillo existente entre la residencia y una bodega, considerando que
esta ltima se situaba a no ms de
cinco metros de la cocina, era posible incluso sostener que Crdova
Trnsito se ubic an ms cerca del

Esa informacin no fue controvertida por la defensa ni por algn


medio de prueba, por lo que el fallo
concluye que, desde la racionalidad
y la lgica comn, tal circunstancia
no puede sino interpretarse como
que el encausado hua del lugar de
los hechos luego de haber tomado
parte en ellos, descartando cualquiera otra conviccin, porque no
hay razn -y destaca que la defensa
en nada aport a ello- para estimar
que el imputado desarrollaba alguna
actividad lcita, a once kilmetros
de su domicilio, en un predio ajeno,
herido a bala, con su rostro parcialmente oculto, portando una linterna
al cuello y vestido con ropas oscuras,
pues soslayar esos indicadores parece
62

Fallos

Materias de Inters General

domicilio, lo que es coherente con


la dinmica de los hechos, considerando que se produjeron disparos
hacia la casa.

Para efectos de acreditar el concierto


que echa de menos la defensa, el
tribunal relaciona diversos indicios
para concluir que la accin fue ejecutada por ms de una persona. As
destaca que la vctima Vivian Mackay al solicitar ayuda expres que
los estaban atacando, lo que result
indicativo de que varios compartan
una finalidad en comn, a lo que se
sum que luego de la detencin del
imputado la polica se percat que al
interior del fundo atacado se encontraba agazapado otro sujeto que vesta ropas oscuras y estaba premunido
de una escopeta. Por ltimo, la evidencia balstica dio cuenta que en
contra de la casa atacada se dispararon a los menos tres armas, dos pistolas 9 mm. y una escopeta 12 mm.,
hecho demostrativo de que la accin
desplegada en contra de la morada
se ejecut entre varias personas.

Con lo anterior el fallo sostuvo que


si bien el hechor fue detenido a 1780
metros del inmueble siniestrado, para
ser herido de la manera cmo fue
encontrado, necesariamente debi
hallarse a una distancia ms prxima
al lugar de los acontecimientos, lo
que es coherente con el modo de
autora que le fue endilgado.
Es efectivo que se descart la presencia de hidrocarburos en la polera
que mantena el encausado en el
cuello con las conclusiones de su
examen pericial, aun cuando qued
consignado que ese resultado pudo
deberse a la volatilidad de los mismos y a que en determinadas condiciones de temperatura pueden no
detectarse, y tambin se desestim
la presencia de acelerantes en el sitio
del suceso, lo que solo permiti concluir que los agentes no se prevalieron de esos elementos para comenzar
la ignicin, pero su ausencia no es
indiciaria de falta de participacin,
conclusin que se vio reforzada con
el hecho demostrado que a no ms
de trescientos metros de la residencia
de las vctimas exista un sembrado
de papas y que el da de los hechos
el encartado calzaba unos zapatos
negros de caa baja que arrojaron
presencia del mismo tipo de polen
que emana del sembrado de papas
presente en el predio Granja Lumahue, indicio que fue coadyuvante
para concluir el tribunal acerca de
la presencia del imputado en el sitio
del suceso.

As, dice el fallo que es factible afirmar -descartando toda duda razonable- que el acusado particip en los
sucesos y obviamente, al tenerse por
cierto que el mismo hecho se cometi entre varios sujetos, es razonable
convenir que los autores estaban
de acuerdo para su ejecucin. No
se trata de meras conjeturas, como
asegura la defensa, porque todas las
acciones acreditadas son de naturaleza colectiva, consistentes en la
adopcin de precauciones comunes,
la eleccin de un lugar de acceso, el
disparo de armas y el inicio del fuego
en un punto determinado de la casa,
es decir, son tareas que difcilmente
pudieron llevarse adelante de forma
individual y sin acuerdo previo en
torno al objetivo perseguido.
63

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

El otro punto del que se ha hecho


alarde es la supuesta indeterminacin del calibre de la bala que hiri
al imputado y el origen del disparo,
lo que tambin fue usado en el fallo
para situar al acusado en el sitio el
suceso y en un lugar muy cercano a
la casa habitacin en que estaban las
vctimas. Sin embargo, la pericia que
a estos efectos se realiz, no descart
que los orificios en las vestimentas hayan sido ocasionados por un
proyectil percutido desde una pistola calibre 7.65 mm, como la de la
vctima Werner Luchsinger y que el
dao en el cuerpo del atacante, acreditado por un mdico legista, habra
sido mayor de haberse utilizado
armamento de otro calibre, como el
que se encontr en las inmediaciones de la propiedad.

el lugar destrozada por la accin del


fuego junto a un cargador vaco, pero
con seas de haber sido disparada.
Con estos elementos de conviccin
el tribunal concluye que la vctima
repeli el ataque y que en ello fue
herido Crdova Trnsito.
DUODCIMO: Que el dolo del
acusado y su prueba tambin fue
cuestionados por la defensa. Si bien
es cierto que su acreditacin es una
cuestin compleja, dados los elementos subjetivos o de naturaleza
psicolgica que no son perceptibles
directamente, la conviccin habr
de basarse en circunstancias probadas previas, coetneas y posteriores
al hecho que demuestren el ntimo
conocimiento y voluntad del agente,
que manifiesten la intencin querida.
Por consiguiente, el dolo, en cuanto
elemento psicolgico -conocer y
querer- solamente puede fijarse por
un proceso de inferencia. Estos juicios permiten al tribunal mediante
una operacin lgica deducir del
material fctico la concurrencia
de los componentes anmicos del
suceso delictuoso, ya que el objeto
de la conviccin del tribunal es un
elemento que no trasciende y permanece reservado en todo individuo,
de modo que su verificacin requiere
de una inferencia a partir de hechos
conocidos.

UNDCIMO: Que como se ve, la


participacin, previo concierto del
imputado en el lugar de los hechos
se concluye de mltiples elementos
probatorios que son recogidos por
el fallo y a partir de ellos y no de
simples hiptesis, el tribunal arriba
a la conviccin sobre la autora que
se le atribuye. Para ello se ponder
los llamados de auxilio de la vctima,
seora Mackay, junto a su relato de
la modalidad del ataque, el lugar en
que el imputado es detenido y la
conexin entre la hora del inicio del
fuego y el momento en que es sorprendido, la direccin de la huida, las
vestimentas, el rostro semicubierto,
la presencia de polen de tubrculos
en los zapatos -acreditada cientficamente- y la herida a bala compatible con un disparo de una pistola
de bajo calibre que se encontr en

El tribunal de los hechos debe establecerlo a partir de la forma exterior del comportamiento, debiendo
consignar los hechos que acaecieron
de los que derivan consecuencias,
partiendo de prueba indiciaria para,
mediante un anlisis lgico, vincular
los hechos acreditados que sirven de
64

Fallos

Materias de Inters General

soporte con aqul no probado que se


extrae de dicho proceso intelectual.

haya realizado el acto tpico pero ha


presenciado su ejecucin, mediando
concierto para su realizacin, no
siendo necesario que el cooperador
presencie toda la ejecucin del delito
ni que realice acto material alguno
diferente a encontrarse en el lugar
del delito. Todas las exigencias de
esta forma de participacin fueron
establecidas en el fallo impugnado,
segn se acaba de relacionar en los
motivos precedentes, y por ello no
concurre el motivo sustancial de
invalidez que se hizo valer.

DCIMO TERCERO: Que en


este orden de ideas, la lectura del
fallo objetado pone de manifiesto el
actuar doloso (la voluntariedad y el
propsito criminal) del inculpado,
pues da cuenta del perfecto conocimiento que tena del hecho punible
y sus consecuencias lesivas y de su
propsito de realizarlo.
As, aun cuando no se indic la
posicin precisa de cada uno de los
autores materiales, las referidas circunstancias que asienta el fallo sobre
la base de la prueba rendida justifican su participacin como autor del
artculo 15 N3 del Cdigo Penal.

A estos efectos es til decir que las


declaraciones fcticas aludidas se
corresponden con los hechos de la
acusacin, an cuando todos estos
no se probaron, pues qued acreditada la actuacin esencial que autoriza a punir en calidad de autor, esto
es, el concierto para aplicar fuego a
la casa habitacin.

DCIMO CUARTO: Que el


artculo 385 del Cdigo Procesal
Penal permite a esta Corte invalidar solo la sentencia y dictar fallo
de reemplazo si la causal no se
refiere a formalidades del juicio ni
a los hechos y circunstancias que se
hubieren dado por probados, para lo
cual plantea tres hiptesis: cuando el
fallo califica de delito un hecho que
la ley no considere tal, aplique una
pena cuando no proceda aplicar pena
alguna o haya impuesto una superior
a la que legalmente correspondiere.

En tales condiciones esta causal


principal ser rechazada.
DCIMO QUINTO: Que, enseguida, de manera subsidiaria, el
recurso se asila en la causal del artculo 373 letra a) del Cdigo Procesal
Penal dada la posicin desventajosa
en que fue ejercida la defensa, lo que
en concepto del recurrente transgrede la garanta del debido proceso
a consecuencia del exiguo tiempo
de que dispuso para interiorizarse
de los antecedentes de la investigacin y porque, adems, no cont con
todos ellos.

Los hechos declarados en el fallo


recurrido, latamente expuestos en
los considerandos precedentes, descartan la pretensin de nulidad, pues
se avienen con la forma de autora del numeral 3 del artculo 15
citado, toda vez que sta autoriza a
responsabilizar aun cuando, como
ocurre en la especie, el agente no

DCIMO SEXTO: Que para


hacer lugar a este captulo del
recurso el agravio debe ser real, esto
65

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

es que perjudique efectivamente los


derechos procesales de la parte que
reclama. La infraccin exige, adems, sustancialidad, trascendencia o
gravedad, de tal modo que el defecto
haga insalvablemente ineficaz el juicio y el fallo.

entrega a los intervinientes de los


elementos reunidos en el curso de
la investigacin -la prueba ofrecida
para esta circunstancia fue desistidano se ha indicado algn perjuicio o
dao sustancial concreto a los derechos del imputado, pues lo cierto es
que no fue impedido de plantear sus
argumentos de defensa.

Sobre el punto se expuso en estrados que la acusacin se present el


30 de mayo de 2013 con todos los
antecedentes de la investigacin, la
audiencia de preparacin del juicio
oral se suspendi varias veces hasta
que el 2 del mes de septiembre de
2013 se tom conocimiento de tratativas del imputado con el defensor
particular don Pablo Ortega para
que este asumiera su defensa, hecho
que se confirm en la audiencia del
11 de septiembre del ao pasado, no
obstante lo cual el tribunal decidi
mantener la fecha de audiencia de
preparacin de juicio oral para el 2
de octubre de 2013. Sin embargo, el
30 de septiembre, antes de la audiencia, el letrado don Pablo Ortega
asumi formalmente el patrocinio y
poder del acusado, obteniendo as al
inicio de la audiencia de preparacin
de juicio oral que esta se reagendara
para 20 das ms, descartndose los
4 meses solicitados por el defensor
para el estudio de los antecedentes,
reinicindose la audiencia el 21 de
octubre de 2013.

DCIMO OCTAVO: Que de


este modo no puede sostenerse que
la garanta constitucional al debido
proceso fuera desconocida, pues la
defensa siempre estuvo en condiciones de ejercer todos sus derechos procesales, por lo que no hubo
indefensin provocada por hechos
atribuibles al juzgador o al Ministerio Pblico, el que categricamente
afirm que todos los elementos de la
investigacin fueron puestos a disposicin de la defensa, lo que no ha
podido ser desvirtuado.
Estas consideraciones conducen
al rechazo de este captulo de la
impugnacin.
DCIMO NOVENO: Que la
siguiente causal subsidiaria, fundada
tambin en la infraccin de garantas
fundamentales -artculo 373 letra a)
del Cdigo Procesal Penal- reclama
la inobservancia del deber de imparcialidad del tribunal, desconocimiento de la presuncin de inocencia
y deber de objetividad que debe conducir todos los actos del Ministerio
Pblico, que caus el pronto cierre
de la investigacin; del valor que
el tribunal concedi al silencio del
imputado; del abandono de pruebas
que respaldaran las tesis alternativas
de la defensa y de la construccin de

DCIMO SPTIMO: Que la


secuela del proceso que se acaba
de resear descarta el vicio que se
reclama, porque adems de asentarse
slo en las afirmaciones del impugnante, desde que no existen otros
datos aportados que justifiquen la
efectiva e indebida tardanza en la
66

Fallos

Materias de Inters General

una realidad fctica a partir de premisas falsas siempre encaminadas a


atribuir responsabilidad a Crdova
Trnsito (los fundamentos de este
captulo del recurso fueron desarrollados en el motivo tercero).

demostrado, pues el fallo destruye la


condicin de inocente del imputado
a consecuencia de la valoracin de
la prueba de cargo que fue profusamente analizada, lo que permiti a
los jueces alcanzar la decisin condenatoria que se discute.

VIGSIMO: Que lo que se plantea


como falta de imparcialidad no es
ms que el rechazo de las conclusiones alcanzadas por el tribunal. Una
impugnacin de tal naturaleza exige
que sean postulados hechos concretos relativos a lo que se afirma, por
cierto constitutivos por s mismos de
parcialidad y del todo ajenos al trabajo de valoracin de la prueba, por
cuanto la discusin de esto ltimo,
como en realidad se hace en la especie, supera claramente los lmites
de la nulidad que se reclama. Lo
que hace el recurso en esta parte es
proponer una valoracin distinta de
la prueba, lo que queda demostrado
con su propio reclamo, que sostiene
conclusiones que contraran la lgica
y falta de esclarecimiento de hechos
que favorecieron la posicin del
imputado. Tales cargos son impertinentes para esta causal, y no llegan a
configurar los hechos que importan
parcialidad.

Por otra parte, es efectivo que el


deber procesal de justificar los extremos de la imputacin corresponde
al acusador. Se trata de la obligacin de demostrar la culpabilidad
con tal eficacia que se quebranta el
estado de inocencia, pues el imputado no tiene ni la carga ni el deber
de probar nada, menos su inocencia, aunque, sin embargo, siempre le
asiste el derecho de aportar toda la
prueba que estime pertinente en aval
de su teora del caso. Por lo mismo
su indiferencia no le puede acarrear
ningn perjuicio.
VIGSIMO PRIMERO: Que
tambin es motivo de denuncia la
infraccin que derivara del valor
otorgado al silencio del imputado,
lo que advierte la defensa del pasaje
del fallo que dice: el inculpado
cuando es detenido expres que no
iba a hablar y que era Mapuche;
igualmente mantuvo una actitud
de abierta hostilidad con quienes
le prestaron los primeros auxilios,
es decir, una posicin que se contrapone por completo a la que una
persona media adoptara luego de
ser herido a bala por un desconocido
en el escenario de una actividad legtima; lo normal en ese ltimo contexto es que un sujeto d una versin
mnima y racional de lo sucedido (no
requerimos que renuncie a su derecho a guardar silencio en el proceso),

En relacin a la presuncin de inocencia, es efectivo que esta constituye el fundamento de las garantas
judiciales de donde surge como
necesaria consecuencia que el imputado en todo momento sea tratado
como inocente, siendo deber del
Estado no vulnerar de modo alguno
esa condicin jurdica en tanto no
exista una sentencia condenatoria
firme. En el caso en estudio, nada de
lo que se afirma en el recurso ha sido
67

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

indique qu le aconteci, se allane,


dentro de lo lgico y razonable, a la
ayuda mdica y presente una denuncia por dichos hechos; para el caso,
nada de ello aconteci.

Es claro que el imputado no fue sancionado por la ausencia de una explicacin en torno a los hechos como
sostiene el recurrente. La alusin que
hace el tribunal sobre este aspecto es
inocua, no afecta la esencia del derecho a guardar silencio, y si bien es
innecesaria, carece de trascendencia
a estos efectos, porque, como ya se
dijo, la conviccin condenatoria se
sustenta en otros antecedentes.

VIGSIMO SEGUNDO: Que es


efectivo que el que guarda silencio
simplemente no dice nada y que de
su silencio no cabe extraer conclusin
alguna, pues su pasividad slo puede
significar expresin del ejercicio de
su derecho a obrar de tal forma, pues
no tiene deber jurdico -ni moral- de
colaborar con la persecucin penal
dirigida en su contra, siendo, en consecuencia, obligacin de la Fiscala
remover la presuncin de inocencia
que le asiste al imputado.

VIGSIMO TERCERO: Que el


cargo de falta de objetividad en la
investigacin por haber durado cerca
de cuatro meses tambin debe ser
rechazado, pues la defensa no llega
a sealar de manera precisa aquello que no fue esclarecido y que le
habra perjudicado.

Al margen de ello, que el acusado


declare o no es una decisin estratgica de la defensa, ejercitando su
derecho de manera positiva, esto es
hacindose or, o de forma negativa,
guardando silencio. Sin embargo, de
la lectura de la sentencia no aparece que se haya otorgado valor al
silencio del imputado pues la decisin arranca exclusivamente de la
prueba de cargo aportada por el persecutor, tanto en lo concerniente al
delito como a la participacin. La
pregunta que debe hacerse en este
caso es si la prueba de la parte acusadora fue suficiente para alcanzar
la conviccin condenatoria y la respuesta que surge del fallo no es otra
que la prueba incriminatoria tenida
en consideracin es la aportada por
la acusadora y que no ha razonado
dando valor incriminatorio al silencio del inculpado.

VIGSIMO CUARTO: Que en


subsidio de las causales anteriores
se promueven otras dos de manera
conjunta, fundadas en el artculo 373
letra b) del Cdigo Procesal Penal.
A este apartado del recurso se refiere
el motivo 4.
La primera alegacin discute nuevamente la autora que el fallo atribuye
al imputado, aunque ahora desde un
supuesto error de derecho, no como
infraccin de garantas constitucionales como se hiciera en la causa
principal.
Como ya se ha dicho que los hechos
declarados en el fallo impugnado
se avienen con el contenido fctico
abstracto de las normas en cuestin
cuya aplicacin se considera errnea,
slo cabe desestimar esta alegacin.
No obstante, es conveniente agregar
que la alegacin de no haberse acre68

Fallos

Materias de Inters General

ditado el dominio del acto carece de


sustento y debe ser rechazada. No
debe olvidarse que se trata de coautora y que ello acepta divisin de funciones, esto es que el hecho criminal
no sea ejecutado necesariamente con
la realizacin de todos los hechos
por todos los concertados, porque
la accin tpica que se fracciona por
las circunstancias ha de estar comprometida en el acuerdo, de suerte
que todos los agentes la desarrollen
de esta manera. As, incurren en responsabilidad penal, segn el grado
de desarrollo que se alcance, motivo
por el que no es aceptable entender
el dominio del acto de la manera en
que acta slo una persona.

titucin Poltica de la Repblica.


Tambin los jueces admiten que tal
cual postul la defensa, el encausado cooper con la investigacin
teniendo para ello presente la informacin antropolgica suministrada,
empero de un anlisis objetivo de
dicha contribucin se estim que la
misma no ha sido sustancial para el
esclarecimiento de los hechos, a tal
punto que parte de los mismos no
han podido ser esclarecidos en su
totalidad, puesto que en ellos participaron otras personas an sin
identificar. De otra parte, en cuanto
a la circunstancia de haber proporcionado su identificacin, la misma
an sin la colaboracin voluntaria
del encausado pudo ser obtenida
mediante diligencias autorizadas por
un Juez de Garanta, lo mismo respecto del examen de sus heridas, de
manera que la colaboracin prestada
slo tiene una trascendencia marginal y no sustancial como lo requiere
el legislador.

VIGSIMO QUINTO: Que la


siguiente seccin de este captulo del
recurso se extiende al error de derecho cometido al estimar concurrente
la circunstancia agravante de responsabilidad del artculo 12 N12 del
Cdigo Penal, al dejar de calificar la
irreprochable conducta anterior del
acusado y preterir la minorante del
artculo 11 N9 del Cdigo Penal.

En lo que atae a la atenuante de


responsabilidad de irreprochable
conducta anterior, dice el fallo que el
extracto de filiacin y antecedentes
del encausado se encuentra exento de
anotacin penal anterior, por lo que
se tiene por configurada la referida
minorante, no obstante lo cual se
desestim su calificacin por cuanto
del informe social evacuado respecto
del condenado no se observa mrito
que lo haga procedente, pues slo se
da cuenta de que el encausado posee
un origen Mapuche, es Machi, ha
vivido en una comunidad de su etnia,
asistido al colegio y que pertenece a
una familia extensa, es decir, activi-

VIGSIMO SEXTO: Que para


efectos de decidir lo planteado es
conveniente recordar que la sentencia consign a propsito de la
minorante del artculo 11 N9 del
Cdigo Penal, que el tribunal respeta
expresamente la cosmovisin Mapuche del encausado, asentada por los
dichos del perito Jos Quidel y por
el informe antropolgico introducido por la defensa, a lo que se anex
un informe social, por demandarlo
as el Convenio 169 de la OIT, en
relacin a lo dispuesto en el inciso
segundo del artculo 5 de la Cons69

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

dades propias de cualquier hombre


medio inserto en la sociedad. En
nada mejoran ese juicio los antecedentes antropolgicos expuestos, en
tanto ellos transitaron por la vereda
de dar a conocer la cosmovisin
Mapuche respecto de la desnudez
del cuerpo humano y la significacin de un Machi para dicho pueblo. En ese sentido lo que se afirma
es que se trata de una suerte de don
que no dice relacin con un especial
mrito sino de una condicin espiritual heredada por lnea materna por
lo que no es posible considerar que
el encausado tenga una conducta
superior a un hombre medio; es ms,
que el mismo haya curado a varias
personas ms parece aproximarse al
ejercicio de las funciones espirituales
y mdicas que le son propias, que a
una actitud especialmente considerable y altruista.

obviamente ello incide en el xito


de la tarea delictiva, producindose
una notable ventaja para el actuar
de los agentes, todo lo que les hace
merecedor de un mayor reproche
delictivo. Por lo dems, a pesar del
gran contingente policial, los dems
partcipes no fueron encontrados, de
lo que se deduce que la nocturnidad
fue un factor determinante a la hora
de la ejecucin del hecho.
VIGSIMO SPTIMO: Que
en tales decisiones no hay error de
derecho. En efecto, en cuanto a la
atenuante de cooperacin es obvio
que si la hubo no ha sido sustancial porque no fue esclarecido el
completo desarrollo de los hechos
ni averiguada la identidad de otros
partcipes. La exigencia de cualidades especiales que exceden lo comn
del comportamiento social, tambin
importa el entendimiento debido
de la norma que autoriza a calificar la modificatoria de irreprochable conducta anterior, cualidades no
acreditadas en este caso. Adems, el
artculo 68 bis del Cdigo Penal no
procede si hay una agravante. Finalmente, la agravante de nocturnidad
es procedente, porque es claro que la
oscuridad fue buscada para facilitar
el cometido criminal y asegurar la
impunidad.

Por ltimo, en lo relativo a la agravante que se estim concurrente


del artculo 12 N12 del Cdigo
Penal, dice el fallo que conforme a
la prueba rendida, especialmente
aquella que atae a las vestimentas
negras del hechor, y a que luego de
la detencin del encartado fue visto
otro sujeto portando un arma larga
vestido igualmente de negro, cabe
colegir que dichas ropas eran utilizadas para camuflarse en la noche,
de manera que efectivamente aparece que los hechores buscaron la
nocturnidad con el fin de favorecer
la perpetracin del delito. Como
es evidente, en la noche y vestidos
con ropas oscuras, los agentes pueden conducirse de manera de no ser
detectados, y al no ser advertidos

VIGSIMO OCTAVO: Que el


siguiente captulo, tambin subsidiario, se funda en la causal del artculo 374 letra f ) del Cdigo Procesal
Penal por haberse vulnerado el principio de congruencia que recoge el
artculo 341 del mismo cuerpo legal.
70

Fallos

Materias de Inters General

VIGSIMO NOVENO: Que es


correcto sostener que la sentencia
condenatoria no puede exceder los
trminos de la acusacin y por ende
no es posible castigar por hechos o
circunstancias no comprendidos en
aqulla, como lo precepta el artculo
341 inciso primero del Cdigo Procesal Penal, so pena de incurrir en el
motivo absoluto de nulidad del juicio y del fallo como se ha esgrimido
subsidiariamente por el recurrente.

tado, sino que precisamente decide


sobre l, por lo que esta causal tambin ser rechazada.
TRIGSIMO: Que, por ltimo, el
recurso se funda en la causal del artculo 374 letra e) en relacin al artculo 342 letra c) del Cdigo Procesal
Penal, porque la prueba indiciaria
que sustenta la decisin se aparta de
las reglas de apreciacin que rige en
estas materias y no permite comprobar la intervencin delictiva que se le
reprocha.

Pero la congruencia no es identidad


gramatical, es una correspondencia
entre los cargos y lo resolutivo del fallo
que opera a favor de la defensa, para
no ser condenado al margen de lo que
postula la acusacin, porque cuando
ello ocurre la defensa queda inerme.

TRIGSIMO PRIMERO: Que,


en torno a la crtica planteada, es
menester recordar que motivar la
decisin sobre los hechos supone
elaborar una justificacin especfica
de la opcin adoptada consistente
en tener hechos por probados sobre
la base de los elementos de prueba
obtenidos contradictoriamente en
la litis. Ese deber apunta no slo
a hacer inteligible la decisin y a
dotarla de la necesaria transparencia,
sino tambin a asegurar un modo de
actuar racional en el terreno previo
de la fijacin de las premisas fcticas
del fallo. El deber de fundamentar
las decisiones tiene como esencia la
de posibilitar la fiscalizacin de la
actividad jurisdiccional, tanto por
los tribunales superiores mediante
los recursos como por los litigantes.
Si el tribunal explica las razones de
su resolucin es posible controlar si
efectivamente la actividad judicial se
ha movido dentro de los parmetros
de la lgica-racional y la legalidad
o si, por el contrario, si el fallo es el
resultado de una pura arbitrariedad,
porque la motivacin no es slo una
garanta individual, es una garanta

En el caso de autos tales lmites no


se han visto transgredidos; lo que
sucede es que el verbo irrumpir que
emplea la acusacin en la sentencia
es remplazado por el ingreso al
fundo, lo que no desconoce el ncleo
de la imputacin, que es entrar y
aplicar fuego a la casa habitacin. Por
otro lado, los cargos postulaban que
el acusado efectu disparos, lo que
el tribunal desestima, pero eso trajo
como consecuencia la condena como
autor cooperador del artculo 15 N3
del Cdigo Penal, lo que se sustenta
en que el imputado estaba presente,
concertado para ello y junto a sus
acompaantes inici el fuego.
Entonces no puede decirse que
los lmites fcticos de la acusacin
hayan sido transgredidos, porque la
sentencia se corresponde con aquella, el contenido del fallo no se aleja
del acontecimiento histrico impu71

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

social en cuanto la justicia correctamente administrada.

estndar de comprobacin que la


defensa no comparte, pero a partir
de ello no es posible calificar al fallo
de desprolijo e inmotivado.

En nuestro ordenamiento jurdico


las decisiones judiciales no deben
resultar de meros actos de voluntad
o ser fruto de simples impresiones
de los jurisdicentes, sino que deben
ser corolario de la estimacin racional de las probanzas, exteriorizada
como una explicacin igualmente
racional sobre por qu se decidi de
esa manera -y no de otra-, explicacin que deber ser comprensible y
compartible por cualquier tercero,
tambin mediante el uso de la razn.

TRIGSIMO TERCERO: Que


las reflexiones precedentes conducen
a desestimar el recurso en todos sus
extremos, porque no se han producido
los errores de derecho que el recurso
denuncia ni se configuran las causales
de invalidacin en que este descansa.
Por estas consideraciones y de acuerdo
tambin a lo establecido en los artculos 341, 342, 373 letras a) y b), 376,
384, 385 y 386 del Cdigo Procesal
Penal, SE RECHAZA el recurso
de nulidad promovido por los abogados don Pablo Ortega Manosalva
y doa Karina Riquelme Viveros,
por el imputado Celestino Crdova
Trnsito, en contra de la sentencia
de veintiocho de febrero del ao en
curso, rectificada por resolucin de
tres de marzo ltimo, incorporada en
copia de fojas 31 a 130 de este cuaderno, la que, por ende, no es nula,
como tampoco lo es el juicio oral que
le sirvi de antecedente.

TRIGSIMO SEGUNDO: Que en


este predicamento, el fallo que se revisa
representa un trabajo de elaboracin
meticuloso y cuidadoso y demuestra la
preocupacin esencial de toda sentencia penal de fijar los hechos y circunstancias que se tuvieran por probadas,
favorables o desfavorables al acusado,
precedida de la debida valoracin que
impone el artculo 297 del Cdigo
Procesal Penal, fundamentacin que
permite la reproduccin y fijacin del
razonamiento utilizado para alcanzar
las conclusiones a que llega la sentencia, permitiendo apreciar por qu
se dio preminencia a determinadas
probanzas y cmo se hizo uso de la
libertad legalmente concedida para
apreciar la prueba y llegar a dar por
comprobados los hechos delictivos y
sus circunstancias.

Regstrese y devulvase con su


agregado.
Redaccin a cargo del Ministro Sr.
Brito.
Rol N6247-14.
Pronunciado por la Segunda Sala
integrada por los Ministros Sres.
Milton Juica A., Hugo Dolmestch
U., Carlos Knsemller L., Haroldo
Brito C. y Lamberto Cisternas R.

Todas las alegaciones de la defensa


tuvieron respuesta, la ubicacin del
acusado en el sitio del suceso, el
origen de los disparos, el inicio del
fuego y la intervencin de Crdova
Trnsito en ello, alcanzndose un

Autorizada por la Ministro de Fe de


esta Corte Suprema.
72

Fallos

Materias de Inters General

CONTIENDA DE COMPETENCIA ENTRE UN JUZGADO DE GARANTA Y UN


TRIBUNAL MILITAR. COMISIN DE UN HECHO CON OCASIN O EN ACTO DEL
SERVICIO. DERECHOS DE LA VCTIMA EN EL PROCEDIMIENTO PENAL MILITAR
Tribunal: Corte Suprema
Resumen:
La atribucin de competencia de los juzgados militares, al referirse a tribunales especiales, debe ser interpretada en forma restringida, ms an cuando en el asunto de
que se trate puedan estar involucrados individuos que no encuadran en la definicin
de militar que proporciona el artculo 6 del Cdigo de Justicia Militar.
No puede considerarse que la sola circunstancia de encontrarse Carabineros en servicio activo o en cumplimiento de un desempeo rutinario de ronda policial, permita
asumir que los delitos que cometan en esas circunstancias se efectuaron con ocasin
del servicio militar
A la vctima un ciudadano no militar- se le reconoce un mayor nmero de prerrogativas dentro del procedimiento seguido ante la judicatura ordinaria, principalmente
la posibilidad de ejercer la accin penal, derecho consagrado a nivel constitucional a
raz de la modificacin introducida al artculo 19 N3 de la Carta Fundamental por
la Ley N20.516. Por lo mismo, los derechos de la vctima encontrarn un mayor
reconocimiento mientras el proceso se conduzca a travs de la justicia ordinaria, lo
que tambin ocurrir con los imputados, a la luz del estatuto consagrado en el prrafo
4 del ttulo IV del Libro I del Cdigo Procesal Penal.
Se dirime la contienda de competencia declarando que es competente para conocer del
asunto el Dcimo Segundo Juzgado de Garanta de Santiago.
Hay voto de minora de los Ministros Sres. Ballesteros y Dolmestch, quienes estuvieron por mantener la sustanciacin de la causa de que se trata en la justicia militar,
teniendo presente para ello que en los hechos participaron funcionarios de Carabineros, que con ocasin del servicio, no en actos de servicio, incurrieron en la comisin
de delitos comunes, perpetrados en el interior de los furgones policiales y los calabozos
de dependencias policiales, cumplindose as, claramente, una de las hiptesis que
contempla el numeral tercero del artculo 5 del Cdigo de Justicia Militar.
Texto Completo:

para conocer la contienda de competencia surgida entre el Segundo


Juzgado Militar de Santiago y el
Duodcimo Juzgado de Garanta de
Santiago, puesto que ambos tribunales se estiman competentes para
conocer de una serie de vejmenes cometidos por funcionarios de

Santiago, diecinueve de mayo de dos


mil catorce.
Vistos:
Que los antecedentes Rol N445014 de esta Corte han sido elevados
73

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

Carabineros de Chile respecto del


ciudadano Juan Alejandro Berros
Urra durante rondas efectuadas en la
va pblica, oportunidades en que lo
detenan sin orden judicial, instruccin de fiscal ni verificndose situaciones de flagrancia, amenazndolo
verbalmente o con armas de fuego
inclusive, siendo obligado a proferir insultos en contra de otros uniformados; llegando en ocasiones, a
llevar a la vctima al calabozo de la
Comisara, sin que se haya dejado
constancia alguna de su aprehensin.
Tales hechos, en concepto de la judicatura militar, son constitutivos del
delito de aplicacin de tormentos y
apremios ilegtimos mentales a una
persona privada de libertad y detencin ilegal, previstos en los artculos 150 A y 148 del Cdigo Penal;
mientras que en la justicia ordinaria
son estimados, adems, dentro de
la figura tpica del artculo 155 del
mismo cdigo.

competencia, al referirse a tribunales


especiales, debe ser interpretada en
forma restringida, ms an cuando
en el asunto de que se trate puedan
estar involucrados individuos que no
encuadran en la definicin de militar que proporciona el artculo 6 del
Cdigo del ramo.
2 Que bajo esa premisa corresponde
establecer si los hechos acaecidos lo
fueron en el ejercicio de las funciones de los encartados. Se trata en
este caso de un delito comn cometido por funcionarios de Carabineros quienes, desprendindose de
su calidad de servidores pblicos,
aprehendieron sin orden alguna a
un ciudadano, lo denigraron, amenazaron y forzaron a proferir insultos
contra terceros, llegando a privarlo
de libertad sin motivo y registro
alguno, hechos que evidentemente
quedan fuera de toda calificacin
como acto de servicio policial (militar), o efectuado con ocasin del
mismo servicio. Esto, dada la naturaleza evidentemente antijurdica
de los hechos establecidos y porque
no puede considerarse que la sola
circunstancia de encontrarse carabineros en servicio activo o en cumplimiento de un desempeo rutinario
de ronda policial permita asumir
que los delitos que cometan en esas
circunstancias se efectuaron con ocasin del servicio militar, ya que ello
implica trasladar impropiamente a la
judicatura especial un hecho comn
apartado totalmente de las funciones
que ataen al aludido servicio militar, y que son de conocimiento de la
justicia ordinaria.

A fojas 1255 la seora Fiscal Judicial


evaca el informe pertinente, en el
cual sugiere declarar que el Duodcimo Juzgado de Garanta de Santiago es competente para conocer de
estos hechos.
A fojas 1272 se orden traer los
autos en relacin.
Considerando:
1 Que los Juzgados Militares en
tiempo de paz constituyen tribunales especiales que integran el Poder
Judicial que conocen, entre otros
asuntos, de los delitos comunes
cometidos por militares con ocasin del servicio. Tal atribucin de
74

Fallos

Materias de Inters General

3 Que, por otro lado, cabe tener


presente que a la vctima de estos ilcitos un ciudadano no militar- se le
reconoce un mayor nmero de prerrogativas dentro del procedimiento
seguido ante la judicatura ordinaria, principalmente la posibilidad
de ejercer la accin penal, derecho
consagrado a nivel constitucional
a raz de la modificacin introducida al artculo 19 N3 de la Carta
Fundamental por la Ley N20.516.
Por lo mismo, los derechos de la
vctima encontrarn un mayor reconocimiento mientras el proceso se
conduzca a travs de la justicia ordinaria, lo que tambin ocurrir con
los imputados, a la luz del estatuto
consagrado en el prrafo 4 del ttulo
IV del Libro I del Cdigo Procesal
Penal.

Dolmestch, quienes fueron del parecer de mantener la sustanciacin de


la causa de que se trata en la justicia
militar, teniendo presente para ello
que en los hechos participaron funcionarios de Carabineros, que con
ocasin del servicio, no en actos de
servicio, incurrieron en la comisin
de delitos comunes, perpetrados en
el interior de los furgones policiales y
los calabozos de dependencias policiales, cumplindose as, claramente,
una de las hiptesis que contempla
el numeral tercero del artculo 5 del
Cdigo de Justicia Militar.
Comunquese lo resuelto al Segundo
Juzgado Militar de Santiago.
Regstrese y devulvase con sus
agregados.
Redaccin del fallo a cargo del
Ministro Sr. Juica y de la disidencia,
de sus autores.

4 Que, de esta forma, se comparte


lo manifestado por la seora Fiscal
Judicial en su informe de fs. 1255 y
siguientes.

Rol N4450-14.

Por estas consideraciones, y de conformidad con lo previsto por el artculo 70-A del Cdigo de Justicia
Militar, y artculos 109 y 110 del
Cdigo de Procedimiento Civil, se
declara que el Dcimo Segundo
Juzgado de Garanta de Santiago
es competente para conocer de este
asunto, el que deber mantener su
tramitacin.

Pronunciado por la Segunda Sala


integrada por los Ministros Sres.
Milton Juica A., Rubn Ballesteros C., Hugo Dolmestch U., Carlos
Knsemller L., y el abogado integrante Sr. Luis Bates H. No firma
el abogado integrante Sr. Bates, no
obstante haber estado en la vista de
la causa y acuerdo del fallo, por estar
ausente.

Acordada con el voto en contra de


los Ministros Sres. Ballesteros y

Autorizada por la Ministro de Fe de


esta Corte Suprema.

75

Fallos

Materias de Inters General

RECURSO DE HECHO ACOGIDO. PLAZO PARA APELAR EN EL RECURSO DE


AMPARO CONSTITUCIONAL
Tribunal: Corte Suprema
Resumen:
Siendo el articulado del procedimiento de amparo (contenido en el ttulo V Del procedimiento de amparo), parte de la normativa procedimental con la que el Cdigo
de Procedimiento Penal regula el sumario del antiguo juicio criminal (al incluirse en
la primera parte Del Sumario, de su libro II Del juicio ordinario sobre crimen o
simple delito), tal preceptiva adjetiva no puede actualmente gobernar procedimentalmente hechos hoy sujetos a las disposiciones del Cdigo Procesal Penal.
El artculo 52 del Cdigo Procesal Penal hace aplicables al procedimiento penal, en
cuanto no se opusieren a lo estatuido en ese Cdigo o en leyes especiales, las normas
comunes a todo procedimiento contempladas en el libro I del Cdigo de Procedimiento Civil, entre las que se halla el artculo 187, el cual prescribe que son apelables
todas las sentencias definitivas y las interlocutorias de primera instancia, salvo en los
casos en que la ley deniegue expresamente este recurso.
La sentencia de la Corte de Apelaciones que acoge o rechaza la accin constitucional
de amparo del artculo 21 de la Constitucin Poltica de la Repblica es, de conformidad al artculo 158, inciso 2, del Cdigo de Procedimiento Civil, una sentencia
definitiva, y por tanto apelable.
El plazo para deducir el recurso de apelacin s est previsto en el Cdigo Procesal Penal de manera general. En efecto, el artculo 366 dispone que El recurso de
apelacin deber entablarse dentro de los cinco das siguientes a la notificacin de la
resolucin impugnada, sin restringir tal determinacin temporal a algn tipo de
resolucin, procedimiento o tribunal, siendo por tanto aplicable al recurso en comento1.
dictada por la Corte de Apelaciones
de La Serena, por la cual se deneg la
apelacin deducida contra la sentencia recada en un recurso de amparo,
por extempornea, de conformidad
a lo dispuesto en el artculo 316 del
Cdigo de Procedimiento Penal.

Texto Completo:
Santiago, veintinueve de mayo de
dos mil catorce.
Vistos y teniendo presente:
1 Que la defensa del condenado
Bryan Snchez Romero, recurre de
hecho en contra la resolucin de fs. 1,
1

2 Que el recurrente de hecho sostiene que el plazo para apelar de la

En el mismo sentido ver CS Rol N4013-2005 del 5 de septiembre de 2005 y CS Rol


1286-2006, del 6 de abril de 2006.

77

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

resolucin recada en primera instancia sobre la accin constitucional de


amparo es de 5 das, de conformidad
a los artculos 364 y ss. del Cdigo
Procesal Penal, cuerpo legal que rige
esta materia desde la entrada en
vigencia del nuevo sistema procesal
penal en nuestro pas.

ni la Constitucin derogan expresa


o tcitamente la ley procesal a que
se sujetan los hechos anteriores a la
entrada en vigencia del Cdigo Procesal Penal.
Mas, al disponer el legislador ordinario y constitucional que aquellos
hechos ocurridos con posterioridad
a la entrada en vigencia del Cdigo
Procesal Penal se regirn por este
ordenamiento, ello implica, a contrario sensu, que los mismos no
se someten al Cdigo de Procedimiento Penal, pues mal podra disponerse o permitirse, que el mismo
hecho o negocio jurdico sea conocido y resuelto mediante dos procedimientos diametralmente opuestos
-uno de corte inquisitivo y otro
acusatorio-.

3 Que en su informe, los ministros


recurridos expresan que, en su opinin, el trmino en cuestin es de
24 horas, de conformidad al artculo
316 del Cdigo de Procedimiento
Penal, al no haber operado respecto
de dicho texto legal una derogacin
orgnica.
4 Que, en primer trmino, no se
equivocan los Ministros informantes cuando sostienen que el Cdigo
de Procedimiento Penal no ha sido
derogado orgnicamente ni por el
legislador ni por el constituyente
-aun cuando s ir cayendo paulatinamente en desuso-, ya que el
primero slo ha establecido en el
artculo 483 del Cdigo Procesal
Penal, que las disposiciones de este
texto se aplicarn a los hechos acaecidos con posterioridad a su entrada
en vigencia, mientras que el segundo,
en la 8 disposicin transitoria,
estatuye que el captulo VII de la
Constitucin, Ministerio Pblico,
la ley orgnica constitucional del
Ministerio Pblico y las leyes que,
complementando dichas normas,
modifiquen el Cdigo Orgnico de
Tribunales y el Cdigo de Procedimiento Penal, se aplicarn exclusivamente a los hechos acaecidos con
posterioridad a la entrada en vigencia de tales disposiciones. De esa
manera ni el Cdigo Procesal Penal

Y en ese orden de ideas, siendo el


articulado del procedimiento de
amparo (contenido en el ttulo V
Del procedimiento de amparo),
parte de la normativa procedimental
con la que el Cdigo de Procedimiento Penal regula el sumario del
antiguo juicio criminal (al incluirse
en la primera parte Del Sumario,
de su libro II Del juicio ordinario sobre crimen o simple delito),
tal preceptiva adjetiva, sin perjuicio que antes haya servido junto al
Auto Acordado de esta Corte para
ordenar la tramitacin de la accin
constitucional de amparo, no puede
actualmente gobernar procedimentalmente hechos hoy sujetos a las
disposiciones del Cdigo Procesal
Penal.
5 Que despejado lo anterior, debe
ahora consignarse que el Cdigo
78

Fallos

Materias de Inters General

Procesal Penal slo regla en sus


artculos 370 y 364, los casos en que
las apelaciones contra las resoluciones dictadas por los Tribunales de
Garanta y de Juicio Oral en lo Penal
son procedentes, respectivamente,
sin estatuir la procedencia o improcedencia de la apelacin respecto de
la resolucin que se pronuncia, acogiendo o rechazando, la accin constitucional de amparo.

en primera instancia de los recursos


de amparo, y que las salas de la Corte
Suprema conocern de las apelaciones deducidas contra las sentencias
dictadas por las Cortes de Apelaciones en los recursos de amparo.
6 Que ahora bien, en lo concerniente al plazo para deducir el
recurso de apelacin contra la sentencia definitiva de primera instancia que se pronuncia sobre la accin
de amparo constitucional, a diferencia de la materia comentada en
el basamento anterior, este asunto
s est previsto en el Cdigo Procesal Penal de manera general. En
efecto, el artculo 366 dispone que
El recurso de apelacin deber
entablarse dentro de los cinco das
siguientes a la notificacin de la
resolucin impugnada, sin restringir
tal determinacin temporal a algn
tipo de resolucin, procedimiento o
tribunal, siendo por tanto aplicable
al recurso en comento.

Frente a tal omisin, el artculo 52


del Cdigo Procesal Penal hace aplicables al procedimiento penal, en
cuanto no se opusieren a lo estatuido
en ese Cdigo o en leyes especiales,
las normas comunes a todo procedimiento contempladas en el libro I
del Cdigo de Procedimiento Civil,
entre las que se halla el artculo 187,
el cual prescribe que son apelables
todas las sentencias definitivas y las
interlocutorias de primera instancia, salvo en los casos en que la ley
deniegue expresamente este recurso.
Pues bien, dando por sentado que no
hay ley que expresamente deniegue
el arbitrio en anlisis, la sentencia de
la Corte de Apelaciones que acoge o
rechaza la accin constitucional de
amparo del artculo 21 de la Constitucin Poltica de la Repblica es, de
conformidad al artculo 158, inciso
2, del Cdigo de Procedimiento
Civil, una sentencia definitiva, y por
tanto apelable.

7 Que as las cosas, del engarce


de todo lo dicho se concluye que
el plazo para apelar de la sentencia
dictada por la Corte de Apelaciones
al resolver la accin de amparo del
artculo 21 de la Constitucin Poltica de la Repblica, es de 5 das
computados de conformidad a los
artculos 14 y 366 del Cdigo Procesal Penal y, por tanto, el recurso
interpuesto por la defensa de Bryan
Snchez Romero, el 25 de abril
del ao en curso contra la resolucin de 22 de abril dictada por la
Corte de Apelaciones de La Serena
que rechaz el recurso de amparo
interpuesto en su favor, no debi
declararse extemporneo.

El aserto anterior -procedencia de


la apelacin- es concordante con
las normas orgnicas atingentes a la
materia, pues los artculos 63 N2
letra b) y 98 N4 del Cdigo Orgnico de Tribunales prescriben que
las Cortes de Apelaciones conocern
79

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

Y de conformidad, adems, con


lo dispuesto en el artculo 369 del
Cdigo Procesal Penal, se acoge el
recurso de hecho interpuesto en lo
principal de fojas 12, y en consecuencia, se declara que queda concedido
el recurso de apelacin formulado en
representacin del condenado Bryan
Snchez Romero, en el ingreso de la
Corte de Apelaciones de La Serena
Rol N34-2014.

la tramitacin pertinente al recurso


de apelacin concedido.
Regstrese y
oportunidad.

archvese,

en

su

Rol N9638-14.
Pronunciado por la Segunda Sala
integrada por los Ministros Sres.
Milton Juica A., Hugo Dolmestch
U., Carlos Knsemller L., Haroldo
Brito C. y Juan Fuentes B.

Requirase, mediante oficio, a la


Corte de Apelaciones de La Serena
la inmediata remisin de los autos
correspondientes al ingreso Rol
N34-2014, y una vez recibidos,
djese copia autorizada de la presente en dichos autos y dese a stos

Autorizada por la Ministro de Fe de


esta Corte Suprema.
En Santiago, a veintinueve de mayo
de dos mil catorce, notifiqu en
Secretara por el Estado Diario la
resolucin precedente.

80

Fallos

Materias de Inters General

REQUERIMIENTO DE INAPLICABILIDAD ACOGIDO. ARTCULO 5 DEL CDIGO


DE JUSTICIA MILITAR. JURISDICCIN DE LA JUSTICIA MILITAR
Tribunal: Tribunal Constitucional
Resumen:
Se acoge el requerimiento de inaplicabilidad del artculo 5 N1, en su primer prrafo
y N3, del Cdigo de Justicia Militar, en los autos seguidos por delito de lesiones graves iniciados por querella interpuesta por el requirente en contra de quienes resulten
responsables, motivada por el dao y la prdida de su ojo derecho que sufriera a causa
del impacto de un baln que segn seala, habra sido disparado por funcionarios de
Carabineros durante el desarrollo de una manifestacin por el derecho a la educacin.
Previo a acoger el requerimiento, el Tribunal Constitucional descarta los reclamos
del requirente inspirados en la aparente prevalencia del artculo 1 inciso primero
de la Ley N20.477, ya que se funda en el anlisis e interpretacin de distintos preceptos legales, tarea que es privativa de los jueces del fondo. Se agrega que es a dichos
tribunales y no al Tribunal Constitucional, a los que incumbe decidir si prima en la
decisin del asunto una u otra disposicin;
En cuanto a las objeciones que plantea el recurrente acerca del mrito y la procedencia
de la accin de inaplicabilidad intentada, en los cuales critica su fundamento dogmtico y abstracto, se indica que el cotejo de constitucionalidad an en la calificacin
de los efectos producidos por la aplicacin de un precepto legal siempre trasunta un
razonamiento especulativo en la comparacin de normas de diverso rango, perfil que
se acenta si estn en juego derechos esenciales de superior connotacin y el inevitable
cuestionamiento, a travs de la inaplicacin de preceptos determinados de una controvertida institucin.
Se agrega que si el requerimiento se funda en la colisin de la norma cuestionada con
normas como el Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Polticos y la Convencin Americana de Derechos Humanos, la significacin de los derechos reclamados
en los referidos instrumentos no puede desatenderse al juzgar el requerimiento, sea
que se estime su aplicacin directa como norma fundante del bloque constitucional de
derechos, sea que se entienda su contenido como una referencia o elemento interpretativo determinante en la plena acepcin de los derechos involucrados que reconoce la
Constitucin Poltica de la Repblica.

Por otra parte el Tribunal Constitucional declara que la Corte Interamericana de


Derechos Humanos, intrprete autntico de la Convencin Americana de Derechos
Humanos ha sentado jurisprudencia en orden a que la justicia militar carece de
jurisdiccin sobre intervinientes civiles y que slo puede investigar y sancionar la
afectacin de bienes jurdicos relacionados con la funcin castrense.
Se concluye sealando que no cabe duda que la aplicacin conjunta de los preceptos
impugnados provoca una vulneracin de los derechos a ser odo por un juez compe81

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

tente, a la publicidad del proceso y a ser juzgado por un tribunal independiente e


imparcial, con transgresin de los preceptos contenidos en el artculo 8 de la Convencin Americana sobre Derechos Humanos y en el artculo 19, N3, de la Constitucin Poltica de la Repblica;

Asimismo, la aplicacin de las normas impugnadas infringe la exhortacin al legislador en orden a adoptar medidas de proteccin a las vctimas, contenida en el artculo 83 de la Constitucin Poltica de la Repblica, prescindiendo de las reglas sobre
tutela del debido proceso.
Existe voto minora sustentado por la Presidenta del Tribunal, Ministra seora
Marisol Pea Torres y el Ministro seor Domingo Hernndez Emparanza, quienes
estuvieron por rechazar el requerimiento, por estimar que el asunto planteado se
trata en este caso de una cuestin de mera legalidad y no de un genuino conflicto de
constitucionalidad, toda vez que no es la norma legal impugnada per se la llamada a
decidir el asunto, sino aplicada conforme y en armona con lo dispuesto en el artculo
1, inciso primero, de la Ley N20.477, de 30 de diciembre de 2010, que modifica
la competencia de los Tribunales Militares, fijando disposiciones especiales sobre el
sistema de justicia militar.

Existe tambin voto de minora de los Ministros seor Ivn Arstica Maldonado
y seora Mara Luisa Brahm Barril, quienes a su vez estuvieron por desestimar el
requerimiento por considerar entre otros fundamentos, que carece de sustento suficiente que permita sostener que los delitos militares cometidos por militares, no debera
conocerlos un tribunal militar, por violentar de alguna concreta manera el principio
del juez natural. A esto agregan que si se calificaban los hechos como delito de violencias innecesarias, la accin de inaplicabilidad debi centrarse en cuestionar el N1
del artculo 5 del Cdigo de Justicia Militar con argumentos constitucionales que a
este efecto no proporciona, y no distraerse con razonamientos que atingen al N3 del
mismo, ya que este ltimo se aplica cuando se trata puramente de delitos comunes.1
Texto Completo:

requerido la declaracin de inaplicabilidad por inconstitucionalidad


del artculo 5, N1, en su primer
prrafo, y N3, del Cdigo de Justicia Militar, para que surta efectos
en el proceso penal sobre delito de
lesiones graves, RIT 11.463-2013,
RUC N1310018169-4, sustan-

Santiago, seis de mayo de dos mil


catorce.
VISTOS:
Con fecha 11 de julio de 2013,
don Enrique Eichin Zambrano ha
1

Sobre esta misma materia, ver sentencia del Tribunal Constitucional dictada en los autos
rol N2.363 el da 14 de enero de 2014, en la que un requerimiento de inaplicabilidad similar fue rechazado, al producirse empate en la decisin. Ver tambin la sentencia dictada en
los autos rol N2.492 el da 17 de junio de 2014, por la que se acoge otro requerimiento de
inaplicabilidad deducido en la misma lnea, con votos de minora de los ministros seor
Bertelsen, seor Arstica y seora Brahm, quienes estuvieron por rechazarlo.

82

Fallos

Materias de Inters General

ciado por el Sptimo Juzgado de


Garanta de Santiago, y actualmente
pendiente, en virtud de la apelacin
impetrada por el requirente, ante la
Corte de Apelaciones de Santiago,
bajo el Rol N2166-2013-RPP.

resulten responsables, motivada por


el dao y la prdida de su ojo derecho que sufriera a causa del impacto
de un baln en el mismo rgano, que
irresponsablemente habran disparado carabineros durante el desarrollo de una manifestacin pacfica por
el derecho a la educacin.

El texto del precepto legal objetado


en autos dispone:

En aquel proceso penal, el juez del


Sptimo Juzgado de Garanta de
Santiago se declar incompetente
para conocer de la reseada querella
criminal sosteniendo que, en virtud
de una interpretacin restrictiva del
N1 del artculo 5 objetado, corresponde su conocimiento a la jurisdiccin militar.

Art. 5. Corresponde a la jurisdiccin


militar el conocimiento:
N1. De las causas por delitos militares, entendindose por tales los contemplados en este Cdigo, excepto
aqullos a que dieren lugar los delitos
cometidos por civiles previstos en los
artculos 284 y 417, cuyo conocimiento
corresponder en todo caso a la justicia
ordinaria, y tambin de las causas que
leyes especiales sometan al conocimiento
de los tribunales militares.

El requirente apel la respectiva resolucin de incompetencia,


impugnacin por la cual actualmente
la causa se sustancia por la Corte
de Apelaciones de Santiago, la que,
aplicando las disposiciones objetadas, deber determinar si es la jurisdiccin penal ordinaria o la castrense
la que debe conocer del asunto judicial pendiente.

()
N3. De las causas por delitos comunes cometidos por militares durante el
estado de guerra, estando en campaa,
en acto del servicio militar o con ocasin de l, en los cuarteles, campamentos, vivaques, fortalezas, obras
militares, almacenes, oficinas, dependencias, fundiciones, maestranzas,
fbricas, parques, academias, escuelas,
embarcaciones, arsenales, faros y dems
recintos militares o policiales o establecimientos o dependencias de las Instituciones Armadas;.

En el marco del descrito proceso


judicial, el conflicto de constitucionalidad sometido a esta Magistratura consiste en determinar si es
constitucional o no el que, por aplicacin de las disposiciones reprochadas, sea la jurisdiccin castrense
la que conozca de un proceso penal
por el solo hecho de que en la comisin del eventual delito se encuentren involucrados Carabineros, pese
a que el proceso se refiere a un delito
comn que afecta a un bien jurdico
no castrense y pese a que la vctima
del mismo es un civil.

La citada gestin penal pendiente, en


que incidir el pronunciamiento que
expida este Tribunal, consiste en un
proceso por delito de lesiones graves
iniciado por querella interpuesta por
el requirente, en contra de quienes
83

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

A juicio del requirente, si en virtud


de la aplicacin de las disposiciones reprochadas la Corte de Alzada
resuelve que el proceso pendiente
debe radicarse en la justicia militar,
se vulneraran diversas garantas procesales para defender los derechos de
las vctimas civiles, infringindose,
con ello, los artculos 1, 4, 5, inciso
segundo, y 19, numerales 1, 2 y 3,
de la Constitucin Poltica.

militar activo, no tiene competencia


para conocer de la determinacin de
derechos de vctimas civiles. As, los
civiles por ningn motivo pueden
ser sometidos a tribunales militares. Y si son sometidos, se vulnera el
derecho constitucional al juez natural competente.
Precisa, por otra parte, que es
inconstitucional la aplicacin de
las disposiciones objetadas porque
la jurisdiccin militar es incompetente para conocer de delitos que
afectan bienes jurdicos del orden
civil. Explica al efecto que en base
al Cdigo Penal el delito de lesiones
tipificado en su artculo 397, N1, es
un delito de orden civil, que puede
ser cometido por cualquier persona,
no slo por militares. A su vez, cautela un bien jurdico civil, como lo
es la integridad personal. De esta
manera, al proteger un bien jurdico
no relacionado con la funcin castrense, ese delito debe ser conocido
por la justicia ordinaria, pese a que
eventualmente se le califique como
un delito militar de los establecidos en el Cdigo de Justicia Militar,
cuyo conocimiento, segn el reprochado N1 del artculo 5 de ese
Cdigo, corresponde a la jurisdiccin castrense. Lo anterior, atendido
que una interpretacin armnica de
la Constitucin conduce a concluir
que cualquier delito no referido a un
bien jurdico castrense, aun cuando
est establecido en el Cdigo del
ramo, no es un delito militar y, por
tanto, debe ser conocido por la justicia ordinaria.

A efectos de fundamentar su requerimiento, el actor desarrolla los


siguientes dos tpicos que se describen a continuacin.
En primer lugar, argumenta que se
encuentran amparadas en la Constitucin Poltica las dos limitaciones de la jurisdiccin castrense que
ha establecido la Corte Interamericana de Derechos Humanos en
adelante CIDH-, cuales son que la
justicia militar no tiene jurisdiccin
sobre intervinientes civiles y que la
justicia militar slo puede investigar,
procesar y sancionar la afectacin de
bienes jurdicos relacionados con la
funcin castrense.
Especficamente, en cuanto a las aludidas dos limitaciones de la jurisdiccin militar, precisa, por una parte,
que es inconstitucional la aplicacin
de las disposiciones objetadas porque la jurisdiccin militar es incompetente en relacin a las personas
civiles. Lo anterior, pues en base a la
Convencin Americana de Derechos
Humanos, a la jurisprudencia de la
CIDH y al artculo 19, N2, de la
Constitucin Poltica, al ser la jurisdiccin militar una justicia especializada en el juzgamiento de personal

En segundo lugar, el requirente


argumenta que la aplicacin de la
84

Fallos

Materias de Inters General

justicia militar afecta diversos derechos fundamentales, a saber: los


derechos procesales de la vctima;
el derecho a la igualdad -al crear un
grupo diferenciado arbitrariamentey el derecho a la integridad personal.

es un delito que afecta la integridad


personal, por consiguiente, se refiere
a un bien jurdico de orden civil,
cuyo sujeto activo puede ser cualquier persona. Sin embargo, si ese
ilcito es cometido por Carabineros,
en ejercicio de sus funciones, ser
conocido por un tribunal castrense.
De esta manera, sobre la base de
iguales vctimas y el mismo delito,
el tribunal competente cambia slo
por la identidad del infractor, en
desmedro de los derechos procesales de la vctima que se ven drsticamente disminuidos en el proceso
militar -como fuera indicado- en
virtud del artculo 133 del Cdigo
de Justicia Militar, en comparacin
con las garantas de las que goza en
el proceso penal ordinario. Recuerda
al efecto lo sealado por la Corte
Suprema en orden a que no es tolerable un sistema de justicias penales
paralelas con diversas garantas. A su
vez, el militar ser juzgado por sus
pares militares, lo que no da certeza
de imparcialidad, pues existe una
alta posibilidad de que se beneficien
entre pares, llegando incluso a impedir la sancin de los responsables. Y
agrega que queda en evidencia que la
aludida diferenciacin es arbitraria,
toda vez que no supera los criterios
establecidos por la jurisprudencia internacional y constitucional,
ya que no tiene un objeto legtimo
y no es conducente, necesaria ni
proporcional.

La argumentacin de desarrolla de
la manera que sigue.
Primero: es inconstitucional la aplicacin de los preceptos reprochados,
toda vez que la jurisdiccin militar
no brinda garantas a las vctimas.
Explica sobre este punto que el
artculo 133 del Cdigo de Justicia
Militar slo contempla la participacin de la vctima en el sumario
como querellante cuando se trata de
delitos que afectan la autodeterminacin sexual. Por consiguiente, no
parece justo para la vctima que slo
por el hecho de que el imputado sea
militar, deba ser parte de un proceso
ante la jurisdiccin castrense en que
no tiene garanta alguna en relacin
con la investigacin, enjuiciamiento
y sancin de los responsables. Por
todo lo anterior, la aplicacin de las
disposiciones objetadas vulnera el
derecho a un juez competente, a la
tutela judicial efectiva, y todas las
dems garantas del debido proceso
en relacin a la vctima.
Segundo: es inconstitucional la aplicacin de las disposiciones reprochadas, pues la existencia de la
jurisdiccin militar crea un grupo
diferenciado arbitrariamente, vulnerando el derecho a la igualdad.

Tercero: es inconstitucional la aplicacin de las disposiciones reprochadas, pues se vulnera el derecho a la


integridad personal.

Expone al efecto que, en la especie, el delito de lesiones gravsimas,


concernido en la gestin pendiente,
85

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

Lo anterior, desde el momento que si


el proceso penal pendiente se radica
en la jurisdiccin castrense, la falta
de tutela judicial efectiva, producida
por la insuficiencia de garantas para
la vctima, traera aparejado el riesgo
de no reparacin del derecho a la
integridad de la vctima, afectada por
el delito de lesiones.

Carabineros, a efectos de que pudieran hacer valer sus observaciones


y acompaar los antecedentes que
estimaren convenientes.
Por escrito de fojas 141, el Ministerio Pblico formul sus observaciones al requerimiento, solicitando
a esta Magistratura resolver conforme a derecho y al mrito de los
antecedentes.

Finalmente, el actor hace presente


a esta Magistratura el rol que considera propio de la justicia constitucional, indicando al respecto que los
jueces constitucionales deben interpretar las disposiciones legales de
acuerdo a la Constitucin Poltica y
a los tratados internacionales.

Mediante presentacin de fojas


142, el General Director de Carabineros formul sus observaciones
al requerimiento, las que pueden
sintetizarse bajo las dos siguientes
argumentaciones.

Siguiendo este predicamento, la


correcta interpretacin, luego de ser
declarada inaplicable la disposicin
cuestionada, es que la justicia militar
slo deba operar cuando se afecten
bienes jurdicos del orden militar y
todos los sujetos del proceso sean
militares activos.

En primer lugar, aduce que, en relacin con los preceptos constitucionales presuntamente vulnerados, se
produce una errada contrastacin
de normas y un errado enfoque del
requerimiento de inaplicabilidad. Lo
anterior, atendido que no aparece en
el desarrollo del requerimiento la
forma concreta en que la aplicacin
de las normas objetadas violentara
las normas constitucionales.

Por resolucin de fojas 59, la


Segunda Sala de esta Magistratura
admiti a tramitacin el requerimiento y, posteriormente, por
resolucin de fojas 122, decret la
suspensin de la gestin judicial en
que incide. Luego de ser declarado
admisible por la aludida Sala y pasados los autos al Pleno, de conformidad a lo dispuesto en el artculo
86 de la Ley N17.997, Orgnica
Constitucional del Tribunal Constitucional, el requerimiento fue
comunicado a la Cmara de Diputados, al Senado y al Presidente de
la Repblica y notificado al Ministerio Pblico y al General Director de

Ms bien, slo aparece una crtica


general, abstracta y dogmtica a
la justicia militar, cuestin que, de
conformidad a la jurisprudencia de
esta Magistratura, importa una confusin en el objeto de la accin de
inaplicabilidad, que, tal como reiteradamente se ha sealado, consiste
en los efectos inconstitucionales de
la aplicacin de las normas objetadas y no en la inconstitucionalidad
abstracta de preceptos o de sistemas
normativos.
86

Fallos

Materias de Inters General

En segundo lugar, el General Director de Carabineros aboga por la


constitucionalidad de la justicia militar, alegando que sta se encontrara
amparada en el artculo 83, inciso
final, de la Constitucin Poltica, el
que reconoce su validez y vigencia.
Ello, sin perjuicio del reconocimiento
que al mismo tiempo es efectuado
por el legislador, en igual sentido, al
establecer, mediante el texto del artculo 66 de la Ley N19.806 -sobre
Normas Adecuatorias a la Reforma
Procesal Penal-, que su preceptiva no
afectar las disposiciones del Cdigo
de Justicia Militar.

TERCERO: Que el presente fallo


reiterar la doctrina y criterios
expuestos en el voto suscrito por los
Ministros Vodanovic, Fernndez,
Carmona, Garca y Romero en la
sentencia Rol N2363-2012 de esta
Magistratura, de fecha 14 de enero
de 2014, con las precisiones que se
registrarn;
CUARTO: Que, habindose renovado el debate sobre el carcter decisivo para la resolucin del asunto de
los preceptos impugnados, es menester descartar una lnea argumentativa que inspirada en la aparente
prevalencia de otra norma, como el
artculo 1, inciso primero, de la Ley
N20.477- se funda en el anlisis e
interpretacin de distintos preceptos
legales, tarea que indiscutiblemente
es privativa de los jueces del fondo.
A stos, mas no al Tribunal Constitucional, incumbe decidir si prima
en la decisin del asunto una u otra
disposicin;

Habindose trado los autos en relacin, se procedi a la vista de la causa


el da 26 de noviembre de 2013,
oyndose los alegatos del abogado
Ciro Colombara, por la parte requirente, y del abogado Jorge Parra, por
el General Director de Carabineros.
CONSIDERANDO:

QUINTO: Que tambin, por va


de alegacin de una parte requerida, se ha objetado el mrito y procedencia de la accin, criticando su
fundamento dogmtico y abstracto;
observacin que no puede compartirse porque el cotejo de constitucionalidad aun en la calificacin de los
efectos producidos por la aplicacin
de un precepto legal- siempre trasunta un razonamiento especulativo
en la comparacin de normas de
diverso rango, perfil que se acenta
si estn en juego derechos esenciales de superior connotacin y el
inevitable cuestionamiento, a travs de la inaplicacin de preceptos

PRIMERO: Que el artculo 93,


inciso primero, N6, de la Constitucin Poltica de la Repblica dispone
que es atribucin del Tribunal Constitucional resolver, por la mayora de
sus miembros en ejercicio, la inaplicabilidad de un precepto legal cuya aplicacin en cualquier gestin que se siga
ante un tribunal ordinario o especial,
resulte contraria a la Constitucin;
SEGUNDO: Que, como se ha
sealado, en este caso se ha requerido la declaracin de inaplicabilidad
por inconstitucionalidad del artculo 5, N1, en su primer prrafo, y
N3, del Cdigo de Justicia Militar;
87

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

determinados, de una controvertida


institucin;

NOVENO: Que, a la luz de tales


antecedentes, no cabe duda que la
aplicacin conjunta de los preceptos
impugnados provoca una vulneracin de los derechos a ser odo por
un juez competente, a la publicidad
del proceso y a ser juzgado por un
tribunal independiente e imparcial,
con transgresin de los preceptos
contenidos en el artculo 8 de la
Convencin Americana sobre Derechos Humanos y en el artculo 19,
N3, de la Constitucin Poltica de
la Repblica;

SEXTO: Que en la fundamentacin del requerimiento se ha invocado el mandato constitucional del


artculo 5, inciso segundo, de la
Carta Poltica, que consagra el deber
de los rganos del Estado de respetar y promover los derechos esenciales que emanan de la naturaleza
humana, garantizados por los tratados internacionales ratificados por
Chile y que se encuentran vigentes.
En la especie, el Pacto Internacional
sobre Derechos Civiles y Polticos y
la Convencin Americana de Derechos Humanos;

DCIMO: Que, asimismo, dicha


aplicacin infringe la exhortacin
al legislador en orden a adoptar
medidas de proteccin a las vctimas, contenida en el artculo 83 de
la Constitucin, prescindiendo de
las reglas sobre tutela del debido
proceso;

SPTIMO: Que, entonces, la significacin de tales derechos en los


referidos instrumentos no puede
desatenderse en el presente juzgamiento, sea que se estime su aplicacin directa como norma fundante
del bloque constitucional de derechos, sea que se entienda su contenido como una referencia o elemento
interpretativo determinante en la
plena acepcin de los derechos involucrados que reconoce la Constitucin Poltica;

DECIMOPRIMERO: Que, por


ende, procede declarar inaplicables
los preceptos tachados de inconstitucionales, en cuanto contravienen los
artculos 19, numeral 3, inciso sexto,
y 83 de la Constitucin Poltica;
DECIMOSEGUNDO: Que, al
decidir de esta forma una accin
singular, esta Magistratura entiende
contribuir en el mbito de su
competencia- al cumplimiento del
deber impuesto por la Corte Interamericana de Derechos Humanos
al Estado de Chile para adecuar el
ordenamiento jurdico interno a los
estndares internacionales sobre
jurisdiccin penal militar.

OCTAVO: Que la Corte Interamericana de Derechos Humanos,


intrprete autntico de la aludida
convencin, ha sentado jurisprudencia en orden a que la justicia militar
carece de jurisdiccin sobre intervinientes civiles y que slo puede
investigar y sancionar la afectacin
de bienes jurdicos relacionados con
la funcin castrense;

Y VISTO lo dispuesto en los


artculos 5, inciso segundo, 19, N3,
88

Fallos

Materias de Inters General

inciso sexto, 77, 83 y 93, inciso primero, N6, e inciso undcimo, de la


Constitucin Poltica de la Repblica, as como en las disposiciones
pertinentes de la Ley N17.997,
Orgnica Constitucional del Tribunal Constitucional, cuyo texto refundido, coordinado y sistematizado fue
fijado por el Decreto con Fuerza de
Ley N5, de 2010, del Ministerio
Secretara General de la Presidencia,

I.- ACERCA DEL CONFLICTO CONSTITUCIONAL


PLANTEADO.
1. Que el artculo 93, inciso primero, N6, de la Constitucin Poltica de la Repblica dispone que es
atribucin del Tribunal Constitucional resolver, por la mayora de sus
miembros en ejercicio, la inaplicabilidad de un precepto legal cuya aplicacin en cualquier gestin que se siga
ante un tribunal ordinario o especial,
resulte contraria a la Constitucin. La
misma norma constitucional expresa
en su inciso decimoprimero que, en
este caso, la cuestin podr ser planteada por cualquiera de las partes o por
el juez que conoce del asunto y agrega
que corresponder a cualquiera de las
salas del Tribunal declarar, sin ulterior
recurso, la admisibilidad de la cuestin
siempre que verifique la existencia de
una gestin pendiente ante el tribunal
ordinario o especial, que la aplicacin
del precepto legal impugnado pueda
resultar decisivo en la resolucin de un
asunto, que la impugnacin est fundada razonablemente y se cumplan los
dems requisitos que establezca la ley;

SE RESUELVE:
1) Que se acoge el requerimiento
de inaplicabilidad deducido a fojas
1 y, en consecuencia, se declaran
inaplicables, en la gestin judicial
en que inciden, las disposiciones
legales impugnadas.
2) Se pone trmino a la suspensin
de procedimiento decretada a fojas
122 de estos autos, oficindose al
efecto.
El Ministro seor Juan Jos
Romero Guzmn previene que
suscribe el fallo con excepcin de
lo expresado en el considerando
dcimo y de la palabra determinante incorporada en la ltima
oracin del considerando sptimo.
Asimismo, se reitera la prevencin
efectuada en la sentencia rol N2363
de este Tribunal.

2. Que, de este modo, para que


prospere la accin de inaplicabilidad es necesario que concurran
los siguientes requisitos: a) que se
acredite la existencia de una gestin
pendiente ante un tribunal ordinario
o especial; b) que la solicitud sea formulada por una de las partes o por
el juez que conoce del asunto; c) que
la aplicacin del precepto legal en
cuestin pueda resultar decisiva en la
resolucin de un asunto y sea contraria a la Constitucin Poltica de
la Repblica; d) que la impugnacin

La Presidenta del Tribunal, Ministra seora Marisol Pea Torres, y


el Ministro seor Domingo Hernndez Emparanza disienten de
lo resuelto, toda vez que estuvieron por rechazar el requerimiento
de autos, en base a las siguientes
consideraciones:
89

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

est fundada razonablemente; y e)


que se cumplan los dems requisitos
legales;

satisface en la especie. Dicho de otro


modo, como se demostrar infra, se
trata en este caso de una cuestin de
mera legalidad y no de un genuino
conflicto de constitucionalidad, toda
vez que no es la norma legal impugnada per se la llamada a decidir el
asunto, sino aplicada conforme y en
armona con lo dispuesto en el artculo 1, inciso primero, de la Ley
N20.477, de 30 de diciembre de
2010, que modifica la competencia
de los Tribunales Militares, fijando
disposiciones especiales sobre el
sistema de justicia militar, en tanto
cuanto esta ltima dispone que:

3. Que, en esta especie, evidentemente existe una gestin judicial


pendiente, la cual consiste en un
proceso penal por el delito de lesiones graves, RIT 11.463-2013, RUC
N1310018169-4, sustanciado por
el Sptimo Juzgado de Garanta de
Santiago, y que actualmente, en virtud de la apelacin impetrada por el
requirente, se sustancia ante la Corte
de Apelaciones de Santiago, bajo el
Rol N2166-2013-RPP. Mediante
aquel recurso, el querellante, y requirente de autos, impugn la resolucin del Juez de Garanta por la
cual se declar incompetente para
conocer de la querella por el delito
de lesiones graves, resolviendo concomitantemente que su tramitacin
corresponda a la justicia militar;

Artculo 1.- Restriccin de la competencia de los tribunales militares.


En ningn caso, los civiles y los
menores de edad estarn sujetos a la
competencia de los tribunales militares. sta siempre se radicar en los
tribunales ordinarios con competencia en materia penal;

4. Que, asimismo, el requerimiento


de autos ha sido interpuesto por
parte legitimada, cual es la propia
querellante aludida, Instituto Nacional de Derechos Humanos, segn
consta a fojas 1 y siguientes;

II.- LA NORMA LEGAL


IMPUGNADA NO ES DECISORIA LITIS.
6. Que, como es fcil advertir, la
norma impugnada no es decisoria litis porque existe otro precepto
legal que puede conducir o no al
mismo efecto, vale decir, a excluir
de la jurisdiccin penal militar a la
vctima civil del juicio por un delito
comn cometido por un militar,
cual es el citado artculo 1, inciso
primero, de la Ley N20.477, en el
evento de adoptarse la interpretacin extensiva que ha propiciado
oficialmente la Corte Suprema y que
viene siendo acogida en las Cortes
de jurisdiccin ordinaria, cuestin en

5. Que, sin embargo, en lo tocante


a que la aplicacin del precepto legal
impugnado artculo 5, N3, del
Cdigo de Justicia Militar - pueda
resultar decisiva en la resolucin del
asunto, estos Ministros disidentes,
despus de un estudio completo, al
cabo de la tramitacin regular de
estos antecedentes, y sin perjuicio
de lo que en su momento se resolvi provisionalmente en trmite de
admisibilidad, han llegado a la conviccin de que tal exigencia no se
90

Fallos

Materias de Inters General

la que no puede inmiscuirse este Tribunal Constitucional;

9. Que, por cierto, este Tribunal


Constitucional nunca ha declarado
que exista alguna obligacin constitucional en el sentido de que las
vctimas de delitos comunes cometidos por militares en activo, en lugares militares o en tiempos marciales
especiales, tengan que someterse a
la jurisdiccin militar y no a la justicia penal ordinaria. Por lo mismo,
cuando en la sentencia de control
preventivo de 12 de noviembre de
2010, resolutivo 1), Rol N1845-10,
este Tribunal Constitucional decidi,
en relacin a la actual Ley N20.477,
que el artculo 1 permanente del
proyecto de ley examinado es constitucional en el entendido que los civiles
y los menores de edad en ningn caso
podrn quedar sujetos a la competencia
de los tribunales militares en calidad de
imputados, quedando a salvo los derechos que les asisten para accionar ante
dichos tribunales especiales en calidad
de vctimas o titulares de la accin
penal (lo destacado es nuestro), lo
que se reconoci fue la salvaguarda
de los derechos especficos susceptibles de ser ejercidos como menores
o civiles vctimas ante la jurisdiccin
penal militar, como podra ser la
promocin de la misma declinatoria
de competencia o de alguna medida
de prevencin, entre otras. Pero no
pudo este Tribunal Constitucional atribuir competencia a la justicia militar, en ese extremo, porque
ello en abstracto es de dominio del
legislador conforme al artculo 77
de la Constitucin y, en concreto,
la contienda que se trabe debe ser
resuelta por la Corte Suprema, toda
vez que excede los lmites del artculo 93, N12, de la Constitucin;

7. Que, si la vctima civil queda


excluida del proceso penal militar
por el solo hecho de ser tal, en todo
caso, no es necesario para garantizar sus derechos considerar excesiva
la atribucin legal de competencia al
Tribunal Penal Militar para conocer
de delitos comunes aunque cometidos en ciertas pocas, lugares o
por funcionarios militares en servicio activo-, que es lo que regula el
artculo 5, N3, del Cdigo de Justicia Militar, impugnado en autos,
porque igualmente y aun sin tal
declaracin de inconstitucionalidad relativa a la militarizacin de
la materia penal comn, en esas
circunstancias el asunto puede ser
estimado de competencia de los tribunales penales ordinarios, por razones que se despliegan en el mbito
de la mera legalidad, sobre la base de
normas legales especiales de aplicacin preferente;
8. Que esa lnea de pensamiento
corresponde a la desarrollada por
esta Magistratura ya en el Rol 131209, en cuyo considerando cuarto se
expres: Que la aplicacin decisiva
del precepto, para los fines que interesan
a este proceso constitucional, tiene que
ver con la causalidad directa y necesaria entre dicha aplicacin y la decisin
del litigio, en trminos que la estimacin o rechazo- de la pretensin sea
el efecto de la incidencia de la norma
legal en la resolucin del conflicto. Si
ste puede producirse por la aplicacin
de otro precepto, dejar de ser decisiva
la aplicacin del que se impugna (Sentencia de 28 de enero de 2010);
91

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

10. Que, por lo dems, la manera


segn la cual el Estado de Chile ha
venido cumpliendo gradualmente
sus compromisos internacionales en
materia de derechos humanos en este
mbito, tanto de nivel global como
interamericano, ha venido consistiendo en una paulatina reforma o
sustitucin de los sistemas procesales
penales. Primero, en la jurisdiccin
ordinaria, se introdujo la llamada
reforma procesal penal, pasando
desde un sistema inquisitivo, escrito
y de lato conocimiento, a un procedimiento adversarial, oral y concentrado, que nos rige actualmente. Al
introducirse esa magna reforma, fue
necesario ajustar a ella toda la legislacin de relevancia procesal penal
en su conjunto, lo que se materializ
a travs de la Ley N19.806, de 31
de mayo de 2002, siendo dable destacar que en su artculo 66, inciso
segundo, se mantuvieron vigentes
(intern) las normas contenidas en
el Cdigo de Justicia Militar, con
su artculo 5, N3, inclusive, todo
ello en base a lo preceptuado en el
artculo 83, inciso final, de la Constitucin Poltica. Fue posteriormente
cuando se aprob la Ley N20.477,
de 30 de diciembre de 2010, referida
supra, en cuyo mensaje se expres
que se persegua con ella ponerse al
da y hacer regir el pleno imperio del debido proceso,porque en el
concierto internacional en el que Chile
se inserta, tales avances se han ido
imponiendo como norma en los ltimos
aos.(Cfr. Mensaje N257-358);

constituye un avance frente a los


parmetros internacionales, toda
vez que sin duda alguna los menores y civiles imputados no quedarn
sometidos a la jurisdiccin penal
militar. Pero, como bien ha sealado la Corte Suprema, en diversos
oficios en que se ha consultado su
parecer, en el contexto de tramitaciones de proyectos de ley, nada dice
la Ley 20.477 respecto a los menores y civiles vctimas de esos delitos
comunes cometidos por militares,
caso este ltimo que coincide con lo
que se juzga en la gestin pendiente
de autos;
12. Que, ante ello, la posicin de la
Corte Suprema es adoptar una interpretacin extensiva y, puesto que el
texto legal no distingue, radicar tambin el asunto ante la justicia ordinaria penal, cuando las vctimas sean
menores o civiles. (As, verbigracia,
en los oficios N99-2012, sobre el
boletn N8472-07; tambin oficios
Ns 142-2010 y 152-2010, durante
la tramitacin de la Ley N20.477);
13. Que la lnea interpretativa anterior se ha concretado por la Corte de
Apelaciones de San Miguel, en sentencia de 18 de diciembre de 2012,
Rol N1745-2012, la que decide la
cuestin de competencia sobre la
base del artculo 1, inciso primero, de
la Ley N20.477, considerando que:
la norma transcrita en el basamento
precedente no distingue la calidad en
que deben intervenir los civiles o menores de edad en el proceso, para el fin de
sustraer el conocimiento de una determinada causa del mbito de la jurisdiccin militar; en consecuencia, podrn
hacerlo en calidad de imputados u ofen-

11. Que, en lo tocante al punto


de derecho debatido en esta causa,
es dable resaltar que dicha reforma
92

Fallos

Materias de Inters General

didos y, en ambos casos, ser competente


el tribunal ordinario con competencia
en materia penal que corresponda.
El razonamiento precedente es, por
lo dems, concordante con la opinin que a este respecto ha emitido
la Corte Suprema al informar el proyecto de ley que dio origen a la Ley
N20.477 y al informar el proyecto
de ley, en actual tramitacin (Boletn
8472-07), que pretende modificar el
inciso primero del artculo 1 de la
Ley N20.477, sealando expresamente que en ningn caso, los civiles
y los menores de edad estarn sujetos a
la competencia de los tribunales militares, ni como imputados ni como
ofendidos de un delito. En efecto,
segn consta en Oficio N99-2012,
de 29 de agosto de 2012, mediante
el cual el Pleno de la Excma. Corte
Suprema informa el mencionado
proyecto de ley Boletn 8472-07, se
ha sealado por este Tribunal que
la Ley N20.477 estableci que en
ningn caso los civiles y los menores de
edad estarn sometidos a la competencia
de los tribunales militares, radicndose
en los tribunales ordinarios con competencia en materia penal, entendindose esta restriccin desde el punto de
vista del sujeto activo, ya que el inciso
2 del artculo 1 prescribe que civil es
una persona que no reviste la calidad
de militar, de acuerdo al artculo 6 del
Cdigo de Justicia Militar, que precisamente se refiere a quienes pueden ser
sujetos activos de delitos militares. En
cambio, nada seala sobre las cualidades de la vctima para determinar la
competencia de los juzgados castrenses,
sin perjuicio que desde una interpretacin extensiva se considere que en la
expresin civiles quedan considerados

quienes tienen la calidad de vctimas


del delito. Agrega el informe que
a esta interpretacin extensiva adhiri la Corte Suprema cuando inform
el proyecto de ley que actualmente
corresponde a la Ley N20.477 en dos
oportunidades. (Oficios N142-2010
y 152-2010);
14. Que, como es posible apreciar, existe una lnea interpretativa
ampliamente garantista, que por lo
dems se quiere consolidar legislativamente con valor general, que
evidencia la factibilidad de tutelar
eficazmente los derechos comprometidos, sin necesidad de disponer
de una herramienta jurdica subsidiaria como es la declaracin de
inaplicabilidad por inconstitucionalidad, ni menos la invocacin de un
supuesto bloque constitucional de
derechos, cuyos fundamentos rigurosos no concurren en el caso de la
especie;
15: Que, en las condiciones sealadas, los Ministros concurrentes estimamos que no cabe sino rechazar el
requerimiento planteado.
Los Ministros seor Ivn Arstica
Maldonado y seora Mara Luisa
Brahm Barril estuvieron por desestimar el requerimiento de autos,
nicamente por considerar que
carece de sustento suficiente, segn
pasan a explicar:
1) Que, en efecto, el requirente en
este proceso omite fundamentos que
permitan sostener que los delitos
militares, cometidos por militares, no
debera conocerlos un tribunal mili93

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

tar, por violentar de alguna concreta


manera el principio del juez natural.

expresados por el rgano persecutor,


que dicen especfica relacin, no con
ese N3, sino con el N1 del artculo 5, en relacin con el artculo
330, ambos del Cdigo de Justicia
Militar.

En cambio, en su particular versin,


da por establecidos algunos hechos
que, enseguida, l mismo califica
como lesiones graves gravsimas
sancionadas en el artculo 397, N1,
del Cdigo Penal. Para luego discurrir como si ambos supuestos fuesen
ciertos y correctos, en circunstancias
que este Tribunal Constitucional
no puede asumirlos como premisas
asentadas y pertinentes, a la luz de
los antecedentes que constan en el
proceso;

Este N1 del artculo 5 precepta


que corresponde a la jurisdiccin
militar el conocimiento de las causas
por delitos militares, que son los
contemplados en el mismo Cdigo,
entre los cuales se encuentra aquel
previsto y castigado en su artculo
330, por violencias innecesarias;
4) Que, entonces, siendo los preceptos relevantes en este contencioso
constitucional los artculos 5 N1 y
330 del Cdigo de Justicia Militar (y
no el N3 del artculo 5), lo cierto
es que a su respecto no se enderezaron cuestionamientos precisos de ser
contrarios a la Carta Fundamental,
digresiones y opiniones abstractas al
margen.

2) Que, as es, de su lectura aparece que en sede judicial los mismos hechos -de ser efectivos- estn
siendo catalogados como delito de
violencias innecesarias, descrito y
penado en el artculo 330 del Cdigo
de Justicia Militar.
Es lo que entiende el Ministerio
Pblico en la apelacin constitutiva
de la gestin judicial pendiente que
interesa (fs. 73 a 75). Por manera
que esta accin de inaplicabilidad
debi centrarse en cuestionar el
N1 del artculo 5 del Cdigo de
Justicia Militar, con argumentos
constitucionales que a este efecto
no proporciona, y no distraerse con
razonamientos que atingen al N3
del mismo, ya que este ltimo se
aplica cuando se trata puramente de
delitos comunes;

Importando recordar que, segn la


Constitucin y la doctrina de este
Tribunal, para que pueda prosperar una accin de inaplicabilidad es
menester que de los antecedentes del
caso se desprenda que en su aplicacin -actual o potencial- un determinado precepto legal ha de producir
un cierto resultado inconstitucional,
lo que aqu no se demuestra;
5) Que, en cuanto a la nica objecin planteada, atinente al evento en
que un civil resulte ofendido por un
delito militar, cabe puntualizar que
esa sola circunstancia no implica que
la jurisdiccin militar sea ab initio
inconstitucional, puesto que las vc-

3) Que, ms precisamente, en el
caso sub lite la Corte de Santiago
debe resolver al tenor de la apelacin
pendiente, deducida por el Ministerio Pblico, acorde con los agravios
94

Fallos

Materias de Inters General

timas pueden comparecer ante ella


en calidad de titulares de la correspondiente accin penal. As razon
este mismo Tribunal Constitucional
en su sentencia Rol N1845, suscrito
unnimemente y sin reservas sobre
el particular.

Tiempo de Paz, en gran medida


la legislacin comn ya vigente en
materias similares, es decir, por la
Ley de Organizacin de los Tribunales y el Cdigo de Procedimiento
Penal, siendo en este contexto que se
incorporan al Cdigo Orgnico de
Tribunales en su artculo 5, inciso
tercero, que expresa que formarn
parte del Poder Judicial, como tribunales especiales, los tribunales
militares en tiempo de paz, los que
se regirn por el Cdigo de Justicia
Militar y sus leyes complementarias.

Derivado del artculo 101, inciso tercero, de la Constitucin, y por imperativo del artculo 2, inciso primero,
de la Ley Orgnica Constitucional
de Carabineros N18.961, su personal debe someterse ineludiblemente
al Cdigo de Justicia Militar, entre
otras normas especiales, justamente
por su pertenencia a un cuerpo policial armado que reviste los caracteres
de institucin militar, profesional,
jerarquizado y disciplinado;

Hizo hincapi este Tribunal, asimismo, que acorde con la disposicin 4. transitoria constitucional, se
entender que las leyes actualmente
en vigor sobre materias que conforme a esta Constitucin deben
ser objeto de leyes orgnicas constitucionales o aprobadas con qurum
calificado, cumplen estos requisitos
y seguirn aplicndose en lo que no
sean contrarias a la Constitucin,
mientras no se dicten los correspondientes cuerpos legales, por lo que
el Cdigo Orgnico de Tribunales
es la principal norma de carcter
orgnico constitucional vigente que
regula la organizacin y atribuciones
de nuestro sistema jurisdiccional. Su
artculo 5 reconoce a los Tribunales
Militares de Tiempo de Paz como
integrantes del Poder Judicial, los
incorpora al sistema orgnico del
mismo y les reconoce su competencia en concordancia con el mandato
contemplado en el artculo 77 de la
misma Carta. Adems, recalc que la
Constitucin, al menos en dos disposiciones, alude al sistema de justicia militar. En efecto, el artculo

6) Que, aunque lo anterior basta


para fundar la desestimatoria que
sostienen estos disidentes, es til
recordar que en sentencia Rol
N664, de 2007, redactada por el
ex Presidente de este Tribunal Juan
Colombo C., referida a una pretensin de inaplicabilidad fundada en
que algunas normas de los cdigos
Orgnico de Tribunales y de Justicia
Militar, presuntamente infringiran
la garanta del debido proceso legal
(artculo 19, N3, de la Constitucin), esta Magistratura hizo presente que la justicia militar de tiempo
de paz se origina en la legislacin
espaola aplicable en Chile desde la
poca indiana y hasta la dictacin de
la Ordenanza General del Ejrcito,
en 1839, la que se mantuvo en vigor
hasta que empez a regir el Cdigo
de Justicia Militar, por Decreto
N806, de 1925, el cual sigui, en
materia de Tribunales Militares de
95

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

19, N3, al consagrar el derecho a


defensa jurdica, seala que tratndose de los integrantes de las Fuerzas Armadas y de Orden y Seguridad
Pblica, este derecho se regir, en lo
concerniente a lo administrativo y
disciplinario, por las normas pertinentes de sus respectivos estatutos,
de la misma forma que el artculo
83, inciso final, seala que: el ejercicio de la accin penal pblica, y la
direccin de las investigaciones de
los hechos que configuren el delito,
de los que determinen la participacin punible y de los que acrediten la
inocencia del imputado en las causas
que sean de conocimiento de los tribunales militares, como asimismo la
adopcin de medidas para proteger a
las vctimas y a los testigos de tales
hechos correspondern, en conformidad con las normas del Cdigo de
Justicia Militar y a las leyes respectivas, a los rganos y a las personas que
ese Cdigo y esas leyes determinen.

establece el artculo 93, N6, de la


Carta Fundamental;
7) Que dicha sentencia agreg que
el Cdigo de Justicia Militar, en
concordancia con el artculo 5 del
Cdigo Orgnico de Tribunales y
bajo el amparo constitucional del
citado artculo 77, estableci tribunales militares de tiempo de paz y
de tiempo de guerra para la solucin
de los conflictos regulados por el
Cdigo del ramo y sus leyes complementarias, y, adicionalmente, la
reforma constitucional de 2005, al
eliminar a los tribunales militares
de tiempo de guerra de la exclusin
de la superintendencia de la Corte
Suprema, dej a todo el sistema de
justicia militar sujeto a su control
disciplinario, tal como dispone el
artculo 82 de la Carta, e hizo presente, adems, que de acuerdo al
artculo 93, N1, de ella, toda ley
orgnica constitucional, y ese carcter tienen las referidas a organizacin y atribuciones de los tribunales
militares, debe ser sometida al control preventivo obligatorio de constitucionalidad de este Tribunal, antes
de su promulgacin, debindose
igualmente considerar numerosas
ocasiones en que este Tribunal ha
dictado sentencias relativas a control
preventivo de normas propias de ley
orgnica constitucional, en las cuales
se examin la constitucionalidad de
preceptos contenidos en el Cdigo
de Justicia Militar, por versar sobre
competencia de los Tribunales Militares, otorgada en conformidad al
artculo 77, inciso primero, de la
Constitucin, declarndose tales
normas orgnicas y constitucionales.

Decidindose que esta Magistratura


mantendra su opcin jurisprudencial sobre la materia, puesto que la
determinacin de sustituir o modificar el sistema de justicia militar por
los vicios de mrito que se sustentan
en la impugnacin constitucional
planteada en este proceso, constituye
una problemtica que deber decidir el legislador dentro del marco
de sus competencias mediante una
ley orgnica constitucional, como
lo ordena claramente el ya invocado
artculo 77, debiendo sostenerse que,
en todo caso, una discrepancia de
criterio sobre este captulo no resulta
eficaz para configurar la causal de
inaplicabilidad que en tal carcter
96

Fallos

Materias de Inters General

Asimismo, precis que en el contexto de la preceptiva constitucional, los Tribunales Militares, como
rganos del Estado, se encuentran
comprendidos dentro de aquellos
que deben conformar sus actuaciones a lo previsto por los artculos 6,
7 y 76 a 79 de la Carta Suprema y
a la legislacin orgnica constitucional dictada conforme a dichas disposiciones. En consecuencia, debe
precisarse que actan dentro de
su competencia y en la forma que
establece la ley, y que, en cuanto a
su regulacin, debe siempre tenerse
presente que el artculo 77 deleg en
el legislador orgnico constitucional
el establecimiento de la organizacin
y atribuciones de los tribunales que
fueren necesarios para la pronta y
cumplida administracin de justicia.
Agrega la disposicin aludida que la
misma ley sealar las calidades que
debern tener los jueces y que para
su modificacin deber escucharse
previamente a la Corte Suprema
(considerandos 3 al 9).

rejado consigo que sus normas deban


ser inaplicadas en un caso concreto
y, en especial, en este requerimiento,
en el cual, como se dijo, no se cumple a cabalidad con los requisitos que
establece el artculo 93 de la Carta
Poltica en su inciso undcimo
(Considerando 23);
8) Que, ahora, la sentencia de la
mayora, de la cual discrepamos,
viene a cambiar la jurisprudencia de
esta Magistratura en esta materia
sobre la base de los fundamentos del
voto particular estimatorio de una
sentencia anterior que rechaz un
requerimiento similar, producto de
un empate de votos (Rol N2363),
la que, a su vez, asume la doctrina
emanada de la sentencia de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos en el caso Palamara Iribarne
(2005), as como los denominados
nuevos estndares en materia de justicia militar que de ella se desprenden, en virtud de los cuales en caso
de que el Estado considere necesaria la existencia de una jurisdiccin
penal militar, sta debe limitarse
solamente al conocimiento de delitos de funcin cometidos por militares en servicio activo, debiendo
la legislacin establecer lmites a la
competencia material y personal de
los tribunales militares, de forma
tal que en ninguna circunstancia un
civil se vea sometido a la jurisdiccin
de los tribunales militares.

Finalmente, como corolario de las


reseadas y de las dems reflexiones de esa sentencia, concluy este
Tribunal que la existencia de tribunales militares y los procedimientos
a seguir ante ellos en el Cdigo de
Justicia Militar y sus leyes complementarias constituye el sistema
vigente en Chile y que, es menester reiterar, ha sido sancionado en
cuanto a su constitucionalidad en
los controles preventivos de las leyes
orgnicas constitucionales que lo
han modificado. En consecuencia,
el hecho de considerarlo un mal o
injusto sistema per se, no lleva apa-

La mayora no se hace cargo, sin


embargo, de una circunstancia esencial para comprender el alcance de
la doctrina que est abrazando, esto
es, que la sentencia del organismo
internacional, cuya doctrina hace
97

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

propia esta Magistratura Constitucional, se pronunci sobre el caso


en que un imputado civil (el seor
Palamara) fue juzgado por un tribunal militar, al contrario de la situacin en que recae el presente proceso
constitucional, en que se trata de un
civil que ha sido vctima de un delito
cometido por un carabinero en servicio, quien es el imputado militar
que ahora est siendo juzgado. As,
todo indica que tanto la doctrina
emanada de esa sentencia como los
denominados nuevos estndares
deberan entenderse referidos al juzgamiento de civiles por parte de tribunales militares, y no a la inversa,
como podra ocurrir ahora, como
efecto de la sentencia mayoritaria de
este Tribunal Constitucional, en que,
por primera vez, un carabinero sera
juzgado por un delito militar cometido en el servicio, por un tribunal
civil;

surgido distintas voces, desde hace ya


varios aos, que han postulado la necesidad de que Chile ajuste en este mbito
su ordenamiento jurdico interno a los
instrumentos internacionales que reconocen derechos fundamentales, como el
Pacto de Derechos Civiles y Polticos y
la Convencin Americana de Derechos
Humanos(Mensaje 257-358, de 7 de
septiembre de 2010).
Como se dijo, al pronunciarse sobre
el control obligatorio de la constitucionalidad de dicho proyecto (Rol
N1845), este Tribunal precis que
al disponerse que en ningn caso los
civiles y menores podran estar sujetos a la competencia de los tribunales
militares, no podra significar que las
vctimas civiles de delitos cometidos
por militares, no pudieran accionar
ante la judicatura militar para hacer
valer sus derechos;
10) Que cabe reiterar, nuevamente,
que la Carta Fundamental ha establecido un sistema de distribucin
de competencias dentro del cual
corresponde exclusivamente a los
rganos colegisladores la facultad de
dictar, modificar o derogar las leyes
y que, como se dijo en el Rol N664,
la existencia de tribunales militares
y los procedimientos a seguir ante
ellos en el Cdigo de Justicia Militar
y sus leyes complementarias constituye el sistema vigente en Chile el
cual ha sido sancionado en cuanto a
su constitucionalidad en los controles preventivos de las leyes orgnicas
constitucionales que lo han modificado, y que el hecho de considerarlo
un mal o injusto sistema per se, no
lleva aparejado consigo que sus normas deban ser inaplicadas en un

9) Que tampoco la mayora se hace


cargo de que el ao 2010 se dict
una ley especial, N20.477, uno de
cuyos objetivos centrales fue establecer que los civiles no seran juzgado
por tribunales militares, tal como
lo sealaba el Mensaje que dio origen al proyecto respectivo (Boletn
7203), el cual expresaba: Como una
primera materia, el presente proyecto de
ley busca regular un aspecto fundamental de la Justicia Militar y sus normas,
cual es precisamente, su mbito de aplicacin, para excluir a los civiles de la
misma Tanto en la esfera nacional,
como internacional se han formulado
diversos cuestionamientos a la existencia de una Justicia Militar que alcance
a los civiles. En este contexto, han
98

Fallos

Materias de Inters General

caso concreto y, en especial, en este


requerimiento.

14. El Estado debe adecuar, en un


plazo razonable, el ordenamiento jurdico interno a los estndares internacionales sobre jurisdiccin penal
militar, de forma tal que en caso de
que considere necesaria la existencia de
una jurisdiccin penal militar, sta debe
limitarse solamente al conocimiento de
delitos de funcin cometidos por militares en servicio activo. Por lo tanto,
el Estado debe establecer, a travs de
su legislacin, lmites a la competencia
material y personal de los tribunales
militares, de forma tal que en ninguna
circunstancia un civil se vea sometido a
la jurisdiccin de los tribunales penales
militares, en los trminos de los prrafos
256 y 257 de la presente Sentencia..

Para ello, como se apunt, la Constitucin ha establecido el procedimiento legislativo, lo que explica
que, en la actualidad exista, en distintas etapas de tramitacin en el
Congreso Nacional, una serie de
iniciativas legislativas, tanto originadas en mensaje del Presidente de la
Repblica como en mociones parlamentarias, enderezadas a introducir
modificaciones al sistema de justicia
militar;
11) Que, precisamente, entre estas
mociones figura el Proyecto de Ley
iniciado por los Honorables Senadores seora Alvear y seores Muoz
Aburto y Walker, don Patricio, que
modifica el Cdigo de Justicia Militar y la Ley N20.477, en materia de
competencia de los tribunales militares (Boletn 8472-07), cuya exposicin de motivos comienza como
sigue:

De ello se sigue que nuestro pas debe


modificar el sistema de justicia militar
existente para que ste se circunscriba
exclusivamente al conocimiento de delitos de funcin militar cometidos por
militares en servicio activo. Todas las
dems causas deben ser conocidas por la
justicia ordinaria.
Para lograr este propsito present hace
algunos aos una mocin para que la
justicia militar slo conociera de delitos que tuvieran asignada una pena
militar (Boletn 4.792-07). A su vez,
el Gobierno de la Presidenta Bachelet
ingres dos proyectos de ley para efectuar una reforma integral a la justicia
militar (Boletines 6.734-02 y 6.73902). Desafortunadamente ninguno
de estos proyectos ha conseguido avanzar decisivamente en su tramitacin
durante el actual Gobierno.

Nuestro sistema de justicia militar


requiere de una profunda reforma para
adecuarse a los principios internacionalmente reconocidos en materia del
derecho a la justicia y el debido proceso.
Estos principios han sido codificados en
tratados internacionales ratificados por
Chile y vigentes, por lo que resultan
plenamente vinculantes para nuestro
pas.
La Corte Interamericana de Derechos
Humanos al dictar la sentencia recada
en el caso Palamara (caso Palamara
lribarne vs. Chile) dispuso claramente
lo siguiente:

Solo se ha avanzado en un proyecto de


ley ingresado por el actual Gobierno
mediante cual se excluy a los civiles de
99

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

la jurisdiccin de tribunales militares,


cuando stos fueren imputados de delitos, lo que se tradujo en la dictacin de
la Ley 20.477.

ramericana de Derechos Humanos, debemos hacer presente que,


conforme lo establece el N15 del
artculo 32 de la Constitucin Poltica, es atribucin especial del Presidente de la Repblica, y no de este
Tribunal Constitucional, conducir las relaciones polticas con las
potencias extranjeras y organismos
internacionales.

12) Que, adems, nada obsta al


legislador modificar el referido
Cdigo de Justicia Militar, en trminos tales de promover y perfeccionar
los derechos procesales de los imputados y las vctimas, cumpliendo as
el mandato de los artculos 5, inciso
segundo, y 19, N3, de la Carta
Fundamental.

Redact la sentencia el Ministro


seor Hernn Vodanovic Schnake,
la prevencin, su autor, y las disidencias, sus autores.

Mas, esa funcin, conforme al principio de divisin de competencias


que emana de los artculos 6, 7 y
63, numerales dos y tres, constitucionales, pertenece a los rganos
legisladores y no al Tribunal Constitucional. Ni a ste le incumbe
exhortarlos al acoger una accin de
inaplicabilidad para un caso particular, comoquiera que ello significa
atribuir a la sentencia un efecto general y mandatorio para la dictacin de
un acto legislativo de reemplazo, que
ni siquiera le ha sido dado a aquella
sentencia que declara una inconstitucionalidad conforme al artculo 93,
N7, del texto fundamental.

Notifquese, regstrese y archvese.


Rol N2493-13-INA.
Pronunciada por el Excmo. Tribunal Constitucional, integrado por
su Presidenta, seora Marisol Pea
Torres, y por los Ministros seores Hernn Vodanovic Schnake,
Francisco Fernndez Fredes, Carlos
Carmona Santander, Ivn Arstica
Maldonado, Gonzalo Garca Pino,
Domingo Hernndez Emparanza,
Juan Jos Romero Guzmn y Mara
Luisa Brahm Barril.
Se certifica que el Ministro seor
Juan Jos Romero Guzmn concurri al acuerdo y al fallo, pero no
firma por encontrarse en comisin
de servicio.

Finalmente, y en relacin tambin


con la distribucin de las competencias constitucionales, en lo tocante a
la declaracin que hace la sentencia
de la mayora aludiendo al cumplimiento de un deber impuesto al
Estado de Chile por la Corte Inte-

Autoriza la Secretaria del Tribunal


Constitucional, seora Marta de la
Fuente Olgun.

100

Fallos

Divisin de Atencin a Vctimas y Testigos

CUANDO UN HIJO (A) DESAPARECE: REFLEXIONES ACERCA DEL PROCESO


DE DUELO EN CASOS DE PRESUNTA DESGRACIA
Jorge Araya Cano1
Ana Mara Concha Alarcn
Camila Muoz Yaez
Mescal Oyarzn Cheuquian2

Pienso, pienso, dnde ests hijo mo? Ests en algn lugar, quizs ms cerca de lo que
yo imagino?... Todos los das y an ms por las noches, te veo llegar o escucho golpes en la
puerta. Abro y slo hay silencio, silencio para todo Cierra los ojos, hijo mo, como yo lo
hago ahora. Estoy seguro de que as todo va a pasar mucho ms pronto
(Snchez, 1985; citado en Robben, 2006)

Resumen
El da 9 de abril del ao 2008 a las 07:40 hrs., la menor de iniciales HDDN, de
15 aos de edad, sali desde su domicilio particular ubicado en la ciudad de Osorno
rumbo a su establecimiento educacional. Desde ese entonces no se tiene noticias
de ella.
El presente artculo surge de una Investigacin de Tesis presentada por alumnas de
la carrera de psicologa para el logro de su Grado Acadmico de Licenciadas en Psicologa. Ellas, sensibilizadas por la noticia de la desaparicin de la joven HDDN y
la inexistencia de antecedentes concretos que den cuenta de su paradero, a pesar de las
mltiples diligencias investigativas realizadas, quisieron conocer como se elabora el
duelo frente a la desaparicin de un hijo, cuales son las caractersticas de esta vivencia
en particular y como se construye o reconstruye la vida.
Consideramos relevante darla a conocer pues permite comprender algunos de los elementos esenciales de esta experiencia de dolor, empatizar con la angustia y desesperacin de los padres; pero tambin, desde ah, generar procesos reflexivos importantes
que desde la ptica del quehacer profesional pudiesen favorecer un acercamiento distinto a la problemtica, entendiendo que la interaccin coordinada de todos los intervinientes (familia, comunidad, Fiscala, organismos policiales, etc) es fundamental
para lograr encontrar a la persona desaparecida.
1 Psiclogo, Unidad Regional Atencin a Vctimas y Testigos, Fiscala Regional Los
Lagos.
2

Licenciadas en Psicologa.

103

Artculos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

Introduccin
Sin duda, todo ser humano ha experimentado la sensacin de prdida en
diferentes mbitos de la vida, y como especie nos hemos ido adaptando para
enfrentar situaciones tales como prdidas de empleo, de amigos, de una relacin y por sobre todo prdida de un ser querido, en donde entra en juego
el duelo como proceso reparatorio a nivel emocional, siendo ste ms fcil
de elaborar cuando ocurre como un hecho normativo, esperable o probable
(se entiende por hecho normativo cuando est ligado a procesos de envejecimiento o enfermedad progresiva, y no a situaciones imprevistas, fortuitas o
accidentales que tienen muchas veces un componente traumtico).
En general, el duelo dentro de nuestra cultura es considerado como un proceso desagradable para quienes lo viven, directa o indirectamente. Este aspecto
negativo se atribuye a que como sociedad nos aferramos a todo lo que est
fuera de nuestro cuerpo y tratamos que permanezca con nosotros. Si hacemos
el ejercicio de imaginar que un ser querido ya no estar cuando despertemos
por la maana; nos duele, y nos conduce a pensar que es insoportable vivir sin
esa persona. Es tal el condicionamiento humano a sentir dolor ante la prdida, que slo el hecho de imaginarlo nos angustia. Sin embargo sta es una
realidad que no se puede dejar de considerar como parte tambin de nuestro
ciclo vital, y que al igual que otras crisis, implica adaptarse a la situacin para
retomar el equilibrio que en su minuto se pierde.
Frente a la muerte, el duelo bien elaborado es imprescindible para otorgar
tranquilidad, serenidad y conformidad a quien lo vive, finalizando con el sufrimiento y la afliccin de forma normal, aprendiendo a vivir con dicha ausencia.
En el ao 2013 ms de 25.000 personas llegaron a dependencias de Carabineros de Chile para interponer una denuncia por Presunta Desgracia. De
ellas, ms de 20.088 fueron solucionadas, mantenindose el margen restante
an vigentes. Segn la Seccin Encargo de Personas (SEP) de la polica uniformada, las cifras son similares a las de los ltimos 3 aos. Desde que el ao
2003 entr en funcionamiento el Sistema de Bsqueda de Personas a nivel
nacional se han recibido ms de 271.932 denuncias, de las cuales 11.027 se
mantiene con trabajos de ubicacin.
La gran mayora de los casos se solucionan en menos de 5 das, no teniendo
que ver las causas que la motivaron con tragedias. Pero algunas continan
hasta el da de hoy desconocindose las circunstancias en que se produjo la
desaparicin de la persona o teniendo indicios no comprobables de la ocurrencia de un delito cometido por terceros.
El rango etreo entre los 13 y 17 aos es el que presenta una mayor cantidad
de denuncias, con predominancia de vctimas de sexo femenino. En cambio,
el segmento de 18 a 40 aos es encabezado por varones.
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Artculos

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Cuando un hijo o hija desaparece el mundo parece desmoronarse. Los amigos, los vecinos, la polica y los medios de comunicacin bombardean con
preguntas y uno se ve forzado a tomar decisiones que nunca se imagin que
debera tomar. Uno se siente desesperado, confundido y asustado. A pesar
de todas las personas e instituciones que estn alrededor, uno no sabe donde
acudir, donde buscar la ayuda que necesita.
La desaparicin repentina o fortuita de un (a) hijo (a) escapa absolutamente
de la norma. Cmo puede elaborarse esta situacin? cmo sobrevivir a esta
prdida? ms an cuando no se tiene antecedentes acerca del paradero del ser
querido, ni siquiera si contina con vida o no, despus de tantos aos. Surgen muchas interrogantes estamos en presencia de un duelo? se vive de la
misma forma? qu falta para llamarlo duelo en definitiva?
Algunas de estas respuestas se han intentado dilucidar desde las teoras psicolgicas, pero lo concreto es que el sufrimiento de los padres, junto con sentimientos de injusticia, frustracin y rabia, son los que acompaan por largo
tiempo a las personas que se han visto enfrentadas a estas circunstancias.
Aqu, el duelo se vive de manera diferente; los padres se enfrentan a una crisis no normativa o inesperada potente (una crisis no normativa es aquella que
surge por eventos que la familia percibe como catastrficos, que amenaza la
supervivencia familiar y que deja a quienes la experimentan con una sensacin
de intenso desvalimiento). Esta crisis se agudiza al no manejar informacin
del paradero de su hijo(a), al ver que pasan los das y no hay respuestas, los
resultados de las diligencias son infructuosos, surgen rumores o explicaciones
alternativas que muchas veces rayan lo absurdo, aparece la culpa personal y
el reproche social, las crticas al sistema judicial o los organismos encargados
de la investigacin, pues la informacin proporcionada no es suficiente para
calmar la angustia de los padres, quienes solo quieren algo concreto: recuperar
al ser perdido.
Debemos reconocer que, hoy en da, al parecer se produce una dicotoma
entre los aspectos protocolares de la bsqueda (denuncia, rdenes de investigar, entrevistas, etc.) y la vivencia de los principales afectados, sintindose
los padres muchas veces hurfanos en su dolor y abandonados en la labor de
bsqueda, responsables de movilizar a la sociedad, y a veces no escuchados ni
comprendidos. Evitar este quiebre entre la institucionalidad y la familia, ha
sido uno de los objetivos de la definicin de formas de trabajo al interior de
las Fiscalas, que buscan compatibilizar la realizacin de las diligencias investigativas dentro de la normativa legal vigente, en un plazo concreto que considera la urgencia, pero tambin la vinculacin con los familiares y el trabajo en
conjunto, a travs de comunicaciones con el Fiscal o con Profesionales de las
Unidades Regionales de Atencin a Vctimas y Testigos.
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Artculos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

Marco terico
1. Duelo
La palabra duelo puede ser definida tanto desde la etimologa, como desde
distintas perspectivas tericas. Proviene del latn Dolus (dolor) y es el conjunto de procesos psicolgicos y psicosociales que siguen a la prdida de
una persona con la que el sujeto en duelo, el deudo, estaba psicosocialmente
vinculado (Navar, 2007).
Puede entenderse entonces, como la respuesta psicolgica (sentimiento y
pensamiento) que se presenta ante la prdida de un ser querido, de carcter
absolutamente subjetivo y que depende de las estructuras mentales y emocionales de cada persona. Por lo tanto, los sistemas de creencias que tenga quien
lo sufre modifican sustancialmente su expresin y desarrollo hacindolo ms
manejable en muchos casos o, por el contrario, mucho ms complejo de lo
que en realidad es (Gutirrez, 2009).

2. Trabajo de duelo
A lo largo del tiempo se han formado 02 posturas frente a la prdida de un
ser querido: algunos que creen que con el paso del tiempo todo vuelve poco a
poco a su lugar y otros que piensan que hay que afrontar activamente lo que
est ocurriendo en sus vidas. Esta actitud no atena el dolor (que es inevitable), pero el elegir actuar, y no vivir pasivamente la situacin, procede de la
decisin valiente de integrar el acontecimiento doloroso a su vida y extraer
un aprendizaje del mismo. A esto ltimo se le conoce como trabajo de duelo,
que da cuenta de un proceso de curacin interior (Faur, 2004).

3. Tipos de duelo
Cuando una persona experimenta un duelo por el fallecimiento de un ser
querido, debe avanzar a travs del tiempo por un largo camino que lo conducir a la conformidad. Puede ocurrir que se demore mucho tiempo en superar
lo acontecido, o al contrario, que retome lo antes posible sus actividades para
continuar con su vida. Nunca tendremos totalmente claros los comportamientos y conductas que adquirir el deudo, ya que adems de que las emociones y
las manifestaciones somticas son tan extensas, la forma, el dnde y con quin
expresarlas, es diferente en cada persona.

3.1 Duelo normal


En condiciones normales, el duelo tiene una duracin de 6 a 12 meses, aunque despus de recuperarse el adecuado funcionamiento, podran existir sntomas residuales en algunos casos y considerarse como normal. (Millan &
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Solano, 2010). Las manifestaciones de un proceso de duelo normal se dividen en cuatro categoras generales: a) Sentimientos, b) Sensaciones fsicas,
c) Cogniciones, y d) Conductas (Worden, 2004).
Segn este autor, las emociones que se incluye dentro de la categora sentimientos se encuentran la tristeza, la cual se manifiesta a travs del llanto,
obteniendo adems a travs de esta accin la atencin de los dems. El enfado,
uno de los sentimientos ms peligrosos ya que es un sentimiento que si no es
autocontrolado puede desplazarse a otra persona, culpndola de la muerte, o
bien en un caso de retroflexin puede conducir al deudo al suicidio. La culpa
y el autorreproche tambin son muy comunes, estos por el sentimiento de
no haber realizado lo suficiente con el fallecido. Otro sentimiento o manifestacin bastante habitual es la ansiedad, la cual puede variar desde ligeras sensaciones de inseguridad hasta fuertes ataques de pnico. La soledad se
manifiesta por la ausencia del (la) fallecido(a). Otros sentimientos y estados
que resalta el autor son la fatiga, impotencia, anhelo e insensibilidad.
En cuanto a las sensaciones fsicas se encuentran: vaco en el estmago, opresin en la garganta y pecho, hipersensibilidad al ruido, falta de aire, debilidad
muscular, falta de energa, sequedad de boca y una sensacin de despersonalizacin (entendida como la expresin fsica de la sensacin de extraeza del yo,
como salirse del propio cuerpo).
Entre las cogniciones ms comunes se encuentran: la incredulidad o la negacin de lo ocurrido, no aceptando que el ser querido falleci; confusin, no
pudiendo organizar sus pensamientos con respecto a lo acontecido; preocupacin por cmo ocurrieron los hechos, o por buscar la forma de recuperar a
la persona fallecida. Comnmente tambin las personas generan el sentido de
presencia, en coherencia con la experiencia del anhelo (intensa aoranza del
ser querido que lleva a sentir y pensar que an est aqu, acompandonos).
En algunos casos, tambin pueden presentarse alucinaciones, tanto visuales
como auditivas, incluso hasta semanas despus de la perdida.
Y finalmente, a nivel conductual, Worden (2004) dice que se presentan
manifestaciones que normalmente debieran desaparecer despus de haber
transcurrido cierto tiempo: trastornos del sueo y/o alimentarios, conducta
distrada, aislamiento social, soar con la persona fallecida, etc.
Este mismo autor, plantea que se ha podido identificar 07 mediadores importantes de la elaboracin del duelo, y que de ellos depender el xito o fracaso
del proceso. Entre estos estn:
los factores relacionales (que van a definir la relacin vincular que tiene la
persona con el fallecido),
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los factores circunstanciales (que tienen que ver con los contextos que
rodean la prdida. Hay ciertas circunstancias especficas que pueden imposibilitarlo, una de ellas es cuando la prdida es incierta y no se sabe si la
persona desaparecida est viva o muerta y, por consiguiente, es incapaz de
experimentar un proceso de duelo adecuado),
los factores de personalidad (que estn relacionados con el carcter de la
persona y cmo enfrenta los malestares emocionales) y
los factores sociales (que son fundamentales, ya que el duelo se hace mas
llevadero si existen redes de apoyo familiares, laborales, etc, suficientes en
cantidad y nivel de contencin).

3.2 Duelo complicado


Al duelo complicado se le han puestos diferentes etiquetas, es as como se
le ha denominado patolgico, no resuelto, crnico, retrasado o exagerado.
Horowitz (1980) define el duelo complicado como la intensificacin del
duelo al nivel en que la persona est desbordada, recurre a conductas desadaptativas, o permanece inacabablemente en este estado sin avanzar en el proceso
del duelo hacia su resolucin. [] [Esto] implica procesos que no van hacia
la asimilacin o acomodacin sino que, en su lugar, llevan a repeticiones estereotipadas o a interrupciones frecuentes de la curacin.

4. Tipos especiales de prdidas


A continuacin se darn a conocer los duelos que ocurren de manera inesperada alterando el ciclo vital normal del ser humano.

4.1 Duelo por suicidio


De todos los sentimientos que se desprenden a raz de este tipo de prdida,
uno de los ms predominantes es la vergenza. En nuestra sociedad hay un
estigma asociado al suicidio. Los supervivientes son los que tienen que sufrir
la vergenza despus de que un miembro de la familia se quita la vida y su
sensacin de vergenza puede estar influida por las reacciones de los otros
(Worden, 2004). Otro sentimiento que se le atribuye a este tipo de muerte es
el sentimiento de culpa y, por ltimo, en el deudo se experimenta una baja
de autoestima, pues especulan que el fallecido no pens lo suficientemente en
ellos, de lo contrario no habran cometido su suicidio (Worden, 2004).

4.2 Duelo por accidente


En los casos de muerte por inmersin, accidentes de trnsito, atropello o
quemaduras, el duelo adquiere una dimensin de ndole ms compleja, lo
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que dificulta poder asimilar el hecho, ya que las circunstancias son violentas.
Los padres desarrollan las peores fantasas de dolor y destruccin. Incluso
hasta en el sueo hay pesadillas en que se revive la escena del momento de
la muerte. Como recibieron la noticia tambin incide en la reaccin de los
padres. (Roccatagliata, 2012)

4.3 Duelo por la prdida de un hijo o hija


La muerte de un hijo se vive de una manera distinta que afecta al equilibrio
familiar y que a veces puede producir reacciones patolgicas y efectos catastrficos, por el hecho de que esta muerte esta negada como fenmeno natural,
es vista como una autentica inversin del ciclo biolgico normal. Todos los
integrantes de la familia lo viven de distinta manera. La experiencia de los
padres de perder un hijo de cualquier edad es una de las prdidas ms devastadoras que existen y su impacto persiste durante aos (Worden, 2004).

4.4 Duelo inconcluso por desaparicin


En el caso de una persona desaparecida, no obstante, la negacin de la muerte
se confirma en la realidad, ya que la bsqueda en comisaras, bases militares,
hospitales y morgues no provee ningn indicio definitivo de la muerte (Robben, 2006). En aquellos casos como muerte por inmersin, accidente areo o
terremoto, en que no se pudo recuperar el cuerpo, los padres tienen dificultades para iniciar el proceso de duelo, porque siempre existe la secreta esperanza
de que pueda estar a salvo y algn da regresar (Roccatagliata, 2012).
Desaparicin accidental (La persona desaparece sin culpa ni responsabilidad directa de nadie. La persona se ve envuelta en una situacin de
fuerza mayor y no puede informarse de su paradero (Oliva y Snchez,
2011).
Desaparicin por la propia voluntad (La persona opta por no informar
de su paradero. Se puede decir que desaparece voluntariamente, es decir,
que busca no dejar huellas ni rastros, por lo que no informa a nadie acerca
de su destino (Oliva et al, 2007).
Desaparicin por voluntad de un particular (La persona desaparece en
contra de su voluntad y la responsabilidad es atribuible a uno o varios
sujetos identificables como perpetradores de un delito (homicidio, secuestro, etc.). La vctima es ocultada y no se sabe de su paradero (Oliva et al,
2007).
Desaparicin forzada o involuntaria (La persona es desaparecida por
algn servidor pblico o particular con apoyo, tolerancia o aquiescencia
del Estado (paramilitares, patrullas civiles, grupos polticos o delincuentes,
etc.). El estado es el responsable directo de la desaparicin y sus efectos
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Artculos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

(falta de investigacin y sancin). En este caso se configura el crimen de


desaparicin forzada (Oliva et al, 2007).

5. Ciclo del duelo (Robert A. Neimeyer )


Haciendo alusin al hecho de que cada persona vive de manera distinta el
duelo, algunos autores como Elizabeth Kbler Ross (1975) inicialmente
hablaron de etapas en el proceso de duelo (Negacin y Aislamiento, Rabia,
Negociacin y Culpa, Depresin, Aceptacin), lo que implicara o da a
entender que todos los afectados siguen el mismo itinerario en el viaje que
lleva a la separacin dolorosa y la recuperacin personal (Neimeyer, 2000).
Por ello, Robert Neimeyer (2000) plantea que los afectados parecen compartir ciertas reacciones, sentimientos y procesos de curacin, aunque tambin
hay una variabilidad importante que depende de cada persona, de su forma
de afrontar la adversidad y de la naturaleza de la relacin que mantena con la
persona desaparecida. Por lo que existira un Ciclo del Duelo, el cual inicia
con la anticipacin o conocimiento de la muerte del ser querido y se desarrolla a lo largo de un proceso vital de ajustes consecuentes.
Este ciclo est constituido por las siguientes fases:

Evitacin
La realidad de la perdida puede ser imposible de asimilar y podemos sentirnos conmocionados, aturdidos, presos del pnico o confusos en un primer
momento, lo que puede evitar la plena conciencia de la realidad que resulta
demasiado dolorosa para asumirla (Neimeyer, 2000). Podemos entonces
negar la situacin con frases como debe haber un error, no puede ser verdad, entre otras. Sin embargo, cuando las circunstancias que rodean a la
muerte son muy ambiguas y no existe certeza de la muerte del ser querido
(por ejemplo, cuando no se ha encontrado el cuerpo) los supervivientes suelen aferrarse a la esperanza de que su ser querido haya sobrevivido contra
todo pronstico, hasta que se hace inevitable la aceptacin de la triste realidad (Neimeyer, 2000).
Por otro lado aun cuando la muerte es obvia y se reconoce, no podemos evitar
el pensar en ese ser querido, comportarnos como si an siguiera vivo e incluso
en ocasiones verlo entre la multitud. Todas ests experiencias son reacciones
normales ante la prdida de una persona amada y solo dejan ver la dificultad
que tenemos para asimilar la noticia.

Asimilacin
A medida que vamos asumiendo poco a poco la prdida del ser querido y
dejamos de evitar esta realidad, empezamos a experimentar la soledad y la
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Artculos

Divisin de Atencin a Vctimas y Testigos

tristeza con toda su intensidad, aprendiendo las duras lecciones de la ausencia


de nuestro ser querido en miles de los contextos de nuestra vida cotidiana
se limita nuestra atencin y nuestras actividades, distancindonos de nuestro
mundo social ms amplio y dedicando cada vez mayor atencin a la absorbente elaboracin del duelo (Neimeyer, 2000).
Esta fase suele ir acompaada frecuentemente de sntomas depresivos, que
incluyen la tristeza invasiva, los perodos de llanto impredecible, los trastornos
persistentes del sueo y del apetito, la perdida de motivacin, la incapacidad
para concentrarse y disfrutar con el trabajo o la diversin y la desesperanza
respecto al futuro. Se caracteriza tambin por el estrs prolongado que trae
consigo, que en ocasiones puede jugarle una mala pasada a nuestra salud fsica,
cuyos sntomas ms frecuentes vendran a ser el nerviosismo, las sensaciones
de embotamiento, las nuseas y los trastornos digestivos, as como las quejas
corporales difusas de dolor que pueden venir en oleadas de varios minutos o
incluso horas de duracin (Neimeyer, 2000). Este autor plantea que el peor
de los casos el estrs constante de los sistemas inmunolgicos y cardiovasculares del deudo puede acentuar su susceptibilidad a las enfermedades o
provocar fallos cardacos en casos extremos, lo que dara una explicacin al
aumento de la mortalidad en los aos posteriores a la prdida.

Acomodacin
Es en esta fase donde finalmente, la angustia y la tensin caracterstica de la
fase de asimilacin empiezan a ceder en la direccin de una aceptacin resignada de la realidad de la muerte. De esta forma, de manera gradual, vamos
recuperando un mayor nivel de autocontrol emocional y nuestros hbitos de
alimentacin y descanso vuelven a la normalidad. As mismo comienzan a
disminuir gradualmente los sntomas fsicos, lo que nos permitir ir recuperando poco a poco la energa, permitindonos el poder movilizarnos nuevamente para llevar a cabo actividades dirigidas al logro de nuestros objetivos.
Esto nos permite empezar el largo proceso de la reconstruccin del mundo
social que ha quedado destrozado tras la prdida no reemplazando a la persona fallecida, sino ampliando y fortaleciendo un circulo de relaciones que
encajan con la nueva vida a la que tenemos que adaptarnos (Neimeyer, 2000).

6. Diferencia de gnero en el abordaje del duelo


Frente a la prdida de un hijo la experiencias de duelo puede ser diferente
para cada uno de los progenitores, debido a que tenan una relacin distinta
con su hijo y a sus diferentes estilo de afrontamiento (Worden, 2004).
Si nos centramos en las diferencias sexuales de afrontamiento de la prdida,
nos daremos cuenta que las mujeres suelen centrarse en aspectos ms emocionales, mientras que los hombres suelen afrontar la prdida de una manera
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Artculos

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ms intelectual y filosfica o sumergindose en las mil y una tareas instrumentales que se encuentran los supervivientes de una prdida (Neimeyer,
2000).
Son estas diferencias de gnero y de afrontamiento las que pueden hacer que
la relacin se torne hostil y tortuosa, desencadenando posibles tensiones conyugales y consigo crisis familiares, llevando incluso al distanciamiento definitivo de la pareja. Es as como el divorcio se ha asociado con frecuencia a
la prdida de un hijo. La prdida compartida crea un vnculo nuevo y muy
profundo entre ellos y, al mismo tiempo, la prdida individual que siente cada
uno provoca un distanciamiento en la relacin. Esta paradoja se expresa de
una manera diferente en parejas con distintas relaciones antes de la muerte
(Worden, 2004).
Aunque estas diferencias de gnero pueden ser muy reales, debemos ser
conscientes de que son solo descripciones de estilos tpicamente masculinos
o femeninos de elaboracin del duelo (Neimeyer, 2000). Por otro lado, estas
diferencias de gnero no implican que una mujer u hombre necesariamente
se enfrenten a una perdida tal y como se mencion anteriormente, sino que
puede ocurrir que un hombre se enfrente ante una prdida de manera ms
emocional o que una mujer se enfrente de manera ms intelectual, lo importante es entender la forma que cada uno de nosotros tiene de elaborar el
duelo, independientemente de si seguimos o no la norma de nuestro gnero
(Neimeyer, 2000).

7. Impacto de la muerte de un hijo en la familia


Frente a la muerte de un hijo suelen suceder muchas cosas. Sin embargo,
lo ms recurrente es el cuestionamiento del sentido de competencia de los
padres, puesto que parte del rol parental es mantener al hijo seguro (Worden,
2004) y surgen las crticas a los padres por no haber hecho lo suficiente para
mantenerlos con vida y sanos.
En estos casos, abordar la muerte de un hijo resulta complejo, pues el duelo
de los padres se carga a veces con un peso aadido: la opinin que los dems
tendrn de ellos (Faur, 2004). Esto se agudiza cuando la causa de la muerte
de los hijos resulta de una negligencia de parte de quienes se supone deben
velar por sus cuidados; en casos tales, como accidente, ahogamiento, descuido
de los padres o que en cierta manera se pudo evitar, poniendo en tela de juicio
su rol, pues es comn que el entorno condene a los padres en silencio, con
una mezcla de ignorancia e incomprensin han de aadir entonces, al peso
de su propio dolor, la duda que les imponen los dems (Faur, 2004).
En ellos aparecen fuertes sentimientos de culpa. La culpa es un sentimiento
que puede tener muchas fuentes. Miles y Demi (1991) sealan que la primera
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Artculos

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es la Culpa Cultural (ya que la sociedad espera que los padres custodien a
los hijos y cuiden de ellos, es una expectativa social). La segunda es la Culpa
Causal (si un padre ha sido responsable de la muerte de un hijo por una
negligencia real o percibida). La tercera es la Culpa Moral (que se caracteriza por el hecho de que el padre cree que la muerte del nio se ha debido a
alguna infraccin moral en su experiencia vital presente o pasada). Tambin
existe la Culpa de Sobrevivencia (se da cuando un padre y el hijo han sufrido
el mismo accidente y el padre sobrevive pero el nio no). Por ltimo, est la
Culpa de Recuperacin (algunos padres se sienten culpables cuando dejan
atrs el duelo y desean seguir adelante con su vida), sintiendo que traicionan
la memoria de su hijo (a) al divertirse, rerse o realizar actividades orientadas
a la bsqueda del placer.
Cabe destacar en este punto, que tanto el padre como la madre, siendo progenitores y cuidadores directos, suelen ser lo ms afectados frente al fallecimiento de un hijo, enfrentndose a 2 retos: Aprender a vivir sin el nio, lo que
incluye una nueva forma de interaccionar con la red social, e interiorizar una
representacin interna del nio que sirva de consuelo.
Al respecto hay que sealar que no existe una manera correcta o incorrecta de
reaccionar ante la desaparicin de un hijo (a), y no existe una manera especfica de cmo sentirse.

Metodologa
El presente estudio se abord desde la Teora Fundamentada o Grounded Theory, la cual se refiere a una teora derivada de datos recopilados de
manera sistemtica y analizados por medio de un proceso de investigacin
esta teora se basa en los datos, siendo ms posible que genere conocimientos,
aumente la comprensin y proporcione una gua significativa para la accin
(Strauss y Corbin, 2002).
La unidad de anlisis es de tipo Episdica ya que busca indagar en los sucesos dramticos y sobresalientes, y sus efectos en las personas (Hernndez,
Fernndez y Sampieri, 2010). En esta investigacin se indag en una temtica de tipo episdica como es una presunta desgracia, para as poder conocer
cmo vive una madre el proceso de desaparicin de su hijo (a), esto a travs
del testimonio de una madre de la ciudad de Osorno cuya hija se encuentra
desaparecida hace ya 6 aos.
El instrumento que se utiliz fue una entrevista en profundidad, entendiendo
por esta aquella en que el investigador desea obtener informacin sobre
determinado problema y a partir de l establece una lista de temas, con lo
que se focaliza la entrevista, quedando sta a libre discrecin del entrevistador, quien podr sondear razones y motivos, ayudar a establecer determinados
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factores, etc., pero sin sujetarse a una estructura formalizada de antemano


(Rodrguez et al, 1999).
La validez y confiabilidad cualitativa de la investigacin est en directa relacin con el mtodo usado para la interpretacin, construccin y organizacin
de la informacin. El mtodo denominado Teora Fundamentada o Grounded Theory incluye los siguientes pasos: codificacin abierta (el investigador
revisa todos los segmentos del material para analizar y genera por comparacin constante categoras iniciales de significados), codificacin axial (a partir de las categoras iniciales, el investigador selecciona la que considera ms
importante y la posiciona en el centro del proceso de exploracin) y la codificacin selectiva (donde el investigador regresa a las unidades o segmentos y
los compara con su esquema emergente para fundamentarlo). Una vez listo
lo anterior, se finaliza con la codificacin terica. De esta forma se le da un
orden a todos los aspectos importantes a investigar en la entrevista profunda.
Por medio de lo anterior, se analiz la informacin con el objetivo de generar
nuevos conocimientos respecto a la temtica de desaparicin de un hijo, permitiendo aumentar la comprensin acerca del tema. Aunque resulta fundamental dejar en claro la no generalizacin de los datos y conclusiones, puesto
que cada persona vive de manera particular el duelo.
Teniendo presente lo delicado de la temtica a abordar, se resguardaron los
aspectos ticos de la misma a travs del consentimiento informado por escrito,
manejo de la entrevista, entrega de apoyo emocional, no publicacin de datos
personales, entre otros.

Resultados
De las 3 entrevistas realizadas a la madre de la menor HDDR se pudo extraer
importante informacin que sirvi para cotejar su vivencia con los elementos
destacados en la teora sobre los procesos de duelos en situaciones especiales.
En la medida en que se avanzaba en su narracin fueron aflorando sentimientos y emociones que se presentaron durante el hecho, pero tambin algunas
que se mantienen an. La participacin en la entrevista fue connotada por la
madre como positiva, ya que los recuerdos son mi forma de estar con ella y
adems porque se necesita hablar de estas cosas.
Cuando ocurre la desaparicin repentina de un hijo (a) se hace relevante
indagar en la relacin vincular entre el hijo y la madre, ya que aqu se construirn los cimientos en los que se apoyar esta ltima para reaccionar ante la
situacin.
La expresin de la bsqueda posterior a la desaparicin de un hijo est estrechamente ligada al tipo de apego que exista entre ambos miembros. Si existe
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un apego seguro (Bowlby, 1998), lo ms probable es que la madre busque


desesperadamente a su hijo ya que estableci patrones de relacin con ste en
los cuales la comunicacin era fluida y transparente. Cada miembro maneja
informacin de las acciones y rutinas del otro, por lo tanto en el caso de que el
hijo (a) desaparezca repentinamente, la madre tender a reaccionar de forma
instantnea en pro de su bsqueda.
Yo me enter por la amiga que HHDM no haba llegado al liceo a las 11 de la
maana me fui a hacer la denuncia a Carabineros y todos me decan espera ms
tiempo y yo dije no puedo esperar ms a mi hija le pas algo malo, necesito que
la busquen.
En el caso estudiado la madre posea una fuerte relacin vincular retributiva con su hija, lo que desencaden una reaccin de sentimiento de prdida
inmediata al enterarse de que sta no haba seguido sus actividades cotidianas
como estaba establecido. Comenz entonces una bsqueda desesperada, no
importando posteriores consecuencias, arriesgando su estabilidad psicolgica
y somtica.
A lo mejor a mi hija la pillaron y se la trajeron al ro fue una locura para m,
porque yo corra por la orilla del ro, gritando, gritando y si pillaba murras, quilas, basura, yo me meta y escarbaba, escarbaba, gritaba salt de una altura y ca
en un barrial, toda mojada, con barro, sucia.
Algunas conductas tambin pareciera que escapan de lo permitido socialmente. Me acuerdo que llegaba hasta el centro revolviendo todos los tarros de
basura, los botaba, los vaciaba, escarbaba y escarbaba, uno por uno buscaba no
se poh para ver si por all hubieran pasado a dejar sus cosas una pulserita
un arito.
Al igual como seala Robben (2006), la amenaza de la prdida hace que los
padres pongan el bienestar de sus hijos por encima del propio.
Yo como mam me hubiera arrancado hasta los riones y los ojos si alguien quera
rganos. Yo quera a mi hija conmigo, mi necesidad era ms grande que el hambre.
Respecto a sus primeras emociones, seala me vino as como un dolor en mi
corazn, pero as espantoso me empezaron a doler los huesos, las rodillas
senta una sensacin extraa en mi cuerpo, como si mi cuerpo saliera de m y
volva de nuevo.
Junto con las emociones de miedo, ansiedad, confusin e incertidumbre, surgieron tambin las reacciones corporales de sensacin de llanto permanente,
aumento de los niveles de hostilidad frente al medio y una tendencia hacia la
accin desmedida, sobrepasando sus propias fuerzas. Tambin se desprenden
de su relato, manifestaciones psicosomticas como baja de peso debido a la
inapetencia y enfoque en un solo estmulo, aumento de consumo de txicos
115

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ligados a la ansiedad, golpes abruptos de agotamiento y cansancio fsico, sensaciones de embotamiento, constantes nuseas y trastornos digestivos.
En un comienzo, refiere que no perciba el cansancio, ya que estaba solo concentrada en la bsqueda, pasando por alto indicadores concretos que le avisaban que se estaba acumulando el agotamiento. Aparece el insomnio debido
a la permanente preocupacin por el estado y paradero de su hija, junto a
cuestionamientos permanentes, tratar de reconstruir vivencias, momentos,
dilogos, con la finalidad de encontrar pistas que permitieran resolver lo ocurrido. Tambin como mecanismo compensatorio, pues senta bastaron unos
minutos para que su hija desapareciera y ahora no quera que nuevamente
le volviera a suceder, perderse algo importante acerca de la investigacin, un
llamado telefnico, una pista, etc. Ella refiere que el insomnio de conciliacin
se mantiene incluso hoy, 6 aos despus de la desaparicin.
Las reas de la vida cotidiana que se vieron afectadas por el acontecimiento
fueron todas, provocando otras complicaciones en la esfera familiar y social,
por ejemplo: aislamiento del grupo social, aumento de los ndices de discusiones y peleas, separaciones conyugales, incumplimiento del rol materno con
los dems hijos.
Mi hija llevaba como 15 das desaparecida y el pap de mis hijos me ech de la
casa mira ella no es mi hija, yo quiero que te vayas, no quiero que por tu hija mi
familia vaya a salir perjudicada.
Debido a los acontecimientos, ella sinti que estaba obligada a modificar su
personalidad para efectuar con mayor seguridad la bsqueda de su hija, solicitar ayuda, reclamar a las autoridades, etc. Yo no soy tonta, tambin estudio
para que no me metan el dedo en la boca Esto es una pelea constante, al final te
transformas en psicloga, en doctora, en abogado, en carabinero ms aprenda
al estar rodeada de tanta gente.
La relacin con el entorno es fundamental, ya que estos deben asumir conductas de equilibrio, transformarse en motivadores de la bsqueda, pero al
mismo tiempo hacerse cargo de las situaciones cotidianas, con capacidad de
resolver, ya que sentido como una prdida de tiempo el prestarle atencin a
esos elementos de la vida diaria. Tambin es fundamental esta vinculacin
porque en algn momento el resto empezar a volver a sus actividades habituales, a sus propias rutinas, vindose enfrentada a la encrucijada de mantener
o disminuir las acciones de rastreo.
A los 5 meses desaparecieron todos, los nicos que quedaron fueron mis hijos ah
me d cuenta que mi hija estaba enferma, con anorexia le haba dado muchas
responsabilidades cuando llegu a la casa haba un colchn tirado en el suelo y
dormamos los 3 con mis hijos y nos tapbamos con ropa.
116

Artculos

Divisin de Atencin a Vctimas y Testigos

Las ansias de bsqueda del ser querido y recurrir a todas las instancias que
generen algn tipo de informacin del paradero, conlleva una paradoja, donde
se mezclan el deseo de que la comunidad completa se vaya involucrando, este
al tanto de lo sucedido, se sensibilice frente a la bsqueda y pueda proporcionar algn tipo de informacin, con el entorpecimiento de la investigacin,
ya que aparecen pistas falsas, rumores infundados, etc. Esto puede generar
reacciones de ndole negativas en los padres, haciendo que se intensifiquen
emociones como la rabia, la impotencia, etc. Pero esto tambin puede tener
otro consecuencia, que en su afn de aportar informacin, sugerir diligencias,
enterarse rpidamente de los avances, se transformen en obstculos para la
investigacin, quedndose con la sensacin de que los aslan, los bloquean,
les impiden participar activamente, no siendo recibidos y comprendidos de
manera adecuada sus emociones, deseos, frustraciones y dolor.
Asimismo, los medios de comunicacin pueden tener un rol favorable o desfavorable para la vivencia de las madres, ya que se vuelven invasores de la
privacidad o pueden actan como aliados en la bsqueda de justicia e indirectamente en la comprensin del dolor de la prdida (Barros et al, 2008).
Incluso hasta el da de hoy cuando se realizan reportajes en canales de televisin de cobertura nacional y la situacin de su hija vuelve a salir al aire,
impidiendo el olvido y permitiendo que si alguien tiene nueva informacin
pueda entregarla.
El manejo de la televisin fue bueno, quizs porque tenan ms experiencia conmigo la televisin ha sido cuidadosa sent que la radio me haca pebre porque
buscaban gente que deca puras estupideces.
Desde el relato de la madre de HDDN, existen diferentes estrategias para
intentar retornar a la vida cotidiana, siendo una importante la ayuda y la solidaridad de otras madres que se han visto enfrentadas a la misma vivencia.
Se puede percibir en su discurso que finalmente la angustia y la tensin caracterstica de la Fase de Asimilacin empiezan a ceder en la direccin de una
aceptacin resignada de la realidad de la muerte. De manera gradual, la entrevistada va recuperando un mayor nivel de autocontrol emocional, pero son
las sensaciones de vaco y de no poder concluir nada, lo que an la mantiene
ligada a la experiencia dolorosa, pues de forma recurrente se reactiva la bsqueda debido a una nueva informacin, la realizacin de alguna diligencia
investigativa, etc. De acuerdo al relato de la entrevistada, a pesar de no encontrar an a su hija, ella decide retomar la vida, siendo el motor sus otros hijos,
quienes tambin le demandan atencin, cario y preocupacin. Sin embargo,
igualmente puede percibirse la Culpa de Recuperacin, cuando seala que
Dios me perdone por seguir con la vida.
117

Artculos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

Frente a la desaparicin del hijo (a) no hay consuelo, por lo que una de las
formas de irse conciliando con la vida parece ser el apoyo religioso, ms an si
se tiene fe o las creencias de la persona se sustentan en algn dogma.
Es importante hacer notar una diferencia entre las necesidades espirituales y
religiosas de las personas (Sherr, 1992). El trmino religioso se refiere ms a
la necesidad de poner en prctica la propia expresin natural de la espiritualidad. Puede manifestarse como la necesidad de ver un sacerdote, solicitar un
capelln, tener tiempo para rezar, recibir sacramentos, etc. Esto resulta ms
fcil de satisfacer cuando es solicitado por las personas que se enfrentan con la
angustia. El trmino espiritual se refiere a lo que concierne a las ltimas consecuencias y a menudo es contemplado como una bsqueda de significado.
Los aspectos espirituales pueden manifestarse a travs de cuestionamientos
tales como: Por qu me sucedi a m? Por qu ahora? Qu he hecho para
merecer esto? Qu soy ahora que me ha pasado todo esto? Ya no me siento
una persona completa (Sherr, 1992). Esto ocurre a menudo en estas circunstancias cuando se busca un significado personal para lo que est ocurriendo.
Por ello, comienzan a aparecer explicaciones ms espirituales, ya que como
seala la entrevistada no existe otra que creer y confiar, sosteniendo que su
hija aparecer cuando Dios as lo quiera. Autores como Barros et al (2008)
plantean que tales consideraciones se revelaron en todas las entrevistadas: la
fe, la religin, el poder divino acaban por volver tolerable lo insoportable, al
ofrecer fuerzas para enfrentar la tragedia y continuar viviendo.
Me aferr mucho a Dios, hasta la fecha yo no culpo a Diosito por estas cosas, a
lo mejor la culpable soy yo no s pero tambin tengo que pensar que si las cosas
pasan, pasan por algo.
Pero la bsqueda de la hija desaparecida tambin tiene otra arista: la determinacin de la responsabilidad del hecho, la bsqueda del culpable de la desaparicin y el dao, pues durante el transcurso de la investigacin se configura
la sospecha que la desaparicin no es voluntaria y que terceros intervinieron
en ella. De esta forma, adquiere forma y fuerza la creencia de que alguien la
tiene retenida, la ha violentado sexualmente o le ha quitado la vida, pudiendo
tener distintas razones o motivaciones, pero la desaparicin se concreta como
el mtodo de hacer desaparecer las pruebas que lo inculpan.
Aqu puede darse un choque con los organismos encargados de la investigacin, urgiendo la realizacin de diligencias investigativas, pasando por
arriba de conductos regulares, permisos, etc, en el afn de encontrar al hijo
(a) desaparecido.
llegu al Terminal y ped que me mostraran las cmaras de seguridad del da,
me dijeron que no porque eso solo con autorizacin de un Juez yo creo que me
vieron tan desesperada que si lo hicieron entonces yo me adelantaba al trabajo
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Artculos

Divisin de Atencin a Vctimas y Testigos

que tena que haber hecho carabineros, investigaciones, yo lo hice romp muchos
protocolos.
Cuando se hizo el rastreo por el ro, yo fui al regimiento, ped buzos tcticos, ped
botes, fui a Entrelagos a conversar con la Alcaldesa deba moverme.
En este contexto, la bsqueda del culpable tiene tambin la finalidad de castigarlo, y de esta forma simblica desplazar la culpa desde un cuestionamiento
parental (personal y colectivo) hacia el agresor, quien se puede definitivamente
demonizar y transformarse en el foco de las crticas, rabias y maldiciones.
La desaparicin de un hijo se vive similar a un duelo. La ausencia de la persona es la misma, los sentimientos y conductas suelen repetirse o concordar,
pero la angustia y la incertidumbre de no saber dnde est la persona y en
que condiciones se encuentra, resulta agobiante. Frente a una desaparicin
esta es la principal preocupacin y lo que hace finalmente que se torne en un
duelo incompleto o inconcluso, debido a que en ausencia del cuerpo no haba
manera de realizar los ritos mortuorios (Robben, 2006).
El deseo de que su hija estuviera presente y la fantasa de creer que nada malo
haba sucedido, la llevaron a desarrollar una conducta que los especialistas llaman Momificacin, es decir la preservacin de la habitacin y las pertenencias de la persona que falta, con la esperanza implcita de que puede aparecer
y todo volver a ser como antes.
Todo su ropa, sus cuadernos, sus libros, sus diplomas sus zapatos de cueca
las cosas con las que bailaba, sus vestidos, su cama, todo poh incluso mi mam
guard una plancha del techo donde mi hija escriba cuando estaba enojada con su
hermana.
Este mecanismo psicolgico es potente, pues a pesar de inicialmente tener
una finalidad defensiva y de proteccin de la psiquis, luego puede tornarse
perjudicial, pues puede llevar a la persona a perder el sentido de la realidad,
imbuida en la fantasa de que todo puede volver a ser como era antes de la
desaparicin, desconociendo la profundidad y extensin del dao provocado
por la experiencia en su vida y en la de los dems.
Por tanto, no hay certeza de la muerte ni un cuerpo para llevar el duelo. Esta
ausencia deja suspendidos a los padres entre dos mundos emocionales (Dennis Klass, 1989), ya que no pueden depositar su afliccin en los restos humanos ni llorar la prdida a travs de un rito, pero tambin saben que no pueden
continuar viviendo con la esperanza eterna de que aparezca en buenas condiciones. El transcurso de las semanas, los meses y los aos permanentemente
los enfrenta a esta realidad, que deben empezar a asumir, el no retorno del ser
querido.
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Artculos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

Frente a lo perturbador que puede resultar un duelo, pareciera que en los casos
de desapariciones es fundamental hacer rituales que le permitan a la madre
o al padre disminuir con la Culpa de Recuperacin. Estos rituales no solo
tienen una significacin psicolgica, tienen una dimensin social. Ayudan a
identificarse a s mismo como portadores del dueloPuesto que los rituales propician tambin la participacin de otras personas del entorno. (Faur,
2004). Este ritual puede dar a la gente la oportunidad de expresar pensamientos y sentimientos respecto al fallecido, siendo lo ideal que la gente puede
expresar tanto las cosas que est echando de menos de la persona querida
como las cosas que no. La ceremonia puede ser, adems, una reflexin sobre
la vida de la persona que no est. Es posible tener algunas cosas suyas en la
ceremonia general para poder sealar lo que era importante para l o ella.
Alan Wofelt, citado por Neimeyer (2000) respecto a la importancia de los
rituales, refiere que hacen ms patente las duras lecciones de la prdida,
pero tambin dan lugar al inicio del proceso de reconstruccin de un mundo
de creencias que ha quedado devastado.
dejara y enterrara el dolor, el sufrimiento, el fro, el hambre, enterrara todos
los malos ratos que viv, las cosas que escuch, las cosas que tuve que aguantar solo
para que esas cosas quedaran ah selladas para m enterrar es dejar all lo malo
que me pas, no a mi hija ni sus recuerdos.
Un aspecto que no fue considerado como una dimensin a estudiar es la idealizacin del nio (a) desaparecido (a), pues durante todo el transcurso de la
entrevista, siempre se atribuy aspectos positivos a la joven desaparecida, se
mencionabas de forma recurrente sus caractersticas valoradas, sus habilidades
reconocidas, y se omitan aspectos negativos, como tambin cualquier atisbo
de conflicto relacional. Esto es explicado desde la teora, sealando Worden
(2004) que se interioriza una representacin interna del nio que sirva de
consuelo.
Ante la desaparicin de un hijo (a), con el (ella) desaparecen muchos sueos
y expectativas o estos quedan inconclusos. Para los padres perder un hijo
de cualquier edad es una de las prdidas ms devastadoras que existen y su
impacto persiste durante aos (Worden, 2004). La experiencia de la entrevistada muestra el impacto que signific para ella, ya que a pesar de que siempre
tuvo sueos con sus hijos, desde la desaparicin de la joven, no le resulta fcil
pensar en el futuro, solo se remite a proyecciones a corto plazo, a vivir el da a
da, sintiendo que no tiene sentido imaginar o visualizar el futuro pues todo
puede ser arrebatado en milsimas de segundos y cambiar la vida para siempre. Y es este miedo lo que de alguna forma choca contra su diario vivir, pues
permanentemente saca fuerzas para levantarse, para ocuparse, para amar, pero
en lo inmediato, sin proyecciones de futuro, viviendo constantemente con el
temor de que sus hijos pueden desaparecer.
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Artculos

Divisin de Atencin a Vctimas y Testigos

Perder a mi hija es estar permanentemente en un pozo sin fondo, no hay forma de


salir de ah.
La entrevistada da a conocer que hasta el momento, a pesar de los aos transcurridos, necesita expresarle a alguien lo que siente, sentarse a hablar de su
experiencia, reconectarse con el dolor desde una perspectiva ms constructiva.
Reconoce que a pesar de haber adoptado el rol de fuerte para evitar sentirse vulnerable y darse nimo para continuar la bsqueda, percibe que a nivel
emocional y fsico le ha pasado la cuenta y necesita ayuda.
La intervencin de un tercero es fundamental tanto al inicio como en esta
parte de la vivencia, pues ms all del proceso investigativo y sus tiempos, el
dolor por la desaparicin de un hijo (a) implica acompaamiento permanente
de un especialista que pueda transformarse en contenedor de las emociones
opresivas, canalizador de las inquietudes e interrogantes, mediador entre la
fantasa y las expectativas reales, pero sobre todo motor y fuerza para que los
padres puedan seguir adelante.
me pongo a pensar que mi hija tiene 20 aos, cmo ser ella ahora, cmo
estar ella deba haber estado ya en segundo ao de psicologa siento ese vaco,
esas ansias de haber conocido ms a mi hija, me hubiera gustado verla saliendo de
cuarto medio siento que al recordarla no me la puedo imaginar como una mujer
adulta... me cuesta imaginarla porque todava siento su olor como me hablaba
su risa.

Reflexion final
La primera y posterior reaccin de una madre ante la desaparicin de un hijo
(a) depende del vnculo afectivo construido entre ellos a lo largo del tiempo.
El compartir mltiples momentos de la vida conlleva conocerse y aceptarse, y
esto la generacin de un apego que va a movilizar incansablemente a un padre
al enterarse de la desaparicin de un hijo (a).
Hay manifestaciones somticas en las madres con hijos desaparecidos, patrones de pensamiento y emociones potentes que se desbordan a cada momento,
hay presiones sociales, sentimientos de culpa y deseos que no logran ser satisfechos, preguntas sin respuestas, abrazos sin entregar.
Pero tambin hay diligencias investigativas, protocolos de actuacin, organismos intervinientes, tareas, responsabilidades, plazos y recursos econmicos.
En este contexto es donde se encuentran padres, familiares, vecinos, carabineros, policas de investigaciones, fiscales, entre otros, intentando todos ser un
aporte y poder esclarecer lo sucedido, resolver el enigma acerca de que pas y
sobre todo donde est la persona desaparecida.
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Artculos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

Creemos fundamental que el organismo encargado de la bsqueda contine


entendiendo que estamos frente a un fenmeno sociolegal especfico, que
demanda otra forma de comprensin de los hechos y vinculacin con los
afectados, pues est ligado de forma mayor a la esfera emocional, a las expectativas, al miedo, a la desesperacin, a la sensacin angustiosa de que cada
minuto que pasa nos aleja de la posibilidad de encontrar al hijo (a) con vida.
Y esto es REAL.
Por ello, se debieran reforzar modelos de atencin especfica en estas circunstancias, pudiendo los profesionales de las Unidades de Atencin a Vctimas y
Testigos (en la medida en que exista el recurso humano necesario y suficiente)
apoyar en la tarea de construir puentes de acercamiento con el grupo familiar,
permitindoles entender las razones jurdicas/policiales de diligencias y decisiones, pero tambin contenindolos en su angustia y acompandolos en su
dolor.
Creemos tambin que es primordial trabajar en conjunto con la familia las
acciones de informacin a la comunidad, distribucin de tareas, protegindose de esta forma la salud fsica y mental de los padres, pero tambin como
mecanismo para delimitar el alcance concreto de una accin de bsqueda,
ayudndoles a evitar el desgaste de fuerzas, recursos y tiempo.
Los profesionales de las Uravits tambin pueden ayudar a vincular a la familia
con el resto de las instituciones de la red, activndose de esta forma un mecanismo comunitario de apoyo, que adecuadamente coordinado puede transformarse en un pilar fundamental para los padres.
No saber donde est tu hijo o tu hija, o si est bien, es lo ms difcil de manejar en este
mundo. Pero hay que tratar de mantener la esperanza, por difcil que parezca. Recordar
siempre que la esperanza es ms que un deseo, es un elemento esencial para la supervivencia
de cualquier sujeto.
(CUANDO SU NIO EST DESAPARECIDO:
Gua de Supervivencia familiar, USA, 2011).

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Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

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124

Artculos

Unidad Especializada Anticorrupcin

COMENTARIO A LAS SENTENCIAS DEL CASO DE MALVERSACIONES DE


CAUDALES PBLICOS OCURRIDAS EN EL HOSPITAL DE QUILLOTA
Hernn Fernndez Aracena1

1. Introduccin
Hemos estimado pertinente comentar el caso del Hospital de Quillota, por
cuanto algunos de los aspectos debatidos tanto a nivel del Tribunal Oral en lo
Penal, como en tribunales superiores, creemos que pueden resultar de inters
a otros fiscales de la especialidad, por ser aspectos normalmente alegados en
juicios por delitos de corrupcin.
La investigacin realizada por la Fiscala de Quillota, permiti establecer que
a partir del mes de enero de 2007, y hasta septiembre de 2010, el encargado
del Departamento de Contabilidad del Hospital San Martn de Quillota, en
el desempeo de las funciones propias de su cargo, sustrajo dinero desde la
cuenta corriente nica fiscal del Banco Estado de dicho establecimiento.
Para concretar la sustraccin, el funcionario gir una serie de cheques con el
objeto de pagar a un proveedor de frutas y verduras, para lo cual el encargado
de contabilidad duplic, en otros casos triplic y hasta cuadriplic, cheques
por los mismos montos, para lo cual utilizaba nuevamente los antecedentes
que justificaban el pago de dichas mercancas. Acto seguido se cobraban todos
los cheques, incluidos 50 de ellos que no daban cuenta de una real y efectiva
venta de bienes y servicios al referido hospital, sustrayndose as la suma total
de $134.592.089.
Por otro lado, entre agosto de 2010 y mayo de 2011, el mismo encargado del
Departamento de Contabilidad del Hospital San Martn de Quillota, en el
desempeo de las funciones propias de su cargo, junto a un particular, proveedor de servicios informticos, sustrajeron dinero desde la cuenta corriente
nica fiscal del Banco Estado de dicho establecimiento, para lo cual, el primero gir 15 cheques a nombre de la empresa de este particular, alcanzando
la suma total de $223.281.067, con el objeto de pagarle como prestador de
servicios de asesoras computacionales, servicios que nunca se prestaron y sin
que haya existido adjudicacin alguna en favor de dicha empresa.
1 Abogado, Subdirector de la Unidad Especializada Anticorrupcin, Fiscala Nacional,
Ministerio Pblico, quien estuvo a cargo de los alegatos ante la Excma. Corte Suprema
del recurso de queja interpuesto en este caso.

127

Sentencias Comentadas

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

Para ello, el funcionario pblico obtena del jefe de finanzas del mismo hospital, la firma de los referidos cheques, justificndolos como pagos centralizados del Servicio de Salud Via del Mar Quillota, en circunstancias que no
corresponda al hospital, bajo ningn respecto, girar cheques por tales conceptos, sin que el jefe de finanzas realizara el debido control y revisin de los
antecedentes que justificaban los pagos que estaban autorizando y los cheques
que estaban firmando, control y revisin al que estaba obligado en razn de
su cargo.

2. Sentencia del Tribunal Oral en lo Penal de Quillota2


Durante el juicio oral3 se lograron acreditar los hechos investigados, y por
lo tanto, el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal procedi a condenar a los
principales involucrados en estos hechos, estableciendo altsimas penas4, poco
usuales en nuestra especialidad.
Dentro de los mltiples puntos debatidos, queremos destacar los siguientes:

2.1. Castigo a los extraneus


Acreditada la existencia del delito y la participacin del encargado contable
del Hospital de Quillota, quedaba por dilucidar la forma de castigo de los
particulares, dos comerciantes, uno proveedor de verduras del hospital y el
otro dedicado al negocio informtico, quienes intervinieron de manera activa
por actos ejecutivos, particularmente en la verificacin de la sustraccin, merced a
que tomaron parte en el depsito y cobro de los cheques girados y sin cuya intervencin el empleado pblico difcilmente se podra haber hecho de esos fondos,
ya que, el encargado de contabilidad del hospital requera necesariamente de un
proveedor o un prestador de servicios a quien generar el pago, para que posteriormente dicho tercero cobrara dichos cheques, ya sea por caja o va canje bancario,
verificando as en forma definitiva la sustraccin5.
Siguiendo a la profesora Ossandn, el fallo sostiene respecto a los particulares
que si se le sanciona en virtud del delito de infraccin de deber, resulta claro que
2 Fallo del Tribunal Oral en lo Penal de Quillota de 26 de octubre de 2013, RUC
N1100603797-8, RIT 83-2013.
3

Los fiscales que comparecieron al juicio, fueron la fiscal jefe de Quillota Ymay Ortiz y el
fiscal adjunto especializado anticorrupcin de Via del Mar, Claudio Reveco.

Al autor principal de las malversaciones reiteradas, se le conden a 15 aos de presidio


mayor en su grado medio, y a los otros dos partcipes importantes, en calidad de
cmplices del mismo delito, a penas de 8 aos de presido mayor en su grado mnimo, y
10 aos y un da de presido mayor en su grado medio.
Considerando 8 de la sentencia del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Quillota de
26 de octubre de 2013, antes mencionada.

128

Sentencias Comentadas

Unidad Especializada Anticorrupcin

como el extraneus no infringe un deber, la pena imponible ha de ser menor que la


aplicable al especialmente obligado. Pero, a su vez, no se puede hacer caso omiso
del mayor reproche que suponen los supuestos de participacin en un delito de esta
clase, si se compara con los de participacin en un delito de dominio del hecho: colaborar con un funcionario para que sustraiga efectos pblicos a su cargo tiene mayor
relevancia que colaborar con un particular para que sustraiga bienes de un tercero
cualquiera, porque en el primer caso se afecta algo ms que la propiedad ajena.
En suma, la participacin en un delito impropio de infraccin de deber supone un
mayor injusto que la participacin en el correspondiente delito comn subyacente,
mayor desvalor que tambin debera verse reflejado en la pena6.
Por lo anterior, al analizar la situacin procesal de los empresarios, los sentenciadores indican que sin perjuicio de haberse acreditado que con sus respectivas
conductas efectuaron actos que permitieron verificar la completa y efectiva sustraccin de dichos caudales, al tratarse de particulares, que no pueden ser sancionados a
ttulo de autores, ya que no se encuentran especialmente obligados en virtud de una
relacin de carcter institucional, cuya infraccin subyace al tipo penal de peculado,
por lo que su colaboracin funcional a la consumacin del tipo debe ser sancionada a
ttulo de cmplices del artculo 16 del Cdigo Penal, por su participacin en 50 y 15
delitos de malversacin de caudales pblicos, respectivamente, desestimndose as las
pretensiones absolutorias de sus Defensas7.

2.2. Niega lugar al delito continuado


Una de las defensas de los imputados, plante la posibilidad de sancionar
las diversas malversaciones de caudales pblicos cometidas por su representado como un delito continuado, merced a que a su juicio, todas ellas estaran
gobernadas por un dolo comn, persistiendo las motivaciones del acusado en
todas ellas.
La sentencia procede al rechazo de este instituto doctrinario, porque, a su
entender y siguiendo a la profesora Ossandn8, para admitir su procedencia,
adems de la unidad de propsito, es necesario que los hechos no sean independientes entre s y adems, se presenten en una situacin de absoluta indeterminacin
procesal. De all, contina la sentencia, si bien es posible predicar de las 65
malversaciones que estuvieron gobernadas por el mismo propsito de parte
del imputado, sin embargo, no puede decirse que se trate de actos que no sean
independientes entre s, ni mucho menos que exista indeterminacin procesal, ya que
se encuentran claramente definidas numrica y temporalmente, existiendo, adems
6
7

Considerando 8 antes citado.


Considerando 8 antes citado.

8 RODRGUEZ, Luis y OSSANDN, Mara Magdalena, Delitos contra la funcin


pblica, segunda edicin, Santiago, Chile, Editorial Jurdica de Chile, 2008, p. 397.

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Sentencias Comentadas

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

diferencia de sujetos activos, lo anterior, pues en un primer grupo de hechos el


empleado pblico intervino conjuntamente con el proveedor de frutas y en
otro perodo con el proveedor informtico desplegando en cada caso conductas
delictivas diferentes, razn por la cual, existiendo claridad en cuanto a la cantidad
de hechos y a los montos malversados, la figura del delito continuado pierde eficacia,
debiendo remitirnos a las reglas generales de determinacin de pena en el caso de
reiteracin de conductas delictivas: o el concurso material de delitos del artculo 74
del Cdigo Penal o la reiteracin de crmenes o simples delitos de la misma especie
del artculo 351 del Cdigo Procesal Penal9.

2.3. Condena por malversacin negligente (art. 234 del Cdigo Penal)
El Tribunal de Juicio Oral en lo Penal conden al Jefe de Finanzas del Hospital de Quillota como autor del delito de malversacin culposa, teniendo
presente para ello que la actuacin del imputado poda calificarse como de
negligencia inexcusable considerando que todos los testigos coincidieron en
que era el superior jerrquico del encargado de contabilidad y que no ejerci
las ms mnimas labores de control y supervisin sobre el segundo; que no exista
ninguna posibilidad que en el Hospital de Quillota se giraran cheques por concepto de compras centralizadas; que dicho conocimiento era parte del bagaje tcnico
y profesional que el cargo de jefe de finanzas conlleva. Adems, se constat que
nunca existi vinculacin contractual ni legal alguna con la empresa informtica y que el soporte en el rea computacional lo desarrollaba otra empresa, tambin conocida por todos los testigos que depusieron ante estrados, razones ms que
poderosas para corroborar la conviccin del Tribunal, de que el jefe de finanzas incurri en una conducta imprudente que por su falta de control, ignorancia,
desidia, escaso rigor profesional y desorden administrativo, la hacen equiparable
a la culpa grave en materia civil, por ello es posible calificarla de inexcusable10.

2.4. Aplicacin del artculo 238 del Cdigo Penal


Uno de los aspectos que posteriormente se discuti ante los tribunales superiores, dice relacin con la individualizacin de las penas para los condenados
realizada por el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal, en especial, por la forma
de aplicar el artculo 238 del Cdigo Penal versus la rebaja en grado que proceda para la complicidad.
Cabe tener presente lo dispuesto en el inciso segundo del artculo 238 del
Cdigo Penal que dispone que en los delitos del prrafo de la malversacin se
9 Todas las citas del prrafo son del considerando 11 de la sentencia del Tribunal de
Juicio Oral en lo Penal de Quillota de 26 de octubre de 2013, antes mencionada.

10 Todas las citas del prrafo son del considerando 7 de la sentencia del Tribunal de Juicio
Oral en lo Penal de Quillota de 26 de octubre de 2013, antes mencionada.

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Sentencias Comentadas

Unidad Especializada Anticorrupcin

aplicar el mximo del grado cuando el valor de lo malversado excediere de cuatrocientas unidades tributarias mensuales, siempre que la pena sealada al delito conste
de uno solo en conformidad a lo establecido en el inciso tercero del artculo 67 de este
Cdigo. Si la pena consta de dos o ms grados, se impondr el grado mximo. En
este caso, el monto malversado superaba largamente las 400 U.T.M., lo que
haca procedente la aplicacin del artculo 238 citado.
Respecto de los cmplices, la sentencia procedi a determinar las penas abstractas para cada imputado, estableciendo en primer lugar el hecho punible,
que estim como malversacin dolosa, cuya pena base es compuesta, la que
vara entre presidio mayor en su grado mnimo a medio. Luego, entonces,
aplic la parte final del citado artculo 238, imponiendo la pena en el grado
mximo, esto es, presidio mayor en su grado medio, y tras ello, hizo la rebaja
de un grado vinculada al grado de participacin, que respecto de los particulares era la complicidad, de modo que la pena abstracta considerando hecho
punible, grado de desarrollo del delito y participacin, qued en presidio
mayor en su grado mnimo. Posteriormente, vendra la aplicacin de las circunstancias modificatorias.
El fallo lo explicita de la siguiente manera: para no hacer ilusoria la determinacin de complicidad, la rebaja de grado debe hacerse una vez analizado hecho punible, participacin y efectuado el aumento de grado del artculo 238, ya que en este
caso, esa es la pena del autor, sobre la cual efectuar la rebaja de grado del artculo
51 del Cdigo Penal, por lo tanto, antes de entrar a analizar circunstancias modificatorias y dems aspectos relevantes para la determinacin de la pena y su cumplimento, la penalidad inicial se fija en el presidio mayor en su grado mnimo11.

3. Sentencia de la Iltma. Corte de Apelaciones de Valparaso12


Entre otras infracciones alegadas por las defensas de los condenados en sus
recursos de nulidad, nos referiremos a la impugnacin por la causal del artculo
373 letra b) del Cdigo Procesal Penal, atacando la forma de determinacin
de la pena, pues entienden que se habran infringido el artculo 238 inciso 2
del Cdigo Penal y el artculo 351 del Cdigo Procesal Penal, de manera que
de no incurrirse en esas infracciones la pena devengara en una inferior. En lo
concreto, la tesis de la defensa era que antes de aplicar el artculo 238, deba
realizarse la rebaja de un grado, vinculada al grado de participacin, esto es, la
complicidad de sus defendidos, lo que tras la aplicacin de las circunstancias
modificatorias, determinaba la aplicacin de un grado menos de penalidad en
11 Considerando 13 de la sentencia del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Quillota de
26 de octubre de 2013, antes mencionada.
12 Fallo de la Iltma. Corte de Apelaciones de Valparaso de 30 de enero de 2014, Rol
NReforma procesal penal-1816-2013.

131

Sentencias Comentadas

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

comparacin con aquella fijada en la sentencia del Tribunal de Juicio Oral en


lo Penal de Quillota.
La Corte de Valparaso sostuvo que debe precisarse que conforme a los hechos
asentados, los sentenciadores deban proceder en la forma sealada en el artculo
238 inciso segundo del Cdigo Penal y dada la reiteracin de delitos, por no considerar nuestra legislacin el delito continuado, imponer la sancin conforme al criterio
del artculo 351 del Cdigo Procesal Penal, normas que no se han vulnerado y que
por lo dems, carecen de la calidad de decisoria litis que como ya se mencion exige
el legislador para interponer un recurso de nulidad basado en la causal de la letra b)
del artculo 373 de la precitada codificacin13.

4. Sentencia de la Excma. Corte Suprema14


La defensa de uno de los condenados en calidad de cmplice, recurri de
queja ante la Excma. Corte Suprema. Fundaba su recurso en los mismos
argumentos vinculados con la forma de aplicacin del artculo 238 en forma
previa a la determinacin del grado de participacin del delito, lo que constitua a su juicio una falta o abuso grave.
Para descartar que efectivamente se tratara de una falta o abuso grave, entre
otros argumentos, se sostuvo en estrados, que la doctrina validaba la forma de
aplicacin de la pena realizada por el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal y
que no fue modificada por la Corte de Apelaciones.
As, se indic que los profesores Rodrguez y Ossandn, al tratar la penalidad
del delito de malversacin de caudales pblicos sealan: la pena se grada de
acuerdo con la cuanta de la sustraccin: si excede de una Unidad tributaria mensual y no pasa de cuatro: si excede de cuatro y no pasa de cuarenta y luego sigue
adems, cuando el valor de lo malversado excediere de 400 UTM, la pena ser de
presidio mayor en su grado medio, de conformidad con lo dispuesto en el art. 23815.
En similar sentido el profesor Etcheberry, si bien respecto a una redaccin
anterior, que en lo fundamental continua de manera similar, destaca que la
penalidad se grada de acuerdo con la cuanta de la sustraccin: si no excede de
cuatro sueldos vitales; si excede cuatro y no pasa de cuarenta sueldos vitales, y si
excede de cuarenta sueldos vitales. De conformidad con el art. 238, si el monto de lo
13 Considerando 3 de la sentencia de la Corte de Apelaciones de Valparaso, antes
mencionada.

14 Fallo de la Excma. Corte Suprema, en recurso de queja, de fecha 1 de abril de 2014, Rol
N3190-14.
15 Rodrguez y Ossandn, ob. cit., p. 396.

132

Sentencias Comentadas

Unidad Especializada Anticorrupcin

malversado excede de cuatrocientos sueldos vitales, debe imponerse el grado mximo


de la pena correspondiente, si ella consta de varios16.
De manera que si bien el fallo estaba sosteniendo una tesis, que en opinin de
la defensa era errada, al estar basada o al encontrar su sustento en la doctrina,
permita rechazar el recurso de queja por no existir faltas o abusos graves
que lo hicieran procedente, ms all de estimar que era la forma correcta de
aplicacin del derecho, y que ello era coherente con otras disposiciones del
Cdigo Penal17.
La Segunda Sala de la Excma. Corte Suprema sostuvo que del mrito de autos,
lo informado por los jueces recurridos y los antecedentes tenidos a la vista, aparece
que los sentenciadores, al dictar la resolucin cuestionada no han incurrido en falta
o abuso que pueda ser calificada de grave en trminos que amerite hacer lugar a un
recurso como el de la especie18.

5. Reflexiones finales
Como se ha destacado en este comentario, la definicin judicial de este caso
ha permitido relevar varios puntos de inters para nuestra especialidad.
En primer lugar, que el Tribunal Oral haya seguido la tesis de la comunicabilidad, castigando a empleados pblicos y particulares por el mismo delito,
la malversacin de caudales pblicos, y slo aminorando las penas de aquellos que no tienen una obligacin de resguardo de tales fondos, como son los
empresarios partcipes en el delito, dndoles la calidad de cmplices. El fallo
de esta manera est siguiendo una de las formas que la doctrina estima ms
adecuada para el castigo de los extraneus, dentro de aquellos autores que
sostienen precisamente la comunicabilidad.
En segundo lugar, el rechazo al delito continuado nos parece acertado, pues
ms all que sea una construccin doctrinaria que no cuenta con respaldo
legal en Chile, es una institucin que logra igualmente aplicacin en nuestros tribunales, de modo que la forma ms eficaz de contrarrestarla sea recu16 ETCHEBERRY, Alfredo, Derecho Penal, Parte Especial, tomo IV, 3 edicin, Santiago,
Chile, Editorial Jurdica de Chile, pgs. 237 y sgtes.
17 Esta manera de castigo de los artculos 233 y 238, es simplemente similar a lo que
ocurre en el hurto, en el art. 446, o en la estafa, en el art. 467, y que gradan las penas
en conformidad al valor de la cosa hurtada o defraudada, existiendo 3 numerales y un
inciso final, inciso final que contempla una pena mayor si dichos montos superan las 400
UTM. El Cdigo hace lo mismo en la malversacin, slo que contempla los 3 numerales
en el artculo 233 y el aumento por el exceso de 400 UTM en el artculo 238 del Cdigo
Penal.
18 En nica consideracin del fallo de la Segunda Sala de la Excma. Corte Suprema antes
mencionado.

133

Sentencias Comentadas

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

rriendo a los mismos requisitos que la doctrina establece para su procedencia,


y que fue lo descartado en la sentencia del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal,
al indicar que los hechos eran independientes entre s y que no exista una
indeterminacin procesal que permitiera estimar los hechos como un gran
delito continuado, y por el contrario, existan multiplicidad de hechos que
estaban claramente definidos numrica y temporalmente, existiendo incluso
diferencia de sujetos activos.
Por otra parte, cabe destacar que uno de los mritos de la investigacin fue
imputar responsabilidad del empleado pblico, el jefe de finanzas, encargado
de la supervisin y el control de los caudales pblicos en el hospital, contra
quien, si bien no aparecieron antecedentes incriminatorios a ttulo doloso, s
emanaba la negligencia inexcusable en su actuar que permiti al encargado
contable disponer de manera ilcita de cuantiosas sumas de dinero.
Finalmente, la aplicacin del artculo 238 del Cdigo Penal no haba tenido
en casos anteriores mayores cuestionamientos, porque normalmente se defina
la penalidad de los autores de malversacin, siendo este caso una novedad en
cuanto al castigo a ttulo de complicidad, lo que gener el espacio de debate
para las defensas, lo que fue resuelto, a nuestro juicio, adecuadamente por
nuestros tribunales superiores, por cuanto, claramente, la pena abstracta del
delito es la establecida en el artculo 233 en relacin al artculo 238, ambos
del Cdigo Penal.

134

Sentencias Comentadas

Unidad Especializada de Trfico Ilcito de Drogas y Estupefacientes

DROGAS SINTTICAS EMERGENTES


Lorena Rebolledo Latorre1

I. Aspectos generales
En nuestro pas, la ley penal sobre estupefacientes y sicotrpicos2 dispone,
por la va del reenvo a un reglamento, la determinacin, mediante listados
taxativos, de las sustancias o drogas estupefacientes o sicotrpicas que causan dependencia fsica o squica, aptas para provocar graves efectos txicos o
daos considerables a la salud3, que pueden ser objeto de persecucin criminal. De esta forma, an cuando se detecte una droga capaz de producir graves
daos en el organismo humano, si no figura en los mentados listados, no es
posible sancionar penalmente aquellas conductas descritas en esta ley especial.
Entonces, en virtud de esta remisin, se dict el Reglamento de la Ley
4
N20.000, Decreto N867 , cuyo texto contempla un catlogo de aquellas
sustancias que pueden constituir el objeto material del delito de trfico de
drogas.
A su turno, en otro cuerpo normativo, Decreto N1.358, encontramos el
listado de precursores y sustancias qumicas esenciales, objeto material de la
figura penal de desvo de sustancias qumicas, del artculo 2 de la Ley de
Drogas.
As, ambos Reglamentos complementan la legislacin especial, antidrogas,
mediante la tcnica de la ley penal en blanco.
Ahora bien, luego de estas precisiones generales y, a fin de introducirnos al
tema que nos convoca, es menester subrayar el aumento sostenido y considerable que han experimentado las drogas sintticas emergentes a nivel interna1 Abogada, Unidad Especializada en Trfico Ilcito de Estupefacientes y Sustancias
Sicotrpicas, Fiscala Nacional del Ministerio Pblico de Chile.

2 Chile, Ley N20.000. Diario Oficial del 16 de febrero de 2005. Artculo 63: Un
reglamento sealar las sustancias y especies vegetales a que se refieren los artculos 1,
2, 5 y 8; los requisitos, obligaciones y dems exigencias que debern cumplirse para el
otorgamiento de las autorizaciones a que se refiere el artculo 9, y las normas relativas al
control y fiscalizacin de dichas plantaciones.
3

La Ley de Drogas distingue entre aquellas sustancias capaces de provocar graves efectos
txicos o daos considerables a la salud (drogas duras), de aquellas que si bien causan
efectos txicos o daos, stos no revisten la entidad de ser graves o considerables a la
salud (drogas blandas).

4 Publicado el 19 de febrero de 2008. Su antecesor, el Decreto N565, que estuvo en


vigencia por 7 aos.

137

Artculos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

cional. El ltimo Informe Mundial sobre las Drogas, 2014, de la Oficina de


Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), destac el aumento
ms del doble del nmero de nuevas sustancias psicoactivas, desde el ao
2009 a 2013, llegando a 348; cantidad que supera al nmero de sustancias
sintticas sujetas a fiscalizacin internacional. stas, en total suman 234, de
las cuales 119 se contienen en la Convencin nica de 1961, sobre Estupefacientes5 y, 115 en el Convenio sobre Sustancias Sicotrpicas de 1971 (ambos
tratados de Naciones Unidas, ratificados por Chile).
Agrega el informe; el incremento global durante el perodo del mes de agosto
de 2012 al mes de diciembre de 2013 se debe principalmente a la deteccin
de nuevos cannabinoides sintticos (50% de las nuevas sustancias sicotrpicas
recientemente identificadas), seguido de nuevas fenetilaminas (17%); otras
sustancias (14%) y nuevas catinonas sintticas (8%).
En Chile se han registrado incautaciones de nuevas drogas de diseo, tales
como la denominada La Bomba o NBOMe sustancia derivada de la
feniletilamina; la llamada DOC, derivado clorado de las feniletilaminas; las
Piperazinas y la Ayahuasca. En este ltimo caso, se ha incautado el brebaje
que contiene derivados de la Dimetiltriptamina (DMT).
Se trata de sustancias que, pese a causar graves efectos en la salud, no estn
controladas por la Ley N20.000 dado su carcter de drogas nuevas. En el
siguiente prrafo, nos referiremos a ellas, en forma pormenorizada.

II. Sustancias sintticas emergentes


No hay uniformidad de criterios para denominar aquellas sustancias, en cuya
elaboracin o procesos productivos slo hallamos sustancias qumicas, es decir,
se trata de aquellas (drogas sintticas)6 que se fabrican a travs de procesos
qumicos y que, a diferencia de la cocana y la marihuana, no se obtienen de
un vegetal sino a partir de cambios moleculares realizados en laboratorios
para lograr resultados sicoactivos7. As, encontramos las expresiones: drogas
de diseo, drogas psicoactivas, sustancias sintticas, drogas psicodlicas, por
mencionar las de mayor uso.
Se trata muchas veces de principios activos abandonados por las industrias
farmacuticas, por sus efectos indeseables, que son salvados para ser utilizados
5
6

Enmendada por Protocolo de 25 de mayo de 1972.


Parntesis agregado por la autora.

7 Centre Can Rossell. Clnica privada especializada en adicciones y desintoxicacin.


Qu son las drogas sintticas? [en lnea] Barcelona, Espaa. Disponible en http://www.
centroadiccionesbarcelona.com/que-son-las-drogas-sinteticas/ [fecha de consulta: 21 de
julio de 2014].

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Artculos

Unidad Especializada de Trfico Ilcito de Drogas y Estupefacientes

como sustancias de abuso. A su vez, la fabricacin en laboratorios clandestinos y el desconocimiento de su composicin final, las convierten en sustancias
especialmente peligrosas, porque sus efectos no son claramente previsibles8.
En esta oportunidad, daremos revista a ciertas sustancias sintticas que
comparten la caracterstica de ser nuevas o emergentes.

1. Derivados sintticos de la feniletilamina: NBOMe (la bomba)


Son potentes alucingenos puesto que interactan en los receptores 5HT2A,
que son los mismos en los que actan los derivados del cido lisrgico (LSD).
Esta sustancia presenta una serie de derivados o anlogos estructurales que
se obtienen por la incorporacin de halgenos en la molcula como el Yodo,
Cloro o Bromo; poseen una potencia varias veces mayor respecto de alucingenos como el LSD, por lo que bastan slo microgramos de esta droga para
que sean efectivas. De esta forma podemos observar que se trata de una droga
poderosa que puede ser dosificada en secantes y blotters, y quienes la consumen experimentan alucinaciones, euforia, agresividad y convulsiones9.
En diversas fuentes de informacin en Internet10, se describen los graves
daos a la salud que genera el consumo de esta droga, tales como paranoia,
pnico y convulsiones, llegando incluso a describirse casos de muerte.
Ahora bien, los mencionados derivados de la feniletilamina no estn controlados por la Ley de Drogas, sin embargo, podemos informar a los lectores
que hemos logrado avanzar en su prxima fiscalizacin, a travs de la reciente
modificacin11 del Reglamento de Productos Psicotrpicos, Decreto Supremo
8 Centre Can Rossell. Clnica privada especializada en adicciones y desintoxicacin.
Qu son las drogas sintticas? http://www.centroadiccionesbarcelona.com/que-son-lasdrogas-sinteticas/, ob. cit.
9 Oficio, Instituto de Salud Pblica de Chile, Ord. N 1306, de fecha 06 de junio de
2013. Dirigido al Subsecretario de Salud. Ministerio de Salud Pblica de Chile. Mat.
Propuesta para ingreso a control de psicotrpicos. Ant. Ayahuasca, Feniletilamina y
derivados.

10 A modo de ejemplo podemos citar: Energy Control. 25I-NBOMe [en lnea] Disponible
en
http://energycontrol.org/infodrogas/otras/rcs-legal-highs-nuevas-sustancias-desintesis/listado-rcs/491-25i-nbome.html [fecha de consulta: 21 de julio de 2014].
Wikipedia. La enciclopedia libre. 25I-NBOMe [en lnea] Disponible en http://
es.wikipedia.org/wiki/25I-NBOMe [fecha de consulta: 21 de julio de 2014]. Ministerio
de Justicia y del Derecho, Repblica de Colombia. Direccin de Poltica contra las
drogas y actividades relacionadas. Alerta Informativa sobre Nuevas Sustancias Psicoactivas
[en lnea] Disponible en http://www.suicad.com/ALERTA%202%20-%20LSD.pdf
[fecha de consulta: 21 de julio de 2014]
11 Resolucin N73, de fecha 21 de abril de 2014. Ministerio de Salud, Subsecretara
de Salud Pblica. Modifica Decreto Supremo N405 de 1983 del Ministerio de Salud,
Reglamento de Productos Psicotrpicos.

139

Artculos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

N405 de 1983, en virtud de la cual, se someten a control sanitario 36 derivados estructurales y anlogos de la feniletilamina y 5 derivados y anlogos
estructurales de la Dimetiltriptamina (Ayahuasca).
A nivel comparado podemos referir que, en Rusia y en algunos estados de
Estados Unidos est controlada la NBOMe.

2. Ayahuasca
La Ayahuasca, en quechua enredadera de las almas, corresponde al extracto
de diversas plantas amaznicas tales como Banisteriopsis caapi, Psychotria
viridis, Diplopteris cabrerama y otras. Para consumo, se usa los extractos
obtenidos por decocciones de parte de estas plantas las que aportan una serie
de principios activos tales como alcaloides e inhibidores de la Monoaminooxidasa. Esta ltima, aporta un efecto central antidepresivo, en tanto que
los alcaloides presentes aportan un efecto psicoactivo del tipo alucingeno
especialmente el alcaloide presente Dimetiltriptamina (DMT)12.
El brebaje denominado Ayahuasca contiene una serie de derivados y anlogos estructurales de la Dimetiltriptamina (DMT):

4-hidroxi-N,N- diisopropiltriptamina (4-HO-DIPT)


5-metoxi-N,N-dimetiltriptamine (5-MEO-DMT)
5-metoxi-N-metil-N-isopropiltriptamine (5-MEO-MIPT)
5-metoxi-N,N-dialil-triptamina (5-MEO-DALT)
Diisopropiltriptamina (DIPT)

Respecto a estos 5 derivados del DMT, nos remitiremos a lo sealado en el


numeral anterior, prrafo penltimo, sobre la modificacin reciente del Reglamento de Productos Psicotrpicos N405.

3. Piperazinas (Legal X, A2)


Segn la informacin proporcionada por el Departamento Investigacin de
Sustancias Qumicas (DISUQ) de la Polica de Investigaciones de Chile
(PDI)13, las piperazinas son sustancias de origen sinttico, usadas como
inductores de migraas (en el desarrollo de medicamentos contra las mismas)
y para probar la funcin de la serotonina en investigaciones siquitricas. Este
12 Op. Cit., Oficio, Instituto de Salud Pblica de Chile, Ord. N 1306. Vase adems la
Gua de Pericias Qumicas en el Marco de la Ley N20.000. Instituto de Salud Pblica
de Chile, 2011, pg. 22.

13 La informacin contenida en este punto emana del Informe Policial N 119 de la


Polica de Investigaciones de Chile (PDI), de fecha 28 de agosto de 2009. Causa RUC
0900291775-8 por trfico ilcito de drogas (con sentencia ejecutoriada).

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Artculos

Unidad Especializada de Trfico Ilcito de Drogas y Estupefacientes

compuesto en si, no tiene actividad en el sistema nervioso central, pero de l


derivan una serie de productos denominados genricamente Piperazinas fenil
sustituidas, los que s manifiestan diferentes propiedades psicoactivas y dentro
de las cuales se encuentran la Benzil piperazina (BZP), la m-clorofenilpiperazina (mCCP), p-clorofenilpiperazina (pCCP), p-metoxifenilpiperazina
(MeOPP), p-fluorfenilpiperazina (FPP) y m-trifluorometilfenilpiperazina
(TFMPP) entre otros.
Algunas de estas piperazinas sustituidas son utilizadas en los mercados lcitos
para la fabricacin de drogas antidepresivas (ej. Mccp se utiliza para la fabricacin del antidepresivo Trittico de Laboratorio Chile que se comercializa
en nuestro pas).
Ahora bien, desde el ao 2003 la Drug Enforcement Administration (DEA)
ha reportado la existencia de piperazinas sustituidas utilizadas como drogas recreativas. Estos compuestos se comercializan mezclados con xtasis o
bien directamente se acuan comprimidos ntegros de estas sustancias para
su venta como si las mismas fueran xtasis. Ese mismo ao se identific
en la ciudad de Detroit la venta callejera de una nueva droga denominada
molly, que corresponda a TFMPP, as como tambin cpsulas de BZP con
TFMPP14. Este fraude tambin se observ en Europa, dado el BZP tiene
un dbil efecto estimulante (10% de la potencia de una d-anfetamina) y el
mCCP podra tener efectos similares al xtasis15. Estas drogas tambin son
conocidas bajo las denominaciones legal x o A2, por cuanto algunas de
ellas se encuentran comercialmente disponibles (ej. pCCP) y si bien tienen
efectos similares a los del xtasis el ingerir dosis mayores puede promover
efectos alucingenos.
Durante el ao 2009 la DEA ha constatado el trfico continuo de estas drogas, solas o mezcladas con xtasis, las cuales son vendidas en comprimidos
con las mismas caractersticas de esta ltima (figuras de colores, caras sonrientes, logos de automviles, figuras geomtricas, entre otros) Slo para este
ao se tiene registro de las siguientes piperazinas sustituidas incautadas16:

BZP
BZP + TFMPP
mCPP y pCPP
1,4 dibenzilpiperazina

14 DEA. News Release, Safety Advisory Regarding New Drug Molly, 2003.

15 European Monitoring Centre for Drugs and Drug Adiction, New Sinthethic Drugs
and the Challenger of monitoring new psychoactive substances, 2006.
16 DEA Office of Forensic Scienses Microgram Bulletin, Enero a Junio 2009.

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Artculos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

Por otra parte, en la Unin Europea, los reportes indican el origen de las
piperazinas sustituidas en Nueva Zelanda, masificndose en Europa ya en el
ao 2004. Conforme a esto y luego de una evaluacin de riesgo efectuada por
la European Police Office (EUROPOL) y por la European Monitoring
Centre for Drugs and Drug Adiction (o EMCDDA por sus siglas en ingls)
se incluy en el ao 2008 la BZP como sustancia controlada en la Unin
Europea, ya que esta droga no tiene uso humano ni veterinario.
No obstante lo anterior, dado que la mCCP es el precursor de otras drogas
lcitas, no pudo ser objeto de un anlisis formal de riesgos bajo las mismas
condiciones que la BZP. Sin embargo, se ha podido verificar que su uso en
el mercado ilegal ha sido an ms amplio que esta ltima, estimndose que
aproximadamente el 10% de los comprimidos vendidos en la Unin Europea
como parte del mercado de xtasis contienen mCCP17.

4. Poppers18
Popper es el nombre genrico que designa a ciertas sustancias qumicas, generalmente nitritos de alquilo como el nitrito de isopropilo, el 2-propil nitrito
y el nitrito de isobutilo, nitrito de amilo y nitrito de butilo. En el pasado se
usaban para aliviar la angina de pecho.
Se administran por inhalacin; se trata de lquidos incoloros y con un fuerte
olor caracterstico. El nitrito de amilo y otros alquilnitritos suelen inhalarse
con el objeto de acrecentar el placer sexual (algunas personas usan Sildenafil
(Viagra) en combinacin con popper).
Los poppers forman parte de las sustancias que se consumen en discotecas
desde los aos 1970. En algunos pases del mundo, la venta de los alquilnitritos es controlada o se considera ilegal.
El Popper tiene una larga historia de uso, debido a la rfaga de sensaciones
agradables y mareo que produce la inhalacin de sus vapores (Sensacin de
frescura en el cerebro). Existen datos que demuestran que puede causar serios
efectos adversos, especialmente si se ingiere por va oral. El consumo continuado puede causar daos neurolgicos y severos efectos nocivos a la visin,
entre otros. Se reporta que se desarrolla rpidamente tolerancia al uso de estas
sustancias, por lo que el usuario requiere aumentar las dosis para experimentar el efecto buscado.
17 European Monitoring Centre for Drugs and Drug Adiction, BZP and other piperazines.
18 Informe Toxiclogico Poppers. Boris Duffau G. Perito Qumico Jefe. Seccin Anlisis
de Drogas. Instituto de Salud Pblica de Chile. 22 de Julio de 2014.

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Artculos

Unidad Especializada de Trfico Ilcito de Drogas y Estupefacientes

Entre los efectos que puede producir el consumo de esta sustancia podemos
sealar; un estado de bienestar, relaja esfnteres, favorece la ereccin, genera
distorsiones perceptivas placenteras, un lenguaje incoherente, debilidad, dolores de cabeza, congestin de la cara y el cuello, taquicardia o por el contrario,
disminucin del ritmo cardaco que puede provocar alteraciones en la respiracin. Enrojecimiento de la piel y mucosas. La piel, al principio, tiene aspecto
transpirable, pero despus de torna fra y ciantica. Esta sustancia tambin
podra generar disminucin de memoria, daos a los sistemas cardiovascular y
nervioso, muerte sbita. Puede causar hipotensin, llegando incluso al colapso
severo al Sistema Nervio Central. Debido al aumento de sensaciones sexuales
placenteras es considerado factor preponderante para aumento del contagio
de enfermedades de transmisin sexual. Tambin puede producir alergia, vrtigos, nuseas, vmitos y en ocasiones diarrea. As como tambin la enfermedad denominada Metahemoglobinemia19.

5. Catinonas sintticas (sales de bao20)21


La expresin sales de bao se refiere a una nueva clase de drogas que contienen una o ms sustancias qumicas sintticas relacionadas con la catinona,
un estimulante similar a la anfetamina que se encuentra normalmente en
la planta del Khat, cuyo nombre cientfico es Catha Edulis (incluida en el
artculo 5 del Reglamento de la Ley 20.000.
Las catinonas sintticas en las sales de bao causan efectos similares a los de
otros estimulantes como el metilendioximetanfetamina (xtasis) y la metanfetamina; as pueden producir, euforia y un aumento en la sociabilidad y el
deseo sexual, pero algunos usuarios experimentan paranoia, agitacin y delirio
alucinatorio; algunos incluso muestran comportamiento psictico y violento y
se han reportado muertes en varios casos.
Estas sustancias se venden en forma de polvo cristalino blanco o caf, en bolsas de plstico o paquetes de papel aluminio etiquetados como No apto para
el consumo humano. A veces tambin se venden como fertilizantes o alimentos para plantas, o mas recientemente como limpiador de joyas o limpiador de pantallas de telfonos. Se venden en el Internet y en las tiendas de
19 Es un trastorno sanguneo en el cual se produce una cantidad anormal de metahemoglobina, una forma de hemoglobina. La hemoglobina es la molcula en los glbulos rojos
que distribuye el oxgeno al cuerpo. La metahemoglobinemia no puede liberar oxgeno.
MedicinePlus. Informacin de salud para usted. Biblioteca Nacional de Medicina de
EE.UU. NHI Institutos Nacionales de la Salud. Metahemoglobinemia [en lnea] Disponible en: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/000562.htm
[fecha de consulta: 03 de septiembre de 2014]
20 Tambin se le ha denominado droga canbal.

21 DrugsFacts. NIDA National Institute on Drug Abuse. www.drugabuse.gov

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Artculos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

parafernalia de drogas con diversos nombres como ola de marfil, paloma


roja, seda azul, sptimo cielo, cielo de vainilla, ola lunar y cara cortada
en espaol; y Ivory Wave, Bloom, Cloud Nine, Lunar Wave, Vanilla
Sky, White Lightning, Scarface en ingls.
Por lo general, se ingieren por va oral; se inhalan o se inyectan. Los peores
resultados suelen ocurrir cuando se inhalan o se inyectan.
Las catinonas sintticas que comnmente se encuentran en las sales de bao
incluyen la 3,4-metilendioxipirovalerona (MDPV), la mefedrona (Drone,
Meph, o Meow Meow en ingls) y la metilona, pero existen muchas ms.

6. Desomorfina (Krokodil, Crocodile, Permonid)22


Krokodil, es el nombre con el que usualmente se conoce a esta sustancia en
Rusia, que significa cocodrilo, debido al aspecto de la piel escamosa que presentan sus usuarios habituales.
El krokodil es desomorfina (conocida por su antiguo nombre comercial Permonid) un anlogo de opiceo inventado en 1932 en Estados Unidos. Es
un derivado de la morfina, posee efectos analgsicos y sedantes, siendo entre
8 a 10 veces ms potente que esta ltima; es una droga de rpida actuacin y
corta duracin.
Se utiliza como droga alternativa a la herona, ya que es una herona sinttica, resultando ms accesible econmicamente y al ser relativamente fcil
conseguir las sustancias precursoras, los usuarios pueden elaborarla en forma
domstica.
22 Informe del Instituto de Salud Pblica de Chile remitido por correo electrnico, a la
Unidad Especializada en Trfico Ilcito de Estupefacientes y Sustancias Sicotrpicas con
fecha 18 de julio de 2014. Fuentes consultadas: Casy, Alan F.; Parfitt, Robert T. (1986).
Opioid analgesics: chemistry and receptors. New York: Plenum Press. p. 32. ISBN 9780-306-42130-3; Neue Methode fr die Vorbereitung von dihydro-6-desoxymorphine
[New method for the preparation of dihydro-6-desoxymorphine] (en German).
Arzneimittel-Forschung 8 (6): pp. 3235. 1958. PMID 13546093;3. A Review of the
Chemical Features Associated with Strong Morphine-Like Activity. British Journal
of Anaesthesia 34 (4): pp. 2608. 1962. doi:10.1093/bja/34.4.260. PMID 14451235.
Agonists-antagonists derived from desomorphine and metopon. Journal of Medicinal
Chemistry13 (6): pp. 10613. 1970. doi:10.1021/jm00300a009. PMID 4098039; Journal
of the American Chemical Society 54 (2): pp. 793801. 1932. doi:10.1021/ja01341a051.
Studies of Morphine, Codeine and their Derivatives X. Desoxymorphine-C,
Desoxycodeine-C and their Hydrogenated Derivatives. Journal of Pharmacology
and Experimental Therapeutics 55 (3): pp. 25767. 1935; 7. Chromatographic study
of expert and biological samples containing desomorphine. Journal of Analytical
Chemistry 63 (4): pp. 36170. 2011. doi:10.1134/S1061934808040096; Shuster, Simon
(20 de junio de 2011). The Curse of the Crocodile: Russias.

144

Artculos

Unidad Especializada de Trfico Ilcito de Drogas y Estupefacientes

La desomorfina casera se sintetiza, a partir de la combinacin de comprimidos de codena con yodo, fsforo rojo y varios productos qumicos txicos,
tales como lquido de encendedor y limpiadores industriales; por lo tanto, es
altamente impura. El preparar esta mezcla les lleva a los usuarios alrededor de
treinta minutos.
El krokodil es responsable de la produccin de graves daos en los tejidos,
flebitis (inflamacin de la pared de una vena), y gangrena, requiriendo muchas
veces la amputacin. Infecciones en los huesos de la mandbula y la cara, llagas y lceras en la frente y crneo, as como necrosis (muerte de clulas o
tejidos) en orejas, nariz, y labios y problema en hgado y riones.
Esta droga resultante parece acumularse en las venas, ya que no logra disolverse completamente en la sangre. Estas acumulaciones necrosan los tejidos y
se extienden a diferentes lugares del cuerpo ampliando el dao causado.
El efecto de krokodil es muy fugaz en comparacin con la herona, dura entre
90 minutos y 2 horas, lo que induce a los usuarios a inyectarse varias veces por
da. El grado de dao sobre tejidos es tan alto que la expectativa de vida de los
adictos a esta mezcla es de entre dos y tres aos.
El abuso de desomorfina de fabricacin casera fue detectado inicialmente en
Siberia central y del este en el ao 2002, pero desde entonces se ha extendido
hacia Rusia y vecindades. Se estima que cien mil personas en Rusia y alrededor de veinte mil en Ucrania se inyectaron esta droga en 2011; en octubre este
ao se encontraron indicios de krokodil en Alemania. En marzo de 2013 se
encontraron algunos rastros de utilizacin en Argentina. En octubre de 2013
personal mdico en los Estados de Arizona e Illinois, en Estados Unidos,
report cinco casos de pacientes que mostraron lesiones en piel y msculos
compatibles con el uso de esta droga.

7. 4-Cloro-2,5-dimetoxianfetamina (DOC)23
La 4-Cloro-2,5-dimetoxianfetamina es una feniletilamina de larga duracin
con efectos principalmente psicodlicos, conocida tambin como DOC. Es
una sustancia alucingena muy potente; corresponde a un derivado sinttico
de la anfetamina, con sustituciones en el anillo bencnico. Puede ser encontrada como polvo, lquido y principalmente como estampilla o blotter. La va
23 Informe de peligrosidad del 4-Cloro-2,5-dimetoxianfetamina. Instituto de Salud Pblica
de Chile. Referencias: Ovaska H y cols. (2008) First case report of recreational use of
2,5-dimethoxy-4- chloroamphetamine confirmed by toxicological screening. European
J of Emergency Medicine, 15:354-356; Kerrigan S. (2012) Designer Amphetamines in
Forensic Toxicology Casework. US Department of Justice, NCJRS Library collection,
NCJ 241439.

145

Artculos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

de administracin es oral, siendo la ms usual la absorcin sublingual de las


estampillas.
Al igual que otras sustancias anlogas (DOM, DOB, DOI, DOET, etc.),
tiene efectos varias veces ms potentes que el LSD, los que a su vez aumentan
en fuerza y duracin al aumentar la dosis. Estos efectos pueden durar entre
12 y 24 horas. Entre los sntomas se encuentran, aumento de las percepciones visuales, midriasis, euforia, empata y sentimientos de amor, experiencias
de carcter espiritual (paz interior, introspeccin, xtasis), aumento del tacto,
erotismo y pensamientos sexuales, cambios en la percepcin del tiempo, sensaciones corporales extraas (enrojecimiento facial, escalofros, piel de gallina,
energa en el cuerpo), incremento del ritmo cardiaco.
Respecto al peligro que la DOC presenta para la salud pblica, se puede sealar que se han reportado como efectos adversos la aparicin de pensamientos
recurrentes y bucles mentales, confusin, nuseas, insomnio, paranoia, miedo,
ansiedad y pnico, vasoconstriccin, aumento de la presin sangunea, taquicardia y acidosis metablica.
Si bien la 4-Cloro-2,5-dimetoxianfetamina no est incluida dentro de las
sustancias controladas por la ley de drogas chilena, tanto esta sustancia como
sus anlogos ya fueron incluidos en las legislaciones de Estados Unidos y
varios pases europeos como Alemania y Dinamarca.

III. Conclusiones
Mediante este trabajo, hemos querido mostrar nuevas drogas sintticas - las
ms citadas en el ltimo tiempo -que en la mayora de los casos no poseen
regulacin legal por su condicin de drogas emergentes.
Es necesario hacer presente que en el caso de la Ayahuasca, uno de sus principios activos, el DMT s est controlado por la Ley N20.000, sin embargo,
en atencin a que en procedimientos investigativos se han incautados derivados de ste, el Instituto de Salud Pblica de Chile solicit su fiscalizacin.
Adicionalmente, cabe sealar que la droga denominada Krokodril (desomorfina) est controlada por la Ley N20.000, no obstante, igualmente la hemos
querido incluir dentro de las drogas sintticas presentadas, dado que existe
una alerta internacional por los graves daos que est generando su consumo,
pues lo que se oferta en el mercado es desomorfina de elaboracin casera,
altamente impura.
En el caso del Spice (nombre comercial del grupo de compuestos sintticos
de estructura similar a los canabinoides presentes en la Cannabis Sativa) si
bien, las agencias internacionales advierten sobre su aparicin como nueva
sustancia psicoactiva (NSP), no lo incluimos en estas pginas, porque desde
146

Artculos

Unidad Especializada de Trfico Ilcito de Drogas y Estupefacientes

el ao 2009, nuestro pas controla al Spice en la Ley de Drogas, dentro de


aquellas sustancias sicotrpicas capaces de provocar graves efectos txicos o
daos considerables a la salud.
En general, podemos concluir que las drogas sintticas forman parte de un mercado,
de alta complejidad investigativa, desde diferentes pticas:
1. Las organizaciones criminales desarrollan su actividad de sntesis y venta
de nuevas drogas de diseo ms accesibles, en cuanto a precio y forma de
obtenerlas On line.
2. Por un lado, se trata de drogas que requieren slo sustancias qumicas para
su elaboracin, situacin que las convierte en productos de fcil manufactura en abundancia.
3. La facilidad para elaborar este tipo de sustancias hace que se puedan generar gran cantidad de combinaciones qumicas, a fin de burlar permanentemente los sistemas de control.
4. Se fabrican en laboratorios clandestinos domsticos o rsticos, de bajo costo.
5. Se puede acceder a precursores qumicos, sin mayor exigencia de
fiscalizacin.
6. La venta de estas drogas ha proliferado gracias a los medios electrnicos
disponibles, como es el caso de Internet; y se expenden bajo denominaciones legales, a fin de favorecer su impunidad, como es el caso por ejemplo
de las sales de bao. Es por ello que resulta indispensable investigar el
contenido de las diferentes pginas Web que puede contener indicios
de venta de drogas de diseo. De igual forma sugerimos la revisin de
Blogs donde consumidores proporcionan las recetas necesarias para la
sntesis de estas sustancias.

147

Artculos

Unidad Especializada de Trfico Ilcito de Drogas y Estupefacientes

RECURSO DE NULIDAD RECHAZADO. TRFICO ILCITO DE PEQUEAS


CANTIDADES DE DROGA. ACTUACIONES POSTERIORES AL CIERRE DE LA
INVESTIGACIN. NECESIDAD DE DETERMINACIN DE LA PUREZA DE LA DROGA
Tribunal: Corte Suprema
Resumen:
No ha podido existir infraccin de la garanta de un debido proceso por haberse emitido y recibido el Protocolo de Anlisis Qumico de la droga despus del cierre de la
investigacin.
La conducta tipificada en el artculo 4 de la Ley N20.000, slo requiere que el objeto
material lo constituyan pequeas cantidades de sustancias o drogas estupefacientes
o sicotrpicas, productoras de dependencia fsica o psquica, o de materias primas
que sirvan para obtenerlas, sea que se trate de las indicadas en los incisos primero o
segundo del artculo 1, capaces o no de provocar graves efectos txicos o daos considerables a la salud, por lo que la pureza de la sustancia traficada no es una exigencia
del tipo penal, ya que respecto de sta el legislador slo se refiere a pequea cantidad,
concepto regulativo cuyo contenido queda entregado a los jueces de la instancia.
Hay voto de minora de los Ministros Carlos Knsemller L. y Lamberto Cisternas
R., quienes estuvieron por acoger el recurso slo por el reclamo planteado en la causal
del artculo 373 letra b) del Cdigo Procesal Penal, relativo a la falta de determinacin del grado de pureza de la droga1.
Texto Completo:

Arica el catorce de marzo recin


pasado, por la que se conden a
Eduardo Guillermo Ruiz Molina a
la pena de quinientos cuarenta y un
das de presidio menor en su grado
medio, accesoria de suspensin de
cargo u oficio pblico mientras dure
la condena, ms el pago de las costas de la causa y una multa de diez
unidades tributarias mensuales como

Santiago, veintisis de mayo de dos


mil catorce.
VISTOS:
En estos antecedentes rol nico
N1100886530-4 e interno del tribunal 324- 2013, se dict sentencia
por el Tribunal Oral en lo Penal de
1

Ver en el mismo sentido la sentencia dictada por la Corte Suprema en los autos ingreso
N7.785-2014, el da 27 de mayo de 2014, en la que, en su considerando 7, al decidir
sobre un reclamo similar y al pronunciarse respecto de la causal del artculo 373 letra b) del
Cdigo Procesal Penal, se declara que la ausencia de informacin acerca del grado de pureza
y concentracin en el peritaje agregado en autos, no tiene el significado que el recurrente
pretende, esto es, que en la especie se verifique la concurrencia de una figura atpica.

149

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

autor del delito de trfico ilcito de


pequeas cantidades de estupefacientes y sustancias psicotrpicas,
perpetrado el da 30 de agosto de
2011, en la ciudad de Arica.

cia del Ministerio de Salud, Instituto


de Salud Pblica de Chile, Departamento de Salud Ambiental, Sub
departamento de Sustancias Ilcitas,
Seccin Anlisis de Drogas, por la
que se emiti el Protocolo de Anlisis Qumico Cdigo nmero 252462011-M1-1, de la muestra incautada
en la investigacin.

En contra del referido fallo el defensor penal pblico don Alejandro


Cox Betancourt, por el imputado,
interpuso recurso de nulidad por la
causal del artculo 373 letra a) del
Cdigo Procesal Penal, de manera
principal, y por la de la letra b) del
mismo precepto, en forma subsidiaria, el que se conoci en la audiencia pblica de seis de mayo pasado,
con la concurrencia y alegatos del
abogado del acusado don Claudio
Fierro y por el Ministerio Pblico el
abogado don Jorge Valladares, citndose a la lectura de la sentencia para
el da de hoy, segn consta del acta
de fojas 43.

Reclama que dicha anomala fue


planteada en el juicio, desestimndose en el fallo sin fundamento
suficiente, con la sola indicacin de
tratarse de una prueba incorporada
en el auto de apertura del juicio oral.
Como causal subsidiaria se invoc
la prevista en la letra b) del mismo
artculo 373, fundado en la errnea
aplicacin del artculo 1 del Cdigo
Penal, al considerar como delito una
conducta carente de antijuridicidad
material. Para estos efectos refiere
que el legislador estableci para este
tipo penal en el artculo 43 de la Ley
N20.000, la obligacin de elaborar
un protocolo de anlisis qumico de
la sustancia decomisada, en el que se
debe identificar el producto, su peso
o cantidad, naturaleza, contenido,
composicin y grado de pureza,
como asimismo un informe sobre
los componentes txicos y psicoactivos asociados, los efectos que produzca y la peligrosidad que reviste
para la salud pblica, lo que en este
caso no se acat, porque el protocolo
de anlisis de la droga no indica la
pureza de la sustancia incautada, lo
que impide considerarla como de
aquellas previstas en el artculo 1 de
la Ley N20.000, ya que no podra
predicarse a su respecto que constituye el objeto material prohibido

CONSIDERANDO:
PRIMERO: Que la causal principal
se funda en la contravencin sustancial a las normas del debido proceso,
garantes de la legalidad de los actos
del procedimiento, que consagran a
su vez tratados internacionales ratificados por Chile que se encuentran
vigentes como el caso del artculo
11 de la Declaracin Universal de
Derechos Humanos y 8 de la Convencin Americana de Derechos
Humanos, todo lo cual se infringi
como consecuencia de haberse realizado actos de investigacin por
parte del Ministerio Pblico con
posterioridad al cierre de la misma,
lo que ocurri el 27 de febrero de
2012, pues dos das despus, el 29
del mismo mes, se verific una peri150

Fallos

Unidad Especializada de Trfico Ilcito de Drogas y Estupefacientes

por el legislador. No obstante dicho


yerro, el fallo estim como delito una
conducta que no lo es, vulnerando
con ello la exigencia de tipicidad de
la conducta, incurriendo adems la
errnea aplicacin del artculo 4 en
relacin al 1 de la Ley N20.000, al
afectar el principio de lesividad limitador del ius puniendi estatal.

fecha de recepcin del Oficio Reservado 25248 de 29 de febrero de


2012, que contiene el Protocolo de
anlisis qumico de la droga, adems
del informe de efectos y peligrosidad
para la salud pblica de la cocana.
Luego, en relacin a las circunstancias constitutivas de la causal de
infraccin de ley establecida en el
artculo 373 letra b) del cdigo del
ramo, se reprodujo nuevamente la
copia del protocolo de anlisis qumico y el informe de efectos y peligrosidad de la cocana, de 29 de
febrero de 2014.

Concluye solicitando que, por la


causal principal, se anule el juicio y
la sentencia determinando el estado
en que hubiere de quedar el procedimiento a fin de que un tribunal no
inhabilitado disponga la realizacin
de un nuevo juicio oral en el que
debe ser excluida la prueba rendida
por la perito qumico Paola Fuentes
Azcar y el informe sobre efectos y
peligrosidad para la salud pblica de
la cocana base.

En relacin a la prueba de audio


ofrecida la defensa manifest en
estrados su decisin de prescindir de
ella.
TERCERO: Que en torno al captulo principal, no se visualiza por
estos sentenciadores en qu podra
haber consistido la infraccin a
la garanta constitucional que se
dice amagada, pues como refiere el
motivo sexto del fallo, la pericia de la
sustancia decomisada no fue incorporada como prueba documental,
sino en la forma ordinaria prevista
en el artculo 319 del Cdigo Procesal Penal mediante la declaracin de
la perito Paola Fuentes en juicio, la
cual dio cuenta en esa misma sede de
la pericia, la metodologa empleada
para su anlisis y sus conclusiones.

Por la causal subsidiaria solicita que


se invalide la sentencia recurrida y
en su lugar se dicte un fallo de reemplazo absolutorio.
SEGUNDO: Que la defensa ofreci y produjo en la audiencia de la
vista del recurso prueba documental consistente en la lectura resumida del acta de audiencia de 27
de febrero de 2012 por la que se
decret el cierre de la investigacin;
del Protocolo de Anlisis Qumico
muestra 25246-2011.M1-1, contenido en el Reservado 25248 de 29
de febrero de 2012 del Instituto de
Salud Pblica que contiene adems
el informe de efectos y peligrosidad
para la salud pblica de la cocana,
fechados 29 de febrero de 2014; y de
la copia de certificacin del Servicio
de Salud de Arica en que consta la

La prueba cuestionada fue ofrecida


en el auto de apertura de juicio oral,
conforme a lo dispuesto en el artculo 277 del Cdigo Procesal Penal
y luego de haber superado el examen
151

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

a que se refiere el artculo 276 de ese


mismo estatuto, se present al juicio.

transcendente del derecho al debido


proceso.

En tal entendimiento, no se trata de


una prueba que la defensa hubiere
desconocido y le hubiere producido desventaja, pues las diligencias requeridas por el Ministerio
Pblico para efectos de determinar
la naturaleza de la sustancia, fueron
conocidas por la defensa, como se
desprende del mismo fallo y se llevaron a cabo con antelacin al cierre
de la investigacin, despus del cual
slo se agreg el Protocolo de Anlisis Qumico de la droga y el informe
de Efectos y Peligrosidad para la
Salud Pblica de la Cocana.

QUINTO: Que en lo que respecta


a la causal subsidiaria contemplada
en la letra b) del artculo 373 del
Cdigo Procesal Penal por la que
se sostiene que no habra afectacin
del bien jurdico protegido dado que
la pericia incorporada al juicio no
da cuenta del grado de pureza de
la droga, tambin ser desestimada,
habida cuenta que tratndose de
cocana base, el bien jurdico protegido no es otro que la salud pblica.
SEXTO: Que el hecho que se tuvo
por establecido, transcrito en el
motivo undcimo del fallo y por el
cual result condenado Ruiz Molina,
fue calificado como constitutivo del
delito de trfico ilcito de pequeas
cantidades de droga descrito y sancionado en el artculo 4 en relacin
con el 1 de la Ley N20.000, que
penaliza a quienes, sin la competente
autorizacin, posean, transporten,
guarden o porten consigo pequeas
cantidades de sustancias o drogas
estupefacientes o sicotrpicas productoras de dependencia fsica o
squica o de materias primas que sirvan para obtenerlas, tratndose en el
caso de las contempladas en el inciso
1 del artculo 1 de la misma Ley,
esto es, de aqullas capaces de provocar graves efectos txicos o daos
considerables a la salud.

En sntesis, no hay ningn vicio que


afecte la licitud de la evidencia, pues
la defensa siempre dispuso de los
medios suficientes para desvirtuar
el valor de esa prueba, ya sea en el
contrainterrogatorio de la perito que
analiz la evidencia, o bien produciendo prueba de descargo mediante
la realizacin de otra pericia, al tenor
del artculo 320 del Cdigo Procesal
Penal.
CUARTO: Que, en todo caso, la
exclusin pretendida fue debatida y
resuelta en las instancias procesales
correspondientes, de manera que al
tribunal oral slo le restaba pronunciarse respecto a su valor, cuestin
sobre la que se razona latamente en
la sentencia, de manera tal que la
presunta vulneracin de garantas
fundamentales no se sustenta en los
hechos que se relatan, por cuanto
el supuesto vicio no se ha relacionado con una afectacin concreta y

SPTIMO: Que la conducta tipificada en el artculo 4de la Ley


N20.000 slo requiere que el objeto
material lo constituyan pequeas
cantidades de sustancias o drogas estupefacientes o sicotrpicas, productoras
152

Fallos

Unidad Especializada de Trfico Ilcito de Drogas y Estupefacientes

de dependencia fsica o psquica, o de


materias primas que sirvan para obtenerlas, sea que se trate de las indicadas
en los incisos primero o segundo del
artculo 1, capaces o no de provocar
graves efectos txicos o daos considerables a la salud, que se describen y
clasifican en los artculos 1 y 2 del
Reglamento de la Ley N20.000.
Luego, segn el claro tenor de la
norma, no es una exigencia del tipo
penal la pureza de la sustancia traficada, ya que respecto de sta el
legislador slo se refiere a pequea
cantidad, concepto regulativo cuyo
contenido queda entregado a los
jueces de la instancia. As las cosas,
resulta inconcuso que lo incautado,
aun desconocindose su concentracin, fue cocana base, capaz de
producir daos considerables a la
salud, segn dio cuenta en audiencia
la perito Fuentes Azcar, quien se
refiri a la capacidad adictiva y toxicidad de dicha sustancia y su afectacin a nivel del sistema nervioso
central, destacando que su consumo
aumenta el riesgo de producir trombosis, derrame cerebral y paranoia
transitoria y que su uso continuo
ocasiona daos a nivel cardiorrespiratorio, cerebral y cardiovascular, lo
que puede provocar un infarto. Por
otra parte, se debe tener presente
que es la propia Ley 20.000, en su
artculo 63, la que ha establecido que
ser un reglamento el que seale las
sustancias a que se refiere el artculo 1 del referido cuerpo legal. A
tal efecto, el D.S. 867 del ao 2008,
que reemplaz el D.S. 565 del ao
1995, clasifica las sustancias estupefacientes o sicotrpicas productoras
de dependencia fsica o squica en

dos listas (artculos 1 y 2), dependiendo de si son capaces de provocar


graves efectos txicos o daos considerables a la salud, o no, haciendo
expresa mencin a la preceptuado en
el inciso primero del artculo 1 de la
Ley 20.000. Y la cocana se encuentra contemplada en el artculo 1 del
citado Reglamento, entre aquellas
drogas o sustancias estupefacientes o
sicotrpicas que son capaces de provocar graves efectos txicos o daos
considerables a la salud.
OCTAVO: Que el protocolo de
anlisis a que alude el artculo 43 de
la Ley 20.000 -y respecto del cual se
vale el recurrente para sostener que
estamos ante una conducta carente
de antijuridicidad material- no altera
lo que antes se ha dicho, desde que
ste no est destinado a cumplir el
rol que el recurso pretende, y prueba
de ello es que se encuentra regulado
dentro del ttulo referido a la competencia del Ministerio Pblico y
especficamente dentro del prrafo
sobre medidas para asegurar el
mejor resultado de la Investigacin.
De manera que los elementos que
all se enuncian y sobre los cuales ha
de pronunciarse el servicio de salud
-peso, cantidad, composicin y grado
de pureza- le permitirn tener al juez
un mejor conocimiento de las caractersticas de la droga incautada, pero
en ningn caso servirn para concluir que dadas tales caractersticas,
la sustancia en cuestin -cocana,
en la especie- deja de ser tal. Por el
contrario, el informe que indique el
grado de pureza de la droga constituir una herramienta til para
decidir si se est en presencia de un
153

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

consumidor o de un traficante, criterio que tuvo en consideracin el


artculo 4 de la Ley 20.000 en su
inciso final, al incorporarlo como un
elemento de juicio ms.

y Cisternas, quienes estuvieron por


acoger el recurso deducido por la
causal subsidiaria invocada del artculo 373 letra b) del Cdigo Procesal Penal, por haberse infringido
a su juicio el artculo 4 de la Ley
N20.000 y, en consecuencia, fueron
del parecer de anular la sentencia
impugnada y emitir la correspondiente de reemplazo que se ajuste a
la ley, de acuerdo a lo previsto en el
artculo 385 del citado cdigo, porque se ha condenado a una persona
por un hecho ilcito que la ley no
considera tal, teniendo para ello presente las siguientes consideraciones:

NOVENO: Que la prueba rendida en la audiencia de la vista del


recurso en nada altera lo concluido,
porque sta no acredita que los elementos incriminatorios de que se
vali el tribunal se hubieren obtenido con transgresin de alguna
garanta constitucional y porque, en
lo que atae a la causal subsidiaria,
el documento al que se ha dado lectura, consistente en el protocolo de
anlisis de la sustancia incautada,
no es suficiente para estimar que lo
que se examin corresponda a una
sustancia distinta de aquellas comprendidas en el artculo 1 de la Ley
N20.000 en trminos de considerar
que se sanciona una conducta que
no est penalizada en esa normativa
especial.

1.- Que una innovacin importante


introducida en esta materia por la
Ley N20.000, respecto de su antecesora la Ley N19.366, fue la exigencia
de indicar en los respectivos protocolos de anlisis de droga la determinacin de la pureza de la misma,
modificacin que fuera incluida en
segundo trmite Constitucional por
la Comisin de Constitucin, Legislacin, Justicia y Reglamento del
Senado, a propuesta del entonces
Consejo Nacional para el Control
de Estupefacientes (CONACE), la
cual fue sugerida a su turno por el
propio Ministerio Pblico ( Historia de la Ley N20.000, Biblioteca
del Congreso Nacional, pginas
935-936). El artculo 43, aprobado
por la Cmara Alta reza:
El
Servicio de Salud deber remitir al
Ministerio Pblico, en el ms breve
plazo, un protocolo del anlisis qumico de la sustancia suministrada,
en el que se identificar el producto
y se sealar su peso o cantidad, su
naturaleza, contenido, composicin y

Por estas consideraciones y de


acuerdo tambin a lo establecido
en los artculos 372, 373 letra a),
376, 384 y 386 del Cdigo Procesal
Penal, SE RECHAZA el recurso de
nulidad promovido por el abogado
don Alejandro Cox Betancourt,
en representacin del imputado
Eduardo Guillermo Ruiz Molina,
en contra de la sentencia de catorce
de marzo de dos mil catorce, incorporada en copia de fojas 1 a 10 de
este cuaderno, la que, por ende, no
es nula, como tampoco lo es el juicio
oral que le sirvi de antecedente.
Acordada con el voto en contra de
los Ministros Sres. Knsemller
154

Fallos

Unidad Especializada de Trfico Ilcito de Drogas y Estupefacientes

grado de pureza, como, asimismo, un


informe acerca de los componentes
txicos y sicoactivos asociados, los
efectos que produzca y la peligrosidad que revista para la salud pblica.

Es evidente que la exigencia de


obtener el protocolo de marras
cuando se investiga una conducta
supuestamente tpica de trfico ilegal de estupefacientes responde a un
objetivo procesal y penal determinado, vinculado a la acreditacin por
el Ministerio Pblico de la existencia del hecho ilcito indagado. En tal
virtud la ausencia de ese dictamen,
con todas las verificaciones requeridas por la ley, deber obstar a esa
acreditacin y acarrear consecuencias relevantes en el Derecho Penal
material

Conservar, en todo caso, una determinada cantidad de dicha sustancia


para el evento de que cualquiera de
los intervinientes solicite nuevos
anlisis de la misma, de conformidad
a los artculos 188, inciso tercero, y
320 del Cdigo Procesal Penal.
Esta muestra se conservar por el
plazo mximo de dos aos, al cabo
del cual se destruir. De los procedimientos administrativos de destruccin se levantar acta, copia de la
cual deber hacerse llegar al Ministerio Pblico dentro de quinto da
de haberse producido.

3.- Conviene tener presente que los


bienes jurdicos no pueden concretarse mediante una definicin per
genus proximum et diferentiam specificam, sino que, ms bien, han de
identificarse por el papel que desempean: son lo que fundamenta
prima facie el castigo. Parece, pues,
ms acertado que atribuirles un contenido concreto, delimitarlos atendiendo a la funcin procedimental
que cumplen en el discurso jurdico.
El bien jurdico es, desde esa perspectiva, lo que constituye el primer
momento justificativo de la injerencia penal en la libertad. (M. Cobo
del Rosal T.S. Vives Antn, Derecho Penal, Parte General, 5 edicin,
tirant lo Blanch, 1999, p. 319)

Efectuado el anlisis a que se refiere


el inciso primero, los precursores
y sustancias qumicas esenciales
debern ser enajenados en la forma
dispuesta en el inciso cuarto del artculo 40.
2.- Que con esta modificacin, a
juicio de los disidentes, el legislador del ao 2005 vino a insistir en
la identificacin de la salud pblica
como bien jurdico tutelado por
el delito contemplado en la ley del
ramo, al requerir del ente acusador
que pruebe en el juicio la peligrosidad para la salud colectiva, de la sustancia especfica requisada, mediante
el informe tcnico que, entre otros
elementos, debe precisar la composicin y grado de pureza del producto
examinado.

Se han asignado al bien jurdico una


pluralidad de funciones, entre las
cuales cabe destacar, por su especial
trascendencia -en el caso que nos
ocupa- la de garanta; sta cobra
sentido si se afirma que, consistiendo
el delito esencialmente en la lesin o
puesta en peligro de un bien jurdico,
el poder punitivo del Estado queda
155

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

sometido a determinados lmites:


el legislador no puede castigar cualesquiera conductas, sino solamente
aqullas que lesionan o pongan en
peligro bienes jurdicos. (M. Cobo
del Rosal. T.S. Vives Antn. cit., p.
324) Una visin liberal del Derecho Penal no puede atribuir a ste
otra tarea que la de amparar, a travs de la fuerza coactiva del Estado,
determinados bienes jurdicos, esto
es, intereses individuales o colectivos juzgados indispensables para
la convivencia social. Luego, ha de
ser el dao social el fundamento y
medida de la pena prevista por la
ley en un Estado de Derecho, y no
consideraciones respecto a la fidelidad o al sentimiento de las personas
frente a dicha organizacin estatal,
propias de los regmenes totalitarios
del siglo pasado. (Sergio Politoff L.,
Jean Pierre Matus A., Mara Cecilia
Ramrez G., Lecciones de Derecho
Penal Chileno, Parte General, 2004,
p. 65) El principio de lesividad
se alza as como uno de los limitativos del ius puniendi del Estado y
obliga -tambin en el mbito del
enjuiciamiento- a establecer la real
daosidad social de la conducta
incriminada, sobre todo, cuando este
factor ha sido especficamente considerado para la tipificacin y penalizacin de determinados hechos
ilcitos, por ejemplo artculos 1 y 4
de la Ley N20.000.

cada de trfico ilegal- derivado de su


naturaleza, peso o cantidad, contenido, composicin y grado de pureza.
Esta Corte ha resuelto que si el
informe regulado en el artculo 43
de la Ley N20.000 no estableci la pureza o concentracin de la
droga, sino nicamente la presencia
de cocana base, resulta imposible
determinar si ella tiene o no idoneidad o aptitud como para producir
graves efectos txicos o daos considerables en la salud pblica y, en
consecuencia, los hechos tenidos por
comprobados no pueden ser castigados como trfico de sustancias estupefacientes o sicotrpicas conforme
al artculo 4 de la ley citada. (SCS,
25.07.2012, Rol 4215-12). Carece
de relevancia la circunstancia de que
en el caso recin citado la sustancia pesquisada contena carbonatos
inorgnicos en sus componentes o
daosidad, que comnmente se utilizan para aumentar la droga, ya que
el elemento que lo enlaza con el
actual es la carencia de informe sobre
la pureza de la sustancia dubitada y
su composicin, lo que redunda en la
imposibilidad de adquirir la certeza
demandada por el artculo 340 del
Cdigo Procesal Penal respecto de
la lesividad o daosidad social de la
conducta atribuida al enjuiciado.
5.- Que en el caso que se revisa la
sustancia incautada correspondi
a 6,4 gramos netos, que se dice ser
cocana base, sin embargo, al no
constar el porcentaje de pureza y
el de su posible adulteracin con
alguna sustancia de corte, ello
impeda determinar en concreto si
lo aprehendido era verdaderamente

4.- Que, tratndose de la infraccin


penal que interesa, su lesividad
consiste en el peligro concreto que
para la salud pblica debe revestir la
sustancia estupefaciente respectiva
-objeto material de la accin califi156

Fallos

Unidad Especializada de Trfico Ilcito de Drogas y Estupefacientes

daino para la salud de todos los


ciudadanos, poniendo efectivamente
en peligro el bien jurdico protegido
por el legislador.

intentado por la causal de errnea


aplicacin del derecho.
En atencin a lo resuelto por el tribunal oral a fojas 25 de este cuaderno y lo dispuesto en el artculo
37 de la Ley N18.216, remtanse los
antecedentes a la Corte de Apelaciones de Arica para que se pronuncie
sobre el recurso de apelacin que se
ha deducido en forma subsidiaria a
la nulidad que ha sido desestimada
y que fuera concedido el veinticinco
de marzo del ao en curso.

6.- Que de acuerdo al estndar probatorio alcanzado en la investigacin


a cargo del ente persecutor, lo nico
acreditado fue que el recurrente
port una dosis de algo en la que
haba cocana, pero en una proporcin y con un potencial de daosidad que en el hecho se ignora, y
que por lo mismo debe presumirse,
razonamiento que vulnera principios bsicos de un sistema acusatorio
como el que nos rige.

Regstrese y devulvase con su


agregado.
Redaccin a cargo del Ministro Sr.
Knsemller y la disidencia, sus
autores.

7.- Que en estas circunstancias, y


como mientras no se haya mostrado
con claridad que una determinada
conducta humana produce efectos socialmente daosos, debe quedar liberada de amenaza penal (W.
Hassemer, Fundamentos del Derecho Penal, Barcelona, 1984, p. 39),
no cabe entender cometida la infraccin que consagra el artculo 4 de la
citada ley, por lo que a juicio de estos
disidentes debi acogerse el libelo

Rol N7470-14.
Pronunciado por la Segunda Sala
integrada por los Ministros Sres.
Milton Juica A., Carlos Knsemller
L., Haroldo Brito C., Lamberto Cisternas R. y Sra. Andrea Muoz S.
Autorizada por la Ministro de Fe de
esta Corte Suprema.

157

Fallos

Unidad Especializada de Trfico Ilcito de Drogas y Estupefacientes

RECURSOS DE NULIDAD RECHAZADOS. PREPARACIN DEL RECURSO.


OBLIGACIN DE REGISTRO DE LAS ACTUACIONES. CALIFICACIN JURDICA:
CONSUMO O TRFICO DE PEQUEAS CANTIDADES DE DROGA
Tribunal: Corte Suprema
Resumen:
RESPECTO A LA PREPARACIN DE UN RECLAMO: En el considerando
6 se rechaza la causal del artculo 373 letra a) del Cdigo Procesal Penal invocada
en uno de los recursos, en el entendido que respecto a un reclamo por falta de registro
de una orden judicial de entrada y registro de un inmueble este no haba sido preparado segn lo exige el artculo 377 del Cdigo Procesal Penal. Para eso la Sala Penal
cita la sentencia del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal en la parte que resume las
alegaciones de la defensa. En el extracto de sus alegatos de apertura, el letrado indica
que no cuestionar la tenencia de la droga, sino el objeto de su posesin, vinculado
solamente a un fin teraputico; mientras que en su exposicin de clausura alude a Los
funcionarios policiales cuando obtienen las rdenes del juez de Garanta, de las que
no qued soporte de tales autorizaciones.
Agrega la Sala Penal que la defensa mediante este recurso impugna el juicio oral y
la sentencia, siendo que admiti la existencia de una orden judicial para el ingreso
y registro y que hizo presente, adems, la omisin de una constancia de la misma,
pero decidi, finalmente no atacar dicha falta de procedimiento, a pesar de haberla
considerado como la base de las peticiones de exclusin de prueba en la audiencia de
preparacin de juicio oral.
Concluye la Sala Penal declarando que el recurso contiene una alegacin nueva no
conocida por el tribunal de juicio oral, lo que hace que sean inadmisibles los planteamientos por falta de preparacin.
Respecto a la falta de preparacin indica que debe existir de parte del recurrente un
reclamo sostenido durante el proceso respecto de la irregularidad que estima infractora de sus garantas constitucionales, de manera que, en el caso en comento, al haber
abandonado dicho reclamo, no le est permitido revivirlo por la va de un recurso
de nulidad, ms an cuando se pretende invalidar un juicio oral en que no se verti
dicha alegacin, y una sentencia que, consecuentemente no emiti pronunciamiento
sobre sta.
RESPECTO A LA OBLIGACIN DE REGISTRO DE LAS ACTUACIONES: En el mismo considerando y respecto a ese tpico, la Sala Penal declara que la
obligacin de registro tiene como sentido y propsito el garantizar al imputado y su
defensa el acceso a la informacin que arroje la investigacin, ya que as se asegura
que el denunciado pueda ejercer adecuadamente su defensa desde las primeras actuaciones del procedimiento.
159

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

Agrega que la correcta solucin de los distintos eventos en que se encuentre en


juego un supuesto incumplimiento, por parte del fiscal o la polica, de su obligacin de
registro, debe ser hallada luego de una interpretacin sistemtica que incluye los arts.
8 y 374 letra c) de la codificacin adjetiva en materia criminal, en el hecho de que tal
omisin de registro le hubiere impedido a la defensa ejercer las facultades que la ley le
otorga, excluyndose por tanto la anulacin del juicio oral y la sentencia y, en su caso,
de la audiencia de preparacin del juicio oral, en aquellos casos en que tal ejercicio no
ha sido efectivamente coartado (SCS 4883-13, 25 de septiembre de 2013). As, la
falta de registro por s sola no puede ser estimada como suficiente vulneracin de los
derechos de la defensa, sino que se requiere que se produzca indefensin a causa de
este incumplimiento, situacin que el libelo debe encargarse de explicar y demostrar,
desarrollo que en este caso no se presenta.
TRFICO DE PEQUEAS CANTIDADES DE DROGA & CONSUMO:
En el considerando 8, la Sala Penal se pronuncia sobre las alegaciones de una defensa
que exigan calificar la conducta como consumo de droga y no microtrfico. Al respecto
se indica que el tipo penal antes descrito requiere una determinacin judicial en
orden a entender que el estupefaciente incautado constituye una pequea cantidad,
decisin para la cual la ley no fija un baremo determinado, dejando en poder de los
sentenciadores dicha calificacin, actuacin para la cual deben atender a las circunstancias que rodean la comisin del ilcito. As, no es posible establecer una errnea
aplicacin del derecho sin cuestionar los elementos circundantes del hecho punible que
el tribunal est obligado a considerar para efectuar una calificacin de los hechos,
impugnacin que no aparece contenida en el recurso, que se dedica slo a mencionar
los antecedentes de la causa que pueden llevar, en concepto del recurso, a determinar
que se trata de la figura penal del artculo 4 de la Ley N20.000, pero sin atacar la
fundamentacin de la sentencia por la va de la causal de nulidad pertinente.
Texto Completo:

en grado consumado, perpetrado


el da 02 de mayo de 2013, en la
ciudad de Chilln, a sufrir la pena
de cinco aos y un da de presidio
mayor en su grado mnimo, multa de
40 Unidades Tributarias Mensuales,
accesorias pertinentes y costas. Dispuso el cumplimiento efectivo de la
pena, efecta los abonos pertinentes,
decreta el comiso de telfonos celulares, carteras de material sinttico,
un bolso y dinero por un total de
$588.000.-.

Santiago, veintiocho de mayo de dos


mil catorce.
VISTOS:
El Tribunal de Juicio Oral en lo
Penal de Chilln conden en procedimiento ordinario, por sentencia
de veintisis de marzo de dos mil
catorce, a los imputados Juan Bernardo Venegas Mella, Erika Del
Carmen Cspedes Agurto y Marcela Del Carmen Venegas Mella
como autores del delito consumado
de trfico ilcito de estupefacientes

La defensa de cada uno de los acusados, por separado, dedujo recursos de


nulidad, los que fueron admitidos a
160

Fallos

Unidad Especializada de Trfico Ilcito de Drogas y Estupefacientes

tramitacin por resolucin de fs. 74,


fijndose a fs. 75 la audiencia que se
llev a cabo para su conocimiento.

Subsidiariamente, considera que


debi ser estimada como autora de
trfico de pequeas cantidades de
estupefacientes, dado el peso de la
droga incautada y su distribucin
en 11 bolsas. Agrega que el fiscal en
juicio oral afirm que la conducta
de la acusada podra ser constitutiva
de microtrfico y cita jurisprudencia
que avala su tesis.

A fs. 80 se incorpor el acta que da


cuenta de su realizacin.
CONSIDERANDO:
PRIMERO: Que el recurso de la
defensa de Erika Cspedes Agurto
invoca nicamente la causal del artculo 373 letra b) del Cdigo Procesal Penal, alegando a su respecto
una errnea aplicacin del artculo
3 de la Ley N20.000, desde que se
trata de una consumidora habitual
de cocana. Para ello destaca que
se encontr en su poder 17.6 gramos de clorhidrato de cocana de
48% de pureza, cantidad que resulta
concordante con la hiptesis de
consumo, de la que dan cuenta los
dichos de los otros acusados, de su
pareja Rodrigo Charln, su sobrino
Nicols Salcedo, su hija Roco Heredia, de los funcionarios policiales
Camilo Snchez Tovaras y Priscila
Maureira Nez en cuanto afirman
que la acusada les inform que consume drogas; y del perito tecnlogo
mdico Wladimir Fierro, quien da
cuenta de un anlisis positivo para
deteccin de cocana en la imputada. Con ello, la conducta de Erika
Cspedes Agurto encuadra en la eximente de responsabilidad penal del
artculo 4 inciso primero de la Ley
N20.000 al encontrarse con droga
que estaba destinada a su consumo
exclusivo, personal y prximo en el
tiempo; por lo que hubo un error al
aplicarle una pena por un hecho no
constitutivo de delito.

Asevera que de haberse aplicado


correctamente el derecho se habra
absuelto a la acusada, o habra sido
condenada a una pena sustancialmente inferior, por lo que solicita
se anule la sentencia y se dicte una
de reemplazo en que se absuelva a
Erika del Carmen Cspedes Agurto
de la acusacin que la supuso autora
del delito de trfico ilcito de drogas;
o subsidiariamente, que se recalifique
el delito a trfico de pequeas cantidades de drogas y en consecuencia se
la condene a la pena de 541 das de
presidio menor en su grado medio,
se le conceda la remisin condicional
de la pena, se la exima del pago de la
multa o se la rebaje y se le otorguen
parcialidades para su pago, o se fijen
las penas que se determinen con
arreglo a derecho.
SEGUNDO: Que el recurso de
nulidad deducido por la defensa de
Marcela Venegas Mella se asila en
primer trmino en la causal del artculo 373 letra a) del Cdigo Procesal
Penal, y alega la infraccin de lo dispuesto en los artculos 5, 7, 19 N3
inciso sexto y N5, todos de la Constitucin Poltica de la Repblica; los
artculos 11 N1 de la Declaracin
Universal de Derechos Humanos,
14 N2 del Pacto Internacional de
161

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

Derechos Civiles y Polticos, 8 N2


de la Convencin Americana de
Derechos Humanos; y los artculos 9, 21 y 227 del Cdigo Procesal
Penal.

se dio. Adicionalmente indica que


se incurri en infraccin al derecho
a la inviolabilidad del hogar, ya que
debe entenderse que la polica nunca
estuvo facultada para el ingreso porque no basta con que tericamente
se haya otorgado la autorizacin
prevista por la ley; y en la transgresin del derecho a ser juzgado en un
proceso previo y legalmente tramitado, al haberse admitido en juicio
oral prueba que no debi aceptarse.

Relata que el da 02 de mayo de


2013, ante una supuesta autorizacin
verbal de entrada y registro ms una
orden de incautacin, personal de
la Brigada Antinarcticos ingres
al domicilio de su defendida ya que
segn escuchas telefnicas se dedicaba a la venta de drogas. En dicho
lugar se incautan a esa acusada 296.7
gramos de marihuana a granel, 10
cigarrillos artesanales contenedores
de 5.3 gramos de la misma sustancia y 49.5 gramos de cocana. Prosigue indicando que en la audiencia
de preparacin de juicio oral solicit
la exclusin de prcticamente toda
la prueba de cargo ya que no aparece soporte o constancia alguna de
que efectivamente se hubiesen otorgado las rdenes que autorizaban
la entrada y registro y la posterior
incautacin de la droga encontrada
en el domicilio, obrando slo una
constancia en un informe policial;
sin embargo, tal peticin fue desechada por el juez de garanta.

Seala que la evidencia mencionada


es ilcita, por lo que se infringieron
las garantas invocadas al valorarla
positivamente y legitimar el juzgamiento con prueba obtenida de
forma ilegal, y al omitir el tribunal
su obligacin de garantizar el orden
institucional de la Repblica, ocasionndosele perjuicio ya que la acusada fue condenada, cuando debi
ser absuelta. Por ello solicita la nulidad del juicio oral y de la sentencia,
debiendo disponerse que el proceso
se retrotraiga hasta el estado procesal
de realizarse una nueva audiencia de
juicio oral por tribunal no inhabilitado, con la exclusin de las evidencias que indica.
Subsidiariamente impetr la causal
del artculo 373 letra b) del Cdigo
Procesal Penal, por cuanto en su
concepto se configur a favor de su
defendida la circunstancia atenuante
de colaboracin sustancial prevista
en el artculo 11 N9 del Cdigo
Penal, ya que habiendo varias personas en su domicilio al momento
del ingreso y deteccin de la droga
ella admiti que era de su propiedad
en vez de sindicarla a otro sujeto,
momento en que no haba prueba

Luego alude a la presuncin de inocencia, el principio de legalidad y el


derecho a la inviolabilidad del hogar
e indica que el Ministerio Pblico
infringi su obligacin de registro
contenida en los artculos 21 y 277
del Cdigo Procesal Penal, precisando que respecto de los casos
urgentes cabe aplicar el inciso final
del artculo 9 del mismo cdigo y
afirma que la falta de registro equivale a sealar que la autorizacin no
162

Fallos

Unidad Especializada de Trfico Ilcito de Drogas y Estupefacientes

suficiente para imputarle un ilcito


de trfico de estupefacientes.

aplicndosele la pena sustitutiva de


libertad vigilada intensiva.

Asevera que el fallo desestima la atenuante incurriendo en un error de


derecho porque se admite la colaboracin de su defendida al sealar
que hubo atisbos de reconocimiento,
situndose en el tiempo y lugar de
los hechos, pero se estiman insuficientes, agregando requisitos a la
minorante que no se indican y que
la norma no contempla. Explica
que la modificacin del precepto
contenido en el artculo 11 N9 del
Cdigo Penal persigui no identificarlo con una colaboracin cercana
a lo previsto en el artculo 340 del
Cdigo Procesal Penal, siendo contraproducente que se sostenga que la
atenuante slo puede ser reconocida
si la ausencia de confesin conduce
a una absolucin, mientras que se
declare por la ley la insuficiencia de
la sola confesin para condenar.

TERCERO: Que el recurso de


nulidad deducido por la defensa de
Juan Bernardo Venegas Mella invoc
nicamente la causal del artculo 374
letra e) del Cdigo Procesal Penal,
en relacin con los artculos 342 letra
c) y 297, ambos del mismo Cdigo.
Indica que no se han expuesto todos
los hechos que se dieron por probados en juicio, y que el tribunal fund
su fallo condenatorio justificando el
actuar policial, intentando encuadrar las declaraciones de los testigos para sustentar la existencia del
supuesto delito y la participacin de
su representado.
Precisa que la sentencia no discurre
por qu le atribuye participacin a
su defendido, ya que no realiza una
operacin que permita entender su
razonamiento sino que se limita a
reproducir las declaraciones de los
testigos. Seala que el funcionario Carlos Snchez Tovaras afirm
que se hizo un control de identidad al acusado -en que se le encontraron 1.5 gramos de cocana y 1.0
gramos de cannabis sativa- mucho
tiempo despus de haber abandonado el domicilio de su hermana, y
estando en el terminal de buses para
viajar de vuelta a Santiago. Expresa
que reclam de la tardanza de la
actuacin, lo que el tribunal justific como una cuestin de estrategia policial. Adems cuestiona la
conclusin que la droga haba sido
pagada previamente por la acusada
Cspedes ya que se bas en envos
de dinero efectuados un ao atrs;
y discute que las intercepciones

Seala que este error influye sustancialmente en el fallo porque la


acusada qued inhabilitada para
optar a una pena sustitutiva, ya que
habindosele reconocido la irreprochable conducta anterior, obran a su
favor dos minorantes sin agravantes,
por lo que era procedente rebajar la
pena, reduccin que en su concepto
no es facultativa. Por ello solicita
se invalide la sentencia y se dicte
una de reemplazo en que se reconozca a la acusada la circunstancia
atenuante del artculo 11 N9 del
Cdigo Penal, y atendido que le fue
reconocida la del artculo 11 N6, se
le rebaje la pena en un grado y se la
condene a 3 aos y un da de presidio menor en su grado mximo,
163

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

telefnicas dieran cuenta de que el


acusado viajara de Santiago a Chilln para transportar droga, ya que
en los dilogos le pide a su hermana, tambin acusada, que viaje y
le traiga esas cositas, contestando
ella s, las tortillas y ajes verdes;
por lo que segn la regla de tercero
excluido quien portara la droga era
ella, y slo puede colegirse un envo
de alimentos, aadiendo que hubo
numerosa prueba de descargo que
justificaba el viaje en la bsqueda de
alimentos de la zona para su madre,
de cumpleaos al da siguiente, y
para buscar $500.000 con ocasin
de la venta de una yegua, operacin
de la que se prest la declaracin de
testigos presenciales.

posea, transportaba, venda ni negociaba sustancias estupefacientes, sino


que portaba drogas para su consumo
personal. Sostiene que la condena se
bas slo en las declaraciones de tres
funcionarios policiales que no pueden sustentar sus conclusiones con
evidencias objetivas, ya que al imputado no se le encontraron balanzas,
dosificadores, dinero o armas, por
lo que la sentencia no cumple con
su obligacin de fundamentacin.
Afirma que el nico antecedente
de imputacin son los dichos de la
acusada Erika Cspedes, quien tiene
inters en las resultas del juicio.
Por ello solicita se invalide el juicio
oral y la sentencia, se determine el
estado en que deba quedar el procedimiento y se ordene la remisin
de los autos al tribunal no inhabilitado que correspondiere para que
disponga la realizacin de un nuevo
juicio oral.

Indica que de los dichos de la funcionaria policial Priscila Maureira


surge la duda razonable que la droga
fuera de la acusada Cspedes Agurto,
ya que la vieron llegar al domicilio
observado antes que su defendido,
agregando que la posesin est clara
en manos de su hermana Marcela
Venegas, quien segn el funcionario Cristian Prez era la persona
investigada. Aade que las similares caractersticas de los envoltorios
no permiten afirmar que el acusado
abasteci de droga a las dos mujeres,
ms an cuando de la declaracin de
la funcionaria Maureira surge que
la marihuana encontrada a ste no
se guardaba en los mismos paquetes que los encontrados en casa de la
imputada Venegas Mella.

CUARTO: Que al momento de


llevarse a cabo la audiencia para el
conocimiento del recurso, los intervinientes que ofrecieron prueba se
desistieron de rendirla.
QUINTO: Que previo a iniciar el
anlisis de las causales de nulidad
impetradas, cabe tener presente que
mientras unas pretenden la invalidacin del fallo, otras adems buscan se
reste valor al juicio oral que lo antecedi. Por lo mismo, se examinarn
las causales de nulidad comenzando
con aquellas que, de ser acogidas,
llevaran a invalidar el juicio oral y,
consecuentemente, la sentencia. Asimismo, dada la primaca de los derechos involucrados, se comenzar con

Asevera que no se puede reproducir


el razonamiento del tribunal para
establecer la comisin del delito de
parte de su defendido ya que no
164

Fallos

Unidad Especializada de Trfico Ilcito de Drogas y Estupefacientes

la causal que alega la vulneracin de


garantas constitucionales.

siendo que admiti la existencia de


una orden judicial para el ingreso
y registro; hizo presente, adems,
la omisin de una constancia de la
misma; y decidi, finalmente, no atacar dicha falta de procedimiento, a
pesar de haberla considerado como
la base de las peticiones de exclusin
de prueba en la audiencia de preparacin de juicio oral.

SEXTO: Que la causal del artculo


373 letra a) del Cdigo Procesal
Penal, impetrada por la defensa de
la acusada Marcela Venegas Mella,
denunci la infraccin de garantas
constitucionales porque en su opinin la condena se bas en prueba
ilcita obtenida en la prctica de una
diligencia de entrada y registro a su
domicilio sin contar con autorizacin judicial, dada la falta de constancia de la misma. Ahora bien, de
lo manifestado por los intervinientes
en la audiencia llevada a cabo para el
conocimiento del recurso, se extrae
que existe controversia respecto de
los presupuestos fcticos de la causal, desde que el representante del
Ministerio Pblico seal que la
existencia de la orden judicial para el
ingreso y registro fue admitida por la
defensa de Venegas Mella en el juicio oral.

As, lo cierto es que este recurso contiene una alegacin nueva no conocida por el tribunal de juicio oral, lo
que hace que sean inadmisibles los
planteamientos aqu vertidos. Ello,
por cuanto constituye una exigencia prevista por el artculo 377 del
Cdigo Procesal Penal que se haya
reclamado oportunamente del vicio
o defecto en que se funda el arbitrio, lo que significa que debe existir
de parte del recurrente un reclamo
sostenido durante el proceso respecto de la irregularidad que estima
infractora de sus garantas constitucionales, de manera que, en el caso
en comento, al haber abandonado
dicho reclamo, no le est permitido
revivirlo por la va de un recurso de
nulidad, ms an cuando se pretende
invalidar un juicio oral en que no se
verti dicha alegacin, y una sentencia que, consecuentemente no emiti
pronunciamiento sobre sta.

En ese sentido, cabe atender a lo


expuesto en el fallo recurrido en su
considerando cuarto, en que resume
las alegaciones de la defensa de Marcela Venegas Mella. En el extracto
de sus alegatos de apertura, el letrado
indica que no cuestionar la tenencia de la droga, sino el objeto de su
posesin, vinculado solamente a un
fin teraputico; mientras que en su
exposicin de clausura alude a Los
funcionarios policiales cuando obtienen las rdenes del juez de Garanta, de las que no qued soporte
de tales autorizaciones. De lo
anteriormente extractado surge que
la defensa mediante este recurso
impugna el juicio oral y la sentencia,

Adicionalmente, cabe considerar


que no resulta aplicable a este caso
la jurisprudencia de esta Corte
invocada por el recurrente en torno
a la nulidad por omisin del deber
de registro, desde que se ha sostenido que el sentido y propsito de
los preceptos que establecen dicho
deber es garantizar al imputado y su
165

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

defensa el acceso a la informacin


que arroje la investigacin, ya que as
se asegura que el denunciado pueda
ejercer adecuadamente su defensa
desde las primeras actuaciones del
procedimiento. As, se ha dicho que
la correcta solucin de los distintos eventos en que se encuentre en
juego un supuesto incumplimiento,
por parte del fiscal o la polica, de
su obligacin de registro, debe ser
hallada luego de una interpretacin sistemtica que incluye los arts.
8 y 374 letra c) de la codificacin
adjetiva en materia criminal, en el
hecho de que tal omisin de registro le hubiere impedido a la defensa
ejercer las facultades que la ley le
otorga, excluyndose por tanto la
anulacin del juicio oral y la sentencia y, en su caso, de la audiencia de
preparacin del juicio oral, en aquellos casos en que tal ejercicio no ha
sido efectivamente coartado (SCS
4883-13, 25 de septiembre de 2013).
As, la falta de registro por s sola no
puede ser estimada como suficiente
vulneracin de los derechos de la
defensa, sino que se requiere que
se produzca indefensin a causa de
este incumplimiento, situacin que
el libelo debe encargarse de explicar
y demostrar, desarrollo que en este
caso no se presenta.

sin pretender previamente la nulidad


del juicio y la sentencia producto de
una infraccin al requisito que se
refiere a la fundamentacin del fallo,
o de una vulneracin a las reglas de
valoracin de la prueba, por lo que
tampoco es posible alcanzar la invalidacin pretendida en ese escenario.
As, el primer captulo del recurso
deducido por la defensa de Marcela
Venegas Mella ser desestimado.
SEPTIMO: Que el acusado Juan
Bernardo Venegas Mella tambin
pretende la nulidad del juicio oral
y la sentencia, pero amparado en la
causal del artculo 374 letra e), en
relacin con el artculo 342 letra c)
y el artculo 297, todos del Cdigo
Procesal Penal. Dicho recurso plantea la imposibilidad de reproducir
el razonamiento del tribunal para
establecer la participacin del acusado, alegando que el tribunal no
se ha hecho cargo de su defensa.
Sin embargo, la lectura del considerando decimoquinto del fallo
recurrido permite concluir que no
son efectivos los vicios denunciados en el recurso. En efecto, dicho
razonamiento establece que se efectuaron interceptaciones telefnicas
que dan cuenta de las conversaciones entre los hermanos Marcela y
Juan Venegas Mella, que las mismas
fueron escuchadas en juicio, y que
mediante los dichos del funcionario
Carlos Snchez Tovaras se consign
que los imputados se reuniran y los
detalles del viaje, y se estableci la
existencia de vnculos del acusado
con Erika Cspedes, quien le compraba droga desde 2010, refirindose
en concreto a dos voucher en que le

Finalmente, importa sealar que el


considerando decimocuarto del fallo
recurrido establece como un hecho
acreditado que el ingreso al domicilio en comento se produjo previa
autorizacin de entrada y registro
otorgada por el Juez de Garanta;
esto es, el recurrente pugna contra
un hecho establecido en la causa,
166

Fallos

Unidad Especializada de Trfico Ilcito de Drogas y Estupefacientes

remite dinero; adems, el fallo asent


el hecho que al acusado se le encontr droga y $507.000 producto de la
comercializacin de sta. La sentencia tambin consigna la declaracin
de la funcionaria Priscila Maureira,
quien seala que a travs de las pesquisas lograron determinar que el
acusado era proveedor de su hermana, mencionando la detencin de
ste con droga y dinero, y el ingreso
al domicilio donde se encontraron
bolsas de similar tamao a las que
portaba Juan Venegas, lo que les permiti confirmar que abasteci a las
dos mujeres, lo que fue ratificado por
los dichos de la imputada Cspedes,
quien afirm que das antes ste la
haba llamado para ofrecerle droga.
Finalmente, el fallo refiere que el
funcionario Cristin Prez Sovino
relat los mismos hechos, incorporando como prueba material los
pasajes que portaba Juan Venegas,
reconociendo el dinero y los documentos incautados.

contradicciones, como la fecha en


que se produjo la venta de la yegua,
e inconsistencias tales como que
Juan Venegas se lleve todo el dinero
a Santiago en circunstancias que en
Chilln viven hermanos que tambin debieran recibir dinero si la
yegua es de la familia, dejando constancia de la duda que qued respecto
del propietario del animal, desde
que se mencion por un deponente
que le perteneca a Marcela Venegas
Mella. Finalmente, los sentenciadores se hacen cargo del motivo de
viaje esgrimido por la defensa, para
ir a buscar productos para celebrar el
cumpleaos de su madre, sealando
que no se demostr la fecha de este
evento, y que de ser efectiva no es
excluyente de la actividad ilcita.
De lo precedentemente transcrito
queda claro que la sentencia, de contrario a lo afirmado por el recurso, se
hace cargo de cada una de las alegaciones de la defensa del acusado
como de su teora del caso, aludiendo a las inconsistencias probatorias que impidieron a los juzgadores
dar crdito a su versin exculpatoria,
y respondiendo a los cuestionamientos de la prueba de cargo; adicionalmente, el fallo hace un relato
pormenorizado de los puntos de
cada elemento de cargo que le permiten arribar a la conclusin condenatoria. As, el arbitrio se reduce
a dar cuenta de una disconformidad
con las motivaciones vertidas en la
sentencia para concluir de la manera
en que se hizo, ya que no se presenta
una real falta de razonamientos en
el fallo, ni una omisin de pronunciamiento respecto de las defensas

La sentencia tambin se hace cargo


de las defensas de los acusados, aludiendo a los cuestionamientos a
la diligencia policial no slo en los
trminos sealados en el recurso,
sino tambin indicando que no se
precisaron por el letrado las graves
omisiones y errores que se imputan
a los funcionarios actuantes. Adems, indica que los elementos de
cargo o descargo no demuestran
que la tenencia de droga de Venegas se deba a un consumo personal,
exclusivo y prximo en el tiempo y
se hace cargo de la prueba rendida
sobre la justificacin del viaje del
acusado, advirtiendo una serie de
167

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

y argumentaciones del recurrente.


Dicha discrepancia no constituye
motivo para invalidar el juicio y la
sentencia en examen, por lo que se
impone el rechazo de este recurso.

se encontraba Erika Del Carmen Cspedes Agurto, desde donde se retir luego
de entregar la droga, siendo detenido y
encontrndose en su poder una bolsa
de nylon transparente contenedora de
1.5 gramos de cocana y 1.0 gramos de
cannabis sativa, adems de $507.000
pesos en dinero efectivo producto de la
comercializacin de droga, por lo que
previa autorizacin de entrada y registro otorgada por el Juez de Garanta,
el da 03 de mayo de 2013, a las 01.45
horas aproximadamente, se ingres al
domicilio sealado, donde sorprendieron a las acusadas y en dicha casa dos
bolsas de papel color caf, con un peso
de 142.6 gramos de cannabis sativa la
que se encontraba colgando de un can
de la estufa y la otra contenedora de
154.1 gramos de cannabis sativa, sobre
la mesa de la misma dependencia, adems 10 cigarrillos artesanales contenedores de 5.3 gramos de cannabis sativa
y al interior de un bolso color negro
con azul 53 bolsitas de nylon transparentes, que contenan 49.5 gramos de
cocana, adems de $81.000 en dinero
en efectivo y el telfono celular marca
Samsung correspondiente a la empresa
Entel N99441671, perteneciente a
la acusada Marcela Venegas, el cual se
encontraba intervenido y en la cartera
de propiedad de la acusada Erika Cspedes se encontr 17.6 gramos de clorhidrato de cocana.

OCTAVO: Que, desechados los


motivos que pretenden la nulidad
del juicio oral y la sentencia, queda
emitir pronunciamiento respecto de
los que buscan la nulidad del fallo.
El primero de ellos es el deducido
por la defensa de la acusada Erika
Cspedes, que se asila en una falta
de aplicacin de la eximente del artculo 4 de la Ley N20.000, o bien del
tipo de trfico de pequeas cantidades de estupefacientes a los hechos
acreditados.
Dado que el recurso alega un vicio
slo en la aplicacin del derecho,
importa tener en consideracin los
hechos de la causa. Ellos son fijados
por el considerando decimocuarto
de la sentencia, que establece A raz
de informacin recibida por la Brigada
Antinarcticos de la Polica de Investigaciones de Chilln, en relacin a que
Marcela Del Carmen Venegas Mella
se estara dedicando a la comercializacin de drogas mediante el anlisis de
interceptaciones telefnicas, se estableci
que con fecha 2 de mayo del ao 2013,
su hermano Juan Bernardo Venegas
Mella, saldra de la ciudad de Santiago
con destino a Chilln, para traer droga
que Marcela del Carmen Venegas Mella
comercializara. Mediante un seguimiento discreto, se estableci la llegada
de Juan Venegas a las 22:30 horas, al
terminal de buses Mara Teresa de esta
ciudad, para luego trasladarse al domicilio de su hermana Marcela en Avenida Argentina N373 Chilln, donde

Como ya se adelant, la causal de


la especie, del artculo 373 letra b)
del Cdigo Procesal Penal, parte de
la base fctica tal como qued establecida en el fallo, pretendiendo slo
un cambio en el derecho a ser aplicado a los hechos. En ese entendido,
resulta evidente que la impugnacin
168

Fallos

Unidad Especializada de Trfico Ilcito de Drogas y Estupefacientes

de la sentencia ha sido construida


en forma incorrecta, desde que los
hechos de la causa llevan ineludiblemente al establecimiento del tipo
penal determinado por los sentenciadores. Ello porque, por un lado,
no es posible aplicar la eximente del
artculo 4 de la Ley N20.000 a la
acusada Cspedes Agurto ya que no
se estableci que posea droga para
su consumo exclusivo, personal y
prximo en el tiempo; y por el otro,
porque tampoco es posible calificar su conducta como un trfico de
pequeas cantidades de estupefacientes, desde que ha quedado asentado que el acusado Juan Bernardo
Venegas Mella vendi drogas a la
mencionada imputada y a Marcela
Venegas, en una sola operacin en
que se transaron 68.6 gramos de
clorhidrato de cocana y 303 gramos
de cannabis sativa, cifras que no se
aproxima a los parmetros propios
del microtrfico. En ese sentido, cabe
tambin sealar que el tipo penal
antes descrito requiere una determinacin judicial en orden a entender que el estupefaciente incautado
constituye una pequea cantidad,
decisin para la cual la ley no fija
un baremo determinado, dejando en
poder de los sentenciadores dicha
calificacin, actuacin para la cual
deben atender a las circunstancias
que rodean la comisin del ilcito.
As, no es posible establecer una
errnea aplicacin del derecho sin
cuestionar los elementos circundantes del hecho punible que el tribunal
est obligado a considerar para efectuar una calificacin de los hechos,
impugnacin que no aparece contenida en el recurso, que se dedica slo

a mencionar los antecedentes de la


causa que pueden llevar, en concepto
del recurso, a determinar que se trata
de la figura penal del artculo 4 de
la Ley N20.000, pero sin atacar la
fundamentacin de la sentencia por
la va de la causal de nulidad pertinente. De lo anterior se sigue que el
recurso de nulidad de la defensa de
Erika Cspedes debe ser desechado.
NOVENO:
Que,
finalmente,
corresponde hacerse cargo de la causal subsidiaria del recurso de nulidad
deducido por la defensa de Marcela
Venegas Mella, que denuncia un
rechazo incorrecto de la atenuante
del artculo 11 N9 del Cdigo
Penal, al estimar que la confesin de
la acusada y la informacin proporcionada por ella debe ser calificada
como cooperacin eficaz.
Para pronunciarse sobre esta circunstancia modificatoria de responsabilidad penal, se hace necesario
examinar el contenido de la declaracin de la acusada, ya que si bien
su reconocimiento de la tenencia de
droga puede ser estimada como una
colaboracin, ella debe ser sustancial, para poder ser reconocida como
minorante. As, la acusada Venegas
Mella reconoce la tenencia de la
droga, que justifica en fines teraputicos, para combatir los dolores de
su enfermedad, afirmando que tena
esa cantidad para utilizar durante
todo el ao, y aade que su hermano
viajara a verla para llevar cosas a su
madre, que Erika llegara a las 11:45,
pero esperaba que se fuera con su
hermano. Explica que ste no le
entreg droga, sino que la compr
en Sargento Aldea con Arturo Prat
169

Fallos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

a un sujeto apodado el Yugo, de


unos 40 aos. Agrega que se vendieron tres yeguas, que eran de la familia, y que el dinero era para su madre,
y seal que su hermano lleg a su
casa alrededor de las 10:30 a 10:45,
mientras que Erika Cspedes lo hizo
alrededor de las 12 de la noche.

facilitado la persecucin penal en


esta investigacin ni haber aportado
al inicio de nuevas indagaciones. Por
ello, el rechazo de la circunstancia
atenuante aparece correcto, por lo
que este captulo del recuso tambin
ser desechado.
Por estas consideraciones y de
acuerdo, adems, a lo dispuesto en
los artculos 373 y 384 del Cdigo
Procesal Penal, se rechazan los
recursos de nulidad deducidos en
lo principal de fs. 28, 37 y 56, por
la defensa de los acusados Erika Del
Carmen Cspedes Agurto, Marcela Venegas Mella y Juan Bernardo
Venegas Mella, contra la sentencia
de veintisis de marzo de dos mil
catorce, cuya copia corre agregada a
fs. 2 y siguientes y contra el juicio
oral que le antecedi en el proceso
RUC 1300279194-8, RIT 27-2014,
los que en consecuencia, no son
nulos.

Del resumen de los dichos de la acusada, surge que la informacin que


aporta no puede ser estimada como
una colaboracin sustancial. En primer lugar, por cuanto la operacin de
venta de estupefacientes, como que
los partcipes fueron los hermanos
Venegas Mella, fueron hechos conocidos a travs de las indagaciones
previas efectuadas por funcionarios
policiales, mediante las intervenciones telefnicas, y que fueron confirmados luego de la vigilancia al
domicilio de la acusada. Conocida
de antemano la transaccin de droga,
Venegas Mella no otorg a travs de
su relato ninguna informacin nueva
durante la investigacin al negarse
a prestar declaracin, ni durante
el juicio, ya que la circunstancia
de ser propietaria de la droga era
sabida antes de que lo reconociera
al momento de su aprehensin, y no
agreg antecedente alguno relativo a
la participacin de terceras personas
en los hechos ya que la referencia a
su supuesto proveedor, adems de ser
absolutamente vaga, tena como fin
la exculpacin de su hermano Juan
Bernardo. As, la colaboracin dada
por el parcial reconocimiento de los
hechos no es sustancial, al no haber

Regstrese y devulvase.
Redaccin del fallo a cargo del
Ministro Sr. Juica.
Rol N8200-14
Pronunciado por la Segunda Sala
integrada por los Ministros Sres.
Milton Juica A., Hugo Dolmestch
U., Carlos Knsemller L., Haroldo
Brito C. y el abogado integrante Sr.
Jorge Lagos G. No firma el abogado
integrante Sr. Lagos, no obstante
haber estado en la vista de la causa y
acuerdo del fallo, por estar ausente.

170

Fallos

Unidad Especializada en Delitos Sexuales y Violencia Intrafamiliar

CONSIDERACIONES JURISPRUDENCIALES SOBRE LAS GARANTAS


CONSTITUCIONALES CONTENIDAS EN LOS NUMERALES 4 Y 5 DEL ARTCULO
19 DE LA CONSTITUCIN POLTICA DE LA REPBLICA, RELACIONADAS CON
LOS DELITOS DE PORNOGRAFA INFANTIL
Catalina Duque Gonzlez1

Antecedentes
El presente artculo da cuenta de jurisprudencia proveniente de los tribunales
superiores de justicia Corte Suprema y Cortes de Apelaciones que aborda
las garantas constitucionales contenidas en los numerales 4 y 5 del artculo
19 de la Constitucin Poltica de la Republica, relacionadas con los delitos de
pornografa infantil.
Artculo 19.- La Constitucin asegura a todas las personas:
4.- El respeto y proteccin a la vida privada y a la honra de la persona y su familia;
5.- La inviolabilidad del hogar y de toda forma de comunicacin privada. El
hogar slo puede allanarse y las comunicaciones y documentos privados interceptarse, abrirse o registrarse en los casos y formas determinados por la ley.
El presente texto busca exponer el alcance que a nivel jurisprudencial ha
tenido la materia, particularmente en la acreditacin de las figuras penales
relacionadas con la pornografa infantil, como son la produccin de material pornogrfico infantil (Art. 366 quinquies del Cdigo Penal) y el almacenamiento de material pornogrfico infantil (Art. 374 bis inciso segundo del
Cdigo Penal).
La jurisprudencia en anlisis resulta ser muy acotada, por cuanto se circunscribe a tribunales superiores de justicia, siendo principalmente fallos de la
Corte Suprema, desarrollada a raz de recursos de nulidad fundados en la causal del artculo 373 letra a) del Cdigo Procesal Penal. Slo en el caso de un
fallo de la Corte de Apelaciones de Rancagua, sta se pronuncia resolviendo
un recurso de apelacin por exclusin de prueba.
La materia en estudio resulta de inters, pues aborda un tema poco analizado
en nuestra jurisprudencia a raz de los delitos sealados. Adems, se vincula
1 Abogada de la Unidad Especializada en Delitos Sexuales y Violencia Intrafamiliar,
Fiscala Nacional, Ministerio Pblico.

173

Artculos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

con un elemento importante del proceso como es la generacin de medios de


prueba y su ulterior ponderacin.

Anlisis Jurisprudencial
1. Corte Suprema, Rol N2576-2011
Numerales 4 y 5 del artculo 19 de la Constitucin Poltica de la Repblica
Fallo pronunciado por la segunda sala de la Corte Suprema integrada por los
Ministros Sres. Jaime Rodrguez E., Rubn Ballesteros C., Hugo Dolmestch
U. y los abogados integrantes Sres. Nelson Pozo S. y Domingo Hernndez
E., de fecha 11 de mayo del ao 2011, en la causa Rol N2576-2011, RUC
N0900663872-1.
En lo pertinente a la temtica de este estudio, corresponde indicar que la
defensa de los imputados Sandra Marcela Yez Yez y Sebastin Segundo
Araya Soto, vena en impugnar el fallo dictado por el 5 Tribunal Oral en lo
Penal de Santiago el 15 de marzo de 2011, toda vez que los condenaba como
autores de los delitos de abuso sexual y produccin de material pornogrfico
infantil. Se invoca como causal principal en el recurso de nulidad interpuesto,
la del artculo 373 letra a) del Cdigo Procesal Penal: Proceder la declaracin de nulidad del juicio oral y de la sentencia: a) Cuando, en cualquier etapa del
procedimiento o en el pronunciamiento de la sentencia, se hubieren infringido sustancialmente derechos o garantas asegurados por la Constitucin o por los tratados
internacionales ratificados por Chile que se encuentren vigentes.
Lo anterior lo fundamenta en el hecho que: constara en el considerando quinto
de la sentencia que la prueba obtenida por el Ministerio Pblico, de acuerdo a los
dichos de la propia vctima, fue hallada por ella entre unas cosas en la pieza de la
pareja de su madre mientras buscaba un video de las vacaciones ocasin en que
se encontr con uno donde apareca ella dormida, mientras su madre la desnudaba
y le haca tocaciones en sus pechos y zona genital2. En base a lo expuesto considera que habra existido infraccin al artculo 19 N4 y 5, en relacin con el
inciso 4 del nmero 3 del artculo 19, todos de la Constitucin Poltica, por
no haberse excluido del auto de apertura, y luego valorado, prueba que segn
esta parte fue obtenida con inobservancia de garantas constitucionales, y que
corresponde al video VHS donde constaba la grabacin.
La defensa sustenta esta causal en una supuesta situacin de prueba ilcita,
esgrimiendo que el video VHS, prueba esencial, no fue obtenido adecuadamente. Por ello resulta relevante lo sealado por la Corte Suprema en su considerando 3, pues indica elementos que la defensa reconoce en estrados, que
2

Corte Suprema, 11 de mayo de 2011, Rol N2576-2011.

174

Artculos

Unidad Especializada en Delitos Sexuales y Violencia Intrafamiliar

permiten analizar con claridad cmo ingres la vctima y bajo qu circunstancias retir del domicilio el video, elementos que resultaron gravitantes para la
decisin final sobre la causal esgrimida.
TERCERO: Que antes de revisar los fundamentos de la causal principal, resulta
necesario destacar que, como la defensa reconoci en estrados, la menor ofendida no
vive bajo el mismo techo del condenado Araya Soto, quien an cuando es pareja
de su madre, no mantendra convivencia o cohabitacin o no la tenan, al menos,
cuando se produjo el hecho que reclama la defensa y que consiste en el hallazgo
del video incriminatorio. Asimismo, la defensa acept que la menor concurri al
domicilio del referido Araya y entr en su dormitorio buscando un video de unas
vacaciones y que se llev el que result ser, posteriormente, evidencia en el juicio,
sin revisarlo previamente, sino que lo habra visto en su casa. Tal aserto aparece
descrito de la misma manera en la sntesis que hace el tribunal de la declaracin de
la menor ofendida en el razonamiento quinto de la sentencia impugnada, donde se
afirma que la niaencontr mientras buscaba unos videos de unas vacaciones
familiares una cinta que se llev a su casa y al verla constat que.
Adems, fue descrito por ambas partes en la audiencia, que la menor no entr
usando de fuerza u otro medio no idneo al domicilio del acusado Araya, sino que
lo hizo autorizado por la madre de aqul, sin que se haya rendido prueba por la
defensa en el sentido que se le prohibi acceder al dormitorio o sacar algo de ese lugar
o de cualquiera otro, en circunstancias que la autorizacin realizada o tcita no
aparece contraria a las reglas de la experiencia, si se trata de videos que incluan a
la familia, donde la menor aparecera junto a su madre y, aparentemente, junto a
quien era pareja de esta ltima, lo que explicara el motivo por el cual era l quien
guardaba las cintas en cuestin. De otro modo no se explica por qu esta ltima
circunstancia, si se trataba de videos familiares, sin que nadie haya alegado lo que es
evidente y natural en estas situaciones, que cualquier miembro de la familia puede
ver y disfrutar las fotografas o videos de las vacaciones familiares.
La Corte en el considerando 4 pone el acento, en una materia igualmente
importante, como es el hallazgo casual que la vctima hace de los hechos al
ver el video y las acciones que despliega con posteridad a ello.
CUARTO: Que tampoco debe perderse de vista que la menor no examin la cinta
con la evidencia incriminadora en la misma casa del acusado, sino que de manera
inocente la sac desde la esfera de resguardo donde se encontraba creyendo que contena archivos de la poca estival y los examin recin en su propio domicilio que
fue el lugar donde se encontr con que no era lo que ella buscaba, sino que muy por el
contario, tom conocimiento de que haba sido abusada por su propia madre y con la
concurrencia de Araya. Se esperaba entonces que fuera a devolver el video al lugar
donde lo haba encontrado? La respuesta afirmativa a esa interrogante resultara
francamente absurda. De modo que cuando los jueces del tribunal oral concluyeron
que el hallazgo del video por la nia y el hecho que ella lo sacara del domicilio del
175

Artculos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

acusado no constituye la violacin de garantas que se pretende, sino que es efectivo


que ella actu de buena fe.
Finalmente la Corte Suprema en los considerandos 6 y 7 resuelve sobre la
causal, rechazndola.
SEXTO: Que en el caso concreto, la descripcin fctica que se ha hecho sobre la
forma en que procedi la vctima de autos, tomando conocimiento de su calidad de
tal despus incluso de haber sacado el controvertido video desde la casa del acusado
Araya, no corresponde desde ningn punto de vista a una violacin a los Nos. 4 y
5 del artculo 19 de la Constitucin Poltica, como aduce la defensa en relacin al
derecho a la propiedad e inviolabilidad del hogar, respectivamente, en relacin con
el inciso 4 del nmero 3 del artculo 19, sobre debido proceso legal, desde que, como
ya se dijo, la menor tena franqueado el acceso al domicilio del acusado y en aqul,
a su dormitorio y, en particular resulta natural y consistente con las reglas de la
experiencia, que pudiera buscar un video que aqul tena sobre vacaciones familiares y que, como tales, han sido aceptadas por la defensa y que eran guardadas por el
acusado.
De otra parte, an en el caso de estimarse que la incorporacin del video hubiera
sido ilcito, que no es el caso segn se concluy, igual se tratara de prueba admisible
en juicio, porque el obrar de la nia se ajusta a un encuentro casual y a un proceder de buena fe, ya que la menor, como se ha repetido incansablemente, no entr
al domicilio del acusado ni afect su intimidad buscando algo para perjudicarlo,
sino que unos simples videos familiares, de modo que actu siempre de buena fe,
al punto que se llev las cintas sin siquiera revisarlas y cuando tom conocimiento
de su contenido, no fue capaz de actuar frente al delito del que entonces supo haba
sido vctima, porque se encontraba embarazada y no quiso hacer nada que pudiera
afectar el normal desarrollo de su criatura. No actu entonces movida por animosidad alguna contra al acusado cuando entr en su dormitorio y abri su velador, se
movi siempre de buena fe y ese desempeo constituye una excepcin reconocida en el
derecho comparado a la exclusin de la prueba ilcita.
SPTIMO: Que en virtud de lo razonado se rechazar la peticin de invalidacin
de la sentencia y el juicio que se ha formulado a travs de la causal principal.

2. Corte de Apelaciones de Rancagua, Rol N443-2010


Numerales 4 y 5 del artculo 19 de la Constitucin Poltica de la Repblica
Fallo pronunciado por la segunda sala de la Corte de Apelaciones de Rancagua integrada por los Ministros seor Carlos Baados Torres, seor Miguel
Vzquez Plaza y seor Ricardo Pairicn Garca, de fecha 21 de enero del ao
2011, en causa Rol N443-2010, RUC N1000264271-4.
Se trata de un recurso de apelacin presentado por el Ministerio Pblico ante
la decisin del Juez de Garanta de Rancagua de excluir tres CDs ofreci176

Artculos

Unidad Especializada en Delitos Sexuales y Violencia Intrafamiliar

dos como prueba por la Fiscala, al estimar que fueron obtenidos violando
la garanta del N5 del artculo 19 de la Constitucin Poltica de la Republica, toda vez que la vctima encontrndose en el domicilio del imputado de
manera causal encuentra los CDs.
A mayor abundamiento sobre el caso concreto, valga sealar que dichos CDs
contenan videos en que el acusado film de forma clandestina a la vctima
cuando ella se duchaba desnuda en la casa del imputado y cuando estaba en
la misma condicin en una pieza de la casa, tal circunstancia vulneraba a su
vez el derecho de la vctima a su intimidad, garantizado en el artculo 19 N4
de la Constitucin.
As el fallo de la Corte de Apelaciones de Rancagua aborda diversos tpicos, a saber el legtimo ingreso al domicilio; el hallazgo causal; situaciones de
excepcin sobre exclusin de prueba y garantas constitucionales
Sobre las alegaciones del Ministerio Pblico dan cuenta los considerandos 1
y 2 de la siguiente forma:
1.- Que el fiscal adjunto del Ministerio Pblico ha apelado de la decisin del juez
de Garanta de Rancagua de excluir tres CDs, ofrecidos como prueba por la Fiscala, por estimar que ella haba sido obtenida violando la garanta constitucional
del N5 del artculo 19 de la Constitucin Poltica de la Repblica. El juez excluy
de la prueba un CD donde apareca filmada la vctima cuando sta se duchaba
desnuda en la casa del imputado y cuando estaba en la misma condicin en una
pieza de la casa. Adems, excluy todo otro elemento probatorio que emane de dicha
prueba, en especial los CDs de contexto, la pericial de German Avila de la Polica de
Investigaciones y el informe policial sobre el material incautado.
2.- Que el Ministerio Pblico sostiene que la vctima cuando estaba en el domicilio del imputado, ste procedi a filmarla en varias oportunidades sin su consentimiento, cuando se duchaba y vesta en dependencias del domicilio, conservando tales
filmaciones en discos compactos. Prueba que fue excluida por resolucin del juez de
garanta argumentando que se haba violado la garanta constitucional del artculo
19 N5 de la carta fundamental. Sostiene que no hay tal quebrantamiento, ya que
la vctima ingres al domicilio invitada por su hermana y el imputado para que
cuidara sus hijos, por lo que haba una autorizacin para estar en el interior del
inmueble, lo que es muy distinto a un allanamiento. En todo caso, la filmacin fue
encontrada de una manera casual, pues no haba denuncia, no haba investigacin
y la vctima ni siquiera saba de la existencia del delito, por lo que no concurre
ninguna de las hiptesis normadas en el Cdigo Procesal Penal, sobre exclusin de
prueba.
En cuanto al hallazgo de los CDs por parte de la vctima, la Corte seala:
3.- Que es un hecho de la causa que la prueba calificada como ilcita fue obtenida por la vctima cuando se encontraba en el interior del domicilio del imputado,
177

Artculos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

invitada por ste y su cnyuge para cuidar a los hijos de ambos, por lo que resulta
claro que lo que se est tildando de ilcito es la prueba obtenida por un particular,
con absoluto desconocimiento del Ministerio Pblico, pues no haba investigacin en
curso de ninguna naturaleza, ni siquiera la propia vctima conoca de la existencia
del ilcito, atento que al estar viendo un CD para probar un equipo, que al parecer
tena algn problema tcnico, la vctima descubri que ella apareca desnuda en las
imgenes, llevando en das posteriores ese material, junto a otros CDs a la Fiscala
Metropolitana Oriente de Santiago, para efectuar la denuncia, dado que desconfiaba de la Fiscala de Rancagua, por cuanto el autor de la filmacin se desempea
en la Defensora Penal Pblica de esta ciudad.
4.- De esta forma, la cuestin es s tratndose de una prueba obtenida por un particular, con total ignorancia de la existencia de un eventual ilcito, menos una denuncia, en el domicilio del imputado al que haba accedido invitada por los dueos de
casa, como en anteriores oportunidades, es posible de calificarla como ilcita, respecto
de normas que tratan el tema, en relacin exclusivamente con el ente persecutor, que
es el encargado en forma exclusiva y excluyente del procedimiento para averiguar los
hechos constitutivos de un ilcito penal, por lo que su actuar debe ceirse rigurosamente a la ley y con respeto a los derechos fundamentales del investigado.
Del legtimo ingreso de la vctima en el domicilio del imputado, y hallazgo
casual el fallo indica:
5.- .que no pudo haber invasin de mbito privado alguno, por parte de un
familiar que con frecuencia concurre a la habitacin de otro, donde poda ducharse
a su arbitrio, disponer de un dormitorio para fines personales, ms aun cuando descubre, en forma casual, la existencia de CDs, donde apareca desnuda, en dos ocasiones distintas. De esta forma, el retiro de un objeto los CDs, que estaban sobre
un velador nada de ilcito tiene, pues haba un libre desplazamiento por todas las
dependencias de la casa.
7.- Por ltimo, no puede sostenerse como lo hace el juez de garanta en la resolucin impugnada, que la vctima se haya apropiado del CD, contra la voluntad de
su dueo, con nimo de obtener revendas (sic), queriendo decir prebendas, pues
aqulla al quedarse con los CDs, tena como finalidad aparte del resguardo de su
intimidad, el aseguramiento de un medio probatorio, donde apareca como vctima,
para entregarlo a la autoridad encargada de la investigacin, en tal acto no puede
haber conducta ilegtima alguna. Asimismo, no puede exigirse a una persona no
letrada que siga todos los pasos que la ley procesal seala para la autoridad pblica
encargada de la persecucin penal, ms an cuando se trata de la propia ofendida
con el eventual ilcito que fue descubierto casualmente. Menos puede afirmarse que
existe una especie de auto tutela, pues lo que aquella hizo fue entregar la prueba al
organismo persecutor oficial, sin tomar medida alguna contra el autor de la filmacin, accin que en todo caso apuntaba a su propio resguardo, al sentir violentada su
intimidad ms profunda. En fin, no resulta atendible sostener que actu en forma
178

Artculos

Unidad Especializada en Delitos Sexuales y Violencia Intrafamiliar

clandestina, pues la vctima estaba en el interior del domicilio en forma lcita, al


contar con autorizacin para transitar en su interior sino que tambin, segn lo
afirma aqulla, para observar el CD, que estaba sobre un velador, en una dependencia de la casa, a la que obviamente tena acceso, sin necesidad de autorizacin
especial, por la familiaridad que haba en la relacin.
Sobre la garanta constitucional contemplada en el artculo 19 N5 de la CPR,
la Corte se expresa de la siguiente manera:
5.-, lo cierto es que no existe tal quebrantamiento constitucional. En efecto, de
acuerdo a los hechos consignados por el Ministerio Pblico, no desvirtuados por la
defensa, vctima e imputado son parientes por afinidad, desde que aquella es hermana de la cnyuge del imputado. El da en que ocurren los hechos, la ofendida se
encontraba en la casa habitacin del investigado para cuidar a los hijos del matrimonio, de modo que su ingreso a la vivienda tiene un origen legtimo. Preguntado
el fiscal acerca de la relacin habida entre la vctima, su hermana y cuado, stos
salieron en ms de alguna oportunidad juntos de vacaciones, de lo que es posible
colegir que entre todos ellos se han desarrollando actividades en conjunto con cierta
frecuencia, de aquellas que implica compartir confianza e intimidad comn.
Sobre la garanta constitucional contemplada en el artculo 19 N4 de la
CPR, el fallo refiere:
5.-Es evidente que hay un conflicto de derechos, entre la intimidad de la vctima,
el respeto y proteccin a su honra y vida privada, reconocido constitucionalmente en
el artculo 19 N4 de la Constitucin Poltica y, el alegado por la defensa. Ante este
conflicto, claramente debe primar aquel que resulta violentado ilegtimamente. Al
respecto, no se puede desconocer que aquella fue filmada sin su autorizacin, y aquel
derecho que aparece violentado por una accin casual, donde quien lo infringira
acta con evidente buena fe, con evidente ignorancia de lo que descubrira, lo toma
con la finalidad de proteger su intimidad, y luego lo entrega, dando a conocer el
hecho, a la autoridad correspondiente.
De la excepcin a la exclusin de prueba:
6.- Resulta contrario a toda justicia que quien ha sufrido la conculcacin de un
derecho constitucional, en un lugar privado donde ha ingresado previa invitacin
de sus familiares y de absoluta buena fe, toma conocimiento que se ha perpetrado un
ilcito en su contra, se vea privado de la evidencia en que se descubre su comisin,
bajo el pretexto de que en ese acto se ha quebrantado un derecho, en forma casual
y sin ningn fin ilcito. La exclusin de prueba no puede llegar a extremos tan
absolutos, existiendo situaciones de excepcin, como la acontecida en autos, donde
nada de ilegal se divisa en el comportamiento de la vctima.
Es dable resaltar que la exclusin de prueba es una institucin procesal, incorporada
a nuestra legislacin a propsito de la reforma procesal penal, donde el ente encar179

Artculos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

gado de la persecucin penal y, por ende de la incorporacin de datos probatorios, es


una autoridad pblica, de modo que se protege los eventuales abusos y excesos de esa
autoridad.
Finalmente, la Corte de Apelaciones de Rancagua resuelve acogiendo el
recurso presentado por el Ministerio Pblico.

3. Corte Suprema, Rol N1836-2007


Numeral 5 del artculo 19 de la Constitucin Poltica de la Repblica
Sentencia pronunciada por la segunda sala integrada por los Ministros Sres.
Alberto Chaigneau del C., Nibaldo Segura P., Rubn Ballesteros C. y los
Abogados Integrantes Sres. Domingo Hernndez E. y Rafael Gmez B, de
fecha 11 de junio de 2007, en causa Rol N1836, RUC N0500586143-K.
La defensa sostuvo que la sentencia dictada en juicio oral, por el Sexto Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Santiago, el dos de abril de 2007, por la cual
se conden a su defendido como autor de los delitos consumados de abuso
sexual previstos y sancionados en los artculos 366 bis y 366 ter del Cdigo
Penal, en carcter de reiterados y el delito de almacenamiento malicioso de
material pornogrfico infantil, previsto en el artculo 374 bis, inciso segundo,
del Cdigo Penal, perpetrado el 19 de julio de 2006, se habra dictado con
inobservancia de lo estatuido en los nmeros 3 y 5 del artculo 19 de la Carta
Fundamental, lo cual fundamenta la causal principal del recurso de nulidad,
contenida en el artculo 373 letra a) del Cdigo Procesal Penal.
En cuanto a la situacin fctica que se cuestiona era la siguiente: la madre de
la menor ofendida trabajaba como secretaria en la empresa, de propiedad del
acusado; en estas circunstancia, el da 10 de noviembre del ao 2005, en la
noche, su hija de 11 aos de edad le cuenta que el imputado (su empleador)
reiteradamente haba abusado sexualmente de ella. Afectada por lo ocurrido,
al da siguiente va al lugar de trabajo para emplazar a su empleador y renunciar al trabajo, llega a la empresa, busca todo lo que tena su nombre y el de
su hija. Encontr un CD con fechas, y al examinar las del da 03 de agosto de
2005, da de cumpleaos de su hija, vio videos de nias y mujeres de distintas edades, desnudas, manteniendo relaciones sexuales con adultos, y en uno
de ellos crey reconocer a su hija, practicando sexo oral a un hombre. Ante
ello va al computador de l, revisa los archivos y saca una copia en un CD.
Finalmente, lleva consigo dicha copia ms otros CD y videos con material
pornogrfico, caratulados Damaris, Show o Karen y los entrega a efectos
de la denuncia. En virtud de esto se inicia la investigacin.
El fallo de la Corte acoge nulidad sealando:
CUARTO.- Que, la Constitucin Poltica de la Repblica asegura a las personas
la inviolabilidad del hogar y de toda forma de comunicacin privada, y agrega el
180

Artculos

Unidad Especializada en Delitos Sexuales y Violencia Intrafamiliar

N5 del artculo 19 que el hogar slo puede allanarse y las comunicaciones y documentos privados interceptarse, abrirse o registrarse en los casos y formas determinados por la ley.
Siguiendo el alcance que el Derecho Constitucional asigna a la voz hogar, se debe
entender por tal no tan slo la vivienda de la familia, sino que las oficinas y espacios
que el titular del derecho ha reservado para su trabajo o uso privado, y en donde
guarda sus pertenencias exclusivas. As lo considera el constitucionalista don Enrique Evans de la Cuadra.
Resulta claro que conforme los hechos particulares denunciados por el recurso, la
accin inicial de la madre de la vctima al invadir los lugares, espacios, CDs y
Videos privados del encausado quebrant estas normas y en modo alguno actu en
situacin legal de excepcin. Cierto es que por sus funciones de secretaria al servicio
de su empleador poda acceder al inmueble, pero limitada a las dependencias y especies destinadas a tal servicio, mas no a aquellas que, por haberlas reservado para s
su dueo, estaba en la obligacin de respetar. A este respecto, don Enrique Evans
afirma que la inviolabilidad de los documentos privados ampara todos aquellos
que las personas lleven consigo, mantengan en su vivienda o tengan en su lugar de
trabajo y de que sean dueas o tenedoras legtimas. (ob. cit pg. 177). Por tanto,
para alcanzar legtimamente el fin que la pudo inspirar, desde el primer momento
debi proceder amparada por el derecho, y no a sus espaldas, al interceptar clandestinamente, abrir y registrar, mediante copia digital, documentos privados que no le
pertenecan.

4. Corte Suprema, Rol N3557-2009


Numeral 5 del artculo 19 de la Constitucin Poltica de la Repblica
Fallo pronunciado por la segunda sala de la Corte Suprema integrada por los
Ministros Sres. Nibaldo Segura P., Jaime Rodrguez E., Rubn Ballesteros C.,
Hugo Dolmestch U. y Carlos Knsemller L., de fecha 18 de agosto de 2009,
en la causa Rol N3557-2009, RUC N0810018402-9.
La defensa de uno de los acusados cuestiona el fallo del 3 Tribunal Oral en
lo Penal de Santiago, de fecha 19 de mayo de 2009, que lo condena por el
delito de almacenamiento de material pornogrfico infantil, invoca de manera
principal la causal contenida en la letra a) del artculo 373 del Cdigo Procesal Penal, consistente en que en cualquier etapa del procedimiento o en
el pronunciamiento de la sentencia, se hubieren infringido sustancialmente
derechos o garantas asegurados por la Constitucin o por los tratados internacionales ratificados por Chile que se encuentren vigentes, vinculada con
la vulneracin de la inviolabilidad de las comunicaciones privadas; derecho
reconocido por el artculo 19 N5 de la Constitucin Poltica de la Repblica,
tal garanta se habra conculcado segn la defensa por medio de la utilizacin
de la Unidad de Cibercrimen, denominado cdigo hash.
181

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Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

El fallo de la Corte Suprema desecha alegaciones de la defensa, sealando lo


siguiente:
Dcimo Cuarto: Que la sentencia recurrida, en su considerando noveno tuvo por
establecidos los siguientes hechos: El Ministerio Pblico desde octubre del ao 2007
sigue investigacin por la existencia de archivos informticos cuyo contenido sera
material pornogrfico infantil que diferentes usuarios de la red Internet estaran
compartiendo a travs del programa de computador denominado emule plus programa del tipo P2P. Dicho programa permite el intercambio de archivos punto
a punto entre diferentes usuarios que se encuentren conectados a la red Internet.
Con los antecedentes recabados del programa emule plus fue posible determinar
la existencia de usuarios chilenos que compartan material pornogrfico infantil o
al menos descargaban dicho material desde Internet. Mediante respectivos oficios
a empresas proveedoras de servicio de acceso a la red Internet se logr determinar
la ubicacin geogrfica de los distintos computadores o terminales desde donde se
produca el comienzo de la conexin a la red. Que se obtuvo la autorizacin del 7
Juzgado de Garanta de Santiago, para la entrada y registro de algunos domicilios,
efectuada el 7 de mayo del 2008 por funcionarios del Cibercrimen, en el domicilio
correspondiente a Middleton Bengoa, ubicado en X, y en el de Bernard Harseim,
ubicado en X, logrndose determinar la comisin actual de tenencia maliciosa de
material pornogrfico, procedindose a su incautacin.
Dcimo Sexto: Que, no debe obviarse que respecto de lo sealado en los dos motivos
precedentes, los recurrentes en diferentes prrafos de sus libelos reconocen y aceptan
tales acontecimientos, esto es, que producto de la incautacin realizada con autorizacin judicial el da 7 de mayo del ao pasado, se encontr en poder de los dos
enjuiciados material pornogrfico infantil almacenado en sus computadores y soportes similares.
Dcimo Sptimo: Que, para un mejor orden de cosas y en relacin directa con la
competencia que corresponde a este mximo tribunal para el conocimiento del
recurso de nulidad, se preferir en primer lugar entrar a analizar la causal principal esgrimida por el segundo recurrente (Middleton Bengoa), respecto de la letra a)
del artculo 373 del Cdigo Procesal Penal, en relacin a la eventual vulneracin
de la garanta constitucional del artculo 19 N5 de la Constitucin Poltica de la
Repblica, consistente en la inviolabilidad de las comunicaciones privadas.
Dcimo Octavo: Que, conforme ya se precis en el motivo dcimo sexto del presente veredicto, el cuestionamiento preciso que se realiza a la actividad desarrollada por la Polica de Investigaciones, est circunscrita al mecanismo utilizado y
su forma de operar, destinado a obtener preliminarmente su deteccin como usuario
que descargaba material pornogrfico infantil. Lo anterior se realiz a travs de
un mecanismo de identificacin del nmero de los archivos de ese carcter, lo que
es considerado por la defensa de Middleton Bengoa como una vulneracin de la
182

Artculos

Unidad Especializada en Delitos Sexuales y Violencia Intrafamiliar

inviolabilidad de sus comunicaciones privadas, ya que no contaron con la necesaria


autorizacin de la autoridad judicial para proceder a ello.
Al respecto, y con el objeto de determinar la eventual existencia de la anterior vulneracin denunciada, se hace imprescindible reproducir el mecanismo utilizado por
los funcionarios investigadores que culmin con la incautacin del material pornogrfico infantil almacenado por los acusados de autos, el que aparece expuesto en el
juicio oral y su sentencia, conforme consta de los registros de audio acompaados a
los recursos, y es que la Polica de Investigaciones de Chile desarroll por cerca de
cuatro meses durante el ao 2007, una investigacin por intermedio de la Unidad
de Cibercrimen, la que a travs de herramientas informticas les permiti desarrollar un cdigo alfanumrico denominado hash, que se consulta en el programa P2P
llamado emule, con el que se efecta una suerte de patrullaje o bsqueda en la red,
dirigido a detectar transacciones de material pornogrfico infantil, lo que se materializa mediante un programa que permite dotar de material de ese mismo carcter
procedente de anteriores investigaciones y decomisos, asocindolos a un cdigo nico
e irrepetible, independiente del nombre que se les pueda dar. Luego, ese registro
alfanumrico es ingresado a internet en donde procede a identificar a sus smiles,
o sea en la prctica a los diversos usuarios que se encuentran en ese minuto descargando dicho material, sin que sea posible obtener a ese momento su identificacin
personal, toda vez que permite solamente acceder a tres datos, que son: la direccin
IP nacional (protocolo de Internet, conformado por una secuencia de cuatro nmeros
separados por puntos que identifica a cada computador conectado a la red, pero no
permite identificar obligatoriamente a un usuario determinado, y opera numricamente con el contacto que se realiza en ese momento, cambiando su conformacin a
la siguiente conexin), luego la fecha y hora del registro. Los tres aspectos anteriores,
quedan fijados mediante una captura de pantalla (fotografa), sin que sea posible
saber todava si se trata de un mismo cliente o no, detectando en consecuencia slo el
perfil del material que se est almacenando y el nmero de conexin asociada a una
direccin IP. Posteriormente, esos resultados aleatorios son tabulados en un proceso
que se realiza una vez finalizado el monitoreo y, previa orden de investigar se solicitaron mediante oficios dirigidos a las compaas servidoras, para que indicaran a
quien corresponden esas direcciones segn su nmero, da y hora de conexin detectados. Slo a partir de ese momento se conocen datos tales como nombres, apellidos
y direcciones de sus titulares, entre otros, que de una manera constante y reiterada
efectan tales descargas, lo que origina a continuacin la solicitud del Ministerio
Pblico dirigida al 7 Juzgado de Garanta de Santiago, para proceder a la entrada
y registro e incautacin del material pornogrfico infantil encontrado en los domicilios de los dos enjuiciados de autos.
Dcimo Noveno: Que, por otro lado, el sistema de programas utilizados por los
acusados para bajar la informacin cuestionada de autos, se realiz en primer
lugar a travs de la red Internet que es de pblico acceso, sin establecerse mecanismos privados de comunicacin y registro para tales efectos. Luego, se comunicaron
a travs de un programa gratuito que existe en la red a disposicin de quien lo
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Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

estime procedente denominado emule o emule plus, el que se basa en un sistema


de comunicacin que consiste en compartir informacin, esto es, mltiples internautas repartidos en todo el mundo que a ese momento estn conectados a la red para
que intercambien sus archivos entre s, actuando al mismo tiempo como receptores y
emisores, ignorndose quienes son unos y otros, por lo que se trata evidentemente de
comunicaciones genricas sin destinatarios prefijados, por lo que mal puede hablarse
de comunicaciones privadas, operando como un mercado abierto para obtener en el
presente caso informacin pornogrfica infantil.
Vigsimo: Que, en cuanto al cdigo hash, ste en ningn caso como sostiene la
defensa del acusado Middleton interviene, registra ni revisa el contenido del material ilcito que est siendo bajado desde la red para su posterior almacenamiento,
pues como ya se indic precedentemente, slo asigna un cdigo a materiales preexistentes respecto de los cuales se sabe fehacientemente que son de contenido pornogrfico infantil, y una vez en la red procede a reconocer a otros iguales, sin importar sus
diferentes nombres, no siendo necesario revisarlos o abrirlos para saber su contenido.
Lo anterior slo se producir, a partir de la entrada, registro e incautacin, respecto
de los soportes en que se encuentran, para su posterior visualizacin y peritajes, los
que revelarn en definitiva si tienen o no el carcter preliminarmente atribuido,
actividad probatoria que fue expresamente autorizada por el Juzgado de Garanta
correspondiente, y que permiti corroborar que tenan tal perfil, lo que fue valorado
en conjunto con la restante prueba producida en el juicio oral, como fue la testimonial, pericial y documental, que apreciadas de conformidad a las reglas de la sana
crtica sin que se vulneraran los principios de la lgica, mximas de la experiencia y
conocimientos cientficamente afianzados, permitieron la decisin de condena; lo que
por lo dems, como ya se ha destacado expresamente, aparece incluso reconocido por
los dos acusados al momento de renunciar a su derecho a guardar silencio, declarando
en la audiencia respectiva la efectividad de habrseles encontrado esos materiales.
Vigsimo Primero: Que, los aspectos ya indicados resultan fundamentales para establecer la inexistencia de la vulneracin denunciada respecto de la garanta alegada,
y tal como acertadamente seal el fallo del tribunal oral en su motivo duodcimo,
destacando que: result claramente establecido que este cdigo es un smil de otro
con tal material, sin que dicho procedimiento permita conocer el contenido mismo de
los archivos, tanto es as, que una vez detectada esta descarga, en forma reiterada,
solicitan la informacin a las compaas o empresas respectivas, con la cual recaban
la orden de entrada y registro e incautacin, debiendo pesquisar en el sitio del suceso
la existencia de dicho material en los computadores o soportes computacionales que
se incauten, elementos estos que permitan sospechar la comisin del hecho punible
que fue precisamente materia de la investigacin, en consecuencia, no se observa la
vulneracin de la garanta constitucional que se denuncia, lo que sumado a las
consideraciones anteriores impide que el primer recurso interpuesto en cuanto a
su primer captulo de cuestionamiento pueda prosperar.
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Unidad Especializada en Delitos Sexuales y Violencia Intrafamiliar

Conclusiones
A modo de conclusin conforme al anlisis efectuado, en relacin a las garantas constitucionales contenidas en los numerales 4 y 5 del artculo 19 de la
Constitucin Poltica de la Repblica, que se relacionan con los delitos de
pornografa infantil, podemos indicar que la jurisprudencia sobre el particular
se pronuncia:
Sobre el hallazgo de particulares
a) Una valoracin diferente entre el hallazgo casual y la bsqueda dirigida,
por parte de particulares.
b) El hallazgo casual por parte del particular en circunstancias de encontrarse autorizado el ingreso y permanencia en el hogar por parte del o los
imputados, no lo hace ilcito, no constituye violacin de garantas, sino que
resulta una excepcin reconocida en el derecho comparado a la exclusin
de la prueba ilcita.
c) En caso de no ser un hallazgo casual y tratarse de un registro o grabacin
que sean clandestinos por parte del particular, la valoracin de la circunstancia es negativa.
d) Tratndose de una prueba obtenida por un particular, con total ignorancia
de la existencia de un eventual ilcito, sin existir una denuncia, en el domicilio del imputado al que accede invitado por el mismo, no es posible de
calificar dicho hallazgo como ilcito, sino que se estara ante una excepcin
a la exclusin de la prueba ilcita.
Sobre la Internet; sistema emule plus y el mecanismo del cdigo hash:
a) La red Internet es de pblico acceso.
b) Que existe en la red a disposicin de quien lo estime procedente un programa gratuito denominado emule o emule plus
c) emule o emule plus se basa en un sistema de comunicacin que consiste en compartir informacin, esto es, mltiples internautas repartidos
en todo el mundo que a ese momento estn conectados a la red para que
intercambien sus archivos entre s, actuando al mismo tiempo como receptores y emisores, ignorndose quienes son unos y otros, por lo que se trata
evidentemente de comunicaciones genricas sin destinatarios prefijados,
por lo que mal puede hablarse de comunicaciones privadas.
d) El cdigo hash, en ningn caso interviene, registra, ni revisa el contenido
del material ilcito que est siendo bajado desde la red para su posterior
almacenamiento.
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Unidad Especializada en Delitos Sexuales y Violencia Intrafamiliar

MEDIDAS DE PROTECCIN PARA NIOS, NIAS Y ADOLESCENTES VCTIMAS


O TESTIGOS. UNA CUESTIN DE PRINCIPIOS
Mara Anglica San Martn Ponce1

1. Introduccin
En el Cdigo Procesal Penal chileno, no encontramos la indicacin de especiales condiciones para el otorgamiento de testimonio de un nio, nia o adolescente2, no siendo suficiente la norma del artculo 308 del Cdigo Procesal
Penal, establecida en general para la proteccin de testigos y vctimas que
participan de un proceso penal y que posibilita a los Tribunales Orales en lo
Penal, en casos graves y calificados, disponer medidas destinadas a proteger la
seguridad del testigo que lo solicitare.
A nuestro entender las declaraciones de NNA, siempre debiesen prestarse
usando salas especiales para ello o, al menos, un circuito cerrado de televisin, lo que permite sustraerlos del ambiente intimidatorio y victimizante,
representado por la sala de audiencias, donde se lleva a cabo el juicio oral. El
circuito cerrado de televisin consiste en prestar la declaracin mediante un
sistema interno de televisin desde una sala distinta a la de juicio oral, donde
la vctima es entrevistada por el juez presidente, sin la presencia fsica del acusado, ni de los intervinientes, ni del pblico en general.
Dicho sistema debera establecerse por ley, con especial indicacin de las
circunstancias de su implementacin, puesto que la situacin actual, con los
amplios mrgenes de discrecionalidad judicial, no siempre ha dado resultados satisfactorios; as podemos citar a modo ejemplar lo resuelto por el
4 Tribunal Oral en lo Penal de Santiago, en causa RUC N1100479935-8,
que si bien en principio otorg el circuito cerrado, lo hizo con la condicin
que hubiese contacto visual entre el imputado y defensor con el nio, lo que
quitaba el efecto proteccional perseguido, por lo que la fiscal del caso interpuso un recurso de reposicin, resolvindose finalmente por el Tribunal que
el nio deba declarar como cualquier testigo. A raz de dicha resolucin, la
fiscal decidi no presentar como prueba el testimonio del nio, terminando el
juicio con veredicto absolutorio.
1 Abogada, Subdirectora de la Unidad Especializada en Delitos Sexuales y Violencia
Intrafamiliar, Fiscala Nacional, Ministerio Pblico.
2

En adelante NNA.

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Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

As, hoy en los procesos penales seguidos por delitos sexuales en contra de
NNA, son los fiscales del Ministerio Pblico, quienes solicitan a los Tribunales Orales que se disponga como medida de proteccin para la declaracin
de estas vctimas, el circuito cerrado de televisin, siendo de resorte de dichos
tribunales su concesin, segn se estime que se cumple en el caso concreto,
con los dos requisitos copulativos establecidos en la ley, sin que pueda sealarse que a la fecha exista uniformidad en las resoluciones judiciales, ni en las
condiciones en que en el caso concreto se implementa la medida de proteccin de circuito cerrado de televisin, como recin se ha ejemplificado.
Creemos que es necesaria esta modificacin legal, la que en nada afecta el
derecho al debido proceso de los acusados, porque la situacin actual no
garantiza suficientemente los derechos de los NNA que deben declarar en
juicio oral, los que as han sido invisibilizados, situacin que al menos al ao
2010, no era privativa de Chile, sino tambin de otras latitudes, segn consta
en parte de la introduccin del Manual sobre la justicia en asuntos concernientes a los nios y testigos de delitos, donde se seala: Es frecuente que en
los sistemas de justicia penal se olvide a las vctimas de delito. Un sistema de justicia
penal justo, eficaz y humano es aquel que respeta los derechos fundamentales de los
sospechosos y los delincuentes, as como los de las vctimas, y se basa en el principio
de que las vctimas han de ser reconocidas y tratadas adecuadamente respetando su
dignidad. Estas diferentes vctimas, incluidos los nios dada su particular vulnerabilidad, ya sea por sus caractersticas personales o por las circunstancias del delito,
deberan beneficiarse de medidas adaptadas a su situacin3.

2. Derecho de los NNA a ser odos en condiciones protegidas en un


proceso penal en que tengan inters
El artculo 12, prrafo 2 de la Convencin sobre los Derechos del Nio establece el derecho de todo nio a ser escuchado en todo procedimiento judicial
o administrativo que le afecte, de la manera que sigue: se dar en particular al
nio oportunidad de ser escuchado, en todo procedimiento judicial o administrativo
que afecte al nio, ya sea directamente o por medio de un representante o de un
rgano apropiado....
Por su parte, el artculo 19 de la Convencin Americana sobre Derechos
Humanos consagra los derechos del nio, de la siguiente forma: todo nio
3 OFICINA DE LAS NACIONES UNIDAS CONTRA LA DROGA Y EL
DELITO, Manual sobre la justicia en asuntos concernientes a los nios vctimas y
testigos de delitos, p. 1 [en lnea]. Disponible en: http://www.unodc.org/documents/
justice-and-prison-reform/crimeprevention/Handbook_for_Proffesionals_and_Policymakers_Spanish.pdf [fecha de consulta: 12 de mayo de 2014].

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Artculos

Unidad Especializada en Delitos Sexuales y Violencia Intrafamiliar

tiene derecho a las medidas de proteccin que su condicin de menor requieren por
parte de su familia, de la sociedad y del Estado.
De ambas disposiciones aparece que los NNA tienen derecho a ser odos
en los procesos legales que les afecten, entre stos claramente los procesos
penales seguidos por delitos de los que han sido vctimas. Y tienen, adems, el derecho a ejercerlo en condiciones protegidas, no revictimizantes ni
intimidatorias.
Existe suficiente consenso internacional sobre la justificacin y necesidad de
este trato diferenciado para los NNA. Es as como el Comit de Derechos del
Nio, en su Observacin General N12 del ao 2009, sobre El derecho del
nio a ser escuchado, contempla en el contexto de un procedimiento judicial
que se requieren condiciones bsicas para su ejercicio, sealando que:
34. No se puede escuchar eficazmente a un nio cuando el entorno sea intimidatorio, hostil, insensible o inadecuado para su edad. Los procedimientos tienen que ser
accesibles y apropiados para los nios. Debe prestarse especial atencin al suministro
y la transmisin de informacin adaptada a los nios, la prestacin de apoyo adecuado para la defensa de los intereses propios, la debida capacitacin del personal, el
diseo de las salas de tribunal, la vestimenta de los jueces y abogados y la disponibilidad de pantallas de proteccin visual y salas de espera separadas4.
Asimismo, dicha Observacin General al referirse al nio vctima y el nio
testigo en causas penales, especifica en lo relativo a las condiciones para el
ejercicio del derecho a ser odo, que:
62. El nio vctima y el nio testigo de un delito deben tener la oportunidad de
ejercer plenamente su derecho a expresar libremente sus opiniones de conformidad
con la resolucin 20/2005 del Consejo Econmico y Social, Directrices sobre la justicia en asuntos concernientes a los nios vctimas y testigos de delitos5.
Las Directrices a que hace referencia el Comit de Derechos del Nio fueron
dictadas mediante resolucin N20/2005 del Consejo Econmico y Social de
la Asamblea General de las Naciones Unidas y su contenido dice relacin con
cmo debe ser la justicia, respecto de los nios vctimas y testigos de delitos.
Estas Directrices consideran entre sus principios generales el derecho a la
participacin de la siguiente manera:
4
5

Observacin General N12 (2009) Comit de Derechos del Nio, p. 12 [en lnea]. Disponible en: www2.ohchr.org/english/bodies/crc/docs/.../CRC-C-GC-12_sp.doc [fecha
de consulta: 6 de mayo de 2014].
Observacin General N12 (2009) Comit de Derechos del Nio, p. 17 [en lnea]. Disponible en: www2.ohchr.org/english/bodies/crc/docs/.../CRC-C-GC-12_sp.doc [fecha
de consulta: 6 de mayo de 2014].

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Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

d) Derecho a la participacin: Con sujecin al derecho procesal nacional, todo nio


tiene derecho a expresar libremente y en sus propias palabras sus creencias, opiniones
y pareceres sobre cualquier asunto, y a aportar su contribucin, especialmente a las
decisiones que le afecten, incluidas las adoptadas en el marco de cualquier proceso
judicial, y a que esos puntos de vista sean tomados en consideracin, segn sus aptitudes, su edad, madurez intelectual y la evolucin de su capacidad6.
Especficamente, bajo el ttulo XI, estas Directrices desarrollan el contenido
del derecho a ser protegido de sufrimientos durante el proceso de justicia,
consignndose en su prrafo 30, letra d) que:
Los profesionales debern tratar con tacto a los nios vctimas y testigos de delitos
y utilizar procedimientos idneos para los nios, incluidas salas de entrevistas concebidas para ellos, servicios interdisciplinarios para nios vctimas de delitos integrados en un mismo lugar, salas de audiencia modificadas teniendo en cuenta a los
nios testigos, recesos durante el testimonio de un nio, audiencias programadas a
horas apropiadas para la edad y madurez del nio, un sistema apropiado de notificacin para que el nio slo comparezca ante el tribunal cuando sea necesario y otras
medidas que faciliten el testimonio del nio7.
Refirindose a la dinmica de las audiencias de juicio y la declaracin del
NNA, las Directrices sealan en su prrafo 31, que:
Adems, los profesionales debern aplicar medidas para: b) Velar porque los nios
vctimas y testigos de delitos no sean interrogados por el presunto autor del delito,
siempre que sea compatible con el ordenamiento jurdico y respetando debidamente
los derechos de la defensa: de ser necesario, los nios vctimas testigos de delitos debern ser entrevistados e interrogados en el edificio del tribunal sin que los vea el
presunto autor del delito y se les debern proporcionar en el tribunal salas de espera
separadas y salas de entrevistas privadas; c) Asegurar que los nios vctimas y testigos de delitos sean interrogados de forma adaptada a ellos as como permitir la
supervisin por parte de magistrados, facilitar el testimonio del nio y reducir la
posibilidad de que ste sea objeto de intimidacin, por ejemplo, utilizando medios de
ayuda para prestar testimonio o nombrando expertos en psicologa8.
6 Directrices sobre la justicia en asuntos concernientes a los nios vctimas y testigos de delitos, p. 5 [en lnea]. Disponible en: www.un.org/es/events/childrenday/pdf/
E2005_20.pdf [fecha de consulta: 12 de mayo de 2014].
7 Directrices sobre la justicia en asuntos concernientes a los nios vctimas y testigos de delitos, p. 9 [en lnea]. Disponible en: www.un.org/es/events/childrenday/pdf/
E2005_20.pdf [fecha de consulta: 12 de mayo de 2014].
8 Directrices sobre la justicia en asuntos concernientes a los nios vctimas y testigos
de delitos, p. 10 [en lnea]. Disponible en: www.un.org/es/events/childrenday/pdf/
E2005_20.pdf [fecha de consulta: 12 de mayo de 2014].

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Artculos

Unidad Especializada en Delitos Sexuales y Violencia Intrafamiliar

Por su parte el Manual sobre la justicia en asuntos concernientes a los nios


vctimas y testigos de delitos para uso de profesionales y encargados de la
formulacin de polticas, publicado por la Oficina de las Naciones Unidas
Contra la Droga y el Delito, el ao 20109, cuyo objetivo es ayudar a los pases
a poner en prctica a nivel nacional las disposiciones recogidas en las Directrices 20/2005, y que se basa en las mejores prcticas internacionales sobre
el tratamiento de los nios vctimas y testigos de delitos, incluye una lista
de comprobacin de la ejecucin que indica las medidas concretas que los
diferentes profesionales, que intervienen con los NNA a lo largo del proceso,
deben adoptar a fin de poner en prctica las Directrices.
Parte de la Lista de comprobacin de la aplicacin N8, relativa al derecho a
ser protegido contra sufrimientos durante el proceso de justicia, en lo relativo
a las funciones de los jueces, consigna entre otras acciones, que stos deben:
v) Favorecer que los menores presten declaracin desde una sala especial decorada
de manera sensible a las necesidades de los nios o, cuando est disponible, mediante
televisin en circuito cerrado;
vii) Supervisar muy de cerca el interrogatorio, y en particular el contrainterrogatorio, de los nios vctimas y testigos de delitos para protegerlos del acoso o la intimidacin y asegurar que el lenguaje empleado sea apropiado10.

3. Debido proceso del acusado e inters superior del nio vctima


Desde la perspectiva de derechos humanos, la proteccin que se debe dar a los
NNA en el contexto de un proceso penal en el que participan, ya sea como
vctimas o testigos, en virtud del principio de su inters superior establecido
en la Convencin de Derechos del Nio, debe ponderarse con otro principio
establecido a favor de los acusados, su derecho a un debido proceso o a un

OFICINA DE LAS NACIONES UNIDAS CONTRA LA DROGA Y EL DELITO,


Manual sobre la justicia en asuntos concernientes a los nios vctimas y testigos de
delitos [en lnea]. Disponible en: http://www.unodc.org/documents/justice-and-prisonreform/crimeprevention/Handbook_for_Proffesionals_and_Policymakers_Spanish.pdf
[fecha de consulta: 12 de mayo de 2014].

10 OFICINA DE LAS NACIONES UNIDAS CONTRA LA DROGA Y EL


DELITO, Manual sobre la justicia en asuntos concernientes a los nios vctimas y testigos de delitos, pgina 85 [en lnea]. Disponible en: http://www.unodc.org/documents/
justice-and-prison-reform/crimeprevention/Handbook_for_Proffesionals_and_Policymakers_Spanish.pdf [fecha de consulta: 12 de mayo de 2014].

191

Artculos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

juicio justo en la terminologa del Convenio Europeo de Derechos Humanos,


(en adelante CEDH)1112.
As, en el mbito americano, la autora Dalia Berenice Fuentes Prez, en un
artculo publicado en un manual de Derechos Humanos, analizando el concepto de inters superior del nio, en el marco de la evolucin histrica que han
tenido los derechos de los nios en materia de derechos humanos, cita como
parte de esta evolucin lo sealado por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos en su opinin consultiva 17, sealando que es claro el objetivo que
persigue este principio: el mayor beneficio, exigindose a los operadores un
profundo estudio y anlisis sobre las condiciones y circunstancias concretas
que rodean al nio, existiendo para su concrecin ciertos lineamientos generales. De este modo, este principio ayuda a hacer realidad, disposiciones jurdicas que tienen alguna consecuencia en la vida de los nios13.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (en adelante TEDH) ha tenido
ocasin de pronunciarse sobre este delicado equilibrio, a raz de demandas
interpuestas por sujetos condenados en sus pases de origen en juicios en los
que los nios testigos declararon con alguna medida de proteccin, la que
fue considerada por la defensa como atentatoria contra el derecho a un proceso equitativo justo consagrado en el artculo 6 del CEDH14. As la discusin, desde la perspectiva de principios de derechos humanos, se centra en los
11 SERRANO, Mercedes. Una justicia europea adaptada al menor: exploracin de menores vctimas o testigos en la fase preliminar del proceso penal [en lnea]. En: Revista
para el Anlisis del Derecho, p. 13, v.2 Barcelona, 2013. Disponible en: http://www.raco.
cat/index.php/InDret/article/viewFile/264210/351863 [fecha de consulta: 20 de mayo
de 2014].

12 Convenio Europeo de Derechos Humanos, adoptado por el Consejo de Europa el 4 de


noviembre de 1950 y que entr en vigor en 1953 [en lnea]. Disponible en: http://www.
echr.coe.int/Documents/Convention_SPA.pdf [fecha de consulta: 20 de mayo de 2014].

13 ESTRADA, Guillermo y FERNNDEZ DE CASADEVANTE, Carlos (comp.).


Derecho Internacional de los Derechos Humanos. 1 ed., Mxico DF, Editorial Porra,
2014, Facultad de Derecho UNAM, pgs. 356-365.
14 ARTCULO 6. Derecho a un proceso equitativo.

1. Toda persona tiene derecho a que su causa sea oda equitativa, pblicamente y dentro de un
plazo razonable, por un Tribunal independiente e imparcial, establecido por ley, que decidir
los litigios sobre sus derechos y obligaciones de carcter civil o sobre el fundamento de cualquier
acusacin en materia penal dirigida contra ella. La sentencia debe ser pronunciada pblicamente, pero el acceso a la sala de audiencia puede ser prohibido a la prensa y al pblico durante
la totalidad o parte del proceso en inters de la moralidad, del orden pblico o de la seguridad
nacional en una sociedad democrtica, cuando los intereses de los menores o la proteccin de
la vida privada de las partes en el proceso as lo exijan o en la medida en que sea considerado estrictamente necesario por el tribunal, cuando en circunstancias especiales la publicidad
pudiera ser perjudicial para los intereses de la justicia.

2. Toda persona acusada de una infraccin se presume inocente hasta que su culpabilidad haya
sido legalmente declarada.

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Artculos

Unidad Especializada en Delitos Sexuales y Violencia Intrafamiliar

estndares del debido proceso del acusado e inters superior del nio vctima
o testigo.
Para este anlisis se dar cuenta del debate doctrinal existente, en cuanto a la
posibilidad de adaptar los procesos penales a las necesidades de los NNA y de
cmo estas consideraciones son compatibles o no afectan sustantivamente el
derecho del acusado a un proceso equitativo revisando, adems, algunos fallos
del TEDH, en que se han resuelto recursos presentados por los acusados.
El derecho a un proceso equitativo para los acusados se consagra en el artculo 6 del CEDH, en sus tres numerales, consignndose en el numeral tercero
un listado con un mnimo de derechos, entre los que se encuentra el derecho
a interrogar a los testigos que declaren en su contra, aspecto que se estima
central para este debate.
Una primera posicin entiende que se puede compatibilizar el principio del
debido proceso con el inters superior de los NNA vctimas y testigos, siendo
posible adoptar medidas de proteccin respecto de los NNA que declaran
como testigos sin que ello importe un detrimento importante respecto de la
garanta del justiciado a un juicio equitativo, siempre y cuando se respeten
ciertos mnimos del proceso adversarial, como la posibilidad de controvertir
la prueba de cargo.
Por otra parte se encuentran posturas ms crticas a alteraciones a la estructura pura de un proceso adversarial, que considera que los medios de prueba
deben rendirse durante el juicio, ante el tribunal, en audiencia pblica, con el
imputado presente y con un interrogatorio de los testigos en directo.
As, la autora Mercedes Serrano Masip, en un artculo publicado el ao 2013,
luego de consignar los postulados en que se afirma el deber de proteccin a
los NNA, apoyndose en el contenido del Convenio para la proteccin de
los Nios contra la explotacin y el abuso sexual, del ao 200715, por ser el

3. Todo acusado tiene, como mnimo, los siguientes derechos: a) a ser informado, en el ms breve
plazo, en una lengua que comprenda y de manera detallada, de la naturaleza y de la causa de
la acusacin formulada contra l; b) a disponer del tiempo y de las facilidades necesarias para
la preparacin de su defensa; c) a defenderse por s mismo o a ser asistido por un defensor de su
eleccin y, si carece de medios para pagarlo, a poder ser asistido gratuitamente por un abogado
de oficio, cuando los intereses de la justicia as lo exijan; d) a interrogar o hacer interrogar a
los testigos que declaren en su contra y a obtener la citacin e interrogatorio de los testigos que
declaren en su favor en las mismas condiciones que los testigos que lo hagan en su contra; e) a ser
asistido gratuitamente de un intrprete si no comprende o no habla la lengua empleada en la
audiencia.

15 Convenio del Consejo de Europa para la proteccin de los nios contra la explotacin y
el abuso sexual, de fecha el 25 de octubre de 2007. Entr en vigor el 1 de julio de 2010,
tras cumplirse los requisitos impuestos para su obligatoriedad, que impona la ratificacin por parte de al menos cinco Estados miembros del Consejo de Europa. Espaa

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Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

instrumento que en forma ms resuelta se hace cargo de esta necesidad, al


expresar las condiciones mnimas para que el NNA pueda ser odo, seala
que la forma ms adecuada de hacerlo es limitando el nmero de entrevistas
a lo estrictamente imprescindible y que, para la consecucin de este fin, una
alternativa es la grabacin de la entrevista en audio video, elemento que debe
ser admitido posteriormente como medio de prueba en el juicio16.
Al analizar ambas posiciones se puede sostener que el reto que constituye la
toma del testimonio de los nios vctimas, en un acto previo al juicio y su
uso como prueba en el mismo, slo puede sortearse con xito si se sitan en
un plano de igualdad los derechos de defensa y los derechos fundamentales
del NNA a la dignidad y a la integridad fsica y squica. Al efecto, la autora
cita jurisprudencia del TEDH, en que se ha sealado que los apartados 1
y 3 del artculo 6 del CEDH, lo que establecen es el derecho del acusado
a tener la oportunidad de desacreditar o contradecir la versin del testigo,
refiriendo que: En suma, el TEDH no se opone a la reproduccin en el juicio oral
de las declaraciones testifcales realizadas en sede policial o en la fase preliminar
del proceso penal.... [establecindose que se] vulnera el derecho a un juicio justo si al
acusado no se la ha brindado la ocasin de formular preguntas al testigo17.
Precisando que el TEDH al resolver el conflicto entre ambos derechos ha
resuelto de manera uniforme que la admisibilidad de los medios de prueba es
un tema propio de los Estados, por lo que no corresponde a dicho tribunal
internacional pronunciarse sobre ello18.
Ciro Milione, en su artculo titulado El derecho a un proceso pblico en
la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, se dedica a
analizar el comportamiento del TEDH al resolver casos donde se discuta el
punto 1 del artculo 6, relativo a las posibilidades de limitar la publicidad de
las audiencias de juicio en consideracin a los intereses de los menores. Destaca la relevancia que el TEDH ha dado a la etapa evolutiva de los NNA en
lo relativo a las adaptaciones que el proceso penal debiese hacer para evitar
que los NNA se intimiden o inhiban al declarar, citando al efecto dos sentenpresent el depsito de ratificacin el 5 de agosto de 2010, entrando en vigor a su respecto el da 1 de diciembre de 2010.

16 SERRANO, Mercedes. Una justicia europea adaptada al menor: exploracin de menores vctimas o testigos en la fase preliminar del proceso penal [en lnea]. En: Revista
para el Anlisis del Derecho, p. 42 Barcelona, 2013. Disponible en: http://www.raco.cat/
index.php/InDret/article/viewFile/264210/351863 [fecha de consulta: 20 de mayo de
2014].
17 SERRANO, Mercedes, ob. cit., pgs. 2 y 13. Disponible en: http://www.raco.cat/index.
php/InDret/article/viewFile/264210/351863 [fecha de consulta: 20 de mayo de 2014].
18 SERRANO, Mercedes, ob. cit., p. 13. Disponible en: http://www.raco.cat/index.php/
InDret/article/viewFile/264210/351863 [fecha de consulta: 20 de mayo de 2014].

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Unidad Especializada en Delitos Sexuales y Violencia Intrafamiliar

cias dictadas en casos seguidos contra el Reino Unido, de la siguiente manera:


ha llevado el Tribunal de Estrasburgo a considerar, por un lado, la necesidad
de que los procesos penales se acomoden a estas condiciones propias de los menores
reduciendo en todo lo posible estos sentimientos de intimidacin e inhibicin19.
La alusin a las consideraciones que explcitamente se contienen el punto
1 del artculo 6 del CEDH, son relevantes puesto que no cabe duda que la
publicidad de las audiencias constituye un elemento central de la garanta no
obstante, como se ha visto, no se trata de un derecho absoluto, sino que se
morigera precisamente en los casos de vctimas NNA.
El mismo autor, en un anlisis ms general del comportamiento del TEDH,
concretamente respecto de la necesidad de resolver en forma motivada los
conflictos sobre garantas que se le presenten, refirindose a la necesidad de
fundamentacin de los fallos, precisa entre otros aspectos que el derecho a un
proceso equitativo, del artculo 6 del CEDH, es una manifestacin del principio de igualdad en el mbito procesal penal, principio de contradiccin que
no es absoluto, puesto que de concurrir otros intereses relevantes, este principio puede ser limitado, sealando como ejemplo de algunos de estos otros
valores relevantes la proteccin de testigos. Limitaciones que en todo caso no
pueden ser indefinidas, sino que debe tratarse de restricciones estrictamente
necesarias20.
Luca Lupria, en un artculo sobre el estatuto de la vctima en el proceso
penal italiano, realiza un anlisis evolutivo acerca del rol que sta ha tenido
en el proceso penal, desde considerarla casi exclusivamente como titular de la
accin civil derivada de un delito hasta su situacin actual, donde tiene derecho a ser protegida de la victimizacin secundaria. Este autor sostiene que
esta nueva consideracin a la vctima, especialmente de aqullas ms vulnerables, tambin ha tenido eco ante el TEDH, que mediante sus fallos ha planteado: la necesidad de buscar puntos de equilibrio entre los derechos fundamentales
de la defensa del acusado y la tutela de la posicin de los sujetos que coagulan inte19 MILIONE, Ciro. El derecho a un proceso pblico en la jurisprudencia del Tribunal
Europeo de Derechos Humanos. En: Anuario da la Facultad de Dereito da Universidade da Corua, p. 565, 2010 [en lnea]. Disponible en: http://ruc.udc.es/dspace/
bitstream/2183/8290/1/AD_14_2010_art_28.pdf [fecha de consulta: 20 de mayo de
2014].

20 MILIONE, Ciro. El derecho a obtener una resolucin de fondo en la jurisprudencia


del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y del Tribunal Constitucional espaol
[en lnea]. En: Revista de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense, v.
61, pgs. 7 y 8. Disponible en: http://www.uco.es/derechoconstitucional/investigacion/
documents/derecho-obtener-resolucion-cirio-milione.pdf [fecha de consulta: 20 de
mayo de 2014].

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Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

reses contrapuestos en el proceso penal21, sealando en sus conclusiones que este


avance en la consideracin de los derechos de las vctimas debe ser cauteloso,
para no vulnerar los derechos fundamentales del acusado, tratndose de un
frgil equilibrio donde opera la antigua doctrina de la ponderacin22.
Por su parte, Pedro Roldan, estudiando la resolucin de este equilibrio en la
jurisprudencia del TEDH, indica que el criterio del Tribunal ha sido considerar que existe violacin a la garanta del debido proceso si el acusado o su
defensa no han tenido la ocasin de confrontar los testigos, cuyos testimonios
sean relevantes para la acusacin23. Citando en apoyo a esta conclusin lo
resuelto por la Corte Suprema del Reino Unido, en que se avala una condena
basada exclusivamente en testimonios de odas o mediante declaraciones de
testigos ausentes, dado que no representa en s misma una vulneracin de
las normas del CEDH, puesto que la legislacin interna de dicho pas slo
admite dichas pruebas si se asegura un juicio justo24.
Analizando el derecho a interrogar a los testigos de cargo en el proceso penal,
Jos Antonio lvarez Caperochipi comenta algunas sentencias destacadas del
TEDH, apreciando que la jurisprudencia del tribunal ha sido influida por la
justicia del caso concreto, por lo que a su juicio existen algunas imprecisiones,
no obstante lo cual es posible advertir ciertos criterios generales, entendindose satisfecho el derecho a contrastar la prueba de cargo, si en cualquier
momento u ocasin el acusado tuvo la oportunidad de contrastar el testimonio del testigo25. En virtud de lo anterior, considera legtimas las decisiones
de tribunales espaoles, a la luz de la Ley de Proteccin de Testigos y Peritos
en causas criminales, Ley Orgnica 19/1994, que han dispuesto medidas tales
como la ocultacin de la identidad del testigo al acusado y la distorsin de su
21 LUPRIA, Luca. Reflexiones sobre el estatuto de la victima en el proceso penal italiano [en lnea]. En: Revista de Derechos Fundamentales Universidad Via del
Mar- v.8, p. 107. Disponible en: http://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4334626.
pdf [fecha de consulta: 20 de mayo de 2014].
22 LUPARIA, ob. cit., p. 114.

23 ROLDAN, Pedro. Criterios de admisibilidad de la prueba para la investigacin y juzgamiento de delitos de lesa humanidad en los tribunales internos, p. 207 [en lnea].
Disponible en:

http://www.fldm.edu.mx/pdf/revista/no6/criterios_de_admisibilidad_de_la_prueba_
para_la_investigacion.pdf [fecha de consulta: 20 de mayo de 2014].
24 ROLDAN, ob. cit., p. 208. Disponible en:
http://www.fldm.edu.mx/pdf/revista/no6/criterios_de_admisibilidad_de_la_prueba_para_
la_investigacion.pdf [fecha de consulta: 20 de mayo de 2014].

25 ROLDAN, ob. cit., p. 189. Disponible en:



http://www.fldm.edu.mx/pdf/revista/no6/criterios_de_admisibilidad_de_la_prueba_
para_la_investigacion.pdf [fecha de consulta: 20 de mayo de 2014].

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Unidad Especializada en Delitos Sexuales y Violencia Intrafamiliar

imagen, citando recientes reformas legales que propiciaran sustituir la confrontacin directa del acusado por declaraciones mediante videoconferencia26.
Juan Lpez Ortega, analizando la jurisprudencia del TEDH sobre la prueba
de testigos en el proceso penal, opina que el criterio del Tribunal ha sido
estimar que no existe vulneracin del artculo 6.1 ni del 6.3, en situaciones
que las declaraciones de testigos que no se han producido en el juicio oral, en
casos excepcionales, como por ejemplo la imposibilidad de localizar al testigo,
exigindose que dichas declaraciones no constituyan el principal elemento de
prueba y que el acusado haya tenido ocasin de contrastar el testimonio de cargo
e interrogar a su autor en el momento de la declaracin o en otro posterior27. Cita
al efecto un caso contra Italia, del ao 1991, donde se conden al solicitante
(ante la TEDH) por un delito de secuestro con muerte de la vctima, basada
en un testimonio de una persona contactada por los organizadores del secuestro, entre ellos el solicitante, que colabor con la polica, persona que declar
ante el juez de instruccin y fue careado con el solicitante, pero que no concurri al juicio oral porque no pudo ser ubicado. En el caso hubo opinin
discordante entre la Comisin Europea de Derechos Humanos y el TEDH
puesto que, para la primera, la contradiccin en el caso era insuficiente, porque en el careo no estuvo presente el abogado defensor del solicitante, en
cambio, para el TEDH, s se haba respetado la garanta del contradictorio, de
momento que tampoco estuvo presente en la diligencia el fiscal, en atencin a
que el objeto de la diligencia no haca indispensable la presencia de abogados,
el solicitante pudo controvertir las declaraciones del testigo y adems no se
trataba de la nica prueba en su contra28.
Un representante de una postura ms contraria a esta ponderacin de intereses, es representada por Rafael Alccer Guirao, quien estima que el derecho
a la contradiccin recogido en el artculo 6.3 del CEDH, como el derecho
del acusado a interrogar a los testigos que declaren contra l, es un principio
esencial del proceso, no susceptible de ser sometido a la ponderacin de otros
intereses29.
26 LVAREZ, Jos Antonio. El derecho a conocer e interrogar el testigo de cargo en el
proceso penal [en lnea]. Navarra, 2007, p. 205. Disponible en: http://www.navarra.es/
NR/rdonlyres/CE3BDB42-2AEA-4E2D-8330-FE647BB2B2E7/0/RJ_43_II_1.pdf
[fecha de consulta: 20 de mayo de 2014].
27 LPEZ, Juan Jos. La Prueba y Proceso equitativo. Aspectos actuales en la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos [en lnea]. En: Revista Derechos
y Libertades del Instituto Bartolom de Las Casas, p. 614. Disponible en: http://earchivo.uc3m.es/bitstream/10016/1482/5/DL-1993-I-2-LopezOrtega2.pdf [fecha de
consulta: 20 de mayo de 2014].
28 LPEZ, ob. cit., p. 615.

29 ALCCER, Rafael. La devaluacin del derecho a la contradiccin en la jurisprudencia


del TEDH [en lnea]. En: Revista para el Anlisis del Derecho, p. 2, v. 4, Barcelona,

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Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

Aunque este autor admite la posibilidad de que el testigo directo de un delito


pueda no concurrir al juicio, por ejemplo por tratarse de un testigo menor
vctima de un delito sexual, para evitar su victimizacin secundaria, entendiendo que en estos casos el TEDH lo que ha aceptado es acomodar la forma
o la intensidad de la confrontacin, no a excluirla totalmente; es decir, a modular
el alcance del art. 6.3 d CEDH, no a prescindir del mismo30. Estimando que, en
estos casos, se ha ponderado el derecho del acusado con un derecho concreto,
la necesidad de proteccin de determinadas vctimas o testigos y no slo por
un inters o consideracin general, como sera la sola consideracin de la eficiencia del proceso penal31.
Los autores Pieter Van Dijk, Fried Vam Hoof, Arjen Van Rijn y Leo Zwaak,
en su Manual sobre el Sistema Europeo de Derechos Humanos sealan
que la norma del artculo 6.3 d) no puede interpretarse en el sentido de que
en todos los casos el contra interrogatorio de la defensa o del acusado deba
plantearse en la audiencia misma del juicio oral, citando un caso relativo a un
nio vctima de un delito sexual cuyas entrevistas grabadas en video fueron
conocidas por la defensa en audiencias celebradas durante la etapa de investigacin, lo que le permita poder hacerse cargo de las acusaciones formuladas32,
conteniendo el derecho a un juicio justo el principio de igualdad de medios.
As, el TEDH ha mantenido su doctrina en el sentido de que el acusado no
tiene un derecho ilimitado a exigir la presencia fsica de los testigos en el juicio oral, siendo esta definicin parte de lo que soberanamente pueden resolver
los ordenamientos jurdicos nacionales, es decir, como parte integrante de su
margen de apreciacin33.

4. Anlisis de la jurisprudencia del TEDH sobre limitaciones admisibles


al derecho de los acusados a un juicio justo
De los casos que a continuacin se explican en forma resumida, podemos
relevar una lnea jurisprudencial que muestra claramente que el derecho del
acusado a un proceso justo, en trminos del CEDH, no obsta a que los Tribunales puedan adoptar medidas de proteccin en favor de los NNA, dado que
el derecho a un debido proceso del acusado no contiene un derecho a carearse
2013. Disponible en: http://www.indret.com/pdf/1006.pdf [fecha de consulta: 20 de
mayo de 2014].

30 ALCCER, ob. cit., p. 13.

31 ALCCER, ob. cit., pgs. 10 y 11.

32 VAN DIJK, Pieter; VAN HOOF, Fried; VAN RIJN, Arjen; ZWAAK, Leo (Eds.)
(2009). Teora y prctica del Convenio Europeo de Derechos Humanos, Bogot D.C., Facultad de Derecho, Universidad de Los Andes, pgs. 433 y 434.
33 VAN DIJK, VAN HOOF, VAN RIJN, ZWAAK, ob. cit., p. 432.

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Unidad Especializada en Delitos Sexuales y Violencia Intrafamiliar

con l en juicio, sino que se materializa en su derecho a poder controvertir su


testimonio, por lo que en pases en que se ha establecido la videograbacin de
su entrevista es imprescindible que la defensa del acusado haya podido participar en dicha diligencia, pidiendo se efecten las preguntas que segn sus
tesis de defensa sean necesarias, siendo este derecho irrenunciable, al menos
en forma tcita, como se muestra en uno de los fallos que se comentar.
Respecto a las reglas procesales de los Estados, relativas a la forma y oportunidad en que se rinden estos testimonios, el TEDH ha aplicado la doctrina
que concede a los Estados un margen de apreciacin sobre el asunto, es
decir, los Estados pueden resolverlo de manera soberana, siempre que se respeten los principios y garantas contenidos en el CEDH.

a) Caso de SN v Suecia34:
En este caso el TEDH por mayora rechaz la demanda. El solicitante aleg
que no haba tenido un juicio justo, conforme al artculo 6.1 y 3 d) de la
CEDH, en el proceso penal en su contra, por un delito de abuso sexual en
perjuicio de un nio de 10 aos de edad que no declar directamente en el
juicio oral sino que lo hizo en dos oportunidades durante la fase investigativa,
las que fueron videograbadas. La segunda de ellas, a instancia del abogado del
solicitante, quien concord con el oficial de la polica a cargo de la diligencia los contenidos sobre los que versara el interrogatorio, sin perjuicio que
no presenci el interrogatorio, ni pidi un aplazamiento para poder hacerlo.
En el juicio oral, el solicitante neg los cargos y se rindi como prueba la
primera entrevista grabada en video de la polica a la vctima y el registro de
la segunda entrevista fue ledo, junto con el testimonio de la madre del nio
y profesor. La defensa no solicit que el nio fuese escuchado en persona,
siendo condenado el solicitante a ocho meses de prisin, luego el Tribunal de
Apelaciones redujo la pena a tres meses de prisin.
Aqu el Tribunal record que la admisibilidad de la prueba se rige principalmente por las normas de derecho interno y que, por regla general, corresponde
a los rganos jurisdiccionales nacionales apreciar las pruebas presentadas ante
ellos, sealando que si bien todas las pruebas normalmente deben producirse
en presencia del acusado en una audiencia pblica, con miras a debate contradictorio, el uso como prueba de las declaraciones obtenidas en la etapa de la
investigacin policial y judicial no es en s mismo incompatible con los prrafos 1 y 3 d) del artculo 6, a condicin de que se hayan respetado los derechos
de la defensa. Por regla general, estos derechos requieren que el acusado tenga
34 Tribunal Europeo de Derechos Humanos, 2 de julio de 2002, caso: SN v. Suecia [en lnea]. Disponible en: http://hudoc.echr.coe.int/sites/eng/pages/search.
aspx?i=001-60564 [fecha de consulta: 20 de mayo de 2014].

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Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

una oportunidad adecuada y apropiada para desafiar y cuestionar a un testigo


en su contra, ya sea al momento de producirse las declaraciones o en una fase
posterior del procedimiento.
El Tribunal seal que el artculo 6 no otorga al acusado un derecho ilimitado a obtener la comparecencia de los testigos en los tribunales, sino que son
normalmente los tribunales nacionales quienes deben decidir si es necesario o
conveniente or a un testigo.
El Tribunal tuvo en consideracin los efectos nocivos que tienen los procesos
penales relativos a delitos sexuales, especialmente tratndose de un caso relacionado con un menor de edad, y que en la evaluacin de la cuestin de si en
tales procedimientos el acusado recibi un juicio justo, debe tenerse en cuenta
el derecho al respeto de la vida privada de la vctima, admitiendo que en estos
procedimientos se pueden adoptar medidas con el fin de proteger a la vctima,
siempre que tales medidas pueden conciliarse con un ejercicio adecuado y
efectivo de los derechos de la defensa.

b) Caso de AL v Finlandia35:
El TEDH en este caso acogi la demanda, puesto que se estim que en los
hechos no pudieron ejercerse los derechos de la defensa, especficamente el
derecho a controvertir la prueba de cargo.
En el caso el solicitante haba sido acusado ante un Tribunal de Distrito por
abuso sexual en perjuicio de un menor, negando en su momento la acusacin.
En el juicio el tribunal escuch el testimonio de la madre del nio y del solicitante, as como de tres testigos que declararon en nombre del solicitante.
Por su parte, el fiscal present una grabacin en video de dos entrevistas de la
vctima, llevadas a cabo por un experto mdico, junto con un informe de este
profesional, resultando en definitiva condenado el solicitante.
El demandante apel contra la sentencia ante el Tribunal de Apelacin, argumentando que el Tribunal del Distrito no debi haber decidido el caso sin or
al menor en persona y que l no tuvo la oportunidad de hacer preguntas al
menor en ninguna etapa del proceso. Tampoco tuvo la oportunidad de ver la
grabacin de video antes de la audiencia principal, sin embargo, la grabacin
haba sido una parte esencial de la evidencia que condujo a su condena. Dicha
apelacin fue rechazada.
35 Tribunal Europeo de Derechos Humanos, 27 de enero de 2009, caso: AL v. Finlandia [en lnea]. Disponible en: http://hudoc.echr.coe.int/sites/eng/pages/search.
aspx?i=001-90937 [fecha de consulta: 20 de mayo de 2014].

200

Artculos

Unidad Especializada en Delitos Sexuales y Violencia Intrafamiliar

El TEDH tuvo en consideracin, al acoger la demanda, que segn la ley


interna finlandesa, el testimonio de una persona menor de 15 aos, o de una
persona con problemas mentales, grabada en audio o video durante la investigacin previa al juicio, puede ser utilizada como evidencia si al acusado se le
ha dado la oportunidad de hacer preguntas al testigo.
El TEDH observ que la grabacin en video del nio, reproducido ante los
tribunales de primera instancia, constitua la nica prueba directa contra el
demandante, quien no estuvo en situacin de formular preguntas al testigo
menor, lo que limit de tal forma los derechos de la defensa, por lo que no
poda decirse que el solicitante haya recibido un juicio justo.

c) Caso de AS con Finlandia36:


Este caso es muy ilustrativo puesto que muestra que si en los hechos se aprecia que el condenado no tuvo acceso a un juicio justo, no es posible sustentar
que renunci vlidamente a esta garanta, ni menos en forma tcita, como al
parecer lo hizo el condenado en el caso, que us como parte de su prueba la
videograbacin del testimonio del nio, diligencia de la cual no tuvo conocimiento, ni tampoco tuvo la posibilidad de solicitar la realizacin de ciertas
preguntas o contrainterrogar por intermedio de su abogado defensor.
En el fallo se acogi por mayora la demanda presentada. El demandante,
acusado de abuso sexual de un nio, sostuvo que sus derechos de defensa no
se haban respetado en el proceso penal en su contra, en el que se haba hecho
uso de una entrevista grabada en video de la presunta vctima a pesar de que
no haba tenido la oportunidad de hacer preguntas al nio.
En la investigacin el nio fue entrevistado en el hospital infantil a solicitud
de la polica. La entrevista fue realizada por un psiclogo, la que fue grabada
en video, el demandante no estuvo presente cuando se realiz la entrevista y
al parecer ni siquiera se haba informado o tena conocimiento de la investigacin en esos momentos.
En la investigacin, un mdico y dos psiclogos dieron una declaracin por
escrito de sus hallazgos, llegando a la conclusin de que el relato del nio
pareca fiable. Adems se seal que era inconveniente someter al nio a ms
preguntas sobre el asunto, porque sera perjudicial para l, por lo que no debera ser entrevistado de nuevo.
36 Tribunal Europeo de Derechos Humanos, 28 de septiembre de 2010, caso: AS v. Finlandia [en lnea]. Disponible en: http://hudoc.echr.coe.int/sites/eng/pages/search.
aspx?i=001-100709 [fecha de consulta: 20 de mayo de 2014].

201

Artculos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

El propio demandante us la grabacin en video de la entrevista del nio


como prueba, puesto que a su entender mostraba que el nio repeta frases
aprendidas, sin importar el hecho de que se haba producido una violacin
de la legislacin nacional, por no haber tenido la ocasin de participar en la
diligencia. En principio, el Tribunal absolvi al solicitante, pero la sentencia
fue apelada y revocada, estimndose que el condenado haba renunciado a su
derecho.
En el caso el TEDH recuerda que antes de que un acusado pueda renunciar
a un derecho tan importante, como el contenido en el artculo 6 del CEDH,
debe demostrarse que razonablemente podra haber previsto las consecuencias que tendra su conducta, lo que no se prob en el caso.

5. Conclusiones
Proteger a los NNA que participan, ya sea como vctimas o testigos de un
proceso penal, es un imperativo para Chile, dado su carcter de suscriptor de
la Convencin de Derechos del Nio.
En el sistema europeo, desde el mbito de los derechos humanos, han deslindado ciertos parmetros o criterios para establecer un equilibrio entre los
intereses de los nios vctimas y los de los acusados en causas penales, partiendo de la consideracin de los NNA como sujetos de derecho, premisa que
en nuestra realidad nacional es dudoso que est suficientemente asumida por
los operadores del sistema judicial.
Podemos destacar as algunos criterios que han sido fijados por la jurisprudencia del TEDH, con miras a lograr un justo equilibrio entre los intereses
en juego, es decir, hasta dnde es lcito limitar el derecho del acusado a un
juicio justo en pos de proteger la dignidad y/o la integridad fsica y moral de
los NNA, que deben declarar en juicio. Lmite que estara representado por
la posibilidad real del acusado de haber podido controvertir esta prueba de
cargo, lo que bien puede hacerse en instancias previas al juicio oral propiamente tal, ya sea directamente por el acusado o mediante su defensa letrada.
En palabras del TEDH que el acusado haya tenido una oportunidad adecuada y apropiada de contrainterrogar el testigo de cargo, no siendo admisible una renuncia a este derecho del acusado, ni menos que sta pueda ser
apreciada o colegida de ciertas actuaciones posteriores a la diligencia, tales
como usar en juicio el medio probatorio controvertido.
Esta alternativa es admitida an por defensores del sistema adversarial en su
forma ms pura, quienes no se oponen a consideraciones concretas respecto
de ciertos testigos especialmente vulnerables, como son los NNA vctimas
que declaran en un proceso penal.
202

Artculos

Unidad Especializada en Lavado de Dinero, Delitos Econmicos, Medioambientales y Crimen Organizado

SENTENCIAS ABSOLUTORIAS1 EN MATERIA DE LAVADO DE DINERO (ARTCULO


27 DE LA LEY 19.913): REVISIN CRTICA DE LOS ARGUMENTOS UTILIZADOS
PARA FUNDAMENTAR LOS FALLOS
Marcelo Contreras Rojas2

I. Introduccin
Desde el inicio de la reforma procesal penal hasta el mes de junio de 2014, se
han dictado 83 sentencias en materia de lavado de dinero que se encuentran
ejecutoriadas; dentro de las cuales, 62 han sido sentencias condenatorias y
17 absolutorias. Evidentemente, los fallos que aportan una mayor fundamentacin para ser analizados son aqullos obtenidos en un juicio oral. Anteriormente, en diferentes artculos se ha hecho referencia y se han analizado
principalmente las sentencias condenatorias, destacando los elementos que se
1

Estas son las sentencias absolutorias analizadas (cabe sealar que slo se consideraron
las sentencias que absolvieron a todos los imputados por el delito de lavado): Tribunal Oral en lo Penal de Rancagua, 12 de marzo de 2007, RUC N0500374418-5, RIT
N22-2007, considerando vigsimo quinto. Cuarto Tribunal Oral en lo Penal de Santiago, 30 de abril de 2009, RUC N0600867745-8, RIT N27-2009, considerando
vigsimo. Segundo Tribunal Oral en lo Penal de Santiago, 2 de diciembre de 2010, RUC
N0700818345-1, RIT N139-2010, considerando dcimo tercero. Sexto Tribunal Oral
en lo Penal de Santiago, 6 de julio de 2011, RUC N0800952101-2, RIT N35-2011,
considerando noveno. Tribunal Oral en lo Penal de Curic, 15 de octubre de 2010, RUC
N0900102545-4, RIT N28-2010, considerando sptimo. Tribunal Oral en lo Penal
de Iquique, 1 de febrero de 2012, RUC N0900779280-5, RIT N331-2011, considerando dcimo cuarto. Tribunal Oral en lo Penal de Arica, 28 de marzo de 2012, RUC
N1000348060-2, RIT N33-2012, considerando vigsimo sptimo. Tribunal Oral en lo
Penal de Iquique, 27 de junio de 2012, RUC N1100081625-8, RIT N76-2012, considerando undcimo. Tribunal Oral en lo Penal de Iquique, 9 de mayo de 2012, RUC
N1100191568-3, RIT N50-2012, considerando dcimo sexto. Tribunal Oral en lo
Penal de Rancagua, 14 de noviembre de 2012, RUC N0901053666-6, RIT N2892012, considerando sexto. Tercer Tribunal Oral en lo Penal de Santiago, 2 de diciembre
de 2012, RUC N0800607889-4, RIT N153-2012, considerando undcimo. Sexto Tribunal Oral en lo Penal de Santiago, 19 de marzo de 2013, RUC N0800749089-6, RIT
N431-2012, considerando vigsimo primero a vigsimo sexto. Tribunal Oral en lo Penal
de Iquique, 5 de abril de 2013, RUC N1100455769-9, RIT N310-2012, considerando
dcimo quinto. Tribunal Oral en lo Penal de San Bernardo, 21 de diciembre de 2013,
RUC N0900493160-k, RIT N28-2013, considerando vigsimo sexto y vigsimo
sptimo. Sexto Tribunal Oral en lo Penal de Santiago, 24 de mayo de 2013, RUC
N1000632976-k, RIT N157-2013, considerando vigsimo noveno. Tribunal Oral en
lo Penal de Talagante, 26 de abril de 2014, RUC N1001157282-6, RIT N130-2013,
considerando dcimo sptimo.
Abogado, Subdirector de la Unidad Especializada en Lavado de Dinero, Delitos Econmicos, Medioambientales y Crimen Organizado, Fiscala Nacional, Ministerio Pblico.

205

Artculos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

tuvieron por acreditados para condenar por este delito. No obstante lo anterior, los 17 pronunciamientos judiciales por medio de los cuales los Tribunales
han absuelto a diferentes imputados, resultan interesantes de estudiar detalladamente ya que permiten evaluar crticamente los motivos que fundamentaron dichas absoluciones y de esta forma, ayudan a distinguir los lmites o
contornos de este tipo penal.
La intencin de este artculo no es pronunciarse respecto a si en los distintos
casos analizados corresponda condenar a los acusados o si era razonable la
absolucin dictada por los jueces. Nuestro inters se reduce a revisar los argumentos que fueron utilizados para fundamentar los respectivos fallos, ya que
hemos podido advertir algunos problemas de interpretacin de determinados
elementos del tipo penal. Al examinar los pronunciamientos judiciales en esta
materia quedan en evidencia a lo menos dos argumentaciones empleadas con
frecuencia por los distintos operadores jurdicos y que en nuestro concepto
presentan problemas, como son el concepto de agotamiento del delito precedente y la forma como se entienden los verbos rectores en la estructura del
lavado de dinero (ocultar y disimular).
Por otro lado, nos interesa destacar algunos fallos absolutorios, respecto de
los cuales consideramos son un interesante aporte al acervo jurdico en esta
materia, ya que se han pronunciado respecto de elementos o situaciones poco
abordadas en la doctrina y jurisprudencia nacional.

II. Anlisis de los principales argumentos considerados en las


sentencias para absolver a los imputados del delito de lavado de
dinero del artculo 27 de la Ley 19.913
Al momento de analizar las sentencias absolutorias en materia de lavado de
dinero dictadas por diversos Tribunales de Juicio Oral de todo el pas, resulta
comn advertir a lo menos dos tipos de argumentacin que permiten justificar la absolucin, a saber: la conducta analizada correspondera slo a una
fase de agotamiento del delito base o; la conducta analizada no calza con los
verbos rectores del tipo penal (ocultar o disimular). Estas argumentaciones en
ocasiones van unidas o entrelazadas y en otras oportunidades son consideradas de forma individual. No obstante lo anterior, en ambos casos nos parece
que se han producido algunos problemas en la forma como se han interpretado doctrinariamente determinados elementos en relacin con el tipo penal
de lavado de dinero; cuestin que corresponde ser aclarada en miras de conseguir una interpretacin adecuada y moderna3 del tipo penal.
3

Hacemos la precisin de una interpretacin moderna, ya que varios de los fallos toman
en consideracin algunos trabajos realizados con anterioridad a la entrada en vigencia

206

Artculos

Unidad Especializada en Lavado de Dinero, Delitos Econmicos, Medioambientales y Crimen Organizado

a. Agotamiento del delito precedente


Uno de los argumentos utilizados con mayor frecuencia al momento de justificar la absolucin en materia de lavado de dinero dice relacin con el denominado agotamiento del delito precedente. En trminos simples, se seala
que las conductas realizadas por el imputado slo pueden ser calificadas como
una conducta propia de agotamiento del delito de trfico de drogas4 y no
como un nuevo delito. Algunos casos paradigmticos seran los siguientes:
La prueba de cargo, trada a juicio, en relacin a las conductas descritas en dicho
tipo penal, no aparecen satisfechas por el quehacer de este acusado, que forman
parte de la conducta propia de traficar, constituyendo la compra de bienes muebles
e inmuebles una forma de agotamiento del delito, al utilizar en su beneficio y en el
de su familia, el producido dicha actividad delictiva, alguno de los cuales incluso
eran utilizados como instrumentos del delito, de manera que, sancionar al referido acusado como autor de tal figura significara afectar el principio del non bis
in dem. Resulta irrebatible que en definitiva la comisin del delito de trfico,
del cual resulta ser autor XX, importa en cuanto a su agotamiento, que el agente
delictivo lucre y obtenga beneficio a propsito de los recursos ilcitos que obtiene en
su labor de traficar5.
En definitiva, lo que se busca no es sancionar cualquier forma de encubrimiento
que podra sostenerse comprende la etapa de agotamiento de cualquier delito o apariencia de lavado, de lo que se trata es de penalizar conductas que pugnen contra
la administracin del Estado, la estabilidad del orden socioeconmico. Conductas
que incluso llegan a afectar la gobernabilidad del sistema democrtico atendido el
alto poder de corrupcin que conlleva un ilcito penal como el que es materia de esta
acusacin6.
Pero, en cualquiera de las hiptesis de tipicidad sealadas precedentemente, la ley se
refiere a que el delito de lavado es accesorio a otro, ese otro, es un delito previo, que
sirve de antecedente para el lavado (que es forma de agotamiento)7.

de la Ley 19.913, que estaban referido al antiguo artculo 12 de la Ley 19.366, que tena
una estructura tpica diferente a la de nuestro tipo penal vigente.
Todas las sentencias que han utilizado este tipo de argumentacin se refieren a casos en
los cuales el delito previo era el de trfico de drogas.

5 Segundo Tribunal Oral en lo Penal de Santiago, 2 de diciembre de 2010, RUC


N0700818345-1, RIT N139-2010, considerando dcimo tercero.
6
7

Tribunal Oral en lo Penal de Curic, 15 de octubre de 2010, RUC N0900102545-4,


RIT N28-2010, considerando sptimo.
Tribunal Oral en lo Penal de Arica, 28 de marzo de 2012, RUC N1000348060-2, RIT
N33-2012, considerando vigsimo sptimo.

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Artculos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

Tales circunstancias constituyen, en el caso hipottico de haberse acreditado el hecho


ilcito base, simplemente el uso del producto pecuniario del trfico como parte del
agotamiento del delito, en otras palabras, el lucro que dicha actividad permite, sin
que esa figura denunciada por la Fiscala, alcance por lo simple una ocultacin, pues
el vehculo que fue adquirido derechamente por el acusado mantendra ese ligamen
directo con el dinero que se habra obtenido ilegalmente, sin que pueda afirmarse
su ilegalidad en base a un lavado o blanqueo, debido a no hay de por medio una
conducta independiente al agotamiento del delito destinada de manera sistemtica
a mutar el dinero a una supuesta fuente lcita de adquisicin, o de ocultarlo, por
cuanto el mvil era usado exclusivamente por el justiciable, con conocimiento que
la compra se habra efectuado con dineros logrados del supuesto trfico de drogas, lo
que significa que no existe una conducta independiente de encubrimiento del propio
trfico, razn por la cual la sancin para este ilcito alcanza la accesoriedad del uso
del lucro obtenido en la compra del bien8.
Si bien la figura de lavado de activos referido en la Ley N19.913, constituye
un agotamiento ms acabado del mismo ilcito, el legislador ha impuesto
exigencias mayores para configurarlo, como lo es el ocultamiento,
disimulacin, adquisicin, posesin, tenencia o uso, a sabiendas de su origen
ilcito provenientes de actividades ilcitas previas con cierta periodicidad en
el tiempo, es decir una actividad que contemple ms de un acto delictivo
puntual, en que las ganancias de la misma, impacten la economa del pas, lo
que no ha ocurrido en la especie9.
En efecto, la letra a) del artculo 27 de la ley N19.913, adems del conocimiento
del origen ilcito de los bienes, exige un requisito copulativo, cuya presencia tambin
es perentoria y que no se evidenci en la especie, cual es la existencia de maniobras
destinadas a ocultar o disimular el origen ilcito de determinados bienes, conductas que no se concretaron en este caso, ya que los imputados se limitaron a adquirir
bienes para mejorar su nivel de vida con el producto ilcito [dinero obtenido con la
venta de droga] y ello per se no se corresponde a este tipo especial, que exige un plus
en la actividad de los sujetos activos y no una simple fase de agotamiento del delito
de trfico, como impresion ser el actuar que los imputados realizaron10.
Si bien la figura de lavado de activos referido en la Ley N19.913, constituye
un agotamiento ms acabado del mismo ilcito, el legislador ha impuesto
exigencias mayores para configurarlo, como lo es el ocultamiento,
8
9

Tribunal Oral en lo Penal de Iquique, 27 de junio de 2012, RUC N1100081625-8, RIT


N76-2012, considerando undcimo.

Tribunal Oral en lo Penal de Iquique, 9 de mayo de 2012, RUC N1100191568-3, RIT


N50-2012, considerando dcimo sexto.

10 Tribunal Oral en lo Penal de Rancagua, 14 de noviembre de 2012, RUC N09010536666, RIT N289-2012, considerando sexto.

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Artculos

Unidad Especializada en Lavado de Dinero, Delitos Econmicos, Medioambientales y Crimen Organizado

disimulacin, adquisicin, posesin, tenencia o uso, a sabiendas de su origen


ilcito provenientes de actividades ilcitas previas con cierta periodicidad en
el tiempo, es decir una actividad que contemple ms de un acto delictivo
puntual, en que las ganancias de la misma, impacten la economa del pas, lo
que no ha ocurrido en la especie11.
Dicho lo anterior, si se valora que el bien jurdico protegido por ilcito, que es la
Administracin de Justicia o el orden socioeconmico, resulta que el desvalor del
hecho previo no abarca en todos los casos la integridad del desvalor del posterior
blanqueo, ya que existe una afectacin de bienes jurdicos diferentes, es decir, cabe
preguntarse si la ganancia obtenida por el delito base constituiran el agotamiento
de dicho delito, y en consecuencia, la obtencin de recursos econmicos, mediante la
comisin de ste, y su posterior aprovechamiento se deben valorar como inherente al
mismo hecho punible, o por el contrario, al tratarse de hechos que afectan distintos
bienes jurdicos, se deben considerar como situaciones distintos, y por lo tanto posibles de ser penados separadamente. Para responder tal interrogante debemos tener
presente, como hemos sealado, que no en todos los casos el desvalor del hecho previo
abarcar la integridad del desvalor del posterior blanqueo. Entonces existirn casos
en que s se encuentran abarcados por la figura base, en otras palabras, la ganancia
obtenida por la actividad ilcita constituir el agotamiento del delito y no alcanzara a generar una lesin al bien jurdico protegido en la figura del lavado de activos, pues pensar lo contrario llevara a concluir que cualquier bien que proviene en
forma directa o indirecta de los delitos bases, y que se oculte o disimule su origen, o se
adquiera, posea, o tenga o se use con nimo de lucro conociendo su origen ilcito per
se constituira el ilcito contemplado en el artculo 27 de la norma en comento, cuestin que aparentemente aparece como algo absurdo y no querido por el legislador
En definitiva, y teniendo presente los bienes jurdicos en juego, aparece absolutamente desproporcionado considerar que estos bienes, que tienen su origen en el
trfico de drogas, y las conductas destinadas a ocultarlos o disimularlos, o bien
adquirirlos, usarlos o poseerlos, sean de tal entidad que excedan el propio desvalor
contemplado en el delito base sancionado, pues sera equipararlos a una operacin
que efectivamente s logra introducir una gran suma de dinero en el mercado y que
podra lograr desestabilizarlo, consecuencia que tuvo siempre en vista el legislador
al momento de crear la figura del lavado de dinero o de activos12.
Las justificaciones anteriormente reseadas pudiesen parecer, a primera vista,
acordes a los principios generales del derecho penal y con un fuerte sustento
dogmtico, no obstante esta primera impresin, un anlisis ms pormenori11 Tribunal Oral en lo Penal de Iquique, 5 de abril de 2013, RUC N1100455769-9, RIT
N310-2012, considerando dcimo quinto.

12 Tribunal Oral en lo Penal de Talagante, 26 de abril de 2014, RUC N1001157282-6,


RIT N130-2013, considerando dcimo sptimo.

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Artculos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

zado nos permitir concluir que no resultan adecuadas tcnicamente. En este


contexto, parece necesario comenzar analizando qu ha entendido la doctrina
respecto del concepto denominado agotamiento.
Etcheberry13 nos indica que los clsicos realizaban esta distincin (entre
delito consumado y agotado) mencionando que el delito agotado es una etapa
posterior a la consumacin en la cual el delincuente obtiene el propsito que
persegua. Asimismo, este autor nos seala que por regla general el agotamiento no influye en la penalidad, salvo cuando constituye un delito separado
e independiente. Este punto nos parece sumamente relevante para los casos
que estamos analizando, ya que justamente el legislador ha incorporado el
tipo penal de lavado de dinero con el objeto de sancionar cualquier forma de
aprovechamiento de los bienes de origen ilcito (en nuestro concepto agotamiento y aprovechamiento no son sinnimos). Asimismo, desde la inclusin
de este tipo penal en los diferentes ordenamientos jurdicos se advierte un
proceso de concientizacin de los diferentes organismos internacionales vinculado principalmente a la autonoma de dicho tipo penal14.
Por otro lado, Garrido15 nos explica que esta diferenciacin no tiene mayor
relevancia16, que la doctrina alemana hace la distingue entre tipo consumado
y agotado, teniendo en consideracin que en este ltimo no slo se realizara la conducta descrita en el tipo, sino que ira ms all, logrndose con13 ETCHEBERRY, Alfredo. Derecho Penal. Parte General. 3 ed., Santiago, Chile, Editorial
Jurdica, 1999, Tomo II, p. 68.

14 Vase, El Delito de lavado de activos como delito autnomo, PINTO, Ricardo y CHEVALIER, Ophelie. Organizacin de los Estados Americanos (OEA), Comisin
Interamericana para el Control del Abuso de las Drogas (CICAD) [en lnea]. Disponible en: http://www.cicad.oas.org/Lavado_Activos/esp/GupoExpertos/documentos%20
2001-2005/El%20delito%20de%20lavado%20de%20activos%20como%20delito%20
autonomo.doc [fecha de consulta: 10 de julio de 2014].

15 GARRIDO, Mario. Derecho Penal. Parte General. 1. ed., Santiago, Chile, Editorial Jurdica, 1997, Tomo II, p. 266. En nuestro sistema la distincin entre delito consumado y
agotado no ofrece importancia, pero s la tiene diferenciar el delito intentado del frustrado. GARRIDO, Mario. Etapas de ejecucin del delito. Autora y participacin. 1 ed.,
Santiago, Chile, Editorial Jurdica, 1984, p. 210. El agotamiento aparece como algo
que sucede con posterioridad a la consumacin, al producirse todas las consecuencias
daosas esperadas con el delito y a las cuales se orientaba la actividad del agente. Esta
ltima etapa de desarrollo es lo que constituira la denominada consumacin material, a
diferencia de la consumacin formal.
16 En sentido contrario, reconociendo importancia a la distincin, POLITOFF, Sergio. Los
actos preparatorios del delito tentativa y frustracin. 1 ed., Santiago, Editorial Jurdica,
2004, p. 266.

210

Artculos

Unidad Especializada en Lavado de Dinero, Delitos Econmicos, Medioambientales y Crimen Organizado

cretar la aspiracin del autor que estaba presupuestada en el tipo17. Bustos18


destaca que el agotamiento se produce en los tipos penales que poseen en
su estructura tpica elementos subjetivos del tipo de intencin trascendente.
Finalmente, Politoff, Matus y Ramrez19, destacan que el hecho realizado con
posterioridad a la consumacin no ser punible independientemente, salvo
que se ofenda otro bien jurdico con otro titular, caso en el cual no operara
la consuncin.
17 En el mismo sentido, PRAMBS, Claudio. El delito de blanqueo de capitales. 1 ed., Santiago, Chile, Lexis Nexis, 2005, pgs. 202 y sgtes. La doctrina Alemana, basada en el
texto del StGB, que no tiene por definitivamente consumado el delito mientras ste no
se agote, hace una aclaratoria divisin entre consumacin formal y consumacin material; que en la doctrina espaola, muy receptiva a todo lo que procede de Alemania, ha
cobrado carta de naturaleza. La consumacin formal se refiere a la consumacin tpica,
tal como est descrita en el tipo penal y la consumacin material es el agotamiento del
delito; entendindose por tal, el logro de los objetivos o propsitos delictivos, lo que slo
puede ocurrir en los delitos que contienen un elemento subjetivo del tipo de intencin
trascendente, esto es, miras, propsitos, o mviles por alcanzar situados ms all de los
objetivamente exigidos por el tipo penal. CURY, Enrique. Derecho Penal. Parte General.
8 ed., Santiago, Chile, Ediciones Universidad Catlica, 2005, p. 565. Por esto se dice
que el delito est agotado cuando el sujeto consigui tambin ese propsito ulterior,
diferencindolo, as, del consumado Las conclusiones discutidas en los prrafos anteriores nicamente son vlidas para los delitos de resultado cortado, porque en ellos la
lesin del bien jurdico ha quedado pendiente.
18 BUSTOS, Juan. Obras Completas. Derecho Penal. Parte General. 2 ed., Santiago, Chile,
Ediciones Jurdicas, 2007, Tomo I, p. 677. La consumacin es diferente al agotamiento
del delito, pues por ste se entiende que el sujeto haya logrado todos sus propsitos
delictivos, esto es, que en los delitos que tienen elementos subjetivos del tipo de intencin trascendente, tambin se haya logrado tal intencin (se haya realizado, lo que es
indiferente para la correspondiente figura delictiva), as, que en el hurto se haya logrado
el lucro perseguido, que en la falsificacin se haya podido poner en circulacin el dinero
falso, etc.. MIR, Santiago. Derecho Penal. Parte General. 7 ed., Montevideo, Buenos
Aires, Editorial B de F, 2004, p. 353: La consumacin no precisa la terminacin o agotamiento material de la lesin del bien jurdico protegido. La distincin reviste especial
importancia en los delitos de peligro, de resultado cortado o mutilado en dos actos, en
los cuales la ley adelanta la frontera de represin penal a un momento anterior a la efectiva produccin de todo aquello que se quiere evitar.
19 POLITOFF, Sergio, MATUS, Jean Pierre y RAMREZ, Mara. Lecciones de Derecho
Penal Chileno. Parte General. 2 ed., Santiago, Chile, Editorial Jurdica, 2004, p. 266. Por
regla general, el agotamiento del delito no significa una nueva clase de ilicitud o de daosidad social, ni se encuentra especialmente regulado en el Cdigo, sino slo representa
una intensificacin del hecho ilcito ya consumado, razn por la cual ese segundo acto
no sera punible independientemente quedara consumido por el hecho precedente,
Excepcionalmente, cuando la ley establece una pena especial para el agotamiento de un
delito, los partcipes en el agotamiento responden por ste, pero no los autores del delito
que se agota, como sucede en el encubrimiento del art. 17 n1 y en el delito de lavado
de dinero del artculo 12 de la ley 19.366. Cabe sealar que esta referencia est hecha
en relacin con el antiguo tipo penal de lavado de dinero en el cual se discuta la posibilidad de autolavado, es decir, que pueda ser sancionado por lavado de dinero al autor
o cmplice del delito base. En el actual tipo penal del artculo 27 de la Ley 19.913, esta
posibilidad est expresamente contemplada.

211

Artculos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

Desde nuestra perspectiva, la argumentacin expuesta en los fallos anteriormente citados no se condice con el concepto doctrinario de agotamiento,
principalmente, porque se refiere a tipos penales (Ley 20.000) que por regla
general no contienen elementos subjetivos de intencin trascendente20. Por
otro lado, los diferentes autores indican expresamente que la fase de agotamiento del delito (aun cuando hemos mencionado que este caso no operara)
puede constituir un tipo penal distinto si se ofende otro bien jurdico. Asimismo, entender que opera el agotamiento para los delitos de trfico ilcito de
drogas y que ste permitira al sujeto activo aprovecharse directamente de las
ganancias obtenidas con su actividad ilcita, implica desconocer abiertamente
los objetivos del legislador al momento de incorporar los tipos penales de
lavado de dinero contenidos en la Ley 19.913, ya que justamente se pretenda
que el sujeto no pudiese aprovecharse de ninguna forma del producto de su
actividad ilcita.
En la mayora de los casos que se ha utilizado esta argumentacin pareciera
que los operadores jurdicos siguiendo una distincin alemana en cuanto a
consumacin formal y material entienden que el sujeto que cometi el delito
base slo debera ser sancionado por esa conducta y no por el delito de lavado
(algunos fallos sugieren que si se sancionara por lavado de dinero se afectara
el principio de ne bis in idem). Al respecto cabe sealar que en nuestro pas,
a diferencia de Alemania, el legislador opt por incorporar expresamente el
autolavado, en el artculo 27 inciso final de la Ley 19.91321. A mayor abundamiento, resulta imprescindible aclarar que en la mayora de los casos en que
la fiscala ha imputado tanto la conducta de trfico como de lavado, no nos
encontramos en casos de autolavado, ya que el delito de lavado se ha cometido con anterioridad a la conducta de trfico que se est imputando22.
20 En otros casos los jueces se han preguntado si la incorporacin del tipo penal de lavado
de dinero elimin toda forma de encubrimiento Tribunal Oral en lo Penal de Curic, 15
de octubre de 2010, RUC N0900102545-4, RIT N28-2010, considerando sptimo:
Por la implicancia que reviste para el caso concreto que se juzga debe determinarse si, con la
entrada en vigencia de la ley 19.913, se elimin toda forma de encubrimiento del delito de trfico de estupefacientes o sustancias sicotrpicas pasando a ser cualquier forma de ello, expresin
de un delito independiente o el tipo penal de lavado de activos o constituye doctrinariamente
una modalidad de encubrimiento que por razones de poltica criminal, se sanciona como un
delito distinto en atencin al bien jurdico que protege. Dicho de otro modo, es cualquier acto
de encubrimiento del trfico de estupefaciente un delito de lavado de activos?. En este caso, se
conden al sujeto por el encubrimiento del trfico de drogas, descartndose el lavado de
dinero.

21 Para revisar justificaciones doctrinarias para incluir o excluir la figura de autolavado,


vase ob. cit. en nota 14.
22 Pinsese por ejemplo, en los casos en que el traficante es detenido el da de hoy con una
gran cantidad de drogas. Este caso ha sido investigado en los ltimos 6 meses, donde
los policas tambin pudieron acreditar que el sujeto ha adquirido una gran cantidad de
bienes. En este tipo de investigaciones, el delito de trfico que se imputar no ser el

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Artculos

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Por otro lado, se suele acotar que se requiere hacer una distincin entre casos
de agotamiento del delito de trfico y lavado de dinero; cuestin que no tiene
justificacin en la estructura tpica del delito de lavado, ya que no se incorporan elementos que permitan filtrar determinados casos. En este contexto, una
pregunta recurrente, esgrimida por algunas defensas, se refiere a la magnitud
de la conducta, refiriendo que el delito de lavado de dinero est pensado para
casos de gran relevancia donde se ponga en juego la estabilidad del pas o
el sistema econmico financiero en general. La verdad es que si se siguiera
este criterio sera imposible sancionar los casos de lavado, ya que casos de
tal magnitud son sumamente escasos (por lo menos no se conoce un caso en
Chile que haya podido poner en juego el sistema econmico financiero). Por
lo dems, estas argumentaciones en la actualidad resultan bastante aejas, en
el entendido que estn referidas a una primera etapa desde la incorporacin
del tipo penal, en la cual se tena como caso paradigmtico el caso de los carteles colombianos. En nuestros das, la comunidad internacional23 ha llegado
a la conviccin que no se puede permitir ningn tipo de utilizacin o aprovechamiento de bienes que poseen un origen ilcito, ya que genera un efecto
comunicativo perverso (el crimen paga), debiendo sancionarse tanto los lavados a gran escala como los pequeos actos de lavado de dinero24.

b. Interpretacin respecto del ocultar y disimular25


La otra argumentacin utilizada de forma recurrente para absolver por el
delito de lavado de dinero se refiere a la interpretacin que se realiza de los
verbos rectores del tipo penal, lo cual no pareciera ser algo extrao ni novedoso,
aunque si analizamos algunos fallos podremos advertir que se seala expresamente que no existe ocultamiento o disimulacin ya que los bienes se adquirieron a
delito que se utilizar como base para fundamentar el lavado de dinero, ya que no puede
justificar la adquisicin de bienes ocurridos con anterioridad.

23 En todo caso se debe reconocer, que la mayora de las convenciones o grupos internacionales utilizan como ejemplo de lavado de dinero, las investigaciones de mayor magnitud,
lo cual pudiese provocar algn grado de desconcierto en el lector no familiarizado con el
tratamiento de este tipo penal.
24 Esta es la lgica que ha inspirado el trabajo de la fiscala en esta materia, ya que lo
importante ser determinar si existi un acto de ocultamiento o disimulacin del origen
ilcito de bienes. No siendo relevante si lo lavado han sido dos vehculos o una gran
cantidad de bienes muebles e inmuebles. Seguir un criterio distinto producira serias
consecuencias, ya que el efecto comunicativo hacia la poblacin en general sera que en
determinadas investigaciones las personas pueden aprovechar lo producido con su actividad delictiva; cuestin que no nos parece adecuada.

25 Para un anlisis pormenorizado referido a las sentencias condenatorias, vase SEGOVIA, Antonio. La figura de ocultamiento en el delito de lavado de dinero. En: Revista
Jurdica del Ministerio Pblico, N46, Santiago, Chile, Ministerio Pblico, 2011, pgs.
167- 184.

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Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

nombre de los propios imputados o de su grupo familiar, siendo muy sencillo para el
ente persecutor identificarlos. Asimismo, es una alegacin bastante generalizada
indicar que no pueden establecerse estos verbos, ya que la operacin fue justamente realizada por escritura pblica o en un mercado regulado, pudiendo
ser conocida por cualquier persona. Por otro lado, tambin se hace referencia
a la magnitud o intensidad de las figuras de ocultamiento, concluyendo en
varios casos que se requieren una serie de operaciones complejas. Los fallos
que ejemplifican lo anteriormente expuesto son los siguientes:
No es bice para el razonamiento anterior, el hecho de que algunos de dichos bienes
aparezcan a nombre de miembros de sus familias o de terceros cercanos a la misma,
puesto que siendo as, eran fcilmente detectables, a travs de fuentes abiertas, situacin que tambin resultaba aplicable a la central de radiotaxis, que no contaba
siquiera con patente municipal. De esa forma, no se divisa el afn de ocultamiento
o disimulo que exige la norma en comento, ello porque dicho tipo penal tiene por fin,
principalmente, impedir que se practiquen las medidas cautelares sobre los bienes o
su descubrimiento y comiso o eliminar los medios de prueba del delito previo, lo cual
fundamenta la conducta de ocultamiento o disimulacin26.
A mayor abundamiento, al igual que en el caso anterior, se trata de un bien que se
inscribi en el registro que corresponde a nombre de quien no se discuti, se encuentra casada con el acusado, por lo que basta con solicitar los correspondientes certificados para poder determinar los bienes que cada uno tiene, lo que adems fue sealado
por la propia Capitn a cargo de la investigacinse ratifica la facilidad con que se
determin la existencia de dichos bienes, los que se encontraban inscritos a nombre
de uno de los acusados antes sealados y el otro a nombre de su seora, lo que no
constituye en ninguno de los casos la figura de lavado de dinero contemplada en la
letra a) del artculo 27 de la Ley N19.913, consistente como se seal en ocultar
o disimular el origen ilcito de determinados bienes, a sabiendas de que provienen,
directa o indirectamente, de la perpetracin de hechos constitutivos de alguno de los
delitos contemplados en la Ley N20.000, figura que supone el ocultamiento de bienes como una maniobra destinada a eludir la accin de la justicia27.
De la prueba rendida, como ya se indic, no aparece, en modo alguno evidenciado
que se hayan realizado las actividades tendientes a construir la misse en scene28
requerida en los verbos rectores del tipo penal por el cual se acus, el que a todas
26 Segundo Tribunal Oral en lo Penal de Santiago, 2 de diciembre de 2010, RUC
N0700818345-1, RIT N139-2010, considerando dcimo tercero.

27 Tribunal Oral en lo Penal de San Bernardo, 21 de diciembre de 2013, RUC


N0900493160-k, RIT N28-2013, considerando vigsimo sexto y vigsimo sptimo.

28 Para revisar un anlisis particular del fallo, vase CONTRERAS, Marcelo. Comentario
a la sentencia del Tribunal Oral en lo Penal de Rancagua que condena por el delito de
Lavado de dinero. En: Revista Jurdica del Ministerio Pblico, N42, Santiago, Chile,
Ministerio Pblico, 2010, pgs. 207-252.

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luces, parece ser de una mayor entidad que la sola adquisicin de bienes en el mercado, con el producido del trfico, pues lo que se vio fue simplemente la incorporacin
directa de los bienes adquiridos, al patrimonio de uno de los acusados29.
De este modo, con los antecedentes ya referidos se pudo establecer que los acusados
adquirieron diversos bienes, sin haber justificado la existencia de ingresos lcitos,
demostrndose, por el contrario, que sus nicos recursos provinieron de la lucrativa
actividad ilcita de venta de drogas que ejercieron por poco ms de dos aos. Sin
embargo, el simple hecho de que los acusados utilizaran los dineros ilcitos provenientes de la venta de droga para la adquisicin de bienes muebles e inmuebles no
basta para la configuracin del tipo penal del lavado de activos, por cuanto no slo se
exige que los imputados estuvieran al tanto que los dineros provenan de la referida
actividad ilcita. En efecto, la letra a) del artculo 27 de la ley N19.913, adems
del conocimiento del origen ilcito de los bienes, exige un requisito copulativo, cuya
presencia tambin es perentoria y que no se evidenci en la especie, cual es la existencia de maniobras destinadas a ocultar o disimular el origen ilcito de determinados bienes, conductas que no se concretaron en este caso, ya que los imputados
se limitaron a adquirir bienes para mejorar su nivel de vida con el producto ilcito
[dinero obtenido con la venta de droga] y ello per se no se corresponde a este tipo
especial, que exige un plus en la actividad de los sujetos activos y no una simple fase
de agotamiento del delito de trfico, como impresion ser el actuar que los imputados
realizaron.
As, al parecer de estas sentenciadoras, al interpretar la norma del art. 27 de la
ley 19.913 a la luz de lo anterior, la prueba rendida en juicio no cumpli con las
conductas descritas por los verbos rectores del tipo penal acusado, esto es ocultar o
disimular, pues si bien el delito de lavado de dinero es autnomo e independiente
del delito base, su anlisis debe hacerse en funcin del bien jurdico protegido y de la
finalidad de la norma, que conlleva en este caso, a un plus mayor que el simple aprovechamiento de los efectos del delito base, pues precisamente la norma pretende sancionar todas aquellas conductas que no importen un simple agotamiento del delito
originario, a fin de procurar el equilibrio del valor que se pretende restablecer con el
lavado de dinero, llmese sistema econmico jurdico, seguridad interior del estado,
paz social u otros que seala la doctrina30.
De lo anteriormente expuesto se concluye que an cuando la adquisicin del segundo
de los vehculos, esto es el Hyundai Santa Fe, haya sido adquirido por acusado,
situacin no probada, no constituira igualmente, el delito de lavado de activos ya
que el legislador ha impuesto exigencias mayores para configurarlo, no bastando la
29 Tribunal Oral en lo Penal de Rancagua, 12 de marzo de 2007, RUC N0500374418-5,
RIT N22-2007, considerando vigsimo quinto.
30 Tercer Tribunal Oral en lo Penal de Santiago, 2 de diciembre de 2012, RUC
N0800607889-4, RIT N153-2012, considerando undcimo.

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mera compra de un bien que no es sino una forma de obtener las ganancias propias
del delito de trfico de drogas que le dio origen. En definitiva, el encartado no ocult
ni disimul la adquisicin de tales bienes31.
Del anlisis de los fallos reseados precedentemente, parece relevante responder algunas preguntas que quedan planteadas en la argumentacin utilizada, a
saber, la primera de ellas dice relacin a si puede existir ocultamiento o disimulacin en un bien que ha sido adquirido directamente por el traficante, por
lo que ha sido identificado rpidamente por el ente persecutor. En nuestro
concepto, no debera ser relevante el hecho que el bien se encuentre inscrito
a nombre del propio sujeto activo del delito base, ya que justamente lo que
persigue el lavador, en los casos de ocultamiento del origen ilcito, es poder
incorporar los bienes al sistema econmico formal de una manera justificada,
es decir, contar con una respuesta ante la eventual consulta de la autoridad (el
lavador no quiere esconder el bien, lo quiere mostrar de forma justificada). Lo
relevante es establecer cmo el sujeto logr incorporar al sistema econmico
formal los dineros provenientes de su actividad ilcita. En efecto, la mayor
parte de los controles del sistema preventivo estn enfocados en impedir la
colocacin de bienes de origen ilcito. En este orden de ideas, si el traficante
logra adquirir un vehculo, el cual pag mediante un cheque, lo importante
ser determinar cmo fue posible que el sujeto vulnerara las barreras de proteccin del sistema preventivo, dicho de otro modo, cmo logr justificar la
apertura y utilizacin de una cuenta corriente. Resulta evidente que a los
agentes del banco no les seal que su giro principal era el trfico de drogas,
lo ms probable es que les haya entregado antecedentes que acrediten una
actividad lcita. Entonces, como ya hemos indicado, no resultar relevante que
el bien actualmente est a nombre del propio imputado, lo importante ser
determinar si existi ocultamiento o disimulacin del origen ilcito de los bienes que permiten al sujeto mantener ese bien a su nombre.
Por otro lado, el hecho que la operacin conste en una escritura pblica, no
implica en lo absoluto que no pueda existir un acto de ocultamiento o disimulacin de los requeridos por el tipo penal de lavado de dinero. En caso
contrario, nunca podra existir lavado en la compra de un inmueble o de otro
tipo de bienes en donde generalmente los contratos se realizan por escritura
pblica. De hecho, en una escritura pblica podra constar fehacientemente
el acto de ocultamiento al intentar dar a conocer una actividad lcita que no
sea real. En otros casos, la actividad lcita ser real y el lavador intentar justamente utilizar esta actividad para ocultar los bienes de origen ilcito.
31 Tribunal Oral en lo Penal de Iquique, 9 de mayo de 2012, RUC N1100191568-3, RIT
N50-2012, considerando dcimo sexto.

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Finalmente, cabe destacar que es posible observar una confusin entre el


ocultamiento de los bienes en s mismos, del ocultamiento del origen ilcito.
Ciertamente, cuando los bienes estn inscritos a nombre del propio traficante,
si los actos se han realizados por escritura pblica o en un mercado regulado,
no se estar ocultando los bienes. En estos casos lo relevante ser determinar
si existi un ocultamiento del origen ilcito, es decir, de todos los actos que
haya realizado el sujeto que le permitieron realizar la operacin dentro del
sistema econmico formal.
A continuacin, nos haremos cargo de algunas sentencias absolutorias que
presentan considerandos especficos sobre un punto en particular, que merecen ser analizados ya que son temas poco tratados o abordados.

a. Respecto del deber de cuidado que incorpora la Ley 19.913


Al revisar la historia de la ley, uno observa que existan diversas posiciones
respecto del tipo culposo en materia de lavado de dinero. Algunos consideraban que slo puede ser sujeto activo aquel que tiene el deber de velar o
garantizar por la transparencia del mercado o del orden pblico econmico,
principalmente aquellos que deben informar operaciones sospechosas32, por
otro lado, algunos consideraban que el sujeto activo era amplio, poda ser
cualquier persona puesto que el tipo penal as estaba establecido, sin perjuicio
del anlisis que deba realizar el juez caso a caso respecto de aquellas personas
(profesionales) a quienes se les poda exigir un especfico deber de cuidado33.
Este punto fue resuelto por los tribunales, indicndose expresamente que la
Ley 19.913 impuso un deber general de cuidado y que este tipo penal puede
ser cometido por cualquier persona y no slo por aquellos que la ley califica
como sujetos obligados. Sobre este punto el fallo seala lo siguiente:
En efecto, el legislador cre un tipo especial de lavado dinero culposo, imponiendo
un deber de cuidado general con el objeto de impedir que los ciudadanos o las estructuras econmicas formales sean utilizados para, disimular dineros ilcitos, sealando como conducta culposa punible, la negligencia inexcusable. En ese sentido, el
32 MANRQUEZ, Juan Carlos. Delitos de Blanqueo y Lavado de Activos, en el Marco de
Operaciones Sospechosas [en lnea]. Disponible en: http://www.carlosparma.com.ar/Blanqueoylavado.doc [fecha de consulta: 10 de julio de 2014].

33 Opinin expresada por Andrs Muoz (representante del CONACE). Informe de la


Comisin de Constitucin, Legislacin y Justicia del Senado, recado sobre el proyecto
de ley que crea la Unidad de Anlisis e Inteligencia Financiera y modifica el Cdigo
Penal en materia de Lavado o Blanqueo de Activos, Boletn N2975-07, pgs. 69 y sgtes.
Para un anlisis ms detallado, vase TORRES, Anglica. Algunas consideraciones
sobre el delito de lavado de dinero cometido con negligencia inexcusable. En: Revista
Jurdica del Ministerio Pblico, N57, Santiago, Chile, Ministerio Pblico, 2013, pgs.193
y siguientes.

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Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

legislador como es comn en los tipos culposos, no fija parmetros para dar contenido
al grado de diligencia y cuidado exigido por la norma, cuestin que necesariamente
debe ser llenado entonces por los jueces del fondo34 35.
Esta sentencia ha sido relevante para aclarar los alcances del tipo penal: hasta
antes de este fallo se discuta en diversos foros respecto de la posibilidad de
imputar este tipo penal a determinados profesionales como los contadores,
auditores y abogados36.

b. En relacin con la interpretacin del concepto bienes


La Ley de Lavado de Dinero se refiere expresamente qu debemos entender
por bienes en el artculo 27 inciso 3 de la Ley 19.913: para los efectos de este
artculo, se entiende por bienes los objetos de cualquier clase apreciables en dinero,
corporales o incorporales, muebles o inmuebles, tangibles o intangibles, como asimismo los documentos o instrumentos legales que acreditan la propiedad u otros
derechos sobre los mismos.
El caso es que algunos tribunales han entendido que dentro de este concepto
no se encuentra considerado el dinero en efectivo, as: En cuanto a la existencia de grandes sumas de dinero en los domicilios allanados y en poder de algunos de
los detenidos, aquellas cantidades an no ingresaban al mercado formal, y su ocultamiento no constituye lavado de activos, pues para los efectos del artculo 27 de la ley
19.913 se entiende por bien todo objeto apreciable en dinero y no ste en s mismo37.
Desde nuestra perspectiva, lo anterior es una interpretacin que parece buscar
subterfugios para no aplicar la norma penal. Indiscutiblemente, si uno revisa
la historia de la Ley 19.913, resulta claro que el legislador siguiendo las dife34 Cuarto Tribunal Oral en lo Penal de Santiago, 30 de abril de 2009, RUC N06008677458, RIT N27-2009, considerando vigsimo.

35 Para un anlisis particular del fallo, vase SEGOVIA, Antonio. Absolucin por el delito
de lavado de dinero culposo: contenido y lmites del concepto de negligencia inexcusable. En: Revista Jurdica del Ministerio Pblico, N39, Santiago, Chile, Ministerio
Pblico, 2009, pgs.213 y sgtes.

36 Al respecto resulta interesante revisar las Recomendaciones de buenas prcticas del


Colegio de Abogados de Chile a sus asociados en la deteccin y combate al lavado de
dinero y trfico de estupefacientes, de fecha 7 de mayo de 2014, que aun cuando sealan
que estas recomendaciones, no son, no pretenden ser ni pueden ser interpretadas como
una regla que fije el estndar de cuidado que regule la relacin de los abogados con sus
clientes, lo cierto es que son recomendaciones del ente gremial basadas en las guas
de buenas prcticas del Grupo de Accin Financiera Internacional, que no avizoramos
cmo podra impedrsele a un juez tomarlas en consideracin a efectos de construir el
deber de cuidado exigido por la norma.

37 Tribunal Oral en lo Penal de Iquique, 1 de febrero de 2012, RUC N0900779280-5,


RIT N331-2011, considerando dcimo cuarto.

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rentes Convenciones Internacionales busc la frmula que fuese ms amplia


para incorporar dentro de este concepto cualquier clase de bienes, por lo que
resulta a lo menos paradjico que el delito de lavado de dinero no incorpore
dentro de su objeto material, el dinero en efectivo. En las primeras audiencias, cuando se sostuvo esta interpretacin, los jueces la rechazaron de plano,
entendiendo que resultaba impropio tener que hablar de papel moneda apreciable en determinada cantidad de pesos.

c. Necesidad fundamental de acreditacin del delito base


Un fallo que permite establecer los lmites entre el delito de lavado de dinero
y la figura base de trfico de drogas es el que analizaremos a continuacin.
Que, sin embargo, no se estima configurado el delito de lavado de activo, previsto
y sancionado en el artculo 27 de la ley 19.913, atribuido por el ente persecutor al
acusado XX toda vez que en los hechos imputados y acreditados, esto es, portar en
la va pblica la suma de $11.922.330, tal conducta no configura una actividad
de ocultacin o simulacin de licitud de activos originados en un ilcito como exige
la ley en comento y, como se concluy en el veredicto, tal conducta unido a otros
antecedentes constituye un indicio de una actividad de trfico de sustancias estupefacientes desarrollada por el imputado junto a otros acusados, siendo dicha suma
producto de ello. No cumple la referida conducta con las exigencias de la definicin
de un delito de lavado de activo, esto es, que se trate de un proceso en virtud del
cual los fondos o productos de actividades ilegales, en este caso, trfico de estupefacientes, se oculten o simulen en alguna forma que los haga aparecer legtimos,
tampoco estamos en el caso de un agente que posee, tiene o use los referidos bienes,
con nimo de lucro, cuando al momento de recibirlos ha conocido su origen ilcito,
porque simplemente constituye indicio que se trata del producto de una actividad
de trfico, que ni siquiera alcanz a ser objeto de un delito de lavado. Que el hecho
que el imputado XX utilizara nombre supuesto el da del control de identidad no
lo hace autor de un delito de lavado de activo.
En este caso el Tribunal Oral consider que aun cuando un sujeto porte altas
cantidades de dinero en efectivo, sin una justificacin aparente y utilizando
nombre supuesto el da de su detencin, no puede entenderse que tal conducta sea un acto propio de lavado de dinero, ya que necesariamente se debe
acreditar el delito base desde el cual se produjeron los bienes de origen ilcito
siendo ste uno de los elementos que deben ser acreditados por el ente persecutor. Cabe sealar, que en otros pases este tipo de casos podran ser considerados lavado de dinero (caso de Colombia / Mxico / Per) o presentarse una
accin de extincin de dominio respecto de los bienes en s mismos38.
38 Para un anlisis de lo que proponen las leyes de extincin de dominio, vase: Ley modelo
de extincin de dominio. Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el delito

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Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

III. Conclusiones
a. La argumentacin esgrimida por los operadores jurdicos referida a la
imposibilidad de sancionar a los imputados como autores del delito de
lavado de dinero ya que sus acciones se enmarcaran dentro del agotamiento del delito base, resulta bastante equvoca, teniendo en consideracin que en todos los casos en los cuales se ha utilizado el delito base ha
sido el trfico de drogas; tipo penal que en su estructura no contempla elementos subjetivos de intencin trascendente que permitiran entender que
estamos en una fase posterior a la consumacin. Por lo dems, el delito
de lavado de dinero fue justamente establecido para sancionar los actos
posteriores a la conducta descrita en el delito base, con el objeto de imposibilitar cualquier tipo de aprovechamiento de los bienes de origen ilcito.
b. Algunas sentencias razonan sobre la base que pudiese existir una vulneracin del principio ne bis in idem, en el caso que se pretendiese sancionar al
autor del delito base como tambin autor del delito de lavado de dinero.
Al respecto cabe recordar que el legislador nacional regul expresamente
esta posibilidad en el artculo 27 inciso final de la Ley 19.913. Asimismo,
por regla general, esta argumentacin no resultara procedente ya que si
uno analiza los hechos imputados, la conducta de trfico que se imputa es
distinta a la que se alude para justificar el delito base, ya que generalmente
es posterior al delito de lavado de dinero.
c. No parece razonable que se argumente que no puede existir ocultamiento
o disimulacin en el caso que los bienes identificados se encuentren inscritos a nombre del autor del delito base o de sus familiares directos, ya
que lo relevante ser cmo ese sujeto pudo justificar la inscripcin de
dichos bienes, introduciendo dichos bienes en el sistema econmico formal. Resulta necesario distinguir con claridad cundo se est imputando
un ocultamiento de los bienes en s mismos o cundo se est imputando el
ocultamiento o disimulacin del origen ilcito.
d. Segn lo establece un fallo, el legislador al momento de incorporar un tipo
culposo en el artculo 27 inc. 4 de la Ley 19.913, estableci un deber de
cuidado general con el objeto de impedir que los ciudadanos o las estructuras econmicas formales sean utilizadas para disimular dineros ilcitos,
sealando como conducta culposa punible, la negligencia inexcusable.
e. El hecho de estar portando grandes sumas de dinero y hacer uso de una
identidad falsa no resulta ser una conducta que en s misma pueda entenderse como un delito de lavado de dinero, ya que necesariamente se debe
(UNOC) [en lnea]. Disponible en: http://www.unodc.org/documents/legal-tools/Ley_
Modelo_Sobre_Extincion_de_Dominio.pdf. [Fecha de consulta: 14 de julio 2014]

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Unidad Especializada en Lavado de Dinero, Delitos Econmicos, Medioambientales y Crimen Organizado

acreditar el hecho tpico y antijurdico desde el cual provienen los bienes. Indudablemente, este hecho base ser acreditado mediante prueba
indiciaria.
f. Se han presentado problemas respecto de la interpretacin del concepto
de bienes que establece la Ley 19.913, ya que algunos han considerado
que no incorporara el dinero en efectivo; cuestin que en nuestra opinin
constituira un grave error, ya que al revisar la historia de la ley o efectuar una interpretacin sistemtica de las diversas normas que conforman
el sistema antilavado nacional, resulta poco razonable no entender que el
dinero en efectivo se encuentra dentro de este concepto.

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COMENTARIO A SENTENCIAS DICTADAS EN CASO ALFA POR DELITOS


CONCURSALES, INFRACCIN AL MERCADO DE VALORES Y OBTENCIN
FRAUDULENTA DE CRDITO
Alejandro Moreira Dueas1

I. Introduccin
Uno de los casos ms emblemticos conocidos por el actual sistema de enjuiciamiento criminal en materia de infracciones a Ley de Mercado de Valores
(en adelante LMV), Ley de Quiebras y Ley General de Bancos (en adelante LGB), corresponde a la situacin generada por los hechos ocurridos con
antelacin a la quiebra de la Corredora de Valores ALFA S.A.; hechos que
llevaron a la Superintendencia de Valores y Seguros (en adelante SVS) a formular cargos contra los principales gestores de dicha sociedad por una serie
de infracciones a la Ley N18.045.
Ese fue el inicio de una serie de procedimientos administrativos, civiles y
penales que sern objeto de este comentario, siguiendo la siguiente estructura: comenzaremos con una breve relacin de los hechos que fueron objeto
del juicio penal, para despus referirnos a la primera sentencia dictada por
el Tercer Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Santiago, continuar con la
resolucin dictada por la Ilustrsima Corte de Apelaciones de Santiago que
anul parcialmente la primera sentencia, y finalizar con la sentencia dictada a
propsito del segundo juicio.
Antes de comenzar, quisiramos destacar que el presente caso no constituye
el primero que llega a conocerse por el sistema criminal en estas materias, ya
se han dictado numerosas sentencias por los delitos de quiebra fraudulenta
y obtencin fraudulenta de crditos, y tambin se han resuelto casos penales
por infraccin a la Ley de Mercado de Valores, ya sea en juicio oral o en procedimiento abreviado. Lo particular del caso ALFA radic en que se encontraba una corredora de bolsa involucrada; situacin que constituy un desafo
a la capacidad persecutora de la Fiscala.

II. Hechos
De acuerdo a la estructura seguida en la acusacin presentada por la Fiscala,
se imputaron a los acusados cinco hechos que en opinin del ente acusa1 Abogado de la Unidad Especializada en Lavado de Dinero, Delitos Econmicos,
Medioambientales y Crimen Organizado, Fiscala Nacional, Ministerio Pblico.

223

Sentencias Comentadas

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

dor constituan delitos diversos. Dicha relacin se encontraban precedida de


un captulo introductorio denominado antecedentes generales, en el que se
describa la composicin societaria de ALFA, sealndose tambin el rol dentro de la administracin que a cada acusado le corresponda. En este mismo
captulo, se mencionaba que el da 23 de abril de 2008 la propia corredora
solicit a la Bolsa de Comercio de Santiago la suspensin de sus operaciones;
decisin a la que antecedi la revisin por parte de la Bolsa de la constitucin de garantas de operaciones simultneas, ocurrida en enero de 2008.
Dicho escrutinio finaliz con un informe de abril del mismo ao en el que
el mencionado ente conclua que existan antecedentes que permitan afirmar
la existencia de un uso indebido de custodias de terceros, accin desplegada
por ALFA para cubrir las operaciones realizadas por parte de su relacionada
Inversiones FOX.
Siempre en el ya mencionado captulo inicial, se relat que el da 22 de abril
de 2008 se realiz una operacin entre ALFA y FOX, especficamente, una
compraventa de acciones de cartera propia cuyo precio no fue pagado por
FOX.
A continuacin, la Fiscala precis los hechos que configuraban los delitos
por los cuales fund su acusacin. En primer lugar, relat la serie de actuaciones que acreditaran la perpetracin del delito de entrega de informacin
falsa al mercado, ilcito previsto en el artculo 59 a) de la Ley del Mercado de
Valores (en adelante LMV). En general, se afirm por parte del Ministerio
Pblico que los estados financieros remitidos por ALFA a la Superintendencia de Valores y Seguros (en adelante SVS) contenan una serie falsedades, por
ejemplo, no registraban correctamente las operaciones entre ALFA y FOX en
la contabilidad de la primera, lo que supuestamente tena como objetivo evitar que el pasivo de la corredora aumentara ostensiblemente y as sortear la
probable superacin de los ndices de patrimonio, solvencia y liquidez exigidos por la SVS y que permitan a la corredora funcionar.
En segundo lugar, se narraron los hechos que configuraran el delito sancionado en el artculo 59 e) de la LMV, que castiga la ejecucin de operaciones
ficticias en el mercado de valores. En trminos generales, se indic que las
operaciones recprocas de compraventa de acciones entre ALFA y FOX no
tenan por finalidad transferir el dominio de los papeles, sino que nicamente
permitir la regularizacin de saldos negativos reflejados en las cuentas accionarias de FOX. En el auto de apertura puede leerse que, empleando valores
de ciertos emisores citados a ttulo ejemplar por el Ministerio Pblico, ALFA
y FOX realizaron durante algunos meses una compleja operativa que involucr ejecucin de rdenes de venta, anticipo de operaciones simultneas, retiros
de garantas, compras financiadas con el uso de lneas de crdito bancarias;
todo ello con la supuesta finalidad de regularizar la custodia por un da y, al
mismo tiempo, ocultar los saldos negativos de FOX.
224

Sentencias Comentadas

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El tercero de los hechos signados en la acusacin se vincul al supuesto uso


indebido de custodias en que ALFA habra incurrido, situacin que conforme
la acusacin fiscal, configuraba el ilcito descrito en el artculo 60 letra i) de
la LMV. En esta parte, se seal que ALFA incurri en un uso indebido, reiterado y no autorizado de los valores entregados en custodia por los clientes
de la corredora; situacin que se infera de la constatacin que ninguna de las
sociedades relacionadas a la corredora, ni ella misma, mantena en su cartera
propia valores en cantidad suficiente, por lo que necesariamente en las operaciones realizadas por instruccin de FOX se utilizaron valores dejados en
custodia por otros clientes de la corredora.
El cuarto captulo de la acusacin narraba las acciones que a juicio del acusador fiscal configuraban el delito de obtencin fraudulenta de crditos, ilcito
previsto y sancionado en el artculo 160 de la Ley General de Bancos, en
concreto, se afirmaba que ALFA entreg al mercado, y ratific ante la entidad
financiera respectiva, informacin financiera falsa en relacin con su propia
liquidez patrimonial y situacin de endeudamiento, obteniendo as aumentos
en la lnea de crdito, causando un perjuicio cercano a los cuatro mil doscientos millones de pesos.
Por ltimo, se acus a los imputados de incurrir en delitos de quiebra culpable y fraudulenta, ilcitos previstos en los artculos 219 y 220 de la Ley de
Quiebras incorporada al Cdigo de Comercio. Especficamente, y partiendo
de la circunstancia que ALFA fue declarada en bancarrota por la justicia civil,
se indic en la acusacin que los imputados habran realizado operaciones
que disminuyeron el activo de la corredora, que tampoco solicitaron su propia
quiebra dentro del plazo exigido por la ley, que pagaron a acreedores en perjuicio de otros despus de la fecha de cesacin de pagos y que no llevaron su
contabilidad de acuerdo a los requerimientos legales.
Por la supuesta perpetracin de estos delitos, la Fiscala solicit al Tribunal
la imposicin de penas privativas de libertad superiores a los diez aos de
presidio.

III. Primera sentencia dictada por el Tercer Tribunal de Juicio Oral en lo


Penal de Santiago2
a. Los delitos materia del juicio
Antes de analizar y comentar la primera sentencia recada en estos autos,
creemos de utilidad intentar explicar brevemente las caractersticas principa2 Tercer Tribunal Oral en lo Penal de Santiago, integrado por los magistrados Katrina
Chahn Anana, Mara Ins Gonzlez Moraga y Jos Pablo Rodrguez Moreno, 13 de

225

Sentencias Comentadas

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

les de los delitos que fueron enunciados en la acusacin fiscal. Nos parece que
esta explicacin podra facilitar la comprensin de los fundamentos afirmados
por los Magistrados al momento de comunicar su decisin sobre el fondo.
Comenzando con los delitos contemplados en la LMV, como caracterstica
comn a ellos puede indicarse que corresponden a delitos formales o de mera
actividad, es decir, en ninguna de las estructuras tpicas puede apreciarse la
necesaria concurrencia de un resultado que deba atribuirse a una conducta.
Pareciera que sta es la nica caracterstica relevante que unifica a estas figuras, siendo ms til intentar explicarlas de manera particular.
El delito previsto en el artculo 59 letra a) de la LMV se consagra en los
siguientes trminos:
Los que maliciosamente proporcionaren antecedentes falsos o certificaren hechos
falsos a la Superintendencia, a una bolsa de valores, o al pblico en general, para los
efectos de lo dispuesto en esta ley.
En relacin con los elementos subjetivos, es claro que la ley exige dolo; su
naturaleza podra discutirse, pero es evidente que acciones ejecutadas sin
conocimiento de alguno de los elementos que integran el tipo objetivo, no
podran sancionarse en virtud de esta norma. En cuanto a los elementos objetivos, el verbo rector pareciera girar sobre la idea de referirse a conductas activas, sin perjuicio que se vislumbra como poco probable que el legislador haya
buscado sancionar actos materiales de entrega de antecedentes, el empleo del
verbo proporcionar no es equivalente a una simple entrega. Por lo dems,
una interpretacin estricta de la forma verbal nos llevara a situaciones desproporcionadas ya que, por ejemplo, se tendra que sancionar a la persona
natural que concurri a las oficinas de la SVS a dejar la documentacin falsa,
lo que sera un sinsentido.
Entonces, lo que la ley dejara entrever es que este delito se construye sobre
la base de una infraccin al deber de veracidad que vincula a los actores del
mercado de valores, que son los nicos que por obligacin legal deben entregarle informacin a la SVS para los efectos de lo dispuesto en esta ley, luego, la
conexin entre el verbo rector, sujeto activo y elemento subjetivo, nos hace
afirmar que nicamente a quienes la ley obliga a entregar informacin veraz
pueden incurrir en el delito, si defraudan el mandato legal.
El ilcito regulado en el artculo 59 letra e) de la LMV se encuentra redactado
de la siguiente forma:
febrero de 2013, RUC N0800423642-5, RIT N174-2012.

226

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Las personas que infrinjan las prohibiciones consignadas en los artculos 52, 53,
inciso primero del artculo 85 y letras a), d), e) y h) del artculo 162 de esta ley.
Ms all de la evidente deficiencia comunicativa del tipo penal en cuestin, es
claro que pertenece a la categora de ley penal en blanco impropia, encontrndose el complemento de la norma en cuestin, y para el caso que nos interesa,
en el artculo 53 de la LMV que declara contrario a la LMV efectuar cotizaciones o transacciones ficticias respecto de cualquier valor.
Pareciera que el ncleo del tipo penal gira en torno al concepto de transacciones ficticias, idea no definida en la ley, ni suficientemente construida
doctrinaria ni jurisprudencialmente. Sin embargo, es evidente que no se trata
de una operacin imaginaria, al contrario, la legislacin parte de la base que la
transaccin se efectu, en bolsa o fuera de ella, pero lo relevante para dar contenido al ilcito radica en entender que uno o ms de los trminos asociados
a la operacin fueron simulados, y que encubren el real propsito que disfraza
la transaccin. Dicho en otros trminos, la naturaleza real de la operacin no
es la que la transaccin supuestamente evidencia, sino que es otra, por ejemplo, no es compraventa sino que donacin, no es arriendo sino que prstamo
gratuito, etc.
El ltimo delito por el cual fueron acusados los imputados, corresponde al
establecido en el artculo 60 letra i) de la LMV, disposicin que indica:
Los que indebidamente utilizaren en beneficio propio o de terceros valores entregados en custodia por el titular o el producto de los mismos.
El verbo rector empleado por la legislacin reafirma lo sostenido ms arriba
en el sentido que el delito pertenece a la categora de tipos de mera actividad, pero el uso va acompaado de un adjetivo que lo tie de ilicitud. Si esta
expresin pertenece al mbito de la antijuridicidad o al tipo penal como elemento normativo, no es claro, pero le da contenido al delito. La custodia de
acciones, actividad permitida por la ley, puede desarrollarse por una corredora,
que puede utilizarla, por ejemplo, si ha sido autorizada por el cliente respectivo; situacin que se enmarcara en un uso debido o autorizado. El uso no
es equivalente a la apropiacin, sin perjuicio que probablemente en algunos
casos tienda a coincidir una accin con la otra, pero la norma no exige que los
valores sean ilcitamente incorporados al patrimonio de una persona, la prohibicin legal se fundamenta en que el riesgo de la utilizacin no autorizada
puede hacer perder el dominio del valor a quien lo confi. Con todo, el perjuicio sufrido por el titular no integra el tipo penal, al contrario del elemento
beneficio, expresin que no necesariamente debe entenderse como ganancia
monetaria efectiva, sin perjuicio que en la mayora de los casos as habr sucedido, pero situaciones que permitan al sujeto activo mejorar su posicin o la
de un tercero, o mantenerse dentro de los rangos exigidos por la autoridad
para seguir funcionando como intermediario, o realizar operaciones entre227

Sentencias Comentadas

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

gando en garanta los valores bajo custodia, entre otras conductas, pueden
perfectamente caer dentro del concepto beneficio.
Otro de los delitos que fue objeto de juicio correspondi al ilcito regulado en
el artculo 160 de la Ley General de Bancos, conocido como obtencin fraudulenta de crditos. El artculo citado seala:
El que obtuviere crditos de instituciones de crdito, pblicas o privadas, suministrando o proporcionando datos falsos o maliciosamente incompletos acerca de su
identidad, actividades o estados de situacin o patrimonio, ocasionando perjuicios
a la institucin, sufrir la pena de presidio menor en sus grados medio a mximo.
Se ha sostenido que este ilcito no es otra cosa que una estafa que tiene una
vctima particular, es decir, la naturaleza especfica del tipo radica en que
se perjudica a una persona en especfico. Si ello es efectivo, tendramos que
aceptar que sus caractersticas son las mismas que las que tradicionalmente
se asocian al delito de estafa contemplado en nuestro ordenamiento jurdico,
luego, se tratara entonces de un delito de resultado, la obtencin del crdito,
vinculado causalmente a una conducta - suministrar o proporcionar-, que es
desplegada por el autor. El rol que juega el perjuicio en esta infraccin penal,
no es tan evidente, y probablemente se encuentre a medio camino entre una
condicin objetiva de punibilidad y un elemento del tipo, pero independientemente de ello, es un elemento que debe ser materia de prueba durante el
juicio en cuestin. La otra caracterstica que puede relevarse, radica en que la
norma ha precisado la forma en que el engao se verifica, siendo una enumeracin taxativa al contrario de lo que ocurre en el artculo 468 del Cdigo
Penal.
Por ltimo, en este juicio se present acusacin por delitos concursales, especficamente por delitos de quiebra culpable y fraudulenta, ilcitos que como se
sabe, fueron modificados por la Ley 20.720 que deroga la Ley de Quiebras y
establece los nuevos procedimientos de reorganizacin y liquidacin.
El artculo 220 N16 castiga con la pena de presidio menor en su grado medio
a presidio mayor en su grado mnimo al deudor que: en general, siempre que
hubiere ejecutado dolosamente una operacin cualquiera que disminuya su activo o
aumente su pasivo.
El artculo 219 N4 castiga al deudor que: no hubiere solicitado su quiebra, en
el caso del artculo 41, o si la manifestacin que hiciere no reuniese las condiciones
que prescribe el artculo 42.
Por su parte, el artculo 219 N9 sanciona al deudor que: no tuviere libros
o inventarios o si tenindolos no hubieren sido llevados los libros con la regularidad exigida de tal suerte que no manifiesten la verdadera situacin de su activo y
pasivo.
228

Sentencias Comentadas

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Por ltimo, el artculo 219 N1 castiga al deudor que: ha pagado a un acreedor


en perjuicio de los dems acreedores despus de la cesacin de pagos.
Los antiguos delitos de quiebra requeran un presupuesto bsico que era la
declaracin judicial de bancarrota de una clase especial de fallido, pero no
presentaban otros elementos que los unificaran, lo anterior ya que las hiptesis delictivas de quiebra culpable y fraudulenta sancionaban una serie de
comportamientos de la ms diversa ndole, que difcilmente respondan a un
criterio unificador. No obstante, los antiguos artculos 220 N16 y 219 N1
tenan en comn que consideraban como delito que la conducta del fallido
tuviera un impacto en la masa de la quiebra, integrada por los activos de la
fallida, y que arrojaba como resultado que el patrimonio del deudor no tuviera
la valoracin que tena antes de la ejecucin del acto delictivo.
Los otros delitos corresponden a infracciones a ciertos deberes impuestos por
la normativa, conducta que se expresa en omisiones, como no pedir su quiebra o no llevar los libros con la regularidad exigida; comportamientos que no
necesariamente impactan en el patrimonio del fallido, pero s dificultan la
correcta administracin de justicia y la actuacin del sndico ya que se hace
ms difcil dilucidar la concreta composicin de la masa y consecuentemente
el pago de las acreencias.

b. La decisin del Tribunal


Por sentencia de fecha 13 de febrero de 2013, y luego de dos meses de juicio
oral, los Magistrados del Tercer Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Santiago decidieron absolver a los acusados por las imputaciones de comisin de
delitos contemplados en la LMV, obtencin fraudulenta de crditos y quiebra
culpable, y condenar slo a uno de ellos por el delito de quiebra fraudulenta.
Los fundamentos de su decisin sern brevemente expuestos a continuacin.
Comenzando con el uso indebido de custodias, los sentenciadores afirmaron
que el carcter ilcito de la conducta se corrobora una vez que se constata que
en las operaciones descritas en la acusacin no se cont con la autorizacin
por parte de los clientes de ALFA. A juicio de los jueces, la prueba rendida por los acusadores en este punto no fue suficiente y tampoco se acredit
quines eran los titulares de las acciones utilizadas, afirmando que los hechos
investigados y resueltos en sede administrativa no podan sin ms darse por
ciertos en sede penal.
La ltima afirmacin debe relacionarse con la tramitacin de procedimientos
administrativo - civiles sancionatorios, generados por la actividad fiscalizadora de la Superintendencia de Valores y Seguros. Lo anterior se debe a que,
de acuerdo a nuestra LMV, los ilcitos descritos en su articulado, como por
ejemplo los delitos penales contemplados en los artculos 59 y 60, constituyen
229

Sentencias Comentadas

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

al mismo tiempo injustos de naturaleza infraccional no criminal, cuyo juzgamiento se rige por las normas del procedimiento administrativo, el que a
grandes rasgos, contempla una fase de investigacin a cargo de la SVS, etapa
que puede culminar con la imposicin de sanciones, abrindose la posibilidad
que se reclame de dicha sancin ante la justicia civil, la que podr confirmar o
revocar la sancin impuesta por el ente administrativo.
En el caso sub-lite, la SVS sancion a ALFA por los ilcitos de uso indebido
de custodia y ejecucin de operaciones ficticias; decisin que fue confirmada
por la I. Corte de Apelaciones de Santiago, todo ello con anterioridad al inicio del juicio oral.
Luego, se presenta una paradoja judicial particular, originada probablemente
por el diseo legislativo ya que los mismos hechos fueron objeto de discusin
en dos procedimientos de naturaleza distinta y en uno logr acreditarse la
infraccin y en otro no; sin perjuicio que ambos procedimientos se rigen por
principios procesales generalmente vlidos, orientados principalmente a establecer una misma verdad procesal histrica, por lo que el resultado es desde
cierto punto de vista contradictorio ya que, en definitiva, el mensaje comunicativo de la decisin es usted hizo algo y por eso lo sanciono (en sede civil)
y al mismo tiempo usted no hizo algo y por eso no lo sanciono (en sede
penal); pronunciamientos que slo alimentan una sensacin de inseguridad
jurdica.
Siempre a propsito de lo resuelto en este captulo de la acusacin, en la sentencia puede leerse una crtica dirigida a la labor investigativa del Ministerio
Pblico, la que radica en la falta de indagacin acerca de la existencia o no
de autorizaciones por parte de los clientes hacia ALFA para que hicieran uso
de sus custodias, sealando que a la Fiscala simplemente le bast con lo ya
resuelto en sede administrativa; instancia en la que no se obtuvo evidencia
acerca de la no autorizacin, sin perjuicio que durante aqulla s se obtuvo el
reconocimiento por parte de los acusados del hecho objeto de reproche. Esta
supuesta deficiencia en la etapa investigativa, inevitablemente caus que los
medios probatorios introducidos al juicio fueran insuficientes para demostrar
el uso indebido. Cabe destacar eso s que en la sentencia qued establecido
que los acusados reconocieron en el juicio penal un uso operacional de las custodias, pero ello fue insuficiente ya que no se logr determinar si en precisas
transacciones hubo o no autorizacin o si las acciones estaban en otras corredoras o
en las compaas emisoras3; reconocimiento al cual se le rest fuerza probatoria
aplicando la regla contemplada en el artculo 340 del Cdigo Procesal Penal.
3

Nota 2, p. 165.

230

Sentencias Comentadas

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En resumen, pareciera que el Tribunal fundament su decisin en la insuficiencia de medios de prueba que demostraran el uso de especficas custodias
en particulares operaciones y tambin en la carencia de antecedentes probatorios en cuanto a la existencia de autorizaciones por parte de los propietarios
de las acciones.
Siguiendo ahora con la imputacin del delito de ejecutar transacciones ficticias, en primer lugar, podemos sealar que el Tribunal calific como no
conveniente que la Fiscala encargara peritajes a personeros de entidades
fiscalizadoras, aduciendo falta de objetividad en su anlisis pues la SVS ya
haba emitido una opinin determinada en relacin con esta materia, de manera
que no se podra pretender que cambiara su posicin en sede penal, y concluir de
diferente manera4.
Adems, indic que durante el juicio no se demostr fehacientemente que
las operaciones que se tildaron como ficticias efectivamente se hubieran realizado, ello porque el anlisis de las transacciones entre ALFA y FOX fue
parcial, no coincidiendo con las operaciones enumeradas en la acusacin.
Tambin recalc que, al rechazar el cargo por uso indebido de custodia, no era
posible por una cuestin de lgica acreditar la perpetracin del delito establecido en el artculo 59 letra e) y por ltimo, sostuvo que durante el proceso no
fue debidamente explicado ni probado el concepto de falta de sentido econmico circunstancia que le dara el carcter de ficticia a una transaccin.
En relacin con el primer argumento esgrimido por los Magistrados para
restar fuerza probatoria a los informes evacuados por la SVS a peticin de
la Fiscala, creemos que dicho razonamiento se estrella con el artculo 4 de
la Ley Orgnica de la Superintendencia que enumera sus atribuciones y que
especficamente seala en su letra c) que corresponder a dicha institucin:
Evacuar los informes que le requieran los fiscales del Ministerio Pblico que estn
dirigiendo investigaciones criminales, siempre que correspondan a materias de la
competencia de la Superintendencia y se refieran a informacin que est disponible en sus archivos. Norma a la que habra que agregar las disposiciones del
Cdigo Procesal Penal aplicables, como por ejemplo el artculo 321.
Sin duda que sorprende que los Magistrados no consideraran estas disposiciones al momento de calificar como poco conveniente que el Ministerio
Pblico pidiera a la SVS la confeccin de informes periciales, esto ya que
puede presumirse que la intencin del legislador fue justamente desestimar
la eventual problemtica que podra presentarse cuando un funcionario de la
SVS confeccionare un informe pericial a peticin de la Fiscala, si en la propia
ley queda en evidencia que la ocurrencia de un hecho contravencional puede,
4

Nota 2, p. 173.

231

Sentencias Comentadas

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

al mismo tiempo, gatillar la actividad fiscalizadora de la SVS y la investigativa


del ente persecutor penal. Pareciera que el fundamento es apresurado y no
suficientemente analizado.
Cosa distinta es el anlisis del mrito de la pericia evacuada por los profesionales de la SVS. Es claro que los errores, inexactitudes o imprecisiones que el
Tribunal denuncia como concurrentes en este caso, le resta valor probatorio
a los informes, sin embargo, cabe destacar que su rechazo como medio probatorio es completo, es decir, no se recoge ninguna conclusin como vlida o
suficientemente fundada; solucin que no parece justa teniendo presente que,
en su conjunto y ms all de puntuales errores que hbilmente la defensa evidenci, el anlisis pericial tena una clara contundencia y coherencia general.
A propsito del ltimo de los fundamentos para rechazar esta imputacin,
la ausencia de suficiente explicacin de la falta de sentido econmico de las
transacciones que se apuntaban como ficticias, surge inmediatamente la natural pregunta que un tercer observador podra hacerse: el padrn de operaciones entre ALFA y FOX, responda a una estrategia de inversiones? Cul
fue la ganancia reportada para dos relacionadas despus de realizar estas transacciones entre ellas? A todo lo anterior es necesario agregar que la ltima
operacin entre las relacionadas no fue pagada y tambin que en todas las
transacciones siempre operaron las mismas personas naturales. Creemos que
la aplicacin de las mximas de experiencia pudo llevar al Tribunal a concluir
que efectivamente las operaciones cuestionadas carecan de razonabilidad econmica; circunstancia que constituye un juicio normativo, que difcilmente
puede construirse sin recurrir a todos los recursos que la ley entrega a los
jueces para apreciar la prueba. Huelga decir que la justicia civil, s sancion a
ALFA por la realizacin de operaciones ficticias.
En cuanto a los fundamentos que llevaron a la absolucin por el cargo de
entrega de informacin falsa al mercado, nuevamente se recurri a la decisin absolutoria en cuanto a los cargos del delito de uso indebido de custodia, sealndose que esta decisin impeda lgicamente acreditar de alguna
manera la consumacin del delito previsto en el artculo 59 letra a) de la
LMV. Tambin indican los Magistrados que la acusacin adoleca de defectos
en cuanto a la falta de precisin de los hechos imputados, y cmo stos no
podan entenderse separados o independientes a las actuaciones que fueron
calificadas por los acusadores como uso indebido de custodia, lo resuelto a
propsito de la acusacin por el delito descrito en el artculo 60 letra i) necesariamente impactara en la manera que se tomara una decisin a propsito
de la eventual comisin del ilcito establecido en el artculo 59 letra a), en
otras palabras, si la informacin falsa que se entreg a la SVS y al mercado
se construa justamente por entender que las transacciones entre parte relacionadas y las otras materializadas por la corredora que impactaban en sus
estados financieros no lograron constituir ni usos de custodia como tampoco
232

Sentencias Comentadas

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operaciones ficticias, no existan razones suficientes para calificar como falsa


la informacin entregada al ente regulador.
Anteriormente sealamos nuestra opinin acerca de la decisin absolutoria
por el uso indebido de custodia, por lo que no resulta provechoso repetir lo ya
sealado, simplemente quisiramos destacar que resulta novedoso la manera
en que los Magistrados entendieron la acusacin, que efectivamente contaba
con varios captulos titulados como hechos, pero fueron comprendidos
como una suma interrelacionada de situaciones; calificacin que no parece
injustificada, pero que cambia la forma en que los hechos son relatados y los
lleva a una conexin y dependencia que no necesariamente responda a la
teora del caso planteada por la Fiscala.
Tambin el Tribunal emiti pronunciamiento absolutorio respecto de la acusacin por el delito descrito y sancionado en el artculo 160 de la LGB. Dicha
decisin se fund bsicamente en que de acuerdo a los hechos acreditados
durante el juicio, no se demostr una accin dirigida directamente a la obtencin de un crdito, sino que por el contrario, fue la propia institucin bancaria
la que decidi aumentar la lnea de crdito que ALFA ya tena con aqulla, situacin que se verific luego que el banco revisara la informacin que
ALFA entregaba a la SVS, que era la misma que en los captulos anteriores de
la acusacin se tild como falsa.
Muy ligado a esta consideracin del Tribunal, se encuentra el argumento vinculado a la falta de dolo en torno a que la presentacin de supuestos antecedentes falsos a la SVS se hubiere practicado con la finalidad precisa de
obtener un crdito, es decir, la actividad final de los acusados no se habra
dirigido directamente a alcanzar un propsito determinado.
En este punto creemos que la decisin de los Magistrados no reflexiona
acerca de un elemento central que se desprende claramente de la prueba rendida durante el juicio, a saber, que si bien es cierto que la institucin financiera actu con independencia y autonoma para ofrecer a la corredora un
aumento en la lnea de crdito que sta ya posea con el banco, tambin es real
que lo que hizo el banco fue ofrecer a ALFA dicha alternativa invocando para
ello una serie de antecedentes, como por ejemplo la informacin entregada
a la SVS, que justamente es la que se apuntaba como irreal, luego, la oferta
fue aceptada por los representantes de la corredora, sabiendo, o no pudiendo
menos que saber, que el origen de dicho ofrecimiento se encontraba en los
nmeros que la corredora entregaba al mercado.
Sin perjuicio de ello, debemos conceder que la norma en cuestin plantea una
problemtica de no fcil resolucin, y que gira en torno a la posibilidad de
aceptar la comisin por omisin en esta clase de delitos. Sin duda que ste no
es un tema pacfico en nuestra doctrina, y no podra reprocharse al Tribunal la
opcin que se hubiera tomado en orden a rechazar aquella alternativa, pero el
233

Sentencias Comentadas

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

problema radica en que al parecer ni siquiera fue objeto de estudio o meditacin esta alternativa por parte de los Magistrados, es decir, no existi inters
en analizar la posibilidad que este delito se pudiera cometer por intermedio
de una omisin, en especial si se tiene presente que todos los elementos que
mayoritariamente se aceptan que integran la omisin, concurran claramente
en el caso sub-lite.
Otro asunto es la falta de elemento subjetivo que el Tribunal declara como
ausente en los hechos acreditados, es decir, que la presentacin de antecedentes se hubiere realizado con el propsito de obtener un aumento del crdito
originalmente concedido. Esto parece un argumento plausible, pero para su
precisa comprensin por parte de un tercero, habra sido necesario un definicin previa del elemento subjetivo, ya que si no conocemos qu entiende el
Tribunal por dolo, difcilmente es factible entender cules son los contornos
exigidos, esto ya que no creemos que la decisin pase por una artificiosa clasificacin entre los tipos de dolo; distincin que la moderna doctrina penal ha
dejado hace bastante tiempo atrs.
Como se recordar, fue objeto del juicio tambin la acusacin por delitos
de quiebra culpable y fraudulenta. La acusacin por el delito descrito en el
artculo 219 N4, no pedir su propia quiebra en el plazo que exige la ley,
fue rechazada porque se demostr que la corredora se acogi al procedimiento
regulado en el artculo 177 ter que la ley concursal contempla, el que tiene
como efecto entender como cumplida la exigencia establecida en el artculo 41.
La hiptesis de quiebra culpable consagrada en el artculo 219 N1, que sanciona el pago hecho a un acreedor en perjuicio de los dems despus de la
cesacin de pagos, fue tambin rechazada por los Magistrados en primer
lugar ya que no existi prueba acerca de algunos pagos, sin perjuicio que s
la hubo para otros, y porque adems, los que se demostraron, no se habran
materializado en perjuicio de los dems acreedores, esto en razn a que la
cuanta de dichos pagos representa un porcentaje insignificante del pasivo de
la quiebra de tal suerte que no es un perjuicio cuya magnitud pueda configurar
esta causal5. Nos parece cuestionable la decisin adoptada en este punto, en
especial debido a que introduce un elemento que la ley no exige y que dice
relacin con la supuesta magnitud del perjuicio.
De la misma manera, el Tribunal rechaz la acusacin por el delito de quiebra
culpable regulado en el artculo 219 N9, que reprime la omisin por parte del
deudor de su obligacin de llevar libros contables o llevarlos de forma irregular, fundado en que fue la propia Bolsa de Comercio la que autoriz a ALFA
a llevar la contabilidad de una manera especfica (sistema computacional) y
5

Nota 2, p. 194.

234

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tambin a que el Servicio de Impuestos Internos no actu como querellante,


no constndole entonces a los Magistrados que dicho organismo hubiere presentado algn tipo de reparo por la forma en que la corredora mantena su
contabilidad.
Por ltimo, el Tribunal se refiri a la hiptesis de quiebra fraudulenta que fue
objeto de acusacin fiscal, esto es, aqulla descrita en el artculo 220 N16,
decidiendo condenar a uno de los acusados ya que se acredit que el da 22 de
abril el presidente del directorio de ALFA vendi acciones a Inversiones FOX,
de la cual era tambin su gerente general, por un valor de $21.547.797.000, las
que fueron compradas por FOX bajo la condicin contado normal, debiendo
liquidarse esa operacin a las 48 horas de realizada, pero que en definitiva
no fueron pagadas por FOX, sabiendo que FOX arrastraba un patrimonio
negativo de varios miles de millones de pesos, lo que signific que ALFA
disminuyera su activo; situacin que la llev a su quiebra.
De acuerdo con la sentencia, en estos hechos le correspondi intervencin
en calidad de autor a uno de los acusados, mas no al otro, gerente general
de ALFA e hijo del presidente del directorio, ya que no logr acreditarse su
intervencin como autor en la operacin del 22 de abril ni tampoco que ella
se hubiera llevado al efecto con el concierto de su padre, aun cuando en la
misma sentencia se reconoce que la decisin le fue comunicada previamente
por parte del presidente al gerente general. Se destaca que la ejecucin de
la operacin cuestionada fue realizada exclusivamente por el padre y que su
hijo prcticamente acat su decisin. En vista de lo anterior, el Tribunal le
impuso al nico condenado la pena de 61 das de presidio menor.

IV. Resolucin de la I. Corte de Apelaciones de Santiago conociendo de


los recursos de nulidad presentados por los acusadores 6
La decisin del Tercer Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Santiago fue
objeto de recursos de nulidad por las partes acusadoras, presentaciones que se
fundaron en las causales previstas en los artculos 373 letra b) y 374 letra e)
del Cdigo Procesal Penal. Estos recursos fueron acogidos por el Tribunal de
Alzada, el que decidi anular parcialmente la sentencia y el juicio, ordenando
la tramitacin de uno nuevo.
Para comprender lo resuelto, debemos recordar que la acusacin de la Fiscala
enumeraba cinco hechos que configuraban delitos diversos, luego, que la I.
Corte haya fallado anulando parcialmente la sentencia y el juicio, produjo que
la decisin absolutoria se mantuviera afirme respecto de los captulos que no
fueron anulados, y que el juicio debiera repetirse para conocer y fallar las deci6

Corte de Apelaciones de Santiago, 6 de junio de 2013, Rol N484-2013.

235

Sentencias Comentadas

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

siones respecto de las cuales recay la nulidad, a saber: la decisin de absolver


al gerente general de ALFA por el delito de quiebra fraudulenta y la decisin
de absolver a ambos acusados por el cargo de uso indebido de custodia.
En relacin con el pronunciamiento acerca de la quiebra fraudulenta, en la
resolucin los Ministros afirman que el fallo no contiene la exposicin clara
y lgica de los hechos que da por probados, esto ya que la sentencia carece
de lgica al descartar la autora del gerente general del mismo delito por el
cual se condena a su padre, si est acreditado que el da 21 de abril de 2008
se pusieron de acuerdo para concretar la operacin que la misma sentencia
del tribunal oral en lo penal califica como constitutiva del delito de quiebra
fraudulenta. Tampoco tiene lgica, contina la resolucin de nulidad, que un
gerente general que es hijo del otro acusado, sea una suerte de sujeto que est
obligado a obedecer y a no deliberar respecto de las proposiciones de su padre. Con
este razonamiento, la I. Corte estima que los jueces del fondo infringieron
tambin el artculo 133 de la Ley de Sociedades Annimas, ya que el gerente
general de la corredora siempre estuvo en la posicin de detener el desarrollo
causal del delito, y ste no se pudo materializar sin su actuar, manteniendo
siempre el dominio del hecho.
Acerca del pronunciamiento respecto del delito contemplado en el artculo
60 letra i), el Tribunal ad quem indica que fue contradictorio lo resuelto por
los Magistrados ya que por un lado se afirm que la Fiscala no rindi prueba
acerca de este punto y al mismo tiempo se indic que el Ministerio Pblico
slo rindi prueba pericial para acreditar esta captulo de la acusacin, concluyendo que claramente ambas proposiciones no se sostienen al mismo tiempo,
se hacen fuego entre s, y dejan al fallo desprovisto de la necesaria fundamentacin
pues se ignora si, en definitiva lo reprochado a este respecto es la falta de prueba o
que la rendida no cumple los estndares que el Tribunal ha fijado.
La prctica judicial de acoger un recurso de nulidad parcialmente es una realidad impuesta, incluso existen pronunciamientos de la Excma. Corte Suprema
que acogen recursos de nulidad en ese sentido, y que a nuestro juicio carece
de sustento legal, sin perjuicio que probablemente se justifique por razones
prcticas, pero sin perjuicio de lo anterior, nos parece que esta forma de resolver los recursos de nulidad, que ordena la realizacin de un nuevo juicio para
conocer slo de algunos hechos, altera significativamente la lgica del proceso
penal y provoca situaciones de indefinicin que repercuten en el desarrollo del
nuevo juicio. En el caso sub-lite, esta decisin tuvo un impacto decisivo en
la forma en que los Magistrados que conocieron el nuevo juicio formaron su
decisin, como ms adelante expondremos.
Lo ltimo que quisiramos destacar de la resolucin de nulidad, es que ella
declara que la sentencia contiene un error de derecho en cuanto a la calificacin jurdica de los hechos supuestamente subsumibles bajo el artculo 160 de
236

Sentencias Comentadas

Unidad Especializada en Lavado de Dinero, Delitos Econmicos, Medioambientales y Crimen Organizado

la LGB, ello porque es indiferente si el crdito se obtiene porque se solicit o


porque la institucin de crdito lo ofreci, sin embargo, dicho error no tendra
la trascendencia suficiente para acoger el reclamo de nulidad.

V. Segunda sentencia dictada por el Tercer Tribunal de Juicio Oral en lo


Penal 7
Esta sentencia absolvi a los acusados de todos los cargos que fueron objeto
del nuevo juicio, los que como arriba se indic, fueron reducidos por efecto
de la resolucin de nulidad, debiendo entonces este nuevo juicio celebrarse
para conocer de las acusaciones por los delitos de uso de custodia y quiebra
fraudulenta pero reducida a determinar la culpabilidad del gerente general de
ALFA, hijo del presidente del directorio.
Luego de un juicio que se extendi por casi cinco meses, quedaron de manifiesto los motivos que llevaron a los Magistrados a dictar la decisin exculpatoria, resolucin de fecha 3 de febrero de 2014.
El primero de ellos tiene una naturaleza formal y dice relacin con la supuesta
infraccin al deber de registro en que habra incurrido la Fiscala al no tomar
declaracin durante la etapa de investigacin a personas que luego comparecieron al juicio en calidad de testigos; situacin que impactara en la posibilidad que tiene la defensa para ejercer las facultades que le otorga la ley. Sobre
este tpico quisiramos destacar que todas las personas respecto de las cuales
se levant este punto, declararon en el primer juicio que fue anulado y su
testimonio fue valorado para fundamentar las decisiones del anterior pleito,
el que como se recordar, pervive para este segundo juicio debido a la nulidad parcial decretada. Creemos que el Tribunal manifiesta una lnea correcta
de argumentacin al momento en que se pregunta si ms all de la supuesta
infraccin, la defensa no se vio sorprendida por el testimonio de los testigos,
incluso destaca la situacin que se produjo cuando el abogado defensor, tratndose de un testigo que no haba declarado durante la investigacin pero
que s prest su testimonio durante el primer juicio, cuyas iniciales se encontraban consignadas en algunos documentos de la SVS respecto de los cuales
fue interrogado, efectu el ejercicio previsto en el artculo 332 del Cdigo
Procesal Penal, que como se recordar permite la lectura de declaraciones o
informes anteriores para efectos de recordar memoria.
Lamentablemente el buen camino que inici el Tribunal fue abandonado a
mitad de camino, y aun cuando fue ms que evidente que la defensa jams se
7

Tercer Tribunal Oral en lo Penal de Santiago, integrado por los magistrados Vernica
Sabaj Escudero, Alejandro Aguilar Brevis y Marcela Erazo Rivera, 3 de febrero de 2014,
RUC N0800423642-5, RIT N174-2012.

237

Sentencias Comentadas

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

vio expuesta a algn tipo de sorpresa, la intensidad de los contrainterrogatorios y la contrastacin de un testigo con algunos documentos as lo demostr,
el Tribunal se dej llevar por un argumento vaco, carente de fundamento
ontolgico procesal y procedi entonces a valorar negativamente los testimonios de los testigos respecto a los cuales la Fiscala habra incurrido en la
infraccin al deber de registro.
A continuacin valora negativamente los testimonios de testigos y peritos que prestaron declaracin refirindose a las declaraciones efectuadas por
los acusados en sede administrativa y ante el fiscal del Ministerio Pblico.
El argumento para ello radica en que no se demostr durante el juicio que
dichas declaraciones se hubieran realizado previa advertencia de sus derechos
o debidamente asesorados. Cabe hacer presente que en este segundo juicio, a
diferencia del primero en el cual los jueces debieron recurrir al artculo 340
inciso final para valorar la prueba, los acusados optaron por guardar silencio,
sin perjuicio que sus testimonios en el primer juicio, sirvieron tambin para
fundamentar la decisin absolutoria que, como se dijo antes, tambin tuvo
efectos en este segundo juicio en virtud de la resolucin de nulidad dictada
por el tribunal de alzada.
Ms adelante la sentencia razona acerca del testimonio de los peritos de la
SVS que prestaron declaracin en el segundo juicio. En esta parte, nuevamente nos llama la atencin que no se incluya en el anlisis la disposicin
citada anteriormente y que considera como una de las funciones de la SVS
la de evacuar informes a peticin de la Fiscala. Sin perjuicio de lo anterior,
a nuestro parecer el Tribunal no direcciona correctamente su apreciacin al
calificar el testimonio de los peritos como parcial, afirmando que los profesionales de la SVS tienen inters en la manera en que se resuelva el conflicto
penal, sin precisar cul es ese eventual inters, y adems recurren para fundar
su decisin al artculo 12 de la Ley 19.980 de Bases de los Procedimientos
Administrativos, regla que, sin lugar a dudas, no tiene aplicacin y vinculacin
alguna con el proceso penal, por lo que nuevamente la sentencia pierde lgica
y fuerza argumentativa.
A propsito del cargo de uso indebido de custodia, la decisin exculpatoria
se construy bajo la premisa que en las transacciones realizadas entre FOX y
ALFA no se logr acreditar que se hubiera utilizado la custodia de un tercero,
ya que, a juicio del Tribunal, no existi precisin acerca de cules fueron efectivamente las acciones transadas ni de su titularidad por algn cliente, pues
lgicamente no haba ninguna razn que motivara dicha supuesta utilizacin.
Creemos que el Tribunal comienza a razonar correctamente intentando precisar los hechos que pueden demostrar el efectivo uso de las acciones, intentado encontrar prueba que identifique la accin que fue utilizada y a quin
ella perteneca, tal grado de exigencia imponen los Magistrados en este punto,
238

Sentencias Comentadas

Unidad Especializada en Lavado de Dinero, Delitos Econmicos, Medioambientales y Crimen Organizado

que incluso insinan que las acciones parecieron no existir, es decir, que FOX
y ALFA, entre s, operaron y transaron sobre cosas inexistentes. Con todo, esta
forma de razonar es perfectamente vlida para el delito de hurto, robo, o cualquier otro que exija una precisin acerca del objeto material de la accin, con
sus caractersticas propias que permiten identificarlas una de otra, lo que probablemente evidencia un claro desconocimiento acerca del funcionamiento y
caractersticas del Mercado de Valores; obstculo frente al cual difcilmente se
podra entender la lgica y mbito de aplicacin del ilcito materia de juicio.
Siguiendo con los fundamentos de la segunda sentencia, llama la atencin
el argumento denominado concurso medial y cosa juzgada. En esta parte, los
Magistrados sostienen, en resumen, que la decisin absolutoria del primer
juicio acerca del cargo de llevar a cabo operaciones ficticias, tuvo un impacto
decisivo pues dicho captulo estaba estrechamente vinculado con los hechos
que configuraban el supuesto uso de custodia, por lo tanto, al mantenerse a
firme la sentencia en orden a absolver a los acusados del primer cargo, inevitablemente traera como efecto la exculpacin por el segundo, ya que las
eventuales operaciones ficticias se llevaron a cabo para encubrir el hipottico
uso de custodias.
Desde nuestro punto de vista, ste es claramente un efecto de la decisin
tomada por la I. Corte de Apelaciones de Santiago, ya que anular parcialmente la sentencia y el primer juicio, dieron cabida a este argumento que
puede leerse en esta segunda sentencia. Probablemente esto no fue perseguido
por los Ministros, pero nada impidi a los jueces que conocieron el segundo
juicio interpretar su resolucin en este sentido, sin embargo, si miramos ms
profundamente el razonamiento del Tribunal de Juicio Oral, probablemente
podamos concluir que este segundo proceso estuvo perfectamente de ms, ya
que inevitablemente, en esta particular relacin entre un concurso medial y la
cosa juzgada, la conclusin siempre sera la misma, es decir, la absolucin de
los acusados a consecuencia de dicho efecto. Por lo dems, no logramos dilucidar cmo un hecho que no fue objeto del juicio, el cargo por realizar operaciones ficticias, puede tener algn impacto en el segundo juicio; en otras
palabras, desconocemos el argumento que lleva al Tribunal del segundo juicio
a quedarse con una parte de lo resuelto en el primer juicio (nulo) y validarlo
en el segundo a tal extremo que fundamenta la absolucin por uno de los
captulos subsistentes.
Por ltimo, los Magistrados rechazaron el cargo de quiebra fraudulenta, respecto de la cual no hubo ninguna referencia al hecho que ya haba una decisin condenatoria ejecutoriada que justamente declaraba como fraudulenta la
quiebra de ALFA, fundando su decisin en que no se demostr que ALFA
sufriera una disminucin de su activo producto de las operaciones celebradas
con FOX. Tambin se descart la autora y coautora del gerente general de
ALFA, sealando al efecto que no tena dominio del hecho, contrariamente a
239

Sentencias Comentadas

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

lo resuelto por la I. Corte, ni que tampoco ambos acusados actuaron concertados previamente, contradiciendo tambin al Tribunal de Alzada.
En relacin con el primer argumento, nos parece que los Magistrados siempre asumieron que FOX y ALFA eran agentes econmicos que tomaban
sus decisiones de una manera independiente y que en definitiva, la supuesta
disminucin del activo era ms aparente que real ya que la insolvencia de
FOX no debi constarle a ALFA, y que por lo tanto, esta deuda entre partes relacionadas, no disminua el activo de ALFA. Tal vez todo lo anterior
sera atendible y tendra cierta lgica si no se tratara de dos personas jurdicas
que compartan a las personas naturales en sus gobiernos corporativos y que
tuvieran independencia absoluta en la forma en que tomaban sus decisiones
econmicas. Claramente ello no era as, pero en la sentencia no puede leerse
ninguna lnea sobre tan importante antecedente, y si probablemente ello se
hubiera considerado, como s se hizo en el primer juicio, la decisin adoptada
en el nuevo proceso habra sido diferente.
En cuanto al razonamiento para absolver al gerente general, es claro que existi un dficit probatorio ya que no se produjo prueba directa sobre el concierto previo, pero, desde nuestro punto de vista, el resto de los antecedentes
probatorios arrojaban potentes indicios que razonablemente podran atarse
para concluir la concurrencia del acuerdo previo de voluntades.
En esta parte, tambin, el Tribunal seala que no se demostr en juicio que el
gerente general de ALFA hubiere realizado ningn acto ejecutivo que demostrara tanto su intervencin en el hecho como la finalidad (dolosa) de su actuar.
Sobre el punto, quisiramos destacar que nuevamente el Tribunal no atiende
a lo resuelto por la I. Corte, que afirm en su resolucin de nulidad que al
absolver al gerente general, se incurri en una vulneracin al artculo 133
de la Ley de Sociedades Annimas, pero lo que ms flagrantemente queda
expuesto, al igual que en el primer juicio, es que no fue objeto de anlisis el
artculo 232 de la ley concursal que declara que los gerentes, administradores
o directores de una persona jurdica declarada en quiebra, sern autores de
los delitos de quiebra fraudulenta o culpable si en la direccin de sus negocios y con conocimiento del estado de stos, hubieren ejecutado o autorizado expresamente las conductas que configuran alguna de las hiptesis de
los mencionados delitos. Luego, se acredit que el gerente general de ALFA
tuvo conocimiento un da antes de la ya antes citada operacin de fecha 22 de
abril, calificada como quiebra fraudulenta, y contando con dicha informacin
queda en evidencia que nada hizo para evitar que el presidente del directorio
la llevara adelante, es decir, justamente incurri en una omisin jurdicamente
relevante, y que interpretada correctamente, habra llevado a concluir que el
gerente general probablemente s tena responsabilidad penal.
240

Sentencias Comentadas

Unidad Especializada en Responsabilidad Penal Adolescente y Delitos Violentos

LA PRESCRIPCIN PENAL RESPECTO DE ADOLESCENTES

Mara Jos Taladriz Eguiluz1

1. Introduccin
El artculo 5 de la Ley N20.084, que establece un sistema de responsabilidad
de los adolescentes por infracciones a la ley penal, en adelante indistintamente
Ley N20.084 o LRPA, que regula la prescripcin en materia de responsabilidad penal adolescente, se limita a reducir los plazos de prescripcin de
la accin penal y de la pena respecto de aquellos establecidos en el Cdigo
Penal, tratndose de crmenes y simples delitos cometidos por adolescentes.
Por ello, la aplicacin prctica de esta disposicin ha dado lugar a discusiones
centradas principalmente en las siguientes: Procede la aplicacin supletoria
del Cdigo Penal en esta materia? Para el cmputo de la prescripcin la
clasificacin de delitos establecida en el artculo 3 del Cdigo Penal debe
considerar o no la rebaja prevista en el artculo 21 de la LRPA? Los plazos
previstos en el artculo 5 constituyen plazos de prescripcin general u ordinaria o prescripciones especiales de corto tiempo?, lo que importa admitir o no
la media prescripcin o la prescripcin gradual regulada en el artculo 103 del
Cdigo Penal. En cuanto a la prescripcin de la reincidencia se aplican los
plazos del artculo 5 de la LRPA o los plazos establecidos en el artculo 104
del Cdigo Penal? Finalmente, otro aspecto de la discusin se ha centrado
en la aplicacin o no, respecto de adolescentes, del artculo 369 quter del
Cdigo Penal, que prescribe que en los delitos sexuales cometidos en contra
de vctimas menores de edad () el plazo de prescripcin de la accin penal
empezar a correr para el menor de edad que haya sido vctima, al momento
que cumpla 18 aos, teniendo presente lo dispuesto en el artculo 5 de la
LRPA.
Este artculo se refiere a la jurisprudencia nacional en la prescripcin respecto
de adolescentes, especficamente a las sentencias emanadas de las diversas
Cortes de Apelaciones del pas, que se pronuncian sobre las discusiones planteadas. Sin embargo, no se abordar la naturaleza de los plazos de prescripcin previstos en el artculo 5 de la LRPA, por no existir pronunciamientos de
los tribunales superiores.
1

Abogada de la Unidad de Responsabilidad Penal Adolescente, Fiscala Nacional,


Ministerio Pblico.

243

Artculos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

2. Antecedentes
El artculo 5 de la Ley N20.084 dispone, bajo el ttulo Prescripcin que:
La prescripcin de la accin penal y de la pena ser de dos aos, con excepcin de
las conducta constitutivas de crmenes, respecto de las cuales ser de cinco aos, y de
las faltas, en que ser de seis meses, regulando de este modo los plazos de prescripcin de la accin penal y de la pena en materia de responsabilidad penal
adolescente.
En cuanto a la prescripcin de la accin penal, esto es, la que se produce por el
transcurso del tiempo despus de cometido el delito y antes de pronunciarse
sentencia condenatoria, se ha sealado que, ms que una forma de extinguir
la responsabilidad penal, se trata de un impedimento para que la misma se
establezca o se desestime, por cuanto no se puede extinguir la responsabilidad
penal si an no ha sido declarada judicialmente2. Por ello, se ha sostenido que
se tratara, ms bien, de una prescripcin del delito, cuyo desvalor decae por
la accin del tiempo3, aunque parte de la doctrina estime que no corresponda
tal asimilacin4.
Sobre la prescripcin de la pena, esto es, la que tiene lugar despus de que la
sentencia condenatoria se encuentre ejecutoriada y antes del cumplimiento
total de la condena, se ha sealado que se trata de un plazo mximo en el
que, jurdicamente, es posible ejecutar las penas impuestas por resoluciones
judiciales de trmino, por lo que constituira un genuino caso de extincin
responsabilidad penal5.
Ahora bien, como se desprende del tenor literal del artculo 5 de la LRPA,
ste no resulta autosuficiente, por cuanto se limita a reducir los plazos de
la prescripcin general, tanto de la accin penal como de la pena, lo que ha
suscitado discusiones en tribunales orales y en Cortes de Apelaciones, al invocarse, por una parte, la supletoriedad del Cdigo Penal y, por otra, el principio
de especialidad en materia de responsabilidad penal adolescente.
En cuanto al carcter supletorio de las normas previstas en el Cdigo Penal
se ha sostenido que, como consecuencia de la remisin expresa del inciso
segundo del artculo 1 de la Ley N20.084 a dicho cdigo, debe entenderse
que las normas de ste tienen plena aplicacin en materia de accin y de omisin; de dolo y culpa; de los actos preparatorios, tentativa y frustracin; de los
2
3

4
5

CURY, Enrique. Derecho Penal, parte general. 7 ed., Santiago, Chile, Ediciones Universidad Catlica de Chile, 2005, p. 799.
Ibid., p. 800.

ETCHEBERRY, Alfredo. El Derecho Penal en la Jurisprudencia, 2 ed., Santiago, Chile,


Editorial Jurdica de Chile, reimpresin 2002, Tomo II, p. 254.
CURY, ob. cit., p. 803.

244

Artculos

Unidad Especializada en Responsabilidad Penal Adolescente y Delitos Violentos

conceptos de autor, instigador, cmplice y encubridor, en materia de circunstancias modificatorias de responsabilidad penal y en las causas que la extinguen, dentro de las que se incluye la prescripcin de la accin penal y la pena,
de manera que [en] cuanto a las dems reglas sobre la prescripcin, momento
en que empieza a correr, interrupcin, suspensin, etc., hay que estarse a lo
que contempla el [Cdigo Penal] de adultos6. Lo anterior se constata, entre
otras, en la sentencia de la Corte de Apelaciones de Santiago, Rol N17432009, de 23 de marzo de 2010, que en su considerando segundo se remite
expresamente al artculo 96 del Cdigo Penal, al sealar que habr de estarse
a lo dispuesto en el artculo 96 del Cdigo Penal, que si bien seala que la
prescripcin se interrumpe perdindose el tiempo transcurrido cuando el
delincuente comete nuevamente crimen o simple delito, ms adelante agrega:
pero si se paraliza su prosecucin por tres aos, contina la prescripcin
como si no se hubiere interrumpido.
Sin embargo, existen posturas que sostienen que en virtud del principio de la
especialidad del sistema de responsabilidad penal adolescente, resultan aplicables los principios jurdicos especiales, establecidos por los instrumentos
internacionales que protegen los derechos de los adolescentes imputados o
condenados, incluso ms all de [las] reglas explcitas7. Un ejemplo de ello,
son las argumentaciones de las defensas en cuanto a que los plazos de la prescripcin de la reincidencia no debieran exceder los plazos de prescripcin de
la accin penal previstos en el referido artculo 5 de la LRPA.
A continuacin se analizarn los aspectos ms discutidos de la prescripcin
aplicables a los adolescentes, en razn de los pronunciamientos de las diversas
Cortes de Apelaciones del pas.

3. Aspectos generales de la prescripcin en responsabilidad penal


adolescente
El artculo 5 de la Ley N20.084, tal como se establece en sentencia de la
Corte de Apelaciones de Santiago, Rol N1743-2009, de 23 de marzo de
20108, se limita a reducir los plazos de prescripcin de la accin penal y de
la pena contenidos en el Cdigo Penal9, por lo que de conformidad a lo dis6
7
8

BUSTOS, Juan. Derecho Penal del nio adolescente. Santiago, Chile, Ediciones Jurdicas
de Santiago, 2007, pgs. 33 y 34.

COUSO, Jaime y DUCE, Mauricio. Juzgamiento penal de adolescentes. 1 ed., Santiago,


Chile, LOM Ediciones, 2013, p. 23.
Considerando quinto de la sentencia.

El artculo 94 del Cdigo Penal dispone que la accin penal prescribe en determinados
plazos segn sea el tipo de delito de que se trate, en caso de crmenes con pena de presidio, reclusin o relegacin perpetuos en quince aos, en los dems crmenes en diez

245

Artculos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

puesto en el inciso segundo del artculo 1 de la Ley N20.084, debemos


remitirnos a las normas de ste en cuanto a la forma de computar los plazos,
as como tambin para determinar la procedencia de la interrupcin y la suspensin, entre otros.
Sobre el cmputo de los plazos de prescripcin respecto de adolescentes, por
aplicacin supletoria del Cdigo Penal, la prescripcin de la accin penal se
cuenta desde el da en que se hubiere cometido el delito, segn lo dispuesto
en el artculo 95 del mismo cdigo. Tratndose de delitos instantneos, la fijacin de ese da no ofrece problemas, presentndose algunas particularidades
en otro tipo de delitos, como los delitos permanentes, en los que no puede
decirse que se han cometido en un da preciso, por cuanto el delito se est
cometiendo mientras se prolonga la actividad delictiva, de modo que el da
que marca el inicio de la misma, ser aquel en que termine dicha actividad
delictiva.
Respecto de la prescripcin de la pena, segn lo dispone el artculo 98 del
Cdigo Penal, sta comienza a correr desde la fecha de la sentencia de trmino
o desde el quebrantamiento de la condena, si la sancin hubiese empezado a
cumplirse. Sin embargo, la redaccin de la norma ha dado lugar a alguna discusin, especficamente en torno al concepto de sentencia de trmino, consensundose que se entiende por aquella, la que no admite recurso de ningn
tipo tendiente a modificarla10.
En relacin con el quebrantamiento de la condena, el artculo 52 de la Ley
N20.084 dispone que: Si el adolescente no diere cumplimiento a alguna
de las sanciones impuestas en virtud de la presente ley, el tribunal encargado
del control de la ejecucin proceder, previa audiencia y segn la gravedad
del incumplimiento, conforme a las reglas siguientes. HERNNDEZ, en
opinin que se comparte, plantea que esta norma podra hacer pensar errneamente que el quebrantamiento tendr lugar slo cuando el juez lo declare
formalmente en la audiencia respectiva, y en consecuencia, la prescripcin
de la pena empezara a correr desde esa declaracin y no desde la fecha del
incumplimiento, confundiendo as dos instituciones vinculadas pero distintas:
por una parte, el hecho jurdicamente relevante, en este caso el quebrantamiento, y por la otra, el establecimiento judicial del mismo con determinacin
aos, en los simples delitos en cinco aos y en el caso de faltas en seis meses y que en su
artculo 97 seala que las penas impuestas por sentencia ejecutoriada prescriben segn
su clasificacin, en quince aos, tratndose de las penas de presidio, reclusin o relegacin perpetuos, en diez aos, tratndose de las dems penas de crmenes, en cinco aos,
las de simples delitos y en seis meses, en el caso de faltas.

10 DLBORA, Jos Luis, De la extincin de la responsabilidad penal. En: POLITOFF,


Sergio y ORTIZ, Luis (Dirs.). Texto y comentario del Cdigo penal chileno, 1 ed., Santiago, Chile, Editorial Jurdica de Chile, Tomo I, p. 479.

246

Artculos

Unidad Especializada en Responsabilidad Penal Adolescente y Delitos Violentos

concreta de sus consecuencias, lo que se realiza en audiencia que tiene por


objeto constatar la gravedad del incumplimiento para imponer una sancin
ms gravosa11. El quebrantamiento, entonces, se verifica cuando se incumple
de modo relevante la pena impuesta, de lo que se concluye que la prescripcin
de la pena empieza a correr desde ese momento, con total independencia de
cundo se declare judicialmente12.
Por otra parte, cabe sealar que en materia de interrupcin y suspensin de la
prescripcin, se han planteado las mismas discusiones que en la prescripcin
respecto de adultos, existiendo algunos pronunciamientos que se refieren a
dichas instituciones, tratndose de la prescripcin de adolescentes. Es el caso
de la sentencia Rol N1934-2013 de la Corte de Apelaciones de Santiago, de
5 de agosto de 2013, que revoca la resolucin dictada por el Noveno Juzgado
de Garanta de Santiago y, en su lugar, decide que no se hace lugar a declarar
la prescripcin del imputado, sealando que la Ley de Responsabilidad Penal
de Adolescente, no contempla un estatuto especial respecto a la interrupcin
de la prescripcin y, por lo tanto, debe aplicarse la regla general contemplada
en el Cdigo Penal, . En el mismo sentido pero refirindose a la suspensin, sentencia de la Corte de Apelaciones de Chilln, Rol N146-2009, de
31 de agosto de 2009.
Ahora bien, no obstante la aplicacin supletoria de las normas previstas en
el Cdigo Penal en materia de prescripcin penal respecto de adolescentes, y
tal como se adelant, se han detectado cuatro problemas de interpretacin a
nivel de tribunales y Cortes, que dicen relacin directa con la Ley N20.084,
estos son: 1) el punto de referencia para computar el plazo de prescripcin de
la accin penal en el derecho penal adolescente, que admite dos posiciones:
una, segn la cual, el cmputo del plazo de prescripcin se inicia a partir de
la sancin aplicada con la rebaja prevista en el artculo 21 de la LRPA; y otra,
que considera que el cmputo debe iniciarse a partir de la pena abstracta, por
cuanto el artculo 5 de la LRPA nada dice al respecto; 2) la prescripcin de
la reincidencia, respecto de la cual se ha discutido si se aplican los plazos del
artculo 5 de la LRPA o los plazos establecidos en el artculo 104 del Cdigo
Penal; y 3) la aplicacin o no, respecto de adolescentes, del artculo 369
quter del Cdigo Penal, que prescribe que en los delitos sexuales cometidos
en contra de vctimas menores de edad () el plazo de prescripcin de la
accin penal empezar a correr para el menor de edad que haya sido vctima,
al momento que cumpla 18 aos.
11 HERNNDEZ, Hctor, La prescripcin como causa de extincin de la responsabilidad penal en la ley 20.084.Informes en Derecho.Estudios de Derecho Penal Juvenil II,
Centro de Documentacin Defensora Penal Pblica, N2, diciembre 2011, p. 163.

12 Ibid.

247

Artculos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

A continuacin se revisarn las materias controvertidas, a travs de lo resuelto


por las diversas Cortes de Apelaciones en cada uno de ellas, con excepcin
de lo referido a si los plazos previstos en el artculo 5 constituyen plazos de
prescripcin general u ordinaria o prescripciones especiales de corto tiempo,
discusin de la que depender, entre otras, la aplicacin o no de la institucin de la prescripcin gradual o media prescripcin, por cuanto el asunto
no ha sido debatido ante las Cortes de Apelaciones, existiendo algunas sentencias de Tribunales del Juicio Oral en lo Penal, entre otras, la sentencia del
Sexto Tribunal Oral en lo Penal de Santiago, de 25 de febrero de 2014, RUC
N0900.169.061-K, RIT N401 - 2013 y la sentencia del Tribunal Oral en
lo Penal de Rancagua, de 26 de noviembre de 2011, RUC N0900855410-K,
RIT N280 -2011, que se pronuncian sobre el particular, en uno y otro sentido, respectivamente.

4. Punto de referencia para computar plazo de prescripcin de la


accin penal en responsabilidad penal adolescente
En la prctica judicial se advierten dos posiciones: una en la que el plazo de
prescripcin tiene su punto de referencia en la pena concreta, con la rebaja
prevista en el artculo 21 de la LRPA y otra en el que el punto de partida para
el cmputo es la pena abstracta.
La lgica del sistema general es que para el cmputo de la prescripcin se
toma en consideracin la pena en abstracto13, sin aplicar en forma previa las
normas sobre determinacin de penas previstas en los artculos 50 y siguientes del Cdigo Penal. Al respecto, cabe mencionar una sentencia de la Excma.
Corte Suprema, Rol N28.744-1991, de 4 de diciembre de 1991, que al conocer de un recurso de casacin en el fondo, concluye en su considerando cuarto
que para los efectos de la clasificacin de los delitos del artculo 3 del Cdigo
Penal en crmenes, simples delitos y faltas, cuando se trata de un marco penal
que incluye distintas categoras del artculo 21 del mismo cdigo, debe atenderse al grado superior de la pena en abstracto. Adems, el inciso final del
artculo 94 del Cdigo Penal establece esta misma regla cuando se trata de
penas compuestas, por cuanto debe considerarse la pena privativa de libertad
y si sta no se impusiera, debe estarse a la sancin mayor.
La doctrina se ha pronunciado sobre el particular, siguiendo el mismo criterio,
esto es, que () para los efectos de la clasificacin no se atiende a la pena en
concreto, sino a la pena con que la ley amenaza en abstracto al autor del delito
13 CURY, ob. cit., p. 800. ETCHEBERRY, Alfredo. El Derecho Penal en la Jurisprudencia,
2 ed., Santiago, Chile, Editorial Jurdica de Chile, reimpresin 2002, Tomo II, p. 254.

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consumado14, considerando la pena en abstracto y en su grado superior, ya


que la sancin en abstracto es el nico marco que permite cumplir el fin preventivo general de la pena, de lo contrario, la pena en concreto con todas sus
circunstancias modificatorias, generara importantes confusiones.
En este sentido y en materia de responsabilidad penal adolescente, la Excma.
Corte Suprema, en sentencia Rol N3191-07, de 27 de junio de 2007, resolvi la procedencia de la internacin provisora, sobre la base de la pena que en
abstracto la ley asignaba al delito, estableciendo en su considerando segundo
que para hacer procedente esta cautelar [se] atiende esencialmente a la gravedad del delito y [se] recurre a una abstraccin: si fuera cometido por un
mayor de edad, no un menor, es decir, toma como base el grado de penalidad
que en forma natural y general ha dispuesto el legislador; en el caso concreto
de autos, el delito de porte ilegal de arma de fuego descrito en el artculo 11
de la Ley 17.798 es sancionado en su artculo 2 con presidio menor en su
grado mnimo a presidio mayor en su grado mnimo, el cual, al considerarse
para estos efectos como cometido por una persona mayor de edad, tiene asignada pena de crimen conforme los artculos relacionados 21 y 56 del Cdigo
Penal.
Este fallo es relevante, porque tratndose de adolescentes, asienta el criterio
de considerar la pena abstracta del delito en cuestin y no la pena en concreto,
razonamiento que podra ser aplicable en la prescripcin de adolescentes,
por cuanto la Excma. Corte toma en consideracin la pena en abstracto para
determinar la procedencia de la cautelar ms gravosa, lo que podra extenderse a la prescripcin. Como se ver, la mayora de las decisiones de los
tribunales, al pronunciarse sobre la prescripcin de la accin penal respecto de
adolescentes, lo hacen segn la pena en abstracto, lo que resulta razonable si
se considera que se trata de categoras en abstracto, que proporcionan mayor
seguridad jurdica, pues de lo contrario no se sabra en el caso concreto si se
est frente a un crimen o un simple delito y, en consecuencia, qu plazo de
prescripcin aplicar. Para ello, las decisiones se fundan en la naturaleza del
artculo 21 de la Ley N20.084, que apunta a delimitar la extensin de la pena
aplicable al caso determinado, al tomar como referencia la pena establecida
por la ley al ilcito, y proceder a rebajar la pena a la inferior en un grado al
mnimo de la sealada por la ley a ste, para luego aplicar las reglas previstas desde el artculo 50 al 78 del Cdigo Penal, ambos inclusive, con la sola
excepcin del artculo 69 del texto punitivo.
14 POLITOFF, Sergio; MATUS, Jean Pierre y RAMREZ, Cecilia. Lecciones de Derecho
penal chileno.Parte General, 2 ed., Santiago, Chile, Editorial Jurdica de Chile, 2004, p.
583.

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Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

En esta lgica, la Corte de San Miguel, en sentencia Rol N1605-2012, de


27 noviembre 2012, en su considerando cuarto ha establecido que del tenor
literal del artculo 5 de la Ley N20.084, () se desprende que a efectos de
calcular el plazo de prescripcin pertinente ha de considerarse la pena en abstracto esto es la asignada por la ley al ilcito a juzgarse que, en el caso de autos
corresponden a robo con intimidacin, con penalidad legal de crimen, motivo
por el que debe aplicase a su respecto el trmino de cinco aos previsto en la
norma precitada, agregando que No es bice para ello el artculo 21 de la
Ley 20.084, que apunta a delimitar la extensin de la pena aplicable al caso
determinado. Decisin en el mismo sentido que la sentencia de la misma
Corte, Rol N176-2012, del 1 marzo 2012.
En la misma lnea se ha pronunciado la Corte de Apelaciones de Puerto
Montt en sentencia Rol N198-2012, de 7 agosto 2012, y sentencia Rol
N185-2012, de 2 agosto 2012. Este ltimo fallo, en los considerandos sptimo y octavo seala que el artculo 21 de la Ley N20.084 () establece
reglas de determinacin de la extensin de las penas y que () constituye una regla de aplicacin de pena, a diferencia del artculo 5 que ()
[establece] los plazos de prescripcin de la accin penal [que] no [varan] en
cuanto a la clasificacin de los delitos, lo que evidencia que la finalidades de
ambas normas difieren.
En cuanto a la posicin que sostiene que el plazo de prescripcin tiene su
punto de referencia en la pena concreta, con la rebaja prevista en el artculo 21
de la LRPA, sta ha sido recogida en la sentencia de la Corte de Apelaciones
de Valdivia, Rol N1827-2011, de 12 septiembre 2011, en su considerando 5
que seala Que, el delito de robo en lugar habitado o destinado a la habitacin, tiene asignada la pena de presidio mayor en su grado mnimo, esto
es, de 5 aos y un da a 10 aos. Aplicando la regla especial del artculo 21
de la Ley N20.084, la pena asignada al delito, debe imponerse en un grado
inferior al mnimo de la que seala el artculo 440 N1 del Cdigo Penal. En
consecuencia, el grado inferior, es presidio menor en su grado mximo, cuya
duracin es de 3 aos y 1 da a 5 aos, clasificada en el artculo 21 del Cdigo
Penal como simple delito. De este modo y aplicando la ley especial N20.084,
el delito previsto y sancionado en el artculo 440 N1 del Cdigo Penal, tiene
asignada una pena de simple delito y no de crimen, atendida su duracin. En
consecuencia, para determinar el plazo de prescripcin de la accin y de la
pena, y aplicando el artculo 5 de la Ley N20.084 al ilcito, este plazo es de
dos aos.

5. Prescripcin de la reincidencia en responsabilidad penal adolescente


La Ley N20.084 no regula expresamente la prescripcin de la reincidencia.
Por ello, y en razn de la supletoriedad del Cdigo Penal, a la que ya se ha
hecho referencia, y del principio de legalidad, las Cortes de Apelaciones han
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considerado que debe aplicarse lo dispuesto en el artculo 104 del Cdigo


Penal que establece que Las circunstancias agravantes comprendidas en los
nmeros 15 y 16 del artculo 12, no se tomarn en cuenta tratndose de crmenes, despus de diez aos, a contar de la fecha en que tuvo lugar el hecho,
ni despus de cinco, en los casos de simples delitos, rechazando las argumentaciones de las defensas en las que se ha solicitado que se apliquen, a
la prescripcin de la reincidencia, los plazos sealados en el artculo 5 de la
LRPA y no los plazos establecidos en el artculo 104 del Cdigo Penal, de lo
que puede advertirse que existe independencia entre las instituciones de prescripcin de la accin penal y de la pena, por una parte, y de la reincidencia,
por otra, ya que existiendo regla especial en la Ley N20.084 slo respecto de
las dos primeras, se ha resuelto aplicar la regulacin prevista en el artculo 104
del Cdigo Penal a la prescripcin de la reincidencia.
Es el criterio aplicado por la Corte de Apelaciones de Chilln, que en sentencia Rol N195-2013, de 16 agosto de 2013, considerando sexto, establece
() que para los efectos de la prescripcin de las condenas anteriores por
delitos de la misma especie a que fuera condenado el nombrado procesado,
debe considerarse la pena que en abstracto asigna la ley al delito y no la aplicada en concreto, por lo que de acuerdo con el artculo 104 del Cdigo Penal,
no estaran prescritas y no viene al caso el citado artculo 5 de la LRPA, que
slo es aplicable a las causales de prescripcin de la accin penal y de la pena.
En el mismo sentido la Corte de Apelaciones de Rancagua, en sentencia Rol
N290-2011, de 17 de octubre de 2011, considerando quinto, seala que ()
no resulta ser menos cierto que lo ac alegado no es la prescripcin, sino la
no concurrencia de la circunstancia agravante de responsabilidad, ya descrita,
la que por mandato legal del artculo 104 ya mencionado, no se puede aplicar
respecto de crmenes despus de diez aos, contados desde ocurrido el hecho,
por lo que es necesario colegir que lo establecido en este ltimo artculo no
dice relacin con la prescripcin, puesto que sta ltima, tanto respecto de la
accin penal como de la pena, puede y en algunos casos debe contabilizarse
desde una fecha distinta a la de la ocurrencia del hecho y, an ms, bien se
puede entender, que de no existir la disposicin antes indicada dicha agravante no tendra lmite temporal, toda vez que sta no dice relacin con el
instituto de la prescripcin, motivo por el cual debe necesariamente colegirse
que el artculo 104 del Cdigo Penal regula una materia distinta.
El razonamiento de ambas Cortes ya haba sido plasmado por la Corte
de Apelaciones de Temuco, en diversas sentencias, esto es: sentencia Rol
N1145-2011, de 17 de enero de 2012; sentencia Rol N569-2010, de 25
agosto de 2010 y sentencia Rol N869-2011-RPP, de 20 de octubre de 2011,
rechazando esta ltima el recurso de nulidad interpuesto por la defensa, por
los argumentos consignados en los puntos 2 y 3 de su parte considerativa, que
se reproducen:
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Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

2.- Que se desestimar la alegacin de que la condena de causa RIT


5612-2008 por delito de robo en bienes nacionales de uso pblico dictada
por Tribunal de Garanta de Temuco, por aplicacin del artculo 5 de la ley
20.084 se encontrara prescrita y no podra ser considerada para agravar la
responsabilidad de su representado, conforme al artculo 104 del cdigo Penal.
3.- Que para lo anterior se ha considerado que el artculo 104 del Cdigo
Penal para no tomar en cuenta la circunstancia agravante del artculo 12 N16
Cdigo Penal, exige el transcurso de un lapso de 10 aos tratndose de crmenes, y de 5 aos en los casos de simples delitos a contar desde la fecha en que
tuvo lugar el hecho, norma que no dice relacin con el plazo de prescripcin de
la accin penal o de la pena, previstos en el artculo 94 o 97 del Cdigo Penal
o 5 de la ley 20.084, que regulan una situacin diversa. Ante el vaco de la ley
2084 respecto de una norma que regule el lapso a partir del cual no se tomar
en cuenta la circunstancia agravante del (artculo 12 N16 Cdigo Penal), debe
aplicarse el artculo 104 del Cdigo Penal, sin poder hacer al efecto una interpretacin que adecue sus plazos a la situacin de un adolescente.
Sobre esta materia, es necesario hacer presente, que durante la tramitacin
legislativa de la Ley N20.084 no se discuti la prescripcin de la reincidencia, y no se registran antecedentes que revelen la intencin del legislador en
orden a establecer plazos similares a los previstos en el artculo 5 de la Ley
N20.08415. Sin embargo, ello debi ser as por un descuido, por cuanto en
el Derecho penal general, los plazos de prescripcin de la reincidencia de
crmenes y simples delitos coinciden con los plazos de prescripcin de dichos
crmenes y simples delitos, de lo que HERNNDEZ concluye que la regulacin prevista en el artculo 104 del Cdigo Penal aplicable a los adolescentes, no implica un rgimen igualmente duro que el que rige para adultos, al
() [representar] un rgimen relativamente ms duro, medido en trminos
de la relacin entre prescripcin del delito y de la pena y prescripcin de
la reincidencia16, de lo que se desprende la necesidad de modificar la Ley
N20.084, en este aspecto.

6. Prescripcin de los delitos sexuales con vctimas menores de edad


cometidos por adolescentes
El artculo 369 quter del Cdigo Penal17, refirindose a los delitos sexuales establece que , el plazo de prescripcin de la accin penal empezar a
15 Historia de la Ley N20.084 (file:///D:/Datos/Downloads/HL20084%20(3).pdf ).
16 HERNNDEZ, Hctor, ob. cit., p. 161.

17 La norma del Art. 369 quter se aplica respecto de aquellos delitos cometidos a partir de
la entrada en vigencia de la Ley N20.207, publicada el 31 de agosto de 2007.

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correr para el menor de edad que haya sido vctima, al momento que cumpla
18 aos, afectando los plazos de prescripcin de la accin penal contenidos en los artculos 95 y siguientes del Cdigo Penal y en el artculo 5 la
Ley N20.084, discutindose en tribunales si esta ltima norma prima sobre
aqulla.
La Fiscala ha sostenido que deben aplicarse los plazos previstos en el artculo
5 de la LRPA, pero a partir del momento en que la persona menor de edad
que haya sido vctima cumpla los 18 aos de edad, por cuanto se trata de una
regulacin especfica, en materia de delitos sexuales, que tiene por objeto proteger a los nios vctimas de estos delitos evitando la impunidad, argumentacin que ha sido recogida por la Corte de Apelaciones de San Miguel y por
diversos Tribunales del Juicio Oral en lo Penal.
En efecto, la Corte de Apelaciones de San Miguel, en sentencia Rol N9972014, de 14 de julio de 2014, rechaza el recurso de apelacin interpuesto por
la defensa en contra de la resolucin del Juez del Dcimo Segundo Juzgado de
Garanta de Santiago que no dio lugar al sobreseimiento definitivo fundado
en que la accin penal para perseguir la responsabilidad penal del adolescente
formalizado por abuso sexual en contra de persona menor de catorce aos,
no se encontrara prescrita por haber transcurrido ms de dos aos desde
la perpetracin del delito. La Corte confirma la resolucin estableciendo en
su considerando cuarto, que resultan aplicables tanto el artculo 5 de la Ley
N20.084 como el artculo 369 quter del Cdigo Penal, por cuanto los plazos de prescripcin de la accin penal para los adolescentes imputados de
delito se establecen en el artculo 5 de la LRPA mientras que el artculo 369
quter del Cdigo Penal establece la oportunidad en que comienza a contabilizarse dicho plazo.
En sentencia anterior, Rol N749-2011, de 20 de junio de 2011, la misma
Corte revoc una resolucin del Dcimo Juzgado de Garanta de Santiago
que declar la prescripcin de la accin penal, sealando en su considerando
noveno: () Que en cuanto al fondo del recurso, se tiene presente que segn
dispone el mencionado artculo 369 quter En los delitos previstos en los
dos prrafos anteriores, el plazo de prescripcin de la accin penal empezar a
correr para el menor de edad que haya sido vctima, al momento que cumpla
18 aos de edad. Artculo que fue incorporado por el artculo nico de la
Ley N20.207, de 31 de agosto de 2007, esto es con anterioridad a los hechos
motivo de la formalizacin, sin que se hubiere discutido que la calificacin
jurdica del ilcito, se enmarca dentro de la tipificacin a que se refieren los
artculos 366 bis y 366 quter del Cdigo Penal, que se encuentran en el
prrafo que precede a aqul en que se encuentra el artculo 369 quter del
Cdigo Punitivo. La sentencia concluye en el considerando dcimo [que],
en consecuencia, se verifican todos los requisitos que hacen procedente la
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Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

aplicacin de esta regla especial de cmputo de la prescripcin de la accin


penal, y en autos no se encuentra prescrita la accin que se investiga.
En el mismo sentido, la sentencia ejecutoriada, de 25 de febrero de 2014
pronunciada por el Sexto Tribunal del juicio Oral en lo Penal de Santiago,
RUC N0900169061-K, RIT N401-2013, en el considerando decimonoveno resuelve las alegaciones de la defensa sobre la prescripcin de la accin
penal, sealando que: la vctima al momento de denunciar en febrero de
2009 tena tan solo 15 aos de edad, y slo cumpli su mayora de edad el
20 de mayo de 2012, pues naci el 20 de mayo de 1994, (segn consta de su
certificado de nacimiento, acompaado por la Fiscala). Si se parte de la base
que dicha norma es un estatuto especial que debe ser entendido preponderantemente a favor de la ofendida, segn lo sostiene la Fiscala, teniendo presente
al respecto el bien jurdico vulnerado, resultara por este motivo plenamente
aplicable in actum, de manera que en nada se opondra a la normativa constitucional y penal vigente, teniendo presente que Tanto la prescripcin de la
accin penal como la de la pena corren a favor y en contra de toda clase de
personas (Art. 101 del Cdigo Penal). Por tanto, segn esta especial interpretacin, en febrero de 2009, fecha de la denuncia, el plazo de prescripcin de
la accin penal an no se iniciaba, y tampoco al 2 de mayo de 2012, fecha de
la formalizacin de la investigacin del imputado, pues an la vctima J. D.
L. I. no tena 18 aos.
Por su parte, la Sala del Tribunal del Juicio Oral en lo Penal de San Antonio,
en fallo ejecutoriado de 9 de marzo de 2012, RUC N0900713593-6, RIT
N5-2012, conden a un adolescente en calidad de autor del delito de violacin impropia, en grado de desarrollo consumado y en carcter reiterado
a la sancin de internacin en rgimen cerrado con programa de reinsercin
social, por el trmino de un ao, resolviendo en su considerando vigsimo,
que no se har lugar a la prescripcin de la accin penal, por oponerse a ello
el artculo 369 quter del Cdigo Penal, que expresamente prescribe que en
los delitos previstos en los dos prrafos anteriores entre ellos el de violacin
impropia en donde se afecta a menores de catorce aos de edad, como es el
caso el plazo de prescripcin de la accin penal empezar a correr para el
menor de edad que haya sido vctima, al momento que cumpla dieciocho
aos, situacin que an no sucede en la especie, por cuanto el ofendido slo
cuenta con doce aos de edad.
No obstante las decisiones judiciales citadas, la Corte de Apelaciones de Santiago, en sentencia Rol N398-2014, de 31 de marzo de 2014, confirm sin
ninguna declaracin lo resuelto por el Noveno Juzgado de Garanta de Santiago de 3 de febrero del mismo ao, que declar la prescripcin de las accin
penal respecto de adolescente sin considerar la norma especial de prescripcin
del artculo 369 quter del Cdigo Penal.
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Unidad Especializada en Responsabilidad Penal Adolescente y Delitos Violentos

Conclusiones
El artculo 5 de la Ley N20.084 no se basta a s mismo para regular todos los
aspectos de la prescripcin respecto de los adolescentes, por cuanto se limita
a rebajar los plazos de la prescripcin de la accin penal y de la pena, en relacin a aqullos contemplados en el Cdigo Penal.
As las cosas, por aplicacin de las reglas generales de prescripcin, plenamente aplicables en razn de la supletoriedad del Cdigo Penal consignada
en el inciso segundo del artculo primero de la LRPA, rigen las normas del
Cdigo penal que regulan la prescripcin, en cuanto al momento en que
empieza a correr, as como tambin en cuanto a la interrupcin y suspensin
de la misma.
Segn la prctica judicial generalizada, la pena abstracta constituye el punto
de referencia para computar el plazo de prescripcin de la accin penal en
responsabilidad penal adolescente.
Lo resuelto por las Cortes de Apelaciones en materia de prescripcin de la
reincidencia, da cuenta de la independencia entre la prescripcin de la accin
penal y de la pena, por una parte, y de la prescripcin de la reincidencia,
por otra, rigiendo respecto de esta ltima lo dispuesto en el artculo 104 del
Cdigo Penal. No obstante, se advierte cierta inconsistencia que advierte
la necesidad de adecuar los plazos entre ambas instituciones mediante una
modificacin a la Ley N20.084.
Finalmente y en relacin a la aplicacin del artculo 369 quter del Cdigo
Penal, la mayora de la jurisprudencia ha sostenido que deben aplicarse los
plazos previstos en el artculo 5 de la LRPA, a partir del momento en que la
vctima cumpla los 18 aos de edad.

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ANLISIS ESTADSTICO DEL DELITO DE HOMICIDIO CALIFICADO A PARTIR


DE LAS SENTENCIAS DICTADAS DURANTE LOS AOS 2012 Y 2013 EN CHILE
Alejandra Vera Azcar1
Francisco Maffioletti Celedn2
La restriccin de su agresividad es el sacrificio primero
y quiz ms duro que la sociedad exige al individuo3
Freud (1933)

Introduccin
La conducta social normal se la tiende a considerar como la forma natural en
que las personas actuaran, y por el contrario, se cataloga a las conductas que
se apartan de las normas y las costumbres como manifestaciones de lo desviado, lo patolgico, lo que por una causa extraa y ajena vino a exteriorizarse
de dicho modo.
Si nos remontamos al origen de lo que sera la naturaleza humana, encontraremos que para algunos autores la conducta social consiste en un precario
equilibrio en el cual lo individual convive con lo social en una armona ms
feble de lo que imaginamos y deseamos. As, para Cesare Beccaria Las leyes
son las condiciones mediante las cuales los hombres independientes y aislados, se unieron en sociedad, cansados de vivir en un continuo estado de guerra, as como de gozar una libertad intil por la incertidumbre de conservarla.
Por eso, debieron sacrificar una parte de su libertad para disfrutar del resto,
seguros y tranquilos4.
En este sentido, la ruptura del orden social sera considerada una manifestacin de la individualidad frente al bien social, implicando siempre una forma
1 Abogada de la Unidad Especializada en Responsabilidad Penal Adolescente y Delitos
Violentos, Fiscala Nacional, Ministerio Pblico.

2 Psiclogo, Subdirector Unidad Especializada en Responsabilidad Penal Adolescente y


Delitos Violentos, Fiscala Nacional, Ministerio Pblico.

3 FREUD, Sigmund. 32 Conferencia. Angustia y vida pulsional (1933), Buenos Aires,


Argentina, Amorrortu Editores, 1993, Tomo XXII, p. 102.

4 BECCARIA, Cesare. Tratado de los Delitos y las Penas. Traduccin al espaol por D.
Juan Antonio de las Casas, edicin de 1774, Madrid, Ed. D. Joachin Ibarra, Impresor de
Cmara de S.M.

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Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

de agresin a la comunidad en su conjunto, ms all de la conducta especfica


y concreta dirigida contra otro sujeto. Dentro de ese contrato social, la conducta agresiva es connotada de formas prosociales cuando sta se encuentra
al servicio de valores que la comunidad quiere reforzar (ej.: emprendimiento,
garra deportiva), y de manera antisocial cuando contrara el bien comn. En
este ltimo supuesto, resulta concebible la violencia como una de las formas
ms extremas de la conducta agresiva5.
Ahora bien, cuando analizamos la construccin intelectual en torno a los bienes jurdicos como fundamento de la prohibicin social de ejecutar determinadas conductas por constituir un atentado a los valores que la sociedad toda
ha definido como esenciales, no podemos sustraernos a que en determinadas
ocasiones nos encontraremos con una colisin de intereses, una predominancia de uno sobre otros, y en definitiva, ante una jerarqua de valores en orden
a su importancia, y desde el punto de vista prctico, a su aseguramiento y
aplicabilidad.
As, no podemos dejar de considerar al bien jurdico de la vida como primordial, bsico, y quizs, desde una perspectiva particular, la piedra sobre la cual
los ms relevantes bienes jurdicos descansan y son protegidos.
Es en este contexto que nos pareci relevante estudiar la figura del homicidio calificado, pues a pesar de que ste representa una de las formas ms
violentas de atentado contra una persona, no conocemos a cabalidad su comportamiento y el panorama general en el que se desarrolla en nuestro pas, a
diferencia de lo que sucede en otras realidades latinoamericanas en las cuales,
por sus procesos sociales y caractersticas delictuales especficas, resulta ms
comn que el homicidio se lleve a cabo, ya sea por razones polticas, incluso a
veces implicando la muerte de candidatos, alcaldes o parlamentarios en ejercicio; o como medio de extorsin; o forma de ajustar cuentas y enviar mensajes
a determinados grupos, principalmente ligados al narcotrfico o a facciones
religiosas; o incluso mediante promesa remuneratoria, que en algunos pases
incluso ha llegado a constituirse en una profesin y una forma de vida.
Dems est sealar que en dichas realidades, la forma asumida por los homicidios calificados conlleva una importante repercusin en la posibilidad de
contar con testigos que colaboren en la investigacin penal, con medios probatorios, y con formas idneas de garantizar la seguridad e integridad de los
actores del sistema. En nuestro pas, por la idiosincrasia y el aislamiento geogrfico natural, son inusuales los delitos de homicidio calificado en que se
pongan en juego algunas de las circunstancias enumeradas precedentemente.
5 GARCA MEDINA, Pablo. Agresividad y Violencia: marco psicosocial para la intervencin.
En: Psiquiatra Legal y Forense, Madrid, Espaa, Editorial Colex, 1994, Volumen I, p.
534.

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Ante ello, y como parte de una poltica preventiva general que sea capaz de
anticiparse a los hechos y a las realidades criminales incipientes, resulta del
todo pertinente contar con una visin panormica acerca de la realidad fenomenolgica del delito de homicidio calificado.
En este sentido, resulta necesario conocer cuntos de estos ilcitos se cometen
anualmente, en qu regiones, bajo qu circunstancias calificantes, quines son
los que frecuentemente los ejecutan, quines son comnmente las vctimas, y
cul es la edad promedio de vctimas e imputados.
Esta visin del escenario que se nos presenta nos permitir conocer nuestra
realidad y a partir de all compararla con el resto de los panoramas latinoamericanos e incluso de los pases ms desarrollados, pavimentando as el camino
hacia la consolidacin de una sociedad de primer mundo.

Definiciones y cifras en torno al delito de homicidio


Sin duda el homicidio no slo es el delito caracterstico y primordial de las
figuras contra la vida, sino tambin es el ilcito ms antiguo que registra nuestra historia, es as como ya en los albores de la humanidad, se concretaba el
primer homicidio, en que Can, celoso de las preferencias observadas, causaba la muerte de su hermano Abel, dando lugar a lo sealado ms tarde por
Carrara, a la destruccin del hombre injustamente cometida por otro6.
Nuestro legislador recoge diversas conductas constitutivas de homicidio, a las
cuales les da otra denominacin por revestir ciertas particularidades que las
hacen erigirse, por regla general, como delitos agravados. En este contexto,
encontramos al homicidio calificado, al homicidio en ria7, al parricidio, al
auxilio al suicidio, al infanticidio, y recientemente, a partir de la entrada en
vigencia de la Ley N20.480, al femicidio.
Si bien no existan remotamente mayores discusiones respecto a que el bien
jurdico protegido en el delito de homicidio es la vida independiente y que
el momento en que comienza esta proteccin es el nacimiento, extendindose hasta la muerte, hoy en da, a la luz del continuo progreso cientfico
y del intenso respeto por los derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana, esos conceptos ya no aparecen tan claros. En este sentido, y sin
6 CARRARA, Francesco, Programa del curso de Derecho Criminal, Parte Especial, trad. de
Sebastin Soler, Ernesto Gavier y Ricardo Nez, Buenos Aires, Ed. Depalma, T. III,
1945, Volumen 1, p. 42.
7 A pesar de que existen autores como Etcheberry que sealan que el homicidio en ria no
constituye una figura distinta y separada del homicidio, sino que slo se trata de una regla
subsidiaria para los efectos de determinar la penalidad en caso que no conste el autor del
delito.

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Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

nimo de profundizar al respecto, toda vez que excede el contenido de este


trabajo, pero intentado aportar a la discusin, no podemos dejar de mencionar
que la vida del que est por nacer, merece el mismo nivel de intensidad en
cuanto a su proteccin que la vida independiente, no pudiendo concebirse
que exista algn espacio en que sta quede despojada del amparo del ordenamiento jurdico.
Pinsese por ejemplo, en aquel facultativo que de manera imprudente ocasiona la muerte del nasciturus en un embarazo de trmino, en que, de haberse
respetado el cuidado debido, no se habra producido el resultado desfavorable.
Concretando el ejemplo para darle mayor realidad a la problemtica, cabe
preguntarse, qu ocurre en aquellos casos en que el mdico tratante, a sabiendas del delicado estado de salud de la paciente, habiendo auscultado al feto y
verificado una baja en los latidos cardiofetales, prescinde de sus obligaciones
y no realiza la interrupcin inmediata del embarazo que aconsejara la lex
artis, sino que se retira del lugar, o se distrae en alguna otra actividad trivial,
regresando horas ms tarde para proceder a realizar una cesrea, cuando ya el
nasciturus se encuentra sin vida.
Situaciones como stas no son tan infrecuentes y nos obligan a fomentar una
discusin en torno a cmo se protege la vida del que est por nacer que no
queda amparada bajo el delito de aborto. Relevante resulta en esta disyuntiva
enfatizar lo sealado por el profesor Etcheberry, en orden a que no puede
aceptarse que exista una zona lacunaria en la cual la muerte inferida a un
ser vivo de la especie humana sea un acto penalmente impune. El solo planteamiento de tal posibilidad hara imperativa la interpretacin extensiva del
texto legal penal8.
Por otro lado, en cuanto al concepto muerte, tambin se han dado numerosas discusiones, intensificadas por el constante avance cientfico y por el
progreso en materia de trasplantes de rganos. Es as como la Ley N19.451,
que Establece Normas Sobre Trasplante y Donacin de rganos, seala en
su artculo 11 que la muerte se acreditar mediante certificacin unnime e
inequvoca, otorgada por un equipo de mdicos, uno de cuyos integrantes, al
menos, deber desempearse en el campo de la neurologa o neurociruga.
Los mdicos que otorguen la certificacin no podrn formar parte del equipo
que vaya a efectuar el trasplante.
La certificacin se otorgar cuando se haya comprobado la abolicin total
e irreversible de todas las funciones enceflicas, lo que se acreditar con la
certeza diagnstica de la causa del mal, segn parmetros clnicos corrobora8 ETCHEBERRY, Alfredo. Derecho Penal. Parte Especial, Santiago, Chile, Editorial
Jurdica de Chile, 2009, Tomo III, p. 36.

260

Artculos

Unidad Especializada en Responsabilidad Penal Adolescente y Delitos Violentos

dos por las pruebas o exmenes calificados. El reglamento deber considerar,


como mnimo, que la persona cuya muerte enceflica se declara, presente las
siguientes condiciones:
1. Ningn movimiento voluntario observado durante una hora.
2. Apnea luego de tres minutos de desconexin de ventilador.
3. Ausencia de reflejos troncoenceflicos.
En estos casos, al certificado de defuncin expedido por un mdico, se agregar un documento en que se dejar constancia de los antecedentes que permitieron acreditar la muerte.
A pesar de que este concepto fue establecido, tal como dice la norma para los
efectos previstos en esta ley, es decir, para aquellos casos en que se realizaren
extracciones y trasplante de rganos, posteriormente el mismo, fue recogido
por la Ley N20.584 que Regula los Derechos y Deberes que tienen las Personas en relacin con Acciones vinculadas a su Atencin en Salud, estatuto
que le da una aplicacin ms amplia al no condicionarla a la verificacin de
algn trasplante, consagrndose en el artculo 19 que tratndose de personas
en estado de muerte cerebral, la defuncin se certificar una vez que sta se
haya acreditado con las prescripciones que al respecto contiene el artculo 11
de la ley N19.451, con prescindencia de la calidad de donante de rganos
que pueda tener la persona.
Expuestas algunas consideraciones preliminares, cabe sealar a continuacin
que, dentro de las diversas figuras delictivas que consideran el mismo verbo
rector consistente en matar a otro, la que reviste una importancia fundamental, toda vez que conlleva un mayor desvalor y una especial maldad en
la conducta, es el tradicionalmente denominado homicidio calificado, terminologa que si bien no es utilizada por el legislador, resulta comnmente
aceptada para referirse a los casos sealados en el Art. 391 N1 del Cdigo
Penal9, en contraposicin a la llamada figura base o residual de homicidio
simple del Art. 391 N2.
9 Igualmente, algunos autores como Politoff/Bustos/Grisola, sealan que aunque se
ha generalizado la frmula de homicidio calificado, no existe obstculo para emplear
indistintivamente la nomenclatura de asesinato, es ms, la voz de asesinato proporciona
una mayor especificidad a esta clase de homicidios y facilita su individualizacin, pues la
palabra calificado es usada para todos los tipos agravados que se contemplan en nuestra
legislacin. Politoff/Matus/Ramrez, sealan que la preferencia de la nomenclatura de
asesinato, no deja de tener razn, por su mayor carga de significado: esta expresin cuyo
origen etimolgico parece encontrarse en la voz rabe haxxaxin, que identificaba a ciertos
asesinos a traicin de Libia en poca de los cruzados es la tradicional en la legislacin
espaola, donde permanece an en los arts. 139 y 140 del nuevo CP espaol de 1995....

261

Artculos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

Como sabemos, el homicidio calificado es aquel que consiste en matar a otro


con alguna de las cinco circunstancias contempladas en el artculo 391 N1
del Cdigo Penal, y sin que concurran los requisitos del parricidio, femicidio,
o infanticidio. Recurrentemente, los autores han discutido en orden a determinar si el homicidio calificado es una figura agravada del homicidio simple
o se trata de un ilcito independiente. Para Vivian Bullemore, el homicidio
calificado constituye una figura agravada del homicidio simple, en la que, si
bien el tipo objetivo es el mismo matar a otro, el legislador circunscribe
sus medios de comisin a los sealados en el N1 del artculo 39110. En la
postura contraria, el profesor Garrido Montt sostiene que el homicidio calificado constituye un delito con identidad propia se trata de un delito con
vida independiente histricamente, pues ya en la legislacin espaola fuente
de la disposicin nacional se denomina asesinato y no homicidio11. A esto
debemos agregar, que el homicidio calificado reviste un mayor reproche, pues
no slo se lesiona el bien jurdico supremo, la vida, sino que adems, se ataca,
prevalindose de la imposibilidad de defensa de la vctima o aumentando
innecesariamente su dolor, lo que da cuenta de una mayor perversidad del
sujeto activo.
Por no ser el objetivo de este estudio, no nos detendremos a analizar las complejidades derivadas de constituir, el delito de homicidio calificado, un tipo
con pluralidad de hiptesis (entre ellas, el concurso de calificantes y agravantes, y concurso de calificantes), ni tampoco en las consideraciones de cada una
de las circunstancias calificantes, sino que nos remitiremos a determinar cul
ha sido su comportamiento durante los aos 2012 a 2013.
As las cosas, ya adentrndonos en nuestro estudio, es importante considerar que en la realidad nacional, las estadsticas reflejan un bajo nmero
de ingresos de delitos de homicidio en relacin al total de delitos ingresados al Ministerio Pblico, representando ste, en sus distintas modalidades, tan slo un 0,12% de los delitos. De esta manera, podemos sealar
que desde el inicio de la Reforma Procesal Penal, en diciembre de 2000,
hasta diciembre de 2013, han ingresado al Ministerio Pblico un total de
14.271 delitos de homicidio, en relacin a un total de 11.821.133 delitos
generales, presentando un promedio de 1.500 delitos de homicidio los
ltimos 8 aos, mostrando una estabilidad en cuanto a la cifra anual de
este tipo de delitos.
10 BULLEMORE, Vivian. Tratado de Jurisprudencia y Doctrina, Santiago, Chile, Editorial
Puntolex S.A., 2011, Tomo I, p. 485.
11 GARRIDO MONTT, Mario. Derecho Penal, Parte Especial, Santiago, Chile, Editorial
Jurdica de Chile, 1998, Tomo III, p. 52.

262

Artculos

Unidad Especializada en Responsabilidad Penal Adolescente y Delitos Violentos

Delito de Homicidio y Delitos Generales Ingresados,


aos 2000 a 2013
CATEGORA DE DELITO
2000 - 2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
TOTAL

HOMICIDIOS
2.794
1.326
1.333
1.497
1.601
1.367
1.527
1.355
1.471
14.271

DELITOS GENERALES
1.715.200
974.062
1.115.480
1.261.373
1.321.388
1.291.266
1.425.961
1.372.182
1.344.221
11.821.133

Fuente: Boletn Estadstico Anual del Ministerio Pblico ao 2013. Informacin obtenida del SAF.

Desglosando el delito de homicidio en las diferentes figuras contempladas


por el legislador, en la tabla siguiente podemos verificar que el ms cometido
es el homicidio simple, con un 83%; seguido distantemente por el parricidio,
con un 7%; y por el homicidio calificado, con un 5%. Lo anterior, da cuenta
de que en la mayora de los delitos de homicidio nos encontramos frente a
figuras simples de atentados contra la vida, sin una planificacin previa y sin
una especial perversidad, los cuales posiblemente se hallen determinados por
circunstancias sociales o interpersonales que gatillen la reaccin violenta, primando ms el nimo irascible, la impulsividad, y en trminos psicolgicos la
percepcin teida de la realidad por afectos disruptivos e inestables, los cuales
el sujeto no pudo canalizar adecuadamente por la primaca emocional.
Ahora bien, desde el punto de vista procesal y probatorio, dado el anlisis
cualitativo que hemos efectuado con las sentencias estudiadas, podemos afirmar que esa cifra de homicidios simples lo que hace es esconder un porcentaje
de homicidios calificados que, por su dificultad probatoria, y la no acreditacin de la calificante, han devenido en homicidios simples.
Delitos de homicidio ingresados por ao12
Delito
Homicidio simple
Parricidio
Homicidio calificado
Homicidio en ria o pelea
Femicidio
Infanticidio
Total

2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 Total


1.123 1.079 1.164 1.345 1.124 1.282 1.137 1.241 9.495
89 146 179 121 110
51
57
58 811
51
64
82
77
75
90
61
69 569
32
10
34
38
37
34
25
29 239
0
0
0
0
2
52
60
76 190
18
11
13
11
7
14
11
9
94
1.313 1.310 1.472 1.592 1.355 1.523 1.351 1.482 11.398

12 Cabe sealar que las cifras totales consignadas en la presente tabla difieren levemente de
las sealadas en la tabla que la antecede, toda vez que el SAF es dinmico, lo que implica

263

Artculos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

En un porcentaje bastante inferior encontramos al homicidio en ria o pelea,


con un 2,1%, al femicidio con un 1,7%, y al infanticidio con un 0,8% de los
casos. Es importante hacer presente, en cuanto al delito de femicidio, que ste
no registra ingresos anteriores al ao 2009, toda vez que la Ley N20.480, que
establece el femicidio, fue publicada el 18 de diciembre de 2010, situacin
que explica adems, que durante los aos anteriores al 2010 las cifras del
delito de parricidio sean casi el doble de lo se verifica anualmente a partir de
dicha fecha. Asimismo, resulta interesante constatar que desde el ao 2011 en
adelante, los ingresos por el delito de femicidio son superiores a los del parricidio, con lo que aqul pasa a ocupar el tercer lugar entre los homicidios ms
frecuentemente cometidos.

Estudio de 88 casos de homicidio calificado


Durante los aos 2012 y 2013 se registraron un total de 88 ingresos por el
delito de homicidio calificado en procedimiento ordinario, en los cuales se
obtuvo sentencia definitiva condenatoria en el 91% de los casos, mientras que
en el 9% restante, la sentencia definitiva fue absolutoria.
Porcentaje de Sentencias Absolutorias y
condenatorias en procedimientos ordinarios por delito
de Homicidio calificado aos 2012-2013

100%
80%

91%

60%
40%
20%
0%

9%

Condenatoria

Absolutoria
Ordinario

Al respecto, cabe hacer presente que este porcentaje de 91% de sentencias


definitivas condenatorias obtenidas en juicio oral, es claramente superior al
del promedio general de los dems delitos en este tipo de procedimiento, el
cual se ha mantenido estable los ltimos aos en torno al 82% de sentencias
definitivas condenatorias, y 18% de sentencias definitivas absolutorias. Este
fenmeno se puede explicar en parte por la circunstancia de que en este tipo
que la informacin que contiene puede presentar pequeas variaciones de acuerdo al
momento en que es requerida.

264

Artculos

Unidad Especializada en Responsabilidad Penal Adolescente y Delitos Violentos

de ilcitos, en la generalidad de los casos estamos frente a imputados conocidos, o que en el transcurso de la investigacin se logra su identificacin. As,
en los aos 2012 y 2013 se observ que en los delitos de homicidio el porcentaje de imputados conocidos fue de un 83%, constituyendo el tercer tipo de
delito con ms alto ingreso de imputados conocidos, antecedido por los delitos vinculados a la Ley de Trnsito, y por las faltas. Estas cifras no dejan de
ser relevantes en tanto que en las restantes categoras de delitos el porcentaje
de ingresos de imputados conocidos es notoriamente inferior, al punto que el
porcentaje de ingreso de imputados desconocidos es mayor al de imputados
conocidos, con un 53% y 47% respectivamente.
Del total de 88 ingresos por el delito de homicidio calificado, se imput responsabilidad a un total de 141 personas, de los cuales 125 casos correspondieron a hombres, lo que equivale a un 89%, mientras que tan slo en 16 casos se
imput a mujeres, representando el 11%.
Porcentaje de hombres y mujeres como imputados en
casos de Homicidio Calificado aos 2012-2013

90%
80%
70%

89%

60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%

11%
Hombre

Mujer
Imputado

Como es posible apreciar, la participacin de los hombres en el delito de


homicidio es muy superior al de las mujeres, lo que podra llevar a concluir
que ello se produce porque stos generalmente tienen mayores mviles para
cometerlos, por ejemplo, ajuste de cuentas, rencillas, conservacin de su situacin de primaca, drogas, alcohol, etc., mientras que en el caso de las mujeres,
los mviles estn subyugados principalmente a relaciones de pareja, situaciones sentimentales, defensa personal, violencia intrafamiliar, entre otros,
teniendo presente que adems, en diversos casos se tratar especficamente
de mujeres parricidas, que por lo tanto, no sern incluidas en las cifras del
homicidio calificado. Asimismo, existen casos en que el homicidio cometido
por las mujeres se asemeja al que cometen los hombres, en que la vctima es
un desconocido y se ejecuta la conducta bajo la influencia de alguna sustancia
o alcohol.
265

Artculos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

Tratndose de las vctimas y conforme al grfico que se adjunta a continuacin, se evidencia que 89 hombres fueron sujetos pasivos del delito de homicidio calificado, lo que representa un 74% del total, en cambio, 31 mujeres
fueron vctimas, constituyendo un 26%.
Porcentaje de hombres y mujeres como vctimas en casos
de Homicidio Calificado aos 2012-2013

80%
70%
60%
50%

74%

40%
30%
20%
10%
0%

26%

Hombre

Mujer
Victima

De esta forma, se evidencia que en los 88 casos estudiados se registr un total


de 120 vctimas, 89 de ellos varones y 31 mujeres, lo que implica que por cada
RUC puede existir ms de una vctima, arrojando un promedio la presente
investigacin de 1,36 vctimas por caso.
Respecto de este tipo de ilcitos, la conciencia colectiva de la comunidad
tiende a considerar, generalmente, que son los hombres quienes se ven mayormente involucrados en delitos violentos, o como se conoce comnmente en
delitos de sangre, lo que aparecera corroborado con las cifras obtenidas,
que constatan que slo una de cada cuatro vctimas de homicidios calificados
es de sexo femenino. En este contexto, a pesar de que podramos elucubrar
que por su propia condicin de mujer stas caeran dentro del grupo de los
denominados poblacin vulnerable y que por tanto, estaran ms expuestas
a convertirse en sujetos pasivos de este tipo de delitos, analizando estos datos
con los del grfico anterior, se llega a la conclusin de que si bien es cierto
que el gnero femenino podra ostentar dicha condicin, en estos ilcitos no
es tan frecuente que se trate de una accin violenta dirigida por un hombre en
contra de una mujer.
En cuanto a la edad promedio de los imputados y vctimas en este tipo de
delito, nos encontramos con que la edad promedio de los imputados en este
tipo de ilcitos es menor al de las vctimas, presentando stos una edad promedio de 28 aos, y las vctimas una edad promedio de 33 aos.
266

Artculos

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Edad promedio de los imputados y vctimas en el delito


de homicidio calificado, aos 2012-2013

34
32
30

33

28
26
24

28
Imputado

Vctima
Edad Promedio

Al respecto, como el promedio es un valor que se limita a marcar el punto que


agrupa la totalidad de la dispersin de los valores, resulta interesante constatar
en mayor nivel de detalle cada uno de estos parmetros.
As, nos encontramos con que en el caso de los imputados, la edad mxima de
los condenados por homicidio calificado fue de 64 aos, y que la edad mnima
fue 15 aos, siendo el valor ms frecuente (moda) la edad de 20 aos, y ubicndose la mediana en torno a los 25 aos.
En el caso de las vctimas, la edad de stas represent una mayor dispersin,
fluctuando entre un ao de vida y los 89 aos, situndose la moda en los 21
aos, y la mediana en los 30 aos.
Referente a las regiones en que se llevaron adelante estas 88 investigaciones por homicidio calificado que terminaron siendo sentenciadas en procedimiento ordinario, resulta interesante constatar que, tal como ejemplifica la
siguiente tabla, este tipo de delitos adquieren ms relevancia y presencia en
algunas regiones que en otras.

267

Artculos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

Distribucin por regin de las causas por Homicidios


Calificados sentenciados los aos 2012 y 2013.
14

14
12
10

4
3

2
1

2
0

Si bien es cierto siempre se pondera la cantidad de habitantes de las regiones


a fin de establecer el peso diferencial de determinados delitos, y establecer
si su aumento se debe a las diferencias poblaciones en cuanto al nmero de
habitantes, no deja de llamar la atencin que un alto porcentaje de los casos se
encuentra radicado en la Fiscala Regional Metropolitana Sur.
Esta Fiscala Regional concentra, tal como se observa en la siguiente tabla,
un 16% de los casos a nivel nacional, seguida por la Fiscala Regional de la
V regin, con un 9%, y luego por las Fiscalas Regionales de la IV regin y
Metropolitana Occidente, ambas con un 9%.
Distribucinporcentual decreciente por regin de las causas por
Homicidios Calificados sentenciados los aos 2012 y 2013
16

16
14
12

10
9

10

6
5

3 3

2
0

Mc

F
R

MN
C
-

268

Artculos

Unidad Especializada en Responsabilidad Penal Adolescente y Delitos Violentos

En cuanto a las circunstancias calificantes, es posible apreciar que aquella que


con mayor frecuencia se solicita y es acogida por los tribunales es la alevosa,
con un 61%, seguida por la premeditacin conocida con un 26% y el ensaamiento con un 10%, dejando bastante ms atrs a la circunstancia segunda
del artculo 391 N1 del Cdigo Penal, esto es, por premio o promesa remuneratoria, con un 3% y finalmente por medio de veneno, en que no se registr
ningn caso en el perodo que comprendi el presente estudio.
Porcentajes de circunstancias calificantes delito de
homicidio calificado
Premditacin
conocida
26%
Alevosa
61%
Ensaamiento
10%

Veneno
0%

Premio o promesa
remuneratoria
3%

Estas diferencias porcentuales entre las diversas calificantes son explicables


justamente por las caractersticas propias de cada una de ellas. En este contexto, por ejemplo, no es infrecuente que el sujeto activo busque obrar a traicin o sobre seguro, desplegando medios destinados a ocultar su verdadera
intencin y a crear una situacin de indefensin de la vctima, aprovechando la
confianza e indefensin obtenida, con el fin de asegurar el resultado buscado.
En este sentido, resulta pertinente aprovechar esta instancia para analizar dos
casos relevantes en que la jurisprudencia estim concurrente la alevosa, indistintamente, en sus dos modalidades, y que constituyen la forma en que los
tribunales han interpretado, generalmente, esta calificante.
El primero de ellos es el relativo al caso del triple homicidio de Peablanca,
en que el agente ingres mediante escalamiento al domicilio de las vctimas y
esper oculto la llegada de su hermano, de la madre de ste, y de la asesora del
hogar, para proceder a darles muerte a cada uno de ellos mediante comprensin cervical por vnculo.
Para el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Via del Mar, esta modalidad de comisin configur la alevosa en su expresin de obrar sobre seguro,
sealando al respecto que con relacin a la alevosa, debe tenerse primeramente
presente que el Cdigo Penal no explica en la norma citada el significado de tal
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Artculos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

expresin, pero la doctrina ha entendido unnimemente que corresponde al que


le da el artculo 12 N1 del mismo cuerpo legal, esto es, entendindose que la hay
cuando se obra a traicin o sobre seguro, siendo decisivo, en ambos casos, el aprovechamiento o la creacin de un estado de indefensin en la vctima (Politoff, Matus y
Ramrez; Lecciones de Derecho Penal Chileno, parte especial, 2004, p. 56). De estas
hiptesis, el Tribunal circunscribi la calificante a la segunda de las expresiones, esto
es, obrar sobre seguro.
Se ha entendido que el obrar sobre seguro consiste en el aprovechamiento de circunstancias materiales favorables, buscadas de propsito por el hechor con el fin de
asegurar el xito de la accin delictiva y neutralizar los posibles riesgos que pudiera
emanar de una probable defensa de la vctima. Significa ocultamiento del cuerpo del
hechor, o de los medios ejecutivos con el fin de provocar la indefensin de la vctima
y la ventaja o seguridad del hechor; agregando que la jurisprudencia seala que se
acta sobre seguro, esto es, libre de dao o riesgo, sin proporcionar a la vctima la
oportunidad de que se defendiera o rechazara la agresin (Texto y Comentarios
del Cdigo Penal Chileno, tomo I, libro primero, parte general; varios autores, Ed.
Jurdica de Chile, 2002, p. 190). Se dice que el aseguramiento puede corresponder a
la creacin por el delincuente de una situacin de seguridad para la consumacin del
hecho (una emboscada) o del simple aprovechamiento de circunstancias materiales
que dejan en la indefensin a la vctima, condiciones que influyen en el autor para
llevar a cabo el delito (Garrido M., Mario, Derecho Penal, parte especial, T. III,
Ed. Jurdica de Chile, 2 edicin, 2002, p. 56)
Llevadas estas consideraciones dogmticas al caso en concreto, no cabe duda que
existi por parte del agente un actuar sobre seguro. Ya la decisin de cometer este
delito en el interior de la vivienda donde residan las vctimas denota un actuar
especialmente prfido y as se configura, segn se dir la agravante respectiva
pero esa circunstancia, de ocultarse dentro del lugar donde mayor seguridad se siente
por la generalidad de los seres humanos, favorece la comisin del delito, toda vez que
no era posible para los afectados prever que el homicida se ocultaba dentro de su propia morada. Estas circunstancias fueron especialmente creadas por el hechor, lo cual
se revela por la planificacin previa que debi efectuar para establecer las conductas
de los residentes de la casa, mediante la vigilancia del inmueble, e incluso del lugar
de trabajo de la vctima conforme sealaron testigos en el juicio lo que le permiti
determinar un cierto patrn conductual de los ofendidos
El actuar del acusado que da cuenta el anlisis mdico legal es claramente constitutivo de la alevosa que seala la ley, puesto que se busc y propici el momento
preciso de mayor desprevencin o indefensin de las vctimas, para someterlas fsicamente y, luego, darles muerte. Su conducta, entonces, colma los requisitos de la
calificante, tanto objetiva, como subjetivamente...13.
13 Sentencia en causa RUC 0801100201-4, de 25 de marzo de 2013, Tribunal de Juicio
Oral en lo Penal de Via del Mar. Vase tambin sentencia de la Corte Suprema, de 10

270

Artculos

Unidad Especializada en Responsabilidad Penal Adolescente y Delitos Violentos

Por su parte, en el emblemtico caso Rocha, el Tribunal de Juicio Oral en


lo Penal, estim concurrente la alevosa en sus dos modalidades, sosteniendo
al respecto que estos sentenciadores han estimado la concurrencia de la calificante
tratada, en sus dos hiptesis, segn se explica a continuacin:
Respecto de la concurrencia de la traicin, esta, a juicio del profesor Alfredo Etcheberry, es esencialmente una actitud moral: un ocultamiento de las verdaderas
intenciones, de tal modo que la vctima no desconfe del hechor, el cual responde a
esa confianza dando muerte al ofendido, con la seguridad que le brinda la desprevencin de ste. No se trata simplemente de que la vctima est desprevenida, sino
de que esta desprevencin, haya sido procurada por el homicida, aprovechndose de
la confianza en l depositada por aquella. Pues bien el acusado se present con
don J.O. y le manifest su intencin de arrendar su casa de veraneo por un perodo
de dos semanas, pernoctando incluso en el inmueble el da en que lleg al lugar en
compaa de su familia, lo que naturalmente fue generando una confianza de parte
de la vctima hacia su persona, ya que no slo concertaron el arriendo de su casa,
sino que adems, lo vio involucrado en las actividades no pudiendo avizorar de
modo alguno, las verdaderas intenciones de M.M.V. Por esta razn, al llegar
ambos sujetos a su casa el da de los hechos, J.O. no poda desconfiar en caso alguno,
de los propsitos por los que M.M.V estaba en el lugar, ya que supuestamente iba
a recibir la casa circunstancia que da cuenta del ocultamiento de sus verdaderas
intenciones, pues simul ser un simple arrendatario, lo que le permiti ingresar la
bencina al interior del inmueble, sin despertar ninguna sospecha con su actuar, traicionando de este modo, la confianza en l depositada, dando muerte a la vctima,
con la seguridad que obtuvo de su desprevencin.
As, se puede concluir que concurre respecto a M.M.V. la alevosa, en su modalidad
de obrar a traicin, pues el acusado mostr externamente su intencin de arrendar
la casa del afectado, sin evidenciar su designio delictivo, aprovechando de este modo,
las condiciones de seguridad que haba creado previamente con el fin de asegurar sus
malignos propsitos.
de agosto de 2004, Rol N2109-04 que define la alevosa, sealando que la jurisprudencia reiterada de nuestros tribunales superiores de justicia entiende: que existe alevosa cuando
se emplean medios, modos o formas en la ejecucin de un hecho, que tienda directa y especialmente a asegurarlo sin riesgo para el ofensor, que proceda de la defensa que pudiera presentar
el ofendido(fallo de 30 de enero de 1991, Gaceta Jurdica N127, p. 70, Rol N27861), sin
que aparezca como imperioso un sealamiento expreso acerca del nimo alevoso del delincuente,
cuestin sobre la cual la doctrina por lo dems no se ha mostrado pacfica en sealar si esta es de
carcter eminentemente objetivo o si, por el contrario, ostenta una ndole principalmente subjetiva, siendo dicha discusin bastante sutil y en el presente caso, se encuentra en la resolucin
recurrida, dado que la situacin de aseguramiento o posicin de privilegio, en la cual se encuentra el agente es suficiente para estimar la concurrencia de un nimo expreso de aprovecharse de
esa indefensin para llevar a cabo su actuar.

271

Artculos

Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

Por otro lado, se estima por estos sentenciadores que ambos agentes ejecutaron el
delito sobre seguro, lo cual, segn los dichos del profesor Mario Garrido Montt,
significa hacerlo creando o aprovechando oportunidades materiales que eviten todo
riesgo a la persona del autor, sea que ese riesgo provenga de la posible reaccin del
sujeto pasivo, (atacarlo por la espalda) o de terceros que lo protegen (distraer a la
institutriz a cargo del nio a quien se pretende matar). El aseguramiento, puede
corresponder a la creacin por el delincuente de una situacin de seguridad para la
consumacin del hecho, (una emboscada) o del simple aprovechamiento de circunstancias materiales que dejan en indefensin a la vctima, condiciones que influyen
en el autor para llevar a cabo el delito. (Mario Garrido Montt, Derecho Penal,
Parte especial, tomo III pgina 56). Es as, como los imputados, ingresaron al
domicilio de J.O., con la clara intencin de darle muerte, para lo cual, procedieron
a amarrarlo con cinta adhesiva, lo que en definitiva signific eliminar todo riesgo
para s mismos, proveniente de la defensa que pudiera oponer la vctima. En otras
palabras, al acometer a J.O. a la postre de 79 aos de edad, y proceder ambos a
inmovilizarlo, crearon un estado tal de indefensin en la vctima, que objetivamente asegur tanto la ejecucin del delito, como la integridad de los acusados ante
su eventual reaccin...14.
14 Sentencia en causa RUC 0810003835-9, de 26 de marzo de 2009, Tribunal de Juicio
Oral en lo Penal de San Antonio. Vase tambin sentencia de la Corte de Apelaciones
de Temuco, de 4 de septiembre de 2012, Rol N590-2012, en la cual, dicho tribunal,
verificando las circunstancias comisivas, estima concurrente y analiza la alevosa en sus
dos expresiones, sosteniendo que la alevosa ha sido concebida en dos hiptesis diversas, a
saber, obrar a traicin o sobre seguro, lo que en el primer caso se traduce en que el victimario
aprovecha o crea un estado de indefensin de la vctima, implica, deslealtad, perfidia en el
homicidio ocultamiento moral o disimulacin de sentimientos hostiles y simulacin de
sentimientos de amistad, para evitar la reaccin de la vctima o el auxilio de terceros, por
ejemplo conversndole amablemente y sonrindole, ocultando a su vez entre sus ropas un
cuchillo con el que ultima a sta, aprovechndose de su actuar encubierto y provocndose una
ventaja frente la vctima. En cambio, en su aspecto de actuar sobre seguro, significa que el
sujeto activo procede sin aventurarse a ningn riesgo, ya sea creando o aprovechndose de
las circunstancias de hecho que le permitan evitarlo con el propsito de asegurar su accin, e
impedir la defensa o potencial defensa que pudiera ejercer la vctima se e incluyen aqu los
casos de asecho, la emboscada, el aprovecharse de situaciones de desventajas objetivas como las
facultades mentales disminuidas, la edad, contextura fsica, y todas las otras formas de cometer
el delito sin riesgo o con un mnimo de riesgo para el agresor, para s para evitar la reaccin de
la vctima o el auxilio de terceros.

Que, en este contexto, este Tribunal estima que la calificacin jurdica de los hechos, determina
que se trata de un delito de homicidio calificado, descrito en el artculo 391 N1, circunstancia
primera del Cdigo Penal, concurriendo la circunstancia de la alevosa en sus dos hiptesis.
El obrar sobre seguro se aprecia cuando, tal como se indic en el considerando sptimo, antes
citado, el imputado se aprovech no slo de la noche para actuar, sino que adems de que no
exista luz artificial, que el ofendido caminaba a dos metros adelante y que estaba en estado
de ebriedad (la alcoholemia arrojo 2,33 grados por mil de alcohol en su sangre). Asimismo, se
configura tambin el supuesto de obrar a traicin, ya que, tal y como seala el sentenciador,
la agresin provino precisamente de un pariente de la conviviente de la vctima, que llevaba
casi dos semanas alojando en su casa y de quien no tena razn alguna para esperar este

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La segunda calificante ms frecuente, pero que representa un porcentaje


considerablemente menor, es la premeditacin conocida, que se vincula justamente a la alevosa, en el sentido de que requiere de una reflexin previa
y un nimo dirigido a la comisin del delito y al aseguramiento del agente
o indefensin de la vctima. Respecto a ella, la jurisprudencia se ha pronunciado sealando en relacin a la calificante de premeditacin conocida y en
cuanto al elemento psicolgico, esto es, la idea de un pensar previo, el nimo frio
y tranquilo, para la realizacin de la resolucin, firme, mantenida y meditada
de delinquir. Con la prueba referida precedentemente, qued acreditado, que con
mucha antelacin a la realizacin de ste crimen, los hechores determinaron su
actuar, ubicndose el da 29 de marzo de 2010, al menos dos tiradores en posicin
tal que les permiti apuntar directamente hacia partes vitales del cuerpo de R.A.,
hasta darle muerte, todo lo cual les permiti cumplir su propsito preconcebido, esto
es, matarlo. Esta resolucin delictiva fue preparada y la manifest el acusado lo
que da cuenta que se exterioriz el propsito delictivo y as concluir, que efectivamente, dos das antes de la muerte de R.A., los acusados, haban manifestado su
propsito de terminar con la vida de R.A. Testimonios que adems dan cuenta de
la persistencia en el tiempo de la resolucin delictiva y la frialdad de nimo del los
hechores, dada la forma como fueron acreditadas las circunstancias en las cuales se
produce la muerte de R.A.15.
Por su parte, la sentencia del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Rancagua, refirindose a los medios comisivos que dan lugar a la premeditacin
conocida, afirma que dicha circunstancia calificante, exige, segn la doctrina una
decisin previa de cometer el delito, un intervalo de tiempo entre tal decisin y la
ejecucin del hecho, la persistencia de tal voluntad durante el intervalo y la frialdad
y tranquilidad en el nimo, elementos que pudieron ser demostrados suficientemente
en el juicio.
En efecto, la premeditacin conocida se demostr a partir de una serie de actos ejecutados por los acusados para asegurar su propsito homicida y cerciorar su impunidad,
a saber: en primer lugar, el concierto entre ellos para concurrir a la casa del occiso
y darle muerte, lo que se demostr con el antecedente objetivo del juicio, consistente
en el hallazgo de un alambre galvanizado, que segn se apreci en la fotografa
exhibida por el ente persecutor, haba sido manipulado de tal manera que pudiera
utilizarse para una maniobra homicida, como es el ahorcamiento, antecedente objetivo que se encuentra acorde con la confesin que prestaron los acusados el da de los
hechos, en la que sealaron haberse puesto de acuerdo das antes, para dar muerte al
occiso, simulando una maniobra suicida de ahorcamiento, para no ser descubiertos.
acometimiento, lo que demuestra su deslealtad, perfidia, ocultamiento moral y disimulacin de
sentimientos hostiles y al mismo tiempo simulacin de sentimientos de amistad.

15 Sentencia en causa RUC 1000285689-7, de 12 de marzo de 2012, 6 Tribunal de Juicio


Oral en lo Penal de Santiago.

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Revista Jurdica del Ministerio Pblico N59

En segundo lugar se estableci la comunicacin telefnica previa efectuada con la


vctima, hecho no discutido, con el claro objeto de ser recibidos por ella, asegurndose
de que el ofendido se encontrara en su domicilio.
En tercer trmino, evidenci la premeditacin requerida por la norma, el hecho
que la vctima presentaba lesiones provocadas previo a su muerte, y como contrapartida, ninguno de los acusados tena heridas al momento de su detencin, con lo
cual es posible determinar que el ofendido siempre estuvo reducido, por lo que no
resultaba necesario, bajo la hiptesis de un homicidio simple o espontneo, matarlo
por una posible resistencia que ste opusiera, sino que tal actitud, impresion como
el aseguramiento de concrecin del plan primitivo, que era precisamente, darle
muerte.
Tales antecedentes, resultaron determinantes a la hora de establecer el tipo penal de
homicidio calificado, pues fueron demostrativos de la planificacin previa a la comisin del mismo, y ello se corrobor adems, con el ocultamiento del arma homicida16.
Por su parte, el homicidio cometido con ensaamiento, aumentando deliberada e inhumanamente el dolor al ofendido, constituye la tercera modalidad
de mayor aplicacin, pero con un porcentaje bastante inferior, lo que podramos explicar en atencin a que para su configuracin se requiere estar en presencia de una especial crueldad ejercida por el hechor, dirigida a hacer sufrir
a la vctima innecesariamente, lo que no es de comn ocurrencia en nuestro
pas.
No podemos dejar de mencionar respecto a esta calificante, la sentencia relativa al emblemtico caso Zamudio, en que se desplegaron graves y manifiestas conductas dirigidas a aumentar deliberadamente el dolor al ofendido, y en
que adems, el tribunal no tom en consideracin el hecho de que la vctima
se encontrara en estado de ebriedad para los efectos de aminorar el ensaamiento causado. En este sentido, los sentenciadores estimaron que en efecto,
dichos imputados realizaron dolosamente conductas tendientes a hacer sufrir innecesaria y excesivamente a la vctima, el hecho de realizar cortes en su cara, trax y
espalda con restos de vidrio, dibujar esvsticas con ellos en su cuerpo, quemar su piel
con cigarrillos, saltar sobre su cuerpo y cara, arrojar ms de una vez, una piedra de
considerable tamao y peso sobre las extremidades inferiores de D.Z.V., con el fin
de quebrar una de estas y al no poder conseguirlo, realizar movimientos de palanca
hasta quebrar la tibia y peron de la pierna derecha y en especial esta ltima conducta, que no est dirigida a causar la muerte, pero si lesionar gravemente a la
vctima, son a juicio de este Tribunal ejemplos claros de una conducta que buscaba
causar un sufrimiento inhumano e innecesario.
16 Sentencia en causa RUC 1100743469-5, de 18 de agosto de 2012, Tribunal de Juicio
Oral en lo Penal de Rancagua.

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El hecho que D.Z.V. se encontrara en estado de ebriedad al momento en que comenzaron los golpes en su contra, en nada aminora el ensaamiento con que actuaron
los agresores, porque tal como lo declar el mdico que recibi en el box de urgencia
al ofendido, perfectamente a una persona ebria se le puede medir el Glasgow porque
sta responde a los estmulos dolorosos, salvo que se encuentre en estado de coma, lo
que en este caso no fue acreditado En apoyo a lo anterior, los guardias Merino y
Zambrano relataron que al momento de encontrar a D.Z., este respiraba con dificultad, agregando el segundo que a la luz de la linterna tena reaccin ocular en el
ojo derecho.
En el mismo orden de ideas, en caso de haber cado en coma producto de los golpes
recibidos, no se sabe en qu momento el agredido perdi la capacidad de sentir dolor,
porque tal como lo dijeron los doctores en una lesin cerebral de esta naturaleza y
su consecuente hemorragia, las neuronas van muriendo minuto a minuto a medida
que no ingresa oxigeno al cerebro, efecto que se agudiza si se considera el tiempo que
la vctima estuvo abandonado en el parque sin recibir atencin mdica.
Todo lo anterior, como ya se dijo en el veredicto, contribuy a tornar ms violento el
ataque efectuado por los acusados, con un evidente dolo directo de causar su muerte,
ya que de otro modo, estos jueces no pueden entender la violencia y crueldad inusitada con la que actuaron los atacantes de la vctima17.
Finalmente, los medios de premio o promesa remuneratoria y el de veneno,
no son utilizados comnmente por los victimarios al momento de cometer un
homicidio, principalmente por la gravedad y dificultad del medio de comisin
que conlleva. As, en el homicidio por premio o promesa remuneratoria tratado antiguamente como latrocinio, esto es, matar por el mvil del lucro,
conocido tradicionalmente como asesinato, se requiere contactar a un sicario
o asesino a sueldo que ejecute la conducta, lo cual representa un mayor reproche al conllevar una oferta y un pago para que el mandatario lleve a cabo el
delito.
Representativo resulta aludir en este punto, al conocido caso de la Quintrala, en que respecto del homicidio del cnyuge de la misma y de la pareja
de ste, el tribunal estim concurrente la circunstancia segunda consagrada en
el Art. 391 N1 del Cdigo Penal, sealando que por otra parte adems, result
establecido que en lo restante de las acciones reprochables desplegadas, no existi
ninguna de las relaciones anotadas anteriormente, pero se produjo el resultado de
muerte, ello con la concurrencia de una de las cinco circunstancias establecidas en el
artculo 391 N1 del Estatuto ya mentado, se actu, inmediata y mediatamente, en
razn de un premio o promesa remuneratoria, a saber, por una parte con un fin de
lucro y por otra suministrando o configurando tal objetivo de beneficio econmico,
17 Sentencia en causa RUC 1200245128-8, de 28 de octubre de 2013, 4 Tribunal de Juicio
Oral en lo Penal de Santiago.

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producindose por tanto un desvalor mayor en las conductas, que configura el tipo
referido, es decir, el de homicidio calificado18.
Igualmente, es interesante mencionar que lo relevante de la calificante de premio o promesa remuneratoria es el mvil del lucro o beneficio econmico que
subyace a la conducta prohibida, sin que se requiera que efectivamente se haya
efectuado el pago, tal como lo afirma la sentencia del Tribunal de Juicio Oral
en lo Penal de La Serena, que al respecto indica que claramente no es necesario
probar que el pago efectivamente se verific, si no que se mate motivado por el lucro.
En este entendido, es de parecer de estos sentenciadores que la calificante abarca
tanto a quien recibi la promesa remuneratoria, como a quien la efectu, el que se
vali de ste bajo ofrecimiento, precisamente a una persona que viva en la calle y
era adicta a las drogas, para lograr sus oscuros fines19.
El homicidio cometido mediante el uso de veneno, requiere que el sujeto
activo logre que, introducida o aplicada una sustancia en el cuerpo del ofendido, le ocasione su muerte, lo que es de escasa utilizacin en nuestra sociedad.

Conclusiones
A partir de los antecedentes anteriormente expuestos, y de la consideracin
del delito de homicidio calificado como una de las formas ms violentas
de atentado contra una persona, quisimos adentrarnos y poder conocer en
mayor detalle la forma de presentacin de este fenmeno, sus variables ms
importantes.
Debemos reconocer que este estudio constituye un impulso inicial para continuar con una investigacin que pretenda adentrarse en mayor profundidad en
este tipo de casos, pero que, por razones de tiempo y espacio, en esta oportunidad limitaremos a una simple aproximacin al fenmeno.
Nos llama la atencin el profundo impacto social que representa este tipo
de delitos, el aumento en la sensacin de inseguridad subjetiva que suscitan
como reaccin a los mismos, y la dificultad de poder acreditar y probar estas
especiales circunstancias calificantes en estos casos de delitos contra la vida.
Por ltimo, sealar que si bien nuestro pas est muy bien posicionado en
relacin a la tasa general de delitos de homicidio en la realidad de Amrica
Latina, ello no es suficiente para mostrar conformidad con este tipo de delitos; es ms, a estas alturas de nuestro desarrollo, y de cara a un futuro prximo
18 Sentencia en causa RUC 0801000636-9, de 26 de febrero de 2011, 3 Tribunal de Juicio
Oral en lo Penal de Santiago.
19 Sentencia en causa RUC 1100538090-3, de 9 de junio de 2012, Tribunal de Juicio Oral
en lo Penal de La Serena.

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de pas de primer mundo, debiramos aspirar a lograr en todos estos casos


una resolucin judicial acorde a la gravedad del delito y a los antecedentes
probatorios con que contamos, siendo necesario para ello actuar cada da de
forma ms coordinada con los distintos actores del sistema, como policas,
Servicio Mdico Legal, y dems organismos, con el propsito de que estas
conductas que revelan un absoluto desprecio por la vida, sean penalizadas
adecuadamente conforme a la gravedad y el mayor reproche de conlleva, y no
queden en la impunidad.

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