Imaginario Latinoamericano
Imaginario Latinoamericano
Imaginario Latinoamericano
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ISSN: 1133-8312
http://dx.doi.org/10.5209/rev_RCHA.2013.v39.42679
1. INTRODUCCIN
Hacia finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, surgi en Amrica Latina, y
de manera particularmente promisoria en Argentina de la mano de las elites patricias
gobernantes, un virulento discurso anti-norteamericano con ciertos componentes literarios modernistas, pero ante todo con una impronta legalista y diplomtica basada en
una interpretacin sofisticada y nostlgica de la historia diplomtica latinoamericana
y argentina. El propsito de este artculo es examinar tanto el contexto continental
diplomtico y geopoltico como el clima intelectual y cultural que hicieron posible
la emergencia de un imaginario moderno antiestadounidense y latinoamericanista
del orden hemisfrico en la vida intelectual y la diplomacia latinoamericanas y argentinas, una especie de identidad continental colectiva. Ms especficamente, este
artculo se propone analizar la procedencia y los antecedentes de dicho imaginario,
es decir, su genealoga conceptual, concentrndome principalmente en el caso de
Argentina.
La literatura tradicional y la ms reciente en la historia intelectual y cultural han
tendido a referirse a este imaginario como estrictamente literario y casi exclusivamente dominado por un espritu arielista, es decir, una interpretacin cultural e idealista del imperialismo estadounidense. En su manifestacin temprana y moderna, se
ha asociado con el llamado movimiento literario modernista, representado por Jos
Mart, Jos Enrique Rod y Rubn Daro. Tambin se ha argumentado que este sesgo
culturalista y literario ha limitado la comprensin de la naturaleza e implicancias del
imperialismo estadounidense, lo cual llev a los principales intelectuales de Amrica
Latina a elaborar anlisis estrechos y superficiales de la poltica exterior de EEUU y
la naturaleza compleja de su dominacin imperial y/o hegemnica en Amrica Latina. Los trabajos pioneros de Oscar Tern y Nicola Miller han destacado de manera
convincente estas limitaciones, sobre todo en el caso de la versin modernista del
antiimperialismo latinoamericano1.
Ms recientemente, una nueva historiografa ms amplia sobre el antiimperialismo
y el antiamericanismo comenz a desarrollarse en Amrica Latina y en el mundo
anglo-americano. Por un lado, varios historiadores intelectuales y culturales de Amrica Latina han comenzado a reexaminar las ideologas e imaginarios antiimperialistas y sus diversas repercusiones continentales, prestando una especial atencin a las
redes intelectuales que se conformaron en torno de estas ideologas y movimientos de
ideas, a las corrientes espiritualistas, teosficas e indigenistas. Sin embargo, la mayor
parte de estos estudios ha tendido a concentrarse predominantemente en las dcadas
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Borges, 1960.
Sobre estas revistas, ver Pita Gonzlez, 2004, pp. 241-265 y 2009, .
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En su carrera como diplomtico en disputas territoriales y de frontera de la Argentina, as como tambin en este escrito consagrado a defender el principio del
uti possidetis juris como fundamento de un derecho internacional autnticamente
latinoamericano, Quesada demostr tener una nostalgia especial por el antiguo orden
territorial del Virreinato del Ro de la Plata, ya que se era a su entender el punto de
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partida de la soberana territorial que le perteneca a Argentina y de la cual progresivamente haba sido desposeda. El fundamento de la soberana de Argentina resida
fundamentalmente en el territorio, la bandera, la historia y un elemento que ha sido
curiosamente pasado por alto por Cavaleri en su minucioso estudio sobre Quesada: la
raza hispana y latina. La raza colonizadora era junto con el territorio el otro elemento
fundante de la soberana territorial, es decir, se trataba de dos principios entrelazados.
El derecho consuetudinario americano como base para la demarcacin territorial de
los nuevos estados, tiene modificaciones peculiares segn el origen de la raza colonizadora, o en otros trminos, el principio jurdico que garante la integridad territorial de
los nuevos estados de origen espaol respectivamente, no es aplicable a las naciones
que se han formado por la colonizacin inglesa o portuguesa14.
Ibdem, p. 42.
Invitacin y circular de Blaine, 29 de noviembre de 1881, citada en Quesada, 1918 [1882], p. 81.
Healy, 2001.
Quesada, 1918 [1882], p. 82.
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Como reaccin sudamericana deliberadamente defensiva frente a la iniciativa estadounidense efectiva, retomada otra vez por Blaine, de celebrar una Conferencia
Panamericana proyectada para 1889-1890, en 1888 Uruguay y Argentina se unieron para organizar un congreso exclusivamente sudamericano, conocido como el
Congreso Sudamericano de Derecho Internacional Privado, que se celebr en Montevideo (Uruguay). No casualmente este Congreso Sudamericano, como observ
Thomas McGann en un estudio clsico, fue promovido por dos importantes figuras
polticas de la elite gobernante argentina, Manuel Quintana y el propio Senz Pea,
quienes, como he destacado, habran de representar un ao ms tarde a su propio pas
en la Primera Conferencia Panamericana celebrada en Washington18. Concurrieron
a la Conferencia Sudamericana representantes de Brasil, Bolivia, Per, Paraguay y
Chile, adems de Argentina y Uruguay y, como ha observado Ori Preuss en un trabajo
reciente, esta conferencia signific un gran cambio que marc un importante punto
de partida en el progresivo acercamiento de Brasil a Hispanoamrica. No cabe duda
que Quintana y Senz Pea procuraron limitar la influencia de EE.UU. en el continente, oponiendo una iniciativa sudamericana frente al naciente panamericanismo,
impulsado bajo los auspicios y el liderazgo estadounidense. Como reaccin frente a
un panamericanismo liderado por los Estados Unidos que enfatiz desde sus inicios
la promocin de un discurso hegemnico del derecho internacional en Amrica Latina19, el Congreso Sudamericano promovido por Senz Pea busc hacer hincapi en
la importancia de establecer vnculos jurdicos y polticos comunes exclusivamente
entre los estados latinoamericanos. Fue as que se realizaron una serie de tratados de
derecho internacional civil y comercial, propiedad literaria y artstica (copyright),
marcas registradas, patentes, derecho penal y procesal y una convencin sobre la
prctica de las profesiones liberales, refirindose exclusivamente a la tradicin jurdica latinoamericana basada en las jurisprudencias espaola y romana20.
3. LA REACCIN FRENTE AL PANAMERICANISMO
Hacia finales de la dcada de 1880 y bajo los auspicios del secretario de Estado
Blaine, la iniciativa de celebrar la Primera Conferencia Panamericana supo encontrar un mayor apoyo entre los inversores, comerciantes y la opinin pblica estadounidenses. Senz Pea y Quesada fueron dos de los tres delegados argentinos,
junto con Manuel Quintana, que fueron designados originalmente para representar a
la Argentina en la Primera Conferencia Panamericana, celebrada en Washington en
1889-1890. Sin embargo, Quesada decidi deliberadamente no asistir a la reunin arguyendo que el papel que jugara en la conferencia confrontando potencialmente con
la delegacin estadounidense hubiera tenido que moderarse para que no interfiriera
con las funciones que cumpla como Ministro Argentino en Washington. En otras
palabras, pens que era ms adecuado que los otros dos delegados argentinos que
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los americanos. Pero adems la frase qued asociada con la actuacin destacada del
delegado argentino en la conferencia como vocero opositor frente a las iniciativas
estadounidenses como la cristalizacin expresiva ms sinttica y elocuente enunciada
por los delegados latinoamericanos en la conferencia. De hecho, Senz Pea fue honorado por su actuacin al ser nombrado inmediatamente luego de dicha conferencia
como Ministro de Relaciones Exteriores de su propio pas. Sin hacer ninguna referencia explcita a la Doctrina Monroe, la frase tuvo adems una eficacia retrica descollante, aunque el supuesto sobre el cual se fundaba, a saber, la idea de que la Doctrina
Monroe era una declaracin egosta, haba sido tambin remarcado por otras figuras
prominentes de la elite poltica e intelectual argentina como Juan Bautista Alberdi y
el propio Quesada, tal como aparecera esbozado en su obra Los Estados Unidos y la
Amrica del Sur: Los yankees pintados por s mismos30. Aunque no se publicara hasta 1893 y aparecera bajo el seudnimo de Domingo de Pantoja, este polmico escrito
haba sido concebido en el contexto de los preparativos y planes de la Primera Conferencia Panamericana y mientras Quesada ocupaba el cargo de Ministro Argentino
en Washington. Por ello, es un escrito hbrido y de transicin, ya que si bien sigue en
gran medida la tradicin del gnero de los escritos de viajeros argentinos a los Estados Unidos, se trata de la visin de alguien que frecuent la sociedad estadounidense
desde dentro en calidad de diplomtico, como sera el caso ms tarde de Martn Garca Mrou, quien ocupara el mismo cargo de Quesada, pero desarrollara una visin
radicalmente opuesta31. Como ha destacado Pags Larraya, no fue sino el propio Jos
Mart, quien anim a Vicente G. Quesada a publicar sus impresiones crticas acerca
de los Estados Unidos, tal como haban sido esbozadas en ese polmico escrito32.
Aunque Quesada y Senz Pea no fueron escritores estrictamente modernistas,
entablaron amistad y mantuvieron correspondencia con Jos Mart. En esos intercambios epistolares y redes de solidaridad precursoras del antiimperialismo latinoamericano, Quesada y Senz Pea fueron interpelados por Mart en su doble condicin
de intelectuales y funcionarios polticos y diplomticos defensores de una causa continental comn por el resguardo de la independencia y la autonoma de nuestra
Amrica frente al peligro expansivo de los Estados Unidos a travs del naciente panamericanismo33. De hecho, adems de fomentar a Quesada a que publicara su crtica
devastadora de los EE.UU., Mart vio con gran inters el papel antagnico que los
delegados argentinos tuvieron en la Primera Conferencia Panamericana confrontando
con la delegacin estadounidense. Escribi desde Nueva York una serie de crnicas
para el diario La Nacin de Buenos Aires, alabando la actitud de confrontacin de la
delegacin argentina, en especial la de Senz Pea. Si el lenguaje de Senz Pea tena
un tono jurdico, poltico y econmico, propio del debate que predominaba en una
conferencia regional y diplomtica, las crnicas de Mart presentaban en un tono piVer McGann, 1957, p. 158; Quesada (Domingo de Pantoja), 1893.
Sobre los imaginarios de los Estados Unidos en los libros de viajes de intelectuales argentinos de este
perodo y sobre la visin de Garca Mrou de los Estados Unidos, ver Bruno en este mismo dossier.
32 Ver Pags Larraya, 1990, p. 77.
33 Ver Jos Mart a Roque Senz Pea. Nueva York, 10-IV-1890, en Mart, 1973, p. 263; Jos Mart a
Vicente G. Quesada. Nueva York, 30-IX-1890, en Mart, 1965, p. 490.
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co una escena de confrontacin concreta entre la delegacin estadounidense y la delegacin argentina. Al referirse al discurso emblemtico Senz Pea, Mart afirmaba:
Pero cuando el delegado argentino Senz Pea, dijo como quien reta, la ltima frase
de su discurso sobre el zollverrein, la frase que es un estandarte y all fue una barrera:
Sea la Amrica para la humanidad, todos como agradecidos, comprendieron lo que
no se deca, y le tendieron las manos34.
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el escritor Paul Groussac (1848-1929) y el propio Senz Pea. Dos de ellos, Groussac
y Senz Pea, eran sin duda figuras prominentes de la poca y ambos reaccionaron
defendiendo la tradicin espaola y ante todo criticando a los EE.UU. Como observ
Arturo Ardao, el latinoamericanismo que naci en Francia hacia mediados del siglo
XIX no casualmente comenz a adoptar la forma de una identificacin progresiva de
Amrica Latina con Europa bien entrado el siglo XIX37, y en el contexto ms especfico de 1898, con Espaa. Groussac era de origen francs, aunque ya para entonces era un escritor bien establecido y ocupaba el cargo de Director de la Biblioteca
Nacional. Aunque sus respectivos discursos se distinguieron por tener un tono ms
culturalista en el caso de Groussac y uno ms propio de la jerga diplomtica y jurdica
en el caso de Senz Pea, existi un primer punto de encuentro entre ambos que era
parte de un lenguaje comn de la poca en Amrica Latina: la as llamada Doctrina
Monroe era vista como una declaracin hegemnica, intervencionista y unilateral.
Senz Pea catalog a la interferencia estadounidense en Cuba como agresiva e inhumana, una situacin que estaba dando lugar a una posible guerra y ante todo amenazando la raza hispana y latina, que era intrnsecamente pacfica. Como Quesada,
Senz Pea puso un especial nfasis en el componente racial y en el pacifismo latinoamericano, heredero de la tradicin hispnica. Advirti as que Cuba podra llegar a
ser potencialmente anexada dentro de la soberana de los Estados Unidos como lo fue
antes Texas, afirmando categricamente que Cuba ha debido ser libre38. En consonancia con las ideas jurdicas de Quesada acerca del uti possidetis juris pero con un
espritu ms radicalmente anti-intervencionista y defensivo, el punto de partida de
Senz Pea no slo eran el territorio y la raza, sino tambin ante todo las aspiraciones
intervencionistas de los Estados Unidos en Cuba y en Amrica Latina en general,
las cuales subvertan profundamente los principios bsicos del derecho internacional
pblico. A pesar de que su discurso puede ser visto como una expresin inmediata de
protesta contra la intervencin estadounidense en Cuba, tambin debe ser interpretado como una defensa del principio de no intervencin como estndar legal bsico del
derecho de gentes, arguyendo que los Estados Unidos estaban violando dicho principio a travs de recursos extralegales como la anexin y el uso de la fuerza.
Para Senz Pea el fundamento de tales aspiraciones imperiales y de las polticas
intervencionistas recaa principalmente en el uso y la interpretacin intervencionista
que hacan los Estados Unidos de la Doctrina Monroe. En efecto, antes de que el
Corolario Roosevelt de la Doctrina Monroe fuera enunciado, Senz Pea sostuvo que
se trataba de una declaracin en contra de la intervencin europea y el colonialismo
en el continente americano, pero estaba siendo utilizada de manera unilateral como
un principio monopolizador de las intervenciones estadounidenses en la regin. Al
ser un principio completamente arbitrario, nunca deba ser aceptado por los pases
latinoamericanos, ni por Europa. En sus propias palabras, la Doctrina Monroe es la
causa y el origen de las actuales desviaciones del Derecho Pblico39.
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greso de Panam, Senz Pea esboz la idea de construir una Liga Latinoamericana
de carcter poltico y jurdico, fundada en la existencia de un derecho internacional
especialmente latinoamericano para resistir y ofrecer un contrapeso frente a la hegemona de los Estados Unidos. Afirm as categricamente:
La liga latino-americana es una concepcin que se percibe fecunda y provechosa en
los acontecimientos del futuro; ella fue, sin duda, peligrosa para nuestras repblicas
amorfas, en los das dudosos en que fuera concebida por Bolvar, pero no lo ser en el
porvenir, como no lo sera hoy mismo, definida como est la soberana de naciones,
sobre bases de un respeto recproco. Dentro de esos organismos, cabe polticamente la
unidad de destinos y de pensamiento, como cabe la solidaridad de los principios que
deben defender las naciones de este continente, ya que un derecho de gentes especial
aspira presidir su evolucin45.
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una historia comunes, se encontraban profundamente separados el uno del otro. Por
lo tanto, los Estados Unidos del Sur, liderados por Argentina, tenan que contrarrestar la amenaza planteada por los Estados Unidos del Norte. Como David Vias
ha observado, Ugarte sigue, inexorable, con el tpico del siglo XIX sobre la slida
unidad norteamericana frente a la desdichada fragmentacin de la Amrica de origen espaol53. Como Quesada y Senz Pea, Ugarte crea en la superioridad y el
liderazgo de Argentina en Amrica del Sur y Amrica Latina en general y tambin
en la importancia de obtener el apoyo de Europa a fin de contrarrestar la hegemona
estadounidense. Liderados por Argentina, los Estados Unidos del Sur tenan que
mantener sus lazos originales con Europa y reforzar mltiples vas y redes de comunicacin, cooperacin y solidaridad por medio de la construccin de ferrocarriles y
redes telegrficas, fortaleciendo el intercambio de gentes e ideas, la organizacin
de congresos y el establecimiento de tratados comerciales y tribunales de arbitraje a fin de crear una unin ms estrecha54. Los primeros esbozos escritos del
conocido plan de unificacin latinoamericana concebido por Ugarte fueron esencialmente reactivos y defensivos, un verdadero intento de contrarrestar el peligro yanqui, puesto que reflejaban un intento de crear lazos y formas de cooperacin entre
las naciones de Amrica Latina similares a los que estaban siendo propuestos por
entonces en las conferencias panamericanas bajo el liderazgo de los Estados Unidos.
En este sentido, el fundamento cultural e ideolgico que sustentaba el proyecto de
Ugarte no era particularmente innovador respecto de la generacin que lo preceda y
en particular de las iniciativas latinoamericanistas de Senz Pea.
Hacia 1906, el movimiento panamericanista comenz a institucionalizarse y modernizarse de manera ms acabada a travs de la promocin de la diplomacia legal,
la paz y de un discurso moderno del derecho internacional de la mano del entonces
Secretario de Estado de los EE.UU., Elihu Root, quien hiciera una visita a Amrica
del Sur en 1906 en el contexto de la Tercera Conferencia Panamericana de Rio de
Janeiro55. Root impuls adems de manera efectiva la construccin de alianzas con la
diplomacia sudamericana, en particular con Brasil y con quien fuera un estrecho colaborador de Root en la promocin del panamericanismo en la regin y en la organizacin de la Conferencia de Ro de Janiero, el poltico y diplomtico brasilero Joaquim
Nabuco. Ugarte esboz una crtica muy concreta apuntando fundamentalmente a
esta versin moderna del panamericanismo, tal como era encarnada por Root. Segn
Ugarte, la recepcin de Root en Sudamrica haba sido excesivamente celebratoria.
Ugarte estaba particularmente sorprendido de constatar cmo la opinin pblica sudamericana se haba abstenido de ser crtica con el hombre que encarnaba la idea de
los congresos panamericanos56. Defini as categricamente el modo en que la visita
de Root a Amrica del Sur deba ser entendida: Como la poltica yanqui no ha sido
nunca una escuela de lirismo, parece evidente que algn fin prctico debi determinar
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Aunque a primera vista Root visit la regin de Sudamrica con el propsito diplomtico de hacerse una idea de la regin y ante todo entrar en contacto con las
elites polticas gobernantes y con la opinin pblica de esas naciones, el propsito
subyacente de la visita era en verdad, segn Ugarte, consolidar el imperialismo estadounidense en Sudamrica.
Usando la visita de Root como un caso concreto para advertirle a los latinoamericanos sobre los potenciales peligros que la sofisticada diplomacia de EE.UU. planteaba,
Ugarte traz una distincin entre el panamericanismo y el latinoamericanismo que se
convirti en una frmula emblemtica de la retrica antiimperialista latinoamericana,
estableciendo los pilares de una nueva misin de emancipacin latinoamericana para
el futuro. Ugarte consideraba que el ideal del panamericanismo promovido por Root
planteaba un peligro real para Amrica Latina, porque los latinoamericanos podan
llegar a convertirse en una cultura poltica sumisa. De hecho, para Ugarte las conferencias panamericanas constituan una ficcin peligrosa y engaosa que negaba la
realidad de la radical oposicin y el antagonismo entre dos Amricas con orgenes,
idiomas y religiones e historias diferentes. En sus propias palabras:
Nada de confundir nuestros intereses con los del vecino, nada de discutir los asuntos
bajo la presidencia injustificable de un maestro. Las repblicas latinoamericanas no
deben dejarse deslumbrar ni ensordecer por el tumulto del Norte. El punto de reunin
y de mira est al Sur, en el centro mismo de nuestra tradicin y nuestra cultura59.
Con el fin de contrarrestar el emergente movimiento panamericanista, entre octubre de 1911 y julio de 1913, cinco aos despus de la visita sudamericana de Root,
Ugarte hizo una gira por cierto ms extensa que la del Secretario de Estado norteamericano, por todo el continente, utilizando, en cambio, sus propios recursos financieros
personales para difundir la idea del peligro yanqui y la importancia de la unificacin de Amrica Latina para resistir el expansionismo estadounidense60. Al no contar
con un respaldo institucional y econmico de ningn tipo, la misin de Ugarte no
fue ms que una apuesta alocada y ambiciosa que en el mejor de los casos slo poda
encontrar algunos adherentes dispersos en el continente. Si el viaje de Root podra
ser definido como una misin diplomtica oficial y panamericana ejecutada por un
Ibdem, p. 108.
Ugarte, 1910, p. 507.
59 Ugarte, 1953 [1910], p. 110.
60 La mayor parte de los discursos pronunciados por Ugarte en el contexto de su viaje por Amrica Latina
fueron recogidos en Ugarte, 1922.
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funcionario poltico, la gira de Ugarte se podra considerar, en cambio, como una gira
antiimperialista y latinoamericanista reactiva y defensiva, es decir, como una misin
intelectual conspirativa y contra-diplomtica respecto del movimiento panamericanista oficial. Ugarte visit casi todos los pases de Amrica Latina. Sin embargo, su
persistente cruzada para la construccin de una Unin Latinoamericana no logr encontrar un apoyo ms amplio entre los polticos, estudiantes y activistas de Amrica
Latina sino hacia principios de los aos 1920s, cuando los propulsores del imaginario
antiimperialista estaban organizados en torno a un movimiento estudiantil latinoamericano colectivo de mayor popularidad y envergadura continental.
6. CONCLUSIN
En este artculo, me propuse analizar el contexto continental y los mltiples lenguajes
legales, literarios, polticos y diplomticos que contribuyeron a forjar un imaginario
antiestadounidense en Argentina. El contexto argentino fue particularmente propicio
no slo para la germinacin y el desarrollo de este imaginario, sino tambin para la
superposicin entre estos diferentes lenguajes, y la gestacin as de importantes interacciones y puntos de confluencia entre escritores modernistas como Mart, Rod,
Groussac y en cierto modo Ugarte, por un lado, y diplomticos y juristas de la elite
patricia gobernante como Quesada y Senz Pea, por otro.
Desde el punto de vista del contexto cronolgico, aunque suele afirmarse que el
primer antiimperialismo latinoamericano naci en los albores de las intervenciones
estadounidenses en Centroamrica y en el Caribe en el contexto de la guerra hispanonorteamericana de 1898 como parte de una reaccin cultural protagonizada por los
escritores modernistas, durante la dcada de 1880 Quesada, y poco despus Senz
Pea, comenzaron a forjar la nocin de un derecho internacional latinoamericano y
sudamericano en una serie de estudios de historia diplomtica y derecho internacional, as como tambin en iniciativas diplomticas concretas mientras se conformaba
en los Estados Unidos el movimiento panamericanista de la mano de James Blaine.
Existieron, entonces, dos puntos de inflexin en la formacin de un imaginario antiestadounidense en Argentina. Como he intentado mostrar, en un primer momento, durante la dcada de 1880, existi una reaccin legalista y diplomtica frente al
emergente panamericanismo y recin una dcada ms tarde, en 1898, comenz a
desarrollarse un registro culturalista y moralista condenatorio de las intervenciones
estadounidenses y la Doctrina Monroe que tendi a confluir con el discurso legalista
que haba nacido una dcada antes y que se mantuvo vivo hasta 1913 en Senz Pea
y Ugarte.
Desde el punto de vista de las ideas, los lenguajes y el imaginario, me he propuesto destacar que, contra lo que se ha tendido a sostener en la literatura, el antiimperialismo argentino trascendi el discurso culturalista y adquiri un cariz legalista y
diplomtico. Precisamente por ello en Argentina tendi a desarrollarse un anlisis
sofisticado de la poltica exterior y la hegemona estadounidenses. Segn he intentado mostrar, ese anlisis estuvo dominado por un nacionalismo territorial reactivo y
defensivo inspirado en una visin nostlgica respecto de la disolucin del Virreinato
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del Ro de la Plata, en la esperanza de forjar unos Estados Unidos del Sur, liderados
por la Argentina, y en la afirmacin de un derecho internacional latinoamericano
fundado en la idea de una raza latina en clara oposicin frente a la Doctrina Monroe
y el panamericanismo estadounidenses, lo cual habra de dar lugar un poco ms tarde
a una idea ms articulada de una Unin Latinoamericana, tal como fue planteada por
Senz Pea.
Aunque su lenguaje nunca adquiri un cariz estrictamente legalista, Ugarte no logr establecer variantes discursivas significativas respecto del imaginario propuesto
anteriormente por Quesada y Senz Pea. Todos ellos enfatizaron la dimensin racial,
el anti-intervencionismo, la nostalgia respecto de una Patria Grande y propugnaron
tambin una Unin Latinoamericana reactiva y defensiva respecto del emergente panamericanismo estadounidense. Antes que un precursor del antiimperialismo juvenil
que naci hacia 1918 en el contexto de la Reforma Universitaria, Ugarte debera ser
visto ante todo como un popularizador del imaginario antiestadounidense argentino
que naci hacia finales del siglo XIX de la mano de las elites patricias gobernantes en
el contexto de un orden poltico conservador. He procurado trazar lo que llam una
genealoga invertida de la formacin de un imaginario antiestadounidense en Argentina utilizando a Manuel Ugarte como punto de partida. Siguiendo la trayectoria de
Ugarte resulta claro que si l no se hubiera convertido en el principal popularizador
argentino del antiimperialismo latinoamericano resultara muy difcil encontrar hoy
en su obra rastros de las ideas de Quesada y Senz Pea.
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