El Libro de Job

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El libro de Job

El libro de Job es una pieza doctrinal sobre el problema del sufrimiento de los
justos. Dicho de otro modo: el libro de Job se enfrenta a la creencia de que
todos los sufrimientos tienen una explicacin y terminan reportando un
beneficio. Es interesente resaltar que Job no es un personaje israelita.
El marco de la narracin. Sucedi un da que los hijos de Dios fueron a
presentarse ante Yahveh, y entre ellos se present tambin Satn (1,6); con
estas palabras introduce el narrador la escena que servir de nudo a todo el
relato. La expresin hijos de Dios para designar a los ngeles seala la
venerable antigedad de la historia original. Naturalmente que la conversacin
entre Dios y Satn no es ms que un recurso narrativo. Sobran, pues, los
intentos de explicacin que se preguntan cmo puede Dios hablar con Satn o
cmo puede confiarle un encargo. Son motivos que reaparecen tambin en
nuestras fbulas medievales (como la del sastre en el cielo).
Cierto que Satn/Satans (hebreo azzn) es el nombre que la Biblia emplea
habitualmente para designar al diablo; pero no es designacin reservada
exclusivamente al demonio, sino que significa simplemente adversario,
enemigo. Por ello, al adversario ante un tribunal se le llama tambin satn;
quien se enfrenta a otro es su Satn. El tema del libro de Job queda
enfticamente expuesto en la pregunta de Satn: Acaso Job teme a Dios de
balde? (1,9). (se es el problema que ya se plantearon los profetas: Es
correcta la doctrina de la retribucin tal como se cree en Israel?
A Job le llegan cuatro mensajes desgraciados: en una razia o algarada los
sabeos aniquilan una parte de los ganados de Job; la otra parte es abrasada por
el rayo (Del cielo cay fuego de Dios); los caldeos cayeron sobre sus camellos
y se los llevaron; un fuerte vendaval del desierto derrib la casa del hijo
primognito, en que los otros hijos de Job celebraban un banquete, pereciendo
todos.
Pese a todo, no bastara con centrarse en esa acumulacin de desgracias; el
lenguaje apunta a algo ms. La incursin de los sabeos y caldeos nos recuerda
que, segn la creencia israelita, los pueblos no hacen sino lo que Dios quiere.
Por eso, por ejemplo, Ciro, rey de los persas, que emiti el decreto permitiendo
la reconstruccin del templo de Jerusaln, es saludado en el libro de Isaas
como el enviado de Dios y en los usos y costumbres de los pueblos es Dios
quien habla y acta. Mas tambin el fuego del cielo y el viento de la tormenta son
signos de la teofana. Con todo ello se hace hincapi en que tales desgracias
han sido Obra de Dios, aunque el lector sabe que todo ha sido un montaje de
Satn.

Con lo cual el problema se agudiza ms (Es el sufrimiento un castigo de


Dios?)
El problema adquiere nuevas matizaciones: es Satn quien incita a Dios para
que pierda a Job gratuitamente (2,3); Dios, en tanto que causa de todo el
acontecer, es el que de alguna manera (en la narracin) pone de relieve ese
problema.
Por lo dems, la escena se desarrolla en presencia de Dios (2,1-6) como en
los primeros versculos. Viene a ser como el ceremonial de una recepcin de los
sbditos por parte del rey. Piel por piel, le dice Satn a Dios refirindose a Job.
Se trata evidentemente de un proverbio (2, 4), cuyo sentido se desprende del
contexto, pero que en s mismo resulta difcil de explicar.
Quiere decir que Job entrega su piel (es decir, sus propiedades), y no se
rebela con tal de conservar su piel (su vida). Con otras palabras, Job se somete
a Dios por un sentimiento de miedo.
Finalmente, Job es afligido con lceras (2, 7-10); quiere decirse, que queda
impuro si la historia se hubiera desarrollado entre los israelitas; habra que decir
levticamente impuro, por lo que es expulsado de la sociedad humana. Slo
ahora es realmente pobre.
La respuesta que Job da a su mujer cuando sta le lanza al rostro la
recriminacin de Maldice a Dios y murete! (2,9), viene a ser en cierto modo
una primera respuesta al problema: Si aceptamos la dicha que Dios nos enva,
por qu no aceptar la desgracia? (2,10). Tngase en cuenta, sin embargo, que
la respuesta est formulada en forma de pregunta.
En su prefacio al libro de Job escribe Martn Lutero (Wittenberg 1545; Job fue
el ltimo libro que tradujo al alemn): la pregunta planteada en Job acerca de Si
tambin a los piadosos les enva Dios la desgracia obtiene la respuesta de que
Dios castiga tambin sin causa a los piadosos, nicamente para su alabanza...
Est escrito para nuestro consuelo que Dios permite que sus grandes santos
tropiecen, especialmente en la desgracia. Slo que tales respuestas suscitan a
su vez nuevas preguntas...

Valor del libro


El libro de Job es una obra maestra de la literatura universal. La aventura
humana y religiosa que presenta sigue siendo actual veintitantos siglos despus
de ser escrita, y vale lo mismo para hombres de distintas razas, culturas e

incluso religiones. Estamos acostumbrados a or hablar de la paciencia del


santo Job, y de que el problema que se trata en su libro es del sufrimiento,
particularmente el sufrimiento de los inocentes.
Pero basta con hojear sus pginas para darnos cuenta de que Job, el hombre
inocente al que le caen encima toda suerte de calamidades y desgracias, slo es
paciente hasta el capitulo segundo, porque a partir del tercero explota
irrefrenable en quejas, maldiciones y protestas, y no se calla hasta el captulo 31.
Por su excepcional valor potico y humano, el libro de Job ocupa un lugar
destacado, no slo dentro de la Biblia, sino tambin entre las obras maestras de
la literatura universal. Su autor estaba perfectamente familiarizado con la
tradicin sapiencial de Israel y del Antiguo Oriente. Conoca a fondo los orculos
de los grandes profetas, especialmente las "Confesiones" de Jeremas y algunos
escritos de Ezequiel. Haba orado con los Salmos que se cantaban en el Templo
de Jerusaln. Los viajes acrecentaron su experiencia, y es probable que haya
vivido algn tiempo en Egipto. Sobre todo, l sinti en carne propia el eterno
problema del mal, que se plantea en toda su agudeza cuando el justo padece,
mientras el impo goza de prosperidad.
Esta obra fue escrita a comienzos del siglo V a. C., y para componerla, el autor
tom como base un antiguo relato del folclore palestino, que narraba los
terribles padecimientos de un hombre justo, cuya fidelidad a Dios en medio de la
prueba le mereci una extraordinaria recompensa. Esta leyenda popular
constituye el prlogo y el eplogo del Libro. Al situar a su personaje en un pas
lejano, fuera de las fronteras de Israel (1. 1), el autor sugiere que el drama de Job
afecta a todos los hombres por igual.
No se puede comprender el libro de Job sin tener en cuenta la enseanza
tradicional de los "sabios" israelitas acerca de la retribucin divina.
Segn esa enseanza, las buenas y las malas acciones de los hombres
reciban necesariamente en este mundo el premio o el castigo merecidos. Esta
era una consecuencia lgica de la fe en la justicia de Dios, cuando an no se
tena nocin de una retribucin ms all de la muerte. Sin embargo, lleg el
momento en que esta doctrina comenz a hacerse insostenible, ya que bastaba
abrir los ojos a la realidad para ver que la justicia y la felicidad no van siempre
juntas en la vida presente. Y si no todos los sufrimientos son consecuencia del
pecado, cmo se explican?
Pero el autor no se contenta con poner en tela de juicio la doctrina tradicional
de la retribucin. Al reflexionar sobre las tribulaciones de Job, un justo que
padece sin motivo aparente, l critica la sabidura de los antiguos "sabios" y la
reduce a sus justos lmites. Aquella sabidura aspiraba a comprenderlo todo: el
bien y el mal, la felicidad y la desgracia, la vida y la muerte. Esta aspiracin era
sin duda legtima, pero tenda a perder de vista la soberana, la libertad y el
insondable misterio de Dios. En el reproche que hace el Seor a los amigos de
Job (42. 7), se rechaza implcitamente toda sabidura que se erige en norma
absoluta y pretende encerrar a Dios en las categoras de la justicia humana.
El personaje central de este Libro lleg a descubrir el rostro del verdadero
Dios a travs del sufrimiento. Para ello tuvo que renunciar a su propia sabidura
y a su pretensin de considerarse justo. No es otro el camino que debe recorrer
el cristiano, pero este lo hace iluminado por el mensaje de la cruz, que da un
sentido totalmente nuevo al misterio del dolor humano. "Completo en mi carne

lo que falta a los padecimientos de Cristo, para bien de su Cuerpo, que es la


Iglesia" (Col. 1. 24). "Los sufrimientos del tiempo presente no pueden
compararse con la gloria futura que se revelar en nosotros" (Rom. 8. 18).

Prlogo narrativo
El prlogo en prosa quiere destacar la justicia de Job y la causa de sus
padecimientos. Estos no son consecuencia del pecado, sino una prueba
permitida por Dios, para mostrar que su servidor lo ama desinteresadamente y
no por los bienes que recibe de l.
Pero tanto Job como sus amigos ignoran el motivo de esta prueba, porque no
han asistido al dilogo del Seor con "el Adversario", esa especie de acusador
pblico en la corte celestial, que se resiste a creer en la virtud desinteresada. As
queda abierto el debate que se va a desarrollar en el resto del Libro.
Gnero literario y estilo
Para algunos creyentes, el libro de Job es real y verdadero as como los dems
libros de la Biblia; para otros, el libro es considerado potico. Existen en el texto
alusiones a sitios existentes en la realidad como El-Amarna y claros derivados
de las tradiciones orientales ya mencionadas (que tambin se originan
normalmente en hechos reales). Los elementos de verdad nunca pueden
descartarse en la literatura bblica de este perodo.

Estructura
Consta de un inicio y un final bastante breves en prosa. El grueso del libro (es
decir, del captulo 3 al 42) es un poema. El poema a su vez se divide en los tres
discursos de los amigos de Job (Elifaz, Bildad y Sofar) con sus
correspondientes rplicas. Sigue luego otro discurso, esta vez de Elih y los dos
de Yahveh.
El libro de Job consta de cinco secciones bien diferenciadas:

Un prlogo en prosa (captulos 1 y 2)

Una serie de discursos dramticos que tienen lugar entre Job y tres de
sus amigos, Elifaz, Bildad y Sofar (caps. 3-31)
Un dilogo entre Job y Elih, un cuarto amigo (caps. 32-37)
Discursos de Dios "desde el seno de la tempestad" (caps. 38-41)
Un breve eplogo en prosa (cap. 42).

El problema de la retribucin en el libro de Job


Las argumentaciones de Elifaz tienen los siguientes pasos: el inocente no
puede morir, el pecado es siempre castigado, Dios ve faltas en todos (incluido
en Job). El castigo que Job recibe es por tanto, correctivo. Las de Bildad hablan
de la diversa suerte que espera al justo y al inicuo. Y las de Sofar van por el
mismo lado de las faltas que son castigadas incluso si son inconscientes (Jb 11,
5-12).
Job se defiende afirmando continuamente su inocencia. Sin embargo, llega a
afirmar una cierta arbitrariedad que dirigira la actuacin de Dios y a la que no
hay manera de oponerse.
Elih por su parte afirma que Dios prueba a los justos con sufrimientos para
educarlos y forzar en ellos el clamor confiado en Dios salvador.
La respuesta de Yahveh da a entender que no entra en el debate precisamente
por su trascendencia. Se sabe que hay una respuesta pero Dios no la ha
revelado todava y muestra ante todo la sabidura de su creacin como prueba
de que ninguna arbitrariedad hay en su actuar sino un designio misterioso que
en su momento se dar a conocer.

Problemas teolgicos planteados


El Diablo cubre de pstulas a Job (tmpera sobre madera de William Blake).

Desde el punto de vista de la mentalidad juda, el problema que ofrece el libro de


Job es complicadsimo. Para el judo, todo el Bien y todo el Mal provienen de
Dios, porque l ha creado todo. Dios, al mismo tiempo, es completamente justo
y observa una moralidad completa. Cmo es posible que someta a Job a la
aparente injusticia que se narra en el libro?
Correspondi, entonces, estudiar la forma en que Dios opera Su justicia. La
respuesta de los libros bblicos es que:

Dios ejerce la justicia en forma colectiva.


En tiempos antiguos, los hebreos no crean en una vida de ultratumba, y por
lo tanto tampoco en premios o castigos despus de la muerte. Estos conceptos
se presentan por primera vez en Macabeos y en el Libro de Sabidura. Si bien los
fallecidos gozan en el Sheol de una especie de "semivida", en el Infierno de los
antiguos judos no se discriminaba a los buenos de los malos. Dios, por lo tanto,
manifiesta su justicia en este mundo.
Por otra parte, la conviccin de que la deidad ejerce la justicia sobre toda la
comunidad deriva naturalmente de la estructura social de clanes que dominaba
la vida de los judos primitivos. Tambin reside aqu la fuerte solidaridad que
aglutina a los judos (sufren juntos las penas y disfrutan juntos la bonanza).
Todos los libros sagrados obedecen a esta filosofa, que es muy visible en el
Deuteronomio, en Josu, en Jueces, Samuel y en I Reyes. Recin en Ezequiel
aparece entre los israelitas el concepto de responsabilidades, premios y
castigos individuales.
El problema, pues, se convierte en insoluble desde el punto de vista de Job.
No est sufriendo por los pecados de los antepasados (una forma primitiva de
pecado original) ni por los de sus amigos y vecinos. El dilogo con sus
consoladores tiende a ignorar incluso la intervencin demonaca en sus penas.
El telogo judo antiguo trat de justificar los inexplicables sufrimientos de
Job a travs de algn pecado ya olvidado o de faltas ocultas y nunca relatadas
en el libro. Desde un punto de vista ms moderno, se retorna a la accin
malfica del Diablo y al concepto del libre albedro, condicin necesaria para que
se consume la alianza de Dios con Su pueblo. Si el Demonio no existiese, el
Hombre no podra elegir entre el Bien y el Mal (que Job elige parcialmente al
increpar a Dios por su dolor).
Por estas y otras complejidades, Job ha sido llamado "el libro ms difcil del
Antiguo Testamento".

CONTENIDO Y COMENTARIO DEL PROCESO DE JOB


http://www.mercaba.org/FICHAS/BIBLIA/JOB/comentarios_al_libro_de_job.htm
Job: un libro que responde a algunas de nuestras preguntas ms
fundamentales, ms existenciales; Job es la rebelda contra la injusticia del
sufrimiento y del silencio de Dios.
S, Job es el hombre que se rebela contra Dios. No puede ni resignarse a la
injusticia que se comete con l ni hacerse ateo. Job es el que protesta contra
Dios. Durante una semana vamos a sumergirnos en la prueba de la fe. Porque el
libro de Job no es ms que una parbola que llega directamente al corazn; nos
habla de un hombre a vueltas con su Dios. Desconcertado en su vida, hundido
por tantos sufrimientos, Job emprende el combate de la fe.
Como su antepasado Jacob; como Jess, a quien prefigura. Es la prueba del
hombre, tratado por Dios como un enemigo, que apela a Dios contra Dios.
Ser discpulo es una prueba. El que ha escuchado la llamada del Seor se ve
marcado por una herida que nada podr hacer olvidar. Como Jacob, el creyente
se ha quedado cojo para toda la vida. El Evangelio toma cuerpo cuando Jess
sube a Jerusaln. As lo ha querido especialmente el evangelista Lucas.
La fe nace a lo largo de ese camino de la cruz, en ese largo debate entre el
poder de las tinieblas, que se despliega con toda su fuerza, y la humilde
plegaria del servidor: "A quin iremos, Seor? T tienes palabras de vida
eterna" Quin despertar a la fe sino aquel que se pone a seguir a Jess y le
dice: "Yo s que est vivo mi Vengador y que al final se alzar sobre el polvo.
Despus que me arranquen la piel, ya sin carne, ver a Dios" (Jb 19, 25)?
Misterio oculto a los sabios, pero revelado a los pequeos que slo saben
invocar con estas torpes palabras: "Oh, Dios, no nos dejes caer en la
tentacin". Misterio cumplido en la sangre derramada del Siervo del Seor:
"Dios colmar de bienes a los hambrientos".

Job 2/ 1-13
El drama de Job contina. El autor no perdona nada. Habr que ver hasta
dnde puede llegar la virtud. Todava le quedan armas al tentador, y Dios no le
prohbe llegar hasta el fin.
El drama es desgarrador, porque Job sigue con vida, pero ya no le queda
absolutamente nada. Su propia esposa, lejos de comprenderlo, lo acusa; sus
amigos comienzan por apiadarse de l para terminar tambin acusndolo.
En la respuesta de Satn a Dios hay algo ms que sabidura popular: Piel por
piel!. Por la vida arriesga uno la vida, decimos; pero, para los antiguos,
cualquier enfermedad era signo de pecado.
La situacin de Job, ms que la del poderoso cado es la de un hombre que
hasta ahora se haba granjeado el respeto de todos y ahora se ve reducido a la
condicin ms miserable. Miserable no tanto por falta de dinero cuanto por
verse privado de la consideracin y la estima. Est sentado en la ceniza, lejos
del pueblo apartado de las personas y los nicos que van a verle le acusan.
Hemos llegado hasta el fin; hoy diramos que se trata de una situacin limite.
Interesa, pues, la reaccin de Job, que por el momento se mantiene en la
narracin tradicional, polmica ya, pero sin alcanzar la altura del cuerpo del
libro.
Se comienza a hablar de la actuacin de Dios, y advertimos que el relato moral
ir a ms, se convertir en una teologa. La pregunta radical seria: quin es
este Dios que puede tratar as al hombre? El autor no cede, pues, a los
esquemas demasiado simples que no describen a un Dios paternalista de
dimensiones excesivamente humanas, cuya actuacin nos es dado conocer en
cualquier momento.
La gran prueba de Job, el smbolo que comentbamos en la percopa anterior, es
que sigue creyendo en ese Dios, aunque ms tarde reconocer que lo supera
por completo y que no puede atreverse a juzgar sus actos.
El hombre que ha perdido todo, incluso sus amigos, la salud y la consideracin
de hombre honrado, puede todava hablar con Dios y considerarlo plenamente
como padre.

Job 4. 1-21
Entran en escena los amigos de Job. Primero, el ms viejo, el que conoce ms
a fondo la vida. Cada amigo presenta en sus discursos unas caractersticas
propias. Elifaz es prudente, juicioso, discreto. Parece que le da miedo hablar.
Por eso trata de las visiones nocturnas como si hubiese recibido una revelacin
y se viera obligado a manifestarla. Pero en realidad se defiende a s mismo.
El autor de Job es un disidente, alguien que ha visto claramente la gran
acomodacin que existe en la llamada doctrina tradicional. Por ello critica al
defensor de la tradicin que, valindose de ella, pretende justificar su situacin
privilegiada. Critica al que no ha experimentado en su propia carne cun
desgarrador es el drama de Job, al que desconoce el dolor, la ignominia, la
miseria y, sin embargo, da a los dems explicaciones que no satisfacen del
todo, ya que lo que busca en el fondo es justificarse a s mismo.
Por eso no comprende ni la situacin de Job, del todo inocente, ni la
actuacin de Dios. Aqu tenemos el primer testimonio sobre una cada de los
ngeles. Pero el argumento de Elifaz no es ste; el argumento es que ante Dios
no existe nadie suficientemente puro. Con todo si el argumento es cierto, no lo
es la explicacin que lo acompaa. En el fondo hay una condena de Job, porque
Elifaz piensa que si a l no le ha sucedido lo mismo es porque es justo. Y no se
da cuenta de la endeblez de su razonamiento: tambin l podra encontrarse en
la situacin de Job.
La virtud de Elifaz es dudosa: quiere el bien, pero por inters. Es la doctrina de
los bienpensantes. Adems, los lamentos de Job lo atemorizan, son demasiado
fuertes para l: un hombre de bien no debera hablar as. Aun cuando Elifaz
habla con delicadeza, deja traslucir la tesitura de un hombre persuadido de que
el justo merece buen trato. A partir de aqu se puede filosofar e incluso hacer
teologa, pero el resultado es una caricatura de Dios. En el captulo de hoy se
empieza a discutir el concepto de Dios, pero a partir de una doctrina que Job
echar por tierra: segn los amigos de Job, el justo no puede sufrir.

Job 5. 1-27
Sigue hablando Elifaz. En realidad es un sabio. De eso no cabe duda. Pero el
libro de Job es el de un pensador que pone a prueba la sabidura humana. Aqu
el autor introduce, como la Summa de santo Toms, un videtur quod non.
Sabe muy bien qu tesis pretende probar, pero se muestra muy respetuoso
con las opiniones contrarias. Hasta el punto de que corrobora sus argumentos!

Elifaz habla como un verdadero sabio y llega a emplear el recurso clsico de


un proverbio numrico: "De seis peligros te salva, y al sptimo no sufrirs
ningn mal" (v 19). Habla basndose en su reflexin, en la experiencia (todo
esto lo hemos indagado y es cierto: v 27) y en la tradicin (lo he odo: v 27).
Parece que a Job no le quedan argumentos. Se respeta hasta el lmite la opinin
contraria.
Ms adelante se advierte el difcil camino de Job para refutar semejantes
palabras desconcertantes. De momento, anotemos slo su endeblez. Elifaz
parece adoptar la postura de un calvinista rgido. Es una tentacin constante. El
sentido ltimo del proverbio numrico es que la piedad hacia Dios representa
una buena inversin. Ser rico demuestra que Dios nos ama. Aqu la moral se
convierte en teologa, pero rebajando el concepto de Dios. A Job le
corresponder una tarea ms difcil, aunque, en el fondo, ms elemental.
Pretender escrutar el proceder de Dios es una osada. Los sabios confan en la
sabidura.
Elifaz sabe la leccin. Job le contestar que conoce esa sabidura, pero que
la vida y, sobre todo, Dios estn por encima de ella y la desbordan. Job tiene la
osada de desafiar la experiencia humana y toda la tradicin. Y lo admirable es
que est en lo cierto. Elifaz contentara a los fariseos. Job tiene una experiencia
ms profunda y, sobre todo, una fe en un Dios misterioso y desconcertante que
no se deja encerrar en esquemas mentales. El Dios de Elifaz es una caricatura:
parece que el pobre y el desvalido no tienen buenas relaciones con Dios.
La teologa de Elifaz es clasista, como toda teologa falsa. Y eso no lo acepta
el autor de Job.

Job 6. 1-30
Parece que Job debe defenderse. En la teologa de Elifaz, de la que hemos
hablado en el comentario anterior, slo cabe una conclusin: Job es culpable o
insensato. Pero Job responde con diversas imgenes de la vida. Busca una
explicacin a su dolor ya que no acepta la de su amigo. Dirase que pide la
muerte pero no la quiere, pues en este caso no habra causa y dara la razn a
los
otros.
A Job le sucede, como ha sucedido siempre, que sus amigos tropiezan con
grandes dificultades para aceptar que sus ideas pueden no ser exactas. A un
disidente no se le hace caso; es ms sencillo no discutir, porque eso exige -vicio
capital- escuchar y comprender las ideas de otro si discrepan de las nuestras.
Hoy se habla del dilogo, y todos conocemos las dificultades que presenta. Job
no tiene ms remedio que gritar para que le escuchen. El autor posee una irona
muy fina porque tambin l ha experimentado la indiferencia y el desprecio de
los maestros de la doctrina tradicional, que no escuchaban sus crticas. Es
doloroso ser acusado de culpable cuando se tiene la certeza de ser inocente. Es
triste constatar que los amigos no hacen caso en un momento cruel.
Job no lograr la respuesta definitiva. El personaje Job es smbolo de muchas
cosas en nuestro mundo, entre otras, del arte del dilogo.
Y no se trata de un dilogo socrtico, donde los amigos dicen casi siempre que
no tiene razn, sino de un dilogo entablado a partir de posiciones no
coincidentes. Refugiarse en la tradicin puede ser inadecuado, y lo peor que

puede ocurrir es pensar que ya se sabe todo de antemano y que es posible


resolver una situacin nueva con un recurso arcaico.
Job los acusa de falta de caridad porque no saben aceptar una discusin
honesta. Antes de escucharlo ya tienen la solucin del caso. Esto es una falta
de caridad y de sindresis. La esperanza de Job se parece a la de Abrahn
cuando todos los signos le son absolutamente adversos. Los amigos le acusan.
Parece que Dios no lo escucha. Hacia dnde dirigir sus pasos? Su fe no
desfallece. Ah reside su grandeza.

Job 11. 1-20


Tras el violento discurso de Job toma la palabra Sofar, el ms joven de los tres
amigos, y el ms grosero de todos. Casi llega a injuriar a Job.
Por otra parte, no aade gran cosa a la conversacin, puesto que se limita a
repetir los argumentos de este primer ciclo de discursos y no tiene la agudeza
de Elifaz ni la poesa de Bildad.
Pero nos da una muestra muy clara de lo que es la sabidura miope que los
hombres aprenden y recitan de memoria sin meditarla. Si l afirma la magnitud
de la sabidura de Dios, de ello se infiere que en el proceder de Dios hay cosas
que nosotros no podemos conocer. Y obra precisamente en sentido contrario.
Un evidente sofisma! Su argumentacin es viciosa, porque dice: la sabidura de
Dios es inescrutable; por consiguiente, tienes que obrar as. Queda claro que el
argumento es defectuoso.

Con todo, no deja de manifestar conocimientos y explica con cierta poesa la


grandeza de Dios, pero vuelve de continuo a lo mismo y no acepta una revisin
de sus conclusiones. Para que sean vlidas, Job tiene que ser culpable. Su
piedad es, adems tan interesada como la de Elifaz. La conversin que pide es
para pasarlo bien. Y vivirs confiado (18) es la frase que mejor refleja su
pensamiento. Curiosa piedad la de quien necesita salud y bolsillos repletos
para sentirse amigo de Dios!
Pero l es joven todava y no puede aceptar ninguna duda sobre esta
conclusin. Job tiene que ser culpable a la fuerza, de lo contrario, l, Sofar,
corre el peligro de perder la seguridad en s mismo. Y, curiosamente, la
necesidad de sentirse seguro frente a los dems le da pie a insultar a Job,
porque los argumentos que el sufriente esgrime le ponen en grave aprieto.

Y su necesidad de sentirse seguro ante Dios es el motivo de las alabanzas


que tributa a su sabidura, pero entendida segn ahora mismo comentbamos.
Curiosa psicologa la de Sofar, pero, desgraciadamente, harto repetida.

Job 12. 1-25


El texto de hoy es uno de los ms violentos contra la antigua sabidura. Los
amigos de Job han basado sus argumentos en la tradicin; pero Job los ha
puesto en tela de juicio. En primer lugar reivindica tambin para s el privilegio
de la experiencia. En este aspecto son, pues, iguales y los argumentos de los
amigos han de confrontarse con los de Job.
Ellos han manifestado que conocan los procedimientos de Dios y han
invocado la experiencia. Job reconoce la vala de dicha experiencia y, con una
irona sarcstica, pone ante sus ojos otra leccin, muy contraria a la de ellos,
que es posible deducir analizando la historia, incluso la del pueblo escogido.
Su argumento es ms completo que el de sus amigos. Si ellos elogian la
sabidura divina presente en el transcurso de la historia, Job se mofa de ellos
dndoles a entender que se puede hacer un recorrido por ella y acusar de
injusta la sabidura de Dios, siempre que se tenga en cuenta el punto de vista de
los amigos, segn el cual ser justo ante Dios lleva inexorablemente a la felicidad
y, por tanto, la felicidad es la prueba de la amistad con Dios.
Job no cita a nadie, pero enumera como testimonios una serie de personajes
-fcilmente reconocibles en el pueblo de Israel- cuya suerte no coincide con lo
que los amigos dicen y cuyo infortunio, a tenor de tal tesis, debera imputarse a
Dios. Tenemos al rey que pierde su trono y cae prisionero, a los jueces que
pierden la cordura, a los sacerdotes que, adems de perder sus vestiduras
cultuales, se ven obligados a caminar desnudos, a los nobles sumergidos en el
desprecio, a las naciones y los pueblos que se levantan y se hunden. Es un
panorama saturado de anomalas que pone en entredicho la doctrina tradicional
que cree haber descubierto la conducta de Dios en la historia.
El autor es genial y desea llegar hasta el ltimo fondo. Si se nos antoja
demasiado satrico es porque aspira a demostrarnos el punto flaco de una
sabidura excesivamente interesada.

Job 13, 13-28 a 14. 1-06


Job ha discutido contra sus amigos; los argumentos que aducan no sirven
para nada. Sigamos adelante. Considera que se arriesga a todo; as, en el v 13
formula unas locuciones proverbiales cuyo significado es jugarse la vida. Por
tanto, no podemos dudar de su osada. Los amigos estn ya fuera de combate;
ahora se atreve a enfrentarse con Dios. Poco importa que nadie se haya
arriesgado a comparecer ante su presencia: el conflicto es mucho ms grande y
universal, lo que hoy llamaramos un caso lmite. La sabidura humana est
vencida, pero en la fe de Job no hay desesperacin, puede recurrir a Dios y
pedirle una respuesta: su vida est en sus manos y quisiera comprender. El
fondo del drama se le escapa, y no puede aceptar una doctrina que slo sirve
para los satisfechos.
Una idea presente siempre en Job es la de su inocencia. Si Job fuera culpable
no habra drama. Por esto el autor se sirve de una narracin popular ya

conocida por el pueblo: la inocencia de Job es un axioma. Y Job no se queja


slo porque sufre, sino tambin porque no acierta a ver la causa de su
sufrimiento. Es pavoroso: un hombre se encara con Dios y se declara limpio de
pecado. Pero ah reside precisamente el drama del personaje: Job es inocente y,
sin embargo, sufre.
Por otra parte, tampoco comprende cmo un hombre puede tener tanta
importancia ante Dios: seria ms dichoso si Dios no se preocupara tanto de
l? Eso parece decir, aunque al final afirma lo contrario; ello obedece a que
desconoce an la pedagoga divina.

A partir del captulo 14, la doctrina se generaliza y ataca a fondo la tesis de los
amigos. Es intil: el hombre que vive en la tierra nunca ser completamente
feliz. La vida es breve y se esfuma como una sombra. No hay felicidad duradera.
Es ms: si Dios pide cuentas de todo, la condicin del hombre es tal que no
cabra esperar sino el castigo. No le es dado alcanzar el grado de perfeccin
que Dios espera de l. Su suerte es desesperada. Comparado con un rbol, el
hombre sale perdiendo. Es la tesis del Qohlet.

Job 18. 1-21


Entra en escena Bildad, que ya haba hablado antes, en un primer ciclo de
discursos. Hagamos algunas observaciones. Bildad es el amigo de la razn; de
la razn humana, se entiende. Es ms irnico que Elifaz y ms poeta, aunque va
directamente a lo esencial. Toma las imgenes de su propia vida, le gusta la
naturaleza, pero, a diferencia de Elifaz, no capta sus matices.
Ve perfectamente que Job desprecia su sabidura y, en lugar de recurrir a otro
camino, trata de demostrar que la razn est con ellos.
Es claro que, para que su tesis sea vlida, Job no puede ser inocente; as,
pues, contina demostrando la suerte de los malos. Parece que aunando la
poesa con su postura sta adquirir valor. Es el caso del defensor de una causa
perdida, que cree que sus cualidades oratorias darn fuerza a unos argumentos
definitivamente invalidados.
Por otra parte ataca a Job sin piedad, pero sus golpes se pierden siempre en

el vaco. Si Job fuese pecador, el drama carecera de sentido Bildad no lo cree


as, y nada de lo que dice hace al caso. Lo que hace es justificar su conducta
por su vida.
Evidentemente, las palabras de Bildad tuvieron que herir a Job en lo ms
hondo de su ser: La luz del malvado se apaga y no brilla la llama de su hogar...
sin prole ni descendencia entre su pueblo, sin un superviviente en su territorio.
De su destino se espantan los del poniente y los del levante se horrorizan (vv .
19-20). Es cierto que, en la antigedad y en nuestros das, los del poniente y los
del levante atacan a los impos.... pero todo eso es soslayar el problema. As,
pues, ni la razn, adulterada por la defensa de s mismo, ni la poesa, grandiosa
pero equivocada, de Bildad, aportan nada nuevo a la polmica.
Job les responder, pero con tremenda dificultad, porque es a todas luces
enojoso tener que pleitear a favor de la inocencia propia. Si Job obra de este
modo es porque no slo est en litigio su vida, sino tambin el proceder de
Dios, de quien los amigos de Job tienen un concepto que raya en la
mezquindad. Dios dar la razn a Job, puesto que l tiene de Dios una idea
mucho ms elevada que sus amigos calvinistas.

Job 22. 1-30


Vuelve a hablar Elifaz, el anciano egosta y satisfecho, y lo hace con una
curiosa mezcla de conceptos. Lo que le preocupa es mantener su tesis, que,
segn parece, le ha proporcionado grandes beneficios hasta su avanzada edad.
Intenta, una vez ms, convencer a Job y, para ello, llega a adulterar su concepto
de Dios. Ahora parece que habla un desta, un representante de una religin
intelectualista en la que Dios no se preocupa del hombre. Dios, dice Elifaz, no
necesita a nadie, como se desprende de la analoga del sabio de este mundo,
por tanto, no se interesa por los actos de los hombres. Pero Elifaz abandona ese
camino, ya que chocara con la tesis de siempre. As, retorna a la tesis
tradicional, pero de una manera sorprendente. Ahora, cosa rara en la
argumentacin, da la impresin de conocer a fondo las culpas de Job, y las
enumera una por una. Pero incurriendo en una nueva contradiccin, insiste en
que Dios est por encima de las nubes y no se entera de lo que ocurre en la
tierra.
Luego prosigue con dos argumentos que, una vez ms, parecen contradecirse.
Presenta a Dios como abogado de los ricos o, segn la concepcin de Elifaz, de
los justos y, al mismo tiempo, como abogado de los pobres, cosa extraa en la
misma tesis.

Algunos cambian los vv 24-25 para hacer la tesis de Elifaz ms religiosa, ya


que el v 29 preludia el Magnificat diciendo que Dios humilla a los arrogantes y
salva a los que se humillan". Pero el razonamiento de Elifaz es endeble, hasta el
extremo de que incurre en las contradicciones sealadas.
Elifaz es una especie de estoico, y en estos versculos hay algo que recuerda a
Sneca: Dios no tiene necesidad de nadie, como el sabio. En esto se muestra
piadoso, pero se considera rico, honrado de todos; tiene cuanto necesita, es
rico en razn no precisamente de sus conocimientos, sino de los bienes
materiales. Entonces es justo, paternalista, y la piedad acaba siendo una buena
inversin. Job cree que todo eso es hipocresa, y cuando contesta ignora tales
argumentos.

Job 23. 1-17 a 24. 1-12


Job tiene que responder a Elifaz, pero no lo hace directamente. Adems, Elifaz
se contradice; por tanto, es intil seguir su razonamiento. Es cierto que al fin
los argumentos de Elifaz recibirn una respuesta, pero ser de gran estilo, no
una refutacin minuciosa de sus palabras.
Job no cree posible entenderse con sus amigos, es decir, con la sabidura
tradicional. No le queda otro recurso que buscar la respuesta de Dios, con l
quiere entablar un juicio. Su situacin desesperada parece dar la razn a
quienes creen, como Elifaz, que las nubes impiden a Dios ver la tierra. Aqu se
nos muestra la profundidad de la fe de Job, antes slo esbozada.
En los vv 25-27 del captulo 19, Job manifiesta su confianza en que Dios le
conceder ver el triunfo de su causa; aqu aparece una teologa ms elevada: no
se trata de saber si el hombre es justo, sino de conocer si lo es Dios, y Job cree
firmemente en la justicia de Dios pese a que, si hiciera caso a Elifaz, debera
creer que no lo es. Si Job es inocente y tiene que sufrir tanto, es que Dios no
retribuye con justicia. Esa es la respuesta de Elifaz. Pero ahora es Dios quien se
halla sometido a juicio. En el undo no andan bien las cosas y hay injusticias;
qu hace, pues, Dios? Job cree que Dios es justo. Tremenda prueba para un
hombre del AT! Dios lo probar como al oro para aumentar sus quilates.
Job dice que no hay justicia en el mundo; los ricos no son justos (24,2-4). Esto
se opone a la tesis de los amigos. Y los justos sufren.
La justicia de Dios debe de ser ms misteriosa.
Los vv 4-12 enumeran las calamidades que rodean la vida de los pobres; a
travs de esos ejemplos se nos muestra la doctrina del autor. Elifaz y Bildad se
vern obligados a admitir que se equivocan. Por ser ms realista, Job
demuestra ser mejor telogo. La historia ha sido siempre una buena fuente para
la teologa. Es en la historia donde descubrimos la actuacin de Dios.

Job 28. 1-28 a 30


El poema que hemos ledo empieza hablando de los esfuerzos que hace el
hombre para buscar el oro o las piedras preciosas. Slo con esto prueba que
conoce muy a fondo toda la gama de sacrificios que comporta la vida de los
mineros, sobre todo los de la antigedad, que solan ser esclavos.

Tambin Jess habla de un tesoro escondido y lo compara con el reino de


Dios: "El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo; si
un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder y, lleno de alegra, va a vender
todo lo que tiene y compra el campo aqul. El reino de los cielos se parece
tambin a un mercader que buscaba perlas finas... (Mt 13, 44-46). El texto de
Job es semejante a este pasaje.

La conclusin podra ser que todo lo precioso cuesta mucho y est oculto y
slo se adquiere con gran esfuerzo. Es una crtica a los amigos, que se creen
dueos de la sabidura.
A partir de aqu el autor hace un elogio de la sabidura. No la considera una
ciencia prctica: el arte de saber vivir. Va ms all: quiere investigar la sabidura
que conoce las leyes del mundo. Salomn no peda cualquier cosa cuando pidi
la sabidura. Aqu parece que Job se olvida de su dolor y nos ofrece sus
conocimientos sobre todo lo que existe en el mundo. Pero ni el oro, ni la plata, ni
las piedras preciosas son suficientes para comprar la sabidura. No hay nada
comparable a ella.
Job no es intelectualista, sino crudamente realista: no ignora nada de lo que
los hombres hacen en la tierra. Pero conviene que de cuando en cuando surja
un intelectual que elogie la sabidura y ensalce sus virtudes. No es un
pragmatismo sin contenido lo que explica la vida humana y la conduce a Dios.
Dios es el padre de todos y el que posee de verdad la sabidura; buscarla, pues,
es un estmulo que nos lleva a Dios.

Job 29. 1-10 a 30. 9-23


Job responde al ltimo discurso de Sofar y supera lo que han dicho hasta
ahora todos los amigos. Parece que no los escucha porque se limitan a repetir
las mismas palabras... Ahora Job no quiere tener otro interlocutor que Dios. Es
un gran acto de fe y, a la vez, una confesin de que la sabidura tradicional no
sirve para explicar la vida.
En un comentario anterior hemos dicho que el autor de Job es un intelectual.
Pero es un intelectual que no se siente satisfecho con su sabidura. Sin
embargo, hace una cosa muy importante: sabe ver los problemas y plantear las
cuestiones.
Job evoca su pasado con aoranza. En su evocacin hay patetismo y poesa.
Cuando recuerda su pasado no hace otra cosa que evocar la justicia de Dios, su
benevolencia, los tiempos en que se senta feliz bajo la proteccin de Dios y
colmado de sus bendiciones. Entre las bendiciones de Dios enumera en primer
lugar la de los hijos. Despus alude a la riqueza: Lavaba mis pies en leche y la
roca me daba ros de aceite (29,6).
Una de las grandes prdidas de Job fue la de su categora social.
Haba sido un personaje muy solicitado, a quien escuchaban las gentes. En los
pueblos orientales, tales personajes ejercan incluso una funcin poltica. Tras
rememorar aquellos tiempos, Job enumera las miserias que lo envuelven. Hasta
los nios se mofan de l. Al final habla de su enfermedad, de su piel
ennegrecida, de que vive con los chacales. Dios ha hecho todo esto. Job no
encuentra sosiego ni de da ni de noche, se halla siempre a merced del viento.
Lo que ms le aflige a Job es que precisamente l sea tratado as. La intensidad
del drama aumenta por el hecho de estar escrito en primera persona.

Job 32. 1-06 y 33. 1-22


Elih es sin duda un tradicionalista convencido de que es necesario volver a
la tradicin, tan malparada en los argumentos de Job, para encontrar una
respuesta. Al parecer, no cae en la cuenta de que los ataques de Job van
dirigidos contra la forma en que los "sabios" manipulan el concepto de Dios
para justificar su propia vida. Es el problema de siempre. Parece que, en el
plano puramente teolgico, todos estaran de acuerdo.
En lo que no puede haber acuerdo es en la aplicacin que creen poder hacer
del concepto de Dios. Son el polo opuesto a los destas, y caen en el otro
extremo. Se imaginan que siempre saben cmo y cul ha de ser la accin de
Dios. Esa es su equivocacin.
Elih es ms joven; parece como si hubiera estado escuchando sin decir nada
porque los otros le prohiban hablar. Pero ahora que stos guardan silencio ya,
Elih cree que puede aducir argumentos nuevos.
Si, como parece, los discursos de Elih son una adicin posterior,
representan la voz de la tradicin, de la antigua escuela, que aduce nuevos
argumentos. Y en cierto modo los proporciona. Job se ha quejado de sus

pesadillas y visiones nocturnas; Elih le declara que es ah donde le habla Dios


y lo previene para que no muera y vaya al sheol.

Es de notar la obstinacin, tanto de los tres amigos como de Elih, en creer


que siempre pueden interpretar lo que pasa y ver ah la voluntad e incluso el
pensamiento de Dios.

Curiosidades del Libro de Job


Existen conocimientos cientficos mencionados en el libro de Job que recin
se los comprendi hace unos cientos de aos, por ejemplo:
En Job 26:7 se afirma que "cuelga la Tierra sobre nada", es notable que est
esto en este libro, dado que fue escrito hace aproximadamente 3500 aos, dado
que en la Antigedad se afirmaba que la Tierra era plana y era sostenida por
elefantes, tortugas o un gran gigante llamado Atlas.
En Job 38.24 habla de que la luz se puede dividir. Esto es cientfico,
comprobado y demostrable, la luz se puede dividir, esto fsicamente se conoce
como Dispersin. La luz solar se divide y llega a nuestros ojos la luz azul, razn
por la cual el cielo se ve azul .
El agua llega a la tierra a travs de la lluvia, corre por las montaas hacia los
ros, regresa a los ocanos y se evapora, para volver a caer como lluvia. Este
concepto tan simple, no fue claramente reconocido por la ciencia hasta el ao de
1740, por Perrault y Mariotte. Job 36:27-28 identificaba este proceso de la
formacin de la lluvia con miles de aos de anticipacin.

Job 2. 25 habla del peso del viento. Desde los das de Aristteles, a travs de
la Edad Media y hasta el Renacimiento, el mundo cientfico crea que el aire no
tena ningn peso. Este "peso" del aire fsicamente se conoce como presin,
El libro de Job es el primero que ms describe al personaje "Satans" dentro
del Antiguo Testamento, figura tan usual en el Nuevo Testamento.
El libro de Job habla tambin de Orin y las Plyades. Estos dos personajes
son parte de la mitologa griega, escritos hacia el ao VIII antes de Cristo, si el
libro de Job fue escrito por Moiss, esto debi de haber sucedido hacia el ao
1475 AC mucho tiempo atrs de que Homero los describiera en la Iliada y la
Odisea, el autor del libro de Job los menciona con mucha familiaridad, como si
correspondiera a nuestros tiempos. Job 38:31 " Podrs t impedir las delicias
de las Plyades, O desatars las ligaduras del Orin?"
Hay un concepto mas complejo tambin en el libro de Job, en el captulo 38:
36-38 " Y los odres de los cielos, quin los hace inclinar, cuando el polvo se ha
convertido en dureza, y los terrones se han pegado unos con otros?" En teora
se est hablando de la erosin de la tierra, sin embargo el proceso de erosin de
la tierra es contrario a esta descripcin, el polvo no se convierte en dureza, es
esta que al contacto con el aire se erosiona y se esparce en polvo, los terrones
no se juntan unos con otros por el proceso de desgaste o por la falta de agua, al
contrario, estos se separan al no haber humedad.
El odre es un contenedor de vino y otras bebidas, hecho de cuero, puede
aplicarse tambin a eso a un cuero que se inclina o curva, un tejido en el cielo
que se inclina, tiene coherencia con la curvatura del espacio.
En el inicio del Universo se cree que la energa estaba tan alterada que las
partculas brotaban por todas partes, estas pequeas partculas similares al
polvo se fueron apacentando hasta formar la materia, y sta cada vez ms
gracias a la fuerza de gravedad se fue conglomerando dando paso a los
planetas, soles y dems cuerpos celestes, es un proceso muy similar al descrito
en Job.
http://es.wikipedia.org/wiki/Libro_de_Job

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