Filo
Filo
Filo
EL CONOCIMIENTO Y LA VERDAD.EL
PROBLEMA DE LA REALIDAD
EPISTEMOLOGIA Y METAFISICA.
Para iniciarse:
Estas son algunas de las preguntas fundamentales que nos haremos a lo largo del
captulo: Por qu creemos lo que creemos? Podemos estar realmente seguros de
todo? De dnde provienen nuestros conocimientos, es decir, cul es la fuente o el
origen de nuestro conocimiento? Podemos llegar al conocimiento ltimo de la
realidad? Por qu caminos o medios?
0. INTRODUCCION:
Sobre lo que s, sobre mis conocimientos, puedo hacerme tres preguntas:
1) De dnde los he obtenido?.Problema del origen o la fuente
2) Hasta qu punto estoy seguro de ellos?.Problema de la validez
3) Cmo puedo ampliarlos, mejorarlos o sustituirlos por otros ms adecuados,
verdaderos u objetivos? Problema del progreso acumulativo de las ciencias
1) Fuentes de mi conocimiento:
Fuentes sociales: Las cosas que s porque me las han dicho otros (padres,
profesores, mass media).
Fuentes empricas: Por propia experiencia sensible: sensaciones,
emociones, pasiones.
Fuentes intelectuales o racionales: Porque las he aprendido por m mismo
o las he estudiado. O porque las he deducido de otras previas
Hemos estudiado el proceso psicolgico del conocimiento, tal como suponemos que
debe ocurrir al nivel de las mentes individuales: se podra decir que a se nivel, el
conocimiento no es ms que la creacin de un modelo (o varios modelos, mejor
dicho, los correspondientes a las diversas ciencias) de la realidad
PROGRESIVAMENTE INTELECTUALIZADO, ES DECIR, ABSTRACTO,
cada vez ms alejado de las sensaciones y percepciones del sujeto cognoscente pero
hecho para dar cuenta de la unidad, estabalidad y regularidad de aquellas, es decir
del orden de la experiencia (del cosmos). Sin embargo, el estudio del conocimiento
OBJETIVO, por su propia naturaleza, rebasa el nivel de anlisis psicolgico para
entrar en otro nivel propiamente filosfico, al que tradicionalmente se llama
EPISTEMOLOGIA. GNOSEOLOGIA o ms llanamente TEORIA DEL
Para empezar, podemos decir que no sobre todos los conocimientos tengo el mismo
grado de certeza o seguridad, y, es ms, tampoco debo tenerlo. Lo que otros me dicen
podra ser una invencin o un engao. Los enunciados de la ciencia son refutables,
como demuestra su propia historia. Y, finalmente, mis sentidos (y hasta mi propia
razn, como veremos) me pueden engaar.
Ello no quiere decir que no me pueda fiar de nada, sino que lo que s debe ser sometido
de vez en cuando a examen crtico. Quizs no deba tomar ningn conocimiento como
una verdad absoluta e inamovible, sino que, ms bien, debo estar dispuesto a cambiar
mis conocimientos cuando otros mejor fundados aparezcan. A eso es a lo que se
denomina examen crtico. Y el instrumento que se encarga de llevarlo a cabo es la
razn.
La razn es una facultad, un procedimiento intelectual crtico, en virtud del cual
relaciono, ordeno, comparo, fundamento o someto a duda los datos o la
informacin que tengo, es decir, mis conocimientos. Su caracterstica es la
universalidad: es universal porque todos los hombres la poseen, y tambin porque
sus argumentos son comprensibles para todos.
El objetivo del mtodo racional es descubrir la verdad, que es la concordancia entre lo
que creemos y lo que se da en la realidad. Y una de las primeras misiones de la razn es
delimitar los diferentes campos o mbitos de la verdad que se reparten la realidad. No
podemos confundir estos campos. Adems en cada uno de ellos se aspira a un tipo de
veracidad distinta: en las matemticas se exige exactitud, mientras que en tica o en
poltica no se puede exigir exactitud, sino ms bien rigor y ausencia de contradiccin en
los razonamientos. En poesa, expresividad. Y verosimilitud en Historia.
Pero los hay que desconfan del poder de la razn para llegar a la verdad, entre otras
cosas porque a lo mejor no hay una verdad.. En esta lnea estn los escpticos y los
relativistas. Para los primeros (los escpticos), no hay nada cierto ni verdades
concluyentes, la razn no es capaz de llegar a la verdad. Para los segundos (los
relativistas), la verdad ni es una ni es absoluta, sino que depende del sujeto, de sus
intereses, posicin social, cultura. No existe la verdad, sino mltiples verdades,
tantas como sujetos. La verdad es subjetiva y nunca puede ser universal. No
existen verdades universales racionalmente objetivas.
Finalmente, frente a la razn tambin se colocan aquellos que defienden la intuicin o la
revelacin como la autntica fuente del conocimiento de la verdad. Les podramos
llamar los dogmticos o visionarios. Estos ltimos, a diferencia de los escpticos y
de los relativistas, s creen en la verdad nica y absoluta, pero sostienen que dicha
verdad no es cognoscible por medio de la razn , sino por medio de otra facultad,
llmese intuicin o revelacin.
Es posible el conocimiento? Esta pregunta ha sido contestada negativa y
afirmativamente con las dos principales posturas expuestas aqu: el Escepticismo y
el Dogmatismo. Pero ests no han sido las nicas. Por ello queremos ver otras, no tan
extremas, consideradas como intermedias de las mismas:
-
Empecemos por situar la teora del conocimiento en un justo medio entre estos
extremos, el de que todo puede conocerse (o ya se conoce) y el de que, en verdad
no se puede conocer nada, posturas verdaderamente insostenibles, como veremos.
A todas estas posturas radicales pueden objetrseles las siguientes crticas:
2. Objeciones:
Al escptico:
1) El escepticismo radical (no el metodolgico, que es el de las ciencias) se
autorefuta, pues al decir que nada es cierto ya est afirmando que existe una
verdad.
2) Para afirmar su tesis argumenta, por lo tanto se vale de la razn, cuya capacidad
pona en duda.
3) No permite dudar, pues la duda y el error presuponen la certeza y la verdad.
4) Es incompatible con la vida cotidiana: no podemos vivir en la prctica como si
nada fuera cierto, y si as es, por qu el escptico evita ciertos comportamientos
que presumiblemente acabaran con su vida...?
RESPUESTA DE KANT: No podemos conocer cmo son las cosas en s mismas,
sino slo tal y como las descubrimos por medio de nuestros sentidos y del
entendimiento que ordena los datos ofrecidos por ellos. No conocemos la realidad
pura, sino la realidad tal y como es para nosotros. Lo cual no significa, como
sostiene el escptico, que no podamos conocer nada de la realidad.
Cuestiones:
1) Podemos dudar absolutamente de todo? Razona tu respuesta
2) Podemos vivir sin creencias? Razona tu respuesta
Al relativista:
Admitimos que cuando nos acercamos a la realidad estamos influidos por ciertos
condicionantes culturales y personales. Y tambin admitimos que nuestra
capacidad de conocimiento es de tal naturaleza que decir que algo es verdad
significa decir que es ms verdad que otras afirmaciones sobre el mismo tema.
Como deca Ortega, la verdad no deja de ser una perspectiva, pero no por ello
invlida. Y su bsqueda es una incesante e infinita aproximacin. No sabemos
bien, ni podremos saber cuando hemos llegado a la VERDAD. Cuando llegamos
al conocimiento de algo, nos instalamos en l como si fuera la verdad, pero
hemos de estar dispuestos a admitir que sa puede acabar siendo sustituida por
otra verdad. Hasta entonces habr sido nuestra verdad y habr sido eficaz hasta
se mismo momento. Pero, y aqu vienen las objeciones:
1) Si todo es relativo, no es posible el discurso, la intersubjetividad. La
comunicacin (tanto interpersonal como intercultural) estara abocada al
fracaso, pues mi verdad es la verdad y adems es intransferible.
2) Adems si todo es relativo, todo vale, es decir, toda perspectiva y toda
verdad es legtima. Pero sabemos que no todo vale, no toda opinin es
igualmente vlida o defendible. Por mucho que con los relativistas podamos
sostener que la bsqueda de la verdad es una aproximacin indefinida, hay
perspectivas que no son sostenibles: o bien porque se autorrefutan (si mi
verdad es que hay que matar a quien no piense como yo, debo estar dispuesto
a que alguien me mate argumentando la misma verdad), o bien porque son
destructivas. O inmorales. Por otra parte, si no toda la ciencia, al menos la
lgica y las matemticas demuestran constantemente la existencia de
verdades objetivas, o con tal grado de intersubjetividad que hace muy
difcil la disensin. Y la existencia misma del lenguaje comn como
instrumento de comunicacin (cientfica o no) invalida todo relativismo
solipsista (el relativismo lingstico o cultural ya qued refutado al
criticar la hiptesis de la inconmensurabilidad lingstica de SapirWhorff).
sido educados. Ahora bien, a partir de los lenguajes, creados para representar realidades
particulares, podemos establecer un lenguaje cuya estructura lgica representa la
realidad?. S, ciertamente. Si queremos evitar la opinin o creencia y encontrar razones
se hace necesaria la Lgica, parte de la Filosofa que estudia el uso correcto del
lenguaje como sistema de smbolos que nos da la posibilidad de razonar en comn y no
slo de creer subjetivamente.
Saber o ciencia: cuando nuestra creencia est fundada tanto subjetiva como
objetivamente. Decimos, entonces, que es una creencia verdadera ya que
tenemos conviccin subjetiva y objetiva por cuanto esa creencia coincide con la
realidad (no slo est en nuestra mente) y tiene suficiente evidencia inmediata
o mediata (razones y justificaciones: razonamientos). Como ya dijimos, todo
saber es por definicin, pblico e intersubjetivo (se puede exponer o
comunicar y se puede demostrar con pruebas, argumentos o razones a los
dems)
fcil convencer a cualquiera, demostrando con razones lo que digo, mis ideas
resultan cada vez menos subjetivas y mas probablemente ciertas
Si sometemos nuestras creencias al sano principio de la duda, se dice de nosotros que
somos Escpticos metdicos. Si identificamos creencias con aceptacin, afirmacin o
juicio indudable, se dice de nosotros que somos Dogmticos. Como ya dijimos
anteriormente, la Filosofa no quiere ni el Escepticismo Radical que nos haga dudar
de todas nuestras creencias, ni el Dogmatismo que confunda creencia con saber y
nos impida ser tolerantes. La filosofa insiste en la necesidad de un Pensamiento
Crtico, capaz de partir de una sana duda para alcanzar creencias con criterios (de
donde procede el trmino crtico) racionales. Estos criterios racionales, alcanzados
con la reflexin, la argumentacin y la sistematizacin, son razones comunes
justificadas para creer en algo. As entre la creencia dogmtica y el escepticismo
podemos establecer la posibilidad intermedia: la Creencia Racional.
Podemos creer racionalmente gracias a las aportaciones de la Lgica y la Filosofa
(Proposiciones Analticas y Deductivas) El modelo de creencia racional es la Ciencia:
conjunto de creencias racionales de las cuales se pueden deducir o derivar otras
creencias igualmente racionales, compartidas por cualquier sujeto pensante. La ciencia
se basa en el razonamiento lgico-matemtico, en la comprobacin experimental o , en
el lmite, en testimonios fiables de otras personas basados igualmente en la experiencia
y la argumentacin. Finalmente, la persona que cree racionalmente debe tener
coherencia y preocupacin en el saber y por el saber, continuando constantemente la
bsqueda de conocimientos que permitan confirmar o refutar las propias creencias, es
decir, debe practicar la Filosofa entendida como bsqueda permanente de la sabidura.
Si se considera que el ser real (el nico ser real, es decir, el SER supremo ser
necesario y no contingente, como el resto de las cosas) es DIOS, entonces la
ONTOLOGIA REALISTA se transforma en una TEOLOGIA (aristteles, Santo
Toms de Aquino).De lo contrario, se habla de una METAFISICA o FILOSOFIA
PRIMERA (ciencia de los primeros principios y de las primeras causas de todas las
cosas, en la definicin de Aristteles). La TEOLOGIA puede ser de muchos tipos:
MONISTA o MONOTEISTA (un solo DIOS), TRINITARIA (Catolicismo),
CREACIONISTA o PANTEISTA (Dios y el mundo son lo mismo: Spinoza, Hegel)
e incluso NEGATIVA (de Dios no podemos conocer nada su esencia- salvo el
hecho de su existencia, o lo conocemos por va negativa, es decir negando lo que
NO ES). Pero el realismo tambin puede postular la existencia de muchos entes
o cosas individuales (las sustancias aristotlicas, por ejemplo, las mnadas de
Leibniz o los presocrticos pluralistas como Anaxgoras, Empdocles etc). La
metafsica de las sustancias individuales (Aristteles, Escolstica) fue sustituida
en la Edad moderna por la matefsica cartesiana y racionalista de las tres
sustancias: ALMA, MUNDO MATERIAL y DIOS. Pero el progreso del
pensamiento burgus sobre el feudal condujo primero a dudar de la existencia de
DIOS y a intentar fundamentarlo todo en el el ESPIRITU /MENTE
(IDEALISMO) o en la MATERIA (MATERIALISMO)
El IDEALISMO tiende a considerar que el nico SER REAL es el SUJETO DE
CONOCIMIENTO. Pero tambin hay muchas formas de Idealismo: el
PLATONICO (las ideas son cosas, aunque ya dijimos que, por eso mismo esta
postura es ms bien realista), el ACOSMISTICO O RADICAL de BERKELEY (la
materia no existe, todo es de naturaleza mental o espiritual), el
TRASCENDENTAL KANTIANO (que postula la existencia de un sujeto
transcendental, no emprico o psicolgico, pero que por eso mismo, puede ser
considerado tambin como un REALISMO CRITICO), el IDEALISMO
ROMANTICO ALEMAN (el Sujeto o la RAZON pone el objeto de conocimiento,
La verdad
como realidad
desvelada
(aletheia)
Platn
Aristteles
nombre de "ser".
La verdad como
adecuacin del
intelecto a la cosa
(aedecuatio
intellectus et rei)
Aristteles
Filosofa Medieval
El
"trascendental"
Verdad (o la
verdad como uno
de los
transcendentales
del SER)
La verdad
"lgica"
Toms de Aquino
Racionalismo:Descartes
Empirismo: Locke,
Berkeley, Hume
Positivismo y
Neopositivismo.
Filosofa Moderna
La verdad
como evidencia
conocimiento.
La verdad como
construccin del
sujeto
Filosofa Contempornea
La verdad como
adecuacin entre
lo mentado y lo
dado
Husserl
La verdad como
utilidad vital
(adaptacin al
medio) o como
praxis sociopoltica
Vitalismo: Nietzsche
Pragmatismo:William
James
Marxismo: Marx y
Engels
Realismo Directo o Ingenuo (de sentido comn): aquel que afirma que lo que
percibimos inmediata y directamente son las cosas. Postura de la Filosofa Antigua y
Medieval por influencia de Aristteles.
Kant va a dar un paso ms: niega la objetividad de las cualidades primarias al ser
propiedades espacio-temporales puestas por el sujeto. Las cosas, el nomeno, existen
pero permanece desconocido en s mismo para el sujeto que slo conoce el fenmeno
(Fenomenismo) tal como es para nosotros. El Realismo Crtico toma en nuestros das
la forma de Realismo Cientfico: la realidad no la podemos conocer directamente sino a
travs de la razn, siendo nuestra experiencia sensorial una interpretacin de lo
autnticamente real. La ciencia sera la interpretacin privilegiada de la realidad
objetiva, o la construccin de un modelo til para la vida proporcionando el mejor
y ms completo conocimiento de la realidad, aunque no sea perfecto (experimentos,
leyes, teoras cada vez ms verosmiles).
El materialismo es una teora metafsica realista: sostiene que todo lo que existe es
material, que no existen las sustancias espirituales o inmateriales y que podemos
conocer el mundo material por medio de los sentidos (realismo crtico). Hay, al menos
tres tipos de materialismo:
-
4.4.2. El Idealismo
El idealismo es la corriente que afirma que las cosas son o existen nicamente en
cuanto son percibidas o pensadas por nosotros. El conocimiento, dada la evidencia
de que los sentidos nos engaan, no es una imagen de las cosas reflejadas en nosotros,
sino una construccin nuestra en la que ponemos tanto o ms que las cosas mismas. Hay
dos puntos de partida:
-
5.
RESUMEN.
EL
PROBLEMA
ONTOLGICO
CONOCIMIENTO: LA APARIENCIA Y REALIDAD:
DEL
Son las cosas tal y como las percibimos?; podemos llegar a conocer los objetos en s
mismos?; existe una realidad diferente del sujeto o, por el contrario, los objetos slo
son meras creaciones del sujeto? A esto se le llama el Problema ontolgico del
Conocimiento. En este sentido hemos de hacer referencia a algunas de las posturas ms
relevantes al respecto, a saber: el realismo, el fenomenismo o fenomenalismo, el
idealismo, el escepticismo y el solipsismo.
--ESCEPTICISMO: No hay nada cierto en el mundo. Nada puede llegar a ser
conocido con certeza. El escptico consecuente se ve obligado en realidad a suspender
sus juicios sobre las cosas, es decir, se ve condenado al silencio, ya que si tiene la
conviccin de que no es posible el conocimiento de nada, entonces no podemos
pronunciarnos sobre nada e, incluso, no podemos llegar a actuar. El argumento ms
radical que se ha formulado en contra del escepticismo es que esta doctrina se
autorefuta, es decir, se contradice a s mismo, ya que si dice Nada hay cierto en el
mundo, ya est afirmando algo que pretende que valga como cierto. El escptico ms
radical de la historia del pensamiento es Pirrn.
-RELATIVISMO: la verdad es subjetiva y/o relativa. Toda verdad es un mera
perspectiva o creencia y por tanto, todas son igualmente vlidas o legtimas. Por tanto,
todo vale. Hay diferentes formas de relativismo: cultural, psicolgico, histrico,
lingstico, moral. En general es la postura propia del pensamiento POST-MODERNO:
-SOLIPSISMO: Es aquella postura segn la cual slo podemos conocer los contenidos
de nuestra conciencia: slo tenemos certeza de que existimos como sujetos que
pensamos, sentimos, deseamos, etc. Pero no podemos salir o ir ms all de nuestra
propia conciencia con sus contenidos. Como vemos, en realidad un idealismo como el
de Berkeley representa o se identifica claramente con una postura solipsista. Para el
solipsista, los caminos o puentes de comunicacin con la realidad y con otros sujetos,
estn rotos, ya que no hay nada que nos garantice que existe algo diferente de nuestra
propia conciencia, ya sean otras conciencias o ya sean los objetos fsicos
He aqu unos de los grandes temas de la filosofa de todos los tiempos : elucidar en que
consiste el acto de conocer, cual es la esencia del conocimiento, cual es la relacin
cognoscitiva entre el hombre y las cosas que lo rodean. A pesar de que es una operacin
cotidiana no hay un acuerdo acerca de lo que sucede cuando conocemos algo. La
definicin ms sencilla nos dice que conocer consiste en obtener una informacin acerca
de un objeto. Conocer es conseguir un dato o una noticia sobre algo. El conocimiento es
esa noticia o informacin acerca de se objeto. En principio, en todo conocimiento
podemos distinguir cuatro elementos:
Dicho de otra manera: el sujeto se pone en contacto con el objeto y obtiene una
informacin acerca del mismo. Cuando existe congruencia o adecuacin entre el objeto
y la representacin interna correspondiente, decimos que estamos en posesin de una
verdad. Esta es la concepcin ingenua o de sentido comn del conocimiento (tal
como la plantea el realismo directo de Aristteles: ver la definicin de verdad
como aedecuatio intellectus et rei) y en este tema vamos a ver que tal concepcin
no es nada evidente (o no tanto como parece en principio)
relaciona con otros objetos y se explica el fenmeno, sus relaciones, sus cambios y sus
caractersticas. El trabajo posterior del cientfico, una vez que ha vislumbrado una
hiptesis, consiste en traducir en trminos estructurados ( conceptos, juicio,
razonamientos, todo ello mediante pasos deductivos claros) la visin que ha
captado en el conocimiento holstico, gracias a un momento de inspiracin.
La captacin de valores nos ofrece el mejor ejemplo de conocimiento holstico.
Podemos ver a un ser humano enfrente de nosotros (esto es un conocimiento sensible o
de primer nivel). Podemos captar el concepto de hombre y definirlo (esto es un
conocimiento conceptual o de segundo nivel). Pero adems, podemos vislumbrar el
valor de este hombre en concreto dentro de su familia, o su dignidad en general como
deca Kant. Percibimos su valor y lo apreciamos. Esto es un conocimiento holstico o de
tercer nivel.
La experiencia esttica nos proporciona otro ejemplo de conocimiento holstico.
Percibir la belleza de una obra de arte significa captar ese objeto sin estructuras, sin
conceptos, simplemente detenindose en la armona, congruencias y afinidades con el
propio sujeto. Debido a esto, la experiencia esttica se puede denominar tambin
conocimiento por connaturalidad.
un ser activo y abierto al mundo, y que toma conciencia de l y de cmo son las cosas a
travs de la actividad de conocer, de la cual dependen su adaptacin al medio natural y
social, as como su dominio consciente del mundo.
El estudio de los problemas del conocimiento (Teora del Conocimiento), es decir, la
reflexin sobre la cuestin cmo y qu podemos conocer y cul es el origen de
nuestro conocimiento? ha sido uno de los principales problemas filosficos. Ya, desde
los albores de la Filosofa (Grecia, siglo VI a. C.), los primeros pensadores confiaron en
la capacidad de la razn para descubrir cul era el principio, el origen, el elemento
ltimo de todas las cosas, de lo cual todo procede y a lo cual todo va a parar a su
destruccin. Ms all de las apariencias de las cosas, es decir, ms all de lo
inmediatamente revelado por los sentidos, buscaban la esencia, es decir, buscaban
aquello que las cosas verdaderamente son.
As, por ejemplo, si observamos el agua sometida a diferentes condiciones vemos que
puede cambiar de estado y de apariencia. Sin embargo, a pesar de la diversidad de
estados o formas que puede presentar (estado, slido, lquido o gaseoso), nadie dira que
el agua deja de ser agua cuando pasa de un estado a otro. Por debajo de estos cambios
permanece algo invariable, algo (llmese esencia, naturaleza, propiedades especficas,
etc.) que en los tres casos nos permite seguir hablando de que estamos ante la misma
cosa.
La pregunta que nos podemos hacer ahora es, pero cmo conocer lo que las cosas
verdaderamente son? Los griegos estaban firmemente convencidos de que, por muy
tiles que sean los sentidos, no bastan, sin embargo para proporcionarnos el
conocimiento de lo que las cosas verdaderamente son. Ms bien al contrario, los
sentidos slo nos muestran una multiplicidad de individuos, de estados, de apariencias
cambiantes (como en el ejemplo que hemos puesto del agua). Es necesario un esfuerzo
intelectual, racional, para alcanzar el verdadero ser de las cosas, ms all de lo que
los sentidos nos muestran de ellas.
Los griegos establecieron, as, una dualidad en el campo del conocimiento, que ha
estado presente hasta nuestros das: la Razn frente a los sentidos; el conocimiento
racional frente al conocimiento sensible. Por tanto, la pregunta crucial ante la que nos
situamos es: de dnde proceden, en ltimo trmino, nuestros conocimientos?, o
dicho de otro modo, cul es el origen de nuestro conocimiento? Como acabamos de
ver, las respuestas a este interrogante apuntan, ya desde el principio del pensamiento
filosfico en dos direcciones fundamentales:
a) el origen de nuestros conocimientos es la experiencia sensorial (empirismo); y
b) el origen de nuestros conocimientos es la razn (racionalismo).
Aunque esta caracterizacin es vlida para toda la historia de la filosofa (hay
pensadores ms racionalistas y pensadores ms empiristas en todas las pocas, por
ejemplo, Platn y Aristteles) es especialmente aplicable para la filosofia moderna,
pues el problema del conocimiento (la pregunta por el cmo conocemos el mundo,
es decir por el asunto del origen y validez del conocimiento) se convirti en una
obsesin para los filsofos desde el renacimiento hasta el siglo XX (los griegos y los
medievales estaban ms interesados en las cuestiones metafsicas que en las
El filsofo irlands empirista George Berkeley estaba de acuerdo con Locke en que
el conocimiento se adquiere a travs de las ideas, pero rechaz la creencia de Locke
de que es posible distinguir entre ideas y objetos. Como veremos Berkely se atrever
a negar o a poner en duda la existenicia de la materia, considerndola una idea abstracta
sin ningn fundamento emiprico, una mera suposicin o hiptesis sin ninguna base
firme (idealismo). Ms tarde, el filsofo escocs David Hume sigui con la tradicin
empirista, pero no acept la conclusin de Berkeley de que el conocimiento consista
tan slo en ideas. O dico de otro modo, basndose en los mismos principios empiristas
atac, no ya slo la idea de materia, sino las ideas de sustancia o causa,
entendindolas como ideas abstractas sin ninguna conexin con la experiencia
sensible inmediata y directa (a la que l llamaba las impresiones). Mucho ms
radical que sus antecesores, Hume dividi todo el conocimiento en dos clases: el
conocimiento de la relacin de las ideas es decir, el conocimiento hallado en las
matemticas y la lgica, que es exacto y certero pero no aporta informacin sobre el
mundo y el conocimiento de la realidad sensible es decir, el que se deriva de la
percepcin. Hume afirm que la mayor parte del conocimiento de la realidad sensible
descansa en la relacin causa-efecto, y al no existir ninguna conexin lgica entre
una causa dada y su efecto, no se puede esperar conocer ninguna realidad futura con
certeza. As, las leyes de la ciencia ms certeras podran no seguir siendo verdad en el
futuro (del que no tenemos ni podemos tener experiencia sensible): una conclusin
que tuvo un impacto revolucionario en la filosofa.
El propsito de Hume era acabar con todas las especulaciones metafsicas sobre
Dios, el alma y el mundo. Pero el problema es que, al hacerlo, puso tambin en
cuestin la validez del conocimiento cientfico, extraa sntesis de razn
matemtica y experiencia nunca bien comprendida-, con una gran capacidad
predictiva y precisamente cuando haba alcanzado su madurez con la formulacin
de la mecnica de Newton. Incapaz de aceptar esto ltimo (aunque muy de
acuerdo con la crtica realizada por hume a la metafsica) el filsofo ilustrado
alemn Immanuel Kant intent resolver la crisis provocada por Locke y llevada a
su punto ms alto por las teoras de Hume; de modo que propuso una solucin en
la que combinaba elementos del racionalismo con algunas tesis procedentes del
empirismo. Coincidi con los racionalistas en que se puede tener conocimiento
exacto y certero, pero sigui a los empiristas en mantener que dicho conocimiento
es ms informativo sobre la estructura del pensamiento que sobre el mundo que se
halla al margen del mismo. Distingui tres tipos de conocimiento:
Las matemticas y la filosofa, de acuerdo con Kant, aportan este ltimo tipo de
conocimiento, y de lo que se trataba, segn Kant era de aclarar cmo era esto
posible.Dicho de otro modo, para Kant no haba duda de que los juicios de la
ciencia eran verdaderos, de modo universal y necesario, pero tambin progresivo,
es decir, tambin eran a la vez, informativos, capaces de hacer predicciones exactas
sobre las experiencias del futuro, tal como demostraba la fsica newtoniana. Desde
los tiempos de Kant, una de las cuestiones sobre las que ms se ha debatido en
filosofa ha sido si existe o no el conocimiento sinttico a priori.
En suma Kant neg que la realidad pudiera ser explicada mediante los solos conceptos y
se propuso conseguir el mismo objetivo que los dems pensadores modernos, pero
intentando determinar los lmites y capacidades de la razn. Si bien existen,
efectivamente, juicios sintticos apriori, que son la condicin necesaria de toda
comprehensin de la naturaleza (trascendentales), el mbito del conocimiento de limita,
sin embargo en el pensamiento de Kant, al reino de la experiencia. Como veremos, la
solucin transcendental de Kant salva el valor de la ciencia, pero slo paraacabar
declarando despus que su verdad no es objetiva , sino slo intersubjetiva, que no
podemos conocer cmo son las cosas en s mismas (sino slo cmo son para
nosotros) y declarando a toda metafsica como un pseudo-conocimiento que jams
alcanza su objetivo, pues no cumple las condiciones de la sntesis a priori.
Durante el siglo XIX, el filsofo alemn George Wilhelm Friedrich Hegel retom la
afirmacin racionalista de que el conocimiento certero de la realidad puede alcanzarse
con carcter absoluto (dogmtico, metafsico) equiparando los procesos del
pensamiento, de la naturaleza y de la historia como producto del desarrollo de una
RAZON cuasi divina. Aunque Hegel rechaz el criticismo kantiano, retornando a la
metafsica y sealando de modo ultra-idealista que el sujeto pone o cre al objeto, al
menos tuvo el mrito de sealar los condicionamientos histricos del conocimiento
provocando un inters por la historia y el enfoque histrico del conocimiento que ms
tarde fue realzado por Herbert Spencer en Gran Bretaa y la escuela alemana del
historicismo (Dilthey). Esta misma idea de la historicidad del conocimiento,
combinada con un estudio profundo de sus condicionamientos econmicos, sociales e
ideolgicos arrojara nuevas perspectivas no consideradas por los pensadores modernos
con la teora marxista del conocimiento, que se enmarca en una gnoseologa realista,
materialista, prctica y constructivista (el sujeto, el hombre, conoce la realidad tanto
natuaral como social- al transformarla) Spencer y el filsofo francs Auguste Comte
tambin llamaron la atencin a su manera sobre la importancia de la sociologa como
una rama del conocimiento y ambos aplicaron los principios del empirismo al estudio de
la sociedad.
La escuela estadounidense del pragmatismo, fundada por los filsofos Charles Sanders
Peirce, William James y John Dewey a principios de este siglo, llev el empirismo an
ms lejos al mantener que el conocimiento es un instrumento de accin y que todas las
creencias o conocimientos tenan que ser juzgadas por su utilidad como reglas para
predecir las experiencias en el contexto de la adaptacin al medio y de la necesidad
biolgica de sobrevivir, ideas que estaban latentes en el darwinismo. Algo similar puede
decirse de Nietzsche, quien consideraba que la verdad no era nign valor en s, sino en
funcin de su utilidad para la vida, y que en este sentido algunas mentiras podan ser
ms tiles que la verdad. Esta conclusin relativista no era inelectulable y otros
pensadores vitalistas (Bergson, Ortega) se limitaron a sealar el carcter
inevitablemente perspectivista de todo conocimiento (el conocimiento es una
perspectiva de la realidad).
De acuerdo con determinadas formas de empirismo existen otras experiencias adems
de la sensible, como la experiencia histrica, la experiencia intelectual, etc. En estas
posiciones, a algunos de cuyos precursores - los alemanes Friedrich Nietzsche y
Wilhelm Dilthey- difcilmente se les puede considerar como empiristas, el trmino
experiencia se entiende en un sentido ms amplio. Los autores ms representativos de
estas posiciones son el alemn Martin Heidegger y el francs Jean- Paul- Sartre, que
defendieron posturas existencialistas; los estadounidenses John Dewey y William
James, de orientacin pragmatista; y el espaol Jos Ortega y Gasset, que mantuvo la
postura que l llam raciovitalismo, en la que vida y razn constituan los dos polos de
su concepcin del mundo.
EL CONOCIMIENTO CIENTFICO.
Mientras que la teora del conocimiento en general, ha sido entendida tradicionalmente
en parte como una epistemologa o teora de la ciencia (aunque no slo pues a los
clsicos les preocuban las otras formas de conocimiento no cientficas) en el siglo XX
los filsofos se interesaron principalmente y casi de forma exclusiva por construir una
teora del conocimiento cientfico, suponiendo que si se lograra disponer de teoras
adecuadas que explicaran los mecanismos de un conocimiento de este tipo, podran
avanzar considerablemente por la misma va en la solucin de problemas gnoseolgicos
(demarcacin del verdadero conocimiento con respecto a otras doctrinas filosficas,
metafsicas y religiosas que pretenda tener un conocimiento misterioso e instintivo de
las cosas divinas) ms generales. Aunque aqu exponemos slo las teoras clsicas del
conocimiento (hasta Kant) adelantamos algunas de las lneas que seguir la
epistemologa del siglo XX.
La elaboracin de una epistemologa de este tipo constituy la tarea abordada
especialmente por los autores del Crculo de Viena, que fueron el germen de todo
movimiento del empirismo o positivismo lgico. Para stos filsofos se trataba de
corregir los errores de Kant cambiando su planteamiento transcendental por un
planteamiento lingstico (de lo que se trataba era de analizar el lenguaje cientfico
paradetermina qu caractersticas lo convierten en un lenguaje tan objetivo y preciso) y
conseguir un sistema unitario de saber y conocimiento, lo que requera la unificacin del
lenguaje y la metodologa de las distintas ciencias. Este lenguaje debera ser
insersubjetivo - lo que exiga la utilizacin de formalismos y de una semntica comny universal, es decir, cualquier proposicin deba poder traducirse a l.
Para los neopositivistas, al igual que para Hume y en parte, para Kant, lo nico que
puede hacerse es formular la hiptesis de la existencia de una realidad independiente de
nuestra experiencia e indicar criterios para su contrastacin en la medida en que una
afirmacin de existencia implica determinados enunciados perceptivos. No hay ninguna
posibilidad de decisin respecto a una realidad o idealidad absolutas. Ello sera, en
palabras de Carnap, un seudoproblema. La nica forma de conocimiento significativo y
verdadero es la ciencia y ello debido a que se trata de un lenguaje sintcticamente
correcto. Todas las formas epistemolgicas de la tradicin filosfica inspiradas en
posiciones metafsicas - el idealismo y el realismo filosfico, el fenomenismo, el
solipsismo, etc.- caeran, as, fuera del mbito del conocimiento emprico, ya que
buscaran responder a una pregunta imposible, a pseudoproblemas mal formulados y
peor contestados por un lenguaje imperfecto.
EPISTEMOLOGA EN EL SIGLO XX.
A principios del siglo XX los problemas epistemolgicos fueron discutidos a fondo y
sutiles matices de diferencia empezaron a dividir a las distintas escuelas de pensamiento
rivales. Se prest especial atencin a la relacin entre el acto de percibir algo, el objeto
percibido de una forma directa y la cosa que se puede decir que se conoce como
resultado de la propia percepcin. Los autores fenomenolgicos afirmaron que los
objetos de conocimiento son los mismos que los objetos percibidos. Los neorealistas
(tomistas) sostuvieron que se tienen percepciones directas de los objetos fsicos o partes
de los objetos fsicos en vez de los estados mentales personales de cada uno. Los
realistas crticos (neokantianos, Popper) adoptaron una posicin intermedia,
manteniendo que aunque se perciben slo datos sensoriales, como los colores y los
sonidos, stos representan objetos fsicos sobre los cuales aportan conocimiento.
Un mtodo para enfrentarse al problema de clarificar la relacin entre el acto de conocer
y el objeto conocido fue elaborado por el filsofo alemn Edmund Husserl, la llamada
fenomenologa. Perfil un procedimiento elaborado, al que llam fenomenologa, por
medio del cual se puede distinguir cmo son las cosas a partir de cmo uno piensa que
son en realidad (de como se nos ofrecen, sin juzgar sobre la cuestin de su existencia
objetiva), alcanzando as una comprensin ms precisa de las bases conceptuales del
conocimiento.Aunque interesante (influy mucho en la psicologa gestaltista) casi todos
los autores coinciden en afirma que recae en el idealismo y no podemos estudiarlaaqu.
Durante el segundo cuarto del siglo XX surgieron dos escuelas de pensamiento, ambas
deudoras del filsofo austriaco Ludwig Wittgenstein. Por una parte, la escuela del
empirismo o positivismo lgico, tuvo su origen en Viena, Austria, pero pronto se
extendi por todo el mundo. Como hemos dicho antes, los empiristas o neopositivistas
lgicos, animados por los avances de la lgica formal, hicieron hincapi en que slo
hay una clase de conocimiento: el conocimiento cientfico que se expresa en un lenguaje
bien hecho o bien construido desde el punto de vista sintctico; que cualquier
conocimiento vlido y aun significativo- tiene que ser verificable en la experiencia; y,
por lo tanto, que mucho de lo que haba sido dado por bueno por la filosofa no era ni
verdadero ni falso, sino carente de sentido. A la postre, siguiendo a Hume y a Kant, se
tena que establecer una clara distincin entre enunciados analticos y sintticos. Como
veremos en el siguiente tema, el llamado criterio de verificabilidad del
significado/criterio de demarcacin ha sufrido cambios como consecuencia de las
discusiones entre los propios empiristas lgicos, as como entre sus crticos, pero no ha
sido descartado del todo.Sin embargo, la mayor parte de la propia tradicin empirista
anglosajona (Popper, Kuhn, Feyerabend) ha acabado reconociendo su fracaso, al
constatar que no existen hechos empricos puros no contaminados de teora. Aunque
sus conclusiones puedan ser relativistas, otros enfoques actuales (marxista, etolgico, el
constructivismo de Piaget) en la medida en que aportan perspectivas poco consideradas
habitualmente (los condicionantes biolgicos, neurolgicos y hasta sociales del
conocimiento) pueden ser prometedores en el futuro.
Paso 1: el alma existe antes que el cuerpo. En su vida anterior, en el mundo suprasensible,
contempla las ideas.
Paso 2: cuando el alma se une al cuerpo, olvida el conocimiento que haba adquirido.
Paso 3: en el mundo sensible, el hombre percibe por los sentidos los objetos que fueron
hechos por el Demiurgo (dios), a partir de una materia preexistente (jora), teniendo como
modelo a las ideas.
Paso 4: la percepcin sensible de los objetos despierta en el alma, por su semejanza con las
ideas, el recuerdo de las ideas olvidadas. De all que se denomine a esta teora "Teora de la
Reminiscencia" o del recuerdo.
En primer lugar, duda de los sentidos: dado que los sentidos nos
han engaado alguna vez, no pueden ser considerados una fuente
vlida y fiable de conocimiento, ya que, lo que una vez nos ha
engaado, podra volver a hacerlo. De este modo, Descartes pone
en duda que las cosas sean tal y como las percibimos.
El segundo motivo de duda es la imposibilidad de distinguir la
vigilia del sueo: en opinin de Descartes, al no poder saber con
certeza si estamos despiertos o dormidos, tampoco podemos
establecer con certeza que lo que estamos percibiendo exista
realmente. Por tanto, la imposibilidad de distinguir la vigilia del
sueo nos lleva a dudar de la existencia misma del mundo
externo Nota: este argumento es ms serio de lo que parece,
como puede verse en los argumentos de Berkeley a favor de su
idealismo (ver ms adelante).No tenemos ningn criterio para
distinguir la realidad del sueo porque, cuando estamos
soando, tambin creemos que es real lo que soamos. (Lee al
final el cuento de Julio Cortzar titulado La Noche
Bocaarriba)
Y, finalmente, llevando sus dudas hasta la exageracin y la
ficcin, Descartes incluso llega a pensar en la posibilidad de que
existiera un genio maligno (en lugar de un Dios bueno), que
nos hiciera estar engandonos cada vez que creemos conocer la
verdad.
Pues bien, despus de haber dudado ya de todo lo que se poda dudar, Descartes
encuentra una verdad evidente que parece salir victoriosa frente a la duda, a saber:
Pienso, luego existo. Descartes dice que, efectivamente, podemos dudar de que el
mundo exista o de que sea tal y como lo conocemos, pero de lo que no podemos
dudar es de que estamos dudando, Por eso, Descartes concluye que si hay algo de
lo que no podemos dudar es de nuestra existencia como sujetos pensantes.
Sin embargo, una vez que ha llegado aqu, el problema que tiene Descartes es que slo
tiene evidencia de su propia existencia como sujeto que piensa, pero de nada ms: slo
sabe con certeza que piensa, pero no tiene certeza ni de que exista el mundo externo, ni
de que exista, ni siquiera, su propio cuerpo. Descartes ha llegado al solipsismo, y no le
va a resultar fcil escapar de l.
Sin embargo, va a encontrar la solucin en la idea de Dios. Descartes hace de la
existencia de Dios la clave de toda su Filosofa. A partir de la idea de Dios (esencia) que
encuentra en su pensamiento (cree que es innata, no adventicia ni facticia, es decir no un
producto de la experiencia ni de la imaginacin) demuestra su existencia (argumento
ontolgico) . Una vez demostrado que Dios tambin existe, concluye que Dios, en tanto
que Ser Perfecto que es, no nos puede engaar: Dios ha creado al hombre, y ha puesto
Duda metdica: en busca de una certeza, decidi rechazar como falsa toda afirmacin de
la que se pudiese dudar.
Duda del conocimiento sensible: los datos de los sentidos no son seguros, podemos dudar
de ellos. De hecho, los sentidos nos engaan a menudo. Incluso no hay indicios ciertos para
distinguir el sueo de la vigilia, por lo que todo lo que percibimos por los sentidos podra
no ser real. En consecuencia, todos los datos de los sentidos, inclusive el propio cuerpo,
quedan a un lado en esta bsqueda de la certeza.
Duda del conocimiento racional: como no se basan en los datos de los sentidos, las
verdades de razn (lgicas y matemticas) no son alcanzadas por la duda, la cual recae
sobre el conocimiento sensible. Sin embargo Descartes seala que ms de una vez nos
equivocamos al realizar algn clculo, y lleva la duda al extremo de afirmar que podramos
estar siendo engaados por un "genio maligo" o "dios engaador", astuto y poderoso.
Cmo podramos defendernos de l?
Pienso, existo: ms all de toda duda se encuentra nuestra propia existencia. Incluso
aunque admitiese que soy engaado por un genio maligno, ello no invalidara la certeza que
tengo respecto de esta proposicin mientras la estoy concibiendo en mi espritu. Pues no se
trata de un razonamiento o una deduccin (como todo lo que piensa existe, si yo pienso, yo
existo) sino de una evidencia que se impone, de un conocimiento intuitivo que se obtiene
de modo inmediato y directo.
Criterio de verdad: Descartes analiza su primera certeza para descubrir las notas
distintivas que le servirn de criterio para identificar otras afirmaciones verdaderas. La
afirmacin Pienso, existo se presenta a la conciencia con "claridad" y "distincin". Por
lo tanto, sern aceptadas como verdaderas aquellas ideas que sean claras (ciertamente
presentes a la conciencia) y distintas (no confundidas con otras ideas).
Existencia de Dios: a pesar de haber encontrado una certeza absoluta (Pienso, existo), y
a partir de ella un criterio de verdad, de todos modos sigue en pie la duda que sobre todo
otro conocimiento nos genera la Hiptesis del Genio Maligno. La demostracin de la
existencia de Dios despeja las dudas sobre el conocimiento racional, que tiene en Dios a su
garante. Su existencia se demuestra como causa externa de la existencia en la conciencia de
la idea de perfeccin, que no puede provenir del yo que duda y es imperfecto. Adems la
idea o esencia de un ser perfecto no puede no exitir en la realidad.: entonces no sera
perfecto, la faltara la existencia (argumento ontolgico para demostrar la existencia real de
Dios a partir de su esencia o idea mental).Y siendo Dios perfecto no puede ser engaador ni
puede habernos hecho para que nos confundamos sistemticamente. Podemos equivocarnos
porque no somos perfectos, pero no estamos hechos para el error.
Conocimiento racional seguro: con Dios como garanta, el conocimiento lgico y
matemtico recobra su seguridad y se desecha la Hiptesis del Genio Maligno.
Ideas innatas: son las ideas que no proceden ni de la experiencia ni de la imaginacin, son
las nicas verdaderamente claras y distintas (la idea de Dios, por ejemplo).
Conocimiento sensible: se refiere a las ideas adventicias que, se supone, representan las
cosas reales. Pero cmo superar la duda respecto de este conocimiento? No ser slo un
sueo? Cul es su causa, su origen? Nosotros no, porque nos sentimos pasivos ante ellas.
Dios tampoco, porque l no es engaador. Debemos concluir que la causa de nuestras ideas
adventicias son las cosas esternas realmente existentes. De todos modos, slo conocemos
de ellas con claridad y distincin que son substancia extensa. Ideas adventicias: son las
ideas que nos vienen del exterior, a travs de los sentidos (la idea de azul, por ejemplo).
Ideas facticias: son las ideas producidas por la propia conciencia mediante la imaginacin
(la idea de minotauro, por ejemplo).
Aristteles, al contrario que Platn no cree que existan dos mundos (el de las ideas y
el de las cosas). Las ideas existen, pero estn dentro de las cosas materiales (no son
ms que su forma o esencia: hylemorfismo).La union de materia y forma es
inseparable en la realidad: es la mente la que las separa. Ya que mencionamos a
Pero en fin, veamos como lo intenta. Nuestra mente es como una tabula rasa (papel
en blanco) en la que va quedando impresa nuestra experiencia: todo lo que en ella est
escrito, todas nuestras ideas, provienen de la experiencia, y se adquieren mediante la
sensacin (experiencia externa) y mediante la reflexin (experiencia interna que
surge cuando el sujeto percibe su propia actividad). A partir de la sensacin y de la
reflexin surgen todas nuestras ideas simples; y de la combinacin de las ideas simples
por el entendimiento surgen las ideas compuestas.(las mal llamadas ideas innatas, por
tanto, surgiran a partir de la experiencia mediante combinacin de ideas simples o
sensaciones)
Para Locke es absurdo decir que los sentidos nos engaan completamente (como
afirmaban platn o Descartes) pues son la fuente de nuestro conocimiento y todo lo que
tenemos para conocer el mundo que el cree que est razonablemente compuesto de
materia objetiva que causa nuestras sensaciones: aunque esta idea no sea ms que una
mera hiptesis, intenta argumentarla con razones evidentes. Locke, frente al
ellas, sino que son los efectos en nosotros de realidades exteriores dotadas de extensin,
slidas y mviles.
Berkeley, no obstante, sostena que los argumentos derivados de la relatividad de
nuestras ideas acerca de las cualidades secundarias se aplican igualmente a
nuestras ideas acerca de las cualidades primarias. Para Berkeley la distincin
entre cualidades primarias y secundarias es una distincin abstracta e insostenible.
Adems es un supuesto arbitrario que contradice toda evidencia emprica. En la
experiencia aparecen cualidades primarias y secundarias inseparablemente
entretejidas y todas al mismo tiempo. La forma y la dimensin de los objetos, as
como la velocidad de sus movimientos, parecen cambiar segn la posicin que
ocupamos e incluso segn nuestro estado de espritu. Objetos que pareceran
pequeos a observadores de gran estatura pareceran grandes a un observador
muy pequeo. En "Three Dialogues between Hylas and Philonous", I, dice
Berkeley:
nominales, es decir, que conocemos las colecciones de ideas ms bien que las esencias
reales, no es necesario concebir la idea de una sustancia subyacente a la que se
vincularan las cualidades. A este respecto, Berkeley continuaba la va trazada por
Locke.
Como para Locke, para Berkeley tampoco existen las ideas innatas. Y tambin, como
para Locke, para Berkeley hay una diferencia entre las ideas facticias de la fantasa y las
adventicias de la percepcin. Berkeley acepta que estas ltimas se imponen a nuestra
voluntad y que, por tanto, deben ser producidas por una sustancia externa a nosotros: lo
que niega es que esa sustancia haya de ser forzosamente una sustancia material y
extensa. Dicho de otro modo: algunas de nuestras ideas, sobre todo las que nacen de la
imaginacin (adventicias) son evidentemente producidas en cada individuo por efecto
de su propia eleccin. Ahora bien, las ideas de sensacin, por otra parte, se nos
presentan independientemente de nuestra voluntad, en sucesiones regulares y
persistentes. Dado que no proceden de los individuos que las perciben y que deben
proceder forzosamente de un espritu cualquiera, como es de rigor respecto de
todas las cualidades sensibles, es necesario que procedan del espritu de Dios que es
responsable del orden de la naturaleza. Es Dios (es decir, la sustancia espiritual
divina) quien produce esas ideas en nosotros de un modo que se nos impone como
necesario e inevitable.
Dicho de otro modo: Para Berkeley el mundo es una especie de pelcula que
Dios proyecta en nuestra alma directamente, una especie de alucinacin de origen
divino (como el sueo, o como el geniecillo maligno de Descartes e incluso como en
Matrix). Su empirismo radical (mucho ms que el de Locke) le lleva a negar la
existencia de la sustancia material, pero aun conserva la idea de una sustancia
espiritual causante de nuestras sensaciones.su discpulo Hume ser an ms radical
en su empirismo y acabar negando o dudando de la existencia de todas las ideas
metafsicas (sustancia y causa): no slo no existe la materia, sino que tampoco existe
el espritu ni divino (la sustancia infinita), ni humano (la sustancia pensante: el
alma). Y lo que es peor, es imposible justificar siquiera la idea abstracta de causa a
partir de las sensaciones.Pero con ello Hume no slo se carga la metafsica sino como
vamos a ver, tambin la propia fsica matemtica.
Pero, si tal y como sostiene Hume, todo nuestro conocimiento proviene y tiene su lmite
en las impresiones sensibles, es decir, si nada hay presente a la mente ms que
impresiones e ideas (que provienen de las impresiones), entonces no podemos saber si
existen objetos externos causantes de esas impresiones. Que existan esos objetos es algo
que slo podemos creer, pero que no podemos probar. Las pretendidas cosas" quedan
reducidas a meras apariencias, a "fenmenos (fenomenismo o fenomenalismo): no
podemos conocer cmo son las cosas en s mismas, sino que slo podemos conocer
cmo se nos aparecen. En sentido estricto, para Hume, slo puedo afirmar que algo
existe mientras lo percibo y de la manera que lo percibo, pero nunca ms all del
momento y del modo en que se me aparece.
Aplicado a la ciencia esto significa una critica radical de la induccin y de la
causalidad: yo tengo experiencia del pasado y del presente, pero no puedo tenerla
del futuro. Por tanto no puedo predecir nada. O dicho de otra manera: si no tengo
impresin alguna que corresponda a la idea abstracta de substancia, tampoco
tengo ninguna impresin de la idea de causa, entendida como una conexin
universal y necesaria entre dos impresiones.Yo s que a una impresin le sigue otra
y que en el pasado siempre ha sido as, pero no puedo decir que siga siendo as
siempre (universal y necesariamente) porque del futuro no tengo experiencia ni
puedo tenerla.La conclusin es clara: la ciencia no tiene seguridad ni objetividad
alguna, no es ms que una creencia basada en la costumbre. No puede predecir
nada con seguridad.
El pensamiento de Hume nos deja a un solo paso del solipsismo y del escepticismo: del
solipsismo porque en el fondo, si slo conocemos nuestras impresiones e ideas de las
cosas, no estamos autorizados a afirmar nada ms all de nuestra propia conciencia; y
del escepticismo, porque nos deja sin certezas: no puedo estar seguro de nada, slo de
mis percepciones. Su filosofia es un fenomenismo radical (slo existen fenmenos o
apariencias)
Hume fue uno de los mximos representantes del empirismo britnico. Sus crticas claras y
profundas al racionalismo despertaron a Kant de su "sueo dogmtico".
Hume aplic el mtodo cientfico al estudio del espritu humano, analizando los procesos
psquicos con un modelo similar o equiparable al utilizado por Newton para el anlisis de
los fenmenos fsicos. Los elementos bsicos o "tomos" son aqu las sensaciones
(impresiones e ideas ) que se relacionan espontneamente entre s segn las leyes de
asociacin de ideas (semejanza, contigidad espacial y temporal, y causalidad). Como
todas las ideas derivan de las impresiones, no cabe hablar, como hacan los racionalistas, de
"ideas innatas". Pero como slo son vlidas aquellas que provienen claramente de las
primeras (aquellas ideas recuerdos- que puedo asociar con impresiones vivas) Hume niega
valor a todo conocimiento abstracto, tanto al metafsico como al cientfico. Esto ltimo era
demasiado para Kant, e intent demostrar que si la metafsica no es una ciencia, la fsica y
las matemticas s que lo son, al menos.
A continuacin se presenta un esquema del proceso de conocimiento tal como lo entienda
Hume, acompaado de una breve descripcin de los elementos que lo componen.
En resumen, este importante autor intenta llevar a cabo una sntesis y una superacin
del racionalismo y del empirismo modernos, adoptando una postura intermedia, capaz
de justificar el hecho de que los enunciados de las ciencias sean al mismo tiempo
que empricos (progresivos, capaces de aumentar nuestro conocimiento del
mundo), universales y necesarios. Por eso kant dice que la ciencia y sus enunciados
son producto de una sntesis a priori. Nuestro conocimiento, dice Kant, comienza
con la experiencia, pero no por eso procede todo l de la experiencia. Es decir slo
podemos conocer aquello de lo que tenemos experiencia (empirismo), pero al analizar el
contenido de nuestro conocimiento encontramos que nuestra mente posee ciertas
condiciones transcendentales: elementos a priori, es decir, para entendernos innatos
aunque esto no es exacto- , que no proceden de la experiencia (racionalismo): y estos
elementos a priori son el espacio y el tiempo como condiciones de la sensibilidad
(formas o intuiciones puras de sta), por un lado, y los conceptos o categoras del
entendimiento, por otro.
Mediante el espacio (tridimensional, euclideo) y el tiempo (lineal, sucesivo) que segn
Kant no son objetivos sino formas subjetivas a priori con las que todo sujeto ordena las
impresiones, pero de un modo tan absoluto como haba planteado Newton- organizamos
nuestros datos sensoriales, posibilitando de este modo nuestra experiencia sensible
(pues de otro modo slo tendramos un conjunto de impresiones inconexas, y nuestra
experiencia sensible sera muy distinta). El espacio y el tiempo son por tanto, las
primeras condiciones que todo sujeto impone al conocimiento de objetos, las formas a
priori con las que ordenamos las impresiones de nuestra experiencia sensible.En la
sensibilidad se opera pues, la primera sntesis a priori: espacio/tiempo + impresiones =
fenmenos)
Pero la experiencia sensible es, a su vez, referida a conceptos o categoras innatos al
entendimiento. Dicho de otro modo: recibe una segunda ordenacin por parte del sujeto.
Sin los conceptos no podramos emitir juicios sobre la realidad: la sensibilidad nos sita
frente a una multiplicidad de fenmenos, es decir, de impresiones en el espacio y en el
tiempo. Y mediante los conceptos, lo que hacemos es ordenar (comprender) tales
impresiones particulares bajo la forma a priori de categoras generales (unidad,
causalidad etc).Para Kant nuestros conceptos o ideas no son innatas, pero s son a priori
(son las segundas condiciones que el sujeto impone al conocimiento del objeto). Pero
hay que entenderlos como categoras, es decir como formas de organizar la experiencia,
vacas de todo contenido emprico (los conceptos empricos son producto, precisamente,
de la sntesis de categoras a priori + fenmenos recibidos a posteriori, si bien ordenados
ya espacio temporalmente por la sensibilidad).
De este modo, Kant sostiene que la mente humana impone una serie de condiciones a
nuestra percepcin y conocimiento del mundo (si nuestra mente fuera de otro modo,
nuestro mundo perceptivo sera diferente), pero no reduce totalmente la percepcin y el
conocimiento al sujeto psicolgico. Se necesita un mundo externo, unos datos sensibles,
como material que luego organiza e interpreta el entendimiento pero tambin unas
formas a priori (no psicolgicas) de organizar se material.
No es un buen ejemplo, pero la comparacin de la mente con un ordenador puede
ayudar a entenderlo: mediante el teclado llegan los datos (=la experiencia); pero el
ordenador debe poseer previa e independientemente su propio "programa" para procesar
esos datos (= lo a priori); el resultado sale en la pantalla (=el objeto tal y como es
conocido para nosotros). Otro mal ejemplo que suele ponerse es el de las gafas de
colores. Segn esto, el planteamiento de Kant sera asimilable a la siguiente situacin:
imaginemos que todos los sujetos nacieran con unas gafas que slo filtraran la luz azul
(las gafas seran una metfora de las formas a priori). Pues bien, en esta situacin todos
los sujetos veran el mundo inevitablemente de color azul (el azul sera una condicin
intersubjetiva impuesta por el sujeto al conocimiento de todo posible objeto) aunque
objetivamente nadie pudiese decir de qu color es realmente, o si tiene color alguno. La
comparacin slo sirve si tenemos en cuenta que Kant no habla de muchos sujetos o de
muchas gafas sino de un solo sujeto que los comprende a todos (el sujeto transcendetal).
De acuerdo con las tesis de Kant, slo conocemos de las cosas lo que nosotros
ponemos en ellas. Lo que sean las cosas en s mismas es algo que no podemos
llegar a conocer (la postura de Kant no es fenomenista, pero s idealista, si bien su
idealismo es distinto del de Berkeley: Kant no niega la existencia del objeto la
meteria que producira las impresiones que nuestra sensibilidad recibe
pasivamente- slo nuestra posibilidad de conocerlo totalmente tal como es en s y
no para nosotros). Por eso kant niega al igual que Hume- la posibilidad de un
conocimiento metafsico: podemos pensar la cosa en s pero de ningn modo
podemos conocerla porque esto sera aplicar nuestras categoras a priori ms all de
la experiencia sensible (los conceptos o formas a priori sin intuiciones son vacos dice
Kant, no ordenan nada y por tanto no significan nada real).
En este punto Kant hace una distincin entre: nomeno y fenmeno. Con el concepto de
NOMENO se refiere a los objetos en s mismos (es decir, a lo que los objetos son
con independencia de nuestro conocimiento); y con el concepto de FENMENO se
refiere a los objetos tal y como son conocidos por nosotros (es decir, fenmeno es
aquello que se nos aparece, aquello que se nos muestra en nuestra percepcin y
conocimiento). Por tanto, slo conocemos fenmenos, mientras que los objetos en s
mismos quedan fuera de nuestra experiencia y de nuestro conocimiento, puesto que
nunca podemos llegar a saber cmo son los objetos en s mismos. Slo conocemos de
los objetos lo que ponemos en ellos. A cambio, Kant cree haber demostrado cmo es
posible el conocimiento intersubjetivo (pero universal y necesario) de las verdaderas
ciencias: las matemticas y la fsica, las cuales, a diferencia de la metafsica s progresan
acumulativamente. Sus juicios (los de la geometra, la aritmtica y la mecnica
newtoniana) son sintticos a priori (universales, necesarios y empricos a la vez) porque
expresan cmo el espaci, el tiempo y las categoras ordenan necesariamente nuestra
experiencias de una determinada manera (en tres dimensiones, en una linea temporal
sucesiva de instantes y segn relaciones necesarias causa-efecto, por ejemplo)
En conclusin, se puede decir que para Kant nuestra percepcin de las cosas depende de
nuestras estructuras cognoscitivas. La percepcin y el conocimiento son fenmenos
activos y constructivos, pues son el resultado de la interaccin de las cosas con el
sujeto que las percibe.
A continuacin se presenta un esquema del proceso de conocimiento tal como lo
entienda Kant, acompaado de una breve descripcin de los elementos que lo
componen.
categoras del entendimiento, construye, tomando como materia las impresiones caticas, el
objeto de conocimiento, el fenmeno, que es intramental. El intelecto no conoce las cosas
tal como son en s mismas (nomeno) sino tal como l mismo las construye (fenmeno).
Ideas de la razn pura: las ideas de Dios, de alma y de mundo permanecen vacas. Son las
impresiones las que dotan de contenido a las formas vacas del intelecto, pero de las ideas
de la razn no tenemos impresin alguna. Estas ideas proyectan la tendencia de la razn a
realizar una sntesis cada vez ms abarcativa, hasta un plano en el que este objetivo ya no
puede ser logrado.
Hay por consiguiente, para Kant, una forma nica de concebir el espacio y el tiempo,
porque dichas formas provienen de sntesis a priori que se imponen al entendimiento
sin que ninguna nueva experiencia o especulacin pudiera cambiarlas. Pero sus
caractersticas haban sido establecidas por la ciencia la ciencia de la poca de Kant
y no podan ser otras. Haba un espacio absoluto y un tiempo absoluto, y en ellos
ocurran los fenmenos fsicos tal como lo explicaba la mecnica de Newton. Las
relaciones espaciales no podan ser otras que aquellas descritas por la geometra de
Euclides.6
As pues, la teora del conocimiento de Kant est fundada sobre la ciencia de su
poca, fundamentalmente la fsica de Newton. Kant no tena idea de que
En este tema se han tratado las dos principales posturas filosficas clsicas que
responden a la cuestin del origen del conocimiento. En el sigiuente veremos los
desarollos que este problema ha tenido en la moderna epistemologa o filosofa de la
ciencia:
-El racionalismo (pginas: 176-178): rechaza los sentidos como fuente de
conocimiento y sostiene que la fuente y el origen de nuestro conocimientos es la Razn.
Esta postura es defendida, entre otros, por Platn y Descartes.
-El empirismo (pginas: 179-180): se opone frontalmente al racionalismo, y sostiene
que el origen de nuestros conocimiento se halla en la experiencia, en los sentidos: es
defendido por Aristteles, y ya en los siglos XVII y XVIII por Locke, Hume y
Berkeley.
-En respuesta a estas dos posturas encontramos la de I. Kant (siglo XVIII), quien
elabora una teora que sintetiza de un modo original el racionalismo y el empirismo
con su teora del Idealismo Transcendental
Sin embargo, la solucin de Kant aunque original no fue satisfactoria. Primero
porque la ciencia del siglo XX se encarg pronto de demostrar la falsedad de los
conceptos newtonianos de tiempo y espacio absolutos.El espacio puede tener ms
de una dimensin y una de ellas es es el tiempo (la cuarta). Ambos son por tanto,
relativos y hoy las ciencias trabajan con modelos del continuo espacio-tiempo ndimensionales, inimaginables para el hombre pero tericamente consistentes.
Paradjicamente esto demuestra que la ciencia es una construccin intelectual
humana (y no una adecuacin de la mente a las cosas), algo que Kant fue a pesar
de todo- el primero en poner de manifiesto. Pero aunque hay que reconocerle se
mrito su concepto de la sntesis a priori no es vlida hoy. Y adems tampoco no se
dio cuenta de que:
1) esa construccin no es puramente intelectual sino que
responde a intereses de utilidad. El evolucionismo
demostr que todo conocimiento es adaptativo, es decir
cumple la funcin de adaptar mejor la conducta de los
organismos al medio (ver el siguiente texto, acerca de
nuestra percepcin de las amapolas).
1. Rojas o ultravioletas?
Las amapolas en flor que el viento no para de columpiar en un campo ufano, son
rojas o ultravioletas? Indiscutiblemente y evidentemente, para los hombres son
rojas: las vemos rojas. Pero para una abeja que en este ufano campo busca su
polen, seran tambin rojas? La respuesta que los humanos podemos dar a esta
pregunta es negativa: para las abejas estas amapolas no seran rojas sino
ultravioletas.
Los humanos vemos las amapolas rojas; las abejas,
ultravioletas. Pero como son las amapolas en
realidad? Los humanos, con nuestras refinadas
herramientas, podemos ver o captar de algn modo el
mundo real? Todos los animales vivimos en el mismo
mundo real, en el mismo montaje de tomos, fotones,
neutrinos, campos gravitatorios y electromagnticos,
etc. ... Pero este mundo real no es visible, ni captable,
ni intuible, ni experimentable, ni perceptible por ningn
animal. Cada especie animal ha desarrollado
receptores que captan ciertos rasgos del mundo real,
precisamente aquellos rasgos la captacin de los
cuales es relevante para la supervivencia y
reproduccin de estos animales. (MOSTERN Grandes
temas de la Filosofa actual). En el mundo real no hay
colores, sino slo absorcin y reflejo de fotones de muy
diversa frecuencia: los humanos captan los fotones de
frecuencia correspondiente al rojo pero no captan los
fotones de frecuencia correspondiente al ultravioleta.
La abeja no puede percibir sino aquello que su aparato nervioso-sensorial
determina a priori. Los humanos slo podemos percibir aquello que nuestro
aparato nervioso-sensorial nos determina a priori; sin embargo, hay muchas
cosas que sabemos y no percibimos, que caen fuera de nuestro mundo perceptual
pero no conceptual.
Nuestro aparato nervioso-sensorial slo nos permite responder a un sector muy
reducido del inmenso campo de energa electromagntica, o sea, el espectro
visible (los colores) constituye una pequea parte del espectro electromagntico. Y
no slo el ojo humano, nuestro receptor visual, tiene unas limitaciones
determinadas a priori, sino que todos los receptores de nuestro aparato nervioso-
sensorial tienen los propios a priori. Los olores que capta un perro no son los olores
que un humano capta: su mundo olfativo es mayor que mi mundo olfativo. Los
leves ruidos que capta una lagartija me resultan completamente imperceptibles: su
mundo auditivo no es mi mundo auditivo, los suyos a priori no son los mos.
Los
racionalistas,
como las
araas...
Los pensadores racionalistas, pensemos en Descartes (15961650), insistan en todo aquello que aporta el sujeto, es decir, en los
a priori del sujeto: los elementos innatos. Para ellos, los
conocimientos ms seguros eran los que provenan de mi yo
racional. Por otra parte, los pensadores empiristas -pensemos en
Hume (Escocia, 1711-1776)- insistan en la fuerza de los hechos
puros: slo es fiable aquella idea que tiene detrs una impresin
captada sensorialmente.
Los empiristas,
como las hormigas...
TEXTOS Y ACTIVIDADES
"Lo que turba a los hombres no son los sucesos, sino las opiniones acerca de los
sucesos. Por ejemplo, la muerte no es nada terrible, pues, de serlo tambin se lo habra
parecido a Scrates; sino la opinin de que la muerte es terrible, eso es lo
terrible!. Cuando, pues, nos hallemos incmodos o nos turbemos o nos aflijamos, nunca
echemos a otro la culpa, sino a nosotros mismos, esto es, a nuestras propias opiniones.
Obra es de quien carece de formacin filosfica acusar a otros de lo que a l le va mal;
quien empieza a educarse se acusa a s mismo; quien ya est educado, ni a otros ni a s
mismo acusa." (Epcteto. Enquiridion.)
En el espectro solar, un espaol, como la mayor parte de los occidentales, distingue
entre el violeta, el azul, verde, amarillo, naranja y rojo. Pero estas distinciones no se
encuentran en el espectro mismo donde no hay ms que un todo continuo del violeta al
rojo. Este todo continuo se articula de modo diverso segn las lenguas. Sin salir de
Europa, en bretn y en gals, una sola palabra, "glas", se aplica a una parte del
espectro que cubre aproximadamente las zonas del azul y el verde. Es frecuente que lo
que nosotros llamamos verde, se halle dividido entre dos unidades, de las que una
cubre una parte de lo que nosotros designamos como azul y, la otra, lo esencial de
nuestro amarillo. Ciertas lenguas se conforman con dos colores bsicos que
corresponden groseramente a las dos mitades del espectro. Todo esto vale del mismo
modo para aspectos ms abstractos de la experiencia humana. Es sabido que las
palabras como en ingls "wistful", en alemn "gemtlich, en ruso "nicev"
no corresponden en espaol a nada determinado. Incluso palabras como en espaol
"tomar" en francs "prendre", en ingls "take", en alemn " nehmen", en ruso "brat",
consideradas como equivalentes, no son empleadas siempre en las mismas
circunstancias, o dicho de otro modo, no cubren exactamente el mismo campo
semntico. De hecho, corresponde a cada lengua una organizacin particular de los
datos de la experiencia. Aprender otra lengua no es poner nuevos rtulos a objetos
conocidos, sino acostumbrarse a analizar de otro modo aquello que constituye el objeto
de comunicaciones lingsticas. ( Martinet. A. "Elementos de Lingstica General".)
"Todo lo que he admitido hasta el presente como ms seguro y verdadero, lo he
aprendido de los sentidos; ahora bien, he experimentado, a veces, que tales sentido me
engaaban y es prudente no fiarse nunca por completo de quienes nos han engaado
alguna vez. Pero, an dado que los sentidos nos engaan a veces, tocante a cosas mal
perceptibles o muy remotas, acaso hallemos otras muchas de las que no podamos
razonablemente dudar...[...]. [...] Pues, duerma yo o est despierto, dos ms tres sern
siempre cinco, y el cuadrado no tendr ms de cuatro lados; no pareciendo posible que
verdades tan patentes puedan ser sospechosas de falsedad o incertidumbre
alguna". (Descartes. R. "Meditaciones Metafsicas". Alfaguara. Madrid. 1988)
"Es evidente que la mente no conoce las cosas de forma inmediata, sino tan solo por la
intervencin de las ideas que tiene sobre ella. Nuestro conocimiento, por ello, slo es
real en la medida en que existe una conformidad entre nuestras ideas y la realidad de
las cosas". (Locke. "Ensayo IV". 4,4)
"Todas las percepciones de la mente humana se reducen a dos clases distintas, que
denominar impresiones e ideas. La diferencia entre ambas consiste en los grados de
fuerza y vivacidad con que afectan a la mente y se abren paso hasta nuestro
pensamiento y conciencia. A las percepciones que entran con mayor fuerza y violencia
podemos denominarlas impresiones (sentir),...por ideas entiendo las imgenes dbiles
de las impresiones al pensar y al razonar (pensar). [...]. Me parece una proposicin
que no admitir mucha discusin, que todas nuestras ideas no son sino copias de
nuestras impresiones, o en otras palabras, que nos es imposible pensar algo que no
hayamos sentido previamente, ya sea mediante nuestros sentidos internos o
externos." (Hume. D. "Tratado de la Naturaleza Humana". Porra. Mxico. 1977)
"En el fenmeno, los objetos, e incluso las propiedades que les asignamos, son siempre
considerados como algo realmente dado. Pero, en la medida en que [...] tales
propiedades dependen nicamente del modo de intuicin del sujeto, establecemos una
distincin entre dicho objeto en cuanto fenmeno y ese mismo objeto en cuanto
objeto en s. [...]. No hay duda de que todo nuestro conocimiento comienza con la
experiencia.[...]. Pero, aunque todo nuestro conocimiento empiece con la experiencia,
no por eso procede todo l de la experiencia. En efecto, podra ocurrir que nuestro
mismo conocimiento emprico fuera una composicin de lo que recibimos mediante las
impresiones y de lo que nuestra propia facultad de conocer produce (simplemente
movida por las impresiones) a partir de s misma. En tal supuesto, no distinguiramos
esta adicin [...] hasta tanto que un prolongado ejercicio nos hubiese hecho fijar en
ella y nos hubiese adiestrado para separarla. Consiguientemente, una de las cuestiones
que se hallan ms necesitadas de un detenido examen [...] es la de saber si existe
semejante conocimiento independiente de la experiencia e, incluso, de las impresiones
de los sentidos". (Kant. I. "Crtica de la Razn Pura". Alfaguara. Madrid. 1978)
Observa Coleridge que todos los hombres nacen aristotlicos o platnicos. Los
ltimos intuyen que las ideas son realidades; los primeros, que son generalizaciones;
para stos, el lenguaje no es otra cosa que un sistema de smbolos arbitrarios; para
aqullos, es el mapa del universo. El platnico sabe que el universo es de algn modo
un cosmos, un orden; ese orden, para el aristotlico, puede ser un error o una ficcin
de nuestro conocimiento parcial. A travs de las latitudes y de las pocas, los dos
antagonistas inmortales cambian de dialecto y de nombre; uno es Parmnides, Platn,
Spinoza, Kant, Francis Bradley; el otro, Herclito, Aristteles, Locke, Hume, William
James. En las rduas escuelas de la Edad Media todos invocan a Aristteles, maestro
de la humana razn, pero los nominalistas son Aristteles, los realistas son
Platn. George Henry Lewes ha opinado que el nico debate medieval que tiene algn
valor filosfico es el del nominalismo y realismo. Como es de suponer, tantos aos
multiplicaron hacia lo infinito las posiciones intermedias y los distingos; cabe, sin
embargo, afirmar que para el realismo los primordial eran los universales (Platn
dira las ideas, las formas; nosotros los conceptos abstractos), y para el nominalismo,
los individuos. La historia de la filosofa es un vano museo de distracciones y de vanos
juegos verbales; verosmilmente las dos tesis corresponden a dos maneras de intuir la
realidad. (Borges. J.L. "Otras Inquisiciones". Alianza. Madrid.1984)
Ante la serie de fracasos de la teora clsica del conocimiento podemos hacer entrar en
escena a las ideas de Piaget, quien es ms conocido por sus teoras del desarrollo
cognitivo en los nios, pero en cuyo trasfondo encontramos una posicin muy clara en
torno al problema del conocimiento en general. l avala una concepcin similar a la que
mencionbamos de John L. Austin, diciendo que
[...] la filosofa ha sido la matriz de la ciencia, y contina siendo sin duda la matriz de
ciencias y de nuevas perspectivas que hoy no podemos an entrever, pero slo lo ser
El hecho de que tenemos memorias tiene varias consecuencias: nos hace conscientes de
la sucesin temporal de los eventos, nos permite comparar las experiencias presentes
con las del pasado, y nos permite integrar una personalidad, un yo mental que tiene
una historia y cuya continuidad no se interrumpe a pesar del sueo o de otros perodos
de inconsciencia.
Para poder plantearse el problema de los lmites del conocimiento hay que precisar
cmo son las relaciones que median entre los eventos materiales y los eventos mentales.
Aqu es donde son tiles los conocimientos de neurofisiologa, que aunque en la
actualidad son muy avanzados, aqu los expresaremos de forma simple. En principio, la
informacin que adquirimos del universo material nos llega a travs de nuestros
sistemas sensoriales. Los receptores sensoriales son clulas que se excitan ante un cierto
tipo de estmulo (luz, calor, etc.) y actan como transductores al convertir esos
estmulos en impulsos elctricos que viajan por las fibras nerviosas hacia el cerebro,
donde se llevan a cabo actividades o eventos neuronales muy complejos, que incluyen la
constante reconfiguracin de ese entramado neuronal.
Nos explica Rosenblueth que existe la siguiente cadena de eventos para nuestras
percepciones: procesos materiales > activacin de receptores sensoriales > impulsos
elctricos codificados > eventos neuronales y mentales correlacionados. Aqu nos
damos cuenta de que en el proceso suceden una serie de transformaciones, de manera
que en todo caso lo nico que se preserva del estmulo original es su estructura. Si me
quemo la mano, ese calor (energa del movimiento de los tomos) no llega a mi cerebro;
si veo un objeto rojo, la luz con la longitud de onda correspondiente no alcanza a mi
cerebro. Lo que recibe mi cerebro es informacin codificada que no tiene nada en
comn con los objetos o eventos originales, salvo la estructura,14 lo cual significa que se
conservan ciertas relaciones que existen en el evento original. El evento mental es la
sensacin
final
que
tengo
de
quemarme
o
del
color
rojo.
Esto ltimo es algo que desde luego otros filsofos han puesto en evidencia, pero en
ocasiones de manera muy oscura. Por ejemplo Wittgenstein15 nos habla de que un
pensamiento es una figura lgica de los hechos. La figura sera la estructura. Como
vemos, parece estar hablando de lo mismo que se planteaba en el prrafo anterior, pero
de una manera muy densa y resumida. Y de cualquier modo que se plantee, de lo que
nos habla esto es precisamente de los lmites del conocimiento, pues, en ltima
instancia, lo nico que conocemos del mundo real es esa estructura, no la cosa en s.
Ahora bien, lo que resulta interesante rescatar de lo dicho hasta aqu, es la relacin que
tiene con algunos de los conceptos de Piaget vistos en la seccin anterior.
Nos referiremos a dos aspectos:
1. Esta preservacin de estructuras que ocurre en el proceso natural de conocimiento o
de nuestra relacin con el mundo sera anloga a lo que sucede al construir modelos o
teoras cientficas. El modelo o la teora no me dice lo que es la cosa, pero s preserva
ciertas relaciones, es decir, la estructura. De esta manera se explicara el principio de
continuidad de Piaget segn el cual no habra que diferenciar entre las etapas del
desarrollo individual (desde la niez hasta la adultez) y las del desarrollo cientfico.
2. El proceso de adaptacin del que habla Piaget en su sustrato fsico o biolgico
correspondera a la modificacin continua de las conexiones funcionales de las
neuronas.
Por ltimo, y regresando a la cadena que va desde los estmulos hasta los eventos
neuronales y mentales, la pregunta es cmo se relacionan estos eventos finales de la
cadena. Segn dijimos, Rosenblueth admite esta dualidad de eventos mentales y eventos
materiales, pero simplemente como eventos simultneos, no relacionados causalmente.
Solamente los eventos materiales (los fenmenos neurofisiolgicos) estn relacionados
causalmente, siendo el proceso mental slo un aspecto distinto del mismo evento.
Parece que este juicio que nos podra hacer prescindir de los eventos mentales, es decir,
hacer del problema cerebro-mente un pseudoproblema. Sin embargo, Rosenblueth
insiste en que para poder prescindir del trmino evento mental tendramos que tener
un medio para traducir de un dominio a otro, pero esto es imposible, y para mostrarlo
utiliza como ejemplo el intento de comunicar a un ciego de nacimiento las sensaciones
de los colores:
Por muy detallada que fuese la descripcin de los eventos fsicos que ocurren en mi
cerebro cuando veo un objeto rojo, y aunque fuera macrocsmica o microcsmica,
jams lograra transmitir la connotacin introspectiva de la palabra rojo.16
Esto podra derivar nuestro anlisis hacia muchos otros temas correlacionados como,
por ejemplo, la inteligencia artificial (si una computadora fuera tan elaborada como para
llevar a cabo procesos materiales tan complejos como los neuronales, sera
consciente?, estara pensando?, tendra asociados eventos mentales?), el libre albedro
(el que la relacin causal slo se d en el terreno material significa que no existe el
libre albedro?, la voluntad como un elemento mental es slo un estado o implica una
relacin causal con el mundo material, contradiciendo as a Arturo Rosenblueth?), etc.
Todos estos temas resultan interesantsimos, pero quedan fuera de la intencin de este
ensayo cuyo objeto es nicamente mostrar la importancia que tiene tomar en cuenta
elementos de las ciencias empricas para poder abordar con mayores probabilidades de
xito el problema del conocimiento.
CONCLUSIONES
Hemos tenido la oportunidad de mostrar cmo las posiciones meramente empiristas y/o
apriorsticas, tratadas bajo la ptica de una filosofa especulativa, no resuelven el
problema del conocimiento porque en su planteamiento asumen que el punto de partida
es algn factor especfico, ya sea de carcter sensible o intuitivo, en el cual no se puede
reconocer cmo comienza el conocimiento. En ese sentido, es necesario introducir
consideraciones de carcter dinmico y ver el conocimiento como un proceso. Existe
actualmente la investigacin cientfica en el campo de la psicologa y de la
neurofisiologa que aclara muchos aspectos sobre la transicin de los procesos
meramente biolgicos, incluyendo los reflejos ms elementales del recin nacido, hasta
acciones mucho ms complejas que pueden ya ser caracterizadas como cognoscitivas.
La teora constructivista extiende estos procesos hasta los de la actividad cientfica
introduciendo su principio de continuidad.
Actualmente poseemos conocimientos cientficos que no existan en la poca de
Locke o de Kant y que no se pueden ignorar al intentar dar solucin al problema
del conocimiento. No cabe duda que abordar el estudio de este tema es una tarea
multidisciplinaria, la cual debe incluir todos los esfuerzos intelectuales que
permitan construir una teora ms completa e integral.
Ricardo Guzmn Daz, Tecnolgico de Monterrey, campus Monterrey.
[email protected]
verdadero paseo: una calle larga, bordeada de rboles, con poco trfico y amplias
villas que dejaban venir los jardines hasta las aceras, apenas demarcadas por setos
bajos. Quiz algo distrado, pero corriendo por la derecha como corresponda, se dej
llevar por la tersura, por la leve crispacin de ese da apenas empezado. Tal vez su
involuntario relajamiento le impidi prevenir el accidente. Cuando vio que la mujer
parada en la esquina se lanzaba a la calzada a pesar de las luces verdes, ya era tarde
para las soluciones fciles. Fren con el pi y con la mano, desviandose a la izquierda;
oy el grito de la mujer, y junto con el choque perdi la visin. Fue como dormirse de
golpe.
Volvi bruscamente del desmayo. Cuatro o cinco hombres jvenes lo estaban sacando
de debajo de la moto. Senta gusto a sal y sangre, le dola una rodilla y cuando lo
alzaron grit, porque no podia soportar la presin en el brazo derecho. Voces que no
parecn pertenecer a las caras suspendidas sobre l, lo alentaban con bromas y
seguridades. Su nico alivio fue or la confirmacin de que haba estado en su derecho
al cruzar la esquina. Pregunt por la mujer, tratando de dominar la nusea que le
ganaba la garganta. Mientras lo llevaban boca arriba hasta una farmacia prxima,
supo que la causante del accidente no tena ms que rasguos en la piernas. "Ust la
agarr apenas, pero el golpe le hizo saltar la mquina de costado..."; Opiniones,
recuerdos, despacio, ntrenlo de espaldas, as va bien y alguien con guardapolvo
dndole de beber un trago que lo alivi en la penumbra de una pequea farmacia de
barrio.
La ambulancia policial lleg a los cinco minutos, y lo subieron a una camilla blanda
donde pudo tenderse a gusto. Con toda lucidez, pero sabiendo que estaba bajo los
efectos de un shock terrible, dio sus seas al polica que lo acompaaba. El brazo casi
no le dola; de una cortadura en la ceja goteaba sangre por toda la cara. Una o dos
veces se lami los labios para beberla. Se senta bien, era un accidente, mala suerte;
unas semanas quieto y nada ms. El vigilante le dijo que la motocicleta no pareca muy
estropeada. "Natural", dijo l. "Como que me la ligu encima..." Los dos rieron y el
vigilante le dio la mano al llegar al hospital y le dese buena suerte. Ya la nusea
volva poco a poco; mientras lo llevaban en una camilla de ruedas hasta un pabelln
del fondo, pasando bajo rboles llenos de pjaros, cerro los ojos y dese estar dormido
o cloroformado. Pero lo tuvieron largo rato en una pieza con olor a hospital, llenando
una ficha, quitndole la ropa y vistindolo con una camisa griscea y dura. Le movan
cuidadosamente el brazo, sin que le doliera. Las enfermeras bromeaban todo el tiempo,
y si no hubiera sido por las contracciones del estmago se habra sentido muy bien,
casi
contento.
Lo llevaron a la sala de radio, y veinte minutos despus, con la placa todava hmeda
puesta sobre el pecho como una lpida negra, pas a la sala de operaciones. Alguien
de blanco, alto y delgado se le acerc y se puso a mirar la radiografa. Manos de mujer
le acomodaban la cabeza, sinti que lo pasaban de una camilla a otra. El hombre de
blanco se le acerc otra vez, sonriendo, con algo que le brillaba en la mano derecha.
Le palme la mejilla e hizo una sea a alguien parado atrs.
Como sueo era curioso porque estaba lleno de olores y l nunca soaba olores.
Primero un olor a pantano, ya que a la izquierda de la calzada empezaban las
marismas, los tembladerales de donde no volva nadie. Pero el olor ces, y en cambio
vino una fragancia compuesta y oscura como la noche en que se mova huyendo de los
aztecas. Y todo era tan natural, tena que hur de los aztecas que andaban a caza de
hombre, y su nica probabilidad era la de esconderse en lo ms denso de la selva,
cuidando de no apartarse de la estrecha calzada que slo ellos, los motecas, conocan.
Lo que ms lo torturaba era el olor, como si aun en la absoluta aceptacin del sueo
algo se revelara contra eso que no era habitual, que hasta entonces no haba
participado del juego. "Huele a guerra", pens, tocando instintivamente el pual de
piedra atravesado en su ceidor de lana tejida. Un sonido inesperado lo hizo agacharse
y quedar inmvil, temblando. Tener miedo no era extrao, en sus sueos abundaba el
miedo. Esper, tapado por las ramas de un arbusto y la noche sin estrellas. Muy lejos,
probablemente del otro lado del gran lago, deban estar ardiendo fuegos de vivac; un
resplandor rojizo tea esa parte del cielo. El sonido no se repiti. Haba sido como
una rama quebrada. Tal vez un animal que escapaba como l del olor a guerra. Se
enderez despacio, venteando. No se oa nada, pero el miedo segua alli como el olor,
ese incienso dulzn de la guerra florida. Haba que seguir, llegar al corazn de la selva
evitando las cinagas. A tientas, agachndose a cada instante para tocar el suelo ms
duro de la calzada, dio algunos pasos. Hubiera querido echar a correr, pero los
tembladerales palpitaban a su lado. En el sendero en tinieblas, busc el rumbo.
Entonces sinti una bocanada del olor que ms tema, y salt desesperado hacia
adelante.
-Se va a caer de la cama -dijo el enfermo de la cama de al lado-. No brinque tanto,
amigazo. Abri los ojos y era de tarde, con el sol ya bajo en los ventanales de la larga
sala. Mientras trataba de sonrer a su vecino, se despeg casi fsicamente de la ltim a
visin de la pesadilla. El brazo, enyesado, colgaba de un aparato con pesas y poleas.
Sinti sed, como si hubiera estado corriendo kilmetros, pero no queran darle mucha
agua, apenas para mojarse los labios y hacer un buche. La fiebre lo iba ganando
despacio y hubiera podido dormirse otra vez, pero saboreaba el placer de quedarse
despierto, entornados los ojos, escuchando el dilogo de los otros enfermos,
respondiendo de cuando en cuando a alguna pregunta. Vio llegar un carrito blanco que
pusieron al lado de su cama, una enfermera rubia le frot con alcohol la cara anterior
del muslo, y le clav una gruesa aguja conectada con un tubo que suba hasta un frasco
lleno de lquido opalino. Un mdico joven vino con un aparato de metal y cuero que le
ajust al brazo sano para verificar alguna cosa. Caa la noche, y la fiebre lo iba
arrastrando blandamente a un estado donde las cosas tenan un relieve como de
gemelos de teatro, eran reales y dulces y a la vez ligeramente repugnantes, como estar
viendo una pelcula aburrida y pensar que sin embargo en la calle es peor, y quedarse.
Vino una taza de maravilloso caldo de oro oliendo a puerro, a apio, a perejil. Un
trozito de pan, mas precioso que todo un banquete, se fue desmigajando poco a poco.
El brazo no le dola nada y solamente en la ceja, donde lo haban suturado, chirriaba a
veces una punzada caliente y rpida. Cuando los ventanales de enfrente viraron a
manchas de un azul oscuro, pens que no iba a ser difcil dormirse. Un poco incmodo,
de espaldas, pero al pasarse la lengua por los labios resecos y calientes sinti el sabor
del caldo, y suspir de felicidad, abandonndose.
Primero fue una confusin, un atraer hacia s todas las sensaciones por un instante
embotadas o confundidas. Comprenda que estaba corriendo en plena oscuridad,
aunque arriba el cielo cruzado de copas de rboles era menos negro que el resto. "La
calzada", penso. "Me sal de la calzada." Sus pies se hundan en un colchn de hojas y
barro, y ya no poda dar un paso sin que las ramas de los arbustos le azotaran el torso
y las piernas. Jadeante, sabindose acorralado a pesar de la oscuridad y el silencio, se
agach para escuchar. Tal vez la calzada estaba cerca, con la primera luz del da iba a
verla otra vez. Nada poda ayudarlo ahora a encontrarla. La mano que sin saberlo l,
aferraba el mango del pual, subi como un escorpion de los pantanos hasta su cuello,
donde colgaba el amuleto protector. Moviendo apenas los labios musit la plegaria del
maz que trae las lunas felices, y la splica a la Muy Alta, a la dispensadora de los
bienes motecas. Pero senta al mismo tiempo que los tobillos se le estaban hundiendo
despacio en el barro, y al la espera en la oscuridad del chaparral desconocido se le
haca insoportable. La guerra florida haba empezado con la luna y llevaba ya tres das
y tres noches. Si consegua refugiarse en lo profundo de la selva, abandonando la
calzada mas alla de la regin de las cinagas, quiz los guerreros no le siguieran el
rastro. Pens en la cantidad de prisioneros que ya habran hecho. Pero la cantidad no
contaba, sino el tiempo sagrado. La caza continuara hasta que los sacerdotes dieran la
seal del regreso. Todo tena su nmero y su fin, y l estaba dentro del tiempo sagrado,
del
otro
lado
de
los
cazadores.
Oy los gritos y se enderez de un salto, pual en mano. Como si el cielo se incendiara
en el horizonte, vio antorchas movindose entre las ramas, muy cerca. El olor a guerra
era insoportable, y cuando el primer enemigo le salt al cuello casi sinti placer en
hundirle la hoja de piedra en pleno pecho. Ya lo rodeaban las luces y los gritos alegres.
Alcanz a cortar el aire una o dos veces, y entonces una soga lo atrap desde atrs. -Es
la fiebre -dijo el de la cama de al lado-. A m me pasaba igual cuando me oper del
duodeno. Tome agua y va a ver que duerme bien.
Oy gritar, un grito ronco que rebotaba en las paredes. Otro grito, acabando en un
quejido. Era l que gritaba en las tinieblas, gritaba porque estaba vivo, todo su cuerpo
se defenda con el grito de lo que iba a venir, del final inevitable. Pens en sus
compaeros que llenaran otras mazmorras, y en los que ascendan ya los peldaos del
sacrificio. Grit de nuevo sofocadamente, casi no poda abrir la boca, tena las
mandbulas agarrotadas y a la vez como si fueran de goma y se abrieran lentamente,
con un esfuerzo interminable. El chirriar de los cerrojos lo sacudi como un ltigo.
Convulso, retorcindose, luch por zafarse de las cuerdas que se le hundan en la
carne. Su brazo derecho, el mas fuerte, tiraba hasta que el dolor se hizo intolerable y
hubo que ceder. Vio abrirse la doble puerta, y el olor de las antorchas le lleg antes
que la luz. Apenas ceidos con el taparrabos de la ceremonia, los aclitos de los
sacerdotes se le acercaron mirndolo con desprecio. Las luces se reflejaban en los
torsos sudados, en el pelo negro lleno de plumas. Cedieron las sogas, y en su lugar lo
aferraron manos calientes, duras como el brnze; se sinti alzado, siempre boca arriba,
tironeado por los cuatro aclitos que lo llevaban por el pasadizo. Los portadores de
antorchas iban adelante, alumbrando vagamente el corredor de paredes mojadas y
techo tan bajo que los aclitos deban agachar la cabeza. Ahora lo llevaban, lo
llevaban, era el final. Boca arriba, a un metro del techo de roca viva que por momentos
se iluminaba con un reflejo de antorcha. Cuando en vez del techo nacieran las estrellas
y se alzara ante l la escalinata incendiada de gritos y danzas, sera el fin. El pasadizo
no acababa nunca, pero ya iba a acabar, de repente olera el aire libre lleno de
estrellas, pero todava no, andaban llevndolo sin fin en la penumbra roja,
tironendolo brutalmente, y l no quera, pero como impedirlo si le haban arrancado
el amuleto que era su verdadero corazn, el centro de su vida.
Sali de un brinco a la noche del hospital, al alto cielo raso dulce, a la sombra blanda
que lo rodeaba. Pens que deba haber gritado, pero sus vecinos dorman callados. En
la mesa de noche, la botella de agua tena algo de burbuja, de imagen traslcida contra
la sombra azulada de los ventanales. Jade buscando el alivio de los pulmones, el
olvido de esas imgenes que seguan pegados a sus prpados. Cada vez que cerraba los
ojos las vea formarse instantneamente, y se enderezaba aterrado pero gozando a la
vez del saber que ahora estaba despierto, que la vigilia lo protega, que pronto iba a
amanecer, con el buen sueo profundo que se tiene a esa hora, sin imgenes, sin nada...
Le costaba mantener los ojos abiertos, la modorra era ms fuerte que l. Hizo un ltimo
esfuerzo, con la mano sana esboz un gesto hacia la botella de agua; no lleg a
tomarla, sus dedos se cerraron en un vaco otra vez negro, y el pasadizo segua
interminable, roca tras roca, con sbitas fulguraciones rojizas, y l boca arriba gimi
apagadamente porque el techo iba a acabarse, suba, abrindose como una boca de
sombra, y los aclitos se enderezaban y de la altura una luna menguante le cay en la
cara donde los ojos no queran verla, deseparadamente se cerraban y abran buscando
pasar al otro lado, escubrir de nuevo el cielo raso protector de la sala. Y cada vez que
se abran era la noche y la luna mientras lo suban por la escalinata, ahora con la
cabeza colgando hacia abajo, y en lo alto estaban las hogueras, las rojas columnas de
rojo perfumado, y de golpe vio la piedra roja, brillante de sangre que chorreaba, y el
vaivn de los pies del sacrificado, que arrastraban para tirarlo rodando por las
escalinatas del norte. Con una ltima esperanza apret los prpados, gimiendo por
despertar. Durante un segundo crey que lo lograra, porque estaba otra vez inmvil en
al cama, a salvo del balanceo cabeza abajo. Pero ola a muerte y cuando abri los ojos
vio la figura ensangrentada del sacrificador que vena hacia l con el cuchillo de
piedra en la mano. Alcanz a cerrar otra vez los prpados, aunque ahora saba que no
iba a despertarse, que estaba despierto, que el sueo maravilloso haba sido el otro,
absurdo como todos los sueos; un sueo en el que haba andado por extraas
avenidas de una ciudad asombrosa, con luces verdes y rojas que ardan sin llama ni
humo, con un enorme insecto de metal que zumbaba bajo sus piernas. En la mentira
infinita de ese sueo tambin lo haban alzado del suelo, tambin alguien se le haba
acercado con un cuchillo en la mano, a l tendido boca arriba, a l boca arriba con los
ojos cerrados entre las hogueras.
ACTIVIDADES
Cuestiones:
1) Se te ocurre algn ejemplo que muestre la diferencia entre estas fuentes de
conocimiento que se citan en la unidad y la razn? Por contraposicin a la
revelacin o intucin, cmo opera la razn, cul es su mtodo.
2) Qu consecuencias polticas tendra aceptar la revelacin como la fuente de
la verdad?
3) Qu consecuencias polticas tiene aceptar o no la razn como el camino de
acceso a la verdad?
4) Qu consecuencias polticas tiene negar la posibilidad del conocimiento?
1.
2.
3.
4.