Revista Hermes Criollo - Mario Levrero
Revista Hermes Criollo - Mario Levrero
Revista Hermes Criollo - Mario Levrero
\oticia y
rasgos
XX'
ngel Rama'-Para
la lnea de literatura imaginatiya2 como tempranamente ia design
a lo real" una mirada desde
el propio Levrero la literalura fue una forma de acercamiento
primeras obras por procedimien\a alteridad. Esta mirada aparece condicionada en sus
con lo fantsiico (Alazraki'
tos de construccin de la ficcin que pueden identificarse
alteridad.
1g83; Campra, 2000). En Levrero lo reales ei teritorio de la
pnncipales pasan por una
Su obra se nutre de diversas y abundantes vertientes. 1as
deTos raros>3 y una
lectura de <Lewis Carrol, Franz Kafka, el surrealismo y la corriente
ligado a un extraamirada entre ldica y u*biguu de las acciones humanas; todo elio,
(Fuentes, 1986)'
miento y opresin que perrnanece como marco de los hechos narrados
permiten individualizarla
embargo, .n ,rls t.*ios son significativas otras fuentes que
Sin
85
indiras de Io real.
Narracin y alteridad
uno de los rasgos de identidad de la literatura de Mario
Levrero est relacionado
con el uso del lenguaje y la forma de construccin
del relato, lo que denomino sintaxs
narrativa; este efecto aparece en ocasiones bajo la
forma
donde ra
escritura de un diario' con sus reiteraciones y
dscripcion"r,ninraiosas, termina transformndose en una fotma de mirar, de observar
la realidad, radicando all el tpico de la
novela' Las acciones transforman la percepcin
del
86
de identifi-
d'iscursosy'ccionalizad,osdelaprimerapun.a.suobra.Enlosdoscasos|aalteridad
1o
rnciona como tal; en uno, permite visualizar
{,Bravo, 1gg5; Morilru, v"nturu, lggg)s
<ex-
elespaciode|oreal.EnlosdoscasosSetratadeunprobiemadeconstruccindela
t-rccin que va desde io imaginario alo.real'
Estaformadenarardesdeelimaginario,presenteenlosprimerosrelatosdeLevrerara,
perspectiva que Rama haba denominado
ro, contribuye a situar su literatura en una
lo
y qu. p,..0" u,ilniiu.'..a algunos aspectos de
que Se opone at ,ealismo predominant"
p.ttlu" con claridad.en la denominada trilo'
fantstico. Lanaturaleza de su narrativa ,.
la presencia de un yo escindido y
ga involuntaria..e unacto de escritura que muestra
la ficcin etegido descubre lafragmentacinfragmentado fiente al mundo. El modo de
ficcional levreriana se perfila' en su acto
escisindel yo con el mundo. La construccin
del
del suiet-o,una forma derestituir la categora
de escritura, como ta reconstitucin
mismoenelprotagonista-naradordeloshechos.Esterasgodefinitoriode]ratriloga
as como el efecto fantstico consiguiente,
revelar la fractura entre el yo y el mundo,
entendido en este caso como efecto de ficcin'
permite visualizar zonas ocultas de
El modo de desempeo del acto de "nu*iu.lon
la
en lla obra y que recrean fotmas de
Io real,efectos de extraamiento que aparecen
podra
que
del sujeto y que configuran lo
alteridadq.r" pon.r, "n cuestin la ideniidad
denominarseunefectofantasticoambiguo,efectoquenosesostienedurantetodoel
lo real'
puru .iu, al dlscubierto otras zonas de
relato y que tampoco , .rnu forma
realiseste
a
refiere
pa.a refirse a su literatura se
Cuando el autor habla de realismot,
moquemuestralaotracaradelarealidad:|ootroocultoquesurgeeneltexto.Elinters
se manifiesta
qu" i-pen en el relalo como intrusos
de Levrero por zonas inexploradas
t'
1"
lenguaje
El
I
l:::1l
a rravs de la concepcin del lenguaje.o-o,.pt",entacin'
constltulr
a
autnomas' destinadas
as en ef acto de escritura como entiiades
constituyen
7a
t"i*da'
87
Tres episodios
esa escisin entre
El comienzo de la novela Pars es sintmatico de
transita:
desamparo vital por el que el personaje
mundo exterior, e
"re
yo narrador y
derecha' el
tren, desorientado, ia valija en la mano
La gran estacin est casi vaca. Me bajo del
cierro los
contrado; resuelvo sentarme en un banco'
impermeable doblado sobre el lado izquierdo
la desesa
parecido
muy
una desilusin extrema y algo
ojos y me invaden un cansancio extremo,
el cual
durante
para llegar a Pars -un viaje
peracin. Un viaje de trescientos siglos en ferrocaril
al ir
que
que me llevara a emprenderlo; un viaje
t.ui perdiendo casi todo, an el impulso inicial
a una espefande ese impulso' abriendo camino
llegando a trmino me haba devuelto fragmentos
desde
estacin
misma
esa
y encontrame en
za remendada que ahora no tiene recompensa-,
como
misma
s
y encontrarla exactamente igual a
donde haba partido, trescientos siglos antes,
*ahora
recuerdo'
lo
all, en ese mismo banco
y
demostracin de ia inutilidad del viaje; encontrarme
la cuota de
cansancio'
de
cuota
la
en mi interior, salvo
es este banco, sin que nada haya cambiado
insenque se va abriendo paso' El viaje haba sido
olvido, y 1a opaca idea de unadesesperacin
sato. Ahora lo saba
(Pars,P'9)'
LallegadaaParsrepresentadesdeelpuntodevistametafricoelencuentrodeun
El personaje cierra de
1a contencin el yo en ese espacio'
y .t *uno q.r" "itubu presente en la triloga
esta forma la disociacin entre el yo
la nanatiua de Levrero como una metfoinvoluntcrria. La ciudad de Pars funciona-en
la novela en
doseenunumbralenelque,elpersonajeintentareno1]rarsumemoria.Esta,slo
del sujeto' La tarea
puede ser recuperada en
medida en
q;
se descubra la identidad
debsquedapasapordiferentesetapas,entreellaselsueoenvigiliaquedesarrollaen
su habitacin del asilo:
poco
La escena del sueo marca una de las etapas de esa bsqueda de reconocimientc'
que progresivamente va celcand'
tarea que incluye un ploceso de evasin de la realidad
personaje
terminar siendo reclutad'
el
ello
de
los acntecimientos de la novela. A causa
nazis' El otro espacio d3
los
de
por la Resistencia, hecho que se produce ante el avance
reconocerse
ieconocimiento de la identidad pasa por descubrirse como un ser con alas'
unmomento lmite:
total. En una fraccin de segundo experiment
-Es el fin -pienso, y me invade una calma
un
Mi
con asombro
cada es fienada como por un paracadas enorme y compruebo
p' 48)'
en pleno procesc
Este descubrimiento que le salva la vida, muestra al protagonista
que 1o asimila a un estado superior' 1o eleva sobre e'
de transformacin, metamtrfosis
fisica sino psquicomn de los personajes. Esta inveriin de situacin no solamente ser
perdido, pero ser un parasc
ca, porque en ese uu"lo el personaje encuentra un paraso
personaje enconefimero en esa bsqueda lelo idntico y real. El episodio pelmite al
esta operacin en
trarse con su cuelpo: reconocerse. Lo sorprendente es cmo se realiza
el marco de la construccin de la ficcin, se da a travs de lo fantstico.
un cambit
Esta transformacin que se produce en el personaje pone de manifiesto
realidad
otra
real,
1o
de
fisura
significativo en 1a construicin nanativa de la novela, una
que
referenhace
percibe en su propio cuerpo (similar experiencia a la
que el personaje
-La
novela luminosa, p.322). Por ello, el mundo representado no est dado como
.n
el
"iu
del hecho, sino que el hecho se produce en el protagonista, <<no est en
un testimonio
que
nivel de la narracin sino que forma parte del mundo representado)), eso demuestra
este
en
es,
fantstico
<<la transgresin se ha producido. La verdad del acontecimiento
en que el hecho
forma
la
importante
es
sentido
En
este
caso, un fecto de 1o narrado>.12
del mismo,
no
se
sorprende
protagonista
el
producido se asimila a un espacio de realidad;
que
tiene que
((no
se
la
es la transgresin
io toma como algo natural. E.to t"tponde a que
al criterio de la
esfbrzar por ser creble sino todo el resto, que tendr que responder
de las posibilidades
realidad iegn el orden natural: 1o fantstico se configura como una
lo increble es
ficticio
espacio
del
de lo real>.ri Desde el punto de vista de construccin
90
que el personaje no sepa que tiene alas hasta el momento en que las descubre en su
espalda' Es deci la alteridad como una forma de lo real trasparentado en el acto de
escritura.
Lo otro se muestra en la alteridad del propio cuerpo del personaje. Entre el reconocimiento y el desconocimiento se produce la ausencia de memoria, de donde la novela se
transforma en la bsqueda de la memoria que trasunta la identidad perdida. El cuerpo del
raro en este caso es el cuerpo del ngel, un ngel desamparado que nunca alcanza el
cielo. El cuelpo aparece representado en la novela a travs del universo de la ficcin. La
escritura se transforma en la modalidad recuperadora de la memoria, en el cuerpo mismo del sujeto. La representacin ficcional llevar a la recuperacin de la memoria, el
pasaje del ser otro al ser idntico.ra Por tanto, la qlteridad se percibe solamente
como
una disolucin del sujeto, experimentado a travs del sueo o a travs de la escritura,
son
las dos formas de confrontacin del yo con el mundo circundante. Concluido uno
u otro
de los procesos, la percepcin de la alteridad se diluye y desaparece, restando slo el
texto como entidad ficcional.
NOTAS
I
Ver bibliografia.
Rama' ngel (compilador y prologuista). Aqu. Cien aos de raros,lvlontevideo: Arca, 1966.
<Dentro dei nuevo elenco cultural que aparece en la dcada del 60, una lnea de confluencia
agrupa lo que podemos llamar narrativa de imaginacin.Ella congrega dismiles propuestas
estilsticas, aunadas sin embargo bajo un comn denominador: el rol central qrr"
la fabulacio.
I Fuentes, Pablo,
<Levrero, el relato asimtrico>, en Revista Sinergia,N l l Buenos Aires: otoo
de 1986, pp. 49-55. Cito por la edicin presente en Levrero, Mario. Espctcios Libres, Buenos
Incluyo en esta serie las novelas La Ciu(tad, El Lugar y Pars; el relato Gelatinay el libro de
cuentos La mquina de pensar en Gladys.
6
En distintas oportunidades Mario Levrero sostuvo su deuda de esos primeros aos de formacin
con la obra de Kafka. vase la entrevista presente en este mismo volumen.
Pafto de la nocin de 1o real definido como: <El conjunto de lgicas, acontecimientos y contextos
previsibles en los cuales el sujeto acta>, en Bravo, Vctor, Los poderes de taficcin,Caracas,
Monte vila, 1985,p.27 .
8
<La produccin de lo literario supone la puesta en escena de la alteridad: a travs del intento de
7
nfasis sostenido
deliberadamente, frente a cualquier nocin compacta de Ia identidad para revelar sus fisuras y
abrir el texto ficcional a nuevas interpretaciones. Con ello quiere advertirnos de la provisionalida
cuando no de la falsedad de sus asertos para afirmar, en cambio, la existencia de los marginales
9t
Complutense, 1999,p. 3 1 8.
El trmino fue dado por el propio Levrero en la entrevista que
acompaa la edicin de
Gandolfo, Elvio E. <El I,ugar eje de una triloga involuntaria> (enirevista
a
El Lttgc,
Mario Levrero). e:
-El
Ver entrevista
ro
BIBLIOGRAFA
Alazraki, J- En busca del unicornio los cuentos cle Julio Cortzar;
elemetlta.
para una potica de lo neofantsticct, Madrid: Gredos, 1983.
Bravo, vctor. Los poderes de ra ficcin, caracas: Monte Avira,
r 985.
Campra, Rosalba. Territori della finzione.Il fantastico in letteratura,
Roma: Carocc.
Editore,2000
campra, Rosalba. <Lo fantstico: una isotopa de ra transgresin>,
en Roas, Dar.io
(comp.). Teorts de lo J'antstico, Madrid,: Arco Libros,
2001 :
Castro, Andrea. El encuentro imposible. La conformacn
clel.fantstco antbiguo en la narraiva breve argentina (1862-1910),
Goieborg: Sude, cta Universitatis
Gothoburgensis, Romanica Gothoburgensia, XLIX, 2002.
Gandolfo, Elvio E. <El Lugar eje de una triloga involuntaria> (entrevista
a Mario
Levrero), en El Pndulo, n" 6, segunda poca, Buenos Aires:
enero de 1982, p.r 7- i g.
Jackson,Rosemary. Literaturaysubversin,BuenosAires:catlogosEdittra,(19g1
1'ed.), 1986 (2" ed).
Jackson, Rosie. <<Lo oculto de la cultura), en Roas, David.
Teores de lo fantstico.
p.l4l-152.
Morillas Ventura, Enriqueta. <Identidad y literatura fantsticu,
en Anales de Literatura Hispanoamericana. 28-I, coordinacin de Marina
GlvezAcero, Madrid: Universidad
Complutens e, 1999,p. 3 I 8.
Morillas Ventura, Enriqueta (comp.). <Elrelato fantstico en Espaa
e Hispanoamricu, Madrid: sociedad Estatal euinto centenario, coleccin Encuentros,
1991.
Rama, ngel (compilador yproroguista). Aqu. cien aos
Arca,1966.
92
de raros,Montevideo:
Rama, Angel. <El estremecimiento nuevo en la narrativa uruguaya>>, en La generacin crtica, Montevideo : Arca, 1972.
Roas, David (comp.). Tboras de lo fantstico,Madnd: Arco Libros, 2001.
93
Ese sedentario
iooo;,
--rsmas personales.
manifestaciones' otra es la
temati zacin de ra lucha contra
la depresin en la obra
misma, de las ms diversa,
una
de
--"-*.
ru,
*,
comparece en ,/
discurso vaco (1996) donde
r"r'"L."i"i". d"
"*tremas
Iln
u'
medio
para conjurar el mal y
y un mrodo
""iig;;;; ,.u
se ofrecen a"l lector ntegranient".
es la frecuencia con la
cual el narrador-protagonista
,,r. sueos y ros analiza. A este
respecto es indudable que Levrero es, entre ""pon"
todos nuestros escritres, quie'
ha
tenido
intenso y profundo con
un contacto ms
su mundo subconsciente.
El conocimiento de su obra Jiiu
rrurtu mediados de los aos g0
aspectos y' con cierta dosis
confirma estos
de atrevimiento crtico, autoriza,naa
pensar en la idea de la
modo de autoconstruccin.
Esre exrremo
::f,.ji:if:TfJ,:I"
se
verifica rotalmenre
J','"ilio
"
"i
:,:ffi j,T::#
f
va sean los libnimo, v a"ruo,Juor-*La
cinta de Moebius>
El viaje perpetuo
En la casi totalidad de su obra, y especiahnente en la triloga, estamos frente a un
narrador-protagonista que realiza un viaje pelpetuo. Casi nunca se conoce el punto de
partida: el viaje dur trescientos siglos o comenz ayer, pero no se sabe desde dnde. Se
inici por o contra la voluntad del personaje: tambin carece de importancia. Cuando el
recorido o una de sus etapas tiene una meta propuesta, no se llega a ella o se llega para
descubrir que la meta ha cambiado o que el viaje era intil: entonces todo recomienza. Si
Cristina Peri Rossi en La nave de los locos (1984), propona un viaje o varios y lo
escamoteaba en la inmovilidad, Levrero escamotea los puntos de inmovilidad (partida,
llegada) para quedarse con la transicin perpetua. En uno de los niveles posrbles de
lectura, la conclusin ser, sin embargo, semejante: quietud y movimiento no importan en
s mismos, son medios para llegar a descubrir y, tal vez, aceptar, la esencial ambigedad
del mundo y de uno mismo. El centro de la atencin es la propia situacin de trnsito.
<La triloga involuntaria es una bsqueda: el protagonista, que es y no es el mismo
(una primera persona que nunca alcanza a decir su nombre) persigue esa ciudad para
huir de ella, o llega a ella huyendo no se sabe de qu, tal vez de s mismo...>> ha declarado
el autor.2 Lo nico relevante es la bsqueda misma, bsqueda interior que se simboliza en
ese trnsito espacial que es tambin temporal. La confusin espacio-temporal no es slo
la indicacin de un mundo ajeno, incognoscible, amenazante: es tambin la clave de que el
protagonista no sepa quin es ni de qu huye ni hacia dnde. El personaje no tiene nombre. En Pars se est dos veces a punto de pronunciar un nombre, pero la tentativa se
fiustra. Est an ms despojado que el Joseph K. De Kafka o el Equis de Peri Rossi,
pese a que narre en primera persona. Este, creo, es uno de los mayores aciertos y
virtuosismos del relato: alguien que no sabe quin es, que anda en busca de s mismo pero
lo ignora, narra las variadas peripecias de las tres novelas. Y ese alguien sin pasado y sin
luturo, que slo reacciona de acuerdo al mecanismo reflejo de bsqueda-huda, consigue
la mxima empata del lector. Agrguese que las rnitiples peripecias, ya sean las de E/
lugar, que se moldean segn un esquema reglado, o las mucho ms variadas y libres de
Pqrs. apuntan a un resultado final que el lector puede anticipar. En Et lugar el autor
procede a algunas anticipaciones explcitas que, como ya lo saba Homero, al par que
desvan nuestra atencin respecto del qu va a pasar? y la fijan en el cmo va a pasar?
1' de qu Inanera me van a contar esto que ya s que va a pasar?, convierten el acaecer
azaroso en Destino. Pero ms que a las anticipaciones explcitas, Levrero recurre a la
anticipacin dada por el tono general del relato.
Tiempo(s) y Espacio(s)
La distorsin de los espacios se acompaa de una distorsin temporal. En La cudad,la ciudad es un pueblito capaz de albergar una estacin de nafta que nadie usa y una
vastsima casa, a una de cuyas habitaciones est prohibido entrar, un camino en las
afueras cuya longitud vara, intemrmpido por un arroyo sobre el cual, a veces, hay un
puente, hay mapas y planos, pero indescifrables; hay una estacin de trenes lejansima (o
no) donde no pasan trenes. El tiempo, con todo, pese a ciertas incertidumbres, puede ser
97
medido hasta que el protagonista cambia su reloj por una bicicleta. En El lugar,el espacic
es, primero, una sucesin aparentemente infinita de habitaciones de las que se puede salir
hacia otra, pero no regresar, con lenta progresin se verifica un deterioro de la construccin que llega al derrumbe, pero no se puede salir. Es, tambin, una playita encajonada
entre murallas, una sucesin de selvas o de casitas campestres. Para otros personajes
ser otra serie de sucesiones. Aqu el tiempo no puede ser medido. Y es dificil concebirlc
linealmente. Es posible que el espacio sea circular o en espiral o infinito o mltiple. Y que
el tiempo tambin adopte esas u otras configuraciones.
Las definiciones tradicionales de la Filosofa se han trastrocado: el espacio ya no es
<el medio de la coexistencia>, en los espacios de Levrero no se coexiste ni se existe: se
lucha por salir de ellos. El tiempo ya no es <el medio de la sucesin): en los tiempos de ia
triioga no se suceden acaeceres (lo que acaece, acaece en los espacios): se instalan
objetos y gentes.
F.n Pars se llega al colmo de esta situacin. El protagonista viaj trescientos siglo-s
para llegar a la ciudad. Es conducido a un Asilo del cual no se puede salir, donde estn
prohibidos los espejos y los almanaques son ilegibles. El edificio del Asilo tiene una configuracin mltiple, a veces parece abarcar toda la ciudad; cambia, pero permanece
idntico. Pars espera la invasin nazi con guerrilleros de uniforme verde oliva y, en el
Oden, Gardel canoso canta con lavoz del ao 20 las canciones que no lleg a grabar.
En las tres novelas, luchando por salir de espacios absurdos y torturantes, una de 1as
preocupaciones permanentes (y creciente) del protagonista, es el tiempo. Como si ba-
nuntara que resolver el problema temporal, llegar a saber cules son las normas de
funcionamiento de ese (os) tiempo (s) acarreara la comprensin del (os) espacio (s).
Aprendizaje o conocimiento?
En las tres obras ese caos de pesadilla parece responder a un orden, slo que impenetrable para el protagonista. En la segunda, hay quienes le proveen de comida mientras
puedo saltar'
.v las piemas No
dije en
hacerloDebo
disparos'los
de
Tengo miedo. Desde la distancia, sigue llegando e1 sonido
Intent
rodillas'
de
all,
voz alta,y afirm las manos en el borde del parapeto y me ayud a subir
E,l
grit-
ponerrne de pie pero los msculos no me obedecan: el miedo meparalizaba-' vamosl -me
salt, pero no hacia la calle' sino hacia
. Saltal Saltal Saltal Y me re. Me atac un pni co ferozy
y me qued all' acurrucado en
rodillas,
las
el piso de Iaazotea.Cincuenta centmetros. Me lastim
e1
2)'
Msqueunaprendizaje,entonces,cabrahablardeunconocimiento.Acordemos'a
99
y era algo ms. Era, quizs, una inconsciente rebelin contra una fuerza desconocida.
1o
'7
5-16)-
Ahora que la ciudad, mi ciudad, me resultaba ajena y an repulsiva, pienso que estoy repitindome en mi actitud de aquel otro lugar. Que no lograr aproximarme realmente a ninguno de mis
amigos, ni a Ana, ni a ninguna otra mujer; que slo los utilizaba para olvidar la soledad, para
evadirme de este ser que me habita, que me odia, que me obliga a actuar en contra de m mismo. S.
ahora veo que siempre me mov entre extraos, sin amarlos; y que yo mismo soy un extrao para
m. Tan ajeno como esta ciudad, como esta casa, como aquella otra ciudad y sus selvas y tneies.
El extrao soy yo (El lugar,p.49).
En Pars el desdoblamiento alcanza uno de sus puntos mximos:
demasiado ligado al mundo exterior; de que, en realidad, todo mi ser forma parte
del mundo exterior; no puedo precisar los lmites (,..) El desajuste, estuviera o no en el tiempo.
estaba tambin en m (...) Luchando contra una parte de m mismo que pugnaba por mantener el
estado desesperado y an hacerlo ms exasperante (P ars' pp. 1 1, 29 y 30)'
...1a idea de estar
de espionaje?
-Sencillamente -respondi con caima-: son la expresin de las tendencias
paranoides de Alicia' Ella misma ha
creado esos aparatos, les ha dado realidad tangible
modelando
la materia por medio de su temor a ser
espiada. Me mostr escptico. objet que, entonces,
de
acuerdo a esta frmula, el Francs mismo poda
ser tambin creacin ma, de mi ms ntimo
deseo
de tener alguien con quien conversar.
-Es cierto- admiti, con una sonrisa-; pero no necesariamente' Este lugar, que t llamas patio, bien puede
ser creacin colectiva; bien podra haber nacido
de nuestra necesidad de reunimos (p.
i3S).
se suicida.
es el protagonista, precisamen_
cual
cualidad proftica que aparece en varios escritores (Mart, Vallejo, Javier Hraud,
bero Gutirrez) adelantando sus respectivas muertes, a veces con detalle exacto. En
el <Diario de un canallu, publicado en7992,la anotacin inicial, del 3 de diciembre de
1986 consigna: <Han pasado ms de dos aos; casi tres desde que empec a escribir
aquella novela luminosa, pstuma, inconclusa...>. Represe en el segundo adjetivo:
Levrero no lleg a ver este ejemplar de gran potte (542 pginas), cuidadosa y bellamente impreso por una editorial de amplia circulacin. El hecho no deja de ser una
paradoja, iunque tambin entraa una profunda lgica si consideramos el decurso de la
historia literaria y editorial de Levrero (hablar en su caso de <<carrera literaria> es un
despropsito que lo ofendera). Public mayoritariamente en sellos casi desconocidos,
subierrneos, desaparecidos, con psima o nula distribucin. Recin en 1982, cuando
Banda Oriental imprimi los relatos de Todo el tiempo y al ao siguiente La ciudad,
accedi a ms lectores, pero sigui luego sembrando sus textos casi al azar entre
Buenos Aires y Montevideo, con excepcin de algunos editados porArca y, en los aos
finales, por Trilce. Nuestro ms emblemtico escritor de culto se las ingeni para que
resultara casi imposible tener sus obras completas.
Cualquier amante conocedor de Levrero sufre un sobresalto ante el ttulo <la novela
luminosa>: esperaba en cambio, una <<novela oscura). Y, a la postte, la ltima novela es
ambas cosas, amn de varias ms.
Si Pars signific una inflexin nueva en la narrativa levreriana, La novela luminosa implica un cambio. Un cambio precedido de anuncios: el <Diario de un canalla>> y El
discurso vaco,al punto que muy bien puede hablarse de una segunda y ltima triloga (o
talveztrptico) en su obra. Un cambio disimulado por la persistencia del narrador protagonista que, en los tres relatos, es francamente autobiogrfico. Desde sus inicios Lewero
barrunt que la creacin literaria es una de las vas de la autoconstruccin, en la medida
en que nuestro espritu se objetiva en las obras que creamos. En cierto momento de su
lareay por ella misma conducido, pas del bamrnto o la intuicin al conocimiento pleno.
Es aqu cuando se le vuelve imprescindible una novela <luminosa>. Arribar a esa cima
implica trabajos arduos. Uno es el ejercitarse en la escritura, pero no la literaria, sino la
que d cuenta de los hechos cotidianos: mediante ella se agudizay enriquece la percepcin del entorno y 1o de apariencia nimia o trivial puede revelar aspectos insospechados
(casos del pajarito del <Diario de un canalla>, del perro o las uvas o la paloma viuda de Ia
novela luminosa, entre otros). Por ello en estos textos finales recuffe Levrero a la
forma del diario: el del canalla, los ejercicios caligrficos de El discurso vaco, el <Diario
de la Becu de la ltima novela, que ocupa 431 de las 500 pginas del volumen. Otra
labor ardua es la exploracin del propio ser, la bsqueda-construccin de un s mismo
luchando contra fobias, manas, adicciones, pesimismos, desesperanza:
conmigo mismo, con el maravilloso ser que me habita y que es capaz,
entre muchos otros prodigios, de fabular historias o historietas interesantes. Ese es el punto. Esa
es la clave. Recuperar el contacto con el ser ntimo, con el ser que participa de algn modo secreto
de |a chispa divina que recolre infatigablemente el Universo y lo anima, lo sostiene, le presta
... quiero entrar en contacto
102
mayora trozos de la memoria del alma, y no invenciones. El alma tiene su propia percepcin y en
participa
ella viven cosas de nuestra vigilia pero tambin cosas particulares y exclusivas de ella, pues
en
acceso
tiene
de un conocimiento universal de orden superior, al cual nuestra consciencia no
forma directa. De modo que la visin del alma, de las cosas que suceden dentro y fuera de nosotros,
(Ib. p. 94).
es mucho ms completa que lo que puede percibir el yo, tan estrecho y limitado
su
NOTAS
Rama, ngel. La generacin crtica,Montevideo: Arca,\972,p'245'
enero de 1982'
En reportaje de Elvio Gandolfo. Revista El Pndulo No. 6, Buenos Aires:
3
1983
'
Levrero, Mario. La Ciudad,Montevideo: Banda Oriental,
-t49 '
a
Levrero, Mario. El Lugar,en Revista El Pndulo, No 6, Buenos Aires: enero 1982, pp' 91
s
Levrero, Mario. Paris, BuenosAires: El Cid Editor, 1979'
1
103
absurdo, lo inimaginable.
El laberinto-trampa
La aventura de leer a Levrero se me asemeja a la aventura de introducirse en la
las ruinas y todo aquello que se ve abocado al derrumbe (imagen tan recunente
en
Levrero)' as como araas, unicomios, hormigas o la sensacin de escapar y no poder, la
recurrencia de lo pegajoso, de lo viscoso, etc., son elementos qr" .l urio. u*gruyo
retoma en sus relatos e inspiran, tanto por su recurrencia como por la repeticin de
patrones en la accin, el boceto de su propio subconsciente transformado en narracin
en relato, encauzado literariamente.
il1lil'*1i:ff:ru*'t
"-pi.i.o
";,ft;i:HilT;,:?i":.i;
p..ro*;";"";"ffjj?h[?'.',fiT;
ecoi.r.;;;g*a),
1sr
.ff?jilit"
Mi desconocimiento de la literatura
en <Entrevista
es negativa y
es, o
ilil;;;"
como una peste a toda ra sociedad.
t J:
embargo, considera
o
a, p oiqu e
116
,i"
dicha represiO"
",,r
dad e q,.
nra,
;"
<<Es
rocura.ont"nidu
tuncin represora,
ra
;,," f?rXfi?ff
;:iil""ffi:;,",,l,.rs,T
:rfff Ji:i',:T'#::T,il
j:l:
Prestidigitador literario
Las inquietudes se multiplican en los relatos de Levrero, a veces en progresin
geomtrica, como en ese extrao cuento en que un beb se convierte en un gigante y
no cabe en una habitacin, donde la seora Carulli recore el cielo parisino prendida de
1t7
lJa::3-"H:r:.una
ri;;;;"i.., ni p;.;;;,;j;;,
:X:;:lt*"'a
""
rearidad.
sin embargo
."T"H:||y
mos y
este caso Levrero.
n
d ej
am
:il:TfffltXll}:*
s a e u _.1
po
d r
a;
;f:l1:1T3::r:l,X'ff:nffij:
;,'**T
existe? "';lT*
paradoja "
r'"u*
""do
"r
truco.r7
La literatura
;;;;;;;;11;iliffi* T;?r#:
;:H:::Jj;iff,lo"d'
e sp e r a b t e
u ru.,o.
;r-;m;itos insoritor'qr;;;;;an
irremisiblemente
mediante
il'il:;i*:X1T.i:
p osibiIid
ad
"
J"'
n
"
".
:,,"""J?,
l,::11*
c ep
to d e mun d o
ilffi
t".a.io i rn,n , n ;i
::
ceptos fundamentados
en ,u. .ono"i,nientos psicorgico,
procesos;
ci
re ar
?;ff"ffff:: A
Ia
a extremos insos-
a los que
:ili::nH::#".":?::j:1"ru:::
und;;;;;";;#t;;
,.;;i;;;;r
ra creencia de ichos
en su novera psruma
r mi.*o
desdobramiento der vo.
de esra posib'idad de
Esta
iurrin
pued
al estado en el que e autor, "rrision
proceso de escriturl
Levrero, ," run'"rg", detalrado
ms aderante.
118
Procedimientos de construccin
Los procedimientos de creacin de sus entramados literarios, desde el punto de vista
constructivo, responden a diferentes arquetipos: en ocasiones, las naraciones se construyen a propsito de su caracterstico narrador-protagonista cuyo nombre se desconoce (o en
el mejor de los casos, se nos brinda la posibilidad del descubrimiento no del nombre real, sino
de un simple apodo, como en Gelatina:t8 Marco Tulio); este personaje arquetpico permite
una fcil identificacin o una ptima relacin emptica entre lector-narrador, conectado
ste ltimo directamente con su artfice supremo, el escritor, Levrero; otras veces, inferiores en nmero, un narrador en tercera persona (<El stano>>, relato ya mencionado) nos
introduce en la narracin, si bien, no parece tener todos los datos de la historia que nos
aproxima. En este cuento, se observa un procedimiento narrativo muy unamuniano en el
que el autor se declara testigo de los hechos en tiempo real, como si no tuviera acceso a las
decisiones de los personajes, no pudiendo as anticiparlas al lector. Se otorga a los personajes por obra y gracia de su creador del don del libre albedro, mediante un nuevo (truco)
literario que consigue vivificar a los entes levrerianos. As en <El stano>, en un inciso, la
tercera persona se toma en primera para aadir un inciso a la actuacin de Carlitos:
Este cuento parece interminable, me doy cuenta, y quizs lo sea; pero yo no busco complicarlo
artificialmente, sino que me cio en forma estricta a ia ms pura realidad de los hechos. Yo no soy
quien tiene la culpa si los hechos y su encadenamiento son complicados; trato de nar-rarlos de una
manera simple y escueta, pero no puedo deformar la verdad, como hacen muchos, ni siquiera a
favor de mis encantadores lectores.
(...) pero siempre, siempre mis historias son largas y complicadas. Y yo no tengo la culpa. No tengo
la culpa de que a los personajes les sucedan estas cosas. No tengo la culpa de que ia cuerda del
aljibe se haya roto... (Era una cuerda muy vieja).'e
de realidad esperable.
relato fragmentario y
i,nforrbl", .n una coordenadas
La <alquimia> de la creacin
En <Diario de un canall a>>22 as como
en <<Entrevista imaginaria con Mario
Levrepropio autor revela pautas creativas
acerca de su quehacer literario,
desvelando
claves significativas para sus <lectores
hipottico.r. p.ro ;i;as claves no
se tratan de
generar una lectura dirigida, una
interpretcin acotada po*i.i.,no
hacedor del relato
(no sera actuar como represor
l mismo de sus textos uri .oroo
afirma hace la crtica?):
Levrero confiesa para s mismo algunos
procedimientos, tal vezparaexorcizar
demonios
internos, para decirse as mismo"p".
qr
qr" ;;;;il,;;;
autoaftanzarse: <<s que
muchas cosas han mue'1o en m; y
", to d.igo
ahora que
p"r fin lo digo- lo escribo,
que es para m ra nica forma
_ n".hr,
autntica de decirrq "
d""i.itor.ro
Mientras que en <Diario de un canalla>
se prfilao *.ui", que el autor
interpreta
como enviadas por el Espritu, smbolos,
iconos o realidades, como por
ejemplo la rata, el
pichn de paloma y el gorrioncillo (que
conllevan intrnsecamente el acto
de escritura),
donde el autor der diario, forma lii".uriu
a ra.gue_r"".rr" yu empezado er rerato,
de
del dolo ' lu ,.nru.in de sentirsJ
ya mu",to, vaco de expero>23 el
ili.11l3l;3f:'#,'H1n
En <Entrevista
nii:l,T::T#il:,:que
t20
p'i
ta
es determin ante para el proceso de creacin.
cercano siempre a la confesin, el escritor sostiene:
con muchas ganas de escribir y pensanHoy me despert con un gran entusiasmo por este diario,
que es la comida lo que me desva
do cantidad de cosas q.,e qu"ra desarrollar aqu; [...] creo
anoche cobr consciencia de que mis fugas
siempre del recto camino; hoy fue el desayuno, pero
de la cena-almuerzo' Apenas se pone en
hacia la enajenacin se vueiven muy fuertes despus
y voluntario se evapora y deja lugar a ese
funcionamiento el proceso digestivo, mi yo consciente
cosa'28
que slo busca entrar en trance con absolutamente cualquier
desaforado escapista
por algn motivo asoci este sueo con uno que tuve hace muchos aos, y cuya clarsima
mi apartamento y nadie me
121
Levrero:
un lugar
"";;;i;
t22
<El otoo me ir invadiendo, como a todo el mundo, pero an puedo atrapar un rayo
de sol no demasiado oblicuo que entra por mi ventana y mantenerlo ardiendo entre estas
pginas hasta el prximo veranoD.36
NOTAS
I
os>>,
de Espctcios
241-242.
2
Levrero, Mario.
Nueva,
197
r Ibid., p. 39.
4Ibid.
s
Ibid.
Levrero, Mario. <<Entrevista imaginaria con Mario Levrero> ,de El portero y el otro,Montevideo:
Arca, 1992,pp. 1 69- I 89.
i Ibid., p. 180.
8Ibid.,pp.180-181.
eIbid.,p.l8l.
Op. Cit., La mquina de pensar en Gladys,pp. 41-86'
Ibid., p.43.
imaginaria con Mario Levrero>, de El portero y el otro,p. 176.
'2 Op. Cit., <Entrevista
I0
rr
'3lbid.,p. 183.
'a
15
'?
Ibid.,75.
'zr
22
2e
p.176.
libres, op. cit., pp. 9-35.
10En Espacios
3r
32
35
36
p. 169'
123
J.
Verani
una
125
pesadilla de la cual no
es posible despeftar nunca.
En cada una de las novelas
ta-nanador se instala en mbitos
el protagonisdesconocido,
r-"rinera
una vivienda con un sinfin
fuera
de..ri.io,
de habitaciones y u'asilo puru..n"rterosos,
respectivamente),
donde viven en perpetua
incornodidad y van perdiendo
todo -voluntad, fe, cualidades
pefienencias- hundindose
y
cada vez ms en encuentros
forfuitos,
deseos frustrados y proyectos nimios e inealizables,
en espera d" un nu"uo e
imprevisible acontecimiento
un sentido a su vida. por lo
qu le d
tanto, o*oyu he observad"
*0"o anterior, las pafiicu_
laridades posmodernas de
su nanativa se maninestan
""
en to*o " la <prdida
lugan' de una radical de"olocaciJr
del sentido de
v
de lo inrrr.oiuto, que subraya
miento de desasosiego y de
el senti"*ouu.iento
vaco intrio, O"t yo protagonista.3
La ruptura de la previsibilidad y
ta .*."ntri.idaJde ,n'mundo
anmalo e inhspito
suscitan asociaciones libt"' y
etratcs-qre obstaculizan Lu.o*uni.ucin
referenciar, neutralizando Ia facultad represntativu
a"ti.nguu;e. como our.-*u
Julio
ortega: ros reratos
de Levrero <se benefician
de las liu"t-t.. asociativas
de Ferisberto Hemndez pero
ducen una percepcin disorvente,
introque rrabaja .on iuigi.u
reversibre
";h;il;,
"l
J;;;;,
repres."il;:
l";#
d^er
sueo
er
"ll".p..ii.
uii*io,
desbaratando ,"d;:Tfi:;ffiH.1*:;,X:
Guena Mr-indial sirve " i*.r"r"
para potenciar instancias
imaginarias' despojadas de
todo ;;rd;,;;r"endenre. Er
contexto hisrrico se convierte
otra posibilidad narrativa, en
en
un discurso de carcteri.;;;;"smesurado,
guera no fuera ms que una
como
si
ra
aventura disfrurabl;;;;;
#ffiio terevisivo:
la
do rransrorma ra hisroria en
u,, o.u"nJ
hasta tal punto que la Segunda
gente apiada
<A pesar de
ffrente a las vidriera.j pr.o ue. ra panru
J.ii.r"uiror. ubicado a cierta
altura; se ve un ejrcito a cabailo,
;*;;1;;; ro lejos
una breve
primer prano, muestra fugurmeni"
;Hiri.r, ,uui. .n *u"o, *uiendo ra toma, casi en
caballo blanco> (n' so;' Lo
tropa, sobre un
i-p."uirl1. .. l, norrna
der rerato: bandadas de
hombres voladores surcando
el clelo la ciudad, Gardel .unrunoo
el oden tangos recientes que nunca grab, De
Gaulle ..rurunJo ufavor de
"n
escueras brasileas de
samba coreando esrogans
antinazis, etc. La irnica
pasado
referente cultural, desmintiendo
ficcionaliza el
.r ro" fr".iro y ru r"giii*iJiilli
,uu". rrisrrico. Todo es
excesivo y sin medida en
una novela que tiend u .."nutu.Jiruilt
,onto.no rear y a natu-
il;;
d".i;;:
r".;".";;r,
r"";;;;;r
;1[1TJl,H:'il";#i:1#x'jilT;*iiii,u,.on,";;;;;uedaubicars",iJ"."n"
t26
nalidad.
parte, importa
(p. 6). Cmo hablar de s mismo sin caer en el ocultamiento? Por otra
narrativa? La
realmente saber cunto hay de verdad verificable en la reconstruccin
y su perro Pongo' tres
novela est dedicada a su mujer Alicia, a su hijo Juan lgnacio a
relato y que conceden al
el
en
nombres propios tomados de su vida familiar involucrados
poema confesioinesperado
lectorun inevitable marco de identificacin. El prlogo es un
identidad de s mismo y
nal sobre su <<mal>> y su <<razn de sen (p. 10), la bsqueda de la
la descripcin de un
la necesidad de recuperar el contacto con el ser ntimo; 1o sigue
de una gran ciudad
sueo en el que el soante va filmando escenas o tomando fotografias
galeras bajo la
cava
y escucha un relato, o tal vez vea una pelcula, en la que un conejo
de su cabeza' con
nieve, guiado en su recorrido por una paloma que volaba por encima
regocija porque le permite
entusiasmo cuenta un sueo cmo prembulo, un sueo que lo
la capacidad de contar
recuperar
a la aventura interior y al espacio imaginario,
acceder
molde. (pp.30-31).
r29
cualquier imagen, cualquier pensamiento. Esa indiferencia es sospechosa; presiento que tras la
apariencia de vaco hay muchas, demasiadas cosas. El vaco nunca me asust demasiado; en
ocasiones hasta lleg a ser un refugio. Lo que me asusta es no poder huir de ese ritmo, de esa
forma que fluye sin develar sus contenidos. Por eso me pongo a escribir, desde la forma, desde el
propio fluir, introduciendo el problema del vaco como asunto de esa forma, con la esperanzadeir
descubriendo el asunto real, enmascarado de vaco. (p. 37).
130
es
que no hay hacia dnde ir' porque la selva
queremos salir, y no queremos salir porque sabemos
unomismo'yunasalidaimplicaraalgunaclasedemuerteosimplementelamuerte.(p.131)'
de todo nfapero Levrero despoja el discurso de todo sentimentalismo y patetismo,
burlarse
permite
lcido e irnico que le
sis y arrebato, estabtelindo un distanciamiento
circundante. El humor surge de circunstande sus propias excentricidades y del medio
fingida seriedad' Las escenas que le
cias hogareas parsimoniosamnte descritas, con
y de un gato advenedizo son de una
consagra al comportamiento de su perro Pongo
de la
El
por
ese
anal;perocomolegoenMedicinayenmateriadegatosrespetdurantemuchotiempoeldicta-
mendemimujeryseguprestndolealagata"-bu.u,udutodoelrespetoquesucondicin
femeninaydemadre*_"re"u.[...]Despustambinmimujerdescubrieseasuntodelasbolasy
(pp' 81-82)'
se estableci definitivamente su sexo'
entonces
Porconsiguiente,Eldiscursovacopermiteentreveralgoencubiertotraselapade
"ruri"go de un hombre que se siente incapaz
131
NOTAS
I
llf--*
pp.l-6.
132
9,
nm.
1,lg2g,
DIARIO DE LEVRERO
Roberto Appratto
Instituto de Profesores <Artigas>
uno mismo es el tema, lo que hace es el tema, lo que piensa es el tema, lo que es: uno
mismo. Eso significa buscar en uno mismo las razones de escribir; puru.. ante uno
mismo y verse, describirse hasta donde se pueda, poner la conciencia en relacin con la
se
133
dice valga ms all de lo que se dice; hay un deseo de que valga (es decir, sea ledo) en
ese presente de decirlo, que en el diario es comn a la lectura y a la escritura. Digamos:
el suspenso del sentido se hace notar si uno se remite a cosas (hechos que se narran,
situaciones que se describen, circunstancias de las que se da cuenta) en una rigurosa
actualidad: todo es lo que es en tanto pertenece a una rbita <<Levrero>>, y a ese ao
durante el cual se lleva el diario (agosto 2000-agosto 2001) casi da por da. <Todo es lo
que es)) significa que la subjetividad corresponde a la lectura de los hechos y no a los
hechos; no hay en ellos, como en una pieza narrativa de ficcin, nada marcado por una
funcin constructiva; nada que responda a un plan de acuerdo con el cual los elementos
se alineen y distribuyan en funcin de un significado a plenificarse al final. Hay, s, un
<<plazo>>, pieza fundamental del modelo narrativo clsico: la preparacin de La novela
luminosa, texto que comparte el volumen con el diario y que, en <<en la vida real> es la
raz6n de la beca Guggenheim que recibi Levrero en esa fecha. Pero ese plazo no
determina la escritura ms que como un dato que se registra en el diario (y que a veces
motiva (cartas) al seor Guggenheim). Por lo tanto, el diario de la beca es una pieza
autnoma y no una preparacin de la novela. Cada cosa que se consigna all, entonces, en
tanto es un dato de la realidad no amparado por ningn marco de sentido ulterior, es
tratado -del mismo modo que los ejercicios de escritura, las observaciones del gato y del
perro Pongo en El discurso vaco- como algo que juega su valor en ese doble juego de
1o puntual y lo continuo que constituye el diario, todo diario expuesto a la lectura.
En este caso el valor est en la sinceridad de la exposicin personal a ultranza (que
supone confesar gustos literarios, musicales y de muchos otros tipos) pero tambin, y de
una manera que ms de una vez la luelve extraa, casi inapropiada, en la escritura
misma. No se trata slo de <escribir bieo lo que se cuenta, describe o expone, sino en
hallar, en el ejercicio del registro, un tono, un control del uso del lenguaje que va a contrapelo del nivel puramente denotativo del registro. Ser ntido, tener el objetivo de ser ntido
es la consigna de ese yo de la escritura, ms all de, o tal vez en razn de,la casticidad de
la clausura en s mismo a que 1o obliga el diario. Dentro del registro de cada da y en lo
que va de un da al otro, ese yo se ejerce -como si se hubiera propuesto s mismo un
ejercicio de taller- por medio de una conciencia extrema de lo que escribe. No hay nada,
no se siente nada de artificial en esa conciencia, ni en el montaje que establece entre los
asuntos que se van tratando; ms bien hay soltura, sentido del humor, lucidez. Si uno se
ocupa de su propia vida, parece decir Levrero, tiene que encararla como un texto, y eso
es lo que hace: lo real, entonces, depende de esa mirada alavez ansiosa y paciente con
que se atiende a los sucesos: hay que escribir La novela luminosa,y alavez detenerse
en una paloma muerta y en el espectculo que protagonizan otras palomas en el mismo
pretil a lo largo de los meses. O, mejor dicho: lo real no depende de una mirada sino del
modo cmo se describen las instancias de esa mirada, posada, en ocasiones, sobre las
mayores trivialidades: en eso la conciencia, el <<darse cuenta> juega un rol muy especial,
que es el de revelar el sentido a las cosas por medio de su mencin. En realidad, se es un
problema que toda escritura debe resolver, o al menos plantearse: el de la decisin entre
el sentido general y el sentido particular de las cosas, el que adquieren en relacin con el
sujeto que las percibe, con el lugar que les da en su orden.
En tanto las cosas no existen sin su mencin y posterior exposicin, el valor de un
t34
texto deriva de esa opcin por ocuparse de lo que est en juego en un momento dado,
aquello que, no obstante pertenecer a la realidad cotidiana, se desdobla en las frases por
las cuales es representado. En la manera de aludir, de reflexionar, de dar cuenta de las
visitas femeninas, de los paseos, de las obsesiones, de las culpas por levantarse tarde o
pasar muchas horas frente a la computadora, las intuiciones <mgicas> o casualidades
descubiertas ms all de toda racionalidad, hay una invencin literaria fuerte; de pronto,
el narrador se situa afuera y desde ah mira todo como si fuera un escenario: el de su vida,
montado para l (el motivo de las palomas puede ser un ejemplo); y esa primeridad de
mirada, que conecta a veces con Felisberto Hemndez, generaun lenguaje en el cual se
instala. En el gesto de no abandonarse al tema, de controlarlo desde la escritura, est la
marca personal de Levrero: lo real es un campo de experimentacin continua, tanto ms
inventivo cuando ms se cie a lo real. He ah lo extrao, y tambin lo brillante, de este
texto, que termina hablando no slo de la vida de Levrero sino de las posibilidades de la
literatura, dentro y fuera del gnero diario.
135
UNA
METAFsrcn un LA ESCRTTURA
El
11 de diciembre
mismo y
dilogo sobre literatura con Jorge Olivera. El autor de La ciudad, escritor de s
antes de resde un mundo donde desborda l creacin constante, enciende un cigarrillo
por Olivera
pactadas
preguntas
las
con
ponder meditativo. El registro de audio y las hojas
editar la
placer
de
el
Lstuvieron perdidos muchos aos entre materiales de tesis. Tuve
causa
entrevista, e devolver a texto lavozde Lewero, cuando efectos con una evidente
leia La
metafisica me pusieron la cinta delante de los ojos, en setiembre de 2005 mientras
la
creacin
a
alusin
pero
cualquier
por
obra,
su
novela luminosa.Levrero no responde
literaria viene
iluminar su narrativa'
ML: Yo deca
una <ideologu es
"o-o
la contrapensamient vivo, que fluye. Por eso me preocupaba el contradecirse, porque
acomoda
se
iiccin es propia dL to ,riuo. Pienso que la visin esttica de la realidad
de orden que
continuamente a una realidad cambiante y viva. Lo esttico es una forma
1o intelectual, trata de moldear
se va acomodando a lo que fluye. En cambio lo ideolgico,
anterior. Y siempre la
esa realidad desde un pensamie.tto prehjado, desde un esquema
realidad desborda ese esquema.
estEl artista, que tiene una visin esttica de la realidad aunque no sea solamente
filosficos,
los
como
elementos
otros
tica, puede incluir, especialmente entre literatos,
sobre todas
incluso ideolgicos. ero pienso que la literatura como arte, debe pensarse
tiene esa
por
lo
tanto
las cosas en trminos estticos. Esa visin pasa por la sensibilidad,
flexibilidad que puede tener la sensibilidad y que no tiene la ideologa.
JOz Entonces
lo intelectual
invade Io esttico"'
de literatura les cuesta mucho escribir, cada vez ms
t37
ML:
En efecto. En algn momento me has dicho que cuando leste La ciudad te dio
welta. Eso a m me halaga mucho. No es que yo busque dar vuelta; es que me produce
gran admiracin todo lo que me da vuelta. Por caso la pelcula Burton Finks [sic]. . . la vi
cuatro veces en un par de semanas, es una pelcula que me da vuelta. No la puedo
138
interpretar,nosqumequieredecir,no.lapuedotraduciraoffolenguaje,yesoesloque
un grillo electrttll
t; u "O*o' 'isu-ts^""nu
cuando
?*
a m megusta. Me
"i'iq""ci91do d" i;; [u" u"nou en obra]' Avisame
""a
;;;;;;;l;i""
d"
especie
una
nico,
una cosa no te Parezca contestada'
JOzQuierocomentctrtequeesaideasttrgeenlaGreciaAntigua'conlospreso'
craticos...
todo eso'
ML: Bien' yo ignoro olmpicamente
Jo:Eslaideadelconocimientocomounaformad'eaccesoalmundotangible.
Esta en la base de Rod'
ML: No
ests hablando.
conozco nada de 1o que me
la literatura como
algunos pasaies, la idea.de
en
idea
esa
tene
Rod
Joz
,uolidad, f,s el concepto de
a"
puerta
conocimiento,
acceso al
"n?rfif,";"orro
realidad adquiere otro sentido'
ML:
desvirtuando
-oil"r
"o"
ro'
"r
significado 3r
":i";;;"Ji;
IozPorqudeJins*!'::l:,::,:2ft",i";,1:1":;'::,":""!i.:xwt"o":,n"
no es literatu2:.;"",?:,2,::::I::;"i:)i:;"::;r;'ffi
:*'"::;:n:",y,i,:::rx"#:::'"
vos decs que lo tuyo
grrrrc acotor u'oo"Jo,rot
que se busca o viene?
e;
ra fantstica, pero el lxtaamientu
fantsticos
u;;
experiencia comn
a todos los
relatos
ML:Yocreoqueescomna-todalaliteratura.Enprimerlugaryonodefinoml
pero acepto el calificativo'
de ninguna otra manera'
como
literatura
" ou"ts o de hechos de
"xt)aamientoni
En"on.""r'.r,1"?"1;"";;;';;';l
no
Hay un extraamiento.
Bt una exieriencia personal'
presentan
apariencia cotidiana que se
.
algo adquirioo
s"
""*"
mucha frecuencia
iri^"o'".t"not'
"n
"rrri.rr}*"n
cuandosemeda.Apartedeque",unpo.oangustiante'peroensmismoesunafuente
la padece debera intentarlo
de goce esttico y
por
1o
menos
.i"o
que es unu
"*O"rlJ,i#;;;Jqt;o
la mirada rutinaria
;;;;;;
porque
"o-o-""r"icio,
JozLesucedeaEladioLinacerodeonettiyesloquepercibeCamus..'
que las
ML:S.DerepenteunobjetoqueVestodoslosdaslovesporprimeravezydescuque utilizs las cosas'
q"";;;;,
.r.nUr,
V
la literatura
"onototo,
brs que no fo
que ,"u.,o elemento de
"onoir.
qu es to q]u" ,on' Creo
139
",
ML: Me
ML:
ML: Am
ML:
140
Unosiempretennina,i.,'oloquelarealidadquierequeunohaga'Unosiempreest
sirviendo a alguien aunque no sepa a quien'
ML:Claro'EnalgnladoFreuddicealgoparecido,gu.eelescritoroelartistacum-
y Bergier?
ML:
S,
El retorno de
los bruios'
salobres?
JOz En qu poca? Cuando escribiste Aguas
ML:
ML:
nacimiento,tienemsdimensionesdelasquepercibimosylaspercibimos"'":.:::1,::
muy especial, una comprenslon
estado, digamos de gracia. Lo percibe de una manela
del libro ste' El impulso al
que luego no pods du.ir. Y eso es lo que sigo defendiendo
mal en el libro' la
ac, independientemJnte de todo 1o que est
ms all desde el ms
mayor Parte.
JOz Cmo defins
comenz la escritura de La
Haba ledo Amr)it V ^p"c con E Castillo cuando
t41
Jo:
corpus latinoamericano
propio de nove-
cine.
ML: obviamente
muy atrapantes.
nr/.L: I2B0 almass es genial. Curiosamente te lleva a identificarte con el protagonista: un sheriffasesino, corrupto, es lo peor, ademas loco. Y despus tiene algUna que me
result bastante repulsiva, np recuerdo el ttulo. Y otras, que se ve que ha escrito sobre
razones comerciales bastante flojas. Hace poco vi una pelcula sobre una obra de l y me
gust mucho, tiene un ttulo en espaol algo as como Ambiciones prohibidas, en ingls
se llama The Grifters.6 Es muy buena, muy dura y muy cruda como las cosas de Thompson. Pero 1280 almas me parece una obra maestra.
JO: Por qu escribiste Nick Carter?1 Es una parodia del folletn policial?
Yo no conoca al verdadero Nick Carter.s No lo haba leido. Al ayudante le
puse Tinker que era el nombre de otro detective que yo lea cuando era chico. En
determinado momento tena ganas de escribir una novela protagonizada por alguien
como Carter. Me imaginaba un detective que no estuviera muy coordinado con la
realidad, que fuera una especie de loco... no lo tena muy claro, saba quera un
detective no-lgico. Luego le una noticia en una revista, que me suena falsa a raiz de
informaciones que recib posteriormente; deca que Nick Carter haba existido realmente, que era un italiano que haba ido a EE.UU. y haba trabajado como detective
y despus haba escrito obras que tuvieron inmensa popularidad. Igualmente este
hombre haba trabajado en el cine, protagonizando sus propias pelculas, lo que me
pareca el colmo del narcisismo. Un poco las caractersticas narcisistas del Nick
Carter que escrib.
ML:
ML: No,
es
ML: Bueno, eso da un tipo de relato de lo que hace un rato te deca que era <invencio>, o sea una creacin a partir de supuestos intelectuales y no vivenciales. Piglia lo
hace muy bien en Respiracin artificial, pero no es el tipo de literatura que ms me
satisface. No me interesa tanto leerla, como otro tipo de cosas, y no me interesara
hacerla porque sera totalmente incapaz porque no tengo elementos crticos, carezco de
formacin crtica. Quiero dejar constancia que nada ms lejos de mi voluntad que establecer reglas o norrnas. Yo creo que cualquiera puede hacer cualquier cosa. Yo te hablo
de gustos personales, pero no pienso establecer ninguna normativa de cmo se debe
escribir o qu se debe escribir o qu no se debe escribir.
JOz Has dicho que la literatura de Onetti te exige un esfuerzo. Por qu <vale
la pena>?
ML:
Pasa como con Faulkner. A veces cuesta mucho leerlo. Incluso, en otra lnea,
con Beckett, que tiene obras que son un escollo permanente para el lector y sin embargo
valen la pena. No s por qu. Yo soy un lector perezoso, muy haragn para leer. Me gusta
que me entretengan, me diviertan, por eso leo muchas novelas policiales. Sin embargo
Faulkner, Onetti, Beckett, Joyce, deben tener algo muy importante, porque con todo lo que
me plantean de escollo o de dificultad para m, me hacen vencer lapereza,la haraganera.
Me empujan a leerlos. Como me cost llegar a Onetti, me cost lTegar aFaulkner. Hace
relativamente poco tiempo que lo le. Haba ledo haca muchos aos Las palmeras salvajes y no me haba entusiasmado mucho. En Buenos Aires consegu cantidad de libros de
Faulkner muy baratos, casi toda la coleccin de la obra de Faulkne ah empec tmidamente a leerlo y vi que lo lea con ms facilidad que cuando era joven. Despus de leer uno no
pude dejar de leer el resto, masivamente, uno tras otro. No puedo traducirte exactamente lo
que me han dejado, fue una experiencia muy importante, espero releer en algn momento.
ML: Es una cosa que me ha divertido mucho. En general me divierte mucho hacer
algo que no conozco, algo que no s. Incluso la literatura misma. Cada nuevo relato o
novela es meterme en algo que no se hacer, porque se basa en experiencias interiores o
exteriores, distintas, que te exigen nuevas formas. Tens que descubrir, no slo qu es 1o
que hay dentro, sino qu forma tiene eso que hay adentro, No caer en el vicio de copiarse
a s mismo. En la historieta fue para m un gran encuentro el deLizn,rr nos entendimos
muy bien. Yo haca los guiones y dibujaba, mal dibujado (con los globitos y todo) y l le
agregaba algunas cosas, le haca algn comentario, pona algo en el guin de su parte.
Trabajbamos bastante antes de tenerla completa, eran historietas largas de cuatro pginas, tanto Santo Varn que fue la primera como Ios Profesionales. Y tambin, es un
proceso muy parecido al de escribir un cuento, slo que de respiracin ms forzada, por
el compromiso: tenemos que entregar una historieta. Ya son dos personas colaborando,
no es lo mismo que estar solo. El punto de partida, de inspiracin, es parecido al relato...
la experiencia interior tal vez sea menos profunda, hay ms invencin que descubrimiento
muchas veces. Yo creo que no importa tanto 1o que uno hace, sino como lo hace.
144
*un"-
"orur,iu,
por qu surgen?
Estn all...
ML: Me qued pensando. Hay un tema muy complejo que es er del <nim ast. rJn
arquetipo que Jung descubri y del cual habl mucho. *iste una
figura femenina internalizada en todo varn, que Jung llama <rnimu. Segn l tiene la
funcin de conducir, en
un sueo por ejemplo, al mundo del inconciente. Algo as como
una funcin de abogaa o
intercesora que tiene la Virgen Mara para los catlicos frente
a Dios. Creo qr" ,ipo"o
del erotismo es un erotismo en mi literatura, dirigido hacia esa figura
ideal femenina,
internalizada, que es la que gua al mundo del inconciente. Para poder
llegar a la ciudad,
digamos al arquetipo de la ciuda d, para encontrarrne con esos dioses que
hay en el
inconciente colectivo, es imprescindible una presencia femenina. Esa
es una de tas puntas, hay otras.
ML: No tengo muy claro en este momento el tiempo exacto. Fueron l0 o 15 das.
Empezar y terminar, el tiempo fsico de escribir en una Olivetti que
tena en aquella
poca, con intemrpciones para comer, dormir, ir al bao y nada ms. Dedicacin
full-
t4s
time. Cuanto te mets en el clima de un cuento o una novela es muy duro ser interrumpido, porque despus a veces cuesta recrear el mismo clima. Ah pods entrar a falsear,
entonces en la feliz poca que uno poda escribir de corrido era la solucin, no permitir
intemrpciones, seguir para adelante hasta terminar. Luego las correcciones. A veces
llevaban mucho ms tiempo las conecciones que la novela misma. Pero por lo general
haba pocos cambios en la estructura de la novela. Pequeas correcciones formales.
JO:
'Qu
ML:
Ya que estamos?t2
ML: A m tambin.
presionar
ML:
JO: No lo termin de leer. Es una literutura diferente a lo que pueden ser las
novelas o el cuento, que es ms accesible. Una situacin parecida me pas con <<La
toma de la Bastilla o cntico por los mares de la luna>>.t3
ML:
JO: En ese cuento en determnado momento no sabs cuantas tramas narrativas hay, cuantas voces narrativas hay.
ML: Yo intent hacer un esquema de cmo estaban conectadas las voces, por medio de dibujitos, pero me perd. Todo fue intuitivo, espontneo. Yo no s escribir. Si 1o
supiera no escribira.
146
escrito. Est escrito con cierta torpeza, pero me gusta. Fue uno de los que se perdi en
La mquina de pensar en Gladys, poca gente lo conoce. lina de la p.opuestas de
Arca fue la reedicin de este libro.
ML: Depende de quien sea yo en ese momento. creo que en el fondo la que ms
me convence es Desplazamientos.t6 Algunas veces es La ciudad, el primer amor, aquel
descubrir que haba dentro de m todo un mundo que no haba percibido hasta ese momento y que adems era capaz de expresarlo. Encontrar trabajosamente las herramientas
para irlo expresando fue una experiencia inolvidable. Desplazamientos me dio mucho
ms trabajo, que abandon muchas veces, fue ms penoso. Encontrar en los inmensos
caminos que se abren a partir de una misma situacin, alcanzando esa forma final que
tiene la novela, me llev mucho tiempo. Pero siento que Desplazamientos es entre mis
libros el que ms me expresa.
NOTAS
I
2
t47
Thompson, Jim. Zfte Grfers. New York: Regency. 1963. La pelcula que menciona
L evrcro es The
Grifters (Los Tramposos), de Stephen Frears, 1990.
7
Levrero, Mario. Nick Carte4 BuenosAires: Equipo Editor, 1 975.
a
8PersonajecreadoporJohnR.Coryell(1851-1924)apareciporprimeravezenel
relato<Theold
y 1987.
r0
148